Postulados de La Unesco
Postulados de La Unesco
Postulados de La Unesco
Quin soy?
sta es una interrogante que hoy remite a repensar en profundidad la nocin de
identidad humana. Esto implica complejizar la nocin misma de identidad y, a su
vez, develar la complejidad del homo. Es preciso rescatar al ser humano de las
visiones desnaturalizadas de los humanismos ingenuos que, por querer ver la
singularidad humana con respecto al resto de las especies animales, lo
desnaturalizaron y lo desterraron, desconectndolo de esta manera de su
animalidad y de su patrimonio fsico y qumico que lo enrazan al planeta y a la
naturaleza. Otros, por querer recuperar la relacin humana con la naturaleza, lo
disuelven en una perspectiva biologista, o en un mero juego de llamadas y
respuestas de una estructura rgida e intrascendente. Es necesario repensar la
humanidad de lo humano recuperando sus races csmicas, biolgicas y culturales
por medio de una antropognesis relacionada con una cosmognesis.(7)
Dnde estamos?
Como seala Edgar Morin, nos encontramos en un minsculo planeta, satlite de
un sol ubicado en los suburbios del universo y perdido junto a miles de millones de
estrellas en la Va Lctea, galaxia perifrica ubicada en un cosmos en permanente
expansin y privado de un centro. Somos hijos marginales del cosmos, formado
por partculas, tomos y molculas del mundo fsico. Y no solamente somos
marginales,
sino
que
estamos
casi
perdidos
en
el
cosmos,
sintindonos extranjeros a causa del desarraigo que produce nuestro pensamiento
y nuestra conciencia, las cuales a su vez producen estas preguntas y sus
transitorias respuestas.
De dnde venimos?
As como la vida terrestre es extremadamente marginal en el cosmos, tambin
nosotros somos marginales en la vida. El hombre apareci de una manera
marginal en el mundo animal, y su desarrollo lo volvi aun ms marginal.
Histricamente superamos al menos cuatro nacimientos: el primer nacimiento
fue el de los inicios de la hominizacin, hace algunos millones de aos; el
segundo nacimiento lo proporcion la emergencia del lenguaje y de la
cultura, probablemente a partir del homo erectus; el tercer nacimiento fue el
del homo sapiens y la sociedad arcaica, y el cuarto fue el nacimiento de la
historia, que comprende simultneamente los nacimientos de la agricultura, de la
ganadera,
de la ciudad y del Estado. An no sabemos si podremos superar el necesario
quinto nacimiento de la humanidad como sujeto del proceso de hominizacin,
requerimiento bsico para el porvenir de la especie.
A dnde vamos?
Tal vez una de las palabras ms emblemticas del siglo que concluy es la
palabra incertidumbre. Si la creencia fundamental de la modernidad fue la idea de
progreso y su herramienta central la certeza del bienestar producido/prometido
por la evolucin de los conocimientos y las tecnologas aplicadas a la naturaleza y
a la organizacin de la produccin, hoy en los inicios del siglo XXI y en funcin de
los errores y horrores del siglo XX, esa falsa certeza muestra que la razn tambin
tiene sus quimeras y sus sueos geomtricos.
La reaparicin de la ciega fortuna, tanto individual como colectiva, demuestra que
la idea de futuro racionalmente conquistado o a conquistar por los proyectos
polticos del siglo XX era slo un fantasma apenas entrevisto por las discusiones
actuales sobre la sociedad de riesgo.
Azar, indeterminismo, incertidumbre, aleas, ambivalencias de la modernidad y el
desarrollo son las manifestaciones contemporneas de esta antigua dama. Pero el
lamento posmoderno no alcanza para reorientar el necesario camino hacia la
reinvencin del futuro, con los riesgos, sinsabores e incertidumbres que esto
implica, tal vez aquello que asusta y desalienta a los jvenes que pueden acceder
a una educacin bsica y superior no es ni el futuro posible que nosotros le
legamos (plagado de injusticias, contaminacin y guerra) ni la ausencia de futuro
mediato que ello incluye, es la falta de una educacin que ensee el ejercicio de
una prospectiva comunitaria basada en la reforma del pensamiento unidimensional
y fatalista.(8)
Una educacin que no busque responder articuladamente a estas preguntas, a la
luz de los conocimientos cientficos actualizados y de la comprensin humana que
contiene la sabidura heredada de las distintas culturas y civilizaciones, de las
ciencias humanas y de las artes en general, produce un conocimiento
impertinente; es decir, un conocimiento nimio, inoportuno, fuera de propsito,
descontextualizado y sin sentido. Esto implica construir un sujeto que no pueda
comprender la relacin entre arraigo y desarraigo humano, que se siente incapaz
para seleccionar y decidir, ya sea en el mbito prosaico, ya sea en el mbito
potico de la vida y, al mismo tiempo, no pueda sostener dignamente su
humanidad frente a las incertidumbres de la vida.
