Nutrición y Modelos Alternativos
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Nutrición y Modelos Alternativos
TERAPÉUTICA NUTRICIONAL
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capacidad del terapeuta para inducir tales cambios sin crear graves problemas de
desadaptación al nuevo estilo de vida, o de abandono del tratamiento.
Es muy importante tener en cuenta que el verdadero estado de salud se potencia
cuando se logra inducir cambios globales en el estilo de vida. Estos cambios tienen
que ver con la alimentación, la actividad física moderada, la exclusión de productos
tóxicos y el equilibrio emocional. Se trata de adoptar un estilo de vida más sano, de
intentar más resolver nuestras necesidades reales y no aquellas que nos han creado
los intereses económicos dominantes.
Para entender por qué los alimentos pueden constituir una eficaz arma
terapéutica, es útil que recordemos algunos conceptos de la fisiología y
fisiopatología de la nutrición.
Proporción de nutrientes
Las necesidades energéticas diarias de un adulto sano han de ser cubiertas según la
siguiente proporción (Braier, 1988)
Los nutrientes de carácter esencial que deben formar parte de la alimentación son
los siguientes: ácidos grasos esenciales, (Cervera et al, 1993; Maurice et al, 1994;
Catame, 1992; Ulbricht and Sothgate, 1991), aminoácidos esenciales, vitaminas y
oligoelementos y fibra.
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Los ácidos grasos esenciales (AGE) son los ácidos grasos poliinsaturados. Los
considerados como esenciales son: el ácido linoleico (serie n - 6), el ácido alfa-
linolénico (serie n - 3) y el araquidónico.
Los AGE cumplen varias funciones imprescindibles; su deficiencia, exceso o
desproporción entre ellos, está involucrada en la aparición de problemas metabólicos
relacionados con alteraciones de la piel (piel seca, eczemas) y cabello,
arteriosclerosis, exacerbación de las complicaciones diabéticas, alteraciones de la
inmunidad, fenómenos inflamatorios y trombóticos, enfermedades cardiovasculares y
predisposición al cáncer. Esto es debido a que los ácidos grasos cumplen las
siguientes funciones: (Horobin, 1986; Manku et al, 1984; Jamal et al, 1986; Bartram
et al, 1993; Peterson et al, 1994; Ulbricht and Sothgate 1991; Dwyer, 1988):
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El ácido linoleico
Es el AGE por excelencia; abunda en las semillas (calabaza, girasol, etc.), aceites
vírgenes de origen vegetal (maíz, girasol, cártamo, soja, etc.), frutos secos y otros
alimentos vegetales.
A partir del ácido linoleico (n - 6) se sintetizan dos tipos de prostaglandinas (PG):
las PGE1 y las PGE2. Las PGE1 tienen una función antiagregante plaquetaria,
antitrombótica y antiinflamatoria. En cambio las PGE2 potencian la agregación
plaquetaria, son pro–tromb6ticas y pro–inflamatorias. Las PGE2 y el tromboxano A2
(TXA2) se derivan del ácido araquidónico cuya fuente fundamental son las grasas de
origen animal. A partir del ácido linoleico, puede formarse ácido araquidónico (C2O :
4-6), por lo que este último no es estrictamente esencial, siempre que exista suficiente
cantidad del primero.
Las necesidades mínimas de ácido linoleico oscilan entre 3 y 5 gr/día. Es muy
importante obtenerlo de fuentes naturales o bien utilizar sólo aceites que sean de
primera presión en frío.
El ácido linolénico
(ALA) (C18: n – 3)
Es el precursor de los ácidos grasos omega 3: eicosapentanoico y
docosahexanoico, contenidos mayoritariamente en el pescado azul (salmón, caballa,
arenque, sardinas, atún, bonito, sierra). Las únicas fuentes vegetales conocidas son:
el aceite de linaza (54%), el germen de trigo (8%) y el de soja (55% de ácido
Linoleico y Linolénico).
A partir del ácido linolénico, se forman las PGE3, que ejercen una función
vasodilatadora, antiagregante plaquetaria, inhibidora de la síntesis de TG y LDL, y
acrecentadora de las HDL (Braier, 1988; Gallego, 1990; Krombouth et al, 1995). Al
competir con el ácido araquidónico, lo desplazan, disminuyendo la síntesis de TXA2
y PE2. (Gallego, 1990; Ulbricht and Sothgate, 1991). Todo ello da como resultado
una disminución de la presión sanguínea y de la predisposición a la trombosis.
