Cosmovisión Mítico Fabulosa. Recopilación y Selección. Recanatti Valeria.
Cosmovisión Mítico Fabulosa. Recopilación y Selección. Recanatti Valeria.
Cosmovisión Mítico Fabulosa. Recopilación y Selección. Recanatti Valeria.
1er Trimestre
4to Ao
EES N 20
2016
ndice
La Literatura y los Gneros ........................................................................3
Gneros Discursivos...................................................................................................... 6
Gneros Literarios ....................................................................................................... 7
Las relaciones transtextuales....................................................................................... 9
Polifona ..........................................................................................................................................10
Relatos de orgenes...................................................................................14
A las puertas del Olimpo............................................................................................. 14
Popol Vuh..........................................................................................................................................16
Mitologa Clsica..............................................................................................................................21
Mitologa Precolombina....................................................................................................................22
Los mitos y su funcin......................................................................................................................23
Las cosmogonas mitos .....................................................................................................................24
Buscando la definicin de mito .........................................................................................................30
Minotauro...........................................................................................................................................31
Teseo y Ariadna..................................................................................................................................32
El viaje del Hroe: Empecemos a viajar...........................................................................................37
Dnae y Perseo...................................................................................................................................37
La casa de Asterin.............................................................................................................................49
El laberinto de Creta...........................................................................................................................50
El resumen ........................................................................................................................................52
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Minotauro
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En Creta reinaba el poderoso Rey Minos. Su capital era clebre en el mundo por el laberinto, lleno de
intrincados corredores, de los cuales era casi imposible encontrar la salida. En el interior viva el
terrible Minotauro, un monstruo con cabeza de toro y cuerpo de hombre, fruto de los amores de
Pasifae, la esposa de Minos, con un toro que Poseidn, dios de los mares, hizo surgir de las aguas. En
cada novilunio haba que sacrificar un hombre al Minotauro, pues cuando el monstruo no satisfaca
su apetito, se precipitaba fuera para sembrar la muerte y desolacin de los habitantes de la comarca.
Un da, el Rey Minos recibi una trgica noticia: su hijo acababa de morir asesinado en Atenas.
Minos clam venganza, reuni a su ejercito y lo envi a Atenas para iniciar el ataque. Atenas, al no
estar preparada, no pudo ofrecer resistencia y solicit la paz. Minos, con severidad dijo: "Os ofrezco
la paz, pero con una condicin: cada nueve aos, Atenas enviar siete muchachos y siete doncellas a
Creta para que paguen con su vida la muerte de mi hijo". Aquellos jvenes seran arrojados al
Minotauro para que los devorara. Los atenienses no tuvieron ms remedio que aceptar aunque con
una nica reserva: que si uno de los jvenes consegua matar al Minotauro y salir del laberinto (cosa
poco menos que imposible) no slo salvara su vida, sino tambin la de sus compaeros, y Atenas
sera eximida de dicha condena.
Dos veces pagaron los atenienses el trgico tributo. Se acercaban ya el da en que por tercera vez la
nave de velas negras, signo de luto, iba a surcar la mar. Entones, Teseo, hijo nico del rey de Atenas,
Egeo, ofreci su vida por la salvacin de la ciudad. El Rey y su hijo convinieron en que si a Teseo le
favoreca la suerte, el navo que los volviera al pas enarbolara velas blancas.
Fresco que se conserva en el palacio del rey Minos en Cnosos que representa el momento que un
joven
agarra
a
un
toro
por
los
cuernos
para
saltar
por
encima.
La prisin en Creta, donde Teseo y los otros jvenes fueron alojados como prisioneros lindaba con el
parque por donde las hijas del Rey Minos, Ariadna y Fedra, solan pasear. Un da el carcelero avis a
Teseo que alguien quera hablarle. Al salir, el joven se encontr con Ariadna, quien subyugada por la
belleza y la valenta del joven decidi ayudarle a matar al Minotauro a escondidas de su padre.
"Toma este ovillo de hilo y cuando entres en el Laberinto ata el extremo del hilo a la entrada y ve
deshaciendo el ovillo poco a poco. As tendrs una gua que te permitir encontrar la salida". Le dio
tambin una espada mgica.
A la maana siguiente, el prncipe fue conducido al Laberinto, tom el ovillo, at el extremo del hilo
al muro y fue desenrollndolo, a medida que avanzaba por los corredores. Tras mucho caminar,
penetr en una gran sala y se encontr frente al temible Minotauro, que bramaba de furor se lanz
contra el joven. El Minotauro era tan espantoso, que Teseo estuvo a punto de desfallecer, pero
consigui vencerle con la espada mgica. Le bast luego seguir el hilo de Ariadna en sentido inverso
y pronto pudo atravesar la puerta de salida.
Teseo salv su vida, la de sus compaeros y liber a su ciudad de tan horrible condena. Dispuestos
ya a reembarcar, Teseo llev a bordo en secreto a Ariadna y tambin a Fedra, quien no quiso
abandonar a su hermana mayor. Durante el viaje y tras una feroz tormenta tuvieron que refugiarse en
la isla de Naxos. Vuelta la calma, emprendieron el retorno. Pero Ariadna no apareca, la buscaron, la
llamaron, pero fue en vano. Finalmente abandonaron la su bsqueda y se hicieron a la mar. Haban
zarpado cuando Ariadna despert en el bosque, despus de caer extenuada por el cansancio. De
pronto, y rodeada por monumental ceremonia se le apareci el joven ms bello que nunca antes haya
visto. Era Dionisios, dios del vino, quien le ofreci casamiento y hacerla inmortal. La joven acept y
despus de un viaje triunfal por la Tierra, el dios la llev a su morada eterna.
En tanto, en Atenas cunda la tristeza. El anciano Rey iba todos los das a la orilla del mar, esperando
ver a su hijo retornar. Al fin, el barco apareci en el horizonte. Pero traa las velas negras y el anciano
desesper. Es que Teseo, abatido por la desaparicin de Ariadna haba olvidado izar las velas
blancas, signo de su victoria. Loco de dolor, el rey Egeo se arroj al mar que desde entonces lleva su
nombre. Pas el tiempo y los atenienses reunidos en asamblea ofrecieron la corona a Teseo, quien se
cas luego con Fedra y rein por largos aos.
