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EL CONCEPTO DE IGLESIA EN MARTIN LUTERO (1483 1546)

Introduccin
Los precursores de la reforma: Wyclif y Hus, formularon ya un concepto de Iglesia cuyos
elementos esenciales hizo suyo Lutero, dndoles, a su vez, una fundamentacin teolgica.
Lutero basa su definicin de la Iglesia en su doctrina teolgica sobre la justificacin y sobre la fe
personal de los verdaderos creyentes que constituyen la communio sanctorum y la congregatio
spiritualis.
Ir en contra de su Iglesia concreta de su poca, y en particular contra sus instituciones
sacramentales y jerrquicas. La eclesiologa de Lutero rompi definitivamente con Roma.
LA CONCEPCIN ECLESIOLGICA DE LUTERO EN SU HERMENUTICA BBLICA. Viene a constituir
un locus theologicus de su eclesiologa.
1. Letra y Espritu
La anttesis letra-espritu, este binomio es uno de los elementos fundamentales de su teologa.
Lutero acepta la anttesis paulina letra-espritu en su sentido hermenutico bblico; segn Lutero,
en el sentido interno del texto, para llegar, a travs de la letra, al Espritu Santo.
Para Lutero no es lcito detenernos en la letra del texto de la Escritura, ni contentarnos con un
mero escuchar su palabra, sino que es preciso penetrar en el espritu, es decir en el sentido
interno del texto, para llegar, a travs de la letra, al Espritu Santo.
Lutero combina los cuatro sentidos: la letra (sentido literal-histrico y literal-proftico), mientras
que el espritu abraza los otros tres (sentido alegrico, tropolgico y anaggico).
Lutero a opta obviamente por la prioridad absoluta de la Iglesia Espiritual.
2. Cabeza cuerpo miembros
Lutero distingue entre un doble sentido literal (littera), a saber, histrico y proftico, que pone en
relacin con la cabeza, y el sentido espiritual (spiritus), que abraza la alegora (cuerpo) y la
tropologa (miembros).
El intento de Lutero de combinar el esquema de los tres sentidos y el esquema de los cuatro
sentidos y lograr reducirlos a dos sentidos: el literal y el espiritual, por analoga con el binomio
eclesiolgico cabeza miembros.
A l le interesa, sobre todo, poner de relieve la necesidad de que los miembros se asimilen a su
cabeza Cristo.
La posicin del cuerpo es tambin posicin de los miembros. Puesto que la Iglesia es esposa de
Cristo, los miembros son tambin esposas de Cristo.

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La discusin de Lutero en torno a los tres (cuatro) sentidos bblicos, enfocada a poner de relieve el
sentido espiritual (alegrico y tropolgico).
ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE LA ECLESIOLOGA DE LUTERO
1. Autosuficiencia de la Escritura.
Lutero hizo de la palabra de Dios en la Escritura como principio autosuficiente del conocimiento
teolgico, que le sirve como profesor de exgesis a confrontar sus conclusiones teolgicas
nicamente con la doctrina de la Escritura.
La prioridad a la Escritura como fuente de conocimiento, sostena Lutero que la doctrina de las
indulgencias no se probaba con la Escritura.
Lutero responda a los argumentos de la Tradicin apoyndose en el principio de la autosuficiencia
de la Escritura como nica fuente de fe.
Lutero opta por la palabra de Dios contenida en la Escritura, que se basta a s misma e impone al
creyente la justa interpretacin con eficacia y autoridad, y establece as el encuentro directo del
hombre con Dios.
2. La Iglesia, creacin de la palabra.
Para Lutero el origen y la naturaleza de la Iglesia est en la fuerza creadora de la palabra y su
misin fundamental es la proclamacin de esta palabra.
Al ser sta proclamada, nacen nuevos cristianos en la Iglesia a una vida nueva.
Para Lutero la palabra de Dios es revelacin Escritura palabra proclamada. Se debe hablar de
una misma palabra de Dios operante en la revelacin, en la Escritura y en la predicacin de la
Iglesia.
Para Lutero, la palabra es por tanto portadora del Espritu Santo, por lo tanto tambin es
portadora de Cristo. Ella es la virtud poderosa de Dios mismo, colmada de toda su fuerza creadora.
La palabra con su virtud salvfica, realiza en el hombre en el hombre la gracia de la predestinacin
y de la justificacin y crea con esto la Iglesia en el sentido de la communio sanctorum y de un
cuerpo espiritual, cuyos miembros estn incorporados y asimilados a Cristo, y no propiamente
como una institucin.
3. La Iglesia catlica y la Iglesia reformada
La Iglesia primitiva no es solamente el primer perodo de la Iglesia, sino el fundamento
permanente y la norma para todo porvenir, la ley a la que est sujeto el curso entero de la Iglesia.
La continuidad histrica de la Iglesia de Cristo era un dato teolgico indiscutible para Lutero
avalado expresamente por la Escritura.

