Obras Completas de Lenin. Tomo I

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ADVERTENCIA

PROCESAMIENTO DE LAS OBRAS COMPLETAS DE LENIN


Con el objetivo de difundir las Obras Completas de Lenin digitalizadas en formato pdf
hemos trabajado con las versiones en pdf existentes en la pgina web marxists.org
(https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/). Los tomos fueron escaneados por el
proyecto Nadia (Ver: http://emancipacion.net/proyecto-nadia/).
Los tomos de las obras completas fueron procesados con el programa ABBY FineReader
11 Corporate Edition.
Los objetivos de este proceso fueron varios.
a) Disminuir el peso en megas de cada tomo. Hay tomos en la pgina de marxists.org
que pesan ms de 60 megas. Esto trae mucha dificultad en pases que tienen un
psimo sistema de internet por lo que se hace muy lento bajar estos archivos.
b) Por otro lado, el disminuir el peso en megas permite enviar la mayora de los
tomos por correo electrnico de gmail que soporta archivos de hasta 20 megas. En
el caso que el tomo supere los 20 megas solemos utilizar para difundir los archivos
el programa W eTransfer (Ver: https://www.wetransfer.com/). Existen otros
programas de este mismo tipo.
c) Lamentablemente la calidad del escaneo en algunos tomos deja mucho que
desear. Hay muchos artefactos que dificultan la lectura y en algunas pginas se
hace dificultoso leer. ABBYY FineReader 11 permite pasar los documentos a Word
y a formatos de libros electrnicos (e-books). Debido a la mala calidad del escaneo
se dificulta mucho este proceso. Se trat de limpiar (borrar) lo ms que se pudo
pero las dificultades se potencian cuando la calidad del escaneo es mala. Por esta
razn la lectura adecuada de estos tomos slo se puede lograr en ordenadores o
computadoras, laptops y tabletas electrnicas grandes. En lectores electrnicos
ms pequeos se dificulta la lectura de los documentos en formato pdf.
d) ABBY FineReader permite dividir y desinclinar pginas. Varios tomos de los
procesados por el proyecto Nadia estn escaneados con dos pginas juntas, con
pginas inclinadas, lo cual dificulta la lectura. Al procesar los tomos que incluan
dos pginas dentro de una pgina en pdf, se dividieron y se desinclinaron para
poder leer pgina a pgina y con las lneas perfectamente horizontalizadas.
e) ABBY FineReader 11 puede rotar las pginas. Esto nos permiti rotar los cuadros
estadsticos elaborados por Lenin, que se encuentran en posicin vertical, a la
posicin horizontal. Esto facilita la lectura en los ordenadores o computadoras y
laptops.
f) Las pginas en blanco, vacas, se eliminaron.
g) El procesamiento permiti poner el ndice de cada tomo en las primeras pginas
del tomo, y no en las ltimas pginas, para facilitar la bsqueda de los temas. Es
importante destacar aqu que la mayora de los lectores de formato pdf permiten
realizar bsquedas de palabras o frases. Esto tiene una ventaja inmensa debido a
que cualquiera que desee investigar alguna cita de Lenin puede buscarla sin
inconvenientes. Dando un ejemplo: si se busca la palabra imperialismo en el
primer tomo de las obras completas llama la atencin que no aparece. Cabe aqu
entonces la pregunta Desde qu ao se incorpor en la conciencia de Lenn el
concepto de imperialismo? En otras palabras, las bsquedas de los temas que le
interesen al lector, dependern de su conocimiento e imaginacin.
Venezuela, Julio 2016

V. I. LENIJN

OBRAS COMPLETAS
TOMO I
\893-1894
E ST U D IO P R E L IM IN A R DE JU A N J . T R IA S VEJA R A N O

A kal Editor
Editorial Ayuso

Versin de Editorial Progreso


Cubierta de Carlos Madrid

1.SJB.N.: 84-336-0070-2
Depsito legal: M. 39.884 - 1974

Editorial Ayuso
San Bernardo, 34
Madrid-8, 1975

Akal Editor
Snchez Barcaiztegui, 40
Madrid-7

INDICE
ESTUDIO PRELIMINAR de Juan S. Tras Vejarano ..............

IX

1893

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONOMICOS EN LA VIDA CAMPE


SINA (A propsito del libro de V. E. Pstnikov La explota
cin agrcola en el sur de Rusia ............................................
I ..A ........ .................................................................................
II ...V . .......................................................................................
III
......................................... .............................................
I V
V
... ..................
EL LLAMADO PROBLEMA DE LOS MERCADOS...................
I ................................................... ........ ... ........................
I I
II I
........ ..............................
I V
..................................................................
V ................................................... .........................................
........................................................
V I
V I I ..............................................................................................
V I I I ........................................................... ..................................

3
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89
94
99
103
110
118
133

189 4

QUIENES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO Y COMO LU


CHAN CONTRA LOS SOCIALDEMGCRATAS. (Respuesta a
los artculos de Rsskoie Bogatstvo contra los marxistas).
parte i .........................................................................................
De los editores......................................................................
A propsito de esta ed icin .................................................
PARTE I I I ........................................... ...........................................
Apndice I ..........................................................................

139
141
211
213
215
319

VIII
Apndice II ... ... ... ... ... ............... ... ... ... ... ... ...
Apndice III ...
.. ... ... ............... ... ... ... ... ... ...
EL CONTENIDO ECONOMICO DEL"pPJSM Y SU CRI
TICA EN EL LIBRO DEL SEOR STRUVE (R eflejo del
marxismo en la literatura burguesa). A propsito del libro
de P. Struve, Notas crticas acerca del desarrollo econm ico
de Rusia. San Petersburgo, 1894 ... ... ... ....... . ... ... ... ...
Capitulo I. Comentarios a la Professin de foi populista.
Captulo II. Crtica de la sociologa p o p u lis ta ....................
Captulo III. Formulacin de los problemas econm icos por
los populistas y por el seor Struve ..............
Captulo IV. Cmo explica el seor Struve algunos rasgos
de la econom a de la Rusia posterior a la
Reform a ... ... ... ........................................... ...
I .................. . ... ... ... ...............................................................
I I ......................................................................................................
II I
.................................
I V
.........................
V .......................................................................................................
V I .................................................................................................
N O T A S ..................................................................................................

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344

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510
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ILUSTRACIONES
Primera pgina del manuscrito de V. I. Lenin Los nuevos cam
bios econmicos en la vida campesina. 1893 ............. .........
Retrato de V. I. Lenn ... ... .................... ... ... .............. ... ...
Retrato de V. I. Lenin 1890-1891 ... ........ ... ... ........................
Primera pgina del manuscrito de V. I. Lenin El llamado pro
blema de los mercados. 1893 ... ... ... ............. ... ... ... ...
Ultima pgina del manuscrito de V. I. Lenin El llamado pro
blema de los mercados. 1893 ... ... ... ......... ... ... ... .........
Portada de la parte III de la edicin hectogrfica del libro de
V. I. Lenin Quines son los amigos del pueblo" y cm o
luchan contra los socialdemcratas? ... ... ............... ... ...
Ultima pgina de la parte n i de la edicin hectogrfica del
libro de V. I. Lenin Quines san los amigos del pueblo y
cm o luchan contra los sociaM emcratas? ... ... ................ .
Portada de la recopilacin en la que fue publicado el trabajo de
V. I. Lenin El contenido econm ico del populismo y su crti
ca en el libro del seor Struve, 1895 ... ... .............. ... ... ...

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87
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353

LOS PRIMEROS ESCRITOS DE LENIN Y EL DEBATE


SOBRE EL DESARROLLO DEL CAPITALISMO EN RUSIA
I.

LA INTELIGENTSIA REVOLUCIONARIA Y LA EVOLUCION DE RUSIA


HASTA LA EMANCIPACION DE LS SIERVOS.

Los primeros escritos de Lenin, que e recogen en este


volumen, fueron escritos entre '1893 y 1894, en Samara y
Petesburgo, cuando Lenin no ha cumplido todava 25 aos;
slo el ltimo de ellos fue editado legalmente, los tres pri
meros, o fueron rechazados por la revista a la que se envi
(el primero) o circularon ilegalmente. Su expulsin de la
Universidad de Kazan, a finales de 1887, a los pocos meses
de su ingreso,, por su participacin en una revuelta estu
diantil (1), permitir a Lenin durante su estancia forzosa
en la propiedad familiar de KokuchMno un contacto en
profundidad con la rica literatura poltico social rusa del
siglo XIX; cuando en el otoo siguiente, se le permite el re
greso a Kazan, aunque no el reingreso en la Universidad
(Lenin conseguira finalmente autorizacin para examinar
se como alumno libre: realiz los exmenes de todas las
asignaturas de la carrera de leyes en dos convocatorias, en
(1)
Los datos biogrficos de Lenin estn tomados de G. Walter
Lenin, Grijalbo 1967 y de A. B. Tflam Los Bolcheviques, Grijalbo
1969 que es un estudio del bolchevismo centrado alrededor de la
figura de Lenin.

X
prim avera y en otoo de 1891, obteniendo el nmero uno de
su promocin), tendr ocasin de leer el prim er tomo de
El Capital y los primeros escritos de P lejanov en los que,
el considerado como el patriarca del m arxismo ruso, m arca
sus discrepancias con los populistas: segn el testimonio
del propio Lenin de principios de 1889 data su conver
sin al marxismo. Los cuatro aos siguientes los pasar
Lenin en Sam ara, hasta que en septiembre de 1893 se tras
lada a Petesburgo. En Sam ara se relacionar con los crcu
los revolucionarios formados por los deportados polticos y
por ncleos intelectuales de la ciudad: aqu tiene ocasin de
desarrollar sus prim eras polmicas con los populistas. En
Petesburgo Lenin se entregar de lleno a la actividad revo
lucionaria, integrndose en los crculos de estudiantes y pro
fesionales que entran en contacto con grupos de trabajado
res: discusin, propaganda, agitacin, un v ia je a Europa en
que visita a algunos de los fundadores (Plejanov, Axelrod)
del prim er grupo socialdemcrata ruso, el grupo emanci
pacin del trabajo (1883), hasta que en diciembre de 1895
es detenido y despus de catorce meses de detencin pre
ventiva en la prisin de Petesburgo, es deportado a Siberia.
Lenin pasar all tres aos, acabar su libro El Desarrollo
del Capitalismo en Rusia. E l Proceso de Form acin del Mer
cado Interior para la Gran Industria que ser editado en
1899 y m adurar sus id eas: 1900 inaugura el crucial pero
do de Iskra y de la lucha por un partido de nuevo tipo.
Como ha escrito R. Garaudy: la vida de Lenin es la de
un m ilitante. E l problema central de su filosofa es el de un
m ilitante: elaborar una metodologa de la iniciativa his
trica (2). Lo que impone, como seala este autor, dentro
de la fidelidad a la inspiracin m arxista, una doble tarea:
un anlisis de las condiciones ob jetivas y la fo rja del ins
trumento de combate que prmita intervenir eficazmente
en esas condiciones. Por el momento, la prim era tarea ab
sorber la atencin de Lenin. De ah que todas las obras
de Lenin, aun aqullas de contenido ms terico como pue
de ser El Desarrollo del Capitalismo en Rusia, estn alen(2) Lnine, P. V. P., 1968, pg. 9. Aunque publicado en la co
leccin Philosophes, la consideracin de Garaudy trasciende el
aspecto puramente filosfico de Lenin.

XI
tadas por las exigencias de la praxis. En estos primeros es
critos de Lenin ya se aprecian muchos de los rasgos que
caracterizarn su produccin intelectual. Aparte del ya se
alado, prcticamente todos sus escritos tienen un conteni
do polmico, nota sta que caracteriza tambin a buena
parte de la obra de Marx y de Engels: Lenin ir definiendo
sus posiciones en polmica con los populistas, los economis
tas, los marxistas legales, el revisionismo en sus diferentes
proyecciones, inclusive las filosficas, los mencheviques, la
mayor parte de la Segunda Internacional, etc. Trotsky se
al en una ocasin que en Lenin se una la audacia del
proyecto con la meticulosidad en la ejecucin: En este
gran revolucionario habitaba un n otario... (3). En la po
lmica Lenin conjuga el sarcasmo con la meticulosidad: to
das las cuestiones son desmenuzadas al detalle; Lenin rei
tera una y otra vez pruebas y argumentos, lo que no deja
de hacer fatigosa la lectura de su obra. Esta actitud reite
rativa es un rasgo heredado por la literatura comunista:
basta leer la polmica ruso-china. Se vislumbra una peda
goga de la repeticin que, asimismo, singulariza la propa
ganda comunista.
Los escritos tericos de Lenin de la dcada de 1890 como,
en general, del resto de los socialdemcratas rusos estn
ocupados en la polmica con los populistas: este es el co
mn denominador de los cuatro recogidos en este volumen;
en el ltimo, dedicado a comentar un libro de Struve, se
marcan sus discrepancias con los que sern denominados
marxistas legales, en ese momento no slo compaeros
de la lucha con los populistas sino, por lo menos algunos,
integrados en la socialdemocracia, si bien sta no se cons
tituye como tal partido hasta 1898 y an entonces es ms
una confederacin de grupos que un partido centralizado.
En ellos se contienen materiales que sern utilizados para
la elaboracin de la que constituye la sntesis de sus inves
tigaciones sobre el desarrollo del capitalismo en Rusia: la
obra del mismo nombre. Desde el punto de vista de la teora
del materialismo histrico destaca la primera parte de
Quines son los amigos del pueblo y cmo luchan contra
los socialdemcratas (la segunda parte de este libro no se
(3)

Histoire de la rvolution russe, Seuil, 1950, T. I. pg. 340.

XII
ha encontrado). Finalmente, se delinean las lneas maestras
de su estrategia hasta 1917 y que se expondrn en los pro
yectos programticos de los aos sucesivos.
Para la debida comprensin de la exposicin de Lenin es
menester una referencia a las tesis populistas, dentro del
contexto de la evolucin socioeconmica, poltica e intelec
tual rusa en el siglo xix en contraste con los grandes pases
de la Europa Occidental.
Rusia ocupaba una posicin singular en Europa. Las par
ticularidades de su desarrollo histrico, fruto de la con
fluencia de una serie de factores, llevaran en su caso, y no
slo entre los llamados eslavfilos, a la formulacin de la
tesis de la especifidad del destino histrico de Rusia. Pero
sin necesidad de incurrir en lo que E. H. Carr, comentando
los puntos de vista de Berdiaiev (4), ha llamado una especie
de misticismo nacional (5), queda el hecho de que Rusia,
en contraste con el occidente europeo, al cual, sin embargo,
se haba abierto desde el siglo xvm, presentaba un perfil de
trazos muy acusados. Este hecho, la interpretacin de sus
causas, la actitud ante l, estarn en el centro del debate en
tre los eslavfilos y los occidentalistas, en el que algunos han
querido resumir la historia intelectual rusa del siglo xix (6):
Rusia perteneca al Oriente o al Occidente? Deba conti
nuar por los caminos abiertos por Pedro el Grande o
retornar a sus antiguas tradiciones? Debate, que sea dicho
de paso, por ciertos temas recuerda al sostenido en la Espa
a contempornea entre casticistas y europeistas, y en
el que tambin algunos han querido resumir nuestra his
toria contempornea. Pero, resulta por lo menos simplificador, reducir la historia intelectual rusa, as como la espao
la, a este debate histrico-cultural, no percibiendo, adems,
4) No existe en castellano fijeza,en la transcripcin de los nom
bres rusos, debido al hecho que, al ser muy escasas las traducciones
directas del ruso, los nombres se transcriben de acuerdo con la
grafa de los originales en su mayora ingleses o franceses de
los que se toman. Esta vacilacin por la que nos excusamos no de
jar de reflejarse en lo que sigue.
(5) En Studies in Revolution, The Universal Library, New
York, 1964, pg. 92. Hay traduccin espaola en Alianza Editorial.
(6) Cf. por ejemplo, N. Berdiaev Les sources et les sens du
comunisme russe, Gallimard, Ides, 1951, pgs. 43-44; Carr ob. cit.
pg. 93.

XIII
que detrs de l se involucraba una problemtica polticosocial. Como ha escrito Martn M alia: los conceptos de Ru
sia y el Occidente tal com o eran usados por ambos lados,
eran simplemente la transposicin en el lenguaje histricofilosfico de la poca, comn a ambos grupos, de un con
junto de cuestiones filosficas, sociales y polticas, adems
de la nacional, la ms notoria (7).
Trotsky, coincidiendo con la opinin expresada por al
gunos historiadores, seal en su da que fueron las exi
gencias militares del Estado Ruso en confrontacin con sus
vecinos del oeste, los que impulsaron el proceso de occdentalizacin del pas, de modernizacin de su aparato produc
tivo (8). Pero existe coincidencia en que las reformas lleva
das a cabo por Pedro el Grande y sus sucesores no m odifi
caron ms que muy parcialmente el viejo orden de cosas.
As, las manufacturas, creadas para responder sobre todo a
las necesidades militares, emplearon el trabajo servil hasta
el siglo xxx; es ms, en el siglo xvin se produce un agrava
miento de la servidumbre campesina, lo que provoca levan
tamientos como el de Pugachov. Por otra parte, el proceso
de occidentalizacin cultural qued reducido a la nobleza
y an en sta fue bastante superficial si se excluye una pe
quea minora. El impacto de la revolucin francesa unido
a las manifestaciones interiores contra el orden existente
poltico-social, provocaron el abandono de los afanes refor
mistas que, en cualquier caso, no haban tocado las bases
del poder absoluto del zar, que, por el contrario, reforzara
su poder mediante la creacin de un aparato burocrtico
centralizado sobre el modelo occidental. Si ya Alejandro I
haba aparecido como uno de los pilares de la contrarrevo
lucin europea, estas tendencias se refuerzan bajo su suce
sor Nicols I (1825-1855); a ello no fue ajeno el fracasado
movimiento decembrista (diciembre de 1825) llevado a cabo
por unos grupos de oficiales encuadrados en unas socieda(7) Alexander Herzen and the birth of russian socialism Har
vard U. P. citamos por la edicin de The Universal Library, New
York 1965, pg. 281-282.
(8) Cf. (1905. Resultados y perspectivas Ruedo Ibrico 1971
T. I pgs. 21-22. En el mismo sentido A. Gerschenkron El atraso
econmico en su perspectiva histrica Ariel 1968, pg. 26.

XIV
des secretas que oscilaban entre el constitucionalismo y el
jacobinismo.
El clsico de la historiografa marxista rusa M. N. Pokrovski puso en relacin el abandono de los proyectos re
formistas de comienzos de siglo por parte de la nobleza, con
la crisis agraria que se prolongara desde los aos veinte
hasta casi mediados del siglo dentro del ciclo general de
presivo de la economa europea en la primera mitad del
siglo xix que acentu la dependencia financiera de la no
bleza respecto del zar y estimul el mantenimiento del tra
bajo servil como fuerza laboral de sus dominios (9). En
cualquier caso, la actividad revolucionaria durante el reina
do de Nicols I qued reducida prcticamente a la literaria
y a las discusiones en los crculos privados, protagonizada
por los hombres de la naciente inteligentsia, que, hasta la
generacin de los sesenta, se recluta sobre todo entre la no
bleza (la excepcin ms notable es la de Belinski). Lenin,
en su periodizacin del movimiento revolucionario ruso de
nomin al perodo 1825-1861 el perodo nobiliario, a causa
del reclutamiento social de sus miembros, no por su orien
tacin ideolgica.
El trmino inteligentsia fue acuado en la segunda mi
tad del siglo xix. En la historiografa no marxista se ha de
finido a la inteligentsia como un grupo ideolgico, lo cual
no quiere decir que todos sus miembros compartiesen la
misma ideologa, pero querindose subrayar por contraste
que no se trataba de un grupo socioeconmico o profesio
nal. Ms discutiblemente, se ha presentado a la inteligent
sia como desvinculada de cualquier inters de clase, en el
sentido de que la inteligentsia representaba una visin ge
neral de Rusia, por supuesto no uniforme (10): la divisin
ms comnmente utilizada ces entre eslavfilos y occidentalistas a su vez con diferencias en su seno. Ciertamente el
encuadramiento de la inteligentsia no deja de presentar
ciertos problemas debido a la relativa autonoma de este
grupo por las especiales circunstancias sociopolticas rusas
(9) La opinin de Pekrovski est recogida en Terence Emmons,
Editor, Emancipatin of the russian serfs , European problem
Studies, Holt, Rinehart and Winston, 1970, pg. 26.
(10) Cf. por ejemplo, Berdiaev, ob. cit. pg. 30 y sig.; Martin
Malia ob. cit., pgs. 4-5.

XV
(as: ausencia de libertad que dificulta la comunicacin en
tre la inteligentsia y las clases sociales; la estratificacin
social rusa polarizada entre terratenientes y campesinos,
con unas muy dbiles capas burguesas urbanas, etc.) que
hacen que las relaciones entre ideologa y clases no sean
simples, sino que pasen a travs de una serie de mediacio
nes. Lenin en sus referencias al tema, que han servido de
pauta a la historiografa sovitica, caracteriz a los revo
lucionarios tanto de la generacin de los cuarenta (Herzen
principalmente), como de la de los sesenta (Chernischevski
etctera, la llamada Ilustracin rusa) com o representantes
de la democracia burguesa radical, sobre todo campesi
na (11). Por su parte, un historiador no marxista como M.
Malia, caracteriza a los eslavfilos que contienden con ellos,
o ms exactamente a aquellos eslavfilos que mantienen
una cierta postura crtica frente al poder, com o represen
tantes de una oposicin aristocrtica a la autocracia (12).
Se viene considerando a Radischev como el precursor de
la inteligentsia revolucionaria, quien en 1790 public el libro
Viaje de Petesburgo a Mosc en el que condenaba vigoro
samente la autocracia y la servidumbre y que le cost a su
autor la pena de muerte conmutada por el destierro a Sibe
ria (13). Se atribuye a Chaadaiev, en una famosa carta filo(11) Cf. Lenin En memoria de Herzem, Obras Escogidas, Edi
torial Progreso, Mosc 1970, T. I y A qu herencia renunciam os? ,
O. C. Editorial Cartago, Buenos Aires 1969, T. II. Para la historio
grafa sovitica cf. las referencias contenidas, por ejemplo, en el
trabajo de M. V. Nechkina recogido en el vol. citado en la nota 9.
(12) Ob. cit., pgs. 282-89.
(13) Es ms bien escasa y de poco valor la bibliografa en cas
tellano sobre el pensamiento ruso en el siglo x ix . El libro de S. V.
Utechin Historia del Pensamiento Poltico Ruso Revista de O c
cidente, 1968, ofrece una visin panormica. En los libros ya citados
de Ulam y Carr, as com o en M. Foyaca de la Concha El pensa
m iento de Lenin volumen I, Guadarrama, 1971, Col Historia del
pensamiento socialista , vol. II F. C. E. 1958, se contienen referen
cias ms o menos amplias. Mencin especial merece el excelente
libro de A. Walicki Populismo y marxismo en Rusia (La teora de
los populistas rusos: controversia sobre capitalism o) , trad. esp. Es
tela 1971, si bien se centra en el populismo y en las relaciones de
ste con el marxismo. El ya citado libro de Berdiaiev, ofrece una
visin de la inteligentsia desde las categoras antropolgicas del
alma rusa . Una valoracin desde el punto de vista de la actitud
ante el desarrollo econmico y ms concretamente ante la indus-

XVI
sfica publicada en 1836 que le acarre que fuese acusado
de loco por las autoridades el planteamiento del problema
que estar en el centro del debate entre eslavfilos y occidentalistas en los aos cuarenta. Chaadaiev fue un occidentalista peculiar ya que en general estos tuvieron una
orientacin laica al atribuir la superioridad de Occidente
a la herencia catlica medieval, mientras que para l Ru
sia careca de autntica historia; sin embargo, esta misma
ausencia de un pasado, la juventud de Rusia por decirlo
as, le abra unas posibilidades insospechadas. El tema de
la juventud de Rusia por contraste con la Europa Occi
dental, ocupar, con diferentes variaciones, un papel im
portante tanto en el pensamiento de los eslavfilos como en
el de Herzen y los populistas. La principal Influencia que se
ejerce sobre el pensamiento ruso de los aos treinta y cua
renta es la del idealismo alemn (sobre todo Schelling y
Hegel) a la que seguir la de la izquierda hegeliana como
vehculo superador del segundo. Esta influencia del pensa
miento alemn (con su tradicin terica heredada del idea
lismo) que es muy fuerte en las diversas corrientes ideol
gicas rusas,'con jugada con las especiales condiciones rusas,
puede ayudar a explicar el acusado ingrediente histricofilosfico que acusa el pensamiento poltico ruso. En efecto,
las circunstancias en que se desarrolla la vida intelectual
rusa bajo Nicols I, hicieron que la crtica histrico-filosfica y la literaria se convirtiese en el principal medio de los
ataques al orden existente: en esta labor destaca la figura
de Belinski, que anticipa muchos de los rasgos de la inteligentsia revolucionaria de los aos sesenta; Belinsky que de
fiende una orientacin social del arte que ser recogida por
los llamados nihilistas de la siguiente generacin (Chernischevski, Dobroluvov, Pisarev);, marca una clara transitrializacin en Gerschenkron ob. cit. cap. VII. Excluida la sovi
tica que no hemos podido consultar por razones idiomticas y que
seguramente ofrece un til contraste con la occidental, la ms re
cliente bibliografa se encuentra en ingls. C f. aparte los libros con
sagrados a un autor o a un movimiento que iremos citando en su
momento, entre otros: R. Hare Pioneers of Russian Social Thought
Vintage, New York 1964; R. Pipes, ed. Russian Intelligentsia , Co
lumbia U. P. 1961; E. J. Simmons, ed. Continuity and change in
russian and soviet thought , Harvard U. P. 1955.

XVII
cin hacia el materialismo de la mano de Feuerbach que
igualmente informar a los hombres acabados de mencionar.
Al mismo tiempo, se produce la recepcin del socialismo
utpico francs (Saint Simn, Fourier), principalmente a
travs de los crculos de Herzen y despus de Petraschevski
este ltimo hizo un ensayo de Falansterio en sus posesiones
que concluy malamente en manos de los campesinos des
tinatarios, como acab la vida del crculo (al que perteneca
Dostoyevski): acusados de conspiracin veintiuno de sus
miembros fueron condenados a muerte, despus conmutada
por trabajos forzados. Dentro de la generacin de los cua
renta (Belinski, Bakunin, Organov, etc.) y dejando de lado a
los eslavfilos y a los liberales ocupa un puesto especial
A. Herzen, por cuanto ha sido considerado, en palabras de
Lenin, el fundador del socialismo ruso, del populismo .
Herzen contina escribiendo Lenin vea:
.. .el socialismo en la liberacin de los campesinos
dndoles la tierra, en la propiedad comunal de la tierra y
en la idea campesina del derecho a la tierra (...) En rea
lidad en esta doctrina de Herzen lo mismo que en todo el
populismo ruso ( ...) no hay ni un grano de socialismo. Son
frases magnnimas, buenos sueos que recubren el revolucionarismo de la democracia burguesa campesina en Rusia,
lo mismo que las diversas formas del socialismo del 48 en
Occidente (14).
Esta caracterizacin del socialismo de Herzen que es
fundamentalmente exacta, incurre, no obstante, en cierta
simplificacin que en ocasiones se da en Lenin en su trata
miento de las ideologas, reducindolas a su inmediata sig
nificacin de clase con olvido de las mediaciones entre in
telectuales e ideologa, por un lado, y clase, por otro, espe
cialmente complicadas en el caso de la inteligentsia rusa
por la relativa autonoma de sta. El mismo Lenin y en el
mismo lugar matiz el revolucionarismo de Herzen en fun
cin de su origen nobiliario y de su desvinculacin sobre
todo a partir de 1847 en que se exila a Occidente (15) de
(14) En memoria de Herzen lug. cit. pg. 611.
(15) Sobre el Herzen exilado as como sobre otros exilados ru
sos de su generacin, vid., E. H. Carr Los exilados romnticos,
Anagrama.

XVIII
la realidad campesina. El caso es que la personalidad de
Herzen es bastante contradictoria (16), habida cuenta que
se conjugan actitudes aristocrticas de repudio de la civi
lizacin mercantilizada y masificada que recuerdan a Tocqueville (17) con claros fermentos de un individualismo bur
gus en la lnea del anarquismo proudhoniano. Lo mismo
sucede con su posicin en el debate entre eslavfilos y occidentalistas; con el tiempo, sobre todo despus de su expe
riencia europea de la revolucin de 1848, Herzen adopt
muchos de los puntos de vista de los eslavfilos: el destino
peculiar de Rusia, la existencia en su seno de una serie de
instituciones y cualidades morales que podan resistir la
confrontacin con el Occidente. Sin embargo, al contrario
de los eslavfilos, no rechaz completamente el legado de
Occidente, sino que busc una sntesis de los valores que
personificaba de forma eminente la cpmunidad rural rusa
(la obschina) con el individualismo occidental que haba
incorporado la minora rusa occidentalizada. De ah, que
frente a los eslavfilos, que subrayaban los valores tradicionalistas e integradores de la obschina, Herzen destacase su
dimensin democrtica y antiautoritaria. La misin de Ru
sia, era, recogiendo lo m ejor del legado occidental (la liber
tad individual) evitar los males que haban acompaado a
este desarrollo, concretamente la liberacin de los campe
sinos sin tierra. En todo caso, queda el hecho de que en Her
zen se encuentran anticipadas una serie de ideas que sern
desarrolladas por el populismo, que l es el primer formulador sistemtico de la teora del socialismo ruso basado
en la obschina.
Existe coincidencia en que la perpetuacin de la servi
dumbre era el principal obstculo que se opona al desarro
llo econmico ruso y tambin en destacar la importancia de
la abolicin de la servidumbre n febrero de 1861. Ahora
bien, existen discrepancias en la apreciacin de las causas
y factores que operan en la abolicin y en la significacin
de dicho acto en la historia de Rusia. La corriente populis(16) El estudio ms completo sobre Herzen en la literatura o c
cidental reciente es el ya citado de Martin Malia.
(17) Cf. al respecto las observaciones de Walicki ob. cit. pgi
nas 14-16.

XIX
ta rusa, precedida histricamente por los eslavfilos (18)
y reforzada por una serie de investigaciones contempor
neas (19), se complaci en subrayar la singularidad del r
gimen socioeconmico ruso apoyndose en la existencia de
la obschina y de los arteles (cooperativas artesanales). Fren
te a ello, los marxistas rusos y, en especial, Lenin, sin negar
las peculiaridades del rgimen socioeconmico ruso, carac
terizaron al rgimen anterior a la reforma como un rgimen
similar al que imper en Europa Occidental en la Edad Me
dia y hasta bien entrada la Moderna, es decir, como un r
gimen feudal (20). La misma comunidad que tampoco fue
una institucin desconocida en el rgimen feudal europeo
occidental (21) se daba en el marco de este rgimen de
produccin. Las modernas investigaciones histiicas abo
nan el punto de vista marxista (22).
La renta feudal (o si se prefiere seorial) adoptaba en la
Rusia de los aos anteriores a la Reforma sustancialmente
dos formas: la renta en trabajo.(barschina) y la renta en
especie o en dinero (obrok). Numricamente, en trminos
de campesinos sujetos a uno u otro sistema, aunque los pri
meros continuaban siendo predominantes* o se haba produ
cs) Malia ob. cit. pgs. 310-11 ha afirmado que fueron los es
lavfilos los primeros que, para com batir el socialismo de los occidentalistas, sostuvieron que en Rusia no era necesaria la revolu
cin social, puesto que con la obschina posee ya la institucin que
evitaba los males que el socialismo occidental buscaba remediar.
De ellos la tom Herzen aunque con significativos cambios de nfa
sis, com o ya sealamos.
(19) Cf. Malia ob. cit. pgs. 395-96.
(20) En El desarrollo del capitalismo en Rusia (cap. III) lo
design con la expresin de Sistema de economa basado en la
prestacin personal , pero en las otras obras coetneas entre ellas
las que se recogen en este volumen, emplea la expresin de rgi
men feudal .
(21) Cf. entre otros muchos, Ch. Parain en El Feudalismo ,
trad. esp. Ayuso 1972, pgs. 37-38. No entramos aqu en el debate
entre historiadores marxistas y no marxistas sobre lo apropiado
de la expresin de rgimen feudal para designar al que los segun
dos denominan preferentemente rgimen seorial.
(22) Cf. e.ntre la abundante bibliografa sobre el tema, una pa
normica general de la situacin del campesinado, de la legislacin
emancipadora y de los diferentes puntos de vista sobre los facto
res y resultados de la Reforma en T. Emmons Emancipation o f the
russian serfs , ya citado.

XX
cido un incremento de los segundos a partir del siglo xvm
(de hecho, esto era una tendencia general, pues no slo exis
tan diferencias en los respectivos porcentajes en las dis
tintas provincias, sino que algunas de ellas se haba produ
cido una evolucin en sentido contrario). Es ms, si se toma
en consideracin no el nmero de campesinos sujetos a uno
u otro sistema, sino los niveles de empleo, el primer fen
meno se conjugaba con un incremento de la renta en tra
bajo. Esta aparente contradiccin se aclara si se toma en
consideracin un fenmeno sobre el que han llamado la
atencin los historiadores de ese perodo y que se refiere
al creciente desplazamiento de la fuente del obrok desde el
producto agrcola al industrial. En palabras de uno de ellos:
el crecimiento del sistema del obrok en la Rusia del si
glo xix reflejaba la gradual transformacin de la renta mo
netaria, desde una forma de plusproducto producida en una
agricultura organizada feudalmente y apropiado por el se
or feudal, en una forma de apropiacin por el seor feu
dal de un plusproducto producido en una industria organi
zada de forma capitalista (23). Es decir, el desarrollo de
la produccin mercantil y de la divisin del trabajo, junto
con la presin seorial, haban conducido a un proceso de
desarrollo de la pequea produccin industrial por parte
de campesinos siervos, en el marco de formas capitalistas
primitivas y sin una clara separacin todava entre la in
dustria y la agricultura, sobre la que gravitaba el tributo
feudal; forma, por tanto, diferente de la organizacin direc
ta por parte del seor de manufacturas basadas en el traba
jo servil, que haban decrecido segn avanzaba el siglo xix.
Este fenmeno era caracterstico sobre todo de las zonas al
norte de Mosc, de las provincias que no eran de tierras
negras.
=
Por el contrario, en las tierras negras del centro de Ru
sia y en el sur, esto es, en las grandes regiones cereales, se
haba mantenido, y, en su caso, incrementado el nmero de
campesinos sujetos a la renta en trabajo. De forma general,
en la esfera agrcola se haba operado un crecimiento de la
renta en trabajo, manifestado en una disminucin de los lo(23)
Cf. N. S. Tsagolov, cuya contribucin est recogida en
Emmons, ob. cit., pg. 45.

XXI
tes campesinos que es general en el siglo xix, en favor de
la reserva del seor y en un aumento del trabajo campe
sino en la reserva del seor (esta prestacin en principio es
taba fijada en tres das). Estos fenmenos se han asociado
con el desarrollo de la agricultura comercial en los dominios
seoriales ligados a la expansin de los mercados interior y
exterior. Este proceso de expropiacin de los campesinos
encuentra su manifestacin ms acusada en el aumento del
nmero de siervos sin tierra (domsticos) que, mantenidos
por el seor, cultivan sus tierrasa, cuya situacin, com o han
reconocido historiadores de las ms diversas tendencias, se
aproxima a la esclavitud.
Ha existido la tendencia por parte de ciertos historiado
res a atribuir unilateralmente la Reforma a la influencia
de un solo factor, cuando parece claro que es el resultado,
de una serie de ellos o, si se quiere, expresado de una forma
quizs ms correcta, a la crisis de unas estructuras produc
tivas que se manifiesta en un conjunto de fenmenos. Se
puede dar la razn a Lenin cuando cifraba en el desarrollo
de la economa mercantil la crisis del modo de produccin
feudal. En primer lugar, esto haba conducido, como se
acaba de indicar, a un agravamiento de la situacin del
campesino y al socavamiento de las mismas bases sobre las
que descansaba la economa seorial, esto es, la posesin
por los productores directos de los medios de produccin
necesarios para su reproduccin. La legislacin dictada en
la primera mitad del siglo xix para evitar la desposesin
del campesino y m ejorar su situacin personal, de entrada
muy respetuosa de las prerrogativas del seor, haba que
dado sobre el papel: el siervo continuaba sometido a la dis
crecin del seor mientras se agravaba su situacin ma
terial. Es cierto que en este sentido la situacin de los sier
vos del Estado era m ejor que la de los terratenientes. En
estas condiciones no es extrao que aumentasen las manifes
taciones de protesta entre los siervos en algunos casos,
como haba sucedido en la Baja Edad Media europea y en el
Renacimiento, ligado a movimientos religiosos (24) segn
avanza el siglo xix, hasta culminar en los aos inmediatos
(24)
Vid. las referencias contenidas en la aportacin de G. T.
Robinson, recogido en Emmons ob. cit., pgs. 15-17.

XXII
a la Reforma. Y por ms que el movimiento campesino ca
reciese de la articulacin necesaria, que exista conciencia
de la gravedad del problema lo ponen de manifiesto las. pa
labras de Alejandro II, recin ascendido al trono, a la no
bleza de Mosc en marzo de 1856 y de las que se ha dicho
que ponen en marcha el mecanismo de la Reforma: es
m ejor abolir la servidumbre desde arriba que esperar hasta
que los siervos empiecen a liberarse desde abajo. De
ah tambin el convencimiento existente en amplios sectores
del aparato del Estado, comenzando por el zar, y en parte
de la nobleza y de los publicistas conservadores, de que era
imposible una emancipacin campesina sin tierra, lo que
creaba graves problemas, pues, por otro lado, no se quera
quebrantar el orden nobiliario sobre el que descansaba la
autocracia. Esto se reflejara a lo largo de todo el proceso
de la Reforma entre 1856 y 1861 en los conflictos entre parte
del aparato del Estado apoyado por una minora de la no
bleza y la gran mayora de sta que quera restringir al m
ximo la entrega de tierras a los campesinos (25).
Se ha discutido sobre si la nobleza estaba interesada en
la Reforma o, ms exactamente, en la abolicin del trabajo
servil. Pokrovski sostuvo en su momento la opinin de que,
al hilo de la orientacin de la produccin de sus dominios
(25)
Algunos investigadores marxistas recientes, superando el
limitado punto de vista del Estado com o expresin directa de las
clases dominantes, han subrayado el papel de aqul com o regula
dor del equilibrio global de un sistema productivo, que ciertamente
implica, en una sociedad de clases, la dominacin de unas clases
sobre otras, pero que no excluye en las condiciones de un nuevo
equilibrio ciertos conflictos entre el Estado y amplios sectores de
las clases dominantes, que la autonoma relativa del estado moder
no permite afrontar y resolver. Cf. las observaciones contenidas en
Poulantzas Pouvoir Politique et classes sociales de ltat capitaliste , Maspero, Pars 1968, Passim >(Hay traduccin espaola en
Siglo x x i) y en la obra colectiva publieada por el Centro Studi Marxisti Leninismo e rivoluzione socialista De Donato, Bari 1970,
pg. 93. A la luz de estas observaciones se puede iluminar el papel
desempeado por ciertos sectores de la burocracia zarista en la re
form a de 1861. Ya en su da Trotsky llam la atencin sobre la ma
yor autonoma del zarismo en com paracin con las monarquas
absolutas del occidente europeo, cf. ob. cit., I, pgs. 24-25. Tambin
Lenin subray el papel jugado por la burocracia caracterizndola
com o una institucin burguesa, cf. en este volumen, pgs. 306-7
nota X X , 377 nota X, 437 y 469.

XXIII
hacia el mercado, la explotacin de stos estaba deviniendo
crecientemente burguesa y la nobleza penetrada por una
mentalidad capitalista, que la llevaba a defender que el
trabajo asalariado era ms productivo y rentable que el ser
vil. Esta opinin ha sido muy discutida antes y despus.
Struve mantuvo que la servidumbre no slo haba sido abo
lida contra los intereses de la nobleza, sino que la barschina
era el sistema ms productivo de organizacin de la econo
ma agrcola: Struve vea prueba de esto en la superviven
cia del pago en trabajo con posterioridad a la Reforma en
las tierras negras (26). Esto no obstaba, en su opinin, a que
su abolicin viniese exigida por el desarrollo econmico de
Rusia contemplado en su conjunto (27). La debilidad de Ru
sia se acaba de manifestar con especial agudeza a raz
de la guerra de Crimea. La contradiccin entre el desarrollo
industrial y la pervivencia de la servidumbre era notoria:
una de las formas de esta contradiccin la hemos visto en
el caso del obrok que gravaba la produccin industrial; pe
ro no era la nica, por cuanto la pervivencia de la servi
dumbre frenaba la expansin de la oferta de trabajo que
exiga el desarrollo capitalista y su improductividad se ma
nifestaba en la crisis de las manufacturas basadas en el
trabajo servil por contraste con el desarrollo de las capi
talistas. Es ms, algn investigador reciente de la economa
agrcola anterior a la Reforma, apoyndose en una investi
gacin ha sealado que, pese a todas las restricciones que
pesaban sobre ella, la economa campesina es decir, la ex
plotada directamente por los campesinos se haba orien
tado hacia la produccin mercantil y desempeaba un papel
de primer plano en la produccin agrcola en las dca(26) Struve no emplea la expresin pago en trabajo , que es
utilizada por Lenin, pero entiende con ste que consiste en el cul
tivo de la tierra (de los terratenientes) con los aperos de campesi
nos de los alrededores . Tambin divergan sus respectivas inter
pretaciones, pues, para Lenin, al lado de la falta de maduracin
de las condiciones para la produccin capitalista que alegaba Stru
ve, jugaba el factor de que los campesinos hubiesen sido despoja
dos de parte de las tierras que utilizaban antes de la Reform a (ios
recortes, etc.), lo que les obligaba a recurrir a la tierra de los
terratenientes. La opinin de Lenin en El desarrollo del capitalismo
en Rusia , O. C. Cartago, 1969, Tomo III, pgs. 200-201.
(27) Las opiniones de Pokrovski y Struve en Emmons ob. cit.

XXIV
das que preceden a la Reforma; en opinin de este autor
fue el reconociminto de que la economa campesina cons
titua un sector independiente y de punta en la produccin
mercantil lo que haca imposible una emancipacin de los
campesinos sin tierra (28).
Siguiendo la sistematizacin de un hisoi-iador de la Re
forma (29) se puede dividir sta en cuatro grandes aparta
dos: Estatuto personal de los siervos; concesin de tierras a
ios campesinos y obligaciones anejas; operacin de reden
cin; organizacin de la administracin campesina. En pri
mer lugar, la legislacin de febrero de 1881, conceda la li
bertad personal a los siervos: stos cesan de ser la propie
dad del seor y adquieren la plena capacidad civil, desapa
reciendo los obstculos que les impedan el acceso a ciertas
profesiones e instituciones. En lo referente a la tierra que
quedaba en manos de los campesinos y por lo que concer
na a la mayor parte de a Rusia europea, la ley estableca
un mximo y un mnimo segn las regiones: si la tierra
poseda por los campesinos de un determinado dominio su
peraba el mximo, el exceso pasaba al seor; si los lotes
campesinos no alcanzaban el mnimo, el seor deba com
pensarlos, pero, en cualquier caso, al ltimo siempre se le
aseguraba un mnimo (que iba, segn las regiones, de la
mitad a un tercio del total de las tierras de cada dom in io),
bajo ia presin de los terratenientes estas normas fueron
establecidas de tal forma que por regla general operaron
en su favor: son los famosos recortes que disminuyeron
las explotaciones campesinas. Kasta la redencin, se pre
vea el paso de la barschina al obrok como forma de pago
de la renta. La redencin consista en una capitalizacin
del obrok al 6 por 100 que en su mayor parte el Estado ade
lantaba a los antiguos seores y que los campesinos deban
reembolsar en un plazo de cuarenta y nueve aos. Esta ca
pitalizacin se realiz a un valor" muy superior al real. Los
campesinos de la familia imperial y del estado fueron redi
midos en mejores condiciones (ms tierra y pagos menos
gravosos). Por otro lado, estas normas slo se aplicaron a
los campesinos con tenencias, no a los siervos domsticos,
(ZH)

(29)

Cf. Kovalclicako en Emmons ob. eit., pg. 56.


Cf. Druzhinin en Emmons, ob. cit., pg 3.9 y sig.

XXV
que fueron liberados sin ellas. Por ltimo, se sustitua la
administracin seorial por la comunal (el Mir) aunque
con una competencia reducida y mediatizada por la nobleza
local y por los representantes del poder central. Era la co
muna all donde exista la propiedad comunal la que
efectuaba las distribuciones peridicas de la tierra comunal
en usufructo entre sus miembros, que respondan solidaria
mente de las obligaciones que pesaban sobre ellos.
La apreciacin de los resultados de la emancipacin o,
ms exactamente, de su significacin para el desarrollo de
Rusia, ha suscitado, como recuerda Emmons, hondas contro
versias, tanto entre los historiadores profesionales como fue
ra de ellos. Existe coincidencia en que se produjo un agra
vamiento de la situacin de las masas campesinas en las d
cadas finales del siglo, pero a partir de este punto comien
zan las divergencias en la interpretacin. La cuestin ha
estado y estuvo ligada al debate sobre el desarrollo del ca
pitalismo en Rusia que polariz la atencin de marxistas y
populistas rusos, por lo que nos ocuparemos de ella al ana
lizarlo.
De inmediato, la legislacin emancipadora produjo un
aumento de la agitacin campesina durante los dos aos
siguientes (1861-63). Segn Franco Venturi, slo en casos
extremos pidieron los campesinos toda la tierra, incluyendo
la explotada por los seores (30); lo que los campesinos
deseaban era la ruptura total de todos los lazos que los li
gaban a los terratenientes y la autonoma de la comunidad
rural de cualquier control exterior, cosa que a su juicio no
haban obtenido; la agitacin aprovech el vaco creado
por el fin de la administracin seorial y la puesta en mar
cha de la nueva, y aceler el proceso de redencin. Sin em
bargo, los campesinos no consiguieron satisfaccin, pues
excluidos los pagos de redencin que gravaban las tierras
que pasaron a su poder, las condiciones en que se realiz
la distribucin de stas conllev que se mantuviese la de
pendencia econmica de la hacienda campesina especto de
(30)
Cf. Roots o f revolution. A history o f the populist and so
cialist movements in nineteenth century Russia , Grosset & Dun
lop, New York. Hay una primitiva edicin italiana Il populismo
russo , Torino 1952.

XXVI
la terrateniente y, con ello, las condiciones para la pe-vi
vencia de formas de explotacin feudal ms o menos larvadas.
Por parte de la inteligentsia revolucionaria, sta, ya fue
se desde la prensa editada en el extranjero La Campa
na de Herzen ya desde la prensa editada en Rusia en
la que destaca la campaa de Chernischevski desde El
Contemporneo impulsar primero la emancipacin y
protestar luego por las condiciones en que se ha realiza
do. Los aos inmediatos a la subida al trono de Alejandro II
coinciden con significativos cambios cuantitativos y cuali
tativos en el movimiento revolucionario. Se ha dicho que
con la generacin de 1860 (Chernischevski, Dobrulov, Pisarev, etc.) se produce un relevo en el reclutamiento de la
inteligentsia revolucionaria: son los raznochintsi, esto es,
los intelectuales de procedencia no nobiliaria, los que de
ahora en adelante aportarn el principal contingente de
aqulla. Fueron los marxistas rusos los que acuaron la ca
tegora de Ilustracin para caracterizar la denominada he
rencia de los aos sesenta, es decir, la literatura revolu
cionaria de esos aos. Segn W alicki fue Plejanov el intro
ductor de esta idea, al quedar sorprendido por la simili
tud entre las concepciones filosficas de los radicales dem
cratas rusos de los sesenta y los ilustrados franceses del si
glo xvni (31). Lenin, en su trabajo A qu herencia re
nunciamos? (1898), recogi la idea, aunque poniendo el
nfasis en el contenido sociopoltico comn a ambos mo
vimiento :
al igual que los iluministas de Europa Occidental y la
mayora de los representantes de la literatura de la dcada
del sesenta, Skaldin est animado por un ardiente odio al
rgimen feudal y a todas siis manifestaciones en el terreno
econmico, social y jurdico (3>.
Aunque Lenin construy su caracterizacin de la Ilus
tracin Rusa sobre la figura de Skaldin, se ha dicho, apo
yndose en el testimonio del propio Lenin, que en realidad
consideraba a Chernischevski como el principal represen(31)
(32)

Ob. cit., pg. 16.


O. C. Cartago, T. II, pgs. 510-11.

XXVII
tante de la herencia, pero que debido a la proscripcin
que pesaba sobre el ltimo se vio obligado a recurrir a una
figura de segunda fila (33).
Todos los autores coinciden en destacar la importancia
del magisterio de Chernischevski en el movimiento revolu
cionario ruso. Nacido en 1828, hijo de un pope, desarrolla
r la parte ms importante de su labor publicista desde las
pginas de El Contemporneo entre 1855 y 1862. Influido
por la filosofa alemana (Hegel, Feuerbach), el socialismo
utpico francs y el utilitarismo ingls (tradujo al ruso los
Principios de economa poltica de J.S.Mill), expone una
filosofa de base materialista y de un peculiar utilitarismo,
animada por el optimismo y el cientifismo de la Ilustracin.
Chernischevski fue un occidentalista convencido que de
nunci las ilusiones de los eslavfilos compartidas por algu
nos de los occidentalistas como Herzen, respecto a la de
crepitud de Europa y la juventud de Rusia. Ciertamente,
Chernischevski no deja de denunciar las consecuencias
desigualatorias del desarrollo econmico occidental y de
defender el Mir, pero en su conjunto, como ha escrito Walicki: (Si) deseaba para Rusia un progreso breve, ms r
pido y ms humano ( ...) nunca opuso Rusia a Occidente;
en contraste con los populistas, su enemigo nmero uno no
era el capitalismo sino el atraso ruso (34). En las condicio
nes rusas sus ataques a una va de desarrollo segn el mo
delo ingls y a los liberales, era la defensa de una emanci
pacin de los campesinos con tierra. Chernischevski slo
ocasionalmente puso su confianza en una revolucin desde
arriba o en la supuesta neutralidad de la autocracia respec
to a la nobleza. Se ha discutido si particip en la actividad
conspirativa, en cualquier caso fue detenido en 1862 y, acu(33) Ibdem nota 56. Sin embargo, Walicki, apoyndose tam
bin en Lenin, seala que si ste recurri a Skaldin y no a Chernis
chevski com o representante tpico de la Ilustracin, fue, asimismo,
porque en el primero su ideologa se presentaba desprovista de
cualquier ingrediente populista que no estaba ausente del segundo,
cf. ob. cit., pgs. 18-19.
(34) Ob. cit., pg. 20. En sentido contrario se pronuncia Gerschenkron ob. cit., pgs. 176-80. No tenemos noticia de ninguna m o
nografa sobre Chernischevski en la literatura occidental, se encuen
tran referencias ms o menos amplias en las obras citadas en la
nota 13.

X X V IIi
sado de atentar contra el orden existente (El Contempor
neo fue repetidamente denunciado por sus apreciaciones
sobre la m archa de la R eform a), pas veinte aos en Siberia. En 1862 se public su famosa novela Qu hacer?, de
la que se ha afirmado que constituy la lectura obligada de
todo revolucionario; en ella describe los hombres y m ujeres
nuevos (Chernischevski fue un decidido fem inista) que
rompen con los prejuicios existentes y que estn destinados
a ser la levadura de la transformacin.
E l historiador del bolchevismo, Adam B. Ulam, carac
terizando las dos dcadas que transcurren entre la emanci
pacin campesina y la ejecucin de A lejandro II por parte
del grupo terrorista La Voluntad del pueblo (Nardnaia
V olia), ha escrito que Es un perodo de intensa actividad
revolucionaria. Las ideas de socialismo y revolucin empa
pan cada segmento de las clases educadas... Los mismos
aos vieron revivir la reaccin y el nacionalismo ruso. . . Pe
ro este perodo no es simplemente uno de polarizacin de
actitudes reaccionarias y revolucionarias. Todava se apre
ciaba el ascenso de las esperanzas y aspiraciones liberales.
Es una era de grandes reformas. .. (35). Se refiere el autor
a la institucin de los Zemstvos como rganos de autogo
bierno local, a las reformas jud icial, educativa y m ilitar,
tendentes, conjuntam ente con la emancipacin de los cam
pesinos, a la modernizacin de Rusia o, en palabras de un
historiador sovitico, de adecuar la superestructura a las
exigencias del desarrollo capitalista (36). Para Ulam si no
se di el paso decisivo hacia el constitucionalismo debe atri
buirse tanto a la ignorancia y resistencia del rgimen como
(y principalm ente) a la intensidad e ndole de las activida
des revolucionarias. La revolucin desafiaba a la reform a
y la reaccin era la ganadora (37). Esta opinin del profe(35) Ob. cit., pg. 84,
(36) Los historiadores no marxistas rehuyen por lo general, el
empleo del concepto capitalismo para caracterizar las transforma
ciones operadas en la sociedad rusa, recurriendo a los conceptos de
modernizacin, industrializacin moderna, desarrollo econmi
co, crecimiento econmico, cf., por ejemplo, Gerschenkron ob.
cit., cap. VI.
(37) Ob. cit., pg. 85.

XXIX
sor de la Universidad de Harvard incorpora el punto de vis
ta que fue sostenido en su tiempo por los liberales rusos.
En contraposicin a esta tesis, los historiadores marxistas
han interpretado el alcance limitado de las reformas en fun
cin de no haberse quebrantado el carcter autocrtico-nobiliario del Estado ruso, y visto en el movimiento revolu
cionario una reaccin frente a esa limitacin. La actividad
revolucionaria desborda la mera crtica literaria y se plas
ma en una variedad de manifestaciones: desarrollo de orga
nizaciones revolucionarias (Tierra y Libertad, La Joven
Rusia, una nueva Tierra y Libertad escindida despus en
La Voluntad del Pueblo y El Reparto Negro, etc.), pro
paganda y agitacin entre las masas, finalmente el terroris
mo. No se trata de un movimiento unitario que proyecta su
accin en diversos campos, sino de la coexistencia y suce
sin de grupos y tendencias cuyas orientaciones se contra
ponen y reemplazan. As Ulam y, con l, otros autores, afir
ma : El nombre de populismo oscurece algunas de las fun
damentales diferencias de su estrategia. Podemos dividir a
los revolucionarios en tres grupos segn el lugar que asig
naron a la tarea >ns urgente: propagandistas, conspirado
res y terroristas (38). Pero con esto tocamos el punto con
flictivo de lo que debe entenderse por populismo.
II.

LENIN Y LAS TESIS POPULISTAS. '

Historiadores y polticos rusos y no rusos no se han pues


to de acuerdo respecto a los lmites cronolgicos y al rea
que cubre el trmino populism o; la cuestin se ha visto
oscurecida por involucrarse en ella intereses partidistas,
desde que los marxistas rusos utilizaron el trmino con una
significcin polmica en las dcadas finales del siglo xix.
Para R. Pipes, ni los radicales rusos de los aos setenta y
ochenta se atodeterminan populistas por regla general, ni
existi nunca un movimiento populista con una teora y
una estrategia definidas, de igual modo que no existi en
la Europa Occidental algo identificable como socialismo
utpico: ambos trminos fueron acuados por Marx y sus
(38)

Ob. cit., pg. 88.

XXX
discpulos con el fin de desacreditar movimientos socialistas
rivales. Segn Pipes? fue Struve, quien, en sus escritos de
1892-94, dio carta de naturaleza al trmino populismo, sien
do adoptado despus rpidamente por otros publicistas socialdemcratas, entre los cuales Lenin, para pasar a for
mar parte, a partir de 1917, de la terminologa en uso tanto
en Rusia como en Occidente. Para Pipes, los autnticos po
pulistas fueron aquella fraccin del movimiento socialista
que hacia 1876 rechaz los principios que hrban inspirado
el movimiento Ir al pueblo, defendiendo que la inteli
gentsia no deba introducir sus ideas socialistas entre el
pueblo sino, por el contrario, aprender de l. Ms tarde, en
la dcada del ochenta el trmino se generaliz designando
a todos aquellos movimientos o personas que, cualquiera
que fuese su orientacin ideolgica, exaltaban al pueblo.
Esta vaguedad del trmino subsisti hasta el momento en
que los socialdemcratas rusos le dieron una connotacin
ideolgica precisa (39).
Ese sentido muy general del trmino, al que alude Pipes
como utilizado en los aos ochenta, es el adoptado por Berdiaiev cuando escribe qu e: Los eslavfilos tanto como Herzen-Dostoievski como Bakunin-Leon Tolstoi como los revo
lucionarios de los aos setenta, fueron populistas, aunque
de diferentes maneras. El populismo es ante todo la fe en
el pueblo ruso, y bajo este trmino debe abarcarse el pue
blo llano de los trabajadores y, en su mayor parte, los cam
pesinos. Berdiaiev liga esta exaltacin a un sentimiento de
culpabilidad entre la inteligentsia; para l los caracteres
espirituales y morales del populismo son ms importantes
que sus doctrinas sociales (40).
El punto de vista de Berdiaiev es excepcional en la his
toriografa. Como recuerda Utechin, sta se mueve en el
marco de las tres acepciones siguientes: en su sentido ms
amplio abarca a todos los pensadores y polticos que se ad
hirieron al concepto del socialismo ruso tal com o fue for(39) Cf. R. Pipes Struve. Liberal on the left, 1870-1905, Har
vard U. P. 1970, pgs.. 29-30 y 84-86. donde recoge las conclusiones
de su trabajo Narodnichestvo: A semantic inquiry publicado en
la Slavonic Review, 1964. La cita en la pg. 30.
(40) Ob. cit., pg. 106 y sig. La cita en la pg. 106.

XXXI
mulado por Herzen, es decir, un socialismo que se fundaba
y era resultado de la comuna rural. Pertenecen a esta ca
tegora todos los socialistas revolucionarios que actuaron
entre 1850 y 1880, as como un buen nmero de corrientes
revolucionarias y reformistas que se manifestaron en los
ltimos aos del s. xix y los primeros del xx. En un sentido
ms restringido comprende a todos aqullos que se califi
caron a s mismos de populistas, es decir, a todos los grupos
que acabamos de mencionar, con la sola excepcin de los
revolucionarios de 1850-1870, considerados ahora como pre
cursores del populismo y no como pertenecientes a l. Por
ltimo, en su sentido ms estricto, engloba nicamente a
aquellos escritores y polticos que se propusieron reflejar
con toda fidelidad las ideas y los sentimientos autnticos
del pueblo (de hecho, ese pueblo se reduca a los campe
sinos) (41). La tercera acepcin es la nica histricamente
justificada segn Pipes, como acabamos de ver. En el mar
co de las dos primeras, aunque desbordando su reduccin
temtica a la cuestin de la comuna (42), se mueve no slo
la historiografa sovitica, sino, asimismo, otros destacados
especialistas como el italiano Venturi (43) y el polaco Walicki.
El ltimo, autor de uno de los nicos tratamientos ac
tuales del populismo disponibles en castellano, ha introdu
cido una serie de interesantes precisiones sobre el tema. En
primer lugar, a su juicio, el populismo ruso, en el sentido
ms amplio del trmino, no puede definirse como movi
miento poltico, habida cuenta de las diferencias entre los
hombres y corrientes que se han etiquetado bajo esa deno
minacin. El movimiento Ir hacia el pueblo y el terroris
mo revolucionario representan tipos muy diferentes, si no
opuestos de movimientos revolucionarios; Tkachov, los jaco
binos revolucionarios y Vorontsov, los reformistas apolti
cos, tenan muy poco en comn en trminos de actitudes
polticas. Lo que una a estos hombres tan diferentes y a
estos movimientos, tambin diferentes, fue un cierto cuer
(41) Historia del pensamiento poltico ruso, ya citado, pgi
na 159.
(42) El mismo Utechin no lo reduce a eso, vid. cap. VII.
*43) Ob. cit., en la nota 30.

XXXII
po de ideas... (44). Pero admitido esto y admitido tambin
el papel jugado por los marxistas rusos de los aos noventa
en la generalizacin del concepto, W alicki disiente de Pi
pes cuando ste afirma el carcter arbitrario de esa opera
cin; por el contrario, en su opinin, esa conceptualizacin
e, inclusive, el trmino utilizado sirvi para delimitar
una corriente de pensamiento de singular importancia en la
Rusia del ltimo tercio del siglo xix, confrontada con los
problemas del desarrollo capitalista. Adems, W alicki, sin
ignorar el papel jugado por Struve, afirma que se debe a
Lenin la principal contribucin al perfilamiento del con
cepto. W alicki tambin ha precisado los lmites cronolgicos
del populismo: para l, como para Utechin, el populismo
propiamente dicho comienza a finales de los aos sesenta,
aunque sus antecedentes se i*emontan a Herzen. Por ltimo,
y esta es la principal aportacin o tesis de su libro, si W alicki
se muestra de acuerdo con la interpretacin leniniana del
populismo, ha llamado la atencin sobre ciertos aspectos
del mismo que no haban salido a flote en la visin de Le
nin sobre el populismo, pero que hoy son claramente visi
bles. En efecto, para el autor polaco, el populismo ruso
reflejaba no slo los problemas de los pequeos producto
res, enfrentados a la produccin capitalista a gran escala,
sino tambin los problemas especficos de un pas agrcola
atrasado en confrontacin con los estados capitalistas alta
mente desarrollados. Fue una reaccin rusa al capitalismo
occidental y, tambin, una respuesta rusa al socialismo oc
cidental. .. por parte de la inteligentsia democrtica en un
pas agrcola atrasado en un temprano estadio de desarrollo
capitalista (45).
En palabras de Pipes, lo que se debata entre el viejo
socialismo ruso y sus oponentes socialdemcratas no se re
duca a la, en definitiva, cuestin subsidiaria de la comuna
campesina, sino temas de gran actualidad hoy en d a: Es
la historia un proceso inexorable, independiente de la vo
luntad humana? Tenan todos los pases que seguir idn
tico camino de desarrollo histricu? Era el capitalismo, en
(44) Ob. cit., pg. 10.
(45) Ob. cit., pg. 24. Vid. en general el cap. I para su plantea
miento del tema.

X X X III
los pases que se industrializaron tarde, posibile, deseable,
inevitable?... . Segn Pipes, Struve y con l m uchos d e los
socialdemcratas contestaron afirmativamente, m ientras
que sus oponentes respondieron negativamente: rechaza
ban la inevitabilidad histrica en favor de una com bin acin
de factores objetivos y subjetivos , y crean en una varie
dad de formas alternativas de desarrollo econm ico, algu
nas de las cuales juzgaban ms deseables para Rusia que
otras. Para Pipes, la polmica no era entre populistas y
marxistas, sino entre dos facciones del marxismo, cada una
de las cuales pona el nfasis o se basaba en una parte de
la obra o de los pronunciamientos de Marx (46).
Como se puede apreciar, por ms que rechace el ca lifi
cativo de populismo, Pipes viene a reconocer que el v ie jo
socialismo ruso comparta una serie de postulados de ca
rcter sociohistrico y econmicos. Esta com unidad de pos
tulados era sobre la que llamaban la atencin los socialde
mcratas rusos y era la que justificaba a su ju icio la legi
timidad del empleo del trmino populismo. Lenin concre
tamente no se refiere al populismo como m ovim iento sino
como doctrina terica que resuelve de un m odo determ i
nado todos los problemas sociolgicos y econm icos ms
importantes, como una de las ms importantes tendencias
de nuestro pensamiento social (Cf. pg. 355 y 356 de este
volumen) ; no slo reconoce la presencia de discrepancias
en su seno, sino, asimismo, la existencia de diferencias cro
nolgicas y hasta de un sentido restringido del trmino. Es
to aparece patente en el trabajo A qu herencia renun
ciamos? (1898) donde se contiene la caracterizacin ms
perfilada del populismo de entre sus escritos de la dcada
del noventa. Escribe aqu al respecto:
Todo el mundo sabe que los discpulos rusos (es decir,
los socialdemcratas, J. T. V.) emplean los trminos popu
lista y populismo en el amplio sentido de estas palabras.
Nadie ha olvidado ni negado que entre los populistas hay
muchos matices diferentes... Una cosa es confundir las di
versas concepciones y otra generalizar y clasificar en la
misma categora a los escritores que, pese a las diferencias
en muchos problemas, son solidarios en los puntos funda(46)

Ob. cit., pgs. 99-100.

XXXIV
mentales y principales contra los cuales se alzan precisa
mente los discpulos . .. Esta vasta corriente encierra los
ms diversos matices; tiene flancos de derecha y de izquier
da. .. El hecho de que los escritores que estn muy lejos de
ser solidarios en todo sustenten las mismas concepciones so
bre el capitalismo ruso, sobre la comunidad rural, sobre la
omnipotencia de la llamada sociedad, ha sido sealada
ms de una vez en nuestra literatura, mucho antes de la
aparicin de los discpulos y no slo ha sido sealada, sino
ensalzada como una feliz particularidad de Rusia. El trmi
no populismo en el amplio sentido de la palabra, fue tam
bin empleado en nuestra literatura mucho antes de apare
cer los discpulos . El seor Mijailovski no slo colabor
muchos aos en la misma revista junto al populista (en el
sentido estrecho de ia palabra) seor V. V . . . . (47).
Creemos que esta larga cita aclara la posicin de Lenin.
Como se ve, l mismo viene a reconocer el papel jugado
por los socialdemcratas rusos en la agenciacin del con
cepto.
Pero, aunque Lenin present' al populismo como un cuer
po de doctrina y vio en l la expresin ideolgica de los
puntos de vista e intereses de los pequeos productores in
dependientes confrontados con el desarrollo capitalista, sin
embargo como se advierte de la lectura de Quienes son
los Amigos del pueblo y cmo luchan contra los socialde
mcratas y de El contenido econmico del populismo y
su crtica en el libro del seor Struve no dej de sealar
importantes diferencias entre los que l llama, al comienzo
del segundo de esos trabajos, viejo populismo ruso y el
contemporneo. Esta distincin cubre en buena medida
la distincin que encontramos en la historiografa sobre el
tema entre el populismo revolucionario y el llamado popu
lismo reformista, liberal, o legal, no revolucionario (48).
Si el movimiento revolucionaria de inspiracin populista
entr en crisis en los aos ochenta con la crisis de La vo
luntad del pueblo su mxima manifestacin (49), esa d(47)
(48)
(49)
Venturi

O. C., T. H, ed. cit., pgs. 535-36. El subrayado es nuestro.


Cf. Walicki, ob. cit., pg. 81.
En el populismo revolucionario se centra la atencin de
en ob. cit., en la nota 30.

XXXV
cada y la siguiente no slo no vio la desaparicin de la ideologia populista sino que fue entonces cuando ste encontr
su expresin doctrinal ms perfilada por obra de una serie
de personajes (Mijailovski, Vorontsov que firmaba con las
iniciales V. V., Danielson que utilizaba el seudnimo de
Nikolai-On, Krivenko, Iuzhakov, etc.) que, sin embargo,
abandonaron las esperanzas en una va revolucionaria para
apelar al estado zarista como realizador de sus postulados.
Es con estos populistas legales con los que polemiza Lenin
en los escritos de la dcada del noventa. En ellos ve el man
tenimiento de los errores tericos del viejo populismo con
el abandono de su dimensin revolucionaria. Lenin resume
su juicio al escribir en Quines son que:
. . . las ingenuas ilusiones de un socialismo pequeo bur
gus han dado paso a la moderacin prctica de los pro
gresos pequeoburgueses (pg. 302).
Lenin explica el nacimiento del populismo cuyos antece
dentes remonta a Herzen e ingredientes del cual ve en el
mismo Chernischevski (50) y los cambios operados en su
seno, en funcin del cambio de la situacin de las clases
rusas en el orden feudal y en el capitalista y de los procesos
de transformacin de la realidad campesina en los aos
posteriores a la Reforma. Refirindose a la inteligentsia de
mocrtica ha descrito este proceso con especial claridad
en un prrafo de El contenido. Mientras se trat de luchar
contra el orden estamental, en Rusia com o haba sucedido
en Occidente, el pueblo y la inteligentsia democrtica se
presentaban como un solo bloque. Pero:
En cuanto se asest en Rusia un golpe decisivo (1861)
al rgimen estamental, empez a ponerse de manifiesto el
antagonismo en el seno del pueblo y, paralelamente y en
virtud de ello, el antagonismo en el seno de la intelectuali
dad no estamental entre los liberales y los populistas, ide
logos stos de los campesinos (entre los cuales los primeros
idelogos rusos de los productores directos no vieron ni po
dan ver la formacin de clases antagnicas). El desarrollo
econmico posterior hizo que se revelaran con mayor ple
nitud las contradicciones sociales en la sociedad rusa, y
oblig a reconocer el hecho de que el campesino se estaba
(50)

Vid. lo dicho en la nota 33.

XXXV
diferenciando en burguesa rural y proletariado. El popu
lismo rechaz' el marxismo y se convirti casi totalmente en
la ideologa de la pequea urguesa (pg. 439-40)
Gomo se desprende de este prrafo y de otros de Quienes
son y El contenido Lenin disculpa los errores de los prime
ros populistas respecto a la comunidad campesina como un
todo indiferenciado y a la llamada produccin popular
(la pequea produccin de las haciendas campesinas y de
las industrias de kusares) y sus ilusiones en una va excep
cional de desarrollo para Rusia, viendo en ellos los idelo
gos de los productores directos confrontados a los vestigios
del rgimen feudal (la capa de la antigua nobleza) y los avanees del capitalismo. Pero, en sus dias, con la consolida
cin del capitalismo y del proceso de diferenciacin, el po
pulismo se ha convertido en una utopia reaccionaria (51)
y en su programa prctico refleja los intereses de la peque
a burguesa.
En su trabajo Para uua caracterizacin del romanticis
mo econmico. Sismondi y nuestros sismondistas naciona
les (1897), Lenin caracteriz al populismo como romanti
cismo econmico (52). En A qu herencia renunciamos?
lo present en los siguientes trminos:
Entendemos por populismo un sistema de concepciones
que comprende los tres rasgos siguientes: 1) se sostiene que
el capitalismo es en Rusia un fenmeno de decadencia, de
regresin. De aqu la tendencia y el deseo de detener, pa
ralizar, impedir que el capitalismo rompa los pilares" seculares, y otros lamentos reaccionarios por eJ estilo. 2) se
reconoce la originalidad del rgimen econmico ruso, en
general, y el del campesino con su comunidad rural, artel,
etctera en particular. Los populistas no consideran nece
sario aplicar a las relaciones econmicas rusas les concep
tos que sobre las diversas clases sociales y sus conflictos ha
elaborado la ciencia contempornea. Consideran la comu
nidad rural com o algo superior y m ejor comparndola con
el capitalismo; es la idealizacin de los pilares . Niegan y
(Cl > Lenin seala ^epefcidavaente que emplea las expresiones
reaccionario , pequeo burgus en su sentido liisriec-fiiosfico.
(52) HecogMo en el T. II de las O, O. ec. cit.

XXXVII
disimulan las contradicciones que existen entre los campe
sinos, propias de toda economa mercantil y capitalista, nie
gan toda relacin entre estas contradicciones y la forma
ms desarrollada que revisten en la industria y en 1.a agri
cultura capitalista. 3) se desconoce el vnculo que ata a la
intelectualidad y a las instituciones polticas y jurdicas
del pas con los intereses de determinadas clases sociales.
La negacin de este vnculo, la falta de una explicacin m a
terialista de estos factores sociales, obligan a ver en ellos
una fuerza capaz de arrastrar la historia por otros cami
nos (seor V. V.), desviarse del camino (seor N.-on, seor
Iuzhakov y otros etc. (53).
En este prrafo de Lenin se encuentran aludidos los dos
puntos que constituyen el eje de las concepciones populis
tas, en los que centran sus ataques los socialdemcratas ru
sos y sobre Jos que han llamado la atencin los modernos
expositores, esto es, por una parte, sus concepciones sociohistricas el llamado mtodo subjetivo en sociologa
y. por olra; sus puntos de vista sobre la realidad socioeco
nmica rusa y el significado del capitalismo, de ios que de
rivan su defensa de una va especial o diferente de desarro
llo para Rusia; no se trata, claro est, de dos lneas argu
mntales independientes, aunque hayan sido objeto una u
otra de un especial desarrollo terico por parte de los dis
tintos populistas, sino estructuralmenie enlazadas, por
cuanto ia primera crea el marco terico para el despliegue
de a segunda (54).
Para la debida comprensin del debate entre Populistas
y Socialdemcratas, complicado por la presencia del lla
mado marxismo legal, hay que tener presente la profun
da influencia ejercida por la obra de Marx en ei pensamien
to social ruso del ltimo tercio del siglo xix (por ejemplo, la
primera traduccin de El Capital se public en Rusia
en 1872), superior a ia de cualquier otro pensador sociaiis(55) O. C. sd. cit., T. II, pag. 520. Los subrayados son de Lemn.
(54) Pipes Sospues de afirmar yus las dos lneas argumntales
tienen origen independiente, concluye que se veforaaban mutua
mente en la medida que ambas "conceban el futuro como no pre
determinado, sino moldeado po? la accin consciente de ios hom
bres; y per esta razn uo era raro que los rusos suscribiesen am
bas, ob. cit., pgs. 36-38.

XXXVIII
a occidental y que, adems, no se limit a los publicistas
rusos revolucionados. Si no es posible seguir a Pipes cuan
do afirma, como vimos ms arriba, que la polmica de los
aos noventa no era entre populistas y marxistas, sino en
tre dos ramas del marxismo, si es cierto, como ha puesto de
relieve Walicki, que, eu buena medida, el marxismo fue el
marco de referencia sobre el que se defini el populismo. Las
descripciones de Marx jugaron un papel decisivo en la ela
boracin de su imagen indiscriminadamente negativa del
capitalismo, mientras rechazaban la supuesta dimensin de
terminista y evolucionista de la teora de Marx y la necesi
dad para lodos los pases de pasar por la etapa capitalista,
a las que podan dar pie, por ejemplo, ciertas afirmaciones
del prlogo a la primera edicin de El Capital, cuando
Marx escribe en l que:
Los pases industrialmente ms desarrollados no hacen
ms que poner delante de ios pases menos progresivos el
espejo de un propio porvenir,
y lneas ms abajo:
Quien com o yo concibe el desarrollo de la formacin
econmica de la sociedad como un proceso histrico natu
ral, no puede hacer al individuo responsable c la existen
cia de relaciones de que l es socialmente criatura, aunque
subjetivamente se considere muy por encima de ellas (55).
La confrontacin con las tesis de los populistas rusos re
lativas a una va particular para el socialismo a partir de
la obschina eliminando la fase capitalista, as como la in
terpretacin por aquellos de sus propias teoras histricas,
dieron ocasin a una serie de pronunciamientos de Marx y
Engels sobre ambos temas, de gran importancia de cara a
una exacta interpretacin del materialismo histrico (56).
De ellos resulta que Marx y Engels niegan todo orden obli
gatorio y unilateral de evolucin histrica y que, sobre todo
Marx, no excluye la posibilidad de que la obschina pueda
'55i Cf. trad, esp F C. E
T. I. pgs. XIV y XV
t>6) Cf. el trabajo de Seren.' -Da Mar* a Lenin : La categora
di "formazione econoraico-sociale en que se utilizan esos pronun
ciamientos, recogido en Lrnin teorico e dirigente rivoluzionario,
Crtica marxista, Quaderni nm.4, 1970, pagi. 36-42. El trabajo de
Seleni est recogido en el libro La categoria de formacin eco
nmica y social', Koea, Mxico, 1973

XXXIX
servir de base a un desarrollo socialista, lo que depende
de una serie de factores internos y externos a Rusia. Para
calibrar as tas opiniones conviene tener presente que en
buena parte se basaron en los materiales contenidos en obras
populistas o en informaciones proporcionadas por sus co
rresponsales populistas (principalmente Danielsom, traduc
tor de El Capital), y las circunstancias y el tiempo en que
se emitieron* pues las de Marx sen anteriores a la gran ex
pansin del capitalismo ruso de finales de siglo; de ah
el escepticismo de. Engels ante la tesis populista en los aos
nvenla En cualquier caso, ciertos populistas utilizaron al
guno de estos pronunciamientos (hay que tener en cuenta
que parte de ellos permanecieron inditos hasta despus de
la revolucin de octubre de 1917) para combatir los puntos
de vsta de los socialdemcratas: un eco se encuentra en
las pginas 281 -82 de este volumen (57).
Una exposicin detallada de las tesis populistas, an ce
ida a los dos puntos principales evocados ms arribas trascendera los lmites de esta presentacin (58). El llamado
mtodo subjetivo en sociologa; cuyos principales espor
sitoires fueron Lavrov y Mijailovski, se proyecta en una se
rie de campos; en el histrico se manifiesta como ana rea c
cin frente a las diversas teoras reales o supuestas (hegelismc, darwinismo social, Spencer, marxismo) justificado
ras dei presente o del futuro en nombre de las leyes obje
tivas del desarrollo sociohisrico sustentando el papel del
individuo y, ms conci-etamenie, de las minoras crticas
com o enjuiciadoras y modeladoras, en nombre dei ideal; del
proceso histrico, teora que se adaptaba perfectamente al
papel reivindicado por la Inieligentsia. Tempranamente
(1877), Miiailovski, sealara la contradiccin en que se de
bata un discpulo ruso de Marx entre el sentimiento moral
(57) Las opiniones ce Marx y Engels se encuentran en el apar
tado final del libro de Walicki, cf., en general, para las relaciones
entre marxismo y populismo el cap. n i.
(58) Para ur exposicin de conjunto cf. la obra de -Valck.
En la de Pipes sobre Strave hay un resumen en el cap. II. Cf., igual
mente, en la literatura occidental A. P. Mendel Dilemmas of pro
gress in Tsarist Russia. Lega) marxism and legal populism , Har
vard U. P. 1961 y j . h. Billington Mi-khailovsky and Russian po
pulism". Oxford VT. P. ?95p

XL
y la inevitabilidad histrica: habida cuenta de que el ca
pitalismo era la precondicin del socialismo estaba obligado
a aceptar el desarrollo capitalista con todas sus secuelas de
miseria y expropiacin de las masas en nombre de un fu
turo m ejor (estas afirmaciones de Mijailovski provocaron
la respuesta de Marx en el mismo ao, de que en El Capi
tal no se contena ninguna teora histrico-filosica de la
marcha general impuesta por el destino sobre cada pue
blo). El argumento lo reiteraran ms tarde otros populis
tas y el mismo Mijailovski en polmica con Plejanov y
Struve. Mijailovski acusara en los aos noventa al marxis
mo de ser una ideologa de capitulacin ante la realidad que
se justificaba en nombre de las leyes implacables de la dia
lctica hegeliana. Mijailovski y Danielson desde La rique
za rusa su principal rgano y Vorontsov acusaran a Stru
ve con ocasin de su libro Notas crticas acerca del des
arrollo econmico de Rusia (1894) de encubrir su identi
dad burguesa con el manto del socialismo. Los populistas
con diversas variantes sustentaran la tesis de que precisa
mente la debilidad de la burguesa y del capitalismo rusos
posibilitaban y demandaban prescindir de la fase burgue
sa. Pero lo que en el populismo de los aos setenta y ochenta
se esperaba por la accin de una minora revolucionaria
que concentrara sus golpes en la autocracia o movilizara
a las masas campesinas (como dijimos, no haba un acuer
do en las tcticas entre los populistas), se convertira en
manos del llamado populismo legal en apelaciones y espe
ranzas en el gobierno zarista, para seguir una va no capi
talista.
El hecho es que las acusaciones populistas no carecan
totalmente de base. Por lo que respecta a Plejanov y sin
entrar en mayores detalles, Walicki ha sealado que la ne
cesidad es la categora central del modelo marxista de Ple
janov, detectando la influencia en su concepcin de Spinoza
(en quien Plejanov vio el mayor predecesor del marxismo)
y de Hegel; la necesidad de Plejanov, escribe, era la ne
cesidad racional de Spinoza, convertida en dinmica e his
trica por Hegel y reinterpretada cientficamente por Marx
(59). Plejanov siempre permaneci fiel a la interpretacin
(59)

Ob. cit., pg. 118. En igual sentido M. Lowy Dialectique

XLI
evolucionista y determinista del marxismo prevaleciente en
la Segunda Internacional y que tuvo su mximo terico en
Kautsky, lo que le llevara en su da a denunciar las posi
ciones de Lenin como una recada en los viejos errores po
pulistas, cuando ste se apart totalmente de esa interpre
tacin a la que no escapa por completo en sus primeros
escritos (60).
Por otro lado, est el fenmeno al que se ha denominado
marxismo legal. Como en el caso del populismo, no exis
te acuerdo entre los historiadores en la utilizacin del tr
mino. Para Pipes, compartiendo la opinin expresada por
otros autores, es admisible esa expresin si con ella se quie
re designar el hecho de que entre 1894 y 1899, los socialdemcratas rusos (y entre ellos el propio Lenin) recurrieron
a las publicaciones legales como una de las tcnicas de difu
sin de sus tesis. Pero Pipes rechaza la existencia de un
movimiento que se pueda encuadrar bajo tal denominacin.
Para l, en este segundo sentido, es una invencin polmica
de Lenin con ocasin de su ruptura con Struve en 1900-1901
y para marcar retrospectivamente la diferencia entre su
marxismo revolucionario y el burgus de Struve (61). En
cualquier caso lo importante es el hecho, sobre el que han
llamado la atencin, desde Trotsky, Plejanov y el propio
Struve, hasta una figura tan conocida en la problemtica
histrica del desarrollo econmico como A. Gerschenkron
de la utilizacin del marxismo en la Rusia de los aos no
venta como doctrina legitimadora del desarrollo capitalista
por parte de la inteligentsia liberal. Plejanov escribi al
respecto: La peculiaridad de nuestra historia en los aos
recientes consiste en el hecho de que incluso la europeiza
cin de nuestra burguesa se ha realizado bajo la bandera
del marxismo (62); el fenmeno es revelador, como no ha
et revolution. Essais de sociologie et d histoire du marxisme , Anthropos 1973, pgs. 152-53.
(60) Cf. Carr ob. cit., pgs. 117-18 (en esta obrita se recoge un
breve pero valioso apunte sobre Plejanov). Cf., igualmente, S. H.
Barn Plekhanov the father o f russian marxism , Stanford U. P.
1963.
(61) Ob. cit., pgs. 123-24. Sobre el marxismo legal, adems del
ya citado libro de Mendel, cf. R. Kindersley The first russian revisionists. A study o f legal marxism in Russia , Oxford U. P. 1963.
(62) Recogido en W alicki ob. cit., pg. 125. La opinin de Trot-

XLII
dejado de sealarse desde diversos campos, de la debilidad
del liberalismo ruso. En este sentido es significativa la evo
lucin poltica e intelectual de Struve- considerado como
el mximo exponente del marxismo legal que ha estu
diado Pipes. Struve evoluciona desde un temprano nacio
nalismo y liberalismo hacia la socialdemocracia (que no
existe todava como tal partido) ante la inexistencia de un
movimiento liberal de oposicin a la autocracia; despus
de protagonizar las primeras tendencias revisionistas en la
socialdemocracia rusa, acab rompiendo con sta, para con
vertirse a principios de siglo en uno de los lderes del li
beralismo ruso.
Pipes ha escrito a propsito de Notas crticas acerca del
desarrollo econmico de Rusia que: Aunque el libro era
un libro marxista, slo lo era secundariamente: era ante to
do y principalmente un tratado exaltando la misin hist
rica del capitalismo, especialmente su papel como organi
zador de la produccin de la forma ms eficiente conoci
da (63). Struve presenta una versin determinista y positi
vista del marxismo, al mismo tiempo que cuestiona sus fun
damentos filosficos (la dialctica) y su teora del Estado;
tambin rechaza su teora de la pauperizacin y de la revo
lucin social: no hay solucin de continuidad entre el ca
pitalismo y el socialismo. Tanto por sus puntos de vista fi
losficos (neokahtismo) como sociopolticos, Notas crticas
ha sido considerada con razn como una obra pionera del
revisionismo.
En este marco, Lenin aborda in extenso en Quines son
los amigos del pueblo una exposicin del materialismo his
trico, frente a la que considera falsa interpretacin del
mismo y errores del mtodo subjetivo en sociologa tal co
mo acaban de ser reiterados por Mijailovski desde las pgi
nas de La riqueza rusa; poco despus en El contenido
econmico del populismo seala las diferencias entre la
que l llama objetivismo de Struve y el materialismo. A
propsito de la crtica a la sociologa populista, escribe Garaudy que L enin... combate estas tesis en nombre de un
sky en Nos taches politiques , Mdiations, Denol Gonthier 1970,
pgs. 35-36. La de Gerschenkron en ob. cit., pg. 34.
(63) Ob. cit., pg. 104.

XLIII
marxismo todava asimilado sumariamente y visto a tra
vs de la interpretacin cientfica de Kautsky y de Pleja
nov. .. Como reaccin contra el subjetivismo populista Le
nin retiene, sin las matizaciones y correctivos que Marx
aada, las afirmaciones ms tajantes en el sentido del na
turalismo fatalista de Kautsky (64); idntica opinin man
tiene Lowy (65). Hay parte de razn en estas opiniones y
Garaudy da la clave de ese nfasis de Lenin en el desarro
llo de las formaciones sociales como un proceso histrico
natural, empleando las mismas palabras utilizadas por
Marx en el prlogo a la primera edicin de El capital
(vid. ms arriba). As cundo escribe que Marx:
. . . puso fin a la concepcin de la sociedad como una
suma mecnica de individuos sujetos a toda clase de cam
bios por voluntad de las autoridades (o, lo que es lo mismo,
por voluntad de la sociedad y denlos gobiernos), suma que
se produce y cambia casualmente, y ubic por primera vez
la sociologa sobre una base cientfica, al formular el con
cepto de formacin econmicosocial como conjunto de de
terminadas relaciones de produccin, al establecer que el
desarrollo de estas formaciones constituye un proceso his
trico natural (pg. 152).
Se trata de combatir las pretensiones populistas de com
binar el individualismo que ha surgido sobre el terreno his
trico del capitalismo con formas comunitarias propias de
otra formacin social, de ver a la inteligentsia y al Estado
como algo independiente de las clases sociales operantes
en una formacin social que pueden decidir libremente el
camino a seguir, etc., lo que le lleva a insistir en el desarro
llo histrico como un proceso histrico natural. Esto ha lle
vado a los autores de Leninismo e rivoluzione socialista a
afirmar que: . .. las causas del paso de una forma de pro
duccin a otra no son atribuidas a la forma de operar de las
contradicciones internas especficas a las relaciones socia
les existentes y a las soluciones que postulan, sino al des
arrollo de las fuerzas productivas generadas por el progre(64) Ob. cit., pg. 17.
(65) Ob. cit., pgs. 132-35. Sin embargo, mientras que para Ga
raudy, Lenin rompe con esa interpretacin, si bien gradualmente,
a partir de los aos de Qu hacer? , Lowy no sita la ruptura
com pleta hasta los aos de la primera guerra mundial.

XLIV
so de la tcnica (66). Esta opinin es discutible. Por ejem
plo, en El desarrollo del capitalismo en Rusia, cuando
Lenin enumera las condiciones del que aqu llama sistema
de economa basado en la prestacin personal (es decir, el
feudal), no slo no se limita a la tcnica, sino que a prop
sito de sta dice:
En cuarto lugar, por ltimo, premisa y consecuencia del
sistema econmico descrito era el estado en extremo bajo
y rutinario de la tcnica. .. (subrayado mo, J. T, V.).
Y
cuando en la pgina siguiente menciona los factores
explicativos de la pervivencia de las fox-mas de pago en tra
bajo, stos son sociales, no tcxxicos (67). A la hora de defiixir una formacin social, sxx proceso de constitucin, su des
arrollo y sus crisis, Lenin pone el nfasis en las relaciones
de produccin, en el papel de las clases, lo que aparece es
pecialmente claro cuando discute las opiniones de Struve.
As, habla de las clases, cuya lucha determina el desarro
llo de la sociedad (pg. 429).
Lenin rechaza que los mai'xistas hayan visto en la teora de M arx:
. .. una especie de esqxxema filosfico histrico obliga
torio para todos, algo ms que la explicacin de determina
da formacin econmicosocial (pg. 203).
Los marxistas xio se plantean el problema de si Rusia de
be pasar por el capitalismo sino que coixstatan que ha en
trado en la senda capitalista. En esta lixea de razonamien
tos, y taxxxbin frente a las afirmaciones de Mijailovski, Le
nin niega que el marxismo haya pietendido demostrar nada
basndose en la triada hegeliana: lo que pueda aparecer
en Marx y Engels envuelto en ese lenguaje, son vestigios
del hegeliaxiisxno del cual naci el socialismo cientfico, ves
tigios de su modo de expresaxse (68). Desde la misma pers,"
1
(66) Ob. cit., en la nota 25, pg. 78.
(67) O. C. ed. cit., T. III, pgs. 198-200, la cita en la 199.
(68) A propsito de la utilizacin por el marxismo del lenguaje
de la poca cf. las agudas observaciones de Gramsci en II materia
lismo storico et la filosofia di Benedeto Croce, Eixiaudi 1966, p
gina 68. Lenin alude a la utilizacin de la triada hegeliana por par
te de Engels en el Anti-Dhring ; cf. al respecto las observaciones
de Sacristn en el prlogo a la edicin de Grijalbo 1964, pgi
nas X V III-X X II.

XLV
pectiva critica Lenin el uso por Struve, a propsito del ca
pitalismo, de expresiones como misin, inevitabilidad,
legitimidad, etc., a las que acusa de abstractas. Pero de
trs de lo que l llama el objetivismo de Struve, Lenin de
tecta algo ms: el relegamiento del antagonismo de clases,
del punto de vista de clase, al analizar los fenmenos:
El objetivista habla de la necesidad de un proceso his
trico dado; el materialista hace constar con precisin que
existen la formacin econmicosocial dada y las rela
ciones antagnicas engendradas por ella. Al demostrar la
necesidad de una serie dada de hechos, el objetivista siem
pre corre el riesgo de convertirse en un apologista de estos
hechos; el materialista pone al desnudo las contradiccio
nes de clase y, al proceder as, fija ya su posicin. El objeti
vista habla de tendencias histricas insuperables ; el mate
rialista habla de la clase que diiige el rgimen econmico
dado, creando determinadas formas de reaccin de las otras
clases... (pgs. 418-19).
Se ha discutido sobre las relaciones entre Lenin y Struve
en esta poca. Lenin en la reedicin en 1907 de su crtica
al libro de Struve lo subtitul Reflejo del marxismo en la
literatura burguesa, sealando que ste era el ttulo origi
nal de la primera redaccin del trabajo, cuyo tono suaviz
en la publicacin de 1895 en parte (por) la necesidad de
tener en cuenta la censura y en parte (por) la alianza con
el marxismo legal para la lucha conjunta contra el popu
lismo (vid. nota 35 de este volumen). Pipes dice que la ni
ca evidencia de esto es el testimonio del propio Lenin (69).
En cualquier caso, Lenin deja entrever en ms de una oca
sin la perspectiva desde la que Struve aborda su elogio del
capitalismo:
Qu punto de vista le opone el autor? (es decir, Struve
al populista, sustentador de los p.v. del pequeo productor,
J. T. V.) El del gran capital. . . o el punto de vista de su
antpoda.. .? (pg. 460; vid. asimismo, pgs. 502, 518).
Lenin, frente a las deformaciones del marxismo, sub
raya su doble dimensin cientfica y revolucionaria, unidas
(69)
La presentacin que hace Pipes de Lenin adolece de ine
xactitud y de evidente deformacin, cf. ob. cit., pgs. 125-42.

XLVI
no de forma extrnseca, sino combinadas en la teora mis
ma, de forma intrnseca e indisoluble:
En efecto, como tarea de la teora, como finalidad de la
ciencia, se plantea aqu, en forma directa, el ayudar a la
clase de los oprimidos en su lucha econmica real (pgi
na 345).
Pero aade lneas abajo:
No se puede dar una consigna de lucha sin estudiar
en todos sus detalles cada una de sus formas, sin seguir
cada uno de sus pasos, en su trnsito de una forma a otra,
para determinar la situacin en cada momento concreto,
sin perder de vista el carcter general de la lucha, su ob
jetivo general: la destruccin completa y definitiva de toda
explotacin y de toda opresin (pg. 346).
Esta articulacin entre tareas inmediatas y finales es
lo que le permitir, sea dicho de paso, criticar la contrapo
sicin que hace Struve entre reformas y revolucin que
anticipa las teorizaciones de Bernstein en el mismo sentido
(cf. pg. 456).
No estamos de acuerdo con Garaudy cuando habla a
propsito del marxismo de Lenin en estos aos de un mar
xismo asimilado sumariamente. Por el contrario, cree
mos que en estos escritos se encuentra dibujado lo que Lukacs estimaba la principal aportacin de Lenin al marxis
mo, su restauracin y enriquecimiento del mtodo dialc
tico, articulado sobre el anlisis concreto de la situacin
concreta, expresin que acabamos de ver utilizada (70).
El marco de los anlisis de Lenin es la categora de forma
cin social o formacin econmico social (vid. sobre to
do para su caracterizacin por Lenin las pginas 150-152 y
428-429), cuyo significado no se agota en la llamada estruc
tura, com o recalca Lenin recordando la construccin marxiana:
i
. . . al explicar la estructura'y el desarrollo de una for
macin social determinada exclusivamente por las relacio
nes de produccin, siempre y en todas partes estudi las
superestructuras correspondientes a estas relaciones de pro(70)
Vid. su Lenin (la coherencia de su pensam iento) , trad.
espaola Grijalbo, Mxico 1970.

XLVII
duccin, cubri de carne el esqueleto y le inyect sanare
(pg. 151-152).
Volveremos sobre algunos de los rasgos de la concep
cin leninista de formacin social o econmicosocial so
bre la que Sereni ha aportado una serie de precisiones en
un valioso estudio (71) al analizar su caracterizacin de
la formacin social rusa.
Lenin escribe en El contenido econmico del populis
mo que la diferencia entre marxistas y populistas con
siste:
. . . en el carcter de la crtica del capital ruso, en la
diferente explicacin que de l se da. .. (pg. 516).
Esto impone que recordemos la interpretacin populista
de la realidad socioeconmica y del capitalismo rusos, fun
damento de su tesis de la va especial, pues constituye el se
gundo gran rasgo de la ideologa populista y de las diver
gencias con los socialdemcratas. Como ya dijimos, se ha
producido en parte de la literatura reciente una rehabili
tacin del pensamiento econmico del populismo en rela
cin con los problemas que plantea el desarrollo econmico
y, ms concretamente, la industrializacin, a los pases lle
gados tardamente a ella. Para ceirse a la literatura dis
ponible en castellano se puede contrastar la imagen negati
va de las opiniones populistas en relacin con esos temas,
sustentada por Gerschenkron (72), con la visin del tantas
veces citado Walicki, el cual sostiene no que las opiniones
de los economistas populistas en especial las de Vorontsov
y Danielson, sus figuras ms importantes en este campo
fuesen correctas, sino que plantearon por primera vez la
problemtica con la que se enfrentan esos pases (73).
A efectos de la comprensin de la crtica socialdemcrata y, en especial, de la de Lenin, nos interesan los si
guientes puntos de la visin de los populistas. Primero, la
(71) Cf. trabajo citado en la nota 56. En la edicin espaola
del mismo, una serie de MARXISTAS FRANCESES discuten el con
cepto.
(72) Ob. cit. cap. VII en especial pgs. 183-86. Hay que notar
que, por lo menos en la edicin espaola, Gerschenkron confunde
a Mijailovski con Danielson (Nikolai-on) atribuyendo al primero
las tesis y el libro del segundo.
(73) Ob. cit., apartado 4 del cap. II.

XLVIII
contraposicin de dos sectores de la economa rusa posterior
a la reforma: de una parte, la llamada produccin popu
lar, que comprende las haciendas campesinas encuadradas
en la bschina y las industrias rurales de kustares (artesanales o semiartesanales), que constituyen en muchos casos
una ocupacin suplementaria de los campesinos; por otra,
la produccin capitalista, por la que se designa la gran in
dustria mecanizada, principalmente. Los populistas no nie
gan la crisis que aqueja a la produccin popular, pero la
atribuyen a causas, no internas, concretamente a la poltica
gubernamental seguida desde la Reforma que, por un lado,
redujo los lotes campesinos y grav su produccin con pe
sadas cargas financieras (pagos de redencin, impuestos), y,
por otro, ha apoyado al capitalismo, identificando la indus
trializacin con la industrializacin capitalista en menos
cabo de las industrias populares. La vitalidad de las ha
ciendas campesinas en contraste con las de los grandes te
rratenientes la ven en el hecho de que los ltimos en vez
de explotar directamente sus tierras las ceden en arrenda
miento a los campesinos.
El capitalismo es una planta artificial en Rusia que ha
florecido gracias al apoyo gubernamental. Est llevando a
cabo una labor destructiva de la economa popular, pero
carece de porvenir. De una parte, al arruinar al campesino
reduce la demanda interior de sus propios productos, mien
tras es incapaz de absorber ms que en una mnima parte
la fuerza laboral a la que ha arruinado. De otra, la falta de
un mercado interior no se compensa con la posibilidad de
conquistar mercados exteriores, pues stos han sido con
quistados por las naciones industrialmente ms avanzadas
con las que Rusia no puede competir. El Estado zarista de
be cambiar su actual poltica de industrializacin por una
no capitalista: aqu divergn l^s soluciones de un Vorontsov
y un Danielson dentro de una unidad esencial. Los hombres
de 1891-92 reafirmaran a los populistas en sus tesis. En la
crisis agraria de esos aos ven un insultado de la poltica
industrializadora seguida por el gobierno. As lo expresa
Danielson en su libro Esbozos de nuestra economa nacio
nal posterior a la Reforma (1893) donde escribe:
. . . el hambre era la consecuencia directa de las formas

XLIX
inapropiadas adoptadas por nuestra industria en los pasa
dos treinta aos (74).
La gran industria capitalista ha arruinado a las indus
trias populares que constituan el complemento indispen
sable de la economa campesina; los campesinos despro
vistos de esos ingresos han explotado la tierra hasta agotar
la, a la vez que se vean obligados a enajenar sus instru
mentos de produccin para hacer frente a las cargas y ne
cesidades.
Resulta notable que estas sombras predicciones sobre la
suerte del capitalismo ruso se emitiesen en el momento en
que Rusia haba entrado en un perodo de gran desarrollo
capitalista. Todos los autores coinciden en que las dcadas
del ochenta y, sobre todo, d el noventa constituyen un mo
mento culminante de aqul. Trotsky subray irnicamen
te q u e :
El reinado de Alejandro III (1881-1894), poca en que
una ideologa de nacionalismo especfico y absoluto domina
ba todos los pensamientos, imponindose a todos los esp
ritus. .. con la implantacin de la gran industria y la proletarizacin del mujik, el capital europeo minaba las ms
profundas bases de la autonoma moscovita y asitica (75).
La crtica de la interpretacin populista de la crisis
agraria y de sus predicciones sobre el capitalismo, motiva
ra la iniciacin de la labor publicista de Struve a travs
de una seri de ensayos-recensiones en 1892-93 coronados
despus por Notas crticas acerca del desarrollo econmico
de Rusia. Para Struve la causa de la crisis agraria radica
ba en la superpoblacin campesina que aparejaba una de
ficiente organizacin de la produccin agrcola, reforzada
por la existencia de instituciones com o la obschino que, al
fija r la poblacin a la tierra e inmovilizar la propiedad,
impedan una organizacin capitalista de la agricultura, fa
voreciendo formas usurarias de explotacin de los campesi
nos. Struve rechazaba la que consideraba visin mtica del
campesino ruso como penetrado de sentimientos socialistas
y la contraposicin entre la llamada produccin popular y
la capitalista. La industrializacin capitalista era el nico
(74)
(75)

Citado en Pipes ob. cit., pg. 82.


1905. Resultados y perspectivas ed. cit., T. I, pg. 31.

L
remedio a la superpoblacin rural a la vez que posibilitaba
una organizacin racional de la agricultura, y Rusia, a se
mejanza de Estados Unidos, encontrara en el mercado in
terior la principal salida para sus productos. A la larga los
beneficios del capitalismo superaran los males que de in
mediato poda causar. La crisis agraria, al acelerar el xo
do rural, en ltimo trmino ha sido beneficiosa (76).
A lo largo de los cuatro trabajos retogidos en este vo
lumen se despliega la crtica de Lenin a las principales te
sis populistas, esto es: la contraposicin de los dos sectores
de la economa rusa y su explicacin de la crisis y del des
arrollo de uno y otro; la falta de porvenir del capitalismo
en Rusia; la disponibilidad de la sociedad y del Estado ru
sos para emprender otro camino. La lectura de estas obras
debe ser, sin embargo, completada con la de Para una ca
racterizacin del romanticismo econmico. Sismondi y nues
tros sismondistas nacionales y El desarrollo del capitalis
mo en Rusia. El proceso de formacin del mercado interior
para la gran industria, donde esas crticas reciben un tra
tamiento sistemtico y se aclaran y se completan una se
rie de extremos. Respecto al primer punto, Lenin se mues
tra de acuerdo con la afirmacin de Struve de que la lla
mada Produccin Popular no responde a ningn orden
de cosas histrico real. As:
Cuando el populista dice que la pertenencia de los me
dios de produccin al productor es un principio secular de
la vida rusa, tergiversa simplemente la historia para amol
darla a su utopa... (pg. 467).
En el rgimen de servidumbre en su forma clsica, el
nadiel (lote de tierra) le era entregado al campesino por el
terrateniente a cambio de la prestacin en trabajo en la re
serva del seor; no existanla hacienda campesina como en
tidad independiente de la seorial, la posesin secular por
el productor de los medios de produccin era la forma se
cular, dice irnicamente Lenin, de asegurar el plustrabajo,
de obtener el plusproducto por parte del seor.
El desarrollo de la produccin mercantil marca el ini
cio de la crisis del modo de produccin feudal, cuyo marco
era la economa natural. El modo de produccin capitalista
(76)

Cf. Pipes ob. cit., pgs. 86-93 y 108-113.

LI
surge sobre el terreno de la produccin mercantil. Estos fe
nmenos envuelven a toda la formacin social rusa y se
despliega sobre un largo perodo histrico, sin soluciones
de continuidad. Creemos que no estn en lo cierto los auto
res de Leninismo e rivoluzione socialista cuando afirman
que Lenin contrapone la vieja propiedad nobiliaria feu
dal y (la) economa mercantil producto de la reforma (que
es el verdadero momento inicial del capitalismo en la agri
cultura. .. (77). Para Lenin la Reforma de 1861 no inici
el desarrollo capitalista, slo le dio un impulso definitivo
(pg. 511), asest un golpe decisivo (pg. 439) al viejo
orden. Por otra parte, la misma forma de explotacin de la
hacienda terrateniente se vio afectada desde antes de la Re
forma por la orientacin de la produccin hacia el mercado;
la Reforma aceler su transformacin capitalista, aunque
por diversas circunstancias no la complet (78).
Como ha observado justamente Sereni en Lenin hay una
concepcin fundamentalmente dinmica de la formacin
social, en cuyo estudio, junto al tratamiento estructural,
subraya Lenin la esencialidad del momento gentico, hist
rico; las formaciones sociales no aparecen separadas por
lneas de demarcacin rgidas, destacndose la importancia
de las fases de transicin (79). As escribe en El desarrollo
del capitalismo en Rusia a propsito de la explotacin de
la hacienda terrateniente en la poca posterior a la Re
forma :
as, pues, no pudo surgir de golpe la economa capita
lista; la basada en la presentacin personal no pudo des
aparecer de un modo sbito. El nico sistema de economa
posible era, por tanto, uno de transicin que reuniese rasgos
del sistema de prestacin personal y del capitalista (80).
Esto no significa que la transicin de un sistema a otro no
(77) Ob. cit., pg. 82. Vid. en general los captulos I, II y III
de la segunda parte donde critican la visin de Lenin sobre el des
arrollo, y la supuesta necesidad, del capitalismo en Rusia.
(78) Cf., pgs. 507-509 de este volumen y para un ms amplio
tratamiento del tema cap. III de El desarrollo del capitalismo en
Rusia .
(79) Cf., trabajo citado, edicin italiana especialmente pgi
nas 58-59 y 72-74.
(80) O. C. ed. cit., T. III, pg. 201.

LII
pueda ser acelerada o, por el contrario, retardada, y que
no puedan variar las modalidades del proceso; en este pun
to adquieren toda su importancia las medidas instituciona
les como pone de relieve Lenin a propsito de la Reforma
de 1861 que no separ totalmente la hacienda campesina
de la de los terratenientes (recortes, deslindamiento de
las tierras arables y los pastos, etc.), y sirve de fundamento
a su teorizacin sobre las dos vas de desarrollo capitalista
en la agricultura: la prusiana y la americana. Los his
toriadores espaoles que, a la hora de enfrentarse con la
formacin social espaola de la poca posterior a las re
formas institucionales del primer tercio del siglo xix, han
debatido sobre si era una formacin burguesa o todava
precapitalista, pueden encontrar en El desarrollo del ca
pitalismo en Rusia y en las diversas observaciones conte
nidas en los trabajos de este volumen, una forma de apro
ximacin que, a la vez que analiza la variedad de formas
econmicas existentes se niega a encerrarse en esquemas
rgidamente contrapuestos.
Volviendo a la crtica de Lenin a las tesis populistas re
lativas a la contraposicin de la sedicente produccin po
pular y la capitalista y a la explicacin de la crisis y sur
gimiento de una y otra, Lenin observa que los populistas,
debido a un concepto demasiado estricto del capitalismo
que lo reduce a sus formas ms desarrolladas, presentaron
a estas formas que se haban desarrollado con especial
vigor en la poca posterior a la Reforma, como algo arti
ficial :
Los marxistas deben precisamente demostrar que esas
costumbres (la produccin fabril, los ferrocarriles, los ban
cos, etc.) no son sino el ltimo paso en el desarrollo de la
economa mercantil hace mucho existente en Rusia y que
por doquier, en todas las ramas (Je la produccin, engendra
la subordinacin del trabajo al capital (pg. 512).
De ah que Lenin a diferencia de en El desarrollo del
capitalismo en Rusia donde analiza adems las transfor
maciones de la hacienda terrateniente y el desarrollo de la
gran industria mecanizada se centre en los trabajos de
este volumen en el anlisis de la hacienda campesina y de
la industria de kustares los dos sectores de la llamada

LUI
produccin popular para demostrar que tambin en
ellos se dan los fenmenos caractersticos de las relaciones
de produccin capitalistas, aunque en sus formas primitivas
y menos desarrolladas y entrelazadas con los vestigios de
las relaciones de la poca de la servidumbre. Que los pro
cesos de explotacin, expropiacin y diferenciacin de los
productores que se dan en su seno no se han producido por
causas externas (la poltica gubernamental), sino como co
rrelato de la economa mercantil en que estn insertos. La
posibilidad terica de estos procesos es lo que pretende de
mostrar Lenin, quizs de forma no del todo afortunada y
que ha provocado las crticas de los autores de Leninismo
e rivoluzione socialista, en l llamado problema de los
mercados. En un pasaje de El contenido, al recordar de
nuevo ese proceso, seala que se hace abstraccin de que la
economa campesina estaba ligada a la del terrateniente
antes y an despus de la Reforma, para dar una idea ms
clara del paso de la economa natural a la mercantil (nota
a pie de pgina de la 499). No es que Lenin excluya la im
portancia de las medidas gubernamentales en la situacin
del campesinado, pero esas medidas no son presentadas,
como sostienen los populistas, com o el resultado de haber
elegido las autoridades por error un mal camino, sino como
el resultado de la accin de determinadas clases de cuyos
intereses el Estado es expresin: as la Reforma de 1861.
Los populistas se dejan deslumbrar por las formas ju
rdicas de posesin de la tierra: la famosa propiedad co
munal y el reparto igualitario, la inalienabilidad del nadiel. Pero, si por debajo de la armazn jurdica, se obser
van las relaciones de produccin en que est envuelta la
hacienda campesina, lo que la realidad ofrece es que:
. . . cada uno de nuestros campesinos trabaja solo y con
independencia de los dems, que produce por su cuenta y
riesgo los productos que son de su propiedad privada, y
que establece en forma individual su relacin con el mer
cado (pg. 134).
Sobre este terreno se ha operado un proceso de diferen
ciacin interna en el seno de la famosa comunidad, que es
analizado con detalle desde el primer trabajo recogido en
este volumen y que culmina en El desarrollo del capitalis-

LIV
m o en Rusia. La inalienabilidad del nadiel no impide que
los campesinos pobres lo cedan a los poseedores de capital
de forma ms o menos subrepticia y el sedicente reparto
igualatorio es alterado en la realidad segn la riqueza, como
se encarga de poner de manifiesto ya en Los nuevos cam
bios econmicos en la vida campesina. En estas condicio
nes las restricciones que pesan sobre las tierras del nadiel,
tan alabadas por los populistas, agravan la situacin del
campesinado pobre (vid. lo observado a pie de pgina en
la 242).
En definitiva, frente al mito y a la idealizacin de la
produccin popular, Lenin demuestra que la comunidad
rural y las industrias de kustares no escapan a las relacio
nes de produccin capitalistas que envuelven a toda la for
macin social rusa, aunque se presenten en ellas en muchos
casos en estado embrionario y en sus formas primitivas, con
el agravante de que en estas formas la explotacin suele ser
mayor y menores las posibilidades de luchar contra ella.
Es desde esta perspectiva, concluye Lenin, que los socialdemcratas consideran progresista el papel del gran capita
lismo :
Esta subordinacin es progresista en comparacin con
aqulla (la subordinacin al gran capital en contraste con
la subordinacin a los pequeos capitalistas locales, J. T. V.)
a pesar de todos los horrores de la opresin del trabajo,
de la agona lenta, del embrutecimiento, de la mutilacin
de las mujeres y los nios, etc. porque despierta el pen
samiento obrero, convierte el descontento sordo y vago en
protesta consciente, convierte el motn aislado, pequeo,
ciego, en una lucha organizada de clases por la liberacin
de todo el pueblo trabajador, lucha que extrae su fuerza
de las propias condiciones de existencia de este gran capi
talismo y por ello, puede contar indudablemente con un
xito seguro (pg. 251).
En lo que respecta al problema de las faltas de perspecti
vas del capitalismo ruso, o sea, al problema de los merca
dos, Lenin combate las tesis populistas a la vez que la
explicacin de Struve de la crisis agraria por la superpo
blacin sealando que el capitalismo al desarrollarse
crea el propio mercado interno, recordando las tesis de

LV
Marx sobre la realizacin de la plusvala y el mayor cre
cimiento de los medios de produccin en el proceso de acu
mulacin de capital (81).
Desde la comprensin marxista del Estado, Lenin de
nuncia las ilusiones de los populistas legales en el Estado.
El marxista no ve la salida:
(.. .en esa fbula acerca de lo que podr sin duda, ha
cer la gente que sustituya a los burgueses (primero hay que
sustituirlos, y para ello no bastan las palabras, ni las ape
laciones a la sociedad y al Estado), sino en el desarrollo de
las contradicciones de clase del orden econmico dado
(pg. 375).
Estas contradicciones son las contradicciones propias de
la formacin social capitalista, pero que en Rusia se presen
tan en grados y formas muy diferentes y no depuradas de
los vestigios de las relaciones propias del rgimen de servir
dumbre. Estas constataciones que no se agotan en el campo
de las relaciones de produccin, pues Lenin subraya la im
portancia del marco poltico en cuanto instancia sobre-de
terminante (por emplear la terminologa althusseriana),
fundan la estrategia leninista. Las principales precisiones
al respecto se encuentran de entre los trabajos de este vo
lumen en Quienes son los amigos del pueblo habida cuen
ta del carcter parcial de los dos primeros trabajos y de que
El contenido econmico del populismo estaba destinado a
ser publicado legalmente especialmente en las pginas
303-316.
Existen divergencias en la interpretacin de la posicin
de Lenin en el perodo que cubren las obras recogidas en es(81)
Un resumen en las pgs 513-15. La formulacin no afortu
nada de estos procesos por Lenin en los primeros apartados de El
llamado problema de los mercados ha sido sealada por los auto
res de Leninismo e rivoluzione socialista, cf. cap. I de la segunda
parte. Confrntese las tesis populistas y las de Lenin con las de
A. Gerschenkron sobre el desarrollo econmico ruso en la poca
posterior a la Reforma expuestas en ob. cit., cap. VI, dentro del
marco de su elaboracin de distintos modelos de desarrollo segn
el grado de atraso y del juego entre prerrequisitos y mecanismos
sustitutivos, expuestos especialmente en los cap. I y II; vid., asi
mismo, el trabajo La tipologa del desarrollo industrial como ins
trumento de anlisis, recogido junto con algunos de los incluidos
en El atraso econmico en su perspectiva histrica en Atraso
econmico e industrializacin, Ariel quincenal, 1970.

LVI
te volumen. As, por ejemplo, los autores de Leninismo e
rivoluzione socialista vienen a sostener que en ellas se
encuentra dibujada la estrategia de la alianza entre el pro
letariado y el campesinado (pequea burguesa rural) en
torno a objetivos democrticos, para eliminar los supuestos
vestigios feudales en la estructura y en la superestructura
y acelerar el desarrollo del capitalismo, y, con l, de las
condiciones materiales del socialismo y del pleno desplie
gue de los antagonismos entre la burguesa y el proletaria
do, pues, segn ellos, para Lenin en esta poca el capitalis
mo constituye una etapa necesaria. Por el contrario, Pipes
afirma que Lenin entre 1892 y 1895 piensa que Rusia est
madura para una revolucin socialista a ser realizada por
el terrorismo y un golpe de Estado (82). Aunque ms matizadamente, J. L. H. Keep (83) y W alicd (84) no dejan de
expresar la opinin de que segn Lenin el capitalismo ruso
ha madurado ya completamente. Pensamos que tanto los
testimonios que poseemos de la actividad de Lenin en estos
aos como la lectura de las obras de este volumen invalidan
las tesis de Pipes. A nuestro parecer, la primera opinin
es la cierta, aunque no compartamos todos los puntos en
los que los autores de Leninismo e rivoluzione socialista
apoyan su argumentacin y crtica del esquema estratgico
de Lenin.
Que Lenin sostenga repetidamente que en la formacin
social rusa las relaciones de produccin capitalistas son las
dominantes es perfectamente compatible con la constata
cin de que en su horizonte no aparece la posibilidad de la
inmediata sustitucin de esas relaciones por unas socialis
tas, si no se olvida que con igual insistencia distingue grados
y formas de esas relaciones; que propiamente slo la fase
superior del capitalismo, la gran industria mecanizada, crea
las condiciones materiales y las fuerzas sociales necesarias
para esta lucha (pg. 315). En ms de una ocasin aparece
la expresin aceleracin del desarrollo capitalista. Esto
resulta especialmente claro en lo que respecta a la agricul
tura, en donde las relaciones capitalistas se manifiestan en
(82) Ob. cit., pg. 130.
(83) The rise of social democracy in Russia , Oxford U. P.
1966, pg. 36.
(84) Ob. cit., pg. 131.

LVII
sus formas menos desarrolladas y enlazadas con los restos
de las formas del rgimen de servidumbre: principalmente
el pago en trabajo (85). Esto funda la alianza con la peque
a burguesa sobre todo campesina, el apoyo al contenido
democrtico del programa populista, en el cual ve, a la vez,
un instrumento de mejoramiento de la situacin del cam
pesinado y de aceleracin del desarrollo capitalista en la
agricultura. Se encuentra latente la teorizacin sobre las dos
vas de transformacin capitalista de la gran propiedad no
biliaria (el principal vestigio del feudalismo en Rusia), que
expondr en sus escritos posteriores: la prusiana y la
americana; la primera, a travs de la gradual transfor
macin del viejo latifundio feudal, la segunda mediante su
abolicin. Transcribimos un prrafo de la respuesta de Le
nin a una crtica de El desarrollo del capitalismo en Ru
sia, en el que aparece resumido su punto de vista:
. . . el seor Skvortsov piensa probablemente ( . . . ) que
cuanto menos tierra hubiesen recibido los campesinos al ser
liberados, y cuanto ms cara les hubiese resultado tanto ms
rpido habra sido el desarrollo del capitalismo en Rusia. Yo
creo lo contrario: cuanto ms tierra hubiesen recibido los
campesinos al ser liberados, y cuanto ms barata les hubie
se resultado, tanto ms rpido, amplio y libre habra sido el
desarrollo del capitalismo en Rusia, tanto ms elevado ha
bra sido el nivel de vida de la poblacin, tanto ms amplio
habra sido el mercado interior, tanto ms rpido habra
sido el empleo de mquinas en la produccin, tanto ms, en
una palabra, se hubiera parecido el desarrollo econmico
de Rusia al de Norteamrica. Me limitar a sealar dos cir
cunstancias que confirman a mi modo de ver, la exactitud
de esta ltima opinin: 1) Sobre la base de la escasez de
tierra y de lo gravoso de los tributos, en nuestro pas, en una
zona muy considerable, se ha desarrollado el sistema de pa
go en trabajo en la explotacin agrcola del terrateniente,
es decir, una supervivencia directa del rgimen de servi
dumbre, y en modo alguno el capitalismo; 2) precisamen
te en nuestras zonas perifricas, donde el rgimen de ser(85)
Vid. El desarrollo del capitalismo en Russia , cap. III,
apartado I al V. En la nota 26 recogimos la definicin del pago en
trabajo.

LVIII
vidumbre o no era couocido en absoluto o era ms dbil,
donde los campesinos sufren menos que en otras partes de
escasez de tierras, de los pagos en trabajo y de las gravosas
contribuciones, es donde se ha desarrollado ms ei capita
lismo en la agricultura (80)
La imporancia del marco poltico es subrayada en sus
recomendaciones sobre la necesidad de apoyar la lucha con
tra el absolutismo y sus fenmenos concomitantes (pgi
na 306-7). A este respecto hace Lenin una observacin lle
na de implicaciones:
.. el capital, institucin democrtica por su naturale
za, que en nuestro pas, en Rusia, tiende de manera espe
cial a sacrificar su democracia para aliarse con los reaccio
narios a fin de reprimir a los obreros, de dificultar an ms
el surgimiento del movimiento obrero (pg. 307).
Las instituciones liberal-democrticas son presentadas
como la superestructura natural del capitalismo, sin em
bargo, en Rusia, la burguesa ha sellado su alianza con la
autocracia y la nobleza terrateniente: se sientan las bases
de la estrategia que encontrar su ms conocida formula
cin en Dos tcticas de la socialdemocracia en la revolu
cin democrtica y que se considerar en la discutida y
discutible frmula de la dictadura democrtica revolucio
naria dei proletariado y del campesinado (87).
Carr ha escrito que, de mano de los socialdemcratas ru
sos, el campesinado dejaba de ser la fuerza revolucionaria
de la sociedad rusa para pasar a serlo el proletariado, que
con ellos se colocaba a Rusia dentro del esquema marxista
ortodoxo (88). Por su parte Berdiaiev defini al marxismo
ruso de la primera hora (el que segua las orientaciones de
Plejanov, el anterior al bolchevismo) como la fcima ex(86) O. C. ed. cit., ogs 636-37. Para la posicin de Lenin ante
la cuestin agrario vid. Anna Rctester Lenin on the agrarian
cuestin , International Pufclishers, New York 1942. Una caracte
rizacin de las dos vas y de sus implicaciones polticas y soeioeconomicas en as pgs. 3i-34. Una crca, com o en general de todo el
esquema estratgico <le la alian/,a del proletariado y el campesina
do en la revolucin democrtica en Leninismo e rivoluione socia
lista , cap. IV de la segunda parte.
(87) Cf. la crtica de Trotsky en 1905. Resultados y perspec
tivas , T. I., pgs. 11-12 y 3 y T II, pgs. 133-37.
i88) Ob. cit., pg. 106.

LIX
trema del occidentalismo (89). Lo escrito por Lenin en una
nota a pie de pgina abunda en lo expresado por Carr:
El hombre del futuro en Rusia es el mujik, pensaban
los representantes del socialismo campesino, los populistas
en el ms amplio sentido de la palabra. El hombre del fu
turo en Rusia es el obrero, piensan los socialdemcratas.
As estaba formulado en un manuscrito el punto de vista
de los marxistas (pg. 314).
O, dicho en otras palabras, el obrero ruso es el nico
y natural representante de toda la poblacin trabajadora y
explotada de Rusia (pg. 314), por las razones que se sin
tetizan en las pginas 314-16, y con lo cual se quiere signi
ficar no una exclusin del resto de las masas proletarias y
semiproletarias (de cuyo indispensable apoyo se habla, por
ejemplo, en la pg. 307), sino el papel de vanguardia que
corresponde al proletariado fabril.
Pero si este ltimo constituye la palanca decisiva de la
lucha, primero contra el absolutismo y, despues, contra la
burguesa, Lenin, ya desde estos primeros escritos rechaza
el economicismo y el espontaneismo (pgs. 202, 314, 316, 338,
391), destacando la importancia de la elaboracin terica,
de la lucha poltica, de la toma de conciencia, de la organiza
cin, lo que constituye la tarea de los socialdemcratas res
pecto a la clase obrera, que resume en estudio, propagan
da, organizacin. A este respecto, Lenin recoge la poca
afortunada formulacin de Kautsky de que la socialdemocracia es la unin del movimiento obrero con el socialismo
(>g. 338), que parece envolver una unin externa, mecni
ca, entre intelectuales y clase, cuando su frmula de los
socialdemcratas como idelogos de la clase obrera en
un sentido que supera la mera elaboracin terica para
abarcar la organizacin (pg. 339), est muy cerca de la
mucho ms ajustada elaboracin de Gramsci de los in
telectuales como organizadores (en el sentido amplio que
da a esta expresin el autor italiano) que surgen sobre el
terreno histrico de la clase; mxime cuando en Lenin hay
una concepcin dialctica del nexo teora-prctica, como
pone de relieve cuando habla de las relaciones entre la teo
ra de Marx y el movimiento obrero (pg. 337-38).
(89)

Ob. cit., pg. 183.

LX
Sealemos para terminar que se apunta la necesidad,
que constituir el eje de su lucha en los primeros aos del
siglo, de:
. . . elaborar la forma de organizacin ms adecuada a
nuesirus conaic'ones para la difusin de las ideas socialemcratas y para unir a los obreros y convertirlos en una
fuerza poltica (pg. 338-39).
Y
el engarce de la lucha del proletariado ruso con el de
lodos los pases (pg. 316), lo que redondea el rechazo del
viejo excepcinaiisme ruso tal come se haba entendido
por diversas corrientes poltico-ideolgicas de la sociedad
rusa. Esto no significa caer en uu abstracto universalismo,
pues una de las obligaciones de los socialdemcratas ru
sos es
. . hacer un estudio ms sistemtico, ms concreto, de
todas las formas de la lucha de clases y de ia explotacin,
que en Rusia aparecen singularmente embrolladas y encu
biertas (pg. 338).
Estudio que no se agota en el nivel de las relaciones de
produccin, sino que abarca a todos: poltico, ideolgico,
etctera (cf. pg. 312).
JUAN J. TRAS VEJARANO

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONMICOS


EN LA VIDA CAMPESINA
(A propsito del libro re V. E. Pstnikov
La explotacin agrcola en el sur de Rusia")1

Escrito en la primavera de 1893.


^Publicado pof prmert vez es
1S23, en la recopilacin Paro, al
25? aniversario del 1 Congreso del
partido (1899-1929).

Se publica do acuerdo con el


sicnuscrito.

V. I. LENIN

OBRAS C O M PL ET A S

V. I. L e n in

1890 -1891

I
El libro de V. E. Pstnikov La explotacin agrcola en el sur de
Rusia (Mosc, ao 1891, pgs. XXXII-391), publicado hace tres aos,
constituye una descripcin extraordinariamente detallada y minu
ciosa de la explotacin agrcola en las provincias de Turida, Jersn
y Ekaterinoslav, sobre todo de los distritos continentales (septen
trionales) de la provincia de Turida, Dicha descripcin est ba
sada, en primer lugar y principalmente, en las investigaciones
estadsticas de los zemstvos " de las tres provincias indicadas; en
segundo trmino, en las observaciones personales del autor reali
zadas, en parte en su carcter de funcionario
y, en pars, con la
finalidad especial de estudiar la exploracin agrcola en los aos
1887-1890.
El intento de reunir las investigaciones estadsticas de los
zemstvos 2 de una regin en un nico estudio y de exponer sus
resultados en forma sistemtica, ofrece de por s un inters inmen
so. ya que esas estadsticas aportan un enorme y detalladsimo
material acerca de la situacin econmica de ios campesinos, pero
lo hacen en tal forma que para el pblico estas investigaciones se
pierden casi sin dejar huella: las recopilaciones estadsticas som
lomos enteros llenos de tablas (ordinariamente a cada distrito se
le destina un volumen aparte), cuyo solo resumen per rubros su
ficientemente amplios y claros, exige estudios especiales. La ne
cesidad de resumir y elaborar ios datos estadsticos de los zemstvos
se deja sentir hace ya mucho, Oon este fin se inici en ios ltimos
tiempos la publicacin de los Balances de las estadsticas de los
*
Zerrutoo: administracin local autnoma en tas prgvincias centrales
de la Rusia zarista, creada despus de la Reforma de 186], (Ed.)
El autor fue funcionario del Departamento de tierras en la nrcvincir.
ds Turida.

18

V.

1.

LENN4

zemstvos. El plan de esta edicini es el siguiente: se toma determi

nado problema relativo a la "hacienda campesina, y se efecta una


investigacin especial para resumir todos los datos que al respecto
contienen las estadsticas de los zemstvos; se agrupan las cifras
referentes a las tierras negras del sur de Rusia y a las tierras no
negras del norte, a las provincias exclusivamente agrarias y a
aqullas en que existen industrias artesanales. Con arreglo a este
plan se compilaron los dos tomos ya publicados de los Balances,
el primero dedicado a la comunidad campesina (V. V.), y el
segundo, al arriendo por los campesinos de tierras que no son
nadiel * (N. Krishev) **. Permtasenos dudar de que ese pro
cedimiento sea correcto: en primer lugar, es preciso agrupar datos
relativos a distintas regiones administrativas que tienen condicio
nes econmicas diferentes ( aadamos a esto que la caracterizacin
de cada regin por separado ofrece enormes dificultades porque
las investigaciones estadsticas de los zemstvos son incompletas y
porque han sido omitidos muchos distritos, dificultades que ya
se hicieron patentes en el segundo tomo de los Balances; el intento
de Krishev, de ubicar en regiones determinadas los datos que fi
guran en las estadsticas citadas, no tuvo xito). En segundo lugar,
es absolutamente imposible describir en forma aislada un aspecto
concreto de la economa campesina sin referirse a los otros; la se
paracin de uno u otro problema resulta artificial, y se pierde la
visin del cuadro en su conjunto. Las tierras que no son nadiel
arrendadas por los campesinos son separadas de las tierras de
nadiel arrendadas, de los datos generales sobre el agrupamiento
econmico de los campesinos y sobre la magnitud del rea sem
brada; slo se consideran como parte de la agricultura campesina,
cuando en realidad a menudo son un modo particular de explota
cin de la hacienda de propiedad privada. Por ello, me parece
que sera preferible resumir los datos de las estadsticas de los
j
*
Nadiel: tierra entregada a los campesinos en usufructo despus de la
abolicin de la servidumbre en Rusia, que se decret en 1861. Los campesinos
no tenan derecho a venderla; era de propiedad comunal y, para su explota
cin,-se distribua entre los campesinos mediante repartos peridicos. (Ed.)
Se alude a la recopilacin Balance del estudio econmico de Rusia
legn datos de las estadsticas de los zemstvos, t. I. V. V., Mosc, 1892; t II.
JEl arriendo de tierras que no son nadiel por los campesinos, Dorpat, 1892.
Ambos trabajos tienen una orientacin liberal-populista. (Ed.)

LOS NUEVOS CAMBIOS ECXDNA OOS

19

zemstvos segn las regiones cuyas condiciones econmicas sean


homogneas.
Al expresar de paso mis ideas sobre el mejor procedimiento
para resumir las investigaciones estadsticas de los zemstvos ideas
nacidas de la comparacin de los Balances con el libro de Pstnikov, debo, sin embargo, prevenir que ste no se propuso pro
piamente hacer un resumen : relega a un segundo plano las cifras
y se esfuerza por lograr quei su descripcin sea exhaustiva y clara.
Dedica casi la misma atencin a los problemas de carcter
econmico y jurdico administrativo (formas de propiedad de la
tierra) que a los de ndole tcnica (lindes; sistema de administra
cin; cosecha), auque se propona destacar en primer plano los
problemas de carcter econmico.
Debo reconocer dice el seor Pstnikov en el prlogoque
presto menos atencin de lo que podra a la tcnica de la hacien
da campesina, pero obro as porque a mi parecer las condiciones
de carcter econmico desempean en sta un papel ms impor
tante que la tcnica. En nuestra prensa [ . . . ] se hace por lo comn
caso omiso del aspecto econmico [ . . . ] Se investigan en forma
muy superficial problemas econmicos tan fundamentales como
lo son para nuestra hacienda campesina el agrario y el de los lindes.
El presente libro dedica ms espacio a analizar estos problemas,
precisamente, y en particular a la cuestin agraria* ( Prlogo
pg. IX).
Comparto plenamente el punto de vista del autor en cuanto
a la mayor importancia de los problemas econmicos respecto de
los tcnicos, y me propongo dedicar mi artculo a exponer slo la
parte del trabajo del seor Pstnikov en la que somete la explota
cin agrcola a una investigacin poltico econmica *.
El autor caracteriza en el prlogo los puntos principales de
esta investigacin en los siguientes trminos:
El frecuente empleo que se hace ltimamente de las m
quinas en la agricultura, y la manifiesta ampliacin de las di
mensiones de la hacienda entre el sector acomodado del campe
*
Tal exposicin no me parece superflua, porque el libro del seor
Pstnikov, que representa uno de los fenmenos ms destacados de nuestra
literatura econmica de los ltimos aos, ha pasado casi inadvertido. Tal vez
ello se deba, en parte, a que si bien el autor reconoce la gran importancia
de los problemas econmicos, los presenta de manera excesivamente fragmen
taria y recarga la exposicin con detalles ajenos al tema.

so

V.

I.

LENIN

sinado, abren una nueva fase en nuestra vida agraria, a cuyo


desarrollo darn sin duda nuevo impulso las difciles condiciones
econmicas del ao en curso. La productividad del trabajo de los
campesinos y la capacidad laboral de una familia se elevan con
siderablemente al aumentar las dimensiones de la hacienda y con
la utilizacin de las mquinas, lo que hasta ahora no se haba te
nido en cuenta al determinar la superficie que puede trabajar una
familia campesina [ . . . ]
El empleo de mquinas en la agricultura provoca cambios
esenciales en la vida cotidiana: reduce la demanda de mano de
obra y hace todava ms sensible para los campesinos la superpo
blacin existente en nuestro agro, con lo cual contribuye a aumen
tar el nmero de familias que, al resultar superfluas para la aldea,
se ven obligadas a buscar un salario en otros sitios y en la prctica
se trasforman en campesinos sin tierra.
Al mismo tiempo, la introduccin de grandes mquinas para
el laboreo de la tierra eleva el nivel de vida de los campesinos a
una altura no imaginada hasta ahora, aun con los mtodos actuales
y el carcter extensivo de la agricultura. Esta circunstancia es la
que garantiza la fuerza de los nuevos cambios econmicos que se
observan en la vida campesina. El objetivo inmediato del presen
te libro consiste en sealar y esclarecer estos cambios producidos
en la vida de los campesinos del sur de Rusia ( Prlogo, pg. X).
Antes de pasar a exponer en qu consisten, a juicio del autor,
estos nuevos cambios econmicos, debo hacer otras dos reservas.
En primer lugar, se ha sealado ya que Pstnikov presenta
datos sobre las provincias de Jersn, Ekaterinoslav y Turida, pero
slo lo hace con suficiente detalle en lo referente a esta ltima
provincia, y no a toda, por cierto, ya que el autor no proporciona
cifras sobre Crimea, cuyas condiciones econmicas son un tanto
diferentes, y concentra su atencin exclusivamente en los tres dis
tritos continentales septentrionales de la provincia de Turida: el
de Berdiansk, el de Melitpol y el del Dniper. Yo me circunscri
bir slo a los datos de estos tres distritos.
En segundo trmino, la provincia de Turida no slo est po
blada por rusos, sino tambin por alemanes y blgaros, cuyo n
mero, por cierto, no es grande en comparacin con el de los
primeros, en el distrito del Dniper hay 113 hogares de colonos
alemanes sobre un total de 19.586 hogares campesinos existentes
en el distrito, es decir, el 0,6 por ciento. En el distrito de Melitpol,

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONOMICOS

21

los hogares de colonos alemanes y blgaros (1.874 + 285 = ) son


2.159 sobre un, total de 34. 978, o sea, el 6,1 por ciento. Y por lti
mo, en el distrito de Berdiansk, 7.224 sobre un total de 28.794, o
sea, el 25 por ciento. El total de hogares de colonos en los tres
distritos es de 9.496 para un total de 83.358, es decir, cerca de
1/9. Por lo tanto, el nmero de colonos es en general muy insigni
ficante, y en el distrito del Dniper verdaderamente nfimo. El
autor describe con todo detalle el tipo de explotacin agrcola de
los colonos, separndolo siempre del ruso. Yo omito todas estas
descripciones, y slo me limito a la actividad agrcola de los cam
pesinos rusos. Es cierto que las cifras comprenden a rusos y ale
manes, pero dado lo poco numerosos que son estos ltimos, su
adicin no puede modificar la proporcin general, de manera que
estos datos bastan para caracterizar el tipo de agricultura de los
campesinos rusos. La poblacin rusa de la provincia de Turida,
asentada en esta comarca en los ltimos treinta aos, slo se dis
tingue de los campesinos de otras provincias rusas por su mayor
prosperidad. El rgimen comunal de posesin de la tierra es en
estas localidades, segn expresin del autor, tpico y estable
en una palabra, omitiendo a los colonos, la actividad agrcola de
los campesinos en la provincia de Turida no ofrece diferencias
esenciales respecto del tipo general de la agricultura rusa.
II
En la actualidad dice Pstnikov cualquier pueblo de cier
ta importancia del sur de Rusia ( y probablemente se pueda decir
lo mismo de la mayora de las localidades del pas), ofrece tal
diversidad en la situacin econmica de los diferentes grupos de su
poblacin, que resulta extraordinariamente difcil hablar de las
diferentes aldeas, como de unidades ntegras, y dar el panorama
de su nivel de vida utilizando cifras promedio. Tales cifras indican
la existencia de ciertas condiciones generales que determinan la
vida econmica de los campesinos, pero no aportan idea alguna
sobre la diversidad de los fenmenos econmicos en la vida real
(pg. 106).
* La propiedad de la tierra por familia slo existe en cinco localidades.

22

V.

I.

LBNIN

Un poco ms adelante, Pstnikov se expresa con mayor pre


cisin an:
La diversidad en el nivel econmico dice toma muy
complejo el problema de la prosperidad general de la poblacin.
Las personas que han visto de paso las grandes aldeas de la pro
vincia de Turida extraen por lo comn la conclusin de que los
campesinos de esas localidades son muy prsperos; pero se puede
llamar prspera a una aldea ett la cual la mitad de los campesinos
son ricos y la otra mitad vive sumida en constante penuria? Y qu
rasgos determinan la mayor 0 menor prosperidad de una u otra
aldea? Es evidente que las cifras promedio que caracterizan la
situacin de los pobladores de toda una aldea o de un distrito son
insuficientes para extraer conclusiones sobre la prosperidad d los
campesinos. Slo se puede juzgar al respecto por el conjunto de
datos, dividiendo la poblacin en grupos (pg. 154).
Podra parecer que nada hay de nuevo en el hecho de sealar
la diferenciacin de los campesinos: se la menciona en casi todas
las obras dedicadas a la agricultura en general. Pero lo cierto es
que, por lo comn, al mencionar este elemento, no se le concede
importancia, se considera que no es esencial o inclusive que es for
tuito, se estima que es posible hablar sobre el tipo de explotacin
agrcola caracterizndolo con cifras promedio y se discute la im
portancia de las diferentes medidas prcticas en relacin con todos
los campesinos. En el libro de Pstnikov aparece una protesta con
tra tales puntos de vista. El autor indica (v ms de una vez) la
enorme diversidad de niveles existentes en la situacin econmica
de los diferentes hogares campesinos en el seno de la comunidad
(pg. 323) y combate la tendencia a considerar la comunidad cam
pesina como algo ntegro y homogneo, que es como hasta ahora
se lo imagina an nuestra intelectualidad urbana (pg. 351). En
el ltimo decenio, las investigaciones estadsticas de los zemstvos
dicehan revelado que nuestra comunidad rural no es en absoluto
homognea, como crean nuestros autores en la dcada del 70, y
que en los ltimos decenios se produjo en ella una diferenciacin
de la poblacin en grupos, con el grado ms diverso de bienestar
econmico (pg. 323).
Pstnikov confirma su opinin con gran cantidad de datos dis
persos por todo el libro, y ahora debemos ocuparnos de hacer el
resumen sistemtico de todos estos datos para comprobar si su jui-

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONMICOS

ci es correcto y para resolver quin tiene razn: la intelectualidad


urbana, que considera a los campesinos como algo homogneo, o
Pstnikov, quien afirma que la heterogeneidad es enorme? Y ade
ms, qu alcances tiene esa heterogeneidad? Constituye un obs
tculo para caracterizar en general la actividad agrcola de los
campesinos, desde el punto de vista de la economa poltica, slo
sobre la base de las cifras promedio? Puede dicha heterogeneidad
cambiar la accin y la influencia de las medidas prcticas en rela
cin con las diferentes categoras de campesinos?
Antes de citar las cifras que aportan el material necesario para
la solucin de estos problemas, es preciso sealar que todos los da
tos de este gnero fueron extrados por Pstnikov de las recopila
ciones estadsticas de los zemstvos relativas a la provincia de Turida. En un principio, al hacer los censos, la estadstica de los
zemstvos, se limitaba a establecer los datos por comunidades, sin
recoger las cifras correspondientes a cada familia campesina. Sin
embargo, pronto se advirti la desigualdad de bienes de las fami
lias y se comenz a hacei los censos por familia: este fue el primer
paso hacia un estudio ms profundo de la situacin econmica de
los campesinos. El siguiente fue la introduccin de cuadros estads
ticos combinados: partiendo de la conviccin de que la desigualdad
material de los campesinos dentro de la comunidad rural3 es ms
profunda que las diferencias entre las distintas categoras jurdicas
de stos, los estadsticos comenzaron por agrupar todos los ndices
de la situacin econmica de los campesinos segn determinadas
diferencias materiales: por ejemplo, distribuyndolos en grupos se
gn el nmero de desiatinas sembradas, segn el nmero de cabe
zas de animales de labor, la cantidad de tierra de nadiel laborable
de cada hogar campesino, etc.
La estadstica de los zemstvos de Turida agrupa a los campesi
nos por el nmero de desiatinas sembradas. Pstnikov supone que
tal agrupamiento es acertado (pg. X II), ya que, en las condi
ciones en que se encuentran las haciendas de los distritos de Turi
da, las dimensiones de la superficie cultivada constituyen el signo
esencial de la prosperidad econmica ( pg. X II). En el territorio
estepario del sur dice, el desarrollo de cualquier tipo de actividad
0 Desiatim: medida de superficie equivalente a 1,0923 ha. (Ed.)

no agrcola de los campesinos es por ahora relativamente nfimo, y


la ocupacin principal de la inmensa mayora de la poblacin rural
es en el momento presente la agricultura, basada en la siembra de
cereales. Segn lo demuestran las estadsticas de los zemstvos,
en los distritos septentrionales de la provincia de Turida se ocupa
exclusivamente de industrias artesanales el 7,6 por ciento de la po
blacin rural nativa, y el 16,3 por ciento tiene alguna ocupacin
auxiliar, adems de explotar su propia hacienda agrcola (pg.
108). En efecto, el agrupamiento segn las dimensiones de la su
perficie de siembra es, aun para otras regiones de Rusia, mucho ms
acertado que las otras bases de clasificacin adoptadas por los es
tadsticos de los zemstvos, como, por ejemplo, el nmero de desia,tinas de tierra de nadiel o de tierra de nadiel laborable por hogar
campesino: por una parte, la cantidad de tierra de nadiel no expre
sa directamente la prosperidad econmica de un hogar, pues las
dimensiones del nadiel se fijan segn el nmero de varones registra
dos en el censo 4 o varones que realmente hay en la familia y slo
tiene una relacin indirecta con la posicin econmica del dueo,
porque, en definitiva, puede ocurrir que el campesino no utilice la
tierra de nadiel, que la entregue en arriendo, o que ni siquiera pueda
explotarla por carecer de aperos de labranza. Por otra parte, si
la ocupacin principal de los pobladores es ia agricultura, resulta
indispensable determinar la superficie sembrada para calcular la
produccin, establecer cunto grano consume el campesino, cun
to compra y cunto ponei en venta, pues si no se aclaran estos pro
blemas no ser posible dilucidar un aspecto muy importante cte la
economa campesina, no habr claridad sobre el carcter de su ha
cienda agrcola, sobre la significacin de sta en comparacin con
sus ganancias, etc. Por ltimo, es necesario tomar precisamente
el rea sembrada como base del agrupamiento, para poder as
comparar la economa de una familia con las llamadas normas de
la propiedad de los campesinos y de su, agricultura, con la norma
de productos alimenticios ( Nahrungsf lache ) y la del trabajo
(Arbetsflache). En una palabra, la clasificacin por la superficie
sembrada no slo es acertada, sino mejor y absolutamente impres
cindible.
Segn las dimensiones de la superficie sembrada, las estads
ticas de la provincia de Turida dividen a los campesinos en 6 gru
pos: 1) los que no siembran; 2) los que siembran hasta 5 desiati-

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONMICOS

25

as; 3 ) de 5 a 10 desiatinas; 4 ) de 10 a 25; 5) de 25 a 50, y 6) ms


de 50 desiatinas por hogar. La correlacin de estos grupos segn
la cantidad de familias campesinas en los tres distritos es la si
guiente:

Las correlaciones generales (estas proporciones corresponden


a toda la poblacin, incluidos los alemanes) varan poco si se ex
cluye a los alemanes: as, el autor calcula que en los distritos de
la provincia de Turida hay en total un 40 por ciento de campesi
nos que siembran poco (hasta 10 desiatinas), 40 por ciento que
siembran la superficie media (de 10 hasta 25 desiatinas) y 20 por
ciento que siembran grandes superficies. La exclusin de los ale
manes reducira la ltima cifra en 1/6 (16,7 por ciento, esto es, en
tot^il un 3.3 por ciento menos), elevando correlativamente el n
mero de cnmpesinos que siembran poco.
Para determinar el grado de heterogeneidad de estos grupos
c omencemos por la propiedad de la tierra y su usufructo.
Pstnikov da el siguiente cuadro (el autor no calcula los to
tales de las tres categoras de tierra en l indicadas [pg. 145]):

LOS NUEVOS CAM BIOS ECONMICOS

27

Estas cifras demuestran dice Pstnikov que en los distritos


de Turida el grupo ms prspero de campesinos no slo usufruc
ta un gran nadiel, lo que puede ocurrir como consecuencia de
que las familias sean ms numerosas, sino que, al mismo tiempo,
es el grupo que ms tierra compra y arrienda (pg. 146).
A propsito de esto slo hay que sealar, a mi parecer, que la
ampliacin del nadiel, partiendo del grupo inferior hasta llegar al
superior, no puede ser explicada totalmente por el aumento del
nmero de miembros de las familias. Pstnikov da el siguiente
cuadro sobre dicha composicin de las familias por grupos, para
los tres distritos:

Del cuadro se desprende que la cantidad de tierra de nadiel


por familia se eleva, del grupo inferior al superior, mucho ms
rpidamente que la cantidad de personas de ambos sexos y de, per
sonas que trabajan. Ilustremos esto fijando en 100 la cifra corres
pondiente al grupo inferior del distrito del Dniper:

28

V.

I.

LENIN

Resulta claro que, adems de la composicin numrica de la


familia, el factor que determina la magnitud del nadiel es la situa
cin econmica de la familia.
Si se examinan los datos sobre la cantidad de tierra comprada
en los diferentes grupos, vemos que adquieren tierra casi exclusi
vamente los grupos superiores, con \ma superficie cultivada mayor
de 25 desiatinas, y en primer trmino los agricultores ms grandes,
con una superficie cultivada de 75 desiatinas por familia. Por con
siguiente, los datos sobre la tierra comprada confirman plenamente
la opinin de Pstnikov sobre la heterogeneidad de los grupos
campesinos. Por ejemplo, la informacin que da el autor en la
pgina 147, en el sentido de que los campesinos de los distritos de
la provincia de Turida han comprado 96.146 desiatinas de Sena,
no caracteriza en absoluto el fenmeno: casi toda esta tierra se
encuentra en manos de una minora insignificante, la que ms
tierra de nadiel posee, los campesinos acomodados, como dice
Pstnikov, que slo constituyen 1/5 de la poblacin.
Lo mismo cabe decir del arriendo. El cuadro arriba expuesto
contiene la cifra total de tierra arrendada, de nadiel y que no es
nadiel. Resulta que la cantidad de tierra arrendada aumenta con
absoluta regularidad a medida que es ms slida la posicin eco
nmica de los campesinos, y por consiguiente, cuanta ms tierra
propia tiene el campesino, ms toma en arriendo, con lo cual pri
va a los grupos ms pobresi de la que stos necesitan.
Se debe hacer notar que este fenmeno es general en toda
Rusia. Al hacer el balance del arriendo de tierra que no es nadiel

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONOMICOS

por los campesinos en todos los lugares de Rusia estudiados por la


estadstica de los zemstvos, el profesor Krishev formula como una
ley general la relacin directa entre la cantidad de tierra arren
dada y la posicin econmica del arrendatario *.
Por lo dems, Pstnikov da cifras todava ms detalladas
acerca de la distribucin de los arrendamientos ( de tierras que no
son nadiel y de nadiel conjuntamente) que a continuacin repro
duzco: [Vase el cuadro en la pgina 30. Ecl.]
Tambin aqu vemos que las cifras promedio no pueden en
modo alguno caracterizar los fenmenos: si decimos, por ejemplo
que en el distrito del Dniper recurren al arriendo el 56 por ciento
de los campesinos, damos una idea muy incompleta de la situa
cin, porque en los grupos que tienen (como se demostrar ms
adelante) insuficiente tierra propia, la proporcin de arrendatarios
es bastante ms baja slo 25 por ciento en el primer grupo,
mientras que el grupo superior, bien provisto de tierra propia, casi
todo toma tierra en arriendo (91 por ciento). La diferencia en
cuanto al nmero de desiatinas tomadas en arriendo por cada fami
lia campesina es aun ms considerable: la categora superior
arrienda 30,15 y 24 veces ms tierra que la inferior. Es evidente
que esto cambia el propio carcter del arrendamiento, dado que
en la categora superior ste es ya una empresa comercial, y en
cambio, en la inferior, puede ser una operacin motivada por la
amarga necesidad. Esta suposicin la confirman los datos sobre
la renta: resulta que los grupos inferiores pagan una renta ms
elevada, a veces hasta cuatro veces mayor en comparacin con la
categora superior (en el distrito del Dniper). Es preciso recor
dar al respecto que el aumento de la renta a medida que dismi
nuye la superficie de tierra arrendada no constituye una particula
ridad de nuestras regiones; del sur: el trabajo de Krishev demues
tra que esta ley tiene un carcter general.
En los distritos de la provincia de Turida dice Pstnikov
a propsito de estos datos toman tierra en arriendo, preferente
mente los campesinos acomodados, que poseen suficiente tierra
laborable, de nadiel y propias; en particular se puede decir esto
en lo que respecta al arriendo de tierras que no son nadiel, es
Balance del estudio econmico de Rusia segn datos de las estadsticas
de los zemstvos, t. II. N. Krishev. El arriendo de tierras que no son nadiel
por los campesinos, Dorpat, 1892, pgs. 122, 133 y otras.

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONOMICOS

3L

decir, de tierras d propiedad privada y dl fisco, que se encuen


tran a distancias mayores de los poblados. n realidad, esto es
muy natural: para tomar en arriendo las tierras ms alejadas,, hay
que poseer suficientes animales de labor, y los campesinos menos
acomodados no tienen aqu ni siquiera los animales necesarios
para el laboreo de sus nadil (pg. 148).
No hay que creer que semejante distribucin de los arriendos
depende de que cada campesino alquile la tierra individualmente.
La cosa no cambia en absoluto cuando el arriendo lo hace la co
munidad, y no cambia por la sencilla razn de que la distribucin
de la tierra se hace sobre las mismas bases, es decir, conforme
al dinero.
Segn los libros de contribuciones de la Direccin de Bienes
del Estado dice Pstnikov, de 133.852 desiatinas de tierras
fiscales de los tres distritos entregadas en 1390, en arriendo por
contrato, eran usufructuadas por las comunidades campesinas
84. 756 desiatinas de tierras buenas, es decir, cerca de 63 por cien
to de la superficie. Pero la tierra arrendada por las comunidades
campesinas era usufructuada por un nmero relativamente peque
o de jefes de familia, que en la mayora de los casos eran cam
pesinos ricos. El censo por familias campesinas realizado por el
zemstvo muestra este hecho con bastante relieve (pg. 150)
[Vase el cuadro en la pg. 32. Ed. J
As, pues resume Pstnikov, en el distrito del Dniper el
grupo de campesinos prsperos usufructuaba ms de la mitad de
la tierra laborable arrendada; en el de Berdiansk, ms de 2/3, y
en el de Melitpol, que es donde ms tierras fiscales se arrienda,
llega a usufructuar ms de 4/5 partes de la superficie arrendada.
En cambio, el grupo de campesinos ms pobres (que siembran
hasta 10 desiatinas de tierra laborable) dispona en todos los dis
tritos de no ms de 1.938 desiatinas, es decir, de cerca del 4 por
ciento de las tierras arrendadas (pg. 150). A; continuacin, el
autor cita varios ejemplos de distribucin desigual do la tierra
arrendada por las comunidades pero sera superfluo reproducirlos.
*
Pstnikov no da la ltima columna de este cuadro (totales de los
tres distritos). Anota en l cuadro la siguiente observacin: dadas las cot"
diciones del arrendamiento, los campesino? solo tienen derecho a labciar 1/3
de la tierra arrendada. [En la 5 ed. rusa se clara que algunos *ota!es del
cuadro preparado por Fctnikov fueron, corregidos por Lenin de la siguiente
manera: 1.453 en lugar de 1.476, 10.057 en lugar de 10.107 y 4.593 en ye?
ide 4.S95. Ed.}

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONMICOS

33

A. propsito de las conclusiones de Pstnikov sobre la relacin


del arriendo de la tierra con la situacin econmica de los arrenda
tarios, es en extremo interesante sealar la opinin opuesta, de los
funcionarios encardados de la estadstica de los zemstvos.
Al comienzo del libro, Pstnikov inserta su artculo: Las es
tadsticas de los zemstnos en frs vror,indas de Tdurida, Jersn y
Eknterinoslav (pg. XI a XXXII). En l examina, entre otros
trabajos, la Memoria de la provincia de Turida, editada por el
zemstvo local en 1889. en la cu d se resuma toda la investigacin.
Al examinar la parte de dicho libro dedicada a los arriendos, Pst
nikov dice:
En nuestras provincias del sur v del este, en las crae existen
grandes extensiones de tierra, las estfidsticas
los zemstvos Iv'n
descubierto una proporcin bastante considerable de campesinos
acomodados, los cuales, adems de poseer un importante nadiel
toman en arriendo1bastante ms tierra. En este caso, la agrien!tura
no slo persigue la finalidad de satisfacer las propias necesidades
de la familia, sino tambin la de obtener cierto excedente, ciertos
ingresos, gracias a los cuales los campesinos mejoran sus inmue
bles, adquieren mquinas v compran tierra. Es un deseo bastante
mtural y por s mismo nada tiene de reprochable, puesto que no
manifiesta an rasgo alguno del kulak
FEn efecto, 110 son
kulaks, pero no hay duda de que su actividad contiene elementos
de explotacin: al tomar en arriendo campos que por su extensin
superan en mucho sus necesidades, los campesinos acomodados
privan a los pobres de la tierra que necesitan para su sustento: al
ampliar las dimensiones de su hacienda, precisan mano de obra
suplementaria y recurren a la contratacin de peones.] Pero al
gunos de los estadsticos de los zemstvos, que por lo visto conside
ran tales manifestaciones de la vida campesina como algo ilegti
mo, tratan de restarles importancia e intentan demostrar que el
arriendo de tierra por los campesinos se debe, fundamentalmente,
a la necesidad de obtener productos alimenticios, y que si bien los
campesinos acomodados toman en arriendo mucha tierra, de todas
formas el porcentaje de estos arrendatarios disminuye constante
mente al aumentar las dimensiones del nadiel (pg. XVII). Ta
ra demostrar esta idea, el seor Verner, autor de la Memoria, agru
p segn las dimensiones de los nadiel a los campesinos de toda
3 Kulak: campesino acaudalado qu* explota al campesino pobre. (Ed.)

34

V.

I.

LENIN

la provincia de Turida que ocupaban de uno a dos trabajadores


y de dos a tres animales de labor. Result que a la par con la
disminucin del rea del nadiel, decrece en estricta proporcin,
el porcentaje de familias arrendatarias, y en proporcin menos ri
gurosa la superficie de tierra arrendada por cada familia campe
sina (pg. XVIII). Pstnikov dice, con plena razn, que ese
procedimiento nada demuestra, ya que una parte de los campesi
nos ( slo los que poseen de dos a tres animales de tiro) ha sido
agrupada en forma arbitraria, quedando excluidos precisamente
los campesinos acomodados; adems, no se puede reunir los dis
tritos continentales de la provincia de Turida y Crimea, pues las
condiciones de arriendo son en ellos distintas: en Crimea de 1/2
a 3/4 de la poblacin son campesinos sin tierra (los llamados
desiatnschiki) ; en los distritos septentrionales, slo el 3 4
por ciento. En Crimea casi siempre es fcil tomar tierra en arrien
do; en los distritos septentrionales resulta a veces imposible. Es
interesante sealar que los estadsticos de los zemstvos de otras
provincias hicieron anlogos intentos (igualmente infructuosos por
cierto) de ocultar manifestaciones de la vida campesina tan ile
gtimas como el arriendo con el objeto de percibir ingresos. (Ver
la obra citada de Krishev.)
Por lo tanto, si la distribucin de los arriendos de tierras que
no son nadiel entre los campesinos demuestra que entre las dis
tintas haciendas existen diferencias no slo cuantitativas (unas
arriendan mucho, otras poco), sino tambin cualitativas (unas
arriendan por necesidad de productos alimenticios, otras con fines
comerciales), con mayor motivo hay que decir eso en relacin con
el arriendo de los nadiel.
Todos los nadiel arrendados por unos campesinos a otros
dice Pstnikov, segn registra el censo por familias de los aos
1884-1886, sumaban 256.716 desiatin_as en. los tres distritos de la
provincia de Turida, lo que constituye ,1/4 de todos los nadiel
laborables de los campesinos, con la particularidad de que no se
incluye aqu la superficie que los campesinos dan en arriendo tem
poral a los mznohintsi ** afincados en los pueblos, as como a es
* Derivado de la palabra desiatina. ( Ed.)
** Raznochintsi: en la sociedad rusa de los siglos xvm y xix, intelectuales
de variada extraccin social (burguesa, clero, campesinado, etc.) que no pro
venan de la nobleza. Se contaban entre ellos numerosos escritores (Chev-

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONMICOS

35

cribientes, maestros, clrigos y dems personas que no forman par


te del campesinado y no estn sujetas, por consiguiente, a la
encuesta del censo por familias. Toda esta masa de tierra es toma
da en arriendo casi ntegramente por los campesinos de los grupos
acomodados, como lo demuestran las cifras siguientes. El censo
registra el nmero de desiatinas de tierra de nadiel laborable que
los campesinos toman en arriendo a sus vecinos:

La mayor parte de esta tierra dada en arriendo y el mayor


nmero de arrendadores corresponden al grupo de campesinos que
no siembran, no tienen una hacienda o siembran poco. As, una
parte considerable de los campesinos de los distritos de la provin
cia de Turida (aproximadamente 1/3 de la poblacin), en parte
por falta de deseo, pero en laj mayora de los casos por carecer de
animales de labor y de los aperos necesarios para trabajar la ha
cienda, no explota todo su nadiel, lo da en arriendo y con ello
aumenta la cantidad de tierra usufructuada por los campesinos
ms acomodados. La mayora de los arrendadores pertenecen sin
duda alguna a la categora de campesinos pobres o que se estn
arruinando (pgs. 136-137).
Confirma lo dicho el cuadro que damos a continuacin sobre
dos distritos de la provincia de Turida (del de Melitpol, la es
tadstica del zemstvo nfacilita datos), que muestra la proporcin
de campesinos que arriendan su nadiel y la de nadiel laborables
entregados por ellos (pg. 135):

36

V.

I.

LENIN

De la propiedad y del usufructo de la tierra por los campesi


nos, pasemos a la distribucin de los bienes. Sobre la cantidad de
animales de labor por grupos, Pstnikov presenta los siguientes
datos, relativos a los tres distritos juntos:

* Traducido a ganado mayor.

LOS NUEVOS CAM BIOS ECONOMICOS

37

Estas cifras no caracterizan por s mismas las categoras; esto


se har ms adelante, cuando describamos la tcnica de la agricul
tura y agrupemos las categoras econmicas de campesinos. Aqu
nos limitaremos a sealar que si los clasificamos en grupos segn
el nmero de animales de labor que poseen, la diferencia es muy
notoria: vemos que los grupos superiores tienen bastante ms ga
nado del que pueden necesitar para cubrir las necesidades de la
familia, y en cambio los grupos inferiores tienen tan poco (sobre
todo animales de labor), que les resulta imposible explotar inde
pendientemente sus haciendas.
Los datos sobre la distribucin de los aperos son en todo sen
tido anlogos. El censo por familias, que registra el nmero de
arados y buckers 0 que poseen los campesinos, da las siguientes
cifras para toda la poblacin de los distritos (pg, 214):

Este cuadro muestra cun grande es el grupo de campesinos


carentes de la posibilidad de explotar independientemente su ha
cienda. Los siguientes datos del nmero de aperos correspondien
tes a cada familia campesina en los distintos grupos, segn el rea
sembrada, dan una idea de cmo estn las cosas a este respecto en
los grupos superiores:

* Bucker', instrumento antiguo para remover la tierra. (E d.)

38

V.

I.

LENIN

Por el nmero de aperos, el grupo superior aventaja al inferior


(el autor ha omitido el grupo cuya superficie sembrada es menor
de 5 desiatinas) en 4 6 veces; en cuanto a la cantidad de per
sonas que trabajan
supera a ese mismo grupo en 23/12 veces,
es decir, en poco menos del doble. De aqu se desprende que el
grupo superior debe recurrir a la contratacin de peones, en tanto
que en el inferior la mitad de las familias carece de aperos de la
branza (N. B. Este grupo inferior es el tercero desde abajo) y,
en consecuencia, tampoco puede explotar independientemente su
hacienda.
Es natural que las diferencias arriba indicadas en cuanto a la
cantidad de tierra y de aperos condicionan asimismo la proporcin
de superficie sembrada. La cantidad de desiatinas sembradas co
rrespondiente a cada familia campesina de los seis grupos fue in
dicada ms arriba. La superficie total sembrada por los campesinos
de la provincia de Turida se distribuye entre los grupos como
sigue:

* Vase ms arriba el cuadro sobre la composicin numrica de las


familias por grupos.

