Historia de La Salud en Colombia
Historia de La Salud en Colombia
Historia de La Salud en Colombia
INTRODUCCION
Captulo 1: Prembulo de una relacin, 1902-1920
Pactos iniciales de la salud internacional americana
Colombia y los acuerdos internacionales
Primeras realizaciones en sanidad portuaria
Captulo 2: El impulso de la cooperacin, 1920-1938
Colombia en la VI Conferencia Sanitaria Internacional
Estadsticas, autoridad cultural de los higienistas y Fundacin Rockefeller
Colombia y el Cdigo Sanitario Panamericano de 1924
La OSP, la Fundacin Rockefeller y la expansin de la higiene
El Ministerio y los Servicios Coordinados de Higiene
Captulo 3: Bases institucionales para la cooperacin, 1938-1950
La X Conferencia Sanitaria Panamericana en Bogot
Guerra y cooperacin en salud
El Servicio Cooperativo Interamericano de Salud Pblica (SCISP)
El Ministerio de Higiene y la Estadstica
Autonoma de la OSP en el concierto mundial
Captulo 4: Entre la erradicacin de enfermedades y la integracin de servicios, 1951-1960
Viruela, tuberculosis y lepra: entre el optimismo y la cautela
El retorno de la erradicacin
Programa de erradicacin del Aedes aegypti
Del control a la erradicacin de la malaria
El Servicio de Erradicacin de la Malaria (SEM)
La lucha contra la Fiebre Aftosa
Nuevas demandas de formacin de personal en salud
Captulo 5: Salud, desarrollo y derecho a la salud, 1961-1975
La OPS y el mandato de la Carta de Punta del Este
Derecho a la salud e integracin de servicios
Recursos humanos, clave de la planificacin en salud
Escuelas de salud pblica: salubristas y planificadores
Saneamiento, salud y desarrollo
LA ORGANIZACIN
PANAMERICANA DE LA SALUD Y
EL ESTADO COLOMBIANO
1902 - 2002
Direccin de la investigacin:
Mario Hernndez Alvarez, mdico, Magster en Historia, candidato a Doctor en
Historia, profesor de la Universidad Nacional de Colombia
Diana Obregn Torres, sociloga, Magster en Historia, Ph.D en Estudios Sociales
de la Ciencia, profesora de la Universidad Nacional de Colombia
Asesor de la investigacin:
Nstor Miranda Canal, socilogo, profesor de la Universidad El Bosque y de la
Universidad de Los Andes
Investigadores:
Claudia Mnica Garca, mdica, candidata a Magster en Historia, profesora de la
Universidad El Bosque
Juan Carlos Eslava, mdico, Magster en Sociologa, profesor de la Universidad
Nacional de Colombia
Romn Vega Romero, mdico, Magster en Administracin de salud y seguridad
social, Ph.D en administracin, profesor de la Universidad Javeriana
Asistentes de investigacin:
Jinneth Hernndez Torres, mdica
Manuel Vega Vargas, mdico
Carlos Vladimir Villamizar Duarte, historiador
Diego Mauricio Barbosa Morales, mdico
CONTENIDOS
PRESENTACION
INTRODUCCION
Captulo 1: Prembulo de una relacin, 1902-1920
Pactos iniciales de la salud internacional americana
Colombia y los acuerdos internacionales
Primeras realizaciones en sanidad portuaria
Captulo 2: El impulso de la cooperacin, 1920-1938
Colombia en la VI Conferencia Sanitaria Internacional
Estadsticas, autoridad cultural de los higienistas y Fundacin
Rockefeller
Colombia y el Cdigo Sanitario Panamericano de 1924
El Ministerio y los Servicios Coordinados de Higiene
Captulo 3: Bases institucionales para la cooperacin, 1938-1950
La X Conferencia Sanitaria Panamericana en Bogot
Guerra y cooperacin en salud
El Servicio Cooperativo Interamericano de Salud Pblica (SCISP)
El Ministerio de Higiene y la Estadstica
Autonoma de la OSP en el concierto mundial
Captulo 4: Entre la erradicacin de enfermedades y la integracin de
servicios, 1951-1960
Viruela, tuberculosis y lepra: entre el optimismo y la cautela
El retorno de la erradicacin
PRESENTACION
La Organizacin Panamericana de la Salud cumple este ao un siglo de trabajo en
pro de la salud de la poblacin de la regin de las Amricas. Todos los pases han
venido desarrollando en el transcurso de este ao numerosas actividades que
globalmente han sido un reconocimiento a un gran esfuerzo conjunto de la Oficina y
los pases, cuyo logro ha sido el progreso sostenido de la salud en la Regin.
Como ocurre con los aniversarios personales, los de las instituciones no solamente
constituyen ocasin propicia para el festejo, sino oportunidad para la meditacin.
Por ello, a propsito del Centenario de la Organizacin, en Colombia decidimos
deliberadamente no solamente festejar sino reflexionar acerca de lo que ha sido un
siglo de cooperacin en el pas. Sin embargo, desde un comienzo el propsito fue
diferente al de un recuento histrico ms o menos ilustrativo. La intencionalidad, fue
la de desarrollar un trabajo analtico de una ya larga relacin dinmica entre la
Oficina y el pas, siempre alrededor del tema central de la Salud Pblica. Ms an,
nos anim a hacerlo, el que en este momento, confluyen varias realidades con
aires de renovacin: entre otras, el comienzo de un nuevo siglo, un cambio de
gobierno en el pas, un inminente relevo en las autoridades de la Organizacin,
apasionadas discusiones acerca de las corrientes globalizantes y sus repercusiones
en lo social.
Trascendiendo el recuento institucional que, irremediablemente hubiera constituido
una visin muy sesgada, decidimos que la reconstruccin del pasado y el anlisis
del presente requeran enriquecerse con las visiones y aportes de representantes
de muchos sectores. Adems y de paso, esta amplia convocatoria serva a un
propsito secundario pero desde nuestra perspectiva no menos importante: la
necesaria discusin sobre la salud pblica. Para ello, la Organizacin conform un
grupo de personas conocedoras de la historia general del pas, de la historia de la
salud pblica en Colombia y de la cooperacin, todos con diferentes niveles de
aproximacin: en las distintas pocas y por sus vivencias como docentes,
y entendido mucho de la
INTRODUCCION
agenciados por la Organizacin, valid las acciones de asistencia tcnica que ella le
ofreca y las incorpor como un complemento casi natural a su labor de definicin
de polticas en salud.
internacional
alinder
las
nuevas
fuerzas
polticas
Por ello, y es la situacin actual, surge nuevamente la inquietud acerca del papel
que debe cumplir la OPS en el escenario sociopoltico contemporneo en el nivel
regional, as como frente a los pases miembros. Cul debe ser el nuevo acuerdo
que renueve la relacin OPS-Estado colombiano? Los dilemas que se abren son
abrumadores. Slo se podra decir, si la historia nos permite con su luz atisbar en
los recintos del futuro, que la interaccin entre las dos instancias podr ser
mantenida, como una relacin fecunda, en la medida en que ellas mismas
construyan acuerdos slidos sobre las necesidades prioritarias de los colombianos
en materia de salud y sobre las vas para conseguir un mayor bienestar para la
poblacin en su conjunto y en su diversidad. No ser fcil, pero hay indicios y
esfuerzos que apuntan en esa direccin.
De parte de la Organizacin, la actual orientacin de su labor en pro de la garanta
del derecho a la salud y la superacin de las inequidades en este campo puede ser
esclarecedora y servir de referente nacional. Si la evaluacin de las FESP se
convierte realmente en un instrumento para fortalecer la rectora del sistema por
parte de las autoridades sanitarias, desde la perspectiva del derecho universal y la
equidad, seguramente los gobiernos acudirn a este valioso componente de la
cooperacin. Si la OPS lanza al debate pblico nacional e internacional la necesidad
de reorientar las polticas por una nueva concepcin de la salud pblica, con
seguridad encontrar nuevos aliados, dentro y fuera del aparato estatal.
La nueva concepcin debe tender, como ya lo ha planteado OPS, hacia una salud
pblica revitalizada y vigorosa, adems de participativa y democrtica. Una salud
pblica capaz de superar el reduccionismo de las externalidades, para avanzar
hacia la intervencin colectiva, tanto del Estado como de la sociedad civil, orientada
a proteger y mejorar la salud de las personas, como se afirma en el proyecto de las
FESP. Una salud pblica que reconozca las especificidades del conflicto armado
dato que necesariamente debe tener cualquier poltica social en Colombia- y su
impacto en la salud de las personas y en el desempeo de los servicios de salud;
una salud pblica que proponga estrategias de reorganizacin de los recursos
disponibles hoy para la atencin mdica, con la nica pretensin de lograr metas de
bienestar, de salud y de superacin de las inequidades; una salud pblica que
convoque a la solidaridad de los ciudadanos para hacer de la salud uno de los
objetivos de la accin colectiva; una salud pblica que recupere el compromiso de
los trabajadores de la salud hacia la vida saludable de las personas ms que al
mejoramiento de sus precarias condiciones laborales y socioeconmicas. En fin,
una salud pblica remozada que sirva de anclaje para tantas iniciativas, acciones y
realizaciones que hoy estn dispersas y, fatalmente atrapadas, en la lgica de los
mercados de los servicios de salud.
y,
naturalmente,
de
los
individuos.
Las
instituciones
las
Repblicas
Americanas,
Estados
latinoamericanos,
Convenciones
La Office International dHygine Publique se estableci a partir del Acuerdo de Roma de 1907 y se ocupaba
de coordinar las actividades y los acuerdos llamados convenciones- que salan de las Conferencias Sanitarias
Internacionales (en cuyo origen estuvieron las potencias europeas y EE. UU.), relacionados bsicamente con las
tres enfermedades que preocuparon a los pases desarrollados de entonces: clera, peste y fiebre amarilla
(Howard-Jones, 1977: 435-436).
Montevideo para los pases no andinos del sur del continente, adems de Bolivia.
Vino luego la reunin en donde se abandon el trmino convencin, la IV
Conferencia Sanitaria Internacional de San Jos de Costa Rica, a finales de
diciembre de 1909 y comienzos de enero de 1910, en la cual la discusin de
medidas internacionales contra las enfermedades cuarentenales clera, peste,
fiebre amarilla y fiebre tifoidea dej de ser la principal preocupacin, y se dio
mayor espacio a problemas nacionales bsicos como vacunacin obligatoria contra
la viruela, campaas contra la malaria y la tuberculosis, centralizacin de la
legislacin sanitaria nacional y promocin de estudios cientficos de las
enfermedades tropicales. En este ltimo campo se hizo nfasis en parasitologa,
anatoma patolgica, establecimiento de laboratorios en los puertos martimos para
diagnosticar los enfermos y realizar investigaciones en medicina tropical y patologa
general, de acuerdo con las recomendaciones de las autoridades de salud
(Bustamante, 1955: 7).
En la V Conferencia Sanitaria Internacional de Santiago de Chile en 1911, se
empez a plantear la necesidad de contar en las reuniones y en las oficinas central
y locales con personal especializado en higiene y enfermedades epidmicas, y se
insisti en la participacin de los responsables de las instancias oficiales de higiene
de los pases en las conferencias. Tambin se habl de la necesidad del
permanente contacto de estos organismos con la oficina central de Washington.
Pero, a partir de esta reunin, se suspendieron las conferencias hasta 1920, a
causa de la primera guerra mundial.
presencia en el pas la FR, que ya para 1909 haba creado una Junta o Comisin
Sanitaria cuyos propsitos y logros le permitieron una amplia accin en el campo de
salud de varios pases de la regin americana (Garca y Quevedo, 1998). La
incorporacin de las convenciones sanitarias en las decisiones del aparato estatal
colombiano y las acciones realizadas en el campo de la higiene pblica en el pas,
fueron el resultado de la articulacin particular entre la dinmica poltica y
econmica internacional liderada por los Estados Unidos, y las necesidades del
desarrollo socioeconmico interno, frente a las cuales los grupos dirigentes
nacionales tenan propuestas y acciones no siempre coherentes ni ajenas a sus
intereses particulares.
Los elementos ms importantes de dicha articulacin estuvieron dados por la
creciente importancia de los Estados Unidos como potencia mundial, econmica y
militar. Una prueba contundente del poder de ese pas para las elites nacionales fue
su intervencin en la separacin de Panam en 1903. En el desarrollo econmico
nacional, que desde el siglo XIX se bas en la exportacin de materias primas y
productos agrcolas, Estados Unidos comenzara a jugar un papel central al
desplazar a las naciones europeas como principal comprador de los productos
colombianos, adems de convertirse en el primer inversionista de capital en
Colombia, en especial en la explotacin de petrleo, el cultivo del banano y los
transportes. Los gobiernos de las primeras dcadas del siglo XX, encontraron los
recursos financieros que requeran para pagar sus proyectos modernizadores, en
trminos de infraestructura y servicios, en la nacin del norte. A pesar del
distanciamiento y la tensin con los Estados Unidos producto de su intervencin en
Panam y de las negociaciones que le siguieron (Ardila, 1991: 57), el sector
empresarial, cada vez ms consolidado, comenz a opinar sobre el tipo de Estado
que quera y a tomar conciencia de las ventajas que traera la normalizacin de las
relaciones con los Estados Unidos, al punto que hicieron de este propsito el eje de
la actividad internacional durante las administraciones de Rafael Reyes (19041909), Carlos E. Restrepo (1910-1914), Jos Vicente Concha (1914-1918) y Marco
Fidel Surez (1918-1921).
nuevos grupos sociales que lo sustentaban. No fue una simple coincidencia que en
estos propsitos contara con el apoyo del partido econmico del liberal Rafael
Uribe Uribe, una especie de embajador volante de su gobierno. Uribe puede
considerarse el dirigente ms lcido respecto del papel del Estado en el desarrollo
econmico y social, en las condiciones de entonces, cuando el caf se iba
convirtiendo en el principal producto de la economa agroexportadora de Colombia.
En poltica internacional Reyes se interes en sanear las relaciones con los Estados
Unidos, porque entenda que para la economa cafetera y para los nuevos grupos
burgueses ascendentes esa relacin era definitiva, a pesar de la negativa y soberbia
actitud de la contraparte. Su diplomacia que, parafraseando a Martha Ardila (1991:
58), podra caracterizarse ya como de subordinacin activa con respecto a los
Estados Unidos, fue el vehculo a travs del cual el Estado colombiano comenz a
incorporar la iniciativa, originalmente norteamericana, de reglamentar la sanidad
portuaria, traducindola en fuerza de ley y movilizando recursos y personal para
hacer frente a estos requerimientos.
Buscando la nueva imagen internacional que necesitaba una economa dependiente
vida de mercados externos, capitales extranjeros y filiales de empresas
transnacionales que explotaran el petrleo, el banano y otros recursos naturales, la
Asamblea Nacional Constituyente de Reyes se ocup de asuntos de salud. Entre
ellos, ocupaba un lugar prioritario la aplicacin de las resoluciones emanadas de las
convenciones y organizaciones sanitarias continentales que venan funcionando
desde 1902. Como se seal, Reyes haba sido delegado de Colombia en la
Segunda Conferencia Internacional de Estados Americanos de Mxico entre 1901 y
1902, que cre la OSI y convoc la I Convencin Sanitaria Internacional, la de 1902
en Washington. Al ministro de relaciones exteriores de Reyes, Francisco Jos
Urrutia, le correspondi presentar en 1908 cuando ya se haban celebrado la II y la
III convenciones sanitarias internacionales un proyecto de ley a la citada
Asamblea Nacional Constituyente con un artculo nico por el cual se aprobaba lo
acordado en la Convencin Sanitaria de Washington de 1905, sealando: el mejor
argumento que puedo invocar para solicitar hoy del cuerpo legislativo la aprobacin
de ese ao. La estacin qued constituida as: edificios para pasajeros sanos en
observacin (lazareto cuarentenario) y para aquellos sospechosos de enfermedades
comunes y de enfermedades contagiosas; un local para laboratorio y un aparato
clayton para desinfeccin de la carga y de las bodegas de los barcos. El personal
estaba constituido por un mdico de sanidad, un vacunador, un farmacutico,
guardas de sanidad, un ingeniero mecnico con un electricista, un piloto y sus
marineros. La organizacin de esta estacin qued incorporada al Decreto ejecutivo
254 de 1913 sobre polica sanitaria de los puertos de la Repblica (Restrepo, 1914:
100-1). De todas maneras, para 1914 estaban aprobados los planos para la
Estacin Sanitaria de Santa Marta y autorizada su construccin, as como la de
Tumaco, considerada importante por su situacin en la costa del Pacfico, donde
persista la amenaza de la peste bubnica.
Las actividades de sanidad no se restringieron a los puertos martimos. Frente a
epidemias que amenazaran con invadir el interior del pas desde la Costa Atlntica,
se establecan cuerpos de polica sanitaria y mdicos de sanidad en diferentes
puertos del ro Magdalena (Restrepo, 1914: 101-2), que era, tambin por estos
aos, la columna vertebral del comercio y de las comunicaciones. Como se ve, la
entronizacin de los acuerdos de las convenciones sanitarias de nivel continental
dio pie para responder, por lo menos desde el punto de vista de la legislacin, a
necesidades de salud pblica en el pas.
El gobierno de Restrepo haba devuelto una serie de funciones a los departamentos
y las regiones, en el marco de un intento por desmontar la re-centralizacin
emprendida por el general Reyes, atizando esa tensin permanente durante el
siglo XX colombiano entre el Estado centralista de las leyes, y el descentralizado y
fragmentado de la realidad social y poltica del pas (Hernndez, 2000: 44).
Tambin actu este gobierno en el sentido de insuflar vida a ese balbuciente
capitalismo de comienzos de siglo XX y a esa embrionaria burguesa que requera
como el aire la llamada modernizacin. Para ello, desde la oposicin a la dictadura
de Reyes, tambin Restrepo se haba planteado por encima de los partidos con su
FR en varios pases y en los propios Estados Unidos (Cueto, 1996: 180-188), que
deba comenzar en 1919 y se prolongara hasta 1934 (Garca y Quevedo, 1998: 521). Dicha campaa fue planteada y promocionada por la Sociedad de Agricultores
de Colombia (SAC) y por uno de sus directivos ms conspicuos, Jess del Corral,
quien lleg a ser ministro de Agricultura y Comercio del gobierno de Marco Fidel
Surez. La SAC y Jess del Corral representaban bsicamente los intereses de los
exportadores de caf, producto que para entonces ya se haba convertido en la
columna vertebral de la economa nacional. La campaa, para la cual la Fundacin
envi al doctor Louis Shapiro, cubri las regiones cafeteras y algunas otras zonas, y
fue el punto de partida de la influencia directa y sistemtica norteamericana en
salud pblica, la cual se prolong a toda la primera mitad del siglo XX (Garca y
Quevedo, 1998: 19). Para adelantarla se cre un departamento especial, adscrito a
la Direccin Nacional de Higiene y financiado conjuntamente por la FR y el Estado
colombiano, cuya direccin estara a cargo de la FR (Quevedo et al, 1993: 217).
en
un
momento
en
que
las
perspectivas
de
la
economa
La Conferencia Sanitaria de Montevideo fue prolfica en resoluciones llegando hasta 46, de las cuales 14
contemplaron diversos aspectos del control de enfermedades, fundamentalmente tuberculosis, venreas,
malaria, tifus y peste; cuatro se refirieron a sanidad de puertos y navos; cinco, a normatividad sanitaria
internacional; diez, al funcionamiento de las Conferencias sanitarias, y las dems abordaron temas varios (CSI,
1920).
porque investa a los directores del ramo con la autoridad suficiente para dictar las
medidas de higiene y de polica sanitaria, y porque la legislacin daba la unidad
necesaria para que la sociedad quedara eficazmente protegida. Tambin afirm que
los miembros de la Conferencia haban estimado sabia la disposicin colombiana
que estableca una Direccin Nacional a cargo de un jefe, quien tena bajo su
jurisdiccin un director de Higiene en cada uno de los Departamentos de la
Repblica y mdicos de sanidad en los puertos martimos y fluviales. Asimismo, los
miembros de la Conferencia habran aplaudido la autonoma que tenan el Director
Nacional y los de los Departamentos, cuyas disposiciones no estaban sujetas a la
aprobacin de ninguna autoridad poltica o administrativa y que tenan fuerza
obligatoria, siempre que estuvieran de acuerdo con la ley. Los reglamentos
sanitarios de los puertos y la manera como se hallaba organizada en ellos la
campaa contra el mosquito tambin habran merecido el aplauso de los delegados,
especialmente de los ms reputados, los doctores Jos H. White de los Estados
Unidos y Juan Guiteras de Cuba (Garca Medina, 1921a: 197). Sin embargo,
informes posteriores del mismo Garca Medina revelan las enormes limitaciones que
tena tanto la estructura jerrquica de la higiene en el pas, como el ejercicio de la
autonoma.
En particular, en cuanto a la declaracin obligatoria de las enfermedades
infecciosas, la situacin distaba mucho de la presentada por el Director Nacional de
Higiene. Este tema fue motivo de discusin en la comunidad mdica desde por lo
menos 1903, cuando la Alcalda de Bogot haba establecido como obligatoria tal
declaracin. Como se mencion, los mdicos argumentaban que entre el pblico se
presentaran reticencias y temores frente a la posibilidad de que se conociese que
en la familia haba alguien afectado por una enfermedad transmisible. En una poca
en la que los mdicos colombianos dependan casi totalmente de la prctica
profesional privada, algunos de ellos teman que la declaracin obligatoria de las
enfermedades les ocasionara una prdida de clientela, puesto que los pacientes
evitaran recurrir al mdico por temor a ser denunciados como portadores de
infecciones (Obregn Torres, 2002: 208).
