Enrique García: A Flor de Piel (Poemario)

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A FLOR DE PIEL

1 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

2 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

Es una ausencia en re-mayor, o la


vigilia de la fe. Sentir así como que
Dios, hoy no ha venido o no me vio.
Es como el desamparo en un pañuelo
que agita mi despedida en el andén.

EvG

3 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

4 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

Escribir es caminar por


los terrenos de lo
desconocido. Invitación
al viaje.
La poesía resulta a la
vez puerta al mismo
tiempo que puente y
puerto. El acto de andar
es determinante en la
[ poesía
Enrique García, A la luz de esta idea
] nació en La Plata, en Enrique García forja su
el seno de una obra poética y
familia humilde. De encuentra en ella un
padre albañil y vagabundeo sin fin,
madre lavandera, donde todo es proceso,
realizó estudios de devenir, transitar
incesante e inquietante
ciencia económica,
de literatura y de Enrique es uno de los
filosofía. Persigue mayores críticos de sí
[ modestas y mismo. Suma de una
vida dedicada a estudiar
pequeñas
filosofía estética, la que
ambiciones. Entre analiza en el conjunto
ellas, manifestarse de la poesía en lengua
poéticamente. Hoy española y de su
nos presenta su relación con clásicos y
Poemario, la <ópera contemporáneos. La
prima> poética que sigue paso a paso a lo
lo inmunizará largo de un sendero,
contra la incerteza. nos conduce a un viaje
Sigue los pasos de interior que abarca
Machado, de algunos de los libros
más reconocidos de la
Becquer y de poesía. Lo hace con
Almafuerte, en eso inteligencia y con un
de cultivar la pasión rigor que no excluye la
estética que, en el claridad ni la belleza del
umbral de la edad estilo.
madura, lo Así, desembocamos en
desborda. el conocimiento de la
gran poesía y en el de
la esencia de la vida.

5 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[ ÍNDICE ]
El ídolo roto……. …………….……………………….10
Reyes de papel……………...............................….12
Nostalgia de los jueves 23….…...…………………..16
Yo te convierto……………...……….....…………….19
Quién……………….…………………………............21
Misterio……………………………………….............23
Marchita y perfumada…………………..……………25
Un minuto gris………………………….........……….27
Ser y fantasía……………………………………….....29
El monstruo que tú ves…………….………….........31
La barcaza de Caronte…………………………….....33
Apenas……………………………………………….…35
El loco……………………………………................…38
Las uñas sucias………………………………………...40
La cruz que he visto esta mañana……….…………44
Tú me miras………………………………...………....46
Las musas……………………………………………...48
Centauro…………………………………..…………...52
La gayola……………………………………………….55
No te duermas…………………………………………56
Das frau……………………….………………….........60
Himno cascabelero…………..…………………...….62
La certeza………………………………………..........63
Primera desocultación…………...…………...……..64
Segunda desocultación……………………………...65
Deo volente……………………………………..........66
¡Es linda la flor!...................................................67
Las gotas de lluvia……………………………….……68
La primaria……………………………………............71
Los ónimos………………………………………….….77
Volverá la poesía………………….……………..……78
El condenador…………………………………………79
Primer anatema ………………………………………80
Himno a la suprema rebeldía ……………………… 82
Mujer…………………………………………………… 84
Hoy…………………………………………….………..86

6 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

A mi esposa,
a mi hija y a mi nieta,
a mi yerno,
y a todos aquellos que
hicieron posible,
que al igual que el
Fausto de Goethe,
yo reclamara un
poco más de luz.

7 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[ Invocación Ajena ]

De nuevo os acercáis, vagas formas que allá en


los días de mi juventud os mostrásteis ya a mi turbada
vista. ¿Intentaré yo reteneros esta vez? ¿Siento mi
corazón inclinado todavía a aquellas ilusiones? Estáis
pugnando por acercaros a mí. En buena hora: podéis
disponer, tal como del seno de los vapores y de la niebla
os alzáis en torno mío. Siéntese mi pecho estremecido
como en mis juveniles años por los mágicos efluvios que
en vuestro desfile os envuelven. Aportáis con vosotras
las imágenes de placenteros días; álzanse muchas
sombras amadas, y semejantes a una añeja leyenda
medio olvidada, resurgen con ellas el primer amor y la
primera amistad; renuévase el dolor, y el lamento vuelve
a seguir el laberíntico y extraviado curso de la vida,
nombrando los seres queridos que, burlados en horas
risueñas por la fortuna, desaparecieron antes que yo. No
oyen ya los siguientes cantos las almas para quienes yo
entoné los primeros; cual polvo se ha esparcido la
multitud cariñosa, y se han ido perdiendo ¡ay! los
primeros ecos. Resuenan mis acentos para una
muchedumbre desconocida, cuyo aplauso mismo llena
de inquietud mi corazón, y aquellos que en otro tiempo
se deleitaban en mi canto, si alientan aún, vagan por el
mundo errabundos y dispersos.
Apodérase de mí un anhelo insólito largo tiempo
ha, por esa plácida y augusta región de los espíritus;
fluctúa ahora en vagos sonidos el murmurio de mi
canto, parecido a las modulaciones del arpa eólica. Un
estremecimiento invade mi ser, las lágrimas suceden a
las lágrimas; el yerto corazón siéntese blando y tierno; lo
que poseo, lo percibo como en lontananza, y lo que
desapareció truécase para mí en palpitante realidad. 1

[ Johann Wolfgang von Goethe ]

8 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

9 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[EL Ídolo Roto]

Habla el “genio de la danza”:


Vaslav Nijinsky. En la cumbre de su
fama, que coincide con el ocaso de
su razón, él había advertido qué es la
verdad: «La verdad es el triunfo del
sentido de la tragedia»

Perdido estoy aquí,


en el centro del tétrico proscenio.
Ya no seré el mismo de ayer,
tampoco el genio de mañana.
¿Quién eres tú, silueta del espejo?
No sé quién soy,
ni qué se hará de mí el recuerdo:
¿Un extraviado más del fiel de la balanza?
¿El que ha perdido el rumbo de su juicio?
¿Aquél bloque de mármol blanco,
frío, ya sin vida?...
¿El punto cenital de la demencia?
La contorsión aérea de mi danza,
se desplomó transversal en primavera.

10 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

Sobre unos pies edipos caminaba.