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Era la Iglesia romana portadora de esta continuidad histrica y de la fidelidad fundamental al
diseo de Cristo, o lo era la Iglesia reformada?
Lutero est orientado a probar que la verdadera Iglesia de los apstoles es la Iglesia reformada, es
decir, la Iglesia nueva.
Lutero menciona ciertos elementos que le dan identidad sustancial de la Iglesia reformada con la
Iglesia de los apstoles: la cena eucarstica, el poder de las llaves, el ministerio de la palabra, la
predicacin del Evangelio, la confesin de la fe, etc.
Lutero niega a la Iglesia catlica romana su reivindicacin de catolicidad y de apostolicidad y al
considerarla como Iglesia nueva, la Iglesia romana es una realidad parcial de un todo eclesial.
La concepcin luterana de la Iglesia, segn la cual donde la palabra de Dios sea proclamada y se
administren los sacramentos, all est presente la Ecclesia santa catholica.
4. Iglesia visible invisible y la communio sanctorum
Lutero formul su concepto de Iglesia en un contexto claramente cristolgico, recogiendo muchos
elementos de la exgesis medieval.
Lutero ha adoptado, para designar la Iglesia, la nocin tradicional del cuerpo mstico de Cristo, que
l distingue del corpus verum, naturale, historicum.
Lutero parte del presupuesto indiscutible de que la communio sanctorum la Iglesia es la
creacin nueva de Dios y obra de sus manos, que tiene a Cristo por Seor, y, trascendiendo todo
lmite espacial y temporal, es una realidad mistrica y la casa espiritual de los justos y santos.
Para Lutero la invisibilidad de la Iglesia radica en la naturaleza ntima de esta obra (opera-factura)
de Cristo, que pertenece a aquella realidad del mundo espiritual y que pueden captarse mystice, o
sea, no con los ojos corporales, sino con el sentido del espritu.
La revelacin del Deus absconditus alcanza el punto culminante en el evento Cristo, llegando a
concluir que el Deus absconditus es el Deus crucifixus; en otras palabras, el misterio consiste
precisamente en revelar al hombre de modo insuperable cmo Dios se oculta.
La ndole oculta de la Iglesia radica, pues, en la invisibilidad de su cabeza y del contenido de gracia
que ella implica: Cristo.
Lutero alude, finalmente, a otro factor de la invisibilidad de la Iglesia, en cuanto en ella estn
ocultas las fuerzas del Maligno, que amenazan constantemente imponerse en el ser y en la accin
de la verdadera Iglesia.
Lutero ha trazado de la teologa de la Iglesia en el misterio del evento Cristo, da a la teologa de
la revelacin de Dios y de otras realidades sobrenaturales que, como evento del Cristo y de la
Iglesia, son ocultas y al mismo tiempo manifiestas al creyente.

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La nocin de cuerpo mstico de Cristo, enraizado en la eclesiologa medieval, para designar la
Iglesia communio sanctorum. Lutero opta por considerarla partiendo de su realidad espiritual, y
da una cierta prioridad a la unin mstica de los miembros con Cristo en virtud de la gracia y de la
accin invisible de la cabeza en los miembros.
Lutero llama, justamente, al corpus mysticum nueva creacin de Dios (factum Dei), y a sus
miembros opera o factura de Cristo, que obra en ellos, su estructura es interna y slo perceptible
por la fe. Al no-creyente, que considera la Iglesia nicamente oculis carnalibus, permanece oculta
esta estructura que Dios ha creado en ella.
Presenta unas caractersticas de la Iglesia que es de importancia para la eclesiologa de Lutero: la
absconditas, su ndole oculta:
-

