La Entrevista Como Reportaje Miguel Ángel Bastenier

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

Miguel ngel Bastenier

La entrevista se puede considerar como un gnero en s mismo, pero yo tiendo a


entenderla como sub-gnero del reportaje; como un reportaje que se hace a una persona
en un ambiente determinado; una excursin del periodista a la realidad, pero con
caractersticas propias. De ah lo de subgnero.

Hay tres clases, bsicas, de entrevistas: pregunta-respuesta; la que yo llamo y explicar


romanceada; y temtica; amn de todas las combinaciones o hbridos que se quiera entre
todas ellas, de lo que prescindo porque me gusta la geometra del pensamiento.
Empecemos por esta ltima, que es la menos comn. Se emplea casi exclusivamente en
la prensa norteamericana y consiste en una entradilla de presentacin del personaje y una
seleccin de temas, de ah lo de temtica, bajo cuyo epgrafe se agrupa todo lo que el
entrevistado/a haya dicho de inters sobre los mismos. Sirve para encuentros en los que lo
que ms importe sea dejar constancia de unos puntos de vista normalmente muy tcnicos
sobre asuntos de alguna complejidad poltica, cientfica, cultural. Casi no se practica
actualmente.

En la pregunta-respuesta, su nombre ya nos dice de qu formato se trata, y es


probablemente la ms difcil de hacer. Evidentemente, no se trata de transcribir una
conversacin, lo que resultara impublicable por extensin, sentido y respeto al lector, sino
de una seleccin de respuestas, que normalmente se producirn en forma dispersa, sin
relacin forzosamente directa con la pregunta que hayamos formulado, con lo que hay que
hacer mucho corte y confeccin. Si todava ponemos en limpio lo grabado yo tomo notas
a mano y con eso construyo la conversacin, aunque grabe como testimonio
buscaremos la entrevista en el interior de los 40 o 50 minutos de dilogo, entendiendo que
hay siempre varias entrevistas a elegir, parecidas pero no idnticas, porque de que
arranquemos con una u otra pregunta se deducir una secuencia distinta de las mismas, y
hasta habr preguntas que entren o no entren, segn la que ponga en circulacin el texto.
Hay que apiezar la entrevista de una forma que prcticamente nunca coincidir con la
conversacin tal cual se desarroll. Por esa razn es una ficcin veraz, porque no ocurri
como se lee, pero s que ha de responder a la intencin genuina del personaje. E
igualmente, no hay razn para que las preguntas sean exactamente las que se espetaron
en la conversacin, sino que al agrupar fragmentos por sentido no por cronologa de
cundo se dijeron, escribo la pregunta una vez que he decidido cules son las respuestas

que me interesan, y esos interrogantes han de ser lo ms breves y concretos posible, lo


justo para que se sepa de qu hablamos.

Abomino, casi no hace falta decirlo, de las entrevistas en las que hay un presunto duelo
entre periodista y personaje, a ver quin es ms listo; el periodista en mi concepcin es
apenas un mdium que elige y decide, pero no un rival de aquel a quien vamos a ver. No
dir que la frmula magistral no pueda existir, pero es excepcional, y solo vale cuando son
dos potencias las que se encuentran, y es ms un dilogo para la posteridad que una
entrevista de peridico: Gabo y Fidel, por ejemplo.

La romanceada es aquella en que el autor cuenta, sita al personaje, recrea un ambiente,


entra y sale de los contextos necesarios para intercalar cuando lo considera oportuno los
entrecomillados de aquellas declaraciones que deben llegar textuales al lector. En esta
frmula, que es la que yo prefiero, ni siquiera hace falta consignar preguntas, sino que se
va directamente a las respuestas escalonadas dentro de una lgica narrativa, o sea que
agotamos los temas de una vez, sin esparcirlos por el texto donde buenamente caigan o
en el orden de su presunta importancia, lo que sera ms factible en el formato anterior. La
entrevista romanceada vale para todo, pero seguramente en el dominio de la cultura es
donde mejor funciona, aunque la prensa britnica, por ejemplo, casi no usa otra frmula,
porque es la que mejor expresa la realidad.

Romancear es desentraar, poner en contexto, hacer tanto un perfil y un anlisis como una
entrevista, que es el cascarn que encierra las respuestas a un sinnmero de
interrogantes, mientras que la pregunta-respuesta es solo una fantasa con apariencias de
realidad, con la que es cierto que tambin hay que aspirar al anlisis y perfil, pero la tarea
es mil veces ms mproba, aunque tambin ms cmoda si nos conformamos con solo
salir del paso. Y, sin embargo, los peridicos en espaol se inclinan muy mayoritariamente
por la anterior, pienso que por la ilusin de ser ms objetivos; lo que es solo eso, una
ilusin.