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONMICOS

39

Estas cifras no necesitan ser comentadas. Slo cabe agregar


que Pstnikov considera (pg. 272) que el promedio de superficie
sembrada que permite a una familia vivir exclusivamente de la
agricultura es. de 16 a 18 desiatinas por familia campesina.

III
En el captulo anterior se expusieron los datos que caracteri
zan el grado de prosperidad material de los campesinos y las di
mensiones de sus haciendas en los diferentes grupos. Ahora co
rresponde aportar los que definen el carcter de la explotacin
agrcola que practican los campesinos de los distintos grupos, el
mtodo y el sistema de explotacin de su hacienda.
Detengmonos ante todo en la tesis de Pstnikov que dice que
la productividad del trabajo de los campesinos y la capacidad
laboral de una familia se elevan considerablemente al aumentar
las dimensiones de la hacienda y con la utilizacin de las mqui
nas (pg. X ). El autor demuestra esta tesis calculando cuntos
trabajadores y animales de labor corresponden a determinada su
perficie sembrada en los diferentes grupos econmicos. En este

40

V.

I.

L E N XN

caso resulta imposible utilizar los datos sobre la composicin nu


mrica de las familias dado que los grupos econmicos inferiores
dejan disponible a una parte de sus miembros para que trabajen
como peones rurales, mientras que los grupos superiores contratan
peones (pg. 114). La1estadstica del zemstvo de la provincia de
Turida no da el nmero de peones contratados y de los trabaja
dores que dejan disponibles las distintas familias, y Pstnikov cal
cula aproximadamente esa cifra con los datos de la estadstica del
zemstvo sobre la cantidad de familias campesinas que contratan
peones y el nmero de trabajadores necesarios para determinada
superficie de tierra de labor. Reconoce que estos datos no pueden
ser del todo exactos, pero considera que su clculo slo puede
contener algn error importante en lo referente a la composicin
numrica de las familias en los dos grupos superiores, ya que en
los restantes la cantidad de peones contratados es pequea. Quien
compare los datos ms arriba citados sobre la composicin num
rica de las familias con el cuadro que sigue podr comprobar lo
acertado de este punto df vista:

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONMICOS

41

Si se compara esta ltima columna con los datos de la com


posicin numrica de las familias, vemos que Pstnikov ha dismi
nuido un tanto el nmero de trabajadores en los grupos inferiores
y lo ha aumentado en los superiores. Corno su finalidad era demos
trar que al aumentar las dimensiones de la hacienda disminuye el
nmero de trabajadores en determinada superficie sembrada, los
clculos aproximados del autor reduciran esta disminucin en lu
gar de acentuarla.
Despus de este clculo previo, Pstnikov presenta el siguien
te cuadro de la correlacin entre la superficie sembrada y el n
mero de trabajadores, animales de labor y habitantes correspon
dientes a los distintos grupos de campesinos (pg. 117):

As, pues, con el aumento de las dimensiones de la hacienda


y de la tierra labranta de los campesinos, los gastos que insume
el mantenimiento de las fuerzas de trabajo hombres y anima
les, que son los ms importantes en la agricultura, disminuyen
progresivamente y en los grupos con grandes superficies sembra
das se hacen casi dos veces menores por cada desiatina sembrada
que en los que cultivan superficies menores (pg. 117).
La tesis de que los gastos para mantener a los trabajadores
y el ganado de labor son los predominantes en la agricultura, la

confirma el autor, ms abajo, con el ejemplo del presupuesto deta


llado de una hacienda menonita *: del total de gastos, el 24,3 por
ciento lo constituyen los de la hacienda; el 23,6 los ocasionados
por los animales de labor, y el 52,1 por ciento lo que consumen
los trabajadores; (pg. 284).
Pstnikov atribuye gran importancia a su conclusin de que
la productividad del trabajo crece a medida que aumentan las di
mensiones de la hacienda (lo que se ve, adems, por la cita arriba
trascrita, qu l inserta en el prlogo), y no se puede dejar de re
conocer su real importancia, en primer lugar para el estudio de
las condiciones econmicas de Adda de nuestros campesinos y del
tipo de explotacin agrcola en los diferentes grupos, y en segundo
trmino para el problema! general de la correlacin entre el cultivo
en grande y en pequea escala. Este ltimo problema ha sido muy
embrollado por numerosos autores, y la causa principal de la con
fusin consisti en que se comparaban haciendas heterogneas, si
tuadas en condiciones sociales distintas y que se diferencian entre
s por la propia forma de su explotacin; se comparaban, por ejem
plo, haciendas cuyos ingresos provienen de la produccin agrcola
con otras que los obtienen aprovechando la necesidad de tierra que
experimentan las dems (por ejemplo, se comparaba la hacienda
de los campesinos con la de los terratenientes en la poca que
sigui inmediatamente a la Reforma de 1861 5). Pstnikov no in
curre en ese error, ni olvida la regla principal de la comparacin:
los fenmenos comparados deben ser homogneos.
Para demostrar con mayor detalle su tesis en lo que se refiere
a los distritos de la provincia de Turida, el autor empieza por
suministrar los datos de cada distrito por separado, y luego exa
mina aparte la poblacin rusa, y precisamente su grupo ms nu
meroso los campesinos que fueron siervos del Estado * * (pgs.
273-274):
*
Menonitas-, secta originaria de Europa occidental, que emigr a Ru
sia a ties del siglo xviii; debe su nombre al holands Menno Simons (su
fundador). Se radicaron fundamentalmente en las provincias de Ekaterinoslav y Turida. Los colonos de esta secta tenan haciendas prsperas, de
tipo kulak. (1Id.)
Campesinos asentados en tierras del Estado en los siglos xviii y x k .
Adems de la prestacin personal, estaban obligados a pagar al fisco una
renta en dinero y en especie. En 1866 resultaron favorecidos por la Reforma
promulgada en 1861. (Ed.)

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONMICOS

43

La conclusin es la misma: "en una hacienda de pequeas


dimensiones, el nmero relativo de animales de labor para deter
minada superficie sembrada es superior en 1 K 2 veces al corres
pondiente a una hacienda campesina completa. E l censo por
familias revela esta misma ley para todos los otros grupos ms
pequeos: de campesinos ex siervos de terratenientes, arrendata
rios, etc., y en todas las zonas de la regin, aun en las ms peque
as, como un subdistrito y hasta una aldea (pg. 274).
La correlacin entre las dimensiones del sembrado y los gas
tos de la hacienda es tambin desfavorable para las pequeas
explotaciones campesinas en otro tipo de gasto: la conservacin
de los aperos y el mantenimiento del ganado productivo.
Vimos antes con qu rapidez se eleva el nmero de unos y
otros por familia a medida que pasamos del grupo inferior al su
perior. Si calculamos los aperos y los animales correspondientes
a determinada superficie sembrada, veremos que van disminuyen
do en nmero a medida que pasamos del grupo inferior al supe
rior (pg. 318):

44

V.

I.

LENIN

Este cuadro demuestra que, al aumentar la superficie sem


brada por familia campesina, disminuyen progresivamente en n
mero los bienes ms importantes (los aperos de labranza y los
medios de acarreo) correspondientes a determinada superficie
sembrada, v por lo tanto, en la hacienda de los grupos superiores
los gastos de conservacin de los aperos y los medios de acarreo
deben ser relativamente menores por desiatina. El grupo con una
superficie sembrada de hasta 10 desiatinas por familia constituye
en cierto modo una excepcin: en comparacin posee menos aperos
que el que tiene una superficie sembrada de 16 desiatinas por fa
milia, pero ello se debe nicamente a que muchos de sus compo
nentes no trabajan con sus propios aperos, sino con instrumentos
de labor alquilados, lo cual no reduce, ni mucho menos, los gastos
en aeros (pg. 318).
La estadstica de los zemstvos dice Pstnikov demuestra
con indiscutible claridad que cuanto mayores sean las dimensiones
de la hacienda campesina, menos sern los aperos, la mano de obra
V los animales de labor necesarios para determinada superficie de
tierra laborable (pg. 162).
En los captulos anteriores se demostr observa ms ade
lante que en los distritos de la provincia de Turida este fen
meno se produce en todos los grupos de campesinos y en todas
las zonas. Segn la estadstica de los zemstvos tambin se mani
fiesta en las explotaciones campesinas de otras provincias, donde

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONMICOS

45

la agricultura constituye igualmente la rama principal de la eco


noma campesina. As, pues, tiene amplia difusin y adquiere el
carcter de una ley de gran importancia econmica, ya que debido
a ella la agricultura en pequea escala pierde en gran medida su
sentido econmico (pg. 313).
La ltima observacin de Pstnikov es algo prematura: para
demostrar que el desplazamiento de las pequeas haciendas por
las grandes es inevitable, no basta con probar la mayor conve
niencia de estas ltimas (sus productos son ms baratos); es ne
cesario, adems, demostrar el predominio de la economa mone
taria (ms exactamente, la mercantil) sobre la natural, porque en
la segunda (en la cual el producto est destinado al consumo del
propio productor, y no al mercado) el producto barato no se en
frentar con el caro en el mercado, razn por la cual no podr
desalojarlo. Pero de esto hablaremos con mayor detalle ms ade
lante.
Para demostrar que la ley antes establecida es aplicable a to
da Rusia, Pstnikov toma distritos en los cuales las estadsticas de
los zemstvos han dividido minuciosamente a los habitantes por
grupos econmicos, y calcula la superficie cultivada por yunta de
animales de labor y por trabajador en los distintos grupos. La
conclusin es la misma: en la hacienda campesina de pequeas
dimensiones la superficie cultivada debe compensar la manuten
cin de fuerzas de trabajo 1 Ma 2 veces mayores que en una ha
cienda de dimensiones ms adecuadas (pg. 316). Esto es cierto
tanto para la provincia de Perm (pg. 314) como para la de
Vornezh, para la de Sartov como para la de Cherngov (pg.
315), por lo cual, indudablemente, Pstnikov ha demostrado que
esta ley se extiende a toda Rusia.
Pasemos ahora al problema de los ingresos y los gastos
(cao. IX ) de los diferentes grupos de haciendas campesinas, y al
de la relacin de ellos con el mercado:
En cada hacienda que constituye una unidad independiente
dice Pstnikov, la superficie consta de las siguientes cuatro
partes: una proporciona los productos necesarios para la alimenta
cin de la familia y de los trabajadores que viven en la hacienda;
esta es en el sentido estricto de la palabra el rea alimentaria
de la hacienda. Otra parte suministra el forraje para el ganado que
trabaja en la hacienda, y puede ser denominada rea forrajera.
l a tercera la forman las tierras anexas a la casa, caminos, estn-

46

V.

I.

L SNIW

ques, etc., y el rea' de cultivo que da as semillas para la siembra;


se la puede llamar rea de mantenimiento, ya que sirve sin dis
tincin a toda la hacienda. Por ltimo, la cuarta parte produce
grano y plantas destinados, al natural o elaborados, al mercado.
Esta es el rea mercantil o comercial de la hacienda. La divisin
de la superficie total en las cuatro partes indicadas se determina
en cada hacienda, no por lo que en ella se cultiva, sino por la fi
nalidad inmediata que se asigna a los cultivos.
La superficie de la hacienda que se destina a fines comer
ciales es la que determina sus ingresos pecuniarios: cuanto ms
extensa sea y por ende ms elevado el valor relativo de los pro
ductos que de ella se obtienen, mayores son las demandas pre
sentadas al mercado por los agricultores y mayor la cantidad de
trabajo que el pas puede mantener al margen de la agricultura
en el mbito de su mercado; tambin es mayor la importancia que
tiene la agricultura para el pas en el aspecto estatal ( impositivo)
y agrario; crecen asimismo los ingresos netos del agricultor y los
recursos de que dispone para realizar inversiones y mejoras en la
agricultura" (pg. 257).
Este razonamiento de Pstnikov sera absolutamente justo si
se le hiciera una enmienda bastante sustancial: el autor habla de
la importancia que el rea comercial de la hacienda tiene para
e pas en general, cuando es evidente que slo se puede decir eso
de un pas en el cual 3a economa monetaria es la predominante,
en el que s*ran pai te de ios productos adopta la forma de mercan
cas. Olvidar esta condicin, darla por sobrentendida, no efectur
una investigacin minuciosa para comprobar en qu grado ello
es aplicable al pas dado, supondra cometer un error propio de la
economa poltica vulgar.
Destacar el rea mercantil de la hacienda en su conjunto es
muy importante. Los que pesan en ei mercad,o interior no son, ni
mucho menos, los ingresos generales del productor (por Jos cuales
se determina su prosperidad), sino exclusivamente sus ingresos en
dinero. El bienestar del productor no significa en modo alguno
que posea dinero: el campesino que obtiene de su parcela aun
que la explote dentro de los| iharcos) de la economa natural *cdos
los productos para abastecer sus necesidades gozk de bienestar,
pero no posee dinero: un campesino semiarminado que slo saca
de su parcela una pequea parto del cereal que necesita y que ob
tiene el resto (aunque sea en cantidad menor y de peor calidad)

LOS NUEVOS CAMBIOS EOONOMIOOS

47

median^ ingresos ocasionales, suplementarios, no disfruta de


bienestar, uero posee recursos monetarios. Est clarc, pues, que
los razonamientos sobre la importancia de las haciendas campesinas
y de su rentabilidad mercantil no tienen valor alguno si no se basan
en los clculos de> la parte en dinero de ese ingreso.
Para determinar la extensin de esas cuatro partes de la tierra
labranta de la hacienda en los diferentes grupos, Pstnikov cal
cula previamente el consimo anual de cereal, tomando en cifras
redondas 2 chtvert* por persona (pg. 259), lo que supone 2/3
de desiatinas de la tierra labranta total. Despus, determina ei
rea forrajera en desiatina y media por caballo, y la superficie
para semillas en el 6 por ciento de la tierra labranta, y obtiene
ios siguientes datos 00 (pg. 319):

La diferencia arriba sealada en los ingresos monetarios de


ios diversos grupos dice Pstnikov ilustra suficientemente la
* Chtvert: antigua medida rusa de capacidad equivalente a 210 li
tros. (Ec.)
Tara determinar ios ingresos en dinero, efectu el siguiente razo
namiento: supuso que toda el rsa some.fcial so lia liaba sembrada con e!
cereal ms caro trigo-, y comc conoce si rendimiento promedio y el pre
cio de ste, calcul las ganancias obtenidas de isa superficie

48

V.

I.

LENN

importancia que tienen las dimensiones de las haciendas, pero eit


la prctica esta diferencia en la rentabilidad de los sembrados de
los distintos grupos de campesinos debe ser todava mayor, pues
es de suponer que los grupos superiores obtienen cosechas ms
abundantes por desiatina y precios ms altos por el cereal que
venden.
En este clculo de la rentabilidad no hemos incluido toda la
superficie de la hacienda, sino slo la tierra cultivada, porque no
poseemos datos exactos acerca de cmc utilizan las haciendas
campesinas de los distritos de la provincia de Turida el resto de
las tierras para los diferentes tipos de ganado; pero como los in
gresos en dinero del campesino del sur de Rusia, cuya nica ocu
pacin es la agricultura, son determinados casi ntegramente por
la superficie que siembra, las cifras presentadas muestran con bas
tante precisin la diferencia entre los diversos grupos de campesi
nos en cuanto a dichos ingresos. Evidencian cun sensiblemente
cambian stos segn la dimensin de la superficie sembrada. Una
familia que cultive 75 desiatinas, obtendr por ao un ingreso en
dinero de hasta 1.500 rublos; la que cultive 34 desiatinas percibi
r 574 por ao, y la que disponga de 16 3s desiatinas, slo 191 rublos,
La familia que cultive 8 desiatinas no obtendr ms que 30 rublos,
es decir, una suma que no le alcanzar para cubrir los gastos
pecuniarios de la hacienda sin recurrir a ocupaciones auxiliares.
Naturalmente, las cifras expuestas no nos dicen an qu renta da
la hacienda; para conocerla hay que descontar de los ingresos to
dos los desembolsos monetarios de la familia: pago de impuestos,
gastos en aperos, animales de labor e inmuebles, compra de ropa,
calzado, etc. Pero estos gastos no crecen en proporcin con el
aumento de la dimensin de la hacienda. Los gastos para el sos
tenimiento de la familia aumentan en proporcin al nmero de
personas que la componen en tanto que, como lo evidencia el cua
dro, el crecimiento de su composicin, numrica se opera con bas
tante ms lentitud que el aumento de la superficie sembrada en los
grupos de campesinos. En cuanto al total de gastos de la hacienda
(pago del impuesto sobre la tierra y del arriendo, reparacin de
las viviendas, dependencias y aperos), aumentan, en todo caso, en
forma proporcional a la dimensin de la hacienda, mientras que
el ingreso bruto en dinero, como lo muestra el cuadro anterior,
crece ms que en proporcin directa a la dimensin de la super
ficie sembrada. Adems, todos estos gastos de la hacienda son

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONOMICOS

49

insignificantes si se los compara coa la inversin principal: el man


tenimiento de la fuerza de trabajo. As, pues, podemos definir este
fenmeno diciendo que en la economa cam p esin a el ingreso neto
por deslatina proveniente de la agricultura, decrece progresiva
mente a medida que disminuye la superficie do ia .hacienda'' (320).
Por los datos que nos ofrece Pstnikov vemos, pues, que, respec
to del mercado, la actividad agrcola de les campesinos en los dife
rentes grupos es esencialmente distinta: los grupos superiores
(con rns de 25 desiatinas sembradas por familia) realizan ya una
explotacin de carcter comercial; el cultivo de cereales se hace
para percibir ingresos. En los grupos inferiores, por el contrario,
el cultivo de la tierra no cubre las necesidades esenciales de la
familia (en lo que se refiere a las que cultivan hasta l desiatinas);
si hiciramos un clculo exacto de todos los gastos de ta hacienda,
hallaramos, con toda seguridad, que en estos grupos la explotacin
de las haciendas se realiza con dficit.
Es asimismo muy interesante utilizar los datos proporcionados
por Pstnikov para resolver el problema de la relacin entre la
divisin del campesinado en diferentes grupos y la amplitud de
ia demanda de), mercado. Sabemos que la amplitud de esta de
manda depende de las dimensiones del rea comercial, y sta es.
mayor a medida que aumentan las dimensiones de la hacienda;
pero al mismo tiempo que alimentan las dimensiones de las ha
ciendas de ios grupos superiores, disminuyen las dimensiones de ias
de los grupos inferiores. Por io que .se refiere al nmero de ha
ciendas, a ios grupos inferiores les jerresponde el doble que a los
superiores; a ios primeros les corresponde el 40 por ciento en los
distritos ds la provincia de Tarida, y a los ltimos slo el 20 pov
ciento. No resulta, en general, que la diferenciacin econmica a
que no? hemos referido ms arriba restringe la amplitud de la
demanda del mercado? Hablando con propiedad, y si nos basamos
en razonamientos exclusivamente a priori, podemos dar una res
puesta negativa a esta pregunta Lo cierto es que en los grupos
inferiores la hacienda es tan pequea que la agricultura no cubre
completamente las necesidades de la familia; para no morir de
hambre, las personas que pertenecen a estos grupos inferiores, se
ven obligadas a ofrecer su fuerza de trabajo en el mercado, donde
su venta los provee de recursos monetarios, y as se compensa
(hasta cierto punto) la menor demanda debida a la menor dimen

50

V.

I.

LE N I N

sin de sus haciendas. Pero los datos de Pstnikov permiten dar


una respuesta ms exacta al problema planteado.
Tomemos cualquier superficie de tierra labranta, digamos
1.600 desiatinas, e imaginmosla distribuida en dos formas: pri
mero entre un campesinado econmicamente homogneo, y luego
entre campesinos divididos en diferentes grupos, tal como ocurre
en la actualidad en los distritos de la provincia de Turida. En el
primer caso, suponiendo que una hacienda campesina media ten
ga 16 desiatinas sembradas (como es el caso en los distritos de la
provincia de Turida) tendremos 100 haciendas que cubren ple
namente sus necesidades con la agricultura. La demanda al mer
cado equivaldr a 191 X 100 = 19.100 rublos. Segundo caso: las
1.600 desiatinas sembradas estn distribuidas en forma desigual
entre 100 familias, exactamente como est en realidad dividida la
tierra labranta entre los campesinos de los. distritos de la provin
cia de Turida: 8 familias carece en absoluto de sementeras; 12
cultivan 4 desiatinas cada una; 20, 8 desiatinas cada una; 40, 16
desiatinas cada una; 17,34 desiatinas cada una y 3,75 desiatinas (en
total 1.583 desiatinas, es decir, todava un poco menos de 1.600
desiatinas). Con esta distribucin, una parte considerable de los
campesinos (el 40 por ciento) no estar en condiciones de obte
ner de su tierra ingresos suficientes para cubrir todas sus necesi
dades. La amplitud de la demanda monetaria al mercado, tenien
do en cuenta slo las, haciendas con msf de 5 desiatinas sembradas
por familia, ser como sigue: (20 X 30) -+- (40 X 191) + (17 X
X 574) + (3 X 1.500) = 21.350 rublos. Vemos, pues, que, a pe
sar de la omisin de 20 familias [que indudablemente tambin per
ciben ingresos en dinero, aunque no de la venta de su produccin
agrcola] y a pesar de la reduccin de la superficie cultivada a
1.535 desiatinas, el total de la demanda monetaria al mercado es
mayor *.
Ya se ha dicho que los campesinos de los grupos econmicos
!<

El manuscrito presenta algunas imprecisiones de clculo: el total


de la superficie sembrada se da como 1.651; el siguiente (demanda),
22.498 rublos, y 1.003 para la superficie sembrada de familias con unas 5 des.
de tierra labranta. Estas imprecisiones no alteraban las conclusiones fina
les. En la cuarta edicin rusa se haban corregido los datos originales to
mados por el autor. En la presente edicin, siguiendo el texto de la quinta
edicin rusa, se vuelven a dar los clculos tal como aparecen en el manus
crito. (Ed.)

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONOMICOS

51

inferiores se ven obligados a vender su fuerza de trabajo; los re


presentantes de los grupos superiores, por el contrario, necesitan
comprarla, ya que la mano de obra propia les es insuficiente para
el laboreo de su gran superficie sembrada. Ahora debemos exami
nar con mayor detalle este importante fenmeno. Al parecer,
Pstnikov no incluye este fenmeno entre los nuevos cambios eco
nmicos en la vida campesina (por lo menos no lo menciona en
el prlogo, donde resume los resultados de su investigacin), pero
dicho fenmeno merece mucha ms atencin que la introduccin
de mquinas o la ampliacin de las sementeras por los campesi
nos ricos.
En los distritos de la provincia de Turida dice el autor,
los campesinos ms prsperos suelen recurrir en medida conside
rable a los trabajadores asalariados y explotan en su hacienda una
superficie ciue sobrepasa en mucho la capacidad de trabajo de
su familia. As, en los tres distritos, el porcentaje de familias, para
todas las categoras de campesinos, que recurren al empleo de
peones es:

Estas cifras demuestran que los campesinos acomodados, po


seedores de mayores superficies sembradas son, de preferencia,
quienes ms trabajadores contratan (pg. 144).
Si se compara los datos antes citados, sobre la composicin
numrica de las familias por grupos, exceptuando los peones (en
los tres distritos por separado) e incluyndolos (en los tres distri
tos reunidos), observamos que los agricultores que cultivan de
25 a 50 desiatinas aumentan el nmero de brazos en sus hacien
das, por medio de la contrata, aproximadamente en 1/3 (de 1,8
1,9 trabajadores por familia a 2,4 trabajadores), y los que cul
tivan ms de 50 desiatinas por familia aumentan el nmero de peo-

52

V.

I.

LENIN

nes casi en el doble (de 2,3 a 5); y aun en ms del doble, segn
el clculo del autor, quien considera que deben contratar basta
8.241 trabajadores (pg. 115), pues disponen de 7.129 miembros
de sus propias familias que trabajan. Es evidente que los grupos
inferiores deben proporcionar peones a otros en cantidad verda
deramente considerable, por el mero hecho de que la agricultura
no puede brindarles suficientes productos para su propio sus
tento. Por desgracia, no poseemos datos exactos del nmero de
trabajadores que esas haciendas proporcionan. Puede servir de
ndice indirecto el nmero de jefes de familia que entregan en
arriendo su nadiel: ms arriba se trascribe la afirmacin de Pstnikov en el sentida de que, eri los distritos de la provincia de Turida, cerca de 1/3 de la poblacin no explota todo su nadiel.

TV
Los datos arriba citados evidencian que Pstnikov ha demos
trado plenamente su tesis de que en la situacin econmica de las
diferentes familias campesinas se observa una gran diversidad,
que no slo se refiere al grado de bienestar material de los cam
pesinos y a la superficie que cultivan, sino inclusive al tipo de la
boreo de los diferentes grupos. Es ms; resulta que los trminos
diversidad y diferenciacin son insuficientes para caracterizar
por completo el fenmeno. Si un campesino posee un animal de
labor y otro tiene 10, denominamos a esto diferenciacin; pero si
uno toma en arriendo decenas de desiatinas de tierra, adems de
su nadiel, que le basta para cubrir sus necesidades, con el exclu
sivo objeto de extraer un ingreso explotando esas tierras, y con
ello priva a otro campesino de la posibilidad de tomar en arriendo
la tierra que necesita para alimentar a su familia, entonces es evi
dente que tenemos ante nosotros caigo que es mucho ms que
diferenciacin; este fenmeno debemos denominarlo rivalidad
(pg. 323), lucha de intereses econmicos (pg. XXXII). Cuan
do emplea estos trminos, Pstnikov no aprecia debidamente su
importancia; tampoco advierte que ni siquiera ellos son suficien
tes. El arriendo d la tierra de nadiel de que dispone el grupo em
pobrecido de la poblacin, la contrata como pen del campesino
que ha dejado de explotar su propia hacienda, es algo ms que
una mera rivalidad, es explotacin directa.

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONOMICOS

53

Si bien reconocemos la profunda rivalidad econmica que


existe entre los campesinos de nuestros das, no podemos limitamos
ya a la simple divisin de stos en unas cuantas capas, segn los
bienes que poseen. Tal divisin sera suficiente si toda la diver
sidad de que se hace mencin ms arriba se resumiera en diferen
cias cuantitativas. Pero no es as. Si para una parte de los campesi
nos el objeto de la agricultura consiste en el beneficio comercial
y el resultado es un importante ingreso en dinero y para la otra
la agricultura no cubre ni siquiera las necesidades perentorias de
la familia; si los grupos superiores de campesinos basan el mejo
ramiento de su hacienda en la ruina de los inferiores; si los cam
pesinos acomodados recurren en considerable medida al trabajo
asalariado, y los campesinos pobres se ven obligados a recurrir a
la venta de su fuerza de trabajo, stas son ya, sin duda alguna,
diferencias cualitativas, y nuestra tarea debs consistir ahora en
agrupar a los campesinos segn las diferencias existentes en el
propio carcter de su actividad agrcola (entendiendo por este
concepto las particularidades econmicas y no las tcnicas).
Pstnikov ha prestado muy poca atencin a estas ltimas di
ferencias; por eso, a pesar de que reconoce la necesidad de una
subdivisin ms general de la poblacin en grupos (pg. 110) y
trata de hacerla, no podemos estimar, como veremos en seguida,
que su intento haya sido del todo afortunado.
Para una subdivisin ms general de la poblacin en grupos
econmicos dice, recurriremos a1otro rasgo que si bien no tiene
en todas las zonas una significacin econmica homognea, con
cuerda ms con la divisin en grupos que los propios campesinos
hacen entre s y ha sido registrado tambin en todos los distritos
por los estadsticos de los zemstvos. Esta divisin se basa en el
grado de independencia con que los campesinos explotan su ha
cienda de acuerdo con el nmero de anmales de labor de que dis
ponen (pg. 110).
En la actualidad, los campesinos de la zona del sur de Rusia
pueden ser divididos, conforme al grado de su independencia
econmica y al mismo tiempo, segn sus mtodos de laboreo, en
los tres principales grupos siguientes:
1) Familias campesinas que poseen l traccin animal ne
cesaria, es decir, suficientes animales para tirar del arado o del
apero que pueda suplirlo para la labranza, y que trabajan la tie
rra con animales de labor propios, sin necesidad de alquilarlos

V.

I.

LENIN

ni de trabajar en comn *. Para tirar del arado o del bucker, estos


campesinos disponen de dos, tres o ms yuntas de animales de la
bor y, conforme con ello, en la familia debe haber tres trabajadores
adultos, o por lo menosi dos, y una persona cuya capacidad de tra
bajo equivalga a la mitad de la de un adulto.
2) Campesinos que no poseen suficientes animales de tiro, o
asociados, es decir, campesinos que realizan el trabajo agrcola en
comn por carecer de la cantidad necesaria de animales de labor
para formar tiro propio. Estos campesinos tienen una yunta o
yunta y media, y en algunos casos dos yuntas de animales de tiro
y, de acuerdo con ello, uno o dos trabajadores adultos. Cuando
el suelo es duro y es preciso uncir al arado (o al bucker) tres
yuntas de animales, estos campesinos acoyuntan sus animales aun
en el caso de que posean dos yuntas cada uno.
3 ) Familias campesinas de a pie o que carecen de animales
de tiro, o tienen uno solo ( en la mayora de los casos un caballo,
puesto que los bueyes se tienen por lo general de a pares y se
uncen en yunta). Estos campesinos labran la tierra con animales
alquilados o la entregan en ai-riendo por una parte de la cosecha
y no tienen sementeras propias.
Esta clasificacin de los campesinos segn el rasgo econ
mico fundamental de la vida campesina, como es en el presente
caso el nmero de animales de labor y su modo de empleo, suelen
hacerla los propios campesinos. Pero se observan en ellas grandes
variaciones, tanto en la delimitacin de cada uno de los erupos
arriba mencionados, como en su propia divisin (pg. 121).
La composicin numrica de estos grupos en porcentajes, con
relacin al nmero total de familias campesinas, es la siguiente
(pg. 125):

* Trabajo en comn: sistema empleado desde muy antiguo entre los


pobres del campo, que acoyuntaban sus animales de labor y aperos para

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONMICOS

55

junto con este cuadro, el autor clasifica las familias campesi


nas segn el nmero de animales de tiro que poseen, a fin de
mostrar cmo estn distribuidos los animales en los distritos ana
lizados:

Por consiguiente, en los distritos de la provincia de Turida


cada familia debe disponer de cuatro animales, por lo menos, para
tener un tiro completo.
La divisin que hace Pstnikov no puede considerarse total
mente acertada, ante todo porque dentro de cada uno de estos
tres grupos se observan grandes diferencias:
Dentro del grupo de campesinos que poseen animales de tiro
dice el autor, hallamos en el sur de Rusia una gran diversidad:
los campesinos acomodados tienen en su finca numerosos animales
de tiro, mientras que en las de los labradores pobres hay pocos. En
el primer grupo, la fuerza de tiro se subdivide a su vez en completa
(6-8 y ms animales de labor e incompleta ( de 4 a 6 animales) . . .
La categora de los campesinos de a pie presenta igualmente una
gran diversidad en lo que se refiere a su situacin material
(pg. 124).
Otra desventaja de la divisin adoptada por Pstnikov con
siste en que en las estadsticas de los zemstvos se agrupa a la
realizar las faenas agrcolas. En el cap. II de El desarrollo del capitalismo
en Rusia, Lenin califica el trabajo en comn de cooperacin de las haciendas
decadentes, desplazadas por la burguesa campesina (vase V. I. Lenin, Obras
completas, 2, ed. Buenos Aires, Ed. Cartago, 1969, t. III, cap. II, 1. E d.).

poblacin, como se indic ames, no per el nmero de animales de


labor, sino de acuerdo con el rea sembrada.
Por ello, para pode* expresar con exactitud la situado a ma
teria! de los diferentes grupos, la clasificacin debe hacerse con
forme al rea sembrada.
Sobre esta base, Pstnikov divide tambin a la poblacin en
tres rapos: pequeos agricultores con una superficie sembrada
de basta 10 desiatnas o sin sementeras propias; agricultores me
dios con u r rea cultivad?, de 10 a 25 desiatinas , y grandes agri
cultores con ms de 25 desiaiinas cultivadas por fairlie campe
sina. Al primer giupo lo llama el autor pobre; al segundo, me
die, y, al tercero acomodado.
Dice, acerca de la composicin numrica de estos grupos:
En gecsral, entre los campesinos de la provincia de Turida
(exceptuados los colonos), ios granders agricultores constituyen
cerca de 1/0 del iotal de las familias campesinas; los medianos,
cerca del 40 por ciento, y los pequeos, junto con los que carecen
de sementeras, constituyen algo ms del 40 por ciento. En los
distritos de Turida, los grandes agricultores constituyen .1/5 par
te de la poblacin total (incluidos los colonos), o sea, cerca del
20 por ciento; los medianos, el 4Q por ciento, y los pequebs, junto
con los oue carecen ds sementeras, cerca del 40 por ciento (rsg.
112).
Por consiguiente, la incorporacin de los colonos alemanes
cambia en escassima medida la composicin de los grupos, de
modo que si se opera con ios datos generales de todo el distrito
no se incurrir en error.
Aora, nuestra tarea debe consistir en definir lo ms exacta
mente posible la situacin econmica de cada uno de estos grupos
por separado y en esforzarnos por aclarar de este modo la magnitud
y las causas de la rivalidad econmica entre el campesinado.
Pstnikov no se plante esa tarea; por ello los datos que aporta
se distinguen por su dispersin, y sus juicios generales acerca de
los grupos son poco precisos.
Comencemos por el grupo inferior, el pobre, que abarca /5
de la poblacin en les distritos de la provincia de Turida.
La cantidad de animales de laboreo (instrumento principal
e produccin en la agricultura) que porree esto grupo es el mejor
ndice para juzgar hasta qu punto es realmente pobre. En los
tres distritos de la provincia, del total de animales de labra

JL.OS NUEVOS CAMBIOS ECONMICOS

57

-263.589- corresponden al grupo inferior 43.625 'pg, 117), es


decir, el 17 por ciento, dos veces y un tercio menos que el prome
die. Los datos sobre el porcentaje do familias que no tienen ani
males de laboreo fueron consignados anteriormente (80 por ciento 48 por ciento -12 por ciento en las tres subdivisiones del grupo
inferior). Basndose en estos datos, I^stnSkov extrae la conclusin
do* que la proporcin de campesinos que carecen de animales pro
pios slo es considerable en los grupos sin tierra cultivada o con
una suceiicie sembrada do hasta 10 dcsiatinas per familia (pg.
135). En este grupo la superficie cultivada se halla en correspon
dencia con el nmero de animales: en tierra propia se siembren
146.114 dfcsiatinas, sobre un total de 962.933 (en los tres distri
tos), o sea, el 15 por dent. La adicin de las tierras arrendadas
aumenta e! rea uemorada hasta 174.496 desiatnas, pero como
al mismo tiempo aumenta el rea sembrada de los dems grupos,
v en rnavor medida que en el inferior, resulta que !as sementeras
de este ltimo constituyen slo el 12 oor ciento de ioda el rea
sembrada, es decir, que 1/8 de la superficie cultivada corresponde
a ms de 3/3 de ia poblacin, Si recordamos que el autor consi
dera nonnal (es decir, suficiente paral cubrir todas las necesidades
de la famiJlfo) el promedio de superficie sembrada por campesino
de la provincia de Tarida, nos ser. cil ver cun perjudicado
sale este 3upo con un res sembrada tres veces y un tercio interior
al promedio.
Es muy natural que, en tales condiciones, la agricultura de este
grupo se encuentre en um estado lamentable: ms arriba vimos
cra del 33 al 39 por ciento de la poblacin en los distritos de
Turida y por lo tanto h enorme mayora del grupo inferior,
no posee en absoluto aperos de labranza. La carencia de aperos
obliga a los campesinos a abandonar 1, tie/ra, a entregar en arrien
do su nad'"el. Fstnikov considera que ei nmero de los arrenda
dores (con una hacienda sin duda: ya completamente arruinada) es
casi 1/3 de ia poblacin, es decir, de nuevo una mayora considera
ble del grupo de campesinos pobres. Sealemos de paso que este
fenmeno de venta del nadie! (empleando k expresin habitual
de los campesinos) ha sido registrado en todas partes, y en pro
porciones muy considerables, por las estadsticas de los zemstvos.
La prensa advirti este hecho e invent ya el remedio para rombatirlo: la inalienabilidad de los nadie!. Pstnikcv objeta, con
absoluta ra^n, que no creei en la eficacia de semejantes medidas,

58

V.

I.

LENIN

que revelan en sus inventores una fe, burocrtica por excelencia,


en el poder de lo que decretan las autoridades. Es indudable
diceque la sola prohibicin de entregar las tierras en arriendo
no suprimir este fenmeno, con races harto profundas en el
actual rgimen econmico de la vida campesina. El campesino
que carece de aperos, de animales de labor y recursos para traba
jar su propia hacienda, no puede en la prctica usufructuar su
nadiel y tiene que arrendarlo a otros campesinos poseedores de los
medios necesarios para su explotacin. La prohibicin directa de
entregar la tierra en arriendo obligar al campesino a hacerlo a
escondidas, sin control y probablemente en peores condiciones
que ahora para el que facilita la tierra, puesto que si lo hace es
porque se ve obligado a ello. Adems, para pagar los impuestos
atrasados que los campesinos adeudan al fisco, cada vez con ms
frecuencia entregarn en arriendo su nadiel a travs de los tribuna
les rurales,* y esta forma es la ms desfavorable para los campesi
nos pobres (pg. 140).
En todo el grupo de campesinos pobres se observa una com
pleta declinacin econmica.
En esencia dice Pstnikov, los campesinos que no siem
bran y los que siembran poco y que trabajan sus tierras con ani
males alquilados no ofrecen gran diferencia en cuanto a su situacin
econmica. Los primeros entregan toda su tierra en arriendo a sus
vecinos; los segundos, slo una parte d; ella, pero tanto unos como
otros trabajan como peones en las haciendas de sus vecinos o
men a realizar otros trabajos, por lo general agrcolas, aunque
siguen viviendo en su hogar. Por eso, ambas categoras los que
ho siepibran y los que siembran poco pueden ser analizadat
conjuntamente; unos y otros pertenecen al tipo de campesinos que
estn a punto de perder su hacienda, que en la mayora de los
casos se han arruinado o estn arruinndose y carecen de ganado
V de los aperos necesarios para: explotar su hacienda (pg. 135).
J
*
Tribunales rurales: tribunales especiales para los campesinos depen
dientes del Estado, instituidos en 1838 por decreto. Estaban integrados por
el aldeano de ms edad que lo presida, y por dos campesinos elegidos. Como
tribunales de primera instancia, juzgaban los asuntos menores y contraven
ciones, y condenaban a multas, trabajos forzados y a la pena del azote. Los
tribunales de segunda instancia eran los correspondientes al distrito rural
vlost). En 1858 fueron suprimidos ambos, pero la denominacin tribunales
rurales se conserv para los juzgados rurales. ( Ed,)

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONm i OOS

59

Si las familias que no explotan la tierra son, en la mayora de


los casos, las que ya se han arruinado dice Pstnikov un poco
ms adelante, aquellas que cultivan poco y entregan su tierra
en arriendo son candidatas a correr la misma suerte de las pri
meras. Cualquier mala cosecha o una desgracia casual, como un
incendio, la prdida de los caballos, etc., lanza continuamente a
una parte de los campesinos de este grupo a la categora de los
que no explotan la tierra y de los peones rurales. El campesino
que por cualquier causa se ve privado de sus animales de labor,
da el primer paso hacia la ruina. l laboreo de la tierra con anima
les alquilados tiene mucho de casual y desorganizado, y por lo co
mn, obliga a reducir los cultivos. Las sociedades rurales de aho
rro y prstamo le niegan as crdito al mujik, y tambin se lo niegan
sus vecinos [nota: en las grandes poblaciones de los distritos de
Turida son muy numerosas las sociedades de ahorro y prstamo,
que operan con ayuda de crditos del Banco del Estado, pero slo
los campesinos prsperos y acomodados obtienen prstamos de
esas organizaciones] ; cuando logra el mujik conseguir un crdito
es, en general, en condiciones ms onerosas que el campesino pu
diente. Cmo otorgarle un prstamo dicen los campesinos,
cuando no posee nada? Y una vez endeudado, a la primera des
gracia que le ocurra pierde tambin la tierra, sobre todo si est
atrasado en el pago de los impuestos (pg. 139),
El hecho de que el autor inclusive se niegue a contestar a la
pregunta de cmo explotan los campesinos pobres sus haciendas,
es la mejor prueba de la; profunda, decadencia de stas. En el caso
de haciendas con una superficie cultivada de menos de 10 desiatinas por familia dice, la agricultura se encuentra en condi
ciones harto azarosas para que podamos encontrar rasgos con
cretos que la caractericen (pg. 278).
Las caractersticas de la actividad agrcola del grupo inferior
antes enunciadas, a pesar de ser numerosas, resultan totalmente
insuficientes; todas ellas son de carcter negativo, a pesar de que
debe haber tambin algunas positivas. Todo lo que hemos odo decir
hasta ahora es que no se puede incluir a los campesinos de este
grupo entre los agricultores independientes, porque sus haciendas
se encuentran en plena decadencia; porque la superficie cultivada
es en extremo insuficiente, y, por ltimo, porque la explotacin de
sus haciendas depende del azar; Los estadsticos sealan en la
descripcin del distrito de Bajmufc que slo los campesinos prs

60

V.

I.

LENIN

peros y acudalados, que disponen de semilla, pueden observar


cierto orden en las siembras, mientras que los campesinos pobres
siembran lo que tienen, donde y como pueden (pg. 278). Sin
embargo, la existencia de toda esa masa de campesinos incluida
en el grupo inferior (en los tres distritos de Turida, ms de 30.000
familias con ms de 200.000 personas de ambos sexos) no.puede
ser casual. Si no obtienen el sustento con su propia hacienda, de
qu viven? Principalmente, de la venta de su fuerza de trabajo.
Hemos visto ya que Pstnikov deca que los campesinos de este
grupo subsisten gracias a su trabajo como peones y a los ingresos
obtenidos fuera de su propia hacienda. Como en el sur casi no exis
ten industrias artesanales, estos ingresos proceden en su mayor
parte de la agricultura y se reducen, por consiguiente, a la contrata
para trabajar en el campo. A fin de demostrar con mayor detalle
que justamente la venta de trabajo es el rasgo fundamental de la
economa de los campesinos del grupo inferior, examinmoslo
atenindonos a las categoras en que lo subdividen las estadsticas
de los zemstvos. Huelga hablar de los campesinos que no siem
bran; son peones en el pleno sentido de la palabra. En la segunda
categora tenemos ya, a campesinos con un rea de cultivo de has
ta 5 desiatinas por familia (3,5 desiatinas, trmino medio). Por
la divisin que anteriormente se hizo de la superficie cultivada en
rea de mantenimiento, forrajera, alimentaria y comercial, se ve
que esa superficie esi por completo insuficiente. El primer grupo,
con una superficie sembrada de hasta 5 desiatinas por familia di
ce Pstnikov, no dispone de un rea comercial, mercantil; sub
siste slo gracias a los ingresos que obtiene trabajando fuera de
su hacienda como pen o por otro medio (pg. 319). Queda la
ltima categora: campesinos con un rea sembrada de 5 a 10 de
siatinas por familia. Se pregunta: qu relacin existe entre la
actividad agrcola independiente jde los campesinos de este grupo
y los 'ingresos mencionados? Para dar una contestacin exac
ta a esta pregunta, hara falta disponer de unos cuantos presupues
tos campesinos tpicos correspondientes a los agricultores de este
grupo. Pstnikov reconoce plenamente la necesidad y la impor
tancia de los datos sobre los presupuestos, pero seala que, la
recopilacin de estos datos es tarea harto difcil, y en muchos
casos sencillamente fuera del alcance del estadstico (pg. 107).
Resulta muy difcil admitir esta ltima observacin: los estads
ticos de Mosc han reunido algunos presupuestos extraordinaria

LOS HUEVOS CAlviIOS ECONMICOS

61

mente interesantes y detallados (vase Recopilacin de datos


estadiiiicos de la provincia de Mosc Seccin de estadstica eco
nmica ts. VI y VII); en algunos distritos de la provincia de
Vornesfa, los datos sobre los presupuestos fueron recogidos, como
indica el propio autor, incluso por familias.
Ss muy lamentable que les propios datos de Pstnikov acer
ca de Jos presupuestos sean insuficientes en extremo: presenta
siete presupuestos de colonos alemanes y slo uno de un cam
pesino rusopdoms, todos los presupuestos corresponden a gran
des agricultores (el menor el del campesino i uso es de 39 S
desiatinas de tierra sembrada), es decir, a un grupo ds cuya si
tuacin econmica dan una idea bastante clara los datos estads
ticos de los zenistvos. Pstnikov lamenta no haber conseguido
reunir durante Bu, viaje gran, nmero de presupuestos campesinos,
y dice que, en general, no es fcil precisar estos presupuestos
Los campesinos de Turida proporcionan sus informaciones de
carcter econmico con bastante sinceridad, pero en la mayora
de los casos ni ellos mismos conocen las cifras exactas de sus in
gresos y gastoa. Recuerdan con mayor exactitud la cifra total de sus
gastos, o ds Jes ingresos y desembolsos ms importantes, pero las
cifras pequeas escapan casi siempre a su memoria (pg. 288).
Con todo, sera mejor reunir unos cuantos presupuestos, aunque
fuera sin detalles menores, que juntar, como hizo eJ autor, hasta
SO descripciones con la apreciacin del estado econmico, ya
aclarado suficientemente por les censos por hogares que nos
ofrecen les zemstvos.
Dada la falta de presupuesto, slo disponernos de dos dases
de datos para determina! el carcter de la economa del grupo
que examinamos: en primos luga?, los clculos de Pstnikov sobre
el rea sembrada por hogar campesino para la alimentacin de
una familia media; en segundo Jugar, los dates de la divisin del
rea cultivada en cuatro partes y del promedio de Jos gastos en
dinero (por familia y ao) de los campesinos locales.
Basndose en clcalos detallados sobre la cantidad de desia
tinas sembradas necesarias para Ja Cimentacin de una familia,
para semilla y para forraje* Pstnikov extrae la siguiente conclu
sin definitiva:
Una familia campesina de composicin numrica y recursos
medios, que viva con exclusividad de la agricultura y cierre su
presupuesto sin dficit, necesita, en el supuesto de que obtenga

V.

X.

.ENIN

cosechas inedias, 4 des. cara alimentar a las seis personas y media


de la familia, 4 k para el forraje de tres caballos de tre, 1 H para
semilla, y dy 6 nj 3 para ia venta de grano en el mercado; en total,
de 16 a 18 desiafcinas de superficie sembrada. . . El campesino
medio de Turida posee alrededor de 18 des. de superficie sem
brada por familia, pero el 40 por ciento de 3a poblacin de los tres
distrito? de dicha provincia cultiva menos de 10 des. por familia,
y si a pesar de lodo puede dedicarse a la agricultura, ello slo se
debe a que obtiene uaa parte de sus ingieses mediante ganancias
suplementarias fuera de la hacienda, y entregando su tierra en
aniendo. La situacin econmica de esta parte de la poblacin
es anormal, inestable, a causa de que en Ja mayora de los casos
no puede guardar reservas para aon ds mala cosecha" (pg. 272).
Puesto que las dimensiones promedio de la superficie cultiva
da por hogar campesino sn el grupo que examinamos es de 8 desiacinas; es decir, menos de la mitad de la necesaria (17 desati
nas), estamos en lo cierto al formular la conclusin de que la mayo*
parte de los ingresos de los campesinos de esto grupo la constitu
yen los ingresos suplementarios, es decir., la vente de su trabajo.
Otro clculo: segn, los datos de Pstnikov, arriba expuestos,
sobre 3a distribucin del rea cultivada, resulta que, de 8 des.
sembradas, 0,48 des. se destinan a semilla; 3 a forraje (en este
gupo le oorrespondeq a cada familia 2, y no 3 animales de labor);
3,570 des. para los productos alimenticios que necesita a familia
(la composicin numrica de sta es tambin inferior a la media:
cerca, de 5 )i personas, y no 6 ), de modo que para ei rea comer
cial queda menes de 1 des. (0,944), la cual, segn el autor, pro
porciona un ingleso de 30 rublos. Pero la suma de los desembolsos
que tiene que hacer el campesino de a provincia de Turida es
bastante ms elevada. Reanir datos acerca de la magnitud de ios
gastos pecuniarios, dice el autor, es mucho ms fcil que recogerlos
sobre los presupuestos, pues los propios campesinos hacen con fre
cuencia clculos sobre este particular. Segn dichos clculos re
sulta que:
Para una familia de composicin numrica inedia, es decir,
form ad a por el marido, que es quien trabaja, la mujer y 4 hijos
pequeos o adolescente.:, si cultiva su propia tierra (unas veinte
desiatinas) sin recurrir al arriende, a suma de los gastos monetarios
anuales la calculan los campesinos de la provincia de Turida en
200 a 250 rublos. El total de. 150 a 180 rublos es r.onsiderado como

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONOMICOS

63

el gasto mnimo en dinero que debe realizar una familia pequea,


siempre que se abstenga de todo lo superfluo. Un ingreso anual
inferior a esta cifra se considera imposible, pues un trabajador
agrcola y su mujer ganan en esa localidad, trabajando como peo
nes y con la comida y vivienda asegurados, 120 rublos por ao;
adems, no tienen gastos para el sustento de los animales, conser
vacin de los aperos, etc., y pueden todava recibir un suplemento
de la tierra entregada en arriendo a sus vecinos (pg. 289). Como
el grupo en cuestin es inferior al medio, tomaremos el gasto
pecuniario mnimo y no el medio, e inclusive la cifra ms baja del
mnimo: 150 rublos, que deben obtenerse con los ingresos suple
mentarios. Con este clculo, la hacienda propia da al campesino
de este grupo (30 -f- 87,5 * = ) 117,5 rublos y la venta de su trabajo,
120 rublos. Por consiguiente, vemos de nuevo que, con una acti
vidad agrcola independiente, los campesinos de este grupo pue
den slo cubrir menos de la mitad de sus gastos mnimos **.
El examgi del carcter de la economa en todas las subdi
visiones del grupo inferior conduce, pues, a la conclusin induda
ble de que, si bien la mayora de los campesinos posee pequeas
superficies sembradas, la fuente predominante de sus medios de
*
Las 3 desiatinas del rea alimentaria reportan 25 rublos por desiatina (25 X 3,5 = 87,5); clculo de Pstnikov, pg. 272.
Los clculos del seor Iuzhakov en Rsskaia M isln nm. 9 del
ao 1835 (Normas de la propiedad agraria popular en Rusia ), confirman
plenamente esta conclusin. Considera que para la provincia de Turida
la norma de sustento, o sea, la ms baja, en la asignacin de tierra de nadiel
por hogar es de 9 desiatinas sembradas. Pero el seor Iuzhakov considera C[ue
el nadiel slo cubre la alimentacin con cereales y los impuestos, y supone
que el resto de los gastos lo cubren los ingresos suplementarios. Los presu
puestos de las estadsticas de los zemstvos demuestran que los gastos del
segundo tipo constituyen ms de la mitad del total de los desembolsos. As,
en la provincia de Vornezh el gasto medio de una familia campesina es
de 495,39 rublos, teniendo en cuenta los egresos en especie y en dinero. De
esta suma, 109,10 rublos se destinan al sustento del ganado [N. V. Iuzhakov
consigna la alimentacin del ganado a cuenta de los prados y otros terrenos
auxiliares, y no de la tierra labranta], 135,80 a la alimentacin con produc
tos vegetales y a los impuestos, y 250,49 a los restantes gastos: ropa, aperos,
arriendo y diferentes necesidades de la hacienda, etc. [24 presupuestos en la
Recopilacin de datos estadsticos del distrito de Ostrogozhsk]. En la pro
vincia de Mosc, el gasto medio anual de una familia es de 348,83 rublos, de
los cuales 156,03 se destinan a la alimentacin con cereales y productos de
rivados y a impuestos, y 192,80 a los restantes gastos. [Promedio de los ocho
presupuestos reunidos por los autores de las estadsticas de Mosc, loe. ct',]

64

V.

5.

LS5NIN

vida es, sin embargo, la venta de su fuerza de trabajo. Todos los


campesinos de este grupo son asalariados ms que agricultores
independientes.
Pstnikov no plante el problema del carcter de la economa
del grupo inferior y no esclareci la relacin entre los ingresos
suplementarios y los provenientes de la explotacin de la hacienda
propia, lo cual constituye un gran defecto de su trabajo. En vir
tud de ello, dej sin aclarar lo suficiente el fenmeno, extrao a
primera vista, de que los campesinos del grupo inferior, que tienen
muv poca tierra propia, la descuiden, la entreguen en arriendo;
debido a ello dej de relacionar con el tipo general de la agricul
tura el importante hecho de que la cantidad de medios de pro
duccin (es decir, tierra, animales de labor y aperos de labranza^
de que disponen los campesinos del grupo inferior est por debajo
del nromedio. Dado que, como hemos visto, el promedio de los
medios de produccin slo permite satisfacer las necesidades pe
rentorias de la familia, los campesinos pobres, como consecuencia
de la penuria en que viven, se ven indefectiblemente obligados a
buscar medios de produccin ajenos para aplicar su trabajo, es
decir, a vender sus brazos.
Pasemos al segundo grupo l medio, que constituye tam
bin el 40 por ciento de la poblacin. A l pertenecen los campe
sinos con una superficie sembrada de 10 a 25 desiatinas por fa
milia. Ei trmino medio es plenamente aplicable a este grupo,
con la reserva, claro est, de que sus medios de produccin se
encuentran un tanto por debajo (no mucho) del promedio: la
superficie sembrada por hogar es de 16,4 desiatinas, mientras el
promedio para todos los campesinos es de 17 desiatinas. Ganado: 7,3
cabezas por hogar, mientrasi el promedio es de 7,6 cabezas (anima
les de labor: 3,2; promedio: 3,1). El total de tierra labranta por
hogar es de 17 18 desiatinas (de nadiel, comprada y arrendada),
con un promedio de 20 21 en los fjes distritos. La comparacin
del nmero de desiatinas cultivadas por hogar con la norma que
dio Pstnikov demuestra que la explotacin de su propia tierra'
rinde a este grupo lo estrictamente necesario para su alimentacin'
Con estos datos se podra pensar, tal vez, que la agricultura
de los campesinos de este grupo es la ms slida: cubren con
ella todos sus gastos; no trabajan para obtener beneficios, sino
slo para satisfacer sus primeras necesidades. Sin embargo, en
la prctica vemos precisamente lo contrario: la agricultura de

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONMICOS

65

los campesinos de este grupo se distingue por su gran falta de


solidez.
Ante todo, en este grupo un promedio de 16 desiatinas de
tierra cultivada parece ser suficiente. Por lo tanto, los que poseen
de 10 a 16 desiatinas sembradas, no cubren con la agricultura to
dos sus gastos y se ven obligados tambin a recurrir a ingresos su
plementarios. Por el clculo aproximado de Pstnikov arriba
inserto vemos que este grupo contrasta 2.846 trabajadores, en
tanto que salen de l 3.389, es decir, 543 ms. Por consiguiente,
cerca de la mitad de las haciendas de este grupo no tienen plena
mente asegurada su subsistencia.
Adems, a cada familia campesina corresponden en l 3,2
animales de labor, mientras que para el tiro se precisan, como
hemos visto, 4. Por lo tanto, una parte considerable de los campe
sinos del grupo no posee losjjnimales necesarios para laborar la
tierra y debe recurrir al acoyuntamiento. El nmero de acoyunteros de este grupo tampoco baja de la mitad; cabe pensar as
porque las familias campesinas que poseen un tiro completo son
ms o menos el 40 po ciento, de las cuales el 20 por ciento forman
parte del grupo superior y el 20 por ciento restante del medio, de
suerte que no menos de la mitad de este ltimo no posee un tiro
completo. Pstnikov no da el nmero exacto de acoyunteros del
grupo. Recurrimos a las recopilaciones de estadsticas de los zemsvos y hallamos los siguientes datos ( de dos distritos) *: [Vase el
cuadro en la pg. 66. \Ed.]
As, pues, en ambos distritos la minora de familias del grupo
medio labora la tierra con animales propios: en el distrito de Melitpol, menos de 1/3 de las familias; en el del Dniper, menos de
la mitad. Por consiguiente, el nmero de campesinos asociados,
estimado ms arriba para los tres distritos (1/2), es ms bien
demasiado bajo pero de ninguna manera exagerado. Naturalmente,
la imposibilidad de laborar la tierra con animales propios explica
ya en medida suficiente la inestabilidad de la hacienda; ms para
aclararlo citaremos la descripcin que hace Pstnikov del trabajo
en comn, aunque es de lamentar que el autor preste tan escasa
*
Recopilacin de datos estadsticos del distrito de Melitpol (Apn
dice al t. I de la Recopilacin de la provincia de Turida). Simferpol, 1885,
pg. B 195. Recopilacin de datos estadsticos del distrito del Dniper (t. II
e la Recopilacin de la provincia de Turida). Simferpol, 1886, pg. B 123.

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONMICOS

atencin a este fenmeno, interesante en el aspecto econmico y


en el de la. vida prctica diaria.
Para los campesinos qua acoyuntan con otros sus animales
dice, la norma de la superficie de trabajo es ms baja [que
para los campesinos que trabajan con animales propios] en virtud
de la regla de la mecnica segn la cual 3 caballos atados a un. solo
tiro no representan una fuerza de traccin 3 veces superior A la
de un solo caballo. Los campesinos asociados pueden vivir en
diferentes extremos de la aldea ( se unen de preferencia los pa
rientes); adems, el nmero de parcelas de los dos campesinos (a
veces tambin se unen tres campesinos) es dos veces mayor que
el de uno. Todo esto hace que se pierda ms tiempo sn trasla
darse de un parcela a otra. [Nota: Al hacerse el reparto de tierras,
cada familia recibe en un lugar determinado un terreno formado
por parcelas contiguas, de acuerdo con el nmero de personas de
que consta, razn por la cual las familias poco numerosas tienen
terrenos ms pequeos. Las condiciones en que se realiza el tra
bajo en comn en la provincia de Turida son muy diversas. Al
campesino asociado que tiene bucker se le permite trabajar una
desiatina ms -por ejemplo, a uno 10 y a otro 11 desiaiinas o ei
que carece de bucker, carga con todos los gastos de su reparacin
durante las faenas. Lo mismo ocurre cuando es desigual la canti
dad. de ganado acoyuntado: a tino le aran un da ms, etc Sn el
pueblo de Kmenka, el propietario de un bucker percibe de 3 a 6
rublos por la temporada de primavera. Las desavenencias entre
los campesinos asociados son por lo general muy frecuentes"]
Para ponerse de acuerdo se pierde un tiempo determinado, y a
veces ocurre que este acuerdo se rompe antes de finalizar ei tra
baje. En otro? casos, los campesinos asociados no poseen caballos
suficientes para si rastrillado; entonces los desenganchan del buc
ker: unos caballos acarrean agua mientras otros rastrillar. En
el pueblo de Iusku me relataron que en muchos casos los cam
pesinos asociados no aran cor bucker ms de 1 desiatina por da,
es decir, la mitad de o normal ( pg. 233)
A la insuficiencia de animales e labor se une la de aperos de
labranza. Segn el cuadro antes expuesto, sobre el nmero de
aperos que corresponden por familia en los diferentes grupos, se
ve que al grupo medie le corresponde en todos los distritos ne
menos de 1 apera por familia. Pero en realidad ia distribucin de
los aperos de labranza^ inclusive denlro del propio grupo, no es

68

V.

I.

L.ENIN

uniforme. Por desgracia, Pstnikov no aporta datos sobre esta


cuestin, y tenemos que recurrir a las recopilaciones estadsticas
de los zemstvos. En el distrito del Dniper, de 8.227 familias cam
pesinas, 1.808 carecen por completo de aperos de labranza; en el
de Melitpol, 2.954 sobre 13.789 s hallan en el mismo caso; en
el primer distrito, el porcentaje de familias que carecen de aperos
es de 21,9, y en el segundo, de 21,4. Es indudable que los campe
sinos que carecen de aperos de labranza se aproximan por su si
tuacin econmica al grupo inferior, mientras que los que poseen
ms de un instrumento de labor se acercan al grupo superior, El
nmero de los que no poseen arados es aun mayor: en el distrito
del Dniper, el 32,5 por ciento y en el de Melitpol, el 65,5. Por
ltimo, los campesinos de este grupo poseen nfima cantidad de
segadoras ( que tienen gran importancia en la agricultura en el sur
de Rusia dada la escasez de braceros para recoger la cosecha a
mano y los campos largos * que hacen que se prolongue el aca
rreo de la mies durante, meses enteros): en el distrito del Dniper
hay 20 segadoras en total (1 por cada 400 familias); en el de Me
litpol, 178/2 (1 por cada 700).
Pstnikov explica como sigue el sistema general de laboreo de
los campesinos de este grupo:
Los campesinos que tienen menos de cuatro animales de
tiro acoyuntan indefectiblemente sus animales para el laboreo de
la tierra y para la siembra. Los de esta categora disponen en su
familia de una o dos personas que trabajan. La capacidad relativa
de trabajo de dichos campesinos disminuye dada la menor dimen
sin de la hacienda, la necesidad de acoyuntar su ganado y la
exigua cantidad de aperos que poseen. Lo ms frecuente es que
los campesinos asociados hagan la labranza con un pequeo bucker de tres rejas, con el cual se trabaja ms lentamente. Si reco
gen el grano con una mquina alquilada a sus vecinos, slo pueden
disponer de ella cuando stos han terminado su cosecha. La siega
a mano es ms lenta, y en ciertos casos exige la contrata de braceros,
lo que la encarece. A los campesinos que no tienen familiares aptos
para el trabajo, cualquier asunto domstico de urgencia o el cum
*
Tierras de nadiel que se extendan a lo largo de muchos kilmetros
(25 a 30 en cada direccin), en varias regiones esteparias del sur y el
oeste, donde predominaban los poblados grandes, que reunan a centenares
de familias campesinas. ( Ed.)

LOS NUVOS CAMBIOS ECONOMICOS

plimiento de sus deberes cvicos les hace interrumpir la labor. Si


un campesino de estas caractersticas va a trabajar a un campo
lejano, donde los campesinos acostumbran pasar la semana entera
hasta terminar de arar y sembrar, se ve obligado a ir ms a men*
do a la aldea para ver cmo est su familia (pg. 278). Estos
campesinos (que son la nica persona que trabaja en la familia)
constituyen la mayora en el grupo que examinamos, como veremos
por el siguiente cuadro que inserta Pstnikov para mostrar el n
mero de trabajadores en las familias de los diversos grupos de
agricultores en los tres distritos de la provincia de Turida (pg.
143).

Por este cuadro puede verse que 3/5 partes de las familias
del grupo medio slo tienen un miembro apto para el trabajo o
carecen por completo de l *.
Para ilustrar la relacin entre el grupo medio y el superior,
* Para confirmar su tesis sobre las considerables ventajas que tienen para
el laboreo de la tierra los campesinos de familia numerosa (es decir, con mu
chas personas aptas para el trabajo) sobre los que estn solos para el trabajo,
Pstnikov se remite al conocido libro de Trirgov, La comunidad y los tributos.

70

V.

I.

LENK

y la estabilidad de sus haciendas en general, presentemos unos


datos extrados de la Recopilacin de datos estadsticos del dis
trito del Dniper, acerca de la distribucin entre los grupos de
toda la tierra que se encuentra a disposicin de los campesinos y,
en particular, del rea sembrada 5. Obtenemos el siguiente cua
dro: [Vase el cuadro en la pg. 71. Ed.]
Por este cuadro se ve1que el grupo medio aventajaba a todos
en cuanto a la cantidad de tierra de nadiel laborable: en sus manos
se encontraba el 46,5 por ciento de la tierrp. La escasez de tierra
de nadiel oblig a los campesinos a recurrir al arriendo, y gracias
a ello el rea usufructuad? aument, por lo general, en ms de una
vez y media. La cantidad de tierra del grupo medio tambin
aument en sentido absoluto, pero disminuy en sentido relativo:
le qued slo el 41,2 por ciento de la superficie total y el 43 por
ciento del rea sembrada, el primer lugar lo ocup el grupo su
perior. Por consiguiente, no slo el inferior, sino tambin el grupo
medio suae la presin directa del superior, que les arrebata la
tierra.
Lo expuesto hasta aqu ncs da derecho a caracterizar del si
guiente modo la situacin econmica del grupo medio. Forman
parte de l los campesinos que viven exclusivamente de los ingresos
provenientes de Ja tierra que ellos mismos cultivan; la superficie
de sta es casi, igual a la superficie! media de tierra cultivada de los
campesinos locales ( o un poco menores) y cubren escasamente las
necesidades perentorias de la familia. Pero la insuficiencia de
animales de labor y de aperos de labranza, as como su desigual
distribucin, hacen que la hacienda de los campesinos de este
grupo sea inestable, precaria, debido especialmente a la amena
zadora tendencia del grupo superior a desplazar a los grupos in
ferior y medio.
Examinemos el ltimo grupo, el superior, constituido por los
campesinos ricos. En los distritos de Turida pertenece a l 1/5
de la poblacin, con una superficie sembrada de ms de 25 desia-

*
Los dato.s se refieren u todo el distrito del Dniper, incluyendo las
aldeas que no estn adscritas a las circunscripcionrs Los dptos de la columna:
total de tierra en usufructo fueron calculados por m sumando la tierra de
nadiel, Ja jrrendada y ia comprada, y descontando la entregada en arriendo.
Se tom el distrito del Dniper porque est habitado casi en su totalidad por
rusos.

72

V.

I, L E N I N

tinas por hogar. Ms arriba hsmos citado datos suficientes que


indican hasta qu punto es efectivamente ms rico que los otros
en animales de labor, en aperes de labranza, en tierra do nadie!,
etc. Para demostrar en qu medida ios pertenecientes a l son
ms pudientes que los campesinos medios, basta con facilitar los
datos sobre las sementeras: en el distrito del Dniper, al grupc de
campesinos ricos le corresponden por hogar 41,3 desiatinas de su
perficie sembrada, mientras que el promedio dei distrito es de
17,8, es decir, menos de la mitad. En general este aspecto del pro
blema la mayor prosperidad de los grandes agricultores ha sido
explicado por Pstnikov en forma bastante completa; pero apenas
prest atencin a otro problema de bastante mayor significacin:
el de la importancia que tiene la economa de este grupo en la
produccin agrcola general del distrito y cul es (para los otros)
el precio de los xitos del mismo.
Lo cierto es que este grupo es muy reducido: en la regin
ms prspera del sur. en la provincia de Turida, slo constituye
el 20 por ciento de la poblacin. Cabra pensar que su importan
cia en la economa de toda la comarca no es grande *. Pero en
realidad observamos justamente lo contrario: en la produccin
agrcola general, esta miona acomodada desempea el papel pre
dominante. Si tomamos el total del rea sembrada de los tres
distritos de Turida 1.439.267 desiatinas veremos cue en poder
de los campesinos ricos se encuentran 724.678 desiatinas, es decir,
ms de la mitad. Se sobrentiende que tales cifras estn lejos de
expresar con exactitud el predominio del grupo superior, puesto que
la cosecha de los campesinos acomodados es mucho ms abun
dante que la de los pebres y medios, cuyas haciendas, a juzgar
por la definicin ms arriba expuesta por Pstnikov, no estn
bien organizadas.
Los campesinos del grupo superior son, pues, los principales
productores de cereales, y por eso ( cosa que tiene una importancia
especial y muy a menudo sej olvida) todas las caracterizaciones de
la economa agrcola, los juicios sobre las mejoras del agro, etc.,
se refieren con preferencia y ms que nada ( a veces hasta de ma1
En esto error incurre, por ejemplo, el seor Slnimiki, quien en su
artculo yobre el libro de Pstnikov dice: El grupo de campesinos ricos se pier
de entre la masa de campesinos pobres, y en algunos sitios parece como si no
existiera en absoluto ( Visfnik EorojH7, 1893, nm. 3, pg. 307),

LOS NUEVOS CAM BIOS ECONMICOS

73

aera exclusiva) a la minora pudiente. Tomemos, por ejemplo,


los datos sobre la distribucin de los aperos de labran/a ms per
feccionados.
Pstnikov nos dice lo siguiente sobre los aperos del camper
sino de la provincia de Turida:
Los aperos de los campesinos, salvo ligeras excepciones, sor*
los mismo? que los de los colonos alemanes, pero menos variados,
en parle de peor calidad y por ello ms baratos. Constituye una
excepcin la parte suroeste del distrito del Dniper, con una po
blacin poco numerosa y desperdigada que conserva hasta ahora
ios primitivos aperos ucranios, con el pesado arado de madera y
la grada de madera con pas de hierro. En el reste de les dis
tritos de Turida, utilizan por doquier moderno arados de hierro.
Junto con el arado, el b u ck er ocupa un puesto do primera impor
tancia en el laboreo de la tierra, siendo en muchos casos el nico
apero de labranza que poseen los campesinos. Pero el b u ck er se
utiliza con ms frecuencia al mismo tiempo que el arado [ - . . J
Como gradas se empican en todas partes rastras de madera con
pas do hierro. Estas gradas son de dos tipos: las tiradas por dos
caballos, que abarcan una franja de 10 pies * de ancho, y las
tiradas por un caballo, que miden de ancho ms o menos un
sazhen * * [ . . . ] El b u rk er es un instrumento de tres, cuatro o
cinco rejas [ . . . ] A menudo se acopia a su parte anterior una pe
quea sembradora, que funciona accionada por la rueda del bucker.
Este dispositivo vierte la semilla y el bu ck er va tapando los surcos.
Los campesinos emplean adems, aunque no con frecuencia, el
rodillo de madera, que sirve para allanar ios campos despus de
efectuada la siembra. Las segadoras se han difundido entre los
campesinos, sobre todo en el ltimo decenio. En las aldeas prs
peras, segn afirman los propios campesinos, casi la mitad de las
familias las poseen [ , . . ] Les cortadoras de hierba abundan mu
cho menos que las segadoras [ . . . ] Asimismo estn poco extendi
das entre los campesinos las gradas tiradas por caballos y las trilladoras. El uso de las aventadoras es general [ .. ] Para el tras
porte se utilizan exclusivamente carretones alemanes y mazhari ***,
" E l pie meda en Ttusia 30 ,5 cm. ( Ed. )
** Medida rusr. de longitud equivalente a tres arshinas 2,134m. (Ed.)
Mazhara: largo y pesado carretn campesino con un armazn de varas
livianas a ambes lados. (Ed.)

74

V.

I.

l e w i n

que ahora se construyen en muchas aldeas rusas [ . . j Para la


trilla se emplean en todas partes rodillos de piedra dentados, de
mayor o menor tamao (pgs. 213-215).
Para conocer cmo estn distribuidos dichos aperos hay que
recurrir a Jas recopilaciones estadsticas de los zemslvos, aunque
tampoco sus datos son completos- las estadsticas de Turida slo
registraban los arados y los bucker, las cortadoras de hierba y
segaderas y los carros (es decir, los carretones o los mazhari).
Si sumamos los datos de los distritos de Melitpol y del Dniper
veremos que, del total de arados y aperos de labranza ligeros
(46.522), el grupo superior posea 19.987, o sea, el 42,9 por cenlo;
2-3.747 carror sobre 59.478, es decir, ei 39,9 por ciento; y por ltimo,
2.841 segadoras y cortaderas de hierba sobre 3.081, o sea, el 92,8
por ciento.
Hemos trascrito ms arriba dacos demostrativos de que la
productividad del trabajo en los grupos superiores de campesinos
es considerablemente ms elevada que en Ies inferiores y medios.
Veamos ahora las particularidades tcnicas que determinan esta
peculiaridad de la economa de los grandes agricultores.
Ei rea de las tierras que los campesinos poseen y usufruc
tan dice Pstnikov determina tambin, en grado considerable.,
el sistema y el carcter de Ja agricultura. Por desgracia, hasta
ahora esta dependencia entre una y otra cosa ha sido poco estu
diada por nuestros investigadores de la agricultura, quienes en
muchos casos siguen considerndolo algo homogneo en todas
las capas ce la poblacin rural. Dejar a un lado el sistema de
agricultura e intentar resumir brevemente estas particularidades
de la tcnica con que explotan su hacienda los diferentes grupos
(campesinos, en la medida en que para m quedaron claras durante
mis viajes por los distritos de Turida.
Los campesinos que trabajan con animales propios, sin tener
que acoyuntar, poseen cuatro, cno, seis y ms animales de labor *,
y su situacin econmica ofrece en este sentido una gran diferen
cia. Un bucker de ouacro rejas exige un tiro de cuatro animales,
para uno de cinco rejas hacen falta cinco. Despus de arar hay
que rastrillar, y si el campesino no posee un caballo de ms, no
puede rastrillar el campo a meaida que va arando, sino despus
*
Los del grupo rico tienen de S a 10 animales de labor por familia (ver
dates tntericr.:).

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONOMICOS

75

de que el campo ha sido arado; as decir, cubre las semillas cuando


i? tierra est ya algo seca, cosa que no favorece la germinacin.
Si la arada se hacs si gran distancia de la aldea y exige el acarreo
de agua y pienso, tambin hay que interrumpir el trabajo s no se
posee otro caballo. En todos les casos en que se carece de un
equipo completo de animales de tiro, hay prdida de tiempo y
etraso en la siembra. Cuando poseen ms bestias de labor y un
bucker de muchas rejas, los campesinos realizan su :;iembra con
ms rapidez, el buen tiempo se aprovecha mejor y las semillas se
cubren con tierra ms hmeda. lias ventajas de la tcnica en la
siembra de primavera las aprovecha el propietario completo', que
posee en su hacienda Go, todava, mejor, 7 animales de labor. Con
7 caballos pueden funcionar a un mismo tiempo un backer de cinco
rejas y dos rastras. Este propietario dicen los campesinos- *no
hace altos entre faena y faena.
"Ms importante aun es la diferencia en la situacin de estos
campesinos en el perodo que sigue a la siega, que es cuando, en
caso de buena cosecha, el trabajo de la hacienda campesina requie
re que se utilicen a! mximo las fuerzas de trabaje. El labrador
que posee 6 animales de tiro efecta a trilla paralelamente al aca
rreo del cereal y no tiene que hacinarlo, lo cual, como es natural,
ahorra tiempo y mano de obra* (pg. 277).
Para completar la descripcin del carcter de la economa de
estos grandes agricultores sealaremos, adems, que la agricultura
en el caso de este grupo es una empresa comercial', segn hace
notar Pstnikov. Los datos expuestos sobre las dimensiones del
rea comercial confirman plenamente la caracterizacin hecha por
el autor puesto que la mavor parte del rea sembrada, el 52 por
ciento de la superficie en; las; haciendas con un rea de 25 hasta 50
desiatinas y el 61 por ciento en las qu tienen un rea sembrada
de ms de 50 produce para, el mercado. De ello son asimismo
testimonio los ingresos monetarios percibidos: aun el ingreso mni
mo del gruuo acomodado 574 rublos por hogar- supera en ms
del doble la suma de los gastos pecuniarios (200 250 rublos),
oreando as un excedente que se acumula y sirve para la ampliacin
de la hacienda y su mejora. Entre los campesinos ms acomoda
dos, con un rea sembrada superior a 50 desiatinas por hogar,
hasca "una de las ramas de la, ganadera la cra de ovejas de lana
ordinaria-- adquiere un carcter mercantil, dice Pstnikov (og.
188).

76

V.

I.

I/E N I N

Pasemos ahora a otro problema, estudiado tambin de un


modo insuficiente (apenas si lo toca) por Pstnikov: cmo se
reflejan los xitos econmicos de esta minora sobre la masa de
campesinos? Sin duda, en forma absolutamente negativa: los da
tos arriba expuestos (en especial sobre el arriendo) proporcionan
pruebas suficientes de ello, de manera que aqu cabe limitarse tan
slo a hacer un resumen. En los tres distritos de la provincia
los campesinos arriendan en total 476.334 desi atinas (de nadiel y
que no snn nadiel), de las cuales el grupo acomodado toma 288.727,
es decir, ms de las 3 /5 partes (63 por ciento), Al grupo pobre le
corresponde slo el 6 por ciento, al medio, el 31 por ciento. Si
se tiene en cuenta que los dos grupos inferiores son los que ms
necesidad tienen si bien no exclusivamente de tomar tierra en
arriendo ( los datos antes expuestos sobre la distribucin de la ci
rra del distrito del Dniper entre los grupos campesinos demues
tran que al grupo superior casi le basta con la tierra de nadiel
laborable para las dimensiones normales" del rea sembrada),
comprenderemos que ambos grupos tienen que padecer ce una
enorme escasez de tierra, debido a la ampliacin de las sementeras
comerciales de los campesinos acomodados.*
El examen de la distribucin del arriendo de las tierras de
nadiel, Cuyos datos se expuso ms arriba, lleva enteramente a las
mismas conclusiones. Con el fin de destacar la importancia que
tiene para los campesinos de los diferentes grupos el arriendo de
tierras de nadiel, citaremos la descripcin de este fenmeno hecha
en el captulo IV de la obra do Pstnikov.
La tierra de nadiel dice es en el momento actual objeto de
vastas especulaciones entre los campesinos del sur de Rusia.
A cuenta de la tierra se reciben prstamos contra entrega de letras
de cambio, muy difundidas cutre los campesinos de Turida, con
la particularidad de que los ingresos provenientes de la tierra,
ouedan para el prestamista hasta que se ha pagado la deuda, la
tierra se arrienda o se Vende por un ao, por dos y a plazos ms
largos, 8, 9 y 11 aos, y estos arriendos de las parcelas son certifi
cados oficialmente en las administraciones de las circunscripciones
*
El colono alemn oprime al campesino local [. . . J peque lo priva de
la tierra vecinal, que podra tomar en arriendo o comprar ( pg. 2 9 2 ). dice
Pstnikov. Es evidente que, en tste aspecto, el campesino ruso acomodado
est ms cerca del colono alemn que de su compatriota pobre.

lo s n uevos

Ca m

b io s

e c o n m ic o s

77

y de las aldeas. Yo pude ve? ios domingos y das feriados, en las


grandes aldeas, ante los edificios de las administraciones rurales,
verdaderas muchedumbres bulliciosas. A mi pregunta sobre el
motivo de tai aglomeracin, me contestaron que all, mientras
tomaban refrescos, se proceda a la venta* de las tierras de nacfiel,
venta que cuidaba registrada en los bros por las autoridades
rurales [ . . . ] La 'venta de las tierras de nadie! se realiza, tanto
en las aldeas donde la fierra est dividida segn el nmero de
personas registradas en cada familia y donde no se hacen redistri
buciones radicales de tierra, como en ias aldeas donde la tierra
est dividida do acuerdo con. el nmero real de miembros de cada
familia, y est sujeta a redistribuciones peridicas. Slo que, en
este ltimo case, las operaciones so hacen, por lo general, para pe
rodos ms cortos, hasta la fecha de ia nueva redistribucin, que
en estos lugares, recientemente y en la mayora de los casos, la
ha determinado por anticipado la decisin de la comunidad sobre
la redistribucin. En la actualidad, esta negociacin de tierras de
nadie' en las localidades del sur de Rusia est ligada a los intereses
ms vitales de los campesinos ricos, tan numerosos aqu, sobre todo
en los distritos de Turida. Entre otras cosas, constituyo una de
las condiciones principales para, la agricultura en vasta escala,
practicada aqu por los campesinos acomodados de Turida y que
Ies reporta grandes beneficios econmicos. Por ello, dichos cam
pesinos reaccionan hoy con tanta sensibilidad a cualquier cambio
en su gnero de vida que puede privarlos de esta forma de arriendo,
barato en la mayora de ios casos, de tierras que, adems, estn
situadau cerca de la aldea (pg. 140). Ms adelante se relata que
la Audiencia del distrito de Me'iitpo para asuetos de los campesi
nos * exigi que cada caso de entrega de ios nadie! en arriende
se hiciera de conformidad con la decisin ds la asamblea rural,
cmo afecta esta disposicin a los campesinos y cmo su nica
consecuencia ha sido, por el momento, la desaparicin en los tri
bunales rurales re los registros de contratos de arriendo, aunque
5 Estas audiencias de distrito fueron creadas por si gobierno zarista en
ISV4 para controlar a los organismos le 'Vlminfetracin pblica campesina
en Iej aldsaa y distritos rurales Estaban -presididas por representantes1 de la
nobleza y las integraban Ioj iefej de polica, jiisccs a paz y presidentes de
es consejes a ioj emstvos ds3 distrito. Dependiat de los organismos p r o v in
ciales, <us flirigM los gobernadores zaristas. (Ed.)

78

V, X. 2L E N I N

es posible que se sigan llevando como libros extraoficiales (pg.


140).
A pesar de que arriendan cantidades inmensas de tierra, los
campesinos acomodados son casi los nicos compradores de tie
rras: en el distrito del Dniper se encuentra en sus manos el 78
por ciento de toda la tierra comprada; en el de Melitpol, 42.737
desiatinas sobre un total de 48.099, es decir, el 88 por ciento.
Por ltimo, esa misma categora de campesinos es la nica que
utiliza el crdito. Como agregado a la nota del autor, antes in
serta, sobre las cajas rurales del sur, citaremos la siguiente descrip
cin de stas:
Las cajas y sociedades rurales de ahorro y prstamo, exten
didas hoy en algunas zonas del pas son, por ejemplo, muy nu
merosas en los pueblos de la provincia de Turida, ofrecen su
concurso principalmente a los campesinos acomodados. Cabe pen
sar aue su ayuda es de esencial importancia. Ms de una vez he
tenido ocasin de escuchar de labios de los campesinos de la pro
vincia, donde funcionan tales sociedades, frases como sta: Gra
cias a Dios, ahora nos hemos librado de los judos; pero los que
as hablan son campesinos acomodados. Los poco pudientes no
encuentran fiadores y no utilizan los prstamos (pg. 368). Tal
monopolizacin del crdito no tiene nada de sorprenderte: una
transaccin crediticia no es otra cosa que una compraventa con
pago a largo plazo. Es muy natural que slo pueda satisfacer el
pago auien disponga de medios, y stos, entre los campesinos del
sur de Rusia, slo los posee la minora acomodada.
Para completar la descripcin de la economa de este grupo,
que por los resultados de su actividad productora supera a todos
los dems juntos, slo resta recordar que utiliza en considerable
medida el trabajo asalariado que se ven obligados a proporcionar
los representantes del grupo inferior. Es necesario sealar, al res
pecto, que hacer un clculo exacto del trabajo asalariado en la
produccin agrcola ofrece dificultades-inmensas, que, al parecer,
an no han podido vencer nuestras estadsticas de los zemstvos.
Como la agricultura no exige un trabajo permanente y uniforme
durante todo el ao, sino slo un trabajo intenso en perodos con
cretos, el mero registro de los obreros asalariados permanentes no
expresa, ni mucho menos, el grado de explotacin del trabajo
asalariado, y el recuento de los obreros temporarios (que son con
frecuencia trabajadores a destajo) es en extremo difcil. Cuando

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONOMICOS

79

Pstnikov hace el clculo aproximado del nmero de obreros asa


lariados existentes en cada grupo, toma como norma de trabajo en
el grupo acomodado 15 desiatinas sembradas por trabajador.11
En el captulo VII de su libro, donde el autor examina con detalle
cules son en realidad las dimensiones del rea cultivada, vemos
que slo se alcanza semejante norma all donde se cosecha a m
quina. Sin embargo, ni siquiera en el grupo acomodado es gran
de la cantidad de segadoras: en el distrito del Dniper, por ejem
plo, corresponde aproximadamente una por cada 10 familias cam
pesinas; as que, aun teniendo en cuenta la afirmacin del autor
de que los propietarios de mquinas, cuando terminan su cosecha,
las dan en alquiler, resulta de todas formas que la mayor parte
de los campesinos tienen que; pasarse sin ellas, y, por consiguiente,
contratar braceros. De aqu que el trabajo asalariado se utilice en
el grupo superior, en mayor proporcin de la que calcula el autor,
de modo que los elevados ingresos en dinero obtenidos por los
campesinos de este grupo representan en grado considerable (si
no por entero) ingresos provenientes del capital, en la significacin
especfica que a este trmino le atribuye la economa poltica cien
tfica.
Resumiendo lo dicho sobre el tercie* grupo, obtendremos la
siguiente caracterizacin: los campesinos ricos, cuyos medios de
produccin son considerablemente superiores al nivel medio y
cuyo trabajo se distingue, en virtud de ello, por su gran producti
vidad, son los principales productores agrcolas de toda la regin, y
predominan sobre los dems grupos; por su carcter, la agricultura
de este grupo es comercial, basada en grado muy considerable en
la explotacin del trabajo asalariado.
Esta breve revista de las diferencias poltico-econmicas
existentes en la economa de los tres grupos de la poblacin local
se ha basado en la sistematizacin de los materiales insertos en el
libro de Pstnikov sobre la agricultura en el sur de Rusia. Demues
tra, a mi parecer, que es absolutamente imposible hacer un estudio
de la hacienda campesina ( desde el punto de vista de la economa
poltica) sin dividir a los campesinos en grupos. Pstnikov, como
*
Para 1,8 a 2,3 trabajadores este clculo representa de 27 a 34,S desia
tinas, y los campesinos del grupo acomodado siembran de 34,5 a 75. Por
consiguiente, la caracterstica general de este grupo consiste en que las dimen
siones de su hacienda superan con mucho la norma de trabajo de la familia.

80

V.

I.

LENI

ya se ha sealado, lo reconoce, e inclusive reprocha a las estads


ticas de los zemstvos el no hacerlo; les reprocha que sus combina
ciones, a pesar de toda la abundancia de cifras, no son claras y
que los rboles les impiden ver el bosque (pg. X II). Difcil
mente tiene derecho a lanzar semejante reproche, puesto que l
mismo no ha hecho una divisin sistemtica de los campesinos en
grupos claros; pero lo acertado de su exigencia no deja lugar a
dudas. Una vez reconocido que entre las diversas haciendas cam
pesinas se observan diferencias no slo cuantitativas, sino tambin
cualitativas *, se hace absolutamente necesario dividir a los cam
pesinos en grupos que se distingan, no por su bienestar, sino por
el carcter econmico-social de su agricultura. Permtasenos con
fiar en que las estadsticas de los zemstvos no demorarn la rea
lizacin de esta tarea.

V
Pstnikov no se limita a sealar la divisin econmica existente
entre los campesinos, sino que indica la agudizacin de este fen
meno:
En nuestro pas dice existe por todas partes, y existi en el
pasado, la diversidad de bienestar econmico en los grupos cam
pesinos, pero en los ltimos decenios esta diferenciacin de la po
blacin campesina comenz a manifestarse en una forma muy pro
nunciada, y es evidente que se acrecienta progresivamente (pg.
130). Las difciles condiciones econmicas de 1891 00 deban dar
opina el autor un nuevo impulso a este proceso.
Cabe preguntar: cules son las causas de tal fenmeno, que
* Tipo de explotacin de la hacienda: de consumo propio y comercial;
carcter de la explotacin del trabajo: venta de su fuerza de trabajo como
fuente principal para la obtencin de los medios de vida, y compra de la
fuerza de trabajo como consecuencia necesaria de la ampliacin del rea
sembrada ms all de los lmites de la capacidad de trabajo de la familia.
* * Se alude al hambre de .1891, que fue particularmente agudo en las
provincias orientales y surorientales, y por su intensidad super todas las cala
midades naturales anlogas sucedidas en el pais. Las incontables penurias
que ocasion a los trabajadores los sumi en la miseria y aceler el proceso
de formacin del mercado interno para el capitalismo ( vase F . Engels, El
socialismo en Alemania, y V. I. Lenin, ob. cit., t. III, cap. II, X II y cap.
V III, 1 ). ( E d .)

LOS NUEVOS CAM BIOS fCONOMlOOS

81

ejerce una influencia tan enorme sobre toda la poblacin cara


pesina?
La provincia de Turida dice Pstnikov es una de las
ms ricas en tierras en la Rusia europea, con mayor cantidad de
tierra de nadiel distribuida entre los campesinos; all subsiste en
todas partes el rgimen comunal de posesin de la tierra, con una
distribucin ms o menos equitativa segn el nmero de bocas, y
la agricultura constituye la ocupacin casi exclusiva de la pobla
cin rural; sin embargo, en esta misma provincia, segn datos
del censo por hogares, el 15 por ciento de la poblacin rural
no posee animales de labor, y cerca de 1/3 de la poblacin ca
rece de la cantidad suficiente de aperos para el laboreo de
su tierra de nadiel (pg. 106). De qu depende pregunta el
autor una diferenciacin tan grande entre los grupos, y en parti
cular, a qu obedece el hecho de que, siendo la economa exclusi
vamente agrcola, haya un porcentaje tan elevado de campesinos sin
sementeras y sin animales de tiro como el que existe hoy en la zona
descrita? (pg. 130).
Pstnikov se dispone a inquirir la causa de este fenmeno,
pero (afortunadamente, no por mucho tiempo) se desorienta por
completo y comienza a razonar sobre la indolencia, la embria
guez, y aun sobre los incendios y el robo de caballos. A pesar
de todo, la conclusin qua se puede extraer es que el aspecto ms
importante del problema no reside en estas causas. El desamparo
de las familias, es decir. la carencia de trabajadores adultos, tam
poco aclara nada: del nmero total de familias que no cultivan
la tierra (es decir, que no tienen sementeras) que existen en los
distritos de Turida, las familias que se encuentran en esas condi
ciones constituyen slo el 18! por ciento.
Las causas principales de la existencia de familias que no
cultivan la tierra concluye el autor deben ser buscadas en otros
factores de la vida econmica de los campesinos (pg. 134).
Supone que entre las causas ya sealadas, que contribuyen
a la disminucin del cultivo de la tierra entre algunos campesinos,
puede considerarse la principal por desgracia, hasta hoy poco
esclarecida por nuestras estadsticas de los zemstvos la frag
mentacin de las tierras de nadiel y las limitaciones que sufren los
campesinos en lo referente al usufructo de la tierra, la reduccin
de las dimensiones promedio de la hacienda campesina (pg.
141). La causa fundamental de la pobreza econmica de Rusia

82

V.

X.

LENIN

dice el autor es la pequea extensin de las tierras y las ha


ciendas de los campesinos, que no permiten utilizar toda la capa
cidad de trabajo de la familia (pg. 341).
Para aclarar esta tesis de Pstnikov formulada con extrema
inexactitud, pues el propio autor dice que las dimensiones medias
de una hacienda campesina (17 a 18 desiatinas de superficie sem
brada) son suficientes para que una familia viva a cubierto de
toda necesidad y que es imposible hacer una caracterizacin ge
neral, en bloque, de todos los campesinos en relacin con las di
mensiones de la hacienda, hay que recordar que ms arriba
estableci una ley general sobre la elevacin de la productividad
del trabajo de los campesinos a medida que aumentan las dimen
siones de la hacienda. nicamente en los grupos superiores se
logra, segn su clculo, la plena utilizacin de la mano de obra
de la familia (y de los animales de labor): por ejemplo, en los
distritos de Turida, slo por los campesinos acomodados; la in
mensa mayora de la poblacin "escarba la tierra improductiva
mente (pg. 340), derrochando una gran cantidad de fuerzas.
A pesar de que el autor ha demostrado plenamente que la
productividad del trabajo depende de las dimensiones de la hacien
da y que en los grupos inferiores de campesinos existe una pro
ductividad extremadamente baja, no es posible argir que esta ley
(Pstnikov la denomina superpoblacin del agro de Rusia, satu
racin de trabajo en la agricultura) sea la causa de la diferencia
cin del campesinado: la cuestin es precisamente saber por qu el
campesinado se ha dividido en grupos tan diferentes, y la superpo
blacin del agro presupone ya tal divisin; el autor se ha formado
el concepto de esa divisin comparando las pequeas haciendas
con las grandes, as como la rentabilidad de stas. Por eso no es
posible contestar a la pregunta de qu depende la amplia diver
sidad de los grupos? diciendo que de la superpoblacin del agro.
Por lo visto, Pstnikov tambin lo comprende, slo que no se plan
tea en forma concreta la tarea de investigar las causas del fen
meno, por lo que sus observaciones pecan de cierta incoherencia:
junto a tesis inacabadas, inexactas, hay tambin pensamientos
justos. As, por ejemplo, dice:
No se puede esperar que la lucha encarnizada que se desa
rrolla actualmente,, en la vida rural, en tomo de la posesin de
la tierra contribuya en el futuro a desarrollar en la poblacin los
principios de la comunidad y de la concordia. Y esta lucha no es

LOS NUEVOS CAMBIOS ECONMICOS

83

temporaria, no se debe a condiciones fortuitas [ . . . ] A nuestro


juicio, no es una lucha de las tradiciones comunales contra el in
dividualismo que se desarrolla en la vida rural, sino una simple
lucha de intereses econmicos, que ha de terminar con un desen
lace fatal para una parte de la poblacin, debido a la escasez de
tierra (pg. X X X II).
Es obvio dice en otro lugar que, dada la escasez de tie
rra y las reducidas dimensiones de la hacienda; dado que no hay
suficientes ocupaciones auxiliares, no puede existir bienestar entre
los campesinos, y todo lo econmicamente dbil deber ser exclui
do de la agricultura campesina, de una u otra forma, tarde o tem
prano (pg. 368).
Estas observaciones contienen una respuesta mucho ms acer
tada a la pregunta; una respuesta que armoniza plenamente con el
fenmeno arriba sealado, de la diferenciacin de la poblacin.
La respuesta es la siguiente: la aparicin de una masa de familias
campesinas que no cultivan la tierra y el aumento de su nmero
son determinados por la lucha de intereses econmicos entre los
campesinos. En qu terreno se realiza esta lucha y con qu me
dios? Por lo que se refiere a los medios, lo son no slo ni tanto el
tipo de divisin de la tierra ( como podra pensarse por las obser
vaciones de Pstnikov que acabamos d citar), sino la disminucin
de los costos de produccin, consecuencia del aumento de la di
mensin de la hacienda; de ello se ha hablado suficientemente con
anterioridad. En cuanto al terreno* en que surge la lucha, lo indica
con bastante claridad la siguiente observacin de Pstnikov:
Existe un mnimo determinado de rea econmica, por de
bajo del cual no puede descender la hacienda campesina, porque
entonces se tomara desventajosa o inclusive imposible de man
tener. Para la alimentacin de la familia y del ganado [?] es
necesario tener en la hacienda un rea alimentaria determinada;
la hacienda que carece de ingresos adicionales, o que los tiene en
pequea medida, necesita, adems, cierta rea comercial, el pro
ducto de la cual ha de venderse a fin de proporcionar a la familia
campesina dinero en efectivo para el pago de los impuestos, para
procurarse ropa y calzado, y para los gastos necesarios de la ha
cienda en aperos de labranza, edificacin, etc. Si las dimensiones
de la hacienda campesina son inferiores al mnimo mencionado,
resulta imposible seguir explotndola. En tal caso, el campesino
encontrar ms conveniente abandonar la hacienda y convertirse

34

v. i.

l e n M

en pen rural, ya que SiS gastos sern menores y podr satisface*


mejor sis necesidades con un ingreso global menor" (pg. 141),
Si por una paito le resulta ventajoso ampliar sus sementeras
mucho ms aL de los lmites de su propia necesidad de cereales,
es porque puede vender su producto. S por la otra le resulta ven
tajoso dejar de'trabajar sus tierras y convertirse en pen, es porque
la satisfaccin de iai mayor parte de sus necesidades exige dinero,
es decix, ventas *; y- como al vender los productos de su hacienda
encuentra un rival eii el marcado, con el cual no puede competir,
lo le oueda un camino: vender su fuerza de trabajo. En una pa
labra, el terreno en que se desarrollan los fenmenos airiba des
critos es la produccin para ia venta. La causa fundamental de
la aparicin de la lucha de intereses econmicos entre ios campe
sinos es la existencia de un rgimen ea el cual el regulador de 3a
produccin social es el mercado.
Luego de la descripcin de "los nuevos cambios econmicos
en la vida campesina y dei intento de explicarlos, Pstnikov pasa
a exponer las medidas prcticas que deben resolver el problema
agrario. No lo seguiremos en este terreno, en primer lugar, porGue ello no entra en el p5an del presente artculo; y en seKuodo
trmino, porque esta pare de su obra es ia ms dbil. Elic se
comprender plenamente si se recuerda que hemos observado el
mavor nmero de contradicciones y reticencias precisamente en
los lugares en que el autor quiso explicar los procesos econmicos,
n una explicacin completa y exacta de stos no se puede ni
hablar de propone, medidas prcticas.

*
Comprense ios cktos arriba citados sobre si arca alimentaria y el rea
comercial (tos ingresos de estas .uperficies son ioj nicos que so destinan a
cubrir as necesidades del agricultor y no la de la hacienda, es deci", repre
sentan Ingresos en el sentidn literal Je la palabra, y no gvtos de produccin >,
as como ios datos sobre le. gasto? inonetaiioa promedio de un campesino de
la provincia de Turida ea relacin con In cantiga" de cereales cpstirta-los a
la. al-.Jseniacin ( htoe-i por persona, sea cua! fuere su sexo).

EL LLAMADO PROBLEMA DE
LOS MERCADOS 8

Escrito en el otoo de 1893.


Publicado por primera vez el 7
de noviembre de 1937, en la re
vista Bolshevik, nm. 21.

Se publica de acuerdo con el


manuscrito.

Puede el capitalismo desarrollarse, y desarrollarse plena


mente, aqu, en Rusia, donde la masa del pueblo es pobre y con
tina empobrecindose cada vez ms? En efecto, para el desarro
llo del capitalismo hace falta un amplio mercado interno, en tanto
que la ruina del campesinado mina dicho mercado, amenaza con
cerrarlo por completo y hace imposible la organizacin de formas
capitalistas. Se dice, es verdad, que al trasformar la economa
natural de nuestros productores directos en una economa mercan
til, el capitalismo crea su propio mercado, pero podemos admitir
siquiera la idea ele que sobre los mseros restos de la economa
natural de nuestros indigentes campesinos pueda desarrollarse
aqu una produccin capitalista tan potente como la que vemos
en Occidente? No resulta claro, acaso, que el solo empobreci
miento de las masas hace que el capitalismo en nuestro pas sea
de por s algo impotente y carente de fundamentos e incapaz de
abarcar toda la produccin del pas y convertirse en la base de
nuestra economa social?
Tales son los problemas que a menudo se plantean en nues
tras publicaciones en oposicin a los marxistas rusos; la idea de
la ausencia de mercado es uno de los principales argumentos que
suelen esgrimirse contra la posibilidad de aplicar la teora de Marx
en Rusia. A la refutacin de este argumento, entre otros, est
dedicado el trabajo El problema de los mercados, cuyo contenido
pasaremos a analizar.
II
La hiptesis del dominio general y exclusivo de la produccin
capitalista sirve al informante de premisa fundamental. A partir
de esta premisa expone el contenido del captulo XXI del tomo II

90

V.

I.

LENI N

de El capital ( Seccin 3? Reproduccin y circulacin del capi

tal social en su conjunto),


Marx ss plantea aqu la tarea de investigar de qu modo la
produccin social repone la parte del producto que sirve para sa
tisfacer las necesidades personales de los obreros y de los capita
listas, y la que sirvo para formar los elementos del capital produc
tivo. Por esta razn, si en el tomo I, al investigar la produccin
y reproduccin del capital individual, era posible limitarse al an
lisis de las partes integrantes del capital y del producto segn su
valor [el valor del producto, tal como se muestra en el primer
tomo de El capital, se compone de: c (capital constante) + v
(capital variable)
p (plusvala)], aqu ya resulta necesario
tomar en consideracin la divisin del producto ssgi'n su comnosicin material, pues la parte del producto que se compone de los
elementos dei capital no puede servir para el consumo personal,
y viceversa. Por ello Marx divide toda la produccin social y en
consecuencia, tocio el producto social, en dos sectores: I) produc
cin de medios de produccin, o sea, de elementos del capital
productivo de mercancas destinadas nicamente al consumo
productivo, y II) produccin de medios de consumo, o sea, de
mercancas destinadas al consumo personal de la clase de los obre
ros y de Ja clase de les capitalistas.
Como base para esta investigacin se toma el siguiente es
quema [las cifras arbigas indican las unidader. de valor millones
de rubios, por ejemplo y las romanas, los sectores antes mencio
nados de la produccin social. La norma de la plusvala se fija
en el 100 por ciento]:
I 4000 c -4- 1000 o + 1000 p 6000 Capital = 7500 )
II 2000 c -f 500 v + 500 p = 3000 I Producto 9000 I
Supongamos, para empezar,' que se trata de una reproduccin
simple, es decir, admitamos que la produccin no se ampla, sino
que se mantiene constantemente en la misma escala; ello significa
oue los capitalistas utilizan todo el sobrevalcr * en forma impro
ductiva, que lo invierten en necesidades personales y no para la
*
Sobrevolar, plusvala (Mekncert, segn Marx). En sus tr."baos de la
dcada del 90 Lenin empleaba indistintamente ambos trminos. Ms tarde
utiliza exclusivamente plmixdia. ( Ed,)

E L LLAMADO PROBLEMA DE LOS MERCADOS

91

acumulacin. En tales condiciones resulta evidente, primero, que


II 500 v y II 500 p deben ser consumidos por los capitalistas y Jos
obreros de ese mismo sector II, pues dicho producto existe en
forma de medios de consumo, destinados a la satisfaccin de las
necesidades personales. Luego, I 4000 c en su forma natural de
ben ser consumidos por* los capitalistas de ese mismo sector I, pues
la condicin de in\ ariabilidad de la escala de la produccin exige
la conservacin, para el ao siguiente, del mismo capital para la
produccin de medios de produccin; por consiguiente, la repo
sicin de esta parte del capital tampoco representa dificultad
alguna: la parle correspondiente del producto, que existe en for
ma natural de carbn, hierro, mquinas, etc., ser intercambiada
entre los capitalistas que se ocupan de la produccin de medios de
produccin, y les servir, como antes, de capital constante. Que
dan de este modo I (v -f p) y II c. I 1000 v -f-1 1000 p constitu
yen el producto que existe en forma de medios de produccin, y
II 2COO c es el producto en forma de medios de consumo. Los
obreros y los capitalistas del sector I (en las condiciones de la
reproduccin simple, o sea, del consumo ntegro del sobrevalor)
deben consumir medios de consumo por vaior de 2000 [1000 ( t>) -j1000 (p)]. Los capitalistas del sector II, para poder continuar la
produccin en la escala anterior, tienen que adquirir medios de
produccin por valor de 2000 a fin de reponer su capital cons
tante (2000 II c). De aqu resulta claro que I u -f-1 p deben ser
cambiados por II c, porque de otro modo no ser posible la pro
duccin en la escala anterior. La condicin para la reproduccin
simple es la igualdad entre la suma del capital variable y del so
brevalor del sector I, y el capital constante del sector I I :
I ( + >>) - II c. En otras palabras, se puede formular esta ley
as: la suma de todo el valor nuevamente producido en el trascurso
del ao (en ambos sectores) tiene que ser igual al valor global del
producto existente en forma de medios de consumo:
1 (v4-p) + U y V + p ) = II ( c - f O - f p ) .
En la realidad, se sobrentiende, no puede haber reproduccin
simple, porque la produccin de toda la sociedad no puede per
manecer ao iras ao en la escala anterior, y porque la acumula
cin es la ley del gimen capitalista. Examinemos, pues, cmo
se efecta la produccin social en escala ampliada, o sea. la acu
mulacin. En sta, slo una parte del sobrevalor es consumida
por les capitalistas para sus necesidades personales; la otra parle,

V.

I.

LliNN

en cambio, se invierte productivamente, es decir, se trasforma


en elementos del capital productivo para ampliar la produccin.
Por ello, en la acumulacin la igualdad entre I (v -f- p) y l c es
imposible: es indispensable que I (t? -)-p ) sea mayor que II c
para que una parte del sobfrevaior del sector I ( l p ) no sea cam
biada por medios de consumo, sino que sirva para ampliar la
produccin. As tenemos:
A. Esquema de la, reproduccin simple:
1 4000 c + .1000 v + 1000 p =. 6000
I| 2001/ c -f 500 v + 500 p = 3000
I (t> + p) II c.
B. Esquema inicial de la acumulacin-,
I 4000 c + 1000 v + 1000 p = 6000
II 1500 c + 750 + 750 p = 3000
I (v + p) > II c.
Veamos ahora cmo debe desenvolverse la produccin social
en las condicionas de la acumulacin.
Primer ao.
I 4000 c + 1000 v + 1000 p = 6000 ) Capital = . 7.2501
II 1500 c + 750 t) + 750 p = 3000 \Producto = 9.000/
I (1000 o + 500 p) se cambia por II 1500 c (igual que en la
reproduccin simple).
I
500 p se acumulan, es decir, se destinan a ampliar la pro
duccin, y transformndose en capital, Si aceptamos la anterior
proporcin de capital constante y capital variable tendremos:
I 500 p = 400 c + 100 v.
E l capital' constante adicional (400 c) est contenido en el
mismo producto l ( su forma natpral sd los medios de produccin),
en tanto que el capital varible, adicional (100 v) debe Ser
obtenido de los capitalistas del seor II, los cuales, por consi
guiente, tienen que acumular a su vez: cambian parte de su sobrvalor (II 100 p) por medios de produccin (I 100 v) y con
vierten estos medios de produccin en capitel constante adicional.
En consecuencia, su capital constante aumentar de 1500 c a 1600 c;
para ponerlo en accin es indispensable un fuerza de trabajo
suplementaria 50 v~, que se extrae, a su vez, del sobrevalor de
los capitalistas del sector II.

E L LLAMADO PROBLEM A DE LOS MERCADOS

Si agregamos el capital adicional de los sectores I y II al


capital Inicial, obtendremos la siguiente distribucin del producto:
I 4400 c + 1100 v +
II 1600 c + 800 v +

(500 p) = 6000
(600 p) 3000

El sobrevalor que figura entre parntesis representa el fondo


de consumo de los capitalistas, o sea, la parte de sobrevalor des
tinada, no a la acumulacin, sino a las necesidades personales d
los capitalistas.'
r
Si la produccin sigue realizndose como antes, obtendremos
para el fin de ao;
I 4400 o + 1100 v + 1100 p = 6600 , Capital = 7900 )
l ! 1600 c -f- 80!) -f- 800 p 3200 Producto = 9800 /
I (1100 v -j- 5.50 p ) se cambian por II 1650 c, lomndose los
50 c adicionales de II 800 p [es de notar, que el aumento de c en
50 ocasiona el aumento de p en 25].
Luego, 550 I p se acumulan como antes:
550 p - 440 c - f 110 v
165 II p = 110 c +

55 o.

Si ahora se agreg al capital inicial el adicional [al I 4400 c


agregamos 440 c) al I 1100 o, 110 ; al I I 1600 c, 50 c y 110 y al
IL 800 t>, 25 o y 55 '*>], obtendremos:
I 4840 c + 1210 v + (550 p) == 6600
II 1760 c + 880 + (560 p) = 3 2 0 0
Con el subsiguiente movimiento de la produccin, tendremos:
I 4840 c + 1210 v - f 1210 p = 7260 , Capital = 8.690 l
II 1760 c + 380 o + 880 p = 3520 \Producto = 10.780 J
y as sucesivamente.
He aqu, en sus rasgos esenciales, los resultados de las in
vestigaciones de Marx sobre la reproduccin del capital social en
conjunto. Estos estudios (fwrza es confesarlo) estn expuestos
aqu en su forma ms sucinta: se han omitido muchas cosas anali
zadas de modo minucioso por Marx, tales como, por ejemplo, la
circulacin monetaria, la reposicin del capital bsico que se des

94

V.

I.

L E NI N

gasta poco a poco, etc., pues todo ello no tiene relacin directa
con el problema que se examina.

III
Cules son, entonces, las conclusiones que el informante extrae
de estas investigaciones de Marx? Por desgracia no formula sus
conclusiones de manera completamente precisa y definida, por lo
cual debemos extraer nuestras propias deducciones guindonos
por algunas observaciones que no armonizan del todo entre s.
Por ejemplo, leemos:
Acabamos de ver manifiesta el autor de qu modo se
efecta la acumulacin en el sector I, o sea, en la produccin de
medios de produccin para los medios de produccin [ . . . ] esta
acumulacin se realiza independientemente, tanto del movimiento
de la produccin de artculos de consumo, como del propio con
sumo personal, sea de quien fuere (hoja 15/3).
En efecto, no es posible hablar de independencia de la
acumulacin respecto de la produccin de artculos de consumo,
aunque slo fuere porque para la ampliacin de la produccin
hace falta un nuevo capital variable y, por consiguiente, tambin
artculos de consumo; es probable que con lo expresado, el autor
haya querido simplemente subrayar la particularidad del esquema
que consiste en que la reproduccin de I c capital constante del
sector I se realiza sin intercambios con el sector II, o sea, que
en la sociedad se elabora anualmente, digamos, determinada can
tidad de carbn para la extraccin de carbn. Se sobrentiende
que esta produccin (de carbn para la extraccin de carbn) se
relacionar, a la larga, mediante sucesivos intercambios, con la
produccin de artculos de consumo; de lo contrario no podran
subsistir, ni los industriales del carbn ni sus obreros.
En otro lugar, el autor se expresa en forma bastante ms d
bil: El p r i n c i p a l movimiento de la acumulacin capitalista di
ce se realiza y se realizaba ( con excepcin de los perodos
iniciales) independientemente de cualesquiera productores direc
tos, independientemente del consumo personal de cualquier capa
social de la poblacin (hoja 8 ). Aqu ya slo se seala el predo
minio de la produccin de medios de produccin sobre la produc
cin de objetos de consumo en el desarrollo histrico de capitalis

EL LLAMADO PROBLEM A DE LOS MERCADOS

95

mo. Esta referencia se repite una vez ms: Si para la sociedad


canita lista es tpico, por un lado, la acumulacin para la acumula
cin. es decir, el consumo productivo, pero no personal, por el
otro le es tambin t p i c o , precisamente, la produccin de medios
d' produccin para los medios de produccin (hoja 21/2). Si
con estas referencias el autor quiso significar que la sociedad ca
pitalista se diferencia de otras organizaciones econmicas ante
riores a ella, precisamente por el desarrollo de las mquinas y de
todo lo indispensable para su funcionamiento ( carbn, bierro,
etc.), ello es absolutamente cierto. Por el nivel de la tcnica, la
sociedad capitalista es superior a todas las otras, y el progreso de
la tcnica encuentra su expresin justamente en el hecho de que
si traba io humano retrocede cada vez ms a un segundo plano
frente al de las mquinas.
En vez de dedicarnos a la crtica de las poco claras manifes
taciones del autor, ser mejor recurrir directamente a Marx y ver
si es posible extraer de su teora la deduccin respecto del predo
minio del sector I sobre el II, y en qu sentido hay que enten
derlo.
Del esquema de Marx ms arriba citado no es posible extraer
deduccin alguna acerca del predominio del sector I sobre el II;
ambos se desarrollan all en forma paralela. Pero dicho esquema no
toma en consideracin, precisamente, el progreso tcnico. Tal
como lo demostr Marx! en el primer tomo de El capital, el progre
so tcnico se expresa en que la proporcin del capital variable con
respecto al capital constante ^ ~ ^ disminuye paulatinamente,
mientras que en el esquema esa relacin es considerada invariable.
Resulta obvio que si se introdujera este cambio en el esquema,
dara por resultado un ms rpido crecimiento de los medios de
produccin en comparacin con los artculos de consumo. Sin
embargo, me parece que no estara de ms presentar aqu este
clculo, primero por razones de claridad, y segundo, para prevenir
posibles deducciones errneas al partir de esa premisa.
[En la tabla que sigue la norma de acumulacin es considerada
como invariable; una mitad del sobrevalor se acumula y la otra
va para el consumo personal.]
[El esquema que figura a continuacin puede ser omitido y
pasar directamente a las conclusiones en la pgina siguiente. La

i.

LENiN

letra a significa el capital adicional destinado a la ampliacin de


la produccin, o sea, la paite acumulativa del sobrevalor.]
x 4000 c +
ao) II 1500 c +
I
a I

1000 o
+ 1000 p = 6 0 0 0 ... t> : (c + o)
750 o
4- 750 p = 3 0 0 0 ...

(1000 o + 500 p ) = II 1500 c

500 p = 450 c + 5 0 o . . ................

= 20,0 %
3 3 ,3 %
aprox. 7
aprox. 7 o

a II 60 p = 5 0 c - j - 1 0 o .. ...........
I 4450 c + 1050 + (500 p) = 6 0 0 0
II 1550 c + 760 + (090 p) = 3 0 0 0
2<Jo. I 4450 c + 1050 o + 1550 p = 6 5 5 0 ...

ao) II 1550c - f 760 4 - 760 p = 3 0 7 0 ...

1 (1050 c + 52o p) = II 1575 c


II (1550 c + 25p )

19,2
32 ,9 *

28 p 25 c -f- 3 ...........
525 p = 500 c + 25 o ...........

aprox. 7 o
aprox. 7o

a II
2 8 p = 25 c + 3 o . . . . . .
I 4950 c + 1075 v + (525 p) - 6 5 5 0
II 1602 c + 766 + ( 7 0 2 p) = 3 0 7 0

,,

aprox. 1/ , i

a II
a I

3er I 4950 c 4- 1075 o + 1075 p = 7 10 0. . .

17, 8%
ao), II 1602 c 4 - 766 + 766 p ~ 3134. . .

32,3%
I (1075 o + 537/a p) = II 16121U c
II (1602 c + 1 0 7 a p)-

a II l l 1/a p = 10 Va c -f l o . . ; .
a I 5377a p = 517V o + 20 o . . . . ,

aprx. 7a
aprox. Vi

a II 22 p = 2 0 c -f- 2 o .. ...................
I 54677a c + 1095 o -f (537V /p ) = 7100
II 18347 c + 769 o + CTSOVs-f?) = 3134

aprox. * /

4t0- II 16347 c + 769 o + 1095 p * 7 6 S 7 7 .. . .


ao) I 54677a c + 1095 o + 769 p = ...................... .
y; as sucesivamente

16, 7%
32, 0%

*
Ei esquema de la reproduccin ampliada, con el progreso tcxiico
incluido, se ha tomado directamente del manuscrito; aunque liav en l algunas
cifras inexactas, ello no afecta el curso de! razonamiento ni las conclusiones
generales. ( E d.)

E L LLAMADO PBO BLEM A DE LOS MERCADOS

97

Comparemos ahora las conclusiones que sugiere este esquema


en cuanto al acrecentamiento relativo de las diferentes partes del
producto social: *

De esta manera vemos que la produccin de medios de pro


duccin para medios de produccin es la que ms rpidn mente
aumenta; luego sigue la produccin de medios de produccin para
medios de consumo; finalmente, la ms lenta es la produccin de
medios de consumo. Tambin habramos podido llegar a este
resultado sin las investigaciones de Marx en el tomo II de El capi
tal, basndonos en la ley de que e) capital constante tiende a
aumentar con ms rapidez que el capital variable: la tesis del

a En la columna Medios de produccin paia medios de consumo se


da la suma cotal I (<? + p ) , que incluye la parte destinada a la acumulacin.
Es necesario tener presente que en el sector I la paite del valor nuevamente
creado est encamada por les instrumentos y materiales, que son medios de
produccin complementarios (por encima de la leposicii) para este sector,
pero n o son medios d e produccin para el sector II. L e. parte de los medios
de produccin producidos que est destinada al sector II y la qjie queda en
el se cto r I p ed en juzgarse por ia magnitud del capital ccstante, q u e en la
prctica se conserva en funcionamiento durante 1 ao siguiente en ambos
sectores.

En el manuscrito se han deslizado dos errores, en lugar de 3.172 %dice


3.172, y en vez de 10.830 dice 10.828 K, como puede verse en el nsquem?
incluido en el texto. (E d.)

96

V. I. L E N I N

ms rpido crecimiento de los medios de produccin es una sim


ple parfrasis de esa ley, aplicable a toda produccin social.
Pero acaso sea menester avanzar un poco ms. Si habamos
aceptado que la proporcin de u en c + v disminuye constante
mente, por qu no admitir entonces que v llegue a ser igual a
cero, que la misma cantidad de obreros resulte suficiente para una
mayor cantidad de medios de produccin? Entonces, la parte
acumulativa del sobrevalor ser agregada directamente al capital
constante del sector I, y el aumento de la produccin social se
efectuar de manera exclusiva a costa de los medios de produc
cin, con absoluto estancamiento del sector II.*
Por supuesto, ello significara abusar de los esquemas, por
que tal deduccin se basa en suposiciones improbables y por lo
tanto resulta incorrecta. Es concebible, acaso, que el progreso
tcnico, que disminuye la proporcin de v a c, encuentre su ex
presin slo en el sector I, dejando el sector II completamente es
tancado? Concuerda acaso con las leyes de la sociedad capitalista
que exige de cada capitalista la ampliacin de su empresa bajo
amenaza de ruina si no lo hiciera el que en el sector II no se
produzca acumulacin alguna?
As, pues, la nica deduccin correcta que se puede extraer
de estas investigaciones de Marx es la de que en la sociedad capi

talista la produccin de medios de produccin aumenta con ms


rapidez que la produccin de medios de consumo. Como ya se ha
dicho, esta deduccin es consecuencia directa de la conocida tesis
de que la produccin capitalista alcanza un nivel tcnico ineon*
No pretendo significar con esto que semejante fenmeno sea del todo
imposible como aislado. Pero aqu no se trata de casos aislados, sino de la ley
general del desarrollo de la sociedad capitalista.
A ttulo de aclaracin, mostrar en el esquema de qu se trata:
4000 c + 1000 u + 1000 p = 6000
1500 c + 7 5 0 1>+ 750 p = 3000
I (1000 + 500 p ) = II 1500 c
I 500 p se acumulan, incorporndose a I 4000 c:
I 4500 c + 1000 v + (500 p ) = 6000
II 1500 c 4- 750 v -f- 750 p = 3000
I 4500 c + 1000 v + 1000 p = 6500
II 1500 c + 750 v + 750 p = 3000
I (1000 + 500 p) = 11 1500 c
I 500 p se acunjulan, como antes, y as sucesivamente,
I
II

E L LLAMADO PROBLEM A DE LOS MERCADOS

90

mensurablemente ms avanzado que la produccin de pocas an


teriores
Especialmente sobre esta cuestin Marx se expresa con
absoluta precisin slo en un pasaje que confirma plenamente la
exactitud de lo que acabamos de formular:
Lo que diferencia a la sociedad capitalista de la de los sal
vajes no es, como cree Snior, el privilegio y la peculiaridad del
salvaje de gastar su trabajo en forma que no le proporciona pro
ductos que pueden trasformarse en renta, es decir, en medios de
consumo, sino que la diferencia consiste en lo siguiente,
a)
la sociedad capitalista utiliza ms [Nota bene] de su
tiempo de trabajo anua! disponible! en la produccin de medios de
produccin ( ergo, de capital constante) que no pueden trasfor
marse en renta en forma de salario o de sobrevalor, sino que slo
pueden funcionar como capital ( Das Kapital, II Bd. Seite 436).

IV
Ahora se impone la pregunta: qu tiene que ver la teora que
acabamos de exponer con el famoso problema de los mercados"?
Esta teora parte de la hiptesis del dominio general y exclusivo
del sistema capitalista de produccin, mientras que el problema
consiste precisamente en saber si es posible en Rusia el pleno
desarrollo del capitalismo. Dicha teora, en efecto, agrega una
correccin a la idea habitual sobre el desarrollo del capitalismo,
pero es evidente que la explicacin de cmo se desarrolla el capi
talismo en general no hace avanzar en un pice la cuestin de la
posibilidad (y la necesidad) del desarrollo del capitalismo en
Rusia.
Pero el autor no se limita a exponer la teora de Marx sobre
la marcha de la produccin social en su conjunto, organizada a
la manera capitalista. Seala la necesidad de distinguir dos
momentos esencialmente diferentes en la acumulacin del capi
*
Por esta razn la deduccin expuesta puede formularse tambin de
otro modo: en la sociedad capitalista el aumento de la produccin (y, por
ende, del mercado) puede realizarse a expensas del aumento de los artcu
los de consumo, o y esto principalmente debido al progreso de la tcnica,
o sea, al desplazamiento del trabajo manual por el de la mquina, puesto
que el cambio en la relacin de o a c expresa precisamente la disminucin
del papel que desempea el trabajo manual.

100

V.

I.

LBNIN

tal: 1 ) el desarrollo de la produccin capitalista en amplitud,


cuando abarca esferas ya existentes del trabajo, desplaza la eco
noma natural y se expande a expensas de esta ltima; y 2 ) el
desarrollo de la produccin capitalista, si cabe la expresin, en
profundidad, cuando su ampliacin se realiza con independencia
de la economa natural, o sea, en las condiciones del dominio ge
neral y exclusivo del sistema capitalista de produccin. Sin pro
fundizar, por el momento, en la crtica de esta diferenciacin,
pasaremos directamente a considerar qu entiende el autor por
desarrollo del capitalismo en amplitud; el esclarecimiento de este
proceso, que consiste en la suplantacin de la economa natural
por la capitalista, tiene que mostrarnos de qu modo el capitalismo
ruso abarcar todo el pas.
El autor ilustra el desarrollo del capitalismo en amplitud, con
el siguiente esquema:

A capitalistas; W productores directos; a, at, a>> empresas capi


talistas. Las flechas indican l movimiento do las mercancas en su inter
cambio. c, v, m * partes componentes del va -or de las mercancas.
I, I I la forma natural de las mercancas: I medios de produccin;
II medios de consumo.
m: significa imhrwert [sobrevalor], o *ea, plusvala. (Ed.)

EL LLAMADO PROBLEMA DE LOS MERCADOS

101

La diferencia esencial que existe entre los sectores A y W


dice, consiste en que en A los productores son los capitalistas,
que emplean su sobrevalor en forma productiva; en cambio en W
figuran los productores directos que consumen en forma improduc
tiva su sobrevalor (me refiero aqu al excedente del valor del pro
ducto en relacin con el valor de los medios de produccin y de
los medios de subsistencia indispensables).
Sigamos las flechas en el esquema y veremos con facilidad
cmo se desarrolla la produccin capitalista en A a expensas del
consumo en W, absorbindolo poco a poco. El producto de la
empresa capitalista a es enviado a los productores directos en
forma de artculos de consumo; a cambio de ellos, los productores
directos devuelven el capital constante (c ) en forma de medios de
produccin, el capital variable ( v) en forma de medios de consumo
y el sobrevalor ( p ) en forma de elementos de capital productivo adi
cional: Cj + t>j. Este capital sirve para fundar la nueva empresa
capitalista au que tambin enva su producto en forma de artcu
los de consumo a los productores directos, y as sucesivamente.
Del esquema citado, sobre el desarrollo del capitalismo en am
plitud se infiere que toda la produccin se halla en la ms estrecha
dependencia respecto del consumo en los mercados exteriores',
del consumo de las masas| ( no importa en absoluto, desde el punto
de vista general, dnde se hallen estas masas: cerca de los capita
listas o en alguna parte allende el ocano). Es evidente, que la
ampliacin de la produccin en A, es decir, el desarrollo del ca
pitalismo en esa direccin, cesar no bien todos los productores
directos en W se conviertan en productores de mercancas, pues,
tal como lo hemos visto ms arriba, la creacin de cada nueva em
presa (o la ampliacin de la vieja) est calculada para abastecer
un nuevo crculo de consumidores! de W . La idea corriente dice
el autor al finalizar acerca de la acumulacin capitalista, o sea,
de la reproduccin capitalista en escala ampliada, se limita slo
a ese punto de vista, no tiene en cuenta el desarrollo capitalista
en profundidad, independientemente de cualquiera que sea el
pas con productores directos, es decir, independientemente de los
as llamados mercados exteriores.
De todo lo expuesto, slo se puede estar de acuerdo con el
hecho de que esta idea sobre el desarrollo del capitalismo en am
plitud, y el esquema que la ilustra, concuerdan enteramente con
las concepciones corrientes de los populistas sobre este particular.

102

V.

I.

LENIN

En efecto, sera difcil poner ms de relieve y mostrar con ma


yor evidencia de lo que lo hace ese esquema, lo absurdo e incohe
rente de las concepciones corrientes,
La idea corriente siempre consider a nuestro capitalismo
como algo separado del orden popular, como algo que se encuen
tra apartado de l, exactamente como se expone en el esquema:
por l resulta completamente imposible ver en qu consiste el nexo
entre esos dos sectores, el capitalista y el del pueblo. Por qu
las mercancas despachadas de A encuentran su mercado en W?
Qu es lo que produce la trasformacin de la economa natural
de W en economa mercantil? La opinin corriente jams dio res
puesta a estas preguntas, y consider el intercambio como algo
puramente accidental, y no como determinado sistema de la eco

noma.
Es ms, la concepcin corriente nunca dio explicacin alguna
a las preguntas de dnde y de qu manera surgi nuestro capita
lismo, como tampoco lo explica el esquema: el asunto est pre
sentado como si los capitalistas hubiesen venido de alguna parte de
afuera, y no del medio mismo de los productores directos. Sigue
siendo incomprensible la incgnita en cuanto a de dnde sacan
los capitalistas a los obreros libres, indispensables para sus em
presas a, ai, etc. Todo el mundo sabe que estos obreros, en realidad,
salen precisamente de las filas de los productores directos, pero
del esquema no se deduce en absoluto que la produccin mercan
til, al abarcar el sector W, crear all un contingente de obreros
libres.
En una palabra, este esquema exactamente como la concep
cin corriente nada explica sobre los fenmenos de nuestro sis
tema capitalista y por lo tanto, para nada sirve. La finalidad para
la cual ha sido ideado, o sea, la explicacin de cmo se desarrolla
el capitalismo a expensas de la economa natural, abarcando el
pas entero, no se logra en absoluto,' pues, como lo ve el propio
informante, si hemos de atenernos cbnsecuentemente a la opinin
que analizamos, sera menester llegar a la conclusin de que en
modo alguno es posible llegar al desarrollo general del modo de
produccin capitalista.
Despus de esto, resulta asombroso, pues, que c! propio
autor, aunque parcialmente, adhiera a esa misma concepcin y
diga que el capitalismo realmente [?] se desarrollaba en los pero
dos de su infancia de esa manera tan fcil [stc?!] [tan fcil

EL LLAMADO PROBLEM A DE LOS MERCADOS

103

porque aqu se apodera de ramas ya existentes de trabajo], y en


parte sigue desenvolvindose en esta direccin an ahora [??],
por cuanto sobre el globo terrqueo existen todava restos de eco
noma natural y por cuanto crece la poblacin.
En realidad esta no es la manera ms fcil del desarrollo
del capitalismo, sino sencillamente la manera ms fcil de com
prender el proceso, y tan fcil, que ms vale tildarla de absoluta
incomprensin. Los populistas rusos de todos los matices se en
tretienen aun hoy con estos facilsimos procedimientos, sin parar
mientes jams en explicar como surgi nuestro capitalismo y de
qu modo funciona; se conforman con oponer el lado enfermo
de nuestro rgimen, o sea el capitalismo, al lado sano, es
decir, los productores directos, el pueblo; lo primero lo colocan
a la izquierda y lo segundo a la derecha, y toda esta profundidad
de pensamiento la coronan con frases sentimentales acerca de lo
que es perjudicial y lo que es til para la convivencia hu
mana.

V
Para corregir el citado esquema es indispensable comenzar
por aclarar el contenido de los conceptos en cuestin. Por pro
duccin mercantil se entiende una organizacin de la economa
social en la cual los productos son producidos por productores
individuales y aislados, cada uno de los cuales se especializa en
la elaboracin de determinado producto, de modo que para sa
tisfacer las necesidades sociales le es imprescindible comprar y
vender productos (que por esta razn se convierten en mercan
cas) en el mercado. Por capitalismo se entiende la etapa de de
sarrollo de la produccin mercantil en la cual no slo los productos
del trabajo humano, sino la misma fuerza de trabajo del hombre
se trasforma en mercanca. Por consiguiente, en el desarrollo
histrico del capitalismo hay dos momentos importantes: 1) la
trasformacin de la economa natural de los productores directos
en economa mercantil, y 2 ) la trasformacin de la economa mer
cantil en economa capitalista. La primera se efecta como conse
cuencia de la aparicin de la divisin social del trabajo: la especializacin [N. B.: condicin indispensable para la economa mer
cantil] de los productores individuales y aislados dedicados slq
a una rama de la industria,

E L LLAMADO PROBLEM A DE LOS MERCADOS

105

106

V.

X.

LENIN

La segunda se realiza debido a que los productores individua


les, al producir cada uno aisladamente sus mercancas para el
mercado, se colocan en posicin de competidores: cada uno trata
de vender ms caro y comprar ms barato, lo cual necesariamente
da por resultado el afianzamiento del fuerte y la cada del dbil,
el enriquecimiento de la minora y la ruina de la masa, que con
duce a la trasformacin de los productores independientes en obre
ros asalariados, y de muchos establecimientos pequeos en unas
pocas empresas grandes. Por lo tanto, el esquema tiene que ser
compuesto de tal manera que pueda mostrar estos dos momentos
en el desarrollo del capitalismo, ms los cambios que origina este
desarrollo en el volumen del mercado, es decir, en la cantidad de
productos que se convierten en mercancas.
El esquema que se da a continuacin * est confeccionado
precisamente segn ese plan: se ha hecho abstraccin de todas las
circunstancias accesorias, es decir, que se las considera invariables
(tales, por ejemplo, el volumen de la poblacin, la productividad
del trabajo y muchas otras), con el objeto de analizar la influencia
que ejercen sobre el mercado nicamente aquellos rasgos del de
sarrollo del capitalismo antes sealados.
Analicemos ahora dicho esquema, que muestra los sucesivos
cambios que se operan en el sistema de la economa de una comuna
compuesta de seis productores. Figuran en l seis perodos que
expresan las etapas de transformacin de la economa natural en
economa capitalista.
ler. perodo. Tenemos 6 productores, cada uno de los cuales
invierte su trabajo en las 3 ramas de la industria (en a , b y c).
El producto resultante (9 para cada productor: a -f- b
c = 9)
es consumido personalmente en su propia economa. Por lo tanto,
es un tipo puro de economa natural; los productos no van al
mercado.
2do. perodo. El productor 1 vara 1#. productividad de su tra
bajo: abandona la industria b y el tiempo que antes empleaba en
esta rama lo invierte en la industria c. En virtud de tal especializacin de un productor, los otros reducen la produccin c, puesto
que el productor I produjo;un excedente con respecto a su propio
consumo, y acrecientan la produccin b , con el objeto de producir
un producto para el productor I. La divisin del trabajo, que aca9 Vase las pgs. 104-105. (Ed.)

E L LLAMADO PROBLEM A DE LOS MERCADOS

107

de nacer, conduce inevitablemente a l a produccin mercantil:


productor 1 vende 1c y compra I b ; los dems venden I b ( cada
uno de los 5 a razn de 1 /5 b) y compran 1c (a razn de 1/5 c
cada uno); en el mercado entra una cantidad de producto cuyo
valor es de 6 . La magnitud del mercado corresponde exactamente
al grado de especializacin del trabajo social: slo se ha especia
lizado la produccin de c (lo = 3) y de b (Ib = 3 ), es decir, de
una novena parte de toda la produccin social [18c ( = a b)],
y en el mercado entr 1/9 de todo el producto social.
3er. perodo. La divisin del trabajo sigue adelante, abar
cando totalmente las ramas industriales b y c: tres productores se
ocupan slo de la industria B, y tres se dedican con exclusividad a
la industria !c. Cada uno vende lo ( Ib), es decir, 3 unidades de
valor, y compran tambin 3 I b ( le ). Este aumento de la divi
sin del trabajo conduce al crecimiento del mercado, al cual llegan
abora ya 18 unidades de valor. La magnitud del mercado corres
ponde otra vez con toda exactitud al grado de especializacin
( = divisin) del trabajo social: se ha especializado la produccin
de 3b y 3c, es decir, 1/3 de la produccin social, y entra al mercado
1/3 del producto social.
4to. perodo. Representa ya la produccin capitalista: el pro
ce de trasformacin de la produccin mercantil en produccin
capitalista no entr en el esquema; por lo tanto, debe ser descrito
por separado.
En el perodo anterior cada productor actuaba ya como pro
ductor mercantil (en las ramas de la industria B y c, las vnicas
que aqu se tienen en cuenta): cada productor, por separado, ais
lada e independientemente de los otros, produca para el mercado,
cuya magnitud, desde luego, no era conocida por ninguno de ellos.
Esta relacin entre productores separados, que trabajan para el
mercado comn, se llama competencia. Se sobrentiende que el
equilibrio entre la produccin y el consumo ( oferta y demanda) se
logra, en estas condiciones, slo despus de una serie de fluctua
ciones. El productor ms hbil, emprendedor y fuerte saldr ms
fortalecido aun como resultado de estas fluctuaciones, en tanto
que el dbil y torpe ser aplastado por ellos. El enriquecimiento
de unos pocos individuos y el empobrecimiento de la masa: tales
son los resultados inevitables de la ley de la competencia. El
asunto concluye de tal manera que los productores arruinados
pierden su independencia econmica y entran a trabajar como
ba

el

103

V.

I.

LBNIN

obreros asalariados en el establecimiento ampliado de su afortuna


do competidor. Precisamente esta situacin es la que se describe en
el esquema. Las ramas industriales b y c, distribuidas antes entre
los 6 productores, se han concentrado ahora en manos de 2 (el I
v el IV ). Los dems trabajan para ellos por el salario, no perci
biendo ya todo el produ >.to de su trabajo, sino que se les resta el
sobrevalor del cual se ap, /opia ahora el patrn [hago recordar que
el sobrevalor, segn nuestra suposicin, es igual a 1 /3 del producto,
de modo que quien produce 2b ( = 6 ) recibir de su patrn 2/3
del producto, o sea, 4]. Como resultado de ello, obtenemos el
aumento de la divisin del trabajo y, por ende, el incremento del
mercado, al cual afluyen ahora 22, pese a que la masa se ha
empobrecido: los productores que se convritieron (parcialmente)
en obreros asalariados ya no perciben 9 del total del producto
sino 7; 3 los obtienen de su economa independiente ( agriculturaindustria a ) y 4 del trabajo asalariado (de la produccin 2b 2c).
Estos productores, que ya son ms obreros asalariados que patro
nos independientes, han perdido la posibilidad de aportar al mer
cado producto alguno de su trabajo, pues su ruina les arrebat los
medios de produccin, indispensables para la fabricacin del pro
ducto. Han debido recurrir a ocupaciones auxiliares, es decir,
a ofrecer en el mercado su fuerza de trabajo, para comprar, con
el dinero obtenido de la venta de esta nueva mercanca, los pro
ductos que les son necesarios.
Del esquema surge que los productores II y III, V y VI venden
cada uno una fuerza de trabajo igual a 4 unidades de valor, y
compran por la misma suma objetos de consumo. Y en cuanto a
los productores-capitalistas I y IV, cada uno de ellos produce el
equivalente de 21; de ello invierte para consumo propio 10 [3
(= < i) -f- 3 ( c 6 b ) + 4 (sobrevalor proveniente de 2c 2b)],
y vende 11; en cambio, compra mercaderas por valor de 3 (c
b) - f 8 (fuerza de trabajo).
c
Es preciso sealar que en este caso no obtenemos una concor
dancia absoluta entre el grado de especializacin del trabajo social
(se ha especializado la produccin 5b v 5c, es decir, por la suma
de 30) y la magnitud del mercado (22) pero esta inexactitud
del esquema depende del supuesto de que partimos de la repro
duccin simple * es decir, de la falta de acumulacin, de donde
* Esto se refiere igualmente a los perodos 5 y 6.

*L LLAMADO BOBLBMA DS LOS MERCADOS

109

resulta que el sobrevalor quitado a los obreros ( a razn de 4 por


cada capitalista) es consumido ntegramente en especie. Como
en la sociedad capitalista es imposible la ausencia de acumulacin,
ms abajo daremos la correspondiente rectificacin.
5to. perodo. La diferenciacin de los productores de mer
cancas se ha extendido tambin a la industria agrcola ( a ) : los
trabajadores asalariados no pueden continuar explotando sus ha
ciendas puesto aue trabajan fundamentalmente en establecimien
tos industriales de otros, y se arruinan: conservan apenas mseros
restos de su economa agrcola, la mitad de su cuanta anterior
(que en nuestra suposicin era suficiente para cubrir las necesi
dades de la familia), del mismo modo que la tierra cultivada actual
de la enorme masa de nuestros campesinos agricultores slo
representa lamentables migajas de una agricultura independiente.
La industria a comenz igualmente a concentrarse en un nmero
reducido de grandes establecimientos. Puesto que el cereal cul
tivado por los trabajadores asalariados ya no alcanza para cubrir
sus necesidades, su salario, antes disminuido por la explotacin
agrcola independiente, aumenta ahora proporcionndole los me
dios monetarios para la compra de cereal ( aunque en menor escala
de la que sola consumir cuando era dueo): ahora el obrero pro
duce por su parte 1 % ( = K a ) y compra adems 1, obteniendo en
total 2% en lugar de los anteriores 3 ( = a). Los patronos, capi
talistas, que agregaron a sus establecimientos industriales la ex
plotacin agrcola ampliada, producen ahora a razn de 2a ( = 6 ),
de los cuales 2 pasan a los obreros en forma de salario y 1 (1 /3 a)
sobrevalor queda en su poder. El desarrollo del capitalismo,
representado en este esquema, es acompaado por el empobre
cimiento del pueblo (los obreros consumen ahora 6% en vez de
los 7 aue consuman en el 4 perodo) y por la ampliacin del
mercado, al cual afluyen ahora 26. La decadencia de la agri
cultura en la mayora de los productores, lejos de provocar una
reduccin del mercado de productos agrcolas, provoc la amplia
cin de sts.
6to. perodo. Se ha completado la especializacin de las ta
reas, o sea, la divisin del trabajo social. Todas las ramas de la in
dustria se han separado y trasformado en especialidades de pro
ductores individuales. Los obreros asalariados han perdido to
talmente sus haciendas independientes y subsisten exclusivamente
el trabajo asalariado. El resultado es otra vez el mismo: el de

110

Vi

LENIK

sarrollo del capitalismo [la explotacin agrcola independiente por


cuenta propia ha sido totalmente eliminada], el empobrecimiento
de la masa [pese al aumento del salario, el consumo de los obre
ros ha descendido de 6 J2 a 6 : ahora producen a razn de S (3 a,
3 b, 3 c) y ceden al patrn 1 /3 en calidad de sobrevalor], y el
continuo incremento del mercado, al cual llegan ahory los 2/3
del producto social (3 6 ).

VI
Veamos ahora las conclusiones que surgen del esquema an
terior.
La primera conclusin consiste en que el concepto mercado
es totalmente inseparable del concepto de la divisin social del
trabajo, de esta -com o dice Marx base general de toda produc
cin mercantil [y por consiguiente agregamos nosotros, tam
bin de toda produccin capitalista]. F ! mercado aparece en el
momento y lugar en que surgen la divisin social del trabajo y la
produccin mercantil. La magnitud del mercado est estrecha
mente ligada al grado de cspecializaein del trabajo social.
'"La mercanca adquiere su forma socia(mente reconocida de
equivalente general, slo cuando se convierte en dinero, pero e
dinero se halla en el bolsillo ajeno. Para extraerlo de all, es ne
cesario que la mercanca sea, ante todo, un valor de uso para el
poseedor de ese dinero, y per consiguiente, el trabajo invertido en
la produccin de esta mercanca debe ser invertido en Corroa socialmente til; en otras palabras, debe constituirse en porte de
la divisin social del trabajo. Pero la divisin del trabajo es un
sistema de produccin que ha surgido espontneamente, y cuyos
hilos se entrelazaban y continan entrelazndose a espaldas de los
productores de mercancas. Es posible que la mercanca sea el
producto de un nuevo tipo de trabajo, destinado a satisfacer una
nueva necesidad surgida, crear, con su aparicin por vez pri
mera, una necesidad nueva. Alguna operacin particular en el pro
ceso del trabajo - que ayer todava, era una, de Jas tantas funciones

del mismo productor de mercancas, hotj posiblemente se separa


de este proceso, se independiza y, justamente en virtud, de ello,

E L LLAMADO PROBLEMA DE Lt>S MERCADOS

lll

snva al mercado su producto parcial en calidad de mercanca iniependiente ( Das Kopital 1 lid. S. 85 *. La cursiva es ma).
De esta manera, ios lmites para el desarrollo del mercado
en la sociedad capitalista son determinados por ios de la especiaJizacin del trabajo. Y esta especializacin, por su misma esencia,
es infinita del mismo modo que el desarrollo tcnico. Para incre
mentar la productividad del trabajo humano, tendiente, por ejem
plo, a la elaboracin de alguna, parte del producto total, es indis
pensable que la produccin de esa parte se especialice, que se
convierta en una produccin especial, relacionada con la produc
cin en masa y que, por lo tanto, requiera (y permita) el empleo
de mquiras, etc. Eso por un lado. Por el otro, el progreso de ia
tcnica en la sociedad capitalista consiste en la socializacin del
trabajo, la cual exige indispensablemente que se especialicen las
diversas funciones del proceso de produccin, que se conviertan
de productos fraccionados, aislados, repetidos en cada estableci
miento dedicado a esa produccin, en socializados, concentrados
en un nuevo establecimiento, con miras a satisfacer las necesidades
de teda la sociedad. Citar un ejemplo.
ltimamente, en Estados Unidos de Norteamrica las fbricas
de la industria maderera se especializan cada vez ms, surgen
plantas para la elaboracin exclusiva de mangos de hacha, por
ejemplo, o de pales de escoba o de mesas plegadizas [ . . . ] La
mecanizacin sigue adelante, continuamente se inventan nuevas
mquinas que simplifican y abaratan detemiinado aspecto de a
produccin [ . . . ] Cada rama, la de mueblera, por ejemplo, se
convirti en una especialidad y requiere mquinas y obreros es
pecializados [ . . . ] En la produccin de carruajes, las llantas se
fabrican en establecimientos especiales de Missouri, rkansas, Teunessee; los rayos de ruedas se manufacturan en Indiana y Ohio,
les cubos de ruedas se hacen en fbricas especiales ds Kentucky
e Illinois, Todas estas partes sueltas son adquiridas por empresas
determinadas, cuya especialidad son las ruedas enteras. De esta
manera, una buena decena de establecimientos participan en a
fabricacin de algn carruaje barato (seor Tverskoi, Diez
aos en Norteamrica. Vistnik Bvropi, 1893, 1. Citado segn
Nik.on, pgina, 91, nota 1).

Vast> C. Mera. El capital, Buenos Aires, Ed Cartago, 1956, t. I,


pg. 88. (E d .)

112

V.

X.

LKNN

De esto se desprende hasta qu punto es errnea la asevera


cin de que en la sociedad capitalista el crecimiento del mercado
provocado por la especializacion del trabajo social, debe terminar
el da en que todos los productores naturales se conviertan en
productores de mercancas. Hace tiempo que la fabricacin de
carruajes en Rusia se trasorm en mercantil; sin embargo, las
llantas siguen fabricndose an en cada uno de los establecimientos
de carruajes (o de ruedas); la tcnica es baja y ia produccin est
fraccionada entre la masa de productores. El progreso de la tc
nica debe traer aparejada la especializacion de las diferentes par
tes de la produccin, su socializacin y por consiguiente lo ampnacin del mercado.
Aqu corresponde hacer una advertencia. Lo expuesto, en
modo alguno conducej a la negacin de la tesis de que una nacin
capitalista no puede existir sin mercados exteriores. En la pro
duccin capitalista el equilibrio entre la produccin y el consumo
slo se logra mediante una serie ue fluctuaciones. Cuanto mayor es
el volumen de la produccin, cuanto ms amplio el crculo de
consumidores previsto, tanto ms fuertes resultan esas fluctua
ciones. be comprende, pues, que cuando la produccin burguesa
alcanza un alto grado de desarrollo, resulta imposible ya contener
la aentro del marco dei Estado nacional: la competencia obliga a
los capitalistas a ampliar de continuo su produccin y a buscar
mercados en el exterior para la venta en masa de sus productos. Es
evidente que, para una nacin capitalista, la necesidad de mercados
exteriores afecta tan escasamente la fey por la cual el mercado es
una simple expresin de la divisin social dei trabajo en la eco
noma mercantil (y que, por ende, puede crecer tan infinitamente
como la misma divisin del trabajo) como las crisis a la ley del
valor. Las lamentaciones sob.re los mercados aparecieron en las
publicaciones rusas slo cuando nuestra produccin capitalista
logr pleno desarrollo en determinadas ramas (industria textil del
algodn, por ejemplo), abarc casi tdtio el mercado interior y se
concentro en un pequeo nmero de grandes empresas. La me
jor prueba de que precismente los intereses de nuestra gran in
dustria capitalista son los que sirven de base materiai para estos
comentarios y problemas sobre mercados, es el hecho de que
en nuestras publicaciones nadie ha profetizado an la ruina de
nuestra industria artesanal por falta de mercados, aunque la
industria artesanal produce valores por ms de mil millones de

EL LLAMADO PKOBLEM A Dli LOS MEHCADOS

113

rublos y trabaja para ese mismo pueblo empobrecido. Las la


mentaciones sobre la ruina de nuestra industria por falta de mer
cados no son otra cosa que una maniobra apenas disfrazada de
nuestros capitalistas, que de esta manera presionan sobre la pol
tica, identifican (en modesta confesin ele su impotencia) los
intereses de su bolsillo con los del pas y son capaces de empujar
al gobierno por el camino de la poltica colonial de conquistas y
aun de arrastrarlo a la guerra, en salvaguardia de esos intereses del
Estado. Hace falta todo el abismo infinito de la utopia e inge
nuidad populistas para confundir las lamentaciones acerca de los
mercados lgrimas de cocodrilo de una burguesa totalmente
afianzada y ya ensoberbecida con una prueba de la impotencia'
de nuestro capitalismo!
La segunda conclusin consiste en que el empobrecimiento
de las masas del pueblo (este miembro infaltable en toda disqui
sicin popuilsta sobre el mercado), lejos de obstaculizar el des
arrollo del capitalismo, expresa su desarrollo, es condicin de ste
y lo fortalece. El capitalismo necesita del obrero libre,- y el
empobrecimiento se traduce justamente en que los pequeos pro
ductores se convierten en obreros asalariados. Este empobreci
miento de las masas es acompaado por el enriquecimiento de unos
pocos explotadores; a la ruina y decadencia de los pequeos esta
blecimientos siguen el fortalecimiento y desarrollo de los ms
grandes; ambos procesos contribuyen a la ampliacin del mercado:
el campesino empobrecido, que viva antes de su propia agri
cultura, vive ahora de un salario, es decir, de la venta de su fuer
za de trabajo. Ahora tiene que comprar los artculos de consumo
necesarios (aunque en menor cantidad y de peor calidad); por
otra parte, los medios de produccin de los cuales es liberado este
campesino se concentran en manos de una minora, se convierten
en capital, y el producto entra al mercado. Slo as se explica el
fenmeno de que la expropiacin en masa de nuestro campesinado
en la poca que sigui a la reforma haya sido acompaada, no por
la reduccin, sino por el aumento de la productividad global del
pas * y el incremento del mercado interno: es del dominio p
*
Esto puede parecer discutible, tal vez en lo que atae a la industria
agrcola. La produccin de cereales est completamente estancada, dice,
por ejemplo, el seor N.-on. Llega a esta conclusin basndose en los datos
correspondientes a slo 8 aos (1871-1878). Veamos los datos relativos a un

114

V.

I.

LENIN

blico el hecho de que la produccin de las grandes fbricas y esta


blecimientos afines ha aumentado enormemente, que tamMn se
han difundido de manera considerable las industrias de kastares 0
(tanto stas como aqullas trabajan principalmente para el mercado
interno); asimismo aument la cantidad de cereal que circula en
los mercados internos (el desarrollo del comercio de cereales en
el interior del pas).
La tercera conclusin sobre el significado de la produccin
de medios de produccin exige la introduccin de una enmienda
en el esquema. Como ya se ha sealado, este esquema no preten
de en modo alguno presentar todo el proceso del desarrollo capi
talista; slo se desea describir cmo se refleja en el mercado la
trasformacin de la economa natural en mercantil y de esta lperodo ms prolongado; el de 8 aos, por cierto, es demasiado corto. Compa
remos los datos de la dcada del 60 [Recopilacin estadstica militar, 1871],
de la dcada del 70 [los datos de N.-on] y de la del 80 [Recopilacin d e infor
mes d e Rusia, 1890], Esos datos se refieren a 50 provincias de la Rusia euro
pea y comprenden todos los cultivos, inclusive la papa.

Kustar: este trmino se emplea por lp comn para designar al peque


o productor de mercancas ocupado en la produccin domstica para la venta
en el mercado. En sus trabajos haca notar, sin embargo, la inexactitud
y la falta de carcter cientfico de este trmino tradicional, ya que significa
tanto el productor que trabaja para el mercado como el artesano que lo hace
para el consumidor.
A fin de reflejar la diferencia existente entre estos dos grupos de pro
ductores, para los cuales el ruso posee trminos distintos, se ha resuelto desig
nar en la traduccin con la palabra rusa kustar nicamente aquellos que tra
bajan para el mercado. (E d.)

EL LLAMADO PROBLEM A DE LOS MERCADOS

115

tima en capitalista. Por este motivo se ha hecho abstraccin en l


de la acumulacin. Pero en realidad, la sociedad capitalista no
puede existir sin la acumulacin, ya que la competencia obliga a
cada capitalista, bajo amenaza de ruina, a ampliar su produccin.
Esa ampliacin de la produccin est descrita en el esquema: el
productor I, por ejemplo, en el trascurso del intervalo entre el 3?
y 4 perodos, ampli su produccin c al triple: de 2 c a 6 c; en el
pasado sola trabajar l solo en su establecimiento; ahora lo hace
con dos obreros asalariados. Resulta claro que esta ampliacin de
la produccin no pudo operarse sin la acumulacin: fue necesario
levantar un taller especial con espacio para varias personas, ad
quirir mayor nmero de instrumentos de produccin, comprar
materia prima en cantidades mayores, y as sucesivamente. Lo
mismo riee para el productor IV, quien ha ampliado la produc
cin b. Esta ampliacin de diversos establecimientos, la concen
tracin de la produccin, forzosamente tuvo que provocar (o in
crementar, lo mismo da) la produccin de medios de produccin
para los capitalistas: mquinas, hierro, carbn, etc. La concen
tracin de la produccin elev la productividad del trabajo, su
plant el trabajo manual por el de la mquina y dej sin ocupacin
a cierta cantidad de obreros. Por otro lado, aument la produccin
de estas mquinas y de otros medios de produccin, que los capi
talistas convertan en capital constante, y que comienza ahora a
crecer con mayor rapidez que el capital variable. Si comparse
mos, por ejemplo, el perodo 49 con el 6, tendramos que la pro
duccin de medios de produccin ha crecido en una vez y media
(puesto que en el primer caso figuran dos empresas capitalistas
que requieren el aumento del capital constante, pero en el ltimo
caso ya hay tres): comparando este aumento con el crecimiento
de la produccin de medios de consumo, obtendramos el mismo
rpido ascenso de la produccin de medios de produccin, del
cual hemos hablado ms arriba.
Todo el sentido y significado de esta ley del ms rpido cre
cimiento de los medios de produccin, consiste precisamente en
que el remplazo del trabajo manual por el de las mquinas en
general, el progrc.^ de la tcnica de la industria de mquinasrequiere n desarrollo ms intenso de la produccin de hierro y
carbn, verdaderos medios de produccin para los medios de
produccin. Que el autor no ha entendido el sentido de esta ley
y que los esquemas del proceso le impidieron ver su verdadero

118

V.

X. 1 K N I N

contenido, se desprende con claridad de su declaracin: "Vista


desde afuera, semejante produccin de medios de produccin para
medios :!e produccin parece totalmente absurda, pero tambin
!a acumulacin de dinero para el dinero de Plkishkin *
era un proceso [?!!] completamente absurdo. Fero ni uno ni otros
saben Jo que hacen5. Los populistas, se esfuerzan por demostrar
lo mismo: lo absurdo del capitalismo ruso, que, segn ellos, lleva
a la ruina al pueblo sin brindar una organizacin superior de la
produccin. Desde Juesro, estos son cuentos. En el remplazo
del trabajo manual per el de las mquinas nada hav de absurdo";
al contrario, en ello, precisamente, reside toda la Jobar progresista
de la tcnica humana. medida que se desarrolla la tcnica, el
trabajo manual del hombre se deja a un Jado, remplazado por m
quinas cada vez ms complejas: en la pioduccin general del pas
ocupan un lugar cada vez mayor las mquinas y las materias ne
cesarias para su fabricacin
5 s necesario completar estas tres conclusiones con otras dos
observaciones.
En primer lugar, lo expuesto no niega, en modo alguno, esa
contradiccin en e modo capitalista de produccin, a la cual
Marx se refiere en los siguientes trminos: Los obreros como com
pradores de mercancas son importantes para el mercado. Pero
Ja sociedad capitalista tiende a reducir al mnimo el precio que les
paga como vendedores de su mercanca, o sea, de su fuerza de
trabajo. (Das Kapital, Bd II. S. 303. nm 32 ** *. Ya se ha dicho
ms arriba que en la sociedad capitalista iampcco puede ociar de
aumentar la parte de 1a. produccin social que. produce medios de
consumo. FJ desarrollo de la produccin de medios de produccin
slo relega a segundo plano la contradiccin sealada, pero no a
* PUushkin, personaje de Almas muertas de Ggol. ( E d .)
** Por Jo tanto, se cotnpietde nut no s orrectc dividir el desarrollo
del capi'alisreo en desarrolle en amplitud y eft profundidad: ambos so realiza:
igualmente a expensas de la divisin ae trabajo; no existe diferencia 'esencial
ntro los das mon;jntos. La que realmente existe entre ellos se reduce a lay
distintas etapas del progreso de Ja tcnica. Las etapas inferiores del desarrollo
de a tcnica capitalista Ja cooperacin simple y Ja manufactura- no cono
can todava la produccin de medios dr. produccin para medios de produc
cin: sta naca y alcanza enorme desarropo slo en la etapa superior de la gran
industria mecanizada.
Vase C. Marx, o>, cit, t. II, pg. 248. {E )

EL LLAMADO PROBLEM A DE LOS MERCADOS

117

elimina. Slo puedo ser eliminada con la eliminacin del propie


modo capitalista de produccin. Empero, se sobrentiende que sera
complejamente absurdo ver en esta contradiccin un obstculo
para el pleno desarrollo dei capitalismo en Rusia (tal como gustan
hacerlo los populistas). Por lo dems, eso ya lo aclara bastante
el esquema.
En segundo lugar, al analizar la correlacin entre el creci
miento del capitalismo y el mercado, es imposible olvidar la
indiscutible verdad de que el desarrollo del capitalismo trae con
sigo, inevitablemente, la elevacin del nivel de las necesidades de
toda la poblacin y tambin del proletariado industrial. Esta
elevacin se forma en general por la aceleracin del intercambio
do productos, que conduce a contactos ms frecuentes entre los
habitantes do la ciudad y el campo, de distintos punios geogrfi
cos, etc. Eilo es tambin producto de la unin y concentracin
del proletariado industrial, que elevan su conciencia y su sentido
de la dignidad humana, y le brindan la posibilidad de luchar con
xito contra las tendencias rapaces del rgimen capitalista. Esta ley
de elevacin e las necesidades se hizo sentir con toda su fuerza en
la historia de Europa; basta comparar, por ejemplo, al proletariado
francs de fines del siglo Xvjii con el de fines del siglo xix, o al
obrero ingls de 1840 c con el actual. Esta misma ley est surtien
do su efecto tambin en Rusia: el rpido desarrollo de la economa
mercantil y del capitalismo en la poca posterior a la Reforma
ocasion igualmente la elevacin del nivel de las necesidades del
campesinado: les campesinos comenzaron a vivir con mayor
aseo (en lo que atae a la Vestimenta, a vivienda, etc.). Que
este fenmeno, sin duda alguna progresista, debe ser acreditado
al capitalismo ruso y a nada ms, se comprueba, aunque slo sea
por el hecho notorio (sealado por todos los investigadores de
nuestras industrias artesanales y de la economa campesina en
general) de que los campesinos de los centros industriales son
mucho ms aseados" que los que se dedican nicamente a la
agricultura y casi no han sido tocados por el capitalismo. Se en
tiende que este fenmeno se manifiesta, ante todo y con mayor
*
Vae F. Engels: La situacin de ia clase obrera en Inglate,ra e,i 1844.
Es el astado de la ms terrible y mugrienta miseria ( en el sentido literal de is.
palabra), y ae 1?. total degradacin de sentido de la dignidad humana. [En
pspariol vase editorial Futuro, Buenos Aves, 1965. Ed.]

118

V.

I.

L E N IN

facilidad, en la asimilacin del aspecto puramente exterior y apa


rente de la civilizacin, pero slo reaccionarios empedernidos del
tipo del seor V. V. son capaces de deplorar este fenmeno y no
ver en l otra cosa que decadencia.

VII
Para entender en qu consiste propiamente el problema de
los mercados, lo mejor sera comparar la concepcin populista
del proceso con la marxista que ilustran los esquemas 1 (sobre
intercambio entre los capitalistas del sector A, y los productores
directos del W ) y 2? (sobre trasformacin de la economa natural
de seis productores en economa capitalista).
Si
tomamos el primer esquema, no podremos explicarnos nada.
Por qu se desarrolla el capitalismo? De dnde proviene? Se
lo presenta como algo accidental, cuya aparicin se atribuye a que
hemos errado el camino. . . , o a su implantacin por las auto
ridades. Por qu se empobrece la masa? El esquema tampoco
da respuesta a esto y en lugar de ofrecer una, los populistas se
evaden con frases sentimentales sobre el rgimen consagrado por
los siglos, sobre la desviacin del buen camino y otras bagatelas
para las que tan ingenioso se muestra el famoso "mtodo subjetivo
en la sociologa.
La incapacidad para explicar el capitalismo y la preferencia
por las utopas en lugar del estudio y la comprensin de la realidad,
conducen a negar el significado y la fuerza del capitalismo. Exac
tamente como si se tratara de un enfermo desahuciado que no
tiene de dnde sacar fuerzas para su mejora; y aportaramos al
estado de este enfermo un alivio insignificante, apenas percepti
ble, si dijramos que est en condiciones de desarrollarse a expen
sas de la produccin de medios de >produccin para los medios
de produccin. Pues para ello se rquiere el desarrollo de la
tcnica del capitalismo * y nosotros vemos que precisamente
es este desarrollo el que falta.
Para ello sera menester que el capitalismo abarcara todo el
*
Vale decir, el remplazo de pequeas unidades industriales por gran
des, el desplazamiento del trabajo manual por las mquinas.

