Ensayos Juridicos - Loreto 1970, 629p
Ensayos Juridicos - Loreto 1970, 629p
Ensayos Juridicos - Loreto 1970, 629p
a
PAG.
.
DEDICATORIA
PREFACIO
1
II
III
IV
V
VI
VII.
VIII.
IX.
X.
XI.
XII.
XIII.
XIV.
XV.
XVI.
XVII.
XIX.
XX.
..................................
...............
..
VII
IX
15
77
97
143
173
185
201
217
227
239
251
259
277
295
329
337
363
373
399
445
PAG.
XXI.
XXII.
XXIII.
XXIV.
XXV.
XXVI.
XXVII.
XXVIII.
XXIX.
595
Principii di diritio processuale civile
611
Saggi di diritto processuale civile ...
EDUARDO J. COUTURE. Curso sobre la ley de abreviacin de los
613
juicios .........................
EDUARDO J. COUTURE. Teora de las diligencias para mejor
627
Proveer .........................
La cosa juzgada en el derecho veneHEC'FOR CUENCA.
zolano ..........................635
GIUSPPE CHIOVENDA.
PREFACIO
Durante mi dilatada actividad profesional y de docencia
universitaria, he publicado varios ensayos jurdicos que han
sido las conclusiones tericas de casos prcticos sustentados en
debates forenses, o la culminacin crtica de meditaciones
puramente acadmicas. Dispersos y errabundos permanecieron
en las pginas de revistas especializadas, hasta que algunos
fueron recogidos en 1956 por la Facultad de Derecho de la
Universidad Central de Venezuela, que los public con el ttulo
Estudios de Derecho Procesal Civil, correspondiente al
volumen XIII de la Seccin de Publicaciones.
El libro que hoy se presenta al pblico ,y los rene en su
casi totalidad, es el resultado del benvolo y solcito empeo
de Ediciones Fabreton-Esca, a quienes expreso mi reconocimiento por el inters mostrado en compilarlos y hacer de ellos
esta magnfica edicin. En l se hallan contenidos mis ensayos
mayores y otros de menor importancia doctrinal, los cuales
requeran una nueva y cuidada publicacin.
Todos estos ensayos son estudios aislados e inconexos, con
los cuales he pretendido contribuir modestamente a un mejor
conocimiento de ciertas instituciones de nuestro derecho positivo,
buscar las fuentes histricas de las que se derivan y presentar
algunas construcciones originales.
Contrariamente a mis deseos, no he podido llevar a trmino
una obra sistemtica y coherente, en la cual diera cuerpo de
doctrina a las teoras fundamentales del derecho privado y del
proceso civil. Confo en que este designio de mi voluntad ser
cumplido por los juristas de las nuevas promociones universita-
PREFACIO
PREFACIO
XI
actitud razonable y jubilosa de todo hombre que quiera encontrarla con sinceridad y la busque con amor y humildad de
espritu entre las sombras de su propia ignorancia o de la duda.
Colocado como he estado siempre en esta posicin intelectual
y tica, las pginas que siguen quedan abiertas a la leal y constructiva crtica de quienes saben ms y mejor.
Caracas, noviembre de 1970.
Luis LORETO
CONTRIBUCION AL ESTUDIO DE LA
EXCEPCION DE INADMISIBILIDAD
POR FALTA DE CUALIDAD*
Al profesor Eduardo J. Couture, mantenedor de las modernas corrientes del pensamiento jurdico-procesal en Amrica.
MOTTO
"La natare est ce qu'eiie est, et comme notre intelligence,
qui fait partie de la nature, est moins vaste qu'elie, ji est
"douteux qu'ucune de nos ides actuelles soit assez large
"pour l'embrasser. Travaillons donc i dilater notre pense;
"/orons notre entendement; brison, s'il le faut, nos cadres;
"mais ne prtendons pas rtrcir la ralit la mesure de nos
"ides, alors que c'est a nos ides de se modeler, agrandies,
"sur la ralit".
(Discours prononc a la crmonie du Centenaire
de Claude Bernard).
BERGSON
16
Luis
LORETO
El detenido estudio que he hecho de un interesante trabajo de mi amigo el doctor Pedro R. Len' sobre la excepcin
de inadmisibilidad por falta de cualidad, ha removido en mi
espritu una de las cuestiones procesales que ms ha llamado
mi atencin, tanto por la importancia prctica que encierra,
como por la significacin terica que tiene en nuestro sistema procesal positivo.
En mi opinin, el mayor mrito del trabajo est en la
labor de compilacin de la doctrina nacional que all se ha
realizado. Es de lamentar que no se halle en l ningn fallo
de instancia, y la jurisprudencia sentada por la alta Corte FeConcepto jurdico de la excepcin de inadmisibilidad por falta de cualidad
en la doctrina venezolana. Tesis de doctorado, Editorial Bolvar, Caracas, 1938,
45 pginas.
EXCEPCION DE INADMISIBILItAD
17
Luis
LOETO
suelva in limine litis, ha sido siempre cuestin difcil y compleja determinar el criterio seguro a seguir para saber cudo
la falta de cualidad constituye una excepcin de inadmisibilidad,' y cundo debe ser necesariamente una defensa que ha de
legarse al contestar de fondo la demanda'.
Un trabajo sistemtico sobre la teora de la cualidad en
nuestro derecho procesal se resuelve en dilucidar dos cuestiones fundamentales. Es la primera, fijar el sentido exacto
y propio de la nocin de "cualidad". Es la segunda, establecer el criterio cientfico que permita determinar cundo la
falta de cualidad en el actor o en el demandado puede alegarse como excepcin de inadmisibilidad para que se resuelva
3 La peculiaridad de nuestro sistema que admite la discusin de la falta de
cualidad en el actor o en el demandado antes de contestarse de fondo la demanda, se encuentra precisada en las siguietites normas del Cdigo de Procedimiento CivilArt. 247. Slo en el acto de la litis-contestacin podr el demandado promover u oponer las excepciones y defensas siguientes:
1' - Todas las excepciones dilatorias a que hubiere lugar, sin admitirse
despus ninguna otra.
2 - A falta de las indicadas en el nmero anterior, las excepciones de
inadmisibilidad.
3' - A falta de las precedentes, las dems excepciones perentorias y
defensas de fondo que formulare en contestacin a la demanda.
-. La reconvencin o mutua peticin.
5' - Las citas de saneamiento o de garanta.
Art. 257. Las excepciones de inadmisiblidad proceden:
1 9 - Por falta de cualidad o inters en el actor o en el demandado para
intentar o sostener el juicio..
2?Por la cosa juzgada.
3?...... Por la caducidad de la accin.
4? Por la prohibicin de la ley de admitir la accin propuesta o
cuando slo permite admitirla por determinadas causales que no sean de
las alegadas en la demanda.
Art. 261. El efecto de la declaratoria de haber lugar a la excepcin (de
inadmisibilidad) ser el de desechar la demanda y no darle entrada al juicio.
Art. 262. Si no se hubiesen opuesto las excepciones dilatorias, o de inadmisibilidad, o cuando se las hubiere desechado proceder el demandado a Ja
contestacin de la demanda, de palabra, o presentndola escrita, y en ella
expresar de manera clara si la contradice en todo o en parte, o si conviene
en ella absolutamente o con alguna limitacin, y las razones, defensas o
excepciones perentorias que creyere conveniente alegar. Junto con stas puede
el demandado proponer las excepciones de inadmisibilidad por cualquiera
de los motivos del artculo 257, cuando no las hubiere alegado para que
se las resolviera por previo pronunciamiento.
En el caso de oponerla junto con las dems perentorias, se la resolver
junto con stas en la sentencia , definitiva.
La contestacin verbal se extender en acta que firmarn el Juez, el
Secretario y las partes; y la escrita se agregar al expediente con una nota
firmada por el Juez y el Secretario, en la cual se expresar que aqulla
es la contestacin presentada.
EXCEPCION D IADMI'SIBTLIDAD
19
como cuestin de previo y especial pronunciarnient, y cundo esa excepcin ha de ser necesariamente alegada al contes
tar de fondo la demanda.
En consecuencia, este estudio ha. de circunscribirse a
resolver las, dos cuestiones fundamentales siguientes:
.
.
1. Concepto de cualidad. .
2. Criterio a seguir para determinar cundo la falta de
cualidad en el actor o en el demandado puede alegarse como
excepcin de inadmisibilidad in limine litis.
CAPITULO 1
20
Luis LORETO
No encontramos en nuestros comentadores clsicos (Sanojo y Feo) una teora clara y definida sobre la nocin de cualidad. La peculiaridad e imprecisin de las leyes de procedimiento que comentaron, los llev a afirmar solamente que deba distinguirse cuidadosamente la falta de cualidad, propia y
verdadera, de la falta de personera. Observa Feo que la falta
de cualidad sera de fondo cuando no se tiene para representarse a s mismo, pues entonces esa cualidad es fundamento del
derecho o fuente de la obligacin cuyo cumplimiento se demanda. En este caso, dice, la excepcin sera de fondo, como
por ejemplo, cuando se exige a uno el pago de una suma corno
heredero que es de tal persona fallecida 7 . Corno se ve, en la exposicin del maestro, la cualidad es un fenmeno de propia
"representacin", confundindose as con este trmino lo que
es, propiamente hablando, un fenmeno de "titularidad".
Nuestra doctrina procesal, dominada principalmente por
la escuela francesa, ha tratado de elaborar una teora coherente al respecto.
Borjas en su obra fundamental' ensea que la cualidad,
a diferencia de la legitimidad de persona, es "el derecho o potestad para ejercitar determinada accin, y es sinnima o equivalente de inters personal e inmediato, porque aunque una
accin exista, s no se est directamente interesado en hacerla
valer, proponindola por s o en nombre de otro, cuyo inters
se representa, no se puede decir que se tiene el derecho, que
se tiene la cualidad necesaria para intentarla".
Esta nocin es acogida sustancialmente tambin por Arcaya9 quien, siguiendo a Garsonnet, la define como la facultad
legal de obrar en justicia y, por consiguiente, el ttulo por el
cual se figura en un acto jurdico o en un proceso. Arcaya agrega que tienen 'tambin cualidad, adems de las personas enusa, formul la siguiente norma: "Art. 4. - Toda persona puede obrar o
contradecir en el proceso civil para hacer valer su inters en litigio, salvo
aquellos casos en que la ley disponga que en su lugar deba opueda obrar
o contradecir una persona distinta, o que ella obre o contradiga conjuntamente con una persona diversa".
7 Estudios sobre el Cdigo de Procedimiento Civil Venezolano, 1905, 11,
pg. 26.
8 Comentarios al Cdigo de Procedimiento Civil Venezolano, 1924, III, pg. 129.
9 Estudio crtico de las excepciones de inadmisibilidad y otras previas del
derecho procesal venezolano. Tipografa Americana. Caracas.
EXCEPCION DE INADMISIBILIDAD
21
/
meradas por el tratadista francs, aquellas que pueden presentarse por otro sin poder, segn lo dispuesto en el artculo 59
del Cdigo de Procedimiento Civil (Art. 46 del vigente).
22
Luis LORETO
EXCEPCION DE INADMISIBILIDAD
23
24
Luis
LORETO
ExcEPcIoN DE INADMISIBILIDAD
25
26
Luis LORETO
ExcEPcIoN DE INADMISIEILXDAD
27
la cual la accin no es otra. cosa que el poder jurdico de provocar la actuacin jurisdiccional de la ley, en orden a un determinado inters jurdico que se hace valer en el proceso`.
Entre la accin y el inters jurdico existe un nexo de
coordinacin lgica necesario. La accin es un derecho especficamente procesal, conferido por la ley en consideracin de
un inters preexistente y solamente afirmado, independientemente de la circunstancia de que ese inters sea reconocido
luego como realmente existente por el Juez. La accin existe,
en tanto que haya un inters jurdicamente protegido y afirmado como existente que tenga urgencia de ser tutelado por el
Estado. La accin es un derecho pblico contra ste, con val-,
dez autnoma, puesto al servicio de un inters sustancial`.
18 Ragione e azione, en "Riv. di. dirt. proc. civ.", 1932, 1., pg. 217 y sig. En
el ulterior desarrollo, el autor precisa la diferencia de su teora con respecto
a la del derecho abstracto de obrar. Aqu se acoge la teora en algunos puntos fundamentales.
19 Merece que se apunte aqu, siquiera sea ligeramente, la teora sostenida
recientemente por JULIO BINDER en su libro Prozess nnd Recht, 1927, passirn,
particularmente a la pgina 46 y sig., y expuesta luego en forma compendiosa en su System der Rechtsphilosophie, 1937, pg. 355, nota 23, con respecto
al derecho de accin. Para el ilustre Profesor de la Universidad de Gotinga,
la actio sera un prius con respecto al derecho subjetivo, que es un posterius.
Slo en el derecho bizantino, por obra de los pargrafos de las Institutas de
Tefilo, fue que apareci la teora de la naturaleza accesoria de la accin.
Critica severamente la concepcin dominante en la escuela alemana que concibe la accin como una pretensin a la tutela jurdica (Rechtsschutzanspruch),
y pasa a demostrar que no es la preexistencia del derecho material, en sentido objetivo, el presupuesto de una sentencia favorable, sino la afirmacin y
prueba jurdicas de ese derecho, afirmacin y prueba que mientras ms seguras sean, tanto ms seguro ser el derecho. Considerado desde el punto de
vista procesal, existir mi derecho material, mi pretensin, mi derecho de
crdito contra mi deudor, slo en la medida en que tenga posibilidad de
accionario y de exigir del Estado una sentencia favorable. Ellos sern hipotticos, en tanto que lo sea mi prueba. Ser seguro slo cuando la sentencia
que me favorece haya pasado en autoridad de cosa juzgada. Consecuencia!mente, dice BINOER, toda sentencia, an aquellas de las llamadas "mero
declarativas", tiene una funcin constitutiva, debiendo sostenerse que todo
proceso tiene una funcin constitutiva de derechos. El objeto del proceso, no
ser, como comnmente se sostiene, una relacin material que preexiste al
proceso, sino una afirmacin jurdica. En este mismo sentido se han pronunciado recientemente tambin OTTO FISCHER, Recht und Rechsscbutz, pg. 75;
NIKIscH, Der Streitgegenstand und Zivilprozess, 1935, pg. 17 y sig. La teora sustentada por BINDER es conocida en la escuela con el nombre de "Teora de la prioridad lgica de la "actio", y se contrapone a la teora clsica,
especialmente sustentada por SCHULTZE, que se conoce con la denominacin
de "Teora de la prioridad histrica del actio". Para una crtica de la teora
de BINDER, vase la obra de G. PUGLIESE, Actio e diritto subjetivo, 1939,
pg. 42 y sig.
Luis LORETO
28
20 MARIO BELLAVITIS,
EXCEPCION DE INADMISIBILIDAD
29
testarse de fondo la deman1a, ya que, precisamente, la sentencia es la que va a determinar si las partes son realmente los sujetos de la relacin sustancial litigiosa`.
En materia de cualidad, la regla es, que all donde se af irma existir un inters jurdico sustancial propio que amerite la
proteccin del rgano jurisdiccional competente, all existe un
derecho de accin a favor del titular de ese inters jurdico,
quien tiene por ello mismo, cualidad para hacerlo valer en
juicio; y que la persona contra quien se afirme ese inters en
nombre propio, tiene cualidad para integrar la relacin procesal como sujeto pasivo de ella. El inters es la medida de la
accin, dice un viejo adagio jurdico, del cual el artculo 14
de nuestro Cdigo de Procedimiento Civil no es sino su expresin legislativa: "Para que haya accin debe haber inters
aunque sea eventual o futuro, salvo el caso en que la ley lo
exija actual".
6. - Si tal es la regla general, no existirn en nuestro
sistema jurdico positivo situaciones legales en las cuales se
conceda a un sujeto el poder hacer valer en nombre propio un
derecho ajeno? Este fenmeno que se encuentra en muchos
sistemas modernos, completamente distinto del que origina la
figura de la representacin legal o voluntaria, se designa en la
doctrina moderna del proceso con el nombre de sustitucin
procesal`. Tal vez podra considerarse como una caso tpico de
21 GOENNER, Handbuch des deutschen ,gemeinen Prozesses, 1804, 1, pg. 328:
30
Luis LORETO
esta figura en nuestro derecho privado la accin oblicua o subrogatoria (Art. 1928 Cd. Civ.). En el juicio que da origen
a esta accin, el acreedor asume la condicin de parte y no de
representante legal del deudor, como generalmente se considera.
En todos los casos de sustitucin procesal, la cualidad
no se deriva de la identidad entre el sujeto de la accin y el
sujeto de la relacin sustancial, antes bien, se separa de l,
fundndose directamente en la ley (Goldschmidt).
Los casos contemplados en el artculo 46 del Cdigo de
Procedimiento Civil son, n mi concepto, casos de verdadera
representacin procesal legal y no de sustitucin procesal. Por
lo dems, esta figura sera excepcional en nuestro sistema jurdico, y verificar su existencia en nuestro derecho debera ser
objeto de un minucioso estudio por parte de la doctrina procesal venezolana.
7. - Existen numerosos casos en los cuales la ley concede
accin a un sujeto de derecho que no forma parte de los que
integran la relacin jurdica material y sin que se ejercite tampoco en nombre propio un derecho ajeno. As, por ejemplo,
en los casos de nulidad de matrimonio contemplados en los
artculos 139 y 145 del Cdigo Civil, la accin de nulidad se
da a los mismos esposos, a los ascendientes, en el primer artculo, al Sndico Procurador Municipal y a todos los que tengan inters legtimo y actual. En el caso del artculo 147
eiusdem la accin slo se otorga a favor del Sndico Procurador Municipal y de quienes tengan inters legtimo y actual.
En todos estos casos y otros muchos que se encuentran esparcidos en los Cdigos y las leyes nacionales, el actor deriva su
lugar de Otro, en nombre propio, por un derecho ajeno y en inters propio".
Un caso tpico de esta figura procesal, dice, lo constituye la accin oblicua o
subrogatoria que autoriza el artculo 1.196 del Cdigo Civil argentino. Segn
PODETTI, el criterio cientfico que permite discernir la diferencia especfica
entre la sustitucin procesal y la sucesin de parte consiste en que en la
primera figura se reemplaza la persona del litigante, pero no al titular del
derecho en litigio, mientras que en la segunda se reempiaza a la persona y,
a la vez, al titular del derecho (pg. 142, III). Para el derecho brasileo
consltese la interesante obra de GABRIEL JOSE RODRIGUEZ DE REZENDE FIEH0,
Modificaoes objetivas e subjetivas da aao, 1933, pg. 71 y sig. En la doctrina
alemana, despus de KOHLER, quien le dedic un trabajo especial (1886),
se la estudia bajo el nombre de Prozesstandscha/. ROSENBERG, Lehrbuch des
Deutschen Zivilprozesrechets, 1931, pg. 132. VIRGILIO ADRIOLI, en "Rivista
di diritto procssuale civile", 1933, 1, pg. 331.
EXCEPCION DE .INADMISIBILIDAD
3. 1
32
Luis. Loniro
ExcEpcIoN DE INADMiSIBILIDAD
33
ciones ob rem, Arts. 675, 720, etc., Cd. Civ.) Estas obligaciones dan origen a acciones in rem scriptae. En todos estos
casos nos encontramos en presencia de derechos y obligaciones
a titularidad mediata.
9. - Es menester distinguir con gran cuidado el derecho
subjetivo y la obligacin, de la relacin jurdica que les da nacimiento. Esta puede presentarse como la fuente comn de un
conjunto de derechos y obligaciones. La unidad de la relacin
jurdica no se altera por el hecho de que algunos de los derechos y obligaciones que de ella se originan, hayan seguido una
suerte y un desarrollo autnomos e independientes. Es posible
que la relacin jurdica siga existiendo idntica entre sus sujetos, y que los derechos y obligaciones que de ella surgen pasen
por sucesin traslativa a otras personas, o se extingan por caducidad, prescripcin u otro motivo autnomo`. De all que todas las acciones para declarar, modificar o extinguir la relacin
jurdica slo pueden existir entre los sujetos que la han constituido, sus herederos y causahabientes en la relacin misma, no
a favor o en contra de las personas que de esa relacin jurdica
han derivado derechos o asumido obligaciones singulares. Tal
es el principi general. Sin embargo, pueden encontrarse disposiciones excepcionales que ordenen lo contrario, pero en muchos casos se trata realmente de una sucesin singular en la
relacin jurdica misma que, naturalmente, lleva consigo el de
las acciones que existan anteriormente entre los sujetos primitivos de la relacin, a menos que sean personalsimas, o constituyan obligaciones ob rem.
De conformidad con el principio general anteriormente
expuesto, quien haya derivado un derecho singular de una relacin jurdica anulable, no podra sostener el juicio de anulabilidad de la relacin jurdica que se intente contra l, ya que
la accin de anulabilidad de la relacin jurdica del cual deriva
su derecho no se da contra el sucesor a ttulo singular de ese
derecho, sino que existe entre los sujetos de la relacin jurdica primitiva y sus herederos`.
Lebrbuch des Deutschen Civilprozessrecht, 1, pg. 194; FERRABA,
Ob. Cit., pg. 289 y sig. VON TUHR, Ob. Cit., 1, pg. 130.
27 Recientemente la Corte Suprema del Distrito Federal, por sentencia de fecha
24 de enero del corriente ao, ha juzgado un proceso dirigido contra los
adquirentes de una finca y cuya causa petendi consista en el vicio del con-
26
JTELLWIG,
34
Luis LORETO
35
28 CHIOVENDA,
Luis LORETO
36
de ley, en todos aquellos otros en que por la accin se persigue el cambio de una relacin o estado jurdico uno, ya que lo
que existe lgica y jurdicamente como unidad compuesta de
varios sujetos, no puede dejar de existir como tal sino respecto
a todos. Esta situacin se encuentra en todos los casos de pro,cesos en que los mismos sujetos de la relacin sustancial o extraos, estn legtimamente interesados en hacer. valer una
accin constitutiva que conduce a una sentencia de esta ndole` .
Es manifiesto que dentro de esta concepcin amplia del
litis-consorcio necesario, la falta en la relacin procesal de todos
los sujetos interesados, activa y pasivamente, se resuelve en la
falta de cualidad para intentar o sostener el respectivo juicio.
11. - El problema que enjuicia la teora procesal de la
cualidad, se encuentra tambin planteado en todos aquellos
casos en los cuales el demandado se defiende alegando una
excepcin en sentido sustancial`. Esta constituye un contraderecho, del demandado que se opone a la accin con el fin de
enervarla o hacerla ineficaz. La excepcin en sentido sustancial
o propio no impide que surja el derecho al cual se opone, sino
que se limita a paralizar su ejercicio, debiendo alegarse nece1.082; Saggi, II, pg. 444; Istituzioni, 1, pg.
166-b9. Sustancialmente en contra MORTARA, ibidem, quien slo parece ver
la figura del litis-consorcio necesario nicamente en los casos expresamente
contemplados pr la ley. Para el derecho alemn, HELLWIG, System, 1, pginas 276 y siguientes.
30 En el derecho procesal comn la figura del litis-consorcio tena una funcin
puramente procesal y dilatoria. Mediante la exceptio plurium litisconsortium
se obligaba al actor a que trajera al juicio todas las dems personas interesadas en el proceso, conduciendo la sentencia que se dictaba por tal motivo
a una absolutio ah instan tia. La Glosa explicaba una determinacin de JULIANO
sobre la materia con la frase: dicit reas, non tibi respondebo, nisi vel me
consortes adsint (Lux, pg. 13). Esta excepcin, con el carcter meramente
dilatorio que tena en el derecho procesal comn, no existe en nuestro sistema. Ainso pueda indicarse como un caso de ella, en esa forma originaria y
aislado ciertamente, el contemplado por el Art. 1584 del Cdigo Civil. Si
an hoy puede conservrsele el nombre, por comodidad de expresin, ella
tiene un alcance completamente distinto y su efecto se resuelve en declarar
inadmisible o infundada la demanda por falta de cualidad. HELLWIG, Lehrbuch,
III, pg. 99 y siguiente.
31 WETZELL, Ob. cit., pgs. 156 y sigs. FADDA y BENSA en nota a las Pandette
de Windscheid, 1926, IV, pg. 224; KROLL, Klage und Einrede, 1884, pgs.
254 y sigs. Para el derecho moderno, en donde la categora existe indudablemente y en la mejor doctrina se la configura como un derecho potestativo,
CHIOVENO, Ob. Cit., 1, pgs. 308 y sigs.; FELIcIA ESCOBEDO, L'eccezione
in senso sostanziale, 1927.
29
EXCEPCION DE INADMISIBILIDAD
37
32 ESCOBEDO,
38
Luis LdItTo
EXCEPCION DE INADMISIBILIDAD
39
"La cualidad de las partes, dice autorizadamente Casterlan 33, es una nocin de derecho sustancial que se halla vinculada al tratado de las acciones y de las excepciones. El actor
tiene cualidad en tanto que es el titular, el sujeto activo de la
accin que hace valer contra el demandado.
Y, recprocamente,
1
el demandado tiene cualidad en tanto que l es verdaderamente
el titular, el sujeto activo, de la excepcin con la cual rebate
la accin dirigida contra l. Esta cualidad descrita es la cualidad
activa. Bajo otro aspecto, las partes tienen cualidad pasiva en
tanto que el demandado y el actor son respectivamente aquellos contra quienes puede intentarse la accin u oponerse la
excepcin".
12. - La falta de cualidad en el actor o en el demandado
para intentar o sostener el juicio da lugar en nuestro sistema
a una excepcin que, como se ha dejado apuntado en la Introduccin, puede hacerse valer in limine litis como excepcin de
previo y especial pronunciamiento (excepcin de inadmisibilidad); y si no se ha hecho valer en esa oportunidad, puede opu
nerse al contestar de fondo la demanda.
Como excepcin de inadmisibiidad, la falta de cualidad
tiene una profunda significacin prctica, ya que su funcin
esencial consiste en desechar la demanda y no darle entrada al
juicio (Art. 261 CPC.) Se trata de una defensa violenta que,
en el caso de prosperar, corta de raz el proceso y lo termina
definitivamente.
La estructura de nuestro procedimiento civil admite un
trmite previo a la contestacin de fondo para que en l se discutan las excepciones de inadmisibilidad, particularmente la de
falta de cualidad, y reposa sobre el principio de poltica procesal que postula la necesidad de actuar el derecho con la mayor seguridad jurdica y el mnimum posible de actividad jurisdiccional (Principio de la economa del proceso).
En nuestra sistema, como se ha visto, la falta de cualidad
puede dar origen, a voluntad del demandado, a una discusin
sumaria a fin de que se declare inadmisible la demanda, o a
una discusin plena, para que se la declare infundada. En el
33 Corso di diritto processuale, Ed. litografiada, pgs. 182 y sigs.
40
Luis LORETO
13. - La falta de cualidad en el actor o en el demandado para intentar o sostener el juicio, cobr relieve propio y
significativo en el Cdigo de Procedimiento Civil que hoy nos
rige (1916). En el Cdigo derogado (1904), la falta de cualidad no estaba expresamente contemplada; pero tanto la doctrina como la jurisprudencia patrias hacan constante aplicacin
de la excepcin de falta de cualidad por considerar que ella estaba comprendida entre las de inadmisi.bilidad y dems de carcter previo consignadas en dicho Cdigo (Art. 253 a 259
CPC.) Es de advertir que en la estructura de ese Cdigo, estas
excepciones precedan a las dilatorias, siguindose as las huellas de los Cdigos anteriores.
Durante la vigencia del Cdigo de 1904 apareci en la
literatura jurdica venezolana un interesante trabajo del doctor
Pedro Manuel Arcaya, citado ya en el Captulo anterior, en el
cual el ilustrado jurista estudia todas las excepciones de inadmisibilidad y otras previas en nuestro derecho, entre las cuales comprende la de falta de cualidad y la de falta de inters.
Ese trabajo prepar la reforma y le sirvi de orientacin segura, ya que se ven acogidas en el Cdigo actual muchas de sus
importantes sugerencias como, por ejemplo, el haberse colocado las excepciones dilatorias antes de las de inadmisibilidad,
y el incorporarse expresamente en stas las de falta de cualidad
e inters que en el referido estudio se propugnan.
Sostiene Arcaya con razones que las excepciones de inadmisibilidad y otras previas corresponden a los ms de non recevoir franceses, bien que con un alcance mayor; debiendo buscarse en ellos y en las excepciones mixtas o anmalas del antiguo derecho espaol, el origen histrico o fuente de las nuestras. Guiado por esta conviccin, no es de extraar que Arcaya se dirija en busca de doctrina y de antecedentes jurisprudenciales a la literatura procesal francesa y a la que aparece con-
ExcEp
clorj DE INADMISIBILIDAD
41
GOLDSCHMWT,
siguientes.
42
Luis
LORETO
EXCEPCION DE INADMISIBILLDAD
43
fondo.
Ms adelante, al tratar de las excepciones dilatorias, Feo
se expresa as: "Si el carcter que toma el demandante no es
el de representante de la persona o derechos de otro, sino como
fuente de derechos suyos propios, entonces no se puede com
batir ese carcter con la excepcin dilatoria, sino con una perentoria, pues se niega el derecho mismo que es el fundamento del negocio. As, cuando uno demanda alegando que como
heredero de N. le corresponde la casa tal, la acreencia cual,
o cualquiera otra cosa, y la demanda del tenedor o del deudor;
37 Ob. Cit., pgs. 26 y 246.
44
Luis LORETO
ExcEr'cIoN DE INADMISIBILIDAD
45
46
Luis LORETO
EXCEPCION DE INADMISIBILIDAD
47
48
Luis LORETO
--
/
ExCE pCI0N
hE INADMISIBILIDAD
49
50
Luis LORETO
tiene inters sustancial jurdicamente protegido y, por lo tanto, no tiene accin. En todos estos casos y en otros muchos,
prcticamente el inters y la cualidad se confunden, pero cientficamente hablando, lo que falta al actor es inters para intentar el juicio (Art. 257, 1 Cd. Procedimiento Civ.)
En un proceso interesante que se present por ante los
Tribunales del Estado Tchira, tuvo ocasin Marcano Rodrguez de aplicar la teora en su condicin de Asesor. Se trataba
de un juicio en el cual se haca valer una accin negatoria de
servidumbre de paso. El demandado opuso a la accin la excepcin de falta de cualidad e inters para sostener el juicio, ya que
l no tena la cualidad de propietario del fundo dominante
como lo afirmaba el actor, y solicitaba que se la resolviera
como artculo de previo y especial pronunciamiento. El Asesor
declar procedente la excepcin por considerar que en ese juicio la "cualidad genrica" la da la condicin de ser propietario
del fundo dominante, siendo la "cualidad especfica", la que
deriva de pretender un derecho de servidumbre de paso.
No me parece que esta construccin corresponda a la
teora expuesta por el autor. Si al demandado, de conformidad
con las disposiciones sustantivas, se le trajo a juicio en su cualidad de propietario y de sujeto que pretende una servidumbre
de paso, se ha derivado su cualidad precisamente de la genrica,
tal como se prev en la ley. Si l no es el efectivo propietario
del predio dominante, es una cuestin de hecho, concreta, que
encaja precisamente en la nocin que el autor da de la cualidad
especfica. Nunca puede ser la cualidad de propietario en tales
acciones, cuando se la afirma existente en el demandado, una
cualidd genrica sino especfica. Como se ve, la teora conduce
a manifiestas contradicciones cuando trata de aplicarse a algunos casos complejos en los cuales figuran dos situaciones especficas que integran el fundamento de hecho de la accin.
En la oportunidad del proceso originado por la accin
negatoria de servidumbre y atenindome a la interpretacin
que le daba a la doctrina de Marcano Rodrguez, sostuve la
improcedencia de la excepcin. Hoy, despus de meditar de
nuevo sobre el asunto, me parece correcta la decisin del Tri44 Vase el dictamen en "Gaceta Jurdica Trimestral", 1, pgs. 144 y sigs.
ExcEPcIoN DE INADMISIBILIDAD
51
bunal que acogi. el dictamen del Asesor, pero fundo mi razonamiento sobre la teora que expongo en este estudio, muy
diferente de la entonces invocada.
La doctrina impugnada conducira tambin a considerar
como "cualidad genrica" el acto de cesin de un crdito o el
ttulo de heredero en los juicios en que el cesionario demanda
el pago del crdito o el heredero ejerza una accin individual
derivada del patrimonio hereditario. En estos casos la doctrina
del derecho comn, seguida por la nuestra y la jurisprudencia,
admita que la cualidad de cesionario o de heredero poda
discutirse a limine iudicii. Ahora bien, la cualidad de cesionario o heredero es tan especfica o concreta como la de acreedor
o titular de la accin individual hereditaria que se ejercita en
juicio. Ambas derivan, en la especie, de actos o hechos jurdicos concretos, inferidos correctamente de tipos legales. Por consiguiente, la teora no encuentra aplicacin tampoco en estos
casos. Su alcance cientfico quedara trasladado del campo de
la cualidad propia, para el cual fue construida, al del inters
jurdico; inters jurdico en sentido sustancial, como sinnimo
de derecho subjetivo que se pretende hacer valer o realizar
en juicio".
Adems, la llamada "cualidad genrica" jams ha tenido
en la doctrina del proceso ese alcance especialsimo que le
quiere atribuir Marcano Rodrguez. Todos los casos que podan
45 La moderna doctrina del proceso ha llegado a captar y distinguir muy bien
52
Luis LORETO
comprenderse bajo esa denominacin no han dado nunca fundamento a una excepcin de falta de cualidad, sino que ellos
podan originar una actitud del demandado encaminada a contradecir la demanda en derecho, porque los hechos narrados
por el actor como fundamento de su accin no son jurdicamente relevantes, absolutamente, o, si lo son, tienen un efecto
jurdico completamente distinto del alegado por el demandante`. El demandado, reconociendo la demanda en sus hechos,
la contradice en derecho. Hablar de cualidad en estos casos, es
crear una nocin artificial e infructuosa que no corresponde a
la realidad de las cosas; es pretender modelar la realidad a
nuestro pensamiento, no nuestro pensamiento a la realidad.
La cuestin de derecho que se plantea en todo proceso,
se presenta lgicamente en primer trmino al examen y consideracin del juzgador. Siendo el derecho subjetivo invocado
como fundamento de la accin y cuya tutela se solicita en juicio, el efecto jurdico de una norma abstracta que se hizo concreta mediante la realizacin de un hecho jurdico, es manifiesto que en el proceso lgico que ha de recorrer el sentenciador,
la cuestin de la existencia de esa norma abstracta debe presentarse a su consideracin en primer trmino, ya que si la norma
invocada no existe absolutamente, mal puede pretender el actor derivar de ella un efecto jurdico concreto (derecho subjetivo). Tanto la demanda como la sentencia se pueden concebir
esquemticamente como un silogismo, en el cual la norma jurdica constituye la premisa mayor, el hecho jurdico, el trmino medio, y la conclusin el efecto jurdico que de la mayor
se deriva a travs del trmino medio'.
Si la norma jurdica invocada expresa o tcitamente por
el actor en la premisa mayor no existe absolutamente, o existe
con un contenido jurdico completamente distinto del invocado, es intil buscar si ella ha llegado a hacerse concreta, tal
46 BAYER, Ob. Cit., pg. 577.
47 CALAMANDREI, La genesi logica
ExcEPcIoN DE INADMISIBILIDkD
53
54
Luis
LORETO
49 PLANCK
ExcEPcIoN DE INADMISIBILIDAO
55
Primer caso. "Nos encontramos en presencia de primer caso, dice Danz50, cuando una persona persigue en nombre
propio un derecho del cual l mismo admite que surgi en
otro originariamente, de quien lo ha adquirido. El debe demostrar necesariamente entonces, cmo obtuvo el derecho que originariamente perteneca a otra persona y en qu cualidad se
atribuye esa accin originada en otro.
Para Goenner5' se est en el primer caso "cuando alguien
reclama en nombre propio un derecho, admitiendo que no lo
adquiri originariamente, sino que surgi en otra persona. En
este caso debe demostrar necesariamente cmo obtuvo el derecho originariamente ajeno y en qu cualidad se atribuye la accin que nace de l".
Por su parte, Bayer52 se expresa as: "El primer caso de
excepcin a la regla general existe cuando la relacin jurdica
personal, objeto de litigio, ha nacido originariamente entre personas que no son las actuales partes, habindose transmitido
a stas en virtud de un hecho que lo permite (cesin, herencia,
etctera) ".
Kro1153, refirindose a este caso, dice que existe "cuando
el derecho perseguido perteneca anteriormente a otro, o la
50 Grundsaeze des gemeinen, ordentilchen buergerlichen Prozessds, 1791, pgs.
218 y sigs. En, la nota a) el profesor de SUTTGART dice que el cessionarius,
el assignatarius del comprador de una herencia, el heredero del acreedor,
aquel a quien se ha legado una accin, etc., cuando quieren demandar, deben
demostrar ante todo la manera y el modo cmo lograron el derecho que
perteneca originariamente a otro, y alegar la cualidad por virtud de la cual
se creen titulares de la accin que corresponda o otro.
51 Handbuch des desutschen gerneinen Prozesses, 1804, 1, pg. 329.
52 Ob. Cit., pg. 66. Este autor expone la doctrina de los prcticos sin admitirla.
53 Ob. Cit., pg. 105, con objeciones a la admisin de esa doctrina.
56
Luis LORETO
EXCEPCION DE IN'DMISTBILIDAD
57
58
Luis LORETO
EXCEPCION DE INADMISIBILIDAD
59
18. - Es innegable que nuestro actual sistema de procedimiento civil, considerado en la estructura de sus lneas fundamentales, ha tomado por modelo la estructura del proceso
civil comn. Como en ste, se establece tambin en el nuestro
una serie de trmites, bien que ms limitados en nmero, en
los cuales los sujetos de la relacin procesal deben efectuar ciertos y determinados actos bajo pena de preclusin (Principio
del desarrollo por trmites del proceso). Uno de esos trmites
es el que se fija para oponer las excepciones de inadmisibilidad.
El corresponde sustancialmente a aqul que se elabor en el
derecho procesal civil comn, por obra de glosadores y canonistas, para hacer valer algunas excepciones perentorias antes
de la contestacin de la demanda, excepciones que, por presentarse evidente, podan demostrarse incontinenti (excepciones
lquidas). Tales eran, entre otras, la de cosa juzgada, transaccin, falta de cualidad, etc. Ellas libertaban al demandado de
la contestacin al fondo, ya que no daban entrada al juicio
cuando se declaraban con lugar'- Estas excepciones lquidas
del derecho comn, son las mixtas o anmalas del derecho espaol antiguo y corresponde a las nuestras de inadmisibilidad
variando su nmero con cada sistema positivo".
En el proceso medioeval italiano, verificado el acto de la
litis contestatio y transcurrido el terminus ad jurandum de
calumnia, se abra otro ad ponendum, en el cual se efectuaba
el acto' de posiciones (pono quod). Este procedimiento surgi
en el uso del foro (Stylus curiae) bajo la influencia de las instituciones germnicas y fue acogido y regulado por el derecho
cannico, aplicndole los juristas posteriores los textos romanos relativos a las interrogationes in jure, admitindose despus que las posiciones podan efectuarse antes del acto de la
litis contestacin"61.
diritto guistinianeo e nelle legislazioni moderne, publicado en "Rivista di
diritto commerciale", 1922, 1, pgs. 679 y sigs., que yo considero igualmente
vlida para el derecho procesal comn.
des Deutsche Civilprozessrechts, 1885; pgs. 25 y sigs.
60 WETZELL, Ob. Cit., pg. 960; DANZ, Ob. Cit., pg. 188, WACH, Handbuch
61 E. T. LIEBMAN, Sal riconoscimento della domanda, "Studi di diritto procesuale in onore di Ca-IIOVENDA", pg. 459 y sig.; WAcH, Ob. Cit., pgs. 629
y sigs.; R. ScIsMIDT, Lehrbuch des deutschen Zivilprozessrechts, 1910, pg. 75
y sig.; COUTU1tE, Naturaleza de la declaracin jurada sobre hechos relativos
a la personalidad, en "La Revista de Derecho, Jurisprudencia y Administracin", Montevideo, 1940, N? 6, pg. 155 y sig.; CARNELLI, Las diligencias
60
Luis LORETO
Este procedimiento, que el derecho espaol antiguo acogi en la forma de la conocencia, pas a nuestro sistema que
hoy lo admite en sus dos formas de positiones quae /iunt ante
litis contestatio y post litis contestatio (Art. 296, C.P.C.),
permitindose inquirir en su primera forma, como en el sistema romano de las interrogationes in jure, la cualidad de las
partes, principalmente la del demandado. Vulvese as a la tradicin del Cdigo Arandino62.
19. - La doctrina que sobre la nocin de la excepcin
de inadmisibilidad por falta de cualidad elabor el derecho
comn, (exceptio deficientis legitimationis ad causam), es la
nica que, en mi opinin, se presenta como aceptable para
explicar nuestro sistema actual. Esa doctrina, que es expresin
admirable y refinada de pensamiento constructivo, desconoce
y niega los fundamentos de la teora nacional que parte del
distingo entre "cualidad genrica" y "cualidad especfica",
dndole, en cambio, base firme a las variadas decisiones Jurisprudenciales, que de la falta de cualidad se han ocupado. Con
la aplicacin de esa vieja doctrina, todos los problemas que
se han presentado ante los Tribunales nacionales encuentran
solucin serena y razonable. Desde luego, que me refiero a
los propios problemas de cualidad, no a los de falta de derecho
o inters sustancial a que me he referido anteriormente y que
no son objeto de este estudio.
La aplicacin de esa doctrina a nuestro sistema positivo
me ha llevado a establecer los siguientes resultados:
preparatorias de la demanda son elementos de prueba y, en tal concepto,
revisten el carcter de las posiciones, en la misma Revista, pg. 149 y sig.
En los estudios de los profesores del Sur, que son notas a algunas decisiones
de los Tribunales de instancia, se contemplan peculiares situaciones de la
legislacin uruguaya, pero se expone la doctrina general de las posiciones,
particularmente en el estudio de COUTURE, en el cual se hace una amplia
revisin histrica. Vase, adems, SAVIGNY, Sistema, VII, pg. 27 y sig., en
cuyo texto (pg. 36: "El demandado puede ser interrogado sobre cualquier
punto prejudicial concerniente a su estado personal.... . ) parece que se
inspiraron los redactores del ordinal 1 ? del artculo 253 del Cdigo de Procedimiento Civil del Uruguay.
62 Ley IV, Art. 9. En los Cdigos de 1904 y 1897 solamente se admitan las
posiciones desde el da de la litis-contestacin, despus de sta, FEO, Ob. Cit.,
II, pg. 86. Parece no tener cuenta de este valor procesal REYES, Ob. Cit.,
pg. 83, cuando considera como racional la supresin que se haba hecho
para antes de la contestacin. En sentido favorable a la reforma actual,
BORJAS, Ob. Cit., III, pg. 302, pero sin poner de manifiesto esta peculiar
significacin.
EXCEPCION DE INADMISIDILIDAD
61
causa
t. sujetos 1
sujetos J
Relacin jurdica procesal .... .causa
objeto
62
Luis LORETO
ExcEPcIoN DE INADMISIBILIDAD
objeto
- causa
sujetos
sujetos
- causa
1. objeto
causante
causahabiente 1
J
Luis
64
LORETO
EXCEPCION DE INADMISIBILIDAD
65
66
-Luis
LRETO
La relacin mediata' Y. (relacin jurdica previa situacin de hecho, especial cualidad) puede plantearse y resolverse previamente a la discusin de la relacin inmediata X Pero es
menester que se trate de una relacin realmente mediata y no
aparente. Las dos relaciones deben tener una cierta individualidad jurdica propia, bien que condicionadas. Existir esta
relacin mediata en el juicio a que da origen la accin oblicua
(Art. 1.298 CC.) Cuando se ejercen los derechos de una persona por esta accin, es jurdicamente necesario que el actor se
afirme acreedor de esa persona. Los derechos ejercidos existen
independientemente de la relacin de crdito afirmada, presentndose sta como una relacin mediata necesaria para que los
derechos del deudor puedan ser ejercidos en juicio. En este
caso, el demandado puede muy bien alegar in initio la falta de
cualidad de acreedor en -el demandante para intentar el juicio,
sin necesidad de entrar a discutir la existencia o no de los derechos ejercidos, que constituye la cuestin de fondo. Esta relacin mediata no se encuentra en la accin revocatoria o pauliana
(Artculos 1.299 y 1.300 CC.) La circunstancia de ser el actor
acreedor anterior al acto fraudulento no constituye una relacin
mediata y no da origen a un especial problema de cualidad,
sino de inters legtimo y, como tal, puede discutirse previamente al fondo. En este caso no nos encontramos en presencia
demandado se le atribuye la responsabilidad del hecho daoso por su condicin de guardin del animal, ya que slo el dueo de un animal o quien lo
tenga a su servicio es el obligado a responder por el dao que ocasionare.
Ahora bien, el demandado afirma no ser, ni haber sido nunca dueo ni guardin del animal causante del dao por el cual se le ha demandado, y como
tal condicin es indispensable para hacer efectiva la indemnizacin, y por
consiguiente para seguir un pleito til, el demandado, que segn su afirmacin, carece de la cualidad de propietario o guardin, al oponer la excepcin
correspondiente, no hace ms que ejercitar la facultad que le concede el
artculo 262 del Cd. Proc. Civ. No comparte el Tribunal el parecer del apoderado del excepcionado de que la cuestin de saber si el demandado es o no
dueo del animal, constituye el fondo mismo del asunto, porque al hacer
el demandado la afirmacin de carecer de esa cualidad, no niega que el animal
haya causado el dao que relata la actora en su libelo, ni que ella tenga dere'cho a ser indemnizada, sino que - pide simplemente que como la responsabilidad, en el caso, depende de la condicin de propietario o de guardin, que se
ventile previamente ese punto. El fondo del asunto lo constituye el dao
causado por el animal, no la condicin de dueo de ste". (Juez: Dr. J. M.
Padilla). Es la actio de pauperie romana admitida en el derecho moderno en
su sola funcin de resarcimiento del dao. En otras acciones in rem scriptae
en las cuales se hace valer una obligacin ob rem o ambulatoria (FERRIi'n)
puede bien discutirse in mujo el nexo material que sirve para la determinacin
del obligado, nexo ste que se presenta como una relacin mediata con respecto a la inmediata de la obligacin que se hace .valer.
EXCEPCION DE INADMISIBILIDAD
1
11
67
68
Luis LORETO
ExcEPcIoN DE INADMISIBILIDAD
69
70
Luis LORETO
20. -Dada la relacin lgica de antecedente a consecuente en que se encuentra la cualidad con respecto al inters
jurdico hecho valer en juicio, es posible y de gran inters prctico separar en el proceso la prueba de la una, de la prueba del
otro, ya que si se demuestra la no existencia de la primera,
antecedente lgico, que funciona en la estructura del proceso
cmo un punto prejudicial, es manifiesto que ser innecesario
pasar a demostrar la existencia del segundo, inters jurdico
demandado. Sobre este nexo lgico necesario es que se levanta
la teora que permite alegar y discutir in limine litis la falta
de cualidad para que se la resuelva como un artculo de previo
y especial pronunciamiento.
Por su ntima estructura, la falta de cualidad toca. al fondo
mismo del negocio, pero habida consideracin de su naturaleza
de punto prejudicial, se ha juzgado conveniente a la economa
del proceso y al mayor rendimiento de su utilidad jurdica, separar en ciertos y determinados casos la prueba del antecedente lgico de la prueba del consecuente que forma el objeto directo de la accin, permitindose que la alegacin y prueba de
la falta del antecedente lgico pueda hacerse separada y anticipadamente.
Aquellos hechos de los cuales se deriva que este actor y
este demandado sean las partes legtimas (distinto de personas
legtimas), pertenecen a los fundamentos de la demanda Y.
como hechos constitutivos que son de ella, deben ser alegados
y demostrado por el actor. Esos hechos forman la causa
ef/iciens de la accin. Lo propio sucede con los hechos que
sirven de fundamento a la excepcin sustancial y a las defensas
relativas. Ellos tienen que ser alegados y demostrados por la
persona a quien favorezcan.
Cuando en los casos de excepcin a la regla general el
demandado niega la cualidad al actor para intentar el juicio
o su propia cualidad para sostenerlo, no opone a la demanda
donatario, a falta de lo cual debe considerarse que la sentencia es inutiliter
data. Contra la concepcin chiovendaria sobre la teora del litis consotcio
necesario en general, se ha pronunciado recientemente CARNELUTTI, Lezioni,
IV, pg. 71 y sig., quien rechaza el criterio orgnico y ve slo un fenmeno
excepcional de proposicin de demanda contra todos los interesados en las
litis conexas.
ExcEPcIoN DE INADMISIBILIDAD
71
72
Luis LORETO'
ExcEPcIoN DE INADMISIBILIDAD
73
la acoja queda definitivamente firme, su efecto consistir nicamente en desechar la demanda y no darle entrada al juicio,
liberando al demandado victorioso de la contestacin al fondo
y de todos los dems actos subsiguientes. El proceso queda as
completamente terminado, cerrado a toda actividad posterior
(Principio de la preclusin). Pero la falta de cualidad de heredero que se ha discutido incidentalmente, no pasa en autoridad
de cosa juzgada, de modo que aquella decisin no obstara en
forma alguna a que, entre las mismas partes, se entable otro
juicio en que esa cualidad de heredero se discuta como objeto
principal del juicio, o que ella misma forme materia de una
discusin incidental. La sentencia que decide la excepcin de
falta de cualidad declarndola procedente, no forma nunca cosa
juzgada sobre la cualidad misma, sino que sus efectos han de
entenderse limitados a su funcin procesal de desechar la demanda y no darle entrada al juicio. La misma demanda no podra proponerse de nuevo, ya que, de admitir lo contrario,
ello equivaldra a que el mismo litigio , pudiera renovarse indefinidamente en contra de los principios fundamentales de la
seguridad jurdica y de la economa del proceso.
Cuando la falta de cualidad se ha hecho valer al contestar
de fondo la demanda (Art. 262 eiusdem), entonces la excepcin cambia de naturaleza y de inadmisibilidad que era, se
transforma en perentoria con la finalidad de que se declare
infundada la demanda. La cualidad en el actor para intentar el
juicio y en el demandado para sostenerlo, se presenta al examen
como una cuestin prejudicial en los procesos lgicos del sentenciador`, y si la excepcin o defensa prospera, tendr como
efecto desechar la demanda por infundada. En este caso la cuestin misma de la cualidad se ha planteado como un problema
de fundamentacin entre las partes y sobre cuya divergencia
ha de recaer una decisin judicial. El punto sobre la cualidad
constituye uno de los fundamentos de hecho de la demanda
que debe probar el actor y su negacin por el demandado no
constituye una pretensin nueva, distinta de la que encierra
toda contestacin negativa absoluta. Escapada a una discusin
sumaria por voluntad del demandado, la cuestin prejudicial
68
La pregiudiciale, 1904, pg. 103: "Tambin las relaciones jurdicas de las cuales deriva la cualidad activa o pasiva, como la validez de ursa,
accin, la cualidad de heredero, etc., entran en el campo de la prejudicialidad".
MENESTRINA,
74
1'
Luis LORETO
EXCEPCION DE INADMISBILIDAD
75
76
Luis LORETO
II
LA SENTENCIA CONSTITUTIVA*
"Die Wissenschaft ist nicht gehindert, Begriffe ausz'upraegen, von denen das Gesetz nicht spricht".
FIELLWIG,
Klagerecht, 28.)
