Obras Completas de Lenin. Tomo I
Obras Completas de Lenin. Tomo I
Obras Completas de Lenin. Tomo I
V. I. LENIJN
OBRAS COMPLETAS
TOMO I
\893-1894
E ST U D IO P R E L IM IN A R DE JU A N J . T R IA S VEJA R A N O
A kal Editor
Editorial Ayuso
1.SJB.N.: 84-336-0070-2
Depsito legal: M. 39.884 - 1974
Editorial Ayuso
San Bernardo, 34
Madrid-8, 1975
Akal Editor
Snchez Barcaiztegui, 40
Madrid-7
INDICE
ESTUDIO PRELIMINAR de Juan S. Tras Vejarano ..............
IX
1893
3
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189 4
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211
213
215
319
VIII
Apndice II ... ... ... ... ... ............... ... ... ... ... ... ...
Apndice III ...
.. ... ... ............... ... ... ... ... ... ...
EL CONTENIDO ECONOMICO DEL"pPJSM Y SU CRI
TICA EN EL LIBRO DEL SEOR STRUVE (R eflejo del
marxismo en la literatura burguesa). A propsito del libro
de P. Struve, Notas crticas acerca del desarrollo econm ico
de Rusia. San Petersburgo, 1894 ... ... ... ....... . ... ... ... ...
Capitulo I. Comentarios a la Professin de foi populista.
Captulo II. Crtica de la sociologa p o p u lis ta ....................
Captulo III. Formulacin de los problemas econm icos por
los populistas y por el seor Struve ..............
Captulo IV. Cmo explica el seor Struve algunos rasgos
de la econom a de la Rusia posterior a la
Reform a ... ... ... ........................................... ...
I .................. . ... ... ... ...............................................................
I I ......................................................................................................
II I
.................................
I V
.........................
V .......................................................................................................
V I .................................................................................................
N O T A S ..................................................................................................
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344
351
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510
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ILUSTRACIONES
Primera pgina del manuscrito de V. I. Lenin Los nuevos cam
bios econmicos en la vida campesina. 1893 ............. .........
Retrato de V. I. Lenn ... ... .................... ... ... .............. ... ...
Retrato de V. I. Lenin 1890-1891 ... ........ ... ... ........................
Primera pgina del manuscrito de V. I. Lenin El llamado pro
blema de los mercados. 1893 ... ... ... ............. ... ... ... ...
Ultima pgina del manuscrito de V. I. Lenin El llamado pro
blema de los mercados. 1893 ... ... ... ......... ... ... ... .........
Portada de la parte III de la edicin hectogrfica del libro de
V. I. Lenin Quines son los amigos del pueblo" y cm o
luchan contra los socialdemcratas? ... ... ............... ... ...
Ultima pgina de la parte n i de la edicin hectogrfica del
libro de V. I. Lenin Quines san los amigos del pueblo y
cm o luchan contra los sociaM emcratas? ... ... ................ .
Portada de la recopilacin en la que fue publicado el trabajo de
V. I. Lenin El contenido econm ico del populismo y su crti
ca en el libro del seor Struve, 1895 ... ... .............. ... ... ...
5
9
13
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317
353
X
prim avera y en otoo de 1891, obteniendo el nmero uno de
su promocin), tendr ocasin de leer el prim er tomo de
El Capital y los primeros escritos de P lejanov en los que,
el considerado como el patriarca del m arxismo ruso, m arca
sus discrepancias con los populistas: segn el testimonio
del propio Lenin de principios de 1889 data su conver
sin al marxismo. Los cuatro aos siguientes los pasar
Lenin en Sam ara, hasta que en septiembre de 1893 se tras
lada a Petesburgo. En Sam ara se relacionar con los crcu
los revolucionarios formados por los deportados polticos y
por ncleos intelectuales de la ciudad: aqu tiene ocasin de
desarrollar sus prim eras polmicas con los populistas. En
Petesburgo Lenin se entregar de lleno a la actividad revo
lucionaria, integrndose en los crculos de estudiantes y pro
fesionales que entran en contacto con grupos de trabajado
res: discusin, propaganda, agitacin, un v ia je a Europa en
que visita a algunos de los fundadores (Plejanov, Axelrod)
del prim er grupo socialdemcrata ruso, el grupo emanci
pacin del trabajo (1883), hasta que en diciembre de 1895
es detenido y despus de catorce meses de detencin pre
ventiva en la prisin de Petesburgo, es deportado a Siberia.
Lenin pasar all tres aos, acabar su libro El Desarrollo
del Capitalismo en Rusia. E l Proceso de Form acin del Mer
cado Interior para la Gran Industria que ser editado en
1899 y m adurar sus id eas: 1900 inaugura el crucial pero
do de Iskra y de la lucha por un partido de nuevo tipo.
Como ha escrito R. Garaudy: la vida de Lenin es la de
un m ilitante. E l problema central de su filosofa es el de un
m ilitante: elaborar una metodologa de la iniciativa his
trica (2). Lo que impone, como seala este autor, dentro
de la fidelidad a la inspiracin m arxista, una doble tarea:
un anlisis de las condiciones ob jetivas y la fo rja del ins
trumento de combate que prmita intervenir eficazmente
en esas condiciones. Por el momento, la prim era tarea ab
sorber la atencin de Lenin. De ah que todas las obras
de Lenin, aun aqullas de contenido ms terico como pue
de ser El Desarrollo del Capitalismo en Rusia, estn alen(2) Lnine, P. V. P., 1968, pg. 9. Aunque publicado en la co
leccin Philosophes, la consideracin de Garaudy trasciende el
aspecto puramente filosfico de Lenin.
XI
tadas por las exigencias de la praxis. En estos primeros es
critos de Lenin ya se aprecian muchos de los rasgos que
caracterizarn su produccin intelectual. Aparte del ya se
alado, prcticamente todos sus escritos tienen un conteni
do polmico, nota sta que caracteriza tambin a buena
parte de la obra de Marx y de Engels: Lenin ir definiendo
sus posiciones en polmica con los populistas, los economis
tas, los marxistas legales, el revisionismo en sus diferentes
proyecciones, inclusive las filosficas, los mencheviques, la
mayor parte de la Segunda Internacional, etc. Trotsky se
al en una ocasin que en Lenin se una la audacia del
proyecto con la meticulosidad en la ejecucin: En este
gran revolucionario habitaba un n otario... (3). En la po
lmica Lenin conjuga el sarcasmo con la meticulosidad: to
das las cuestiones son desmenuzadas al detalle; Lenin rei
tera una y otra vez pruebas y argumentos, lo que no deja
de hacer fatigosa la lectura de su obra. Esta actitud reite
rativa es un rasgo heredado por la literatura comunista:
basta leer la polmica ruso-china. Se vislumbra una peda
goga de la repeticin que, asimismo, singulariza la propa
ganda comunista.
Los escritos tericos de Lenin de la dcada de 1890 como,
en general, del resto de los socialdemcratas rusos estn
ocupados en la polmica con los populistas: este es el co
mn denominador de los cuatro recogidos en este volumen;
en el ltimo, dedicado a comentar un libro de Struve, se
marcan sus discrepancias con los que sern denominados
marxistas legales, en ese momento no slo compaeros
de la lucha con los populistas sino, por lo menos algunos,
integrados en la socialdemocracia, si bien sta no se cons
tituye como tal partido hasta 1898 y an entonces es ms
una confederacin de grupos que un partido centralizado.
En ellos se contienen materiales que sern utilizados para
la elaboracin de la que constituye la sntesis de sus inves
tigaciones sobre el desarrollo del capitalismo en Rusia: la
obra del mismo nombre. Desde el punto de vista de la teora
del materialismo histrico destaca la primera parte de
Quines son los amigos del pueblo y cmo luchan contra
los socialdemcratas (la segunda parte de este libro no se
(3)
XII
ha encontrado). Finalmente, se delinean las lneas maestras
de su estrategia hasta 1917 y que se expondrn en los pro
yectos programticos de los aos sucesivos.
Para la debida comprensin de la exposicin de Lenin es
menester una referencia a las tesis populistas, dentro del
contexto de la evolucin socioeconmica, poltica e intelec
tual rusa en el siglo xix en contraste con los grandes pases
de la Europa Occidental.
Rusia ocupaba una posicin singular en Europa. Las par
ticularidades de su desarrollo histrico, fruto de la con
fluencia de una serie de factores, llevaran en su caso, y no
slo entre los llamados eslavfilos, a la formulacin de la
tesis de la especifidad del destino histrico de Rusia. Pero
sin necesidad de incurrir en lo que E. H. Carr, comentando
los puntos de vista de Berdiaiev (4), ha llamado una especie
de misticismo nacional (5), queda el hecho de que Rusia,
en contraste con el occidente europeo, al cual, sin embargo,
se haba abierto desde el siglo xvm, presentaba un perfil de
trazos muy acusados. Este hecho, la interpretacin de sus
causas, la actitud ante l, estarn en el centro del debate en
tre los eslavfilos y los occidentalistas, en el que algunos han
querido resumir la historia intelectual rusa del siglo xix (6):
Rusia perteneca al Oriente o al Occidente? Deba conti
nuar por los caminos abiertos por Pedro el Grande o
retornar a sus antiguas tradiciones? Debate, que sea dicho
de paso, por ciertos temas recuerda al sostenido en la Espa
a contempornea entre casticistas y europeistas, y en
el que tambin algunos han querido resumir nuestra his
toria contempornea. Pero, resulta por lo menos simplificador, reducir la historia intelectual rusa, as como la espao
la, a este debate histrico-cultural, no percibiendo, adems,
4) No existe en castellano fijeza,en la transcripcin de los nom
bres rusos, debido al hecho que, al ser muy escasas las traducciones
directas del ruso, los nombres se transcriben de acuerdo con la
grafa de los originales en su mayora ingleses o franceses de
los que se toman. Esta vacilacin por la que nos excusamos no de
jar de reflejarse en lo que sigue.
(5) En Studies in Revolution, The Universal Library, New
York, 1964, pg. 92. Hay traduccin espaola en Alianza Editorial.
(6) Cf. por ejemplo, N. Berdiaev Les sources et les sens du
comunisme russe, Gallimard, Ides, 1951, pgs. 43-44; Carr ob. cit.
pg. 93.
XIII
que detrs de l se involucraba una problemtica polticosocial. Como ha escrito Martn M alia: los conceptos de Ru
sia y el Occidente tal com o eran usados por ambos lados,
eran simplemente la transposicin en el lenguaje histricofilosfico de la poca, comn a ambos grupos, de un con
junto de cuestiones filosficas, sociales y polticas, adems
de la nacional, la ms notoria (7).
Trotsky, coincidiendo con la opinin expresada por al
gunos historiadores, seal en su da que fueron las exi
gencias militares del Estado Ruso en confrontacin con sus
vecinos del oeste, los que impulsaron el proceso de occdentalizacin del pas, de modernizacin de su aparato produc
tivo (8). Pero existe coincidencia en que las reformas lleva
das a cabo por Pedro el Grande y sus sucesores no m odifi
caron ms que muy parcialmente el viejo orden de cosas.
As, las manufacturas, creadas para responder sobre todo a
las necesidades militares, emplearon el trabajo servil hasta
el siglo xxx; es ms, en el siglo xvin se produce un agrava
miento de la servidumbre campesina, lo que provoca levan
tamientos como el de Pugachov. Por otra parte, el proceso
de occidentalizacin cultural qued reducido a la nobleza
y an en sta fue bastante superficial si se excluye una pe
quea minora. El impacto de la revolucin francesa unido
a las manifestaciones interiores contra el orden existente
poltico-social, provocaron el abandono de los afanes refor
mistas que, en cualquier caso, no haban tocado las bases
del poder absoluto del zar, que, por el contrario, reforzara
su poder mediante la creacin de un aparato burocrtico
centralizado sobre el modelo occidental. Si ya Alejandro I
haba aparecido como uno de los pilares de la contrarrevo
lucin europea, estas tendencias se refuerzan bajo su suce
sor Nicols I (1825-1855); a ello no fue ajeno el fracasado
movimiento decembrista (diciembre de 1825) llevado a cabo
por unos grupos de oficiales encuadrados en unas socieda(7) Alexander Herzen and the birth of russian socialism Har
vard U. P. citamos por la edicin de The Universal Library, New
York 1965, pg. 281-282.
(8) Cf. (1905. Resultados y perspectivas Ruedo Ibrico 1971
T. I pgs. 21-22. En el mismo sentido A. Gerschenkron El atraso
econmico en su perspectiva histrica Ariel 1968, pg. 26.
XIV
des secretas que oscilaban entre el constitucionalismo y el
jacobinismo.
El clsico de la historiografa marxista rusa M. N. Pokrovski puso en relacin el abandono de los proyectos re
formistas de comienzos de siglo por parte de la nobleza, con
la crisis agraria que se prolongara desde los aos veinte
hasta casi mediados del siglo dentro del ciclo general de
presivo de la economa europea en la primera mitad del
siglo xix que acentu la dependencia financiera de la no
bleza respecto del zar y estimul el mantenimiento del tra
bajo servil como fuerza laboral de sus dominios (9). En
cualquier caso, la actividad revolucionaria durante el reina
do de Nicols I qued reducida prcticamente a la literaria
y a las discusiones en los crculos privados, protagonizada
por los hombres de la naciente inteligentsia, que, hasta la
generacin de los sesenta, se recluta sobre todo entre la no
bleza (la excepcin ms notable es la de Belinski). Lenin,
en su periodizacin del movimiento revolucionario ruso de
nomin al perodo 1825-1861 el perodo nobiliario, a causa
del reclutamiento social de sus miembros, no por su orien
tacin ideolgica.
El trmino inteligentsia fue acuado en la segunda mi
tad del siglo xix. En la historiografa no marxista se ha de
finido a la inteligentsia como un grupo ideolgico, lo cual
no quiere decir que todos sus miembros compartiesen la
misma ideologa, pero querindose subrayar por contraste
que no se trataba de un grupo socioeconmico o profesio
nal. Ms discutiblemente, se ha presentado a la inteligent
sia como desvinculada de cualquier inters de clase, en el
sentido de que la inteligentsia representaba una visin ge
neral de Rusia, por supuesto no uniforme (10): la divisin
ms comnmente utilizada ces entre eslavfilos y occidentalistas a su vez con diferencias en su seno. Ciertamente el
encuadramiento de la inteligentsia no deja de presentar
ciertos problemas debido a la relativa autonoma de este
grupo por las especiales circunstancias sociopolticas rusas
(9) La opinin de Pekrovski est recogida en Terence Emmons,
Editor, Emancipatin of the russian serfs , European problem
Studies, Holt, Rinehart and Winston, 1970, pg. 26.
(10) Cf. por ejemplo, Berdiaev, ob. cit. pg. 30 y sig.; Martin
Malia ob. cit., pgs. 4-5.
XV
(as: ausencia de libertad que dificulta la comunicacin en
tre la inteligentsia y las clases sociales; la estratificacin
social rusa polarizada entre terratenientes y campesinos,
con unas muy dbiles capas burguesas urbanas, etc.) que
hacen que las relaciones entre ideologa y clases no sean
simples, sino que pasen a travs de una serie de mediacio
nes. Lenin en sus referencias al tema, que han servido de
pauta a la historiografa sovitica, caracteriz a los revo
lucionarios tanto de la generacin de los cuarenta (Herzen
principalmente), como de la de los sesenta (Chernischevski
etctera, la llamada Ilustracin rusa) com o representantes
de la democracia burguesa radical, sobre todo campesi
na (11). Por su parte, un historiador no marxista como M.
Malia, caracteriza a los eslavfilos que contienden con ellos,
o ms exactamente a aquellos eslavfilos que mantienen
una cierta postura crtica frente al poder, com o represen
tantes de una oposicin aristocrtica a la autocracia (12).
Se viene considerando a Radischev como el precursor de
la inteligentsia revolucionaria, quien en 1790 public el libro
Viaje de Petesburgo a Mosc en el que condenaba vigoro
samente la autocracia y la servidumbre y que le cost a su
autor la pena de muerte conmutada por el destierro a Sibe
ria (13). Se atribuye a Chaadaiev, en una famosa carta filo(11) Cf. Lenin En memoria de Herzem, Obras Escogidas, Edi
torial Progreso, Mosc 1970, T. I y A qu herencia renunciam os? ,
O. C. Editorial Cartago, Buenos Aires 1969, T. II. Para la historio
grafa sovitica cf. las referencias contenidas, por ejemplo, en el
trabajo de M. V. Nechkina recogido en el vol. citado en la nota 9.
(12) Ob. cit., pgs. 282-89.
(13) Es ms bien escasa y de poco valor la bibliografa en cas
tellano sobre el pensamiento ruso en el siglo x ix . El libro de S. V.
Utechin Historia del Pensamiento Poltico Ruso Revista de O c
cidente, 1968, ofrece una visin panormica. En los libros ya citados
de Ulam y Carr, as com o en M. Foyaca de la Concha El pensa
m iento de Lenin volumen I, Guadarrama, 1971, Col Historia del
pensamiento socialista , vol. II F. C. E. 1958, se contienen referen
cias ms o menos amplias. Mencin especial merece el excelente
libro de A. Walicki Populismo y marxismo en Rusia (La teora de
los populistas rusos: controversia sobre capitalism o) , trad. esp. Es
tela 1971, si bien se centra en el populismo y en las relaciones de
ste con el marxismo. El ya citado libro de Berdiaiev, ofrece una
visin de la inteligentsia desde las categoras antropolgicas del
alma rusa . Una valoracin desde el punto de vista de la actitud
ante el desarrollo econmico y ms concretamente ante la indus-
XVI
sfica publicada en 1836 que le acarre que fuese acusado
de loco por las autoridades el planteamiento del problema
que estar en el centro del debate entre eslavfilos y occidentalistas en los aos cuarenta. Chaadaiev fue un occidentalista peculiar ya que en general estos tuvieron una
orientacin laica al atribuir la superioridad de Occidente
a la herencia catlica medieval, mientras que para l Ru
sia careca de autntica historia; sin embargo, esta misma
ausencia de un pasado, la juventud de Rusia por decirlo
as, le abra unas posibilidades insospechadas. El tema de
la juventud de Rusia por contraste con la Europa Occi
dental, ocupar, con diferentes variaciones, un papel im
portante tanto en el pensamiento de los eslavfilos como en
el de Herzen y los populistas. La principal Influencia que se
ejerce sobre el pensamiento ruso de los aos treinta y cua
renta es la del idealismo alemn (sobre todo Schelling y
Hegel) a la que seguir la de la izquierda hegeliana como
vehculo superador del segundo. Esta influencia del pensa
miento alemn (con su tradicin terica heredada del idea
lismo) que es muy fuerte en las diversas corrientes ideol
gicas rusas,'con jugada con las especiales condiciones rusas,
puede ayudar a explicar el acusado ingrediente histricofilosfico que acusa el pensamiento poltico ruso. En efecto,
las circunstancias en que se desarrolla la vida intelectual
rusa bajo Nicols I, hicieron que la crtica histrico-filosfica y la literaria se convirtiese en el principal medio de los
ataques al orden existente: en esta labor destaca la figura
de Belinski, que anticipa muchos de los rasgos de la inteligentsia revolucionaria de los aos sesenta; Belinsky que de
fiende una orientacin social del arte que ser recogida por
los llamados nihilistas de la siguiente generacin (Chernischevski, Dobroluvov, Pisarev);, marca una clara transitrializacin en Gerschenkron ob. cit. cap. VII. Excluida la sovi
tica que no hemos podido consultar por razones idiomticas y que
seguramente ofrece un til contraste con la occidental, la ms re
cliente bibliografa se encuentra en ingls. C f. aparte los libros con
sagrados a un autor o a un movimiento que iremos citando en su
momento, entre otros: R. Hare Pioneers of Russian Social Thought
Vintage, New York 1964; R. Pipes, ed. Russian Intelligentsia , Co
lumbia U. P. 1961; E. J. Simmons, ed. Continuity and change in
russian and soviet thought , Harvard U. P. 1955.
XVII
cin hacia el materialismo de la mano de Feuerbach que
igualmente informar a los hombres acabados de mencionar.
Al mismo tiempo, se produce la recepcin del socialismo
utpico francs (Saint Simn, Fourier), principalmente a
travs de los crculos de Herzen y despus de Petraschevski
este ltimo hizo un ensayo de Falansterio en sus posesiones
que concluy malamente en manos de los campesinos des
tinatarios, como acab la vida del crculo (al que perteneca
Dostoyevski): acusados de conspiracin veintiuno de sus
miembros fueron condenados a muerte, despus conmutada
por trabajos forzados. Dentro de la generacin de los cua
renta (Belinski, Bakunin, Organov, etc.) y dejando de lado a
los eslavfilos y a los liberales ocupa un puesto especial
A. Herzen, por cuanto ha sido considerado, en palabras de
Lenin, el fundador del socialismo ruso, del populismo .
Herzen contina escribiendo Lenin vea:
.. .el socialismo en la liberacin de los campesinos
dndoles la tierra, en la propiedad comunal de la tierra y
en la idea campesina del derecho a la tierra (...) En rea
lidad en esta doctrina de Herzen lo mismo que en todo el
populismo ruso ( ...) no hay ni un grano de socialismo. Son
frases magnnimas, buenos sueos que recubren el revolucionarismo de la democracia burguesa campesina en Rusia,
lo mismo que las diversas formas del socialismo del 48 en
Occidente (14).
Esta caracterizacin del socialismo de Herzen que es
fundamentalmente exacta, incurre, no obstante, en cierta
simplificacin que en ocasiones se da en Lenin en su trata
miento de las ideologas, reducindolas a su inmediata sig
nificacin de clase con olvido de las mediaciones entre in
telectuales e ideologa, por un lado, y clase, por otro, espe
cialmente complicadas en el caso de la inteligentsia rusa
por la relativa autonoma de sta. El mismo Lenin y en el
mismo lugar matiz el revolucionarismo de Herzen en fun
cin de su origen nobiliario y de su desvinculacin sobre
todo a partir de 1847 en que se exila a Occidente (15) de
(14) En memoria de Herzen lug. cit. pg. 611.
(15) Sobre el Herzen exilado as como sobre otros exilados ru
sos de su generacin, vid., E. H. Carr Los exilados romnticos,
Anagrama.
XVIII
la realidad campesina. El caso es que la personalidad de
Herzen es bastante contradictoria (16), habida cuenta que
se conjugan actitudes aristocrticas de repudio de la civi
lizacin mercantilizada y masificada que recuerdan a Tocqueville (17) con claros fermentos de un individualismo bur
gus en la lnea del anarquismo proudhoniano. Lo mismo
sucede con su posicin en el debate entre eslavfilos y occidentalistas; con el tiempo, sobre todo despus de su expe
riencia europea de la revolucin de 1848, Herzen adopt
muchos de los puntos de vista de los eslavfilos: el destino
peculiar de Rusia, la existencia en su seno de una serie de
instituciones y cualidades morales que podan resistir la
confrontacin con el Occidente. Sin embargo, al contrario
de los eslavfilos, no rechaz completamente el legado de
Occidente, sino que busc una sntesis de los valores que
personificaba de forma eminente la cpmunidad rural rusa
(la obschina) con el individualismo occidental que haba
incorporado la minora rusa occidentalizada. De ah, que
frente a los eslavfilos, que subrayaban los valores tradicionalistas e integradores de la obschina, Herzen destacase su
dimensin democrtica y antiautoritaria. La misin de Ru
sia, era, recogiendo lo m ejor del legado occidental (la liber
tad individual) evitar los males que haban acompaado a
este desarrollo, concretamente la liberacin de los campe
sinos sin tierra. En todo caso, queda el hecho de que en Her
zen se encuentran anticipadas una serie de ideas que sern
desarrolladas por el populismo, que l es el primer formulador sistemtico de la teora del socialismo ruso basado
en la obschina.
Existe coincidencia en que la perpetuacin de la servi
dumbre era el principal obstculo que se opona al desarro
llo econmico ruso y tambin en destacar la importancia de
la abolicin de la servidumbre n febrero de 1861. Ahora
bien, existen discrepancias en la apreciacin de las causas
y factores que operan en la abolicin y en la significacin
de dicho acto en la historia de Rusia. La corriente populis(16) El estudio ms completo sobre Herzen en la literatura o c
cidental reciente es el ya citado de Martin Malia.
(17) Cf. al respecto las observaciones de Walicki ob. cit. pgi
nas 14-16.
XIX
ta rusa, precedida histricamente por los eslavfilos (18)
y reforzada por una serie de investigaciones contempor
neas (19), se complaci en subrayar la singularidad del r
gimen socioeconmico ruso apoyndose en la existencia de
la obschina y de los arteles (cooperativas artesanales). Fren
te a ello, los marxistas rusos y, en especial, Lenin, sin negar
las peculiaridades del rgimen socioeconmico ruso, carac
terizaron al rgimen anterior a la reforma como un rgimen
similar al que imper en Europa Occidental en la Edad Me
dia y hasta bien entrada la Moderna, es decir, como un r
gimen feudal (20). La misma comunidad que tampoco fue
una institucin desconocida en el rgimen feudal europeo
occidental (21) se daba en el marco de este rgimen de
produccin. Las modernas investigaciones histiicas abo
nan el punto de vista marxista (22).
La renta feudal (o si se prefiere seorial) adoptaba en la
Rusia de los aos anteriores a la Reforma sustancialmente
dos formas: la renta en trabajo.(barschina) y la renta en
especie o en dinero (obrok). Numricamente, en trminos
de campesinos sujetos a uno u otro sistema, aunque los pri
meros continuaban siendo predominantes* o se haba produ
cs) Malia ob. cit. pgs. 310-11 ha afirmado que fueron los es
lavfilos los primeros que, para com batir el socialismo de los occidentalistas, sostuvieron que en Rusia no era necesaria la revolu
cin social, puesto que con la obschina posee ya la institucin que
evitaba los males que el socialismo occidental buscaba remediar.
De ellos la tom Herzen aunque con significativos cambios de nfa
sis, com o ya sealamos.
(19) Cf. Malia ob. cit. pgs. 395-96.
(20) En El desarrollo del capitalismo en Rusia (cap. III) lo
design con la expresin de Sistema de economa basado en la
prestacin personal , pero en las otras obras coetneas entre ellas
las que se recogen en este volumen, emplea la expresin de rgi
men feudal .
(21) Cf. entre otros muchos, Ch. Parain en El Feudalismo ,
trad. esp. Ayuso 1972, pgs. 37-38. No entramos aqu en el debate
entre historiadores marxistas y no marxistas sobre lo apropiado
de la expresin de rgimen feudal para designar al que los segun
dos denominan preferentemente rgimen seorial.
(22) Cf. e.ntre la abundante bibliografa sobre el tema, una pa
normica general de la situacin del campesinado, de la legislacin
emancipadora y de los diferentes puntos de vista sobre los facto
res y resultados de la Reforma en T. Emmons Emancipation o f the
russian serfs , ya citado.
XX
cido un incremento de los segundos a partir del siglo xvm
(de hecho, esto era una tendencia general, pues no slo exis
tan diferencias en los respectivos porcentajes en las dis
tintas provincias, sino que algunas de ellas se haba produ
cido una evolucin en sentido contrario). Es ms, si se toma
en consideracin no el nmero de campesinos sujetos a uno
u otro sistema, sino los niveles de empleo, el primer fen
meno se conjugaba con un incremento de la renta en tra
bajo. Esta aparente contradiccin se aclara si se toma en
consideracin un fenmeno sobre el que han llamado la
atencin los historiadores de ese perodo y que se refiere
al creciente desplazamiento de la fuente del obrok desde el
producto agrcola al industrial. En palabras de uno de ellos:
el crecimiento del sistema del obrok en la Rusia del si
glo xix reflejaba la gradual transformacin de la renta mo
netaria, desde una forma de plusproducto producida en una
agricultura organizada feudalmente y apropiado por el se
or feudal, en una forma de apropiacin por el seor feu
dal de un plusproducto producido en una industria organi
zada de forma capitalista (23). Es decir, el desarrollo de
la produccin mercantil y de la divisin del trabajo, junto
con la presin seorial, haban conducido a un proceso de
desarrollo de la pequea produccin industrial por parte
de campesinos siervos, en el marco de formas capitalistas
primitivas y sin una clara separacin todava entre la in
dustria y la agricultura, sobre la que gravitaba el tributo
feudal; forma, por tanto, diferente de la organizacin direc
ta por parte del seor de manufacturas basadas en el traba
jo servil, que haban decrecido segn avanzaba el siglo xix.
Este fenmeno era caracterstico sobre todo de las zonas al
norte de Mosc, de las provincias que no eran de tierras
negras.
=
Por el contrario, en las tierras negras del centro de Ru
sia y en el sur, esto es, en las grandes regiones cereales, se
haba mantenido, y, en su caso, incrementado el nmero de
campesinos sujetos a la renta en trabajo. De forma general,
en la esfera agrcola se haba operado un crecimiento de la
renta en trabajo, manifestado en una disminucin de los lo(23)
Cf. N. S. Tsagolov, cuya contribucin est recogida en
Emmons, ob. cit., pg. 45.
