Didáctica de La Sexualidad

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CAPTULO 1

LA CULTURA ACTUAL
ACERCA DE LA SEXUALIDAD
1. AVATARES Y VICISITUDES DE LA SEXUALIDAD
Qu ocurre con la sexualidad y 9! amor?
Represin. Liberacin. Desmadre
La necesidad de im encauzamiento en a personalidad.
Desafos para la escuela y a familia.
La sexualidad ha pasado por las situaciones ms contradictorias.
Coexistimos con un impresionante debate ideolgico frente a este tema.
Han surgido los llamados modelos hegemnicos () culturas hegemm'cas
que, si bien no implica que sean adeptados por una sociedad o una poca, se constituyen, como sus nombres lo indican, en el referente cultural.
Expondremos sintticamente esta visin panormica de la sexualidad.
La represin victoriana (siglo XIX) fue tal vez el intento ms profundo de negar la sexualidad y recluirla en los mbitos ms privados,
con un excluyente fm reproductivo en un contexto de rigorismo sexual.
En los aos 60-70 irrumpe la llamada liberacin sexua!
(L. S.
Esta cultura es una reaccin al modelo victoriano, modelo de moral represiva, centrada ms en las formas que en el espritu. La. L.S. intentar
expresar lo oculto, lo temido frente a la concepcin anterior. Terminar
dando una primaca absoluta a lo genital y al orgasmo. Es una cultura nalstiea y tirnica (la tirana del orgasmo). Frente a la represin del sexo, surge la represin por el sexo. Aparece una vasta-bibliografia sobre
los mitos y tabes de la represin; es necesario iniciarse en el autoconocimiento y en las tcnicas del placer. La masturbacin se constituir en
un signo de pertenenecia a esta cultura y a la necesaria introduccin al
placer y al coito orgsrnico. Es lo que algunos llamaron una sexualidad
sin bridas (M. Delgado). En este contexto no se pueden entender otras
opciones ni otras realidades (abstencin).
En la dcada del 80 surge antfennieno que marcar arego la sexualidad contempornea: el Sndrome de Irrmuno Dejieencia Adquirida:
SIDA. Ideolgicamente se expresarn las opiniones ms contradictorias,
los razonamientos ms antagnicos. En la prctica, el SIDA incluir el temor, activar actitudes prejuiciosas y de discriminacin, etc. Las campaas de prevencin (de reduccin de riesgos) se focalizarn, inicialmente,
en el preservativo, descuidando las dimensiones humanas del tema.
En las dcadas del 80-90 nos encontramos con lo que se ha dado
en llamar a sexualidad a la deriva , como dice M. Delgado (La sexualidad en la sociedad contempornea. Lecturas antropolgicas). La
cultura imperante en los paises centrales es la postmodernidad. Frente a
la liberacin sexual, una nueva reaccin no se hace e5perar y, en sta, no
es ajeno el tema del SIDA.
La sexualidad a [a deriva se caracteriza por las notas (y contradicciones) que s
e presentan a continuacin.
1.1. La vida se sexualiza pero la sexualidad no est en su lugar adecuado
Se habla permanentemente del sexo y, sin embargo, se seala que
la disfuncin por excelencia es el desgano sexual. La sexualidad se ha
disuelto en un vago y difuso deseo.
La cultura posmoderna construye sus modelos de sexualidad a partir de una
fuerte contradistincin con respecto al desorden instintual que se atribuye a
la contracultura de los aos sesenta y setenta. Frente a lo que es denido come un desptico dominio del modelo orgasmtico y genital de placer, se opo-