78
Luis LO*ETO
LA SENTENCIA CONSTITUTIVA
79
80
1Luis LORETO
alta categora y especulacin. Frente a la naturaleza normalmente declarativa de toda sentencia, los jurisconsultos de mediados de fines del siglo pasado observaron que en muchas decisiones haba un aliud que no responda al efecto declarativo que
consideraban esencial en toda sentencia y comenzaron a considerar tales decisiones como figuras anmalas. En ellas haba
una desviacin de su funcin normal, cual es declarar el derecho, condenando o absolviendo. La construccin de la teora
de las sent'encias constitutivas se canaliz luego en el terreno
cientfico en dos direcciones fundamentales que pasamos a
exponer.
Por un fenmeno admirable de incidencia especulativa,
mientras los juristas trabajaban sobre el contenido de las sentencias, el aislamiento de una categora particular de poderes
jurdicos hasta entonces desconocidos y la afirmacin cientfica de los derechos pblicos subjetivos, vinieron a proyectar
luz radiante sobre la naturaleza peculiar de un gran nmero
de decisiones judiciales que no encajaban bien dentro del marco tradicional consagrado al estudio de la verdadera sentencia.
Aquella categora de poderes es la de los derechos potestativos'.
Con esta denominacin se designa en la ciencia del derecho una
La denominacin de "derechos potestativos" ha sido dada por CHIOVENDA
quien construye sobre ellos su clebre doctrina de la accin, y la moderna
escuela italiana de derecho procesal, que lo aclama como iniciador y Maestro,
la ha adoptado constituyendo ya un comen rece ptum ( y. CHIOVENDA, L'azioce nel sistema dei diritti, en Sag.gi, 1930, 1, passim, particularmente el N? 11)
Esta categora de poderes jurdicos, aislada por la escuela alemana y
acogida unnimemente por ella, es fundamental para toda investiaci6n
verdaderamente cientfica sobre el derecho pblico y el derecho privado.
ERNESTO ZITELMANN los denomin "derechos del poder jurdico" (Rechte des
rechtlichen Koennens) y SECKEL, posteriormente, les dio el nombre de "derechos de configuracin" (Gestaltungsrechte), siendo la denominacin chiovendana la traduccin libre de la expresin alemana "Kannrechte", forma
abreviada de la frmula de ZITELMANN. Para la doctrina alemana en general,
W. OERTMANN, Aligemeiner Teil 1927, pg. 712; VON TUHR, Der Aligemeine
Teil, 1910, pragrafo 7, HELLWIG, Lehrbuch, 1, pargrafo 34, y ENNECCERUS,
en su Lehrbuch, en colaboracin con Kinn y WOLEF, arreglo NIPPERDEY, 1, 66;
y WEISMANN, Lehrbach, 1, pg. 67; FENKART, Wesen und Ausbung des Gestaltungsrrechte im schwezericbem Privatrecht, 1925. Para la doctrina italiana
favorable a la admisin de la categora CHIOVENDA, ob. cit., y los autores all
nombrados. Es importante observar que entre las voces discordantes en la
escuela italiana est la autorizadsima de CARNELUTTI, Lezioni, 1, N? 25, y IV,
N 71, y la no menos autorizada de A. Rocco, La sentenzq civile, 1936, nos.
38 y 55. La escuela francesa no ha tenido todava una visin clara de esta
categora de derechos, incorporndolos en las res merae facultatis; y se halla
bastante embarazada para explicar la uxistencia de algunas acciones que "ponen en juego un derecho de difcil determinacin" JAPOIT. Trait lmentaire
LA SENTENCIA CONSTITUTIVA
81
82
"'
Luis L0RET0
LA SENTENCIA CONSTITUTIVA
83
Luis LOETO
84
10 CHIOVENDA,
LA SENTENCIA CONSTITUTIVA
85
86
Luis LORETO
normalmente jurisdiccional, del estado de hecho al cual el ordenamiento civil positivo ha vinculado el efecto de producir
una accin a favor del individuo contra el Estado para que ste,
mediante una determinacin apropiada, generalmente preestablcida en su contenido, pronuncie el acto soberano del cual
surgirn los efectos. La funcin de la sentencia constitutiva
responde substancialmente a este poder de control en la produccin del efecto jurdico.
Hay algunos efectos que las personas interesadas en que
se realicen no pueden conseguir ni aun en el caso de que exista
entre ellos acuerdo en tal sentido, siendo menester ocurrir al
rgano jurisdiccional competente para que surja el efecto perseguido con el pronunciamiento del tribunal. Tales son los
casos de divorcio, nulidad de matrimonio, impugnacin de
paternidad, etc. En ellos la sentencia es el nico medio puesto
a disposicin de los interesados por el orden jurdico para conseguir la extincin o modificacin de la relacin jurdica concreta. En otros casos, aun existiendo la posibilidad de que la
sentencia tenga idntica finalidad y contenido, pueden los interesados mediante acuerdo unnime de ellos obtener por otra
va jurdica el mismo resultado a que la sentencia tiende. Esta,
prcticamente, no tiene sino una finalidad jurdica subsidiaria,
en el sentido de que las partes normalmente no ocurren a ese
instrumento de realizacin del efecto jurdico, sino cuando el
acuerdo negocial, mutuus dissensus, se ha mostrado ineficaz.
As, el socio de una sociedad civil a tiempo determinado, puede
ocurrir a la va judicial para obtener por la sentencia que el
Estado disuelva la sociedad (Art. 1.679, C.C.); pero la va
judicial no es el nico camino que se ha permitido a los interesados, sino que tambin el acuerdo contractual de los socios
puede conducir a la misma finalidad. Lo propio pasara, segn
nuestro criterio, con la disolucin de las sociedades mercantiles irregulares. (Art. 225, Cd. Com .) y en los casos de resolucin del contrato por incumplimiento (pacto comisario tcito,
Art. 1.167 C. C., etc.) En las situaciones de la primera especie
el legislador ha establecido de manera terminante e imperativa
que el nico medio para conseguir la produccin del efecto
perseguido por el interesado es el pronunciamiento judicial,
apareciendo en estos casos la decisin como el presupuesto de
hecho y de derecho necesario a su produccin. En las otras
LA SENTENCIA CONSTITUTIVA
87
88
Luis LORETO
LA SENTENCIA CONSTITUTIVA
89
Debemos precisar que el efecto constitutivo de la sentencia se presenta como un efecto primario, esto es, como contenido inmediato y directo de la decisin, que no debe confundirse con los efectos secundarios de la misma. La sentencia
constitutiva produce un resultado que ha sido determinado directamente por la voluntad de la ley y qi.ie el jzgador ha
tenido nicamente en consideracin, de manera consciente y
querida. As, en la sentencia de divorcio, es objeto inmediato
de la decisin el derecho del actor a solicitar el divorcio y el
acto del Estado por el cual pronuncia la disolucin del vnculo. En esto ltimo est su eficacia constitutiva que pasa en
autoridad de cosa juzgada. Aqu el efecto es primario ya que
la decisin dictada tiene por nico objeto y contenido la disolucin del vnculo matrimonial. Al lado de este efecto constitutivo (Gestaltungswirkung) que es materia de la decisin
de fondo, existe un efecto secundario de la misma (Nebenwirkung) cual es el de disolver la comunidad conyugal (Arts.
173 y 187, Cd. Civ.). Este efecto de la sentencia no ha sido
objeto inmediato y directo de ella habindose limitado el ordenamiento jurdico a vincular a la disolucin del vnculo matrimonial la virtud de producir el efecto material, secundario,
de la disolucin de la comunidad conyugal, por lo cual aparece
la sentencia como un hecho jurdico en sentido estricto. La
doctrina alemana habla en estos casos de efectos de hecho de
la sentencia (Tatbestandswirkun gen,) y cuando el efecto opera' contra terceros, los califica de efectos reflejos (Re/lexwirkungen).
1, pg. 241) segn la cual "siempre que en un proceso civil el tema de la decisin est constituido por voluntades concretas de ley de las cuales sea destinatario el mismo Juez llamado a decidir, la decisin no es un acto de jurisdiccin". El ilustre procesalista florentino, sin tomar una determinacin precisa
acerca de la existencia o inexistencia de las sentencias constitutivas, observa
que si se acepta dicha categora tal como se construye por sus sostenedores,
dichas sentencias resultan de la suma de una actividad jurisdiccional con una
consiguiente actividad no jurisdiccional (bid, pg. 247), sentencias que en
otro estudio y por tales razones calific de "objetivamente complejas" (Linee
fondamentali del proceso civile inquisitorio, Studi, II, pg. 333). Por lo dems,
debemos precisar que, en nuestra modesta opinin, la expresin de "divorcio
declarado en sentencia firme" empleada en el artculo 188 del Cod. Civ. derogado, no es correcta, ya que, la sentencia no "declara" el divorcio sino lo
"constituye"; a lo ms podr decirse que declara el derecho del actor a la constitucin del estado de divorcio. Lo propio podra decirse de muchas otras dicciones empleadas erradamente por el legislador, como sucede con las usadas en
los artculos 186 y 187 del Cod. Civ. vigente,
90
Luis LORETO
LA SENTENCIA CONSTITUTIVA
91
92
Luis LORETO
CiIOVENDA, Sul
LA SENTENCIA CONSTITUTIVA
93
trina del proceso niega este carcter excepcional de las sentencias de estado, y ensea, en cambio, que tales sentencias,
como toda otra, tienen efecto entre las partes y todos los terceros jurdicamente indiferentes, erga omnes, como cosa juzgada entre las partes. Para los terceros jurdicamente interesados en ellas, las sentencias de estado son res inter alios
iudicata. La sentencia que se dicta entre los sujetos del estado
jurdico de que se trate, esto es entre los legtimos contradictores, obliga a todos los terceros a reconocer el estado declarado, modificado o constituido siempre que de ella no deriven
un perjuicio jurdico. El legitimus vel iustus contradictor
tiene en materia de estado y capacidad la legitimatio ad causam
y la sentencia dictada entre l y la persona de cuyo estado o
capacidad se trate existe erga omnes en el sentido arriba expuesto, slo que ella no puede perjudicar jurdicamente a
todo otro legtimo contradictor`.
La doctrina alemana preponderante tiene especial cuidado en distinguir y separar la cosa juzgada material de los otros
efectos de la sentencia, como son los de su ejecutoriedad
(Vollstreckbarkeit) y el de su eficacia constitutiva (Gestaltungswirkung). Para ella la eficacia constitutiva no constituye,
con respecto a los terceros, una extensin excepcional de los
efectos de la cosa juzgada, sino que esa eficacia es un efecto
propio y autnomo de la sentencia que nada tiene que ver con
la cosa juzgada. La eficacia constitutiva de la sentencia opera
para todos y contra todos (/r und ge gen alle), siempre que
el proceso se haya seguido entre los verdaderos y legtimos
interesados en la relacin por constituir. La doctrina austraca
sostiene la misma teora sustentada por la escuela alemana.
Por lo que respecta al derecho venezolano no dudamos en
afirmar que la sentencia constitutiva surte efectos erga omnes
de cuyo principio se encuentran aplicaciones interesantes.
21 BETTI, Trattato dei limiti soggettivi della cosa giudicata in dirito romano, 1928,
particularmente a la pg. 476 y sig.; CHIOVENDA, Ob. Cit., 1, N? 133 y sig.
Vase el estudio de LIEBMAN,, A. Coisa julgada nas questoes de estado, en Revista Forense, Vol. 82, pg. 272 y sig. en el cual expone una teora original.
Para el derecho alemn, R. SCHMIDT, Lehrbuch, 1910, pg. 761. Para el derecho
francs, MAZEAUD, Ob. Cit., pg. 46 y si.
22 Para la doctrina alemana ROSENBERG, Ob. Cit., pgs. 268, 513 y 533; para la doctrina austraca, EHRENZWEIG, System des ostereichschen allgemeznen Privatrechts, 1925, 1, pg. 333 b); SPERL Lehrbuch der Brgerlichen Rechtsflege,
1930, 1. pg. 832.
94
Luis LoRETo
Es dentro de esta doctrina que debe entenderse la disposicin contenida en el artculo 507, 1? del Cdigo Civil de
que las sentencias Constitutivas que all se indican "producen
inmediatamente efectos absolutos para las partes y para los
terceros 'o extraos al procedimiento" 23 . La validez erga omnes
de estas sentencias est fundamentada, adems, en la razn
de que en el proceso que conduce a ellas la sociedad se encuentra siempre representada por el Fiscal del Ministerio Pblico y el Juez mismo tiene dentro del proceso amplios y definidos poderes inquisitivos.
En un sistema jurdico como el nuestro, liberal e individualista, la admisin de la sentencia constitutiva como figura
de actuacin de la ley es excepcional, y su significacin terica
y prctica se encuentra limitada a aquellas situaciones cuyos
efectos trascienden ms all de los intereses privados que integran la relacin que se pretende crear, modificar o extinguir.
De all que, como ha advertido Kisch24, la institucin de la
sentencia constitutiva deba emplearse, de lege ferenda, con la
mayor cautela. El inters a la produccin del efecto constitutivo mediante sentencia deriva especficamente de la ley, a diferencia de lo que sucede con el inters a la mera declaracin
que deriva genricamente de ella. Las normas que garantizan
el inters a la constitucin mediante sentencia no son susceptibles de interpretacin analgica, como pasa con las que confieren el inters a la declaracin, bien que pueden interpretarse extensivamente, de conformidad con los principios generales sobre la interpretacin de las normas jurdicas excepcionales`.
La delimitacin precisa de la finalidad declarativa o constitutiva de una accin, es de una profunda significacin prctica puesto que si se trata de aqullas que dan vida a un proceso por medio del cual el actor pretende conseguir que se
dicte una sentencia creadora de estados jurdicos nuevos y unitarios entre varios interesados, ellas daran origen a un litisconsorcio necesario, debiendo rechazarse de plano la demanda
23 Sobre esta disposicin del novsimo Cdigo Civil, vase BASTIDAS, Ob. Cit., 1,
pg. 385 y sig.
24 Ob. cit., pg. 50.
25 KIscH, Ob. Cit., pg. EE y sig., PONTES DE MIRANDA, A. acao rescisoria, 1934,
pgs. 35 y 59.
LA SENTENCIA CONSTITUTIVA
/
95
Prncipii, 3 9 Ed., pg. 1048; BATISTA MARTINS, Cornentrios ao Cdigo de Processo Civil 1, n 230 y sig. En nuestro derecho no se admite, como
en el derecho procesal comn, una exceptio plurium litisconsortium con el
carcter dilatorio que all tena. Sobre esta excepcin en el derecho comn,
vase WETZELL, System des ordentlichen Zivilprozesses, 1878; pg. 833; Lux,
Die Notwendigkeit der Streitgenossenschaft, 1906, 2 y sig.
26 CHIOVEDA,
III
ADHESON A LA APELACION
Al Prof. Niceto Alcal Zamora y Castillo, en homenaje
a su enseanza magistral.
SUMARIO:
Introduccin. - IT. La reforma introducida por Justiniano al rgimen
anterior de apelacin. - 2. El sistema de la constitucin Ampliorem. Origen
remoto del instituto-de la adhesin a la apelacin. Su amplitud. Crtica de
Merln. - 3. La apelacin como un remedio comn. El bene/icium adhaesionis. La doctrina de los doctores. Su recepcin por los pragmticos
espaoles y legistas cultos. - 4. Los poderes del juez ad quem. El efecto
devolutivo. - 5. Sentencia que contiene varios puntos o captulos. Apelacin
genrica o limitada. Doctrina de Salgado de Somoza y de Antonio Gmez. - 6.
Su adopcin por la gran mayora de los juristas espaoles y lusitanos. Doctrina de Hevia Bolaos. - 7 Opinin disidente de El Conde de la Caada.
Efecto devolutivo total. El beneficiurn adhaesionis no est limitado a los
captulos impugnados. Fundamentacin. Estructura del procedimiento de
apelacin en el derecho espaol antiguo. Oportunidad de adherir. -. 8. Origen
y formacin histrica de la regla tantum devolutum quantum appellatum en
el derecho francs. Apelacin incidental. - 9. La adhesin a la apelacin
en el derecho venezolano. Informe de la Suprema Corte de Justicia de Caracas al Congreso de 1837 (nota). Admisin del instituto de la adhesin
en la Ley Unica sobre Procedimiento Judicial de 3 de mayo de 1838. Origen
del actual artculo 188 Cod. Proc. Civ. Su eliminacin por la Comisin
Codificadora Nacional. - 10. Principios dispositivos y de economa de los
juicios. Su importancia para la teora de los recursos. El gravamen. Fundamentacin filosfica y poltica del instituto de la adhesin a la apelacin.
- 11. El sistema venezolano de apelacin. Su estructura. Efectos suspensivo y devolutivo. Aplicacin de l regla tantum devolutum quantum appellatum. Apelacin plena. Apelacin restringida. - 12. Crtica de la doctrina dominante. Efecto devolutivo total de la apelacin. Su necesidad para
explicar la apelacin adhesiva en puntos diferentes y opuestos.. - Opinin de Calamandrei. Crtica. - 13. El gravamen como causa de la. apelacin y de la adhesin. Enseanza de Scaccia. Naturaleza del derecho de
adherir y sus presupuestos. Existencia del principio que prohibe la reformatio in peius. Su demostracin por la existencia del instituto de la adhesin.
14. Doctrina de Borjas. Crtica. El sistema brasileo. Divergencia de opiniones. - 15. El derecho o poder procesal de adherir. Necesidad de
iniciativa de parte . agraviada. - 16. Especies del recurso de apelacin:
* Tomado de Siudia Jurdica, publicacin anual de la Facultad de Derecho de la
Universidad Central de Venezuela. N 2. Ao 1958.
98
Luis LORETO
principal y adhesivo. Sus caractersticas. Naturaleza accesoria y subordinada
del ,adhesivo. Sistema portugus (nota). - 17. Derechos y cargas del
adherente. Su situacin procesal. Legitimacin para adherir. Desistimiento
del recurrente. Efectos. - 18. Dificultades que presenta el funcionamiento
de la adhesin. Oportunidad para adherir. Las dos teoras elaboradas por
la doctrina nacional. Opinin de Marcano Rodrguez. Refutacin. Opinin
de Feo Modalidad introducida por Borjas a la segunda opinin. Aceptacin
de esta modalidad. -- 19. Manifestacin de la voluntad de adherir. Volun tad expresa. Actos concluyentes. Informes. Su importancia para el recurso
de casacin. Renuncia. Qu es el derecho de adherir. - 20. Conclusiones.
ADHEsI0N A LA APELACION
99
100
Luis LORETO
ADHESrON A LA APELACION
101
102
LUIS LORETO
ADUESION A LA APELACION
103
104
Luis 'LORETO
ADHEsI0N LA APELACION
105
106
Luis LORETO
la litis-contestacin 8 , debiendo observarse en la alzada las mismas reglas que regan para la primera instancia, de donde ].a
mxima de importante alcance prctico y cientfico segn la
cual bene/icium nondum declucto deducendi, et nondum probata probandi, cuyo. alcance y limitaciones pueden verse detenidamente tratados en Scaccia 9 . De ah la facultad de alegar
nuevos hechos y producir nuevos medios de prueba.
La doctrina de la communio appellationis se inspiraba
en el propsito de borrar entre los litigantes toda desigualdad,
que es madre de la discordia. Lo que era permitido o prohibido al actor, deba serle igualmente permitido o prohibido al
reo: correlata sunt actor et reus, et a pan procedunt.
5 . - La posibilidad de la reformatio in peius era, segn
algunos. doctores, la consecuencia lgica y necesaria del principio de la comunidad de la apelacin admitida en forma amplia, cuyo efecto devolutivo se comunicaba a la contraparte`.
Cuando la sentencia en un todo congruente con la demanda decida un punto o captulo nico, de manera comple8 El principio fue enunciado por FABRO, Cod. Lib. IV, tit. XII, Def. 1, n. 2,
en los siguientes trminos: Appellatio extinguit iudicatum et revocat omnia
ad terminos litis contestatae. Algunos doctores precisaban ms el concepto
al decir que la apelacin reduca la causa "ad iliom pristinum statum in quo
erat causa principalis post litem contestatam", doctrina sta inconcusa y aceptada por los sistemas modernos que, como el nuestro, consideran el acto de
la litis contestacin como el momento capital en la determinacin y fijacin
del litigio. De ella ha hecho aplicacin nuestra Corte Federal y de Casacin,
en sentencia de 14 de marzo de 1950 (Gaceta Forense, Ao 1, N? 4, pg.
268), en donde el principio se afirma claramente en su forma clsica, al
decir: "la apelacin reintegra a las partes a la condicin que tenan inmediatamente despus de la contestacin de la demanda". Los legistas y de
cretalistas corrigieron la doctrina de Fabro y de otros doctores, en el sentido de que la apelacin no "extingue" el iudicatum, limitndose slo a
"suspenderlo". Cfr. Reiffenstuel, Jus Canonicum Universum, Maceratae 1760,
tom. II, pg. 428, n. 208; SABELLI, ob. cit., n. 14. SCACCIA, ob. cit.,
Quaest 3, n. 82.
9- Ob. cit., Quaest. 11, n. 45; STRYKII, ob. cit., Cap. 1, n. 22 y sig. La mxima
tiene su origen en una constitucin justininea segn la cual en las consultas, tanto la parte apelante como su contraria podan presentar nuevos
alegatos para sostener sus acciones y excepciones mientras no se refiriesen
a otros asuntos (capitula) y fuesen pertinentes (C. 7, 6 1; 63, 4).
10 La locucin "reformare in peius" no se halla en las fuentes romanas con
el sentido expresivo y tcnico que tiene en la doctrina moderna, encontrndose utilizada por ULPIANO en el fragmento D. 49, 1, 1 pr., en un sentido
diferente: licet nonnunquam bene latas sententias in peius reformet. . . Lo
propio sucede con la expresin "reformare in melius", que encontramos en
una constitucin de los Emperadores DIOCLE5IANO y MAXIMIANO, C. 3,
38, 3: Quia in bonae de udiciis el quod inaequaliter factum esse constiterit, in melius reformabitur.
ADHESI0N A LA APELACION
107
108
Luis LORETO
ADI-IESION A LA APELACION
109
110
Luis LORETO
Aus-jasIoN A LA APELACION
lii
8. - Frente a esta amplia concepcin del efecto devolutivo de la apelacin, que se extenda ms all de la puntos o
captulos denunciados por el apelante, se fue formando paulatinamente en el derecho intermedio, por obra principalmente
de la prctica en los 'pases de sistema procesal consuetudinario, una tendencia cada vez ms acentuada a ver en el organismo y funcionamiento del proceso un instrumento destinado
exclusivamente a satisfacer los intereses de los litigantes, abandonado a su solo impulso y en beneficio exclusivo de los derechos sustantivos materiales invocados ante el Tribunal y de
los cuales la sentencia no era sino el momento cuminante de
su realizacin. Esta concepcin,' eminentemente privatstica,
deba desembocar necesariamente en el sometimiento del juicio a la voluntad e impulso de las partes, tal como apareca
fijado en las actas del proceso, y de cuyo contenido y progreso
podan disponer libremente, fijando al propio tiempo el lmite
de los poderes del juez. Ese principio dispositivo as admitido
y entendido deba repercutir necesariamente sobre la teora
del recurso de apelacin, de cuya suerte, contenido y alcance
podan igualmente disponer las partes en la medida que lo
aconsejaran sus intereses y lo demandaran al Tribunal. El derecho francs se fue apartando paulatinamente de la tradicin
secular, y subi a tal punto su distanciamiento, que lleg a
formarse un estilo propio en materia de apelacin que desech,
en fuerza de un desuso ya inveterado, el principio de cohstituir el recurso un beneficio comn". Segn ese estilo est ops
utrarn que partem appellare, alio qitin apellatio nihil proclerit
limitadas, lo que hizo necesaria la admisin de la apelacin incidental
del apelado para impugnar los captulos diferentes de la sentencia que no
haban sido comprendidos en el recurso del apelante, pues sobre los de
ste la apelacin era comn y poda hacerse una rejormatio in peius. El
distingo entre apelacin principal e incidental fue acogido por el Codex
inris canonic, c. 1887. Cfr. ROBERTI, De processibus, Romae 1926, vol. II,
N? 470 y sig.
16 Algunas costumbres forenses, como la de Borgoa, haban consolidado el
principio segn el cual appellans semper praesumitur in mala ide, et pro
sententia praesumitur, lo cual insinuaba una idea manifiestamente contraria
al recurso de apelacin y favorable al fallo, debiendo, por tanto, interpretarse
restrictivamente el uso y alcance de la apelacin y de su efecto devolutivo.
Ya SCACCIA, ob. cit., Lib. 3 Cap. 2, quaest. 17, lmt. 21. N 18, haca para
su tiempo esta observacin: "Le styl Curiarium Franciae sit opus utran que
partem appellare, sive super uno articulo, sen capitulo separato ab atiis,
sive super uno solum, vel coniuncto appellatum fuerit per unum ex ip
sis
tanlum, alias non relormabitur, nisi ja parte, a que appellatum uit, si reforman debeat.
N,
112
Luis LORETO
ADHESION A LA APELACION
113-
de poner nuevamente en causa la sentencia toda entera, admitiendo la posibilidad de un efecto devolutivo total" 17 . La apelacin incidental del derecho francs moderno, seguido por el
italiano (appeilo incidentde, acogido en el artculo 487 del
Cdigo del 65, y en los artculos 333, 334 y 343 del vigente,
como impugnacin incidental), corresponde en su finalidad a la
adhaesio appeliationis ab alijo interposita del derecho comn`
9. - El instituto de la adhesin a la apelacin se regul
por primera vez en el derecho venezolano en la ley de 3 de
mayo. de 1838 sobre Procedimiento Judicial (Ley Unica, tit.,
17 Vizioz, Etudes de procdure, Bordeaux 1956, pg. 562. Despus de la Ley
de 23 de mayo de 1942, la apelacin incidental ha pasado a formar el artculo
445 del Cdigo de Procedimiento Civil francs. Dicha ley no resolvi textualmente los graves problemas que se haban advertido en el funcionamiento de la apelacin incidental. Esta produce tambin los mismos efectos, suspensivo y devolutivo, que la principal, y se le aplica igualmente la
regla tantum devolutum... Sin embargo, se ha decidido que cuando una
sentencia contiene varios captulos diferentes y que una parte apela de
ellos solamente, el apelado (intim) puede recurrir incidentalmente en cualquier estado de la causa, no slo de ese captulo, . sino tambin de aquellos
otros respecto de los cales no existe apelacin principal, sin que pueda
oponrsele que los plazos para apelar han expirado. As Cas. Civ., 11 de
diciembre de 1918, D. P. 1919, 1. 16. Pero en este caso, no se explica
satisfactoriamente cmo la apelacin incidental interpuesta pasados los lapsos
para apelar, pueda devolver el conocimiento de la causa toda entera, aun
sobre captulos que no formaron materia del recurso principal. De ah lo
atinado de la observacin crtica de Vizioz.
18 Es interesante advertir que el Cdigo Italiano del 65 reconoci, al lado
de la apelacin incidental de la contraparte, el instituto de la apelacin
adhesiva (Arts. 470 y 488), para el caso de litisconsortes. Esta diferencia
debe tenerse muy en cuenta cuando, para interpretar nuestro sistema, se
recurra a la doctrina italiana, pues, si no se la advierte, se cae en el error
de explicar nuestra adhesin a la apelacin con el instituto de la apelacin
adhesiva del derecho italiano, como lo hace MARCANO RODRGUEZ, Apuntaciones analticas, Caracas 1942, III, N9 383. Esta advertencia la encontramos ya hecha por GALLINAL, Manual de Derecho Procesal Civil, Montevideo 1930, tom. II, N9 252. El Cdigo italiano derogado no conoci el
recurso incidental como institucin genrica, limitndolo a la apelacin, lo
cual haba sido considerado por la doctrina como un grave defecto del
sistema. Cfr. CARNELUTTI, Lezioni di diritto processuale, Padova 1926,
IV, N 304; V. SCIALOJA, Studi giuridici, IV pg. 258; D'ONoFRIo, Rivista
di diritio processuale civile, 1930, 1. pg. 326. El defecto de que se lamentaba
la doctrina italiana fue corregido en el Cdigo vigente, en el cual se admiten
genricamente las "impugnaciones incidentales tardas" (Art. 334), desapareciendo al propio tiempo el distingo anterior entre apelacin incidental y
apelacin adhesiva, lo cual ha sido criticado por algunos autores. La impugnacin incidental es accesoria de la principal, de forma zque sigue su suerte,
Cfr. V. ANDRI0LI, Commentario al Cdice di Procedura Civile, 2' Ed.,
II, pg. 298; ZANZUCCHI, Dritto Processuale Civile, 41 Ed. 1, pg. 169;
LI Sistema
SATTA, Diriuo Processuale Civile, 3' Ed., N 247; PROVINCIA,
dalle impugnazioni civile, Padova 1943, pg. 202 y sig.
114
Luis LORETO
ADHEsI0N A LA APELACION
115
lativa, se le dedica slo el artculo 188, concebido en los siguientes trminos: "La parte que se adhiere a la apelacin no
podr continuar el recurso si la que hubiere apelado desistiere
de l, aunque su adhesin haya tenido por objeto un punto
diferente del de la apelacin, o aun opuesto a ste".
Tal norma presupone el conocimiento del instituto, del
cual regula solamente uno de sus aspectos importantes, dejando otros en tinieblas, y cuyo alcance dogmtico integral aparece as referido a la doctrina tradicional como abandonado a la
prctica. La brevedad misma de sus trminos, la vaguedad en
la determinacin de sus efectos, unidos a la estructura peculiar de nuestro procedimiento en segunda instancia y a las
dificultades propias de la materia, han contribuido a ignorar
Ja importancia, funcin y finalidad de la adhesin a la apelacin, todo lo cual ha conducido a que aparezca como un fenmeno fugaz y extrao en la vida del foro. Esta situacin expli
ca que en la oportunidad de revisar la Comisin Codificadora
Nacional el Cdigo de Procedimiento Civil con miras a una
futura reforma, la mayor parte de sus miembros se pronunciara por la eliminacin del artculo 188, debido a que "adems de dar margen a muchas controversias se consider innecesario por razn de-existir el derecho de apelacin`.
Este breve argumento de la Comisin Codificadora desconoce el profundo sentido filosfico y de oportunidad procesal en que reposa el instituto de la adhesin a la apelacin.
Ella se apoy nicamente para propugnar la eliminacin del
instituto, en las reacciones psicolgicas y emocionales primarias del litigante perdidoso que le incitan a apelar principaliter
de - la sentencia, descuidando los momentos secundarios que
pueden y deben tambin figurar como soportes valiosos de su
conducta, estimulndole a obtemperar a la norma individualizada en el fallo. La poltica legislativa no puede desatenderse de esos momentos secundarios, sino que debe recogerlos
e incorporarlos en forma tcnica adecuada al sistema de los
recursos.. Todo estado de nimo de los litigantes que sea favorable . a la validez y eficacia inmediata de la sentencia, que pro20 Boletn de la Comisin Codificadora, 1936, N 33, pg. 76. Se acoga as,
sin sospecharse, la opinin sustentada haca un siglo por los Magistrados
de la Corte Suprema de Justicia de Caracas, que propugnaba, en realidad,
la adopcin del sistema antejustinineo.
116
jUIs
LoiE'ro
ADHESI0N A LA A1'ELACION
117
21 BIANCHI,
118
Luis LORETO
superior la condicin desfavorable en que le ha colocado la sentencia, le impulsa a apelar de ella; la posibilidad de ver esa
posicin confirmada o aun desmejorada, le mueve, en cambio,
a obtemperar a su dispositivo. El juego de esos motivos determinantes contrapuestos funciona como causa psicolgica de
excitacin y de freno en-el sistema del recurso de apelacin,
favoreciendo los ltimos el estado de nimo del litigante que,
en parte perdidoso, est dispuesto a acatar el fallo, para el
supuesto de que la parte contraria resuelva tambin obedecerlo. Todas estas razones han llevado a los legisladores modernos a admitir o a mantener el instituto de la adhesin a la
apelacin dentro del sistema de los recursos.
11. - En nuestro derecho la apelacin es un recurso ordinario amplio, dirigido a reparar a la vez la injusticia de la
sentencia y los vicios de procedimiento que puedan acarrear
la nulidad del proceso (errores in iudicando y errores in procedendo). Se recogi as la evolucin histrica que culmin en
la sntesis dogmtica de concebir el recurso de apelacin como
un remedio que absorbe e incorpora en su seno la querela mdlitatis, por lo cual es posible que la sentencia de segunda instancia no dcida el fondo mismo de la controversia, sino que se
limite a declarar la nulidad del proceso, reponiendo la causa
a un estado anterior que se determinar en la sentencia (Art.
163, Cd. Proc. Civ.) Son las llamadas por la doctrina nacio22 Casi todos los pases de la Europa continental acogen y regulan la institucin.
Cfr. ROSENBERG, Lerbbuch des Deutschen Zivilprozessrechts, 6 Ed. 135 V,
Importa obserar, sin embargo, que en el ordenamiento procesal austraco,
de la ms respetable alcurnia cientfica, la institucin no existe, habiendo
mostrado KLEIN aversin hacia ella "porque enreda el procedimiento de los
recursos sin fundamento jurdico-poltico alguno". Cfr. POLLAK, System des
Oesterreichischen Zivilprozessrechts, Wien, 1932, S 112, II. En Hispanoamrica la . institucin se halla expresamente consagrada en la mayora de, las
legislaciones procesales: Argentina, Mxico, Ecuador, Uruguay, Chile, Per,
Repblica Dominicana y Honduras. Se la admite en el proyecto COUTURE;
en el proyecto REIMUNDIN, para la provincia de Salta; en el proyecto para
la provincia de Mendoza y en el proyecto para la Capital Federal (Argentina).
En la exposicin de motivos de este ltimo proyecto se legitima su admisin
diciendo que es "un instituto de innegables beneficios". ElCdigo de Derecho Cannico la admite expresamente en el c. 1.887 2. Cfr. el interesante trabajo de JORGE G. EIRIZ publicado en Boletn del Instituto de Enseanza Prctica, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad
de Buenos Aires, 1938, ns. 18 y 19, quien sostiene que la institucin tiende
a desaparecer, no habiendo encontrado en la jurisprudencia fallos recientes
que demuestren su vigencia y utilidad. El derecho colombiano no la conoce
y sigue el principio absoluto de la prohibicin de la re/ormatio in peius.
Cfr. Art. 494 Cod. Prov. Civ,
.
ADHESION A LA APELACION
"
119
nal "sentencias definitivas formales", contra las cuales se admite el recurso extraordinario de casacin.
Mientras que en otros sistemas la apelacin se concibe
como la proposicin de una nueva y formal accin, introductiva de otra instancia, en el nuestro es un veradero y propio
recurso ordinario del juicio, un desarrollo dialctico de la relacin procesal formada en la instancia inferior, durante el cual
se examina la causa y se controla la sentencia en la medida de
los agravios denunciados por las partes recurrentes. Mediante
la apelacin, la parte agravida reitera en el segundo grado jurisdiccional el mvil inicial de su accin o de su defensa.
El. derecho venezolano atribuye a la apelacin dos efectos
fundamentales: el suspensivo y el devolutivo; pero n6 determina cules sean sus alcances, y, con respecto al devolutivo,
no seala si es pleno o limitado y si la apelacin constituye
o no un beneficio comn.
Buena parte de nuestra doctrina considera que el efecto
devolutivo es real y que en los puntos objeto del recurso se
produce la comunidad de la apelacin, pudiendo el juez de alzada reformar de oficio la sentencia limitadamente a ellos, tanto
en favor del apelante como del apelado. Se sostiene tambin
y puede considerarse que es doctrina dominante que el
efecto devolutivo no se produce sino en la medida de la apelacin, conforme al principio tantum devolutum quantum appe-
120
Luis LORETO
ADHEsI0N A LA APELACION
121
122
Luis
LORETO
ADHESION A LA APELACION
123
124
Luis LORETO
ADUEsI0N A LA APELACION
125
cin jurdica y, in embargo, es bien sabido el papel importantsimo que ella tiene en el mundo teleolgico del Derecho 28
En el sistema procesal civil venezolano no existe ninguna
norma expresa que limite o restrinja el alcance y extensin del
efecto devolutivo al punto o puntos que han sido objeto de la
apelacin, o que pudiera derivarse de todo el sistema como una
consecuencia inexorable. Muy por el contrario, existe el instituto de la adhesin a la apelacin que permite al juez de alzada
examinar y decidir puntos distintos y opuestos de los que fueron materia del recurso principal, situacin sta que slo puede
explicarse racionalmente admitiendo como principio jurdico
que gobierna la teora de la apelacin, que el efecto devolutivo
del recurso principal se proyecta sobre toda la causa.
En nuestro derecho la adhesin a la apelacin no restituye
al apelado en su derecho originario de apelar, ya precluso, por
el vencimiento del lapso perentorio para hacerlo, habiendo perdido, por lo tanto, el efecto devolutivo autnomo que habra
logrado si hubiese apelado tambin principalmente. El que
adhiere aprovecha en su favor el efecto devolutivo total que se
28 Ya est suficientemente esclarecida por la Filosofa Jurdica y la Teora
General del Derecho, la diferencia fundamental que existe entre ley natural
y norma; entre la relacin causal que rige los fenmenos de la naturaleza, y
la relacin imputativa que gobierna el mbito normativo. En ambos mundos
esas relaciones tienen un carcter lgico necesario. En el primero la relacin
es de causa a efecto; en el segundo, de supuesto a consecuencia.. La relacin
causal explica el mundo del ser; la relacin imputativa nos hace comprender
el, mundo del deber ser. La antologa regional a que pertenece la norma
jurdica permite que el hombre predetermine libremente el mbito de las
consecuencias que imputa a determinado supuesto, de la manera ms amplia
y en funcin teolgica. Conforme a esto, no es lgicamente necesario, con
el rigor inexorable que impone la relacin natural de causa a efecto, que a
una apelacin parcial corresponda una devolucin igualmente parcial. Al
supuesto de una apelacin parcial el legislador puede imputar una consecuencia devolutiva total de la causa, porque esa relacin pertenece al mbito normativo. Enjuiciar la consecuencia devolutiva de la apelacin con
el criterio lgico que se deriva de la relacin de causalidad natural, es
emplear un mtodo ilegtimo de comprensin, que conduce a resultados
anticientficos. Para la lgica jurdica la mxima tanlum dcvolutum quantum
appellatum no es la expresin necesaria de una relacin natural, sino normativa, pudiendo concebirse y establecerse una consecuencia que tenga
mayor o menor contenido normativo que et que pueda drsele aprecindosela
con criterio causal. Para toda esta problemtica, KELSEN, Haptprobleme der
Staatsrechtslehere, Tbingen 1923, Libro 1, Caps. 1 y III; Cossso, La teora
egolgica del Derecho, Buenos Aires, pg. 28 y sig.; GARCA MAYNEZ, Introduccin al estudio del Derecho, Mxico, 1951, cap. 1; Introduccin a la
Lgica Jurdica, pg. 130 y sig.; AFTALIN, GARCIA OLANO y VILANOVA,
Introduccin al Derecho, Buenos Aires, tom 1, pg. 113 y sig.
126
Luis LORETO
t\OHESION A LA APELACION
127
apelar, quia appellatio datur pro pter gravamen., sic que gravamen est causa appellationis (Scaccia).
La adhesin se fundamenta en idntico inters del que
sirve de mvil a la apelacin, y, como ella, persigue los mismos
fines de reparar el agravio que causa el fallo al adherente.
Donde no hay gravamen, no hay apelacin, y no surge
tampoco el derecho de adherir. El litigante que por el dispositivo de la sentencia ve satisfechas todas sus pretensiones, le
bastar sustentarla en la alzada promovida por, la contraria y
esperar su confirmacin.
El derecho o poder de adherir a la apelacin presupone la
existencia de dos requisitos, a saber: a) la admisin de una
apelacin principal interpuesta por la parte contraria contra una
misma sentencia, y b) un gravamen. Ese beneficio lo otorga
la ley an a la 'parte que no le quiere, y, querindolo, debe
manifestar su voluntad de ejercitarlo en forma y tiempo oportunos. Si la voluntad de gozar de l no se manifiesta en absoluto en el proceso, el juez no podra ex o//icio hacerlo valer y tomarlo en consideracin en su sentencia, por obstar para ello
el principio dispositivo y la necesidad del impulso de parte. De
aqu se infiere que nuestro sistema de apelacin est dominado
por el principio que prohibe la re/o rmatio in peius, por lo cual
el juez de alzada no puede reformar la sentencia empeorando
la situacin del apelante principal, sino cuando la contraparte
haya interpuesto tambin apelacin principal o adherido a la
apelacin contraria`.
31 La teora que sobre la coinmunio appellationis se elabor por los doctores
del derecho comn, en virtud de la cual se reconoca al juez la potestad de
reformar an de oficio' la sentencia apelada en perjuicio del apelante, con
fundamento en los fragmentos del derecho justinineo, no fue acogida
por nuestro derecho. Ninguna norma de nuestro derecho procesal civil hace
referencia a la comunidad de la apelacin en esta forma clsica. Solamente
acogi expresamente el momento significativo de conferir al apelado la facultad de expresar ante el juez ad quem el dao que le causa la sentencia,
denunciarlo y pedir sea restablecida la justicia y mejorada en la alzada su
situacin, concedindole a tal efecto un importante beneficio, el de adherir a
la apelacin contraria (beneficium adhaesionis), cuyo favor debe solicitar y
hacer valer el apelado. De este beneficio solamente habla la ley, por lo cual
es inadmisible en el sistema venezolano sacar argumentos favorables para
la reforma de una sentencia de oficio, con apoyo en la teora de la comunidad de la apelacin, slo el beneficio de adherir ha sido reconocido y
legislado, cuyo ejercicio supone un acto de peticin del beneficiario. En
la amplitud del beneficio, nuestro iegslador acogi la doctrina del Conde
128
Luis LORETO
ADHEsI0N A LA APELACIN
11:29
130
Luis LORETO
ADHESION A LA APELACION
1 31
132
Luis LOETO
ADHESION A LA APELACION
133
134
Luis LORETO
ADMESION A LA APELACION
135
136 -
Luis LORETO
ADUEsI0N A LA APELAC?O
137
138
Luis LRET0
como por ejemplo, realizando la prestacin a que fue condenada, o efectuando otro acto cuyo sentido inequvoco es el de dar
cumplimiento al fallo en los puntos que le son gravosos, entonces el recurso de adhesin debe considerarse como expresa
o tcitamente renunciado, y el apelado no podra pretender vlidamente ejercer el derecho de adhesin en la instancia superior.
En todo caso, esa voluntad de renunciar al recurso no podra
inferirse del simple hecho de no haber interpuesto oportunamente contra la sentencia apelacin principal y autnoma.
Cuando el apelado se limita en la segunda instancia a defender la sentencia y solicitar su confirmacin, aun cuando le
sea gravosa, l no necesita, como se ha dicho, adherir a la
apelacin contraria; pero deber hacerlo necesariamente, sea
en forma expresa o concluyente, si aspira obtener en la alzada
una reforma del fallo en su faor. De lo contrario, el juez no
podra empeorar la condicin del apelante, por estar limitados
sus poderes a tal fin (ne procedat iudex ex of/icio; no eat iudex
ultra petita partium). Dentro del mbito de los gravmenes
denunciados en los respectivos recursos (principal y adhesivo),
la causa se replantea en la segunda instancia, y las acciones,
excepciones y defensas que las partes hicieron valer en ella, se
consideran reiteradas ntegramente en la alzada.
El derecho de adherir a la apelacin, por tanto, configura
un recurso ordinario, accesorio y subordinado al de apelacin
de la parte contraria, mediante el cual se confiere al apelado la
facultad procesal de solicitar oportunamente del juez ad quem,
que reforme la sentencia recurrida en su favor, en todos aque-lls puntos que en alguna forma le producen gravamen`.
41 En los sistemas en los cuales la adhesin se admite nicamente en su modalidad de recurso accesorio y subordinado, es importante investigar su naturaleza
en tanto que acto procesal. La adhesin no tiene por objeto el litigio en
s mismo, ya resuelto por la sentencia recurrida, y, por tanto, no entrara en
ninguna de las especies de autocomposicin intra-prccesal tan bien estudiadas
en Italia por CARNELUTTI, Sistema, N' 60 y sig. y en Hispanoamrica por
ALCAL ZAMORA y CASTILLO, Proceso, autocom posicin y autodefensa, Mxico
1947, passim. El instituto de la adhesin a la apelacin, dada su fundamentacin
filosfica y su finalidad poltica, tiende dentro del organismo del proceso a
realizar una doble funcin: mejorar la situacin del adherente, lo que constituye su funcin especfica de verdadero recurso, y frenar en la contraparte
el espritu de litigio, constrindola, de manera indirecta, a desistir de la
apelacin, obtenindose as la vigencia positiva y coocreta del fallo recurrido.
En esta funcin ltima y secundaria :;e presenta como un coadyuvante de la
composicin imparcial del litigio hecha
'
en la sentencia. El acto de adhesin
ADHESION A LA APELACION
139
20. - El largo recorrido histrico realizado tras las huellas legislativas y doctrinales del instituto de la apelacin demuestra que la rica herencia recibida de la sabidura antigua,
hall lmite a su vigencia con la mundanza de los tiempos, que
trajo consigo el aparecimiento de nuevas valoraciones jurdicas
y modalidades a la forma de actuarse la idea del derecho y representarse los fines del proceso. Cada poca forj su propia
cultura, su sistema de vida espiritual y su gama de sentimientos y valores, que la poltica legislativa de cada edad aspir en
vano a fijar en normas inmutables.
En el derecho romano clsico domina una concepcin absolutamente privatstica del recurso de apelacin, debiendo cada
litigante solicitar directamente y por s solo la correccin de los
agravios; en el perodo justinineo, el epnimo legislador, como
intrprete de una concepcin cristiana de la vida y de la justicia, promulga la anttesis de confiar al juez la defensa del
apelado, an de oficio, dndole as a la instancia de apelacin
y al proceso mismo una finalidad publicstica, cuyo profundo
sentido revolucionario fue menguado en la sntesis que realiz
despus del Medio Evo la mayora de los doctores del derecho
comn; sntesis sta que desaparecera luego, cuando una buena
parte de la doctrina adopt en la teora del recurso de apelacin
el instituto de fa adhesin, replantendose as la necesidad de
que el apelado ocurriera tambin al juez de alzada, como conorigina una situacin procesal que, unida al acto, de disistimiento futuro que
del recurso principal haga el apelante, producir la consecuencia de poner
fin a la segunda instancia y al proceso. El acto de adhesin origina, por tanto,
una posibilidad condicionada en sus efectos a la conducta ulterior del apelante.
El adherente llega a la segunda instancia forzado por la actitud recalcitrante
del recurrente principal, y est decidido a "allanarse" y someterse a la sentencia, bajo la condicin de que el apelante est tambin dispuesto a ello. Su
omisin en apelar principaliter y el subsiguiente acto de adhesin, expresan
claramente una aceptacin condicional del fallo, y, al propio tiempo, constituyen una invitacin al adversario para que deponga las armas, movidos
ambos por el designio de poner fin al proceso y acatar el contenido del
fallo que compuso imparcialmente la litis, sometindose a la autoridad de la
cosa juzgada. Analizado as el contenido y la finalidad del acto de adhesin,
ste se nos presenta como un acto procesal dirigido al juez y al adversario,
destinado a requerir de ellos una prestacin jurisdiccional y una declaracin
dispositiva procesal, respectivamente, esto es, una sentencia y un disistimiento.
Dentro de la clasificacin ya clsica en la doctrina procesal moderna de los
actos procesales de parte, el de adhesin presentara la peculiaridad de ser
un acto mixto, de obtencin y de causacin a un tiempo mismo. Cfr. GOLDSCHMIDT, Der Prozess als Rcchtslage, Berln 1825, 25 y sig.; ROSENBERG,
ob. cit., 60.
140
Luis LORETO
ADMEsI0N A LA APELACION
141
Iv
LA SENTENCIA DE "DECLARACION
DE SIMPLE O DE MERA CERTEZA`
La teora integral del proceso civil que a mediados del
siglo pasado comenz a desprenderse de la disciplina - del derecho privado y a tomar contornos propios, est todava en pleno
desarrollo y elaboracin cientfica.
Si a esta altura de nuestro tiempo no sera justo decir que
la "teora del proceso civil vive esencialmente del crdito",
no puede negarse que muchos de los conceptos fundamentales
estn todava urgidos de reelaboracin conceptual y de precisin tcnica. El rescate de la teora de la accin de las manos
de los pandectistas y civilistas fue el primer paso dado en el
camino de la independencia cientfica. Luego fue la teora misma del proceso, considerado corno desarrollo histrico y dialctico de las actividades de las partes y del tribunal, la que empez a enjuiciar los fenmenos procesales a la luz de ideas verdaderamente filosficas, lo que permiti penetrarlos en su ntima estructura y naturaleza. Por ltimo, la teora de la jurisdiccin dej de ser considerada como actividad extraa a la
El ensayo que sigue ha sido tomado de la obra Estudios de Derecho Procesal en honor de HUGO ALSINA, Buenos Aires, 1946, pgs. 409-438, publicada por un grupo de 24 juristas hispanoamericanos, como homenaje
de simpata y admiracin al ilustre maestro argentino en la ocasin del
aparecirneinto de su monumental "Tratado de Derecho Procesal". Ha sido
reproducido en Estudios de Derecho Procesal Civil. Vol. XIII, Universidad
Central de Venezuela, 1956.
Frase de DEGENKOLB, Einlassungswang ucd Urteilsnorm (Leipzig, 1877),
pg. 2, refirindose a la descripcin que hace WETZELL, segiin la cual la teora
del proceso ha recibido el concepto de accin del derecho civil y el de la
jurisdiccin del derecho constitucional. Slo desde el punto de vista de
sus aplicaciones prcticas, la jurisdiccin pertenecera al derecho procesal.
144
Luis LORETO
LA SENTENCIA DE DECLARACIN
145
tencia. El detenido estudio de su realidad ha permitido desentraar su verdadera naturaleza y las funciones propias que realiza como remate de la actividad que en el proceso se desarrolla
y cumple. Los fines normativos de la sentencia de fondo estn
ntimamente vinculados a los fines que persigue el derecho mismo de accin y la funcin jurisdiccional.
Frente a la concepcin simplista y emprica de la teora
clsica que vea en toda sentencia de fondo o una absolucin
o una condena', la moderna ciencia procesal ha colocado otra,
compleja y varia, que se inspira en la funcin jurdica esencial
que mediante la sentencia se acta en el proceso. Paia la doctrina dominante existen tres clases de sentencias de fondo, a
saber: las declarativas, las de condena y las constitutiva?. Estas
expresiones pueden considerarse hoy como generalmente aceptadas. Sin embargo, la denominacin de sentencia declarativa
ha sido objeto de discusin entre los escritores, y, recientemente, se la ha sometido a crticas severas.
El deseo, por dems justificado, de que la expresin verbal corresponda exactamente a la esencia misma del concepto
significado, ha hecho pensar a algunos procesalistas que la denominacin de "sentencia declarativa" no da el sentido cabal
de su funcin y contenido. Entre ellos se destaca ltimamente
WETZELL, System des ordentlichen Zivilprozesses (Leipzig, 1878), pg. 540,
dice: "As, pues, en correspondiencia con la litis Contestacin, la sentencia
definitiva se mueve en una doble alternativa. Ella debe contener: a) o una
decisin negativa, esto es, una liberacin del demandado (absolutio ab actione)
cuando fracasa la prueba de la accin; b) o una decisin positiva, esto es,
una condena (condemnatio), cuando la misma ha sido suministrada. De
una condena slo puede hablarse en sentido propio, cuando se trata de la
obligacin a una prestacin, en oposicin con la adjudicacin y el reconocimiento de un derecho absoluto. Sin embargo, se usa la expresin a falta
de otra an en esa significacin general". Estas ideas ortodoxas del gran
procesalista pueden considerarse ya como definitivamente superadas. Con
todo, no es extrao encontrar autores que las defiendan con ahinco y Cdigos
modernos en los cuales dichas ideas se fijan y promulgan. Las investigaciones
cientficas realizadas en los ltimos diez lustros sobre la naturaleza de la
sentencia han venido a confirmar el peligro sealado por SAVIGNY, de aceptar
sin crtica las ideas, reglas y trminos tcnicos que nos han sido trasmitidos
por nuestros predecesores, y lo acertado de su recomendacin de que es
necesario, para evitarlo, someter de tiempo en tiempo a minucioso examen
la masa tradicional de ellos, ponerlos en duda y buscarles su origen.
