Perfil Psicológico Criminal
Perfil Psicológico Criminal
Perfil Psicológico Criminal
El objetivo de este perfil es delimitar las características del presunto culpable para
disminuir el rango de posibles culpables y ayudar a la policía focalizando y
restringiendo las posibilidades de investigación, posibilitándoles el centrarse en los
blancos realistas. Este punto es muy importante, ya que cuando se tratan de crímenes
violentos o seriales, la alarma social y las posibilidades de que se vuelvan a repetir los
hechos, hacen necesaria actuar con rapidez y detener cuanto antes al asesino.
No obstante, el perfil tiene sus limitaciones, no es una ciencia exacta, está basada en el
análisis de la huella psicológica que el asesino deja en sus crímenes y en datos
estadísticos recolectado de otros casos y de los datos teóricos aportados por la
psicología y la criminología. Estamos por tanto hablando de probabilidades.
En palabras de Ressler (2005), las personas que realizan un perfil buscan patrones e
intentan encontrar las características del probable autor, se usa el razonamiento analítico
y lógico, “qué” más “por qué” igual a “quién”.
El uso de la psicología para combatir y estudiar el crimen debe estar relacionado desde
el inicio mismo de ésta, sin embargo, ha sido relativamente reciente en el tiempo la
intención de algunos expertos de elaborar una metodología más o menos sistemática
que nos ayude a capturar a criminales usando las aportaciones que la psicología nos
brinda. Esta metodología ha estado basada principalmente en la creación, desarrollo y
uso de técnicas clasificatorias y de etiquetajes del delincuente criminal, teniendo
inicialmente como principal objetivo la captura del criminal. El acopio de datos ha
posibilitado un estudio más en profundidad, que ha dado lugar a diversas teorías
psicológicas del crimen, teorías que tratan de explicar el hecho criminal al igual que
hace con cualquier patología mental. El desarrollo de técnicas terapéuticas y de
rehabilitación del crimen está en un estadio muy precoz:
Según Brussel, su perfil fue fruto del uso del razonamiento deductivo, su
experiencia y el cálculo de probabilidades. Brussel apuntó hacia un hombre
paranoico, trastorno que tarda alrededor de 10 años en desarrollarse, lo que,
junto a la fecha de la primera bomba le llevó a la edad del perfil. Este trastorno
explica el resentimiento perdurable, la pulcritud y perfección de sus acciones y
artefactos, así como su vestimenta. Las notas que dejaba permitieron evaluar su
procedencia, parecía como si estuviera traduciendo, lo que nos lleva a un
inmigrante, en concreto del Este de Europa, donde históricamente se ha usado
las bombas como armas de terrorismo.
La exactitud del perfil tuvo una gran repercusión en la policía, que empezó a
respetar y a usar las aportaciones que la psicología podía hacer en este tipo de
casos.
A pesar de que era aún una técnica poco precisa y con fallos, como se demostró
entre otros, en los casos del Estrangulador de Boston, el perfil criminal fue
ganando aceptación y demanda. A esto ayudó el aumento de homicidios en los
que el asesino no era una persona conocida para la victima, lo que complicaba su
resolución a la policía.
• 1970.USA. A partir de esta fecha, resulta vital para el desarrollo de esta técnica
las aportaciones y desarrollos realizados por el FBI. El perfil psicológico del
criminal queda establecido como técnica de investigación policial para resolver
los casos difíciles, se crea la Unidad de Ciencias del Comportamiento en el FBI,
unidad especializada en el diseño de este tipo de perfiles. Agentes del FBI se
preocupan por este tema y se van especializando, entre ellos Robert Ressler.
Ressler entrevistó a cientos de criminales violentos en las cárceles, analizó y
sistematizó toda esa información en el Proyecto de Investigación de la
Personalidad Criminal, creado por él mismo y empezaron a documentar ciertos
patrones y comportamientos de asesinos.
Una de sus mayores aportaciones fue la del término de “asesino en serie”, que
veremos más adelante y su clasificación de asesinos en serie.