Si hoy una cultura o una comunidad no elaboran una visin global de la condicin
humana, al mismo tiempo que interpretan su identidad local, corren el riesgo
de que la actual globalizacin unidimensional, excluyente y racionalista invente
su lugar en el margen de la misma, y tambin una seudo identidad, con la finalidad
de extraer su valor simblico y cultural (patrimonios intangibles) para ser utilizado
como valor agregado extico a espaldas de su singularidad cultural, muchas
veces mal gestionada polticamente por una visin endogmica e insular, que
geopolticamente desconoce su valor humano e ignora su potencial planetario.(10)
Con el entusiasmo y las expectativas del advenimiento del derrumbe del muro de
Berln (hoy sabemos que slo se derrib la medianera Oeste), en la dcada de los
noventa se postul la necesidad de gerenciar el cambio global. Para ello los
organismos internacionales, en especial la Organizacin de las Naciones Unidas
(ONU), promovieron la idea de formar liderazgos capaces de una doble y
asimtrica actitud: Pensar globalmente y actuar localmente.(11)
Por otro lado, desde este punto de vista es preciso repensar tambin la gestin y
la planificacin de los proyectos estratgicos de desarrollo institucional del sistema
educativo. Es preciso introducir no slo el paradigma sistmico en las
instituciones, sino tambin la visin del pensamiento complejo sobre la nocin de
organizacin y su relacin con los conceptos de orden, desorden, caos e
interacciones. Sin riesgo de exagerar, toda poltica institucional requiere no slo
una geopoltica, sino adems una cosmologa actualizada.
Pero la clave de una gestin institucional estratgica es su capacidad de
gerenciar una paradigmatologa que implica la tolerancia y la organizacin de la
heterogeneidad de los distintos modos de pensar de sus miembros y, al mismo
tiempo, la tolerancia y ejecucin inteligente de la funcin Re, es decir, la
capacidad de reconocer los factores de regeneracin institucional al lmite de
regenerar los propios fundamentos y postulados de su institucionalizacin.
Obviamente, un esfuerzo de esta naturaleza requiere coraje, sagacidad y, por
sobre todas las cosas, altas dosis de comprensin humana.(14)
amenazas
que
favorecen
la
incomprensin
requieren la enseanza de una cortesa del espritu. El joven Henri Bergson afirm
que la cortesa en todas sus formas, cortesa del espritu, cortesa de las formas y
cortesa del corazn, nos introduce en una repblica ideal, verdadera ciudad de
los espritus. La cortesa situada entre la virtud y la prudencia ha sido por largo
tiempo una cualidad confundida con el cultivo de la hipocresa. La cortesa de
alguna manera es el artificio que permite sustituir el rechazo a lo diferente, el
miedo reaccionario a lo desconocido y el ofuscamiento del desacuerdo por el
dilogo y el culto a la argumentacin crtica y autocrtica. Sin cortesa no hay
reflexividad ni democracia ni hospitalidad, dado que todos somos iguales porque
somos diferentes y, al mismo tiempo, todos somos relativamente extranjeros del
mundo y extraos a nosotros mismos.
La cortesa permite diferenciar espontaneidad de grosera e indolencia. La
cortesa es un artificio para la convivencia y la conversacin que no debe
confundirse con el protocolo, puesto que ste hace honor a la funcin,
mientras que la cortesa hace honor a la presencia y el encuentro de personas.
En ltima instancia, la cortesa es la elegancia de la autolimitacin. Autolimitacin
y autonoma del sujeto son los pilares de la vida democrtica.
El desconocimiento de la existencia de disfuncionalidades inherentes a toda
cultura.
Magoroh Maruyama seal que si bien cada cultura como un organismo vivo
tiende a la clausura, sta es perniciosa, ya que toda cultura porta su propia
disfuncionalidad (falta de funcionalidad), su propio mal funcional (funcionamiento
en un mal sentido), su propia sub-funcionalidad (realiza un perfomance en su nivel
ms bajo) y, por ltimo, su toxi-funcionalidad (provoca dao en su
funcionamiento). Se deduce entonces la necesidad de comunicacin e
intercambio, con los riesgos que esto implica, y en todo caso es vital el rol que
cumplen aquellos miembros de cada cultura, cuyas actividades involucran la
interaccin con otras. La educacin debe crear las condiciones de posibilidad de la
comunicacin y el intercambio cultural.
El subdesarrollo de las teoras de desarrollo existentes y su concomitante
visin
subdesarrollada del subdesarrollo.
El subdesarrollo de los desarrollados es un subdesarrollo moral, psquico e
intelectual. Hay una miseria que no disminuye con el decrecimiento de la miseria
fisiolgica y material, sino que se acrecienta con la abundancia y el ocio. Hay un
desarrollo especfico del subdesarrollo mental bajo la primaca de la
racionalizacin, de la especializacin, de la cuantificacin, de la abstraccin, de la
irresponsabilidad, y todo eso suscita el desarrollo del subdesarrollo tico.
