La Filosofía No Resuelve Problemas: Los Crea
La Filosofía No Resuelve Problemas: Los Crea
La Filosofía No Resuelve Problemas: Los Crea
El filsofo, docente y conductor de radio y TV Daro Sztajnszrajber surc una profunda huella en la audiencia que se acerc
a escucharlo al espacio cultural Le Parc. El otro imposible, entre el amor y la justicia fue el disparador de una charla que se
extendi por ms de dos horas, que se tornaron apasionantes. Aqu hacemos foco en algunos de los fragmentos ms
contundentes acerca de las especificidades de esta ciencia de la pregunta y uno de los conceptos que igualan al ser: el
amor. Una interesante puerta para asomarse a un universo en el que nada es lo que parece.
Cuestionar lo que nos aparece como inalterable. Instalar la pregunta ah donde solo se ven
axiomas. Ah donde la sentencia se acepta como inmutable. Se debe filosofar a martillazos. Hay
que adoptar una actitud de permanente crtica con lo establecido y desestructurar la realidad, que
se nos impone como verdad incuestionable, grita Federico Nietzsche desde las pginas de su libro
El crepsculo de los dolos o Cmo se filosofa a martillazos.
En esta frecuencia aparece Daro Sztajnszrajber, a quien supieron nombrar en su reciente visita a
estas tierras como el filsofo de apellido impronunciable, Daro a secas o el de Mentira la
verdad!, programa televisivo que va por canal Encuentro (y que ahora se ve tambin por Seal U)
y con el que, con el discurso filosfico como aliado y la capacidad de sacar a esta disciplina del
claustro acadmico, el tambin ensayista y docente desarrolla, problematiza y pone en tensin
diferentes supuestos sobre la historia, la belleza, la felicidad o la identidad.
De la infinidad de temas que Sztajnszrajber trajo en su manga para saborear y desmenuzar al
mximo, en lo que fue una convocante charla en el Le Parc que llev por ttulo El otro imposible,
entre el amor y la justicia, hubo uno que dej al pblico tecleando, tal vez por la cantidad de
ventanas que el filsofo dej entreabiertas: el amor en su concepcin platnica (desarrollada en El
banquete) y, en particular, la desmitificacin y profundizacin en esos semas que popularmente
construyen el trmino. Nos detenemos en algunos de los fragmentos de una reflexin que, ms
palpable, ms controversial, siempre atractiva, colm las cabezas de dudas, con todo lo que ello
implica, sobre todo cuando hablamos de un tema que, con ms o menos destreza, franquea
nuestro ser.
Previamente, ofrecemos algunas de las porciones ms nutritivas del discurso en torno a la esencia
de la filosofa:
El rol de la en la sociedad
"A los filsofos nos interesa todo. Pero todo desde un lugar particular. La pregunta de la filosofa es
el porqu, el preguntarse los porqus es alcanzar los fundamentos, las estructuras. El filsofo mira
donde en general la cotidianidad no mira. La cotidianidad necesita que las cosas funcionen. El
valor dominante de la cotidianidad es la utilidad. Est todo bien con la cotidianidad, lo que est mal
es pensar que solo somos cotidianidad y que la utilidad es el nico valor existente. Lo que importa
es la diferencia: hay valores que sirven y otros que no, pero que nos constituyen: por ejemplo,
hacer filosofa. La filosofa es un saber intil. La utilidad es una de las tantas formas de sentido de
la existencia. La filosofa interrumpe el valor de la utilidad. Si sacamos a un objeto de la trama
utilitaria, pongmosle este vaso (agarra un vaso que est sobre la mesa), lo liberamos y
generaremos otro tipo de vnculo con l".