XXI
tes campesinos que es general en el siglo xix, en favor de
la reserva del seor y en un aumento del trabajo campe
sino en la reserva del seor (esta prestacin en principio es
taba fijada en tres das). Estos fenmenos se han asociado
con el desarrollo de la agricultura comercial en los dominios
seoriales ligados a la expansin de los mercados interior y
exterior. Este proceso de expropiacin de los campesinos
encuentra su manifestacin ms acusada en el aumento del
nmero de siervos sin tierra (domsticos) que, mantenidos
por el seor, cultivan sus tierrasa, cuya situacin, com o han
reconocido historiadores de las ms diversas tendencias, se
aproxima a la esclavitud.
Ha existido la tendencia por parte de ciertos historiado
res a atribuir unilateralmente la Reforma a la influencia
de un solo factor, cuando parece claro que es el resultado,
de una serie de ellos o, si se quiere, expresado de una forma
quizs ms correcta, a la crisis de unas estructuras produc
tivas que se manifiesta en un conjunto de fenmenos. Se
puede dar la razn a Lenin cuando cifraba en el desarrollo
de la economa mercantil la crisis del modo de produccin
feudal. En primer lugar, esto haba conducido, como se
acaba de indicar, a un agravamiento de la situacin del
campesino y al socavamiento de las mismas bases sobre las
que descansaba la economa seorial, esto es, la posesin
por los productores directos de los medios de produccin
necesarios para su reproduccin. La legislacin dictada en
la primera mitad del siglo xix para evitar la desposesin
del campesino y m ejorar su situacin personal, de entrada
muy respetuosa de las prerrogativas del seor, haba que
dado sobre el papel: el siervo continuaba sometido a la dis
crecin del seor mientras se agravaba su situacin ma
terial. Es cierto que en este sentido la situacin de los sier
vos del Estado era m ejor que la de los terratenientes. En
estas condiciones no es extrao que aumentasen las manifes
taciones de protesta entre los siervos en algunos casos,
como haba sucedido en la Baja Edad Media europea y en el
Renacimiento, ligado a movimientos religiosos (24) segn
avanza el siglo xix, hasta culminar en los aos inmediatos
(24)
Vid. las referencias contenidas en la aportacin de G. T.
Robinson, recogido en Emmons ob. cit., pgs. 15-17.
XXII
a la Reforma. Y por ms que el movimiento campesino ca
reciese de la articulacin necesaria, que exista conciencia
de la gravedad del problema lo ponen de manifiesto las. pa
labras de Alejandro II, recin ascendido al trono, a la no
bleza de Mosc en marzo de 1856 y de las que se ha dicho
que ponen en marcha el mecanismo de la Reforma: es
m ejor abolir la servidumbre desde arriba que esperar hasta
que los siervos empiecen a liberarse desde abajo. De
ah tambin el convencimiento existente en amplios sectores
del aparato del Estado, comenzando por el zar, y en parte
de la nobleza y de los publicistas conservadores, de que era
imposible una emancipacin campesina sin tierra, lo que
creaba graves problemas, pues, por otro lado, no se quera
quebrantar el orden nobiliario sobre el que descansaba la
autocracia. Esto se reflejara a lo largo de todo el proceso
de la Reforma entre 1856 y 1861 en los conflictos entre parte
del aparato del Estado apoyado por una minora de la no
bleza y la gran mayora de sta que quera restringir al m
ximo la entrega de tierras a los campesinos (25).
Se ha discutido sobre si la nobleza estaba interesada en
la Reforma o, ms exactamente, en la abolicin del trabajo
servil. Pokrovski sostuvo en su momento la opinin de que,
al hilo de la orientacin de la produccin de sus dominios
(25)
Algunos investigadores marxistas recientes, superando el
limitado punto de vista del Estado com o expresin directa de las
clases dominantes, han subrayado el papel de aqul com o regula
dor del equilibrio global de un sistema productivo, que ciertamente
implica, en una sociedad de clases, la dominacin de unas clases
sobre otras, pero que no excluye en las condiciones de un nuevo
equilibrio ciertos conflictos entre el Estado y amplios sectores de
las clases dominantes, que la autonoma relativa del estado moder
no permite afrontar y resolver. Cf. las observaciones contenidas en
Poulantzas Pouvoir Politique et classes sociales de ltat capitaliste , Maspero, Pars 1968, Passim >(Hay traduccin espaola en
Siglo x x i) y en la obra colectiva publieada por el Centro Studi Marxisti Leninismo e rivoluzione socialista De Donato, Bari 1970,
pg. 93. A la luz de estas observaciones se puede iluminar el papel
desempeado por ciertos sectores de la burocracia zarista en la re
form a de 1861. Ya en su da Trotsky llam la atencin sobre la ma
yor autonoma del zarismo en com paracin con las monarquas
absolutas del occidente europeo, cf. ob. cit., I, pgs. 24-25. Tambin
Lenin subray el papel jugado por la burocracia caracterizndola
com o una institucin burguesa, cf. en este volumen, pgs. 306-7
nota X X , 377 nota X, 437 y 469.
XXIII
hacia el mercado, la explotacin de stos estaba deviniendo
crecientemente burguesa y la nobleza penetrada por una
mentalidad capitalista, que la llevaba a defender que el
trabajo asalariado era ms productivo y rentable que el ser
vil. Esta opinin ha sido muy discutida antes y despus.
Struve mantuvo que la servidumbre no slo haba sido abo
lida contra los intereses de la nobleza, sino que la barschina
era el sistema ms productivo de organizacin de la econo
ma agrcola: Struve vea prueba de esto en la superviven
cia del pago en trabajo con posterioridad a la Reforma en
las tierras negras (26). Esto no obstaba, en su opinin, a que
su abolicin viniese exigida por el desarrollo econmico de
Rusia contemplado en su conjunto (27). La debilidad de Ru
sia se acaba de manifestar con especial agudeza a raz
de la guerra de Crimea. La contradiccin entre el desarrollo
industrial y la pervivencia de la servidumbre era notoria:
una de las formas de esta contradiccin la hemos visto en
el caso del obrok que gravaba la produccin industrial; pe
ro no era la nica, por cuanto la pervivencia de la servi
dumbre frenaba la expansin de la oferta de trabajo que
exiga el desarrollo capitalista y su improductividad se ma
nifestaba en la crisis de las manufacturas basadas en el
trabajo servil por contraste con el desarrollo de las capi
talistas. Es ms, algn investigador reciente de la economa
agrcola anterior a la Reforma, apoyndose en una investi
gacin ha sealado que, pese a todas las restricciones que
pesaban sobre ella, la economa campesina es decir, la ex
plotada directamente por los campesinos se haba orien
tado hacia la produccin mercantil y desempeaba un papel
de primer plano en la produccin agrcola en las dca(26) Struve no emplea la expresin pago en trabajo , que es
utilizada por Lenin, pero entiende con ste que consiste en el cul
tivo de la tierra (de los terratenientes) con los aperos de campesi
nos de los alrededores . Tambin divergan sus respectivas inter
pretaciones, pues, para Lenin, al lado de la falta de maduracin
de las condiciones para la produccin capitalista que alegaba Stru
ve, jugaba el factor de que los campesinos hubiesen sido despoja
dos de parte de las tierras que utilizaban antes de la Reform a (ios
recortes, etc.), lo que les obligaba a recurrir a la tierra de los
terratenientes. La opinin de Lenin en El desarrollo del capitalismo
en Rusia , O. C. Cartago, 1969, Tomo III, pgs. 200-201.
(27) Las opiniones de Pokrovski y Struve en Emmons ob. cit.
XXIV
das que preceden a la Reforma; en opinin de este autor
fue el reconociminto de que la economa campesina cons
titua un sector independiente y de punta en la produccin
mercantil lo que haca imposible una emancipacin de los
campesinos sin tierra (28).
Siguiendo la sistematizacin de un hisoi-iador de la Re
forma (29) se puede dividir sta en cuatro grandes aparta
dos: Estatuto personal de los siervos; concesin de tierras a
ios campesinos y obligaciones anejas; operacin de reden
cin; organizacin de la administracin campesina. En pri
mer lugar, la legislacin de febrero de 1881, conceda la li
bertad personal a los siervos: stos cesan de ser la propie
dad del seor y adquieren la plena capacidad civil, desapa
reciendo los obstculos que les impedan el acceso a ciertas
profesiones e instituciones. En lo referente a la tierra que
quedaba en manos de los campesinos y por lo que concer
na a la mayor parte de a Rusia europea, la ley estableca
un mximo y un mnimo segn las regiones: si la tierra
poseda por los campesinos de un determinado dominio su
peraba el mximo, el exceso pasaba al seor; si los lotes
campesinos no alcanzaban el mnimo, el seor deba com
pensarlos, pero, en cualquier caso, al ltimo siempre se le
aseguraba un mnimo (que iba, segn las regiones, de la
mitad a un tercio del total de las tierras de cada dom in io),
bajo ia presin de los terratenientes estas normas fueron
establecidas de tal forma que por regla general operaron
en su favor: son los famosos recortes que disminuyeron
las explotaciones campesinas. Kasta la redencin, se pre
vea el paso de la barschina al obrok como forma de pago
de la renta. La redencin consista en una capitalizacin
del obrok al 6 por 100 que en su mayor parte el Estado ade
lantaba a los antiguos seores y que los campesinos deban
reembolsar en un plazo de cuarenta y nueve aos. Esta ca
pitalizacin se realiz a un valor" muy superior al real. Los
campesinos de la familia imperial y del estado fueron redi
midos en mejores condiciones (ms tierra y pagos menos
gravosos). Por otro lado, estas normas slo se aplicaron a
los campesinos con tenencias, no a los siervos domsticos,
(ZH)
(29)
XXV
que fueron liberados sin ellas. Por ltimo, se sustitua la
administracin seorial por la comunal (el Mir) aunque
con una competencia reducida y mediatizada por la nobleza
local y por los representantes del poder central. Era la co
muna all donde exista la propiedad comunal la que
efectuaba las distribuciones peridicas de la tierra comunal
en usufructo entre sus miembros, que respondan solidaria
mente de las obligaciones que pesaban sobre ellos.
La apreciacin de los resultados de la emancipacin o,
ms exactamente, de su significacin para el desarrollo de
Rusia, ha suscitado, como recuerda Emmons, hondas contro
versias, tanto entre los historiadores profesionales como fue
ra de ellos. Existe coincidencia en que se produjo un agra
vamiento de la situacin de las masas campesinas en las d
cadas finales del siglo, pero a partir de este punto comien
zan las divergencias en la interpretacin. La cuestin ha
estado y estuvo ligada al debate sobre el desarrollo del ca
pitalismo en Rusia que polariz la atencin de marxistas y
populistas rusos, por lo que nos ocuparemos de ella al ana
lizarlo.
De inmediato, la legislacin emancipadora produjo un
aumento de la agitacin campesina durante los dos aos
siguientes (1861-63). Segn Franco Venturi, slo en casos
extremos pidieron los campesinos toda la tierra, incluyendo
la explotada por los seores (30); lo que los campesinos
deseaban era la ruptura total de todos los lazos que los li
gaban a los terratenientes y la autonoma de la comunidad
rural de cualquier control exterior, cosa que a su juicio no
haban obtenido; la agitacin aprovech el vaco creado
por el fin de la administracin seorial y la puesta en mar
cha de la nueva, y aceler el proceso de redencin. Sin em
bargo, los campesinos no consiguieron satisfaccin, pues
excluidos los pagos de redencin que gravaban las tierras
que pasaron a su poder, las condiciones en que se realiz
la distribucin de stas conllev que se mantuviese la de
pendencia econmica de la hacienda campesina especto de
(30)
Cf. Roots o f revolution. A history o f the populist and so
cialist movements in nineteenth century Russia , Grosset & Dun
lop, New York. Hay una primitiva edicin italiana Il populismo
russo , Torino 1952.
XXVI
la terrateniente y, con ello, las condiciones para la pe-vi
vencia de formas de explotacin feudal ms o menos larvadas.
Por parte de la inteligentsia revolucionaria, sta, ya fue
se desde la prensa editada en el extranjero La Campa
na de Herzen ya desde la prensa editada en Rusia en
la que destaca la campaa de Chernischevski desde El
Contemporneo impulsar primero la emancipacin y
protestar luego por las condiciones en que se ha realiza
do. Los aos inmediatos a la subida al trono de Alejandro II
coinciden con significativos cambios cuantitativos y cuali
tativos en el movimiento revolucionario. Se ha dicho que
con la generacin de 1860 (Chernischevski, Dobrulov, Pisarev, etc.) se produce un relevo en el reclutamiento de la
inteligentsia revolucionaria: son los raznochintsi, esto es,
los intelectuales de procedencia no nobiliaria, los que de
ahora en adelante aportarn el principal contingente de
aqulla. Fueron los marxistas rusos los que acuaron la ca
tegora de Ilustracin para caracterizar la denominada he
rencia de los aos sesenta, es decir, la literatura revolu
cionaria de esos aos. Segn W alicki fue Plejanov el intro
ductor de esta idea, al quedar sorprendido por la simili
tud entre las concepciones filosficas de los radicales dem
cratas rusos de los sesenta y los ilustrados franceses del si
glo xvni (31). Lenin, en su trabajo A qu herencia re
nunciamos? (1898), recogi la idea, aunque poniendo el
nfasis en el contenido sociopoltico comn a ambos mo
vimiento :
al igual que los iluministas de Europa Occidental y la
mayora de los representantes de la literatura de la dcada
del sesenta, Skaldin est animado por un ardiente odio al
rgimen feudal y a todas siis manifestaciones en el terreno
econmico, social y jurdico (3>.
Aunque Lenin construy su caracterizacin de la Ilus
tracin Rusa sobre la figura de Skaldin, se ha dicho, apo
yndose en el testimonio del propio Lenin, que en realidad
consideraba a Chernischevski como el principal represen(31)
(32)
XXVII
tante de la herencia, pero que debido a la proscripcin
que pesaba sobre el ltimo se vio obligado a recurrir a una
figura de segunda fila (33).
Todos los autores coinciden en destacar la importancia
del magisterio de Chernischevski en el movimiento revolu
cionario ruso. Nacido en 1828, hijo de un pope, desarrolla
r la parte ms importante de su labor publicista desde las
pginas de El Contemporneo entre 1855 y 1862. Influido
por la filosofa alemana (Hegel, Feuerbach), el socialismo
utpico francs y el utilitarismo ingls (tradujo al ruso los
Principios de economa poltica de J.S.Mill), expone una
filosofa de base materialista y de un peculiar utilitarismo,
animada por el optimismo y el cientifismo de la Ilustracin.
Chernischevski fue un occidentalista convencido que de
nunci las ilusiones de los eslavfilos compartidas por algu
nos de los occidentalistas como Herzen, respecto a la de
crepitud de Europa y la juventud de Rusia. Ciertamente,
Chernischevski no deja de denunciar las consecuencias
desigualatorias del desarrollo econmico occidental y de
defender el Mir, pero en su conjunto, como ha escrito Walicki: (Si) deseaba para Rusia un progreso breve, ms r
pido y ms humano ( ...) nunca opuso Rusia a Occidente;
en contraste con los populistas, su enemigo nmero uno no
era el capitalismo sino el atraso ruso (34). En las condicio
nes rusas sus ataques a una va de desarrollo segn el mo
delo ingls y a los liberales, era la defensa de una emanci
pacin de los campesinos con tierra. Chernischevski slo
ocasionalmente puso su confianza en una revolucin desde
arriba o en la supuesta neutralidad de la autocracia respec
to a la nobleza. Se ha discutido si particip en la actividad
conspirativa, en cualquier caso fue detenido en 1862 y, acu(33) Ibdem nota 56. Sin embargo, Walicki, apoyndose tam
bin en Lenin, seala que si ste recurri a Skaldin y no a Chernis
chevski com o representante tpico de la Ilustracin, fue, asimismo,
porque en el primero su ideologa se presentaba desprovista de
cualquier ingrediente populista que no estaba ausente del segundo,
cf. ob. cit., pgs. 18-19.
(34) Ob. cit., pg. 20. En sentido contrario se pronuncia Gerschenkron ob. cit., pgs. 176-80. No tenemos noticia de ninguna m o
nografa sobre Chernischevski en la literatura occidental, se encuen
tran referencias ms o menos amplias en las obras citadas en la
nota 13.
X X V IIi
sado de atentar contra el orden existente (El Contempor
neo fue repetidamente denunciado por sus apreciaciones
sobre la m archa de la R eform a), pas veinte aos en Siberia. En 1862 se public su famosa novela Qu hacer?, de
la que se ha afirmado que constituy la lectura obligada de
todo revolucionario; en ella describe los hombres y m ujeres
nuevos (Chernischevski fue un decidido fem inista) que
rompen con los prejuicios existentes y que estn destinados
a ser la levadura de la transformacin.
E l historiador del bolchevismo, Adam B. Ulam, carac
terizando las dos dcadas que transcurren entre la emanci
pacin campesina y la ejecucin de A lejandro II por parte
del grupo terrorista La Voluntad del pueblo (Nardnaia
V olia), ha escrito que Es un perodo de intensa actividad
revolucionaria. Las ideas de socialismo y revolucin empa
pan cada segmento de las clases educadas... Los mismos
aos vieron revivir la reaccin y el nacionalismo ruso. . . Pe
ro este perodo no es simplemente uno de polarizacin de
actitudes reaccionarias y revolucionarias. Todava se apre
ciaba el ascenso de las esperanzas y aspiraciones liberales.
Es una era de grandes reformas. .. (35). Se refiere el autor
a la institucin de los Zemstvos como rganos de autogo
bierno local, a las reformas jud icial, educativa y m ilitar,
tendentes, conjuntam ente con la emancipacin de los cam
pesinos, a la modernizacin de Rusia o, en palabras de un
historiador sovitico, de adecuar la superestructura a las
exigencias del desarrollo capitalista (36). Para Ulam si no
se di el paso decisivo hacia el constitucionalismo debe atri
buirse tanto a la ignorancia y resistencia del rgimen como
(y principalm ente) a la intensidad e ndole de las activida
des revolucionarias. La revolucin desafiaba a la reform a
y la reaccin era la ganadora (37). Esta opinin del profe(35) Ob. cit., pg. 84,
(36) Los historiadores no marxistas rehuyen por lo general, el
empleo del concepto capitalismo para caracterizar las transforma
ciones operadas en la sociedad rusa, recurriendo a los conceptos de
modernizacin, industrializacin moderna, desarrollo econmi
co, crecimiento econmico, cf., por ejemplo, Gerschenkron ob.
cit., cap. VI.
(37) Ob. cit., pg. 85.
XXIX
sor de la Universidad de Harvard incorpora el punto de vis
ta que fue sostenido en su tiempo por los liberales rusos.
En contraposicin a esta tesis, los historiadores marxistas
han interpretado el alcance limitado de las reformas en fun
cin de no haberse quebrantado el carcter autocrtico-nobiliario del Estado ruso, y visto en el movimiento revolu
cionario una reaccin frente a esa limitacin. La actividad
revolucionaria desborda la mera crtica literaria y se plas
ma en una variedad de manifestaciones: desarrollo de orga
nizaciones revolucionarias (Tierra y Libertad, La Joven
Rusia, una nueva Tierra y Libertad escindida despus en
La Voluntad del Pueblo y El Reparto Negro, etc.), pro
paganda y agitacin entre las masas, finalmente el terroris
mo. No se trata de un movimiento unitario que proyecta su
accin en diversos campos, sino de la coexistencia y suce
sin de grupos y tendencias cuyas orientaciones se contra
ponen y reemplazan. As Ulam y, con l, otros autores, afir
ma : El nombre de populismo oscurece algunas de las fun
damentales diferencias de su estrategia. Podemos dividir a
los revolucionarios en tres grupos segn el lugar que asig
naron a la tarea >ns urgente: propagandistas, conspirado
res y terroristas (38). Pero con esto tocamos el punto con
flictivo de lo que debe entenderse por populismo.
II.
XXX
discpulos con el fin de desacreditar movimientos socialistas
rivales. Segn Pipes? fue Struve, quien, en sus escritos de
1892-94, dio carta de naturaleza al trmino populismo, sien
do adoptado despus rpidamente por otros publicistas socialdemcratas, entre los cuales Lenin, para pasar a for
mar parte, a partir de 1917, de la terminologa en uso tanto
en Rusia como en Occidente. Para Pipes, los autnticos po
pulistas fueron aquella fraccin del movimiento socialista
que hacia 1876 rechaz los principios que hrban inspirado
el movimiento Ir al pueblo, defendiendo que la inteli
gentsia no deba introducir sus ideas socialistas entre el
pueblo sino, por el contrario, aprender de l. Ms tarde, en
la dcada del ochenta el trmino se generaliz designando
a todos aquellos movimientos o personas que, cualquiera
que fuese su orientacin ideolgica, exaltaban al pueblo.
Esta vaguedad del trmino subsisti hasta el momento en
que los socialdemcratas rusos le dieron una connotacin
ideolgica precisa (39).
Ese sentido muy general del trmino, al que alude Pipes
como utilizado en los aos ochenta, es el adoptado por Berdiaiev cuando escribe qu e: Los eslavfilos tanto como Herzen-Dostoievski como Bakunin-Leon Tolstoi como los revo
lucionarios de los aos setenta, fueron populistas, aunque
de diferentes maneras. El populismo es ante todo la fe en
el pueblo ruso, y bajo este trmino debe abarcarse el pue
blo llano de los trabajadores y, en su mayor parte, los cam
pesinos. Berdiaiev liga esta exaltacin a un sentimiento de
culpabilidad entre la inteligentsia; para l los caracteres
espirituales y morales del populismo son ms importantes
que sus doctrinas sociales (40).
El punto de vista de Berdiaiev es excepcional en la his
toriografa. Como recuerda Utechin, sta se mueve en el
marco de las tres acepciones siguientes: en su sentido ms
amplio abarca a todos los pensadores y polticos que se ad
hirieron al concepto del socialismo ruso tal com o fue for(39) Cf. R. Pipes Struve. Liberal on the left, 1870-1905, Har
vard U. P. 1970, pgs.. 29-30 y 84-86. donde recoge las conclusiones
de su trabajo Narodnichestvo: A semantic inquiry publicado en
la Slavonic Review, 1964. La cita en la pg. 30.
(40) Ob. cit., pg. 106 y sig. La cita en la pg. 106.
XXXI
mulado por Herzen, es decir, un socialismo que se fundaba
y era resultado de la comuna rural. Pertenecen a esta ca
tegora todos los socialistas revolucionarios que actuaron
entre 1850 y 1880, as como un buen nmero de corrientes
revolucionarias y reformistas que se manifestaron en los
ltimos aos del s. xix y los primeros del xx. En un sentido
ms restringido comprende a todos aqullos que se califi
caron a s mismos de populistas, es decir, a todos los grupos
que acabamos de mencionar, con la sola excepcin de los
revolucionarios de 1850-1870, considerados ahora como pre
cursores del populismo y no como pertenecientes a l. Por
ltimo, en su sentido ms estricto, engloba nicamente a
aquellos escritores y polticos que se propusieron reflejar
con toda fidelidad las ideas y los sentimientos autnticos
del pueblo (de hecho, ese pueblo se reduca a los campe
sinos) (41). La tercera acepcin es la nica histricamente
justificada segn Pipes, como acabamos de ver. En el mar
co de las dos primeras, aunque desbordando su reduccin
temtica a la cuestin de la comuna (42), se mueve no slo
la historiografa sovitica, sino, asimismo, otros destacados
especialistas como el italiano Venturi (43) y el polaco Walicki.
El ltimo, autor de uno de los nicos tratamientos ac
tuales del populismo disponibles en castellano, ha introdu
cido una serie de interesantes precisiones sobre el tema. En
primer lugar, a su juicio, el populismo ruso, en el sentido
ms amplio del trmino, no puede definirse como movi
miento poltico, habida cuenta de las diferencias entre los
hombres y corrientes que se han etiquetado bajo esa deno
minacin. El movimiento Ir hacia el pueblo y el terroris
mo revolucionario representan tipos muy diferentes, si no
opuestos de movimientos revolucionarios; Tkachov, los jaco
binos revolucionarios y Vorontsov, los reformistas apolti
cos, tenan muy poco en comn en trminos de actitudes
polticas. Lo que una a estos hombres tan diferentes y a
estos movimientos, tambin diferentes, fue un cierto cuer
(41) Historia del pensamiento poltico ruso, ya citado, pgi
na 159.
(42) El mismo Utechin no lo reduce a eso, vid. cap. VII.
*43) Ob. cit., en la nota 30.
XXXII
po de ideas... (44). Pero admitido esto y admitido tambin
el papel jugado por los marxistas rusos de los aos noventa
en la generalizacin del concepto, W alicki disiente de Pi
pes cuando ste afirma el carcter arbitrario de esa opera
cin; por el contrario, en su opinin, esa conceptualizacin
e, inclusive, el trmino utilizado sirvi para delimitar
una corriente de pensamiento de singular importancia en la
Rusia del ltimo tercio del siglo xix, confrontada con los
problemas del desarrollo capitalista. Adems, W alicki, sin
ignorar el papel jugado por Struve, afirma que se debe a
Lenin la principal contribucin al perfilamiento del con
cepto. W alicki tambin ha precisado los lmites cronolgicos
del populismo: para l, como para Utechin, el populismo
propiamente dicho comienza a finales de los aos sesenta,
aunque sus antecedentes se i*emontan a Herzen. Por ltimo,
y esta es la principal aportacin o tesis de su libro, si W alicki
se muestra de acuerdo con la interpretacin leniniana del
populismo, ha llamado la atencin sobre ciertos aspectos
del mismo que no haban salido a flote en la visin de Le
nin sobre el populismo, pero que hoy son claramente visi
bles. En efecto, para el autor polaco, el populismo ruso
reflejaba no slo los problemas de los pequeos producto
res, enfrentados a la produccin capitalista a gran escala,
sino tambin los problemas especficos de un pas agrcola
atrasado en confrontacin con los estados capitalistas alta
mente desarrollados. Fue una reaccin rusa al capitalismo
occidental y, tambin, una respuesta rusa al socialismo oc
cidental. .. por parte de la inteligentsia democrtica en un
pas agrcola atrasado en un temprano estadio de desarrollo
capitalista (45).
En palabras de Pipes, lo que se debata entre el viejo
socialismo ruso y sus oponentes socialdemcratas no se re
duca a la, en definitiva, cuestin subsidiaria de la comuna
campesina, sino temas de gran actualidad hoy en d a: Es
la historia un proceso inexorable, independiente de la vo
luntad humana? Tenan todos los pases que seguir idn
tico camino de desarrollo histricu? Era el capitalismo, en
(44) Ob. cit., pg. 10.
(45) Ob. cit., pg. 24. Vid. en general el cap. I para su plantea
miento del tema.
X X X III
los pases que se industrializaron tarde, posibile, deseable,
inevitable?... . Segn Pipes, Struve y con l m uchos d e los
socialdemcratas contestaron afirmativamente, m ientras
que sus oponentes respondieron negativamente: rechaza
ban la inevitabilidad histrica en favor de una com bin acin
de factores objetivos y subjetivos , y crean en una varie
dad de formas alternativas de desarrollo econm ico, algu
nas de las cuales juzgaban ms deseables para Rusia que
otras. Para Pipes, la polmica no era entre populistas y
marxistas, sino entre dos facciones del marxismo, cada una
de las cuales pona el nfasis o se basaba en una parte de
la obra o de los pronunciamientos de Marx (46).
Como se puede apreciar, por ms que rechace el ca lifi
cativo de populismo, Pipes viene a reconocer que el v ie jo
socialismo ruso comparta una serie de postulados de ca
rcter sociohistrico y econmicos. Esta com unidad de pos
tulados era sobre la que llamaban la atencin los socialde
mcratas rusos y era la que justificaba a su ju icio la legi
timidad del empleo del trmino populismo. Lenin concre
tamente no se refiere al populismo como m ovim iento sino
como doctrina terica que resuelve de un m odo determ i
nado todos los problemas sociolgicos y econm icos ms
importantes, como una de las ms importantes tendencias
de nuestro pensamiento social (Cf. pg. 355 y 356 de este
volumen) ; no slo reconoce la presencia de discrepancias
en su seno, sino, asimismo, la existencia de diferencias cro
nolgicas y hasta de un sentido restringido del trmino. Es
to aparece patente en el trabajo A qu herencia renun
ciamos? (1898) donde se contiene la caracterizacin ms
perfilada del populismo de entre sus escritos de la dcada
del noventa. Escribe aqu al respecto:
Todo el mundo sabe que los discpulos rusos (es decir,
los socialdemcratas, J. T. V.) emplean los trminos popu
lista y populismo en el amplio sentido de estas palabras.
Nadie ha olvidado ni negado que entre los populistas hay
muchos matices diferentes... Una cosa es confundir las di
versas concepciones y otra generalizar y clasificar en la
misma categora a los escritores que, pese a las diferencias
en muchos problemas, son solidarios en los puntos funda(46)
XXXIV
mentales y principales contra los cuales se alzan precisa
mente los discpulos . .. Esta vasta corriente encierra los
ms diversos matices; tiene flancos de derecha y de izquier
da. .. El hecho de que los escritores que estn muy lejos de
ser solidarios en todo sustenten las mismas concepciones so
bre el capitalismo ruso, sobre la comunidad rural, sobre la
omnipotencia de la llamada sociedad, ha sido sealada
ms de una vez en nuestra literatura, mucho antes de la
aparicin de los discpulos y no slo ha sido sealada, sino
ensalzada como una feliz particularidad de Rusia. El trmi
no populismo en el amplio sentido de la palabra, fue tam
bin empleado en nuestra literatura mucho antes de apare
cer los discpulos . El seor Mijailovski no slo colabor
muchos aos en la misma revista junto al populista (en el
sentido estrecho de ia palabra) seor V. V . . . . (47).