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Teseo y Ariadna
Aquella noche, Egeo, el anciano rey de Atenas, pareca tan triste y tan preocupado que su hijo
Teseo le pregunt:
Qu cara tienes, padre...! Acaso te aflige algn problema?
Ay! Maana es el maldito da en que debo, como cada ao, enviar siete doncellas y siete
muchachos de nuestra ciudad al rey Minos, de Creta. Esos desdichados estn condenados...
Condenados? Para expiar qu crimen deben, pues, morir?
Morir? Es bastante peor: sern devorados por el Minotauro!
Teseo reprimi un escalofro. Tras haberse ausentado durante largo tiempo de Grecia,
acababa de llegar a su patria; sin embargo, haba odo hablar del Minotauro. Ese monstruo, decan,
posea el cuerpo de un hombre y la cabeza de un toro; se alimentaba de carne humana!
Padre, impide esa infamia! Por qu dejas perpetuar esa odiosa costumbre?
Debo hacerlo suspir Egeo. Mira, hijo mo, he perdido tiempo atrs la guerra contra el
rey de Creta. Y, desde entonces, le debo un tributo: cada ao, catorce jvenes atenienses sirven de
alimento a su monstruo...
Con el ardor de la juventud, Teseo exclam:
En tal caso, djame partir a esa isla! Acompaar a las futuras vctimas. Enfrentar al
Minotauro, padre. Lo vencer. Y quedars libre de esa horrible deuda!
Con estas palabras, el viejo Egeo tembl y abraz a su hijo.
Nunca! Tendra demasiado miedo de perderte.
Una vez, el rey haba estado a punto de envenenar a Teseo sin saberlo; se trataba de una
trampa de Medea, su segunda esposa, que odiaba a su hijastro.
No. No te dejar partir! Adems, el Minotauro tiene fama de invencible. Se esconde en el
centro de un extrao palacio: el laberinto! Sus pasillos son tan numerosos y estn tan sabiamente
entrelazados que aquellos que se arriesgan no descubren nunca la salida. Terminan dando con el
monstruo... que los devora.
Teseo era tan obstinado como intrpido. Insisti, se enoj, y luego, gracias a sus
demostraciones de cario y a su persuasin, logr que el viejo rey Egeo, muerto de pena, terminara
cediendo.
A la maana, Teseo se dirigi con su padre al Pireo, el puerto de Atenas. Estaban
acompaados por jvenes para quienes sera el ltimo viaje. Los habitantes miraban pasar el cortejo;
algunos geman, otros mostraban el puo a los emisarios del rey Minos que encabezaban la siniestra
fila.
Pronto, la tropa lleg a los muelles donde haba una galera de velas negras atracada.
Llevan el duelo explic el rey. Ah... hijo mo... si regresas vencedor, no olvides
cambiarlas por velas blancas. As sabr que ests vivo antes de que atraques!
Teseo se lo prometi; luego, abraz a su padre y se uni a los atenienses en la nave.
Una noche, durante el viaje, Poseidn, el dios de los mares, se apareci en sueos a Teseo.
Sonrea.
Valiente Teseo! le dijo. Tu valor es el de un dios. Es normal: eres mi hijo con el
mismo ttulo que eres el de Egeo1...
Teseo oy por primera vez el relato de su fabuloso nacimiento.
Al despertar, sumrgete en el mar! le recomend Poseidn. Encontrars all un anillo
de oro que el rey Minos ha perdido antao.
Teseo emergi del sueo. Ya era de da A lo lejos ya se divisaban las riberas de Creta.
Entonces, ante sus compaeros estupefactos, Teseo se arroj al agua. Cuando toc el fondo,
vio una joya que brillaba entre los caracoles. Se apoder de ella, con el corazn palpitante. De modo
que todo lo que le haba revelado Poseidn en sueos era verdad: l era un semidis!
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La madre de Teseo haba sido tomada a la fuerza por Poseidn la noche de su boda.
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Poco a poco, las fuerzas del Minotauro declinaron. Pronto, lanz un espantoso mugido de
rabia, tuvo un sobresalto... y exhal el ltimo suspiro! Entonces, Teseo se apart de la enorme cosa
inerte. Su primer reflejo fue ir a recuperar el hilo de Ariadna.
El silencio inslito y prolongado haba atrado a sus compaeros.
Increble... Has vencido al Minotauro! Estamos a salvo!
Teseo reclam su ayuda para arrancar los cuernos del monstruo.
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desde Troya a la isla de taca y reencontrarse con su esposa Penlope y con su hijo Telmaco. Odiseo
supera innumerables peligros y conoce lugares maravillosos e insospechados; por esta razn, a
cualquier empresa actual que conlleve muchas dificultades se la denomina "una odisea" (puede ser
una odisea conseguir un libro, aprobar una materia u obtener un pasaporte).
Como dijimos antes, algo tienen en comn todos los viajes: hay un punto de llegada y un trayecto
por recorrer. En los viajes, especialmente en los ms complicados, el viajero no es el mismo al partir
que al llegar: ha sumado experiencias, ha conocido lugares, tal vez ha sorteado con xito algunos
escollos. Lo cierto es que, aun de manera imperceptible, ha sido transformado por ese por ese
recorrido, por ese trnsito entre dos puntos fijos.
Incluso en lo religioso, se puede entender el viaje, la peregrinacin, el camino, como una metfora
del descubrimiento de Dios y de la unin plena del alma con el Creador. De hecho, entre las obras de
Santa Teresa de vila3, se encuentra el Camino de perfeccin, mediante el cual pretendi dar
consejos a las carmelitas descalzas del convento de San Jos para que pudieran alcanzar la unin
mstica con Dios. Es decir, una transformacin espiritual tambin puede pensarse como un camino,
como un recorrido interior en el cual el individuo se perfecciona. Sea un viaje fsico o espiritual, el
cambio que se produce en el viajero es inevitable: algo aprende, algo decide.