E L LLAMADO PROBLEM A DE LOS MERCADOS

119

pas, pero vemos que no es posible, en modo alguno, llegar al


desarrollo general del capitalismo.
Por el contrario, si aceptamos el segundo esquema, ya no
nos parecer casual el desarrollo del capitalismo, ni el empobre
cimiento del pueblo. Ambos son los compaeros inevitables del
crecimiento de la economa mercantil basada en la divisin del
trabajo social. El problema del mercado queda totalmente eli
minado, porque el mercado no es otra cosa que la expresin de
esa divisin del trabajo y de la produccin mercantil. El desarro
llo del capitalismo se nos presenta ya, no slo como posible (lo
que en el mejor de los casos * podra haber demostrado el autor),
sino como indispensable, porque el progreso de la tcnica, debido
a que la economa social est basada en la divisin del trabajo y
en la forma mercantil del producto, no puede menos que conducir
a la consolidacin y al arraigo del capitalismo.
Ahora cabe preguntarse: por qu hay que aceptar precisa
mente el segundo punto de vista? Y en qu reside lo acertado
de tal criterio?
En los hechos de la realidad econmica de la Rusia actual.
En el segundo esquema el centro de gravedad est en el paso
de la economa mercantil a la capitalista, en la diferenciacin de
los productores de mercancas en capitalistas y proletariado. Y si
analizamos los fenmenos de la actual economa social de Rusia,
veremos que el lugar principal lo ocupa precisamente la diferen
ciacin de nuestros pequeos productores. Si tomamos a los cam
pesinos-agricultores, veremos, por un lado, campesinos que aban
donan en masa la tierra, pierden su independencia econmica y
se convierten en proletarios, y por el otro campesinos que amplan
continuamente su rea sembrada y mejoran sus cultivos. Por un
lado, campesinos que pierden sus aperos de labranza y su ganado,
y por el otro campesinos que introducen herramientas ms mo
dernas, empiezan a adquirir mquinas, etc. [Vase V. V.: Ten
dencias progresistas en la explotacin agrcola] Por un lado,
campesinos que abandonan sus tierras, venden sus nadiel o los
entregan en arriendo; por el otro, campesinos que toman en arrien
do tierras de nadiel y se lanzan con avidez a la compra de tierras
de propiedad privada. Estos son hechos notorios y desde hace
*
Es decir, en el caso de que hubiera justipreciado y comprendido correc
tamente el significado de la produccin de medios de produccin.


120

V.

X.

LENIN

mucho tiempo establecidos


cuya nica explicacin se halla en
las leyes de la economa mercantil, que tambin diferencian a
nuestro campesinado comunal en burguesa y proletariado. Si
tomamos a los artesanos, nos encontraremos que en la poca de
la posreforma no slo surgan nuevas industrias artesanales y se
desarrollaban con mayor rapidez las viejas [este fenmeno es el
resultado de dicha diferenciacin del campesinado agricultor, el
resultado de una divisin social progresiva del tra b a jo **], sino
que, adems, la masa artesan se depauperaba cada vez ms,
caa en la miseria y perda su independencia econmica, mientras
una insignificante minora se enriqueca a costa de esa rnasa,
acumulaba enormes capitales, se converta en intermediaria, tomaba
en sus manos las ventas y terminaba por organizar en la enorme
mayora de nuestras industrias de kustares un sistema domstico
de produccin en gran escala, de tipo ya totalmente capitalista.
La presencia de estas dos tendencias opuestas en el seno de
nuestros pequeos productores indica con claridad que el capita
lismo y el empobrecimiento de las masas no slo no se excluyen,
sino que, por el contrario, se condicionan recprocamente, y de
muestra en forma irrefutable que el capitalismo constituye hoy la
base fundamental de la vida econmica de Rusia.
He aqu por qu no resulta una paradoja decir que la res
puesta al problema de los mercados est precisamente en la di
ferenciacin del campesinado.
No es posible dejar de observar tambin que el planteo mismo
(tan en boga) del famoso problema de los mercados, oculta una
serie de absurdos. La frmula habitual (vase I ) se basa direc
tamente en las ms inverosmiles hiptesis, tales como que los
sistemas econmicos de la sociedad pueden ser creados o destrui
dos por voluntad de determinado grupo de personas, de la in
telectualidad o del gobierno .{pues, de otro modo no cabra
plantearse preguntas como puede 9I capitalismo desarrollarse?
o debe Rusia pasar por el capitalismo?, conviene" conservar
la comunidad rural?, etc.), que el capitalismo impide el empo* Los propios campesinos calificaron muy acertadamente este proceso de

*descampesinizacin, [Vase Revista rural d e la provincia d e Nizhni-Nvgorod, d e 1892. N.-N., 1893, fase. III, pgs. 186-187.]
* * Uno de los mayores errores tericos del seor Nikolai-on es 1 de
que l ignora este fenmeno.

I X LLAMADO PROBLEM A DE LOS MERCADOS

121

brecimiento del pueblo, que el mercado es algo separado e Inde


pendiente del capitalismo, una especie de condicin particular de
su desarrollo.
Si
no se rectifican estos absurdos ser imposible resolver el
problema.
Supongamos, en efecto, que a la pregunta: puede desarrollarse el capitalismo en Rusia, cuando la masa del pueblo es pobre
y contina empobrecindose cada vez ms?, se le ocurriera a
alguien contestar del modo siguiente: s, puede, porque el capi
talismo no se desarrollar a expensas de los artculos de consumo,
sino de los medios de produccin. Es evidente, que tal respuesta
se basa en la idea en todo sentido justa de que el crecimiento de
la productividad global de una nacin capitalista se efecta prin
cipalmente a expensas de los medios de produccin (vale decir,
ms sobre la base de stos que de los artculos de consumo), pero
es rvs evidente aun que semejante respuesta no puede hacer
avanzar ni en un pice la solucin del problema, as como es
obvio que no puede extraerse una deduccin justa de un silogismo
cuando es correcta la premisa menor, pero absurda la mayor.
Semejante respuesta (lo repito una vez ms) presupone que el
capitalismo se desarrolla, va abarcando todo el pas, pasa a una
etapa, tcnica superior (a la gran industria mecanizada), en tanto
que la pregunta se basa precisamente en la negacin de la posi
bilidad del desarrollo capitalista y del remplazo de la pequea
produccin por la grande.
El problema de los mercados debe ser trasladado de la
esfera d las estriles especulaciones sobre lo posible y lo
debido al terreno de la realidad, al del estudio y la expliccin de
qu caractersticas va adquiriendo el orden econmico en Rusia
y por qu adquiere precisamente esas caractersticas y no otras.
Me limitar a citar algunos ejemplos extrados del material
que tengo a mi disposicin, para mostrar de manera concreta
qu clase de datos sirven de base a la exposicin precedente.
Para mostrar la diferenciacin de los pequeos productores
y el hecho de que se produce entre ellos no slo un proceso de em
pobrecimiento, sino tambin dt creacin (relativamente) de la
gran economa burguesa, citar los datos correspondientes a tres
distritos exclusivamente agrcolas de la Rusia europea, que per
tenecen a distintas provincias: el del Dniper en la provincia de
Turida, el distrito d Novouzensk en la provincia de Samara, y el

122

V.

I.

LENIN

distrito de Kmishin en la provincia de Sartov. Los datos fueron


extrados de las recopilaciones de estadsticas de los zemstvos.
A fin de adelantarme a posibles objeciones acerca de que los distritos
escogidos carecen de caractersticas tpicas (en nuestras regiones
remotas, que casi no conocieron el rgimen de servidumbre y
cuya poblacin data en gran parte de la poca posterior a la refor
ma, de la poca del rgimen libre, el proceso de diferenciacin
march, en verdad, a paso mucho ms acelerado que en el centro
del pas), dir lo siguiente:
1) De los tres distritos continentales de la provincia de Turida, hemos elegido el del Dniper por ser totalmente ruso [0,6
por ciento de hogares de colonos] y estar poblado por campesinos
de las comunidades.
2) Los datos sobre el distrito de Novouzensk se refieren
nicamente a la poblacin rusa (comunal) [vase Recopilacin
de datos estadsticos del distrito de Novouzensk, pg. 432-439.
Columna o], con exclusin de los llamados jutorianie 0, es decir,
de los campesinos comunales que se segregaron de la comunidad
para establecerse por cuenta propia en tierras adquiridas o arren
dadas. La incorporacin de estos representantes directos de una
agricultura capitalista ** aumentara considerablemente la dife
renciacin.
3) Con respecto al distrito de Kmishin se ha tomado en
cuenta slo los datos relativos a la poblacin granrusa (de las
comunidades).
En esas Recopilaciones, la clasificacin se ha hecho de acuer
do con la cantidad de desiatinas sembradas por familia en el caso
del distrito del Dniper y segn la cantidad de animales de laboreo
en los otros casos.
En el caso del distrito del Dniper, el grupo pobre est com
puesto por los hogares que no cultivan tierra alguna y los que
cultivan hasta 10 desiatinas por familia; en los distritos de Novo Pobladores del jtor, -explotacin agrcola independiente, pero ubi
cada dentro de la propiedad del; terrateniente. ( Ed.)
* * E n la prctica, 2.294 jutorianie poseen 123.252 desiatinas cultivadas
(o sea, un promedio de 53 por agricultor). Emplean 2.662 obreros agrcolas
( y 234 obreras). Poseen ms de 40.000 caballos y bueyes y una gran cantidad
de implementos de labor perfeccionados. Vase Recopilacin de datos estads
ticos del distrito de Novouzensk, pg. 453.

124

V.

I.

LENIN

zensk y Kmishin, las familias sin animales de tiro y con uno solo.
Al grupo medio pertenecen: en el distrito del Dniper las familias
con 10 a 23 desiatinas de tierra labranta por hogar; en el de
Novouzensk, las familias con 2-4 animales de tiro cada una y en
el de Kmishin, las que poseen 2-3 animales de tiro cada una. En
el grupo prspero estn incluidas las familias con ms de 25 de
siatinas de sementeras (distrito del Dniper) o con ms de 4 ani
males de tiro (distrito de Novouzensk) y con ms de 3 (distrito
de Kmishin).
De estos datos se desprende claramente que dentro de nues
tro campesinado agrcola y comunal tiene lugar no un proceso
de empobrecimiento y ruina en general, sino de diferenciacin en
burguesa y proletariado. Una enorme masa de campesinos (el
grupo pobre) aproximadamente la mitad, trmino medio pierde
su independencia econmica. Les corresponde ahora apenas una
nfima parte del total de la agricultura de los campesinos locales,
un 13 por ciento (trmino medio) del rea sembrada; a cada
hogar le corresponden 3-4 desiatinas de tierra cultivada. Para
tener idea, de lo que esto significa, diremos que cada familia cam
pesina de la provincia de Turida, para poder subsistir exclusiva
mente de su agricultura independiente, sin recurrir a las llamadas
ocupaciones auxiliares, necesitara disponer de 17 a 18 desiatinas
sembradas
Resulta claro que los representantes del grupo pobre
se mantienen mucho menos con su propia agricultura que con las
ocupaciones auxiliares, o sea, con la venta de su fuerza de trabajo.
Y si recurrimos a datos ms detallados que caracterizan la situacin
de los campesinos de este grupo, veremos que ste precisamente
es el que provee el mayor contingente de campesinos que abando
nan su hacienda, que carecen de aperos de labranza, entregan en
arriendo sus nadiel y salen en busca de trabajo. Los campesinos de
este grupo representan a nuestro proletariado rural.
Pero por el otro lado, entre stos mismos campesinos comu
nales se destaca, un grupo en todo sentido diferente y de carcter
diametralmente opuesto. Los campesinos del grupo superior po
seen sementeras 7-10 veces mayores que las del inferior. Si com
paramos estas sementeras (de 23 a 40 desiatinas por familia) con
la cantidad normal de desiatinas sembradas que permiten a una
*
En las provincias de Samara y Sartov, esta norma es inferior en I vez
y media, debido a que la situacin de su poblacin es menos prspera.

E L LLAMADO PROBLEM A 1)E LOS MEHCADOS

125

familia vivir holgadamente de la agricultura, veremos que aqu


llos superan a sta en 2-3 veces. Resulta evidente que este campe
sinado ya so ocupa de la agricultura con el objeto de obtener ga
nancias, para comerciar con el cereal. Ahorran smnas considerables
y las invierten en el mejoramiento de sus haciendas y de sus cul
tivos, adquiriendo, por ejemplo, mquinas agrcolas y aperos ms
perfeccionados. En el distrito de Novouzensk, por ejemplo el 14
por ciento de las familias posee por lo general aperos agrcolas de
mejor calidad; en cuanto a los campesinos del grupo superior, el
42 por ciento de las familias posee esta clase de aperos (de tal
modo, a los campesinos del grupo superior corresponde el 75 por
ciento del total de familias del distrito que posen aperos agrcolas
perfeccionados) y en sus manos est concentrado el 82 por ciento
de los aperos de labranza de calidad que posee el campesinado 9.
Los campesinos de este grupo superior ya no pueden arreglarse
con su sola fuerza de trabajo para atender sus cultivos, y por ello
recurren a la contratacin de obreros. En el distrito de Novouzensk,
por ejemplo, el 35 por ciento de las familias del grupo superior
tiene obreros asalariados permanentes ( sin contar a aquellos que se
contratan por temporada, por ejemplo, para la cosecha y otras fae
nas); lo mismo sucede en el del Dniper. En una palabra, los cam
pesinos del grupo superior representan ya, indudablemente, la
burguesa. Su fuerza se basa, no ya en la explotacin de otros pro
ductores (como en el caso de los usureros y kulaks), sino en la
organizacin independiente
de la produccin: en manos de este
grupo, que constituye apenas 1/5 del campesinado, est concen
trada ahora ms de la mitad del total de la superficie sembrada
[tomo el trmino medio general de los tres distritos]. Si tenemos
en cuenta que la productividad del trabajo ( es decir, las cosechas)
de estos campesinos es infinitamente superior a la que obtienen
los proletarios del grupo inferior, que araan la tierra, no es posi
ble sustraerse a la conclusin de que la principal fuerza motriz en
la produccin de cereales es la burguesa rural.
Qu influencia deba ejercer esta divisin del campesinado
en burguesa y proletariado [los populistas no ven en este proceso
e En todo el distrito, el campesinado posee 5.724 herramientas agr
colas perfeccionadas.
*
* Tambin basada, naturalmente, en la expoliacin, pero ya no de los
productores independientes, sino de los obreros.

126

V.

I.

LENIN

otra cosa que el empobrecimiento de las masas] sobre la mag


nitud del mercado, es decir, sobre la magnitud de la parte del
cereal que se convierte en mercanca? Es evidente que esa parte
deba acrecentarse en grado considerable, porque la cantidad de
cereal en manos de los campesinos del grupo superior exceda en
mucho sus propias necesidades y se enviaba al mercado. Por otro
lado, los miembros del grupo inferior deban comprar la parte de
cereal que les faltaba con el dinero obtenido de su trabajo asa
lariado.
Para citar datos ms precisos, sobre este problema tendremos
que recurrir, no ya a las recopilaciones de estadsticas de los
zlemstvos, sino a la obra de V. Pstnikov, La explotacin agrcola
len el sur de Rusia. Pstnikov describe, segn datos de las esta
dsticas de los zemstvos, la explotacin agrcola en tres distritos
continentales de la provincia de Turida (Berdiansk, Melitpol y
Dniper), y la analiza tomando los distintos grupos de campesinos
[divididos en 6 categoras de acuerdo con la superficie de tierra
labranta de que disponen: 1 ) los que no cultivan tierra alguna;
2) los que cultivan hasta 5 desiatinas; 3) los que cultivan de 5 a 10;
4) de 10 a 25; 5) de 25 a 50 y 6 ) arriba de 50 desiatinas]. Para
examinar la relacin de los distintos grupos con el mercado, divide
la superficie sembrada de cada hacienda agrcola en 4 partes, a
saber: 1) rea de mantenimiento, como denomina Pstnikov a la
parte que produce la semilla necesaria para la siembra; 2 ) rea
alimentaria, destinada a producir el sustento necesario para la
manutencin de la familia y los trabajadores; 3 ) rea forrajera,
destinada a proveer de alimento a los animales de labor y, final
mente, 4 ) rea comercial o mercantil, que provee el producto que
se tranforma en mercanca y es enajenado en el mercado. Se
sobrentiende que slo esta ltima rea proporciona ingresos en
dinero, las dems en especie, es decir, productos que son consu
midos en la propia hacienda.
c

Al hacer el clculo de la dimensin de cada una de estas reas


en los distintos grupos del campesinado segn la cantidad de
tierra labranta de que disponen, Pstnikov nos ofrece el siguiente
cuadro:
;

EL LLAMADO PROBLEM A DE LOS MERCADOS

127

Estos datos demuestran que cuanto ms grande es la hacien


da, mayor es su carcter mercar til y mayor la proporcin de cereal
que produce para la venta [12-36-52-61 por ciento en los respectivos
grupos]. Los principales agricultores, los campesinos de los dos
grupos ms fuertes ( poseen ms de la mitad de toda la tierra la
branta), venden ms de la mitad de toda su produccin agrcola
[52 y 61 por ciento].
De no haber existido divisin del campesinado en burguesa
y proletariado, o, en otras palabras, si la superficie de tierra la
branta hubiese estado distribuida entre todos los campesinos
equitativamente, todos los campesinos perteneceran al grupo
medio ( el que cultiva, de 10 a 25 desiatinas), y al mercado llegara
slo el 36 por ciento del cereal, es decir, el producto de 518.136
desiatinas bajo cultivo ( 3 6 por ciento de 1.439.237 = 518.136). En
cambio, tal como se desprende del cuadro, ahora va al mercado
el 42 por ciento del cereal, producto de 608.869 desiatinas. De

123

V.

T.

LjENIN

este modo, "el empobrecimiento de las masas, la completa de


cadencia de las haciendas del 40 por ciento de los campamos f el
grupo nobre oue no cultiva ms re 10 desiatinas V la formacin
del proletariado rural, todo esto condujo a oue se lanzara al mer
cado el producto del cultivo de 90 m il desiatinas e.
fin modo alguno ouieto decir nue el crer-im^nto del merca
do como consecuencia de li diferenciacin del csxnopwtnrlo,
quedo limitado a esto. Leios de ello. Hornos vMo, por eierr.nlo,
que los campesinos anauicren meiorcs herramientas de trobaio,
es decir, invierten sus ahorros en la produccin de medios de
produccin. Hemos visto oue adems del cereal, en el mercado
apareci otra mercanca: la fuerza de tnibnio humana. No men
ciono todo esto slo porque presento este eiemolo con un prop
sito limitado y particular: mostrar aue el empobrecimiento de las
masas aqu, en Rusia, conduce efectivamente a la intensificacin
del desarrollo de 1a. economa mercantil y capitalista. Elesc cnn
toda intencin un producto como el cereal, que siempre v en todas
partes es el aue entra ms tarde y con mayor lentitud en la circula
cin mercantil. Per esa razn se analizan las localidades exclusi
vamente agrcolas.
Tomor ahora otro ejemplo, que se refiere a una regin
puramente industrial, la provincia de Mosc. Los estadsticos de
los zemstvos describen la economa campesina en los tomos VI
y VII de la Recopilacin de dates estadsticos de la provincia de
Moved que contienen varios estudios excelentes sobre las industrias
de kustares. Me limitar a citar un pasaie del captulo La industria
artesano! de encajes * * , que explica cmo y por qu causas las
industrias artesanales campesinas se desarrollaron con particular
rapidez en la poca posterior a la Reforma.
La industria del encaje naci en la segunda dcada del presente
siglo en dos aldeas vecinas pertenecientes a la circunscripcin de
Vornov, distrito de Podolsk. En la, dcada de 1840 empieza a
extenderse paulatinamente hacia las otras aldeas vecinas, sin lle
gar, empero, a abarcar todava una gran regin. Mas a partir de
* 90.733 desiatinas = 6,3 por ciento de toda la superficie sembrada
** Recopilacin de detos estadsticos s le provincia d e Mosc. Seccin
de estadsticas econmicas, tomo VI, fase. II. Las industrias artesanales do la
provincia de Mosc, fase. II, Moso; 1880,

EL LLAMADO PROBLEMA DE LOS MEFCADOS

.129

.1850, en especial, en los ltimos 34 aos de esa. dcada, se propaga


con rapidez a iodos los alrededores.
De las 32 aldeas en que hoy existe esta industria artesanal
surgi:
en 2
4
S
7
.. 14

de las aldeas en
18540

184C

durante la dcada do 8H0


los afios .
!8 7 0 a 1875

1873 a J.87*

Si ahondamos en las causas que dan origen a tal fenmeno


dice ei autor del estadio -, es decir, al de una propagacin ex
traordinariamente rpida de esa industria artesanal, precisamente
en el curso de los ltimos aos, veremos que, por un lado, las con
diciones de vida del campesinado en este lapso empeoraron en
grado considerable, y por el otro, las necesidades de la poblacin
-d e la parte que se halla en situacin ms favorable, han crer
cido notablemente.
En confirmacin de lo dicho, e autor extrae de las estadsti
cas del zemstvo de Mosc los siguientes datos, que preser-to en
forma de cuadro *: [Vase el cuadro en la pg. 130. Ed.]
Estas cifras - contina el autor demuestran con elocuencia
que el nmero total de caballos, vacas y ganado menor en esta
circunscripcin ha aumentado, pero que este incremento de la
prosperidad correspondi a individuos aislados, prcticamente a
los pertenecientes a la categora de los campesinos propietarios
de 2-3 y ms caballos [ . . . ] Vemos, en consecuencia, que unto con
el aumente del nmero de campesinos que carecen en absoluto
de vacas y caballos crsce tambin el de los que cesan de cultivar
la tierra: si se carece de animales, tampoco se dispone de suficiente
cantidad de abono; la tierra se agota, no vale la pena seguir culti
vndola. Para su propio sustento y e!*de su familia, para no morir
se de hambre, no basta que en la industria artesanal trabajen so
los hombres -ellos lo hacan tambin antes, cuando no tenan
faenas rurales que realizar-; es menester que tambin los otros
miembros de la familia busquen una ocupacin auxiliar..
...L o s guarismos del cuadro no? muestran tambin oiro
Omito los datos sobre distribucin de las vaca: (la concusin es la
misma) y agrego los porcentaje!.

E L LLAMADO PROBLEM A DE LOS MERCADOS

131

fenmeno: en esas aldeas y poblados aument asimismo el n


mero. de personas que poseen 2 3 caballos y vacas. Por lo tanto,
la prosperidad de estos campesinos se increment, pero al mismo
tiempo dijimos que todas las mujeres y nios de tal o cual aldea
trabajan en la industria artesanal, Cmo se explica tal fenme
no? Para explicrnoslo tendremos que estudiar cmo viven estas
aldeas, conocer ms de cerca la situacin de las familias, y slo
entonces estaremos tal vez en condiciones de juzgar qu origina
este tremendo afn de producir mercancas para la venta.
'"Desde luego, no nos pondremos aqu a investigar en detalle
por qu afortunadas circunstancias comienzan a destacarse poco
a poco, en el ambiente campesino, los individuos y familias ms
fuertes, cul es el origen de su prosperidad y qu condiciones
sociales permiten que esa prosperidad, una vez que aparece, pue
da crecer con rapidez y aumentar a tal punto que eleva considera
blemente a una parte de los aldeanos por sobre los dems. Para
observar este proceso, basta citar una de las manifestaciones ms
comunes de la vida en la aldea. En una aldea, dada, cierto cam
pesino tiene fama, entre sus vecinos de hombre sano, fuerte, sobrio
y trabajador; posee una familia numerosa, en la cual predominan
los hijos varones que se distinguen por su misma fuerza fsica y
buenas costumbres: viven todos juntos, la familia no se ha dividido;
reciben un nadie! para 4 5 personas. Es evidente que para cul
tivar esa parcela no hace falta; tanta mano de obra. As, dos o tres
de los hijos trabajan permanentemente en una industria artesanal,
en la misma localidad o fuera, de ella, y slo cuando hay que segar
el heno abandonan. por; breve tiempo la industria para ayudar a l
familia en las faenas rurales,, Los ingresos de todos los miembros
de la familia no se fraccionan, sino que van, a engrosar el patrimo
nc comn: si existen otras circunstancias favorables, este patrimo
nio excede considerablemente la suma que se invierte para satis
facer las necesidades de la familia. Aparece el ahorro, gracias al

cual la familia puede deaicarse a la industria en mejores condicio


nes: puede comprar la materia prima en efectivo y de primera
mano, y vender el artculo elaborado en el momento oportuno,
cuando est en precio, sin recurrir a toda clase de 'intermediarios',
comerciantes, etc,
Surge as la posibilidad de contratar a un obrero, despus a
otro, o de entregar trabajo a domicilio a campesinos pobres qus
ya no tienen medios para desenvolverse independientemente. I)a*

132

V.

I.

LEN1N

das estas y otras circunstancias parecidas, la familia tuerte a que


nos referimos; ya est en condiciones de obtener beneficios 110 slo
de su trabajo exclusivamente personal. No habamos aqu, por su
puesto, de aquellos casos en que surgen de tales familias persona
jes conocidos con el nombre de kulaks o usureros; slo examinamos
las manifestaciones ms comunes en el medio campesino. Los
cuadros incluidos en el tomo II de la Recopilacin y en el fase. 1
del tomo VI muestran con claridad cmo, a medida que empeora
la situacin de una parte del campesinado, en la mayora de les
casos aumenta la prosperidad de otra pequea parte de ste, o
de individuos aislados.
A medida que se extienden las ocupaciones en la industria
artesanal, se hace ms frecuente el intercambio con el mundo ex
terior, con la ciudad, en este caso, concreto con Mosci'i, y algunos
de los hbitos urbanos penetran poco a poco en la vida de la al
dea y se manifiestan, al principio, precisamente en el seno de estas
familias ms prsperas. Aparece el samovar, la vajilla de vidrio
y de loza necesaria, la vestimenta es ms pulcra. Mientras que
al principio esta mayor pulcritud en el vestir se manifiesta entre
los hombres en el hecho de que empiezan a, usar bota" en lugar del
calzado rstico, ertre las mujeres el uso de zapatos y botitas cons
tituye la culminacin de ese proceso; ella prefiere, antes que nada,
les percales de vivos colores y dibujos, los pauelos, los hermosos
chales de xana y otras novedades semejantes. . .
. y? Desde tiempos inmemoriales es costumbre en las fami
lias campesinas rasas que la mujer confeccione la ropa del esposo,
la suya propia y la de sus hijos [ .. - ] Cuando cultivaban su propio
lino, gastaban menos dinero en la compra de telas y dems ele
mentos necesarios para la vestimenta, y ese dinero lo obtenan con
la venta de gallinas, huevos, hongos, bayas, de alguna madeja de
hilo sobrante o de un retazo de lienzo que 110 haca falta. Todo
lo dems se produca en casa. Estas condiciones, es decir, la pro
duccin domstica de todos aquellos artculos que se descontaba
deban hacer las campesinas, y el hecho de que en ello empleaban
todo su tiempo libre de las faenas agrcolas explican, en este caso,
el desarrollo extremadamente lento de la industria domstica del
encaje en las aldeas de la circunscripcin de Vorcncv. Los encajes
eran hechos de preferencia por las jvenes de las familias ms
pudientes o ms numerosa?, donde no era indispensable que todas
las manos femeninas disponibles se dedicaran al hilado del lino y

EL LLAMADO PROBLEM A DE LOS MERCADOS

133

al tejido del lienzo. Pero poco a poco Ies percales e indianas bara
gos empezaron a. desalojar al lienzo. A eso se sumaron otras cir
cunstancias: que la cosecha de lino se perda o que se le ocurra
a la mujer hacerle a su esposo una camisa de percal rojo y para
ella un vestido ms elegante; y as, paso a paso., la costumbre de
tejer en casa distintos lienzos y paos para la confeccin de la
vestimenta campesina va desapareciendo o se reduce al mnimo.
Y tambin el tipo de vestimenta va experimentando cambios, de
bido en parte a la desaparicin paulatina de las telas de produccin
casera y a su remplazo por las de produccin fabril...
.. .Esto explica que la mayora de la poblacin se empee
en producir mercancas para la venta y emplee en ello inclusive
coda. la mano de obra infantil.
Este sencillo relato de un atento observador muestra con toda
claridad cmo se opera en el seno de nuestra masa campesina el
proceso de divisin del trabaje social, cmo todo eso conduce a
la intensificacin de la produccin mercantil [y, por consiguiente^
del mercado] y cmo esta produccin mercantil per s. sola, es
decir, en virtud de las relaciones en que coloca al productor con
respecto al mercado, lleva a trasformar la compra y la venta de
la fuerza de trabajo humana en el fenmeno ms comn .
v m

Para finalizar, tal vez no est de ms ilustrar este discutido


problema, ya demasiado cargado de abstracciones, esquemas y
frmulas, nos parece con el anlisis de la argumentacin de uno
de ios ms recientes y destacados representantes de la concepcin
corriente.
Me refiero al seor Nikoiai-on *.
ste ve el mayor obstculo para el desarrollo del capitalismo
en Rusia en la reduccin del mercado interno y en la disminu
cin del poder adquisitivo del campesinado. La capitalizacin
de las industrias artesanales dice ha desalojado a la produccin
domstica de artculos; el campesino se ve obligado a comprar
su vestimenta. Para obtener el dinero necesario, ha tenido que
0 Se sobrentiende que so se trata, iqu de analiza! toda su obra ello
requerira un trabajo sspecial, sino slo uno de sus argumentos preferidos.

recurrir al cultivo intensivo de la tierra y, debido a que la super


ficie del nadiel le resultaba insuficiente, fue ampliando sus cultivos
hasta mucho ms all de lo que aconseja una agricultura racional;
provoc el alza de los precios de las tierras arrendables hasta lmi
tes escandalosos, y termin arruinndose. El capitalismo se cav su
propia fosa, condujo la economa popular a la terrible crisis del
ao 1891, y . . . se estanc, falto de base en qu apoyarse y sin
fuerzas para continuar por el camino emprendido. Conciente
de que nosotros^ nos hemos desviado del orden popular consagra
do por los siglos, Rusia espera ahora. . . que las autoridades adop
ten la disposicin de injertar en las comunidades rurales la gran
produccin.
En qu consiste el absurdo de esta teora siempre nueva
(para los populistas rusos)?
Acaso en el hecho de que su autor no comprende la signifi
cacin de la produccin de medios de produccin para medios
de produccin? Claro est que no. El seor Nik-on conoce muy
bien esta ley, y recuerda inclusive que se haba manifestado tam
bin aqu (pgs. 186, 203 y 204). Es verdad que gracias a su
talento para rebatirse! a s mismo con sus propias contradicciones,
a veces olvida esta ley (ver pg. 123), pero lo cierto es que la
rectificacin de tales contradicciones no rectificara en modo algu
no el razonamiento fundamental ( ya citado) del autor.
El absurdo de su teora radica en que no sabe cmo explicar
nuestro capitalismo y elabora sus razonamientos acerca de ste
sobre la base de meras ficciones.
El seor Nik.-on considera al campesinado, que qued arrui
nado debido al desplazamiento de la produccin domstica por la
fabril, como algo homogneo, orgnicamente unido, que reacciona
como un solo hombre ante todas las manifestaciones de la vida.
Nada de eso sucede en la realidad. La produccin mercantil
no habra podido surgir en Rusia si no hubiesen existido separada
mente las unidades productoras (los hogares campesinos), y todo
el mundo sabe que en la prctica, cada uno de nuestros campesi
nos trabaja solo y con independencia de los dems, que produce
por su cuenta y riesgo los productos que son de su propiedad pri
vada, y que establece en forma individual su relacin con el mer
cado.
Veamos cul es la situacin en el campesinado.

EL LLAMADO PROBLEM A DE LOS MERCADOS

135

"Necesitado de dinero, el campesino aumenta su rea de cul


tivo desmedidamente y se arruina.
Pero slo el campesino pudiente, que posee semilla para la
siembra y suficiente cantidad de aperos de labranza y animales
de labor, est en condiciones de ampliar sus cultivos. En efecto,
tales campesinos (y son, como es notorio, la minora) aumentan
sus sementeras e intensifican la agricultura a tal punto, que ya no
pueden arreglarse sin ayuda de obreros. En cambio, la mayora
no est en condiciones de satisfacer su necesidad de dinero inten
sificando la agricultura, pues carece de reservas y de suficientes
medios de produccin. Para obtener dinero, este campesino sale
en busca de una "ocupacin auxiliar, es decir, lleva al mercado,
no va sus productos, sino su fuerza de trabajo. El hecho de traba
jar fuera del hogar conduce, como es natural, a la posterior deca
dencia de la explotacin agrcola, y este campesino termina por
ceder su nadiel en arriendo a un vecino rico de la misma comuni
dad, quien as redondea su hacienda. Este ltimo, claro est, no
consume personalmente el producto del nuevo nadiel, sino que lo
lanza al mercado. Se produce as el empobrecimiento del pueblo,
el crecimiento del capitalismo y la ampliacin del mercado. Pero
eso no es todo. Nuestro campesino rico, ocupado totalmente en su
explotacin agrcola ampliada, ya no puede producir como antes
para su propio consumo, digamos, por ejemplo, calzado: le re
sulta ms ventajoso comprarlo hecho. En o que respecta al cam
pesino empobrecido, tambin l debe recurrir a la compra de cal
zado: no puede producirlo en su hacienda por la sencilla razn de
que ya carece de hacienda propia. Surge la demanda de calzado y
la oferta de trigo, que proviene del excedente en manos del cam
pesino enriquecido, cuyo desarrollo econmico progresivo tanto
enternece al seor V. V. Los vecinos artesanos que producen cal
zado se hallan de pronto en situacin parecida a la de los labrar
dores: para poder comprar el cereal que su decadente hacienda
ya no produce en cantidad suficiente, es necesario aumentar la
produccin. Y de nuevo, naturalmente, slo puede aumentar su
produccin el artesano que ha acumulado ahorros, vale decir, el
representante de la minora; ste tiene la posibilidad de contratar
a obreros o entregar trabajo a domicilio a los campesinos pobres.
La mayora de los artesanos 110 puede ni pensar en ampliar sus
talleres: se darn por contentos si el enriquecido mayorista les
da trabajo, o sea, si encuentran comprador para su fuerza de tya-

136

V.

X.

LENIN

bajo, que es su nica mercanca. De nuevo se produce el empo


brecimiento del pueblo, el crecimiento del capitalismo y la amplia
cin del mercado; so da un nuevo empuje al posterior desarrollo y
ahondamiento de la divisin social del trabajo. Dnde se deten
dr este movimiento? Nadie podra decirlo, como tampoco nadie
podra decir dnde comenz. Pero esto carece de importancia. Lo
importante es slo el hecho de que tenemos ante nosotros un pro
ceso nico orgnico, vivo, el proceso del desarrollo de la economa
mercantil y crecimiento del capitalismo. La descampesinizacin
de la aldea nos muestra el comienzo de ese proceso, su nacimiento,
sus etapas iniciales; el gran capitalismo de las ciudades nos mues
tra su final, sus tendencias. Intntese separar estos fenmenos,
intntese considerarlos aislada c independientemente uno del otro,
y no se podr dar coherencia a los razonamientos, no se podr
explicar un fenmeno ni el otro, ni el empobrecimiento del pueblo,
ni el crecimiento del capitalismo.
Sin embargo, en estos casos ocurre, las ms de las veces, que
los autores de tales razonamientos, que no tienen principio ni
fin no pueden explicar el p ro ceso y ponen punto final a la inves
tigacin declarando que uno de los dos fenmenos, igualmente
incomprensibles para ellos [y, por supuesto, precisamente aquel
que contradice al sentimiento moralmente desarrollado de una
personalidad con pensamiento crtico] es absurdo, casual,
"cuelga en el aire.
En realidad, lo nico que cuelga en el aire son, por supuesto,
sus propios razonamientos.

QUINES SON LOS "AMIGOS DEL PUEBLO Y CMO


LUCHAN CONTRA LOS SOC1ALOEMCRATAS
(Respuesta a los artculos do Rsskoie Bogatstvo
contra los marxistas) r

Escrito sn la primavera y el
serano de 1894,
Publicado por primera vez en
1894, en edicin Secografiada.

Se publica d Acuerdo con el


texto de la edicin heclografiada
de 3894,

Rsskoie Bogutsio 10 inici una campaa contra ios socaldemcratas. Ya en el nm. 10 del ao pasado uno de ios directores
de dicha revista, el seor N. Mijailovski, anunci una polmica
contra nuestros llamados maixistas o soda'demcratas *. Ms
tarde apareci un artculo del seor S. Krivcnko, titulado Los fran~
coi reidores de la cultura (nm. 12) y otro del seor N. Mijailovski,
titulado Literatura y vida ( nrr.s. I y 2 de R. 3, de 1894). En
cuanto al concepto que la revista tiene de nuestra realidad econ
mica, ue formulado de un modo ms completo en un artculo
del seor S. luzhakov: Problemas del desarrollo econmico de
Rusia (e r los nms. 11 y 12). En lneas generales, estos seores,
que pretenden representar en su revista las ideas y la tctica de
los verdaderos amigos del pueblo, soi? enemigos jurados de la
socialdemocracia. Internaremos, pues, examinar a fondo a estos
amigos del pueblo, la crtica que hacen dei marxismo, sus ideas
y su, tctica.
El seor N. Mijailovski dedica su atencin sebre todo a los
f undamentos tericos del marxismo, y por eso se ocupa en especial
del anlisis de la concepcin materialista de la historia. Despus
de presentar, en lneas generales, el contenido de las numerosas
obras marxistas que exponen esta doctrina, el seor Mijailovski
comienza su crtica con el siguiente pasaje:
Ante todo dice surge espontneamente una pregunta en
qu obra expuso Marx su concepcin materialista de la historia?
En E l capital nos dio un ejemplo de unin de la fuerza lgica con
la erudicin, con el estudio minucioso, tanto de toda la literatura
econmica, como de los hechos correspondientes. Exhum a tcri1 S1 alude al articulo de Mijailovski titulado Literatura y vida, publi
cado en el nm. 10, de 1693, de Rvsskoie bogatstvo, que provoc la reaccin
de es marxistes. Algunas de les caitas que stos enviaron al autor en res
puesta a su artculo aparecieron en la revista B i l C j nina. 23, de 1924. (Ed.)

144

V.

I.

LEN IN

eos de las ciencias econmicas olvidados hace mucho tiempo o que


hoy nadie conoce, y no descuida los detalles ms nimios de infor
mes de inspectores do fbricas o de declaraciones formuladas por
peritos de diversas comisiones especales; en una palabra, examin
una enorme cantidad de materiales documentales, bien para fun
damentar sus teoras econmicas, bien para ilustrarlas. Si a creado
una concepcin completamente nueva' del proceso histrico, si
ha expticauo todo ei pasado de la humanidad desde un punto de
vista nuevo y ha resumido todas as teoras sobre ia filosolia de la
historia existentes hasta entonces, lo hizo, por supuesto, con igual
ceio: realmente revis y someti a un anlisis crtico tocias las
teoras conocidas del proceso histrico y una gran cantidad de
necnos cte la historia universal. El parangn con Darwm, tan
(. rnente en la literatura marxista, continua aun ms esta asevera
cin. tn qu consiste toda ia obra de Darwmi' Kn algunas ideas
de sntesis, estrechamente vinculadas entre si, que coronan todo
un Munt-manc q materiales concretos, i'cro uoude est la oora
pertinente ce Marx? JfcJo existe. Y no sle no existe obra semejante
ue Marx, sino que no 1a J?.ay en tocia ia literatura marxista, pese
a toda su amplitud cuantitativa y & su difusin."
Este pasaje es sumamente caracterstico para advertir hasta
qu punto son poco comprendios por el pblico EL capital, y Marx.
Anonaaaacs por ia inmensa tuerza proDatona ue lo que expone, ha
cen reverencias ante Marx, lo alaban, pero al mismo tiempo pasan
completamente por alto ei contemuo iundamentai de la doctrina
y repiten, como si tai cosa, las viejas cantinelas de la sociologa
subjetiva", i n o se puede menos que fecordar con este motivo el
acertadsimo epgrafe que Kautslcy eligi para su libro sobre la
doctrina econmica de Matx:

Wer wifd niclit einen Klopswck lobenP


Dock wird ihn jeder lesen? Nein.
Wir wollen weniger srh'oben
Urui fleissiger geiesen seinl *

5 Quin dejar de alabar


IClopsiocK? Pero lo leern muchos? No.
Nosotros preferimos que no? ensalcen menes, paro que nos lean nisi (J.fcsjing), (E d.)

yU iN ES SUN LOS 'AMIGOS. DEL P U E BiX )"

14

j Exactamente! El seor Mijailovski debera ensalza* meno.


a Marx y leerlo con mayor aplicacin, o mejor, meditar con ms
seriedad sobre lo que lee,
En El capital Marx nos dio un ejemplo de unin de la fuerza
lgica con la erudicin, dice eJ seor Mijailovski. Y en esta rase
nos da un ejemplo de unin de una rase brillante con un conte
nido huero, segn ha observado un marxiste. Y la observacin es
en todo sentido justa. En efecto, en qu se manifest esa fuerza
lgica de Marx? Qu resultado dio? Al leer el pasaje del seor
Mijailovski, que acabamos de reproducid se puede creer que toda
esta fuerza se concentr en las teoras econmicas en el sentido
ms estricto de la palabra, y en nada ms. Y para subrayar an
ms los estrechos lmites del terreno en que manifest Marx su
fuerza lgica, el seor Mijailovski acenta lo de "los detalies ms
nimios, o de )a minuciosidad, lo de ios tericos que hoy na
die conoce, etc. Es como si Marx no hubiera aportado a ios m
todos de construccin de estas teoras nada sustancialmence nuevo,
nada digno de ser mencionado, como si hubiese dejado a las cien
cias econmicas dentro de los mismos lmites en que las encontr
en las obras de los economistas anteriores, sin ampliarlas, sin apor
tar una concepcin completamente nueva de esa ciencia. Vero
quien haya ledo El capital sabe que esta afirmacin est total
mente reida con la verdad. No se puede menos que recoma' cou
este motivo lo que sobre Marx escribi el seor Mijaiicvski hace
16 aos, cuando polemizaba con ese burgus rampln, el seor
I. Zhukovski *. Acaso eran otros ios tiempos entonces, o quizs
estaban ms frescos los sentimientos; io cierto es que el tono y el
contenido de aquel artculo del seor Mijailovski evan completa
mente distintos.
El objetivo final de esta obra es demostrar la ley del desarro
llo [(en el original: Dos konomische Bcivegungsgesetz, es de
cir, la ley econmica del movimiento)] de la sociedad moderna,
dice C. Marx en El. capital, y se atiene estrictamente a su pro
grama. As opinaba el seor Mijailovski en 1877. Veamos, pues,
ms de cerca este programa estrictamente coherente, segn reco0 Se trata del artculo de Mijailovski, Carlos Marx enjuiciado por
. Zhukovski, publicado an Otichesioiennie Zapiski, nm. 10- octubre da
1377. (Erf.i

146

V.

I.

L E N XN

noce el propio crtico. El programa consiste en "demostrar la ley


econmica del desarrollo de la sociedad moderna.
Esta formulacin nos coloca ya frente a varios problemas que
exigen ser aclarados. Por qu habla Marx de la sociedad mo
derna ( modern ) , cuando todos los economistas anteriores a l
hablaban de la sociedad en general? En qu sentido emplea la
palabra moderna y cules son las caractersticas por las que l
distingue especialmente esta sociedad moderna? Y luego: qu
significa la ley econmica del movimiento de la sociedad? Esta
mos acostumbrados a or decir a los economistas esta es, por
cierto, una de las ideas preferidas de los publicistas y economistas
del medio a que pertenece Rsskoie Bogatstvo que slo la pro
duccin de valores se encuentra supeditada a leyes econmicas,
mientras que la distribucin, segn ellos, depende de la poltica,
de la forma en que las autoridades, los intelectuales, etc., ejerzan
su influencia sobre la sociedad. En qu sentido, pues, habla
Marx de la ley econmica del movimiento de la sociedad, llamn
dola, por aadidura, unos renglones ms abajo, Taturgesetz,
ley natural? Cmo entender esto cuando tantos socilogos de
nuestro pas han escrito montones de papel para decir que el
campo de los fenmenosi sociales ocupa un lugar aparte del campo
de los histriconaturales y que, por lo tanto, para estudiar los pri
meros es necesario emplear un mtodo completamente especial, el
mtodo subjetivo en la sociologa?
Todas estas dudas surgen de un modo natural e inevitable y,
claro est, slo por crasa ignorancia pueden ser dejadas a un lado
cuando se habla de fil capital. Para esclarecerlas, citemos previa
mente un pasaje ms del mismo prlogo de El capital, algunas l
neas ms abajo:
Mi punto de vista dice Marx consiste en que considero
el desarrollo de la formacin econmicosocial como un proceso
histrico natural. *
Basta sencillamente comparar, auiique slo sean estas dos ci
tas del prlogo, para advertir que precisamente esa es la idea fun
damental de EL capital, apcada, como hemos visto, con estricta
coherencia y con rara fuerza lgica. Sealemos al respecto, ante
todo, dos circunstancias: Marx se refiere a una sola formacin
* Vase C. Marx, ob. cit., t. I, pg. 7. (E d.)

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

147

econmicosociar, a la capitalista, es decir, afirma haber investi


gado la ley del desarrollo slo de esta formacin y de ninguna otra.
Esto en primer lugar. Y en segundo trmino, advirtamos los mto
dos con que elabora Marx sus conclusiones: como vimos unas l
neas ms arriba, el seor Mijailovski dice que estos mtodos con
sistan en el "estudio minucioso de los correspondientes hechos.
Ahora pasemos a analizar esta idea fundamental de El capital,
One con tanta habilidad intent pasar por alto nuestro filsofo subjetivista. En au consiste propiamente el concepto de formacin
econmicosocial y en qu sentido puede y debe considerarse el
desarrollo de dicha formacin como un proceso histrico natural?
Estos son los interrogantes que ahora se nos plantean. Ya he indi
cado atie desde el punto de vista de los viejos (no para Rusia) eco
nomistas v socilogos, el concento de formacin econmicosocial es
completamente superfino: hablan de la sociedad en general, discu
ten con los Spencer sobre lo oue es la sociedad en general, sobre sus
fines y su esencia, etc. En tales disquisiciones, estos socilogos subjeti vistas se apoyan en argumentos por el estilo de los que afirman
oue el fin de la sociedad consiste en procurar ventajas para todos
sus miembros, v que por ello la justicia exige una organizacin
determinada, v los sistemas aue no corresponden a esta organiza
cin ideal ( la sociologa debe comenzar por cierta utopa, dice
uno de los autores del mtodo subjetivista, el seor Miiailovski, lo
cual caracteriza perfectamente la naturaleza de sus mtodos) son
anormales y deben ser eliminados. El obietivo esencial de la so
ciologa razona, por ejemplo, el seor Mijailovski consiste en
el estudio de las condiciones sociales en que tal o cual necesidad
de la naturaleza humana es satisfecha. Como se ve, a este soci
logo slo le interesa una sociedad que satisfaga a la naturaleza
humana, pero en modo alguno le interesan las formaciones socia
les que, por aadidura, pueden estar basadas en fenmenos tan
en pugna con la naturaleza humana como la esclavizacin de la
mayora por la minora. Se ve tambin que, desde el punto de
vista de este socilogo, ni hablar cabe de considerar el desarrollo
de la sociedad como un proceso histrico natural. ( Al reconocer
algo como deseable o indeseable, el socilogo debe hallar las con
diciones necesarias para realizar lo deseable o para eliminar lo
indeseable, para realizar tales y cuales ideales, razona el mismo
seor Mijailovski). Ms an, ni hablar cabe siquiera de un des-

148

V.

I.

IE N IN

arrollo, sino de diversas desviaciones de lo deseable, de defec


tos, que se han producido en la historia como consecuencia. . . ,
como consecuencia de que los hombres no han sido inteligentes,
no han sabido comprender bien lo que exige la naturaleza huma
na, no han sabido hallar las condiciones para realizar estos regme
nes racionales. Es evidente que la idea fundamental de Marx sobre
el proceso histrico natural de desarrollo de las formaciones econmicosociales socava hasta las races esa moraleja infantil que
pretende llamarse sociologa. Pero cmo lleg Marx a esta idea
fundamental? Lo hizo separando de los diversos campos de la vida
social el de la economa, separando de todas las relaciones sociales
las de produccin, como relaciones fundamentales, primarias, que
determinan todas las dems. El mismo Marx describe el proceso
de su razonamiento sobre esta cuestin de la siguiente manera:
El primer trabajo que emprend para resolver las dudas que
me asaltaron fue una revisin cri'ica de la filosofa hegeliana del
derecho11. Este trabajo me llev a la conclusin de que tanto las
relaciones jurdicas como las formas polticas no pueden ser dedu
cidas de razones jurdicas v polticas ni explicadas exclusivamente
por ellas; aun menos posible es explicarlas e inferirlas de la lla
mada evolucin general del espritu humano. Tienen, sus races
exclusivamente en las relaciones materiales de vida, cuvo con
junto resume Hegel, siguiendo el precedente de los escritores in
gleses V franceses del siglo x v t it , en la denominacin de sociedad
civil. Pero la anatoma de la sociedad civil hay que buscarla en la
economa poltica. El resultado a que llegu por el estudio de esta
ltima puede resumirse as: en la produccin material, los hom
bres deben establecer determinadas relaciones mutuas, relaciones
de produccin. stas corresponden siempre al grado de desarrollo
de Ja productividad que han alcanzado en determinado momento
sus fuerzas econmicas. El conjunto de estas relaciones de produc
cin constituye la estructura econmica de la sociedad, la base
real sobre la que se erige la superestructura jurdica y poltica, v a
la que corresponden determinadas formas de conciencia social. De
tal modo, el rgimen de produccin condiciona los procesos de la
vida social, poltica o puramente espiritual. La existencia de di
chos procesos, no slo no depende de la conciencia del hombre,
sino, por el contrario, esta ltima depende de ellos. Pero en deter
minada fase del desarrollo de su productividad, las fuerzas chocan
con las relaciones de produccin establecidas entre los hombres.

u
,

o r t N E S SON l o s a m i g o s

del

pu eblo

'

Como consecuencia, ios hombres entran en contradiccin coa lo


que constituye una expresin jurdica de las relaciones de produc
cin, es decir, el rgimen de propiedad. Entonces, las relaciones
de produccin dejan de corresponder a la productividad y co
mienzan a trabarla. Y se abre as una poca de revolucin social,
Al cambiar la base econmica, se modifica ms o menos rpida
mente toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando
se estudian estas revoluciones hay que distinguir siempre riguro
samente el cambio material ocurrido en las condiciones de pro
duccin, que debe ser verificado con la exactitud propia de las
ciencias naturales, y el cambio en las formas jurdicas, polticas,
religiosas, artsticas y filosficas: en una palabra, las formas ideo
lgicas aue introducen en la conciencia de los hombres la idea
del conflicto e implican una lucha latente por resolverlo. Como
no podemos juzgar a un individuo por lo que piensa de s, tampoco
podemos juzgar estas pocas de revolucin por la conciencia
que tienen de s mismas. Por el contrario, hay que explicar esta
conciencia por las contradicciones de la vida material, por el con
flicto existente entre las condiciones de produccin y las condi
ciones de productividad [ .. .] Examinados en sus rasgos genera
les, los sistemas de produccin asitico, antiguo, feudal y el actual
sistema burgus, pueden ser considerados como pocas progresis
tas en la historia de las formaciones econmicas de la sociedad *.
Y
esta idea del materialismo en la sociologa era una idea ge
nial. Se entiende que por el momento no era sino una hiptesis,
pero una hiptesis que por primera vez haca posible tratar de un
modo rigurosamente cientfico los problemas histricos y sociales.
Unsta entonces, como los socilogos no saban descender hasta
relaciones tan elementales y primarias corno las de produccin,
empezaban directamente por la investigacin y el estudio de las
formas poltico-jurdicas, tropezaban con el hecho de que estas
formas surgan de tales o cuales ideas d e la humanidad en un
momento dado, y no pasaban de ah; r e s u i t '. <-omo si las rela
ciones sociales fuesen establecidas concie
ocr os hom
bres. Pero esta conclusin, que hall su expre^n cu.npleta en la
idea d e El contrato social1" (cuyos vestigios se notan mucho en
*
i .enin cita el prlogo de Contribucin a lu critica de In economa po
ltica en traduccin propia. Ms adelante, en 1914, ev el artculo Carlos Marx,
Lenin trascribe la cita en na nueva traduccin. ( E d .)

-50

V.

I.

LiiMH

todos los sistemas de socialismo utpico), estaba completamente


en pugna con todas las observaciones histricas. Jams ba suce
dido, ni sucede, que los miembros de la sociedad se representen el
conjunto de las elaciones sociales en que viven como algo defi
nido, intecral, penetrado por un principio fundamental: por el
contrario, la masa se adapta inconcientemente a esas relaciones,
v es tan pobre la idea que de ellas tiene como relaciones sociales
hsitricas especiales, que, por ejemplo, slo ltimamente se hall
una explicacin de las relaciones de intercambio, en as cuales los
hombres han vivido durante muchos siglos. El materialismo ha
eliminado esta contradiccin, profundizando el anlisis hasta lle
gar al origen de estas mismas ideas sociales del hombre, v su con
clusin de que el desarrollo de las ideas depende del de las cosas
es la nica compatible con la psicologa cientfica. Adems, tam
bin en otro sentido esta hiptesis, por vez primera, ha elevado
la sociologa al errado de ciencia. Hasta ahora Ins socilogos dis
tinguieron con dificultad, en la complicada red de fenmenos so
ciales, los fenmenos importantes de los que no lo eran (esta es
la raz del subjetivismo en sociologa), v 110 supieron encontrar
un criterio objetive para esta diferenciacin. El materialismo pro
porciona un criterio completamente objetivo, al descacar las relacio
nes de produccin como estructura de la sociedad, y al permitir que
se aplique a dichas relaciones el criterio cientfico general de la re
peticin, cuva aplicacin a la sociologa negaban los subjetivistas
Mientras se imitaban a las relaciones sociales ideolgicas ( es de
cir, relaciones que antes de establecerse pasan por la conciencia *
de los hombres), no podan advertir la repeticin y regularidad
en los fenmenos sociales de los diverses pases, v su ciencia, en el
mejor de los casos, se limitaba a describir tales fenmenos, a recn
rtilar materia prima. El anlisis de las relaciones sociales materia
les ( es decir, que se establecen sin pasar por la conciencia de los
hombres: al intercambiar productos, stos contraen relaciones de
produccin, aun sin tener conciencia de que ello eonsttuve una
relacin social de produccin) permiti inmediatamente observar
la repeticin y la regularidad, y sintetizar los sistemas de los di
versos nases en un solo concepto fundamental de formacin mcictl
Esta sntesis fue la nica que permiti pasar de la descripcin de
4 Se entiende, por supuesto, que se trat* siempre de la conciencia de
as relaciones sociales y no d. otras.

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUiBLo

151

ios fenmenos sociales ( y1de su valoracin desde el punto de vista


del ideal) a sa anlisis rigurosamente cientfico, que subraya, por
ejemplo, qu diferencia a u'A pas capitalista de otro y estudia qu
tienen en comn todos ellos.
Por ltimo, en tercer lugar, esta hiptesis cre, adems, por
primera vez, la posibilidad de existencia de una sociologa cient
fica, porque slo reduciendo las relaciones sociales a las de pro
duccin, y estas ltimas al nivel de las fuerzas productivas, se
obtuvo una base firme) para representarse el desarrollo ae las for
maciones sociales como un proceso histrico natural. Y se sobren
tiende que sin; tal concepcin tampoco puede haber ciencia social.
(Los subjetivistas, por ejemplo, reconocen que los fenmenos his
tricos se rigen por leyes, pero no pudieron ver su evolucin come
un proceso histrico natural, precisamente porque no iban ms
all de las ideas y fines sociales del hombre, y no supieron reducir
escs ideas y estos fines a las relaciones sociales materiales.)
Y
he aquj que Marx, que formul esta hiptesis en la dcada
del 40, emprende el estudio de materiales documentados (Nota
hene). Toma una de las formaciones econmicosociales el sistema
de la economa mercantil y sobre la base de una gigantesca can
tidad. de datos (que estudi durante no menos de 25 aos) pro
porciona un anlisis sumamente minucioso de las leyes que rigen
e funcionamiento de esta formacin y de su desarrollo. ste anli
sis se limita exclusivamente a las relaciones de produccin exis
tentes entre los miembros de la sociedad: no recurre una sola vez,
para explicar las cosas, a los factores que se encuentran fuera de
estas relaciones de produccin. Marx permite ver cmo se desarro
lla la organizacin mercantil de la economa social, cmo sta se
trasforma en economa capitalista y crea clase'; antagnicas (ya
dentro del marco de las relaciones de produccin): la burguesa
y el proletariado; cmo dicha economa desarrolla la productivi
dad del trabajo social y aporta con ello un elemento que entra en
contradiccin inconciliable con los fundamentos de la propia orga
nizacin capitalista.
Tal es el esqueleto de El capital. Pero el caso es que Marx
no se dio por satisfecho enn este esqueleto, que no se limit slo
a la teora econmic a, en el sentido habitual de la palabra; al
explicar la estructura y el desarrollo ae una formacin social deter
minada exclusivamente por las relaciones de produccin, siempre
y en todas partes estudi las superestructuras correspondientes a

52

V.

X.

LEN IN

estas relaciones de produccin, cubri de carne el esqueleto y le


inyect sangre. Por ello obtuve El capital un xito tan gigantesco,
pues esta obra del economista alemn present ante los ojos del
lector toda la formacin social capitalista como un organismo vivo,
con los diversos aspectos de la vida cotidiana, con las manifesta
ciones sociales reales del antagonismo de clases propio de las re
laciones de produccin, con su superestructura poltica burguesa
destinada a salvaguardar el dominio de la clase de los capitalistas,
con sus ideas burguesas de libertad, igualdad, etc., con sus relacio
nes familiares burguesas. Ahora se comprende que la comparacin
con Darwin es en todo sentido exacta: El capital es algunas ideas
de sntesis, estrechamente vinculadas entre s, que coronan todo
un Mont-Blanc de materiales concretos. Y si el que ley El capital
no advirti estas ideas de sntesis, la culpa ya no ser de Marx,
quien hasta en el prlogo, como vimos ms arriba, habla de ellas.
Ms an, semejante comparacin es justa, no sle en su aspecto
exterior (que no se sabe por qu interes especialmente al seor
Mijailovski), sino tambin en su aspecto interior. As como Dar
win puso fin a la idea de que las diversas especies de animales y
plantas no estn ligadas entre s, son casuales, creadas por Dios
e invariables, y ubic por primera vez la biologa sobre una base
completamente cientfica, estableciendo la variabilidad y la con
tinuidad de las especies, as Marx puso fin a la concepcin de la
sociedad como una suma mecnica de individuos sujetos a toda
clase de cambios por voluntad de las autoridades (o, lo que es lo
mismo, por voluntad de la sociedad y de los gobiernos), suma que
se produce y cambia casualmente, y ubic por primera vez la
sociologa sobre una base cientfica, al formular el concepto de
formacin econmicosoeial como conjunto de determinadas rela
ciones de produccin, al establecer que el desarrolle de estas for
maciones constituye un proceso histrico natural.
Ahora, desde la aparicin de El capital, la concepcin mate
rialista de la historia no es ya lina hiptesis, sino una tesis cient
ficamente demostrada; mientras no exista otro intento de explicar
en forma cientfica el funcionamiento y desarrollo de alguna formarin social precisamente de una formacin social y 110 de los
fenmenos de la vida cotidiana de un pas, o de un pueblo, o aun
do una clase, etc., otro intento capaz de poner en orden los he
chos correspondientes, tal como lo supo hacer el materialismo;
capaz de dar, asimismo, un cuadro vivo de una formacin determi-

QUINES SON LOS " AMIGOS DF.L PUEBLO

1.53

nada explicndola de un modo rigurosamente cientfico; mientras


no exista ese intento, la concepcin materialista ds la historia ser
sinnimo de ciencia social. El materialismo no es una concepcin
preferentemente cientfica de la historia, como lo cree el seor
Mijailovski, sino la nica concepcin cientfica de la historia.
Ahora bien, es posible imaginar caso ms curioso que el que
existan personas que, habiendo ledo El capital, no hayan encon
trado en 1 materialismo? Dnde est?, pregunta con sincera per
plejidad el seor Mijailovski.
Ley el Manifiesto comunista y no advirti que en l se da
un?) explicacin materialista de los sistemas contemporneos ju
rdicos, polticos, familiares, religiosos, filosficos, y que inclusive
la crtica de las teoras socialistas y comunistas busca y encuentra
el origen de dichos sistemas en detei minadas relaciones de pro
duccin.
Lev la Miseria, de la Filosofa v no advirti que el anlisis de
la sociologa de Prpudhon se hace all desde el punto de vista ma
terialista, que la crtica de la solucin de los ms diversos proble
mas histricos propuestos por Proudhon parte de los principios
del materialismo; que las propias indicaciones del autor sobre las
fuentes en que es preciso buscar los datos para solucionar estos
problemas constituyen referencias sobre las relaciones de pro
duccin.
Ley El capital y no advirti que tena ante s un modelo de
anlisis cientfico, materialista, de una y la ms compleja for
macin social, un modelo reconocido por todos y por nadie supe
rado. Y he aqu que se sienta y ejercita su poderoso intelecto en
este profundo problema: en qu obra expuso Marx su concep
cin materialista de la historia?
Quienquiera conozca las obras de Marx podra responderle
con otra pregunta: en qu ebra no expuso Marx su concepcin
materialista de la historia? Pero el seor Mijailovski conocer sin
duda las investigaciones materialistas de Marx, slo cuando stas
estn clasificadas y adecuadamente indicadas en algn sofstico
trabajo sobre historia de algn Kariev * con.el membrete; "mate
rialismo econmico.
s N. Kariev. Vase V. 1. Lenin, ob. cit., "Biografas", como comple
mentario l . ( F.d, )

154

V.

I.

LEN1N

Pero lo ms curioso de todo es que el seor Mijailovslci acusa


a Marx de no haber analizado [ jsic! ] todas las teoras conocidas
del proceso histrico. Esto es ya divertidsimo. Pero en qu con
sistan las nueve dcimas partes de esas teoras? En suposiciones
puramente apriorsticas, dogmticas y abstractas acerca de qu es
la sociedad, qu es el progreso, etc. (Cito con toda intencin ejem
plos afines a la inteligencia y al corazn del seor Mijailovski.) Esas
teoras son inservibles por el hecho mismo de su existencia, son
inservibles debido a sus mtodos bsicos, a su carcter total e irre
mediablemente metafsico. Porque comenzar preguntando qu es
la sociedad y qu es el progreso significa comenzar por el final.
Cmo se puede llegar a una concepcin de la sociedad y el pro
greso en general, si no se ha estudiado en particular formacin so
cial alguna, si no se ha sabido siquiera establecer esa concepcin,
si no se ha sabido siquiera encarar un estudio serio, un anlisis
objetivo de cualesquiera de las relaciones sociales? Es el sntoma
ms evidente de la metafsica por la que comenzaba toda ciencia:
cuando no se saba iniciar el estudio de los hechos, se inventaban
a priori teoras generales que siempre eran estriles. El qumico
metafsico, incapaz todava de investigar en los hechos los pro
cesos qumicos, inventaba teoras sobre la fuerza de la afinidad
qumica. El bilogo metafsico hablaba de lo que eran la vida y la
fuerza vital. El psiclogo metafsico razonaba sobre lo que era l
alma. El mtodo mismo era absurdo. No se puede razonar sobre el
alma sin explicar en particular los procesos psquicos: el progreso
debe consistir aqu precisamente en abandonar las teoras gene
rales y las construcciones filosficas sobre lo que es el alma, y sa
ber ubicar sobre una base cientfica el estudio de los hechos que
caracterizan tales o cuales procesos psquicos. Por ello la acusa
cin del seor Mijailovski es exactamente como si un psiclogo
metafsico, despus de haberse pasado la vida haciendo indaga
ciones sobre lo que es el alma (sin,saber explicar con exactitud
ni el ms elemental fenmeno psicolgico), se pusiese a acusar a
un psiclogo cientfico de no haber revisado todas las teoras
conocidas sobre el alma. l, este psiclogo cientfico, ha rechazado
las teoras filosficas sobre el alma y empezado directamente por
el estudio del sustrato material de los fenmenos psquicos los
procesas nerviosos; analiz y explic, por ejemplo, tales o cua
les procesos psquicos. Y he aqu que nuestro psiclogo metafsico
lee este trabajo, lo alaba por estar bien descritos los procesos y estu

y JEN ES SON LOS a MICOS DEL PUEBLO

55

diados los hechos, pero queda insatisfecho, Cmo! se emociona


y se agita el filsofo al or a su alrededor conversaciones sobre la
concepcin completamente nueva de la psicologa aportada por
este sabio, sobre el mtodo especial de la psicologa cientfica,
pero en qu obra se expone este mtodo? Pero si en este tra
bajo hay slo hechos! No contiene un pice de revisin de
todas las teoras filosficas conocidas sobre el alma! No es en
absoluto la obra adecuada!
Del mismo modo, por cierto, El capital no es una obra ade
cuada para el socilogo metafsico, quien no advierte la esterilidad
de los razonamientos apriorsticos sobre lo que es la sociedad, ni
comprende que tales mtodos, en lugar de contribuir al estudio y
explicacin del problema, slo conducen a suplantar el concepto
de la sociedad por las ideas burguesas de un mercader ingls o por
los ideales filisteos socialistas de un demcrata ruso, y nada ms.
Precisamente por eso todas estas teoras de la filosofa de la histo
ria surgieron y desaparecieron como pompas de jabn, y fueron,
en el mejor de los casos, sntomas de las ideas y relaciones sociales
de su tiempo; no hicieron avanzar un solo paso la comprensin,
por el hombre, de las relaciones sociales, aunque slo se tratase
de relaciones aisladas, pero reales (y no las que correspondan
a la naturaleza humana). El paso gigantesco hacia adelante que
Marx dio en ese sentido consiste, precisamente, en haber arrojado
por la borda todos esos razonamientos sobre la sociedad y el pro
greso en general, y en haber ofrecido, en cambio, un anlisis
cientfico de una sociedad y de un progreso: de la sociedad y el
progreso capitalistas. Y el seor Mijailovski lo acusa de haber
comenzado por el principio y no por el final, por el anlisis de
los hechos y no por las conclusiones finales, por el estudio de re
laciones sociales particulares, histricamente determinadas, y no
por teoras generales sobre lo que son esas relaciones sociales en
general! Y pregunta: Dnde est la obra pertinente? Oh, sa
bihondo, socilogo subjetivista
Si nuestro filsofo subjetivista se hubiera limitado a su per
plejidad para decidir en cul de las obras est fundamentado el
materialismo, slo sera una desgracia a medias. Pero l a pesar
de no haber encontrado en parte alguna, no slo una fundamentacin, sino ni siquiera una exposicin de la concepcin materia
lista de la historia (o quiz, precisamente por no haberla encon
trado), comienza por atribuir a dicha doctrina pretensiones que

156

V.

I.

LN

jams manifest. Cita a Blos para demostrar que Marx proclam


una concepcin completamente nueva de la historia, y pasa luego
a decir con todo descaro que esta teora pretende haber explicado
a la humanidad su pasado, haber explicado todo [sic!!?] el
pasado de la humanidad, etc. Pero si esto es totalmente falso!
Dicha teora slo pretende explicar la organizacin social capita
lista, y ninguna otra. Si la aplicacin del materialismo al anlisis y
la explicacin de una sola formacin social dio resultados tan
brillantes, es de todo punto de vista natural que el materialismo
aplicado a la historia no sea ya una hiptesis, sino una teora
cientficamente comprobada; es de todo puntq de vista natural
que la necesidad de semejante mtodo se extienda tambin a las
dems formaciones sociales, aunque stas no hayan sido sometidas
a un estudio especial de los hechos ni a un anlisis detallado, lo
mismo que la idea del trasformismo, demostrada con respecto
a un nmero suficiente de hechos, se extiende a todo el campo de
la biologa, aunque con respecto a algunas especies de animales
y plantas no se haya llegado a establecer todava con exactitud el
hecho de su trasformacin. Y del mismo modo que el trasformismo
est lejos de pretender explicar toda la historia de la formacin
de las especies, sino que slo coloca los mtodos de esa explica
cin en un plano cientfico, el materialismo aplicado a la historia
jams ha pretendido explicarlo todo, sino slo indicar, segn la
expresin de Marx en El capital, el nico mtodo cientfico de
explicar la historia *. Puede juzgarse por esto lo ingeniosos, serios
y decentes que son los mtodos que el seor Mijailovski emplea
en su polmica, cuando comienza por tergiversar a Marx, atri
buyendo al materialismo aplicado a la historia absurdas preten
siones de explicarlo todo, de hallar la llave de todos los can
dados de la historia (pretensiones que Marx, naturalmente, re
chaz al punto y en forma muy mordaz, en su carta 13 acerca
de los artculos de Mijailovski)"; ironiza luego a propsito de estas
pretensiones inventadas por l mismo, y por ltimo, citando pen
samientos exactos de Engels exactos, porque esta vez nos da una
cita y no una parfrasisen el sentido de que la economa poltica,
tal como la entienden los materialistas, "est todava por crearse,
que todo lo que de ella hemos recibido se limita a la historia de
Vase C. Marx, ob. ct., t. I, pg. 299, en nota. (E d.)

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PU EBLO *

157

la sociedad capitalista * extrae la conclusin de que estas pa


labras restringen en mucho el campo de accin del materialismo
econmico! Qu ilimitada ingenuidad o qu ilimitada presun
cin debe de tener una persona para pensar que semejantes malabarismos pasarn inadvertidos! Primero tergiversa a Marx, luego
ironiza sobre la base de su propia mentira, ms tarde cita pensa
mientos exactos y por ltimo tiene la insolencia de declarar que
con stos se limita el campo de accin del materialismo econ
mico!
La categora y la calidad del malabarismo del seor Mijailovski pueden verse en el ejemplo siguiente: Marx no las funda
menta en parte alguna las bases de la teora del materialismo
econmico, dice el seor Mijailovski. Es cierto que Marx, junto
con Engels, tena el propsito de escribir una obra sobre la his
toria de la filosofa y la filosofa de la historia e inclusive la escri
bi (en 1845-1846), pero esa obra no fue publicada. Engels dice:
La primera parte de esta obra 14 es una exposicin de la concep
cin materialista de la historia, que slo demuestra cun insufi
cientes eran entonces nuestros conocimientos de la historia econ
mica. De este modo concluye el seor Mijailovski, los puntos
fundamentales del socialismo cientfico y de la teora del mate
rialismo econmico fueron descubiertos y ms tarde expuestos en
el Manifiesto, en una poca en que, segn propia confesin de uno
de sus autores, eran insuficientes los conocimientos que posean
para emprender semejante obra.
Verdad que es graciosa esta crtica? Engels dice que eran
escasos sus conocimientos de historia econmica y que, por lo
mismo, dejaron de publicar su obra de carcter general sobre la
historia de la filosofa. El seor Mijailovski lo tergiversa de tal
modo, que resulta que tenan conocimientos insuficientes para
una obra como la elaboracin de los puntos fundamentales del
socialismo cientfico, es decir, de la crtica cientfica del rgimen
burgus que ya se haba formulado en el Manifiesto. Una de dos:
o el seor Mijailovski es incapaz de entender la diferencia que
existe entre el intento de abarcar toda la filosofa de la historia
y el de explicar cientficamente el rgimen burgus, o supone
que Marx y Engels no tenan conocimientos suficientes para la
0 F . Engels, Anti-Dhring, Seccin segunda: Economa poltica, cap
tulo I. Objetivo y mtodo. (E d.)

158

V.

I.

LEN IN

crtica de la economa poltica En este caso, el seor Mijailovsld


comete una crueldad al no darnos a conocer sus opiniones respecto
de dicha insuficiencia, sus enmiendas y adiciones. La decisin de
Marx y Engels de no publicar la obra ustricofiloscfica, y de con
centrar todas sus fuerzas en el anlisis cientfico de una sola orga
nizacin social, slo demuestra un muy alto grado de honradez
cientfica. En cambio, la decisin del seor Mijailovsld, de ironi
zar sobre la base de esta su adulteracin, diciendo que Marx y
Engels al exponer sus concepciones reconocan la insuficiencia
de sus conocimientos para elaborarlas, slo exhibe mtodos pol
micos que no atestiguan ni inteligencia ni sentido del decoro.
Otros ejemplo ms: En la funda mentacin del materialismo
econmico como teora histrica dice el seor Mijailovski,
quien ms hizo fue ei alte? ego de Marx: Engels. Este tiene un
trabajo histrico especial: El origen de la familia, de la propiedad

privada y del Estado en relacin [im Aiischluss] con los conceptos


de Morgan. Este Anschluss es notable. El libro del norteame
ricano Morgan apareci muchos aos despus que Marx y Engels.,
de un modo completamente independiente de Morgan, proclama
ron las bases del materialismo econmico. Y luego, dice Mijai
lovski que los adeptos del materialismo economice han adherido"
a este libro y, adems, como en ios tiempos prehistricos no haba
lucha de clases, introdujeron una enmienda a la frmula de la
concepcin materialista de la histeria, y sealaron que paralela
mente a la produccin de valores materiales es elemento determi
nante la produccin del hombre mismo, es decir, la procreacin,
que desempe un papel preponderante eu la poca primitiva,
cuando la productividad del trabajo estaba an muy poco
desarrollada.
"El gran mrito de Morgan dice Engels consiste en haber
encontrado en los vnculos gentilicios de los indios norteamerica
nos la clave para descifrar importantsimos enigmas, no resueltos
an, de la historia antigua griega, romana y germnica. *
De modo sentencia sobre este punto el seor Mijailovski que a fines de la dcada del 40 se descubri y proclam una con
cepcin completamente nueva, materialista, autnticamente cien
tfica do la historia, concepcin que ha sido para la ciencia de la
*
Vase C. Marx y F. Engels, Obras erccgtdns, Buenos Aires, Ed, Cartego, 195'^ yg. {>62. [E d.)

QUINES SON LOS "AMIGOS DEL PUEBLO *

159

historia lo que la teora de Danvin para las actuales ciencias na


turales. Pero esta concepcin repite una vez ms el seor MijaWski jams ha sido cientficamente fundamentada:
No slo nc fue comprobada en el extenso y variado campo
de los hechos [\El capital nc es la obra pertinente, slo contiene
hechos y estudios minuciosos!}, sino que ni siquiera fue suficien
temente motivada, aunque slo sea por la crtica y la exclusin
de otros sistemas de a filosofa de la historia. El libro de Engels
Uerrn E. Dhrmgs Umwlzung der W issenschaft * slo contiene
ingeniosos intentos hechos de paso, y el seor Mijailovski, por lo
tanto, considera posible eludir por completo una gran cantidad de
problemas sustanc iales tratados en esta obra, a pesar de que esos
ingeniosos intentos demuestran con gran ingenio la vacuidad de
las sociologas que 'comienzan por las utopas, y a pesar de que
en dicha obra se somete a una critica minuciosa la teora de la
violencia, segn la cual son ios regmenes poltico-jurdicos los
que determinan los regmenes econmicos; teora que con tanto
tesn defienden los seores que escriben en Rsskoie Bogatsivo.
En afecto, es mucho ms fcil, claro est, formular, a propsito ce
una obra, alguna frase trivial que analizar seriamente aunque slo
sea uno de los problemas resueltos de un modo materialista en
dicha obra; adems, no hay peligro en hacerlo, puesto que es de
suponer que la censura jams autorizar su traduccin, de modo
que el seor Mijailovski puede llamarla ingeniosa, sin temer por
su propia filosofa subjetiva.
Aun ms caracterstica e instructiva ( para ilustrar el hacho de
que la lengua le ha sido dada al hombre para ocultar sus pensa
mientos o para dar forma de pensamiento a la vacuidad) es la
opinin sobre El capital de Marx. El capital contiene brillantes
pginas de contenido histrico, p e r o [un 'pero magnfico, que 111
siquiera es pero, sino el famoso mais que traducido al ruso sig
nifica: las orejas no crecen ms arriba de la frente], per el obje
tivo mismo de la obra, esas pginas estn adaptadas a un solo pe
rodo histrico determinado, y no confirman las tesis fundamen
tales del materialismo econmico, sino simplemente se refieren
al aspecto econmico de un grupo determinado de fenmenos his
tricos.
En otras palabras: El capital slo dedicada al 1studio preci0 ha subversin de la ciencia por el ieor Dhrtng (Antl-Dhring). (E 4 )

160

V.

I.

LENIN

smente de la sociedad capitalista ofrece un anlisis materialista


de esta sociedad y de sus superestructuras, pero el seor Mijailovski prefiere silenciar este anlisis: se trata, vean ustedes, de
un solo perodo, mientras que el seor Mijailovski quiere englo
bar todos los perodos, y englobarlos as para no tratar perodo
alguno en particular. Se entiende que para conseguirlo, es decir,
para abarcar todos los perodos, sin tratar ninguno a fondo, existe
un solo camino: el de los lugares y frases comunes, brillantes
pero vacos. Y nadie podr equipararse al seor Mijailovski en el
arte de salir del paso con frases. Resulta, pues, que no vale la
pena referirse (por separado) al fondo de los estudios de Marx,
porque ste no confirma las tesis fundamentales del materialismo
econmico, sino simplemente se refiere al aspecto econmico de
un grupo determinado de fenmenos histricos. [Qu profundidad
de pensamiento! No confirma, sino que simplemente se re
fiere! Con qu simpleza, en realidad, puede todo problema ser
escamoteado con una frase cualquiera! Por ejemplo, cuando Marx
seala en forma reiterada cmo las relaciones entre los producto
res de mercancas forman la base de la igualdad de derechos civi
les, del contrato libre y otros fundamentos del Estado jurdico, qu
es esto?, afirma as el materialismo o simplemente se refiere a
l? Con la modestia que le es propia, nuestro filsofo se abstiene
de referirse al fondo del asunto, y extrae directamente conclusio
nes de sus ingeniosos intentos de dar muestras de brillante elo
cuencia sin decir nad*5
No es de extraar dice en su conclusin que, cuarenta
aos despus de la proclamacin de la teora aue pretenda expli
car la historia universal, la historia antigua de Grecia, Roma y Ale
mania siga siendo para ella un enigma sin solucin; y que la clave
para descifrar ese enigma haya sido dada, primero por un hom
bre completamente ajeno a la teora del materialismo econmico,
que no saba nada de ella; y secundo; con la ayuda de un factor
que no es econmico. El trmino produccin del hombre mismo,
es decir, la procreacin, trmino al cual se aferra Engels para
conservar aunque slo sea el vinculo verbal con la frmula fun
damental del materialism econmico, deja una impresin un
tanto jocosa. Pero se ve obligado a reconocer que durante muchos
siglos la vida de la humanidad no se model segn esta frmula.
En realidad, seor Mijailovski, usted polemiza con muy poco
ingenio! La teora consista en que para explicar la historia

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

161

hay que buscar las bases, no en las relaciones ideolgicas, sino en


las relaciones materiales de la sociedad. La falta de datos con
cretos no permiti aplicar este mtodo al anlisis de algunos de
los fenmenos ms importantes de la historia antigua de Europa,
como ser la organizacin gentilicia15, que debido a ello sigui
siendo un enigma *. Pero he aqu que el abundante material reuni
do en Norteamrica por Morgan le permite analizar la esencia de
la organizacin gentilicia, y llega a la conclusin de que es nece
sario buscar la explicacin, no en las relaciones ideolgicas (por
ejemplo, en las de carcter jurdico o religioso), sino en las ma
teriales, Es evidente que este hecho confirma brillantemente el
mtodo materialista, y nada ms. Y cuando el seor Mijailovski,
poniendo reparos a esta doctrina, dice que primero hall la clave
para estos dificilsimos enigmas histricos un hombre completar
mente ajeno a 1a. teora del materialismo econmico, slo puede
uno preguntarse hasta qu grado las personas no saben distinguir
lo que est a su favor de lo que les inflige una dursima derrota.
En segundo lugar, razona nuestros filsofo, la procreacin no es
un factor econmico. Pero dnde ha ledo que Marx o Engels
se refieran necesariamente al materialismo econmico? Al carac
terizar su concepcin del ntunclo, la llaman sencillamente materia
lismo. Su idea fundamental (expuesta en forma completamente
determinada, aunque no sea ms que en la cita de Marx dada
ms arriba) consista en que las relaciones sociales se dividen en
materiales e ideolgicas. Las ltimas slo constituyen la superes
tructuras de las primeras, que se van formando al margen de la
voluntad y de la conciencia del hombre, como (resultado) forma
de las actividades del hombre destinadas a asegurar su existen
cia. La explicacin de las formas poltico-jurdicas dice Marx
en la cita dada ms arriba hay que buscarla en las relaciones
materiales de vida. Y bien, no ser que el seor Mijailovski cree
que las relaciones referentes a la procreacin pertenecen a las rela
ciones ideolgicas? Sus explicaciones sobre este punto son tan
caractersticas, que vale la pena detenerse en ellas.
' ,}. U'

f: -

Tampoco en este caso pierde el seor Mijailovski la ocasin de iro


nizar; cmo, pues, se compagina la concepcin cientfica de la historia y el
enigma de la historia antigua? En cualquier manual puede usted ver, seor
Mijailovski, que el problema de la organizacin gentilicia es de los ms dif
ciles, y que para su explicacin se han formulado numerosas teoras,

162

V.

I.

l e n i n

Por ms que nos ingeniemos sobre la procreacin dice


y tratemos de establecer aunque slo sea una ielacin verbal eotro
ella y el materialismo econmico; por ms que se entrelace, en la
complicada red de fenmenos de la vida social, con otros fenme
nos, incluyendo los econmicos, tiene sus propias races fisiolgi
cas y psquicas. [Est usted diciendo a criaturtas y lactantes,
seer Mijailovski, que la procreacin tiene races fisiolgicas?!
A quin pretende embaucar?] Y esto nos recuerda que los teri
cos del materialismo econmico no slo no ban ajustado sus
cuentas ccn la historia, sino tampoco con la psicologa. No cabe
la menor duda de que los vnculos gentilicios han perdido su sig
nificacin en la historia de los pases civilizados, pero es dudoso
que se pueda afirmar lo mismo, con igual seguridad, en cuanto
a las relaciones dilectamente sexuales y familia jes. Se entiende que
stas sufrieron fuertes cambios bajo la presin de la vida, la cual,
en general, se hace ms compleja, pero con cierta destreza dia
lctica se podra demostrar que no slo las relaciones jurdicas,
sino tambin las propias relaciones econmicas, constituyen una
superestructura de las sexuales y familiares. No nos ocuparemos
de ello, pero indicaremos aunque slo sea la institucin do la
herencia.
Per fin consigui nuestro filsofo abandonar la regin de las
frases vacas * y encarar los hechos, hechos determinados, que
hacen posible una comprobacin y que no permiten embaucar
tan fcilmente en lo que se refiere al fondo del asunto. Veamos,
pues, cmo demuestra nuestro crtico de Marx que la institucin de
la herencia es una superestructura de las relaciones sexuales y fa
miliares. Se dejan en herencia razona el seor Mijailovski
productos de la produccin econmica [Productos de la produc
cin econmica ! Qu estilo! Qu bien suena! Y qu lenguaje
tan elegante!] Y la propia institucin de la herencia est condi
cionada hasta cierto punto por l hecho de existir la competencia
econmica. Pero ante todo, tambin se dejan en herencia valores
no materiales, lo que se manifiesta en el cuidado de educar a los
*
Eu realidad, de qu otro modo podra llamarse- el mtcjdo de repro
char a los materialistas eJ no haber ajustado sus cuentas son la lstoria, sh
intentar, 110 obstante, analizar literalmente ninguna de las numerosas expli
caciones materialistas de los diversos problemas histricos, dadas por los
materialistas; 0 el de afirmar que se podra demostrar, pero que no nos va
mos a ocupar de ello?

QUIENES SON LOS "AM IGOS DEL PEBLt)*'

.163

Iiijoc en el espritu ce los padres. De modo que la educacin


de les hijos pasa a la categora de herencia! Por ejemplo, e C
digo Civil de Rusia contiene un artculo donde se dice que los
padres deben procurar formar el carcter de sus hijos mediante
la educacin familiar, contribuyendo a los propsitos del gobierno.
Ser eso lo que nuestro filsofo llama institucin de la herencia?
Y segundo aunque nos mantengamos exclusivamente en el
terreno econmico, siendo la institucin de la herencia inconce
bible sin productos de la produccin que se trasmiten por heren
cia, tampoco es concebible sin los productos de Ja procreacin;
sin ellos y sin esa compleja e intensa psicologa que la acompaan
directamente. (Pero obsrvese el lenguaje: la compleja psicolo
ga acompaa a los productos de la procreacin! Qu maravi
lla!) De modo que la institucin de la herencia es una superes
tructura de las relaciones familiares y sexuales, porque la herencia
es inconcebible sin la procreacin! Pero si esto es un verdadero
descubrimiento de Amrica! Hasta ahora todo el inundo supona
que ia procreacin no poda explicar la institucin de la herencia
as como la necesidad de alimentaise no puede explicar la insti
tucin de la propiedad. Hasta hoy todo el mundo crea que si en
Rusia, por ejemplo en la poca del florecimiento del sistema de
les pomestie ls, la tierra no poda trasmitirse por herencia (ya que
slo se la consideraba propiedad condicional), haba que buscar
la explicacin de esto eu las particularidades de la organizacin
sqcial de entonces. Por lo visto, el seor MijaiJovski supone que se
explica, simplemente, porque el estado psquico que acompaaba
a los productos de la procreacin de los seores feudales de aquella
poca se distingua por su escasa complejidad,
Rspese al amigo del pueblo podemos decir, parafrasean
do la conocida sentenciay se encontrar al burgus. En realidad,
qu otro sentido pueden tener estas disquisiciones del seor Miiailovski sobre el vnculo de la institucin de la herencia con ia
educacin de los nios, con la psicologa de la procreacin, etc.,
sino el de cjue esta institucin es tan eterna, necesaria y sagrada
como la educacin de los nios? Por cierto que el seor Mijailovski
procur dejarse una salida y declara que la institucin de ia heren
cia est condicionada, hasta cierto punto, por el hecho de existir
a competencia econmica' Pero esto no es sino un intento de elu
dir el problema sin dar una respuesta clara, y, adems, un intento
llevado a cabo con medios incompetentes. Cmo podemos tener

164

V.

I.

LENIN

en cuenta esta observacin cuando nada se nos dice de hasta qu


cierto punto precisamente depende la herencia de la compe
tencia, ni se aclara para nada cmo precisamente se explica esa
relacin entre la competencia y la institucin de la herencia? En
efecto, esta institucin presupone la propiedad privada y sta slo
surge con la aparicin del intercambio. Descansa sobre la base
de la especializacin ya naciente del trabajo social y de la enaje
nacin de los productos en el mercado. Por ejemplo, cuando todos
los miembros de la primitiva comunidad indgena americana ela
boraban colectivamente los productos que necesitaban, no era
posible la propiedad privada. Pero cuando en la comunidad pene
tr la divisin del trabajo y sus miembros empezaron a ocuparse
por separado en la produccin de un objeto cualquiera, vendin
dolo en el mercado, entonces surgi la institucin de la propiedad
privada como manifestacin de ese aislamiento material de los
productores de mercancas. Tanto la propiedad privada como la
herencia son categoras de regmenes sociales en los que ya se
han formado familias separadas poco numerosas (monogmicas)
y ha empezado a desarrollarse el intercambio. El ejemplo del se
or Mijailovski demuestra justamente lo contrario de lo que l que
ra demostrar.
El seor Mijailovski hace otra referencia a hechos, que tam
bin constituye una perla en su gnerol En cuanto a los vnculos
gentilicios sigue el seor Mijailovski, corrigiendo el materialis
mo, stos han palidecido en la historia de los pueblos civilizados,
en parte, ciertamente, bajo la influencia de las formas de produc
cin [otra vez un subterfugio, slo que ms desacertado aun. Qu
clase de formas de produccin? Otra frase vaca!], pero en parte
se han disuelto en su propia continuacin y generalizacin: en los
vnculos nacionales.
De modo que los vnculos nacionales constituyen la conti
nuacin y generalizacin de los vnculos gentilicios! Es evidente
que el seor Mijailovski extrae sus conceptos sobre la historia de
la sociedad de las mismas fbulas infantiles que se ensea a los
escolares. La historia de la sociedad pregona esta doctrina dog
mtica consiste en que di comienzo exista la familia, esa clula
de toda sociedad *; luego la familia creci hasta formar toda una
*
Idea puramente burguesa: las familias pequeas, separadas, empeza
ron a predominar slo en el rgimen burgus; no existan en absoluto en las

q u i n e s

so n

lo s

a m ig o s

d el

pu eblo

165

tribu, y sta hasta formar una nacin. Si el seor Mijailovski re


pite este absurdo infantil con aire grave, slo demuestra aparte
de todo lo dems que no tiene la menor idea ni siquiera de la
marcha de la historia rusa. Si se puede hablar de vida gentilicia
en la antigua Rusia, no cabe duda de que en la Edad Media, en la
poca de los zares moscovitas, no existan ya los vnculos gentili
cios, es decir, que el Estado no se basaba en uniones gentilicias,
sino en uniones locales; los terratenientes y los monasterios acep
taban a campesinos de diversos lugares, y las comunidades for
madas de este modo constituan uniones puramente territoriales.
Pero apenas caba hablar entonces de vnculos nacionales en el
sentido propio de la palabra: el Estado se divida en territorios
separados algunos de los cuales eran inclusive principados, que
conservaban huellas vivas de su anterior autonoma, particula
ridades de administracin y a veces tropas propias (los boyardos
locales iban a la guerra al frente de sus propias mesnadas), fron
teras aduaneras propias, etc. Slo el nuevo perodo de la historia
rusa (aproximadamente desde el siglo xvn) se caracteriza por la
fusin realmente efectiva de todas estas regiones, territorios y
principados en un todo. Pero no fueron motivo de esta fusin los
vnculos gentilicios, estimadsimo seor Mijailovski, y ni siquiera
su continuacin y generalizacin, sino la intensificacin del inter
cambio entre las regiones, el crecimiento gradual de la circulacin
de mercancas, la concentracin de los pequeos mercados locales
en un solo mercado general para toda Rusia. Y como los dirigentes
y amos en Cite proceso fueron los capitalistas comerciantes, la for
macin de esos vnculos nacionales no poda ser otra cosa que la
formacin de los vnculos burgueses. Ei seor Mijailovski contra
dice su propia afirmacin con los dos hechos que l mismo indica,
sin proporcionarnos otra cosa que modelos de trivialidades bur
guesas: trivialidades, porque explica la institucin de la herencia
por la procreacin y su psicologa, y la nacionalidad por los vncu
los gentilicios; burguesas, porque confunde las categoras y super
estructuras de una formacin social histricamente determinada
(basada en el intercambio) con categoras tan generales y eter-

pocas prehistricas. Nada caracteriza ms a un burgus que la aplicacin


de los rasgos del rgimen contemporneo a todas las pocas y a todos los
pueblos.

166

v.

i.

lEisri

as como la educacin de los hijos y los vnculos directamente


sexuales^
En este sentido es caracterstico que en cuanto nuestro fil
sofo subjetivista intenta pasar de frases a indicaciones concretas
basadas en hechos, se queda empantanado. Y por lo visto se siente
a sus anchas en esa situacin no tan pulcra: est tranquilamente
sentado* acicalndose y salpicando lodo a su alrededor. Se le an
toja, por ejemplo, refutar la tesis de que la historia es una serie de
episodios de la lucha de clases, y helo ah declarando, con aire de
gran pensador, que eso es un extremismo. Dice: La Asociacin
Internacional de los Trabajadores 17 fundada por Marx, organizada
para los fines de la lucha de clases, no impidi que los obreros
franceses y alemanes se degollaran y se arruinaran mutuamente, lo
cual, segn l, demuestra que el materialismo no ajust las cuentas
al demonio del amor propio nacional y del odio nacional. Seme
jante afirmacin demuestra, por parte del crtico, la ms crasa
incomprensin de que los muy reales intereses de la burguesa
comercial e industrial constituyen la base principal de este odio,
y que hablar del sentimiento nacional como de un factor indepen
diente slo significa escamotear la esencia de la cuestin. Por
cierto, ya hemos visto cun profundamente sabia es la concepcin
que de la nacionalidad tiene nuestro filsofo. El seor Mijailovski slo sabe hablar de la Internacional en tono irnico, al es
tilo de Burehin * : Marx era el jefe de la Asociacin Internacional
de los Trabajadores, que por cierto se ha disuelto pero que rena
cer. Claro que si se ve el nec plus ultra de la solidaridad inter
nacional en el sistema del intercambio justo, como lo hace con
trivialidad pequeoburguesa el cronista de noticias del interior en
el nm. 2 de Rtisskoie Bogatstvo, y no se entiende que el intercam
bio, el justo y el injusto, siempre presupone y comprende el domi
nio de la burguesa, y que sin aniquilar la organizacin econmica
basada en el intercambio es imposible terminar con los choques
internacionales, comprenderemos pi; qu se mofa continuamente
de la Internacional. Entonces entenderemos que el seor Mijailovski no puede concebir.en modo alguno la sencilla verdad de que
el nico medio de combatir el odio nacional consiste en que la
*
V. Burenn, colaborador del peridico reaccionario Nvoie Vrmia.
Lenin usa este nombre como sinnimo de procedimientos deshonesto* en la
polmica. ( Ed. )

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PU EBLO *

167

clase de los oprimidos se organice y se agrupe estrechamente para


luchar contra la clase de los opresores en cada pas, y que estas
organizaciones nacionales de obreros se unan en un solo ejrcito
obrero internacional para luchar contra el capital internacional.
En cuanto a que la Internacional no impidi que los obreros se
mataran mutuamente, ser suficiente recordar a seor Mijailovsld
los acontecimientos de la Comuna de Pars, que demostraron la
verdadera posicin del proletariado organizado frente a las clases
dirigentes que hacan la guerra.
Lo que ms indigna en toda esta polmica del seor Mijailovski son sus mtodos. Si no le satisface la tctica de la Interna
cional, si no comparte las ideas en nombre de las cuales se orga
nizan los obreros europeos, debera, por lo menos, criticarlas abier
ta y francamente, exponiendo sus puntos de vista sobre una tctica
ms conveniente o sobre concepciones ms acertadas. Pero no hace
ninguna objecin precisa ni clara, y se limita lisa y llanamente a
esparcir, en una mar de frases, burlas absurdas. Cmo no decir
que esto es lodo? Sobre todo teniendo en cuenta que en Rusia
no se permite legalmente defender las ideas y la tctica de la In
ternacional. Los mismos mtodos emplea el seor Mijailovski para
polemizar con los marxistas rusos: sin tomarse la molestia de
formular de buena fe y con exactitud tales o cuales tesis de stos
para someterlas a una crtica directa y determinada, prefiere
aferrarse a fragmentos de la argumentacin marxista odos al vuelo
y deformarlos. Juzgue el lector por s mismo:
Marx era demasiado inteligente y demasiado erudito para
creer que fue l precisamente quien descubri la idea de la nece
sidad histrica y de que los fenmenos sociales se rigen de acuerdo
con leyes determinadas [ .. . ] En los peldaos ms bajos [de la
escalera marxista] * no se sabe esto [que la idea de la necesidad
histrica no es una novedad inventada o descubierta por Marx,
*
A propsito de este trmino absurdo es preciso observar que el seor
Mijailovski destaca especialmente a Marx (demasiado inteligente y dema
siado erudito para que nuestro crtico pueda criticar en forma directa y abier
ta alguna de sus tesis), luego a Engels ( de una inteligencia no tan crea
dora ) y despus a personas ms o menos independientes, como Kautsky
y Jos otros marxistas. Pero qu significado serio puede tener esta clasifica
cin? Si al crtico no le satisfacen los divulgadores de Marx, quin le im
pide corregirlos de acuerdo con Marx? No hace nada de eso. Por lo visto, quiso
ser ingenioso, pero slo consigui ser trivial.

168

V.

I.

LEN IN

sino una verdad establecida ya desde hace mucho] , o por lo me


nos tienen una idea vaga del gasto de fuerzas y de energas inte
lectuales hecho durante siglos para establecer dicha verdad.
Claro que semejantes declaraciones pueden en efecto impre
sionar al pblico que oye hablar por primera vez del marxismo, v
entre este pblico puede lograrse con facilidad el objetivo del
crtico: tergiversar, ironizar y triunfar (palabra que, segn di
cen, emplean los colaboradores de Rsskoie Bogatstvo al comentar
los artculos del seor Mijailovski). Quien conozca aunque sea un
poco a Marx, ver inmediatamente hasta qu punto es falso y huero
semejante mtodo. Se puede no estar de acuerdo con Marx, pero
no se puede negar que haya formulado con la ms completa pre
cisin aquellas de sus concepciones que constituyen una novedad
con respecto a los socialistas anteriores. La novedad consiste en que
los socialistas anteriores, para fundamentar sus concepciones, con
sideraban suficiente demostrar la opresin de las masas bajo el
rgimen existente, la superioridad de un rgimen en el que cada
uno reciba lo que haya elaborado, demostrar que tal rgimen ideal
corresponde a la naturaleza humana, al concepto de una vida
racional y moral, etc. Marx entenda cjue era imposible confor
marse con semejante socialismo. No se limit a caracterizar el r
gimen existente, a juzgarlo y condenarlo: le dio una explicacin
cientfica, redujo ese rgimen existente, diferente en los distintos
Estados de Europa y fuera de ella, a una base comn: a la forma
cin social capitalista, cuvas leyes de funcionamiento v desarrollo
analiz objetivamente (demostr la necesidad de la explotacin
en semejante rgimen). Tampoco crea posible Marx conformarse
con la afirmacin de que slo el rgimen socialista corresponde
a la naturaleza humana, como sostenan los grandes socialistas
utpicos y sus pobres epgonos, los socilogos subjetivistas. Con
el mismo anlisis objetivo del rgimen capitalista demostr la
necesidad de su trasformacin en rgimen socialista. (Todava
volveremos al aspecto de cmo lo demostr Marx y cmo lo re
futa el seor Mijailovski.) De aqu que los marxistas hablen con
tanta frecuencia de la necesidad. La tergiversacin aportada por
el seor Mijailovski a este asunto es evidente: ha pasado por alto
todo el contenido efectivo de la teora, toda su esencia, y presenta
el problema de tal modo que, segn l, toda la teora se reduce a
una sola palabra, a la "necesidad (que no puede ser la nica
base cuando se trata de cuestiones prcticas complejas), como

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

169

Si la demostracin de esta teora consistiese en que as lo exige la


necesidad histrica. En otras palabras, guarda silencio sobre el
contenido de la doctrina, se aterra slo a una de sus reiteradas
expresiones y ahora comienza nuevamente a ironizar a propsito
de la moneda desgastada en la que l mismo se empe en con
vertir la doctrina de Marx. Por supuesto, no seguiremos paso a
paso estas bufonadas, porque ya los conocemos de sobra. Dej
moslo que haga cabriolas para divertir y complacer al seor Burenin (quien 110 en vano estimula al seor Mijailovski en Nvoie
Vremia JS), dejmoslo que despus de haber hecho reverencias a
Marx siga ladrando desde su rincn: su polmica con los utopis
tas y los idealistas es unilateral, es decir, lo es sin necesidad de
que los marxistas repitan los argumentos de esa polmica. Estos
exabruptos no tienen otra denominacin que ladridos, porque no
aportan literalmente ni una sola objecin real, determinada,
comprobable, a esta polmica: de modo que, aun cuando inter
vendramos gustosos en la discusin sobre este tema, pues consi
deramos esta polmica de suma importancia para la solucin de
los problemas socialistas rusos, simplemente no podemos contestar
a este ladrido y s slo encogernos de hombros y decir:

Bravo debe ser el faldero, cuando ladra al elefante! 9


No deja de tener inters el razonamiento que el seor Mijai
lovski agrega a continuacin, sobre la necesidad histrica, pues
nos descubre, aunque sea en parte, el verdadero caudal ideol
gico de nuestro conocido socilogo (ttulo del que goza el seor
Mijailovski, juntamente con el seor V. V. **, entre los represen
tantes liberales de nuestra sociedad culta). Se refiere ai 'con
flicto entre la idea de la necesidad histrica y la importancia ae
la actividad individual: los hombres pblicos se equivocan al
considerarse como actores, siendo as que se los hace actuar, que
slo son tteres movidos desde misteriosos bastidores por las leyes
inmanentes de la necesidad histrica; semejante conclusin, se
gn l, se deduce de esa idea, que l por lo tanto califica de est
ril y difusa. Es probable que no todos los lectores sepan de
dnde tom el seor Mijailovski toda esta necedad de los tteres,
*
De la fbula del famoso escritor ruso Krilov El elefante y el fal
dero". (E d.)
* V. Vorontsov. Vase V. I. Lenin, ob. cit., Biografas, tomo complementario 1. (E d.)

170

V.

I.

LN1N

etc. Es que este es uno de los temas preferidos por el filsofo


subjetivista: la idea del conflicto entre el determinismo y la mo
ralidad, entre la necesidad histrica y la importancia del individuo.
Para ello borrone un montn de papeles, llen un abismo con sus
absurdas habladuras sentimentales y pequeoburguesas: para
solucionar este conflicto a favor de la moralidad y el papel del in
dividuo. En realidad no existe tal conflicto: lo invent el seor
Mijailovski, temeroso (y no sin razn) de que el determinismo
quite terreno a la moralidad pequeoburguesa por la cual tanto
cario siente. La idea del determinismo que establece la necesi
dad de los actos del hombre y rechaza la absurda leyenda del libre
albedro, no niega en un pice la inteligencia ni la conciencia del
hombre, como tampoco la valoracin de sus acciones. Muy por el
contrario, slo la concepcin determinista permite hacer una valo
racin rigurosa y acertada, sin imputar todo lo imaginable al libre
albedro. Del mismo modo, tampoco la idea de la necesidad his
trica menoscaba en nada el papel del individuo en la historia:
toda la historia se compone precisamente de acciones de individuos
que son indudablemente personalidades. El verdadero problema
que surge al valorar la actuacin social del individuo consiste en
saber qu condiciones aseguran el xito de esta actividad, qu ga
rantiza que esa actividad no resultar un acto aislado que se pier
da en el mar de los actos opuestos. De la misma manera se plantea
el problema que resuelven de modo diferente los socialdemcratas
y los dems socialistas rusos: cmo la actividad destinada a realizar
el rgimen socialista debe atraer a las masas para lograr resultados
serios? Es evidente que la solucin de esta cuestin depende di
recta e inmediatamente de la idea que se tenga de la agrupacin
de las fuerzas sociales en Rusia, de la lucha de clases que constituye
la realidad rusa; y aqu el seor Mijailovski slo vuelve a dar ro
deos en tomo del asunto, sin intentar siquiera plantearlo con exac
titud y tratar de darle esta" o la otra solucin. Como es sa
bido, la solucin socialdemcrata de la cuestin se basa en el
concepto de que el rgimen econmico ruso es considerado como
una sociedad burguesa de la cual slo puede haber una salida,
que emana necesariamente de la esencia misma del rgimen bur
gus: la lucha de clases del proletariado contra la burguesa. Es
evidente que una crtica seria debera precisamente refutar, bien
este concepto de que nuestro rgimen es un rgimen burgus, bien
la concepcin de la esencia de dicho rgimen y de las leyes de su

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

171

desarrollo; pero el seor Mijalovski ni piensa en abordar proble


mas serios. Prefiere escaparse por la tangente con frases sin con
tenido, diciendo que la necesidad es un concepto demasiado ge
neral, etc. Pero toda idea, seor Mijailovski, ser un concepto
demasiado general, si le sacamos antes, como si se tratara de un
arenque ahumado, todo su contenido y luego nos ocupamos slo
de su piel! Esa piel, que oculta problemas realmente graves, y de
candente actualidad, es el campo predilecto del seor Mijailovski,
quien subraya con especial orgullo, por ejemplo, que el materia
lismo econmico elude o enfoca de un modo falso el problema de
los hroes y de la multitud. Obsrvese que la cuestin de precisar
de qu clases en lucha se trata y sobre qu terreno se va consti
tuyendo la realidad rusa es, por lo visto, para el seor Mijailovski
un asunto demasiado general, y lo pasa por alto. En cambio, las
relaciones entre el hroe y la multitud no importa si esta multitud
se compone de obreros, campesinos, fabricantes o terratenientes
le interesan sumamente. Es posible que sean cosas interesantes,
pero reprochar a los materialistas que empleen todos sus esfuer
zos en resolver los problemas que tienen relacin directa con la
liberacin de la clase trabajadora significa ser aficionado a la
ciencia filistea, y nada ms. Para concluir su crtica (?) del ma
terialismo, el seor Mijailovski nos ofrece otro intento de falsear
los hechos y un truco ms. Afirma que duda de que Engels tenga
razn cuando dice que El capital ha sido silenciado por los eco
nomistas profesionales* (aduciendo como argumento la pere
grina afirmacin de que en Alemania hay numerosas universida
des!), y agrega: Marx no tena presente en modo alguno a este
crculo de lectores [los obreros] y esperaba algo tambin de los
hombres de ciencia. Esto es totalmente falso: Marx comprenda
muy bien cun poca imparcialidad y crtica cientfica poda espe
rarse de los representantes burgueses de la ciencia, y en el Eplogo
a la segunda edicin de El capital lo dice con toda claridad: El
hecho de que El capital haya sido tan rpidamente comprendido
en amplios crculos de la clase obrera alemana es el mejor premio
a mi trabajo. El seor Meyer, que en lo relativo a cuestiones eco
nmicas sostiene el punto de vista burgus, formul en un folleto
*
F. Engels: Prefacio a la primera edicin de El origen d e la familia,
la propiedad privada y el Estado (vase C. Marx y F. Engels, ob. ct., pg.
561). (Ed.)

172

V.

I.

LENIN

editado durante la guerra franco-prusiana, un pensamiento muy


justo: el gran sentido terico [der grosse theoretische Sinn], que
se consideraba patrimonio de los alemanes, ha desaparecido por
completo entre las llamadas clases cultas de Alemania, pero en
cambio renace en la clase obrera. *
El truco se refiere una vez ms al materialismo, y su estruc
tura es en todo sentido igual a la de la primera falsedad: La
teora [del materialismo] jams ha sido cientficamente funda
mentada ni comprobada. Tal es la tesis. Y sigue h demostracin:
Algunas buenas paginas, de contenido histrico, de Engels,
Kautsky y otros (como tambin en el estimado trabajo de Blos)
podran prescindir de la etiqueta del materialismo econmico,
puesto que [obsrvese: puesto que!] en la prctica [sie!] se
tiene en cuenta en ellas toda la vida social en conjunto, aunque en
este acorde prevalece la nota econmica. Conclusin... El ma
terialismo econmico no se ha justificado en la ciencia.
Procedimiento conocido! Para demostrar la inconsistencia de
una teora, el seor Mijailovski comienza por tergiversarla, atri
buyndole el absurdo propsito de no tomar en consideracin
todo el conjunto de la vida social, mientras que, muy al contrario,
los materialistas (los marxistas) fueron los primeros socialistas que
subrayaron la necesidad de analizar, no slo el aspecto econmico,
sino todos los aspectos de la vida social
luego hace constar
* Vase C. Marx, oib. cit., t. I, pg. 9. ( E d .)
** E l capital y la tctica de los socialdemcratas lo ponen de mani
fiesto con claridad a diferencia de los socialistas anteriores. Marx sostena
abiertamente que no haba que limitarse al aspecto econmico. En 1843,
al elaborar el proyecto de programa de una revista que se editara [se trata
de Deutsch-Franzsische Jahrbcher. (E d.) Marx escriba a Ruge: El prin
cipio socialista, en conjunto, representa tambin aqu un solo aspecto [. . . J
Nosotros, en cambio, debemos prestar igual atencin a otro aspecto, a la
existencia terica del hombre, y por lo tanto hacer objeto de nuestra crtica
la religin, la ciencia, etc. [ . . . ] As edmo la religin constituye el ndice
de las luchas tericas de la humanidad, as el Estado poltico es el ndice efe
las luchas prcticas de la humanidad. De este modo, el Estado poltico, dentro
de los lmites de su forma, expresa sub specie rei publicae [desde el punto de
vista poltico], todas las luchas, necesidades e intereses sociales. Por lo tanto,
hacer objeto de crtica el problema poltico ms especial por ejemplo, la dife.
rencia entre el sistema estamental y el sistema representativo no significa en
modo alguno descender de la hauteur des prncipes [de la altura de los princi
pios. (E d .)], pues este problema expresa en el lenguaje poltico la diferencia
entre la dominacin del hombre y la dominacin de la propiedad privada. De

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

173

que en la prctica los materialistas explicaban bien todo el


conjunto de la vida social por el factor econmico ( cosa que, como
es evidente, refuta al autor), y por ltimo llega a la conclusin
de que el materialismo no se ha justificado. |En cambio, seor
Mijailovski, sus trucos estn perfectamente justificados!
Estos son todos los recursos de que se vale el seor Mijailovski
para refutar el materialismo. Repito que no se trata de crtica
alguna, sino de charlatanera hueca y presuntuosa. Si pregunt
semos a cualquiera qu objeciones aduce el seor Mijailovski con
tra el punto de vista de que las relaciones de produccin constitu
yen la base de las dems; cmo refut la exactitud de los conceptos
de formacin social y de proceso histrico natural del desarrollo
de estas formaciones elaborados por Marx mediante el mtodo
materialista; cmo demostr que son errneas las explicaciones
materialistas de los diversos problemas histricos, aunque slo sean
las que dan los escritores que l cita; si preguntsemos todo esto
a cualquiera, la respuesta sera una: no ha refutado nada, no ha
opuesto nada y no ha demostrado inexactitud alguna. No hizo
ms que dar vueltas, tratando de escamotear el fondo del proble
ma con frases y componiendo de paso toda clase de subterfugios
absurdos.
Difcilmente puede esperarse algo serio de un crtico como
ste, cuando en el niim. 2 de Rsskoie Bogatstvo sigue refutando
al marxismo. La diferencia consiste en que su capacidad de inven
tar trucos se ha agotado ya, y empieza a utilizar los inventados por
otros.
Para comenzar, se extiende sobre lo complejo de la vida
social. Tomemos, por ejemplo, dice, el galvanismo; tambin se
relaciona con el materialismo econmico, ya que los experimentos
de Galvani hicieron impresin tambin a Hegel. iQu ingenioso!
Con el mismo xito se podra establecer una relacin entre el
seor Mijailovski y el emperador de China! Qu se deduce de
todo esto, sino que hay personas que se complacen en decir ton
teras?!
La esencia del curso histrico de las cosas contina el
seor Mijailovski, por ser inasequible en general, tampoco ha
modo que el crtico no slo puede, sino que debe referirse a estos problemas polticos (que a un socialista de cortos alcances le parecen no merecer atencin
alguna).

/
174

V.

X.

LENIN

sido comprendida por la doctrina del materialismo econmico,


aunque, por lo visto, se apoya en dos pilares: en el descubrimiento
de las formas de produccin e intercambio que lo determinan todo,
y en la ineluctabilidd del proceso dialctico.
De modo que los materialistas se apoyan en la ineluctabilidad del proceso dialctico! En otras palabras, basan sus teoras
sociolgicas en las tradas 19 de Hegel. Estamos ante la vulgar
acusacin de que el marxismo acepta la dialctica begeliana, acu
sacin que pareca ya bastante desgastada por los crticos burgue
ses de Marx. Incapaces de oponer algo sustancial a la doctrina,
esos seores se aferraban a la manera de expresarse de Marx,
atacaban la procedencia de su teora, creyendo poder socavar as
su esencia. Y el seor Mijailovski no repara en recurrir a tales
mtodos. Le sirve de motivo para ello un captulo de la obra de
Engels contra Dbring *. Al refutar los ataques de Dhring contra
la dialctica de Marx, Engels dice que Marx jams pens ni re
motamente, en "demostrar algo con las tradas de Hegel; que
slo estudiaba e indagaba el proceso real, v el nico criterio de
verdad de una teora era para l su concordancia con la realidad.
Y si al hacerlo, dice, resultaba a veces que el desarrollo de algn
fenmeno social coincida con el esquema de Hegel: tesis-nega
cin-negacin de la negacin, esto no tiene nada de extrao, por
que no es raro en absoluto que ocurra en la naturaleza. Y Engels
empieza a dar ejemplos del mbito de la historia natural ( el des
arrollo de una semilla) y social (cmo, por ejemplo, al principio
existi el comunismo primitivo, luego la propiedad privada y ms
tarde la socializacin capitalista del trabajo; o al principio el
materialismo mimitivo, luego el idealismo v finalmente el mate
rialismo cientfico, etc.). Para todo el mundo es evidente que el
centro de gravedad de la argumentacin de Engels es que la mi
sin de los materialistas consiste en describir adecuada y correc
tamente el verdadero proceso histrico,' v que insistir en la dia
lctica, recoger eiemplos llamados a demostrar la exactitud de la
trada no son ms que vestigios del hegelianismo del cual naci
el socialismo cientfico, vestigios de su modo de expresarse. En
efecto, una vez aue se ha declarado categricamente que es ab
surdo demostrar algo con las tradas, cosa que nadie pensaba
0 Vase F. Engels, Anti-Diihring (Seccin primera: Filosofa, cap
tulo XIII. Dialctica. Negacin de la negacin). (E d.)

QUIENES SON LOS 'AMIGOS DEL PUEBLO*

17S

hacer, qu significado pueden tener los ejemplos de procesos


dialcticos? No est claro que se trata slo de una indicacin
del origen de la doctrina, y nada ms? El mismo seor Mijailovski
lo presiente, cuando dice que no debe echarse en cara a la teora
su origen. Pero para ver en los razonamientos de Engels algo
ms que el origen de la teora, es evidente que sera necesario
demostrar que por lo menos un problema histrico ha sido re
suelto por los materialistas, no basndose en los hechos respec
tivos, sino mediante las tradas. Prob a demostrarlo el seor Mi-,
jailovski? En modo alguno. Por el contrario, l mismo se vio
obligado a reconocer que Marx ha llenado hasta tal punto el es
quema dialctico vaco con un contenido concreto, que se lo puede
separar de dicho contenido como se separa la tapa de un reci
piente, sin cambiar nada (luego hablaremos de la excepcin
que hace aqu el seor Mijailovski, refirindose al futuro). Si
esto es as, por qu entonces se ocupa el seor Mijailovski con
tanta aplicacin de la tapa que nada cambia? Por qu dice que
los materialistas se basan en la incontrovertibilidad del proceso
dialctico? Por qu declara, al combatir esta tapa, que combate
contra uno de los pilares del socialismo cientfico, siendo esto
una completa falsedad?
Se sobrentiende que no voy a seguir paso a paso la forma en
que el seor Mijailovski analiza los ejemplos de las tradas, por
que, repito, ello nada tiene que ver con el materialismo cientfico,
ni con el marxismo ruso. Sin embargo sera interesante saber qu
fundamento tena el seor Mijailovski para tergiversar de tal modo
la actitud de los marxistas hacia la dialctica. Dos fundamentos,
en primer lugar, oy campanas y no sabe dnde; en segundo lugar,
fabric (o mejor dicho, tom de Dhring) un subterfugio ms.
Ad 1 El seor Mijailovski se encontraba continuamente, al
leer la literatura marxista, con el mtodo dialctico en la cien
cia social, con el pensamiento dialctico, siempre en la esfera
de las cuestiones sociales (la nica de que se trata), etc. En su
simpleza espiritual (y ojal fuese slo simpleza) crey que este
mtodo consista en resolver todos los problemas sociolgicos se
gn las leyes de la trada hegeliana. Si hubiera abordado el tema
con mayor atencin, no habra podido dejar de convencerse de
lo absurdo de esta concepcin. Marx y Engels llamaron mtodo
En cuanto al punto 1. (Ed.)

176

V.

t.

LENN

dialctico por oposicin al metafsico, sencillamente, al mtodo


cientfico en sociologa, consistente en considerar a la sociedad
como un organismo vivo, que se halla en continuo desarrollo (y
no como algo mecnicamente enlazado y que, por ello, permite
toda clase de combinaciones arbitrarias de elementos sociales ais
lados) y para cuyo estudio es necesario realizar un anlisis objetivo
de las relaciones de produccin que constituyen una formacin
social determinada, estudiar las leyes de su funcionamiento y des
arrollo. Ms abajo procuraremos ilustrar la relacin entre el m
todo dialctico y el metafsico (ste ltimo engloba tambin, sin.
duda, el mtodo subjetivo en sociologa) con argumentos del pro
pio seor Mijailovski. Ahora slo subrayaremos que quienquiera
haya ledo la definicin y descripcin del mtodo dialctico que
dan tanto Engels (en la polmica con Dhring: Del socialismo
utpico al socialismo cientfico) como Marx (en varias notas de
El capital y en el Eplogo a la segunda edicin, as como en Mi
seria de la filosofa) 6 habr visto que para riada se habla all de
las tradas de Hegel, y que todo se reduce a considerar la evolu
cin social como un proceso histrico natural del desarrollo de
las formaciones econmicosociales. Para demostrarlo citar in ex
tenso la descripcin que sobre el mtodo dialctico da ia revista
Vistnik Evropi, en su nm. 5 de 1872 (en el artculo: El punto de
oista en Crtica de la economa poltica de G. Marx) **, que Marx
cita en el Eplogo a la segunda edicin de El capital. Marx dice
all que l mtodo que emple en El capital no fue bien enten
dido. Los crticos alemanes ponen el grito en el cielo, natural
mente, hablando de la sofstica; hegeiiana'
Y para exponer con
mayor claridad su mtodo, trascribe la descripcin que de l se
hace en dicho artculo: Tara Marx se dice all slo una cosa
tiene importancia, a saber: encontrar la ley que rige ios fenmenos
que investiga, y es para l de suma importancia la ley del cambio,
del desarrollo de esos fenmenos,,de su trnsito de una forma a
otra, de un sistema de relaciones sociales a otro. Por lo mismo,

*
Vase la exposicin metdica y el desarrollo del mtodo dialctico
marxista eu las obras de Lenin, Materialismo y empiriocriticismo, Cuadernos
filosficos, Carlos Marx, y otvos. (E .)
99 Este artculo (firmado I. K.-n) d I. Kaufmaii, profesor d la niversidad de Petersburgo, fue considerado por Marx como una acertada expo
sicin deJ mtodo dialctico (vase C. Marx, El capital, ed. cit., t. I, pgs. 1314). (E d.)

Q\JJtNES SON LOS AMIGOS DEL l U K BL o

177

Marx se preocupa de una sola cosa: demostrar por medio de in


vestigaciones cientficas exactas la necesidad de determinados sis
temas de relaciones sociales y precisa i , del modo ms acabado
posible, los hechos que le sirven de puntos de partida y de apoyo.
Para este objeto le basta plenamente con demostrar, a la vez que
la necesidad del rgimen actual, la necesidad de otro rgimen
que inevitablemente debe brotar del precedente, independiente
mente de que los hombres crean o no en esto, que tengan o no
conciencia de elle. Marx considera el movimiento social comc un
proceso histrico natural, sujeto a leyes que no slo no depen
den de la voluntad, la conciencia y los propsitos de los hom
bres, sino que por el contrario, determinan su voluntad, su
conciencia y sus propsitos. [Tomen nota los seores 3ebjet'vis
tas, que separan la evolucin social de la evolucin histricpnatural, porque el hombre se fija objetivos concientes y se gua
por determinados ideales.] Si el elemento consciente desempea
un papel tan subordinado en la historia de la civilizacin, se so
brentiende que la crtica de esta misma civilizacin puede, menos
que ninguna otra, basarse en cualquier forma o cualquier resul
tado de la conciencia. En otras palabras, en modo alguno puede
servirle de punto de partida una idea, sino sle un fenmeno ex
terior, objetivo. La crtica debe consistir en comparar y confron
tar un hecho determinado; no con una idea, sino con otro hecho;
lo importante es que los dos hechos sean en todo lo posible in
vestigados con exactitud y que representen, uno con. respecto al
otro, distintos mementos del desarrollo. Lo ms importante es
que sean investigados con la misma exactitud todos los estados
conocidos, su sucesin y el vnculo entre las diversas etapas de!
desarrollo. Marx niega por completo la idea de que las leyes de
la vida econmica sean las mismas para el pasado que para el pre
sente. Por el contrario, cada perodo histrico tiene sus propias
leyes. La vida econmica es un fenmeno anlogo a la historia
del desarrollo en otros campos de la biologa. Los economistas an
teriores no comprendieron la naturaleza de las leyes econmicas,
cuando las consideraron anlogas a las leyes qumicas y fsicas.
TJn anlisis ms profundo demuestra que os organismos sociales
se diferencian tan radicalmente uno del otro como les organismos
animales y vegetales. Como el propsito de Marx ss investigan
desde este punto de vista la organizacin econmica capitalista,
formula efe un modo estrictamente cientfico el objetivo que debe

V. X.

LENiN

proponerse todo estudio exacto de la vida econmica. La impotancia cientfica de semejante investigacin consiste en revelar las
leyes especiales (histricas) que rigen el surgimiento, la existen
cia, el desarrollo y la muerte de un organismo social determinado
y su remplazo por otro, por un organismo superior.
Tal es la descripcin del mtodo dialctico que Marx eligi
entre una infinidad de comentarios sobre El capital, aparecidos en
peridicos y revistas, y que tradujo al alemn, porque esta carac
terizacin de su mtodo, segn l mismo afirma, es completamente
exacta. Cabe preguntar si hay en esta descripcin aunque sea
una sola palabra sobre las tradas, las tricotomas, la incontrovertibilidad del proceso dialctico y otros absurdos semejantes contra
los que en forma tan caballeresca sale a batirse el seor Mijailovski. Y Marx, despus de esa descripcin, dice con toda claridad que
su mtodo es directamente opuesto al de Hegel. Segn ste,
el desarrollo de la idea, de acuerdo con las leyes dialcticas de la
trada, determina el desarrollo de la realidad. Slo en este caso,
por supuesto, puede hablarse de la significacin de las tradas, de
la incontrovertibilidad del proceso dialctico. Por el contrario a
mi modo de ver dice Marx, 'lo ideal no es ms que el reflejo
de lo material. Y todo se reduce entonces a una concepcin po
sitiva del presente y de su desarrollo necesario. Las tradas que
dan as reducidas al papel de la tapa y de la envoltura (yo he
coqueteado con el lenguaje de Hegel, dice Marx en el eplogo
citado), papel por el cual slo son capaces de interesarse los
filisteos. Pero cabe preguntar: cmo debemos juzgar a un hombre
que quiere criticar uno de los pilares del materialismo cientfico,
es decir, la dialctica, y se pone a hablar de todo lo que se le
ocurre, inclusive de las ranas y de Napolen, pero no se refiere
para nada a lo que es la dialctica, ni tampoco a si el desarrollo
de la sociedad es realmente un proceso histrico natural? Es
justa la concepcin materialista de las formaciones econmicosociales como organismos sociales de carcter especial? Son justos
los mtodos de anlisis objetivo de estas formaciones? Es cierto
que no son las ideas sociales las que determinan el desarrollo
social, sino que ste determina a aqullas?, etc. Puede decirse
que en este caso se trata slo de incomprensin?
Ad 2: Despus de semejante crtica de la dialctica, el
seor Mijailovski atribuye a Marx esos mtodos de demostrar
mediante la trada de Hegel y, por supuesto, sale desafiante a

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

179

combatirlos. "Respecto del futuro dice, las leves inmanentes


de la sociedad son exclusivamente dialcticas. (En ello consiste
la excepcin mencionada ms arriba.) El razonamiento de Marx,
de que es inevitable la expropiacin de los expropiadores en virtud
de las leyes del desarrollo del capitalismo, tiene un carcter ex
clusivamente dialctico. El ideal de Marx sobre la propiedad
comn de la tierra y del capital, en el sentido de su inevitabilidad
y de su carcter indudable, se mantiene exclusivamente en el
ltimo eslabn de la cadena tricotmica hegeliana.
Este argumento est ntegramente tomado de Dhring, que
expuso en su libro Kritische Geschichte der Nationalkonomie und
des Sozialismus (3-te ufl., 1879. S. 486-487) *, pero el seor
Mijailovski no menciona para nada a Dhring. Ser, entre pa
rntesis, que ha llegado por sus propios medios a semejante
tergiversacin de Marx?
Engels dio una magnfica respuesta a Dhring, y como incluye
la crtica de Dhring, nos limitaremos a reproducir esa respuesta
de Engels.0* El lector ver que le cuadra plenamente al seor
Mijailovski.
Este bosquejo histrico [la gnesis de la llamada acumula
cin originara del capital en Inglaterra] dice Dhring es,
relativamente, la mejor parte del libro de Marx y lo sera ms
an si no se apoyara en las muletas dialcticas, adems de las
cientficas. La negacin de la negacin de Hegel desempea aqu
a falta de argumentos mejores y ms claros el papel de la co
madrona, merced a cuyos servicios el porvenir surge del seno del
pasado. La supresin de la propiedad individual que de la manera
antes sealada se ha producido desde el siglo xvr, es la primera
negacin. La seguir otra, caracterizada como la negacin de
la negacin, y, por lo tanto como restauracin de la propiedad
individual pero en una forma superior, basada en la posesin
comn de la tierra y de los instrumentos de trabajo. Si a esta nueva
propiedad individual la llama el seor Marx al mismo tiempo
propiedad social, en ello se refleja precisamente la unidad supe*
Historia crtica de la economa nacional y del socialismo (3 ? edicin,
1879, pgs. 483-487). (E d.)
** Lenin cita a continuacin un pasaje de Anti-Uhring, en su propia
traduccin (Seccin primera: Filosofa, captulo XIII. Dialctica. Negacin
de la negacin). (E d .)

180

V.

I.

LENIN

rior hegeliana, en la que la contradiccin se supone eliminada


[aufgehoben, denominacin especfica hegeliana], es decir, segn
el juego de palabras hegeliano, la contradiccin es a la vez supera
da y conservada.
. .La expropiacin de los expropiadores viene a ser, de este
modo, una especie de prodcto automtico de la realidad histrica
en sus condiciones materiales exteriores [ . . . ] Dudo de que nin
guna persona razonable se convenza de la necesidad de la posesin
comn de la tierra y del capital basndose en su fe en los malabarismos verbales hegelianos al estilo de la negacin de la negacin.
Por lo dems, la nebulosa hibridez de las concepciones de Marx
no puede sorprender a nadie que comprenda qu de absurdos es
posible urdir con.la dialctica hegeliana como base o, mejor dicho,
qu de absurdos deben necesariamente resultar de ello. Para los
que no conozcan estas artimaas dir expresamente que la pri
mera negacin de Hegel desemp ' a el papel de la idea del pecado
original en el catecismo, y la segunda el papel de la unidad supe
rior que conduce a la redencin. La lgica de los hechos no puede
basarse ya, por cierto, en tales analogas sin sentido tomadas del
campo religioso [ . . . ] El seor Marx permanece muy contento
con el universo nebuloso de su propiedad que es a la vez indivi
dual y social, y deja que sus adeptos resuelvan ese profundo enig
ma dialctico. Hasta aqu el seor Dhring.
De modo que concluye Engels, Marx no puede demostrar
la necesidad de la revolucin social, la necesidad de implantar la
propiedad comn de la tierra y de los medios de produccin
fruto del trabajo, sin recurrir a la negacin de la negacin hegelia
na; y porque basa su teora socialista en estas absurdas analogas
tomadas de la religin, llega a la conclusin de que en la sociedad
futura habr propiedad individual y a la vez social, como unidad
superior hegeliana de la contradiccin eliminada.

*
Que semejante formulacin de las concepciones de Dhring cuadra
plenamente al seor Mijailovski, lo demuestra el siguiente pasaje de su
artculo: C. Marx enjuiciado.por l seor I. Zhukovski. Al replicar al seor
Zhukovski, quien afirmaba que Marx era un defensor de la propiedad pri
vada, el seor Mijailovski seala este esquema de Marx, explicndolo de la
siguiente manera: El esquema de Marx comprende dos muy conocidos
trucos de la dialctica hegeliana: en primer lugar, el esquema est construido
de acuerdo con las leyes de la trada hegeliana; en segundo trmino, la
sntesis se basa en la identidad de los contrarios: propiedad individual y

q u i n e s

so n

lo s

a m i g o s

del

pueblo

181

Dejemos por ahora la negacin de la negacin y veamos qu


es esa propiedad individual y a la vez social. El seor Dhring
la llama nebulosa y por extrao que parezca realmente en
esto tiene razn. Por desgracia no es, ni mucho menos, Marx
quien cae en esa nebulosa, sino, una vez ms, el propio seor
Dhring... Al corregir a Marx con arreglo a Hegel, le adjudica
una unidad superior de la propiedad, de la cual Marx no dice una
palabra.
Marx dice: Es la negacin de la negacin. Crea nuevamente
la propiedad individual, pero sobre la base de las conquistas de la
era capitalista, sobre la base de la cooperacin de los trabajadores
libres V de su posesin comn de la tierra y de los medios de pro
duccin producidos por ellos. La trasformacin de la propiedad
privada y dispersa de los individuos, basada en el trabajo propio,
en propiedad capitalista, es, por supuesto, un proceso mucho ms
largo, difcil y penoso que la trasformacin de la propiedad privada
capitalista, que en los hechos se basa ya en un proceso social de
produccin, en propiedad social. Eso es todo. De modo que el
rgimen creado por la expropiacin de los expropiadores se carac
teriza por la restauracin de la propiedad individual, pero sobre
la base de la propiedad social de la tierra y de los medios de
produccin creados por los propios trabajadores. Para cualquiera
que entienda el alemn [y el ruso, seor Mijailovski, porque la
traduccin es completamente exacta], esto significa que la propie
dad social se extiende a la tierra y dems medios de produccin,
v la propiedad individual a los productos, esto es, a los artculos
de consumo. Y para que lo comprendan hasta los nios de seis
aos, en la pgina 56 [pg. 30 de la ed. rusa]
Marx supone una
unin de hombres libres, que trabajan empleando medios de pro
duccin comunes y que gastan, en forma planificada, sus fuerzas
individuales de trabajo como una nica fuerza de trabajo social,
social. De modo que aqu la palabra individual tiene un sentido especial,
puramente convencional, como elemento del proceso dialctico, y no se
puede basar en ella absolutamente nada. Esto lo deca un hombre con las
mejores intenciones, para defender ante el pblico ruso al sanguneo
Marx del burgus seor Zhukovski. Y con estas buenas intenciones, dice
que Marx basa su concepcin del proceso en trucos! El seor Mijailovski
podra deducir de ello una moraleja que le sera bastante til: las buenas
intenciones no bastan, cualquiera sea el asunto de que se trate.
* Vase C. Marx, ob. cit., t. I, pg. 67. (Ed.)

182

V.

I.

LEN IN

esto es, una comunidad arganizada de modo socialista, y agrega:


El producto total del trabajo representa un producto social.
Parte de este producto sirve nuevamente como medio de produc
cin. Esta parte sigue siendo propiedad social. Pero otra parte
es consumida, como medio de subsistencia, por los miembros de
la unin. Es, en consecuencia, necesaria una distribucin de esa
parte entre ellos. Esto debe ser bastante claro hasta para el
seor Dhring.
La propiedad que es a la vez individual y social, estf> nebu
losa hibridez, ese absurdo que surge necesariamente de la dialctica
hegeliana, ese nebuloso universo, ese profundo enigma dialctico,
cuya solucin deja Marx a sus adeptos, es, una vez ms, una libre
creacin y un invento del seor Dhring.. .
Pero contina Engels, qu papel desempea en Marx
la negacin de la negacin? En la pgina 791 y siguientes fen
ruso, en la pg. 648 y siguientes] expone las conclusiones finales
que extrae de las 50 pginas anteriores dedicadas a la investiga
cin econmica e histrica de la llamada acumulacin originaria
del capital. Hasta la era capitalista exista, al menos en Inglaterra,
la pequea produccin basada en la propiedad privada del traba
jador sobre sus medios de produccin. La llamada acumulacin
originaria del capital consisti en este caso en la expropiacin de
estos productores directos, es decir, en la supresin de la propiedad
privada basada en el trabajo de su propietario. Ello fue posible
porque la pequea produccin que hemos mencionado slo es
compatible con los estrechos marcos primitivos de la produccin
V de la sociedad, y en cierto grado de su desarrollo crea ella misma
las condiciones materiales de su supresin. Esta supresin, esta
trasformacin de los medios de produccin individuales y disper
sos en medios socialmente concentrados, constituye la prehistoria
del capital. No bien los trabajadores se convirtieron en proletarios
y sus medios de produccin en capital; no bien se consolid el
modo capitalista de produccin, la socializacin posterior del tra
bajo y la posterior trasformacin de la tierra y de los otros medios
de produccin [en capital], y por lo tanto la posterior expropia
cin de los propietarios privados, adquiere una nueva forma.
Ahora ya no es el trabajador que trabaja para s quien debe ser
expropiado, sino el capitalista que explota a numerosos obreros.
Esta expropiacin se lleva a cabo por el juego de leyes inmanentes
de la propia produccin capitalista, por la concentracin de los

QUINES SON LOS AMIGOS L PUEBLO"

183

capitales. Un capitalista elimina a muchos otros. Paralelamente


a esta concentracin o expropiacin de muchos capitalistas por
unos ocos, se desarrolla cada vez en mayor escola la forma coope^
aiiva del procese del trabajo, la aplicacin tecnolgica conciente
de la ciencia, la explotacin metdici de la tierra, la trasformaein de los instrumentos de trabajo sn medios que slo pueden
ser utilizados en Comn, la economa de toaos los medios de pro
duccin, porque ss utilizan como medios de produccin del trabajo
social combinado. Con la reduccin constante de los magnates del
capital, aue usurpan y monopolizan todas Jas ventajas de este pro
ceso de trasformacion, alimenta la suma de miseria, opresin,
esclavitud, degradacin y explotacin; pero con esto aumenta tam
bin la vebelin de la clase obrera, que crece constantemente y
que se disciplina, unifica y organiza por el mismo mecanismo del
proceso capitalista de produccin. El capital se convierte on traba
del modo de produccin que ha surgido y florecido con l y bajo
su amparo. La concentracin de los medios de produccin y la
socializacin del trabajo llegan a un punto en que son incompa
tibles con su envoltura capitalista. sta se rompe, Ha llegado la
hora de la propiedad privada, capitalista. Los expropiaderes son
expropiados.
Y ahora pregunto yo al Lector: dnde astn los sutiles ara
bescos y laberintos dialcticos; dnde la confusin de ideas que
-educe a cero todas las diferencias; dnde estn los milagros dialc
ticos para los ortodoxos y los trucos amoldados a la doctrina de
Hegel sobre el logos, sin los cuales Marx, a juicio de Dubring, no
hubiera podido llevar a cabo su exposicin? Marx demuestra
histricamente, y lo resume aqu, que as como antes la pequea
produccin, con su propio desarrollo, engendr necesariamente las
condiciones de su supresin, ahora la produccin capitalista ha
engendrado ella misma las condiciones materiales que la llevarn
a su hundimiento. Tal es el proceso histrico, y si resulta al mismo
tiempo dialctico, eso no es culpa ue Marx, por ms molesto que
esto resulta al seor Dhring.
Y slo ahora al poner trmino a su demostracin que se basa
en hechos histricos y econmicos, continua Marx: El modo capi
talista de produccin y de apropiacin, y, por consiguiente, !a
propiedad privada capitalista, constituyen la primera negacin de
la propiedad individual basada en el trabajo del proletariado.
Pero la produccin capitalista, coa la inexorabilidad de vina ley

184

V.

X.

LENIN

natural, engendra su propia negacin. Es la negacin de la nega


cin, etc. (tal como lo hemos citado ms arriba).
Por lo tanto, al caracterizar este proceso corno la negacin
de la negacin, Marx no pretende probar su necesidad histrica.
Por el contrario: slo despus de demostrar histricamente que
en realidad este proceso en parte se ha realizado ya y en parte
debe an realizarse, lo define adems como un proceso que se
desarrolla de acuerdo con una ley dialctica determinada. Eso
es todo. De modo que tambin aqu incurre en pura falsedad el
seor Dhring al afirmar que la negacin de la negacin desem
pea en este caso el papel de la comadrona con cuyos servicios
el porvenir surge del seno del pasado, o que Marx quiere con
vencernos de la necesidad de la propiedad comn de la tierra y
del capital por fe en la ley de la negacin de la negacin/
(pg. 125).
Como ve el lector, toda esta magnfica rplica de Engels a
Dhring puede aplicrsele tambin ntegra al seor Mijailovski,
quien afirma exactamente lo mismo: el porvenir, en Marx, se apoya
con exclusividad en el ltimo eslabn de la cadena hegeliana, y
slo por fe se puede llegar a la conviccin de que es inevitable.*
Toda la diferencia entre Dhring y el seor Mijailovski se
reduce a las dos siguientes pequeas cuestiones: en primer lugar,
Dhring, aunque no puede hablar de Marx sin echar espuma por
la boca, consider, sin embargo, necesario recordar, ms adelante
en su Historia, que Marx, en su Eplogo, rechaza en forma cate
grica la acusacin de ser hegeliano. No obstante, el seor Mijai
lovski omite la definicin de Marx (arriba citada), totalmente
precisa y clara, de lo que l entiende por mtodo dialctico.
En segundo lugar, el otro rasgo original del seor Mijailovski
consiste en haber concentrado toda su atencin en el uso de los
0 No est de ms, me parece, sealar al respecto que toda esta explica
cin de Engels est en el mismo captulo donde habla de la semilla, de la
doctrina de Rousseau y de otros ejemplos del proceso dialctico. Creo que
sera suficiente comparar estos ejemplos con las manifestaciones tan claras
y categricas de Engels (y de Marx, a quien haba ledo previamente el
manuscrito de esa obra), para afirmar que ni siquiera se puede hablar de
que se procura detmostrar algo con las tradas o introducir en la descripcin
del proceso real los elementos convencionales de dichas tradas; parece
que esto basta para comprender lo absurdo que es acusar al marxismo de
dialctica hegeliana.

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

185

tiempos de verbo. Por qu, al hablar del futuro, emplea Marx


el presente? pregunta con aire triunfal nuestro filsofo. Puede
usted, muy respetado crtico, consultar cualquier gramtica, y ver
que el presente se usa en lugar del futuro cuando este futuro se
considera como algo inevitable e indudable. Pero por qu, por
qu es indudable? se inquieta el sefior Mijailovski, deseando co
municar una emocin tan fuerte que le permita justificar incluso
una tergiversacin. Tambin a esto Marx da una respuesta preci
sa. Se puede considerar que es insuficiente o inexacta, pero enton
ces hay que demostrar en qu y por qu precisamente es inexacta, y
no decir absurdos sobre el hegelianismo.
Hubo tiempos en que el seor Mijailovski no slo saba en
ou consista esa respuesta, sino que lo explicaba a los dems.
El seor Zhukovski deca entonces, en 1877 ha podido con
razn considerar problemtica la concepcin de Marx sobre el
futuro, pero no tena el derecho moral de eludir la cuestin de
la socializacin del trabajo, a la que Marx concede una impor
tancia enorme. Naturalmente, Zhukovski, en 1877, no tena el
derecho moral de eludir la cuestin, pero s lo tiene el seor Mijai
lovski en 1894! A lo mejor porque quod licet Jovi non licet bovi?
No puedo menos que recordar aqu la extraa idea de esta
socializacin expresada en una oportunidad, en Otichestviennie
ZapiskiM. En su nm. 7 de 1883, public una Carta a la Re
daccin de cierto seor Postoronni **, quien, lo mismo que el seor
Mijailovski, consideraba problemtica la concepcin de Marx
sobre el porvenir.
En lo fundamental razonaba aquel seor la forma social
del trabajo, bajo la dominacin del capitalismo, se reduce a que
unos centenares o miles de obreros pulen, martillan, ajustan, tor
nean, estiran o realizan una multitud de otras operaciones en un
local comn. En cuanto al carcter general de este rgimen lo
expresa perfectamente el adagio: 'Cada uno para s y Dios para
todos. Qu tiene que ver con ello la forma social de trabajo?
Se ve en seguida que el hombre lo ha comprendido todo!
La forma social de trabajo se reduce a trabajar en un local
comn!! Y despus de exponer ideas tan descabelladas en una
de las mejores revistas rusas, nos quieren hacer creer que la parte
* Lo que es lcito para Jpiter, no lo es para el buey." ( Ed . )
0 * Seudnimo de Mijailovski. ( E d .)

186

V.

I.

LEN IN

terica de El capital ha sido en general reconocida por la ciencia.


Cierto es que como no tena nada serio que objetar a El capital,
la ciencia generalmente reconocida comenz a hacerle reveren
cias, pero al mismo tiempo sigui dando pruebas de la ignorancia
ms crasa y repitiendo las antiguas trivialidades de la economa
escolar. Debo detenerme un poco en este asunto, para mostrar al
seor Mijailovski en qu consiste el fondo del problema que l,
segn su costumbre, ha pasado por alto.
La socializacin del trabajo por la produccin capitalista no
consiste en absoluto en que se trabaje en un local comn (esto
es slo una pequea parte del proces), sino en que la concentra
cin del capital va acompaada por la especializacin del trabajo
social, por la disminucin del nmero de capitalistas en cada rama
de la industria y por un aumento de la cantidad de ramas espe
ciales de la industria; en que mltiples procesos de produccin
dispersos se funden en un solo proceso social de produccin. As,
por ejemplo, cuando la industria textil estaba en manos de arte
sanos, los pequeos productores hilaban y tejan ellos mismos; la
industria tena pocas ramas (estaban fusionadas las operaciones
de hilar y tejer). Pero una vez socializada la produccin por el
capitalismo, aumenta la cantidad de ramas especiales de la indus
tria; se realizan por separado las operaciones de hilar el algodn
y tejerlo; la propia especializacin y la concentracin de la pro
duccin originan nuevas ramas: fabricacin de maquinaria, ex
traccin de la hulla, etc. En cada rama industrial, ya ms
especializada, el nmero de capitalistas es cada vez menor. Esto
significa que es cada vez ms fuerte el vnculo social que une a
los productores entre s: los productores van unindose estrecha
mente en un bloque nico. Cada uno de los pequeos productores
aislados realizaba varias operaciones, y, por lo tanto, era relati
vamente independiente de los dems: por ejemplo, el artesano
que sembraba l mismo el lino,'lo hilaba y teja, era casi indepen
diente de los dems. A semejante rgimen de pequeos productores
de mercancas dispersos (y slo a semejante rgimen) es aplicable
el adagio: Cada uno para s y Dios para todos, es decir, la
anarqua de las fluctuaciones del mercado. Con el trabajo socia
lizado logrado gracias al capitalismo las cosas son en todo sentido
diferentes. El fabricante que produce tejidos depende del que
elabora hilados de algodn; este ltimo, del agricultor capitalista
productor de algodn, del dueo de las fbricas de maquinaria,

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUK BL

187

del de las minas de hulla, etc., etc. Por consiguiente, ningn


capitalista puede prescindir de los dems. Es evidente que el
adagio de Cada uno para s ya no es aplicable a semejante rgi
men: aqu cada uno trabaja para todos y todos para cada uno
(y a Dios no le queda lugar alguno, ni como fantasa celestial,
ni como Becerro de oro terrenal). Cambia por completo el
carcter del rgimen. Cuando existan las pequeas empresas ais
ladas, si en alguna de ellas se paralizaba el trabajo, ello afectaba
slo a una cantidad pequea de miembros de la sociedad, no
causaba confusin general y por consiguiente no llamaba la aten
cin de todo el mundo, no daba motivo a una intervencin de la
sociedad. Pero si semejante paralizacin ocurre en una gran em
presa dedicada a una rama industrial muy especializada y que,
por lo tanto, trabaja para casi toda la sociedad y a su vez depende
de toda la sociedad (pongo como ejemplo, para mayor claridad,
un caso en que la socializacin ha llegado a su punto culminante),
entonces tiene que paralizarse el trabajo en todas las dems em
presas de la sociedad, pues slo pueden recibir los productos que
necesitan de aquella empresa y slo pueden realizar todas sus mer
cancas si pueden disponer de las mercancas de aqulla. Todo
el proceso productivo se fusiona de esta manera en un nico pro
ceso productivo social, pero al mismo tiempo cada empresa es di
rigida por un capitalista, depende de su arbitrio, y los productos
sociales pasan a ser propiedad privada suya. No es evidente que
la forma de produccin entra en contradiccin inconciliable con la
forma de apropiacin? No es evidente que esta ltima debe
adaptarse a la primera, debe convertirse en una forma tambin
social, esto es, socialista? Pero el ingenioso filisteo de Otichestviennie Zapiski lo reduce todo al trabajo en un local comn. Es
en verdad lo que} se llama no dar en el clavo! (He descrito slo el
proceso material, slo el cambio de las relaciones de produccin,
sin referirme al aspecto social de este proceso, a la unificacin,
aglutinacin y organizacin de los obreros, pues este es un fen
meno derivado, secundario.)
La razn de que sea an necesario explicar a los demcratas
rusos cosas tan elementales, est en que se han atascado hasta tal
punto en el fango de las ideas pequeoburguesas, que ni siquiera
son capaces de imaginar otro rgimen que no sea el de los peque
os burgueses.
Pero volvamos al seor Mijailovski. Qu objeciones hace a

188

V.

X.

LENIN

los hechos y a los argumentos en que Marx basa su conclusin de


que el rgimen socialista es inevitable en virtud de las propias
leyes de desarrollo del capitalismo? Ha demostrado que, con la
organizacin mercantil de la economa social, no aumenta en rea
lidad la especializacin del proceso social de trabajo, la concentra
cin de capitales y empresas, la socializacin de todo el proceso
de trabajo? No, no ha ofrecido ninguna prueba que refute estos
hechos. Hizo tambalear la tesis de que la anarqua, inconciliable
con la socializacin del trabajo, es un rasgo inherente a la. sociedad
capitalista? Nada ha dicho sobre esto. Ha demostrado que la
unificacin del proceso de trabajo de todos los capitalistas en un
solo proceso social de trabajo es compatible con la propiedad
privada? Demostr que es posible y concebible otra solucin de
esta contradiccin, aparte de la indicada por Marx? No, no dijo
ni una palabra sobre esto.
En qu se basa, pues, su crtica? En trucos, supercheras
y en un torrente de frases, que no son ms que simples cascabeles.
Porque no pueden, en realidad, calificarse de otro modo estos
mtodos, cuando el critico despus de haber dicho muchas ton
teras sobre los sucesivos pasos triples de la historia, pregunta
a Marx, con gran seriedad: Y despus?, es decir, cul ser el
curso de la historia ms all de la ltima fase del proceso descrita
por Marx. No debe olvidarse que Marx, desde el comienzo de su
actividad de escritor y revolucionario, dijo con toda precisin lo
que exiga de una teora sociolgica: debe dar una idea exacta del
proceso real, y nada ms (vase, por ejemplo, en el Manifiesto
comunista, el criterio de los comunistas sobre la teora -1). En El
capital observ estrictamente esta exigencia: habindose fijado la
tarea de analizar de manera cientfica la formacin social capita
lista, puso punto final cuando demostr que el desarrollo de esta
organizacin, que en verdad se realiza ante nuestros ojos, sigue
una tendencia determinada y que debe sucumbir inevitablemente
y convertirse en otra organizacin, en una organizacin superior.
Pero el seor Mijailovski pasa por alto toda la esencia de la doc
trina de Marx, hace su necia pregunta: Y despus?, y luego
agrega con aire profundo:' Debo confesar con franqueza que no
veo con toda claridad cual ser la respuesta de Engeis. En cam
bio, nosotros debemos confesar con Iranqueza, seor Mijailovski,
que s vemos con toda claridad el espritu y los mtodos de seme
jante crtica!

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO *

189

O tomemos otro razonamiento: En la Edad Media, la pro


piedad individual de Marx, basada en el trabajo del mismo pro
pietario, no era el nico factor, ni el predominante, ni siquiera en
el campo de las relaciones econmicas. Existan muchos otros
fenmenos, pero el mtodo dialctico en la interpretacin de
Marx [no ser en la tergiversacin del seor Mijailovski?] no
propone volver a e lla ... Es evidente que todos estos esquemas
no representan una imagen de la realidad histrica, ni siquiera de
sus proporciones, y slo satisfacen la inclinacin del espritu
humano, de concebir cada objeto en su estado pasado, presente
y futuro. Inclusive los mtodos de sus escamoteos, seor Mijai
lovski, son montonos hasta dar nuseas! Primero atribuye l
esquema de Marx que se propone dar una frmula del proceso
real del desarrollo del capitalismo 9 y nada ms la intencin de
demostrarlo todo con las tradas, y luego hace constar que el
esquema de Marx no corresponde a ese plan que l mismo le
impone (la tercera fase restablece slo un aspecto de la primera
y omite todos los dems), y extrae con mucho desenfado la con
clusin de que el esquema, evidentemente, no representa una
imagen de la realidad histrica!
Es concebible polemizar en serio con este hombre que (em
pleando la expresin de Engels sobre Dhring) no es capaz de
mencionar una cita exacta, ni siquiera por excepcin? Hay alguna
base para la discusin cuando se asegura a la gente que el esque
ma evidentemente no corresponde a la realidad y no se hace el
menor intento por demostrar de alguna manera su inexactitud?
En lugar de criticar el verdadero contenido de las concep
ciones marxistas, el seor Mijailovski ejercita su ingenio en las
categoras del pasado, el presente y el futuro. Engels, por ejemplo,
al refutar las verdades eternas del seor Dhnng, dice que
nos predican actualmente tres tipos de moral: la cristiana feudal,
a burguesa y la proletaria, de modo que el pasado, e] presente
*
Por lo mismo, se omiten otros rasgos de los regmenes econmicos
de la Edad Media, porque pertenecen a la formacin social del feudalismo,
y Marx analiza slo la formacin capitalista. El proceso de desarrollo del
capitalismo propiamente dicho comenz en realidad (por ejemplo, en In
glaterra) a parta del rgimen de los pequeos productores de mercancas
diseminados, con su propiedad individual basada en el trabajo.

iy

V.

I.

LKN1N

y el futuro tienen sus teoras de la moral.0 El seor Mijaovski


opina sobre esto: "Creo que toda esas divisiones triples de la
historia en perodos se basan precisamente en las categoras del
pasado, el presente y el futuro'. Qu profundidad de pensa
miento! Pero quin ignora que al examinar cualquier fenmeno
social en el proceso de su desarrollo, siempre se hallarn en l
vestigios del pasado, bases del presente y grmenes del futuro?
Pero Engels, por ejemplo, quiso acaso afirmar que la historia de
la moral (slo se refera al presente) se limitaba a los tres mo
mentos indicados, quiso decir que la moral feudal no fue precedida,
por ejemplo, por la esclavista y esta ltima por la moral de la
comunidad comunista primitiva? En lugar de criticar seriamente
el intento de Engels, de dilucidar las corrientes contemporneas
de las ideas morales explicndolas en forma materialista, el seor
Mijailovski nos ofrece la ms vacAa de las fraseologas!
Respecto de estos mtodos de critica del seor Mijailovski,
crtica iniciada con la declaracin de que no sabe en qu obra,
se expone la concepcin materialista de la historia, quiz sea
conveniente recordar que hube tiempos en que el autor conoca
una de estas obras y saba apreciarla mejor. En 187'/ si seor
Mijailovski opinaba lo siguiente sobre El capital'. Si se quita
a El capital la envoltura pesada, burda e intil de la dialctica
hegeliana [pero qu cosa tan extraa!: por cu en 1877 la 'dia
lctica hegehana era intil y en 1894 resulta que si materialismo
Se basa en la incontrovertibilidad del proceso dialctico?], enton
ces, al margen de otres mritos de esta obra, veremos en ella un
material perfectamente elaborado para resolver el problema general
de la relacin entre las formas y las condiciones materiales de su
existencia, y una magnfica manera de plantear este problema
para cierto campo. La "relacin entre las formas y las condiciones
materiales de su existencia es precisamente el problema de la
correlacin entre los diversos aspectos de la vida social, de la su
perestructura de las relaciones sociales ideolgicas sobre la base
de las relaciones materiales, problema cuya bien conocida solucin
constituye la doctrina del materialismo. Prosigamos.
Propiamente dicho, todo El capital [la cursiva es ma] est
dedicado a investigar cmo una forma social, una vez surgida,
* 7 Engels, Anti-Dhring (Oecciu pruneia; Filosofa, captulo IX.
Moral y derecho. Verdades eternas. (Ecl.)

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO"

19i

sigue desarrollndose, consolida sus rasgos tpicos, subordinando,


asimilando los descubrimientos, ios inventos, las mejoras de los
mtodos de produccin, los nuevos mercados, la ciencia misma,
obligndolos a trabajar para ella, y cmo, finalmente, dicha forma
no puede soportar los nuevos cambios de las condiciones ma
teriales/5
Qu sorprendentei En 1877 todo" El capital estaba dedica
do a la. investigacin materialista de una fo^ma social determinada
(en qu consiste el materialismo, sino en la explicacin de las
formas sociales pos las condiciones materiales?), y en 1894 resulta
que ni siquiera se sabe en qu obra hay que buscar ia exposicin
de este materialismo!
En 1877 El capital contena la investigacin de cmo una
forma [es decir, la forma capitalista, verdad?] no puede soportar
los nuevos cambios de las condiciones materiales ( trnese nota
de estoi), pero en 1894 resulta que no hay investigacin alguna
y que el convencimiento de que la forma capitalista no puede
soportar el desarrollo posterior de las fuerzas productivas se
apoya exclusivamente en un extremo de la trada hegeliana!
En 1877 el seor Mijailovski deca que el anlisis de las relacione
entre esta foima social y las condiciones materiales de su existen
cia seguira siendo siempre [la cursiva es ma] una prueba de
la fuerza lgica y de la inmensa erudicin del autor, perc en
1894 declara que la doctrina del materialismo jams y en parte
alguna ha sido comprobada ni fundamentada cientficamente.
Caso extrao! Qu significa esto en realidad? Qu ha su
cedido?
Han sucedido dos cosas; en primer lugar, el socialismo m s o ,
el socialismo campesino de la dcada del 70, que "bufaba centra
la libertad por su carcter burgus y que luchaba contra los
liberales de frente serena, empeados en disimular los antagonis
mos que encerraba la vida rusa, y que soaba con una revolucin
campesina, degener completamente y dio lugar a este trivial libe
ralismo pequeoburgus que descubre impresiones alentadoras
en las tendencias progresistas de la agricultura, olvidando que las
acompaa (y las <ondiciona) la expropiacin en masa de los cam
pesinos. En segundo lugar, en 1877 el seor Mijailovski se entu
siasm tanto con su tarea de defender al sanguneo ( es decir, al
socialista y al revolucionario) Marx contra sus crticos liberales,
que no vio la incompatibilidad dol mtodo de Marx con su propio

102

V.

I.

LENIN

mtodo. Pero he aqu que le explicaron el antagonismo incon


ciliable que existe entre el materialismo dialctico y la sociologa
subjetiva: se lo explicaron los artculos y las obras de Engels; se lo
explicaron los socialdemcratas rusos (en las obras de Plejnov
encontramos ms de una vez observaciones muy certeras, dirigidas
al seor Mijailovski), y el seor Mijailovski, en lugar de ponerse
a revisar con seriedad el asunto, se desboc simplemente. En lugar
de elogiar a Marx (como lo hizo en 1872 y en 1877)
ladra ahora
contra l escudndose tras alabanzas de calidad dudosa, y brama
y echa chispas contra los marxistas rusos, que no quieren confor
marse con la defensa de los econmicamente ms dbiles, con
unos depsitos de mercancas y con algunas mejoras en el campo,
con museos y arteles para los kustares y dems bienintencionadas
ideas filisteas de progreso, sino que quieren seguir siendo sangu
neos, partidiarios de la revolucin social, y ensear, dirigir y
organizar a los elementos verdaderamente revolucionarios de la
sociedad.
Despus de esta breve digresin respecto de un pasado re
moto, creo que podemos terminar el anlisis de la crtica del
seor Mijailovski a la teora de Marx. Intentemos, pues, hacer un
balance y resumir los argumentos del crtico.
La doctrina que intent aniquilar se basa, primero, en la
concepcin materialista de la historia y segundo, en el mtodo
dialctico.
En cuanto a lo primero, el crtico ha declarado, ante todo, que
no sabe en qu obra est expuesto el materialismo. Como no
encontr en parte alguna esa exposicin, se puso a inventar por
su cuenta una definicin del materialismo. Para dar una idea de
las excesivas pretensiones de dicho materialismo, invent que los
materialistas pretenden haber explicado todo el pasado, el presente
y el futuro de la humanidad; y cuando ms tarde, al confrontar sus
afirmaciones con la declaracin autntica de los marxistas, result
que stos consideran explicada slo na formacin social, el crtico
resolvi que los materialistas restringen el campo de accin del
materialismo, con lo cual se refutan a s mismos. Para dar una
*
Se refiere a los artculos de N. Mijailovski titulados A propsito
de la edicin rusa del libro de Carlos Marx y Carlos Marx enjuiciado por
I. Zhukovski ( Otichestvienne Zapiski, nm. 4, abril de 1872 y nm. 10,
octubre de 1877, respectivamente. ( Ed. j

QUINES SON LOS "AMIGOS DEL PU EBLO *

193

idea de los mtodos de elaboracin de este materialismo, invent


que los propios materialistas reconocan que les faltaban conoci
mientos para una obra como la elaboracin del socialismo cientfico,
aunque la insuficiencia de conocimientos la reconocan Marx y
Engels ( en 1845-1846) en lo que se refiere a la historia de la eco
noma en general, y aunque dicha obra, demostracin de la insufi
ciencia de sus conocimientos, jmas fue publicada por ellos. Des,pus de estos prembulos, nos brinda la crtica en s: El capital ha
quedado reducido a la nada porque se refiere a un solo perodo,
mientras que el crtico reclama todos los perodos, y adems, por
que El capital no afirma el materialismo econmico, sino que slo
se refiere a l; por lo visto, son argumentos tan serios y profundos,
que obligaron a reconocer qye el materialismo jams haba sido
cientficamente fundamentado. Luego se cita contra el materia
lismo el hecho de que un hombre completamente ajeno a esta
doctrina, que estudi las pocas prehistricas en un pas com
pletamente distinto, ha llegado tambin a conclusiones materia
listas. Para demostrar luego que la procreacin ha sido trada
por los pelos al materialismo, que slo se trata de un subterfugio,
el crtico empez a demostrar que las relaciones econmicas cons
tituyen una superestructura de las relaciones sexuales y familiares.
Las indicaciones que con este motivo nos da tan sabio crtico
para aleccionar a los materialistas, nos aportan la profunda verdad
de que la herencia es imposible sin la procreacin, de que a los
productos de esta procreacin los acompaa una mentalidad
complicada y de que los hijos se educan en el espritu de los
padres. De paso nos enteramos tambin de que los vnculos nacio
nales constituyen una continuidad y generalizacin de los vnculos
gentilicios. Prosiguiendo sus indagaciones tericas sobre el mate
rialismo, el crtico observa que el contenido de muchos argumentos
de los marxistas consiste en que la opresin y la explotacin de las
masas son necesarias bajo el rgimen burgus y que este rgimen
necesariamente debe trasformarse en socialista, y entonces se
apresura a declarar que la necesidad es un concepto demasiado
general ( si no se dice qu es lo que las personas consideran nece
sario ) y que, por lo tanto, los marxistas son msticos y metafsicos.
Asimismo declara el crtico que la polmica de Marx con los idea
listas es unilateral, pero sin decir una palabra sobre el punto
de vista de estos idealistas en cuanto al mtodo subjetivo y la
opinin que tiene de ellos el materialismo dialctico de Marx.

194

V.

I.

