Este documento resume las ideas principales de Thomas Hobbes sobre el estado de naturaleza y la necesidad del Estado. Hobbes argumenta que en el estado de naturaleza, antes del establecimiento del Estado, los hombres viven en un estado de guerra constante debido a la competencia y desconfianza. Para escapar de esta situación insoportable y lograr seguridad y paz, los hombres transfieren voluntariamente todos sus derechos y poderes a un soberano absoluto, creando así el Estado y el Leviatán. Este poder soberano es necesario para establecer le
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Este documento resume las ideas principales de Thomas Hobbes sobre el estado de naturaleza y la necesidad del Estado. Hobbes argumenta que en el estado de naturaleza, antes del establecimiento del Estado, los hombres viven en un estado de guerra constante debido a la competencia y desconfianza. Para escapar de esta situación insoportable y lograr seguridad y paz, los hombres transfieren voluntariamente todos sus derechos y poderes a un soberano absoluto, creando así el Estado y el Leviatán. Este poder soberano es necesario para establecer le
Este documento resume las ideas principales de Thomas Hobbes sobre el estado de naturaleza y la necesidad del Estado. Hobbes argumenta que en el estado de naturaleza, antes del establecimiento del Estado, los hombres viven en un estado de guerra constante debido a la competencia y desconfianza. Para escapar de esta situación insoportable y lograr seguridad y paz, los hombres transfieren voluntariamente todos sus derechos y poderes a un soberano absoluto, creando así el Estado y el Leviatán. Este poder soberano es necesario para establecer le
Este documento resume las ideas principales de Thomas Hobbes sobre el estado de naturaleza y la necesidad del Estado. Hobbes argumenta que en el estado de naturaleza, antes del establecimiento del Estado, los hombres viven en un estado de guerra constante debido a la competencia y desconfianza. Para escapar de esta situación insoportable y lograr seguridad y paz, los hombres transfieren voluntariamente todos sus derechos y poderes a un soberano absoluto, creando así el Estado y el Leviatán. Este poder soberano es necesario para establecer le
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THOMAS HOBBES 1588-1679)
Textos de Leviathan.
1.La naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en sus facultades
de cuerpo y de alma, que aunque puede encontrarse en ocasiones a hombres fsicamente ms fuertes o mentalmente ms giles que otros, cuando consideramos todo junto, la diferencia entre hombre y hombre no es tan apreciable como para justificar el que un individuo reclame para s cualquier beneficio que otro individuo no pueda reclamar con igual derecho. [] De esta igualdad en las facultades surge una igualdad en la esperanza de conseguir nuestros fines. Y por tanto, si dos hombres desean una misma cosa que no puede ser disfrutada por ambos, se convierten en enemigos; y, para lograr su fin, que es, principalmente, su propia conservacin y, algunas veces, slo su deleite, se empean en destruirse y someterse mutuamente. 2. Los hombres no encuentran placer, sino, muy al contrario, un gran sufrimiento, al convivir con otros all donde no hay un poder superior capaz de atemorizarlos a todos. Pues cada individuo quiere que su prjimo lo tenga en tan alta estima como l se tiene a s mismo; y siempre que detecta alguna seal de desprecio o de menosprecio, trata naturalmente, hasta donde se atreve (y entre los que no tienen un poder comn que los controle puede llegarse hasta la destruccin mutua), de hacer dao a quienes lo desprecian para que stos lo valoren ms, y para as dar un ejemplo a los otros. De modo que, en la naturaleza del hombre, encontramos tres causas principales de disensin. La primera es la competencia, en segundo lugar, la desconfianza; y en tercer lugar, la gloria. 3. De todo ello queda de manifiesto que, mientras los hombres viven sin ser controlados por un poder comn que los mantenga atemorizados a todos, estn en esa condicin llamada guerra, guerra de cada hombre contra cada hombre. Pues la GUERRA no consiste solamente en batallas o en el acto de luchar, sino en un perodo en el que la voluntad de confrontacin violenta es suficientemente declarada. [] la naturaleza de la guerra no est en una batalla que de hecho tiene lugar, sino en una disposicin a batallar durante todo el tiempo en que no haya garantas de que debe hacerse lo contrario.