En el temprano destierro del dislate,
cuando la intacta bruma vertical de la incordura,
me afina el iris de ensayo su mirada,
discurro una banalidad o una certeza.
Soy uno de los dos, los dos en uno.
Quiero batir mis alas, como pueda,
para poder danzar sin ellas,
como quiera.
Como armoniosos bailan el pez,
el agua y la pecera;
quiero bailar aún,
que danzar puedo,
arriba, en la oquedad de mi cabeza.

11 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Reyes de Papel]

Cual amor
agazapado,
bajo el lago
que susurra,
el berretín
de su pálida,
y de mi pálida
niñez.

Con el hondo
bajo fondo,
que palpita,
que rezonga,
bajo el polvo
milenar y secular,
de tus zapatos,
de tus miles
de arlequines
trasnochados,
sin vejez.

12 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

Con el rostro
improcedente,
por tu impávida
insolencia sideral.

Con el polvo de la
arena,
de tu pálida amargura
de mi pálida dulzura,
de esta vez,
de tu grito y de mi
grito,
seminal
que me conmina.
y te conmina

Con la absurda
soledad
gastada y vieja,
que retorna
una y otra,
y cada vez

Con la más,
de las crueldades.
de mis sórdidas miserias y,
las tuyas,

13 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

la del hombre
la mujer,
y la del niño,
que sonrojan,
temblorosos
su orfandad...
y que,
entonces,
con ensayos de alaridos
repetidos,
expresados en la queja,
temblorosa
de tu queja
y de mi queja,
inconfesable,
te reclamo y,
me reclamas
con vehemencia.

Y me dices
que me extrañas...
Y te digo
que te extraño...
Y declaro,
y declaras
que los reyes
de este día
son felices,

14 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

Son felices
porque saben
de tu reino,
de mi reino,
de la pálida marquesa
y del pálido marqués.

Con el cetro coronado


adornado,
con coronas
de papel de cigarrillos
no fumados,

Con ternuras perdurables,


con caricias ardorosas,
con la grávida esperanza,
de la próxima inminencia,
más cercana,
de la enorme lejanía,
de la impía imparidad.

Con la sacra rebeldía,


del amor
en el camino,
de nacer.
De nacer,
y haber nacido,
de un amor

15 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

entretejido,
entre motas,
de algodón...
¡alguna vez!

16 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[NOSTALGIA DE LOS JUEVES 23]

Jueves gris,
23,
desposeído
de colores y fulgores,
como el tiempo,
acompasado,
que camina,
con un paso discordante,
por la fría incadescencia,
de la pálida presencia,
que se va,
que se va por el camino
de un errático destino,
que ya nunca,
nunca hoy,
nunca mañana,
será siempre,
sino nunca,
del jamás de los jamases,

17 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

que ya nunca,
nunca hoy,
nunca mañana,
quizás,
vuelva a retornar,
y tal vez,
que ni haya sido,
en el seno punitorio,
de un silencio transitorio,
cuyo grito perentorio
me desnuda sin ya ser,
sin siquiera haber sido
ni un minuto,
ni un instante,
ni siquiera
el vil destello inacabado
de una vil inacabada,
carcajada
ni el agónico,
estertor,
que se esboza,
a las puertas del final,
carcajada inacabada,
y elocuente,
que a lo largo,
de los tiempos,
de la vida,
y la centuria

18 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

la nostalgia de los jueves.


23,
desposeídos
de colores y fulgores,
se ha empeñado,
en maldecir…
y en deplorar.

19 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Yo te Convierto]

Yo te convierto,
en mi reina
y princesa,
en mi pálida marquesa,
y mi torpeza,
en mi temprana mañana,
y mi destreza,
en mi vuelo de altura,
y mi caída,
en mi alter ego mejor,
y en mi locura,
en mi velo de luz,
y en mi desvelo,
en mi razón de ser,
y en mi locura,
en tu esclavo peor,
y en mi cadena,
en el sueño que sueño,
y que me sueña.
en el que no sabe vivir
-sin-tu-presencia.

20 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Quién]

Quién sabe.
quién,
me rescatará,
cuando altura,
gane un poco,
cuando caiga,
vertical y desplomado
cuando clame
por su blanca,
palidez
cuando mi ojo,
se complique,
con su ojo,
cuando vida,
no acompase,
con su vida
Quién,
la maga,
que tramite.
algún fervor
la que ondule.
algún temblor
la que encauce,

21 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

algún vaivén
Yo,
en la proa,
de una barca
tempestuosa,
y celestial,
clame, gima
grite, y ruegue,
¡Quien-me-va-a-venir-a-rescatar!

22 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Misterio]

Detrás de la baranda
de los gruesos barrotes,
escrútanse las almas,
en la cárcel del pueblo.

Desnúdanse sus rostros,


sus miradas de asombro,
sus retinas capturan,
aquel fugaz momento.

Serenamente enfrentan
el implacable foco,
y la quietud se ha roto
en un instante, apenas.

Al compás inefable
de soledad y empeño,
unas cabezas, andan,
confinando silencios.

Lentamente el enigma,
del pudor, y la prisa,
les discurre la vida,

23 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

se ha detenido el tiempo.

Más allá, soterradas,


escaleras abajo,
otras almas esperan
que caiga su sentencia.

Hay tantos corazones,


que recorren secretos,
una ciudad dormida,
una aparente calma...

¡ cargada de misterio !

24 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Marchita y Perfumada]

Aquí vine a buscarte,


amada mía,
donde la calma me invade,
y me contiene,
sentado en esta casi misma,
mesa,
el sueño de tu ensueño,
me sostiene.

Un fantasma flota,
en esta altura desolada,
sobre el recinto,
va vibrando una promesa,
nuestra figura par,
también está plasmada,
para fecundar,
con tu magia mi tristeza.

Desde la espalda,
te veo y entreveo,
mi dedo,
rediseña un mundo nuevo,
está inspirado en ti,
y en tu belleza,
en el misterio crucial,

25 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

con que me besas.

Desde la ausencia vertical,


donde la nada,
alza su soledad monumental,
cansada,
se asoma mi humanidad,
tan desgastada,
marchita, un poco,
de blanco perfumada.

26 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Un Minuto Gris]

La tarde ha caído,
enfáticamente,
En grave y sonoro,
silencio abismal,
Segundos pasados tan,
lánguidamente
Impar de otro tiempo,
me suele buscar.

Un rostro empolvado,
de azul taciturno,
Palpita en sus senos,
del fondo, la luz,
Un rayo infinito,
un haz luminoso,
De duende pequeño,
con pelo marrón.

