Violencia
Violencia
Violencia
Sobre todo tratndose de estos temas, es inevide hoy se ha reducido pero muestra una estructura
table que nos cueste poner los pies en la tierra. El
sumamente compleja. marcada por los lazos imarecurso a la idealizacin, tan propiamente humano,
ginarios que la organizan. Es el lugar de donde
puede convertirse en obstculo, nos aleja de actos
adviene un sujeto. y es el lugar donde germina la
consistentes. Recordemos las palabras de Freud
violencia. El complejo de "intrusin "4 del que nos
cuando dice:
habla Lacan permite entender que desde el origen
del yo hay en la relacin con el otro una tensin
Las Uusiones nos son gratas porque nos ahorran
agresiva inherente.
sentimientos
displacientes
y nos dejan, en
cambio, gozar de satisfacciones. Pero entonces
habremos de aceptar sin lamentarnos que alguna
vez choquen con un trozo de realidad y se hagan
pedazos. 2
La violencia atraviesa los actos y decires humanos, y hasta puede ser pactada como en las guerras.
Incluye las luchas fratricidas, bajo el pretexto de
unas diferencias que a ojos ajenos no son tales,
como pasa en las guerras tnicas y religiosas. Freud
habl en varias ocasiones, precisamente, del
Especficamente en Lafamilia, Lacan le otorga
un lugar fundamental en la estructuracin psquica
a los celos fraternos. En Las confesiones, san
Agustn lo dice de una manera conmovedora:
Vi con mis propios
ojos y conoc bien a un
pequeuelo presa de los celos. No hablaba todava
y ya contemplaba
todo plido y con una mirada
envenenada a su hermano de leche."5
55
Luis
Caballero:
Sin
(1976,
sobre
papel,
55
coleccin
Tomada
ttulo
tcnica
mixta
x
75
cm,
particular.
de Luis
El Sello
Caballero,
Bogot,
Editorial,
1995.)
Es en el otro en donde capto mi deseo, y es a indaga profundamente sobre el mecanismo sobre
partir del Otro que puedo captar mi propia imagen, el cual se forman "masas", la funcin del lder,
del
al punto del transitivismo, donde no s si es l o yo, Ideal del Yo, la identificacin al rasgo.
ya veces es as: -o l o yo.
Pero esta nocin de agresividad como intencin Aunque sobre esos fenmenos de masas el psiy como tendencia inherente a la relacin con el otro, coanlisis arroja luz para su tratamiento, el
mtodo
no nos basta para entender todo acto violento, pero psicoanaltico, en s mismo, no sirve.
"Tambinsera
no se puede dejar de lado. pues nos remite a la excesivo afirmar que todos los hechos sociales
identificacin como funcin psquica fundamental, requieren la hiptesis del inconsciente para ser
que determina el carcter pasional del yo humano explicados"8, pero no debe suceder que,
porque no
que "no viene ni de la i~agen ni del individuo sino d respuestas masivas, sea dejado de lado el
pside la tensin instalada: entre los dos por la iden- coanlisis, puesto que ste toma como objeto
lo que
tificacin. "6 teoras sociolgicas han desechado como un resto,
y este resto es lo que "retornapara alimentar nuestra
oscura pasin. 9" Este es un punto importante. El
El hombre quedar marcado por una profunda
pasin: la pasin narcisista de ser un hombre, a la
que Lacan llam la locura general del ser humano. 7
Es decir, engaado por las imgenes con las que se
identific, y que lo dejan en una relacin de igno-
tambin los estragos de un padre idealizado (tema muy interesante, que escapa a la intencin de este artculo. )
El "narcisismo de las pequeas diferencias" no basta para
explicar ciertos fenmenos como, por ejemplo, el
racismo. La psicoanalista francesa Colette Soler,
refirindose al problema del racismo, una de las
violencias ejercidas sobre el otro, lo dice as: "me
parece que definir el raciSmo simplemente como el
rechQZo de la d-iferencta no basta, el rCiSmo de lbS
diScursos en accin no se reduce a un puro problema
de identificacin, sino que conciertle a la que en el
diScurso no es lenguaje: es decil; al goce..."13 ,
El goce tiene que ver con el odio, esa pasin indestructible en el inconsciente. Odio productor de
una satisfaccin, pero de una satisfaccin nociva,
que puede llevar a la aniquilacii1 del propio sujeto
en esa pasin. Esta pasin del odio est estrechamente relacionada con formaciones yoicas y
narcisistas, que son las que determinan 10que es
"propio y ajeno".
