Revista Nautilus No. 1
Revista Nautilus No. 1
Revista Nautilus No. 1
Ao 1
Nm. 1
Diciembre. 2.004
Lamina 13 del tomo XIV de Nuveaux Mmoires de la Socit Imperiale des Naturalistes de Moscou S. Nikitin, 1.881
Cartas al director
Estimados lectores:
Al ser este el primer nmero de la revista NAUTILUS no disponemos de carta alguna
para publicar por lo que me permito la licencia, como director del proyecto, de dirigirme a
ustedes para explicar el motivo de esta seccin, el cual no es otro que abrir un foro a profesionales, aficionados, comerciantes y dems gente que se interesa por la paleontologa para
que pueda desde aqu exponer las preguntas, ideas, opiniones, pensamientos, dudas, inquietudes, etc., tales como la recoleccin de fsiles, el coleccionismo privado, el marco legal, la relacin entre paleontlogos, aficionados y comerciantes, el furtivismo, las asociaciones... etc. Podra enumerar mas temas, pero no es mi intencin marcar la direccin a seguir y s dejar que sean ustedes los que elijan el rumbo de esta seccin.
No quiero dejar escapar la ocasin sin expresar especialmente mi mas sincera gratitud
a los siguientes miembros de esta Asociacin que tan generosamente se han prestado a
colaborar en la ejecucin de esta revista.
-Pedro Javier Moreno Barahona: presidente de esta Asociacin e incansable perseguidor de apoyos y ayudas entre las administraciones pblicas.
-Francisco Jos Blanco Martnez: el siempre animoso relaciones publicas de la
Asociacin e incansable en la bsqueda de patrocinadores.
-Manuel Hombrados Navarro: cofundador de esta Asociacin y gran impulsor de las
distintas actividades de esta asociacin.
-Rafael Abad Arquer: colaborador imaginativo y revisor impecable de los artculos
de esta publicacin.
-Juan Carlos Lomas Martn: buscador, estudioso de envidiable memoria y entusiasta
que siempre ha aportado esperanza a este proyecto.
A todos vosotros, gracias por las horas robadas al sueo, por la ilusin y por el entusiasmo puestos en este trabajo. Sin vuestra participacin habra sido imposible llevar a
buen fin esta aventura.
Para terminar, quiero pedir disculpas por los posibles errores cometidos tanto en la lnea editorial como en la maquetacin y redaccin de esta revista. Recuerden que no somos profesionales del mundo meditico y hemos tenido que robar el tiempo para producir este trabajo a nuestras familias, trabajo, ocio y al sueo. Les pedimos y esperamos sus
opiniones y consejos para mejorar los prximos nmeros.
Juan Jos Garcia Arnedo
Para dirigirse a esta Seccin pueden hacerlo mediante carta a la siguiente direccin:
Juan Jos Garca Arnedo
C/ San Felipe Neri, n 4 - 2 A
28013 Madrid
O bien al e-Mail: [email protected]
2
Editorial
Este primer nmero de la revista NAUTILUS, est dedicado a
nuestro desaparecido amigo Julio Tomico Jimnez, fundador de la Asociacin Paleontolgica Alcarrea Nautilus y Presidente hasta que la enfermedad lo alej de nosotros. Era un buen amigo y gran aficionado al mundo de los fsiles y para l en la Paleontologa no existan fronteras y no
dudaba en efectuar grandes desplazamientos internacionales para conseguir sus fines. Viajero inquieto, tan pronto estaba en Ferias de Minerales y
Fsiles, como estaba pateando el campo en busca de algo nuevo que
aportar. En esta Asociacin le echaremos mucho de menos.
Con este nmero nace una nueva revista de difusin sobre
paleontologa, creada por la Asociacin Paleontolgica Alcarrea
Nautilus de Guadalajara, que tras cinco aos de andadura en el mundo
de las asociaciones hemos estimado conveniente disponer de un medio
propio de comunicacin entre los aficionados a la Paleontologa y el resto
de la sociedad.
Como asociacin de ndole cultural nuestra intencin no es crear
una revista cientfica, y desde sus distintas secciones pretendemos informar, divulgar, fomentar y apoyar toda accin encaminada a la defensa y
conocimiento de la paleontologa, tanto desde un punto de vista cientfico
con estudios hechos por paleontlogos, como desde un punto de vista
cultural, con artculos donde los aficionados a la paleontologa exponen
sus inquietudes.
Desde esta revista, la asociacin se pone a disposicin de otras
asociaciones paleontolgicas, museos, salas de Paleontologa, estamentos
cientficos y autoridades culturales, bsicamente para apoyar incondicionalmente la creacin de museos y salas de paleontologa. Consideramos
que esta actividad puede ser nuestra mejor aportacin, como lo demuestra el convenio de colaboracin firmado entre nuestra Asociacin y la
Asociacin de Amigos del Museo de Molina, principal impulsora de Los
Museos de Molina, de propiedad municipal y a cuyo frente se encuentra
su Presidente, Don Jos Manuel Monasterio Cruz.
Secuencias de conglomerados de origen aluvial, facies detrticas arenosas y limosas (que conformaron
arcillas, lutitas, pizarras y areniscas...), tobas volcnicas, bancos cinerticos y por supuesto diversas capas
de carbn y pizarras bituminosas.
Por lo dems, los trabajos de Soler Gijn sobre fauna vertebrada (que le hicieron concluir la necesaria
conexin de aquella cuenca con el mar), los anlisis
4
de Wagner (que sealan la existencia de facies marinas hacia el este de la cuenca), y la inexistencia de
adelgazamientos en las capas de carbn hacia los lmites de la actual cuenca, nos hacen suponer que la
actual cuenca conocida es solo un resto manifiesto
de lo que debi ser otra mucho ms extensa.
En cuanto al lugar concreto de donde proceden los
fsiles reproducidos en este trabajo, -la mina
Emma- explota solo tres capas de carbn
principales conocidas como capas I, II, III.
Especial importancia revisten para nosotros las dos bandas cinerticas entreveradas en
la capa III y las lutitas a techo de la misma.
LA FLORA.
En este ambiente de abundantes lagunas,
cursos fluviales deltaicos, algunas albarizas en
parcial conexin a un mar abierto y terrenos
emergidos de origen aluvial; surgieron los frondosos bosques que daran lugar a las distintas
capas de carbn.
Masa vegetal propia de un clima tropical
hmedo.
