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EL

INTERCAMBIO
DIVINO

La muerte propiciatoria de
Jesucristo en la cruz

EL INTERCAMBIO DIVINO
Por Derek Prince
2003 Derek Prince MinistriesInternational
Todos los derechos reservados / All rights reserved.
Ttulo original en ingls:
The Divine Exchange
Derek Prince 1995 Derek Prince MinistriesInternational
PO Box 19501 Charlotte, NC 28219-9501 USA
A menos que se indique de otra manera, las citas bblicas en esta publicacin son de la versin Reina-Valera 1960
Sociedades Biblicas en Amrica Latina.
Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de ninguna manera o por ningn medio, electrnico
o mecnico, incluso fotocopiado, grabado, o por ningn sistema de almacenamiento y recuperacin de informacin,
sin permiso escrito de Ministerios Derek Prince.
Traduccin: Jorge A. de Araujo
Revisin: Nohra M. Bernal y Norma McDonald
Impreso en Estados Unidos.
ISBN-10: 958-8285-60-7
ISBN-13: 978-9588285603

Una invitacin
Jesucristo ha extendido una invitacin para todo el gnero humano: Venid a m, todos los que estis
trabajados y cargados, y yo os har descansar (Mateo 11:28). Sin importar cul sea su necesidad,
carga o problema, Dios tiene una respuesta para usted.
Pero hay un solo lugar donde usted puede encontrar la respuesta: la cruz en la cual muri Jess. Es
mediante la cruz, y slo la cruz, que usted puede recibir la provisin para su necesidad, el alivio de su
carga y la respuesta a su problma.
Lea las pginas siguientes
con gran expectacin!

El intercambio divino
Todo el mensaje del evangelio se centra en un hecho histrico nico: la muerte propiciatoria de Jess
en la cruz. Al respecto, el escritor de Hebreos dice: porque con una sola ofrenda hizo perfectos para
siempre a los santificados (Hebreos 10:14). Aqu se combinan dos expresiones poderosas: perfecto y
para siempre. Ambas describen un sacrificio que abarca todas las necesidades del gnero humano en su
conjunto. Adems, sus efectos se extienden a travs del tiempo y hasta la eternidad.
Es con base en este sacrificio que Pablo declara en Filipenses 4:19: Mi Dios, pues, suplir todo lo que
os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jess. Todo lo que os falta comprende todas las
dimensiones de su vida: su cuerpo, su alma, su mente, sus emociones, as como tambin sus necesidades
materiales y financieras. Nada es demasiado grande o demasiado pequeo como para quedar por fuera de
la provisin de Dios. Mediante un acto singular y soberano, Dios junt todas las necesidades y todo el
sufrimiento de la humanidad en un momento crucial.
Dios no ofrece muchas soluciones diferentes para los innumerables problemas de la humanidad. En
cambio, nos ofrece una solucin absolutamente suficiente que es su respuesta para todos y cada uno de los
problemas. Podemos provenir de muchos trasfondos diferentes, cargados con nuestra propia necesidad
especial, pero para recibir la solucin de Dios todos debemos dirigirnos al mismo lugar: la cruz de Cristo.
El relato ms completo de lo que sucedi en la cruz lo dio el profeta Isaas, setecientos aos antes de
que sucediera. En Isaas 53:10 el profeta describe a un siervo de Jehov cuya alma habra de ser
ofrecida a Dios como un sacrificio por el pecado. Los escritores del Nuevo Testamento estn todos de
acuerdo al identificar a Jess como este siervo sin nombre. El propsito divino realizado por su
sacrificio se resume en Isaas 53:6:
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apart por su camino; mas Jehov
carg en l el pecado de todos nosotros.
El problema fundamental y caracterstico de toda la humanidad es que todos nos hemos apartado,
hemos seguido nuestro propio camino. Hay diversos pecados especficos que muchos no han cometido
jams, tales como el asesinato, el adulterio, el hurto, etctera. Pero todos tenemos esta caracterstica en
comn: nos hemos apartado por nuestro propio camino. De esta manera, hemos vuelto nuestra espalda a
Dios. La palabra hebrea que resume esto es avontraducida aqu pecado y en otras ocasiones
iniquidad. Quizs el equivalente ms cercano en nuestro idioma contemporneo sera rebelinno
contra el hombre, sino contra Dios.
Sin embargo, ninguna palabra en nuestro idioma, sea iniquidad o rebelin, comunica el
significado pleno de avon. En su uso bblico, avon describe, no slo la iniquidad sino tambin el castigo
o las consecuencias malas que la iniquidad trae consigo.