Creemos que esta larga cita aclara la posicin de Lenin.
Como se ve, l mismo viene a reconocer el papel jugado
por los socialdemcratas rusos en la agenciacin del con
cepto.
Pero, aunque Lenin present' al populismo como un cuer
po de doctrina y vio en l la expresin ideolgica de los
puntos de vista e intereses de los pequeos productores in
dependientes confrontados con el desarrollo capitalista, sin
embargo como se advierte de la lectura de Quienes son
los Amigos del pueblo y cmo luchan contra los socialde
mcratas y de El contenido econmico del populismo y
su crtica en el libro del seor Struve no dej de sealar
importantes diferencias entre los que l llama, al comienzo
del segundo de esos trabajos, viejo populismo ruso y el
contemporneo. Esta distincin cubre en buena medida
la distincin que encontramos en la historiografa sobre el
tema entre el populismo revolucionario y el llamado popu
lismo reformista, liberal, o legal, no revolucionario (48).
Si el movimiento revolucionaria de inspiracin populista
entr en crisis en los aos ochenta con la crisis de La vo
luntad del pueblo su mxima manifestacin (49), esa d(47)
(48)
(49)
Venturi
XXXV
cada y la siguiente no slo no vio la desaparicin de la ideologia populista sino que fue entonces cuando ste encontr
su expresin doctrinal ms perfilada por obra de una serie
de personajes (Mijailovski, Vorontsov que firmaba con las
iniciales V. V., Danielson que utilizaba el seudnimo de
Nikolai-On, Krivenko, Iuzhakov, etc.) que, sin embargo,
abandonaron las esperanzas en una va revolucionaria para
apelar al estado zarista como realizador de sus postulados.
Es con estos populistas legales con los que polemiza Lenin
en los escritos de la dcada del noventa. En ellos ve el man
tenimiento de los errores tericos del viejo populismo con
el abandono de su dimensin revolucionaria. Lenin resume
su juicio al escribir en Quines son que:
. . . las ingenuas ilusiones de un socialismo pequeo bur
gus han dado paso a la moderacin prctica de los pro
gresos pequeoburgueses (pg. 302).
Lenin explica el nacimiento del populismo cuyos antece
dentes remonta a Herzen e ingredientes del cual ve en el
mismo Chernischevski (50) y los cambios operados en su
seno, en funcin del cambio de la situacin de las clases
rusas en el orden feudal y en el capitalista y de los procesos
de transformacin de la realidad campesina en los aos
posteriores a la Reforma. Refirindose a la inteligentsia de
mocrtica ha descrito este proceso con especial claridad
en un prrafo de El contenido. Mientras se trat de luchar
contra el orden estamental, en Rusia com o haba sucedido
en Occidente, el pueblo y la inteligentsia democrtica se
presentaban como un solo bloque. Pero:
En cuanto se asest en Rusia un golpe decisivo (1861)
al rgimen estamental, empez a ponerse de manifiesto el
antagonismo en el seno del pueblo y, paralelamente y en
virtud de ello, el antagonismo en el seno de la intelectuali
dad no estamental entre los liberales y los populistas, ide
logos stos de los campesinos (entre los cuales los primeros
idelogos rusos de los productores directos no vieron ni po
dan ver la formacin de clases antagnicas). El desarrollo
econmico posterior hizo que se revelaran con mayor ple
nitud las contradicciones sociales en la sociedad rusa, y
oblig a reconocer el hecho de que el campesino se estaba
(50)
XXXV
diferenciando en burguesa rural y proletariado. El popu
lismo rechaz' el marxismo y se convirti casi totalmente en
la ideologa de la pequea urguesa (pg. 439-40)
Gomo se desprende de este prrafo y de otros de Quienes
son y El contenido Lenin disculpa los errores de los prime
ros populistas respecto a la comunidad campesina como un
todo indiferenciado y a la llamada produccin popular
(la pequea produccin de las haciendas campesinas y de
las industrias de kusares) y sus ilusiones en una va excep
cional de desarrollo para Rusia, viendo en ellos los idelo
gos de los productores directos confrontados a los vestigios
del rgimen feudal (la capa de la antigua nobleza) y los avanees del capitalismo. Pero, en sus dias, con la consolida
cin del capitalismo y del proceso de diferenciacin, el po
pulismo se ha convertido en una utopia reaccionaria (51)
y en su programa prctico refleja los intereses de la peque
a burguesa.
En su trabajo Para uua caracterizacin del romanticis
mo econmico. Sismondi y nuestros sismondistas naciona
les (1897), Lenin caracteriz al populismo como romanti
cismo econmico (52). En A qu herencia renunciamos?
lo present en los siguientes trminos:
Entendemos por populismo un sistema de concepciones
que comprende los tres rasgos siguientes: 1) se sostiene que
el capitalismo es en Rusia un fenmeno de decadencia, de
regresin. De aqu la tendencia y el deseo de detener, pa
ralizar, impedir que el capitalismo rompa los pilares" seculares, y otros lamentos reaccionarios por eJ estilo. 2) se
reconoce la originalidad del rgimen econmico ruso, en
general, y el del campesino con su comunidad rural, artel,
etctera en particular. Los populistas no consideran nece
sario aplicar a las relaciones econmicas rusas les concep
tos que sobre las diversas clases sociales y sus conflictos ha
elaborado la ciencia contempornea. Consideran la comu
nidad rural com o algo superior y m ejor comparndola con
el capitalismo; es la idealizacin de los pilares . Niegan y
(Cl > Lenin seala ^epefcidavaente que emplea las expresiones
reaccionario , pequeo burgus en su sentido liisriec-fiiosfico.
(52) HecogMo en el T. II de las O, O. ec. cit.
XXXVII
disimulan las contradicciones que existen entre los campe
sinos, propias de toda economa mercantil y capitalista, nie
gan toda relacin entre estas contradicciones y la forma
ms desarrollada que revisten en la industria y en 1.a agri
cultura capitalista. 3) se desconoce el vnculo que ata a la
intelectualidad y a las instituciones polticas y jurdicas
del pas con los intereses de determinadas clases sociales.
La negacin de este vnculo, la falta de una explicacin m a
terialista de estos factores sociales, obligan a ver en ellos
una fuerza capaz de arrastrar la historia por otros cami
nos (seor V. V.), desviarse del camino (seor N.-on, seor
Iuzhakov y otros etc. (53).
En este prrafo de Lenin se encuentran aludidos los dos
puntos que constituyen el eje de las concepciones populis
tas, en los que centran sus ataques los socialdemcratas ru
sos y sobre Jos que han llamado la atencin los modernos
expositores, esto es, por una parte, sus concepciones sociohistricas el llamado mtodo subjetivo en sociologa
y. por olra; sus puntos de vista sobre la realidad socioeco
nmica rusa y el significado del capitalismo, de ios que de
rivan su defensa de una va especial o diferente de desarro
llo para Rusia; no se trata, claro est, de dos lneas argu
mntales independientes, aunque hayan sido objeto una u
otra de un especial desarrollo terico por parte de los dis
tintos populistas, sino estructuralmenie enlazadas, por
cuanto ia primera crea el marco terico para el despliegue
de a segunda (54).
Para la debida comprensin del debate entre Populistas
y Socialdemcratas, complicado por la presencia del lla
mado marxismo legal, hay que tener presente la profun
da influencia ejercida por la obra de Marx en ei pensamien
to social ruso del ltimo tercio del siglo xix (por ejemplo, la
primera traduccin de El Capital se public en Rusia
en 1872), superior a ia de cualquier otro pensador sociaiis(55) O. C. sd. cit., T. II, pag. 520. Los subrayados son de Lemn.
(54) Pipes Sospues de afirmar yus las dos lneas argumntales
tienen origen independiente, concluye que se veforaaban mutua
mente en la medida que ambas "conceban el futuro como no pre
determinado, sino moldeado po? la accin consciente de ios hom
bres; y per esta razn uo era raro que los rusos suscribiesen am
bas, ob. cit., pgs. 36-38.
XXXVIII
a occidental y que, adems, no se limit a los publicistas
rusos revolucionados. Si no es posible seguir a Pipes cuan
do afirma, como vimos ms arriba, que la polmica de los
aos noventa no era entre populistas y marxistas, sino en
tre dos ramas del marxismo, si es cierto, como ha puesto de
relieve Walicki, que, eu buena medida, el marxismo fue el
marco de referencia sobre el que se defini el populismo. Las
descripciones de Marx jugaron un papel decisivo en la ela
boracin de su imagen indiscriminadamente negativa del
capitalismo, mientras rechazaban la supuesta dimensin de
terminista y evolucionista de la teora de Marx y la necesi
dad para lodos los pases de pasar por la etapa capitalista,
a las que podan dar pie, por ejemplo, ciertas afirmaciones
del prlogo a la primera edicin de El Capital, cuando
Marx escribe en l que:
Los pases industrialmente ms desarrollados no hacen
ms que poner delante de ios pases menos progresivos el
espejo de un propio porvenir,
y lneas ms abajo:
Quien com o yo concibe el desarrollo de la formacin
econmica de la sociedad como un proceso histrico natu
ral, no puede hacer al individuo responsable c la existen
cia de relaciones de que l es socialmente criatura, aunque
subjetivamente se considere muy por encima de ellas (55).
La confrontacin con las tesis de los populistas rusos re
lativas a una va particular para el socialismo a partir de
la obschina eliminando la fase capitalista, as como la in
terpretacin por aquellos de sus propias teoras histricas,
dieron ocasin a una serie de pronunciamientos de Marx y
Engels sobre ambos temas, de gran importancia de cara a
una exacta interpretacin del materialismo histrico (56).
De ellos resulta que Marx y Engels niegan todo orden obli
gatorio y unilateral de evolucin histrica y que, sobre todo
Marx, no excluye la posibilidad de que la obschina pueda
'55i Cf. trad, esp F C. E
T. I. pgs. XIV y XV
t>6) Cf. el trabajo de Seren.' -Da Mar* a Lenin : La categora
di "formazione econoraico-sociale en que se utilizan esos pronun
ciamientos, recogido en Lrnin teorico e dirigente rivoluzionario,
Crtica marxista, Quaderni nm.4, 1970, pagi. 36-42. El trabajo de
Seleni est recogido en el libro La categoria de formacin eco
nmica y social', Koea, Mxico, 1973
XXXIX
servir de base a un desarrollo socialista, lo que depende
de una serie de factores internos y externos a Rusia. Para
calibrar as tas opiniones conviene tener presente que en
buena parte se basaron en los materiales contenidos en obras
populistas o en informaciones proporcionadas por sus co
rresponsales populistas (principalmente Danielsom, traduc
tor de El Capital), y las circunstancias y el tiempo en que
se emitieron* pues las de Marx sen anteriores a la gran ex
pansin del capitalismo ruso de finales de siglo; de ah
el escepticismo de. Engels ante la tesis populista en los aos
nvenla En cualquier caso, ciertos populistas utilizaron al
guno de estos pronunciamientos (hay que tener en cuenta
que parte de ellos permanecieron inditos hasta despus de
la revolucin de octubre de 1917) para combatir los puntos
de vsta de los socialdemcratas: un eco se encuentra en
las pginas 281 -82 de este volumen (57).
Una exposicin detallada de las tesis populistas, an ce
ida a los dos puntos principales evocados ms arribas trascendera los lmites de esta presentacin (58). El llamado
mtodo subjetivo en sociologa; cuyos principales espor
sitoires fueron Lavrov y Mijailovski, se proyecta en una se
rie de campos; en el histrico se manifiesta como ana rea c
cin frente a las diversas teoras reales o supuestas (hegelismc, darwinismo social, Spencer, marxismo) justificado
ras dei presente o del futuro en nombre de las leyes obje
tivas del desarrollo sociohisrico sustentando el papel del
individuo y, ms conci-etamenie, de las minoras crticas
com o enjuiciadoras y modeladoras, en nombre dei ideal; del
proceso histrico, teora que se adaptaba perfectamente al
papel reivindicado por la Inieligentsia. Tempranamente
(1877), Miiailovski, sealara la contradiccin en que se de
bata un discpulo ruso de Marx entre el sentimiento moral
(57) Las opiniones ce Marx y Engels se encuentran en el apar
tado final del libro de Walicki, cf., en general, para las relaciones
entre marxismo y populismo el cap. n i.
(58) Para ur exposicin de conjunto cf. la obra de -Valck.
En la de Pipes sobre Strave hay un resumen en el cap. II. Cf., igual
mente, en la literatura occidental A. P. Mendel Dilemmas of pro
gress in Tsarist Russia. Lega) marxism and legal populism , Har
vard U. P. 1961 y j . h. Billington Mi-khailovsky and Russian po
pulism". Oxford VT. P. ?95p
XL
y la inevitabilidad histrica: habida cuenta de que el ca
pitalismo era la precondicin del socialismo estaba obligado
a aceptar el desarrollo capitalista con todas sus secuelas de
miseria y expropiacin de las masas en nombre de un fu
turo m ejor (estas afirmaciones de Mijailovski provocaron
la respuesta de Marx en el mismo ao, de que en El Capi
tal no se contena ninguna teora histrico-filosica de la
marcha general impuesta por el destino sobre cada pue
blo). El argumento lo reiteraran ms tarde otros populis
tas y el mismo Mijailovski en polmica con Plejanov y
Struve. Mijailovski acusara en los aos noventa al marxis
mo de ser una ideologa de capitulacin ante la realidad que
se justificaba en nombre de las leyes implacables de la dia
lctica hegeliana. Mijailovski y Danielson desde La rique
za rusa su principal rgano y Vorontsov acusaran a Stru
ve con ocasin de su libro Notas crticas acerca del des
arrollo econmico de Rusia (1894) de encubrir su identi
dad burguesa con el manto del socialismo. Los populistas
con diversas variantes sustentaran la tesis de que precisa
mente la debilidad de la burguesa y del capitalismo rusos
posibilitaban y demandaban prescindir de la fase burgue
sa. Pero lo que en el populismo de los aos setenta y ochenta
se esperaba por la accin de una minora revolucionaria
que concentrara sus golpes en la autocracia o movilizara
a las masas campesinas (como dijimos, no haba un acuer
do en las tcticas entre los populistas), se convertira en
manos del llamado populismo legal en apelaciones y espe
ranzas en el gobierno zarista, para seguir una va no capi
talista.
El hecho es que las acusaciones populistas no carecan
totalmente de base. Por lo que respecta a Plejanov y sin
entrar en mayores detalles, Walicki ha sealado que la ne
cesidad es la categora central del modelo marxista de Ple
janov, detectando la influencia en su concepcin de Spinoza
(en quien Plejanov vio el mayor predecesor del marxismo)
y de Hegel; la necesidad de Plejanov, escribe, era la ne
cesidad racional de Spinoza, convertida en dinmica e his
trica por Hegel y reinterpretada cientficamente por Marx
(59). Plejanov siempre permaneci fiel a la interpretacin
(59)
XLI
evolucionista y determinista del marxismo prevaleciente en
la Segunda Internacional y que tuvo su mximo terico en
Kautsky, lo que le llevara en su da a denunciar las posi
ciones de Lenin como una recada en los viejos errores po
pulistas, cuando ste se apart totalmente de esa interpre
tacin a la que no escapa por completo en sus primeros
escritos (60).
Por otro lado, est el fenmeno al que se ha denominado
marxismo legal. Como en el caso del populismo, no exis
te acuerdo entre los historiadores en la utilizacin del tr
mino. Para Pipes, compartiendo la opinin expresada por
otros autores, es admisible esa expresin si con ella se quie
re designar el hecho de que entre 1894 y 1899, los socialdemcratas rusos (y entre ellos el propio Lenin) recurrieron
a las publicaciones legales como una de las tcnicas de difu
sin de sus tesis. Pero Pipes rechaza la existencia de un
movimiento que se pueda encuadrar bajo tal denominacin.
Para l, en este segundo sentido, es una invencin polmica
de Lenin con ocasin de su ruptura con Struve en 1900-1901
y para marcar retrospectivamente la diferencia entre su
marxismo revolucionario y el burgus de Struve (61). En
cualquier caso lo importante es el hecho, sobre el que han
llamado la atencin, desde Trotsky, Plejanov y el propio
Struve, hasta una figura tan conocida en la problemtica
histrica del desarrollo econmico como A. Gerschenkron
de la utilizacin del marxismo en la Rusia de los aos no
venta como doctrina legitimadora del desarrollo capitalista
por parte de la inteligentsia liberal. Plejanov escribi al
respecto: La peculiaridad de nuestra historia en los aos
recientes consiste en el hecho de que incluso la europeiza
cin de nuestra burguesa se ha realizado bajo la bandera
del marxismo (62); el fenmeno es revelador, como no ha
et revolution. Essais de sociologie et d histoire du marxisme , Anthropos 1973, pgs. 152-53.
(60) Cf. Carr ob. cit., pgs. 117-18 (en esta obrita se recoge un
breve pero valioso apunte sobre Plejanov). Cf., igualmente, S. H.
Barn Plekhanov the father o f russian marxism , Stanford U. P.
1963.
(61) Ob. cit., pgs. 123-24. Sobre el marxismo legal, adems del
ya citado libro de Mendel, cf. R. Kindersley The first russian revisionists. A study o f legal marxism in Russia , Oxford U. P. 1963.
(62) Recogido en W alicki ob. cit., pg. 125. La opinin de Trot-
XLII
dejado de sealarse desde diversos campos, de la debilidad
del liberalismo ruso. En este sentido es significativa la evo
lucin poltica e intelectual de Struve- considerado como
el mximo exponente del marxismo legal que ha estu
diado Pipes. Struve evoluciona desde un temprano nacio
nalismo y liberalismo hacia la socialdemocracia (que no
existe todava como tal partido) ante la inexistencia de un
movimiento liberal de oposicin a la autocracia; despus
de protagonizar las primeras tendencias revisionistas en la
socialdemocracia rusa, acab rompiendo con sta, para con
vertirse a principios de siglo en uno de los lderes del li
beralismo ruso.
Pipes ha escrito a propsito de Notas crticas acerca del
desarrollo econmico de Rusia que: Aunque el libro era
un libro marxista, slo lo era secundariamente: era ante to
do y principalmente un tratado exaltando la misin hist
rica del capitalismo, especialmente su papel como organi
zador de la produccin de la forma ms eficiente conoci
da (63). Struve presenta una versin determinista y positi
vista del marxismo, al mismo tiempo que cuestiona sus fun
damentos filosficos (la dialctica) y su teora del Estado;
tambin rechaza su teora de la pauperizacin y de la revo
lucin social: no hay solucin de continuidad entre el ca
pitalismo y el socialismo. Tanto por sus puntos de vista fi
losficos (neokahtismo) como sociopolticos, Notas crticas
ha sido considerada con razn como una obra pionera del
revisionismo.
En este marco, Lenin aborda in extenso en Quines son
los amigos del pueblo una exposicin del materialismo his
trico, frente a la que considera falsa interpretacin del
mismo y errores del mtodo subjetivo en sociologa tal co
mo acaban de ser reiterados por Mijailovski desde las pgi
nas de La riqueza rusa; poco despus en El contenido
econmico del populismo seala las diferencias entre la
que l llama objetivismo de Struve y el materialismo. A
propsito de la crtica a la sociologa populista, escribe Garaudy que L enin... combate estas tesis en nombre de un
sky en Nos taches politiques , Mdiations, Denol Gonthier 1970,
pgs. 35-36. La de Gerschenkron en ob. cit., pg. 34.
(63) Ob. cit., pg. 104.
XLIII
marxismo todava asimilado sumariamente y visto a tra
vs de la interpretacin cientfica de Kautsky y de Pleja
nov. .. Como reaccin contra el subjetivismo populista Le
nin retiene, sin las matizaciones y correctivos que Marx
aada, las afirmaciones ms tajantes en el sentido del na
turalismo fatalista de Kautsky (64); idntica opinin man
tiene Lowy (65). Hay parte de razn en estas opiniones y
Garaudy da la clave de ese nfasis de Lenin en el desarro
llo de las formaciones sociales como un proceso histrico
natural, empleando las mismas palabras utilizadas por
Marx en el prlogo a la primera edicin de El capital
(vid. ms arriba). As cundo escribe que Marx:
. . . puso fin a la concepcin de la sociedad como una
suma mecnica de individuos sujetos a toda clase de cam
bios por voluntad de las autoridades (o, lo que es lo mismo,
por voluntad de la sociedad y denlos gobiernos), suma que
se produce y cambia casualmente, y ubic por primera vez
la sociologa sobre una base cientfica, al formular el con
cepto de formacin econmicosocial como conjunto de de
terminadas relaciones de produccin, al establecer que el
desarrollo de estas formaciones constituye un proceso his
trico natural (pg. 152).
Se trata de combatir las pretensiones populistas de com
binar el individualismo que ha surgido sobre el terreno his
trico del capitalismo con formas comunitarias propias de
otra formacin social, de ver a la inteligentsia y al Estado
como algo independiente de las clases sociales operantes
en una formacin social que pueden decidir libremente el
camino a seguir, etc., lo que le lleva a insistir en el desarro
llo histrico como un proceso histrico natural. Esto ha lle
vado a los autores de Leninismo e rivoluzione socialista a
afirmar que: . .. las causas del paso de una forma de pro
duccin a otra no son atribuidas a la forma de operar de las
contradicciones internas especficas a las relaciones socia
les existentes y a las soluciones que postulan, sino al des
arrollo de las fuerzas productivas generadas por el progre(64) Ob. cit., pg. 17.
(65) Ob. cit., pgs. 132-35. Sin embargo, mientras que para Ga
raudy, Lenin rompe con esa interpretacin, si bien gradualmente,
a partir de los aos de Qu hacer? , Lowy no sita la ruptura
com pleta hasta los aos de la primera guerra mundial.
XLIV
so de la tcnica (66). Esta opinin es discutible. Por ejem
plo, en El desarrollo del capitalismo en Rusia, cuando
Lenin enumera las condiciones del que aqu llama sistema
de economa basado en la prestacin personal (es decir, el
feudal), no slo no se limita a la tcnica, sino que a prop
sito de sta dice:
En cuarto lugar, por ltimo, premisa y consecuencia del
sistema econmico descrito era el estado en extremo bajo
y rutinario de la tcnica. .. (subrayado mo, J. T, V.).
Y
cuando en la pgina siguiente menciona los factores
explicativos de la pervivencia de las fox-mas de pago en tra
bajo, stos son sociales, no tcxxicos (67). A la hora de defiixir una formacin social, sxx proceso de constitucin, su des
arrollo y sus crisis, Lenin pone el nfasis en las relaciones
de produccin, en el papel de las clases, lo que aparece es
pecialmente claro cuando discute las opiniones de Struve.
As, habla de las clases, cuya lucha determina el desarro
llo de la sociedad (pg. 429).
Lenin rechaza que los mai'xistas hayan visto en la teora de M arx:
. .. una especie de esqxxema filosfico histrico obliga
torio para todos, algo ms que la explicacin de determina
da formacin econmicosocial (pg. 203).
Los marxistas xio se plantean el problema de si Rusia de
be pasar por el capitalismo sino que coixstatan que ha en
trado en la senda capitalista. En esta lixea de razonamien
tos, y taxxxbin frente a las afirmaciones de Mijailovski, Le
nin niega que el marxismo haya pietendido demostrar nada
basndose en la triada hegeliana: lo que pueda aparecer
en Marx y Engels envuelto en ese lenguaje, son vestigios
del hegeliaxiisxno del cual naci el socialismo cientfico, ves
tigios de su modo de expresaxse (68). Desde la misma pers,"
1
(66) Ob. cit., en la nota 25, pg. 78.
(67) O. C. ed. cit., T. III, pgs. 198-200, la cita en la 199.
(68) A propsito de la utilizacin por el marxismo del lenguaje
de la poca cf. las agudas observaciones de Gramsci en II materia
lismo storico et la filosofia di Benedeto Croce, Eixiaudi 1966, p
gina 68. Lenin alude a la utilizacin de la triada hegeliana por par
te de Engels en el Anti-Dhring ; cf. al respecto las observaciones
de Sacristn en el prlogo a la edicin de Grijalbo 1964, pgi
nas X V III-X X II.
XLV
pectiva critica Lenin el uso por Struve, a propsito del ca
pitalismo, de expresiones como misin, inevitabilidad,
legitimidad, etc., a las que acusa de abstractas. Pero de
trs de lo que l llama el objetivismo de Struve, Lenin de
tecta algo ms: el relegamiento del antagonismo de clases,
del punto de vista de clase, al analizar los fenmenos:
El objetivista habla de la necesidad de un proceso his
trico dado; el materialista hace constar con precisin que
existen la formacin econmicosocial dada y las rela
ciones antagnicas engendradas por ella. Al demostrar la
necesidad de una serie dada de hechos, el objetivista siem
pre corre el riesgo de convertirse en un apologista de estos
hechos; el materialista pone al desnudo las contradiccio
nes de clase y, al proceder as, fija ya su posicin. El objeti
vista habla de tendencias histricas insuperables ; el mate
rialista habla de la clase que diiige el rgimen econmico
dado, creando determinadas formas de reaccin de las otras
clases... (pgs. 418-19).
Se ha discutido sobre las relaciones entre Lenin y Struve
en esta poca. Lenin en la reedicin en 1907 de su crtica
al libro de Struve lo subtitul Reflejo del marxismo en la
literatura burguesa, sealando que ste era el ttulo origi
nal de la primera redaccin del trabajo, cuyo tono suaviz
en la publicacin de 1895 en parte (por) la necesidad de
tener en cuenta la censura y en parte (por) la alianza con
el marxismo legal para la lucha conjunta contra el popu
lismo (vid. nota 35 de este volumen). Pipes dice que la ni
ca evidencia de esto es el testimonio del propio Lenin (69).
En cualquier caso, Lenin deja entrever en ms de una oca
sin la perspectiva desde la que Struve aborda su elogio del
capitalismo:
Qu punto de vista le opone el autor? (es decir, Struve
al populista, sustentador de los p.v. del pequeo productor,
J. T. V.) El del gran capital. . . o el punto de vista de su
antpoda.. .? (pg. 460; vid. asimismo, pgs. 502, 518).
Lenin, frente a las deformaciones del marxismo, sub
raya su doble dimensin cientfica y revolucionaria, unidas
(69)
La presentacin que hace Pipes de Lenin adolece de ine
xactitud y de evidente deformacin, cf. ob. cit., pgs. 125-42.
XLVI
no de forma extrnseca, sino combinadas en la teora mis
ma, de forma intrnseca e indisoluble:
En efecto, como tarea de la teora, como finalidad de la
ciencia, se plantea aqu, en forma directa, el ayudar a la
clase de los oprimidos en su lucha econmica real (pgi
na 345).
Pero aade lneas abajo:
No se puede dar una consigna de lucha sin estudiar
en todos sus detalles cada una de sus formas, sin seguir
cada uno de sus pasos, en su trnsito de una forma a otra,
para determinar la situacin en cada momento concreto,
sin perder de vista el carcter general de la lucha, su ob
jetivo general: la destruccin completa y definitiva de toda
explotacin y de toda opresin (pg. 346).
Esta articulacin entre tareas inmediatas y finales es
lo que le permitir, sea dicho de paso, criticar la contrapo
sicin que hace Struve entre reformas y revolucin que
anticipa las teorizaciones de Bernstein en el mismo sentido
(cf. pg. 456).
No estamos de acuerdo con Garaudy cuando habla a
propsito del marxismo de Lenin en estos aos de un mar
xismo asimilado sumariamente. Por el contrario, cree
mos que en estos escritos se encuentra dibujado lo que Lukacs estimaba la principal aportacin de Lenin al marxis
mo, su restauracin y enriquecimiento del mtodo dialc
tico, articulado sobre el anlisis concreto de la situacin
concreta, expresin que acabamos de ver utilizada (70).
El marco de los anlisis de Lenin es la categora de forma
cin social o formacin econmico social (vid. sobre to
do para su caracterizacin por Lenin las pginas 150-152 y
428-429), cuyo significado no se agota en la llamada estruc
tura, com o recalca Lenin recordando la construccin marxiana:
i
. . . al explicar la estructura'y el desarrollo de una for
macin social determinada exclusivamente por las relacio
nes de produccin, siempre y en todas partes estudi las
superestructuras correspondientes a estas relaciones de pro(70)
Vid. su Lenin (la coherencia de su pensam iento) , trad.
espaola Grijalbo, Mxico 1970.
XLVII
duccin, cubri de carne el esqueleto y le inyect sanare
(pg. 151-152).
Volveremos sobre algunos de los rasgos de la concep
cin leninista de formacin social o econmicosocial so
bre la que Sereni ha aportado una serie de precisiones en
un valioso estudio (71) al analizar su caracterizacin de
la formacin social rusa.
Lenin escribe en El contenido econmico del populis
mo que la diferencia entre marxistas y populistas con
siste:
. . . en el carcter de la crtica del capital ruso, en la
diferente explicacin que de l se da. .. (pg. 516).