CHIOvENDA, Istituzioni, di diritto processuale civil (Napoli, 1933), vol. i,
pg. 169 y sig.; ROSENBERG, Lehrbuch des Deutschen Zivilprozessrechts (Berln,
1931), pg. 161; ALSINA, Tratado terico prctico de derecho procesal civil
y comercial (Buenos Aires, 1942), vol. II > pg. 552 y sig.; COUTURE, Fundamentos del derecho procesal civil (Buenos Aires, 1942), pg. 174 y s1.
- 146
Luis LimeTo
LA SENTENCIA DE DECLARACIN
147
148
Luis LORETO
LA SENTENCIA DE DECLARACIN
149
150
Luis LORETO
Tal es el nuevo panorama terminolgico que Sents ha presentado a la consideracin de los procesalistas. Queda ahora por
discutir, como dice Alsina, si con la nueva terminologa se beneficia o se perturba el sentido de los conceptos ya admitidos.
Por mi parte, me permito dudar del beneficio recibido por la
ciencia con la nueva 'denominacin, y tambin tengo serios temores a las perturbaciones conceptuales. Considero que solamente la necesidad de extirpar un verdadero error cientfico
puede legitimar la modificacin de expresiones que tienen el
respaldode una vetusta tradicin`. En el caso de las denominaciones "sentencias de mera declaracin" existe un verdadero error de significacin, a tal punto de hacerse necesario
sustituirlas por otras mejor acuadas en cuanto a la expresin?
Las ideas emitidas en las pginas que siguen constituyen una
modesta contribucin al interesante problema cientfico planteado por Sents a los estudiosos de habla castellana, y slo aspiran a que tengan la fuerza suficiente para abrir la discusin
sobre la materia. Considero que no podra contribuir de manera
mejor al justo homenaje que los procesalistas americanos preparan al eminente Profesor Hugo Alsina, con motivo de la publicacin de su Tratado de Derecho Procesal, sino discutiendo
los problemas que tanto la tcnica como la dogmtica del proel retardo con que ha aparecido la edicin castellana del Sistema ha hecho
que conozca su existencia despus de escrito mi trabajo.
A continuacin reproducimos la aludida Adicin: "Los autores de habla
castellana han solido denominar acciones o sentencias declarativas a aquellas
que, hecha la referencia al proceso, designa CARNELUTTI como de "mero
accertamento". Mas, he aqu que, el autor, apartndose de la doctrina ms
generalizada, engloba cmo de accertamento al constitutivo. Desde ese instante, era preciso, modificar la habitual traduccin de accertamento, para
evitar dudas y confusiones. Tras haber vacilado un momento en torno a
afirmacin y a aseveracin y haberlas rechazado, por emplearse ambas con
significado especfico en la teora de los actos procesales (cfr. nm. 399),
he optado en definitiva por acertamiento, que an siendo palabra poco
usada y un tanto anfibolgica en alguna de sus acepciones castellanas (acertar-adivinar), responde en la etimologa a la finalidad que el autor le
asigna (cfr. nms. 7 d, B, y 40 a), y supera a otras posibles traducciones
como constatacin (galicismo al que para este caso acude la sent. de 21-II1941) o adveracin (que no sera incorrecta ni extraa cfr. art. 13 L.
Just. Municipal de 1907 y sent. de 8-XI-1921, en relacin con' el art. 1
Cd, pen., pero que resulta distante) ", Sistema de Derecho Procesal Civil,
vol. 1 (Buenos Aires 1944), pg. 181, Ad. a los nms. 45 y 46.
12 Cosso, La sentencia criminal y la teora jurdica (Buenos Aires, 1942, pg. 16),
refirindose a la expresin "norma individualizada" empleada por los traductores de KELSEN, dice: "En cuanto expresin ya acuada, no me he
apartado de ella en homenaje a la uniformidad del lenguaje tcnico, cuya
anarqua es siempre de lamentar".
LA SENTENCIA DE DECLARACIN
151
f52
Luis LORETO
LA SENTENCIA DE DECLARACIN
153
154
Luis LORETO
LA SENTENCIA DE DECLARACIN
15
vendr a constituir el incentivo prctico de la accin y el contenido sobre el cual se ejercen los posibles efectos de la tutela
jurdica.
La actuacin de la voluntad de la ley se verifica por medio
de la jurisdiccin en dos momentos significativos: el de conocimiento y el de ejecucin. Por el primero que es el que
interesa a nuestro estudio se aspira a declarar o a determinar
jurdicamente lo que por el acaecer histrico y las imputaciones
normativas a los hechos es la voluntad de la ley`. La voluntad
abstracta hecha concreta antes del proceso se individualiza en
la sentencia que la patentiza y proclama como verdad oficial
(pro veritate accipitur). En cuanto a la sentencia se limita a
la mera declaracin de la relacin material preexistente (excluidos los posibles efectos constitutivos y reflejos que de aquella
declaracin pueden derivarse), nihil novi statuit, sed quod
uit declarat, como decan los juristas del derecho procesal
comn. La sentencia declara consecuencias jurdicas anterior19 WACH, op. cit., pg. 6 y sig.; HELLWIG, Lehrbuch des Deutschen Zivilprozessrechts (Leipzig, 1907), vol. II, pg. 160: "Estas consecuencia jurdicas
156
Luis LORETO
LA SENTENCIA DE DECLARACIN
157
22 BETTI,
158
Luis
LORETO
LA SENTENCIA DE DECLARACIN
159
160
Luis LORETO
29 Die Rechtskraft der Staatsakie (Mnchen und Leipzig, 1927), pg. 20.
HELLWIG, Op. Cit., Vol. II, pg. 38.
30 Beitrge zur Urteilslehre (Leipzig, 1903), pg. 11.
31 Op. cit., 14 ROSENBERG, Op. Cit., 267, dice textualmente "Die Verurteilugs
und Feststellungsklagen machen
eme berits ausserhalb des Proz. es
eingetreten Rechtsfolge geltend; die Verusteilungs. und Feststellungsurteile stellen sie rechtskrafahig fest und sprechen aus, was, ist, sind also
dccl arativ".
32 En su interesante contribucin al estudio de la sentencia de reconocimiento,
y en relacin con la funcin del juez en tal clase de sentencia, dice
DEGENKOLB: "Festgestellt en sentido tcnico es lo que, visto desde afuera,
est colocado en una posicin estable, sin vacilacin ni discusin, pero no
lo que se refiere a la situacin interna del proceso que ha de servir de fundamento al juez para pronunciar una sentencia" Das Anerkenntnsurteil, en
Beitrge sum Zivilprozess (Leipzig, 1905), pg. 117.
LA SENTENCIA DE DECLARACIN
161
162
Luis LORETO
LA SENTENCIA DE DECLARACIN
163
164
Luis LORETO
LA SENTENCIA BE DECLARACIN
'
165
como tal por la sentencia y no existe otra posibilidad, es manifiesto que, para el Estado el problema de la duda que origina
la incertidumbre de las partes no se plantea. En tal sistema
carece de sentido hablar de "sentencia injusta", de "casos patolgicos aberrantes".
La presuncin atribuida por la ley a la sentencia de que
lo declarado en ella es la voluntad de la ley, excluye terminantemente del dominio de las decisiones judiciales de fondo toda
posibilidad teratolgica.
Aun considerando la sentencia en un momento anterior
al de alcanzar la autoridad de cosa juzgada, ella produce efectos
declarativos sujetos a la contingencias del proceso. Esta eficacia declarativa de la sentencia de. fondo se har firme y estable.
tan pronto como consiga la autoridad de cosa juzgada. En
ambos momentos habr eficacia declarativa de la voluntad de
la ley, slo que de certeza nicamente podr hablarse (y esto
desde el punto de vista de las partes) despus que la sentencia
haya pasado en autoridad de cosa juzgada, por ser sta la que
le comunica su inmutabilidad. Los efectos de la tutela jurdica
solicitada por los litigantes en las acciones de mera declaracin
les son conseguidos por la sentencia que declare la existencia o
no existencia de la relacin jurdica que ha formado objeto del
proceso, ora como consecuencia de su pura eficacia declarativa
sujeta a rectificacin, ora de manera estable y permanente,
como consecuencia de la autoridad de la cosa juzgada. En.este
ltimo caso, que es cuando la sentencia desarrolla su plenitud
de efectos, ella no declara la certeza de algo, sino que se limita
a patentizar, con fuerza imperativa, lo que es la voluntad de la
ley en el caso de especie. Como resultado ulterior de esta fijacin normativa de lo declarad, surge en el nimo de las partes,
an recalcitrantes, la necesidad jurdica de tener como cierta
la voluntad de ley declarada por la sentencia, de modo que la
certeza misma es un momento secundario al de la declaracin
con fuerza imperativa. Se trata, en suma, de un momento psico42 LIEBMAN, Ancora sulla sentenza e sulla cosa giudicata, en Rivista di Diritto
Processuale Civile, 1936, 1, pg. 237 y sig. CARNELUTTI, Bilancio di una
polemica, en la misma Rivista, 1937, 1, pg. 78; BAPTISTA MARTINS, Comentrios ao Cdigo de Processo Civil (Ro de Janeiro, 1942), Vol. [JI,
N0 238 y sigs.
166
Luis
LORETO
LA SENTENCiA DE DECLARACIN
167
168
Luis LORETO
GOLDSCHMIDT, Op.
LA SENTENCIA DE DECLARACIN
.
169
nomo y primario, y en la otra dependiente y secundario, legitima en teora sus clasificaciones como sub-especies de las sentencias declarativas en sentido amplio. De all que estime como
equvoca e impropia la denominacin, muy generalizada en la
doctrina, de "sentencia declarativa" para designar la decisin
de fondo que otorga la tutela jurdica, limitada exclusivamente
en sus efectos a aqullos que surgen de la sentencia en su pura.
funcin declaratoria contenida en la autoridad de la cosa juzgada sustancial.
Las expresiones apropiadas y correctas para denotar esta
funcin especfica de la sentencia de fondo, seran las siguientes: mera declaracin, mera declarativa, simple declarativa,
puramente declarativa, locucines todas stas en las cuales los
vocablos empleados ponen de manifiesto el sentido estrictamente declaratorio de lo que es derecho en la especie, con exclu-,
Sin de todo elemento de condena o constitutivo, que le es
completamente extrao.
Para facilitar el manejo de los vocablos antes indicados
estimo conveniente estructurar con ellos palabras compuestas
por el sistema de yuxtaposicin del adjetivo mero o del adverbio mere y el adjetivo declarativa, y decir sentencia merodeclarativa o sentencia meredeclarativa, como las encontramos a
veces empleadas en algunos autores modernos. Al genio de
nuestra lengua, fundamentalmente analtica, no repugnan en
forma absoluta las estructuras sintticas de las palabras, antes
las admite dentro de ciertas reglas etimolgicas para ampliar el
campo de las significaciones verbales con elegancia y precisin
acabadas a un tiempo mismo.
Es oportuno advertir en apoyo de la tesis aqu sustentada,
que en la declaracin formulada por el Congreso Internacional
de Derecho Comparado, que se celebr en La Haya en 1932, la
expresin usada en el texto francs para las sentencias de que
se trata fue la de "jugement purement dclaratoire". En la notable Relacin general que present a dicho Congreso el propio
Chiovenda se usa la frase "sentenze puramente dichiarative"47.
Y es que esta locucin as como las indicadas en los prrafos
anteriores denotan a cabalidad el sentido exacto de la funcin
47 Rivista di Diritto Processuale Civile, 1933, Vol. 1, pg. 3 y sig.
170
Luis LORETO
LA SENTENCIA DE DECLARACIN
171
en palabras significativas de claro y preciso contenido ideolgico. Nada es ms grave para la ciencia que las sombras alrededor de los conceptos, porque ellas impiden toda hiptesis seria
y hacen imposible el esfuerzo de las sntesis constructivas. Con
su habitual elegancia y profundidad, dijo Bonfante en uno de
sus escritos memorables, que era mejor para la ciencia un error
patente que una hipcrita oscuridad.
Ante estas afirmaciones de mi parte, que no
dad sino afianzamiento de la opinin sostenida p
procesal ms evolucionada, estimo que la nueva
propuesta y defendida por Sents con tanto brilli
dialctico, debera ser sometida a un estudio m
trado que el mo, a fin de lograr expresiones ci
tadas y definitivamente estables.
174
Luis LotTo
LA ACCIN DE SIMULACIN
175
176
Luis LRETO
LA ACCI DE SIMULACIN
177
178
Luis LORETO
LA ACCIN DE SIMULACIN
179
180
Luis LORETO
cin en nuestro sistema positivo, permitindose as la realizacin concreta de voluntades individuales y colectivas que en
otros ordenamientos de derecho (por no permitir la tutela de
intereses eventuales o futuros), no consiguen apoyo o lo consiguen limitadamente.
En la normalidad de los casos el inters subjetivo que la
accin de mero reconocimiento protege existe actualmente; mas
la existencia actual del inters es un presupuesto de hecho, no
un presupuesto jurdico. En otros trminos: la existencia de un
inters jurdico y legtimo es una de las condiciones esenciales
de la accin, pero la modalidad de que ese inters sea actual,
es excepcional en la estructura de los intereses jurdicos totales
que uestro ordenamiento de derecho tutela. Este principio,
pleno de originalidad y de fuerza creadora, tiene un alcance
magnfico para la construccin de la teora general de la accin
de mero reconocimiento, integral en nuestro derecho, hasta hoy
insospechada en su realizacin por la doctrina y jurisprudencia
patrias.
Nosotros no podemos entrar a exponer, en este brev& estudio, los lineamientos de una teora general, y colocndonos
sin ms in media res, deduciremos slo los postulados necesarios relacionados con la accin en simulacin7.
Quin puede intentar dicha accin? En otros trminos:
quin tiene cualidad para promoverla? Si por cualidad a obrar
(legitimatio ad causam activa) entendemos la identidad de la
persona del actor con la persona a quien la ley concede la accin', no podemos menos de afirmar, con la doctrina del derecho
comn y la italiana ms autorizada, que toda persona que tenga
un inters jurdico y legtimo a que se declare la nulidad del
negocio simulado, tiene cualidad para intentar la accin en
simulacin9.
En la simulacin el inters jurdico y legtimo .da la cualidad, y como hemos visto, este inters puede ser en nuestro
7 La doctrina italiana las conce con el nombre de acciones de mero accertamento. Vase el magistral estudio del Prof. CHIOVENDA, L'azione nel sistema
dei diritti, en los Saggi di diritio processuale civile, 1930, 1, pg. 3 y sig.,
as como los Principi citados, pg. 49 y sig.
8 La frmula es de CHIOVENDA, Principi, pg. 12.
- 9 DERNBURG, Pandeite, 1, pg. 293, (traduccin italiana de CIcALA); FERRARA,
Ob. Cit., pg. 384; PESTALOZZA, Ob. Cit., pg. 813.
LA ACCIN DE SIMULACIN
181
182
Luis LORETO
Son justamente estos intereses los que la accin en simulacin tiende a proteger contra las maquinaciones fraudulentas
del marido, finalidad que se consigue mediante la actuacin de
la ley en el proceso y la sentencia que reconozca y declare nulo
el acto impugnado.
Tal inters le da la cualidad para constituirse actora en la
simulacin. Sobre este particular, consideramos que la amplitud y claridad del Art. 14 del Cdigo de Procedimiento Civil,
no da lugar a las dudas y discusiones que se presentan de otros
sistemas jurdicos constituidos.
Por lo dems, es de advertir finalmente que en Francia
mismo, por razonamientos de otra ndole, que no tocan en nada
la naturaleza y el alcance de la accin en simulacin, doctrina
y jurisprudencia no han dudado jams en considerar los actos
del marido como no oponibles a la mujer, cuando tienen por fin
defraudarla en sus derechos, as sean ellos realizados bajo forma simulada`.
De la exposicin anterior se infiere claramente, que la
mujer casada, sin ser acreedora del marido, tiene inters jurdico a que se declaren nulos los actos simulados que ste haya
realizado sobre los bienes de la sociedad conyugal, y tal inters
le da cualidad para intentar la accin en simulacin ex jure
proprio.
Lezioni d:
LA ACCIN DE SIMULACIN
183
cho las partes, cuando es uno mismo e idntico el inters protegido, el conformarla bajo una norma distinta, no alegada, para
apreciar su verdadera naturaleza y esencia, en nada quebranta
el principio ne eat iudex ultra pet ita partium que gobierna y
sirve de lmite a sus funciones y poderes en la realizacin integral de la voluntad de la ley en el proceso.
En consecuencia de todo lo expuesto, juzgamos que la sentencia del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil del Distrito
Federal es' correcta en su parte dispositiva, bien que errada en
sus fundamentos.
174
Luis LotTo
LA ACCIN DE SIMULACIN
175
176
Luis LRETO
LA ACCI DE SIMULACIN
177
178
Luis LORETO
LA ACCIN DE SIMULACIN
179
180
Luis LORETO
cin en nuestro sistema positivo, permitindose as la realizacin concreta de voluntades individuales y colectivas que en
otros ordenamientos de derecho (por no permitir la tutela de
intereses eventuales o futuros), no consiguen apoyo o lo consiguen limitadamente.
En la normalidad de los casos el inters subjetivo que la
accin de mero reconocimiento protege existe actualmente; mas
la existencia actual del inters es un presupuesto de hecho, no
un presupuesto jurdico. En otros trminos: la existencia de un
inters jurdico y legtimo es una de las condiciones esenciales
de la accin, pero la modalidad de que ese inters sea actual,
es excepcional en la estructura de los intereses jurdicos totales
que uestro ordenamiento de derecho tutela. Este principio,
pleno de originalidad y de fuerza creadora, tiene un alcance
magnfico para la construccin de la teora general de la accin
de mero reconocimiento, integral en nuestro derecho, hasta hoy
insospechada en su realizacin por la doctrina y jurisprudencia
patrias.
Nosotros no podemos entrar a exponer, en este brev& estudio, los lineamientos de una teora general, y colocndonos
sin ms in media res, deduciremos slo los postulados necesarios relacionados con la accin en simulacin7.
Quin puede intentar dicha accin? En otros trminos:
quin tiene cualidad para promoverla? Si por cualidad a obrar
(legitimatio ad causam activa) entendemos la identidad de la
persona del actor con la persona a quien la ley concede la accin', no podemos menos de afirmar, con la doctrina del derecho
comn y la italiana ms autorizada, que toda persona que tenga
un inters jurdico y legtimo a que se declare la nulidad del
negocio simulado, tiene cualidad para intentar la accin en
simulacin9.
En la simulacin el inters jurdico y legtimo .da la cualidad, y como hemos visto, este inters puede ser en nuestro
7 La doctrina italiana las conce con el nombre de acciones de mero accertamento. Vase el magistral estudio del Prof. CHIOVENDA, L'azione nel sistema
dei diritti, en los Saggi di diritio processuale civile, 1930, 1, pg. 3 y sig.,
as como los Principi citados, pg. 49 y sig.
8 La frmula es de CHIOVENDA, Principi, pg. 12.
- 9 DERNBURG, Pandeite, 1, pg. 293, (traduccin italiana de CIcALA); FERRARA,
Ob. Cit., pg. 384; PESTALOZZA, Ob. Cit., pg. 813.
LA ACCIN DE SIMULACIN
181
182
Luis LORETO
Son justamente estos intereses los que la accin en simulacin tiende a proteger contra las maquinaciones fraudulentas
del marido, finalidad que se consigue mediante la actuacin de
la ley en el proceso y la sentencia que reconozca y declare nulo
el acto impugnado.
Tal inters le da la cualidad para constituirse actora en la
simulacin. Sobre este particular, consideramos que la amplitud y claridad del Art. 14 del Cdigo de Procedimiento Civil,
no da lugar a las dudas y discusiones que se presentan de otros
sistemas jurdicos constituidos.
Por lo dems, es de advertir finalmente que en Francia
mismo, por razonamientos de otra ndole, que no tocan en nada
la naturaleza y el alcance de la accin en simulacin, doctrina
y jurisprudencia no han dudado jams en considerar los actos
del marido como no oponibles a la mujer, cuando tienen por fin
defraudarla en sus derechos, as sean ellos realizados bajo forma simulada`.
De la exposicin anterior se infiere claramente, que la
mujer casada, sin ser acreedora del marido, tiene inters jurdico a que se declaren nulos los actos simulados que ste haya
realizado sobre los bienes de la sociedad conyugal, y tal inters
le da cualidad para intentar la accin en simulacin ex jure
proprio.
Lezioni d:
LA ACCIN DE SIMULACIN
183
cho las partes, cuando es uno mismo e idntico el inters protegido, el conformarla bajo una norma distinta, no alegada, para
apreciar su verdadera naturaleza y esencia, en nada quebranta
el principio ne eat iudex ultra pet ita partium que gobierna y
sirve de lmite a sus funciones y poderes en la realizacin integral de la voluntad de la ley en el proceso.
En consecuencia de todo lo expuesto, juzgamos que la sentencia del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil del Distrito
Federal es' correcta en su parte dispositiva, bien que errada en
sus fundamentos.
VI
186
Luis LORETO
el grandioso monumento de las Leyes de Indias. Esta legislacin, que tuvo en el derecho pblico general y en el derecho
privado gran significacin y alcance novedoso, no ejerci influencia decisiva alguna en aquel sector del derecho relativo a
las instituciones procesales que, debido sobre todo a su naturaleza instrumental y tcnica, se fue desarrollando en Amrica
sobre el tronco secular e intacto del proceso comn cntinental
europeo, especialmente sobre el que se haba ido formando en
Espaa bajo la influencia poltica e ideolgica inmediata del
derecho romano-cannico y comn.
- De all que tanto antes de la poca de la emancipacin de
las colonias iberoamericanas como posteriormente a ella, la legislacin procesal y la doctrina de los distintos pases se haya
formado casi exclusivamente
sobre la experiencia y la prctica
187-
-188
Luis LORETO
189
1 90
Luis LORETO
lo
EL PRINCIPIO DE QUE "LAS PARTES ESTAN A DERECHO"
191
1 92
Luis LORETO
una de las famosas Bases con que acompa ARANDA su Proyecto de Cdigo
al Congreso de 1836, y que tal vez sirvi de inspiracin inmediata al artculo
88 del Cdigo del 73. La Base en referencia (Segunda), dice: "Despus de
193
194
Luis
LORETO
expresa que en el fuero secular espaol bastaba una sola citacin y rebelda
para causar contumacia, por considerarse citacin perentoria; pero que en
el eclesistico la citacin deba ser trina por tres trminos y cannicas ad-.
moniciones, de dos en dos das cada una, o una sola citacin y un solo
trmino perentorio.
195
196
Luis LORETO
197
198
Luis LORETO
el principio de que las partes "estn a derecho" expresa acabadamente la idea de que por el solo hecho de emplazamiento
viene a pesar sobre ellas, sin ulterior requisito de notificacin
alguna, la carga de realizar en el proceso los varios actos de
impulso procesal que estimen convenientes y provechosos a sus
pretensiones. Se crea as, tcnicamente, una carga genrica de
concurrir al Tribunal que condiciona, a lo menos de hecho, las
distintas cargas procesales propias y particulares (stricto sensu).
Este criterio un tanto pragmtico que informa el principio,
viene a confirmar en el derecho venezolano la concepcin que
ve en el proceso una relacin jurdica unitaria, pues slo con
esa visin integral es que puede concebirse razonablemente,
dentro de la ontologa y teleologa del proceso, que los sujetos
que lo integran puedan "estar a derecho`.
El principio de que las partes "estn a derecho" expresa
un postulado de carcter formal, esto es, con entera independencia de la existencia o no existencia de la pretensin actora,
del derecho sustancial afirmado en la demanda y de la condicin de las partes de ser o no ser los legtimos contradictores en
11
199
.
'J
Luis LORETO
tivos efectos procesales que produc la citacin inicial o emplazamiento, adems de los generalmente reconocidos por la doctrina comn, el muy caracterstico y especfico de colocar a las
partes "a derecho" en la relacin procesal, visin sta qu hasta
hoy no ha sido advertida y puesta suficientemente de relieve
por los estudiosos del proceso patrio, quienes se han limitado
a considerar la citacin como un fenmeno aislado y esttico,
sin darle la debida trascendencia que ella tiene dentro de una
oncepcin sistemtica y dialctica del proceso.
VII
202
Luis LORETO
INTERDICTO DE AMPARO
203
204
Lus LORETO
Todos los criterios puramente formales olvidan la realidad. Caen en una petitio principi aquellos que quieren dar la
razn de la causa por el efecto (como el que toma por ndice
de diferenciacin la irrevocabilidad de la decisin dictada en
ejercicio de verdadera jurisdiccin contenciosa); otros son unilaterales e inexactos (como el que considera la coaccin como
propia de tales actos). Slo una concepcin cientfica ha superado, en nuestro sentir, las deficiencias explicativas de las dems teoras: la concepcin Wach-Chiovenda. Para estos ilustres maestros, mientras que los actos de jurisdiccin voluntaria
tienden siempre a la constitucin de estados jurdicos nuevos,
o cooperan al desenvolvimiento de relaciones existentes, los
actos de jurisdiccin contenciosa, por el contrario, tienden a
la actuacin concreta de relaciones existentes, (Wach, Handbuch, p. 47 y sig.; Chiovenda, Ob. Cit., p. 316.)
El ilustre procesalista italiano, tomando aliento de su
concepcin publicstica sobre la jurisdiccin sustitucin de
una actividad pblica a una actividad de otros afirma que
la jurisdiccin civil (contenciosa) supone en una de las partes
la esperanza de conseguir un bien contra la otra; sea dicho
bien una prestacin o un efecto jurdico, lo que falta en la
jurisdiccin voluntaria. En sta no existe un bien garantizado
por el derecho objetivo contra otros, una norma de ley por
actuar contra otros, sino' un estado jurdico que, sin la intervencin del Estado, no podra nacer o desenvolverse, o, si se
desenvuelve, lo hara de manera imperfecta (ibidem). Wach
dice que la jurisdiccin contenciosa sirve para defender
(schuetzen), prevenir (bewaeren), mientras que la voluntaria
sirve para constituir (gruenden), desarrollar (entwickln) el
orden jurdico privado (ibidem). En otra parte de sus obras,
Chiovenda precisa su doctrina en estos trminos: "Para distinguir los actos de jurisdiccin contenciosa de los de jurisdiccin voluntaria, es preciso mirar ms a la sustancia que a la
forma. Cuando no se llama al magistrado a suplir una capacidad defectuosa, ni a cooperar a la formacin de estados jurdicos, o al desenvolvimiento del comercio jurdico sino a
actuar derechos, a reconocer y reparar las infracciones de
deberes jurdicos de particulares hacia particulares, los actos
que el magistrado cumple son de jurisdiccin contenciosa
INTERDICTO DE AMPARO
205
206
Luis LORETO.
ITERDIcT0 DE AMPARO
207
cual se acoge la tesis - de que el interdicto de amparo tiene tambin funcin recuperatoria.
Si nos atenemos al alcance puramente literal de la norma
sustantiva en que tal accin ha sido consagrada (art. 770, Cd.
Civ. ) , sin cuidarnos de su ntima significacin jurdica, el
criterio del intrprete se inclinar a negarle tal funcin y a
limitar su alcance exclusivamente al solo mantenimiento de la
situacin de hecho que constituye la posesin legtima. As,
nuestro ilustre Cecilio Acosta, que era indudablemente tambin
un gran jurista, deca: "El que pide amparo no puede obtener
restitucin. El amparo supone perturbacin hecha o amenazada
y la restitucin, despojo" (Obras. IV, p. 198). Consideramos
que una ojeada sobre el proceso histrico-evolutivo de los interdictos nos ayudar a percibir la realidad de las cosas.
Como es bien sabido, las acciones posesorias del derecho
moderno no derivan directamente de los interdictos del derecho
romano, sino que ellas se fueron formando al travs de una
elaboracin laboriosa verificada en la Edad Media, por obra
principalmente del derecho cannico que trat de amplificar
el radio de aplicacin de la tutela posesoria. En la Europa Occidental y particularmente en Francia, existan durante el perodo medieval tres acciones posesorias: La reintegrancla (despojo), la compleinte (amparo), y la denuncia de obra nueva. La
prihiera, derivada principalmente del rernediurn spolli, tena
como funcin propia proteger aqul que haba sido desposedo por violencia, reintegrndosele en la posesin; la segunda,
por el contrario, no tena carcter recuperatorio; su funcin
estaba limitada a hacer cesar las perturbaciones en la posesin,
que mantena y conservaba. Si haba desposesin, la compleinte
no era procedente. A partir del siglo XIV, dichas acciones fueron reunidas en una sola, admitindose que aqul que haba
perdido la posesin (detentio) conservaba la saisine. Esa accin
tena tanto funcin conservatoria como recuperatoria, puesto
Este artculo est concebido en los siguientes trminos: "Quien encon
"trndose por ms de un ao en la posesin legtima de un inmueble, de
"un derecho real, o de una universalidad de muebles, es perturbado en
"ella, puede dentro del ao, a contar desde la perturbacin, pedir que se
"le mantenga en dicha posesin".
"El arrendatario puede intentar esta accin en nombre y en inters
"del arrendador, a quien le es facultativo intervenir en el juicio".
208
Luis LORETO
que parta de una nocin hbrida de principios romanos y germnios segn la cual la posesin perduraba cuando se la haba
perdido involuntariamente (Windscheid, Pandette, 1, 1 62
nota 2). Este era, a grandes rasgos, el estado de cosas para la
poca de la codificacin napolenica. En la doctrina francesa
posterior a la publicacin del Cdigo Civil, se discuti mucho
sobre si el nuevo ordenamiento jurdico haba o no admitido las
tres acciones posesorias tales como existan en el perodo del
puro derecho cannico, o si slo se haba consagrado la nica
que exista en el perodo intermedio. La jurisprudencia de la
Corte de Casacin, superando explica :iones doctrinales, admiti dogmticamente que el nuevo ordenamiento positivo haba
recibido y consagrado implcitamente las tres acciones, diferencindose por las circunstancias que le daban nacimiento y por
sus condiciones de ejercicio. Segn el alcance de tal jurisprudencia, la compleinte tena tambin funcin recuperatoria (Planiol, Trait elementaire de droit civil. II ? Ed. I. nmeros
2307 y siguiente).
Las dudas y di'scusiones doctrinales ocurridas en Francia,
como la elaboracin de su ms autorizada jurisprudencia,
llam la atencin de los codificadores italianos del ao 65,
establecindose en explcitas normas legales la existencia y
condicin de ejercicio propias de las tres acciones. El Cdigo
italiano, que ha servido de modelo al nuestro, distingue y sistematiza las tres acciones, pero nada dice, de manera precisa,
sobre si el interdicto de amparo tiene tambin funcin recuperatbria. Nuestro artculo 770 Cd. Civ., consagra las condiciones sustantivas del interdicto de amparo en los trminos ya indicados. Como se ve este artculo corresponde sustancialmente
al Art. 694 del C. C. L, con una diferencia de frmula y el
agregado de un aparte por el cual se concede tambin la accin
al arrendatario en nombre y en inters del arrendador. Tal identidad de contenido nos permite afirmar que de toda la doctrina
y jurisprudencia extranjeras, ninguna mejor que la italiana explica el sentido, alcance y significacin del interdicto de amparo
en nuestro derecho.
as
INTERDICTO DE AMPARO
209
de perturbacin como elemento fundamental de la defensaposesoria. Todos los autores estn contestes en que hay perturbacin o molestia de la posesin legtima, cuando por medio de
hechos o actos arbitrarios ejercidos por un tercero con la intencin de contradecir y sustituir la situacin del poseedor, se quebranta el estado de hecho que constituye la posesin, sin llegar
a la desposesin misma. Es menester que el acto o hecho se
haya cumplido con la intencin de ejercer un derecho sobre la
cosa, con el nimo de contradecir y contrariar el goce y disfrute
del actual poseedor (animo turbandi). Tal perturbacin o molestia puede ser de hecho o de derecho.
Las opiniones se dividen, por el contrario, cuando se trata,
de saber si la desposesin constituye o no una perturbacin
tpica que d lugar al interdicto de amparo.
El Profesor Alfredo Ascol, de la Universidad de Roma,
haba venido sosteniendo con su habitual erudiccin y profundidad, que el interdicto de amparo no tena funcin recuperatoria. En una jugosa nota a un fallo de Casacin, publicada en
el Foro Italiano, 1890, p. 648, el eminente civilista ha dicho
que si se entienden rectamente las palabras del texto legal en el
cual se consagra la accin de amparo y se tiene en cuenta la
naturaleza de la posesin, se debe llegar a la conclusin de que
la defensa posesoria consagrada por dicho texto no puede extenderse hasta el punto de proteger con el interdicto de amparo la
posesin que se ha perdido. El cdigo, dice sustancialmente,
establece dos acciones posesorias: una, la de amparo, para proteger a aquel que es perturbado en la posesin legtima de ms
de un ao, otra la de despojo, para conseguir la restitucin de
una posesin cualquiera que se haya perdido violenta o clandestinamente. Cuando ha habido despojo, sin violencia y sin clandestinidad, la ley no habla de proteccin posesoria; y no debe
olvidarse que la posesin, cualquiera que sea la nocin jurdica
que de ella se tenga, siempre tiene por fundamento esencial
el hecho de la detencin, sin la cual cesa toda razn de su defensa. En tales casos, podr existir una accin personal contra
el autor del perjuicio simple o una accin de in rem verso,
pero accin de amparo jams. Esta teora fue abandonada definitivamente por Ascoli, quien se convirti a la tesis recuperatoria ( y . sus Istituzioni di diritto civile, 2 Ed. p. 106, sostie-
2 1 0
Luis LORETO
nen adems la tesis recuperatoria Simoncelli; Istit:zioni di diritto privato italiano, 1921, p. 238; Chironi, Istituzioni di diritlo civile italiano, 2 Ed. 1, p. 292; Brugi, Isti di ir. civ. 4
Ed. p. 379; Dusi, Ist. di dirit. civ. 1930, 1, P. 319; De Ruggiero, Ist. di Dirit. civ., 41 Ed. 760 y sig., Planiol, Ripert y. Picard
Traite' de droit. civ. III, N? 198. Glasson y Tissier, Procedurc
'civile, 1926, 1, N9 199 y sig.)
A pesar de la conversin del ms ilustre sostenedor de la
teora antirrecuperatoria los profesores Bonfante y Maro, defienden todava en Italia, con no menos brillo y autoridad, la
teora que niega al interdicto de amparo funcin recuperatoria,
opinin prohijada tambin por Venzi. El ncleo de esta ense
fianza es sustancialmente el mismo de la antigua teora sostenida por Ascoli, de que cuando se ha perdido el corpus la posesin se desvanece, no pudiendo conservarse animo solo, por lo
que no subsisten ms los motivos determinantes de aquella
proteccin. Slo de manera excepcional se defiende a quien se
haya despojado de manera violenta o clandestina, pero cuando,
por el contrario, el despojo no se ha efectuado de manera ilcita,
no hay motivo alguno para que la ley intervenga en socorro del
precedente poseedor a fin de que recupere la posesin as perdida (Nota a las Pandette de Windscheid, 1926, V. p. 612 y
sig.; Venzi, Manuale, N 392). Tan autorizadas opiniones no
han sido bice para que la gran mayora de la doctrina italiana
y una jurisprudencia eminente se pronuncien por la concepcin
que reconoce al interdicto de amparo funcin recuperatoria. En
efecto, tal jurisprudencia y doctrina desconocen y niegan el
valor mismo del postulado en que se fundamenta la teora antirrecuperatoria, cual es el que la posesin se desvirta y aniquila
con el slo hecho de perderse la relacin material ode hecho
sobre la cosa (detentio). Antes de enfocar el estudio crtico de
tal postulado, es menester que analicemos brevemente la posesin en tanto que institucin de derecho positivo.
Segn la concepcin dogmtica que consideramos como
mejor adentrada en la realidad de la vida, la posesin en s debe
considerarse como un estado de hecho (res facti) al cual se
atribuye por el derecho objetivo consecuencias jurdicas (Ferrini, Pandette, N 237; Windscheid, Pandette, el 150; Barassi, Istituzioni di dirit. civ. 2 Ed. p. 308; Planiol, Trait
INTERDICTO DE AMPARO
.911
212
Luis LORETO
ntegra de los fenmenos estudiados (Studi di diritto processuale, 1925, 1, p. 205). La posesin legtima de ms de un ao
se nos presenta as con una modalidad significativa en el sistema integral de la posesin, por el efecto particular que a ella
atribuye el derecho objetivo y que he querido poner de relieve.
La posesin legtima de ms de un ao sera la forma especfica
de una posesin ad interdicta retinendae en un sentido no romano clsico sino moderno. Ella dara lugar a un ius possessionis particular que permanece en la esfera patrimonial del poseedor an despus de haber ste perdido el corpus. El Cdigo
Civil uruguayo le reconoce en este caso el derecho de posesin
que le excusa de responder sobre ella. (Art. 649, 3?). Segn
algunos autores sera este derecho de posesin propiamente el
fundamento de la funcin recuperatoria del interdicto, ya que
ellos no admiten que la posesin pueda conservarse asimo solo,
Ob. Cit. 1, p. 314, Nota 8; De Ruggiero, Ob. Cii'.; 1, p. 761).
Establecidas estas premisas elementales, analicemos ahora
los argumentos en que se basa la teora recuperatoria y las objeciones que contra ella se han formulado. De estas ltimas, la
verdaderamente grave, como que la ataca en su misma raz, es
aqulla segn la cual al perder el poseedor el corpus pierde
ipso facto la posesin. Como se comprende, tal objecin arranca de la teora de la prdida de la posesin. La enseanza civiJstjca ms autorizada confirma la tradicin del derecho comn,
informadora de la moderna codificacin, segn la cual la posesin puede conservarse nudo animo; tradicin sta que, por lo
que respecta a los inmuebles, fue recibida del derecho romano
en el cual slo animo possessione retineri potest (Ferrini, Ob.
Cit., N? 260); Josserand, Droit Civil, 1, N 1425; Contra, Dusi,
rstituzioni di diritto civile, 1, p. 314, Nota 8). Al conocimiento
de esta tradicin histrica han contribuido los trabajos admirables de Giovanni Rotondi en sendos artculos publicados en el
Buli ms, di dirt, roman. 1921, y en la Rivista di dinitto civile,
1918, en los cuales el ilustre discpulo de la Escuela de Pavia,
despus de un estudio luminoso y penetrante de los textos del
derecho romano clsico, del romano-helnico y del derecho intermedio., concluye que la prdida de la possessio naturalis no
implica la de la possessio civilis. Por lo que respecta al derecho
justinineo, Rotondi observa que en l se lleg a una aplicacin
extensiva de un caso excepcional elaborado por Paulo, en el
INTERDICTO DE AMPARO
213
214
Luis LORETO
INTERDICTO DE AMPARO
215
216
Luis LORETO
VIII
21 8
LUIS LORETO
219
220
Luis
LORETO
221
Luis LORETO
222
pg. 223.
COMUNIDAD DE
BIENES
ENTRE
CoNcuBiNos
223
Luis LORETO
224
225
y a uno de ellos y los herederos del otro. El alcance de 1a norma se encuentra circunscrito a establecer la presuncin simple
de comunidad de los bienes adquiridos por ellos, sin que se
precise, cosa muy importante, el medio para evitar que se
eluda fraudulentamente el alcance prctico de la presuncin
como suele acontecer generalmente en semejantes casos. Adems, no se ve razn alguna para que se consideren comunes
solamente los bienes y no las obligaciones que hayan podido
nacer de su adquisicin. Considero que para las deudas contradas por los concubinos debe existir tambin una comunidad o solidaridad pasiva cuando tengan su origen en negocios
que han favorecido a la comunidad concubinaria, pues no es
justo ni razonable que la apariencia de su estado pueda llegar
hasta perjudicar a los terceros de buena fe.
Por mi parte, considero que las relaciones patrimoniales
entre concubinos son tan variadas y complejas que para regularlas con equidad y eficacia es insuficiente el contenido de
una sola norma, por ms que en su elaboracin se haya
tenido en cuenta la ms previsora tcnica legislativa. Creo que
para lograr el fin que se persigue con la innovacin, sera menester crear un sistema cerrado de normas en el cual se tenga
debida cuenta de otras situacioes concretas que apareja la
actividad social de los concubinos, situaciones que habrn de
repercutir de manera ms o menos directa sobre la amplia esfera del derecho patrimonial. En todo caso, el legislador tendr
que cuidarse de no hacer del concubinato "un matrimonio de
segunda zona".
Huelga decir que la comunidad no podra surtir sus efectos legales cuando, como suele acontecer, uno de los concubinos
est casado. En este caso los principios que gobiernan la sociedad conyugal han de recibir siempre estricta aplicacin, paralizndose los efectos de la comunidad concubinaria cuyo organismo se encontrara impedido de poder funcionar. El incesto
debe excluir igualmente la comunidad concubinaria.
De las dos frmulas del artculo 763 que se estudian, la
elaborada por el Ministro de Relaciones Interiores me parece
Ja ms aceptable. Sin embargo, juzgo que al elemento de la
permanencia de la unin no matrimonial deberan agregarse
los de que esa unin sea more uxorio y no incestuosa.
2,26
Luis LORETO
IX
LA CONVERSION DE LA SEPARACON
DE CUERPOS EN DIVORCIO*
SUMARIO:
1. Admisin del divorcio y de la separacin de cuerpos en el derecho venezolano. Identidad de causales. Excepciones. - 2. El mutuo consentimiento como causal exclusiva de separacin de cuerpos. Procedimiento para
hacerla valer. Contenido de la solicitud. - 3. El consentimiento de los
cnyuges no es un contrato sino un acuerdo. El no produce la separacin sino
el derecho a solicitarla. - 4. Efectos de hecho de las decisiones sobre
separacin de cuerpos. El transcurso del tiempo. Causal. Derecho potestativo a la conversin en divorcio. Procedimiento sumario para hacerlo valer.
5. Reconciliacin. Sus efectos. Modalidades y formas de su alegacin. Crtica
a la prctica forense. - 6. Procedimiento de conversin. Aplicacin del
principio de que las partes estn a derecho. Peticiones no reconvencionales
durante el procedimiento. Su admisin. Reciente doctrina de casacin. Recurso. - 7. Tribunal competente. - 8. Contenido de la sentencia de
conversin. Efectos del pronunciamiento. Cosa juzgada. Efectos constitutivos. Registro de la sentencia.
1. El derecho civil venezolano admite las dos modalidades tradicionales del divorcio, esto es, el divorcio en sentido
estricto que disuelve el vnculo matrimonial (divortium quoad
vinculum), y la separacin de cuerpos que se limita en sus
efectos personales e inmediatos a relajar el vnculo sin extinguirlo, suspendiendo solamente la vida comn de los casados
(divortium quoad torum et cohabitationem). Tanto el uno
como el otro presentan la peculiaridad de que para producir sus
respectivos efectos jurdicos no es suficiente la mera voluntad
de los esposos para alcanzarlos, sino que es menester la preexistencia de hechos o actos ms o menos complejos, especfi* Este ensayo fue publicado en la Revista del Colegio de Abogados del Distrito
Federal, Ao XXIV, Abril-Junio de 1961, N 9 116, Pgs. 9 a 31.
228
Luis LORETO
229
2 3 0
Luis LORETO
231
para alcanzar el estado de divorciados. A tal efecto, el legislador estructur una especfica causal que permite indistintamente a cada uno de los cnyuges convertir la separacin de
cuerpos en divorcio. Para' hacerla valer se estableci un krocedimiento muy sumario dirigido a demandar la conversin, a
dar conocimiento de la demanda al otro cnyuge para que se
defienda y alegue lo que estime conveniente a sus intereses, a
que el funcionario judicial examine el procedimiento anterior
que condujo a la separacin, y a que se pronuncie el divorcio..
Mediante esa demanda el actor hace valer una accin de naturaleza constitutiva, pues tiene por objeto hacer valer el derecho
potestativo a conseguir la disolucin del vnculo matrimonial
por sentencia. Corresponder al demandante suministrar la
prueba de los hechos constitutivos de esa causal de divorcio,
y al demandado la prueba de los hechos impeditivos, modificativos o extintivos que alegue en contra de la demanda tal como
ha sido planteada por el actor.
232
Luis LORETO
233
234
Luis LORETO
versin, ninguna otra nueva citacin o notificacin ser menester practicar a las partes, sea demandante o demandada, para
los actos, de tramitacin del procedimiento sumario, considerndoselas desde ese momento suficientemente advertidas de
todo lo que en l suceda, pues estn a derecho. De ah que sean
innecesarios los traslados y vistas de los escritos y peticiones
que durante el procedimiento hicieren las partes, cualquiera
que sea la naturaleza y el contenido de ellos, pues se les supone
que son de su conocimiento o del de sus apoderados. Es muy
corriente en nuestra prctica forense que entre las peticiones
hechas por alguno de los cnyuges, figure la que se dirige a
obtener la modificacin en mayor o menor medida del rgimen
jurdico que estableci la sentencia o el decreto que pronunci
-la separacin de cuerpos. Esas peticiones pueden ser hechas
por el esposo en la misma demanda, o por el otro, demandado,
en la oportunidad de orsele sobre el contenido de la demanda de conversin. As, por ejemplo, a menudo se encuentran
pedimentos dirigidos, a que se modifique la guarda y el cuidado de los hijos menores, o la pensin alimenticia que les
haba sido' fijada anteriormente. Esas peticiones se hallan
aun en el caso de tratarse de fijaciones hechas por los esposos
en el acuerdo para separarse por mutuo consentimiento. Esta
circunstancia no ser bice para que el Juez, despus de examinar el caso en s mismo y en las razones y pruebas que se
aduzcan para fundamentarlo, de or al Consejo Venezolano
del Nio, y -ponderar rectamente los beneficios tanto personales corno sociales que se derivaran de la modificacin solicitada para la vida del menor,' acceda a ella y la acuerde en la
sentencia misma de conversin. Las partes en el procedimiento sumario estn a derecho, considerndoselas legalmente enteradas de todos los actos procesales de obtencin o de causacin que se realicen en el mismo, siendo innecesaria toda
notificacin de ellos a las partes. En este sentido se pronuncia
la doctrina, como aparece del siguiente fragmento: "Es de
observarse que las decisiones relativas a la guarda de los hijos
no tienen jams autoridad de la cosa juzgada, pudiendo siempre ser modificadas segn el inters de los hijos, a peticin
de la familia o del ministerio pblico. El Tribunal que pronuncia la conversin puede por tanto, si se le solicita y si
juzga apropiado hacerlo, quitar la guarda de los hijos al esposo
235
236
1Luis
LORETO
Comprobada que sea la causal de divorcio por conversin, el Juez deber declarar procedente el derecho a obtenerlo,
y, en acatamiento a su contenido que forma objeto del proceso
sumario, constituirlo en efecto. Aqu su actividad no es discrecional sino vinculada'.
7. Tribunal competente por el territorio para conocer
del procedimiento de conversin, es el mismo que hizo el
pronunciamiento de separacin de cuerpos. En l qued radicada la competencia para pronunciar sobre la conversin, a
tal punto de que si los cnyuges cambiaron de domicilio en el
intervalo, no ser el Tribunal de ste el competente para pronunciarla, sino aqul que conoci de la separacin, por ser el
nico que puede tener "vista" del procedimiento anterior..
Se trata de una competencia tpicamente funcional, y, por lo
tanto, improrrogable. Hay como na especie de perpetuatio fon.
8. En lo tocante al contenido y efectos de la sentencia
de conversin, nada determina de manera precisa el sistema
positivo, pero es evidente que deben ser en principio, aquellos de la sentencia y decretos convertidos que no sean incompatibles o contrarios a los que se producen en un divorcio
obtenido en juicio directo y especial contencioso (constitutivos, de hecho y reflejos), adems de aquellos contenidos
y efectos que surjan por haberse acogido las modificaciones
solicitadas en el trmite de procedimiento sumario de conversin. As, por ejemplo, el matrimonio queda disuelto; la mujer no podr usar ms el apellido del anterior marido; se extingue la comunidad de bienes si todava existiere; cesarn
todos los derechos y deberes derivados de la condicin de
cnyuges, tales como el deber de fidelidad y el de prestarse
alimentos; la vocacin hereditaria legtima cuya prdida estaba supeditada a la falta de una posible reconciliacin, se
pierde definitivamente. Por el contrario, aquellas situaciones
jurdicas ya establecidas y reguladas por la sentencia o el decreto de separacin de cuerpos, tales como las relativas al
ejercicio de la patria potestad, educacin, alimentos y guarda
de los hijos menores que no sufrieron modificacin alguna
por la sentencia, quedan en toda su fuerza y vigor. No debe
6 NIKISCH,
Civil, 1956, 1, N9
671
c).
155, 3; MARTY
REYNAUD,
Droit
237
x
EL CONCEPTO DE RELACION JURIDICA
EN DERECHO PRIVADO*
Al Dr. P. Itriago Chacmn
Entre la variedad de voliciones humanas que al realizarse en el mundo corpreo alcanzan el fin prctico querido por
el agente, no todas encierran aquella virtualidad propia a
producir efectos reconocidos por el orden jurdico. Los procesos volitivos, al exteriorizarse en accin, slo consiguen el
respeto obligatorio cuando, incorporados en la dinmica social,
han producido o pueden producir efectos relevantes para el
consorcio civil y que el derecho positivo considera dignos de
proteccin y de defensa. Pero, si en la esfera donde esa tutela
de defensa y proteccin acta, la serie indefinida e indefinible
de las voliciones humanas no puede comprenderse ni agitarse,
menos podan estarlo aun aquellas voliciones que se resuelven
en un puro inters psicolgico o tico, realizndose en un mundo extracorpreo, y dirigidas slo al perfeccionamiento de la
personalidad humana y a la beatitud definitiva en Dios.
Esta delimitacin, un tanto imprecisa, del campo donde el
orden jurdico se realiza, no debe hacernos pensar en confines
cerrados e impenetrables. Las normas ticas y religiosas (el
concepto de un imperativo categrico y la creencia en los castigos de una vida ultraterrena, por ejemplo), son factores que
estimulan la voluntad consciente a obtemperar a la norma jurdica, sin esperar a que la fuerza civilizada imponga su respeto
Este ensayo fue publicado en la Revista "ASTREA", de Derecho y Legislacin en Ciudad Bolvar, Tomo 1, N 9 12, Diciembre 1925.
2 4 0 -
Luis LORETO
241
242
Luis LORETO
nocidos por el derecho positivo para formar relaciones jurdicas y nada ms. Su accin fuera del campo donde el derecho
objetivo acta, o contraviniendo a normas de derecho cogente,
queda desprovista de los efectos jurdicos queridos, y, si produce algunos, es para castigar a los transgresores (le ges plus
quam per/ecte). La materia de la relacin deseada queda fra
y oscura porque el sol del mundo jurdico le niega su calor y su
luz'. Negndole su proteccin, el derecho objetivo toma una
actitud defensiva del orden jurdico, impidiendo que la voluntad de las partes den nacimiento a negocios jurdicos patolgicos que perturbarn el organismo jurdico. El derecho objetivo
es un concepto lmite, y, como dice Biermann, no es fin a s
mismo, sino medio a fin.
