Gregorio Flores, SITRAC-SITRAM. La Lucha Del Clasismo Contra La Burocracia Sindical
Gregorio Flores, SITRAC-SITRAM. La Lucha Del Clasismo Contra La Burocracia Sindical
Gregorio Flores, SITRAC-SITRAM. La Lucha Del Clasismo Contra La Burocracia Sindical
Se h a n d ic h o (escrito m u c h a s c o s a s
a c e r c a d e S itr a c ~ B itr a m 9 p e r o m a s
all, d e turnios lo s a r g u m e n to s q u e s e
p u e d e n , (argir p a r a j u s t i f i c a r s u diso
lu c i n km u n h e c h o q u e p a r a m e s
ir r e fu ta b le fflosotros? p a r a s e r lo q u e
fu im o s ? n e c e s ita m o s d e c ir c u a tr o
verdades*, r e u n ir a lo s tr a b a ja d o r e s e n
a s a m b le a o rg a n iz a rl& s p a r a p e l e a r
p o r s u s n e c e s id a d e s c o n c r e ta s E n
cawihopara* poder destruimos n e c e s i
ta r o n el e j r c ito , la-polica, a p a t r o
n a l a complicidad':de la b u r o c r a c ia
s in d i c a l tr a id o r a 95
ISBN: 987-21181-4-0
I S.B.N.: 987-21181-4-0
Hecho el depsito que marca la Ley 11.
Cuqui Curutchet
Guillermo Gstelo
e d ic a t o r i a
13
I ntroduccin..........................................................................................
Origen de la organizacin obrera.....................................................
UCR y burocracia sind ical.................................................................
La hora del PC en la clase obrera....................................................
Esperando a P e r n ...............................................................................
La crisis frente a la gu erra.................................................................
El peron ism o..........................................................................................
Pern y la burocracia sindical...........................................................
El Partido Laborista.............................................................................
La lucha de c la s e s ................................................................................
Qu es el e sta d o ....................................................................................
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Los perversos.........................................................................................
La in q u isicin ........................................................................................
Otra joyita de la iglesia: el Opus D e i! ............. ............................
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A ntecedentes
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El
S it r a c - S it r a m
d espu s
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De
la d is o l u c i n
................................................ 195
n o s d e j e l
o r d o b a z o .................................................................................... 202
b a l a n c e f i n a l ............................................................................................................. 208
DOCUMENTOS
A la clase obrera y al pueblo de Crdoba...................................215
Declaracin del Sitrac-Sitram ante el
Plenario de Gremios Combativos de Crdoba........................... 217
Nosotros y la CGT cordobesa..................................................... 223
Hacia una Reunin de
Trabajadores Revolucionarios..................................................... 226
Proyecto de Declaracin del Sitrac-Sitram.......................227
S: todos hacemos poltica..........................................................234
Carta desde Rawson.................................................................... 238
ENTREVISTAS
Carlos M asera..............................................................................243
Domingo Bizzi............................................................................ 250
11
P rlogo
La inseguridad
La corrupcin como la seguridad que es reclamada por amplios
sectores de la sociedad; es un problema que no tiene solucin dentro
del rgimen social y poltico que est en vigencia. Este es un dato de
la realidad objetiva.
Dnde estn los mayores delincuentes? Mucha gente cree que
se ocultan en la casa o su Fuerte Apache. Decididamente esto es
falso. La delincuencia se engendra en el aparato del Estado. Es en la
gran burguesa y los terratenientes, donde anidan los mayores delin
cuentes, ios vaciadores de los bancos, los coimeros, los evasores de
impuestos, los banqueros lavadores. Los capos de la prostitucin y la
droga. Los traficantes de todo tipo.
El aumento alarmante que han alcanzado los grandes delitos solo
es posible con la complicidad del aparato estatal. Si realmente se
quiere solucin para estos gravsimos problemas como la desocupa
cin, la inseguridad o la corrupcin; la lucha no puede abstenerse en
una accin meramente reivindicativa. Aqu la cuestin esta plantea
da en la disputa por el poder para delucidar que clase social tiene
que gobernar. La nica salida realista es el gobierno de los trabaja
dores.
Creo que una de las caractersticas ms relevantes de la situa
cin poltica actual es la confusin y desorientacin que existe en
15
I n t r o d u c c i n
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.Espei:8.ndQ.a.Pern..... .
.. ...
..
......
..
zo los salarios eran iguales a los que perciban cuando estaban tra
bajando. La lucha por mantener estas ventajas sociales, polticas y
econmicas se hizo encarnizada y la defensa del aparato se fue trans
formando en una cuestin vital.
Tal vez una de las formas primarias de un burcrata comience
por el celoso cuidado de no perder el sindicato en lo que acta el
propio estado a travs de leyes regimentadoras y de perpetuacin de
los dirigentes. Esto quiere decir que a partir de cierto momento el
dirigente sindical procura comprometerse lo menos posible, nada de
educar a los trabajadores sobre la lucha de clases y los intereses irre
conciliables que actan en ella, nada de eso, nada de explicar que el
estado es un aparato coercitivo que tiene como finalidad someter a los
trabajadores. Nada de eso, nuestro sindicato ser pluralista y el he
cho de ser peronista querr tapar la condicin de burcrata.
Para conservar el poder se apel a los mtodos mas deleznables
cogmo la expulsin de opositores, la manipulacin de los congresos y
asambleas con rgidos controles de la oposicin y hasta la aparicin
de armas de fuego, mientras esto ocurra en la dcada del cuarenta
una creciente masa despolitizada y sin organizacin sindical estaba
a expensas de la voracidad patronal con los sindicatos divididos y
una gran dispersin en pequeas organizaciones, es decir una clase
obrera semi estructurada, con tantas aspiraciones insatisfechas, que
vena de frustracin en frustracin e iba a encontrarse de pronto con
un fenmeno que lo transformara profundamente.
El peronismo
Por primera vez alguien desde el poder (salvo la intencin limi
tada de Irigoyen) vena a otorgarles mejoras concretas de todo tipo y
en cantidad hasta entonces desconocida. La organizacin de ios tra
bajadores era estimulada y an promovida desde el poder. Gozando
de una coyuntura econmica muy favorable un gobernante que de
ca estar identificado con los trabajadores pareca confirmar esta
identificacin al ser objeto de los mas enconados ataques de parte
de las patronales y la prensa gorila.
