Stones y Chimichurri. Por Jaime Bedoya
Stones y Chimichurri. Por Jaime Bedoya
Stones y Chimichurri. Por Jaime Bedoya
El Comercio
sbado 13 de febrero del 2016
ct
El espe ente a la hora Its only rock and roll,
lm
puntua , 9 p.m. Dura Tumbling dice, Out
a
of Control (donde Jasealad enos dos
gger establece su dopor lo m s.
hora
minio de la harmnica),
Angie (sutil y poderosa, tocada por Richards con guitarra
de palo), y Paint it Black, que respaldada por el napolen icnico
de la batera de Watts hace llorar
a una concurrencia que en su
mayora podra ser o nieta de los
Stones o materia de una denuncia por seduccin de menores.
Al momento de presentar a
la banda la concurrencia se toma ms de 15 minutos en corear el nombre de Richards.
Este se quiebra y llora, y pide
que por favor lo dejen trabajar.
Durante el concierto se percibe
ya una entrega de la antorcha
a Woods, que funge de primera guitarra. Jagger hace como
si improvisara ocurrencias en
espaol que en realidad lee de
un teleprompter. Se gana al pblico. A medio concierto los socorristas empiezan a sacar desmayadas y pasados de vuelta de
un amplio espectro etario. Adems del consumo de divertidas
sustancias varias el concierto de
La Plata tiene una sola rea en
cancha y eso hace que la masa
empuje hacia delante. Las costillas ms dbiles son las que sufren. La cancha del concierto en
Lima, y esto adquiere sentido al
ver a los asfixiados, est dividide la invalorable foto con ellos, da en tres sectores.
seal de juventud y de estadista
(Momento oportuno para
componedor ante el reino que referirse al concierto de Lima
llamaba Falklands a Las Malvi- a travs de algunas preguntas
nas, Menem les regal habanos celestes: existe conciencia en
enviados por Fidel Castro. As co- Lima de que la oportunidad de
mo inmunidad toxicolgica en verlos adems de histrica posus habitaciones del hotel Park dra ser la primera y ltima?
Hyatt, fallido festn olfativo para Ya no tocan por dinero: lo hala leal brigada antinarcticos ca- cen contra el tiempo. La ponina de la Polica Argentina. Na- tencia de su msica doblegaca en ese pas la fe rollinga, una r a la novelera de una ciudad
religin sin pecados.
donde hasta los microbios se
acojudan? Buscarn los polEL CONCIERTO
ticos salir en la foto junto a sus
Son las once de la maana del contemporneos que no se pinmircoles 10 y los rollingas se tan el pelo? Cuntas noches
cocinan a 33 grados haciendo de insomnio llevar Monique
cola en las afueras del estadio Pardo a cuestas pensando en la
nico de La Plata, aquel de una manera ms sensual de decir
Copa Amrica prdiga en hu- remember me Mick?, I am pemo peruano. Mientras tanto, a riodist?)
una hora de ah, los Stones reEl concierto contina con un
partidos en diferentes hoteles torrente de canciones emblemporque ya ms de 50 aos de ticas Honky Tonk Woman, Miss
unin civil entre ellos es dema- You, Brown Sugar, Sympathy for
siado tiempo, se desperezan. the devil et al pero el punto de
Sus avistamientos nocturnos, quiebre de la noche se da en una
como el de los ovnis, son mito- versin ad libitum de Midnight
loga. Ron Wood estuvo en un Rambler.
miniconcierto de Charly GarLa cancin de 1969 (!), una
ca, Jagger fue visto comiendo biografa libre del autoconfeso
solo en el restaurante de origen Estrangulador de Boston Albert
nikki Osaka, y Richards prob de Salvo, ha sido llamada por Rila carne en La Cabrera de Pa- chards una pera en blues. Eslermo. Para ellos el concierto ta se extiende y fluye quedando
es recin a las 9 de la noche. a cargo de las 55 mil personas
Para los rollingas empez hace del pblico el coro grave que sumeses. Han peregrinado de to- planta al bajo mientras Richards
do el pas y aceptan el sacrificio y Woods intercalan rasgueos,
por ver a un dios de cerca.
Watts apenas marca el tempo
El mismo apasionamiento y Jagger contonea sus huesos
profesa un rollinga peruano, el septuagenarios endulzndolo
ex baterista de la banda meta- agridulcemente con toques de
lera Orgus devenido en preciso su armnica. La cancin no terfotgrafo de El Comercio, el an- mina y nadie se queja. Los cuadahuaylino Lino Chipana. El pa- tro adultos mayores conocidos
sado domingo 7, recin desem- como los Rolling Stones hacen el
barcado del avin, sin entrada, y amor con el pblico durante ms
bajo una lluvia bblica, se aventu- de diez minutos sin necesidad de
r al primer concierto de La Plata pastilla alguna. Es solo rocanrol,
con apenas tiempo de darle vuel- traducido por los Stones al nita al calzoncillo. Empapado, sin co mandamiento del credo rodescanso y sin alimento, olvid llinga: No envejecers. Amn.
Horasa
ingle
Piedras eternas. Al maestro con cario. Ronnie Wood apoyndose no solo musicalmente en el incombustible Keith Richards.
Stones y
chimichurri
Jaime Bedoya
Texto
Lino Chipana
Fotos
CHORING STONES. Los fans argentinos, los rollingas, cubren por lo menos tres generaciones de amantes del choripn.
Ahora el promedio
de edad de la
banda alcanza el
guarismo fonavista
de 71,5 aos.