El ciego que anida,


detrás de sus ojos,
Partió la penumbra,
de la lumbre en dos,
Y el pájaro herido,

27 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

en mil tempestades,
Esfuma en la bruma,
su labio carmín.

La vida, que es vida,


me colma de calma,
Te sueño, me sueño,
me dejo soñar,
Y en los devaneos,
que estampan mis ojos,
Un cierto lamento,
un minuto gris.

28 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Ser y Fantasía]

No puedo sostener,
esta vivencia,
crucial, desangelada,
de tu ausencia,
huérfano de toda fe,
sin confidencia,
enrebelada fatal,
vacía insuficiencia.

Qué‚ misteriosa,
Musa sorprendente,
veo en tu rostro azulino,
y confidente,
qué‚ beso celestial,
qué contundente,
comprobación,
sensitiva y eminente.

Acaso el giro universal,


omnipotente,
desorbitado de amor,
gris, inocente,
herido de amor total,

29 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

de mala muerte,
cubra esta desnudez vital,
y penitente.

Espero tu mano,
temprana e imprudente,
el magma de volcán,
la flama intensa,
la máxima expresión,
la llama inmensa,
la inefable palabra,
de amor la preminencia.

Te quiero duende,
que vela y me revela,
una necesidad, un deseo,
una utopía,
una convocatoria esencial...
una porfía,
la exacta combinación,
de ser y fantasía.

30 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[¡El Monstruo que tú Ves!]

Escribe,
con el lápiz despuntado,
apenas,
como un ente cotidiano,
una caricatura feroz,
mal dibujada,
de lo que puede ser,
un ser humano.

Bastardo,
de sentencias malhadadas,
baraja un mazo,
de cartas señaladas,
ataca de a traición,
y por la espalda,
y es diestro,
en la siniestra puñalada.

Tragediante,
de algún círculo dantesco,
forma huestes,
con torvos asesinos,
humanoides cegados,

31 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

clandestinos,
y chacales gemebundos,
corrompidos,

¡Maculado,
poluto de arrastrado manto,
doctrinario,
de existencias miserandas,
te apostrofan,
los que van a la gurupa,
acunando el sueño,
del caballo alado,
El monstruo,
que asoma en esta prosa,
escoria intelectual,
mano caína,
añora,
en un rincón de su vestuario,
un traje de Satán, ,
hecho a medida.

32 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[La Barcaza de Caronte]

Meterás ya errabundo,
tu lanceta,
en el tumor,
de tu peste luzbeliana,
mi ciudadela,
es un caballo alado,
¡Y tu vida,
una muerte pestilente.

Tú vistes,
la mortaja del fracaso,
es necrófilo,
el manto que tu arrastras,
tu figura,
es la sombra en el espejo,
de una magna,
silueta macilenta.

Vana ilusión,
pobre humanoide,
tu estriptiquez,
tu mueca la conozco,
es espectral,
horrenda, tenebrosa...

33 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

como en Satán,
como en Satán ...
tu suerte.

Defensor de Atropos,
que habitaste,
aquel mismísimo,
círculo dantesco,
mi dedo puntiagudo,
te señala,
pasajero,
en el barco de la muerte.

Das asco, das horror,


y das tristeza,
discípulo, seguidor...
augusto Judas;
tu destino,
es ser náufrago perpetuo...
Y viajante,
en la barcaza de Caronte.

34 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Apenas]

Apenas una luz,


en esta tarde,
me vino a visitar,
a la penumbra,
entre la bruma,
del vaho y los fantasmas,
los dos,
reconocimos nuestras almas.

Tu vienes,
desde el tiempo más lejano,
yo caminé‚
por la profundidad del tedio,
cada quien,
ofrenda sus espinas,
para sembrar,
semillas del pasado.

Aquellos condenados,
que ora fuimos,
carne de desamor,
y tragediantes,

35 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

edificamos sobre dolores,


llagas,
con eslabones,
de una cadena ingrata.

Siempre cabe,
un dolor en el olvido,
en el candor,
de un cielo imaginario,
o en el hueco,
con que la abierta mano,
me viene a reclamar,
con arrogancia.

Astillas fui,
de una precaria barca,
residuo vivo,
de mil tempestades,
con mi quimera,
recorrí cien mares,
y temo desplegar,
dos nuevas alas.

Aguja soy,
de brújula hacia el norte,
viajero,
proa puesta a nuevo puerto,
quiero volar, sin alas,

36 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

como pueda,
puedes volar, sin alas,
como quieras.

37 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[El Loco]

El loco,
que despunta su presencia,
y escruta,
su tic-tac y su existencia,
afina
el iris, ensaya su sentencia,
residuo,
paradojal de su demencia.

La musa,
que enjuicia su cabeza,
y enajena,
su lucidez y su destreza,
activa,
el nervio, nutre una pereza,
discurre una banalidad o una certeza.

La razón,
que lo asiste frágilmente,
y confina,
una utopía confidente,
numera,

38 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

la ciudad, cuenta su gente,


en el hospicio,
urbano indiferente.

El dislate,
que estruja su cordura,
y atraviesa,
el dintel de su estatura,
imagina,
un letargo, una premura,
una vis,
conjetural de su mesura.

La muerte,
que ensaña con inquina,
y se arropa,
terrestre y clandestina,
es la provisional,
miasmática, interina,
víspera,
condicional que lo conmina.

39 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Las Uñas Sucias]

Guarda el modesto arte que has


aprendi do, busca en él tu reposo, y ya
que voluntariamente has dejado tu
destino al cuidado de los dioses, vive
en paz los días restantes, no seas el
tirano ni el esclavo de persona alguna.

Marco Aurelio

El hombre sucio,
de las uñas sucias,
el hombre sucio,
de la garra sucia,
el hombre sucio,
de corazón sucio,
el hombre sucio,
de la mente sucia,
el hombre sucio,
de bolsillo sucio,
el hombre sucio,
del amigo sucio,
el hombre sucio,
de la existencia sucia.

40 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

Los dedos sucios,


de las uñas sucias,
el saludo sucio,
de la mano sucia,
la sangre sucia,
del corazón sucio,
el pensamiento sucio,
de la mente sucia,
el dinero sucio,
del bolsillo sucio,
la demagogia sucia,
del amigo sucio,
el minuto sucio,
de la vida sucia.

