Fenomeno Religioso y Ciudad, Espiritualidad y Resiliencia

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Fenmeno religioso y ciudad: espiritualidad y resiliencia

William Gonzlez
Postdoctor en Filosofa, Universidad Pars 8 Francia
Profesor, Universidad del Valle

Se me ha pedido referirme al tema fenmeno religioso y ciudad a partir de un


dilogo interdisciplinario. Para responder a esta peticin, voy a tratar de unir tres
disciplinas, la antropologa, la etologa y la filosofa, de tal forma que pueda tocar
tres aspectos que me parecen cruciales: 1. El fenmeno religioso como un sistema
de orientacin de las formas de vida que atae al campo de las emociones. 2. Me
interrogar sobre la crisis interna, no del fenmeno religioso, sino de la institucin
eclesistica, lo cual nos conduce directamente al tema del thos religioso, al estudio
del comportamiento y las costumbres en sus ms diversas facetas. 3. Introducir el
tema de la resiliencia, hoy tan de moda, para mostrar un aspecto, un tanto
olvidado, que el fenmeno religioso debera promover en su pastoral urbana como
haciendo parte de su thos.
1.Fenmeno religioso y orientacin de la vida
El fenmeno religioso tiene por funcin organizar y orientar las formas de vida de
los seres humanos. Hace mucho tiempo que los antroplogos han demostrado la
necesidad de lo sagrado en la existencia humana. B. Malinowski 1 es sin duda
alguna, quien de forma clara, prob que lo sagrado y lo profano son elementos
distinguibles en todas las sociedades humanas. Vista as, la religin es un intento
por solucionar aquello que se mueve en los lmites de la razn y la ciencia, y que
por lo regular atae a lo emocional. Ahora bien, la emocin es una sensacin
(palidecer, sonrojar, temblar), y el modo de representacin de esa emocin es el
sentimiento. La religin es una experiencia altamente biolgica cargada de ritos,
cnticos, letanas, movimientos rtmicos que realizados en conjunto hacen que la
comunin entre individuos sea colectiva. En este sentido cualquier tipo de religin
puede ejercer su efecto sobre los asistentes, ya que trabaja sobre el plano de la
emocin y del sentimiento.
Por ejemplo, frente a la acusiante pregunta sobre el fin de la vida, se responde con
oraciones, sacrificios, la iniciacin en los misterios, la fe, el dominio de lo
sobrenatural, etc. Esto apacigua sin duda a la frgil estructura humana desposeda
de mecanismos de control interno a nivel orgnico, ya que acta sobre las
emociones; puesto que somos animales indeterminados, indirectos, que no vivimos
en la naturaleza, sino en un mundo, que cargamos de reflexiones y espiritualidad.
Si aceptamos la idea segn la cual el hombre es un animal neotnico, es decir, que
puede reproducirse siendo aun lavario, carente en su desarrollo, no hay nada ms
humano que la religin; puesto que esta representa un intento de completud, de
apaciguamiento de la neurosis constitutiva del ser humano. Mientras que el animal
es un organismo completo que posee controles intraespecficos nutricionales,
reproductivos y de defensa; y controles extraespecficos del entorno en que habita;
el hombre est desposedo de ellos y por lo tanto desorientado y en la bsqueda
constante de frenos que le indiquen como actuar. As se explica la aparicin de la
1

Malinowski B., Mgia, ciencia y religin, Barcelona, Ariel, 1982.

