Derribando Argumentos
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Derribando Argumentos
Las armas del reino de Dios son espirituales y Dios las ha dado a la Iglesia para que
contrarreste toda oposicin espiritual que se opone al conocimiento de Dios. El creyente
que aprende a usar estas armas, es instrumento til en las manos del Seor, pues por
su intermedio el conocimiento de Dios correr cada da. Pues aunque andamos en la
carne, no militamos segn la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales,
sino poderosas en Dios para la destruccin de fortalezas, derribando argumentos y toda
altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo.
2 Corintios 10:3-5.
CAUTIVANDO PENSAMIENTOS.
Toda accin que realizamos comienza en nuestra mente, y de acuerdo al nivel de
renovacin de nuestro entendimiento, la mente producir pensamientos, proyectos e
intenciones espirituales productivas. La nica forma de renovar la mente es por medio
del conocimiento de la Palabra de Dios, de tal manera que a ms conocimiento y
prctica de ella tendremos ms renovacin. Las Escriturad dividen a la humanidad en
dos clases. El hombre natural y el espiritual.
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espritu de Dios, porque para l
son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En
cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero l no es juzgado de nadie. 1 Corintios
2:14.
El hombre natural no entiende la sabidura de Dios porque su entendimiento est en
oscuridad; por esto juzga todas las cosas desde la perspectiva fsica; en cambio el
hombre espiritual posee la sabidura de Dios y as est en capacidad de creer, entender
y vivir por fe y para fe, esta es la vida que Dios quiere que vivamos. Porque en el
evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe. Romanos 1:1.
La Escritura habla de apresar pensamientos pues a nuestra mente llegan todo tipo de
pensamientos y ahora por medio del discernimiento que proviene de Dios somos
llamados a juzgar que clase de pensamientos estn en su mente; si es un pensamiento
espiritual le damos va libre, pero si no lo es, lo cautivamos y lo eliminamos
inmediatamente.
Dios que est en nuestra vida y ordenar que salga de nuestra mente. En el mismo
instante
que
damos
la
orden
el
pensamiento
es
eliminado.
Para cautivar un pensamiento no debemos esperar un momento especial, tan pronto lo
percibimos debemos ordenar con base en la autoridad que hemos recibido por la obra
de Cristo Jess.
La fortaleza de la religin se hace aparecer a s misma como el nico medio para llegar
a Dios y considera hereje y apstata a todo aquel que no se circunscribe a su dominio.
Pero esa fortaleza no es inexpugnable, pues el reino que le ha dado su existencia ya fue
derrotado por Jesucristo en la cruz. Y despojando a los principados y a las potestades,
los exhibi pblicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Colosenses 2:15.
Ya el prncipe de este mundo fue vencido por Jesucristo en la cruz del calvario, y por
tanto ahora somos llamados a saquear su derrotado reino. En la medida que
aprendemos la sabidura espiritual, nuestra mente es renovada y nos tornamos
instrumentos tiles en las manos del Seor para la destruccin de toda fortaleza
religiosa, poltica o social que se levanta en contra del conocimiento de Dios.
CONCLUSION:
Los pensamientos construyan argumentos y la unin de argumentos levantan fortalezas
y hoy todo creyente que pertenece a la Iglesia de Jesucristo tiene la misin de cautivar
pensamientos, derribar argumentos y destruir toda fortaleza que se levanta en contra de
las buenas nuevas del evangelio. Ya Dios nos ha dado las armas que necesitamos para
esta labor y nuestra parte es usarlas en fe.
Recuerde cerca de Ud. est la palabra de fe, en su boca y en su corazn y en el
momento en que ordene en fe, en el nombre Cristo Jess lo que diga, ser hecho.