Esto impone que recordemos la interpretacin populista
de la realidad socioeconmica y del capitalismo rusos, fun
damento de su tesis de la va especial, pues constituye el se
gundo gran rasgo de la ideologa populista y de las diver
gencias con los socialdemcratas. Como ya dijimos, se ha
producido en parte de la literatura reciente una rehabili
tacin del pensamiento econmico del populismo en rela
cin con los problemas que plantea el desarrollo econmico
y, ms concretamente, la industrializacin, a los pases lle
gados tardamente a ella. Para ceirse a la literatura dis
ponible en castellano se puede contrastar la imagen negati
va de las opiniones populistas en relacin con esos temas,
sustentada por Gerschenkron (72), con la visin del tantas
veces citado Walicki, el cual sostiene no que las opiniones
de los economistas populistas en especial las de Vorontsov
y Danielson, sus figuras ms importantes en este campo
fuesen correctas, sino que plantearon por primera vez la
problemtica con la que se enfrentan esos pases (73).
A efectos de la comprensin de la crtica socialdemcrata y, en especial, de la de Lenin, nos interesan los si
guientes puntos de la visin de los populistas. Primero, la
(71) Cf. trabajo citado en la nota 56. En la edicin espaola
del mismo, una serie de MARXISTAS FRANCESES discuten el con
cepto.
(72) Ob. cit. cap. VII en especial pgs. 183-86. Hay que notar
que, por lo menos en la edicin espaola, Gerschenkron confunde
a Mijailovski con Danielson (Nikolai-on) atribuyendo al primero
las tesis y el libro del segundo.
(73) Ob. cit., apartado 4 del cap. II.
XLVIII
contraposicin de dos sectores de la economa rusa posterior
a la reforma: de una parte, la llamada produccin popu
lar, que comprende las haciendas campesinas encuadradas
en la bschina y las industrias rurales de kustares (artesanales o semiartesanales), que constituyen en muchos casos
una ocupacin suplementaria de los campesinos; por otra,
la produccin capitalista, por la que se designa la gran in
dustria mecanizada, principalmente. Los populistas no nie
gan la crisis que aqueja a la produccin popular, pero la
atribuyen a causas, no internas, concretamente a la poltica
gubernamental seguida desde la Reforma que, por un lado,
redujo los lotes campesinos y grav su produccin con pe
sadas cargas financieras (pagos de redencin, impuestos), y,
por otro, ha apoyado al capitalismo, identificando la indus
trializacin con la industrializacin capitalista en menos
cabo de las industrias populares. La vitalidad de las ha
ciendas campesinas en contraste con las de los grandes te
rratenientes la ven en el hecho de que los ltimos en vez
de explotar directamente sus tierras las ceden en arrenda
miento a los campesinos.
El capitalismo es una planta artificial en Rusia que ha
florecido gracias al apoyo gubernamental. Est llevando a
cabo una labor destructiva de la economa popular, pero
carece de porvenir. De una parte, al arruinar al campesino
reduce la demanda interior de sus propios productos, mien
tras es incapaz de absorber ms que en una mnima parte
la fuerza laboral a la que ha arruinado. De otra, la falta de
un mercado interior no se compensa con la posibilidad de
conquistar mercados exteriores, pues stos han sido con
quistados por las naciones industrialmente ms avanzadas
con las que Rusia no puede competir. El Estado zarista de
be cambiar su actual poltica de industrializacin por una
no capitalista: aqu divergn l^s soluciones de un Vorontsov
y un Danielson dentro de una unidad esencial. Los hombres
de 1891-92 reafirmaran a los populistas en sus tesis. En la
crisis agraria de esos aos ven un insultado de la poltica
industrializadora seguida por el gobierno. As lo expresa
Danielson en su libro Esbozos de nuestra economa nacio
nal posterior a la Reforma (1893) donde escribe:
. . . el hambre era la consecuencia directa de las formas
XLIX
inapropiadas adoptadas por nuestra industria en los pasa
dos treinta aos (74).
La gran industria capitalista ha arruinado a las indus
trias populares que constituan el complemento indispen
sable de la economa campesina; los campesinos despro
vistos de esos ingresos han explotado la tierra hasta agotar
la, a la vez que se vean obligados a enajenar sus instru
mentos de produccin para hacer frente a las cargas y ne
cesidades.
Resulta notable que estas sombras predicciones sobre la
suerte del capitalismo ruso se emitiesen en el momento en
que Rusia haba entrado en un perodo de gran desarrollo
capitalista. Todos los autores coinciden en que las dcadas
del ochenta y, sobre todo, d el noventa constituyen un mo
mento culminante de aqul. Trotsky subray irnicamen
te q u e :
El reinado de Alejandro III (1881-1894), poca en que
una ideologa de nacionalismo especfico y absoluto domina
ba todos los pensamientos, imponindose a todos los esp
ritus. .. con la implantacin de la gran industria y la proletarizacin del mujik, el capital europeo minaba las ms
profundas bases de la autonoma moscovita y asitica (75).
La crtica de la interpretacin populista de la crisis
agraria y de sus predicciones sobre el capitalismo, motiva
ra la iniciacin de la labor publicista de Struve a travs
de una seri de ensayos-recensiones en 1892-93 coronados
despus por Notas crticas acerca del desarrollo econmico
de Rusia. Para Struve la causa de la crisis agraria radica
ba en la superpoblacin campesina que aparejaba una de
ficiente organizacin de la produccin agrcola, reforzada
por la existencia de instituciones com o la obschino que, al
fija r la poblacin a la tierra e inmovilizar la propiedad,
impedan una organizacin capitalista de la agricultura, fa
voreciendo formas usurarias de explotacin de los campesi
nos. Struve rechazaba la que consideraba visin mtica del
campesino ruso como penetrado de sentimientos socialistas
y la contraposicin entre la llamada produccin popular y
la capitalista. La industrializacin capitalista era el nico
(74)
(75)
L
remedio a la superpoblacin rural a la vez que posibilitaba
una organizacin racional de la agricultura, y Rusia, a se
mejanza de Estados Unidos, encontrara en el mercado in
terior la principal salida para sus productos. A la larga los
beneficios del capitalismo superaran los males que de in
mediato poda causar. La crisis agraria, al acelerar el xo
do rural, en ltimo trmino ha sido beneficiosa (76).
A lo largo de los cuatro trabajos retogidos en este vo
lumen se despliega la crtica de Lenin a las principales te
sis populistas, esto es: la contraposicin de los dos sectores
de la economa rusa y su explicacin de la crisis y del des
arrollo de uno y otro; la falta de porvenir del capitalismo
en Rusia; la disponibilidad de la sociedad y del Estado ru
sos para emprender otro camino. La lectura de estas obras
debe ser, sin embargo, completada con la de Para una ca
racterizacin del romanticismo econmico. Sismondi y nues
tros sismondistas nacionales y El desarrollo del capitalis
mo en Rusia. El proceso de formacin del mercado interior
para la gran industria, donde esas crticas reciben un tra
tamiento sistemtico y se aclaran y se completan una se
rie de extremos. Respecto al primer punto, Lenin se mues
tra de acuerdo con la afirmacin de Struve de que la lla
mada Produccin Popular no responde a ningn orden
de cosas histrico real. As:
Cuando el populista dice que la pertenencia de los me
dios de produccin al productor es un principio secular de
la vida rusa, tergiversa simplemente la historia para amol
darla a su utopa... (pg. 467).
En el rgimen de servidumbre en su forma clsica, el
nadiel (lote de tierra) le era entregado al campesino por el
terrateniente a cambio de la prestacin en trabajo en la re
serva del seor; no existanla hacienda campesina como en
tidad independiente de la seorial, la posesin secular por
el productor de los medios de produccin era la forma se
cular, dice irnicamente Lenin, de asegurar el plustrabajo,
de obtener el plusproducto por parte del seor.
El desarrollo de la produccin mercantil marca el ini
cio de la crisis del modo de produccin feudal, cuyo marco
era la economa natural. El modo de produccin capitalista
(76)
LI
surge sobre el terreno de la produccin mercantil. Estos fe
nmenos envuelven a toda la formacin social rusa y se
despliega sobre un largo perodo histrico, sin soluciones
de continuidad. Creemos que no estn en lo cierto los auto
res de Leninismo e rivoluzione socialista cuando afirman
que Lenin contrapone la vieja propiedad nobiliaria feu
dal y (la) economa mercantil producto de la reforma (que
es el verdadero momento inicial del capitalismo en la agri
cultura. .. (77). Para Lenin la Reforma de 1861 no inici
el desarrollo capitalista, slo le dio un impulso definitivo
(pg. 511), asest un golpe decisivo (pg. 439) al viejo
orden. Por otra parte, la misma forma de explotacin de la
hacienda terrateniente se vio afectada desde antes de la Re
forma por la orientacin de la produccin hacia el mercado;
la Reforma aceler su transformacin capitalista, aunque
por diversas circunstancias no la complet (78).
Como ha observado justamente Sereni en Lenin hay una
concepcin fundamentalmente dinmica de la formacin
social, en cuyo estudio, junto al tratamiento estructural,
subraya Lenin la esencialidad del momento gentico, hist
rico; las formaciones sociales no aparecen separadas por
lneas de demarcacin rgidas, destacndose la importancia
de las fases de transicin (79). As escribe en El desarrollo
del capitalismo en Rusia a propsito de la explotacin de
la hacienda terrateniente en la poca posterior a la Re
forma :
as, pues, no pudo surgir de golpe la economa capita
lista; la basada en la presentacin personal no pudo des
aparecer de un modo sbito. El nico sistema de economa
posible era, por tanto, uno de transicin que reuniese rasgos
del sistema de prestacin personal y del capitalista (80).
Esto no significa que la transicin de un sistema a otro no
(77) Ob. cit., pg. 82. Vid. en general los captulos I, II y III
de la segunda parte donde critican la visin de Lenin sobre el des
arrollo, y la supuesta necesidad, del capitalismo en Rusia.
(78) Cf., pgs. 507-509 de este volumen y para un ms amplio
tratamiento del tema cap. III de El desarrollo del capitalismo en
Rusia .
(79) Cf., trabajo citado, edicin italiana especialmente pgi
nas 58-59 y 72-74.
(80) O. C. ed. cit., T. III, pg. 201.
LII
pueda ser acelerada o, por el contrario, retardada, y que
no puedan variar las modalidades del proceso; en este pun
to adquieren toda su importancia las medidas instituciona
les como pone de relieve Lenin a propsito de la Reforma
de 1861 que no separ totalmente la hacienda campesina
de la de los terratenientes (recortes, deslindamiento de
las tierras arables y los pastos, etc.), y sirve de fundamento
a su teorizacin sobre las dos vas de desarrollo capitalista
en la agricultura: la prusiana y la americana. Los his
toriadores espaoles que, a la hora de enfrentarse con la
formacin social espaola de la poca posterior a las re
formas institucionales del primer tercio del siglo xix, han
debatido sobre si era una formacin burguesa o todava
precapitalista, pueden encontrar en El desarrollo del ca
pitalismo en Rusia y en las diversas observaciones conte
nidas en los trabajos de este volumen, una forma de apro
ximacin que, a la vez que analiza la variedad de formas
econmicas existentes se niega a encerrarse en esquemas
rgidamente contrapuestos.
Volviendo a la crtica de Lenin a las tesis populistas re
lativas a la contraposicin de la sedicente produccin po
pular y la capitalista y a la explicacin de la crisis y sur
gimiento de una y otra, Lenin observa que los populistas,
debido a un concepto demasiado estricto del capitalismo
que lo reduce a sus formas ms desarrolladas, presentaron
a estas formas que se haban desarrollado con especial
vigor en la poca posterior a la Reforma, como algo arti
ficial :
Los marxistas deben precisamente demostrar que esas
costumbres (la produccin fabril, los ferrocarriles, los ban
cos, etc.) no son sino el ltimo paso en el desarrollo de la
economa mercantil hace mucho existente en Rusia y que
por doquier, en todas las ramas (Je la produccin, engendra
la subordinacin del trabajo al capital (pg. 512).
De ah que Lenin a diferencia de en El desarrollo del
capitalismo en Rusia donde analiza adems las transfor
maciones de la hacienda terrateniente y el desarrollo de la
gran industria mecanizada se centre en los trabajos de
este volumen en el anlisis de la hacienda campesina y de
la industria de kustares los dos sectores de la llamada
LUI
produccin popular para demostrar que tambin en
ellos se dan los fenmenos caractersticos de las relaciones
de produccin capitalistas, aunque en sus formas primitivas
y menos desarrolladas y entrelazadas con los vestigios de
las relaciones de la poca de la servidumbre. Que los pro
cesos de explotacin, expropiacin y diferenciacin de los
productores que se dan en su seno no se han producido por
causas externas (la poltica gubernamental), sino como co
rrelato de la economa mercantil en que estn insertos. La
posibilidad terica de estos procesos es lo que pretende de
mostrar Lenin, quizs de forma no del todo afortunada y
que ha provocado las crticas de los autores de Leninismo
e rivoluzione socialista, en l llamado problema de los
mercados. En un pasaje de El contenido, al recordar de
nuevo ese proceso, seala que se hace abstraccin de que la
economa campesina estaba ligada a la del terrateniente
antes y an despus de la Reforma, para dar una idea ms
clara del paso de la economa natural a la mercantil (nota
a pie de pgina de la 499). No es que Lenin excluya la im
portancia de las medidas gubernamentales en la situacin
del campesinado, pero esas medidas no son presentadas,
como sostienen los populistas, com o el resultado de haber
elegido las autoridades por error un mal camino, sino como
el resultado de la accin de determinadas clases de cuyos
intereses el Estado es expresin: as la Reforma de 1861.
Los populistas se dejan deslumbrar por las formas ju
rdicas de posesin de la tierra: la famosa propiedad co
munal y el reparto igualitario, la inalienabilidad del nadiel. Pero, si por debajo de la armazn jurdica, se obser
van las relaciones de produccin en que est envuelta la
hacienda campesina, lo que la realidad ofrece es que:
. . . cada uno de nuestros campesinos trabaja solo y con
independencia de los dems, que produce por su cuenta y
riesgo los productos que son de su propiedad privada, y
que establece en forma individual su relacin con el mer
cado (pg. 134).
Sobre este terreno se ha operado un proceso de diferen
ciacin interna en el seno de la famosa comunidad, que es
analizado con detalle desde el primer trabajo recogido en
este volumen y que culmina en El desarrollo del capitalis-
LIV
m o en Rusia. La inalienabilidad del nadiel no impide que
los campesinos pobres lo cedan a los poseedores de capital
de forma ms o menos subrepticia y el sedicente reparto
igualatorio es alterado en la realidad segn la riqueza, como
se encarga de poner de manifiesto ya en Los nuevos cam
bios econmicos en la vida campesina. En estas condicio
nes las restricciones que pesan sobre las tierras del nadiel,
tan alabadas por los populistas, agravan la situacin del
campesinado pobre (vid. lo observado a pie de pgina en
la 242).
En definitiva, frente al mito y a la idealizacin de la
produccin popular, Lenin demuestra que la comunidad
rural y las industrias de kustares no escapan a las relacio
nes de produccin capitalistas que envuelven a toda la for
macin social rusa, aunque se presenten en ellas en muchos
casos en estado embrionario y en sus formas primitivas, con
el agravante de que en estas formas la explotacin suele ser
mayor y menores las posibilidades de luchar contra ella.
Es desde esta perspectiva, concluye Lenin, que los socialdemcratas consideran progresista el papel del gran capita
lismo :
Esta subordinacin es progresista en comparacin con
aqulla (la subordinacin al gran capital en contraste con
la subordinacin a los pequeos capitalistas locales, J. T. V.)
a pesar de todos los horrores de la opresin del trabajo,
de la agona lenta, del embrutecimiento, de la mutilacin
de las mujeres y los nios, etc. porque despierta el pen
samiento obrero, convierte el descontento sordo y vago en
protesta consciente, convierte el motn aislado, pequeo,
ciego, en una lucha organizada de clases por la liberacin
de todo el pueblo trabajador, lucha que extrae su fuerza
de las propias condiciones de existencia de este gran capi
talismo y por ello, puede contar indudablemente con un
xito seguro (pg. 251).
En lo que respecta al problema de las faltas de perspecti
vas del capitalismo ruso, o sea, al problema de los merca
dos, Lenin combate las tesis populistas a la vez que la
explicacin de Struve de la crisis agraria por la superpo
blacin sealando que el capitalismo al desarrollarse
crea el propio mercado interno, recordando las tesis de
LV
Marx sobre la realizacin de la plusvala y el mayor cre
cimiento de los medios de produccin en el proceso de acu
mulacin de capital (81).
Desde la comprensin marxista del Estado, Lenin de
nuncia las ilusiones de los populistas legales en el Estado.
El marxista no ve la salida:
(.. .en esa fbula acerca de lo que podr sin duda, ha
cer la gente que sustituya a los burgueses (primero hay que
sustituirlos, y para ello no bastan las palabras, ni las ape
laciones a la sociedad y al Estado), sino en el desarrollo de
las contradicciones de clase del orden econmico dado
(pg. 375).
Estas contradicciones son las contradicciones propias de
la formacin social capitalista, pero que en Rusia se presen
tan en grados y formas muy diferentes y no depuradas de
los vestigios de las relaciones propias del rgimen de servir
dumbre. Estas constataciones que no se agotan en el campo
de las relaciones de produccin, pues Lenin subraya la im
portancia del marco poltico en cuanto instancia sobre-de
terminante (por emplear la terminologa althusseriana),
fundan la estrategia leninista. Las principales precisiones
al respecto se encuentran de entre los trabajos de este vo
lumen en Quienes son los amigos del pueblo habida cuen
ta del carcter parcial de los dos primeros trabajos y de que
El contenido econmico del populismo estaba destinado a
ser publicado legalmente especialmente en las pginas
303-316.
Existen divergencias en la interpretacin de la posicin
de Lenin en el perodo que cubren las obras recogidas en es(81)
Un resumen en las pgs 513-15. La formulacin no afortu
nada de estos procesos por Lenin en los primeros apartados de El
llamado problema de los mercados ha sido sealada por los auto
res de Leninismo e rivoluzione socialista, cf. cap. I de la segunda
parte. Confrntese las tesis populistas y las de Lenin con las de
A. Gerschenkron sobre el desarrollo econmico ruso en la poca
posterior a la Reforma expuestas en ob. cit., cap. VI, dentro del
marco de su elaboracin de distintos modelos de desarrollo segn
el grado de atraso y del juego entre prerrequisitos y mecanismos
sustitutivos, expuestos especialmente en los cap. I y II; vid., asi
mismo, el trabajo La tipologa del desarrollo industrial como ins
trumento de anlisis, recogido junto con algunos de los incluidos
en El atraso econmico en su perspectiva histrica en Atraso
econmico e industrializacin, Ariel quincenal, 1970.
LVI
te volumen. As, por ejemplo, los autores de Leninismo e
rivoluzione socialista vienen a sostener que en ellas se
encuentra dibujada la estrategia de la alianza entre el pro
letariado y el campesinado (pequea burguesa rural) en
torno a objetivos democrticos, para eliminar los supuestos
vestigios feudales en la estructura y en la superestructura
y acelerar el desarrollo del capitalismo, y, con l, de las
condiciones materiales del socialismo y del pleno desplie
gue de los antagonismos entre la burguesa y el proletaria
do, pues, segn ellos, para Lenin en esta poca el capitalis
mo constituye una etapa necesaria. Por el contrario, Pipes
afirma que Lenin entre 1892 y 1895 piensa que Rusia est
madura para una revolucin socialista a ser realizada por
el terrorismo y un golpe de Estado (82). Aunque ms matizadamente, J. L. H. Keep (83) y W alicd (84) no dejan de
expresar la opinin de que segn Lenin el capitalismo ruso
ha madurado ya completamente. Pensamos que tanto los
testimonios que poseemos de la actividad de Lenin en estos
aos como la lectura de las obras de este volumen invalidan
las tesis de Pipes. A nuestro parecer, la primera opinin
es la cierta, aunque no compartamos todos los puntos en
los que los autores de Leninismo e rivoluzione socialista
apoyan su argumentacin y crtica del esquema estratgico
de Lenin.
Que Lenin sostenga repetidamente que en la formacin
social rusa las relaciones de produccin capitalistas son las
dominantes es perfectamente compatible con la constata
cin de que en su horizonte no aparece la posibilidad de la
inmediata sustitucin de esas relaciones por unas socialis
tas, si no se olvida que con igual insistencia distingue grados
y formas de esas relaciones; que propiamente slo la fase
superior del capitalismo, la gran industria mecanizada, crea
las condiciones materiales y las fuerzas sociales necesarias
para esta lucha (pg. 315). En ms de una ocasin aparece
la expresin aceleracin del desarrollo capitalista. Esto
resulta especialmente claro en lo que respecta a la agricul
tura, en donde las relaciones capitalistas se manifiestan en
(82) Ob. cit., pg. 130.
(83) The rise of social democracy in Russia , Oxford U. P.
1966, pg. 36.
(84) Ob. cit., pg. 131.
LVII
sus formas menos desarrolladas y enlazadas con los restos
de las formas del rgimen de servidumbre: principalmente
el pago en trabajo (85). Esto funda la alianza con la peque
a burguesa sobre todo campesina, el apoyo al contenido
democrtico del programa populista, en el cual ve, a la vez,
un instrumento de mejoramiento de la situacin del cam
pesinado y de aceleracin del desarrollo capitalista en la
agricultura. Se encuentra latente la teorizacin sobre las dos
vas de transformacin capitalista de la gran propiedad no
biliaria (el principal vestigio del feudalismo en Rusia), que
expondr en sus escritos posteriores: la prusiana y la
americana; la primera, a travs de la gradual transfor
macin del viejo latifundio feudal, la segunda mediante su
abolicin. Transcribimos un prrafo de la respuesta de Le
nin a una crtica de El desarrollo del capitalismo en Ru
sia, en el que aparece resumido su punto de vista:
. . . el seor Skvortsov piensa probablemente ( . . . ) que
cuanto menos tierra hubiesen recibido los campesinos al ser
liberados, y cuanto ms cara les hubiese resultado tanto ms
rpido habra sido el desarrollo del capitalismo en Rusia. Yo
creo lo contrario: cuanto ms tierra hubiesen recibido los
campesinos al ser liberados, y cuanto ms barata les hubie
se resultado, tanto ms rpido, amplio y libre habra sido el
desarrollo del capitalismo en Rusia, tanto ms elevado ha
bra sido el nivel de vida de la poblacin, tanto ms amplio
habra sido el mercado interior, tanto ms rpido habra
sido el empleo de mquinas en la produccin, tanto ms, en
una palabra, se hubiera parecido el desarrollo econmico
de Rusia al de Norteamrica. Me limitar a sealar dos cir
cunstancias que confirman a mi modo de ver, la exactitud
de esta ltima opinin: 1) Sobre la base de la escasez de
tierra y de lo gravoso de los tributos, en nuestro pas, en una
zona muy considerable, se ha desarrollado el sistema de pa
go en trabajo en la explotacin agrcola del terrateniente,
es decir, una supervivencia directa del rgimen de servi
dumbre, y en modo alguno el capitalismo; 2) precisamen
te en nuestras zonas perifricas, donde el rgimen de ser(85)
Vid. El desarrollo del capitalismo en Russia , cap. III,
apartado I al V. En la nota 26 recogimos la definicin del pago en
trabajo.
LVIII
vidumbre o no era couocido en absoluto o era ms dbil,
donde los campesinos sufren menos que en otras partes de
escasez de tierras, de los pagos en trabajo y de las gravosas
contribuciones, es donde se ha desarrollado ms ei capita
lismo en la agricultura (80)
La imporancia del marco poltico es subrayada en sus
recomendaciones sobre la necesidad de apoyar la lucha con
tra el absolutismo y sus fenmenos concomitantes (pgi
na 306-7). A este respecto hace Lenin una observacin lle
na de implicaciones:
.. el capital, institucin democrtica por su naturale
za, que en nuestro pas, en Rusia, tiende de manera espe
cial a sacrificar su democracia para aliarse con los reaccio
narios a fin de reprimir a los obreros, de dificultar an ms
el surgimiento del movimiento obrero (pg. 307).
Las instituciones liberal-democrticas son presentadas
como la superestructura natural del capitalismo, sin em
bargo, en Rusia, la burguesa ha sellado su alianza con la
autocracia y la nobleza terrateniente: se sientan las bases
de la estrategia que encontrar su ms conocida formula
cin en Dos tcticas de la socialdemocracia en la revolu
cin democrtica y que se considerar en la discutida y
discutible frmula de la dictadura democrtica revolucio
naria dei proletariado y del campesinado (87).
Carr ha escrito que, de mano de los socialdemcratas ru
sos, el campesinado dejaba de ser la fuerza revolucionaria
de la sociedad rusa para pasar a serlo el proletariado, que
con ellos se colocaba a Rusia dentro del esquema marxista
ortodoxo (88). Por su parte Berdiaiev defini al marxismo
ruso de la primera hora (el que segua las orientaciones de
Plejanov, el anterior al bolchevismo) como la fcima ex(86) O. C. ed. cit., ogs 636-37. Para la posicin de Lenin ante
la cuestin agrario vid. Anna Rctester Lenin on the agrarian
cuestin , International Pufclishers, New York 1942. Una caracte
rizacin de las dos vas y de sus implicaciones polticas y soeioeconomicas en as pgs. 3i-34. Una crca, com o en general de todo el
esquema estratgico <le la alian/,a del proletariado y el campesina
do en la revolucin democrtica en Leninismo e rivoluione socia
lista , cap. IV de la segunda parte.
(87) Cf. la crtica de Trotsky en 1905. Resultados y perspec
tivas , T. I., pgs. 11-12 y 3 y T II, pgs. 133-37.
i88) Ob. cit., pg. 106.
LIX
trema del occidentalismo (89). Lo escrito por Lenin en una
nota a pie de pgina abunda en lo expresado por Carr:
El hombre del futuro en Rusia es el mujik, pensaban
los representantes del socialismo campesino, los populistas
en el ms amplio sentido de la palabra. El hombre del fu
turo en Rusia es el obrero, piensan los socialdemcratas.
As estaba formulado en un manuscrito el punto de vista
de los marxistas (pg. 314).
O, dicho en otras palabras, el obrero ruso es el nico
y natural representante de toda la poblacin trabajadora y
explotada de Rusia (pg. 314), por las razones que se sin
tetizan en las pginas 314-16, y con lo cual se quiere signi
ficar no una exclusin del resto de las masas proletarias y
semiproletarias (de cuyo indispensable apoyo se habla, por
ejemplo, en la pg. 307), sino el papel de vanguardia que
corresponde al proletariado fabril.
Pero si este ltimo constituye la palanca decisiva de la
lucha, primero contra el absolutismo y, despues, contra la
burguesa, Lenin, ya desde estos primeros escritos rechaza
el economicismo y el espontaneismo (pgs. 202, 314, 316, 338,
391), destacando la importancia de la elaboracin terica,
de la lucha poltica, de la toma de conciencia, de la organiza
cin, lo que constituye la tarea de los socialdemcratas res
pecto a la clase obrera, que resume en estudio, propagan
da, organizacin. A este respecto, Lenin recoge la poca
afortunada formulacin de Kautsky de que la socialdemocracia es la unin del movimiento obrero con el socialismo
(>g. 338), que parece envolver una unin externa, mecni
ca, entre intelectuales y clase, cuando su frmula de los
socialdemcratas como idelogos de la clase obrera en
un sentido que supera la mera elaboracin terica para
abarcar la organizacin (pg. 339), est muy cerca de la
mucho ms ajustada elaboracin de Gramsci de los in
telectuales como organizadores (en el sentido amplio que
da a esta expresin el autor italiano) que surgen sobre el
terreno histrico de la clase; mxime cuando en Lenin hay
una concepcin dialctica del nexo teora-prctica, como
pone de relieve cuando habla de las relaciones entre la teo
ra de Marx y el movimiento obrero (pg. 337-38).
(89)
LX
Sealemos para terminar que se apunta la necesidad,
que constituir el eje de su lucha en los primeros aos del
siglo, de:
. . . elaborar la forma de organizacin ms adecuada a
nuesirus conaic'ones para la difusin de las ideas socialemcratas y para unir a los obreros y convertirlos en una
fuerza poltica (pg. 338-39).
Y
el engarce de la lucha del proletariado ruso con el de
lodos los pases (pg. 316), lo que redondea el rechazo del
viejo excepcinaiisme ruso tal come se haba entendido
por diversas corrientes poltico-ideolgicas de la sociedad
rusa. Esto no significa caer en uu abstracto universalismo,
pues una de las obligaciones de los socialdemcratas ru
sos es
. . hacer un estudio ms sistemtico, ms concreto, de
todas las formas de la lucha de clases y de ia explotacin,
que en Rusia aparecen singularmente embrolladas y encu
biertas (pg. 338).
Estudio que no se agota en el nivel de las relaciones de
produccin, sino que abarca a todos: poltico, ideolgico,
etctera (cf. pg. 312).
JUAN J. TRAS VEJARANO
V. I. LENIN
OBRAS C O M PL ET A S
V. I. L e n in
1890 -1891
I
El libro de V. E. Pstnikov La explotacin agrcola en el sur de
Rusia (Mosc, ao 1891, pgs. XXXII-391), publicado hace tres aos,
constituye una descripcin extraordinariamente detallada y minu
ciosa de la explotacin agrcola en las provincias de Turida, Jersn
y Ekaterinoslav, sobre todo de los distritos continentales (septen
trionales) de la provincia de Turida, Dicha descripcin est ba
sada, en primer lugar y principalmente, en las investigaciones
estadsticas de los zemstvos " de las tres provincias indicadas; en
segundo trmino, en las observaciones personales del autor reali
zadas, en parte en su carcter de funcionario
y, en pars, con la
finalidad especial de estudiar la exploracin agrcola en los aos
1887-1890.