Por otra parte el ácido linolénico es imprescindible en la formación de estructuras
del sistema nervioso. El efecto protector se logra consumiendo entre 2 y 20 gr. de
aceites Omega 3 en la dieta.
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La corrección del déficit mediante el aporte de estos nutrientes dará buen resultado
siempre y cuando no exista un bloqueo de la enzima delta 6 desaturasa, si se sospecha
la existencia de este bloqueo, debe corregirse la causa.
Finalmente es muy importante que la ingesta lipídica guarde un equilibrio entre los
ácidos saturados (S), monoinsaturados (M) y poliinsaturados (P) (Cervera et al,
1993).
La proporción equilibrada sería:
S ≤ 10% del total energético
P: 5 - 10% (n - 3 + n - 6) " " "
M: 10 - 12%. " " "
procesos enzimáticos, puesto que los micronutrientes son los biocatalizadores de las
enzimas.
Múltiples factores negativos (Maurice et al,1994; Gallego,1990; Catame,1992),
entre ellos la agricultura intensiva y el empobrecimiento de los suelos, el uso de
fertilizantes químicos, plaguicidas y herbicidas, la industrialización y refinado de los
alimentos, los métodos de cocción rápida, y los diversos mecanismos de bloqueo en
la absorción de minerales provocados por los antinutrientes tales como fitatos, ácido
oxálico, taninos, metales pesados (plomo, mercurio, cadmio, etc.), hacen que la
cantidad y proporción de micronutrientes que ingresan en nuestro organismo esté
muy alterada (Maurice et al,1994; Chacón et al,1990; Mann,1994). Los más
frecuentemente afectados son las vitaminas C, B1, B2, B6, A, y E y minerales
como Ca, Mg, Zn, Mn, P, Fe, S, etc.
Por otra parte, factores como una acusada presencia de contaminantes ambientales,
más el consumo de sustancias tóxicas (aditivos, tabaco, alcohol, etc.), y el estrés
habitual de la vida moderna, obligan al organismo a aumentar la síntesis enzimática
para poder metabolizar esa mayor cantidad y variedad de sustancias extrañas. El
resultado de este proceso adaptativo es un aumento de las necesidades de
biocatalizadores enzimáticos.
Por todo ello, estos biocatalizadores están siendo objeto de investigación en los
últimos años, pues se ha encontrado que su carencia está relacionada con diversas
patologías; por ejemplo, el papel que juegan los antioxidantes contenidos en los
alimentos, en la prevención de enfermedades relacionados con la producción de
radicales libres y estrés oxidativo (Haliwell 1994; Kardinaal et al,1993; Mann,1994).
El tema es bastante complejo, como puede apreciarse; en los últimos años se ha
publicado una extensa bibliografía que permite profundizar en sus distintos aspectos.
Fibra
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La sustitución de los alimentos integrales por cereales refinados (arroz blanco, pan
blanco y pastas a base de harinas refinadas), además del escaso consumo de frutas y
vegetales, ha disminuido el consumo de fibra a 3 - 12 gr/día, muy por debajo de los
requerimientos, que se sitúan alrededor de 30 - 50 gr./día.
Este hecho explica el incremento de alteraciones y patologías (Braier,1988;
Cervera,1993) tales como estreñimiento, diverticulosis, hemorroides, cáncer de colon,
dislipidemias y arteriosclerosis (43), además de diabetes y obesidad.
Una vez que conocemos los requerimientos nutricionales diarios y la función que
cumplen los nutrientes, podemos hacer un análisis de la dieta omnívora actual y
entender por qué se relaciona con las patologías más frecuentes.
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• Amoniaco (NH3). Los productos nitrogenados generan NH3 por acción de las
bacterias. El NH3 aumenta la proliferación celular y altera la síntesis de ADN por
lo que contribuye a la carcinogénesis. Cuando los carbohidratos disponibles son
limitados, aumenta la producción de NH3, pero si hay fermentación activa, el
NH3 es usado por las bacterias y disminuye su concentración.
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3. Sodio y Potasio
Se consume poca cantidad de frutas de estación y verdura fresca cruda; éstas han
sido desplazadas por alimentos preparados y conservados. El almacenaje de
alimentos deteriora los nutrientes básicos, sobre todo las vitaminas más sensibles
como la vitamina C, el 75% de la cual se puede destruir en 48 horas
(Gallego,1990). Además la esterilización altera las vitaminas termolábiles, sobre
todo la B 1 y B2, que son muy sensibles al calor y a los procesos físicos
(Gallego,1990).