33
El Partido Laborista
... Los dirigentes sindicales de la corriente sindicalista, como as
tambin algunos del socialismo y otros autnomos, como Cipriano
Reyes, haban establecido una relacin con Pern pero poco a poco
fueron perdiendo posiciones frente al poder ascendente del coronel.
Cuando ste es desplazado de la Secretara de Trabajo y Previsin,
ya tena un ascendiente sobre el movimiento obrero (recurdese que
haba un sector importante de trabajadores no sindicalizados que
por primera vez se sentan representados por alguien). Es entonces
cuando la clase obrera comprende que corren peligro sus conquistas
y gana masivamente las calles para defender a su lder el 17 de octu
bre de 1945.
Restituido Pern en la funcin pblica, en la mira obrera est la
expectativa de convertirlo en presidente. A partir de la inquietud de
37
La lucha de clases
Si hemos de hacer caso a los investigadores como Morgan,
Engels, que estudiaron los orgenes de la humanidad, en la infancia
del gnero humano durante un largo perodo, aquellos hombres pri
mitivos vivieron en comunidad para garantizar su subsistencia. Su
organizacin primaria fue la gen (grupo consanguneo). Se alimen
taban de frutos silvestres, de la caza y de la pesca. La nica autori
dad era la que emanaba del seno de la familia y los ancianos ms
. venerables, los ms respetados eran elegidos como jefes de la gen.
Mientras la subsistencia estuvo garantizada por lo que se obtena
para el consumo diario, la opresin, como la esclavitud, careca de sen
tido. Slo con el desarrollo de las fuerzas productivas, cuando el hom
bre comienza a dominar la naturaleza como cambiar el curso de los ros,
domesticar animales, arar y sembrar la tierra, empiezan a producirse
ms bienes que ios necesarios para el consumo diario y comienza la
lucha por la apropiacin de los excedentes. Empieza la acumulacin de
bienes que pueden ser cambiados o almacenados para tiempos de esca
sez o para el trueque con las otras tribus. A partir de ese momento la
esclavitud comienza a tener sentido porque el hombre puede esclavizar
a otro hombre para hacerlo trabajar a su servicio. Desde entonces el
esclavo debe ganarse su propio sustento y dejar un excedente para quien
lo esclaviza. Lgicamente que para poder obligarlo a trabajar en su be
neficio el esclavista debe recurrir a la violencia para someterlo; luego,
el origen de la violencia es del orden econmico.
Por otro lado, en la medida que unos hombres comienzan a ser
dueos del excedente que se va acumulando aparece en esta socie
dad primitiva una diferenciacin social que poco a poco se vuelve
antagonismo. De una parte los dueos del excedente de produccin,
del otro los protagonistas de esa produccin. Comienza una flagran
42
cin que no se puede querer a los obreros sin odiar a los patro
nes. O se est con los explotadores o se est con los explotados,
no hay trminos intermedios y es cuestin de elegir.
Qu es el estado
El estado y su funcin es motivo de muchas polmicas y en mi
opinin, muchos trabajadores que son cuadros medios de partidos
mayoritarios tienen una gran confusin y mezclan al estado con el
gobierno, sindo que son cosas totalmente distintas.
Recuerdo que en ja dcada del setenta, cuando el regreso del
general Pern era un hecho, muchos compaeros honestos y
combativos se tiraban bajo el tranva diciendo que una cosa era el
estado con Lanusse y otra muy distinta con Pern en el gobierno.
Ms all de las diferencias de grado que los distingue lo que se pue
de demostrar de una manera concluyente es que el estado burgus;
bajo cualquier rgimen poltico -democracia o dictadura- conserva
siempre su carcter de clase y tiene una finalidad especfica, some
ter a ios trabajadores para mantener su condicin de explotados.
Si los trabajadores aceptan resignados que de lo que ellos pro
ducen una parte sea apropiada por los capitalistas, libertad, demo
cracia, justicia, paz, ser el pan de todos los das, pero en cuanto
osen transgredir el orden social existente, en cuanto pongan en dudas
las delicias que les ofrece el sistema y pretendan reclamar un poco de
equidad que cuestione o ponga en duda el andamiaje jurdico o legal,
el estado como un aparato coercitivo caer con todo el peso de la ley
y si sta no es suficiente, ah estar el destacamento hombres arma
dos -las crceles, las persecucines, la tortura y la muerte-.
Es all cuando los progresistas como funcionarios de un gobier
no no pueden ocultar su carcter de clase. Storan, que durante un
largo perodo en el radicalismo apareca a la izquierda de Alfonsn,
quien a su vez estaba a la izquierda de De la Ra, cuando desde el
Ministerio del Interior tuvo que reprimir las luchas de los hambrien
tos de Salta o de Corrientes apel a los mismos mtodos que usaban
los gobiernos gorilas hasta la dcada del veinte.
45
46
u i n e s s o n l o s e n e m ig o s d e l o s t r a b a j a d o r e s ?
La clase media
La clase media es un sector de la sociedad muy heterogneo,
que abarca diferentes estratos sociales.
En los ltimos tiempos una franja muy ancha de la pequea bur
guesa ha sido duramente golpeada por la crisis hasta alcanzar nive51
"""ypru
Un frente reaccionario
La Unin Democrtica fue un frente de carcter burgus que
alberg a sectores de la reancia oligarqua, la burguesa y la clase
media. En rbol ando la bandera de la libertad se ubicaron en la opo
sicin al naciente movimiento peronista y trataron de agitar a los
trabajadores con un mensaje estructurado sobre las libertades demo
crticas y justicia, frases huecas, sin ningn contenido social, que
fueron recibidas con indiferencia por los laburantes por la sencilla
razn que ellos nunca haban gozado de esas libertades, que ahora
reclamaban radicales, socialistas y comunistas.
52
Llega la libertadora
El 16 de setiembre de 1955 se produjo el golpe militar que de
rrib al gobierno peronista. Por ese entonces yo me encontraba em
barcado en el crucero 17 de octubre, el que despus del golpe pas a
llamarse Gral, Belgrano, el que finalmente hundieron los ingleses.