Por ejemplo, en Gnesis 4:13, despus que Dios pas sentencia sobre Can por el asesinato de su
hermano, aqul dijo: Grande es mi castigo para ser soportado. La palabra aqu traducida castigo es
avon. Abarcaba no slo la iniquidad de Can, sino tambin el castigo que vino sobre l.
En Levtico 16:22, hablando del chivo expiatorio soltado en el Da de la Expiacin, el Seor dijo:
Aquel macho cabro llevar sobre s todas sus iniquidades a tierra inhabitada. Mediante este acto
simblico, el macho cabro llevaba no slo las iniquidades de los israelitas, sino tambin todas las
consecuencias de sus iniquidades.
En Lamentaciones 4, avon aparece dos veces con ambos significados. En el versculo 6 se traduce: la
iniquidad de la hija de mi pueblo. Luego, en el versculo 22, tu castigo, oh hija de Sion. En este caso,
la palabra avon se traduce castigo. Es decir que, en su sentido ms pleno avon significa no slo
iniquidad sino tambin todas las consecuencias malas que el juicio de Dios decreta sobre la iniquidad.
Esto se aplica al sacrificio de Jess en la cruz. Jess mismo no era culpable de pecado alguno. En
Isaas 53.9 el profeta dice de l: nunca hizo maldad, ni hubo engao en su boca. Pero en el versculo 6
dice: mas Jehov carg en l el pecado [avon] de todos nosotros. Jess no solo se identific con nuestra
iniquidad, sino que tambin sufri todas las consecuencias malas que sta trajo. Al igual que el chivo
expiatorio que sirvi como figura de la realidad, l las llev lejos, para que nunca ms pudieran volver
sobre nosotros.
Este es el verdadero propsito y significado de la cruz. Sobre ella tuvo lugar un intercambio
divinamente ordenado. En primer lugar, Jess sufri en nuestro lugar todas las consecuencias funestas con
que la justicia divina haba sentenciado nuestra iniquidad. En segundo lugar, mediante el intercambio en
la cruz, Dios nos ofrece todo lo bueno que mereca la obediencia sin pecado de Jess.
En otras palabras, la maldad que nosotros merecamos vino sobre Jess, para que, a cambio,
nosotros pudiramos recibir lo bueno que le corresponda solo a l. Dios puede ofrecernos esto sin
comprometer su propia y eterna justicia, porque Jess sufri por nosotros todo el justo castigo por
nuestras iniquidades.
Todo esto procede exclusivamente de la insondable gracia de Dios y se recibe solo por la fe. No
hay explicacin lgica desde el punto de vista de causa y efecto. Ninguno de nosotros ha hecho cosa
alguna para merecer tal oferta, y ninguno podr jams hacer algo para ganarlo.
La Escritura da a conocer muchos aspectos diferentes del intercambio as como varios aspectos a
los cuales se aplica. En cada caso, sin embargo, el mismo principio es vlido: lo malo vino sobre
Jess para que nosotros pudiramos recibir lo bueno.
Los dos primeros aspectos del intercambio se dan a conocer en Isaas 53:4-5:

Ciertamente llev l nuestras enfermedades [literalmente], y sufri nuestros dolores