La promesa sucia,
que a la creencia ensucia,
el salario sucio,
que al bolsillo ensucia,
la idea sucia,
que al cerebro ensucia,
la calumnia sucia,
que a la inocencia ensucia,
el bolsillo sucio,
que a la mano ensucia,
el amigo sucio,
que a la conducta ensucia,

41 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

la presencia sucia,
del que todo ensucia.

El revolver sucio,
de la bala sucia,
sobre la sien sucia,
del agujero sucio,
borbotones sucios,
de la sangre sucia,
gruesas gotas sucias,
en su cara sucia,
la vereda sucia,
con un charco sucio,
la mortaja sucia,
del féretro sucio,
el cortejo sucio,
de un amigo sucio,

Una noche sucia,


que el príncipe sucio,
al émulo sucio,
de las uñas sucias,
cortó el mazo sucio,
de su juego sucio,
selló un epitafio,
en la tumba sucia,
la sentencia sucia,
de los tiempos sucios,

42 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

ni el recuerdo sucio,
de una mente sucia,
para quien ensucie,
la faz de la tierra.

43 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[La Cruz que he Visto esta Mañana]

Desde el costado oscuro,


de la vida,
entré‚
pobre, marginal, marcado,
la indiferencia,
me segó mi sueño,
y la ajena ambición,
pintó mi cara

Con el dedo,
puntudo y lacerante,
el destino,
ingrato me clavó una estaca,
y en la caja,
cordial del mismo pecho,
están,
las compañías de mi andanza.

Por el dintel,
donde el dolor se cuela,
se me ganaron,

44 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

igual hambre y miseria,


me dibujaron,
un rostro macilento,
históricas,
arrugas en mi frente.

Ensaya,
un do, de pecho, mi quejido,
donde el estómago,
es caja y resonancia,
y canta,
la misérrima existencia,
la nota siete,
de la musa Euterpe.

Por la rendija,
de la puerta infame
oteo,
el exterior, desde la villa,
afuera,
danza furia con espanto...
¡Qué cruz,
la Cruz que he visto esta mañana!

45 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Tú me Miras]

Tú,
me miras,
y tu vista,
me penetra,
me traspasa,
como un filo,
puntiagudo,
estilizado.

Tú,
me miras,
y mis pobres,
ojos pobres,
que si miran,
ya no ven;
se encandilan,
y enceguecen.

Tú,
me miras,
y te siento,

46 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

insospechada,
insondable, ineluctable
imposible,
impenetrable.

Tú,
me miras,
por el iris,
fulgurante,
por los rayos,
lascerantes,
y también,
por el arcano,
de mi temprana,
vejez.

47 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[ Las Musas ]

Vosotras,
musas hermosas,
que ostentáis,
tanta belleza,
Vosotras,
musas buscadas,
para la líbido,
urgente,
para la estética,
gracia,
y también,
para desgracia.
Vosotras,
musas precarias,
de augusta,
belleza enhiesta,
sois,
en mi eterna rutina,
la más completa,
premura.
Vosotras,

48 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

me visitáis,
en el fondo,
de esta vida,
sois canto,
amor y alegría,
y el regocijo,
tardío,
de los ojos,
más sombr¡os,
que haya visto,
el más mortal.
Vosotras,
sois brillo puro,
sois la llave,
omnipotente,
la diamantina,
estatura,
que transita,
indiferente,
por un camino,
inseguro
de paz y felicidad.
Vosotras,
que por designio,
mundano,
habéis pasado,
en puntillas,
encaminando,

49 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

los pasos,
con la misma,
galanura,
y os enfrentáis,
al recodo,
a los pliegues,
de la vida,
como tiempo,
sobre el rayo,
cabalga,
impiadosamente,
en la hondura,
de los años.
Vosotras,
que en esta hora,
me visitáis,
nostalgiosas,
como remedo,
sombrío,
de aquello,
que un día fui,
y que añoro,
desdichado,
como si lento,
y pesado,
pudiera,
volver atrás,
Vosotras,

50 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

me convocáis,
para hacerle,
un nudo al tiempo,
para lanzarme,
a vivir,
tan agitado,
y augusto,
y en tal estado,
vestusto,
mis canas,
reverdecer.

51 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Centauro]

Centauro,
cuenta apenas con dos almas,
con una os acaricia,
y con la otra,
os da coces bestiales,
contrapuestas.

Centauro,
ha el placer omnipotente,
de proponerte,
su prosa confidente.

Centauro,
ejerce profesión,
contra sí mismo,
en algún círculo celestial,
de su lirismo.

Centauro,
es apenas lo que puede,
y nunca le asistió,

52 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

lo que más quiere.

Centauro,
estruja siempre sus miserias,
con la razón,
sostiene controversias.

Centauro,
palpita el corazón,
de una certeza...
la enorme fatalidad,
de su proeza.

Centauro,
aprende diariamente,
a querer,
no-hacer-sufrir-inútilmente.

Centauro,
para más dato,
es muy complejo...
paradójico es,
asimétrica figura...
prisionera,
en el espectro del espejo.

Centauro,
no conoce su torpeza,

53 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

y contempla, con destreza,


tu belleza.

Centauro,
no se arredra fácilmente,
cabalgando va,
al galope,
su sentencia:

¡ de lo posible a lo real,
nunca se sabe,
que lo imposible,
puede ser,
lo verdadero !

54 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[ La Gayola ]

Entre los vahos de brumas y fantasmas,


rezonga el bandoneón de tu miseria.
Cherca e non trova la pálida pebeta,
que te aujereó con un punzón la testa.

Contra los muros de la prisión canera,


el Paraíso te da chucho compañero.
Hacéte cura, cantale las cuarenta,
comprate un sueño, piantá de la tormenta.

No ves que te cortaron con el tajo,


¡la diagonal del cuore en la proeza!
Mañana será cuento, historia muerta,

Que hay otro mundo, que el día despereza.


Entonces cachó un chumbo imaginario,
a Oviedo... ¡lo mató... la poesía

55 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[No te Duermas]

No te duermas,
con el canto,
como aquellos redimidos,
por el llanto, duermen,
los efluvios de su enorme,
estriptiquez,
de su inmensa,
infatuación,
de su doble,
caridad,
de su errática,
figura corrosiva,
de alegóricas,
figuras espectrales,
sazonadas,
con mendaces bocanadas,
de dantescas,
filigranas perniciosas.