En esta seleccin de mitos, vamos a encontrar que algunos de ellos se ajustan a un esquema ms o
menos fijo de desarrollo, en el que el protagonista debe sortear una serie de pruebas para salir
transformado en un ser distinto del que comenz la aventura y superior a l:
Esta es una larga historia, la historia que condujo a un nio desterrado a ser el rey de su pueblo,
aunque no sin que antes experimentara el pavor de las tempestades marinas y mil aventuras con un
grupo de compaeros valientes. ("El viaje de los Argonautas").
Comencemos, pues, a descubrir un mundo de caminos y a pensar en aquello que los hace similares.
El primer paso: el llamado
Nadie se aleja de su casa porque s. Siempre hay un motivo, una razn; sobre todo, si el alejamiento
va a ser prolongado o implicar peligro. A veces, la decisin tiene que ver con motivos personales; a
veces, se da por la orden de alguien superior, por obligacin o para preservar la vida. Este tipo de
destierro aparece frecuentemente en los mitos griegos: un nio es llevado lejos para salvarlo de la
furia o del temor de algn rey:
Luego, Polimela carg al nio, dej atrs las murallas de Yolco y, con lgrimas incesantes, lo
abandon en el monte Pelin, clamando a los dioses por l.
[...] No lo abandono, lo protejo! Incluso rodeado de fieras salvajes estara ms seguro que en el
palacio. El rey, su to Pelias, lo matara por ser descendiente de Eolo respondi la madre a la voz.
("El viaje de los argonautas").
Situaciones similares a sta han sido planteadas ms de una vez. Recordemos la historia de Perseo,
de Edipo, de Paris o de Rmulo y Remo.
Si se trata del hijo de un rey, de un prncipe, el destino es el trono, el gobierno de la patria, con lo
cual no puede vivir en la ignorancia de su noble condicin ni lejos del pueblo que le fue designado
para gobernar. Acaso no le toque gobernar a su propio pueblo, sino una empresa ms gloriosa: crear
un nuevo imperio. sa es la misin de Eneas, guerrero troyano, quien debe abandonar su derrumbada
Troya para cumplir su misin: fundar una nueva ciudad lejos de all.
Fue la noche en que la grandeza de Troya muri.
Sin embargo, fue tambin la noche en que un imperio, el ms grande de todos los imperios, comenz
a germinar.
El hroe que llevara el germen para fundar los cimientos del futuro imperio estaba all, sufriendo,
pues era troyano. Se llamaba Eneas y estaba casado con una de las hijas del rey, la dulce Creusa.
("Eneas, el escape a Roma")
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Ahora bien, cmo puede saber un simple guerrero troyano lo que debe hacer?Cmo recupera su
trono un prncipe abandonado en sus primeros das de vida? Para eso, es necesario que exista un
llamado que revele esa vocacin gloriosa. Una fuerza superior debe hacer que su voz se escuche para
que el hroe no pueda negarse porque la aventura que el personaje debe emprender no queda limitada
a su vida personal o familiar, sino que tiene trascendencia para toda una nacin. No se trata de una
empresa individual, sino del cumplimiento de una vocacin cuyas consecuencias son vitales tambin
para quienes rodean al hroe. Por eso, el llamado tiene que ser potente o reiterado para que no se lo
desoiga.
Esa noche, mientras los griegos salan del vientre hueco del caballo y Eneas an dorma, se le haba
aparecido, en sueos, Hctor, con un aspecto horrible, como si su sombra llevara intactas las heridas
infligidas por el cruel Aquiles.
Por qu tienes ese aspecto tan desmejorado, valiente Hctor? Qu angustias te corroen en el
reino de Plutn? le pregunt el atribulado Eneas.
-No te preocupes por mi aspecto, te aseguro que mejorar si cumples lo que te digo. Vete ya de
Troya, llvate los Penates4, nuestros dioses protectores, toma sus estatuas sagradas y vete con la
gente que puedas reunir. Te toca fundar una nueva Troya en otra parte. ("Eneas: escape a Troya")
Como Eneas no se convenca de lo que deba hacer, fue necesario un segundo llamado: el de su
madre, Venus.
Los designios divinos te favorecen, querido hijo. Un futuro brillante te aguarda en Italia. No te
resistas a ello, no puedes negar a tu descendencia futura ni a tu pequeo hijo Ascanio el reino y la
gloria que los esperan en las riberas del Tber. ("Eneas: escape a Troya")
No siempre el hroe deja su tierra llamado por sus amigos o familiares. En otros casos, es un agente
maligno el que lo enva al extranjero y lo expone al peligro con la intencin de desembarazarse de l.
Eso fue lo que le ocurri a Jasn, a quien su to Pelias no quera entregarle el trono, que,
legtimamente, le perteneca al joven, cuando ste lo reclam.
Tienes derecho al trono, Jasn. No ser yo quien te lo niegue. Me encuentro ya viejo, casi
imposibilitado de dar rdenes y dictar decretos! No sabes lo fatigoso que es gobernar!
Suspirando, el taimado Pelias agreg:
Pero, antes, te exijo que liberes a nuestro pas, a este bendito pas que maana gobernars, de una
maldicin.
La maldicin a la que aluda Pelias no era tal. Slo quera enviar a Jasn a un viaje plagado de
peligros. ("El viaje de los Argonautas")
Los lectores de la saga de Harry Potter recordarn que el nio mago fue convocado a sus clases del
Colegio de Magia y Hechicera Hogwarts por medio de una, doce, veinticuatro, cuarenta cartas.
Como los malvados tos de Harry no le permitan leerlas, el Colegio, finalmente, tuvo que mandar a
un representante hasta el lugar donde haban escondido al nio. Rubeus Hagrid, Guardin de las
Llaves y Terrenos de Hogwarts, se encarg de que Harry Potter oyera su llamado 5. Como ven, la
literatura reescribe una y otra vez las historias.