[literalmente]; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas l herido fue
por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo [literal] de nuestra paz fue sobre
l, y por su llaga [literal] fuimos nosotros curados.
Hay dos verdades entrelazadas aqu. La aplicacin de una de ellas es espiritual, y la de la segunda es
fsica. En el plano espiritual, Jess recibi el castigo por nuestras transgresiones e iniquidades para que
nosotros, a su vez, pudiramos ser perdonados y as tener paz con Dios (ver Romanos 5:1). En el plano
fsico, Jess sufri nuestras enfermedades y dolores para que nosotros mediante sus heridas pudiramos
ser sanados.
La aplicacin fsica del intercambio se confirma en dos pasajes del Nuevo Testamento. Mateo 8:1617 hace referencia a Isaas 53:4 y seala que Jess: san a todos los enfermos; para que se cumpliese lo
dicho por el profeta Isaas, cuando dijo:
l mismo tom nuestras enfermedades, y llev nuestras dolencias.
Una vez ms, en 1 Pedro 2:24, el apstol se refiere a Isaas 53:5-6 y dice de Jess:
Quien llev l mismo nuestros pecados y en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros,
estando muertos a los pecados vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
El doble intercambio descrito en los anteriores versculos puede resumirse de la siguiente manera:
Jess fue castigado para que nosotros pudiramos ser perdonados.
Jess fue herido para que nosotros pudiramos ser sanados.
Un tercer aspecto del intercambio aparece en Isaas 53:10, y afirma que el Seor hizo expiacin por
el pecado por medio de la vida de Jess. Esta afirmacin se debe entender a la luz de las ordenanzas
mosaicas para las diversas ofrendas por el pecado. Se requera que la persona que haba pecado trajera al
sacerdote su ofrenda propiciatoria: una oveja, una cabra, un toro, o algn otro animal. Luego confesaba su
pecado sobre la ofrenda y el sacerdote transfera simblicamente el pecado confesado de la persona al
animal. Entonces se mataba al animal, pagando as la pena por el pecado que haba sido transferido.
En la presciencia de Dios, todo este drama estaba diseado para prefigurar lo que habra de realizar el
absolutamente suficiente sacrificio final de Jess. En la cruz, el pecado del mundo entero fue transferido
al alma de Jess. Isaas 53:12 describe el resultado: [El] derram su vida hasta la muerte. Por su muerte
propiciatoria, sustitutiva, Jess hizo expiacin por el pecado de todo el gnero humano.
En 2 Corintios 5:21 Pablo se refiere a Isaas 53:10 y, al mismo tiempo, presenta el aspecto positivo
del intercambio:

Al que no conoci pecado, por nosotros [Dios] lo hizo [a Jess] pecado, para que nosotros
fusemos hechos justicia de Dios en l.
Pablo no habla aqu de algn tipo de justicia que nosotros podamos alcanzar por nuestro propio
esfuerzo, sino de la justicia misma de Dios: una justicia que nunca ha conocido pecado. Ninguno de
nosotros podra ganar esto jams. Est tan por encima de nuestra propia justicia como el cielo lo est de la
tierra. Se recibe solo por la fe.
Este tercer aspecto del intercambio puede resumirse como se indica a continuacin:
Jess se hizo pecado con nuestra maldad para que nosotros pudiramos ser hechos justos
con su justicia.
El siguiente aspecto del intercambio es un resultado lgico del proceso anterior. Toda la Biblia, tanto
en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, subraya que la consecuencia final del pecado es la muerte.
En Ezequiel 18:4 el Seor afirma: El alma que pecare esa morir. En Santiago 1:15 el apstol dice: y
el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Cuando Jess se identific con nuestro pecado, era
inevitable que sufriera asimismo la muerte que viene como consecuencia del pecado.
Para recalcar esta verdad, el autor de Hebreos dice en 2:9: [Jess] fue hecho un poco menor que los
ngelesa causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios, gustase la muerte por
todos. Su muerte fue el resultado inevitable del pecado humano con el cual haba cargado. El llev el
pecado de todos los hombres, y de esa manera muri la muerte que merecan todos los hombres.
A todos aquellos que aceptan su sacrificio substitutivo, Jess ofrece ahora el regalo de la vida eterna.
En Romanos 6:23 Pablo compara las dos alternativas: Porque la paga del pecado es muerte, mas la
ddiva de Dios es vida eterna en Cristo Jess Seor nuestro.
As pues, el cuarto aspecto del intercambio puede resumirse de la siguiente manera:
Jess padeci nuestra muerte para que

nosotros pudiramos recibir su vida.