tica, la moral, el derecho, que no son otra cosa ms que sistemas de inhibicin que
el animal humano se proporciona ya que su sufrimiento consiste, justamente, en
ser demasiado libre.2 De all que, antropolgica y etolgicamente, pueda decirse
que el fenmeno religioso ha estado y seguir vigente, ya que es una parte
constitutiva del ser humano que trata de organizar y reorientar las emociones de
este ser carente a travs de sus diferentes prcticas.
2.Crisis del fenmeno religioso o de sus instituciones?
Con todo el respeto que la religin catlica merece, quisiera aplicar una idea de un
gran etnlogo estructural, C. Levi-Strauss 3, unida al clculo de crisis en las
sociedades contemporneas que un gran filsofo, Jrgen Habermas 4, nos ha
aportado. En su Antropologa estructural, Levi-Strauss dice de la magia algo que
puede ser aplicado a la religin: para garantizar la eficiencia de la magia hay que
llenar tres condiciones, que el mago crea en lo que dice; que aquel que necesita de
la ayuda crea en la magia y por ltimo, que la comunidad legitime esta creencia. Si
se analiza de esta forma el fenmeno religioso en la ciudad, rpidamente podemos
observar de donde proceden las crisis de una posible pastoral urbana: hay crisis de
verdad puesto que muchos de los que predican no creen en lo que dicen en la
medida en que no lo practican, y como todos lo sabemos el thos religioso debe
mantener unidas lexis y praxis, teora y prctica. Pero tambin hay crisis de
racionalidad, ya que muchos de los feligreses comprenden mal lo que se les predica
y lo viven como una orden. El thos religioso despus de la Aufklrung (Epoca de
la Ilustracin) debe mantener unidas a la fe y a la comprensin. Por ltimo hay
crisis de legitimacin, que son las ms frecuentes, ya que las instituciones mismas
han sido vaciadas de su contenido esencial de consenso y de organizacin que
debera ser su thos institucional; ellas tienden a generar la discordia y el odio por
aquellos que no comparten las mismas ideas. Lo grave aqu no es discutir si la
religin es un modo de vida vlido o no, tampoco se trata de saber si la religin es
mejor o peor que la ciencia. Lo que trato de sealar, es que al entrar en crisis, la
institucin religiosa, la iglesia en particular, pierde toda posibilidad de ayuda,
puesto que pierde su accin teraputica de orientacin. Esta accin teraputica de
orientacin, en un pas catico como el nuestro, debera ser parte esencial del thos
religioso.
Sabemos que la religin puede funcionar, como ya lo mostr Levi-Strauss para la
magia, como un tratamiento inverso al psicoanaltico: ya no se reelabora el
traumatismo con elementos extrados del pasado. Sino con elementos que salen de
lo social y se reciben como una influencia exterior. Si se quiere, el cuerpo fsico,
est estructurado por la personalidad social. O para decirlo de forma ms breve, la
coherencia subjetiva slo es pensable al interior de la intersubjetividad, de all que
la preservacin del thos institucional, sea fundamental.
Preguntemos: Qu produce el surgimiento de estas crisis? Yo dira el olvido de lo
sagrado ms que la reivindicacin de lo profano. La ambicin de convertirse en una
institucin poltica con autoridades carismticas que delimitan fronteras
2

Ver Bolk L., El hombre.problema. Neotenia y retardacin, Santiago de Cali, Universidad del Valle, 2008. (Tradiccin:
William Gonzlez, Sebastin Agudelo y Juan Fernando Duque).
3
Levi-Strauss C., Anthropologie structurale, Paris, Plon, 1973.
4
Habermas J., Thorie de laction communicative, Paris, Fayard, 1987.