Cuando todos los presupuestos de hecho, de los cuales
la ley hace depender un efecto jurdico, se han realizado, es
decir, cuando un hecho jurdico se ha cumplido, entonces nace,
o se transforma, o se extingue una relacin jurdica'. Los presupuestos de hecho han de verificarse todos, ntegramente,
rdicas. ENDEMANN, Die civilrechiliche Virkuug der Verbolgeseize, pargrafo
72 (1887).
As por Ejem. un individuo creyndose tituhir de un derecho subjetivo
originado de esta pretendida relacin jurdica, intentase ante los Tribunales competentes una accin para hacerse reintegrar en el supuesto derecho
lesionado, el Juez da juicio, y sin negar la relacin de hecho, deber
rechazar la accin, por falta de muestra de ley positiva que la provea de
efectos jurdicos.
FERRAR, Ob. Cit., pg. 296. DE RUGGIERO, Istituzione di Diritto Civile,
1, pg. 46. Al tratar de los hechos jurdicos, debernos distinguir los constitutivos, que dan nacimiento a relaciones jurdicas por haber recibid en
su seno el soplo fecundante de una voluntad de ley; los extintivos, que
hacen cesar la relacin jurdica (si bien pueden perdurar sus efectos) por
haberse verificado en determinadas condiciones y a las cuales la ley apareja
un efecto extintivo, y, en fin, impeditivos, por que obstaculizan el efecto creador y normal de otro. Ejemplos de los primeros: el contrato, el matrimonio, el hecho ilcito. Ejemplos de los segundos: la solutio, la remisin de la deuda, la prescripcin, etc. De los hechos impeditivos tenemos
ejemplos en el Art. 783 del Cdigo Civil, en el 1194 del mismo, en el Cdigo de Comercio son , tan abundantes como en el Civil, pero aqu nos
concretaremos a los solos indicados arriba, para hacer menos larga y pesada
la exposicin. El Art. 783 dispone que, respecto de los bienes muebles por
su naturaleza y de los ttulos al portador, la posesin produce, en favor
de los terceros de buena fe, el mismo efecto que el ttulo. Por argumento
a contrario tenemos que la mala fe en el , adquirente a non domino, funciona
como un hecho impeditivo en la formacin de la relacin jurdica. Por el
Art. 1194 se dispone que, la obligacin fundada en una causa falsa o
ilcita, no tiene ningn efecto, y en donde la falsedad o la ilicitud de la
causa juegan un papel impeditivo, porque embargan el efecto normal y
especfico, del negocio jurdico. El tomar por fundamento de ste o de
243
244
Luis LORETO
a) Existiendo el derecho hominum causa, no es concebible una relacin jurdica sino entre dos o ms sujetos de
derecho. En la situacin ms simple, uno se encuentra en iina
condicin privilegiada sobre el otro; privilegio- que consiste
en ser titular de un derecho subjetivo y frente al cual se encuentra un obligado. La relacin jurdica, considerada subjetivamente, se analiza pues, de un lado (lado activo), como
una facultad de poder (Jacultas agendi), del otro (lado pasivo),
como una sujecin a ese poder. Derecho subjetivo y deber jurdico, he ah los lados extremos de la relacin6.
6 Cul de estos dos conceptos es el prius? Segn la teora predominante,
el concepto central es el derecho subjetivo. El deber jurdico no aparece
sino cuando se reconoce a un sujeto cn respecto a otro, un derecho subjetivo. En otra teora, que hoy gana terreno en el campo de la doctrina,
el concepto de deber jurdico es el concepto, del orden jurdico (FERRARA).
Para este autor, mientras todo derecho subjetivo se funda sobre un deber
jurdico, no todo deber produce un derecho. Esta teora parceme ms
lgica.. En efecto, el derecho, como hemos dicho, es un concepto lmite;
envuelve una idea de subordinacin de las libertades individuales a los mandamientos del orden jurdico. Este impone normas de conducta, crea deberes. El derecho subjetivo es un efecto reflejo del orden jurdico, en el
sentido que aparece con ocasin de la imposicin de un deber jurdico.
Esta tesis nos parece tambin ms adecuada a la realidad del fenomenismo
jurdico, y tal vez, pensamos, puede recibir su confirmacin en la teora
del Cdigo Civil. As, por ejem. en el Libro 1 casi todas las disposiciones
son integradoras del jus cogens. Donde un imperativo jurdico no se encuentra de manera explcita, textual,, el anlisis hallar un imperativo implcito,
virtual, exceptuando aquellas normas excepcionales que se resuelven en una
pura facultad jurdica, o que crean una tcnica especial y apropiada a la
realidad del caso jurdico. En el Libro II, al lado de normas declarativas,
que no confieren derechos ni imponen obligaciones (ejem. De la divisin
de los bienes), encontramos las normas relativas a la propiedad, a las servidumbres, etc., y que a primera vista parecen conferir nicamente derechos
subjetivos a la persona que se encuentre en situaciones de hecho previstas
por el derecho objetivo, sin deber jurdico a cargo de nadie. Mas, un
anlisis detenido nos mostrar que el derecho del propietario, por ejem. no
aparece sino como consecuencia del deber pasivo universal que pesa sobre
los dems hombres. El Ttulo IV del Libro III, reglamenta las obligaciones
y los contratos, en general; estableciendo en su Captulo 1 que las obligaciones nacen de la ley, de los contratos, de los causi-contratos y de los
hechos ilcitos (Art. 1173), esto es, determina todos los hechos jurdicos
de los cuales derivan las obligaciones (y consecuencialmente los derechos).
El Art. 1380 estatuye que quien pida la ejecucin de una obligacin debe
probarla, y quien pretenda que ha sido libertado de ella, debe por su parte
probar el pago o el hecho que ha producido la extincin de su obligacin
o, en otros trminos, quien pretenda ser el titular de un derecho subjetivo
debe probar el hecho jurdico que ha dado nacimiento al deber jurdico,
y hecho esto, el derecho subjetivo se alzar como consecuencia de aqul.
En el campo del Derecho Penal, la importancia del deber jurdico se manifiesta de una manera ms saliente. En efecto, el carcter eminentemente
formal de la norma penal, restringe la esfera de accin de la libertad humana,
imponindole el deber de abstenerse de ejecutar ciertos , actos o de realizar
otros determinados (la transgresin .a este deber dar lugar, en el primer
245
246
Luis Lo.zo
247
248
Luis LORETO
249
XI
Para resolver los problemas planteados dentro de la esfera de accin de la legislacin positiva, es menester establecer
y adoptar un mtodo de estudio. Tal mtodo, a nuestro entender, se orienta en dos direcciones fundamentales: que analizaremos brevemente y a los solos fines de establecer los postulados necesarios, a saber: resolucin del negocio jurdico
en general y alcance y lmites subjetivos de la cosa juzgada.
L - Resolucin del negocio jurdico en general. - La
nocin cabal de la resolubilidad del negocio jurdico en general tiene como presupuesto conceptual necesario, la existencia de un negocio en principio vlido, pero que, en virtud de
causas extraas a su estructura orgnica, puede perder su
eficacia hasta entonces provisional, con efecto retroactivo,
ex tunc; retroactividad sta que consiste precisamente en que
los efectos que verdaderamente se operan, merced al ltimo
hecho efectuado, se consideran como ya verificados cuando
se realiz el hecho o hechos anteriores de los cuales aqul ha
exteriorizado su energa. Estos efectos retroactivos tienen en
* Esteensayo fue publicado en Revista Jurdica, tomo 1, Mayo 1930, N? 7,
Pgs, 315321, Caracas.
252
Luis LoRiTo
253
254
Luis LORETO
ni de los vicios de forma ni de los de sustan'ia. En consecuencia, el acto jurdico sigue siendo resoluble no obstante el hecho
del registro, y acerca de la transmisin del derecho sujeto a
resolverse, la mxima nemo plus iuris in alium transierre potest
quam ipse habet no recibe derogatoria de ningn gnero. Ade-
25 5
Ante los ojos de quien estudie un texto de ley para aplicarlo, los .principios de la hermenutica jurdica no pueden
ceder el puesto a los de la razn y la equidad. El orden jurdico
en muchos casos acoge en sus normas ms de un ments a la
lgica y al buen sentido. Que sea obra de la tcnica legislativa
tratar de incorporar en el sistema jurdico (de lege ferenda)
la mayor dosis posible de justicia y de equidad, es problema
que escapa a la tarea del intrprete. El debe limitarse a los
datos lgicos que una sana y ponderada crtica le suministren,
dentro de la posicin actual del sistema.
Partiendo de estas premisas, si se admitiera la tesis contraria a la que defendemos, cul sera el contenido teleolgico
y jurdico de una serie de normas contenidas en el Cdigo Civil,
de cuyo conjunto armnico surge la nocin de que al elaborarlas el legislador tuvo en mientes la teora de la resolubilidad
del negocio jurdico, tal como exista en el derecho comn,
antes del proceso de la codificacin europea cuyas lneas fundamentales seguimos? Ninguno. Desde luego, no pueden escaparse al estudioso de la materia los graves inconvenientes prcticos que el sistema contrato pueda tener, pero ellos son obra
de nuestro imperfecto sistema de publicidad. Si no est obligado el retrayente a registrar su demanda, y si pronunciada la
subrogacin se resuelven todas las cargas establecidas por el
constituyente, an las constituidas cuando estaba en tela de
juicio el derecho al retracto; por qu han de existir y ser oponibles aquellas constituidas posteriormente a una sentencia
ejecutoriada y firme que no fue registrada?
Existe, sin duda, una contradiccin aparente entre el contenido que a primera vista surge de la letra de los artculos
1.994 y 1.996, por una parte, y, por la otra, el espritu informador de la teora de la resolucin del negocio jurdico en general. Tal contradiccin viene a nuestro entender, de que ci
256
Luis LoiETo
257
XII
260
Luis LORETO
su intelecto, lo que en nada difiere del que efecta todo entendimiento humano. Conforme al sentido material de la norma
contenida en el citado artculo, el juicio comienza por el libelo,
sigue por las exposiciones de las partes y termina por la sentencia, por lo cual el trmino juicio all empleado debe tomarse
en el sentido de proceso.
Esta circunstancia, dice, ha producido en los comentaristas cierta confusin y aun contradiccin como puede advertirse
en la doctrina expuesta por Feo 2 al tratar del desistimiento del
procedimiento y del retiro de la demanda. Segn esa doctrina
existen diferencias entre ambas instituciones procesales, reducidas a que mientras el actor no puede desistir de su procedimiento, ni antes ni despus de la contestacin de la demanda,
sin el consentimiento del demandado, cuya falta lo hara ineficaz, s puede retirarla sin ese consentimiento antes de la
contestacin.
Seguidamente formula el doctor Ayala atinadas observaciones enderezadas a distinguir entre el desistimiento del procedimiento que se efecta inmediatamente despus de admitida
la demanda y decretado el emplazamiento pero sin haberse
practicado todava la citacin del demandado, y el que se realiza despus de efectuado este ltimo acto. En el primer supuesto, dice, "todo lo hecho es res inter alios acta para el demandado", y el demandante puede no solamente desistir del procedimiento sino an romper su libelo, sin efecto alguno para el
que deca demandar. No as si se ha efectuado la citacin,
porque al ponerse al demandado a derecho por este acto, surge
una doble relacin jurdica que se establece con el Tribunal, la
primera, e inter partes, la segunda. "Por aquella nace para el
demandado la obligacin de cumplir la orden judicial; y por la
segunda el derecho de convenir en la demanda o de dar su contestacin". Es tan cierta y evidente la existencia de esta doble
relacin que, si el demandado no atiende a la orden de comparecencia, se le sanciona con la confesin ficta. De este anlisis resulta que antes de practicarse la citacin, es indiscutible
que el demandante puede desistir de su procedimiento sin que
nada pueda objetar el demandado, y quien; aun sabiendo que
2 . Estudios sobre el Cdigo de Procedimiento Civil Venezolano, 1, pg. 343.
CUNDO COMIENZA EL
Juicio?
261
se ha intentado una demanda contra l, no tiene, empero, procesalmente hablando, conocimiento de ella. En este caso, el demandado, por no ser todava parte, puede usar de la va especial de retardo prejudicial para que se ejerza la accin, haciendo
caso omiso de la demanda propuesta; o hacerse parte en el procedimiento ordinario, dndose por citado y oponindose al desistimiento, pues la accin por retardo no empezara para que
procediera en tal manera. Agrega que de estos pormenores no
se ocupa el legislador, quien los ha abandonado a la doctrina
y a la recta interpretacin de la judicatura, dejando mucho que
desear su obra en punto a la pureza y propiedad de los trminos que emplea, como lo demuestran los textos de los artculos 236 y 205 del citado Cdigo, en los que usa el trmino
juicio por proceso.
Asentadas estas nociones, pasa luego a exponer su personal doctrina, dirigida a denunciar la impropiedad de la palabra
juicio empleada en los referidos textos legales; a precisar su
verdadero y propio alcance y a determinar el momento desde
e1 cual, en su opinin, comienza el juicio. Su enseanza a este
respecto se halla consignada en el siguiente fragmento: "Con
efecto, el proceso que comienza con el libelo de demanda no es
ni puede ser el juicio porque es obra del demandante, y el juicio es obra exclusiva del juez. El libelo es apenas excitante del
juicio, puesto que pide se pronuncie alguna decisin; y sta
no puede pronunciarse sino mediante el juicio del juez dentro
de los lmites del proceso`. En ste distingue tres perodos
sucesivos. El primero est destinado a la recopilacin de los
datos del problema jurdico propuesto por las partes, y en el
cual el juez slo interviene para ordenar los elementos de hecho
que aqullas deben suministrarle, siendo su misin de simple
observador a fin de que esto se efecte de acuerdo a la ley. La
originalidad de la teora aparece en la concepcin..que nos da
el jurisconsulto sobre el segundo perodo del proceso, que es
en el cual se constituye el verdadero juicio, teora que aparece
claramente expresada del siguiente prrafo: "El segundo perodo es el del juicio, por el cual por el conocimiento que en el
perodo precedente ha adquirido (el juez) de los diversos
datos, se halla en capacidad de comparar los unos con los otros
3
262
Luis LORETO
CUNDO COMIENZA EL
Juscio?
263
264
Luis LoRETo
communi dividudo, etc. Indica, igualmente, la facultad de formarse adecuados y justos conceptos de la realidad, mediante
procesos lgicos y axiolgicos que originan estados racionales
y estimativos de conciencia. En esta acepcin se la toma en los
ordenamientos jurdicos para establecer incapacidades con fundamento en su anormalidad, como en el caso citado por Paulo
(D. 5, 1, 12, 2) respecto de los sordos, mudos, furiosos
e impberes para ser nombrados jueces, por carecer naturalmente de discernimiento (quia iudicia carent). Expresa asimismo 'la facultad y el acto de la inteligencia por medio de los
cuales la mente humana realiza un proceso de subsuncin de
hechos concretos bajo categoras abstractas y generales, muy
particularmente de orden normativo, a fin de verificar su adecuacin o discrepancia, lgica y racional, entre unos y otros
y sacar conclusiones concretas e individualizadas. Parece ser
que es a esta acepcin de la palabra "juicio" a la cual el doctor
Ayala pretende limitar su sentido especfico y dogmtico, de
forma que sera con la iniciacin de ese trabajo lgico del juez
(cognitio) que comenzara el juicio en sentido procesal propio.
Es innegable que en esta significacin lgico-formal, el trabajo
discursivo del juez 'debe rematar en la formacin de una sentencia en su nimo, positiva o negativa, sobre la realidad enjuiciada; pero su trabajo interpretativo de la ley no se agota en
deducciones silogsticas puramente formales, sino que en l
se incorporan valoraciones originales que le permiten insertar
en el sentido general y abstracto de la norma, sus vivencias
personales del caso concreto. Este subjetivismo inexorable est
en la naturaleza de las cosas.
En lo tocante a tecnicismo jurdico, el legislador venezolano se ha mostrado siempre conservador, permaneciendo impermeable a las corrientes renovadores del pensamiento tradicional, lo que ha contribuido en gran manera a que nuestro
sistema de procedimiento civil, no obstante su originalidad en
muchos puntos y su indiscutible eficacia prctica, se nos presente todava estructurado con materiales que dejan mucho que
desear en cuanto a solidez cientfica y a precisin tcnica.
A nuestro conocimiento, la palabra "proceso" se emplea
muy poco en el articulado del Cdigo de Procedimiento Civil,
valindose casi siempre el codificador del trmino "juicio",
265
266
Luis LORETO
267
268
Luis LORETO
contestacin e el procesal comn. Tal como aparece del sistema vigente, ms bien que un verdadero o simple acto, es un
estado del juicio, complejo, y unitario. Su objeto no est destinado exclusivamente para que tenga lugar en l la contestacin al fondo de la demanda, sino que puede comprender, y
a menudo comprende, la alegacin y decisin de excepciones
dilatorias o de inadmisibilidad invocadas como previas, de forma que al entrar el demandado a oponerlas se inicia ya entre
nosotros, desde ese momento,, el acto de la litiscontestacin,
hacindose el debate comn a ambas partes".
11 Esta concepcin acerca del acto de la litiscontestacin no es pacfica en la
doctrina nacional, en la cual encontramos la opinin contraria y autorizada
de nuestro maestro BORJAS, Comentarios al Cdigo Civil venezolano, Caracas, 1924, III pg. 66. La que acogemos en el texto se basa en el contenido
de la norma promulgada en el artculo 297 del citado Cdigo y en el argumento a rubro que se deriva de la Seccin Segunda, Ttulo Primero del
Libro Segundo del mismo, que trata "De la contestacin y de la conciliacin",
comprendindose en los pargrafos que la integran, despus de los destinados a las excepciones dilatorias y a las de inadmisibilidad (S 1' y 2),
uno especialmente dedicado a la "contestacin al fondo de la demanda"
( 3). Este sistema fue introducido en el Cdigo de Procedimiento Civil en
1897, que alter profundamente la estructura y el contenido del acto de
la contestacin de la demanda. Conforme a lo adoptado en los Cdigos
anteriores, que era sustancialmente el del derecho procesal comn, el acto
de la contestacin estaba exclusivamente dedicado a la respuesta que deba
dar el demandado al fondo de la controversia, de modo que si ste tena
excepciones dilatorias u otras previas que oponer, surga entonces una
cuestin incidental que deba resolverse in limine, no entrndose entre tanto,
a contestar al fondo. Vase en tal sentido el artculo 252 del Cdigo del
73. Por el artculo 251 del Cdigo del 97, el acto de la contestacin se hipertrofia,
se altera en su morfologa y aumenta el mbito jurdico posible de su contenido y
funcin. En este sistema las excepciones dilatorias y defensas previas vienen a
integrar, con la contestacin de la demanda al fondo, el acto complejo de la contestacin, acto ste que, por apego a la nomenclatura tradicional, desde el Cdigo
vigente se le califica de "litis-contestacin". En virtud de esta trascendental
reforma, el reo entra a contestar la demanda desde el momento mismo en
que conparece al Tribunal y opone alguna excepcin dilatoria o de iradmisibilidad para que se la resuelva como cuestin previa a la contestacin
al fondo. Esta ltima ha perdido, por tanto, el sentido, importancia y
alcance que tena en el derecho anterior, de ser el momento especfico en
que se trataba la litis y se iniciaba el juicio. La radical mudanza que en
la economa del sistema tradicional realiz la reforma del 97, es clara y
distintamente advertida por FEO, Ob. Cit., II, pg. 44, quien fundamenta
sobre ella muchos de los ms importantes desarrollos tericos de su obra
fundamental. En el sistema en vigor, que es verdaderamente original, el
anlisis terico y constructivo del sistema normativo del Cdigo conduce al
resultado de que pueda hablarse de un acto de contestacin en sentido amplio
(litis-contestacin), con un contenido vario y complejo segn la conducta que
adopte el demandado; y de un acto de contestacin en sentido estricto
destinado a la contestacin al fondo propiamente dicha, y en la cual se
contiende especificaciones sobre la relacin litigiosa sustancial deducida en
juicio. No es sta la oportunidad para enjuiciar la reforma realizada por los
legisladores del 97; sta es cuestin de gran momento que merece un detenido
269
270,
Luis
LORETO
CUNDO COMIENZA EL
Juicio?
271
13 CONFORME AYALA,
272
Luis LORETO
actor, quien puede an manifestar, mediante un acto de dispositivo de su parte, la intencin de retirar su peticin de tutela
jurisdiccional, sin que sea menester para que tal voluntad
produzca la plenitud de sus efectos, el consentimiento del demandado (invito reo). A este respeclo, Chiovenda nos da la
siguiente leccin: "No hay nada de contradictorio entre el hecho de que la relacin procesal exista con la demanda, y el
hecho de que ella se encuentre por un cierto tiempo en estado
de pendencia: El derecho positivo puede muy bien admitir
estos dos hechos`.
La poltica procesal que sigui nuestro legislador en la
oportunidad de estructurar el sistema del desistimiento del
procedimiento, le llev a permitir que el demandante pudiera
disponer unilateralmente de la, suerte del juicio hasta el momento de la contestacin, aun cuando el demandado estuviese
ya citado, por lo cual hasta un instante anterior a aqul en que
el demandado comience a dar su contestacin, la vida de la
instancia depende en un todo de la voluntad del actor. Podra
seguirse la solucin de requerirse tambin el consentimiento
del demandado para la eficacia del desistimiento desde que se
15 Principii di diritto processuale civile, 4' Ed., pg. 626, nota 1. As sucede
CUNDO COMIENZA EL
Juicso?
273
274
LUIS. LORETO
CUNDO COMIENZA EL
Juicio?
275
momento jurisdiccional y la fase ltima del juicio. Este procedimiento expeditivo ha eliminado de la prctica el ejercicio autnomo de la actio iudicati,
la cual ha quedado relegada a reliquia de un ilustre pasado, propicia solamente para hacer sobre sus restos venerandos doctas lucubraciones escolsticas.
XIII
278
Luis LORETO
manera formal. El supuesto es todo evento (1 actum) establecido por la norma como condicin de su vigencia; la disposicin, la consecuencia jurdica que ella atribuye a la realizacin
del supuesto en el tiempo y en el espacio. Del hecho como
objeto de la realidad se predica una cierta cualidad normativa
que comunica a su desnuda facticidad un determinado sentido
valioso, viniendo as a ser el sujeto de un juicio lgico. Por
esa predicacin, el hecho pierde su neutralidad o indiferencia
como evenfo puro y simple, y se transforma en "hecho jurdico" (lato sensu). Los dos miembros que integran el concepto de hecho-jurdico, son la expresin semntica de una proposicin en que se mienta al propio tiempo el sujeto y el predicado de un mismo juicio relacional. Por tanto, el supuesto
es el evento calificado por la norma como condicionante de la
consecuencia jurdica, de donde se infiere que entre el hecho
jurdico y la consecuencia jurdica, existe la relacin lgica
necesaria de razn a consecuencia en la forma de un juicio
imputativo1.
Los supuestos previstos abstractamente por la norma
constituyen los "hechos especficos legales" (abstrakten Tatbestiinde) que, al realizarse en determinado momento, adquieren la cualidad de "hechos especficos concretos" (konkreten
Tatbestiinde). Lo propio sucede con la disposicin normativa,
la cual en tanto que mero elemento de un juicio hipottico, es
"consecuencia jurdica abstracta" (abstrakte Rechtsfolge) que
se hace "consecuencia jurdica concreta" (konkrete Rechtsfolge) al efectuarse el supuesto de hecho que la condiciona.
Quien alegue en su favor y haga valer una determinada consecuencia jurdica, debe afirmar y probar que los hechos jurdicos que son presupuesto de su nacimiento y validez, se han
realizado de manera concreta. Cuando entre los sujetos de una
relacin jurdica afirmada como existente y vlida hay discrepancia en uno u otro trmino del juicio relacional (supuesto,
disposicin o consecuencia) o en ambos, surge la litis, y para
componer el conflicto de intereses as surgido, es menester que
alguno d los litiga- ntes demande la . tutela- jurisdiccional del
1 Para toda esta problemtica, KELSEN, HANS, Reine Rechtslechre, 2 Ed.,
1960, pgs. 72 y sig.; GARCf A MAYNEZ, EDUARDO, Lgica del juicio jurdico
Mxico, pgs. 124 y sig.; REALE, MIGUEL, Filosofa do direiro, IV Ed., Sao
Paulo, 1965, pg. 404 y sig.
279
280
Luis
LORETO
28
282
Luis LORETO
283
"su objetivo contina siendo la pretensin sometida al pronunciamiento y apreciacin del rgano jurisdiccional`.
Mientras que el recurso de apelacin abre el camino al
conocimiento pleno de la causa en el segundo grado de la jerarqua judicial, reiterando la instancia en hecho y en derecho,
el de casacin, por el contrario, no constituye un tercer grado
de jurisdiccin, y, en tal sentido, no es una tercera instancia,
siendo slo un remedio excepcional de impugnacin directa
del fallo en cuanto a su no conformidad al derecho solamente.
Su objeto, pues, es slo la revisio in jure de la sentencia, no de
la causa (res quae in judjcjo est).
pg. 129.
284
Luis LORETO
285
con lugar al recurso sea obligatorio para los jueces de instancia que deban fallar nuevamente. Este principio viene a comunicar a la institucin mayor autoridad y prestigio, constituyendo al propio tiempo una efectiva garanta para el recurrente.
Este sistema corresponde a la enseanza ms autorizada de la
doctrina procesal. "Es un contrasentido, ha dicho Adolfo Wach
con referencia a la revisin germnica, instituir un Alto Tribunal a quien se d la atribucin de reformar las sentencias de
las instancias inferiores, y admitir luego que estos Tribunales
no queden obligados a acatar su doctrina en las respectivas
causas"8.
6.' El legislador venezolano no se ha limitado a ordenar
la obligatoriedad de la doctrina de casacin, sino que ha establecido un remedio procesal tpico que permite controlar su
observancia por el Tribunal de reenvo. A tal efecto ha dispuesto que sern nulos la sentencia y los autos que dicho Tribunal
dicte en desacato de la sentencia de casacin. Se crea as un
recurso especfico de nulidad destinado a controlar por la misma Sala de Casacin, mediante una tramitacin rpida y expedita la debida obediencia por los jueces de instancia a la sentencia de casacin que vincula su conducta futura en la decisin
de la causa.. Casacin tiene pues la ltima palabra.
Dada la fuerza obligatoria que la doctrina establecida tiene para el Tribunal de reenvo, puede considerarse el fallo de
ste como una especie de aquellas decisiones que la ciencia
procesal moderna conoce con el nombre de "sentencias subjetivamente complejas". En efecto, la sentencia del Tribunal
de reenvo no es la obra exclusiva, libre y autnoma de sus
jueces, sino que, en cuanto al punto de fondo o de forma establecido por la Sala reguladora, su doctrina se impone a su
voluntad, que debe acatar y acoger en su fallo bajo pena de
nulidad.
7. La actividad jurisdiccional de la Sala de Casacin est
reducida a considerar y decidir solamente las infracciones de
ley denunciadas por el recurrente en el escrito de formalizacin,
sin extenderse al fondo de la controversia (meritum causae),
Vortrge ber die Reichs-Civilprocessordnung, Bonn 1896, pg. 296.
CALAMANORES, PIRRO, Studi sul processo civile, Padova 1930, Vol. TI,
pgs. 211 y sig.
286
Luis LORETO
287
288
Luis LORETO
rar nicamente las infracciones de ley denunciadas por el recurrente en su escrito de formalizacin, para declarar si son o no
procedentes y casar o dejar en vigor la sentencia recurrida.
Si de ese examen encontrare que el Tribunal de instancia ha
quebrantado alguna disposicin expresa, o aplicado falsamente
alguna ley, cuya infraccin no ha sido denunciada, se limitar
a advertirlo as a los jueces sentenciadores sin casar el fallo, al
solo fin de conservar la integridad de la legislacin y la uniformidad de la jurisprudencia. Es el llamado impropiamente
"recurso en inters de la ley". Dada la inocuidad de sus efectos
sobre la sentencia recurrida, esta advertencia es una institucin platnica, contraria a la justicia y a los fines mismos del
proceso. El excesivo apego al principio de iniciativa de parte
que gobierna todo el sistema del proceso civil, es llevado aqu
a sus extremas consecuencias, abandonando el derecho del litigante que ha manifestado su inconformidad con el fallo, a la
necesidad de su oportuna y expresa denuncia de infraccin de
ley. Parece inconcebible en un sistema racional del proceso que
la Sala de Casacin se limite a "observar" a los jueces de instancia las violaciones de preceptos que pueden ser de la ms
elevada jerarqua normativa, como los constitucionales o relativos a los presupuestos procesales, por la sola circunstancia
de que tales infracciones no fueron denunciadas en el escrito
de formalizacin. Dejar en vigor una sentencia cuya parte dispositiva es el resultado de infracciones cometidas contra normas de orden pblico eminente, es dar al instituto de la casacin una aplicacin absurda, que ofende las entraas ms ntimas de la justicia. Constituye la ms ostensible y condenable
infraccin de ley, que la Corte est llamada a hacer respetar,
advertir que el fallo de instancia ha sido dictado contra ius
in tbesi clarum, y, sin embargo dejarlo subsistir. Se observa
"la infraccin para que no se la corneta en decisiones futuras",
pero la que ha dado origen hic et nunc a la censura en inters
de la ley se la mantiene intacta en su injusticia. El quebrantamiento de leyes de orden pblico, an no denunciado, debe
declararse por la Sala de Casacin no solamente en mero inters de la ley, sino de la parte recurrente y con efecto vinculante para el juez de reenvo".
11 En este sentido, CUENCA, Ob. Cit., Torno II, pg. 286. En contrario, la
-
doctrina de la mayora de los autores nacionales y la jurisprudencia constante
289
290
Luis LORETO
291
292
Luis LORETO
293
XIV
296
Luis
LORETO
rgimen comn u ordinario, originndose as una especial legislacin. Nacida sta de la necesidad o convenienia de dar
satisfaccin a intereses extraordinarios dignos de peculiar -tutela, muchas de las instituciones que ella sanciona siguen casi
inalterada su suerte secular, y sin savia nueva que les restaure
su vigo1, los preceptos que las expresan se presentan muchas
veces obscuros y dudosos en su inteligencia, ora por la falta
de precisin en su contenido normativo, ora por las deficiencias tcnicas en su estructura literal que los hacen casi inaccesibles asu verdadero sentido y de difcil y escasa aplicacin.
De ah que sea tarea harto delicada la del estudio de aquellas
instituciones excepcionales que, debido a la incompleta o
imperfecta forma de las leyes que las encarnan, son casi desconocidas de la prctica forense, impidindoles su falta de desarrollo normativo y de vigencia mostrar los beneficios que de
su buen uso se deriva. En el organismo del sistema jurdico
ellas se muestran como clulas casi atrofiadas que, a la sombra
de su anomala secular, parecen languidecer inexorablemente
y hallarse en trance de desaparecer. El mejor modo de comprender esa legislacin excepcional y de dudosa inteligencia,
es, como deca Cecilio Acosta, "ocurrir a las necesidades que
ellas explican, y de las cuales no vienen a ser otra cosa que la
forma escrita`.
Tal cosa sucede entre nosotros con el instituto de la curatela especial sancionado en el artculo 311 del Cdigo Civil,
cuya texto es el siguiente: "El que instituye heredero, legatario
o hace donacin a un menor o a un entredicho, puede nombrarle un curador especial para la administracin de los bienes que
le transmite, aunque el menor est bajo la patria potestad, o el
entredicho tenga tutor; y aun podr dispensarlo del deber de
rendir cuentas de la administracin y de presentar estados
anuales". Los jurisconsultos nacionales que han estudiado y
comentado nuestro derecho civil, muy poca atencin han prestado a esa disposicin, limitndose a hacer de ella breves e
incompletos desarrollos doctrinales de escaso valor constructivo y sistemtico2.
Obras, Caracas, 1909, Vol. IV, pg. 333.
1
2 Cfr. SAN0JO, Instituciones de Derecho Civil Venezolano, Vol. 1, N 243;
DoivnNrcl, Comentarios al Cdigo Civil Venezolano, Tom. 1, pg. 419; Gi.
NADILLO C., Tratado Elemental de Derecho Civil Venezolano, Caracas 1951,
297 -
298
Luis
LORETO
299
300
Luis LORETO
LA
301
302
Luis LORETO
En el Cdigo Civil de 1867 nada se dispone sobre la curatela especial, pero reapareci en el Cdigo de 1873 que, como
se sabe, tuvo por modelo al italiano de 1865, del cual el artculo
247 fue copiado casi literalmente. En efecto, en el artculo 287
del Cdigo del 73, se encuentra la siguiente norma: "El que
instituye de heredero a un menor puede nombrarle un curador
slo para la administracin de la herencia que le transmite,
aunque el menor est bajo la patria potestad". Esa disposicin
es acogida ntegramente en el Cdigo de 1880, con el siguiente
agregado en su parte final: "y an podr dispensarle del deber
de rendir cuentas de la administracin y presentar estados
anuales" (art. 295). El Cdigo de 1896 conserva la institucin, extendindola tambin al entredicho (art. 296). En las
reformas posteriores de 1904 (art. 302), 1916 (art. 343) y
1922' (art. 343), la institucin -se mantiene en vigor, amplindose su contenido para darle acogida, adems de la institucin
de heredero, al legado y a la donacin. En la reforma de 1916
se sustituy la frase "slo para la administracin" que se encontraba en el texto correspondiente del Cdigo derogado, por
a su hijo o hija, nieto o nieta, o a otro descendiente, por donacin o por
acto de ltima voluntad, bajo la condicin de que su padre o aqul en
cuyo poder est, no tenga el usufructo ni participacin alguna en los bienes
dejados o donados, pues aqullos tienen la facultad de dejar los bienes
a extraos sin que esto resulte en beneficio del padre, permitindose esto
no slo a los ascendientes sino tambin a los extraos. Dispuso all mismo
(pargrafo 1) que si aqullos a quienes se dejan esos bienes estn constituidos en poder de otro, puedan si son mayores de edad, disponer de
ellos como quieran; pero que si fuesen menores, los bienes sern administrados por quien designe el testador o donante, hasta que los hijos favorecidos lleguen a la mayor edad; que si el donante o testador no nombra
administrador para los hijos o el nombrado no quiere o no' puede encargarse de la administracin o muere antes que los hijos hayan llegada a la
mayor edad, 'entonces el juez competente debe nombrar para administrarlos
un curador digno de confianza que preste causin, quien deber guardarlos
y administrarlos hasta que los menores lleguen a su mayor edad. Es esta
constitucin propiamente y no el fragmento de PAULO D. 26 3. 4 que a
veces se cita, el remoto fundamento histrico-legislativo de esta curatela especial, acogida con modificaciones por algunos derechos modernos. Cfr. los
Cdigos Civiles de Argentina (Arts. 294, 397 ordinal 6?), del Brasil (Arts.
391 inciso III), de Colombia (Art. 442), del Ecuador, (Art. 388), del
Per (Arts. 415 y 600 ordinal 7?) , y del Uruguay (Art. 267, inciso II);
de Alemania (pargrafo 1638, 1794, 1909 y 1917 BGB; de Austria (pargrafo 149 ABGB); de Francia (Art. 389 CC) y de Italia (Art. 356 CC.).
En cuanto al referido origen justinineo de la institucin, la doctrina es
pacfica Cfr. Sntesis, Das practische geneine Civilrecht, Leipzig, Vol. II,
pargrafo 141 N' 51; GAETANO, en Ii Digesto Italiano, voz "Cura, curatela,
curatore", Vol. 8, IV, pg. 8898, N 19; AscoLi, en Rivista di diritto civile,
1913, pg. 259; STOLFI, Diritto Civile, Tormo 1921, Vol. V. N? 881.
311
303
la de "para la sola administracin", acogindose as la redaccin del proyecto Arcaya que se inspiraba en el artculo 247
del Cdigo italiano. El texto del artculo 343 del Cdigo de
1922 fue acogido literalmente en el artculo 311 del vigente,
con la nica modificacin de haberse suprimido el adjetivo
"sola" de la frase "para la sola administracin", quedando,
por tanto, "para la administracin", que actualmente tiene.
Estas variadas innovaciones y modificaciones fueron atinadas,
pues con ellas se acogieron las observaciones crticas que la
doctrina extranjera haba hecho al sistema anterior. Esas crticas llevaron al legislador italiano a ampliar el mbito normativo
de la curatela especial tal como estaba regulada en el Cdigo
de 65, dndole acogimiento tambin como causa de su delacin, a donaciones y legados, como as aparece en el artculo
356 del Cdigo vigente.
5. Al proseguir el estudio del instituto que nos ocupa,
una primera cuestin fundamental se presenta, cual es la relativa a determinar la naturaleza jurdica de la norma sancionada
en el artculo 311, o, en otros trminos, se trata de precisar
si ella es de derecho comn o de derecho singular. A este
respecto, dos corrientes igualmente autorizadas se han defendido en la doctrina, que pasamos a exponer brevemente.
En una primera opinin, la norma del artculo 311 sera
de derecho comn. Ella ha sido sustentada en Italia en relacin
con el derogado artculo 247 del Cdigo Civil, por Guiseppe
Piola con apoyo en los siguientes argumentos: "Tal disposicin
no es excepcional; ella no es otra cosa que la aplicacin del
principio general segn el cual entra en la facultad de quien
dispone de algo a ttulo gratuito u oneroso en favor de cualquiera persona, establecer aquellas modalidades respecto a la
administracin de la cosa objeto del acto que, sin ser contrarias
a la esencia del acto mismo y no constituir clusulas ilegales,
valgan para proveer a la satisfaccin de legtimos intereses
del disponente, aun solamente morales; aplicacin que presenta
un aspecto especial en materia de incapaces, dependiendo del
concurso del curador y de quien ejerce el poder en la proteccin
de objetivos diversos, lo que necesita una serie de principios
especiales reguladores de la accin de rganos concurrentes.
Una vez establecido que tal disposicin no es excepcional, la
304,
Luis LORETO
aplicacin del principio no debe restringirse a los casos taxativamente contemplados por la ley, sino que se extiende a
todo cuanto alcance el principio del cual deriva`.
Para la segunda opinin, la norma que instituye la curatela especial es de naturaleza excepcional o de derecho singular,
doctrina sta que es la prevaleciente en Italia y tiene su ms
egregio mantenedor en Francesco Saverio Bianchi. Afirma
enfticamente que todos los atributos del poder paterhal establecidos por la ley en inters del hijo menor de edad, son
esenciales e indudablemente de orden pblico, por lo que toda
disposicin privada que los derogue o modifique con fundamento en una norma permisiva es de naturaleza excepcional. "La
verdad es, dice, que el derecho de administracin legal es esencial a la patria potestad como todos los otros atributos de ella
establecidos por la ley en el inters del hijo; que todos estos
atributos son igualmente ms bien deberes que derechos pertenecientes indistintamente al orden pblico, y, como tales, no
pueden sufrir derogacin por convenciones o disposiciones
privadas, sino en cuanto lo permita la ley misma que los ha
instituido y regula de ellos todas las aplicaciones". . . "Segn
nosotros, contina, no podra derogarse al derecho de administracin legal que corresponde al padre que ejerce la patria
potestad, sino por la autoridad judicial en los casos previstos
por el artculo 233, o por disposicin privada en el caso especial
determinado por el artculo 247. Adems, esta ltima disposicin, como excepcional que es, al permitir la derogacin de
una regla general de orden pblico, debe interpretarse y aplicarse con el ms estricto rigor, de modo que a las donaciones
o a los legados, a diferencia de las instituciones de herederos,
no podra ponrseles la clusula que privase al padre de la
administracin de los bienes que forman objeto de la liberalidad en favor del hijo, ni ninguna otra especie de derogacin
sera admisible contra el derecho de administracin legal que
pertenece al padre, fuera de esta expresa y taxativamente
permitida por la ley".
9 Delle persone incapaci, 2 Ed., Vol. 1, pg. 402.
10 Corso di Codice Civile Italiano, 2' Ed., Vol. VII, N 184; y en relacin
con la administracin de los bienes de los menores y entredichos bajo
tutela, Vol. VIII Ne 30. Su doctrina fue elaborada sobre el texto del artculo
247 del Cdigo Civil italiano de 65, que slo contemplaba, como se dijo,
305
306
Luis LORETO
307
308
Luis LORETO
de testador odonante. Por tanto, ese poder no es una manifestacin de la capacidad jurdica general que corresponde a todo
'sujeto de derecho, sino un poder concreto que configura un
verdadero derecho subjetivo.
Ese "poder" nombrar a una persona para que ejerza la
administracin de los bienes que se atribuyen a un menor o
entredicho, encierra al propio tiempo el de investirla de la
cualidad de curador especial, y el acto en que se manifiesta
constituye la delacin o vocacin a la curatela, al cual el ordenamiento jurdico vincula un especial poder de representacin
del menor o entredicho (ex le ge). Establecida esa curatela por
liberalidad del instituyente y en el exclusivo beneficio privado
del incapaz, es manifiesto que puedan darse en el acto de su
constitucin, las ms variadas modalidades a su ejercicio y las
reglas o instrucciones a que el curador debe ajustar su conducta
en el gobierno de los bienes dejados, siempre que ellas no sean
contrarias a las leyes de orden pblico. La curatela especial
es siempre la obra de un negocio jurdico, como que la nica
causa de su delacin es la voluntad del instituyente (testador
o donante), voluntad sta que es el acto jurdico constitutivo
de su nacimiento.
7. Cuestin de gran momento es la atinente a determinar la estructura propia y el rgimen jurdico de la curatela
especial, o, en otros trminos, la de precisar si el instituto est
sujeto a un rgimen unitario, cualquiera que sea la condicin
jurdica en que se encuentre el incapaz, o si habr de variar
segn que se encuentre bajo patria potestad o bajo tutela.
Segn una opinin doctrinal compartida tambin por la
jurisprudencia italiana, el curador ejercera la administracin
de los bienes de conformidad con las mismas reglas a que est
sujeta la persona que ejerce la potestad ordinaria sobre el incapaz, de forma que la estructura y el rgimen de la curatela
especial sern diferentes segn que ste se encuentre bajo
patria potestad o bajo tutela, sin que el curador pueda tener
poderes mayores que los del respectivo guardador ordinario,
no obstante cualquiera disposicin diversa del disponente.
Segn esa opinin, la curatela seguir las mismas vicisitudes del
rgimen ordinario a que est sometido el menor o entredicho.
Por tanto, el instituto no tendra un rgimen unitario, sino que
309
variara en su estructura y funcionamiento, en la misma medida en que se altere o cambie la administracin ordinaria, y,
de consiguiente, la curatela especial sera una institucin
bifronte`.
Estimamos que esta doctrina no puede compartirse. En
nuestra opinin la curatela especial establecida en el artculo
311, es una institucin que tiene una estructura peculiar y un
rgimen unitario, cualquiera que sea la situacin jurdica en
que se halle ci incapaz. Dicha disposicin est colocada en el
Cdigo Civil en el Ttulo que trata de la Tutela, con lo cual
ha querido expresar el legislador su voluntad de que sea el
rgimen tutelar y nicamente es ese rgimen, el que regule, en
principio, el funcionamiento de la curatela especial, as se encuentre el incapaz bajo patria potestad o tutela. Este criterio
de uniformidad de rgimen jurdico, deriva de la unidad de su
estructura orgnica. Enclavada como est esa disposicin en
el articulado del Cdigo correspondiente a la tutela, parecera
que habra de organizarse tambin como ella, con todos los
rganos de control y vigilancia, y bajo las previsiones y garantas
especiales que a la tutela le son propias. Pero no se trata de
una verdadera tutela, sino de un instituto paratutelar organizado solamente para establecer una administracin distinta
de los bienes (cura bonorum). De ah que no se encuentre en
su estructura los rganos especficos de control y vigilancia
propios de la tutela, como son el consejo de familia y el protutor, sino nicamente aquel rgano que es comn a la patria
potestad y a la tutela, cual es el juez civil que debe intervenir
en todos los actos en que su intervencin sea necesaria conforme a los principios que rigen la tutela. De conformidad con
esta construccin unitaria de rgimen y funcionamiento, si el
menor est bajo patria potestad, los actos del curador se cumplirn de acuerdo con las disposiciones pertinentes de la tutela
y no con las de la patria potestad. Por lo dems, esta doctrina
responde a la tradicin secular segn la cual, como antes se
dijo, en la cura de bienes se siguen en general los principios de
la tutela".
13 PIOLA, b. Cit., Vol. II, pg. 216.
14 WINDSCHEID, Loc. Cit., texto y nota 6, y las decisiones citadas en tal sentido
Por PIOLA, loc. cit., nota 7. La doctrina expuesta conduce igualmente a sos-
tener que aun cuando la tutela este ya organizada y el curador necesite realizar
310
Luis LORETO
8. A pesar de las transformaciones profundas de estructura y organizacin que las instituciones tutelares en general
han tenido desde el derecho romano hasta nuestros das, el
carcter de deber cvico de ellas se conserva y afirma en los
derechos modernos, erigindose en una carga pblica. Esa
naturaleza de orden pblico de los cargos tutelares se encuentra
pacficamente recibida en la doctrina tradicional de los legistas
y comentadores del derecho comn, muy particularmente en
la ensenza de los pragmticos espaoles. Es as como vemos
decir a Gutirrez en su famoso tratado sobre la materia: "Tutela inter munera publica computantur".
311
312
Luis
LORETO
313
11. Toda persona, nacional o extranjera, capaz de disponer por testamento o de hacer donaciones puede nombrar
un curador especial para que administre los bienes que transmite a un menor o a un entredicho, a ttulo de institucin de
heredero, de legado o de donacin. El instituyente puede ser
pariente, legtimo o natural, en cualquier grado del beneficiario,
o extrao en absoluto a sus relaciones de familia. De ah que
pueda serlo el padre o la madre que ejerza o no la patria potestad, el cnyuge y los ascendientes; pero si se trata de institucin de heredero, la curatela slo puede referirse a los bienes
relativos a la parte disponible, pues los que correspondan por
concepto de legtima no podrn ser sometidos a ninguna condicin, como sera la de que fuesen administrados por el curador especial (art. 883 y argumento sacado del ordinal 1 del
artculo 273 del Cdigo Civil)`. Estimamos, sin embargo,
que esto no excluye la admisin de la clusula sociniana que
consideramos aplicable en nuestro derecho`.
12. En cuanto a las personas que pueden ser sometidas
a la curatela especial en la administracin de los bienes que se
les dejan, ellas no pueden ser otras que menores bajo patria
potestad, tutela o entredichos. No puede drsele a los mayores
aun inhabilitados, pero s a los emancipados, porque son
menores.
el incapaz. En el sentido de nuestra opinin, contraria a la suya, Cita
varias decisiones jurisprudenciales (Loc. Cit., N 7).
18 Cfr. DOMINICI, Ob. Cii'., pg. 419; PIOLA, Ob. Cit., pg. 404; VENZI en
Paci/ici-Mazzoni, Ob. Cit., pg. 343; LEONARDO COVIELLO, Sucessione Legitima
e necessaria, Milano 1938, pg. 317, para quien 'el legislador ha querido
sustraer a toda ingerencia del testador todo lo que directa o indirectamente
se refiere a la condicin legal de los bienes que constituyen la legtima".
En sentido contrario Cicu, Loc. Cit.; BIANCHi, Ob. Cit., Vol. VIII, pg. 103;
STOLFI, Diritto Civile, Tormo 1921: Vol. V. N 883, finalmente, Giursprudenza Italiana, 1937, Part. 1' Sez. l'i, pg. 354, en donde aparece una
decisin de la Casacin de Italia segn la cual "quien instituya herederos
a menores sujetos a patria potestad, puede nombrarle un curador especial
tambin para la administracin de los bienes que constituyen la legtima".
19 De ah que si el testador deja al legitimario ms de la parte de legtima,
bajo la condicin expresa de que toda la asignacin patrimonial sea
administrada por el curador especial que nombra, quedar a voluntad de
quien deba aceptar la herencia con tal condicin resolver acerca de si
debe aceptarla en tales trminos y darle eficacia a dicha clusula, o conformarse solamente con la porcin legtima, sin curadura. Sobre esta cautela
para el derecho moderno, Cfr. POLACCO, Delle successioni, Roma 1928, Vol.
1, pg. 236, y para el comn KOEPPEN, Lehrbuch des heutigen riirnischen
Erbrecht, Wrzburg 1895, pg. 639.
Luis LORETO
314
No puede drsele un curador - especial. a las personas jurdicas por estar fuera del alcance de la norma del artculo 311,
pero a ellas puede ciertamente institurselas herederas, legatarias o hacrseles donaciones bajo la condicin de que la atribucin patrimonial que las beneficia sea administrada por un tercero, pero en tal supuesto no nos encontraramos en presencia
de la constitucin de una verdadera y propia curatela especial,
sino de una modalidad condicional y distinta de la asignacin
patrimonial.
13. En lo tocante a la persona que puede ser nombrada
curador, lo es toda aquella que no est comprendida en ninguna
de las causas de inhabilidad determinadas en el artculo 339
del Cdigo Civil para obtener el cargo de tutor. Conforme a
nuestro sistema tutelar en general, la curatela no puede recaer
sino en una sola persona, desconocindose el ejercicio conjunto por dos o ms curadores (concuradores). Ello no empece,
sin embargo, para que el disponente pueda nombrar varios
curadores sustitutos en orden sucesivo, para el caso de que el
designado en primer o ulterior trmino no quiera o no pueda
aceptar el encargo, o si aceptado, no lo ejerciere por cualquier
causa sobreviniente, como muerte, renuncia, etc. Estimamos
que en nuestro sistema, a diferencia del de otros pases que se
inspiran en la tradicin romana del derecho ltimo, la falta
del curador por cualquier motivo no puede ser suplida por el
magistrado judicial, y de ah que el nombramiento de sustitutos
para el caso de que tal falta acaezca, constituya una oportuna
cautela del disponente.
Por otra parte nada se opone a que por distintas atribuciones patrimoniales hechas por una persona a un mismo menor
o entredicho, se nombren curadores distintos y separados para
la administracin de ellas. Tal vez huelgue advertir que las
diversas curatelas que en tal supuesto se constituyan y las
separadas administraciones de las distintas masas de bienes que
las forman, no rompen la unidad jurdica del patrimonio del
beneficiario, que queda siendo siempre uno e indivisible, slo
sujeto en cuanto a dichos bienes a distintos regmenes administrativos`.
20 Cfr.
PIOLA,
35
316
Luis
LORETO
Dispone el artculo 311 en su parte final que el instituyente aun podr dispensar al curador del deber de rendir cuentas
de la administracin y de presentar estados anuales, de donde
se ha inferido rectamente que si nada en contrario ha dispuesto el testador o donante, el curador deber rendirlas y presentarlas. Con apoyo en esa disposicin ensea Dominici que
'como la ley no menciona la formalidad del inventario, deducimos que no le es dado al testador eximirlo de ella, y que
los representantes del menor pueden requerirlo para que haga
el inventario, conforme al cual deber entregar los bienes hereditarios cuando fenezca la administracin" 21 . No nos parecen
decisivas las razones del maestro para excluir la-posibilidad de
que el instituyente exima tambin al curador de la obligacin
de hacer inventario, con apoyo en el argumento a contrario
derivado de que en el texto legal slo se faculta al instituyente
para dispensarlo de rendir cuentas y presentar stados anuales.
La exencin referida a estas dos hiptesis se explica fcilmente
debido a que, conforme a la doctrina comn, las normas que
ordenan una y otra obligacin son de orden pblico, por lo
cual era menester que el legislador permitiera textualmente su
derogatoria para que pudiera tener eficacia la voluntad del
disponente. Permitida como est la liberacin de esas obligaciones, no existe razn alguna seriamente atendible para que el
instituyente pueda tambin eximir al curador del deber de
formar inventario, pero para ello ser menester una disposicin
expresa de su parte a ese respecto, y a falta de ella, deber
levantarse.