ne el nfasis en el de deseo, una nocin fenomenolgica, difusa y sin contornos ni centro, una libido generalizada, cuya carencia de objeto hace inconcebible cualquier nocin de plenitud o satisfaccin. (b.)
La sexualidad no slo se disuelve en la vaguedad de un deseo infinito e infinitamente insaciable. Todo se erotiza. As mismo, la critica
posmoderna insiste enla descalificacin de lo que concibe como formas
perversas de la sexualidad: la sexologa, la psicologa y sociologa de la
sexualidad, la educacin sexual en la escuela, las estadsticas relativas al
comportamiento sexual, etc.
Los cnones sexuales contemporneos tienden abiertamente a remitir sus referentes a la mujer, que ha pasado de obj eto a modelo de placer. Esto ha afectado, a su vez, a las lgicas de la virilidad y del cortejo
masculino, y quedan depreciadas las actitudes viriles en sexualidad a favor de los valores de la ternura, cierto afectuosismo, & una valoracin
cada vez ms exhibicionista de los cuerpos, sometidos ahora a la mirada y las negociaciones seductoras, y la conversin de la sexualidad en
un dominio mucho ms del deseo que del placer (b.).
1.2. Negacin de la sexualidad. Los nuevos ascetismos
Desde diferentes argumentos ascticos y de disciplinamiento del
cuerpo, la sexualidad est siendo crecientemente sometida a contraindicaciones. En algunos casos son de ndole religiosa, como en los Estados
Unidos, donde la sexofobia puritana censura toda expresin sexual y
afectiva. En otros se trata ms bien de autorrestricciones originadas en
la conviccin de que ciertos dinteles de eficacia, en campos como el
profesional o el deportivo, son incompatibles con la distraccin energtica o psicolgica provocada por la sexualidad, lo que hace adecuado someterlo a regmenes de austeridad o de anulacin, si es posible. Pero la
ms grave de las restricciones procede del miedo a la contaminacin.
Enfermedades venreas como el herpes o el sida estn siendo usadas para pensar los peligros de la sexualidad no controlada y se constelan simblicamente como una va de retorno del tab y castigo -naturales, en
este caso- de los comportamientos erticos desordenados (b., 60-80).
Por caminos diferentes hay un resurgimiento del dualismo maniqueo de la antiguedad. Los nuevos ascetisrnos son inspirados en el temor o son fruto de adicciones y descontroles propios de una poca que
no se deja tiempo para pensarse como ser humano, como persona libre.
1.3. Sobreseimientos. En los dominios de la seduccin
En lugar de sacarla del centro en que la haba colocado, la cultura
contempornea parece interesada en promocionar formas de relacin en
las que la sexualidad aparezca soslayada, prescindible o secundaria y
utilizada para cualquier cosa. Se trata de modalidades de comunicacin
que privilegian bien las artimaas seductoras y galantes, bien la recatada retrica sentimental del romanticismo amoroso.
La cultura contempornea privilegia los juegos de fascinacin, por
eso la sexualidad es sistemticamente objeto de manipulaciones destinadas al control y basadas en la demora, la persuasin, el ritualismo, etc. En
cuanto a la irrupcin de las emociones en las dinmicas de interrelacin,
su mxima expresin se encuentra en el extraordinario auge que toma ltimamente el amor y el enamoramiento, un tipo de sensibilidad de cuya
vertebralidad el sexo ha sido expulsado a favor de una vaga nocin esttica de castidad o, al menos, de la Consideracin perifrica, prescindible
y moderada de la carnalidad.

Sobre este tema se podra trabajar in extenso:


-Es la cultura

scoptolica , del mirar y ser mirado.

-Es la personalidad histrica que invade no slo a la mujer contempornea; tambin el varn ha entrado en la variante de provocar el deseo y quedarse en esta etapa.
-Son las tcnicas que desarrollan ei enamoramiento y sus emociones concomitantes evitando las actitudes de compromiso (Clarin,
13/ 10/98).
En la cultura del mirar y ser mirado, cultura de la imagen, la sexualidad no ha quedado al margen: se ha hecho imagen en movimiento para ser vista y admirada. En la cultura light de la debilidad y falta de
compromiso, pero cargada de ambicin y de poder, la sexualidad se ha
hecho seduccin e histrionismo, un reducto donde quedar en mi mismo,
ejercer tcnicas de dominio evitando cualquier situacin comprometedora. Si esto fuera as, se explicaran ciertas lgicas consecuencias :
dificultad de asumir a otra persona, dificultad en construir y mantener
una pareja estable, dificultad de admitir el matrimonio como institucin
social y_juridica, dicultad de convocar a la existencia entre dos y mediatizados por el cuerpo .
Recapitulemos lo que venimos eXponiendo en este apartado:
Los movimientos cientficos de la psicologia, las investigaciones
sexolgicas y las llamadas culturas hegemnicas son muy intensas
y variadas, pero tambin muy incipientes.
Fruto de. esas investigaciones y movimientos, surgen las Conferencias Intemacionales de Sexologia: la lEl organizada por Magnus
Hirschield (1921); la 23 por Albert Mall (1926) -interrumpidas por
el nazismo y las guerras-; la 321 en Berlin (1990) precedida por Coleman (Psiclogo, Terapeuta sexual, Profesor del Programa de Sexualidad Humana de la Facultad de Medicina de a Universidad de
Minnesota). En esta Conferencia se seala que la sexualidad humana y los comportamientos sexuales se han desprendido de los determinismos biologistas que encorsetaban y limitaban su comprensin. Lo que no se indic es que la sexualidad cay en la deriva.
Aqui aparecen los importantes aportes de la OMS. En Latino Amrica, la organizacin r'ectora es FLASES (Federacin Latinoamericana de Sexologia y Educacin Sexual) que est aportando orientaciones. En nuestro pais es necesario analizar la Ley de Salud Sexual y
Reproductiva y las sucesivas propuestas de educacin sexual.
Al paradigma reproductivo y represivo sucedi el genitalista-orgsmico . Este se revel htero, homo y bisexual; frente a ellos surge una sexualidad sin sexo y-sin compromiso. Qu est ocurriendo con nuestros niveles de pensamiento y de conceptualizacin?
Por qu tantas confusiones? Por qu tanto desorden"?
Estas y otras situaciones y contradicciones son las que nos han impulsado y motivado a realizar un breve excursus histrico, y a proponer una mirada ms comprehensiva y ms humana de la sexualidad. Un poco de luz y de profundidad a una dimensin existencial
tan cara y tan decisiva para el ser humano.

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