LENIN

En cuanto al segundo pilar del marxismo el mtodo dialc


tico, bastaba un solo empujn del valiente critico para derrum
barlo. Y el empujn ha sido muy acertado: el crtico se revolvi
v deshizo en esfuerzos increbles para refutar la idea de que
pudiera demostrarse algo con las tradas, silenciando que el mtodo
dialctico no consiste en absoluto en las tradas, sino precisa
mente en la negacin de los mtodos del idealismo y del subjeti
vismo en la sociologa. Otr) empujn iba dirigido en especial
contra Marx: con la ayuda del glorioso seor Dhring, el crtico
le adjudica a Marx la inverosmil estupidez de demostrar, mediante
las tradas, la necesidad del hundimiento del capitalismo, y luego
combate victoriosamente esta estupidez.
|He aqu la epopeya de los brillantes triunfos de nuestro
clebre socilogo! Verdaa que es muy edificante (como dice
Burenin) contemplar estos triunfos?
No podemos menos que referirnos aqu a otra circunstancia,
que no tiene relacin directa con la crtica de la doctrina de
Marx, pero que es sumamente caracterstica para comprender los
ideales del crtico y su concepcin de la realidad. Se trata de su
actitud hacia el movimiento obrero en Occidente.
Ms arriba vimos cmo declara el seor Mijailovski que el
materialismo no se ha justificado en la ciencia (quizs en la
ciencia de los amigos del pueblo de Alemania?), pero este mate
rialismo razona el seor Mijailovski se difunde, en realidad,
con mucha rapidez entre la clase obrera. Cmo explica este
hecho el seor Mijailovski? En cuanto al xito en expansin, por
decir as, de que goza el materialismo econmico dice l, en
cuanto a su difusin en una forma crticamente no verificada, el
centro de gravedad de este xito no se encuentra en la ciencia,
sino en la prctica de la vida diaria, determinada por las pers
pectivas del porvenir. Qu otro sentido puede tener esta frase
torpe sobre la prctica determinada por las perspectivas del
porvenir, como no sea el de que el materialismo se propaga, no
por haber explicado con acierto la realidad, sino por haberse apar
tado de dicha realidad hacia las perspectivas? Y ms adelante
dice: estas perspectivas no;exigen de la clase obrera alemana, que
las hace suyas, ni de las personas que se preocupan ardientemente
por su destino, conocimientos, ni esfuerzo del pensamiento crtico.
Slo exigen fe.
En otras palabras, la amplia difusin del materialismo y del

QUINES SON I.OS aM IC O S

DEL

PUEBLO

195

socialismo cientfico depende de que esta doctrina promete a los


obreros un porvenir mejor! Pero si basta el conocimiento ms
elemental de la historia del socialismo y del movimiento obrero
en Occidente para demostrar todo lo absurdo y falso de esta
explicacin! Todo el mundo sabe que el socialismo cientfico no
traz perspectiva alguna del porvenir, sino que se limit a hacer
un anlisis del rgimen burgus contemporneo, estudiando las
tendencias de desarrollo de la organizacin social capitalista, y
nada ms. No decimos al mundo escriba Marx ya en 1843, y
luego cumpli estrictamente este programa, nosotros no decimos
al mundo: deja de luchar, toda tu lucha no vale nada; nosotros
le damos la verdadera consigna de lucha. Slo mostramos al mundo
por qu lucha realmente: pero la conciencia es una cosa que el
mundo debe adquirir, quiralo o no. * Todo el mundo sabe,
por ejemplo, que El capital, obra principal y fundamenta] en la
que se expone el socialismo cientfico, se limita a alusiones de
carcter muy general sobre el porvenir, que slo examina los ele
mentos ya existentes, de los que va surgiendo el rgimen futuro.
En cuanto a perspectivas para el porvenir, todo el mundo sabe que
las ofrecan en grado mucho mayor los socialistas anteriores, quie
nes describan con todo detalle la sociedad futura, ya que deseaban
entusiasmar a la humanidad con la imagen de regmenes en que
los hombres no tuvieran necesidad de luchar, en los que sus
relaciones sociales no se basaran en la explotacin, sino en los
verdaderos principios del progreso, que se hallan en consonancia
con las condiciones de la naturaleza humana. Sin embargo pese
a toda una falange de personas de gran talento que exponan estas
ideas, y de socialistas convencidsimos, sus teoras quedaron al
margen de la, vida y sus programas al margen de los movimientos
polticos populares, hasta que la gran industria mecanizada arras
tr a la vorgine de la vida poltica a las masas de trabajadores
proletarios, hasta que se encontr la verdadera consigna de su
lucha. Esta consigna fue encontrada por Marx, que no es un
utopista, sino un sabio severo y, a veces, hasta lacnico (segn
opinaba el seor Mijailovski en tiempos remotos, en 1872), y encon
trada, no mediante unas perspectivas cualesquiera, sino a travs
de un anlisis cientfico del rgimen burgus contemporneo, de
la explicacin de la necesidad de la explotacin mientras exista
* Lenin cita la carta de C. Marx- a Ruge, de setiembre de 1843. ( Ed . )

19o

V.

I.

L E N IN

este rgimen, del estudio de las leyes de su desarrollo. El seor


Mijailovski, como es natural, puede asegurar a los lectores de
Rsskoie Bogatstvo que para comprender este anlisis no hacen
falta conocimientos, ni esfuerzo de pensamiento, pero ya hemos
visto en su ejemplo mismo (y lo veremos aun en mayor grado
en el caso de su colaborador economista * ) una incomprensin
tan burda de las verdades ms elementales establecidas por dicho
anlisis, que semejante declaracin, claro est, slo puede pro
vocar una sonrisa. Sigue siendo un hecho irrefutable que el movi
miento obrero se extiende y se desarrolla precisamente en los
lugares y en la medida en que se desarrolla la gran industria
capitalista mecanizada; que la doctrina socialista tiene xito pre
cisamente cuando deja de argumentar sobre las condiciones socia
les que corresponden a la naturaleza humana y emprende el anlisis
materialista de las relaciones sociales contemporneas, cuando se
pone a explicar la necesidad del actual rgimen de explotacin.
Despus de haber intentado pasar por alto las verdaderas
causas del xito del materialismo entre los obreros y ofrecido una
caracterizacin diametralmente opuesta a la verdad sobre la posi
cin de esta doctrina respecto de las perspectivas, el seor Mijai
lovski comienza ahora a burlarse, en la forma ms vulgar y filistea,
de las ideas y la tctica del movimiento obrero de Europa occi
dental. Como hemos visto, no pudo hallar ni un solo argumento
contra las demostraciones de Marx sobre la inevitabilidad de la
trasformacin del rgimen capitalista en rgimen socialista debido
a la socializacin del trabajo. Pero esto no le impide ironizar de
la manera ms descarada, diciendo que el ejrcito de los prole
tarios prepara la expropiacin de los capitalistas, despus de lo
cual cesar ya toda lucha de clases, y sobre la tierra remar la paz
y la dicha para los hombres. El seor Mijailovski conoce caminos
mucho ms sencillos yi seguros que; ste para realizar el socialismo:
slo hace falta que los amigos del pueblo indiquen con mayor
detalle los caminos claros e inmutables de la evolucin econ
mica deseada, y entonces, seguramente, se llamar a estos ami
gos del pueblo para resolver los problemas econmicos prcticos
0 Lenin se refiere a I. Iuzhakov, cuyos conceptos polticos y econ
micos critic en la segunda parte de Quines son los "amigos del pueblo
De esa parte no fue hallado el manuscrito, ni tampoco una copia de la
edicin hectografiada. ( E d .)

QUINES SON LOS "AM IGOS DEL F U E B L o

197

(vase el artculo del Seor Iuzhakov: Problemas del desarro


llo econmico de Rusia, nm. 11 de Rsskoie Bogatstoo), y
mientras tanto... mientras tanto los obreros deben esperar,
confiar en los amigos del pueblo y no comenzar, con infundada
seguridad en s mismos, a luchar independientemente contra los
explotadores. Nuestro autor desea asestar un golpe mortal a esta
infundada seguridad en s mismos, y se indigna enfticamente
contra esta ciencia que casi cabe en un diccionario de bolsillo.
Qu horror, en efecto: ciencia, y folletos socialdemcratas que
cuestan unas monedas y caben en el bolsilloll No resulta claro
cun infundada es la seguridad en s mismos de quienes slo
aprecian la ciencia porque ensea a los explotados a luchar inde
pendientemente por su emancipacin, a apartarse de toda clase
de amigos del pueblo, que escamotean el antagonismo de clases,
que quieren encargarse ellos mismos de todo este trabajo; las per
sonas que, por lo mismo, exponen esta ciencia en ediciones baratas,
que tanto chocan a los filisteos? Cun diferente sera la situacin
si los obreros confiaran su suerte a los amigos del pueblo! stos
les sealaran la ciencia verdadera, expuesta en numerosos tomos,
la ciencia universitaria y filistea; les daran a conocer con detalle la
organizacin social que corresponde a la naturaleza humana,
siempre que los obreros... aceptaran esperar, sin empezar la
lucha por su propia cuenta con tan infundada seguridad en s
mismos!
Antes de pasar a la segunda parte de la crtica del seor
Mijailovski, dirigida no ya contra la teora de Marx en general
sino contra la socialdemcratas rusos en particular, debemos hacer
cierta digresin. El seor Mijailovski, procediendo como lo hizo
al criticar a Marx, lejos de intentar una exposicin exacta de su
teora la deform lisa y llanamente; ahora hace otro tanto, ya
que tergiversa de un modo absolutamente impdico las ideas de
los socialdemcratas rusos. Es necesario, pues, restablecer la ver
dad. El medio ms adecuado para hacerlo es comparar las ideas
de los socialistas rusos anteriores con las de los socialdemcratas.
Expondr las primeras siguiendo un artculo del seor Mijailovski
publicado en Rsskaia Misl de 1892, nm. 6, en el cual tambin
se refiere al marxismo) (y en tono decente dicho sea como repro
che a su modalidad actual, sin tocar las cuestiones que en la
prensa sometida a la censura slo se pueden tratar al estilo de

198

V.

X.

LENIN

Bureniu, y sin cubrir a los marxistas de toda clase de inmundi


cias), y expone sus propias opiniones en oposicin al marxismo, o,
si no en oposicin, al menos paralelamente al marxismo. Clare
est que no tenge el menor propsito de ofender en nada, ni al
seor Mijailovski incluyndolo entre los socialistas, ni a los socia
listas rusos comparndolos con el seor Mijailovski: slo pienso
que la lnea de la argumentacin de aqullos y de ste es en el
fondo la misma, y la diferencia reside en el grado de firmeza,
de franqueza y consistencia de sus convicciones
En una exposicin de las ideas de la evista. Otichestoiennie
Zaphki, deca el seor Mijailovski: entre los ideales de carcter
moral y poltico incluamos la propiedad del agricultor sobre la
tierra y del productor sobre las herramientas de trabaje, El punto
dq partida, como se ve, es de <o ms bien intencionado, rebosante
de los mejores deseos.. , Las formas medievales de trabajo * que
an subsisten en nuestro pas estn muy quebrantadas, pero noso
tros no veamos razn alguna oara acabar con ellas definitiva
mente, en beneficio ele cualquier doctrina, liberal o no liberal'.
Peregrino modo de razonar! Porque una forma de trabajo"
slo puede quebrantarse cuando es remplazada por alguna otra
forma; pero no hallamos en la exposicin de nuestro autor (y no
podramos hallarla en ninguno de sus correligionarios) el menor
intento de analizar y explicar estas nuevas formas, ni las ccusas
por las cuales las nuevas formas desalojan a las viejas. Ms extraa
aun es la segunda parte del pasaje: No vemos rasin alguna para
acabar con estas fo rm a s en beneficio de cualquier doctrina. De
qu medios disponemos nosotros (es decir los socialistas: vase
la reserva hecha ms arriba) para acabar cou las formas de
trabajo, es decir, para trasformar las relaciones de produccin
existentes entre los miembros de ia sociedad? No es, aeasc,
absurda la idea de trasformar estas relaciones de acuerdo con una
doctrina? Veamos ms adelante: Nuestra tarea no consisto en
erigii necesariamente una civilizacin particular nutrida en nues
tras propias fuentes nacionales, pero tampoco en trasplantar a
*
' F-or formas medievales de trabajo explica el autor en otro lugar
to slo deb entenderse 'a propiedad comunal de la tierra, las industrias de
kustare y la organizacin en rtel Todas stas son, indudabbmsnte, formas
medievales, pero el preciso agregarles tambin toda forma de propiedad,
soba la tierra c sobre los instrumentos de produccin por parie de Jos
trabajadores.

QUIENES SON LOS AMIGOS DEL 2>UBLQ

199

auesrc terreno, ntegramente, la civilizacin occidental ccn >odas


las contradicciones que la desganan: hay que recoger lo bueno,
venga de donde viniere, y e que sea nuestro o ajeno no es ya
asunto de principio, sino de comodidad prctica. Sin duda, sstc
es tan sencillo, claro y comprensible, que no admite discusin
alguna. En efecto, qu sencillo! "Recoger' (o bueno de todas
partes, y asunto terminado! De las formas medievales, "'recoger''
el hecho de que los medios de produccin pertenezcan al que
trabaja, v de las nuevas formas, es decii, de las capitalistas, reco
ger* la libertad, la igualdad, !a instruccin y la cultura. Y huelgan
palabras! Tenemos en este caso ante los ojos, ntegro, el mtodo
subjetivo aplicado a la sociologa: comienza por la utopa de que
la tierra pertenece al que la cultiva, e indica las condiciones de
realizacin de lo deseable: recoger lo bueno de aqu y de all.
Este filsofo considera las relaciones sociales desde un punto de
vista puramente metafsico, como m simple agregado mecnico
de ales o cuales instituciones, un simple encadenamiento mec
nico de estos o aquellos fenmenos. Separe uno de estos fenmenos
el hechc de que 3a tierra perteneca al agricultor en las forma?
medievales - y piensa que se lo puede trasplantar a cualquier otra,
forma, lo mismo que se pas?. un ladrillo de un edificio a oircPero esto no es estudiar las relaciones sociales, sino mutilar el
material que se estudia. Porque en realidad no exista esa perte
nencia de la tierra al agricultor, como fenmeno aislado e inde
pendiente, como ustedes lo consideran: slo es uno de ios eslabones
de las relaciones de produccin entonces existentes y que consis
tan en que la tierra se bailaba dividida entre los grandes propie
tarios territoriales, los seores feudales, y en que stos adjudicaban
tierra los campesinos para explotarlos; de modo que la tierra
era algo as como salario en especie: provea al campesino de los
productos necesarios a fin de que ste pudiera producir plusproducto para el terrateniente; proporcionaba los medios para que los
campesinos pudieran cumplir con sus tributos en Beneficio del
seor feudal. Por qu no analiza el autor este sistema de rela
ciones de produccin y se limita a extraer un solo fenmeno,
presentndolo as en forma completamente falsa? Porque el autoi
no sabe tratar los problemas sociales; ni siquiera se propone ( repito
que utilizo los razonamientos del seor Mijailovsld slo como
ejemplo para la crtica de todo el socialismo ruso) explicar las
formas de trabajo que existan entonces, presentarlas como un

200

V.

I.

LK N IN

sistema dado de relaciones de produccin, como determinada


formacin social. Para utilizar una expresin de Marx, al autor
le es ajeno el mtodo dialctico, que impone el deber de consi
derar la sociedad como un organismo vivo en su funcionamiento
V desarrollo.
Sin siquiera preguntarse por qu las nuevas formas de trabajo
desplazan a las viejas, repite, en su razonamiento sobre estas for
mas nuevas, exactamente el mismo error. Se contenta con hacer
constar que estas formas quebrantan la pertenencia de la tierra
al agricultor, es decir, hablando en trminos generales, se expre
san en la separacin del productor de los medios de produccin;
se conforma con condenarlo como cosa que no corresponde al
ideal. Y de nuevo su razonamiento es completamente absurdo:
asla un fenmeno (la privacin de la tierra) y no intenta presen
tarlo como elemento ya de otro sistema de relaciones de produc
cin, basado en la economa mercantil, que necesariamente en
gendra la competencia entre los productores de mercancas, la
desigualdad, la ruina de unos y el enriquecimiento de otros.
Subrava un solo fenmeno, la ruina de las masas, pero deja a
un lado otro, el enriquecimiento de la minora, y se ubica as en
una situacin que le impide comprender ninguno de los dos fe
nmenos.
Y
todava dice que semejantes mtodos equivalen a buscar
respuestas a los problemas de la vida revestidos de carne y hueso
(Rsskoie Bogatstvo, nm. 1 de 1894), cuando muy por el con
trario, como no sabe ni quiere explicar la realidad, mirarla cara
a cara, huye vergonzosamente de estos problemas de la vida con
su lucha del pudiente contra el desposedo, al campo de las uto
pas ingenuas. Y a esto lo llama buscar respuestas a los problemas
de la vida, plantendolos idealmente en su compleja y candente
realidad (R. B., nm. 1), cuando en la prctica no intent siquiera
analizar ni explicar esta realidad de la vida.
En cambio, nos ofrece una utojia que ha inventado extra
yendo del modo ms absurdo elementos aislados de las diversas
formaciones sociales: algo de la medieval, algo de la nueva,
etc. Es claro que una teora con semejante base forzosamente
tena que quedar al margen de la evolucin real de la sociedad,
por la sencilla razn de que nuestros utopistas tuvieron que vivir
y actuar, no en relaciones sociales formadas por elementos toma
dos de aqu y de all, sino en aquellas que determinan las rea-

QUINES SON LOS "AMIGOS DEL PUEBLO

201

clones entre el campesino y el kulak (mujik acomodado), entre el


kustar y el acaparador, entre el obrero y el dueo de la fbrica
relaciones que no comprendieron en absoluto. Las tentativas v
los esfuerzos que hicieron para trasformar estas relaciones "no
comprendidas y adaptarlas a sus ideales, necesariamente tenan
que fracasar.
He aqu, en los rasgos ms generales, un esbozo de la situa
cin en que se encontraba la cuestin del socialismo en Rusia
cuando surgieron los marxistas rusos.
Los marxistas comenzaron precisamente por la crtica de los
mtodos subjetivos de los socialistas anteriores; no se conformaron
con hacer constar la explotacin y condenarla: quisieron expli
carla. Al ver que toda la historia de la Rusia posterior a la
Reforma consiste en la ruina de las masas y en el enriquecimiento
de una minora; al observar la gigantesca expropiacin de los
pequeos productores, paralelamente al progreso tcnico que se
notaba en todas partes; al ver que estas corrientes opuestas surgen
y se afianzan en los lugares y en la medida en que se desarrolla y
afianza la economa mercantil, no podan menos que concluir
que se trataba de una organizacin burguesa (capitalista) de
la economa social, organizacin que necesariamente engendra la
expropiacin y la opresin de las masas. Y esta conviccin ya
determinaba su programa prctico, que consista en adherir a esa
lucha del proletariado contra la burguesa, a la lucha de las clases
desposedas contra las poseedoras, que constituye el contenido prin
cipal de la realidad econmica de Rusia, comenzando por la aldea
ms perdida y terminando por la fbrica moderna ms perfeccio
nada. Pero cmo adherirse? La propia realidad volvi a dictarles
la respuesta. El capitalismo haba convertido las principales ramas
industriales en grandes industrias mecanizadas; al socializar de este
modo la produccin, haba creado las condiciones materiales del
nuevo rgimen y, al mismo tiempo, una nueva fuerza social: la
clase de los obreros de las fbricas y talleres, del proletariado
urbano. Sometida a una explotacin burguesa que, por su esencia
econmica, es la misma que sufre toda la poblacin trabajadora
de Rusia, esta clase se encuentra, sin embargo, en condiciones
especialmente ventajosas en cuanto a su emancipacin: nada la
liga ya a la vieja sociedad, basada por entero en la explotacin;
las condiciones mismas de su trabajo y de su vida la organizan, la
obligan a reflexionar, le permiten salir a la palestra de la lucha po

V.

I.

L EN I

ltica. Es natural que los socialdemcratas hayan puesto toda su


atencin y todas sus esperanzas en esta clase, que se propongan co
mo programa el desarrollo de su conciencia de clase, que hayan
orientado toda su actuacin en el sentido de ayudarla a elevarse
a la lucha poltica directa: contra el rgimen actual y de arrastrar a
esa lucha a todo el proletariado ruso.
Veamos ahora, cmo combate el seor Mijailovski a los soeialdemcratas. Qu opone a sus concepciones tericas, a su actua
cin poltica socialista?
Nuestro crtico expone del siguiente modo las concepciones
tericas de los marxistas:
La verdad segn los mar.xi.stas, a decir del autor-- consiste
en que, en virtud de las leyes inmanentes de la necesidad histrica,
Rusia desarrollar su propia produccin capitalista con todas las
contradicciones internas que> le soni inherentes, devorando los gran
des capitales a los pequeos, y mientras tanto el mujik, arrancado
de la tierra, se convertir en un. proletario, se unir, se socializar,
y todo quedar arreglado a pedir de boca, y no le quedar a la
humanidad feliz ms trabajo que el de gozar de semejante
situacin.
Resulta, pues, que los marxistas no se diferencian en nada
de los amigos del puebjo en la manera de concebir la realidad,
sino slo en la forma de imaginarse el porvenir: para nada se
ocupan, por lo visto, del presente, sino slo de perspectivas".
No cabe duda de que as es como piensa el seor Mijailovski.
Los marxistas, dice, estn completamente seguios de que en sus
predicciones del porvenir no hay nada utpico, sino que todo est
pesado y medido segn las normas estrictas de la ciencia. Y
finalmente, con mayor claridad an: los marxistas creen y pro
fesan fe en la inmutabilidad del esquema histrico abstracto.
En una palabra, estamos en presencia de la acusacin ms
trivial y burda que desde hace mucho tiempo emplean contra los
marxistas todos los que no pueden oponer nada esencial a sus
concepciones. Los marxistas profesan fe en la inmutabilidad del
esquema histrico abstracto! 1
Pero si esto es; pura y simplemente mentiras y patraas!
Ningn marxista ha utilizado nunca, en parte alguna, el argu
mento de que en Rusia debe haber capitalismo "porque lo ha
habido en Occidente, etc. Ningn marxista ha visto jams en la

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PU E BL O *

203

teora de Marx una especie de esquema filosfico histrico obli


gatorio para todos, algo ms que la explicacin de determinada
formacin econmicosocial. Slo el filsofo subjetivista seor Mi
jailovski se ha ingeniado para no comprende?; a Marx, 'hasta el
puntb de ver en su obra, una teora filosfica universal; Marx
le contest con una explicacin bien clara, dicindole que se haba
equivocado de direccin. Jams marxista alguno bas sus con
cepciones socialdemcratas en algo que no fuera la conformidad
de la teora con la realidad y con la historia de determinadas
relaciones econmicosociles, esto es, de las relaciones rusas. Y no
poda proceder de otro modo, porque, el propio fundador del
marxismo, Marx, lo exige de la teora y lo declara con toda
precisin y nitidez, haciendo de esta exigencia la piedra angular
de toda su doctrina.
Por supuesto, el seor Mijailovski puede dedicarse cuanto
quiera a refutar est declaracin de Marx, afirmando que ha odo
con sus propios odos precisamente una profesin de fe en un
esquema histrico abstracto. Pero qu nos importa a nosotros,
socialdemcratas, o a cualquier otra persona, que el seor Mijai
lovski haya tenido que or toda clase de dislates absurdos de sus
interlocutores? No demuestra esto tan slo que el seor Mi
jailovski elige con gran acierto a sus interlocutores, y nada ms?
Desde luego, es muy posible que estos ingeniosos interlocutores
del ingenioso filsofo se hayan dado el nombre de marxistas, de
socialdemcratas, etc. Pero quin ignora el hecho (hace ya
tiempo observado) de que hoy cualquier canalla gusta de ves
tirse de rojo? * Y si el seor Mijailovski es tan perspicaz que no
puede distinguir a estos disfrazados de los verdaderos marxistas,
o si ha comprendido tan profundamente a Marx que no advirti
este criterio de toda su doctrina, criterio que Marx destaca insis
tentemente (la frmula de lo que est sucediendo ante nuestros
ojos), esto slo vuelve a demostrar que el seor Mijailovski carece
de inteligencia, y nada ms.
En todo caso, puesto que resolvi polemizar en la prensa con
tra los socialdemcratas, debi tener en cuenta al nico grupo de
socialistas que lleva desde hace ya tiempo este nombre, de modo
*
Todo esto lo escribo suponiendo que el seor Mijailovski oy en
realidad profesiones de fe sobre esquemas histricos abstractos, y que no
invent nada. Sin embargo, considero absolutamente necesario hacer esta
salvedad: como me lo contaron, te lo cuento.

204

V.

I.

LEN IN

que no es posible confundirlo con otros, y tiene quienes lo repre


sentan en la literatura: Plejnov y su crculo23. Y si hubiera
procedido as como evidentemente lo habra hecho toda persona
con un mnimo de decencia, y hubiera consultado aunque slo
fuese la primera obra socialdemcrata, el libro de Plejnov Nuestras
divergencias, all habra visto, en las primeras pginas, una decla
racin categrica del autor en nombre de todos los miembros del
crculo.
En ningn caso queremos cubrir nuestro programa con la
autoridad de un gran nombre (es decir, con la autoridad de
Marx). Comprende usted el ruso, seor Mijailovski? Comprende
la diferencia que existe entre una profesin de fe en esquemas
abstractos y el negar que Marx tenga autoridad alguna para juzgar
acerca de los asuntos rusos?
Comprende que, al exponer como marxista una opinin cual
quiera que tuvo la suerte de or de sus interlocutores y al dejar
a un lado la declaracin impresa de un miembro destacado de la
socialdemocracia, hecha en nombre de todo el grupo, no procedi
con honradez?
Y
ms adelante la declaracin es ms categrica todava:
Repito dice Plejnov que entre los marxistas ms conse
cuentes pueden surgir discrepancias en lo referente a enjuiciar la
realidad rusa actual; nuestra doctrina es el primer intento de
aplicar esta teora cientfica al anlisis de relaciones sociales suma
mente complicadas v confusas. ^
Al parecer, es difcil hablar con ms claridad: los marxistas,
indudablemente, slo toman de la teora de Marx los mtodos ms
preciosos, sin los cuales es imposible comprender las relaciones
sociales y, por consiguiente, tienen por criterio de su apreciacin
de estas relaciones, no los esquemas abstractos y otras necedades
por el estilo, sino su exactitud y conformidad con la vida real.
O bien cree usted que, al hacer tales declaraciones, el autor
pensaba en realidad de otro modo? Pero no es as. El asunto de
que se ocupaba consista en saber si Rusia tiene que pasar por
la fase capitalista de desarrollo. Por consiguiente, estaba formu
lado de un modo que nada tena de marxista, sino que coincida
con los mtodos subjetivistas de diversos filsofos de nuestro pas
que ven el criterio de esta necesidad en la poltica de las autori
dades, o en la actividad de la "sociedad, o en el ideal de una
sociedad "conforme a la naturaleza humana, y otras sandeces

QUINES SON LOS "AMIGOS DEL PUEBLO *

205

por el estilo. Cabe preguntar ahora: cmo debera responder a


semejante pregunta una persona que cree en los esquemas abs
tractos? Evidentemente, debera hablar de la indiscutibilidad del
proceso dialctico, de la significacin filosfica universal de la
teora de Marx, de que es inevitable para cada pas, pasar por
la fase.. etc., etc.
Y cmo respondi Plejnov?
En la nica forma en que poda responder un marxista.
Dej por completo a un lado el problema de lo que debe
ser, como cosa superflua, que slo poda interesar a los sbjetivistas, y se refiri exclusivamente a las verdaderas relaciones
econmicosociales, a su verdadera evolucin. Por lo mismo, no dio
tampoco una respuesta directa a la pregunta planteada de modo
tan desacertado, y en cambio respondi as: Rusia ha entrado en
la senda capitalista.
[Pero el seor Mijailovski habla con aire de experto sobre la
profesin de fe en esquemas histricos abstractos, sobre las leyes
inmanentes de la necesidad y sobre otros disparates increblesl
|Y llama a esto polmica con los socialdemcratas!!
Renuncio definitivamente a comprender: si l es un polemista,
qu es entonces un charlatn?!
Tampoco podemos dejar de observar, con respecto al razona
miento del seor Mijailovski, citado ms arriba, que l expone las
concepciones de los socialdemcratas dndoles el sentido de que
Rusia desarrollar su propia produccin capitalista. Es evidente
que a juicio de este filsofo no existe en Rusia produccin capita
lista propia. El autor, por lo visto, comparte la opinin de que
el capitalismo ruso se limita a milln y medio de obreros (ms
adelante Volveremos a encontrarnos con esta idea infantil de nues
tros amigos del pueblo, que clasifican no se sabe cmo todas las
dems formas de explotacin del trabajo libre). Rusia desarro
llar su propia produccin capitalista con todas las contradicciones
internas que le son inherentes, y mientras tanto, el mujik, arran
cado de la tierra, se convertir en un proletario. Cuanto ms
nos adentramos en el bosque, ms lea hay! De modo que en
Rusia no existen contradicciones internas?, es decir, hablando sin
circunloquios, no existe la explotacin de las masas del pueb o
por un puado de capitalistas, no se arruina la enorme mayor a
de la poblacin mientras se enriquece un puado de indivi uos
No est ya el mujik separado de la tierra? En qu consiste o

206

V.

I.

L E N IN

la historia de Rusia despus de la reforma, sino en una expropia


cin de los campesinos en masa, de intensidad jams vista en
parte alguna? Hay que tener gran valor para declarar en pblico
semejantes cosas. Y el seor Mijailovski lo tiene, cuando dice:
Marx operaba con un proletariado ya formado y con un capi
talismo va formado, mientras que nosotros todava tenemos que
crearlos. Rusia tiene que crear todava un proletariado?! En
Rusia, nico pas en el que puede verse semejante miseria de las
masas, una miseria extrema, y una explotacin tan infame de los
trabajadores, pas que se comparaba (con toda razn) con Ingla
terra por la situacin de sus pobres; en Rusia, donde el hambre
de millones de hombres del pueblo es un fenmeno constante,
que existe paralelamente, por ejemplo, a la creciente exportacin
de cereales, en Rusia no hay proletariado!!
Creo que el seor Mijailovski merece un monumento en vida,
por estas clsicas palabras! *
Digamos de paso que ms adelante veremos que sta es una
c tic a constante, y la ms consecuente, de los amigos del pue
blo: consiste en cerrar hipcritamente los ojos ante la insoportable
situacin de los trabajadores en Rusia y pintarla slo como ines
table, de modo que bastaran los esfuerzos de la sociedad culta
y del gobierno para llevarlo todo al buen camino. Estos paladines
creen que con cerrar los ojos ante el hecho de que la situacin
de las masas trabajadoras es mala, no porque haya perdido esta
bilidad sino porque stas son sometidas al saqueo ms infame por
parte de un puado de explotadores; creen que con esconder la
cabeza en la arena como los avestruces, para no ver a los explo
tadores, stos desaparecern. Y cuando los socialdemcratas les
dicen que es una cobarda vergonzosa tener miedo de mirar la
realidad cara a cara; cuando toman como punto de partida este
hecho de la explotacin y afirman que su nica explicacin posible
1
0 Pero ouiz el seor Mijailovski intente zafarse tambin en esta oca
sin, afirmando que no quiso decir que en Rusia no hay proletariado en
general, sino slo que no hay proletariado capitalista. Si es as, porqu
no lo dijo? Pues todo el problema consiste precisamente en saber si el pro
letariado ruso es un proletariado caracterstico de la organizacin burguesa
o de alguna otra organizacin de la economa social. Quin tiene la culpa
de que. en dos artculos enteros, no haya usted dicho ni una palabra sobre
este problema, el nico serio e importante, y haya preferido charlar sobre toda
dase de necedades y llegar a las conclusiones ms absurdas?

QUINES SON LOS a m i g o s DEL PUEBLO"

207

est en la organizacin, burguesa de la sociedad rusa, organizacin


que escinde a la masa del pueblo en proletariado y burguesa,
y en el carcter de clase del Estado ruso, que no es ms que el
rgano de la dominacin de esa burguesa, y que, por lo mismo,
la nica solucin consiste en la lucha de clases del proletariado
contra la burguesa: entonces esos amigos del pueblo ponen el
grito en el cielo y afirman que los socialdemcratas quieren privar
al pueblo de la tierra, quieren destruir la organizacin econmica
de nuestro pueblo!!
Llegamos ahora al lugar ms indignante de toda esta pol
mica, indecente por no decir ms: a la crtica (?) que el seor
Mijailovski hace de la actuacin poltica de los socialdemcratas.
Todo el mundo comprende que la actuacin de los socialistas y
agitadores entre los obreros no puede ser honradamente discutida
en nuestra prensa legal y que lo nico que en este sentido puede
hacer una prensa decente, sometida a la censura, es mantener un
discreto silencio. El seor Mijailovski ha olvidado esta regla tan
elemental y no siente escrpulos en aprovecharse del monopolio
de que goza para dirigirse al pblico lector, con objeto de cubrir de
lodo a los socialistas.
Pero ya se encontrarn, fuera del periodismo legal, medios
para combatir a este crtico inescrupuloso!
A mi entender el seor Mijailovski se hace el ingenuo, los
marxistas rusos pueden ser divididos en tres categoras: marxistas
espectadores [observadores impasibles del proceso], marxistas pa
sivos [que slo alivian los dolores del alumbramiento, no se
interesan por el pueblo arraigado en la tierra y centran su atencin
y sus esperanzas en los que ya estn privados de medios de pro
duccin] y marxistas activos [que insisten lisa y llanamente en la
ruina del campo].
Qu significa esto?! Porque es imposible que el seor crtico
ignore que los marxistas rusos son socialistas que parten del punto
de vista de que la realidad de nuestro medio es una sociedad capi
talista y la nica salida de ella es la lucha de clases del proletariado
contra la burguesa.
Por qu y sobre qu base los confunde en un todo, con una
vulgaridad absurda? Qti derecho (moral, por supuesto) tiene el
crtico a extender el trmino de marxistas a personas que no acep
tan las tesis evidentemente ms elementales y fundamentales del
marxismo, a personas que nunca ni en parte alguna han actuado

208

V.

L N it

como grupo especial, nunca ni en parte alguna han expuesto u


programa suyo especial?
El seor Mijailovski se ha reservado una serie de escapatorias
para justificar estos procedimientos indignos.
Es posible bromea con la ligereza de un infatuado hombre
de mundo que no sean verdaderos marxistas, pero ellos se con
sideran tales, y declaran serlo. Dnde y cundo lo han deca
rado? En los salones liberales y radicales de Petersburgo? En
cartas privadas? Supongamos que as sea. Entonces, siga char
lando con ellos en sus salones y en su correspondencia! Pero us
ted se manifiesta en la prensa y pblicamente, contra personas
que jams, y en parte alguna, se han manifestado pblicamente
(bajo la bandera del marxismo). Y todava se atreve a declarar
que polemiza con los socialdemcratas, sabiendo que este nom
bre slo lo lleva un grupo de socialistas revolucionarios y que
no se los debe confundir con nadie! *
El seor Mijailovski maniobra y se escurre, como un escolar
sorprendido in fraganti: yo nada tengo que ver con eso, se es
fuerza en demostrar al lector. Lo he odo con mis propios odos
y lo he visto con mis propios ojos. Perfectamente! Creemos de
buena gana que slo tiene ante los ojos a gente vulgar y canallesca.
Pero qu tiene que ver eso con nosotros, con los socialdemcra
tas? Quin ignora que en los tiempos actuales, cuando no slo
la actuacin socialista, sino cualquier actividad social un tanto
independiente y honrada origina una persecucin poltica, por
cada persona que realmente trabaja bajo una u otra bandera:
la'de Nardnaia Volia 23, la del marxismo o inclusive, digamos,
*
Debo detenerme por lo menos en uno de los hechos indicados por
el seor Mijailovski. Cualquiera que haya ledo su artculo tendr que aceptar
que incluye tambin al seor Skvortsov (autor del artculo Causas econ
micas de los aos de hambre) entr los marxistas. Y sin embargo este
seor no se titula a s mismo maxista, y sera suficiente el conocimiento
ms elemental de las obras socialdemcratas para ver que, desde su puni de
vista, ese seor es el ms insignificante de los burgueses, y nada ms. Cmo
puede ser marxista si no comprende que el ambiente social para el cual
proyecta sus progresos es un ambiente burgus y que, por lo mismo, todas
las mejoras en el cultivo de la tierra", que realmente se observan an en
la agricultura, significan un progreso burgus que mejora la situacin de la
minora y que proletariza a las masasl Cmo puede ser marxista, si no
entiende que el Estado al cual se dirige con proyectos es un Estado de
clase, slo capaz de apoyar a la burguesa y de oprimir al proletariado!

Q u ie n e s s o n

Los

a m i g o s d e l p u e b l o

209

la del constitucionalismo, hay varias decenas de charlatanes que


encubren con esos nombres su cobarda liberal y quizs algunos,
ya verdaderos canallas, que sacan alguna tajada? No es evidente
que slo la ms baja de las vilezas sera capaz de responsabilizar
a cualquiera de estas tendencias por el hecho de que su bandera
sea enlodada (y adems, no en pblico, ni abiertamente) por cual
quier canalla? Toda la exposicin del seor Mijailovski es una ca
dena de puras tergiversaciones, desfiguraciones y trucos. Ya vimos
ms arriba cmo tergivers por completo las verdades de las
que parten los socialdemcratas, ya vimos que las expuso como
jams las ha expuesto, ni las poda exponer marxista alguno. Y si
hubiera expuesto la verdadera concepcin que de la realidad rusa
tienen los socialdemcratas, no habra podido menos de ver que
hay una sola manera de concordar con ellas: contribuir al des
arrollo de la conciencia de clase del proletariado, organizndolo
y agrupndolo estrechamente para la lucha poltica contra el
rgimen actual. Le ha quedado, entre parntesis, otro subterfugio
ms. Con aire de inocencia ofendida, alza farisaicamente los ojos
al cielo y deja or su voz melosa: Me place mucho escuchar esto,
pero no entiendo contra qu protestan (as dice en el nm. 2 de
Rsskoie Bogatstvo). Lean con mayor atencin mi juicio sobre
los marxistas pasivos y vern que yo afumo: nada puede objetarse
desde el punto de vista tico.
Esto, claro est, no es otra cosa que volver a rumiar los mise
rables subterfugios anteriores.
Porque, cmo podra definirse la actitud de un hombre que
pretendiese criticar el populismo socialrevolucionario (tomo como
ejemplo un perodo en que an no se hubiera manifestado otra
corriente populista) y que dijera ms o menos lo siguiente:
Los populistas, a mi entender, se subdividen en tres catego
ras: los populistas consecuentes, que aceptan plenamente las ideas
del mujik y, en estricto acuerdo con sus anhelos, hacen un princi
pio general de la prctica de los castigos corporales y de los malos
tratos a la mujer y, en general, de toda la poltica infame del go
bierno del knut y del garrote, que, por aadidura, se llam pol
tica popular; sigue luego la categora de los populistas cobardes,
que no se interesan por las opiniones del mujik y slo intentan
trasplantar a Rusia el movimiento revolucionario que le es extrao,
por medio de asociaciones, etc., a quienes, dicho sea de paso,
nada puede objetarse desde el punto de vista tico, a no ser lo

210

V.

I.

LENIN

resbaladizo del camino, que puede desviar fcilmente al populista


cobarde al campo de los populistas consecuentes y audaces; y por
ltimo los populistas audaces, que realizan plenamente los ideales
populares del mujik acomodado y por ello se afincan en el campo
para llevar la vida de verdaderos kulaks. Naturalmente, toda
persona decente dira que esto es una burla vulgar y canallesca.
Y si, por aadidura, el individuo que tales cosas afirmara no
pudiese ser refutado por los populistas en la misma prensa; si,
adems, las ideas de estos populistas hubiesen sido expuestas hasta
entonces slo en forma clandestina y, por lo mismo, hubiera mu
chas personas que no tuviesen respecto de ellas un concepto exacto
y pudiesen dar fe con facilidad a todo lo que se les dijera acerca
de los populistas, todo el mundo estara de acuerdo en que seme
jante individuo. . .
En fin, quizs el propio seor Mijailovski no haya olvidado
an del todo la palabra que cabra poner aqu.
Pero basta ya! Quedan todava muchas insinuaciones por
el estilo en el seor Mijailovski, pero no conozco trabajo ms
fatigoso, ms ingrato y ms repugnante que revolver este lodo,
recopilar las alusiones dispersas aqu y all, compararlas y buscar
aunque slo sea una objecin seria.
Basta!

Abril de 1894.

D E LOS ED ITO RES 9

En el texto del artculo el lector encontrar notas en las cua


les se hace referencia a un examen posterior de algunos problemas,
cuando en realidad no se efecta tal examen.
Ello se debe a que el artculo que ofrecemos a la considera
cin del lector slo es la primera parte de la respuesta a los artcu
los de Rsskoie Bogatstvo acerca del marxismo. La falta absoluta
de tiempo ha impedido la salida oportuna de este artculo, pero
110 consideramos posible postergarla ms; aun as llevamos dos
meses de retraso. Por eso nos decidimos a publicar por ahora el
examen de la crtica del seor Mijailovski, sin esperar a terminar
la impresin de todo el artculo.
En la segunda y tercera partes en preparacin, el lector en
contrar, adems del examen ofrecido, tambin el de los puntos
de vista econmicosociales de los otros jefes de Rsskoie Bogatstvo,
los seores Iuzhakov y S. Krivenko, en relacin con un ensayo sobre
la realidad econmica de Rusia y a las ideas y la tctica de los
socialdemcratas" que de esa realidad se desprenden.

*
Eplogo de la primera edicin de la primera parte de Quines son
los amigos del pueblo y cmo luchan contra los socialdemcratas. (E d.)

A PROPSITO DE ESTA EDICIN *


La presente edicin es una reproduccin exacta de la prime
ra. Como 110 participamos en absoluto en la elaboracin del texto,
no nos hemos considerado con derecho a someterlo a modifica
cin alguna y nos hemos limitado nicamente a la labor edito
rial. E l motive que no? induce a emprender esta labor es la segu
ridad de que la presente obra contribuir a cierta reanimacin de
nuestra propaganda socialdemcrata.
En la creencia e que la disposicin a promover esta propa
ganda debe ser una consecuencia ineludible de las convicciones
ocialdemcraas, apelamos e. iodos ios que comparten las Ideas
del auior del presente folleto para que contribuyan con todos ios
medios (sobre iodo, naturalmente, con la reedicin) a asegurai
la ms amplia difusin posible, tanto de la presente obra como
de todos los rganos de la propaganda marxista en general. El
momento actual es particularmente propicio para esta contribu
cin. Rsskoie Bgatstvo est adquiriendo un tone cada vez ms
provocador, con respecte a nosotros. En un esfuerzo por paralizar
la difusin de las ideas socialdemcratas en la sociedad, la re
vista lleg a acusarnos directamente de indiferencia pera con los
intereses del proletariado y de insistencia en perseguir la ruina
de las masas. Nos atrevemos a pensar que con tales procedimien
tos la revista slo se hace dao a s misma y prepara nuestra vic
toria. Sin embargo, no hay que oividar que los calumniadores
lisponen de todos los medios materiales para la ms anfplia pro
paganda de sus calumnias. Tienen una revista con una tirada de
0 Epilogo de la segunda s icin dc la orimer?. parte, oscilio en Julio

d : 1894. (lEd)

214

V.

I.

LEN IN

varios millones, tienen a su disposicin salas de lectura y biblio


tecas. For eso debemos aplicar tedos nuestros esfuerzos para de
mostrar a nuestros enemigos que aun las ventajas de una situacin
privilegiada no aseguran siempre el xito de sus difamaciones.
Estamos completamente seguros de que esos esfuerzos no han de
fallar.
Julio de 1394.

.PARTE ili

Para concluir trabemos conocimiento con otro amigo del


pueblo', el seor Krivenko, quien tambin interviene en la guerra
abierta contra los socialdcmcratas.
Sin embargo, no analizaremos sus artculos (Los francotira
dores ele la cultura, en el nm. 12 ele 1883, y Carias desde el ca
mino, en el nm. 1 do 1894 ). como lo hicimos con los de los seores
Mijailovski y luzhakov. E l examen ntegro de los artculos de
estos ltimos era completamente necesario para tener una idea
clara, en el primer caso de! contenido de sus objeciones contra
el materialismo y el marxismo en general, y en el segundo, de sus
teoras poltico-econmicas. Ahora, para formarse un?, idea cabal
de los amigos del pueblo, tenemos que conocer su tctica, sus
proposiciones prcticas, su programa poltico. Este programa no
ba sido expuesto por ellos en ninguna parte, de manera directa, con
la misma coherencia y plenitud que sus concepciones tericas,
Por eso me veo obligado a extraerlo de diferentes artculos de
ana reviste, cuyos colaboradores sen lo bastante solidarios como
para no contradecirse entre s. Me atendr a los artculos del
seor Krivenko arriba citados con preferencia a otros, porque
facilitan una mayor cantidad de material, y porque su autor es
tan tpicamente el hombre prctico y poltico de la 'vsta como
el seer Mijailovski el socilogo y el seor luzhakov el economista.
Sin embargo, antes de pasar al examen de su programa, es
absolutamente necesario detenerse todava en un punto terico.
Antes vimos cmo el seor luzhakov sale del paso con frases hue~
ras acerca del arriendo de tierras por el pueblo, que sirve de apoyo
a la economa popular, etc., cubriendo con ellas su incomprensin
de la economa de nuestros campesinos. No se ocupa de las in
dustrias artesanales, y se limita a datos sobre el crecimiento de la
gran industrial fabril. Ahora el seor Krivenko repite frases muy
similares sobre las industrias de los Instares Opone de manera
directa nuestra industria popular, es decir, la industria de los

220

V. I. L feN ik

kustares, a la industria capitalista (nm. 12, pgs. 180-181). La


produccin popular [sic!] dice surge en la mayora de los casos
de un modo natural, y la industria capitalista "se crea general
mente de un modo artificial. En otro lugar opone la pequea
industria popular a la gran industria, a la industria capitalista.
Si alguien se pregunta en qu consiste la particularidad de la
primera, slo se enterar de que es pequea * y que los instru
mentos de trabajo van unidos al productor (tomo esta ltima
definicin del antes citado artculo del seor Mijailovslt). Pero
esto no determina an, ni mucho menos, su organizacin econ
mica, y adems es completamente falso. El seor Krivenlco dice,
por ejemplo, que la pequea industria popular da todava hoy
una suma mucho mayor de produccin global y ocupa mayor n
mero de brazos que la gran industria capitalista. El autor tiene
en cuenta, evidentemente, los datos sobre el nmero de kustares,
que llega a 4 millones, y segn otro clculo a 7 millones. Pero
quin no sabe que la forma predominante de la economa de
nuestras industrias de kustares es el sistema de gran produccin
basado en el trabajo a domicilio, que la masa de kustares ocupa
en la produccin una situacin en manera alguna independiente,
sino completamente dependiente, subordinada; que trabaja, no
con su propio material, sino con el del mercader, quien slo paga
al kustar un salario? Los datos sobre el predominio de esta forma
han aparecido hasta en las publicaciones legales. Me refiero, por
ejemplo, al excelente trabajo del conocido estadstico S. Jarizomnov en el Iuridsoheski Vistnik *" (ao 1883, nms. 11 y 12). Re
sumiendo los datos publicados acerca de nuestras industrias de
kustares radicadas en las provincias centrales, en las que estn
ms desarrolladas, Jarizomnov llega a la conclusin del indiscu
tible predominio del sistema de gran produccin basado en el
trabajo a domicilio, es decir, de la forma indudablemente capita
lista de industria. Al determinar el papel econmico de la pe
quea industria independiente dic, llegamos a estas conclu
siones: en la provincia de Mosc, el 86,5 por ciento del giro anual
*
Slo puede saberse esto: "De ella puede desarrollarse una verdadera
[sic!] industria popular, dice el seor Krivenko. Un procedimiento habitual
de los amigos del pueblo consiste en decir frases intiles y sin sentido, en
lugar de caracterizar exacta y directamente la realidad.
00 luridscheski Vistnik ( Boletn jurdico ) : revista mensual de ten
dencia liberal burguesa. Se public en Mosc, de 1867 a 1892. (E d.)

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

221

de las industrias de los kustares lo da el sistema de gran produc


cin basado en el trabajo a domicilio, y slo el 13,5 por ciento per
tenece a la pequea industria independiente. En los distritos de
Alexndrov y Pokrov, de la provincia de Vladmir, el 96 por ciento
de la actividad anual de las industrias de kustares recae sobre el
sistema de gran produccin de manufactura basado en el trabajo
a domicilio y slo el 4 por ciento lo da la pequea industria in
dependiente.
Por cuanto se sabe, nadie ha intentado refutar estos datos,
y no es posible refutarlos. Pues cmo se puede pasar por alto
y silenciar estos hechos, llamar popular a esta industria en opo
sicin a la industria capitalista, y hablar de la posibilidad de que
llegue a convertirse en una verdadera industria?
Slo puede haber una explicacin para este manifiesto des
conocimiento de los hechos: la tendencia general de los amigos
del pueblo, como de todos los liberales de Rusia, a diluir el anta,gonismo de clases, y la explotacin del trabajador en Rusia, y a
presentar todo esto slo en forma de simples defectos. Y puede
ser, tambin, que la causa resida por aadidura en un conocimien
to tan profundo de la materia como el que manifiesta, por ejem
plo, el seor Krivenko al llamar a la produccin cuchillera de
Pavlovsk produccin de carcter semiartesanal. [Es asombroso
el grado de tergiversacin a que llegan los amigos del pueblo!
Cmo se puede aqu hablar de carcter artesanal, cuando los
cuchilleros de Pavlovsk trabajan para el mercado y no por en
cargo? Acaso considera el seor Krivenko como artesana un
sistema segn el cual un comerciante encarga artculos al kustar
para enviarlos a la feria de Nishni-Nvgorod? Esto es demasiado
ridculo, pero por lo visto as es. En realidad, la produccin de
cuchillos es (en comparacin con las otras producciones de Pav
lovsk) la que menos ha conservado la forma de pequea industria
de los kustares con la (aparente) independencia de los producto
res: La produccin de cuchillos de mesa y de trabajo * dice
N. Annenski se acerca ya en grado considerable a la fabril, o
mejor dicho a la manufactura. De los 396 kustares ocupados en
la produccin de cuchillos de mesa en la provincia de NizhniNvgorod, slo 62 (el 16 por ciento) trabajan para el mercado,
*
La ms importante de todas produce por valor de 900.000 rublo,
mientras la suma total de artculos de Pavlovsk es de 2.750.000 rublos.

V.

I.

LENIN

273 (el 69 por ciento) para un patrono* y 61 (el 15 por


ciento) como obreros asalariados. Por consiguiente, slo 1/6 de
los kustares no est sometido directamente a un empresario. Por
lo que se refiere a otra rama de ia produccin de cuchillos, la
de navajas (cortaplumas), segn palabras del mismo autor, ocu
pa un lugar intermedio entre los cuchillos de mesa y la cerrajera:
la mayor parte de los kustares en esta rama trabajan para un par
trono, pero al lado de ellos hay todava bastantes kustares inde
pendientes que trabajan para el mercado.,
En total, en la provincia de Nizhni-Nvgorod, hay 2.552 kus
tares que producen este tipo de cuchillos, de los cuales el 48 por
ciento (1.236) trabajan para el mercado, el 42 por ciento (1.058)
para un patrono, y como obreros asalariados el 10 por ciento ( 958).
Por consiguiente, tambin aqu los kustares independientes (?)
constituyen una minora. Y slo en apariencia son independientes,
naturalmente, los que trabajan para el mercado, pues en realidad
no estn menos sometidos por el capital de los mayoristas. Si
tomamos los datos acerca de las industrias artesanales de todo el
distrito de Gorbtov, provincia de Nizhni-Nvgorod, donde estn
ocupados en dichas industrias 21.983 trabajadores, es decir, el 84,5
por ciento de todos los trabajadores existentes * , tendremos lo si
guiente (en cuanto a la orgnaizacin econmica de las industrias
artesanales, slo poseemos datos exactos referentes a 10.808 tra
bajadores ocupados en las siguientes industrias: de metales, del
cuero, talabartera, fieltro y tejidos de camo): el 35,6 por ciento
de los kustares trabajan para el mercado, el 46,7 para un patrono
y el 17,7 por ciento son asalariados. A,s, pues, tambin aqu vemos
el predommo del sisiema de gran produccin basado en el trabajo
a domicilio, el predominio de relaciones en las cuales el trabajo est
Ksclamzaao por l capital.
Si los amigos del pueblo eluden con tanta libertad seme
jantes hechos, ello ocurre, adems, porque su comprensin del
capitalismo no ha pasado de ls ideas .corrientes y vulgares capi9 Es decir, para el comerciante que proporciona material al kustar y le
abona por el trabajo ua .-alario corriente.
* Los economistas excepcionalistas rusos, que miden el capitalismo ruso
por el nmero de obreros fabriles [sic!], incluyen sin reparo a estos tra
bajadores y a infinidau de otros semejantes, en la poblacin ocupada en la
agricultura y que sufre, no del yugo del capital sino de presiones artifi
ciales ejercidas sobre el rgimen popular (??!!).

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

323

talista = empresario rico e instruido, qae explota un gran estable


cimiento mecanizadoy nc quieren conocer el contenido cientfico
de este concepto. En el captulo anterior vimos cmo el seor
Iuzhakov nace partir directamente el capitalismo de la industria
mecanizada, pasando por alto la cooperacin simple y la manu
factura. Este es un error muy difundido, que conduce entre otras
cosas a desconocer la organizacin capitalista de nuestras indus
trias de kustp.res1
Por supuesto, el sistema dei gran produccin basado en el tra
bajo a domicilio es una forma capitalista de industria; tenemos
aqu todos sus rasgos: economa mercantil en un alto grado de
desarrollo, concentracin de los medios de produccin en manos
de determinados individuos, expropiacin de la masa de obreros,
que no poseen sus propios medios de produccin y, por o mismo,
trabajan con los medios de produccin de otros, y no para s, sino
para el capitalista. Evidentemente, por su organizacin, la indus
tria artesanal es capitalismo puro; se diferencia de la gran indus
tria mecanizada en que tcnicamente est atrasada fo que se
explica ante todo por el nivel escandalosamente baje de los sala
rios) y en que los trabajadores conservan minsculas haciendas.
Esta ltima circunstancia confunde particularmente a los "amigos
del pueblo acostumbrados a pensar, como corresponde a. verda
deros metafsicos, con contradicciones directas y desnudas: s,
es s; no, es no y lo dems, es cosa del diablo.
Si los obreros no poseen tierra, eso es capitalismo; si la poseen
no es capitalismo; y ellos se limitan a esta filosofa tranquilizadora,
perdiendo de vista toda la organizacin social de la economa, ol
vidando el hecho tan conocido de q u e la posesin de tierra no
elimina ni un pice la miseria espantosa de estos propietarios de
tierra, sometidos a la ms desvergonzada rapia por parte de otros
propietarios de tierras, campesinos como ellos
Por lo visto, tampoco saben que el capitalismo no estaba en
condiciones en parte alguna ya que se hallaba comparativamen
te en un bajo nivel de desarrollo de separar por completo al
obrero de la tierra. En relacin con Europa occidental, Marx es
tableci ia ley de que slo la gran industria mecanizada expropia
definitivamente al obrero. Se comprende, por eso, que el argu
mento corriente de que no existe capitalismo en nuestro pas, pues
to que "el pueblo posee tierra, carece de todo sentido, porque el
capitalismo de la cooperacin simple y de la manufactura nunca

224

V.

I.

LENIN

y en parte alguna estuvo vinculado al completo desarraigo del tra


bajador respecto de la tierra, sin dejar por eso, naturalmente, de
ser capitalismo.
Por lo que se refiere a la gran industria mecanizada en Rusia
y esta forma es adquirida con rapidez por las ramas ms grandes
e importantes de nuestra industria, pese a todos los rasgos espe
cficos de nuestro pas, tiene la misma propiedad que en el resto
del Occidente capitalista, es decir, no tolera ya en absoluto que
el obrero conserve ligazn con la tierra. Este hecho lo demostr,
por lo dems, Demntiev 9 con datos estadsticos precisos, de los
cuales (independientemente por completo de Marx) extrajo la
conclusin de que la produccin mecanizada va ligada indisolu
blemente al completo desarraigo del trabajador de la tierra. Esta
investigacin demostr una vez ms que Rusia es un pas capita
lista, que en l los lazos del trabajador con la tierra son tan dbiles
e ilusorios, y el podero del propietario ( dueo del dinero, mayo
rista, campesino rico, manufacturero, etc.) tan firme ya, que
basta con que la tcnica d un paso ms para que el campesino
(?? que vive desde hace mucho tiempo de la venta de su fuerza de
trabajo) se convierta en obrero puro **. La incomprensin de los
amigos del pueblo en lo referente a la organizacin econmica
de las industrias de los kustares no se limita, ni mucho menos, sin
embargo, a esto. El concepto que tienen inclusive de industrias
en las que no se trabaja para un patrono, es tan superficial como
su concepto del agricultor (cosa que ya vimos ms arriba). Esto,
por lo dems, es completamente natural cuando se ponen a juzgar
y sentenciar acerca de cuestiones poltico-econmicas seores que,
por lo visto, slo saben que existe en el mundo algo llamado me
dios de produccin que pueden ir unidos al trabajador, y eso est
muy bien, pero que tambin pueden estar separados de l, y eso
est muy mal. As no se llega muy lejos.
Hablando de las industrias artesanales que se convierten en
capitalistas y de las que no sufren es proceso (en las que puede
*

Se refiere a la obra de E. Demntiev intitulada La fbrica, lo que

da a la poblacin y lo que le quita (Mosc, 1893). (E d.)


El sistema de gran produccin basado en el trabajo a domicilio no
slo es un sistema capitalista, sino, adems, el peor, ya que en l la explo
tacin ms intensa del trabajador se combina con la menor posibilidad, para
los obreros, de librar la lucha por su emancipacin.

QUINES ON I.OS "AM IGOS DEL PUEBLO*'

225

existir libremente la produccin en pequea escala), el seor


Krivenlco seala, entre otras cosas, que en algunas ramas los gastos fundamentales de produccin son muy insignificantes, por
lo que es posible en ellas la pequea, produccin. Corno ejemplo
presenta la. industria ladrillera, en la que el costo de produccin
puede ser, segn l, 15 veces menor que el giro anual de las
fbricas.
Como sta es, puede decirse, la nica indicacin documen
tada del autor ( ste es, lo repito, el rasgo ms caracterstico de la
sociologa subjetiva: el temor a caracterizar y analizar directa y
exactamente la realidad, y remontarse con preferencia a la regin
de los ideales. .. de la pequea burguesa), la tomaremos para
demostrar basta qu punto son falsas las ideas de los amigos del
pueblo sobre la realidad.
Tenemos una descripcin de la industria ladrillera (fabrica
cin de ladrillos de arcilla blanca) en la estadstica econmica del
zemstvo de Mosc ( Recopilacin, t. VII, rase. I, parte 2, etc.).
Dicha industria est concentrada principalmente en tres subdistritos del distrito de Bogorodsk, donde hay 233 establecimientos
con 1.402 obreros ( 5S7 obreros familiares * = 41 por ciento; 335
contratados = 59 por ciento), y con una produccin anualde
357.000 rublos. La industria surgi hace mucho tiempo, pero se
desarroll en especial en ios ltimos 15 aos, gracias a la construc
cin de un ferrocarril, que facilit considerablemente la venta en
el mercado. Antes de existir el ferrocarril, predominaba la forma
de produccin familiar, que ahora cede el puesto a la explotacin
del trabajo asalariado. Esta industria tampoco se halla libre de la
dependencia de los pequeos industriales con respecte a les gran
des en cuanto a la venta en el mercado: como consecuencia de la
escasez de medios pecuniarios, los primeros venden a los ltimos
el ladrillo en la localidad ( a veces en bruto, no cocido) a precios
terriblemente reducidos.
Sin embargo, tenemos la posibilidad de conocer tambin la
organizacin de la industria, no slo por esta dependencia, sino
adems por el censo de kustares adjunto al estudio, donde aparecen
indicados el nmero- de obreros y la suma de la produccin anual
de cada establecimiento.
*
Por obreros "familiares, en oposicin a los contratad os, se entiende
los trabajadores miembros ele la familia de los patronos,

226

V.

I.

LEN IN

Para averiguar si es aplicable a esta pequea industria la ley


segn la cual la economa mercantil es una econom? capitalista,
es decir, se trasforma inevitablemente en tal al llegar a determi
nado grado de desarrollo, debemos comparar el tamao de los
establecimientos: la cuestin consiste precisamente en la relacin
entre los pequeos y grandes establecimientos segn su papel en
la produccin y segn la explotacin del trabajo asalariado. To
mando como base el nmero de obreros, dividiremos ios estable
cimientos de los kustares en tres grupos: I) Jos establecimien
tos que tienen de 1 a 5 obreros (se incluyen los familiares
y los contratados); II) establecimientos que emplean de 3 a 10
obreros y I I ) establecimientos con ms de 10 obreros.
Examinadas las proporciones de los establecimientos, el per
sonal obrero y la suma de produccin er. cada grupo, obtenemos
los siguientes datos: [Vase el cuadro en la pg. siguiente. Ed]
Obsrvese este cuadro y ss advertir la organizacin burguesa
o, To que es lo mismo, la organizacin capitalista de la industria:
a medida que los establecimientos se hacen mayores se eleva la
productividad del trabajo * (e) grupo medio representa una ex
cepcin), al intensificarse la explotacin del trabajo asalariado **,
aumenta la concentracin de la produccin ** *.
El tercer grupo, que basa casi por entero su economa en el
trabajo asalariado, tiene en sus manos con un 10 por ciento del
nmero total de establecimientos el 44 por ciento de la suma
global de produccin.
Esta concentracin de los medios de produccin en manos de
la minora, concentracin ligada a la expropiacin de la mayora
(ios obreros asalariados), explica precisamente tanto la depen
dencia de los pequeos productoras respecto de los mayoristas
(los grandes industriales son eu realidad mayoristas), comc la
opresin del trabajo en esta industria. Vemos, per consiguiente,

*
Un obrero produce al ao, en el grupo I, 251 rublos; en el II, 249
en el II?, 260.
" h a . proporcin de establecimientos que emplean trabajo asalariado
en el grupo I es del 25 por ciento, en el II del 90 y en el III del 100 por
ciento, la proporcin da obreros asalariado!, es del 19 por ciento, del 58 y del
91 poi ciento respeccivaiiente.
* es En el grupo I al 72 por ciento de establecimientos coiresoonde el
34 por ciento de la produccin; ep el II, al 18, el 22, y en el III, al 10 por
ciento, el 44.

228

V.

I.

LliNIN

que la causa de la expropiacin del trabajador y de su explotacin


reside en las propias relaciones de produccin.
Los socialistas populistas rusos, como es sabido, se atenan a
la opinin contraria, y vean la causa de la opresin del trabajo
en las industrias de los kustares, no en las relaciones de produc
cin (a las que se consideraba edificadas sobre un principio tal
que excluye la explotacin), sino fuera de ellas, en la poltica,
precisamente en la poltica agraria, tributaria, etc. Cabe preguntar:
en qu se basaba y se basa la persistencia de esta opinin, que aho
ra casi ha adquirido ya la solidez de un prejuicio? No ser en el he
cho de que predominaba otra idea acerca de las relaciones de pro
duccin en las industrias de los kustares? Nada de eso. Esa opinin
persiste slo gracias a la ausencia de todo intento de caracterizar
exacta y definidamente los datos, las formas verdaderas de la or
ganizacin econmica; persiste slo gracias a que no se especifi
can las relaciones de produccin y no se las somete a un anlisis
particular. En una palabra, persiste slo porque no se comprende
el nico mtodo cientfico de las ciencias sociales, a saber, el
mtodo materialista. Ahora se comprender, tambin, el giro de
los razonamientos de nuestros viejos socialistas. En cuanto a las
industrias de los kustares, atribuyen la causa de la explotacin
a fenmenos que se encuentran fuera de las relaciones de produc
cin; en cuanto al gran capitalismo, al capitalismo fabril, no podan
dejar de ver que all la causa de la explotacin reside precisa
mente en las relaciones de produccin. El resultado era una con
tradiccin inconciliable, una incongruencia, resultaba incompren
sible de dnde haba podido brotar este gran capitalismo, cuando
en las relaciones de produccin ( que adems uo eran analizadasI)
de las industrias de kustares no haba nada que fuera de naturaleza
capitalista. La conclusin surge naturalmente: como no entien
den los vnculos que unen la industria de los kustares y la indus
tria capitalista, oponen la primera a la ltima como la popular
a la artificiar. Aparece la idea de la- contradiccin entre el capi
talismo y nuestro rgimen popular, idea que ha adquirido una
difusin muy amplia y que hace poco todava le era brindada al
pblico ruso por el seor Nik,-on en una edicin corregida y aumen
tada. Esta iaea persiste slo por inercia, a pesar de toda su mo
numental falta de lgica: se juzga el capitalismo fabril por lo que
ste es en realidad, y la industria de los kustares por lo que sta
puede ser; se juzga al primero por el anlisis de las relaciones

(UiNKS SON LOS amigos D1L lUKISJ.o

229

(le produccin, y a la segunda, sin intentar examinar por separado


las relaciones de produccin y llevando directamente el asunto a
i.i esfera de la poltica. Bastar hacer el anlisis de estas relaciones
ile produccin y veremos que el rgimen popular representa esas
mismas relaciones de produccin capitalistas, aunque en estada
no desarrollado, embrionario; veremos que si se renuncia al inge
nuo prejuicio de considerar a todos los kustares iguales entre s
y se expresa con exactitud las diferencias que hay en su seno, re
sultar que la diferencia entre el capitalista de la fbrica y el
kustar es a veces menor que la que existe entre un kustar y
otro; veremos que el capitalismo representa, no la anttesis del
"rgimen popular, sino su continuacin directa, ms prxima e
inmediata, y su desarrollo.
Puede ser, por lo dems, que no se encuentre apropiado este
ejemplo. Se dir que en el caso dado es demasiado grande * el
porcentaje de obreros asalariados. Pero el caso es que aqu son
importantes, no las cifras absolutas, ni mucho menos, sino las re
laciones que se manifiestan en ellas, relaciones que por su esencia
son burguesas y que no dejan de ser tales, ya sea que su carcter
burgus se exprese con fuerza o con debilidad.
Si se quiere, tomar otro ejemplo intencionadamente, con
un dbil carcter burgus; tomar (del libro del seor Isiev
sobre las industrias artesanales de la provincia de Mosc) la al
farera, una industria puramente domstica, segn las palabras
del seor profesor. Esta industria, por supuesto, puede servir de
prototipo de las pequeas industrias campesinas: su tcnica es la
ms simple, sus instrumentos los ms insignificantes, y produce
utensilios de uso universal y necesario. Pues bien, gracias al
censo de alfareros que muestra las mismas peculiaridades que
el ejemplo precedente, tenemos la posibilidad de estudiar tambin
!a organizacin econmica de esta industria artesanal, sin duda
completamente tpica para la enorme cantidad de pequeas in
dustrias populares rusas. Dividimos a los kustares en grupos:
I) los que tienen de 1 a 3 obreros (se incluyen los familiares y
los contratados); II) los que tienen de 4 a 5 obreros; III) los que
tienen ms de 5 obreros, y hacemos el mismo clculo:
*
Esto difcilmente ser cierto en relacin con las industrias artesanales
de la provincia de Mosc, pero tal vez es justo por lo que se refiere a las
industrias artesanales menos desarrolladas del resto de Rusia.

QUINES SON LOS AMTGOS DEL PUEBLO

231

Es evidente qu tambin en esta pequea industria y ejem


pos taies podramos aducir cuantos se quisieran- las relaciones
son burguesas: vemos a misma diferenciacin que surge de la
economa mercantil, y adems es una diferenciacin especfica
mente capitalista, que lleva a la explotacin del trabajo asalariado,
explotacin que desempea ya el papel principal en si grupo supe
rior, el cuai ha concentrado, con ] /8 de icdcs ios establecimientos
y con un 30 por dente de los obreros, casi 1/3 de toda la produc
cin, con una productividad del trai>ajc considerablemente supe
rior en comparacin con la productividad media. Estas relaciones
de produccin, ya( por s solas, explican la aparicin, y el poder de
ios mayoristas. Vemos cmo en manos de una minora que posee
los establecimientos ms importantes y ms rentables, y que re
cibe del trabaje ajeno un ingreso neto (en el grupo superior de
alfareros, a un estrblecimientc corresponden 5,5 obreros asala
riados ) se acumulan ahorros, mientras que a mayora se arruina,
e inclusive los pequeos patronos (sin hablar ya de los obreros
asalariados) no tienen lo indispensable para vivir. Lgica e ine
vitablemente, los ltimos sern avasallados por los primeros, y lo
sern de un modo inevitable, como consecuencia precisamente de
carcter capitalista de las relaciones de produccin existentes.
Estas relaciones consisten en que el producto del trabajo jocial,
organizado por la economa mercantil, pasa a manos de particula
res y en ellas sirve de instrumento de opresin y esclavizacin del
trabajador, sirve de medio de enriquecimiento personal a expensas
de la explotacin de la masa. Y no se piense que esta explotacin,
esta opresin, se expresan ms dbilmente poique el carcter
capitalista de las relaciones est todava dbilmente desarrollado
y porque es insignificante la acumulacin de capital que acompaa
a la ruina de los productores. Todo lo contrario Esto conduce
nicamente a formas de explotacin ms brutales, propias del r
gimen de servidumbre; conduce a que el capital, como no est
todava en condiciones de subordinar directamente al obrero con
la simple compra de su fuerza de trabajo por el valor de sta,
enreda al trabajador en toda una red de exacciones usurarias, lo
sujeta a su dominio con procedimientos de kulak, y como resultado
lo despoja, no slo de la plusvala, sino tambin de una enorme
part' del salario, y adems lo desmoraliza privndolo de la posibi
lidad de cambiar de patrono, lo ultraja ol ligndolo a considerar
como un favor el hecho de que le da (sic!) trabajo. Se coro-

232

V.

I.

I. E N I N

prende que ni un solo obrero consentira jams en cambiar su


situacin por la del kustar independiente ruso en la industria
"autntica, "popular. Se comprende tambin que todas las me
didas preferidas por los radicales rusos, o no tocan en absoluto
la explotacin del trabajador y su esclavizacin por el capital,
resultando ser experimentos aislados (arteles), o empeoran la
situacin de los trabajadores (inalienabilidad del nadiel) o, fi
nalmente, depuran, desarrollan y consolidan dichas relaciones ca
pitalistas (mejoramiento de la tcnica, el crdito, etc.).
Por 3o dems, los "amigos del pueblo nunca podrn concebir
que en la pequea industria campesina, con toda su miseria, con
las proporciones relativamente insignificantes de los establecimien
tos y con la bajsima productividad del trabajo, con la tcnica
primitiva y el pequeo nmero de obreros asalariados, haya capita
lismo. Ellos no estn en modo alguno en condiciones de concebir
que el capital es una relacin determinada entre los hombres, que
sigue siendo tal con un grado mayor o menor de desarrollo de las
categoras comparadas. Los economistas burgueses nunca han
podido comprender esto: siempre impugnaron esta definicin del
capital. Recuerdo aue en Rsskaia Misl uno de ellos, hablando
del libro de Zber * (sobre la teora de Marx), reprodujo esta
definicin (del capital como relacin), puso signos, de exclamacin
y se indign profundamente.
Este es el rasgo ms carcterstico de los filsofos burgueses:
tomar las categoras del rgimen burgus como eternas v natura
les. Por eso, tambin para el capital emplean tales definiciones,
por ejemplo, la de que es trabajo acumulado, que sirve para la
produccin posterior. Es decir, lo definen como una categora
eterna para la sociedad y escamotean de este modo la formacin
econmica especial, histricamente determinada, en la que este
trabajo acumulado, organizado por la economa mercantil, cae en
manos de quien no ha trabajado^ sirve para la explotacin del tra
bajo ajeno. Por eso vemos en ellos, 'en lugar de un anlisis y es
tudio de determinado sistema de relaciones de produccin, una
serie de trivialidades aplicables a todos los regmenes, mezcladas
con dulzoneras sentimentales de moral pequeoburguesa.
Ahora veamos por qu los amigos del pueblo llaman po*
N, Zber. Vase V. I. Lenin, ob. cit., "Biografas, tomo comple
mentario 1. (jEd.)

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

233

pillar' a esta industria, por qu la oponen a la industria capitalis


ta. Slo porque estos seores son idelogos de la pequea bur
guesa y no estn en condiciones de hacerse siquiera a la idea de
que estos pequeos productores viven y actan bajo el sistema de
la economa mercantil (razn por la cual yo los llamo pequeos
burgueses), y que sus relaciones para con el mercado los escinden
necesaria e inevitablemente en burguesa y proletariado. Si in
tentaran estudiar la organizacin real de nuestras pequeas indus
trias populares, en lugar de hacer frases sobre lo que puede
salir de ellas, entonces veramos si lograran encontrar en Rusia
una rama, por poco desarrollada que fuese, de la industria de
kustares que no estuviese organizada de una manera capitalista.
Y
si no estn de acuerdo en que los caracteres necesarios y
adecuados para este concepto son que una minora monopoliza
los medios de produccin, despoja de ellos a la mayora y explota
el trabajo asalariado (hablando en trminos generales, la apropia
cin por individuos particulares del producto del trabajo social
organizado por la economa mercantil: he aqu en qu consiste la
esencia del capitalismo), entonces tmense la molestia de dar su
definicin del capitalismo y su historia.
En rigor, la organizacin de nuestras industrias populares
de los kustares ofrece una magnfica ilustracin para la historia
general del desarrollo del capitalismo. Esta organizacin nos de
muestra con claridad su aparicin, sus embriones, por ejemplo en
forma de cooperacin simple ( grupo superior en la alfarera); nos
demuestra adems cmo los ahorros acumulados en manos de
particulares merced a la economa mercantil se convierten en
capital, monopolizando al principio la venta (mayoristas y co
merciantes) como consecuencia de que slo los dueos de estos
ahorros tienen los fondos necesarios para la venta al por mayor,
que les permiten esperar hasta que las mercancas son vendidas
en los mercados distantes; cmo luego este capital comercial so
mete a su dominio a la masa de productores y organiza la manu
factura capitalista, el sistema capitalista de gran produccin basa
do en el trabajo a domicilio; cmo, por fin, la ampliacin del mer
cado y el aumento de la competencia conducen a la elevacin de
la tcnica, cmo este capital comercial se convierte en industrial
y organiza la gran produccin maquinizada. Y cuando este capital,
despus de fortalecerse y de avasallar a millones de trabajadores

234

V. I. L E N I N

y a regiones enteras, comienza directamente y con toda desenvoltura a presionar sobre el gobierno, convirtindolo en lacayo suyo,
entonces nuestros ingeniosos 'amigos del pueblo" alzan sus olamores hablando de implantacin del capitalismo, de su crea
cin artifician
Por cierto que se han dado cuenta un poco tardel
As, pues, el seor Krivenko. con sus frases sobre la industria
popular, autntica, justa, etc., ha intentado lisa y llanamente
ocultar el hecho de que nuestras industrias de kustares no son
ms que capitalismo en diferentes grados de su desarrollo Con
estos procedimientos nes hemos familiarizado ya bastante al leer
al seor Iuzhakov, quien en, vez, de estudiar la reforma campesina
empic frases vacas sobre la finalidad fundamental del famoso
manifiesto *, etc., en vez de estudiar el sistema de arrendamiento
lo llam popular, en vez de ana! izar cmo se forma el mercadc
interior del capitalismo se dedic a filosofar sobre su ruina indefec
tible por falta da mercados, y as por el estilo.
Para demostrar hasta qu grade deforman los hechos (os se
ores amigos de pueblo, me detendr aun en otro ejemplo **.
Nuestros filsolos subjetivisras nos obsequian tan raramente con re
ferencias exactas de hechos, que sera injusto pasar por alto una de
ellas, una de las ms exactas que encontramos en ellos, precisamente
la refeiencia que el seor Krivenko (nm. 1 de 1894) hace de los
pies apuestos campesinos de la provincia de Vornezh. Aqu pode
mos convencernos con claridad con el ejemplo de los datos por ellos
elegidos, quines tienen una visin ms correcta de la realidad,
les radicales y amigos del pueblo rusos o los socialdemcraas
rusos.
El estadstico del zemstvo de Vornezh, seor Scherbina, da
como apndice de su descripcin de la explotacin agrcola del
*
Se refiera al Manifiesto de abolicin del derecho de servidumbre, que
el zar Alejandro II firm el 19 de febrero de 1861. ( Ed'.)
9 * Aunque esie ejemplo se refiere a la diferenciacin de los campesinos,
sobre la que ya se liu hablado mucho, considero necesario analizar sus propios
datos, para demostrar patentemente qu vil falsedad as afirmar que los
sociaidemcvatas se interesan, nc per la reaidad, sino por los pronsticos
del futuro, y qu mtodos ile charlatanes empican ios amigos del pueblo
al pasar por alto, en la polmica con nosotros, la esencia de nuestras con-;
cepcicnes y salir del oasr con frases absurdas,

QUINES SON LOS 'A M IGO S DEL PUEBLO *

235

distrito de Ostrogozhsk 24 presupuestos de familias campesinas


tpicas, y los analiza en el texto
El seor Kriveoko reproduce este anlisis, sin ver, o mejor
dicho, sin querer ver que los mtodos seguidos en l son completa
mente inadecuados para formarse una idea acerca de la economa
de nuestros agricultores. El hecho es que estos 24 presupuestos
describen familias completamente diferentes prsperas, mediss
y pobres, cosa que tambin sealn el prcpio seor Krivenko
(pg. 159), pero ste, como el seor Scherbina, opera simplemente
con cifras promedio, que agrupan en un mismo montn muy di
ferentes tipos de familias y de este modo encubre por completo
su diferenciacin. Y la diferenciacin de nuestro pequeo pro
ductor es un hecho/ general y tan importante (hacia el cuai desde
hace ya mucho tiempo los socialdemcratas llaman la atencin de
los socialistas rusos. Ver ^as obras de Plejnov), aue aparece con
absoluta claridad inclusive en un nmero tan reducido de datos
como el que ha elegido el seor Krivenko. Al hablar de la activi
dad (Agrcola de los campesinos, en lugar de dividk a stos en ca
tegoras segn las dimensiones de sus haciendas y el tipo de
explotacin, ios divide, como lo hace el seor Scherbina, en catego
ras jurdicas de campesinos ex siervos de ia gleba en tierras dei
Estado y de los seores feudales, y dirige toda su atencin a la
mayor prosperidad de ios primeros en comparacin con los ltimos,
y pasa por alto que las diferencias que existen entre ios campesi nos dentro de una misma categora son mucho mayores que las
diferencias entre las categoras **. Para demostrar este divido estos
24 presupuestos en 3 grupos: a) coloco aparte a 6 campesinos
ucomodados; despus b ) 1 campesinos medios (nmeros 7-10,
16-22 de Scherbina) y o) 7 pobres (nmeros 11-15, 23-24 de ios
*
Recopilacin do datos estadsticos d e la provincia de Vornezh
t. II, parte II. I.a agricultura en el distrito de Ostrogozfchlc. v^ordnezh. 1887
Los presupuestos van en los apndices, pgs. 42-4S El anlisis se hace en
el captulo XVIII: Composicin y presupuestos d e familias campesinas.
* * Lis indudable que ia hacienda de un campesino que vive exclusiva.,
mente de la agricultura y emplea a un trabajador, difiere por su iioc de la
hacienda de un campesino qae se ha contratado de pen y que obtiene los
3 /5 de sus ingresos trabsjando como pen. Y entre estos 24 campesinos
hay de los des tipos. Juzgue el lector qu clase de ciencia" resultar
si se agrupa a peones y a campesinos aue emplean peones y se opera con
un promedio general!

236

V.

I.

LENIN

presupuestos en el cuadro de Scherbina). El seor Krivenko dice


por ejemplo, que los gastos en una hacienda de campesinos que
fueron siervos en tierras del Estado suman 541,3 rublos, y en una
de campesinos que fueron siervos de terratenientes suman 417,7
rublos. Pierde aqu de vista que estos gastos no son ni remotamente
iguales para los distintos campesinos de una y la misma categora:
entre los antiguos siervos en tierras del Estado hay por ejemplo,
campesinos que gastan 84,7 rublos y otros que gastan diez veces
rrs: 887,4 rublos (aun si dejamos a un lado al colono alemn que
gasta 1.456,2 rublos). Qu sentido puede tener un promedio ob
tenido de la suma de tales magnitudes? Si tomamos la divisin por
categoras hecha por m, tenemos que entre los campesinos aco
modados los gastos por cada hacienda equivalen, trmino medio,
a 855,86 rublos, entre los campesinos medios a 471,61 y entre los
campesinos pobres a 223,78 rublos *.
La proporcin es, aproximadamente: 4:2:1.
Prosigamos. El seor Krivenko, siguiendo a Scherbina, da
el monto de los gastos para las necesidades personales en las dife
rentes categoras jurdicas de campesinos: entre los antiguos siervos
en tierras del Estado, por ejemplo, los gastos en alimentacin ve
getal suman al ao 13,4 rublos por persona, y entre los antiguos
siervos de terratenientes, 12,2. En tanto que segn las categoras
econmicas las cifras dan: a) 17,7; b) 14,5 y c) 13,1. Los gastos
por consumo de carne y leche suman entre lcjs antiguos siervos
de terratenientes 5,2 rublos per capita, y entre los antiguos sier
vos en tierras del Estado 7,7 rublos. Segn las categoras: 11,7;
5,8; 3,6. Es evidente que el clculo por categoras jurdicas
slo encubre las enormes diferencias existentes, y nada ms. Es
evidente, por eso mismo, que no sirve para nada. Los ingresos de
los campesinos antiguos siervos en tierras del Estado son superio
res a los de los antiguos siervos de terratenientes en un 53,7 por
ciento dice el seor Krivenko: promedio general, 539 rublos (de
24 presupuestos), y para las dos categoras ms de 600 rublos y
cerca de 400 rublos respectivamente. Pero si se los clasifica segn
su situacin econmica los ingresos son: a) 1.053,2 rublos; b) 473,8
rublos; c) 202,4 rublos; es decir, las oscilaciones son, no de 3:2,
sino de 10:2.
*
Las oscilaciones en la magnitud de una familia inedia son mucho
menores: a) 7,83, b ) 8,36, c ) 5,28 personas por familia.

QUINES SON I OS AMIGOS DEL PUEBLO

237

El valor de los bienes de las haciendas de los campesinos


antiguos siervos en tierras del Estado es de 1.060 rublos, y el de
las haciendas de los antiguos siervos de terratenientes es de 635
rublos, dice el seor Krivenko. Y por categoras*: a) 1.737,91
rublos; b) 786,42 y c) 363.38 rublos; de nuevo las oscilaciones
son, no de 3:2, sino de 10:2. Con su divisin de los campesinos
en categoras jurdicas, al autor le result imposible formarse una
idea acertada en cuanto a la economa de estos campesinos.
Si consideramos las haciendas de los diferentes tipos de cam
pesinos por su grado de prosperidad, veremos que las familias
acomodadas tienen, trmino medio, 1.053,2 rublos de ingresos y
855,86 de gastos, es decir, un ingreso neto de 197.34 rublos. Una
familia media tiene 473,8 rublos de ingresos y 471,61 de gastos, es
decir, un ingreso neto de 2,19 rublos por hacienda ( esto sin consi
derar an el crdito y los atrasos en el pago de impuestos); evi
dentemente, apenas si posee lo justo para vivir: de 11 haciendas
5 tienen dficit. El grupo inferior, de campesinos pobres, administra
su hacienda sencillamente con prdidas: con ingresos de 202.4 ru
blos, los gastos son de 223,78, es decir, un dficit de 21,38 rublos **.
Es evidente que si agrupamos estas haciendas y tomamos el pro
medio general (ingreso neto de 44,11), desfiguramos por completo
la realidad. Dejaremos a un lado en ese caso (como lo hizo el seor
Krivenko) el hecho de que los 6 campesinos prsperos que obtienen
un ingreso neto emplean peones (8 personas), hecho que revela
el tipo de su actividad agrcola (estn en vas de convertirse en
agricultores capitalistas), que les produce un ingreso neto y los
libra casi por completo de la necesidad de recurrir a industrias
artesanales. Estos propietarios (todos en conjunto) cubren con
ayuda de esas industrias tan slo el 6,5 por ciento de su presu
puesto (412 rublos de 6.319,5); adems, esas industrias son se
gn una indicacin del seor Scherbina tales como el acarreo
*
Son particularmente grandes las diferencias en cuanto a la posesin
de aperos; trmino medio, el valor de los aperos por cada familia es de
54,83 rublos. Pero entre los campesinos acomodados es dos veces mayor:
111,80 rublos, y entre los campesinos pobres tres veces menor: 16,04 rublos.
Entre los campesinos medios, 48,44 rublos.
*
* Es interesante sealar que el presupuesto de los peones rurales 2 de
los 7 campesinos pobres resulta sin dficit: 99 rublos de ingresos y 93,45
de gastos por familia. Uno de los peones recibe del duefio la comida, la
ropa y el calzado.

238

V.

I.

LEN IN

o aun el comerciol de ovejas, es decir, que no slo no atestiguan


dependencia, sino que, por el contrario, presuponen la explotacin
de otros (precisamente en el ltimo de los casos citados, la acu
mulacin de ahorros se convierte en capital comercial). Estos
campesinos poseen 4 establecimientos industriales, que les pro
ducen 320 rublos (5 por ciento) de ingreso *
Otro es el tipo de economa de los campesinos medios: stos,
como hemos visto, apenas si tienen lo justo para vivir. La agricul
tura no cubre sus necesidades, y el 19 por ciento de sus ingresos
los obtienen de las llamadas industrias artesanales. Por el artculo
del seor Scherbina sabemos qu clase de industrias son stas. Se
sealan las de 7 campesinos: slo 2 de ellos ejercen oficios indepen
dientes (sastre, y carbonero), los 5 restantes venden su fuerza de
trabajo (se fue de segador, trabaja en una destilera, trabaja
como jornalero durante la cosecha, es pastor, trabaj en ia
finca local). Estos ya son mitad campesinos, mitad obreros. Los
empleos auxiliares los hacen descuidar su trabajo agrcola, con lo
que arrastran su hacienda definitivamente a la ruina.
Por lo que se refiere a los campesinos pobres, realizan la
agricultura sencillamente con prdidas; aumenta todava ms la
importancia de las industrias artesanales en su presupuesto (pro
ducen el 24 por ciento de los ingresos), y estas industrias (excepto
en el caso de un campesino) se reducen casi por completo a la venta
de la fuerza de trabajo. En el caso de dos de ellos predominan
esas industrias (trabajo de peones, que les proporciona los 2/3
de sus ingresos).
De aqu resulta claro que estamos en presencia de pequeos
productores en proceso de completa diferenciacin, cuyos grupos
superiores pasan a la burguesa y los inferiores al proletariado. Se
comprende que si tomamos los promedios generales, no veremos
nada de esto y no tendremos idea alguna de la economa del
campo.
.3
,
Slo el hecho de operar con' estos promedios ficticios ha
permitido al autor semejante procedimiento. Para determinar la
ubicacin de estas haciendas tpicas dentro del tipo general de la
explotacin agrcola de dicho distrito, el seor Scherbina agrupa
a los campesinos segn el tamao de sus nadiel, y resulta que
* Vase el Apndice I.

Qu i e n e s

so n

lo s

a m ig o s

del

pueblo

239

el grado de prosperidad (trmino medio) de las 24 haciendas


escogidas, es superior aproximadamente en 1/3 a la hacienda tipo
del distrito. Este clculo no puede ser aceptado como satisfactorio,
tanto porque entre las 24 haciendas se observan enormes diferen
cias, como porque el agrupamiento segn la superficie de su tierras
de nadiel encubre la diferenciacin de los campesinos: la tesis del
autor, de que las tierras! de nadiel constituyen la causa fundamen
tal de la properidad del campesino, es completamente errnea.
Todos saben que la distribucin igualitaria de la tierra dentro
de la comunidad no impide en absoluto a los miembros de ella
que carecen de caballos abandonar la tierra, entregarla en arrien
do, irse a otros lugares en busca de trabajo y convertirse en prole
tarios, y a otros que tienen muchos caballos obtener en arriendo
grandes cantidades de tierra y hacerse de una gran hacienda,
una hacienda rentable. Si tomamos, por ejemplo, nuestros 24
presupuestos, veremos que un campesino rico, que posee 6 desiatinas de tierra de nadiel, obtiene ingresos por un total de 758,5
rublos; un campesino medio, con 7,1 desiatinas, 391,5 rublos, y
uno pobre, con 6,9 desiatinas, 109,5 rublos. En general, hemos
visto que la proporcin de los ingresos en los diferentes grupos
equivale a 4:2:1, mientras que la proporcin de tierra de nadiel
es: 22,1:9,2:8,5 = 2,6:1,08:1. Esto es perfectamente comprensible,
porque vemos, por ejemplo, que los campesinos acomodados, que
poseen trmino medio 22,1 desiatinas de tierra de nadiel por fa
milia, toman aun en arriendo 8,8 desiatinas cada uno, mientras
que los campesinos medios, que tienen menos tierra de nadiel (9,2
desiatinas), toman en arriendo menos tierra 7,7 desiatinas y los
campesinos pobres, con menos tierra de nadiel (8,5 desiatinas),
toman en arriendo no ms de 2,8 desiatinas *. Por eso cuando el
seor Krivenko afirma: Desgraciadamente, los datos aportados
por el seor Scherbina no pueden servir de medida exacta del
estado general de cosas, no slo en la provincia, sino inclusive en
el distrito, lo nico que cabe replicar es que no pueden servir
de medida slo cuando se recurre al falso mtodo de calcular
con promedios generales (mtodo al que n debi recurrir el seor
*
No quiero decir, por supuesto, que los datos de las 24 haciendas
basten por s solos para refutar la tesis sobre la importancia cardinal de
la tierra de nadiel. Pero ms arriba hemos ofrecido datos de varios distritos,
que refutan por completo dicha tesis **.

V. . LENIN
Krivenko), pero hablando etj general, los datos del seor Scherbina
son tan amplios y valiosos, que dan la posibilidad de extraer con
clusiones justas, y si el seor Krivenko no ha procedido as, de
nada hay que culpar al seor Scherbina.
Este ltimo, por ejemplo, en la pg. 197, agrupa a los cam
pesinos, no segn la tierra de nadiel, sino segn los animales de
labor, es decir, un agrupamiento de acuerdo con el ndice econ
mico y no con el ndice jurdico, y esto nos permite afirmar que
las relaciones entre las diferentes categoras de las 24 haciendas
tpicas son completamente idnticas a las relaciones de los diferen
tes grupos econmicos para todo el distrito.
Este agrupamiento es el siguiente *: [Vase el cuadro en la
pg. 241. jEd]
No cabe duda alguna de que los promedios generales de las
24 haciendas tpicas estn por encima del tipo de economa cam
pesina comn al distrito. Pero si en lugar de estos promedios
ficticios tomamos las categoras econmicas, tendremos posibili
dad de establecer tina comparacin.
Vemos que los peones de las haciendas tpicas estn en condi
ciones un tanto inferiores a las de los campesinos sin animales de
labor, pero se asemejan mucho a ellos. Los campesinos pobres se
asemejan mucho a los que tienen un animal de laboreo ( si tienen
0,2 menos de ganado: los campesinos pobres tienen 2,8 y los
campesinos con un solo caballo 3; en cambio, tienen algo ms de
tierra, contando toda, la de nadiel y la arrendada: 12,6 desiatinas
contra 10,7). Los campesinos medios se encuentran en condiciones
apenas superiores a los campesinos con 2 3 animales de laboreo
(tienen algo ms de ganado y algo menos de tierra), y los campe
sinos acomodados se asemejan a los que tienen 4 y ms bestias de
laboreo siendo sus condiciones algo inferiores a las de ellos. Tene
mos por lo tanto derecho a extraer la conclusin de que en total
en el distrito no menos de 0,1 de los campesinos realizan una ex
plotacin agrcola regular y rentable,y no necesitan buscar trabajos
auxiliares. (Es importante sealar que estos ingresos se traducen
en dinero y, por consiguiente, presuponen una agricultura de carc
ter mercantil.) La explotacin agrcola la realizan, en grado con*
La comparacin de las 24 haciendas tpicas con las categoras eco
nmicas en todo el distrito fue hecha con los mismos mtodos empleados
por el seor Scherbina para comparar el promedio de aqullas con los grupos
basados en la superficie de sus tierras de nadiel.

V. I.

ti E N i l

siderable, con la ayuda de trabajadores asalariados: no menos de


1/4 de estas familias tienen, peones permanentes, y se desconoce el
numero de las que adems emplean trabajadores temporarios. Ade
ms, en el distrito mg de la mitad de los campesinos son pobres
(hasta 0,6 no tienen caballo o tienen uno solo, 26%+.31,3% =
57,3%), que trabajan la tierra con prdidas y, por consiguiente, se
arruinan, vindose sometidos a una expropiacin constante e in
exorable. Se ven precisados a vender su fuerza de trabajo, y cerca
A propsito de este cuadro no se puede tampoco dejar de sealar que
vemos aqu exactamente lo mismo: un aumento de la cantidad de tierra
tomada en arriendo a medida que crece el grado de prosperidad, a pesar
del aumento de la cantidad de tierra de nadiel. As, pues, con los datos
de otro distrito se confirma la falsedad de la idea acerca de la importancia
cardinal de la tierra de nadiel. Por el contrario, vemos que la proporcin
de tierral de nadiel en el total de tierras en poder de dicho grupo disminuye
a medida que aumenta su grado de prosperidad. Si sumamos la tierra de
nadiel y la tomada en arriendo, y calculamos el porcentaje que en esta suma
corresponde a la tierra de nadiel, obtenemos los siguientes datos por grupos:
I) 96,8%; II) 8 5 * ; III) 79,3%; IV) 63,3% . Y este fenmeno es com
pletamente comprensible. Sabemos que con la Reforma liberadora la tierra
se convirti en Rusia en una mercanca. Quien tiene dinero, siempre puede
comprar tierra: tambin la tierra de nadiel hay que comprarla. Se com
prende que los campesinos acomodados concentren en sus manos la tierra
y que esta concentracin se exprese con mayor fuerza en las tierras toma
das en arriendo, como consecuencia de las restricciones medievales pues
tas a la trasferencia de la tierra de nadiel. Los amigos del pueblo, que
estn a favor de estas restricciones, no comprenden que lo nico que hace
esta absurda medida reaccionaria es empeorar la situacin de los campe
sinos pobres: arruinados, desprovistos de aperos de labranza, los campesinos
en todo caso deben entregar en arriendo la tierra, y la prohibicin de este
arriendo (o venta) llevar, bien a que la entreguen subrepticiamente y,
por consiguiente, en peores condiciones para el arrendatario, bien a que
devuelvan gratuitamente la tierra a la comunidad, es decir, a ese mismo
kulak.
* *1
No puedo menos que trascribir aqu el comentario tan profundamente
exacto de Grvich acerca de esta famosa- inalienabilidad.
Para orientamos en este asunto, cjebmos examinar quin es el com
prador de la tierra del campesino. Hemos visto que slo na nfima parte
de los lotes de tierra 'chetvertnia fue comprada por los comerciantes. Ha
blando en general, los pequeos lotes vendidos por los nobles son comprados
slo por los campesinos. Por consiguiente, esto afecta nicamente las relacio
nes entre los campesinos y n los intereses de la nobleza ni los de la clase
capitalista. Es muy posible que en semejantes casos el gobierno ruso tenga
a bien arrojar una limosna a los populistas. Esta extraa unin [ msalliance]
de tutela patriarcal oriental [oriental patemasm ] con un monstruoso prohibi
cionismo socialista de Estado difcilmente dejar do provocar la oposicin
de aquellos a quienes se quiere favorecer. Como el proceso de diferenciacin

QU ISN K ! SCN LOS AMIGOS DKL PUEBLO^

243

de 1/4 de los campesinos vive ya en mucho mayor proporcin del


trabajo asalariado que de la agricultura. El resto son campesinos
medios, que de una a otra forma trabajan la tierra coc dficit
constante, tienen que buscar ingresos complementarios y por con
siguiente do tienen ningn tipo de estabilidad econmica.
Me he detenido deliberadamente, con tanto detalle, en estos
datos para demostrar hasta qu punto tergiversa la realidad el
seor Krivenko. Sin pensarlo mucho, toma promedios generales
del campo se opera, evidentemente, eu el interior de ste y uo fuera de l,
ia inalicnabiiidad de !a tierra del campesino ser apenar un sinnimo J e la
expropiacin sin indemnizacin de los campesinos pobres en beneficio de Jos
miembros ricos ds la comunidad.
Vemos Que el porcentaje de emigrantes enre los campesinos chetv e r t n e que tenan derecho a enajenar su Cierra, ?ra mucho ms aleo
que entre los campesinos ex siervos del Estado que practicaban una agri
cultura comunal: precisamente en el distrito de Rancnburg (provincia de
Riazn) la. proporcin de emigrantes eatre los primeros es del 17 por ciento
y entre los serondos del 9 por ciento. En ei distrito de Dankov. entre 'os
primeros ss de) 12 y esitre los segundos del 5 por ciento. A qu se debe
ssta diferencia? Un sjemplo concreto .'.clarar esto:
En 1881 una pequea comunidad de 5 .logares, antiguamente siervos
de Grigrov, emigraron de la aldea Biguildino, distrito de Gankcv. Vendieron
cu tierra, 30 de* atinas, a un campesino rico por 1.50C rublos. Sn su anterior
fugar de residencia estos campesinos carecan de medios de subsistencia y la
mayora de ellos trabajaba todo el ao como peonen (Recopilacin d e mos
estadsticos, parte
pgs. 115, 24 7 ). Segr. datos dl seo/ Grigriev (L a
migracin campesina de la provincia de Riuzn), 30C rubios, precio del
lote promedio de tierra de un campesino, que meda 6 desiatinas, era
suficiente para que una familia campesina pudiere empezar a dedicarse a la
agricultura en rJ sur de Siberia. De este modo, un campesino completamente
arruinado tendra la posibilidad, vendiendo su lote de tierra comunal, ce
llegar a ser un agricultor en el nuevo territorio. La veneracin de ias
sagradas costumbres de tos antepasados difcilmente pedra resist/ tal tenta
cin, a nc ser por la intervencin contraria de la generossima burocracia
Me acusarn, naturalmente, de pesimismo, ccmo ne acusaron hace
poco por mis puntos de vista sobro la migracin do es campesino? (Siverh t
vistnik, 1892, nm. 5, artculo de BugdanovsKi) Por lo comn se. razona
ms o menos as: admitamos que la descripcin corresponde -xactamente
a la realidad tal cual es, pero las oonsecuencias dainas d las migraciones
se deben no obstante a la situacin anormal en que \iven los campesinos,
y en condiciones normales las objeciones (contra las migraciones), n tendran
fuerza. Por desgracia, sin embargo, estas condiciones realmente ano-malos
se desarrollan de modo espontneo, y la creacin de condiciones normales no
est al alcance de quienes simpatizan con os campesinos ( ob. r,it., pg.
7.37). (Aqu y en otras pginas de esto volumen V. I. r- c i t a e) libro
da J. Grvich Situacin econmica de ia aldea w , publicado en Nueva
York -in 1892 y en Rusia en 1893. E d . )

244

V.

I.

LKKI-N

v opera con ellos: Inicamente, el resultado no es siquiera una


ficcin, sino una falsedad incuestionable. Hemos visto, por ejem
plo, que los ingresos netos ( + 197,34) de un campesino acomo
dado (de los presupuestos tpicos) cubren los dficit de nueve
familias de campesinos pobres ( 21,38 X - = 192,42), de modo
que el 1C por ciento de los campesinos ricos en el distrito no slo
cubriran los dficits del 57 por ciento de los campesinos pobres,
sino que daran cierro excedente. Y el seor Krivenlro, que obtiene
del presupuesto promedio de 24 haciendas un excedente de 44,14
rublos (y sin crdito y atrasos, 15,97 rublos), habla slo por eso
de la declinacin" de los campesinos medios y de los que viven en
peores condiciones que stos. Pero en realidad tai vez se pueda
hablar de declinacin, slo en relacin con el campesino medio ",
pues en lo que se refiere a la masa de campesinos pobres observa
mos ya una expropiacin directa, acompaada adems por la con
centracin de los medios de pro:1accin en manos de una minora
que posee haciendas relativamente grandes y slidas.
El desconocimiento de esta ltima circunstancia ha impedido
al autor advertir otro rasgo, muy interesante, de los citados pre
supuestos: stos demuestran igualmente que la diferenciacin de
los campesinos crea el mercado interior. Por una parte, al pasar
del grupo superior al inferior aumenta ia importancia de los ingre
sos provenientes de las industrias artesanales (6,5, 18,8, 23.6 por
ciento del total del presupuesto enere los campesinos acomodados,
medios y pobres respectivamente), es decir, principalmente de la
venta de fuerza de trabajo Por otra parte, al pasar de los grupo?
inferiores a los superiores aumenta el carcter mercantil (ms aun:
burgus, como hemos visto) de la agricultura, aumenta la propor
cin de cereal que va al mercado: ingresos de la agricultura por
categoras de todos los campesinos:
, 3.861,7 . . 3.183,8
,
689,9 _ .
> T W
! b)
899,9 * - T r e ^ r E1 * * * * * *
I? nnrte monetaria de los ingresos **, que constituye el 45,9, el 28,3,
el 25,4 por ciento de la categora superior a la inferior.
*
Y esto difcilmente ser as, porque la declinacin supone una pr
dida temporal y fortuita de estabilidad, mientras que el cmnpesino medio,
como vimos, siempre se encuentra en una situacin inestable, al borde de
la ruina,
7 Pira educir ios ingresos pecuniario* de la agricultura (Selwrbina
no ios da) hubo que recurrir a clculos bastantes complicados. De ingreso

q u i n e s s o n l o s a m i g o s b e l p u k w lo

245

Una ve2|ms vemos aqu con teda evidencia cmo los medios
e produccin, de los cuales soti privados los campesinos expropia
dos, se convierten en capital.
Se comprende que el seor Krivenko no poda extraer con
clusiones aceitadas del material as utilizado, o por mejor decir,
mutilado. Despus de describir, de acuerdo con lo que inform un
campesino de Nizhni-Wvgorod, compaero suyo de viaje en el
vagn del ferrocarril, el carcter monetario de la economa campe
sina de aquellos lugares, se ve obligado a llegar a la justa conclu
sin de que precisamente esa circunstancia, ia de la economa mer
cantil, prepara aptitudes especiales, engendra una preocupa
cin: segarlo (al heno) o ms barato posible, venderlo lo ms
caro posible (pg. 156) *. Esto sirve de escuela que despierta
[es cierto!] y perfecciona la capacidad comercial. Se descubren
talentos de los que salen les Kolupiev, Dernov y otras sangui
juelas **, y los tontos e ingenuos auedart atrs, se empobrecen, se
arruinan y se conviert en en peones rurales'" (pg. iS6).
Los datos referentes a una provincia agrcola (la de Vornezh),
que se encuentra en condiciones completamente distintas, condu
cen a las mismas conclusiones. Se dira que la cosa es bastante
clara: aparece ante nosotros con nitidez el sistema de la economa
mercantil, como fonda principal de la del pas en general y de los
''campesinos "de las comunidades* en particular; aparece tambin
l hecho de que la economa mercantil, y precisamente ella, divide
al pueblo y a los campesinos" en proletariado (se arruman, ss
total proveniente de ios cereales fue necesario excluir los ingresos por paja
y cascarilla, destinadas, segn palabras del autor, a forraje. E l propio autor
los excluye en el captulo XVIII, poro slo para las cifras totales del distrito
y no para las de las 24 haciendas mencionadas. Con sus cifras totales deter
min !a proporcin de ios ingresos provenientes deT grano (con relacin a
iodos los ingresos obtenidos de cereales, es decir, del grano y de la paja con
la cascarilla) y de este porcentaje exclu en el caso presente la paja v la cas
carilla. Esa proporcin es de 78,96 por ciento para el centeno, 72.67 para eT
trigo, 73,32 para la avena y la cebada, y 77,78 por ciento para el miio y el
trigo sarraceno. Luego la cantidad de grano vendido se determin descon
tando la cantidad que se consume en la propia hacienda,
*
Hby que contratar al trabajador lo ms barato posible y sacar pro
vecho de l, dice muy justamente en I mismo pasaje el seor Kriveijko.
Seor Tuzhakov! 'Cmo puede ser esto? Su camarada dice que
las "sanguijuelas salen de )os_ 'talentos, y usted aseguraba que los hom
bres *e hacen sanguijuelas slo poique poseen "espritu no cntico. ;Esto
seores, ya no ast bien: a una infama revista contradecirse el uno ai otro!

246

V.

I.

LENIN

convierten en peones rurales) y burguesa (sanguijuelas), es decir,


se convierte en economa capitalista. Pero los "amigos del pueblo
nunca se deciden a mirar la realidad cara a cara y llamar a las
cosas por su nombre (sera demasiado cruel)! El seor Krivenko
razona:
Algunos encuentran este orden de cosas muy natural [habra
que aadir: consecuencia muy natural del carcter capitalista de las
relaciones de produccin. Esa sera entonces una descripcin exac
ta de las opiniones de algunas personas, y no habra sido posible
para l deshacerse de esas opiniones con frases vacas y se habra
obligado a tratar el asunto a fondo. Cuando el autor no se plante
como objetivo especial la lucha contra esas algunas personas, l
mismo debi reconocer que la economa monetaria es precisa
mente la escuela de la que salen sanguijuelas de talento y
peones simplotes] y ven en l la misin ineludible del capitalismo.
[Es claro! Considerar que es preciso sostener la lucha precisa
mente contra esa escuela y contra las sanguijuelas que mandan
en ella junto con sus lacayos administrativos e intelectuales, signi
fica considerar al capitalismo como ineludible. En cambio, dejar
intacta la escuela capitalista con las sanguijuelas y querer
eliminar sus efectos capitalistas con medidas liberales q*re se
quedan a mitad de camino, significa ser un verdadero amigo del
pueblo!] Nosotros estimamos esto en forma un tanto distinta. Es
indudable que el capitalismo desempea aqu un papel importante,
cosa que sealamos ms arriba [se trata precisamente de la alusin
a la escuela de sanguijuelas y peones]; pero no se puede decir que
su papel sea tan universal y decisivo, que en los cambios que se
operan en la economa nacional no haya otros factores y que en el
futuro no exista otra salida (pg. 160).
Obsrvese! En lugar de una caracterizacin exacta y directa
del rgimen actual, en lugar de una respuesta precisa a la pre
gunta de por qu los campesinos se dividen en sanguijuelas y
peones, el seor Krivenko sale del paso con frases que nada dicen.
No se puede decir que el papel del capitalismo sea decisivo.
Ese es precisamente el problema: el de si se puede decir o no tal
cosa.
Para defender su opinin, habra debido sealar qu otras
causas deciden el asunto, qu otra salida puede haber adems
de la que indican los socialdemcratas: la lucha de clases del pro

QUINES SON LOS AMIGOS DEL P U K B Lo

247

letariado contra las sanguijuelas *. Sin embargo, no se hace indi


cacin alguna. Por lo dems, tal vez el autor toma como una in
dicacin lo que va a rengln seguido? Por divertido que sea, de
los amigos del pueblo se puede esperar cualquier cosa.
Decaen, como hemos visto, ante todo las haciendas dbiles
con pocai tierra: por ejemplo, con menos de 5 desiatinas de tierra
de nadiel. Pero las haciendas tpicas de campesinos que fueron
siervos en dominios del Estado, con 15,7 desiatinas de tierra de
nadiel, se distinguen por su estabilidad [ . . . ] Por cierto que para
obtener semejante ingreso (en limpio, 80 rublos), toman todava
en arriendo hasta 5 desiatinas, pero esto slo demuestra cunto
necesitan.
A qu se reduce, pues, esta enmienda, que vincula al capi
talismo con la famosa escasez de tierras? Se reduce a que al
que tiene poco se lo priva de ese poco, y los que tienen mucho
(15,7 desiatinas cada uno) adquieren todava ms **. Esto es una
simple parfrasis de la tesis segn la cual unos se arruinan y otros
se enriquecen!! Hora es de abandonar esas frases vacas sobre la
escasez d tierras, que nada explican ( ya que a los campesinos no
se les da gratis las tierras de nadiel, sino que se les vende), y slo
describen el proceso, y adems con inexactitud, puesto que hay
que hablar, no slo de la tierra sino de los medios de produccin
en general, y no de que los campesinos tienen pocos medios de
produccin, sino de que son despojados de ellos, son expropiados
por el capitalismo en ascenso.
No queremos decir de ninguna manera afirma como con
clusin de su filosfica exposicin el seor Krivenko que a agri
cultura debe y puede, en todas las condiciones, seguir siendo na
tural y estar aislada de la industria de trasformacin [ Otra vez
frases! Pero no se ha visto obligado hace un momento a reconocer
3 Si hasta ahora slo se muestran capaces de hacer suya la idea de la
lucha de clases del proletariado contra la 'burguesa los obreros fabriles urba
nos y no los peones rurales tontos e ingenuos, es decir, los hombres que
han perdido esas preciadas cualidades, tan estrechamente ligadas a las bases
seculares y al espritu de la comunidad rural, lo nico que ello demuestra
es la exactitud de la teora de los socialdemcratas sobre el papel progresista
y revolucionario del capitalismo ruso.
** No hablo ya del absurdo de la idea segn 1a cual los campesinos
que poseen igual cantidad de tierra de nadiel son iguales entre s y no se
dividen tambin en sanguijuelas y peones.

248

V.

I.

.SNXN

la existencia actual de la escuela de la economa monetaria, quR


presupone el intercambio, y, por consiguiente, la separacin d
le agricultura de l;i industria de trasformacinP Para qu veniv
de nuevo con ese galimatas de lo posible y 1c debido?], sdo q u s
slo decimos que crear una industria artificialmente aislada es
algo irracional [es interesante saber si estn aisladas las indus
trias de Kimri y Pvlovo y quin, cmo y cundo las ha oreado
artificialmente] y que ei hecho de que ei trabajador se vea pri
vado des la tierra, y de los insiumentos de produccin sucede bajo
a influencia, no slo del capitalismo, sino tambin de otros fac
tores, que lo hau precedido y que contribuyeron a su accin,"
Aqu, por lo visto, erramos de nuevo ante el profundo pensa
miento de que si el trabajador es primado de la tierra. que pasa a
Enanos de las sanguijuelas, ello ocurre porque el primero tiene
poca ierra y el segundo mucha.
V semejante filosofa aciisa a ios socialdemcretas de "estre
chez porque ven la causa decisiva en el capitalismo!. . . Me he
detenido una vez ms con tanto detalle en la diferenciacin de los
campesinos y los kustares, precisamente poique era necesario acia"
rsr de manera difana cmo ven a cuestin los socialdemcratas
y cmo la explican. Era necesario demostrar que los mismos hechos
qae para el socilogo subjetivista significan que ios campesinos
so bar. empobrecido y los cazadores y ^sanguijuelas' "se han
apropiado las ganancias ea su beneficio, desde el punto de vista
del materialista significar a diferenciacin burguesa de los pro
ductores de mercancas, que surge inevitablemente de la propia
economa mercantil Era necesario demostrar en qu hechos se
basa la tesis vque aparece m-s arriba, en la primera parte *) segn
a cual a lucha eutre ios poseedores y los desposedos se desarrolla
en llusia en todas partes, no sio en fbricas y talleres, sino tambin
en la aldehuela ms recndita y en todas partes es la lucha de
la burguesa y el proletariado, birguesa y proletariado que se
forman sobre la base de la economa mercantil. La diferencia
cin, el proceso por el cual nuestros campesinos y kustares de
jan de ser tales, que se puede describir con exactitud gracia
a un material tan excelente como la estadstica de los zemstvos,
aporta !a prueba efectiva de la exactitud de la interpreta
Vase el piesente tomo, pie 201-204. (d.)

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PU 'BLo

249

cin socialdeinciata de la realidad rusa, segn la cual el cam


pesino y el kustar son pequeos productores en el sentido ca
tegrico de ssa palabra, es decir, pequeos burgueses. Esta
esis puede sei considerada el punto central de la teora del
socialismo obrero con relacin al viejo socialismo campesino,
que no comprenda ni el estado de eccncma mercantil en que vive
este pequeo productor, ni su diferenciacin capitalista debida a
diehe estado. Por eso, el que quiera critica* con seriedad la socialdernocracia deber concentrar su argumentacin precisamente
sn esto, demostran quri Rusia, desde el punto de vsta de la econo
ma poltica, no representa un sistema de economa mercantil,
que la diferenciacin de los campesinos no se produce sobre esia
base, que la expropiacin de la masa de la poblacin y la explo
racin del trabajador puede ser explicada por otra razn cualquiera
y no por la organizacin burguesa, capitalista de nuestra economa
social (incluida la economa campesina).
Intntenlo, seores!
Hay, adems, otra razn por la cual para ilustrar la teora
sociaidemcrata, prefer precisamente los datos de la economa
campesina y de los Gustares. Me apartara del mtodo materialista
si ai criticar los puntos de vista de ios amigos del pueblo , me
limitase a comparar sus ideas con las marxistas. Es necesario
explicar adems las ideas populistas", demostrar su base material
sn nuestras actuales relaciones econcmicesociales. Los cuadros
estadsticos y los ejemplos de la economa de nuestros campesinos
y kustares demuestran qu es este campesino , del cual los "ami
gos del pueblo quieren ser Jos idelogos. Esos datos y ejemplos
demuestran el carcter burgus de nuestra economa rural y con
firman as hasta qu pmito es justo clasificar a los amigos del
pueblo entre Jos idelogos de la pequea burguesa. Ms aun:
demuestra.) que entre las ideas y los programas de nuestros ra
dicales y los intereses de ia pequea burguesa existe la ligazn
ms estrecha. Esta ligazn, que se har aun ins clara despus
de examinar sus programas en detalle, es la que nos explica la
difusin tan amplia que han iogrado en nuestra sociedad esas
ideas radicales; explica tambin, perfectamente, el servilismo po
ltico de los amigos del pueblo y su predisposicin a la conci
liacin.
Exista, por iltimo, otra razi: para que nos detuviramos con
tanto detalle precisamente en aquellos aspectos de la economa

250

V.

I.

L E N IN

de nuestra vida social en, los cuales el capitalismo est menos desa
rrollado y de donde por lo comn extraen los populistas el material
para sus teoras. Con el estudio y la descripcin de esos aspectos
econmicos era ms fcil contestar a fondo a una de las objeciones
ms difundidas contra la socialdemocracia, que circulan entre
nuestro pblico. A partir de la idea corriente sobre la contradic
cin entre el capitalismo y el rgimen popular, y viendo que
los socialdemcratas consideran el gran capitalismo como un fe
nmeno progresista, y que quieren precisamente apoyarse en l
para la lucha contra el rapaz rgimen moderno, nuestros radicales,
sin ms reflexiones, acusan a los socialdemcratas de desconocer
los intereses de las masas de la poblacin campesina, de querer
cocinar a todos los mujilcs en la olla de la fbrica, etc.
Todos estos razonamientos se basan en el mtodo, tremenda
mente ilgico y extrao, de juzgar al capitalismo por lo que es
en realidad, pero al campo por lo que podra ser. Se comprende
que la mejor respuesta es mostrarles el campo real, su econo
ma real:
Todo el que examine imparcial, cientficamente esta economa,
deber reconocer que la Rusia rural es un sistema de mercados
pequeos y dispersos (o de pequeas secciones de un mercado cen
tral), que rige la vida econmicosocial de diferentes y pequeas
zonas. Y en cada una de estas zonas vemos todos los fenmenos
que, en general, son propios de la organizacin econmicosocial
cuyo regulador es el mercado: la diferenciacin de los productores
directos otrora iguales, patriarcales en ricos y pobres; el surgi
miento del capital, especialmente del capital comercial, que en
vuelve en sus redes al trabajador, chupndole la sangre. Cuando
se compara la descripcin que nuestros radicales hacen de la eco
noma de los campesinos con datos exactos, de primera fuente,
acerca de la vida econmica del campo, asombra que el sistema
de concepciones que criticamos no mencione la masa de pequeos
mercaderes que pululan en cada uno de estos mercados, la masa
de todos esos mercachifles y buhoneros, o como los llamen los
campesinos en las diferentes localidades, toda esa masa de peque
os explotadores que dominan los mercados y oprimen sin piedad
al trabajador. De ordinario se los deja sencillamente a un lado:
estos se dice no son ya campesinos, sino mercaderes. S, tie
nen ustedes completa razn: stos no son ya campesinos. Pero
intenten separar en un grupo especial a todos estos mercaderes,

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

251

es decir, hablando con el lenguaje preciso de la economa poltica,


a todos los que explotan una empresa comercial y que, aunque slo
sea en parte, se apropian de trabajo ajeno; traten de expresar con
cifras exactas la fuerza econmica de este grupo y su papel en toda
la economa de la zona; traten despus de considerar como un
grupo opuesto a todos aquellos que tampoco son ya campesinos
porque llevan al mercado su fuerza de trabajo, porque trabajan,
no para s, sino para otro; procuren llenar todas estas exigencias
elementales de un estudio imparcial y serio, y obtendrn un cua
dro tan claro de la diferenciacin burguesa, que slo quedar el
recuerdo del mito sobre el rgimen popular. Esta masa de pe
queos explotadores rurales es una fuerza temible, en especial
porque oprime al trabajador que se encuentra solo y aislado, por
que lo amarra a su yugo y lo priva de toda esperanza de liberacin;
temible porque esta explotacin, dada la barbarie de la vida ru
ral, debida a la baja productividad del trabajo, caracterstica del
rgimen descrito, y a la falta de comunicaciones, representa no
slo robo de trabajo sino adems el ultraje asitico de la digni
dad humana, que constantemente observamos en el campo. Si se
compara esta aldea real con nuestro capitalismo, se comprender
por qu los socialdemcratas consideran progresista el papel de
nuestro capitalismo, cuando ste concentra esos pequeos merca
dos dispersos en un mercado que abarca a toda Rusia, cuando
crea, en lugar de la infinidad de pequeas sanguijuelas bien inten
cionadas, un puado de grandes pilares de la patria; cuando so
cializa el trabajo y eleva su productividad, cuando rompe esta
subordinacin del trabajador a los chupasangres locales y lo subor
dina al gran capital. Esta subordinacin es progresista en compa
racin con aqulla a pesar de todos los horrores de la opresin del
trabajo, de la agona lenta, del embrutecimiento, de la mutilacin
de las mujeres y Jos nios, etc. porque despierta el pensamiento
del obrero, convierte el descontento sordo y vago en protesta conciente, convierte el motn aislado, pequeo, ciego, en una lucha
organizada de clases por la liberacin de todo el pueblo trabaja
dor, lucha que extrae su fuerza de las propias condiciones de exis.
tencia de este gran capitalismo y por ello puede contar indudable
mente con un xito seguro.
En respuesta a la acusacin de ignorar a las masas campesinas,
los socialdemcratas pueden con pleno derecho trascribir las pa
labras de Carlos Marx:

252

V.

I.

LENIN

La critica ha arrancado de las cadenas las flores imaginarias


que las adornaban, no para que la humanidad siga llevando esas
cadenas despojadas de toda usin y alegra, sino para que arroje
las cadenas y se apodere de la flor viva. *
Los socialdemcratas rusos arrancan de nuestro campo las
flores imaginarias que lo adornan, luchan contra las idealizaciones
y las fantasas, realizan la labor destructiva por la cual tanto los
odian los amigos del pueblo, y hacen esto, no para que la masa
de los campesinos permanezca en el estado de opresin actual, de
agona lenta y esclavizacin, sino para que el proletariado com
prenda cules son las cadenas que aherrojan por todas partes al
trabajador, para que comprenda cmo se forjan estas cadenas y
sepa alzarse contra ellas, a fin de arrojarlas y poder alcanzar la
verdadera flor.
Cuando llevan esta idea a aquellos representantes de la clase
trabajadora que por su situacin son los nicos capaces de adqui
rir conciencia de clase e iniciar la lucha de clases, los acusan del
deseo de cocinar al mujik en la olla de la fbrica.
Y quin acusa?
Gente que cifra sus esperanzas respecto de la liberacin del
trabajador en el gobierno y en la sociedad, es decir, en los r
ganos de esa misma burguesa que ha aherrojado por todas partes
a los trabajadores!
Y semejantes gusanos se atreven a hablar de la falta de
ideales de los socialdemcratas!
Pasemos al programa poltico de los amigos del pueblo, de
cuyas concepciones tericas nos parece que ya nos hemos ocupado
demasiado. Con qu medidas quieren apagar el incendio? Dn
de ven ellos la salida, que, a su decir, ha sido indicada errnea
mente por los socialdemcratas?
Reorganizacin del Banco campesino dice el seor Iuzhakov en el artculo El ministerio de Agricultura (nm. 10 de
Rsskoie Bogatstvo), fundacin de un departamento de colo
nizacin, reglamentacin del rgimen de arrendamiento de las
tierras del Estado en inters de ia agricultura del pueblo [ .. . ]
estudio y regularizacin del problema de los arrendamientos: tal
C. Marx,

Contribuoin a la crtica de la filosofa del derecho de Hegel.

Introduccin. ( Ed.)

(VIENES SON LOS ' AMIGOS DEL PUEBLO

2511

es el programa de restauracin de la agricultura del pueblo y dfl


su preservacin contra la violencia [sic] econmica por parte dt
la naciente plutocracia. Y en el artculo Problemas del desarrolla
econmico este programa de restauracin de la agricultura del
pueblo se completa con los siguientes pasos primeros, pero necr
salios: eliminacin de los obstculos de toda clase que actualmcti
te traban la comunidad rural; liberacin de sta del rgimen do
tutela, paso al laboreo en comn de la tierra (socializacin do lrt
agricultura) y desarrollo de la elaboracin por la comunidad de
la materia prima obtenida de la tierra. Y los seores Krivenko y
Krischev aaden: crditobarato, forma de artel de la explotacin
agrcola, mercado seguro, posibilidad de prescindir del beneficio
de empresario [sobre esto se habla de manera especial ms adu
lante], invencin de motores ms baratos y de otras mejoras te*
nicas; finalmente, museos, almacenes, agencias de comisionistas".
Examnese este programa y se ver que estos seores se ubican
plena y enteramente en el terreno de la sociedad moderna (es decir,
en el sistema capitalista, sin darse cuenta) y quieren salir del paso
con remiendos y zurcidos, sin comprender que todos sus progresos
crdito barato, mejoras de la tcnica, bancos, etc. slo servirn
para fortalecer y desarrollar, la burguesa.
Nik.-on tiene completa razn, por supuesto y esta es una do
sus tesis ms valiosas, contra la cual no podan dejar de protestar
los amigos del pueblo, al decir que de nada sirve ninguna refor
ma hecha sobre la base del rgimen actual, que el crdito y la
colonizacin y las reformas tributarias y el paso de toda la tierra a
manos de los campesinos no modificarn nada de modo esencial,
sino que, por el contrario, fortalecern y desarrollarn la economa
capitalista, que en la actualidad est constreida por una tutela"
excesiva, por la supervivencia del rgimen de servidumbre, por la
sujecin de los campesinos a la tierra, etc. Los economistas que
desean un vasto desarrollo del crdito dice, como el prncipe
Vaslchikov (por sus ideas un indudable amigo del pueblo"), quie
ren lo mismo que los economistas liberales, es decir, burgueses,
tienden al desarrollo y afianzamiento de las relaciones capitalistas"
No comprenden el carcter antagnico de nuestras relaciones de
produccin (en el campesinado lo mismo que en los otros esta
mentos), y en lugar de procurar que este antagonismo salga a la luz,
en lugar de adherir francamente a los que son esclavizados en vir
tud de este antagonismo y tratar de ayudarlos a alzarse a la lucha,

254

V.

I.

LENIN

suean con frenar la lucha a travs de medidas satisfactorias para


todos, medidas que se proponen la conciliacin y la unificacin. Se
comprende cul puede ser el resultado de todas estas medidas:
basta recordar los ejemplos de diferenciacin arriba citados, para
persuadirse de que todos estos crditos *, mejoras tcnicas, bancos
y dems progresos slo podrn ser aprovechados por quien tiene
determinados ahorros porque tienen una hacienda bien organi
zada y slida, es decir, el representante de una insignificante mino
ra, de la pequea burguesa. Y por mucho que se reorganice el
Banco campesino y otras instituciones semejantes, no se modificar
en nada el hecho bsico y fundamental de que la masa de la po
blacin ha sido y contina siendo expropiada, sin tener medios ni
siquiera para alimentarse, y mucho menos para llevar una hacienda
bien organizada.
Lo mismo hay que decir del artel, del laboreo en comn de
la tierra. El seor Iuzhakov llama a esto ltimo socializacin de
la agricultura. Por cierto que no deja de ser curioso, porque la
socializacin requiere la organizacin de la produccin en una es
cala ms amplia que la de una aldehuela cualquiera, y porque para
ello es necesario expropiar a las sanguijuelas que han monopo
lizado los medios de produccin y dirigen la actual economa
social rusa. Y esto requiere lucha, lucha y lucha, y no una mez
quina moral filistea.
Y
por eso semejantes medidas se convierten en sus manos en
timoratas semimedidas, de tipo liberal, que slo subsisten gracias
a la generosidad de los burgueses filantrpicos y que, por apartar
a los explotados de la lucha, traen mucho ms dao que ventaja de
ese posible mejoramiento de la situacin de unos pocos, mejora
miento que slo puede ser insignificante e inestable sobre la base
general de las relaciones capitalistas. La siguiente afirmacin del
seor Krivenko muestra hasta qu grado monstruoso llega en estos
seores el escamoteo del antagonismo existente en la vida rusa, es
camoteo hecho, es claro, con las mejres intenciones para hacer ce
*
Esta idea sobre el apoyo, con ayuda del crdito, a la agricultura
del pueblo, es decir, a la agricultura de los pequeos productores, donde
existen relaciones capitalistas (y la existencia de stas ya no la pueden negar,
como hemos visto, los amigos del pueblo), esta absurda idea, que de
muestra la incomprensin de las verdades elementales de la economa pol
tica terica, muestra con plena evidencia la vulgaridad de la teora de estos
seores, que pretenden nadar entre dos aguas.

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

255

sar la lucha actual, es decir, con el tipo de intenciones con que


est empedrado el camino del infierno:
La intelectualidad dirige las empresas de los fabricantes y
puede dirigir la industria popular.
Toda su filosofa se reduce a una quejosa cantinela en torno
del tema de que hay lucha y explotacin, pero podra tambin
no haberla, si . . si no hubiese explotadores. En efecto, qu ha
querido decir el autor con su absurda frase? Se puede acaso negar
que las universidades rusas y otros centros de enseanza dan cada
ao una intelectualidad" (??) que busca nicamente quien le d
el pan de cada da? Se puede acaso negar que slo la minora
burguesa posee en la actualidad, en Rusia, los medios necesarios
para el mantenimiento de esta intelectualidad? Puede acaso
desaparecer la intelectualidad burguesa en Rusia porque los ami
gos del pueblo digan que "podra servir a otro dueo que no
fuese la burguesa? S, podra, si no fuese una intelectualidad
burguesa. Podra no ser burguesa si no hubiese en Rusia bur
guesa y capitalismo! Y hay gente que se pasa la vida repitiendo
nada ms que estos si! Por lo dems, estos seores no slo se
niegan a dar una importancia decisiva al capitalismo sino que en
general no quieren ver nada malo en l. Si se eliminaran ciertos
"defectos, entonces tal vez se acomodaran no tan mal dentro del
capitalismo. Vase si no esta declaracin del seor Krivenko:
La produccin capitalista y la capitalizacin de las pequeas
industrias artesanales no son en modo alguno puertas a travs de
las cuales la industria manufacturera puede tan slo alejarse del
pueblo. Naturalmente, puede alejarse de l, pero tambin puede
entrar en la vida popular y acercarse a la economa rural y a la
industria extractiva. Para ello son posibles unas cuantas combina
ciones, y pueden servir a este fin tanto otras como estas mismas
puertas (161). El seor Krivenko rene ciertas cualidades muy
buenas, en comparacin con el seor Mijailovski. Por ejemplo,
franqueza y rectitud. Donde el seor Mijailovski habra escrito
pginas enteras de frases pulidas y vivaces, dando vueltas alrededor
del tema, sin tocarlo, el positivo y prctico seor Krivenko no se
anda con rodeos, y sin escrpulos de conciencia vuelca aiite el
lector todos los absurdos de sus puntos de vista, sin dejar uno. Re
sulta pues, que el capitalismo puede entrar en la vida popular.
Es decir, el capitalismo es posible sin separar al trabajador de los
medios de produccin! Ciertamente, esto es admirable; ahora, por

256

V.

I.

LENIN

lo menos, tenemos una idea clarsima de lo que quieren los amigos


del pueblo. Quieren economa mercantil sin capitalismo, capi
talismo sin expropiacin y sin explotacin, con slo pequea bur
guesa que vegete pacficamente bajo la proteccin de terrate
nientes humanitarios y administradores liberales. Y con aire serio
de funcionarios de ministerio que tienen la intencin de colmar de
beneficios a Rusia, se ponen a inventar sistemas bajo los cuales los
lobos se hartarn y las ovejas permanecern inclumes. Para ha
cernos una idea del carcter de estos sistemas debemos remitimos
al artculo de este mismo autor publicado en el nm. 12 (Los
francotiradores de la cultura)-. La forma de artel y estatal de
industria razona el seor Krivenko, imaginndose por lo visto que
ya lo han llamado "a resolver los problemas econmicos prcti
cos no representa en modo alguno todas las posibilidades que
caben en este caso. Es posible, por ejemplo, el siguiente sistema.
Y
refiere a rengln seguido cmo lleg a la Redaccin de
Rsskoie Bogatstvo un perito con un provecto para la explotacin
tcnica de la regin del Don por una sociedad annima de pequeas
acciones (no mayores de 100 rublos). Al autor del provecto se le
propuso modificarlo, ms o menos as: las acciones deban per
tenecer, no a particulares, sino a las comunidades rurales; adems,
la parte de la poblacin que entrase a trabajar en las empresas re
cibira el salario corriente y las comunidades rurales le aseguraran
la ligazn con la tierra.
Qu genio administrativo! No es cierto? Con qu conmove
dora sencillez y facilidad se introduce el capitalismo en la vida
popular y se eliminan todos sus perniciosos atributos! Lo nico
que hace falta es ordenar las cosas de manera que por intermedio
de la comunidad los ricachos rurales compren acciones * y obten
*
Hablo de la compra de acciones por los ricos, a pesar de la reserva
que hace el autor respecto de que las acciones perteneceran a las comuni
dades, porque despus de todo, ste habla de la compra de acciones con
dinero, que slo poseen los ricos. Por eso, se realice o no el negocio a travs
de dichas comunidades, de todas formas slo podrn pagar los ricos, exac
tamente como la compra o el arrendamiento de tierra por la comunidad no
impide de ningn modo la monopolizacin de esa tierra por los ricos. Ade
ms, Jos ingresos (dividendos) debe recibirlos tambin quien ha pagado;
de otro modo, las acciones no seran acciones. Entiendo que la proposicin
del autor significa que determinada parte del beneficio ser destinada a
asegurar a los obreros la ligazn con la tierra. Ahora bien, si no es esto
lo que el autor entiende (aunque *e desprende inevitablemente de lo que

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO-

257

gan dividendos de la empresa en la que trabajara parto de la


poblacin a la cual se le asegura la ligazn con Ja tierra, una li
gazn tal, que no ofrece la posibilidad de vivir de esta tierra (si
no, quien ira a trabajar por el salario corriente"?) pero que es
suficiente para sujetar al hombre a su localidad, esclavizarlo pre
cisamente en Ja empresa capitalista local y privarlo de la posibili
dad de cambiar de patrono. Hablo de patrono, de capitalista, con
pleno derecho, porque quien paga al trabajador el salario no puede
ser llamado de otro modo.
Es posible que el lector se queje ya de m por detenerme tanto
en un dislate semejante, que sin duda no merece atencin. Pero
permtaseme decir qr.o aunque esto sea un disparate, es sin embar
go un disparate cuyo estudio resulta til y necesario porque re
fleja las relaciones ceonmicosociales que existen en realidad en
Rusia, y debido a ello es una de las ideas sociales difundid simas
en nuestro pas que los soeialdemcratas todava debern tener
en cuenta durante mucho tiempo. La cuestin est en que el paso
del rgimen de servidumbre, el paso del modo feudal de produc
cin al modo capitalista en Rusia cre y en parte crea todava,
una situacin tal del trabajador que el campesino, al no estar en
condiciones de vivir de la tierra y sostener con los productos obte
nidos de ella las cargas a que lo somete el terrateniente (!/ sobre
el campesino an hoy pesan estas cargas ), se vio obligado a buscar
ingresos adicionales, que al principio, en los buenos tiempos vie
jos, tenan la forma de una ocupacin independiente (por ejem
plo, de acarreo), o de un trabajo no independiente, pero ms o
menos bien pagado, debido al desarrollo extraordinariamente d
bil ele este tipo de trabajos. Este estado de cosas asegur, en compa
racin con el actual, cierto bienestar a los campesinos, el bienestar
del siervo de la gleba, que vegetaba pacficamente bajo el patroci
nio de cien mil nobles jefes de polica y de los nuevos unificadores
y acaparadores de la tierra rusa: los burgueses.
Y
he aqu que los amigos del pueblo idealizan este rgimen,
dejan a un lado lisa y llanamente sus aspectos oscuros, y suean
dice), sino que los ricos paguen dinero por las acciones sin recibir dividendos,
entonces su proyecto se reduce a que los poseedores compartan sus bienes
con los desposedos. Esto recuerda la ancdota sobre el matamoscas que
requera que primero se cazara la mosca y se la pusiera en la vasija, despus
de lo cual mora al instante.

258

V.

I.

LENIN

con l, suean porque hace mucho tiempo que ya no existe, hace


mucho tiempo que fue destruido por el capitalismo, que dio origen
a la expropiacin en masa de los campesinos que trabajaban la
tierra y convirti las antiguas ocupaciones auxiliares en la explo
tacin ms desenfrenada de una excesiva oferta de brazos.
Nuestros paladines de la pequea burguesa quieren precisa
mente que se conserve la "ligazn del campesino con la tierra,
pero no quieren la servidumbre, que era lo nico que garantizaba
esta ligazn y que fue desterrada por la economa mercantil y
por el capitalismo, que hizo imposible esta ligazn. Quieren ocu
paciones auxiliares que no aparten al campesino de la tierra, que
al mismo tiempo que trabaja para el mercado no engendren
la competencia, no creen capital y no sometan a l a la masa de la
poblacin. Fieles al mtodo subjetivo en sociologa, quieren to
mar lo bueno de aau y de all, pero en rigor, como es natural,
este deseo infantil lleva nicamente a sueos reaccionarios que
desconocen la realidad, lleva a la incapacidad de comprender y
utilizar los aspectos realmente progresistas y revolucionarios del
nuevo sistema, y a simpatizar con medidas que eternizan el bueno
y viejo rgimen del trabajo semiservil, semilibre, que reuna todos
los horrores de la explotacin y de la opresin, y que no ofreca
posibilidades de salida.
Para demostrar la exactitud de esta declaracin que incluye
a los amigos del pueblo entre los reaccionarios, me basar en dos
ejemplos.
En la estadstica del zemstvo de Mosc podemos leer la des
cripcin de la hacienda de cierta seora K. (en el distrito de
Podolsk), que caus la admiracin (la hacienda y no la descrip
cin) tanto de los estadsticos de Mosc como del seor V. V., si la
memoria no me engaa (dicho seor dijo algo sobre esto, segn
recuerdo, en un artculo de la revista).
Esta famosa hacienda de 1\ seoraK. le sirve al seor V. Orlov
como una convincente confirmacin prctica de su tesis favo
rita, sgn la cual donde la labor agrcola de los campesinos se
realiza en buenas condiciones, las haciendas de propiedad privada
son tambin mejor explotadas. De la descripcin que el seor
Orlov hace de la finca de dicha seora se ve que sta explota su
hacienda mediante el trabajo de campesinos locales, que le traba
jan la tierra a cambio de harina, etc., que reciben en prstamo du
rante el invierno; y que la duea se preocupa mucho por los cam

QUINES SON LOS "AMIGOS DEL PUEBLO*

259

pesinos, los ayuda, de modo que ahora son los que mejor viven en
el distrito, tienen suficiente cereal casi hasta la nueva cosecha
(antes no les alcanzaba ni hasta la fiesta de San Nicols).
Cabe preguntar: elimina semejante arreglo el antagonismo
de intereses entre el campesino y el propietario de la tierra, como
piensan los seores N. Kablukov (t. V, pg. 175) y V. Orlov (t. II,
pgs. 55-59 y otras)? Es evidente que no, pues la seora K. vive
del trabajo de sus campesinos. Por consiguiente, la explotacin en
manera alguna ha sido eliminada. No ver la explotacin debido a
las buenas relaciones con los explotados, es perdonable para la
seora K., pero no para un economista estadstico, que, admirado
por este caso, resulta ser igual a los Menschenfreunde 9 de Occi
dente, que admiran las buenas relaciones del capitalista con el
obrero y hablan con arrobamiento de los casos en que el fabricante
se preocupa por los obreros, organiza para ellos proveeduras, cons
truye viviendas, etc. Extraer de la existencia (y, consiguientemen
te, de la posibilidad) de semejantes hechos, la conclusin de
que no existen intereses antagnicos, significa no ver el bosque a
causa de los rboles. Esto en primer lugar.
En segundo trmino, por el relato del seor Orlov vemos que
los campesinos de la seora K., gracias a las excelentes cosechas
[la terratenientes les dio buena semilla], pudieron adquirir gana
do y tienen haciendas florecientes. Supongamos que estos cam
pesinos prsperos se han convertido en campesinos, no casi, sino
completamente prsperos: que no slo la mayora, sino todos
ellos tienen suficiente cereal, y no casi hasta la nueva cosecha,
sino justamente hasta la cosecha. Supongamos que poseen bastan
te tierra, que tienen "establos y pastizales, de los cuales ahora
carecen (linda prosperidad!), que reciben en arriendo de la se
ora K. y pagan con su trabajo. Acaso el seor Orlov piensa que
entonces es decir, si la actividad agrcola de los campesinos fuese
realmente floreciente estos campesinos haran todos los trabajos
en la finca de la seora K. cuidadosa, oportuna y rpidamente,
como lo hacen ahora? O tal vez la gratitud hacia la buena seora
que tan matemalmente les extrae hasta la ltima gota de sangre a
estos campesinos prsperos ser un incentivo no menos fuerte que
la presente situacin desesperada de los campesinos, a quienes,
despus de todo, les es imprescindible tener establos y pastizales?
* Filntropo. (Ed.)

260

V.

I.

LENIN

Evidentemente, tales son, en.esencia, las ideas de los "amigos


del pueblo: como autnticos idelogos de la pequea burguesa,
no quieren destruir la explotacin, sino suavizarla; no quieren la
lucha, sino la conciliacin. Sus amplios ideales, desde el punto de
vista de los cuales atacan con tanto tesn a los socialdemcratas
por su estrechez de miras, no van ms all de los campesinos prs
peros, que cumplen con las obligaciones que les imponen los
terratenientes y los capitalistas con tal de que los traten con jus
ticia.
Otro ejemplo. El seor luzhakov, en su bien conocido artcu
lo, titulado Normas de la propiedad agraria popular en Rusia
(Rsskaia Mis!, 1885, nm. 9), expone sus puntos de vista acerca
de las proporciones que. debe alcanzar la propiedad agraria po
pular, es decir, segn la terminologa de nuestros liberales, una
propiedad agraria que excluye el capitalismo y la explotacin.
Ahora despus de este magnfico esclarecimiento del asunto por
el seor Krivenko sabemos que l consider tambin el caso
desde el punto de vista de la introduccin del capitalismo en la
vida del pueblo. Como mnimo de propiedad agraria popular
tom unos nadiel que bastaran para cubrir el aprovisionamiento
de cereales y los pagos e, y lo restante, segn l, se puede sacar
de las ocupaciones adicionales. .. En otras palabras, l real
mente se conformaba con un sistema en el cual el campesino, con
servando la ligazn con la tierra, era sometido a una doble explo
tacin, en parte por el trramente en cuanto al lote, en parte
por el capitalista en cuanto a las ocupaciones adicionales. Esta
situacin de los pequeos productores, sometidos a una dob]e ex
plotacin y reducidos adems a condiciones de vida tales que
necesariamente engendran el atraso y el embrutecimiento, priva*
dos de toda esperanza, no slo en la victoria, sino tambin en la
lucha de las clases oprimidas, esta situacin semimedieval es el
neo plus ultra de las perspectivas y lo.s ideales de los amigos del
*
Para mostrar la correlacin entre este gasto > la parte restante del
presupuesto campesino, me baso en los mismos 24 presupuestos del distrito
de Ostiogozlisk. El gasto medi do una familia es de 495,39 rublos (en espe
cie y en dinero). De ellos, 109 ,10 son para el mantenimiento del ganado.
135,80 para la alimentacin vegetal y los impuestos, y los restantes 250,49
para los dems gastos: alimentacin no vegetal, ropa, aperos, arriendo y
otros. El mantenimiento del ganado lo incluye el seor luzhakov en la
cuenta de los prados y otras tierras.

QUI\ES SON LOS AMIGOS DEL PUEl!

261

pueblo. Y he aqu que cuando el capitalismo, desarrollndose con


enorme rapidez en el curso de la historia de Rusia posterior a la
Reforma, comenz a arrancar de cuajo este pilar de la vieja Rusia
el campesinado patriarcal y semisiervo, a arrancarlo de la si
tuacin medieval, sernifeudal, en que viva y a ubicarlo en un
medio moderno, puramente capitalista, obligndolo a dejar
sus sitios habituales y peregrinar por toda Rusia en busca de tra
bajo, rompiendo su esclavitud con respecto al patrono local y
mostrndole las bases de la explotacin en general, de una explo
tacin de clase, y no del pillaje de una vbora determinada; cuando
el capitalismo comenz a lanzar en masa al resto de la poblacin
campesina, embrutecida y reducida a la condicin de ganado, al
torbellino de la vida poltico-social, cada vez ms compleja, enton
ces nuestros paladines comienzan a bramar y gemir, y hablan del
hundimiento y destruccin de los pilares bsicos de la sociedad.
Y ahora continan tambin bramando y gimiendo acerca de esos
buenos tiempos viejos, aunque parece que en la actualidad hay que
ser ciego para no ver el lado revolucionario de este nuevo gnero
de vida, para no ver cmo el capitalismo crea una nueva tuerza
social que eli nada est ligada ai viejo rgimen de explotacin y
que esta en condiciones de luchar contra l.
Sin embargo, en los "amigos del pueblo" no se ve ni rastro de
deseo de un cambio radical del actual rgimen. Se conforman
plenamente con medidas liberales en ese terreno, y el seor Kri
venko demuestra, en cuanto a. la invencin de medidas de esta n
dole, una verdadera capacidad administrativa digna de un Pom
padour nativo ".
En general, esa cuestin dice, razonando acerca de la necesi
dad de un estudio detallado y una trasormacin radical de nues
tra industria popularexige un examen especial y una divisin de
las industrias en grupos: las que son aplicables a la vida popu
lar [sicll] y aquellas cuya aplicacin encuentra dificultades serias
de cualquier especie.
Un modelo de semejante divisin en grupos nos lo da el mis
mo seor Krivenko, quien divide las industrias artesanales en in
dustrias que no se capitalizan, industrias que ya se han capitali

*
Pompadour: tipo de funcionario dspota y arbitrario, pintado por
Saltikov-Schedrin en su obra Los Pompadour y las Pompadour. (Ed.)

262

V.

I.

L E N XN

zado, e industrias que pueden discutir con la gran industria su


derecho a la existencia.
En el primer caso decide el administrador, la pequea
produccin puede existir libremente: y estar libre del mercado,
cuyas oscilaciones originan la diferenciacin de los pequeos pro
ductores en burguesa y proletariado? Estar libre de la expan
sin de los mercados locales y de su concentracin en un gran
mercado? Estar libre del progreso de la tcnica? O tal vez este
progreso de la tcnica en la economa mercantilpuede tambin
ser no capitalista? En el ltimo caso, el autor exige la organiza
cin de la produccin tambin en gran escala: Es claro dice
que aqu es necesaria la organizacin de la produccin tambin
en gran escala, el capital bsico y el circulante, mquinas, etc., o el
equilibrio de estas condiciones con otra cosa cualquiera: crdito
barato, eliminacin de los intermediarios superfluos, forma coope
rativa de la agricultura y posibilidad de prescindir del beneficio
de empresario, asegurar la venta, invencin de motores ms bara
tos y otros perfeccionamientos tcnicos, o, por ltimo, cierta rebaja
del salario, si es compensada por otros beneficios.
Un razonamiento ultratpico para caracterizar a los amigos
del pueblo, con sus amplios ideales de palabra y su trivial libera
lismo en los hechos. Comienza nuestro filsofo, como se ve, ni
ms ni menos que con la posibilidad de prescindir del beneficio
de empresario y con la organizacin de la gran explotacin agr
cola. Magnfico: esto es precisamente lo que quieren tambin los
socialdemcratas. Pero cmo quieren conseguirlo los amigos del
pueblo? Pues para organizar la gran produccin sin empresarios
hace falta en primer lugar eliminar la organizacin mercantil de
la economa social y suplantarla por la organizacin^ colectiva,
comunista, en la quei el regulador de la produccin no sea el mer
cado, como ahora, sino los productores mismos, la sociedad misma
de obreros, en la que los medios de produccin no pertenezcan
a individuos particulares, sino a toda la sociedad. Esta sustitucin
de la forma privada de apropiacin por la forma colectiva exige,
evidentemente, una trasformacin previa de la forma de produc
cin, exige la fusin de los procesos dispersos, pequeos y aislados
de produccin de los pequeos productores en un solo proceso
social de produccin; exige, en una palabra, precisamente las con
diciones materiales que crea el capitalismo. Fero es que los ami
gos del pueblo no tienen la menor intencin de apoyarse en el ca

QUINES SON LOS "AMIGOS DEL PUEBLO

203

pitalismo. Cmo, pues, se proponen actuar? No se sabe. Ni si


quiera mencionan la supresin de la economa mercantil: es evi
dente que sus amplios ideales no pueden salir de ninguna manera
de los marcos de este sistema de produccin social. Adems, para
la abolicin del beneficio de empresario habr que expropiar a los
empresarios, cuyos beneficios provienen precisamente del hecho
de que han monopolizado los medios de produccin. Para esta
expropiacin de los pilares de nuestra patria es preciso un movi
miento popular revolucionario contra el rgimen burgus, movi
miento del que slo es capaz el proletariado obrero, que en nada
est libado a este rgimen. Pero a los amigos del pueblo ni si
quiera les pasa por la mente la idea de lucha alguna, ni sospechan
que sea posible y necesaria la existencia de cualesquiera otros
hombres pblicos que no sean los dirigentes de los organismos ad
ministrativos de esos mismos empresarios. Es claro que no tienen
la menor intencin de tomar ninguna medida seria contra el bene
fic io de empresario: el seor Krivenko simplemente ha hablado
por hablar. Y en seguida se corrige: se puede, dice, equilibrar
una cosa como la posibilidad de prescindir del beneficio de em
presario con otra cosa cualquiera, por ejemplo con el crdito, la
organizacin de la venta, los perfeccionamientos de la tcnica.
O sea, que todo ha sido arreglado de la mejor manera: en lugar
de una cosa tan ofensiva para los seores empresarios como la
abolicin de sus sagrados derechos al beneficio, surgen inofen
sivas medidas liberales que no hacen ms que poner en manos del
capitalismo mejores armas para la lucha, que no hacen ms que
fortalecer, reforzar y desarrollar nuestra pequea burguesa po
pular. Y para que no queden dudas de que los amigos del pue
blo defienden slo los intereses de esta pequea burguesa, el
seor Krivenko aade la siguiente magnfica aclaracin. Resulta
aue la supresin del beneficio de empresario se puede equili
brar. .. con la rebaja del salario!!! A primera vista esto
parece ser un simple galimatas. Pero no. Es la aplicacin cohe
rente de las ideas de la pequea burguesa. El autor observa un
hecho: la lucha del gran capital contra el pequeo, y como verda
dero amigo del pueblo se coloca, naturalmente, al lado del pe
queo. .. capital. Por cierto, oy decir que uno de los ms pode
rosos medios de lucha de los pequeos capitalistas es la disminu
cin del salario, hecho observado y comprobado con plena exacti
tud en gran nmero de industrias tambin en Rusia, paralelo a la

264

V.

I.

tEN IN

prolongacin de la jornada de trabajo. Y lie aqu que l auere


salvar a tocia costa a los pequeos... capitalistas, y propone "cier
ta rebaja del salario, siempre que ello sea compensado por otros
beneficios! Los seores empresarios, acerca de cuyas ganancias
pareca se haban dicho al principio cosas algo extraas, pueden
estar completamente tranquilos. Yo creo que inclusive nombraran
con gusto ministro de Hacienda a este genial administrador, que
provecta contra los empresarios la disminucin del salario.
Se puede aducir aun otro ejemplo de cmo de los administra
dores humanitarios y liberales de R. Bogatstco sale un burgus de
pura sangre, en cuanto se trata de asuntos prcticos de cualquier
especie. La Crnica de la vida del interior, en el nm. 12. de
R. Bogatstvo, trata el tema del monopolio.
El monopolio y el sindicato dice el autor: tales stn los
ideales de una industria desarrollada. Y ms adelante se extraa
de aue estas instituciones surjan tambin en nuestro pas, aunque
en l no hay una fuerte competencia de capitales. Ni la indus
tria del azcar ni la del petrleo han alcanzado todava, en modo
alguno, un desarrollo de particular consideracin. El consumo
tanto de azcar como de kerosn es, en nuestro pas, casi embrio
nario, si juzgamos por el insignificante consumo por persona de
estos productos, en comparacin con el de otros pases. Al parecer,
el campo para el desarrollo de estas ramas de la industria es to
dava muy vasto y puede absorber an gran cantidad ele capitales.
Es caracterstico que aqu precisamente en un problema prc
tico el autor haya olvidado la idea preferida de R. BozaUtr.o
sobre la reducc in del mercado interno. Se ve obligado a recono
cer que este mercado tiene todava ante s la perspectiva de un
inmenso desarrollo y no de una reduccin. Llega a esta conclusin
estableciendo la comparacin con Occidente, donde el consumo
eS' mayor, Por qu? Porque el nivel-cultural es superior. Pero
cul es la base material de estar cultura,. sino el desarrollo de la
tcnica capitalista, en el crecimiento' de la economa mercantil y
del intercambio, que llevan a los hombres a un contacto recproco
ms frecuente y destruyen-el aislamiento medieval de las diferentes
localidades?' -No exista en Francia, por ejemplo, un nivel cultu
ral no superior al nuestro antes de ln Gran Revolucin, cuando
an no se haba realizado la divisin de su campesinado semimedieval en burguesa rural v proletariado? Y si el autor hubiese
examinado con mayor atencin la vida rusa, no habra podido

QUINES bON l.O k AMIGOS DEL PUEBLO.

265

menos qu observar, por ejemplo, el hecho de/qe en las localida


des con un capitalismo desarrollado las necesidades de la pobla
cin campesina son considerablemente sperioes a las de las loca
lidades puramente agrcola.-.. Esto lo sealan por unanimidad todos
ios investigadores d nuestras industrias de kustares en todos los
casos en que estas industrias alcanzan un desarrollo tal que impo
rten su sello industrial a toda la vida de la poblacin .
Los amigos del pueblo rio prestan1atencin a semejantes pe
queneces porque para ellos el asunto se explica en este caso
sencillamente por la cultura, o por la vida en general, que va
alcanzando una mayor complejidad; adems ni siquiera se plan
tean el problema de ia base material de esta cultura y de esa mayor
complejidad. Pero si dirigiesen sus miradas aunque slo fuese a la
economa de nuestro campo, deberan reconocer que precisamente
la diferenciacin de los campesinos en burguesa y proletariado
crea el mercado interior.
Piensan, por lo visto, que el crecimiento del mercado de nin
gn modo significa todava el crecimiento de. la- burguesa. El
monopolio contina el citado cronista de asuntos del interior
en nuestro pas, dado el dbil desarrollo de la produccin en ge
neral, dada la falta de espritu emprendedor y de iniciativa, ser
un nuevo freno para el desarrollo de las fuerzas del pas." Ha
blando del monopolio del tabaco, el autor calcula que pondr
fuera de la circulacin popular 154 millones/de rubios. Aqu se
pasa directamente por alto el hecho de que la base de nuestro
rgimen econmico es la fecomona mercantil, que. en nuestro pas,
como en todas partes, es dirigida por la burguesa. Y en lugar
de decir que el monopolio estorba a la burguesa, el autor habla
del pas; en lugar de hablar de la circulacin mercantil, burguesa,
habla de la circulacin popular 00. El burgus nunca est en
condiciones de captar la diferencia entre 'estos:*conceptos, por in
mensa que sea. Para mostrar hasta qu punto, en realidad, ella
Gomo ejemplo me referir aunque slo sea a l<?s kustares de Pvlovo,
en comparacin con los campesinos de las aldeas circunvecinas. Vase las
obras d Grrgnev y Annenski. Tomo intencionadamente como ejemplo, de
nuevo, un distrito rural en el que eviste, al parecer, un rgimen popular
especial.
* Hay que culpar al autor del uso que hace de esta palabra, tanto ms,
cunto que R. Bogatstoo gusta de emplear la palabra popular en oposicin
a lo que es burgus,

dt

V.

I.

LNIN

es evidente, me referir a una revista que tiene autoridad a los ojos


de Jos amigos del pueblo; a Otichestviennie Zapiski. En el
nm. 2 de 1872, en el artculo La plutocracia y sus bases, leemos:
"Segn la caracterizacin hecha por Mario *, el rasgo esen
cial de la plutocracia es el amor a la forma liberal de Estado, o
por lo menos al principio de la libertad de adquisicin. Si toma
mos este signo y recordamos cul era la situacin unos 8 10 aos
atrs, veremos que en cuanto a liberalismo hemos hecho progre
sos inmensos [ ...] Cualquiera que sea el peridico o revista que
se tome, todos ellos, sin duda, representan ms o menos principios
democrticos, todos abogan por los intereses del pueblo, tero
junto a las concepciones democrticas e inclusive bajo su cubierta
[obsrvese esto], a cada paso, intencionadamente o no, se dan las
tendencias plutocrticas.
El autor aduce como ejemplo el memorial de los comercian
tes de San Petersburgo y de Mosc al ministro de Hacienda expre
sndole la gratitud de ese honorabilsimo sector de la burguesa
rusa por el hecho de que ha basado la situacin financiera de Ru
sia sobre la mxima ampliacin de la actividad privada, que es la
nica fecunda. Y el autor del artculo concluye: Es indudable
que los elementos y las tendencias plutocrticas existen en nuestra
sociedad, y en cantidad considerable.
Como usted ve, sus predecesores, en tiempos lejanos, cuando
todava estaban vivas y frescas las impresiones de la gran reforma
liberadora (que deba, segn el descubrimiento del seor Iuzhakov, abr vas pacficas apropiadas para el desarrollo de la pro
duccin popular, pere }ue en realidad slo abri las vas de
desarrollo de la plutocracia), no pudieron dejar de reconocer el
carcter plutocrtico, es decir burgus, de la empresa privada en
Rusia.
Por qu, pues, olvid usted esto? Por qu al hablar de la
circulacin popular y del desarrollo de las fterzas del pas
merced al desarrollo del espritu emprendedor y de la iniciativa,
no menciona el carcter antagnico de ese desarrollo, el carcter
explotador de ese espritu emprendedor y de esa iniciativa? Cabe
y hay que pronunciarse, naturalmente, contra los monopolios e
instituciones semejantes, ya que es indudable que empeoran la si
*
Mario; seudnimo del economista alemn C. Winckelblech (18101865). (Ed.)

QUINES SON LOS "AMIGOS DEL PUEBLO*

Zfi7

tuacin del trabajador; pero no se debe olvidar que, adems de


todas estas trabas medievales, el trabajador est encadenado por
otras todava ms fuertes y novsimas, por las trabas burguesas.
Indudablemente, la abolicin de los monopolios ser til a todo el
"pueblo, porque cuando la economa burguesa pasa a ser la base
de la economa del pas, estos restos del orden medieval slo aa
den a las calamidades capitalistas otras peores aun: las medievales.
Sin duda alguna, es ineludible acabar con ellas y cuanto antes,
cuanto ms radicalmente, tanto mejor, a fin de desatar las manos
a la clase obrera, facilitarle la lucha contra la burguesa, mediante
la eliminacin, en la sociedad, burguesa, de las trabas semifeudales heredadas por ella.
As es como hay que hablar, llamando a las cosas por su nom
bre: la abolicin de los monopolios y de toda otra restriccin me
dieval (que abundan en Rusia) es imprescindible para la clase
obrera a fin de facilitarle la lucha contra el orden burgus. Eso
es todo. Olvidar, por la coincidencia de los intereses de todo el
"pueblo contra las instituciones medievales, feudales, el profundo
e inconciliable antagonismo de la burguesa v del proletariado en
el seno de este pueblo, slo pueden hacerlo los burgueses.
S; por lo dems, sera absurdo pensar en avergonzar con ello
a los amigos del pueblo, cuando a propsito de lo que hace falta
al campo dicen, por ejemplo, cosas como stas:
Cuando hace unos cuantos aos cuenta el seor Krivenko
ciertos peridicos examinaban qu profesiones y qu tipo de intelectuales eran necesarios en el campo, la enumeracin result muy
grande. v variada, y abarcaba casi todos los rdenes de la vida: tras
los mdicos (hombres y mujeres) iban los enfermeros, tras ellos
los abogados, tras los abogados los maestros, los bibliotecarios y
libreros, los agrnomos, los peritos forestales y agrcolas en gene
ral, los tcnicos de las especialidades ms diversas (el terreno es
muy extenso y todava est casi virgen), organizadores y directo
res de instituciones de crdito, de depsitos de mercancas, etc.
Detengmonos aunque slo sea en los intelectuales (??) cuya
actividad concierne directamente al dominio econmico, a estos
peritos forestales, agrcolas, tcnicos, etc. En efecto, cun nece
sarios son estos hombres en el campol Pero en qu campo?
Nnturalmente, en el campo de los terratenientes, en el de los
mujiks emprendedores, que tienen ahorros y pueden pagar por
sus servicios a todos estos profesionales a quienes el seor Krivenko

268

V.

I.

f, E N 1 N

tiene a bien llamar intelectuales. Este campo espera, en efecto,


desde hace mucho tiempo, tcnicos, crdito, depsitos de mercan
cas: lo atestigua toda la literatura econmica. Pero hay tambin
otro campo, mucho ms numeroso, que no estara de ms que
recordasen con mayor frecuencia los amigos del pueblo": es el
de los campesinos arruinados y harapientos* despojados hasta de
la ltima hilacha, que no slo no tienen ahorros para pagar el
trabajo de los intelectuales", sino ni siquiera pan en cantidad
suficiente para no morir de hambre. Y a este campo quieren
ayudarlo con depsitos de mercancasW Qu guardarn en estos
depsitos nuestros campesinos que slo tienen un caballo, y a
veces ninguno? Su ropa? Ya la empearon en el ao 1S91 a los
kulaks rurales y urbanos, que, cumpliendo la receta humanitaria y
liberal que proponen ustedes, organizaron entonces verdaderos
depsitos de mercancas en sus casas, tabernas v tiendas. Slo
les quedaron sus brazos; pero ni siquiera los funcionarios rusos
han ideado hasta ahora depsitos para este tipo de mer
canca ...
Es difcil concebir una demostracin ms evidente de la
extrema trivialidad de estos demcratas que este enterneci
miento por los progresos tcnicos en el campesinado y ese cerrar
los ojos a la expropiacin en masa de este mismo campesinado.
El seor Krishev, poi* ejemplo, en el nm. 2 de R. Bogatstco (Es
bozos, XII), con el deleite de un cretino liberal, cuenta los ca
sos de perfeccionamientos y mejoras en la agricultura, los casos
de difusin en las haciendas campesinas de variedades seleccio
nadas de semillas: avena norteamericana, centeno Vasa, avena
de Clydesdale, etc. En algunos lugares los campesinos reservan
para semilla pequeos lotes especiales en los que despus de un
cuidadoso laboreo siembran a mano granos seleccionados. Mu
chas y muy variadas innovaciones se observan en el terreno de
los aperos y mquinas perfeccionados 0 0: aporeadoras, arados li
geros, trilladoras, aventadoras, seleccqnadoras. Se comprueba el
*
En los aos 1891*1892, en una parte considerable de Rusia hizo
estragos el hambre, cansando enorme, cantidad de vctimas. (Ed)
* Recuerdo al lector la distribucin de estas aperos perfeccionados en
d distrito de Novouzensk: para el 37 por ciento de campesinos (los pobres),
o sea 10.000 familias de 28.000: 7 aperos sobre 5.724, es decir, 1/8 por
ciento! 4/5 de los aperos estn monopolizados por los ricos, que constituyen
tan slo 1/4 del total de familias.