El intento de reunir las investigaciones estadsticas de los
zemstvos 2 de una regin en un nico estudio y de exponer sus
resultados en forma sistemtica, ofrece de por s un inters inmen
so. ya que esas estadsticas aportan un enorme y detalladsimo
material acerca de la situacin econmica de ios campesinos, pero
lo hacen en tal forma que para el pblico estas investigaciones se
pierden casi sin dejar huella: las recopilaciones estadsticas som
lomos enteros llenos de tablas (ordinariamente a cada distrito se
le destina un volumen aparte), cuyo solo resumen per rubros su
ficientemente amplios y claros, exige estudios especiales. La ne
cesidad de resumir y elaborar ios datos estadsticos de los zemstvos
se deja sentir hace ya mucho, Oon este fin se inici en ios ltimos
tiempos la publicacin de los Balances de las estadsticas de los
*
Zerrutoo: administracin local autnoma en tas prgvincias centrales
de la Rusia zarista, creada despus de la Reforma de 186], (Ed.)
El autor fue funcionario del Departamento de tierras en la nrcvincir.
ds Turida.
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1.
LENN4
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so
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I.
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I.
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39
III
En el captulo anterior se expusieron los datos que caracteri
zan el grado de prosperidad material de los campesinos y las di
mensiones de sus haciendas en los diferentes grupos. Ahora co
rresponde aportar los que definen el carcter de la explotacin
agrcola que practican los campesinos de los distintos grupos, el
mtodo y el sistema de explotacin de su hacienda.
Detengmonos ante todo en la tesis de Pstnikov que dice que
la productividad del trabajo de los campesinos y la capacidad
laboral de una familia se elevan considerablemente al aumentar
las dimensiones de la hacienda y con la utilizacin de las mqui
nas (pg. X ). El autor demuestra esta tesis calculando cuntos
trabajadores y animales de labor corresponden a determinada su
perficie sembrada en los diferentes grupos econmicos. En este
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V.
I.
L E N XN
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V.
I.
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I.
LE N I N
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I.
LENIN
nes casi en el doble (de 2,3 a 5); y aun en ms del doble, segn
el clculo del autor, quien considera que deben contratar basta
8.241 trabajadores (pg. 115), pues disponen de 7.129 miembros
de sus propias familias que trabajan. Es evidente que los grupos
inferiores deben proporcionar peones a otros en cantidad verda
deramente considerable, por el mero hecho de que la agricultura
no puede brindarles suficientes productos para su propio sus
tento. Por desgracia, no poseemos datos exactos del nmero de
trabajadores que esas haciendas proporcionan. Puede servir de
ndice indirecto el nmero de jefes de familia que entregan en
arriendo su nadiel: ms arriba se trascribe la afirmacin de Pstnikov en el sentida de que, eri los distritos de la provincia de Turida, cerca de 1/3 de la poblacin no explota todo su nadiel.
TV
Los datos arriba citados evidencian que Pstnikov ha demos
trado plenamente su tesis de que en la situacin econmica de las
diferentes familias campesinas se observa una gran diversidad,
que no slo se refiere al grado de bienestar material de los cam
pesinos y a la superficie que cultivan, sino inclusive al tipo de la
boreo de los diferentes grupos. Es ms; resulta que los trminos
diversidad y diferenciacin son insuficientes para caracterizar
por completo el fenmeno. Si un campesino posee un animal de
labor y otro tiene 10, denominamos a esto diferenciacin; pero si
uno toma en arriendo decenas de desiatinas de tierra, adems de
su nadiel, que le basta para cubrir sus necesidades, con el exclu
sivo objeto de extraer un ingreso explotando esas tierras, y con
ello priva a otro campesino de la posibilidad de tomar en arriendo
la tierra que necesita para alimentar a su familia, entonces es evi
dente que tenemos ante nosotros caigo que es mucho ms que
diferenciacin; este fenmeno debemos denominarlo rivalidad
(pg. 323), lucha de intereses econmicos (pg. XXXII). Cuan
do emplea estos trminos, Pstnikov no aprecia debidamente su
importancia; tampoco advierte que ni siquiera ellos son suficien
tes. El arriendo d la tierra de nadiel de que dispone el grupo em
pobrecido de la poblacin, la contrata como pen del campesino
que ha dejado de explotar su propia hacienda, es algo ms que
una mera rivalidad, es explotacin directa.
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V.
I.
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X.
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LS5NIN
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I.
L.ENIN
Por este cuadro puede verse que 3/5 partes de las familias
del grupo medio slo tienen un miembro apto para el trabajo o
carecen por completo de l *.
Para ilustrar la relacin entre el grupo medio y el superior,
* Para confirmar su tesis sobre las considerables ventajas que tienen para
el laboreo de la tierra los campesinos de familia numerosa (es decir, con mu
chas personas aptas para el trabajo) sobre los que estn solos para el trabajo,
Pstnikov se remite al conocido libro de Trirgov, La comunidad y los tributos.
70
V.
I.
LENK
*
Los dato.s se refieren u todo el distrito del Dniper, incluyendo las
aldeas que no estn adscritas a las circunscripcionrs Los dptos de la columna:
total de tierra en usufructo fueron calculados por m sumando la tierra de
nadiel, Ja jrrendada y ia comprada, y descontando la entregada en arriendo.
Se tom el distrito del Dniper porque est habitado casi en su totalidad por
rusos.
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I.
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V
Pstnikov no se limita a sealar la divisin econmica existente
entre los campesinos, sino que indica la agudizacin de este fen
meno:
En nuestro pas dice existe por todas partes, y existi en el
pasado, la diversidad de bienestar econmico en los grupos cam
pesinos, pero en los ltimos decenios esta diferenciacin de la po
blacin campesina comenz a manifestarse en una forma muy pro
nunciada, y es evidente que se acrecienta progresivamente (pg.
130). Las difciles condiciones econmicas de 1891 00 deban dar
opina el autor un nuevo impulso a este proceso.
Cabe preguntar: cules son las causas de tal fenmeno, que
* Tipo de explotacin de la hacienda: de consumo propio y comercial;
carcter de la explotacin del trabajo: venta de su fuerza de trabajo como
fuente principal para la obtencin de los medios de vida, y compra de la
fuerza de trabajo como consecuencia necesaria de la ampliacin del rea
sembrada ms all de los lmites de la capacidad de trabajo de la familia.
* * Se alude al hambre de .1891, que fue particularmente agudo en las
provincias orientales y surorientales, y por su intensidad super todas las cala
midades naturales anlogas sucedidas en el pais. Las incontables penurias
que ocasion a los trabajadores los sumi en la miseria y aceler el proceso
de formacin del mercado interno para el capitalismo ( vase F . Engels, El
socialismo en Alemania, y V. I. Lenin, ob. cit., t. III, cap. II, X II y cap.
V III, 1 ). ( E d .)
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V.
X.
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v. i.
l e n M
*
Comprense ios cktos arriba citados sobre si arca alimentaria y el rea
comercial (tos ingresos de estas .uperficies son ioj nicos que so destinan a
cubrir as necesidades del agricultor y no la de la hacienda, es deci", repre
sentan Ingresos en el sentidn literal Je la palabra, y no gvtos de produccin >,
as como ios datos sobre le. gasto? inonetaiioa promedio de un campesino de
la provincia de Turida ea relacin con In cantiga" de cereales cpstirta-los a
la. al-.Jseniacin ( htoe-i por persona, sea cua! fuere su sexo).
EL LLAMADO PROBLEMA DE
LOS MERCADOS 8
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V.
I.
LENI N
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V.
I.
LliNN
(500 p) = 6000
(600 p) 3000
55 o.
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V.
I.
L E NI N
gasta poco a poco, etc., pues todo ello no tiene relacin directa
con el problema que se examina.
III
Cules son, entonces, las conclusiones que el informante extrae
de estas investigaciones de Marx? Por desgracia no formula sus
conclusiones de manera completamente precisa y definida, por lo
cual debemos extraer nuestras propias deducciones guindonos
por algunas observaciones que no armonizan del todo entre s.
Por ejemplo, leemos:
Acabamos de ver manifiesta el autor de qu modo se
efecta la acumulacin en el sector I, o sea, en la produccin de
medios de produccin para los medios de produccin [ . . . ] esta
acumulacin se realiza independientemente, tanto del movimiento
de la produccin de artculos de consumo, como del propio con
sumo personal, sea de quien fuere (hoja 15/3).
En efecto, no es posible hablar de independencia de la
acumulacin respecto de la produccin de artculos de consumo,
aunque slo fuere porque para la ampliacin de la produccin
hace falta un nuevo capital variable y, por consiguiente, tambin
artculos de consumo; es probable que con lo expresado, el autor
haya querido simplemente subrayar la particularidad del esquema
que consiste en que la reproduccin de I c capital constante del
sector I se realiza sin intercambios con el sector II, o sea, que
en la sociedad se elabora anualmente, digamos, determinada can
tidad de carbn para la extraccin de carbn. Se sobrentiende
que esta produccin (de carbn para la extraccin de carbn) se
relacionar, a la larga, mediante sucesivos intercambios, con la
produccin de artculos de consumo; de lo contrario no podran
subsistir, ni los industriales del carbn ni sus obreros.
En otro lugar, el autor se expresa en forma bastante ms d
bil: El p r i n c i p a l movimiento de la acumulacin capitalista di
ce se realiza y se realizaba ( con excepcin de los perodos
iniciales) independientemente de cualesquiera productores direc
tos, independientemente del consumo personal de cualquier capa
social de la poblacin (hoja 8 ). Aqu ya slo se seala el predo
minio de la produccin de medios de produccin sobre la produc
cin de objetos de consumo en el desarrollo histrico de capitalis
95
i.
LENiN
1000 o
+ 1000 p = 6 0 0 0 ... t> : (c + o)
750 o
4- 750 p = 3 0 0 0 ...
= 20,0 %
3 3 ,3 %
aprox. 7
aprox. 7 o
a II 60 p = 5 0 c - j - 1 0 o .. ...........
I 4450 c + 1050 + (500 p) = 6 0 0 0
II 1550 c + 760 + (090 p) = 3 0 0 0
2<Jo. I 4450 c + 1050 o + 1550 p = 6 5 5 0 ...
19,2
32 ,9 *
28 p 25 c -f- 3 ...........
525 p = 500 c + 25 o ...........
aprox. 7 o
aprox. 7o
a II
2 8 p = 25 c + 3 o . . . . . .
I 4950 c + 1075 v + (525 p) - 6 5 5 0
II 1602 c + 766 + ( 7 0 2 p) = 3 0 7 0
,,
aprox. 1/ , i
a II
a I
17, 8%
ao), II 1602 c 4 - 766 + 766 p ~ 3134. . .
32,3%
I (1075 o + 537/a p) = II 16121U c
II (1602 c + 1 0 7 a p)-
a II l l 1/a p = 10 Va c -f l o . . ; .
a I 5377a p = 517V o + 20 o . . . . ,
aprx. 7a
aprox. Vi
a II 22 p = 2 0 c -f- 2 o .. ...................
I 54677a c + 1095 o -f (537V /p ) = 7100
II 18347 c + 769 o + CTSOVs-f?) = 3134
aprox. * /
16, 7%
32, 0%
*
Ei esquema de la reproduccin ampliada, con el progreso tcxiico
incluido, se ha tomado directamente del manuscrito; aunque liav en l algunas
cifras inexactas, ello no afecta el curso de! razonamiento ni las conclusiones
generales. ( E d.)
97
96
V. I. L E N I N
90
IV
Ahora se impone la pregunta: qu tiene que ver la teora que
acabamos de exponer con el famoso problema de los mercados"?
Esta teora parte de la hiptesis del dominio general y exclusivo
del sistema capitalista de produccin, mientras que el problema
consiste precisamente en saber si es posible en Rusia el pleno
desarrollo del capitalismo. Dicha teora, en efecto, agrega una
correccin a la idea habitual sobre el desarrollo del capitalismo,
pero es evidente que la explicacin de cmo se desarrolla el capi
talismo en general no hace avanzar en un pice la cuestin de la
posibilidad (y la necesidad) del desarrollo del capitalismo en
Rusia.
Pero el autor no se limita a exponer la teora de Marx sobre
la marcha de la produccin social en su conjunto, organizada a
la manera capitalista. Seala la necesidad de distinguir dos
momentos esencialmente diferentes en la acumulacin del capi
*
Por esta razn la deduccin expuesta puede formularse tambin de
otro modo: en la sociedad capitalista el aumento de la produccin (y, por
ende, del mercado) puede realizarse a expensas del aumento de los artcu
los de consumo, o y esto principalmente debido al progreso de la tcnica,
o sea, al desplazamiento del trabajo manual por el de la mquina, puesto
que el cambio en la relacin de o a c expresa precisamente la disminucin
del papel que desempea el trabajo manual.
100
V.
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LBNIN
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V.
I.
LENIN
noma.
Es ms, la concepcin corriente nunca dio explicacin alguna
a las preguntas de dnde y de qu manera surgi nuestro capita
lismo, como tampoco lo explica el esquema: el asunto est pre
sentado como si los capitalistas hubiesen venido de alguna parte de
afuera, y no del medio mismo de los productores directos. Sigue
siendo incomprensible la incgnita en cuanto a de dnde sacan
los capitalistas a los obreros libres, indispensables para sus em
presas a, ai, etc. Todo el mundo sabe que estos obreros, en realidad,
salen precisamente de las filas de los productores directos, pero
del esquema no se deduce en absoluto que la produccin mercan
til, al abarcar el sector W, crear all un contingente de obreros
libres.
En una palabra, este esquema exactamente como la concep
cin corriente nada explica sobre los fenmenos de nuestro sis
tema capitalista y por lo tanto, para nada sirve. La finalidad para
la cual ha sido ideado, o sea, la explicacin de cmo se desarrolla
el capitalismo a expensas de la economa natural, abarcando el
pas entero, no se logra en absoluto,' pues, como lo ve el propio
informante, si hemos de atenernos cbnsecuentemente a la opinin
que analizamos, sera menester llegar a la conclusin de que en
modo alguno es posible llegar al desarrollo general del modo de
produccin capitalista.
Despus de esto, resulta asombroso, pues, que c! propio
autor, aunque parcialmente, adhiera a esa misma concepcin y
diga que el capitalismo realmente [?] se desarrollaba en los pero
dos de su infancia de esa manera tan fcil [stc?!] [tan fcil
103
V
Para corregir el citado esquema es indispensable comenzar
por aclarar el contenido de los conceptos en cuestin. Por pro
duccin mercantil se entiende una organizacin de la economa
social en la cual los productos son producidos por productores
individuales y aislados, cada uno de los cuales se especializa en
la elaboracin de determinado producto, de modo que para sa
tisfacer las necesidades sociales le es imprescindible comprar y
vender productos (que por esta razn se convierten en mercan
cas) en el mercado. Por capitalismo se entiende la etapa de de
sarrollo de la produccin mercantil en la cual no slo los productos
del trabajo humano, sino la misma fuerza de trabajo del hombre
se trasforma en mercanca. Por consiguiente, en el desarrollo
histrico del capitalismo hay dos momentos importantes: 1) la
trasformacin de la economa natural de los productores directos
en economa mercantil, y 2 ) la trasformacin de la economa mer
cantil en economa capitalista. La primera se efecta como conse
cuencia de la aparicin de la divisin social del trabajo: la especializacin [N. B.: condicin indispensable para la economa mer
cantil] de los productores individuales y aislados dedicados slq
a una rama de la industria,
105
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V.
X.
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el
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I.
LBNIN
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Vi
LENIK
VI
Veamos ahora las conclusiones que surgen del esquema an
terior.
La primera conclusin consiste en que el concepto mercado
es totalmente inseparable del concepto de la divisin social del
trabajo, de esta -com o dice Marx base general de toda produc
cin mercantil [y por consiguiente agregamos nosotros, tam
bin de toda produccin capitalista]. F ! mercado aparece en el
momento y lugar en que surgen la divisin social del trabajo y la
produccin mercantil. La magnitud del mercado est estrecha
mente ligada al grado de cspecializaein del trabajo social.
'"La mercanca adquiere su forma socia(mente reconocida de
equivalente general, slo cuando se convierte en dinero, pero e
dinero se halla en el bolsillo ajeno. Para extraerlo de all, es ne
cesario que la mercanca sea, ante todo, un valor de uso para el
poseedor de ese dinero, y per consiguiente, el trabajo invertido en
la produccin de esta mercanca debe ser invertido en Corroa socialmente til; en otras palabras, debe constituirse en porte de
la divisin social del trabajo. Pero la divisin del trabajo es un
sistema de produccin que ha surgido espontneamente, y cuyos
hilos se entrelazaban y continan entrelazndose a espaldas de los
productores de mercancas. Es posible que la mercanca sea el
producto de un nuevo tipo de trabajo, destinado a satisfacer una
nueva necesidad surgida, crear, con su aparicin por vez pri
mera, una necesidad nueva. Alguna operacin particular en el pro
ceso del trabajo - que ayer todava, era una, de Jas tantas funciones
lll
snva al mercado su producto parcial en calidad de mercanca iniependiente ( Das Kopital 1 lid. S. 85 *. La cursiva es ma).
De esta manera, ios lmites para el desarrollo del mercado
en la sociedad capitalista son determinados por ios de la especiaJizacin del trabajo. Y esta especializacin, por su misma esencia,
es infinita del mismo modo que el desarrollo tcnico. Para incre
mentar la productividad del trabajo humano, tendiente, por ejem
plo, a la elaboracin de alguna, parte del producto total, es indis
pensable que la produccin de esa parte se especialice, que se
convierta en una produccin especial, relacionada con la produc
cin en masa y que, por lo tanto, requiera (y permita) el empleo
de mquiras, etc. Eso por un lado. Por el otro, el progreso de ia
tcnica en la sociedad capitalista consiste en la socializacin del
trabajo, la cual exige indispensablemente que se especialicen las
diversas funciones del proceso de produccin, que se conviertan
de productos fraccionados, aislados, repetidos en cada estableci
miento dedicado a esa produccin, en socializados, concentrados
en un nuevo establecimiento, con miras a satisfacer las necesidades
de teda la sociedad. Citar un ejemplo.
ltimamente, en Estados Unidos de Norteamrica las fbricas
de la industria maderera se especializan cada vez ms, surgen
plantas para la elaboracin exclusiva de mangos de hacha, por
ejemplo, o de pales de escoba o de mesas plegadizas [ . . . ] La
mecanizacin sigue adelante, continuamente se inventan nuevas
mquinas que simplifican y abaratan detemiinado aspecto de a
produccin [ . . . ] Cada rama, la de mueblera, por ejemplo, se
convirti en una especialidad y requiere mquinas y obreros es
pecializados [ . . . ] En la produccin de carruajes, las llantas se
fabrican en establecimientos especiales de Missouri, rkansas, Teunessee; los rayos de ruedas se manufacturan en Indiana y Ohio,
les cubos de ruedas se hacen en fbricas especiales ds Kentucky
e Illinois, Todas estas partes sueltas son adquiridas por empresas
determinadas, cuya especialidad son las ruedas enteras. De esta
manera, una buena decena de establecimientos participan en a
fabricacin de algn carruaje barato (seor Tverskoi, Diez
aos en Norteamrica. Vistnik Bvropi, 1893, 1. Citado segn
Nik.on, pgina, 91, nota 1).
112
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LKNN
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X. 1 K N I N
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V.
I.
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VII
Para entender en qu consiste propiamente el problema de
los mercados, lo mejor sera comparar la concepcin populista
del proceso con la marxista que ilustran los esquemas 1 (sobre
intercambio entre los capitalistas del sector A, y los productores
directos del W ) y 2? (sobre trasformacin de la economa natural
de seis productores en economa capitalista).
Si
tomamos el primer esquema, no podremos explicarnos nada.
Por qu se desarrolla el capitalismo? De dnde proviene? Se
lo presenta como algo accidental, cuya aparicin se atribuye a que
hemos errado el camino. . . , o a su implantacin por las auto
ridades. Por qu se empobrece la masa? El esquema tampoco
da respuesta a esto y en lugar de ofrecer una, los populistas se
evaden con frases sentimentales sobre el rgimen consagrado por
los siglos, sobre la desviacin del buen camino y otras bagatelas
para las que tan ingenioso se muestra el famoso "mtodo subjetivo
en la sociologa.
La incapacidad para explicar el capitalismo y la preferencia
por las utopas en lugar del estudio y la comprensin de la realidad,
conducen a negar el significado y la fuerza del capitalismo. Exac
tamente como si se tratara de un enfermo desahuciado que no
tiene de dnde sacar fuerzas para su mejora; y aportaramos al
estado de este enfermo un alivio insignificante, apenas percepti
ble, si dijramos que est en condiciones de desarrollarse a expen
sas de la produccin de medios de >produccin para los medios
de produccin. Pues para ello se rquiere el desarrollo de la
tcnica del capitalismo * y nosotros vemos que precisamente
es este desarrollo el que falta.
Para ello sera menester que el capitalismo abarcara todo el
*
Vale decir, el remplazo de pequeas unidades industriales por gran
des, el desplazamiento del trabajo manual por las mquinas.
119
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V.
X.
LENIN
*descampesinizacin, [Vase Revista rural d e la provincia d e Nizhni-Nvgorod, d e 1892. N.-N., 1893, fase. III, pgs. 186-187.]
* * Uno de los mayores errores tericos del seor Nikolai-on es 1 de
que l ignora este fenmeno.
121
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V.
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124
V.
I.
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zensk y Kmishin, las familias sin animales de tiro y con uno solo.
Al grupo medio pertenecen: en el distrito del Dniper las familias
con 10 a 23 desiatinas de tierra labranta por hogar; en el de
Novouzensk, las familias con 2-4 animales de tiro cada una y en
el de Kmishin, las que poseen 2-3 animales de tiro cada una. En
el grupo prspero estn incluidas las familias con ms de 25 de
siatinas de sementeras (distrito del Dniper) o con ms de 4 ani
males de tiro (distrito de Novouzensk) y con ms de 3 (distrito
de Kmishin).
De estos datos se desprende claramente que dentro de nues
tro campesinado agrcola y comunal tiene lugar no un proceso
de empobrecimiento y ruina en general, sino de diferenciacin en
burguesa y proletariado. Una enorme masa de campesinos (el
grupo pobre) aproximadamente la mitad, trmino medio pierde
su independencia econmica. Les corresponde ahora apenas una
nfima parte del total de la agricultura de los campesinos locales,
un 13 por ciento (trmino medio) del rea sembrada; a cada
hogar le corresponden 3-4 desiatinas de tierra cultivada. Para
tener idea, de lo que esto significa, diremos que cada familia cam
pesina de la provincia de Turida, para poder subsistir exclusiva
mente de su agricultura independiente, sin recurrir a las llamadas
ocupaciones auxiliares, necesitara disponer de 17 a 18 desiatinas
sembradas
Resulta claro que los representantes del grupo pobre
se mantienen mucho menos con su propia agricultura que con las
ocupaciones auxiliares, o sea, con la venta de su fuerza de trabajo.
Y si recurrimos a datos ms detallados que caracterizan la situacin
de los campesinos de este grupo, veremos que ste precisamente
es el que provee el mayor contingente de campesinos que abando
nan su hacienda, que carecen de aperos de labranza, entregan en
arriendo sus nadiel y salen en busca de trabajo. Los campesinos de
este grupo representan a nuestro proletariado rural.
Pero por el otro lado, entre stos mismos campesinos comu
nales se destaca, un grupo en todo sentido diferente y de carcter
diametralmente opuesto. Los campesinos del grupo superior po
seen sementeras 7-10 veces mayores que las del inferior. Si com
paramos estas sementeras (de 23 a 40 desiatinas por familia) con
la cantidad normal de desiatinas sembradas que permiten a una
*
En las provincias de Samara y Sartov, esta norma es inferior en I vez
y media, debido a que la situacin de su poblacin es menos prspera.
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V.
I.
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LjENIN
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de las aldeas en
18540
184C
los afios .
!8 7 0 a 1875
1873 a J.87*
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V.
I.
LEN1N
133
al tejido del lienzo. Pero poco a poco Ies percales e indianas bara
gos empezaron a. desalojar al lienzo. A eso se sumaron otras cir
cunstancias: que la cosecha de lino se perda o que se le ocurra
a la mujer hacerle a su esposo una camisa de percal rojo y para
ella un vestido ms elegante; y as, paso a paso., la costumbre de
tejer en casa distintos lienzos y paos para la confeccin de la
vestimenta campesina va desapareciendo o se reduce al mnimo.
Y tambin el tipo de vestimenta va experimentando cambios, de
bido en parte a la desaparicin paulatina de las telas de produccin
casera y a su remplazo por las de produccin fabril...
.. .Esto explica que la mayora de la poblacin se empee
en producir mercancas para la venta y emplee en ello inclusive
coda. la mano de obra infantil.
Este sencillo relato de un atento observador muestra con toda
claridad cmo se opera en el seno de nuestra masa campesina el
proceso de divisin del trabaje social, cmo todo eso conduce a
la intensificacin de la produccin mercantil [y, por consiguiente^
del mercado] y cmo esta produccin mercantil per s. sola, es
decir, en virtud de las relaciones en que coloca al productor con
respecto al mercado, lleva a trasformar la compra y la venta de
la fuerza de trabajo humana en el fenmeno ms comn .
v m
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Escrito sn la primavera y el
serano de 1894,
Publicado por primera vez en
1894, en edicin Secografiada.
Rsskoie Bogutsio 10 inici una campaa contra ios socaldemcratas. Ya en el nm. 10 del ao pasado uno de ios directores
de dicha revista, el seor N. Mijailovski, anunci una polmica
contra nuestros llamados maixistas o soda'demcratas *. Ms
tarde apareci un artculo del seor S. Krivcnko, titulado Los fran~
coi reidores de la cultura (nm. 12) y otro del seor N. Mijailovski,
titulado Literatura y vida ( nrr.s. I y 2 de R. 3, de 1894). En
cuanto al concepto que la revista tiene de nuestra realidad econ
mica, ue formulado de un modo ms completo en un artculo
del seor S. luzhakov: Problemas del desarrollo econmico de
Rusia (e r los nms. 11 y 12). En lneas generales, estos seores,
que pretenden representar en su revista las ideas y la tctica de
los verdaderos amigos del pueblo, soi? enemigos jurados de la
socialdemocracia. Internaremos, pues, examinar a fondo a estos
amigos del pueblo, la crtica que hacen dei marxismo, sus ideas
y su, tctica.
El seor N. Mijailovski dedica su atencin sebre todo a los
f undamentos tericos del marxismo, y por eso se ocupa en especial
del anlisis de la concepcin materialista de la historia. Despus
de presentar, en lneas generales, el contenido de las numerosas
obras marxistas que exponen esta doctrina, el seor Mijailovski
comienza su crtica con el siguiente pasaje:
Ante todo dice surge espontneamente una pregunta en
qu obra expuso Marx su concepcin materialista de la historia?
En E l capital nos dio un ejemplo de unin de la fuerza lgica con
la erudicin, con el estudio minucioso, tanto de toda la literatura
econmica, como de los hechos correspondientes. Exhum a tcri1 S1 alude al articulo de Mijailovski titulado Literatura y vida, publi
cado en el nm. 10, de 1693, de Rvsskoie bogatstvo, que provoc la reaccin
de es marxistes. Algunas de les caitas que stos enviaron al autor en res
puesta a su artculo aparecieron en la revista B i l C j nina. 23, de 1924. (Ed.)
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*
Vase la exposicin metdica y el desarrollo del mtodo dialctico
marxista eu las obras de Lenin, Materialismo y empiriocriticismo, Cuadernos
filosficos, Carlos Marx, y otvos. (E .)
99 Este artculo (firmado I. K.-n) d I. Kaufmaii, profesor d la niversidad de Petersburgo, fue considerado por Marx como una acertada expo
sicin deJ mtodo dialctico (vase C. Marx, El capital, ed. cit., t. I, pgs. 1314). (E d.)
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proponerse todo estudio exacto de la vida econmica. La impotancia cientfica de semejante investigacin consiste en revelar las
leyes especiales (histricas) que rigen el surgimiento, la existen
cia, el desarrollo y la muerte de un organismo social determinado
y su remplazo por otro, por un organismo superior.
