La Literatura Como Objeto Social
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Segn Octavio Paz, la crtica es lo que constituye eso que llamamos una literatura y que
no es tanto la suma de las obras como el sistema de sus relaciones: Un campo de afinidades y
oposiciones (40)1. Hablar entonces de la literatura como objeto social es hablar de una aproximacin crtica a la literatura, una aproximacin crtica que, con distintas modalidades, ha prevalecido en las ltimas tres dcadas. Nadie duda hoy que lo literario es un valor que una sociedad
otorga a una obra y que depende slo en parte de las caractersticas textuales de dicha obra. El
Diario de Coln abre casi todas las historias de la literatura hispanoamericana, si bien no fue
concebido como obra de arte, ni posee rasgos estticos relevantes. El tomo III de la Critical
History of English Literature de David Daiches incluye un captulo dedicado a la Prosa filosfica, histrica y crtica. Todas las historias de las literaturas proporcionan ejemplos como stos,
es decir incluyen obras que no fueron producidas ni ledas en sus orgenes como piezas literarias. Por otra parte, en la actualidad, el canon se est ampliando de manera increble y escritores
y textos que hasta hace poco tiempo eran considerados como paraliterarios encuentran hoy un
lugar en los programas de literatura.
Coincidiendo con esta ampliacin del canon, desde finales de la dcada de 1960, los es-
* Cristina Elgue-Martini es la Decana de la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional del Comahue (UNC). Ph. D. por la
Universidad Laval. (Canad). Especialista en Lingstica (Escuela Superior de Lenguas.UNC.), Licenciada en Lengua y Literatura
Inglesa (Escuela Superior de Lenguas. UNC.), Licenciada en Letras Modernas (Facultad de Filosofa y Humanidades. UNC). Es
autora de numerosos artculos de investigacin y directora de investigaciones en el nivel de grado y posgrado en la UNC.
tudios crticos se han alejado de los modelos formalistas en un movimiento que privilegia el
estudio de la obra en su contexto social, y, al mismo tiempo, la presencia de lo social en la obra.
El cuadro que incluyo a continuacin resume los cambios que ha experimentado la crtica en las ltimas dcadas, cambios que establezco no desde una aproximacin terica, sino
desde mi propia experiencia acadmico-crtica.
Crtica Moderna
Crtica Contempornea/Posmoderna2
-nfasis en formalizaciones
lgicas abstractas.
(Saussure, Chomsky)
-Concepto de texto
como entidad autosuficiente,
con existencia autnoma, fuera
de las prcticas sociales
del lenguaje.
Voy a referirme a esta aproximacin crtica a la literatura que propone como su objeto de
estudio al texto histrico en su contexto de produccin y recepcin, como aproximacin
sociocrtica, coincidiendo con Jacques Pelletier en que la sociocrtica es:
... Un tipo de discurso social que privilegia la dimensin, el contenido social de los
textos, su peso histrico, su significacin cultural, ideolgica, poltica [...] Esto implica un trabajo en dos direcciones, diferentes pero complementarias: de la sociedad, como condicin de produccin, a la obra, y de sta, en tanto universo segundo,
paralelo, a la sociedad. El anlisis, como proceso dialctico, toma en consideracin
estas dos variables en su interaccin (Jacques Pelletier, Littrature et societ, 10)3.
Es sta sin duda una aproximacin demasiado vaga que es necesario precisar. Conviene
destacar, en primer lugar, que la sociocrtica propugna que la actividad discursiva se sita en la
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sociedad y en la historia, y que a travs de las producciones simblicas resultado de esta actividad una sociedad se representa a s misma y se forma una identidad. La sociocrtica se manifiesta entonces decididamente por el tratamiento de la obra concreta en su dimensin diacrnica en
detrimento de las formalizaciones lgicas abstractas y sostiene que los textos no son unidades
autosuficientes sino que establecen una relacin de permeabilidad con las formas discursivas
que circulan a su alrededor.
En segundo lugar, es necesario profundizar el concepto de lo social, porque, como
explica Pierre Popovic, otro crtico canadiense, lo social no es un dato natural o emprico con
el que sera posible relacionar sin mediaciones lo literario, la sociocrtica actual sostiene, al
contrario, que lo social (el contexto) slo se presenta al conocimiento bajo formas ya instituidas y constituidas, bajo la forma de textualizaciones especficas (lements pour une lecture
sociocritique, 84). Son stos los discursos sociales con los que el sociocrtico pondr en relacin el texto literario.