S hasta entonces los bosques hulleros de
Amrica del Norte, Europa y Asa Menor, se
desarrollaron en un ambiente tropical hmedo,
en el Estefaniense C-Autuniense se evidencia
una progresiva disminucin de las condiciones
de humedad tropical (Wagner). Esto no se manifiesta en el yacimiento Estefaniense CAutuniense de Puertollano, constituyendo este
hecho una singularidad propia de esta cuenca .
Recreacin de la cuenca carbonfera de Puertollano. Al fondo varios
Las Lycopsidas.
Los rganos frtiles diferenciados portadores de esporas fueron conocidos como estrbilos. Solan aparecer en la parte superior del rbol, pendiendo del ramaje
(como en Lepidodendron) o inserto en el tronco justo por
debajo de las hojas (como en Sigillaria). A veces,
como en Omphalophloios, sin constituir un verdadero estrbilo pedunculado, sino como un
pice frtil evolucionado y en principio indiferenciado de la cumbrera del rbol (este
tipo de lycopsidas son conocidas como
Isoetales).
Plantas de escasa madera, con un tejido epidrmico y una gruesa corteza (hasta el 90% del volumen troncal), que envolva a los haces
vasculares y la medula central.
Con hojas acintadas, sigmoidales,
escamosas o en forma de accula planchada, con diferentes longitudes y un nico nervio central (Sigillaria?). Dispuestas en
espiral alrededor del tronco, como a falta
de ellas muestran las huellas de insercin
(dejadas tras su cada biolgica o separacin mecnica al fracturarse la roca). La
huella un cojinete caracterstico, presenta
la cicatriz del haz vascular que se prolongara por el nervio de la hoja, y en ocasiones restos de un apndice membranoso
llamado lgula y orificios de aireacin
transpiracin paricnios.
Estas raicillas tienen forma de hoja lanceolada alargada y acuminada. En su insercin a la raz principal presentan un grosor de solo unos 4m/m, pero se
ensanchan prontamente hasta un mximo de 14 o
15mm, para decrecer suavemente hasta la punta. Son
claramente planas, con un nervio central bien marcado y una disposicin ms o menos perpendicular respecto a la raz principal. Se aprecia, plisada, alguna
raicilla procedente de la parte inferior oculta, pero en
general se mantienen sin dobleces ni corrugamientos
lo que aparenta una posible consistencia coricea que
las dotara de cierta tenacidad.
Presentes a lo largo de toda la superficie del cilindro radicular, con su forma ensanchada y aplanada de
pequea paleta, debieron constituir un anclaje de primera magnitud en un suelo aluvial (arenoso o limoso),
aumentando la superficie de resistencia mecnica y
de absorcin radicular.
-La Raz.
Esta forma constituye sin lugar a dudas un tipo de adaptacin radicular,
pues tanto las hojas
como las lminas
distales del pice
frtil (que guardan
cierta semejanza)
son mucho ms estrechas.
alop
hloio
Si con el ndice
de decrecimiento
progresivo en grosor que apreciamos
en el fragmento, el
rizoma adelgazara
idealmente hasta el
meristemo, tendramos races de ms de tres
metros de largo. Aunque sucesivas dicotomizaciones y torsiones conformaran una estructura radicular dendroide y no permitiera largas races rectas, un
arbolillo estrecho y esbelto (poco
ms de un metro de anchura) o
constituy bosques ralos o solap races de diferentes
pies, constituyendo una malla mltiple que generara una
resistencia colectiva a los efectos mecnicos
Las raicillas insertas a la raz principal son solo apreciables en la parte distal
del fsil (donde el plano de fractura de la roca las ha
respetado), pero debieron cubrir en espiral toda la superficie de la raz principal.
Copyright 2005. Asociacin Paleontolgica Alcarrea NAUTILUS
Excepcin hecha de la base del tronco, ensanchada en su unin a las races ms o menos 40 o 50 cm
-, el rbol posea hojas perennes en disposicin espiral a lo largo de todo su tallo y hasta el pice de la
planta. S haba pice frtil, antes de empezar la
desvinculacin madurativa, las lminas distales del
mismo no mostraran discontinuidad formal con las
hojas del tronco. El aspecto similar de estas y aquellas, dara un aire de cierta continuidad orgnica.
-El pice.
-El tronco.
En la base del pice, en su unin al tronco, empezaba un proceso diferenciador con la cada de las
lminas distales. Esta cada continuara en sentido
ascendente hasta completarse. Un deterioro posterior de los esporfilos permitira la posterior liberacin de los esporangios -con paredes erosionadas o
no-, siempre en sentido ascendente. El pice frtil
desnudo ya, con solo los esporfilos perpendicularmente adheridos al eje completara un proceso de descomposicin de los tejidos
que le unan al tronco y caera al suelo.
Los Equisetos.
Abundantes en los bosques carbonferos que conformaron las capas de carbn de Puertollano, las conocidas como plantas articuladas (clase Articulae) incluyeron gneros decimtricos-arbustivos y otros de
ms de veinte metros de altura y uno de grosor.
De aspecto parecido a las caas
actuales, su tronco (que parta de
un rizoma horizontal al suelo) se
secuenciaba en una serie de nudos
y entrenudos. De los nudos partan
las ramas secundaras y/o las hojas, siempre en verticilo.
En base a diferencias morfo- lgicas en las hojas, se establecieron
dos ordenes artificiales de especial
importancia en el registro fsil; orden Sphenophyllales y orden
Calamitales.
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El tamao y el grosor de los pices es tambin variado. La base del pice frtil que indica el grosor del tronco al que creci adnato, demuestra que troncos de diverso grosor generaron pices frtiles. Esto fue interpretado por Wagner como la posibilidad de que a lo largo
de su crecimiento el arbolillo pudiese generar pices
frtiles sin haber concluido su desarrollo total en altura.
Sphenophyllum ha sido descrito como un gnero de porte no superior a un metro. Con alternancias
en las inserciones a los nudos del tallo, que probablemente testimonian un porte de cierto desgarbo.
Incluso algunos autores describieron este gnero
como trepador.
Tronco de
Calamites
Las Coniferales
Entre el Carbonfero final y el Prmico inferior encontramos los primeros gneros de conferas conocidos (las gimnospermas ms evolucionadas).
De morfologa equiparable a conferas actuales, manifestaron una preferencia por lugares mejor drenados que licopodios, equisetos
y helechos sin semillas. Ya que entre otras cosas no eran dependientes del medio acutico,
sino del areo para su reproduccin.
Las especies del orden Calamitales debieron conformar orlas que rodeaban desde zonas de aguas someras a los
bosques de arbolillos de Omphalophloios crecidos en tierras ms firmes.