Esta resolucin, que en cualquier caso todava no tena carcter de ley, permiti a
Garca Medina afirmar en Montevideo, que Colombia cumpla con las obligaciones
que imponan las convenciones sanitarias en el asunto de la declaracin obligatoria
de las enfermedades transmisibles. Sin embargo, para l era claro que el pas se
estaba quedando atrs en sus tareas civilizatorias, pues Colombia, junto con dos
repblicas centroamericanas, eran los nicos pases de Amrica y de Europa,
afirmaba, que faltaban por establecer la declaracin obligatoria para ciertas
enfermedades contagiosas. Garca Medina rechazaba la suposicin de que con esa
medida desaparecera el secreto mdico. Segn l, la mayor parte de las
enfermedades a las que se refera esta declaracin no eran secretas en realidad,
pues no se poda ocultar la presencia de un tifoideo, un disentrico o un diftrico en
la familia. Ms bien, las enfermedades que el pblico quera ocultar eran la sfilis, la
lepra o el cncer, enfermedades que sufran de un estigma particular. En su Informe
de Higiene de 1921, Garca Medina recordaba la sugerencia de la Academia
Nacional de Medicina sobre el mdico de sanidad, mencionado anteriormente,
para conciliar los intereses del enfermo y los de la sociedad. Aunque esta medida
resultaba tambin indispensable para formar una estadstica sanitaria de la nacin,
Mientras que los dems pases destinaban para gastos de sanidad sumas no
menores al 15% de sus rentas comunes, afirmaba, en Colombia no se llegaba al
0,5%, y con ellas se pretenda atender los gastos de sanidad de puertos y los que
demandaran las epidemias. Para atender las disposiciones de higiene, cumplir con
el deber imperioso de la nacin de proteger la vida humana y trabajar de mejor
manera en el saneamiento de los puertos que los compromisos internacionales
imponan, era preciso destinar, en su criterio, el 2% de las rentas (Garca Medina,
1923: 279-80). Debido a estas deficiencias del presupuesto, actividades de sanidad
portuaria como las campaas contra los mosquitos y las ratas se llevaban a cabo en
forma irregular.
Despus de su exitosa actuacin en la VI Conferencia Sanitaria, Garca Medina
centr sus esfuerzos en dar cumplimiento a lo estipulado en las resoluciones
emanadas de sta y las anteriores conferencias. De acuerdo con ello, continuaron y
se ampliaron las acciones de sanidad portuaria pero tambin, en la medida en que
se incluyeron nuevos temas en esas reuniones panamericanas, los higienistas
trataron de incorporarlos dentro de la agenda de higiene nacional. En este sentido,
adems de las normas en relacin con la sanidad de puertos y declaracin
obligatoria de enfermedades infecciosas, se impulsaron las estadsticas mdicas,
acciones contra otras enfermedades infectocontagiosas, las campaas de
vacunacin contra la viruela, la lucha contra las plagas y la dotacin de servicios
pblicos bsicos (agua potable, alcantarillado, manejo de basuras). En particular, los
higienistas se apoyaron en el poder de las conferencias para respaldar su esfuerzo
por convertirse en la autoridad tcnica en asuntos de higiene buscando fortalecer, al
mismo tiempo, la centralizacin de estos servicios, asunto ste que ocup, y de
manera muy destacada, un lugar en la prdica y la accin de esos higienistas y de
algunos polticos. La potestad de esas instancias internacionales que, adems,
aparecan respaldadas por el creciente poder de lo que Dubin (1995: 56) ha llamado
la episteme mundial biomdica y de salud pblica, otorgaba legitimidad a los
higienistas para alcanzar el reconocimiento social y poltico que an deban ganarse
dentro de su propia profesin y de la sociedad colombiana. No obstante tales
una
estadstica
nosogrfica
demogrfica
de
la
Repblica,
argumentando que en todas las naciones las estadsticas eran consideradas como
la base de la higiene y elemento indispensable para juzgar las condiciones sociales
de un pueblo (Garca Medina, 1920: 266).
Frente al clebre debate de la raza, en el cual particip buena parte de los
intelectuales del momento, Garca Medina sostena que an con instructivas y
brillantes publicaciones, a nada definitivo podra llegarse si se careca de una
estadstica nosogrfica y demogrfica para poder tratar cientficamente un problema
tan complejo (Garca Medina, 1920: 266).
el
alcoholismo,
la
lascivia,
la
pereza,
el
desaseo
otras
degeneraciones.
En cuanto a las estadsticas y para remediar la ausencia sealada por Garca
Medina, la DNH dispuso en 1922 que los mdicos de sanidad de los puertos
martimos enviaran cada mes al inspector de sanidad martima, el movimiento
demogrfico y las estadsticas de enfermedades infecciosas que hubieran ocurrido
en el respectivo puerto y en poblaciones cercanas o, en lo posible, en todo el
departamento. El inspector de sanidad martima deba reunir estos datos y
comunicarlos a la OSI en Washington, como se estipulaba de manera insistente en
las resoluciones de las diversas conferencias sanitarias. A pesar de esta insistencia,
segn Garca Medina, hasta 1922 Colombia no haba cumplido an con ese
compromiso. La falta de estos datos, cuya publicacin corra a cargo del centro
informativo de Washington, era considerada como perjudicial para el pas, pues sin
ellos no podra demostrarse o certificarse que los puertos y las regiones ms ricas
de Colombia estaban exentos de enfermedades endmicas o epidmicas, con lo
cual el pas se haca sospechoso para el comercio y la inmigracin que pedan los
partidarios de mejorar la raza y hasta para la simple visita de delegaciones de las
empresas norteamericanas y de los pases civilizados (Garca Medina, 1922: 201).
Asimismo, en 1922 se emiti la ley 99 que, segn Garca Medina, contena la mayor
parte de las disposiciones de la VI Conferencia Sanitaria Panamericana de
Montevideo: disposiciones sobre estadstica mdica, provisin y vigilancia de las
aguas potables en las poblaciones y vacunacin antivariolosa obligatoria, as como
declaracin obligatoria de las siguientes enfermedades: clera asitico, clera
nostras, fiebre amarilla, peste bubnica, tifo exantemtico, fiebres tifoidea y
paratifoidea, viruela, difteria, escarlatina, disentera bacilar y amibiana, tuberculosis
pulmonar y larngea, neumona infecciosa, meningitis cerebroespinal y epidmica.
Con respecto a la lepra quedaban vigentes las medidas entonces existentes. Se
dejaba un grupo de enfermedades de declaracin potestativa, que seran definidas
por la Direccin Nacional de Higiene y la Academia Nacional de Medicina
(Colombia, Repblica de, fl. 539-542). Sin embargo, Garca Medina sealaba, en
1931, que por el descuido y la inaccin de las autoridades y la todava invencible
renuencia de los mdicos a denunciar las enfermedades infectocontagiosas como lo
ordenaba la ley, poco se haba hecho en este campo de la estadstica (Garca
Medina, 1931: 67).
En la demostracin de los beneficios de la higiene para la modernizacin contribuy
el apoyo tcnico de la FR, ms que la intervencin directa de la OSP, aunque como
se ha indicado, con frecuencia resulta difcil diferenciar las acciones de las dos
entidades. Un ejemplo de esta colaboracin ocurri a raz del brote de fiebre
amarilla que se present en la regin de Bucaramanga, a fines de febrero de 1923.
La FR, comprometida en una investigacin sistemtica para determinar la historia y
transmisibles propias del hombre, a fin de obtener una mayor proteccin contra ellas
(OSP, 1924). Con el fin de acordar las modificaciones y someterlo a la VIII
Conferencia Sanitaria de Lima, de 1927, el cdigo fue estudiado en la I Conferencia
Panamericana de Directores de Sanidad, reunida en Washington en 1926, a la cual
asisti Garca Medina como delegado de Colombia. El mdico Julio Aparicio,
Subdirector Nacional de Higiene y delegado de Colombia a la conferencia de Lima,
inform que all se adoptaron las conclusiones de la reunin de directores de
Washington de 1926, no como modificaciones al Cdigo Sanitario sino como un
memorando de interpretacin del mismo para evitar que tuviera que someterse de
nuevo a la consideracin de las naciones que ya lo haban ratificado (Garca
Medina, 1931: 123-24). Este cdigo habra de constituirse en un referente ineludible
para todos los pases americanos, pues ya no slo se trataba de rendir informes
sobre enfermedades epidmicas, sino de tomar decisiones internas para crear o
fortalecer la organizacin sanitaria nacional que permitieran adelantar programas
preventivos o de erradicacin.
La destacada actuacin de Garca Medina en el manejo de los asuntos de la higiene
desde el Estado, as como el impulso de la cooperacin entre ste y la OSI/OSP, se
dieron durante los ltimos gobiernos de la hegemona conservadora, el ya citado de
Marco Fidel Surez y los de Pedro Nel Ospina (1922-1926) y Miguel Abada Mndez
(1926-1930). Ospina haba nacido en Bogot, pero perteneca a una slida familia
de estirpe antioquea, y era general, empresario y creador de talleres industriales
(Mesa, 1984: 162-76), una especie de Rafael Reyes remozado por el contacto
directo con los Estados Unidos, en donde se hizo ingeniero. Le correspondi
recoger las semillas del decenio anterior, gracias a la irrigacin de recursos
financieros provenientes de los prestamistas norteamericanos, especialmente, y de
la indemnizacin por Panam. Comenzaba as la prosperidad al debe,
caracterizada por la aceleracin en las obras pblicas, el impulso a la incipiente
industria, la modernizacin de la banca, las finanzas y la contabilidad nacional con
la Misin norteamericana Kemmerer (1922-23)- y, en fin, la consolidacin de una
clase empresarial que habra de manifestarse en todas sus posibilidades y
relaciones
internacionales,
defendiendo
las
naciones
de
las
El texto del cdigo que se anex al proyecto de ley era una traduccin al espaol realizada y certificada por el
Secretario de Estado de Cuba, Rafael Martnez Ortiz, a solicitud de don Luciano Herrera, entonces Encargado
de Negocios de la Repblica de Colombia en esa capital.
Panamericano. Segn Garca Medina, el Cdigo de 1924 llenaba los vacos de las
convenciones sanitarias de Washington de 1905 y de Pars de 1912, porque
ampliaba la obra de defensa internacional extendindola a todas las enfermedades
que podan propagarse de un pas a otro, corrigiendo la limitacin de aquellas
convenciones que slo hacan referencia a la peste, al clera y a la fiebre amarilla.
Otra modificacin importante era que la notificacin internacional de enfermedades
contagiosas, los datos demogrficos y la informacin del estado sanitario general de
cada pas deba centralizarse en la OSP de Washington, ratificando as su carcter
de centro de clculo. El Cdigo tambin estableci disposiciones sobre
clasificacin de los puertos desde el punto de vista sanitario, que consultaban, se
pensaba, los intereses generales de Amrica pero tambin los particulares de cada
nacin, dejando a stas la facultad de declarar la clase de puertos que tenan
abiertos al comercio, pero quedando con la obligacin de emprender en ellos las
obras de saneamiento que el cdigo exiga. En Colombia se afirmaba oficialmente
que ya se haba empezado a cumplir estos deberes dictando las leyes necesarias
(Garca Medina, 1931: 123).
El gobierno liberal de Enrique Olaya Herrera, ex embajador en los Estados Unidos,
rompi una hegemona de gobiernos conservadores de casi medio siglo,
inscribindose en la idea de unin nacional o de Concentracin Nacional, como se
llam su propuesta, que ya haba sido propugnada por el gobierno conservador de
Carlos E. Restrepo. En lo econmico, Olaya Herrera se conect con los gobiernos
que le precedieron, y trat de paliar pragmticamente los efectos de la Gran
Depresin; en lo poltico abri tmidamente algunos espacios cerrados durante
medio siglo, y en el plano internacional manifest, y puso en prctica a pesar de
cierta retrica de autonoma la alineacin con la poltica de abierta intervencin
en Amrica Latina que el Secretario de Estado norteamericano, Charles E. Hughes,
propuso en sus declaraciones durante la Sexta Conferencia Panamericana de
Washington en 1928, las cuales fueron consideradas por Olaya como magistrales
(Latorre Rueda, 1989: 285). En lo social, sin embargo, adelant algunas propuestas
relativamente avanzadas sobre reforma agraria, derechos sindicales y derechos de
la mujer casada, que anunciaban las medidas ms de fondo que habra de tomar el
gobierno del tambin liberal Alfonso Lpez Pumarejo (1934-1938).
Uno de los primeros proyectos que Olaya present al Senado por medio de Eliseo
Arango, ministro de Educacin, ministerio del cual dependa en ese momento la
Direccin Nacional de Higiene y de la cual era titular todava Garca Medina, se
propona precisamente separar lo relativo a la higiene, la asistencia, los lazaretos y
la proteccin de la infancia de esa cartera (Hernndez, 2000: 130). El proyecto se
convirti en la Ley 1 de 1931, que separ la Direccin Nacional de Higiene y
Asistencia
Pblica
del
Ministerio
de
Educacin,
crendose
entonces
el
de
los
servicios
preventivos
curativos,
apoyados
en
las
nacionales
internacionales
vigentes-
veterinaria),
lucha
pocas las ciudades en cuyos presupuestos se incluan partidas para estos servicios.
En relacin con los particulares, slo los propietarios de la zona bananera del
Magdalena cumplan con el deber de dar asistencia mdica a los obreros, en parte
porque no exista ninguna disposicin legal que permitiera al gobierno imponer
contribuciones obligatorias a patronos particulares (Jaramillo Snchez, 1938: 60-2).
La autonoma que la Constitucin conceda a los Departamentos y Municipios para
el manejo de sus propios fondos, tambin era un obstculo, pues en muchos casos
los dineros apropiados haban servido ms para satisfacer intereses polticos y
personales que para atender a las necesidades de higiene. As, existan organismos
autnomos que por estar sostenidos con fondos municipales no se sometan a las
normas de las autoridades nacionales ni en lo administrativo ni en lo tcnico. Para
corregir esto, la Seccin de Sanidad y el Departamento de Servicios Coordinados se
esforzaron por celebrar contratos con entidades que realizaban campaas sanitarias
para establecer servicios en forma cooperativa y dependientes, tcnica y
administrativamente, del Ministerio e ir as eliminando poco a poco las
organizaciones autnomas. Pero muchos municipios prefirieron renunciar a los
auxilios nacionales con tal de conservar la facultad de nombrar y remover
libremente
los
funcionarios
de
higiene.
Se
intent
crear
secretaras
Entre las disposiciones sugeridas para este efecto estaba la de obligar a los
patronos con ms de cinco empleados a prestar servicio de asistencia mdica,
obligacin que hasta el momento slo tenan -por Ley 1 de 1937-, los propietarios
de banano del Magdalena, con la cual se dio estabilidad econmica al Centro Mixto
de Salud de la regin bananera. La idea era que quien trabajaba al servicio de una
empresa no era ya un pobre de solemnidad, a quien el Estado debiera prestar
servicios gratuitos, sino un elemento productor de riqueza cuya salud deba estar
protegida por el patrono. La funcin del Estado deba ser slo la de garantizar al
trabajador los derechos de asistencia mdica, lo cual equivala a un seguro de
enfermedad. Tambin se sugera que se obligara a los presupuestos nacionales,
departamentales y municipales una apropiacin de mnimo el 10% para gastos de
higiene y asistencia social. Se planteaba el establecimiento obligatorio de
Secretaras Departamentales de Higiene y Asistencia Pblica, dependientes del
Ministerio, para coordinar los servicios nacionales con los departamentales. Estas
fueron recomendaciones de la reunin de directores de higiene de 1937 (Jaramillo
Snchez, 1938: 64-65).
Segn Alberto Jaramillo Snchez, ingeniero formado en la Escuela de Minas de
Medelln y con orientacin hacia la ingeniera sanitaria, entonces ministro de
Trabajo, Higiene y Previsin Social, Colombia enviaba a la OSP cifras inexactas de
defunciones por enfermedades infectocontagiosas de declaracin obligatoria, pues
las fuentes de informacin no eran confiables. Despus del parasitismo intestinal, a
pesar de la campaa sostenida desde haca varios aos, la enfermedad que mayor
morbilidad ocasionaba era el paludismo, seguida por el pian. En 1938 funcionaban
como dependencia directa del Ministerio, los Centros Mixtos de Salud -el de la zona
bananera y los ensayados por la Federacin de Cafeteros-, 27 Unidades Sanitarias,
68 Comisiones Sanitarias Rurales, tres Servicios Antilarvarios, cinco Oficinas de
Sanidad y diez Inspecciones Sanitarias. Todos, excepto el de la zona bananera, se
sostuvieron con fondos del presupuesto nacional. Las Unidades Sanitarias lo fueron
cooperativamente por la nacin, los municipios respectivos y, en algunos casos, los
departamentos. Las Comisiones Sanitarias Rurales se financiaban con fondos
Ao
Estado* ($ col.)
Otros** ($ col.)
1934
241.086.52
1935
292.532.52
1936
461.582.68
815.572
1937
964.123.27
676.976
1938
1.126.947.65
827.325
1939
1.254.900.00
918.855
que
se
sostuvieron
en
1937
en
Barranquilla,
Cartagena
CUADRO No. 1
NOMBRES DE LA INSTITUCIN DE HIGIENE EN COLOMBIA Y SUS
DIRECTORES, 1886-1953
Perodo Nombre
Aos
Entidad de Higiene
1886-
JUNTA
1913
HIGIENE
Directores
Presidente de
1886-
la Repblica
Rafael Nez
1888
CENTRAL
DE Nicols
Osorio;
Aureliano Posada,
Carlos Michelsen.
1888-
Carlos Holgun
1892
1892-
Miguel Antonio
1898
1898-
Caro
Manuel
1900
Antonio
1900-
Sanclemente
Jos Manuel
1904
Marroqun
1904-
(designado)
Rafael Reyes
1909
1909-
Jorge Holgun
1910
1910-
(designado)
Carlos
1913-
CONSEJO SUPERIOR DE
1914
Eugenio
1914
SANIDAD
1914-
Restrepo
Jos Vicente 1914-
JUNTA
1918
Concha
HIGIENE
1918-
Marco
1921
1921-
Surez
1925
Jorge Holgun
1918
Fidel 1918-
CENTRAL
DE Pablo
Medina
1918)
DIRECCION NACIONAL DE Pablo
HIGIENE
Garca
(1914Garca
Medina (1918-25)
1922
1922-
(designado)
Pedro
Nel 1925-
Garca
1926
Ospina
HIGIENE
(1925-
1926-
Miguel Abada
1930
19301934
1931
ASISTENCIA Medina
PUBLICA
1931)
Mndez
Enrique Olaya 1931-
DEPARTAMENTO
Pablo
Herrera
1931
1934-
ASISTENCIA PUBLICA
DEPARTAMENTO
1938
Pumarejo
NACIONAL DE HIGIENE
1938
Garca
Enrique
Enciso
1931-193?
Joaqun Cano *
Alejandro
Villa
Alvarez*
Luis
Patio
Camargo
1934-
1935
Arturo
Robledo
1935-1936
Benigno
1938-
Eduardo
1938-
MINISTERIO
1942
Santos
1946
TRABAJO,
Velasco
Cabrera 1937
DEL Alberto Jaramillo
HIGIENE
Y Snchez (1938-9)
PREVISION SOCIAL
Joaqun
Caicedo
Castillo (1939-42)
Departamento de Nacional Arcesio
de Salubridad Pblica
Londoo
Palacio (1942-43)
Direccin
Nacional
de
Higiene
Abelardo
Forero
Benavides (1943)
Jorge
Elicer
Gaitn
(1943-
1944)
Moiss
Prieto
(1944-1945)
Adn
Arriaga
Andrade (1945-46)
Blas
Herrera
Anzotegui
(interino)*
1942-
Alfonso Lpez
1945
1945-
Pumarejo
Alberto Lleras
1946
1946-
Camargo
Mariano
1946-
1949
Ospina Prez
1953
MINISTERIO DE HIGIENE
Jorge
Bejarano
Martnez (1947)
Pedro Eliseo Cruz
(1947-48)
Hernando
Anzola
Cubides (1948)
Jorge
Cavelier
(1949-50)
Alonso
Carvajal
Peralta (1950-51)
Miguel
Antonio
Rueda G. (1952)
Alejandro Jimnez
Arango(1952-53)
1949-
Laureano
1952
1953
Gmez
Rojas Pinilla
1953
MINISTERIO
PUBLICA
DE
B. Velasco Cabrera, Director Nacional de Higiene; Bernardo Samper, Director del Instituto Nacional de
Higiene; Juan Pablo Llins, Decano de la Facultad de Medicina; y la flor y nata de la medicina colombiana de
entonces: Luis Cuervo Mrquez, Federico Lleras Acosta, Roberto Franco, Julio Aparicio, Juan N. Corpas,
Calixto Torres Umaa, Jorge Cavelier, Luis Patio Camargo, Alfonso Esguerra y Francisco Gnecco.
este sentido (Fluharty, 1957). La creacin del nuevo Ministerio Trabajo, Higiene y
Previsin Social y la realizacin de la X Conferencias en Bogot, a pesar de
haberse efectuado sta en el gobierno del seor Santos, puede legtimamente
considerarse como realizaciones del perodo de Lpez, quien, adems, se destac
en el campo de las relaciones interamericanas por ser ms activo y menos dcil que
otros mandatarios colombianos.
localizadas
inicialmente
en
los
lmites
de
los
problemas
social. Segn el ministro, ste sera slo un paso para lograr la tecnificacin de la
administracin de los asuntos sociales y esperaba la creacin del Ministerio de
Higene en un mediano plazo (Jaramillo Snchez, 1938: 11-12). El ministro ingeniero
expresaba as el ideal tecncrata sostenido en muchas oportunidades por los
higienistas.
La Conferencia aprob 39 resoluciones y recomendaciones, que iban desde las
reformas introducidas a la OSP hasta los votos de aplauso a Colombia y sus
representantes e instancias dirigentes por la exitosa reunin (OSP, 1938a: 959-66).
En lugar destacado figuraba el voto de aplauso y de gratitud para el Servicio de
Sanidad Pblica de los Estados Unidos por la cooperacin con la Oficina y la ayuda
tcnica a los pases. El reconocimiento se haca extensible a la FR, en particular por
sus contribuciones a la lucha contra la fiebre amarilla, llegndose a pedir en una
recomendacin por separado- el Premio Nobel para los investigadores en este
campo. Se haca un reconocimiento puntual a las actividades de profilaxis en lepra,
de Brasil y Colombia. Se haca nfasis en la orientacin tcnica comn que deba
presidir la organizacin sanitaria y se propugnaba por la institucionalizacin de la
carrera de higienista, as como la creacin de instituciones de formacin en este
campo, tambin para los funcionarios subalternos. Se volva sobre la sanidad
martima, extendindose a la area, en un momento en que este sistema de
transporte cobraba cada vez ms importancia en Amrica Latina. Se aconsejaba
proseguir y apoyar las actividades en biodemografa (estadsticas vitales), en
laboratorios e institutos de salud pblica de los pases, en vacunacin antiamarlica,
en alimentacin y nutricin y en atencin a la madre y al nio, y se reconoca el
impacto positivo que en el campo de la higiene y la salud tenan los sistemas de
seguro social (Jaramillo Snchez, 1938: 15).