La invisibilidad de la divinidad de Cristo en su humanidad. En su Iglesia, Cristo est hoy oculto,

como lo estuvo en el cuerpo de Mara.
El nuevo centro de gravedad pasando de la Iglesia militante a la Iglesia triunfante.
La invisibilidad est sometida a la antinomia, de la realidad interna (abscondita) se manifiesta
en su configuracin externa sub contrario.
Concluye Lutero diciendo que no es posible distinguir los verdaderos creyentes, que son
merito miembros de la Iglesia, de tantos otros cristianos slo numero pertenecientes al
pueblo de Dios.

San Agustn haba distinguido entre los que pertenecen a la Iglesia terrena merito et numero y los
numero sine merito son miembros de la Iglesia. Lutero para explicar la situacin del pecador en la
Iglesia, lo define como husped en la Iglesia o est en la Iglesia con el cuerpo, pero no con el
alma.
La Iglesia militante es por necesidad un corpus mixtum o la congregatio iustorum et iniustorum.
El corpus Christi mysticum implica un crecimiento interno no perceptible a los sentidos del
hombre; consta, con todo, de miembros y de funciones visibles, a travs de los cuales se hace
tambin visible la obra de Dios.
Es propiamente su ndole de realidad oculta la que exige, juntamente con su estructura espiritual e
invisible, otra visible y corporal, como la absconditas de la encarnacin implica la humanidad
visible de Cristo, ya que Cristo no gua ahora de modo visible su Iglesia.
Para el creyente, sin embargo, est l presente en sus representantes, los obispos y los sacerdotes,
que le guan ahora visiblemente. A travs de ellos tiene la Iglesia garantizadas su existencia y su
unidad.
Lutero acenta tan unilateralmente la realidad espiritual e invisible de la Iglesia y de su misin de
salvacin entre los hombres, slo perceptibles por la fe. Lutero ha optado por dos Iglesias (y dos
reinos), reservando naturalmente para la Iglesia espiritual e invisible el derecho exclusivo de
autenticidad y de eficacia para la salvacin.
Lutero basa su concepto de Ecckesia spiritualis en las palabras del Seor (Jn 18, 32; cf. Lc 17, 20)
Mi reino no es de este mundo, para el Reformador es inadmisible cualquier tendencia a vincular
la cristiandad con Roma y con la autoridad del papado romano.

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La cristiandad ha recibido su nombre de su cabeza Cristo. De aqu se sigue que la cristiandad
espiritual, nica Iglesia verdadera, no puede tener otra cabeza en la tierra ni obispos, ni papa
con derecho a regirla; solamente Cristo en el cielo es aqu su cabeza y el nico que la rige.
El hombre dice Lutero, consta de cuerpo y de alma, pero no es miembro de la cristiandad segn el
cuerpo, sino el alma por la fe. Es absurdo atribuir a la cristiandad una cabeza visible, con lo sera
imaginarse en el alma una cabeza corporal.
Lutero adopt un dualismo eclesiolgico que le llev a hablar de dos Iglesias: una, creacin
autntica de Dios y de su palabra, a la cual el hombre tiene acceso por la fe y la gracia de Cristo;
otra, compuesta por cuantos reconocen y se someten a su configuracin social y jerrquica.
La communio sanctorum no puede tener otra cabeza en la tierra que Cristo. Lutero atribuye al
papado un origen meramente humano y restringe su funcin a la Iglesia visible romana, de la que
afirma no puede ser la verdadera Iglesia.
La Iglesia es creatura verbi, es decir, obra del Evangelio predicado, permanece oculta, ya que su
virtud creadora y la fe del creyente no son perceptibles a los sentidos del cuerpo.
Argumentos de Lutero:
-

La distincin de una Iglesia interior y espiritual, de otra exterior y corporal no implica la

separacin real de dos Iglesias. Cuando ste habla de dos Iglesias y les da calificativos diversos,
no es su intencin separar una de la otra.
La Iglesia es una realidad de fe, fe, a su vez, que pertenece a las entidades que no se ven.
La Iglesia es una realidad espiritual y vinculada con el homo spiritualis.