ideolgicas a sus sistemas de creencias y con ellas disean la vida de pueblos


enteros, levantando a unos contra otros y olvidando su papel teraputico, sagrado y
reelaborador de las emociones que tena antao. Se trata de un olvido tico, en
provecho de lo polco. Voy a tomar un ejemplo para aclarar lo dicho. Con el paso de
las sociedades agrarias a las sociedades industriales se puede observar como la
religin modific su propio comportamiento y sus reas estratgicas: el filsofo M.
Foucault explica que hubo por ejemplo, una incitacin a los discursos sobre el sexo
y a centrar un ejercicio del poder desde all, que la gente del comn no soporta
bien. Hubo una incitacin institucional a hablar de sexo, con una articulacin
explcita y del detalle infinitamente acumulado.
Despus de la evolucin de la pastoral catlica y del sacramento de penitencia,
despus del concilio de Trento, poco a poco se ve la desnudez de las preguntas que
formulan los manuales de confesin de la edad media, y buen nmero de los que
an tenan curso en el siglo XVII.5
Por ejemplo un texto de 1695, La instruccin del penitente de P. Segneri dice
refirindose a este tema: examinad pues, diligentemente todas las facultades de
vuestra alma, la memoria, el entendimiento, la voluntad. Examinad tambin con
exactitud todos vuestros sentidos () Examinad an todos vuestros pensamientos,
todas vuestras palabras, y todas vuestras acciones. Incluso examinad vuestros
sueos para saber si despiertos no les habis dado vuestro consentimiento () Por
ltimo, no estimis que en esta materia tan cosquillosa y peligrosa pueda haber
algo insignificante o ligero.6
Efectivamente uno observa claramente este nexo entre poderes polticos y una
religin puesta a su servicio, para modelar un nuevo tipo de individuo apto a este
nuevo tipo de sociedad industrial que se generaba, en donde la sexualidad definir
su personalidad, sin que nadie sepa por qu. Esta discusin se extender, como
todos lo sabemos, desde el uso de mtodos anticonceptivos, hasta el tratamiento y
prevencin de enfermedades como el VIH. Si bien una buena parte de los que son
dominados a travs de estas estrategias no se dan cuenta de ello, otra buena
cantidad de personas comienza a sentir que hay algo que no funciona bien en el
comportamiento tico de la institucin eclesistica, y esto sumado al hecho que el
poder de los carismticos de la iglesia no es capaz de seguir los desafos y los
cambios que surgen en la ciudad y la sociedad. Entonces el individuo del comn es
decepcionado doblemente, ya que sienten asistir no a una competencia libre de
ideas, de propuestas de comportamientos, de afianzamiento de costumbres (como
uno poda verlo en Grecia Antigua con el caso de las diferentes escuelas filosficas
que all predicaban sus teoras), sino a una subasta de religiones y aun mercadeo de
almas. La espiritualidad fue reemplazada por una pesquisa de la intimidad de la
persona.
Pero no todo es tan trgico para una pastoral urbana y para una renovacin del
thos religioso. No quiero criticar sin aportar. La juventud que uno podra
considerar como reticente al fenmeno religioso, cree en l. Un trabajo de
investigacin de Maestra7 sobre ms de 500 jvenes arroj estos datos, de los que
5

Foucault M., La volont du savoir, Paris, Gallimard, 1978, p. 26.


Seigneri P., Linstruction du pnitent,1965, p. 302.
7
Montoya W., El fenmeno religioso y sus consecuencias antropolgicas. Mito y religin,
Universidad del Valle 2009.
6