Tambin se deliber y recomend sobre productos biolgicos, y para el asunto de
los medicamentos se recomendaba adoptar la Farmacopea de los Estados Unidos
de Amrica, en la edicin espaola, claro est. Se sugera la convocatoria de una
conferencia panamericana de ingeniera sanitaria -por iniciativa del subjefe del
amibiasis,
lepra,
paludismo,
peste,
tifo
exantemtico,
cuarentena para armonizar la defensa de cada pas con la defensa general del
continente (Abello, 1942: 7). La vigilancia y el control de las embarcaciones en
tiempos de guerra requeran nuevos mecanismos de comunicacin y de decisin
que pasaban por el criterio de la conveniencia o el peligro militar, adems de la
tradicional prevencin de las enfermedades transmisibles. De manera que los
pases debieron pronunciarse al respecto y hacer explcita su adhesin a la defensa
continental, tambin en el terreno de la salud.
El primero en alinearse fue el gobierno de Eduardo Santos, haciendo eco a la
consigna de F.D. Roosevelt de cerrar filas a su lado desde Alaska hasta el Cabo de
Hornos, sin ninguna defeccin (Arciniegas, 1989: 359). Esta posicin pareca ser
una posicin mayoritaria. Como afirma Bushnell, la aprobacin general que recibi
la declaracin de Santos, en Colombia, se hizo evidente al mes siguiente cuando la
Cmara de Representantes, con un solo voto en contra, manifest su confianza en
la poltica presidencial interamericana (Bushnell, 1984: 27). Lpez, por su lado,
declar la guerra a Alemania el 26 de noviembre de 1943, decidi el ingreso de
Colombia a la reciente Organizacin de las Naciones Unidas (ONU), en 1945, y
adhiri al Fondo Monetario Internacional (FMI), creado en 1944 (Rodrguez, 1989:
393). La poltica de unidad de los pases democrticos hacia un nuevo orden
mundial, propugnada por Estados Unidos y sus aliados, motiv en muchos casos el
inters de los gobiernos colombianos de la poca por unirse a las nuevas
organizaciones de diversa ndole que iban surgiendo en la postguerra, tales como la
ya citadas, adems del Banco Mundial (BM) y el GATT (Acuerdo General sobre
Aranceles y Comercio), entre otras, estimulndose la cooperacin en diversos
terrenos, incluidos los de la higiene y la salud. Las declaraciones, por lo menos,
eran prometedoras, como sta del presidente Truman el 26 de junio de 1946,
cuando an estaban abiertas algunas heridas en el subcontinente y estaban por
abrirse otras:
El xito en el uso de este instrumento [la ONU] necesitar de la voluntad
comn y la determinacin firme de los pueblos que lo han creado. Esta tarea
pondr a prueba la fuerza y fibra moral de todos nosotros. Todos tenemos que
reconocer, no importa lo grande de nuestra fortaleza, que debemos negarnos
el derecho abusivo de hacer siempre lo que nos plazca (Mendo, 2002: 4).
Pero con la creacin del campo socialista, la amenaza de la revolucin comunista
-que ya se usaba en Colombia desde los aos de nacimiento de los sindicatos y
movimientos de izquierda, por el decenio de los veinte-, dej de ser un fantasma en
el plano internacional para convertirse en una fuerza respaldada por poderes
estatales.
En el frente interno, el traumtico segundo gobierno de Lpez quien debi
renunciar en 1945- lim algunas de las reformas progresistas del cuatrienio de la
revolucin en marcha, pero, paradjicamente, avanz en medidas tales como el
seguro social obligatorio, las pensiones de invalidez y muerte, y otras ms. Su
reemplazante, Alberto Lleras Camargo, volvi por los cauces de la penalizacin de
la protesta social, cerrando filas en la defensa del capital y de los resarcidos
propietarios latifundistas que clamaban contra la Ley 200, de tierras, de su
antecesor.
Durante los gobiernos de dos ingenieros conservadores, Mariano Ospina Prez
(1946-1950) y Laureano Gmez (1950-1951), en medio del sectarismo y la violencia
que presagiaban una nueva guerra civil, se echaron las bases de lo que habra de
ser el pas industrial, urbano y moderno, sin que se superaran de todas maneraslos profundos desgarramientos sociales de un capitalismo insuficiente y
dependiente, con los lastres del patriarcalismo que se mimetizaba en odres
nuevos. Se consolid una elite plutocrtica, una clique empresarial las dos
expresiones son de Marco Palacios-, con la Federacin Nacional de Comerciantes
(FENALCO), la Asociacin Nacional de Industriales (ANDI) y la fortalecida
Federacin Nacional de Cafeteros (FEDECAFE). Esta elite, respaldada desde el
Estado, tena sus puntos de apoyo slidos en el tringulo fabril de MedellnBogot
Cali, el desarrollo de los transportes (con la consecuente decadencia del ro
La Universidad Nacional fue objeto de una profunda reforma durante el primer gobierno de Alfonso Lpez
Pumarejo (1934-1938), dotndosele de un campus amplio y de moderno diseo, as como de nuevas carreras
diferentes a las tradicionales de medicina, derecho e ingeniera-, que respondan las necesidades del desarrollo
nacional y a la complejidad y diversificacin de los saberes y tcnicas de la poca.
nrdicos, pero adoptada en toda Europa para desarrollar distintos tipos de Estado
de Bienestar, como lo muestra Esping-Andersen (1990).
Si el pacto implicaba la ampliacin de los derechos y de la ciudadana (Hanagan,
1999), la salud no podra ser excluida. Como derecho quedara incluida la salud en
la Declaracin Universal de Derechos Humanos proclamada por la Asamblea
General de Naciones Unidas en diciembre de 1948 y en la Declaracin Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre, adoptada por la Novena Conferencia
Internacional Americana, reunida en Bogot el mismo ao (Hernndez, 1992: 134).
La expansin de los derechos constitua, entonces, un cierto clima internacional. De
all que los delegados de Brasil y de China a la Conferencia de las Naciones Unidas
de 1945 propusieran convocar una conferencia regional para establecer una
organizacin internacional de salud, en el nuevo marco de relaciones que se estaba
definiendo. Para tal fin, una reunin de expertos y de representantes de los
organismos existentes tuvo lugar en marzoabril de 1946 en Pars. A esta reunin
asistieron el Director, Hugh S. Cumming, y el Secretario, Aristides Moll, como
representantes de la OSP, quienes presentaron la propuesta de conservar las
organizaciones existentes como oficinas regionales de salud de las Naciones
Unidas, y no entrar en un proceso de fusin que obligara a su desaparicin. Sin
embargo, la mayora de los asistentes planteaba la necesidad de fundir las
organizaciones existentes, como de hecho se recomend para lOffice International
dHygine Publique, la Seccin de Higiene de la Sociedad de las Naciones y la
Divisin de Higiene de la Administracin de Socorro y Rehabilitacin de las
Naciones Unidas, para crear la OMS (OPS, 1992: 397).
Esto gener un intenso debate en la Conferencia Internacional de constitucin de la
OMS a mediados de 1946. Como opcin intermedia, la Conferencia decidi incluir
en el Artculo 54 de la constitucin de la nueva organizacin que la integracin se
efectuar tan pronto como sea factible mediante accin comn basada en el mutuo
consentimiento de las autoridades competentes, expresada por medio de las
organizaciones interesadas (OPS, 1992: 398). Dentro de este clima de redefinicin
Usamos la sigla OSPA para referirnos a la Organizacin Sanitaria Panamericana y diferenciarla de la OSP que
se refiere a la Oficina Sanitaria Panamericana, tal como lo hacen los informes de la OPS. Ver por ejemplo,
(OSP, 1958).
A comienzos del decenio de los cincuenta, el pas viva una crtica situacin de
violencia y se gestaba un golpe militar que lo separara por cuatro aos, 1953-57, de
la democracia formal. Paradjicamente, los cambios efectuados en la infraestructura
productiva y de comunicaciones, as como en la creacin de instrumentos legales e
institucionales para el desarrollo econmico adecuacin de un proyecto capitalista
dependiente habran de permitir un flujo ms sostenido de la cooperacin
internacional en todos los campos, incluido el de la higiene y la salud. La creacin
de la OMS como organizacin sanitaria ligada a las Naciones Unidas, adems de la
reorganizacin y redefinicin de la OSP como OSPA a partir de 1947, aclararan
formas y mecanismos de cooperacin entre sus miembros, con una apertura ms
simtrica entre los centros del poder y los subalternos. A ello contribua la presencia
de los pases socialistas en la escena internacional y en los organismos
internacionales, como contrapartida a la unipolaridad del poder que tradicionalmente
haba dominado toda la primera mitad del siglo XX. Tambin en el campo de la
higiene y la salud se dio este replanteamiento de las correlaciones de fuerza, en el
marco de creciente tensin de la guerra fra, dentro de la cual se inscribira por
dcadas la nueva situacin de bipolaridad. En 1958, la XV CSP celebrada en San
Juan, Puerto Rico, cambi el nombre de la Organizacin Sanitaria Panamericana
(OSPA) por el de Organizacin Panamericana de la Salud (OPS), con el cual se
conoce hasta hoy a la organizacin, y mantuvo a la OSP como organismo
encargado de la ejecucin de los servicios (OPS, 1959: 1). Este nombre reflejaba
de manera ms ntida su carcter amplio y sus funciones. De todas maneras, se
creaba una nueva situacin nacional e internacional que permita unos niveles
superiores de cooperacin con los Estados latinoamericanos, entre ellos, el
colombiano.
No obstante, el periodo
El retorno de la erradicacin
Desde 1950, la estrategia de la OSP frente a las enfermedades transmisibles como
la fiebre amarilla y la malaria se centr en la erradicacin del vector y, por tanto, de
la enfermedad. El arma con la cual se enfrentaron al vector fue el insecticida de
accin residual DDT (dicloro-dofenil-tricloroetano), que fue inicialmente utilizado
como pediculicida contra una epidemia de tifus en Npoles entre 1943 y 1944. Esta
campaa que se llev a cabo en plena guerra mundial, y en la que trabaj Soper,
fue realizada por la Comisin de Control de los Aliados con la cooperacin del grupo
de tifus de la FR. El DDT fue luego aplicado para combatir all mismo el Anopheles
labranchiae, en vista de que las medidas de aplicacin de larvicidas resultaban
peligrosas porque los ejrcitos aliados se encontraron con reas considerablemente
inundadas y minadas por el ejrcito alemn al batirse en retirada. A partir de all se
extendi su uso a otras zonas como el delta del Tber y otras zonas de Italia. Desde
1945 se inici el uso comercial del DDT en los Estados Unidos para proteger a las
tropas de malaria, tifo y otras enfermedades. En ese mismo ao se empez a
utilizar en Venezuela y Mxico (Franco, 1990: 128-131).
otros dieron origen a algunos de los movimientos insurgentes que fueron creciendo
alimentados por la exclusin econmica y sociopoltica de los gobiernos
sucesivos. Como se ver en los captulos siguientes, la alteracin del orden
pblico durante las posteriores exacerbaciones del conflicto interno, afect el
desarrollo de algunos proyectos de cooperacin de la OSP y el Estado Colombiano,
en particular la campaa de erradicacin de la malaria. La alteracin del orden
pblico fue considerada por los funcionarios del SEM como uno de los factores del
comportamiento humano que habran impedido el xito de la misma.
Programa de erradicacin del Aedes aegypti
En el decenio de 1950, la OSP llen el vaco que haba dejado la FR como lder de
las polticas y acciones de control y erradicacin de la fiebre amarilla en Amrica
Latina. La diferencia con las primeras campaas, las de los aos veinte, radicaba en
que ya no se buscaba la erradicacin de la enfermedad (objetivo que se basaba en
la teora de los centros claves) sino de su vector urbano. Soper, antiguo funcionario
de la FR, diriga la OSP desde 1947 y fue reelegido como director de la misma en
las Conferencias Panamericanas de 1950 y 1954. Desde el cargo de director
fortaleci, entre 1947 y 1958, los programas de erradicacin, tanto as que este
periodo ha sido denominado el del llamamiento regional a las armas, en alusin a
la situacin de guerra caliente y guerra fra que viva el mundo y por el espritu un
tanto militar que animaba esos programas, en cuya promocin eran frecuentes las
metforas de combate blico (OPS, 1992: 396)
En la primera reunin anual del Consejo Directivo de la OSP en 1947 se haba
acordado erradicar de la regin el vector urbano de la fiebre amarilla, el Aedes
aegypti. Esta propuesta haba surgido del Brasil cuando, luego de haber liberado del
mosquito de la fiebre amarilla la mayor parte de su territorio, se consider que
exista el peligro de reinfestacin procedente de los pases vecinos. Por primera
vez, los pases de las Amricas se comprometieron a actuar concertadamente para
la solucin de un problema comn. As se retorn a una nocin fortalecida de
erradicacin, esta vez como compromiso de todas las naciones de una regin. Era
el primer reconocimiento oficial de que los pases infestados tenan la obligacin de
liberarse de la infestacin o de la infeccin, no slo para proteger a sus habitantes,
sino tambin para proteger a los dems pases (OSP, 1958: 11).
La erradicacin presupona la eliminacin de las races de la infeccin, agentes y
vectores, y la desaparicin de algunas de las condiciones que permitan la
existencia de la enfermedad. Para el caso de la fiebre amarilla, este programa
inclua tres partes: a) erradicacin del vector urbano de la enfermedad, con
contencin del virus en los bosques infectados para proteger a la poblacin urbana;
b) vacunacin de la poblacin expuesta con vacuna antiamarlica 17D para
protegerla contra la forma selvtica de la enfermedad, cuyo virus no poda ser
erradicado de su reservorio extrahumano en la selva; y c) investigacin
epidemiolgica de la forma selvtica de la enfermedad (OSP, 1958: 28).
En Colombia, desde 1944 y como un homenaje al cientfico cubano, se dio el
nombre de Instituto de Estudios Especiales Carlos Finlay (ICF) a la seccin del
Ministerio de Salud que, con apoyo de la FR, realizaba investigaciones sobre la
fiebre amarilla. En 1949, un ao despus de vencido el contrato de la FR con el ICF,
Soper visit Colombia y someti a consideracin del gobierno un proyecto de
contrato con la OSP, cuya sntesis era:
Por su parte la OSP, sufragando los gastos, facilitara los servicios de miembros de
su personal tcnico experto en la erradicacin del Aedes y en el control del tifo
exantemtico para la supervisin inicial de esas campaas, hasta que el grupo
colombiano poseyera la preparacin adecuada para hacerse cargo de las mismas
(Roca Garca, 1950: 161). Segn Hernando Groot (2002), Soper se interes por el
mantenimiento de la produccin de vacuna de fiebre amarilla en el ICF y por la
continuacin de otros estudios, tales como la epidemiologa de diversos arbovirus,
de inters para los investigadores nacionales. Todo ello qued plasmado en el
convenio que se firm el 16 de mayo de 1950, por medio del cual el gobierno
colombiano y la OSP daran cumplimiento al programa de erradicacin del vector de
la fiebre amarilla urbana. Entre julio de 1950 y agosto de 1951 el ICF funcion en
virtud de tal convenio (Carvajal Peralta, 1952: 139-140).
La campaa de erradicacin del Aedes aegypti se inici, pues, en agosto de 1950
bajo la direccin del ICF y con el nombre de Servicio Antiaegypti. El convenio
estipulaba que el gobierno apropiara la suma de 125.000 pesos colombianos
anuales para la campaa y que la OSP dara, por una sola vez, 100.000 pesos en
vehculos, materiales de dedetizacin e insecticidas, adems del personal tcnico
necesario. En cumplimiento de dicho convenio, la OSP envi a dos mdicos y
cuatro inspectores para el adiestramiento del personal colombiano. Hacia finales de
1951, luego de establecerse el servicio anti-aegypti en Barranquilla, uno de los
mdicos, Paulo Luiz Rouanet, y dos inspectores se retiraron del programa. La
campaa pas a ser administrada en 1952 por el Servicio Cooperativo
Interamericano de Salud Pblica (SCISP), servicio que haba sido creado desde
1942 en nuestro pas con la ayuda del Instituto de Asuntos Interamericanos de los
E.U. con el fin de desarrollar diversos programas en salud pblica. El SCISP asumi
el control del programa en virtud de un nuevo convenio entre el gobierno
colombiano, la OMS/OSP y la UNICEF firmado en 1952 y que inclua acciones no
slo para la erradicacin del vector de la fiebre amarilla urbana sino tambin para el
control de la malaria. Este convenio fue la concrecin en nuestro pas del proyecto
regional de OSP llamado Control de Insectos del rea del Caribe. Del personal que
quedaba de OSP trabajando en el programa, un inspector se retir en 1953 y el
segundo en 1958, quedando en forma permanente y hasta 1960 aproximadamente,
el mdico Vicente Musa (Colombia MSP, 1961: 2; Carvajal Peralta, 1952: 139-140;
Rodrguez, 1958: 186). En 1957 el gobierno colombiano, la OMS/OSP y UNICEF
firmaron un nuevo acuerdo mediante el cual, a partir del 31 de diciembre de 1959, la
direccin de la lucha contra el Aedes aegypti pasaba de nuevo al ICF en Bogot, en
parte porque el SCISP, que lo tena a su cargo desde 1952, dejara de funcionar en
1960 (Colombia MSP, 1961: 2).
El Servicio Anti-aegypti cont, durante el tiempo de la campaa, con un equipo de
cerca de 23 personas. Al comenzar dicha campaa, tomando el municipio como
unidad de trabajo y avanzando por el sistema de reas contiguas progresivamente
crecientes, se alcanz a limpiar hasta diciembre de 1951 todo el Departamento
del Atlntico y parte de Bolvar (Colombia MSP, 1961: 3). A estos trabajos
preliminares sigui, en todo el pas, la encuesta inicial de rea presumiblemente
infestada, que confirm los sealamientos de investigadores nacionales e
internacionales en cuanto a que el Aedes se hallaba diseminado en varias
localidades entre las costas y la vertiente occidental de la cordillera oriental y que no
se hallaba en los territorios situados entre dicha cordillera y los lmites con
Venezuela, Brasil y Per, es decir, en los llamados territorios nacionales. Tambin
se determin que los focos denunciados en los valles de los grandes ros y en las
depresiones de las cordilleras nunca llegaban ms all de los 1.300 metros sobre el
nivel del mar (Colombia MSP, 1961: 6). As, considerando la extensin del pas
(1138.355 km2) y la poblacin al comienzo de la campaa (15006.660 de
habitantes), se estableci que el 47,9% de los colombianos viva en rea
(Colombia MSP, 1961: 9). Tomadas las precauciones de rigor por su toxicidad,
segn el informe, se logr en verificaciones sucesivas bajar en forma importante el
ndice de infestacin.
Ante la persistencia del Aedes en Ccuta, se traslad la campaa del ICF al
Servicio Seccional de Salud del Departamento de Norte de Santander, con sede en
su capital, que era precisamente Ccuta. La importancia de la campaa en esta
localidad hizo que el personal de la misma siguiera concentrado all, an despus
de que en 1966 el Ministerio dejara la direccin tcnica de las actividades antiAedes al jefe del Servicio de Fiebre Amarilla del recin creado Instituto Nacional de
Salud (INS) y pasara la administracin del programa al SEM (Colombia
MSP/PNS/SEM, 1967: Aedes-3).9 Con respecto al INS se debe mencionar que en
1959, el Instituto Carlos Finlay (ICF) fue fusionado por ley 22 de ese ao con el
Instituto Nacional de Higiene Samper Martnez, el Laboratorio de B.C.G, el
Laboratorio de Higiene Industrial y el Laboratorio de Control de Productos
Farmacuticos, bajo el nombre de Instituto Nacional de Salud Samper Martnez
(INS) (INPES, 1973: 1-4). Debido a esta fusin, en 1962 se reanud el convenio de
cooperacin entre el INS y la OPS/OMS por el cual este ltimo partner continuara
asignando 25.000 dlares anuales para la produccin de vacuna de fiebre amarilla e
investigacin de arbovirus (Colombia MSP/PNS/SEM, 1967: INS-2).
Hacia 1966 la campaa contaba con un equipo de unas treinta personas que
vigilaban, adems de la ciudad de Ccuta, los puertos de la Costa Atlntica y
Pacfica y los aeropuertos del pas. El costo de la campaa entre 1950 y 1966 se
estimaba en 5473.538 pesos colombianos (Colombia MSP/PNS/SEM, 1967: Aedes3 y Aedes-4-5; Colombia MSP, 1969: 16).
En vista de que el documento MSP/PNS/SEM, 1967, contiene varios informes con paginacin independiente,
para facilitar su consulta se adopt la siguiente convencin: en la referencia bibliogrfica se antecede al nmero
de pgina una palabra clave que identifica a cul de los informes del documento citado se hace referencia. As,
cuando se trata del informe titulado Programa de erradicacin del Aedes aegypti se antecede la palabra Aedes;
para el informe titulado Programa Instituto Nacional de Salud se antecede al nmero de la pgina la palabra
INS; para el informe titulado Programa de erradicacin de la Malaria se antecede la palabra malaria.
Gobierno
OSP
OSP
Presupuesto
Colombiano
Dlares
Pesos
Total
colombianos
Pesos
50.000
60.000
60.000
79.000
79.000
101.000
141.293
190.778
233.287
245.110
colombianos
195.000
250.000
250.000
329.000
329.000
401.000
441.293
540.778
583.287
595.110
Pesos
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
colombianos
145.000
190.000
190.000
250.000
250.000
300.000
300.000
350.000
350.000
350.000
31.600
31.600
31.600
31.600
31.600
31.600
31.600
31.600
31.600
31.600
obtener resultados rpidos determin en parte que durante este decenio la OSP
dedicara menos esfuerzos a la reorganizacin de los servicios de salud en
comparacin con la intensidad de las acciones que dedic a la lucha contra algunas
enfermedades transmisibles, al tiempo que favoreci intervenciones tcnicas en
cuestiones sociales y educativas (Cueto, 1996: 196-201; Franco, 1990: 69-70).