Otro ámbito de aplicación del perfil es su función teórica, en cuanto a que el análisis y
evaluación de casos sirven para aumentar el conocimiento que se tiene sobre la propia
técnica y sobre el hecho criminal.
Este método se basa en el estudio de casos para, a partir de ellos, extraer patrones de
conductas característicos de esos agresores.
Este método se basa en el análisis de la escena del crimen en cuanto a sus evidencias
psicológicas para que pueda inferirse el perfil del autor de ese crimen. En este método
se intenta pasar de los datos generales a los particulares de un único individuo. Para
ellos se analiza la escena del crimen, la victimología, pruebas forenses, características
geográficas, emocionales y motivacionales del agresor.
Para la realización de este perfil se tiene en cuenta los datos aportados por el método
inductivo.
“...la mayoría de los asesinos en serie son blanco, Danny vivía en un barrio blanco, si
hubiera aparecido cualquier hombre negro, hispano o incluso asiático, muy
probablemente habrían notado su presencia. Pensé que el asesino no era joven porque
el asesinato tenía un carácter experimental y porque el cuerpo había sido abandonado
a poca distancia de un camino, elementos que indicaban que se trataba de un primer
asesinato...El abandono del cuerpo justo al lado de un camino transitado sugiere que el
asesino quizá no tenía la fuerza física suficiente para llevar el cuerpo más lejos..."
(Ressler, 2006).
La escena del crimen es, como su nombre indica, el lugar que el asesino ha elegido para
matar a su víctima. Las escenas pueden ser varias si el asesino ha usado varios lugares
desde que atrapa su víctima hasta que la deja. Puede atraparla en un sitio, torturarla en
un segundo, matarla en un tercero y trasladarla a un cuarto para abandonarla allí. En
cualquier caso, la escena principal es donde la muerte o agresión de mayor importancia
y el resto son secundarias. Generalmente es en la primaria donde hay más transferencia
entre el asesino y su víctima, por lo cual suele ser en la que hay más evidencias
psicológicas y físicas.
Es importante por esto la protección de la escena o escenas del crimen ya que cada pista
puede ser clave, además, es necesario evaluar si ha habido una manipulación de dicha
escena, lo que suele llamarse actos de precaución o conciencia forense (cuando elimina
pruebas físicas).
Este perfil nos dice mucho del mapa mental del criminal, que es la descripción que el
delincuente tiene en su cabeza de las zonas geográficas en las que se desenvuelve en su
vida. Su casa, su calle, su barrio, su ciudad están descritos en la mente del criminal en
función de las experiencias que ha tenido con cada uno de esos lugares, nos describe su
zona de confianza, su territorio, las zonas de influencia, cómo se mueve y se desplaza
por ellas. La comprensión de estos datos nos puede dar información de en qué zona
vive, dónde debemos buscarlo y dónde puede actuar.
Como cualquier depredador, éste ataca a sus víctimas en el territorio en el que se sienta
seguro, su presa tenga menos posibilidades y pueda huir si es necesario. Como cualquier
persona, las conductas que requieren intimidad o que pueden provocar cierto estrés, son
más fáciles de realizar en terreno conocido que en aquel desconocido que nos provoca
inseguridad. Para el asesino en serie matar es su objetivo, pero no olvida su sentido de
supervivencia que le hace tratar de evitar que le capturen. Por eso va a matar en aquellas
zonas en las que se sienta cómoda. Este hecho puede desaparecer en determinado tipo
de asesino en serie, en concreto en los desorganizados, en lo que su sed de muerte se
produce por impulsos y no tiene tanto control sobre ese aspecto. Generalmente, su
deterioro mental también hace que no planifique tanto sus crímenes. Por otro lado, ese
deterioro mental hace que no sea capaz de desplazarse a grandes distancias para buscar
a su víctimas ni para acabar con sus vidas, por lo que también actúa en su zona
geográfica.