La sociocrtica se expresa hoy a travs de diversas tendencias4. Sin embargo, como lo
seala Popovic, todos los estudios tienen en comn, primero, que conciben el texto y su contexto en un continuum discursivo y, segundo, que estn siempre basados en un estudio interno, una
lectura in vivo del texto (que podr aplicar mtodos tomados prestados de la narratologa, la
semitica, la retrica, etc.) (lements pour une lecture sociocritique, 84). En este sentido,
seala el autor, puede tambin utilizar procedimientos de objetivacin (carrera y origen de los
escritores, lugar y modos de edicin, etc.) de la sociologa externa5, pero teniendo siempre como
objeto principal de estudio el texto literario mismo.
Intentar resumir ahora las principales tendencias de este enfoque sociocrtico, siempre
desde mi prctica acadmica y crtica.
Principales tendencias de la sociocrtica
A) El dialogismo y el plurilingismo de Mijal Bajtn
Ms all de la importancia de textos fundadores como los de Georg Lukcs (La teora de
la novela), Lucien Goldmann (Para una sociologa de la novela), Jean Paul Sartre (Qu es la
literatura?) y Erich Auerbach (Mimesis), el movimiento contemporneo hacia un enfoque que
privilegia la dimensin social de los textos y su peso histrico se inicia cuando los telqueliens
(Barthes, Kristeva) descubren a Bajtn en la dcada del sesenta.
Si bien Bajtn comenz a publicar en 1919, debido en parte a las dificultades de publicacin en la URSS, pero tambin a la tarda aceptacin de los aportes de los formalistas rusos en el
pensamiento occidental, fue necesario esperar casi cuarenta aos para que la lingstica y la
teora literaria de Occidente compartieran la preocupacin de Bajtn por aprehender la literariedad
teniendo en cuenta el contexto de enunciacin, o, como lo explica Todorov en su libro sobre
Bajtn de 1981, a captar el lenguaje no solamente en las formas producidas sino en las fuerzas
productoras (36). Dos conceptos fundamentales de Bajtn me interesan sobre todo en esta presentacin. Primero, su teora dialgica del lenguaje y, segundo, los dos polos de lo literario: el
monolgico y el dialgico.
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Con respecto a su teora del lenguaje, Bajtn no la formula con prescindencia de los
estudios lingsticos del momento; por el contrario, en mi opinin, la construye en un intento de
superar las limitaciones de la dicotoma saussureana langue-parole. Dice al respecto:
La filosofa del lenguaje, la lingstica y la estilstica, postulan una relacin simple y espontnea del locutor con su propio lenguaje, solo y nico, y una realizacin
de ese lenguaje en la enunciacin monolgica de un individuo. No conocen, en realidad, ms que dos polos de la vida del lenguaje, entre los cuales se clasifican todos
los fenmenos lingsticos y estilsticos que les son accesibles: el sistema del lenguaje nico y el individuo que utiliza ese lenguaje. (Esthtique, 94).
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El lenguaje no es, entonces, un sistema abstracto de formas normativas, sino una opinin
multilinge acerca del mundo y, en el lenguaje literario, la diversidad intencional de los discursos se transforma en diversidad de lenguajes. No se trata de un lenguaje sino de un dilogo de
lenguajes. El prosista6 no purifica sus discursos de las intenciones y tonalidades del otro, no
mata en ellos los embriones del plurilingismo social, sino que dispone todos estos discursos,
todas estas formas, a diferentes distancias del eje semntico ltimo de su obra, del centro de sus
intenciones personales. Los conceptos de dialogismo y polifona deben ser entendidos, entonces, a partir de esta perspectiva.
Estudiada y reformulada por Todorov en importantes tericos contemporneos, la teora
bajtiniana pareciera ser una fuente inagotable de conceptos crticos a partir de los cuales se
siguen proponiendo modelos de aproximacin a la obra literaria.