Tambin los hroes necesitan ayuda
El hroe parte a la aventura, hacia tierras desconocidas y peligrosas; deja la seguridad de su hogar
para cumplir la misin que le fue encomendada y llevar a cabo aquello que los dioses reservaron para
l. Sin embargo, no puede enfrentarse con poderes superiores si no es ayudado, si no es asistido por
algn dios o algn sabio que le d consejos acerca de los puntos dbiles de su enemigo o lo proteja
con algn objeto sagrado. El barco en el que viaja Jasn el Argos, por ejemplo, est protegido
por Atenea; adems, Jasn consigue una tripulacin inigualable, los argonautas.
La diosa Atenea coloc un mstil proftico, una especie de espoln hecho con una encina prodigiosa
de un santuario. El espoln avisara al timonel sobre peligros tales como tempestades, monstruos
marinos, piratas o peascos.
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Jasn consigui compaeros extraordinarios; entre ellos, el mismo Heracles 6 y muchos hijos de
dioses.
[] Todos los argonautas posean poderes y destrezas que superaban a los de los hombres de su
tiempo. ("El viaje de los Argonautas")
Es muy frecuente que los dioses ayuden especialmente a quienes aceptaron el llamado desde un
primer momento y comprendieron la magnitud de la misin asignada. Si la proteccin no se da
espontneamente, el hroe puede pedirla porque sabe que su xito depende no slo de l, sino
tambin de las fuerzas superiores que lo han elegido.
Pidi Eneas la proteccin de los dioses, rog a su madre Venus para que les diese vientos favorables,
y la diosa, como tantas otras veces, intercedi ante Poseidn, asegurndose beneficios para su hijo
del tutor de los mares. ("Eneas: el escape a Troya")
El segundo paso: las pruebas
El viaje no es sencillo, no es corto, no es simple; como ya dijimos, est plagado de peligros que el
hroe debe sortear si quiere llegar a la meta. Estos peligros ponen en riesgo su integridad fsica y
moral; no es slo la fuerza material la que le permite al hroe triunfar, sino tambin su astucia, su
inteligencia, su espritu inquebrantable.
El hecho de alejarse de la patria implica que se entra en terrenos desconocidos, en un ambiente
confuso, en arenas movedizas, donde nada es firme. El territorio es tan engaoso que la abundancia
de placeres puede convertirse en un obstculo para el cumplimiento de la misin. Por ejemplo,
cuando Jasn y sus argonautas llegan a la isla de las mujeres solas, logran tal aceptacin que slo la
rudeza de Heracles hace que todos vuelvan a la nave y continen su camino.
Jasn agradeci, pero le explic que su misin era rescatar el vellocino de oro y que su propio trono
lo esperaba en Yolco. De todos modos, los argonautas se quedaron un buen tiempo en la isla y, si no
hubiera sido porque Heracles se enoj con sus compaeros, quiz se hubieran quedado toda su vida.
("El viaje de los Argonautas")
Tambin Eneas, en su viaje hacia el lugar en el que fundara la nueva Troya, confunde muchas veces
la prosperidad de un sitio y se instala all. Sin embargo, al escuchar las voces superiores, puede
reparar el error y dirigirse a la tierra destinada pata la fundacin.
Eneas, al pisar la fina arena de las playas, ansioso, hizo demarcar los lmites de una ciudad y,
mientras arrancaba unos arbustos, de la tierra comenz a manar sangre. La tierra vibr y una voz
subterrnea dijo: Eneas, hroe sin par, tengo que contarte una historia! Eneas supo que estaba
parado en el lugar en el que haban enterrado los huesos de Polidoro, asesinado por el rey de Tracia,
quien le rob el oro y se uni a los vencedores griegos.
Acongojado, Eneas hizo un altar con cipreses oscuros para rendirle honores fnebres al prncipe. Las
troyanas que iban en los barcos echaron leche tibia y sangre de cabras sacrificadas sobre la tumba. Al
cabo, la flota parti. Ya no haba amigos en Tracia, y esa tierra estaba maldita para ellos. ("Eneas:
escape a Troya")
Como ya dijimos, el viaje del hroe es complicado y tortuoso porque el desafo que le fue
encomendado no es la nica prueba que debe superar. Cada peligro sorteado, cada meta alcanzada,
cada remanso conseguido despus de la pelea lo acerca ms a la prueba final, que le dar la gloria y
le permitir llegar a destino.
Con el nimo recompuesto, atravesaron el pas de las peligrosas Amazonas, el pas de los clibes,
que vivan gracias a lo que producan en sus fraguas, forjando el hierro, y el pas de los tibarenos,
famoso porque los maridos geman cuando sus esposas daban a luz a los hijos.
[...] Ya llevaban varios inviernos de navegar, y todava los aguardaban duras pruebas. ("El viaje de
los Argonautas")
El tercer y ltimo paso: la transformacin
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Una persona ha dado su examen y ha obtenido su registro de conductor, otra aprob la ltima materia
de su carrera de Medicina, y una tercera present sus papeles y fue admitido en esa facultad para
comenzar sus estudios. Estas tres personas hipotticas han pasado sus pruebas de acuerdo con lo que
deseaban hacer o con lo que les pidieron (por ejemplo, en un trabajo podran haberle exigido a la
primera de las personas que tomase un curso de manejo y diese el examen para obtener el registro).
Ahora bien, son los mismos despus de esas pruebas? Definitivamente, no. Uno de ellos se
convirti en mdico; otro, en estudiante universitario y el primero est autorizado a conducir un
vehculo. Sus pruebas los han transformado y, despus de muchos o no tantos esfuerzos, tienen
ttulos o atribuciones que antes no tenan.