Es preciso tambin que la educacin colabore con los esfuerzos necesarios para
repensar el desarrollo, que conduzcan a repensar crticamente la idea, tambin
subdesarrollada, de subdesarrollo. Porque la idea de subdesarrollo ignora las
eventuales virtudes y riquezas de las culturas milenarias de las que son/eran
portadores los pueblos llamados subdesarrollados. Esta nocin contribuye
poderosamente a consagrar a la muerte a esas culturas, vistas como conjunto de
supersticiones. La alfabetizacin arrogante, que considera a los portadores de
culturas orales no como tales sino slo como analfabetos, agrava el subdesarrollo
moral y psquico de las villas miseria.(18)
Desconocimiento de la noosfera y la dinmica de la
posesin.
Afirma Emile Cioran que en s misma toda idea es neutra o debera serlo; pero el
hombre la anima, proyecta en ella sus llamas y sus demencias; impura,
transformada en creencia, se inserta en el tiempo, adopta figura de suceso: el
paso de la lgica a la epilepsia se ha consumado As nacen las ideologas, las
doctrinas y las farsas sangrientas. Idlatras por instinto, convertimos en
incondicionados los objetos de nuestros sueos y de nuestros intereses.(19)
Tanto Platn como Bacon nos previnieron que con nuestras creencias y nuestra fe
alimentamos los mitos o ideas que surgen en nuestras mentes, y estos mitos o
ideas toman consistencia y poder. No slo poseemos ideas, tambin somos
posedos por ellas, somos capaces de morir o matar por una idea. La importancia
de parte de la educacin de conocer este fenmeno de posesin se relaciona con
la necesidad de construir una noologa, ciencia dedicada al estudio de la esfera
de lo imaginario, de los mitos, de los dioses, de las ideas; es decir, de los
miembros de la noosfera. Con este conocimiento la educacin puede ayudar a los
adolescentes a moverse en el mundo viviente, virtual e inmaterial constituido por
la informacin, las representaciones, los conceptos, las ideas y los mitos dotados
de una relativa autonoma y descontextualizacin, pero a su vez dependientes de
nuestras mentes y nuestras culturas.
El desconocimiento de los aspectos humanos y culturales perniciosos para la
comprensin humana como el egocentrismo, el etnocentrismo, el sociocentrismo,
y el reduccionismo mental y cognitivo.
Por otro lado, la educacin para favorecer la comprensin humana debera no slo
estudiar la relatividad cultural, sino tambin las fuerzas de la simpata universal
y el devenir de la historia de las civilizaciones. De la misma manera, as como la
presencia de la comprensin humana es vital para la construccin de una
Para concluir, tal vez con el auxilio de estos postulados las instituciones
educativas recuperen el rol protagnico de la imaginacin social en la creacin de
sus instituciones. Y de esta manera podramos cumplir con el proyecto de Juan de
Mairena, la creacin de una Escuela Popular de Sabidura Superior, donde el
ciudadano aprenda a repensar lo pensado, a de-saber lo sabido y a dudar de su
propia duda, que es el nico modo de empezar a creer en algo.(21)
Notas al pie
(1) Este documento ha sido elaborado sobre la base de dos conferencias, la
primera pronunciada en la I Jornadas de Educacin Comparada. Hacia una
educacin de la calidad.Universidad de Deusto, Bilbao, Espaa, mayo de 2002; y
la segunda en el X Simposio de Educacin-Intuiciones Educativas, ITESO,
Guadalajara, Mxico, septiembre de 2002.
(2) La Ctedra y el Instituto mencionados son parte de la incansable labor terica y
prctica del pensador francs Edgar Morin y tienen como antecedente a la revista
Complejidad perteneciente al Programa de Redes de Animacin del Pensamiento
Complejo en Amrica Latina y el Caribe. Para mayor informacin consultar
www.complejidad.org.
(3) Para un anlisis econmico y social de este impacto, cfr. Lash, Scout y Urry,
John (1994). Economies of sing and space. Londres: Sage Publications.
(4) Cfr. Serres, Michel (2001). Hominescence. Paris: Le Pommier.
(5) Vase Assis Carvalho, Edgard (1999). Polifonia culturale e pensiero radicale.
En revista Pluriverso no. 3. Biblioteca delle idee per la civilit planetaria.
(6) Para una mayor profundizacin en este tema, cfr. Motta, Ral D. Complejidad,
educacin
y
transdisciplinariedad,
CIUEM.
En
http://www.complejidad.org/publi.htm, y Tiffin, John y Rajasingham, Lalita (1997).
En busca de la clase virtual. La educacin en la sociedad de la informacin.
Buenos Aires: Paids.
(7) Al respecto, Edgar Morin viene elaborando desde hace ms de treinta aos un
trabajo de investigacin, que tiene por finalidad elucidar la condicin humana a
travs de un anlisis y un despliegue metdico, que culmina y, a la vez,