El curador no est obligado a prestar caucin real o personal, ni el menor o entredicho tiene hipoteca legal sobre sus
bienes que slo pesa sobre los del tutor (art. 1.885, 3? del
Cdigo Civil). La curatela es un encargo de confianza, y por
el hecho mismo de nombrar el disponente el curador para que
desempee la administracin de los bienes, pone de manifiesto
que confa en su capacidad y diligencia; y siendo un encargo
de naturaleza privada, no obligatorio, el exigirse al curador
tales garantas, hara nugatoria, en la mayora de los casos, la
esperanza de aceptacin de la curatela por parte de la persona
nombrada. Por lo dems, los curadores especiales sobre bienes,
21 Ob. Cit., pg. 420.
317
3-18
Luis
LORETO
bramiento se hace por el instituyente para que ejerza "la administracin de los bienes que transmite" al menor o entredicho, sin ms determinacin, por lo cual se hace necesario
inquirir y desentraar su sentido.
Cuando en una disposicin legal se encuentra empleada la
palabra "administracin" referida a la gestin de determinados
bienes o patrimonios, propios o ajenos, sin calificativo alguno
que limite, su alcance normativo, se expresa con ella el conferimiento de facultades y poderes encaminados en su fin prctico a realizar todos los actos jurdicos que se estimen necesarios
para la mejor gestin. En tratndose particularmente de la
administracin de bienes ajenos, la tcnica legislativa suele
separar el poder de representacin del poder de administracin,
como sucede, por ejemplo, en los artculos 267 y 347 del
Cdigo Civil en cuanto a los poderes del padre y del tutor,
respectivamente. Pero en realidad de principios en el poder
de administracin est nsito el de representacin, pues si se
excluyen las acciones exclusivamente materiales, todo acto jurdico de administracin para que sea vlido y produzca sus efectos en la esfera patrimonial del administrado, debe realizarse
por el administrador en ejercicio de un legtimo poder representativo. Tal es el principio dogmtico general.
Al estudiar la doctrina italiana las atribuciones del curador especial bajo la vigencia del Cdigo derogado, las opiniones
se han dividido en dos corrientes, que pasamos a exponer.
Conforme a la primera, seguida por la jurisprudencia de
algunas Cortes y Tribunales, en la administracin del curador
no est comprendida la representacin del menor o entredicho
en los actos relativos a los bienes que se le han dejado, la cual
corresponder siempre a la persona que ejerza la patria potestad o la tutela, quedando circunscritas las facultades del curador
a los actos de simple administracin, nunca a los de disposicin,
y sin que pueda comparecer en juicio como actor ni como demandado por el incapaz; sostenindose, en fin, que sus atribuciones estaran reducidas a realizar una gestin meramente
administrativa24.
Ob. Cit., Vol. - II, N? 230. Anotando GABISA una sentencia de la
Casacin de Florencia, de 5 de febrero de 1877, en que se admita la
representacin en juicio del curador especial pr equiparrsele a un tutor,
24 PIOLA,
311
319
320
Luis L0KET0
321
Esta grave cuestin que se debate entre los civilistas italianos, ha preocupado tambin a sus procesalistas en relacin
con la le,gitimatio ad processum del curador especial. La doctrina dominante entre ellos, en un todo favorable a esta ltima
corriente, aparece clarsima de la siguiente enseanza del sumo
Mattirolo, que importa transcribir in extenso: "Se trata, dice,
de determinar los poderes y atribuciones de este curador testamentario; (es l un simple administrador a quien solamente
le estn permitidos los actos de gestin ordinaria, o tiene l
tambin la facultad de hacer (salvo las oportunas garantas)
los actos llamados de disposicin? Particularmente, la representacin jurdica del menor en los actos judiciales y extrajudiciales en cuanto concierne a dichos bienes, corresponde al curador, o permanece en el padre que ejerce la patria potestad?
No faltan autores que creen que la representacin jurdica del
menor pertenece siempre y exclusivamente al padre, porque el
curador especial, de conformidad con el artculo 247, se nombra, y no puede serlo de otra manera, para la sola administracin. Pero la opinin opuesta ha prevalecido en la doctrina y
en la jurisprudencia y nosotros creemos con razn. En efecto,
ella responde plenamente al espritu y a la gnesis de la disposicin del artculo 247, ya que el intento del testador al nombrarle un curador especial al menor, as como el del legislador
al autorizar tal nombramiento, ha sido ciertamente el de excluir cualquiera ingerencia del padre o del tutor ordinario en
la administracin de los bienes que se le han dejado al menor
(Neque quodlibet in bis rebus habeant participium). Ahora
bien, si a pesar de la institucin del curador especial fuese menester la intervecin del padre o del tutor para la representacin jurdica del menor en todos los actos de la vida civil relativos a los bienes que se han dejado al menor, no slo quedara
excluida la voluntad del testador y del legislador, sino que venadministrado menor est en el curador y no en otra persona. Si, por ejemplo, existiendo oposicin de intereses entre el padre y el hijo menor sujeto
a su patria potestad, se le nombra a ste un curador especial, ste y no
otra persona tiene del hijo la representacin jurdica limitadamente al acto,
al negocio o a la controversia para la cual fue nombrado. No de distinta
manera puede considerarse al curador nombrado en fuerza del artculo 247
del Cdigo Civil". Vase tambin en igual sentido su Corso Terico-Prctico de Diritto Civile, 1907, Vol. 1, Parte Segunda, pg. 356, Nota 2, en
que, adems de la sentencia anotada, cita otras posteriores en igual sentido.
Cfr. tambin Giurisprudenza Italiana 1937, Parte Prima, Sez. 1, pg. 354.
322
Luis LORETO
-323-
324
Luis LORETO
en consecuencia obliga o beneficia a stos. De lo cual concluimos que la representaci de los citados menores en cuanto a
la representacin de los bienes dejdoles por el causante, corresponde al curador especial nombrado por el testador para esa
finalidad, y as se declara. . ." Despus de analizarse varias
disposiciones del Cdigo Civil (arts. 267, 313 y 347) que
tratan de las facultades de los administradores de bienes de
menores o de patrimonios ajeIos, al motivar su fallo dice el
juzgador lo siguiente: "Ahora bien, es cierto que especficamente la ley no determina las facultades de los curadores especiales para la administracin de los bienes que prev el artculo 311 del Cdigo Civil, pero tambin es cierto que el espritu
y significado de los trminos de dicha norma, al permitir al
testador privar a determinadas personas de la administracin de
determinados bienes de menores sometidos a patria potestad
o a otra representacin para concederle a una tercera persona,
el curador especial que seala el artculo 311, est invistiendo
a ste ltimo de las facultades que en derecho o por la ley correspondan a los titulares nombrados con respecto a la administracin de los bienes indicados. De aqu que las facultades
que corresponden a los curadores previstos en el artculo 311
del Cdigo Civil, no son otras que las misma que la ley asigna
a aquellos titulares desplazados en cuanto a la administracin
de bienes de menores; ya que al suplantar el curador especial
a los respectivos padres o tutores en la administracin de determinados bienes de aqul, queda subrogado con las mismas facultades y obligaciones que la ley confiere a stos, con las restricciones, formalidades y precauciones que la misma impone
y las que por la naturaleza de la institucin comentada, en contraposicin con el derecho de la propiedad que corresponde a
dichos herederos y a la obligacin de los padres o tutores de
velar por los supremos intereses de sus hijos o representados
y al carcter de extraos del curador a que se hace referencia,
aconsejan tomarse en consideracin. En conclusin, considera
este Tribunal que el referido curador especial tiene facultades
de disposicin en cuanto a los bienes sometidos a su administracin por designacin del tutor, en aquellos casos y con las
mismas formalidades que la ley prev a favor de quienes ejerzan la patria potestad o representacin de los menores. Pero
en todo caso el Juez que conozca de la solicitud que al efecto
325
formule dicho curador, deber notificar a los legtimos representantes de los menores de cuya administracin de bienes est
concedida a aqul, para que intervengan en defensa de sus
representados, haciendo la manifestacin que sea del caso para
determinar si efectivamente la operacin proyectada conduce
a crear un beneficio positivo para los citados menores, y as se
declara, Considera el Tribunal que las facultades en referencia
deben entenderse por va de excepcin y a tal efecto interpretarse restrictivamente, tomando los Jueces que conozcan de la
solicitud, cuantas precauciones sean menester, ya que la obligacin fundamental del mencionado curador es la administrar
y la de los padres o tutores pese a la presencia del nombrado
curador, es la defensa de los supremos intereses de sus representados, con cualidad e inters para sostener esa obligacin. Por
tanto, en todo caso de plantearse un acto de disposicin, deben
intervenir directamente en el asunto tanto los citados y legtimos representantes (padres, tutores), como el curador designado, a cuyo objeto la autoridad judicial que intervenga ordenar las notificaciones del caso, y as se declara".
Admite la sentencia transcrita en su motivacin fundamental, que al curador especial corresponde la plena administracin de los bienes que han sido atribuidos por testamento
a los menores, tanto en juicio como fuera de l, comprendidos
los actos de disposicin, pero reconoce en sus guardadores ordinarios la facultad de intervenir en los actos que realice el curador y la obligacin en que estn los jueces de ordenar, a tal
efecto, su notificacin.
Por su parte, la Corte Superior Primera en lo Civil y Mercantil, despus de exponer y acoger las enseanzas de Mattirolo y Feo, asienta en su decisin: "De las consideraciones que
anteceden preciso es concluir que el curador especial tiene la
representacin jurdica del menor en los actos judiciales y extrajudiciales por lo que se refiere a los bienes que . le fueron
dejados, y que no slo le estn permitidos los actos de gestin
ordinaria, sino que tiene facultad para realizar (salvo las oportunas garantas) los llamados actos de disposicin. Estas oportunas garantas no pueden ser otras que las de solicitar la autorizacin judicial correspondiente, como se le exige al padre
o al tutor en los casos contemplados por los artculos 267 y 365
326
Luis LORETO
327
Por tanto, el curador y slo l curador es quien tiene la representacin en juicio del incapaz, tanto activa como pasivamente,
en relacin con los bienes que administra, siendo la nica persona legitimada para intentar y sostener las acciones correspondientes, es el discernimiento el instrumento que acredita
su carcter de tal curador, cuya falta de presentacin oportuna
en juicio podra dar lugar a la excepcin dilatoria de ilegitimidad de su persona, por no tener la representacin que se atribuye (art. 248, 3? del Cdigo de Procedimiento Civil".
19. La curatela especial termina por las mismas causas
que ponen fin a la tutela y a la interdiccin. Tales son el haber
alcanzado el menor la mayoridad o la revocacin del decreto
de interdiccin. A falta de disposicin contraria del instituyente, la curatela ha de suponerse establecida por todo el tiempo
que dure la incapacidad del menor bajo patria potestad o tutela._
De ah que, en nuestra opinin, la curatela no se extingue por
la emancipacin. Se ha sostenido que en este caso las funciones
del curador cesan, quedando como un curador ordinario (Gaetano), pero tal doctrina no encuentra apoyo ni en la letra ni en
el espritu de la ley. Cesa tambin por la muerte, incapacidad
o renuncia del curador, o la muerte del menor o entredicho,
a menos que en el primer caso, se haya establecido por el instituyente la sucesin de otro curador que lo reemplace. A falta
de tal previsin, la administracin de los bienes dejados en
curatela pasa de derecho a lbs representantes legales del menor
o entredicho, no pudiendo el Juez nombrar otro curador en
su lugar".
32 Importa observar que la legitimacin del curador constituye un requisito
esencial a la validez del juicio, es un presupuesto procesal, cuya falta puede
invocarse de oficio por el Tribunal, sin necesidad de que la parte interesada
en hacerla valer la haya alegado como excepcin, ya que los jueces deben
procurar la estabilidad de los juicios, corrigiendo las faltas que puedan
anularlo (Art. 299 del Cdigo de Procedimiento Civil) Cfr. COUTURE,
Fundamentos del Derecho Procesal Civil, 3' Ed., N 74; DEVIS ECHANA,
Tratado de Derecho Procesal Civil, Bogot 1961, Tom. 1, N 134. A estor
efectos debe tenerse en cuenta que el discernimiento sirve para la legitimacin del curador, pero que no es esencial a su representacin misma
que se deriva del acto del instituyente autorizado por la ley. Cfr. KIPPER
K1PPWOLF, Das Familienrecht, Marburg 1931, pargrafo 109, III, pg. 474.
33 En los sistemas que permiten crear la curatela sin el nombramiento por e]
disponente de la persona que habr de desempearla (curatela innominada),
se confa al magistrado la funcin de nombrarlo, adoptndose as el rgimen
establecido en la Novela 117. En ellos la muerte, renuncia o incapacidad del
curador no produce su extincin, sino que procede el Tribunal a nombrar
un nuevo curador.
328
Luis LORETO
xv
ALGO SOBRE REFORMA INTERDICTAL*
Artculo 597 Cdigo de Procedimiento Civil)
Al Prof. Jos Santiago Rodrguez
Nuestro derecho procesal en vigor, apartndose abiertamente de las tradiciones romana y cannica que son las fuentes informadoras de la teora de los interdictos posesorios en
derecho moderno y, si se quiere, de sus mismos antecedentes legislativos, ha dispuesto en el Art. 597 del Cdigo de
Procedimiento Civil, que slo se suspendern los efectos del
decreto de amparo o rdtitucin en la posesin, cuando aquel
contra quien obran se opusiere dentro de veinticuatro horas de
ejecutados, acreditando con ttulo justo y autntico que procede con derecho. Con tal disposicin, el legislador patrio ha
consagrado positivamente en el juicio sumario interdictal, la
defensa lec sed jure lec.
Pienso que con su admisin se desconoce y contrara la
finalidad jurdica fundamental perseguida por la institucin de
los interdictos posesorios.
En efecto, la teora que se desprende del texto legal citado,
sobre todo cuando la aplicamos al despojo, es antijurdica y encierra antinomias irreductibles. Si estudiamos dicha norma a la
clara luz de criterios cientficos insospechables, se advierte que
su contenido est en contradiccin manifiesta con la finalidad
perseguida por la institucin.
Todo orden jurdico positivo es un sistema de lmites a la
voluntad humana. Como tal, tiene necesariamente que tomar en
*
Revista Jurdica, Caracas, Tomo TI, Marzo 1931, N? 17, Pgs. 219-225.
330
Luis LORETO
331
tos que los ya obtenidos. Pero tales tipos obra de un inendelianismo jurdico, como me place llamarla no pueden perdurar en el tiempo ni realizar su misin con xito en la vida,- si
los caracteres que constituyen la esencia misma de su finalidad
y diferenciacin, son contradictorios. En tales tipos hbridos,
las finales antagnicas se excluyen, y en el espcimen termina
por triunfar y prevalecer el elemento finalidad dominante,
que supera y aniquila el elemento finalidad contraria, menos
vigorosa y resistente que, al hacerse el cruzamiento, se tuvo en
mientes para robustecer.
Aun cuando la estructura anatmica de la tutela posesoria no haya variado sustancialmente, en cambio s se ha hecho
distinto su funcionamiento y especificidad. Al determinar la
eficacia de una institucin jurdica, dicen sabiamente los profesores Fadda y Bensa, no nos debemos dejar dominar, de manera
exclusiva y preponderante, por su estructura anatmica, sino
que debemos fijarnos, sobre todo, en su funcionamiento fisiolgico. Y es precisamente la observacin de este funcionamiento
del sistema interdictal positivo, tal como surge del rgimen
constituido, lo que me permite aseverar que existe un entorpecimiento fisiolgico radical en la eficacia prctica de la institucin.
En ms de un momento, la vida me ha enseado con su
ndice ineluctable, que la finalidad perseguida por la defensa
posesoria cede su puesto y capitula ante el ttulo justo y autntico del despojador.
Si la expresin procede con derecho, empleada por la ley,
quiere significar y significa en efecto que el ttulo sustancialmente justo es suficiente para legitimar la situacin creada,
hacindose caso omiso de la arbitrariedad empleada para conseguirla, ello equivale a autorizar en el consorcio civil el procedimiento de la justicia individual y del desorden1.
Nuestro sistema, a lo que yo sepa, es original, y las razones y fundamentos
que guiaron al legislador patrio para adoptarlo, merecen una investigacin
y un estudio detenidos. Ninguno de los ordenamientos jurdicos de la
Europa occidental lo prohja; y los del continente americano lo desconocen.
Nuestro legislador mismo, desde el Cdigo arandino, se haba dado perfecta
cuenta de la misin que, para el mantenimiento del orden social y jurdico,
desempeaba la tutela de la posesin considerada en s. El Art. 6, Ley II,
Tit. VII, dispona "Si el despojo se cometi con fuerza, y se justificare
332
Luis LORETO
En un sistema jurdico bien estructurado, la circunstancia de que el derecho subjetivoconste de ttulo justo y autntico, no puede nunca autorizar al titular para cometer actos
"esta circunstancia, no se suspender la posesin del despojado, aun cuando
"el despojador presente ttulo justo y autntico que apareje mrito ejecu"tivo para probar su derecho a la posesin". Tal disposicin tena sus
antecedentes histricos inmediatos en las Leyes de Partidas (Leyes 5, Tit.
8, Part. 3 y 10, Tit. 10, Part. 7). No teniendo a la vista la Exposicin de
Motivos que precediera a la reforma de aquella ley, en el sentido de admitir
el rgimen actual, ni expositor alguno que me oriente en dicho trabajo,
solamente me est permitido avanzar la siguiente conjetura, para darle
una explicacin a la reforma. Es probable que los jurisconsultos que integraron la Comisin encargada de presentar el proyecto de ley, bastante familiarizados con los textos del Corpus Juris, hayan visto en algunos de sus
fragmentos, el fundamento de la defensa lec sed jure lec. Su parecer no
estara aislado. Con efecto: para el ao de 1874, el profesor BRUNS publicaba
una serie de trabajos, de los cuales el ms importante es el de las Acciones
Posesorias (Besitzklagen), y por medio de los cuales trataba de demostrar
que el derecho romano justinianeo (no el clsico) haba extendido a la
posesin la mxima de derecho civil que permita repetir lo que se haba
adquirido por una injusta locupletatio. Para el poseedor, el mantenimiento
de la situacin de hecho tiene en s mismo un gran valor, si se toma en
cuenta la utilidad del goce actual y la posibilidad de la utilidad futura.
El principio general sobre el cual se funda la teora del injusto enriquecimiento, aparece claramente afirmado en la L. 1, 3 D. de cond. sine causa
12. 7: "Constat in demum posee condici alicui, quod vel non ex justa
causa ad eum pervenit vel redit ad non iustam causam"; y en la L. 6 D.
de cond. ob. turpem vel in causa 12. 5: "Perpetuo Sabinus probavit veterum
opinionem existimantium id, quod ex injusta causa apud aliquem sit, posse
condici; in qua sententia etiam Celsus est". La circunstancia del injusto
enriquecimiento, por la prdida de la posesin, dara lugar a una condictio
possessionis, que, por lo que respecta a la prdida de ella con violencia o
clandestinidad, estara expresada en la L. 2 D. de con. trit. 13. 3: "Sed et ei,
qui vi aliquem de fundo deiecit, posse fundum condici Sabinus scribit, et
ita et Celsus, sed ita si dominas sit qui dejectus condicat: ceteruin si non
sit possessionem eum condicere Celsus ait". Para WXNDSCHEID (Pandette,
1, 161, traduccin italiana de los profesores FADDA y BENSA, 1925), la tutela de la posesin por va de condictio tiene en las fuentes, frente a las
disposiciones del derecho pretorio, un puesto de segundo orden, lo que
permite explicar cmo esta manifestacin de la tutela posesoria haya pasado
inadvertida, a tal punto que en la obra exuberante y profunda de SAVIGNY,
no se menciona. La conditio possessionis se diriga a obtener la restitucin
de la posesin y la prestacin de todo el inters procurado por el enriquecimiento. Una excepcin de posesin viciosa no era admitida: pero el demandado poda alegar que le competa un derecho a poseer: lo que, ms
que una excepcin verdadera, era una defensa dirigida a demostrar lo
infundado de la pretensin actora, puesto que, si el demandado tena ciertamente tal derecho, era manifiesto que la modificacin efectuada en la
posicin patrimonial de las partes no era injusta, es decir, no era sine causa
(WINDscHEm, ibidem, texto y notas 3 y 12): No me encuentro capacitado para hacer un estudio sobre la bondad cientfica de la teora elaborada
por BRuNs sobre la conditio possessionis, ni por lo dems, es esta la oportunidad para efectuarlo; pero es lo cierto que, si se trata de interpolaciones
como lo asevera el profesor BONFANTE (nota a la obra de WINDSCHEID,
citada, Vol. V. pg. 638 in fine), la claridad de aquellos textos, parecen
inclinar el criterio en el sentido de admitir que la teora de BRUNS est
333
perturbadores, depredatorios o clandestinos. La actitud del propietario, por ejemplo, que arrebata a otro la posesin de la cosa
para entrar en el goce de ella, caera en los casos de abuso del
derecho (sentido latsimo). Y si sublimamos la realidad de
las cosas, con el fin de hacer un anlisis ms riguroso del momento histrico en la vida de sus facultades de obrar, llegaremos lgicamente a afirmar que la actitud del titular es y ser
siempre antijurdica, ya que entre los atributos del poder que
le garantiza el derecho objetivo, no est la de realizar el contenido econmico de su derecho, mediante el empleo de la fuerza
individual. Quien arbitrariamente realiza su derecho, nunca
procede con derecho, y la mxima neminem laedit qui suo jure
utitur, no tiene aplicacin.
Mi posicin jurdica de comprador de un inmueble, me
confiere el poder de exigir del vendedor la tradicin real de la
cosa vendida, y, en su defecto, de ocurrir a los rganos jurisdiccionales competentes, solicitando su entrega material; pero ese
poder jams puede autorizarse para tomarla por mi mano, aunque mi ttulo sea justo y autntico. Si creyndome protegido
por l me apodero de ella y entro en posesin, es manifiesto
que el vendedor podr intentar contra m el interdicto de despojo, pudiendo yo slo afirmar y probar en la articulacin probatoria abierta, que al entrar en posesin de la cosa vendida
lo hice con el consentimiento expreso o presumido del que se
dice despojado, y, en consecuencia, que no ha habido violencia
o clandestinidad, por lo que mi actitud no ha sido arbitraria
y antijurdica.
El artculo que examino confunde el poder que da derecho
a la presentacin del deudor, con el medio de realizarlo, y conbasada sobre una sana y seria interpretacin. La tutela posesoria por va
de conditiones admita la defensa lec sed jure feci, y ella encajaba bien
en la construccin sistemtica de la teora, como un remedio de segundo
orden contra la prdida injusta de la posesin. Solamente una interferencia
del sistema interdictal y de la conditio . possessionis, puede satisfactoriamente
explicarnos la armona que se advierte en nuestra construccin, que en
Roma no lo era, como que el fundamento y orden de aplicacin de ambas
tutelas, estaban clara y definidamente separados. La tutela por va interdictal va contra la arbitrariedad en el obrar; la tutela por va de conditiones,
contra la injusticia del enriquecimiento. Ambos medios persiguen finalidades
distintas; y al admitirse hoy en la proteccin interdictal la defensa faci sed
jure feci, propia de la cond. pos. y que surge de su misma naturaleza y
finalidad, se comete una contradictio in adjecto.
334
Luis LORETO
335
xv'
EL CONFLICTO DE LEYES EN MATERIA DE
PRUEBAS EN EL DERECHO INTERNACIONAL
PRIVADO*
SUMARIO:
1. Objeto y mbito de la investigacin (Area del Caribe). - 2. Colombia.
3. Costa Rica. -- 4. Cuba. - . Guatemala. - 6. Honduras. - 7. Mxico. - S. Nicaragua. - 9. Panam. - 10. Puerto Rico. - 11. Venezuela. - 12. Conclusiones.
338
Luis LORETO
339
cho Internacional Privado en la Europa continental, muy especialmente por la de origen y formacin latina (Sistema de
la Codificacin).
Cabe observar, sin embargo, la profunda influencia que en
el proceso formativo de esos sistemas ejerci la ilustre enseanza de Andrs Bello a travs del Cdigo Civil de Chile. Para el
insigne humanista venezolano la forma externa del contrato
depende enteramente de las leyes del pas en que se celebra;
pero deben distinguirse las formas externas de las pruebas de
su existencia. Aqullas se determinan por la lex loci contractus,
y stas por las leyes del pas a cuya judicatura se recurre. En
su concepcin se suponen incorporadas en los contratos todas
las leyes que los afectan, y los Tribunales de cualquier pas que
tengan actual jurisdiccin sobre las partes, pueden hacerles
cumplir sus obligaciones recprocas con arreglo a las clusulas
expresas del contrato y a las leyes incorporadas en l. El efecto
de estas leyes as incorporadas no se extiende hasta el punto de
alterar las formas de los: procedimientos judiciales que son propios del pas a cuyos juzgados se ocurre, ni las reglas que stos
siguen relativamente a las pruebas o a la prescripcin, que se
rigen en un todo por la ex fon 2 . De ah que para el eminente
internacionalista, "los requisitos probatorios son materia de
derecho pblico, contra el cual nada valen ni las leyes de un
pas extranjero ni las convenciones privadas`.
Esta enseanza estaba inspirada en gran parte por la concepcin territorialista de los grandes maestros que a mediados
del siglo pasado desarrollaron e ilustraron el sistema del conimon law angloamericano; pero con el correr del tiempo la gran
mayora de los sistemas del rea del Caribe, se fueron apartando paulatinamente de esa radical posicin dogmtica, por obra
principalmente, de la doctrina y de la jurisprudencia, para dar
Andrs Bello; Obras Completas, Caracas, Venezuela 1954, edicin del Ministerio de Educacin, Vol. XX, Derecho Internacional, pg. 105 y sig.
Obras Completas, edicin citada, Vol. XII, Cdigo Civil de la Repblica de
Chile, nota al artculo 18, que est concebido en los siguientes trminos:
"En los casos en que las leyes chilenas exigieren instrumentos pblicos
para pruebas que han de rendirse y producir efecto en Chile, no valdrn
las escrituras privadas, cualquiera que sea la fuerza de stas en el pas
en que hubieren sido otorgadas". Se afirma as por primera vez en Hispanoamrica la concepcin publicstica de todo el derecho probatorio,
340
Luis LORETO
acogida y aplicar en las cuestiones fundamentales sobre los con- flictos de leyes probatorias el sistema de la codificacin.
Se ha considerado conveniente incorporar a la relacin
aquellas disposiciones legales que en los diversos pases definen los principios fundamentales de sus sistemas de Derecho
Internacional Privado, cuando presenten alguna relacin ms
o menos estrecha con la materia en estudio. Entre ellas merecen especial mencin las que acogen el principio consagrado
en la regla locus regit actum, y el consuetudinario universalmente admitido de la territorialidad de las leyes procesales.
La ampliacin y funcionamiento de este ltimo principio ha
obligado desde antao a la doctrina tradicional a establecer sus
lmites y a calificar su verdadero alcance normativo y prctico.
A este respecto se ha seguido como criterio directivo de delimitacin el que aparece del distingo clsico entre leyes quae
pertinent ad litis ordinationem, sujetas en un todo a la lex
fon, y aquellas quae pentinent ad ipsius litis decisionem, que
se regulan por la lex causae, distingo ste doctrinal que constituye un postulado dogmtico aceptado generalmente. Es aqu,
precisamente, en este difcil terreno de deslinde y calificacin,
donde aparecen las discrepancias de soluciones en los sistemas
positivos internos, lo que tambin se advierte en aquellos acogidos en las convenciones internacionales. Tal discrepancia no
es otra cosa en su esencia, sino la repercusin, en la esfera del
Derecho Internacional Privado, de la difcil tarea de separar
conforme a su naturaleza, las normas pertenecientes al derecho
Este sistema ha recibido en Hispanoamrica una consagracin legislativa
convencional, casi uniforme, en la Convencin de Derecho Internacional
Privado firmada en La Habana en 1928 (Cdigo Bustamante), y en los
Tratados de Derecho Procesal Internacional de Montevideo 1889 y 1940.
Frente a l est el sistema consuetudinario angloamericano cuyos principios
aparecen recogidos en el "Restatement of the Law of Conflict of Laws,
elaborado por el American Law Institute y aprobado en 1934. En materia
probatoria el sistema del Cdigo y de los Tratados difiere esencialmente del
acogido por el Restatement. Este ltimo se pronuncia de modo terminante
por el criterio que toma como elemento decisivo de conexin (attachement,
collegamento) - el de la lex fon; y el primero el criterio determinante es el
sealado por la ley y del lugar a que est sujeto el negocio o acto jurdico
de que se trate, cuando el elemento probatorio aparece calificado como de
fondo, y a la ley del juzgador cuando ese elemento solamente se refiere a la
forma y tramitacin de la prueba. Para las discrepancias normativas entre
ambos sistemas, y aun entre las intrasistemticas del Cdigo y de los Tratados, vase el Estudio Comparativo que a tal efecto ha preparado el Comit Jurdico Interamericano, Unin Panamericana, 1954, Documento CIJ
- 21, pg. 159.
341
procesal de aquellas otras que corresponden al derecho material, todo de conformidad con los criterios nacionales de calificacin intrasistemtica.
Enunciados as brevemente el objeto y el mbito de la
investigacin, as como las directivas fundamentales en que se
inspiran los variados sistemas internos de conflicto, se pasa
a estudiarlos distinta y separadamente.
2. - COLOMBIA
La ley procesal colombiana no contiene norma alguna destinada a resolver los posibles conflictos de leyes en materia
probatoria internacional. La economa de sus sistemas dirigida
a regular la vida del proceso en consideracin de litigios que
no presenten ningn elemento extico de conexin; pero la
doctrina y la jurisprudencia nacionales, con fundamento en algunas disposiciones del Cdigo Civil y en la tradicin cientfica,
han elaborado una teora coherente al respecto.
Cdigo Civil (Sancionado el 26 de mayo de 1873, y
puesto en vigor por. ley 57 de 1887).
Artculo 18. -La ley es obligatoria tanto a los
nacionales como a los extranjeros residentes en Colombia,
las leyes obligan a todos los habitantes del pas, inclusive
los extranjeros, sean domiciliados o transei'intes; salvo respecto de stos los derechos concedidos por los tratados
pblicos.
Artculo 21. - La forma de los instrumentos pblicos se determina por la ley del pas en que hayan sido
otorgados. Su autenticidad se probar segn las reglas
establecidas en el Cdigo Judicial de la Unin. La forma
se refiere a las solemnidades externas, la autenticidad, al
hecho de haber sido realmente otorgados y autorizados
por las personas y de la manera que en tales instrumentos
se exprese.
Artculo 22. - En los casos en que los Cdigos o
las leyes de la Unin exigieren instrumentos pblicos para
pruebas que han de rendirse y producir efectos en asuntos
de competencia de la Unin, no valdrn las escrituras
342
Luis. LORETO
343
Artculo 2. - Las leyes en que est interesado el orden pblico, obligan a los habitantes y aun a los transentes en el territorio de Costa Rica.
Artculo 3. - Las leyes de la Repblica concernientes al estado y capacidad de las personas obligan a los costarricenses para todo acto jurdico o contrato que deba
tener su ejecucin en Costa Rica, cualquiera que sea el
pas donde se ejecute o celebre el acto o contrato; y obligan tambin a los extranjeros, respecto de los actos que
se ejecute o contratos que se celebren y hayan de ejecutarse en Costa Rica.
Artculo 6. - La prescripcin y todo lo que concierne al modo de cumplir o extinguir las obligaciones
que resulten de cualquier acto jurdico o contrato que
haya de ejecutarse en Costa Rica, se regir por las leyes
costarricenses, aunque los otorgantes sean extranjeros, y
Colombia no ha ratificado el Cdigo Bustamante ni el Tratado de Derecho
Procesal Internacional de Montevideo de 1940, de los cuales es slo
signataria.
544,
Luis LORETO
345
tancial deducida en juicio, consderndosele, como pertenecientes a la decisin de la litis, ordenamiento ste que habr de
establecerse de conformidad con las calificaciones de sus elementos de conexin. Todo lo perteneciente a la relacin procesal, en cuanto tenga referencia con el aspecto ordenatorio de
la prueba, se rige por la ley procesal costarricense.
4.CUBA
Luis LORETO
346
- GUATEMALA
En su Cdigo Civil de 1887, codificado por Decreto Legislativo N9 1932 de 21 de mayo de 1933, no existe disposicin alguna sobre Derecho Internacional Privado, con excepcin nicamente de la contenida en el artculo 871 referente
al otorgamiento de testamento por ciudadanos guatemaltecos
fuera de su territorio que se sujeta a la regla locus regit actum.
En la Ley Constitutiva del Organismo Judicial, promulgada por Decreto N 1862 de 3 de agosto de 1936, Guatemala reconoce y afirma el principio de la territorialidad de sus
leyes, dejando a salvo las disposiciones del derecho internacional aceptadas por dicho pas.
De conformidad con el artculo 22 de este ltimo ordenamiento, "la ley del lugar donde los actos se ejecuten o deban
cumplirse los contratos, rige respecto de su naturaleza, validez,
efectos, consecuencias, ejecucin y todo cuanto a ello concierne,
bajo cualquier aspecto que sea"; establecindose en el artculo
XXIII "las formas o solemnidades externas de cualquier documento en que se establezcan derechos u obligaciones, se regir
por las leyes del pas donde se hubieren otorgado, pero se
establece all mismo que "los guatemaltecos o extranjeros residentes fuera de la Repblica, podrn sujetarse a los requisitos
externos prescritos por las leyes guatemaltecas, en los casos
en que el acto o contrato deja ejecutarse en Guatemala".
Se ha dicho que de conformidad con el artculo XXII la
ley aplicable a los actos y contratos es el de su ejecucin o cumplimiento bajo todos sus aspectos, por lo que parece indudable
que entre .stos deben considerarse los relativos a la carga de
la prueba y a su apreciacin, por pertenecer a la decisin de
la litis. Cuando se trate de prueba documental, para que pro-
347
Luis LORETO
348
EL CoNFLITo
349
Luis LORETO
A 50
8. NICARAGUA
35 1
Artculo 27. - En los casos en que las leyes nicaragenses exigieren instrumento pblico para prueba que
haya de rendirse y producir efectos en Nicaragua, no valdrn las escrituras privadas, cualquiera que sea la fuerza
de stas en el pas en que hubieren sido otorgadas.
Nicaragua reconoce, por tanto, el valor jurdico de la regla locus regit actum con la limitacin antes sealada, y la territorialidad de las leyes procesales como principio directo.
Parece indudable que su sistema comn de derecho procesal
civil internacional acoge el distingo entre normas relativas a la
decisin de la causa y: aquellas a su ordenacin, sujetando stas
a la lex jori y aquellas a las que regulan el fondo del negocio,
correspondiendo a stas las relativas a la carga de la prueba y
la admisibilidad, con la reserva derivada de la exigencia de
instrumento pblico frente a las escrituras privadas, cuando
el derecho de la Repblica as lo requiera. Como norma de Derecho Internacional Privado singular en materia probatoria,
est la contenida en el artculo 12 del Cdigo de Procedimientos Civiles, que ha sido dictada de acuerdo con el artculo 4?
de la Convencin Procesal Centroamericana de 1892.
Nicaragua ha ratificado sin reservas el Cdigo Bustamante,
y tanto la doctrina como la jurisprudencia nacionales consideran que su sistema convencional corresponde en un todo al
mismo que es propio de su derecho interno.
9. - PANAMA
Luis LoRro
352
Hasta el ao de 1898, poca de la ocupacin militar norteamericana y de la subsiguiente cesin de la isla por Espaa
a los Estados Unidos de Norteamrica, Puerto Rico estuvo regido en un todo por el ordenamiento jurdico de la metrpoli
353
Luis LORETO
354
355
nocer y desvirtuar el contenido autntico y progresista que informa al sistema en su plenitud, y el cual en su flexibilidad de
rgimen simplemente estatuario y territorialista moderado, permite atender con justicia y resolver atinadamente los ms variados problemas de conflictos de leyes y de jurisdicciones
que plantean a un moderno estado de derecho el comercio y la
vida privada internacionales. Contra esa tendencia de territorialismo intransigente, se han alzado voces autorizadas de la
doctrina nacional que han denunciado los errores de interpretacin y las inaceptables consecuencias prcticas y cientficas
a que ella conduce`.
El sistema de Derecho Internacional Privado venezolano,
tanto sustantivo como procesal, aparece genricamente estructurado de las siguientes normas:
Cdigo Civil (promulgado el 13 de agosto de 1942 y en
vigor desde el 1 de octubre del mismo ao).
356
Luis LORETO
Artculo 8 - En los casos de aplicacin del Derecho Internacional Privado, los jueces atendern primero
a los tratados pblicos de Venezuela con la nacin respectiva, en cuanto , al punto en cuestin; en defecto de tales
tratados, aplicarn lo que sobre la materia dispongan las
leyes de la Repblica o lo que se desprenda de la mente
de la legislacin patria; y en ltimo lugar se regirn por
los principios de dicho Derecho aceptados generalmente.
La norma contenida en este ltimo artculo es oriunda del
derecho procesal civil venezolano, y ejerce en el sistema una
funcin tcnica, al precisar las fuentes de las cuales el juzgador
debe-ir a buscar las soluciones de los conflictos de leyes en materia de Derecho Internacional Privado, estableciendo al propio tiempo entre ellas un orden sucesivo y subsidiario de aplicacin. Por otra parte, la disposicin del artculo 8 del Cdigo
de Procedimiento Civil tiene el valor positivo de proclamar
que el sistema venezolano de Derecho Internacional Privado
admite como formando parte de su ordenamiento jurdico interno la aplicacin de la ley extranjera, con entera prescindencia
del fundamento dogmtico en que se apoya la teora de la
comitas gentium y de un posible rgimen convencional.
Cuando en el citado artculo 8 se dispone que en defecto
de tratados los jueces deben aplicar sobre la materia lo que
357
358
Luis LORETO
359
oficio, pero si la desconoce, ser tarea del litigante que la' invoca
alegarla y probarla en el proceso. Su violacin caera bajo la
censura de Casacin.
12. - CONCLUSIONES
360
Luis LORETO
361
Luis LORETO
362
XVII
CONTRA EL AUTO DE DETEN ClON QUE DICTE
UN FUNCIONARIO DE INSTRUCCION,
ES SOLO ADMISIBLE EL RECLAMO
O EL RECURSO DE APELACION?*
Para responder con las mayores posibilidades de acierto
a la cuestin planteada, es necesario tener debida cuenta de
las profundas transformaciones que el sistema vigente de enjuiciamiento produjo sobre el anterior en cuanto a la estructura, naturaleza y atribuciones de los funcionarios de instruccin.
A nuestro modo de entender, en el Cdigo de Enjuiciamiento Criminal derogado, los funcionarios de instruccin
indicados en el artculo 42 que son los mismos a que se
refiere el artculo 72 del vigente ejercan una jurisdiccin
propia. De los autos de detencin que dictaban se daba el recurso de apelacin para ante el superior jerrquico. Como quiera
que en la prctica del foro se presentaron divergencias de
opiniones y controversias graves acerca de si ese recurso era
admisible en todo caso o el reclamo cuando obraban por comisin, los reformadores del ao 26 creyeron conveniente introducir en el artculo 72 un pargrafo a fin de eliminar legislativamente toda discusin al respecto. En virtud de ese pargrafo se estableci que los funcionarios de instruccin, cuando
no fuesen los jueces de l Instancia en lo Penal, se consideraban como que actuaban por delegacin de ste. En fuerza de
esta norma qued explcitamente consagrada la naturaleza delegada de la jurisdiccin que ejercan los funcionarios de instrucEste ensayo fue publicado en la Revista del Colegia de Abogados del Estado
Lara, Y etapa, abril 1948. N 23, Pgs. 38 a 49.
364
Luis LORETO
365
366
-Luis LORETO
nico, bien que l estableca algunas diferencias entre la jurisdiccin mandada y la delegada en cuanto al alcance de una y
otra, pero manteniendo siempre idntica su esencia. "Jurisdictio delegata, decia, est quam quis non habet jure proprio, sed
solum ex commissione alturius, cujus vice un gitur. At que
ad hanc reducitur jurisdictio mandata, imo haec cum dele gata
a nonnullius con/unditur". (Jus Canonicum universum, Venetus, 1755, tom. 1, Lib. 1, tit. XXIX, SS. 1, n. 12). Para este
ilustre dbctor el Juez delegado se llamaba Judex datus, as
como tambin Judex extraordinarjus y Judex commissarius
(Sil, n. 27).
En cuanto a las decisiones del juez delegado, la doctrina
cannica admita la apelacin para ante el delegante o quien
le haba sucedido en el cargo, siempre que no se hubiere delegado .toda la jurisdiccin y que no existiera en la delegacin
la clusula 'dppellatione remota". Esta doctrina fue acogida
sustancialmente por el Codex iuris canonici que mantuvo el
principio segn el cual de la delegacin nace una relacin de
instancia entre el delegante y el delegado. (Eichmann, Lehrbuch desd Kirchenrechts, 1934, 1, pg. 193).
La legislacin de las Siete Partidas adopt el sistema del
derecho romano, pero sin calar a fondo en su estructura. (Adems de los textos citados por Feo, Estudios, 1, pg. 322, vase
en relacin con la apelacin la Ley 21, tit. 23, Part. Y).
En el derecho procesal civil comn la jurisdiccin era
ordinaria o propia y delegada o mandada: "Alia propria, alia
demadata seu dele gata". (Voet Comentarius ad pandectas,
Parisiis, 1827, tom. 1, pg. 120, n. VII). Esa era igualmente
la enseanza de los pragmticos espaoles, en donde el juez
delegado se le llamaba tambin juez comisario o ms propiamente juez comisionado (Escrich, Diccionario Razonado, Madrid, 1839, tom. II, voz "J urisdiccin delegada o mandada").
De estos breves antecedentes aparece que las expresiones
de "delegacin" y "comisin", "juez delegado" y "juez comisionado" se empleaban indistintamente para denotar ideas que,
analizadas en su raz profunda, correspondan a instituciones
histricas y dogmticamente distintas, como eran, de una parte,
la de la verdadera abdicacin en otra persona o autoridad de la
367
368
Luis LORETO
369
370
Luis LORETO
37 1
XVIII
CONQUISTAS DE LA BIOLOGIA
AL SERVICIO DE LA LEGISLACION
Y LA JURISPRUDENCIA*
La ciencia enaltece los valores morales de la vida, pues es,
adems, amor a la verdad y respeto. Amor a la verdad que se
despliega en el constante esfuerzo por llegar a un ms exacto
conocimiento del mundo del espritu y de la materia que nos
rodea; y respeto, pues todo avance en nuestros conocimientos
nos pone cara a cara con el misterio de nuestro propio ser.
MAX PLANCK:
SUMARIO:
1. Importancia de la obra legislativa en la elaboracin del ordenamiento
jurdico. - 2. Las conquistas de las ciencias naturales como reales de la
legislacin. - 3. El aporte de la ciencia hipocrtica al derecho de familia.
Derecho Romano. Derecho moderno. 4. Recientes conquistas de la
biologa. El descubrimiento de los grupos sanguneos. Su valor probatorio
en los procesos de filiacin. Mtodo propuesto por Max Lons para la
prueba positiva de la paternidad. Mtodo de la experticia heredobiolgica
o de semejanza. Mtodo de Khne por la comparacin gentica de las columnas vertebrales. - 5. Procesos de filiacin. Admisin de la experticia
sangunea por los tribunales de otros pases. - 6. El proceso de invetisgacin de paternidad natural en el derecho venezolano. Posibilidad de aplicacin de la experticia hematolgica. "Exceptio .plurium concubentium".
Conveniencia de reformar su alegacin. - 7. Existencia en el derecho patrio
de la accin merodeclarativa negativa de paternidad natural. Su apoyo en
la jurisprudencia reciente de la Corte Suprema de Justicia. - 8. Ley
francesa de 15 de julio de 1955. "Fin de non.. recevoir" en los procesos de
inquisicin de paternidad por la prueba excluyente de los grupos sanguneos.
9. Condicin actual de los hijos naturales en el derecho venezolano. Importancia de la familia natural en nuestro medio social. Conveniencia de
establecer una presuncin legal de paternidad natural. - 10. Proteccin
de la familia en la Constitucin. Condicin actual de los hijos naturales
frente a dispositivos constitucionales. Pretendida aplicacin inmediata del
* Este ensayo apareci publicado en el LIBRO-HOMENAJE al Dr. Lorenzo
Herrera Mendoza, Universidad Central de Venezuela, tomo 1, Pgs. 365-389.
Caracas.
374
- Luis LoRETo
CONQUISTAS DE LA BIOLOGA
3 75
376
Luis LORETO
CONQUISTAS DE LA BIoLoGA
377
378
LUIS LORETO
CONQUISTAS DE LA BIOLOGA
379
380
Luis LORETO
CONQUISTAS DE LA BI0L0GfA
381
sangre. Su trabajo llevaba el sugestivo ttulo Der positive Vaterschaftsnachweis (ZBLJR, p. 186). El test-Lins fue recibido
con entusiasmo y aplicado de inmediato en la prctica forense
alemana, admitindosele en muchos procesos y acogindose sus
resultados en decisiones judiciales. Sus fundamentos cientficos, sin embargo, fueron vivamente discutidos por los especialistas (Dnnebier, Dahr, Kewer, Ponsold, etc.), y en el estado
actual de la polmica que promovi, se estima que no es judicialmente utilizable con el alcance cientfico de prueba positiva
de la paternidad que le atribuy su auto?.
Otro mtodo de investigacin de paternidad adelantado
por la ciencia es el de la experticia heredobiolgica o de semejanza de los caracteres antropolgicos entre el nio y el presunto progenitor, cuando aqul ha alcanzado la edad de tres
aos. Esta prueba se presenta como ms adecuada para establecer la paternidad que para excluirla, pues "ninguno de los
caracteres externos conocidos permite con seguridad la exclusin de un hombre como progenitor". Careciendo de un valor
probatorio pleno, sus resultados se los aprecia adminiculados
a otras probanzas.
El profesor Khne, de Friburgo, propuso el mtodo de
comparacin gentica de las columnas vertebrales del nio y
del supuesto progenitor. El permitira solamente excluir una
pretendida paternidad, no demostrada positivamente11.
9 CJr. LAUTERBACH, en Staudingers Kornrnentar, 1966, Vol. IV, 1.591, n. 8,
41, con amplia literatura.
10 PONSOLD, Ob. Cit., p. 407.
11 KHNE, en el Lehrbuch de PONS0LD, citado, p. 392, para su fundamentacin cientfica, tcnica y resultados. Mientras EUGENIO FISCHER declar en
1947 que este mtodo era equiparable al del examen de los grupos sanguneos, como prueba excluyente de la paternidad, sostuvo despus en 1950 que,
en verdad, sus resultados no eran concluyentes para excluirla. W. MEYERHOFF afirma en el Lehrbuch de PONSOLD, p. 406, que una sentencia no podra apoyarse en sus resultados, por s solos, para excluir la presuncin de
paternidad legtima derivada de la "manifiesta imposibilidad" de que la
madre hubiese podido concebir del marido (S 1.591 BGB).
En Suiza algunos tribunales han declarado sin lugar acciones de inquisicin de paternidad natural, fundndose para ello en experticias sanguneas
y antropolgicas, de las cuales resultaba excluda la filiacin referida al demandado, cuando tales pruebas alcanzaban un grado de verosimilitud que confinaba con la certidumbre, y, en todo caso, cuando ellas venan a corroborar
otros hechos de la causa. El Tribunal Federal, despus de algunas dudas y
reservas, ha decidido que la experticia heredobiolgica es admisible y atendible cuando sus resultados son los suficientemente seguros para excluir la
paternidad de un tercero que ha cohabitado con la madre, o al contrario,
382
Luis LORETO
El anlisis de la sangre en los procesos de filiacin se presenta como un medio probatorio de capital importancia, a tal
punto que en algunos ordenamientos positivos ha sido especialmente admitido y regulado por la ley. Aun en los pases
en los cuales la legislacin no lo contempla expresamente, la
prueba hmatolgica es comnmente admitida y practicada en
los tribunales, tenindosela como un valioso medio de conviccin judicial. Ella es de uso frecuente en los pases europeos,
en el Japn, en la gran mayora de los estados de la Unin
norteamericana, que especialmente la regulan en sus legislaciones, y en muchos tribunales latinoamericanos, tales como los
de Brasil, Argentina, Chile y Uruguay`.
En Venezuela todos los medios probatorios son ignorados por la prctica forense en los procesos de filiacin. Sin embargo, puede sostenerse con argumentos serios y atendibles
para establecerla. Cfr. OFTINGER, en Revue Trimestrielle de Droit Civil, Pars, 1957, p. 427; 1960, p. 385. En dos decisiones ms recientes (15-5-64;
23-10-64), el mismo Alto Tribunal ha dicho que la prueba heredobiolgica
es un mtodo de investigacin que puede contribuir decisivamente el descubrimiento de la verdad biolgica y a la justa aplicacin del derecho de familia, y que tal prueba puede ser positiva de paternidad, no obstante la alegacin de la inconducta de la madre. Cfr. GROSSEN. en Rey . tri. dr. civ., 1965,
p. 751.
Para la experticia obsttrica por el mtodo de duracin de la gestacin,
cfr. BICKENBACH en el Lehrbuch de PONSOLD, p. 344: y para un examen
general de estos mtodos y sus aplicaciones jurisprudenciales, HOLLEAUX,
De la filiation en dro it aliemand, suisse et franais, Pars, 1966.
12. Segn NIcET0 ALCALA ZAMORA y CASTILLO, Clnica Procesal, Mxico, 1963,
p. 331, no existe en Mxico ley especial alguna que permita el examen de
la sangre como medio de prueba en los procesos de investigacin de la paternidad, ni se ha practicado en los tribunales; pero considera que la prueba
hematolgica encajara sin dificultad dentro del concepto de prueba pericial,
sometida a la prudente apreciacin del juzgador.
En el Uruguay esa prueba se practica desde 1935 y ha recibido posteriormente extraordinario incremento. Vase una decisin del Tribunal de
Apelaciones del Tercer Turno de Montevideo, de 27 de abril de 1942, en
Revista de Derecho, Jurisprudencia y Administracin, t. 41, 1943, p. 106, con
nota en que se inserta un dictamen del profesor ALBERTO SCALTRITTI, excluyente de la paternidad del demandado, cuyas conclusiones fueron acogidas
por el Tribunal.
Puede consultarse con gran provecho la obra Investigacin de la paternidad ilegtima (Trabajo del Instituto de Ciencias jurdicas y Sociales de la
Universidad de Concepcin, Chile, 1967, N' 3), en la cual se hace un estudio
completo de la materia, con especial referencia al derecho comparado; siendo
dignos de especial mencin los trabajos de los profesores BERNARDO GESCHE
MLLER, pp. 49 y 183, y de FRANcisco BEHN KUHN, P. 177.
CONQUISTAS DE LA BIOLOGA
383
384
Luis LORETO
CONQUISTAS DE LA BIOLOGA
385
386
Luis LORETO
CONQUISTAS DE LA BIOLOGA
387
388
Luis LORETO
cierto modo, esa jurisprudencia, pero dndole ahora el carcter de un Jin- de non recevoir' 7 . Siendo sta una excepcin
mixta o anmala, la reforma aludida vino a otorgar al presunto
padre el derecho de exigir que la comparacin de los grupos
sanguneos pueda efectuarse in limine litis, lo que equivale
en nuestro derecho a una excepcin previa de inadmisibilidad
de la demanda. Es comprensible la grande importancia prctica que esta posibilidad de alegacin, como defensa previa, tiene
para la vida del proceso, pues, declarada procedente, pone trmino al juicio en su misma raz, no dndose entrada a la discusin del fondo de la causa, que queda all definitivamente
terminada.
