María Ternura de Dios
María Ternura de Dios
María Ternura de Dios
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Celebramos
1. Bienvenida.
A.
B.
C.
D.
E.
F.
La ternura es propia de aquellas personas que aman consencillez.. Dios es ternura y Mara participa de esa cara de Dios, Ella
es la ternura virgen, la ternura limpia y llena de bondad. Hace falta ternura para sonrer y en este mundo hacen falta muchas sonrisas! Hace
falta ternura para comprender, para alabar, para consolar, para orar.
En ti Virgen de la Ternura, Dios se ha hecho Buena Noticia para el
hombre. Eres la mujer creyente que acoge y guarda la Palabra; la Mujer joven que entra en el plan de Dios libre y gozosa. Jess descans muchas veces en la ternura de Mara. Slo quien
recibe ternura podr drsela a los dems, la ternura es slo una de las
caras del amor.
7. ORACIN
Madre amada. T eres la fuente de
donde emana, la bondad, la ternura y
la misericordia. Nos llamas a vivir y
caminar en tu presencia, desde nuestra debilidad y pequeez humana. Danos fuerza para buscar sendas de libertad. Aydanos a acercarnos ms a
tu amado Hijo. Nosotros que necesitamos de su palabra, Aydanos Mara
al pie de nuestra cruz en este mundo,
arriesgados y comprometidos para
renacer a una vida nueva. T que
eres misericordia, ternura y amor, cudanos en nuestro caminar. AMN
JUNTO A TI
MARA
Junto a ti Mara.
como un nio quiero
estar, tmame en
tus brazos guame
en mi caminar.
Gracias Madre ma
por llevarnos a
Jess, haznos ms
humildes tan sencillos como T.
Gracias Madre ma
Quiero que me edupor abrir tu corazn,
ques, que me enseporque nos congrees a rezar, hazme
gas y nos das tu
transparenamor.
te, llname de paz.
Madre, Madre
Madre, Madre,
(Bis)
Madre, Madre
Madre, Madre,
(Bis)
3. Evocamos la realidad
5. Reflexionamos
Soy Juan, perd a mi madre desde muy nio, siempre me sent triste y
distinto a los dems porque no tenia una madre, pero nunca me sent
tan desamparado como el primer da de colegio, cuando todas las madres abrazaban y besaban a sus pequeos, mientras yo estaba all de
pie solo, mirando y anhelando la ternura del abrazo de una madre. Recuerdo que pens que no era justo que yo, un nio de apenas seis
aos, estuviera tan solo y abandonado. ah, cuanto deseaba la ternura
de una madre por aquellos das!
Ms adelante cuando tena trece aos, recuerdo que me escape al campo de mi to cerca a la montaa podra suceder que yo muriera all solo
y nadie me extraara? No habra una madre que llorara sobre mi tumba? si, supongo que estaba siendo un poco dramtico, pero qu adolescente no lo es? As que pas solo la noche en ese lugar, sin saber
realmente por qu estaba all.
Cuando escuche el primer ruido afuera empec a orar. En verdad nunca
antes lo haba hecho y aunque estaba muy molesto con Dios, por
haberme robado a mi madre, as que me dirig a Mara. Debo haber recitado unas doscientas Ave Maras esa noche y le promet que si sobrevivira esa noche sera su devoto y sobreviv.
El rostro de Mara: Destaca la dulzura, la ternura y la intimidad que caracterizan el encuentro personal de la Virgen Mara y de Jess y el modo en que Mara conservaba todas esas cosas meditndolas en su corazn (cfr. Lc. 2,19)
(Reflexionamos y compartimos)
El rostro de Mara refleja el peso del sufrimiento que lleva dentro: Una
espada te atravesar el alma (Lc 2,34-35) y adopta una actitud de
abandono, dejando que su Hijo la abrace, abarcndola por completo.
Jess, con un rostro que irradia humanidad y ternura, la protege y la
consuela con su mirada compasiva y con el contacto de su mejilla con
la de Mara. La belleza del rostro de Mara no deslumbra exteriormente;
se trata de una belleza interior, propia de quien est impregnada del
Espritu Santo, de cuya gloria es transparencia.
Mara mira con ternura y tristeza a los que sufren en su peregrinacin
terrena y a la humanidad pecadora que ofende a Su Hijo. Al mismo
tiempo nos est diciendo que no tenemos de qu preocuparnos, pues el
Corazn de Jess nos mira con compasin como lo hace con Ella: Dios
es rico en misericordia, es consuelo para el que sufre y es luz para su
pueblo que camina en tinieblas: Aunque camines por caadas oscuras,
nada temas, porque el Seor va contigo. (Salmo 22, 4).
El Papa Francisco, en cada una de sus homilas acerca de nuestra
siempre Madre virginal, nos asegura que Mara mira a todos y a cada
uno de nosotros, como madre y con una gran ternura, misericordia y
con amor, siempre nos anima a sentir su mirada amable. en una oportunidad, nos indic que "est hurfano el cristiano que no tiene a Mara
como madre".
Y es que el Santo Padre ya casi no termina ninguno de sus discursos
sin invocar el poderoso auxilio de nuestra Seora y Reina de todos los
cristianos. Ella es modelo de toda vocacin, no tuvo miedo a decir su
Si a la llamada del Seor, al encuentro divino de Dios con la humanidad. Y Ella nos acompaa y nos gua, nos ensea el significado de vivir en el Espritu Santo y a saber acoger la novedad de Dios en nuestra
vida.