COSTILLA El Milagro en La Construcción Del Culto A Copacabana
COSTILLA El Milagro en La Construcción Del Culto A Copacabana
COSTILLA El Milagro en La Construcción Del Culto A Copacabana
D Introduccin y consideraciones
preliminares
Resumen
Se indaga en el proceso de construccin del culto a la Virgen de Copacabana en el virreinato peruano, contemplando especialmente el papel
que cumpli en l el milagro, y desde qu lugar -o lugares- se elabor y
reelabor dicho culto. Para ello, se intenta identificar a los actores que
participaron en la creacin y difusin de esta devocin, y a sus respectivos intereses y objetivos; como tambin a quines intervinieron en los
acontecimientos milagrosos atribudos a la imagen de la Virgen.
Palabras claves: Virgen de Copacabana - milagros - religiosidad colonial.
Abstract
The aim of this paper is to trace the process of the cult of the Virgin of
Copacabana in the Viceroyalty of Peru, focusing on the role it played in
the miracle, and from wich place, or places, the cult was developed and
re-developed. For this, we attempt to identify the actors involved in the
creation and dissemination of the cult and their respective interests
and objectives, and also, who were involved in the miraculous events
attributed to the Virgin image.
Key words: Virgin of Copacabana - miracles - colonial religiosity.
Recibido: noviembre 2009. Aceptado: marzo 2010.
El vasto campo de los estudios sobre religiosidad colonial latinoamericana y particularmente del rea Andina, ha convocado a investigadores que desde distintos
enfoques (antropolgicos, histricos, etnohistricos,
sociolgicos, entre otros) analizaron los mltiples y
cambiantes procesos que resultaron del encuentro entre
1
23
1 Una primera versin de este trabajo fue presentada en el II Simposio Internacional sobre Religiosidad, Cultura y Poder, en agosto de 2008,
2 Instituto de Ciencias Antropolgicas, Universidad de Buenos Aires. Juan B. Vago 774, Temperley (1834), Buenos Aires, ARGENTINA. Email:
3 Utilizamos el concepto de santuario como un tipo particular de ermita que se distingue por una serie de caractersticas: es un lugar cuyo
emplazamiento tiene un significado sagrado, donde suceden milagros y se depositan ofrendas. Atrae devotos de distintas poblaciones principalmente enfermos, y tiene una especial consideracin en la devocin de las personas (Christian 1991: 97).
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(2008-2010).
sobre la Virgen del valle de Catamarca; para las referencias a tipologas y funciones del milagro, ver Bouysse-Cassagne (1997,
2007 Ms); Estenssoro (2003, 2005) y las consideraciones de
Marzal (1999) sobre la religiosidad colonial peruana.
6 Segn la definicin de Ramos Gaviln (1976 [1621]: 132) es
cosa imposible a los humanos ojos, que deja atrs la fuerza de la
naturaleza, hecho en orden de manifestar la divina gracia, la verdad
y virtud en utilidad de la Iglesia.
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vuelve una herramienta clave para la construccin y consolidacin de cultos cristianos, sumamente funcionales a los
intereses de la Iglesia. Pero cuando el prodigio interviene
en una determinada realidad social siendo interpretado
y manipulado desde distintas instancias de la sociedad
parece dejar de ser un mero signo de Dios para volverse
tambin, un smbolo". Es, por tanto, una entidad polmica de interpretar , capaz de condensar y unificar mltiples y dispares significados tras su sentido ms manifiesto
(Costilla 2007).
Contemplando las diferencias entre el significado teolgico del milagro y el sentido ms coloquial en el que
los fieles lo toman que puede o no coincidir con el primero, consideramos vlido discernir tres posibles definiciones o lecturas para estos fenmenos entendidos
como construcciones sociales.7 Una definicin teolgica
(el milagro como signo de Dios), una popular (el milagro como hecho improbable o inesperado) y una hermenutica que, en tanto definicin desde la perspectiva del
investigador, corresponde a nuestro planteamiento del
milagro como smbolo. Sin duda, por el tipo de fuentes
que utilizaremos, los prodigios relatados corresponden a
una lectura teolgica de los sucesos, sobre la cual construiremos nuestra interpretacin hermenutica.