Mirar el mundo como por primera vez
"Para esto no hay que hacer ms que mirar a los nios, seres tan geniales y denostados
histricamente. Veamos si no la etimologa de la palabra infancia: sin fon, sin voz. Qu bueno
escuchar a los que no tienen voz, porque en quienes s la tenemos est restringida a un nico tipo
de habla! Por eso, clam, la niez es un lugar a recuperar filosficamente, para entender ms all
de la razn. Es un buen desafo a nuestro logocentrismo machista, blanco, europeo, adulto,
heterosexual. La filosofa tiene mucho de niez, pone una mirada ingenua sobre las cosas.
"Buda deca que para conocer algo haba que recuperar la mirada de principiante. Que es la
mirada del nio. Qu mejor manera de salirse de la cotidianidad que yendo a la propia cotidianidad
desde lugares inesperados. Digo inesperados porque implica recuperar la mirada originaria, esto
de 'como si fuese la primera vez'. El extraamiento es otra de las palabras que hacen a la filosofa.
Pero el extraamiento se construye, o sea, hay que colocarse en ese lugar. Y no hay lugar ms
claramente ligado al extraamiento que la otredad, que el lugar del otro, ese otro que me genera un
extraamiento conmigo mismo".
Houston: we have infinite problems
"Creo que la filosofa es bsicamente un gnero literario. Lo dicen Derrida, Rorty y muchos
pensadores contemporneos. Es una manera de escribir, una manera de hablar, una forma de
combinar palabras, es el ejercicio de la pregunta. () Para qu nos hacemos preguntas? Para
resolverlas. Ese es el valor predominante de la cotidianidad, pues en ese plano las cosas tienen
que funcionar; no vale hacerme el filsofo o el intelectual si se me rompi el inodoro. Bien, la
filosofa es exactamente lo contrario: no resuelve problemas, los crea.
"Para qu? Por qu? Qu es esto, qu es esta locura de estar vivo? Por qu de este modo y
no de otro? Por qu hay cuando pudo no haber habido nada? Hay algo ms? Qu va a pasar
despus? Habr un despus despus del despus? Son preguntas. No tienen respuestas, por
ms que durante muchos siglos quienes se adjudicaban ser los dueos de las verdades
trascendentes hayan credo que s. Las preguntas existenciales no tienen una respuesta, tienen
mltiples y por eso no tienen ninguna. No hay que pensar estas preguntas desde su resolucin
concreta, sino como aperturas al pensamiento. La filosofa es una bsqueda infructuosa de algo
que sabiendo que no voy a alcanzar, no puedo hacer otra cosa que seguir persiguindolo. Por eso
lo ms interesante de la filosofa es dejar que estas preguntas fluyan y llevarlas a los lugares a los
que habitualmente no lo hacemos, porque la cotidianidad funciona brbaro sin estas preguntas,
pero estn".
con sus prcticas, derechos y obligaciones en vez de representar al amor, lo mata, lo opaca, lo
encorseta, lo condiciona".
hombre nacido de madre natural, el tipo que cuenta esto analiza qu gan y qu perdi la especie
humana. Y habla de la liberacin definitiva del deseo sexual, adems de una cosa bsica: al no
haber ms madre natural, desaparece el complejo de Edipo. Es increble cmo se filosofa en la
literatura".
El Eros platnico: somos falta
"Toda relacin de amor est planteada como una vnculo entre un yo y otro. Y llega la parte ms
tremenda: qu priorizamos en el vnculo amoroso? El yo o el otro? El amor ideal dice: el otro es
todo. Hay una entrega para con el otro. Esta lectura de amor como entrega es el paradigma que
nosotros aprendimos. Despus nos encontramos con que en realidad todo lo que hacemos o
ponemos bajo el concepto del amor tiene como prioridad el yo.
"Otra pregunta esencial: el amor, me llena o me vaca? Me lleno del otro. Y al otro? Lo vaco, lo
incorporo, lo hago parte de mi cuerpo, me lo apropio. O sea, la relacin con el otro es una relacin
tal que el otro tiene que encajar en lo que yo espero de l. Es decir que el otro, la otredad, solo
tiene sentido en el vnculo amoroso en tanto me completa. Y el otro pasa a ser ese resto que yo
necesito para sentirme completo. El Eros platnico plantea que uno ama lo que no tiene, y el amor
es la bsqueda de un faltante: lo que estoy buscando es esa otra mitad a la que una vez que
encuentro logro recomponer mi naturaleza originaria.