Es fácil entender por qué al ingerirse poca cantidad de estos alimentos frescos se
produce un aumento de las patologías sub-clínicas, (Maurice,1994; Willet et
al,1984) que a veces llamamos “psicosomáticas”, por no estar descritas en la
literatura clásica.
El déficit de vitamina B1 produce trastornos del SNC (disminución de la
memoria, atención, rendimiento, etc.), la disminución de la vitamina B2 produce
alteraciones en las mucosas. Por su parte, la disminución de la vitamina C y el
β -caroteno, da lugar a una gran variedad de alteraciones metabólicas
(Maurice,1994; Serrano del Castillo et al,1991).
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5. Métodos de cultivo
El agua natural (entiéndase pura y los zumos naturales han sido sustituidos por
“bebidas refrescantes” industrializadas, que contienen gran cantidad de azúcar,
aditivos, fósforo, ácido fosfórico, etc. Estos disminuyen el pH interno,
aumentando la necesidad de utilizar bases minerales para neutralizarlo, por lo
que alteran la proporción adecuada de minerales Ca/P, Ca/Mg. (Maurice et al,
1994; Vasey,1992).
El café contiene taninos que disminuyen la absorción de B1, Zn., Mn., Fe., y de
algunas proteínas, además de estimular la liberación de catecolaminas con las
consecuencias descritas en los capítulos precedentes..
La vida moderna suele generar un notable grado de estrés, que a su vez produce:
• Aumento de los niveles de glicemia, lo cual origina aumento en la producción
de insulina.
• Aumento de catecolaminas, con la consiguiente vasoconstricción e
hipertensión arterial.
• Aumento de cortisol, que incrementa los requerimientos de vitamina C, Mg,
Zn; el déficit subsiguiente de estos micronutrientes altera fundamentalmente
los procesos inmunológicos.
• Aumento de los requerimientos energéticos y nutricionales en general.
• El excesivo estrés mantenido disminuye la resistencia orgánica y psicológica.
Por otra parte, el sedentarismo impide un gasto energético adecuado a la
ingesta, y la eliminación de desechos tóxicos.
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Agentes fitoquímicos
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A partir del conocimiento de las conexiones que existen entre los factores
dietéticos (incluyendo origen, cultivo y forma de preparación de los alimentos, etc.) y
los mecanismos fisiopatológicos, es relativamente fácil diseñar una dieta terapéutica.
Esta dieta estaría básicamente indicada en todas las patologías degenerativo-
metabólicas, pues su génesis es muy similar, a pesar de las distintas formas de
presentación clínica.
Una dieta ovo-lácteo-vegetariana terapéutica ideal debería:
*Contener productos de cultivo biológico frescos y naturales.
*Introducirse progresivamente para permitir la adaptación enzimática y psicológica.
*Garantizar el aporte diario de todos los nutrientes en cantidad y calidad adecuada.
*Garantizar el aporte adecuado de nutrientes que en algunos casos pueden faltar por
desconocimiento, combinaciones inadecuadas, desproporción en sus componentes,
empobrecimiento de los suelos, bloqueos enzimáticos, contaminación, etc.
*Sin perder calidad, ser lo suficientemente variada y flexible para adecuarse a los
gustos, necesidades terapéuticas, económico - sociales y cambios fisiológicos o
ambientales del individuo.
*Su preparación no debe producir sustancias tóxicas ( lípidos oxidados, etc.), además
debe mantener el valor biológico de algunos micronutrientes.
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Dieta básica
DIETOTERAPIA ESPECÍFICA
Para ello se deben seguir las pautas dietéticas que se enumeran a continuación. Es
indispensable asociar a la dieta el ejercicio físico programado, para lograr la pérdida
de peso, además de los beneficios conocidos.
• Reducir la ingesta calórica total por lo menos en un 40% del total energético
habitual (250 - 500 kcal /día), de manera que el peso disminuya entre 500 gr a 1 Kg
por semana, hasta lograr de forma progresiva y estable el peso esperado (índice de
masa corporal entre 21 y 25).
• Sustituir los glúcidos solubles, que aumentan el índice glucémico, por glúcidos
complejos: legumbres, hortalizas, cereales integrales, etc. Nunca bajar de 50% al día
el aporte de hidratos de carbono, para prevenir la cetosis (50 - 55% al día).
