Biografia de Cajeme Por Ramon Corral
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ERNESTO DE LA TORRE
CAJEME
El ltimo cabecilla del Yaqui, el terrible Cajeme, cuyo nombre resuena hace dos aos en toda la Repblica, acaba de ser
aprehendido por el general Angel Martnez, jefe de la Primera
Zona Militar, en San Jos de Guaymas. Este guerrero indio, que
nos hace recordar a los hroes legendarios de la poca de Xicotncatl, clebre en Sonora desde hace doce aos por la dominacin que ha sabido ejercer en las tribus yaqui y mayo, mantenindolas independientes, ha adquirido proporciones colosales
extendiendo su fama por todo el pas, durante la ltima guerra
que aquellas razas belicosas han sostenido con las fuerzas de]
Ejrcito Nacional.
Y en verdad que esa fama es bien merecida. La lucha ha sido
prolongada y terrible, y durante ella, Cajeme ha dado pruebas
no solamente de un valor que nadie se atreve a negarle, sino
tambin de una constancia y una firmeza a prueba de infortunios, herencia de su raza indomable.
Yo lo he visto en su prisin en Guaymas, en el mismo alojamiento del general Martnez, quien tiene la noble generosidad
de guardar al vencido toda clase de consideraciones. De l mismo he recogido los datos que me sirven para escribir estos apuntes y si he de ser justo, debo confesar que, a juzgar por lo que
sabemos en Sonora de la vida de este indio y que l mismo
me ha repetido con la mayor ingenuidad, todos los antecedentes
que voy a consignar tienen el mrito de la exactitud.
Jos Mara Leyva Cajeme naci en Hermosillo en el ao
de 1837. Sus padres fueron Francisco Leyva y Juana Prez,
yaqus de raza pura, el primero originario del pueblo de
Huirivis y la segunda de Potam. Los primeros aos de su
vida los pas nuestro hroe en el pueblo de Run, sumido en
esa profunda ignorancia y en esa obscuridad que son comunes a los hijos desheredados de su tribu. El nico incidente
que turb la monotona de aquella existencia fue un viaje a
California en 1849. Francisco Leyva, acompaado de su hijo,
dej su querida tierra del Y aqu y form parte de una de
aquellas memorables expediciones que se lanzaban como una
avalancha en pos de los fabulosos placeres de oro que como
una creacin de la lmpara de Aladino, haban brotado en
los entonces desiertos de California. Nuestro hroe tena ape
ntls doce aos y an se acuerda de una vez en que la codicia
de los americanos oblig a un grupo de mexicanos a defender su oro, arma en mano, como suceda muy a menudo en
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Rudo por dems le pareci el oficio al joven recluta y desert a los tres meses, yendo a refugiarse al mineral de
Mota je, al pie de la Sierra de Acaponeta, en donde conoci
a don Ramn Corona, que es ahora uno de los jefes ms
notables de nuestro ejrcito y que entonces desempeaba el
empleo de administrador de una negociacin minera; pero
tampoco all permaneci largo tiempo y emprendi un viaje
a Mazatln. En Acaponeta fue aprehendido por sospechoso
y slo consigui ser puesto en libertad por influjo del mismo
Corona, y continu su marcha hasta el puerto mencionado.
Corra el ao de 1858, la guerra de Reforma se extenda
encarnizada por toda la Repblica. El general Y ez se haba
pronunciado en Mazatln en favor de los reaccionarios y ocu
paba aquella plaza, en ausencia del jefe, el general Espejo.
Don Pablo Lagarma, con algunos batallones de la guarnicin
Teaccionaria de Mazatln, se declar por la restauracin constitucional y sitiaba al puerto, y el general don Santos Degollado haba ocupado a Guadalajara despus de un mes de
-sitio. En estas circunstancias, Corona y algunos otros patriotas se pronunciaron en Acaponeta en favor de la Constitucin de 1857, y nuestro joven Cajeme se decidi a seguir
aquella causa y se present como soldado en las fuerzas de
Lagarma. Poco despus pas a un batalln en Sonora compuesto de pirnas, patas y yaquis, y concurri al combate de
los Mimbres en que las fuerzas liberales al mando de Coronado derrotaron al general reaccionario lguanzo, que haba
salido de Mazatln.