En 1949, la OSP hizo un estudio de las actividades de control de la malaria en las
Amricas y llam la atencin de la XIII Conferencia Sanitaria Panamericana de 1950
sobre la posibilidad y la conveniencia de erradicar este flagelo. La Conferencia
aprob el concepto de erradicacin y recomend a la OSP incluir en sus programas
actividades de lucha antipaldica en el continente, estimulando programas en curso,
suministrando intercambio de informacin y asistencia tcnica y, cuando fuere
posible, econmica a los diferentes pases para procurar la erradicacin del
paludismo en el hemisferio occidental (OSP, 1958: 11).
Segn el Ministro de Higiene de 1951, Alonso Carvajal Peralta, el gobierno nacional
apropi para ese ao la suma de 800.000 pesos con el fin de adquirir los elementos
necesarios para la campaa antipaldica, previendo que desde 1953 se realizara la
primera parte del plan, de acuerdo con la OSP. (Carvajal Peralta, 1952: 7). En
Colombia, desde 1943 las actividades de control de la malaria venan realizndose
por el SCISP con el proyecto Campaa Nacional de Malariologa. En 1947, por
decreto del Ministerio de Higiene, esta campaa se convirti en Divisin de
Malariologa dentro del mismo SCISP y sus actividades incluyeron obras de
saneamiento para extirpar los criaderos de mosquitos, uso del DDT y reparticin de
drogas antimalricas como la metoquina, cloroguanida y cloraquina. Esta campaa
era bsicamente de control y se concentraba en regiones de alta endemicidad,
como los puertos principales de las costas Atlntica y Pacfica. Posteriormente se
extendi hacia el interior del pas a travs de contratos con departamentos como
Bolvar, Antioquia, Norte de Santander, Cauca, Magdalena y Valle, para cubrir
algunas ciudades y municipios, algunas zonas en las mrgenes de los ros
Magdalena, Atrato y San Juan, y algunas lneas frreas como Bucaramanga-Puerto
esta enfermedad. As, el 31 de agosto de l956 el pas firm un acuerdo con la OMS
y UNICEF con los siguientes compromisos:
a) continuar el programa de
an ms dramticas que las del informe del SCISP de slo un ao antes. Se calcul
que el rea malrica representaba el 90,2% de la extensin total del pas y que en
todo el territorio colombiano comprendido entre 0 y 1.600 metros de altura existan
condiciones adecuadas de temperatura para la transmisin malrica. Del total de la
poblacin colombiana, se estimaba que el 72,6% viva en reas malricas y que la
enfermedad estaba presente en 515 municipios. Adems de la significativa
extensin del rea malrica, se consideraba que Colombia se encontraba en una
desafortunada encrucijada de confluencia de 33 especies de anofelinos, lo que
haca del pas uno de los lugares de Amrica con mayor diversidad natural en esta
materia. Para el momento se haban comprobado nueve especies vectoras en las
tierras bajas y en los valles interandinos, haciendo que la endemicidad en esas
regiones fuera superior a la de algunas regiones similares en otros pases
(Colombia MSP/SEM: 1957: 1). Las visiones de los trpicos como lugares
exuberancia, pero tambin de infeccin y de muerte, tienen una larga historia en la
cultura occidental. Esta imagen de mediados del siglo XX acerca de la naturaleza
tropical como una suerte de infortunio y de fatalidad, que haba que destruir a toda
costa, contrasta fuertemente con la representacin que hoy se tiene acerca de la
gran riqueza biolgica colombiana, elogiada como biodiversidad.
En cuanto al problema de la malaria, en 1956, a pesar de la labor de saneamiento
realizada por el SCISP, el nmero de casos de paludismo fue de 69.714 y el de
defunciones de 1.639, sin contar con la falta de datos en zonas rurales donde no se
contaba con una adecuada infraestructura de salud. Aunque se reconoca que las
campaas realizadas hasta el momento haban logrado reducir las tasas de
morbilidad y mortalidad por malaria, se estaba lejos de la erradicacin debido a que
las campaas eran parciales y las regiones saneadas coexistan con regiones de
alta endemicidad. As pues, la erradicacin, como una campaa militar, precisaba de
una accin simultnea y total sobre el enemigo: el mosquito vector. Uno de los
argumentos que se esgrima para justificar la idea de la erradicacin rpida y total
era econmico: las prdidas del pas por muerte, incapacidad y cesacin de trabajo
a causa de la enfermedad eran de 57.390.000 pesos anuales.
El esfuerzo
econmico inicial que tendra que hacer la nacin sera de corta duracin, pero
conducira a un ahorro considerable en la medida en que los gastos por
saneamiento antimalrico indefinido se convertiran en innecesarios (Colombia
MSP/SEM: 1957: 2-4).
El plan contemplaba dos etapas en la fase de ataque: la primera, la de ataque
propiamente dicha, que se llevara a cabo entre 1958 y 1961, consista en
operaciones de rociado intradomiciliario con DDT, con cobertura total y operaciones
de evaluacin epidemiolgica para verificar su efectividad; la segunda etapa, de
vigilancia y prevencin de las infecciones, se iniciara en 1962, momento en el que
se calculaba que ya se habra verificado la extincin del vector y, por tanto, de los
casos de malaria. A partir de entonces, comenzaran la fases de consolidacin y de
mantenimiento. Se proyectaba que durante 1958-59 se extirparan los vectores del
Plasmodium facilparum, no debiendo observarse infecciones por esta especie
despus del mes de diciembre de 1959. Obtenida la cobertura total, al finalizar el
mes de octubre de 1958, la persistencia de casos de facilparum un ao despus
debera interpretarse como evidencia de transmisin relativamente reciente y, por lo
tanto, como falla en el rociado. Se esperaba que el reservorio de Plasmodium vivax
experimentara una disminucin progresiva a partir del segundo semestre de 1958,
debiendo haberse extinguido completamente las infecciones para el segundo
semestre de 1961. Con gran optimismo se estimaba que si despus de tres aos de
haber cesado las operaciones de rociamiento no se haban producido casos de
malaria, se declarara erradicada la enfermedad de Colombia (Colombia MSP/SEM:
1957: 150-51; 161-62).
De una manera vaga se consideraba que los servicios de salud pblica asumiran la
responsabilidad de la vigilancia epidemiolgica en todo el territorio nacional luego de
la interrupcin de la transmisin. En este plan, y en la forma en que se llev a cabo
la campaa, era evidente el fuerte nfasis en las acciones de ataque y la fe en el
logro de la meta a corto plazo (Colombia MSP/SEM: 1957: 163). Los tcnicos
esperaban una colaboracin activa y sin reparos de los diversos sectores sociales
1960: 1), cuya fase de ataque se inici en septiembre de 1958 (Rodrguez Orejuela,
1960: 1). El programa funcion de la siguiente manera: se dividi el pas en zonas
de erradicacin, cuyo nmero vari con el paso de los aos, segn la disponibilidad
econmica o situacin epidemiolgica. Cada una de las zonas estaba dirigida por un
mdico malarilogo y en ellas se cumplan dos actividades bsicas: rociamiento de
viviendas con DDT, que se haca en ciclos de seis meses, y servicio de evaluacin
epidemiolgica. sta consista en determinar las especies de Anopheles de todas
las regiones paldicas, examinar la sangre de personas con historia febril, a travs
de los inspectores y visitadores de la campaa para determinar el ndice parasitario,
y distribuir drogas antiparasitarias en los casos febriles (Concha y Venegas, 1960:
3,7).
Hasta 1960, la OSP/OMS envi en forma permanente un equipo de consultores
integrado por dos mdicos malarilogos, dos ingenieros, un estadstico y cinco
inspectores sanitarios; tambin facilit la asistencia tcnica temporal de un mdico
parasitlogo, un mdico entomlogo, un ingeniero de transporte y otros funcionarios
de la oficina de la Organizacin en Lima, quienes frecuentemente visitaban y
vigilaban el desarrollo del programa en Colombia. La OSP tambin envi drogas
antimalricas suficientes para toda la campaa por valor de cerca de un milln de
pesos.
individuos enfermos, los vectores y los insecticidas se deba pasar a poner el centro
de las polticas y las acciones en forma integral-en la comunidad, la familia y el
medio ambiente, realizando actividades de promocin de la salud, educacin,
saneamiento del medio, consulta familiar y vigilancia epidemiolgica. Los centros de
salud, epicentros de la nueva concepcin, prestaban servicios, idealmente
integrados, de higiene materno-infantil que incluan el control prenatal, la educacin
de parteras, la atencin del parto, el control postparto, el seguimiento del nio sano
y la atencin del nio enfermo, en particular en menores de un ao, y la vacunacin
antivarilica y con DPT o DP.
cursos
en
saneamiento
ambiental,
ingeniera
sanitaria
salud, pero tambin al personal de campo. Este giro se concretar a partir de 1964,
cuando la Escuela Nacional de Salud Pblica (ENSP), instalada por decisin
gubernamental en la ciudad de Medelln, empiece su labor formativa en el terreno
sanitario.
La dcada del cincuenta se inici, para la educacin mdica del pas, bajo el influjo
de tres hechos significativos. En primer lugar, la discusin suscitada por las
conclusiones de la Misin Mdica Unitaria norteamericana del Unitarian Service
Committee, encabezada por el Dr. G.H. Humphreys, jefe del servicio de ciruga del
Colegio de Mdicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia en Nueva York.
Esta misin visit, en 1948, diferentes hospitales, clnicas y facultades de medicina
en Bogot, Medelln, Cartagena y Barranquilla y a partir de las observaciones
recogidas elabor una serie de recomendaciones para la transformacin de la
educacin mdica en el pas, de las cuales merecen resaltarse las siguientes:
mayor nfasis en ciencias bsicas; aumento del nmero de profesores de tiempo
completo; reduccin del nmero de estudiantes; supervisin ms estrecha del
trabajo clnico; fortalecimiento del trabajo en laboratorios; mejoramiento de la
organizacin hospitalaria y su dotacin; y fortalecimiento de las relaciones con
instituciones de los Estados Unidos (Humphreys et al, 1950).
El segundo hecho fue la creacin en 1950 de la Facultad de Medicina de la
Universidad del Valle, con apoyo tcnico y econmico de la FR. Siguiendo las
recomendaciones de la misin mdica de 1948, esta facultad organiz su esquema
curricular bajo la divisin de los estudios en bsicos y clnicos, foment el empleo
de personal docente de tiempo completo, renov la prctica clnica-hospitalaria y se
consolid como el primer bastin de la medicina de orientacin norteamericana en
Colombia y como punto de arranque de la insercin del modelo flexneriano en el
pas (Orozco, 1984). El tercer hecho fue la visita de una segunda Misin Mdica
Norteamericana, en 1953, encabezada por el Dr. Maxwell Lapham, decano de la
Escuela de Medicina de la Universidad de Tulane, y organizada por la Divisin de
Salud del Instituto de Relaciones Interamericanas a peticin de la Universidad
eleccin del chileno Abraham Horwitz, en 1958, implic una mayor presencia de los
latinoamericanos en la conduccin de la Organizacin y un cambio en la orientacin
poltica, basado en las relaciones estructurales entre la salud, el bienestar y el
progreso econmico de los pases (OPS, 1992: 407). As lo expresaba Horwitz en la
reunin de Punta del Este:
La tesis de que el aumento de la produccin trae un incremento proporcional
del ingreso real de cada persona y mejores condiciones de vida, no se ha
cumplido en las Amricas ni siquiera en los pases ms prsperos.
Tericamente, podramos afirmar resultados comparables si los recursos se
invirtieran de preferencia para promover la salud y prolongar la vida.// Hay
conciencia hoy sobre la necesidad de estimular simultneamente el
crecimiento econmico y el progreso social por medio de planes racionalmente
concebidos que atiendan prioridades y orientados al empleo de los recursos
crecientes. (Horwitz, 1961a: 379).
As, se inici la articulacin entre salud y desarrollo socioeconmico en el
continente, tambin por la nueva posicin de la OPS y su estrategia de vinculacin a
la dinmica poltica regional. La tercera reunin del Grupo de los 21 se realiz en
Bogot en septiembre de 1960 y su declaracin, el Acta de Bogot, fue an ms
explcita en reconocer la interrelacin de los intereses de las Repblicas
Americanas y la mutua dependencia de los problemas econmicos y sociales
(Horwitz, 1962a: 477). Entre los problemas sociales prioritarios, se hizo especial
mencin a los de salud, seccin que fue redactada por los participantes de la OPS.
El ideario de Bogot se consolid y ampli en la Carta de Punta del Este, que
estableci los objetivos de la APP. En esta Carta se incluy la salud en lugar muy
destacado, por medio de la Resolucin A.2, denominada Plan Decenal de Salud
Pblica de la Alianza para el Progreso. En los considerandos de la Resolucin, la
relacin entre salud y desarrollo aparece como un requisito esencial, segn lo
haba expresado el Grupo de Expertos de la OEA sobre Planificacin del Desarrollo
Econmico y Social:
asegurar una tasa de crecimiento del producto bruto per capita del orden del
2,5 por 100 anual (Halperin Donghi, 1993: 540).
Los cambios en la orientacin poltica y terica de la OPS se articularon a la
dinmica poltica regional de una manera que favoreca la inversin en salud por
parte de los Estados. El gran objetivo proclamado por la Carta de Punta del Este en
materia de salud parece redactado por la OPS: aumentar en un mnimo de cinco
aos la esperanza de vida al nacer, y elevar la capacidad de aprender y producir,
mejorando la salud individual y colectiva. Este objetivo estratgico deba alcanzarse
mediante el logro de una serie de metas en el campo de la medicina preventiva, de
la curacin y de la rehabilitacin, tales como:
[] suministrar en el prximo decenio agua potable y desage a no menos del
70 por ciento de la poblacin urbana y del 50 por ciento de la rural; reducir la
mortalidad de los menores de cinco aos por lo menos a la mitad de las tasa
actuales; controlar las enfermedades transmisibles ms graves, de acuerdo
con su importancia como causas de invalidez y muerte; erradicar aquellas
enfermedades para las cuales se conocen tcnicas eficaces, en particular la
malaria; mejorar la nutricin; perfeccionar y formar profesionales y auxiliares
de salud en el mnimo indispensable; mejorar los servicios bsicos de la salud
al nivel nacional y local; intensificar la investigacin cientfica y utilizar plena y
ms efectivamente los conocimientos derivados de ella para la prevencin y la
curacin de las enfermedades (OPS/OMS, 1961: 20-21).
Para el logro del objetivo estratgico se introdujeron criterios que deberan gobernar
las relaciones entre gobierno, sociedad, economa
y salud: primero, el
gasto; segundo, la
entre los servicios de salud de los ministerios de salud y los del seguro social. Estos
lineamientos marcaron la cooperacin en salud durante ms de tres lustros.
tener
funciones
normativas;
los
dems,
actuando
de
manera
Esta doctrina de integracin fue oficializada por la OPS y por los gobiernos en sus
distintas reuniones formales. As, por ejemplo, el Consejo Directivo de la OPS en su
16 reunin, traz la orientacin de integrar las responsabilidades de las agencias
del Estado destinadas a la atencin de los pobres con las de las seguridad social,
aunque para el caso de sta ltima, en lo relativo a las responsabilidades, se
expresaron reservas. Y en las discusiones tcnicas de la XVI Conferencia Sanitaria
Panamericana de 1962, se recomend la coordinacin de los servicios de asistencia
pblica con los de la seguridad social como camino hacia la integracin de la salud
pblica con la atencin mdica y la racionalizacin del uso de los recursos. No hubo
discrepancias con el enfoque estratgico de integracin funcional sino con la tctica
de su puesta en prctica que, se acept, fuese la de un proceso experimental de lo
local a lo global (OPS/OMS, 1962). sta fue tambin la conclusin de la Reunin de
Ministros de Salud de las Amricas de 1963, a la que asisti por Colombia el Dr.
Jos Flix Patio, Ministro de Salud Pblica (OPS/OMS, 1963: 39).
En estos aos, Colombia comenzaba el experimento poltico que pretenda superar
la violencia partidista y restaurar la democracia, despus del gobierno del General
Rojas Pinilla y de su reemplazo por la Junta Militar en 1957. Pero la estrategia
adoptada, el ya mencionado Frente Nacional, signific un nuevo cierre del sistema
poltico. Un plebiscito aprob una reforma constitucional para alternar el poder
estatal entre los partidos tradicionales Liberal y Conservador por un lapso de 16
aos a partir de 1958. Las lgicas institucionales, polticas y culturales del Frente
Nacional perduraron ms all del lmite establecido, hasta mediados de la dcada
del 80 (Hartlyn, 1993: 15). El Frente Nacional fue cuestionado desde muy temprano,
tanto por copartidarios (liberales y conservadores) como por fuerzas sociales y
polticas excluidas. Y esto se tradujo en serios problemas de gobernabilidad y en la
continua bsqueda de mecanismos de incorporacin de fuerzas sociales, de
consolidacin del poder presidencial y de negociacin sistemtica con el legislativo.
Como afirma Tirado Meja, la caracterstica central del sistema del Frente Nacional
es que se trataba de un mecanismo para evitar pero no para innovar; [] para
Los asesores de OPS para este proyecto, en el marco del programa de Servicios Nacionales de Salud, fueron
los doctores Mario Len Ugarte (1956-1959), Ral Vera (1960-1965), Romeo Manrique de Lara, en
Administracin Sanitaria (1960-1964), Germn Lelo de Larrea, en Atencin Mdica (1964-1968) Martn
Vsquez Vigo (1966-1967), Federico Bresani Silva, en Planificacin de Salud (1967) y Norberto Espinosa
(1968).
reforma constitucional de 1936 haba quedado una responsabilidad del Estado por
los pobres, con base en el concepto de asistencia pblica (Hernndez, 1992: 129136). En el nuevo contexto internacional de ampliacin de derechos, el gobierno de
Valencia expidi un decreto que retomaba el concepto de asistencia pblica para
incorporar la idea del bienestar, en los siguientes trminos:
La asistencia pblica, como funcin del Estado, consiste en la ayuda que ste
debe prestar para procurar el bienestar individual, familiar y colectivo,
mediante la prevencin de la enfermedad, la promocin y recuperacin de la
salud de quienes careciendo de medios de subsistencia y de derecho para
exigirla a otras personas, estn incapacitadas para trabajar (Colombia PR,
1963: art.1).
En estas condiciones, en el plano legal colombiano continuaba la idea de una
obligacin estatal por los pobres que, en trminos rigurosos, debera cubrir slo a
los indigentes y abandonados a su suerte. Pero la restriccin nunca lleg a ser tan
fuerte. Por el contrario, la existencia de una gran cantidad de poblacin en
condiciones de pobreza y la difusin a nivel internacional de la idea de que era
necesaria la expansin de los servicios ofrecidos por los Estados, condujo al pas a
entrar en un proceso de ampliacin de la red pblica de servicios, lo que de alguna
manera poda asimilarse a la puesta en prctica del derecho a la salud, aunque este
derecho, en trminos generales, siempre ha sido parcial y limitado.
La OPS se vincul a este proceso, mediante el envo de asesores a partir de la
Reunin sobre Integracin de Servicios de Salud y Plan Nacional de Salud realizada
durante los das 27 al 29 de julio de 1966 en Bogot. A ella asistieron distintos
actores
gubernamentales
(MSP, cajas
de
previsin
social,
ICSS)
no
Zona IV, quienes explicaron la posicin de la OPS sobre integracin y aclararon las
interpretaciones que de la misma hacan diversos actores en el debate nacional.
Las conclusiones de la reunin subrayaron la inclusin de las Beneficencias y los
hospitales en el sistema de integracin, y tambin la de las instituciones de
seguridad social (ICSS, Cajas de Previsin Social, oficiales, semioficiales y
privadas), que se consideran como partes de un sistema integrado de salud. Sin
embargo, se reconocan las dificultades y se aclaraba que, mientras se alcanzaba
esta meta, deba procurarse la coordinacin de estos institutos con los servicios de
salud, a fin de evitar la duplicacin de acciones, favoreciendo as la mejor utilizacin
de los recursos (Colombia MSP, 1966: 161). Adems, se hizo nfasis en que la
poltica de integracin era bsica para la formulacin del Plan Nacional de Salud,
punto clave de la agenda de gobierno como elemento del Plan de Desarrollo
Econmico y Social. Rondaba, entonces, el ideal no realizado de la planificacin de
la salud.
Para 1963 existan en el pas siete facultades de medicina en las Universidades Nacional, de Antioquia, del
Valle, de Cartagena, del Cauca, de Caldas y Javeriana.
poblacin,
mortalidad,
morbilidad,
recursos
institucionales,
recursos
facultades de medicina (dos abiertas entre 1966 y 1967); 995 cupos de admisin
para estudiantes; desercin estudiantil superior al 30%; aumento de la emigracin
de mdicos; 74% de los mdicos concentrados en las principales ciudades
capitales; 28% de los mdicos con formacin de especialista; gastos anuales de
$70.000 por estudiante de medicina de pregrado en toda la carrera (Paredes, 1968).
Paredes aada: a esta cifra se deben agregar los gastos ocasionados por servicios
generales de las universidades, los que dependen del sostenimiento de los
Hospitales Universitarios y los gastos de sostenimiento de cada estudiante durante
siete aos (Paredes, 1968: 109).
Este estudio permiti comprender, de manera rigurosa, que el personal mdico
estaba inadecuadamente utilizado y desigualmente distribuido en el pas e hizo
evidente que an faltaba mucho trabajo para fortalecer los enfoques de la medicina
preventiva y para vincular la educacin mdica con las necesidades del pas.
Aunque se ha dicho que los resultados de dicho estudio fueron subutilizados, ste
se convirti en un hito en el desarrollo de los recursos humanos en Colombia y
modelo para ser aplicado en otros pases, labor en la cual la OPS tuvo notable
injerencia. En 1967, el Estudio fue presentado en la ciudad de Maracay, Venezuela,
ante los pases de la regin y all, despus de valorar sus resultados y su
metodologa, se concluy que dicho trabajo era un referente importante para el
trabajo futuro de planificacin de los recursos humanos.