Para el anlisis de los milagros como acontecimientos
concretos, estableceremos una distincin operativa en
funcin de las caractersticas que presentan y a quin
manifiestan estar dirigidos. Es decir, si son impersonales, individuales o colectivos. Los impersonales"
seran aquellos que la imagen sagrada realiza sobre s
misma o en relacin a otros elementos, pero que no
ataen directamente a una persona o personas. Los
individuales", aquellos que la imagen obra sobre algn sujeto en su propio beneficio y/o el de sus allegados. Los colectivos", por su parte, seran los prodigios
que la imagen efecta a favor de un determinado grupo
de individuos como totalidad. Esta clasificacin inicial
se establece identificando a quienes se supone que el
milagro va dirigido. Sin embargo, un mismo suceso
puede ubicarse en distintas categoras segn la pro7 La definicin popular de milagro es aquella que nace de las pro-
El milagro en la construccin del culto a Nuestra Seora de Copacabana (virreinato del Per, 1582-1651)
fundidad con que se analicen sus significados y considerando quines pueden ser afectados indirectamente.
En relacin con nuestra hiptesis, aplicar esta distincin nos permite analizar ms sistemticamente la
variabilidad de interpretaciones respecto a un mismo
suceso prodigioso, como tambin estimar posibles correspondencias y vinculaciones entre tipos de milagros
y sus usos estratgicos.
misional, y en relacin a sus propias trayectorias personales, que estos autores pudieron interpretar la realidad
religiosa y poltica de la regin andina.
La obra de Ramos Gaviln es una de las primeras y ms
completas descripciones sobre la regin del Collao. El
autor naci en Huamanga, en 1570, fruto de una relacin
ilegtima entre dos criollos naturales de esa ciudad. Formado en el convento de San Agustn, tom el hbito en
1588, y luego de extensos viajes por el norte y centro de
Per, fue enviado en 1616 como doctrinero al curacazgo
de Omasuyo, establecindose en el convento agustino
de Copacabana a comienzos de 1618. Los datos que obtuvo para la elaboracin de su trabajo fueron producto de
un estudio minucioso de la documentacin del archivo
del convento, de sus lecturas de los primeros cronistas
de Per, y de sus conversaciones con curaca y ancianos
indgenas de la regin, posibilitadas por su conocimiento de las lenguas quechua y aymara. De ah que su obra,
publicada en 1621, haya sido considerada tanto por los
cronistas contemporneos como por los investigadores
actuales, como un trabajo serio, fidedigno, acucioso y
detallado sobre la historia religiosa de la regin (Muoz
Reyes cit. en Ramos Gaviln 1976 [1621]).
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El milagro en la construccin del culto a Nuestra Seora de Copacabana (virreinato del Per, 1582-1651)
Figura 1. Mapa del antiguo Collasuyo y detalle de lago Titicaca con divisin poltica actual (Platt et al. 2006).
colonizacin en el virreinato. Nos referimos principalmente a las campaas de los hermanos Pizarro hacia el
Collasuyo (1538), con el consiguiente descubrimiento de
los yacimientos de oro, plata y estao de la regin (Porco en 1538 y Potos en 1545); a la pacificacin de Per
con las acciones del presidente La Gasca (1548); y a las
reformas implementadas por el virrey Toledo a partir de
1569 (Platt et al. 2006).