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

269

aumento de la diversidad de abonos: fosfatos, polvo de hueso,


excremento de palomas, etc. Los corresponsales insisten en la
necesidad de organizar en las aldeas almacenes locales de los
zemstvos para la venta de fosfatos, y el seor Krishev, citando
la obra del seor V. V. titulada Tendencias progresistas en la ex
plotacin agrcola (a ella hace referencia tambin el seor Kvivenko), se extasa ante todos estos conmovedores progresos:
Estos informes que- hemos podido exponer slo en forma abre
viada producen una impresin alentadora y a la vez triste [...]
Alentadora porque este pueblo, empobrecido, cargado de deudas,
en buena parte sin caballos, que trabaja sin descanso, no se .entrega
a la desesperacin, no cambia de ocupacin sino que permanece fiel
a la tierra comprendiendo que en ella, en la buena atencin de
ella, est su futuro, su fuerza, su riqueza. [S, naturalmente! De
suyo se comprende que precisamente este mujik empobrecido y sin
caballos compra fosfatos, semillas seleccionadas, trilladoras, semi
llas de avena de Clydesdale! O, sancta simplicitas! Y escribe
esto, no una colegiala, sino un profesor, un doctor en economa
poltica; dgase lo que se quiera, la mera santa simplicidad no
puede explicar esto!!] Febrilmente, busca procedimientos para
esta buena atencin, busca nuevas vas, sistemas de cultivo, se
millas, aperos, abonos, todo lo que ayude a fecundar su madre
tierra que tarde o temprano le recompensar por esto con cre
ces 6 [. ..] Producen una impresin triste los informes arriba
insertos porque (tal vez se piensa que este amigo del pueblo
recordar aqu aunque slo sea la expropiacin en masa de los
campesinos que acompaa y origina la concentracin de la tierra
en manos de los mujiks emprendedores, la trasformaein de sta
en capital, sobre la base de una agricultura mejorada, esa expro9 Tiene usted toda la 1azn, honorable seor profesor, al decir que
una agricultura mejorada recompensar con crcccn a este pueblo que no
"se entrega a la desesperacin y permanece fiel a la tierra. ; Pero , no
observa usted, oh gran doctor en economa poltica, que para la adquisicin
de todos estos fosfatos, etc., el mujik debe destacarse de la masa de
mseros hambrientos por la posesin de dinero ahorrado y el dinero no es
otra cosa que un producto del trabajo social, que va a parar a manos pri
vadas; que. la apropiacin de la recompensa por esa agricultura mejorada
ser la apropiacin del trabajo ajeno ; que ver la fuente de esta abundante
recompensa en el celo personal del agricultor que "trabaja sin descanso para
"fecundar la madre tierra, slo pueden hacerlo los lacayos ms miserables
de la burguesa?

270

V.

I.

LENIN

piacin que precisamente arroja al mercado brazos" libres" y


baratos, que facilitan los xitos del espritu emprendedor na
cional sobre la base de todas esas trilladoras, seleccionadoras,
aventadoras? Nada de eso), porque [ . . . ] somos nosotros mismos
quienes debemos despertamos. Dnde est nuestra ayuda al mujik que lucha por mejorar su sistema de cultivo? Nosotros tene
mos acceso a la ciencia, la literatura, los museos, almacenes, ofici
nas de comisionistas. [Palabra de honor, seores, as est escrito:
ciencia al lado de oficinas de comisionistas. .. Hay que estu
diar a los amigos del pueblo, no cuando combaten contra los
socialdemcratas, porque para este caso se cubren con un manto
hecho de andrajos de ideales de nuestros antepasados, sino en
su ropaje habitual, cuando examinan en detalle las cuestiones de
la vida cotidiana. Y entonces se puede apreciar todo el sabor y el
color de estos idelogos de la pequea burguesa.] Hay algo
semejante a disposicin del mujik? Hay, naturalmente, embrio
nes, pero no se sabe por qu se desarrollan con dificultad. El
mujik ouiere ejemplos: dnde estn nuestros campos de experi
mentacin, nuestras haciendas modelo? El mujik busca la pala
bra impresa: dnde estn nuestras publicaciones agronmicas po
pulares? [ . . . ] El mujik busca abonos, aperos, semillas: dnde
estn en nuestro pas los almacenes de los zemstvos con todo eso,
el aprovisionamiento al por mayor, las facilidades de adquisicin
V distribucin? Dnde estn ustedes, hombres de accin, ios
particulares y los de los zemstvos? Vayan y trabajen, hace tiempo
quei ha sonado la hora y

Gracias de todo corazn os dar


el pueblo rusor *
N. Krishev (R. B., nm. 2, pg. 19).
[Helos aqu a estos amigos de los pequeos burgueses po
pulares, deleitados por sus progresos pequeoburgueses!
Se dira que, aun al margen del anlisis de nuestra economa
rural, es suficiente observar este hecho sobresaliente de nuestra
historia econmica moderna los progresos comprobados por to
dos, en la agricultura, paralelos a una gigantesca expropiacin del
* De la composicin del poeta ruso N. Nekrsov El sembrador. ( Ed.)

QUINES SON LOS ^AMIGOS DEL UEBLO

campesinadopara persuadirse del absurdo de la idea sobre el cam


pesinado como un todo armnico y homogneo, para persuadirse
del carcter burgus de todos estos progresosl Pero los amigos del
pueblo permanecen sordos a todo esto. Despus de abandonar
los lados buenos del viejo populismo socialrevolucionario ruso, se
han aferrado con fuerza a uno de sus grandes errores: la incom
prensin del antagonismo de clases en el seno del campesinado.
El populista de la dcada del 70 dice con gran acierto Gr,vichno tena idea alguna sobre el antagonismo de clase existente
en el seno del campesinado, y limitaba este antagonismo exclusi
vamente a las relaciones entre el explotador kulak o usurero
y su vctima, el campesino, imbuido de espritu comunista *. Gleb
Uspenski estaba solo en su escepticismo, responda con sonrisa
irnica a la ilusin general. Con su excelente conocimiento de los
campesinos y con su inmenso talento artstico, que penetraba hasta
la esencia misma de los fenmenos, no poda dejar de ver que el
individualismo se haba convertido en la base de las relaciones
econmicas, no slo entre el usurero y el deudor, sino entre los
campesinos en general. Vase su artculo Cortados por el mismo
patrn **, en Rsskaia Misl, ao 1882, nm. 1 (obra cit., p
gina 106).
Pero si era permitido e inclusive natural caer en esta ilusin
en las dcadas del 60 y del 70 cuando todava haba tan pocos
datos relativamente exactos sobre la economa rural, cuando no era
an tan marcada la diferenciacin del campesinado, ahora hay
que cerrar premeditadamente los ojos para no ver esta diferencia
cin. Es en extremo caracterstico que precisamente en los ltimos
tiempos, cuando la mina de los campesinos alcanz, al parecer,
su apogeo, se oiga por todas partes hablar de corrientes progresis
tas en la agricultura. El seor V. V, ( tambin un indiscutible ami
go del pueblo") ha escrito sobre este tema todo un libro. Y no se
le podr reprochar inexactitud en los hechos aducidos. Por el con
trario, hay un hecho que no puede suscitar dudas: el hecho del
*
En el seno de la comunidad rural han surgido clases sociales antag
nicas, dice Grvich en otro lugar (pg. 104). Cito a Grvich slo como
complemento de los datos concretos ya aportados.
** Gleb Uspenski, destacado escritor y periodista ruso demcrata re
volucionario (1843-1902). El artculo mencionado es el final de su relato
Los viejos publicado en Rsskaia Misl en 1881. (Ed.)

272

V.

I.

L E N XN

progreso tcnico, agrcola de los campesinos; pero es igualmente


indudable el hecho de la expropiacin en masa de los campesinos.
Y he aqu que los 'amigos de! pueblo concentran toda su atencin
en la forma en que el mujik busca febrilmente nuevos sistemas
de cultivo, que le ayuden a fecundar la madre tierra, perdiendo de
vista el reverso de la medalla, la febril separacin del m ujik' de
la tierra. Ocultan la cabeza como avestruces para no mirar cara
a cara la realidad, para no ver que asisten precisamente a! proceso
de trasfonnaein en capital de esa tierra de la que son separadas
los campesinos, al proceso de creacin de un a creado interior *.
Traten de refutar la t\ istcncia en nuestra comunidad campesina d
estos dos procesos diametralmente opuestos, traten do explicarlo de
otro modo que por el carcter burgus de nuestra sociedad! ]Ki pen
sarlo! Cantar aleluyas y deshacerse en frases humanitarias y bien
intencionadas: lie aqu el alfa y omega de toda su ciencia, d.e
toda su actividad' poltica.
E inclusive elevan estos tmidos remiendos liberales del actual
orden de cosas ti rango de una filosofa. Una actividad pequea,
genuina razona, con eran profundidad el seor Krhenkoes mu
cho mejor que una e;c;ui inac tividad. Nuevo e ingenioso. Y adems
contina, una actividad pequea no es de ningn modo sin
nimo de una pequea finalidad. Como ejemplo de esta amplia
ciu de la actividad, cuando una accin pequea se convierte en
justa y buena", menciona la labor de una seora dedicada a la
organizacin de escuelas: despus, la actividad de los abogados
entre los campesinos, encaminada a desalojar a los picapleitos; el
propsito de los abogados de trasladar a provincias las sesiones
de los tribunales regionales, para poder defender as a los proce
sados en el lugar; por ltimo, la organizacin, ya conocida por
nosotros*de los almacenes de los ku.stares: la ampliacin de la acti
vidad (hasta alcanzar las proporciones de gran finalidad) debe
consistir aqu en la organizacin d'-idmacenes
travs de los
esfuerzos combinados de los zemstvosen los centros ms animados.
Todas estas son, naturalmente, obras muy elevadas, inunani* Las bsquedas de ''nuevos sistemas de cultivo" son precisamente fe
briles poique el mujik emprendedor se ve precisado a explotar una hacienda
ms grande, y no puede hacer frente- a ello con los viejos mtodos; precisa
mente porque a esta bsqueda de nuevos sistemas obliga la competencia, ya
que la agricultura adquiere un carcter cada vez ms mercantil, burgus.

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

273

tanas y liberales: liberales* porque depurarn el sistema econ


mico burgus de todas sus restricciones medievales facilitando as
que el obrero luche contra dicho sistema, que, se comprende, no
slo quedar intacto, sino, por el contrario, fortalecido con seme
jante? medidas, y todo esto htee ya mucho tiempo que lo venimos
leyendo en todas las publicaciones liberales rusas. No valdra la
pena salir al paso de esto si no nos obligaran a ellos los seores
de H. B., quienes se han puesto a destacar estos tmidos brotes
de liberalismo contra los socialdemcraias y como ejemplo para
stos, reprochndoles adems el abjurar de los ideales de nues
tros antepasados . Lo menos que podemos decir es que esto tiene
gracia: refutar a los socialdemcratas proponiendo y sealara o
una actividad liberal (esto es, al servicio de la burguesa) tan mo
derada y correcta. Y a propsito de les antepasados y de sus
ideales hay que observar que, por errneas y utpicas que fuesen las
viejas teoras de los populistas rusos, en todo caso mantenan una ac
titud ineondicionamene negativa frente a semejantes tmidos
brotes de liberalismo. Tomo esta ltima expresin de un artculo del
seor N. Mijailovski: A propsito de la edicin rusa del libro de
C. Marx (Olichestoiennie Zapiski, 1872, nm. 4), escrito con un
estilo vivaz, gil y fresco (en comparacin con sus escritos actua
les), y que es una impetuosa protesta contra el propsito de no
ofender a nuestros jvenes liberales
Pero esto saeedi hace mucho tiempo, tanto, que los amigos
dei pueblo lo han olvidado por completo y han mostrado en forira
patente, con su tctica, que cuando falta la crtica materialista de
las instituciones polticas, cuando no se comprende el carcter
de clase del Estado moderno, no hay ms que un paso del radi
calismo poltico al oportunismo poltico.
Veamos algunos ejemplos de este oportunismo.
La trasormacin del ministerio de Bienes del Estado en mi
nisterio de Agricultura declara el seor iuzhakov- puede ejercer
una profunda influencia en el cuco de nuestro desarrollo econ
mico, pero puede tambin resultar tan slo un cambio de funcio
narios (nm. 10 de R. B.).
Todo depende, por lo tanto, de a quin 'se llame": a los ami
gos del pueblo o a los representantes de los interesen de los terra
tenientes y capitalistas. Los intereses en s pueden no ser tocados.
Proteger al econmicamente dbil del econmicamente fuerte
es a primera area natural de la intervencin del Estado, contina

V.

I.

LENIN

en el mismo artculo el seor Iuzhakov, y es apoyado con iguales


expresiones por el cronista de asuntos del interior en el nm. 2
de R, B. Y para no dejar dudas de que interpreta este absurdo
filantrpico * exactamente como sus dignos colegas, los idelogos
liberales y radicales de la pequea burguesa en Europa occidental,
aade a continuacin:
Los Land Bills de Gladstone **, los seguros obreros de Bismarck 2T, la inspeccin fabril, la idea de nuestro Banco campesino,
la organizacin de las migraciones, las medidas contra los kulaks,
todos stos son intentos de aplicacin de este, principio de la inter
vencin del Estado, con el fin de proteger al econmicamente
dbil.
Esto est bien, porque es franco. El autor afirma abiertamente
que es partidario de las relaciones sociales existentes, tal como los
seores Gladstone y Bismarck; igual que ellos quiere zurcir y re
mendar la sociedad moderna ( burguesa, cosa que l no comprende,
como tampoco lo comprenden los partidarios de Gladstone y Bis
marck en Europa occidental), y no luchar contra ella. En completa
armona con sta su concepcin terica fundamental, est la cir
cunstancia de que ven un instrumento de las reformas en un
rgano cimentado en esta sociedad moderna y que defiende los
intereses de sus clases dominantes: el Estado. Lo consideran abier
tamente todopoderoso y situado por encima de todas las clases,
y esperan de l, no slo el apoyo al trabajador, sino tambin
la creacin de un orden de cosas verdadero y justo ( como lo hemos
escuchado del seor Krivenko). Se comprende, por lo dems, que
de ellos, idelogos acrrimos de la pequea burguesa, no se puede
esperar otra cosa. Pues uno de los rasgos fundamentales y carac
tersticos de la pequea burguesa, rasgo que, por lo dems, la
convierte en una clase reaccionaria, consiste en que el pequeo
productor, disperso y aislado por, las condiciones mismas de la pro
duccin, sujeto a determinado lugar-y a determinado explotador,
no est en condiciones de comprender el carcter de clase de esta
explotacin y de esta opresin, de las que sufre a veces no menos
que el proletario, no est en condiciones de comprender que tam

Absurdo porque la fuerza del econmicamente fuerte" consiste, en


tre otras cosas, en que tiene en sus manos el poder poltico. Sin l no podra
mantener su dominacin Monmio.

QUINES SON LOS a MICOS DEL PUEBLO*

275

poco el Estado en la sociedad burguesa puede dejar de ser un


Estado de clase *.
Por qu, pues, sin embargo, honorabilsimos seores amigos
del pueblo, hasta ahora y con particular energa desde la Refor
ma liberadora, nuestro gobierno ha apoyado, defendido y fomen
tado slo a la burguesa y al capitalismo? Por qu esta actividad
nociva de este gobierno absoluto, supuestamente situado por enci
ma de las clases, ha coincidido precisamente con un perodo hist
rico que se caracteriza en la vida interna del pas por el desarrollo
de la economa mercantil, del comercio y de la industria? Por qu
piensan ustedes que estos ltimos cambios en la vida interna del
pas son el efecto, y la poltica del gobierno la causa, a pesar de
que estos cambios eran tan profundos en la sociedad que el gobier
no ni siquiera los advirti y les puso infinidad de obstculos, y a
pesar de que ese mismo gobierno absoluto, en otras condiciones
de la vida interna del pas, apoy, defendi y foment a otr
clase?
Oh, los amigos del pueblo nunca se plantean semejantes
interrogantes! Todo eso es materialismo y dialctica, hegelia
nismo, mstica y metafsica. Piensan sencillamente que si se
le pide con suficiente dulzura y humildad, este gobierno pondr
todo en orden. Y por lo que se refiere a la humildad, hay que
hacer justicia a R. Bogatstvo: por cierto que, aun entre la prensa
liberal rusa, se destaca por la incapacidad de conducirse con al
guna independencia. Juzguen ustedes mismos:
"La abolicin del impuesto a la sal, la abolicin de la capaci
tacin y la reduccin de los pagos de rescate de la tierra constitu
yen, en opinin del seor Iuzhakov, un considerable alivio para la
agricultura popular. Naturalmente! Pero no fue acompaada la
abolicin del impuesto a la sal por la creacin de numerosos nue

Por eso los "amigos del pueblo son los peores reaccionarios cuando
sostienen que la funcin natural del Estado es proteger al econmicamente d.
bil (as debera ser segn su trivial moral de viejas), cuando toda la historia
rusa y la poltica interior atestiguan que la funcin de nuestro Estado es
proteger slo a los terratenientes feudales y a la gran burguesa, y reprimir
del modo ms feroz todo intento de defenderse d e los econm icam ente d
biles. Y sta, por cierto, es su funcin natural, porque el absolutismo y la
burocracia estn imbuidos hasta el tutano de espritu burgus-feudal y oorque en el terreno econmico la burguesa reina y gobierna con poder indivi
sible, manteniendo al obrero "dcil como un cordero.

276

V.

I.

LENIN

vos impuestos indirectos y por el aumento de los antiguos? No


fue acompaada la abolicin de la capitacin por un aumento de
los pagos de los campesinos antiguos siervos del Estado, so pre
texto de incluirlos en el sistema del rescate? No queda an ahora,
despus de la famosa disminucin de los pagos de rescate (con la
que el Estado no devolvi a los campesinos ni siquiera la ganan
cia qu^ recibi de las operaciones de rescate) ua falta de corres
pondencia entre los pagos y los ingresos obtenidos de la tierra, es
decir una supervivencia directa de los censos para librarse de los
tributos feudales? No importa! Lo importante aqu es slo el
"primer paso, el principio, y luego. . . , luego se podr pedir ms!
Pero esto son slo las flores. Veamos ahora los frutos:
La dcada del 80 aliger las cargas que pesaban sobre el
pueblo [con las medidas sealadas] y lo salv as de la ruina total.
sta es tambin una frase clsica por su desvergonzado servi
lismo, que slo se puede colocar al lado de la declaracin arriba
citada del seor Mijailovski, de que an necesitamos crear el pro
letariado. No se puede por menos que recordar a este propsito
la incisiva descripcin hecha por Schedrn, de la evolucin del
liberal ruso *. Comienza este liberal pidiendo a las autoridades
el mximo de reformas posible; contina luego mendigando
aunque slo sea algo y termina adoptando la eterna e inconmovi
ble posicin de amoldarse a la bajeza. Qu se puede decir
de los amigos del pueblo sino que han tomado esta posicin
eterna e inconmovible, cuando ellos, bajo la impresin fresca del
hambre sufrida por millones de seres, ante la cual el gobierno se
comport primero con una avaricia de mercachifle y luego con una
cobarda tambin propia de un mercachifle, dicen en letras de
molde que el gobierno salv al pueblo de la ruina total!! Pasarn
unos cuantos aos ms sealados por una expropiacin aun ms
rpida de los campesinos, el gobierno aadir a la creacin del
ministerio de Agricultura la abolicin de uno o dos impuestos di
rectos y el establecimiento de unos cuantos nuevos impuestos in
directos, despus el hambre alcanzar a 40 millones de personas,
v estos seores escribirn-exactamente lo mismo: ya ven! Pasan
hambre 40 y no 50 millones; esto, porque el gobierno aliger las
cargas que pesaban sobre el pueblo y lo salv de la ruina total;
* Alude a un cuento de Schedrn, intitulado El liberal. ( Ed.)

QUINES SON LOS AMIGOS PEL PVF.BLo

277

esto, porque el gobierno escuch a los amigos del pueblo y cre


el ministerio de Agricultura!
Otro ejemplo:
El cronista de asuntos del interior, en el nm. 2 de R. B., ha
blando de que Rusia por fortuna (sic!) es un pas atrasado,
"que conserva elementos que le permiten basar su rgimen econ
mico en el principio de la solidaridad , dice que por eso est
en condiciones de intervenir en los asuntos internacionales como
exponente de la solidaridad econmica y que su indiscutible po
dero poltico aumenta las probabilidades que tiene para ello!!
Este gendarme de Europa, baluarte permanente e inconmo
vible de toda reaccin, y que ha llevado al pueblo ruso a una hu
millacin tal que, viviendo subyugado en su propio pas, ha ser
vido de instrumento para subyugar a los pueblos de Occidente,
este gendarme es elevado a la categora de exponente de la soli
daridad econmica!
Esto supera ya toda medida! Los seores amigos del pue
blo dejan atrs a los liberales. No slo ruegan al gobierno, sino
que le rezan, haciendo genuflexiones hasta el suelo con tal fer
vor que hasta da miedo de que cruja su frente de fieles vasallos
a! golpear en el piso.
Recuerdan ustedes la definicin alemana del filisteo?

Was ist der PhisterP


En hohler Darm,
Voll Furcht und Hoffnung,
Dass Gott erharm **.
Esta definicin no es del todo adecuada para nuestros asun
tos. Dios. . . Dios ocupa entre nosotros un lugar secundario. En
cuanto a las autoridades, eso ya es otra cosa. Y si en esta definicin
sustituimos la palabras Dios por la palabra autoridades, ten
dremos la ms exacta expresin del campo ideolgico, del nivel
*
Entre quines? Entre el terrateniente y el campesino? Entre el
mujik emprendedor y el desharrapado? /Entre el fabricante y el obrero?
Para comprender este clsico principio de solidaridad hay que recordar
que la solidaridad entre el empresario y el obrero se consigue "por la rebaja
del salario.
En alemn en el original: Qu es un filisteo? Una tripa vaca, re
llena de cobarda y de esperanza en la misericordia de Dios. (Goethe). (Ed.)

278

V.

X. L B N I N

moral y del valor cvico de los amigos del pueblo rusos humani
tarios y liberales.
A esta tan absurda concepcin del gobierno los amigos del
pueblo aaden la correspondiente actitud hac ia la llamada intelec
tualidad. El seor Krivenko escribe: La literatura. .. debe
valorar los fenmenos segn su sentido social v estimular cada
intento activo de lograr el bien. Ha insistido v contina insistien
do en la insuficiencia de maestros, mdicos, tcnicos, en que el
pueblo sufre enfermedades, se empobrece Tihay pocos tcnicos! 1,
es analfabeto, etc., y cuando aparecen hombres que aburridos de
pasar las horas junto al tapete verde, de intervenir en los espec
tculos de aficionados v comer pasteles de esturin en las recep
ciones organizadas por los mariscales de la nobleza en provincias,
se ponen al trabajo con una abnegacin singular [|no es para me
nos: sacrificaron el tapete verde, los espectculos v los pasteles!],
venciendo numerosos obstculos, la literatura debe felicitarlos.
Dos pginas ms adelante, con la seriedad prctica de un fun
cionario experimentado, reprende a quienes han vacilado ante la
cuestin de aceptar o no los puestos de superintendentes de los
zemstvos *, alcaldes urbanos, presidentes y concejales de los
zemstvos, designados con arreglo a los nuevos estatutos. En una
sociedad con una elevada conciencia de las necesidades y deberes
cvicos [escuchen, seores: ciertamente, esto vale tanto como los
discursos de los famosos Pompadour rusos, de unos Barnov o Kosich cualesauiera!] seran inconcebibles semejantes vacilaciones v
actitudes tales ante el problema, porque esta sociedad asimilara
a su manera cada reforma aue contuviera facetas vitales, es decir,
desarrollara los aspectos tiles y convertira en letra muerta los
intiles; en cuanto a las reformas carentes por completo de vita
lidad, seguiran siendo un cuerpo extrao.
[El diablo sabe qu es esto! Qu oportunismo barato, y qu
indulgencia en la autoadmiracin! L a tarea de la literatura con
siste en reunir chismes de saln sobre los malvados marxistas,
hacer reverencias al gobierno por haber salvado al pueblo de la
Superintendentes de los zemstvos ( zemski nachlnik ): cargo insti
tuido por el gobierno zarista en 1889 (existi hasta el derrocamiento del
zarismo) para reforzar la autoridad de los terratenientes sobre los campesi
nos. Eran nombrados entre los terratenientes nobles locales y reunan en sus
manos el poder administrativo y el judicial sobre la poblacin campesina. ( Ed.)

(UitoJfiS SON

LO

AMIGOS DJSL PUBLO"

279

ruina total, felicitar a los hombres que se aburran de pasar las


horas junto l tapete verde, ensear al pblico a no renunciar
a puestos como el de superintendente de los zemstvos. . . Pero
qu es lo que estoy leyendo? Nedielia -8 o Nvoie Vremia No,
es Rsskoie Bogatstvo, rgano de los demcratas rusos avan
zados. ..
Y
semejantes seores hablan de los ideales de nuestros ante
pasados, pretenden que ellos, precisamente ellos, conservan las
tradiciones de los tiempos en que Francia difunda por toda Euro
pa las ideas del socialismo 20 y en que la asimilacin de estas ideas
produjo en Rusia las teoras y las doctrinas de Herzen y de Chernishevski. Esto ya es del todo escandaloso, y sera profundamente
indignante y ofensivo si Rsskoie Bogatstvo no fuese tan ridicula,
si semejantes declaraciones en las pginas de tal revista no provo
casen una risa homrica. S, ustedes mancillan estos idealesl En
qu consistan en realidad estos ideales de los primeros socialistas
rusos, de los socialistas de aquella poca que con tanto acierto
caracteriz Kautsky con estas palabras:
Cuando cada socialista era un poeta, y cada poeta, un so
cialista.
.La fe en un orden social especial, en el sistema comunal de la
vida rusa; de ah la fe en la posibilidad de una revolucin socialista
campesina: he aqu lo que los animaba, lo que alzaba a decenas
y centenares de hombres a la lucha heroica contra el gobierno. Y no
se podr reprochar a los socialdemcratas no haber sabido valorar
el inmenso mrito histrico de estos hombres, los mejores de su
tiempo, no haber sabido respetar profundamente su memoria.
Pero yo pregunto: dnde est ahora esta fe? No existe; hasta tal
punto no existe, que cuando el seor V. V. intent demostrar el
ao pasado que la comunidad rural educa al pueblo en la activi
dad solidaria, y es un centro de sentimientos altruistas, etc. *, hasta
el seor Mijailovski se sinti avergonzado y replic pdicamente
al seor V. V. que ningn estudio ha demostrado la ligazn de
nuestra comunidad rural con el altruismo **. En efecto, tal estu
dio no existe. Y lo que son las cosas: hubo un tiempo en que sin
*
Se refiere al libro de V. V. (V. Vorontsovi Nuestras tendencias, pu
blicado en 1893. (Ed.)
** E1 artculo de Mijailovski Literatura y vida, respuesta al libro de
V. V., se public en 1 nm, 10 de Rsskoie Bogatstvo, de 1893. (Ed.)

280

V.

t.

LEN1N

necesidad de investigacin alguna los hombres crean, y crean


sin reservas.
Cmo? Por qu? Sobre qu fundamento?. ..
cada socialista era un poeta, y cada poeta, un socialista.
Y
adems aade el mismo seor Mijailovski todos los in
vestigadores escrupulosos estn de acuerdo en que el campo se est
dividiendo, dando lugar a que surja, por una parte la masa del
proletariado y por la otra un puado de kulaks que tienen bajo
su bota al resto de la poblacin; y de nuevo tiene razn; el campo
realmente se est dividiendo. Es ms, hace ya mucho tiempo que
se ha dividido por completo. Junto con l se ha dividido tambin
el viejo socialismo campesino ruso, y cedi su lugar, por una parte
al socialismo obrero, y por la otra degener en un vulgar radica
lismo pequeoburgus. No se puede llamar a esta trasformacin
de otro modo que degeneracin. De la doctrina que sostena que
la vida campesina constituye un orden social especial y que nues
tro pas ha emprendido una va excepcional de desarrollo, naci
un eclecticismo diluido, que no puede ya negar que la economa
mercantil ha pasado a ser la base del desarrollo econmico, que
se ha trasormado en capitalismo, pero que no quiere ver el carc
ter burgus de todas las relaciones de produccin, no quiere ver la
necesidad de la lucha de clases bajo este rgimen. Del programa
poltico que pretenda alzar a los campesinos a la revolucin socia
lista contra los fundamentos de la sociedad moderna * ha surgido
un programa que pretende hacer remiendos, mejorar la situa
cin de los campesinos, manteniendo los fundamentos de la socie
dad actual.
Hablando estrictamente, todo lo anterior ha podido dar una
idea de la crtica que se puede esperar de estos seores de
Rsskoie Bogatstvo, cuando emprenden la tarea de fulminar a
los socialdemcratas. No hay ni siquiera intentos de exponer de
una manera franca y honesta la interpretacin socialdemcrata de
la realidad rusa (podran muy bien hacerlo, y eludir la censura,
si pusieran el acento en el aspecto econmico, si emplearan las
*
A esto se reducan, en esencia, todos nuestros viejos programas revo
lucionarios, comenzando aunque slo sea por los bakuninistas y los rebeldes so,
continuando por los populistas y terminando con los partidarios de Nardnaia
Volia, los cuales tambin tenan la seguridad de que los campesinos envia
ran una cantidad aplastante de socialistas al futuro Zemski S obor 31.
N.

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

281

mismas expresiones un tanto alegricas que utilizaron en toda su


"polmica) y de objetar la esencia de esta interpretacin, objetar
la exactitud de sus conclusiones prcticas. En lugar de ello pre
fieren salir del paso con frases sin el menor contenido acerca de
esquemas abstractos y de la fe e ellos, acerca del convencimiento
rio la necesidad de que cada pas recorra la fase... y otras tonte
ras por el estilo, que hemos tenido suficiente ocasin de ver en
el seor Mijailovski. Adems, hay tergiversaciones descaradas. El
seor Krivenko, por ejemplo, declara que Marx reconoca que a
nuestro pas le era posible, si lo deseaba [[As, pues, segn Marx,
la evolucin de las relaciones econmicosociales depende de la vo
luntad y de la conciencia de los hombres??! Qu es esto: igno
rancia ilimitada o desvergenza sin igual?!] y actuaba de confor
midad, evitar las vicisitudes del capitalisrcTy recorrer otro camino,
ms conveniente [sic!!!].
Nuestro paladn pudo decir este absurdo recurriendo a una
superchera descarada. Al citar un pasaje de la conocida Cartas
de Carlos Marx (Iurd. Viest., 1888, m. 10) donde Marx ha
bla de su alta estima por Chernishevski, quien consideraba posible
para Rusia no sufrir los tormentos del rgimen capitalista, el
seor Krivenko cierra las comillas, es decir, da por terminada la
reproduccin exacta de las palabras de Marx (que terminan as:
l rChemishevski] se pronuncia por esta ltima solucin) v
aade: Y yo, dice Marx, comparto [la cursiva es del seor Kri
venko] estas opiniones (pg. 186, nm. 12).
Pero Marx en realidad dijo: "Y mi honorable crtico tendra
por lo menos tanta razn para inferir de mi estima a este gran
crtico y erudito ruso' * que comparto sus opiniones sobre el tema,
como para deducir de mi polmica con el escritor ** y panesla
vista ruo oue Jas rechazo. (Iurd. Viest., 1888, nm. 10, pg. 271.)
As Marx dice que el seor Mijailovski no tena derecho a ver
en l un adversario de la idea sobre el desarrollo especial de Ru
sia, porque respetaba tambin a quienes sostenan esta idea, pero
el seor Krivenko lo interpreta falsamente al decir que Marx re
conoca este desarrollo especial. Es una tergiversacin manifiesta.
La afirmacin de Marx que hemos citado demuestra con absoluta
claridad que rehye dar una respuesta que vaya al fondo de la
* Se refiere a Chernishevski. ( Ed.)
* Se refiere a Herzen. (Ed.)

282

V.

I.

LKNIK

cuestin: "el seor Mijailovski habra podido tomar como funda


mento una cualquiera de las dos observaciones contradictorias, es
decir, no tena razn para basarse ni en la una ni en la otra al ex
traer sus conclusiones acerca de mi punto de vista sobre los asuntos
rusos en general".
Y
a fin de que estas observaciones no dieran motivos para
falsas interpretaciones, Marx, en esa misma "carta, da respuesta
directa a la pregunta sobre la aplicacin que puede tener su teora
en Rusia. Dicha respuesta demuestra con singular nitidez que
Marx rehye dar una contestacin que vaya al fondo del asunto,
rehye el anlisis de los datos rusos, que son los nicos que pue
den resolver la cuestin: Si Rusia responda l aspira a con
vertirse en una nacin capitalista segn el modelo de los pases
de Europa occidentaly en este aspecto se ha perjudicado mucho
en el curso de los ltimos aos, no lo conseguir sin haber trasformado previamente una buena parte de sus campesinos en pro
letarios.
Me parece que est muy claro: la cuestin consista precisa
mente en si Rusia tenda a convertirse en una nacin capitalista,
en si la ruina de sus campesinos era un proceso de creacin del
rgimen capitalista, del proletariado capitalista; y Marx dice que
si Rusia tiende a ello, ser necesario convertir una buena parte
de los campesinos en proletarios. En otras palabras, la teora de
Marx consiste en investigar v explicar la evolucin del sistema eco
nmico de determinados pases, y su aplicacin a Rusia puede
consistir slo en investigar las relaciones rusas de produccin y su
evolucin * utilizando los procedimientos elaborados por el m
todo materialista y por la economa poltica terica.
La elaboracin de la nueva teora metodolgica y politico
econmica signific un progreso tan gigantesco de la ciencia so
cial, un avance tan colosal para el socialismo, que casi inmediata
mente despus de la aparicin 3e El cdpital el principal problema
terico para los socialistas rusos pas a ser el del "destino del ca
pitalismo en Rusia; era el centro de las discusiones ms acalora
das, y de acuerdo con l se decidan las tesis programticas ms
*
Esta conclusin, lo repito, no poda menos que ser clara para todo el
que hubiera ledo el Manifiesto comunista, la Miseria d e la filosofa y El
capital, y slo para el sefor Mijailovski era preciso un esclarecimiento es
pecial.
\

(lN S SON LOS a m ig o s DEL PUEBLO

283

importantes. Y es notable que cuando (diez aos atrs) apareci


un grupo particular de socialistas que respondi en forma afirma
tiva a la pregunta de si la evolucin de Rusia era capitalista y
bas esta respuesta en los datos de la realidad econmica rusa, no
hall una crtica directa y definida en cuanto al fondo del asunto,
una crtica que tomase esos mismos fundamentos generales meto
dolgicos y tericos, y explicase de manera distinta los datos corres
pondientes.
Los amigos del pueblo, que han emprendido una verda
dera cruzada contra los marxistas, no defienden sus posiciones con
un anlisis objetivo de los hechos. Salen del paso con frases, como
vimos en la primera parte. Adems, el seor Mijailovski no pierde
ocasin de ejercitar su ingenio diciendo que entre los marxistas
no hay unanimidad, que no se han puesto de acuerdo entre s.
Y nuestro conocido N. Mijailovski re con sumo jbilo de su
agudeza acerca de los marxistas autnticos y no autnticos. Es
verdad que entre los marxistas no hay completa unanimidad. Pero,
en primer lugar, este hecho ha sido tergiversado por el seor Mi
jailovski, y en segundo lugar demuestra, no la debilidad, sino pre
cisamente la fuerza y la vitalidad de la socialdemocracia rusa. Uno
de los rasgos caractersticos de los ltimos tiempos es que los so
cialistas llegan a abrazar las concepciones socialdemcratas si
guiendo diferentes caminos, razn por la cual, aunque estn indis
cutiblemente de acuerdo en la tesis fundamental y principal de
que Rusia es una sociedad burguesa que ha surgido del rgimen
de servidumbre, que su forma poltica es un Estado de clase y que
el nico camino para abolir la explotacin del trabajador consiste
en la lucha de clases del proletariado, en muchos aspectos particu
lares discrepan, tanto en la argumentacin como en la interpre
tacin detallada de tales o cuales fenmenos de la vida rusa. Por
eso puedo alegrar de antemano al seor Mijailovski declarando
que tambin en los problemas que, por ejemplo, han sido toca
dos en estas rpidas notas sobre la Reforma campesina, sobre
la situacin econmica de la agricultura y de las industrias de
kustares, sobre los arrendamientos rurales, etc., existen diferen
tes opiniones, dentro de los lmites de las premisas fundamentales
que acabamos de mencionar, compartidas por todos los social
demcratas. La unanimidad de quienes se contentan con la acep
tacin unnime de elevadas verdades como aquellas que dicen
que la Reforma campesina podra abrir a Rusia caminos pacficos

284

V.

t.

L NI N

para un desarrollo justo, que el Estado podra apelar, no a los re


presentantes de los intereses del capitalismo, sino a los amigos
del pueblo, que la comunidad rural podra socializar la agricul
tura junto con la industria manufacturera, a la quei el kustar podra
convertir en gran produccin, que el arrendamiento popular era
el punto de apoyo de la agricultura popular; esta enternecedora
y emocionante unanimidad ha sido sustituida por la discrepancia
entre quienes buscan la explicacin de la organizacin econmica
real, presente, de Rusia como un sistema de determinadas rela
ciones de produccin, la explicacin de su evolucin econmica
efectiva, de sus superestructuras polticas y de toda otra ndole.
Y
si semejante trabajo, que lleva desde diferentes puntos de
vista al reconocimiento de la tesis general que indiscutiblemente
determina tambin la actividad poltica solidaria, y por eso da
derecho y obliga a todos los que la aceptan a considerarse y lla
marse socialdemcratas, deja todava un amplio margen de di
ferencias de opinin sobre una gran cantidad de problemas par
ticulares resueltos en diferentes sentidos, esto, naturalmente, slo
demuestra la fuerza y la vitalidad de la socialdemocracia rusa *.
Por lo dems, las condiciones de este trabajo son tan malas,
que es difcil imaginar algo peor: no hay ni puede haber un
organismo que una los diferentes aspectos dl trabajo; en las
condiciones de nuestro rgimen polioaco, las relaciones priva
das son en extremo difciles. Se comprende que los socialdemcratas no puedan ponerse de acuerdo como es debido y conve
nir en los detalles, se comprende que discrepen entre s . ..
Verdad que es gracioso?
En la polmica' del seor Krivenko con los socialdemcratas puede despertar perplejidad la circunstancia de que l
*
Por la sencilla razn de que hasta ahora no se ha hallado solucin al
guna a estos problemas. No se puede, en efecto, llamar solucin del problema
del arriendo a la afirmacin de que el arrendamiento popular sirve de
sostn a la agricultura popular, o a una descripcin como la siguiente del
sistema de laboreo de las tierras de los terratenientes con los aperos de los
campesinos: el campesino ha demostrado ser ms fuerte que el terrate
niente, quien ha sacrificado su independencia en beneficio del campesino
independiente; el campesino ha arrancado de manos del terrateniente la
gran produccin; el pueblo es el vencedor en la lucha por las formas de
tcnica agrcola. Esta es la huera charlatanera liberal empleada en Desti
nos del capitalismo, de nuestro conocido seor V. V.
X

QUINES SON LOS a MIGOS DEL PUEBLO*

285

habla de ciertos neomarxistas. Algn lector pensar que entre


los socialdemcratas ha ocurrido algo parecido a una escisin,
que los neomarxistas se han separado de los viejos socialdem
cratas. Nada de eso. Nadie, en parte alguna ha presentado
pblicamente una crtica de las teoras y del programa de los
socialdemcratas rusos, en nombre del marxismo y en defensa
de un marxismo diferente. La cuestin est en que los seores
Krivenko y Mijailovski se han hecho eco de las diversas mur
muraciones de saln acerca de los marxistas, han prestado odos
a los diferentes liberales que ocultan bajo el escudo del marxis
mo su esterilidad liberal y con el ingenio y el tacto que les son
propios, provistos de semejante equipo, han emprendido la cr
tica de los marxistas. No es extrao que esta crtica constituya
una cadena continua de absurdos y sucios exabruptos.
Para ser consecuentes razona el seor Krivenko hay que
dar a esto una respuesta afirmativa [a la pregunta: no convie
ne esforzarse en el desarrollo de la industria capitalista?;] y no
estremecerse ante el acaparamiento de la tierra de los campe
sinos o ante la apertura de tiendas y tabernas, hay que alegrar
se del xito de los numerosos taberneros que hay en la Duma,
ayudar a los todava ms numerosos acopiadores del trigo cam
pesino.
En verdad, es divertidsimo. Traten de decir a este amigo del
pueblo que la explotacin del trabajador en Rusia es, por su esen
cia, en todas| partes capitalita, que los mujiks emprendedores y los
acopiadores deben ser contados entre los representantes del capi
talismo por tales y cuales rasgos poltico-econmicos que demues
tran el carcter burgus de la diferenciacin campesina, y pro
ferir alaridos, llamar a esto increble hereja, comenzar, a
gritar diciendo que se toman a ciegas frmulas y esquemas abs
tractos de Europa occidental (pasando por alto sin embargo,
cuidadosamente, el significado real de la hertica argumen
tacin). Y cuando hay que cargar de colores los horrores que
traen consigo esos malvados marxistas, entonces ya se puede de
jar a un lado la alta ciencia y los puros ideales, entonces se pue
de inclusive reconocer que los que acaparan el trigo de los cam
pesinos y la tierra de los campesinos son realmente representan
tes del capitalismo, y no slo cazadores de bienes ajenos.
Traten de demostrar a este amigo del pueblo que la bur
guesa rusa no slo se apropia ya ahora, en todas partes, del tra

bajo del pueblo, debido a que ella sola concentra en sus mano$
los medios de produccin, sino que tambin presiona sobre el
gobierno, engendrando, imponiendo y determinando el cario
ter burgus de su poltica; se pondr completamente frentico,
comenzar a habar a gritos de la omnipotencia de nuestro go
bierno, de que ste, slo poi una fatal incomprensin y desdi
chada casualidad, apela* exclusivamente a los representantes
de los intereses del capitalismo y no a los 'amigos del pueblo,
que dicho gobierno implanta en forma artificial el capitalismo.. ,
Y en este barullo ellos mismos debe*i reconocer, precisamente
come representantes del capitalismo, a los taberneros que estn
en la Uuma, es decir, uno de los elementos de este mismo gobier
no que, segn ellos, est situado por encima de las clases, Pero
seores, acaso los intereses del capitalismo esto. representados en
nuestro pas, en Rusia, tan solo en la duma y tan slo por los
taberneros1? . ..
Por lo que se refiere a sucios exabruptos, los hemos visto
en cantidad ms que suficiente en el seor Mijailovski y los vol
vemos a encontrar en el seor Krivnko, quien, por ejemplo, en
su deseo de pulverizar a la odiada soci<?Idemocracia, cuenta que
algunos van a las fbricas (cuando se es ofrecen buenos puestos
como tcnicos y oficinistas), sosteniendo que su nico propsito
es acelerar el proceso capitalista, Por supuesto, no hay aecesi
dad de responder a semejantes afirmaciones absolutamente in
decentes. Aqu no cabe ms que poner pinito final,
Continen, seores, en esto mismo espirita, continen audaz
mente! El gobierno imperial el mismo que, como acaban ustedes
de decirlo, ha temado ya medidas (aunque imperfectas) para salvar
al pueblo de la ruina total--- tomar medidas, esta \ez perfectas,
para salvar a ustedes de la acusacin de trivialidad e ignorancia.
La "seriedad culta seguir como hasta ahora, con agrado, sn los
intervalos entre ios pasteles de esturin y el tapete verde, ha
blando del hermano menor y trabando proyectos humanitarios
para mejorar'' su situacin; sus representantes, se enterarn con
satisfaccin, de boca de ustedes que ocupando puestos de super
intendentes de los zemstves o de cualesquiera otros guardianes
del bolsillo dei campesino, manifiestan una alta conciencia de
tas necesidades y obligaciones cvicas. Continen! Puedan estar
seguros de que 110 slo los dejarn en paz, sino que contarn
\

QUINES SON LOS "AMIGOS DEI. PUEBLO

287

tambin con ia aprobacin y las alabanzas... de los seores


Burenin,
Como conclusin nc estar do ms, me parece, contestar a una
pregunta que quizs habr acudido ya a a monte de ms de un leer
tov. Vala la pona dialogar can largamente con semejantes seores?
Vala la pena contestar a fondo a este torrente de lodo liberal y
protegido por la censura, que a ellos se es antoja llamar polmica?
Me parece que vala la pena, no por ellos, es claro, y no por
el pblico culto, sino por la provechosa enseanza que pueden
v deben obtener de este furioso ataque los socialistas rusos. Es
la demostracin ms clara y convincente de que el perodo del
desarrollo social de Rusia en el que la democracia y e! socialismo
se fundan en un todo inseparable, indisoluble (como ocurri, por
ejemplo, en la poca de Cbemshevski), ha pasado para no volver
ms. Ahora no hay ya, decididamente, base alguna para la idea
que hasta hov persiste aqu y all entre los socialistas rusos, refle
jndose, con dao extraordinario, tanto en sus teoras como er su
actividad prctica segn la cual no existe en Rusia una diferen
cia profunda y cualitativa entre las ideas de los demcratas y las
de los socialistas.
Todo lo contrario: entre esas ideas hay un profundo abismo,
y es ya tiempo de que los .socialistas rasos comprendan esto, com
prendan que la ruptura completa y definitiva con las ideas de
los demcratas es inevitable e imperativa. Veamos qu era en
realidad ese demcrata ruso en los tiempos que dieron origen a la
citada idea, y qu es hoy. Los amigos del pueblo nos brindan
suficiente material para Uazar este paralelo.
Resulta muy interesante, en ese sentido, el ataque del seor
Krivenko contra el seor Struve, quien en una publicacin alemana
se pronunci contra el utopismo del seor Nik.-on (su artculo
En torno del desarrollo capitalista de Rusia, Zur Beurtheihmg
der kapftalisttschen Entwicklung Russlands apareci en Sozialpolitische CentralWatt * III, nm. 1, del 2 de octubre de 1803).
El seor Krivenko arremete contra el seor Struve porque ste,
segn l, considera a las ideas de quienes estn a favor de la
comunidad rural y del reparto de las tierras de nadie! como so*
"Boletn Central Poltico-Social, peridico del ala derecha de la
sodal-devnacracia alemana, Su publicacin se inici m 1802. ( Ed.)

288

V.

I.

L ENIN

cialismo nacional (que, segn dice es de naturaleza puramente


utpica). Esta terrible acusacin de supuesto socialismo pone
al honorabilsimo autor fuera de s:
No hubo nadie ms exclama (fuera de Herzen, Chernishevski y los populistas) que estuviese en favor de la comuni
dad rural y del reparto de las tierras de nadiel? Y los autores de
la ley orgnica sobre los campesinos, para quienes la comunidad
y la actividad econmica independiente de los campesinos fue la
la base de la Reforma, y los investigadores de nuestra historia y de .
la vida contempornea, que apoyan estos principios, y casi toda
nuestra prensa seria y decente, que tambin los apoya, acaso
todos ellos son vctimas de ese engao llamado socialismo na
cional?".
Tranquilcese, honorabilsimo seor amigo del pueblo! Se
ha asustado usted tanto de esta terrible acusacin de socialismo,
que ni siquiera se tom la molestia de leer con atencin el pe
queo articulejo del seor Struve. En efecto, [qu enorme injus
ticia sera acusar de socialismo a los que estn a favor de la
comunidad rural y del reparto de las tierras de nadiel! Por favor,
qu hay de socialismo en esto? Pues socialismo se llama a la
protesta y la lucha contra la explotacin del trabajador, a la lucha
orientada a abolir esa explotacin; y estar a favor del reparto de
tierras de nadiel significa ser partidario del rescate, por parte de
los campesinos, de toda la tierra de que disponan. Inclusive si no
se est en favor del rescate, sino de que se deje gratuitamente a
los campesinos toda la tierra que se encontraba en posesin de
ellos antes de la Reforma, aun as, eso nada tiene de socialista,
porque precisamente esta propiedad campesina sobre la tierra (que
se fue formando durante el perodo feudal) fue tambin por do
quier, en Occidente, como aqu en Rusia *, la base de la sociedad
burguesa. Estar a favor de la comunidad rural, es decir, pro
testar contra la intervencin policaca en los mtodos habituales
de distribucin de la tierra: qu hay en ello de socialista, cuando
todo el mundo sabe que la explotacin del trabajador puede muy
bien existir dentro de esta comunidad y se engendra en su seno?
Esto significa ya extender hasta lo imposible la palabra socialis* La prueba est en la diferenciacin del campesinado,
\

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

289

mo: por lo que se ve, habr que iacluir tambin entre los socialistal al seor Pobiedonstsev *.
El seor Struve no comete en manera alguna una injusticia
tan terrible. Habla del carcter utpico del socialismo nacional de
los populistas, y por el hecho de que llame a Nuestras discrepancias
de Plejnov polmica con los populistas, se ve a quines incluye en
tre los populistas. Plejnov, indudablemente, polemizaba con so
cialistas, con personas que no tienen nada en comn con la prensa
rusa "seria y decente. Y por eso el seor Krivenko no tena dere
cho a adjudicarse lo que se refiere a los populistas. Y si quera
conocer la Opinin del seor Struve acerca de la corriente a la cual
l mismo adhiere, entonces me extraa que no haya prestado
atencin al siguiente pasaje del artculo del seor Struve y no lo
haya traducido para Rtisskoie Bogatstvo:
A medida que avanza el desarrollo capitalista dice el autor
a filosofa que acabamos de describir [la populista] ha de perder
terreno. O degenerar [wird herabsinken] en una corriente refor
mista bastante incolora, proclive a los compromisos y a buscar
compromisos
grmenes promisorios de lo cual se observan desde
hace tiempo, o reconocer el desarrollo real como inevitable y har
las deducciones tericas y prcticas que necesariamente se des
prenden de aqu; dicho en otras palabras dejar de ser utpico.
Si el seor Krivenko no adivina dnde existen en nuestro pas
grmenes de esta tendencia, slo capaz de aceptar compromisos,
yo le aconsejara echar una mirada a Rsskoie Bogatstvo, a las
concepciones tericas de esta revista, que constituyen un lamen
table intento de compaginar fragmentos sueltos de la doctrina
populista con el reconocimiento del desarrollo capitalista de Ru
sia, al programa poltico de la revista dirigido a mejorar y restaurar
la economa de los pequeos productores sobre la base del orden
capitalista existente ***.
K. Pobiedonstsev. Vase V. I. Lenin, oh. cit., Biografas, tomo
complementario 1. ( Ed.)
Ziem lich blasse kcrmpromissfahge und kompromiss su chtige ReformHchtung: en ruso se puede interpretar esto, segn creo, as: oportunismo culturalista.
*** Produce en general una lamentable impresin el intento del seor
Krivenko de atacar al seor Struve. Revela una impotencia infantil de obje
tar algo sustancia], y una irritacin tambin infantil. Por ejemplo, el seor
Struve dice que el seor Nik.-on es un utopista. Y explica con toda clari-

290

V.

I.

LEN IN

Uno de los fenmenos ms caractersticos y notables de nues


tra vida social en los ltimos tiempos es, hablando en trminos
generales, la degeneracin del populismo en oportunismo pequeoburgus.
En efecto, si nos atenemos a la esencia del programa de R. B.
todas esas regularizaciones de las migraciones y de los arrenda
mientos, todos esos crditos baratos, museos, almacenes, perfec
cionamientos tcnicos, arteles y laboreo en comn, veremos que
en realidad dicho programa goza de una enorme difusin en toda
la prensa seria y decente, es decir, en toda la prensa liberal que
no es rgano de los terratenientes feudales o que no forma parte
de la prensa reptil La idea de la necesidad, de la utilidad, de la
urgencia, del carcter inofensivo de todas estas medidas ha
echado profundas races en toda la intelectualidad y alcanzado
una difusin extraordinaria: se la encontrar tanto en los boletines
y peridicos de provincias como en todas las investigaciones, reco
pilaciones y descripciones, etc., etc., de los zemstvos. Indudable
mente que si se toma esto como populismo, el xito es inmenso
e indiscutible.
Pero esto no es en modo alguno populismo (en el viejo y
dad por qu lo llama as: 1) porque desconoce el desarrollo real de Rusia;
2) porque apela a la "sociedad y al Estado, sin comprender el carcter
de clase nuestro Estado. Qu puede objetar contra esto el seor Krivenko?
Niega que nuestro desarrollo sea realmente capitalista? Dice que este des
arrollo es de otra ndole? Que el Estado no es un Estado de clase? No,
prefiere eludir por completo estas cuestiones y, con furia cmica, combatir
ciertos modelos estereotipados" de su propia invencin. Otro ejemplo. El
seor Struve, adems de acusar al seor Nik.-on de no comprender la lucha
de clases, le reprocha grandes errores tericos en lo que se refiere a hechos
puramente econmicos. Seala, entre otras cosas, que al hablar del nmero
insignificante de nuestra poblacin no agrcola, el seor Nik.-on no advierte
que el desarrollo capitalista de Rusia tender precisamente a atenuar esta
diferencia entre el 80 por ciento (poblacin de Rusia) y el 44 por ciento
(poblacin rural de Norteamrica): eh esto se puede decir que consiste su
misin histrica. El seor Krivenko, en primer lugar, tergiversa este pa
saje, hablando de nuestra (?) misin de privar de tierra a los campesinos,
cuando se trata sencillamente de la tendencia del capitalismo a reducir la
poblacin rural, y, en segundo lugar, sin decir ni una palabra sobre lo esen
cial (es posible un capitalismo que no conduzca a la disminucin de la po
blacin rural?), se pone a hablar tonteras sobre los exgetas, etc. Vase
el Apndice II.
*
Alusin a los rganos de prensa venal, rastreros y obsecuentes, com
prados por el gobierno zarista. (Ed.)

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO**

291

habitual sentido de la palabra), y su xito y enorme difusin han


sido conseguidos a costa de la vulgarizacin del populismo, a
costa de la conversin del populismo socialrevolucionario, que era
radicalmente opuesto a nuestro liberalismo, en un oportunismo
culturalista que se funde con este liberalismo y que expresa ni
camente los intereses de la pequea burguesa.
Para persuadirse de esto ltimo, vale la pena dirigir la aten
cin a los cuadros arriba trascritos, sobre la diferenciacin de los
campesinos y los kustares, y estos cuadros no pintan en manera
alguna hechos aislados o nuevos, sino que representan sencilla
mente un intento de expresar en trminos de economa poltica esa
escuela de sanguijuelas y peones rurales, cuya existencia en
nuestro campo no es negada ni siquiera por nuestros adversarios.
Se comprende que las medidas populistas slo pueden reforzar
a la pequea burguesa; o (los arteles y el cultivo de la tierra en
comn) representarn mseros paliativos, se reducirn a tmidos
experimentos por el estilo de los que con tanta ternura cultiva la
burguesa liberal por todas partes en Europa, por la sencilla ra
zn de que no afectan en nada la escuela. Por esta misma razn
ni siquiera los seores Ermlov y Witte
Todo lo contrario.
Por favor, seores! Inclusive Ies darn a ustedes dinero para los
experimentos, con tal de apartar a la intelectualidad de la labor
revolucionaria (subarayar el antagonismo, explicarlo al proleta
riado, intentar encauzar este antagonismo por la senda de la lucha
poltica abierta) y hacerla caer en esos remiendos del antago
nismo, en la conciliacin y la unificacin. Por favor, seores!
Detengmonos un poco en ese proceso que ha conducido a
tal degeneracin del populismo. En su nacimiento mismo, en su
aspecto inicial, esta teora posea suficiente unidad interna par
tiendo de la idea de un modo especfico de vida del pueblo, crea
en los instintos comunistas del campesino de la comunidad, y
por eso vea en los campesinos a los combatientes naturles por
el socialismo, pero le faltaba elaboracin terica, le faltaba ser
confirmada en los hechos de la vida rusa, por una parte, y por otra,
la experiencia en la aplicacin de un programa poltico que estu
viese basado en esas supuestas cualidades del campesino.
El desarrollo de la teora sigui precisamente esas dos direc
*A. Ermlov y S. Witte. Vase V. I. Lenin, ob. cit., Biografas,
tomo complementario 1. (Ed.)

292

V.

X. L E N I N

ciones: la terica y la prctica. La labor terica fue dirigida de


un modo principal al estudio de la forma de posesin de la tierra,
en la que queran ver embriones de comunismo; y esta labor apor
t los datos ms variados y ricos. Pero este material, que se refiere
preferentemente a las formas de posesin de la tierra, hizo que
los investigadores ignoraran por completo la economa del campo.
Ello ocurri de la manera ms natural por cuanto, en primer lu
gar, los investigadores carecan de una teora firme sobre el m
todo en la ciencia social, una teora que explicara la necesidad
de destacar y estudiar de un modo especial las relaciones de pro
duccin; y, en segundo lugar, porque el material reunido propor
cionaba indicaciones directas e inmediatas sobre las necesidades
ms urgentes de los campesinos, sobre las calamidades ms inme
diatas, que actan como un duro yugo sobre la economa campe
sina. Y toda la atencin de los investigadores se concentr en el
estudio de estas calamidades, de la escasez de tierras, de los pagos
exorbitantes, de la privacirit de derechos, de la situacin de aplas
tamiento y atropello de los campesinos. Todo eso fue descrito,
estudiado y explicado con tal riqueza de materiales, con tal minu
ciosidad en los detalles, que, naturalmente, si no fuera el nuestro
un Estado de clase, si su poltica fuese dirigida, no por los intereses
de las clases gobernantes, sino por el anlisis imparcial de las ne
cesidades populares, habra debido convencerse una y mil veces
de la necesiaad de eliminar esas calamidades. Los ingenuos in
vestigadores, que crean en la posibilidad de convencer a la
sociedad y al Estado, se hundieron, por completo en los detalles de
los hechos reunidos por ellos y perdieron de vista una cosa: la
estructura poltico-econmica del campo, perdieron de vista el
fundamento bsico de la economa, realmente comprimida por esas
calamidades directas e inmediatas. El resultado fue, por supuesto,
que la. defensa de ios intereses de la economa comprimida por la
escasez de tierras, etc., result ser la defensa de los intereses de la
clase que mantena en sus manos dicha economa, de la nica clase
que poda mantenerse y desarrollarse en las relaciones econmicosociales existentes en el seno de la comunidad, en el sistema eco
nmico existente en el pas.
La labor terica encaminada al estudio de la institucin que
debera servir de fundamento y baluarte para eliminar la explota
cin, condujo a la elaboracin de un programa que expresa los

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

293

intereses de la pequea burguesa, es decir, precisamente de la


clase sobre la que descansa este rgimen de explotcinl
Al mismo tiempo, la labor prctica revolucionaria se desarro
llaba tambin en una direccin completamenti inesperada. La fe
en los instintos comunistas del mujik, como es natural, exiga de
los socialistas que dejaran a un lado la poltica y fuesen al pue
blo. A la realizacin de este programa se entreg una multitud
de hombres de gran energa y talento, que debieron convencerse
en la prctica de cun ingenua era la idea acerca de los instintos
comunistas del mujik. Se decidi, por lo dems, que la cuestin no
resida en el mujik, sino en el gobierno, y toda la labor fue diri
gida a la lucha contra el gobierno, lucha que entonces sostenan
los intelectuales solos y los obreros que a veces se unan a ellos.
Al principio, esa lucha se libr en nombre del socialismo, basn
dose en la teora segn la cual el pueblo est preparado para el
socialismo y que con la simple toma del poder se podr llevar a
trmino, no slo la revolucin poltica, sino tambin la revolucin
social. En los ltimos tiempos esta teora, por lo visto, se est
desacreditando por completo, y la lucha de los populistas de
Nardnaia Volia contra el gobiern se convierte en la de los
radicales por la libertad poltica.
Y
por otra parte, por consiguente, la labor condujo a resulta
dos diametralmente opuestos a su purjtu de partida; y result un
programa que expresa slo los interess de la democracia radical
burguesa. Propiamente hablando, este proceso todava no ha aca
bado, pero a mi parecer se ha difundido ya con toda claridad. Se
mejante desarrollo del populismo ha sido totalmente natural e in
evitable, ya que la doctrina se basaba en una idea puramente
mtica sobre el rgimen especial (comunal) de la economa cam
pesina: al chocar con la realidad, el mito se disip, y el socialismo
campesino se trasform en ma representacin democrticorradical
del campesino pequeoburgus.
Veamos unos ejemplos de la evolucin del demcrata:
Hay que preocuparse dice el seor Krivenko de que en
lugar de un hombre cabal no resulte un tipo universal ruso falto
de carcter, saturado nicamente de un confuso fermento de bue
nos sentimientos, pero incapaz de verdadera abnegacin y de hacer
algo perdurable en la vida. El sermn es excelente; veamos cul
es su aplicacin. Respecto de lo ltimo contina el seor Kri-

294

V.

I.

LENIN

venkoyo conozco este enojoso hecho: viva en el sur de Rusia


una juventud animada de las mejores intenciones y de amor al
hermano menor; mostraban hacia el mujik la mayor atencin y
respeto; lo trataban como a un husped de honor, coman con l
de un mismo plato, lo convidaban con dulces y pasteles; por todo
le pagaban ms caro que otros, le daban dinero en calidad de
prstamo, de propinas o porque s, le hablaban de las institucio
nes europeas y de las asociaciones obreras, etc. En esa misma
localidad viva tambin un joven alemn, Schmidt, mayordomo
de una hacienda, o mejor dicho, sencillamente jardinero, hombre sih
ninguna clase de ideas humanitarias, un autntico, estrecho y formal
espritu alemn (sic??!l)%etc. Y despus de haber vivido tres o
cuatro aos en la localidad, esos jvenes se marcharon. Pasaron
cerca de 20 aos y el autor, al visitar aquella comarca, supo que
el seor Schmidt (como recompensa de sus tiles servicios ya
no era llamado el jardinero Schmidt, ahora era el seor Schmidt)
ense a los campesinos a cultivar la vid, que les da ahora cierto
ingreso de 75 a 100 rublos por ao, como resultado de lo cual
conservan de l un buen recuerdo, y de los seores que slo
abrigaban buenos sentimientos hacia el mujik y que no hicieron
para l nada esencial [!], ni siquiera el recuerdo se conserva.
Si hacemos el clculo, resultar que los acontecimientos des
critos se refieren! a los aos 1869-1870, es decir, ms o menos a la
poca en que los socialistas populistas32 rusos intentaban intro
ducir en Rusia la ms avanzada e importante institucin europea :
la Internacional.
Es claro que la impresin que se recibe del relato del seor
Krivenko es demasiado tuerte, por lo que se apresura t hacer estas
reservas:
Yo no digo con esto, naturalmente aclara, que Schmidt
fuera mejor que esos seores, pero digo por qu, a pesar de todos
sus otros defectos, dej, sin embargo, una huella ms profunda en
la localidad y entre la poblacin. [No digo que es mejor, pero digo
que dej una huella ms profunda: [qu tontera es staiM] Tam
poco digo que hiciera algo importante, sino que, por el contrario,
cito lo que l hizo como un ejemplo del ms insignificante hecho
incidental, que nada le cost, pero que fue para todos algo indu
dablemente vital.
La reserva, como se ve, es muy ambigua, pero el asunto aqu
/

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

295

no consiste en su ambigedad, sino en que el autor contrapone la


esterilidad de una actuacin al xito de la otra, y ni siquiera sos
pecha, evidentemente, la diferencia radical en la orientacin de
estas dos clases de actividades. Ese es el quid de la cuestin, que
hace a este relato tan caracterstico para definir la fisonoma del
demcrata actual.
Esta juventud, al hablar al mujik del rgimen europeo y de
las asociaciones obreras, quera evidentemente estimular en l el
deseo de modificar las formas de vida social (tal vez esta conclu
sin ma en el caso presente sea errnea, pero todo el mundo es
tar de acuerdo, pienso yo, en que es justa, ya que inevitablemente
se desprende del citado relato del seor Krivenko), quera indu
cirlo a la revolucin social contra la sociedad actual, que origina
una tan escandalosa explotacin y opresin del trabajador, a la
vez que un entusiasmo general con motivo de toda clase de pro
gresos liberales. Pero el seor Schmidt, como buen hacendado,
slo quera ayudar a los otros propietarios a organizar sus asuntos
econmicos, y nada ms. Cmo, pues, se puede comparar, con
frontar estas dos actividades de fines diametralmente opuestos?
Es como si alguien se pusiera a comparar el fracaso de una per
sona que tratase de destruir un edificio determinado con el xito
de otra persona que quisiera apuntalarlo! Para establecer una
comparacin que tenga cierto sentido, habra que ver por qu
result tan desafortunado el intento de esta juventud que iba al
pueblo a inducir a los campesinos a la revolucin: no ser porque
dicha juventud parta de una idea equivocada segn la cual pre
cisamente el campesinado es el representante de la poblacin
trabajadora y explotada, cuando en realidad los campesinos no
constituyen ima clase nica (ilusin que se explica, tal vez, slo
por la influencia manifiesta de la poca de decadencia del rgimen
de servidumbre, cuando los campesinos intervenan realmente
como clase, pero slo como clase de la sociedad feudal), ya que
en su mismo seno se forman la clase de la burguesa, y la del
proletariado; en una palabra, era necesario analizar las viejas teo
ras socialistas y su crtica por los socialdemcratas. En cambio,
el seor Krivenko hace todos los esfuerzos imaginables para de
mostrar que la del seor Schmidt es una obra indudablemente
vital. Pero por qu, honorabilsimo seor amigo del pueblo,
querer golpear a una puerta abierta? Quin duda de esto? Qu

296

V.

I.

LENIN

obra puede ser ms indudablemente vital que la de introducir el


cultivo de la vid y recibir de l 75 100 rublos de ingresos? *
Y
el autor pasa a explicar que si un campesino introduce en
sus campos el cultivo de la vid, la suya ser una actividad aislada,
pero si lo hacen unos cuantos, entonces ser una actividad colec
tiva y amplia, que convierte una pequea obra en una obra ver
dadera, correcta, como, por ejemplo, la realizada por A. N. Engelhardt **, quien no slo emple los fosfatos en sus tierras, sino
que introdujo su uso en las tierras de otros.
No es cierto que se trata de un magnfico demcrata?
Tomemos otro ejemplo, el de las opiniones sobre la Reforma
campesina. Cul fue la actitud hacia ella de Chemishevski, un
demcrata de la citada poca en que la democracia y el socialismo
estaban indisolublemente unidos? Como no estaba en condiciones
de manifestar abiertamente sus opiniones, guard silencio, y re
curriendo a circunloquios caracteriz de este modo la reforma que
se preparaba:
"Supongamos que ijo estuviese interesado en la adopcin de
medidas para conservar las provisiones que constituyen el alimen
to de ustedes. De suyo se entiende que si hiciese esto guiado slo
por una buena disposicini hacia ustedes, mi celo se basara en
el supuesto de que las provisiones les pertenecen y que la comida
preparada con ellas les resulta saludable y ventajosa. Figrense
ustedes cuales seran mis sentimientos si me enterase de que las
provisiones de ningn modo les pertenecen y que por cada comida
preparada con ellas les cobran un precio que n o s l o e x c e d e e l
c o st o d e l a c o m i d a [esto fue escrito antes de la Reforma. Y los
seores Iuzhakov aseguran ahora que el principio fundamental de
ella era dar seguridad a los campesinos!!], s in o q u e n o p u e d e n e n
GENERAL PAGAR SIN CAER EN UN ESTADO DE EXTREMA PENURIA. Q u

pensamientos acudiran a mi mente ante tan extraos descubri


mientos? [.. . ] Qu necio fui al afanarme por una obra para cuya
utilidad no estaban aseguradas las debidas condicions! Quin
Por qu no intentaron proponer esta obra vital a aquella juventud
que hablaba al mujik de las asociaciones europeas! Cmo lo habran reci
bido, qu magnfica rplica les habran dado! Ustedes se habran muerto
de miedo de sus ideas, como lo hacen ahora del materialismo y la dialctica!
** Lenin cita la finca de Engelhardt en El desarrollo del capitalismo
en )Iiusia, ob. cit-, cap. III, VI. ( Ed.)

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

297

si no un necio puede preocuparse por la conservacin de la pro


piedad en determinadas manos, sin asegurarse previamente de que
la propiedad ir a parar a dichas manos, en condiciones ventajo
sas? [.. . ] Es mejor que se pierdan todas estas provisiones que
slo c a u s a n d a o a la persona querida por m! M e jo r e s q u e
FRACASE LA OBRA QUE SLO IE S TRAE L A RUINA!

Destaco los pasajes que muestran con mayor elocuencia la


profunda y magnfica comprensin que Chernishevski tena de la
realidad que lo rodeaba, la comprensin de lo que eran los pagos
de los campesinos, la comprensin del carcter antagnico de las
clases sociales rusas. Es importante sealar tambin que semejan
tes ideas puramente revolucionarias las supo exponer en una prens
sometida a la censura. En sus obras ilegales ecriba eso mismo,
pero sin ambages. En el Prlogo al prlogo, Volguin (por labios
del cual Chernishevski expone sus propios pensamientos) dice:
Que la obra de la emancipacin de los campesinos sea puesta
en manos del partido terrateniente. La diferencia no ser grande *,
y a la observacin de su intelocutor, de que, por lo contrario, la
diferencia sera colosal, ya que el partido de los terratenientes
estaba contra el reparto de tierra entre los campesinos, contesta
resueltamente:
No, la diferencia no ser colosal, sino insignificante. Sera
colosal si los campesinos recibiesen la tierra sin rescate. Hay dife
rencia entre tomar a una persona una cosa o dejrsela, pero da lo
mismo si se torna a esa persona el pago de la cosa. El plan del
partido de los terratenientes se diferencia del de los progresistas
slo en que es ms sencillo y ms breve. Por eso es an mejor.
Menos trmites burocrticos, probablemente, y menos cargas para
los campesinos. Los c a m p e s i n o s q u e t e n g a n d in e r o , c o m p r a r n
TIERRA. A LOS QUE NO LO TENGAN, NO HAY POR QU OBLIGARLOS A
COMPRARLA. Lo UNICO QUE ESTO HARA SERA ARRUINARLOS. E l RES
CATE EQUIVALE A LA COMPRA.

Haca falta el genio de un Chernishevski para comprender


con tal claridad, cuando la reforma campesina slo se iniciaba
(cuando todava no haba sido lo bastante esclarecida, ni siquiera
en Occidente), su carcter fundamentalmente burgus, para com
prender que ya entonces la sociedad y el Estado ruso estaban
*
Tomo la cita del artculo de Plejnov N. Chernishevski, en SotsialDemokrat **.

298

V. . LN1N

gobernados y dirigidos por clases sociales incuestionablemente hos


tiles al trabajador y que incuestionablemente predeterminaban la
ruina y la expropiacin del campesinado. Y Chemishevski com
prenda adems que la existencia de un gobierno que encubra
nuestras relaciones sociales antagnicas es un mal terrible que em
peora mucho ms la situacin de los trabajadores.
A decir verdad contina Volguin, mejor ser emancipar
los sin tierra. (Es decir, si tan fuertes son en nuestro pas los terra
tenientes feudales, mejor ser que intervengan franca y directa
mente, y hablen con entera claridad, en vez de encubrir sus inte
reses feudales tras los compromisos de un gobierno hipcrita y
absolutista.)
La cuestin se plantea de manera que yo no encuentro moti
vos para inquietarme ni siquiera por el hecho de que los campe
sinos sean emancipados o no; mucho menos por quin los eman
cipar, si los liberales o los terratenientes. A mi juicio es igual. In
clusive es mejor que sean los terratenientes
Y
en una de las Cartas sin destinatario: Se dice: emancipar
a los campesinos [...] Dnde estn las fuerzas para hacerlo? To
dava no existen. Y puede verse cmo estn las cosas: van a co
menzar a emancipar. Pero qu resultar de ello? Juzguen ustedes
mismos qu resulta, cuando se emprende una tarea que est por
encima de nuestras fuerza. Se estropea y el resultado ser algo
abominable.
Chemishevski comprenda que el Estado feudal y burocr
tico ruso no estaba' en condiciones de emancipar a los campesinos,
es decir, de derrocar a los feudales, y que slo poda realizar algo
abominable, llegar a un mezquino compromiso entre los intereses
de los liberales (rescate y compra son una misma cosa) y de los
terratenientes, compromiso que engaa a los campesinos con el
espejismo del bienestar y de la libertad, pero que en realidad los
arruina y los pone a merced de los terratenientes. Y protestaba,
maldeca la Reforma, deseaba su fracaso, deseaba que el gobierno
se embrollase en sus acrobacias entre los liberales y los terratenien
tes, y sobreviniese una bancarrota que condujera a Rusia al camino
de la lucha abierta de clases.
Pero nuestros demcratas contemporneos ahora cuando
las geniales predicciones de Chemishevski se han convertido en
un hecho, cuando treinta aos de historia han echado por tierra,
despiadadamente, toda clase de ilusiones econmicas y polticas

QUINES SON LOS " AMIGOS DEL PUEBLO*

299

cantan loas a la Reforma, ven en ella la sancin de la produccin


popular, se las ingenian para extraer de ella pruebas de la posi
bilidad de seguir no se sabe qu camino que eluda la existencia
de clases sociales hostiles al trabajador. Repito, la actitud hacia la
Reforma campesina es la prueba ms evidente de cun profunda
mente se han aburguesado nuestros demcratas. Estos seores
no han aprendido nada y han olvidado mucho, mucho.
A fin de establecer un paralelo tomar Otichestviennie Zaprslci de 1872. Ya trascrib ms arriba fragmentos del artculo La
plutocracia v sus bases a propsito de los progresos en cuanto al
liberalismo (que encubra los intereses plutocrticos), hechos por
la sociedad rusa en el primer decenio despus de la gran Reforma
emancipadora.
Si antes era frecuente encontrar personas escriba ese mismo
autor en el mismo artculo que se lamentaban de las reformas v
lloraban los viejos tiempos, ahora ya no. A todos les gusta el
nuevo orden de cosas, todo el mundo se siente alegre y tranquilo,
v el autor seala ms adelante cmo tambin la propia literatura
se va convirtiendo en un rgano de la plutocracia, que sostiene
los intereses v apetitos plutocrticos bajo la cubierta de la de
mocracia. Examnese con ms atencin este razonamiento. El
autor se muestra disconforme porque todos estn conformes con
el nuevo orden de cosas creado por la Reforma, poraue todos
(los representantes de la sociedad y de la intelectualidad, natu
ralmente, y no los trabajadores) estn alegres y tranquilos, a pe
sar de los evidentes rasgos antagnicos, burgueses, de este nuevo
orden de cosas; el pblico no advierte que el liberalismo no hace
ms aue encubrir la libertad de adauisicin, v, como es natural,
de adquisicin a costa de la masa de trabajadores y en perjuicio
de ella. Y protesta. Precisamente esta protesta, caracterstica de
un socialista, es lo que hay de valioso en su razonamiento. Obsr
vese que esta protesta contra la plutocracia encubierta por la de
mocracia contradice la teora general de la revista: pues nieean
toda clase de factores, elementos e intereses burgueses en la Re
forma campesina, niegan el carcter de clase de la intelectualidad
rusa y del Estado ruso, niegan la existencia de terreno propicio para
el capitalismo en Rusia, y sin embargo no pueden dejar de perci
bir, de palpar el capitalismo y el carcter burgus. Y como Otiche'toiennie Zapiski percibi el carcter antagnico de la sociedad
rusa y combati el liberalismo y la democracia burguesa, la revista

300

V.

r.

L E NI N

hizo causa comn con todos nuestros primeros socialistas, que


aunque no supieron comprender ese antagonismo, tuvieron con
ciencia de l y quisieron luchar contra la organizacin de la socie
dad que lo engendraba; por eso la revista Otichestuiennie Zapiski
fue progresista (naturalmente, desde el punto de vista del prole
tariado). Los amigos del pueblo han olvidado este carcter an
tagnico, han perdido toda sensibilidad y no ven cmo bajo el
manto de democracia tambin en nuestro pas, en la santa Rusia,
se ocultan burgueses de pura sangre; y por eso mismo ahora son
reaccionarios (respecto del proletariado), pues ocultan el antago
nismo, no hablan de la lucha, sino de una actividad cultural con
ciliadora.
Pero seores, ha dejado acaso el liberal ruso de rostro sereno,
el representante democrtico! de la plutocracia en la dcada del 60
de ser el idelogo de la burguesa en la del 90 slo porque su rostro
se nubl con el velo del dolor ciudadano?
Acaso la libertad de adquisicin en gran escala, la libertad
de adquisicin de grandes crditos, de grandes capitales, de gran
des mejoras tcnicas, deja de ser liberal, es decir, burguesa, sin
cambiar las relaciones econmicosociales existentes, slo porque
es sustituida por la libertad de adquisicin de pequeos crditos,
de pequeos capitales, de pequeas mejoras tcnicas?
Repito que no han cambiado de opinin bajo la influencia de
un cambio radical de puntos de vista o de una radical modifica
cin de nuestro orden de cosas. No, simplemente han olvidado.
Perdido ese nico rasgo que en otros tiempos haca que sus
predecesores fuesen progresistas, a pesar de toda la inconsisten
cia de sus teoras, a) pesar de la concepcin ingenuamente utpica
que tenan de la realidad, los amigos del pueblo no aprendieron
absolutamente nada en todo este lapso. Y sin embargo, aun con
independencia del anlisis politicoeconmico de la realidad rusa,
la sola historia poltica de Rusia 'en estos treinta aos habra de
bido ensearles muchas cosas.
En ese entonces, en la dcada del 60, el poder de los seores
feudales fue minado: sufrieron una derrota, no definitiva, es cier
to, pero tan fuerte que debieron desaparecer de la escena. Los
liberales, por el contrario, levantaron cabeza. Abundaban las fra
ses liberales sobre el progreso, la ciencia, el bien, sobre la lucha
contra la injusticia, sobre los intereses populares, la conciencia po
pular, las fuerzas populares, etc., etc., esas mismas frases que tam

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

301

bin ahora en momentos de singular depresin, vomitan nuestros


quejumbrosos radicales en sus salones, nuestros fraselogos libera
les en sus banquetes de aniversario, en las pginas de sus revistas
v peridicos. Los liberales resultaron ser tan fuertes, que han trasformado el nuevo orden dei cosas a su modo, no por completo, ni
mucho menos, como es natural, pero en medida considerable. Aun
que tampoco entonces brillaba en Rusia la clara luz de una lu
cha abierta de clases, haba sin embargo, ms luz que ahora, de
modo que inclusive los idelogos de la clase trabajadora, que no
tenan idea de esta lucha de clases, que preferan soar con un
futuro mejor antes que explicar el presente abominable, inclusive
ellos no podan dejar dei ver que tras el liberalismo se ocultaba la
plutocracia, que este nuevo orden de cosas era un orden burgus.
Fue precisamente la desaparicin de los seores feudales de la
escena, que ya no desviaban la atencin hacia problemas aun ms
candentes, que ya no impedan examinar el nuevo orden de cosas
en su aspecto puro (en trminos relativos), lo que permiti que
esto se viera. Pero aunque nuestros demcratas de entonces saban
condenar el liberalismo plutocrtico, no supieron, sin embargo,
comprenderlo y explicarlo cientficamente, no supieron compren
der que era inevitable debido a la organizacin capitalista de nues
tra economa social, no supieron entender el carcter progresista
de ese nuevo rgimen de vida en comparacin con el antiguo rgi
men de servidumbre, no supieron comprender el papel revolucio
nario del proletariado engendrado por l, y se limitaron a gruir
contra ese rgimen de libertad y de humanismo, consideraron
su carcter burgus como algo casual, esperaban que en el rgi
men popular deban manifestarse todava otras relaciones socia
les, no se sabe cules.
Y
he aqu que la historia les ha mostrado esas otras relacio
nes sociales. Los seores feudales, no del todo liquidados por la
reforma, tan monstruosamente mutilada en beneficio de sus inte
reses, han revivido (de momento) y mostrado de modo palpable
cules son, adems de las burguesas, esas otras relaciones sociales
nuestras, y lo han mostrado bajo la forma de una reaccin tan de
senfrenada, tan increblemente absurda y feroz, que nuestros de
mcratas se acobardaron, se replegaron en lugar de avanzar y
trasformar su ingenua democracia, que fue capaz de percibir el
carcter burgus pero no supo comprenderlo, en socialdemocracia;
retrocedieron, fueron hacia los liberales, y ahora se enorgullecen

302

V.

I.

LENIN

de que su lloriqueo..., quise decir sus teoras y sus programas


sean compartidos por toda la prensa serla y decent'. Se dira
que la leccin ha sid muy sugestiva: se ha hecho demasiado evi
dente la ilusin de les viejos socialistas acerca del rgimen especial
de vida del pueblo, acerca de los instintos socialistas del pueblo,
acerca del carcter fortuito del capitalismo y de la burguesa; se
dira que ya se puede mirar directamente a la realidad y reconocer
en forma abierta que en Rusia no hubo ni liav otras relaciones
eoonmicosociales que las burguesas y las moribundas relaciones
de servidumbre, y que por lo ianio no puede haber un camino al
socialismo que no pase por el movimiento obrero. Pero estos de
mcratas no han aprendido nada, y las ingenuas ilusiones de un
socialismo pequeoburgus han dado paso a la moderacin prc
tica de los progresos pequeoburgueses.
Ahora las teoras de estos idelogos de la pequea burguesa,
cuando intervienen como representantes de los intereses de los
trabajadores, son simplemente reaccionarias. Ocultan e) antago
nismo de las modernas relaciones econmicosoclales rusas y razo
nan como si se pudiese resolver las cosas con medidas generales,
aplicables a todos, con vistas al ascenso, al mejoramiento, etc.,
como si se pudiese conciliar y unificar. Son reaccionarias cuando
presentan a nuestro Estado como algo situado por encima de las
clases, y por eso apto y calificado para prestar una ayuda seria y
honrada a la poblacin explotada.
Son reaccionarias, por ltimo, porque no comprenden en ab
soluto la necesidad de a lucha, de una lucha sin cuartel, de los
trabajadores mismos por su liberacin. Resulta, por ejemplo, que
los amigos del pueblo pueden por s solos arreglarlo todo. Los
obreros pueden estar tranquilos. Ha llegado a la Redaccin de
. B. un tcnico y ellos poco menos que elaboraren totalmente un
esquema para la introduccin del capitalismo en la vida del
pueblo. Los socialistas deben romper decidida y definitivamente
con todas las ideas y teoras peenieobur guesas: tai es la prin
cipal enseanza til que debe extraerse de esta campaa.
Advirtase que hablo de la ruptura con las ideas pequeoburgaesas y no con los amigos del pueblo, ni con sus ideas, porque
no puede haber ruptura con aquello con lo cual nunca so ha estado
ligado. Los amigos del pueblo sen slo representantes de una
de las tendencias de este tipo de ideas socialistas pequeoburguesas. Y si en este caso, yo llego a la conclusin de que es necesario

QUEFNES SON LOS AMIGOS DEL EBIX>>>

303

romper cor las ideas socialistas pequeoburguesas, con las ideas


del viejo socialismo campesino ruso sn general, es porque la. pre
sente campaa contra los marxistas, que realizan los representantes
de las viejas ideas, asustados por el crecimiento del marxismo, los
ha llevado a expresar con singular plenitud y relieve las ideas
pequeoburguesas. Si comparamos estas ideas con el socialismo
contemporneo y con los hechos de la realidad rusa contempornea,
vemos con, asombrosa evidencio, hasta qu pimo han perdido -iodo
su vigor, todo fundamento terico coherente, hasta qu punto han
quedado reducidas, en su degeneracin, a un eclecticismo lamen
table, al ms adocenado programa culturalista oportunista. Se
podr decir que esto no es culpa de las viejas ideas del socialismo
sn general, sino slo de estos seores, a los cuales, por cierto, na
die incluye entre los socialistas: pero semejante objecin me parece
inconsistente. Me he esforzado por sealar en todas partes, que
esta degeneracin de las viejas teoras era inevitable, me he esfor
zado por dedicar la menor cantidad posible de espacio a la cr
tica de estos seores en particular y la mayor cantidad posible de
espado a los principios generales y bsicos del viejo socialismo
ruso. Y si los socialistas encontraran que dichos principios fueron
expuestos por m de una manera errnea o inexacta o incompleta,
slo puedo contestar con este humilde ruego: por favor, seores,
expnganlas ustedes mismos, suplan lo que en ellas falte!
Por cierto, nadie se alegrara ms que los socialdemcratas
de la posibilidad de polemizar ccn los socialistas.
Puede acaso pensarse que a nosotros nos resulta agradable
contestar a la polmica de semejantes seores, o que nos hab amos puesto a esta tarea si no hubiese mediado por su parte
un reto directo, insistente y spero?
Puede pensarse que no hemos tenido que hacer esfuerzos
para leer, releer y centrar nuestra atencin en esa repugnante
mezcla de rutinarias frases liberales con una moral pequeoburguesa?
Pero no es nuestra culpa de que ahora slo sean esos seores
quienes han tomado a su cargo la tarea de fundamentar y exponer
tales ideas. Obsrvese asimismo que hablo de la necesidad de
romper con las ideas pequeoburguesas del socialismo, Las teo
ras pequeoburguesas que hemos examinado son absolutamente
reaccionarias, por cuanto se presentan como teoras socialistas.
Pero si comprendemos aus sn realidad nc hay en ellas abso

304

V.

X.

LENIN

lutamente nada de socialista, es decir, que no cabe duda alguna


de que no explican la explotacin del trabajador y por eso son,
desde todo punto de vista, inservibles para su liberacin; que en
realidad reflejan y defienden los intereses de la pequea burguesa,
entonces debemos tener hacia ellas una actitud distinta, formular
osta pregunta: cul debe ser la actitud de la clase obrera hacia la
pequea burguesa y hacia sus programas? Y no se puede contes
tar a esta pregunta sin tomar en consideracin el carcter dual de
esta clase (en Rusia, esta dualidad es singularmente acusada de
bido al menor desarrollo del antagonismo entre la pequea y la
gran burguesa). Es progresista, en cuanto presenta reivindica
ciones democrticas de carcter general, es decir, lucha contra
todos los resabios de la poca medieval y del rgimen de servidum
bre; es reaccionaria en cuanto lucha por conservar su posicin de
pequea burguesa, y trata de retardar, de hacer retroceder el
desarrollo general del pas en el sentido burgus. Reivindicaciones
reaccionarias, como por ejemplo la famosa inalienabilidad de las
tierras de nadiel, as como numerosos otros proyectos de tutela
sobre los campesinos, se encubren ordinariamente bajo el plausible
pretexto de la defensa de los trabajadores; pero en verdad, como
es natural, slo empeoran su situacin, y al mismo tiempo dificultan
la lucha de stos por su liberacin. Hay que diferenciar rigurosa
mente estos dos aspectos del programa pequeoburgus y, a la vez
que se niega todo carcter socialista a estas teoras y se lucha con
tra sus aspectos reaccionarios, no hay que olvidar su lado democr
tico. Aclarar con un ejemplo cmo si bien los marxistas rechazan
completamente las teoras pequeoburguesas, ello no impide que
incluyan la democracia en su programa, y, por el contrario, es ne
cesario insistir en ella con persistencia aun mayor. Ms arriba se
sealaron los tres puntos bsicos que siempre explotaron los repre
sentantes del socialismo pequeoburgus en sus teoras: la escasez
de tierra, los pagos exorbitantes, la tirana de las autoridades.
No hay absolutamente nada de socialista en la reivindicacin
de eliminar estos males, pues no explican en absoluto la expro
piacin y la explotacin, y su eliminacin no afectar en nada
el yugo del capital sobre el trabajo. Pero eliminar estos males de
purar este yugo de los resabios medievales que lo fortalecen, fa
cilitar la lucha directa del obrero contra el capital y, por lo mismo,
como reivindicacin democrtica, encontrar el apoyo ms decidido
de los obreros. Los pagos y los impuestos son, hablando en tr-

Qu ie n e s so n l o s a m ig o s d e l p u e b l o

305

minos generales, aspectos a los que slo los pequeos burgueses


son capaces de asignr una importancia especial, pero en nuestro
pas los pagos de los campesinos representan, en muchos sentidos
una simple supervivencia del rgimen de servidumbre: tales son,
por ejemplo, los pagos de rescate, que deben ser abolidos inmediata
e incondicionalmente; tales son los impuestos que pesan slo sobre
los campesinos y la pequea burguesa urbana, y de los cuales
estn exceptuados los nobles. Los socialdemcratas apoyarn
siempre la reivindicacin que exige abolir estos resabios de las
relaciones medievales, que condicionan el estancamiento econmi
co y poltico. Lo mismo hay que decir de la escasez de tierras. Me
he detenido ya extensamente, ms arriba, en la demostracin del
carcter burgus de los lamentos a ese respecto. Sin embargo es
indudable que, por ejemplo, la reforma campesina sobre la base de
recortes de tierras desvalij sencillamente a los campesinos en be
neficio de los terratenientes, y prest a esa enorme fuerza reaccio
naria un servicio directo (al arrebatar parte de la tierra de los
campesinos) e indirecto (al deslindar con habilidad los nadiel).
Y los socialdemcratas insistirn con toda energa en la inmediata
devolucin a los campesinos de la tierra que se les arrebat, en la
total abolicin, de la propiedad de la tierra, ese baluarte de las ins
tituciones y tradiciones feudales. Este ultimo punto, que coincide
con la nacionalizacin de la tierra, no encierra nada que sea socia
lista, porque con ello las relaciones capitalistas en la agricultura,
que se van formando ya en nuestro pas, no haran ms que flo
recer con mayor rapidez y opulencia, pero es extraordinariamente
importante en el sentido democrtico, como la nica medida que
podra quebrar de modo definitivo el podero de la nobleza rural.
Por ltimo, slo los seores Iuzhakov y V. V. pueden, por supuesto,
hablar de la falta de derechos de los campesinos como causa de la
expropiacin y explotacin de stos; pero el yugo de la administra
cin que pesa sobre ellos no slo es un hecho indudable, sino algo
ms que un simple yugo; significa tratar directamente a los cam
pesinos de chusma vil cuyo sometimiento a la nobleza rural es
algo natural, a la cual se le concede el uso de los derechos civiles
generales slo como una merced especial (la migracin*, por
*
No se puede dejar de recordar aqu la arrogancia tpica de un terra
teniente feudal ruso con que el seor Ermlov, en la actualidad ministro de
Agricultura, en su libro Las malas cosechas y las penurias d el pueblo, se

306

v. 1. L K M If

ejemplo) y de a que cualquier Pompadour piede disponer com


de reclusos d ina colonia de trabajo Y los soda (demcratas
adhieren en forma incondicional a la exigencia de restituir plena
mente a Jos campesinos ios derechos civiles, de abolir totalmente
los privilegios de la nobleza, de destruir a tutela burocrtica
sobre los campesinos y de concederles la autonoma en la admi
nistracin de su:> asuntos locales.
En general, ios comunistas rusos, que adhieren al marxismo,
ms que cualesquiera otros deben llamarse socialdemcratas y
no olvidar nunca en su actividad la enorme importancia de la
democracia *.
En Rusia los restos de las instituciones medievales,, semifeudales, son todava can extraordinariamente fuertes (en compara
cin con la Europa occidental), constituyen un yugo tan agobiante
para el proletariado y el pueblo en general deteniendo el desarrollo
del pensamiento poltico en rodos los estamentos y clases de la
sociedad, que nc so puede menos que insistir en a enorme impor
tancia que para los obreros tiene la lucha contra las instituciones
feudales de toda especie, contra el absolutismo, el rgimen de
estamentos y la burocracia. Es preciso sealar a los obreros con
todo detalle qu terrible fuerza reaccionaria representan estas ins
tituciones, cmo fortalecen el yugo dsl capital sobro el trabajo,
con qu fuerza deprimente presionan sobre ios trabajadores, cmo
mantienen el capital er sus formas medievales, que no dejan pase
a las nuevas formas industriales de explotacin dei trabajo, ha
ciendo terriblemente ms difcil la lucha de los obreros por la libe
racin. Los obreros deben saber que si no derriban estos pilares
de la reaccrn * no tendrn posibilidad alguna de jostener con
opone a a migracin. Segn l, no se lo puedfi considerar, desde el punto
de vista de! Estado, como una medida racional, cuando en la Rusia europea
los terratenientes experimentan an escasez de mano de obra. En lealidad,
para qu existen los campesinos, si no para engordan con su tiabajo a los
terratenientes parsitos y a sus taicumbrados lacayos?
0 Este es un punto muy imprtame. Plejnov tieno toda la razn cuan
do dice que para nuestros revolucionarios existen dos enemigos: los viejos
prejuicios an no extirpados totalnients, por una ijarte, y Ja insuficiente com
prensin del nuevo programa por otra. Vase el Apndice 1IL
*a Una institucin reaucionadi particularmente imponente, a la cual
nuestros revolucionarias han prestado ilativamente poca atencin, es la buro
cracia nacional que ge e ja cto si Estado ruso. Reclutada principalmente.

QUINES SON LOS AMIGOS BEL P tB L o"

307'

xito la lucha contra ia burguesa, ya que mientras existan estos


pilares el proletariado rural ruso, cuyo apoyo es condicin impres
cindible para la victoria de la case obrera, nunca dejar de ser
embrutecido y aplastado, ser an slo capaz de caer en la deses
peracin ciega, y no de sostener una protesta y vina lucha sensata
y firme. Por ello la lacha al lado de a democracia radical contra
el absolutismo y las castas e instituciones reaccionarias es una obli
gacin directa de la clase obrera, que los socialdemcratas deben
Inculcarle, sin dejar uu minuto de inculcarle tambin que la lucha
contra todas estas instituciones slo es necesaria como medio pera
facilitar la lucha cont,ra la burguesa, que el logro de las reivindica
ciones democrticas de carcter general es necesario para la clase
obrera slo como medie de desbrozar el camino que conduce a la
victoria sobre el enemigo principal de los trabajadores: el capital,
institucin puramente democrtica por su naturaleza, que en nues
tro pas, en Rusia, tiende de manera especial a sacrificar su demo
cracia para aliarse con los reaccionarios a fin de reprimir a los
obreros, de dificultar aun ms el surgimiento del movimiento
obrero.
Lo expuesto define de un modo bastante preciso, a mi parecer,
la actitud de los socialdemcratas hacia el absolutismo y hacia la
libertad poltica, as como tambin su actitud hacia la corriente,
que ha venido manifestndose con fuerza particular en los ltimos
tiempos, que tiende a la "unificacin y a la alianza de todos los
grupos revolucionarios para la conquista de la libertad poltica84.
Es esta una corriente bastante original y caracterstica.
cutre os intelectuales de la clase media, esa burocracia os, tanto por su origen
como por !a finalidad y el carcter do su actividad, profu ndarr.cr.fe burguesa,
pero el absolutismo y ios enormes privilegios polticos de la nobleza rural le
han infundjdo cualidades singularmente nocivas. Esta burocracia es una cons
tante veleta que considera sil tarea suprema la coordinacin de los intereses
del terrateniente y del burgus. Es un Judas [se refiere a Judas Goloviov,
personaje de una obra de Saltikov-Schedrin. Ed. J que se aprovecha de sus
simpatas y relaciones en el mundo de los terratenientes feudales para engaar
a los obreros y campesinos, aplicando, con ol pretexto ds proteger al sconmicamente dbil y "custodiarlo" para defenderlo del kulak y del lisurero,
medidos oue reducen a los trabajadores a la condicin de chusma vil", entre
gndolos atados re pies y rranos al terrateniente feudal y dejndoles tanto
ms indefensos, trente a la burguesa. Este burcrata es el ms peligroso de
los hipcritas, ha asimilado la ex; lerenda de los campeones d;- la reaccin
de Europa occidsntaj y encubre hbilmente sus apetitos a lo Arakchfev bajo
las hojas de pana de fiases de amor ai pueblo.

308

V.

I.

L E N 11.

Original porque las propuestas de alianza parten, no de un


grupo o grupos determinados con programas determinados que
coinciden en ciertos puntos. De ser esto as, el problema de la
alianza debera ser resuelto en cada caso particular, sera un pro
blema concreto que habran de decidir los representantes de los
grupos dispuestos ai unirse. Entonces no podra existir una corrien
te unificadora especial. Pero semejante corriente existe, y parte
sencillamente de personas que han cortado amarras con lo viejo,
pero que no se han incorporado a nada de lo nuevo: la teora en
que se apoyaban hasta ahora los luchadores contra el absolutismo,
por lo visto, se desmorona y destruye a la vez las condiciones de
solidaridad y de organizacin necesarias para la lucha. Y he aqu
que los seores unificadores y portavoces de la alianza piensan,
sin duda, que es facilsimo crear tal teora, reducindola exclusi
vamente a la protesta contra el absolutismo y a la reivindicacin de
la libertad poltica, eludiendo todos los restantes problemas socia
listas y no socialistas. Se comprende que esta ingenua ofuscacin
se disipar indefectiblemente en los primeros intentos de tal uni
ficacin.
Pero es caracterstica esta corriente unificadora porque ex
presa una de las ltimas fases del proceso de conversin del popu
lismo combativo y revolucionario en democracia polticamente
radical, proceso que trat de sealar ms arriba. La unificacin
slida de todos los grupos revolucionarios no socialdemcratas bajo
dicha bandera slo ser posible cuando se elabore un firme pro
grama de reivindicaciones democrticas que termine con los pre
juicios sobre el viejo excepcionalismo ruso. Los socialdemcratas
consideran, naturalmente, que la creacin de semejante partido
democrtico sera un positivo paso adelante, y la labor socialdmcrata, dirigida contra el populismo, debe contribuir a ello, debe
contribuir a! extirpar toda clase de prejuicios y mitos, a agrupar a
los socialistas bajo la bandera del marxismo y a formar un partido
democrtico integrado por los grupos restantes.
Y
con este partido, como es natural, no podran unificarse
los socialdemcratas, que consideran necesaria la organizacin in
dependiente de los obreros en un partido obrero especial; pero los
obreros prestaran el apoyo ms enrgico a toda lucha de los
demcratas contra las instituciones reaccionarias.
La degeneracin del populismo en la teora ms adocenada
del radicalismo pequeoburgus degeneracin de la que son tes

QUINES SON LOS AMIGOS DEL, PU EBLO *

309

timonio tan evidente los amigos del pueblo nos demuestra cun
enorme error cometen los que infunden a los obreros la idea de
la lucha contra el absolutismo, sin explicarles al mismo tiempo el
carcter antagnico de nuestras relaciones sociales, en virtud del
cual estn asimismo a favor de la libertad poltica los idelogos
de la burguesa; sin explicarles el papel histrico del obrero ruso,
como combatiente por la liberacin de toda la poblacin traba
jadora.
Se acusa a menudo a los socialdemcratas de querei monopo
lizar la teora de Marx, siendo que, segn esos crticos, su teora
econmica es aceptada por todos los socialistas. Pero surge la
pregunta: qu sentido puede tener explicar a los obreros la forma
del valor, la naturaleza del orden burgus y el papel revolucionario
del proletariado, si aqu, en Rusia, la explotacin del trabajador
se explica en general, y en todas partes, no por la organizacin
burguesa de la economa social, ni mucho menos, sino, digamos,
por la escasez de tierras, por los pagos, por el yugo de la adminis
tracin?
Qu sentido puede tener explicar a los obreros la teora de
la lucha' de clases, si esta teora no puede explicar siquiera las re
laciones entre ellos y el fabricante (nuestro capitalismo ha sido
implantado artificialmente por el gobierno), y ni hablar de la masa
del pueblo, que no pertenece a la clase ya. formada de los obreros
fabriles?
Cmo es posible admitir la teora econmica de Marx, con Su
conclusin sobre el papel revolucionario del proletariado como or
ganizador del consumo a travs del capitalismo, cuando en nuestro
pas se quiere buscar caminos que conduzcan al comunismo, al
margen del capitalismo y el proletariado que l engendra?
Es evidente que, en semejantes condiciones, llamar al obrero
a la lucha por la libertad poltica equivaldr a llamarlo a sacar las
castaas del fuego para la burguesa avanzada, porque no s puede
negar (es caracterstico que inclusive los populistas y los adeptos
de Nardnaia Volia no hayan negado esto) que la libertad pol
tica servir ante todo a los intereses de la burguesa y no mejorar
la situacin de los obreros, sino slo. .. slo mejorar las condicio
nes de su lucha. . . contra esa misma burguesa. Digo esto contra
aquellos socialistas que, aunque no admitan la teora de los social
demcratas, dirigen, sin embargo, su agitacin hacia los medios
obreros, despus de haberse persuadido empricamente de que slo

310

V.

I.

LENIN

en ellos es posible encontrar elementos revolucionarios. La teora


de estos socialistas est en contradiccin con su prctica, y cometen
un error muy serio al distraer a los obreros de su tarea inmediata: la
organizacin del partido socialista obrero *.
Este error surgi de una manera natural cuando los antago
nismos de clase de la sociedad burguesa no se haban desarrollado
an, v estaban aplastados por el rgimen de servidumbre, cuando
este ltimo originaba la protesta solidaria v la lucha de toda la
intelectualidad, creando la ilusin de una democracia especial de
nuestra intelectualidad, de la inexistencia de un profundo abismo
entre las ideas de los liberales y las de los socialistas. Ahora que
el desarrollo econmico ha avanzado tanto que aun quienes antes
negaban la existencia de un terreno nropicio para el capitalismo en
Rusia, reconocen que hemos entrado precisamente en el camino
capitalista de desarrollo, ahora ya no es posible hacerse ilusiones
al respecto. La composicin de la intelectualidad se perfila con
tanta claridad, como la de la sociedad ocupada en la produccin
de valores materiales: si en esta ltima reina y gobierna el capita
lista, en la primera da el tono una banda, que crece cada vez con
mayor rapidez, de trepadores y mercenarios de la burguesa: una
intelectualidad satisfecha y pacfica, aiena a quimeras de toda
especie y que sabe bien lo que quiere. Nuestros radicales y libe
rales lejos de negar este hecho, por el contrario lo stibravan con
nfasis. Tratan, con el mayor celo, de demostrar su inmoralidad;
de. condenarlo, fulminarlo, zaherirlo... y aniquilarlo. Estas inge
nuas pretensiones de lograr que la intelectualidad burguesa se
avergence de ser burguesa, son tan ridiculas como la tendencia de
los economistas pequeoburgueses de asustar a nuestra burguesa
(aludiendo a la experiencia de los hermanos mayores) dicindole
que se encamina hacia la ruina del pueblo, hacia la miseria, el

Hay dos caminos para llegar a la coriclusin de que es necesario elevar


al obrero a la lucha contra el absolutismo: o considerar al obrero como el nico
combatiente por el rgimen socialista, y ver entonces en la libertad poltica
una de las condiciones que facilitan su lucha: as opinan los socialdemcratas;
o bien ver en l sencillamente al ser que ms sufre por el rgimen existente,
que ya nada tiene que perder y que puede alzarse con ms decisin que nadie
contra el absolutismo. Pero esto significar obligar al obrero a ir a la zaga
de los radicales burgueses, que se niegan a ver el antagonismo existente enlre
la burguesa y el proletariado tras la solidaridad de todo el "pueblo contra
el absolutismo.

Q tnN ES SON LOS a m ig o s d e l p u e b l o *

311

paro forzoso y el hambre de las masas; este proceso a la burguesa


y a sus idelogos, recuerda el proceso al pez, que fue condenado
a volver al ro. Ms all de estos lmites comienza la intelectuali
dad liberal y radical, que derrama una incontable cantidad de
frases sobre el progreso, la ciencia, la verdad, el pueblo, etc., que
gusta aorar los aos de la dcada del 60, cuando no haba discu
siones, decadencia, depresin y apata, y todos los corazones es
taban inflamados de democratismo.
Con la ingenuidad que les es propia, estos seores no quieren
en modo alguno comprender que la solidaridad de entonces era
producto de las condiciones materiales de una poca, que no pue
den volver: el rgimen de servidumbre oprima a todos por igual,
al mayordomo del terrateniente que haba ahorrado algn dinero
y aspiraba a una buena vida, y al mujik emprendedor que odiaba
al seor por las exacciones, por la intervencin de ste en sus asun
tos y por apartarlo frecuentemente del trabajo en su propia tierra;
al proletarizado siervo domstico y al mujik empobrecido, que
era vendido como siervo al mercader; a causa de dicho rgimen
padecan el mercader fabricante y el obrero, el kustar y el artesano.
A todas estas personas slo las una la hostilidad al rgimen de
servidumbre: ms all de esa solidaridad comenzaba el ms acu
sado antagonismo econmico. Hay que estar mecido hasta lo in
decible por dulces sueos para no ver ni siquiera ahora este anta
gonismo, que ha alcanzado un desarrollo tan enorme; para aorar
aquellos tiempos de solidaridad, en momentos en que la realidad
exige la lucha, exige que todo el que no quiera ser un auxiliar
voluntario o involuntario de la burguesa, se coloque al lado del
proletariado.
Quien no crea en esas frases rimbombantes sobre los inte
reses populares y trate de ahondar ms, ver que tenemos ante
nosotros a autnticos idelogos de la pequea burguesa, que sue
an con mejorar, sostener y restaurar su economa ( popular, en
su jerga) mediante diferentes medidas progresistas inocuas, y que
no son capaces de comprender que, dentro de las relaciones de
produccin existentes, lo nico que se lograr con todas esas me
didas progresistas ser proletarizar cada vez ms profundamente
a las masas. No podemos dejar de agradecer a los amigos del
pueblo el que hayan contribuido en mucho al esclarecimiento del
carcter de clase de nuestra intelectualidad, y que hayan robusteci
do as la teora de los marxistas sobre la naturaleza pequeobur-

312

V.

X.

LEN1N

guesa de nuestros pequeos productores; dichas medidas


de
acelerar, inevitablemente, la extincin de las viejas ilusiones y
mitos, que durante tanto tiempo confundieron a los socialistas
rusos. Los amigos del pueblo tanto han ajado, gastado y manci
llado estas] teoras, que a, los socialistas rusos que se atienen a ellas
se les presenta indefectiblemente este dilema: o revisarlas desde
el comienzo, o rechazarlas por completo, dejndolas en exclusivo
usufructo de los seores que con vanidoso jbilo anuncian, urbi
et orbi, la compra de instrumentos perfeccionados por los cam
pesinos ricos y que con aire serio afirman que debemos felicitar a
quienes ya estn hartos de pasar las horas junto al tapete verde.
Y en ese sentido hablan del rgimen popular y de la intelec
tualidad, no slo con seriedad, sino con frases colosales, presun
tuosas, sobre los amplios ideales y sobre un ordenamiento ideal de
los problemas de la vidal. . .
La intelectualidad socialista slo podr pensar en realizar una
labor fecunda cuando abandone sus ilusiones y empiece a apoyarse
en el desarrollo real dei Rusia; y no en el deseado, en las relaciones
econmicosociales reales y no en las probables. Su labor terica
deber, adems, dirigirse al estudio concreto de todas las formas

de antagonismo econmico existentes en Rusia, al estudio de su


conexin y de su desarrollo consecuente; deber descubrir ese
antagonismo, all donde se encuentra encubierto por la historia
poltica, por las particularidades del orden jurdico>, por los prejui
cios tericos establecidos. Deber ofrecer un cuadro completo de
nuestra realidad, como sistema determinado de relaciones de pro
duccin, sealar cmo la explotacin y la expropiacin de los tra
bajadores son la esencia de este sistema, sealar la salida del
rgimen actual, indicada por el desarrollo econmico.
Esta teora, basada en el estudio detallado y minucioso de la
historia y de la realidad rusas, debe dar respuesta a las demandas
del proletariado, y si satisface lasexigencias cientficas, todo des
pertar del pensamiento rebelde del proletariado conducir inevi
tablemente dicho pensamiento al cauce del socialdemocratismo.
Cuanto ms avance la elaboracin de esta teora, tanto ms rpi
damente crecer el socialdemocratismo, ya que los ms astutos
guardianes del rgimen actual no pueden impedir el despertar de
la conciencia del proletariado; y no pueden porque ese rgimen
lleva aparejada, necesaria e inevitablemente, una acentuada ex
propiacin creciente de los productores, un crecimiento cada vez
*

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

313

mayor del proletariado y de su ejrcito de reserva, y esto al lado


del aumento de la riqueza social, del enorme desarrollo de las
fuerzas productivas y de la socializacin del trabajo por el capita
lismo. Por mucho que quede todava por hacer para la elaboracin
de esta teora, los socialistas lo harn; ello est garantizado por la
difusin entre ellos del materialismo, el nico mtodo cientfico
que exige que todo programa sea una formulacin exacta de un
proceso real; est garantizado por el xito de la socialdemocracia,
que ha adoptado estas ideas, xito que ha inquietado hasta tal
punto a nuestros liberales y demcratas que sus revistas mensuales,
como observ un marxista, han dejado de ser aburridas.
Al subrayar as la necesidad, importancia y magnitud de la
labor terica de los socialdemcratas, en manera alguna quiero
decir que dicha labor deba tener prioridad respecto de la labor
nrctica *; y mucho menos que la segunda sea aplazada hasta la
terminacin de la primera. A tal conclusin podran llegar slo
los exgetas del "mtodo subjetivo en sociologa o los partdiarios
del socialismo utpico. Por supuesto, si se supone que la tarea de
los socialistas consiste en buscar otros caminos [que no sean los
reales] de desarrollo del pas, entonces es natural que la labor
prctica se haga posible slo cuando filsofos geniales descubran
y muestren esos otros caminos; y por el contrario, una vez descu
biertos y mostrados, termina la labor terica y comienza la de
ouienes deben dirigir la patria por el nuevo camino recin
descubierto. De manera completamente distinta se plantea el
problema cuando la tarea de los socialistas reside en ser los diri
gentes ideolgicos del proletariado en su lucha efectiva contra los
enemigos verdaderos y actuales que existen en la va real del
presente desarrollo econmicosocial. Con esta condicin la labor
terica y la labor prctica se funden en un todo, en una sola labor
rjue con tanto acierto ha definido el veterano socialdemcrata
alemn Liebknecht con estas palabras:
*
Todo lo contrario, la labor prctica de propaganda y agitacin debe
tener siempre prioridad, porque, en primer lugar, la labor terica slo da res
puesta a los problemas que surgen de la segunda. Y, en segundo lugar, los
socialdemcratas se ven obligados con tanta frecuencia, por circunstancias que
no dependen de ellos, a limitarse al slo trabajo terico que valoran macho
cada momento en que es posible la labor prctica.

314

V.

I.

LENIN

Studieren, Fropagandieren, Organisieren *.


No se puede ser dirigente ideolgico sin la labor terica antes
sealada, como tampoco es posible serlo sin dirigir dicha labor de
acuerdo con las exigencias de la causa, sin propagar los resultados
de esta teora entre los obreros y ayudarlos a organizarse.
Este planteamiento de la tarea preserva a la socialdemocracia
da los; defectos de que tan a menudo adolecen los grupos socialis
tas: de dogmatismo y de sectarismo.
No puede haber dogmatismo all donde el criterio supremo y
nico de la doctrina es su conformidad con el proceso real del
desarrollo eeonmicosocial; no puede haber sectarismo cuando Ir
tarea consiste en contribuir a la organizacin del proletariado;
cuando, por consiguiente, el papel de la intelectualidad reside en
hacer innecesaria la existencia de dirigentes intelectuales espe
ciales.
Por eso, a pesar de que existen divergencias entre los marxistas en diferentes problemas tericos, los mtodos de su actividd
poltica han permanecido siempre invariables desde la aparicin
misma del grupo y continan siendo hasta ahora, los de antes.
La actividad poltica de los socialdemcratas consiste en con
tribuir al desarrollo y organizacin del movimiento obrero en
Rusia, a hacerlo salir del estado actual de tentativas de protesta,
motines y huelgas espordicos y privados de una idea directriz,
convirtindolo en una lucha organizada de toda la clase obrera
rusa, dirigida contra el rgimen burgus y tendiente a la expropia
cin de los expropiadores, a la destruccin del rgimen social ba
sado en la opresin del trabajador. Base de esta actividad es el
convencimiento, comn a los marxistas, de que el obrero ruso es el
nico y natural representante de toda la poblacin trabajadora y
explotada de Rusia **.
Natural, porque la explotacin del trabajador en Rusia, es en
todas partes capitalista por esencia, si se dejan de lado los restos
agonizantes de la economa del rgimen de servidumbre; lo nico
* En alemn en el original. (Estudio, propaganda, organizacin.) ( Ed.)
El hombre del futuro en Rusia es el mujik, pensaban los represen
tantes del socialismo campesino, las populistas en el ms amplio sentido de la
palabra. El hombre del futuro en Rusia es el obrero, piensan los socialdemcratas. Asi estaba formulado en un manuscrito el punto de vista de los mar
xiste,

QUIWES SON LOS AMIGOS DEL PU EBLO *

315

que ocurre es que la explotacin de la masa de productores es


pequea, dispersa, y no desarrollada, mientras que la explotacin
del proletariado fabril es grande, est socializada y concentrada.
En el primer caso la explotacin se encuentra todava envuelta
en formas medievales, recargada de diferentes adiatamentos, arti
ficios y subterfugios polticos, jurdicos y convencionales, que im
piden al trabajador y a sus idelogos ver la esencia del sistema que
oprime al trabajador, ver dnde y cmo hallar la salida. Por el
contrario, en el. ltimo caso la explotacin ya est completamente
desarrollada y aparece en su forma pura, sin ninguno de los adi
tamentos que confunden la cuestin. El obrero no puede ya dejar
de ver que lo oprime el capital, que hay
sostener la lucha
contra la clase de la burguesa. Y esta lw.
encaminada a la
satisfacin de sus necesidades econmicas ms inmediatas, a la
mejora de su situacin material, exige inevitablemente la organi
zacin de los obreros, se convierte inevitablemente en una guerra,
no contra los individuos, sino contra l a clase, esa rnisma clase que
no slo en las fbricas, sino en todas partes oprime y subyuga al
trabajador. He ah por qu el obrero fabril no es otra cosa que el
representante avanzado de toda la poblacin explotada; y para
que pueda cump% con su funcin de representarla en una lucha
organizada y consecuente hace falta algo muy distinto que entu
siasmarlo con unas perspectivas cualesquiera; para ello hace fal
ta slo y simplemente hacerle comprender cul es su situacin,
hacerle comprender la estructura del sistema poltico y econmico
que lo oprime, la necesidad e inevitabilidad del antagonismo de
clase bajo este sistema. Esta situacin del obrero fabril en el
sistema general de relaciones capitalistas lo convierte en el com
batiente nico pof la liberacin de la clase obrera, porque slo la
fase superior de desarrollo del capitalismo, la gran industria me
canizada, crea las condiciones materiales y las fuerzas sociales ne
cesarias para esta lucha. En todos los dems lugares, dadas las
formas inferiores de desarrollo del capitalismo, no existen esas
condiciones materiales: la produccin est dispersa en millares de
pequesimas empresas (que no dejan de ser empresas dispersas
ni aun bajo las formas ms igualitarias de la posesin comunal de
la tierra), el explotado, en la mayora de los casos, posee todava
una empresa minscula y de ese modo se halla ligado al mismo
sistema burgus contra el cual debe sostener la lucha: esto demora
y dificulta el desarrollo de las fuerzas sociales capaces de derrocar

31(3

V.

I.

LENIN

si capitalismo. La pequea explotacin, dispersa, aislada, sujeta


a los trabajadores al lugar de residencia, los diseca, no les da la
posibilidad de adquirir conciencia de su solidaridad de clase, no
les da la posibilidad de unirse una vez que han comprendido que
la causa de su opresin nc es una u otra persona, sino todo el sist
ma econmico. Por el contrario, ei gran capitalismo rompe ine
vitablemente toda ligazn del obrero con la vieja sociedad, con
determinado lugar de .residencia y con determinado explotador;
lo une. lo obliga a pensar y lo sita en condiciones qua le permiten
dar comienzo a la lucha organizada. Por consiguiente, los social
demcratas dirigen toda su atencin y toda su actividad a la clase
ds los obreros. Cuando sus representantes ds vanguardia asimilen
las ideas del socialismo cientfico, la idea del papel histrico del
obrero ruso, cuando estas ideas alcancen una amplia difusin y
entre los obreros se creen slidas organizaciones que trasformen la
actual guerra econmica espordica de los obreros en una lucha
conciente ds clases, entonces e l obbshc ruso, colocndose a la ca
beza de todos los elementos democrticos, derribar el absolutismo
y conducir al proletariado ruso (al lado del proletariado de
todos los pases), por el camino divedo de la hxha poltica
abierta, a la revolucin, comunista victoriosa.
F ia.
1894

Apndice I
Trascribo aqu, en el cuadro estadstico, los datos de los 24
presupuestos de que se habla en el texto.

Resumen de datos sobre la composicin y presupuestos de


9A familias campesinas tpicas en el distrito de Ostrogozhsk.
EXPLICACION D E L CUADRO
1) Las primeras 21 columnas estn lomadas de a recopilacin. La
columna 2 2 ag apa las ci la recopilacin <j <xrreepondiente al centeno, trigo,
avena y cebada, mijo y trigo sarraceno, a los restantes cereales, a la papa,
legumbres y heno (S columnas). En el texto se ha dicho cmo se calcul el
ingieso proveniente de los cereales (columna 2 3) con exclusin de la cascarilla
y de la paja. Despus, la columna 24 .rene las columnas de la recopilacin
correspondientes a: caballos, ganado vacuno, cerdos, ovejas, aves, cueros y
lana, tocino y carne, productos lcteos, manteca (S columnas). Las colum
nas 25 a 29 estn tomadas enteramente de la recopilacin. Las columnas 3G
a 34 renen las de la recopilacin corres]tendientes a: gastos en centeno, crigo,
mijo y trigo sarraceno, papas, legumbres, sal, manteca tocino y carne, pes
cado, productos lcteos, vodka, t (12 columnas). La columna 35 agrupa
las de la recopilacin correspondientes a: jabn, querosene, velas, ropa y
utensilios de cocina (4 columnas). Las restantes estn claras.
2) La columna 8 resulta de la suma del nr.iero ne aesiatinas de tierra
arrendada ms el nmero de desiatmas de tierra laborable en los nadiel (en
la recopilacin existe una columna especial).
3) Las cifras de abajo en las columnas. 'Fuentes ds ingresos' y Dis
tribucin de gastes significan la parte monetaria de los gastos y d e los ingre
sos. En las columnas 25 a 28 y 37 a 42 tocos los ingresos (o gastos) son
monetarios. Se ha determinado la parte monetaria (el autor no la separa)
deduciendo del ingreso global el consumo hecho en la propia hacienda,

320

V.

li

LENIN

QUINES SON LOS

AMIGOS P E L FUEBLO

321

322

V.

1.

LENN

Qu i n e s

so n

los

a m ig o s

d el

pueblo

"

323

324

V.

X.

LENIN

QUIENES SON I.OS AMICOS DEL PUEIU-O

325

Apndice II
El seor Struve, con toda correccin, centra su crtica a Nik.-on
en la tesis de que la doctrina de Marx sobre la lucha de clases
y el Estado es completamente ajena al economista poltico ruso.
Yo no tengo la audacia del seor Krivenko para juzgar, slo sobre
la base de este pequeo artculo ( de 4 columnas) del seor Struve,
su sistema de concepciones (no conozco otros artculos suyos); y
debo decir tambin que no concuerdo con todo lo que l sostiene,
y por eso puedo defender, no su artculo en conjunto, sino slo
ciertas ideas fundamentales que l desarrolla. Pero en todo caso
la citada circunstancia lia sido valorada de una manera profunda
mente certera: en verdad el error fundamental del seor Nik.-on
consiste en no comprender la lucha de clases, inherente a la so
ciedad capitalista. La rectificacin de este solo error sera sufi
ciente para que inclusive de sus ideas e investigaciones tericas se
dedujesen necesariamente conclusiones socialdemcratas. En rea
lidad, ignorar la lucha de clases evidencia la ms burda incompren
sin del marxismo, incomprensin de la que hay que culpar al
seor Nik.-on, tanto ms cuanto que en general ste aspira a hacer
se pasar por un riguroso admirador de los principios de Marx.
Puede nadie, por poco conocedor de Marx que sea, negar que la
doctrina sobre la lucha de clases es l eje de todo el sistema de
sus concepciones?
El seor Nik-on poda,-naturalmente, aceptar la teora de Marx
con la excepcin de este punto, sobre la base, digamos, de que no
se ajusta a los datos de la historia y de la realidad rusas; pero en
tonces, en primer lugar, no podra haber afirmado que la teora
de Marx explica nuestro sistema, no podra haber hablado siquiera
de esta teora y del capitalismo, ya que habra sido necesario
rehacer la teora y elaborar una concepcin sobre un capitalismo

QUINES SON LOS AMIGOS DEL P U EBLO *

327

diferente, al cual no fuesen inherentes las relaciones antagnicas


y la lucha de clases. En todo caso, debi hacer una reserva, y
aclarar por qu si acepta la A del marxismo, se niega a aceptar
la ,B. El seor Nilc.-on no ha intentado siquiera hacer nada seme
jante.
Y
el seor Struve concluye, muy correctamente, que la in
comprensin de la lucha de1clases convierte al seor Nik.-on en un
utopista, pues al ignorar la lucha de clases que se desenvuelve en
la sociedad capitalista, eo ipso ignora todo el contenido real de la
vida poltico-social de esta sociedad, y para la realizacin de su
desidertum se condena inevitablemente a deambular por el m
bito de los inocentes sueos. Esta incomprensin lo convierte en
un reaccionario, pues la apelacin a la sociedad y al Estado,
es decir, a los idelogos y los polticos de la burguesa, slo pueden
desconcertar a los socialistas, inducirlos a considerar como aliados
a los peores enemigos del proletariado, slo puede frenar la lucha
de los obreros por la emancipacin, en lugar de contribuir a la
intensificacin, al esclarecimiento y a una mejor organizacin de
esa lucha.
Ya que hablamos del artculo del seor Struve, no podemos
menos que referimos pqu tambin a la respuesta del seor Nik.-on
en el nmero 6 de R. Bogatstvo *.
Resulta afirma el seor Nik.-on aduciendo datos sobre el
lento aumento del nmero de obreros fabriles, aumento que va a
la zaga del crecimiento de la poblacin, resulta que en nuestro
pas el capitalismo lejos de cumplir su misin histrica, fija l
mismo lmites a su propio desarrollo. He aqu por qu, entre
otras cosas, tienen mil veces razn los que buscan para su patria
un camino de desarrollo distinto del que ha seguido y sigue Euro
pa occidental . ( ;Y esto lo escribe un hombre que reconoce que
Rusia sigue ese mismo camino capitalista!). Esta misin histrica"
*
En general, en sus artculos de R . Bogatstvo el seflor N^on
afanosamente, al parecer, de demostrar que en manera alguna est tan lejos
del radicalismo pequeoburgus como podra creerse; que l tambin es capaz
de ver en el crecimiento de la burguesa campesina (nm. 6, pg. 118: difu
sin entre los campesinos de instrumentos perfeccionados de trabajo, fosfa
to s , etc.) indicios de que "el c a m p e s i n a d o mismo [el mismo que es expro
piado en masa?] comprende la necesidad de salir de la situacin en que se
encuentra".

tr a ta

328

V.

I.

LE NI N

no ;e cumple, segn el seor Nik.-on, porque la corriente econmica


hostil a la comunidad rural [es decir, el capitalismo] destruye los
fundamentos mismos de su existencia, sin traer consigo esa peque
a porcin de significado unificador tan caracterstica en Europa
occidental y que comienza a manifestarse con singular fuerza en
Amrica del Norte.
En otras palabras, tenemos ante nosotros el clsico argumento
contra los socialdemcratas inventado por el famoso seor V. V.,
quien consideraba el capitalismo desde el punto de vista de un
funcionario de ministerio qu resuelve la cuestin de Estado de la
introduccin del capitalismo en la vida del pueblo: si cumple
su misin, puede ser admitido; si no la cumple, no hay que ad
mitirlo. Aparte de todas las otras cualidades de este ingenioso
razonamiento, la misin misma del capitalismo ha sido compren
dida por el seor V. V. y es comprendida, segn se ve, por el
seor Nik.-on de una manera errnea y estrecha hasta lo imposi
ble, hasta el escndalo; y de nuevo, naturalmente, estos seores
atribuyen sin ceremonias la estrechez de su propia incomprensin
a los socialdemcratas: se los puede calumniar como a muertos,
porque total no tienen acceso a la prensa legal!
Marx consideraba que el papel progresista, revolucionario, del
capitalismo consista en el hecho de que, al socializar el trabajo,
al mismo tiempo, por el mecanismo del proceso, educa, une y
organiza a la clase obrera, la educa para la lucha, organiza su
rebelda, la une para la expropiacin de los expropiadores, para
la conquista del poder poltico y para arrebatar los medios de pro
duccin de las manos de unos cuantos usurpadores, a fin de
ponerlos en las manos de toda la sociedad (El capital, pg. 650) *.
Esta es la formulacin de Marx.
Naturalmente, 110 se habla del nmero de obreros fabriles:
se habla de la concentracin de los medios de produccin y de la
socializacin del trabajo. Es claro que este criterio no tiene nada
en comn con el nmero de obreros abriles.
Pero nuestros excepcionalistas intrpretes de Marx han ter
giversado esto, de manera que la socializacin del trabajo bajo el
capitalismo se reduce al trabajo de los obreros fabriles en un mismo
local, v por eso, dicen ellos, el papel progresista del capitalismo
se mide... por el nmero de obreros fabriles!!! Si aumenta el
* Vase C. Marx, ob. cit., t. I, pg. 611. (E tf,)

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PU EBLO *

329

nmero de obreros fabriles, significa que el capitalismo desempea


bien su papel progresista; si disminuye, significa que cumple mal
su misin histrica (pg. 103 del. artculo del seor Nik.-on), y
corresponde a la intelectualidad buscar otros caminos para su
patria.
Y
he aqu que la intelectualidad de Rusia se pone a buscar
otros caminos. Los ha venido buscando y encontrando desde
hace dcadas, tratando de demostrar * con todas sus fuerzas que
el capitalismo constituye un camino falso de desarrollo, pues
conduce al paro forzoso y la crisis. En 1880 tuvimos una crisis,
dicen, y tambin en 1893: es hora de abandonar este camino, pues
evidentemente las cosas se nos presentan mal.
Como el gato de la fbula, la burguesa rusa escucha y sigue
comiendo * : en verdad, las cosas se le presentarn mal cuando
ya no pueda realizar sus fabulosas ganancias; y hace coro a los
liberales y radicales, y emprende intensamente, gracias a los capi
tales que han quedado disponibles y que son ms baratos, la cons
truccin de nuevos ferrocarriles. Las cosas se nos presentan mal,
porque en los viejos sitios nosotros ya hemos desvalijado por
completo al pueblo y es preciso convertir nuestro capital en capital
industrial, que no puede enriquecernos tanto como el comercial: as,
nosotros iremos a las regiones limtrofes orientales y septentrio
nales de la Rusia europea, donde todava es posible la acumula
cin originaria, que da jugosos beneficios, donde todava la dife
renciacin burguesa de los campesinos est lejos de haber llegado
a su punto culminante. La intelectualidad ve todo esto y amenaza
sin cesar diciendo que nosotros nos encaminamos de nuevo a una
bancarrota. Y realmente se acerca una nueva bancarrota. La masa
de pequeos capitalistas es desalojada por los grandes, la masa de
campesinos es expulsada de la agricultura, que pasa cada vez ms
*
Estas pruebas son estriles, no porque sean falsas, ya que la ruina, el
empobrecimiento y el hambre del pueblo son secuela indudable e inevitable
del capitalismo, sino porque van dirigidas ai vaco. La sociedad, aun bajo
el manto de la democracia, defiende los intereses de la plutocracia, y, natu
ralmente, no es la plutocracia la que se opondr al capitalismo. El gobier
no . . . citar la opinin de un adversario, el seor N. Mijailovski: por
poco que conozcamos el programa de nuestro gobierno dijo en una ocasin,
lo conocemos lo suficiente como para estar seguros de que la socializacin
del trabajo no entra en l.
** Lenin alude aqu a la fbula de Krilov El gato y el caconero, ( E d , )

330

V.

I.

LJSN lN

a manos de la burguesa; crece en proporciones inabarcables la


marea de la miseria, del paro forzoso, de la extenuacin por ham
bre, y la intelectualidad9, con la conciencia tranquila, recuerda
sus profecas y vuelve a lamentarse del injusto camino seguido,
demostrando la inconsistencia de nuestro capitalismo por la falta
de mercados exteriores.
Pero la burguesa rusa escucha y sigue comiendo. Mientras
la intelectualidad busca nuevos caminos, ella emprende gigan
tescas obras de construccin de ferrocarriles que conducen a sus
colonias, donde crea un mercado para ella, introduciendo en los
jvenes pases las maravillas del sistema burgus, fomentando con
singular rapidez all tambin una burguesa industrial y agrcola,
y arrojando a la masa da productores a las filas de los sin trabajo,
eternamente hambrientos.
Acaso continuarn los socialistas limitndose a lamentarse
de los caminos equivocados y a demostrar la inconsistencia del
capitalismo... por el lento crecimiento del nmero de obreros
fabriles?!!
Antes de pasar a examinar esta idea infantil *, no se puede por
menos que sealar que el seor Nilc, on trascribi con extraordi
naria inexactitud el pasaje criticado del artculo del seor Struve.
En su artculo deca literalmente lo siguiente:
Cuando el autor [es decir, el seor Nik.-on] seala la diferencia
entre la composicin de la poblacin rusa y la norteamericana por
el gnero de ocupacin para Rusia se estima que el 80 por ciento
de toda la poblacin activa ( erwebsthdtigen) trabaja en la agri
cultura, y en Estados Unidos slo el 44 por ciento, no observa
que el desarrollo del capitalismo en Rusia conducir precisamente
a la disminucin de esa diferencia de 80-44: sta, puede decirse,

es su misin histrica.
Se puede pensar que aqu la palabra misin es inapropiada,
pero la idea del seor Struve es clara: el seor Nik.-on no ha obser
*
Cmo no llamar, en efecto, infantil a esta idea cuando para deter
minar el papel progresista del capitalismo se toma, no el grado de socializacin
del trabajo, sino un ndice tan oscilante como es el desarrollo de una sola
rama del trabajo nacionall Todo el mundo sabe que el nmero de obreros no
puede menos que ser extraordinariamente variable bajo el modo capitalista
de produccin, que dicho nmero depende de muchos factores secundarios
como las crisis, la magnitud del ejrcito de reserva, el grado de explotar 'n
del trabajo, el grado de intensidad de ste, etc., etc.

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PU EBLO "

331

vado que el desarrollo capitalista de Rusia (l mismo reconoce


que ese desarrollo es realmente capitalista ) reducir la poblacin
rural, puesto que se trata de una ley general del capitalismo. Por
consiguiente, el seor Nik.-on, ai fin de refutar esta objecin, debi
demostrar d i ) que no descuid esta tendencia del capitalismo, o
2) que el capitalismo no tiene esa tendencia.
En lugar de eso el seor Nik.-on examina los datos sobre el
nmero de nuestros obreros fabriles (un 1 por ciento de la po
blacin, segn su clculo). Pero acaso en el artculo del seor
Struve se habla de los obreros fabriles? Acaso el 20 por ciento
de la poblacin en Rusia y el 56 por ciento en Norteamrica son
obreros fabriles? Acaso los conceptos obreros fabriles y po
blacin no ocupada en 1a. agricultura son idnticos? Se puede
poner en duda que tambin en Rusia disminuye la parte de po
blacin dedicada a la agricultura?
Despus de esta enmienda, que considero tanto ms necesaria
cuanto que el seor Krivenko ya una vez, en esta misma revista, ter
givers este pasaje, pasaremos a examinar la idea del seor Nik.- on
sobre el mal cumplimiento de su misin por nuestro capitalismo.
En primer lugar, es absurdo identificar el nmero de obreros
fabriles con el de obreros ocupados en la produccin capitalista,
como lo hace el autor de los Ensayos *. Esto significa repetir (e
inclusive exagerar) el error de los economistas pequeoburgueses
rusos, que hacen partir el capitalismo directamente de la gran in
dustria mecanizada. Acaso los millones de kustares rusos que
trabajan para los mercaderes con el material de stos, por un sa
lario corriente, no estn ocupados en una produccin capitalista?
Acaso los peones y jornaleros rurales no reciben de sus patronos
un salario y no dan a stos plusvala? Acaso los obreros de la
construccin (industria que se ha desarrollado con rapidez en
nuestro pas destms de la Reforma) no estn sometidos a la ex
plotacin capitalista?, etc.**.
*
Alude a la obra de Nik.-on (N. Danielson), Ensat/os sobre nuestra
economa, social despus d e la Reforma, S. Petersburgo, 1893. ( E d .)
Me limito aau a criticar el procedimiento del seor Nik.-on, de juzgar
aceica de la significacin unificadora del capitalismo por el nmero de
obreros fabriles. No puedo pasar al anlisis de las cifras, ya que no tengo
a mano las fuentes que l ha utilizado. No se puede, sin embargo, dejar de
ver que estas fuentes han sido elegidas por el seor Nik.-on no del todo
felizmente. Al principio toma los datos de la Recopilacin estadstica militar

33?,

V.

I.

L E N XN

En segundo lugar, es absurdo comparar el nmero de obreros


fabriles (1.400.000) ron toda la poblacin y expresar es'a relacin
en un porcentaje. Esto significa realmente comparar magnitudes
inconmensurables: la poblacin apta para el trabajo con la no
apta, Ja poblacin ocupada en la produccin de valores materiales
con las profesiones liberales, etc. Acaso los obreros fabriles no
mantienen cada uno un nmero determinado de miembros de la
familia que no trabajan? Acaso no mantienen adems de a sus
patrones y a toda una tropilla de mercaderes-- a una cantidad in
numerable de soldados, funcionarios y dems seores a los que
ustedes incluyen entre la poblacin agrcola, contraponiendo toda
esa mezcolanza al obrero fabril? Acaso, adems, no bay en Rusia
pequeas industrias como la pesquera y otras, a las que tambin
rara i865 y de la Gua de fbricas y talleres de 189-1 ooirespondiente a 1890
Resulta un nmero de obreros (excluyendo los mineros) ds 829.573 y 875.764
respectivamente. El aumento de un >,> por ciento es muclio menor que e!
de poblacin (de 61.420.000 a 91.000.000, o sea, 48,1 por ciento). Sn la p~
pina siguiente toma ya oros dalos: tanto para 1865 como pa.a .890 recurre
a la Gua de 1893. Segn estos datos, el nmero ds obreros es de 392.718 y
716.792, respectivamente; el aumento es de un S2 por ciento Pero esto sin
la industria gravada con impuestos, en la que el nmero de obreros (pg.
104) era en 1865 de 186.053 y en 1890 de 144.332. Sumando esta. ltimas
cifras a las precedentes, obtenemos un nmero totai de obreros (exceptuados
los mineros), en 1865 de 578.771, y en j.89) de 831.124. E l aumento es de
un 48,7 por ciento, Con un crecimiento de la poblacin en un 48,1 por ciento.
As, jn cinco pginas e) autor utiliza algunos datos que sealan un aumento
del 5 por ciento y otros an aumento del 48 por ciento. jjY sobre la bases de
cifras Jan contradictorias concluye que nuestro capitalismo es incorsistsnfe
Y adems, por qu no tom el autor ios datos sobre el nmero de
obreros que l misino cit en los Ensayes (cuadro XI y X II) y por los ci rales
vemos que aument en un 12-13 por ciento en tres aos (1886-1889), es
decir, an incremento que supera rpidamente el crecimiento de la poblacin?
El autor dir, tai vez, que el intervalo de tiempo es muy lacre. Pero en
cambio, estos datos son homogneos, comparables, y ms fidedignos; esto
en primer lugar. Y en segando lugar, acaso el propio autor no utiliz esos
mismos datos, a pesar del breve perodo de tiempo a que se refiere, para
emitir un juicio sobre el crecimiento de a industria fabril?
Se comprende que los- datos sobre una sola rama del trabajo nacional
c pueden menos que ser precarios cuando se toma un ndice tan oscilante
del estado de dicha rama como el nmero de obreros. Y hc*y que ser un
soador muy ingenuo para esperar, sobre la base de semejantes datos, que
nuestro capitalismo llegue a derrumbarse, a reducirse a polvo por s roismo,
sin una lucha ter.az y encarnizada; para contraponer tale? "latos al iududablc
dominio y desarrollo de) capitalismo en todas las ramas del trabajo nacional!

QUIENES SON LOS a m i g o s DEL PUEBLO

333

es absurdo contraponer a la industria fabril, y agruparlas con la


agricultura? Si se hubiera querido tener oca idea sobre la compo
sicin de la poblacin de Rusia por sus ocupaciones, en primer
lugar se debera nabar sealado por separado ia poblacin dedicada
a !a produccin de valores materiales (excluyendo, por consiguien
te, la poblacin no trabajadora, por una parte, y por otra b s sol
dados, los funcionarios, los popes, etc.), y en segundo tugar inten
tado distribuirla en las diferentes ramas del trabajo nacional. Si
no hubiera datos para ello, habra que haber desistido de hacer
estos clculos 9 y no decir tonteras sobre el 1 por ciento (??!!) do
la poblacin ocupada en la industria fabril.
* El seor Nik.-on intent haei este clcjlo en los Ensayas, pero con
el mayor desacierto. E n la pgina 302 leernos:
"En los ltimos tiempos se iia hecho el intento le Jete.im nar el n
mero de todos 'os obreros libres en las SO provincias de la Pusia europea
(S. JCoroenku, E l trabajo libre asalariado, San Pelerebvrgo, 1892). La inves
tigacin del departamento de Agricultura estima e1 total de la poblacin
agrcola apta para el trabajo, en las 50 provincias de a Rusia europea, on
35.713.000 personas, mientras ojo o total de obrero: necesarios en la agricul
tura, las industrias de trasormaein, extractivas, ei trasporte, etc., es estimado
en 30.124.000 persona.'. As, pues, el oxcedento Je obreros completamente
fupe:fluos so expresa en la enorme cantidad de 5.588.00C. personas, 1> que
oon sus familias, segn la norma, alcanza a un nmero no inferior a 15 millones
de personas. (Esto se repite en la pgina 341.)
Si examinamos esta investigacin", varemos que se ha investigado
en ella slo el trabajo libre asalariado em pltado por los terratenientes, y a
osta investigacin el seor Koroleiiko anadi un estudio referido a la Rusia
europea, "en los aspectos agripla e industrial. En este estudio se hace el
interno (no tobre la base, de una investigacin cualquiera, sino con a r ra lo
a les viejds datos disponibles) de clasificar egn las ocupaciones a la pobla
cin obiera de la Rusia europea. En el resumen del seor Eoroicnko se obtiene
el siguiente resultado: 3fc'.7l2.000 obreros para las 50 provincias de la Rusia
curopeu. De este nmero estn ocupados:

334

V.

I.

LENIN

En tercer lugar y esta es la principal y ms escandalosa


tergiversacin de la teora de Marx sobre el papel progresista y
revolucionario del capitalismo, de dnde ha sacado usted que
la significacin unificadora del capitalismo slo se expresa en la
unificacin de los obreros fabriles? No habr tomado esta idea
sobre el marxismo de los artculos de Otichestviennie Zapiski a
propsito de la socializacin del trabajo? No reducir tambin
sta al trabajo en un mismo local?
Pero no. Al parecer, no se le puede reprochar esto a Nik.-on,
porque caracteriza con exactitud la socializacin del trabajo por
el capitalismo en la segunda pgina de su artculo publicado en el
nm. 6 de R. Bogatstvo, sealando con acierto los dos rasgos de
esta socializacin: 1) trabajo para toda la sociedad y 2) unifica
cin de los obreros aislados para la obtencin del producto del
trabajo comn. Sin embargo, si esto es as, por qu juzgar la
misin del capitalismo por el nmero de obreros fabriles, siendo
que esta misin se cumple por el desarrollo del capitalismo y de
la socializacin del trabajo en general, por la creacin del prole
tariado en general, en relacin con el cual los obreros fabriles no
son ms que su destacamento de vanguardia? Es indudable, natu
ralmente, que el movimiento revolucionario del proletariado de
pende tambin del nmero de estos obreros, de su concentracin,
del grado de su desarrollo, etc., pero todo esto no da el menor dere
cho a reducir la significacin unificadora del capitalismo a l n
m e r o de obreros fabriles. Ello significa empequeecer hasta lo im
posible la idea de Marx.
As!, pues, el seor Korolenko ha clasificado (bien o mal) segn las
ocunaciones a todos los obreros, [mientras que el seor Nik.-on toma arbi
trariamente de los tres primeros renglones y habla de 5.588.000 obreros "com
pletamente superfluos (??)'!
;

Adems de este desacierto, no se puede dejar de observar aue el clculo


del seor Korolenko es en extremo general inexacto: la cantidad de traba
jadores agrcolas est determinada segn una norma nica comn a toda
Rusia, no se ha clasificado aparte la poblacin no productora (el seor Koro
lenko, siguiendo el antisemitismo de las autoridades, incluye a q u .. . a los
judos! Debe haber ms de 1.400.000 personas no productoras aptas para el
trabajo: comerciantes, mendigos, vagabundos, delincuentes, etc.), .es escan
dalosamente reducido el nmero de kustares (el ltimo rengln: ocupaciones
auxiliares en la localidad y fuera de ella), etc. Sera mucho mejor no hacer
semejantes clculos.

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO *

335

Dar un ejemplo. En su folleto Zur Wohnungsfrage *, Fede


rico Engels habla de la industria alemana y seala que en ningn
otro pas fuera: de Alemania] l habla slo de Europa occidental
existe una cantidad semejante de obreros asalariados que posean
huerto o una parcela de tierra cultivada. La industria artesanal
rural, unida a la horticultura o a la agricultura dice, forman
la amplia ibase de la joven gran industria de Alemania. A medida
que aumentan las necesidades de los pequeos campesinos alema
nes, esta industria artesanal crece cada vez con mayor fuerza (como
en Rusia tambin, aadimos nosotros), pero al mismo tiempo la
unin de la industria con la agricultura es condicin, o del bie
nestar del artesano, sino, por el contrario, de una mayor opresin.
Como est sujeto al lugar de residencia, se ve obligado a aceptar
cualquier precio que se le ofrezca, razn por la cual da al capita
lista no slo plusvala, sino tambin una gran parte del salario
(como en Rusia, con su enorme desarrollo del sistema de gran
produccin basado en el trabajo a domicilio). Ese es un aspecto
de la cuestin contina Engels, pero sta tiene tambin su
reverso [ . . . ] Con la extensin de la industria artesanal los cam

pesinos, localidad tras localidad, son incorporados al movimiento


industrial de la poca moderna. Esta revolucicmarizacin de las
localidades agrcolas mediante la industria artesanal extiende la
revolucin industrial en Alemania a regiones mucho mayores de lo
que la extendi en Inglaterra y Francia [ . . . ] Esto explica por qu
en Alemania, en comparacin con Inglaterra y Francia, el movi
miento obrero revolucionario alcanz una difusin tan acentuada
en la mayor parte del pas, en lugar de limitarse con exclusividad
a los centros urbanos. Y esto, a su vez, explica el crecimiento se
reno, firme e incontenible de este movimiento. En Alemania es
claro de por s que la insurreccin victoriosa en la capital y en las
otras grandes ciudades ser posible slo cuando tambin la mayo
ra de las pequeas ciudades y la mayor parte de las zonas rurales
estn maduras para la revolucin **.
Vase: no slo la significacin unificadora del capitalismo,
sino tambin el xito del movimiento obrero dependen del nme
ro de obreros fabriles y, adems, del nmero... de artesanos]
Contribucin al problema de la vivienda. ( E d.)
** Lenin cita aqu, en traduccin propia, pasajes del prlogo de la obra
de Engels Contribucin al problema d e la vivienda. (Vase C. Marx y F .
Engels, ob. cit., pg. 380. E d . )

336

V.

I.

LEN IN

Y nuestros excepcionalistas, desconociendo la organizacin


puramente capitalista de la enorme mayora de las industrias de
los kustares rusos, las contraponen al capitalismo como una indus
tria popular, y calculan el porcentaje de Ja poblacin que se
encuentra a disposicin directa del capitalismo por el nmero
de obreros fabriles! Esto ya recuerda el siguiente razonamiento
del seor Krivenlco: los marxistas quieren dirigir toda la atencin
hacia los obreros fabriles, pero como su nmero total es de 1 mi
lln entre 0Q millones de personas, slo constituyen un pequeo
rincn de la vida, y dedicarse a l es lo mismo que limitarse al
trabajo en las instituciones corporativas o en las sociedades de
beneficencia (nm. 12 de R .B .). [Las fbricas y talleres son un
rincn tan pequeo de la vida como las instituciones corporativas
y las sociedades de beneficencia!! Oh, genial seor Krivenlco!
Sin duda son las instituciones corporativas las que fabrican los
productos para toda la sociedad? Tal vez precisamente el orden
por el que se rigen las instituciones corporativas es el que explica
la explotacin y la expropiacin de los trabajadores? Tal vez pre
cisamente en las instituciones corporativas es donde hay que buscar
a los representantes de vanguardia del proletariado, capaces de
alzar la bandera de la emancipacin de los obreros?
No son extraas semejantes cosas en labios de filsofos bur
gueses menores, pero es lamentable encontrar algo semejante en
el seor Nik.-on.
En la pgina 393 de El capital, Marx ofrece datos sobre la
composicin de la poblacin inglesa. En Inglaterra y en Gales
haba en 1861, en total, 20 millones de habitantes. La cantidad de
obreros ocupados en las ramas principales de la industria fabril
era de 1.605.440 *. Adems, el nmero de criados era de 1.208.648,
y en una nota a la segunda edicin Marx indica el crecimiento
singularmente rpido de esta ltima clase. [Figrense ahora que
j
642.607 personas ocupadas en la industria textil, en la produccin de
medias y encajes (en nuestro pas decenas de miles de mujeres ocupadas en
la produccin de medias y encajes se ven sometidas a la explotacin ms
increble de las comerciantes, para las cuales trabajan. El salario es tan
reducido que llega a veces a 3 [sic/] kopeks por da! No se encuentran
ellas, seor Nik.-on, a disposicin directa del capitalismo? ); adems, 565.835
personas ocupadas en las minas de carbn y de mineral de hierro, y 396.998
en todas las industrias y manufacturas de metales.

Qu i n e s

so n

lo s

a m ig o s

del

pueblo"

337

en Inglaterra hubiese marxistas que para juzgar acerca de la


importancia unificadora del capitalismo se pusiesen a dividir
1.600.000 por 20!! Se obtendra un 8 por ciento: menos de una
doceava parte41! iCmo, pues, se puede hablar de la misin del
capitalismo cuando ste no ha unificado ni una doceava parte de
la poblacinl ]Y adems aumenta con mayor rapidez la clase de los
esclavos domsticos: una inversin estril del trabajo nacional,
que testimonia que nosotros, ingleses, seguimos un camino equi
vocado! No es claro que nosotros tenemos que buscar para
nuestra patria otros caminos de desarrollo, no capitalistas?!
Hay aun otro punto en la argumentacin del seor Nik.-on:
al decir que nuestro capitalismo no tiene la misma significacin
unificadora que es tan caracterstica para la Europa occidental
y que comienza a manifestarse con singular fuerza en Amrica del
Norte, tiene en cuenta, evidentemente, el movimiento obrero.
As, nosotros debemos buscar otros caminos, ya que nuestro capi
talismo no da origen a un movimiento obrero. Me parece que
este argumento ya haba sido anticipado por el seor Mijailovski,
quien adverta sentenciosamente a los marxistas que Marx operaba
con un proletariado ya creado. Y cuando un marxista le observ
que l vea en la miseria slo miseria, Mijailovski respondi del
siguiente modo: esta observacin, como de costumbre, ha sido
tomada por entero de Marx. Pero si nos referimos a ese pasaje
de Miseria de la filosofa agregabaveremos que no es aplicable
en nuestro caso y que nuestra miseria es slo miseria. En realidad,
sin embargo, en Miseria de la filosofa no veremos nada de eso.
Marx habla all de los comunistas de la vieja escuela, que ven en.
la miseria slo miseria, sin advertir su aspecto revolucionario, des
tructor, que terminar por derrocar a la vieja sociedad*. Es evi
dente que el seor Mijailovski se basa en la falta de manifesta
cin del movimiento obrero para afirmar que dicho pasaje no es
aplicable en nuestro caso. Con motivo de este razonamiento per
mtasenos observar, en primer lugar, que slo el ms superficial
conocimiento de los hechos puede sugerir la idea de que Marx
operaba con un proletariado ya creado. El programa comunista
de Marx fue elaborado por l antes de 1848. Qu movimiento
*
Lenin se refiere a la formulacin hecha por Marx en el segundo cap
tulo de Miseria de la filosofa, donde polemiza can Proudhon ( E d . ).

338

V.

I.

LENIN

obrero 0 exista entonces en Alemania? No haba entonces ni


siquiera libertad poltica, y la actividad de los comunistas se limi
taba a los crculos clandestinos (como ahora en nuestro pas).
El movimiento obrero socialdemcrata, que ha demostrado a to
dos de modo evidente el papel revolucionario y unificador del
capitalismo, surgi dos decenios ms tarde, cuando la doctrina del
socialismo cientfico se form definitivamente, cuando se extendi
con mayor amplitud la gran industria y apareci una plyade de
hombres talentosos y enrgicos que difundieron esa doctrina en
tre los obreros. Adems de presentar bajo una luz falsa los hechos
histricos, y olvidar la labor gigantesca realizada por los socia
listas para, infundir conciencia y sentido de organizacin al movi
miento obrero, nuestros filsofos atribuyen a Marx las ms absurdas
concepciones fatalistas. Al decir de estos filsofos, segn la con
cepcin de Marx la organizacin y socializacin de los obre
ros se operan espontneamente y, por lo tanto, si nosotros, al ver
el capitalismo no percibimos el movimiento obrero, es porque el
capitalismo no cumple su misin, y no porque todava sea poco
eficaz nuestro ti*abajo organizativo y de propaganda entre los
obreros. Ni siquiera vale la pena refutar este cobarde subterfugio
filisteo de nuestros filsofos excepcionalistas: lo refuta toda la ac
tividad de los socialdemcratas de todos los pases, lo refuta cada
discurso pblico de cualquier marxista. La socialdemocracia dice
con toda justicia Kautsky es la unin del movimiento obrero con
el socialismo. Y para que el papel progresista del capitalismo se
manifieste tambin en nuestro pas, nuestros socialistas deben
poner con toda energa manos a la obra; deben elaborar de una
manera ms detallada la concepcin marxista de la historia y
de la realidad rusas, y hacer un estudio ms sistemtico, ms con
creto, de todas las formas de la lucha de clases y de la explotacin,
que en Rusia aparecen singularmente embrolladas y encubiertas.
Deben adems popularizar esta teora, hacrsela conocer al obrero,
deben ayudar a ste a asimilarla y elaborar la forma de organiza
*
Se puede juzgar hasta qu punto era entonces numricamente insig
nificante la clase obrera por el hecho de que 27 aos despus, en 1875, Marx
escriba: El pueblo trabajador en Alemania est compuesto en su mayora
de campesinos y no de proletarios. He aqu lo que significa "operar [??] con
un proletariado ya creado!
(Lenin cita aqu el trabajo de Marx Crtica del programa de Gotha
Vase C. Marx y F . Engels, ob. cit., pg. 463. E d .)

QUINES SONl LOS AMIGOS DEL PUEBLO*

339

cin ms adecuada a nuestras condiciones para la difusin de las


ideas socialdemcratas y para unir a los obreros y convertirlos en
una fuerza poltica. Y los socialdemcratas rasos, lejos de haber
dicho jsms que han terminado ya, que han completado esta tarea
de idelogos de la clase obrera (tarea que no tiene fin), siempre
han subrayado que no han hecho ms que iniciarla, que se necesi
tar el esfuerzo d multitud de personas a fin de crear algo slido
Adems de la insatisfactoria y escandalosamente estrecha com
prensin de la teora de Marx, esta objecin corriente acerca de
que nuestro capitalismo no desempea un papel progresista, parece
tambin basarse en la absurda idea de un mtico rgimen popular
Cuando los campesinos en la famosa comunidad rural se
dividen en pobres y* ricos, en representantes del proletariado y del
capital (del comercial en particular) no quieren ver en esto un
capitalismo embrionario, medieval, y, dejando a un lado la estruc
tura poltica y econmica del campo, parlotean, en sus bsquedas
de otros caminos para la patria, sobre los cambios de la forma de
posesin de la tierra por los campesinos, con lo que confunden
imperdonablemente la forma de organizacin econmica, como si
en el seno de la misma comunidad rural igualitaria no floreciese
en nuestro pas la diferenciacin puramente burguesa de los cam
pesinos. Y cuando este capitalismo, al desarrollarse, rebasa los
marros estrechos del caoitalismo medieval, rural, destruye el poder
feudal de la tierra y obliga al campesino hace ya mucho tiempo
desvalijado totalmente y hambriento, despus de haber dejado la
tierra a la comunidad para su distribucin igualitaria entre los
kulaks triunfantes, a abandonar su localidad, peregrinar por toda
Rusia, pasando grandes intervalos de tiempo sin trabajo, a concha
barse hoy con un terrateniente, maana con un contratista en las
obras de construccin de un ferrocarril, despus como trabajador
urbano o como pen de un campesino rico, etc.; cuando este "cam
pesino, cambiando de patronos por toda Rusia, ve aue en todas
partes a donde llega es vctima del ms desvergonzado pillaje; ve
aue al mismo tiempo saquean a otros desposedos como l; ve
que lo desvaliia, no necesariamente el seor, sino tambin su
hermano mujik, siempre y cuando ste posea dinero para la com
pra de fuerza de trabajo; ve cmo en todas paites el gobierno est
al servicio de sus patronos, coartando los derechos de los obreros
y reprimiendo como si fuesen motines todo intento de defender
sus derechos ms elementales; ve cmo es cada vez ms y ms ar-

340

V.

I.

LENIN

do el trabajo del obrero ruso, cmo crece cada vez con mayor
rapidez la riqueza, y el lujo mientras la situacin del obrero em
peora da a da, la expropiacin se intensifica y el paro forzoso se
convierte en norma, en tiempos como estos, nuestros crticos del
marxismo buscan otros caminos para la patria, en tiempos como
estos se dedican a considerar el profundo problema de si se puede
reconocer aqu el papel progresista del capitalismo, teniendo en
cuenta el lento crecimiento del nmero de obreros fabriles, y si no
hay que rechazar nuestro capitalismo y considerarlo un camino
equivocado puesto que est cumpliendo mal, muy mal, sr misin
histrica.
No es esta en verdad una ocupacin elevada, de gran con
tenido humano?
Y
qu doctrinarios estrechos son esos malvados marxistas
cuando dicen que buscar otros caminos para la patria mientras en
Rusia existe por doquier la explotacin capitalista del trabajador,
significa huir de la realidad a la regin de las utopas, cuando
hallan que no es nuestro capitalismo el que cumple mal su misin,
sino que son los socialistas rusos quienes no quieren comprender
que soar con el apaciguamiento de la secular lucha econmica de
las clases antagnicas de la sociedad rusa significa caer en un es
tado a lo Manlov *, no quieren comprender que hay que esforzarse
por infundir conciencia a esta lucha y organizara para ello, emprender la labor socialdemcrata.
Como conclusin no podemos dejar de sealar otro ataque
del seor Nik.-on contra el seor Struve, en ese mismo nm. 6 de
R.

B .

Es forzoso dirigir la atencin dice el seor Nik.-on a cierta


particularidad de los mtodos polmicos del seor Struve. Es
cribi para el pblico alemn, en una revista alemana seria, y emple
procedimientos al parecer totalmente inadecuados. Hay que pensar
que no slo el pblico alemn, sino inclusive el ruso ha alcanzado
la edad adulta* para que pueda dejarse influir por los diferentes
espantajos de que est plagado su artculo. Expresiones como
utopa, programa reaccionario y otras semejantes aparecen en
cada una de sus columnas. Pero, ay!, estas palabras terribles no

Manlov: uno de los personajes de la obra de N. Ggol Almas muertas,


arquetipo de soador ablico, charlatn inactivo y frvolo. (Ed.)

q u i n e s

so n

lo s

a m ic o s

d el

pueblo

341

producen ya, decididamente, el efecto que por lo visto espera el


seor Struv (pg. 128).
Intentemos ver si en esta polmica de los seores Nik.-on y
Struve se han empleado procedimientos inadecuados, y si as
fuera, quin los ha empleado.
El seor Struve es acusado de emplear procedimientos ina
decuados porque en un artculo serio quiere influir sobre el p
blico con espantajos y "palabras terribles.
Emplear espantajos y palabras terribles significa dar una
caracterizacin del adversario que constituye una spera censura,
no fundamentada con claridad y precisin, y que no se desprende
de manera inevitable de los conceptos de quien escribe ( conceptos
expuestos en forma definida), sino que slo expresa el deseo de
injuriar y pulverizar.
Es evidente que slo este ltimo rasgo es el que convierte los
eptetos resueltamente negativos en espantajos. Pues el seor
Slonimski expres su opinin sobre el seor Nik.-on en trminos
bruscos, pero como al hacerlo formulaba con claridad y exactitud
su punto de vista de liberal corriente, incapaz en absoluto de com
prender el carcter burgus del actual estado de cosas, formulaba
con plena nitidez sus prodigiosos argumentos, se le puede acusar
de cuanto se quiera, pero no de emplear procedimientos inade
cuados. El seor Nik.-on tambin opin en trminos bruscos so
bre el seor Slonimski. citando entre otras cosas, como algo edifi
cante y aleccionador, las palabras de Marx, 'que se han justificado
tambin en nuestro pas (es el seor Nik.-on quien lo reconoce),
acerca del carcter reaccionario tf utpico de la defensa de la pe
quea produccin artesanal y de la pequea propiedad campesina,
defensa en la que est empeado el seor Slonimski, y lo acus de
estrechez mental, de ingenuidad, etc. Aclaramos que el artculo
del seor Nik.-on est plagado de los mismos eptetos ( subraya
dos) que el del seor Struve, pero nosotros no podemos hablar de
procedimientos inadecuados, pues todo est fundamentado, todo
se desprende de determinado punto de vista y de determinado
sistema de concepciones del autor, que pueden sei falsos, psro que
una vez aceptados ya no permiten sino tratar al adversario como
a un utopista ingenuo, mezquino y reaccionario.
Veamos ahora qu sucede con el artculo del seor Struve.
Acusa al seor Nik.-on de utopismo, que desemboca inevitable
mente en un programa reaccionario, y de ingenuidad y seala con

342

V.