El general Pesqueira, gobernador de Sonora, jefe de las
fuerzas que operaban sobre aquel puerto, despus de algn
tiempo de permanencia en Cosal, renov el sitio, y 'el 3 de
abril de 1859 tom la plaza a viva fuerza. El cuerpo a que
perteneca Cajeme se distingui en aquel hecho de armas,
arrojndose a la bayoneta sobre los fortines del enemigo.
Despus de la toma de Mazatln, el gobernador Pesqueira,
con una parte de sus fuerzas, regres a Guaymas en el vapor
San.ta Cruz. Cajeme vena all y en este puerto fue dado de
baja.
A la sazn se encontraban alzados los indios yaquis y el
gobierno del Estado mantena en el Mdano una pequea
guarnicin para contenerlos. Cajeme se present voluntariamente al jefe de aquella fuerza para combatir a los rebeldes
y prest all sus servicios hasta que el destacamento se retir a
Guaymas por no poder resistir el gran nmero de sublevados.
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En aquella poca memorable, las revoluciones eran en Sonora el pan de cada da y a su regreso de Sinaloa, Pesqueira
hall levantado en armas al partido gandarista, vindose precisado a emprender nuevas luchas. Ca jeme sirvi en sus fuerzas, como cabo de artillera, durante algn tiempo, hasta que
restablecida un tanto la paz, fue dado de haja. Viene luego
un periodo de varios aos en que nuestro hroe vivi con esa
vida obscura y pacfica de los indios medio civilizados que
habitan nuestras poblaciones, sin que ningn incidente turbara la monotona de aquella existencia, hasta que en 1867,
con motivo de un serio alzamiento de los yaquis, se abri una
nueva campaa sobre ellos, con fuerzas que el gobierno del
Estado puso a las rdenes del coronel Don Prspero Salazar
Bustamante. Cajeme form parte de estas fuerzas como jefe
de una guerrilla de caballera. Aquella campaa fue una de
las ms sangrientas de las que se han emprendido sobre los
yaquis y Ca jeme tom parte en ella en contra de los de su
raza. Su conocimiento del terreno y de las costumbres de los
indios, su astucia y su valor, lo pusieron en aptitud de prestar importantes servicios en aquella guerra. Desde fines de
1867 hasta junio de 1868 dur aquella lucha en el ro Y aqui~
lucha fecunda en combates y desastres para los indios, que
fueron perseguidos con verdadero encarnizamiento. Los servicios que durante ella prest Cajeme, lo hicieron ascender a
capitn y se le dio el mando de una compaa de 100 hombres.
En 1873 se pronunci en Alamos Carlos Conant proclamando la Constitucin reformada de 1872 y despus de algunos incidentes que no es de este lugar mencionar, perdida la
esperanza en el triunfo, se refugi en el territorio de Chihuahua atravesando la Sierra Madre. El gobierno del Estado
haba puesto algunas fuerzas en persecucin de los pronunciados, entre otras, 400 hombres al mando del coronel Salazar Bustamante, a quien se le incorpor Cajeme, en su marcha
para Alamos, con seis hombres que haba podido reunir.
Salazar sigui a los restos de Conant hasta la Villa de Chnipas, en territorio de Chihuahua, y Cajeme tom parte en
aquella expedicin como capitn de caballera a las rdenes
de Jess Amavisca.
Terminada esa campaa, nuestro hroe fue enviado a Ccorit con algunos indios que haban servido en ella, con la
comisin de darlos de baja en aquel pueblo.
La historia sangrienta de las tribus yaqui y mayo, duran-
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mandato del mismo Cajeme cada vez que crea necesario con
sultarles algn asunto. Estas asambleas se componan de todos
los indios en general, no tenan lugar fijo para verificarse; el
jefe, por medio de los gobernadores de los pueblos, los convocaba determinando el lugar de reunin; el cacique expona el
negocio de que deberan tratar y se sujetaba a la resolucin
de la multitud.
La .administracin de justicia estaba en cada pueblo en manos de los alcaldes y gobernadores, y estos ltimos, los capitanes y los generales, entendan en todo lo relativo a la guerra.
Esta organizacin impedecta, sin leyes escritas que limitaran
y detallaran las facultades de cada funcionario, daba, naturalmente, lugar a que el jefe supremo invadiera cada vez que
quera las atribuciones de todos, resultando de ah que su poder no tena ms limitacin que la voluntad de lo que llamaban
los ocho pueblos, expresada en las asambleas.