Muchos estudios se han hecho al respecto, de los cuales, la hipótesis del círculo de
Canter ha sido la más fructífera. Corresponde a un estudio realizado con violadores en
el que se encontró que entre el 50 y el 70 por ciento de ellos vivían en un área que podía
ser delimitada por un círculo que uniese los dos lugares más alejados donde había
actuado, muchos de ellos vivían en el mismo centro de ese círculo.
El estudio de casos ha mostrado que en la mayoría de los asesinos en serie, sus primeros
actos se realizan cerca del lugar donde reside o trabaja y posteriormente se van alejando
a medida que van adquiriendo seguridad y confianza. Cuando decimos cerca del lugar
donde vives es una cercanía relativa ya que el asesino tampoco se va a exponer a ser
reconocido actuando en lugares muy próximos a su hogar y en el que las posibles
víctimas y testigos puedan conocerlo.
El modus operandi es el método que usa el asesino para llevar a cabo su crimen,
describe las técnicas y las decisiones que el asesino ha tenido que tomar. De esta
evaluación sacamos información sobre cómo mata nuestro asesino y qué características
psicológicas se pueden deducir de este método: planificador, inteligente, profesión que
puede desarrollar, descuidado, perfeccionista, sádico...
El modus operandi, al contrario que la firma, puede variar a lo largo del tiempo puesto
que, como habilidades, pueden aprenderse o evolucionar o degenerarse con los crímenes
posteriores.
El modus operandi tiene naturaleza funcional. (Garrido, 2006) y tiene tres metas:
proteger la identidad del delincuente, consumar con éxito la agresión y facilitar la huida.
Por lo que se refiere a la firma, ésta es el motivo del crimen, el por qué, refleja la razón
por la que el asesino hace lo que hace. Nos da una información más profunda ya que
nos presenta qué quiere decir con el crimen, y más psicológica puesto que nos habla de
sus necesidades psicológicas. El asesino mantiene su firma estable a lo largo de su
carrera criminal, por lo que, aunque cambie su modus operandi podemos relacionarlo
por dicha firma.
Esto no quiere decir que físicamente la conducta o conductas que describen la firma del
delincuente no puedan cambiar. El aspecto profundo de la firma no cambia, la ira,
venganza, sadismo permanece inalterable pero la forma de plasmarla puede evolucionar,
incrementar, disminuir o degenerarse en función del propio desarrollo de la motivación
a la que representa.
5.4. Victimología.
La víctima tiene una importancia crucial puesto que es la protagonista del hecho
criminal, presencia el crimen en primera persona, sobre ella recae el acto criminal y se
representan el modus operandi y la firma del asesino.
Si la víctima sobrevive puede aportar mucha información de primera mano acerca de su
agresor y de sus circunstancias, si ésta fallece es necesario realizar una autopsia
psicológica. En esta autopsia se tratan de recoger varios aspectos personales y sociales
de la víctima. Es necesario reunir una serie de información respecto a su domicilio,
educación, estado civil, aficiones, situación económica, temores, hábitos, enfermedades,
amistades, trabajo...
Por otra parte, el estudio y análisis de la víctima nos da información de cómo su asesino
se relaciona con sus víctimas, lo que nos proporciona una huella psicológica importante
para realizar el perfil. En un crimen hay dos protagonistas, el asesino y su víctima, entre
ellos hay una relación, el asesino usa a la víctima para narrar su historia, para satisfacer
sus fantasías personales pero también para dejar constancia de su relación con el mundo.
Y es en esta relación donde se refleja más su personalidad.
7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
• Ressler, R.K y Shachtman, T. (2005). Asesinos en serie. Barcelona: Ariel.
• Garrido, V. y López, P. (2006). El rastro del asesino. El perfil psicológico de los
criminales en la investigación policial. Barcelona: Ariel.
• Abeijón, Pilar. (2005). Asesinos en serie. Barcelona: Arcopress.
• Raine, A y Sanmartín J. (2006). Violencia y Psicopatía. Barcelona: Ariel.