Mascaradas mentirosas,
que reclaman,

56 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

de una vida mentirosa,


empujada por maléficos,
miasmas deletéreos,
al servicio de una vacua,
miseranda,
abogacía acusatoria,
que reclama,
tantas veces,
y tantas otras,
cuantas veces,
que te vuelve,
a reclamar.

Que te acusa,
y te reclama,
como Pedro,
el apóstol,
Almafuerte,
reclamaba,
con dicterios,
mentecato razonante,
apostrofado,
con su pluma lacerante:
fuego eterno,
llanto eterno,
sin plutarcos,
sin siquiera la sonrisa de Cain,
el fratricida,

57 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

y en aquella angustia eterna,


tú... y Luzbel,
diestro siniestro,
vomitado por Jesús
abominando,
el ars dialéctica,
que mansilla el sacro vínculo,
fraterno.

Gracias santo código,


de ajuste y corrección,
de la vieja conmoción,
de los devotos,
de la orden,
de la pálida falsía,
amasijada por la egregia cofradía,
por poder alzar la voz,
de la consciencia,
en la urna cineraria,
de la pira funeraria,
con la cual,
por luengos años,
nos quisieron sepultar,
y reventar,
sin la nueva inteligencia,
de un preclaro sol naciente,
que te inquiere,
y te interroga con la voz de Saulo,

58 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

Santo y Padre, y Rector,


y Doctor,
de nuestro credo,
repicando una,
y otra,
y otra, vez más,
en aquel,
tu oído sordo,
hoy te sigue,
repicando,
permanente,
en tus oidos,
las calumnias,
y miserias prolongadas,
de no haber dado,
siquiera,
un grito enorme,
preguntando:

¿vos qué hiciste por amor?

59 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Das Frau]

Qué tanto olvida,


la abismal distancia,
que a veces se me hace,
este universo,
tan poco conocido,
y tan inmenso.

Qué tanto tú,


cuando todo se agita,
en blanco y negro,
cuando sucumbe,
mi nombre junto al tuyo,
resplandecida la sutil arena.

Qué tanto tú,


que ayuna de indolencias,
de confusos días,
de elusivas noches
cuando nunca, nada más,
se me amanezca.

60 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

Qué tanto tú
en tiempos,
de cándida inocencia,
de la niñez feraz.
Qué tanto tú,
y yo sin tu presencia.

61 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Himno Cascabelero]

Y ahora sí, cascabeleros estudiantes, temblad


porque se os viene cabalgando la luz del
conocimiento fecundo, mientras despunta el aura de
la penúltima estación de la existencia consciente. No
la desperdiciéis, porque si se os dispara fugitiva, no
lograréis nunca alcanzarla por más veloces que
fuéreis, por más avisados que pareciéreis, o por más
alados que os creyéreis. Huid del tedio de la
repetición y del absurdo, aunque ardan, llegados al
sol, ya derretidas, vuestras tenues alas de cera, y
mientras tanto entonad el himno al cascabelero de la
ignorancia perdida.

62 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[ La Certeza ]

La certeza se despedaza. Las diferencias son


identidades. Mañana es hoy también, ahora es
siempre nunca, y aquí seguro que es allá. Lo más
concreto es lo más abstracto. El que te libera, te
condena. Para vivir, hay que saber morir de a poco.
Las peores presencias, son las mejores ausencias. Las
certezas, se despedazan. Se convierten en pedazos
que no son, en pedazos que van siendo, en pedazos
sin poder llegar a completarse, en pedazos
destrozados como un orden provisorio, como un
orden fugitivo, como un orden sin la cosa, como un
orden en la mente. Se-des-pe-da-zan. Las certezas-se-
des-pe-da-zan-en-nuevos-pedazos-de-pedazos-
demasiado-viejos

[PRIMERA DESOCULTACIÓN ]

63 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Primera Desocultación]

Me agrada irme descascarando como a una


cebolla, capa por capa, hasta alcanzar el nudo
inalcanzable de mi propia mismidad. Y eso
porque sospecho que detrás de tanto devaneo,
detrás de tanto velo y de tanto desvelo, algo me
va a quedar. Me quedará la emoción de la
inminencia de la víspera. Me quedará la
esperanza de que detrás de mí
descascaramiento total, sentiré el eco de mi
propia palabra como un péndulo, bamboleando
entre lo más obvio y lo menos dicho. Me
quedará el temblor del primer día florando en el
espejo que mejor me convenga. Me quedará el
sendero que va desde la ascensión a lo más
sublime, hasta la descensión a lo más abyecto,
me quedará lo más sagrado y lo más profano de
lo mundano, me quedará el aura trémula del
caminante que no volvió la vista atrás.

64 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Segunda Desocultación]

Me agrada irte descascarando como a una


cebolla, capa por capa, hasta alcanzar el nudo
inalcanzable de tu propia mismidad. Y eso
porque sospecho que detrás de tanto devaneo,
detrás de tanto velo y de tanto desvelo, algo te
va a quedar. Te quedará la emoción de la
inminencia de la víspera. Te quedará la
esperanza de que detrás de tu
descascaramiento total, sentirás el eco de mi
palabra como un péndulo, reverberando entre
lo más obvio y lo menos dicho. Te quedará el
temblor de la primera vez florando en el espejo
que mejor te convenga. Te quedará el sendero
que va desde la ascensión a lo más sublime,
hasta la descensión a lo más abyecto, te
quedará lo más sagrado y lo más profano de lo
mundano, te quedará el aura trémula del
caminante que no volvió la vista atrás.

65 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Deo Volente]

Deseo que vuestra vida se vuelva un jardín de


oportunidades. Que en vuestras primaveras
seáis amantes de la alegría. Que en vuestros
inviernos seáis amigos de la sabiduría. Y que,
cuando os equivoquéis, comencéis nuevamente,
pues así estaréis cada vez más apasionados por
las cambiantes trayectoriad de la vida. De tal
suerte, os aseguro, que descubriréis, que ser
feliz no es tener una vida perfecta, sino usar las
lágrimas para regar la tolerancia, usar las
pérdidas para disfrutar las presencias, usar los
fallos para esculpir la esperanza, usar el dolor
para darle sentido al placer y, sobre todo,
machacando siempre sobre el yunque de
vuestras esperanzas, usad los obstáculos para
abrir las ventanas al nacimiento de una nueva
inteligencia para estar feliz.