Algo similar pasa con los hroes de los mitos. La diferencia radica en que sus pruebas como
notarn cuando lean este libro son extraordinarias y sus transformaciones resultan sustanciales. El
hroe que ha llevado a cabo con xito su misin es radicalmente distinto del que era cuando comenz
su aventura, cuando fue llamado para cumplirla. Se fortaleci gracias a los peligros sorteados, c
ampli con su destino y conoci momentos de desolacin, de negrura, de desaliento. Como ha
superado los riesgos con su propia fortaleza y con la ayuda de los dioses, el personaje puede conocer
y distinguir las diferencias entre la luz y la oscuridad, entre la miseria y la abundancia, entre el vicio
y la virtud, entre la esclavitud y la libertad. Ha ingresado en un mundo con leyes que desconoca al
comienzo de su periplo. Sabe secretos que ignoran quienes no transitaron el mismo camino, y la
gloria alcanzada no ser slo suya, sino que teir tambin a su descendencia, tal como le vaticina
Dnae a su hijo Perseo luego de que ste ha sorteado peligrosas pruebas.
Hijo mo afirm, t no eres responsable. Nadie escapa a su destino. El tuyo es glorioso.
Quin sabe si tus hijos no realizarn hazaas incluso ms espectaculares que las tuyas?
La descendencia de Aquiles, el hroe griego por excelencia, tambin resultar gloriosa. Luego de la
muerte del valiente guerrero, los hroes Odiseo (Ulises) y Diomedes buscaron a Pirro, el hijo de
Aquiles, que estaba en su tierra natal, y lo llevaron a Troya durante los ltimos das de la famosa
guerra que asol la ciudad. El adivino Calcas haba profetizado que los griegos jams lograran tomar
Troya sin el hijo de Aquiles entre las filas aqueas. Pirro tom el mando de los mirmidones, a quienes
haba comandado su padre, y no tard en ganarse la admiracin de todos al matar a Eurpilo, un
prncipe del Asia Menor a quien venci tras' un feroz enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Impresionados
por la hazaa y la valenta que haba demostrado Pirro a pesar de su corta edad, los griegos le dieron
el nombre que conservara hasta su muerte: Neoptlemo, que significa "joven guerrero". Faltaba un
importante troyano para que llegasen a la victoria, Heleno, pero sa es una historia que ustedes
descubrirn al leer las prximas pginas.
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Dnae y Perseo
El rey de Argos, Acrisio, que tena una hija nica, Dnae, emprendi el largo viaje hacia
Delfos para interrogar a la pitonisa. Esta vieja mujer, con la ayuda de los dioses, poda, a veces, leer
el futuro. El rey le hizo la nica pregunta que le interesaba:
Tendr algn da un hijo varn?
La respuesta de la pitonisa fue terrible e inesperada:
No, Acrisio, nunca. En cambio, tu nieto te matar... y te reemplazar en el trono de Argos!
Cmo! Qu dices?
Pero la pitonisa no repeta nunca sus profecas. El rey de Argos estaba consternado. Regres a
su patria repitiendo:
Dnae... es necesario que Dnae no tenga hijos!
Ella lo recibi cuando volvi al palacio. Pregunt enseguida:
Y bien, padre? Qu ha dicho el orculo?
El rey sinti que su corazn daba un vuelco. Cmo evitar la profeca de los dioses sin matar
a Dnae?
Guardias orden, que encierren a mi hija en una prisin sin puerta ni ventanas. De
ahora en ms, nadie podr acercrsele!
Dnae no comprendi por qu la llevaban a un amplio calabozo forrado de bronce. El pesado
techo que cerraron encima de ella no tena ms que algunas ranuras angostas a travs de las cuales,
cada da, le bajaban la comida con una cuerda.
Privada de aire puro, de luz y de compaa, Dnae crey que no tardara en morir de pena.
Pero en el Olimpo, Zeus se apiad de la prisionera. Conmovido por su tristeza y, tambin,
seducido por su belleza, resolvi acudir en su ayuda.
Una noche, a Dnae la despert una violenta tormenta que tronaba encima de su cabeza.
Extraas gotas de fuego caan sobre ella.
Parece increble, pero... es oro! exclam levantndose.
Enseguida, la lluvia luminosa cobr forma. Dnae estuvo a punto de desfallecer al ver que se
corporizaba ante ella un hombre bello como un dios.
No temas, Dnae! dijo. Te ofrezco la manera de huir...
Esta promesa era algo inesperado, y Dnae sucumbi rpidamente al encanto de Zeus.
Cuando el alba la despert, Dnae crey que haba soado. Pero pronto comprendi que
estaba embarazada! Y tiempo despus, dio a luz a un beb de una belleza y de una fuerza
excepcionales.
Lo llamar Perseo! decidi.
Un da, al atravesar las crceles del palacio, Acrisio crey or los gritos de un nio de pecho.
Orden que se abrieran las puertas de las prisiones. Grande fue su estupefaccin al descubrir a su
hija con un magnfico recin nacido en brazos!
Padre, slvanos! suplic Dnae.
El rey realiz una investigacin e interrog a los guardias. Finalmente, debi rendirse a la
evidencia: slo un dios haba podido entrar en ese calabozo!
Si eliminaba a su hija y al nio, Acrisio cometera un crimen imperdonable. Entonces, el rey
vio un gran bal de madera en la sala del trono.
Dnae, entra en ese cofre con tu hijo!
Temblando de miedo, la joven obedeci. Acrisio hizo cerrar la caja y sellarla. Luego, llam al
capitn de su galera personal.
Carga este cofre en tu navo. Y cuando ests lejos de toda tierra habitada, ordena a tus
hombres que lo arrojen al mar!
El capitn parti; despus de tres das de navegacin, el cofre fue lanzado por la borda.
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De nuevo prisionera, Dnae intentaba calmar los gritos del pequeo Perseo. Durante mucho
tiempo, el cofre de madera flot en el mar, a merced de las olas...
Una maana, mientras acercaba su embarcacin a la arena, un pescador sinti intriga por esa
enorme caja que la marea haba acercado a la playa. Abri el candado esperando encontrar en ella un
tesoro. No poda creer lo que vea cuando, en su interior, hall inconscientes a una mujer y a un nio.
Son bellos como dioses... Los desdichados parecen estar al lmite de sus fuerzas! Desde
hace cunto tiempo andarn a la deriva?
El pescador, Dictis, era un hombre muy bueno. Condujo a Dnae y a Perseo a su cabaa y los
cuid lo mejor que pudo.