En este contexto, justamente con la entrada de los hermanos Hernando y Gonzalo Pizarro en 1538 luego
de la muerte de Almagro, se produce la conquista del
Collao con la significativa colaboracin de Paullo Topa
Inka. Este ltimo, hijo menor de Huayna Capac, era el
portavoz de la poltica de rendicin en las mejores condiciones posibles, y fue esa la actitud que luego iran adoptando los seores tnicos del Collasuyo tras numerosos
enfrentamientos y miles de prdidas humanas (Medinacelli 2007). Nueve aos ms tarde, en el marco del refe39
cuscos, Hurincuscos, Ingas, Chinchisuyos, Quitos, Pastos, Chachapoyas, Caares, Cayambis, Latas, Cajamarcas, Guamachucos,
Guaylas, Yauyos, Ancaras, Quichuas, Mayos, Guancas, Andesuyos,
Condesuyos, Chancas, Aymaras, Lanaguaras, Chumbivilcas, Pabrechilques, Cillaguas, Hubinas, Canches, Canas, Quilvarguaros, Lupacas, Capancos, Pucopucos, Pacajes, Yungas, Carangas, Quillacas,
Chichas, Soras, Copayapos, Colliyungas, Guanacos y Huruquillas.
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ampliar su cuota de participacin econmica y poltica en un clima de crecientes tensiones y contradicciones. La etapa que se inici en 1581 con el episcopado
de Santo Toribio de Mogrovejo y que finaliz en 1670
con el fin de las campaas de extirpacin de idolatras,
puede considerarse como la etapa fundacional del proceso de evangelizacin de Per, caracterizada por un
acercamiento mayor entre la religin catlica y la indgena con una mutua aceptacin y/o incorporacin de
sus respectivas formas, ritos y contenidos religiosos
(Marzal 1999). Un ejemplo de estos acercamientos
para la zona del Titicaca lo encontramos en las narrativas cristianas sobre la presencia de los apstoles Santo
Toms y San Bartolom en tierras americanas, cuyas
hagiografas, asociadas con el mito andino de Tunupa, desplegaban huellas materiales, reliquias, milagros,
smbolos y lugares sagrados vinculados a esta regin
del Collao.14 El lago Titicaca, la pennsula de Carabuco, el ro Desaguadero, la isla del Sol, eran el escenario
de la legendaria trayectoria de este personaje sagrado;
historia recreada y resignificada como produccin hagiogrfica en el contexto cristiano colonial, a travs de
la articulacin en un mismo espacio sagrado, de fragmentos escogidos de tradiciones indgenas y tradiciones cristianas americanizadas.15
14 En algunas fuentes Tunupa es presentado como hijo de Viracocha
El milagro en la construccin del culto a Nuestra Seora de Copacabana (virreinato del Per, 1582-1651)
Volviendo a 1572, los curas seculares Antonio de Almeida y el Licenciado Montoro se sucedieron en la administracin eclesistica de Copacabana hasta que, por
decisin de la Audiencia de Charcas (y cdula real del 7
de enero de 1588) se otorg a los agustinos esa doctrina y culto. Ramos Gaviln, destacando las razones providenciales que movieron las acciones y decisiones de
las autoridades, describe minuciosamente el proceso
jurdico-eclesistico por el cual la orden result elegida
para atender el culto a la milagrosa imagen de la Virgen,
entronizada en 1583 por el progresivo crecimiento de la
devocin (Salles-Reese 1997; Lpez 1998).
Otro hito tambin significativo de estas ltimas dcadas del s. XVI, cuyas implicancias debemos considerar
en el anlisis del nacimiento del culto a la Virgen de
Copacabana, es el III Concilio Limense, llevado a cabo
entre los aos 1582 y 1583. Dado que uno de sus temas
principales fue la promocin religiosa y social del indgena, las disposiciones conciliares estuvieron orientadas a mejorar no solo la enseanza de la fe cristiana
sino tambin la manera en que los naturales eran tratados por los distintos representantes eclesisticos. Finalmente, en relacin con el contexto religioso general,
debemos tener en cuenta que a lo largo del s. XVII, en
el marco de las rivalidades con los protestantes, la iglesia catlica promovi fervientemente el culto mariano
identificndose con la imagen de la Virgen Madre. De
manera que exista ya desde las autoridades metropolitanas una preocupacin manifiesta por fomentar esta
devocin en forma oficial (Fogelman 2003).
...los Ingas, los Lupacas, Chinchaysuyos y an tambin los Aymaras, que con los Collas y Uros, hacen la poblacin que al presente
est repartida en tres gobernaciones, Anantayas, Hurinsayas y
Uros (1976 [1621]: 43).