X.

LENIN

entera claridad las razones por las cuales ha llegado a esta con
clusin. Primera: el seor Nik.-on quiere la socializacin de la
produccin, y para ello apela a la sociedad [sid] y al Estado.
Esto "demuestra que el economista ruso desconoce por completo
la doctrina de Marx sobre la lucha de clases y sobre el Estado.
Nuestro Estado es representante de las clases gobernantes. Se
gundo: Si se contrapone al capitalismo real un rgimen econmi
co imaginario, cosa que debe suceder sencillamente porque noso
tros lo queremos; dicho en otras palabras, si se quiere la sociali
zacin de la produccin al margen del capitalismo, esto slo
testimonia una interpretacin ingenua, que no corresponde a la
historia. Con el desarrollo del capitalismo, con la eliminacin de
la economa natural, con la reduccin de la poblacin rural, la
nacin moderna saldr de las tinieblas en las que todava se en
cuentra en nuestra poca patriarcal (hablamos de Rusia), saldr
a la clara luz de la' lucha abierta de clases, y para la socializacin
de la produccin habr que buscar otras fuerzas y factores.
Pues no es esta acaso una argumentacin harto clara y pre
cisa? ,>Se puede acaso poner en duda la verdad de las referencias
especficas del seor Struve a las ideas del autor? Acaso el seor
Nik.-on en realidad tom eri consideracin la lucha de clases, pro
pia de la sociedad capitalista? No. Habla de la sociedad y del
Estado y olvida esa lucha, la desecha. Dice, por ejemplo, que el
Estado ha apoyado al capitalismo en lujrar de socializar el traba'jo
por medio de la comunidad rural, etc. Es evidente que considera
que el Estado poda actuar de una manera o de la otra, y que por
consiguiente est situado al margen de las clases. No resulta
claro que acusar al seor Strave de recurrir a espantajos es una
injusticia -flagrante? No es claro que la persona que piensa que
nuestro Estado es un Estado de clase no puede dejar de considerar
utopista ingenuo y reaccionariou a quien se dirige a dicho Estado
para pedirle la socializacin del trabajo, es decir, la eliminacin
de las clases gobernantes? Es ms: cando se acusa al adversario
de emplear espantajos y se silencia al mismo tiempo el criterio
del cual se desprende su opinin, a pesar de que lo ha expuesto
con claridad; cuando adems se lo acusa en una revista sometida
a la censura, a la cual no tiene acceso ese criterio, no cabe r>ensar
que este es "un procedimiento completamente inadecuado?
Sigamos. El seor Struve formula el segundo argumento con
no menos nitidez. Que la socializacin del trabajo al margen del

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO*'

343

capitalismo, por medio de la comunidad rural, es un rgimen ima


ginario, es algo indudable pues no existe en la realidad. El propio
seor Nik.-on pinta as esta realidad: hasta 1861 las unidades pro
ductoras eran la familia y la comunidad rural ( Ensayos, pgs.
106-107). Esta produccin pequea, dispersa, que se bastaba a
s misma, no poda desarrollarse de una manera, considerable, ra
zn por la cual se caracterizaba por ser extremadamente rutinaria,
poco productiva. El cambio posterior consisti en que la divisin
social del trabajo iba siendo cada vez ms profunda. Por consi
guiente, el capitalismo rompi las estrechas fronteras de las pri
mitivas unidades de produccin y socializ el trabajo en toda la
sociedad. Tambin el seor Nik.-on reconoce esta socializacin
del trabajo por nuestro capitalismo. Por eso, al querer apoyarse
para la socializacin del trabajo, no en el capitalismo, que ya ha
socializado el trabajo, sino en la comunidad rural, cuya descom

posicin trajo consigo precisamente, p o r p r i m e r a v e z , la sociali


zacin del trabajo e n t o d a l a s o c i e d a d , es un utopista reaccionario.
He aqu el pensamiento del seor Struve. Se lo puede considerar
acertado o errneo, pero no se puede negar que su acerba crtica
al seor Nik.-on se desprende con lgica inevitabilidad de esta
opinin, y por ello es impropio hablar de espantajos.
Ms aun. Cuando el seor Nik.-on termina su polmica con
el seor Struve atribuyendo a su adversario el deseo de desposeer
de la tierra a los campesinos (si por programa progresista se en
tiende desposeer de la tierra a los campesinos [ . . . ] el autor de
los Ensayos es un conservador) a pesar de la declaracin expl
cita del seor Struve de que quiere la socializacin del trabajo, la
quiere a travs del capitalismo y para ello desea apoyarse en las
fuerzas que aparecern bajo la clara luz de la lucha abierta de
clases, esto slo puede llamarse una versin diametralmente
opuesta a la verdad. Y si se tiene en cuenta que en la prensa
sometida a la censura el seor Struve no poda hablar de las fuer
zas que actan a la clara luz de la lucha de clases, y que por
consiguiente el adversario del seor Nik.-on fue amordazado, en
tonces difcilmente podr ponerse en duda que el procedimiento
del seor Nik.-on es un procedimiento por completo inadecuado.

Apndice 111
Al hablar de una comprensin estrecha del marxismo, me
refiero a los marxistas mismos. No se puede dejar de observar a
este propsito que el marxismo es escandalosamente empequee
cido y tergiversado cuando nuestros liberales y radicales se toman
la tarea de exponerlo en las pginas de la prensa legal. [Qu ex
posicin! Pinsese slo de qu manera hay que mutilar esta doc
trina revolucionaria para hacerla caber en el lecho de Procusto de
la censura rusa! Y nuestros autores realizan con toda tranquilidad
semejante operacin: en su exposicin el marxismo queda casi re
ducido a la doctrina de cmo experimenta su desarrollo dialctico,
bajo el rgimen capitalista, la propiedad individual, basada en el
trabajo del propietario, cmo se convierte en su negacin y des
pus se socializa. Y con aire de seriedad ven en este esquema
todo el contenido del marxismo, dejan a un lado todas las particu
laridades de su mtodo sociolgico, dejan a un lado la doctrina
de la lucha de clases, dejan a un lado la finalidad directa de la in
vestigacin: exponer todas las formas de antagonismo y de explo
tacin para ayudar al proletariado a suprimirlas. No es extrao
que el resultado sea algo tan gris y estrecho, que nuestros radicales
no cesan en sus lamentaciones a propsito de los pobres marxistas
rusos. No es para menos! El absolutismo ruso y la reaccin rusa
no seran absolutismo y reaccin si bjtjo su existencia se pudiese
exponer ntegra, exacta y plenamente el marxismo, y explicar a
fondo sus conclusiones! Y si nuestros liberales y radicales cono
ciesen como es debido el marxismo (aunque slo fuese por la
literatura alemana), les dara vergenza mutilarlo as en las pgi
nas de una prensa sometida a la censura. Si no se puede exponer
un teora, callen o hagan la reserva de que estn muy lejos de ex
ponerlo todo, que omiten lo ms esencial, pero por qu entonces
presentar fragmentos y alborotar luego hablando de su estrechez?

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

345

Slo as se puede llegar al absurdo, slo posible en Rusia, de


que se considere marxistas a personas que no tienen ni idea de la
lucha de clases, del antagonismo necesariamente inherente a la
sociedad capitalista, y del desarrollo de ese antagonismo, a perso
nas que no tienen idea del papel revolucionario del proletariado;
inclusive a personas que presentan abiertamente proyectos bur
gueses, con tal que contengan palabras economa monetaria,
su "necesidad y otras expresiones por el estilo, que requieren todo
el profundo ingenio de un seor Mijailovski para ser estimadas
como especficamente marxistas.
Pero Marx consideraba que todo el valor de su teora resida
en que por su misma esencia es una teora crtica * y revolucio
naria * 0. Y esta ltima cualidad es, en efecto, inherente al mar
xismo por entero y sin ningn gnero de duda, porque dicha teora
se plantea directamente la tarea de poner al descubierto todas las
formas de antagonismo y explotacin en la sociedad moderna,
estudiar su evolucin, demostrar su carcter transitorio, la inevitabilidad de su conversin en otra forma distinta, y servir asi al

proletariado, para que ste termine lo antes posible y con la mayor


facilidad posible, con tocia explotacin. La insuperable y suges
tiva fuerza que atrae hacia esta teora a los socialistas de todos los
pases, consiste precisamente en que combina la cualidad de ser
rigurosa y sumamente cientfica (siendo como es la ltima pala
bra de la ciencia social) con la de ser revolucionaria, y las combina,
no por casualidad, ni slo porque el fundador de la doctrina una
en s las cualidades del cientfico y del revolucionario, sino que las
combina en la teora misma, en forma intrnseca e indisoluble.
En efecto, como tarea de la teora, como finalidad de la ciencia,
se plantea aqu, en forma directa, el ayudar a la clase de los opri
midos en su lucha econmica real.
*
Obsrvese que Marx habla aqu de la crtica materialista, la nica a
la que considera cientfica, es decir, la crtica que compara los hechos polticos,
jurdicos, sociales, los de la vida cotidiana y otros con la economa, con el
sistema de las relaciones de produccin, con los intereses de las clases que
inevitablemente se van formando sobre la base de todas las relaciones sociales
antagnicas. Difcilmente habr quien ponga en duda que las relaciones socia
les rusas son antagnicas; pero nadie intent an tomarlas como fundamento
para tal crtica.
** Vase el Eplogo de Marx a la 2? edicin del tomo I de El capital,
ed. cti, pgs. 9-15. (E .)

340

V.

I.

LEN IN

*Nosotros no decimos al mundo: *Deja de luchar, toda tu


lucha no vale nadd. Nosotros le clamos la verdadera consigna de
lucfuf *.
Por consiguiente, la tarea directa de la ciencia, segn Marx,
consiste en dar una verdadera consigna de la lucha, es decir, saber
presentar objetivamente dicha lucha como producto de determi
nado sistema de relaciones de produccin, saber comprender la
necesidad de esa lucha, su contenido, el curso y las condiciones de
su desarrollo. No se puede dar una consigna de lucha sin estu
diar en todos sus detalles cada una de sus formas, sin seguir cada
uno de sus pasos, en su trnsito de una forma a otra, para saber
determinar la situacin en cada momento concreto, sin perder de
vista el carcter general de la lucha, su objetivo general: la des
truccin completa y definitiva de toda explotacin y de toda
opresin.
Intntese comparar la teora crtica y revolucionaria de Marx
con esa tontera insulsa que nuestro conocido . Mijailovski
expuso en su crtica, y luego combati, y resultar asombroso que
pueda haber en realidad hombres que se consideren idelogos
de la clase trabajadora, y se conformen. . . con la moneda des
gastada en que convierten nuestros autores la teora de Marx,
despojndola de todo lo que tiene de vital.
Intntese comparar las exigencias de esta teora con nuestra
literatura populista, que tambin responde al deseo de ser la
expresin ideolgica de los trabajadores, una literatura dedicada
a la historia y al estado actual de nuestro sistema econmico en
general y de los campesinos en particular, y resultar asombroso
que los socialistas hayan podido conformarse con una teora que se
limitaba a estudiar y describir las calamidades y a moralizar a
propsito de ellas. El rgimen de servidumbre es presentado, no
como una forma determinada de organizacin econmica, que en
gendr una explotacin determinada, determinadas clases anta
gnicas, determinadas instituciones polticas, jurdicas, etc., sino
simplemente como abusos de los terratenientes y como una injus
ticia respecto de los campesinos. La reforma campesina es pre
sentada, no como el choque de determinadas formas v clases econ
micas, sino como una medida de las autoridades, que eligieron
*
Lento hace referencia a la carta de Marx a Ruge, de setiembre d
1843; la cita ms extensamente en. la pg. 195 del presente tomo. ( Ed . )

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO*

347

por error un camino equivocado, a pesar de sus inmejorables


intenciones. La Rusia de los tiempos posteriores a la reforma es
presentada como una desviacin del verdadero camino, acompaa
da por calamidades para el trabajador, y no como determinado
sistema de relaciones antagnicas de produccin, que tiene deter
minado desarrollo.
Ahora, por lo dems, el descrdito de esta teora es indudable,
y cuanto antes comprendan los socialistas rusos que no puede ha
ber, dado el nivel actual de conocimientos, una teora revoluciona
ria fuera del marxismo, cuanto antes dirijan todos sus esfuerzos a
la aplicacin de esa teora a Rusia, en el sentido terico y en el
prctico, tanto ms certero y rpido ser el xito de la labor re
volucionaria.
Para ilustrar de una manera patente la corrupcin que pro
vocan los seores amigos del pueblo en el pobre pensamiento
ruso contemporneo, con su llamamiento a la intelectualidad a
ejercer su influencia cultural sobre el pueblo para la creacin
de una industria bien organizada y justa, etc., trascribiremos la
opinin de personas de criterios diametralmente opuestos a los
nuestros: los partidarios de Nardnoie Pravo, esos descendientes
directos e inmediatos de Nardnaia Volia. Vase el folleto Un
problema vital, 1894, editorial del partido Nardnoie Pravo.
Despus de refutar en forma magnfica a esa clase de popu
listas que dicen que de ninguna manera, ni siquiera en una situa
cin de amplia libertad, debe Rusia abandonar su organizacin
econmica, que asegura [I] al trabajador una situacin indepen
diente en la produccin; que dicen: no necesitamos reformas
polticas, sino reformas econmicas sistemticas y planificadas,
los partidarios de Nardnoie Pravo continan:
No somos defensores de la burguesa, y menos aun admira
dores de sus ideales, pero si el destino adverso diera al pueblo a
elegir: reformas econmicas planificadas bajo la proteccin de
los superintendentes de los zemstvos, que las protegen celosamen
te de los atropellos de la burguesa, o de la misma burguesa sobre
la base de la libertad poltica, es decir, en condiciones que aseguren
al pueblo la defensa organizada de sus intereses, consideramos
que el pueblo saldra sencillamente ganando si eligiera la ltima.
En nuestro pas no hay ahora 'reformas polticas que amenacen
arrebatar al pueblo la seudoindependencia de su organizacin eco

V.

I.

L ENIN

nmica, y hay lo que todos y en todas partes se han habituado a


considerar poltica burguesa, que se expresa en la ms escandalosa
explotacin del trabajo del pueblo. En nuestro pas no hay liber
tad, ni amplia ni reducida, pero s existe la proteccin de los inte
reses de casta con la que han dejado de soar los terratenientes
y capitalistas de los pases constitucionales. En nuestro pas no hay
parlamentarismo burgus; a la sociedad le est vedado el acceso
a las funciones de gobierno, pero s existen los seores Naidnov,
Morzov, Kasi y Belov ", que exigen la ereccin de una muralla
china que proteja sus intereses, al lado de los representantes de
nuestra nobleza fiel, que han llegado inclusive a exigir para s un
crdito gratuito de 100 rublos por desiatina. Se los invita a par
ticipar en comisiones, se los escucha con respeto, su palabra tiene
una importancia decisiva en los asuntos ms trascendentales de
la vida econmica del pas. Y al mismo tiempo, quin interviene
en defensa del pueblo y dnde? Ellos, los superintendentes de
los zemstvos? No es para el pueblo para quien se proyectan las
cuadrillas de obreros agrcolas? No se declara ahora, con fran
queza rayana en el cinismo, que se ha dado al pueblo los nadiel
slo para que pague los impuestos y tributos, como expresa en
una circular el gobernador de Vologd? ste no hizo ms que
formular y decir en voz alta lo que con su poltica realiza fatal
mente la autocracia, o, dicho ms exactamente, el absolutismo
burocrtico.
Por confusas que sean todava las ideas de los partidarios de
Nardnoie Pravo sobre el pueblo cuyos intereses quieren de
fender, sobre la sociedad en la cual continan viendo el rgano
digno de confianza para la proteccin de los intereses del trabajo,
en todo caso hay que reconocer que la formacin del partido
Nardnoie Pravo es un paso adelante, un paso en el sentido de
abandonar definitivamente las ilusiones y los sueos en otros ca
minos para la patria, en el sentido de reconocer sin temor los ver
daderos caminos y, sobre su base, buscar elementos para la lucha
revolucionaria. Aqu se descubre con claridad la tendencia a la
formacin de un partido democrtico. Hablo slo de la tenden
cia, porque los partidarios de Nardnoie Pravo, por desgracia,
no aplican consecuentemente su punto de vista fundamental. To
dava hablan de la unificacin y alianza con los socialistas, sin
querer comprender que arrastrar a los obreros al simple radica0 Se trata de grandes financistas e industriales rusos. (E d . )

QUINES SON LOS AMIGOS DEL PUEBLO

349

lismo poltico slo significa separar a los intelectuales obreros de


la masa obrera, significa condenar a la impotencia el movimiento
obrero, porque ste puede ser fuerte nicamente sobre la base de
la defensa plena y completa de los intereses de la clase obrera,
sobre la base de la lucha econmica contra el capital, lucha que se
funde indisolublemente con la lucha poltica contra los servidores
del capital. No quieren comprender que la unificacin de to
dos los elementos revolucionarios se consigue mucho mejor me
diante la organizacin por separado de los representantes de los
diferentes intereses * y la accin conjunta, en determinados casos,
de ambos partidos. Todava llaman a su partido socialrevolucionario (vase el Manifiesto del partido Nardnoie Pravo, de
fecha 19 de febrero de 1894), aunque al mismo tiempo se limitan
exclusivamente a reformas polticas y eluden con gran escrupulo
sidad nuestras malditas cuestiones socialistas. Un partido que
con tanto ardor llama a la lucha contra las ilusiones, no debera
alentar ilusiones en los dems con las primeras palabras de su
Manifiesto; no debera hablar de socialismo all donde no hay
ms que constitucionalismo. Repito, sin embargo, que no es po
sible formarse una opinin correcta de los partidarios de Nard
noie Pravo si no se tiene en cuenta que proceden de los adeptos
de Nardnaia Volia. No se puede dejar de reconocer por eso
que estn dando un paso adelante, al abrazar una lucha exclusi
vamente poltica, que no tiene relacin con el socialismo, en un
programa exclusivamente poltico. Los socialdemcratas desean
con toda el alma; el xito de los partidarios de Nardnoie Pravo,
desean el crecimiento y desarrollo de su partido, desean que estre
chen lazos de unin con aquellos elementos sociales que se decla
ran a favor del rgimen econmico existente 0 * y cuyos intereses
inmediatos estn real e ntimamente ligados a la democracia.

Son ellos mismos quienes protestan contra la fe en el poder tauma


trgico de la intelectualidad, ellos son los que hablan de la necesidad de
atraer a la lucha al pueblo mismo. Para eso es necesario ligar esta lucha
con determinados intereses de la vida cotidiana; es necesario, por consiguiente,
diferenciar los distintos intereses e incorporarlos por separado a la lucha. . .
Pero si estos distintos intereses se esfuman detrs de reivindicaciones nica
mente polticas, comprensibles slo para la intelectualidad, no significa ello
retroceder de nuevo, limitarse otra vez a la lucha de la sola intelectualidad,
cuya impotencia acaba de ser reconocida?
* * (E s decir, capitalista), y no a favor de la negacin necesaria de este
rgimen y de la lucha despiadada contra l.

350

V.

I.

LENiN

No podr sostenerse por mucho tiempo el populismo conci


liador, cobarde, sentimental y soador de los amigos del pueblo,
cuando se vea atacado desde dos lados: por los radicales polticos,
por ser capaces de expresar confianza en la burocracia y no com
prender la necesidad absoluta de la lucha poltica; y por los socialdemcratas, por intentar actuar poco menos que como socia
listas, aun cuando no tienen la menor relacin con el socialismo,
ni la menor idea de las causas de la opresin del trabajador y dl
carcter de la presente lucha de clases.

EL CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISMO


Y SU CRITICA EN EL LIBRO DEL SEOR STRUVE
(Reflejo del marxismo en la literatura burguesa)
A propsito del libro de P. Struve, Notas crticas acerca del
desarrollo econmico de Rusia. San Petersburgo, 189485

Escrito entre fines de 1894 y


comienzos de 1895.
Publicado en 1895 en la reco
pilacin Materiales para la carac

para la caracterizacin d e nuestro


desarrollo econmico. Cotejado con

terizacin de nuestro desarrollo


econmico.

el texto de la recopilacin: V. Din.


En doce aos, 1907,

San Petersburgo. Firmado: K,


Tulin.

Se publica de acuerdo con el


texto de la recopilacin Materiales

.S mencionado libro del seor Struve es una crtica sistem


tica del populismo, cornada esta palabra en su so.atido amplio,
como doctrina terica que resuelve de un modo determinado to
dos los problemas sociolgicos y econmicos ms importantes^ y
como sistema e dogmas de economa poltica (pg V II). El
solo planteamiento de esta tarea podra conferir al libro un gran
inters; paro en este aspecto es todava ms importante el punto
de vista desde ej, cual se ia.ee la crtica. De ello nos dice el autor
en el prefacio:
Aunque comparte en algunas cuestiones fundamentales los
Conceptos que han quedado totalmente definidos en la literatura,
1 [el autor] no se considera en absoluto atado 3 la letra y al cdigo
de doctrina alguna. No se lia contagiado de ortodoxia (IX ).
Todo el contenido del libro evidencie, que por esos 'conceptos
que Joan quedado totalmente definidos en la literatura", se sobren
tiende las concepciones marxiste. Cabe preguntarse: cules son
las premisas "fundamentales dsl marxismo que el autor admite y
cules las que rechaza? Por qu? En qu medida? El autor no
responde de manera directa a la pregunta. Por elle se hace nece
sario analizar en detalle el libro para establecer qu hay en l de
rrarxista, cules tesis de la doctrine* acepta el autor y en qu me
dida las sostiene de modo consecuente, asi como cuales tesis re
chaza y qu resulta en estos casos.
EL contenido de la obra e extraordinariamente diverso: en
primer lugar, el autor expone el 'mtodo subjetivo en sociologa",
admitido por nuestros populistas, le critica y le opone el "mtodo
del materialismo histrico econmico. Despus hace la crtica
econmica'del populismo basndose, en pnmer lugar, en la ex
periencia de k humanidad (pg IX ) y, en segundo lugar sn
datos de k historia econmica y de k realidad rusas. Tambin

356

V.

X.

LEN1N

se somaten a crtica, ai mismo tiempo, ios dogmas de la economa


poltica populista. Esta diversidad del contenido (completamente
inevitable cuando se critica una e las ms importantes tendencias
de nuestro pensamiento social) determina la manera en que se
efecta nuestro anlisis: seguiremos, pase a paso. la exposicin
del autor, detenindonos en cada uno de sus argumentos.
.Pero antes de pasar al anlisis del libiro, creo necesario dete
nerme para dar una explicacin previa. El objetive que en el
presente artculo se persigue es la, crtica del libre del seor Strave
desde el punto de vista de un hombre que comparte en todas
(y no slo en algunas) las cuestiones fundamentales, ios con
ceptos que 'han quedado totalmente definidos en la literatura.
Esos conceptos fueron expuestos reiteradas veces, para criti
carlos, en las pginas de la piensa liberal y populista, embro
llndolos de manera monstruosa; es ms, desvirtundolos, adulte
rndolos con el hegelianismo, con la creenck. de que cada pas
debe pasar ineludiblemente por la fase del capitalismo y con
otros muchos dispar?tes puramente de Nooie Vremia, y que nada
tienen que ver con dichos punics de vista.
Se desvirtu sobre todo el aspecto prctico de Is doctrina, su
aplicacin a las condiciones de Rusia. Nuestros liberales y nues
tros populistas, que no quieren comprender que el punte de par
tida ae la doctrina de) marxismo i-uso es un enfoque de la realidad
lusa completamente distinto del que ellos sustentan, compararon
esa doctrina con! su vieja idea de dicha realidad y llegaron a con
clusiones que, adems de ser completamente incongruentes*, cons
tituyen monstruosas acusaciones a los marxistas.
Por ello me parece imposible comentar el anlisis del libro
del seor Struve sin fijar antes con toda nitidez mi actitud hacia
el populismo, fis ms, una comparacin previa de los pinicos de
>dsta populista y mar>ista es necesaria para aclarar muchos pasa
jes del libro que estudiamos, ya que Se limita a tratar el lado obje
tivo de la doctrina y deja* casi totalmente a un lado las conclusio
nes prcticas.
Esa comparacin nos permitir ver qu puntos de partida
comunes tienen el populismo y el marxismo, y en qu consiste su
diferencia esencial. Para bacei. la comparacin conviene ms to
mar el viejo populismo ruso, ya que, en primer lugar, es incom
parablemente superior al oontemporneo ( representado por pu-

EL CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

357

biicaciones como Rtmkoie Bogatstoo) por su coherencia y clari


dad, y en segundo lugar porque brinda una imagen ms completa
de las mejores caractersticas del populismo, admitidos en algu
nos aspectos por el marxismo.
Tomemos una de esas profession de foi * el viejo populismo
ruso y sigamos al autor paso a paso.

' n francs en eJ original.

(Ed.)

CAFTUIjO I
COMENTARIOS A LA PROFESSION D E F O I POPULISTA

En el tomo CCXLII de Otichestvienne Zapiski * apareci,


sin firma, el artculo Nuevos brotes en el campo popular, que des
taca con fuerza los aspectos progresistas del populismo, oponin
dolos al liberalismo ruso.
El autor empieza por afirmar que hoy se considera casi
como una traicin protestar contra los hombres que surgen del
seno del pueblo y alcanzan una elevada posicin social.
Hace poco, un asno literario solt un par de coces a Otichestviennie
Zapiski, por su pesimismo respecto del pueblo; asi se expres con motivo de
una breve resea sobre el libro de Zlatovratski, en el cual no hay ms pesi
mismo que el que expresa el autor al referirse a la usura y a la influencia
qnpptora del dinero; despus, cuando G. Uspenski escribi los comentarios
alis ltimos ensayos (Otich. Zapiski, nm. 11, 1878), la charca liberal se albo
rot, lo mismo que en el cuento. . . y de golpe y porrazo aparecieron tantos de
fensores del pueblo, que nos asombramos verdaderamente de qu nuestro pue
blo tuviera tantos amigos [ . . . ] . No puedo menos que ver con simpata [ . . . ]
ese planteamiento acerca de la bella campia y de la actitud que hacia ella
muestran los mozalbetes de la literatura, o mejor dicho, no los mozalbetes,
sino los viejos verdes de la aristocracia y sus lacayos, y esa joven capa de
comerciantes [ . . . ] . Cantar serenatas al campo y hacerle cadas de ojos no
significa en absoluto amarlo y respetarlo, del mismo modo que sealar sus
defectos no significa tenerle inquina. Si 'se le pregunta al propio Uspens
ki [. . . ] qu le es ms afn, en qu ve ms garantas de! futuro, en el campo
o en las capas de la antigua nobleza y de la nueva clase media, contestar,
sin la menor duda: En el campo.

Este pasaje es muy caracterstico. Evidencia con toda nitidez,


en primer lugar, en qu consiste la esencia del populismo: en la
* Ao 1879, Sovreminnoie Obozrenie, nm. 2, pgs. 125-152.

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

359

protesta, desde el punto de vista del campesino, del pequeo pro


ductor, contra lo feudal ( la capa de la antigua nobleza) y contra el
espritu burgus (la capa de la nueva clase media) en Rusia. Al
mismo tiempo, muestra, en segundo lugar, el carcter soador de
esa protesta, su divorcio de la realidad.
Acaso el campo existe fuera de los regmenes de la antigua
nobleza o de la nueva clase media? Acaso los representantes
de la una y de la otra no modelaban y modelan el campo a su
manera? El campo es precisamente una capa, en parte formada
por la antigua nobleza y en parte por la nueva clase media.
Por ms vueltas que se le d siempre, claro est, que se limite
uno a ver la realidad (esto es lo nico de que se trata), y no las
posibilidades, no encontrarn en l ninguna tercera capa. Y si
los populistas la encuentran, es porque los rboles les impiden ver
el bosque, porque la forma de posesin de la tierra por algunas
comunidades campesinas les impide ver la organizacin econ
mica de toda la economa social rusa. Esa organizacin, que trasforma al campesino en un productor de mercancas, hace de l
un pequeo burgus, un pequeo propietario rural aislado que
produce para el mercado; en virtud de ello, esta organizacin
excluye la posibilidad de buscar garantas para el futuro detrs
v obliga a buscarlas delante, a no buscarlas en el campo, donde
la combinacin de las capas constituidas por la antigua nobleza
y la nueva clase media agrava terriblemente la situacin del
trabajo y lo priva de la oportunidad de luchar contra los jefes de
la capa de la nueva clase media, ya que la oposicin entre los
intereses de stos y los del trabajo no ha alcanzado suficiente des
arrollo; obliga a buscarlas en la capa de la nueva clase media
enteramente desarrollada y depurada por completo de los encan
tos de la antigua nobleza, en esa capa que ha socializado el
trabajo, y que ha hecho culminar y esclarecido esa oposicin social
que en el campo se halla an en estado embrionario y reprimido.
Ahora conviene sealar las diferencias tericas que existen
entre las doctrinas que llevan al populismo y al marxismo, entre
la interpretacin de la realidad y la historia de Rusia por uno y
por otro.
Sigamos al autor.
Asegura a los seores anmicamente indignados que Uspenski comprende la relacin que la pobreza del pueblo guarda
con su moral

360

V.

I.

LENIN

mejor que muchos admiradores del campo para los cuales { , . . ] ste es [ . . .1
una especie de pasaporte liberal de esos que en pocas semejantes a las
que estamos viviendo se agencian, por lo comn, todos los burgueses listos
y de espritu prctico.

Por qu cree usted, seor populista, que ocurre una cosa tan
ofensiva y dolorosa para alguien que desea representar los intere
ses del trabajo, como es la trasformacin en pasaporte liberal de
aquello que l considera la garanta para el futuro? Ese futuro
debe excluir a la burguesa, pero la forma que usted propicia para
llegar a ese futuro, no slo no tropieza con la hostilidad de los
burgueses listos y de espritu prctico, sino que stos la aceptan
complacidos, y la toman como pasaporte.
Cree usted que sera concebible algo tan escandaloso si no
sealara las garantas para el futuro no all donde las contradic
ciones sociales propias del rgimen en el que mandan los burgue
ses listos y de espritu prctico, se encuentran poco desarrolladas,
en estado embrionario, sino all donde estn desarrolladas al
mximo, hasta el nec plm ultra, y, por consiguiente, no es posible
limitarse a paliativos y medias tintas, all donde los deaiderata *
de los trabajadores no pueden ser utilizados en provecho propio,
all donde la cuestin se plantea de manera tajante?
No dice usted mismo, ms adelante, lo siguiente?;
Los pasivos amigos del pueblo no auieren comprender el hecho tan
simple de eme en la sociedad todas las fuerzas activas se dividen por lo
comn en dos de la misma potencia y opuestas la una a la otra, y que las
fuerzas pasivas, que en apariencia no participan en la lucha, sirven a la
fuerza que en ese momento prevalece (pg. 132).

Acaso esta caracterizacin no es aplicable al campo? Acaso


ste es un mundo aparte, eri el que no existen esas fuerzas opues
tas la una a la otra y su lucha, para que se pueda hablar de este
mundo en bloque, sin temor a favorecer a la fuerza que preva
lece? Es razonable, ya que de lucha se trata, comenzar all
donde el contenido de esa lucha se halla colmado de circunstan
cias ajenas, que impiden separar firme y definitivamente esas fuer
zas opuestas, que impiden ver con claridad al enemigo principal?
No es evidente que el programa que el autor propugna al final
Deseos, exigencias.

( E d.)

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPU LISM O

36i

del artculo instruccin, ampliacin de la posesin de la tierra


por los campesinos, reduccin de los impuestos, no puede afectar
ni un pice a la tuerza que prevalece, y que el ltimo punto de
ese programa organizacin de las industrias populares ' no
slo supone que ya lia habido lucha, sino que sta termin victo
riosamente r du programa elude el antagonismo que usted mismo
se vio obligado a admitir. Por eso no asusta a ios jees de la "capa
de la nueva clase media . Su programa es una quimera pequeioburguesa. .Por eso no vale ms que como pasaporte liberal .
Los hombres para quienes el campo es una idea abstracta y el mujik
un Narciso abstracto, piensan, mal inclusive cuando dicen que el campo slo
puede ser ensalzado y enaltecido, que resistir perfectamente todas las in
fluencias que lo destruyen. Si el campo se encuentra en condiciones tales
que cada da debe luchar por unos kopeks, si lo despluman los usureros, lo
engaan los kulaks, lo oprimen los terratenientes, si a veces lo flagelan en
la administracin del distrito, puede todo eso dejar de influir en su moraii'. . . Si el rublo, esa luna capitalista, aparece en primer plano en el
paisaje rural, si todas las miradas y todos los pensamientos y fuerzas espirituales
a l estn dirigidos, si se convierte en el hn de la vida y en el rasero para
medir la capacidad del individuo, se puede, acaso, ocultar este hecho y decir
que el mujiK es un desinteresado Kozm al que no le importa el dinero!' Si en
el campo se advierten tendencias hacia la pugna de las fuerzas, si florece
con opulencia el kulakismo y trata de avasallar a los campesinos poDres y con
vertirlos en peones, si se trata de destruir la comunidad, etc., se puede acaso,
pregunto yo, ocultar estos hechos i Jfodemos desear que se investiguen con
mayor detalle y plenitud, podemos explicrnoslos por las deprimentes condi
ciones que engendra la pobreza (el hambre empuja a la gente a robar, a
matar y, en casos extremos, al canibalismo), pero es imposible ocultarlos.
Ocltanos significa delender el statu quo, significa deiender el famoso
lam ez faire, laissez ater
mientras fenmenos lamentables adquieren proporcioneS aterradoras. De nada vale embellecer la realidad.

Qu estupenda descripcin del campo, y qu triviales las


conclusiones que se extraen! Con qu buen tino se han sealado
los hechos y qu lastimosa es la explicacin y la comprensin de
ellos! De nuevo vemos el gigantesco abismo que media entre los
desiderata relativos a la defensa del trabajo y los medios para cum
plirlos. Para el autor, el capitalismo en el campo es tan slo un
triste fenmeno. A pesar de que en las ciudades ve un capita
lismo anlogo en grandes proporciones, a pesar de que ve que el
capitalismo no slo ha subordinado toda la esfera del trabajo del
* E n francs en el original.

(E d . )

362

V.

X.

L E N I rf

pueblo, sino tambin la literatura progresista, que propone me*


didas burguesas en nombre y sn beneficio del pueblo, no quiere
reconocer que el quid del asunto es la particular organizacin de
nuestra economa social, y se consuela soando con que eso 110
es ms que un triste fenmeno motivado por condiciones depri
mentes. Supone que si nc S3 sustentara la teora de la no ingeren
cia, se podran eliminar esas condiciones. Oh, estos si fuera asi,
estos podra ser.. .i Pero en Rusia nunca existi la poltica de no
ingerencia; siempre tuvimos ingerencia... en favor de la burgue
sa, y slo los dulces sueos de la siesta apacible pueden engen
drar la esperanza de que todo cambiar sir una redistribucin
de la fuerza social entre las ciases, come dice el seor Struve.
Olvidamos que nuesba sociedad necesita idea!* polticos, cvi
cos, etc. cor. el principal fin de 20 pensar ya en nada una vez que na
Hecho acopio de ellos; olvidamos qua no los busca con ia impaciencia propia
de Ja Juventud, sino en la tranquilidad de la siesta; olvidamos que no se des
engaa de ellos con dolor de su alma, sino con la ligereza de ur principa de
la Arcadia, As es, por lo menos, la inmensa mayora de nueswa sociedad.
Hablando en rigov, no necesita ideal alguno, pues se ha saciado y est por
completo satisfecha con los procesos digestivos.

Excelente caracterizacin de nuestra sociedad liberal popu


lista.
Surge la pregunta: quines son ms consecuentes, ios popu
listas, que continan haciendo zalameras y mimos a esa socie
dad, y la regalan con la pintura de los horrores del futuro
capitalismo, del mal amenazante *, como lo llama el autor del
artculo, y exhortan a sus representantes a abandonar el mal ca
mino por el que nosotros nos hemos descarriado, etc., etc., o Jos
marxistas, tan estrechos de miras, que levantan una vaila entre
ellos y la sociedad, y consideran necesario dirigirse exclusivamente
a quienes no estn sal isfechos ni pueden estarle, con los "proce
sos digestivos; a aquellos para quienes los ideales son una nece
sidad, una cuestin de la vida cotidiana?
A.s piensan los colegiales, dice el autor. Eso
evidencia una profunda corrupcin de las ideas y os sentimientos [ . . . ]
jams se ha conocido una corrupcin tan decorosa, tan pulida, tan ingenua

*
Amenazante pare u? Para los proceso,' digestivos? El capita
lismo, lejos de amenazarlos", les promete delicados y suculentos manjares.

E L CON7KWIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

363

y ai mismo tiempo tan profunda, Esa corrupcin ss por anteic patrimonio


Oe nuestra historia contempornea, patrimonio tlu la cultura de la oase me
dia [es decir, para ser ms exactos, del sifema burgus, -api'dista. T. T. *],
que ss hr desarrollado sobre la base del spritu seorial, del sentimentalismo,
de la ignorancia y ia indolencia de la nonlza. La ciase media ha trado al
mundo su ciencia, su cdigo moral y sus sofismrs.

Se dira que el autor1lia apreciado tan acertadamenie la reali


dad como par?, comprender cul es la nica salida posible. Si el
nuco del asunto es nuestra cultura burguesa, nc puede haber ga
rantas para el futuro ms que en la antpoda* de esa burguesa,
ya que slo ella se ha diferenciado en forma definitiva de esa
"cultura de la clase media", slo ella le es irrevocable y terminan
temente hostil, y no es capaz de conciliacin alguna, de esas con
las que tan fcil resulta confeccionar pasaportes liberales.
Pero no. An se paede soar. La "cultura es ciertamente
nada ms que ciase media, nada ms que corrupcin. Pero todo
eso es tan sio producto del viejo espritu seorial ( el mismo autor
acaba de reconocer que esta cultura ha sido creada por la historia
contempornea, precisamente por ssa historia que acab con el
viejo espritu seorial y de a indolencia, es decir, es alge fortuito
y sin firmes races, etc., etc. Siguen frases carentes de otre sentido
que no sea el de volver! la, espalda a los hechos y entregarse a enso
aciones sentimentales en las cuales se cierra lo ojos para r.o ver
la existencia de las fuerzas mutuamente opuestas*. Escuchen
ustedes:
Ella (la clanr media) necesita entronizarlos (a la ciencia y al cdigo
moral) en la ctedra, en la literatura, en !a justicia y en otras tsferas de la
vida. [Antes
.amos que ya los entroniz 3n uia esfera de la -vida tan prcunda como es el campo. K, T.]. Para ello no cuenta, ante todo, con bas
cante gente-apta, y se ve en la necesidad; de recurrir a personas educadas
en otras tradiciones [La burguesa rus?, 'no cuenta cor- Rente?! No merece
la pena -efutar esta afirmacin, pues el propio autov se desmiente ms .'idelante. K. T.]. Esta gente no sabe lo que ,<on los negocios [los capitalistas
usos? K, T.], sus pasos son inseguros, sus movimisrtos torpe [sabor: lo
que sen !os negocios lo bastante bien como para obtener beneficios exorbi
tantes; son lo bastante experimentados como para practicar por doquier
el truck-sytem on; lo bastante hbiles como parr, conseguir aranceles piefe-

- K. T. (K T d in ): V. I Tente. (E d.)
** Locucin inglesa con la aue se denomina el sistema de yaget los
salarios de los obreros con mercaderas y comestibles de las proveeduras de

364

V.

I.

LENIN

renciales. Slo quien no experimenta de manera inmediata y directa la opre


sin que esr, gente ejerce, slo pl pequf.o burgus puede alentar esa quiraera. K. T.l; tratan de imitar a la burguesa de Europa occidental, encargan
libros, estudian [aqu el autor tiene ya que reconocer el carcter fantstici;
del sueo que acaba de inventar ai decir que la cultura de la clase media"
se desarroll en nuestro pas sobre la base de la ignorancia. Eso no es cierto.
Precisamente olla apod ?. la Rusia posterior a Ja Reforma su cultura, su
"educacin. Embellecer la realidad, pintar ai enemigo como algo impo
tente y sin base es siempre superfluo. K. T j ; a veces aoran el pasado
y a veces los inquieta el porvenir, pues se oyen voces que afirman que a
clase inedia es tan slo un advenedizo insolente, que su ciencia no soporta la
crtica y que su cdigo moral no vale absolutamente nada.

Que la burguesa rusa 'aora el pasado y se inquieta por


el porvenir? Pero seores! Nc se comprende ese afn ron que
algunos quieren engaarse a s mismos y calumniar a la pobre
burguesa rusa, diciendo que la turban Jas voces que proclaman
!a inutilidad de la clase media. ;No ser al contrario: no sern
esas voces las que se turbaron cuandc las llamaron al orden,
nc ser ellas a quienes inquieta el porvenir? . . .
Y esos caballeros se asombran y fingen no entender por qu
los llaman romnticos!
Sin embargo tenemos que salvamos. L a clase media no ruega, sino
que ordena, so pe&a de exterminio, L a trabaja. *. Quien se niegue a elle
uedai in pan y en medio de la calle, pidiendo a los transentes: |una
limosnita para un capitn retirado!; -eso, si no muere de hambre. Y em
pieza el trabajo, se oyen crujidos, chirridos, el rechinar del hierro, reina
un ajetreo loco. El trabajo es urgente, no admito dilaciones. Por fin, la
mquina se por,e en marcha. Los chirridos y dems sonidos estridentes pa
recen disminuir, las piezas parecen funcionar acordes, y slo se oye el es
truendo de algo que se mueve con lentitud y torpeza. Psro todo eso causa
cada vez mayor espano; las tablas se arquean ms y ms, los lomillos se aflo
jan, y se tien la impresin de que todo va a saltar en mil oedazos de un
momento a otro.

lo# patronos. Kste sistema constitua un medio adicional de explotar a los


obreros, y estaba difundido en Rusia, particularmente en las regiones con
desarrollo de las industrias artesanales. (E d .)
*
Observe el lector. Cuando el populista dice que en Rusia la ciase
inedia ordena al pueblo ir a trabajar dice una verdad. Pero cuando el
aiarxista dice que en el pas imper:. e modo capitalista de produccin,
entonces el seoi V. V. grita que aqul quiere "sustituir el rgimen democr
tico [fie!] por el capitalista.

Eh

CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

365

Este pasaje es muy caracterstico porque en forma viva, la


cnica y bella ofrece un esquema de los razonamientos cine a los
populistas rusos les Rusta revestir con ropaje cientfico. Partiendo
de hechos indiscutibles, que no dejan lugar a dudas y demuestian
la existencia de contradicciones en el rgimen capitalista, la exis
tencia de la opresin, de la depauperacin, de la desocupacin., etc.,
etc., se esfuerzan en demostrar que el capitalismo es una cosa
muy mala, pesada y torpe [comprese con V. V., Kablkov (Los
obreros en la apicultura) y, en vare, con el seor N&olai on], que
de un momento a ctro va a saltar en rail pedazos.
Hace ya muchos aos que venimos observando y vemos que
esa fuerza que ordena al pueblo ruso que vaya a trabajar se ro
bustece y desarrolla ms y ms, se jacta ante toda Europa del po
dero de la Rusia creada por ella y, naturalmente, se congratula
de que se oigan voces que proclaman slo la necesidad de con
fiar en que ^s tornillos se aflojen.
La gente dbil ue siente aterrorizada e espanro. Tamo mejor , di
cen Tos atolondrados'. Tanto mejor dios tambin la burguesa. Mientras
ms nos apresurar'os a encargar nuevas mquinas en el extranjero, a- produ
cir plataformas, tablones y oirs piezas burdas con materiales nacionales, ms
pronto contaremos con mecnicos expertos." Mientras tanto, el aspecto moral
de la sociedad en todo este perodo, ss psimo. Algunos le toman gusto
a la nueva actividad y realizan esfuerzos sobrehumanos; otres quedan reza
gados y se desengaa! de la vida.

Pobre burguesa rusa! Realiza esfuerzos sobrehumanos


para apropiarse de la plusvala y se siente psimamente en el as
pecto moral! (No se olviden que en la pgina anterior toda esa
moral se reduca los procesos digestivos v a la corrupcin.) Por
supuesto, ya no hay necesidad alguna de librar i:na lucha contra
ella y menos esa extraa lucha de clases, pues basta con re
prenderla ligeramente para que deje de extralimitarse.
Mientras tanto, casi nadie piensa en el pueblo; sin embargo, eonfo.-me
a Jas reglas de la burguesa, todo se hace paia el pueblo, en su . leneflcio,
sin embargo, cada hombre pblico y cada literato consideran sn deber diva
gar acerca de su bien [ . . . ] Ksa coquetorta tendencia liberal ha aplastado
a todas las dems y es hoy la dominante. En nuestra poca democrtica
no es slo el seor Suvorin quien declara en pblico su amor al pueblo y dice:
"mi nico amor ha ido siempre el pueblo, hasta Ja muerte lo amar: vo
mismo he salido del pueblo ( cor. 1c ccal no demuestra nada); pero h<sta
Mofikovske Vidomost mantiene hoy hacia l ana actitud por completo
distinta f J v, a su manera, csiro est, se preocupa do su bienestar. Hoy no

366

V.

I.

L E N IN

quedan rganos de prensa que, como el difunto Viest *, mantengan una


actitud claramente hostil al pueblo. Pero aquella ctitud claramente hostil
era preferible, nes el enemigo daba la cara y se lo vea con toda claridad;
se vea qu tena de tonta y Iqu de picaro. Hoy todos son amigos v. al mismo
tiempo, enemigos; todo se ha mezclado en un caos general. Como dice UspensIci, el pueblo se encuentra envuelto en una niebla que desorienta v despista a la
gente inexperta. Antes se enfrentaba con una franca arbitrariedad. Ahora le
dicen que es tan libre como el terrateniente, le dicen que l dirige sus propios
asuntos, le dicen que lo estn sacandd de la: nada para ponerlo de pie, cuando
la realidad es que un fino pero fuerte hilo de falsedad e hipocresa infinitas
engarza todas esas muestras de solicitud.

|La verdad es la verdad!


En ese entonces, no todos, ni mucho menos, se dedicaban a la orga
nizacin de cooperativas de prstamo y ahorro, que estimulaban a los kulak
y no otorgaban crditos a los campesinos autnticamente pobres.
4

A primera vsta podra suponerse que el autor, comprendien


do el carcter burgus del crdito, iba a desechar por completo
esas medidas burguesas. Pero el principal rasgo del pequeo bur
gus es oue lucha contra lo burgus con los medios de la propia
sociedad burguesa. De ah qu el autor, como todos los populis
tas, corria la actividad burguesa exigiendo un crdito ms amplio,
jun crdito para los pobres autnticos!
. . .nada dijeron sobre la necesidad de la explotacin intensiva de la
tierra trabada por la redistribucin de los predios v por la comunidad ru
ral T?]; nstda sobre la carga de la capitacin; cruardaron silencio a propsito
de los impuestos indirectos v sobre el hecho de que el impuesto a la renta
suele convertirse en la prctica en un impuesto que pesa sobre los pobres; no
mencionaron la necesidad del crdito agrario para que los campesinos pu
dieran comprar tierras a los terratenientes a precios exageradamente eleva
dos, etc., etc. [ . . . ] Lo mismo ocurre en la sociedad: tambin all tiene
el pueblo tal cantidad de amigos que uno se asombra [ . . . 1 Probablemente,
pronto los prestamistas y los taberneros se pondrn a hablar de su amor al
pueblo.

La protesta contra todo lo burgus es magnfica; pero las con


clusiones son ridiculas: la burguesa reina soberana en la vida dia
ria y en la sociedad. Al parecer, habra que volver la espalda a la
sociedad y apelar a la antpoda de la burguesa.
*
Viest ( "Noticia ) : peridico reaccionario publicado en Petersburgo
de 1863 a 1870. (E d .)

L CONtENDO ECONMICO DEL POPULISM O

367

No, lo que hay que hacer es la propaganda de crdito para


los pobres autnticos!
Sera difcil y por completo intil decidir si es a la literatura o la
sociedad a quien cabe la mayor culpa de tan confuso estado de cosas. Se
dice que el pescado empieza a descomponerse por la cabeza, pero yo no con
cedo importancia a esta observacin puramente culinaria.

La sociedad burguesa se descompone: ese es el pensamiento


del autor. Conviene subrayar que de ah parten los marxistas.
Pero mientras coqueteamos con el campo y le hacemos cadas de ojos,
la rueda de la historia gira, actan fuerzas espontneas o, hablando ms clara
y sencillamente, granujas de toda laya que se insinan en la vida y la restructuran a su gusto. Mientras la literatura discute acerca del campo, de la
bondad del mujik y de su falta de conocimientos, mientras los periodistas gas
tan baldes de tinta tratando problemas de la comunidad rural y de las formas
de posesin de la tierra, mientras la comisin de impuestos sigue discutiendo
la reforma impositiva el campo se ver definitivamente arruinado.

Obsrvese! Mientras nosotros hablamos, la rueda de la his


toria gira, actan fuerzas espontneas!
Menudo barullo armaran ustedes, amigos mos, si eso lo hu
biera dicho yo! *
Cuando los marxistas hablan de la rueda de la historia y las
fuerzas espontneas, explicando con toda precisin que esas
fuerzas espontneas son las de la burguesa en desarrollo, los
seores populistas prefieren no decir nada sobre si es o no verda
dero el desarrollo de esas fuerzas espontneas" y sobre si este
hecho ha sido correctamente valorado, y sueltan espantosas nece
dades acerca de lo mstica y metafsica que es la gente capaz
de hablar de la rueda de la historia" y de las fuerzas espon
tneas.
La nica y muy esencial diferencia entre la citada confesin
del populista y la habitual tesis de los marxistas consiste en que
para el populista las fuerzas espontneas" quedan reducidas a
los "granujas que se insinan en la vida, mientras que para el
marxista esas fuerzas espontneas estn encarnadas en la clase
burguesa producto y expresin de la vida social, que constitu
*
Lenin toma estas palabras ds la fbula El lobo , y los pastores, de
I. Krilov. ( E d .)

368

V.

X.

L l i Nl l Ni

ye la formacin social capitalista, y no se insinan en la vida"


casualmente, ni desde fuera. Como no ahonda ms all de los
crditos, los impuestos, las formas de posesin de tierra, las redis
tribuciones, las mejoras, etc., etc-, el populista no puede ver que
la burguesa tiene profundas races en las relaciones de produccin
imperantes en Rusia, y por ello se consuela con la pueril ilusin
de que slo se trata de granujas. Es natural que con ese punto
de vista resulte absolutamente incomprensible qu tiene que ver
con todo ello la lucha de clases cuando el nudo del asunto consiste
en suprimir a los granujas. Es natural que a las insistentes y
reiteradas referencias de los marxistas a esa lucha respondan los
seores populistas con el silencio del hombre que no comprende
nada, que no Ve a la clase, sino slo a unos granujas.
Contra una clase slo puede luchar otra clase, y, por cierto,
una que ya se ha diferenciado por completo de su enemigo, que
le es diametralmente opuesta; maj para luchar contra los granujas
bastan, claro est, la polica o, en caso extremo, la sociedad y el
Estado.
Pronto veremos, sin embargo, quines son esos granujas por
la caracterizacin que hace de ellos el mismo populista, veremos
cun profundas son sus races y cun amplias sus funciones so
ciales.
Despus de las palabras antes citadas acerca de los pasivos
amigos del pueblo, el autor dice a rengln seguido:
Esto es algo peor que la neutralidad armada en poltica, peor porque
siempre se presta ayuda activa al ms fuerte. Por ms sinceros que sean
los sentimientos del amigo pasivo, por ms modesta y callada que sea la posi
cin que quiera adoptar en la palestra de la vida, siempre perjudicar a sus
amigos. . .
. . .Para los hombres de mayor o menor integridad y que aman con
sinceridad al pueblo *, ese estado de cosas resulta en fin de cuentas insopor
tablemente asqueroso. Les causa vergenza , y repulsin escuchar esa inter
minable y empalagosa declaracin de amor, que se repite cada da, ao tras
ao, que se repite en las oficinas y en los "Salones de la alta sociedad, en los

*
iQu vagos son en este pasaje los rasgos distintivos de los amigos
pasivosi Entre ellos hay tambin, seguramente, personas ntegras que sin
duda aman al pueblo sinceramente. De la comparacin precedente surge
con toda evidencia que hay que oponer al pasivo el que participa en la lucha
de las fuerzas sociales opuestas la una a la otra. Hier liegt der Hund
begraben. [Equivale en espaol a: Esa es la madre del borrego". ( E d .) ]

E L CONTEN IDO ECONMICO DEL POPULISM O

360

cabarets, entre trago y trago de Cliquot, y que nunca se traduce en obras.


Por eso, en fin de cuentas, terminan condenando en bloque toda esa mez
colanza.

Esa caracterizacin de la actitud de los antiguos populistas


rusos hacia ios liberales podra servir enteramente para definir la
actitud de los marxistas Hacia los populistas del presente. Para
los marxistas tambin resulta insoportable or hablar d ayuda
al "pueblo" por medio de crditos, compras de tierra, mejoras
tcnicas, cooperativas, cultivo en comn etc., etc. Ellos tambin
exigen de la gente que desea ponerse al lado. . . no del pueblo,
ni mucho menos, sino de aquellos a quienes la burguesa ordena ir
a trabajar, que condene en bloque toda esa ensalada liberal-populista. Estiman que es una hipocresa insoportable hablar de
la eleccin de caminos para Rusia, de los horrores del amena
zante capitalismo y de las necesidades de las industrias popu
lares, cuando en todas las esferas de estas industrias populares
impera el capital y se desarrolla una sorda lucha de intereses que
no se debe ocultar, sino poner al desnudo; no se debe soar con
que sera mejor sin lucha
sino desarrollar esa lucha dndole
vigor, continuidad, espritu de consecuencia y, principalmente,
contenido, ideolgico.
Por eso, en fin de cuentas, surgen ciertos mandamientos cvicos, cier
tas exigencias categricas de que haya honradez, exigencias estrictas y a veces
hasta severas por tas que sienten especial aversin los liberales de alto vuel
que aman la libertad en las tinieblas y olvidan que estas exigencias tienen
un origen lgico.

Magnfico deseo! Se imponen, sin duda alguna, exigencias


estrictas y severas.
Pero la desgracia es que todas estas excelentes intenciones de
los populistas no han pasado de ser piadosos deseos. A pesar de
que han reconocido la necesidad de esas exigencias, a pesar de
que tuvieron tiempo de sobra para realizarlas, hasta la fecha no
las han elaborado y se fueron fusionando cada vez ms, mediante
* G. Iuzfaakov en el nm. 7 de Rsskoie Bogatstvo de 1894.
40 Expresin del seor Krivenko ( Rsskoie Bogatstvo, nm. 10, 1894)
respondiendo a las palabras del seor Struve acerca de la dura lucha de las
clases sociales.

370

V.

LENlI

toda una serie de pasos graduales, a la sociedad liberal rusa, y


hasta el da de hoy continan hacindolo *.
Por eso no pueden quejarse si los marxistas presentan ahora
contra ello exigencias verdaderamente muy estrictas y muy se
veras, la exigencia de que sirvan exclusivamente a una sola clase ( a
la que se ha diferenciado de la vida), de que contribuyan a su
desarrollo y al de su pensamiento independiente, la exigencia de
que rompan para siempre con la probidad cvica de los probos
burgueses rusos.
Por severos que en realidad sean esos mandamientos en sus detalles,
nada se puede decir contra la siguiente exigencia general: una de dos: o
sean ustedes verdaderos amigos, o convirtanse en francos enemigos.
Asistimos a un proceso histrico de extraordinaria importancia: al pro
ceso de formacin de un tercer estado. Ante nuestros ojos se verifica la selec
cin de sus representantes y so organiza la nueva fuerza social que se prepara
para dirigir la vida.

Slo se prepara? Y quin dirige, pues? Qu otra


fuerza social?
No ser la que se manifestaba en rganos de prensa la * 0
Yiest? Imposible. No estamos en 1894, sino en 1879, en vsperas
de la dictadura del corazn 3e, cuando, segn el autor del artcu
lo, a los ultraconservadores los sealan con el dedo en la calle y
de ellos se ren a mandbula batiente.
No ser el pueblo, los trabajadores? Todo el artculo de
nuestro autor da una respuesta negativa.
Y despus de esa que se siga diciendo que "se prepara para
dirigir! No, esa fuerza se prepar hace ya tiempo, hace ya
*
Algunos ingenuos populistas que en su simplicidad no comprenden
que escriben en contra de s mismos, hasta se jactan de ello:
Nuestros intelectuales en general, y .Jos literatos en particular escribe
el seor V. V. contra el seor Struve/ inclusive los representantes de las
tendencias ms burguesas, tienen, por decirlo as, un carcter populista
( Nedielia, nm. 47, 1894, pg. 1506).
As como en la vida real el pequeo productor se fusiona con la bur
guesa mediante una serie de pasos imperceptibles, as en la literatura los pia
dosos deseos de los populistas se convierten en pasaporte liberal, para los
recipientes de ios procesos digestivos, para los desnatadores, etc., etc.
[Esta es una expresin satrica de Saltikov-Schedrn para denominar a quie
nes deliberan sobre todos los problemas, sin solucionar ninguno. ( E d . ) ]
En francs en el original. {Ed.)

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

371

tiempo que "dirige; y son nicamente los populistas quienes se


preparan a buscar mejores caminos para Rusia; pero sin duda
seguirn preparndose hasta que el consecuente desarrollo de los
antagonismos de clase desaloje, arroje por la borda a todos los que
lo rehyen.
Este proceso, que en Europa comenz mucho antes aue en
nuestro pas, ba lleeado ya a su trmino * en muchos Estados; en
otros lo dificultan an los escombros del feudalismo y la resistencia
de las clases trabajadoras, pero tambin en ellos la rueda de la his
toria tritura ms v ms cada ao esosi escombros y allana el camino
para un nuevo orden de cosas.
He aqu hasta qu punto no comprenden nuestros populistas
el movimierto obrero de Europa occidentall Resulta que ese
movimiento dificulta el desarrollo del capitalismo, y, como a un
escombro, lo ponen al lado del feudalismo!
Esta es una evidente prueba de que nuestros populistas son
incapaces de comprender, no slo en lo referente a Rusia, sino
tambin a Enrona occidental, cmo se puede luchar contra el capi
talismo, no dificultando su desarrollo, sino acelerndolo, no ha
cindolo retroceder, sino hacindolo avanzar, no de modo reaccio
nario, sino progresista.
En trminos generales, ese proceso consiste en lo siguiente: entre la
aristocracia v e! pueblo se forma una nueva capa social constituida por ele
mentos que bajan de arriba y suben de abajo y parecen tener, si se nos permite
la expresin, un peso especfico similar; esos elementos se agrupan estrecha
mente, sa unen, sufren profundas cambios internos y comienzan a hacer cam
biar las capas superior e inferior, adaptndolas a sus necesidades. Ese pro
ceso es extraordinariamente interesante de por s, y para nosotros tiene una
grande y especial importancia. Nos plantea un cmulo de interrogantes:
constituye la dominacin del tercer estado un peldao fatal e inevitable en
la civilizacin de cada pueblo?.. .

Qu necedad es esa? De dnde y a santo de qu viene eso


de fatal e inevitable? Acaso el autor mismo no describi y
describir ms adelante con mayor detalle la dominacin del tercer
*
Qu quiere decir "ha llegado a su trmino? Qu ya se le ve
el fin, que se rene ya una nueva fuerza? En ese caso tambin llega a su
trmino en nuestro pas. O que all ha dejado de surgir ya <el tercer estado?
Esto ltimo sera errneo, pues all quedan an pequeos productores que
engendran puados de burgueses y masas de proletariado.

372

V.

I.

LENIN

estado en nuestro pas, en la santa Rusia, en la dcada del setenta?


E l autor toma, por lo visto, los argumentos tericos tras los
cuales se agazapaban los representantes de nuestra burguesa.
Pero qu es, si no una/ soadora superficialidad, el tomar por
oro de lev tales patraas, no comprender que tras esos razonamien
tos tericos se hallan los intereses de esa sociedad que el autor
acaba de enjuiciar con tanto acierto, los intereses de la burguesa?
Slo un romntico puede suponer que es posible luchar con
silogismos contra los intereses.
. . .No podra el pas pasar directamente de un peldao a otro sin dar
esos saltos mortales que a nuestros superprudentes filisteos se les antoja ver
a cada pas, y sin prestar odo ai los fatalistas, que slo ven en la historia un
orden fatal por el que la dominacin del tercer estado es tan inevitable para
el pas como lo son, para el hombre la vejez o la juventud?. . .

He aqu qu profunda comprensin de nuestra realidad tie


nen los populistas! Si el Estado contribuye al desarrollo del capi
talismo, no es, ni mucho menos, porque la burguesa posee una
fuerza material tal que le permite enviar a trabajar al pueblo
y hacer de la poltica un instrumento suvo. No, no es por eso. Lo
que ocurre es que los Vemadski, los Chicherin, los Mendeliev v
otros profesores sustentan errneas teoras acerca del orden fatal
y el Estado Ies presta odo.
. . .No se podra por ltimo, atenuar los efectos negativos del orden
de cosas aue se va imponiendo, modificarlo o reducir el nerodo de su
dominacin? Acaso el Estado es en realidad algo tan inerte, falto de voluntad
e impotente, que no puede influir en su propio destino y hacerlo cambiar?
Acaso es en realidad algo as como un trompo lanzado por la providfincia
y que se mueve siguiendo una trayectoria determinada, por un tiempo deter
minado, describiendo un nmero determinado de crculos, o algo como un
organismo de voluntad muy limitada? Acaso lo impulsa, en realidad, una
especie de gigantesca rueda de hierro que aplasta al osado que se atreve a
buscar caminos ms cortos hacia la felicidad del hombre?

Este pasaje, extraordinariamente tpico, muestra con parti


cular evidencia el carcter reaccionario, pequeobtirgus, de las
razones con que los populistas rusos han pretendido y pretenden
representar los intereses de los productores directos. Hostiles al
capitalismo, los pequeos productores son una clase intermedia
ligada a la burguesa y por ello incapaz de comprender que el
gran capitalismo, para ellos desagradable, no es una casualidad,

EL CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

373

sino un fruto directo de todo el rgimen econmico (y social, y


poltico, y jurdico) contemporneo, que nace de la lucha de fuer
zas sociales opuestas. Slo la incomprensin de esto puede llevar
a tan soberano absurdo como ese de apelar al Estado, como si
el sistema poltico no tuviera sus races en el econmico, como si
no fuera expresin suya, como si no estuviera a su servicio.
Acaso el Estado es algo inerte?, pregunta con desesperacin
el pequeo productor, al ver que, con respecto a sus intereses, es,
en efecto, harto inerte.
No, podramos contestarle, el Estado no es, en modo alguno,
inerte, siempre acta, y acta con gran energa, con celo y nunca
se manifiesta pasivo por cierto. E l autor caracteriz en la prctica
anterior esa enrgica actividad, su carcter burgus, sus frutos
naturales. Lo malo es que no quiere ver la relacin entre el carc
ter de esa actividad y la organizacin capitalista de la economa
social rusa, y por ello es tan superficial.
Acaso el Estado es un trompo, una rueda de hierro?, pregunta
el Kleinbrger ", viendo que la rueda no gira como l deseara.
Oh, no podramos contestarle, no es un trompo ni una
rueda, no es una ley fatal, no es la voluntad de la providencia:
lo ponen en movimiento personas vivientes a travs de una ca
dena de obstculos * * (por ejemplo, la resistencia de los produc
tores directos o la de los representantes de la capa de la antigua
nobleza), precisamente esas personas vivientes que pertenecen
a la^fuerza social predominante. Y para hacer que la rueda gire
en direccin contraria hay que apelar, en contra de las personas
vivientes (es decir, contra los elementos sociales que no pertene
cen a las profesiones liberales, pero que expresan directamente
intereses econmicos vitales), a otras personas vivientes: apelar
a una clase, contra otra clase. Para ello distan mucho de ser su
ficientes los buenos y piadosos deseos de buscar caminos ms
cortos: para ello hay que redistribuir la fuerza social entre las
clases, hay que ser idelogos, no de ese productor directo que se
9 Pequeo burgus. ( Ed.)
** El seor N. Mijailovski, en la obra del seor Struve, pg. 8: Las
personas vivientes, con todas sus ideas y sentimientos, se convierten en agente
de la historia, por su cuenta y riesgo. Ellas y no cualquier fuerza mstica,
marcan los objetivos en la lstoria e impulsan hacia ellos los acontecimientos
a travs de una cadena de obstculos que levantan ante ellas las fuerzas
espontneas de Ja naturaleza y las condiciones histricas.

374

V.

I.

ti I N X N

halla al maigen de la ucna, sino de! que est en el centro d^ la


lucha -ms ardiente, del que "se ha diferenciado de la vida" de
la sociedad burguesa definitivamente. Ese es el tnico y por ello
el ms corto camino hacia a felicidad del hombre, el camino
por el cual puede lograrse, no slo atenuar los efectos negativos
del orden de cosas existente, no so abreviar su existencia acele
rando su desarrollo, sino terminar con l por completo, obligando
a la rueda (no va del Estado, sino de las fuerzas sociales) a gi
rar en direccin opuesta.
. . . Nos interesa slo el proceso de la organizacin del tercer estado,
y ms concretamente slo la "ente que sale e la entraa del pueblo y se
sum?. a las filas del tercer estdo, Esa gente es muv importante; cumple
/unciones sociaies Je extraordinaria significacin, de ella depende en modo
directo el grado de intensidad del orden burgus. Ningn pas en e! ijue
se naya instaurado este orden de cosas puede pasarse sin ella. Si no la hay
o es p rca en: el pas, hay que hacerla surgir del pueblo, hay que cretir en la
vida del pueblo condiciones quo contribuyan a forjarla y hacerla aparecer;
por lamo, h?y qu protegerla y contribuir a su desarrollo, hasta que se haya
fortalecido. Nos encontramos aqu con una ingerencia manifiesta en los
destinos histricos por parce de las p e o n a s ms enrgicas, que aprovechan
las circunstancias y la ocasin en beneficio propio. Estas circunstancias con
sisten, principalmente, en la necesidad del progrese industrial {la sustitucin
de a produccin artesanal por la manufactura, y de sta por la produccin
fabril; la, sustitucin de un, sistema de cultivos por otro ms racional), sin o
oual un pas no puede, en realidad, pasarse, si es que tiene cierta densidad
de poblacin, si es que mantiene relaciones internacionales y si existen diver
gencias polticas y morales. <unbas determinadas tanto por factores econmi
cos como por el desarrollo de las ideas. La. gen ce sagaz suele vincular estos
caml>ios tan imperiosamente necesarios en la vida do los pases con su pro
pio destino y con determinados sistemas, que sin duda podran ser sustituidos,
y sempie pueden sedo, par o tas, si o ta gente manifiesta mayor inteligencia
y ms energa que hasta ahor?.

As, pues, eJ autor no puede dejar de reconocer que la bur


guesa cumple importantes funciones sociales. que, a grandes
rasgos, se podran definir del. siguiente modo, someter a su domi
nio el trabajo del pueblo, dirigir este-trabajo y elevar su producti
vidad Tampoco puede dejar de ver que el progreso econmico
est Vinculado en realidad con estos elementos, es decir, que
nuestra burguesa impulsa realmente el progreso econmico, o
ms exactamente, el tecnolgico.
Pero precisamente en este punto empieza la diferencia esencial
entre el idelogo del pequeo productor y el marxista. E l popu
lista explica este hecho (la vinculacin entre la burguesa y el

E L CONTKT1DO ECONMICO DEL POPULISM O

375

progreso) diciendo qua gente sagaz aprovecha las circunstan


cias y la ocasin en su beneficio; en otros trminos; considera
'asual este fenmeno y per ello concluye con ingenua osada: Sin
duda, alguna, esa, gente siempre [!} puede ser sustituida por otrp
que tambin impulsar el progreso, pero un progreso ne burgus.
S I marxista explica este hecho por las relaciones sociales de
(os hombres en la produccin de valores materiales, relaciones que
se gestan en la economa mercantil, que convierten el trabajo en
ina mercanca, lo subordinan al capital y elevan su productividad.
El marxista no ve en ello una casualidad, sino un producto necesa
vio de la estructura capitalista de nuestra economa social. Por
elo no ve la salida en esas fbulas acerca de lo que podr sin ^
duda, hacer la gente que sustituya a los burgueses (primero hay
que sustituirlos, y para ello no bastan las palabras, ni las apela
ciones a la sociedad y ai Estado), sino en el desarrollo de las
ontradicciones de clase del orden cconmicc dado.
Todo el mundo comprende que estas dos explicaciones son
diametralmente opuestas y que de ellas se siguen dos sistemas de
accin que se excluyen recprocamente. El populista considera que
la burguesa es una casualidad, 110 ve sus lazos con el Estado, y,
con la candidez de un confiado raujik, pide ayuda precisamente
a quien defiende los intereses de la burguesa. Su actividad ?e
reduce a esa moderada, cuidadosa y burocrtica actividad liberal
que es un exacto equivalente de la filantropa, pues no afecta
riamene los intereses ni representa un peligro para ellos E l
marxista vuelve la espalda a todo ese enredo y dice que la nica
garanta para el futuro es la tenaz lucha de Jas clases econ
micas.
Tambin se comprende que si estas diferencias en los siste
mas de accin surgen directa e inevitablemente de las diferencias
en la explicacin que se da de la dominacin de nuestra burguesa,
el marxista, al discutir tericamente, se limita a demostrar la ne
cesidad y la inestabilidad (dada la presente organizacin de la
economa social) de esta burguesa (como ocurre en el libro del
seor Struve). y si el populista elude tratar la cuestin de las
diieiencias en la explicacin y divaga acerca del hegelianismo y
ile la crueldad hacia el individuo , no hace ms que demostrar
palmariamente su impotencia.
* El seor Mijaiiovski, en el niiffi. 10 de Rsskofe B ogaatvc de 1894..

376

V.

I.

L E N XN

La historia del tercer estado en Europa occidental es extraordinaria


mente larga [ . . . ] Nosotros, claro est, no la repetiremos toda, a pesar de
la doctrina de los fatalistas; los representantes ilustrados de nuestro terqer
estado tampoco emplearn, claro est, para el logro de sus fines todos los
medios a los que se recurri antes, y elegirn entre ellos los ms convenientes
y adecuados a las condiciones de lugar y tiempo. Para despojar de sus tierras
a los campesinos y crear el proletariado fabril no recurrirn, est claro, ni a
la tuerza bruta de las armas ni a la no menos brutal despoblacin de las
haciendas. . .

No recurrirn. ..? ! Slo en los tericos de un empalagoso


optimismo puede verse tan premeditado olvido de los hechos del
pasado y del presente, que ya han pronunciado su s", y esa rosada
esperanza de que el futuro, claro est, producir un "no. Natu
ralmente, eso es falso.
. . .sino que recurrirn a la abolicin de la posesin comunal de la
tierra, a la creacin de una agricultura capitalista, de una clase, poco nume
rosa de campesinos acomodados * y, en general, a medios que harn que
los elementos econmicamente dbiles perezcan por s solos. Hoy no for
marn gremios, pero s organizarn asociaciones de crdito, de acopio de
materias primas, de consumo y de produccin que, prometiendo la dicha
general, ayudarn slo al fuerte a incrementar su fuerza y al dbil a aumentar
su deoilidad. No harn nada por el tribunal patrimonial, pero s propugna
rn una legislacin que estimule la diligencia, la sobriedad y la instruccin,
patrimonio exclusivo de la joven burguesa, ya que la masa continuar em
borrachndose, seguir siendo ignorante y trabajando para otros.

Qu bien descritas estn todas esas asociaciones de crdito,


de acopio de materias primas, etc., etc., todas esas medidas de
estmulo de la diligencia, la sobriedad y la instruccin, hacia las
que manifiesta tan conmovedor cario nuestra actual prensa libe
ral-populista, comprendida Rsskoie Bogatstvo\ Al marxista no
le queda ms que subrayar lo dicho, manifestar su completo acuer
do con que en efecto, todo ello no es ms que la representacin
del tercer estado y, por consiguiente, ls hombres que se interesan
por ello no son ms que pequeos burgueses.
Esa cita basta para responder a los populistas actuales* quie
nes, viendo el desdn que hacia tales medidas sienten los marxistas,
acusan a stos de querer ser espectadores, de querer permanecer
*
Eso se est llevando a cabo perfectamente sin abolir la comunidad
rural, que no evita en absoluto la diferenciacin de los campesinos, como lo
demuestran las estadsticas de los zemstvos.

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

377

cruzados de brazos. S, naturalmente, los marxistas nunca contri


buirn a la actividad burguesa y, respecto de ella, sern siempre
espectadores.
Por desgracia, el papel de esta clase (la gente salida del pueblo, la
pequea burguesa) que forma la avanzada, la lnea de tiradores y la vanguar
dia del ejrcito de la burguesa, ba interesado muy poco a los historiadores
y a los economistas, aunque su papel es, lo repetimos, de una imoortancia
extraordinaria. Cuando se llevaba a cabo la destruccin de la comunidad rural
y se privaba de la tierra a los campesinos, eso no slo lo hacan los lores y los
caballeros, sino tambin otros campesinos, es decir, gente salida del pueblo
y dotada de sentido prctico y espinazo flexible, gente que contaba con el
favor de los seores y aue, a ro revuelto, pescaba su capitalito o lo robaba,
gente a la que tendan la mano los estamentos superiores y la legislacin. Se
deca de ellos que eran los elementos del pueblo ms diligentes, ms capaces,
ms sobrios. . .

Desde el punto de vista de los hechos esta observacin es


muy exacta. En efecto, a los campesinos los privaban de la tierra
principalmente otros campesinos, los pequeos burgueses. Pero
el populista no acaba de comprender este hecho. No distingue dos
clases antagnicas, los seores feudales v la burguesa, los renr^sentantes de la antigua nobleza y los de la nueva clase media,
no hace distincin entre los diferentes sistemas de organizacin
econmica, no ve la significacin progresista de la segunda clase
respecto de la primera. Eso en primer lugar. En segundo lugar,
atribuye el desarrollo de la burguesa al saqueo, al sentido prctico,
al servilismo, etc., etc., cuando la realidad es que la agricultura
en pequea escala, basada en la produccin de mercancas, con
vierte en oequeo burgus al campesino ms sobrio y laborioso:
pcumula ahorros, y, en virtud de las relaciones imperantes, esos
ahorros se convierten en capital. Lase lo que dicen sobre esto
nuestros hombres de letras populistas en sus descripciones de las
industrias de kustares y de la agricultura.
. . .No son ni la lnea de tiradores, ni la vanguardia, sino el grueso
de las fuerzas del ejrcito burgus, los soldados rasos agrupados en destaca
mentos de los que disponen los oficiales de Estado Mayor y los jefes, los man
dos de las distintas unidades, y el Cuartel General, compuesto por escritores,
oradores y hombres de ciencia *. Sin este ejrcito, la burguesa no podra
* Habra que aadir; de administradores y burcratas. De lo contrario,
la descripcin del Cuartel General sera por dems incompleta, sobre todo
si se tienen en cuenta las condiciones de Rusia.

378

V.

I.

LENIN

hacer nada. Acaso los landlords ingleses, que no llegan a 30.000, habran
podido gobernar siglos fa&rwrs capitalistas a una masa hambrienta de varias
decenas de millones de personas? El farmer es un verdadero combatiente en
el sentido poltico y una pequea clula expropiadora en el econmico [ . . . ]
En las fbricas, el papel de los farmers lo desempean los capataces y sus
ayudantes, que reciben M uy buena paga no slo por su destreza en el trabajo,
sino tambin para que vigilen a los obreros, para ser los ltimos en retirarse de
las mquinas, para impedir que los obreros presenten reivindicaciones de
aumento de salarios o reduccin de la jomada de trabajo y para permitir que
los patronos puedan decir de ellos, sealndolos: Fjense cunto pagamos
a quienes trabajan y nos reportan provecho; los comerciantes, que mantienen
las ms estrechas relaciones con los patronos y la administracin de las fbri
cas; los oficinistas e inspectores de toda laya, y dems gentuza por cuyas
venas corre an sangre obrera, pero de cuyas almas es ya seor absoluto el
capital. [|Muy bien dichol K .T .] Naturalmente, lo que observamos en In
glaterra podemos verlo tambin en Francia, en Alemania y en otros pases.
[Exacto! Y en Rusia tambin. K. T.] En algunos casos varan slo los de
talles, pero aun stos son en su mayor parte los mismos. La burguesa fran
cesa, que venci a fines del siglo pasado a la aristocracia, mejor dicho, que
se aprovech de la victoria del pueblo, form entre ste a la pequea bur
guesa, que la ayud a desplumarlo, lo desplum ella misma y lo dej a
merced de aventureros [ . . . ] Mientras en la literatura se cantaban himnos
al pueblo francs, mientras se ensalzaba su grandeza, su magnanimidad y su
amor a la libertad, mientras el humo de todo ese incienso flotaba como una
niebla sobre Francia, el gato burgus se iba zampando el pollo, y se lo zamp
casi entero dejando al pueblo tan slo los huesos. La decantada posesin
popular de la tierra result microscpica, poda medirse por metros, y muy
a menudo ni siquiera bastaba para pagar los impuestos. . .

Detengmonos en esto.
En primer lugar, desearamos preguntar al populista quin
en nuestro pas se aprovech de la victoria sobre el rgimen de
servidumbre, sobre la capa de la antigua nobleza. No fue
acaso la burguesa? Qu ocurra en nuestro pueblo cuando
en la literatura se cantaban himnos, esos himnos de que habla
el autor, acerca del pueblo, del amor al pueblo, de la magnanimi
dad, de las caractersticas y virtudes de la comunidad rural, de la
adaptacin social recproca y de la actividad solidaria dentro de
la comunidad; acerca da que toda Rusia era una cooperativa y de
que en la comunidad centra sus pensamientos y acciones toda la
poblacin rural, etc., etc., e tc .,... himnos que se siguen cantando
hoy (aunque en tono menor) en las pginas de la prensa liberal
populista? A los campesinos, naturalmente, no les quitaron las
tierras, el gato burgus no hizo un buen almuerzo con el pollo, 110
se lo zamp casi todo; la decantada posesin popular de la tie

el

Co n t e n i d o

e c o n m ic o

del

p o p u l is m o

379

rra no ha resultado microscpica, en ella los desembolsos no


superan a los ingresos? * No, slo msticos y metafsicos pueden
afirmar esto, considerarlo un hecho, tomar este hecho como punto
de partida de sus razonamientos acerca de lo que ocurre en el pas,
como punto de partida de su actividad orientada, no a la bsqueda
de otros caminos para la patria, sino a trabajar siguiendo el ca
mino actual, el camino capitalista, que ya se ha definid? por com
pleto.
En segundo lugar, tiene inters comparar el mtodo del autor
con el mtodo de los marxistas. Veremos mejor su diferencia si nos
basamos en consideraciones concretas y no recurrimos a conside
raciones abstractas. Por qu dice el autor que la burguesa
francesa venci a la aristocracia a fines del pasado siglo? Por
qu califica de burguesa una actividad desplegada en su mayor
parte y casi exclusivamente por los intelectuales? Adems, acaso
no actuaba el gobierno, despojando de las tierras a los campesinos,
imponindoles grandes cargas fiscales, etc., etc.? Por ltimo no
hablaban, acaso, aquellos hombres de amor al pueblo, de igualdad,
de felicidad general, lo mismo que hablaban y hablan los liberales
y los populistas rusos? Es posible ver en todo eso slo a la bur
guesa? No resulta estrecha esa concepcin que reduce todos
los movimientos polticos e ideolgicos a Plusmacherei? 06 Obsr
vese que se trata de las mismas preguntas con que se abruma a
los marxistas rusos cuando dicen cosas anlogas de nuestra refor
ma campesina (estimndola diferente slo en los detalles) y de
la Rusia posterior a la reforma en general. No hablo aqu lo
repito de la efectiva exactitud de nuestra concepcin, sino dl
)ntodo qye en el caso dado aplican los populistas. Toman por
criterio los resultados ( resulta que la posesin popular de la
tierra es microscpica y que el gato se iba zampando, se ha
zampado el pollo), y, por cierto, los restdtados econmicos ex
clusivamente.
Surge una pregunta: por qu aplican este mtodo slo en lo
que se refiere a Francia y se niegan a aplicarlo a Rusia? El mtodo
debe ser el mismo en todos losa casos. Si en Francia buscan ustedes
0 Y no slo a menudo, como en Francia, sino por regla general, con
la particularidad de que los gastos superan a los ingresos no slo en decenas,
sino en cientos por ciento.
** Caza de ganancias, de beneficios. (E d.)

380

V.

X.

LEN1N

intereses en la actividad del gobierno y de los intelectuales, por


qu no los >buscan en la santa Rusia? Si all el criterio de ustedes
plantea la cuestin de que result ser la posesin de la tierra por
el pueblo, por qu aqu el criterio es plantear lo que puede
resultar? Si all las frases acerca del pueblo y de su magnanimidad
mientras alguien se est zampando el pollo les infunden una
justa repugnancia, por qu aqui, no dan la espalda, como la daran
a los filsofos burgueses, a quienes viendo el hecho indudable, y
reconocido por ustedes, de que el gato se zampa el pollo, son
capaces de hablar de adaptacin social recproca del espritu
comunitario del pueblo, de necesidades de la industria popular
y dems cosas por el estilo?
La respuesta es una sola: porque son ustedes idelogos de la
pequea burguesa; porque sus ideas, las ideas populistas en ge
neral, y no las de Juan, Pedro o Sdor, son reflejo de los intereses y
las concepciones del pequeo productor, y de ningn modo, resul
tado del pensamiento puro *.
Mas para nosotros es particularmente aleccionadora a este respecto
Alemania, que, lo mismo que nuestro pas, hizo tarde la reforma burguesa,
y por ello aprovech la experiencia de otros pueblos, no en el sentido positivo,
claro est, sino en el negativo. Los campesinos alemanes dice el autor, repi
tiendo palabras de Vasilchikov constituan una masa heterognea: se divi
dan por sus derechos y por su propiedad, por las dimensiones de sus parce
las. Todo el proceso llev a la formacin de una aristocracia campesina, de
una capa de pequeos terratenientes de origen no noble, y a la conversin
d la masa de campesinos en peones. Por ltimo, se dio el toque final y
se cerraron todas las vas legales para que los obreros pudieran mejorar su
situacin, con la Constitucin semiaristocrtca y semipequeoburguesa de
1849, que slo reconoca el derecho de sufragio a la nobleza y a la clase
media pudiente.

Original razonamiento! La Constitucin cerr las vas legalesl Esto es un reflejo de la famosa vieja teora de los populistas
rusos, que exhortaba a los intelectuales a renunciar a la libertad,
afirmando que sta slo a ellos beneficiara, mientras que aban
donara al pueblo en manos de la clase media pudiente. No
vamos a discutir esta necia y reaccionaria teora, pues todos los
populistas contemporneos, en general, y nuestros adversarios ms
Expresin del seor V. V.
nms. 47-49 de 1894.) (Ed.)

(Vase Nuestras tendencias y Nedielia,

KL CONTENIDO ECONOMICO DEL. POPU LISM O

381

inmediatos, los seores colaboradores de Rsskoie Bogatstoo, en


particular, han renunciado a ella. Pero no podemos dejar de se
alar que, al renunciar a esta idea, al dar un paso adelante recono
ciendo abiertamente los caminos concretos que se abren ante Rusia
en lugar de discurrir sobre la posibilidad de diferentes caminos,
estos populistas muestran definitivamente su espritu pequeoburgus; su insistencia en que se realicen reformas mezquinas, pequeoburguesas, fruto de su absoluta incomprensin de la lucha de clases,
los pone al lado de los liberales y en contra de quienes toman par
tido por el antpoda, porque ven en l al nico creador de ios
bienes de que venimos hablando.
Tambin en Alemania haba entonces mucha gente- que durante diez,
veinte, treinta y ms aos se embriag hablando de la emancipacin y maldijo
todo escepticismo y todo descontento por la reforma, pues consideraba que
con eso se haca el juego a la reaccin. Los ingenuos se imaginaban al pueblo
como un caballo puesto en libertad, al que se poda meter de nuevo en la
cuadra para engancharlo a las diligencias (cosa no siempre posible). Pero
haba tambin granujas que halagaban al pueblo y, bajo cuerda, hacan su
juego, granujas que se pegaban a ios papanatas que tan sinceramente amaban
al pueblo y a los que se poda engaar y explotar. Oh, estos sinceros papa
natas! Cuando comienza ia guerra civil, no todos estn preparados para ella
y no todos, ni mucho menos, tienen aptitud para hacerla.

Magnficas palabras que resumen excelentemente las mejores


tradiciones del viejo populismo ruso y que nosotros podemos uti
lizar para definir la actitud de los marxistas rusos hacia el populis
mo ruso contemporneo. Para ello no tendremos que cambiar
mucho: hasta tal punto es idntico el proceso del desarrollo capi
talista en ambos pases; hasta tal punto son idnticas las ideas po
lticas y sociales que reflejan ese proceso.
En nuestro pas tambin dirigen y gobiernan la literatura
avanzada hombres que hablan de diferencias esenciales entre
nuestra Reforma y la de Occidente, de la sancin de la produc
cin popular (sic!), del gran reparto de tierra (;as llaman
al rescate de tierras!!), etc., y esperan por ello de los de arriba el
milagro llamado socializacin del trabajo, esperan diez, veinte,
treinta y ms aos, mientras el gato ese del que acabamos de
hablar se zampa el pollo mirando con la placidez de un felino
ahto y sosegado a los sinceros papanatas que hablan de la ne
cesidad de buscar otro camino para la patria, del peligro del
amenazante capitalismo, de ayuda al pueblo mediante crditos,

V.

I.

L S NI N

cooperativas, laboreo en comn y dems inofensivos remiendos.


Oh, estos sinceros papanatas!
Ese proceso de formacin de un tercer estado es lo que estamos viviendo
en la actualidad nosotros, y principalmente nuestros campesinos. En esto,
Rusia marcha a la zaga de toda Europa, comprendida Alemania, su compa
era de colegio, mejor dicho, su maestra. El semillero principal y el principal
fermento del tercer estado fueron en toda Europa las ciudades. En Rusia,
sucedi lo contrario [la poblacin urbana es incomparablemente m e n o r...]
La causa fundamental de esa, diferencia reside en el sistema de posesin de la
tierra por el pueblo, ese fenmeno que se da en nuestro pas y que retiene
a la poblacin en el campo. En Europa, al aumento de la poblacin urbana
est vinculado estrechamente con el despojo de las tierras del pueblo y con
la industria fabril, que bajo la produccin capitalista necesita trabajo barato
y una oferta excesiva de mano de obra. Mientras los campesinos europeos,
desalojados del campo, iban a la ciudad a ganarse la vida, los nuestros se
aferran a la tierra mientras pueden. La posesin de la tierra por el pueblo,
es el principal punto estratgico, la clave principal de la posicin de los
campesinos, clave cuya importancia comprenden los jefes de la clase media,
y por eso dirigen contra ella todo su arte y todas sus fuerzas. Esa es la causa
de todos los ataques contra la comunidad rural, y por ello aparecen en tan
gran profusin distintos proyectos sobre enajenacin de la tierra de los
campesinos en nombre de una agricultura racional, en nombre del floreci
miento de la industria, jen nombre del progreso y la gloria nacionales!

Queda demostrada con claridad la superficialidad de la teora


populista que, como resultado de soar con otros caminos, en
juicia errneamente la realidad, pues ve el punto principal en
instituciones jurdicas como las formas de posesin de la tierra por
los campesinos (comunidad o familia), instituciones que no de
sempean un papel primordial; ve algo particular en nuestra
pequea economa campesina, como si sta fuera no la habitual
economa de los pequeos productores, absolutamente idntica
por el tipo de su organizacin poltico-econmica a la economa
de los artesanos y los campesinos de Europa occidental, sino cierta
posesin popular (!? ) de la tierra. Segn la terminologa esta
blecida en la prensa liberal populista, la palabra popular signi
fica algo que excluye la explotacin de los trabajadores, y por ello
el autor esconde con -su definicin el hecho indudable de que
en nuestra economa campesina existe esa apropiacin del sobrevalor, ese mismo trabajo para otros que reina tambin fuera de la
comunidad y con ello abre de par en par las puertas a un senti
mental y meloso farisesmo.

EL CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

383

Nuestra actual comunidad rural, posedeora de poca tierra y agobiada


por las cargas fiscales, no representa una garanta segura. El campesino tena
ya poca tierra, y ahora, debido al aumento de la poblacin y a la disminucin
de 1; fertilidad, posee todava menos; los impuestos, lejos de disminuir, crecen;
las industrias artesanales son escasas; la posibilidad de ganar un salario en la
ocalidad, es aun menor; la vida en el campo se hace tan penosa, que los
campesinos de aldeas enteras se marchan lejos en busca de trabajo, dejando
en casa a sus mujeres e hijos. As se van quedando despobladas comarcas ente
ras [ . . . ] Bajo la influencia de tan duras condiciones de vida surge entre los
campesinos por una parte, una clase especial de gente, la joven burguesa,
que tiende a comprar tierras para s misma, que tiende a buscar otras ocupa
ciones, como el comercio, la usura, la formacin de cooperativas obreras,
encabezadas por ella, y a obtener contratos y otros pequeos negocios.

Vale la pena que nos detengamos para analizar con todo de


talle este pasaje.
Vemos, en primer lugar, que se registran ciertos hechos que
pueden resumirse en dos palabras: los campesinos huyen; en se
gundo lugar, una apreciacin de estos hechos (una apreciacin
negativa), y en tercer lugar una explicacin de ellos, de la que
surge directamente todo un programa qu aqu no se expone, pero
que es harto conocido (dar ms tierra, reducir los impuestos,
elevar y desarrollar las industrias campesinas).
Hay que sealar que, desde el punto de vista del marxista,
es plena e indudablemente justo lo primero y lo segundo ( aunque
la exposicin resulta en extremo insatisfactoria, como lo veremos
enseguida). Pero lo tercero no vale absolutamente nada *.
Lo explicar. Es justo lo primero. Es justo el hecho de que
nuestra comunidad rural no es una garanta, el hecho de que los
campesinos abandonan la aldea y dejan la tierra; debi decir:
estn siendo expropiados, pues posean ( en propiedad privada) de
terminados medios de produccin (entre ellos la tierra por un
derecho especial, que permita tambin la explotacin privada de
la tierra rescatada por las comunidades) y los estn perdiendo.
Es cierto que las industrias de kustares decaen, es decir, que
tambin en este caso se expropia a los campesinos, que se ven
privados de sus medios e instrumentos de produccin, abandonan
sus telares caseros y se van a trabajar como obreros en los ferroca
rriles, como albailes, peones, es decir, como asalariados. Los
*
Por eso los tericos del marxismo, en su lucha contra los populistas,
hacen hincapi en la explicacin, en la comprensin y en el aspecto objetivo.

384

V.

I.

LEN1N

medios de produccin de los que han sido despojados los campesi


nos van a parar a manos de una minora nfima, y sirven de fuente
de explotacin de la fuerza de trabajo, de capital. Por eso tiene
razn e autor cuando dice que Jos poseedores de esos medios de
produccin se trasforman en burguesa, es decir, en la otase que,
dada la organizacin capitalista de la economa social, dispone del
trabaje popular. Todos estos hechos han sido registrados acer
tadamente, y el papel que desempean en la explotacin, apreciado
en lo justo.
Pero por la descripcin hecha el lector habr visto, naturalpuente, que el marxista explica estos hechos de modo muv diferente.
El populista ve la causa de dichos fenmenos en que a tierra es
poca, en Jos elevados impuestos, en la disminucin de los ingre
sos', es decir, Ja ve en Jas particularidades de la poltica agraria,
fiscaJ e industrial, y no en las particularidades de la organizacin
rocial de la produccin, de la que surge inevitablemente esa po
ltica.
La tierra es poca razona el populista v cada vez es menos.
(No tomo necesariamente esta afirmacin del autor del artculo,
sino la tes:s general de la doctrina populista.) Eso es bien cierto;
pero por que se limita a decir ene la tierra es poca y no aade;
au-f hay poca tierra en venta? Es que 110 sabe que nuestros cam
pesinos rescatan sus nadiel a los terratenientes? Por qu concen
tra su atencin en que es poca, y no en lo que est en venta?
y
Este mismo hecho de ia venta, dei rescate, evidencia el do
minio do principios (la adquisicin por dinero de los medios de
produccin) que de todos modos dejan a los campesinos sin med'os de produccin, sean muchos o pocos los que se vendan. Al
silenciar este hecho, silencia la existencia del modo capitalista de
produccin, nica base sobre 1a que pudo surgir esa venta. Y coi>
ello pasa a defender esa sociedad burguesa y se convierte en un
simple politicastro que divaga si debe ponerse en venta mucha o
poca tierra. No ve que el hecho mismo del rescate demuestra que
el capital se ha enseoreado ya por completo" del alma de aque
llos en cuyo beneficio s realiz la gran reforma, de aquellos que
la llevaron a cabo; no ve que para toda esa sociedad liberal po
pulista, que se apoya en el orden de cosas creado por ia reforma y
politiquea en torno de distintas mejoras de ese orden de cosas, 110
hay ms luz que la proyectada por la luna capitalista. Por ello
el populista arremete con tanto odio contra quienes mantienen

el

c o n t e n id o

e c o n m ic o

del

p o p u l is m o

385

consecuentemente otros principios. Clama que nc se preocupan


del pueblo, |que quieren privar de tierra a los campesinos!!
E l populista so preocupa del pueble, no quiere privar de ie
rra a los campesinos, quiere que tengan ms tierra (comprada).
E l populista es un honrado mercader. Por cierto silencia el hecho
3e que la tierra se vende y no se entrega gratis, pero: se dice acaso
que sn las tiendas hay que pagar las mercancas? Eso lo sabe
todo el mundo.
Se comprende que el populista odie a los marxistas, quienes
dicen que se debe apelar en forma exclusiva a quienes ya se han
' diferenciado de esa sociedad de mercaderes, se han desligado"
de ella, si podemos permitirnos estas tan tpicas expresiones pequeoburguesas de los seores Mijailovsld, Iuzhakov y sus ad(teres *.
Sigamos. Las industrias artesanales son pocas : eso es lo
que piensa el populista de las industrias de kustares. Pero de nue
vo omite decir cmo estn stas organizadas. Cierra plcidamente
los ojos para no ver que las industrias artesanales que decaen y
las que se desarrollan estn igualmente organizadas a la manera
capitalista, con absoluta esclavizacin del trabajo por el capital
de los mayoristas, los comerciantes, etc., etc., y se limita a formular
as exigenc;asjpequeoburguesas de progresos, mejoras, arteles, etc.,
etc., como si esas medidas pudieran afectar siquiera e o mnimo
el kedho de la dominacin del capital. Tanto en 1c que se refiere
a la agricultura como a la industria manufacturera, acepta la or
ganizacin existente, sino contra distintas imperfecciones que en ella
observa. En lo que se refiere a las cargas fiscales, el populista se des
miente a s mismo, poniendo de manifiesto de manera notable el
principal rasgo del populismo: su capacidad para contraer com
promisos. Antes l mismo afirmaba que todo impuesto (incluido
el impuesto a la renta) caer sobre la espalda de les obreros, all
donde exista el sistema de apropiacin del sobrevalor, pero, a
pesar de ello, no se niega a debatir con la sociedad liberal si los
impuestos son grandes o pequeos, ni a prodigar, con "cvica hon
*
Adsirs de silenciar y no comprender el carcter capitalista do! res
cate, los seores populistas posan .-nodestamente por alto el Iiechr, de que
Junto a la escasez ds tierra" que . xperimentan los campesinos hay muy
buenos leteeitos e tierra en poder de los -epresentantes do la capa de la
antigua nobleza",

386

V.

I,

L E NI N

radez, los correspondientes consejos al departamento de impueS'


tos y gabelas.
En una palabra: el marxisa entiende que ia caasa no reside
en l a poltica, ni en el Esiado, ni en la sociedad, sino en el sis
tema concreto de organizacin econmica de Rusia; no se trata
de que "gente astuta o granulas" pesquen en ro revuelto, sino
de que el pueblo est formado por dos clases opuestas, que se
excluyen recprocamente: en la sociedad, todas las fuerzas activas
se suman a dos fuerzas equivalentes, recprocamente opuestas.
La gente interesada en. la instauracin del orden burgus, al ver que sus
proyectos fracasan *, no se detiene aqu: asegura constantemente . loe cam
pesino-: que la culpa ds todo h. tienen la comunidad, !a resoonsabilidad colec
tiva, la redistribucin de las b'env.s y el sistema imperarte en la comunidad
rural, que favorece a los holgazanes y a los borrachos; organiza para los
campesinos acomodados asociaciones de ahorro y -orsamo, y .raa de con
seguir peaueos crditos agrcolas para los propietarios de parcelas; monfev
en las ciudades escuelas tcnicas, de oficios y oirs, en las que slo se admite
a los hijos de la ente adinerada, mientras que la masa sigue sin escuelas;
ayuda a *os campesino? ricos mejorar su ganado organizando exposiciones,
otorgando premios, facilitndoles sementales de raza or determinada su
ma, etc.. ?ic. Todos esos pequeos esfuerzos se suman, formando una fuerza
considerable, que descompone (a comunidad rural, y hace cada vez mayor la
divisin de los campesinos ea dos sectores.

*
De modo que el fracaso de), proyecto de supresin do la comunidad
iura! significa a v-ctoria sobre quienes estn interesados en la instauracin
del ord<?n burgus!
El populista hace de a comunidad una utopa peoueoburguesa y
1iie<ro llera a tan olmpico desprecio por la realidad eme en el proyecto contra
la comunidad no ve nada menos que la instauracin del orden burgus, cuan
do ese* proyecto no e- ms que una simple treta poltica sobre la base del
sistema burcus, ya plenamente "instaurado.
Para el populista el argumento ms .contundente contra el marxisla con
siste en la siguiente pregunta, q-?e liace con are triunfal: pero dgame quiere
usted suprimir la comunidad o no? S o 110? Para l iodo el problema reside
en la instauracin. No quiere en absoluto comprender qua, desde el punto
de vista mandsts, la instauracin es un hecho indiscutible desde hace tiem
po, un hecho al que no puede afectar ni la destruccin de la comunidad ni su
roitalecimiento, as c o e o es idntica ia dominacin del capital tanto en la
aldea comunal como en la aldea compuesta por familias campesinas inde
pendenles.
El populista trata de presentar comc apologa de la instauracin la
ms profunda protesta contra ella. Como suele decirse, quien se est alie
nando se agarra ds una paja.

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

387

La caracterizacin de ios pequeos esfuerzos no est mal.


Es muy justa la-idea del aubof de que todos estos pequeos esuei'os (que con tahto celo propugnan boy Rsskoie Bcgatsvc y
toda nuestra prensa liberal populista) expresan, representan, de
fienden y afirman a la capa "de la nueva ciase media, el sistema
capitalista.
Esta es precisamente la razn de la actitud negativa de los
mrxistas liaeia esos esfuerzos. Y el hecho de que dichos esfuer
zos representan sin duda alguna los ms inmediatos deslderata
de los pequeos productores, demuestra, segn Jos marxistas, que
.su tesis fundamental es correcta: no se puede ver en el campesino
al representante de las ideas de), trabajo, pues ste, en virtud de
la organizacin capitalista de la economa, es un pequeo burgus,
y adopta el punto de vista de ese sistema y coincide en algunos
ispectos de su vida (y de sus ideas) con a burguesa.
Tambin vale la pena aprovccnar este pasaje para subrayar
lo siguiente. Que ia actitud negativa de los marxistas hacia ios
pequeos esfuerzos suscita particularmente las protestas de los
seores populistas. Al hablarles de sus antepasados, les demostrai< uios que hubo un tiempo en que los populistas consideraban todo
esto de modo distinto, un tiempo en que no acept aban tan a gusto
y f on tanto celo compromisos (aunque, de todos modos, los acep
taban, como io demuestra este mismo svtculo que analizamos);
un tiempo en que, no digo que lo comprendieran, pero por io me
nos intuan el carcter burgus de todos esos esfuerzos; un tiempo
un que slo los ms ingenuos liberales tildaban de pesimismo
respecto del pueblo la negacin de esos esfuerzos.
Por lo visto, el agradable trato entre los seores populistas y
los Iliberales, comc representantes de la sociedad, ha dado bue
no frutos.
El hscho de que los marxistas no puedan sentirse satisfechos
con los pequeos esfuerzos del progreso burgus no equivale,
ni mucho menos, al rechazo absoluto de las reformas parciales. Los
marxistas ne niegan que esas medidas sean de cierto (aunque n
timo) provecho: pueden mejorar en cierto grado (aunque nfimo)
1 t situacin de los trabajadores; aceleran la extincin de las formas
ms abstractas del capital, la usura, la servidumbre, etc., y acele
rarn su conversin en las formas, ms modernas y humanas, del
apitalsmo europeo. Por eso, si les preguntaran si la adopcin de
tales medidas es conveniente, los marxistas responderan que s,

388

V.

I.

LENIN

ppro al decirlo aclararan su actitud general hacia el sistema capi


talista, al que se mejora con esas medidas, y argumentaran su
asentimiento explicando que obedece a su deseo de acelerar el des
arrollo de ese rgimen y, por lo tanto, su fin *.
Si tenemos ea cuenta quei en nuestro pas, lo mismo que en Alemania,
los campesinos estn divididos segn sus derechos y sus posiciones en dis
tintas categoras (campesinos del Estado, de los feudos, ex siervos de terra
tenientes, y stos en criados de la casa que recibieron nadiel completo, medio
nadiel o un cuarto); si tenemos en cuenta que el rgimen de vida en comu
nidad no es lo habitual en nuestro pas; que en la zona suroeste, entre los
propietarios de tierra tropezamos con campesinos que poseen animales de
tiro, y campesinos de a pie **, hortelanos, peones rurales y chinsh ** * , de
los cuales unos poseen cien y ms desiatinas y otros ni un palmo de tierra;
si tenemos en cuenta que> el rgimen agrario de las provincias del Bltico es
un calco perfecto del alemn; etc., etc., veremos entonces que tambin en
nuestro pas existe una base para la burguesa.

No podemos dejar de sealar aqu esa fantstica exageracin


de Ija. importancia de la comunidad en que siempre han incurrido
los populistas. E l autor se expresa como si el rgimen comunal
excluyera a la burguesa, excluyera la divisin de los campesinos.
Pero si eso ea faltar descaradamente a la verdad!
Todo el mundo sabe que entre los campesinos de la comuni
dad tambin hay diferencias en cuanto a sus derechos y a las
dimensiones de sus nadiel; que en toda aldea de slido rgimen
comunal, los campesinos se diferencian, en cuanto a sus derechos
( campesinos sin tierra, los que poseen nadiel, ex criados, campesi
nos que rescataron los nadiel pagando cuotas especiales, adscri
tos, etc., e tc.) y en cuanto a la posesin de tierra, en campesinos
que entregaron en arriendo sus nadiel, campesinos que fueron des
pojados de sus nadiel porj no pagar los impuestos o por no trabajar
los y dejarlos abandonados, y campesinos arrendatarios de nadiel
ajenos; campesinos que poseen tierra a perpetuidad o que com
pran por un tiempo unas cuantas desiatinas; y por ltimo, campesi
*
Esto no slo se refiere a las escuelas tcnicas y otras, a las mejoras
tcnicas en beneficio de los campesinos y kustares, sino tambin a la amplia
cin de la posesin de la tierra por los campesinos, al "crdito', etc.
Vase el presente tomo, pg. 40. (Ed.)
*e Campesinos con derecho a la posesin hereditaria de la tierra a per
petuidad, y que deban pagar una renta fija, por lo general invariable. En la
Rusia zarista este sistema se aplicaba sobre todo en Polonia, Bielorrusia, Lituania y en el litoral de Ucrania. (:Ed.)

EL CONTENIDO ECONOMICO DL POPULISM O

389

nos sin hogar, sin ganado, sin caballo y otros con varios caballos. To
do el mundo sabe que en cada aldea de slido rgimen comunal,
este fraccionamiento econmico y la economa mercantil son terreno
abonado en el que crecen esplendorosas las flores del capital usu
rario y de la servidumbre en todas sus formas. Y los populistas
an siguen con sus empalagosos cuentos acerca de algo que ellos
llaman vida comunal!
En efecto, la joven burguesa se desarrolla en nuestro pas no por das
sino por horas y ,no slo en las zonas limtrofes donde abundan los judos,
sino tambin en el corazn de Rusia. Por el momento es muy difcil expresar
su nmero en cifras, mas a juzgar por la creciente cantidad de propietarios
agrarios, a juzgar por el aumento de patentes de comercio y de las quejas
que nos llegan de las aldeas contra los kulaks y los usureros, as como por
otros indicios *, puede suponerse que es ya bastante considerable.

Exacto! Precisamente este hecho, cierto ya en 1879 y ms


cierto aun en 1895, por su inmenso desarrollo, es uno de los pun
tales de la interpretacin marxista de la vida real en Rusia.
Nuestra actitud respecto de este hecho es por igual negativa;
ambos estamos de acuerdo en que expresa fenmenos contrarios
a los intereses de los productores directos, pero interpretamos de
modo completamente distinto esos hechos. Con anterioridad ca
racteric el aspecto terico de esa diferencia, y ahora paso al as
pecto prctico.
La burguesa, sobre todo la rural, es todava dbil en Rusia,
est empezando a surgir, dice el populista. Por lo tanto an se
puede luchar contra ella. La tendencia burguesa no es todava
muy fuerte, y por lo tanto an se la puede hacer retroceder. To
dava estamos a tiempo.
Slo un socilogo metafsico (que se convierte en la prctica
en un cobardn y romntico reaccionario) puede razonar as. No
hablar ya de que lg. debilidad de la burguesa rural es atribuida
a que sus elementos ms pujantes su cspide fluyen a las ciu
dades; en las aldeas se encuentran slo los "soldados de fila y en
las ciudades je ha instalado ya el Cuartel General; no hablar
i

A lo que podra aadirse las compras con ayuda del banco campesino,
las tendencias progresistas en la agricultura la* mejoras tcnicas y del
cultivo, el empipo de aperos ms perfectos, las pasturas artificiales, etc.,
el desarrollo del pequeo crdito, la organizacin de un mercado para lo
kustares, etc., etc.

390

V.

X.

L E NI N

de las tergiversaciones, evidentes a ms no poder, a que recurren


los populistas al tratar este hecho. Hay otro error en su razona
miento, un error que lo hacs metafsico.
Nos hallamos ante una relacin social concreta, ante la rela
cin entre el pequeo burgus rural ( el campesino rico, el tendero,
el kulak, el usurero, etc., etc.) y el campesino trabajador?; que
trabaja, claro est, para otros.
Esta relacin existe, y el populista no puede negar que abarca
todo el pas. Pero es dbil dice y por ello todava se puede
corregir.
La historia la hacen personas vivientes, le decimos a este
populista, utilizando sus propias palabras. Naturalmente, es posi
ble corregir, modificar las relaciones sociales, pero slo en el caso
en que ello parte de las propias personas cuyas relaciones sociales
se quiere modificar o corregir. Eso es claro como el agua. Surge
la pregunta de si el campesino trabajador puede modificar esa
relacin. En qu consiste la relacin mencionada? Pues en que
dos pequeos productores operan dentro del sistema de la produc
cin de mercancas, y en que ste los divide en dos partes, dando
a uno el capital y obligando al segundo a trabajar para otros".
Cmo va a modificar nuestro campesino trabajador esta re
lacin, cuando l mismo est semiarraigado en lo que hay que
modificar? Cmo puede comprender el carcter nocivo del ais
lamiento y de la economa mercantil, cuando l mismo se halla
aislado y trabaja por su cuenta y riesgo, produciendo para el mer
cado; cuando esas condiciones de vida engendran en l ideas y
sentimientos propios del hombre que trabaja por cuenta propia
para el mercado; cuando se halla aislado por las propias condicio
nes materiales de vida, as como por las proporciones y el carcter
de su hacienda, y cuando, debido a ello, su oposicin al capital est
tan poco desarrollada, que no puede comprender que se enfrenta
precisamente con el capital, y o slo con granujas y gente astuta?
No es evidente que hay que dirigirse all donde esa misma
( nota bene) relacin social ha alcanzado su mximo desarrollo;
donde los involucrados, en esta relacin social, los productores di
rectos, ya se han diferenciado y desligado del sistema burgus;
donde la contradiccin est tan desarrollada que se hace evidente;
donde es imposible cualquier planteamiento soador y ambiguo
de la cuestin? Y cuando estos productores directos, que se en
cuentran en condiciones ms avanzadas, estn diferenciados de

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

391

la vida;" de la sociedad burguesa, no slo en la prctica, sino tam


bin en su conciencia, los campesinos trabajadores, que se encuen
tran en peores condiciones, de mayor atraso, vern cmo se hace
e?o y se unirn a sus camaradas de trabajo para otros.
o

Cuando se habla de la compra de tierras por los campesinos y se explica


que la compra se hace a ttulo privado en nombre de la comuna, casi nunca
se aade que las compras que hace la comunidad slo son una rara e insigni
ficante excepcin de esa regla general que constituyen las compras particulares.

Al dar a conocer que el nmero de propietarios privados de la


tierra era en 1861 de 103.158, y que segn los dats de la dcada
del 60 lleg a 313.529, el autor dice que esta diferencia se debe
a que Ja segunda vez se contaron los pequeos propietarios camppsinos, que no fueron tomados en consideracin antes de la Re
forma, y contina:
esta es nuestra joven burguesa rural, que est en estrecho contacto con
los pequeos terratenientes de la nobleza y se fusiona con ellos.

Es verdad decimos a esto, es la pura verdad, sobre todo


eso de que est en contacto y se fusiona! Y por eso incluimos
nosotros entre los idelogos de la pequea burguesa a quienes
atribuyen una seria importancia (en el sentido de los intereses de
los productores directos) a la ampliacin de la posesin de tierras
por los campesinos, o sea, tambin a nuestro autor, que dice eso
en la pg. 152.'
Por ello consideramos politicastros a quienes analizan el as
pecto de las compras particulares y comunales como si de l de
pendiera en una u otra medida la instauracin del rgimen bur
gus. Estimamos que tanto un fenmeno como el otro son de
carcter burgus, ya que la compra es compra y el dinero dinero
en ambos casos, es decir una mercanca que slo va a parar a ma
nos de la pequea burguesa *, lo mismo si se hallan unidos en la
comunidad para la adaptacin social recproca y la actividad soli
daria que si se hallan aislados por poseer una parcela de tierra
propia.
*
No se trata, claro est, del dinero que slo sirve para adquirir los
artculos de consumo necesarios, sino del dinero sobrante, que puede ser
ahorrado para comprar medios de produccin-

392

V.

I.

LENIN

Por cierto, ella [la joven burguesa rural] no est, toda, ni mucho menos,
comprendida aqu. La palabra "sanguijuela' no es, naturalmente, nueva para
Rusia, pero jams tuvo el significado que tiene hoy, jams ejerci eii los
convecinos la presin que hoy ejerce. Comparado con el de hoy, el usurero
de antes era un personaje pa triar el; siempre se subordinaba a la comunidad,
y a veces se trataba simplemente de un haragn que no pona de manifiesto un
gran afn de lucro. Hoy la palabra usurero tiene otro significado, y en la
mayora de las provincias ha pasado a ser un concepto slo genrico, que se
emplea relativamente poco y es sustituido por los vocablos kulak, parsito,
comerciante, tabernero, contratista, prestamista, etc., etc. Este desdoblamien
to de una palabra en varios vocablos, en parte poco nuevos y en parte total
mente nuevos o no usados antes por los campesinos, demuestra, ante todo,
que en la explotacin del pueblo se ha producido la divisin del trabajo y,
adems, que se han desarrollado ampliamente la rapacidad y su especializacin. Casi en cada aldea hay uno o varios de esos explotadores.

Es indudable que se ha captado bien el desarrollo de la rapa


cidad. Y hace mal el autor cuando, como todos los populistas, no
quiere comprender, a pesar de los hechos, que ese kulakismo sis
temtico, general, regulado ( inclusive con su divisin del trabajo),
es una manifestacin del capitalismo en la agricultura, es la domi
nacin del capital en sus formas primarias, de un capital que por
una parte engendra constantemente el capitalismo urbano, el bancario, y en general el de tipo europeo que los populistas consi
deran algo venido de fuera y por la otra es apoyado y nutrido por
ese mismo capitalismo; en pocas palabras: no quiere comprender
que es uno de los elementos de la organizacin capitalista de la
economa nacional de Rusia.
Adems, la caracterizacin de la "evolucin del sanguijuela
nos permitir desmentir una vez ms al populista.
En la Reforma de 1861 el populista ve la sancin de la pro
duccin popular, y encuentra que se diferencia esencialmente de
la reforma occidental.
Las medidas que hoy ansia se reducen, asimismo, a idntica
sancin de la comunidad, e tc , etc.; a idntica dotacin de un
nadie! y de los medios de produccin en general.
Por qu, pues, seor populista, la Reforma, que sancion la
produccin popular (y no la capitalista), slo condujo a que el
holgazn patriarcal se convirtiera en un buitre bastante enrgico,
listo y recubierto de un barniz de civilizacin? Por qu condujo
slo a cambios en la foi'ma de la rapacidad, lo mismo que las
correspondientes grandes reformas en Occidente?
Por qu cree que los siguientes pasos de la sancin (bien

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

393

posibles, como lo son la ampliacin de la posesin de la tierra por


ios campesinos, las migraciones, la reglamentacin de los arrenda
mientos rurales y dems medidas indudablemente progresistas,
pero burguesas), por qu cree que; esos pasos pueden ilevar a algo
que no sea a nuevos cambios de la foi'ma, a una mayor europeiza
cin del capital, a su trasformacin de comercial en productivo,
de medieval en moderno?
Y
no puede ser de otro modo por la sencilla razn de que
semejantes medidas no afectan en absoluto al capital, es decir, a
esa relacin entre los hombres que hace que en manos de unos
se concentre el dinero, producto del trabajo social organizado pol
la economa mercantil, y que otros no tergan nada que no sea sus
brazos libres *, libres precisamente de ese producto concentrado
en el bolsillo de la categora anterior.
. . . De ellos [de esos kulaks, etc.] la morralla que no tiene capital suele
arrimarse a los grandes comerciantes, que les conceden crditos o les enco.
miendan algunas compras; los ms pudientes operan por cuenta propia, se
relacionan con las grandes ciudades comerciales y portuarias, envan all en
nombre propio cargamentos, y ellos mismos van en busca de las mercancas
que se necesitan en el lugar donde residen. En cualquier tren que se viaje,
se ver invariablemente en tercera (rara vez en segunda) a decenas de hom
bres de esos, que van, de un sitio a otro en viaje de negocios. Se los reconoce
por su singular atuendo, por su extrema grosera y por las carcajadas que
lanzan cuando alguna seorita ruega que dejen de fumar o cuando se burlan
de algn pobre mujik [as dice el autor: pobre mujik. K. T.] que ha
abandonado su hogar para salir en busca de trabajo, y les parece inculto"
porque no entiende nada de comercio y calza rsticos zapatones. Se los re
conoce tambin por su conversacin. Hablan habitualmente de pieles de
cordero, aceites vegetales, cueros, pescado ahumado, mijo, etc., etc. Y se
oirn cnicos relatos de las trampas y adulteraciones que hacen con las mer
cancas; relatos de cmo se vendieron a una fbrica carne salada con fuerte
tufillo; de que cualquiera sabe dar color al t si se le muestra una sola
vez cmo hay que hacerlo"; de que al azcar se le puede echar agua de
modo que un piln pese unas tres libras ms de la cuenta y el comprador no
lo advierta, etc., etc. Todo eso lo dicen con tanta franqueza y descaro, que
se comprende que si no roban cucharillas en las cantinas y lmparas de gas
en las estaciones, es tan slo porque temen ir a parar a la crcel. Moralment*
estos hombres estn por debajo de las nqrmas ms elementales; toda su moral
se basa en el rublo y se expresa en los siguientes aforismos: el comerciante
es como el pescador; el pez grande se come al chico; no dejes escapar la

*
"La masa seguir [ . . . ] trabajando para otros ( artculo que anali
zamos, pg. 135); si no fuera libre (d e facto, pues d e jure piiede inclusiv
tener su nadiel), eso, claro est, no podra ser.

394

V.

I.

LBNIN

ocasin; echa el ojo a lo que el dueo descuida; aprovecha el instante en qu6


uadie mira; 110 te compadezcas del dbil; reverencia y repta cuando sea nece
sario. Luego se cita un ejemplo tomado de los peridicos, segn el cual
un tabernero llamado Vlkov, que se dedicaba a la usura, incendi su casa,
asegurada en una suma muy alta. E l maestro y el sacerdote del lugar con
sideran su mejor amigo a este sujeto; un maestro le escribe, a cambio de
unos vasos de vino, todos los papeles que necesita para sus enredos. El
escribiente de la administracin del distrito se le ofrece para ayudarle a em
baucar a ios mordvines. Un representante del zemstvo, al mismo tiempo mienbro de su Administracin general, asegura contra incendios su vieja casa en
1.000 rublos, etc., etc. Vlkov no es un fenmeno nico, sino tpico. No
hay localidad que no tenga sus Vlkov y donde no le cuenten a uno, no slo
idnticos ejemplos de saqueo y avasallamiento de los campesinos, sino tambin
anlogos casos de incendios premeditados . . .
. . .Pero qu actitud mantienen los campesinos ante tales individuos?
Si son tontos, desalmados y mezquinos, como Vlkov, los campesinos no los
quieren y les temen, porque son capaces de hacerles cualquier canallada sin
que ellos puedan defenderse; esos tipos tienen sus casas aseguradas, poseen
buenos caballos, fuertes cerrojos y perros feroces, y mantienen buenas rela
ciones con las autoridades del lugar. Pero si son ms inteligentes y astutos
que Vlkov, si revisten de formas decentes el saqueo y el avasallamiento de
los campesinos, si cuando les roban un rublo les hacen una ostensible rebaja
de kopek, si no mezquinan medio litro de vodka o una medida de mijo para
los campesinos de alguna aldea devorada por el fuego, gozan del respeto y la
estimacin de los campesinos y tienen entre ellos gran prestigio, pues los
consideran bienhechores, protectores, sin los cuales los pobres quiz moriran
de hambre. Los campesinos los consideran hombres inteligentes, les entregan
sus hijos para que los eduquen y consideran un honor que sus muchachos tra
bajen en la tienda, pues estn seguros de que all se harn hombres de
provecho.

He reproducido adrede con el mayor detalle, los razonamien


tos del autor, para dar una caracterizacin de nuestra joven bur
guesa trazada por un opositar de la tesis de que la organizacin
de la economa social rusa es burguesa. E l anlisis de esta carac
terizacin puede aclarar muchos puntos de la teora del marxismo
ruso y el carcter de los habituales ataques de que es objeto por
parte de los populistas contemporneos.
Desde el comienzo de esta descripcin parecera que el autor
comprende qu races tan profundas tiene esta burguesa y su
ligazn con la gran burguesa, a la cual se arrima la pequea
burguesa; su ligazn cOn los campesinos, quienes le entregan sus
hijos para que ella los eduque; pero los ejemplos que el autor
aporta demuestran que est muy lejos de justipreciar la fuerza y la
consistencia de este fenmeno.
Sus ejemplos hablan de delitos comunes, estafas, de incendios

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

395

premeditados, etc., etc. Se tiene la impresin de que "el saqueo


y el avasallamiento de los campesinos son algo casual, un resultado
(como dice el autor) de las duras condiciones de vida, de la ru
deza de las ideas morales, de la dificultad de lograr que la lite
ratura sea accesible al pueblo (pg. 152), etc., etc.; en una pala
bra: segn el autor, todo eso no resulta en forma inevitable de la
actual organizacin de nuestra economa social.
El marxista sustenta precisamente esta ltima opinin, afirma
que eso no es en absoluto una casualidad, sino una necesidad, una
necesidad condicionada por el modo capitalista de produccin do
minante en Rusia. Si el campesino se convierte en productor de mer
cancas (y e n ello se han convertido ya todos los campesinos), su
moral, inevitablemente, se basar en el rublo, y no se lo puede
culpar de ello, pues las propias condiciones de vida lo obligan a ca
zar ese rublo recurriendo a argucias comerciales * de toda suerte. En
esas condiciones, sin necesidad de delitos comunes, servilismo o
falsificaciones de ningn gnero, los campesinos se van diferen
ciando en ricos y pobres. La vieja igualdad no puede resistir ante
las oscilaciones del mercado. Esto no son meras palabras, es un
hecho. Y es tambin un hecho que en estas condiciones la ri
queza de unos pocos se convierte en capital, y que la pobreza
de la masa obliga a sta a vender sus brazos, a trabajar para otros.
As, pues, desde el punto de vista del marxista, el capitalismo ya
ha echado firmes races, ya ha adquirido formas definidas, no slo
en la industria fabril, sino tambin en el campo y, en general, en
toda Rusia.
Puede verse ahora cun ingeniosos son los seores populistas
cuando, en respuesta a los argumentos del marxista, quien sostiene
que la causa de tan triste fenmeno en las aldeas no es la poltica,
ni la escasez de tierra, ni los impuestos, ni las malas personas, sino
el capitalismo, ya que todo eso es necesario e inevitable all donde
existe el modo capitalista de produccin y la dominacin de la
burguesa; cuando, en respuesta a todo esto, los populistas vocife
ran que los marxistas quieren dejar sin tierra al campesino, que
prefieren el proletario al campesino independiente, y mani
fiestan como dicen las seoritas provincianas y el seor Mijai*
Vase Uspenski. (Lenln se refiere a los cuentos y ensayos de Uspenski:
Los dias de la aldea, La libreta de cheques, Cartas d e un viajero, Vnculos
indestructibles, Cifras autnticas, etc. E d . )

396

V.

I.

LEN IN

lovski en su respuesta al seor Struve desdn y crueldad hacia


el "individuo!
En este cuadro del campo, interesante poique lo ha pintado
un opositor, podemos apreciar palmariamente qu absurdas que
Fon las habituales objeciones hechas a los marxistas, su artificialidad, la ignorancia de los hechos y el olvido de declaraciones pronias anteriores, y todo para salvar coute que ccmte * esas teoras
soadoras y preadas de compromisos a las que, afortunadamente,
ya no hay fuerza capaz de salvar.
Al hablar del capitalismo en Rusia, los marxistas hacen suvos
'duernas ya trazados, repiten como dogmas tesis que son el reflejo
rl otras condiciones, muy distintas. La produccin capitalista n
Rusia, insignificante por su desarrollo e importancia (en nuestras
fbricas slo trabajan 1.400.000 personas), la hacen extensiva a la
masa del campesinado, que todava posee tierras. Tal es una de
las objeciones predilectas del campo liberal populista.
Pues bien, en ese cuadro del campo vemos que el populista,
al describir la forma de vida de los campesinos de las comunida
des e independientes, no puede eludir la categora de burgue
sa, sacada de esquemas abstractos y dogmas ajenos; no puede
dejar de comprobar que la burguesa es un tipo rural, y no un caso
aislado; que est vinculada por fuertes lazos a la gran burguesa
urbana, y que tambin est vinculada a los campesinos, quienes
le entregan sus hijos para que los eduque, a esos campesinos de
los cuales dicho con otras palabras, sale esa joven burguesa. Ve
mos, por lo tanto, que esa joven burguesa crece en el seno de nues
tra comunidad y no fuera de ella, vemos que es engendrada pol
las propias relaciones sociales que existen entre el campesinado,
ahora convertido en productor de mercancas; vemos que no slo
1.400.000 personas, sino toda la masa de los habitantes de las al
deas rusas trabaja para el capital y se halla gobernada por l.
Quin, pues, extrae conclusiones ,ms correctas de estos hechos,
registrados no por un mstico y metafsico marxista que cree en
tradas, sino por up autntico populista que sabe apreciar las
particularidades de la vida en Rusia? El populista que habla de
la eleccin de un mejor camino, como si el capital no hubiera he
cho ya su eleccin, que habla de un viraje hacia otro rgimen, vi
* En francs en el original. A toda costa. ( Ed.)

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

397

raje que espera de la sociedad y del Estado", es decir, de ele


mentos surgidos exclusivamente sobre la base de esa eleccin y
para ella? O el marxista, que dice que soar con otros caminos
significa ser un ingenuo romntico, puesto que la realidad muestra
con la mayor evidencia que el camino ya ha sido elegido y que
la dominacin del capital es un hecho que .no puede ser eludido
con reproches ni condenaciones, un hecho con el que slo tienen
que habrselas los productores directos?
Otro reproche muy en boga. Los marxistas estiman que el
surgimiento del gran capitalismo en Rusia es un fenmeno pro
gresista. Prefieren, por lo tanto, el proletario al campesino inde
pendiente, ven con buenos ojos que se despoje al pueblo de la
tierra, v, desde el punto de vista de la teora que presenta como
ideal el que los medios de produccin pertenezcan a los obrerosson partidarios de que el obrero se vea desprovisto de medios de
produccin, es decir, incurren en una contradiccin insoluble.
S, los marxistas consideran que el gran capitalismo es un fe
nmeno progresista, pero no, claro est, porque sustituya la inde
pendencia por la dependencia, sino porque crea condiciones para
suprimir la dependencia. En cuanto a la independencia del cam
pesino ruso, eso es un meloso cuento de hadas populista y nada
ms, pues en Ja realidad no existe. Y la pintura que hemos dado
( as como todas las obras e investigaciones acerca de la situacin
econmica del campesino) reconoce tambin este hecho (que en
realidad no hay independencia): tanto los campesinos, como los
obreros, trabajan para otros. Esto lo reconocan los viejos popu
listas rusos. Pero no comprendan las causas ni el carcter de
esa dependencia, no comprendan que era tambin dependencia
capitalista, que se distingua de la urbana nicamente por estar
menos desarrollada y por conservar mayores vestigios de las for
mas medievales y semifeudales del capital. Comparemos esa aldea
que nos ha pintado el populista con una fbrica. Se distinguen
( en cuanto a la independencia) nicamente en que en la primera
vemos pequeos parsitos y en la segunda grandes; en la primera,
explotacin de individuos aislados y por medios semifeudales v en
1* segunda una explotacin de las masas ya netamente capitalista.
Por supuesto, esta segunda explotacin es progresista: el mismo
capitalismo poco desarrollado en la aldea, y por ende acompaado
de la usura, etc., etc., en la fbrica est desarrollado: el mismo anta
gonismo que existe en el campo, se manifiesta en la fbrica con toda

398

V.

I.

LENIN

plenitud; aqu, la divisin es ya completa, y no existe la posibilidad


del planteamiento a medias tintas de la cuestin, que satisface al pe
queo productor ( as como a su idelogo), capaz de censurar, cri
ticar y maldecir al capitalismo, pero incapaz de renunciar a la base
misma 6 de ese capitalismo, a la confianza en sus servidores, a los
robados sueos respecto de que sera mejor sin lucha, como dijo
el deslumbrante seor Krivenko. Aqu los sueos son ya imposi
bles, v eso es un gigantesco paso adelante; aqu ya se ve con cla
ridad de qu lado est la fuerza, y no se puede perorar acerca de
la eleccin del camino, pues es evidente que primero hay que re
distribuir esa fuerza.
Optimismo meloso: as caracteriz el seor Struve el popu
lismo. v con profunda razn. Cmo no llamarlo optimismo cuan
do la absoluta dominacin del capital en el campo se pasa por alto,
sp silencia, se presenta como una casualidad; cuando se propone
todo tipo de crditos, cooperativas y laboreo en comn, como si
todos esos kulaks, vampiros, comerciantes, taberneros, contratis
tas. prestamistas, etc., etc., romo si toda esa ioven burguesa no
tuviera va en sus manos cada aldea? Cmo no calificarlo de
meloso si esa gente sigue hablando diez, veinte, treinta y ms
aos. d si sera meior sin lucha, en el preciso momento en que
la lucha va se desarrolla, aunque sorda, inconciente, no iluminada
por las ideas?
Trasladmonos ahora, lector, a la ciudad. AH encontraremos todava
en mavor profusin y variedad a esa Joven burguesa. Todo el aue sabe leer
y escribir, v se considera apto para una actividad ms noble, todo el que se
considera digno de mejor suerte que la msera del campesino del montn,
todo el que, en esas condiciones, se siente limitado en el campo, afluye hoy
a las ciudades. . .

9
Para evitar malentendidos, aclarar que por "base del capitalismo
entiendo la relacin social que, en, distintas fprmas, reina en la sociedad capi
talista y que Marx expres con la frmula: dinero-mercanca-dinero con un
excedente.
Las medidas que proponan los populistas no afectan esa relacin y no
afectan ni la produccin, da mercancas, que pone en manos de personas pri
vadas el dinero = producto del trabajo social, ni la divisin del "pueblo en
poseedores de ese dinero y pobres.
El marxista toma esta relacin en su forma ms desarrollada, que es
la quintaesencia de las dems formas, y seala al productor la tarea y el
objetivo: destruir esa relacin y sustituirla por otra.

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

399

Y
sin embargo, los seores populistas pronuncian melosos dis
cursos acerca del carcter artificial del capitalismo urbano, acera de que es una flor de invernadero que morir si no se la cuida,
etc., etc. Basta considerar ms sencillamente los hechos para ver
<on claridad que esa burguesa artificial est integrada precisa\ inente por las sanguijuelas de la aldea que se han trasladado a la
<iudad, y crecen con toda espontaneidad en ese terreno alumbrado
l>or la luna capitalista que obliga a cada campesino del montn
;> comprar ms barato y a vender ms caro.
...Verem os aqu: dependientes, oficinistas, comerciantes minoristas,
^ndedores ambulantes, contratistas de todo tipo (yeseros, carpinteros, alha
mes, etc.), conductores de trenes, porteros, policas, comisionistas de Bolsa,
encargados de postas, fondas y posadas, dueos de distintos talleres, capataces
ilo fbricas, etc., etc. Todos ellos constituyen la autntica joven burguesa,
on todos sus rasgos distintivos. Su cdigo moral es tambin aqu muy redu
cido: toda su actividad est basada en la explotacin del trabajo ", y el objetivo
<le su vida consiste en adquirir un capital o un capitalito para pasar el tiempo
entregados a estpidas diversiones. . .
. . . S que muchos se alegran de verlos, encuentran en ellos inteligencia,
energa, iniciativa y los consideran los elementos ms progresistas del pueblo,
ven en ellos un paso directo y natura^ de la civilizacin de su patria, cuyas
asperezas limar el tiempo. Oh, s desde hace mucho que en el pas se ha
formado una gran burguesa de gente culta, de comerciantes y de aristcratas
que no pudieron soportar la crisis de 1861 y vinieron a menos, o se sintieron
dominados por el espritu de la poca; s que esa burguesa ha formado ya
los cuadros del tercer estado y que le faltan precisamente esos elementos
salidos del pueblo, que le gustan porque sin ellos no puede hacer n a d a .. .

Aqu tambin se deja abierta una rendija para que pueda pe


netrar el meloso optimismo: a la gran burguesa le faltan pre
*
No es exacto. El pequeo burgus se distingue del grande' precisa
mente porque trabaja l mismo,, como lo hacen todas las categoras enumera
das por el autor. Hay, claro est, explotacin del trabajo, pero no exclusiva
mente.
Otra pequea observacin: el objetivo de la vida de quienes no se
resignan a compartir la suerte del campesino del montn es adquirir capital.
As hablan (en sus momentos de lucidez) los populistas. La tendencia del
campesino ruso no es hacia el rgimen comunal, sino hacia el sistema pequeoburgus. As habla el marxista.
Qu diferencia hay entre estas tesis? No ser slo que la primera
constituye una observacin emprica de la vida mientras la ltima generaliza
los hechos observados ( que expresan las ideas y sentimientos de verdaderas
personas vivientes ) y deduce de ellos una ley de economa poltica?

400

V.

I.

LENIN

cisamente elementos burgueses salidos del pueblo!! Pero de dn


de ha salido la gran burguesa misma si no del pueblo? Ser
capaz el autor de negar los lazos de nuestros comerciantes con
los campesinos?
Vemos aqu el afn de presentar el desarrollo de la joven
burguesa como un fenmeno casual, resultado de la poltica, etc.,
etc. Es muy tpica del populista esta superficialidad en la compren
sin, que no permite ver las races de los fenmenos en la propia
estructura econmica de la sociedad, y que conjuga la capacidad
de enumerar con todo detalle a los distintos representantes de la
pequea burguesa con la incapacidad de ver que la misma peque
a empresa independiente del campesino o del kustar constituye
ya, dado el sistema econmico actual, no una empresa popular,
ni mucho menos, sino pequeoburguesa.
. . . S que muchos descendientes de antiguos linajes se han dedicado
a destilar alcohol y a explotar tabernas, concesiones ferroviarias y empresas
de trabado de ferrocarriles; que se han acomodado en los consejos de admi
nistracin, de los bancos por acciones, se han infiltrado hasta en la literatura
y entonan ahora nuevas canciones. S que muchas de esas canciones literarias
son muy tiernas y sentimentales, que se habla en ellas de las necesidades y de
los deseos del pueblo; pero s tambin que la obligacin de la literatura de
cente consiste en desenmascarar la intencin de darle al pueblo piedras, en
lugar de pan.

Qu idilio arcdico! * Slo tienen la intencin de dar?!


Y cmo armoniza eso de que l sabe, que desde hace ya
mucho, se ha formado la burguesa y con todo considera todava
que su misin consista en desenmascarar las intenciones de crear
la burguesa!
Eso es precisamente lo que se llama candidez, cuando fren
te a un ejrcito movilizado, frente a soldados formados, unidos
por un Cuartel General constituido hace mucho, la gente ha
bla todava de desenmascarar intenciones, y no de una abierta
lucha de intereses.
. . . L a burguesa francesa tambin se identificaba siempre coa el pue
blo, y siempre presentaba sus reivindicaciones en nombre del pueblo, pero
*
iA rcadia: regin montaosa, situada en el centro del Peloponeso (Gre
cia); en la antigedad, sus habitantes eran principalmente pastores. La lite
ratura antigua y clsica describa a Arcadia como la mansin de la inocencia
y la felicidad. ( E d . )

E L CONTENDO ECONMICO

d el

p o p u l is m o

40.1

siempre lo engaaba. Nosotros estimamos que ia tendencia burguesa, que


sigus nuestra socicdad. en los ltimos aos, es nociva y peligrosa pasa la moral
y e! bienestat del pueblo.

Esta frase es quiz la que muestra con mayor evidencia el


espritu pequeoburgus del autor. Declara que la tendencia
burguesa es nociva y peligrosa para ia moral y el bienestar del
pueblo! De qu pueblo, respetable seor moralista? Del que
trabajaba para los terratenientes bajo el rgimen de servidumbre,
rgimen que fomentaba el Jiogar familiar, la Vida sedentaria y
el ''sagrado deber de trabajar? * O dei que iba despus a buscar
el rublo para el rescate? Usted sabe perfectamente que el pago
de ese rublo era la condicin fundamental, primordial, ce la eman
cipacin, y que el campesino slo poda obtener ese rublo del
seor Cupn
Usted mismo describi cmo se Jas arreglaba ese
seor; cmo la clasei media, introdujo en la vida su propia ciencia,
su propio cdigo moral y sus propios sofismas; cmo se ha formado
ya una literatura que carta las a Ja inteligencia, la iniciativa y la
energa de la burguesa. Est claro que todo se reduce a la sus
titucin de una forme de organizacin social por otra: eJ sistema
de apropiacin del plustrabajo de los siervos sujetos a la tierra
ore la moral feudal; el sistema del trabajo libre que se esfuerza
para otros, para los poseedores del dinero, ha creado, en susti
tucin, la moral burguesa.
Pero el pequeo burgus teme mirar las cosas de frente y
llamarlas por su nombre: cierra los ojos ante estos hechos indis
cutibles y se pone a soar. nicamente considera moral Ja pe
quea actividad independiente (para ei mercado, cosa que silen
cia con modestia), mientras estima inmoral el ti abajo asalariado
No comprende el vnculo entre lo uno y lo otre vnculo indisolu
ble, y considera que la moral burguesa es una enfermedad casual
y no un producto directo del sistema burgus, que nace de la eco
noma mercantil ( contra a cual, en realidad, nada tiene que ob
jetar).

* Expresin empleaba por J.uzhakov,


** Trmino usado en la bibliografa cte fines del sig. 3 xrx par?. ndica
el capital y los capitalistas. La emple por primera vez ?1 escritor Gleb Usoenski en su ensayo Los psr.ados cavtales y poco despus se convirti en ex
presin conicnte. (Ed.)

402

V.

I.

L Mi

n;

Y
he aqu que comienza su sermn de vieja; eso es nocivo
y peligroso.
No compara la nueva forma de explotacin con la anterior,
con la feudal, no se fija en los cambios que ha introducido en la
relacin entre el productor y el propietario de los medios de pro
duccin, y la compara con una absurda utopa filistea: con una
pequea empresa independiente que, siendo mercantil, no lleve
a lo que en realidad lleva (vase antes: florece opulento el kulakismo y tiende a esclavizar a los ms dbiles, trasormndolos en
peones rurales, etc.). Por eso, su protesta contra el capitalismo
(protesta muy legtima y justa) se convierte en un lamento
reaccionario.
No comprende que, al sustituir la forma de explotacin que
sujetaba al trabajador a su localidad por una forma que lo desplaza
de un sitio a otro por todo el pas, la tendencia burguesa ha hecho
una obra til; que al sustituir una forma de explotacin, en que la
apropiacin del plusproducto era disimulada por las relaciones per
sonales entre el explotador y el productor, por las obligaciones ci
viles y polticas mutuas de los ciudadanos, por el suministro de
una parcela de tierra, etc.; al sustituir por una forma que pone en
lugar de todo eso el desalmado pago en contante y sonante y
compara la fuerza de trabajo con cualquier otra mercanca u ob
jeto, no comprende que la tendencia burguesa despoja la explo
tacin del velo de la (falta de claridad y de las ilusiones, y ponerla
al desnudo es ya un gran mrito.
Hay que prestar atencin, adems, a la afirmacin de que la
tendencia burguesa ha prendido en nuestra sociedad en los ltimos
aos. Acaso slo en los ltimos aos? No se manifest con
toda evidencia tambin en la dcada del 60? No domin asimismo
en el trascurso de toda la dcada del 70?
E l pequeo burgus trata otra vez de suavizar las cosas, de
presentar el carcter burgus qu define a nuestra sociedad en
el trascurso de toda la poca posterior a la Reforma, como un apa
sionamiento temporal, como una moda. Los rboles impiden ver
el bosque: este es el rasgo esencial de la doctrina pequeoburguesa. Detrs de la protesta contra el rgimen de servidumbre y de los
furiosos ataques contra ste, el idelogo de la pequea burguesa
no ve la realidad burguesa porque teme mirar de frente la base
econmica del sistema que fue instaurado mientras vociferaba
contra l. Detrs de la alharaca de toda la literatura avanzada

EL eOrnTENiDO ECONMICO D E i POPULISMO

403

'liberal coqueta", pgina 129) acerca fie os crditos, de las aso


ciaciones de ahorro y prstamo, del peso ce los irupuesos, la am
pliacin de la posesin de la tierra y dems meaidas de ayuda al
pueblo, nc ve ms que las caractersticas burguesas de los ll
amos aos"; Por ltimo, detrs de los lamentes acerca do la vsaccin y dsl lloriqueo por la dcada del 60, no ve en absoluto
e? carcter burgus, que es la base de todo esto, y por ello se f unde
cada vez ms con esta "sociedad.
En efecto, durante estos tres perodos de la historia posterior
a la reforma, nuestro idelogo de los campesinos siempre estuvo
junto a la sociedad y march con ela, sin comprender que el
carcter burgus de esta sociedad" priva de toda fuerza a su
erotesta contra ese carcter burgus y condena a nuestro idelogo,
inevitablemente, a soar o a contraer miserables compromisos pro
pios de un pequeo burgus.
Esta aproximacin de nuestro populismo (enemigo en princi
pio de liberalismo) a la scciedad liberal enterneca a muchos, y
hoy sigue enterneciendo al seor V. V. (vrse su artculo en
Nedielia, nms. 47-49 de 18S4). De ello deducen que la intelec
tualidad burguesa es dbil y hasta inexistente en Rusia, y relacio
nan esta suposicin con la ausencia de una Dase para el capitalismo
ruso. En realidad ocurre todo lo contrario: esa aproximacin es
el ms fuerte argumento contra el populismo, una prueba directa
de su carcter pequeopurgus. As como en la vida el pequeo
productor se funde con la burguesa debido a la produccin aislada
de mercancas para el mercado, a sus probabilidades de abril se
paso, de llegar a ser un gran propietario, as el idelogo del peque
o productor se convierte en un liberal cuando se trata del proble
ma de los crditos, las cooperativas, etc. Del mismo modo que el
pequeo productor es incapaz de luchar contra la burguesa y cifra
sus esperanzas en medidas de ayuda como la reduccin de ios im
puestos, e! aumento ds sus tierras, etc., as tambin el populista
cifra sus esperanzas en la sociedad liberal y en sus peroratas,
envueltas en una falsedad y una hipocresa infinitas; acerca del
pueblo. Si alguna vez se atreve a injuriar a la scciedad, aade
a continuacin que la sociedad se ha deteriorado slo 'en los
ltimos aos", pero que, en genera1, no es mala.
Sovrsmlenr.le Tzveztia hizo haca pceo ur 'sstudio <!e la nueva clase
econmica surgida en el pas ejpur -lo 3a Reforma y la caracteriz muy
bien, con las siguientes palabras- "E l millonario de ios vieios tiempos, rnodesto,

404

V.

X.

LEN IN

barbudo, con botas de caa alta bien lustradas, que se inclinaba ante cual
quier pequeo funcionario de la polica, se ha trasformado rpidamente en
un hombre de negocios de tipo europeo, desenvuelto, inclusive insolente y
altivo, galardonado a veces con una condecoracin y con un alto cargo. Si
se fija uno en esa gente surgida de modo tan inopinado, ve con asombro
que la mayora de esas luminarias eran ayer taberneros, contratistas, depen
dientes de comercio, etc., etc. Esos advenedizos animaron la vida urbana,
pero no la mejoraron. Introdujeron en ella un desordenado ajetreo y una
extraordinaria confusin de concentos. El aumento de las operaciones mer
cantiles y la demanda de capital desarrollaron la fiebre de las empresas, que
se convirti en el delirio de los juegos de azar. Multitud de fortunas amasadas
inesperadamente han llevado al ltimo grado el afn de lucro, etc.. . .
Es indudable que esa gente ejerce la ms fatal influencia en la moral
del pueblo [|he aqu en qu consiste la desgracia: en el relajamiento de la
moral, y no, en absoluto, en las relaciones de produccin capitalistas! K. T.J;
v si admitimos que los obreros de la ciudad estn ms pervertidos que los
del campo, no queda la menor duda de que ello se debe a que estin mucho
ms rodeados de esa gente, respiran el mismo aire y viven la vida por ella
creada.

He ah una evidente confirmacin de lo que dice el seor


Struve acerca del carcter reaccionario del populismo. La per
versin de los obreros urbanos asusta al pequeo burgus, que
prefiere el hogar familiar (donde los golpes y la cohabitacin
del suegro con la nuera son hechos comunes) y la vida sedentaria
(con la ignorancia y la brutalidad), y no comprenden que el des
pertar del hombre en el jamelgo * despertar de una importancia
histrica mundial tan grande que justifica todos los sacrificios no
puede dejar de adquirir formas violentas en las condiciones capita
listas en general y en las de Rusia en particular.
Si el terrateniente ruso se distingua por su brutalidad y bastaba con
rascar un poco para que apareciera el trtaro que haba en l, al burgus ruso
no hay siquiera necesidad de rascarlo. Si los viejos comerciantes rusos crearon
el reino de las sombras, ahora, con el surgimiento de la nueva burguesa, crea
rn unas tinieblas en las que perecer todo pensamiento, todo sentimiento
humano.
c

E l autor no puede estar ms equivocado. Debi emplear el


tiempo pasado y no el futuro; y debi emplearlo cuando esto fue
escrito, en la dcada del 70,
* Jamelgo: expresin metafrica empleada por Saltikov-Schedrn en
un cuento satrico, refirindose al campesino pobre, oprimido y extenuado por
el exceso de trabajo. ( E d .)

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

405

Bandas de nuevos conquistadores se esparcen por todos los confines, sin


que nadie les oponga resistencia en) parte alguna. Los terratenientes los prote
gen y acogen con jubilo, la gente de los zemstvos les da grandes sumas en
concepto de primas de seguros, los maestros de escuela les escriben sus enre
dados papeles, los sacerdotes los visitan y los escribientes de los distritos los
ayudan a engaar a los mordvines.

Atinada caracterizacin! No slo no encuentran resistencia,


sino que\Cuentan con la cooperacin de todos los representantes
de la sociedad y del Estado que acaba de enumerar el autor.
Por ello original lgica!, para hacer cambiar las cosas se debe
aconsejar la eleccin de otro camino, y aconsejar esto, precisamen
te, a la sociedad y al Estado.
Qu se puede hacer, sin embargo, contra esa gente?
[ . . . ] Esperar el desarrollo intelectual de los explotadores y que mejore
la opinin pblica es imposible, tanto desde el punto de vista de la justicia
como desde el moral y poltico que debe adoptar el Estado.

Obsrvese: el Estado debe adoptar un punto de vista moral


y poltico! Eso no es ms que pura chchara! Acaso los enu
merados representantes y agentes del Estado (comenzando pol
los escribientes de la administracin de los distritos) no tienen ya
un punto de vista poltico [comprese con lo que se dice antes:
muchos se alegran.. . los consideran los elementos ms progre
sistas del pueblo, veri en ellos un paso directo y natural de la civi
lizacin de su patria] y uno moral [lugar citado: inteligencia,
energa e iniciativa]? Por qu oculta la divisin que existe en
las ideas morales y polticas tan hostiles como los nuevos brotes
son indudablemente hostiles en la vida para aquellos a quienes la
burguesa ordena ir a trabajar? Por qu oculta la lucha de
estas ideas, que no es sino una superestructura de la lucha de las
clases sociales?
Todo eso es un resultado natural e inevitable del punto de
vista pequeoburgus. El pequeo productor sufre mucho por el
orden de cosas actual, pero se halla al margen de las contradiccio
nes directa y plenamente descubiertas, las teme y se consuela
con ingenuos sueos reaccionarios de que el Estado debe adoptar
un punto de vista moral, y precisamente el punto de vista de
esa moral grata al pequeo productor.
No, no tiene usted razn. El Estado a que apela, el Estado
actual, el presente, debe adoptar el punto de vista de la moral gra

406

V.

I.

LEN1N

ta a ia gran burguesa, y debs nacerlo porque as lo determina la


distribucin de las fuerzas entr las clases existentes en la sociedad.
Usted se indigna. Ss pone a gritar que al reconocer ese "de
ber*, esa necesidad, el marxista defiende a la burguesa.
Eso no ss cierto. Usted se da cuenta de que les hechos estn
un contra suya, y por eso recurre a dudosos trucos: atribuye el
o.eseo de defender a la burguesa a quienes refutan los sueos
peuuefioburgueses de usted acerca de la eleccin de un camino sin
burguesa, sealando que la dominacin de esta ltima es un
keho; i quienes demuestran la inutilidad de las insignificantes y
uiiserables medidas de usted contra la burguesa, sealando que
s'^a se halla profundamente enraizada en la estructura econmica
e la sociedad, sealando la existencia de una lucha econmica de
las clases, base de Ka "sociedad y del Estado"; a quienes exigen
de les idelogos de a ckse trabajadora que rmpan por completo
con esor elementos y se pongan al servicio exclusivo de quienes se
han [Merendado de lia vida de la sociedad burguesa.
Naturalmente, no consideramos que la literatura no ejerz influencia,
mas para lo debe, jn primer lugar, comprender mejor su misin y v.o limitaise taii slo [|rfcM] a educai a los Jcutaks, sino despertar tambin la opi
nin pblica.

He aqu ?.l petit howgeois "' en su aspecto ms puro! Si


1? literatura educa a los kulaks, es porque comprende mal su mi

sin!!
Y esos seores se asombran cuando se les dice que son unos
ingenuos, unos romnticos!
l contraro, respetable seor populista, los "kulaks * * edu
can a k literatura, le suministran ideas (acerca de la inteligencia,
la energa y la iniciativa, acerca del paso natural de la civilizacin
de su patria) y te proporcionan medios. Su referencia a la literatura
es tan ridicula como si alguien, al ver enfrentados a dos ejrcitos
enemigos, se dirigiera al ayudante del mariscal de campo enemigo
cou el sumiso ruego de actuar ms solidariamente. S, es exac
tamente lo mismo.
Lo mismo puedo decirse del desee de 'despertar la opinin
En francu en eX original. (E d .)
Es en vocablo excesivamente estrecho. Debera haberse empleado un
trmino ms exacto y preciso: burguesa.

K L COMTKN j J O

KCOiNM iCO i)UX P O P U L ISM O

publica. La opinin ci esa suciedad que


calma de la siesta? Habitual ocupacin esta
lista? a la qus se vienen entregando con tan
hace diez, veinte, treinta y ms aos.
Esfurcense, caballeros! La sociedad
miendo la siesta, a veces grue: sin duda
cor unanimidad contra los kulaks. Sigan

407

busca ideales en ia.


ele los seores popu
brillante xito desde
que se deleita dur
se dispone a actuar
hablando con ella.

Aliez toufours! 0
. y 3D segundo lugar debe gozar de ms libertad de palabra y de mayor
acceso ai pueble.

Excelente deseo. La sociedad ve con buenos ojos ese ideal*.


Pero como lo basca" con la tranquilidad con que duerme la siesta
y lo que ms teme en el mundo es que se altere esa tranquilidad.. . ,
se apresuiT. con gran lentitud, progrese, con tanta prudencia, que
cada ao se encuentra ms y ms atrs. Los seores populistas
creen que sso es una casualidad, que ahora mismo ve. a terminar
la siesta y comenzar el verdadero progreso. Qudense esperando!
Tampoco consideramos que no ejerzan influencia la educacin y la nstruocin, pero suponemos, ante (codo: 1) que a instruccin deba darse a todos
y oada, unos y no slo a determinados individuos, destacndolos 'le aedio y
convinindolos en xuisks.. .

A todos y a cada uno . . precisamente eso es lo que quieren


los marxistas. Pero estiman que ello es inaccesible mientras existan
las condiciones econmicosociales actuales, pues, aunque la eme
anza fuese gratuita y obligatoria, para ia educacin se necesi
tada dinero y slo lo tienen los que han salido del pueblo. i_iOS
naxxistas estiman que, por lo tanto, tampoco en este caso hay otra
salida que no sea la dura lucha de ias fiases sociales.
. . . 2 ) que ias escuelas pblicas oeoen estar abiertas, no slo r sacrista
nes retirados, funcionarios y toda suerte ue gente intil, sino tambin ihombres
verdaderamente Ivar-rados y quo aman de verciud al pueblo.

Muy 'jonmovedo-l Pero quienes ven inteligencia, iniciativa


y energa en la gente salida del pueblo, aseguran tambin (y no

jStga!, sigan! (S d .)

408

V.

I.

LEN1N

siempre sin sinceridad) que aman al pueblo, y muchos de ellos


son hombres "verdaderamente honrados. Quin va a hacer aqu
de juez? Individuos de pensamiento crtico y de elevadas cua
lidades morales? Pero nc ha dicho el autor que e! desprecio no
hace mella en esa geme salida del pueblo? *
Y de nuevo, al final, nos vemos ante si rasgo fundamental del
populismo, que ya tuvimos ocasin de observar al comiendo: el
afn de cerrar los ojos a los hechos.
Guando el populista describe los hechos, se ve siempre obli
gado a reconocer que, la realidad pertenece al capital, que nuestra
evolucin real es capitalista y que la fuerza la posee la burguesa.
A.s lo acaba de reconocer, por ejemplo, el autor del artculo co
mentado, cuando dicc que en nuestro pas se ha cree.dc una cul
tura de ciase media; que es la burguesa quien ordena aJ pueble
que vaya a trabajar; que a 1?. sociedad burguesa slo la preocupan
sus procesos digestivos y dormir siesta; que la Ja s e media ha
creado inclusive una ciencia burguesa, una moral burguesa, sofis
mas polticos burgueses y una literatura burguesa.
Y a pesar de ello, tedas los argumentos de los populistas se
basan siempre en el supuesto contrario: en que la fuerza no est
en manos de Ja burguesa sino del pueblo. E l populista habla
de la eleccin del camino (al tiempo que reconoce el carcter ca
pitalista del camino real), de la socializacin del trabajo (que se
halla bajo la direccin de la burguesa), de que el Estado debe
adoptar un punto de .vsta moral y poltico, de que precisamente ios
populistas deben ensear al pueblo, etc., etc., como si la fuerza es
tuviera en manos de los trabajadores c sus idelogos, y no faltara
ya ms que indicar los procedimientos inmediatos, convenientes,
etc., de emplear dicha, fuerza.
Todo eso es ura repugnante mentira, desde el principio hasta el
fin. Uno podra imaginarse la mison cTtre
de semejantes ilusio
nes nace medio siglo, cuando un Regirungsral prusiano 37 descu
bra en Rusia la comunidad rural, pero ahora, despus de una
historia de ms de treinta aos de trabajo libre, eso es una burla o
farisesmo y almibarada hipocresa.
La principal tarea terica del marxismo consiste en destruir
*
Pfji IS1 . .no desprecian ya ellos [yng&se atencin en ese "ya"]
a quien puda despreciarlo??.
05 En francs en el original. (E d.)

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

409

esta rrentira, por buenas y sinceras que hayan sido las intenciones
de su autor. El primer deber de quienes desean buscar caminos
hacia la felicidad humana es no engaarse a s mismos y tener
el valor de reconocer sinceramente los hechos.
Y
cuando los idelogos de la clase trabajadora comprendan
esto y lo sientan, reconocern que les ideales no deben consistir
en trazar caminos mejores y ms cortos, sino en formular las tareas
y los objetivos de la dura lucha de las clases sociales, que se1 de
sai-rolla ante nuestros ojos, en nuestra sociedad capitalista; que la
medida1del xito de sus aspiraciones no la dar la elaboracin de
consejos a la sociedad y al Estado, sino el grado de difusin
de estos ideales en el seno de determinada clase de la sociedad;
que los ms elevados ideales no vale un bledo si no se sabe fun
dirlos indestructiblemente con ios intereses de los participantes de
la lucha econmica, fundirlos con esos problemas cotidianos tan
pequeos y estrechos de la; clase dado' comc el de la justa remu
neracin del trabajo", con esos problemas que nuestro grandilo
cuente popuiisa mira con tan sublime, desdn.
. . . Pero oso nc es todo: el desarrollo intelectual, como desgraciadamente
lo vemos a cada paso, no garani iza que en el hombre nc despierten ambiciones
e instintos rapares. Y por ello neben tomarse sin ilacin las medidas necesarias
para proteger el campo contra la rapacidad; deben tomarse, en primer Jugar,
para proteger la comunidad rural corno forma de vida social que contribuye al
perfeccionamiento moral del hombre. La comunidad rural debe sor garantizada
de una vez y para siempre Pero tampoco esc as todo: dada su situacin eco
nmica actual y las cargas fiscalss, la comunidad rural no puede existir, y por
ello es necesario tomar medidas pare amplia" la posesin de la tierra po- los
campesinos, reducir los impuestos y organizar as industrias populares.
Estas son ias medidas contra ios kulaks, medidas que debe apoya: y
defender toda la literatura honrada. Estas medidas no so, naturaimonte, nue
vas; pero son las nicas y no todo el mundo, ni mucho menos, est an con
vencido de ello (F in ).

Ah tienen ustedes el programa del ampuloso populista! La


descripcin de los hechos revela que existe por doquier una con
tradiccin absoluta de intereses econmicos; por doquier, no
slo en el sentido de que se observa tanto en la ciudad como en el
campo, en la comunidad rural como fuera de ella, en las fbricas y
en la industria popular, sino tambin al margen de los fenmenos
econmicos: en la literatura v en la sociedad, en el dominio de
las ideas morales, polticas, jurdicas, etc., etc. Pero nuestro caba
llero Kleinbrger derrama amargas lgrimas y vocifera: deben

410

V.

I.

LENIN

tomarse sin dilacin medidas Dara proteger el campo!. La super


ficialidad pequeoburguesa de su comprensin y su disposicin
para aceptar compromisos se manifiestan con toda nitidez. Ese
mismo campo de que nos habla se halla, como hemos visto, escin
dido y en lucho, en l chocan intereses antagnicos, pero el popu
lista no ve la raz del mal en el sistema establecido, sino en defectos
parciales de ste, y no basa su programa en la necesidad de impri
mir una orientacin ideolgica a la lucha que se desarrolla, sino en
proteger el campo contra aves de rapia casuales, fortuitas,
aparecidas de fuera. Y quin, respetable seor romntico, debe
tomar medidas para protegerlo? Esa sociedad que se da por
satisfecha con ver cumplidos los procesos digestivos a costa de
quienes deben ser protegidos? Los agentes de los zemstvos, de
la administracin de los distritos y dems, que viven de migajas de
la plusvala y por ello, como acabamos de ver, ayudan en vez de
oponer resistencia?
E l populista ve en todo eso una lamentable casualidad y nada
ms, el resultado de una mala comprensin de su misin, y cree
que basta con "ponerse de acuerdo y actuar unidos para que todos
esos elementos vuelvan al buen camino. No quiere ver que
en las relaciones econmicas predomina el sistema de Plusmacherei,
sistema bajo el cual slo dispone de medios y de tiempo para ins
truirse la gente salida del pueblo, mientras que la masa debe
seguir sumida en la ignorancia y trabajar para otros; ello trae
como consecuencia directa e inmediata que slo tengan acceso a la
sociedad representantes de los primeros y que slo entre esta
sociedad y entre la gente salida del pueblo puedan reclutarse
los escribientes para las administraciones de los distritos, los agen
tes del zemstvo y dems funcionarios, a quienes el ingenuo popu
lista considera gente situada artba de las relaciones econmicas y
de las clases, por encfana de ellas.
Por eso su llamado a proteger, no va dirigido a quien co
rresponde.
'_
El populista, o bien se da por satisfecho con paliativos pequeburgueses (lucha contra el kulak: vase ms arriba lo de las
cooperativas de prstamo y ahorro, lo del crdito, lo de la legisla
cin para estimular la sobriedad, la laboriosidad y la instruccin;
ampliacin de la posesin de la tierra por los campesinos: vase
rts arriba lo del crdito agrcola v la compra de tierras; reduccin
de lqs impuestos: vase ms arriba lo del impuesto a la venta), o

L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

411

bien con el rosado sueo, propio de una colegiala, de organizar


las industrias populares.
Pero acaso esas industrias no estn ya organizadas? Acaso
toda esa joven burguesa de que hemos hablado antes no organiz
ya a su manera, a la manera burguesa, todas esas industrias po
pulares)? Si no fuera as, cmo podra ser la duea de cada al
dea? Cmo podra ordenar al pueblo que vaya a trabajar y
apropiarse del sobrevalor?
La indignacin supermoral del populista llega al paroxismo.
Es una inmoralidad clama decir que el capitalismo constituye
un sistema de organizacin, cuando tiene por base la anarqua
de la produccin, las crisis, el desempleo constante, regular y
siempre en aumento de las masas y el incesante empeoramiento
de la situacin de los trabajadores.
No, seor mo. Lo inmoral es pintar la verdad de color de rosa,
presentar como algo casual, fortuito, el orden dei cosas que caracte
riza toda la Rusia posterior a la Reforma. Que toda la nacin capita
lista impulsa el progreso tcnico y lleva: a cabo la socializacin del
trabajo a costa de la mutilacin y la deformacin del productor, es
algo sabido desde hace ya mucho tiempo. Pero tomar este hecho
como objeto de plticas moralistas con la sociedad y, cerrando los
ojos a la lucha que se desarrolla, balbucear en la quietud de la
siesta: "protejan, garanticen, organicen, es ser un romntico,
un ingenuo, un romntico reaccionario.
Al lector podr parecerle que estos comentarios no tienen
relacin con el anlisis del libro del seor Struve. Yo creo que
eso es tan slo en apariencia.
E l libro del seor Struve est muy lejos de haber descubierto
el marxismo ruso. No hace ms que llevar por vez primera a las
pginas de la prensa teoras formuladas y expuestas anteriormen
te *. E l paso dado por el seor Struve fue precedido, como sea
lamos, por una violenta crtica del marxismo en las publicaciones
liberal-populistas, crtica que lo embroll y tergivers todo.
Sin responder previamente a esa crtica no se poda, primero,
emprender el estudio del actual estado de la cuestin ni, segundo,
comprender el libro del seor Struve, su carcter y misin.
*
257-2583.