Pablo plantea un aspecto adicional del intercambio en 2 Corintios 8:9:


Porque ya conocis la gracia de nuestro Seor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo
pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
El intercambio es claro: de la pobreza a la riqueza. Jess se hizo pobre para que nosotros pudiramos
llegar a ser ricos.
Cundo se hizo pobre Jess? Algunos se lo imaginan pobre durante su ministerio en la Tierra, pero
esto no es correcto. En realidad Jess no llevaba mucho dinero efectivo en su vida personal, pero en
ningn momento careci de los recursos necesarios. Cuando envi a sus discpulos por su cuenta, ellos

tampoco sufrieron penurias (ver Lucas 22:35). As, lejos de ser pobre, l y sus discpulos practicaban con
frecuencia el dar a los pobres (ver Juan 12:4-8; 13:29).
Es cierto que los mtodos de Jess para obtener dinero eran a veces poco convencionales. Pero el
dinero tiene el mismo valor sea retirado de un banco o de la boca de un pez! (ver Mateo 17:27). Sus
mtodos para la provisin de alimentos eran tambin en ocasiones poco convencionales. Sin embargo, de
acuerdo con el criterio general, un hombre con capacidad para ofrecer una comida para cinco mil hombres
(sin contar mujeres y nios), ciertamente no se puede considerar pobre! (ver Mateo 14:15-21).
Lo cierto es que Jess, a lo largo de Su ministerio en la tierra, fue ejemplo de la abundancia, tal
como la Biblia la define. Siempre tuvo todo lo necesario para hacer la voluntad de Dios en Su propia vida.
Y adems, dio sin restriccin a otros, y Su provisin nunca se agot.
Entonces, cundo fue que Jess se hizo pobre por nosotros? La respuesta es: en la cruz. En
Deuteronomio 28:48 Moiss resumi la pobreza absoluta en cuatro aspectos: hambre, sed, desnudez y
privacin de todas las cosas. Jess sufri cada una hasta la saciedad en la cruz.
Tuvo hambre. No haba comido durante aproximadamente 24 horas.
Tuvo sed. Una de sus ltimas expresiones fue: Tengo sed (Juan 19:28).
Qued desnudo. Los soldados le haban quitado todas sus ropas (Juan 19:23).
Experiment la privacin de todas las cosas. Se qued sin nada en absoluto. Despus de su muerte
fue enterrado en una tnica y en una tumba prestadas (Lucas 23:50-53). De esa manera Jess, de manera
exacta y plena, sufri la pobreza absoluta por nuestro bien.
En 2 Corintios 9:8 Pablo presenta de manera ms completa el aspecto positivo que resulta del
intercambio:
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo
siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundis para toda buena obra.
Pablo se cuida en resaltar de principio a fin que la nica base para este intercambio es la gracia de
Dios. Nunca se puede ganar ni merecer. Slo se puede recibir por la fe.
Con frecuencia nuestra abundancia ser como la de Jess mientras estuvo en la tierra. Tal vez no
llevaremos grandes cantidades de dinero en efectivo ni tendremos depsitos grandes en un banco. Pero
da a da tendremos lo suficiente para suplir nuestras propias necesidades, y algo ms para suplir las
necesidades de otros.