4. [En tiempos de guerra] no hay lugar para el trabajo, ya que el fruto
del mismo se presenta como incierto; y, [...] no hay conocimiento [...] no hay artes; no hay letras; no hay sociedad. Y, lo peor de todo, hay un constante miedo y un constante peligro de perecer con muerte violenta. Y la vida del hombre es solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta. 5. [El autor invita al lector a considerar su propia conducta: viaja armado, cierra las puertas...] Cul es la opinin que este hombre tiene de sus prjimos cuando cabalga armado? Cundo atranca las puertas? Qu opinin tiene de sus criados y de sus hijos cuando cierra con candado los arcones? No est, con sus acciones, acusando a la humanidad en la misma medida en que yo lo hago con mis palabras? Pero ni l ni yo estamos acusando con ello a la naturaleza del hombre. Los deseos y otras pasiones humanas no son un pecado en s mismos. Y tampoco lo son los actos que proceden de esas pasiones, hasta que no hay una ley que los prohbe; y hasta que las leyes no son hechas, no pueden conocerse; y no puede hacerse ninguna ley hasta que los hombres no se han puesto de acuerdo sobre quin ser la persona encargada de hacerla. 6. En todas las pocas, los reyes y las personas que poseen una autoridad soberana estn, a causa de su independencia, en una situacin de perenne desconfianza mutua, en un estado y disposicin de gladiadores, apuntndose con sus armas, mirndose fijamente, es decir, con sus fortalezas, guarniciones y caones instalados en las fronteras de sus reinos, espiando a sus vecinos constantemente, en una actitud belicosa. Pero como, con esos medios, protegen la industria y el trabajo de sus sbditos, no se sigue de esta situacin la miseria que acompaa a los individuos dejados en un rgimen de libertad. 7. De esta guerra de cada hombre contra cada hombre se deduce tambin esto: que nada puede ser injusto. Las nociones de lo moral y lo inmoral, de lo justo y de lo injusto no tienen all cabida. Donde no hay un poder comn no hay ley; y donde no hay ley, no hay injusticia. La fuerza y el fraude son las dos virtudes cardinales de la guerra. La justicia y la injusticia [...] se refieren a los hombres cuando estn en sociedad, no en soledad. En una situacin as, no hay tampoco propiedad, ni dominio, ni un mo distinto de un tuyo, sino que todo es del primero que pueda agarrarlo, y durante el tiempo que logra conservarlo. 8. Y hasta aqu, lo que se refiere a la mala condicin en la que est el hombre en su desnuda naturaleza, si bien tiene una posibilidad de salir
de ese estado, posibilidad que, en parte, radica en sus pasiones y, en
parte, en su razn. Las pasiones que inclinan a los hombres a buscar la paz son el miedo a la muerte, el deseo de obtener las cosas necesarias para vivir cmodamente, y la esperanza de que, con su trabajo, puedan conseguirlas. 9. El derecho natural [...] es la libertad que tiene cada hombre de usar su propio poder segn le plazca, para la preservacin de su propia naturaleza, esto es, de su propia vida; y, consecuentemente, de hacer cualquier cosa que, conforme a su juicio y razn, se conciba como la ms apta para alcanzar ese fin. 10. Se entiende por libertad, segn el ms propio significado de la palabra, la ausencia de impedimentos externos que, a menudo, pueden quitarle a un hombre parte de su poder para hacer lo que quisiera, pero que no le impiden usar el poder que le quede, segn los dictados de su juicio y de su razn. 11. Como la condicin del hombre [...] es una condicin de guerra de cada hombre contra cada hombre, en la que cada uno se gobierna segn su propia razn y no hay nada de lo que no pueda hacer uso para ayudarse en la preservacin de su vida contra sus enemigos, de ello se sigue que, en una condicin as, cada hombre tiene derecho a todo, incluso a disponer del cuerpo de su prjimo. 