Como era la nave capitana de la flota all estaba el comandante en
jefe, contralmirante Isaac Rojas.
Despus de la renuncia del Gral. Pern y una vez asilado en la
caonera paraguaya, la flota de mar hizo su entrada triunfal en ia
drsena de Puerto Nuevo.
Toda la clase media, que diez aos antes haba atacado en forma
virulenta al peronismo, se dio una cita de honor en las mrgenes del
Ro para recibir a los vencedores del tirano prfugo. Miles y miles
de entusiastas -hombres y mujeres henchidos de felicidad y agitan
do pauelos con un desbordante entusiasmo al grito de libertad, li
bertad, en una demostracin de verdadera algaraba que era slo in
terrumpida cuando, con devota uncin, se entonaban resonantes las
estrofas de nuestro himno nacional ar-gen-ti-no-.
Por supuesto que en este verdadero jolgorio libertario no estuvo
ausente el buen humor. En medio de tanto jbilo, un camioncito tipo
Ford A 29 cruzaba por medio de la multitud, que pletrica de exube
TT'T
La im portancia de un partido
Si uno observa cmo la crisis rpidamente devora a los polti
cos, fundamentalmente a los oportunistas que se precian de progre
sistas, cuando este libro vea la luz, muchos de estos personajes per
tenecern al pasado y lo ms probable es que no tengan ninguna inci
dencia en la poltica de actualidad. Sin embargo, la experiencia que
he adquirido en la actividad sindical y poltica, me ha llevado al
convencimiento de que la falta de memoria y el desconocimiento
sobre nuestra propia historia son, en muchsimas ocasiones, las cau
67
El regreso
Cuando ya era evidente que la dictadura haba fracasado en to
dos sus planes, cuando por fin se convenci de que sus das estaban
contados, la apertura democrtica fue un hecho inevitable. Fue en
tonces que una cantidad considerable de luchadores populares co
menz a ser liberado de las crceles; otros, en cambio, regresaban
del exilio, todos con un balance de la experiencia anterior que con
trastaba visiblemente con las posiciones polticas que haban susten
tado una dcada atrs. Claro, con las excepciones que confirman la
regla. Aunque todos haban luchado contra las dictaduras de Ongana
- Lanusse primero y Videla - Massera - Galtieri despus, las conclu
siones que sacaron, en general eran contrapuestas con lo que pensa
ban antes del golpe.
Para una franja muy ancha, la derrota del campo popular se de
bi a una mala caracterizacin de la etapa anterior; en consecuencia,
se haba llegado demasiado lejos sin estar maduras las condiciones y
por lo tanto, no haba que haberse adelantado a ios tiempos.
En general se deca que la clase obrera haba sido derrotada,
cuando en realidad, salvo algunos hechos episdicos, la case obrera
como tal, es decir, el movimiento obrero organizado, no haba tenido
un rol destacado en la resistencia a la dictadura. Precisamente, por
que el gobierno de Isabel Pern no era considerado por el grueso de
ios trabajadores como su propio gobierno. Algo totalmente distinto a
lo que sucedi en el 55, cuando el movimiento obrero sali a resistir
a la libertadora.
Otro caso que sirve para ejemplificar es la resistencia del movi
miento chileno a la dictadura de Pinochet, o lo que sucedi al movi
miento obrero espaol en la resistencia al franquismo. En esos casos
s el movimiento obrero fue aplastado. En 1976 no ocurri tal cosa,
aunque tenemos que reconocer que entre las Tres A primero y la dic
tadura despus, se llevaron a los mejores dirigentes, delegados y ac
70
Refresquemos la memoria
Cuando en 1968 muere el fundador de Acindar, el ingeniero
Arturo Acevedo, fue reemplazado en el directorio por el doctor en
Economa Alfredo Martnez de Hoz.
En marzo de 1976, cuando se produce el golpe genocida de
Rafael Videla, Martnez de Hoz es designado ministro de Economa.
Para ocupar el cargo vacante que dejaba el orejudo, fue designado el
general retirado Alcdez Lpez Aufranc, ex comandante del 3oCuerpo
de Ejrcito, ms conocido en Crdoba como el Gral. Carnicero,
por el ensaamiento con e movimiento obrero y con todo lo que
tuviese algn olorcito a lucha popular.
Con esta gente, Pichinini deca que haba que sentarse a nego
ciar. Saque Ud. sus conclusiones...
Mientras las patronales, con el Gral. Alcdez Lpez Aufranc a
la cabeza, aplaudan hasta con los pies la inteligencia de Pichinini
y aplicaban a raja tabla las bondades de la-flexibilizacin laboral
con masivas suspensiones previas al despido, el GraL. Carnicero
tuvo el valor de reconocer la sensatez y comprensin de esta nueva
modalidad de dirigentes conversos.
Estos datos son absolutamente ciertos, y ante ellos no podemos
mirar para otro lado, ni ser ms tolerantes por el hecho de que estuvo
preso. Frente a los muertos ylos miles de despedidos sin luchar, no se
puede ser indiferente. Los hechos son como son y la historia debe ser
analizada desde todos los ngulos que se la pueda distinguir para,
79
r
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!
81
A lg o
s o b r e l a v io l e n c ia
DE LOS EXPLOTADOS.
El 19 y 20 de diciembre de 2001
Aqu se ha iniciado una nueva etapa poltica y una de las carac
tersticas es que asistimos al derrumbe del peronismo como aglutinador
de las mayoras nacionales, y ni qu hablar del hundimiento del cen
tenario Partido Radical. Faita ver todava si las huelgas y
movilizaciones se transforman en una maduracin y un avance en el
nivel de conciencia.
Tengo el ms absoluto convencimiento de que esto va a ser as, y
con esto no estoy haciendo futurologa. Nada de eso. He asistido en
algunas movilizaciones y actos del Bloque Piquetero Nacional y no
me queda ninguna duda de que all, en el Bloque Piquetero, est la
92
LOS PERVERSOS
La inquisicin
Los tribunales de la inquisicin fueron creados por el Papa
Gregorio IX en 1231 para luchar contra los alquimistas, magos, bru
jas, herejes y, en realidad, todo aquello que cuestionara o pusiera en
peligro el inmenso poder que tena la iglesia en la Edad Media.