Entre tanto, la OPS intensificaba su labor reflexiva y realizaba propuestas en el
terreno de la educacin mdica, auspiciando eventos acadmicos, difundiendo
resultados de estudios y experiencias, favoreciendo el intercambio de ideas y
promoviendo resoluciones y acuerdos entre los pases. En particular, la OPS se
interes en la enseanza de reas como pediatra, medicina preventiva, patologa,
bioqumica, fisiologa, farmacologa y bioestadstica, en las cuales se organizaron
comits de expertos y se publicaron informes a lo largo de los aos sesenta (OPS,
1960; OPS, 1964, 1964a, b, c, d, e). El Programa de Textos de la OPS, creado en
1966, tuvo como objetivo facilitar la adquisicin de libros de medicina por parte de
stas eran: Universidad de Cartagena, Universidad Nacional, Cruz Roja, Universidad Javeriana, Universidad
de Antioquia y Universidad del Valle.
Duracin
Participante
197
40 h
s
20
42
tratamiento de aguas
Bombas y sistemas de bombeo
84 h
Aprovechamiento
de
aguas 330 h
34
21
Higiene industrial
subterrneas
Tcnicas de
simulacin
en
el 56 h
197
maternoinfantil
familiar
Enseanza
maternoinfantil
planificacin
de
y
22
enfermera 2 meses
21
planificacin
familiar
Pediatra clnica y social
2-1/2
20
meses
Seminario sobre enseanza de la 20 h
60
ingeniera sanitaria
Promotores
de
25
saneamiento 270 h
ambiental grado 1
Diseo de plantas de tratamiento de 60 h
39
agua
Administracin
19
empresas
de
acueducto
alcantarillado
Aprovechamiento
subterrneas
Tcnicas
direccin
de
estadsticas
de 400 h
y
aguas 400 h
y 80 h
22
10
computacionales en proyectos de
197
5
ingeniera sanitaria
Tratamiento de desechos lquidos 85 h
31
industriales
Operadores
20
de
plantas
de 1011 h
tratamiento de agua
Promotores
de
saneamiento 900 h
30
ambiental grado 2
Promotores
de
saneamiento 900 h
59
ambiental grado 2
Actualizacin
en
TBC
37
para 1 sem
enfermera
Formacin de promotores rurales
Atencin
materno-infantil
en 8-12
261
49
enfermera
Atencin
en 5-24
16
en
30 (?)
enfermera
Curso sobre el papel de la auxiliar
15 (?)
enfermera
Curso
de
materno-infantil
investigacin
de enfermera en enfermedades
transmisibles
Curso de atencin de enfermera
17(?)
materno-infantil
XIII curso internacional
administracin
empresas
197
6
de
sobre 250 h.
direccin
de
acueducto
24
alcantarillado.
XIII curso sobre aprovechamiento 300 h.
20
aguas subterrneas
Curso sobre cloracin de aguas
40 h.
Curso sobre contaminacin del aire 70 h.
Curso
sobre
lagunas
de 48 h.
18
20
25
estabilizacin
Seminario sobre calidad del agua
24 h.
4
Talleres
de
actualizacin
40
120
22
vricas
Seminario sobre inmunizaciones
Seminario sobre venereologa
Taller Regional sobre enseanza de
33
33
36
200
en situaciones de emergencia
Seminario
Internacional 40 h
70
deFluoracin
Taller de salud ocupacional, higiene 12 h
26
y seguridad industrial
Disposicin de desechos slidos
30
40 h
cuya
interdependencia
es
reconocida
(OPS,
1962:
189).
Este
CUADRO No. 5
PAS
Mxico
Venezuela
Brasil
Puerto Rico
Argentina
Colombia
TEMA
Objetivos de las escuelas de salud pblica
Enseanza de la bioestadstica
Enseanza de la administracin en salud pblica
Enseanza de la epidemiologa
Administracin de atencin mdica y hospitalaria
Funciones de las escuelas de salud pblica frente a
los cambios socioeconmicos en Amrica Latina
Participantes por la
David Bersh
OPS
Jorge Andrade
Rolando Armijo
George Gillespie
Hugo Leavell
Mario Testa
Francisco Henao M.
William Meja V.
Pablo Murillo
Luis Carlos Ochoa
Antonio Ordoez Plaja
Humberto Posada
Guillermo Restrepo Ch.
Julio Len Trejos.
Emiro Trujillo U.
Luciano Vlez A.
Francisco Yepes L.
Fuente: OPS, 1970.
Como una manera de superar tales deficiencias, la ENSP se dedic entre 1972 y
1975 a buscar proyeccin internacional. Con apoyo de la OPS inici un programa de
cursos internacionales de planificacin de la salud. En sus primeros tres aos, estos
cursos contaron con la direccin compartida de un coordinador nacional, profesor
de la escuela, y un coordinador internacional patrocinado por la OPS. El primero de
ellos se realiz con xito en abril de 1972 y cont con la asistencia de alumnos
nacionales y extranjeros.
Por eso, el objetivo general era reducir la morbilidad y mortalidad materna e infantil,
y mejorar el bienestar de la familia mediante la planificacin familiar. Se planteaba
como objetivos especficos aumentar la cobertura del control prenatal, de la
atencin del parto, del crecimiento y desarrollo de los menores de cinco aos,
prevenir el aborto provocado, aumentar la informacin y los servicios de control
natal, la cobertura de la citologa vaginal para mujeres en edad frtil, y la formacin
de recursos humanos para la realizacin de las actividades del programa. Tres
frentes de intervencin seran prioritarios: la expansin de las coberturas de
atencin mdica, la intensificacin de las acciones de prevencin (vacunacin,
saneamiento y nutricin), y el control de la fecundidad mediante acciones de
planificacin familiar, que hasta entonces venan siendo realizadas principalmente
por el sector privado.
El PMI form parte de la Direccin de Atencin Mdica del Ministerio de Salud, una
de las tres direcciones que junto con Campaas Directas y Saneamiento Ambiental
constituan el eje del trabajo del MSP. El Programa operaba en los espacios
nacional, seccional y local, con presencia permanente de un asesor de la OPS en el
nivel nacional, primero en lo que se llam Grupo Materno Infantil del MSP, y luego
en lo que pas a llamarse Divisin Materno Infantil y Dinmica de Poblacin, al ser
reestructurado el Ministerio de Salud en 1974.
Es interesante destacar el carcter operativo del nivel local y, al mismo tiempo, la
concepcin integral de las funciones de atencin mdica del personal involucrado
en el mismo. As, por ejemplo, el mdico tena las siguientes funciones: participacin
en el diagnstico de salud de la comunidad; participacin en la programacin de las
actividades del organismo de salud; prestacin directa de los servicios a la madre y
el nio, tanto en morbilidad como en los aspectos preventivos; participacin en la
rural de nuevo tipo, marcada por la insurgencia y la siembra de cultivos ilcitos, que
se ha asentado en el pas desde los aos sesenta.
Segn datos del sector agrcola, hacia 1966 un milln y medio de trabajadores del
campo se movilizaban anualmente por el rea malrica, agudizando el problema en
las reas de ataque y creando brotes epidmicos en las reas de consolidacin. Las
reas nuevas de colonizacin, adems de colocar en riesgo de infeccin a los
nuevos pobladores y de constituirse en foco de infeccin que poda extenderse
hacia las reas contiguas en fases ms avanzadas del programa, representaban un
reto importante, puesto que nuevas casas y localidades no estaban incluidas en los
rociamientos planeados originalmente. Adems, la construccin de viviendas
provisionales primitivas no ofreca una base slida para la aplicacin del insecticida
y su modificacin constante agravaba la posibilidad de controlar y erradicar la
malaria en estas regiones (Colombia MSP/SEM, 1966: 8).
Por ello, en 1967 la campaa debi reanudar la fase de ataque en las zonas que
haban sido interrumpidas y ms de la mitad del territorio que ya se encontraba en
fase de consolidacin debi regresar a la fase de ataque entre 1967 y 1968
(Colombia MSP/SEM, 1971: 2-5). As las cosas, del 25% del rea malrica total que
se encontraba en fase de ataque en 1966, aument a 88% en 1969 (856.017 km2),
con el 31% de los habitantes del total del rea malrica (3.882.851 habitantes),
mientras que las reas en fase de consolidacin disminuyeron de 29% en 1966 al
11,8% (114.832 km2) hacia 1969, con el 68% de la poblacin en riesgo (8.579.794
habitantes) (Colombia MSP/SEM, 1969: 3).
La evaluacin de las dificultades en el logro de la meta de la erradicacin en varios
pases, no slo en Colombia, condujo a que la OPS valorara cada vez ms el papel
de los servicios generales de salud en el cumplimiento de esa meta y a que
promoviera la integracin de la actividad de los malarilogos que trabajaban en las
campaas nacionales con los administradores encargados del manejo de dichos
servicios. La integracin haba adquirido particular urgencia por el creciente nmero
de reas y poblaciones que estaban pasando, ya en los primeros aos del decenio
de los 60, a la fase de consolidacin, en la cual las labores de epidemiologa eran
fundamentales para mantener libres de transmisin las reas conquistadas a la
malaria. El Comit de Expertos en Malaria de la OMS, reunido en abril de 1962,
haba recomendado que se estableciera una relacin lo ms estrecha posible entre
los servicios generales de sanidad y el servicio especial de erradicacin del
paludismo en todas las fases del programa, con el fin de que ambos pudieran
contribuir eficazmente a su xito en el plazo ms breve posible y con el gasto
mnimo. La XV Asamblea Mundial de la Salud de Ginebra, de mayo de 1962, hizo
una recomendacin similar y solicit que los pases con reas en fase de
consolidacin tomaran disposiciones para que los servicios de salud pblica
estuvieran en condiciones de encargarse de las operaciones de vigilancia durante la
ltima fase. Igualmente, los Ministros de Salud Pblica de los pases de Amrica
reunidos en Washington en abril de 1963, para dar cumplimiento a lo establecido en
la Resolucin A-4 de la Carta de Punta del Este, analizaron el problema de la
malaria y la situacin de los programas de erradicacin, y se pronunciaron en el
mismo sentido (OPS/OMS, 1965: 3).
As pues, considerando que era universalmente aceptada la idea de que para el
xito de esas campaas era fundamental una ntima coordinacin de estos dos tipos
de servicios, la OPS convoc a los funcionarios encargados de los programas de
erradicacin de la malaria y a los administradores de salud de los pases de Amrica
del Sur a un seminario entre el 26 de junio y el 4 de julio 1964 en Pocos de Caldas,
Brasil. Una reunin similar se llev a cabo en Cuernavaca, Mxico, para los pases
de Amrica Central, Panam, Mxico y el Caribe, en 1965 (OPS/OMS, 1965: 4). Al
primero asistieron por Colombia Roberto Acosta Borrero, Director General del MSP
y Hernando Crdenas-Gutierrez, Director del SEM. En el seminario se elabor un
balance de la situacin. All se seal que, debido a que en muchos medios rurales
de Amrica Latina no se posea ni siquiera una unidad sanitaria elemental a cargo
de personal auxiliar, se hizo necesario reclutar personas de buena voluntad que, sin
recompensa monetaria, aceptaran colaborar en la asistencia a las personas febriles,
en salud
En el informe del director del SEM de 1966 aqu citado aparecen como anexos al final del mismo cuatro
documentos con paginacin independiente. Para facilitar su consulta se adoptar la siguiente convencin: luego
del nmero de pgina se indicar con la palabra anexo, y seguida de los nmeros romanos I, II, III o IV segn
el orden en que aparecen en el informe, a cul de dichos documentos se hace referencia. As, para el caso del
primer documento que se cita en este caso titulado Comunicacin sobre el grado de participacin de los
servicios generales de salud en la erradicacin de la malaria se colocar luego de la pgina, la expresin
anexo-I ; para el segundo documento, que es la transcripcin del convenio entre el MSP y el Departamento
del Valle para la vigilancia epidemiolgica en los municipios, se colocar la expresin anexo-II. Los otros dos
documentos no son citados en este texto.
Por ello se pensaba que cumpla con los requisitos bsicos para que con la ayuda
del SEM pudiera, despus de un perodo de observacin, tomar la responsabilidad
de mantener la vigilancia epidemiolgica hasta conseguir el registro de erradicacin
de la malaria. Por eso, en marzo de 1966, el SEM inici gestiones con las
autoridades sanitarias de ese Departamento para establecer un convenio mediante
el cual se adicionara la bsqueda de casos a las actividades propias de los servicios
asistenciales y sanitarios. Luego de examinarlo con la Jefatura Departamental de
Salud, el ministro de Salud Pblica y el gobernador del Departamento del Valle
firmaron un acuerdo, el cual entr en operacin en mayo de 1966 (Colombia
MSP/SEM, 1966: 2-anexo I). El acuerdo recoga parte de las conclusiones del
Seminario del Brasil. Se contemplaba que el MSP, por intermedio del SEM,
elaborara la planificacin de la bsqueda y la atencin de casos de malaria en los
municipios que corresponda atender al respectivo organismo de salud. El objetivo
final era que la responsabilidad del mantenimiento de la erradicacin de la malaria
en el Departamento del Valle quedara completamente a cargo de los organismos de
salud del Departamento (Colombia MSP/SEM, 1966: 2-3-anexo II).
As, las autoridades sanitarias del Valle se responsabilizaron de la bsqueda de
casos a travs de sus organismos, suspendindose entonces la atencin de la red
de colaboradores voluntarios (Colombia MSP/SSV, 1967). A pesar del optimismo
inicial, una evaluacin del acuerdo poco tiempo despus mostr que, aunque el
SEM y las oficinas centrales de la Secretara de Salud del Valle haban cumplido
sus compromisos, los servicios perifricos no haban colaborado en la debida forma
en la recoleccin de muestras febriles. Adems, las instituciones menos entusiastas
para esta funcin haban sido los hospitales y las dependencias del ICSS (Colombia
MSP/SSV, 1967).
Por la documentacin disponible, no se sabe si se establecieron acuerdos de este
tipo en otros departamentos durante el periodo 1964-1975. En los informes de los
directores del SEM consultados, no se mencionan avances al respecto y da la
impresin de que, salvo en este caso especial del Departamento del Valle, las
gran nmero de localidades rurales dispersas y que era posible utilizar, tanto al
personal como la estructura de este servicio, para llevar al campesino otras
acciones de salud (Colombia MSP/SEM, 1969).
En ltimas, el director del SEM se convirti en el Director de la Divisin. En
cumplimiento del decreto antes citado se adscribieron a la Divisin de Campaas
Directas la direccin y administracin de los siguientes programas: Erradicacin de
la Malaria, Erradicacin del Pian, Erradicacin del Aedes aegypti, Control de la
Lepra, Campaa masiva de vacunacin y Educacin sanitaria. Este nuevo
organismo mantuvo la autonoma tcnica y administrativa que se le concedi al
SEM desde 1956. Por el Decreto 621 de 1974, la Divisin de Campaas Directas se
transform en Direccin General: ya no slo dirigira y administrara las campaas
que estaban a su cargo sino tambin se le daba la responsabilidad de planearlas y
ejecutarlas. Cada nueva campaa haba sido incorporada con presupuesto propio.
En el caso de la campaa antipinica, sta se llevaba a cabo a un bajo costo,
integrada a la campaa antimalrica. Las campaas de vacunacin comprendan
actividades
contra
viruela,
tosferina,
ttanos,
difteria
tuberculosis
y,
(68%);
84.525
km2
(8,7%)
se
encontraba
en
subfase
de
institucional,
el
decreto
enunciaba
una
forma
general
de
permaneca los cuatro aos de gobierno, y esto ocurri con el doctor Antonio
Ordez Plaja en el MSP. La estabilidad permiti cierta continuidad y coherencia en
la poltica de salud, para lo cual Ordoez se apoy en un grupo de salubristas
formados en la ENSP de Medelln en la lgica de la planificacin en salud impulsada
por OPS. Por esta razn, el director del Departamento de Planeacin Nacional del
momento, Edgar Gutirrez, comentaba [con el presidente Lleras] que el Ministerio
de Salud era el nico del gabinete en que se entenda la idea de la planificacin
(Ordez, 2002: 1). El grupo de direccin del MSP se denomin jocosamente la
fonda antioquea y su principal lder era el doctor Luis Carlos Ochoa, quien haba
sido impulsado por la OPS en su carrera de salubrista y planificador, an a pesar de
sus propias aspiraciones (Ochoa, 2002: 1-2; Ordez, 2002: 4). Uno de los
integrantes del grupo, el doctor Francisco Yepes Lujn, afirma: Nosotros
empezamos a hacer planes anuales de salud, a promover planes departamentales
de salud, a traer a todos los secretarios de salud a Bogot todos los aos para
trabajar con nosotros, a nivel central, el Plan Departamental de Salud (Yepes Lujn,
2002: 1).
En el marco de la modernizacin de la administracin pblica se esperaba que cada
sector presentara su plan al poder legislativo y lo convirtiera en ley. As lo hizo el
Ministro Ordez en 1969, y en tiempo record su proyecto se convirti en la Ley 39
de ese mismo ao sobre Plan Hospitalario Nacional. Esta iniciativa, condensada
en cinco artculos, propona la construccin, dotacin y operacin de 54 hospitales,
entre 91 que fueron considerados como prioridades por el MSP (Vega, 2001: 22).
Poco despus, la creacin del Fondo Nacional Hospitalario, con base en el 10% de
los recursos del ICSS para la construccin y dotacin de hospitales pblicos, se
convirti en una de sus principales herramientas financieras y en un nuevo
mecanismo de integracin funcional, por lo alto, entre la red hospitalaria pblica y la
seguridad social.
Pero el sistema no se reduca a algunos hospitales. De all que se contratara el
estudio de Rediseo del Sistema Nacional de Salud, al comenzar el ltimo
gobierno del Frente Nacional, el de Misael Pastrana Borrero (1970-1974), con el fin
de dotar de instrumentos normativos y tcnicos al nuevo concepto de sistema. El
estudio fue apoyado financiera y tcnicamente por UNICEF, la OMS y la OPS. Por
sta ltima particip el doctor Eduardo Saru, planificador argentino, uno de los ms
destacados de la organizacin y motor de este proceso en Colombia (Castellanos,
2002; Colombia MSP, 1972). En la misma direccin se plantearon las conclusiones
del IV Congreso Colombiano de Salud Pblica, realizado en Pasto en 1971 con la
participacin de la OPS, representada por los doctores Alfredo Leonardo Bravo y el
mismo Saru. Bravo defenda la idea de un Sistema Nacional de Salud, dadas las
limitaciones financieras, administrativas y polticas para desarrollar servicios nicos
de salud en los pases latinoamericanos no socialistas, y no slo en Colombia
(Bravo, 1972: 9). Pero los salubristas exploraron con claridad tres opciones para la
organizacin de los servicios de salud: la primera, consista en separar los seguros
econmicos de la seguridad social e integrar toda la atencin mdica a cargo de un
Servicio Nacional lase nico- de Salud; la segunda, separaba las acciones
colectivas de las de atencin individual, para dejar las primeras a cargo del MSP y
las segundas a cargo de un Servicio Nacional de Salud, con la alternativa de los
seguros mdicos voluntarios; la tercera, optaba por la integracin de todos los
servicios por la va de la seguridad social, tambin con la alternativa de los seguros
voluntarios. En los debates no slo se encontraban los salubristas. Como en otras
ocasiones, participaron los mdicos, algunas organizaciones sindicales como la
Unin de Trabajadores de Colombia (UTC), y sectores parlamentarios ligados a las
Beneficencias (Hernndez Torres, 2001: 22-24).
La propuesta del equipo de salubristas ubicados en el MSP avanzaba hacia una
opcin de corte universalista que se aproximaba al modelo chileno desarrollado por
el gobierno socialista de Salvador Allende. Y sta fue su espada de Damocles. En
los primeros debates en el Congreso, el proyecto fue considerado demasiado
estatista, como sola denominarse a las opciones de corte socialista. En la
legislatura de 1972, el gobierno decidi buscar la aprobacin de facultades
extraordinarias y presentar un modelo ms funcional, apoyado en la teora general
de sistemas, de tal manera que la nueva estructura respetara por completo las
autonomas institucionales existentes. Cuando se llev a cabo el golpe militar en
Chile, se alej an ms la opcin de un servicio nico y se afianzo la idea de la
integracin funcional del nuevo sistema (Quevedo et al, 1990: 68; Hernndez
Torres, 2001: 27).
Esta integracin funcional significaba coordinacin, compatibilizacin y refuerzo
interagencial, en funcin de la optimizacin y mejora de la eficiencia de las
instituciones que de l formaran parte, sin alterar la autonoma ni las estructuras
bsicas de las entidades existentes (Colombia MSP, 1972: 13). Sobre estas bases,
se formularon los decretos que dieron vida legal al Sistema Nacional de Salud
(SNS), en especial, el Decreto-Ley 056 de 1975, que presentaba su estructura
general. Respecto del origen del SNS y del proceso de rediseo, Yepes Lujn
(2002) ha sealado: [sta fue] una solucin de compromiso [...] entre los tres
subsectores: el privado, el de seguridad social y el oficial. Pero el compromiso era
demasiado frgil y la fragmentacin continu por muchos aos, a pesar del ideal
integrador que dio origen a los debates internacionales iniciales.
El desarrollo del Sistema Nacional de Salud (SNS) fue difcil desde su constitucin
en 1975. Los problemas y obstculos identificados en los debates de su formulacin
no iran a desaparecer en poco tiempo. Por el contrario, parecan profundizarse. Los
tres subsectores que constituan formalmente el Sistema, esto es, el oficial, el de
seguridad social y el privado, avanzaron cada uno por su lado, a su ritmo, segn sus
posibilidades. Al mismo tiempo, la dinmica mundial volvi a tener cambios
importantes que se expresaron en salud con una gran meta, Salud Para Todos en
el Ao 2000 (SPT-2000), y una estrategia global denominada Atencin Primaria de
Salud (APS). En estas condiciones, la relacin ya slida entre la OPS, el Estado y
diferentes sectores de la sociedad colombiana no quedara indemne. Algunos
programas de cooperacin se vieron fortalecidos, otros debilitados, y aparecieron
nuevos frentes de trabajo que apenas se haban insinuado. Al final del perodo,
hacia mediados de los aos ochenta, toda la estructura del Estado colombiano
comenzaba a cambiar por la va de la descentralizacin y, otra vez, la salud y la
cooperacin entraran en una nueva fase.