La divisin tradicional entre Anansaya y Urinsaya, deriva de las posiciones jerrquicas vinculadas al principio
organizativo, social y csmico, presente en muchas sociedades andinas, y basado en la dualidad arriba/abajo.
Ambos trminos correspondan a las dos parcialidades
en las que las sociedades se dividan, ocupando la de
arriba, Anansaya, una posicin de preeminencia sociopoltica por sobre la de abajo, Urinsaya (Rostworowski
1986; Platt et al. 2006). En Copacabana, se integraban
en esta parcialidad Anansaya los descendientes de aquella lite incaica cusquea que Tupac Inka haba enviado
all para el control y gobierno de las naciones trasplantadas (Ramos Gaviln 1976 [1621]; Medinacelli 2007).
Efectivamente, si bien el patrn andino tradicional estableca que en la mitad Urinsaya se agrupaban los forasteros y advenedizos, con la reestructuracin impuesta
por los incas, los recin llegados tomaron el lugar de
privilegio, la mitad Anansaya, que antes corresponda a
los indios locales, al tiempo que estos ltimos pasaron
a ser clasificados como Urinsaya (Ramos Gaviln 1976
Comenzaremos con un anlisis de las primeras manifestaciones de la imagen sagrada, hasta la llegada de los
agustinos a Copacabana en 1589, y luego trabajaremos
con esta segunda etapa de multiplicacin de milagros,
hasta 1651. Dentro de este segundo perodo, describiremos la difusin y extensin de la devocin a esta imagen
mariana en otras reas del Virreinato, detenindonos
particularmente en la ciudad de Lima. Por ltimo, consideraremos cules son los usos y apropiaciones de lo
religioso en general, y del milagro en particular, que se
observan durante el proceso de consolidacin del culto.
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El milagro en la construccin del culto a Nuestra Seora de Copacabana (virreinato del Per, 1582-1651)
doraba un retablo del convento de San Francisco. Cuando Alonso y Pablo llegaron a La Paz con la noticia de
haber conseguido la ansiada licencia, Francisco ya tena
la imagen terminada, pero al regresar el gobernador a
Copacabana encontr que los de la parcialidad Urinsaya
no iban a aceptarla por no ser de factura espaola y por
haber sido objeto de burlas. Siendo advertido de este
rechazo, Francisco se dispuso a venderla (Calancha
1972 [1639]; Ramos Gaviln 1976 [1621]).
Una vez asentada la imagen, los prximos tres prodigios que realiz, uno individual, uno impersonal y uno
colectivo, actuaron para su consolidacin y mayor aceptacin entre los habitantes de Copacabana. El primero,
a partir del cual segn Ramos Gaviln empezaron los
fieles a venerar la Santa Imagen, se produjo ese mismo
2 de febrero de 1583, cuando una cruz de bronce cay
sobre el corregidor mientras ste sacaba el guin para
acompaar a la imagen. La admiracin que caus entre
los presentes que con ser pesada la cruz no le hizo dao
alguno, llev a que consideraran al hecho como un milagro (Ramos Gaviln 1976 [1621]: 124).
El segundo prodigio, tambin en 1583, se destaca por
ser el primero que la Virgen hizo en su propia imagen.
Cuando el cura mand al escultor que la modificara para
que, al colocarle la corona al nio, ste no le tapara el
rostro, descubrieron al bajar la imagen del altar que el
nio haba cambiado su posicin. Este hecho maravilloso conmocion al padre Montoro, quien comenz
a celebrar la imagen sirvindose del milagro, as en el
plpito como fuera de l, para exortar a los indios
a venerarla. De esta forma, creci entre ellos no slo el
respeto por esta imagen, sino tambin la presuncin de
que gracias a ella comenzaran a ser respetados por los
dems indios y favorecidos por los espaoles (Calancha 1972 [1639]; Ramos Gaviln 1976 [1621]).