• Aportar un total de 25 - 30% de ácidos grasos: Poliinsaturados (6 - 8%; más del
8% disminuyen las HDL; monoinsaturados (10-12%) y saturados menos del 10%.
• Aumentar la ingestión de alimentos ricos en fibra; no aportan calorías, producen
sensación de saciedad y el resto de beneficios ya explicados.
• Fraccionar las comidas en varias tomas (5 - 6 al día); de ese modo se mejora la
tolerancia a la glucosa, se disminuye el colesterol y la necesidad de “picar”. La ración
suministrada en una misma toma produce mayor aumento de peso que si se fracciona
en varias tomas.
• Aumentar la ingesta de frutas y vegetales frescos, ya que al cambiar el
metabolismo aumentan los requerimientos de micronutrientes.
• Ingerir agua en abundancia, de baja mineralización, pues aumenta la diuresis y
evita la litiasis.
• Prescribir que los productos lácteos sean desnatados. Los frutos secos no son muy
recomendados por su alto aporte calórico.
• Reducir la ingesta proteica a 12% diario; el exceso de proteínas produce
hiperfiltración glomerular, que exacerba la nefropatía diabética (Klair and
Levey,1994). Lo ideal es una ingesta de 0,6 - 0.8 gr/kg./día de proteínas de alto
valor biológico (por ejemplo, de leguminosas).
• Incluir levadura de cerveza; contiene compuestos orgánicos naturales ricos en
cromo, útil para la síntesis del factor de tolerancia a la glucosa (FTG), que estimula el
efecto de la insulina sobre el metabolismo de la glucosa (Rovira and Lagarda, 1986).
• Excluir la ingesta de alcohol, ya que aumenta el aporte calórico (7 kcal/gr de OH,
puede producir hipoglicemias tardías, aumentar el riesgo de HTA, ACV, e
incrementar los niveles de TG y VLDL.
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Una dieta adecuada en el paciente diabético obeso, rompe este círculo vicioso:
Aporte calórico
Secreción pancreática de insulina
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HIPERTENSIÓN ARTERIAL
(Braier,1988; Cervera,1993;Dwyer,1988)
HIPERURICEMIA y GOTA
(Cervera, 1993; Dwyer,1988)
Objetivo:
Mantener el ácido úrico por debajo de 6 mg% y evitar que se produzcan
complicaciones.
ENFERMEDADES GASTROINTESTINALES
(Cervera,1993)
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En general la dieta básica equilibrada, con predominio de alimentos alcalinos (p. ej.
manzana, papa, lechuga, auyama, almendras, agua de linaza) neutraliza la
hiperacidez, pero es preciso evitar los alimentos irritantes de tipo químico, tales como
frutas o zumos ácidos, salsas ácidas; los irritantes de tipo físico o de contacto como
cereales de grano entero, verduras y hortalizas crudas, alimentos salados o
condimentados; los estimulantes como el café, té, alcohol, chocolate, frituras, azúcar,
etc.
Preferir los preparados hervidos, al vapor, u horneados y los elaborados en forma
de papilla o blandos.
Obviamente se debe suprimir el tabaco y fármacos que lesionen la mucosa
(AINES).
Debe ser eliminado cualquier alimento que provoque molestias.
Investigar: la ingesta previa de alimentos que contienen nitritos y nitratos, que
formarán nitrosaminas (embutidos, salazones, lomo y jamones curados, carnes en
salmuera, asados, grasas). Investigar también si existe déficit de sustancias
antioxidantes o de ácidos grasos n: 6, que influyen en la producción de
prostaglandinas involucradas en la citroprotección gástrica (Molina,1995).
• Patología biliar
- Disminución de la ingesta de grasas totales al 25%. Las que se ingieren con los
lácteos que sean descremadas; debe ser desaconsejado el huevo.
- Prohibir temporalmente los alimentos flatulentos (legumbres, coles, cebolla cruda,
melón, sandía, nabos, alcachofas).
- Corregir el estreñimiento.
- Ingerir suficiente cantidad de líquidos (2 litros al día como mínimo).
- Estudiar y corregir la causa de la disquinesia biliar, luego instaurar la dieta básica
equilibrada de manera progresiva.
• Enfermedades intestinales
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• Diverticulosis
• OSTEOPOROSIS y ARTROSIS
(Vasey,1992; Dwyer, 1988).
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