Annularia Stellata
A. Sphenophylloides
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Las Cordaitales
Los Cordaites fueron rboles de mediano tamao, fuertes races (a menudo adventicias), tronco recto bastante ramificado (pero en ramillas medias), y
largas hojas acintadas, acuminadas y con numerosos nervios paralelos longitudinales y uniformes.
Han sido asociados unas veces a
suelos bien drenados,
siendo ms frecuentes
en la parte catapluvial
del ciclo Estefaniense finalAutuniense y otras
veces, se los presenta insertos en esteros
o marjales, al modo de
los mangles actuales (con frecuencia
en suelos anaerobios y aguas incluso
salobres).
Semilla de Cordaites.
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Las Filicofitas
Las plantas con frondes similares a los helechos,
constituyeron un conjunto heterogneo con diferencias morfolgicas muy significativas.
Debido a que nunca se encuentran plantas enteras (raz, tallo, ramaje y hojas) y si con frecuencia
pequeos restos parciales no asociados a otras partes anatmicas de planta, constituy desde los primeros estudios un problema crucial en un orden de
numerosos gneros y ciertas similitudes.
En 1822, Brogniart, ide un sistema clasificatorio para las pteridofitas, consistente en la creacin de unos gneros artificiales, nacidos de criterios morfolgicos basados en la forma de los
limbos, y los tipos de nervadura de los limbos
foliares, ya que es ms difcil encontrar fosilizadas
estructuras reproductoras que seran un elemento
de mayor diferenciacin.
Psaronius es un gnero morfolgico que bien podra conformar varios gneros naturales, aunque todos ellos cumplen una serie de caractersticas bsicas: se les supone una altura no superior a 10m y
grandes frondes recortados, con numerosas races areas en la parte inferior del tronco que
aumentaran la consistencia del pie y las
posibilidades nutricionales (dejan unas estructuras circulares caractersticas -parte perifricaen la seccin de un tronco).
El estudio de diversos troncos permineralizados rescatados en diferentes yacimientos
(incluido uno citado por Wagner
procedente de la mina Emma)
hace que conozcamos bien sus caractersticas estructuras vasculares que presentan forma de herradura al realizar un corte
transversal.
helecho de sotobosque.
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EL CONTEXTO
El carbonfero superior fue una poca de renovaciones que anticipaban los grandes cambios con que
concluy la era primaria.
La elevacin de los macizos hercnicos y remozado
de algunos caledonianos penillanados, anunciaba un
ambiente compresivo previo a la conformacin durante el Prmico de un macrocontinente nico
(Pangea). Relativamente poco despus, durante este
mismo periodo, se inici una nueva particin de
Pangea en algunos continentes y una deriva de los
mismos hacia nuevas latitudes.
Pteridosperma: Medullosa
Esa desecacin parcial se empez ya a hacer progresiva a finales del Carbonfero y principios del
Prmico (no en la cuenca de Puertollano).
Poco dur unida Pangea, y en el mismo
Prmico, se inicia la Deriva Continental y con ella una dinmica distensiva
a la que siempre van ligados episodios volcnicos. Wagner asoci el
volcanismo de Puertollano (tan importante
por
razones
paleontolgicas) a fenmenos precoces de este rifting.
La flora an con ms claridad parece anticipar el fin de la Era Primaria. Desaparicin del lepidodendrones
y otras grandes lycpsidas
carbonferas, perdida de importancia
de equisetos y helechos sin semillas y
sobretodo aparicin en el registro fsil de las primeras conferas (que constituiran el clmax vegetal de los bosques secundarios hasta el Cretcico).
Gran parte de los cambios en el
Estefaniense C-Autuniense, tuvieron
su origen en la sstole y distole que
conocieron los continentes antes y
durante el inicio de la deriva continental prmica.
Por otro lado es imprescindible indicar que no existi una nica comunidad vegetal carbonfera continental. Si gran parte de Amrica del
Norte, Europa y Asia Menor estuvieron bajo la influencia de un clima tropical hmedo durante el
Carbonfero, el macrocontinente
Gondwana, en el hemisferio Sur, conoci la influencia polar y desarroll una flora propia de zonas
fras(conocida como comunidad de
Glossopteris).
temperaturas ms frescas (regiones elevadas, montaosas o de fuerte continentalidad) debieron existir plantas
especializadas, aclimatadas, de las que desconocemos
casi todo por la dificultad de fosilizacin; debido a la
mayor escasez de sedimentos que transportados por las
aguas cubran a los restos orgnicos y a la erosin.
Por lo dems en Puertollano y como ya dijimos citando a Wagner las condiciones propias de desecacin
progresiva tpicas de aquel piso no parecen cumplirse.
Reproducimos un fsil de la confera Lebachia, probablemente de procedencia alctona, fosilizado con
otros restos vegetales remansados en las lutitas al techo de la capa III, pero hemos sido incapaces de encontrar restos de las pteridospermas propias de ambientes ms secos, como Callipteris conferta, tan propia de otros depsitos autunienses ( como los del arco
Tortuero-Retiendas-Valdesotos, en Guadalajara).
... Y EN UN FUTURO
Sera nuestro deseo conformar una coleccin
representativa de la flora finicarbonfera de aquellas marismas fosilizadas en Puertollano para
su futura exposicin permanente en el Museo Paleontolgico de Molina de
Aragn, considerado por la Asociacin Paleontolgica Alcarrea
Nautilus, nuestro museo referencial.
Para ello, y s la direccin de la mina
Emma sigue otorgndonos sus
amables facilidades, esperamos en
prximas campaas ampliar dicha
coleccin en sus flancos ms dbiles.
En segundo lugar, completar grandes lagunas como la ausencia casi total de pteridospermas.
Y por ltimo, encontrar restos de algunos gneros muy representativos
como es Sphenophyllum o
Selaginellites y estrbilos, aparatos
reproductores, de cualquier especie.
Compra / venta de minerales y fsiles, herramientas de limpieza por chorreado , percutores neumticos
y elctricos , herramientas de campo , productos qumicos y abrasivos , accesorios y complementos de coleccin , soportes y peanas , lupas , lmparas lupa , microscopios binoculares.
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15
EXTRACTO
Una vez ya descrito Omphalophloios puertollanense, pretendemos analizar sus principales estructuras
caractersticas, buscando donde descansa el xito que tuvo en aquella marisma fini-carbonfera de Puertollano.