Tal es la descripcin del mtodo dialctico que Marx eligi
entre una infinidad de comentarios sobre El capital, aparecidos en
peridicos y revistas, y que tradujo al alemn, porque esta carac
terizacin de su mtodo, segn l mismo afirma, es completamente
exacta. Cabe preguntar si hay en esta descripcin aunque sea
una sola palabra sobre las tradas, las tricotomas, la incontrovertibilidad del proceso dialctico y otros absurdos semejantes contra
los que en forma tan caballeresca sale a batirse el seor Mijailovski. Y Marx, despus de esa descripcin, dice con toda claridad que
su mtodo es directamente opuesto al de Hegel. Segn ste,
el desarrollo de la idea, de acuerdo con las leyes dialcticas de la
trada, determina el desarrollo de la realidad. Slo en este caso,
por supuesto, puede hablarse de la significacin de las tradas, de
la incontrovertibilidad del proceso dialctico. Por el contrario a
mi modo de ver dice Marx, 'lo ideal no es ms que el reflejo
de lo material. Y todo se reduce entonces a una concepcin po
sitiva del presente y de su desarrollo necesario. Las tradas que
dan as reducidas al papel de la tapa y de la envoltura (yo he
coqueteado con el lenguaje de Hegel, dice Marx en el eplogo
citado), papel por el cual slo son capaces de interesarse los
filisteos. Pero cabe preguntar: cmo debemos juzgar a un hombre
que quiere criticar uno de los pilares del materialismo cientfico,
es decir, la dialctica, y se pone a hablar de todo lo que se le
ocurre, inclusive de las ranas y de Napolen, pero no se refiere
para nada a lo que es la dialctica, ni tampoco a si el desarrollo
de la sociedad es realmente un proceso histrico natural? Es
justa la concepcin materialista de las formaciones econmicosociales como organismos sociales de carcter especial? Son justos
los mtodos de anlisis objetivo de estas formaciones? Es cierto
que no son las ideas sociales las que determinan el desarrollo
social, sino que ste determina a aqullas?, etc. Puede decirse
que en este caso se trata slo de incomprensin?
Ad 2: Despus de semejante crtica de la dialctica, el
seor Mijailovski atribuye a Marx esos mtodos de demostrar
mediante la trada de Hegel y, por supuesto, sale desafiante a
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*
Que semejante formulacin de las concepciones de Dhring cuadra
plenamente al seor Mijailovski, lo demuestra el siguiente pasaje de su
artculo: C. Marx enjuiciado.por l seor I. Zhukovski. Al replicar al seor
Zhukovski, quien afirmaba que Marx era un defensor de la propiedad pri
vada, el seor Mijailovski seala este esquema de Marx, explicndolo de la
siguiente manera: El esquema de Marx comprende dos muy conocidos
trucos de la dialctica hegeliana: en primer lugar, el esquema est construido
de acuerdo con las leyes de la trada hegeliana; en segundo trmino, la
sntesis se basa en la identidad de los contrarios: propiedad individual y
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Abril de 1894.
*
Eplogo de la primera edicin de la primera parte de Quines son
los amigos del pueblo y cmo luchan contra los socialdemcratas. (E d.)
d : 1894. (lEd)
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*
Un obrero produce al ao, en el grupo I, 251 rublos; en el II, 249
en el II?, 260.
" h a . proporcin de establecimientos que emplean trabajo asalariado
en el grupo I es del 25 por ciento, en el II del 90 y en el III del 100 por
ciento, la proporcin da obreros asalariado!, es del 19 por ciento, del 58 y del
91 poi ciento respeccivaiiente.
* es En el grupo I al 72 por ciento de establecimientos coiresoonde el
34 por ciento de la produccin; ep el II, al 18, el 22, y en el III, al 10 por
ciento, el 44.
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y a regiones enteras, comienza directamente y con toda desenvoltura a presionar sobre el gobierno, convirtindolo en lacayo suyo,
entonces nuestros ingeniosos 'amigos del pueblo" alzan sus olamores hablando de implantacin del capitalismo, de su crea
cin artifician
Por cierto que se han dado cuenta un poco tardel
As, pues, el seor Krivenko. con sus frases sobre la industria
popular, autntica, justa, etc., ha intentado lisa y llanamente
ocultar el hecho de que nuestras industrias de kustares no son
ms que capitalismo en diferentes grados de su desarrollo Con
estos procedimientos nes hemos familiarizado ya bastante al leer
al seor Iuzhakov, quien en, vez, de estudiar la reforma campesina
empic frases vacas sobre la finalidad fundamental del famoso
manifiesto *, etc., en vez de estudiar el sistema de arrendamiento
lo llam popular, en vez de ana! izar cmo se forma el mercadc
interior del capitalismo se dedic a filosofar sobre su ruina indefec
tible por falta da mercados, y as por el estilo.
Para demostrar hasta qu grade deforman los hechos (os se
ores amigos de pueblo, me detendr aun en otro ejemplo **.
Nuestros filsolos subjetivisras nos obsequian tan raramente con re
ferencias exactas de hechos, que sera injusto pasar por alto una de
ellas, una de las ms exactas que encontramos en ellos, precisamente
la refeiencia que el seor Krivenko (nm. 1 de 1894) hace de los
pies apuestos campesinos de la provincia de Vornezh. Aqu pode
mos convencernos con claridad con el ejemplo de los datos por ellos
elegidos, quines tienen una visin ms correcta de la realidad,
les radicales y amigos del pueblo rusos o los socialdemcraas
rusos.
El estadstico del zemstvo de Vornezh, seor Scherbina, da
como apndice de su descripcin de la explotacin agrcola del
*
Se refiera al Manifiesto de abolicin del derecho de servidumbre, que
el zar Alejandro II firm el 19 de febrero de 1861. ( Ed'.)
9 * Aunque esie ejemplo se refiere a la diferenciacin de los campesinos,
sobre la que ya se liu hablado mucho, considero necesario analizar sus propios
datos, para demostrar patentemente qu vil falsedad as afirmar que los
sociaidemcvatas se interesan, nc per la reaidad, sino por los pronsticos
del futuro, y qu mtodos ile charlatanes empican ios amigos del pueblo
al pasar por alto, en la polmica con nosotros, la esencia de nuestras con-;
cepcicnes y salir del oasr con frases absurdas,
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Krivenko), pero hablando etj general, los datos del seor Scherbina
son tan amplios y valiosos, que dan la posibilidad de extraer con
clusiones justas, y si el seor Krivenko no ha procedido as, de
nada hay que culpar al seor Scherbina.
Este ltimo, por ejemplo, en la pg. 197, agrupa a los cam
pesinos, no segn la tierra de nadiel, sino segn los animales de
labor, es decir, un agrupamiento de acuerdo con el ndice econ
mico y no con el ndice jurdico, y esto nos permite afirmar que
las relaciones entre las diferentes categoras de las 24 haciendas
tpicas son completamente idnticas a las relaciones de los diferen
tes grupos econmicos para todo el distrito.
Este agrupamiento es el siguiente *: [Vase el cuadro en la
pg. 241. jEd]
No cabe duda alguna de que los promedios generales de las
24 haciendas tpicas estn por encima del tipo de economa cam
pesina comn al distrito. Pero si en lugar de estos promedios
ficticios tomamos las categoras econmicas, tendremos posibili
dad de establecer tina comparacin.
Vemos que los peones de las haciendas tpicas estn en condi
ciones un tanto inferiores a las de los campesinos sin animales de
labor, pero se asemejan mucho a ellos. Los campesinos pobres se
asemejan mucho a los que tienen un animal de laboreo ( si tienen
0,2 menos de ganado: los campesinos pobres tienen 2,8 y los
campesinos con un solo caballo 3; en cambio, tienen algo ms de
tierra, contando toda, la de nadiel y la arrendada: 12,6 desiatinas
contra 10,7). Los campesinos medios se encuentran en condiciones
apenas superiores a los campesinos con 2 3 animales de laboreo
(tienen algo ms de ganado y algo menos de tierra), y los campe
sinos acomodados se asemejan a los que tienen 4 y ms bestias de
laboreo siendo sus condiciones algo inferiores a las de ellos. Tene
mos por lo tanto derecho a extraer la conclusin de que en total
en el distrito no menos de 0,1 de los campesinos realizan una ex
plotacin agrcola regular y rentable,y no necesitan buscar trabajos
auxiliares. (Es importante sealar que estos ingresos se traducen
en dinero y, por consiguiente, presuponen una agricultura de carc
ter mercantil.) La explotacin agrcola la realizan, en grado con*
La comparacin de las 24 haciendas tpicas con las categoras eco
nmicas en todo el distrito fue hecha con los mismos mtodos empleados
por el seor Scherbina para comparar el promedio de aqullas con los grupos
basados en la superficie de sus tierras de nadiel.
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Una ve2|ms vemos aqu con teda evidencia cmo los medios
e produccin, de los cuales soti privados los campesinos expropia
dos, se convierten en capital.
Se comprende que el seor Krivenko no poda extraer con
clusiones aceitadas del material as utilizado, o por mejor decir,
mutilado. Despus de describir, de acuerdo con lo que inform un
campesino de Nizhni-Wvgorod, compaero suyo de viaje en el
vagn del ferrocarril, el carcter monetario de la economa campe
sina de aquellos lugares, se ve obligado a llegar a la justa conclu
sin de que precisamente esa circunstancia, ia de la economa mer
cantil, prepara aptitudes especiales, engendra una preocupa
cin: segarlo (al heno) o ms barato posible, venderlo lo ms
caro posible (pg. 156) *. Esto sirve de escuela que despierta
[es cierto!] y perfecciona la capacidad comercial. Se descubren
talentos de los que salen les Kolupiev, Dernov y otras sangui
juelas **, y los tontos e ingenuos auedart atrs, se empobrecen, se
arruinan y se conviert en en peones rurales'" (pg. iS6).
Los datos referentes a una provincia agrcola (la de Vornezh),
que se encuentra en condiciones completamente distintas, condu
cen a las mismas conclusiones. Se dira que la cosa es bastante
clara: aparece ante nosotros con nitidez el sistema de la economa
mercantil, como fonda principal de la del pas en general y de los
''campesinos "de las comunidades* en particular; aparece tambin
l hecho de que la economa mercantil, y precisamente ella, divide
al pueblo y a los campesinos" en proletariado (se arruman, ss
total proveniente de ios cereales fue necesario excluir los ingresos por paja
y cascarilla, destinadas, segn palabras del autor, a forraje. E l propio autor
los excluye en el captulo XVIII, poro slo para las cifras totales del distrito
y no para las de las 24 haciendas mencionadas. Con sus cifras totales deter
min !a proporcin de ios ingresos provenientes deT grano (con relacin a
iodos los ingresos obtenidos de cereales, es decir, del grano y de la paja con
la cascarilla) y de este porcentaje exclu en el caso presente la paja v la cas
carilla. Esa proporcin es de 78,96 por ciento para el centeno, 72.67 para eT
trigo, 73,32 para la avena y la cebada, y 77,78 por ciento para el miio y el
trigo sarraceno. Luego la cantidad de grano vendido se determin descon
tando la cantidad que se consume en la propia hacienda,
*
Hby que contratar al trabajador lo ms barato posible y sacar pro
vecho de l, dice muy justamente en I mismo pasaje el seor Kriveijko.
Seor Tuzhakov! 'Cmo puede ser esto? Su camarada dice que
las "sanguijuelas salen de )os_ 'talentos, y usted aseguraba que los hom
bres *e hacen sanguijuelas slo poique poseen "espritu no cntico. ;Esto
seores, ya no ast bien: a una infama revista contradecirse el uno ai otro!
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de nuestra vida social en, los cuales el capitalismo est menos desa
rrollado y de donde por lo comn extraen los populistas el material
para sus teoras. Con el estudio y la descripcin de esos aspectos
econmicos era ms fcil contestar a fondo a una de las objeciones
ms difundidas contra la socialdemocracia, que circulan entre
nuestro pblico. A partir de la idea corriente sobre la contradic
cin entre el capitalismo y el rgimen popular, y viendo que
los socialdemcratas consideran el gran capitalismo como un fe
nmeno progresista, y que quieren precisamente apoyarse en l
para la lucha contra el rapaz rgimen moderno, nuestros radicales,
sin ms reflexiones, acusan a los socialdemcratas de desconocer
los intereses de las masas de la poblacin campesina, de querer
cocinar a todos los mujilcs en la olla de la fbrica, etc.
Todos estos razonamientos se basan en el mtodo, tremenda
mente ilgico y extrao, de juzgar al capitalismo por lo que es
en realidad, pero al campo por lo que podra ser. Se comprende
que la mejor respuesta es mostrarles el campo real, su econo
ma real:
Todo el que examine imparcial, cientficamente esta economa,
deber reconocer que la Rusia rural es un sistema de mercados
pequeos y dispersos (o de pequeas secciones de un mercado cen
tral), que rige la vida econmicosocial de diferentes y pequeas
zonas. Y en cada una de estas zonas vemos todos los fenmenos
que, en general, son propios de la organizacin econmicosocial
cuyo regulador es el mercado: la diferenciacin de los productores
directos otrora iguales, patriarcales en ricos y pobres; el surgi
miento del capital, especialmente del capital comercial, que en
vuelve en sus redes al trabajador, chupndole la sangre. Cuando
se compara la descripcin que nuestros radicales hacen de la eco
noma de los campesinos con datos exactos, de primera fuente,
acerca de la vida econmica del campo, asombra que el sistema
de concepciones que criticamos no mencione la masa de pequeos
mercaderes que pululan en cada uno de estos mercados, la masa
de todos esos mercachifles y buhoneros, o como los llamen los
campesinos en las diferentes localidades, toda esa masa de peque
os explotadores que dominan los mercados y oprimen sin piedad
al trabajador. De ordinario se los deja sencillamente a un lado:
estos se dice no son ya campesinos, sino mercaderes. S, tie
nen ustedes completa razn: stos no son ya campesinos. Pero
intenten separar en un grupo especial a todos estos mercaderes,
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pesinos, los ayuda, de modo que ahora son los que mejor viven en
el distrito, tienen suficiente cereal casi hasta la nueva cosecha
(antes no les alcanzaba ni hasta la fiesta de San Nicols).
Cabe preguntar: elimina semejante arreglo el antagonismo
de intereses entre el campesino y el propietario de la tierra, como
piensan los seores N. Kablukov (t. V, pg. 175) y V. Orlov (t. II,
pgs. 55-59 y otras)? Es evidente que no, pues la seora K. vive
del trabajo de sus campesinos. Por consiguiente, la explotacin en
manera alguna ha sido eliminada. No ver la explotacin debido a
las buenas relaciones con los explotados, es perdonable para la
seora K., pero no para un economista estadstico, que, admirado
por este caso, resulta ser igual a los Menschenfreunde 9 de Occi
dente, que admiran las buenas relaciones del capitalista con el
obrero y hablan con arrobamiento de los casos en que el fabricante
se preocupa por los obreros, organiza para ellos proveeduras, cons
truye viviendas, etc. Extraer de la existencia (y, consiguientemen
te, de la posibilidad) de semejantes hechos, la conclusin de
que no existen intereses antagnicos, significa no ver el bosque a
causa de los rboles. Esto en primer lugar.
En segundo trmino, por el relato del seor Orlov vemos que
los campesinos de la seora K., gracias a las excelentes cosechas
[la terratenientes les dio buena semilla], pudieron adquirir gana
do y tienen haciendas florecientes. Supongamos que estos cam
pesinos prsperos se han convertido en campesinos, no casi, sino
completamente prsperos: que no slo la mayora, sino todos
ellos tienen suficiente cereal, y no casi hasta la nueva cosecha,
sino justamente hasta la cosecha. Supongamos que poseen bastan
te tierra, que tienen "establos y pastizales, de los cuales ahora
carecen (linda prosperidad!), que reciben en arriendo de la se
ora K. y pagan con su trabajo. Acaso el seor Orlov piensa que
entonces es decir, si la actividad agrcola de los campesinos fuese
realmente floreciente estos campesinos haran todos los trabajos
en la finca de la seora K. cuidadosa, oportuna y rpidamente,
como lo hacen ahora? O tal vez la gratitud hacia la buena seora
que tan matemalmente les extrae hasta la ltima gota de sangre a
estos campesinos prsperos ser un incentivo no menos fuerte que
la presente situacin desesperada de los campesinos, a quienes,
despus de todo, les es imprescindible tener establos y pastizales?
* Filntropo. (Ed.)
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Pompadour: tipo de funcionario dspota y arbitrario, pintado por
Saltikov-Schedrin en su obra Los Pompadour y las Pompadour. (Ed.)
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Por eso los "amigos del pueblo son los peores reaccionarios cuando
sostienen que la funcin natural del Estado es proteger al econmicamente d.
bil (as debera ser segn su trivial moral de viejas), cuando toda la historia
rusa y la poltica interior atestiguan que la funcin de nuestro Estado es
proteger slo a los terratenientes feudales y a la gran burguesa, y reprimir
del modo ms feroz todo intento de defenderse d e los econm icam ente d
biles. Y sta, por cierto, es su funcin natural, porque el absolutismo y la
burocracia estn imbuidos hasta el tutano de espritu burgus-feudal y oorque en el terreno econmico la burguesa reina y gobierna con poder indivi
sible, manteniendo al obrero "dcil como un cordero.
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moral y del valor cvico de los amigos del pueblo rusos humani
tarios y liberales.
A esta tan absurda concepcin del gobierno los amigos del
pueblo aaden la correspondiente actitud hac ia la llamada intelec
tualidad. El seor Krivenko escribe: La literatura. .. debe
valorar los fenmenos segn su sentido social v estimular cada
intento activo de lograr el bien. Ha insistido v contina insistien
do en la insuficiencia de maestros, mdicos, tcnicos, en que el
pueblo sufre enfermedades, se empobrece Tihay pocos tcnicos! 1,
es analfabeto, etc., y cuando aparecen hombres que aburridos de
pasar las horas junto al tapete verde, de intervenir en los espec
tculos de aficionados v comer pasteles de esturin en las recep
ciones organizadas por los mariscales de la nobleza en provincias,
se ponen al trabajo con una abnegacin singular [|no es para me
nos: sacrificaron el tapete verde, los espectculos v los pasteles!],
venciendo numerosos obstculos, la literatura debe felicitarlos.
Dos pginas ms adelante, con la seriedad prctica de un fun
cionario experimentado, reprende a quienes han vacilado ante la
cuestin de aceptar o no los puestos de superintendentes de los
zemstvos *, alcaldes urbanos, presidentes y concejales de los
zemstvos, designados con arreglo a los nuevos estatutos. En una
sociedad con una elevada conciencia de las necesidades y deberes
cvicos [escuchen, seores: ciertamente, esto vale tanto como los
discursos de los famosos Pompadour rusos, de unos Barnov o Kosich cualesauiera!] seran inconcebibles semejantes vacilaciones v
actitudes tales ante el problema, porque esta sociedad asimilara
a su manera cada reforma aue contuviera facetas vitales, es decir,
desarrollara los aspectos tiles y convertira en letra muerta los
intiles; en cuanto a las reformas carentes por completo de vita
lidad, seguiran siendo un cuerpo extrao.
[El diablo sabe qu es esto! Qu oportunismo barato, y qu
indulgencia en la autoadmiracin! L a tarea de la literatura con
siste en reunir chismes de saln sobre los malvados marxistas,
hacer reverencias al gobierno por haber salvado al pueblo de la
Superintendentes de los zemstvos ( zemski nachlnik ): cargo insti
tuido por el gobierno zarista en 1889 (existi hasta el derrocamiento del
zarismo) para reforzar la autoridad de los terratenientes sobre los campesi
nos. Eran nombrados entre los terratenientes nobles locales y reunan en sus
manos el poder administrativo y el judicial sobre la poblacin campesina. ( Ed.)
(UitoJfiS SON
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bajo del pueblo, debido a que ella sola concentra en sus mano$
los medios de produccin, sino que tambin presiona sobre el
gobierno, engendrando, imponiendo y determinando el cario
ter burgus de su poltica; se pondr completamente frentico,
comenzar a habar a gritos de la omnipotencia de nuestro go
bierno, de que ste, slo poi una fatal incomprensin y desdi
chada casualidad, apela* exclusivamente a los representantes
de los intereses del capitalismo y no a los 'amigos del pueblo,
que dicho gobierno implanta en forma artificial el capitalismo.. ,
Y en este barullo ellos mismos debe*i reconocer, precisamente
come representantes del capitalismo, a los taberneros que estn
en la Uuma, es decir, uno de los elementos de este mismo gobier
no que, segn ellos, est situado por encima de las clases, Pero
seores, acaso los intereses del capitalismo esto. representados en
nuestro pas, en Rusia, tan solo en la duma y tan slo por los
taberneros1? . ..
Por lo que se refiere a sucios exabruptos, los hemos visto
en cantidad ms que suficiente en el seor Mijailovski y los vol
vemos a encontrar en el seor Krivnko, quien, por ejemplo, en
su deseo de pulverizar a la odiada soci<?Idemocracia, cuenta que
algunos van a las fbricas (cuando se es ofrecen buenos puestos
como tcnicos y oficinistas), sosteniendo que su nico propsito
es acelerar el proceso capitalista, Por supuesto, no hay aecesi
dad de responder a semejantes afirmaciones absolutamente in
decentes. Aqu no cabe ms que poner pinito final,
Continen, seores, en esto mismo espirita, continen audaz
mente! El gobierno imperial el mismo que, como acaban ustedes
de decirlo, ha temado ya medidas (aunque imperfectas) para salvar
al pueblo de la ruina total--- tomar medidas, esta \ez perfectas,
para salvar a ustedes de la acusacin de trivialidad e ignorancia.
La "seriedad culta seguir como hasta ahora, con agrado, sn los
intervalos entre ios pasteles de esturin y el tapete verde, ha
blando del hermano menor y trabando proyectos humanitarios
para mejorar'' su situacin; sus representantes, se enterarn con
satisfaccin, de boca de ustedes que ocupando puestos de super
intendentes de los zemstves o de cualesquiera otros guardianes
del bolsillo dei campesino, manifiestan una alta conciencia de
tas necesidades y obligaciones cvicas. Continen! Puedan estar
seguros de que 110 slo los dejarn en paz, sino que contarn
\
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V.
I.
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mo: por lo que se ve, habr que iacluir tambin entre los socialistal al seor Pobiedonstsev *.
El seor Struve no comete en manera alguna una injusticia
tan terrible. Habla del carcter utpico del socialismo nacional de
los populistas, y por el hecho de que llame a Nuestras discrepancias
de Plejnov polmica con los populistas, se ve a quines incluye en
tre los populistas. Plejnov, indudablemente, polemizaba con so
cialistas, con personas que no tienen nada en comn con la prensa
rusa "seria y decente. Y por eso el seor Krivenko no tena dere
cho a adjudicarse lo que se refiere a los populistas. Y si quera
conocer la Opinin del seor Struve acerca de la corriente a la cual
l mismo adhiere, entonces me extraa que no haya prestado
atencin al siguiente pasaje del artculo del seor Struve y no lo
haya traducido para Rtisskoie Bogatstvo:
A medida que avanza el desarrollo capitalista dice el autor
a filosofa que acabamos de describir [la populista] ha de perder
terreno. O degenerar [wird herabsinken] en una corriente refor
mista bastante incolora, proclive a los compromisos y a buscar
compromisos
grmenes promisorios de lo cual se observan desde
hace tiempo, o reconocer el desarrollo real como inevitable y har
las deducciones tericas y prcticas que necesariamente se des
prenden de aqu; dicho en otras palabras dejar de ser utpico.
Si el seor Krivenko no adivina dnde existen en nuestro pas
grmenes de esta tendencia, slo capaz de aceptar compromisos,
yo le aconsejara echar una mirada a Rsskoie Bogatstvo, a las
concepciones tericas de esta revista, que constituyen un lamen
table intento de compaginar fragmentos sueltos de la doctrina
populista con el reconocimiento del desarrollo capitalista de Ru
sia, al programa poltico de la revista dirigido a mejorar y restaurar
la economa de los pequeos productores sobre la base del orden
capitalista existente ***.
K. Pobiedonstsev. Vase V. I. Lenin, oh. cit., Biografas, tomo
complementario 1. ( Ed.)
Ziem lich blasse kcrmpromissfahge und kompromiss su chtige ReformHchtung: en ruso se puede interpretar esto, segn creo, as: oportunismo culturalista.
*** Produce en general una lamentable impresin el intento del seor
Krivenko de atacar al seor Struve. Revela una impotencia infantil de obje
tar algo sustancia], y una irritacin tambin infantil. Por ejemplo, el seor
Struve dice que el seor Nik.-on es un utopista. Y explica con toda clari-
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timonio tan evidente los amigos del pueblo nos demuestra cun
enorme error cometen los que infunden a los obreros la idea de
la lucha contra el absolutismo, sin explicarles al mismo tiempo el
carcter antagnico de nuestras relaciones sociales, en virtud del
cual estn asimismo a favor de la libertad poltica los idelogos
de la burguesa; sin explicarles el papel histrico del obrero ruso,
como combatiente por la liberacin de toda la poblacin traba
jadora.
Se acusa a menudo a los socialdemcratas de querei monopo
lizar la teora de Marx, siendo que, segn esos crticos, su teora
econmica es aceptada por todos los socialistas. Pero surge la
pregunta: qu sentido puede tener explicar a los obreros la forma
del valor, la naturaleza del orden burgus y el papel revolucionario
del proletariado, si aqu, en Rusia, la explotacin del trabajador
se explica en general, y en todas partes, no por la organizacin
burguesa de la economa social, ni mucho menos, sino, digamos,
por la escasez de tierras, por los pagos, por el yugo de la adminis
tracin?
Qu sentido puede tener explicar a los obreros la teora de
la lucha' de clases, si esta teora no puede explicar siquiera las re
laciones entre ellos y el fabricante (nuestro capitalismo ha sido
implantado artificialmente por el gobierno), y ni hablar de la masa
del pueblo, que no pertenece a la clase ya. formada de los obreros
fabriles?
Cmo es posible admitir la teora econmica de Marx, con Su
conclusin sobre el papel revolucionario del proletariado como or
ganizador del consumo a travs del capitalismo, cuando en nuestro
pas se quiere buscar caminos que conduzcan al comunismo, al
margen del capitalismo y el proletariado que l engendra?
Es evidente que, en semejantes condiciones, llamar al obrero
a la lucha por la libertad poltica equivaldr a llamarlo a sacar las
castaas del fuego para la burguesa avanzada, porque no s puede
negar (es caracterstico que inclusive los populistas y los adeptos
de Nardnaia Volia no hayan negado esto) que la libertad pol
tica servir ante todo a los intereses de la burguesa y no mejorar
la situacin de los obreros, sino slo. .. slo mejorar las condicio
nes de su lucha. . . contra esa misma burguesa. Digo esto contra
aquellos socialistas que, aunque no admitan la teora de los social
demcratas, dirigen, sin embargo, su agitacin hacia los medios
obreros, despus de haberse persuadido empricamente de que slo
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Apndice I
Trascribo aqu, en el cuadro estadstico, los datos de los 24
presupuestos de que se habla en el texto.
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AMIGOS P E L FUEBLO
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Apndice II
El seor Struve, con toda correccin, centra su crtica a Nik.-on
en la tesis de que la doctrina de Marx sobre la lucha de clases
y el Estado es completamente ajena al economista poltico ruso.
Yo no tengo la audacia del seor Krivenko para juzgar, slo sobre
la base de este pequeo artculo ( de 4 columnas) del seor Struve,
su sistema de concepciones (no conozco otros artculos suyos); y
debo decir tambin que no concuerdo con todo lo que l sostiene,
y por eso puedo defender, no su artculo en conjunto, sino slo
ciertas ideas fundamentales que l desarrolla. Pero en todo caso
la citada circunstancia lia sido valorada de una manera profunda
mente certera: en verdad el error fundamental del seor Nik.-on
consiste en no comprender la lucha de clases, inherente a la so
ciedad capitalista. La rectificacin de este solo error sera sufi
ciente para que inclusive de sus ideas e investigaciones tericas se
dedujesen necesariamente conclusiones socialdemcratas. En rea
lidad, ignorar la lucha de clases evidencia la ms burda incompren
sin del marxismo, incomprensin de la que hay que culpar al
seor Nik.-on, tanto ms cuanto que en general ste aspira a hacer
se pasar por un riguroso admirador de los principios de Marx.
Puede nadie, por poco conocedor de Marx que sea, negar que la
doctrina sobre la lucha de clases es l eje de todo el sistema de
sus concepciones?
El seor Nik-on poda,-naturalmente, aceptar la teora de Marx
con la excepcin de este punto, sobre la base, digamos, de que no
se ajusta a los datos de la historia y de la realidad rusas; pero en
tonces, en primer lugar, no podra haber afirmado que la teora
de Marx explica nuestro sistema, no podra haber hablado siquiera
de esta teora y del capitalismo, ya que habra sido necesario
rehacer la teora y elaborar una concepcin sobre un capitalismo
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es su misin histrica.
Se puede pensar que aqu la palabra misin es inapropiada,
pero la idea del seor Struve es clara: el seor Nik.-on no ha obser
*
Cmo no llamar, en efecto, infantil a esta idea cuando para deter
minar el papel progresista del capitalismo se toma, no el grado de socializacin
del trabajo, sino un ndice tan oscilante como es el desarrollo de una sola
rama del trabajo nacionall Todo el mundo sabe que el nmero de obreros no
puede menos que ser extraordinariamente variable bajo el modo capitalista
de produccin, que dicho nmero depende de muchos factores secundarios
como las crisis, la magnitud del ejrcito de reserva, el grado de explotar 'n
del trabajo, el grado de intensidad de ste, etc., etc.
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do el trabajo del obrero ruso, cmo crece cada vez con mayor
rapidez la riqueza, y el lujo mientras la situacin del obrero em
peora da a da, la expropiacin se intensifica y el paro forzoso se
convierte en norma, en tiempos como estos, nuestros crticos del
marxismo buscan otros caminos para la patria, en tiempos como
estos se dedican a considerar el profundo problema de si se puede
reconocer aqu el papel progresista del capitalismo, teniendo en
cuenta el lento crecimiento del nmero de obreros fabriles, y si no
hay que rechazar nuestro capitalismo y considerarlo un camino
equivocado puesto que est cumpliendo mal, muy mal, sr misin
histrica.