Dnde estamos? pregunt Dnae cuando se despert.
En una de las islas de las Ccladas: Srifos. La gobierna mi hermano, el tirano Polidectes.
Pero no temas, estars segura en mi casa.
Pasaron los meses y los aos. Perseo se volvi un muchacho robusto y valiente. Todos los
das, acompaaba a Dictis a pescar. En cuanto a Dnae, se ocupaba de la casa y de la cocina, bendiciendo cada da la bondad de su salvador.
Una maana, una soberbia comitiva se detuvo ante la cabaa de Dictis. Era el rey Polidectes
que vena a visitar a su hermano. Al ver a Dnae ante la puerta, le impresion la belleza y la nobleza
de esta desconocida. En cuanto apareci Dictis, el rey dijo, intrigado:
Dime, hermano, se trata de tu esposa o de una princesa?
Oh, ni una cosa ni la otra, Polidectes. Es, simplemente, una nufraga que he rescatado.
Tienes suerte de haber pescado una perla tan bella! Esta joya es demasiado preciosa para
un pobre pescador. Ven, dime tu nombre.
Dnae, seor, para servirlo dijo la muchacha haciendo una reverencia.
Servirme? De acuerdo. Bien, te conduzco a mi palacio. Despus de todo, lo que llega a
las orillas de mi isla es de mi propiedad!
Muda de espanto, Dnae se dio vuelta hacia Dictis: no quera cambiar su cabaa por un
palacio ni a su bienhechor por un rey.
Ay le murmur Dictis, me temo que debes obedecer.
Ah, seor! suplic Dnae. Tengo un hijo. Al menos, permite que me acompae y no
nos separes.
De acuerdo! dijo Polidectes. Ve a buscar a tu hijo.
Pero cuando el rey vio a Perseo, se reproch su bondad. Ese muchacho semejante a un
prncipe poda convertirse en su rival...
En cuanto Dnae lleg al palacio, Polidectes le destin las ms bellas habitaciones.
Enamorado de la hija de Acrisio, la cortejaba asiduamente. En cambio, odiaba a Perseo, pero, para
congraciarse con Dnae, convoc a los mejores preceptores, quienes le ensearon al muchacho todas
las artes. Dnae no dejaba de agradecer al rey por sus buenas acciones y, cada da, le costaba ms
rechazar sus propuestas.
Maana le anunci un da con tristeza a su hijo, Polidectes organiza un gran banquete
para anunciar nuestro compromiso.
Cmo? pregunt Perseo con violencia. Te vas a casar con el rey?
Ya no puedo oponerme por mucho ms tiempo. Te lo suplico, Perseo, intenta comportarte
correctamente durante la ceremonia.
La fiesta fue suntuosa: Polidectes haba hecho preparar las comidas ms exquisitas. Cada
invitado haba trado un regalo al amo de los dominios, tal como lo exiga la costumbre.
Y bien, Perseo pregunt de golpe Polidectes, qu piensas de todos estos regalos? Te
parecen dignos de nosotros?
Seor respondi Perseo con una mueca de despecho, slo veo all cosas muy
ordinarias: copas de oro, caballos, arneses.
Pretencioso! Qu cosa tan original, pues, queras que me trajeran?
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De ninguna manera contest Hermes. Tengo mucho que hacer. De ahora en ms,
puedes arreglarte solo. Pero cudate de no mirar nunca a Medusa ni a sus hermanas: te convertiras
en piedra! Ah, toma, te confo mi hoz de oro, te ser til.
Perseo se deshizo en agradecimientos. Se puso las sandalias y se ech a volar con una torpeza
que hizo sonrer a Hermes. El dios de los voladores le hizo una sea:
No sacudas los pies tan rpidamente... el vuelo es una cuestin de entrenamiento...
Aprenders enseguida!
Perseo, lleno de alegra, se dirigi hacia el poniente: gracias a los dioses que velaban por l,
ya no dudaba de que vencera a Medusa!
Atravesando bosques y ros, se encontr con las ninfas, jvenes divinidades de las forestas y
de las aguas. Encantadas por el coraje y por el andar de ese joven hroe, le indicaron la guarida de las
gorgonas.
Cuando Perseo lleg al medio de un desierto y descubri la entrada de la caverna, tembl de
terror: alrededor, no haba ms que estatuas de piedra. All estaban todos lo que haban enfrentado a
las gorgonas y que haban sido petrificados por su mirada. Hasta aqu, Perseo no haba medido la
dificultad de su tarea: cmo decapitar a Medusa sin dirigir su mirada hacia ella?
Sin embargo, se arriesg en el antro oscuro, revoloteando. Penetr en el corazn de la
caverna donde resonaban ronquillos. Luego, vio un nudo de serpientes que se contorsionaban
levantando hacia l sus cabezas que silbaban. Enseguida, desvi la mirada y murmur, con el
corazn palpitante:
Las gorgonas estn adormecidas... Los reptiles que tienen por cabellera van a revelarles
mi presencia! No puedo de ningn modo matar a Medusa con los ojos cerrados. Ah!, Atenea suspir, diosa de la inteligencia, ven en mi ayuda, insprame!
Una luz ilumin la gruta... y apareci Atenea, vestida con su coraza, y armada. Su mirada era
de bondad.
Estoy conmovida por tu valor, Perseo. Toma, te confo mi escudo. Enfrenta a Medusa
sirvindote de su reflejo!
Perseo se dio vuelta y comprendi de inmediato. Ahora, poda avanzar hacia los tres
monstruos: extenda delante de sus ojos el escudo de la diosa, tan liso y pulido como un espejo!
Las tres gorgonas ya se agitaban en su sueo. Con su cuerpo cubierto de escamas y con sus
largos colmillos puntiagudos que erizaban sus fauces, eran en verdad horribles. Perseo ubic
rpidamente a Medusa, en el centro; era la ms joven y la ms venenosa de las tres. Retrocediendo
siempre y guindose por el reflejo del escudo, lleg hasta la gorgona en el momento en que sta se
despertaba. Entonces, dando media vuelta, blandi la hoz que le haba prestado Hermes y la
decapit! La enorme cabeza comenz a moverse y a saltar por el suelo. Durante un instante, Perseo
no supo qu hacer. Luego, tom la alforja que le haban dado las grayas.