Tesis de Maestra, Cali,

proporciono slo algunos: el 96% de los jvenes consideran que Dios existe. El 90%
reconocen que se habla de Dios en su casa. El 73% dicen hablar de Dios en el
colegio. El 78% dicen pertenecer a alguna religin. Cuando se los interroga sobre el
cmo le gustara que fuera la clase de religin en su colegio, responden que les
gustara que tratara de muchas religiones, que tratara asuntos de la realidad y la
vida cotidiana. Slo un 14% dice que esa clase no es interesante. Un 70% reconoce
que la religin influye de manera positiva en la forma de comportase las personas.
El 93% consideran que la oracin sirve para pedir perdn, comunicarse con lo
divino y sentirse bien. El 76% creen ms en la creacin que en la evolucin. El 42%
creen que es posible que slo haya una sola y nica religin y el 48% dicen que no.
As pues, la mayor capa de poblacin que conforma a este pas, casi 20 millones de
jvenes, tienen sus expectativas aun vivas en el fenmeno religioso, pero no acuden
a la institucin que la representa por que est no est adaptada a sus conflictos y a
sus problemas, por que su thos ha sido modificado despus del siglo XVIII,
empujando a la religin al campo poltico y aun alejamiento de lo sagrado.
3.Fenmeno religioso como resiliencia
El fenmeno religioso podra ser, como lo dijimos en un principio, un lugar de
orientacin y creacin de sentido frente a las pruebas a las que la vida nos somete.
Pero tambin podra ser un lugar de reparacin de los traumas vividos, podra ser
una base de seguridad para los heridos del alma. La Asociacin Americana de
Psicologa piensa que la relacin con personas que tienen las mismas creencias,
brinda apoyo social y fortalece la resiliencia, muchos lo hacen recurriendo a un
poder supremo como el de Dios. Y autores como Baldwin han demostrado que
hogares que se desarrollan en ambientes de alto riesgo, mejoran su condicin
cuando participan en un grupo religioso, ya que refuerza las polticas parentales de
la crianza y permite ampliar la riqueza interna de la persona. No se trata de
fomentar el fanatismo, sino de lograr que la persona se sirva de valores y preceptos
para crearse una base de seguridad que le permita afrontar los golpes y los
traumatismos. El fenmeno religioso puede brindar estrategias de reparacin a los
heridos del alma, no tanto suplantando el juicio crtico que cada uno ejercemos
para sentirnos libres, sino abriendo caminos que permitan acrecentar la
espiritualidad de aquel que sufre. Cuando la vida nos golpea, el retiro hacia la
espiritualidad es una necesidad, un mecanismo de defensa. Estudios sobre la
violencia domstica han demostrado que la espiritualidad, tiene efectos positivos,
factores protectores, en la recuperacin del maltrato, ya que disminuye el estrs
psicolgico y la culpa. La espiritualidad es el conocimiento de s mismo y la
conexin con un ser de naturaleza superior que tiene como efecto frenar la
ansiedad, la depresin, la afliccin, reorganizar las emociones y ofrecer un dominio
de s mismo como lo dijimos al principio de este escrito. En un estudio sobre 199
mujeres maltratadas en sus hogares, el 98.9% reconocieron tener algn tipo de
filiacin religiosa, afirmando que sus creencias espirituales eran una parte
importante de sus vidas8.
8

Jaramillo D., Ospina D., Cabarcas G., Humphreys J., Resiliencia, espiritualidad, Afliccin y tcticas de resolucin de
conflictos en mujeres maltratadas, Revista de Salud Pblica, Vol. 7 (3), Noviembre de 2005.

