Fenomeno Religioso y Ciudad, Espiritualidad y Resiliencia
Fenomeno Religioso y Ciudad, Espiritualidad y Resiliencia
Fenomeno Religioso y Ciudad, Espiritualidad y Resiliencia
William Gonzlez
Postdoctor en Filosofa, Universidad Pars 8 Francia
Profesor, Universidad del Valle
tica, la moral, el derecho, que no son otra cosa ms que sistemas de inhibicin que
el animal humano se proporciona ya que su sufrimiento consiste, justamente, en
ser demasiado libre.2 De all que, antropolgica y etolgicamente, pueda decirse
que el fenmeno religioso ha estado y seguir vigente, ya que es una parte
constitutiva del ser humano que trata de organizar y reorientar las emociones de
este ser carente a travs de sus diferentes prcticas.
2.Crisis del fenmeno religioso o de sus instituciones?
Con todo el respeto que la religin catlica merece, quisiera aplicar una idea de un
gran etnlogo estructural, C. Levi-Strauss 3, unida al clculo de crisis en las
sociedades contemporneas que un gran filsofo, Jrgen Habermas 4, nos ha
aportado. En su Antropologa estructural, Levi-Strauss dice de la magia algo que
puede ser aplicado a la religin: para garantizar la eficiencia de la magia hay que
llenar tres condiciones, que el mago crea en lo que dice; que aquel que necesita de
la ayuda crea en la magia y por ltimo, que la comunidad legitime esta creencia. Si
se analiza de esta forma el fenmeno religioso en la ciudad, rpidamente podemos
observar de donde proceden las crisis de una posible pastoral urbana: hay crisis de
verdad puesto que muchos de los que predican no creen en lo que dicen en la
medida en que no lo practican, y como todos lo sabemos el thos religioso debe
mantener unidas lexis y praxis, teora y prctica. Pero tambin hay crisis de
racionalidad, ya que muchos de los feligreses comprenden mal lo que se les predica
y lo viven como una orden. El thos religioso despus de la Aufklrung (Epoca de
la Ilustracin) debe mantener unidas a la fe y a la comprensin. Por ltimo hay
crisis de legitimacin, que son las ms frecuentes, ya que las instituciones mismas
han sido vaciadas de su contenido esencial de consenso y de organizacin que
debera ser su thos institucional; ellas tienden a generar la discordia y el odio por
aquellos que no comparten las mismas ideas. Lo grave aqu no es discutir si la
religin es un modo de vida vlido o no, tampoco se trata de saber si la religin es
mejor o peor que la ciencia. Lo que trato de sealar, es que al entrar en crisis, la
institucin religiosa, la iglesia en particular, pierde toda posibilidad de ayuda,
puesto que pierde su accin teraputica de orientacin. Esta accin teraputica de
orientacin, en un pas catico como el nuestro, debera ser parte esencial del thos
religioso.
Sabemos que la religin puede funcionar, como ya lo mostr Levi-Strauss para la
magia, como un tratamiento inverso al psicoanaltico: ya no se reelabora el
traumatismo con elementos extrados del pasado. Sino con elementos que salen de
lo social y se reciben como una influencia exterior. Si se quiere, el cuerpo fsico,
est estructurado por la personalidad social. O para decirlo de forma ms breve, la
coherencia subjetiva slo es pensable al interior de la intersubjetividad, de all que
la preservacin del thos institucional, sea fundamental.
Preguntemos: Qu produce el surgimiento de estas crisis? Yo dira el olvido de lo
sagrado ms que la reivindicacin de lo profano. La ambicin de convertirse en una
institucin poltica con autoridades carismticas que delimitan fronteras
2
Ver Bolk L., El hombre.problema. Neotenia y retardacin, Santiago de Cali, Universidad del Valle, 2008. (Tradiccin:
William Gonzlez, Sebastin Agudelo y Juan Fernando Duque).
3
Levi-Strauss C., Anthropologie structurale, Paris, Plon, 1973.