Unos aos ms tarde, en 1587, se produjo el primer milagro colectivo que la Virgen realiz para favorecer directamente a los indgenas como grupo (si bien ya haba
realizado sobre ellos seis milagros sanaciones de manera individual). Cuando los miembros de la parcialidad
Anansaya se dispusieron a sembrar sus tierras en nombre de ella (para de sus frutos poder comprar las cosas
necesarias para su servicio), a pesar de la sequedad del
tiempo se vieron favorecidos por una lluvia inesperada.
Viendo esto los de Urinsaya, que an seguan reticentes
a encomendarse a esta imagen y no haban acudido a la
sementera, sintieron envidia y quisieron imitarlos sembrando sus chacras. Sin embargo, no tuvieron la misma
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suerte que sus vecinos (segn el autor, debido a su obstinacin). Durante otra sequa de ese mismo ao, luego
de que los de Anansaya le hicieran a la Virgen una misa
pidindole socorro, llovi copiosamente sobre sus tierras sin que cayera una sola gota sobre la otra parcialidad. Este hecho inst a los vecinos incrdulos a reconocer los milagros de la Virgen y a pedirle arrepentidos que
les mandase agua a ellos tambin, luego de lo cual llovi
sobre todas las chacras de Copacabana (Ramos Gaviln
1976 [1621]: 131).
El recorrido por estos primeros milagros nos lleva a las
siguientes consideraciones. En principio, respecto del
primer prodigio que funcion como detonante del desarrollo del culto, vemos que hasta el momento en que
la imagen lo realiz, hubo un rechazo inicial hacia ella
de parte de la autoridad eclesistica (el padre Montoro) y de los indgenas de la parcialidad Urinsaya, que no
aceptaban una imagen de factura local. Slo despus de
su primera manifestacin milagrosa logr el reconocimiento de autoridades civiles, eclesisticas e indgenas.
Fue ese el impacto del prodigio en el convento de San
Francisco: movilizar las iniciativas y acciones del corregidor y del cura de Copacabana, y del gobernador de los
de Urinsaya, para que la imagen fuera llevada hasta la
iglesia de ese pueblo. Asimismo, creemos que al haber
precedido este milagro la constitucin efectiva de la
cofrada, pudo haber influido en la manera en que sta
se llev a cabo. Posiblemente, de no haber sido por la
intervencin de las autoridades que motiv, la licencia
del obispo no hubiera bastado para que la fundacin se
concretara con tanta aceptacin.
Sin embargo, no obstante las decisivas implicancias de
esta primera revelacin de la Virgen, hemos visto que no
bast para la aprobacin de la imagen entre los habitantes de Copacabana. Fue necesaria, como se desprende de
los efectos que sobre los fieles tuvo el episodio de la cruz
de bronce, una manifestacin pblica y contundente que
los convenciera de sus capacidades milagrosas. Un hecho prodigioso que los mismos habitantes de Copacabana pudieran observar, a diferencia del ocurrido en La Paz
en la privacidad de la celda de un religioso.
Un lugar especial merece el particular suceso de la autotransformacin de la imagen de la Virgen, en tanto
ha sido definido como el umbral entre los milagros de
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El milagro en la construccin del culto a Nuestra Seora de Copacabana (virreinato del Per, 1582-1651)
Milagros colectivos
Milagros individuales
Con respecto a los milagros individuales (los ms frecuentes), nos interesa exponer cmo en la narracin de
algunos se indica quines dan cuenta de ellos, colaborando en su difusin, y se seala dnde y quin recibe las
informaciones correspondientes.19 Mas all del propio
testimonio de quienes resultan beneficiados que gene-
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Ao
1587
Beneficiado
Un indio uro
Milagro
Informantes, testigos
Sanado de su tullidez
Salvada de la muerte
1599
Un espaol
1614
El padre Angulo,
Guardin del Convento
de San Francisco de
Cochabamba
1617
1618
Un religioso de la
Compaa de Jess
1630
Tabla 1. Milagros de cuyas informaciones y registros se deja constancia (Calancha 1972 [1639]; Ramos Gaviln 1976 [1621]).
ralmente opera de manera muy persuasiva sobre los presentes, en varias oportunidades los autores explicitan
quines refieren las informaciones sobre los milagros
obrados por la Virgen a nivel individual (Tabla 1).