No descuid Ca jeme la organizacin de la hacienda; esta
hleci un impuesto a las lanchas que hacan el comercio entre
el puerto de Guaymas y el Mdano, por la desembocadura del
ro; cobraba derechos de peaje a los que traficaban por tierra,
y venda a los especuladores la sal que haca extraer de los
magnficos criaderos que hay en aquel litoral. Adems de esto,
haca que cada pueblo destinara por cierto tiempo un nmero
de indios para que sembraran y cosecharan maz y frijol en
beneficio del jefe de la tribu; este servicio era igualmente exigido en el Y aqui que en el Mayo y los pueblos tenan que
mantener por su cuenta a los trabajadores. Otro de los ramos
de ingreso era el rescate que exiga a los dueos de ganados que
robaban los indios en los ranchos inmediatos y que algunas
veces eran devueltos a los que se atrevan a ir a reclamarlos,
previo el pago de una cantidad que el mismo Ca jeme sealaba.
Para adquirir elementos de guerra, se despojaba a los viajeros de sus armas; se recogan las de todos los desertores del
Ejrcito, que siempre encontraban all un refugio seguro; se
exiga un corto nmero de cartuchos a cada patrn de las lanchas que iban a Guaymas, y poco a poco, sin hacerse notar
se compraba parque en las poblaciones ms inmediatas por
medio de los indios que constantemente salan del ro y volvan
a l sin ningn obstculo.
Con el fin de poner en accin el esfuerzo de todos, estableci Cajeme que cada gobernador de un pueblo tuviera la obligacin de tener prontos para la guerra, armados y equipados,
cierto nmero de hombres, y los gobernadores, a su vez, dis-
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tunidad para destronar al que por tanto tiempo haba dominado la tribu.
Algunos de esos descontentos se unieron al ex teniente general del ro, Loreto Molina, se armaron como pudieron y sigilosamente, en nmero de treinta hombres, se embarcaron en
Guaymas en una canoa, tomaron tierra en la ensenada de los
Chiltepines y haciendo una marcha forzada se presentaron
en la noche del 28 de enero de 1885 en la casa de Cajeme, en el
lugar llamado los Guamchiles, con el fin de apoderarse de
l ; pero Ca jeme haba emprendido ese mismo da un viaje al
Mayo y no encontrndolo los asaltantes, le incendiaron la casa,
atropellaron a su familia, hicieron fuego sobre algunos indios.
hiriendo a uno y tomando preso a uno de los generales deCajeme, de nombre Juan Squili y a tres indios ms, emprendieron la marcha de regreso, no sin que en el camino los alcanzara una partida de guerreros que los tirote consiguiendo
que se escaparan los prisioneros.
En su trnsito al Mayo alcanz al cacique la noticia de lo
sucedido a su familia, regres inmediatamente, orden que
fueran detenidas en el Mdano algunas lanchas de Guaymas
que haba all a la sazn y dirigi una comunicacin oficial
al capitn de Puerto de Guaymas dicindole que aquellas embarcaciones no quedaran en libertad sino previo el rescate de
cincuenta a doscientos pesos por cada una, segn su capacidad, que se pagaran en el trmino de diez das, despus de
cuyo plazo no debera contarse con las lanchas que no hubieran sido rescatadas. Al mismo tiempo envi a decir al prefecto
de Gua ymas, por medio de un comisionado, que deseaba saber si el asalto sufrido en su casa haba sido ordenado por la
prefectura o por el gobierno, o si era obra exclusiva de sus:
autores; que en el primer caso haca presente su, extraeza,.
pues l era un buen mexicano dispuesto a defender su Patria
en cualquiera guerra extranjera, y en el segundo peda que
se persiguiera y castigara a los ejecutores de aquel atentado,,
pues de lo contrario, se vera obligado a tomar el desquite
haciendo algunos daos en los puntos inmediatos al ro.
Para que sus amagos no fueran vanos, Ca jeme se ocup desde luego en reunir a los indios por medio de sus lugartenientes, organizndolos con el fin de estar prontos para la guerra,
dio rdenes al Mayo para que se hostilizara al <f:trito de
Alamos y como no se rescataran las lanchas que habia detenido
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