Once aos ms tarde, el papa Inocencio IV mostr el rostro ho
rrible de esta nueva criatura eclesistica. La institucin combata la
apostasa, es decir, a quienes abjuracen de sus creencias religiosas o
simplemente no aceptaran o pusieran en duda los rgidos dogmas de
la Iglesia, que se extendan a todos los terrenos del saber. Cualquier
disidente, con una mnima sospecha de ser un hereje (se entiende por
hereje al cristiano que es disidente en algn punto del dogma), era
suficiente motivo para que le encajaran el San Benito y lo envia
ran al cadalzo, sin ninguna misericordia. Mscaras de hierro al rojo
vivo colocadas en la cabeza de aquellos seres infelices que haban
cado en desgracia; hierros puntiagudos candentes introducidos en
95
a c e fa l t a u n a d ir e c c i n y u n a o r g a n iz a c i n p o l t ic a q u e
LOS AG RUPE. P
PARTIDO
de
or eso
m o r ir c r e y e n d o e n
la
n e c e s id a d d e u n
99
A n t e c e d e n t e s d e l c l a s is m o
104
L a p r im e r a lim p ie z a
nidad gremial poda ser violada por la patronal sin que existiera una
resistencia del movimiento obrero que impidiera esta poco disimula
da persecucin a la actividad gremial.
Otro resultado muy distinto se hubiese obtenido si el sindicato
movilizaba a todos los metalrgicos y los organizaba para impedir
los despidos. Esto no sucedi y la desmoralizacin cundi entre los
trabajadores y durante dos aos la empresa logr imponer sus planes
de produccin sin mayores dificultades.
Recin en el ao 1962 se produce un conflicto en la planta de
Concord a raz del despido del obrero Nardini, de quien se dijo haba
arreglado el despido con la empresa puesto que sta necesitaba parar
la produccin por dos razones. La primera, porque tena un abundan
te stock de tractores en la playa, y la segunda porque a consecuencia
de una dificultad en la Metalrgica Tandil, que provea el block del
motor, la empresa se estaba quedando sin materia prima y necesitaba
una excusa para parar la produccin. De todo sto slo llegaron a
conocerse los comentarios, pero nunca se supo la verdad de la cues
tin. Lo cierto es que esta vez s el sindicato llam a asamblea y en
sta se decidi el paro total dentro de la planta, pidiendo la reincor
poracin de Nardini como nica exigencia. En las asambleas dentro
de fbrica se explicaba que no podamos aceptar el despido para no
dejar sentado el precedente, pues si hoy lo hacan con Nardini maa
na se hara lo mismo con otros compaeros. Despus de varios das
de paros de brazos cados dentro de la planta, una maana se informa
que la empresa estaba dispuesta a reincorporar al despedido.
Se llama a asamblea para las tres de la tarde y cuando todos
imaginbamos el triunfo del conflicto, se nos comunica que la patro
nal se niega a rever la medida porque se siente agraviada por un
volante que ha sacado el cuerpo de delegados donde se injuria a la
patronal, y de esta manera queda interrumpido el dilogo. Por su
puesto que la noticia cay como un balde de agua fra, ya que todo el
personal esperaba una solucin definitiva. Un obrero pidi que los
delegados modificaran el texto del volante a los efectos de no rom
per las tratativas, pero ante la negativa de stos, la asamblea decidi
la continuidad de la huelga. A travs del tiempo no es difcil consta
tar las pocas intenciones de la empresa para poner trmino al conflic
106
licencia, pero adems la patronal tiene una lista donde todo trabaja
dor que tenga muchas carpetas mdicas, faltas o cualquier otro infor
me desfavorable no entra a trabajar y queda despedido con justa cau
sa. Cada jefe de seccin ha enviado los antecedentes de su personal
y una condicin sine que non para que acepten el ingreso es que
adems de tener un comportamiento excelente como trabajador, no
est visualizado como activista.
Porque ah s que no hay tu ta, y si llega a ser considerado como
un obrero politizado, a se ni siquiera le dejan llenar la solicitud de
ingreso.
Pero al fracaso total de la huelga de 1962 hay que sumarle dos
hechos que resultaron realmente siniestros para los trabajadores. El
primero es que toda la C.I. y los mejores delegados quedaron en la
calle. Y lo que es peor aun, aquellos delegados que incitaban a la
gente para que concurriera a trabajar, es decir, aquellos que actuaban
como rompehuelgas, fueron nombrados por el sindicato como C.I.
Esta burda maniobra era visualizada por los trabajadores con la con
siguiente repulsa.
La otra cuestin es que despus del conflicto el sindicato pidi
autorizacin a los obreros para iniciarle un juicio a la empresa por el
pago de los das de huelga. El resultado fue que el juicio se perdi y
en consecuencia los trabajadores tuvimos que pagar los honorarios
del mismo, sin siquiera habernos enterado cmo se haba realizado
ni cmo se haba perdido. Es ms, el sindicato no se tom la molestia
de informar, ni los delegados ni nadie; los obreros nos enteramos que
habamos perdido porque nos descontaban de las respectivas quince
nas.
Si a la huelga de 1959 y a los despidos de 1960 le agregamos
este verdadero desastre de 1962, es fcil comprender el grado de
frustracin al que nos haban llevado estas direcciones sindicales,
todas ellas identificadas sindical y polticamente con el peronismo.
Creo que el lector podr comprender con bastante facilidad la
decepcin de los trabajadores, a tal extremo que la desafiliacin se
hizo masiva. A partir de ah nadie quiere saber nada con el sindicato,
nadie quiere salir de delegado y la C.I. que existe es a ojos de los
trabajadores una fiel representante de la patronal.
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dentro del peronismo. Para que no queden dudas hasta dnde ha lle
gado la desmoralizacin, baste sealar que en todos los paros que por
esa poca se realizan en el orden nacional, en las plantas de Fiat se
trabaja normalmente y no existe de parte de estos seudo dirigentes la
ms mnima organizacin para evitar la concurrencia de los obreros;
por el contrario, los mismos dirigentes y delegados concurren a la
fbrica los das de paros o de lo contrario es por todos conocido que
los delegados traen certificados que ese da donaron sangre as no les
descuentan e jornal.