La aplicacin del principio paleontolgico de la Anatoma Comparada, ofrece la posibilidad de comprender el porqu de ciertas caractersticas de este arbolillo mediante el estudio de otras plantas actuales especializadas en ambientes equivalentes a ese que vivi aquel ancestro
La transpiracin.
Las plantas, incluso las desarrolladas en suelos inundados, necesitan captar y bombear agua del
suelo. El volumen de agua absorbido por las races para cubrir las
necesidades nutricias de la planta
16
Pero el agua en
suelos anegados, expulsa por gravedad el
aire intersticial, y las
races pierden posibilidad de intercambiar
aire con la tierra.
Hay plantas acOmphalophloios sin laminas distales
tuales que viven en
ambientes similares y han desarrollado respuestas a
este problema. La seccin de la raz o del tallo de
muchas plantas actuales de ambientes pantanosos,
encharcados, muestran siempre un cilindro vascular
central y una gruesa corteza envolvente que presenta
numerosos aerenquimas: parnquimas especializados
en almacenar gases atmosfricos. Estas reservas de
aire se ven con claridad en races, tallos e incluso en
hojas sumergidas. De ellos ser tomado el oxgeno
necesario a rganos incapaces de intercambiar gases
con el medio.
En Omphalophloios el tejido vascular ha sido definido por Wagner como sifonostela. Un anillo
central de xilema rodeado por el floema (sin
cambium)En definitiva, como en las citadas plantas
actuales, un cilindro vascular central rodeado de una
gruesa capa cortical.
17
Entra dentro de lo posible que Omphalophloios tuviese un crecimiento rpido y una estructura frgil.
18
Raiz de Omphalophloios
19
Laminas distales
GLOSARIO
BIBLIOGRAFA
Alvarez-Ramis C. Coloquios Paleontolgicos,
1965 n 5, 1967 n10, 1968 n14, 1975 n28,
1980-81 n30, 1982 n37, 1995 n47.
Fsiles
Meteoritos
tiles
prehistricos
norteafricanos
www.fosilpaleos.com
PAZ
Y
LUIS
C/ Ro Sella n 2
19200
Azuqueca de Henares
Guadalajara
Espaa
626 958 529
949 262 188
20
P A LEOS
Gran hombre de justicia y libertad, luch toda su vida como exiliado pero esto
no le impidi seguir amando la naturaleza e inculcar en m, su pasin por ella.
Su aficin por las piedras y su agnosticismo militante no le ayudaron a conseguir la simpata ni el apoyo de los poderes fcticos de siempre, quienes en un
alarde de intelecto llegaron a comentar ante una
exposicin paleontolgia organizada por l en Alcocer
que aquello solo poda traer una visin absolutamente materialista y evolutiva de la vida y por tanto perniciosa. y esto a finales de los 90!. Por contra fue su
coincidencia con el parroco, de Atienza, D. Agustn,
lo que ayud a dar cauce a sus inquietudes sociales
sobre paleontologa y cofundar la Asociacin
Paleontologa Alcarrea Nautilus.
Rafael Abad.
21
Galeria de Paleontologos:
Fray Jose Torrubia (1698-1761)
Natural de Granada, de espritu inquieto y rebelde entr en la Orden franciscana en 1714.
Entre 1735 y 1745 permanece Madrid y en este mismo ao de 1745 regresa a Amrica
recorriendo Guatemala, Honduras y Mxico.
Una vez de vuelta a Espaa. inicia un viaje a Roma, Rmini y Padua hasta llegar a Pars lo
que le permite visitar y entablar amistad con los naturalistas de la poca y conocer algunos de los
mejores Museos de Ciencias Naturales de la poca como: la Metallotheca Vaticana, el Musaeum
Kircherianum y el Musaeum Metallicum .
Jos Torrubia regresa desde Pars a Madrid en 1750 al ser nombrado Archivero y Cronista
General de la Orden franciscana. Durante este viaje hizo un alto en la villa de Anchuela, perteneciente al seoro de Molina (Guadalajara) y una nia le mostr las petrificaciones que le llamaron extraordinariamente la atencin. Fue conducido a montes cercanos donde recogi gran cantidad de fsiles. Segn cuenta l mismo en su obra Aparato para la Historia Natural Espaola
(1754, p. 4). Durante estos aos de estancia en Espaa el franciscano sale con frecuencia al campo
para recoger fsiles y rocas para sus colecciones las cuales sirvieron de base para sus escritos e
hiptesis diluvistas sobre el origen de las piedras figuradas.
Ya al final de su vida, tras volver a Roma en 1756, public en Italia varios trabajos cientficos de los cuales destaca La Gigantologia Spagnola vendicata (1760). Falleci un ao despus en
Roma el 17 de abril de 1761, a la edad de 63 aos.
Aparato para la Historia Natural Espaola
Los materiales fsiles y minerales recogidos durante sus viajes alrededor del mundo, acompaados por sus numerosas observaciones y amplios conocimientos sobre paleontologa le permiten escribir la obra titulada Aparato para la Historia Natural Espaola Tomo Primero. Considerado el primer tratado de paleontologa escrito en Espaa, tanto por las descripciones como por las
interpretaciones del origen de los fsiles, trata esencialmente sobre el Diluvio y la emigracin de los
fsiles marinos a los montes alejados de las costas donde los descubri. La primera mitad est
dedicada a comentar el hallazgo de fsiles encontrados en sus largos viajes por Espaa, Filipinas y
Amrica del sur, y propone el carcter orgnico de estos. En la segunda mitad plantea el origen
diluviano de los restos fsiles frente otras hiptesis como las de Benito Jernimo Feijoo (1676-1764).
Otro aspecto de inters en este libro es su particular visin del mtodo cientfico que debe utilizarse
en el estudio las Ciencias Naturales, apostando decididamente por el mtodo experimental.
En el prlogo de este libro, Jos Torrubia afirma la existencia de dos problemas en los autores que hasta la fecha haban publicado trabajos sobre Ciencias Naturales.
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El primero segn sus palabras no haber dado con el mtodo, lo que proviene, a mi parecer, de no
haberse hasta ahora descubierto aquella cadena, con cuyos precisos eslabones o anillos, dicen, debe unirse la
prodigiosa diversidad de efectos, y producciones de la Naturaleza debajo de unas verdades universales e
incontestables.
El segundo segn sus palabras : Treinta aos he estudiado la Naturaleza en buenos autores, y
principalmente en las obras que tienen impresas, no solo en nuestra Espaa, sino en las remotsimas Filipinas, y en las regiones de Mxico, Michoacn, Xalisco, Zacatecas, Guatemala, Tabasco, Campeche, Habana, etc., cuyas distancias he andado por tierra....