5. Los dos reinos.

Lutero aporta nuevos datos en orden a precisar ulteriormente su concepto de Iglesia, y en
concreto el tema de la relacin de sta con el mundo, con la sociedad y con la autoridad estatal.
Su pensamiento teolgico es una reflexin vital que se opone a todo sistema de escuela.
Los dos reinos con los conceptos, tan corrientes en la eclesiologa medieval, de Estado y del
Corpus christianum.
Cada uno de los dos corprea est sometido a una cabeza: un reino est sujeto a Cristol, del otro
afirma frecuentemente Lutero que es el reino del mal, un corpus diaboli. Ambos reinos estn en
guerra entre s hasta la victoria escatolgica de Cristo, quien entregar entonces el reino al Padre.
Lutero sita la lucha entre Dios y el maligno en el reino de este mundo, ya que el reino espiritual
est penetrado por los dones de Cristo: gracia, libertad y paz.
El creyente tiene que realizar su vocacin cristiana en el reino espiritual (coram Deo) y en el reino
de este mundo (coram hominibus). En el reino espiritual, y bajo la accin soberana de Dios, el
cristianismo vive ante Dios su vida de fe en Espritu, al mismo tiempo est ste sujeto a las leyes y
a las intervenciones de autoridad temporal del reino de este mundo.

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Desarrolla Lutero su concepcin tico-poltica en el tema de las relaciones de la Iglesia y del
cristianismo con el Estado y con la sociedad.
Aquella sociedad libre y basada en la caridad que Dios quiso establecer entre los hombres y que ha
logrado una plida realizacin entre los cristianos autnticos, el pecado la ha transformado en un
orden social jurdico y coactivo.
Resumiendo la doctrina luterana sobre los dos reinos, se seala tres dimensiones:
-

La relacin entre Iglesia y Estado como sta se haba establecido en el Medioevo: la potestad
soberana de los obispos y el servicio de la espada temporal en defensa frente a la incredulidad
y la hereja.
La relacin entre lo espiritual y lo temporal, as como tambin entre el reino de Cristo y el
reino del mundo.
La accin del cristiano para s y para los otros.

En su doctrina sobre los dos reinos, Lutero depende, en fin de cuentas, de Agustn, que a
diferencia de Lutero, consider el problema de la civitas terrena y de la civitas Dei
prevalentemente en una dimensin. Para Agustn se trataba solamente de la relacin fundamental
de lo temporal y de lo espiritual o, segn su terminologa, de la realidad terrestre y celeste.
Segn Agustn, las dos ciudades viven compenetradas en este mundo, los ciudadanos de estas dos
civitates sern separados slo al final de los tiempos, son dos categoras de personas, dos clases
de hombres, de las que una est destinada por Dios a dominar, mientras la otra a perecer con el
maligno en el juicio final.
Lutero considera tambin los dos reinos en la perspectiva del eschaton, cuya llegada sealar el
momento en el que Dios separar definitivamente estas dos categoras de hombres. El cristiano es
ahora, por voluntad de Dios ciudadano de dos mundos.
En Agustn, la ciudad de Dios se encuentra aqu, en la tierra (bic in terra), en estado de
peregrinacin, usufructuando, pero no disfrutando. Lutero desplaza lo propio del bic en terra al
reino de este mundo, convirtindose ste en un reino espiritual, ya que en l domina Cristo.
El enemigo es, para Agustn, la clsica incorporacin de la civitas terrena, el Estado romanopagano; para Lutero, en cambio, la confusin medieval de las dos civitates y, en cierto modo, la
nica civitas Dei terrena existente en la realidad institucional y jurdica de la Iglesia con el Estado.
Resumiendo:
-

Lutero nos leg la nocin de los dos reinos en trminos muy imprecisos.
Lutero ha acentuado el principio dualista, uno espiritual y el otro temporal.
Al formular su nocin de los dos reinos, estuvo influenciado por la doctrina agustiniana de las
dos civitates.
Las dos nociones de reinos y de regimientos no pueden separarse en los escritos de Lutero.
Para Lutero, el cristianismo es ciudadano de dos mundos.