No cabe duda que el patemalismo de la empresa le ha permitido
obtener pinges ganancias mientras que los dirigentes del sindicato
se conforman con las prebendas que obtienen por su complicidad,
aunque sea a costa de la entrega de los trabajadores, cosa que no los
incomoda. En el perodo que va desde 1962 hasta abril de 1965, la
situacin en Concord era en el orden gremial como se ha descripto
anteriormente. Voy a citar un hecho que me parece suficiente para
mostrar con toda claridad la situacin que se viva en Concord y el
contubernio que exista entre la empresa y el sindicato.
Cuando en el ao 1964 Vandor lanz el plan de lucha con las tomas
de fbrica, en Concord todos estbamos trabajando normalmente. A las
10 de la maana se nos comunica que haba Asamblea. Cuando llega
mos a la misma, Gernimo Carrasco Secretario general de la UOMhace uso de la palabra para comunicamos que la fbrica haba sido to
mada; nadie saba por quin, y luego de una arenga en donde hace alu
sin a la unidad al margen de los distintos credos filosficos y polticos,
nos propone volver a continuar trabajando.
La toma de fbrica en Concord consisti en que al frente de los
portones se colocaron algunos carteles mencionando: fbrica toma
da. Todos estos hechos son rigurosamente ciertos, y sealan ntida
mente el descreimiento de los trabajadores hacia el sindicato al que
miran como un ente patronal.
Cuando los cotidianos golpes entre azules y colorados, alguna
vez se nos reuni en asamblea para pedimos que volviramos a nues
tros hogares sin que la empresa nos abonara el jornal, dado que ella
era la interesada en que dejramos de trabajar. Sin embargo, el sindi
cato nunca hizo ni siquiera una gestin por el salario perdido.
110
111
E l g o b ie r n o r a d i c a l d e l D r . I l l i a
El final de la huelga
Posteriormente se realiz una reunin en el Departamento de
Trabajo donde concurrieron los paritarios, la comisin directiva y el
abogado del sindicato Doctor Maldonado, de la democracia cristia
na. Por parte de la empresa haba una delegacin presidida por el
representante de la Fiat en la Argentina, el Dr. Ferrero.
All se negoci hasta altas horas de la madrugada, llegndose a
un acuerdo en que la empresa se comprometa a continuar con la
discusin del convenio y proceda a despedir 125 personas discrimi
nado de la siguiente manera: 50 por ciento de la comisin directiva,
50 por ciento del cuerpo de delegados y 50 por ciento de los paritarios,
completando hasta lograr los 125 despidos con operarios elegidos
por la empresa. Esta se comprometa a indemnizar con el 100 por
ciento de los jornales a todos los despedidos. As culmin este con
flicto despus de 27 das de lucha, que dej para los trabajadores de
Concord una nueva frustracin, con el agravante de que ahora ade
ms de la derrota qued la imagen en el conjunto de la gente de
que los dirigentes, paritarios y delegados se haban vendido para con
seguir el pago de la indemnizacin.
Los vandoristas, ahora ya fuera de la fbrica, aprovecharon la
derrota para montar una campaa de denuncia contra ios que su
12 0
una telaraa de la cual es muy difcil escapar; salvo, claro est, que
uno tenga una definida ideologa y que est organizado en un partido
obrero: revolucionario.
Todo dirigente sindical que quiera luchar con fidelidad a su cla
se, debe ser consciente que al frente tiene a un enemigo astuto, experi
mentado, sin escrpulos, que posee muchsimos medios para com
batirlo. Todo dirigente honesto debe saber desde el vamos que se las
tiene que ver con los patrones, el Estado y la burocracia sindical.
Esa triple alianza aparece estrechamente unida contra los traba
jadores toda vez que stos se ponen en pie de lucha.
En otro captulo volver sobre este tema que me parece de fun
damental importancia.
Despus de la huelga de 1965 en Concord, no hubo ningn con
flicto, por el contrario, el achanchamiento fue una constante por lo
menos hasta 1969.
Por eso Lozano pudo conducir la nave del sindicato sin tener
que campear ningn temporal. Esta nueva frustracin ha calado
muy hondo en la conciencia de los trabajadores de Fiat y todo parece
indicar que ellos no se levantarn jams. Da la impresin de que la
masa est adormecida. Tan es as que a pesar de todos los chanchu
llos que se le conocen a estos dirigentes, en febrero de 1970 Lozano
vuelve a ganar sin oposicin la direccin del sindicato. Sin embargo,
aunque parezca que todo es indiferencia y quietud, subterrneamente
crece la conciencia y el descontento.
Hubo dos hechos que creo que fueron observados por el conjun
to de los trabajadores como una verdadera complicidad de los diri
gentes con la patronal y que hizo nacer la indignacin contra la di
reccin del sindicato y que fueron los antecedentes de lo que des
pus sera la expulsin definitiva y el surgimiento del clasismo.
En la planta de Forja los obreros deciden sin consultar al sindi
cato declararse en huelga pidiendo aumento de salario. Al hacerse
presente el sindicato, los obreros no se oponen a que participe en las
tratativas, pero en asamblea eligen tres compaeros que los represen
ten, lo que de hecho significa que no tienen confianza en sus diri
gentes, pero adems el sindicato, lejos de ser solidario con este con
flicto, permite que en las otras plantas se siga trabajando normalemente
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I
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El cord ob azo
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;
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I
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ordobazo
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ao s despus
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__ai.
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a rg u m e n to s d e la p a tro n a l; a d e m s c o n t b a m o s co n un p o d ero so
cu erp o d e d e le g a d o s y a c tiv ista s q u e c o n tro la b a n en to d a s las ln e a s
qu e la p ro d u c c i n se re d u je ra sin q u e e llo s ig n ific a ra u n a p rd id a
del s a la rio . T r a b a ja n d o a re g la m e n to , la e m p re s a lo n ic o q u e p o
da h a c e r le g a lm e n te e ra s u p rim ir el p re m io a la p ro d u c c i n , p ero
el jo rn a l d ia rio p e rm a n e c a in a lte ra b le , p u e sto q u e a p a r e n te m e n te
no e x is ta u n a m e d id a d e fu e rz a .