En el hombre hay pulsiones, y estas pulsiones
muchas veces encuentran satisfaccin propinando
dao al otro. Ya Freud. en su libro Malestar en la
cultura. lo comenta del siguiente modo: "La verdad
oculta tras de tOdo esto. que negaramos de buen
grado. es la de que el hombre no es una criatura
tierna y necesitada de amor; que s6lo osara dejen derse si se le atacara. sino por el contrario. un ser
entre cuyas disposiciones instintivas tambin debe
incluirse una buena porci6n de
agresividad. Por consiguiente, el
pr6jimo
no le representa
nicamente
un
posible
colaborador y objeto sexual. sino
tambin un motivo de tentaci6n
para satisfacer
en l su
truir palabras sobre la violencia, sin caer en facilismos engaosos,lo que es muy difcil en un pas
donde tanto se dice, sin que se pueda salir de ciertas
expresiones estereotipadas [de las que escapan
comosiempre una minora) entre ellas las de la conmiseracin, en donde se establece un culto por las
vctimas, "vctimizando" a todos los actoresdel conflicto, lo que puede traer como consecuencia la noresponsabilizacin de los sujetos. Aqu cabe recordar el pedido de Althusser de no ser declarado inimputable (en este caso por enfermedad psiquitrica)
por el asesinato de su mujer, sino de ser juzgado
como cualquiera. Es decir, es un alivio para el sujeto
reponsabilizarse de sus actos.
En todas las manifestaciones de la violencia. lo
que es innegable es que hay un goce que tiende a
perpetuarlas. Goce que no es slo del que agrede
sino del agredido. pero esto slo puede ser esclarecido en el caso por caso. No todo lo relacionado
con la violencia puede ser puesto en el mismo saco.
Hay diferencias en la posicin subjetiva. por
ejemplo entre un torturado y un maltratado. El psicoanalista antioqueo Hctor Gallo. en su libro Usos
y abusos del maltrato (1999). plantea estas diferencias. En la tortura. el torturado no tiene opcin.
en cambio en el maltrato s; en el maltrato no existe
esa obligacin de confesar una verdad.y en su
misma condicin podra oponerse al maltratante:
Siel maltratado no es un nio completamentedesamparado o un anciano completamenteindefenso.
tiene oportunidad de oponerse a su condicin de
vctima.poniendo en cuestin su vnculo y haciendo
valer sus derechos."15
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"De nuestra posicin de sl{jetos somos stem.;1
i:
responsables. "16 y en esto el psic'..'~nlisis puede
aportar mucho para una investigacin sobre la violencia: "all donde es llamado para poder decir algo
sobre el sujeto, aquel que casi todos excluyen en
defensa de los derechos individuales. en la proteccin
del menor; en los de la mujer; en lo de los pobres.
etc.17
El discurso analtico opera sobre las construcciones fantasmticas, imaginarias, lo que llam
Freud "novela familiar del neurtico": apunta a su
atravesamtento, podramos decir, a su cada. Esto
es, est en condiciones de proponer alternativas
(por sus efectos, ms que por sus objetivos) a los
aparentes callejones sin salida de los sujetos. Eso
s, uno por uno: sa es su eficacia. No acta sobre
lo colectivo, no ofrece una alternativa poltica. Pero
con su accin puede dar cabida a nuevas invenciones, contribuir para sacar a la luz el no querer
saber de las estructuras colectivas estructuradas
en las fantasmagorasneurticas (a vecesperversas
y paranoicas),lB verdaderas "novelas nacionales."
Aunque no tenemos respuesta para todo, como
no las tuvo Freud, ni Lacan, estamos abocados a
"bordear" ese real silencioso de la violencia, que no
se puede sImbolizar ni imaginarizar completamente.
"Bordear", tambin es un concepto pilar en el psicoanlisis. Es tomado de la topologa. Alude a un rodeo necesario para lo que se presenta como incomprensible, inasible, inabordable; rodeo que es insuftciente pero deseamosque no sea impotente. Nuevamente, Sanmiguello dice de esta manera: Laviolencia no nos interesa hoy en el vaco, sino en la
medida en que nos acompaa aqu mismo, en todo
momento,sentada a la mesa o en la menor correra.
Es un amigo fiel, una sombra, es lo que intentamos
bordear;abordar sin lograrlo hoy. A eso le llamar lo
real de la violencia, lo inabordable, lo que se nos
queda en el tintero a pesar de tanta palabrera.. 19
NOTAS
1SANMIGUEL,Po. "Consideraciones previas al estudio de la
violencia", en Revtsta Colombtanade Psicologa, N 2, 1993. Universidad Nacional de Colombia, p. 83.
2 FREUD, Stgmund. "De guerra y muerte. Temas de actualidad." Obras Completas. Amorrortu Editores. Tomo XIV.
s FREUD,Sigmund. El malestar en la cultura. Amorrortu Editores. Tomo XXI.
4LACAN,Jacques. LajamUta. Horno Sapiens. 1964.
5 Cita traducida por Jos Diego Salazar, que difiere de las
versiones castellana y francesa de LajamUta.
6 SALAZAR,Jos Diego. Para una lectura de Jacques Lacan