Una razn importante para vivir con este estilo de provisin es la que indican las palabras de Jess en
Hechos 20:35: Ms bienaventurado es dar que recibir. El propsito de Dios es que todos sus hijos
puedan disfrutar de la mayor bendicin. Por lo tanto, l provee lo suficiente para cubrir nuestras
necesidades personales y tambin para dar a otros.
Este quinto aspecto del intercambio puede resumirse de la siguiente manera:
Jess llev nuestra pobreza para que nosotros pudiramos compartir su abundancia.
El intercambio en la cruz abarca tambin las formas emocionales de sufrimiento que vienen como
resultado de la iniquidad del hombre. Otra vez en este aspecto, Jess carg con lo malo para que nosotros
pudiramos disfrutar de lo bueno. Dos de las heridas ms crueles padecidas por causa de la iniquidad son
la vergenza y el rechazo. Ambos vinieron sobre Jess en la cruz.
La vergenza puede variar en intensidad desde el oprobio agudo hasta un sentimiento de vileza e
indignidad que le impide a una persona tener comunin significativa con Dios o con otras personas. Una
de las causas ms comunesque sucede cada vez con mayor frecuencia en nuestra sociedad
contempornea, es alguna forma de abuso sexual y de maltrato en la niez. Con frecuencia, esto deja
heridas que solo pueden ser sanadas por la gracia de Dios.
Respecto a Jess en la cruz, el autor de Hebreos dice que l sufri la cruz, menospreciando el
oprobio (Hebreos 12:2). La ejecucin sobre una cruz era la ms vergonzosa de todas las formas de
muerte, reservada para la clase criminal ms baja. La persona ejecutada era despojada de toda su ropa y
expuesta desnuda a la mirada de los transentes, que lo escarnecan y se burlaban de l. Este fue el grado
de vergenza que Jess soport mientras colgaba en la cruz (Mateo 27:35-44).
A cambio de la vergenza que Jess padeci, el propsito de Dios es llevar a quienes confan en l a
compartir Su gloria eterna. Hebreos 2:10 dice: Porque convena a aqul [Dios] que habiendo de llevar
muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor [Jess] de la salvacin de ellos. La
vergenza que Jess padeci en la cruz abri el camino para que todos los que confen en l sean
liberados de su propia vergenza. Y no solo eso, sino que l tambin comparte con nosotros la gloria que
le pertenece por derecho eterno!
Existe otra herida an ms angustiosa que la vergenza. Es el rechazo. Este surge a menudo a raz del
rompimiento de alguna forma de relacin. En su forma ms temprana es ocasionado por padres que
rechazan a sus propios hijos. El rechazo puede ser activo, manifestado en expresiones negativas y duras, o
puede ser la simple ausencia de manifestaciones de amor y aceptacin. Si una mujer encinta alberga
sentimientos negativos hacia el beb en su vientre, el nio nacer probablemente con un sentimiento de
rechazoque puede prevalecer hasta la vida adulta y acompaarlo hasta la sepultura.
La desintegracin de un matrimonio es otra causa frecuente de rechazo. Este se ilustra con claridad en
las palabras del Seor en Isaas 54:6:

Porque como a mujer abandonada y triste de espritu te llam Jehov, y como a la esposa de la
juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo.
La provisin de Dios para sanar la herida del rechazo se encuentra en Mateo 27:46 y 50, que describe
la culminacin de la agona de Jess:
Cerca de la hora novena, Jess clam a gran voz, diciendo: El, El, lama sabactani? Esto es:
Dios mo, Dios mo, por qu me has desamparado? Mas Jess, habiendo otra vez clamado a gran
voz, entreg el espritu.
Por primera vez en la historia del universo, el Hijo de Dios clam a su Padre y no recibi respuesta.
Jess se haba identificado con la iniquidad del hombre al punto de que la inmutable santidad de Dios
ocasion el rechazo de su propio Hijo. De esta manera Jess padeci el rechazo en su forma ms
angustiosa: el rechazo de un padre. Luego, casi de inmediato, muri; no de las heridas de la crucifixin,
sino de un corazn roto por el rechazo.
El relato de Mateo dice a continuacin: Y he aqu, el velo del templo se rasg en dos, de arriba
abajo. De manera simblica, esto demostraba que el camino se haba abierto para que el hombre pecador
entrara en comunin directa con un Dios santo. El rechazo de Jess abri el camino para que nosotros
furamos aceptados por Dios como sus hijos. Pablo lo resume en Efesios 1:56 de esta manera:
...habindonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo[Dios] nos
hizo aceptos en el Amado.
El rechazo de Jess dio como resultado nuestra aceptacin.
El remedio de Dios para la vergenza y el rechazo nunca ha sido requerido con tanta urgencia como
hoy da. Calculo que por lo menos una cuarta parte de los adultos en el mundo actual sufre de heridas por
la vergenza o el rechazo. Siempre me lleno de un gozo indescriptible cuando puedo servir para guiar a
dichas personas a la sanidad que fluye de la cruz de Cristo.
Los dos aspectos emocionales del intercambio en la cruz que se han analizado se pueden resumir
como se indica a continuacin:
Jess llev nuestra vergenza para que nosotros pudiramos compartir su gloria.
Jess sufri nuestro rechazo para que nosotros pudiramos tener su aceptacin con el Padre.
Los aspectos del intercambio analizados anteriormente cubren algunas de las necesidades ms bsicas
y apremiantes de la humanidad, sin ser de manera alguna exhaustivos. Realmente no existe una sola
necesidad, producto de la rebelin del hombre, que no sea cubierta por el mismo principio de intercambio:
lo malo vino sobre Jess para que nosotros pudiramos recibir lo bueno. Una vez que hayamos

aprendido a aplicar este principio en nuestra vida, la provisin de Dios se har realidad para cada
necesidad.
Queda un ltimo aspecto culminante del intercambio, descrito por Pablo en Glatas 3:13-14:
Cristo nos redimi de la maldicin de la ley, hecho por nosotros maldicin (porque est
escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jess la bendicin de
Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe, recibiramos las promesas del Espritu.
Pablo aplica a Jess en la cruz una sancin de la ley mosaica expresada en Deuteronomio 21:23,
segn la cual una persona ejecutada sobre un madero (un patbulo de madera), caa bajo la maldicin de
Dios. Luego procede describiendo el resultado opuesto: la bendicin.
No se necesita la interpretacin de un telogo para entender este aspecto del intercambio:
Jess se hizo maldicin para que nosotros pudiramos entrar en la bendicin.
La maldicin que vino sobre Jess se define como la maldicin de la ley. En Deuteronomio 28
Moiss ofrece una lista exhaustiva de ambas, tanto de las bendiciones que resultan de obedecer la ley
como de las maldiciones que resultan de la desobediencia. Las maldiciones enumeradas en Deuteronomio
28:15-68 pueden resumirse como se indica a continuacin:

Humillacin
Esterilidad
Enfermedad mental y fsica
Desintegracin familiar
Pobreza
Derrota
Opresin
Fracaso
El desagrado de Dios

Algunas de estas palabras se aplican a su vida? Hay efectos que se posan sobre usted como una
sombra oscura bloqueando la luz de las anheladas bendiciones de Dios? Si es as, es probable que la causa
de sus problemas sea una maldicin de la cual usted necesita ser liberado.
Para apreciar el pleno horror de la maldicin que vino sobre Jess, intente imaginarlo colgado en la
cruz.
Jess haba sido rechazado por sus propios compatriotas, traicionado por uno de sus discpulos, y
abandonado por el resto (aunque algunos luego volvieron para seguir su agona final). Fue suspendido
desnudo entre la tierra y el cielo. Su cuerpo fue sacudido por los dolores atroces de innumerables heridas,