Ay, es demasiado pequea! No importa, probemos...
Conteniendo su repugnancia, recogi la cabeza. Milagrosamente, la bolsa se agrand lo
suficiente como para que Perseo pudiera guardar en ella su botn. Despus de lo cual, la alforja
recobr su tamao.
El hroe no tuvo tiempo de saborear su victoria: un ruido inslito lo alert. Vio la sangre que
brotaba a grandes chorros del cuerpo decapitado de Medusa. De aquella efervescencia rojiza
surgieron dos seres fabulosos. Primero, apareci un gigante con una espada dorada en la mano.
Como Perseo retroceda, el otro lo tranquiliz:
Gracias por haberme hecho nacer, Perseo. Mi nombre es Crisaor!
De la sangre de Medusa se desprenda, poco a poco, otra criatura, an ms extraordinaria: un
caballo alado, de una blancura resplandeciente...
Y he aqu Pegaso le dijo Crisaor. Ah... ten cuidado! Las hermanas de Medusa se han
despertado! Estn bloqueando el paso! No... sobre todo, no te des vuelta!
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En cuanto se quit el casco, las hermanas de Medusa comprendieron que haban sido
engaadas. Salieron de la caverna y se lanzaron en su bsqueda. Perseo estaba listo para echar vuelo
con sus sandalias cuando Pegaso, a su vez, sali de la gruta relinchando.
De un salto, el hroe subi al caballo alado que vol por los aires. Con el rostro azotado por
el viento, Perseo estaba radiante de felicidad, haba vencido a Medusa y estaba montando el ms
fabuloso de los caballos! De la bolsa que llevaba en la mano, se escapaban numerosas gotas de
sangre. Cada una de ellas, al caer al suelo, se transformaba en serpiente. Esta es la razn por la cual
hoy hay tantas en el desierto.
A la noche siguiente, Hermes se le apareci a Perseo. El hroe agradeci al dios por sus
consejos y por su ayuda; le devolvi la hoz y le pidi que restituyera a las tres grayas el casco de
Hades y las sandalias aladas; pero, desde luego, se guard la bolsa con lo que contena...
Una noche, en el camino de regreso y mientras atravesaba una regin rida y escarpada,
Perseo decidi hacer un alto. Poco despus, lleg un gigante. Esta vez, se trataba de un coloso tan
grande como un volcn, y mantena curiosamente los dos brazos alzados.
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Qu haces aqu, extranjero? gru. Sabes que ests muy cerca del jardn de las
hesprides? Rpido, vete!
Estoy agotado! explic Perseo. Djame dormir aqu esta noche.
De ninguna manera. Mi trabajo no soporta la presencia de nadie!
Perseo no comprenda. Quiso defenderse.
Cmo te atreves a insistir? refunfu el gigante adelantando un pie amenazador.
Pequea larva, har de ti un bocado!
Entonces, el hroe sac de la bolsa la cabeza de la gorgona cuyo poder, lo saba, segua
intacto. Se la extendi al gigante qu qued... pasmado! En un segundo, su cuerpo se haba
transformado en una montaa de piedra. Perseo exclam:
Era Atlante! He petrificado al que cargaba el cielo sobre sus hombros!
Desde ese da, el gigante se vio liberado de su carga. Y el peso del cielo es soportado por la
montaa que lleva su nombre.
Cuando Perseo lleg a la isla de Srifos, corri hasta el palacio a presentarse ante el rey
Polidectes. Al no ver a su madre, se preocup. El soberano, furioso, le lanz:
Dnae se escap! Se niega a casarse conmigo. Se ha refugiado en un templo con mi
hermano Dictis, el pescador. Esperan la proteccin de los dioses. Estoy sitiando su guarida, no
aguantar n mucho tiempo ms. Y t, de dnde vienes?
Seor respondi Perseo, he cumplido con lo que usted me pidi: le traigo la cabeza de
Medusa.
Incrdulo, Polidectes estall en malvadas carcajadas.
Cmo! Y entra en esa pequea bolsa? Pretendes haber timado a la gorgona? Cmo te
atreves a burlarte as de m?
Esta bolsa es mgica dijo Perseo, que disimulaba mal su clera. Crece y se achica en
funcin de lo que se mete adentro.
La cabeza de Medusa all adentro? se burl el rey. Me gustara ver eso!
A sus rdenes, seor: hela aqu.
El hroe tom la cabeza de Medusa y la blandi frente a Polidectes. El rey no tuvo tiempo de
responder ni de asombrarse: se transform en piedra en su trono. Y cuando los soldados y los
cortesanos reunidos iban a arrojarse sobre l, Perseo les extendi la cabeza de la gorgona, al punto,
quedaron todos petrificados, en ese mismo instante!
Perseo corri a liberar a su madre y a Dictis, su fiel protector. Salvados del tirano, los
habitantes de la isla de Srifos quisieron que Perseo reinara en su lugar.
No les respondi. El nico trono legtimo que tengo el derecho de reivindicar es el de
Argos, mi patria. All regresar.
El rumor de las hazaas del hijo de Dnae haba llegado hasta Acrisio: entonces su hija y su
nieto haban sobrevivido! Para escapar de la profeca, Acrisio huy y se exili en la ciudad de Larisa;
le importaba menos su trono que su vida.
Fue entonces cuando Perseo lleg a Argos y, en ausencia de su abuelo, rein. Una noche, se le
apareci Atenea. El hroe se inclin ante la diosa, le devolvi su escudo y la bolsa.
Contiene la cabeza de Medusa. Quin mejor que t podra usarla, ya que eres a la vez la
diosa de la guerra y de la sabidura?
Acepto tu regalo, Perseo, y te lo agradezco.
Atenea tom la cabellera de serpientes y la aplic sobre el escudo que haba permitido
engaar a la gorgona.