Jos Torrubia aboga por mtodos experimentales frente a mtodos de observacin o sistemticos.
El Aparato para la Historia Natural Espaola tuvo amplio eco en la Europa del XVIII.
Prueba de ello es que, tras su publicacin en 1754, fue pronto comentado, no exento de crticas, en
varias revistas cientficas de la poca, teniendo especial relevancia la disertacin sobre los gigantes
ya que era un de los grandes temas de debate en aquella poca.
En 1.760 se public una traduccin de este captulo en francs y en 1.773 otra traduccin
en alemn incluyendo los diecisis primeros captulos.
La Paleontologa en el siglo XVII
Jos Torrubia vivi en una poca especialmente creativa para el desarrollo de las Ciencias
de la Tierra. Hasta ese momento no se dispona de una teora fundamentada y universalmente
aceptada sobre la constitucin, origen y cambios de la Tierra.
Coetneo de grandes pensadores y naturalistas, como Nicols Stensen (Steno) (1638-1689),
Karl von Linneo (1707-1778) y Jean Louis Leclerc conde de Buffon (1707-1788), desarrolla algunas
ideas geolgicas como la de la decadencia del mundo como herencia del pecado original donde la
erosin de las montaas es un signo indudable de que este mundo, nacido perfecto de la mano de
Dios al comienzo de los tiempos, est sometido a un desgaste que le llevarn con el tiempo al total
arrasamiento, o la teora del Diluvio Universal donde la tierra estuvo totalmente cubierta por las
aguas. Estas teoras tradicionales precientficas hay que situarlas dentro del contexto cultural y
cientfico de la Europa del XVIII, dominada por un fuerte sentimiento religioso que impeda el
desarrollo de otro tipo de teoras que mas tarde se postularon y dieron lugar al nacimiento de la
paleontologa tal y como la conocemos en la actualidad.
Para saber mas:
A. Goy y A. Rodrigo. 1.999. Tras las huellas de Torrubia (1698 - 1761) por el Seoro de Molina
XV jornadas de Paleontologa. Museo Geominero.
Capel, H. 1985. La Fsica Sagrada. Creencias religiosas y teoras cientficas en los orgenes de la
geomorfologa espaola. Ediciones del Serbal, Barcelona, 223 pp.
Pelayo, F. 1996. Del Diluvio al Megaterio. Los orgenes de la Paleontologa en Espaa. Cuadernos
Galileo de Historia de la Ciencia, 16. CSIC, Madrid, 310 pp.
Pelayo, F. 1994. El Aparato para la Historia Natural Espaola de Jos Torrubia (1698-1761): diluvismo, gigantes y la naturaleza de los fsiles en el pensamiento espaol del siglo XVIII. In: Edicin facsmil del Aparato
para la Historia Natural Espaola. Sociedad Espaola de Paleontologa, 3-45.
Sequeiros, L. 1998b. Jos Torrubia y su aportacin al mtodo cientfico en paleontologa. Geogaceta,
n 24, pgs.129-131.
Vernet, J. 1976. Historia de la Ciencia espaola. Instituto de Espaa.
J. J. Garcia Arnedo.
Copyright 2004. Asociacin Paleontolgica Alcarrea NAUTILUS
23
Gracias a estas transgresiones del Cretcico Superior se produjeron importantes depsitos sedimentarios
con abundante y variada fauna fsil.
En el Albo-Aptiense se depositan en alternancia,
en el borde del dominio mesetario, margas, arcillas
versicolores y arcillas blancas continentales que corresponden a la facies de Utrillas. Al alejarse de la
meseta, esta facies pasa poco a poco a formaciones
Los suelos pertenecen al Cretcico Superior concretamente a los pisos Albiense (113 a 97,5 ma),
Cenomaniense (97,5 a 91 m.a.), Turoniense (91-88,5
m.a.), Coniaciense (88,5 a 87,5 m.a.) y en ellos se
distinguen los siguientes tramos.
Tramo 1: Corresponde a un tramo de arenas blanco-rosadas, amarillentas y con ndulos de hierro, son
las llamadas facies de Utrillas de edad AlbienseCenomaniense Inferior (entre 110-98 millones de aos),
con una potencia de 50-60 metros visibles, propio de
un ambiente fluvial y lacustre del perodo que separa
el Cretcico Inferior del Cretcico Superior. Este tramo suele ser estril en fauna fsil.
25
HOMALAZOA. Formas primitivas sin planos radiales de simetra que vivieron desde el Cmbrico hasta
el Devnico. A este Subfilum pertenecen los
Carpoidea.
Los primeros erizos de mar encontrados pertenecen al Ordovcico y tuvieron una expansin relativa
en el Carbonfero. Al inicio del Jursico se produjo un
segundo perodo de apogeo que perdur hasta finales
del Cretcico con un importante desarrollo de formas
y gneros. A principios de la era Terciaria se produjo
un claro retroceso, seguido de un tercer apogeo que
culmin en el Eoceno. Despus se inicia una tendencia descendente que llega hasta nuestros das.
Los erizos de mar se hallan representados en todos los mares y se conocen unos 850 gneros fsiles
y actuales.
Los erizos de mar poseen por lo general un caparazn formado por numerosas placas calcreas que estn cubiertas por radiolas ms o menos largas y en el
se distinguen:
Orificio oral
El orificio anal o periprocto se encuentra en posicin opuesta al orificio bucal, en la cara superior del
caparazn (lado aboral) o bien sobre una lnea imaginaria, trazada desde el pice hasta la boca en la
zona dorsal de la corona. Estas ltimas formas reciben el nombre de irregulares.
Orificio anal
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Las radiolas o espinas calcreas tienen las funciones de sujeccin al suelo impidiendo que el erizo
sea arrastrado por las aguas, proporciona proteccin
contra los numerosos enemigos y desempea un importante papel como medio de locomocin.
Las radiolas estn unidas de forma mvil al caparazn, el cuerpo de estas suele ser granulado, espinoso o estriado y slo ocasionalmente es liso. Se dividen
en cabeza, cuello y cuerpo, siendo este ltimo la parte
ms larga de las mismas.
Suturas
Placas interambulacrales
Mamelm primario
Mamelones secundarios
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La forma de las radiolas es tambin un dato importante aunque en la gran mayora de los casos se encuentran aisladas de los caparazones y slo es posible
establecer una relacin provisional cuando se encuentran en el mismo estrato.
En la zona destacan los Equinoideos de las Familias Cidaridae, Pedinidae y Pseudodiadematidae por
su excelente conservacin y relativa abundancia.