En otros casos, los milagros quedaron pintados en imgenes expuestas en los conventos de San Agustn de
Copacabana y Cusco (Calancha 1972 [1639]: 378; Ramos
Gaviln 1976 [1621]: 179, 190). De alguna manera, creemos que este afn de los religiosos por registrar y proclamar este tipo de milagros puede vincularse precisamente
a su carcter individual, en tanto acontecimiento que
opera fundamentalmente a nivel personal y cuyo impacto sobre quien los recibe solo puede hacerse extensible a
los dems en tanto sea divulgado y transmitido.
Otro milagro individual en el cual la virgen se le aparece a una india tullida para evitar que se suicide con veneno llev por un lado a que los religiosos lo publicaran
con repiques de campanas para exhortar a las personas a
que acudieran a ella, y al padre Prior del convento de Copacabana, fray Pedro de Mora, a hacer las averiguaciones
sobre lo referido. Luego de sucederse otros prodigios con
esta misma mujer, fueron referidos al autor por el Prior
en calidad de testigo presencial e informados nuevamente ante la llegada del Padre Provincial fray Diego Prez
(Ramos Gaviln 1976 [1621]: 203, 204).
El milagro en la construccin del culto a Nuestra Seora de Copacabana (virreinato del Per, 1582-1651)
cartas enviadas a la Virgen por los devotos. En base a estas informaciones acumuladas en el archivo del santuario (Calancha 1972 [1639]: 590; Ramos Gaviln 1976
[1621]: 192, 138), sumada a los testimonios recogidos,
los autores desarrollaron sus obras, explicitando en muchos casos sus esfuerzos por controlar y comprobar los
datos obtenidos a fin de registrar solo los milagros ms
fidedignos en definitiva aquellos que concordaran con
su definicin teolgica, por encima de otras posibles
lecturas de los devotos. Esto expresa claramente la influencia de las disposiciones tridentinas que prohiban
la divulgacin de milagros no verificados correctamente
y exigan una cuidadosa certificacin, dictndose normas para la declaracin de milagros y apariciones con
informes notariales y con testimonios de testigos y beneficiarios (Christian 1991).
Nuestra Seora de Copacabana en otras
reas del virreinato del Per
Como pudimos observar a travs de los prodigios referidos, las maravillas obradas por esta virgen lograron
trascender y extenderse a lo largo de las distintas provincias y ciudades del virreinato. En principio, para ilustrar
la manera en que los milagros se difundan de un lugar
a otro dentro de la geografa colonial, podemos citar uno
de los relatos de Ramos Gaviln donde seala que:
los aos pasados haban acudido a este Santuario unos soldados del Reino de Chile y contaron a los Religiosos como en la
guerra que tienen los Indios con los Cristianos en aquel Reino,
haban cogido los enemigos a uno de los Indios Cristianos []
el cual por haber odo decir muchas veces a los espaoles los milagros que la Virgen de Copacabana haca se encomend a la
bendita Imagen [] y acudiendo los espaoles a favor del indio
empicado le hallaron en tierra sin lesin alguna (Ramos Gaviln 1976 [1621]: 183; subrayado es nuestro).
Las crnicas tambin refieren a personas de otros reinos (como Espaa, Mxico y Nueva Granada) que invocaron a la Virgen en situaciones peligrosas por haber
odo de sus milagros, y que siendo salvados por ella deciden acudir a su santuario o enviar valiosas ofrendas en
agradecimiento (Calancha 1972 [1639]; Ramos Gaviln
1976 [1621]). Pero ms all de esta difusin de los milagros entre las personas que circulaban en este territorio, es interesante atender cmo se organiz y consolid
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El milagro en la construccin del culto a Nuestra Seora de Copacabana (virreinato del Per, 1582-1651)
encauzarlo. Es notable en este punto el repentino cambio de actitud de las autoridades, que pudo haber sido
motivado por la necesidad de apropiarse de una imagen
de factura nativa que comenzaba a manifestar su poder.