B) Las teoras intertextuales
Con Bajtn surge la reflexin sistemtica sobre la intertextualidad en el campo de la
crtica contempornea7, y aunque desde la perspectiva de Genette y Rifaterre, la teora intertextual es formal, Linda Hutcheon -en su estudio de la parodia- pone de manifiesto la dimensin
pragmtica de la intertextualidad, haciendola ingresar de esta manera en el campo de los estudios sociocrticos. Como dice Hutcheon,Cuando hablamos de parodia, no queremos significar
simplemente dos textos que se interrelacionan de alguna manera. Est implcita tambin la intencin de parodiar otro trabajo (o conjunto de convenciones) y al mismo tiempo un reconocimiento de esa intencin y una habilidad para encontrar e interpretar el texto de fondo en su
relacin a la parodia (A Theory of Parody, 22).
C) El discurso social de Marc Angenot
En el campo de las letras francesas, los anlisis sobre el discurso social de Marc Angenot
han tenido una amplia difusin en el mundo acadmico. Profesor de la Universidad McGill y
miembro de la Academia Canadiense, Angenot fue invitado por el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Crdoba, varios de sus artculos fundamentales han sido
traducidos al castellano y su metodologa est siendo aplicada en proyectos de investigacin y
tesis doctorales. Intentar sintetizar los conceptos tericos que utliliz Angenot para analizar el
discurso social en Francia en 1889 y cuyos resultados fueron publicados en un libro fundamental
que lleva por ttulo precisamente 1889.Un tat de discours social. Para Angenot el discurso
social es todo lo que se dice y escribe en un estado de sociedad; todo lo que se imprime, todo lo
que se habla pblicamente o se representa hoy en los medios electrnicos, todo lo que se narra y
argumenta (Pour une thorie, 369). Los textos literarios integran entonces el discurso social.
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Pero el discurso social es tambin, adems de este cuadro de productos, el sistema regulador
global de las reglas de produccin y de circulacin. En su caracterizacin del discurso social,
Angenot se apoya en el concepto de heteroglosia de Bajtn. Segn el crtico canadiense, sin
embargo, la heteroglosia que caracteriza la interaccin generalizada entre los discursos no configura un espacio indeterminado como lo concibe Bajtn -quien al decir de Angenot se interesa
en la fluidez misma, en la representacin de lo social como un campo en el que las conciencias
estn en interaccin constante-, sino un objeto compuesto, formado por una serie de subconjuntos
interactivos, de elementos migrantes, donde operan tendencias hegemnicas y leyes tcitas
(370)8. Angenot define en este contexto los conceptos de intertextualidad y de interdiscursividad.
Por intertextualidad entiende la circulacin y transformacin de ideologemas y por
interdiscursividad la interaccin e influencia de las axiomticas de los discursos (371).
Considera asimismo un concepto afn al de intertextualidad: lo que los clsicos llamaban
allgorse, y que Angenot define en trminos de la superposicin vaga de otros textos que
ocupan el mismo espacio, que tiene lugar cuando leemos un texto. Angenot designa el fenmeno
como interlegibilidad. Desde mi punto de vista, la interlegibilidad no es otra cosa que la
intertextualidad considerada desde el polo de la recepcin. Angenot destaca aqu, sin embargo,
un concepto original no desarrollado por los tericos de la intertextualidad y que considero
importante. Dice Angenot que la interlegibilidad asegura una entropa hermenutica que hace
que leamos los textos de un tiempo (y los de la memoria cultural) con cierta estrechez mental
monosmica (371).
Para Angenot, como para Bajtn, todo es ideologa (372); todo discurso es ideolgico
y en toda sociedad, la masa de los discursos -divergentes y antagonistas- engendra entonces un
decible global ms all del cual no es posible por anacronismo percibir lo noch-nicht Gesagtes,
lo todava no dicho (372). Pero expres hace un momento que para Angenot, el discurso social
es un objeto compuesto donde operan tendencias hegemnicas. En efecto, la hegemona no es
slo lo que se expresa ms alto y ms fuerte, lo que en el vasto rumor de los discursos sociales,
se oye en ms lugares. No es este dominio cuantitativo, sino fundamentalmente un conjunto de
mecanismos que aseguran a la vez la divisin del trabajo discursivo y un grado de
homogeneizacin de las retricas, de tpicos y de las doxa transdiscursivos (374); formalmente, la hegemona es un canon de reglas y de imposiciones legitimantes y, socialmente, un instrumento de control, una vasta sinerga de poderes, de restricciones, de medios de exclusin, ligados a pautas arbitrarias formales y temticas (374).