Desde entonces, la cabeza de Medusa adorna el escudo Atenea.
Mientras tanto, en Larisa, el rey de la ciudad acababa de organizar juegos. Aun en el exilio,
Acrisio, el padre de Dnae, concurri a las arenas para asistir a ellos. Se sent en la primera fila.
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Enseguida se sinti intrigado por un joven atleta que, antes de lanzar un disco, quera a toda costa
retroceder hasta fondo del estadio.
Qu teme? pregunt Acrisio encogindose de hombros.
Teme lanzar el disco demasiado lejos le explic su vecino y lastimar as a algn
espectador.
Acrisio sonri ante la pretensin del atleta.
Quin es para creerse tan fuerte?
Es el nieto del antiguo rey de Argos. Su nombre es Perseo.
Con sorpresa y espanto, Acrisio se levant de su grada. Pero all, en el otro extremo del
estadio, el atleta acababa de lanzar disco... El proyectil vol hasta las primeras filas; se abati sobre
la cabeza de Acrisio, que cay muerto instantneamente.
As el hroe Perseo mat a su abuelo, por accidente.
Sin consuelo por su acto, fue reconfortado por Dnae.
Hijo mo afirm, t no eres responsable. Nadie escapa a su destino. El tuyo es
glorioso. Y quin sabe si tus hijos no realizarn hazaas an ms espectaculares que las tuyas?
Dnae no se equivocaba: con la bella Andrmeda, su esposa, Perseo habra de tener una
numerosa descendencia. Una de sus nietas, Alcmena, sera incluso, como Dnae, amante de Zeus. Y
de esa unin de una mortal y de un dios habra de nacer entontes el mayor y ms clebre de los
hroes: Hrcules1.
El mito de Dnae lo relata el escritor griego Hesodo (siglo VIII a. C). Las tragedias que tenan
como tema las hazaas de Perseo se han perdido. Su historia lleg hasta nosotros gracias al poeta
griego Pndaro (siglo VI a. C.) y a Ovidio.
La casa de Asterin
[Cuento. Texto completo]
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alcanzara todos los rumores del mundo, yo percibira sus pasos. Ojal me lleve a un lugar con menos
galeras y menos puertas. Cmo ser mi redentor?, me pregunto.
Ser un toro o un hombre? Ser tal vez un toro con cara de hombre? O ser como yo?
El Sol de la maana reverber en la espada de bronce. Ya no quedaba ni un vestigio de sangre.
-Lo creers, Ariadna? -dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendi.
* El original dice catorce, pero sobran motives para inferir que en boca de Asterin, ese adjetivo
numeral vale por infinitos.
EL LABERINTO DE CRETA. Marco Denevi
La casa donde naci Teresilda Palomeque tena cuarenta habitaciones, diez patios y ocho jardines.
Sin prisa y sin pausa se le fueron muriendo los padres, los hermanos todos solteros pero con una
picadura en los huesos, las hermanas todas casadas aunque de salud muy frgil.
Teresilda, la menor, no se cas y sin embargo persisti en vivir sola y unnime en la insondable
mansin.
Deambulaba por los aposentos, se paseaba por balcones y belvederes, suba y bajaba escaleras,
trepaba a los ticos y a las terrazas, descenda a los stanos, recorra los pasillos, las logias y los diez
patios, serpenteaba entre los muebles y mariposeaba en los jardines.
En la vecindad corra el rumor de que Teresilda se haba dividido en quince o veinte Teresildas todas
iguales, porque costaba creer que una sola abriese tantas puertas y se asomase a tantas ventanas, por
no mencionar el hecho increble de que no tuviera el menor vestigio de fatiga ni alguna sirvienta que
la ayudase en los quehaceres.
Una vez al mes los sobrinos la visitaban para aliviarle hoy un marfil y maana una tetera de plata y le
decan:
Por Dios, ta Teresilda. Es absurdo que te empees en vivir sola en este tremendo casern. El da
menos pensado amanecers muerta de esa misma fatiga que ests acumulando sin darte cuenta pero
que en cualquier momento se te caer encima como una montaa.
Y agregaban con alguna brutalidad, fruto de la preocupacin:
Si es que antes no entran ladrones y te estrangulan o te clavan un pual en el pecho.
Al fin Teresilda se convenci de que se senta cansada, aparte de amenazada por la delincuencia. En
seguida los sobrinos iniciaron los trmites.
Una maana Teresilda supo que la llevaban a una escribana y que le hacan firmar unos papeles. Y
esa misma tarde se enter de que se haba mudado a un departamento de la calle Vidt llevndose
algunos muebles porque para qu ms, Teresilda, por Dios, geman los sobrinos, quienes en seguida
la dejaron sola para distribuirse el resto del mobiliario.
Teresilda estaba habituada a la soledad, as que se sinti a gusto. Pero tambin estaba acostumbrada a
las felices correras por las habitaciones, y quiso reanudarlas.
Dio un paso y tropez con una pared. Dio otro paso en direccin contraria y choc contra otra pared.
Volvi a cambiar el rumbo y se llev por delante una cmoda. Gir y la detuvo una mesa. Volvi a
girar y embisti un aparador.
Vio una puerta, la abri y no era una puerta para salir sino para entrar. Retrocedi, se golpe con una
ventana, quiso abrirla y asomarse, se asom y del lado de afuera estaba el lado de adentro. Mir y
mir y donde miraba los ojos se le hacan pedazos.
Entendi que estaba atrapada en un laberinto, en los vericuetos de una arquitectura catica, en un
ddalo tan enredado que no habra forma de salir, y ella morira de hambre y de sed o devorada por
algn minotauro.
Para qu gritar: nadie la oira desde la remota calle Vidt.
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Un mes despus los sobrinos la buscaron por todo el nico cuarto del departamento, la buscaron en la
cocina americana y en el bao empotrado, la buscaron hasta en el pozo de aire y dentro de los
muebles. Pero no la encontraron.
Es un misterio cmo habr podido Teresilda abandonar el laberinto y fugarse nadie sabe a dnde.
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