9. CONDICION ACTUAL DE LOS HIJOS NATURALES EN EL DERECHO
VENEZOLANO. IMPORTANCIA DE LA FAMILIA NATURAL EN
NUESTRO MEDIO SOCIAL. CONVENIENCIA DE ESTABLECER UNA
PRESUNCION LEGAL DE PATERNIDAD NATURAL
CONQUISTAS DE LA BroLoGf A
389
376.367
177.920
198.447
47,3
52,7
Hijos ilegtimos
Reconocidos
No reconocidos
198.447
71,943
126,504
36,3
63,7
390
Lrns LORETO
CONQUISTAS DE LA BIoLOGA
391
392
Luis LORETO
En nuestra poca todas las estructuras sociales se transforman y cambian de manera rpida y aun violenta. El acelerado desarrollo de los procesos de la historia, la mudanza en las
costumbres y los cambios de las ideologas tradicionales, han
venido influyendo poderosamente en la vida y funcionamiento
de las instituciones jurdicas, tanto pblicas como privadas. En
estas ltimas puede advertirse el aparecimiento de nuevas formas de conducta y de accin, en las cuales se sublima y hace
realidad operante el valor primigenio y perenne que tiene el
hombre en s mismo como centro y fin nico del proceso de la
cultura.
Las Constituciones modernas han recogido y promulgado
gran parte de estas ideas y sentimientos, sancionndolos como
postulados y normas de la vida jurdica de los pueblos. Dentro
de esa corriente de pensamiento poltico progresista, el legislador venezolano ha tomado firme y definida posicin. Se considera la familia como la "clula fundamental de la sociedad",
que debe protegerse, debiendo el Estado velar por el mejoramiento de-su situacin moral y econmica (art. 73, Constitucin Nacional). En esta amplia concepcin de la familia est
comprendida la familia natural; pero es la legtima la que recibe
del ordenamiento jurdico la ms amplia y elevada proteccin,
por tener ella su origen y fundamento en el vnculo del matrimonio, que es la ms ntima y universal comunin de intereses
y de afectos" (Pescatore). Esta proteccin tiende cada vez
ms a ampliar el mbito de accin de la seguridad social, cuyas
consecuencias han venido incidiendo en la estructura y contede ambos momentos, es decir, la cohabitacin durante el perodo de la concepcin y el hecho mismo de la generacin por la obra del concubinario. Probados por el demandante los hechos que forman la base de la presuncin,
esto es, que sus presuntos progenitores han vivido en unin concubinaria
more uxorio y que l naci al abrigo de esa unin, la presuncin legal de paternidad funcionar en sus dos momentos, quedando presuntivamente demostrados los hechos de la cohabitacin y de la generacin. Corresponder al demandado desvirtuar sus efectos con todas las pruebas admisibles. dr, para
esta problemtica en general, SAVATIER, La recherche de la paternit, Pars,
1927, cap. V; HOLLEAUX, Ob. Cit. p. 79.
CONQUISTAS DE LA BIOLOGA
393
394
Luis LORETO
CONQUISTAS DE LA BIOLOGA
395
396
Luis LORETO
CONQUISTAS DE LA BIOLOGA
397
398
Luis LORETO
La investigacin cientfica, ha escrito Bergson, es un dilogo entre el espritu y la naturaleza`. Dilogo perenne porque
no tiene trmino. De ah que la ciencia no abandone sus armas
ni se rinda, a pesar de los obstculos que encuentra en el camino de su propsito. No es de extraar, pues, que el ilustre
j-Iirszfeld, poseso de este espritu cientfico, haya podido lanzar
en 1940 esta sentencia orgullosa y desafiante: "Si hasta hoy la
serologa T1O puede sino excluir la paternidad, estamos convencidos de que a medida que el progreso se vaya realizando y
con la verificacin de nuevas propiedades, estaremos en condiciones de afirmar, no solamente quin no es el padre, sino
tambin quin lo es". Es la voz del sabio convencido de las
virtualidades creadoras e ilimitadas de la inteligencia y de la
voluntad.
La biologa prosigue sus conquistas en la tarea de sus
investigadores infatigables; rastreando los arcanos caminos que
forman la urdimbre de la naturaleza; escrutando las entraas
mismas de la vida que oculta y guarda el secreto recndito de
la herencia biolgica, a fin de sorprender en su propio regazo
la ley qu rige su proceso y hacerla inteligible y demostrable.
Cuando haya alcanzado este designio, el misterio de la fecundacin individualizadora se habr disipado para siempre; y entonces el legislador y el magistrado podrn contar para la
elaboracin de sus sistemas y el fundamento de sus decisiones,
con el testimonio directo y sin tacha de "la voz de la sangre".
Aun despus de este logro admirable, el hombre proseguir su dilogo infinito con la naturaleza, movido por amor
a la verdad . y respeto a la razn universal del mundo, que exalta
y glorifica en la excelsa dignidad de la ciencia.
organizarse de tal forma que haga posible una profunda y controlada bs
queda de la verdad, de modo que la separacin entre sta y la verosimilitud
se reduzcan al mnimo". Por su parte, ROGER NERSON ha dicho que en la medida en que el recurso a las presunciones no es debido sino a la duda que
rodea ciertas pruebas, el progreso cientfico debe permitir que se reduzca la
parte del empirismo incierto, y agrega: "Sin duda, la verdad judicial y la
verdad cientfica no coinciden, pero la eficiencia de la justicia reposa sobre
la creencia de que el proceso tiende al descubrimiento de la verdad. Cfr. Les
progrs scientifiques et l'volution du droit familial", en Le droit priv
franais au milieu du XXe Sicle, Pars, 1950, 1. p. 427. Acerca de la relatividad en general del conocimiento cientfico, BACHELARD, Essai sur la connaissance approch, Vrin, 1927.
27 "La philosophie de Claude Bernard", en La Pens et le Mouvemeni, Pars,
5' ed., p. 258.
XIX
Discurso en el Senado.
SUMARIO:
1. Idea central que preside el sistema legislativo. - 2. Antecedentes nacionales inmediatos. La filiacin natural en el Cdigo Civil de 1916. - 3. El
rgimen jurdico en el Cdigo Civil de 1922. Diferencias con el anterior. - 4.
Estado de cosas existentes para el momento de elaborarse el Proyecto de
Cdigo Civil de 1942. - 5. Derecho vigente. Medios de prueba de la filiacin natural. Concepcin liberal del sistema. Accin de investigacin de
paternidad y de maternidad. Accin contra los herederos. El artculo 325
del Cdigo Civil argentino como fuente histrica inmediata del artculo 218.
No hay obligacin sustancial de reconocer. La accin de filiacin natural
como mera pretensin procesal. - 6. El objeto inmediato del proceso no
es una relacin jurdica sino una relacin de hecho. Teora heterodoxa.
Sus fundamentos doctrinales. Inters iurdico. Naturaleza merodeclarativa
de la sentencia. - 7. El proceso de filiacin natural pertenece a la jurisdiccin civil ordinaria. Competencia. Intervencin del Ministerio Pblico.
El fuero del domicilio y el de la apertura de la sucesin. Cmulo objetivo
de acciones. - 8. Normas de comn aplicacin en las acciones positivas de
filiacin. La accin negativa. Imprescriptibilidad de la accin respecto del
hijo. - 9. Legitimatio ad causam passiva. Posibilidad de su discusin in
limine litis. - 10. Accin de investigacin iniciada en vida de los padres:
A) Maternidad. B) Paternidad. El artculo 219. Estructura y funcin de la
posesin de estado en materia de filiacin natura]. Nomen, Tractatus, fama.
Su origen cannico. El principio de que la posesin de estado no constituye
nunca ttulo de filiacin natural. Necesidad de indicar el nombre de la
madre en la demanda. Medios de prueba. La exceptio plurium concubentium.
1. Accin dirigida contra los herederos. Es menester ser heredero aceptante.
No se da contra heredero de heredero: Funcin doble de la posesin de
estado. Discrepancia de opiniones. Primera teora. Segunda teora. jurisprudencia de la Corte Federal y de Casacin. Crtica. - 12. La sentencia
del proceso de filiacin. Su eficacia erga omnes. Accin de impugnacin.
Iudicium rescindens.
Este ensayo apareci publicado en la "Revista de Derecho Procesal", Buenos
Aires, Ao IX, 1951, dedicado a la memoria de JAMES GOLDSCHMIDT.
400
Luis LRETO
Las importantes reformas que en materia de filiacin natural hicieron los legisladores venezolanos al sancionar el Cdigo Civil que entr en vigor el i de octubre de 1942, distan
mucho de responder en su expresin literal y tcnica al espritu
progresista y liberal que las inspir. El anteproyecto de ese
Cdigo fue la obra de una comisin de jurisconsultos en cuyas
ponencias y deliberaciones se vieron sustentadas las ideas ms
avanzadas en materia de filiacin natural'.
La idea central que preside y gobierna la economa de
todo el sistema legislativo en vigor, es que el hijo tiene derecho
de conocer a sus progenitores. Es inhumano, antisocial y duro
negarle ese derecho o establecer limitaciones y trabas a su ejercicio fundadas en consideraciones inspiradas por una falsa
moralidad que repudia la solidaridad social y los impulsos ms
elementales del sentimiento mism02.
Entre los miembros de la Comisin Codificadora Nacional, los doctores
Pedro Arismendi Lairet, Germn Vegas y Juan Pablo Prez Alfonzo eran
partidarios de que los graves y delicados problemas que planteaba al Estado
venezolano la regulacin jurdica del fenmeno de la procreacin extramatrimonial, deban ser abordados con vigor y entereza de nimo y con el
firme propsito de renovar hasta en su base misma el sistema existente
(Boletn de la Comisin Codificadora Nacional, Nos. 7 y 8, ao 1, 1937,
pg. 45). El doctor Vegas particularmente propugnaba la idea de que la
posesin de estado deba constituir ttulo de la filiacin natural. El doctor
Luis Ignacio Bastidas, adems ilustre comentador del proyecto de Cdigo,
era de diferente parecer, y sostena que la posesin de estado no deba
bastar por s sola para constituir tal ttulo jurdico, sindolo nicamente
la sentencia que se dictara con fundamento en la posesin de estado, considerada como medio de prueba de la filiacin natural (Ibdem, pgs. 39 y 40).
Para una breve y correcta informacin histrica acerca de los sistemas positivos acogidos por los legisladores de 1916 y 1922, Cfr. PEDRO MANUEL
ARCAYA, Observaciones al Proyecto de Cdigo Civil, en Revista de Derecho
y Legislacin, Caracas, 1942, ao XXXI, Nos. 376, 377 y 378, pgs. 222
y sigtes.; AMENODORO RANGEL LAMUS, Accin de paternidad, en Gaceta
Jurdica Trimestral, San Cristbal, Venezuela, 1932, NP 1, pgs. 5 y sig.;
CSAR ESPINO, La maternidad natural en el Derecho Venezolano, Caracas,
1925, tesis de doctorado; JUAN CARMONA, En defensa de un hijo natural,
Caracas, 1944, Vol. 1, pgs. 7 y sig.
Esas ideas avanzadas han conquistado ya, definitivamente, la opinin pblica del
pas. De ella se hizo eco la Constitucin Nacional de 1947 (derogada), y
el novsimo Estatuto de Menores, en aplicacin desde el mes de febrero de
este ao. En el artculo 49 de dicha Constitucin, se ordenaba en forma
programtica lo siguiente: "El Estado garantiza la proteccin integral del
nio desde su concepcin hasta su completo desarrollo, de modo que ste
se realice dentro de un ambiente de seguridad material y moral. En consecuencia, se establecern, entre otras, las condiciones necesarias: a) Pa
que los hijos gocen del derecho de conocer a sus padres...... En entera
401
En el largo y laborioso proceso de la cultura, las afirmaciones del espritu y sus realizaciones concretas no son sino
momentos culminantes de la lucha dialctica y en la cual el
momento concreto y objetivado no es sino un nuevo punto de
partida para el logro de nuevas sntesis espirituales. Al gran
progreso que constituy la reforma legislativa de 1916, sigue
el retroceso que signific la efectuada en 1922, y en virtud
de la cual se vuelve en materia de filiacin natural al sistema
acogido en el Cdigo de 1904, hijo de los prejuicios tradicionales y de las concepciones empricas imperantes sobre la realidad social venezolana.
El sentido y alcance del rgimen jurdico imperante no
puede comprenderse a cabalidad en lo que l representa para
el progreso del pensamiento cientfico y el adelanto de las instituciones, si no se dibujara en brevsimo escorzo la estructura
institucional de los sistemas que le precedieron.
2. ANTECEDENTES NACIONALES INMEDIATOS. LA FILIACION
NATURAL EN EL CODIGO CIVIL DE 1916.
En la economa de este Cdigo' aparecen claramente definidas y reguladas dos modalidades afirmativas de situaciones
creadas por la procreacin extramatrimoniai.
concordancia con ese dispositivo constitucional, el Estatuto de Menores
dispone en su artculo 1: "El presente Estatuto establece el derecho que
tiene el menor a vivir en condiciones que le permitan llegar a su completo y normal desarrollo fsico, intelectual y moral. Al efecto, el Estado
le garantiza los medios y condiciones necesarios: a) Para que goce del
derecho de conocer a sus padres... j) Para que no sufra calificaciones humillantes en razn de la naturaleza de su nacimiento".
El proyecto fue presentado al Congreso Nacional en sus sesiones de 1915
por el Ministro de Relaciones Interiores, a la sazn el Dr. PEDRO MANUEL
ARCAYA. Profundo conocedor de nuestra realidad social y uno de nuestros
mayores jurisconsultos nacionales particularmente versado en esta materia,
las innovaciones que introdujo ARCAYA en el proyecto se hallaban respaldadas por el prestigio de su autoridad cientfica y de all que ellas no encontraran resistencia en el seno de las Comisiones Legislativas y en los
propios debates parlamentarios. Ampliando el radio de accin social de las
reformas presentadas, el Dr. Jost GIL FORTOUL sostuvo en la sesin memorable del Senado de la Repblica, correspondiente al da 14 de ese ao,
la necesidad social y poltica de ampliar los casos en los cuales se permita
la investigacin de la paternidad, a cuyo efecto propici con su habitual
elocuencia y erudiccin, una reforma del proyecto inspirada en la Ley francesa de 16 de noviembre de 1912. Razones de variada ndole hicieron que
el Congreso de 1915 pospusiera para el ao siguiente la discusin del proyecto, habindose despus sancionado en las sesiones legislativas de 1916 en
las cuales se acogieron las trascendentales innovaciones y reformas presentadas por aquellos dos eminentes doctores.
402
Luis LORETO
4w',
404
Luis LORETO
405
406
Luis LoReTo
LA
407
En nuestra opinin, objeto inmediato del proceso de filiacin natural no es una relacin jurdica, como se ensea generalmente, sino un estado o relacin de hecho que, una vez reconocida como existente por sentencia firme, viene a constituir
el hecho especfico concreto (hiptesis) de la filiacin considerada como relacin jurdica (consecuencia).
Para sustentar esta tesis heterodoxa basta advertir que
quien se afirma ser hijo natural de determinada persona (sin
Cfr. ANGEL FRANCISCO BRICE, La investigacin de la paternidad, Ponencia
presentada al IX Congreso Panamericano del Nio, Caracas, 1948, Cuaderno Azul NI 5, pg. 5. Se trata, pues, de un caso de accin merodeclarativa
positiva explcitamente regulado por la ley. Como se sabe, despus de los
trabajos de WACH y su escuela la cofltruccin jurdica que configura tal
accin con un sustrato de derecho material, ha sido completamente abandonada. Cfr. GIUSEPPE CHIOVENDA, Istituzioni di diritto processuale civile,
Napoli, 1933, Vol. 1; N 63; LEO ROSENBERG, Lehrbuch des deutschen Zivilprozessrechts, 41 Ed. pg. 356; ALFREDO BUZAID, A aao declaratoria no
direito brasileiro, 1943, pg. 76; TORCUATO CASTRO, Aao declaratoria,
So Paulo, 1942, pg. 68; SANTIAGO SENTS MELENDO, El juicio de jactancia,
en Revista de Derecho Procesal. Buenos Aires, Ao 1 (1943), Segunda
Parte, pg. 113; ROBERTO GOLDSCHMIDT, La sentencia declarativa, en la
misma Revista, Primera Parte, pgs. 380 y sig.
Al sistema jurdico venezolano es completamente extraa la idea de una
obligatio ad agnoscendum filiatione, as como cierta modalidad de la misma
que consiste en provocar ante el tribunal una declaratoria de reconocimiento por el pretendido genitor. En Colombia, por ejemplo, segn la
ley 153 de 1887, incorporada al Cdigo Civil, el hijo legtimo tiene el
derecho de que el supuesto padre sea citado personalmente ante el Juez
para que declare bajo juramento si cree serlo. Si reiterada la citacin no
comparece el citado, pudiendo, se considerar como reconocida la paternidad. En el derecho venezolano esta provocatio ad agnoscendum slo se
admite para los documentos privados y con el fin de preparar la va ejecutiva (Art. 524 Cd. Proc. Civ.).
408
Luis LORETO
409
momento de instaurarse el proceso no existe la relacin jurdica de filiacin y, no existiendo, no puede constituir su objeto
inmediato. El proceso se promueve, precisamente, para demostrar en l y hacer constar por sentencia la relacin natural y de
hecho de la filiacin, la cual, una vez declarada existente, el
ordenamiento jurdico la eleva a relacin de derecho que se
considera como surgida desde el momento mismo de la concepcin. Tal es el sentido real y autntico que encierra la norma
contenida en el artculo 217 del Cdigo Civil, al preceptuar
que el reconocimiento es declarativo de filiacin y no puede
revocarse, cuya norma tambin es aplicable a la sentencia judicial, lo que constituye la esencia de su eficacia ex nunc".
Aparece as que el inters jurdico del hijo a la inmediata
declaracin de los supuestos de hecho de la filiacin por sentencia, es siempre actual y permanente, siendo la accin que
1, 1, 10; Gai. 1, 64). En la doctrina de los canonistas aparece tambin esa
nocin acerca del hijo natural: filiis naturales dicuntur quod sola natura
concurrit.
11 Esta construccin del "proceso y de la sentencia que lo remata, reclama un
amplio desarrollo y una segura fundamentacin que es imposible hacer en
este trabajo. En el proceso de reclamacin de estado de hijo legtimo (y
tambin en el originado por la demostracin judicial de la posesin de
estado de hijo natural en aquellas legislaciones que la admiten como ttulo
de filiacin), el estado que se deriva de tal condicin, esto es, la relacin
jurdica de hijo legtimo preexiste al proceso, el cual tiene por objeto
dicha relain incierta y que la sentencia se limita slo a declarar. En el
proceso de filiacin natural, por el contrario, la relacin jurdica de filiacin
no preexiste al proceso sino solamente sus supuestos de hecho los cuales
una vez declarados como existentes mediante sentencia, la norma sustantiva
les hace operar efectos que se consideran como existentes desde que dichos
supuestos se realizaron. Es el llamado efecto retroactivo de la sentencia
de filiacin natural. En fuerza de tal efecto se considera que el vnculo que une
el hijo al progenitor existe como relacin jurdica perfecta y acabada desde
el momento mismo de la concepcin. La simultaneidad de la constatacin
del hecho de la filiacin y de la efectuacin de la consecuencia jurdica
que a tal constatacin se vincula retroactivamente, hace aparecer como que
esta relacin jurdica misma es el objeto inmediato del proceso, a lo menos
desde un punto de vista estructural del fenmeno y de la funcin procesal
del juicio. La visin subjetiva del actor y los propsitos prcticos que persigue
con la demanda, son el reconocimiento y fijacin oficial de la relacin jurdica
de filiacin, pero esta visin pragmtica y subjetiva no debe inducir a engao. La sentencia misma no es parte integrante del hecho especfico de la
relacin jurdica de filiacin (Tatbestan'd), sino que constituye el supuesto
sustancial de eficacia jurdica del supuesto de hecho de la filiacin que
declara o constata. De all que sea ms apropiado, desde el punto de vista
escolstico, calificar el efecto declarativo de retrodatacin, por corresponder
mejor este trmino a la nocin que se desea expersar de hacer remontar
la eficacia jurdica de un hecho a un momento anterior a aquel en el cual
el hecho mismo es constatado. (Cfr. MESSINEO, Ob. Cit., 1, pg. 256;
ANDREAS VON TUHR, Der Aligemeine Teil, 1914, Vol. II, pg. 29).
410
Luis LORETO
Los procesos de filiacin natural perteecen a la jurisdiccin civil ordinaria. Teniendo por objeto las acciones que los
promueven el estado de las personas, son inapreciables en dinero, y su conocimiento corresponde a los Tribunales de Primera
Instancia (arts. 74 y 235 Cd. de Proc. Civ.) Los Juzgados
de Menores no tienen jurisdiccin sobre esa materia.
12 En contra ROSENBERG, Ob. Cit., pg. 371; FRIEDRICH LENT, Zivilprozessrecht,
1947, pg. 81, para quienes una relacin de mero hecho nunca puede ser
objeto del proceso o litigio, sindolo necesariamente derecho o relaciones
jurdicas. Sin embargo, en nuestro caso, el ordenamiento jurdico, siguiendo
la naturaleza de las cosas y aconsejado por la tcnica del proceso, le ha
dado por objeto inmediato una relacin de mero hecho de la que solicita
su "accertamento". Los elementos de hecho y de derecho que sirven para
sustanciar el petitum de la demanda forman la causa petendi en que se apoya
la pretensin procesal de "reclamar judicialmente ser reconocido por sus
padres o por uno cualquiera de los dos". Cfr. ERNESTO HEINITZ, 1 limiti
oggettivi della cosa .giudicata, Padova, 1937, pg. 165; L. PRIETO CASTRO,
Derecho procesal civil, Zaragoza, 1949, Tom. 1, pg. 255.
411
412
Luis LORETO
LA
413
414
Luis LORETO
415
En el derecho venezolano actual la demanda en reclamacin del estado de hijo natural puede dirigirse contra los presuntos padres o contra los herederos de stos. Unos y otros se
encuentran investidos abstractamente por la ley de cualidad
para sostener el respectivo proceso de filiacin legitimatio ad
causam passiva). Sin embargo, existe la diferencia fundamental
de que la cualidad pasiva del presunto progenitor no puede
ser discutida especial y previamente a la contestacin al fondo
de la demanda como lo permite una peculiaridad del proceso
patrio sino que tiene que serlo necesariamente al contestar
de fondo; mientras que la cualidad para sostener el juicio por
parte de las personas que son calificadas por el actor como herederos de los presuntos padres, s puede ser negada y discutidad previa y especialmente por los demandados, in limine litis,
mediante la excepcin de inadmisibilidad por falta de cualidad
e inters (art. 257, 1 Cd; Proc. Civ.) En el primer caso la
.condicin de padre o madre natural que se afirma existir en el
demandado le atribuye, sin ms, cualidad a la actio y forma
objeto del proceso; en el segundo la condicin misma de here-
416
Luis LORETO
417
418
Luis LoRETo
4 19
420
Luis LORETO
421
422
Luis LoltnTo
423
424
Luis LORETO
En el derecho venezolano la posesin de estado no constituye nunca ttulo de filiacin natural`. Este es un postulado
dogmtico cierto segn nuestra opinin.
Como quiera que de conformidad con lo dispuesto en-el
artculo 219 Cd. Civ. al intentarse la accin contra el padre
debe probarse que para la poca de la concepcin del hijo
mantuvieron relaciones carnales la madre y el pretendido padre,
es manifiesto que en el libelo de demanda debe indicarse el
nombre de la madre con los elementos necesarios para identicarla y referir a su persona la correspondiente prueba`. De lo
contrario la demostracin del hecho fundamental de la concepcin por obra del padre sera imposible y la accin se frustrara
por falta de prueba de uno de los momentos de la causa petendi
Para determinar la pica de la concepcin se seguir en lo posible la regla establecida para la filiacin legtima en el artculo 197 Cd. Civ. que se aplicar no ya como presuncin legal,
sino como presuncin del hombre.
Los medios de pruebas admisibles en el proceso de investigacin de paternidad son los generales y comunes en todo
proceso ordinario. Es de creacin relativamente reciente la
del padre no puede calificarse sino como tractatus. Sin embargo, la fama
que mayor valor probatorio debe tener es aquella que surge y se consolida
sobre las manifestaciones reiteradas del afecto paterno. El trato por parte
del padre puede tener las ms variadas manifestaciones, desde la presentacin del hijo a los terceros haciendo en ese acto manifestacin expresa de
paternidad (eleccin de padrino para su hijo, por ejemplo), hasta aquella
que consiste en los regalos habituales y silenciosos hechos al nio con un
no disimulado sentimiento paternal. Cfr. GILBERTO CAON NIETO, Filiacin
Natural. La presentacin y la invocacin de la calidad de padre, en La
Justicia uruguaya, Montevideo, 1948, Tom. 18, pg. 29.
31 Por desconocer este postulado algunos tribunales de instancia han declarado
con lugar algunas acciones de investigacin de paternidad dirigidas contra
los herederos del presunto progenitor, considerando la posesin de estado
sin ms como ttulo principal y suficiente de filiacin. Esta doctrina ha
t sido confirmada por la Corte Federal y de Casacin en recientes sentencias,
como se ver luego.
32 Revista Forense, Ro de Janeiro, 1947, Vol. 114, pg. 91. Creemos que la
omisin del nombre de la madre en el libelo dara lugar para que el reo
oponga la excepcin dilatoria de defecto de forma (ordinal 7? del artculo
248, Cd. Proc. Civ.) puesto que faltara una de las "razones" en que
la accin se fundamenta y el demandado se vera coartado en sus medios
de defensa, al encontrarse imposibilitado de hacer valer la exceptio congressus
cum pluribus. La accin en investigacin de maternidad podra acumularse
a la de inquisicin de paternidad; pero la cuestin de las relaciones carnales
con una determinada mujer y la consiguiente concepcin puede ser objeto
de planteamiento en el proceso como cuestin incidental solamente.
425
426
Luis LORETO
427
428
Luis LORETO
Puede acontecer que la persona de quien alguien se pretende ser hijo no haya dejado herederos, o stos sean desconocidos, o hayan renunciado a la herencia. En estos casos, cae
la herencia en estado de yacencia y subsiguiente vacancia, aplicndose entonces al caso las normas relativas a tales situaciones
en su aspecto procesa P8.
Como se dijo anteriormente, cuando la accin de filiacin
se dirige contra los herederos de los presuntos progenitores, el
actor no goza de libertad absoluta para proponerla, sino que
debe necesariamente alegar como fundamento de la demanda
la posesin de estado de hijo, natural. Sin esta alegacin, su
accin no ser admisible, de forma que si la demanda no llenare
este requisito, podra verse rechazada in limine litis por medio
de la excepcin de inadmisibilidad indicada en el ordinal 4? del
artculo 257 del Cdigo de Prcedimiento Civil. Bastar alegar
la posesin y sustanciar genricamente los hechos fundamentales que la constituyen, no siendo menester traer a los autos
una prueba preconstituida a tal efecto mediante un justificativo de testigos, prueba que, por lo dems, no ser intil acompaar y hasta es recomendable hacerlo en la prctica`.
la salvedad contenida en el precepto encuentra aplicacin concreta en el
Art. 823, que en oposicin con el hijo legtimo . da al natural en la herencia
paterna una porcin igual a la mitad de la que corresponde a aqul". Qued
as superada aquella concepcin conservadora y estrecha de nuestro derecho
tradicional, que le mantuvo divorciado de la realidad social, al ignorar en
la vida autntica de la Nacin la existencia de la familia natural, y en cuya
estructura orgnica el hombre slo se apreciaba en su funcin biolgica de
productor de espermatozoides, de genitor, y no en la ms noble y espiritual
de pater.
38 Para otras situaciones extraordinarias, Jos ALBERTO Dos REI5, Processo
ordinario e samario, Coimbra, 1928, pg. 295. Sus soluciones se inspiran en
el principio generalmente seguido por la doctrina civilista, segn el cual
la accin de investigacin de filiacin natural debe dirigirse "contra las personas respecto de las cuales el hijo puede hacer valer derechos resultantes
de su filiacin". Cfr. REN SAVATIER, La recherche de la paternite', Pars,
1927, N9 77. La declaracin que se encuentra en algunas disposiciones de
ltima voluntad de no tener el disponente "hijos legtimos ni naturales",
u otros semejantes, no empece en forma alguna para el ejercicio de la
accin, siendo tal declaracin completamente inocua para la situacin de
quien se pretende ser hijo del testador.
39 Nuestro legislador consider que el hecho de alegarse por el actor la posesin de estado constitua por s solo un indicio suficientemente atendible
para justificar la admisin de la accin y la apertura del proceso de filiacin.
Este sistema se presenta favorable al ejercicio de la accin de investigacin
y responde a una concesin amplia y liberal de la institucin. Acoger el sistema de otros Cdigos, como el italiano vigente (Art. 274), en el cual
existe una averiguacin sumaria previa al juicio de filiacin para inquirir
en ella siconcurren indicios que justifiquen el ejercicio de la accin, hubiera
429
430
Luis LORETO
En cuanto al alcance dogmtico de esta funcin ltimamente sefialda, tanto la doctrina como la jurisprudencia nacionales estn divididas. Doctores certant. El contraste de opiniones y de criterios interpretativos, pueden agruparse sistemticamente en dos teoras bien definidas, que pasamos a exponer en sus grandes lneas.
Primera teora. - En buena parte de la doctrina seguida
por algunos tribunales de instancia y confirmada recientemente
por la Corte Federal y de Casacin, se sostiene que cuando la
accin se dirige contra los herederos del padre o de la madre,
basta alegar y probar la posesin de estado de hijo natural, conforme a lo establecido literalmente en el art. 218 del Cdigo
Civil en su primer aparte. En el primer caso (contra los herederos del padre), es innecesaria e inoperante la afirmacin y
prueba que se haga de las relaciones carnales entre la madre
y el pretendido padre en el perodo crtico, as como la de la
identidad del hijo, extremos estos ltimos requeridos, por el
artculo 219 del Cdigo Civil para cuando la accin se intenta
directamente en vida del presunto padre'. Esta corriente atribuye a la posesin de estado la funcin exclusiva y solitaria
de constituir el fundamento necesario y suficiente de la demanda, elevndola a ttulo de filiacin que la sentencia no
hace sino reconocer y declarar. Es la consagracin jurisprudencial de la teora del reconocimiento tcito auspiciada hace ms
de un siglo por la escuela francesa de Demolombe. En nuestra
opinin, esta teora no corresponde a una sana y genuina inteligencia de las normas que estructuran todo el sistema legislativo en vigor, correspondiendo a l, en cambio, la interpretacin que de dichas normas hace la otra corriente doctrinal.
42 La doctrina que alimenta a esta corriente se encuentra muy bien expuesta
y caracterizada en la sentencia de la Corte Superior en lo Civil y Mercantil
del Edo. Lara, de fecha 8 de junio de 1949 (Causa Elas Lozada vs. Elisa
Gil Garca de Montesinos). Segn ella son acciones distintas las "otorgadas
por los artculos 218 y 219 del Cdigo Civil, pues si ambas estn destinadas
a un mismo fin, han sido condicionadas y reglamentadas de modo diferente
por el legislador patrio. La primera deriva su existencia de la posesin de
estado que le sirve de ttulo, no de mero adminculo para facilitar la prueba
en el juicio, como acontece en la segunda. . . En consecuencia, cuando la
accin de reconocimiento se dirige contra los herederos del padre no es
menester alegar y comprobar los extremos del artculo 219 del Cdigo
Civil, sino que es suficiente invocar como fundamento la posesin de
estado, y as se declara'.'.
431
432
Luis LORETO -
tido de que no bastara hacer la prueba aun la ms completa de la relaciones carnales en el perodo crtico y de la
identidad. Tal prueba debe ser corroborada, "fundamentada",
en la posesin de estado, funcionando as esta ltima en el
sistema como medios de control de la verosimilitud de aquellas,
todo con el fin de asegurar la mayor sinceridad y justicia en
los resultados del proceso; En la apreciacin de todo este complejo probatoria son soberanos los jueces de instancia.
Esta misma diversidad de criterios y esta variedad de interpretaciones se advierte en la Argentina. All el artculo 325
del Cdigo Civil que, como se dijo, constituye el antecedente
legislativo inmediato de nuestro artculo 218, ha dado pbulo
para que tanto la doctrina como la jurisprudencia sostengan
interpretaciones completamente opuestas muy semejantes a las
que dividen nuestro foro".
Cdigo Civil, el demandante tena que demostrar tres extremos fundamentales: su posesin de estado de hijo natural; que en la poca de su concepcin mantuvieron relaciones carnales su madre y su pretendido padre;
y su identidad con el hijo habido durante aquel perodo".
44 De all que sea de gran valor y ayuda para el juez y el jurista venezolano el estudio de la doctrina y de las decisiones de los tribunales argentinos, siempre prestigiadas por la honestidad moral y la ilustracin
de sus autores. Comentando REBORA, Ob. Cit., pg. 103, el contenido normativo del artculo 325, dice que despus de la Ley de Enmiendas de
1882, la posesin de estado vino a cobrar el significado de una condicin
para el ejercicio de la accin. Expone en las pgs. 114 y sigtes., con gran claridad y brillo el proceso evolutivo de las ideas sobre la interpretacin y
aplicacin que hicieron los Tribunales de la nocin de posesin de estado;
seala luego el carcter subordinante que al comienzo tuvo cuando la accin
se intenta despus de la muerte de los pretendidos progenitores, subordinacin que, en su sentir, "amenazaba convertirse, por inercia, en carcter derequisito exclusivo". Cita varias sentencias en tal sentido, entre las cuales
transcribe una de la Cmara Civil de la que dice: "Muerto el padre, la filiacin natural slo puede justificarse por la posesin de estado, y tanto la
prueba sobre las relaciones carnales como la que recaiga sobre otros hechos
capaces de hacer presumir la patenridad carecen de valor", y agrega: "Lo
que ocurra, sin duda, era que los propsitos de moderacin que haban
cristalizado en el agregado que acababa de hacerse al artculo 325, se manifestaran durante mucho tiempo como principales y as, de requisito condicional, cuya presencia deba resultar indispensable para que sirviese de asidero a todas las dems, la posesin de estado se transformaba en requisito
indicado para ocupar por entero el terreno correspondiente a la accin de
reclamacin". En el sentido de la decisin de la Cmara Civil se han dictado despus muchas otras, bastando citar la reciente pronunciada por la Cmara Segunda Civil y Comercial de La Plata y publicada en Jurisprudencia
- Argentina, 1964, 1, pg. 197. Cfr. tambin La Ley, 1949, tomo 54, pg. 353.
Frente a esta posicin jurisprudencial, apareci otra corriente vigorosa
en la cual la posesin de estado se la considera como base de la demanda,
esto es, como uno de los fundamentos de la misma, de forma qu ella es
uno de los elementos que viene a dar fuerza a aquellos otros que surgen en
433
434
Luis LORETO
435
Data venia, no nos parecen convincentes las razones aducidas por los Honorables Magistrados. En nuestro parecer la
doctrina de l Corte Federal y de Casacin es el resultado de
un mtodo de exgesis demasiado liberal, en el cual se ha olvi con el actor cuando demanda a los herederos, declarando inadmisible la accin
si no se alega como fundamento la posesin de estado, cuya inadmisibilidad no
rige cuando se acciona contra el padre. Ese rigorismo hace innecesaria la comprobacin de los extremos que exige el artculo que se glosa, si se tiene en
cuenta que la posesin de estado de hijo natural presupone las relaciones
de la filiacin que se trata de hacer declarar, que conforme a la doctrina unnime, los hechos que la constituyen son verdaderas y persistentes confesiones de paternidad, son un reconocimiento reiterado; y tanto es as que ci
mismo artculo, al referirse a los medios con que pueden probarse las relaciones carnales, contempla la posibilidad de que no haya posesin de estado,
y tal hiptesis no cabe, no puede ser contemplada, cuando se trata de accin
contra los herederos porque para este caso el legislador no acepta otro fundamento ni otra prueba que la de los hechos que constituyen la posesin de
estado".
Sentencia de 14 de julio de 1950. - ( Vocal Ponente: Dr. Leez Recao).
Omissis. "La Sala observa: Que hay una diferencia fundamental entre el alcance de los artculos 218 y 219 del Cdigo Civil. En el primero se contempla la accin de reconocimiento contra los herederos, exigindose como fundamento para su admisibilidad la posesin de estado, o sea, el conjunto de
una serie de hechos que concurran a demostrar las relaciones de filiacin y
de parentesco entre un individuo y la familia a la que l pretende pertenecer. Entre estos hechos est el de que el padre haya tratado a dicho individuo como su hijo y haya provedo en tal calidad a su mantenimiento, educacin y colocacin. En cambio, en el segundo, la accin va contra el padre,
exigindose entonces la prueba de las relaciones carnales entre la madre y
el pretendido padre para la poca de la concepcin y la identidad del que se
pretende hijo con el habido durante aquel perodo, porque como bien asienta el formalizante se parte de la hiptesis de que en este caso no existe o
es dudosa la existencia de la posesin de estado. Estudindose bien el contenido del artculo 219 se observa que no se requiere como fundamental como s ocurre cuando se trata de ir contra los herederos la posesin de estado. Dice la disposicin en referencia que la prueba de estos hechos (relaciones carnales de la madre con el pretendido padre en la poca de la concepcin del hijo y la identidad del que se pretende pasar corno tal con el
habido durante aquel perodo) podr hacerse por testigos, siempre que exista la posesin de estado o haya el principio de prueba por escrito o presunciones o indicios graves. Como se ve, la posesin de estado puede no existir
pero ello no obsta a que otras circunstancias faciliten la prueba de testigos.
De manera que lo que es fundamental cuando se va contra los herederos no
lo es cuando se va contra el padre que puede negarse a reconocer el hi jo al
amparo de una posesin de estado dudosa o inexistente. Como ya lo tiene establecido esta Corte en su fallo de 17 de febrero del corriente ao, el artculo
219 del Cdigo Civil, que reglamenta el ejercicio de la accin contra el padre,
trae una disposicin excepcional la de las relaciones carnales y la de la
identidad del que se pretende hijo que debe interpretarse en forma restrictiva. Dicha disposicin excepcional slo rige cuando la accin va dirigida
contra el padre, que es la persona expresamente sealada en dicho artculo y
no cuando se ejercita contra los herederos. Cuando se intenta la accin contra el padre la ley exige la prueba de las relaciones carnales y la identidad
del que se pretende hijo, a que se ha venido refiriendo, corno puntos fundamentales que acreditan la paternidad. Como asienta el formalizante, "el propio juicio constituye una negacin a la posesin de estado, hasta el punto de
436
Luis LORETO
437
438
'
Luis LORETO
ciada desde el primer punto de vista, debe alegarse y sustanciarse en el libelo; desde el segundo, debe demostrarse en el
proceso su existencia en mayor o menor grado de intensidad,
pero en ningn caso es suficiente por s sola para probar la
filiacin natural. La posesin de estado, aun la ms constante
y firme, slo constituye indicios que hacen verosmil el hecho
de la paternidad para dar cabida al juicio y concurrir con otros
elementos a fundamentar la demanda`.
Los hechos que constituyen la posesin de estado de hijo
natural no fundamentan en verdad la relacin de filiacin. Si
as fuera, se elevara la posesin a categora de ttulo que no
tiene, ni aun subsidiariamente49 . Sea que la accin se intente
contra alguno de los padres, sea que se intente contra sus herederos, es siempre de inquisicin de la paternidad o de la maternidad, jams de declaracin de reconocimiento tcito, por manera que en uno y otro supuesto, por mejor que est acreditada la posesin de estado, si el padre, la madre o sus herederos
niegan la filiacin y hacen valer la exceptio plurium concuben48 Es as como el !undamentum agendi de la accin de investigacin de paternidad (o de maternidad) dirigida contra los herederos est constitudo por el
nexo biolgico de filiacin que se demuestra probando las relaciones carnales
de la madre con el hombre que sepretende ser el padre natural durante el
perodo de la concepcin, y la identidad del hijo con el habido durante aquel
perodo y adems la posesin de estado (o, para el caso de maternidad, el
hecho del parto de la mujer de quien se pretende ser hijo y la identidad de
quien se dice o afirma hijo con el ser nacido de ese alumbramiento). La prueba de indicios y presunciones derivada de hechos ms o menos ciertos que
permitan, segn mximas de experiencia, inferir la paternidad, es la prueba
normal en este gnero de procesos. En el derecho cannico ante la dificultad
de la prueba de la paternidad, los doctores solan decir: In dubio praesumendum est filius naturalis; quia in acto occulto favorabilis capienda est interpretatio pro filio.
49 Cfr. AZZARITLMARTINEZ, Diritto civile italiano, 1943, tomo II, pg. 887.
La posesin de estado puede ser fraudulenta, obra de maquinaciones dolosas
o interesadas, de forma que no prueba necesariamente la relacin de filiacin, sobre todo si sta es impugnada. Mientras mejor y ms caracterizada
sea una posesin de estado, tanto mayor verosimilitud y fuerza de conviccin se derivarn para los dems elementos probatorios que ella viene a corroborar. En estos casos podra decirse que "no es con la posesin de estado
que el hijo prueba su filiacin, sino con la ayuda de las presunciones que resultan de ella, y de all que no sea necesario que la posesin de estado presente los caracteres que la ley exige para poder probar la filiacin legtima",
BAUDRY-LACANTINERIE, CHAUVEAU y CHENEAUX, Delle persone, N? 706.
Cfr., adems, en el mismo sentido, DE PACE, Ob. Cit., Nos. 1156 y sigtes.
No siendo ttulo la posesin de estado, era lgico que desapareciera su mencin del art. 830 Cd. Civ., siguiendo en esto al derogado, pero separndose
del Cdigo de 1916 (art. 819), en que se le mencionaba como prueba de
filiacin natural con fines hereditarios.
439
440
Luis LORETO
Luego que la sentencia final que se pronuncie en el proceso de filiacin ("primer juicio" le llama la ley), est definitivamente firme, esto es, quede al amparo de todo recurso ordinario extraordinario '(apelacin y casacin), el tribunal debe
enviar copia certificada de ella al funcionario del estado civil
para que la inserte en el libro correspondiente. Este acto de
insercin tiene en la economa del sistema una profunda significacin jurdica, puesto que es slo desde ese momento que
la sentencia comienza a producir sus efectos declarativos de
filiacin, inmediatos y absolutos, para las partes y para los terceros o extraos al procedimiento; insercin que funciona como
un requisito o supuesto legal de eficacia de la cosa juzgada, lo
que ha sido justamente criticado`.
Dicha sentencia debe, adems, publicarse de oficio por la
prensa en la sede del tribunal que la dict. Esta publicacin es
gislativa, que inspir a los creadores del sistema actual. Sin embargo, del lenguaje empleado por el legislador en el art. 507 y del mismo contenido normativo que lo anima, puede inferirse que su origen dogmtico est en aquella
corriente de la moderna escuela francesa segn la cual la autoridad absoluta
de tales sentencias se deriva de su naturaleza misma, de la cual es una manifestacin la indivisibilidad del estado. Esta inferencia se hace tanto ms verosmil cuanto que, como se ver luego, el legislador otorg a todo interesado
que no intervino en el juicio de filiacin un medio legal para impugnar el
fallo, a semejanza de la "tierce opposition" del sistema francs. Cfr. PLANIOL
y RIPERT, en colaboracin con SAVATIER, Traite pratique de droit civil, Pars 1925, tomo 1, N 40; RENE SAVATIER, en Revue Critique de Legislation
et Jurisprudence, 1926, pg. 6.
51 Es una especie de Condicio inris de naturaleza procesal. No existe razn jurdica alguna para que la autoridad erga omnes de la sentencia est supeditada
a su insercin en los registros del estado civil. La sujecin de sus efectos a la
realizacin de un acto extraprocesal es un desacierto, condenado por la tcnica y por la poltica procesal. Ya BAsTIDAS, Ob. Cit., pg. 384 se haba manifestado opuesto a admisin en estos claros y juiciosos trminos: "La frase: "una vez insertados en los registros respectivos, producirn los efectos
siguientes", da a entender que los efectos de las sentencias y decretos que
contempla el artculo en los ordinales 1 y 29, no se producen sino desde la
insercin de ellos en los registros. Me parece que la disposicin es en principio, inaceptable... En efecto, dirigidas las sentencias a su realizacin y teniendo en s fuerza ejecutiva, es irregular que la ejecucin de ellas se condicione a una formalidad posterior y extrnseca, como sera en este caso el requisito de la insercin del acto o sentencia de que se trate en el Registro del
Estado civil o del Registro Pblico. Luego, mirando al fondo mismo de la
materia, me parece que ha de resultar repugnante que una sentencia ejecutoriada que declare, por ejemplo, la existencia, nulidad o disolucin de un matrimonio, no surta efecto sino despus de su insercin en los libros respectivos.., requisito que en todo caso traera una serie de consecuencias desconcertantes. Opino, por tanto, que debe suprimirse la disposicin que subordina los efectos de las sentencias mencionadas al requisito del registro".
-
441
442
Luis LORETO
El "segundo juicio" se sigue por los trmites del procedimiento ordinario ante el tribunal que dict la sentencia que
se impugna. Esto resulta, en nuestra opinin, de la naturaleza
misma del remedium iuris dado a los terceros que, como se dijo,
no constituye un verdadero recurso, sino una accin para provocar la rescisin de la sentencia dictada en el primer juicio. Esta
va judicial es una modalidad de la accin de invalidacin`.
El fallo pronunciado en el primer proceso produce todos
sus efectos, muy particularmente el de autoridad de la cosa
juzgada material, de forma que si el actor ha sido declarado
hijo natural del demandado se le considerar jurdicamente tal
entre tanto no se pronuncie la sentencia que declare la falsedad
de la filiacin en el segundo proceso. Esa autoridad entonces
obra contra todo tercero jurdicamente interesado, aun contra
quien se pretenda padre natural, superndose as en beneficio
de la seguridad jurdica el criterio de relatividad que inspir
443
55 Cfr. WINDSCHEID-KIPP, Lehrbuch des Pandektenrechts, vol. 1, pg. 670, nota 7; ENRICO TuLLI0 LIEBMAN, Eficacia e autoridad da sentena, Ro de Janeiro, 1945, pg. 164 y sigtes.; el mismo, Decisao e cosa juzgada, en Revista
da Facultade de Dereito Universidad de Sao Paulo, 1945, vol. XL passim.
446
Luis LORETO.
En una consideracin preliminar dice la Corte: "La cualidad o legitimacin en la accin, activa o pasiva segn se refiera al demandante o al reo, y entendida como la aptitud o
idoneidad para obrar o contradecir eficazmente en juicio, conforma una particular posicin subjetiva frente o en relacin
al objeto de la pretensin, en el sentido de que la accin Slo
podr ser intentada y el derecho respectivo hecho valer por
aqul sujeto concreto a quien la ley en abstracto reconozca
como legitimado para su ejercicio (sujeto activo), y contra
aqul, precisamente, a quien la ley, tambin, "in abstracto",
considere sujeto a padecer sus efectos (sujeto pasivo). Debe
existir, en suma, una relacin de lgica identidad entre la persona que invoca la tutela jurisdiccional (actor) y la persona
a quien la ley atribuye el poder de invocarla; y entre la per-
447
448
Luis LORETO
449
50
Luis LORETO
ENDOSO AL COBRO
LEGITIMACIN A LA CAUSA
451
452
Luis LORETO
Para fundamentar la Corte su sentencia, desarrolla y sostiene la teora de la existencia en nuestro ordenamiento jurdico positivo de situaciones excepcionales que la doctrina califica de "legitimacin anmala", en virtud de la cual la titularidad de la relacin de derecho material y el derecho que
de ella emerge, pueden corresponder a un determinado sujeto,
mientras que la titularidad a la accin (legitimatio ad causam)
corresponde o puede corresponder a una persona diferente.
Entre estas situaciones excepcionales la Corte considera que
figura la contemplada en el artculo 426 del Cdigo de Comercio, aplicable a los pagars por disposicin del artculo 487
ejusdem.
En un todo consecuente con esta teora la Corte declar que el endosante Dr. C. G. es y contina siendo el titular
del derecho de crdito incorporado al pagar, pero que la accin para hacerlo valer judicialmente poda ser legtimamente
ejercida directamente y en nombre propio por el endosatario
R. L., en virtud de estar legitimado para ello por la ley, pudiendo comparecer en juicio como parte legtima, sin invocar
ni apoyarse en acto alguno de representacin, pues su carcter
de endosatario al cobro lo investa de una legitimacin propia
y autnoma.
6. La legitimacin anmala as configurada por el Tribunal sentenciador, corresponde en un todo a lo que en la
doctrina moderna del proceso se conoce por el nombre de
sustitucin procesal. Mediante ella el ordenamiento positivo
confiere cualidad o legitimacin a una persona para der tandar
en nombre propio (suo nomine) la tutela jurisdicciont 1 para
relaciones jurdicas, derechos y pretensiones de las cuales
aparece como titular otro sujeto. Tal situacin, que se presenta excepcionalmente dentro de la economa del sistema, tiene
siempre su origen y fundamento en una disposicin legal, ya
5 Despus que esta figura fue descubierta y aislada por
KOHLER en el campo
del derecho sustancial, la aplic luego en el mbito del proceso, bautizndola con el nombre de "Prosesstandschaft" (Der Prozess als Rchtsverhiiltnis, 1888, p. 86), siendo ampliamente desenvuelta y perfeccionada luego por
la doctrina procesal posterior. Al acogerla Chiovenda en su sistema, le di la
denominacin de "sustitucin procesal", con la cual es conocida y aplicada
en la literatura jurdica europea y latinoamericana que ha recibido la benfica influencia de la escuela italiana.
ErDoso
453
que nuestro derecho desconoce la sustitucin procesal voluntaria. La situacin normal u ordinaria, que constituye la regla, es que el ejercicio y defensa en juicio de una relacin jurdica, derecho subjetivo o pretensin corresponde a quien se
afirma ser el propio titular concreto de los mismos, situacin
sta derivada de una cualidad genrica y abstracta reconocida
por la ley. Es postulado de sana lgica y de buen sentido,
adoptado expresamente por algunas legislaciones, que "fuera
de los casos expresamente previstos por la ley, nadie puede
hacer valer en el proceso en nombre propio un derecho ajeno".
7. Importa sealar muy brevemente la importancia que
tiene dentro de la dogmtica y la teora general de nuestro
proceso civil la legitimacin a la causa (legitimatio ad causam).
En sentido general y abstracto tal legitimacin es la competencia o idoneidad legal que los sujetos de derecho tienen para
figurar en nombre propio, como actores y demandados, en
un proceso, referida a una cierta y determinada relacin jurdica o pretensin litigiosa concreta que constituye su objeto.
Ella califica y define quines deben ser en un determinado
juicio las personas que, segn el ordenamiento positivo, deben
integrar la relacin jurdica procesal, esto es, quines deben
ser de la misma las partes legtimas (no simplemente partes).
Refiriendo estas nociones a la legitimacin activa (que
es la que aqu nos interesa), ella se fundamenta normalmente en que el actor se afirma ser el actual y propio titular de
la relacin o inters en litigio (res in iudiciu
m deducta), presentndose tal legitimacin como simplemente supuesta y afirmada, deducida de una norma material abstracta, no en su existencia real o verdadera. Tal legitimacin, por tanto, se presenta,
ictu oculi, inseparablemente unida a la titularidad igualmente
supuesta y afirmada de la relacin jurdica o derecho que constituye el fondo de la controversia (merita causae). Tal es
el concepto de la legitimacin ordinaria o normal. Aqu la legitimacin a la causa no se presenta como un requisito autnomo de la demanda, pues es prcticamente irrelevante, ya
que, en verdad, es el lado subjetivo de la titularidad supuesta
y afirmada por el actor del inters o derecho sustancial para
el cual solicita la proteccin jurisdiccional. En este caso la legitimacin y la titularidad no pueden disociarse ni decidirse
separadamente del fondo mismo de la controversia, presen-
454
Luis LORETO
CAUSA
455
Importa advertir que la doctrina de la Corte no se presenta seera en el campo cientfico, sino que tiene autorizado
y conspicuo antecedente. Ella fue tambin sustentada en Alemania hace ms de cincuenta aos por uno de los ms esclarecidos maestros de la ciencia procesal: Konrad Hellwig. En
sus obras fundamentales el ilustre profesor de Berln admiti
entre los casos de sustitucin procesal el del endoso por procuracin contemplado en el artculo 17 de la Ordenanza Cambiaria Alemana de 1908. Conforme a su enseanza, el endosatario al cobro estara personalmente legitimado actii,amente
para demandar en propio nombre el pago del crdito de quees titular el endosante'. Esta enseanza del gran maestro
alemn, acredita la doctrina de la Corte.