6. Sacerdocio de los fieles y ministerio eclesistico.

Sacerdocio de los fieles.- La primaca dada por Lutero al sacerdocio de los fieles es una implicacin
directa de su concepto de Iglesia como populus fidelis, convocado por el Espritu, en el cual radica
el ministerio eclesistico, instituido por Cristo.
Este pueblo nace en el bautismo, a travs de la regeneracin bautismal, la communio o
congregatio sanctorum queda constituida en un pueblo sacerdotal, incorporndose al cuerpo de
Cristo.
El sacerdocio de los fieles excluye cualquier significado individualista y slo tiene sentido en una
perspectiva comunicara. Es sacerdote nicamente en el seno del pueblo de Dios, en comunin
con Cristo Sacerdote.
En la concepcin eclesiolgica de Lutero, el ministerio eclesistico est fundamentalmente
radicado en este sacerdocio de los fieles y queda reducido a ser una mera funcin especfica de
ste en servicio de la edificacin y de la unidad de la communio sanctorum.
Todos son realmente sacerdotes, pero no todos son prrocos, ministros, presbteros, obispos (es
decir, en el sentido del Nuevo Testamento). Mientras Lutero da gran peso al dato bblico de la falta
del trmino sacerdote para designar a todos los investidos de una funcin ministerial, lo hace
precisamente para garantizar la unidad del cuerpo eclesial en el sacerdocio de todos los fieles.
Este sacerdocio universal habilita a los miembros del pueblo de Dios a aceptar y desempear
funciones ministeriales en orden a la edificacin de la comunidad. Cuando uno es llamado al
ministerio eclesistico, entonces acta l como sacerdote, cuyo sacerdocio lo ha recibido en el
bautismo.
Lutero formula un par de implicaciones concretas:
-

Cualquier fil cristiano, en virtud de su sacerdocio, est habilitado para suplir la falta del sujeto
del ministerio en la administracin del bautismo hecha necesaria.
Todo fil cristiano est igualmente capacitado para predicar el Evangelio en la ausencia de los
ministros, pudiendo equipararse su predicacin con la de los ministros en cuanto se trate de la
proclamacin del Evangelio de Cristo.
El ministerio ha sido instituido por Cristo, pero la comunidad es instrumento de la cabeza de la
Iglesia en orden a promover el ministerio eclesistico, que Cristo ha instituido, de sujetos que
lo ejerzan.
En virtud de este sacerdocio general, la comunidad tiene el derecho y el deber de intervenir
contra aquellos ministros que desempean el ministerio de la palabra y de los sacramentos
traicionando la voluntad de su fundador Cristo.
Lutero insiste, pues, en la unidad del pueblo sacerdotal y no en la multiplicidad de sus
miembros sacerdotes. Un sacerdocio espiritual. Mediante el sacerdocio de Cristo y de su
Espritu somos todos uno en Cristo.
El sacerdocio de los fieles tiene una funcin primaria mediar entre Dios y los hombres y
proclamar las gestas de Dios en la Historia salutis.

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-

Entre los creyentes y los sujetos del ministerio eclesistico se da solamente una diferencia, a
saber, el ministerio como un mandato, que los prrocos ejercen en servicio del pueblo de Dios.