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29
FAMILIA PEDINIDAE:
De esta familia se han localizado solo los gneros Micropedina y Pedina con una especie del Cenomaniense
Inferior-Medio y que se detalla a continuacin:
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FAMILIA PSEUDODIADEMATIDAE
De esta familia se ha localizado en la zona de estudio el Gnero Tetragrama, que se caracteriza por tener el
caparazn subcircular deprimido y de talla moderadamente grande. Disponen de dos grandes tubrculos en
cada placa interambulacral y los poros dispuestos en doble hilera que se presentan en la zona adapical. Todas las
especies localizadas son del Cenomaniense Medio.
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C/ Castillo, 13 - 28010 Madrid (metro Iglesia)
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En un momento en que nuestra Comarca se despuebla, en que las formas de vida cambian, dejando
abandonados nichos etnogrficos, es necesario apostar con todas nuestras fuerzas por proyectos que adems
de tener continuidad, den una solucin real a los problemas que tenemos: de ndole cultural, social y laboral.
El vaco de poblacin se refleja en un vaco cultural, en una prdida de valores etnogrficos y de conocimientos; es necesario asimismo crear espacios de encuentro entre los distintos pueblos de nuestra comarca, donde
se vean reflejados por intereses comunes y al mismo tiempo con metas ilusionantes, si adems cubrimos un
aspecto laboral y de creacin de valor, esta realidad de la que hablamos tendr sentido; es por ello que con
este espacio cultural y recreativo pretendemos llenar algunas de estas lagunas.
El proyecto crea un espacio cultural de propiedad municipal con gestin integral por parte de
la Asociacin de Amigos del Museo de Molina.
Vista panoramica del Convento de San Francisco que alberga el Museo
Copyright 2004. Asociacin Paleontolgica Alcarrea NAUTILUS
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Intentamos que los que se acercan a nosotros profundicen en sus races, comprendan los procesos e
interacciones que han sido necesarios para llegar a nuestra realidad, cmo de unos procesos geolgicos, de una
mezcla primigenia de elementos surge la vida que, modelada por el medio ambiente, permite el surgir de formas adaptadas a cada ecosistema.
Mediante el estudio de la Paleontologa enseamos en la primera Sala formas de vida ya desaparecidas, cuyos restos - en piedra - nos hablan de una explosin inmensa de formas distintas, desaparecidas en
procesos todava no esclarecidos, que durante cinco extinciones generaron la fuerza necesaria para que al
cubrir dichos espacios vacos un mamfero llamado hombre pueda desarrollar nuestra forma de ser social
que llamamos cultura.
Enseamos fundamentalmente procesos, aunque hay piezas magnficas dentro de nuestras vitrinas,
pero pretendemos que al salir de esta Sala el visitante entienda que el cambio ha sido una constante en el
desarrollo de la Vida, y la adaptacin al medio natural, el motor que ha generado la vida actual.
De este tema precisamente, la vida actual trata nuestra segunda Sala, dedicada a las Ciencias Naturales.
En ella nos adentramos en lo desconocido, en la ltima frontera, en el todava poco explorado mundo de los
Insectos, los seres ms numerosos y menos conocidos. As mismo damos una visin de la fauna que nos rodea.
Nuestros hijos tienen grandes conocimientos de la ltima tecnologa sin embargo la mayora no ha visto nunca
aquellas formas de vida que debemos preservar, como
son los pequeos mamferos o los animales nocturnos
que nos rodean. Tenemos la ntima conviccin de que no
se puede amar aquello que no se conoce, por ello queremos
presentarles una visin de la vida silvestre del Parque Natural del Alto Tajo, as como los, mtodos, tcnicas y trabajos
en laboratorio que para su estudio disponemos.
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Complementamos las salas de Exposiciones con una Sala de Audiovisuales donde permanentemente proyectamos documentales sobre temas relacionados o aquellos otros que nos demanden nuestros visitantes, reservando una parte importante de las instalaciones para laboratorios y almacn de colecciones.
Nuestra pretensin es estar abiertos todos los das de la semana en horario de maana y tarde, de 10 a 14
horas y de 1630 a 20 horas.
es el centralismo, no querramos caer en este error, por ello estamos desarrollando en colaboracin con la Comunidad del Real Seoro de Molina
y su Tierra un servicio de dotacin a todos los pueblos que nos lo requieran
y en la medida de nuestras posibilidades, de exposiciones itinerantes, de
aquellos materiales que sean factibles de exponer.
Pretendemos ser sede de cualquier acontecimiento cultural que, con una calidad cientfica contrastada
nos demanden. Nuestro trabajo pretende ser eminentemente cientfico, para ello contamos con personal
altamente cualificado y con una motivacin y entusiasmo que desde aqu quiero agradecer.
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Introduccin
El afn por conocer nuestros orgenes y el conocimiento de los acontecimientos del pasado son casi
tan antiguos como la humanidad. Pero el estudio con
metodologa y precisin de estos acontecimientos, los
procesos biolgicos, climticos y geolgicos del pasado son bastante posteriores. Solo hemos tenido conciencia cientfica de los procesos de evolucin y cambio dentro del mundo moderno, es decir, desde la
poca Helenstica hasta nuestros das, y todo como
consecuencia de dos razones:
Un poco de historia
Las primeras referencias documentadas datan del
siglo VI antes de Cristo (A.C.) y de Pitgoras, quien
dedujo que los fsiles eran restos de criaturas vivas y
que el mar haba cubierto la zona donde estos fueron
encontrados ya que los restos parecan de animales
marinos. Xenfanes de Celofn (570-480 A.C.), observ en Paros y en Malta restos de conchas de organismos marinos y les atribuy su presencia a invasiones peridicas del mar (hoy conocidas como transgresiones). Tiempo despus, el historiador Herodoto
(484-420 A.C.) al descubrir pequeos fsiles en los
bloques de piedra de las pirmides de Egipto dedujo
que eran lentejas petrificadas de restos de la comida
de los constructores, aunque al parecer debi de ver
algo ms (que llam conchas de las montaas) para
llegar a afirmar en algn momento que las aguas debieron de haber cubierto alguna vez el desierto de
Libia. Tambin estableci la edad del delta del Nilo
en 20000 aos. Estrabn (63 A.C. 25 D.C.), da la
primera descripcin de los Nummulites y plantea las
primeras ideas claras sobre los levantamientos y hundimientos de las zonas continentales. Plinio El Viejo
o el Mayor (23-79) que es el ms grande de los escritores cientficos latinos, en su obra Historia
- Por un lado la necesidad de explicar nuestros orgenes, lo que a falta de conocimientos ni teoras mejores siempre hubo la explicacin sobrenatural o religiosa. De ah derivan las incontables teoras de creacin venidas supuestamente de la mano de las diversas divinidades que el hombre ha necesitado crear y
creer para calmar su ansiedad ante las preguntas qu
y quines somos? o de dnde venimos y a dnde
vamos?