8. Es innegable la existencia en nuestro derecho de
normas que sancionan de manera excepcional la figura de la
sustitucin procesal, otorgando a ciertos sujetos que se en7 Lehrbuch, 1907, II, p. 307, nota 48, y System, 1912, 1, p. 169, II, 3. Esta
misma doctrina la encontramos tambin recientemente sustentada por BRUMS,
Zivilprozessrecht, 1968, p. 78, con apoyo en el aitculo 18 de la vigente ley
cambiaria de 1933, que es la adopcin textual del artculo 18 de la Ley Uniforme- de la Convencin de Ginebra. Sealaba HELLWIG, sin embargo, que
segn otra opinin el endosatario obrara como representante del endosante,
quien sera la parte legtima en la causa. No obstante esa respetable doctrina, la opinin dominante en Alemania la ha desechado y considera que el
endoso por procuracin desde el punto de vista de la relacin externa, slo
confiere al endosatario un poder de representacin del endosante, no un
derecho propio y autnomo, negndole su carcter de sustituto procesal. As;
BAUMBACH-HEFERMEI-IL, Wechselgesetz ui-id Scheckgesetz, 1962,, p. 132, C. En
este mismo sentido se ha pronunciado entre nosotros ROBERTO GOLDSCHMIOT, La letra de cambio y el cheque en la legislacin venezolana, Caracas,
1963, p. 48, al comentar el artculo 426 de nuestro cdigo de comercio, cuando dice: "El caso tpico (de endoso por mandato) es el envo de una letra
de cambio a un Banco para que ste la cobre; entre el Banco y su cliente
existe, entonces, una relacin de mandato que resulta de la letra de cambio
misma. En esta hiptesis de mandato abierto, el endosatario-mandatario, en
nuestro ejemplo el Banco, no puede endosar la letra de cambio sino a ttulo
de procuracin. Si el Banco procede contra el deudor cambiario ste podi
oponerle las excepciones que tenga contra el endosante ya que ste sigue
siendo el propietario de la letra de cambio y, por lo tanto, el acreedor cambiario. Por la misma razn, la demanda intentada por el endosatario deber
hacerse en nombre del endosante; no se trata de un caso de sustitucin procesal, concepto bajo el cual la doctrina resume los supuestos de hecho en
que una parte acta en nombre propio pero respecto de un derecho ajeno".
Este es igualmente el parecer de MUCI-BRAHAM (hijo), Ob. Cit., Nos. 6 y 7,
quien desarrolla ampliamente el tema y hace mencin de la jurisprudencia
nacional. En igual sentido la doctrina francesa y la italiana. Cfr. para la primera, LEscoT y ROBLOT, Les efJets de commerce, 1953, 1, Ng 335, y para
la segunda, VIVANTE, Trattato di diritto commerciale, 5, ed., II, Nos. 1.137
-.
y 1.145..
456
Luis LORETO
cuentran en determinadas circunstancias una legitimacin extraordinaria para obrar en juicio y defender en nombre propio derechos de los cuales no son titulares sino que pertenecen a extraos, sustituyndolos as en el ejercicio judicial de
los mismos. Estas situaciones excepcionales que corresponden a ciertas exigencias y necesidades prcticas del comercio
.' de la vida jurdica, han sido tomadas en cuenta por el
legislador, ya que no quedaran satisfechas y garantizadas
si el ordenamiento positivo no otorgara a un extrao a las
mismas la legitimacin a la causa para hacer valer en nombre
propio, per se, relaciones jurdicas y derechos de que es titular otra persona. Ellas se presentan de modo extraordinario
cuando el sujeto extrao a la relacin o derecho ajeno tiene
un inters legtimo propio en que se hagan valer y realicen en
juicio, a fin de que su inters en los mismos pueda ser satisfecho y realizado, a cuyo efecto la ley le inviste de una legitimacin o cualidad autnoma para intentarlo.
Al analizarse esta situacin procesal en su relacin con
el derecho subjetivo que se hace valer por el sustituto, se ha
advertido que en todos los casos ste se encuentra vinculado
al sustituido por una relacin material especfica concreta,
que se traduce "ya en que el derecho de ste constituye el presupuesto necesario de la posicin sustancial del sustituto, ya
en el hecho de ser el sustituto titular de un inters sustantivo
ntimamente ligado al derecho en cuestin, ya en el hecho de
existir una trasmisin de derechos del sustituto para el sustituido. Es precisamente la necesidad de reconocer a quien
no es titular de un derecho, pero que se encuentra en las situaciones especiales descritas, la posibilidad de obtener la
tutela jurisdiccional para el referido derecho, tomando en
cuenta la ntima conexin de situaciones, lo que explica en
el campo de la poltica legislativa la figura anmala de la sustitucin procesal"'
8 ANSELMO DE CASTRO, Lioes de prosseso civil, Coimbra, 1966, II, p. 711. Esta
fundamentacin la encontramos claramente admitida y expuesta por todos
los autores, bastando citar a dos de los ms ilustres: CHIOVENDA y CARNELUTTI. El primero ensea: "El hecho de estar el Sustituto procesal autorizado por la ley para comparecer en juicio por el derecho ajeno, deriva de una
relacin en que aqul se encuentra con el titular de ese derecho", y agrega
que esa relacin constituye el inters como condicin de la sustitucin procesal (Istituzioni, II, N? 223). Para el segundo (Istituzioni, 1, N9 104), el
fenmeno de la sustitucin procesal es debido "al estmulo de un inters conexo con el inters inmediatamente empeado en la litis o en el negocio".
457
458
Luis LORETO
459
AcEDO TORO,
460
Luis LORETO
XXI
462
Luis LORETO
463
464
Luis LORETO
465
466
Lui.s LORETO
467
468
Luis LoRETo
469
470
Luis LORETO
471
cumplir su encargo, y se prev el caso de que se d n dictamen contrario a la verdad por soborno, dolo o culpa grave,
en cuyo caso la multa ser necesariamente del mximo sealado, sin perjuicio de las dems sanciones penales y civiles
que sean aplicables.
Cuestin de gran entidad que se presenta en la prctica,
es la relativa al modo y cuanta de los emolumentos de los
expertos y a la oportunidad de satisfacerlos. A este respecto
la Ponencia se abstiene de formular normas para solucionar
los problemas que de tan grave cuestin se originan, por ser
materia extraa al mbito de una regulacin procesal stricto
sensu y que tradicionalmente ha sido regulada por la Ley
de Arancel Judicial.
La exposicin que antecede constituye una sucinta motivacin de las principales innovaciones y reformas que se introducen en el regimen legal de la experticia en materia civil,
reformas e innovaciones que la Ponencia considera conveniente
hacer al sistema en vigor, y las cuales estn contenidas en el
articulado que se acompaa.
La salud, la buena marcha y la eficiencia del organismo
del proceso slo pueden conseguirse cuando los diferentes
institutos que lo integran sean tambin saludables y fuertes.
Es de la armona y capacidad funcional de las distintas partes
del proceso de donde puede surgir la perfeccin del sistema.
Se hace menester, por tanto, elaborar infraestructuras institucionales polticamente sanas y tcnicamente eficaces que permitan eliminar del seno y de la vida misma del proceso toda
conducta que pueda frustrar su idea y su naturaleza de instrumento de actuacin jurisdiccional del derecho objetivo. Pero en
esa ardua tarea es necesario cuidarse de caer en los perniciosos
extremos de una regulacin casustica, o de pretender adaptar
a la realidad de la vida fantasmagoras conceptuales. El derecho
procesal en sus variadas manifestaciones es y debe ser, ante
todo, una regulacin de la conducta aprisionada en normas
que tengan estructuras sencillas, prcticas y eficaces (legibus
amica simplicitas).
La crisis del Derecho de que tanto se habla no est, precisamente en sus instituciones sustantivas, sino en las de su proceso. De ah que la suprema atencin del legisldor deba din-
472
Luis LORETO
XXII
474
Luis LORETO
obligacin o el deber impuesto a las partes litigantes de declarar conforme a la verdad (Wahrheitspflicht). Tal deber est
concebido en los siguientes trminos: "Las partes tienen que
dar sus declaraciones sobre circunstancias de hecho en todo de
conformidad con la verdad". Este deber procesal impuesto a las
partes no es original, ni en derecho positivo, ni en el campo
del pensamiento cientfico. Las orientaciones y realizaciones de
la poltica legislativa en tal sentido no han hecho sino seguir de
cerca los pasos del pensamiento cientfico contemporneo. La
concepcin del proceso como campo exquisito de actuacin del
derecho objetivo que domina la doctrina moderna, impone necesariamente a los sujetos procesales una actitud ms amplia en
el juicio, consecuente con la crisis fundamental del liberalismo
filosfico, poltico y jurdico. Segn esta concepcin, las partes
no luchan en el proceso solamente por conseguir el triunfo y
reconocimiento de sus respectivos interses materiales, sino que
cooperan, uti civis, a la realizacin concreta del orden jurdico
total. Dentro de estas directivas cientficas, no es extrao encontrar enseanzas clarsimas, como la de Carnelutti, para quien
debe reconocerse tambin a las partes la naturaleza de rgano
procesal, bien que en menor medida y funcionamiento que
en el juez.
La demanda que da nacimiento a la relacin procesal
empea las energas jurdicas del Estado en lo que ellas tienen
de ms justo y honesto. Si la certeza de la decisin y su vigencia inter partes es uno de los desiderata de tdo sistema procesal, no lo es menos el que la decisin sea en lo posible conforme
al sentimiento jurdico del pueblo, a la realidad concreta y
vivida, lo que no puede conseguirse cabalmente sino partiendo
de afirmaciones de hecho verdaderas.
Derecho en la situacin de especie sometida al tribunal, es
el que ha surgido normalmente de las relaciones inagotables
de la vida colectiva. El que sustituyen las partes por afirmaciones que falsean el dato original es un no-derecho. Trastrocar
intencionalmente los elementos de hecho de la relacin jurdica litigiosa, es atentar contra la funcin del Estado segn la
cual debe administrarse justicia al que la tenga, y este juicio
valorativo no puede surgir intachable sino cuando las afirmaciones de los litigantes respondan a la realidad de la vida.
475
476
Luis LORETO
477
478
Luis LORETO'
rentes o de la mala fe negocial, reciben una limitacin, y, podramos decir, una extirpacin definitiva del rgimen normal
del proceso.
La obligacin impuesta a los litigantes en virtud del precepto legal de decir en el juicio la verdad, toda la verdad, tiene
un doble alcance procesal:
En primer lugar, el tribunal que en el ejercicio de sus
funciones llegue a obtener el convencimiento de que las afirmaciones o impugnaciones de las partes sobre circunstancias
de hecho son falsas, puede desestimarlas en la decisin definitiva del litigio, sin distinguir si ellas se han rendido o fijado
en el proceso mediante confesin o juramento, ya que en virtud de la misma Novela se ha extendido el principio de la libre
apreciacin de la prueba (/reie Beweiswrdigung) de origen
romano ( 453), que contradice al espritu germanista, reaccionario contra lo extico, animador del movimiento actual.
Parcenos, sin embargo, que tal libertad de apreciacin est
limitada cuando hay acuerdo de las partes sobre materias que
no sean de orden pblico.
En segundo lugar, el apoderado judicial que est persuadido de que los datos de hecho de la causa que le han sido
suministrados por su poderdante son falsos, no debe establecerlos como fundamento de la demanda con lo que no incurre
en responsabilidad de ningn gnero'.
El establecimiento legislativo de un deber de decir la
verdad, viene a comunicar mayor eficacia a las otras caractersticas del proceso alemn (oralidad, inmediatividad que son de
origen romano)', lo que permite una realizacin ms acabada
de ellas y de sus fines procesales.
La consagracin por la Novela alemana del deber de las
partes de decir la verdad en el proceso, tiene una trascendencia cientfica indiscutible. Ella realiz una de las directivas fun6 GAUPP, STEIN, JONA5, Ob. Cit., ibtdem.
7 WENGEE, Institutionen des ri5emischen ZPR. 1925, pg. 194. Es cierto que
479
En Italia el proyecto de reforma del Cdigo de Procedimiento Civil, elaborado por la Comisin de la Postguerra (Proyecto CI-HoveNnA), estableca
en su artculo 20 la siguiente norma: "En la exposicin de los hechos las
partes y sus abogados tienen el deber de no decir conscientemente cosa
alguna contraria a la verdad". Por el artculo 28 del proyecto presentado
posteriormente por la Subcomisin Real (Proyecto CARNELUTTI) se estableca que, "Las partes tienen el deber de afirmar al Juez los hechos segn
la verdad y de no proponer pretensiones, defensas o excepciones sin haber
ponderado sus fundamentos". Existe, pues, un acuerdo completo entre doctrina procesal y poltica . legislativa, acerca de la necesidad de consagrar el
deber legal de decir la verdad en el proceso.
XXIII
GARANTIA DE LA DEFENSA EN LA
INSTRUCCION PRELIMINAR*
La concepcin que los pueblos tienen del Estado y de
su misin est muy lejos de ser universalmente idntica, y,
aun en aquellos que han alcanzado un nivel poltico semejante,
como los europeos y americanos, la misma idea del Estado
sufre actualmente una crisis profunda. La finalidad del derecho
a la defensa penal, su alcance y su medida, han de variar necesariamente con esta concepcin y con cada clima poltico o ambiente nacional. El problema podr plantearse en condiciones
similares en amplias zonas de cultura, que, ellas tambin, presentarn peculiaridades propias y matices originales. Un criterio
universalmente vlido y objtivo para determinar el alcance
y la medida que haya de darse a las garantas de la defensa,
se mostrar en abierta contradiccin con la vida, como que ellos
estn sujetos a criterios de oportunidad y de poltica legislativa.
Dentro de la concepcin liberal del Estado, ellos dependen de
la amplitud que se d a sus poderes frente al individuo, los
cuales se presentarl estrechamente reducidos a proteger la vida
colectiva contra el flagelo del crimen, y limitados en su contenido por el campo de accin reconocido al ciudadano. Las consideraciones que exponemos en esta sucinta memoria, toman
como punto de partida y base de su desarrollo, la idea del Estado de Derecho, bajo cuyos principios naci la vida constitucional de mi pas.
Este Ensayo est publicado en "Cultura Jurdica", Caracas, ao 1 N 1
de 1941 y fue presentado al IV Congreso Internacional de Derecho Penal,
reunido en Pars en 1937, por el Dr. Luis LORETO, Delegado del Gobierno
de Venezuela.
482
Luis LORETO
GARANTA DE LA DEFENSA
483
484
Luis LORETO
GARANTA DE LA DEFENSA
485
486
Luis LORETO
GARANTA DE LA DEFENSA
487
488
Luis LORETO
489
490
Luis LORETO
XXIV
492
Luis LORETO
legislativo que otorga y regula la tutela jurisdiccional el instituto de la intervencin de terceros en juicio. Muchas veces no
es suficiente para asegurarla las limitaciones que surgen de la
eficacia relativa de la cosa juzgada material, dada la posibilidad
jurdica de que la sentencia pueda tener tambin efectos constitutivos: erga omnes, y secundarios o reflejos que puedan
menoscabar o comprometer derechos y situaciones extraos al
objeto inmediato al proceso. Los mismos litigantes pueden estar
interesados en extender a terceros los efectos de la sentencia
que deba pronunciarse y aun hacer valer acciones y defensas
que se hallan estrechamente vinculadas, por razones de conexin o prejudicialidad, con la relacin jurdica o pretensin
material que se debate. En tales circunstancias la poltica legislativa ha aconsejado la creacin de medios e instrumentos procesales que permitan satisfacer adecuadamente la proteccin
de esos variados intereses. Ese vasto y complejo fenmeno de
intervencin se designa en la doctrina con el nombre genrico
y expresivo de tercerd.
Las estructuras procesales en las cuales el fenmeno se
cumple y desarrolla han variado sensiblemente a travs de la
historia y han asumido alcance y significacin diversos con cada
La nocin de parte, como sujeto de la relacin procesal, imprescindible
para la teora y la sistemtica del proceso, sirve para determinar negativamente, por exclusin, el concepto procesal de tercero: todo sujeto que
no sea parte de un determinado proceso, es tercero respecto del mismo.
La precisin cientfica de estos conceptos permite que puedan designarse
todos los fenmenos que hagan referencia a la intervencin de terceros
en una causa pendiente con el trmino genrico de tercera. Bien que
nuestro derecho histrico y aun el positivo slo emplea este vocablo para
denotar la intervencin principal, ad in/ringendurn jura utrius que ltigatoris,
no es menos cierto que l expresa acabadamente todas las formas y especies
de intervencin en juicio de personas extraas a la relacin procesal en
funcin de parte. Los pragmticos espaoles solan aadir al nombre de
tercero el de opositor, porque, como dice el Conde de la Caada en sus
Instituciones Prcticas de los Juicios Civiles, Madrid 1845, Tom. 1, pg. 182,
N 6, "la pretensin del que viene al juicio se ha de oponer necesariamente
la del actor o la del reo, y veces las dos. En el primer caso se
llama tercero opositor coadyuvante, y en el segundo excluyente". Para toda
esta problemtica, y sus implicaciones, Cfr. BETTI, Diritto processuale civile
italiano, Roma 1936, Nos. 23 y 150, y los autores all citados, a los cuales
podra agregarse ROSENaERG, Lehrbuch des Deutschen Zivilprozessrec/.ts, 61
Ed., 39 y sig.; NIKI5cH Zivlprozessrechts, Tbingen 1952, 28 y 112;
REDENTI, Diritto processuale civile, Milano 1952, Vol. 1, N? 38 y
sig.;
SATTA, Diritto processuale civile, Padova, 1948, pg. 51; LIEBMAN, Manuale
di diritto processuale civile, Milano 1955, 1, N9 65 y sig. COUTURE, Fundamentos del derecho procesal civil, Buenos Aires 1951, pg. 73.
CITA DE SANEAMIENTO
DE GARANTA
493
sistema positivo. Desde la elemental y primitiva forma de notificacin al tercero, del proceso pendiente hasta el de la demanda autnoma de ste para hacer valer un derecho propio, contrario y excluyente de aquel que forma objeto del proceso
pendiente, las modalidades histricas y dogmticas del instituto
han variado en contenido, forma y finalidad. Sobre los datos
de la realidad social y la pugna de los intereses humanos ms
complejos, la tcnica legislativa ha construido los ms variados
sistemas procesales de intervencin.
1. El derecho venezolano conoce y regula la intervencin
de terceros en causa, tanto voluntaria como forzada, as como
principal y adhesiva. Dos son las formas mediante las cuales se
realiza la intervencin principal y voluntaria: a) por demanda
introductiva de instancia dirigida a excluir, o a modificar las
pretensiones de todas o algunas de las partes sobre el objeto del
litigio, la cual da origen a un verdadero juicio que se instruye
y substancia en expediente separado del que constituye el proceso principal (tercera excluyente o de mejor derecho; stricto
sensu); y b) por simple oposicin a medidas preventivas o de
embargo en perodo de ejecucin; que se tramita breve y sumariamente en el, mismo expediente de la medida. Aun cuando la
tercera voluntaria adhesiva no est especialmente estructurada
como instituto procesal autnomo, debe admitrsela cuando el
tercerista tenga inters inmediato en coadyuvar a algunas de
las partes en la defensa de la causa, y de la cual la apelacin
del tercero de la sentencia definitiva permitida por el artculo
189 del Cdigo de Procedimiento Civil (CPC) no es sino una
especfica manifestacin.
La intervencin forzada es siempre accesoria y se propone
traer o llamar al debate judicial una persona extraa al proceso
para incorporarla de manera ms o menos intensa al mismo, en
vista de las peculiares relaciones de naturaleza substantiva que
tienen las partes o una de ellas con el tercero, originadas de
comunidad o conexin de ttulos con las que se debaten en el
juicio. Esta modalidad de intervencin surge siempre en nuestro derecho a instancia de parte, jams de oficio (iussu iudicis),
como se admite en algunos sistemas, bien que la orden de citacin del tercero debe emanar siempre del tribunal en fuerza del
principio de citacin mediata que se acoge. El principio de la
494
Luis LORETO
iniciativa de parte gobierna todo el sistema procesal venezolano, y entre las raras excepciones de iniciativa ex o/ficio que
admite, no se halla la de provocar la intervencin de terceros2.
2. La especie ms importante y caracterizada de tercera
o intervencin forzada en el derecho venezolano, est Constituida por el instituto procesal de la cita de saneamiento y de garanta. Estudiar brevemente su estructura, efectos y funcionamiento constituye el propsito de este ensayo, que pretende
ser una modesta contribucin al conocimiento de tan difcil y
2 El siguiente esquema pretende representar el sistema legal de las variadas
modalidades que en el derecho procesal venezolano tiene el fenmeno de
la tercera:
Voluntaria
Tercera
(lato repisE)
Forzada.
Principal
Por va de demanda de tercera,
stricto sensu, Art. 387 CPC.
(ad.infrin.
gendum) )
Por va de oposicin a medida1 Adhesiva
(ad. adiu-
preventivas o embargos ejecu
tivos, Arts, 383 y 469 CPC.
L vandum) 1
Cita de saneamiento y de garanta (Arts. 272 a
274 CPC).
[ Denuncia de la litis (Arts. 1517, 1591, etc. CC).
495
496
Luis LORETO
497
498
Luis LORETO
499
500
Luis LORETO
501
La cita es el ejercicio de una verdadera demanda y, normalmente, la proposicin de una accin de condena del garantido contra el garante, puesto que hace valer una pretensin de
regreso contra el citante. La demanda presenta la peculiaridad
de proponerse condicionalmente, esto es, para el supuesto de
que si el citante es vencido en el juicio principal, el citado se
encuentre entonces no slo en la imposibilidad de desconocer
jurdicamente ese vencimiento que constituye el presupuesto
legal de su responsabilidad, sino para que sea contemporneamente condenado con el citante a responder a ste de las consecuencias de tal vencimiento. Se trata por tanto, de una demanda propuesta in eventum de ser condenado el garantido
en la causa principal`.
6. Con especial referencia al saneamiento, la cita hace
valer dos pretensiones que forman normalmente el contenido
de la obligacin substantiva de sanear, a saber: a) que el citado
venga a la causa principal a coadyuvar con el citante en la
de quien derivamos el derecho discutido en juicio y nada ms. Denuntiare
venditorj, litem esse motam, alias etiam dicitur laudare auctorem, y dice
non autor, vel author, est enim ab augendum. Auctores jo
jure nostro dicuntur, a quibus causam habemos. .."
12 CHIOVENDA, Principii, pg. 1120; CALAMANDREI, Ob. Cit., Nos. 6 68. Para
y
precisar los conceptos cabe advertir que cuando se habla de demanda condicional o jo eventum, en realidad se hace referencia a la pretensin procesal
contenida en ella. La demanda como acto procesal no puede estar sujeta
ni a trmino ni a condicin. Por tanto, cuando se dice que la demanda
de saneamiento o de garanta es condicional se quiere expresar la idea de
que lo condicionado a las resultas de la demanda principal es la solicitud
de que se decida sobre la pretensin a la tutela. jurdica del derecho al
regreso para el caso de que el garantido sea vencido en el juicio principal,
y no al acto procesal que ella realiza que es incondicionado y actual. Cfr.
HELLWIG, Lehrbuch des Deutschen Zivilprozessrechts, Leipzig .1909, III,
144; WEISMANN, Lehrbuch des Deutschen Zivilprozessrechts, .Stuttgart 1903,
104; NIKIscI-s, Zivilprozessrecht, Tbingen 1952, 45; LIEBMAN, Mancata
integrazione del giudizio nella chiamata jo garantia, en Rivista di Djritto
Processuale Civile, 1928, Parte II, pg. 27; GOLDSMIDT, Der Pro.zess als
Rechtslage, pg. 480.
Importa sealar igualmente la peculiaridad que presenta tal demanda en
relacin con el cmulo objetivo y eventual de acciones. En ste las acciones
acumuladas (condicionante y condicionada, subordinante y subordinada) se
hacen valer en una misma demanda por el mismo actor contra el mismo
demandado, esto es, entre los mismos sujetos que integran la relacin procesal. En la Cita de saneamiento o de garanta, por el contrario, la accin
condicionada o eventual de regreso se hace valer en demanda distinta de
la principal que le sirve de elemento subordinante y contra una persona
extraa a los sujetos que integran la relacin procesal originaria. Se trata,
pues, de una figura propia dentro de la teora general de la aumulacin
de acciones cuyo estudio merece un anlisis detenido por parte de la
doctrina,
VICATS "Auctor
502
Luis LORETO
503
504
Luis LORETO
7. Si bien normalmente la cita de saneamiento o de garanta hace valer una, accin de condena, no existe ningn obstculo de orden jurdico para que cualquiera de las partes,
considerndolo oportuno y conveniente a sus intereses, limite
su contenido y finalidad a la sola pretensin a la defensa, reservando para un juicio posterior y principal el ejercicio de la
accin de regreso. En tal caso la cita quedar prcticamente
reducida a una especie de litis denuntiatio y llamamiento a la
causa, desprovista de toda funcin de condena. Sin embargo,
la cita as propuesta no tendr una funcin meramente denunciatoria y de simple notificacin al citado del proceso pendiente
dirigida a provocar solamente su intervencin en el proceso
principal. Deber ms bien concebrsela como la proposicin
de una verdadera demanda merodeclarativa de la relacin objeto de la causa principal que, al ser declarada existente por la
sentencia, servir de soporte a la futura accin de regreso`.
expressis verbis no existe disposicin alguna en nuestro derecho civil ni en
el procesal que consagre esa obligacin, es innegable que en el caso de
garanta formal tal obligacin surge ex natura contractas. La formacin
histrica de la teora del saneamiento y la interpretacin constante que
con apoyo en esa tradicin y en las fuentes jurdicas intermedias se ha dado
a las normas que contemplan la obligacin de saneamiento por la doctrina
y la jurisprudencia, constituyen un testimonio que se alza irrefutable contra
su enseanza. Cfr. para su existencia en el derecho comn, CA LAMANDREI
Ob. Cit., N 35; para el derecho moderno CUTURI, Delta vendita, delta
cessione e delta permuta, 1923, pg. 291 y sig.; ZACHARtAE-CROME, Manuale
del Diritto Civile Francese, Milano 1907, II, 335; PAcIFIcI-MAzzoNI,
Istituzioni di Diritto Civile Italiano, Firerize 1921, pg. 276; BAUDRY-LACANTJNEIUE- SAIGNAT, Delta vendita e delta permuta, N 366.
15 En tal sentido CALAMANDREI, Istituzioni di Diritto Processuale Civile, Padova
1943, Parte II, pg. 219; LIEBMAN, Manuale di diritto processuale civile,
Milano 1955, 1, pg. 157. Merece observarse que en la mayora de los
casos de cita de saneamiento, las partes no hacen valer en realidad sino
esta accin merodeclarativa, pues se limitan a solicitar simplemente que se
cite la persona que deba sanear sin proponer al mismo tiempo una pretensin de condena. La imposibilidad de determinar con toda precisin el
contenido de esa condena, que se halla supeditada a lo que se resuelva en
el juicio principal, ejerce influencia decisiva para proceder en tal manera. En
verdad antes del pronunciamiento de la sentencia que produce la eviccin
y condene al demandado en el proceso principal a entregar la cosa reivindicada
cu,n omni causa, es imposible determinar el monto preciso de la indemnizacin que el citado debe pagar al citante, no bastando a tal fin sealar en
el acto de proponer la cita las prestaciones que en abstracto tiene derecho
el comprador a exigir del vendedor conforme a la ley (Art. 1508 CC.).
Por tanto, cuando de la interpretacin razonable que se haga de la demanda
de saneamiento no aparezca claro el petitum dirigido a la condena del citado,
deber interpretarse que la demanda se ha propuesto en su sola funcin
merodeclarativa de la relacin principal, y la sentencia que la declare existente tiene cosa juzgada en el juicio posterior y autnomo que se intente
para obtener la reparacin debida.
505
506
Luis LORETO
La cita puede proponerse tambin por los herederos a ttulo universal del garantido y contra los herederos igualmente a
ttulo universal del garante. , quienes se hallan provistos de - cualidad activa y pasiva en la causa. Importa observar que la prestacin consiste en venir a la defensa del citante, es por su
naturaleza indivisible. lus delensionis individuum est (Caballini). Una defensa parcial carece de sentido y finalidad, no existiendo en verdad sino cuando se la hace prestar por el todo.
De ah que varios vendedores o varios herederos de un vendedor nico estn obligados a defender in solidum al comprador
y no por la parte o porcin que tengan en la cosa vendida o en
la herencia. De la naturaleza indivisible de esa prestacin se
deduce igualmente que si el comprador es evincido en una
parte de la cosa, todos los vendedores o los herederos del vendedor han faltado a su obligacin, aun aqul que ha defendido
por su parte. El vendedor o heredero demandado solo, puede
hacer citar a sus coobligados para que vengan al juicio (Art.
1.256 C. C.)
Por el contrario, la prestacin que consiste en indemnizar
al comprador en razn de la eviccin sufrida, total o parcialmente, es por su naturaleza, divisible, porque ella tiene por
objeto una suma de dinero, que es divisible. De consiguiente,
cada vendedor o cada uno de sus herederos, estn sujetos a la
accin de regreso solamente por la parte y porcin que tengan
en la cosa vendida o en la herencia`.
De ah que la demanda de saneamiento o de garanta cuando se dirige a alcanzar la prestacin de condena y a fin de que
sta sea plenamente eficaz, debe proponerse contra todos los
vendedores o los herederos del vendedor`. La circunstancia
18 VAN 'XETTER, Pandectes, Pars 1910, III, 337; GLcSC, Commentario
alle Pandetie, Milano 1898, Lib. XXI, pg. 316; CROME, Teorie fondamentali
delle obbligazioni, Milano 1908, 4, nota 18; PLANIOL.RIPERT-BOULANGER,
Ob. Cit., II, Nos. 2527 y 2543; JOSSERAND, Cours de droit positif francais,
Pars 1930, II, N 1096; PACIFICI-MAZZONI, Ob. Cit., V., Parte 1, N 56.
507
de ser la eviccin realmente sufrida el hecho, la causa y la condicin de la accin de regreso contra quien est obligado a
prestar saneamiento, conduce por consecuencia lgica a que la
pretensin concreta al resarcimiento y la accin correspondiente
no pueden surgir sino una vez que la eviccin se haya realizado,
acontecimiento ste que viene a figurar como una verdadera
condicin suspensiva, por lo cual la accin de eviccin est supeditada en su nacimiento a la verificacin de dicha condicin`.
Parece inspirada en este criterio la norma prevista en el artculo 1.508 del Cdigo Civil, segn la cual el derecho a las indemnizaciones que se menciona en su texto corresponden al comprador "que ha padecido la eviccin". Slo desde ese momento
sera que surge la pretensin al regreso y la correspondiente
accin de eviccin (actio nata)`.
La doctrina procesal moderna se ha apartado, sin embargo,
de esa concepcin rgida de los civilistas y admite, como se ha
dicho anteriormente, que la demanda de saneamiento propuesta por va incidental hacer valer in eventum la accin de regreso
aun sin haberse realizado la eviccin, por existir desde el momento mismo en que se propone la demanda de molestia un
causa, reservando el ejercicio de la accin de regreso contra ellos para
despus que haya quedado precisado en la sentencia del juicio principal
el quantum de lo que debe prestar el demandado en ella, promovindose
luego la accin de regreso por va principal.
20 K. O. MLLER, Die Lebre des Rmischen Rechts von der Eviction, Hale
1851, Erste Theil, pg. 91. Parece ser que esta situacin ha sido tomada en
cuenta por el legislador para considerar que el curso de la prescripcin
de la accin de saneamiento est en suspenso (Art. 1965, 50 CC.). De ah que
en algunos sistemas positivos, con cerrada coherencia lgica, se haya establecido expresamente que el saneamiento no puede reclamarse sino en un
proceso principal despus que se haya verificado la eviccin mediante
sentencia ejecutoriada en que resulte condenada la persona qe tiene derecho
a reclamarla. En tal sentido se pronuncian, entre otras, las legislaciones de
Espaa (Art. 1480 CC.), del Uruguay (Art. 1712 CC.) y, del Brasil (Art.
1101 CC.).
21 La aplicacin rigurosa de este principio que era acogido igualmente en e]
Cdigo Civil Italiano de 1865, condujo a buena parte de la doctrina que
lo coment a restringir el alcance prctico de la cita de garanta cuando
era propuesta en forma incidental. Se dijo, en efecto, que el artculo 1486
del referido Cdigo slo permita el ejercicio del derecho de saneamiento
al comprador que hubiese sufrido la eviccin, por lo cual, se consider como
correcta una decisin de la Corte de Casacin segn la cual el simple
peligro de eviccin, aun cuando fundado, no era motivo suficiente para
autorizar al comprador a ejercer la accin de garanta, permitiendo slo
suspender el pago del precio que no se hubiese pagado todava (Art. 1510
CCI) o llamar al vendedor al juicio promovido por el tercero (Art. 1497
CCI). Cfr DEGNI, La compra-vendita, Padova 1930, pg. 147.
508
Luis Loearo
509
510
Luis LORETO
511
disponer inmediatamente que se practique la citacin del demandado, la cual se efectuar en la forma ordinaria, acompandose copia de la demanda principal, de la de las sucesivas citas,
si fuere el caso, y de los dems recaudos que se estimen conducentes para que el citado se forme cabal juicio del proceso pendiente, prctica sta que es la seguida en el foro y se apoya
en una vetusta tradicin. La nica diferencia esencial que importa sealar con respecto al trmite de la citacin ordinaria,
es la de que aquella que origina la cita debe hacerse para comparecer en el trmino de la distancia y tres das ms. Uno de
los efectos ms caractersticos que suele producir la cita es la
suspensin del curso de la causa principal para practicar la
citacin del garante. Tal suspensin no es siempre un efecto
necesario de la cita puesto que no se produce ipso jure, por el
solo hecho de proponerla. Es menester que la parte la solicite
y la decrete el juez despus de verificar la existencia de prueba
autntica que demuestre directamente la obligacin de sanear
o de garantir por parte del citado o que tal obligacin se derive
por derecho propio del acto mismo que la fundamenta (ex natura actus). A falta de esa prueba autntica, el juez no podr
decretar vlidamente la suspensin de la causa".
Para prevenir abusos que pudieran originarse de una indefinida suspensin de la causa,, en grave perjuicio del actor y en
mayor todava de la administracin de justicia, nuestro sistema
ordena que ella no podr exceder en ningn caso de sesenta
das, computables por das de secretara, vencidos los cuales
continuar su curso, sin perjuicio de hacerse efectivo, con arreglo a derecho, tanto la responsabilidad de cualesquiera otros
que deban sanear o garantir, como los derechos que a todos
competan (Art. 273 C.P.C.) 25
24 La suspensin de la causa principal fue una importante innovacin del
derecho procesal comn sobre el sistema romano que no la conoca. Propuesta la Cita se acordaba al citante una dilacin para traer a la causa a
su adversario y colocarlo as en la posibilidad de venir a prestar la defensa
requerida. Era la dilatio denunciatoria de DURANTI, y fue inspirada, sin
duda, por los delais existentes en la Gran Costumbre de Francia, en donde
dio pbulo a muchos abusos por su indeterminacin y promovi el espritu
de litigio que haca interminables los pleitos, por lo cual la Ordenanza
Francesa de 1363, queriendo contener unos y otros, dispuso que tal dilacin no excedera de un ao en ningn caso (dilationes annales). Cr ENGELMAN-MILLAR, Ob. Cit., pg. 670; CALAMANDREI, Ob. Cit., N9 34.
25 Es una prctica viciosa de algunos Tribunales de la Repblica decretar desde un principio la suspensin de la causa por el lapso de sesenta das que
512
Luis
LORETO
513
514
Luis LORETO
515
516
Luis LORETO
en relacin con la competencia. Ninguna dificultad surge cuando los variados ttulos que la radican en el Tribunal de la causa
principal coinciden en un todo con aquellos que la fijan en la
subordinada. Empero, cuando los ttulos son distintos, ha sido
menester adoptar un criterio que permita solucionar convenientemente el conflicto y conciliar los intereses de las partes
con los de la administracin de justicia. La sistemtica tradicionalmente recibida y adoptada por las legislaciones suele distinguir los ttulos de competencia en relativos y absolutos.
COMPETENCIA RELATIVA
517
518
Luis LORETO
COMPETENCIA ABSOLUTA
CITA DE SANEAMIENTO
DE GARANTA
519
520
LUIS-LORETO
521
522
Luis LORETO
523
xxv
SENTENCIA EXTRANJERA DE DIVORCIO
Y SOLICITUD DE EXEQUATUR*
Una reciente decisin de la Corte Federal y de Casacin
en materia de solicitud de exequtur de una sentencia de divorcio ha despertado el ms vivo inters en todos los sectores de
la opinin pblica, tanto por la trascendencia cientfica de la
doctrina que le sirve de fundamento, como por la importancia
prctica que entraa.
Por sentencia de 3 de mayo del ao en curso el Alto
Tribunal Federal, por mayora de votos, establci la doctrina
de que la sentencia de divorcio dictada por un Tribunal mexicano y por la cual se disolvi el vnculo matrimonial entre un
venezolano y una chilena, no necesitaba del "antejuicio" del
exequtur, por no tratarse en el caso concreto "sino de la
apreciacin de un medio probatorio en un acto jurdico extrajudicial relativo al estatuto personal, el cual ha de efectuarse
en Venezuela". En esta decisin salvaron sus votos tres de los
Ministros, de la Corte'.
Movidos por, un fin exclusivamente cientfico, nos proponemos presentar en este breve trabajo algunas observaciones
que nos ha sugerido el estudio de la sentencia en su punto
fundamental, dejando para un trabajo posterior el anlisis
detenido de toda la doctrina.
Este ensayo fue publicado en Estudios de Derecho Procesal Civil, Vol. XIII,
de la Universidad Central de Venezuela, ao 1956, Pgs. 183-198. Caracas.
La sentencia aparece publicada en la Gaceta Oficial de 8 de mayo de 1943,
N 21.096. Posteriormente el mismo Alto Tribunal Federal, por sentencia de
24 del mismo mes y ao, publicada en la Gaceta Oficial de 9 de junio del
mismo- ao, N' 21.123, confirm la doctrina.
526
Luis LORETO
Partiendo la Alta Corte Federal y de Casacin del supuesto exacto de que en la especie no existe tratado pblico que
tomar en consideracin, dice que es el caso de aplicar la disposicin contenida en el artculo 746 del Cdigo de Procedimiento
Civil y otras disposiciones pertinentes de derecho privado, cya
interpretacin emprende y desarrolla. La realizacin de este
propsito la lleva luego a sostener que, en la especie, no es
necesaria la solicitud de exequtur de la sentencia por tratarse
de apreciarla simplemente en sus efectos de instrumento pblico probatorio de su dispositivo. Esta misma doctrina fue sustentada ante el Alto Tribunal por el defensor de la demandada,
quien aleg que Venezuela careca de todo inters en la revisin
de la sentencia. La Corte afirm la doctrina que "permite dar
directamente, es decir, sin la formalidad del exequtur, valor
probatorio a las sentencias extranjeras relativas al estado y
capacidad de las personas, cuando a su reconocimiento no se
opongan razones de orden pblico, la cual, por lo dems, es
tradicional en la Repblica", y neg la solicitud de exequtur.
Como se ve, la doctrina de la decisin se resuelve en reconocer a la sentencia extranjera de divorcio valor probatorio
de instrumento pblico, lo que sera suficiente en derecho para
que surta en el territorio venezolano sus efectos jurdicos,
mientras stos no trasciendan al campo de la cosa juzgada, de
la ejecucin y del orden pblico.
Esta teora, que, a lo que sepamos, es nueva en nuestros
anales jurisprudenciales, no lo es, en cambio, en algunos pases.
As, en Italia se ha sostenido por escritores de la ms respetable autoridad, que la sentencia extranjera pronunciada sobre el
estado y la capacidad de las personas, presentada al, solo fin de
hacer constar la cualidad en ella declarada o el hecho reconocido por el juez extranjero, no necesita de exequtur. En Francia una doctrina igualmente respetable por su antigedad y la
autoridad de sus sostenedores, admite que la sentencia extranjera sobre el estado y la capacidad puede invocarse de plano con
la simple produccin del instrumento que la contiene debidamente legalizado, sin el control previo y de fondo del exequtur.
Se ve as que la teora de nuestro ms Alto Tribunal es respetable y que no se trata de una construccin jurdica seera y
aberrante de los principios cientficos, sino que encuentra apoyo
527
528
Luis LORETO
529
530
Luis LORETO
53 1
5 32
Luis LORETO
trumento pblico queda limitada a la comprobacin de los hechos en l representados, jams se extiende a sus efectos.
Uno de los autores italianos modernos que ha considerado
esta materia con la mayor penetracin y lucidez de visiones,
ensea lo siguiente: "En substancia parece que la Corte de
Miln no ha visto claramente la profunda diferencia que existe
entre la hiptesis de querer derivar eficacia de decisin de la
sentencia extranjera, y la otra de que se produzca como documento de un hecho. De all la consecuencia de haber adoptado
(sin distinguir) motivos que, si pueden tener su valor en orden
a la primera hiptesis, no tienen nada que ver con la segunda.
Esto no debe maravillar si se piensa que en nuestra jurisprudencia se encuentran frecuentemente contrapuestos los efectos
ejecutivos y la eficacia probatoria de la sentencia extranjera,
comprendindose en esta ltima conceptos substanciales diversos, esto es, adems de la verdadera y propia eficacia documental, todos los otros efectos, prescindiendo de los ejecutivos, que
van unidos al acto jurisdiccional; de manera que se considera
a menudo como simple documento la sentencia extranjera (por
ejemplo de interdiccin, de inhabilitacin, de quiebra) que se
produce en realidad para dar, basndose en ella, como resuelta
una cuestin prejudicial acerca del estado de las personas, de
la capacidad, de la cualidad de estar en juicio del sndico de la
quiebra, etc. Ahora bien, desde todo punto de vista es manifiesto que en semejantes casos no se trata de simple eficacia
probatoria, sino de un verdadero y propio efecto de la sentencia,
como acto jurisdiccional, en cuanto se pretende hacer valer sin
ms ante la autoridad italiana la relacin o estado jurdico declarado o constituido por la sentencia extranjera. Al hablarse
en estos casos de eficacia probatoria, no puede dejar de reconocerse la impropiedad de la expresin.
MORELLI, Giudicato e documento nella sentenza straniera, en Rivista d1
Diritto Processuale Civile, 1929, Vol. II,' pg. 197 y sig. Anotando una
sentencia de la Corte de Apelacin de Trieste dice al respecto VIRGILIO
ANDRIOLI: "Estos autores (OTOLENGHI y M0LELLI) han observado que
cuando de la sentencia se quiere hacer derivar efectos jurdicos a los cuales
se encuentra vinculado el juez italiano, no puede ms hablarse de eficacia
probatoria o documental, sino de eficacia jurisdiccional verdadera y propia";
en la misma Revista, 1934, Vol. II, pg. 188. Ya ANZILOTTI haba abierto
desde 1901, Giur, it., 1, 2, 295, con su grande autoridad, el camino a esta
teora.
SENTENCIA EXTRANJERA DE
Divozcio
53J
534
Luis LORETO
- 535
536
1Luis LORETO
537
Adems, viene en apoyo de estas consideraciones doctrinales el argumento exegtico del artculo 754 C.P.C. Si es necesario el pase para los actos o sentencias de las autoridades extranjeras de naturaleza no contenciosa (emancipacin, adopcin, etc.), dado por el Tribunal o Corte Superior del lugar
donde se hayan de hacer valer dichos actos o sentencias, previo
el examen de que reunen las condiciones all expresadas, sin lo
cual no tendrn efecto alguno en la Repblica, no se ve la razn
superior en virtud de la cual la sentencia de divorcio extranjera,
u otra de naturaleza contenciosa, que se haga valer en su efecto
constitutivo de un estado personal, no se someta, con mayor
razn, al requisito previo del exequtur. Con la doctrina del
Alto Tribunal Federal no podra racionalmente explicarse esa
desigualdad de tratamiento. En cambio, surge la armona en
toda su unidad sistemtica y en toda su coherencia lgica, cuando se admita la doctrina que hemos venido sosteniendo en
esta nota.
Existe otro argumento exegtico derivado del ltimo aparte
del artculo 108 del Cdigo Civil. En ese artculo se establece
substancialmente que el extranjero que va a contraer matrimonio en Venezuela debe presentar pruebas fehacientes de que es
soltero, viudo o divorciado y hbil para contraer matrimonio
segn su ley nacional, pudiendo demostrarse esa capacidad con
un justificativo de testigos evacuado judicialmente. "La prueba
del divorcio y la anulacin de un matrimonio anterior, dice el
aparte en referencia, no se la podr suplir con justificacin de
tivas a contenido procesal (Beitrage zur Urteilsebre, 1903, pg. 164). La
sentencia de exequtur reconoce o declara, ciertamente, la preexistencia y
concurrencia actual de todos los requisitos que para su admisin como sentencia venezolana exige nuestra legislacin para que produzca cosa juzgada y
pueda ejecutarse en la Repblica; pero en cuanto esos efectos no existen para
nuestro ordenamiento jurdico antes de la sentencia de exequtur (bien que
puedan existir en el extranjero), es esta sentencia la que los constituye en
nuestro derecho. La eficacia constitutiva de la sentencia de exequtur es solamente formal o procesal, quedando sin alteracin alguna el contenido material de la sentencia extranjera. Razonando con Liebman podemos decir que
la sentencia de exequtur es constitutiva de la eficacia en Venezuela de la
sentencia extranjera, a la cual se le atribi.iye eficacia idntica a aquella que,
con el mismo contenido material, hubiera dictado un tribunal venezolano.
Al "declarar" la Corte Federal y de Casacin la ejecutoria de la sentencia
extranjera en realidad est creando o constituyendo su eficacia territorial,
que antes no tena. Esta construccin no empece para que se admita que la
sentencia de exequtur, siendo puramente procesal reconozca los efectos
ex tunc de la sentencia extranjera.
538
Luis LORETO
testigos en ningn caso; se la har siempre mediante presentacin de la sentencia definitiva que haya recado en el asunto
y cuya ejecutoria est ya declarada". Este aparte es nuevo en la
estructura del Cdigo. Fue introducido por la Cmara del Senado al acoger en todas sus partes la proposicin final del informe rendido por la Comisin Especial que estudi el artculo
del Proyecto y en cuyo informe la Comisin propona incluir
en el texto el aparte transcrito. La ejecutoria ya declarada de
la sentencia extranjera no puede ser otra sino la pronunciada
por la Alta Corte Federal y de Casacin, tribunal a quien corresponde en nuestro sistema esa funcin. Esta interpretacin
es, adems, la que surge con toda claridad de las razones en
que la Comisin del Senado apoy su innovacin`.
14 En el informe de la Comisin, integrada por los Dres. Rendn, Bentez y
Paradisi, aprobado en la sesin vespertina del da 26 de junio de 1942, se
fundamenta la introduccin del ltimo aparte del artculo 108 en las siguientes razones: "En cuanto a la prueba de que el matrimonio que anteriormente haya celebrado el extranjero fue disuelto fuera de Venezuela por anulacin o por divorcio, la Comisin es de parecer que en ningn caso se debe
ni se puede admitir la de testigos, ni otra que no sea la sentencia firme y
la legalmente declarada ejecutoria en Venezuela, que haya pronunciado la
anulacin o el divorcio. Funda la Comisin este parecer, en que siendo el
divorcio, como lo es, un acto que no puede tener existencia legal en Venezuela por mutuo consentimiento de las partes ni por ninguna otra causal no
autorizada por las leyes venezolanas, y que slo es realizable por virtud de
fallo judicial firme que lo declare o pronuncie, es evidentemente lgico y
necesario establecer la exigencia de que todo individuo que se pretende divorciado exhiba, no el testimonio de personas que aseveran que ello es verdad, aun cuando den razn fundada de su dicho, sino la sentencia misma
que haya pronunciado el divorcio, la que en caso de ser emanada de autoridades extranjeras, jams podra tener existencia ni valor jurdico en Venezuela mientras la Corte Federal y de Casacin, en ejercicio de la atribucin
exclusiva que le da el numeral 13 del artculo 123 de la Constitucin Nacional, no la haya declarado con fuerza ejecutoria de la Repblica. Lo que
se deja dicho respecto a la sentencia de divorcio, procede tambin en cuanto
a las que pronuncian la anulacin de algn matrimonio, y cabe agregar, en
fin, que si se admitiera en la Ley suplir con meras justificaciones de testigos
la prueba de los actos para cuya existencia jurdica es esencialmente necesario un fallo judicial, con ello no solamente se desconocera la razn de ser
de esa necesidad, sino que, en tratndose de actos realizados en el exterior,
se autorizara una manera fcil de substraer del imperio, examen y control
de la soberana nacional la legitimidad de esos actos y su trascendencia o alcance en el territorio de la Repblica". (Diario de Debates de la Cmara del
Senado y del Congreso, 23 de junio de 1942, N? 40, pg. 16). La doctrina
expuesta por la Comisin es la que surge de nuestro sistema positivo actual.
"La ejecutoria ya declarada" a que se refiere la frase final del aparte ltimo
del artculo 108 CC., es pues, la de nuestra Corte Federal y de Casacin, no
la declaratoria del tribunal extranjero de que la sentencia ha alcanzado la
fuerza de cosa juzgada, declaratoria sta que, por lo dems, debe contener la
sentencia. Este criterio es vlido, con mayor razn, para las sentencias extranjeras de divorcio dictadas entre venezolanos, que podran poner en tela de
juicio la competencia internacional del Tribunal extranjero para dictarlas.
539
540
Luis LORETO
XXVI
CONSIDERACIONES ACERCA DE LA
INSTITUCION DE LA ASESORIA*
El problema resuelto por la sentencia anotada surgi en el
curso de un juicio por tacha de falsedad de un documento pbuico, con ocasin de haber opuesto los demandados, por medio
de apoderado, una excepcin dilatoria de defecto de fianza necesaria para proceder al juicio, por tener los actores su domicilio en la ciudad de Ccuta, Repblica de Colombia (Art. 248,
8 Cd. Proc. Civ.) Tramitada dicha excepcin, el juez de la
causa, en la oportunidad legal, la declar con lugar. Apelada
esta determinacin y admitido en ambos efectos el recurso,
subieron los autos al Juzgado Superior ante el cual el apoderado
de los demandantes solicit consulta de Asesor, habiendo tenido
lugar el nombramiento el da y hora sealados al efecto con la
asistencia de ambas partes. Posteriormente a este nombramiento
y dentro del lapso sealado para oir informes, la parte demandada pidi se repusiera la causa al estado que tena para cuando fue solicitada la consulta del Asesor, solicitud sta que la
sentencia anotada declar procedente. Tales son las circunstancias sucintas de la causa. La mxima nos parece correcta. Manifistase mejor la bondad de los principios en ella establecidos,
si se penetra en la naturaleza jurdica de la institucin procesal
de la asesora.