Angenot define tambin las componentes del hecho hegemnico o diferentes puntos de
vista desde los cuales este hecho puede ser abordado. Un primer elemento es la lengua legtima
que no est tomada como cdigo, sino, segn la visin de Bajtn, como lengua nacional. Otros
conceptos fundamentales son el tpico, la doxa y la gnoseologa. El tpico es el conjunto de los
lugares (topoi) o presupuestos irreductibles de lo verosmil social, todos los presupuestoscolectivos de los discursos argumentativos y narrativos (377). Forma parte del tpico la doxa,
o pre-construcciones argumentativas casi universales que forman el repertorio de lo probable
(377). Como lo explica Angenot, si todo acto de conocimiento es tambin acto de discurso, es
necesario avanzar ms all de un repertorio tpico para abordar la gnoseologa o conjunto de
reglas fundamentales que hacen a la funcin cognitiva de los discursos, que modelan los discur14
sos como funciones cognitivas (377). La gnoseologa corresponde a las maneras en las que el
mundo puede ser esquematizado utilizando la lengua como soporte y que constituyen la
precondicin de los juicios. Angenot destaca que esta gnoseologa, que es un hecho de discurso
indisociable del tpico, corresponde a lo que se ha denominado a veces estructuras mentales
de una determinada poca, o pensamientos en expresiones tales como pensamiento salvaje,
pensamiento animista, pensamiento mtico-analgico... (377).
Por otra parte, la configuracin de los discursos sociales est marcada tambin por la
presencia de los fetiches y de los tabes. La Patria, el Ejrcito, la Ciencia estn, segn Angenot,
del lado de los fetiches; el sexo, la locura, la perversin estn del lado de los tabes. Como lo
indica con acierto el autor, es importante su tratamiento puesto que los mismos no slo estn
representados en el discurso social sino que son producidos por ste (378). Otro componente
del hecho hegemnico es el egocentrismo/etnocentrismo. Escribe Angenot al respecto: La hegemona puede ser abordada tambin como una norma pragmtica que define en su centro a un
enunciador legtimo que se arroga el derecho de hablar a propsito de otros, as determinados
con respecto a l [...] en plena complicidad con el juego de las temticas dominantes (378). En
los gneros cannicos del discurso social, el enunciador legtimo se dirige tambin a un lector
implcito legtimo, y, como dice Angenot, no hay mejor medio de legitimarlo que darle el
derecho de mirar a quienes no tienen derecho de palabra pero a propsito de quienes el
enunciador habla: los locos, los criminales, los nios, las mujeres, las plebes campesinas y obreras, los salvajes y primitivos (378). Desde el punto de vista de esta pragmtica se puede notar
cmo la hegemona ofrece a la vez un discurso universal, de omni re scibili, y una alocucin
distintiva, identitaria, selectiva, que produce los medios de la discriminacin, de la legitimidad
y de la ilegitimidad (378).
Otro aspecto para destacar con respecto a la hegemona es que de la multitud de discursos autorizados surge una visin de mundo que se manifiesta en todos los discursos, tanto en el
discurso periodstico como en el de las artes, la filosofa o el saber. Angenot se refiere asimismo
en su artculo al pathos dominante en los discursos de una poca y opina que el gran efecto
pattico del discurso francs de fines del siglo XIX es la angustia.
En la segunda parte del artculo, Angenot trata las funciones del discurso social. En
efecto, escribe el crtico: El discurso social tiene el monopolio de la representacin de la
realidad (Fossaert, 1983, 336), esta representacin de la realidad que contribuye en gran parte a
hacer la realidad...y la historia (381), y agrega enseguida: El discurso social es tambin el
lugar donde se conserva la memoria, es en gran parte esa memoria misma que denominamos
cultura. Memoria - hay que desconfiar de toda analoga con el psiquismo humano: los discursos conmemoran (lo mismo que las imgenes, los documentos), pero esa memoria selectiva e
inerte es slo el equivalente de un inmenso y fatal olvido (382). De estas palabras se puede
inferir que la funcin del discurso social es tambin bloquear lo indecible.
Se ha destacado hasta aqu la funcin ntica de los discursos sociales, es decir su poder
de representar y de identificar. Pero los mismos tienen tambin una funcin axiolgica, la de
valorizar y legitimar, de all surge su poder y el control que ejercen los discursos del saber y de
la autoridad. Finalmente, puesto que generan las grandes ideologas, los discursos sociales
tienen asimismo una funcin pragmtica, la de sugerir, hacer actuar. En efecto, segn Angenot,
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las ideologas no proporcionan solamente representaciones, sino tambin indicaciones de prcticas y comportamientos.