12. La causa final, propsito o designio que hace que los hombres los cuales aman por naturaleza la libertad y el dominio sobre los dems- se impongan a s mismos esas restricciones de las que vemos que estn rodeados cuando viven en Estados, es el procurar su propia conservacin y, consecuentemente, una vida ms grata. Es decir, que lo que pretenden es salir de esa insufrible situacin de guerra que [...] es el necesario resultado de las pasiones naturales de los hombres cuando no hay un poder visible que los mantenga atemorizados y que, con la amenaza del castigo, los obligue a cumplir sus convenios. 13. El nico modo de erigir un poder comn que pueda defenderlos de la invasin de extraos y de las injurias entre ellos mismos, dndoles seguridad que les permita alimentarse con el fruto de su trabajo y con los productos de la tierra y llevar as una vida satisfecha, es el de conferir todo su poder y toda su fuerza individuales a un solo hombre o a una asamblea de hombres que, mediante una pluralidad de votos, puedan reducir las voluntades de los sbditos a un sola voluntad. O, lo
que es lo mismo, nombrar a un individuo, o a una asamblea de
individuos, que representen a todos, y responsabilizarse cada uno como autor de todo aquello que haga o promueva quien ostente esa representacin en asuntos que afecten la paz y la seguridad comunes; y, consecuentemente, someter sus voluntades a la voluntad de ese representante, y sus juicios respectivos, a su juicio. Esto [...] es una verdadera unidad de todos en una y la misma persona, unidad a la que se llega mediante un acuerdo de cada hombre con cada hombre, como si cada uno estuviera diciendo al otro: Autorizo y concedo el derecho de gobernarme a m mismo, dando esa autoridad a este hombre o a esta asamblea de hombres, con la condicin de que t tambin le concedas tu propio derecho de igual manera, y les des esa autoridad en todas sus acciones. Una vez hecho esto, una multitud as unida en una persona es lo que llamamos ESTADO, en latn CIVITAS. De ese modo se genera ese gran LEVIATHAN, o mejor, para hablar con mayor reverencia, ese dios mortal a quien debemos, bajo el Dios inmortal, nuestra paz y seguridad. Pues es gracias a esta autoridad que le es dada por cada hombre que forma parte del Estado, como llega a poseer y a ejercer tanto poder y tanta fuerza y por el miedo que ese poder y esa fuerza producen, puede hacer que las voluntades de todos se dirijan a lograr la paz interna y la ayuda mutua contra los enemigos de fuera. 14. Como el derecho de representar la persona de todos es dado a quien los hombres hacen su soberano, mediante un pacto establecido entre ellos mismos, y no entre el soberano y algunos de ellos, no puede haber quebrantamiento del pacto por parte del soberano; y en consecuencia, ninguno de sus sbditos puede librarse de estar sujeto a l, alegando algn infringimiento de contrato por su parte. 15. Es responsabilidad del soberano hacer buenas leyes. Pero qu es una buena ley? Cuando digo una buena ley no quiero decir una ley justa, pues ninguna ley puede ser injusta. La ley es hecha por el poder soberano, y todo lo que es hecho por este poder es corroborado por el pueblo y ste lo toma como suyo. Y lo que cada sbdito acepta como propio de esta manera, no puede ser calificado de injusto por nadie. Sucede con las leyes del Estado lo mismo que con las reglas del juego: que lo que todos los jugadores acuerdan entre ello no es injusticia para ninguno. 16. La distribucin de los materiales que posibilitan [la] nutricin es lo que constituye lo mo, lo tuyo, y lo suyo, o, para decirlo con una palabra, la propiedad. Y pertenece, en todo tipo de Estado, al soberano. Porque
all donde no se ha instituido el Estado, hay, como se ha dicho, una
guerra perpetua de cada hombre contra su vecino, y por tanto, cada cosa es de quien la consigue y logra conservarla por la fuerza. Lo cual no constituye una propiedad [...] sino mera incertidumbre.