El artculo 399 del Cdigo de Proc. Civ. establece que en
los mismos casos y en las mismas oportunidades en que puede
pedirse la constitucin de asociados, una parte puede pedir
consulta de A. en vez de pedir asociados: el A. debe ser aboga*
542
Luis LORETO
543
de crear una situacin procesal, que, de otro modo, no se originara. Este poder se ejerce mediante la declaracin de voluntad de la parte de que se oiga previamente a la sentencia consulta de Asesor. Tratndose del ejercicio de un derecho subjetivo procesal, la declaracin de voluntad constituye el ncleo
de un negocio jurdico procesal tpico (Carnelutti, Lezioni, IV,
N 375; Hellwig, System, 1, pg. 448 y sig.; en sentido contrario U. Rocco, L'autorita della cosa giudicata e suoi limiti soggettivi, 1, N9 37). Dicho negocio jurdico es unilateral, yaque
basta la sola declaracin de la parte litigante para crear los
efectos procesales a que la declaracin de la voluntad tiende.
Cuando la parte est constituida por una pluralidad de sujetos
que persiguen la actuacin de un solo y mismo fin (litisconsorcio activo o pasivo), el negocio jurdico que tiende a conseguirlo ser un acto complejo (Gesamtak), no un contrato.
(Para la diferencia, Oertmann, Algemeiner Teil, 1927, pg.
86.)
Exteriorizada formalmente en el expediente la voluntad
d la parte en el sentido de que se oiga consulta de Asesor,
surge instantneamente en el rgano jurisdiccional (Juez o
Corte) la obligacin (acto debido) de fijar una hora de la
quinta audiencia para proceder a la eleccin del abogado que
haya de ejercer las funciones- de Asesor, abstenindose, entre
tanto de comenzar la relacin de la causa o de Ja articulacin,
o de decidir la incidencia (Art. 394 eiusdem). Con respecto
a la contraparte el ejercicio del derecho al nombramiento de
Asesor no hace surgir en ella obligacin procesal alguna a concurrir a la audiencia fijada, sino una simple carga (onere de la
escuela italiana: Last, de la doctrina alemana), esto es una situacin jurdica que crea en ella la perspectiva de sufrir un
perjuicio si no realiza la orden que le impone una conducta
dada dentro del proceso, en el caso concreto, la desventaja qe
podra derivarse para sus intereses de no ser odo acerca de la
persona que podra ser nombrada para Asesor, en cuyo caso
procedera el Tribunal a nombrarlo (aplicacin analgica del
ltimo aparte del artculo 375 eiusdem).
El acuerdo de las partes para la eleccin del Asesor que
haya de dictaminar en el asunto, no constituye, en nuestro
concepto, un acuerdo negocial (negocio jurdico) sino que es
544 -
Luis LORETO
545
546
Luis LORETO
547
548
Luis LORETO
549
550
Luis LORETO
551
actis, non est in mundo); postulados stos que han sido expresamente consagrados por el legislador venezolano en el artculo
12 del Cd. Proc. Civ. (Acerca del alcance y significacin de
las mximas jurdicas, Wetzell, System des ordentlichen Zivilprozesses, 1878, pg. 516 y sig.) El principio dispositivo es
completamente extrao a los acuerdos procesales de las partes
dirigidos a modificar el curso ,del procedimiento o su estructura,
acuerdos stos que estn regulados por normas particulares.
Enfocar desde un plano privatstico el proceso en su conjunto,
sin distinguir la relacin material, origen del litigio, de la relacin procesal, conduce a erradas apreciaciones y a espejismos
que falsean la realidad de los fenmenos procesales. Mientras
que en regla general las partes tienen la libre disposicin de la
primera (salvo los casos en que la autonoma de su voluntad
ha sido limitada por consideraciones de orden pblico u otros
motivos relevantes), estn vinculadas a la segunda de un modo
absoluto, (salvo los casos en que el ordenamiento procesal de
manera excepcional ha dejado campo de accin a la libre determinacin de las voluntades en discordia).
En los sistemas modernos, el proceso es por su esencia un
instrumento de realizacin de la tutela jurdica conformado
por la ley mediante normas que en su gran mayora son imperativas. Fuera de los casos en los cuales la ley deja expresa o
tcitamente a la voluntad de las partes o a sus acuerdos recprocos el poder de variar o modificar en sentido distinto la direccin de las energas pblicas y privadas encaminadas a conseguir aquella finalidad, toda determinacin en contrario de las
partes es inoperante, ya que el derecho procesal moderno no
conoce un proceso convencional (Wach, Handbuch, .1, pgina
188; Chiovenda, Ob. Cit., 1, pg. 66). Ni el juezni las partes
pueden dirigir caprichosamente e] proceso; el acuerdo negocial
est, pues, en principio, excluido de l. Este postulado domina
todo el sistema. As lo ha reconocido sustancialmente nuestra
Alta Corte Federal y de Casacin, cuando en sentencia de 24
de diciembre de 1915, estableci la siguiente doctrina: "aun
cuando las partes litigantes manifiesten un acuerdo, no es potestativo a los Tribunales subvertir las reglas legales con que el
legislador ha revestido la tramitacin de los juicios; pues su
estricta observancia es materia ntimamente ligada al ,orden
pblico".
552
Luis LORETO
553
nico aparte permite el acuerdo de las partes para que se constituya el Tribunal de asociados en asuntos de menor cuanta,
disposicin sta que estara ociosa si el acuerdo de las partes
pudiera, sin ms, ser operante en derecho para constituirlo.
Fue menester que se estableciera expresamente por la ley el
principio que tal acuerdo es bastante para crear la situacin
procesal que conduce a la constitucin del Tribunal con asociados. Por lo dems, este acuerdo no es necesario en tal caso
para el nombramiento de Asesor, ya que el aparte del-artculo
399 eiusdem confiere a cada litigante un derecho subjetivo
procesal autnomo.
De las anteriores consideraciones se deduce, que el acuerdo
de las partes o la solicitud aislada de cada una de ellas, encaminadas a que se oiga previamente a la sentencia consulta de Asesor, fuera de los casos legales (interdictos, por ejemplo), es
inoperante en derecho. El Tribunal debe desecharlos por improcedentes aun de oficio, o decretar la reposicin de la causa
al estado en que estaba para la poca del pedimento ilegal,
cuando advierta la falta posteriormente, como correctamente
lo hizo la sentencia anotada (Art. 233 eiusclem).
La bondad de esta sentencia se pone de relieve y se preci sa, al considerar que la doctrina legal all establecida fue reconocida justa por la Corte Suprema del Estado Tchira, en su
fallo de fecha 6 de mayo del ao en curso, al confirmar la decisin apelada.
XXVII
556
Luis LORETO
557
558
Luis LORETO
XXVIII
560
Luis LORETO
COMPETENCIA TERRITORIAL
561
ri
Luis LORETO
562
3),
2
3
COMPETENCIA . TERRITORIAL
563
564
Luis LORETO
una gran significacin prctica, pues de ella depende la solucin de uno de los primeros problemas que se presentan
al abogado para el correcto ejercicio de las acciones de su
cliente: la determinacin del tribunal competente por el territorio para intentarlas. Tal problema no es diminuto en su
valor dogmtico y tiene una decisiva influencia sobre la rpida obtencin de la tutela jurdica solicitada, ya que la falta
en el rgano judicial del ttulo concreto para conocer del negocio hace surgir en el demandado la pretensin procesal de
que el tribunal se declare incompetente con la excepcin
declinatoria fon (art. 248, 19 CPC).
Juzgamos, por nuestra parte, que tanto la doctrina como la jurisprudencia nacionales que sostienen aquella interpretacin siguen un camino errado y defienden una teora
manifiestamente heterodoxa. Data venia a la memoria de su
ms eminente sostenedor, estimamos que se hace necesario
revisar los principios sobre los cuales esa doctrina se levanta,
ya que ellos no son la genuina expresin de nuestro sistema
procesal positivo.
Cabe observar, ante todo, la diferencia de redaccin
que existe entre el artculo 77, de una parte, y los artculos
75 y 76, de la otra. En el primero se expresa que los ttulos
de competencia all establecidos, entre los cuales se halla el
de domicilio del demandado, son todos a "eleccin del demandante", mientras que en los otros dos esa frase no se
encuentra empleada por el legislador. Ser suficiente esta
diferencia estructural para deducir correctamente que los ttulos de competencia territorial establecidos en los artculos
75 y 76 no son entre s concurrentes, a eleccin del demandante, como lo son aquellos referidos en el artculo 77?
De ninguna manera. Toda interpretacin que se funde en el
puro criterio estructural de la norma es superficial y emprica. Para descubrir el cabal sentido de un sistema jurdico dado, es indispensable realizar una investigacin histrica y
crtica de las normas que lo integran, y pasar luego a los otros
mtodos de interpretacin. El derecho, ha dicho Adolfo Wach,
es creacin histrica, y toda dogmtica jurdica que considere
el derecho vigente en s y por s, desvinculado de la historia,
COMPETENCIA TERRITORIAL
565
566
Luis LORETO
COMPETENCIA TERRITORIAL
567
568
Luis
LORETO
germen magnfico de varios ttulos especiales de competencia, dominados todava, en lo que respecta a los bienes ra- ces, por principios germanos; el hecho de la morada como
ttulo general y comn para las acciones sobre bienes muebles; y el lugar de la celebracin del contrato como un ttulo
especial, concurrente con el del domicilio, cuando el demandado se encuentre en dicho lugar. La situacin de la cosa inmueble determinaba, pues, un ttulo especialsimo y excluyente de todo otro, principio contrario al admitido por el
derecho romano en su ltima formacin".
Pero fue solamente en la legislacin de Don Alfonso X
el Sabio donde la materia de la competencia territorial recibi por vez primera una especial y minuciosa regulacin.
Toda la Ley 32, tt. II de la Tercera Partida est dedicada a
determinar el juez que tena competencia para juzgar al demandado, en lo cual sigui la enseanza de "los sabios antiguos que ordenaron los derechos". Entre los catorce ttulos
de competencia que all se establecen, en relacin con nuestro estudio merecen destacarse los siguientes: el de la tierra
de donde el demandado es o fue natural (vers. primera:
ratione originis pro priae, vel paternae, vel avitae, como glosa
Gregorio Lpez); el del lugar de donde el reo era morado
durante diez aos (setena); el de la situacin de la cosa inmueble (heredamiento) para las acciones reales (quinta): el
del lugar del contrato (sexta), y el de la situacin de la cosa mueble si se encontraba all el reo aunque fuese morador
de otra parte (docena). Pero la regla general establecida al
comienzo de la ley era que la demanda deba intentarse
"ante aquel juez que ha poder de juzgar al demandado",
esto es, segn la concepcin jurdico-poltica medieval, ante
el tribunal del cual fuese sbdito el demandado, acogindose
as, al principio de la jurisprudencia romana relativo al domicilio, que era el fuero personal por excelencia. Dentro del respectivo territorio este fuero personal concurra con los ttulos
especiales de competencia que all se determinaban, como fue
enseado por los doctores y ratificado por Gregorio Lpez,
14 Vase, adems la Ley IX, tt. II, Libro IV del Espculo, y las leyes V y
VII del Estilo.
COMPETENCIA TERRITORIAL
569
570
Luis LORETO
COMPETENCIA TERRITORIAL
571
572
Luis LORETO
COMPETENCIA TERRITORIAL
573
21 MARCANO RODRGUEZ,
574
Luis LORETO
parte del demandado, su vinculacin o sujecin (tomadas estas palabras en sentido relativo y moderno) a esos tribunales para el conocimiento y decisin de la causa, y entonces
dcese que el demandado tiene en cada uno de ellos su fuero
(forum) y su juez natural (suus iudex). En consecuencia, y
en este sentido restringido, una persona tiene su fuero en el
tribunal ante el cual puede demandrsela legalmente, por
cuanto para el litigio dicho tribunal es competente por razn
del territorio. El fuerd constituye, a un mismo tiempo, un
deber y un derecho de la persona.
Las ms importantes calificaciones de los fueros, en
consideracin de los ttulos que los surten o radican, segn
el lenguaje de los prcticos, son las siguientes: generales y
especiales; personales y reales (subjetivos y objetivos de la
doctrina moderna); legales y voluntarios; concurrentes y exclusivos o necesarios.
El fuero general de una persona est en aquel tribunal
ante el cual puede demandrsela en relacin con toda especie
de causa cuyo conocimiento no haya sido deferido exclusivamente a otro tribunal, est o no all presente la persona o
cosa objeto de la accin. Los ttulos que surten fuero general
en nuestro derecho se originan de las relaciones personales
del demandado con una determinada circunscripcin judicial,
y estn determinados, en primer trmino, por la relacin del
domicilio, luego, en modo subsidiario, por la de la residencia
y, por ltimo, en defecto de domicilio y de residencia conocidos, por la del lugar donde el demandado se encuentre (art.
75). Este fuero general, as determinado, es, al propio tiempo, el fuero personal del demandado, como que est caracterizado por sus relaciones subjetivas con el tribunal. Entre esas
relaciones personales de los litigantes, la preponderante y decisiva para fijar la competencia y el fuero correlativo, es la
relacin de domicilio que tenga con la circunscripcin del
tribunal el demandado, no el actor, idea sta milenaria cuyo
alcance dogmtico se expresa en la escuela con la clebre frase actor sequitur lorum re. Solamente en situaciones excepcionales, la ley ha tomado en consideracin para determinar
la competencia el fuero personal del actor (art. 91 CPC).
COMPETENCIA TERRITORIAL
575
cin de domicilio en un contrato, es de naturaleza real y se trasmite normalmente (quaestio facti) al cesionario de los derechos que de aqul se deriiien, segn doctrina autorizada. Vase al respecto CARNELUTTI, en Rivista
di diritto processuale civile, 1937, II, pg. 168 y sig.; POLLAK, System, 1932,
pg. 298; FRAGA, Instituicoes do processo civil do Brasil, 1940, 1, pg. 457.
La doctrina francesa, por el contrario, parece limitar sus efectos a las partes
y sucesores a ttulo universal. As PLANIOL y RIPRRT, Trait, 1, o0 173.
Vase, sin embargo, ZACARIAECROME, Manuale del diritto civile francesse,
1907, 1, pp. 206. En cuanto a los ttulos que surten fuero personal debe
observarse que ellos se fijan en el tribunal de la causa desde el momento
de practicarse la citacin del demandado, de modo tal que todo cambio o
modificacin posterior del ttulo que lo determin, es jurdicamente inoperante: Ubi acceptum est semel indicum, ibi et finem accipere debet (L. 30
D. 5. 1). El fuero as perpetuado se trasmite por sucesin a los herederos
que deben continuar all el proceso. Si el acto procesal que perpeta la
competencia del tribunal y el fuero es el de la presentacin de la demanda,
o el de la citacin o el de la litis contestacin, es materia vivamente discutida en la doctrina; pero creemos que en nuestro derecho es el acto de citacin el decisivo, por ser el que previene en la causa, adems de que existen razones que explican la evolucin histrica del proceso moderno en el
sentido de transferir para la citacin la mayora de los efectos que en pocas
pasadas se referan a la litis contestatio. Vase CHTOVENOA, ob. cit.; pg. 279
576
Luis LORETO
Los fueros son legales o voluntarios, segn que el ttulo en que se funden derive inmediatamente de la ley o .de
la voluntad de las partes; pero debe observarse que an el fuero voluntario tiene su ttulo en la ley (omnis potesta a lege)
que autoriza a las partes para elegir un domicilio, denunciarlo
o prorrogarlo. El undarnentum clivisionis est en el ttulo
del fuero legal, surge directa e indirectamente de la ley,
mientras que en el voluntario la ley aparece como razn mediata y como inmediata la voluntad de las partes.
Los fueros son concurrentes cuando para el conocimiento y decisin de una misma causa existen varios ttulos que
atribuiran competencia a tribunales diferentes. Esta concurrencia de fueros puede asumir dos modalidades distintas,
segn que se atribuya al actor la facultad de elegir libremente entre ellos (concurrencia electiva), o uno a falta de otro
(concurrencia sucesiva o subsidiaria). En nuestro derecho
los ttulos que surten fuero general determinados en el artculo 75 son entre s concurrentes sucesivamente; en cambio, los ttulos determinados en el artculo 76 son concurrentes electivamente entre s. En la duda la regla es la de la concurrencia electiva de los fueros.
El fuero es exclusivo o necesario cuando para la respectiva causa solamente el tribunal que el ttulo determina es el
competente para conocer de ella, quedando as necesariamente excluido todo otro tribunal. Est inspirado en poderosas
razones de inters pblico eminente y tiene la peculiaridad
de obstar al acuerdo expreso o tcito de las partes para desplazar el conocimiento de la causa hacia otro tribunal, como
es la regla en la materia de competencia territorial, generalmente inspirada en normas de naturaleza dispositiva. El fuero exclusivo acta como competencia funcional. Son fueros
exclusivos, entre otros, los establecidos por la ley para el conocimiento de las acciones interdictales, cesin de bienes,
deslinde, retardo perjudicial, invalidacin de juicios. El ty sig.; SILVESTRE TOVAR LANGE, Observaciones al proyecto del Cdigo de
Procedimiento civil. Caracas, 1943, pg. 7 y sig.; CARNELLI, Cuestiones del
procedimiento civil, 1933, pg. 50 y sig. Para ci derecho romano en el perodo justinineo, COLLINET, La procdure par libelle. Pars, 1932, pg. 215
y sig.
COMPETECIA TERRITORIAL
577
tulo que surte fuero exclusivo puede coincidir con el del fuero general (domicilio) o con uno de los especiales (rei sitae),
sin que esta circunstancia lo desnaturalice; y aun puede haber fueros exclusivos concurrentes, como son los establecidos
para el retardo perjudicial (art. 677). En estos casos la con
currencia es electiva para el actor, a falta de norma expresa
en contrario.
10.Si pasamos ahora a hacer una comparacin de las
disposiciones de nuestro Cdigo relativas a la competencia
por el territorio, con las correspondientes a la misma materia en otras legislaciones, advertiremos que las del Cdigo
Italiano de Procedimiento Civil dei 1865 son las que ms se
le asemejan. Podra decirse que nuestros legisladores del 73
las tomaron por modelo, en sus lneas generales. Sin embargo, esta semejanza literal, que en muchos puntos concuerda
de un todo con el contenido, no debe inducirnos a generalizar a todo nuestro sistema positivo los principios que gobiernan aquella legislacin, y la enseanza de la doctrina italiana
moderna, con ser de gran ayuda para la inteligencia nuestra;
debe acogerse cum grano salis, pues, si no se advierten las diferencias sustanciales que la separan de la nuestra, puede conducirnos a graves y deplorables errores de interpretacin. En
materia de acciones personales y reales mobiliarias ambos sistemas positivos concuerdan sustancialmente, al establecer fueros especiales concurrentes con el fuero general (artculos 75
y 76 del Cdigo venezolano, y 90 y 91 del italiano). Con todo, existen ciertas diferencias entre una y otra legislacin, 'como son, entre otras, las que se derivan de que en el derecho
italiano el domicilio y la residencia constituyen ttulos concurrentes electivamente, mientras que en el nuestro la residencia es un ttulo subsidiario del fuero del domicilio; y el que
los tres ttulos especiales de competencia determinados en el
artculo 91 del Cdigo de Italia surten fuero siempre que el
demandado sea all citado en persona propia, sin discriminacin alguna entre ellos; mientras que en nuestro artculo 76
esos tres ttulos surten fuero si el requesitode que el demandado se encuentre en el mismo lugar de la circunscripcin del tribunal en que se propone la accin existe para el
primero, y el ltimo de ellos.
578
Luis LORETO
Una diferencia an ms radical e importante entre ambos derechos es la que surge en relacin con el forum re sitae
en materia de acciones reales inmobiliarias. El derecho italiano sigui en este punto la tradicin germnica acogida por
el Cdigo francs, al considerar ese fuero como exclusivo;
mientras que el nuestro, apegado a la tradicin romano-cannica, lo ha establecido como concurrente electivamente con
el del domicilio y el del lugar donde se haya celebrado el contrato, caso de encontrarse all el demandado. La circunstancia de haberse incorporado expresamente en nuestro artculo
77 el fuero del domicilio, se explica, en nuestra opinin, por
los antecedentes histricos que expusimos anteriormente. En
efecto: vimos que solamente en materia de acciones reales
inmobiliarias una parte de la doctrina del derecho comn
(Donello) sostuvo la exclusividad del fuero de la situacin
de la cosa con carcter general, cuya concurrencia fue admitida con el forum domicilii por la gran mayora de los doctores y decretalistas. Fue sin duda para disipar toda duda
acerca del principio adoptado por lo que nuestros legisladores incorporaron expresamente en la norma del artculo 77
el fuero del domicilio. Con respecto a las acciones personales y a las reales sobre bienes muebles no era menester esa
precisa determinacin, ya que fue doctrina comn, pacfica
y constante, que el fuero del domicilio concurra con los otros
fueros especiales relativos al lugar de la celebracin del contrato, de la ejecucin de la obligacin y de la situacin de la
cosa mueble. Un gran nmero de Cdigos americanos ha seguido en materia de acciones reales inmobiliarias la doctrina
del italiano, especialmente la del espaol moderno que se
pronuncia en el mismo sentido, lo que, por lo dems, parece
ser una tendencia constante de la poltica legislativa en los
ltimos aos" .
23 Establecen la exclusividad del fuero de la situacin de la cosa inmueble
los siguientes Cdigos: Argentina, D. F. art. 4; Uruguay, art. 20 COT; Colombia, art. 152; Mxico, D. F., art. 156, III; Rep. Dominicana, art. 59;
Brasil, art. 136, pero en la legislacin anterior al reciente Cdigo concurra
con el fuero del domicilio; Provincia de Santa Fe (Argentina), art. 7? Esta
tendencia procesal moderna parece responder a consideraciones de poltica
legislativa cientficamente elaborada. En efecto: el proceso, idealmente considerado, debera desenvolverse, como dice CARNELUTTI, Lezioni, III, pg. 122.
en aquel lugar donde aparece la litis, precisamente en aquel punto del territorio con el cual ella tiene una relacin ms estrecha;. all donde la eva-
COMPFTENCIAr. TERRITORIAL
579
ro, para sustentar una opinin contraria, a punto tal de concluirse que por cuanto en el primero el Legislador emple la
frase "se propondrn" y en el segundo "se pueden proponer
tambin" dispuso que los ttulos de competencia determinados en el artculo 76 fueran subsidiarios de los determinados
en el artculo 75 La interpretacin gramatical as desarrollada sera manifiestamente viciosa. El futuro imperfecto del
verbo "proponer" empleado en el contexto del artculo 75
no est dirigido a denotar imperatividad ni precedencia rigurosa en los ttulos de competencia que all se mientan respecto a los indicados en el artculo siguiente, sino simplecuacin de los medios de prueba sea ms fcil, donde el ambiente sea ms
propicio a su valoracin, donde el beneficio de la sentencia sea ms saludable; de modo que, idealmente, el juez debera encaminarse hacia la litis de
igual manera que el mdico hacia el enfermo. De aqu que el maestro de Roma haya podido decir que una elemental ley de economa procesal advierte
que tanto menor ser el costo y mayor el rendimiento del proceso, cuanto ms
exactamente coincida l lugar del proceso con el de la litis. Vase en el mismo
sentido MATTIROLO, Trattato, 1931, vol. 1, n9 695 y sig. El novsimo Cdigo
de Procedimiento Civil italiano (art. 21) acoge este criterio. Vase al respecto ZANZUCCHI, Diritto processuale civile, 1946, 1, n9 92.
24 CHIOVENDA, Instituzioni, vol. II, sez. 1, pg. 167; Redenti, Prof iii, 1938,
pg. 332.
580
Luis LORETO
COMPETENCIA TERRITORIAi
581
cia jurdica (surtir fuero en la causa) hechos distintos (domicilio, residencia, celebracin del contrato, ejecucin de la
obligacin, situacin de la cosa mueble), y entre los cuales
la ley ha establecido una ordenacin cuyo criterio reside en
la fuerza de unos ttulos para surtir fuero en toda especie de
causas (fuero general), y slo para algunas en otras (fueros
especiales).
Una investigacin ms honda y sistemtica en el terreno de los ttulos de la competencia territorial nos permite
descubrir realidades jurdicas generalmente inadvertidas. Al
afinar las ideas que informan la teora del fuero general y la de
los especiales, encontramos entre ambas una relacin conceptual que no es siempre la que existe entre regla y excepcin.
Mientras que los ttulos que surten fuero general se caracterizan por atribuir competencia a un tribunal para conocer de
todo gnero de acciones, como regla comn, los que surten
fueros especiales, en cambio, estn limitados en su funcionamiento . y aplicacin a hacer surgir la competencia con referencia a cierta categora de acciones. Entre estos ltimos hay
unos que son concurrentes electivamente con el fuero general y otros que lo excluyen de manera terminante, a tal punto
de determinar en modo necesario e inderogable la competencia del tribunal. En este ltimo caso la oposicin conceptual
entre el fuero especial necesario o excluyente, de una parte,
y el general, de otra, se hace tan definida y especfica que
viene a constituir una verdadera excepcin al principio comn establecido por el fuero general. Aparece as dentro de
la teora de los fueros especiales su divisin en electivos y
necesarios o excluyentes, segn que la ley atribuya al actor
la potestad de optar indistintamente entre los diversos ttulos que surten fueros especiales o se le constria a intentar
necesariamente la accin ante el tribunal que determina y fija
en l la competencia. En realidad, pues, la clasificacin doctrinal de los fueros en electivos y necesarios lo es propiamente de los fueros especiales. De entre stos solamente los fueros necesarios o excluyentes vienen a formar una verdadera
excepcin al fuero general25. En todo caso, es de advertirse
25
Leherbuch der BiJrgerlichen Rechtspflege, 1932, pg. 111. La confusin de conceptos a que se hace referencia en el texto es de un todo semejante a aquella que existe en una parte de la doctrina entre derecho es
SPERL,
580
Luis Loiro
COMPETENCIA TERRITORIAl1
581
cia jurdica (surtir' fuero en la causa) hechos distintos (domicilio, residencia, celebracin del contrato, ejecucin de la
obligacin, situacin de la cosa mueble), y entre los cuales
la ley ha establecido una ordenacin cuyo criterio reside en
la fuerza de unos ttulos para surtir fuero en toda especie de
causas (fuero general), y slo para algunas en otras (fueros
especiales).
Una investigacin ms honda y sistemtica en el terreno de los ttulos de la competencia territorial nos permite
descubrir realidades jurdicas generalmente inadvertidas. Al
afinar las ideas que informan la teora del fuero general y la de
los especiales, encontramos entre ambas una relacin conceptual que no es siempre la que existe entre regla y excepcin.
Mientras que los ttulos que surten fuero general se caracterizan por atribuir competencia a un tribunal para conocer de
todo gnero de acciones, como regla comn, los que surten
fueros especiales, en cambio, estn limitados en su funcionamiento ,y aplicacin a hacer surgir la competencia con referencia a cierta categora de acciones. Entre estos ltimos hay
unos que son concurrentes electivamente con el fuero general y otros que lo excluyen de manera terminante, a tal punto
de determinar en modo necesario e inderogable la competencia del tribunal. En este ltimo caso la oposicin conceptual
entre el fuero especial necesario o excluyente, de una parte,
y el general, de otra, se hace tan definida y especfica que
viene a constituir una verdadera excepcin al )rincipio comn establecido por el fuero general. Aparece as dentro de
la teora de los fueros especiales su divisin en electivos y
necesarios o excluyentes, segn que la ley atribuya al actor
la potestad de optar indistintamente entre los diversos ttulos que surten fueros especiales o se le constria a intentar
necesariamente la accin ante el tribunal que determina y fija
en l la competencia. En realidad, pues, la clasificacin doctrinal de los fueros en electivos y necesarios lo es propiamente de los fueros especiales. De entre stos solamente los fueros necesarios o excluyentes vienen a formar una verdadera
excepcin al fuero general25 . En todo caso, es de advertirse
25
Leherbuch der Brgerlichen Rechtsp/lege, 1932, pg. 111. La confusin de conceptos a que se hace referencia en el texto es de un todo semejante a aquella que existe en una parte de la doctrina entre derecho es
SPERL,
582
Luis Lorno
COMPETENCIA TERRITORIAL
583
estos fueros reales especiales con el general, de manera electiva para el actor.
En cuanto a la accin real sobre bienes muebles, el .fuero
especial originado por la situacin de la cosa es concurrente
en la misma forma colectiva para el actor' con el fuero general
del demandado.
Tal es la doctrina que nos viene de antao a travs de
una tradicin secular. Ni en los pasajes de las fuentes, ni en
la doctrina de los intrpretes del derecho comn y posterior
ms autorizados, ni en la de los comentadores italianos modernos puede encontrar' fundamento y asidero una teora
distinta. No ser pues, a falta de los ttulos generales de la
competencia determinados en el artculo 75 por lo que podr el actor ocurrir a los especiales indicados en el artculo
76, sino que l tendr el derecho de elegir entre unos y otros
cuando se den los supuestos de hecho que los condicionan.
El problema prctico queda slo transferido a la prueba de
los hechos que surten fuero especial, en cada caso, la cual
deber producir el actor si tales hechos fueren objetados.
13.Esta es la doctrina seguida por todas las legislaciones que, como la nuestra, se han mantenido apegadas en
sus grandes lneas a la formacin secular de Ja teora de los
lora.' Nuestros juristas y comentadores ms eminentes de
fines del siglo pasado y de comienzos del actual recibieron
esa enseanza clsica de los pragmticos espaoles y. la explicaron en forma insuperable`. Es tarea nuestra conservarla
27 SANOJO, Exposicin al Cdigo de Procedimiento Civil, 1876,
FEO, ob. cit., 1, pg. 152 y sig.; BORJAS, ob. cit., 1, pg. 218
pg. 68 y sig.;
y sig. La Corte
Federal y de Casacin, en sentencia de 4 de febrero de 1943, Memoria de
1944, 1, pg. 120, se ha pronunciado categricamente en el mismo sentido,
al expresar que la concurrencia del fuero general del domicilio con los especiales determinados en el artculo 76 es indiscutible. Reafirmaba as el
Alto Tribunal su jurisprudencia constante en la cual slo puede hallarse
una sentencia aislada en sentido contrario y la cual califica de "precedente
errneo". Vase adems, Memoria de 1936, pg. 274.
Es oportuno y conveniente notar que la eleccin que realiza el actor
entre varios fueros concurrentes, no hace a los otros tribunales incompetentes, sino que esa eleccin, prevenida por la citacin, da nacimiento al derecho procesal de que el demandado pueda oponer a otra demanda idntica
584
Luis LORETO
COMPETENCIA TERRITORIAL
585
XXIX
588
Luis LORETO
EXENCION
' DE COSTAS
589
590'
Luis LORETO
EXENCION DF COSTAS
591
RESEAS BIBLIOGRAFICAS
IV Edizione
596
Luis LORETO
RESEAS BtBLIOGRAFICAS
597
598 -
Luis LORETO
RESEAS BIBLIoGsFIcAs
599
Provisto de una slida preparacin romanista, como todos los verdaderos maestros; conocedor profundo del derecho
comn y del cannigo, Chiovenda aborda todos los problemas
del derecho procesal con esa precisin admirable que comunica al pensamiento la posesin absoluta de los elementos
histricos y sociolgicos de las instituciones que lo integran.
La dignidad de su vida y la plenitud de su pensamiento
cientfico, nos obligan a exponer en esta nota de recepcin,
siquiera sea a grandes rasgos, algunos momentos significativos
de su magisterio.
Con fecha 8 de marzo de 1900, escribe el Prefacio a su
clebre trabajo sobre la Condena en Costas, que se publica
en 1901; obra fundamental para toda investigacin ulteriol
sobre la materia, y en donde se advierte ya su excepcional
preparacin cientfica y se insinan las intuiciones ; geniales de
su obra posterior.
El 5 de diciembre del mismo ao (1901), dicta en la
Universidad de Parma su conocida prelusin sobre Rmanismo y germanismo en el proceso civil (reproducido en los Ensayos, 1, pg. 181), y en la cual reivindica para la ciencia italiana medioeval o romano-cannica, el mrito de servir de
fundamento a los procesos francs, germnico e italiano modernos.
.
Dos aos ms tarde, el 3 de febrero de 1903, lee en la
Universidad de Bolonia su clebre prelusin sobre "La . accin
600
Luis LORETO
RESEAS BIBLIOGRAFICAS
601
602
Luis LORETO
RESEAS' BIBLIOGRAFICAS
603
604
Luis LORETO
RESEAS BIBLIOGRAFICAS
605
doctrinales, los escritos e informes de los abogados, las sentencias de los tribunales de instancia y de casacin, as lo afirman de manera incontrovertida; y esta concepcin en boga, que
nadie pretende criticar y desconocer en nuestra patria, es tambin aceptada por muchos otros tribunales y jurisconsultos
extranjeros.
"En nuestro actual derecho, dice el profesor Fbrega y
Corts, de la Universidad de Barcelona de Espaa, la litis contestatio se opera por la demanda y la contestacin y tiene el
carcter de un cuasicontrato, en virtud del cual los litigantes
se obligan a pasar por el resultado del pleito en los trminos
en que qued planteado en la demanda y en la contestacin".
Tal concepcin no deriva sino del preconcepto arraigado en la
doctrina de los civilistas y procesalistas clsicos de considerar
el proceso en todos sus momentos histricos, bajo el ngulo
de una visin puramente privatstica, hoy completamente anacrnico y abandonado. Es mrito de las escuelas alemana e
italiana, esta ltima principalmente por obra de Chiovenda,
haber demostrado lo infundado de aquella concepcin. No debe
creerse, dice el insigne Maestro, que la relacin procesal se
constituye o se completa en el momento en que tiene lugar
la comparecencia de las partes ante el juez (que sera el acto
de la litis contestacin en nuestro derecho, agregamos nosotros) .
Esta opinin, contina, se conexiona, de un lado, al recuerdo
de sistemas histricos segn los cuales, para la constitucin
de la litis era menester la voluntad del demandado, mientras
que en los sistemas modernos, como en el italiano, las partes
se encuentran envueltas en la relacin procesal por el solo hecho
de la demanda, quiera que no el demandado.
Hablar, pues, de cuasicontrato en nuestro derecho, para
precisar la naturaleza del acto de la litis contestacin, es valerse
de un concepto histrico fosilizado. El vnculo que era la litis
contestacin se forma ex le ge, por una disposicin imperativa
del ordenamiento jurdico procesal, que determina autonmicamente sus efectos. Esta enseanza simple y fundamental a
la cual no vacilamos en adherirnos sin reservas de ningn
gnero es aceptada por los ms conspicuos procesalistas de
Europa y Amrica.
606
Luis LORETO
Este vicio inveterado en nuestra doctrina y en nuestra jurisprudencia, de hablar de cuasicontrato judicial con ocasin
del acto de la litis contestatio, si bien es cierto que no tiene mayor importancia prctica, merece una inmediata correccin, ya
que, como muy bien dice Mortara, los vicios del lenguaje fomentan errores de concepcin.
La importancia dogmtica de la teora chiovendiana de
la accin (como toda concepcin que la considere como un derecho autnomo, distinto del derecho substancial: la teora
de la pretensin a la tutela jurrica de Wach, por ejemplo),
est en que ella ha permitido aislar y explicar satisfactoriamente la actuacin concreta de la voluntad de la ley en algunos casos particulares de gran importancia. Nos referimos a la sistematizacin de las acciones que Chiovenda designa con el nombre de acciones de accertamento (Feststellun.gsklage de la doctrina alemana) y que nosotros hemos traducido ya con el nombre de acciones de mero reconocimiento.
Tales acciones son llamadas tambin declarativas; pero
nosotros, siguiendo la enseanza de Chiovenda, hemos preferido la expresin "mero reconocimiento", porque pensamos
que indica mejor el fin y el resultado ms constante de la declaracin judicial.
Con el nombre de accin de mero reconocimiento la doctrina chiovendiana designa, en sentido tcnico, aquel poder jurdico que da vida a las condiciones para que la voluntad de la
ley sea reconocida como cierta e indiscutible en el caso concreto constituyendo tal reconocimiento el fin nico y prctico perseguido por el titular del poder. Su reconocimiento como figura autnoma present grandes dificultades, dice Chiovenda,
mientras, se consider la accin como elemento de otro derecho, o como el derecho en su tendencia a la actuacin ya que
no es fcil determinar en tales acciones, cul es el derecho distinto de la accin que tienda a actuarse. Por e1 contrario, en
su concepcin del derecho de obrar que se resuelve en un derecho potestativo, el cual no supone ninguna obligacin por
parte del demandado, la construccin es fcil y deriva de su
misma naturaleza. De ella se ha valido para demostrar la autonoma de la accin. Para comprender bien la estructura de la
accin de mero reconocimiento tal como es concebida por el
RESEAS BIBLIOGRAFICAS
607
608
Luis LORETO
Pero el lado prcticamente importante de esta construccin sistemtica de la accin de mero reconocimiento, es que,
segn Chiovenda y la ms reciente doctrina italiana, dicha accin existe, no solamente en los casos expresamente previstos
por la ley (como sera en nuestro derecho, los considerados
por los Arts. 213, 222, 245 del Cd. Civ.), sino que existe como figura genrica de actuacin de la ley. No existe, ciertamente, norma expresa que admita y regule dicha accin, como s
existe en el reglamento procesal germano (5256 y sig.), pero
ella est contenida implcitamente en el Art. 36 del Cd. Proc.
Civ. It. (correspondiente a nuestro Artculo 14, que es mucho
ms amplio en su contenido normativo). Este artculo, dice
Chiovenda, requiere como condicin esencial para obrar el inters, no expresando en realidad sino un principio doctrinario,
superfluo en una ley. Dado un ordenamiento procesal, con ello
mismo est autorizada toda demanda que tienda a evitar el
dao que se verificara si la ley no fuese actuada. a menos que
la ley no contenga limitaciones expresas. Ahora bien, el dao
puede derivar ya de la falta de una prestacin (que es el caso
que solamente los prcticos consideran), ya de la incertidumbre
del derecho. La accin de mero reconocimiento, tiende precisamente a evitar este ltimo dao.
Inspirados por esta sabia doctrina de Chiovenda, tuvimos ya
ocasin de sostener en el estudio citado, la existencia en nuestro sistema positivo de la accin de mero reconocimiento, como
figura genrica de actuacin de la ley.
Si de la estructura del sistema chiovendiano pasamos a
considerar otros aspectos fundamentales de su doctrina, veremos que ellos son tan originales y fecundos como aquella.
De los que interesan y tocan de lleno la estructura del
proceso, mencionaremos el "principio de la oralidad", que
tiende a realizarse en las reformas legislativas de Italia. Ms
bien que dar una definicin de lo que se entiende por principio
de la oralidad", es mejor enumerar los distintos elementos
que 10 integran y constituyen su naturaleza.
En su memorable Relacin sobre el proyecto de reforma
del procedimiento (reproducida en los Ensayos, II), elaborado por la Comisin de la postguerra, de la cual fue Presidente,
RESEAS BIBLI0GRAFIcAs
609
610
Luis LORETO
El principio de la oraldad es, segn Chiovenda, el problema central de toda reforma legislativa a las leyes de procedimiento, lo que trae como consecuencia una revisin total
del sistema positivo italiano. Dicho principio, del cual Chiovenda es el ms alto y autorizado defensor, fue acogido por una
gran mayora de votos en el Congreso Jurdico-Forense celebrado en Turn en 1924, al considerarse la relacin que, sobre la
"Reforma del proceso civil", present el profesor Rodolfo
Geldschmied.
Adems de los escritos citados en los Ensayos, que son
fundamentales, hay en los mismos otro de capital importancia:
"Sobre la cosa juzgada y competencia"; "Sobre el litis-consorcio
necesario"; "Relacin jurdico procesal y litispendencia",' "Sobre la naturaleza jurdica de la ejecucin (espropiazione forzata"; "Sobre el juicio de reenvo (rinvio) y su perencin",'
y otras obras menores de gran significacin doctrinal; proyectando todas gran luz sobre la explicacin cientfica de muchas
instituciones procedimentales de nuestro derecho.
No existe obra alguna dedicada a los estudios del derecho
procesal civil, que reuna las condiciones de sobriedad, precisin
sistemtica, elegancia, claridad y alto valor cientfico que se
encuentran cosechadas en los Principios de derecho procesal
de Chiovenda. Maestro insigne, slo l ha podido reunir en
una sntesis admirable toda la doctrina, moderna sobre esta
disciplina particular del derecho. Ellos ensefian a pensar cientficamente y a orientar el espritu por los caminos nuevos. Un
vasto programa pedaggico se encuentra all estudiado magistralmente. La obra est repartida en Cuatro Partes, estando la
primera dedicada al estudio. de los conceptos fundamentales
(el derecho de accin; el proceso civil y su finalidad (destinazione); el proceso como relacin jurdica; y la ley procesal).
La Parte segunda comprende la actuacin de la ley en el proceso
civil, sus modos y condiciones, estudindose la sentencia que
acoge la demanda, las sentencias de condenacin, de mero reconocimiento y constitutivas, las medidas preventivas, la ejecucin forzada, el ttulo ejecutivo; las excepciones y la identificacin de las acciones. .La parte tercera se ocupa 'de los presupuestos procesales (jurisdiccin, capacidad de los rganos jurisdiccionales, la competencia, la capacidad de las partes y las
RESEAS BIBLIOGRAEJCAS
611
excepciones procesales). La Parte cuarta, est dedicada al estudio de la relacin procesal declarativa (i cognizione) o del juicio
declarativo, tratando en ella de la demanda, sus nulidades y
efectos, de la actividad de los sujetos que la integran, de su
transformacin, de su fin, de los medios de impugnacin, de
las relaciones procesales con intereses mltiples y de los procedimientos especiales. Tal es, a grandes rasgos, la estructura
de la obra.
Nunca dir la palabra o la pluma el elogio definitivo de ella. Jams ser intil .la recomendacin exaltada que se haga
a la juventud estudiosa de nuestra patria y de Amrica, de la
lectura y meditacin de la obra chiovendiana, principalmente
del estudio de los Principios, que ya estn calificados, sin reserva, como una de las obras jurdicas ms notables que se haya
escrito en todos los tiempos.
Dentro de una elaboracin genial de las instituciones, en
las obras de Chiovenda el elemento histrico aparece justamente recordado y ponderado, con un acopio bibliogrfico de
alto valor dogmtico y propedutico.
612
Luis LORETO
EDUARDO
Mi decidida vocacin por los estudios procesales, me llev un da a investigar el estado en que ellos se encontraban
en los pases americanos de cultura latina; y fue grata mi sorpresa cuando encontr en el Sur un excepcional movimiento
de renovacin de la doctrina que haba dado ya sus frutos
admirables en la Escuela del Derecho Comn y en la de los
exgetas posteriores, animndose sus resultados dogmticos
y sus construcciones por el vigor dialctico de las doctrinas
modernas del proceso, profundamente revolucionarias.
Fue en el movimiento doctrinal del Brasil, de la Argentina y del Uruguay en el cual pude advertir un anhelo ms
hondo de investigacin y un esfuerzo consciente y bien enrumbado por adaptar a la realidad de la vida jurdica los resultados
ya obtenidos y definitivamente elaborados por la nueva Escuela del Derecho Procesal, particularmente aquellos ya fijados
en las pginas de los libros y estudios de sus ms excelsos
representantes europeos.
Este esfuerzo de adaptacin y de sistematizacin de conceptos no era bice para que se emprendieran a un tiempo
mismos trabajos autnomos de significacin cientfica excepcionalmente valiosa, cargados de sentido original y fecundo,
riqusimos en contenido especulativo, prctico y dogmtico.
Fuera de este valor, muchas veces de alcance universalista,
este esfuerzo de superacin tena para Amrica aqul otro indiscutible de mostrar los resultados del mpetu que rompe y
tuerce las energas arremanzadas de la tradicin, representndose su esfuerzo en el smbolo de un arco tenso de meditacin magnfica y de energa creadora.
614
Luis LORETO
RESEAS BIBLIOGRAFICAS
615
616
Luis LORETO
RESEAS BIBLIOGRAFICAS
617
618
Luis LOiEO
RESEAS BIBLIOGRAFICAS
619
620
Luis LORETO
RESEAS BIBLtOGRAFICAS
621
sus efectos, lo que es extrao a aqul. Toda norma que establece una nulidad, fija un procedimiento de conducta, en cierto
modo rgido, ya clsico en la tcnica legislativa.
Volviendo al estudio del artculo 20 y a la doctrina expuesta por el autor, debemos reconocer, por nuestra parte, que
la legislacin uruguaya viene as a pronunciarse por la admisin
de sentencias nulas ipso jure como se ensea por la moderna
doctrina del proceso (Coester, Die Rechtskraft der Staatsakte,
1927, pg. 98).
A la explicacin de la norma contenida en el artculo 20,
el autor dedica valiosas pginas del libro, para estudiar en
ellas los aspectos de su aplicacin y las posibles dificultades
tericas y prcticas, que podrn presentarse al intrprete, ci
litigante y al magistrado mismo. Sesudas pginas stas en las
cuales se advierte el absoluto dominio de la teora y un excepcional contacto con la vida del foro. El autor no disimula los
graves inconvenientes que pueden derivarse para la seguridad
jurdica integral con la aplicacin cerrada y dura de l norma;
los peligros que ofrece para la soberana legislativa todo propsito interpretativo encaminado a diluir su sentido teleolgicc
para adaptarlo a las suavidades acomodaticias y matizadas de
la vida y de los casos prcticos. Denuncia estos peligros, y, juiciosamente, se pronuncia porun sistema, que podramos clasificar de eclctico, y el cual esquematiza en un programa de
solucin, cuyos postulados son los siguientes:
1. - Vencido el lapso de 180 das sin sentenciar, se produce una "desinvestidura" del magistrado, con relacin al caso
concreto;
II. -Los principios de la teora general de los recursos
no rigen para la nulidad de la sentencia etempornea;
III. - No obstante que la nulidad no necesita ser declarada especialmente, en algunos casos cuando sea necesaria una
investigacin previa para valorar actos jurdicos o mediante
la declaracin de nulidad se lesionan derechos adquiridos por
terceros de buena fe, es menester una declaracin especial acerca de la existencia de esos hechos que acarrean la nulidad; y
IV. - El principio del Cdigo Civil de que la nulidad no
puede ser alegada por "el que haya celebrado el acto sabiendo
622
Luis LoRETo
RESEAS BIBLIOGRAFICAS
623
624
Luis LORETO
RESEAS BIBLIOGRAFICAS
625
EDUARDO J COUTURE.
Mon-
628
Luis LORETO
RESEAS BIBLIOGRAFiCAS
629
630
Luis LORETO
RESEAS BIBLIOGRAFICAS
631
632
Luis LORETO
RESEAS BIBLIOGRAFICAS
633
Tesis para
optar al ttulo de Doctor en Ciencias Polticas, Caracas, Editorial
Athenea, 1936, pg. 186.
636
Luis LORETO
RESEAS BILIoGRAFIcAs
637
638
Luis LORETO
El A., descuida voluntariamente en su importante monografa toda la parte histrica de la institucin y las vicisitudes
de su desarrollo. La toma y analiza como ella se presenta en su
formacin actual, con las peculiaridades que le di la elaboracin doctrinal de los doctores medioevales, tal como se recibi
del derecho intermedio y la fij el Cdigo Napolen. Del clebre fragmento de Ulpiano, transcrito en el Digesto (L. 25
de estatu homminum, 1, 5) y del texto de Paulo (L. 6 D. de
ex. ud. 44, 2) al pasaje de Tancredo (Ordo iudiciorum, IV,
tit. 1, 6) y a la enseanza de Scaccia (De sententia et re
iudicata, gl. 14 qu. 2 7) existe una diferencia conceptual
ms grande que de estos pasajes a la frmula clsica de Savigny.
En cuestiones esenciales, el derecho moderno vuelve los ojos
a la elaboracin justininea y la doctrina se inspira en lla,
suavizando sus asperezas, y toma del derecho intermedio lo
que hay all de sano y de profundo, una vez desbrozada de su
ampulosidad escolstica.
Siguiendo el A., el mtodo del Cdigo Civil, analiza la cosa
juzgada en tanto que presuncin iuris et de jure (art. 1.422)
y critica con razn la vaguedad del sistema positivo que de l
deriva en cuanto a su nacimiento, a su alcance objetivo y subjetivo, a su contenido substancial y a su sentido formal (p. 19).
Sin embargo, afirma que, no obstante esa vaguedad, existen
normas aisladas en el ordenamiento positivo que permiten
precisar su verdadero alcance y buscar un sentido coherente
a la institucin. Guiado por un mtodo unitario de investigacin, el A., estudia una por una esas normas dispersas y busca
con precisin y fuerza constructiva el sentido integral de la
institucin, sirvindole de gran apoyo para desentraar su naturaleza y estructura las normas contenidas en los artculos 443
y 448 del Cdigo. de Procedimiento Civil;
Ditingue exactamente los conceptos de ejecutoriedad y
definitividad. Una sentencia, dice, slo es firme o definitiva
en nuestro derecho y causa mandato de ejecucin plena cuando
contra ella se han agotado los recursos ordinarios y el extraordinario de Casacin (p. 21). El recurso de invalidacin no
impedir que la sentencia pase en autoridad de cosa juzgada,
ya que este recurso no se dirige propiamente contra la sentencia
sino contra todo el juicio.
RESEAS BIBLIOGRAFICAS
639
640
Luis LORETO
RESEAS BIBLIOGRAFICAS
641
642
. Luis LORETO
RESEAS BIBLIOGRAILCAS
643
dad est reglamentado por la ley y sometido a condiciones generales unas e inherentes a mi casa otras: este radio de accin
en que mi derecho de propiedad se mueve, es el estado de derecho y dentro de ese mismo estado este derecho se mueve en
cualquier direccin: se enajena, se transmite por herencia, se
dona, etc. Pero siempre dentro de su mismo estado". Aplicando
esta doctrina de modo particular a la institucin de la cosa
juzgada, el A., se expresa de la manera siguiente: "Cuando sobre
un derecho cualquiera pesa la presuncin de la cosa juzgada, al
transmitirse ese derecho se transmite dentro de su estado, y
siendo la cosa juzgada circunstancia inherente a ese derecho o
circunstancia de estado, el derecho transmitido viaja con todas
sus inherencias y as la cosa juzgada que fue dictada entre determinadas partes, aparecer entonces rigiendo entre partes
diferentes, pero que en realidad son las mismas jurdicamente,
porque este nuevo titular del derecho es causahabiente de quien
fue parte en el juicio. No se quebrante pues, el precepto de la
ley con esta extensin de los efectos de la cosa juzgada a las
personas causahabientes, porque se conserva siempre la identidad jurdica de las partes, que es la nica que hay que tomar
en cuenta. De otro modo, interpretando literalmente el precepto de identidad de las partes, la cosa juzgada no cumplira
el fin social a que, como todo derecho, est destinada, y no
pasara de ser una mera palabra de concordia dicha a dos personas qu litigaron,pero cuya eficacia se apagara en cuanto
el derecho decidido se transmitiera, as fuera de mala fe esa
transmisin. Y las disputas sobre un derecho ya resuelto seguiran sin trmino frente a cada nuevo titular. "La identidad jurdica de las partes no viene a ser sino un corolario del estado
de los derechos. Para que haya esa identidad jurdica s requiere que las partes en ambos juicios sean personalmente las mismas o que sucedan en el mismo derecho. Y que estn en el
nuevo juicio en la misma calidad en que lo estuvieron en el
otro. El que reemplaza en un mismo derecho a otro lo hace
cabalmente en sentido jurdico; de modo que con el derecho
pasan todas las circunstancias especiales que lo determinan.
El derecho se transmite dentro de su estado y por tanto se
traspasa toda esa individualidad jurdica que integra un derecho.
Tales son los trminos en los cuales el A., fija y precisa
los lmites de su teora, verdaderamente novedosa y susceptibles
644
Luis Loo