- De otro lado las huellas que la humanidad ha
ido encontrando sobre el terreno. Estas huellas se encontraban en forma de piedras con formas curiosas
(fsiles) y extraas formaciones geolgicas que tambin sorprendieron a gentes inquietas por saber ms.
Los humanos siempre han usado los fsiles como
amuletos, talismanes o adornos y han sido encontrados en ocasiones en sepulturas, sin que aquellos antepasados nuestros fueran capaces de reconocer su verdadera naturaleza. Y an durante el siglo XX las po36
37
Un botnico sueco llamado Carl von Linneo (17071778), fue el primero que cuestion la edad
fundamentalista del planeta impuesta desde las iglesias y afirm que las Escrituras no podan permitir tal
cosa y que la creacin del mundo fue anterior a los
clculos bblicos. Posteriormente, en el siglo XVIII en
Francia, Georges Louis Leclerc conde de Buffon
(1707-1788) tras de analizar ciertos rastros
sedimentarios y fsiles se dio cuenta de que 6.000 aos
no bastaban para justificar la existencia de tales sedimentos y las profundidades de los mismos y sugiri
una edad de entre 75.000 y 500.000 aos. Tiempo
despus y en el mismo siglo Inmanuel Kant a travs de
su Cosmogona sugiri una edad de varios millones de
aos. William Thomson (Lord Kelvin) hizo sus clculos basndose en el tiempo requerido para el enfriamiento del planeta hasta la temperatura actual, llegando a cifras de entre 20 y 40 millones de aos. Esto
no satisfizo a los gelogos de su tiempo, quienes basndose en la profundidad de los sedimentos llegaron
hasta los 100 millones de aos. Otros se basaron en la
salinidad de los ocanos y dedujeron una edad
planetaria de entre 80 y 90 millones de aos.
das, la elevacin y erosin de las cordilleras montaosas, la apertura y el cierre de los mares, la inundacin
de zonas continentales o los cambios climticos quedan registrados de una u otra forma en la corteza terrestre. Los primeros gelogos, se dieron cuenta de que
frecuentemente encontraban fsiles en formaciones y
secuencias reiteradas. Por ejemplo, siempre se encontraba el fsil F1 en la misma capa o en la misma roca
que el fsil F2, y siempre por encima del fsil F3 y
debajo de la capa C. De estas observaciones se desprendieron dos conclusiones:
ha sido la denominacin oficial de Ediacrico al periodo que de forma oficiosa los rusos acuaron
Vndico, pero esta novedad es pequea: aporta nuevos conocimientos de fauna, modifica el nombre y
determina el estrato tipo en unas colinas australianas
llamadas Edicaras.
Para entender la escala del tiempo geolgico tenemos en cuenta dos formas de medir el pasado: el
tiempo absoluto y el tiempo relativo. Antiguamente,
con las limitaciones tcnicas del siglo XIX, los
gelogos slo podan componer una escala de tiempo relativa, es decir, podan saber qu fue antes y qu
despus pero no cuanto tiempo hace que se depositaron los sedimentos. Por esa razn la edad de la Tierra
y la duracin de las unidades de esta escala permanecieron desconocidas hasta principios del siglo XX.
Poco despus del descubrimiento de la radiactividad
por Boltwood se desarrollaron los mtodos
radiomtricos de datacin. Con ellos, se pudo calibrar la escala relativa de tiempo geolgico creando
una absoluta.
Las divisiones de los tiempos geolgicos estn basadas en una cronologa relativa. Los sucesos
geolgicos del pasado como la acumulacin de sedimentos y restos de seres vivos en secuencias reitera-
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Los estudios de las formaciones, sedimentos, fsiles, etc, tambin nos hablan sobre el clima del pasado o Paleoclima. Uno de estos estudios permiti construir la grfica de temperaturas que se muestra en la
figura 2 donde podemos verificar que el clima ha sufrido bastantes cambios durante el Fanerozoico.
Deriva Continental:
El movimiento de los continentes
Una de las conclusiones del estudio del pasado es el conocimiento de lo que se denomina deriva continental y la modificacin constante de los tamaos, posiciones relativas, lmites entre
continentes y mares y superficie de agua lquida del planeta. Estas variaciones han dado lugar a que las plataformas en las que
se asientan los continentes hayan estado variando de latitud y
longitud y adems hayan sufrido los ms variados climas, formas y situaciones, a veces en parte hundidas bajo el ocano, a
veces afloradas sobre el mismo.
Se considera actualmente que tras de la consolidacin de los
planetesimales, hace ms de 4000 m.a., el ncleo de La Tierra se
haba hecho muy denso, debido a que poco despus de su formacin el planeta estaba tan caliente y poco solidificado que los metales ms pesados se hundieron hacia el centro. Se considera que el
ncleo de la Tierra tiene una densidad de unas 12 veces la densidad
del agua con una presin estimada de unas 3.600 toneladas por centmetro cuadrado y formado principalmente Nquel y Hierro (NiFe),
mientras que la densidad media del planeta es algo ms de 5,5 veces
la del agua. Los materiales pesados que encontramos hoy cerca de
la superficie son en su mayora el resultado de magmas, erupciones
volcnicas, fracturas de la corteza y depsitos metericos. Tenemos
un gradiente de temperatura que aumenta desde la superficie hacia
el interior del planeta hasta que en el centro consigue una temperatura un poco por encima de la que hay en la superficie del sol. Los
1600 kilmetros exteriores de la masa terrestre los conforman distintas clases y capas de roca. Abajo se acumulan los elementos metlicos ms densos y pesados, y encima los ms ligeros (capa cuarzo-diortica, basaltos, granitos, etc.)
La corteza exterior tiene de promedio unos sesenta y cinco kilmetros de grosor y descansa sobre un mar de basalto y otros materiales gneos derretidos que amortigua y equilibra las cambiantes
presiones de la corteza terrestre. Las placas tectnicas flotan y se
deslizan sobre este mar de basalto derretido no cristalizado. Este
deslizamiento hace que las placas colisionen, se separen o se rocen
unas contra otras de diferentes formas. A caballo de estas placas
viajan los continentes, que por lo tanto se desplazan con ellas. A
este desplazamiento lo llamamos deriva continental y es causa de
terremotos y gran parte de la modificacin de la orogenia (la otra
parte la conforman los elementos erosivos, sedimentarios y
meteorticos).