4
Habermas J., Thorie de laction communicative, Paris, Fayard, 1987.
proporciono slo algunos: el 96% de los jvenes consideran que Dios existe. El 90%
reconocen que se habla de Dios en su casa. El 73% dicen hablar de Dios en el
colegio. El 78% dicen pertenecer a alguna religin. Cuando se los interroga sobre el
cmo le gustara que fuera la clase de religin en su colegio, responden que les
gustara que tratara de muchas religiones, que tratara asuntos de la realidad y la
vida cotidiana. Slo un 14% dice que esa clase no es interesante. Un 70% reconoce
que la religin influye de manera positiva en la forma de comportase las personas.
El 93% consideran que la oracin sirve para pedir perdn, comunicarse con lo
divino y sentirse bien. El 76% creen ms en la creacin que en la evolucin. El 42%
creen que es posible que slo haya una sola y nica religin y el 48% dicen que no.
As pues, la mayor capa de poblacin que conforma a este pas, casi 20 millones de
jvenes, tienen sus expectativas aun vivas en el fenmeno religioso, pero no acuden
a la institucin que la representa por que est no est adaptada a sus conflictos y a
sus problemas, por que su thos ha sido modificado despus del siglo XVIII,
empujando a la religin al campo poltico y aun alejamiento de lo sagrado.
3.Fenmeno religioso como resiliencia
El fenmeno religioso podra ser, como lo dijimos en un principio, un lugar de
orientacin y creacin de sentido frente a las pruebas a las que la vida nos somete.
Pero tambin podra ser un lugar de reparacin de los traumas vividos, podra ser
una base de seguridad para los heridos del alma. La Asociacin Americana de
Psicologa piensa que la relacin con personas que tienen las mismas creencias,
brinda apoyo social y fortalece la resiliencia, muchos lo hacen recurriendo a un
poder supremo como el de Dios. Y autores como Baldwin han demostrado que
hogares que se desarrollan en ambientes de alto riesgo, mejoran su condicin
cuando participan en un grupo religioso, ya que refuerza las polticas parentales de
la crianza y permite ampliar la riqueza interna de la persona. No se trata de
fomentar el fanatismo, sino de lograr que la persona se sirva de valores y preceptos
para crearse una base de seguridad que le permita afrontar los golpes y los
traumatismos. El fenmeno religioso puede brindar estrategias de reparacin a los
heridos del alma, no tanto suplantando el juicio crtico que cada uno ejercemos
para sentirnos libres, sino abriendo caminos que permitan acrecentar la
espiritualidad de aquel que sufre. Cuando la vida nos golpea, el retiro hacia la
espiritualidad es una necesidad, un mecanismo de defensa. Estudios sobre la
violencia domstica han demostrado que la espiritualidad, tiene efectos positivos,
factores protectores, en la recuperacin del maltrato, ya que disminuye el estrs
psicolgico y la culpa. La espiritualidad es el conocimiento de s mismo y la
conexin con un ser de naturaleza superior que tiene como efecto frenar la
ansiedad, la depresin, la afliccin, reorganizar las emociones y ofrecer un dominio
de s mismo como lo dijimos al principio de este escrito. En un estudio sobre 199
mujeres maltratadas en sus hogares, el 98.9% reconocieron tener algn tipo de
filiacin religiosa, afirmando que sus creencias espirituales eran una parte
importante de sus vidas8.
8
Jaramillo D., Ospina D., Cabarcas G., Humphreys J., Resiliencia, espiritualidad, Afliccin y tcticas de resolucin de
conflictos en mujeres maltratadas, Revista de Salud Pblica, Vol. 7 (3), Noviembre de 2005.
10
Citados por Henderson., N, / Milstein., M, La resiliencia en la escuela, Paidos, Barcelona, 2003, p. 26-27.
Cyrulnik B, Un merveilleux malheur, Paris, Odile Jacob, p. 134. Sobre el tema de la resiliencia ver igualmente: Les vilains
petits canards, Paris, Odile Jacob, 2001. Y Le murmure des fantmes, Paris, Odile Jacob, 2003.
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