La resiliencia es para Boris Cyrulnik un proceso diacrnico y sincrnico en el que


fuerzas biolgicas, histricas, afectivas, espirituales y sociales se articulan para
metamorfosear un golpe recibido en algo soportable. Resiliencia, es un trmino
trado de la fsica, pero que en ciencias sociales ya no designa solamente la
resistencia de un material o su capacidad para deformarse y retomar su forma; sino
que designa al conjunto de estrategias que emplea un individuo para hacer de una
situacin amarga algo soportable.9 Rirkin y Hoopman dicen que la resiliencia
puede definirse como la capacidad de recuperarse, sobreponerse y adaptarse con
xito frente a la adversidad, y desarrollar competencia social, acadmica y
vocacional pese a estar expuesto a un estrs grave o simplemente a las tensiones
inherentes al mundo de hoy.10
La resiliencia es un proceso pscobiolgico, es la oposicin de fuerzas y tensiones
que hacen que un individuo, aun sin poseer una armona o un equilibrio perfecto,
pueda vivir su vida de manera intensa y feliz. La resiliencia atae a lo secreto y a lo
crptico que hay en todo individuo. La resiliencia no tiene nada que ver con la
invulnerabilidad, es la capacidad para transformar un acontecimiento insoportable
en algo vivible, no es borrarlo; es transformarlo, metamorfosearlo, reelaborarlo.
La escucha y la agrupacin, que son pilares fundamentales del fenmeno religioso,
pueden constituirse en un instrumento privilegiado de resiliencia, ya que las
personas comparten en estos espacios, recuerdos y la convivialidad de lo cotidiano.
A travs de la espiritualidad, la religin podra ofrecer bases de seguridad, factores
de proteccin a la sociedad y fortalecer al mismo tiempo su propio thos
institucional.
Es as como se crea un sentimiento de convivialidad afectiva entre quienes
comparten los mismos recuerdos, rezan el mismo credo y ritualizan las mismas
prcticas. Cuando otro nos escucha, es una historia intima que nos une a l, es una
relacin intima que comienza. Decir lo sucedido es sentirlo de otra manera.
Confiarse a alguien es crear un vnculo con el otro. Hacer un relato de s mismo es
difcil, ya que hay que salvar a narciso. Es mostrar la parte no convencional de m y
luchar para que la cultura me acepte tal cual soy. Apreciar la historia de otra
persona es aceptar una relacin ntima por relato o libro interpuesto. Al contrario,
quienes se molestan con la confesin, y sienten una sensacin de impudor (ponerse
al desnudo) atestiguan de no poder establecer una relacin ms que a travs de
circuitos sociales convenientes. Ellos se protegen de un encuentro ntimo con el
autor detrs de la convencin, los estereotipos sociales. 11
Por eso las instituciones deben estar al servicio de los individuos y no lo inverso,
Son ellas quienes deben comprenderlos y no lo inverso. Cuando la institucin
escolar no comprende a quien la habita, ella puede convertirse en un paraso para
un nio cuyo hogar es un infierno y el se convertirse en un anormalmente buen
estudiante. En una sociedad donde el caos reina uno puede convertirse en un
anormalmente buen feligrs y esto sera una tragedia para el fenmeno religioso.
Ya que el individuo no se repara de sus sufrimientos sino que los esconde, puesto
que la institucin no lo comprende, es ms, lo juzga y lo atemoriza. Por eso el
fenmeno religioso y su thos deben abrirse a los individuos y proporcionarles
9

10

Citados por Henderson., N, / Milstein., M, La resiliencia en la escuela, Paidos, Barcelona, 2003, p. 26-27.
Cyrulnik B, Un merveilleux malheur, Paris, Odile Jacob, p. 134. Sobre el tema de la resiliencia ver igualmente: Les vilains
petits canards, Paris, Odile Jacob, 2001. Y Le murmure des fantmes, Paris, Odile Jacob, 2003.
11

herramientas espirituales y bases de seguridad para tratar sus conflictos y


desazones. Mas que culpabilizarlos, el fenmeno religioso puede ayudar a reparar,
a suturar las partes rasgadas de un individuo, puesto que una parte alegre, puede
siempre esconder otra parte secreta y penosa.
El fenmeno religioso debera ser capaz de comprender estas lgicas de
transformacin esttica y espiritual que los individuos oponen al sufrimiento. Doy
un ejemplo: Genvieve Anthonioz-de Gaulle deportada al campo de concentracin
de Ravensbrck deca: como yo, muchos de mis camaradas salieron de los campos
de concentracin ms fuertes y humanos, cmo comprender semejante
contradiccin, cmo se puede entender el hecho que para alguien un campo de
concentracin lo haga ms humano? Siempre es fcil decir que detrs de esto se
esconda el masoquismo, el sadismo o el sndrome de Estocolmo; pero a decir
verdad, lo que hay aqu, es la transformacin de la desgracia en maravilla, es decir,
un sistema de resiliencia propulsado por la adquisicin de una alta espiritualidad.
La institucin religiosa facilitar la resiliencia de estos individuos heridos en la
medida en que comprenda que una de sus principales tareas es ofrecer
instrumentos culturales, espacios de intelectualizacin, de meditacin y mediacin,
para que los heridos del alma, puedan buscar por s mismos, mecanismos de
reparacin. Esto es algo que los jvenes de este pas estn esperando. Pero esto no
se lograr si la iglesia no reorienta sus reas estratgicas, y recupera su papel
espiritual de orientacin para el ser humano, ya que nadie espiritualiza su vida
impunemente.

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