El comienzo de la teora de la deriva continental naci al comprobar
la forma en que era posible hacer encajar los dos lneas costeras atlnticas, la americana y la euro-africana. Ya Snider en 1858 mencion tal circunstancia, aunque el impulsor definitivo de la teora fue el
alemn Alfred Wegener quin en 1922 public El origen de los
continentes y ocanos con argumentacin sobre el tema. Wegener
comprob el ensanchamiento progresivo del Atlntico con mediciones en Groenlandia y mencion la posibilidad de corrientes de
conveccin de origen trmico en el manto lquido del planeta.
Copyright 2005. Asociacin Paleontolgica Alcarrea NAUTILUS
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Divisiones geolgicas:
Dividimos la historia geolgica de nuestro planeta en perodos de tiempo en funcin del estudio de las caractersticas de los sedimentos, restos y seales de catstrofes que se han ido descubriendo y estudiando. Cada periodo
tiene sus caractersticas propias. De forma muy general los tiempos geolgicos se dividen en dos eones:
Agnostozoico [4567-542 millones de aos (m.a.)]: Significa vida desconocida y tambin se le denomina
Precmbrico. Se subdivide en Arcaico, [4560-2500 m.a.] y Proterozoico [2500-542 m.a.]. Se conocen fsiles de
este periodo y pensamos que la primera vida en forma de bacterias apareci hace unos 3700 m.a.
Fanerozoico: [542 m.a. hasta hoy]: Significa vida visible y abarca todo el desarrollo de la vida en la Tierra.
El cuadro de debajo muestra de una forma grfica este perodo incluyendo un esbozo de los animales cuyos
restos hemos encontrado en sus sedimentos:
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Tambin hay que tener en cuenta que los continentes y los mares no han estado nunca quietos.
Grandes zonas hoy continentales fueron fondos marinos en el pasado, y viceversa (transgresiones y regresiones). Otras zonas hoy tropicales fueron polares en el pasado y otras hoy templadas en otrora
fueron tropicales (deriva continental). Por lo tanto
las formaciones que encontramos, an correspondiendo al mismo momento no son a veces ni parecidas. Estas variaciones se deben fundamentalmente
al tipo de sedimentacin (palustre, lacustre, marina,
...) y a la deriva continental.
Figura 4. Primer mapa geolgico de Espaa realizado por Joaqun Ezquerra del Bayo en 1850
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Como ya hemos mencionado, uno de los argumentos en los que se basa la teora de la deriva continental
es la correlacin de estructuras geolgicas si juntamos las lneas costeras continentales de ambos lados
del Atlntico. Los escudos, cinturones y formaciones
geolgicas, as como las de tipo paleontolgico coinciden de manera que hacen pensar que un da formaron
parte de una unidad que se fractur y deriv posteriormente para dar lugar a la configuracin continental actual. Wegener tambin estudi estos detalles
basndose en las ideas de otro gelogo, el sudafricano
A. L. Du Toit, quien en 1921 escribi La glaciacin
carbonfera en Sudfrica y Nuestros continentes a
la deriva en 1937 donde constataba algunas de estas
ideas.
Un estudio minucioso llev al gelogo estadounidense Harry Hammond Hess a dar a conocer su hiptesis alrededor de 1960. En las crestas de las cordilleras submarinas emana magma proveniente del interior de la Tierra que se enfra y extiende hacia ambos
lados de la cordillera, solidificndose y separndose al
surgir ms magma. Al cabo de varios millones de aos
el material se ha desplazado al otro lado del ocano y
se hunde nuevamente en el interior de la Tierra en la
zona de fosas marinas. El suelo continental no cambia, pero la corteza ocenica se recicla, y segn los
estudios de velocidad de desplazamiento y creacin,
nunca dura ms de 200 millones de aos desde que
aflora en el fondo ocenico hasta que se vuelve a hundir en las fosas marinas.
Magnetismo remanente
La prueba final de la deriva continental es de ndole
geofsica, y proviene del estudio del magnetismo natural de las rocas, consecuencia del campo magntico
de la Tierra. Algunas sustancias sufren un proceso de
imantacin al ser sometidas a un campo magntico.
Son las sustancias ferromagnticas, las paramagnticas
y las diamagnticas, las cuales definen la orientacin
N-S o S-N de sus partculas. As los depsitos de rocas sedimentarias definen una orientacin fsil del
Las masas continentales estn formadas principalmente por rocas ligeras, como silicatos y aluminio
(SiAl) y por los restos de las capas gneas de la corteza primigenia que al enfriarse formaron granito, el cual
tiene una densidad de casi tres veces la del agua. Por
otro lado los materiales de las placas que conforman
los fondos del mar se componen en gran parte de basalto, una forma de lava que es considerablemente
ms pesada que el granito y por tanto son ms densos
que las masas terrestres. Esto unido al peso de los
ocanos provoca un aumento de la presin en estas
zonas y ambos factores mantienen los continentes por
encima del nivel del agua. No obstante, todos los con-
45
A
I
F
A
R
G
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-Paleontologa de Toledo.
-Fosiles y Hombres.
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Director: Juan Jose Garcia Arnedo. Redaccin: Juan Carlos Lomas, Rafael Abad,
Fracisco Blanco. Maquetacin. Juanjo Garcia y Rafael Abad, Publicidad: Fracisco
Blanco, Articulos de: Pedro Javier Moreno Barahona, Juan Carlos Lomas, Manuel Monasterio, Rafael Abad, Juanjo Garcia, Bibliografia: Francisco Blanco. Asesoramiento
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Vandosel, Rafael Roldn de la Rua. Imprime: Artes Grficas Juan Jos Redondo
2.005 Asociacin Paleontolgia Alcarrea NAUTILUS (Guadalajara)
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Sumario
-Cartas Al director
-Editorial.
-Sobre algunas plantas fsiles de la mina EMMA de Puertollano.
-El ambiente. Adaptaciones especificas de las Hidrofitas.
-A Jos Tomico.
-Jos Torrubia. (1698 - 1761).
-Aproximacin a los erizos de mar del cretcico superior en el norte de la provincia de
Guadalajara.
-El Museo de Molina de Aragn (Guadalajara)
-Edades Geolgicas I
-Bibliografa.
Junta de Comunidades de
Castilla-la Mancha
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