F ia t C o n c o r d p o r d e n t r o
tros vivamos era injusto y que adems, si los obreros nos organizba
mos y nos con cien tizbamos, era posible, luchando, construir una socie
dad mucho ms justa y humana. Adems, les mostrbamos cmo en el
socialismo era posible suprimir las desigualdades abismales que exis
ten entre un capitalista parsito y el obrero. Las posibilidades de estu
diar de un obrero o las de acceder a una sanidad eficiente y gratuita
eran otras de las reas que ms utilizbamos para difundir nuestras
ideas. Para atacar a la burocracia, lo hacamos tomando realidades
concretas, como la de aquellos dirigentes que haca 20 o 30 aos que no
se ponan un mameluco, los que nunca llamaban a los trabajadores
para consultarlos, cosa que ellos podan medir por nuestra prctica
desde la expulsin de a vieja dirigencia.
En la medida que la gente fue haciendo una experiencia entre
lo anterior y lo que ahora tenan, nos fuimos afianzando y ganan
do predicamento en la base. En cada paro que se produca, la asam
blea o al menos reunin del cuerpo de delegados se hizo indispensa
ble. Con los sindicatos clasistas por primera vez los trabajadores
de Fiat marcharon en manifestacin hasta el centro con los dirigen
tes en la primera fila. Cuando concurramos a ios plenarios de la
CGT lo hacamos con un mandato de asamblea y ah exponamos lo
que se haba resuelto. En esos plenarios era notoria la presencia de
delegados y activistas de Fiat que concurran a respaldar a sus diri
gentes a la vez que podan comprobar en vivo y en directo quin era
quin en el movimiento obrero. En los plenarios denuncibamos a
la burocracia de la CGT nacional porque no convocaba a un plan de
lucha o porque cuando lo haca terminaba siempre en un paro matero.
En cambio nuestra propuesta fue siempre paro activo, con asamblea
en puerta de fbrica y movilizacin. Dentro de a fbrica permanen
temente explicbamos el carcter conciliador de los dirigentes sin
dicales, las prebendas que stos reciban y cmo se divorciaban de
las bases entrando fcilmente en la corruptela. Muchas veces les
mostrbamos a los obreros la falta de solidaridad hacia los gremios
en conflicto producto de esa dirigencia sindical que poco a poco iba
dejando de vivir como los obreros, llevando una vida ostentosa en el
sindicato y tratando por todos los medios de evitar los
enfrentamientos con los patrones, porque ambos defendan el mis
mo sistema. Recuerdo que una vez le deca a unos obreros, que por
La
p r im e r a d e f in ic i n c l a s is t a e n e l
S it r a c
cias polticas, cuando yo, ingenuamente, crea que slo haba que
hacer sindicalismo. A travs de la lectura, charlas y cursos sindica
les, me fui dando cuenta de que el socialismo era lo mejor para los
trabajadores, aunque por ese entonces tena una serie de confusio
nes y dudas.
Dentro de esas confusiones alcanzaba a darme cuenta que to
dos esos dirigentes sindicales que desde haca aos no iban a una
fbrica, no eran los representantes de los trabajadores y que toda su
perorata combativa lo era slo de los labios para afuera, pero en el
fondo eran una sarta de cnicos e hipcritas.
En muchas oportunidades, hablando con otros compaeros que
como yo tenan muchos aos de fbrica, comentbamos que para
meterse en el sindicalismo haba que estar convencido con anteriori
dad que una vez en la direccin del sindicato haba que ser conse
cuente con lo que uno piensa, de lo contrario para transformarse en
un burcrata ms vala la pena no meterse.
Esto que slo eran conversaciones cotidianas entre compaeros
de trabajo se fue grabando en mi conciencia, an sin imaginar que
alguna vez estara en la direccin del sindicato. Sin embargo, por
esas sorpresas que nos tiene reservada la vida, un buen da se die
ron las circunstancias y de pronto, sin proponrmelo, llegu a la di
reccin del Sitrac.
Recuerdo que en la primera reunin que tuvimos como comisin
directiva yo dije que parahacer un sindicalismo igual que los ante
riores a m no me interesaba. Yo quera un sindicalismo distinto,
que de movida noms fuera contrario a las viejas direcciones buro
crticas.
En una oportunidad, estando en una reunin de la CGT, Alejo
Sim, un viejo y habilidoso burcrata, habl en un plenario de gre
mios confederados para manifestar que los males de los trabajado
res slo se resolveran con un cambio de sistema. Yo pens ensegui
da cul sera la razn por la cual l, que haca tantos aos diriga a la
UOM, no nos haba dicho nunca cul era el sistema que l propo
na en su reemplazo. Como jams dijo tal cosa, deduje que estos
dirigentes de la calaa de Alej Sim, eran unos vulgares charlata
nes y me propuse hacer todo lo contrario de lo que hiciera l. Desde
ese da tena claro que en ia primera oportunidad que tuviera, les
169
Comenc diciendo que me pona muy alegre saber que los traba
jadores se preocuparan por saber quines eran y cmo pensaban sus
dirigentes sindicales, porque eso mostraba una preocupacin.
Lo malo, lo realmente lamentable sera si los trabajadores fue
sen indiferentes frente a lo que dicen y hacen los dirigentes.
Todo esto me parece magnfico -subray- pero a m nadie me
puede sentar en el banquillo de los acusados porque yo diga pbli
camente cmo pienso; al contrario, tienen que reconocer que por lo
menos es soy sincero y no es oculto nada, es decir acto a cara
descubierta. Aunque acepto que los trabajadores no compartan mis
ideas, pero si unos pueden decir que son peronistas, otros radicales,
por qu yo no puedo decir que soy socialista?
Otro delegado dijo entonces que yo estaba usando el sindicato
para hacer poltica. Entonces yo le contest por qu razn los traba
jadores no podemos hacer poltica, acaso la patronal no hace polti
ca? y la burocracia no hace poltica? Y entonces, quines son los
que estn verdaderamente interesados en que los obreros no hagamos
poltica? Los patrones son los que no quieren que nosotros hagamos
poltica, porque si nosotros hacemos poltica nos vamos a dar cuenta
cmo ellos se apropian de las riquezas que nosotros producimos. Acaso
Alsogaray no es de los que dicen que en los sindicatos no hay que
hacer poltica? Y claro que l no quiere, porque si nosotros nos da
mos cuenta cmo ellos nos roban, vamos a tomar conciencia y nos
vamos a organizar, y eso a los patrones no les conviene, al contra
rio!, ellos prefieren que nosotros sigamos agachando el lomo mien
tras ellos gobiernan y administran lo que nosotros producimos.