su alma agobiada por la culpa de toda la humanidad. La tierra lo haba rechazado, y el cielo no responda
a su clamor. Cuando el sol retir su luz y la oscuridad lo cubri, la vida en su sangre se iba extinguiendo
poco a poco en el suelo pedregoso y polvoriento. No obstante, desde la oscuridad, cuando estaba a punto
de expirar, vino un grito final y triunfante: Consumado es!
En el texto griego la expresin consumado es una sola palabra. Se trata del tiempo perfecto de un
verbo que significa hacer algo completo o perfecto. Podra traducirse y valga la redundancia: est
completamente completo o est perfectamente perfecto.
Jess haba cargado sobre s todas las consecuencia malficas que la rebelin haba trado sobre la
humanidad. Haba abolido toda maldicin provocada por la transgresin de la ley de Dios. Todo esto,
para que nosotros pudiramos recibir toda bendicin gracias a su obediencia. Este sacrificio es asombroso
en su alcance y, sin embargo, maravilloso en su simplicidad.
Ha aceptado por la fe esta explicacin del sacrificio de Jess y todo lo que l ha obtenido para usted?
Anhela usted entrar ahora en la provisin plena de Dios?
Hay una barrera que todos debemos enfrentarla barrera del pecado que no ha sido perdonado.
Tiene usted ya una promesa clara del perdn de sus pecados mediante el sacrificio de Jess? Si no es as,
es por ah que debe comenzar.
Puede hacer esta simple oracin:
Dios, reconozco que soy un pecador y que en mi vida hay pecado que an no ha sido
perdonado. Yo creo que Jess fue castigado para que yo pudiera ser perdonado, y por lo tanto te
pido ahora: Perdona todos mis pecados, en el nombre de Jess.
La Palabra de Dios promete que si confesamos
nuestros pecados, l es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad (1 Juan 1:9). Tmale a Dios por Su palabra! Cree en este mismo momento que l realmente te
ha perdonado todos tus pecados!
Hay una respuesta sencilla que usted debe darla expresin ms simple y pura de la verdadera fe. Es
decir: Gracias!
Hgalo ahora mismo! Gracias! Gracias, Seor Jess, porque t fuiste castigado para que yo pudiera
ser perdonado. No lo comprendo totalmente, pero lo creo y estoy agradecido!
Una vez derribada la barrera del pecado, el camino est abierto para entrar en todas las dems
provisiones que Dios ha dispuesto para usted mediante la cruz. Al igual que el perdn de los pecados,
cada una debe recibirse sencillamente por la fe en la Palabra de Dios.

Cada uno de nosotros tiene necesidades especiales y cada uno debe venir a Dios de manera individual
para aceptar su provisin. A continuacin presento algunas expresiones generales que usted puede usar
para apropiarse de cualquiera de las otras provisiones descritas en este libro.
Seor Jess, te doy gracias porque fuiste herido para que yo pudiera ser sanado.
Seor Jess, te doy gracias porque te hiciste pecado con mi pecaminosidad para que yo pudiera
ser justo con tu justicia.
Seor Jess, te doy gracias porque padeciste m muerte para que yo pudiera recibir tu vida.
Seor Jess, te doy gracias porque t llevaste mi pobreza para que yo pudiera compartir tu
abundancia.
Seor Jess, te doy gracias porque t llevaste mi vergenza para que yo pudiera compartir tu
gloria.
Seor Jess, te doy gracias porque t sufriste mi rechazo para que yo pudiera tener tu aceptacin
con el Padre.
Seor Jess, te doy gracias porque te hicieron maldicin para que yo pudiera entrar en la
bendicin.
Cada provisin por la que usted ha orado es progresiva. Su oracin inicial ha liberado el poder de Dios
en su vida. Sin embargo, ese es slo el comienzo. Con el fin de apropiarse de la provisin plena que
busca, ser necesario que usted haga tres cosas:
1.

Examinar estas verdades por s mismo en la Biblia.

2.

Reafirmar continuamente el aspecto particular del intercambio que responde a su necesidad.

3.

Reafirmar continuamente su fe agradeciendo a Dios por lo que l ha provisto.