66 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[ ¡Es Linda la Flor! ]

El día 16 de enero de este año, yo me


preparaba para la pérdida más dolorosa de mi
vida. Al amanecer miré hacia un jardín aledaño y
vi una flor modesta, casi rústica; salté hacia el
jardín en donde estaba, la corté y la coloqué en
un vaso al uso.
Cuando Susana despertó con su respiración
imperfecta y dolorosa, le mostré la flor y le
pregunté si me quería. Me dijo que sí. Yo
también le confesé lo mismo a cuarenta años de
la primera vez. Cuando le mostré la flor le
pregunté si le gustaba. Me dijo en su voz
balbuceante: «¡es linda la flor!»
Cuando Susana emprendió su último viaje, la flor
quedó allí, en un vaso que había servido para
mojar sus labios en sus últimas horas. No sé qué
habrá sido de aquella flor: tal vez pasó por ser
recuerdo, esperanza... y utopía. Lo que
llamamos real, nunca es tan obvio. El dolor
inmenso, tampoco.

La Plata, 16 de enero de 2008.

67 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Las Gotas de Lluvia]

Me gusta la lluvia. Me gusta el sonido de las


gotas de lluvia que retintinan, a veces. Me gusta
que acallen las voces diarias y repentinamente se
cuelen entre las grietas del blindaje que llevamos
puesto o que construimos como los caracoles, y
nos ablande un poco. Me gusta cuando
apaciblemente se dejan caer despreocupadas, e
insolentes.
Es hermoso caminar bajo la lluvia, así, tan vulgar
como las letras que escribo, puedo declarar que
es bárbaro ir mojándose lentamente. Las
primeras gotas salpican destellos en su pelo
suave y sediento, se quedan como esperando
adornar su sonrisa. Pronto serán arrastradas por
otras gotas más presurosas, diluidas. Unas
cuantas son las que intentan penetrar por debajo
de su abrigo para besar su piel y lo logran, y la
besan, y se funden en la tibieza de su cuerpo. Y
yo las imagino, y las envidio.
Otras segundas y terceras gotas quedan
bamboleándose en los árboles, y cuando la lluvia
siento cesa, viene la tentación irresistible de
darles un golpe seco a la rama que las sostiene
para que se moje un poco algún amigo
desprevenido como en los viejos tiempos de
niño. Algunas gotas llegan al suelo, ya que
conocen perfectamente su camino siempre de

68 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

ida, Saben deshacerse, reunirse, penetrar hasta


lo más hondo y un poco más también.
La lluvia nos desnuda, nos hace indefensos. Y
más le teme el más temerario, el que toma
tantas precauciones en su vida, que hasta sufre
de ese barro que lo refleja y amenaza: vos sos yo
y yo soy vos. El mundo de los artificios teme
demudarse con la lluvia. Por eso amo su rostro
sereno, su rostro realzado por el agua
purificadora que insiste en seguir sus suaves
rasgos sólo un instante antes de perder la vida
en la caída. Porque saben esas gotas que
después de haberla acariciado, merece la pena la
muerte, que ahora ya no es la muerte.
Entonces pareciera que todas eligieran
recorrerla y besarla. Incluso auellas que quedan
aprisionadas entre mis dedos, parecen reclamar
la caricia de sus mejillas caudalosas, y ellas,
descorriendo sutiles velos desvelados, roban en
sus dedos el brillo de sus ojos y se lo ofrecen a la
lluvia serena y majestuosa de la tarde
crepusculante. Y entonces, es cuando veo
aquellas gotas que contornean exactamente sus
labios temblorosos y sedientos en procesión
infinita y devota, sin sospechar que me llaman.
Dudo, entonces, entre besarla o mirarla cuando
en verdad ambas cosas son una sola. Y cuando
sus ojos dicen más que sus silencios mientras el
agua corre y corre y nadie extraña la presencia
del sol que presintiendo lo que sucede bajo el
manto nuboso, decide ocultarse sin sonrojarse
esta vez.

69 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

La noche llegó sin avisar porque fue llegando


desde la hondura del día. Entonces, es cuando
adoro rodear su cálida cintura embebida
firmemente para que se advierta más segura. Y
caigo en vaga fascinación cuando espero que se
estremezca sobrecogida entre destellos y
truenos que pugnan por hacerla visible.
Y cuando ella no está, el gris propicio enmarca
las miradas largas que la reclaman. No
desesperan porque como ayer, como siempre,
como nunca, llegará en junio o en agosto con las
tenues lluvias que preludian sus pasos. Entonces
sonrío, y puedo llegar a ver más allá de sus ojos.
El paisaje de su rostro mojado permanece
incrustado en el rostro del paisaje mojado.
Algunos corremos, otros nos detenemos y hasta
nos refugiamos. Niños felices chapotean sus
reflejos fugaces en los charcos o fisgonean
detrás de las ventanas, respirando hondamente
el aire fresco que los hace sentirse vivos.
No hay pesar ni hay tristeza, la caída constante y
hasta parsimoniosa de las rectilíneas gotas
insinúan eternidades. Aquí estoy y allí estás.
Entonces salgo y me dejo besar por la misma
lluvia que acaricia su piel, que también es mía.

70 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[La Primaria]

La primaria,
es el despliegue por saber,
la goma, el lápiz y el papel,
el delantal almidonado,
y perfumado con fragancias de Chanel,
y los zapatos de charol,
que preparaba mi mamá.
es la sonrisa de papá,
con su emoción ahogada,
en el ayer que no se fue,
y el delantal almidonado,
que yo maltrato sin querer,

La primaria,
es la cuerda bamboleando entre los pies,
es la bolita que va al hoyo,
la figurita abrillantada,
cara o cerca,
el trompo
que siempre gira sin parar,
es el balero y el piolín,
y el avioncito de papel,
en la cabeza de Mabel,
es mapamundi sobre un fierro, o un planisferio de hule
ajado,
que cuelga de un cordel, en la pared.

La primaria,
es el primer amor platónico,
clavado en mi cabeza, desde ayer,
por la maestra o el de inglés,
es el sonoro timbre

71 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

salvador, y el del final del día,


que me devuelve a casa antes de las 6,
es dar presente, sí señor,
y es angustiarse por no haber,
estudiado la lección,
es el cuatro y es el diez,
es el orgullo y el temor,
el libro abierto, el alfajor
de chocolate,
es el sol
que me saluda
asomándose al dintel,
y es la modorra de las diez.