Vase V. V., Ensayos de economa terica. San Petersburgo, 1895, pgs.

412

V.

I.

LENIN

Se tom ese viejo artculo populista con el objeto de responder;


porque haca falta un escrito en el que se enunciaran los principios,
y que, adems, defendiera algunos de los preceptos del viejo popu
lismo ruso, que tienen valor para el marxismo.
Con este comentario hemos querido demostrar el carcter ar
tificial y absurdo de los procedimientos polmicos en boga entre
los liberal-populistas. Esos argumentos que atribuyen al marxismo
estar ligado al hegelianismo
creer en tradas, en dogmas y
esquemas abstractos, que no requieren ser comprobados por los
hechos, y afirmar que cada pas debe pasar por la fase capitalista,
etc., son pura charlatanera.
E l marxismo ve su tarea principal en la formulacin y en la
explicacin terica de la lucha de las clases sociales y de los inte
reses econmicos, de la que somos testigos.
E l marxismo slo se basa en los hechos de la realidad y de la
historia rusas; es tambin la ideologa de la clase trabajadora, pero
explica de modo muy distinto el desarrollo y las victorias del capi
talismo ruso, hechos por todos conocidos, y de modo muy distinto
comprende las tareas que la realidad plantea a los idelogos de
los productores directos. Por ello, cuando el marxista habla de la
necesidad, de la inevitabilidad y del carcter progresista del capita
lismo ruso, parte de hechos bien establecidos que, precisamente
por estar bien establecidos, por ser bien conocidos, no siempre se
mencionan; explica de modo distinto lo que ha repetido infinidad
de veces la literatura populista, y si, en respuesta a ello, el populis
ta vocifera que el marxista no quiere ver los hechos, para desmen
tirlo basta con hacer referencia a cualquier artculo en el que los
populistas exponen sus principios, publicado en la dcada del 70.
Pasemos ahora a analizar el libro del seor Struve.

*
No hablo, claro est, del origen (histrico del marxismo, sino de su con.
tenido actual.

C a p t u l o

II

CRITICA DE LA SOCIOLOGA POPULISTA

La esencia del populismo, su idea fundamental, reside, se


gn el autor, en la teora sobre la excepcionalidad del desarrollo
econmico de Rusia. Segn dice, esa teora tiene dos fuentes
principales: 1 ) una doctrina definida sobre el papel del individuo
en el proceso histrico y 2 ) la conviccin de que el pueblo ruso
tiene un carcter nacional y un espritu especficos, y un destino
histrico peculiar (2 ). En su nota a este pasaje, el autor seala que
al populismo lo distinguen ideales sociales totalmente defini
dos *, y dice que expone a continuacin las concepciones econ
micas de los populistas.
Me parece que esta caracterizacin de la esencia del popu
lismo requiere ciertas enmiendas. Es demasiado abstracta e idea
lista, pues habla de las ideas tericas predominantes en el popu
lismo, pero no de su esencia, ni de su fuente. Queda absoluta
mente confuso por qu a los ideales mencionados van unidas la
creencia en un desarrollo especfico de Rusia y una teora particu
lar sobre el papel del individuo, y por qu estas teoras han lle
gado a ser la tendencia ms influyente de nuestro pensamiento
social. Ya que el autor, al hablar de las ideas sociolgicas del
populismo (subttulo del primer captulo), no pudo, empero,
limitarse a tratar aspectos puramente sociolgicos (el mtodo en
sociologa) y se refiri a las ideas populistas acerca de la realidad
*
Por supuesto, la expresin ideales totalmente definidos no debe en
tenderse al pie de la letra, es decir, en el sentido de que los populistas sabian
de modo totalmente definido qu queran. Eso sera un gran error. Por
ideales totalmente definidos hay que entender aqu tan slo la ideologa de
los productores directos, aunque es por dems confusa.

414

V.

I.

L E N XN

econmica de Rusia, debi haber sealado cul es la esencia de


esas ideas. Sin embargo, en la nota mencionada slo lo hizo a me
dias. La esencia del populismo consiste en que representa los
intereses de los productores desde el punto de vista del pequeo
productor, del pequeo burgus. En su artculo en alemn a pro
psito del libro del seor N.-on ( Sozialpolitches Centralbiatt,
1893, nm. 1) el seor Struve llam al populismo socialismo na
cional ( Rsskoie Bogatstvo, 1893, nm. 12, pg. 185). En vez de
nacional debera haber dicho campesino en lo que se refiere
al viejo populismo ruso, y en lo que se refiere al contemporneo,
pequeoburgus. La fuente del populismo es el predominio
de la clase de los pequeos productores en la Rusia capitalista
posterior a la Reforma.
Esta caracterizacin requiere una aclaracin. E l vocablo pe
queoburgus no lo empleo aqu en su sentido habitual, sino en
el que le da la economa poltica. Pequeo productor, que opera
bajo un sistema de economa mercantil: estos son los dos rasgos
que componen el concepto pequeoburgus, Kleinbrger. In
cluye tanto al campesino como al artesano, a quienes los populis
tas han considerado siempre iguales, y con mucha razn, pues
ambos son productores, ambos trabajan para el mercado y slo los
diferencia un distinto grado de desarrollo de economa mercan
til. Adems, yo hago distincin entre el viejo populismo * y el
contemporneo, pues el primero era, en cierta medida, una doctrina
coherente, una doctrina que cristaliz en una poca en que l
capitalismo estaba todava muy poco desarrollado en Rusia, el
carcter pequeoburgus de la economa campesina an no se
haba manifestado en absoluto, el lado prctico de la doctrina era
pura utopa y los populistas se apartaban decididamente de la
sociedad liberal e iban al pueblo. Ahora no ocurre lo mismo:
nadie niega ya que Rusia ha emprendido el camino capitalista
de desarrollo, y la diferenciacin del campo es un hecho indiscuti
ble, De la armnica doctrina del populismo, con su pueril fe en
la comunidad rural, no quedan ms que jirones. En cuanto al
aspecto prctico, en lugar de la utopa aparece un programa, nada
utpico, de medidas progresistas pequeoburguesas, y slo alti
sonantes frases recuerdan la histrica vinculacin entre estos mise*

Al decir viejos populistas no me refiero a los que actuaban en Otichest-

viennie Zapiski, sino a los que iban ai pueblo.

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPU LISM O

415

rabies compromisos y los sueos de mejores y excepcionales cami


nos para la patria. En vez de una separacin respecto de la socie' I d liberal, vemos el ms conmovedor acercamiento a ella. Y este
cambio es precisamente lo que nos obliga a hacer una distincin
entre la ideologa de los campesinos y la de la pequea burguesa.
Esta enmienda respecto de la esencia real del populismo nos
pareca tanto ms necesaria cuanto que el carcter abstracto que
reviste la exposicin del seor Struve es su principal defecto; eso
on primer lugar. Y en segundo lugar algunas tesis fundamentales
de esa doctrina a h. que el seor Struve no adhiere en parte, exigen
que las ideas sociales se traduzcan en relaciones eeonmicosociales.
Y
ahora trataremos de demostrar que si ello no se hace es
imposible explicar siquiera las ideas puramente tericas de los
populistas, como es la de su mtodo en sociologa.
Despus de sealar que la doctrina populista acerca de un
mtodo particular en sociologa es expuesta mejor que nadie por
los seores Mrtov * y Mijailovski, el seor Struve caracteriza esta
doctrina como idealismo subjetivo, y para confirmarlo cita va
rios pasajes de las obras de esos seores en los que merece la pena
detenerse.
Ambos autores sientan como piedra angular la tesis de que la
historia ha sido hecha por individuos que luchaban aisladamente.
Los individuos hacen la historia (M rtov). El seor Mijailovski
es aun ms explcito: Las personas vivientes, con todas sus ideas
y todos sus sentimientos, se convierten en artfices de la historia
por su cuenta y riesgo. Son ellas, y no una fuerza mstica, quie
nes marcan objetivos en la historia e impulsan hacia ellos los
acontecimientos a travs de la cadena de obstculos levantados
por las fuerzas elementales de la naturaleza y por las condiciones
histricas ( 8 ). Esta tesis de que la historia es forjada por los
individuos carece de todo sentido desde el punto de vista terico.
Toda la historia est compuesta por acciones de individuos, y es
tarea de las ciencias sociales explicar dichas acciones, de modo que
k referencia al derecho de interferir en el curso de los aconteci
mientos ( palabras del seor Mijailovski, citadas por el seor Struv-, pg. 8 ) es una tautologa sin sentido. Ello se ve con particular
rlaridad en la ltima retahila del seor Mijailovski. Las personas
vivientes razona impulsan los acontecimientos a travs de la
* Vase V. I. Lenin, ob. c it., Biografas, tomo complementario 1. ( Ed . )

416

V.

I.

LEWIN

cadena de obstculos que les oponen las fuerzas elementales de


las condiciones histricas. Pero en qu consisten las "condiciones
histricas? Segn ia lgica del autor, en acciones de otras Aper
sonas vivientes. Profunda filosofa de la historia!, verdad? Re
sulta que las personas vivientes impulsan los acontecimientos a
travs de la cadena de obstculos que les ooonen otras personas
vivientes)! Pero v>or qu las acciones de algunas personas vivientes
se califican de elementales, cuando de otros se dice que "impulsan
los acontecimientos' hacia objetivos previamente fijados? Est
claro que buscar en todo esto un contenido terico sera empresa
poco mencs que intil. E l quid de la cuestin est en que esas
condiciones histricas que proporcionaron a nuestros subfetivistas
material para estructurar sus teoras' eran (y lo son hoy) rela
jo n e s antagnicas y engendraron la expropiacin del productor.
Incapaces de comprender estas relaciones antagnicas, incapaces
de encontrar en ellas mismas elementos sociales a los que pudie
ran sumarse los individuos aislados, los subjetivistas se limita
ron a confeccionar teoras que consolaban a los individuos aisla
dos dicindoles ouc la historia era obra de personas vivientes.
El famoso mtodo subietivista en sociologa no expresa abso
lutamente nada que no sear; buenos deseos y una comprensin
errnea de las cosas. Los razonamientos de Mijaiicvski aue el
autor cita a continuacin, ic demuestran con toda evidencia.
La vida europea, dics el seor Mijailovski, "se ha formado
tan insensata e inmoralmente como fluyen los ros o crecen los
rboles en la naturaleza E l ro fluve en la direccin en que en
cuentra menor resistencia, arrasando todo lo que puede, aunque
sea una mina de diamantes, y bordeando todo lo que arrasar no
puede, aunque sea un muladar. Las esclusas, las presas v los dis
tintos canales se construven por iniciativa de la razn y los senti
mientos humanos. Puede decirse que esa razn v esos sentimientos
estaban ausentes [? P. S. ! cuando 'surei el rgimen econmico d<
la Eurooa de nuestros das. Se hallaban en estado pmbrionario
v su influencia en el curso natural, en el curso espontneo de la?
cosas, fue insignificante (9 ).
El seor Stravo pene un signo de interrogacin, pero lo qm
a nosotros nos asombra es que lo haya puesto a una sola v no a to
das las palabras, pues ese pasaje ?io puede ser ms vaco. Qu
necedad es esa de que la razn y los sentimientos estuvieren au
sentes cuando surgi el capitalismo? En qu consiste el espito-

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPU LISM O

417

lisino, sino en determinadas relaciones entre ios hombres? Y to


dava no hemos conocido hombres sin razn ni sentimientos. Y qu
falsedad es ese de que la razn y ios sentimientos de las personas
vivientes en aquel entonces ejercieron en el curso de los aconte
cimientos ' una inluepcia insignificante? Todo lo contrario. Los
hombres construyeron entonces, en pleno uso ce sus facultades
mentales, muy ingeniosas esclusas y presas para conducir a ios
insumisos campesinos al cauce de la explotacin capitalista; abrie
ron con astucia canales de derivacin polticos y financieros, y
por esos canales fluyeron la acumulacin capitalista y la expropia
cin capitalista, que no se daban por satisfechas con la mera ac
cin de las leyes econmicas. En pocas palabras: todas esas decla
raciones del seor Mijaiicvski son tan monstruosamente falsas, que
no puede creerse que se deban slo a errores tericos. Pero que'k n plenamente explicadas por el criterio pequeoburffus que
ustenta el escritor. E l capitalismo ha puesto ya de manifiesto con
coda claridad sus tendencias, ha desarrollado hasta su ltimo ex
humo ei antagonismo que e es inherente, la contradiccin de inte
reses empieza a tomar ya formas definidas, reflejndose inclusive
la legislacin rusa, pero el pequeo productor sigue al margen
de esta lucha. Se halla todava atado a la vieja sociedad burguesa
or su diminuta hacienda, y por elio, aunque oprimido por el
rgimen capitalista, no puede comprender las vero aderas causas
de esa opresin y se consuela hacindose ilusiones de cue todo
el mal reside en que la razn y los sentimientos de los hombres
se encuentran an en estado embrionario'
Naturalmente contina el idelogo de este pequeohurgus, los hombres siempre trataron de influir de un modo u otro
en el curso de los acontecimientos.
El curso de los acontecimientos consiste precisamente en
las acciones e influencias de los hombres, y en nada ms, de
modo que nuevamente vemos aqu una frase huera.
Pero al proceder as lo hacan guindose por la ms pobre
experiencia y los ms bajos intereses; por ello se comprende que
lo en muy raras ocasiones estos dirigentes lograran hallar, por
pura casualidad, el camino que sealan la ciencia contempor
nea v las ideas morales de nuestros das* (9 ).
Eso es moral peqiieoburguesa, que condena la bajeza de
intereses porque no sabe aproximar sus ideales a ningn inte
rs vital; eso es cerrar los ofos, con espritu peqneoburgus, a la

418

V.

X.

LENIN

escisin ya existente y q\ie se refleja con toda claridad tanto en


la ciencia como en las ideas morales de nuestros das.
Claro est que los razonamientos del seor Mijailovski no
pierden este carcter cuando pasa a ocuparse de Rusia. Aplaude
c e todo corazn las extraas fbulas de un tal seor Ikovlev,
que opina que Rusia es una tabulen rasa, que Rusia puede empezar
desde el principio mismo, no repetir muchos errores cometidos en
otros pases, etc., etc. Y todo eso se afirma con plena conciencia
de que en esta tabula rasa se sostienen an muy firmemente los
representantes del tipo de economa propio de la antigua no
bleza, con sus grandes propiedades rurales y enormes privilegios
polticos; y que proporciona la base para el rpido desarrollo del
capitalismo, con todos sus progresos. E l pequeo burgus cierra
con cobrda los ojos a estos hechos y se traslada a la esfera de
cndidos sueos, tales como que empezamos a vivir ahora, cuan
do la ciencia ha dominado ya algunas verdades y ganado cierto
prestigio.
As, pues, los razonamientos del seor Mijailovski citados por
el seor Struve evidencian ya el origen de clase de las ideas socio
lgicas del populismo.
No podemos pasar por alto, sin rebatirla, una observacin que
el seor Struve hace al seor Mijailovski: Segn l dice el au
tor no existen tendencias histricas insuperables que, como tales,
deban servir por un lado como punto de partida y por otro como
lmite inevitable para la actividad til de los individuos y de los
(grupos sociales ( 1 1 ).
As hablan los objetivistas, y no los marxistas ( materialistas).
Entre estas concepciones ( sistemas de ideas) existe una diferencia
que conviene analizar, pues uno de los principales defectos del
libro del seor Struve quei se aprecia en la mayora de sus razona
mientos, consiste en una total incomprensin de esa diferencia.
E l objetivista habla de la necesidad de un proceso histrico
dado; el materialista hace constar,, con precisin que existen la
formacin econmico social dada y las relaciones antagnicas en
gendradas por ella. Al-demostrar la necesidad de una serie dada
de hechos, el objetivista siempre corre el riesgo de convertirse
un apologista de estos hechos; el materialista pone al desnudo
las contradicciones de clase y, al proceder as, fija ya su posicin.
El objetivista habla de tendencias histricas insuperables; el ma
terialista habla de la clase que dirige el rgimen econmico dado,

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

419

creando determinadas formas de reaccin de las otras clases. Como


vemos, el materialista es, por una parte, ms consecuente que
el objetivista y aplica su objetivismo con mayor profundidad y
plenitud. No se limita a sealar la necesidad del proceso, sino
que determina con exactitud qu formacin econmicosocial es
precisamente la que da su contenido a ese proceso, qu clase, pre
cisamente, determina esa necesidad. En el caso dado, por ejem
plo, el materialista no se limitara a hacer constar que hay tenden
cias histricas insuperables, sino que sealara la existencia de
ciertas clases que determinan el contenido del rgimen dado y
excluyen cualquier posibilidad de salida que no sea a travs de la
accin de los productores mismos. Por otra parte, el materialismo
presupone el partidismo, por decirlo as, e impone siempre el de
ber de defender franca y abiertamente el punto de vista de un
grupo social concreto * siempre que se enjuicie un acontecimiento.
Del seor Mijailovski pasa el autor al seor Iuzhakov, en cu
yos escritos nada; hay de original ni de interesante. E l seor Struve
aquilata con toda justicia los razonamientos sociolgicos de
ste, diciendo que son palabras ampulosas carentes de todo
sentido. Merece la pena que nos detengamos en una diferen
cia muy caracterstica (para el populismo en general) entre los
seores Iuzhakov y Mijailovski. E l seor Struve seala esta di
ferencia llamando al seor Iuzhakov nacionalista y diciendo
que todo nacionalismo ha sido siempre ajeno al seor Mijai
lovski, para quien, segn sus propias palabras, el problema de la
verdad del pueblo vale no slo para el pueblo ruso, sino para
toda la gente trabajadora del mundo civilizado. Me parece que
tras esta diferencia puede percibirse tambin un reflejo de la dua
lidad del pequeo productor, que es a la vez progresista, por
cuanto, segn la atinada pero inconciente expresin del seor Iuzhakov, empieza a diferenciarse de la sociedad, y reaccionario, por
cuanto lucha para mantener su situacin de pequeo propietario
y trata de frenar el desarrollo econmico. A ello se debe que tam
bin en el populismo ruso veamos conjugados rasgos progresistas
y democrticos con rasgos reaccionarios que le ganan las simpa
tas de Moskvskie Vidomosti39. Creo que sera difcil mostrar
*
En adelante sealaremos, en cada caso concreto, ejemplos de aplica
cin a medias del materialismo por el seor Struve, y de su falta de conse
cuencia en lo que respecta a la teora de la lucha de clases.

420

V.

X.

L E NI N

esos rasgos reaccionarios con mayor realce que el seor iuzhakov


en el siguiente pasaje reproducido por el seor Struve:
. Sio el campesinado ha sido siempre y en todas partes eJ.
portador de la idea pura del trabajo. Ino cabe duda de que esta
misma idea la ha sacado a la palestra de la historia contempornea
el llamado cuarto estado, el proletariado urbano, pero las modifi
caciones que sufri su esencia son tan considerables que el campe
sino difcilmente reconocera en ella la base habitual de su rgi
men de- vida. E l derecho al trabaje, y no el sagrado deber de
trabajar, de ganarse el pan con el sudor de la frente. ['De modo
que era esco lo que ocultaba la idea pura del trabajo ! La idea
puramente feudal del deber del campesino de ganarse el pan
para., cumplir con su tributos? Ese sagrado deber" se le
predica a la pobre bestia de carga agobiada y aplastada por ! W
J;
despus, el carcter independiente del trabajo y su remuneracin,
toda esa agitacin en torno de una justa remuneracin del trabajo,
come si el trabajo mismo no creara, con su fruto, esa remuneracin;
[Qu es esto? pregunta el seor Struve, sonda simplicitas
o aigc distinto? Peor: es la apoteosis de a sumisin del labrador
sujeto a la tierra y acostumbrado a trabajar casi gratis para ofrosj;
a diferenciacin del trabajo respecto de la vida para formar una
categora abstracta (?! P. S.) expresada por lanas o cuantas ho
ras de permanencia en. la fbrica y que no guarda ninguna otra
(?! P. S.) relacin, que 110 dene ei menor vnculo con los intere
ses cotidianos del trabajador [aqu vemos la cobarda puramente,
pequeo burguesa del pequeo productor, que a veces las pasa ne
gras por causa de la organizacin capitalista moderna, pero que
teme ms que nada en ei mundo un movimiento fuerte contra esa
organizacin por parte de los elementes que se han diferenciado
definitivamente de todo vnculo con ella]; por ltimo, la ausencia
de una vida sedentaria, ia ausencia de un hogar familiar creado
por el trabajo, los cambios d ocupacin, todo eso es completa
mente ajeno a la idea del trabajo campesino. E l hogar creado por
el trabajo y heredado de les padres y los abuelos, el trabajo que
*
El autor uo sabe, por lo visto -com o buen pequeo burgus que los
trabajadores e Europa occidental lian dejado atrs hace ya mucho ia fase del
desarrolla r lt>- que exigan el "derecho trabaje y que ahora exigen el dere
cho al ocio, al derecho a descansar de un trabaje oxcesivo que los mutila
y oprime.

EL CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

421

satura con sus intereses toda su vida y que crea su moral, el amor
a la tierra regada por el sudor de muchas generaciones, todo eso
constituye un rasgo distintivo inalienable de la existencia del cam
pesino, completamente desconocida por el proletariado obrero, y
por ello, aunque la de ste es tambin una vida de trabajo, se basa
en la moral burguesa ( individualista y apoyada, en el principio del
derecho adquirido), y sn el mejor de los casos en una moral filo
sfica abstracta, mientras que la base de la moral campesina es
precisamente el trabajo, su lgica y sus exigencias (16). Aqu
vemos ya, bien ntidos, los rasgos reaccionarios del pequeo pro
ductor, su ignorancia, que le hace creer que est destinado por
los siglos de los siglos al sagrado deber" de ser una bestia de car
ga; su servilismo, heredado de sus padres y abuelos; el apego
a su pequea hacienda individual tanto teme perderla que re
nuncia inclusive a la idea de una justa remuneracin y se mani
fiesta contra toda agitacin, a esa hacienda que, por su baja
productividad y por sujetar al trabajador a un lugar lijo, hace de
el un salvaje y, en virtud ya de las condiciones econmicas, en
gendra necesariamente su ignorancia y su servilismo. La destruc
cin de estos rasgos reaccionarios es un indiscutible mrito que
debemos acreditar a nuestra burguesa; su papel progresista con
siste precisamente en que ha roto todos los lazos de los trabaja
dores con el rgimen feudal, con las tradiciones feudales. Las for
mas medievales de explotacin, disimuladas por las relaciones
penonales del seor con sus vasallos y del kulak y el mayorista
locales con los campesinos y los kustares, as como por las relacio
nes del patriarcal modesto y barbudo millonario" con sus mu
chachos, formas que crearon, debido a ello, ideas ultrarreaccionarias, las ha sustituido y las contina sustituyendo la burguesa
por la explotacin del hombre de negocios, desenvuelto, a la euro
pea, por la explotacin impersonal, desnuda, sin tapujos, que
destruye, por eso mismo, todas las ilusiones y sueos absurdos. La
burguesa acab con el anterior aislamiento del campesino (la
vida sedentaria), que no quera ni poda saber de nada que no
fuera su pedacito de tierra, y, al socializar el trabajo y elevar ex
traordinariamente su rendimiento, empuj con fuerza al produc
tor a la palestra de la vida social.
E l seor Struve dice de este razonamiento de Iuzhakov:
Como vemos, el seor Iuzhakov demuestra con toda evidencia
el carcter eslavfilo de las races del populismo (1 8 ). Ms ade

V.

t.

L iN it

lante, al resumir su exposicin de las ideas sociolgicas del popu


lismo, aade que la creencia en el desarrollo original de Rusia
constituye el vnculo histrico entre los eslavfilos y los popu
listas, y que por ello la discusin entre los marxistas y los populis
tas es la continuacin natural de las divergencias entre eslavfilos
y occidentalistas (29). Me parece que esta ltima afirmacin
requiere algunas reservas. Es indudable que los populistas (Iuzhakov, por ejemplo), son muy culpables de que exista un patrioterismo de la ms baja estofa. Es tambin indudable que el menos
precio por el mtodo sociolgico de Marx y por su formulacin de
los problemas relativos a los productores directos equivale, para
esos seores rusos que quieren representar los intereses de estos
productores directos, al ms absoluto divorcio de la civilizacin
occidental. Pero la esencia del populismo es ms profunda: no
consiste en la doctrina de la originalidad del desarrollo, ni en la
eslavofilia, sino en que es la expresin de los intereses y las ideas
del pequeo productor ruso. Por ello hubo entre los populistas
escritores (y ellos fueron los mejores populistas) que, como lo ha
reconocido el seor Struve, nada tenan en comn con la eslavofilia y reconocan inclusive que Rusia haba emprendido el mismo
camino que Europa occidental. Con categoras como la eslavofilia
y el occidentalismo no se puede desembrollar en modo alguno los
problemas del populismo ruso. El populismo reflej un hecho de
la vida rusa que apenas exista cuando surgieron la eslavofilia y
el occidentalismo: concretamente, la contradiccin de intereses
entre el trabajo y el capital4 Reflej este hecho a travs del pris
ma de las condiciones de vida y los intereses del pequeo pro
ductor, y por ello lo reflej deformndolo cobardemente, creando
una teora que no pona de relieve las contradicciones de los inte
reses sociales, sino vanas esperanzas en otro camino de desarrollo,
y nuestra tarea consiste en corregir esa equivocacin del popu
lismo, en mostrar qu grupo social puede ser el verdadero repre
sentante de los intereses de los productores directos.
Pasemos ahora al segundo captulo del libro del seor Struve.
E l plan de exposicin del autor es el siguiente: primero seala
las razones generales que le hacen considerar el materialismo co
mo el nico mtodo acertado en las ciencias sociales; despus
expone las ideas de Marx y Engels, y por ltimo aplica las con
clusiones extradas a algunos fenmenos de la vida en Rusia. Dada

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

423

la gran importancia del tema tratado en este captulo, intentare


mos analizar con el mayor detalle su contenido, sealando todos
los puntos que suscitan objeciones.
Empieza el autor sealando muy acertadamente que la teora
que reduce el proceso social a las acciones de personas vivientes
que se plantean objetivos e impulsan los acontecimientos, es
resultado de un malentendido. Nadie, claro est, pens nunca en
atribuir "a un grupo social una existencia independiente de los
individuos que lo componen (31), pero el caso es que el indivi
duo, como personalidad concreta, es un producto de todos los
individuos que vivieron antes que l y de todos los individuos
contemporneos suyos, es decir, de un grupo social (3 1 ). Ada
remos la idea del autor. La historia razona el seor Mijailovsld
la hacen las 'personas vivientes con todas sus ideas y todos sus
sentimientos. Eso es muy cierto. Pero qu determina esas ideas
y sentimientos? Puede sostenerse en serio la opinin de que
aparecen por azar, de que no nacen necesariamente de un medio
social dado que sirve de material, de objeto de la vida espiritual
del individuo, y que se refleja positiva o negativamente en sus
ideas y sentimientos, en la forma en que se representa los inte
reses de una u otra clase social? Adems, qu criterio emplear
para juzgar acerca de las ideas y los sentimientos reales de indi
viduos reales? Est claro que slo puede haber un criterio para
ello: las acciones de esos individuos, y como aqu slo hablamos
de ideas y sentimientos sociales, hay que aadir: las acciones
sociales de los individuos, es decir, los hechos sociales. Al distin
guir entre el grupo social y el individuo dice el seor Struve,
entendemos por el primero las diversas interacciones entre los indi
viduos, que surgen sobre la base de la vida social y toman cuerpo
en los hbitos y en el derecho, en las costumbres y en la moral,
as como en las creencias religiosas (3 2 ). En otros trminos:
el socilogo materialista, al estudiar determinadas relaciones socia
les entre los hombres, estudia con ello mismo a los individuos
reales, de cuyas acciones se forman las relaciones mencionadas.
El socilogo subjetivista, aunque al parecer comienza sus razona
mientos hablando de las personas vivientes, en la prctica em
pieza atribuyendo a stas ideas y sentimientos que considera
racionales ( porque al aislar a sus individuos de la situacin social
concreta, se inhabilita para estudiar los verdaderos sentimientos
e ideas de dichos individuos), es decir, "empieza por una utopa,

424

V.

X.

I. E N I N

cosa que ha tenido que confesar el seor Mijailovski *. Y como,


adems, la propia idea que dicho socilogo tiene de lo racional
refleja (sin que l se lo proponga) el medio social dado, las con
clusiones finales de sus razonamientos, que le parecen un pur
simo" producto de la ciencia moderna y las ideas morales con
temporneas, slo expresan, en realidad, las ideas y los inte
reses . . . de la pequea burguesa.
Este ltimo punto, es decir, que una teora sociolgica par
ticular sobre el papel del individuo o del mtodo subjetivista
remplace con una utopa toda investigacin crtica materialista,
es extraordinariamente importante, y como el seor Struve lo ha
pasado por alto convendr que nos detengamos a analizarlo.
Tomemos a ttulo de ilustracin ese razonamiento acerca
del kustar, en boga entre los populistas. Despus de describir la
triste situacin de aqul, el lastimoso nivel de su produccin, la
escandalosa explotacin de que lo hace objeto el mayorista, que
se embolsa la parte del len del producto dejando al productor
unos kopeks por una jornada de diecisis o dieciocho horas de
trabajo, el populista concluye: el lastimoso nivel de la produccin
y la explotacin del trabajo del kustar constituyen aspectos nega
tivos del sistema actual. Pero el kustar no es un obrero asalariado,
y ste es un aspecto positivo. Hay que conservar el aspecto posi
tivo y suprimir el negativo, y para ello hay que organizar arteles
de kustares. He aqu un razonamiento tpico de los populistas.
El marxista razona de modo distinto. El estudio de la situa
cin de una actividad industrial le hace preguntarse, adems de
si sta es buena o mala, cul es su organizacin, es decir, cules
son las relaciones entre los kustares en la fabricacin de un pro
ducto d ido, v por qu han cristalizado precisamente as, y no
de otro modo. Y ve que esa organizacin es la produccin mer
cantil, es decir, la produccin de productores aislados que el
mercado vincula entre s. El producto de cada productor aislado,
destinado a ser consumido por otros,'puede llegar al consumidor y
dar al productor el derecho a percibir otro producto social, slo
despus de haber tomado la forma de dinero, es decir, que ha
sido sometido previamente al clculo social, tanto en su aspecto
cualitativo como cuantitativo. Pero ese clculo se efecta a espal9 Obras, t III, pg. 155; La sociologa debe partir de una utopa.

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

425

das del productor, a travs de las oscilaciones del mercado. stas,


desconocidas para el productor e independientes de l, no pueden
menos que engendrar la desigualdad entre los productores y acen
tuarla, arruinando a unos y dando a otros el dinero pro
ducto del trabajo social. Queda claro, por lo tanto, cul es la
causa de la fuerza del poseedor de dinero, del mayorista: con
siste en que, entre los kustares, que tienen lo justo para subsistir
de un da a otro o de una semana a otra, l es el nico que posee
dinero, es decir, el producto del trabajo social anterior; que en
sus manos se convierte en capital, en instrumento de apropiacin
del plusproducto de los otros kustares. Por ello, concluye el marxista, bajo ese sistema de economa social, la expropiacin del pro
ductor y su explotacin son por completo inevitables, como lo son
tambin la subordinacin de los desposedos a los pudientes y el
antagonismo de sus intereses, que constituye el contenido de la
concepcin cientfica de la lucha de clases. Por lo tanto, el pro
ductor no puede estar interesado en la conciliacin de esos ele
mentos antagnicos sino, por el contrario, en el desarrollo del anta
gonismo y de la conciencia de ste. Vemos que el crecimiento de la
economa mercantil lleva en Rusia a ese desarrollo del antago
nismo: a medida que se ampla el mercado y aumenta la produc
cin, el capital comercial se va convirtiendo en industrial. La in
dustria mecanizada, al destruir en forma definitiva la pequea
produccin aislada (el mayorista ya la haba minado de raz),
socializa el trabajo. E l sistema de Plusmacherei, disimulado en la
produccin artesanal por la aparente independencia del kustar, y
la tambin aparente casualidad del poder del mayorista, se pone
de manifiesto con toda nitidez y sin velo alguno. El trabajo, que
en la industria kustar slo participaba en la vida regalando el
plusproducto a los mayoristas, ahora 'se diferencia definitiva
mente de la vida de la sociedad burguesa. sta lo arroja a empe
llones, con todo descaro, proclamando sin rodeos el principio que
le sirve de base, y que consiste en que el productor slo puede
procurarse los medios de subsistencia cuando encuentra un posee
dor de dinero que condesciende a apropiarse del plusproducto
de su trabajo; y para el productor queda claro lo que no poda
comprender el kustar [ni su idelogo, el populista]: el profundo
carcter de clase del antagonismo antes mencionado. Por ello los
intereses del kustar nicamente puede representarlos este produc
tor de avanzada.

426

V.

I.

LENIN

Comparemos ahora estos razonamientos en o que respecta a


su mtodo sociolgico.
El populista asegura que l es realista. La historia la hacen
personas vivientes, dice, y yo, por ello, parto de los sentimien
tos del kustar, contrarios al sistema actual, y de sus ideas acerca
de la instauracin de un sistema mejor, mientras que el marxista
habla de no s qu necesidad e inevitabilidad; el marxista es un
mstico y un metafsico.
En efecto, responde este mstico, la historia la hacen perso
nas vivientes, y yo, al estudiar por qu las relaciones sociales en
la industria kustar cristalizaron precisamente as, y no de otro
modo (cuestin que ustedes ni siquiera han planteado!), analizo
precisamente cmo las personas vivientes han hecho su historia
y continan hacindola. Esgrimo el firme criterio de que estoy
tratando con individuos vivientes, reales, con ideas y sentimien
tos reales tambin, y mi criterio es que ellos ya haban expresado
en actos sus ideas y sentimientos, y creado determinadas rela
ciones sociales. Es cierto que yo nunca digo que la historia la
hacen personas vivientes (eso me parece una frase huera), pero
al investigar las relaciones sociales reales y su desarrollo real,
investigo precisamente el producto de la actividad de personas vi
vientes. Pero usted, aunque habla de personas vivientes, en reali
dad toma como punto de partida, no a personas vivientes, con
las ideas y los sentimientos que crean sus condiciones de vida,
el sistema dado de relaciones de produccin, sino muecos cuya
cabeza rellena con sus propios sentimientos e ideas. Como es
natural, ese empeo suyo slo conduce a concebir piadosos sueos:
la vida termina por marginarlo a usted, y usted, por marginar a
la vida *. Pero eso no es todo: fjese con qu rellena usted la
cabeza de los muecos, y qu medidas predica. Al recomendar a
los trabajadores el artel como el camino sealado por la ciencia
moderna y las ideas morales contemporneas, no ha tomado en
cuenta una pequea circunstancia: la organizacin de nuestra eco
noma social en su conjunto. Por no comprender que sta es una
*
La prctica la hace disminuir [a la posibilidad de un nuevo camino
histrico] implacablemente; esta posibilidad disminuye, por decirlo as, cada
da (palabras de Mijailovski, que P. Struve cita en la pgina 16). Lo que
disminuye no es, claro est, la posibilidad, que no ha existido nunca; lo que
disminuye son las ilusiones. Y est muy bien que disminuyan.

EL CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

427

economa capitalista, no ha advertido usted que sobre tal base


cualquier artel no puede ser ms que un paliativo insignificante,
incapaz de suprimir la concentracin de los medios de produccin,
comprendido el dinero, en manos de una minora ( esta concentra
cin es un hecho indiscutible), ni el total empobrecimiento de la
inmensa mayora de la poblacin; un paliativo que, en el mejor
de los casos, slo puede hacer que un puado de kustares engrosen
las filas de la pequea burguesa. De idelogo del trabajador, se
toma usted idelogo del pequeo burgus.
Volvamos, sin embargo, al seor Struve. Despus de sealar
la falta de contenido de los razonamientos populistas acerca del
individuo, dice: Todo intento de explicar este o aquel momento
importante de la evolucin histrica nos demuestra que, en reali
dad, la sociologa siempre trata de reducir los elementos de la
individualidad a fuentes sociales. Cuando se trata de una perso
nalidad histrica, de un gran hombre, siempre aparece la tenden
cia a presentarlo como el portador del espritu de una poca de
terminada, como el representante de su tiempo, y a presentar sus
acciones, sus xitos y reveses como resultado necesario de todo el
curso de las cosas (3 2 ). Esta tendencia general de todo intento
de explicar los fenmenos sociales, es decir, de crear una ciencia
social, se expresa con toda brillantez en la teora de que la lucha
de clases es el proceso bsico de la evolucin de la sociedad. Una
vez descartado el individuo, haba que encontrar otro elemento.
Ese elemento ha resultado ser el grupo social (3 3 ). E l seor Stru
ve tiene mucha razn cuando seala que la teora de la lucha de
clases corona, por as decirlo, la tendencia general de la sociologa
a reducir los elementos de individualidad a fuentes sociales*. Es
ms, la teora de la lucha de clases aplica por primera vez esta
tendencia, con tanta plenitud y consecuencia que eleva la socio
loga a la categora de ciencia. Esto se ha conseguido con la defi
nicin materialista del concepto grupo. Por s solo este concepto
es an demasiado impreciso y arbitrario: el criterio de distincin
de grupos puede aplicarse tanto a los fenmenos religiosos como
a los etnogrficos, polticos, jurdicos, etc., etc. No hay un elemento
firme que permita distinguir en uno u otro de dichos dominios estos
o aquellos grupos. La teora de la lucha de clases es una gran
realizacin de las ciencias sociales precisamente porque establece
los procedimientos para reducir lo individual a lo social con toda
precisin y exactitud. En primer lugar, esta teora ha elaborado el

428

V.

I.

LENIN

concepto de formacin econmicosocial. Tomando romo punto


de partida el modo de obtencin de los medios de subsistencia
hecho bsico para toda colectividad humana, vincula con l
las relaciones entre los hombres creadas bajo la influencia de ese
modo de obtener medios de subsistencia, y en el sistema de esas
relaciones /'rf'lario^es de produccin, segn la terminologa de
Marx) ve la base de la sociedad, base que se reviste de formas
polticas y iurdicas v de determinadas tendencias del pensa
miento social. Cada sistema de relaciones de produccin es, segn
la teora de Marx, un organismo social particular, con sus propias
leves de aparicin, funcionamiento y paso a una forma superior,
de conversin en otro organismo social. Esta teora aplic a las
ciencias sociales el criterio objetivo y cientfico seneral de la repe
ticin, nue los subjetivistas consideran inaplicable a l '1 sociologa.
Afirmaban los subjetivistas que, debido a la extraordinaria com
plejidad y a la diversidad de los fenmenos sociales, era imposibl
estudiarlos sin separar los importantes de los oco importantes v
que esa separacin slo poda hacerse desde el punto de vista de
los individuos de pensamiento crtico y "moralmente desarrolla
dos. As trasformaron tranquilamente las ciencias sociales en una
sarta de sentencias moralistas pequeoburguesas, muestras de las
cuales vemos en los escritos del seor Mijailovski cuando filosofa
acerca de las incongruencias de la historia y de un camino ilumi
nado por la luz de la ciencia. La teora de Marx cort la raz
de estos razonamientos. En lugar de la diferencia entre impor
tante v no importante, estableci la existente entre la estructura
econmica de la sociedad, como contenido, y la forma poltica e
ideolgica: el propio concepto de estructura econmica fue expli
cado con exactitud, refutando las concepciones de los economistas
anteriores, que vean leyes de la naturaleza all donde slo existan
leyes de un particular sistema de relaciones de produccin hist
ricamente determinado. Los argumentos de los subjetivistas acerca
de la sociedad' en general, argurientos sin sentido que no iban
ms all de utopas pequeoburguesas (porque no se aclar si
quiera la posibilidad de generalizar los ms variados sistemas so
ciales en tipos especiales,de organismos sociales), fueron rempla
zados por la investigacin de determinadas formas de la estructura
de la sociedad. En segundo lugar, las acciones de las personas
vivientes en el seno de cada una de esas formaciones econmicosociales, acciones infinitamente diversas y, al parecer, no suscep-

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

429

tibies de sistematizacin, fueron generalizadas y traducidas en


acciones de grupos de individuos, que se distinguan entre s por
el papel que desempeaban en el sistema de las relaciones de
produccin, por las condiciones de la produccin y, consiguien
temente, por las condiciones de vida y por los intereses que esas
condiciones determinaban: en una palabra, fueron traducidas a las
acciones de las clases, cuya lucha determinaba el desarrollo de
la sociedad. De este modo fue refutada la concepcin ingenua,
pueril y puramente mecnica que tenan de la historia los subjetivistas, quienes se daban por satisfechos con la vaca tesis de que
la historia la hacen personas vivientes y que se negaban a analizar
qu condiciones sociales determinaban dichas acciones ni eD qu
forma. El subjetivismo fue remplazado por una concepcin que
consideraba el proceso social como un proceso histriconatural;
una concepcin sin la cual, claro est, no poda haber ciencias
sociales. El seor Struve indica con mucho tino que ignorar al
individuo en sociologa o, mejor dicho, eliminarlo de ella, es, en
esencia, un caso especial de la aspiracin al conocimiento cient
fico1' (33); que "las individualidades no slo existen en el mundo
espiritual, sino tambin en el fsico. El centro del problema con
siste en que el establecimiento de determinadas leyes generales
para las individualidades fue hecho hace mucho en lo que res
pecta al mundo fsico, pero en la esfera social slo lo hizo con
toda firmeza la teora de Marx.
La siguiente objecin del seor Struve a la teora sociolgica
de los subjetivistas rusos consiste en que, adems de todos los
argumentos ya mencionados, la sociologa de ningn modo puede
considerar un hecho primario lo que denominamos individuali
dad, ya que el propio concepto de individualidad (no necesita ser
explicado) y el hecho correspondiente son fruto de un largo pro
ceso social (36). Este pensamiento es muy acertado y merece la
pena que nos detengamos en l, tanto ms cuanto que la argu
mentacin del autor encierra algunas inexactitudes. El seor Struve
habla de las ideas de Simmel, quien en su obra La diferenciacin so
cial demuestra la relacin directa entre el desarrollo del in diviso y
la diferenciacin del grupo al que el individuo pertenece. El se
or Struve opone esta tesis a la teora de Mijailovsld; sobre la
relacin inversa entre el desarrollo del individuo y la diferen
ciacin (heterogeneidad) de la sociedad. En un medio no dife
renciado objeta el seor Struve, el individuo ser 'armnica-

430

V.

I.

LENIN

mente ntegro' [ . . . ] en su homogeneidad e impersonalidad/ "El


Individuo real no puede ser la suma ce todos ios rasgos propios
del organismo humano en general, y no puede serlo sencillamente
porque tal plenitud da contenido excede Jas facultades del indi
viduo real" (38-39). Para que el individuo pueda diferenciarse,
debe vivir en un medio diferenciado (39).
No surge con claridad de esta exposicin, cmo plantea ei
problema Simmel,. ni cmo lo argumenta Pero al como lo tras
cribe el seor Struve, el planteo del problema adolece del mismo
defecto que observamos en el seor Mijailovski, El razonamiento
abstracto acerca de hasta qu medida el desarrollo (y el bien
estar) del individuo dependen de la diferenciacin de la sociedad
es absolutamente anticientfico, ya que resulta imposible establecer
correlacin alguna aplicable a todas las formas de la estructura
social. El propio concepto de diferenciacin, heterogeneidad,
etc., adquiere distintos significados segu si ambiente social a que
se aplique. El principa] erroi del seor Mijailovski es el abstracto
dogmatismo de sus razonamientos, en los que trata de abarcar el
"progreso" en general, en vez de estudiar el progreso concreto
de una formacin social concreta. Cuando Struve opone a Mijailovski sus planteamientos generales ms arriba reproducidos, re
pite su error, pues en lugar de describir y esclarecer un progreso
concreto, se adentra en la esfera de nebulosos dogmas y de afir
maciones gratuitas. Por ejemplo, el seor Struve dice, destacando
la frase en cursiva: La integridad armnica del individuo es de
terminada, en lo que a su contenido se refiere, por el grado de
desarrollo, es decir, de diferenciacin del grupo a que pertenece.
Sin embargo, qu debo entenderse por diferenciacin del gru
po? Acentu la abolicin de la servidumbre esa diferenciacin,
o la atenu? El seor Mijailovski resuelve el problema en el ltimo
sentido (Qu es el progreso?); el seor Struve la resolvera,
probablemente, en el primero, haciendo referencia a la acentacin de la divisin social del trabajo. El primero pensaba en la,
supresin de las diferencias entre los estamentos; el ltimo pen
saba en la creacin de diferencias econmicas. El trmino es tan
impreciso, que, como se, ve, puede aplicarse a las cosas ms opues
tas. Otro ejemplo. El paso de la manufactura capitalista a la gran
industria mecanizada podra considerase una disminucin de la
diferenciacin', puesto que cesa ia divisin pormenorizada del
trabajo entre los obreros especializados. Sin embargo, no cabe

E L Co n t e n i d o

e c o n m ic o

del

p o p u l is m o

431

duda de que las condiciones para el desarrollo de la individua


lidad son mucho ms favorables (para el obrero) en 1 ltimo
caso. La conclusin es que el mismo planteamiento del problema
es incorrecto. El propio autor admite que tambin existe antago
nismo entre el individuo y el grupo (de ello hab?, precisamente
Mijailovski), Pero la vicia -aade nunca esi compuesta por
contradicciones absolvas: en olla todo fluye y es relativo, y, al
mismo tiempo, todos los aspectos aislados se encuentran en cons
tante interaccin* (39). Si es as, a qu hablar de interreiadones absolutas entre el grupo y el individuo, de intereladones
que nc se refieren a un momento estrictamente determinado dl
desarrollo de determinada formacin sodal? Por qu no trasladar
toda la argumentacin al proceso concreto de la evolucin de
Rusia? El autor intent plantear as e1 problema, y si la argumen
tacin hubiera sido consecuente, habra ganado mucho. 'Slo la
divisin del trtelo ese pecado original de la humanidad, segn
la teora de Mijailovski cre las condiciones para el desamlo de
ese individuo' en cuyo nombre el seor Mijailovski proteste con
razn contra las formas contemporneas de la divisin del tra
bajo (38). Muy bien dicho. Ahora bien, en vez de divisin de
trabajo" debera haber dicho "capitalismo", o ms concretamente.
capitalismo ruso. El papel progresista del capitalismo consiste pre
cisamente en que destruy ias anteriores imitadas condiciones de
vida del hombre, que engendraban la estrechez mental y -no per
mitan a ios productores ser artfices de su propio destino. El
enorme desarrollo de las relaciones comerciales y del intercambie
mundial, y las incesantes migraciones de enormes masas do la
poblacin, rompieron las trabas seculares de la gens, de la familia
y e la comunidad territorial y crearon ssa diversidad del desarro
llo, esa diversidad de talentos y esa riqueza de relaciones socia
les * que desempean tan importante papel en ia nistona con
tempornea de 'Occidente. En Rusia, ese proceso se manifest cot,
toda su fuerza en la pooa posterior a la Reforma, cuando ias vie
jas formas de trabajo se desmoronaban con enorme rapidez y el
primer puesto fue ocupado por la compraventa de fuerza de tra
bajo, compraventa que arranc al campesino de la familia patriar*'C, Marx: Der zchtzehnte Urumare, 3. 98 u. s. w. (C . Marx: El dieci
ocho hru-'rwro de Luis Bonaparte, pg. 98 y siguientes. Vase G. Marx y
F . Engels, db. cit., pg. 213 y sigs. Ed.)

43

V.

1.

LENI

cal, semiieudal y del embotador ambiente del campo, y sustituy


las formas semifeudales de apropiacin del sobrevalor por formas
puramente capitalistas. Este proceso econmico se reflej, en el
mbito social, en un auge general del sentimiento de la persona
lidad, en la ofensiva de los intelectuales de la clase media, que
desalojaron de la sociedad a la clase de los terratenientes; en una
ardiente guerra literaria contra las insensatas restricciones medie
vales del individuo, etc., etc. Probablemente, los populistas no ne
garn que fue la Rusia posterior a la Reforma la que trajo este
auge del sentimiento de la personalidad, del sentimiento de la
dignidad personal. Pero los populistas no se preguntan qu con
diciones materiales condujeron a ello. Naturalmente, bajo la servi
dumbre nada semejante podra haber ocurrido, y el populista
aplaude la reforma liberadora, sin darse cuenta de que incurre
en el mismo optimismo miope de aquellos historiadores burgueses
de quienes Marx deca que miraban la Reforma campesina a travs
del clairobscur * de la emancipacin, sin advertir que esa emandpadn era la sustitucin de una forma por otra, la sustitudn
del plusproducto feudal por la plusvala burguesa. Lo mismo ocu
rri en Rusia. Precisamente el sistema de economa de la anti
gua nobleza, que sujetaba a los hombres a una localidad fija y
divida a la poblacin en puados de sbditos de este u otro
seor feudal, fue lo que origin l opresin del individuo. Y lue
go el capitalismo lo liber de todas las trabas feudales, lo con
virti en un ser independiente con respecto al mercado y lo
trasform en un poseedor de mercancas (y como tal, igual a
cualquier otro poseedor de ellas), y elev as su sentido de la
individualidad. Si los seores populistas fingen horror cuando oyen
hablar del carcter progresista del capitalismo ruso, lo hacen tan
slo porque no se han detenido a pensar cules son las condiciones
materiales de esos "beneficios del progreso que caracterizan a la
Rusia posterior a la Reforma. Cuando el seor Mijailovsld em
pieza su sociologa por l individuo que protesta contra l
capitalismo ruso, considerndolo un desviacin accidental y tem
poral de Rusia del buen camino, se combate a s mismo, pues
comprende que slo el capitalismo cre las condiciones que hicieU
ron posible esa protesta del individuo. En este ejemplo vemos una
vez ms qu modificaciones necesita la argumentadn del seor
* C laroscu ro, v elo :

( d .)

EL CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

433

Struve. La discusin debera hacerse basndose en la realidad


rusa, en el esclarecimiento de qu tenemos y por qu es as y rio
de otro modo: no es casual que los populistas hayan basado toda
su sociologa no en el anlisis de la realidad, sino en divagaciones
acerca de lo que "podra ser; los populistas no podan dejar de
ver que la realidad destrua implacablemente sus ilusiones.
El autor concluye su anlisis de la teora de los individuos
con la siguiente frmula: para la sociologa, el individuo es una
funcin del medio, el individuo es aqu un concepto formal,
cuyo contenido lo da el estudio del grupo social (40). Esta ltima
frase subraya muy bien la diferencia esencial entre el subjetivismo
y el materialismo: al hablar del individuo, los subjetivistas defi;
nan el contenido de este concepto (es decir, las ideas y los
sentimientos de este individuo, sus acciones sociales) a priori,
o sea, suplantaban con sus utopas el estudio del grupo social.
Otro importante aspecto del materialismo contina el se
or Struve consiste en que el materialismo econmico subordina
la idea al hecho, y la conciencia y lo que debe ser, a la existen
cia (40). Subordinar la idea significa en el caso dado, natu
ralmentereservarle un papel subordinado en la explicacin de los
fenmenos sociales. Los subjetivistas populistas hacen todo lo con
trario: basan sus razonamientos en ideales, sin reflexionar sobre
el hecho de que esos ideales no pueden ser sino cierto reflejo de la
realidad y que, por lo tanto, hay que verificarlos con hechos,
hay que reducirlos a hechos. Por cierto, el populista no compren
der, si no se le aclara, esta ltima tesis. Pero cmol dir. Los
ideales deben enjuiciar los hechos, sealar cmo cambiarlos, com
probarlos, y no ser comprobados por ellos. Esto ltimo le parece
al populista, habituado a perderse en las nubes, acomodarse a los
hechos. Expliquemos nuestro pensamiento.
'E l trabajo para otros y la explotacin engendrarn siempre,
tanto en los explotados como en algunos representantes de la
intelectualidad, ideales contrarios, a ese sistema.
Esos ideales encierran un gran valor para el marxista; basn
dose en ellos, y slo en ellos, polemiza con el populista, y pole
miza exclusivamente en tomo de la formacin de dichos ideales
y de su realizacin.
Al populista le basta con registrar el hecho que da origen
a dichos ideales, con indicar despus la legitimidad de stos desde
el punto de vista de la ciencia moderna y de las ideas morales

434

V. t. L n I

contemporneas* [sin comprender, por cierto, que esas ideas


contemporneas no son sino concesiones de la opinin pblica
de Europa occidental a la nueva fuerza naciente] y con apelar lue
go a la "sociedad y al Estado* para que los {garanticen, protejan,
organicen!
E l marxista parte del mismo ideal, pero no lo confronta con
la ciencia moderna, ni con las ideas morales contemporneas *,
sino con las contradicciones de clase existentes, y por ello no lo
-formula como una reivindicacin de la ciencia", sino como la
reivindicacin de determinada clase, engendrada por determina
das relaciones sociales (que deben ser estudiadas objetivamente)
y que slo puede ser alcanzada de un modo determinado, en virtud
de determinadas caractersticas de esas relaciones. Si no se basan
d e este modo los ideales en hechos,! dichos ideales seguirn siendo
piadosos deseos, sin probabilidades de que las masas los acepten
y, por lo tanto, de verse realizados.
Despus de sealar, como hemos visto, las premisas tericas
generales que obligan a estimar el materialismo como el nico
mtodo acertado de las ciencias sociales, el seor Struve pasa a
exponer las ideas de Marx y Engels, citando de preferencia lay
obras del ltimo. Esta parte del libro es extraordinariamente inte'
resante e instructiva.
Tiene mucha razn el autor cuando observa que en ningn
sitio se tropieza con tan gran incomprensin de Marx como entre
los autores rusos" (44). A guisa de ejemplo nombra en primer
lugar al seor Mijailovsld, quien ve en la teora histrico-filosfica de Marx una mera explicacin de la gnesis del rgimen
capitalista. El seor Stnuve protesta con toda .razn contra tal
aserto. En efecto, es por dems sintomtico que Mijailovsld haya
escrito muchas veces acerca de Marx, pero sin hacer la menor
alusin a la relacin del mtodo de Marx con el mtodo subjg:
tivista en sociologa. Mijailovsld escribi acerca de El capital,
y expres su solidaridad' (?) con la doctrina econmica de Marx,
pero silenci con todo empeo el hecho, por ejemplo, de que los
*
En su libro Herrn E. Dthrings Umwlzung der Wissenschaft [La sub
versin de la ciencia por el seor E. Dhring. (Anti-Diihring) Ed.] Engels
observa con admirable tino que confrontar el concepto, no con el hecho que
refleja, sino con otro concepto, copia de otro hecho, es mtodo psicolgico
anticuado.

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

435

subjetivistas rusos no siguen el mtodo de Proudhon, quien desea


ba rehacer la economa mercantil segn su ideal de la justicia *.
En qu se diferencia este criterio (el de la justicia: justice
ternelle) del que sustenta el seor Mijailovski cuando habla de
ciencia moderna e ideas morales modernas? Y por qu el
seor Mijailovsld, que tan enrgicamente protest siempre contra
quienes identifican el mtodo de las ciencias naturales con el de las
ciencias sociales, no ha objetado la declaracin de Marx de que
ese mtodo de Proudhon es tan absurdo como lo sera el de un
qumico que quisiera, en vez de estudiar las leyes reales del
metabolismo, trasformar el metabolismo segn las leyes de la
afinidad? Por qu no ha objetado la concepcin de Marx de
que el proceso social es un proceso histrico natural? Ello no
puede explicarse por el desconocimiento de los libros en que se
hace tal planteamiento; la explicacin est, evidentemente, en una
absoluta incapacidad o negativa de comprender nada. El seor
Struve es, segn parece, el primero que ha declarado esto en nues
tras publicaciones, y ello constituye un gran mrito suyo.
Pasemos ahora a las declaraciones del autor acerca del mar
xismo que suscitan nuestra crtica: No podemos dejar de reco
nocer dice el seor Struve que an no se ha dado una fundamentacin puramente filosfica de esta doctrina, y que sta no
ha tenido en cuenta todava el enorme material concreto que ofre
ce la historia universal. Evidentemente, hay que revisar los hechos
desde el punto de vista de la nueva teora; ,hay que criticar la
teora basndose en los hechos. Quiz se desechen muchas gene
ralizaciones unilaterales y apresuradas (46). No est del todo
claro qu entiende el autor por eso de fundamentacin puramen
te filosfica. Segn Marx y Engels, la filosofa no tiene ningn
derecho a existir independientemente, y su material se halla dise
minado en las distintas ramas de las ciencias positivas. As, pues,
por fundamentacin filosfica se puede comprender, o bien la
confrontacin de sus premisas con las leyes, firmemente estable
cidas, de otras ciencias [y el seor Struve ha reconocido que la
psicologa ofrece ya tesis que obligan a renunciar al subjetivismo
y a aceptar el materialismo], o\bien la experiencia en la aplicacin
*
Das Kapital, I. B. 2-te Aufl, S. 62, Anm. 38 [El capital, t. I, 2* ed.
rusa, pg. 62, nota 38. Vase C. Marx, ab. cit., t. I, pg. 72, nota 2. Ed.]

436

V.

I.

LENIN

de dicha teora. A este respecto tenemos la declaracin dl propio


seor Struve, de que corresponder siempre al materialismo el
mrito de haber dado una interpretacin profundamente cient
fica, verdaderamente filosfica [la cursiva es del autor], a toda una
serie |eto N. 8.1 de hechos histricos de enorme importancia /50).
Esta ltima declaracin del autor encierra el reconocimiento de
que el materialismo es el nico mtodo cientfico en sociologa,
y por ello, naturalmente, *hay que revisar los hechos desde es
punto de vista, en particular los hechos de la historia y la realidad
de Rusia, con tanto celo tergiversados por los sbjetivistas rusos.
En cuanto a la ltima observacin acerca de posibles generali
zaciones unilaterales y apresuradas nosotros, sin detenemos en
esta observacin muy general, y por ello nada clara, pasaremos
a una de las enmiendas que el autor, no contagiado de ortodoxia,
hace a las "generalizaciones apresuradas de Marx.
Se trata del Estado. Al negar el Estado, Marx y sus adeptos
fueron demasiado lejos en la crtica del Estado contemporneo"
y pecaron de unilateralidad. El Estado dice Struve corrigien
do esa extravagancia es ante todo la organizacin del orden; es,
no obstante, la organizacin de la dominacin (dominacin de
clase) en una sociedad en la cual la subordinacin de unos grupos
a otros est condicionada por su estructura econmica (53). Se
gn el autor, la sociedad gentilicia conoca ya el Estado, que
seguir existiendo cuando se supriman las clases, pues el rasgo
distintivo del Estado es el poder coercitivo.
Es sencillamente asombroso que desde su punto de vista aca
dmico el autor critique a Marx con tan sorprendente falta de
argumentacin. Ante todo, se equivoca por completo oundo esti
ma que el poder coercitivo es el rasgo distintivo del Estado: el
poder coercitivo existe en toda comunidad humana, tanto en el
rgimen gentilicio como en la familia, pero en ellos no exista un
Estado. Uno de los rasgos sencials del Estado dice Engels
en la obra de la que el seor Struve ha tomado su cita acerca del
Estado consiste en ser una fuerza pblica separada de la masa
del pueblo [Ursprung der Familie u. s. w., 2-te Attfl., S. 8 4 * ;
trad. en ruso, pg. 109], y poco antes dice que la institucin de la
naucraria 40 socavaba en dos formas a la gens: en primer trmino,
*
Origen de la familia, la propiedad privada y l Estado. (Vase C.
Marx y F. Engels, ob. ctt., pg. 626. Ed.)

EL CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

437

porque creaba una fuerza pblica ( ffentliche Gewalt; en la trad.


al ruso se dice errneamente: fuerza social) que va no coincida
con el nueblo armado ( ih.. S. 79: trad. en ruso, pg. 105 * ) . As,
pues, el rasgo distintivo del Estado es la existencia de una clase
particular de individuos en cuvas manos se halla concentrado el
poder. A la comunidad gentilicia, en la que todos sus miembros
se encardaban por tumo de la organizacin del orden, nadie,
claro est, podra llamarla Estado. Adems, las razones que esgri
me el seor Struve en lo aue se refiere al Estado contemporneo
son aun ms infundpdas. Decir aue l que es ante todo (Y*!?!)
la organizacin del orden significa no comprender uno de los
ms importantes puntos de la teora de Marx. En la sociedad mo
derna es la burocracia la capa particular que tiene el poder en sus
manos. La ligazn, muy estrecha y directa, de este organismo con
la dase de la burguesa, dominante en la sociedad actual, la evi
dencian tanto la historia (la burocracia fue el primer instrumento
poltico de la burguesa contra los seores feudales, contra los
representantes del sistema de la "antigua nobleza en general, v
seal la primera aparicin en la palestra de la dominacin pol
tica de personas que no eran terratenientes de abolengo, sino
plebeyos, clase media) como las propias condiciones de forma
cin y desarrollo de esa dase a la cual slo tienen acceso bur
gueses salidos del pueblo vinculados a esa burguesa con miles
dp fortsimos lazos **. El error del seor Struve es tanto ms lamen
table por cuanto los populistas rusos, contra quienes tuvo la acer
tada ocurrencia de combatir, no tienen la menor idea de que toda
burocracia es, tanto por su origen histrico como por sus fuentes
contemporneas y por su misin, una institucin pura y exclusiva
mente burguesa, a la aue slo pueden apelar, desde el punto de
vista de los intereses de los productores, los idelogos de la pe
quea burguesa.
Ob.ctt., pg. 624. (Ed.)
** Vase K. Marx: Brgerkrieg in Frankreich, S. 23 (Ioz. 1876) [Car

los Marx: La guerra civil en Francia, pg. 23. Leiozig. 1876. Ed.] y Der
achtzehnte Brumaire, S. 45-46 (Hmb. 1885) [El Dieciocho Brumario, pgs.
45-46. Hamburgo, 1885. Ed.]: "E l inters material de la burguesa francesa
est entretejido del modo ms ntimo con la conservacin de aquella extensa
y ramificadsima maquinaria del Estado [se trata de la burocracia]. Coloca
aqu a su poblacin excedente y completa en forma de sueldos del Estado lo
que no puede embolsarse en forma de beneficios, intereses, rentas y honorarios.

438

V.

I.

U N IN

Merece I pena detenerse un poco ms para analizar la rela


cin del marxismo con la tica. El autor cita en las pgs. 64 y 65
una magnfica aclaracin dada por Engels de la relacin existente
entre la libertad y la necesidad: La libertad es el conocimiento
de la necesidad *. Lejos de presuponer el fatalismo, el determinismo da base para la actuacin consciente. No se puede dejar
de aadir a lo dicho que los subjetivistas rusos ni siquiera supie
ron ver claro en una cuestin tan elemental como la del libre
albedro. El seor Mijailovslci confundi irremediablemente determinismo con fatalismo, y hall una solucin. . . nadando entre dos
aguas: como no quera negar la existencia de leyes objetivas, afir
m que el libre albedro era un hecho de nuestra conciencia (en
rigor se trata de una idea de Mrtov, que Mijailovski hace suya) y
por ello puede servir de base a la tica. Est claro que, aplicadas
a la sociologa, estas ideas no podan dar otro fruto que una
utopa o una moral huera, que ignora la lucha de clases exis
tente en la sociedad. Por ello es imposible no reconocer como
acertada la afirmacin de Sombart, de que en el propio marxismo
no hay, del comienzo al fin, ni un pice de tica: en el aspecto
terico, subordina el punto de vista tico al principio de la
causalidad; en el aspecto prctico, lo reduce a la lucha de clases.
El seor Struve completa su exposicin del materialismo con
la evaluacin desde el punto de vista materialista, de dos factores
que desempean un importante papel en todos los planteamientos
populistas: la intelectualidad y el Estado" (70). En esta eva
luacin se refleja de nuevo la ieterodoxia del autor, sealada
antes, cuando hablamos de su objetivismo. Si [ . . . ] todos los gru
pos sociales representan en general una fuerza real slo en la me
dida en que [ . . . ] constituyen las clases sociales o adhieren a ellas,
entonces es evidente que la intelectualidad no estamental no
constituye una fuerza social real (70). En el sentido terico
abstracto, el autor tiene, naturalmente, razn. Por decirlo as, se
fa de la palabra de los populistas. Dicen ustedes que son los inte
lectuales quienes deben conducir a Rusia por otros caminos, y
no comprenden que por no adherir a ninguna dase, son un cero
a la izquierda. Se jactan de que la intelectualidad rusa no esta
mental se ha distinguido siempre por la pureza de sus ideas;
" F. Engels, Anti-Dhring. ( E d.)

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPU LISM O

439

pues bien, por ello precisamente ha sido siempre impotente. La


crtica del autor se limita a comparar la absurda idea populista
acerca de la omnipotencia de los intelectuales, con su idea, com
pletamente justa, de la impotencia de los intelectuales en el pro
ceso econmico (71). Pero esa comparacin es insuficiente. Para
juzgar a la intelectualidad rusa no estamental como grupo par
ticular de la sociedad rusa, caracterstico de toda la poca poste
rior a la Reforma poca del desplazamiento definitivo del aris
tcrata por el plebeyo, para juzgarla como grupo que induda
blemente desempe y contina desempeando determinado pa
pel histrico, hay que confrontar las ideas y, mejor aun, los progra
mas de nuestra intelectualidad no estamental con la situacin y los
intereses de las clases dadas de la sociedad rusa. Para evitar que se
nos tache de parcialidad, no efectuaremos nosotros mismos esa
confrontacin y nos limitaremos a hacer referencia al populista
cuyo artculo comentamos en el captulo I. De sus razonamientos
surge con toda claridad que los intelectuales rusos de avanzada,
liberales, 'democrticos, eran intelectuales burgueses. Su condi
cin no estamental no excluye en absoluto el origen de clase
de sus ideas. Siempre y en todas partes, la burguesa se levant
contra el feudalismo en nombre de la abolicin de los estamentos,
y tambin en Rusia, contra el sistema stamental de la antigua
nobleza actu la intelectualidad no estamental. Siempre y en
todas partes, la burguesa actu contra los caducos marcos de los
estamentos sociales y otras instituciones medievales en nombre
de todo el pueblo, en cuyo seno las contradicciones de clase
an no se haban desarrollado, y al proceder as, tanto en Occi
dente como en Rusia, tena razn, pues las instituciones criti
cadas opriman, efectivamente, o todos. En cuanto se asest en
Rusia un golpe decisivo (1861) al rgimen estamental, empez
a ponerse de manifiesto el antagonismo en el seno del pueblo
y, paralelamente y en virtud de ello, el antagonismo en el seno
de la intelectualidad no estamental entre los liberales y los popu
listas, idelogos stos de los campesinos (entre los cuales los pri
meros idelogos rusos de los productores directos no vieron ni
podan ver la formacin de clases antagnicas). El desarrollo
econmico posterior hizo que se revelaran con mayor plenitud las
contradicciones sociales en la sociedad rusa, y oblig a reconocer
el hecho de que el campesino se estaba diferenciando en burgue
sa rural y proletariado. El populismo rechaz el marxismo y se

440

V.

I.

LEN1N

convirti casi totalmente en la ideologa de la pequea burguesa.


Por eso la intelectualidad no estamental rusa representa una
fuerza social real, por cuanto defiende los intereses generales
de la burguesa *. Si, a pesar de ello, esta fuerza no pudo crear
instituciones que correspondan a los intereses que ella defiende,
si no pudo hacer cambiar la atmsfera de la cultura rusa con
tempornea (seor V. V.), si el espritu democrtico activo de
la poca de la lucha poltica fue sustituido por el indiferen
tismo social (seor V. V. en Nedielia, nm. 47, 1894), la causa
de ello no slo reside en el carcter soador de la intelectua
lidad rusa sino, principalmente, en la situacin de las clases
que le dieron origen y de las que ha sacado fuerzas en su ambi
gedad. Es indiscutible que la atmsfera rusa tena para
ellos muchos inconvenientes, pero encerraba tambin algunas
ventajas.
En Rusia es particularmente grande el papel histrico de la
clase que, en opinin de los populistas, no es la portadora de la
idea pura del trabajo; la actividad de esta clase no puede ser
adormecida con promesas tentadoras, y, por lo tanto, los marxistas, al sealar este papel, no slo no rompen el ho democr
tico, como asegura el seor V. V., que se ha especializado en
inventar las ms increbles necedades acerca de los marxistas,
sino que, por el contrario, toman ese hilo, que deja escapar de
sus manos una sociedad indiferente, y exigen su desarrollo, su
fortalecimiento y su aproximacin a la vida.
Unida a su apreciacin superficial de la intelectualidad tene
mos la formulacin, no del todo feliz, que hace el seor Struve
de la siguiente tesis: Hay que demostrar dice que la des
composicin del viejo rgimen econmico es inevitable (71). En
primer lugar, qu entiende el autor por viejo rgimen econ
mico? El rgimen de servidumbre? Su descomposicin no re
*
Ei carcter pequeoburgus de la ifimensa mayora de los anhelos de
los populistas ha sido sealado en el captulo I. Los anhelos que no caben
en esta caracterizacin (como el de socializacin del trabajo") ocupan ya
en el populismo contemporneo un lugar insignificante. Tanto Rsskoie Bogatstvo (nm. 11-12 de 1893, artculo de Iuzhakov Problemas del desarrollo
econmico d e Rusia ) como el seor V. V. ( Ensayos d e economa terica,
San Petersburgo, 1895) protestan contra el seor N.-on, que habla con du
reza" (expresin de Iuzhakov) de la remanida panacea de los crditos, la
ampliacin de la posesin de la tierra, las migraciones, etc., etc.

EL CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

441

quiere ser demostrada. La produccin popular? Pero si l mis


mo dice ms adelante, y con mucha razn, que esa combinacin
de palabras no responde a ningn sistema histrico real (177),
que, en otras palabras, es un mito, ya que, despus de la abo
licin del "rgimen de servidumbre, empez a desarrollarse ace
leradamente en Rusia la economa mercantill Por lo visto, el autor
se refiere a esa etapa del desarrollo del capitalismo en la que
ste no se haba desprendido an de las trabas que representan
las instituciones medievales, a esa etapa en que era todava fuerte
el capital comercial y la mayora de los productores an se dedi
caba a la pequea produccin. En segundo lugar, en qu ve el
autor el criterio de esa inevitabilidad? En la hegemona de cier
tas clases?, en las caractersicas del sistema de relaciones de pro
duccin dado? En ambos casos, la cuestin queda reducida a
registrar que existen uno u otro sistema (capitalista); queda re
ducida a registran el hecho, y por ello no debera trasladarse a la
esfera de los razonamientos en torno del porvenir. Esos razona
mientos deben ser monopolio de los seores populistas, que bus
can "otros caminos para la patria. En la pgina siguiente, el
autor dice que todo Estado es expresin del dominio de deter
minadas clases sociales, que hay que redistribuir la fuerza so
cial entre las distintas clases para que el Estado cambie por com
pleto de rumbo (72). Todo eso es muy acertado, y va dirigido
con gran tino contra los populistas, por lo que la cuestin debi
ser planteada en forma distinta, a saber: hay que demostrar la
existencia, (y no la inevitabilidad de la descomposicin, etc., etc.)
de las relaciones de produccin capitalista en Rusia; hay que de
mostrar que los datos referentes a Rusia tambin prueban la ley
de que la economa mercantil es una economa capitalista, es de
cir, que tambin en Rusia la economa mercantil se trasforma por
doquier en economa capitalista; hay que demostrar que por do
quier impera un sistema que, en esencia, es burgus y que es pre
cisamente el dominio de la burguesa, y no las decantadas casua
lidades o la decantada poltica, etc., de los populistas lo que
hace que el productor se vea despojado de los medios de produc
cin y tenga, en todas partes, que trabajar para otros.
Con esto daremos por terminado el anlisis de la primera
parte del libro del seor Struve, que es de carcter general.

C a p t u U)

IV

CMO EXPLICA E L SEOR STRUVE ALGUNOS RASGOS


DE LA ECONOMA D E LA RUSIA POSTERIOR A LA REFORMA

El ltimo (sexto) captulo del libro del seor Struve est


dedicado al problema ms importante: al desarrollo econmico d
Rusia. Su contenido terico se divide en las siguientes partes: 1)
superpoblacin en la Rusia agraria, su carcter y caus*sf 2) dife
renciacin del campesinado, su significacin y causs; 3) papel
del capitalismo industrial en la ruina de los campesinos; 4) las
explotaciones agrcolas privadas y el carcter de su desarrollo y
5) problema de los mercados para el capitismo ruso. Antes de
ponemos a analizar los argumentos del seor Struve en cada uno
de los cinco puntos, nos detendremos en sus observaciones acerca
de la Reforma campesina.
El autor protesta contra la interpretacin idealista que de
ella se hace y seala las fiecesidades del pas, que exigan la ele
vacin de la productividad del trabajo; asimismo seala el rescate
de tierras y la presin desde abajo. Es una lstima que no haya
expresada c plenitud su legtima protesta. Los populistas dicen
nue la leforma s debi al desarrollo de las ideas humanistas y
"emancipadoras en la sociedad. Este hecho es indudable, pero
explicar por l la Reforma equivale a caer en una redundancia
incoherente y a reducir la emancipacin a las ideas emancipa
doras. El materialista estima necesario someter a un anlisis es
pecial el contenido de las medidas realizadas para llevar esas ideas
a la prctica. No ha habido en la historia ni una sola reforma
importante, aunque haya tenido un carcter de clase, por la que no
se haya abogado pronunciando elevadas palabras v hablando de
nobles ideales. Lo mismo puede decirse de la Reforma campe
sina. Si prestamos atencin al contenido real de los cambios que

L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

443

tracto de los razonamientos del autor hace que sus formulaciones


sean incompletas y que, cuando seala correctamente la existen
cia de tal o cual.proceso, no analice qu clases surgan mientras
ste se desarrollaba, qu clases fueron vehculo del proceso, eclip
sando a otras capas de la poblacin subordinadas a ellas: en una
palabra, el objetivismo del autor no alcanza el nivel de materialis
mo, en el sentido que antes dimos a estos trminos *.
Fundamentaremos esta apreciacin de los captulos ya men
cionados del trabajo del seor Struve al analizar algunas de sus
tesis ms importantes.
Es muy atinada la observacin del autor de que en la his
toria rusa encontramos, casi desde las primeras pginas, la de
pendencia (jurdica y econmica) de los productores directos res
pecto de los seores como satlite histrico del idilio de la produc
cin popular .(81). En la poca de la economa natural, el cam
pesino era esclavizado por el terrateniente; no trabajaba para s,
sino para el boyardo, para el monasterio, para el seor feudal,
y el seor Struve opone con pleno fundamento este hecho hist
rico a las fbulas de nuestros socilogos excepcionalistas, de que los
medios de produccin pertenecan al productor (81). Esas f
bulas son una de las muchas tergiversaciones de la historia rusa
que con tanta generosidad practicaron siempre los populistas para
amaar sus utopas pequeoburguesas. Temerosos de mirar de
frente la realidad, temerosos de llamar a esa opresin por su ver
dadero nombre, recurrieron a la historia y presentaron las cosas
como si la pertenencia de los medios de produccin al productor
*
De la relacin entre el objetivismo y el materialismo habla, entre
otras cosas, Marx en el prefacio de su obra Der achtzehnte Brumaire des
Louis Bcmaparte. Marx, luego de decir que Proudhon escribi sobre este
mismo acontecimiento histrico (en su Coup d tat), dice lo siguiente a pro
psito de cmo el punto de vista proudhonista es opuesto al suyo: Por su
parte, Proudhon intenta presentar el golpe de Estado [del 2 de diciembre]
como resultado de un desarrollo histrico anterior. Pero en sus manos la
construccin histrica del golpe de Estado se convierte en una apologa his
trica de su hroe. Cae con ello en el error de nuestros pretendidos histo
riadores objetivos. Yo, por el contrario, demuestro de qu manera la lucha
de clases cre en Francia las circunstancias y las condiciones que permitieron
a un individuo mediocre y ridculo representar el papel de hroe" ( Vorwort
[Prefacio]). (Vase C. Marx y F. Engels, ob. cit., pg. 157. La alusin
a Proudhon se refiere a su libro La revolucin social demostrada por el golpe

d e Estado. Ed.)

444

V.

I.

LENN

luera un principio eterno, la base secular del trabajo campe


sino, y la actual expropiacin del campesino no se debiera, en
virtud de ello, a, la. sustitucin del plusproducto feudal por la plus
vala burguesa, a la organizacin capitalista de nuestra economa
social, sino a la casualidad de una poltica desacertada, a una
temporal desviacin del camino trazado por toda la vida hist
rica de la nacin (seor Iuzhakov, citado por P. Struve en la
pgina 15). Y no les daba vergenza contar esas fbulas absurdas
a propsito de un pas en el que haca muy poco haba cesado * la
explotacin feudal del campesino en las formas ms brutales, for
mas asiticas, en las que no slo los medios de produccin no
pertenecan al productor, sino que ste mismo apenas se distingua
de cualquier medio de produccin. El seor Struve opone con
mucho tino a este meloso optimismo la spera observacin de
Saltikov acerca de la vinculacin entre la produccin popular y
el rgimen de servidumbre, acerca de que ia abundancia de la
poca de la base secular nicamente [prstese atencin a estoj
era para los descendientes de los guardias imperiales y otras mi
licias (83).
Sealaremos adems la siguiente observacin del seor Stru
ve, que se refiere concretamente a determinados hechos de la rea
lidad rusa y contiene una idea muy acertada. Cuando los pro
ductores empiezan a trabajar, no ya para el mercado local, exac
tamente delimitado, sino para un mercado lejano e indeterminado,
y se desarrolla la competencia, la lucha por el mercado, estas con
diciones llevan al progreso tcnico [ . . . ] una vez que la divisin
del trabajo se hace posible, debe aplicarse con la mayor amplitud,
pero antes de que la produccin se reorganice tcnicamente, la
influencia de las nuevas condiciones de intercambio (de venta
en el mercado) se manifestar en que los productores pasarn a
depender econmicamente del comerciante (el mayorista), hecho
que tiene una importancia decisiva en el aspecto social. Eso lo
pierden de vista nuestros autnticos marxistas como el seor V. V.,
cegados por la importancia del progreso tcnico (98). Esta obser
*
No puede decirse siquiera que ha cesado en forma definitiva. Por
una parte, tenemos el pago del rescate ( y es sabido que lo constituye no slo
el precio de la tierra sino el rescate de la servidumbre); por otro lado, tene
mos un pago en trabajo de los campesinos por los recortes, vestigio directo
le modo feudal de produccin.

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

445

vacin de que la aparicin del mayorista tuvo una importancia


decisiva es muy atinada. Decisiva en el sentido de que demuestra
ya, sin dejar lugar a dudas, la existencia de la organizacin capi
talista de la produccin, y prueba que es tambin aplicable a Kusia la tesis de que, la economa mercantil, la economa monetaria,
es una economa capitalista que origina esa subordinacin del
productor al capital, de la que no hay otra salida que la actividad
independiente del propio productor. Desde el instante mismo en
que entre el consumidor y el productor se interpone el empresario
capitalista cosa inevitable cuando se produce para un mercado
amplio e impreciso, tenemos ante nosotros una de las formas de
produccin capitalista. Y el autor agrega con razn que, si se
entiende por produccin kustar una produccin en la que el pro
ductor, trabajando para un mercado incierto y lejano, goza de ple
na independencia econmica, resultar, quiz, que en la realidad
rusa casi no existe esa verdadera produccin kustar. Mal hace
el autor en poner ese quiz y en emplear el tiempo futuro: el
predominio del sistema de la gran produccin basada en el tra
bajo a domicilio y la plena esclavizacin del kustar por el mayo
rista es un hecho generalmente difundido y que predomina en la
actual organizacin de nuestras industrias de kustares. Esta orga
nizacin, adems de ser capitalista, resulta, como seala el autor
con mucho acierto, extraordinariamente ventajosa para los capi
talistas, pues les asegura enormes ganancias, permite establecer
salarios escandalosamente bajos y dificulta en grado sumo la orga
nizacin y el desarrollo de los obreros (pgs. 99-101). No podemos
dejar de sealar; que el predominio de la explotacin capitalista en
nuestras industrias de kustares es conocido de antiguo, pero los
populistas, con la mayor desvergenza, fingen ignorarlo. Puede
decirse que en cada nmero de sus revistas y peridicos en que
se habla de este asunto encontramos lamentaciones de que el go
bierno apoya artificialmente el gran capitalismo [cuya artificialidad consiste en que es grande, y no pequeo, en que es fabril
y no artesanal, en que es mecnico, y no manual] y no hace nada
para satisfacer las necesidades de la industria popular. Aqu se
ve con toda nitidez la estrechez de miras del pequeo burgus,
que lucha por el pequeo capital contra el grande y, obstinado,
cierra los ojos al hecho, establecido en forma irrefutable, de que
en esa industria popular existe la misma contradiccin de inte
reses y que, por lo tanto, la salida no est en miserables crdi

446

V.

t.

LEN IN

tos, etc., etc. Puesto que el pequeo propietario, atado a su em


presa y presa del temor constante de perderla, mira todo esto como
algo terrible, como una especie de agitacin a favor de una
justa remuneracin del trabajo, como si el propio trabajo no creara
con su fruto esa remuneracin, se comprende que el represen
tante de la masa trabajadora de los kustares slo puede ser el pro
ductor que se encuentra en las condiciones artificiales, de in
vernculo!, de la industria fabril *.
Nos detendremos tambin a analizar los razonamientos del
seor Struve acerca de la agricultura. El trasporte a vapor obliga
a pasar a la economa basada en el intercambio y convierte la
produccin agrcola en mercantil. A su vez, el carcter mercantil
de la produccin exige necesariamente su racionalizacin eonmica y tcnica (110). El autor considera esta tesis un argumento
de particular importancia contra los populistas, que con aire triun
fal sealan que no han sido probadas (segn ellos) las ventajas de
la gran produccin en la agricultura. Quien se basa en la doctrina
de Marx objeta el autor no debe negar la importancia de las
peculiaridades econmicas y tcnicas de la agricultura, gracias a
las cuales las pequeas haciendas tienen en ciertos casos ventajas
econmicas sohre las grandes, aunque el propio Marx negaba im
portancia a estas peculiaridades (111). Es ste un pasaje muy
confuso. De qu peculiaridades habla el autor? Por qu no las
enumera con toda precisin? Por qu no indica dnde y cmo
expres Marx su, opinin a este respecto y con qu fundamento se
estima necesario enmendarle la plana?
La pequea produccin agrcola contina el autor debe
adquirir un carcter cada vez ms mercantil, y para ser empresas
viables las pequeas haciendas agrcolas deben satisfacer las exi
gencias generales de la racionalizacin econmica y tcnica ( 111 ).
Lo que importa no es si las pequeas empresas agrcolas van a
ser o no engullidas por las grandes difcilmente cabe esperar tal
desenlace de la evolucin econmica, sino la metamorfosis que
est sufriendo toda la economa nacional bajo la influencia del
intercambio. Los populistas pierden de vista que el desplazamien
to de la economa natural por la basada en el intercambio, debido

*
Todo el proceso se manifiesta en que la pequea produccin (el arte
sanado) se aproxima por algunos de sus elementos al capitalismo y por
otros al trabajo asalariado, privado de medios de produccin (pg. 104).

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPU LISM O

447

a esa dispersin de la industria*, de la que hemos hablado ms


arriba, modifica completamente toda la estructura de la sociedad.
La anterior correlacin entre la poblacin agrcola (rural) y no
agrcola (urbana), cambia en favor de la ltima. El propio tipo
econmico y la psicologa de los productores agrcolas cambian
radicalmente bajo la influencia de las nuevas condiciones de la
vida econmica (114).
El prrafo citado nos aclara lo que el autor ha querido decir
en su perorata acerca de Marx, y al mismo tiempo ilustra con toda
claridad la observacin antes hecha de que el carcter dogmtico
de la exposicin, no basada en una descripcin del proceso con
creto, resta claridad a los pensamientos del autor y hace que su
formulacin sea incompleta. Su opinin de que las concepciones
de los populistas son errneas eS totalmente exacta, pero incom
pleta, porque no seala al mismo tiempo las nuevas formas del
antagonismo de clases que se desarrollan al ser sustituida la pro
duccin irracional por una produccin racional. Por ejemplo, el
autor se limita a recordar de pasada que la racionalizacin econ
mica significa la ms alta renta ( 1 10 ), pero se olvida de agregar
que la renta presupone una organizacin burguesa de la agricul
tura, es decir, en primer lugar, su completa subordinacin al mer
cado y en segundo trmino la formacin en la agricultura de las
mismas clases burguesa y proletariado propias de la industria
capitalista.
Al decir que nuestra agricultura tiene una organizacin no
capitalista, los populistas plantean el asunto de modo monstruosa
mente estrecho y errneo, reducindolo todo al desalojo de las pe
queas haciendas por las grandes. El seor Struve les dice con
mucha razn que al razonar de esa manera pierden de vista el
carcter general de la produccin agrcola, que puede ser (y en
realidad lo es en Rusia) burgus, aun en el caso de la pequea
produccin, del mismo modo que es burguesa la agricultura en
Europa occidental. Las condiciones en las cuales la pequea emnresa independiente ( popular, segn la terminologa de los in
telectuales rusos) se convierte en burguesa son bien conocidas: se
trata, en primer lugar, del dominio de la economa mercantil, la
cual, dado el aislamiento * de los productores, engendra entre ellos
*
Se comprende que se trata del aislamiento econmico. La posesin
comunal de la tierra no lo elimina en absoluto. Aun con la redistribucin

448

V.

I.

LENIN

la competencia y al arruinar a la masa enriquece a unos pocos, y,


en segundo lugar, de la conversin de la fuerza de trabajo en mer
canca y de los medios de produccin en capital, es decir, la sepa
racin del productor de los medios de produccin y la organizacin
capitalista de las ms importantes ramas de la industria. En estas
condiciones, el pequeo productor independiente se ve en una
situacin excepcional en relacin con la masa de los productores,
as como' ahora, en nuestro pas, los propietarios realmente inde
pendientes son una excepcin entre la masa, que trabaja para otros
y no slo no tiene ya una empresa independiente', sino ni siquiera
medios de subsistencia para una semana. La situacin v los intereses
del propietario independiente lo apartan de la masa de los produc
tores, quienes viven, principalmente, del salario. Mientras estos
ltimos reivindican una remuneracin justa, prerrequisito necesa
rio del problema fundamental de dar una estructura diferente a la
economa social, el primero se interesa mucho ms por otras cosas:
el crdito, y sobre todo el pequeo crdito popular, aperos me
jores y ms baratos, la organizacin de la venta, la ampliacin
de la posesin de la tierra", etc., etc.
La propia ley que hace que las grandes empresas tengan ven
tajas respecto de las pequeas slo rige para la economa mer
cantil y, por lo tanto, no puede ser aplicada a empresas que no han
sido incorporadas definitivamente a la rbita de la economa mer
cantil, que no se hallan subordinadas al mercado. Por eso el ar
gumento ( en el que, dicho sea de paso, se ejercit tambin el seor
V. V.) de que la decadencia de las haciendas de los aristcratas
despus de la reforma, y el arrendamiento de tierras de propiedad
privada por los campesinos refutan la opinin de que nuestra
agricultura sufre una evolucin capitalista, demuestra nicamen
te una incomprensin absoluta del asunto por parte de quienes
lo esgrimen. Se comprende que la destruccin de las relaciones
feudales, bajo las cuales el cultivo crra a cargo de los campesi
nos, motivara la crisis de los terratenientes. Pero sin hablar ya de
que esa crisis nicamente llev a un empleo cada vez mayor del
trabajo de peones y jornaleros, que sustituy las caducas formas
*emfeudales del trabajo (el pago en trabajo), la propia hacienda
campesina empez a cambiar esencialmente de carcter: se vio
ms "igualitaria de la tierra, el campesino trabaja aisladamente su campn
y, por lo tanto, es un productor aislado.

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

449

obligada a producir para el mercado, lo que no tard en provocar


la diferenciacin de los campesinos en pequea burguesa rural
v proletariado agrcola. Esta diferenciacin resuelve en forma de
finitiva el problema del capitalismo en Rusia. El seor Struve
aclara este proceso en el captulo V, donde observa: El pequeo
agricultor se diferencia: por una parte, se desarrolla un campesi
nado econmicamente fuerte [habra que decir burgus] y por
la otra un campesinado de tipo proletario. Los rasgos de la pro
duccin popular s combinan! con los de la capitalista en un mismo
cuadro, bajo el cual se ve con claridad la inscripcin: la chusma
avanza (pg. 177).
A este aspecto de la cuestin, a la organizacin burguesa de
la nueva agricultura, de la agricultura racional, es al que se
debera prestar atencin. Habra que mostrar a los populistas que,
al soslayar ese proceso, se convierten de idelogos de los campesi
nos en idelogos de la pequea burguesa. La elevacin de la
produccin popular por ellos ansiada slo puede significar,
dada esa organizacin de la economa campesina, elevacin de
la pequea burguesa. Por el contrario, quienes se refieren al pro
ductor que vive bajo las relaciones capitalistas ms desarrolladas,
exoresan con acierto los intereses de dicho productor pero tam
bin de toda la gigantesca masa de los campesinos proletarios.
La exposicin poco convincente, incompleta y superficial del
seor Struve hace que, al hablar de la agricultura racional, no des
criba su organizacin econmicosocial; que, al mostrar cmo el
trasporte a vapor sustituye la produccin irracional por la racional,
la natural por la mercantil, no describa la nueva forma del anta
gonismo de clases que surge al mismo tiempo.
Este mismo defecto en la formulacin de los problemas se
observa en la mayor parte de los razonamientos de los captulos
que analizamos. Como botn de muestra pondr algunos ejem
plos ms. La economa mercantil y la amplia divisin social del
trabajo dice el autor se desarrollan apoyndose en la institu
cin de la propiedad privada, en los principios de la libertad eco
nmica y en el sentimiento del individualismo (91). El progreso
de la produccin nacional est ligado al grado de dominio de
la institucin de la propiedad privada sobre la sociedad. Quiz
sea lamentable, pero as ocurre en la realidad; se trata de una co
existencia establecida emprica e histricamente. Hoy en da,
cuando se tratan con tanta ligereza las ideas y los principios del

450

V.

X.

LEN IN

siglo x v i i i , repitiendo en el fondo los mismos errores de entonces,


se olvida con excesiva frecuencia este vnculo cultural histrico
del p r o g r e s o econmico con la institucin de la propiedad privada,
de los principios de la libertad econmica con el sentimiento del
individualismo. Slo si se ignora este vnculo se puede confiar en
que el progreso econmico en una sociedad poco desarrollada eco
nmica y culturalmente sea posible sin la realizacin de tales prin
cipios. Nosotros no sentimos gran simpata por esos principios y
comprendemos perfectamente su carcter histrico pasajero, pero
al mismo tiempo no podemos dejar de ver su enorme fuerza cultu
ral, de un carcter no slo negativo sino tambin positivo. Slo
puede no verla el idealismo, que en sus elucubraciones se cree
desvinculado de toda continuidad histrica (91).
El autor tiene mucha razn cuando registra objetivamente
las coexistencias histricas, por eso produce mayor disgusto el
hecho de que no acabe de decir las cosas. Siente uno el deseo
de acuciarle: dgalo todo, reduzca todas sus formulaciones ge
nerales y sus referencias histricas a un perodo determinado de
la historia de Rusia, y presntelas de modo que demuestren en qu,
y por qu, precisamente, se distingue su opinin de la de los po
pulistas, comprelas con la realidad, que debe servir de criterio
para el marxista ruso, y muestre las contradicciones entre las cla
ses, veladas por todos esos progresos y todas esas culturas! *
El progreso y la "cultura que trajo la Rusia posterior a la
Reforma estn sin duda alguna vinculados a la institucin de la
propiedad privada; sta no slo fue realizada por primera vez,
con toda plenitud, gracias al nuevo proceso civil litigioso, que
asegur ante los tribunales esa misma igualdad, encarnada en
la vida por el trabajo libre* y su venta al capital; se extendi a las
posesiones tanto de los terratenientes, eximidos de toda carga fis
cal, como de los campesinos, que se convirtieron en propietarios,
e inclusive fue tomado como bas, de los derechos polticos de los
ciudadanos en cuanto a Su participacin en la administracin mu
nicipal (censo), etc., etc. Ms indudable es todava la ligazn
*
Contra principia negantem disputari non potest [con quien niega
principios no se puede discutir. Ed.], dice el autor refirindose a la discusin
con los populistas. Eso depende de cmo se formule esos principios, como
tesis general y como referencia, o como una comprensin distinta de tul^s
y cuales hehos de la historia y la realidad rusas,

EL CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

451

de nuestro progreso con los principios de la libertad econmica:


ya hemos odo decir a nuestro populista en su primer capitulo
que es libertad consisti en liberar a los modestos y barbudos"
acaparadores de la tierra rusa de la necesidad de inclinarse ante
cualquier pequeo funcionario de la polica. Ya nos hemos reteriao a como el sentimiento del individualismo fue creado por
el desarrollo de la economa mercantil. Si reunimos todos estos
rasgos del progreso patrio, no podremos por menos de extraer la
conclusin (como lo hizo el populista de la dcada del 70) de que
este progreso y esta cultura iueron enteramente burgueses. L.a
Kusia actual es mucho mejor que la anterior a la reforma, pero
como ello se debe por entero a la burguesa y a sus agentes e
idelogos, los productores no han sacado provecho alguno. Para
ellos la mejora slo signific el cambio de la forma del plusproducto, mtodos mejores y ms perfectos para separar al productor
de los medios de produccin. Por eso los seores populistas reve
lan la ms increble ligereza y falta de memoria cuando dirigen
su protesta contra el capitalismo ruso y el sistema burgus a quie
nes lo introdujeron y lo mantienen. De los seores populistas slo
puede decirse: ni a los suyos reconocen!
Est ms all de la capacidad del populista contemporneo
coincidir con esta apreciacin de la Rusia y la sociedad posterio
res a la Reforma. Mas para discutirla tendra que negar el carc
ter burgus de la Rusia posterior a la Reforma, negar aquello con
tra lo que protestaba su antepasado lejano, el populista de la
ucada del 70, que iba al pueblo a buscar entre los productores
directos garantas para el futuro. Naturalmente, el populista
contemporneo no slo puede negar esto, sino que, adems, quiz
afirme que en este aspecto se ha producido un cambio favorable;
pero si obrara as demostrara a quienes an no lo ven que slo
es un hurguesito comn.
Como podr ver el lector, slo debo redondear el planteamien
to del seor Sruve, formularlo de modo distinto: decir lo mismo
en forma diferente. Surge la pregunta: hay necesidad de ello?
Vale la pena detenerse con tanto detalle en estas adiciones y con
clusiones? No se desprenden de por s?
Me parece que s vale la pena, por dos razones. Primero por
que el estrecho objetivismo del autor es en extremo peligroso, ya
que llega hasta olvidar la lnea de demarcacin entre los viejos ra
zonamientos profesorales acerca de las vas y los destinos de la

452

V.

I.

LENIN

patria, tan enraizados en nuestra literatura, y la caracterizacin


exacta del proceso real, impulsado por clases determinadas. Su
objetivismo estrecho, su marxismo inconsecuente, es el principal
defecto del libro del seor Struve, y habr que detenerse en l con
detalle para demostrar que no proviene del marxismo, sino de una
aplicacin inadecuada de l; para demostrar que no proviene de
que el autor haya visto otros criterios de su teora que la realidad,
ni de que haya extrado de la doctrina otras conclusiones prcticas
(otras no pueden extraerse, repito, sin tergiversar todas sus tesis
principales), sino de que se limit a exponer un aspecto, el ms
general de la teora, y no lo aplic en forma plenamente conse
cuente. En segundo lugar, no se puede dejar de estar de acuerdo
con el pensamiento expresado por el autor en el prefacio, cuando
dice que antes de criticar a los populistas-en cuestiones secunda
rias es necesario exponer los propios fundamentos de las diver
gencias (V II) mediante una polmica basada en principios.
Pero precisamente para que ese objetivo no quede sin alcanzar,
hay que concretar el sentido de casi todas sus formulaciones, hay
que aplicar sus indicaciones demasiado generales, a problemas con
cretos de la historia y la realidad de Rusia. En estos problemas
los marxistas rusos tienen an que desplegar una gran labor de
revisin de hechos desde el punto de vista materialista revelar
las contradicciones de clase en la actividad de la sociedad y del
Estado, veladas por las teoras de la intelectualidad y por
ltimo establecer la vinculacin que existe entre las infinitas y di
versas formas de apropiacin del plusproducto en las empresas
populares rusas y la ms avanzada y desarrollada forma capita
lista de esa misma apropiacin, que encierra las garantas para
el futuro y pone hoy en primer plano la idea y la misin histrica
del productor. Por ello, por ms audaz que pueda aparecer el
intento de resolver estos problemas, por numerosas que sean las
enmiendas que aporte un estudio dtallado, merece la pena sealar
aspectos concretos para suscitar na discusin lo ms general y
amplia posible sobre ellos.
El punto culminante del estrecho objetivismo del seor Stru
ve, que da origen a su planteamiento errneo de los problemas,
es el constituido por sus razonamientos en torno de List y de su
notable doctrina acerca de una confederacin de fuerzas pro
ductivas nacionales", acerca de la importancia del desarrollo de la
industria fabril para la agricultura, y acerca de la superioridad de

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

453

los pases industriales y agrarios sobre los exclusivamente agra


rios, etc., etc. El autor estima que esa doctrina habla muy con
vincentemente de la inevitabilidad histrica y de la legitimidad del
capitalismo en el amplio sentido de la palabra (123), y del pode
ro histrico-culturai de la triunfante produccin de mercan
cas (124).
Aqu puede apreciarse con singular claridad el carcter pro
fesoral de los razonamientos del autor, que parece situarse por en
cima de todos los pases concretos, de los perodos concretos de la
historia, de clases concretas. Esta apreciacin nuestra es igual
mente cierta tanto si la consideramos desde el punto de vista te
rico o del prctico. Empecemos por el primero. No es, acaso, ex
trao pensar que se puede convencer a alguien de la inevitabili
dad histrica y de la legitimidad del capitalismo para un deter
minado pas si se recurre a formulaciones abstractas, dogmticas,
acerca de la importancia de la industria fabril? No es un error
plantear el problema en ese terreno tan del agrado de los profeso
res liberales de Rsskoie Bogatstvo? No debe obligatoriamente
el marxista reducir el problema a descubrir qu es lo que existe
y por qu es as y no de otro modo?
Los populistas consideran que nuestro capitalismo es artifi
cial, una flor de invernculo, y lo estiman as porque no pueden
comprender su relacin con toda la organizacin mercantil de
nuestra economa social y no ven sus races en nuestra produccin
popular. Si se les muestra esa relacin y esas races, si se les
muestra que el capitalismo domina en su forma menos desarrolla
da, y por consiguiente; la peor, tambin en la produccin popular,
se les habr probado la inevitabilidad del capitalismo ruso. Si se
les hace ver que este capitalismo, al elevar la productividad del
trabajo y socializarlo, desarrolla y revela el antagonismo social,
de clases, que ha surgido por doquier en la produccin popular,
se les habr probado la legitimidad del gran capitalismo ruso.
En cuanto al lado prctico de este razonamiento, que se vincula
con el problema de la poltica comercial, puede decirse lo siguien
te. Los marxistas rusos, si bien subrayan ante todo y sobre todo
que el problema de la libertad de comercio y del proteccionismo
es un problema capitalista, un problema de la poltica burguesa,
deben ser partidarios de la libertad de comercio, ya que en Rusia
se manifiesta con fuerza particular el carcter reaccionario del pro
teccionismo, que frena el desarrollo econmico del pas y benefi

454

V. . L E N N

cia, no a toda la clase burguesa, sino a un puado de magnates


todopoderosos, y ya que la libertad de comercio significa la acele
racin del proceso que proporciona los medios para liberarse del
capitalismo.
El ltimo (X I) del captulo III est dedicado al anlisis del
concepto de capitalismo. El autor seala con mucho tino que esta
palabra se emplea muy libremente y cita ejemplos de una manera
"muy estrecha" o muy amplia de interpretarla, pero no establece
rasgos concretos y precisos; el concepto capitalismo, a pesar del
anlisis del autor, ha quedado sin analizar. Sin embargo, se dira
que ello no debe presentar gran dificultad, puesto que ese con
cepto fue introducido por Marx en la ciencia y fundamentado con
hechos. Pero tampoco en este caso ha querido el seor Struve con
tagiarse de ortodoxia. El propio Marx dice se imaginaba el
proceso de conversin de la, produccin mercantil en mercantil ca
pitalista quiz ms impetuoso y rectilneo de lo que es en realidad
(pg. 127, nota). Es posible. Pero como sta es la nica concep
cin fundamentada cientficamente y confirmada por la historia
del capital y, como adems, nosotros no conocemos otras quiz
menos inpetuosas y rectilneas, invocaremos precisamente a
Marx. Los rasgos esenciales del capitalismo son, segn su doctrina:
(1) la produccin de mercancas como forma general de la pro
duccin. El producto adquiere la forma de mercanca en los ms
diversos organismos de la produccin social, pero slo en la pro
duccin capitalista esa forma del producto del trabajo es general
y no constituye una excepcin, un caso aislado, fortuito. El se
gundo rasgo del capitalismo (2) es que no slo el producto del
trabajo, sino el trabajo mismo, es decir, la fuerza de trabajo del
hombre, adquiere la forma de mercanca. El grado de desarrollo
de la forma mercantil de la fuerza de trabajo caracteriza el grado
de desarrollo del capitalismo *. Con la ayuda de esta caracteriza
cin nos resultar) fcil orientarnos entre los ejemplos de compren
sin errnea del trmino que aparecen en la obra de Struve. Es
*
Das Kapital, II. Band (1885), S. 93 (E l capital, t. II (1885), pg.
93. |
E d. ). Hay que hacer la reserva de que en el pasaje indicado Marx no
hace, ni mucho menos, una definicin del capitalismo. En general, no se

dedicaba a hacer definiciones. Aqu slo se refiere a la relacin entre la


produccin de mercancas y la capitalista, punto que trata el texto.

EL CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

455

indudable que contraponer el sistema vigente en Rusia al capita


lismo, basndose en el atraso tcnico de nuestra economa nacio
nal, en el predominio del trabajo manual, etc., etc., cosa aue los
populistas hacen con harta frecuencia, no puede ser ms absurdo,
pues el capitalismo existe tanto donde el nivel tcnico es bajo como
donde est muy desarrollado, y Marx subraya reiteradas veces en
El capital que el capital empieza subordinando a s mismo la pro
duccin tal como la encuentra v slo ms tarde la trasforma tcni
camente. Es indudable que la Hausindustrie alemana y el "sistema
de la gran produccin basada en el trabajo a domicilio en Rusia
constituyen una organizacin capitalista de la industria, pues en
ellos no slo predomina la produccin de mercancas, sino aue, ade
ms, el dueo del dinero domina a] productor y se apropia del sobrevalor. Es indudable que oponer el capitalismo de Europa occidental
a los campesinos rusos poseedores de tierra, como gustan de ha
cerlo los populistas, tampoco demuestra otra cosa que la incom
prensin de lo que es el capitalismo. Tambin en Occidente, como
seala muy justamente el autor, existe en algunos lugares una
"economa campesina seminatural (124), pero este hecho no eli
mina, ni en Occidente, ni en Rusia, el predominio de la produc
cin de mercancas, ni la subordinacin de la inmensa mayora
de los productores al capital, esa subordinacin que antes de al
canzar su desarrollo superior, mximo, pasa por muchas etapas que
los populistas prefieren no ver, a pesar de que Marx explic esto
con toda precisin. Esa subordinacin empieza con el capital co
mercial y con el usurario, y despus pasa al capitalismo industrial,
aue a su vez es al principio muy primitivo desde el punto de vista
tcnico y no se distingue en nada de los viejos sistemas de pro
duccin, organiza luego la manufactura sta sigue basada en el
trabajo manual, en las pequeas industrias artesanales, que son
las dominantes, y no corta los lazos del obrero asalariado con la
tierra, y termina su desarrollo con la gran industria mecanizada.
Slo esta ltima fase, la superior, punto culminante del desarrollo
del capitalismo, crea un obrero completamente expropiado y libre
como un pjaro *; slo ella, engendra (tanto en el aspecto material
como en el social) la significacin unificadora del capitalismo,
*
Los populistas siempre presentan las cosas como sj el obrero sfn tierra
fuera una condicin necesaria del capitalismo en general, y no tan slo de la
industria mecanizada.

456

V.

I.

LEN IN

que los populistas atribuyen al capitalismo en general; slo ella


contrapone al capitalismo con su "propio hijo.
El cuarto captulo de la obra, titulado Progreso econmico y
progreso social, es la continuacin directa del tercero y pertenece
a la parte del libro que esgrime contra los populistas datos de la
"experiencia de la humanidad. Tendremos que detenernos aqu,
en primer lugar, en una equivocada concepcin del autor [o en
vina expresin poco afortunada] acerca de los partidarios de Marx,
y en segundo lugar, en la formulacin de los objetivos de la crtica
econmica del populismo.
El seor Struve dice que Marx conceba el paso del capitalis
mo a un nuevo rgimen social como una brusca cada, como el
derrumbe del capitalismo (el seor Struve cree que permiten su
ponerlo as algunos pasajes de Marx, cuando en realidad esa opi
nin puede hallarse en todas sus obras). Los partidarios de Marx
luchan por reformas. En el punto de vista que Marx sustentaba
en la dcada del 40 se introdujo una importante rectificacin:
en lugar de un "abismo entre el capitalismo v el nuevo rgimen, se
reconoci aue deba haber toda una serie de transiciones.
No podemos admitir que eso sea correcto. Los partidarios de
Marx no introdujeron rectificacin alguna, ni importante ni no
importante, en las concepciones de Marx. La lucha por las refor
mas no implica una rectificacin, no corrige la teora acerca del
abismo y de la cada brusca, ya que esa lucha se despliega con un
fin reconocido abierta y claramente: llegar a esa cada. Y el he
cho de rme ello requiere toda una serie de transiciones de una fase
de lf> lurha, de un peldao, al siguiente, es cosa que Marx admita
va en 1a. dcada del 40, cuando dijo en el Manifiesto que no se po
da seoatar del movimiento obrero (y, por lo tanto, de la lucha por
las reformas), el movimiento hacia un nuevo rgimen social, y l
mismo propuso en conclusin varias medidas prcticas *.
Si el seor Struve quiso sealar el desarrollo del punto de
vista de Marx, tiene razn, claro est. Pero en tal caso, no vemos
ah una rectificacin a sus concepciones, sino todo lo contrario:
su aplicacin, su realizacin.
Tampoco estamos de acuerdo con la actitud del autoi hacia el
populismo.
Nuestra literatura populista dice hizo suya la oposicin
Vase C. Marx y F. Engels, ob. cit., pgs. 22-27. (Ed.)

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

457

existente entre la riqueza nacional y el bienestar del pueblo, entre


el progreso social y el progreso de la distribucin (131).
El populismo no hizo suya esa oposicin; slo se limit a
comprobar que en la Rusia posterior a la Reforma exista la misma
contradiccin entre el progreso, la cultura y la riqueza, por una
parte, y por la otra la separacin del productor de los medios de
produccin, la disminucin de la parte del productor en el pro
ducto del trabajo popular y el aumento de la miseria y el desem
pleo, contradiccin que tambin en Occidente ha creado la oposi
cin de que hablamos.
. . . En virtud de su carcter humanista, de su amor por el
pueblo, esa literatura resolvi inmediatamente el problema en fa
vor del bienestar popular, y como algunas formas de la economa
popular (la comunidad rural, los arteles) encarnaban al parecer
ios ideales de igualdad econmica, y por lo tanto aseguraban el
bienestar del pueblo, y como el progreso de la produccin bajo la
influencia de un mayor intercambio na prometa, ni mucho menos,
favorecer esas formas, cuyas bases econmicas y psquicas elimi
naba, los populistas sealaron la triste experiencia del progreso de
la produccin en Occidente, basado en la propiedad privada y en
la libertad econmica, y opusieron a la economa mercantil, al ca
pitalismo, una llamada produccin popular, que garantiza el
bienestar del pueblo como ideal econmicosocial por cuya conser
vacin y desarrollo deben luchar en Rusia los intelectuales y el
pueblo.
Este razonamiento revela con toda nitidez la falla en la tesis
del seor Struve. Presenta al populismo como una teora huma
nista que hizo suya la oposicin entre la riqueza nacional y la
pobreza del pueblo y resolvi el problema, en favor de la distri
bucin porque la experiencia de Occidente no prometa el
bienestar del pueblo. Y el autor se pone a discutir esa solucin
del problema, perdiendo de vista que lucha contra el manto idea
lista y, adems, soador e ingenuo del populismo, y no contra su
contenido; perdiendo de vista que l mismo, al plantear el caso
al estilo profesoral, como lo hacen los populistas, comete un grave
error. Como ya hemos sealado, el contenido del populismo re
fleja los puntos de vista y los intereses del pequeo productor ruso.
E l humanitarismo y el amor al pueblo de la teora eran conse
cuencia de la opresin a que se vea sometido el pequeo produc
tor, que sufra cruelmente tanto a causa del sistema y las tradicio

458

V. I. L E N I *

nes de la antigua nobleza como del yugo del grar- capital. La


actitud del populismo hacia Occidente'1 y hacia su influencia en
Rusia no se debi, claro est, a que hiciese suya tal o cual idea,
que provena dq Occidente, sino a las condiciones de vida del pe
queo productor: ste estimaba en contra suya al gran capitalismo,
que asimilaba la tcnica de Europa occidental *, y al verse opri
mido por l, ide ingenuas teoras que no explicaban la poltica
capitalista por la. economa capitalista, sino a la inversa, ei capita
lismo por la poltica, y declaraban que el gran capitalismo era algo
ajeno a la vida rusa, algo trado de fuera, La sujecin a su per
quea empresa aislada impeda al pequeo productor comprender
ei verdadero carcter del Estado, y apelaba a l para que lo ayu
dara a desarrollar la pequea produccin (la produccin popu
lar ) . El exiguo desarrollo de las contradicciones de clase, propio
de la sociedad capitalista rusa, hizo que la teora do estos idelogos
de la pequea burguesa apareciera como defensa de los intereses
del trabajo en general.
En vez de demostrar lo absurdo del enfoque del problema por
los populistas, y de atribuir la solucin que stos le dan a las con
diciones materiales de vida del pequeo productor, el propio se
or Struve incurre, al plantear la cuestin, en un dogmatismo que
recuerda la eleccin de los populistas entre el progreso econmico
y el social.
El objetivo de la crtica de las bases econmicas del populis
mo [ . . . ] es [ . . . ] demostrar lo siguiente:
1) El progreso econmico es una condicin necesaria del pro
greso social; este ltimo nace histricamente del primro, y cuando
se alcanza determinado grado de desarrollo debe surgir y surge
efectivamente una interaccin orgnica, un condicionamiento rec
proco de los dos procesos (133).
En trminos generales, este planteamiento es, claro est, com
pletamente acertado. Pero ms bien traza los objetivos de la cr
tica de las bases sociolgicas del populismo que de las econmi
cas: en, el fondo es una formulacin diferente de la doctrina segn
la cual el desarrollo de la sociedad est determinado por el de las
fuerzas productivas, teora a la que nos referimos en los captulos I
y II. Para hacer la crtica de las bases econmicas del populis
mo, eso no basta.. Hay que formular de modo ms concreto el
* Comprete eos 1 artculo d# Otcfwstvimnu Zapiski antes citado.

EL CONTKNTDO ECONMICO DEL POPULISM O

459

problema, hay que pasar del progreso en general al progreso


capitalista de la sociedad rasa, a los errores en la comprensin de
este proceso que dieron origen a las ridiculas fbulas populistas de
la tabula rasa, de la produccin popular, de la falta de base del
capitalismo ruso, etc., etc. En vez de hablar de la interaccin que
surge entre el progreso econmico y el social, hay que sealar (o
esbozar, por lo menos) los fenmenos definidos del progreso social
en Rusia en los que los populistas no ven tales y tales races econ
micas *.

2) Por ello, el problema de la organizacin de la produc


cin/ y del grado de productividad del trabajo es ms importante
que el de la distribucin; bajo ciertas condiciones histricas con*
cretas en las que la productividad del trabajo del pueblo es absoluta
y relativamente muv baja, la importancia primordial del factor
produccin se manifiesta con particular fuerza.
El autor se basa, al decir eso, en la teora de Marx acerca de
la importancia secundaria de la distribucin. Sirve de epgrafe al
captulo IV un pasaje de la crtica de Marx al Programa de Gotha 80 41, en la que Marx opone al socialismo vulgar el socialismo
cientfico, que no concede una importancia esencial a la distribu
cin y estima que el rgimen social se debe a la organizacin de
las relaciones de produccin, y que dicha organizacin lleva impl
cito determinado sistema de distribucin. Esta idea, como el autor
observa con gran acierto, impregna toda la doctrina de Marx y tiene
una importancia extraordinaria para esclarecer el contenido peaueoburgus del populismo. Pero la segunda mitad de la frase
del seor Struve la vela considerablemente, sobre todo debido al
oscuro trmino factor produccin. Es posible que surja cierta
confusin en cuanto al sentido en que este trmino debe ser com
prendido. El populista sustenta el punto de vista del pequeo pro
ductor, quien se explica sus desgracias de modo harto superficial,
diciendo que es pobre y su vecino el mayorista es rico; que las
autoridades ayudan slo al gran capital, etc., etc.; en una pala
*
Se me puede objetar que me adelanto, pues el autor ha dicho que
piensa pasar paulatinamente de los aspectos generales a los concretos, que
analiza en el captulo VI. Pero la cuestin es aue el carcter abstracto de
la crtica que hace el seor Struve imprime su sello a todo el libro, compren
didos el captulo VI y hasta las conclusiones. Lo que ms requiere ser en
mendado en la obra es precisamente el enfoque d e los problemas.
so Vase: C. Marx y F. Engels, oh. cit., pgs. 451-477. (Ed.)

460

V.

I.

LENIN

bra: lo explica todo alegando peculiaridades de la distribucin,


errores de la poltica, etc. Qu punto de vista le opone el autor?
El del gran capital que contempla con desprecio la miserable
pequea empresa del campesino-artesano y se enorgullece del alto
nivel de desarrollo de su propia industria, de los servicios que ha
prestado al elevar la baja productividad absoluta y relativa del
trabaio popular o el punto de vista de su antpoda, que vive va en
relaciones tan desarrolladas que no puede darse por satisfecho
con referencias a la poltica y a la distribucin y empieza a comnrender oue la causa es ms profunda y reside en la organizacin
co<"jal) de la produccin, en el propio sistema de la economa so
cial, basada en la propiedad individual, v controlada v diri crida por
el mercado? Esa pregunta puede muy bien hacrsela el lector, y
con tanta mayor razn cuanto que el autor emplea a veces la ex
presin factor produccin junto a las palabras sistema de econo
ma (vase pg. 171: los populistas ignoran el factor produccin
hasta un grado que equivale a negar la existencia de cualquier
sistema de economa) y en especial porque al hacer una compara
cin entre la produccin irracional y la racional vela la
relacin entre el pequeo productor y el que ha perdido ya. defini
tivamente, sus medios de produccin. Es indudable que, desde el
punto de vista objetivo, la exposicin del autor no es por ello menos
correcta, y que a quienquiera comprenda el antagonismo inherente
al sistema capitalista, le resultar fcil imaginar la situacin desde
el ngulo de la correlacin mencionada. Pero como todo el mundo
sabe oue es eso precisamente lo que no comprenden los seores
populistas rusos, sera de desear que la polmica con ellos fuese
ms concreta y explcita, v que encerrase la menor cantidad posi
ble de premisas demasiado generales y abstractas.
Como hemos tratado de demostrar con un ejemplo concreto
en el captulo I, toda la diferencia entre el populismo y el marxis
mo consiste en el carcter fie la crtica del capitalismo ruso. Para
criticar el capitalismo, al populista le parece suficiente comprobar
que existe la explotacin y la interdependencia entre sta y la
poltica, etc., etc. El marxista, por su parte, considera necesario
explicar y ligar todos esos fenmenos de explotacin y presentar
los como un sistema de determinadas relaciones de produccin,
romo una formacin econmicosocial particular, cuyas leyes de
funcionamiento y desarrollo deben ser estudiadas objetivamente.
El populista estima que para criticar el capitalismo basta con con

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

461

denarlo desde el punto de vista de los ideales populistas, desde el


punto de vista d la ciencia moderna y las ideas morales contem
porneas. El marxista considera necesario estudiar con todo de
talle las clases que se forman en la sociedad capitalista, y estima
fundada slo la crtica hecha desde el punto de vista de un clase
determinada, una crtica que no se base en el juicio tico del
individuo, sino en la formulacin exacta del proceso que se
produce efectivamente en la sociedad.
Si tratamos de formular, partiendo de esto, los objetivos de la
crtica de los principios econmicos del populismo, resultar, poco
ms o menos, lo siguiente:
Hay que demostrar que la relacin entre el gran capitalismo
ruso y la produccin popular es la existente entre un fenmeno
nue ha alcanzado su pleno desarrollo y un fenmeno sin desarro
llar, la relacin entre la fase superior del desarrollo de la formacin
social capitalista y su etapa inferior *; que la separacin del pro
ductor de los medios de produccin y la apropiacin del producto
de su trabajo por el poseedor de dinero debe explicarse, tanto en
la fbrica como en la comunidad rural, no invocando la poltica o
la distribucin, sino basndose en las relaciones de produccin que
cristalizan necesariamente en la economa mercantil, en la forma
cin de clases cuyos intereses son antagnicos, cosa que caracteriza
a la sociedad capitalista
que la realidad (la pequea produc
cin) que los populistas quieren elevar a un peldao superior, evi
tando el capitalismo, entraa ya el capitalismo con el antagonismo
*
El anlisis del aspecto econmico debe ser completado, naturalmen
te, con el de las superestructuras sociales, jurdicas, polticas e ideolgicas. La
incomprensin de la relacin que guardan el capitalismo y la produccin
popular dio origen entre los populistas a la idea de que la reforma campe
sina, el poder estatal, la intelectualidad, etc., etc., no tenan carcter d e clase.
El anlisis materialista, al reducir todos estos fenmenos a la lucha de clases,
debe mostrar concretamente que nuestro progreso social ruso posterior a
la Reforma slo fue una consecuencia del progreso econmico capitalista.
** La "revisin de los hechos de la realidad econmica rusa, sobre
todo de aquellos de los que los populistas sacan material para sus sueos,
l>ropios de una colegiala, es decir, la economa campesina y de los kustares,
debe demostrar que la causa de la opresin del productor no reside en la dis
tribucin ( el mujik es pobre y el mayorista rico ), sino en las mismas rela
ciones de produccin, en la propia organizacin social de la actual economa
campesina y kustar. Ello aclarar que tambin en la produccin popular
"el problema de la organizacin de la produccin es ms importante que el de
la distribucin.

462

V.

I.

LEN IN

de clases a l inherente y el choque de dichas clases, pero en su


peor forma, oue dificulta la actividad independiente del produc
tor; que por ello los populistas, al cerrar los ojos a los antagonismos
sociales ya surgidos y al soar con otros caminos para la patria,
se convierten en unos utopistas reaccionarios, pues el gran capita
lismo no hace sino desarrollar, desenmaraar y aclarar el conte
nido de dichos antagonismos, existentes por doquier en Rusia.
Muy directamente vinculados a la formulacin demasiado
abstracta de los objetivos de la crtica econmica del populismo
se hallan los razonamientos que hace luego el autor para demos
trar la necesidad v el carcter progresista, no del capitalismo
ruso, sino del de Europa occidental. Aunque no tocan directa
mente el contenido econmico de la doctrina populista, esos razo
namientos son muy interesantes e instructivos. En nuestra litera
tura populista se han odo en muchas ocasiones voces de descon
fianza hacia el movimiento obrero de Europa occidental. Ello se
puso de manifiesto con particular claridad en la ltima polmica
de los seores Mijailovski y Ca. ( Rsskoie Bogatstvo, 1893-1894)
contra los marxistas. An no hemos visto del capitalismo nada
bueno, deca entonces el seor Mijailovski *. Esos necios puntos
de vista pequeoburgueses son refutados brillantemente por los da
tos que proporciona el seor Struve, con tanta mayor razn cuanto
que han sido tomados de la literatura burguesa de nuestros das,
a la que no se puede sospechar de exagerada. Las citas anortadas
por el autor demuestran que todos en Occidente, hasta los bur
gueses, ven que el paso del capitalismo a una nueva formacin
econmicosocial es inevitable.
La socializacin del trabajo por el capitalismo ha avanzado
*
No podemos dejar de sealar que el seor Mijailovski descubre en la
respuesta de Struve que Engels revela autoadmiracin" cuando dice que
el hecho dominante y fundamentaf de la actualidad, que hace que sta sea
mejor que cualquier otra poca y que justifica la historia de su origen, es el
movimiento obrero de Occidente.
Este reproche a Engels es ms que indignante, y caracteriza perfecta
mente al populismo ruso contemporneo.
Esos seores hablan hasta por los codos de la verdad popular, saben
cmo hablar a nuestra sociedad, reprochndole haber elegido mal el ca
mino de la patria; saben cantar dulcemente eso de ahora o nunca y lo can
tan diez, veinte, treinta y ms aos", pero son en todo sentido capaces
de comprender qu importancia tan universal tiene la actividad indepen
diente de aquellos en cuyo nombre se cantan esas empalagosas canciones.

L CONTNID0 ECONOMICO DEL POPULISMO

453

tanto, que inclusive la literatura burguesa habla abiertamente de


la necesidad de una organizacin planificada de la economa na
cional. El autor tiene mucha razn cuando dice que eso es un
signo de la poca, un sntoma de la descomposicin absoluta del
sistema capitalista. Encierran sumo inters las declaraciones, cita
das por el autor, no slo profesores burgueses, sino hasta de los
conservadores, que se. ven obligados a reconocer lo que aun hoy
quieren negar los radicales rusos: que el movimiento obrero ha
sido creado por las condiciones materiales engendradas por el ca
pitalismo, y no simplemente" por la cultura o po otras condicio
nes polticas.
No creo que despus de todo lo expuesto tengamos gran ne
cesidad de detenernos en los razonamientos del autor, de que la
distribucin slo puede progresar basndose en una produccin
racional. Est claro que ello significa que slo el gran capitalismo,
basado en la produccin racional, crea las condiciones que permi
tan al productor levantar cabeza, pensar y ocuparse de s mismo
y de quienes, debido al atraso de la produccin, no se encuentran
en las mismas condiciones.
Nos limitaremos a decir dos palabras acerca de la siguiente
frase del seor Struve: La distribucin extremadamente desigual,
que frena el progreso econmico, no fue creada por el capitalismo:
la hered de aquella poca que los romnticos consideran el
reino de la abundancia (159). Eso es cierto siempre que el autor
slo quiera decir que antes del capitalismo exista tambin una
distribucin desigual, cosa que acostumbran olvidar los seores po
pulistas. Pero no es cierto si niega que el capitalismo haya acen
tuado esa desigualdad. Bajo el feudalismo no hubo ni poda haber
una desigualdad tan acusada como la que existe entre el campesino
arruinado o el paria y el magnate bancario, ferroviario o industrial,
desigualdad creada por la Rusia capitalista posterior a la Reforma.
Pasemos al captulo V. El autor ofrece en l una semblanza
general del populismo como una filosofa econmica. Segn el
seor Struve, los populistas son los idelogos de la economa natu
ral y de la igualdad primitiva (167).
No podemos estar de acuerdo con esa caracterizacin. No
vamos a repetir aqu los argumentos aportados en el captulo I,
cuando demostramos que los populistas son los idelogos del pe
queo productor. Ya sealamos all que precisamente las condi-

464

V.

I.

LE NI N

dones materiales de vida del pequeo productor, su situacin de


transicin, intermedia entre los propietarios y los obreros,, lle
varon a que los populistas no comprendieran las contradicciones
de clase y a esa peregrina mezcolanza de puntos progresistas y
reaccionarios en su programa.
Aqu nos limitaremos a agregar que su primer aspecto, es
decir, su aspecto progresista, acerca al populismo ruso a la demo
cracia de Europa occidental, y por ello se le puede aplicar entera
mente esta genial caracterizacin de la democracia, hecha hace
ms de cuarenta aos, a propsito de acontecimientos de la histo
ria de Francia:
Como el demcrata representa a la pequea burguesa, es
decir, a una clase de transicin, en la que los intereses de dos
clases se neutralizan mutuamente, cree estar por encima del anta
gonismo de clases en general. Los demcratas reconocen que tie
nen enfrente a una clase privilegiada, pero ellos, con todo el resto
de la nacin, forman el pueblo. Ellos representan los derechosi del
pueblo; a ellos les preocupan los intereses del pueblo. Por ello,
no tienen necesidad de investigar los intereses y la situacin de
las distintas clases. No necesitan sopesar con demasiado rigor sus
propios medios* [ . . . ] Si resulta que sus intereses no interesan
y su fuerza es debilidad, la culpa la tienen los malvados sofistas, que
dividen al pueblo indivisible en varios campos enemigos ** [ . . . ]
o bien todo se ha derrumbado por un detalle de ejecucin,
o ha surgido un accidente imprevisto que todo lo hizo fracasar por
esta vez. En cualquier caso, el demcrata sale de la derrota ms
ignominiosa tan inmaculado como inocente entr en ella, con la
conviccin reforzada de que tiene necesariamente que vencer, no
*
Lo mismo que los populistas lusos. Ellos no niegan que en Rusia
existan clases antagnicas al productor, pero se adormecen dicindose que
esas aves de rapia son insignificantes nte el pueblo y no quieren hacer
una investigacin profunda de la situacin y los intereses de cada clase deter
minada, no quieren analizar si los intereses de determinada categora de pro
ductores estn o no entrelazados con los de las aves de rapia, y por ello
debilitan la resistencia de los'primeros frente a los ltimos.
** Para los populistas rusos, la culpa la tienen los malvados marxistas,
por implantar artificialmente el capitalismo y sus antagonismos de clase en
el terreno donde florecen en forma tan opulenta las flores de la adaptacin
social mutua y de la actividad solidaria (seor V. V., cita de Struve,
pg. 161).

L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

465

de que l mismo y su partido deben abandonar la vieja posicin,


sino de que, por el contrario, son las circunstancias las que tienen
que madurar para ponerse a la altura de l ( ihn entgegenzureifen
haben. Der achtzehnte Brumaire u. s. tv., S. 39) *.
Ejemplos aportados por el mismo autor evidencian que es err
neo caracterizar a los populistas como idelogos de la economa na
tural y de la igualdad primitiva. Sealaremos como un caso cu
rioso dice el seor Struve que hasta hoy el seor N.-on sigue
llamando a Vaslchikov economista liberal (169). Si tomamos la
esencia de esa denominacin, veremos que no es un caso curioso.
Vaslchikov propugna, en su programa un crdito barato y amplia
mente difundido. El seor Nikolai-on no puede dejar de ver que en
una sociedad capitalista, como es la rusa, el crdito fortalece slo
a la burguesa y llevar al desarrollo y consolidacin de las rela
ciones capitalistas { Ensayos, pg. 77). Por las medidas prcticas
que propone, Vaslchikov, como todos los populistas, repre
senta nicamente los intereses de la pequea burguesa. Lo nico
que hay en todo ello de curioso es que el seor N.-on, que sei codea
con los escritores de Rsskoie Bogatstvo, no haya visto hasta hoy
que son exactamente el mismo tipo de pequeos economistas li
berales que el prncipe Vaslchikov. Las teoras utpicas se avie
nen con facilidad, en la prctica, a los progresos pequeoburgueses.
Esta caracterizacin del populismo es confirmada todava con ma
yor fuerza por Golovachov, quien reconoce la insensatez de la dis
tribucin de tierras de nadiel por cabeza y propone crditos ba
ratos para la gente trabajadora. Al criticar esta asombrosa teora,
el seor Struve presta atencin a su necedad terica, pero parece
no advertir su contenido pequeoburgus.
Al analizar el captulo V, no podemos dejar de detenernos tam
bin en la ley de las necesidades promedio, del seor Scherbina.
Ello es necesario para apreciar el malthusianismo del seor Struve,
que aparece con relieve en el captulo VI. La ley consiste en que
al clasificar a los campesinos segn el nadiel que poseen obtenemos
un promedio de necesidades de la familia campesina ( es decir, de
gastos para la satisfaccin de distintas necesidades) que apenas
si oscila ( de grupo en grupo); adems, el seor Scherbina calcula
los gastos por habitante.
*
Carlos Marx: E l dieciocho Brumario, etc., pg. 39. (Vase: C. Marx
y F. Engels, ob. cit., pg. 180. E d . )

466

V.

X.

LEN IN

El seor Struve seala con satisfaccin que esa ley tiene


una importancia enorme, ya que, segn l, confirma la ley de
Malthus, universalmente conocida,, de que el nivel de vida y la
multiplicacin de la poblacin dependen de los medios de subsis
tencia que tiene a su alcance.
No comprendemos por qu esta ley llena de jbilo al seor
Struve. No comprendemos cmo pueden considerarse una ley",
y por aadidura de "enorme importancia, los clculos del seor
Scherbina. Es muy lgico que all donde el modo de vida de dis
tintas familias campesinas no difiere en grado considerable, ob
tengamos, al dividir a los campesinos en grupos, promedios que
apenas oscilen; sobre todo si tomamos como base de la divisin la
dimensin del nadiel, que no determina directamente el nivel de
vida de la familia (ya que la parcela puede haber sido dada en
arriendo o la familia en cuestin haber tomado tierra arrendada)
y es, igual para el campesino rico que para el pobre con el mismo
nmero de familiares sujetos al pago de tributos. Los clculos del
seor Scherbina slo demuestran que escogi un mtodo errneo
de clasificacin. Nos parece muy extrao que el seor Scherbina
haya credo descubrir en ello una ley. No menos extrao es ver
en esos clculos una afirmacin de la ley de Malthus, como si por
las proporciones del nadiel se pudieran juzgar los medios de
subsistencia al alcance del campesino, sin prestar atencin a la

entrega de tierra en arriendo, ni a los trabajos adicionales, ni a


la dependencia econmica del campesino respecto del terrate
niente y del mayorista. Con motivo de esta ley" del seor Scher
bina ( la forma en que el mencionado caballero expone esta ley
evidencia que l mismo concede una importancia increblemente
grande a sus cifras promedio, que no demuestran nada), el se
or Struve dice: En el caso dado, produccin popular significa
simplemente produccin sin el empleo de trabajo asalariado. Y es
indiscutible que, all donde la produccin est de este modo orga
nizada, la plusvala queda en poder del productor (176). El
autor seala a continuacin que, cuando la productividad del tra
bajo es baja, ello no impide que el representante de esa produc
cin popular viva peor que el obrero. Su entusiasmo por el malthusianismo ha hecho que el autor haya formulado con inexactitud
la tesis citada. El capital comercial y usurario subordina a s mis
mo el trabajo en cada aldea rusa y, sin convertir al productor en
obrero asalariado le extrae no menos plusvala que el capital ia-

EL CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

46T

dustrial al obrero. El seor Struve ha sealado muy justamente


ron anterioridad que la produccin caDitalista empieza en cuanto
el capitalista, se interpone entre el productor y el consumidor aunaue slo compre a productores independientes (en apariencia)
productos terminados (pg. 99 y nota 2), y que sera difcil encon
trar entre los productores independientes rusos alguno que no
trabaje para un capitalista (para el comerciante, el mayorista, el
kulak, etc.). Uno de los mayores errores de los populistas consiste
en que no ven la estrecha e indisoluble relacin que existe entre
la organizacin capitalista de la economa social rusa v el dominio
absoluto del capital comercial en el campo. Por ello dice con
muy buen tino el autor que la propia denominacin de 'produc
cin popular no responde, en el sentido en que los populistas la em
plean, a ningn orden de cosas histrico real. Hasta 1861, la pro
duccin popular estaba en Rusia estrechamente vinculada con el
rgimen de servidumbre, pero despus de dicho ao se desarroll
con rapidez la economa mercantil, aue no poda dejar de enturbiar
la pureza de la produccin popular (177). Cuando el populista
dice que la pertenencia de los medios de produccin al productor
es un principio secular de la vida rusa, tergiversa simplemente la
historia para amoldarla a su utopa, y la tergiversa recurriendo a
juegos de palabras: en el rgimen de servidumbre, los medios de
produccin le eran proporcionados al productor por el terrate
niente para que aqul pudiera cumplir la prestacin personal; el
nadiel era algo as como un salario en especie, un medio "secular
de apropiacin del plusproducto. La abolicin de la servidumbre
no signific, ni mucho menos, la emancipacin del productor; slo
signific un cambio en la forma del plusproducto. Si en Inglaterra,
por ejemplo, la cada del feudalismo cre efectivamente campesi
nos independientes y libres, nuestra Reforma realiz de un solo
golpe el paso del ignominioso plusproducto feudal al libre
sobrevalor burgus.

C a ptulo I I I

FORMULACIpN DE LOS PROBLEMAS ECONMICOS


TOR LOS POPULISTAS Y POR E L SEOR STRUVE

Despus de terminar con la sociologa, el autor pasa a tratar


problemas econmicos ms concretos (73). Y al hacerlo con
sidera natural y legtimo" empezar por "formulaciones generales
y referencias histricas, por premisas indiscutible, establecidas
por la experiencia de toda la humanidad, segn dice en el pre
facio.
No podemos dejar de observar que tal procedimiento eca del
mismo carcter abstracto que venimos sealando desde el princi
pio como el defecto principal del libro que analizamos. En los ca
pitules a que pasamos ahcra (tercero, cuarto y quinto), este de
fecto ha llevado a indeseadas consecuencias de dos tipos. Por una
parte debilita los enfoques tericos concretos que el autor opuso a
los populistas. El seor Struve razona en general, describe el paso
de a economa natural a la mercantil, seala que eu el mundo
ello ocurri, en la mayora de los casos, as y as, y, presentando
unas observaciones sueltas, como de pasada, se traslada a Rusia,
hacienda extensivo a ella el proceso general de desarrollo his
trico de la vida econmica.0 Nadie puede discutir que hacerlo
extensivo a Rusia es bien legtimo, ni que las referencias histri
cas del autor son imprescindibles para ima crtica del populismo,
que presenta falsamente la historia, y no slo la de Rusk. Pero
so debi expresar de modo ms concreto estas formulaciones, opo
nerlas de modo ms concreto a los argumentos de los populistas,
que niegan que el proceso genero1 pueda hacerse extensivo a Ru
sia: se debi comparar la interpretacin que de la realidad rusa
hacen los populistas, con la diferente interpretacin que hacen los
marxisas de esa mismQ realidad. Por otra paite, el carcter abs-

E L CONTEN tDO ECONOMICO DEL POPULISM O

469

origin, velemos que su carcter.es el siguiente: parte de los cam


pesinos fueron privados de tierra, y los dems esto es lo prir.cinql. oue conservaron parte de su tierra, tuvieron que rescatara
de ios terratenientes, como si no les perteneciera en absoluto, y
adems rescatarla a un precio artificialmente elevado. Tales re
formas, no slo en Rusia, sino tambin en Occidente, fueron reves
tidas con teoras de libertad y de igualdad y en El cnmtl se
demostr ya que el terreno en el que germinaron esas ideas de
libertad y de igualdad fue precisamente la produccin de mercncas. En todo caso, por complejo que fuera el mecanismo bur
ortico aue realiz la reforma en Rusia, por ms lejos ouc estuviera,
m. froarimeia *, de la propia burguesa, es indiscutible aue sobre
1> b^se de tal reforma slo poda surgir el sistema burgus. El se
or Struvo seala con todo acierto que la forma, tan en boga, de
contraponer la reforma campesina en Rusia a las reformas de
Europa occidental es errnea: Es completamente desacertado
afirmar (en forma tan general} que en Europa occidental los
campesinos fueron emancipados sin que se les diera tierra, o, e,n
otras palabras, que fueron despejados de la tierra por va legislativa (196), Subrayo las palabras en forma tan general, ya que
el privar a los campesinos de la tierra per va legislativa es un he
cho histrico indudable, que se ha producido en todas partes don
de se llevaron a cabo reformas campesinas, pero no es un hecho
general, pues en Occidente parte de los campesinos, al ser emanci
pados de la servidumbre, rescataron tierra de los terratenientes, e
igual cosa estn haciendo en Rusia. Slo los burgueses pueden
ocultar este hecho del rescat de las tierras y decir que la libera
cin de los campesinos dndoles tierra *** ha hecho de Rusia una
tabula rasa (palabras de un tal seor Ikovlevs aplaudidas de
todo corazn por el seor Mijailovski; vase pg. 10 del libro de
P. Struve).

*
En rigor, ese mecanismo slo podia estar a! servicio de la burguesa,
como ya dijimos antes, tanto por su composicin como por su origen histrico.
t't>En realidad habra que decir: se concedi a parte de los campesinos
el derecho a rescatar de los terratenientes paite.i de sus propias tierras de nadie]
pagando por ellas el dble del precio debido. Ni siquiera sirve la palabra
concedi ya que, si se negaba a que se le asegurase un nadiel; el campe
sino corra el oeligro de ser azotado en la administracin del distrito.

470

V.

I.

LENXN

I
Pasemos a la teora del seor Struve acerca del carcter de
la superpoblacin en la Rusia agraria. Este es uno de los puntos
ms importantes en los que el seor Struve se aparta de la doc
trina del marxismo para abrazar el malthusianismo. La esencia
de su punto de vista, que expone en la polmica con el seor N.-on,
es que la superpoblacin en la Rusia agraria * no es capitalista,
sino, por as decirlo, superpoblacin simple que acompaa a la
economa natural *.
Puesto que el seor Struve dice que su objecin al seor N.-on
coincide plenamente con la objecin general de F. A. Lanee a la
teora de la superpoblacin relativa enunciada por Marx (183,
nota), veamos primero esta objecin general de Lange para aqui
latarla debidamente.
En su obra El problema obrero, cantulo V (trad. al ruso
pgs. 142-178) Lange se ocupa de la ley de la poblacin enuncia
da por Marx. Empieza por la tesis principal de Marx de aue, en
general, a cada modo de produccin histricamente particular le
corresponde su propia ley de crecimiento de la poblacin, que slo
tiene una significacin histrica. La ley abstracta de la reproduc
cin rige nicamente para las plantas y los animales * . Lange
objeta:
Permtasenos sealar que, hablando en rigor, para las plan
tas y los animales tampoco rige ninguna ley abstracta de repro
duccin, ya que, en general, la abstraccin es hallar lo comn en
toda una serie de fenmenos homogneos (143). A continuacin,
Lange explica en detalle a Marx qu es abstraccin. Es evidente
que no comprendi el sentido de las palabras de Marx. ste opone
en este aspecto el hombre a las plantas y los animales basndose
en que el primero vive en distintos organismos sociales, que se
suceden histricamente y son determinados por el sistema de pro
duccin social y, por consiguiente, de distribucin. Las condicio
nes de multiplicacin del hombre dependen en forma directa de
*
As habla el seor Struve en su artculo publicado en Sozialpolitisch.es
Centralblatt (1893, nm. 1, del 2 de octubre). Aade que nc considera
malthusiana tal concepcin.
** Vase C. Marx, ob. cU., t. I, pg. 508. (E d.)

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL tOPU LlSM O

471

la estructura de los distintos organismos sociales, y por lo tanto la


ley de la poblacin debe ser estudiada en cada uno ue esos orga
nismos por separado, y no en abstracto, sin tomar en considera
cin las distintas formas histricas de organizacin de la sociedad.
La explicacin que Lange da al decir que la abstraccin es desta
car lo comn en una serie de fenmenos homogneos se vuelve
contra s mismo: slo podemos considerar homogneas las condi
ciones de vida de los animales y las plantas, pero en moao alguno
las del hombre, pues sabemos que lia viviuo en organizaciones
sociales de distintos tipos.
Despus de exponer la teora de Marx acerca de la superpo
blacin relativa en ios pases capitalistas, Lange dice: A primera
vista puede parecer que esta teora rompe el largo hilo que en
garza toda la naturaleza orgnica hasta llegar ai hombre; puede
parecer que explica la base del problema obrero como si para nues
tro fin, es decir, para comprender dicho problema, lueran por
completo superiluas todas las investigaciones de carcter general
relativas a la existencia, la multiplicacin y el perfeccionamiento
del gnero humano (154).
La teora de Marx no corta, ni mucho menos, el hilo que en
garza toda la naturaleza orgnica hasta llegar al hombre: slo
exige que el problema obrero que como tal existe slo en la so
ciedad capitalista no se resuelva basndose en investigaciones
de carcter general relativas a la multiplicacin dei hombre, sino
tomando como base investigaciones especficas de las leyes que
rigen las relaciones capitalistas. Pero Lange sustenta una opinin
distinta: En readad dice no es as. Est claro, en primer
lugar, que el trabajo fabril presupone ya en su estado embrionario
la miseria (154). Y dedica pgina y media a demostrar esta pro
posicin, que es evidente y no nos hace avanzar ni un paso: en
primer lugar, sabemos que la miseria es engendrada por el pro
pio capitasmo antes de llegar ste a la fase de su desarrollo en
que la produccin adquiere la forma fabril, antes de que las m
quinas creen' una superpoblacin; en segundo lugar, tambin la
*
En qu pueden consistir esas investigaciones de carcter general?
Si pasan por alto las distintas formaciones econmicas de la sociedad humana,

sern tan slo trivialidades. Y es evidente que si abarcan varias formaciones


deben ir precedidas por el studio de cada una de ellas por separado.

472

V.

I.

LENIN

forma feudal de estructura social, anterior ai capitalismo, engen


dr su propia miseria, que leg al capitalismo.
Pero aun contando con un ayudanta tan podorosu [es decir,
ia necesidad], el primer empresario raras veces logra atraer una
considerable cantidad de trabajadores a la nueva actividad. Por
lo comn, las cosas ocurren como sigue. El empresario saca un
contingente de obreros de lugares donde la industria fabril tiene
ya carta de ciudadana; a ese contingente le suma, campesinos so
los y sin tierra * que estn en t;se momento sin trabajo; luego ese
contingente se completa con adolescentes (163). Langc escribe
con cursiva esta ltima palabra. Sin duda; las investigaciones de
carcter general relativas a la existencia, ia multiplicacin y si
perfeccionamiento del gnero humano quedan expresadas sn la
iormulacin de que el dueo d la fbrica elige sus nuevos obreros
entre los adolescentes, y no entre viejos decrpitos El bueno
de Langa dedica voda una pgina ms (157) a isas investigacio
nes de carcter geceiaJ y cuenta al lector que Jos padres tratan
de asegurar la existencia de sus hijos, que ios ociosos moralistas
hacen mal en condenar a aquellos que tratan de salir de a condi
cin en que nacieron y que. el deseo de que los hijos trabajen y se
ganen ellos misnaos la vida os completamente natural. Slo des
pus de tragamos todos estos razonamientos, nicamente admisi
bles en los cuadernos de caligrafa, llegamos a lo principal:
En los pases agrarios en los que la tierra pertenece- a grandes
y pequeos propietarios surge inevitablemente siempre que en
la moral de pueblo no haya echado races ia tendencia al control
voluntario de la, natalidad un exceso permanente de brazos y ds
consumidores que desean e;dstir con lo que produce pl territorio
dado (157-158). Sin aportar demostracin alguna Lainge expone
esta tesis puramente malthusiana. Y la repite una y otra vez, di
ciendo que en todo caso, la poblacin de esos pases, aunque en
trminos absolutos sea poco densa, ofrece, por lo comn, sntomas
de una superpoblacin relativa y que en el mercado predomina
constantemente la oferta de rabajo, mientras que la demanda es
*
For cierto, de dnele salen esos campesinos so l y sin tieira"? Qui
z, opina Lange, -io se trata do una supervivencia del gimen feudali
ni de un produca da la dominacin del capital, sino el resultado de que en la
m oni del pueblo nc iia senado races la tendencia al contro) -roluniari de la
natalidad (pg. 157},

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPU LISM O

473

nfima (158), pero todo e s o s e afirma gratuitamente. De dnde


se saca eso de qus el exceso de obreros sea en eeclo inevita
ble? De dnde surge la relacin entre ese exceso de obreros Cor
el hecho de que en la moral dei pueblo no hava echado races la
tendencia al control voluntario de la natalidad? No sera prefe
rible que, en vez de divagar acerca de la moral del pueblo, se
examinaran las relaciones de produccin en que ese pueblo vive?
Imaginemos, por ejemplo, que esos pequeos y grandes propieta
rios de que habla Lange estuveran relacionados del siguiente mo
do para producir bienes materiales: los pequeos propietarios
recibieron de los grandes tierras de nadie! para su sustento, y en
pago les trabajaban sus tierras en concepto de prestacin personal.
Imaginemos tambin que esas relaciones han sido abolidas, que las
ideas humanistas han e m b r i a g a d o hasta tal punto a los erraodes
propietarios que stos han liberado a sus campesinos dndoles
tierra, es decir, que les han entregado, aproximadamente, un 20
. por ciento de los nadie1, y por el restante 80 por ciento les han he
cho pacar el dble! de lo que valen. Naturalmente, con semejante
remedio contra la plaga del proletariado, los campesinos deben
c ontinuar trabajando para los grandes propietarios para poder sub
sistir, aunque ya no trabajan bajo !as rdenes del administrador
feudal, como antes, sino sob^e la base de un contrato libre, por
lo que se quitan unos a otros si trabajo, pues ahora ya no estn
ligados entre s y cada uno de ellos trabaja la tierra por cuenta
propia. Este sistema, en el que la! gente se disputa el trabajo, hace
aue algunos campesinos se vean inevitablemente desplazados, da
do que, como consecuencia de la reduccin de los nadiel y del
aumento de las cuotas de pago de la tierra, son cada ve/ ms dbi
les frente al terrateniente, la competencia que entre ellos tiene
lugar aumenta la norma del plusproducto, y el terrateniente se las
arregla con menor nmero de campesinos. Por ms races que
eche ,en la moral dei pueblo la tendencia al control voluntario de
la natalidad, ese exceso surgir inevitablemente. La argumen
tacin de Lange, que ignora las relaciones eccnmicosoeiales, es
tan slo una prueba evidente de la inutilidad de sus mtodos. Pero
fuera de dichos argumentos, Lange no nos ofrece nada nuevo. Dice
aue los fabricantes trasladan gustosos las industrias a aldeas per
didas, porque all siempre tienen a su disposicin la necesaria
cantidad de trabajo infantil para cualquier empresa ( 101), sin in
vestigar qu proceso histrico, qu modo de produccin social ha

474

V.

I.

LENIN

engendrado la disposicin de los padres a dejar que se esclavice


a sus hijos. El siguiente razonamiento muestra con gran claridad
cules son los mtodos que Lange emplea: cita a Marx, quien dice
que la industria mecanizada, al permitir al capital que compre el
trabajo de la mujer y de los nios, hace del obrero un traficante
de esclavos.
As que de eso se trataba!, exclama triunfante Lange. jPero
acaso se puede creer que el obrero, a quien la necesidad obliga a
vender su propia fuerza de trabajo, vendera tan fcilmente a su
mujer y a sus hijos si no lo impulsaran a dar ese paso la necesidad,
por una parte, y la tentacin por la otra? (163).
El bueno de Lange lleva su celo al extremo de defender al
obrero contra Marx, esforzndose por demostrar a ste que el obre
ro es impulsado por la necesidad.
. . . S, qu es en el fondo esa necesidad, siempre en aumento,
sino la metamorfosis de la lucha por la existencia? (163).
He ah a qu descubrimientos llevan las investigaciones de
carcter general relativas a la existencia, la multiplicacin y el
perfeccionamiento del gnero humano! Podremos saber algo
acerca de las causas de la necesidad, de su contenido politico
econmico y de su desarrollo, si se nos dice que todo es la metamor
fosis de la lucha por la existencia? Eso se puede decir a propsito
de cualquier cosa, por ejemplo de las relaciones entre el obrero
v el capitalista, o de las del terrateniente con el propietario de la
fbrica, o con el campesino siervo, etc., etc. El intento'de Lange,
de enmendar la plana a Marx, no produce ms que trivialidades
hueras o ingenuidades. Veamos ahora qu nos ofrece para apoyar
este intento el seor Struve, discpulo de Lange, cuando se ocupa
del problema concreto de la superpoblacin en la Rusia agraria.
La produccin de mercancas empieza diciendo el seor
Struve aumenta la capacidad del mercado interno del pas. El
intercambio ejerce esa accin, no slo mediante la completa reor
ganizacin tcnica y econmica de la produccin, sino, asimismo,
en los casos en que la tcnica de la produccin se mantiene en el
nivel anterior y la economa natural conserva su papel dominante
en la economa general de la poblacin. Pero en este caso, des
pus de una breve animacin, sobreviene inevitablemente la su
perpoblacin; sin embargo, si la produccin mercantil tiene la
culpa de ello, es tan slo: 1) como estimulante, 2) como factor que

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

475

la complica (182). La superpoblacin se producira tambin si


no existiera la economa mercantil: tiene un carcter no capitalista.
Tales son las tesis que formula el autor. Desde el comienzo
nos asombran por su inconsistencia, similar a la de Lange: se afir
ma que la superpoblacin en las condiciones de la economa natu
ral es inevitable, pero no se explica qu proceso es el que la orea.
Analicemos los hechos en los que el autor ve la confirmacin de
sus opiniones.
Los datos de 1762-1846 muestran que, en general, la poblacin
no se multiplic rpidamente, ni mucho menos: el aumento anual
fue de 1,07-1,5 por ciento. Por cierto que, segn Arsniev, se mul
tiplic con ms rapidez en las provincias cerealeras. Este he
cho concluye el seor Struve es muy caracterstico de las for
mas primitivas de la economa del pas, en las que la reproduccin
depende directamente de la fertilidad natural, dependencia esta
que, por as decirlo, puede palparse. Esta es la accin de la ley
de correspondencia entre la multiplicacin de la poblacin y los
medios de subsistencia (185). Cuanta ms tierra hay, y cuanto
ms elevada es la fertilidad natural del suelo, tanto mayor es el
aumento natural de la poblacin (186). Esta es una conclusin
harto inconsistente: basndose en el solo hecho de que el aumento
de la poblacin de 1790 a 1846 en las provincias centrales de la
Rusia europea fue menor en las provincias de Vladmir y Kaluga,
se deduce, ni ms ni menos, toda una ley de correspondencia entre
la multiplicacin de la poblacin y los medios de subsistencia.
Pero acaso se puede juzgar los medios de subsistencia de la po
blacin por la superficie de tierra laborable? (Aun si se admite
que tan exiguos datos permiten extraer conclusiones generales.)
Hay que tener en cuenta que la poblacin no destinaba directa
mente a s misma los productos de la fertilidad natural por ella
obtenidos: los comparta con el terrateniente y con el Estado.
Acaso no est claro que uno u otro sistema de agricultura terra
teniente gabela o prestacin personal, as como la magnitud
de los tributos y los medios para recaudarlos, etc., etc., ejercan
una influencia mucho mayor en la proporcin de los medios de
subsistencia de que poda disponer la poblacin que la superficie
de tierra laborable, que no se encontraba en posesin exclusiva y
libre de los productores? Pero eso no es todo. Independientemente
de las relaciones sociales de las que eran expresin el rgimen de
servidumbre, la poblacin estaba tambin entonces ligada por el

476

V. t L N l

intercambio: la separacin de la industria manufacturera y Ja


agricultura seala justamente el aior, es decir, la divisin so
cial, nacional, del trabajo, exista ya en la poca anterior a la re
forma (189). Surge entonces la pregunta: por qu, en tal caso,
debemos creer que los medios de subsistencia" del kustar o de un
comerciante de ganado de Vladmir, que vivan en tierras panta
nosas, eran menores que los del atrasado campesino de Tambov,
con toda su fertilidad, natural de la tierra,?
A continuacin el seor Struve cita datos de la disminucin
de la poblacin de siervos antes do la emancipacin. Los econo
mistas cuyas opiniones nos da a conocer, atribuyen este fenmeno
a la disminucin del nivel de vida (189) El autor concluye:
Nos hemos detenido en el hecho de la disminucin de la
poblacin de siervos antes de Ja emancipacin poique, a nuestro
parecer,, aclara la situacin econmica; de la Rusia de entonces. Par
te considerable del pas estaba [ . . . ] saturada de poblacin en
relacin con las condiciones tcnico-econmicas y jurdico-sociales
imperantes: estas ltimas eran francamente desfavorables para una
multiplicacin ms o menos rpida de casi el 40 por ciento de la
poblacin (189). Qu tiene que ver con todo eso la ley de
Malthus relativa a ia correspondencia de Ja multiplicacin de la
poblacin y los medios de subsistencia, cuando el sistema social
teudal pona dichos medios en manos da un puado de grandes
terratenientes y dejaba sin elJcs a la masa de la poblacin, cuya
multiplicacin se somete a estudio? Se puede atribuir valor al
guno al razonamiento dol autor de que el aumento de la poblacin
que se registr fue menor en las provincias poco frtiles y de in
dustria dbilmente desarrollada, y en las puramente agrarias y
densamente pobladas? El seor Struve quiere ver en ello una
manifestacin de superpoblacin no capitalista, que deba pro
ducirse aun sin la economa mercantil y que corresponde a la
economa natural. Pero con l mim, si no con mayor funda
mento, podra decirse que esa superpoblacin corresponde a la
economa feudal y que eJ dbil incremento de la poblacin se deba
ante todo al aumento do ia explotacin del trabajo de los campe
sinos, fruto del desarrollo de la produccin de mercancas en las
haciendas de los terratenientes, en virtud de que en ellas se empez
a emplear la prestacin personal con el fin de producir trigo pina
La venta, y no slo para la satisfaccin de Jas propias necesidades.
Los ejemplos que el autor aporta hablan contra l: evidencian la

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

47?

imposibilidad de inferir una ley abstracta de la poblacin basn


dose en la frmuia de Ja correspondencia de la multiplicacin con
los medios de subsistencia e ignorando ios distintos sistemas his
tricos de relaciones sociales y las fases de su desarrollo.
Pasando a la poca posterior a la Reforma, el seor Struve
dice: en la historia do la poblacin despus de la cada del rgi
men de servidumbre vemos el mismo rasgo esencial que antes de
la emancipacin. La dinmica del aumento de la poblacin est
en relacin directa con a superficie de las tierras y de ios nadiel
en posesin de ios campesinos (198). Eso se pretende demostrar
con un cuadro que agrupa a los campesinos segn las dimensiones
de 3us nadiel y que muestra que el incremento de la poblacin es
tanto m a y o i cuanto ms grandes son los nadiel. Y no puede ser
de otro modo dadas las condiciones de la economa natural, de
autoconsumo [ ...J , que ;:irve ante iodo para satisfacer las nece
sidades inmediatas del propio productor (199).
En efecto, si as fuera, si los nadiel sirvieran ante todo para
satisfacer las necesidades inmediatas del productor, si fueran la
nica frente de satisfaccin de dichas. necesidades, en este caso,
y slo en l se podra inferir de semejantes datos una ley general
del aumento de a poblacin. Pero sabemos que no es as. Los
aaaiel sirven ante todo para satisfacer las necesidades de los
terratenientes y del Estado: se despoja de ellos a sus poseedores
si esas necesidades nc son satisfechrs en el plazo fijado; se ios
carga de impuestos que superan su rentabilidad. Adems, los
nadiel no son e nico recurso del campesino. El dficit de la
hacienda dice el autor- debe reflejarse preventiva y represiva
mente en la poblacin. Adems, las ocupaciones adicionales que
apartan a la poblacin masculina adulta, frenan tambin la procrea
cin (199). Pero si el dficit de la agricultura basada en el na
diel se cubre tomando tierra en arriendo o con trabajos adicionales,
los medios de subsistencia del campesino pueden resultar suficientes
para una procreacin intensa". Es indudable que las circunstan
cias slo pueden ser favorables para la minora de los campesi
nos, pero como no se hace un anlisis especial de las relaciones de
produccin en el seno del campesinado, nada demuestra que esc
incremento sea regular, ni que no se deba principalmente a la pros
peridad de la minora. Por ltimo, el propio autor hace de la econo
ma natural la condicin que demostrara su tesis, pero despus
de la Reforma, como l mismo reconoce, la produccin de mer-

478

V.

X.