No es esta en verdad una ocupacin elevada, de gran con
tenido humano?
Y
qu doctrinarios estrechos son esos malvados marxistas
cuando dicen que buscar otros caminos para la patria mientras en
Rusia existe por doquier la explotacin capitalista del trabajador,
significa huir de la realidad a la regin de las utopas, cuando
hallan que no es nuestro capitalismo el que cumple mal su misin,
sino que son los socialistas rusos quienes no quieren comprender
que soar con el apaciguamiento de la secular lucha econmica de
las clases antagnicas de la sociedad rusa significa caer en un es
tado a lo Manlov *, no quieren comprender que hay que esforzarse
por infundir conciencia a esta lucha y organizara para ello, emprender la labor socialdemcrata.
Como conclusin no podemos dejar de sealar otro ataque
del seor Nik.-on contra el seor Struve, en ese mismo nm. 6 de
R.
B .
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entera claridad las razones por las cuales ha llegado a esta con
clusin. Primera: el seor Nik.-on quiere la socializacin de la
produccin, y para ello apela a la sociedad [sid] y al Estado.
Esto "demuestra que el economista ruso desconoce por completo
la doctrina de Marx sobre la lucha de clases y sobre el Estado.
Nuestro Estado es representante de las clases gobernantes. Se
gundo: Si se contrapone al capitalismo real un rgimen econmi
co imaginario, cosa que debe suceder sencillamente porque noso
tros lo queremos; dicho en otras palabras, si se quiere la sociali
zacin de la produccin al margen del capitalismo, esto slo
testimonia una interpretacin ingenua, que no corresponde a la
historia. Con el desarrollo del capitalismo, con la eliminacin de
la economa natural, con la reduccin de la poblacin rural, la
nacin moderna saldr de las tinieblas en las que todava se en
cuentra en nuestra poca patriarcal (hablamos de Rusia), saldr
a la clara luz de la' lucha abierta de clases, y para la socializacin
de la produccin habr que buscar otras fuerzas y factores.
Pues no es esta acaso una argumentacin harto clara y pre
cisa? ,>Se puede acaso poner en duda la verdad de las referencias
especficas del seor Struve a las ideas del autor? Acaso el seor
Nik.-on en realidad tom eri consideracin la lucha de clases, pro
pia de la sociedad capitalista? No. Habla de la sociedad y del
Estado y olvida esa lucha, la desecha. Dice, por ejemplo, que el
Estado ha apoyado al capitalismo en lujrar de socializar el traba'jo
por medio de la comunidad rural, etc. Es evidente que considera
que el Estado poda actuar de una manera o de la otra, y que por
consiguiente est situado al margen de las clases. No resulta
claro que acusar al seor Strave de recurrir a espantajos es una
injusticia -flagrante? No es claro que la persona que piensa que
nuestro Estado es un Estado de clase no puede dejar de considerar
utopista ingenuo y reaccionariou a quien se dirige a dicho Estado
para pedirle la socializacin del trabajo, es decir, la eliminacin
de las clases gobernantes? Es ms: cando se acusa al adversario
de emplear espantajos y se silencia al mismo tiempo el criterio
del cual se desprende su opinin, a pesar de que lo ha expuesto
con claridad; cuando adems se lo acusa en una revista sometida
a la censura, a la cual no tiene acceso ese criterio, no cabe r>ensar
que este es "un procedimiento completamente inadecuado?
Sigamos. El seor Struve formula el segundo argumento con
no menos nitidez. Que la socializacin del trabajo al margen del
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Apndice 111
Al hablar de una comprensin estrecha del marxismo, me
refiero a los marxistas mismos. No se puede dejar de observar a
este propsito que el marxismo es escandalosamente empequee
cido y tergiversado cuando nuestros liberales y radicales se toman
la tarea de exponerlo en las pginas de la prensa legal. [Qu ex
posicin! Pinsese slo de qu manera hay que mutilar esta doc
trina revolucionaria para hacerla caber en el lecho de Procusto de
la censura rusa! Y nuestros autores realizan con toda tranquilidad
semejante operacin: en su exposicin el marxismo queda casi re
ducido a la doctrina de cmo experimenta su desarrollo dialctico,
bajo el rgimen capitalista, la propiedad individual, basada en el
trabajo del propietario, cmo se convierte en su negacin y des
pus se socializa. Y con aire de seriedad ven en este esquema
todo el contenido del marxismo, dejan a un lado todas las particu
laridades de su mtodo sociolgico, dejan a un lado la doctrina
de la lucha de clases, dejan a un lado la finalidad directa de la in
vestigacin: exponer todas las formas de antagonismo y de explo
tacin para ayudar al proletariado a suprimirlas. No es extrao
que el resultado sea algo tan gris y estrecho, que nuestros radicales
no cesan en sus lamentaciones a propsito de los pobres marxistas
rusos. No es para menos! El absolutismo ruso y la reaccin rusa
no seran absolutismo y reaccin si bjtjo su existencia se pudiese
exponer ntegra, exacta y plenamente el marxismo, y explicar a
fondo sus conclusiones! Y si nuestros liberales y radicales cono
ciesen como es debido el marxismo (aunque slo fuese por la
literatura alemana), les dara vergenza mutilarlo as en las pgi
nas de una prensa sometida a la censura. Si no se puede exponer
un teora, callen o hagan la reserva de que estn muy lejos de ex
ponerlo todo, que omiten lo ms esencial, pero por qu entonces
presentar fragmentos y alborotar luego hablando de su estrechez?
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(Ed.)
CAFTUIjO I
COMENTARIOS A LA PROFESSION D E F O I POPULISTA
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mejor que muchos admiradores del campo para los cuales { , . . ] ste es [ . . .1
una especie de pasaporte liberal de esos que en pocas semejantes a las
que estamos viviendo se agencian, por lo comn, todos los burgueses listos
y de espritu prctico.
Por qu cree usted, seor populista, que ocurre una cosa tan
ofensiva y dolorosa para alguien que desea representar los intere
ses del trabajo, como es la trasformacin en pasaporte liberal de
aquello que l considera la garanta para el futuro? Ese futuro
debe excluir a la burguesa, pero la forma que usted propicia para
llegar a ese futuro, no slo no tropieza con la hostilidad de los
burgueses listos y de espritu prctico, sino que stos la aceptan
complacidos, y la toman como pasaporte.
Cree usted que sera concebible algo tan escandaloso si no
sealara las garantas para el futuro no all donde las contradic
ciones sociales propias del rgimen en el que mandan los burgue
ses listos y de espritu prctico, se encuentran poco desarrolladas,
en estado embrionario, sino all donde estn desarrolladas al
mximo, hasta el nec plm ultra, y, por consiguiente, no es posible
limitarse a paliativos y medias tintas, all donde los deaiderata *
de los trabajadores no pueden ser utilizados en provecho propio,
all donde la cuestin se plantea de manera tajante?
No dice usted mismo, ms adelante, lo siguiente?;
Los pasivos amigos del pueblo no auieren comprender el hecho tan
simple de eme en la sociedad todas las fuerzas activas se dividen por lo
comn en dos de la misma potencia y opuestas la una a la otra, y que las
fuerzas pasivas, que en apariencia no participan en la lucha, sirven a la
fuerza que en ese momento prevalece (pg. 132).
( E d.)
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(E d . )
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Amenazante pare u? Para los proceso,' digestivos? El capita
lismo, lejos de amenazarlos", les promete delicados y suculentos manjares.
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- K. T. (K T d in ): V. I Tente. (E d.)
** Locucin inglesa con la aue se denomina el sistema de yaget los
salarios de los obreros con mercaderas y comestibles de las proveeduras de
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Eh
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L l i Nl l Ni
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iQu vagos son en este pasaje los rasgos distintivos de los amigos
pasivosi Entre ellos hay tambin, seguramente, personas ntegras que sin
duda aman al pueblo sinceramente. De la comparacin precedente surge
con toda evidencia que hay que oponer al pasivo el que participa en la lucha
de las fuerzas sociales opuestas la una a la otra. Hier liegt der Hund
begraben. [Equivale en espaol a: Esa es la madre del borrego". ( E d .) ]
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hacer nada. Acaso los landlords ingleses, que no llegan a 30.000, habran
podido gobernar siglos fa&rwrs capitalistas a una masa hambrienta de varias
decenas de millones de personas? El farmer es un verdadero combatiente en
el sentido poltico y una pequea clula expropiadora en el econmico [ . . . ]
En las fbricas, el papel de los farmers lo desempean los capataces y sus
ayudantes, que reciben M uy buena paga no slo por su destreza en el trabajo,
sino tambin para que vigilen a los obreros, para ser los ltimos en retirarse de
las mquinas, para impedir que los obreros presenten reivindicaciones de
aumento de salarios o reduccin de la jomada de trabajo y para permitir que
los patronos puedan decir de ellos, sealndolos: Fjense cunto pagamos
a quienes trabajan y nos reportan provecho; los comerciantes, que mantienen
las ms estrechas relaciones con los patronos y la administracin de las fbri
cas; los oficinistas e inspectores de toda laya, y dems gentuza por cuyas
venas corre an sangre obrera, pero de cuyas almas es ya seor absoluto el
capital. [|Muy bien dichol K .T .] Naturalmente, lo que observamos en In
glaterra podemos verlo tambin en Francia, en Alemania y en otros pases.
[Exacto! Y en Rusia tambin. K. T.] En algunos casos varan slo los de
talles, pero aun stos son en su mayor parte los mismos. La burguesa fran
cesa, que venci a fines del siglo pasado a la aristocracia, mejor dicho, que
se aprovech de la victoria del pueblo, form entre ste a la pequea bur
guesa, que la ayud a desplumarlo, lo desplum ella misma y lo dej a
merced de aventureros [ . . . ] Mientras en la literatura se cantaban himnos
al pueblo francs, mientras se ensalzaba su grandeza, su magnanimidad y su
amor a la libertad, mientras el humo de todo ese incienso flotaba como una
niebla sobre Francia, el gato burgus se iba zampando el pollo, y se lo zamp
casi entero dejando al pueblo tan slo los huesos. La decantada posesin
popular de la tierra result microscpica, poda medirse por metros, y muy
a menudo ni siquiera bastaba para pagar los impuestos. . .
Detengmonos en esto.
En primer lugar, desearamos preguntar al populista quin
en nuestro pas se aprovech de la victoria sobre el rgimen de
servidumbre, sobre la capa de la antigua nobleza. No fue
acaso la burguesa? Qu ocurra en nuestro pueblo cuando
en la literatura se cantaban himnos, esos himnos de que habla
el autor, acerca del pueblo, del amor al pueblo, de la magnanimi
dad, de las caractersticas y virtudes de la comunidad rural, de la
adaptacin social recproca y de la actividad solidaria dentro de
la comunidad; acerca da que toda Rusia era una cooperativa y de
que en la comunidad centra sus pensamientos y acciones toda la
poblacin rural, etc., etc., e tc .,... himnos que se siguen cantando
hoy (aunque en tono menor) en las pginas de la prensa liberal
populista? A los campesinos, naturalmente, no les quitaron las
tierras, el gato burgus no hizo un buen almuerzo con el pollo, 110
se lo zamp casi todo; la decantada posesin popular de la tie
el
Co n t e n i d o
e c o n m ic o
del
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Original razonamiento! La Constitucin cerr las vas legalesl Esto es un reflejo de la famosa vieja teora de los populistas
rusos, que exhortaba a los intelectuales a renunciar a la libertad,
afirmando que sta slo a ellos beneficiara, mientras que aban
donara al pueblo en manos de la clase media pudiente. No
vamos a discutir esta necia y reaccionaria teora, pues todos los
populistas contemporneos, en general, y nuestros adversarios ms
Expresin del seor V. V.
nms. 47-49 de 1894.) (Ed.)
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*
De modo que el fracaso de), proyecto de supresin do la comunidad
iura! significa a v-ctoria sobre quienes estn interesados en la instauracin
del ord<?n burgus!
El populista hace de a comunidad una utopa peoueoburguesa y
1iie<ro llera a tan olmpico desprecio por la realidad eme en el proyecto contra
la comunidad no ve nada menos que la instauracin del orden burgus, cuan
do ese* proyecto no e- ms que una simple treta poltica sobre la base del
sistema burcus, ya plenamente "instaurado.
Para el populista el argumento ms .contundente contra el marxisla con
siste en la siguiente pregunta, q-?e liace con are triunfal: pero dgame quiere
usted suprimir la comunidad o no? S o 110? Para l iodo el problema reside
en la instauracin. No quiere en absoluto comprender qua, desde el punto
de vista mandsts, la instauracin es un hecho indiscutible desde hace tiem
po, un hecho al que no puede afectar ni la destruccin de la comunidad ni su
roitalecimiento, as c o e o es idntica ia dominacin del capital tanto en la
aldea comunal como en la aldea compuesta por familias campesinas inde
pendenles.
El populista trata de presentar comc apologa de la instauracin la
ms profunda protesta contra ella. Como suele decirse, quien se est alie
nando se agarra ds una paja.
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nos sin hogar, sin ganado, sin caballo y otros con varios caballos. To
do el mundo sabe que en cada aldea de slido rgimen comunal,
este fraccionamiento econmico y la economa mercantil son terreno
abonado en el que crecen esplendorosas las flores del capital usu
rario y de la servidumbre en todas sus formas. Y los populistas
an siguen con sus empalagosos cuentos acerca de algo que ellos
llaman vida comunal!
En efecto, la joven burguesa se desarrolla en nuestro pas no por das
sino por horas y ,no slo en las zonas limtrofes donde abundan los judos,
sino tambin en el corazn de Rusia. Por el momento es muy difcil expresar
su nmero en cifras, mas a juzgar por la creciente cantidad de propietarios
agrarios, a juzgar por el aumento de patentes de comercio y de las quejas
que nos llegan de las aldeas contra los kulaks y los usureros, as como por
otros indicios *, puede suponerse que es ya bastante considerable.
A lo que podra aadirse las compras con ayuda del banco campesino,
las tendencias progresistas en la agricultura la* mejoras tcnicas y del
cultivo, el empipo de aperos ms perfectos, las pasturas artificiales, etc.,
el desarrollo del pequeo crdito, la organizacin de un mercado para lo
kustares, etc., etc.
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Por cierto, ella [la joven burguesa rural] no est, toda, ni mucho menos,
comprendida aqu. La palabra "sanguijuela' no es, naturalmente, nueva para
Rusia, pero jams tuvo el significado que tiene hoy, jams ejerci eii los
convecinos la presin que hoy ejerce. Comparado con el de hoy, el usurero
de antes era un personaje pa triar el; siempre se subordinaba a la comunidad,
y a veces se trataba simplemente de un haragn que no pona de manifiesto un
gran afn de lucro. Hoy la palabra usurero tiene otro significado, y en la
mayora de las provincias ha pasado a ser un concepto slo genrico, que se
emplea relativamente poco y es sustituido por los vocablos kulak, parsito,
comerciante, tabernero, contratista, prestamista, etc., etc. Este desdoblamien
to de una palabra en varios vocablos, en parte poco nuevos y en parte total
mente nuevos o no usados antes por los campesinos, demuestra, ante todo,
que en la explotacin del pueblo se ha producido la divisin del trabajo y,
adems, que se han desarrollado ampliamente la rapacidad y su especializacin. Casi en cada aldea hay uno o varios de esos explotadores.
393
*
"La masa seguir [ . . . ] trabajando para otros ( artculo que anali
zamos, pg. 135); si no fuera libre (d e facto, pues d e jure piiede inclusiv
tener su nadiel), eso, claro est, no podra ser.
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I.
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9
Para evitar malentendidos, aclarar que por "base del capitalismo
entiendo la relacin social que, en, distintas fprmas, reina en la sociedad capi
talista y que Marx expres con la frmula: dinero-mercanca-dinero con un
excedente.
Las medidas que proponan los populistas no afectan esa relacin y no
afectan ni la produccin, da mercancas, que pone en manos de personas pri
vadas el dinero = producto del trabajo social, ni la divisin del "pueblo en
poseedores de ese dinero y pobres.
El marxista toma esta relacin en su forma ms desarrollada, que es
la quintaesencia de las dems formas, y seala al productor la tarea y el
objetivo: destruir esa relacin y sustituirla por otra.
399
Y
sin embargo, los seores populistas pronuncian melosos dis
cursos acerca del carcter artificial del capitalismo urbano, acera de que es una flor de invernadero que morir si no se la cuida,
etc., etc. Basta considerar ms sencillamente los hechos para ver
<on claridad que esa burguesa artificial est integrada precisa\ inente por las sanguijuelas de la aldea que se han trasladado a la
<iudad, y crecen con toda espontaneidad en ese terreno alumbrado
l>or la luna capitalista que obliga a cada campesino del montn
;> comprar ms barato y a vender ms caro.
...Verem os aqu: dependientes, oficinistas, comerciantes minoristas,
^ndedores ambulantes, contratistas de todo tipo (yeseros, carpinteros, alha
mes, etc.), conductores de trenes, porteros, policas, comisionistas de Bolsa,
encargados de postas, fondas y posadas, dueos de distintos talleres, capataces
ilo fbricas, etc., etc. Todos ellos constituyen la autntica joven burguesa,
on todos sus rasgos distintivos. Su cdigo moral es tambin aqu muy redu
cido: toda su actividad est basada en la explotacin del trabajo ", y el objetivo
<le su vida consiste en adquirir un capital o un capitalito para pasar el tiempo
entregados a estpidas diversiones. . .
. . . S que muchos se alegran de verlos, encuentran en ellos inteligencia,
energa, iniciativa y los consideran los elementos ms progresistas del pueblo,
ven en ellos un paso directo y natura^ de la civilizacin de su patria, cuyas
asperezas limar el tiempo. Oh, s desde hace mucho que en el pas se ha
formado una gran burguesa de gente culta, de comerciantes y de aristcratas
que no pudieron soportar la crisis de 1861 y vinieron a menos, o se sintieron
dominados por el espritu de la poca; s que esa burguesa ha formado ya
los cuadros del tercer estado y que le faltan precisamente esos elementos
salidos del pueblo, que le gustan porque sin ellos no puede hacer n a d a .. .
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V.
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E L CONTENDO ECONMICO
d el
p o p u l is m o
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L Mi
n;
Y
he aqu que comienza su sermn de vieja; eso es nocivo
y peligroso.
No compara la nueva forma de explotacin con la anterior,
con la feudal, no se fija en los cambios que ha introducido en la
relacin entre el productor y el propietario de los medios de pro
duccin, y la compara con una absurda utopa filistea: con una
pequea empresa independiente que, siendo mercantil, no lleve
a lo que en realidad lleva (vase antes: florece opulento el kulakismo y tiende a esclavizar a los ms dbiles, trasormndolos en
peones rurales, etc.). Por eso, su protesta contra el capitalismo
(protesta muy legtima y justa) se convierte en un lamento
reaccionario.
No comprende que, al sustituir la forma de explotacin que
sujetaba al trabajador a su localidad por una forma que lo desplaza
de un sitio a otro por todo el pas, la tendencia burguesa ha hecho
una obra til; que al sustituir una forma de explotacin, en que la
apropiacin del plusproducto era disimulada por las relaciones per
sonales entre el explotador y el productor, por las obligaciones ci
viles y polticas mutuas de los ciudadanos, por el suministro de
una parcela de tierra, etc.; al sustituir por una forma que pone en
lugar de todo eso el desalmado pago en contante y sonante y
compara la fuerza de trabajo con cualquier otra mercanca u ob
jeto, no comprende que la tendencia burguesa despoja la explo
tacin del velo de la (falta de claridad y de las ilusiones, y ponerla
al desnudo es ya un gran mrito.
Hay que prestar atencin, adems, a la afirmacin de que la
tendencia burguesa ha prendido en nuestra sociedad en los ltimos
aos. Acaso slo en los ltimos aos? No se manifest con
toda evidencia tambin en la dcada del 60? No domin asimismo
en el trascurso de toda la dcada del 70?
E l pequeo burgus trata otra vez de suavizar las cosas, de
presentar el carcter burgus qu define a nuestra sociedad en
el trascurso de toda la poca posterior a la Reforma, como un apa
sionamiento temporal, como una moda. Los rboles impiden ver
el bosque: este es el rasgo esencial de la doctrina pequeoburguesa. Detrs de la protesta contra el rgimen de servidumbre y de los
furiosos ataques contra ste, el idelogo de la pequea burguesa
no ve la realidad burguesa porque teme mirar de frente la base
econmica del sistema que fue instaurado mientras vociferaba
contra l. Detrs de la alharaca de toda la literatura avanzada
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barbudo, con botas de caa alta bien lustradas, que se inclinaba ante cual
quier pequeo funcionario de la polica, se ha trasformado rpidamente en
un hombre de negocios de tipo europeo, desenvuelto, inclusive insolente y
altivo, galardonado a veces con una condecoracin y con un alto cargo. Si
se fija uno en esa gente surgida de modo tan inopinado, ve con asombro
que la mayora de esas luminarias eran ayer taberneros, contratistas, depen
dientes de comercio, etc., etc. Esos advenedizos animaron la vida urbana,
pero no la mejoraron. Introdujeron en ella un desordenado ajetreo y una
extraordinaria confusin de concentos. El aumento de las operaciones mer
cantiles y la demanda de capital desarrollaron la fiebre de las empresas, que
se convirti en el delirio de los juegos de azar. Multitud de fortunas amasadas
inesperadamente han llevado al ltimo grado el afn de lucro, etc.. . .
Es indudable que esa gente ejerce la ms fatal influencia en la moral
del pueblo [|he aqu en qu consiste la desgracia: en el relajamiento de la
moral, y no, en absoluto, en las relaciones de produccin capitalistas! K. T.J;
v si admitimos que los obreros de la ciudad estn ms pervertidos que los
del campo, no queda la menor duda de que ello se debe a que estin mucho
ms rodeados de esa gente, respiran el mismo aire y viven la vida por ella
creada.
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sin!!
Y esos seores se asombran cuando se les dice que son unos
ingenuos, unos romnticos!
l contraro, respetable seor populista, los "kulaks * * edu
can a k literatura, le suministran ideas (acerca de la inteligencia,
la energa y la iniciativa, acerca del paso natural de la civilizacin
de su patria) y te proporcionan medios. Su referencia a la literatura
es tan ridicula como si alguien, al ver enfrentados a dos ejrcitos
enemigos, se dirigiera al ayudante del mariscal de campo enemigo
cou el sumiso ruego de actuar ms solidariamente. S, es exac
tamente lo mismo.
Lo mismo puedo decirse del desee de 'despertar la opinin
En francu en eX original. (E d .)
Es en vocablo excesivamente estrecho. Debera haberse empleado un
trmino ms exacto y preciso: burguesa.
K L COMTKN j J O
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Aliez toufours! 0
. y 3D segundo lugar debe gozar de ms libertad de palabra y de mayor
acceso ai pueble.
jStga!, sigan! (S d .)
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esta rrentira, por buenas y sinceras que hayan sido las intenciones
de su autor. El primer deber de quienes desean buscar caminos
hacia la felicidad humana es no engaarse a s mismos y tener
el valor de reconocer sinceramente los hechos.
Y
cuando los idelogos de la clase trabajadora comprendan
esto y lo sientan, reconocern que les ideales no deben consistir
en trazar caminos mejores y ms cortos, sino en formular las tareas
y los objetivos de la dura lucha de las clases sociales, que se1 de
sai-rolla ante nuestros ojos, en nuestra sociedad capitalista; que la
medida1del xito de sus aspiraciones no la dar la elaboracin de
consejos a la sociedad y al Estado, sino el grado de difusin
de estos ideales en el seno de determinada clase de la sociedad;
que los ms elevados ideales no vale un bledo si no se sabe fun
dirlos indestructiblemente con ios intereses de los participantes de
la lucha econmica, fundirlos con esos problemas cotidianos tan
pequeos y estrechos de la; clase dado' comc el de la justa remu
neracin del trabajo", con esos problemas que nuestro grandilo
cuente popuiisa mira con tan sublime, desdn.
. . . Pero oso nc es todo: el desarrollo intelectual, como desgraciadamente
lo vemos a cada paso, no garani iza que en el hombre nc despierten ambiciones
e instintos rapares. Y por ello neben tomarse sin ilacin las medidas necesarias
para proteger el campo contra la rapacidad; deben tomarse, en primer Jugar,
para proteger la comunidad rural corno forma de vida social que contribuye al
perfeccionamiento moral del hombre. La comunidad rural debe sor garantizada
de una vez y para siempre Pero tampoco esc as todo: dada su situacin eco
nmica actual y las cargas fiscalss, la comunidad rural no puede existir, y por
ello es necesario tomar medidas pare amplia" la posesin de la tierra po- los
campesinos, reducir los impuestos y organizar as industrias populares.
Estas son ias medidas contra ios kulaks, medidas que debe apoya: y
defender toda la literatura honrada. Estas medidas no so, naturaimonte, nue
vas; pero son las nicas y no todo el mundo, ni mucho menos, est an con
vencido de ello (F in ).
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No hablo, claro est, del origen (histrico del marxismo, sino de su con.
tenido actual.
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satura con sus intereses toda su vida y que crea su moral, el amor
a la tierra regada por el sudor de muchas generaciones, todo eso
constituye un rasgo distintivo inalienable de la existencia del cam
pesino, completamente desconocida por el proletariado obrero, y
por ello, aunque la de ste es tambin una vida de trabajo, se basa
en la moral burguesa ( individualista y apoyada, en el principio del
derecho adquirido), y sn el mejor de los casos en una moral filo
sfica abstracta, mientras que la base de la moral campesina es
precisamente el trabajo, su lgica y sus exigencias (16). Aqu
vemos ya, bien ntidos, los rasgos reaccionarios del pequeo pro
ductor, su ignorancia, que le hace creer que est destinado por
los siglos de los siglos al sagrado deber" de ser una bestia de car
ga; su servilismo, heredado de sus padres y abuelos; el apego
a su pequea hacienda individual tanto teme perderla que re
nuncia inclusive a la idea de una justa remuneracin y se mani
fiesta contra toda agitacin, a esa hacienda que, por su baja
productividad y por sujetar al trabajador a un lugar lijo, hace de
el un salvaje y, en virtud ya de las condiciones econmicas, en
gendra necesariamente su ignorancia y su servilismo. La destruc
cin de estos rasgos reaccionarios es un indiscutible mrito que
debemos acreditar a nuestra burguesa; su papel progresista con
siste precisamente en que ha roto todos los lazos de los trabaja
dores con el rgimen feudal, con las tradiciones feudales. Las for
mas medievales de explotacin, disimuladas por las relaciones
penonales del seor con sus vasallos y del kulak y el mayorista
locales con los campesinos y los kustares, as como por las relacio
nes del patriarcal modesto y barbudo millonario" con sus mu
chachos, formas que crearon, debido a ello, ideas ultrarreaccionarias, las ha sustituido y las contina sustituyendo la burguesa
por la explotacin del hombre de negocios, desenvuelto, a la euro
pea, por la explotacin impersonal, desnuda, sin tapujos, que
destruye, por eso mismo, todas las ilusiones y sueos absurdos. La
burguesa acab con el anterior aislamiento del campesino (la
vida sedentaria), que no quera ni poda saber de nada que no
fuera su pedacito de tierra, y, al socializar el trabajo y elevar ex
traordinariamente su rendimiento, empuj con fuerza al produc
tor a la palestra de la vida social.
E l seor Struve dice de este razonamiento de Iuzhakov:
Como vemos, el seor Iuzhakov demuestra con toda evidencia
el carcter eslavfilo de las races del populismo (1 8 ). Ms ade
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los Marx: La guerra civil en Francia, pg. 23. Leiozig. 1876. Ed.] y Der
achtzehnte Brumaire, S. 45-46 (Hmb. 1885) [El Dieciocho Brumario, pgs.
45-46. Hamburgo, 1885. Ed.]: "E l inters material de la burguesa francesa
est entretejido del modo ms ntimo con la conservacin de aquella extensa
y ramificadsima maquinaria del Estado [se trata de la burocracia]. Coloca
aqu a su poblacin excedente y completa en forma de sueldos del Estado lo
que no puede embolsarse en forma de beneficios, intereses, rentas y honorarios.
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d e Estado. Ed.)
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*
Todo el proceso se manifiesta en que la pequea produccin (el arte
sanado) se aproxima por algunos de sus elementos al capitalismo y por
otros al trabajo asalariado, privado de medios de produccin (pg. 104).
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En rigor, ese mecanismo slo podia estar a! servicio de la burguesa,
como ya dijimos antes, tanto por su composicin como por su origen histrico.
t't>En realidad habra que decir: se concedi a parte de los campesinos
el derecho a rescatar de los terratenientes paite.i de sus propias tierras de nadie]
pagando por ellas el dble del precio debido. Ni siquiera sirve la palabra
concedi ya que, si se negaba a que se le asegurase un nadiel; el campe
sino corra el oeligro de ser azotado en la administracin del distrito.
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Pasemos a la teora del seor Struve acerca del carcter de
la superpoblacin en la Rusia agraria. Este es uno de los puntos
ms importantes en los que el seor Struve se aparta de la doc
trina del marxismo para abrazar el malthusianismo. La esencia
de su punto de vista, que expone en la polmica con el seor N.-on,
es que la superpoblacin en la Rusia agraria * no es capitalista,
sino, por as decirlo, superpoblacin simple que acompaa a la
economa natural *.