Sectorial del MSP, cuyo titular era Haroldo Calvo Nez, durante los primeros aos
del gobierno del presidente Alfonso Lpez Michelsen (1974-78), se planteaba la
ambiciosa meta de cubrir a los 9 millones de personas que en Colombia no tienen
an acceso a servicios suficientes de salud. Para lograrla, se impona utilizar el
Sistema y el Plan Nacional de Salud para incrementar los Servicios de Salud a
todos los grupos de poblacin, dando preferencia a las personas que estn
domiciliadas en las reas rurales, a las que forman las poblaciones marginales de
las ciudades y a la poblacin inaccesible (Colombia MSP, 1975: 1 y 9). De all la
lgica de organizar la ampliacin de cobertura por niveles de atencin, a travs de
los famosos Mdulos Anuales de Cobertura (MAC) 1, 2 y 3, en los que se
desplegaban los ms minuciosos detalles de la metodologa de planeacin aplicada
a los servicios de salud. Se esperaba que un MAC-1 estuviera conformado por 6
unidades de cobertura, cada una de las cuales prestara atencin a 1.000 personas
o a 200 familias, en tres modalidades de organizacin y con los recursos humanos,
materiales y de infraestructura minuciosamente calculados. Los objetivos del Plan
volvan al ideal integrista, con trminos como promover el desarrollo del Sistema
nico Nacional de Salud [] incorporar en un Plan Nacional de Salud nico a las
instituciones [] incorporar la totalidad de los trabajadores [] a un Estatuto nico
de Personal [] (Colombia MSP, 1975: 10-11, 32-37; Colombia MSP, 1975a: 2745).
La Escuela Nacional de Salud Pblica (ENSP) se encarg de apoyar la implantacin
de todos los componentes del nuevo Sistema. Incluso desarroll experiencias
novedosas de integracin como el proyecto de Integracin Operacional de Abajo
Hacia Arriba (IOPAA), dirigido por el Dr. Gustavo Molina, mdico chileno, exiliado,
exprofesor de la Escuela de Salud Pblica de su pas, asesor de la OPS y docente
de la ENSP, quien comenz a desarrollar este modelo en esta ltima con apoyo de
las facultades de odontologa y medicina, el ICSS, la Caja Seccional de Antioquia, la
Secretara Municipal de Salud de Medelln, el ICBF, la Caja Nacional de Previsin y
el Hospital Universitario San Vicente de Paul (Gmez y Correa, 1999).
Sin duda, la aplicacin de la planificacin en salud al subsector oficial permiti
desarrollar una serie de procedimientos y decisiones que mejoraron la capacidad
operativa y permitieron aumentar la inversin pblica y la red de servicios. El gasto
pblico en atencin mdica directa del subsector oficial del SNS creci, en pesos
constantes de 1975, de $2.628,4 en 1972 a $5.645,5 pesos por habitante en 1984
(Vivas Reyna et al, 1988: 323). De 825 instituciones hospitalarias con que contaba
en pas en 1975, se pas a 920 en 1985 (Colombia DNP, 1980: tomo 2, 393; Yepes
Lujn, 1990: tomo 2, 368). La incorporacin de la planificacin en el sector salud del
pas fue un producto claro de la interaccin con OPS. Por esto, no es extrao que el
ex ministro de salud pblica Antonio Ordez Plaja afirme, en un balance
retrospectivo, que la OPS cumpli un papel fundamental en todos los pases
latinoamericanos, no slo en Colombia: logr que los pases vieran la importancia
de la salud pblica, de la planificacin de la salud y de la administracin
hospitalaria (Ordez Plaja, 2002: 6).
A pesar de los logros, la realidad sociopoltica e institucional del pas fue imponiendo
su tozuda presencia. Varios sectores sociales, instituciones y organizaciones se
pronunciaron en contra de esta perspectiva integrista y planificadora, a pesar del
aval tcnico internacional. Por ejemplo, la Unin de Trabajadores de Colombia
(UTC), una de las centrales obreras ms importantes del momento, le expres al
ministro Calvo Nez sus argumentos para oponerse a la adscripcin del ICSS al
nuevo Sistema, en una comunicacin pblica. El ms importante y reiterado
argumento, utilizado en muchas ocasiones posteriores, era el siguiente:
Cuando la ley describe al ICSS como entidad de derecho social y no
establecimiento pblico, no lo hace graciosamente. El patrimonio del ICSS
proviene de particulares: los trabajadores y los empleadores. Ellos son pues
los propietarios y sus dineros en este caso no tienen carcter de impuesto sino
de aporte con destino a cubrir riesgos sociales [....] la comunidad puede
subsidiar los regmenes de salud pblica pero los trabajadores como tales no
tenemos por qu recibir en transferencia su financiacin directa que
corresponde al Estado [] (El Tiempo, 15 de septiembre de 1976: 8A, citado
por Hernndez Torres, 2001: 30).
La diferenciacin entre la asistencia pblica para pobres y la seguridad social para
asalariados, presente en los debates nacionales sobre servicios de salud desde las
Debe
reconocerse tambin que el ICSS era todava una institucin joven, poderosa
econmicamente y con grandes posibilidades de inversin, a pesar de la deuda
acumulada del aporte estatal. En estas condiciones, no era fcil entregar este poder
econmico, prcticamente privado, a instancias del Estado como el MS
(Castellanos, 2002: 7).
Otro proceso favoreci el aislamiento del ICSS del SNS. Al finalizar formalmente el
pacto del Frente Nacional en 1974, lleg a la presidencia Alfonso Lpez Michelsen,
del Partido Liberal, quien haba criticado el arreglo frentenacionalista, aunque
mantuvo el sistema que reparta los cargos pblicos de forma paritaria entre
conservadores y liberales. En el terreno econmico, sin que variara seriamente la
tendencia macroeconmica de los primeros gobiernos del Frente Nacional,
promovi su consigna de convertir al pas en el Japn de Sudamrica, rescatando
lo que l llamaba la vocacin agrominera de Colombia (Palacios, 1995: 268270). Pero tan elevada aspiracin termin siendo substituida por una retrica que
promovi las crticas iniciales a las polticas desarrollistas y del bienestar,
promovidas por el BM, al lado de sus llamados a la descentralizacin fiscal, la
privatizacin de los servicios y la liberalizacin del comercio. El gobierno de Lpez
poco avanz realmente en este proceso, pero s permiti el agravamiento de serios
problemas econmicos, fiscales y sociales que arrastraba el pas, en parte por la
liberalizacin que impuls en el sector financiero. De ellos logr salir ms o menos
bien librado gracias a una casi inesperada bonanza cafetera debida al repunte del
mercado internacional del grano, la cual se utiliz preferentemente para reforzar al
poderoso gremio de los cafeteros, y no en el gasto social que el pas demandaba
(Leal, 1995: 414, 415).
salud, gener serios problemas para alcanzar el ideal del estatuto nico de
personal del Sistema. Adems, el nuevo Instituto de Seguros Sociales (ISS) pona
barreras a la normatividad que vena desarrollando el Ministerio para el
funcionamiento de los subsistemas, y la contratacin de los servicios con la red
pblica por parte del seguro se present de manera irregular y marginal (Vivas
Reyna et al, 1988: 249).
Otro factor en contra de la integracin definida por el Sistema fue el desprestigio de
las inversiones en la construccin y dotacin de hospitales, an en el marco del
Fondo Nacional Hospitalario. Los funcionarios de esta entidad se vean presionados
por los polticos regionales para dedicar recursos a obras no planeadas o
innecesarias y, con frecuencia, aparecan denuncias o situaciones sospechosas de
corrupcin en las construcciones o dotaciones de hospitales. Esto generaba una
enorme desconfianza en que las adscripciones y vinculaciones de las instituciones
al Sistema pudieran quedar protegidas de estas prcticas, a pesar del discurso
tcnico de la planificacin (Vivas Reyna et al, 1988: 119).
En estas condiciones, no era extrao que el Senador Vctor Crdenas Jaramillo, en
medio del debate sobre la reforma del ICSS en 1976, presentara un mal augurio al
recin nacido SNS:
imprecisos,
regmenes
administrativos
obsoletos
polticas
Las condiciones nacionales eran adversas y lo siguieron siendo por muchos aos.
Entre tanto, el contexto internacional tambin present serios cambios que vinieron
a plantear nuevas necesidades y demandas en la poltica nacional de salud y a la
cooperacin tcnica con la OPS.
compaas
industriales
comerciales,
que
comenzaban
ser
posguerra (Laurell, 1997: 13-19, Anderson, 1997: 354). Aunque no hubo una
repercusin inmediata en el gasto social, se prevea una disminucin progresiva. De
hecho, desde mediados de los setenta, las polticas keynesianas intervencionistas
comenzaron a relajarse y el sector financiero y el control de cambios se flexibilizaron
(Child, 1992: 207-8). De manera que la idea de sistemas de salud de cobertura
universal y alto costo ya no se vean econmicamente viables.
Desde la OMS, Mahler propuso dar prioridad a las poblaciones para desarrollar
programas de asistencia primaria o de servicios bsicos de salud, para cuya
ejecucin basta utilizar los procedimientos ms sencillos, [para] sacarle el mximo
partido de los recursos escasos disponibles (Mahler, 1975: 230). Con tal propsito,
la OMS lider una serie de reuniones regionales que pretendan recoger
experiencias exitosas de reorganizacin de los sistemas en diferentes partes del
mundo. Precisamente en este perodo se vena desarrollando, bajo distintas
modalidades de sistemas de salud, una experiencia de asistencia primaria de
salud en diferentes pases en desarrollo, como Cuba, China, Tanzania, Irn, Nger,
Venezuela, Guatemala, India e Indonesia, denominada la salud por el pueblo, que
fue considerada exitosa para los propsitos de la nueva poltica sanitaria mundial en
ciernes. sta experiencia pretenda demostrar que la asistencia primaria poda
funcionar como puerta de entrada de los sistemas de salud y ser el eje de una
poltica de desarrollo y transformacin de los mismos, tanto en los pases pobres
como en los ms desarrollados.
A una conclusin similar lleg un estudio de expertos del UNICEF y la OMS sobre
los factores que han contribuido decisivamente al xito de ciertos sistemas de
prestacin de asistencia bsica o primaria en los pases en vas de desarrollo. Este
estudio seal la importancia de la asistencia sanitaria primaria, entendida como
asistencia curativo-preventiva, con tcnicas de asistencia mdica unificadas y
sencillas y aplicadas por personal dedicado a ese tipo de asistencia primaria.
Seal, adems, que las medidas que promovieran el desarrollo, como lo son el
saneamiento, la provisin de vivienda, la nutricin, la educacin y las
documento
de
la
Reunin
de
Ministros
reconoca
que
el
enfoque
Comunicacin personal.
Educacin nutricional.
medicamentos
esenciales,
entre
otros
As las cosas, Colombia no adopt, sino adapt la APS a su propia realidad histrica
e institucional. Pero el resultado dejaba mucho qu desear, por la reduccin de la
estrategia al primer nivel de atencin y a acciones simples desarrolladas por
personal auxiliar y promotoras de salud.
flexibilizacin
operativa.
Esta
alternativa
consista
en
el
signific
la
disminucin
del
programa
de
medicacin
masiva
1978,
stas
representaban
el
10%
del
total
del
rea
malrica
Ellos eran Oscar Juan Beltrn, jefe del proyecto de erradicacin de la malaria para Colombia, y los oficiales
tcnicos Ramn Oceguera del Toro y Tefilo Partida Godinez.
estaban
orientadas
racionalizar
los
recursos
en
algunos
Durante el gobierno de Belisario Betancour (1982-1986) se iniciaron en firme los dilogos con diversos
grupos insurgentes, que dieron algunos resultados parciales, y que abrieron el camino para un complejo y difcil
proceso de paz que logra consolidarse.
La cadena de fro es el sistema de almacenamiento y transporte de vacunas a las temperaturas necesarias para
que stas no pierdan su potencial inmunizador.
19
Algunos de los documentos consultados constan de varias secciones con paginacin independiente. El nombre
de la seccin correspondiente se indica en cursiva.
como oficial tcnico para el PAI y el mayor involucramiento en el programa, tanto del
representante como del grupo asesor de OPS en nuestro pas con el fin de reforzar
el desarrollo de las actividades de Atencin Primaria con nfasis en el PAI, pues en
este plan los funcionarios empleaban en 1982 cerca de la mitad de su tiempo en
terreno. El gobierno colombiano por su parte increment el personal tcnico
vinculado al PAI y triplic su presupuesto respecto a 1979. No obstante, todava se
sealaban restricciones presupuestales que podran obstaculizar el cumplimiento de
las metas propuestas (Colombia MS/OPS, 1982: Nivel Central, 7).
Los resultados obtenidos en cobertura de vacunacin hasta 1981 mediante las
estrategias tradicionales de vacunacin por concentracin masiva, vacunacin casa
por casa y vacunacin por demanda institucional fueron considerados de muy
pobre rendimiento. En la evaluacin se subray el elevado costo que tenan los dos
primeros mtodos y el hecho de que la vacunacin por demanda institucional solo
cubra a la poblacin disciplinada, la cual conoce la necesidad de la vacunacin
(Colombia MS, 1983a: Aspectos generales, 2). Sin duda, esta poblacin
disciplinada representaba un porcentaje notoriamente minoritario de la poblacin
que pretenda cubrir el programa. Ante este preocupante panorama, el grupo tcnico
PAI del ministerio de salud y la Representacin de OPS en Colombia se dieron a la
tarea de disear un mecanismo que permitiera la vacunacin de toda la poblacin
susceptible. El resultado de este trabajo fue la elaboracin y puesta en prctica de
la estrategia de vacunacin llamada canalizacin. Algunas de las actividades
propuestas en esta estrategia parecen estar relacionadas con las dificultades
especficas que, para sus evaluadores, padeca el programa PAI. Se haca nfasis,
por ejemplo, en la importancia de la racionalizacin de los recursos disponibles,
actividades extramurales del personal de salud y una bsqueda de la participacin
activa de la comunidad (Colombia MS/OPS, 1982: Informe Preliminar, 1).
El objetivo ms importante de la canalizacin era lograr la formacin de un vnculo
evidente entre los servicios de salud y las poblaciones, fuera de su rea inmediata
de influencia. El mecanismo principal para forjar dicho vnculo era conseguir la
El cambio tambin haca parte de un enfoque general sobre las prioridades del
ministerio, que deberan traducirse en acciones que permitieran generar un gran
impacto en el corto plazo sobre el nivel de salud y, adems, sobre la sociedad en
general, dado el gran despliegue informativo y publicitario incluido como parte
integral del diseo de estas acciones (Arias Ramrez, 2002: 3; Yepes Lujn, 2002).
Para este programa, la OPS/OMS adems de la asistencia tcnica suministr
recursos econmicos importantes e hizo posible la obtencin de vacunas en el
mercado internacional en plazos extremadamente cortos, superando las trabas
burocrticas. El papel del fondo rotatorio de la OPS fue en este caso un factor
fundamental para el xito de las Jornadas, ya que sin l no hubiera sido posible
garantizar la disponibilidad de las vacunas necesarias en el lugar y en el tiempo
requerido (Duque, 1986: 21). Segn el ministro Arias, la OPS mostr una gran
flexibilidad, se dio cuenta que esta era una gran idea para el continente y la apoy
rotundamente [... decidi despus] transmitirla en muchos pases de Amrica Latina.
(Arias Ramrez, 2002: 3).
No obstante, el cambio de nfasis puso en alerta a los sectores tcnicos ms
vinculados con la puesta en prctica de la canalizacin, los que presionaron para
obtener un compromiso formal, tanto de otros tcnicos como del nivel poltico, de
garantizar el fortalecimiento y la ampliacin de la canalizacin en el pas (Duque,
1986: 13-14), ante el temor de que esta estrategia quedara sepultada por los
nuevos esquemas de vacunacin masiva. Al parecer el esquema de canalizacin
haba adquirido suficientes partidarios en sus cuatro aos de aplicacin, como lo
sugieren algunas formulaciones finales respecto a las jornadas nacionales de
vacunacin que fueron definidas como una agilizacin rpida, ordenada y masiva
del proceso de canalizacin (Colombia MS, 1984: 8)
Las Jornadas Nacionales de Vacunacin de 1984 cumplieron los objetivos
planteados por sus impulsores oficiales: ampliar en un 50%, o ms, las coberturas
de vacunacin preexistentes en nios menores de cuatro aos, y fortalecer la
canalizacin en las reas en las que era operativa e implementarla en la mitad de
las reas donde todava no se realizaba, dentro de las que se incluan las tres
mayores ciudades del pas: Bogot, Medelln y Cali (Duque, 1986: 26). A partir de
esta experiencia, considerada exitosa en varios mbitos internacionales, entre los
que se inclua OPS (Pastor, 2002), la estrategia de las jornadas masivas entr a
formar parte del acervo de experiencias en vacunacin de Colombia.
sobre los objetivos de la educacin mdica. En esa ocasin, Yepes afirmaba que los
mdicos que ingresaban al ICSS no tenan ninguna preparacin sobre seguridad
social, que desconocan las implicaciones de una medicina socializada y que su
formacin era dbil en aspectos importantes como la medicina legal, la salud
ocupacional y la medicina del trabajo (Yepes Parra, 1974).
En tercer lugar, se puso en tela de juicio la insuficiente e insatisfactoria formacin
del mdico para asumir un trabajo comunitario que trascendiera el mbito del
hospital o el puesto de salud. De hecho, muchos de los llamados a la configuracin
de una formacin integral del mdico as como tambin al fortalecimiento de los
Departamentos de Medicina Preventiva tenan como trasfondo el reconocimiento de
esta incapacidad (Restrepo Molina, 1974).
Frente a estos problemas se intent, de manera insistente, articular mejor la accin
educativa con los servicios de salud y fue sta una de las directrices de accin
fundamentales para la Oficina de Administracin de Recursos Humanos para la
Salud del MS, posteriormente constituida como Direccin General de Recursos
Humanos. El esfuerzo desplegado para racionalizar la formacin de los recursos
humanos en salud, que se vena adelantando desde el decenio anterior como parte
integral del discurso del desarrollo, se materializ en la reglamentacin que dio lugar
al SNS.
En el proceso de configuracin del SNS, se insisti en la necesidad de planificar y
utilizar de una mejor manera los recursos humanos y, para el caso de los mdicos,
se intent acoplar los objetivos nacionales para la formacin de mdicos con los
requerimientos del Sistema. Dichos objetivos fueron definidos, inicialmente, en un
Seminario especial convocado por ASCOFAME en 1970, y discutidos durante todo
el decenio de los aos setenta en varios eventos abanderados por la mencionada
Asociacin (ASCOFAME, 1974; 1978). Los objetivos nacionales para la formacin
de mdicos, formulados como directriz decenal, estipulaban que un mdico
egresado de una facultad de medicina debera tener las siguientes caractersticas:
El INPES se cre mediante el Decreto-Ley 470 del 2 de abril de 1968 y fue una institucin descentralizada
adscrita al MSP que surgi de la fusin de los Institutos Carlos Finlay y Samper Martnez con los
Programas Especiales de Salud y el Programa Nacional de Saneamiento Bsico Rural del Ministerio.
Posteriormente, y por toda una serie de transformaciones, el INPES se transform en el actual Instituto Nacional
de Salud.
los sistemas de salud, elaborado por los doctores Juan Jos Barrenechea y Emiro
Trujillo (1987), el primero de larga experiencia en planeacin en salud desde la OPS
y el segundo, profesor de la Facultad Nacional de Salud Pblica. Este texto, de
amplia difusin en los pases de la regin, incorpor la planeacin estratgica en el
mbito de los servicios de salud, con especial atencin a las realidades locales,
para el logro de la meta de SPT-2000 en el mbito latinoamericano. El director de
OPS, doctor Carlyle Guerra de Macedo, haca visible el norte de la cooperacin
mutua en el prlogo del libro: Ese deseo [planeacin para la SPT-2000], lo
hacemos nuestro, con el convencimiento de que podr ser una realidad para la
Regin (Barrenechea y Trujillo, 1987: 12).
Una coyuntura crtica en la poltica de salud del pas y en la relacin entre la OPS y
el Estado colombiano ocurri entre 1986 y 1993. Durante el segundo lustro de los
aos ochenta, se inici una transformacin que todava no termina y que se refiere a
la reforma del Estado por la va de la descentralizacin poltica, administrativa y
fiscal. No se trata de un evento, simplemente. Es el resultado de un proceso
complejo que merece atencin especial, porque tuvo efectos muy importantes para
la organizacin del sistema de salud colombiano y afect todos los frentes de la
cooperacin tcnica en salud desarrollada por la OPS. Uno de los ms importantes
efectos fue el ambiente propicio que implic la descentralizacin para el desarrollo
de una decisin adoptada por la OPS en 1988 para el logro de las metas de SPT2000 y la mejor implantacin de la atencin primaria desde una perspectiva
sistmica. Tal era el modelo de los Sistemas Locales de Salud (SILOS), que en
Colombia se incorpor con mucha fluidez, sobre el camino abierto por experiencias
nacionales.
Al mismo tiempo, aparecan en el panorama internacional las primeras
formulaciones del BM en materia de poltica de financiamiento de los sistemas de
salud, que se incorporaron en los escenarios de debate nacional de varios pases
como parte de lo que se llam reformas sanitarias. En Colombia, al comenzar la
dcada del 90, un proceso adicional aport sus propios elementos. ste fue la
promulgacin de una nueva Constitucin Poltica en 1991, que se convirti en punto
de partida para una reforma estructural del SNS y para constituir un Sistema
General de Seguridad Social en Salud, en el marco de un Sistema de Seguridad
Social ms amplio. Dicha reforma se defini por la Ley 100 de 1993. La
descentralizacin del sector salud pareca correr por canales diferentes, pero
simultneos, respecto de aquellos por los que transitaba la reforma a la seguridad
social, y es necesario detenerse un tanto en los dos procesos para examinar con
algn detalle los rasgos especficos de cada uno. Por esta razn, en este captulo
se har nfasis en el primero, el de la reforma del SNS en el marco del proceso de
descentralizacin, mientras en el captulo 8 se profundizar en el segundo, la
constitucin del Sistema de Seguridad Social.
externa aument en 4.100 millones de dlares entre 1980 y 1982 (Ocampo et al,
1994: 271); en 1984 la deuda bordeaba los 11.000 millones (Junguito, 1985: 21). El
gobierno de Belisario Betancur (1982-1986) decidi entonces, acudir al FMI, con el
recin posesionado Ministro de Hacienda, Roberto Junguito. Al regreso de su visita
a los organismos financieros multilaterales, el ministro Junguito le informaba al
presidente:
La principal conclusin que se obtuvo en las reuniones de Washington es la
urgencia de que el pas adopte medidas que impliquen ajustes lo
suficientemente amplios, en el campo fiscal y el ordenamiento monetario,
como para evitar la total erosin de las reservas internacionales, a comienzos
de 1985, un desbordamiento monetario y una inflacin descontrolada. Tanto el
Banco Mundial como el FMI y el Federal Reserve insistieron en la necesidad
de adoptar estas medidas en el curso de las prximas semanas (Junguito,
1985: 25).