Podemos preguntarnos tambin por qu no pudieron
fundarse dos cofradas distintas, una para cada mitad,
respetndose el principio de oposicin complementaria
que caracterizaba la organizacin sociopoltica y csmica
de las poblaciones andinas. Esa necesidad de acordar entre ambas parcialidades una nica imagen de culto, nos
puede estar mostrando cmo se impuso en este caso la
lgica europea por sobre la dualidad andina.
Indudablemente, los religiosos de esta orden fueron actores centrales en el desarrollo del culto a la Virgen de Copacabana: se apropiaron de l eficazmente y cumplieron un
papel protagnico en su difusin en el Alto Per (Ramos
2005). Como vimos, aunque la designacin de los agustinos fue motivada por las dimensiones que ya vena adquiriendo la devocin, luego de su llegada a Copacabana
la convocatoria de esta imagen fue creciendo progresivamente, llegando a ser reconocida y venerada por representantes de distintos sectores de la sociedad colonial.
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tanto signo de Dios y, fundamentalmente, en tanto smbolo. Al ser ante todo signos de la voluntad divina, los
milagros posibilitaron la creacin de un canal de comunicacin entre los fieles en un plano simblico-religioso.
Incluso, podan estimular la experimentacin de ciertas
relaciones (p.e., entre los miembros de una cofrada)
como providenciales y primordiales, afirmando sentidos
de pertenencia a una determinada comunidad de devotos (Costilla 2007).20
El compartir las mismas devociones puede ayudar a dar
cohesin a las sociedades frente a la accin disgregadora
de las desigualdades socioeconmicas y diferencias culturales (Christian 1991: 181). Para el caso de Copacabana, recordemos que al momento en que ingresaron las
primeras expediciones de conquista, el pueblo estaba
habitado por mitimaes incaicos de ms de 40 naciones
distintas; y ya para la poca de consolidacin del culto,
el panorama que se perciba era el de una sociedad multitnica con una poblacin indgena muy heterognea,
para la cual debe haber sido central el papel de un culto
que los congregara. El poder simblico de la imagen milagrosa poda operar en esas diferencias tan radicales al
interior de la sociedad colonial, y de la propia sociedad
indgena, atenuando en una dimensin religiosa las contradicciones entre los distintos sectores. Es justamente
esta potencialidad polismica del milagro la que lo habilita para poder ser esgrimido desde distintos actores
para diversos fines e intereses.
(1990).
21 Ramos Gaviln 1976 [1621]: 195.
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Considerando que gran parte de los prodigios individuales de la Virgen tuvieron a indgenas como protagonistas,
22De esto sirven los milagros que en tierras nuevas siempre us Dios de
El milagro en la construccin del culto a Nuestra Seora de Copacabana (virreinato del Per, 1582-1651)
invocaciones colectivas a imgenes religiosas que es propia de la religiosidad local",23 ya sea en la Europa moderna como en Amrica prehispnica. As, al igual que
en Espaa en el s. XVI, una manera muy comn de paliar
las desgracias en las sociedades andinas coloniales fueron las procesiones rogativas, sumado esto a las creencias tradicionales en la intervencin activa de los seres
sagrados en los asuntos humanos y mundanos, lo cual
implica la necesidad de aplacar sus iras (Christian 1991).