Lutero a todos los cristianos, que, a travs de su sacerdocio, han sido constituidos ministros de la
palabra.
El Ministerio Eclesistico
La funcin sacramental el ministro es meramente instrumental a disposicin de Cristo, cabeza del
cuerpo eclesial. Lutero ha optado por seguir una trayectoria nueva divergente de la teologa
tradicional de los sacramentos. La eficacia salvfica sacramental llega al hombre, en cuanto es
Cristo mismo el que a travs del Espritu ejerce su influjo vital en los cristianos, incorporados por el
Bautismo en el cuerpo eclesial. Por tanto, segn Lutero, debe evitar el hablar de una funcin
mediadora del ministerio eclesistico. Dios ha llamado al sujeto del ministerio a travs del pueblo
sacerdotal y el ministro ejerce su funcin ministerial como su representante.
Igualmente, Lutero realiza una serie de ataques directos contra algunos de los siete
sacramentos. Niega que los sacramentos sean siete, y admite nicamente bautismo, penitencia y
el pan eucarstico. Prefiere hablar de un solo sacramento y tres signos sacramentales. Rompe
tambin la doctrina de la Eucarista, negando la transubstanciacin y el sacrifico de la misa.
Plantea la doctrina de impanacin (despus de la consagracin el pan sigue siendo pan y el vino
vino), este culto es un mero testamento y promesa de Cristo, de ningn modo es una renovacin
sacramental del sacrificio de Cristo. Esto se torna como una fuerza subversiva.
El orden ministerial es una invencin de la Iglesia del Papa y ni siquiera es mencionado en el Nuevo
Testamento; quien haya recibido el orden no tiene algo que no tenga cualquier laico. Igualmente
hace alusin al matrimonio, ya que la intromisin de la Iglesia de determinar los varios
impedimentos matrimoniales, ya denota exclusin del mismo.
Se plantea de esta forma, la Teologa de la justificacin por la sola fe.
El sacerdocio universal lo poseen todos los fieles, creyentes bautizados, que participan del
sacerdocio nico de Cristo. Como Sacerdote, intercede Cristo por nosotros ante el Padre. Todos los
bautizados forman un pueblo sacerdotal y estn capacitados para ofrecerse a s mismos en
sacrificio espiritual, y sus splicas tienen acceso a Dios, compartiendo todos la potestad de palabra
y de sacramento.
Hace referencia a la nocin paulina de Cuerpo de Cristo, para atribuir a todos los bautizados, las
mismas condiciones ministeriales, la igualdad fundamental de todos los miembros del cuerpo
eclesial. Aunque es claro en afirmar que no por esto, todo fiel cristiano est capacitado para
ejercitar el ministerio.
Cristo confiri este ministerio, a travs de los apstoles, es decir a la comunidad eclesial, por tanto
toda funcin ministerial radica en la totalidad de los miembros de este pueblo proftico y
sacerdotal. Por tanto el ministro investido debe ejercerla en nombre y para el bien de la
comunidad entera. Por tal razn, Lutero no ignor el elemento de la ordenacin, pues afirma que
sta es un encargo de servicio a la palabra y al sacramento, el ordenante acta en nombre de la
comunidad eclesial y como instrumentos en manos de Dios. La ordenacin es necesidad salvfica

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para la Iglesia en cuanto comunidad y puede ser conferida por la comunidad sola sin la
cooperacin de un sujeto del ministerio. El sacerdocio bautismal es el presupuesto para que se
pueda conferir el encargo de ejercer en servicio de la comunidad la potestad ministerial comn a
todos. Ningn individuo puede atribuirse as mismo esta potestad.
7. Papado y concilio.
El Papado
La doctrina luterana sobre el Papado es una implicacin concreta del concepto que el Reformador
nos ha legado del ministerio eclesistico. Se debe poner en duda que Roma es el centro de la
cristiandad. Es mucho ms importante que la Iglesia torne a la verdadera teologa, a la Sagrada
Escritura, a la Cruz de Cristo y a la Doctrina de la Justificacin. El Papa guiado por el Espritu Santo
no poda equivocarse, es por es la crtica que Lutero plantea, pues en su poca, eran muchos los
escndalos que surgan de los prelados y el pontfice. Lutero se muestra propenso a censurar cada
da con mayor dureza el lujo y la avaricia del papado y la curia romana. El Papa se puede equiparar
con cualquier obispo o sacerdote.
Igualmente plantea cmo el concilio y el Papa pueden equivocarse en decisiones de poltica
eclesistica, es por eso que deben someterse a la Palabra de Dios en la Escritura. No es lcito
resistir temerariamente al Papa en su derecho primacial, pues este no se funda en la promesa de
Cristo dada a Pedro (Mt 16,18), ya que esta no se diriga solo a Pedro, sino a toda la Iglesia.
Von dem Papsttum, en un escrito manifiesta que Lutero son argumentos nuevos y en un estilo
virulento y sarcstico, se propuso demoler radicalmente la idea del papado, al mismo tiempo que
establece su nuevo concepto de la ecclesi invisibilis y spiritualis, sin jerarqua, sacerdocio y otras
estructuras institucionales. Lutero manifiesta que la Iglesia se distingue de las dems sociedades
de este mundo porque ella es incorprea, es decir que no tiene ms que una cabeza espiritual, aun
sobre la tierra, que es Cristo, no necesitando otra cabeza corporal, es decir el Papa. La Jerarqua
oprime a la cristiandad con gravosas leyes humanas, con impuestos y pago de beneficios, en vez
de conducirla a la verdad y a la paz de una vida cristiana conforme a lo establecido en el Evangelio
de Cristo.
En 1520 escribe Lutero Captivitate babylonica Ecclesiae (Cautiverio babilnico de la Iglesia) donde
trata de destruir las tres murallas con las que Roma se defenda: la distincin entre eclesisticos y
laicos, la atribucin de que solo el Papa puede interpretar la Sagrada Escritura, y la implicacin en
la cual el Papa solo puede ser corregido por la comunidad jerrquica reunida en Concilio. Por estas
razones, Lutero llega a plantear en cierta forma, no se sabe si directamente, que el Papa es un
anticristo, sellando as su actividad negativa frente al papado y Roma.
Tanto la persona de Lutero como su doctrina, estn caracterizadas por una serie de
contradicciones y aspectos paradjicos que pueden fcilmente inducir a sacar de ellos
conclusiones falsas.
El Concilio
Lutero atribuye al Concilio grande autoridad doctrinal en cuanto a tribunal supremo de la fe,
siendo as superior al Papa, aunque admite que en decisiones prcticas, tanto el Concilio como el