La primaria,
es el lápiz faber despuntándose,
la boligoma casi a terminar, el celular
de 4 G, el sacapunta de dos hojas,
la pluma cucharita,
y también es la gillette,
es aquel machete
que dejé, pegado con un chicle,
bajo el pupitre del revés,
es el abrillantado del glacé,
y de manteca, es el papel, carbónica la hoja negra
de calcar, de la oficina de papá,
es el laurel en el diploma
con sellos lacres, y con
cintas argentinas y clishés.

La primaria,
es el pupitre, con el tintero que se fue,
es el pizarrón, es Hugo Yasky y Baradell,
es la trama del revés,
es el grito de gol, que nunca fue,
es la pelota rebotando,
en el vidrio del ayer,
el barrilete que

72 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

colea, detrás del


mundo que se fue,
y es izar la azul y blanca, cada vez.

La primaria,
es la rodilla lastimada, de Manuel,
es el deber que en el transporte me olvidé,
es el diccionario deshojado,
y es la mochila cargada hasta los pies,
es la de música, y el de inglés,
la de botánica, la directora,
la portera,
y la libreta que rezonga con un cuatro,
y a carcajadas ríe con un diez.

La primaria,
es la tabla del nueve,
la división, me llevo tres,
las trenzas de Lucía,
el borrador, la tiza,
el pantalón cortito,
y las rodillas sucias de José,
el hoyo, las bolitas y la quema,
el fueye de Pichuco,
la garganta de Cacho, con arena,
es Papo
haciendo la segunda de Sandro, de Rodrigo
y de Gardel,
es compartir, las galletitas de Manón, la coca cola o la
sidral,
el huevo duro
sobre el pasto con hormigas, picándote
los pies,
y es la urgencia de ir al baño,
para escapar de la lección que
nunca preparé.

73 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

La primaria,
es mi abuela que repite,
que hay mucho que estudiar
para poder sacar un diez,
es la maestra que me enseñó y después
se fue,
es mi mamá, y es mi papá, y la
sonrisa de los dos maestros del después,
es el busto adusto de Sarmiento,
el presentismo, el "saquen,
alumnos, una hoja de papel",
y es "escribir sobre la vaca
en Santa Fe", y "hablar de la alegoría de Babel", y
resumur el "yo que sé,
que me olvidé".

La primaria,
es la rebeldía de Almafuerte,
es William Morris que
vino a enseñarnos sin Piaget,
es Juvenilia, el Padre Agüero, San Martín, Bolívar, y
Belgrano, y a veces
es Discepolo y Evita,
el héroe de Malvinas,
y también es la sonrisa
de Gardel,
el himno, la escarapela,
la bandera, y Marielena,
cuando le canta al mundo
del revés,
es la nostalgia del jardín,
es el futuro y el ayer,
el submarino San Andrés,
que un negro día se perdió,
y nunca ya jamás quiso volver.

La primaria,
soy yo en el pizarrón,

74 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

tratando de entender,
como es que en mí país,
jugamos a la mancha,
con el hambre, y la miseria sin Perón,
sin el arroz con leche con canela,
y con la orden de escribir,
cincuenta veces, "no me tengo que copiar", como deber,
soy yo, con galochas, cuando llueve,
tapándome los zapatos y los pies,
y es mi tío que dice que "te vine a rescatar para ir al cine a
disfrutar" .

La primaria,
es Siete Sacos, ya lo ves,
es Buenos Aires del derecho y del revés,
es Maradona,
es La Plata,
Favaloro y el By Pass también,
es el compartir
de la esquina, es Mauro
Viale, Minguito, y Bonavena,
y Lito Cruz en el boliche
del papá también, es la frente marchita
de "Volver",
es el tranvía 25,
que va repleto hasta Berisso, haciendo siempre el mismo
"traca traca",
y es el guarda que te advierte
"no se me vayan a colar unaltra vez".

La primaria,
es la primera primavera
de la primera vez,
de Borges, "los libros y la noche"
del "poema de los dones",
de Sampaoli, es el mundial,
de Gimnasia, es "dale dale" otra vez,
y yo que nunca de ir a la cancha con mi viejo,

75 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

me olvidé,
de Messi, es los morlacos en
los pies,
de Elizabeth, la voz
qué te hace todo el cuerpo tiritar,
y el Papa queriéndose lavar los pies,
y la balada para un loco de Ferrer,
el verso lunfardo, mal escrito,
ligeramente recitado en la pared.
y al fin el alma de Susana, y Jesucristo.
orando por el Buenos Aires que se fue.

La primaria,
es jugar de noche a la escondida,
contando,
para que todos oigan, hasta diez,
es, además, cantarte "piedra libre",
en el patio donde funca la kermes,
es saltar al rango y mida,
jugar a la mancha venenosa tocando en el ombligo,
y dejar guardado
el rompeviento de tres tiras colgado
en el perchero del bufet,
es percherar en la lunchera,
los bocaditos de pescado,
el arroz con pollo, y el postre de vainillas
con café,
es no hacer buling,
y es la epifanía misma de la vida, temblando presurosa, en
el mundo cascabelero,
del ayer

76 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Los Ónimos]

¡«Otreáos». Cargad vuestra maleta en las


alforjas de una biblioteca! En la «reencarnación»
de Platón, en la «otredad» de Cusa, o en la
«alteridad» de Lacan y el «espejo» de Borges. En
la liberación enajenada de vuestra propia
mismidad. «Otrearse» es hacerse otro. Es salirse
de ser uno. No «identificarse». «Al-te-rar-se». No
ser un «ortónimo». Escaparle al «anónimo».
Uno puede multiplicarse. Tener un recurso para
vivir en varias vidas apócrifas sin tener que morir
en tantas muertes reales. Al igual que Kafka, que
renació en Gregorio Samsa, o que Cervantes en
Quijote, Fernando Pessoa nació de un
«heterónimo», de un «pseudónimo», de la
negación de su «sinónimo», o quizás de un
«antónimo» o un «parónimo» mucho menos
ficticio que el «ónimo» de su «homónimo».