Recuerdo que en el cuerpo de delegados haba un ex gendarme,
que despus de haberse retirado ingres a fbrica, no recuerdo su
nombre. El fue quien me pidi que explicara qu era el socialismo,
porque l se daba cuenta que mucha gente estaba en contra de mis
ideas pero que no saban por qu; otro delegado, me parece el propio
Sigampa, me dijo que al comunismo no lo quera nadie y que los
obreros estaban en contra. Yo les manifest que no perteneca ni al
PC, ni a ningn partido, pero que de cualquier forma me pareca que
lo elemental para estar en contra de algo era saber en qu consista lo
que se rechazaba. Me pareca absurdo cuestionar algo que en pri
mer lugar los que estaban en contra eran los patrones, razn ms
171
que suficiente para darse cuenta que lo que no conviene a ios patro
nes es bueno para los obreros. Despus, a pedido del delegado ex
gendarme, expliqu que para m el socialismo consista en que a
diferencia de la sociedad actual, donde con la propia vida del ser
humano se hace negocio (la medicina privada es eso), y pona como
ejemplo las posibilidades de curarse y atenderse con todos los ade
lantos de la ciencia que haba entre cualquiera de nosotros y las de
Alsogaray o entre el director de a fbrica y cualquiera de los obre
ros de Fiat, a diferencia de esto la medicina estaba socializada, lo
que equivala a decir que era igual para todos.
La misma explicacin la hice con la vivienda, la cual me facili
taba enormemente las cosas porque yo poda citar los barrios obreros
donde vivamos y compararlos con el Cerro de las Rosas, que es un
barrio bacn.
Cit por ltimo las posibilidades de que nosotros accediramos
a a cultura, y como en ese momento yo estaba haciendo el bachi
llerato pona el caso concreto de quien despus de nueve horas dentro
de la fbrica ms tres de viaje llega a su casa y sale corriendo para
llegar a la escuela sin tener tiempo para preparar las lecciones y ese
nene de mam que slo se dedica a estudiar. De esta forma, insis
ta, los ricos tienen muchsimas ventajas sobre los pobres que somos
nosotros. Adems, volva a insistir, la patronal nos paga bajos sala
rios y de esa forma nuestras necesidades nos llevan a tener que hacer
horas extras, que en definitiva nos llevan al agotamiento de nues
tras energas y al embrutecimiento. En el socialismo los medios de
produccin sern socializados y nosotros seremos los dueos de
esas mquinas en las que trabajamos.
Despus de estas explicaciones, un delegado pidi la palabra y
dijo que lamentblemente el delegado que haba sido uno de los pro
motores de pedir esa reunin para defenestrarme y que era
Melgarejo, un peronista de derecha (que por ese entonces llamba
mos los fachos), ese seor curiosamente no haba asistido a la re
unin; dijo adems que l comparta lo que yo haba expuesto, pero
que si alguien estaba en contra, de la misma forma que yo haba dado
la cara que lo hiciera o de lo contrario el caso quedaba cerrado. Na
die dijo nada, se levant la reunin y el Gringo Bizzi se me acerc
para decirme muy alegre: Negro, desde ahora somos un sindicato
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178
179
La j o r n a d a
del
12 d e
m arzo de
1971
consciente debe hacer los mximos esfuerzos para construir una nue
va direccin que organice a los sindicatos con independencia dei
Estado, de los patrones y del rgimen poltico de los distintos gobier
nos, cualquiera sea la forma de gobierno que stos adopten. Esto por
que siempre, todos los gobiernos (dictatoriales o constitucionales)
pretenden, y en buena medida lo consiguen, disciplinar al movimiento
obrero reglamentando su funcionamiento. Las leyes de Asociaciones
Profesionales cumplen con esa finalidad. Ningn obrero consciente
puede olvidar jams que un gobierno burgus, por muy democrtico
que sea, no suprime el rgimen de explotacin del hombre por el
hombre, y sa es la tarea histrica de la clase obrera.
ES Viborazo
Con esta segunda gran movilizacin del 15 de marzo de 1971 el
proyecto poltico de la mal llamada Revolucin Argentina termi
n de hacerse trizas.
A diferencia de lo que fue el Cordobazo, en esta ocasin la lu
cha no se limit al centro de la ciudad sino que por el contrario se
extendi por los barrios aledaos como Gemes, Observatorio,
Alberdi, Ruta 20, Nicols Avellaneda, Revol, Alta Crdoba, etc.
Creo que en lo organizativo hubo un avance tanto por la conve
niencia de dispersar a la represin abriendo varios frentes de comba
te como as tambin en la eleccin de los objetivos a atacar. Es evi
dente que en esta oportunidad los blancos fueron en la mayora de los
casos previamente elegidos, tratndose de destruir aquellos que
constituyen el corazn de los centros de poder (bancos, por ejemplo),
o que simbolizan los intereses del imperialismo y la oligarqua (Xerox,
Icana, Jockey Club). Pasado el medioda y hasta aproximadamente
las 18:30 la ciudad estuvo prcticamente en manos de los manifes
tantes. Las fuerzas del orden, que como queda dicho tardaron en en
trar en la faena represiva precisamente por las pujas en las altas esfe
ras del poder, cuando lo hicieron se enfrentaron con los manifestan
tes que desde las barricadas pugnaban por mantener el control de la
ciudad; en algunas zonas se produjeron verdaderas batallas con un
saldo de heridos de balas y numerosas detenciones; el 16 se cumpli
it r a c d e s d e l a c r c e l
196
E l S it r a c - S itr a m d esp u s d e l a d is o lu c i n
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E L BALANCE FINAL
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D ocum entos
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D e c l a r a c i n d e l S it r a c -S it r a m a n t e e l
P l e n a r io d e G r e m io s C o m b a t iv o s d e C r d o b a *
213
En el orden econmico
1) Estatizacin del comercio exterior, sistema bancario, finan
ciero y de seguros. El comercio exterior se desarrollar con todos los
pases del mundo, ampliando y diversificando los mercados interna
cionales, para lograr una creciente independencia frente al control
del intercambio por los pases capitalistas desarrollados. Ruptura con
el Fondo Monetario Internacional, rechazo de las devaluaciones mo
netarias impuestas por los monopolios y orientacin del sistema cre
diticio en funcin de los intereses de los trabajadores y de la Nacin.