El plan de ajuste se realiz y, en principio, detuvo el deterioro del sector externo y
amain la crisis fiscal y financiera. Pero el desempleo se mantuvo en 14%, el
subempleo aument y la deuda externa creci a 13.400 millones de dlares al
terminar el periodo presidencial de Belisario Betancur (Ocampo et al, 1994: 272). En
estas condiciones, se profundiz la tendencia a la disminucin de la participacin
del sector salud en el presupuesto nacional, del 10,2% alcanzado en 1977 al 5,9%
de 1986, similar al 5% de 1966 (Yepes Lujn, 1990: tomo 2, 183).
En el marco de este plan de ajuste, un componente ms vendra a apoyar los
propsitos de disminucin del gasto pblico central y de disminucin del dficit
fiscal. Este era el proceso de descentralizacin poltica, administrativa y fiscal hacia
los municipios. Si bien desde el gobierno de Lpez Michelsen se haba hablado de
trasladar a las regiones y los municipios ciertos gastos, fue en el Informe Wiesner
Bird de 1978 sobre la estructura de las finanzas pblicas y el control del gasto
pblico, donde se expres la relacin entre disminucin del gasto pblico y la
descentralizacin (Restrepo, 1992: 57). Segn dicho informe, slo cuando cada
nivel es responsable de generar sus propios recursos se puede esperar eficiencia
en el gasto (Ruiz y Tenjo, 1986: 27). De esta forma, la descentralizacin apareca
como una alternativa de control fiscal, ms que de carcter poltico.
No obstante, tambin lo poltico importaba. El crecimiento de los grupos
insurgentes, en especial con experiencias urbanas como el Movimiento 19 de Abril
(M-19) y la tendencia hacia la conformacin de una coordinadora guerrillera hizo
necesario profundizar el proceso de negociacin. Al mismo tiempo, el aumento
progresivo de los movimientos sociales denominados cvicos, relacionados con las
demandas por servicios pblicos, infraestructura, educacin, vivienda y salud, entre
otras, recrudeci el tema de la legitimidad del Estado colombiano (Mnera, 1998:
403-458). El Frente Nacional se resista a transformaciones profundas y el artculo
120 de la Constitucin, mediante el cual se sostena la paridad bipartidista en los
cargos pblicos, segua en pie, a pesar de la finalizacin oficial del sistema de
alternacin y bipartidismo durante el gobierno de Lpez Michelsen en el decenio
anterior. En estas condiciones, no era extrao el diagnstico del Ministro de
Gobierno del presidente Betancur, Jaime Castro, quien afirmaba que esa falta de
articulacin entre el Estado y la sociedad ha conducido a la clientelizacin de la
poltica, medio atpico de participacin ciudadana, y ha creado formas, tambin
atpicas, de expresin colectiva como la abstencin, el paro cvico y parcialmente la
guerrilla (Castro, 1986: 16). En este diagnstico, el ministro coincida con varios
sectores populares e intelectuales: Los movimientos populares tales como las
protestas urbanas de las grandes ciudades y los paros cvicos han reclamado una
ampliacin del marco democrtico, han exigido apertura democrtica en las
instituciones (Santana, 1989: 95).
El gobierno de Betancur se dedic, en buena medida, al logro de la firma del primer
acuerdo de paz entre el gobierno y un grupo de insurgentes, en abril y agosto de
1984, lo que le cost la cerrada oposicin de sectores importantes de la dirigencia
nacional y de los militares, pero mostr que es posible avanzar en el dilogo hacia
una solucin poltica de un problema mayor, el de la violencia.
Pareca haber un consenso entre diversos sectores sociales en torno a la
descentralizacin poltica, administrativa y fiscal hacia los municipios con la idea de
acercar las decisiones pblicas a las demandas de la poblacin como la
solucin a esta situacin de cierre del sistema poltico y de ilegitimidad progresiva
del Estado. Pero no debe olvidarse que la descentralizacin tambin deba servir
para redisear el gasto pblico, descongestionar el nivel central y hacer ms
eficiente la asignacin de recursos. Por esta segunda va, se eleva a los
municipios a la categora de eficientes, olvidndose de su poco o nulo desarrollo
administrativo y su altsima propensin a la influencia poltica (Ruiz y Tenjo, 1986:
27).
Las decisiones para la descentralizacin municipal se iniciaron al comenzar el
gobierno de Belisario Betancur y se consolidaron al terminar ese mismo gobierno,
con un conjunto de leyes y normas. Primero, la Ley 14 de 1983 avanz los pasos
iniciales de la descentralizacin fiscal por medio del establecimiento de topes
mximos y mnimos para la fijacin de impuestos de industria, comercio, predios,
entre otros, por parte de los municipios. Esto no significaba una autonoma
municipal para fijar y recaudar impuestos. Slo un incremento discreto de los
recursos disponibles y un mayor control central sobre su ejecucin (Restrepo, 1992:
51). Posteriormente, la Ley 76 de 1985 abri el camino para la planeacin regional,
mediante la creacin de la regin de planificacin de la Costa Atlntica y de los
Consejos Regionales de Planificacin, con capacidad para definir y aprobar la
asignacin del gasto de inversin de los recursos del Fondo de Inversiones para el
desarrollo regional [...] (Colombia Repblica de, 1986: 20). Poco despus, en el
mes de enero de 1986, se aprobaron cuatro decisiones legales que vendran a
completar el marco normativo de la descentralizacin municipal 21: el Acto Legislativo
Nmero 1, por el cual se reformaba la Constitucin para incorporar la eleccin
21
popular de alcaldes; la Ley 03, que redefina las funciones departamentales y de las
entidades descentralizadas; la Ley 11, que estableca el estatuto bsico de la
administracin municipal; y la Ley 12, que defina la participacin de los municipios
en el gasto del Impuesto al Valor Agregado (IVA), de manera progresiva hasta en un
50% de 1992 en adelante.
El aspecto que gener ms expectativa y confianza en las posibilidades de la
descentralizacin fue el poltico. Esto es, la eleccin popular de alcaldes. Se
supona que las posibilidades de elegir la mxima autoridad del poder ejecutivo local
permitira a las fuerzas vivas de la sociedad acercar las decisiones pblicas a las
necesidades de la poblacin. Incluso, la Fedecaf se pronunci favorablemente e
inst a sus comits departamentales para apoyar a los municipios para el
fortalecimiento de su capacidad de gestin y a las comunidades para mejorar su
participacin (Fedecaf, 1987: 63-73). Pero la historia no se cambia por decreto. Si
bien la eleccin popular de alcaldes contribua a permitir la entrada de nuevas
fuerzas sociales y polticas al sistema poltico y al poder del Estado, tambin sera
funcional a las prcticas clientelistas y de corrupcin administrativa de vieja data.
An as, todo el aparato estatal deba reorientarse para avanzar por la va
descentralista adoptada constitucional y legalmente.
El impulso de la APS en medio del ajuste
Si bien la crisis fiscal comenzaba a afectar la disponibilidad de recursos en salud, la
idea de garantizar los servicios bsicos de salud para toda la poblacin se vio
fortalecida. Se haca necesario profundizar la APS por medio de programas de alto
impacto y bajo costo, combinando recursos pblicos, privados y de cooperacin
internacional. En el segundo quinquenio de los aos ochenta, esta estrategia
produjo resultados importantes en el terreno de la atencin de poblaciones
prioritarias, en especial del rea materno infantil, y en el control de enfermedades
prioritarias.
impulsara
el
aseguramiento
voluntario
privado
para
trabajadores
comunitaria.
Tambin,
se
incluyeron
algunos
programas
tercer nivel para algunas enfermedades prioritarias como el cncer y las del
complejo cardio-cerebro-vascular. Como estrategia central de apoyo al programa de
Salud Bsica, el plan pretenda modernizar la estructura, organizacin y
funcionamiento del Sistema Nacional de Salud, con especial nfasis en el objetivo
de descentralizar la prestacin de servicios de salud a nivel local, por medio de la
incorporacin de los municipios al SNS (Colombia, DNP, 1987: 81-88).
A esta altura, era evidente que el SNS no era un verdadero sistema y que cada uno
de los subsectores se haba desarrollado con total autonoma, produciendo serios
desequilibrios e inequidades. Como ejemplo de ello, los datos contenidos en el
diagnstico para el plan del gobierno Barco:
La financiacin de la atencin de salud de las instituciones de seguridad
social [en la dcada del 80] creci en trminos reales a una tasa promedio
anual de 1,5%, mientras que la de las entidades adscritas al Ministerio de
Salud fue de 2,5%. De otro lado, del total de recursos que se destina a la
prestacin de servicios de salud, el 61% financia la atencin al 16% de la
poblacin, la cual est afiliada a las instituciones de seguridad social
(Colombia, DNP, 1987: 75).
Sobre estas bases, desde 1986 el gobierno Barco destin una parte de los recursos
de un prstamo del BM, que se venan gestionando desde el gobierno Betancur
(Arias Ramrez, 2002), a la realizacin de un proyecto central para el sector salud.
El proyecto recibi el ttulo de Consolidacin del Sistema Nacional de Salud (Otero
Ruiz, 2002; Yepes Lujn, 2002) y fue financiado parcialmente por medio del
contrato de prstamo BIRF 2611-CO, suscrito entre el Gobierno de Colombia y el
BM el 21 de Agosto de 1985 (Colombia, MS, 1989: 58). El proyecto se organiz en
dos frentes bien diferenciados: de una parte, un grupo de consultores elabor
documentos que sirvieron de base a un proyecto de ley que el gobierno llev al
Congreso para la modernizacin del SNS, orientado hacia la descentralizacin y la
integracin funcional, despus de varios intentos fallidos (Colombia MS/ACOMSAP,
1990: vol. 2, 187-397). Por otra parte, se realiz el Estudio Sectorial de Salud, un
esfuerzo de diagnstico crtico de los aspectos centrales de la salud en Colombia,
con informacin secundaria y con la participacin de un selecto grupo de
investigadores y especialistas en temas previamente definidos (Yepes Lujn, 1990:
tomo I, 37-39).
Estos insumos sirvieron para realizar un proceso de consulta nacional y de debate
en el Congreso de la Repblica de un proyecto de ley que se convirti en la Ley 10
de enero 10 de 1990, por la cual se reorganiza el Sistema Nacional de Salud y se
dictan otras disposiciones. El eje de esta Ley era la descentralizacin de los
servicios de salud a cargo del Estado, de la Nacin hacia los departamentos y,
especialmente, hacia los municipios, como se haba pensado en el Plan de
Desarrollo. Pero el alcance de la descentralizacin slo lleg a influir a la red
pblica, sin afectar a los subsectores de seguridad social y privado, dada la
autonoma institucional, tcnica y financiera de cada uno de ellos 22. No obstante, la
Ley 10 abord otros aspectos considerados favorables, como la enunciacin de la
atencin en salud como un servicio pblico a cargo del Estado, nuevas fuentes de
financiacin de la asistencia pblica y aspectos centrales de la carrera
administrativa de los trabajadores de la salud (Colombia MS/ACOMSAP, 1990: vol.
1, 107-129).
En este punto es necesario llamar la atencin sobre las relaciones entre este
proceso de descentralizacin de la salud en Colombia y la cooperacin tcnica
internacional. Primero, cabe resaltar el hecho de que el proyecto de Consolidacin
fue financiado con recursos del BM, lo que implicaba una participacin de
funcionarios de ese organismo en la definicin de los criterios centrales del
proyecto. Por la misma poca, el BM present a la comunidad internacional los
resultados de un estudio comparado sobre la financiacin de los servicios de salud y
de educacin de provisin estatal en diferentes pases en desarrollo, dirigido por
John Akin, Nancy Birdsall y David de Ferranti, investigadores del Departamento de
22
Para un anlisis de las posiciones institucionales y de diferentes actores sociopolticos nacionales en este
debate vase: Colombia, MS-ACOMSAP, 1990.
Poblacin, Salud y Nutricin del Banco (BM, 1987a: 695). Con el estudio, el BM
entraba de lleno al campo de las polticas sociales, con la intencin explcita de
asumir directamente, sin la asesora de los organismos especializados de Naciones
Unidas como la OPS/OMS, el diseo de alternativas para mitigar los efectos
sociales y polticos del ajuste en los pases pobres. Del estudio result una
propuesta del Banco sobre el financiamiento de los servicios de salud de los pases
en desarrollo, a la que denomin Una agenda para la reforma. La agenda
utilizaba un enfoque econmico neoclsico para la diferenciacin entre bienes
privados y bienes pblicos en salud, con el fin de buscar una forma de
financiamiento privado en especial por la va del aseguramiento para los
primeros y, de recursos pblicos, para los segundos. Los autores de la propuesta
presentaban esta diferenciacin de la siguiente manera:
En un extremo estn los bienes netamente privados, cuyos beneficios son
captados totalmente por la persona que recibe el servicio de salud, y en el
otro extremo se hallan los bienes puramente pblicos, cuyos beneficios
perciben por igual todos los miembros de la sociedad. Una aspirina
ingerida para calmar un dolor de cabeza constituye un buen ejemplo de
bien de salud puramente privado. La fumigacin para proteger a todas las
personas de una enfermedad infecciosa se aproxima mucho a un bien de
salud netamente pblico. Muchos servicios de salud son de tipo mixto []
Casi siempre los consumidores estn dispuestos a pagar directamente
por los servicios que implican beneficios mayormente privados, pero por
lo general son reacios a hacerlo por aquellos programas y servicios que
benefician a la sociedad o a la comunidad como un todo (BM, 1987a:
697).
De all que la reforma del financiamiento propuesta por estos expertos se
concentrara en lograr el pago de los servicios de atencin curativa por parte de las
personas que pudieran pagar. Con este propsito, el grupo propona las siguientes
estrategias: 1. El cobro de aranceles a los usuarios de los servicios de salud de la
afirmarse de manera mecnica que los criterios que planteaba en ese momento el
BM fueron incorporados en la Ley 10 por la va de los expertos vinculados al
proyecto de consolidacin. Pero s se puede afirmar que la teora neoclsica
comenz a ser utilizada para entender y organizar de otra forma los servicios de
salud, en el marco de la descentralizacin y de un clima internacional favorable,
como se ver en el prximo captulo.
Entre tanto, la OPS y la OMS avanzaban por otro camino. La agenda para la
reforma fue objeto de una mesa redonda publicada, junto con el documento de la
agenda, en el Boletn de la OSP, en la que participaron lderes de la salud pblica
latinoamericana de la vieja guardia, como el ex director de OPS Abraham Horwitz y
el ex ministro de salud colombiano Antonio Ordez Plaja, al tiempo que se
expresaron los de la nueva salud pblica, como el mexicano Julio Frenk, director del
Instituto Nacional de Salud Pblica, y David Tejada de Rivero, ex ministro de salud
del Per. Los dos primeros advertan sobre las dificultades que el nuevo enfoque
tendra para dar cuenta tanto de los problemas como de las soluciones, mientras los
dems avalaban el enfoque y felicitaban al Banco por su valioso aporte. En
retrospectiva, el doctor Ordez afirm, refirindose al documento: tengo la
impresin que aqu nadie se lo ley (Ordez, 2002: 6). Pero, qu significaba esta
diferencia de apreciacin? Puede responderse esta pregunta de una manera
relativamente simple: el discurso del derecho universal a la salud comenzaba a
cuestionarse con base en un nuevo recurso, la teora neoclsica de los bienes, en
mbitos diferentes a los de los organismos tradicionales de la poltica y la
cooperacin internacional en salud. El nuevo discurso tena fuerza pero todava
pocas realizaciones. Tendra que esperar unos aos ms para incorporarse a
decisiones de trascendencia pblica, como se ver ms adelante. Entre tanto, la
OPS continu por la ruta de la SPT-2000, buscando recursos tericos y tcnicos
ms precisos para su desarrollo.
todo el Departamento del Valle del Cauca, las experiencias que pueden
Comunicacin personal de la doctora Isabel Cirtina Ruiz, ex directora de Salud Pblica del Ministerio de
Salud.
2002). Por todo lo anterior, no es extrao que Cali haya sido el primer municipio que
se declar Municipio Saludable en el pas en 1991 (Zapata, 2002).
la atencin
tales
como
incapacidades
laborales
prdidas
econmicas.
105.000 casos, lo que permita a los funcionarios del SEM suponer que pudieron
haber ocurrido alrededor de medio milln de casos en el pas. Se calcularon,
adems, entre 1.000 y 3.000 defunciones (Colombia MS/DCD, 1989: 109). La OPS
sigui siendo un referente importante para las polticas en este campo, pero es
evidente que su cooperacin directa cay drsticamente desde mediados de los 80.
El fracaso de la erradicacin hizo que la OPS perdiera inters en la malaria, campo
que fue uno de los ms importantes de cooperacin en Colombia durante los aos
50, 60 y parte de los 70. La participacin de la OPS en los procesos que se daran
posteriormente para la descentralizacin del SEM y que comenzaran a cristalizarse
desde 1993 fue muy poca, como lo fue en general en la formulacin de esta
reforma. El inters de la Organizacin se haba desplazado a otros frentes.
En el caso de la aparicin de la epidemia del clera en la regin andina al comenzar
la dcada del 90, la situacin fue muy diferente. La epidemia pona en evidencia el
empobrecimiento de las poblaciones latinoamericanas durante la dcada perdida,
pero tambin, la insuficiencia de las decisiones pblicas para prevenir este tipo de
problemas. Una vez aparecieron los primeros casos en Per y Ecuador, todos los
pases orientaron sus acciones hacia el control de la onda expansiva de la
epidemia, y en esto la OPS jug un papel importante. En Colombia, la aproximacin
a la gestin del ministerio de salud facilit la organizacin de un conjunto de
medidas de control que surtieron un efecto valorado como ejemplar.
El primer caso de clera se present en el puerto de Tumaco, el 9 de marzo de
1991, pero antes de su deteccin, se haban iniciado las medidas para evitar la
propagacin de la epidemia. La organizacin de la campaa por fases se hizo
desde el ministerio, a cargo de la Direccin de Emergencias y Desastres con el
apoyo del Despacho del Ministro, quien presida el Comit Nacional de Clera,
sobre la base de la necesidad de un programa vertical de cobertura nacional,
aunque se buscara la integracin de los servicios. En el desarrollo de la campaa
fue crucial la participacin de la comunidad para la deteccin de los casos y de las
rutas de propagacin, para el tratamiento oportuno y la aplicacin de las medidas
Durante la
Como suele ser usual en la legislacin colombiana, todos estos funcionarios podan ser reemplazados por sus
respectivos delegados.
anteriores. Esta situacin, bien pudo estar relacionada, entre otros factores, con los
conflictos internos en la Facultad (Gmez y Correa, 1999: 57) y con los hechos
luctuosos que afligieron al mundo acadmico nacional y concretamente el de esa
notable facultad. La violencia poltica del pas se mezcl cada vez ms con la del
narcotrfico, y cobr muchas de sus vctimas en Medelln. La FNSP se convirti en
un punto en la mira de los violentos, en especial, despus de la vinculacin del
doctor Hctor Abad Gmez a la Comisin de Derechos Humanos. En 1987 fueron
asesinados los doctores Pedro Luis Valencia Giraldo, el mismo Hctor Abad Gmez
y Leonardo Betancur; y en 1988, cayeron Emiro Trujillo Uribe y Leonardo Lindarte
Carvajal, todos docentes de la FNSP.
Pese a todo, la OPS sigui colaborando con la Facultad, en especial en reas como
epidemiologa, economa de la salud, administracin sanitaria, salud mental y
manejo de desastres. Segn Gmez y Correa,
A principios de 1989, la OPS plante a la Facultad estudiar la posibilidad de
convertirse en un Centro Regional de Capacitacin en Salud Mental para
Amrica Latina, para lo cual se iniciaron contactos con las instituciones de la
ciudad, responsables de esta materia, las que respondieron positivamente y
con proposiciones escritas, configurndose una comisin, con el objetivo de
presentar un documento para los trmites pertinentes, primero con las
directivas de la Universidad y luego con la OPS (Gmez y Correa, 1999: 76).
Ya para julio, la OPS envi a Medelln una delegacin asesora y evaluadora, la cual
se reuni con las directivas de la Facultad y la comisin interinstitucional que se
haba conformado. En las conversaciones se alcanzaron acuerdos importantes
sobre la viabilidad y factibilidad del proyecto, as como sobre aspectos acadmicos
del mismo. Despus de varios debates con miembros de la alcalda de Medelln y
de la Universidad, se adquiri el compromiso de poner en marcha la iniciativa. Se
estableci un acuerdo de servicios tcnicos entre la OPS y la Universidad, para
desarrollar, durante un ao, capacitacin en Salud Mental con enfoque de Salud
problemas:
formacin
de
recursos
humanos
de
baja
calidad,
Sobre estas bases, se plantearon las prioridades para la cooperacin futura. Dentro
de los aspectos ms relevantes se enunci la promocin de la reestructuracin del
proceso y de los perfiles en la formacin profesional y en la investigacin en todos
los niveles. Para acercarse a esa meta se consider importante determinar los
procesos de formacin de profesionales de la salud en el pas mediante seminarios
y talleres con las facultades responsables. Ese proceso y la constitucin de un
equipo de investigacin que estableciera las metodologas, normas e indicadores
para la evaluacin, eran considerados como los primeros pasos para concertar una
poltica de renovacin curricular (OPS/OMS/Colombia, 1991: 13).