Marc Angenot subraya finalmente el concepto sobre el que he estructurado esta presentacin: la importancia del contexto socio-cultural de produccin y de recepcin: No se puede
disociar lo que se dice, de la manera en que se lo dice, el lugar donde se lo dice, los diversos
fines a los que sirve, los pblicos a los que se dirige (387).
D) Las teoras feministas, los Estudios Culturales, los Estudios Postcoloniales y el Nuevo
Historicismo
En el campo de las letras inglesas, la reflexin sistemtica a propsito del texto literario
en su dimensin social tom fuerza en la dcada de 1960, con los Estudios Culturales, en Gran
Bretaa, y el desarrollo de las teoras feministas en los EEUU.
Kate Millet, en su libro Sexual Politics de 1969, sostiene que para que la literatura sea
comprendida correctamente se debe estudiar su contexto socio-cultural. Esta aproximacin a la
literatura, que signific un corte con la tradicin del New Criticism, prevaleci en el campo de
los estudios de la mujer, revistiendo la experiencia femenina de especial autoridad. La importancia otorgada a la experiencia revelaba la atmsfera intelectual de la poca. En efecto, el feminismo estadounidense no se desarroll en forma aislada. Surgido hacia fines de 1960 y principios
de 1970, el discurso feminista recibi la influencia de la historia social, la ciencia social emprica, el movimiento progresista en educacin, el Movimiento de los Derechos Civiles y los American
Studies y Black Studies. Este contexto lo relaciona con una tradicin liberal positivista y con
una tradicin poltica progresista y fue responsable tambin de la incidencia de las prcticas que
prevalecan entonces en el mbito de las ciencias sociales. Es as que el anlisis del contenido, el
aspecto referencial del lenguaje, lo mismo que la documentacin biogrfica e histrica tuvieron
especial importancia. La experiencia vivida del autor y del lector ocuparon el centro de las
preocupaciones de las primeras crticas feministas. Influenciada ms tarde por el
posestructuralismo y la deconstruccin, la crtica feminista volvi a otorgar a la palabra escrita,
al significante, a la forma, el foco de atencin, pero sin por ello prescindir del contexto histrico
y de las otras formas del discurso social.
Mientras esto ocurra en la Academia estadounidense, los estudios culturales introducan
un nuevo concepto de cultura en Gran Bretaa. El tradicional concepto derivado de Mathew Arnold
que conceba a la cultura como un mbito de valores civilizadores preservados y transmitidos por
una lite intelectual era reemplazado por uno nuevo que entenda a la cultura como la forma de
vida de una sociedad. La cultura no era ya el producto de una lite social sino un proceso en el que
las masas desempeaban un rol activo y positivo. La cultura y el poder estaban inter-relacionados
y estructurados conforme a diferentes dimensiones: raza, etnia, gnero, sexo, clase, edad, educacin, profesiones. Para quienes practicaban los Estudios Culturales era ms importante estudiar
cmo se produca, circulaba y se consuma una obra que sus cualidades formales. Pero, como dice
Grossberg, la cultura fue siempre ms que un proceso para los crticos britnicos, ya que
involucraba luchas entre prcticas en pugna, y ese sentido de lucha significaba que la cultura estaba
inevitablemente ligada a relaciones de poder (Grossberg, Cultural Studies: Whats in a name?).
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que en el campo de los estudios hispnicos, los ideosemas de Edmond Cross han tenido gran
aplicacin en nuestro pas. Tambin sera necesario hacer referencia al desarrollo de la semitica
hacia una sociosemitica11.
Conclusin
El nfasis en formalizaciones lgicas abstractas, derivado del estructuralismo de Saussure,
y tambin de la ligstica generativa de Chomsky, ha dado definitivamente paso al texto histrico estudiado en su contexto de produccin y recepcin, y en relacin a otras instancias del
discurso social.