Puesto que el seor Struve dice que su objecin al seor N.-on
coincide plenamente con la objecin general de F. A. Lanee a la
teora de la superpoblacin relativa enunciada por Marx (183,
nota), veamos primero esta objecin general de Lange para aqui
latarla debidamente.
En su obra El problema obrero, cantulo V (trad. al ruso
pgs. 142-178) Lange se ocupa de la ley de la poblacin enuncia
da por Marx. Empieza por la tesis principal de Marx de aue, en
general, a cada modo de produccin histricamente particular le
corresponde su propia ley de crecimiento de la poblacin, que slo
tiene una significacin histrica. La ley abstracta de la reproduc
cin rige nicamente para las plantas y los animales * . Lange
objeta:
Permtasenos sealar que, hablando en rigor, para las plan
tas y los animales tampoco rige ninguna ley abstracta de repro
duccin, ya que, en general, la abstraccin es hallar lo comn en
toda una serie de fenmenos homogneos (143). A continuacin,
Lange explica en detalle a Marx qu es abstraccin. Es evidente
que no comprendi el sentido de las palabras de Marx. ste opone
en este aspecto el hombre a las plantas y los animales basndose
en que el primero vive en distintos organismos sociales, que se
suceden histricamente y son determinados por el sistema de pro
duccin social y, por consiguiente, de distribucin. Las condicio
nes de multiplicacin del hombre dependen en forma directa de
*
As habla el seor Struve en su artculo publicado en Sozialpolitisch.es
Centralblatt (1893, nm. 1, del 2 de octubre). Aade que nc considera
malthusiana tal concepcin.
** Vase C. Marx, ob. cU., t. I, pg. 508. (E d.)
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del Th rcado interior para el capital industrial ( Das Kapitnl, 2. AufL, S. 776
u. ff.) r,E l capital, 9$ ed., pg<. 776 y siguientes. Vase C. Marx, ob. ext., t. I,
pgs. 597 y siga. Ed.1
*
Diremos de paso que la observacin de este hecho fue, probable
mente, lo cine dio pie a Lange para hacer su enmienda a la teora de Marx,
que ro acab do comprender, En vez de toma1- como punto de paitida, al
Analizar esto hecho, el modo dado (capitalista) de produccin social e invesigai su aparicin en la agricultura, invent distintas particularidades sobre
los hbitos populares*.
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divisin del campesinado; la saca en virtud de su apego al malthusianisnno. Por ello contina el aumento de la productividad
del trabajo agrcola es ventajoso y beneficioso para el campesinado
n^o (204). Estamos desconcertados: el autor acaba de hacer a
los populistas una acusacin seria (y en grado sumo justa) por sus
razonamientos en torno de la ficcin que supone considerar al
campesinado como un todo nico, pero l mismo utiliza en su
anlisis esa ficcin! Si las relaciones en el seno de ese campesi
nado son tales que la minora se hace fuerte econmicamente
y la mayora se proletariza, si la minora aumenta sus,propiedades
agrarias y se enriquece, y la mayora siempre est en dficit y se
arruina, cmo se puede hablar de que el proceso en general sea
ventajoso y beneficioso? Quizs el autor haya querido decir que
este proceso es ventajoso para una y otra parte del -campesinado.
Pero en tal caso habra debido, en primer lugar, estudiar la situa
cin de cada uno de los grupos y analizarla por separado y, en se
gundo trmino, dado el antagonismo existente entre ellos, estable
cer con toda precisin desde el punto de vista de qu grupo se
dice que eso es ventajoso y beneficioso. Las fallas y la inconse
cuencia del objetivismo del seor Struve se ponen de manifiesto
una vez ms en este ejemplo concreto.
Como el seor N.-on mantiene en este problema una opinin
contraria y afirma que el aumento-de la productividad del trabaj
agrcola *, si los productos se producen como mercancas, no puede
llevar a la elevacin del bienestar del pueblo (Ensayos, pg. 2 6 6 ),
el seor Struve pasa a refutar esta opinin.
En primer lugar, dice, los campesinos sobre los cuales la crisis
actual ha descargado todo su peso producen trigo para su propio
consumo; en vez de venderlo, compran ms. Para esos campesi
nos para un 50 por ciento (los que poseen un caballo o no tienen
ninguno), en todo caso para no menos del 25 por ciento (los que
no tienen caballo) el aumento de la'productividad del trabajo
ser siempre ventajoso, a pesar de la-baja del precio del trigo.
En efecto, el aumento de la productividad del trabajo sera,
por supuesto, ventajoso para esos campesinos si pudieran conservar
su hacienda y elevarla a un nivel superior. Pero los campesi
nos con un caballo o sin caballo no estn en esas condi
* E n todo caso es deseable y necesario, aade el seor N.-on.
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talistan,
^ a s e en particular 4, cap. XXIV : Gnesis d e los agricultores cavi773-776. (Vase C. Marx, ob. cit., t. I, pgs. 595 y sigs. Ed.)
titud cada una de las etapas sucesivas del desabollo del antagonis
mo de estas clases.
Pero es as como el seor Struve formula el problema. No
slo no corrige el mencionado error del seor N.-on, sino que, por
el contrario, l mismo lo repite, y habla, desde el punto de vista
de un profesor situado por encima de las clases, de las ventajas
del progreso para el campesinado. E ste intento de situarse por
encima de las clases hace que las afirmaciones del autor sean tan
nebulosas que de ellas se pueda extraer las siguientes conclusiones
burguesas: a la afirmacin, indiscutiblemente justa, de que el ca
pitalismo en la agricultura (lo mismo que el capitalismo en la in
dustria) empeora la situacin de los productores, opone la tesis
de que esos cambios son en general ventajosos. Es lo mismo que
si alguien, al hablar de las mquinas en la sociedad burguesa, re
futase la teora de que empeoran la situacin de los trabajadores,
sostenida por un economista romntico, diciendo que el progreso
es en general ventajoso y beneficioso.
En respuesta al seor Struve, un populista probablemente
dira: lo que el seor N.-on teme no es el aumento de la productivi
dad del trabajo, sino el predominio de la burguesa.
Es indudable que el progreso de la tcnica en la agricultura,
en el sistema capitalista existente en nuestro pas, est vinculado
al dominio de la burguesa, pero el temor que ponen de mani
fiesto los populistas resulta, claro est, completamente absurdo.
E l dominio de la burguesa es un hecho de la vida real, el trabajo
se halla subordinado al capital tambin en la agricultura, y lo que
hay que temer no es el dominio de la burguesa, sino la falta
de conciencia de este dominio por parte del productor, su falta de
capacidad para defender frente a l sus intereses. Por ello no hay
que desear que sea frenado el desarrollo del capitalismo, sino, por
el contrario, hay que desear que se desarrolle plena y totalmente.
Para sealar con el mayor detalle y exactitud posibles el fun
damento del error cometido por el seor Struve al tratar sobre la
agricultura en la sociedad capitalista, intentaremos describir (d el
modo ms general) el proceso de formacin de las clases, parale
lamente a los cambios en la tcnica, que han dado pie a este razo
namiento. E l seor Struve establece una rigurosa diferencia entre
la agricultura extensiva y la intensiva, y ve la raz de los errores
del seor N.-on en que ste no quiere reconocer nada ms que la
sericultura extensiva. Nosotros trataremos de demostrar que el
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Pasemos aliora a analizar la segunda parte del captulo VI,
dedicada a la diferenciacin del campesinado. Esta parte tiene re
lacin directa e inmediata con ia anterior y sirve de complemento
ai problema del capitalismo en la agricultura.
Despus de sealai que los precios de los productos agrcolas
aumentaron en el trascurso de los primeros veinte aos posteriores
a la Reforma y que la produccin de mercancas ss desarroll en
la agricultura, el seor Struve observa con mucha razn que con
ello se beneficiaron, sobre todo, los terratenientes y los campesi
nos acomodados (2,14). L a diferenciacin en el seno de la po
blacin rural deba aumentar, y a esa poca corresponden sus pri
meros xitos. E l autor cita observaciones de investigadores lo
cales, segn ios cuales el tendido de ios ferrocarriles slo elev el
nivel de vida de los campesinos acomodados y el arriendo de tie
rras origina entre los campesinos un verdadero combate, que
termina siempre con la victoria de ios elementos econmicamente
fuertes (216-217). Cita ambin la investigacin de V. Pstnikov,
segn la cual las haciendas de los campesinos acomodados estn
ya tan subordinadas al mercado, que los productos del 4G por ciento
de su superficie sembrada estn destinados a la venta, y despus
de aadir que en el polo opuesto los campesinos pierden su in
dependencia econmica y, al vender su fuerza de trabajo, son ya
casi peones, concluye muy acertadamente:
Slo a la penetracin de la economa cambiara se debe el
que las haciendas campesinas econmicamente fuertes puedan sa
car provecho de la ruina de las dbiles" (2231. E l desarrollo de
la economa monetaria y el aumento de la poblacin dice el
autor hace que el campesinado se divida en dos partes: una eco
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efecto, qu es el sojuzgamiento? E s la dependencia del campesino propietario de sus medios de produccin y obligado a trabajar
para el mercado, con respecto al poseedor del dinero, dependen
cia que, cualquiera sea el modo en que se exprese (en forma de
capital usurario o de capital del mayorista que ba monopolizado
la venta), siempre conduce a que una parte enorme del producto
del trabajo no vaya a parar al productor, sino al poseedor de di
nero. Por lo tanto, su esencia es puramente capitalista *, y toda
su peculiaridad consiste en que esta forma primaria, embrionaria,
de las relacionis capitalistas est totalmente enmaraada con las
anteriores relaciones feudales: no hay libre contratacin sino con
venios forzados (unas veces por orden de los de arriba y otras
por el deseo de no perder sus empresas, o por viejas deudas, e tc .);
el productor se ve sujeto a un lugar determinado y a determinado
explotador: en oposicin al carcter impersonal del convenio en
marcial, propio de las relaciones puramente capitalistas, el con
venio tiene siempre aqu un carcter personal de ayud, de
favor, lo que pone inevitablemente al productor en una situacin
de dependencia personal, semifeudal. Las expresiones del autor
tales como nivelacin, freno dei progreso y carcter regre
sivo slo significan que el capital se aduea primero de la pro
duccin en su vieja base y subordina al productor tcnicamente
atrasado. La observacin del autor, de que la existencia del capi
talismo no da todava derecbo a culparlo de todos los males, es
acertada en el sentido de que nuestro campesino que trabaia para
otros no slc sufre por causa del capitalismo, sino tambin debido
al insuficiente desarrollo del capitalismo. En otras palabras, entre
la inmensa masa de campesinos, prcticamente no existe ahora
*
Aqu tenemos a la vista todos ios rasgos distintivos: la economa
mercantil como base, la monooolizacin del producto del trabajo social en
forma .le dinero como resultado, y la conversin de *<ste dinero en capital.
No olvido, en absoluto, que estas formas primarias del capital se daban en
algunos lugares, aun antes de la instauracin del rgimen capitalista. Pero
lo importante es que en la economa campesina de la Rusia actual no se trata
de casos aislados, sino como refra, de sistema de relaciones domimntc Estn
ya vinculadas (por medio de las operaciones comerciales y de lo. bancos)
con el gran capitalismo industrial mecanizado, y ya han puesto de mani
fiesto su tendencia, han demostrad* que los representantes d i ese "sojuzga,
miento no son sino soldados de fila del ejrcito, nico e indivisible, de la
burguesa.
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v.
j Eni n
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III
E l autor se entusiasma tambin en exceso en e) razonamiento,
expuesto a continuacin, de que no es s) gran capitalismo indus
trial si causante de la ruina de los campesinos. Struve polemiza
con el seor N. on.
L a produccin oarata de artculos fabriles dice el seor
N.-on, hablando de la produccin fabril de ro p a- ha eclio que
se reduzca su confeccin a domicilio (pg. 227 del libio del seor
Struve)Aqu las cosas se presentan al revs observa el seor Stru
ve, y no ser difcil demostrarlo. La reduccin de la produccin
de hilados por los campesinos ha hecho que aumente la produccin
y el consumo de artculos de la industria capitalista de tejidos
de algodn, y no al contrario (2 2 7 ).
E l autor no acierta a presentar bien el asunto ocultando de
trs de consideraciones secundarias la esencia de la cuestin. Si
partimos del hecho del desarrollo de Ja industria fabril (y el se
or N.-on parie precisamente de ello), es imposible negar que
tambin la baratura de ios artculos fabriles acelera el desenvol
vimiento de ia economa mercantil y acelera el desalojo del mer
cado de los artculos, de fabricacin domstica. Al objetar esta
declaracin del seor N.-on, el seor Struve no hace ms que de
bilitar sus argumentos contra dicho autor, cuyo error principal
consiste en que trata de presentar la fbrica como algo separado
del campesinado, como un fenmeno casual que ha cado de
afuera sobre los campesinos, cuando es en realidad (tanto segn
la teora a la que el seor N.-on quiere atenerse rigurosamente,
como segn los datos de la historia de lu sia) la culminacin, del
desarrollo de la organizacin mercantil de toda la economa so
cial, y por lo tanto de la campesina. L a gran produccin burguesa
en la fbrica es la continuacin directa e inmediata de la pro
duccin pequeoburguesa en la aldea, en la decantada comuni
dad rural o en las industrias de kustares. Para que la forma
fabril llegue a ser 'ms barata - dice con mucha razn el seor
Stiuve, el campesino debe adoptar el punto de vista de la ra
cionalidad econmica, dado que existe la economa monetaria.
Si todo el campesinado se aferrara [ . . .] a la economa natural,
no habra percales [ . . . ] que pudieran seducirlo.
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IV
E n el V III del sexto captulo, el seor Struve expone sus
ideas acerca de la agricultura basada en la propiedad privada. Se
ala con toda razn que las formas que adopta dicha agricultura
dependen estrecha y directamente de la ruina de los campesinos. E l
campesino arruinado ya no seduce al terrateniente ofrecindole
precios fabulosos por el arriendo, y el terrateniente prefiere con
tratar peones. Para demostrarlo reproduce un pasaje de un artculo
de Raspopin, quien analiza datos de la economa de los terratenien
tes, recogidos por la estadstica de los zemstvos, y de una publica
cin de estadstica actualizada de los zemstvos que seala el carc
ter forzado del aumento de los cultivos. E n respuesta a los seores
populistas, que tan gustosamente ocultan el hecho del actual domi
nio del capitalismo en la agricultura con razonamientos acerca de
su porvenir y de sus posibilidades, el autor se refiere con toda
precisin a la situacin real.
Aqu debemos detenernos slo para ocuparnos de la aprecia
cin de este fenmeno por el autor, quien dice que se trata de
tendencias progresistas en la agricultura basada en la propiedad
privada (224) y que dichas tendencias surgen por la lgica impla
cable de la evolucin econmica (2 4 0 ). Tememos que, debido a
su carcter abstracto, estas dos formulaciones, absolutamente acer
tadas, no sean comprendidas por el lector no familiarizado con el
marxismo; tememos que eM ector no comprenda si no se explica
la sucesin de determinados sistemas econmicos y de determinadas
formas de antagonismos de clase por qu dicha tendencia es pro
gresista (desde el nico punto de vista, claro est, desde el que
puede plantear el asunto un jnarxista: desde el punto de vista de
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das dei contexto. Ya hemos visto cules son las insuficiencias del
libro dei seor Struve, que h a r puesto esa arma en manos de sus
enemigos.
E l intento de criticar el populismo simplemente como una
teora que seala en forma desacertada el camino de la patria *
hizo que el autor formulara sin claridad su actitud hacia la pol
tica econmica del populismo. Ello, quiz pueda considerarse
como la negacin absoluta de toda; esa poltica, y no slo de parte
le ella. Es, por lo tanto, necesario detenerse en este punto.
Filosofar en torno de la posibilidad d otros caminos para la
patria es slo la envoltura externa del populismo. Su contenido
es que representa los intereses y los puntos de vista del pequeo
productor ruso, del pequeo burgus. Por ello el populista es en
teora algo as como Jano, que con una cara mira al pasado y con
la otra al porvenir, como: lo es en la vida real el pequeo produc
tor, que con una cara mira al pasado, movido por el deseo de
fortalecer su pequea hacienda sin saber ni querer saber nada
del sistema econmico general, ni de la necesidad do tener en
cuenta a la clase que lo gobierna, y con la olra mira el porvenir,
dentando una actitud hostil hacia el capitalismo, que lo arruina.
Por ello cae de su peso que sera absolutamente errneo des
echar todo el programa! de los populistas sin analizarlo. En l hay
que diferenciar en forma rigurosa sus aspectos reaccionarios y
progresistas, El populismo es reaccionario en cuanto propone me
didas que sujetan al campesino a la tierra y a los viejos mcdos de
produccin, como la inalienabilidacl de los nadiel, etc., e tc .* * ; en
cuanto quiere frenar el desarrollo de la economa monetaria; y e
cuanto espera de la sociedad y de la accin de los representantes
de la burocracia, no mejoras parciales, sino un cambio de caminos
(ejemplo: el seor luzhakov, quien en Rsskoie Bogatstm, nm. 7
de 1S94, perora acerca del laboreo en comn proyectado por un
jefe de zemstvo y se entretiene en introducir enmiendas en esos
proyectos). Contra tales puntos del programa de los populistas
hay que luchar, claro est, implacablemente. Pero tienen otros
*
SI autor de Notas crticas sea! la base Econmica del populismo
(pgs. 163-167). pero lo que dice nos parece insuficiente.
** El seor Struva dice con mucha razn que esas medidas slo podran
realizar ios ardientes deseos de algunos cenatenientes de Europa occidental
y de Rusia, que suean con peones amarrados a la tierra (2 7 9 ),
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Si aplican de modo consecuente su teora. Ya hemos hablado much
de que las deficiencias de la exposicin del seor Struve se produjeron preci
samente porque no se atuvo en, forma rigurosa a esta teora.
** Expresin del seor Izhakov.
Por supuesto, para esa utilizacin se necesita una enorme labor de
preparacin; por otra parte, una labor nada espectacular por su propia esen
cia. Antes de esa utilizacin puede trascurrir un perodo ms o menos con
siderable, durante el cual diremos abiertamente en oposicin al optimismo
dulzn de los seores populistas, quienes aseguran que fuerzas hay y que
slo se requiere aconsejarles abandonar el mal camino que no existe to
dava una fuerza social capaz de ofrecer mejores caminos para la patria.
523
NOTAS
El artculo Nuevos cambios econmicos en la vida campesina, etc., es
uno de los trabajos ms antiguos de Lenin llegado al Instituto de Mar
xismo Leninismo, adjunto al CC del PCUS. Escrito en Samara, en la
primavera de 1893, el manuscrito fue ledo en los circuios locales de la
juventud marxista. Lenin se propona publicarlo en la revista liberal
Rsskaia Misl que se editaba en Mosc, pero la Redaccin rechaz el
artculo "porque no coincida con la orientacin de la revista. En una
carta, del 30 de mayo de 1894, Lenin escriba al respecto: "Hasta tuve
la ingenuidad de enviar el artculo a Rsskaia Misl, donde, como es
lgico, lo rechazaron: la cosa qued totalmente clara para m cuando le,
en el nm. 2 de dicha publicacin, el artculo sobre Pstnikov escrito
por nuestro conocido adocenado liberal, el seor V. V. iQu arte hay
que tener para desfigurar un excelente material y disimular todos los
hechos con frases!
En el Instituto se conservan dos manuscritos del trabajo. El prime
ro (su borrador) proviene del archivo personal de Lenin; el segundo con
tiene algunos agregados hechos por el autor en la trascripcin definitiva,
y haba sido entregado por l a S. Mitsldvich, a quien se lo confisc la
polica durante el allanamiento del 3 de diciembre de 1894. Fue descu
bierto en 1923 en los archivos de la Cmara Judicial de Mosc y en
esa fecha se public por primera vez en la recopilacin titulada Para el
25v aniversario del I Congreso del Partido (1898-1923). En la presente
edicin, la obra se publica de acuerdo con el segundo manuscrito, corre
gido por el autor.
Los materiales bsicos de este trabajo fueron utilizados por Lenin
para el segundo captulo de su libro El desarrollo del capitalismo en
Rusia, escrito entre 1896 y 1899, y publicado en marzo de ese ao. 13.
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tas por primera vez por el autor en una reunin del crculo denominado
de viejos marxistas, durante un debate en tomo de la disertacin de
G. Krasin sobre el tema E l problema de los mercados. A juzgar por
los recuerdos de los asistentes a la reunin, la intervencin de Lenin
caus enorme impresin. N. Krpskaia escribi al respecto: E l marxista
recin llegado abord el problema de los mercados en la forma mi
concreta, lo vincul con los intereses de las masas y lo que ms impresio
n en su enfoque fue la aplicacin viva del marxismo, que toma lo
fenmenos en su ambiente concreto y a travs de su desarrollo.
En dicha intervencin, y en el informe que escribi ms tarde con
el ttulo que lleva el trabajo incluido en el presente tomo, Lenin seal los
errores de Krasin, quien consideraba condicin indispensable de la pro
duccin capitalista la existencia de mercados externos y negaba la vin
culacin entre las dos subdivisiones de la produccin social. Al mismo
tiempo, critic con severidad la concepcin de los liberales populistas
con respecto al futuro del capitalismo en Rusia, as como los puntos de
vista de los representantes del marxismo legal, que recin haba sur
gido.
El trabajo de Lenin se difundi entre los crculos socialdemcratas
de Petersburgo y otras ciudades, y se convirti en una poderosa arma en
la lucha contra el populismo y el marxismo legal. Las conclusiones
fundamentales fueron desarrolladas ms tarde en el libro El desarrollo del
capitalismo en Rusia.
El manuscrito, que se haba dado por perdido, no lleg al Instituto
de Marxismo Leninismo hasta 1937, y se public por primera vez ese
mismo ao en el nm. 21 de la revista Bolchevik. 85.
9 El libro Quines son los amigos del pueblo y cmo luchan contra los
socialdemcratas fue escrito en 1894 (la primera parte fue terminada en
abril, la segunda y la tercera durante el verano). Lenin empez a pre
parar la obra en Samara, entre 1892 y 1893. En el crculo de marxistas
de esa ciudad hizo varias disertaciones en las que censuraba con vigor
a los enemigos del marxismo, los populistas liberales V. V. (Vorontscrv),
Mijailovski, Iuzhakov, Krivenko; esas disertaciones sirvieron de material
preparatorio para esta obra.
En el otoo de 1894 ley su trabajo en el crculo marxista de
Petersburgo. Recuerdo qu profunda impresin caus a todos este libro,
que planteaba con extraordinaria claridad el objetivo de la lucha escri
bi N. Krpskaia en sus recuerdos; la copia hecha a hectgrafo y sin
firma circul ms tarde de mano en mano: los llambamos cuadernos
amarillos. Fueron ledos por muchas personas y no cabe duda de que
ejercieron enorme influencia en la juventud marxista de la poca.
La obra fue editada por partes. La primera se imprimi en hect
grafo en Petersburgo (junio de 1894) y se distribuy ilegalmente en
esa y otras ciudades. En julio del mismo ao apareci la segunda edicin
de la primera parte, impresa en igual forma. Alrededor de cien ejem
plares de la primera y la segunda partes fueron impresos por A. Ganshin
en agosto, en Gorki (provincia de Vladmir), y en Mosc en setiembre.
Ese mismo mes A. Vaniev imprimi en Petersburgo, tambin en hect-
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que Marx fue miembro permanente; rodeado por los miembros con m
conciencia de clase de! Consejo (F . Lessner, E . Dupont, H. Jung y
otros), Marx combati las influencias pequeofouxguesas y las tendeadas
sectarias que predominaban en aquella poca en el movimiento obrero
(el tradeunionismo en Inglaterra, el prodhounismo y el anarquismo en los
pases latinos). L a I Internacional dirigi la lucha poltica v econmica
de la clase obrera de. diferentes pases y consolid su solidaridad inter
nacional. Desempe un papel de enorme trascendencia en la difusin
del marxismo, en la unin del socialismo con el movimiento obrero.
Derrotada la Comuna da Pars, la dase obrera se vio ante la tarea
de crear partidos nacionales de masas, basados en los principios susten
tadas por la I Internacional. Teniendo en cuenta la situacin europea
escriba Marx en 1873 considero indudable la conveniencia de diferir
transitoriamente la organizacin formal de la Internacional. La I Inter
nacional fue disuelta oficialmente en 1870, en la Conferencia de Fila
delfia. 166.
le Nocete Vremia ( Tiempo nuevo ) : diario que se public en Petersburgo
de 1868 a 1917; perteneci a diferentes editares y cambi repetidas veces
su orientacin poltica. En rm comienzo, fue moderadamente liberal;
desde 1870 se trasform en vocero de la nobleza reaccionaria y la buro
cracia oficialista; a partir de 1905 pas a ser el portavoz de las centurias
negras. Despus de la revolucin democrticoburguesa de febrero apoy
inoondicionalmente la poltica contrarrevolucionaria del gobierno provi
sional burgus y se uni a la furiosa persecucin contra los bolcheviques.
E l Comit Militar Revolucionario, adjunto ai Soviet de retrogrado, lo
clausur el 6 de octubre (8 de noviembre) de 1917. Lenin calific a
Nvoie Vremia de modele de prensa venal,
V. Burenin en el artculo Ensayos crticos, publicado el 4 de
febrero de 1894, elogi a Mijailovski por combatir a los marxista*. 169.
19 Trada (de! griego trias)', en .filosofa, frmula del desarrollo en tres
etapas. Esa idea fue formulada por primera vez por los filsofos neoplatnicos griegos, particularmente por Prodo. Los filsofos idealistas ale
manes Fichte y Schelling tambin la sostuvieron, pero esta idea alcanz
su desarrollo ms completo en la filosofa, idealista de Hegel, quien con
sideraba que todo proceso de desarrollo pasa, por tres etapas: tesis, ant
tesis y sntesis. La segunda etapa es la negacin de la primera, que se
trasforma en su opuesto por transicin a la segueda etapa. La tercera
es la negacin de la segunda, es deci}, la negacin d e la negacin, en
esencia, un retomo a la forma nidal, pero enriquedda por un nueva
contenido y en na nuevo y ms alto nivel. L a trada de Hegel es un
esquema dentro del cual s ubic artificialmente la realidad. L a censtruedn arbitraria de ese esquema deformaba el desarrollo real de la
naturaleza y la sociedad. Marx, Engels y Lenin, que tenan una elevada
opinin de los elementos racionales de la dialctica hegeliana, relaboraron
en ferma critica su mtodo dialctico y crearon la dialctica materialista,
refleja las leyes ms generales del desarrollo del mundo objetivo y
pensamiento humano. 174.
NOTAS
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Manifiesto Comunista:
Las tesis tericas de los comunistas no se basan en modo alguno
en ideas y principios inventados o descubiertos por tal o cual reforma
dor del mundo.
No son sino la expresin de conjunto de las condiciones reales de
una lucha de clases existente, de un movimiento histrico que se est des
arrollando ante nuestros ojos,* (Vase C. Marx y F. Engels, "Manifiesto
del Partido Comunista, , Obras escogidas, ed. cit., pgs. 22-23.) 188.
22 "Emancipacin del Trabajo: primer grupo marxista ruso, que J. Plejnov fund en 1883 en Ginebra; tambin formaban parte del grupo P.
Axelrod, L. Deich, V. Zaslich y V. Igntov.
Emancipacin del Trabajo contribuy con su eficaz labor a difun
dir el marxismo en Rusia. Tradujo al ruso, edit en el extranjero y dis
tribuy en Rusia las obras de los fundadores del marxismo: Manifiesto
del Partido Comunista, de Marx y Engels, Trabajo asalariado y capital, de
Marx, Del socialismo utpico al socialismo cientfico, de Engels y otras.
Plejnov y su grupo debilitaron seriamente la posicin del populismo.
Plejnov escribi en 1883 y 1885 respectivamente dos proyectos de pro
grama para los socialdemcratas rusos, que fueron publicados luego por
su grupo y constituyeron un paso importante en la preparacin y fun
dacin del partido socialdemcrata de Rusia. Las obras de Plejnov:
El socialismo y la lucha poltica (1 8 8 3 ), Nuestras discrepancias (1885)
y Ensayo sobre el desarrollo de la concepcin monista de la historia
(1895) tuvieron gran trascendencia en la difusin de las ideas marxistes
en Rusia. Pero, por otra parte, Emancipacin del Trabajo cometi
serios errores; sus integrantes conservaron vestigios de ideas populistas,
subestimaron la capacidad revolucionaria del campesinado y sobrestimaron el papel de la burguesa liberal. Dichos errores fueron el germen
de las futuras concepciones mencheviques de Plejnov y otros miembros
del grupo, que no tuvo vnculos concretos con el movimiento obrero.
Lenin seal que el grupo Emancipacin del Trabajo se limit a dar
fundamentos tericos a la socialdemoeracia y a dar el primer paso hacia
el movimiento obrero (vase ob. cit., t. XX. La lucha ideolgica en el
movimiento obrero ).
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zarista. Por eso Lenin se refera con frecuencia a los artculos de Mokaoakie Vidomosti para hacer denuncias de tipo poltico y lo calificaba
de colaborador insustituible de la agitacin revolucionaria. Desde 1905
fue uno de los principales rganos periodsticos de las Centurias Negras.
Sigui apareciendo hasta la Revolucin de Octubre de 1917. ,419.