De igual modo se requera determinar las necesidades prioritarias de investigacin
para la promocin del sector salud y para el desarrollo de la ciencia y de la
tecnologa, en coordinacin con el INS, COLCIENCIAS, Planeacin Nacional,
ASCOFAME, FONADE y las diferentes universidades. De esta necesidad surgi la
iniciativa de conformar una Comisin de Ciencia y Tecnologa de alto nivel, para el
sector salud, que estimulara la produccin del conocimiento y buscara los
mecanismos para financiarla. Adems, se propuso promover la articulacin de la
docencia a la investigacin, vinculando los estudiantes a labores investigativas
como procedimiento de aprendizaje y de formacin de investigadores, y la
promocin en las escuelas de salud de programas innovadores, tanto en trminos
curriculares como pedaggicos, que estuvieran centrados en los estudiantes, en las
comunidades, en los problemas de los servicios y en la generacin de conocimiento.
Por ltimo se consideraba pertinente establecer acuerdos entre el Ministerio de
Salud, la OPS y las universidades, para realizar evaluaciones peridicas sobre el
avance de la informacin cientfica en el pas y sobre el desarrollo de procesos
formativos de profesionales en el rea de la salud, as como el diseo y la ejecucin
de programas que estimularan una distribucin equitativa del recurso humano en
trminos geogrficos (OPS/OMS/Colombia, 1991: 14).
En cuanto a la situacin salarial, debido a la ausencia de criterios que permitieran
un rgimen prestacional coherente dentro de las realidades regionales y uniforme
manejo de los perfiles profesionales del sector. El tercer proyecto que se llevaba a
cabo en ese momento se denominaba Diseminacin de Informacin Cientfica y
Tcnica y era parte del Componente 01: Diseminacin y Difusin de Publicaciones.
Dentro de los objetivos de este proyecto se encontraba la distribucin masiva del
libro de Barrenechea y Trujillo, Salud para todos en el ao 2000: Implicaciones para
la Planificacin y Administracin de los Sistemas de Salud, dada su pertinencia para
el proceso de descentralizacin en curso (OPS, 1996). Se abran as posibilidades
que pocos aos antes eran impensables para el rea de los recursos humanos. Una
consecuencia ms de las confluencias afortunadas, eje de este breve periodo.
muchos detalles histricos (Hernndez, 1997, 1998 y 2000a; Vega y Jara, 2001).
De ellos se tomarn los aspectos ms importantes que permitan explorar las
relaciones entre el proceso de formulacin e implantacin de la reforma sanitaria
en Colombia y la cooperacin tcnica de la OPS, inters central de este estudio.
El nuevo liderazgo internacional en las polticas de salud
Desde los aos ochenta el BM vena haciendo prstamos directos para financiar
servicios de salud de los pases en desarrollo, bajo la consigna general de la lucha
contra la pobreza. Inicialmente, el Banco operaba con la pretensin de brindar
apoyo financiero tanto al trabajo de OPS/OMS como a la formulacin de polticas
sociales en estos pases (Walt, 1994: 127). Como se vio anteriormente, las
polticas del Banco coincidan con las de los dems organismos dentro del criterio
de brindar servicios bsicos de salud a los grupos de poblacin ms pobres. Pero,
cuando el Banco lanz su agenda para la reforma, estaba impulsando cambios
estructurales que lo separaran de ese criterio tradicional. La teora neoclsica
aplicada a salud implicaba un distanciamiento de la estrategia de organizar
sistemas nacionales por la va de la inversin pblica directa en centros de
atencin, incluso de primer nivel o los denominados servicios bsicos. Se tratara
ahora de incorporar todas las instituciones privadas o pblicas que atendieran a
los pobres al sistema nacional mediante la transformacin del mecanismo de
financiamiento llamado subsidio a la oferta -sostenimiento de centros y
hospitales con recursos pblicos, a lo que se denomin subsidio a la demanda
de los pobres. Si la atencin mdica poda entenderse como un bien privado,
tambin podra disearse una forma de pago de los servicios de salud consumidos
por los pobres que no afectara el cumplimiento de las metas de ajuste fiscal,
manteniendo el nivel del gasto pblico para cubrir estos servicios o, mejor an,
rebajndolo. En esta medida, las reformas contribuiran al cumplimiento de las
metas de ajuste fiscal y de pago de la deuda planteadas aos atrs.
Desde ese momento, el Banco financi y orient cada vez ms los esfuerzos de
reforma de los sistemas de salud en los pases de la Regin. Colombia tambin
en
el
mbito
internacional.
Pero
tambin,
los
grandes
obtener mayor calidad y menor precio por medio de una negociacin colectiva de
las tarifas de los servicios con los hospitales (Falkson, 1980; Arias, 2002). El
sustento terico de las HMO era la teora de la agencia segn la cual, los
usuarios deben ser defendidos en los mercados por una agencia que pueda
negociar de igual a igual con los oferentes de servicios de salud, dado que existe
una relacin muy desigual entre los prestadores y los usuarios de dichos servicios.
Pero tambin se incorporaba, con sta y otras propuesta tcnicas, la teora de la
competencia regulada liderada por Enthoven, que tambin se promovi en los
debates sobre la reforma del sistema de seguros de Estados Unidos (Restrepo,
1997).
La FES tambin hizo sus aportes a travs del Instituto FES de Liderazgo-IFL, con
un proyecto liderado por el doctor Francisco Yepes Lujn. En el desarrollo del
proyecto se integraron sectores acadmicos, ONGs y expertos en salud y
seguridad social del pas, con el fin de producir una propuesta de sistema de
seguridad social que pusiera en marcha el mandato constitucional. En enero de
1993 se realiz en el Recinto Quirama de Rionegro (Antioquia) un foro en el que
participaron todos los involucrados para fijar los criterios centrales de la propuesta.
De all surgi un proyecto de ley que presentaba un sistema de seguro obligatorio
de cobertura familiar, financiado por la convergencia de recursos privados y
pblicos, con competencia entre agentes pblicos y privados, un fondo de
compensacin y varios mecanismos de regulacin. Entre stos ltimos, el ms
importante era el de la contratacin de la atencin integral de grupos de
beneficiarios por valores fijos anuales per cpita, como mecanismo de cotrol de
costos, al que se denominaba administracin de la demanda (IFL, 1994: 100).
Este proyecto se articul con fluidez con los desarrollos del grupo de tcnicos del
gobierno, de manera que la versin final del proyecto gubernamental presentado
al Congreso inclua varios de sus aportes.
En agosto de 1993, la AD M-19 decidi retirarse del gobierno, despus de una
crisis interna generada por la fragmentacin que el sistema electoral propiciaba. Si
bien el sistema de cuociente electoral establecido por la nueva Constitucin abra
el pago a los aseguradores por Unidades de Pago por Capitacin (UPC), y el Plan
Obligatorio de Salud (POS) (Hernndez, 2002: 995-998).
As, la complejidad del modelo desbord lo imaginado por cualquiera de los
actores participantes. A medida que avanzaba el proceso de su implantacin, las
expresiones de sorpresa aumentaban. La OPS no sigui de cerca este proceso,
excepto por el apoyo brindado al MS para organizar algunos eventos de debate.
Los recursos de la cooperacin estaban concentrados en las estrategias
relacionadas con la lgica del fortalecimiento de la municipalizacin de la salud y
de la Promocin de la Salud, mencionadas en el captulo anterior. De manera que
la OPS fue otro de los sorprendidos con una reforma compleja que, adems, haba
solucionado tericamente varias de las objeciones que se presentaron a las
propuestas neoliberales, cuyo mejor ejemplo era el modelo chileno. Los
funcionarios de la Representacin de OPS en Colombia se vieron obligados
entonces a estudiar el nuevo sistema y a repensar totalmente las tradicionales
forma de relacin y de cooperacin tcnica en salud (de Taborda y Granados,
2002; Restrepo, 2002; Yepes, 2002).
de
acciones
conjuntas
con
otros
sectores
comprometidos
la salud, algunos con diseos curriculares poco claros y sin mayor relacin con las
exigencias de los nuevos mercados laborales (Mlaga, 1997: 84). Pero al
comenzar la reglamentacin de la reforma, el MS no pareca interesado en el
tema. Si bien algunas direcciones regionales de salud solicitaron directamente la
cooperacin tcnica de OPS en esta rea, la falta de coordinacin nacional dio la
impresin de un conjunto de acciones dispersas que mostraban poco impacto
(Mlaga, 1997).
En el transcurso de 1994, el MS decidi retomar la cooperacin y defini tres ejes
de trabajo para el segundo semestre del ao: el primero correspondi al desarrollo
institucional del sistema de salud con un punto importante sobre desarrollo de
recursos humanos; el segundo eje estaba constituido por la salud pblica y el
tercero por el desarrollo de los servicios locales de salud (OPS/OMS, 1.995b:
130). En el marco de estos ejes se cre -en conjunto con ASCOFAME, la
Universidad del Valle y el MS, con el apoyo de OPS y otras entidades-, un comit
tcnico nacional para fortalecer los programas de formacin en Medicina Familiar.
Si la cobertura del aseguramiento sera familiar en el nuevo sistema, se haca
necesario formar algunos profesionales en este campo. Al mismo tiempo, y por
solicitud del MS, se inici la discusin y elaboracin de una poltica nacional en
rehabilitacin, proceso que se inici con una primera reunin de expertos. La OPS
apoy adems el diseo de un seminario taller internacional de Administracin
Estratgica, con un grupo selecto de universidades, con el fin de generar una
metodologa que le permitiera al pas mejorar la gestin de los niveles locales de
salud y recuperar el frente de la descentralizacin (OPS, 1995: 130).
Los lineamientos de la OPS definidos para el cuatrienio 1995-1998 sobre la
cooperacin tcnica en recursos humanos proponan que el adiestramiento, uso,
distribucin y direccin de personal sanitario eran de capital importancia en la
reorganizacin del sistema de salud. La lnea de accin que se plante en esta
direccin consista en promover el desarrollo de recursos humanos en todos los
campos de importancia decisiva para el funcionamiento eficiente de los servicios
en
el
conocimiento
de
sus
factores
condicionantes
y,
diseo de las reformas (BID, BIRF, CEPAL, OEA, OPS/OMS, UNFPA, UNICEF,
USAID, 1995). Siguiendo esos lineamientos, a la OPS le fue encomendada la
tarea de promocionar, monitorear y evaluar la reforma de los sistemas de salud en
las Amricas. Pero los recursos para la implantacin de las reformas seguiran
siendo proporcionados por los bancos, esto es, el BID y el BM.
A partir de ese momento, las propuestas de ampliacin de la cobertura no se
apoyaran tanto en la intervencin directa del Estado sino en la incorporacin de
los agentes del mercado para el conjunto de servicios de asistencia mdica
curativa de niveles de complejidad superiores a los servicios bsicos. Pero
tambin se hizo nfasis en que el Estado deba fortalecer sus funciones de
modulacin o rectora de los sistemas, con lo que se abra una amplia puerta
para el acumulado de saberes y experiencias de agencias como OPS/OMS.
Adems, mientras se mejoraba la situacin de la economa de los pases
latinoamericanos y la eficiencia del sector salud, las intervenciones de los
gobiernos deban orientarse fundamentalmente hacia la universalizacin del
acceso y utilizacin de los servicios bsicos de salud, y hacia la focalizacin del
gasto en salud. Esto ltimo significaba orientar los recursos de los Estados y de
los organismos comprometidos hacia la atencin de los grupos ms desprotegidos
o con mayor riesgo por su condicin socioeconmica (BID, BIRF, CEPAL, OEA,
OPS / OMS, UNFPA, UNICEF, USAID, 1995). De esta forma, comenzaba otra fase
de la interaccin y el liderazgo internacional en salud que tambin se expres en
el mbito nacional.
En Colombia, el BID otorg en 1996 un crdito al MS con la finalidad de apoyar la
implantacin y la sostenibilidad del nuevo sistema de salud. Este crdito,
ejecutado por el Programa de Apoyo a la Reforma, un grupo ad hoc ubicado
dentro del Ministerio, articul una serie de proyectos que permitiran cumplir con
los principios enunciados en la Ley 100, tales como universalidad, solidaridad,
eficiencia y calidad. Estos principios tendran que ser vistos desde la ptica de las
instituciones, de las polticas y del recurso humano. Paralelamente se public el
informe de una misin contratada por el MS con expertos de la Universidad de
al
sistema
de
informacin,
los
recursos
humanos,
el
l as
En ese
Forero de Saade (Colombia, MS, 1996: 7). El Plan present cinco lneas posibles
de accin: diseo de un sistema de informacin como insumo para la toma de
decisiones, creacin de un sistema de educacin continua y supervisin
formadora, desarrollo de un nuevo liderazgo del sector salud en las polticas de
gobierno, reorientacin curricular de los programas educativos del rea de la salud
y establecimiento de un centro de documentacin y comunicacin. La idea central
era la adecuacin de la formacin a las necesidades del mercado de trabajo y de
las nuevas instituciones del sistema, como Empresas Promotoras de Salud (EPS),
Administradoras del Rgimen Subsidiado (ARS) y Administradoras de Riesgos
Profesionales (ARP), y en funcin de los servicios que definan los planes de
beneficios como el POS y el de Accidentes de Trabajo y Enfermedad Profesional
(ATEP). (OPS/OMS, 1996a:15).
En el corto plazo, se propuso una poltica de mayor restriccin y control sobre el
sector educativo, de promocin de la formacin de personal auxiliar y tcnico, y de
creacin de escenarios laborales acordes con la demanda de servicios y el
personal disponible. Por otra parte, se propuso disear mecanismos de
certificacin de profesionales, tcnicos y auxiliares, concertar con el MS acciones
para aumentar el porcentaje de ocupacin de camas en los hospitales los
diferentes niveles, y educacin a la comunidad para la racionalizacin en la
utilizacin de los servicios. Como acciones de largo plazo se propusieron la
concertacin con el Ministerio de Educacin y las universidades para, por una
parte, disminuir el nmero de cupos por ao para medicina en un 15.9%,
bacteriologa en un 12.7%, odontologa en un 24.5% y fisioterapia en un 17.5%, y
por otra, concertar el aumento de requisitos para disminuir el nmero de
aspirantes a estas profesiones (OPS/OMS, 1996a: 16-7). Una conclusin
importante tuvo que ver con la identificacin de la crisis de la enfermera debido a
la movilidad transocupacional impuesta por el mercado de trabajo y a la desercin
estudiantil, lo que haba generado serias dificultades sobre el funcionamiento del
SGSSS. En esta direccin se propuso el aumento de ingresos anuales, la
reduccin de la tasa de desercin estudiantil, el aumento de ingreso de varones y
la generacin de incentivos para el desempeo laboral.
violencia,
ceguera,
lepra,
tuberculosis
otras
ms
Documento indito cedido por el doctor Jaime Crdenas, consultor de OPS-Colombia en salud pblica
veterinaria.
Colombia haba disminuido su tasa de mortalidad infantil ms que ningn pas del
mundo, a excepcin de Omn, entre 1980 y 1993. Este vertiginoso ascenso podra
atribuirse a las polticas de atencin materno infantil sostenidas en ms de una
dcada, en especial de la estrategia de vacunacin que haba logrado aumentar
las coberturas en pocos aos, como se mostr en el captulo anterior. Sin
embargo, el doctor Londoo explicaba as este xito nacional: El logro con creces
de esta meta es, sin duda, un xito del Plan de Desarrollo de la administracin
anterior, es decir, la de Csar Gaviria en la que el columnista haba participado
(Londoo, 1995: 6C). Se planteaba as un debate que an no termina respecto del
impacto de la reforma en la situacin de salud de la poblacin.
En diciembre de 1998, la OPS y la Facultad Nacional de Salud Pblica de la
Universidad de Antioquia organizaron en Medelln un seminario-taller nacional
denominado Salud pblica, salud para todos, resultados y retos para el siglo XXI:
balance de la reforma sectorial. Este balance mostraba serios problemas: las
coberturas de la afiliacin al nuevo sistema no pasaban del 57% en los dos
regmenes (contributivo y subsidiado) y no se vea con claridad que pudieran
aumentar, dado el aumento del desempleo y la flexibilizacin laboral; se aceptaba
que las metas de SPT-2000 eran irrealizables en el corto plazo, pero que se
deban sostener como norte de la poltica sanitaria, como haba propuesto la OMS;
la situacin de salud de la poblacin empeoraba, mientras los programas de salud
pblica adelantados en el marco del antiguo sistema se debilitaban; la vigilancia y
el control cojeaban, en medio de incumplimientos de los agentes del
aseguramiento, evasin y elusin rampantes de sus compromisos; la participacin
social tenda a reducirse a la defensa de los individuos en tanto consumidores; y la
formacin en salud pblica pareca no atender a las necesidades y retos
planteados en el marco del nuevo sistema (OPS/OMS/FNSP, 1999: 83 y ss).
Poco despus, el debate se centr en dos frentes: la equidad del sistema, en
trminos de acceso y respuesta a las necesidades de la poblacin; y el lugar de la
salud pblica en el sistema. Los dos temas fueron abordados por diferentes
actores, y en este contexto la OPS jug un papel importante, dada su decisin de
campo,
como
se
ha
evidenciado
en
recientes
evaluaciones
del
Comunicacin personal de la doctora Isabel Cristina Ruiz, ex directora de Salud Pblica del MS, hoy
consultora de OPS-Colombia.
27
Comunicacin personal del doctor Carlos Sarmiento, ex direcor de Salud Pblica del MS, uno de los lderes
1.
2.
3.
Promocin de la salud.
4.
Salud ocupacional.
5.
6.
7.
8.
9.
cinco
frentes
de
cooperacin
internacional
para
mejorar
la
del sistema si hay acuerdo que identificar variables claves que permitan la
medicin de su desempeo debe ser parte de la agenda para el desarrollo
posterior de la EDSS28 (OPS, 2001a: 14-15).
De esta forma, la iniciativa de las FESP, promovida especialmente por la OPS,
comenzaba a afectar la propuesta de evaluacin de los sistemas de salud
propuesta por la OMS desde una perspectiva econmica. El Informe sobre la
salud en el mundo 2002 de la OMS se present a fines del mes de octubre, pero
no se dedic a la EDSS. Por el contrario, habla de Reducir los riesgos y promover
una vida sana, para lo cual adopta mtodos tradicionales de la salud pblica como
la cuantificacin de la morbilidad, de la discapacidad y de las defunciones que
pueden atribuirse hoy a algunos de los riesgos ms importantes para la salud
humana en el mbito mundial (OMS, 2002). En este sentido, puede hablarse de
una restitucin del liderazgo que promete una nueva etapa para la cooperacin
tcnica y para la relacin entre la Organizacin y los Estados Miembros. La
reciente publicacin de los resultados de la primera evaluacin de las FESP en la
Regin as lo muestran. Una nueva concepcin de la salud pblica y un buen
instrumento para su medicin y su desarrollo institucional son sus herramientas
centrales. Se afirma en el informe:
El concepto de salud pblica en el que se basa la definicin de las FESP es
el de la intervencin colectiva, tanto del Estado como de la sociedad civil,
orientada a proteger y mejorar la salud de las personas [] As pues, no se
refiere a la salud pblica como una disciplina acadmica, sino como una
prctica social de naturaleza interdisciplinaria. Se trata, por otro lado, de una
conceptualizacin que va ms all de la nocin de bienes pblicos con
externalidades
positivas
para
la
salud,
ya
que
comprende
bienes
28
Esta fue la sigla utilizada en la reunin. para la Evaluacin del Desempeo de los Sistemas de Salud.
La funcin ms importante es, sin duda, la de rectora del sector ejercida por la
autoridad sanitaria, cualquiera sea el modelo de organizacin institucional de los
servicios de salud. De all que, recuperar el liderazgo pasa por el fortalecimiento
de la capacidad rectora de las autoridades sanitarias en los pases y en tal sentido
apunta la cooperacin tcnica de la OPS en este momento. Entre las conclusiones
ms importantes de la primera medicin se encuentra que los pases de la Regin
presentan un perfil de desempeo intermedio y bajo para el conjunto de las FESP.
Las tres reas comunes con serios problemas en casi todos los pases fueron: la
escasa capacidad para la evaluacin y el seguimiento de las decisiones pblicas,
la ausencia de incentivos al desempeo en todos los mbitos del las FESP, y la
precaria gestin de la informacin necesaria para el buen ejercicio de la rectora
de los sistemas (OPS, 2002: 234-6). Se encontr que en los pases con sistemas
pblicos integrados el desempeo de las FESP es mejor que en otros sistemas,
en especial que los de estructura mixta o fragmentada. Una de las coclusiones
finales ms importantes es la siguiente:
Se sabe que la separacin de funciones en materia de salud, fortaleciendo a
la autoridad sanitaria y dndole un papel de reglamentacin y supervisin del
buen desempeo de los dems actores de salud (seguros y prestadores), ha
sido un proceso difcil que an est muy lejos de lograr un desempeo
ptimo, o que, en este caso, tambin afecta el desempeo de la salud pblica
(OPS, 2002: 236)
El informe no presenta la situacin de cada pas y en Colombia est pendiente la
publicacin de la evaluacin realizada en 2001. Y aunque en el pas apenas
comienzan a verse los efectos de la restitucin del liderazgo, ya se aprecian
algunos efectos en los proyectos actuales y en las proyecciones futuras.
En el marco del fortalecimiento de las FESP, la Representacin ha impulsado
esfuerzos para incluir en la cooperacin varios programas anteriormente
desarticulados, sin descuidar las especificidades del pas en materia de salud y de
la organizacin de los servicios. Uno de ellos es el programa Conjunto de
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ANEXO
Lista de entrevistados y de participantes en los conversatorios
OPS
desastres y emergencias
Conversatorio de Medelln
Fecha: 21 de Junio de 2002
Lugar: Hostera Llano Grande en Rionegro, Antioquia
Realizado con el apoyo de la Facultad Nacional de Salud Pblica (FNSP) de la
Universidad de Antioquia y la OPS
Coordinadores: Juan Carlos Eslava y Manuel Vega
Participantes
OPS
Conversatorio ACODAL
Fecha: 4 de septiembre del 2002
Lugar: sede de la representacin de la OPS/OMS, Bogot
Realizado con el apoyo de la OPS, citado por Patricia de Segurado
Coordinadores: Diego Barbosa y Manuel Vega
Participantes