Cuanto ms d gracias a Dios, ms creer en lo que l ha hecho por usted. Y cuanto ms crea, ms
querr darle gracias.
Estas dos cosascreer y dar gracias, dar gracias y creer, son como una escalera en espiral que lo
llevar cada vez ms alto en la plenitud de la provisin de Dios.

El intercambio en la cruz
Hay una y una sola base absolutamente suficiente para cada provisin de la misericordia de
Dios: el intercambio que tuvo lugar en la cruz.
Jess fue castigado para que nosotros
pudiramos ser perdonados.
Jess fue herido para que nosotros
pudiramos ser sanados.
Jess fue hecho pecado con nuestra maldad
para que nosotros pudiramos ser hechos justos con su justicia.
Jess padeci nuestra muerte para que
nosotros pudiramos recibir su vida.
Jess llev nuestra pobreza para que
nosotros pudiramos compartir su abundancia.
Jess padeci nuestra vergenza para que
nosotros pudiramos compartir su gloria.
Jess padeci nuestro rechazo para que
nosotros pudiramos tener su aceptacin con el Padre.
Jess fue hecho maldicin para que
nosotros pudiramos entrar en la bendicin.

Esta lista no est completa. Hay otros aspectos del intercambio que podran aadirse. Pero todos ellos
son facetas diferentes de la provisin que Dios ha hecho mediante el sacrificio de Jesucristo. La Biblia los
resume en una grandiosa palabra que encierra todo: salvacin. A menudo los cristianos limitan la
salvacin a la experiencia del perdn de sus pecados y del nuevo nacimiento. Sin embargo, con todo y lo
maravilloso que son estas experiencias, constituyen slo la primera parte de la salvacin total revelada en
el Nuevo Testamento.

ACERCA DEL AUTOR


Derek Prince (19152003) naci en la India de padres britnicos. Se educ como erudito en
griego y latn en el Eton College y en la Universidad de Cambridge en Inglaterra, y fue
profesor residente de filosofa antigua y moderna en Kings College. Tambin estudi varias
lenguas modernas, hebreo y arameo, en la Universidad de Cambridge y en la Universidad Hebrea
en Jerusaln.
Mientras serva al ejrcito britnico en la Segunda Guerra Mundial, comenz a estudiar la
Biblia y experiment un encuentro con Jesucristo que cambi su vida. A partir de ese encuentro,
lleg a dos conclusiones: primero, que Jesucristo vive; y segundo, que la Biblia es un libro veraz,
pertinente y actual. Estas conclusiones alteraron por completo el curso de su vida, la cual dedic
desde entonces al estudio y enseanza de la Biblia.
El don principal de Derek de explicar la Biblia y su enseanza de manera clara y sencilla ha
contribuido a edificar un fundamento de fe en millones de personas. Su enfoque no
denominacional y libre de sectarismos ha permitido que su enseanza sea igualmente relevante y
til para personas de todos los trasfondos raciales y religiosos.
Es autor de ms de 50 libros, 500 enseanzas en audio y 110 vdeos, muchos de los cuales
han sido traducidos y publicados en ms de 100 idiomas. Su programa radial de emisin diaria,
Llaves para vivir con exito, se traduce al rabe, chino (amoy, cantons, mandarn, shangains,
swatow), croata, alemn, malgache, mongol, ruso, samoano, espaol y tongano. El programa de
radio sigue tocando vidas alrededor del mundo.
Los Ministerios Derek Prince continan en su labor de hacer llegar a los creyentes en ms de 140
pases las enseanzas de Derek, cumpliendo as el mandato de perseverar hasta que Jess
vuelva. Esta labor se lleva a cabo a travs de los programas de alcance en ms de 45 oficinas de
Derek Prince alrededor del mundo, entre ellas la obra principal en Australia, Canad, China,
Francia, Alemania, los Pases Bajos, Noruega, Rusia, Sudfrica, Suiza, el Reino Unido, y los
Estados Unidos. Si deseas obtener informacin actualizada acerca de estas y otras oficinas
internacionales, visita www.ministeriosderekprince.org.

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