"Lo que primero genero es el modelo de pareja a la que voy a buscar. Ese modelo encaja en lo que
yo necesito. Y le pedimos que cambie cosas. Por qu? Para ajustarse a lo que yo quiero que sea.
Entonces yo no quiero al otro, yo quiero el modelo que yo pergeo como modelo ideal para m. Lo
digo acadmicamente: el otro me importa un comino, lo que quiero es que el otro encaje en ese
ideal que yo produzco. Con lo cual todo es doblemente peor: la pareja es una exaltacin del yo,
tengo una relacin conmigo mismo idealizado. Si el otro encajara, no sera el otro, lo desotramos
para que encaje en lo que yo necesito que sea y ah me lleno, mi yo se expande, pero aniquilo al
otro. Y esto se traslada a la poltica, al mercado, a cmo nos relacionamos con el otro.
"La relacin con el otro en este sentido es una relacin imposible, Por qu es imposible? Porque
para vincularme con el otro tiene que encajar en lo que pretendo. Y al encajar deja de ser el otro. Y
lo peor es que cuando encaje en lo que yo pretendo, como soy falta, me va a dejar de interesar.
Entonces me voy a aburrir y voy a salir a buscar otro u otra. Y en esta lgica el otro deja de ser una
pareja y se transforma en una mascota, en una secretaria.
"Una pareja te provoca, no cierra, porque es otro. Una pareja, o un compaero de trabajo, o un
amigo, o un adversario, o Dios. Planteo la teora de la religin al revs: el hombre creo a Dios a su
imagen y semejanza para completarse, para resolver nuestro gran problema: nos vamos a morir y
es insoportable. Entonces armamos todo un mundo sobrenatural con el nico objetivo de paliar esa
otredad insoportable que es la muerte. Y ese dios calza justo nuestra medida. Calz tanto que ya
no nos interesa y estamos en nuevas bsquedas".
Otrificar, otra manera de vincularnos
"La postura que hemos desarrollado plantea que desotro al otro, lo incorporo y lo hago propio. Pero
hay otra que propone que el otro se me vuelve algo imposible. Porque si se resiste a ser fagocitado
por m, queda totalmente por fuera de mi lgica, de mi imposibilidad o de mi deseo. Si no, deja de
ser otro, no ya vnculo posible con el otro en tanto otro.
"En definitiva, toda relacin con el otro tiene el siguiente problema: como siempre voy hacia la
otredad desde lo que soy yo, al otro siempre lo pienso, lo analizo, lo valoro desde mis categoras.
Nunca puedo acceder a la otredad en s misma. Por qu? Porque estoy condenado a mi yo. Yo lo
otrifico, porque estoy condicionado por m mismo, Y yoifico todo desde mi propia subjetividad.
Entonces cmo acta el ser humano con la otredad? Construyendo otredades posibles,
tolerables, y deja completamente afuera lo intolerable.
"Entonces la presencia del otro me tiene que hacer tomar conciencia de que, como yo solo veo
espejos, tengo que poder darme cuenta de mi limitacin. La irrupcin del otro me trae la diferencia,
y aunque no pueda conectar con l de manera absoluta, comienza a abrirme ventanas. Es decir, no
puedo desapegarme completamente de mi yo, pero tampoco puedo no absolutizarlo, sino estar
siempre tendiendo a dejar abierta la puerta, cada vez ms. Pero no es ni la primaca del otro ni la
primaca del yo. Y aqu cobra importancia el 'entre'. El entre es un interesante lugar porque es un
no lugar. Esa una zona intermedia entre el otro y yo donde ni el otro es cerradamente el otro ni yo
soy cerradamente yo, estamos abriendo la circulacin ente ambos. Ese entre no es armnico ni es
un equilibrio, es un lugar de tensin".