En relacin con otros actores, por ejemplo autoridades civiles, es posible identificar ciertos usos ms
profanos de esta imagen y sus milagros. En uno de
los ltimos prodigios que describe Calancha, del ao
1651, se observa un recurso a esta imagen de parte de
ciertos funcionarios coloniales durante la celebracin
del Da de la Purificacin en Copacabana. Segn nos
explica el autor, cuando el corregidor de La Paz y su
teniente general convencieron a los indios de Copacabana que solicitasen al padre Prior sacar la imagen en
procesin para que Dios les diese agua, sus verdaderas
intenciones eran hacer su negocio a partir de la mayor afluencia de gente que habra para juegos, coimas,
distraimientos y otras cosas de escndalo que solan
llevarse a cabo durante esas fiestas paralelamente a los
actos religiosos (Calancha 1972 [1639]: 622). Este es
un pequeo ejemplo de cmo se tensionan los intereses de autoridades civiles y religiosas en relacin con la
imagen: mientras que el corregidor y su teniente aducan ser sta de los indios y demandaban al Prior que
se hiciera la voluntad de ellos de sacarla en procesin,
el religioso les adverta, alegando conocer sus intereses reales, que la Virgen se defendera de ellos con
prodigios y milagros. De manera que un mismo milagro, en este caso la lluvia en tiempos de sequa, poda
significar para unos la posibilidad previa de un mayor
concurso de gente y para otros el fin de las demandas
malintencionadas de los primeros.
Retomando ahora el tema de los usos de esta imagen
por parte de la poblacin indgena, qu otras dimen23 Concepto acuado por Christian (1991) para referirse a la re-
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siones se divisan tras la idea de la Virgen en tanto smbolo de la conversin de los indios? Teniendo en cuenta que muchos de ellos ya haban sido cristianizados
principalmente los descendientes de la lite incaica,
el milagro, ms que actuar en un sentido evangelizador, poda para ellos volverse un recurso estratgico
para mantener sus posiciones y privilegios. Por qu
los de Anansaya no aceptaron a San Sebastin como
patrono, tal como proponan los de la otra mitad, y
ansiaban que la cofrada fuera de la Virgen? Probablemente exista una cuestin de prestigio que motivaba
esa eleccin (Lpez 1998: 132); o un intento por conservar prerrogativas en un contexto colonial donde el
orden social, con su creciente complejidad, relegaba y
explotaba cada vez ms a la sociedad indgena sin mayores reconocimientos de distinciones sociales. Por su
parte, para los antiguos habitantes locales los indios
yunguyos, cuyas deidades haban sido relegadas por
la religin oficial impuesta por los incas, la Virgen de
Copacabana reavivaba con su denominacin las connotaciones de una antigua huaca local desplazada por el
culto solar. Lamentablemente, las fuentes consultadas
no nos proporcionan mayores datos para la identificacin del uso del milagro en estos sentidos ms particulares ni en relacin a las rivalidades ms generales entre
las mitades Anan y Urin. Pero sera interesante preguntarnos de qu manera stas continuaron expresndose
una vez superados los desacuerdos iniciales en torno a
la eleccin de la imagen.
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El milagro en la construccin del culto a Nuestra Seora de Copacabana (virreinato del Per, 1582-1651)
Pero tambin es cierto que en la sociedad donde se origin el culto, el milagro actu de manera favorable a la
reacomodacin de las relaciones de poder y de los vnculos con lo sagrado. Un nuevo santuario cristiano, con
sus simbolismos asociados y sus cuantiosos peregrinos,
ocupaba el lugar de otros anteriores; y nuevos elementos
se hicieron presentes para la recuperacin de antiguos
fueros y privilegios, principalmente para los miembros
de la lite indgena y la descendencia de los viejos mitimaes incaicos. Como en el caso de la cruz de Carabuco,
estas sustituciones simblicas favorecieron a varios sectores de la sociedad, fueron un lugar de encuentro para
los intereses de distintos actores que buscaban imponer
y preservar desde diferentes lugares: autoridades civiles
y eclesisticas, religiosos, indios cristianizados, curaca y
autoridades tnicas. De esta manera, es posible afirmar
que, en este caso, ms que en beneficio de algn sector
en especial, el milagro oper a favor de la sociedad colonial, incluso a favor del orden colonial, con sus cada
vez ms acentuadas tensiones y contradicciones, y en el
particular escenario que dej la reorganizacin toledana.
Colabor, en cierta medida, en el necesario proceso de
mutua adaptacin entre las estructuras tradicionales y el
nuevo marco social e institucional.
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Julia Costilla
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