LEN1N

candas irrumpi en pujante oleaje en la vida hasta entonces exis


tente. Es evidente que Ies datos del autor son absolutamente in
suficientes para que se pueda inferir de ellos una ley general de
reproduccin. Es ms, la abstracta simplicidad de esa ley, que
presupone que los medios de produccin en la sociedad analizada
sirven, ante todo, pa'a satisfacer las necesidades inmediatas del
propio productor, plantea de manera desacertada., y sin aportar
prueba alguna, hechos sumamente complejos Per ejemplo: despues de la emancipacin - dice el seor Struvefue ms ventajoso
para los terratenientes entregar su tierra en arriendo a Ies campe
sinos. As, aument ei rea alimentaria accesible al campesino, es
decir, sus medies de subsistencia (200). Adjudicar as, en forma
directa, toda la tierra arrendada en el rea alimentaria- es algo
infundado y errneo. El propio autor seala que los terratenien
tes se quedaban con la parte del len del producto obtenido en sus
tierras (200), por lo que nc re sabe si semejante arriendo (pagado
en trabajo, por ejemplo) no empeoraba a situacin de los arren
datarios, si no les impona obligaciones que llevaban, on fin de
cuentas, a la disminucin del rea alimentaria. Ms adelante el
autor seala que toma.*: tierra en, arriendo era algo que slo podan
hacer los campesinos acomodados (216), en cuyas manos deba
ser ms bien un medio para ampliar la agricultura mercantil que
para reforjar la destiuada al consumo propio. Inclusive si se
demostrara que el arriendo mejoraba en general la situacin del
campesinado, qu valor podra tener esta circunstancia, cuando
segn el propio autor, los campesinos pobres se vean arruinados
por el arrier.de (2.19). de; modo que lo que mejoraba la situacin
de unos empeoraba la de otros? Es evidente que en el arriendo
campesino se entrelazan las viejas relaciones feudales y las nuevas
relaciones capitalistas; los abstractos razonamientos del autor, que
pasa per alto tanto unas como gtras. no slo no ayudan a esclare
cerlas, sino que. por ei contrario, embrollan todava ms el pro
blema.
Queda por citar una referencia ms del autor a datos que su
puestamente confirman sus ideas. Se trata de cuando dice que
la vieja frase escasez de tierra es un trmino vulgar, en general
admitido para designar el fenmeno quo la ciencia denomina su
perpoblacin ( 86). Parece como si el autor so apoyase, al hablar
as, en toda nuestra literatura populista, que ha establecido indis
cutiblemente el bocho de que las tierras de nadiel de los campes!-

KL CONTENIDO EOONMTOO DET, POPUT.TSMO

478

ios son insuficientes1' y confirmado miles e veces sus dejeos


de que "se ample la posesin de tierra por los campesinos" con el
'sencillo'' argumento: la poblacin a aumentado, y los nadiel ban
sido divididos, y como es natural los campesinos se arruinan. Sin
embarco, no creo que este remanido razonamiento populista acerca
de la escasez de tierra tenga algn valor cientfico ", nc creo que
sirva ms que para pronunciar "bienintencionados discursos'5 en
la comisin que se ocupa de la marcha indolora de la patria por el
camino acertado. En ese razonamiento, Jos rboles no dejan ver
e! bosque, tras los contornos externos del fenmeno no se percibe
el fondo eeonmicosocial principal del cuadro. El hecho do que
enormes extensiones de tierra pertenezcan a ios representantes del
sistema de la antigua nobleza", por una parte, y la adquisicin
de tierra mediante compra, por la otra, constituyen el fondo prin
cipal, dado el cual toda ampliacin de la posesin de la tierra
es un miserable paliativo. Tanto ios razonamientos populistas
acerca de la escasez de tierra como las leves maltusianas de la
correspondencia del crecimiento de la poblacin con los medios
de subsistencia pecan de simpleza* abstracta, que ignora las re
laciones econmicosodales dadas, concretas.
Este anlisis de ios argumentos del seor Struve nos lleva a "la
conclusin de que su tesis de que la superpoblacin en la Busia
agraria se debe a la falta de correspo ndencia entre la procreacin
y los medios de subsistencia, no demuestra nada. El seor Struve
termina su argumentacin diciendo- As, pues, tenemos ante nos
otros un cuadro de superpoblacin en las condiciones de la econo
ma natural, agravada por elementos de economa mercantil y por
oros importantes factores heredados de la estructura social de la
poca del feudalismo (200). Naturalmente, de todo hecho econ
mico que se produzca en un pas que est pasando de la economa
natural a la mercantil podr decirse que se trata de un fen
meno de la economa natural agravado por elementos de economa
mercantil. Pero tambin podr decirse lo contrario: es un fen
meno de la economa mercantil, agravado por elementos de eco
noma natural, pero esto no puede ofrecernos, no ya un cuadro,
'' Es decir, este razonamiento no siive en absoluto para explicar la
i-uirva de os campesino, ni b. superpoblacin, aunqne el hecho mismo J e la
s-casez es indiscutible, igual que si agravacin debido a! aumento de la
poblacin. No rny que registrar los heebos, "ino explicar su origen.

sino, siquiera, la menor idea de cmo, precisamente, surge la


superpoblacin sobre la base de las relaciones econmiconociales
dadas. La conclusin final del autor contra el seor N.-on y su
teora de la superpoblacin capitalista en Rusia dice as: nues
tros campesinos no producen bastantes alimentos (237).
E! trabajo agrcola de los campesinos proporciona basta hoy
productos que van a parar a manos de ios terratenientes, quienes,
por intermedio del Estado, reciben las cuotas de rescate; la pro
duccin campesina es objeto constante de las operaciones del ca
pital comercial y usurario, que despoja a la inmensa mayora de
los campesinos de una enorme parte de sus productos agrcolas;
per ltimo, entre el propio campesinado esa produccin se halla
distribuirla de un modo tan complejo, que el ndice promedio ge
neral positivo (el arriendo) resulta ser negativo para la masa.
Y toda esa red de relaciones sociales es cortada por el seor Struve,
como un nudo gordiano con su abstracta y gratuita afirmacin:
se produce poco. Esta teora es completamente ilgica; lo nico
que liaee es embrollar lo que debe ser investigado: las relaciones
de produccin en la economa agrcola de los campesinos. La
teora malthusiana presenta ias cosas como si tuviramos ante
nosotros una tabula rasa, y no relaciones feudales y burguesas, en
trelazadas en la actual organizacin de la economa campesina
rusa.
Como es lgico, no podemos darnos por satisfechos con limi
tarnos a criticar las concepciones del seor Struve. Debemos,
adems, preguntarnos: cul es la base de sus errores? Cul de
los adversarios (el seor N.-on o el seor Struve) est en lo justo
al explicar la superpoblacin?
El seor N,-on se basa, para explicar la superpoblacin, en
que la capitalizacin de las industrias campesinas libera1 masas
de obreros. Al hacer esta afirmacin, slo aporta datos del des
arrollo de la gran industria fabril y desconoce el hecho, paralelo, del
desarrollo de las industrias de kustares que expresa la profundizacin de la divisin social del trabajo*. Luego trasplanta su
*
Es un hecho notorio el desarrollo de nuestras industrias de kustares
y el surgimiento de muchas nuevas despus de ia Reforma. Tambin es
conocida la explicacin terica que da Marx a este Jiecho, lo mismo que a la
capitalizacin de otras industrias cam peabas, cuando habla de la creacin

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

481

explicacin a la agricultura, sin intentar siquiera describir con


exactitud su organizacin econmicosocai ni su grado de des
arrollo.
En respuesta, el seor Struvs seala oue la superpoblacin
capitalista, en el sentido que Marx 1 da, est estrechamente vincu
lada con el progreso de la tcnica (183), pero como, lo mismo que
el seor N.-on, estima que la tcnica* agrcola "casi no ha progre
sado ( 200), se niega a reconocer cue la superpoblacin de la Ru
sia agraria tenga un carcter capitalista y busca otras explicaciones
al fenmeno.
Las observaciones del snor Struve en respuesta al seor N.-on
son correctas. La suoerpoblacin capitalista se debe a oue el caP'tal se aduea de la produccin y, al disminuir el nmero de,
obreros recesaros (necesarios para la obtencin de determinada
rantdad de pioductos), crea una poblacin excedente. Marx dice
lo siguiente de la superpoblacin capitalista en la agricultura:
"No bien la produccin capitalista se apodera de la agricul
tura, y en la medida en que se va apoderando de sta, con la acu
mulacin del capital oue funciona en ella, se opera una disminucin
absoluta de la demanda de trabajadores agrcolas, sin que su paula
tina exclusin sea compensada por una atraccin mavor. como
sucede en la industria agrcola. Una parto de la poblacin cam
pesina se encuentra, pues, siempre a pimtq de convertirse en pro
letariado urbano o manufacturero * (Manufactura, significa aqu
toda industria no agrcola.)
Esta fuente de superpoblacin relativa mana, pues, constan
temente. Pero su fluir constante hacia las ciudades presupone en
el campo una constante superpoblacin latente, cuya magnitud
slo puede verse cuando los canales de derivacin adquieren un
ancho excepcional. El trabajador agrcola se ve reducido as al

del Th rcado interior para el capital industrial ( Das Kapitnl, 2. AufL, S. 776
u. ff.) r,E l capital, 9$ ed., pg<. 776 y siguientes. Vase C. Marx, ob. ext., t. I,
pgs. 597 y siga. Ed.1
*
Diremos de paso que la observacin de este hecho fue, probable
mente, lo cine dio pie a Lange para hacer su enmienda a la teora de Marx,
que ro acab do comprender, En vez de toma1- como punto de paitida, al
Analizar esto hecho, el modo dado (capitalista) de produccin social e invesigai su aparicin en la agricultura, invent distintas particularidades sobre
los hbitos populares*.

482

V.

I,

LEN IN

mnimo del salario, y est siempre con un pie en el pantano del


pauperismo (Das Kapitai, 2 AufL S. 668) *.
El seor N.-on no demostr el carcter capitalista de la super
poblacin en la Rusia agraria porque no la relacion con el capi
talismo en la agricultura: se limit a hacer una rpida e incompleta
referencia a la evolucin capitalista de las haciendas privadas, y
perdi de vista por completo los rasgos burgueses de la organiza*
cin de la agricultura. El seor Struve habra debido subsanar
esta insuficiencia de la exposicin del seor N.-on, que tiene grao
importancia, ya que ignorar el capitalismo en la agricultura, su
dominio y, al mismo tiempo, su dbil desarrollo, ha llevado, inevi
tablemente, a la teora de la ausencia o reduccin del mercado
interno. En vez de relacionar la teora del seor N.-on con datos
concretos de nuestro capitalismo agrario, el seor Struve comete
otro error al negar en redondo que la superpoblacin tenga un
carcter capitalista.
Toda la historia del perodo posterior a la Reforma se carac
teriza por la irrupcin del capital en la agricultura. Los terrate
nientes fueron pasando (lenta o rpidamente, eso es un asunto dis
tinto) a la explotacin del trabajo asalariado lo que adquiri gran
difusin e inclusive determin el carcter de la parte principal de
los ingresos de los campesinos, introdujeron adelantos tcnicos
v recurrieron al empleo de mquinas. Aun el agonizante sistema
feudal de economa la entrega de tierra a los campesinos a cambio
de pago en trabajo se vio sometido a trasformacin burguesa,
debido a la competencia de los campesinos, lo que empeor la
situacin de los arrendatarios y trajo condiciones ms difciles
reduciendo, por consiguiente, el nmero de obreros. En la econo
ma campesina se puso de manifiesto con toda claridad la diferen
ciacin del campesinado en burguesa rural y proletariado. Los
ricachones ampliaban sus cultivos, mejoraban sus haciendas
[vase V. V., Tendeudas proyesktQ en la explotacin agrcola] y se
vean obligados a recurrir al trabajo asalariado. Estos son hechos
9 Vase C. Marx, ob.'ctt., t. I, pg. 517. ( E d.)
* * Vase, por ejemplo. Krishev (Balances de los estadsticas de los
zemstvos, t. II, pg. 2 6 6 ), los datos de su recopilacin referentes al distrito
de Rostov del Don, que demuestran la disminucin constante de la parte de
los campesinos en la shpschina4S. Vase la misma obra, captulo V, 9,
sobre el pago en trabaja por lo? campesinos aparceros.

EL CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISMO

!>ace tiempo establecidos y reconocidos por todo el mundo, a los


'[tie tambin alude (como veremos a continuacin) el propio seor
Struve. Tomemos, a ttulo de ilustracin, un caso por dems co-

iTiente eri el campo ruso: el kulak consigue arrebatar a la comu


nidad rural, mejor dicho, a los componentes proletarios de sta, el
mejor pedazo de tierra comunal y la labora con el trabajo y los
aperos de campesinos dotados de nadiel, a los que ha envuelto
cu una red de deudas y compromisos, y que se hallan atados a su
bienhechor para la adaptacin social mutua y la actividad soli
dariaen virtud de los principios comunales, tan caros a los popu
listas. Como es natural, ese kulak explota su hacienda mejor que
los campesinos arruinados las suyas, y para ello se necesitan mu
chos menos trabajadores que cuando aquel pedazo de tierra se
hallaba en manos de varios pequeos campesinos. Que estos he
chos no son raros, sino algo general, es cosa que ningn populista
puede negar. Lo original de su teora slo consiste en que no quie
ren llamar los hechos por su verdadero nombre, en que no quieren
ver que significan el dominio del capital en la agricultura. Olvi
dan que la forma primaria del capital ha sido siempre y en todas
partes el capital comercial, monetario; que el capital siempre toma
el proceso tcnico de la produccin tal como lo encuentra, y slo
posteriormente lo somete a trasformacin tcnica. No ven, por ello,
que al defender (con palabras nada ms, claro est) el orden
imperante hoy en el campo contra e! futuro (?!) capitalismo, no
hacen sino defender las formas medievales del capital contra el
embate de sus formas ms modernas, puramente burguesas.
As, pues, no se puede negar e) carcter capitalista de la
superpoblacin en Rusia, del mismo modo que no es posible ne
gar el dominio del capital en la agricultura. Pero es completamente
absurdo, claro est, desconocer el grado de desarrollo del capital,
como lo hace el seor N.-on, quien, llevado por su apasionamiento,
lo presenta como casi culminado y por ello urde la teora de la
reduccin o la ausencia del mercado interior, cuando en realidad
el capital, si bien domina, lo hace en una forma relativamente
muy poco desarrollada; hasta el pleno desarrollo, hasta la separa
cin plena del productor respecto de los medios de produccin, hay
muchos peldaos intermedios y cada paso adelante del capitalis
mo agrario significa desarrollo del mercado interno, que, segn la
teora de Marx, es creado precisamente por el capitalismo agrario,

484

V,

I.

LENIN

que en Rusia no se contrae, sino que, por el contrario, se forma


y desarrolla.
Adems, por esta descripcin de nuestro capitalismo agra
rio *, pese a que no puede ser ms general, vemos que ste no
abarca todas las relaciones econmicosociaies del campo; A su lado
encontramos todava relaciones feudales, tanto en la esfera eco
nmica (por ejemplo, en la: entrega de los recortes a cambio de
pago en trabajo y en, especie, caso en que hallamos todos los ras
gos de la economa feudal: el trueque de servicios, propio de la
economa natural, entre el productor y el propietario de medios
de produccin, la explotacin del productor mediante su sujecin
a la tierra, y no separndolo de los medios de produccin) corno,
en mayor medida aun, en el plano social y jurdica-poltico ( la obli
gatoria dotacin de nadiel", la sujecin a la tierra, s decir, la
ausencia de libertad de desplazamiento, el pago de las cuotas de
rescate, es decir, del tributo que antes se pagaba al terrateniente,
la subordinacin a los propietarios privilegiados en lo que respec
ta a la justicia y a la administracin, etc., etc.); estas relaciones
tambin llevan, sin duda, a la ruina de los campesinos y a la des
ocupacin, a una superpoblacin de trabajadores agrcolas suje
tos a la tierra. La base capitalista de las actuales relaciones no
puede ocultar todos estos vestigios, an fuertes, de la capa de la
antigua nobleza, vsetigios que todava no han sido suprimidos
por ei capitalismo, debio precisamente a su escaso desarrollo. El
insuficiente desarrollo del capitalismo, el atraso de Rusia, que
los populistas consideran una "suerte"
slo es una suerte para
los explotadores con ttulo de nobleza. En la actual superpobla
cin hay, por lo tanto, adems de los principales rasgos capitalis
tas, rasgos feudales.
Si comparamos esta ltima tesis con la del seor Struve cuan
do dice que en la superpoblacin hay rasgos de la economa
natural y de la mercantil, veremos que la primera no excluye a la
segunda, sino que, por el contrario, integra en ella: la servidum
bre es un fenmeno de la economa natural, y el capitalismo lo
es de la economa mercantil. Por una parte, la tesis del seor
Struve no seala con precisin cules relaciones son propias de
* De l se habla ms adelante con mayor detalle, tomando por sepa
rado a los campesinos y a los terratenientes.
* * Iuzhakov en Rsskoie\ Bogatstvo.

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

4;>.J

la economa natural y. cules e la economa mercantil, y por otra


nos hace retroceder a ks infundadas y vacas leyes ds Malius.
De estos errores surge de modo natural la insuficiencia de la
siguiente afirmacin: Cmo pregunta el autor--, sobre qu
base puede ser reorganizada nuestra economa nacional?' (202).
Extraa pregunta, tambin formulada de modo puramente profe
soral, del mismo modo que acostumbran a hacerlo los seores po
pulistas cuando sealan el carcter insatisfactorio de la situacin
actual y eligen mejores caminos para la patria. Nuestra economa
nacional es una economa capitalista, cuya organizacin y reor
ganizacin son determinadas por la burguesa, que la dirige1.
En vez de hablar de una posible reorganizacin, habra que plan
tear el problema de los grados sucesivos de desarrollo de esa
economa burguesa, y hacerlo precisamente desde el punto de vis
ta de esa teora en nombre de la cual el autor responde tan magn
ficamente al seor V. V. quien dice que el seor N.-on es un
'marxista indudable; el seor Struve contesta que este marxist indudable no tiene ni idea de la lucha de clases, ni del origen
de clase del Estado. Si planteara de este modo el asunto, el autor
se vera a salvo de razonamientos tan confusos acerca del cam
pesinado como los que leemos en las pgs. 202-204.
El autor comienza afirmando que al campesinado no le basta
el nadiel y que, si bien es verdad que cubre esa insuficiencia re
curriendo al arriendo, gtai parte del campesinado est siempre
en dficit; no se puede hablar deil como de un todo nico, ya que
sera hablar de una ficcin* (pg. 203). Y de ello concluye di
rectamente:
Eri todc caso, una produccin insuficenle es el hecho princi
pal y dominante de nuestra economa nacional (pg. 204). Es
sta una afirmacin completamente gratuita y sin relacin alguna
con lo dicho antes: porque el hecho principal y dominante no
es acaso que el campesinado como un todo nico es una ficcin,
ya que en su interior se forman clases antagnicas? El autor saca
su conclusin sin apoyarse en datos, sin el rnenor anlisis de hechos
relacionados con la insuficiente produccin [lo que nc impide
a la minora vivir holgadamente a costa de la mayora] o con la
c E principal detecto de loe razonamientos dei seo/ Golubiov en sus
excelentes artculos consiste precisamente an cua no puede desprenderse de
esta ficcin" (2 0 3 ).

486

V.

I.

L-ENIN

divisin del campesinado; la saca en virtud de su apego al malthusianisnno. Por ello contina el aumento de la productividad
del trabajo agrcola es ventajoso y beneficioso para el campesinado
n^o (204). Estamos desconcertados: el autor acaba de hacer a
los populistas una acusacin seria (y en grado sumo justa) por sus
razonamientos en torno de la ficcin que supone considerar al
campesinado como un todo nico, pero l mismo utiliza en su
anlisis esa ficcin! Si las relaciones en el seno de ese campesi
nado son tales que la minora se hace fuerte econmicamente
y la mayora se proletariza, si la minora aumenta sus,propiedades
agrarias y se enriquece, y la mayora siempre est en dficit y se
arruina, cmo se puede hablar de que el proceso en general sea
ventajoso y beneficioso? Quizs el autor haya querido decir que
este proceso es ventajoso para una y otra parte del -campesinado.
Pero en tal caso habra debido, en primer lugar, estudiar la situa
cin de cada uno de los grupos y analizarla por separado y, en se
gundo trmino, dado el antagonismo existente entre ellos, estable
cer con toda precisin desde el punto de vista de qu grupo se
dice que eso es ventajoso y beneficioso. Las fallas y la inconse
cuencia del objetivismo del seor Struve se ponen de manifiesto
una vez ms en este ejemplo concreto.
Como el seor N.-on mantiene en este problema una opinin
contraria y afirma que el aumento-de la productividad del trabaj
agrcola *, si los productos se producen como mercancas, no puede
llevar a la elevacin del bienestar del pueblo (Ensayos, pg. 2 6 6 ),
el seor Struve pasa a refutar esta opinin.
En primer lugar, dice, los campesinos sobre los cuales la crisis
actual ha descargado todo su peso producen trigo para su propio
consumo; en vez de venderlo, compran ms. Para esos campesi
nos para un 50 por ciento (los que poseen un caballo o no tienen
ninguno), en todo caso para no menos del 25 por ciento (los que
no tienen caballo) el aumento de la'productividad del trabajo
ser siempre ventajoso, a pesar de la-baja del precio del trigo.
En efecto, el aumento de la productividad del trabajo sera,
por supuesto, ventajoso para esos campesinos si pudieran conservar
su hacienda y elevarla a un nivel superior. Pero los campesi
nos con un caballo o sin caballo no estn en esas condi
* E n todo caso es deseable y necesario, aade el seor N.-on.

EL CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISMO

487

ciones. No pueden conservar su hacienda con sus primitivos


aperos de labor, con su descuidado cultivo de la tierra, etc., sin
hablar va de elevar su tcnica agrcola. La elevacin de la tcnica
es resultado del desarrollo de la economa mercantil. Y si en el
presente grado de desarrollo d la produccin de mercancas la
venta del trigo constituye una necesidad aun para los campesinos
que se ven obligados comprar pan, en el grado siguiente esa ven
ta ser todav a ms necesaria ( el propio autor reconoce la necesi
dad d pasar de la economa natural a la mercantil), y la compe
tencia de los campesinos que han mejorado sus mtodos de cultivo
expropiar inevitablemente y sin demora a los proletarios sujetos
a la tierra, convirtindolos en proletarios libres como los pjaros.
No quiero decir, de ningn modo, que esc cambio sea para silos
desfavorable. Al contrario, cuando el productor ha cado en las
garras del capital cosa que es un hecho consumado en lo que
respecta a ese grupo do campesinos, le es muv ventajosa y be
neficiosa la plena libertad nue le permite cambiar de patrono y
cortar sus ligaduras. Pero la polmica entre los, seores Struve
y N.-on no gira en torno de tale* consideraciones.
En segundo lugar, contina Struve. el seor N.-on olvida que
la elevacin de la productividad del trabajo agrcola slo es posible
mediante cambio* en la tcnica y en el mtema de laboreo o de
cultivo (206). En efecto, el seor N.-on olvida eso, pero el razo
namiento no hace sino reforzar la tesis de que la expropiacin
total de ios campesinos econmicamente dbiles, de los campesi
nos de tipo proletario, es inevitable. Para mejorar la tcnica es
preciso disponer de dinero, y esos campesinos ni siquiera tienen
suficientes reservas alimenticias.
En tercer lugar, concluye el autor, el seor N.-on no tiene
razn cuando afirma que el aumente du la productividad del tra
bajo agrcola obligar a los competidores a bajar los precios. Para
esa reduccin de precios dice muv justamente el seor Struve
es necesario que la productividad de nuestro trabajo agrcola no
slo alcance a la de Europa occidental [en tal caso podramos
vender el producto partiendo del trabajo socialmente necesario],
sino que la supere, Esta objecin es muy fundada, pero no nos
dice en absoluto qu parte concreta del campesinado se benefi
ciara con la mejora de la tcnica y por qu.
En general, el seor N.-on no tiene por qu temer un aumen
to de la productividad del trabajo agrario (207). Segn Struve,

488

V.

I.

LENIN

el ternJr e ] seor N.-on se debe a que no puede imaginar el


progre0 c]e ]a agricultura si no como progreso de la agricultura
extensVa, que va acompaado de un desplazamiento cada vez
m ayore Jos obreros por las mquinas.
_E l autor caracteriza con mucho tino la actitud del seor N.-on
hacia
desarrollo de la tcnica agrcola empleando la palabra
temor; y tiene razn cuando dice que ese temor es absurdo. Pero
creemcs que sus argumentos no rozan el error principal del "eor
N.-on.
A%que aparentemente se atiene con todo m o r a la doetrin
del ma;x;srno> e] sefjor N.-on establece una marcada diferencia en
tre la evolucin capitalista de la agricultura y la evolucin de la
industra manufacturera en la sociedad capitalista, ya que para
esta u ltma reconoce el papel progresista del capitalismo, la socia
lizacin dei trabajo, y para la primera no. Por ello no teme el
aument) de la productividad del trabaio en lo que se refiere a la
industria manufacturera y s lo teme en lo que respecta a la
agricultura aunaue el aspecto econmico-social de la cuestin a

el reflejo de dicho proceso en las distintas clases de la sociedad


ron absortamente iguales en ambos casos... Marx expres con
Particuhr realce esta tesis en la siguiente observacin suva: Los
eco n o m a s filantrpicos ingleses, como Mili, Rogers, Goldwin,
Smith, liawcett, etc., v los fabricantes liberales, como John Bright
y corppjfij'^ preguntan a los aristcratas terratenientes ingleses,
como Dos a Can por su hermano Abel, qu se ha hecho de nues
tros milbs c]e campesinos? Pero de dnde habis salido vosotros?
D el anit}Ujiamjento de esos campesinos. Por qu no preguntis
que se lia hecho de los tejedores, hilanderos y artesanos indepen
dientes?" ( Dos Kapital, I, S. 780, Anm. 237 * .) La ltima frase iden
tifica ev(jentemente la suerte de los pequeos agricultores con la
de los pequeos productores en la industria manufacturera y sub
raya la formacin de las clases de la sociedad burguesa en ambos
casos
E l principal error del seor N.-on consiste en que
no tiene en cuenta estas clases, su formacin en el seno de nuestro
camp?siiia clo, y no se plantea el objetivo de estudiar con toda exac*

El capital, t. I, p4g. 780, nota 237. (Vase C. Marx, ob. ctt., t. I.

pg- i 5? 0 ota 58. Ed.)

talistan,

^ a s e en particular 4, cap. XXIV : Gnesis d e los agricultores cavi773-776. (Vase C. Marx, ob. cit., t. I, pgs. 595 y sigs. Ed.)

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

titud cada una de las etapas sucesivas del desabollo del antagonis
mo de estas clases.
Pero es as como el seor Struve formula el problema. No
slo no corrige el mencionado error del seor N.-on, sino que, por
el contrario, l mismo lo repite, y habla, desde el punto de vista
de un profesor situado por encima de las clases, de las ventajas
del progreso para el campesinado. E ste intento de situarse por
encima de las clases hace que las afirmaciones del autor sean tan
nebulosas que de ellas se pueda extraer las siguientes conclusiones
burguesas: a la afirmacin, indiscutiblemente justa, de que el ca
pitalismo en la agricultura (lo mismo que el capitalismo en la in
dustria) empeora la situacin de los productores, opone la tesis
de que esos cambios son en general ventajosos. Es lo mismo que
si alguien, al hablar de las mquinas en la sociedad burguesa, re
futase la teora de que empeoran la situacin de los trabajadores,
sostenida por un economista romntico, diciendo que el progreso
es en general ventajoso y beneficioso.
En respuesta al seor Struve, un populista probablemente
dira: lo que el seor N.-on teme no es el aumento de la productivi
dad del trabajo, sino el predominio de la burguesa.
Es indudable que el progreso de la tcnica en la agricultura,
en el sistema capitalista existente en nuestro pas, est vinculado
al dominio de la burguesa, pero el temor que ponen de mani
fiesto los populistas resulta, claro est, completamente absurdo.
E l dominio de la burguesa es un hecho de la vida real, el trabajo
se halla subordinado al capital tambin en la agricultura, y lo que
hay que temer no es el dominio de la burguesa, sino la falta
de conciencia de este dominio por parte del productor, su falta de
capacidad para defender frente a l sus intereses. Por ello no hay
que desear que sea frenado el desarrollo del capitalismo, sino, por
el contrario, hay que desear que se desarrolle plena y totalmente.
Para sealar con el mayor detalle y exactitud posibles el fun
damento del error cometido por el seor Struve al tratar sobre la
agricultura en la sociedad capitalista, intentaremos describir (d el
modo ms general) el proceso de formacin de las clases, parale
lamente a los cambios en la tcnica, que han dado pie a este razo
namiento. E l seor Struve establece una rigurosa diferencia entre
la agricultura extensiva y la intensiva, y ve la raz de los errores
del seor N.-on en que ste no quiere reconocer nada ms que la
sericultura extensiva. Nosotros trataremos de demostrar que el

490

V. t

LNIN

principal error del seor N.-on no consiste en eso y que, al tras*


formarse la agricultura en intensiva, ia formacin de las clases de
la sociedad burguesa es por su esencia idntica a la que s produce
cuando se desarrolla la agricultura extensiva.
No tenemos necesidad de hablar mucho de la agricultura ex
tensiva, pues tambin el seor Struve reconoce que en ella el cam
pesinado es desplazado por la burguesa. Sealaremos tan slo
dos pantos. Primero: el progreso de la tcnica es estimulado por
la economa mercantil; para su realizacin es necesario que el
propietario disponga de un excedente de recursos monetarios [en
relacin con su consumo y con la reproduccin de sus medios de
produccin]. D e dnde pueden salir dichos recursos? Es evi
dente que slo pueden obtenerse cuando la circulacin mercancadinero-mercanca se convierte en la circulacin dinero-mercancadmero ms un excedente. E n otros trminos, esos medios slo pue
den salir del capital, del capital comercial y usurario, de los esta
fadores, kulaks y comerciantes, etc., etc., a quienes los ingenuos
populistas rusos no consideran capitalistas, sino aves de xaoia
(com o si el capitalismo no fuera rapia!, como si la realidad de
Rusia no nos mostrara la relacin de todas las formas posibles de
dicha rapia, desde el uis primitivo y burdo kulakismo hasta
la ms moderna y racional explotacin capitalista!) *. E n segundo
lugar, sealaremos la extraa actitud del seor N.-on hacia este pro
blema. E n la nota 2 de la pg..233 objeta a Pstnikov, autor de
La explotacin agrcola- en el sur de Rusia, quien dice que las ma
quinas han elevado la superficie trabajada de la familia campesina
exactamente en el doble, de 10 a 20 desiatinas por obrero, y que
por ello la causa de la pobreza de Rusia eside en las pequeas
dimensiones de la hacienda campesina. E n otras palabras, el de
*
Los seores populistas disponen de otro y muy ingenioso procedi
miento para ocultar las races de ruestro capitalismo industrial en a pro
duccin popular, s decir, en la usura y el kulakismo populares. 31 kulak
leva sus ahorros al Banco del Estado; sus depsitos permiten al banco,
aboyndose en el aumento de la riqueza del pueblo, de les ahorros del pue
blo, de la iniciativa del pueblo, de la solvencia del pueblo, pedir dinero
prestado a los ingleses. Ese dinero lo destina el Estado a la ayuda. . . Qu
poltica ms miope Que triste desconocimiento de la ciencia contempo
rnca y de las ideas morales de hoy da! . . . a los capitalistas. Aihora
surge la pregunta: no est claro, acaso, que si el Estado invirtiera el dinero
(de los capitalistas), no en el capitalismo, sino en la produccin popular,
cu Rusia no habra capitalismo, sino produccin popular"?

EL CONTENIDO ECONOMICO B E L POPULISM O

491

sarrollo de la tcnica en la sociedad burguesa lleva a la expropia


cin de las haciendas pequeas y atrasadas. E l seor N,-on objeta:
maana, la tcnica puede triplicar el rea de cultivo. Entonces ha
br que trasformar las haciendas que hoy tienen sesenta desatinas
en explotaciones de doscientas o trescientas. Ese argumento con
tra la tesis del carcter burgus de nuestra agricultura es tan ridcu
lo como si alguien quisiera demostrar que el capitalismo fabril
es dbil e impotente, sosteniendo que maana habr que sus
tituir ia mquina de vapor por el motor elctrico. Tampoco se
sabe qu sucede con los millones de brazos que quedan disponi
bles', aade el seor N.-on, erigindose en juez de la burguesa,
olvidando que alo el propio productor puede juzgarla. La oimaein de un ejrcito de reserva de desocupados: tal es el resul
tado inevitable del empleo de las mquinas, tanto en la agricultura
burguesa como en la industria burguesa.
As, pues, en cuanto al desarrollo de la agricultura extensiva
110 cabe duda de que el progreso de la tcnica en la economa
mercantil lleva a la trasformacin del campesino en farmer ca
pitalista, por un lado (entendiendo por farmer al empresario, al
agricultor capitalista), y por otro en pen, en jornalero. Veamos
ahora qu ocurre cuando la agricultura extensiva se trasforma en
intensiva. Precisamente de este proceso espera el seor Struve
ventajas para el campesino. A fin de evitar discusiones acerca
de la validez; de los! dacos en que nos basamos para describir esta
trasormacin, utilizaremos la obra Influencia del trasporte a va
por en la agricultura, del seor A . Skvortsov *, a quien Struve pone
por las nubes.
En el captulo tercero de la seccin IV de su libro, el seor
Skvortsov aualixa los cambios en la tcnica agrcola bajo la in
fluencia del trasporte a vapor en los pases de agricultura exten
siva e intensiva Tomemos la descripcin de dichos cambios en los
pases densamente poblados de agricultura extensiva. Podra con
*
En nuestra literatura suele presentrselo como a un marxista. Para
ello hay tan poco fundamento como para considerar marxista 1 seor N.-on.
Skvortsov tampoco conoce ia teora de la Jucha de clases / ael eaieter de
clase del Estado. Las medidas prcticas que propone en Estudios econmicos
en nada se distingo en de las buiguesas corrientes. Si bien considera la reali
dad rusa con mucho mayor lucidez que los seores populistas, entonces, ba
sndose en ese nolo hecho se podra tambin incluir entre los marxistas al
seor E. Chicherin y a muchos otres.

492

V.

I.

L E N IN

siderarse que este es el caso de la Rusia europea central. E l seor


Skvortsov predice para esos pases cambios que, segn el seor
Struve, se producirn indefectiblemente tambin en Rusia, a sa
ber: su trasformacin en un pas de agricultura intensiva con una
produccin fabril desarrollada.
Sigamos al seor Skvortsov ( 4-7, pgs. 440-451).
Tomemos un pas de agricultura extensiva *. Una parte muy
considerable de la poblacin se dedica a la agricultura. L a unifor
midad de las ocupaciones determina la ausencia de mercado. La
poblacin vive pobremente debido al exiguo tamao de las ha
ciendas, en primer lugar, y, en segundo, a la falta de intercambio:
la satisfaccin de todas las necesidades, excepto los alimentos, pro
ducidos por el propio agricultor, se efecta, puede decirse que
exclusivamente, por medio de los artculos producidos por una
artesana primitiva, por lo que en Rusia llamamos industrias de
kustares.
E l tendido de un ferrocarril eleva los precios de los productos
agrcolas v, por consiguiente, el poder adauisitivo de la poblacin.
Con el ferrocarril, el pas se ve inundado de artculos baratos,
producidos en manufacturas y fbricas, y esos artculos arruinan
a los kustares locales. Esta es la primera causa de la ruina de mu
chas haciendas
La segunda causa de la ruina son las malas cosechas. Tam
bin la agricultura ha tenido hasta ahora un carcter primitivo, es
decir, siempre irracional, y por ello las malas cosechas constituyen
un fenmeno bastante frecuente. Al ser tendido el ferrocarril, el
encarecimiento de los productos agrcolas, antes siempre conse
cuencia de las malas cosechas, no se produce ya, o si se produce, es
en proporcin mucho menor. Por ello, la consecuencia natural de
la primera mala cosecha es en este caso, por lo comn, la ruina de
muchas haciendas. Mientras menos excedente deje una cosecha
normal, v ms la poblacin dependa de los ingresos que obtiene
de las industrias artesanales, ms rpida es la ruina.
*
El seor Skvortsov seala que por pases de agricultura extensiva se
entiende habitualmente los poco poblados (pg. 439, nota). Considera esta
definicin desacertada y seala los siguientes rasgos pava la agricultura exten
siva: 1) grandes oscilaciones en las cosechas; 2 ) uniformidad de cultivos y
3 ) ausencia de mercados interiores, es decir, de grandes ciudades en las que
se concentra la industria manufacturera.

EL CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

493

A fin de prescindir de las industrias de kustares v ponerse a


salvo de las roals cosechos m ediarte el paso a la aerirult>irq in
tensiva ( racional), se precisa, en primer lugar, mayores excedentes
de dinero ( obtenido con la venta de los productos agrcolas a
precios ms altos), v, en segundo lugar, gente instruida entre la
poblacin, sin la cual es imposible hacer ms racional e intensiva
la acrricultura. La inmensa mavora de la poblacin no rene estas
condiciones, que se dan tan slo en una minora *.
La poblacin excederte que se forma de este modo Tes decir,
debido a la liquidacin de muchas haciendas arruinadas por el
hundimiento de las industrias de kustares y por las mayores exi
gencias de la agricultura] es absorbida en algunos casos or las
haciendas que salvan mejor esta situacin y tienen la posibilidad de
intensificar la produccin (es decir, sern, naturalmente, absor
bidos como obreros asalariados, como peones, como iornaleros.
E l seor Skvortsov no lo dice; quiz lo considere demasiado obvio).
Se requerir un gran gasto de energa humana, ya que la cercana
del mercado, lograda gracias a mejores vas de comunicacin, permite cultivar productos agrcolas perecederos, cuva obtencin
exige, en la mavora de los casos, considerables gastos de fuerza
de traba io. Sin embareo contina Skvortsov, el proceso de
destruccin se ooera, por lo comn, con mavor rapidez oue el mejo
ramiento de las haciendas que sobrevivieron, y parte de los campe
sinos arruinados debe marcharse, si no del nas, por lo menos a
las ciudades. E<a parte constituve el principal contingente de au
mento de la poblacin de las ciudades europeas desde que se cons
truyeron los ferrocarriles.
Sigamos. Exceso de poblacin quiere decir mano de obra
barata. Si el suelo es frtil (y el clima fa v o ra b le.. . ) tendremos
todas las condiciones para cultivos y en general para obtener pro
ductos aercolas que requieren un gran gasto de fuerza de trabajo
por unidad de superficie (4 4 3 \ con tanta mayor razn cuanto
que las reducidas dimensiones de las haciendas ( aunque quizs
aumenten en comparacin con lo oue eran 1) dificultan el empleo
de mquinas. Al mismo tiempo sufre tambin cambios el capital
*
"Para tal pas ( con una gran densidad de poblacin para el n*vel dodo
de eficiencia econmica) debemos suponer oue los peoueos excedentes, por
una parte, y por otra el bajo nivel cultural de la poblacin, hacen nue al
cambiar las condiciones muchas haciendas tengan que desaparecer (4 4 2 ) ,

494

V.

I.

LENIN

fijo, v ante todo debe cambiar el carcter de los aperos. Adems


de mquinas, la necesidad de un mejor cultivo de la tierra llevar
a la sustitucin de los primitivos aperos anteriores por otros ms
nerfectos. a que se sustituya la madera por el hierro y el acero.
Esta trasformacin obligar a eme se modifiquen all las empresas
dedicadas a la produccin de diebos aperos, ya que no oueden ser
fabricados satisfactoriamente por medios artesanales. El desarro
llo de esa rama de la industria se ve favorecido por las siguientes
condiciones: 1 ) la necesidad de recibir una mquina.o una pieza
de pila en un plazo breve; 2 ) la abundancia de mano de obra y
su baratura; 3 ) el combustible, la construccin v la tierra son b a
ratos; 4 ) las oequeas dimensiones de las unidades econmicas
hacen oue la demanda de los aperos aumente, pues, como es sa
bido, las riequeas haciendas requieren, relativamente, ms ae
ros Se desarrollan tambin otras industrias. En general, se des
arrolla la vida urbana. Se desarrolla asimismo, por necesidad, la
industria minera, ya que por una parte queda disponible una
masa de brazos libres y por otra, gracias a los ferrocarriles y al
desarrollo de la industria manufacturera mecanizada v de otras
industrias, aumenta la demanda de produccin minera.
As, nes, la regin que antes del tendido del ferrocarril era
una zona de agricultura extensiva densamente poblada se convierte
con mayor o menor rapidez en una zona de agricultura muv inten
siva v con una produccin fabril ms o menos desarrollada. La
acentuacin del carcter intensivo de la agricultura se manifiesta
en los cambios del sistema de cultivo. E l sistema de tres campos
se hace imposible debido a las oscilaciones de las cosechas. Se
imnone pasar al sistema de rotacin de cultivos, que elimina
dichas oscilaciones. Naturalmente, la rotacin completa de culti
vos **, que requiere una agricultura muy intensiva, no puede ser
aplicada de golpe. Por ello se introduce primero la rotacin de
cereales Tuna regular alternacin deicultivos] y luego se desarrolla
la ganadera v la siembra de plantas-forrajeras.
E n fin de cuentas, nuestra zona de agricultura extensiva
densamente poblada se convierte, con mayor o menor rapidez, a
*
Son rasgos de este sistema,: 1) se ara toda la tierra; 2 ) el barbecho
se excluye, siempre que sea posible; 3 ) los cultivos se alternan regularmente
en la rotacin; 4 ) el laborea debe ser lo ms esmerado posible; 5 ) el ganado
se guarda en establos.

jL CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

495

medida que se desarrolla el ferrocarril, en una zona agrcola de


carcter muy intensivo, que se acentuar ante todo, como hemos
dicho, gracias al aumento del capital variable.
Esta detallada descripcin del proceso de desarrollo de la
agricultura intensiva demuestra, evidentemente, que tambin en
este caso el progreso de la tcnica, bajo el sistema de produccin
de mercancas, lleva a la economa burguesa, escindiendo a los
productores directos en fatmers, quienes gozan de todas las ven
tajas de la agricultura intensiva, del mejoramiento de los aperos,
etc., etc., y obreros, que con su libertad y su baratura crean
condiciones favorables para el desarrollo progresista de toda la
economa nacional.
E l principal error! del seor N.-on no consiste en que pasa por
alto la agricultura intensiva y se limita a estudiar la extensiva, sino
en que, en vez de analizar las contradicciones de clase en la pro
duccin agrcola rusa, ofrece al lector vacas lamentaciones y dice
que nosotros marchamos por un mal camino. E l seor Struve
repite ese error, disimula las contradicciones entre las clases con
razonamientos objetivos y se limita a enmendar los errores se
cundarios del seor N.-on. Ello es tanto ms extrao cuanto que
l mismo reprocha con toda razn a ese marxista indudable no
comprender la teora de la lucha de clases. Y es tanto ms lamen
table cuanto que ese error debilita la importancia polmica del muy
acertado pensamiento del seor Struve, de que es absurdo temer
el progreso tcnico de la agricultura.
Para terminar con el problema del capitalismo en la agricul
tura haremos un resumen de todo lo dicho. Cmo plantea la
cuestin el seor Struve? Parte de la explicacin gratuita y apriorstica de que la superpoblacin se debe a la falta de correspon
dencia entre la reproduccin y los medios de subsistencia,' seala
luego que nuestro campesino produce insuficientes alimentos,
y resuelve el asunto asegurando que el proceso de la tcnica es
ventajoso para el campesinado y que la productividad del tra
bajo agrcola debe ser elevada (2 1 1 ). Cmo debera haber
planteado el problema, si se hubiera ceido a la doctrina del
marxismo? Debera haber comenzado con un anlisis de las rela
ciones de produccin existentes en la agricultura rusa y despus
de demostrar que la opresin del productor no obedece a una ca
sualidad, ni a la poltica, sino al dominio del capital, que nace
necesariamente sobre la base de la economa mercantil estudiar

496

V. I.

L EN l x V

de qu modo el capital destruye la pequea produccin y qu


formas adquieren las contradicciones entre las ciases. Debera
haber demostrado a continuacin cmo el desarrollo posterior hace
que el capital comercial se convierta en capital industrial (adqui
riendo tales y cuales formas en la economa extensiva y tales y
cuales en la intensiva), desarrollando y acentuando las contradic
ciones de clase, cuya base haba sido establecida ya plenamente
cuando tena an su vieja forma, y oponiendo definitivamente el
trabajo libre a la produccin racionar. Entonces bastara con
una simple comparacin do estas dos formas consecutivas de la
produccin y de la explotacin burguesas para que se vieran con
toda claridad el carcter progresista del cambio y sus ventajas
para el productor; en el primer caso, la subordinacin del trabajo
al capital es disimulada por miles de supervivencias de las relacio
nes medievales, que impiden ai productor ver la esencia de las
cosas y engendran en sus idelogos la idea, absurda y reaccionaria,
de que es posible esperar ayuda de la sociedad y ctc,, etc.; en el
segundo caso, esa subordinacin est libre de toda traba medieval,
y el productor comprende que puede y debe desplegar una activi
dad independiente y conciente contra su antpoda. En lugar de
frases acerca del difcil y doloroso paso al capitalismo surgira
una teora que no slo hablara de las contradicciones de case,
sino que pondra al desnudo dichas contradicciones en cada forma
de produccin irracional y racional, de economa extensiva
e intensiva".
La conclusiones a que hemos llegado despus del anlisis de
la primera parte del VI captulo de la obra del seor Struve, de
dicado a.1 c arcter de la superpoblacin en la Rusia agraria, po
dran formularse como sigue: 1) el malthusianismo del seor Stru
ve, lejos de basarse en datos reales, se apoya slo en premisas me
todolgicas y dogmticas errneas; 2) la superpoblacin en la Rusia
agraria se debe al dominio del capital, y no a la falta de corres
pondencia entre el crecimiento de la poblacin y los medios de
subsistencia de la poblacin; S) la tesis del seor Struve acerca
de que la superpoblacin es fruto de la economa natural, slo es
acertada en el sentido de que el capital agrario, debido a los vesti
gios de las relaciones feudales, tiene formas poco desarrolladas,
y por ello particularmente dolo/osas para el productor; 4) e! seor
N.-un no ha logrado demostrar que la superpoblacin tenga en
Rusia un carcter capitalista, y nd lo ha logrado porque nc efectu

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

497

un anlisis de la dominacin del capital en la agricultura; 5 ) el


principal error del seor N.-cn, repetido per el seor Struve, con
siste en que 110 ofrece un anlisis de las clases que se forman al
desabollarse la agricultura burguesa; 6 ) este desconocimiento de
las contraaiccior.es de clase llev al seor Struve, como era de su
poner, g. expresar en forma en extremo desacertada y nebulosa
su tesis, completamente justa, sobre el carcter progresista y sobre
la conveniencia de las mejoras tcnicas.

U
Pasemos aliora a analizar la segunda parte del captulo VI,
dedicada a la diferenciacin del campesinado. Esta parte tiene re
lacin directa e inmediata con ia anterior y sirve de complemento
ai problema del capitalismo en la agricultura.
Despus de sealai que los precios de los productos agrcolas
aumentaron en el trascurso de los primeros veinte aos posteriores
a la Reforma y que la produccin de mercancas ss desarroll en
la agricultura, el seor Struve observa con mucha razn que con
ello se beneficiaron, sobre todo, los terratenientes y los campesi
nos acomodados (2,14). L a diferenciacin en el seno de la po
blacin rural deba aumentar, y a esa poca corresponden sus pri
meros xitos. E l autor cita observaciones de investigadores lo
cales, segn ios cuales el tendido de ios ferrocarriles slo elev el
nivel de vida de los campesinos acomodados y el arriendo de tie
rras origina entre los campesinos un verdadero combate, que
termina siempre con la victoria de ios elementos econmicamente
fuertes (216-217). Cita ambin la investigacin de V. Pstnikov,
segn la cual las haciendas de los campesinos acomodados estn
ya tan subordinadas al mercado, que los productos del 4G por ciento
de su superficie sembrada estn destinados a la venta, y despus
de aadir que en el polo opuesto los campesinos pierden su in
dependencia econmica y, al vender su fuerza de trabajo, son ya
casi peones, concluye muy acertadamente:
Slo a la penetracin de la economa cambiara se debe el
que las haciendas campesinas econmicamente fuertes puedan sa
car provecho de la ruina de las dbiles" (2231. E l desarrollo de
la economa monetaria y el aumento de la poblacin dice el
autor hace que el campesinado se divida en dos partes: una eco

498

V;

1. L E N

nmicamente fuerte, compuesta por representantes de ia nuev


fuerza, del capital en todas sus formas y grados, y otra integrada
por agricultores ssmindependientes y por autnticos neones
(239)
Por breves que sean las observaciones del autor acerca de
esta diferenciacin, /ios permiten sealar los siguientes rasgos
importantes del proceso que examinamos: 1) No se limita a la
creacin de una desigualdad de bienes: se crea, adems, una nueva
fuerza, el capital. 2 ) La creacin de esa nueva fuerza va acompaa
da por la de nuevos tipos de haciendas campesinas: en primer lu
gar, haciendas florecientes, econmicamente fuertes, desarrolladas,
que producen de preferencia para el mercado, quitan a los cam
pesinos pobres la posibilidad de arrendar tierra y recurren a la
explotacin de trabajo ajeno * ; en segundo Jugar, el campesinado
proletario que vende ai capital su fuerza do trabajo. 3 ) Todos
estos fenmenos han surgido de modo directo e inmediato sobre la
base de la economa mercantil, E l mismo seor Struve ha sealado
que sin la produccin de mercancas seran imposibles y que con
su penetracin en el campo se hicieron necesarios, 4 ) Estos fen
menos (ia nue/a fuerza, les nuevos tipos de campesinos) per
tenecen al dominio de la produccin y no quedan limitados ai del
intercambio, al de la circulacin de mercancas: el capital se ma
nifiesta en la produccin agrcola; lo mismo puede decirse de la
venta de la fuerza de trabajo.
Se dira que estos rasgos del proceso demuestran que se trata
de un fenmeno puramente capitalista, que en el seno del campe
sinado se forman ias clases propias de la sociedad capitalista: la
burguesa y el proletariado. Es ms, estos hechos no slo eviden
cian el dominio del capital en la agricultura, sino tambin que el
capital ha dado ya, si se permite la expresin, un segundo paso.
De comercial se ha convertido en capital industrial; de fuerza do
minante en el mercado, en fuerza dominante en la produccin;
el antagonismo de clases entre el mayorista rico y el campesino
*
El seor Struve no menciona este rasgo, que se manifiesta en el em
pleo de trabajo asalariarle., que desempea u p . papel no pequeo en !as ha
ciendas de los campesinos florecientes, y en las operaciones del capital usurario
y del capital comercial, concentrados en sus manos y que arrebatan por igual
el sobrevaJor al productor. Sin mencionar oste rasgo no se puede hablar del
capital

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

499

pobre se convierte en antagonismo entre el patrono burgus con


sus mtodos racionales y el libre vendedor de brazos libres.
Pero tampoco en este caso pudo prescindir el seor Struve de
su malhusianismo; segn su opinin, en el proceso sealado slo
se manifiesta u n a s p e c t o ( s o lo el aspecto progresista ), al lado
del cual ve otro: la irracionalidad tcnica de toda la economa
campesina. En ella se manifiesta el aspecto regresivo, por de
cirlo as, de todo el proceso, ella "nivela al campesinado y borra
la desigualdad, actuando en vinculacin con el crecimiento de
la poblacin (233-224).
E n ese razonamiento, bastante nebuloso, slo se ve que el au
tor prefiere las formulaciones extremadamente abstractas a las ob
servaciones concretas, y que a todo endosa la ley de correspon
dencia entro el crecimiento de la poblacin y los medios de subsis
tencia. Digo endosa, porque inclusive si nos ceimos rigurosamen
te a los datos que l mismo aporta, es imposible ver en ellos rasaos
concretes del proceso que no correspondan a la doctrina dl
marxismo y que exijan la admisin del maltbusianismo. Repase
mos una vez ms ese proceso: primero tenemos productores natu
rales, campesinos relativamente homogneos *. La penetracin de
la produccin mercantil en el campo hace que la riqueza de cada
familia campesina dependa del mercado, creando, mediante las
oscilaciones de ste, una desigualdad que se acenta al concentrar
el dinero libre en manos de unos y arruinar a otros. Ese dinero
sirve, naturalmente, para explotar a los desposedos y se convierte
en capital. El capital puede explotar a los campesinos que, estan
do al borde de la ruina, an conservan sus haciendas, y al dejarlos
que sigan trabajando la tierra con los viejos mtodos tcnicamente
iiracionales, puede explotarlos comprndoles el producto de su
trabajo. Pero la ruina del campesino alcanza por fin tal grado,
que ste se ve obligado a abandonar por completo su hacienda:
ya no puede vender el producto de su trabajo, no le queda ms
remedio que vender su trabajo. E l capital se hace cargo entonces
de la hacienda, con la particularidad de que, debido a la compe
*
Que trabajan para, el ierrcieniente. De este aspecto se hace abstrac
cin para dar una idsa ms clara del pase de la economa natural a la mercan
til. Ya dijimos que los vestigios de las relaciones tpicas de la antigua no
bleza empeoran la situacin del productor y liacen que el proceso de su
ruina aea particularmenie penoso

500

V.

I.

LEIIN

tencia, se ve obligado a organizara racionalmente; puede hacerlo


gracias al dinero libra que ahorr antes, y ya no explota a un
agricultor, sino a un pen, a un jornalero. S::rge la pregi.^ta: qu
son esos dos aspectos que el autor ve en este nrcceso? jC m o pue
de llegar a esa monstruosa conclusin malthusiana: La irracio
nalidad tcnica de la hacienda, y no el capitalismo [tmese buena
nota de y nol, es el enemigo que priva del pan de cada da a
nuestro campesino? (2 2 4 ). i Como si ese pan de cada da alguna
vez hubiera ido a parar ntegro a manos del productor, y no se
hubiera dividido en producto necesario y plusproducto, recibido
este ltimo por el terrateniente, ei kulak, el campesino fuerte,
el capitalista!
Debemos aadir, sin embargo, que el autor explica ms ade
lante lo de la nivelacin. Dice que resultado de la nivelacin de
que se ha hablado ante* es que cliswiimate o inclusive desanarece
Ja capa media e la poblacin campesina, fenmeno este registrado
en muchos lugares (2 2 5 ). Despus de citar una publicacin de
los zemstvos en Ja que se dice que aumenta todava ms la dis
tancia entre los agricultores ricos v el proletariado sin tierra ni
caballo, el seor Struve concluve: E n el caso dado, la nivelacin
es, sin duda, al mismo tiempo, diferenciacin, pero sobre la base de
esta diferenciacin slo se desarrolla el sojuzgamiento. que no pue
de ser sinc un freno para el progreso econmico (2 $ ). As. pues,
ahora resulta va que la diferenciacin creada por la economa
mercantil no debe contraponerse a la nivelacin, sina tambin
a la diferenciacin, pero a una diferenciacin de otro gnero: o
ms concretamente, al soiuzgamiento. Y como el soiuzgamiento
frena el progreso econmico, el autor califica este aspecto" de
regresivo.
Es esta una forma de razonar por dems extraa, que rada
tiene de marxista. Se comparan el soiuzgamiento y la dife
renciacin, como si fuesen "sistemas . independientes, aislados;
uno es ensalzado porque contribuv al progreso; el otro con
denado poroue 10 frena. Qu fue de exigencia del seor Struve
de analizar las contradicciones de clase, por faltar a a cual atac
tan justamente al seor N.-on?, ;a u se hizo de la teora del pro
ceso espontaneo, de la que tan bien habl? Ese sojuzgamiento al
que acaba de fulminar por f u carcter represivo n o es sino la ma
nifestacin inicial del capitalismo en la agricultura, de ese mismo
capitalismo que lleva ai ascenso progresista de la tcnica. En

EL CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISMO

501

efecto, qu es el sojuzgamiento? E s la dependencia del campesino propietario de sus medios de produccin y obligado a trabajar
para el mercado, con respecto al poseedor del dinero, dependen
cia que, cualquiera sea el modo en que se exprese (en forma de
capital usurario o de capital del mayorista que ba monopolizado
la venta), siempre conduce a que una parte enorme del producto
del trabajo no vaya a parar al productor, sino al poseedor de di
nero. Por lo tanto, su esencia es puramente capitalista *, y toda
su peculiaridad consiste en que esta forma primaria, embrionaria,
de las relacionis capitalistas est totalmente enmaraada con las
anteriores relaciones feudales: no hay libre contratacin sino con
venios forzados (unas veces por orden de los de arriba y otras
por el deseo de no perder sus empresas, o por viejas deudas, e tc .);
el productor se ve sujeto a un lugar determinado y a determinado
explotador: en oposicin al carcter impersonal del convenio en
marcial, propio de las relaciones puramente capitalistas, el con
venio tiene siempre aqu un carcter personal de ayud, de
favor, lo que pone inevitablemente al productor en una situacin
de dependencia personal, semifeudal. Las expresiones del autor
tales como nivelacin, freno dei progreso y carcter regre
sivo slo significan que el capital se aduea primero de la pro
duccin en su vieja base y subordina al productor tcnicamente
atrasado. La observacin del autor, de que la existencia del capi
talismo no da todava derecbo a culparlo de todos los males, es
acertada en el sentido de que nuestro campesino que trabaia para
otros no slc sufre por causa del capitalismo, sino tambin debido
al insuficiente desarrollo del capitalismo. En otras palabras, entre
la inmensa masa de campesinos, prcticamente no existe ahora
*
Aqu tenemos a la vista todos ios rasgos distintivos: la economa
mercantil como base, la monooolizacin del producto del trabajo social en
forma .le dinero como resultado, y la conversin de *<ste dinero en capital.
No olvido, en absoluto, que estas formas primarias del capital se daban en
algunos lugares, aun antes de la instauracin del rgimen capitalista. Pero
lo importante es que en la economa campesina de la Rusia actual no se trata
de casos aislados, sino como refra, de sistema de relaciones domimntc Estn
ya vinculadas (por medio de las operaciones comerciales y de lo. bancos)
con el gran capitalismo industrial mecanizado, y ya han puesto de mani
fiesto su tendencia, han demostrad* que los representantes d i ese "sojuzga,
miento no son sino soldados de fila del ejrcito, nico e indivisible, de la
burguesa.

502

v.

j Eni n

ninguno que produzca en forma independiente para su propio


consumo; fuera del trabajo para agricultores burgueses raciona
les, slo vemos trabajo para los poseedores del dinero = capital,
es decir, tambin explotacin capitalista, slo que no desarrollada,
primitiva, por lo que, en primer lugar, hace diez veces peor la
situacin del trabajador, envolvindolo en una red de opresiones
particulares, complementarias, y en segundo trmino lo priva fio
mismo qup, a su idelogo, el populista) de la posibilidad de com
prender el carcter de ciase de ios diguscos que le proporcionan
y de adaptar su actividad a dicho carcter. Por lo tanto, el as
pecto progresista de la diferenciacin (expresndonos en el
lenguaje clel seor Struve) consiste en que pone al desnudo la
contradiccin que se oculta en el sojuzgamiento y lo priva de los
rasgos tpicos de la antigua nobleza. El carcter regresivo" del
populismo, que defiende la nivelacin de los campesinos (fren
t e . .. al kulak), consiste en que dicha ideologa desea retener el
capital en sus formas medievales, que combinan la explotacin con
una produccin dispersa y tcnicamente atrasada, y con la coac
cin personal sobre el productor. En ambos casos (en el de sojuzgamiento y en el de diferenciacin ), la causa de la opresin
es el capitalismo, y las afirmaciones contrarias del autor, cuando
dice aue "no se trata del capitalismo, sino de que la tcnica es irra
cional y que no se puede culpar al capitalismo de la pobreza de
los campesinos, etc., etc., slo demuestran que el seor Struve
se ha entusiasmado en exceso, al defender la acertada idea de que
el capitalismo desarrollado es preferible al no desarrollado y, de
bido al carcter abstracto de sus planteamientos, ha contrapuesto
el primero al segundo como si fueran dos cosas distintas *, y no
dos fases consecutivas de im mismo fenmeno.
Con qu fundamento se preguntar tal vez el lector se dice que
eso se debe exclusivamente a que el seor Struve se ha entusiasmado en
exceso ? Cuu el fundamento siguiente: el autor admite, sin dejar lugar i
dudas, que el capitalismo es e fonde principal, sobre el que se producen los
fenmenos descritos. Sealu con toda claridad 3I rpido desarrollo de la
economa mercantil, ia diferenciacin del campesinado, la difusin de
los aperos perfeccionados (245), etc., etc., por una parte, y por otra que
los campesinos so despojados de la cierra, la "creacin asi proletariado
rural (238). Por ltimo, l mismo caracteriza todo eso como ia creacii'
de una fuerza nueva, del capital, y seala e papel decisivo de Ja aparicin
dei capitalista entre productor y el consumido*.

EL CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

SO S

III
E l autor se entusiasma tambin en exceso en e) razonamiento,
expuesto a continuacin, de que no es s) gran capitalismo indus
trial si causante de la ruina de los campesinos. Struve polemiza
con el seor N. on.
L a produccin oarata de artculos fabriles dice el seor
N.-on, hablando de la produccin fabril de ro p a- ha eclio que
se reduzca su confeccin a domicilio (pg. 227 del libio del seor
Struve)Aqu las cosas se presentan al revs observa el seor Stru
ve, y no ser difcil demostrarlo. La reduccin de la produccin
de hilados por los campesinos ha hecho que aumente la produccin
y el consumo de artculos de la industria capitalista de tejidos
de algodn, y no al contrario (2 2 7 ).
E l autor no acierta a presentar bien el asunto ocultando de
trs de consideraciones secundarias la esencia de la cuestin. Si
partimos del hecho del desarrollo de Ja industria fabril (y el se
or N.-on parie precisamente de ello), es imposible negar que
tambin la baratura de ios artculos fabriles acelera el desenvol
vimiento de ia economa mercantil y acelera el desalojo del mer
cado de los artculos, de fabricacin domstica. Al objetar esta
declaracin del seor N.-on, el seor Struve no hace ms que de
bilitar sus argumentos contra dicho autor, cuyo error principal
consiste en que trata de presentar la fbrica como algo separado
del campesinado, como un fenmeno casual que ha cado de
afuera sobre los campesinos, cuando es en realidad (tanto segn
la teora a la que el seor N.-on quiere atenerse rigurosamente,
como segn los datos de la historia de lu sia) la culminacin, del
desarrollo de la organizacin mercantil de toda la economa so
cial, y por lo tanto de la campesina. L a gran produccin burguesa
en la fbrica es la continuacin directa e inmediata de la pro
duccin pequeoburguesa en la aldea, en la decantada comuni
dad rural o en las industrias de kustares. Para que la forma
fabril llegue a ser 'ms barata - dice con mucha razn el seor
Stiuve, el campesino debe adoptar el punto de vista de la ra
cionalidad econmica, dado que existe la economa monetaria.
Si todo el campesinado se aferrara [ . . .] a la economa natural,
no habra percales [ . . . ] que pudieran seducirlo.

S04

V.

e n i n

En otras palabras, la forma fabril no es sino la producciil


de mercancas desarrollada, y sta ha surgido de la produccin de
mercancas no desarrollada de la economa campesina y de los
kustares. E l autor desea hacer ver al seor N.-on que la fbrica
y el campesinado estn relacionados entre s; que los principios
econmicos de su organizacin no son antagnicos
sino idnti
cos. Para ello habra debido Mmitarse a hablar de la organizacin
econmica campesina, y oponer al seor N.-on la tesis de que nues
tro pequeo productor (e l campesino agricultor y el kstar) es
un pequeo burgus. Si hubiera planteado el problema as, lo ha
bra sacado del mbito de los razonamientos en cuanto a lo que
debe ser, lo que puede ser, etc., etc., para llevarlo al de la
explicacin de qu es y por, qu es as y no de otro modo. Para
refutar esta tesis, los populistas tendran que negar hechos noto
rios e indiscutibles sobre el crecimiento de la economa mercantil
y la diferenciacin del campesinado [y estos hechos demuestran
el carcter pequeoburgus del campesinado], o bien negar las
verdades elementales de la economa poltica. Aceptar esta tesis
significara admitir el absurdo de contraponer el capitahsmo al
rgimen popular, admitir el carcter reaccionario de los proyec
tos de buscar otros caminos para la patria y de apelar a la so
ciedad burguesa o a un Estado que todava es a medias el r
gimen de la antigua nobleza, solicitando de ellos la socializacin.
E n vez de comenzar por el principio c , el seor Strave lo hace
por el final: rechazamos dice una de las tesis esenciales de la
teora populista del desarrollo econmico de Rusia, la de que el
desarrollo de la gran industria de trasformacin arruina al campe
sino agricultor (2 4 6 ). Eso es, como dicen los alemanes, tirar al
nio junto con el agua de la baera! E l desarrollo de la gran in
dustria de trasformacin significa y expresa el desarrollo del capi
talismo. Y que precisamente es el capitalismo el que arruina al cam
pesinado, es la tesis esencial, o del populismo, sino del marxismo.
Los populistas no vieron ni ven las causas de la separacin del
*
Los populistas lo decan con toda franqueza, pero el seor N.-on, ese
marxista indudable, nos ofrece el mismo disparate envuelto en nebulosas
frases acerca del rgimen popular y de la produccin popular, salpicadas
de citas de Marx.
Es decir, de comenzar por el carcter pequeoburgus del campesino
agricultor" para demostrar la inevitabilidad y la legitimidad del gran ca
pitalismo.

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

' SOS

productor de sus medios de produccin en la organizacin espec


fica de la economa social rasa! que lleva el nombre de caoitalismo,
sino en la poltica del gobierno, segn ellos desacertada ("nosotros*
seguimos un camino equivocado, etc., etc.), en el estancamiento
de la sociedad, que no se uni lo suficiente para luchar contra los
buitre'- y los granujas, etc., etc. Por eso las medidas por ellos oropuestas se referan exclusivamente a la accin de la sociedad
v del Estado", Por el contrario, cuando se seala aue bis causas de
la expropiacin residente en la organizacin capitalista de la econo
ma social, ello lleva inevitablemente a la teora de la lucha de
clases { pgs. 101, 288 y muchas otras del libro de Struve). E l
autor no se expresa con precisin al hablar del agricultor en
general, y no de clases antagnicas en la agricultura burguesa. Los
populistas dicen que el capitalismo arruina la agricultura, y por ello
no puede abarcar toda la produccin del pas y lleva a sta por un
mal camino; los marxistas dicen que el capitalismo, tanto en la
industria manufacturera como en la agricultura, oprime al produc
tor, pero al elevar la produccin a un peldao superior, crea con
diciones y fuerza para la socializacin *.
La conclusin del seor Struve en este problema es la siguien
te: Uno de los errores fundamentales del seor N.-on consiste en
que trasplant ntegramente ideas y categoras del rgimen capi
talista, ya plasmado, a la actual economa campesina, que hasta
boy sigue siendo ms natural que monetaria (2 3 7 ).
Hemos visto ms arriba que slo el total desconocimiento de
los datos concretos del capitalismo agrario ruso pudo llevar al se
or N.-on a su ridculo error de hablar de la reduccin del mer
cado interior. No incurri sin embargo en ese error porque aplic
al campesinado todas las categoras del capitalismo, sino porque
no aplic a los datos de la agricultura ninguna categora del capi
talismo. Las clases de la burguesa y el proletariado son, natural
mente, la categora ms importante del capitalismo. E l seor
N.-on, dems de no haberlas "trasferido al -campesinado (es
*
"L a racionalizacin de la agricultura, or una parte, que hace que
por primera vez sta pueda operar en una escala social, y el hecho de llevar
al absurdo la propiedad privada de la tierra por la otra, son los grandes m
ritos del modo de produccin capitalista. Como todos sus dems progresos
histricos, el capitalismo tambin logr ste a costa de la depauperacin abso
luta del productor directo. (Das Kapttal, III, B., 2 Th., S. 157.) (El capital,
t. III, parte II, pg. 157. Vase C. Marx, ob. ctt., pgs. 635-636, Ed.)

I
508

V.

I.

L E N IN

decir, adems de no haber analizado a qu grupos o capas del


campesinado pueden aplicarse esas categoras, y hasta qu grado
estn desarrolladas), razon de modo puramente populista, igno
rando los elementos antagnicos que existen en el seno de la co
munidad rural y hablando del campesinado en general. Ello
hizo que su tesis acerca del carcter capitalista de la superpoblacin
y acerca del capitalismo como causa de la expropiacin del agri
cultor haya quedado sin demostrar y servido slo para crear una
utopa reaccionaria.

IV
E n el V III del sexto captulo, el seor Struve expone sus
ideas acerca de la agricultura basada en la propiedad privada. Se
ala con toda razn que las formas que adopta dicha agricultura
dependen estrecha y directamente de la ruina de los campesinos. E l
campesino arruinado ya no seduce al terrateniente ofrecindole
precios fabulosos por el arriendo, y el terrateniente prefiere con
tratar peones. Para demostrarlo reproduce un pasaje de un artculo
de Raspopin, quien analiza datos de la economa de los terratenien
tes, recogidos por la estadstica de los zemstvos, y de una publica
cin de estadstica actualizada de los zemstvos que seala el carc
ter forzado del aumento de los cultivos. E n respuesta a los seores
populistas, que tan gustosamente ocultan el hecho del actual domi
nio del capitalismo en la agricultura con razonamientos acerca de
su porvenir y de sus posibilidades, el autor se refiere con toda
precisin a la situacin real.
Aqu debemos detenernos slo para ocuparnos de la aprecia
cin de este fenmeno por el autor, quien dice que se trata de
tendencias progresistas en la agricultura basada en la propiedad
privada (224) y que dichas tendencias surgen por la lgica impla
cable de la evolucin econmica (2 4 0 ). Tememos que, debido a
su carcter abstracto, estas dos formulaciones, absolutamente acer
tadas, no sean comprendidas por el lector no familiarizado con el
marxismo; tememos que eM ector no comprenda si no se explica
la sucesin de determinados sistemas econmicos y de determinadas
formas de antagonismos de clase por qu dicha tendencia es pro
gresista (desde el nico punto de vista, claro est, desde el que
puede plantear el asunto un jnarxista: desde el punto de vista de

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

507

una clase determ inada), ni en qu consiste precisamente la impla


cabilidad" de la evolucin que tiene lugar. Por ello trataremos de
esbozar esa sucesin (aunque, sea a grandes rasgos), paralelamente
a la descripcin que hacen los populistas de la cuestin.
E l populista pinta el proceso de desarrollo de la economa ba
sada en el trabajo de peones como el paso de la agricultura inde
pendiente a la dependiente, y, naturalmente, estima que se trata
de regresin, de decadencia, etc., etc. T al pintura del proceso es
absolutamente falsa desde el punto de vista de los hechos y en nada
corresponde a la realidad, y por lo tanto las conclusiones que de ella
se extraen son tambin absurdas. Al presentar las cosas con tanto
optimismo ( respecto del pasado y del presente), el populista senci
llamente vuelve la espalda a los hechos registrados por la propia
literatura populista, y se entrega a utopas y a la ponderacin de
posibilidades.
Tomemos como punto de partida la economa feudal anterior a
la Reforma.
E l contenido principal de las relaciones de produccin era en
tonces el siguiente: el seor feudal entregaba tierra al campesino,
madera para construccin y, en general, medios de produccin ( a
veces inclusive medios de vida) para cada familia y, al mismo
tiempo que dejaba al campesino que l mismo obtuviera su sus
tento, lo obligaba a trabajar todo el tiempo suplementario en la
prestacin personal. Subrayo todo el tiempo suplementario para
sealar que en dicho sistema ni se puede hablar de independencia
del campesino *. E l nadiel que el seor feudal proporcionaba
al campesino no era sino salario en especie y serva nica y exclu
sivamente para la explotacin del campesino por el seor feudal,
para proporcionar a ste mano de obra, y nunca para mantener
efectivamente al campesino * * .
Pero he aqu que irrumpe la economa mercantil. El seor feu
dal empieza a producir cereal para venderlo, y no para s. Ello in
tensifica la explotacin del trabajo del campesino; adems, se hace
poco ventajoso el sistema de los nadiel, pues al seor feudal no le
conviene proporcionar tierra a las nuevas generaciones de campe
* Me limito exclusivamente al aspecto econmico del problema.
*
* Por ello, referirse a la dotacin de tierra feudal para demostrar el
carcter secular de la pertenencia de los medios de produccin al productor
es una falsedad absoluta.

508

V.

I.

1ENIN

sinos, y aparece la posibilidad de pagar en dinero. Resulta ms


conveniente deslindar de una vez para siempre la tierra de los cam
pesinos y la de los seores feudales (sobre todo si al hacerlo se
recorta parte de las parcelas y se recibe un precio justo por el
rescate), y aprovechar el trabajo de los propios campesinos, colo
cados en peores condiciones materiales y obligados a competir tanto
con los antiguos sirvientes de palacio como con los drstvenniki 4\
con los antiguos campesinos de las'tierras del Estado y de la familia
imperial, etc., ms acomodados.
E l rgimen de servidumbre se derrumba,
E l sistema de economa ahora orientada al mercado (esto es
particularmente im portante) cambia, pero no en forma repen
tina. A los viejos rasgos y principios se suman otros nuevos. Es
tos nuevos rasgos consisten en que la base del Plusmacherei ya no
es proporcionar medios de produccin al campesino, sino, por el
contrario, su separacin de ellos, su necesidad de dinero; la base
ya no la constituye la economa natural, el intercambio natural de
servicios ( el seor feudal proporciona tierra al campesino y ste
entrega a aqul los productos del plustrabajo, trigo, lienzo, etc.,
e tc.), sino un libre acuerdo comercial, monetario. Esta forma de
economa, que combinaba viejos y nuevos rasgos, fue precisamente
la que predomin en Rusia despus de la Reforma. Los antiguos
mtodos de prestar tierra a cambio de trabajo (por ejemplo, laboreo
de la tierra a cambio de los recortes) fueron complementados con la
contratacin invernal, el prstamo de dinero a cambio de trabajo,
cuando el campesino est ms necesitado de dinero y por ello vende
su trabajo por una bicoca, el prstamo de cereal a cambio de tra
bajo en los campos del terrateniente, etc. Como se ve, las relaciones
econmicosociaies, en las antiguas heredades patriarcales queda
ron reducidas a una vulgar transaccin usuraria: consistan en ope
raciones anlogas a las que realizaba.el mayorista con los kustares.
E s indudable que esa era .la economa tpica despus de la Re
forma, y nuestra literatura populista ba producido insuperables des
cripciones de esa forma, especialmente desagradable, de Plusmacherei, combinada con las tradiciones y relaciones feudales y con el
total desamparo del campesino, atado de pies y manos a su nadiel.
Pero los populistas no queran y no quieren ver en qu con
siste la base econmica de esas relaciones.
Aqu la base de la dominacin ya no es slo la posesin de la
tierra, como en los viejos tiempos, sino tambin la posesin de

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

509

dinero, quu el campesino necesita ( y el dinero es un producto del


trabajo social organizado por la economa m ercantil), y la separa
cin" de), campesino de los medies de vida, 5 s evidente que se
trata de una relacin capitalista, burguesa. Los nuevos rasgos no
son sino la forma primaria de ciommio dei capital en la agricultura,
forma que an no se ibero de las trabas del rgimen de la. antigua
nobleza" y que ha creado la contradiccin de ciases propia de la so
ciedad capitalista, pero que an :ao la ha fijado.
Pero he aqu que, con el desarrollo de la economa mercantil,
esta forma primaria de dominio del capital se ve privada de su
base: el empobrecimiento del campesinado, que ha llegado a la
ruina otal, significa que los campesinos han perdido sus aperos,
soporte de a torma feudal y expoliadora del trabajo, obligando al
terrateniente a explotar su hacienda con aperos propios y al cam
pesino a convertirse en pen.
Es tambin indiscutible que ese proceso comenz en la Rusia
posterior a la Reorma. Ese hecho muestra la tendencia de esa
torma expoliadora que los populistas consideren de un modo pura
mente metafisico, sm relacin con el pasado y al margen de la ten
dencia al desarrollo; este necho muestra el desarrollo posterior del
capitalismo, el desarrollo de la contradiccin de clases propio de
nuestra sociedad capitalista, y que en la poca anterior se expre
saba en la relacin entre el kulak y el campesino y que ahora em
pieza a expresarse en ia relacin entre ei agricultor racional y el
pen, y jornalero.
Este ltimo cambio es el que desespera y horroriza a los- popu
listas, que vociferan acerca de la privacin de tierra, de la pr
dida de independencia, de la instauracin del capitalismo, de las
amenazantes calamidades que ste acarrea, ctc.; etc
Prstese atencin imparcialmente a esos razonamientos y se
ver, en primer lugar, que son mentira, aunque una mentira bien
intencionada, pues la economa basada en el trabaje de los peones
no fue precedida por la independencia del campesino, sirio por
otras iounas de entrega del piusproducto a quien no participaba
en su creacin. En segundo lugar vern hasta qu punto es super
ficial y mezquina la protesta de los populistas, que hace que su
doctrina, segn la atinada expresin del seor Struve, sea socialismo
vulgar. jPor qu esa instauracin slo se ve. en su. segunda forma
y nc en ainbasr; por que la protesta no va dirigida contra el hecho
histrico esencial que concentr en manes de quienes peseen la

510

V.

I.

LENIN

tierra en propiedad privada los medios de produccin, sino slo


contra uno de los mtodos de utilizacin de ese monopolio?; por
qu la raz del mal no se ve en las relaciones de produccin que so
meten por doquier el trabajo al poseedor de dinero, sino slo en la
desigualdad de la distribucin, que aparece con particular relieve
en la ltima forma de dichas relaciones? Precisamente esta circuns
tancia principal una protesta contra el capitalismo basada en esas
mismas relaciones capitalistas es lo que hace de los populistas
idelogos de la pequea burguesa, la cual no teme la realidad bur
guesa, sino su acentuacin, que es lo que lleva a cambios radicales.

Pasemos al ltimo punto de las consideraciones tericas del


seor Struve, al problema de los mercados para el capitalismo
ruso (2 4 5 ).
E l autor comienza el anlisis de la teora de la falta de merca
dos en Rusia, elaborada por los populistas, preguntando: Qu
entiende el seor V. V. por capitalismo? L a pregunta es muy opor
tuna, pues 1 seor V. V. (como, en general, todos los populistas)
siempre compar el orden imperante en Rusia con cierta forma
inglesa (2 4 7 ) del capitalismo, y no con los rasgos esenciales de
ste, que cambian de fisonoma en cada pas. Es una lstima que
el seor Struv no d una definicin acabada del capitalismo y se
limite a sealar, en general, el predominio de la economa cam
biara [esto es un rasgo; el segundo es la apropiacin de sobrevalor por el poseedor de dinero, el dominio de este ltimo sobre el
trabajo], el sistema que observamos en Europa occidental (2 4 7 ),
con todas sus consecuencias, con la concentracin de la produc
cin industrial, capitalismo en el sentido ms restringido de la pa
labra (2 4 7 ).
:'<<
E l seor V. V. dice el autor no se molest en analizar el
concepto capitalismo y ha tomado dicho anlisis de Marx, quien
se refera, en la mayora de los casos, al capitalismo en el sentido
estricto, como a un producto, plenamente cristalizado, de las rela
ciones que se desarrollan sobre la base de la subordinacin de la
produccin al cambio (2 4 7 ). Es imposible estar de acuerdo con
esto. E n primer lugar, si el seor V. V. hubiera tomado efectiva
mente de Marx la concepcin del capitalismo, tendra de ste una

E L CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

511

idea exacta y no habra podido confundir la forma inglesa c on


capitalismo. E n segundo lugar, es absolutamente inexacto que
Marx se refiriera, en la, mayora de los casos, a la centralizacin o
concentracin de la produccin industrial [eso es lo que el seor
Struve entiende por capitalismo en el sentido estricto de la palabra].
Marx, por el contrario, estudi el desarrollo de la economa mer
cantil desde sus primeros pasos, analiz el capitalismo en sus for
mas primitivas de cooperacin simple y manufactura formas sepa
radas por siglos de la concentracin de la produccin debida a las
mquinas v mostr la relacin del capitalismo en la industria y en
el agro. E l propio seor Struve restringe el concepto de capitalismo,
cuando dice:
. .el objeto del estudio del seor V. V. fueron los
primetos pasos de la economa nacional en su trnsito de la orga
nizacin natural a la mercantil. Debi decir los ltimos pasos. Que
nosotros sepamos, el seor V. V. slo ha estudiado la economa de
la Rusia posterior a la Reforma. El comienzo de la produccin
mercantil data de la ooca anterior a la Reforma, como observa el
propio seor Struve (189-190), e inclusive la organizacin capita
lista de la industria de tejidos de algodn se form antes de la libe
racin de los campesinos. L a Reforma dio un impulso al desarrollo
definitivo en ese sentido; puso en primer plano, no la forma mer
cantil del producto del trabajo, sino la forma mercantil de la fuerza
de trabajo; sancion el predominio, no de la produccin mercantil,
sino de la capitalista. La confusa diferencia que establece entre el
sentido amplio y el estricto * del concepto capitalismo, hace sin
duda que el seor Struve considere el capitalismo ruso como algo
futuro y no presente, y no como algo ya cristalizado completa y
definitivamente. Dice, por ejemplo:
/Antes de plantear el problema de si es inevitable para Rusia
el capitalismo en su forma inglesa, el seor V. V. debi plantear
y resolver otro ms general, v por ello de mayor importancia: es in
evitable para Rusia el paso de la economa natural a la monetaria y
qu relacin tiene la produccin capitalista sensu stricto * * con
*
No se ve por u rasgo distingue el autor estos conceptos. Si por
capitalismo en el sentido estricto entiende slo la industria mecanizada, no
se comprende por qu no habla aparte de la manufactura. Si por capitalismo
en el sentido amplio entiende slo la economa mercantil, ah no hay capi
talismo.
** En sentido estricto. (Ed.)

>12

V.

I.

LENJtN

a produccin mercantil en general? (2 4 7 ). No creo que se pueda


formular as la pregunta. Si se pone en claro qu sistema de rela
ciones de produccin es el oue existe en Rusia actualmente, la
cuestin de la inevitebidad de tal o cual desarrollo So resolver
eo ipsn *. Si no se esclarece, resultar insoluble. E n voz de razonar
acerca del futuro (cosa a la que son muv afectos los seores popuhay que explicar el presenie. E n la Rusia posterior a la
Reforma apareci como un factor de grandsima inmortanria la
manifestacin externa, si puede decirse as, del capitalismo es de
cir, la manifestacin de sus cumbres (la pToduccin fabril, los
ferrocarriles, los bancos, etc., e t c ) , y para el pensamiento terico se
plante inmediatamente el problema del capitalismo en Rusia. Los
populistas intentaron demostrar que esas cumbres eran casuales,
que estaban desvinculadas de todo el rgimen econmico, que ca
recan de base y. por ello, de vigor; y al hablar as ooerab^n con
el concepto, demasiado estricto, de "capitalismo, olvidando que
la esclavizacin del trabajo por el capital pasa por etapas muy
larcas v muy distintas, desde el capital mercantil hasta a 'forma
inglesa. Los marxistas deben precisamente demostrar que esas
cumbres no son sino el ltimo paso en el desarrollo de la economa
mercantil, hace mucho existente en Rusia, y que por doquier, en
todas Jas ramas de la produccin, engendra la subordinacin del
trabajo al capital.
L a idea que el seor Struve tiene del capitalismo ruso como de
algo futuro, y no presenie, se aprecia con evidencia particular en
el siguiente razonamiento suvo: mientras exista la actual comuni
dad rural, refrendada y fortalecida por la ley, sobre su base se des
arrollarn relaciones que no tienen nada que ver con el bienestar
del pueblo [Se desarrollarn? No se han desarrollado acaso,
haca tanto tiempo que toda la literatura populista, desde su surgi
miento, hace ms de cinco lustros, viene describindolas y protes
tando contra ellas?] E n Occidente tenemos varios ejemplos de exis
tencia de haciendas individuales al ldo de la gran agricultura capi
talista. Nuestra Polonia y nuestras regiones del suroeste constitu
yen un fenmeno idntico. Puede decirse que en Rusia tanto las
hrc'enrlas individuales como las comunidades rurales se aproximan
a ese tipo, ya que los campesinos empobrecidos quedan en la tierra

* Con so, ( Ed.)

EL CONTENIDO ECONMICO DEL POPULISM O

513

y las influencias niveladoras entre ellos estn demostrando tener


ms fuerza que las diferenciadoras (2 8 0 ). Ser posible que slo
se aproxime y que no sea ya, precisamente, de ese tipo? Para
determinar los tipos no bay que tomar, claro est, las formas jur
dicas, sino los rasgos econmicos esenciales del orden vigente. Si
examinamos esos rasgos esenciales de la economa del campo ruso,
veremos la economa aislada de las familias campesinas en sus pe
queos lotes, veremos una economa mercantil creciente, que va
est desempeando un papel dominante. Se trata precisamente de
los rasgos que dan contenido al concepto de pequea explotacin
agrcola individual. Vemos, adems, que los campesinos estn
tambin aqu endeudados con los usureros, y la misma expropiacin
que atestiguan los datos relativos a Occidente. La diferencia slo,
consiste en las peculiaridades de nuestras normas jurdicas ( la des
igualdad civil de los campesinos; las formas de posesin de la
tierra), aue conservan con mayor plenitud las huellas del antiguo
rgimen debido a que en nuestro pas el desarrollo del capitalismo
es ms dbil. Pero esas peculiaridades no afectan en lo ms mnimo
h homogeneidad del ti-po de sistema vigente en nuestro agro y en
el de los pases de Occidente.
E l seor Struve pasa concretamente a la teora de los mercados
v observa que los seores V. V. y N.-on no pueden salir de un crculo
vicioso: para el desarrollo del capitalismo es preciso que crezca el
mercado, pero el capitalismo arruina a la poblacin. E l autor
busca, muy desacertadamente, la salida del crculo vicioso recu
rriendo a su malthusianismo, y dice que la causa de la ruina de
los campesinos no reside en el capitalismo, sino en el crecimiento
de la poblacin!! E l error de los mencionados autores es muy otro:
el capitalismo no slo anilina al campesinado sino que lo diferencia
en burguesa y proletariado. Este proceso no reduce el mercado in-terno sino que lo crea : la economa mercantil se desarrolla en ambos
polos del campesinado en proceso de diferenciacin, tanto en el
"proletario, obligado a vender trabajo libre, como en el burgus,
que eleva el nivel tcnico de su hacienda ( mquinas, aperos, abonos,
etc., etc. Vase Tendencias progresistas en la explotacin agrcola.
del seor V. V .) y hace crecer las necesidades. A pesar de que tal
interpretacin del proceso se basa directamente en la teora de Marx
acerca de la relacin entre el capitalismo industrial y el agrcola,
el seor Struve la pasa por alto, quiz porque lo indujo al error
la "teora de los mercados del seor V. V. Este ltimo, diciendo

514

V.

I.

LENIN

que se basaba en Marx, ofreci al pblico raso una teora que


afirma que en una sociedad capitalista desarrollada es inevitable
un exceso de mercancas; el mercado interno no puede bastar,
hace falta el mercado exterior. Esa teora es cierta [?!] declara
el seor Struve, por cuanto seala el hecho de que la plusvala no
puede ser realizada en el consumo, ni por los capitalistas, ni por los
obreros, y presupon el consumo de terceros (2 5 1 ). No podemos,
de ningn modo, coincidir con esta afirmacin. L a teora del se
or V. V. (si se la puede llamar as) consiste simplemente en desco
nocer la diferencia entre el consumo personal y el productivo, entre
los medios de produccin y los artculos de consumo, sin la cual es
imposible comprender la reproduccin del capital social en su con
junto en la sociedad capitalista. Marx lo demostr con el mayor
detalle en el tomo I I de El capital (seccin tercera: La reproduc
cin y la circulacin del capital social en su conjunto ) y lo seal
con fuerza en el tomo I, al criticar la tesis de la economa poltica
clsica, segn la cual la acumulacin del capital slo consiste en
la conversin del sobrevalor en salario y no en capital constante
(medios de produccin) ms salarios. Para confirmar esta carac
terizacin de la teora del seor V. V. nos limitaremos a reproducir
dos pasajes de los artculos que menciona el seor Struve.
Cada obrero dice el seor V. V. en el artculo Exceso de mer
cancas en el mercado produce ms de lo que consume, y ese
excedente se acumula en unas pocas manos; los poseedores de esos
excedentes Ios consumen ellos mismos, para lo cual los cambian en
el interior del pas y en el extranjero por los ms diversos artculos
de necesidad y de bienestar; pero por ms que coman, beban y dan
cen (sicll), no pueden gastarse todo el sobrevalor ( Otichestviennie Zapiski, nm. 5 de 1883, pg. 14). Para mayor evidencia, el
autor enumera los principales gastos del capitalista, sus comidas,
Viajes, etc., etc. Todo eso se ve con mayor relieve todava en el
artculo Militarismo y capitalismo: E l taln de Aquiles de la
organizacin capitalista de la industria consiste en que los patro
nos no pueden consumir todos sus ingresos ( Rsskaia Misl, nm. 9
de 1889, pg. 8 0 ). Rothschild no podra consumir todo el incre
mento de sus rentas f . . . ] sencillamente porque ese [ . . . ] incremen
to representa una masa t m considerable de artculos de consumo,
que Rothschild, que satisface todos sus caprichos ya sin eso, no
sabra realmente qu hacer, etc., etc.
Como se ve, todos estos razonamientos se basan en la ingenua

EL CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISM O

515

idea de que el capitalista tiene como objetivo el consumo personal


y no la acumulacin de plusvala; se basan en la errnea idea d
que el producto social se descompone en v -f-p (capital variable
ms plusvala), como decan A. Smitb y toda la economa poltica
anterior a Marx, y no en c + + P ( capital constante, medios de
produccin y, luego ya, salario y plusvala), como lo demostr
Marx. Si se corrigen esos errores y se toma en consideracin la cir
cunstancia de quq en la sociedad capitalista desempean un papel
enorme y cada vez ms considerable los medios de produccin (la
parte de los productos sociales que no se destina al consumo perso
nal, sino al de la produccin, al del capital, y no> al] de la gente) se
viene abajo toda esa decantada teora. En el tomo II de l capital,
Marx demostr que es perfectamente concebible la produccin
capitalista sin mercados exteriores, con una creciente acumulacin
de riquezas y sin ninguna clase de terceros que con tanto desacier
to ha trado a colacin el seor Struve. Los razonamientos del
seor Struve a este respecto suscitan tanto mayor asombro cuanto
que l mismo habla de la importancia primordial que tiene para
Rusia el mercado interno, y ridiculiza al seor V. V. cuando ste
habla de un programa de desarrollo del capitalismo ruso basado
en un fuerte campesinado. E l proceso d formacin de este cam
pesinado fuerte (es decir, burgus), proceso que se opera hoy en
da en nuestro agro, nos hace ver claramente el surgimiento del
capital, la proletarizacin del productor y el crecimiento' del mer
cado interior: La difusin de aperos perfeccionados, por ejem
plo, es, precisamente, acumulacin de capital en concepto de me
dios de produccin. En este problema, en vez de hablar de
posibilidades, sera particularmente necesario exponer y explicar
ese proceso real consistente en la creacin del mercado interior
para el capitalismo ruso'*.
Damos por terminado, con esto, nuestro anlisis de la parte
terica del libro del seor Struve, y podemos intentar ahora una
caracterizacin general, resumida, por decirlo as, de sus princi
pales mtodos de argumentacin y abordar despus la solucin
de los problemas planteados al comienzo: qu hay en el libro de
*
Como es esta una cuestin muy importante y compleja, pensamos
dedicarle un artculo especial. [Lenin analiz el tema en forma extensa en
su libro El desarrollo del capitalismo en Rusia (1 8 9 9 ). Ed.]

516

V.

X.

LBNIN

marxista, cules tesis de la doctrina ( marxista J rechaza, complete


0 corrige el autor, y qu resulta en sstos casos.
El rasgo principal de los razonamientos del autor, sealado
ya desde el comienzo, es su estrecho objetivismo, que se limita a
demostrar la inestabilidad y la necesidad del proceso, y no hace
ningn esfuerzo por descubrir en cada fase concreta de este pro
ceso la forma de contradiccin de clases que le es inherente;
objetivismo que caracteriza el proceso en general pero no, por
separado, las ciases antagnicas de cuya lucha nace el proceso
en cuestin.
Comprendemos perfectamente que el autor tena sus razones
para limitar sus notas ' al aspecto objetivo* y, por aadidura, al ms
general: en primer Jugar, movido por si desee de oponei; a los po
pulistas les fundamentos de concepciones contra rias. expuso slo
principia *, y dej su desarrollo y explicacin ms concreta. para no1tnicos osteriores; en segunda lugar, en el captulo I tratamos de
demostrar que roda la diferencia e n te si populismo y si marxis
mo consiste sn el carcter d la crtica del capitalismo uso, en la
diferente explicacin que de l se da, de donde surge de modo
natural que Jos marxistas se limiten a veces a exponer tesis obje
tivas generales y hagan hincapi exclusivamente sn lo que dife
rencia nuestra interpretacin (de hechos notorios) y la de los
populistas.
Pero nos parece que el eor Struve ha ido demasiado lejos
en este sentido. Lo abstracto de la exposicin origin muchas te
sis que no pueden dejar de provocar equvocos; la forma en que
fue planteado el problema 110 se distingui de ^ses mtodos ha
bituales, imperantes en nuestra literatura, de teorizar desde las
alturas, acerca de los caminos y el destino de la patria, en vez de
hablar de clases concretas que marchan por tal o cual camino;
cuanto ms concretos eran los argumentos del autor, tanto ms
imposible resultaba explicar los principia del marxismo permane
ciendo en las alturas de tesis abstractas de carcter general, y
tanto ms necesario se; haca sealar de modo concreto la situacin
determinada de clases de la sociedad rusa y la relacin que las
distintas formas de Plusmacherei tienen con los intereses de los
productores.
* Principio*. (Ed.)

CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISMO

m ?

Por silo no nos pareci de iodo inoportuno hacer le posible


para completar y aclarar las tesis del autor, y seguir paso 3 paso
511 exposicin con el objeG de sealar la necesidad de una forma
distinta de plantear Io: problemas, la necesidad de una aplicacin
ms consecuente de la teora de las contradicciones de clase
E n cuanto a la franca desviacin del seor Struve respecto
dei marxismo en las cuestiones del Estado, Ja superpoblacin y el
mercado interno, de ello ya hemos hablado io suficiente.

Vi

Adems de la crtica del contenido terico del populismo, el


libro del seor Struve encierra, entre otras cosas, algunas observa
ciones a la economa poltica populista. Aunque aparecen espar
cidas en la obra y no han sido desarrolladas por el autor, no po
demos, sin embargo, dejar de referimos a ellas para eliminar ics
posibles equvocos.
En dichas observaciones se habla de la racionalidad, de!
carcter progresista y de la sagacidad, etc., etc., de la poltica
libera:, es decir, burguesa, en comparacin con Ja poltica p o
pulista *.
Por lo visto, ei autor quiso comparar dos polticas basadas en
las relaciones existentes, y en sse sentido seal con toda razn
que es sagaz la poltica que desarrolla el capitalismo y no la que
lo frena; "sagaz, naturalmente, no poique favorece a la biirguesa
subordinando al productor a ella cada vez con ms fuerza [como
tratan de demostrarlo algunos ingenuos o malabaristas], sino
porque, al agudizar y depurar las relaciones capitalistas, despeja
*
Un botn de muestra de ^sas observaciones; Si el Estado [ ] no
desea fortalecer la gran propiedad agraria, sino la pequea, dadas ias actuales
condiciones econncas pudra lograr esc objetivo, no coniendo en pe,? de
una irrealizable igualdad econmica entie los campesinos, sino, nicamente,
poyando a los elementos capaces, eres-do con dios un campesinado econ
micamente fuerte (240), Nc puedo dejar de ver que la poltica orientada
a la creacip de til campesinado [concretamente; del econmicamente fuer
te, aJaptidc &Ja produccin meicntill sera la nica poltica sensata y pro
gresista " (981) ' Rusia, que es un pas capitalista pobre, debe .-onvsrtirse
en un pfcs capitalista riso' (230), otc.r etc., hasta llegar a ia frase fina?;
aprendamos del capitalismo"'.

518

V.

X.

L E N N

la mene de aquellos de quienes depende precisamente el cambio


y desata sus manos,
Debemos decir, sin embargo, que esta tesis muy acertada, es
desafortunadamente expresada por el seor Sruve debido al care
ter abstracto de su exposicin, y por ello se siente a veces el deseo
de decirle: deje1que losi muertos entierren a sus muertos. En Rusia
siempre bubo de sobra gente entregada en cuerpo y alma a la ela
borado'1 de teoras y programas que expresan los intereses de
nuestra burguesa, que expresan toda esa urgente necesidad" de
que el fuerte y gran capital aplaste al pequeo y destruya sus
primitivos y patriarcales mtodos de explotacin.
Si el autor se hubiera atenido rigurosamente tambin aqu a
las exigencias de la doctrina marxista, que exige que la exposi
cin se reduzca a la formulacin del proceso real y que las con
tradiciones de clase tras cada forma de la poltica sagaz, ra
cional y progresista se pongan a desnudo, habra expresado el
mismo pensamiento de modo distinto, habra planteado de otra
forma 1 problema. H abra comparado las teoras y programas
del liberalismo, es decir, de la burguesa, que brotaron como hon
gos despus de la lluvia en el perodo que sigui a la graii Reforma,
con los datos reales del desarrollo del capitalismo en Rusia. H a
bra mostrado, de proceder as, tornando como ejemplo a Rusia, la
relacif entre las ideas sociales y el desarrollo econmico, relacin
que qiiso demostrar en los primeros captulos y que slo puede
ser demostrada irrefutablemente haciendo un anlisis materialista
d e los Jechos de la vida en Rusia. E n segundo lugar, habra mos
trado tambin lo ingenuos que sen los populistas, que en su
literatura combaten las teoras burguesas como si stas slo fueran
razonam ientos errneos y no la expresin de los intereses de una
clase ,j>derosa a la que es tonto amonestar, y que slo puede ser
persuadida por la fuerza, imponente, d$ otra clase, E n tercer
lugar, Jabra mostrado qu case determina en realidad las ur
gentes lecesidades y el progreso en este pas, y cun ridculos
son los populistas en sus disquisiciones acerca de cul es el ca
mino iue hay que elegir.
Le seores populistas han esgrimido con singular placer estas
frases el seor Sruve, gozndose del hecho de que su desafor
tunada formulacin haya permitido a algunos economistas bur
g u e s e s (com o el seor Ianzhul) y a algunos campeones del feuda
lismo (como el seor Golovn) aferrarse a algunas frases separa

E L CONTENIDO KCONOTvHOO DEL POPULISM O

519

das dei contexto. Ya hemos visto cules son las insuficiencias del
libro dei seor Struve, que h a r puesto esa arma en manos de sus
enemigos.
E l intento de criticar el populismo simplemente como una
teora que seala en forma desacertada el camino de la patria *
hizo que el autor formulara sin claridad su actitud hacia la pol
tica econmica del populismo. Ello, quiz pueda considerarse
como la negacin absoluta de toda; esa poltica, y no slo de parte
le ella. Es, por lo tanto, necesario detenerse en este punto.
Filosofar en torno de la posibilidad d otros caminos para la
patria es slo la envoltura externa del populismo. Su contenido
es que representa los intereses y los puntos de vista del pequeo
productor ruso, del pequeo burgus. Por ello el populista es en
teora algo as como Jano, que con una cara mira al pasado y con
la otra al porvenir, como: lo es en la vida real el pequeo produc
tor, que con una cara mira al pasado, movido por el deseo de
fortalecer su pequea hacienda sin saber ni querer saber nada
del sistema econmico general, ni de la necesidad do tener en
cuenta a la clase que lo gobierna, y con la olra mira el porvenir,
dentando una actitud hostil hacia el capitalismo, que lo arruina.
Por ello cae de su peso que sera absolutamente errneo des
echar todo el programa! de los populistas sin analizarlo. En l hay
que diferenciar en forma rigurosa sus aspectos reaccionarios y
progresistas, El populismo es reaccionario en cuanto propone me
didas que sujetan al campesino a la tierra y a los viejos mcdos de
produccin, como la inalienabilidacl de los nadiel, etc., e tc .* * ; en
cuanto quiere frenar el desarrollo de la economa monetaria; y e
cuanto espera de la sociedad y de la accin de los representantes
de la burocracia, no mejoras parciales, sino un cambio de caminos
(ejemplo: el seor luzhakov, quien en Rsskoie Bogatstm, nm. 7
de 1S94, perora acerca del laboreo en comn proyectado por un
jefe de zemstvo y se entretiene en introducir enmiendas en esos
proyectos). Contra tales puntos del programa de los populistas
hay que luchar, claro est, implacablemente. Pero tienen otros
*
SI autor de Notas crticas sea! la base Econmica del populismo
(pgs. 163-167). pero lo que dice nos parece insuficiente.
** El seor Struva dice con mucha razn que esas medidas slo podran
realizar ios ardientes deseos de algunos cenatenientes de Europa occidental
y de Rusia, que suean con peones amarrados a la tierra (2 7 9 ),

520

V.

I.

LENIN

puntos relativos a la autoadministracin, al libre y amplio acceso


del pueblo a los conocimientos, a la elevacin de la economa
"popular (es decir, pequea) mediante crditos baratos, mejoras
tcnicas, regulacin de la venta, etc., etc., etc. Que estas medidas
democrticas de carcter general son progresistas, tambin lo re
conoce, por supuesto, el seor Struve. Esas medidas no frenaran,
sino que aceleraran el desarrollo econmico de Rusia por la va
capitalista, aceleraran la creacin del mercado interior y el des
arrollo de la tcnica y de la industria mecanizada, y al mejorar la
situacin de los trabajadores y elevar el nivel de sus necesidades,
aceleraran y facilitaran la evolucin de su pensamiento indepen
diente y de su accin.
Aqu quiz slo pueda surgir una pregunta: quin expresa
ms fielmente y mejor esas medidas tan deseables, los populistas o
los autores como Skvortsov, quien tambin se desgaita propug
nando el progreso tcnico y goza de las mayores simpatas del
seor Struve? A mi entender, desde el punto de vista marxista no
cabe duda de que en este sentido debe darse absoluta preferencia
a los populistas. Las medidas que proponen los seores Skvort
sov son afines a los intereses de toda la clase de los pequeos
productores, de la pequea burguesa, en la misma medida en que
el programa de Moskmkie Vidomosti es afn a los intereses de
la gran burguesa. No persiguen el fin de favorecer a todos *, sino
a unos cuantos elegidos, merecedores de la atencin de las auto
ridades. Adems, son monstruosamente brutales, pues presuponen
la ingerencia de la polica en la actividad econmica de los cam
pesinos. Tomadas en su conjunto, esas medidas no ofrecen garan
tas serias ni encierran probabilidades de progreso de la produc
cin de la economa campesina.
Los populistas comprenden y representan infinitamente me
jor, en este sentido, los intereses de los pequeos productores, y los
marxistas, al rechazar todos los aspectos reaccionarios de su pro
grama, no slo deben hacer suyos los puntos democrticos de
carcter general, sino desarrollarlos ms, con mayor precisin y
profundidad. Cuanto ms radicales sean esas reformas en Rusia,
cuanto ms eleven; el nivel de vida, de las masas trabajadoras, tanto
ms tajante y ntido aparecer el antagonismo social ms impor*
Es decir, naturalmente, a todos aquellos a quienes es accesible el
progreso tcnico.

E L CONTENIDO ECONMICO DEL POPU LISM O

521

tanto y principal (y a hoy) de la vida rusa. Los marxistas no slo


no rompen el hilo democrtico", o la tendencia democrtica, como
dice, calumnindolos, el seor V. V., sinb que, por el contrario,
quieren que esa tendencia se fortaleza y desarrolle, quieren que
se acerque a la vida, quieren recoger ese hilo, que han dejado
caer la sociedad y los intelectuales *.
Esa exigencia de no soltar- el hilo, sino de fortalecerlo, no es
el resultado casual del estado de nimo personal de tales o cuales
marxistas, sino que es necesariamente determinada,por la situa
cin y los intereses de la clase a la que quieren servir, es necesaria
e incondicionalmente dictada por los requerimientos cardinales de
su doctrina. No puedo, por causas bien comprensibles, dete
nerme a analizar aqu la primera parte de esta exposicin, a trazar
una caracterizacin de la situacin y los intereses; adems, se
gn creo, huelgan las explicaciones. M e referir tan slo a la se
gunda parte, es decir, a la relacin de la doctrina marxista con los
problemas que expresan el hilo roto.
Los marxistas deben plantear esos problemas de modo dis
tinto a como lo han hecho y lo hacen los seores populistas. Estos
ltimos los plantean desde el punto de vista de la ciencia con
tempornea y de las ideas morales de hoy en da; las cosas se
presentan como si en las propias relaciones de produccin 110
radicaran causas profundas que impiden la realizacin de dichas
reformas, como si los nicos obstculos consistieran en el escaso
refinamiento espiritual; en las insuficientes luces, etc., etc., como
si Rusia fuera una tabula ram en la que no hubiera ms que trazar
caminos acertados. Al plantear as el problema se aseguraba, claro
est, esa pureza de quei se jacta el seor V. V. y que en realidad
es la de los sueos de una colegiala, del tipo que hace que los
razonamientos de los populistas sean tan aptos para las plticas
de saln.
0 El seor V. V, dice en Nedielia, n:n. 47 de 1894: En el perodo de
nuestra historia posterior a la reforma, las relaciones sociales se aproximaron,
en algunos aspectos, a las imperantes en Europa occidental, con la actividad
de los elementos democrticos . . la poca de la lucha poltica y la indiferen
cia de la sociedad en los aos siguientes. En el captulo I tratamos de de
mostrar que esa indiferencia no fue una casualidad, sino una consecuencia
inevitable de la situacin y los intereses de la clase de la que salen los repre
sentantes de la sociedad, clase que, paralelamente a las desventajas de las
relaciones hoy imperantes, obtienen de ellas ventajas muy considerables.

522

V.

t.

LNIM

Los marxistas deben necesariamente formular estos problemas


de modo distinto *. Tienen el deber de buscar las races de los
fenmenos sociales en las relaciones de produccin, y de vincular
las con los intereses de clases determinadas; deben formular esos
desiderata como los deseos de determinados elementos sociales
que tropiezan con la oposicin de otros determinados elementos
y lases. T al planteamiento descartar toda posibilidad de que
sus teoras sean utilizadas para teorizar por encima de las clases,
para proyectos e informes que prometen brillantes xitos * * . Esto
slo es, naturalmente, un mrito indirecto del cambio de punto de
vista, a que nos hemos referido, pero es muy grande si se consi
dera por qu pendiente tan abrupta rueda el populismo contempo
rneo hacia la charca del oportunismo. Pero no se trata slo de
este mrito indirecto. Si se plantean las mismas cuestiones con
forme a la teora del antagonismo de clases [para lo cual es nece
sario, por supuesto, proceder a una revisin de hechos de la
historia y la realidad rusas], las respuestas a ellas sern la formu
lacin de los intereses vitales de clases determinadas, tendrn por
objetivo su utilizacin * * * prctica por las clases interesadas y slo
por ellas, y saldrn impetuosas, segn la magnfica expresin de
un marxista, del estrecho gabinete del intelectual hacia los pro
pios participantes de las relaciones de produccin, en su forma
ms desarrollada y pura; hacia quienes ms afectados han sido por
la ruptura del hilo y necesitan ideales, porque sin ellos las
pasan muy mal. Ese enfoque insuflar nuevos y vivificantes aires
a todos esos viejos problemas de los impuestos, los pasaportes, las
migraciones, las administraciones de distrito, etc., por los que nues
tra sociedad empieza a perder el inters despus de haberlos
.discutido y analizado, rumiado y resuelto una y otra vez.

*
Si aplican de modo consecuente su teora. Ya hemos hablado much
de que las deficiencias de la exposicin del seor Struve se produjeron preci
samente porque no se atuvo en, forma rigurosa a esta teora.
** Expresin del seor Izhakov.
Por supuesto, para esa utilizacin se necesita una enorme labor de
preparacin; por otra parte, una labor nada espectacular por su propia esen
cia. Antes de esa utilizacin puede trascurrir un perodo ms o menos con
siderable, durante el cual diremos abiertamente en oposicin al optimismo
dulzn de los seores populistas, quienes aseguran que fuerzas hay y que
slo se requiere aconsejarles abandonar el mal camino que no existe to
dava una fuerza social capaz de ofrecer mejores caminos para la patria.

EL CONTENIDO ECONOMICO DEL POPULISMO

523

As, pues, independientemente de que enfoquemos el proble


ma de un modo o de otro, lo mismo si analizamos el contenido
del sistema de relaciones econmicas imperantes en Rusia y sus
distintas formas en su ligazn histrica y en su relacin con los
intereses de los trabajadores, que si estudiamos la cuestin de la
"ruptura del hilo y sus causas, en ambos casos llegaremos a una
misma conclusin, a la conclusin de la enorme importancia del
objetivo histrico del trabajo diferenciado de la vida, que la
poca actual nos plantea, a la conclusin de que las ideas de esta
clase tienen una importancia universal.

NOTAS
El artculo Nuevos cambios econmicos en la vida campesina, etc., es
uno de los trabajos ms antiguos de Lenin llegado al Instituto de Mar
xismo Leninismo, adjunto al CC del PCUS. Escrito en Samara, en la
primavera de 1893, el manuscrito fue ledo en los circuios locales de la
juventud marxista. Lenin se propona publicarlo en la revista liberal
Rsskaia Misl que se editaba en Mosc, pero la Redaccin rechaz el
artculo "porque no coincida con la orientacin de la revista. En una
carta, del 30 de mayo de 1894, Lenin escriba al respecto: "Hasta tuve
la ingenuidad de enviar el artculo a Rsskaia Misl, donde, como es
lgico, lo rechazaron: la cosa qued totalmente clara para m cuando le,
en el nm. 2 de dicha publicacin, el artculo sobre Pstnikov escrito
por nuestro conocido adocenado liberal, el seor V. V. iQu arte hay
que tener para desfigurar un excelente material y disimular todos los
hechos con frases!
En el Instituto se conservan dos manuscritos del trabajo. El prime
ro (su borrador) proviene del archivo personal de Lenin; el segundo con
tiene algunos agregados hechos por el autor en la trascripcin definitiva,
y haba sido entregado por l a S. Mitsldvich, a quien se lo confisc la
polica durante el allanamiento del 3 de diciembre de 1894. Fue descu
bierto en 1923 en los archivos de la Cmara Judicial de Mosc y en
esa fecha se public por primera vez en la recopilacin titulada Para el
25v aniversario del I Congreso del Partido (1898-1923). En la presente
edicin, la obra se publica de acuerdo con el segundo manuscrito, corre
gido por el autor.
Los materiales bsicos de este trabajo fueron utilizados por Lenin
para el segundo captulo de su libro El desarrollo del capitalismo en
Rusia, escrito entre 1896 y 1899, y publicado en marzo de ese ao. 13.

L a estadstica de los zemstvos era preparada por las instituciones co


rrespondientes del zemstvo. Los departamentos estadsticos, direcciones y
comisiones adjuntas al consejo del zemstvo del distrito o provincia efec
tuaban investigaciones estadsticas (censos por familia de las haciendas
campesinas y de las industrias artesanales, determinacin de la rentabili
dad de las tierras, revaluacin de las tierras y propiedades gravadas por
los impuestos del zemstvo, estudio de los presupuestos campesinos, etc.)
y publicaban numerosos estudios y recopilaciones estadsticas por distri
to y provincia, que contenan datos sumamente interesantes.
Lenin asignaba un gran valor a dicha estadstica, y seal que
"L a estadstica social en general avanzara mucho si en Occidente s e

NOTAS

525

conociera mejor la estadstica de nuestros zemstvos. (Vase V. I. Lenin,


ob. cit., t. V, El problema agrario y los crticos de Marx.) Asimismo
critic los mtodos empleados para elaborar y agrupar los datos: Este
es el aspecto ms dbil de nuestra estadstica de los zemstvos, que es
magnfica por el cuidado y el detalle con que est hecha (id., t. XX,
Las tareas de la estadstica de los zemstvos ). Los estadsticos de los
zemstvos, muchos de ellos populistas, solan interpretar en forma tenden
ciosa los materiales: las sustanciales diferencias y caractersticas de los
diversos agrupamientos de campesinos, formados en el curso del desarrollo
del capitalismo, quedaban ocultas tras las columnas de cifras.
Lenin estudi, verific y elabor esos datos estadsticos: hizo sus
propios clculos, prepar resmenes y tablas, y someti a un anlisis marxista, cientfico, la clasificacin de los datos obtenidos sobre las haciendas
campesinas y las industrias artesanales. Aprovech ese rico material para
poner al descubierto los ficticios esquemas populistas y revelar el pano
rama real del desarrollo econmico de Rusia. Todos los datos fueron
ampliamente utilizados por l en sus trabajos, particularmente en su libro
El desarrollo del capitalismo en Rusia (a propsito de la estadstica de
los zemstvos vase su trabajo ya citado Las tareas de la estadstica d e los
zemstvos ). 17.
* Comunidad (rural) en Rusia: forma de usufructo colectivo de la tierra
por los campesinos, que se caracterizaba por tina rotacin obligatoria de
los cultivos y por la indivisibilidad de los bosques y los prados. Los ras
gos principales de la comunidad rural rusa eran la caucin solidaria (res
ponsabilidad colectiva obligatoria de los campesinos de efectuar los pagos
completos en la fecha fijada y de cumplir con los tributos de todo tipo
en beneficio del Estado y los terratenientes), la redistribucin sistemtica
de la tierra, sin derecho a rechazar la parcela otorgada, y la prohibicin
de comprarla y venderla.
La comunidad rural rusa era conocida desde tiempos antiguos. En
el curso del desarrollo histrico se fue convirtiendo paulatinamente en
uno de los pilares del feudalismo. Los terratenientes y el gobierno zarista
la aprovechaban para intensificar la opresin feudal sobre el pueblo y
obligarlo a pagar las cuotas de rescate y los tributos. Lenin deca que la
comunidad no salva al campesino de convertirse en un proletario, en
realidad, sirve de barrera medieval que separa a los campesinos, quienes
estn como encadenados a pequeas asociaciones y a categoras que han
perdido toda razn de ser (ob. cit., t. XV, El problema agrario en
Rusia a fines del siglo xrx ).
La comunidad fue-un problema que suscit apasionados debates y
constituy el tema de una frondosa literatura econmica. Los populistas
vean en ella la garanta para una va particular de desarrollo de Rusia ha
cia el socialismo, y por eso le dedicaban preferente atencin. Mediante una
seleccin tendenciosa y falaz de los datos, operaindo con cifras prome
dio, trataban de demostrar que los campesinos de las comunidades rura
les gozaban de una singular "estabilidad, que la comunidad los protega
contra la penetracin de las relaciones capitalistas, y los salvaba de la

526

V.

X.

LENIN

ruina y de la diferenciacin de clases. Ya en la dcada del 80 del siglo xix,


J. Plejnov haba demostrado la inconsistencia de las ilusiones populistas
sobre el socialismo comunitario, y en la del 90 Lenin refut definiti
vamente estas teoras. Mediante abundantes ejemplos concretos y datos
estadsticos demostr cmo se desarrollaban en el campo ruso las relacio
nes capitalistas y cmo el capital, al penetrar en la comunidad rural
patriarcal, divida al campesinado en clases antagnicas: los kulaks y los
campesinos pobres.
En 1906, Stolipin, ministro del zar, promulg un decreto en bene
ficio de los kulaks, segn el cual se autorizaba a los campesinos a aban
donar la comunidad y vender su nadiel. En nueve aos desde la fecha
en que comenz a regir la ley, que sirvi de base a la abolicin oficial
del sistema comunal en el campo e intensific la diferenciacin de los
campesinos, abandonaron las comunidades ms de dos millones de fami
lias campesinas. 23.

* Varones registrados en el censo: poblacin masculina de la Rusia del


rgimen de servidumbre que estaba sujeta a un impuesto per capita
(especialmente los campesinos y la clase media urbana); con ese objeto
se haca su recuento en censos especiales (los llamados registros ). Es
tos registros se efectuaron en Rusia a partir de 1718. El dcimo y
ltimo se llev a cabo entre 1857 y 1859. De acuerdo con los registrados
en esos censos, en varas zonas se efectuaban las redistribuciones de tierra
dentro de las comunidades rurales. 24.
5 La Reforma campesina de 1861, por la que se aboli el rgimen de ser
vidumbre en Rusia, fue implantada por el gobierno zarista en beneficio
de los terratenientes feudales. La Reforma fue impuesta por el desarrollo
econmico del pas y la creciente amplitud del movimiento campesino
contra la explotacin feudal. Por su forma, la Reforma campesina era
feudal, pero la fuerza del desarrollo econmico, que impulsaba el pas
hacia el capitalismo, llen la forma feudal de un contenido capitalista,
y ese contenido era tanto ms evidente cuanto menos fueron recortadas
las tierras de los campesinos, cuanto ms completamente se las separ
de las tierras de los terratenientes, cuanto ms bajo era el tributo que
tenan que pagar a los seores feudales. (Vase V. I. Lenin, ob. cit.,
t. XVII, La Reforma campesina y la revolucin proletario-campesina. )
La Reforma fue un paso adelante en el camino de la trasformacin
de Rusia en una monarqua burguesa. El 19 de febrero de 1861 el zar
Alejandro II firm el Manifiesto y e l1Decreto sobre los campesinos
emancipados de la dependencia feudal; en total se "liber a 22.500.000
campesinos, siervos de terratenientes; no obstante, estos ltimos siguie
ron usufructuando la propiedad de la tierra. Se decret que las tierras
de los campesinos eran propiedad del terrateniente; aqullos podan reci
bir un nadiel cuyas dimensiones fijaba la ley (y adems deban contar con
el consentimiento del terrateniente) por medio del rescate, que pagaban
al gobierno zarista, el que a su vez abonaba al terrateniente una suma
convenida. Segn clculos aproximados, despus de la Reforma los
nobles tenan 71.500.000 desiatinas de tierras, y los campesinos 33.700.000.

\
notas

527

Gracias a la Reforma, los terratenientes se adjudicaron ms de 1/5, y


hasta 2/5, de las tierras de los campesinos.
La Reforma debilit el antiguo sistema econmico de prestacin
personal, pero no lo suprimi. Los terratenientes se quedaron con los
mejores sectores de los nadiel de los campesinos ( tierras recortadas,
bosques, prados, abrevaderos, campos de pastoreo, etc.), sin los cuales
los campesinos no podan dedicarse a una actividad agropecuaria inde
pendiente. Hasta que se implant el sistema de rescate de los nadiel, se
consideraba a los campesinos temporalmente dependientes del terrate
niente, a quien deban rendir tributos y prestaciones personales. El res
cate de los nadiel, que acreditaba su propiedad, era una verdadera expo
liacin por parte de los terratenientes y el gobierno zarista, que les
haba concedido una prrroga de 49 aos para pagar esa deuda, al 0 por
ciento de inters anual. Las moras por falta de pago del rescate aumen
taban ao tras ao. Slo los campesinos que haban dependido de los
terratenientes, pagaron al gobierno, en concepto de rescate, 1.900 millo
nes de rublos, mientras que la tasacin de esas tierras en el mercado
no pasaba de 544 millones. En la prctica, los campesinos fueron obliga
dos a pagar por sus tierras cientos de millones de rublos, lo que arruin
sus haciendas y provoc su empobrecimiento en masa.
Los demcratas revolucionarios, en primer trmino N. Chemishevski,
criticaron la Reforma de 1861 por su carcter feudal.
Lenin la calific como el primer acto de violencia masiva contra
el campesinado, en beneficio del capitalismo naciente en la agricultura,
que desbrozaba el campo al capitalismo.
Sobre la Reforma de 1861 vase el artculo de F . Engels El socia
lismo en Alemania y los trabajos de Lenin El cincuentenario de la cada
del rgimen d e servidumbre, A propsito d e un aniversario y La Re
forma campesina y la revolucin proletario-campesina ( ob . cit., to
mo XV II). 42.

Rsskaia Misl ( El pensamiento ruso ) : revista mensual de orientacin


liberal populista que se public en Mosc desde 1880. En la dcada del
90, durante la polmica de los marxistas con los liberales populistas, la
Redaccin mantuvo su posicin, pero en algunas oportunidades public
artculos marxistas. En la seccin literaria aparecan trabajos de escritores
progresistas, como M. Gorki, V. Korolenko, D. Mamin-Sibiriak, G. Uspenski, A. Chjov y otros.
Despus de la revolucin de 1905, se convirti en publicacin
oficial del ala derecha del pacido kadete y apareci bajo la direccin
de P. Struve. Fue clausurada a mediados de 1918. 63.
7 Vistnik Evropi (El heraldo de Europa ) : revista mensual de historia,
poltica y literatura, de orientacin liberal burguesa, que se public en
Petersburgo desde 1866 hasta 1918; dio cabida en sus pginas a artculos
contra los marxistas revolucionarios. 72.
8 El trabajo de Lenin El llamado problema de los mercados fue escrito en
Petersburgo, en el otoo de 1893. Sus tesis fundamentales fueron expues

52S

V.

X.

LENIN

tas por primera vez por el autor en una reunin del crculo denominado
de viejos marxistas, durante un debate en tomo de la disertacin de
G. Krasin sobre el tema E l problema de los mercados. A juzgar por
los recuerdos de los asistentes a la reunin, la intervencin de Lenin
caus enorme impresin. N. Krpskaia escribi al respecto: E l marxista
recin llegado abord el problema de los mercados en la forma mi
concreta, lo vincul con los intereses de las masas y lo que ms impresio
n en su enfoque fue la aplicacin viva del marxismo, que toma lo
fenmenos en su ambiente concreto y a travs de su desarrollo.
En dicha intervencin, y en el informe que escribi ms tarde con
el ttulo que lleva el trabajo incluido en el presente tomo, Lenin seal los
errores de Krasin, quien consideraba condicin indispensable de la pro
duccin capitalista la existencia de mercados externos y negaba la vin
culacin entre las dos subdivisiones de la produccin social. Al mismo
tiempo, critic con severidad la concepcin de los liberales populistas
con respecto al futuro del capitalismo en Rusia, as como los puntos de
vista de los representantes del marxismo legal, que recin haba sur
gido.
El trabajo de Lenin se difundi entre los crculos socialdemcratas
de Petersburgo y otras ciudades, y se convirti en una poderosa arma en
la lucha contra el populismo y el marxismo legal. Las conclusiones
fundamentales fueron desarrolladas ms tarde en el libro El desarrollo del

capitalismo en Rusia.
El manuscrito, que se haba dado por perdido, no lleg al Instituto
de Marxismo Leninismo hasta 1937, y se public por primera vez ese
mismo ao en el nm. 21 de la revista Bolchevik. 85.

9 El libro Quines son los amigos del pueblo y cmo luchan contra los
socialdemcratas fue escrito en 1894 (la primera parte fue terminada en
abril, la segunda y la tercera durante el verano). Lenin empez a pre
parar la obra en Samara, entre 1892 y 1893. En el crculo de marxistas
de esa ciudad hizo varias disertaciones en las que censuraba con vigor
a los enemigos del marxismo, los populistas liberales V. V. (Vorontscrv),
Mijailovski, Iuzhakov, Krivenko; esas disertaciones sirvieron de material
preparatorio para esta obra.
En el otoo de 1894 ley su trabajo en el crculo marxista de
Petersburgo. Recuerdo qu profunda impresin caus a todos este libro,
que planteaba con extraordinaria claridad el objetivo de la lucha escri
bi N. Krpskaia en sus recuerdos; la copia hecha a hectgrafo y sin
firma circul ms tarde de mano en mano: los llambamos cuadernos
amarillos. Fueron ledos por muchas personas y no cabe duda de que
ejercieron enorme influencia en la juventud marxista de la poca.
La obra fue editada por partes. La primera se imprimi en hect
grafo en Petersburgo (junio de 1894) y se distribuy ilegalmente en
esa y otras ciudades. En julio del mismo ao apareci la segunda edicin
de la primera parte, impresa en igual forma. Alrededor de cien ejem
plares de la primera y la segunda partes fueron impresos por A. Ganshin
en agosto, en Gorki (provincia de Vladmir), y en Mosc en setiembre.
Ese mismo mes A. Vaniev imprimi en Petersburgo, tambin en hect-

NOTAS

529

graf, cincuenta ejemplares ms de la primera parte (era la cuarta


edicin) y aproximadamente la misma cantidad de la tercera. Esa edi
cin llevaba en la tana la siguiente observacin: "Edicin de un grupo
de socialdemcratas le la provincia, con el objeto de no llamar la
atencin de la censura. Las organizaciones locales multiplicaron los
ejemplares de la obra por diversos medios: las copiaron a mano, a
mquina, etc. Ese mismo ao un grupo socialdemcrata de la provincia
de Chemgov, distrito de Borzonsk, la public en hectgrafo. Los ejem
plares de esa edicin fueron distribuidos en Chemgov, Kev y Petersburgo. A fines de 1894 la obra lleg a Vilno, en 1895 a Penza, y apro
ximadamente en esa misma poca tambin a Vladmir. En 1895-1896
circulaba entrp los estudiantes marxistas de Tomsk, en Rostov del Don,
Poltava y otras ciudades.
, El libro era bien conocido por el grupo Emancipacin del Traba
jo y otras organizaciones socialdemcratas rusas en el extranjero. En
1923 se encontr una copia hectofrafiada en el archivo socialdemcrata
de Berln, y casi en la misma poca, en la Biblioteca Pblica SaltikovSchedrn de Leningrado. En la primera, segunda y tercera edicin en
ruso de las Obras este trabajo fue tomado de la edicin hectografiada.
En 1936 el Instituto de Marxismo Leninismo recibi un nuevo
ejemplar de la edicin de 1894 con un sinnmero de correcciones de
redaccin, evidentemente hechas por Lenin cuando prepar la edicin
para que se publicara en el exterior. Todas esas correcciones fueron res
petadas en la 4? edicin. De acuerdo con el ejemplar autorizado, las
comillas fueron sustituidas por bastardillas, y varios agregados, que en
el texto aparecan entre parntesis, se trasladaron como llamadas al pie
de pgina. Tambin se incorpor la explicacin del autor al cuadro
(apndice al libro I ) , omitida en las ediciones precedentes.
En la presente edicin, la primera y tercera partes de la obra se
publican de acuerdo con la misma fuente que en la anterior. La segunda
parte an no ha sido hallada. 139.
M Rsskoie Bogatstvo ( La riqueza rusa ), revista mensual que se public
en Petersburgo desde 1876 hasta mediados de 1918. A partir de la dca
da del 90 se convirti en el vocero de los populistas liberales y fue
dirigida por S. Krivenko y N. Mijailovski. Postulaba una poltica de
conciliacin con el gobierno zarista y combata encarnizadamente el
marxismo y a los marxistas rusos. En su seccin literaria se publicaron
artculos de escritores progresistas: V. Veresiev, V. Garshin, M. Gorki,
V. Korolenko, A. Kuprin, D. Mamin-Sibiriak, G. Uspenski, etc. Desde
1906 fue rgano del partido semikadete de los enesistas ( socialistas
populares ). En 1893 inici una campaa contra los socialdemcratas
rusos, desvirtuando y falsificando el marxismo. La revista se apoyaba en
los revisionistas de Europa occidental y nucleaba en su derredor a escri
tores que, ms tarde, fueron destacados militantes del partido eserista,
de los socialistas-populares" y los grupos trudoviques que actuaban en
las Dumas del Estado. 143.

V.

X.

L B NI N

11 Marx se refiere a Contribucin a la critica de la filosofa del derecho de


Hegel, trabajo que escribi en Kreiznach en el verano de 1843. En el
Instituto de Marxismo Leninismo, adjunto al CC del PCUS se conserva
el manuscrito inconcluso de esa obra, que contiene un exhaustivo anli
sis Crtico de los 261-313 de Principios de la filosofa del derecho, de
Hegel. Marx se propona preparar y publicar su extenso trabajo inme
diatamente despus de que la Introduccin al mismo apareciera en la
revista Deutsch-Franzsische Jahrbcher en 1844, pero no pudo hacerlo.
El manuscrito fue publicado por el Instituto por primera vez en 1927, en
su idioma original. 148.

12 El contrato social: una de las obras fundamentales de Jean-Jacques


Rousseau. Fue publicada en Amsterdam en 1762; se tradujo al ruso en
1906. Su idea bsica es la de que todo rgimen social debe ser el resul
tado de un libre acuerdo, de un contrato entre los seres humanos. La
teora del contrato social, formulada en vsperas de la revolucin bur
guesa del siglo xvm en Francia, es idealista en su esencia, a pesar de lo
cual desempe un papel revolucionario. Expresaba la demanda de igual
dad burguesa y reclamaba la abolicin de los privilegios de los estamen
tos feudales y el establecimiento de la repblica burguesa. 149.
13 Marx escribi esta carta a la Redaccin de Otichestviennie Zdpiski a
fines de 1877, a raz de la publicacin del artculo de Mijailovski Car
los Marx enjuiciado por I. Zhukovski. Despus de la muerte de Marx,
Engels copi la carta y la remiti a Rusia; segn sus palabras, circul
durante mucho tiempo en Rusia en copias manuscritas del original fran
cs, y por ltimo se public traducida al ruso en Vistnik Nardnoi Voli,
nm. 5, 1886, Ginebra, y ms tarde, tambin en Rusia. Como todo lo que
escribi Marx, esa carta despert vivo inters en los crculos rusos. La
carta fue publicada por primera vez en Rusia en la revista Iurdicheski
Vistnik, nm. 10, 1888. (Vase C. Marx y F . Engels, Correspondencia,
Bs. Aires, Ed. Cartago, 1957, pgs. 236-238.) 156.
14 Se alude aqu a la obra Ideologa alemana, escrita por Marx y Engels
en 1845-1846. El manuscrito, integrado por cerca de 800 pginas impre
sas, constaba de dos volmenes, el primero de los cuales estaba dedicado
en lo fundamental a la elaboracin de las tesis bsicas del materialismo
histrico y a la crtica de cas concepciones filosficas de Ludwig
Feuerbach, B. Bauer y M. Stimer, y el segundo a la crtica de las ideas
de varios representantes del verdadero socialismo.
En 1846-1847, Marx y Engels intentaron repetidamente hallar en
Alemania un editor de su obra, pero, ya sea debido a las trabas poli
ciales o a la negativa de los editores, partidarios de las tendencias que
Marx y Engels combatan, no lograron publicarla. Mientras vivieron
ambos slo se public un captulo, el IV del tomo II, en la revista Das
W estphalische Dampfboot ("E l buque de WeStfalia ), nms. de agosto
y setiembre de 1847. El manuscrito permaneci durante varias dcada*
en los archivos de la socialdemocracia alemana. Fue publicado por pri

NOTAS

531

mera vez ntegramente en alemn, sn 1932, por el Instituto de Marxismo


Leninismo: la traduccin rusa apareci en 1933. 157.
16 Organizacin gentilicia de la sociedad: rgimen de la comunidad primi
tiva o primera formacin econmicosodal en la historia de la humanidad,
El rgimen gentilicio comenz a surgir cuando el tipo de hombre actual
estuvo plenamente formado. La comunidad gentilicia era una colectividad
unida por lazos de sangre y vinculada adems por intereses econmicos
y sociales. El rgimen gentilicio atraves dos etapas de desarrollo, el
matriarcado y el patriarcado. El patriarcado termin cuando la sociedad
primitiva se trasform en sociedad de clases y surgi el Estado. Las
relaciones de produccin se basaban en la propiedad social sobre los me
dios de produccin y en la distribucin igualitaria de los productos. En
lo fundamental, ello corresponda al bajo nivel de desarrollo de las
fuerzas productivas y a su carcter en ese perodo. Las herramientas de
piedra, y luego el arco y la flecha, excluan la posibilidad de combatir
individualmente contra las fuerzas naturales y los animales salvajes.
Vase sobre el rgimen de la comunidad primitiva la obra de F.
Engels El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. 161.

10 Sistema de los pomestie: sistema especial de propiedad agraria feudal


que apareci y se afianz en Rusia en el siglo xv, y particularmente en el
xvi. Tuvo nexos estrechos con la formacin del Estado y el ejrcito cen
tralizados. La tierra de los pomestie perteneca al soberano feudal
y el gobierno la reparta a las personas que tenan cargos en el ejrcito
o en la Corte; las dimensiones de los terrenos adjudicados correspondan
a la importancia del cargo. A diferencia de la "vtchina, que constitua
una propiedad total y hereditaria del boyardo, los pomestie constituan
una propiedad condicional y transitoria del noble que desempeaba un
cargo.
Desde mediados del siglo xvi, tambin los pomestie se fueron
trasformando gradualmente en propiedad hereditaria. En el siglo xvn la
diferencia entre las dos formas mencionadas de propiedad agraria feudal
desaparecieron y los derechos de sus beneficiarios se igualaron. Despus
del decreto de Pedro I que estableca el carcter hereditario de los
pomestie, stos se convirtieron definitivamente en propiedad privada
de la nobleza rural. El trmino pomestie sigui usndose en Rusia du
rante toda la poca del feudalismo. 163.
17 I Internacional: Asociacin Internacional de los Trabajadores: primer orga
nismo internacional del proletariado, fundado por Marx en 1864 en la
asamblea internacional obrera convocada en Londres por los obreros in
gleses y franceses. La creacin de la I Internacional fue el resultado de la
esforzada lucha por crear un partido revolucionario de la clase obrera, que
Marx y Engels mantuvieron a lo largo de muchos aos. Como lo seal
Lenin, la I Internacional sent los fundamentos de la lucha proletaria,
internacional, por el socialismo. (Vase V. I. Lenin, oh. ctt., t. XX, La
Tercera Internacional y su lugar en la historia.)
Ejerca la direccin de la I Internacional el Consejo General, del

532

V.

I.

LENIN

que Marx fue miembro permanente; rodeado por los miembros con m
conciencia de clase de! Consejo (F . Lessner, E . Dupont, H. Jung y
otros), Marx combati las influencias pequeofouxguesas y las tendeadas
sectarias que predominaban en aquella poca en el movimiento obrero
(el tradeunionismo en Inglaterra, el prodhounismo y el anarquismo en los
pases latinos). L a I Internacional dirigi la lucha poltica v econmica
de la clase obrera de. diferentes pases y consolid su solidaridad inter
nacional. Desempe un papel de enorme trascendencia en la difusin
del marxismo, en la unin del socialismo con el movimiento obrero.
Derrotada la Comuna da Pars, la dase obrera se vio ante la tarea
de crear partidos nacionales de masas, basados en los principios susten
tadas por la I Internacional. Teniendo en cuenta la situacin europea
escriba Marx en 1873 considero indudable la conveniencia de diferir
transitoriamente la organizacin formal de la Internacional. La I Inter
nacional fue disuelta oficialmente en 1870, en la Conferencia de Fila
delfia. 166.
le Nocete Vremia ( Tiempo nuevo ) : diario que se public en Petersburgo
de 1868 a 1917; perteneci a diferentes editares y cambi repetidas veces
su orientacin poltica. En rm comienzo, fue moderadamente liberal;
desde 1870 se trasform en vocero de la nobleza reaccionaria y la buro
cracia oficialista; a partir de 1905 pas a ser el portavoz de las centurias
negras. Despus de la revolucin democrticoburguesa de febrero apoy
inoondicionalmente la poltica contrarrevolucionaria del gobierno provi
sional burgus y se uni a la furiosa persecucin contra los bolcheviques.
E l Comit Militar Revolucionario, adjunto ai Soviet de retrogrado, lo
clausur el 6 de octubre (8 de noviembre) de 1917. Lenin calific a
Nvoie Vremia de modele de prensa venal,
V. Burenin en el artculo Ensayos crticos, publicado el 4 de
febrero de 1894, elogi a Mijailovski por combatir a los marxista*. 169.
19 Trada (de! griego trias)', en .filosofa, frmula del desarrollo en tres
etapas. Esa idea fue formulada por primera vez por los filsofos neoplatnicos griegos, particularmente por Prodo. Los filsofos idealistas ale
manes Fichte y Schelling tambin la sostuvieron, pero esta idea alcanz
su desarrollo ms completo en la filosofa, idealista de Hegel, quien con
sideraba que todo proceso de desarrollo pasa, por tres etapas: tesis, ant
tesis y sntesis. La segunda etapa es la negacin de la primera, que se
trasforma en su opuesto por transicin a la segueda etapa. La tercera
es la negacin de la segunda, es deci}, la negacin d e la negacin, en
esencia, un retomo a la forma nidal, pero enriquedda por un nueva
contenido y en na nuevo y ms alto nivel. L a trada de Hegel es un
esquema dentro del cual s ubic artificialmente la realidad. L a censtruedn arbitraria de ese esquema deformaba el desarrollo real de la
naturaleza y la sociedad. Marx, Engels y Lenin, que tenan una elevada
opinin de los elementos racionales de la dialctica hegeliana, relaboraron
en ferma critica su mtodo dialctico y crearon la dialctica materialista,
refleja las leyes ms generales del desarrollo del mundo objetivo y
pensamiento humano. 174.

NOTAS

533

30 Otichestviennie Zapisk ( Anales patrios ): revista literaria y poltica,


comenz a publicarse en San Petersburgo en 1820. A partir de 1839 fue
la publicacin mejor y ms progresista de su tiempo. Colaboraron en ella
V. Bielinski, A. Herzen, T. Granovski, N. Ogariov y otros. En 1848, a
consecuencia de la separacin de Bielinski del cuerpo de Redaccin, la
revista comenz a decaer. En 1868 asumieron la direccin N. Nekrsov
y M. Saltikov-Schedrn, con lo cual se inici un perodo de ascenso en
la publicacin, que agrup en su derredor a los intelectuales democrti
cos revolucionarios de Rusia. En 1877, despus de la muerte de Nekrsov,
los populistas ejercieron gran influencia en la revista.
Fue constantemente perseguida por la censura, y en abril de 1894
el gobierno zarista la clausur. 185.
21 Se trata de las siguientes premisas, que formularon Marx y Engels en el

Manifiesto Comunista:
Las tesis tericas de los comunistas no se basan en modo alguno
en ideas y principios inventados o descubiertos por tal o cual reforma
dor del mundo.
No son sino la expresin de conjunto de las condiciones reales de
una lucha de clases existente, de un movimiento histrico que se est des
arrollando ante nuestros ojos,* (Vase C. Marx y F. Engels, "Manifiesto
del Partido Comunista, , Obras escogidas, ed. cit., pgs. 22-23.) 188.
22 "Emancipacin del Trabajo: primer grupo marxista ruso, que J. Plejnov fund en 1883 en Ginebra; tambin formaban parte del grupo P.
Axelrod, L. Deich, V. Zaslich y V. Igntov.
Emancipacin del Trabajo contribuy con su eficaz labor a difun
dir el marxismo en Rusia. Tradujo al ruso, edit en el extranjero y dis
tribuy en Rusia las obras de los fundadores del marxismo: Manifiesto
del Partido Comunista, de Marx y Engels, Trabajo asalariado y capital, de
Marx, Del socialismo utpico al socialismo cientfico, de Engels y otras.
Plejnov y su grupo debilitaron seriamente la posicin del populismo.
Plejnov escribi en 1883 y 1885 respectivamente dos proyectos de pro
grama para los socialdemcratas rusos, que fueron publicados luego por
su grupo y constituyeron un paso importante en la preparacin y fun
dacin del partido socialdemcrata de Rusia. Las obras de Plejnov:
El socialismo y la lucha poltica (1 8 8 3 ), Nuestras discrepancias (1885)
y Ensayo sobre el desarrollo de la concepcin monista de la historia
(1895) tuvieron gran trascendencia en la difusin de las ideas marxistes
en Rusia. Pero, por otra parte, Emancipacin del Trabajo cometi
serios errores; sus integrantes conservaron vestigios de ideas populistas,
subestimaron la capacidad revolucionaria del campesinado y sobrestimaron el papel de la burguesa liberal. Dichos errores fueron el germen
de las futuras concepciones mencheviques de Plejnov y otros miembros
del grupo, que no tuvo vnculos concretos con el movimiento obrero.
Lenin seal que el grupo Emancipacin del Trabajo se limit a dar
fundamentos tericos a la socialdemoeracia y a dar el primer paso hacia
el movimiento obrero (vase ob. cit., t. XX. La lucha ideolgica en el
movimiento obrero ).

534

V.

I.

L E NI N

En el II Congreso del POSDR (agosto de 1903), el grupo anunci


su disolucin. 204.

23 NardnaUi Volia ( La Voluntad del Pueblo ) : organizacin poltica se


creta de ideas populistas y mtodos terroristas, se fund en agosto de
1879, como consecuencia de la divisin de Zemlia i volia (Tierra y
libertad), una agrupacin poltica clandestina. Nardnaia Volia estaba
encabezada por un Comit Ejecutivo, integrado por A. Zhelibov, A.
Mijilov, M. Frolenfco, N. Morsov, V: Figner, S. Pervskaia, A. Kviatkovski y otros; su objetivo inmediato era el derrocamiento de la auto
cracia zarista. El programa de "Nardnaia Volia contena la demanda de
"un cuerpo permanente representativo del pueblo, elegido por sufragio
universal, libertades democrticas, entrega de la tierra al pueblo. y ela
boracin de las medidas necesarias para poner las fbricas en manos
de los obreros. Sin embargo, esta organizacin no supo encontrar el cami
no hacia las grandes masas y opt por la conjura poltica y el terrorismo
individual; la lucha terrorista de "Nardnaia Volia" no cont con el apoyo
del movimiento revolucionario de masas y permiti al gobierno aniquilar
la organizacin, hacindola vctima de una brutal represin, provocacio
nes y sentencias de muerte.
Despus de 1881, Nardnaia Volia se disgreg; las reiteradas
tentativas de revivirla durante la dcada del 80 fueron vanas; por
ejemplo, en 1886 se form un grupo terrorista dirigido por A. Ulinov
(hermano de Lenin) y P. Sheviriov; cuando fracas su plan de asesi
nar a Alejandro III, el grupo fue descubierto y sus integrantes ms
activos fueron ejecutados.
Lenin critic el programa errneo y utpico de Nardnaia Volia,
pero se refiri con gran respeto a la lucha abnegada de sus componentes
contra el zarismo. En su trabajo Protesta de los socialdemcratas d e
Rusia, escrito en 1899, seal que los militantes de la vieja Nardnaia
Volia supieron desempear un importante papel en la historia rusa, a
pesar de que slo escasas capas sociales apoyaban a unos pocos hroes, y
a pesar de que el movimiento tena por bandera una teora que distaba
de ser revolucionaria (vase V. I. Lenin, oh. cit., t. IV ). 208.
24 Los datos referentes a varios distritos mencionados por Lenin figuraban
en la segunda parte de Quines son los amigos del pueblo, que no ha
sido hallada. E l problema de la diferenciacin del campesinado es ob
jeto de un estudio especial en su obra El desarrollo del capitalismo en
Rusia, particularmente en el segundo captulo. 239.
25 Chetvertne: nombre que se daba en la Rusia zarista a la categora de
campesinos ex siervos en tierras del Estado, descendientes de militares
de bajo rango, que en los siglos xv a xvu poblaron las zonas fronterizas
del Estado de Mosc. Como Recompensa por su servicio de protccin
de las fronteras los pobladores (cosacos, fusileros y soldados) reciban en
usufructo, temporario o a perpetuidad, pequeos lotes que se medan
en chtvert (cuarto de desiatina). Al principio gozaron de ciertos privi
legios, inclusive del derecho de tener siervos, pero ms tarde se los fue

NOTAS

555

equiparando a los campesinos. Por decreto de 1866 se les concedi el


derecho de propiedad sobre la tierra que usufructuaban (tierra chetvert-

nia).

243.

20 Land Bills de Gladstcme: leyes agrarias, promulgadas por el gobierno


liberal ingls de Gladstone en las dcadas del 70 y el 80 del siglo xix.
Con el propsito de atemperar la lucha entre los arrendatarios y los
terratenientes (landlords) y asegurarse los votos de los primeros, el go
bierno de Gladstone impuso algunas limitaciones sin importancia a los
abusos de los landlords que desalojaban en masa a los arrendatarios;
asimismo, el gobierno prometi solucionar el problema de los pagos de
arrendamientos atrasados, crear tribunales agrarios especiales para fijar
un monto equitativo de arriendos, etc. Los Land Bills de Gladstone
fueron una expresin tpica de la demagogia social de la burguesa
liberal. 274.
27 Seguro obrero de Bismarck: seguro social obrero por accidente, enferme
dad, invalidez o vejez, adoptado en Alemania en la dcada del 80 del
siglo xix. Beneficiaba slo a un sector de los obreros, adems de que 2 /3
de los fondos se formaban con aportes de los propios obreros y slo
1/3 con los aportes patronales. L a feroz ley de represin contra lo*
socialistas, promulgada por Bismarck, no consigui destruir el movimiento
obrero, por lo cual el gobierno intent lograr su objetivo concediendo a
los trabajadores insignificantes beneficios. Como hemos visto, tampoco
as pudo alcanzar su finalidad. 274.
28 Nedielia ("L a semana ): peridico literario y poltico de orientacin
liberal populista; apareci en Petersburgo de 1866 a 1901. Se opona a la
lucha contra el absolutismo y preconizaba la llamada teora de las cues
tiones menores, es decir, exhortaba a los intelectuales a abandonar la
lucha revolucionaria y dedicarse a difundir la cultura. 279.
29 So refiere al socialismo utpico francs, una de las corrientes ideolgicas
ms importantes de la poca, muy difundida a principios del siglo xix.
La base ecoumicosocial a la que el socialismo utpico francs debe
su origen era la creciente explotacin de las masas trabajadoras y la
aparicin de contradicciones inconciliables entre el proletariado y la
burguesa. Saint-Simon y Fourier fueron los representantes ms destaca
dos del socialismo utpico francs y sus obras se hicieron clebres, tanto
en Francia como en otros pases. Sin embargo, los tericos de esa
corriente no pudieron descubrir la esencia de las relaciones capitalistas
y de la explotacin capitalista, ni llegaron a desentraar la contradiccin
fundamental del modo de produccin capitalista. Fundamentaban la
necesidad de la reorganizacin socialista de la sociedad en ideales pol
ticos y sociales utpicos, pues sostenan que inevitablemente la razn
deba imponerse a la ignorancia y la verdad a la mentira. La inmadurez
de sus ideas puede ser explicada por las condiciones sociales de la poca,
poi el insuficiente desarrollo de la gran industria capitalista y del prole
tariado industrial. Un estudio exhaustivo del socialismo francs, puede

536

V.

I.

LENIN

verse en as obras de Engels Anti-Dhring y Del socialismo utpico d


socialismo cientfico. Lenin consider k doctrina de lo* socialistas utpi
cos franceses, en conexin con las doctrinas revolucionarias francesas en
general, como una de las fuentes del marxismo.
Los demcratas revolucionarios rusos A. Herzen, V. Bielinski, N.
Chemishevski y N. Dobrolibov, aceptaban las ideas de los enciclopedis
tas franceses, pero diferan de los representantes de muchas corrientes
del socialismo utpico de Europa occidental, porque sostenan la idea
de la lucha de masas para derrocar a la autocracia, la idea de una
revolucin campesina. No obstante, su error consista en suponer que el
camino hacia el socialismo pasaba por la comunidad rural semifeudal.
Debido al escaso desarrollo econmico de Rusia, los demcratas revolu
cionarios, encabezados por Chemishevski, no pudieron descubrir el papel
decisivo de la clase obrera en la construccin de la sociedad socialis
ta. 279.
30 Los bakuninistas y los rebeldes: partidarios de M. Bakunin (1814-1876),
idelogo del anarquismo y enemigo encarnizado del marxismo y del socia
lismo cientfico. Los bakuninistas combatieron tenazmente la teora y la
tctica marxistas del movimiento obrero. La tesis fundamental del bakuninismo era la negacin de todo tipo de Estado, incluido el de la dicta
dura del proletariado, lo que equivale a no comprender el papel hist
rico del proletariado. Bakunin formul la teora de la igualacin de las
clases, de una sociedad integrada por una unin de libres asociaciones
desde la base. Era opinin de los bakuninistas que una asociacin revo
lucionaria secreta, compuesta por destacadas personalidades, deba
dirigir las rebeliones populares que se iniciaran inmediatamente, ya que
los partidarios de Bakunin suponan que el campesinado ruso slo espe
raba una seal para iniciar la rebelin. Esa tctica conspirativa, de rebe
liones extemporneas y terrorismo, era aventurera y estaba en pugna
con la doctrina marxista sobre la insurreccin. E l bakuninismo se aseme
jaba al proudhonismo, la corriente pequeoburguesa que reflejaba la
ideologa del pequeo propietario arruinado. Uno de los representantes
del bakuninismo en Rusia fue S. Nechiev, vinculado estrechamente con
Bakunin, quien viva en el exterior. Los bakuninistas expusieron el pro
grama de una sociedad conspirativa en el Catecismo revolucionario. En
1869, Nechiev trat de crear en Rusia una asociacin de este tipo,
denominada Nardnaia Rasprava, pero slo logr organizar algunos
crculos en Mosc, rpidamente descubiertos por la polica y destruidos
en diciembre de 1809. El bakninismo fue una de las fuentes ideolgi
cas del populismo.
'
Marx y Engels condenaron severamente la teora y la tctica de los
bakuninistas. Lenin calific esa corriente como la concepcin del peque
o burgus que no tiene-esperanza de salvarse. (Vaso ob. cit., t. XVIII,
En memoria de Herzen.)
Sobre Bakunin y sus partidarios pueden consultarse las siguientes
obras: C. Marx y F. Engels, L a Alianza de la democracia socialista y la
Asociacin Interrutcional de los Trabajadores (1 8 7 3 ); F . Engels, Los
bakuninistas en accin (1 8 7 3 ); Literatura de emigrados (1 8 7 5 ); V. I.

NOTAS

537

Lenin, Sobre el gobierno provisional revolucionario (1 9 0 5 ), ob. cit-, t.


VIII. 280.
51 Zemski Sobor ("Asamblea general de los zemstvos ): institucin repre
sentativa central de la poca. Marx y Engels escribieron al respecto en
1873: En aquel entonces, se reclamaba en Rusia la convocatoria del
Zemski Sobor. Unos lo reclamaban para solucionar las dificultades finan
cieras, otros para terminar con la monarqua. Bakunin lo quera para
demostrar la unidad de Rusia y consolidar el poder y la grandeza del
zar.
Muchos revolucionarios rusos equiparaban la convocatoria del Zemsld
Sobor con el derrocamiento de la dinasta zarista. El partido sodaldemcrata ruso, en uno de los puntos de su programa, exiga la convocatoria
del Zemski Sobor como representacin de todos los ciudadanos para
elaborar una Constitucin. 280.
32 Grupo socialista populista: fue formado por emigrados revolucionario
rusos, dirigido por N. Utin, A. Trusov y V. Bartneiev. Este grupo
publicaba en Ginebra su revista, Nardnoie Dilo ( La causa del pue
blo ). A principios de 1870, fund la seccin rusa de la Asociacin In
ternacional de los Trabajadores; el 22 de marzo de ese ao el Consejo
Genera] resolvi admitir a esa Seccin en la Internacional. A pedido de
la seccin, Marx acept representarla en el Consejo General. "Acepto
complacido el honroso deber que me proponen: representarlos en el
Consejo General escribi el 24 de marzo de 1870 a los miembros del
Comit de la seccin rusa. Los integrantes de la seccin rusa apoyaron
a Marx en su lucha contra los anarquistas bakuninistas, difundieron las
ideas revolucionarias de la I Internacional, hicieron cuanto estuvo a su
Jcance por consolidar los vnculos del movimiento revolucionario ruso
con el de Europa occidental y la seccin particip en los movimientos
obreros de Suiza y Francia. Sin embargo, los miembros de la seccin
no eran marxistas consecuentes; sus concepciones conservaban an mu
chos rasgos del utopismo populista, sobre todo en lo referente a la comu
nidad rural, a la que idealizaban como una gran conquista del pueblo
ruso. La seccin no logr establecer un nexo estrecho con el movimiento
revolucionario de Rusia, lo que en ltima instancia fue la causa principal
de su disolucin en 1872. 294.
** Sotsial-Demokrat ( El socialdemcrata ) : revista literaria y poltica, pu
blicada por el grupo Emancipacin del Trabajo entre 1890 y 1892, en
Ginebra y Londres; su contribucin a la difusin de las ideas marxistas
en Rusia fue considerable. Aparecieron en total cuatro volmenes; Ioj
principales colaboradores de la revista fueron J. Plejnov, P. Axelrod y
V. Zaslich. 297.

4 Alude al partido Nardnoie Travo (E l derecho del pueblo), agrupa


cin ilegal de intelectuales democrticos, fundada en el verano de 1893,
con la participacin de antiguos miembros de -Nardnaia Volia, O.
Aptekjnn, A. Bogdanvich, A. Guedenovski, M. Natansn, N. Titchev

538

V.

I.

LENIN

y otros. Nardrioie Pravo se propuso unir todas las fuerzas de oposi


cin para luchar por las reformas polticas; public dos documentos
programticos: Manifiesto y Un problema vital. En la primavera de 1894
el partido fue disulto y aniquilado por el gobierno zarista. Vase el
juicio de Lenin sobre la accin de Nardnoie Pravo como partido pol
tico en el presente tomo, pgs. 347-350, y en Tareas de los socialdemcratas rusos (ob. cit., t. II). La mayora de los miembros de ese partido
ingresaron ms tarde en el partido socialista revolucionario. 307.
se Lenin escribi este trabajo en Petersburgo, a fines de 1894 y comienzos
de 1895. Fue su primera obra editada en una imprenta legal; contina
en ella la crtica de las ideas populistas, iniciada en obras anteriores;
analiza detalladamente los conceptos errneos de los "marxistas legales,
cuyo fondo liberal burgus fue el primero en denunciar. Ya en su tra
bajo El llamado problema de los mercados, aparecido en 1893, a la vez
que haba desenmascarado las concepciones de los populistas liberales,
haba criticado las del incipiente marxismo legal.
En el otoo de 1894 ley en el crculo marxista de Petersburgo un
trabajo en el que polemizaba con Struve y otros marxistas legales, y
que ms tarde sirvi de base al Contenido econmico del populismo, etc.
En 1907 Lenin escribi lo siguiente a propsito de su disertacin en el
crculo marxista de Petersburgo: En este crculo le un trabajo titulado:
Reflejo del marxismo en la literatura burguesa. Como se ve por el ttulo,
la polmica con Struve fue entonces incomparablemente ms spera y
definida (en cuanto a las conclusiones socialdemcratas), que en el
artculo publicado en la primavera de 1895. El tono ms suave de este
ltimo se debi en parte a la necesidad de tener en cuenta la censura
y en parte a la alianza con el marxismo legal para la lucha conjunta
contra el populismo. Que el impulso hacia la izquierda dado entonces
al seor Struve por los socialdemcratas de Petersburgo no fue del todo
intil, lo demuestra claramente el artculo del seor Struve de la recopi
lacin que fue quemada (1 8 9 5 ), y algunos de sus artculos en Nvoie
Slovo (1 8 9 7 ), (Vase V. I. Lenin, ob. cit., t. XIII, Prlogo a la reco
pilacin En doce aos.)
El presente trabajo se public ( con la firma K. Tulin ) en la reco
pilacin Materiales para la caracterizacin de nuestro desarrollo econ
mico, editada en abril de 1895, con una tirada de 2.000 ejemplares. El
gobierno zarista prohibi su difusin y luego de mantener esa medida
durante un ao, la confisc e hizo quemar. Slo fue posible salvar 100
ejemplares, que se difundieron clandestinamente entre los socialdem
cratas de Petersburgo y otras ciudades. E l artculo de Lenin fue el ms combativo y el ms agudo polti
camente de la recopilacin. El censor lo mencion con especial detalle
en su informe. Al destacar que los autores de la recopilacin sostenan
la doctrina de Marx sobre la marcha inexorable del proceso capitalista,
el censor observaba que el artculo de K. Tulin contena el programa
ms completo y franco de los marxistas.
A fines de 1907, Lenin incluy su trabajo en el primer tomo de la
recopilacin En doce qos, con el subttulo Reflejo del marxismo en Iq

1 T AS

literatura burguesa. Este primer tomo fue publicado por la editorial


Siem ( La simiente ) a mediados de noviembre de 1907 (en la
portada figura 1908). De los tres tomos proyectados, slo se consigui
publicar el primero y la primera parte del segundo. Adems del trabajo
mencionado integraban el primer tomo los siguientes escritos de Lenin:

Tareas de los socialdemcratas rusos, Los perseguidores de los zemstvos


y los Anbales del liberalismo, Qu hacerP, Un paso adelante, dos pasos
atrs, La campaa de los zemstvos y el plan de lskra y Dos tcticas
de la socialdemocracia en la revolucin democrtica. El primer tomo de
la recopilacin fue confiscado al poco tiempo de aparecer, pero se logr
salvar gran parte de la edicin y el libro circul en forma clandesti
na. 351.
3B Dictadura del corazn: expresin iinica empleada para designar la pol
tica de coqueteo con los liberales que aplic durante un breve perodo
el funcionario zarista Lors-Mlikov. En 1880 fue designado director de
la Comisin Suprema de Control destinada a combatir la "sedicin, y
ms tarde ministro del Interior. Lors-Mlikov intent basar su poltica
en promesas de concesiones a los liberales y en una cruel persecucin
de los revolucionarios. Esta poltica de maniobras, consecuencia de la
situacin revolucionaria que se produjo en 1879-1880, tenda a debilitar
el movimiento revolucionario y atraer a la burguesa liberal opositora.
Una vez aplacada la marea revolucionaria de ese perodo, el gobierno
zarista abandon la poltica de la dictadura del corazn y se apresur
a publicar un manifiesto sobre la inviolabilidad de la autocracia. En
abril de 1881 Lors-Mlikov tuvo que dimitir. 370.
87 Regirungsrat prusiano (Consejero del Estado ) : se trata del economista
alemn barn A. Haxthausen, quien visit a Rusia en la dcada del 40
del siglo xix. Describi detalladamente la comunidad rural rusa, en la
que vea un medio para consolidar el feudalismo, en su libro Estudio

de las relaciones internas de la vida popular y particularmente d e las


instituciones rurales de Rusia. Cant loas a la Rusia del zar Nicols I,
considerndola superior a Europa occidental, porque no padeca de la
lcera del proletariado. Marx y Engels sealaron el carcter reaccio
nario de las conclusiones de Haxthausen, y sus opiniones tambin fueron
severamente criticadas por A. Herzen y N. Chemishevski. 408.
38 Debido a la censura Lenin no poda hacer referencias directas a las
obras marxistas, publicadas por el grupo Emancipacin del Trabajo.
Remite al lector a la obra de V. V. (Vorontsov) Ensayos de economa
terica, en cuyas pginas 257-258 se cita un extenso pasaje del artculo
de Plejnov Resea del interior, publicado en Sotsial-Demokrat. 411.
88 Moskovskie Vidomosti ( Anales de Mosc ) : decano de la prensa rusa,
cuya publicacin fue iniciada como pequea hoja en 1756 por la Uni
versidad de Mosc. A partir de 1863, fecha en que pas a ser propiedad
de M. Katkov sigui una lnea monarco-nacionalista, convirtindose en
vocero de los terratenientes y el clero ms reaccionarios y del gobierno

54o

V.

X.

LNI

zarista. Por eso Lenin se refera con frecuencia a los artculos de Mokaoakie Vidomosti para hacer denuncias de tipo poltico y lo calificaba
de colaborador insustituible de la agitacin revolucionaria. Desde 1905
fue uno de los principales rganos periodsticos de las Centurias Negras.
Sigui apareciendo hasta la Revolucin de Octubre de 1917. ,419.

40 Naucrarta: pequeo distrito territorial en la antigua Repblica de Ate


nas. Las naucrarias estaban unidas en filias. El cuerpo colegiado formado
por los jefes de las naucrarias diriga las finanzas del Estado ateniense.
Cada naucraria deba construir, equipar y dotar una nave de guerra
y proporcionar dos soldados de caballera para cubrir las necesidades
militares del Estado. 436.
41 Programa de Gotha: se refiere al programa del partido socialdemcrata
alemn, aprobado en 1875 en el Congreso de Gotha, donde se estableci
la unidad de los dos partidos socialistas que hasta entonces haban exis
tido separadamente: los eisenachianos (dirigidos por Hebel y Liebknecht
e influidos ideolgicamente por Marx y Engels) y los lassalleanos. El
programa adoleca de eclecticismo y era oportunista, ya que los eisena
chianos hicieron concesiones a los lassalleanos y aceptaron sus formula
ciones en los problemas de mayor importancia. Marx y Engels criticaron
en forma demoledora el proyecto del programa de Gotha, porque lo
juzgaban un considerable retroceso, aun comparado con el programa de
Eisenach de 1869. 459.
42 Skpschina: nombre dado en las regiones meridionales de Rusia a un
tipo de arriendo en especie, con caractersticas propias de la servidumbre.
El arrendatario entregaba al terrateniente la mitad, y a veces ms, de la
cosecha, tasada por gavilla; adems, sola completar el pago realizando
diversos trabajos. 482.
*a Drstvenniki (derivado de dar, que en ruso significa ddiva): sector
de campesinos, antiguos siervos de terratenientes que despus de la
Reforma de 1861 recibieron gratuitamente un lote minsculo (sin pagar
el rescate), equivalente a una cuarta parte del nadil oficial, fijado
por ley. Ello ocurra cuando los campesinos concertaban un "acuerdo
especial con el terrateniente, que se quedaba con el resto de las tierra*
de nadiel, y de este modo mantena a sus campesinos en la esclavitud
econmica aun despus de abolido el rgimen de servidumbre. 508.

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