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Papa pueden equivocarse. Sin embargo, Lutero haba tenido palabras de aprecio y de fidelidad al
Papa, slo que no estaba dispuesto a pasar por alto la tesis 58, que negaba al Papa el poder
disponer del tesoro espiritual de la Iglesia, constitudo por los mritos de Cristo y de los santos, y la
tesis 7, en la que se afirmaba que el hombre no se justifica por el sacramento y las palabras del
sacerdote, sino por la fe en la palabra de Cristo. Frente a estas cuestiones Lutero deca que no
quiero retractarme mientras no probis mi error con palabras de la Escritura. Lutero haba
reiteradamente afirmado que someta su doctrina de las 95 Tesis al juicio de la Iglesia, sin
embargo, l mismo sabiendo que sus tesis no iban a ser aprobadas, apel por dos ocasiones al
concilio, mostrando su rechazo frente al mismo, prevalece sin embargo su convencimiento de que
el concilio general reunido por Espritu Santo est por encima del Papa.
El 10 de Julio de 1520 Lutero declara definitivamente su ruptura con Roma, manifestando que yo
soy mucho ms libre, pues tengo por fin la certeza de que el Papa es el anticristo y se ha
descubierto claramente la sede de Satans. Lutero se identifica con Cristo, mientras que
anticristos son el Papa y sus consejeros, ni el Papa est por encima de los Obispos, ni los Obispos
de por encima de los Sacerdotes, slo la Palabra de Dios es infalible, se puede creer ms a un
hombre que tiene su apoyo en la Escritura, que al Papa o al Concilio sin la Escritura.
A. Ebtener resume el pensamiento de Lutero en tres asertos:
Los concilios se han equivocado. Al Concilio incumbe el cargo de probar que no se han
equivocado, ni pueden equivocarse.
El dictamen sobre la verdad es competencia de los telogos, que tienen para ello la Escritura
por fundamento. La Iglesia o el Papa no establecen los artculos de Fe, ni normas morales y
obras buenas, pues todo ello esta transmitido en la Escritura. El concilio slo debe ordenar
ritos litrgicos.
El fiel cristiano es libre frente a cualquier autoridad humana, tanto civil como eclesistica.
Las palabras de J. Lortz deben tenerse en cuenta al juzgarse a Lutero: l quiere ciertamente ser
telogo, y segn esto hablar con la claridad y precisin debidas. Pero l es, ante todo, predicador,
profeta y hombre religioso. Este ideal religioso y no la doctrina que lo describe, es para Lutero
totalmente prioritario. La formulacin teolgica es para l un aspecto secundario y capaz siempre
de ser reformada.

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ECLESIOLOGA.

Por:
Cristhian Alexander Betancur Bermudez
Diego Ivn Ceballos Marin
Juan Jos Mendoza Silva

Presentado a: Pbro. Jhon Jairo Striem Valencia

EL CONCEPTO DE IGLESIA EN MARTN LUTERO

SEMINARIO CONCILIAR
INMACULADA CONCEPCIN DE MARA SANTSIMA
Pereira - Risaralda
Ciclo Teologa
2016