2) Expropiacin de todos los monopolios industriales estratgi
cos, servicios pblicos, y grandes empresas nacionales y extranjeras
de distribucin. La nacionalizacin comprender, con resguardo del
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215
216
6)
Las organizaciones sindicales sern clasistas mientras subsis
tan vestigios de explotacin del hombre por el hombre, puesto que su
funcin es la defensa de los derechos de los trabajadores dentro de
un orden social injusto, basado en la existencia de clases dominantes
y clases oprimidas. No existe nada ms repudiable que las camarillas
traidoras enquistadas burocrticamente en las direcciones de los gre
mios obreros con la misin de entorpecer las luchas sociales de
Iilinacin. Constituye una primordial reivindicacin de la clase obreni la democratizacin dlos sindicatos y la plena subordinacin dlas
direcciones al mandato y control de las bases.
218
o so tr o s y la
CGT
c o r d o besa
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H a c ia una R e u n i n d e
T r a b a ja d o r e s R e v o l u c io n a r io s *
222
royecto de
e c l a r a c i n d e l
it r a c - S it r a m
223
229
* Volante mimeografiado.
230
Sitrac
233
i.
C arta
desde
R a w so n *
* Carta escrita por Gregorio Flores en ocasin de una visita realizada por los
familiares de los presos en un mnibus fletado por la CGT regional Crdoba.
234
235
E n t r e v is t a s
arlos
a ser a
que trabaja no consuma los productos que produce, que hace que se
tenga que conformar con las migajas del sistema. Y nos pareca que
no haba nada mejor que decir que ramos clasistas, porque deferdamos una clase.
Si ahora me tocara ser dirigente, no dira lo mismo, dira que
tengo que luchar para que se terminen las diferencias de clase. Pare
ce una contradiccin, porque decir clasista es decir esta clase existe
y yo la defiendo, yo la amo y la voy a mantener, y en realidad h ay que
luchar para que no haya diferencias de clase; que el ser humano sea
amigo del ser humano. E hombre amigo del hombre -como deca
el gringo Tosco- y no esclavo del hombre. Yo luchara para eso, y
creo que la lucha que llevbamos adelante responda a eso.
-Y qu le dej a usted el haber participado en una experiencia
que muchos consideran una de las ms ricas del movimiento obre
ro?
Yo soy otra persona, yo llegu ah analfabeto y hoy no soy un
intelectual, pero adquir una formacin y una conciencia que incluso
cuando era dirigente del gremio no tena.
-Para finalizar, qu signific Curutchet para usted, que re
cuerdo tiene de l?
-Bueno, el Cuqui lleg a nosotros como un asesor lega y termi
n siendo un compaero entraable, uno de esos compaeros que se
encuentran de vez en cuando, compaero solidario, capaz, paciente.
Imagnese que para cumplir el papel del Cuqui dentro del sindica
to, habra que vivirlo: un grupo de compaeros trabajadores frente a
un intelectual de la capacidad del Cuqui, muy rara vez se da una
relacin tan bien encaminada. El Cuqui para nosotros fue todo, algo
muy importante. Pienso que la muerte del Cuqui fue un tiro muy
certero del enemigo, realmente paraliz a un compaero de incal
culable valor.
245
D om ing o B izzi
claramente, que como iba a haber una represin con ios compaeros
ellos iban a ser nuestra prenda de cambio. Que por cada compaero
que la represin matara nosotros bamos a matar a uno de ell o s . Los
bamos a llevar a un tnel que conectaba el vestuario a la planta, y
ah, si el ejrcito mataba, quienes haban hecho disolver el gremio,
los responsables, eran los directivos de la empresa, sin ninguna
duda. Pero les dimos una oportunidad para que hablaran por telfono
adonde ellos quisieran y comunicaran a posicin quehabamos to
mado nosotros, el sindicato, en la asamblea. Ahora uno se re, pero
fe una actitud pattica de 2 o 3 directivos de la empresa que casi se
tiraron de palomita al telfono. Uno de ellos era Podest, no me lo
voy a olvidar nunca, y gritaba por el telfono: Nos matan, nos ma
tan!. No s si eso influy en la decisin pero algo de parte tuvo.
Pasaron las 2,3 de la maana, no tuvimos necesidad de llevarlos al
tnel, pasaron las horas. Casi al medioda del da siguiente hubo una
asamblea en el comedor, haba compaeros responsables de con
trolar que nadie tocara los telfonos que iban afuera; no queramos
cometer errores. En esa asamblea particip el jefe de polica
Sammartino pidiendo que se desalojara la fbrica, que el ejrcito
estaba a pocas cuadras de la planta. Y recuerdo queBatistela ha
ba recepcionado una llamada de Ferrer, y lo dijo en la asamblea
con una naturalidad como si hubiera llamado un vecino y era el
ministro de Economa y Trabajo. Ah empez toda una negociacin, digamos un recule ms elegante de la fbrica ante la decisin
firme que haban tomado los compaeros.
-P asando a un tema posterior, ustedes criticaron el
de-sarrollo del plenario de gremios combativos de mayo de
1971 que realiz la CGT cordobesa y llamaron a un congre
so clasista enla sede de Sitrac-Sitram en agosto del mismo
ao. Qu buscaban con ese llamado?
-Yo creo que ah se dieron una serie de condiciones, y primero
tendramos que analizar por qu no fuimos al plenario de delegados
de la CGT. Hubo una asamblea en el sindicato, donde se plantearon
posiciones que debamos asistir y otras que no. Las posiciones eran
bastante encontradas. A a luz de los hechos, todava me quedan
dudas si asistir o no a ese plenario de la CGT fue correcto, en ese
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.1
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