77 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Volverá la Poesía]
Tus amigos te siguen recordando con un fervor
casi eterno. No es tan común permanecer por
tanto tiempo en el recuerdo. Borges mismo
creyó que moríamos únicamente cuando nos
olvidara el último de los prójimos cercanos. Por
eso agradecemos que te mantengan viva en el
recuerdo, que es como mantenerte viva entre
nosotros. Vino otro año y no podemos dejar de
recordarte, ni de extrañarte, ni de necesitarte.
En el aula, entre tus prometedores alumnos; en
el taller, entre tus pinceles perfumados de óleo
rojo, y en nuestro hogar, llenando los
insoportables espacios vacíos demasiado
pesados. Nunca estás demasiado ausente,
cuando me falta tu preciosa presencia. Te
sospechamos en el aula, en el lienzo, y en el
hogar. En la pasión filantrópica de nuestra hija,
en la mirada traviesa de nuestra nieta que busca
tu sonrisa lejana y tardía. A mí me sigue
apasionando la pintura. Entre otras cosas porque
eras eso mismo que tantos hacen. Nuca
imaginaba tu obra, miraba absorto tu increíble
transformación, tu rostro embellecido, la luz
naciente del fondo de tu alma encantada. Aún
recuerdo ese instante sublime. Me faltás, y me

78 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

he vuelto un poco desolado. Siempre rezo el


mismo padre nuestro. La misma cantinela del
poeta. Hoy es un día gris. Falta la buena estrella.
Susana: ¿Cuándo volverá otra vez la poesía?

79 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[El Condenador]

En la mitología y en la teología, mirar es el


preludio y el presagio. Platón justificó la mirada
redentora, pero advirtió sobre el peligro que
provocan las sombras. Martín Fierro creyó no
temer a las sombras y los bultos que se menean.
Edipo se arrancó los ojos. Demócrito lo siguió en
la gesta. Borges tomó precauciones. Sábato,
también, pero creía en la conspiración de los
ciegos. Sara fue mirada y fue convertida en
esencia de sal. Orfeo rescató a Eurídice de la
eternidad, pero al volver la mirada la condenó a
una eternidad definitiva. Gerardo Ancarola cree
que detrás de la mirada está la verdad: ¡el triunfo
redentor del sentido de la tragedia! justifica,
entonces, nuestra condenación

80 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Primer Anatema]

Abstracción inverosímil de los sabios y profetas,


de la ciencia del saber cristalizado como el vidrio
que se quiebra en las más profanas manos, cual
enorme mancha enorme, de grasientos
argumentos inefables,
que bordean el cadalso de una enorme infinidad.
Tragediante, proxeneta, sometido por la lógica del
número y el vector de la suprema burguesía
inquisidora, ¡Negación!

81 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[Himno a la Suprema Rebeldía]


dedicado a Emma

Poned los puntos y las comas en su lugar, y veréis


que se os dificultará vuestro vuelo intelectual y
vuestra capacidad interpretativa. Os sucederá como a
quién acudiera a la matemática de la filosofía, de la
literatura y de las humanidades todas. Procurad
adquirir un vuelo errático, incierto e inesperado, un
vuelo que consista en leer de derecha a izquierda, y
de abajo hacia arriba. Intentad, luego, una
hermenéutica vuestra. Mientras tanto reíd y cantad
como los dioses. Escribid usando solamente
sustantivos, pero respetad la coherencia de rigor.
Intentad leer poesía para hacer de un libro entero una
pequeña proposición reveladora. Haced luego al
revés, intentad desplegar un sentido contrario, en
una sola palabra ensayad una cosmovisión extensa.
Evitad, repetidas veces, esa dificultad impropia. La
educación no consiste en fomentar la traición del
vuelo etéreo y polisémico. No os van a poder
achacar malversación dialéctica. No os van a poder
decir qué usáis el intelecto cauto. Que no os guste
Mario Bunge, ni os guste Bertrand Russell no es
pecado. Que os guste el planteo kantiano, donde el
deber implica el querer del deber, tampoco está

82 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

penado. Haced que os guste Nietzsche, también.


Jugad.
... pero...
Considerad que el saber no tiene por qué estar teñido
de acartonamiento. Haced que nada sea en vano.
Propiciad que tu alumno entre cantando al aula.
Creed que el hecho de saber es una bendición feliz.
La filosofía no consiste en soplar y hacer botellas,
aunque sea a martillazos. Brindad conocimientos
para nada brillantes y juntadlos con la alegría de
poder rasgar las vestiduras de la ignorancia y la
carencia como si fuese un juego de saber jugar.
Entrad en los secretos pasadizos del humanismo, la
diversión y los distintos saberes del saber.
Prolongaréis así vuestra vida, y le daréis una calidad
categórica indudable. Amad y seréis rebeldes
revolucionarios y supremos.

83 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[MUJER]

Sigue preceptos disparatados; ten una existencia


mezclada entre lo apolíneo y lo dionisíaco; sé
virtuosa bamboleándote entre la cortesía y el desdén,
entre la alegría y la tristeza, entre la presencia y la
ausencia; no seas demasiado humana y siéntete
bendita con el aura de la imprevisión más promisoria
que la vida del deber, del tener y del poder;
conviértete en la hija de Hipatía que abandonó toda
esperanza, antes de entrar en las luces de la aparente
felicidad escrita con mayúsculas y en gótica; nunca
te acompañes de sombras, haz que las luces te lleven
de la mano y que las veas menearse y las regales
como figuras vivificantes; que los próximos años te
encuentren conociendo quién está cerca y quién lejos
de tu bienestar, empezando por tí misma; que
recuerdes que lo único revolucionario es el amor,
después el conocimiento y por último el tener, el
poder, y la virtuosa ambición de no conquistar la
felicidad con retortas, monogramas y alambiques;
que ir y aprender sea tu credo; y que aprender sea

84 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

conocer que nada sucede sin permiso del alma. Deo


volente.

85 POEMARIO DE ENRIQUE GARCÍA


A FLOR DE PIEL

[HOY]

Sabíamos hablarnos, con frecuencia.


¿Qué habráse tirado al agua?
¿Y qué ceniza, quedó de aquel tamaño fuego?
¿Y en el grito ahogado del silencio?
Los archivos de lo eterno nos reclaman. Tout est
mort... en este atardecer umbrío y gris, desangelado.
¿Qué ventarrón limpió tu boca?
¿Qué quién, te amordazó de tal manera?
¿A qué oído respondió tu voz?
¿Y tus besos? ¿Y tus pechos?
¿y tu tembloroso temor?
Aquél, de la primera vez y de la última.
¿En qué rincón quedó sumido, aquel mutismo, sin
eco ya tu poesía?

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Todos los derechos reserados.


Editorial Sotto Voce

© Enrique García
La Plata - Buenos Aires
Argentina
Primera Edición
Abril de 2021

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