Importantes corrientes contemporneas, tales como el neomarxismo y la deconstruccin,
el feminismo y los Estudios Culturales, el posmodernismo y el poscolonialismo han coincidido
en desechar los esencialismos universalistas. Tericos pertenecientes a los ms diversos campos
de conocimiento estn de acuerdo hoy en que las llamadas teoras europeas universales fueron
construidas por determinadas tradiciones culturales para responder a sus necesidades especficas. Desde este punto de vista, las ideologas lo mismo que las teoras sobre el lenguaje y la
literatura, las epistemologas y los sistemas de valores, todos llevan las marcas del contexto
social en el que emergieron. Un rasgo comn a importantes vertientes de la crtica contempornea es precisamente la insoslayable necesidad de interpretar la obra en relacin a ese contexto,
pero, como dice Popovic, los estudios de orientacin sociocrtica estn siempre basados en un
estudio interno, una lectura in vivo del texto (que podr aplicar mtodos tomados prestados de la
narratologa, la semitica, la retrica etc.) (lements pour une lecture sociocritique, 84). Esto
quiere decir que la vuelta al contexto que ha realizado la sociocrtica es una vuelta enriquecida
por el camino recorrido por la crtica a lo largo del siglo. Entonces, cuando decimos literatura
como objeto social , el concepto de literatura no pierde todo ese contenido acumulado a travs
de los ensayos crticos de Jorge Luis Borges, de T.S. Eliot, de Octavio Paz y, por qu no?, de
estructuralistas como Jakobson y Greimas.
NOTAS
1
Se menciona en el texto solo el nmero de pgina, pudindose encontrar la referencia bibliogrfica completa en la bibliografa
citada al final.
No utilizo el trmino posmoderna como categora crtica sino histrica, para referirme a la crtica producida a partir de la
dcada de 1970.
Popovic menciona en el campo de las crticas quebequense y francesa, los anlisis sobre el discurso social de Marc Angenot,
los sociogramas de Ducrot, los estudios de Rgine Robin sobre la eficacia de los procedimientos de estetizacin y de
textualizacin, los de Pierre Zima sobre la absorcin y transformacin de sociolectos por parte del texto literario, los de Alain
Viala sobre la constitucin de un lector supuesto.
Popovic distingue la sociologa literaria o sociocrtica, que tiene como objeto de estudio al texto literario mismo, de la sociologa
externa, que se interesa principalmente en el estudio de la institucin o del campo, en la constitucin y en los roles y funciones de
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las instancias de legitimizacin y de consagracin de las obras, en sus modos de produccin, de difusin y de consumo (lements
pour une lecture sociocritique, 84).
6
He utilizado en varias ocasiones, traduciendo a Bajtn, el trmino prosista como sinnimo de novelista. Es importante destacar
a este respecto que cuando el crtico ruso habla de poesa y novela como los polos correspondientes al monologismo y al
dialogismo, sus categoras no corresponden a las categoras tradicionales, ya que, por ejemplo, incluye la lrica de Heine en la
categora dialgica y la prosa de Tolstoi en la monolgica.
El trmino intertextualidad fue introducido en el campo de la teora literaria por Julia Kristeva en el contexto de un seminario
sobre Bajtn dictado por Barthes. Aparece despus en su artculo de 1966, Le mot, le dialogue et le roman, que integr
posteriormente Smitik. Recherches pour une smanalyse.
Creo que Bajtn tiene en realidad la misma perspectiva que Angenot y el acento que pone en la heteroglosia es simplemente el
resultado del nfasis histrico en la hegemona propio del momento en el que escribe. El mito democrtico que Angenot le
atribuye a Bajtn es slo una lectura de sus escritos. Bajtn no niega la presencia de un discurso hegemnico no son los discursos
de Aristteles, Descartes y Saussure discursos hegemnicos, acaso? Su propsito es destacar la heteroglosia en la que pocos
crticos haban reparado hasta ese momento.
Second Thoughts on Canon and Corpus. en Latin American Literary Review, 20th Anniversary Issue, pp. 66-69; Canon and
Corpus: An Alternative View of Contemporary Literary Studies in Colonial Situations. Dedalus. Revista Portuguesa de
Literatura Comparada 1 (1991), pp.219-244.
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Segn Walter Mignolo, Stuart Hall, una de las figuras ms destacadas de los Estudios Culturales Britnicos, introdujo la idea
de colonialismo en el debate, y al hacerlo transform un dilogo sobre clases en disputa en una discusin sobre razas,
migraciones, etnias en disputa (Entrevista para la revista Travesia, versin original antes de ser publicada).
11
Desde principios de 1990, existe una maestra en sociosemitica en el Centro de Estudios Avanzados de la UNC.
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