Quedan muchas cosas por decir como preparacin de la entrevista; formas de arrancar la
conversacin; diferencias entre entrevistas hechas en la lengua de la publicacin o que
exijan traduccin; los secretos de la tribu, en definitiva, como dice mi admirado Daniel
Samper. Y tantas cosas ms que dejo para la prxima entrega. Pero no me cabe duda de
que la entrevista es una apasionante culminacin de nuestro trabajo.

II

Hemos hablado de la entrevista como subgnero del reportaje, puesto que es la visita del
reportero a la realidad, pero centrada en una sola persona y su ambiente; ahora quisiera
que visemos su preparacin y construccin. Lo primero es lo primero: familiarizarse con el
personaje, pero aadir que mis entrevistas han sido casi siempre de poltica y en
bastantes casos a no hispano-hablantes, lo que da una mayor latitud para expresar en
castellano lo que nos han dicho, como corresponde a una traduccin-versin, que no
traicin.

No se entrevista a quien no se conoce. Hay que estudiar el personaje, leer sobre su


persona, informarse con quienes le conocen, normalmente periodistas del pas, prximos
de quien se trate. De aqu que un periodista con agenda lo tiene ms fcil que el que va a
pelo. Esa preparacin es necesaria no solo para preguntar adecuadamente, sino por
cuestiones tcnicas: romper el hielo, demostrando al interesado que has hecho los
deberes, que no caes por all solamente porque te lo han mandado; que vale la pena que
se tome en serio los 45 o 50 minutos que suelen hacer falta para trabajar como es debido.

Y en esa investigacin preliminar hay que buscar algo significativo que pueda agradar e
incluso adormecer al personaje. Poco antes de que muriera asesinado entrevist al primer
ministro de la India, Rajiv Gandhi, hijo de Indira, y le sorprend preguntndole por el osito
Biswa, que tena en gran estima cuando era un nio interno en un colegio super-exclusivo
de las estribaciones del Himalaya. Rajiv Gandhi, que era extremadamente tmido, se relaj
ya para toda la entrevista y por eso dijo una barbaridad: que el derribo por un misil
norteamericano de un avin de pasajeros iran con ms de 100 muertos l, como piloto
comercial que haba sido estaba seguro de que no poda ser un error. Es la pregunta
ganza que abre de par en par la entrevista, y que a veces se encuentra y otras, no.

Ni remotamente todas las preguntas son para publicar, sino que bastantes pretenden llevar
pausadamente al entrevistado hacia donde convenga, crear una situacin de aparente
complacencia, que puede romperse, sin embargo, cuando llegamos al meollo de la
cuestin. Una docena de preguntas a las que se conteste con sentido e inters suelen
bastar, aunque es seguro que tendrs que hacer muchas ms. Las preguntas, tanto en la
versin pregunta-respuesta como la novelada, romanceada como yo la llamo, pueden ser
todo lo largas y explicativas como sea preciso, pero la publicacin debe ser escueta porque
lo que importa es la respuesta, y excuso decir que no deben incluir, ni inducir, una
respuesta determinada. Igualmente, una entrevista sin repreguntas es probable que cojee
porque casi nada, si es mnimamente, trascendente queda claro en una primera tentativa,
si bien que no lo publicaremos como repregunta, sino como una pregunta ms de la que la

respuesta vendr a ser una sntesis de las diversas y fragmentarias contestaciones


recibidas.

Puede haber un momento en que el periodista sonra casi imperceptiblemente cuando ha


odo de boca del entrevistado el titular. Mi fotgrafo preferido, Ral Cancio, y yo nos
mirbamos y sonreamos cuando eso pasaba, porque ya podamos respirar tranquilos.
Habamos llegado a Itaca. En nuestro trato durante esos tres cuartos de hora no tratamos
de ser simpticos ni lo contrario con el personaje, mantenemos una actitud correcta pero
profesional, no le damos la razn con vigorosos asentimientos de cabeza, ni nos
mostramos despectivos por mucho que en nuestro fuero interior nos rebelemos contra lo
que estamos oyendo, aunque es verdad que las excepciones existen y puede que
convenga en algn caso mimar al entrevistado.

Ni remotamente todas las preguntas son para publicar, sino que bastantes pretenden llevar
pausadamente al entrevistado hacia donde convenga.

Las preguntas ms delicadas es mejor que queden para el final, cuando se haya creado
algo parecido a un lazo funcional con la persona y lo esencial de la entrevista est ya
conseguido. Al primer ministro israel Simn Peres tena que preguntarle inevitablemente
por el asesinato de un alto dirigente de la OLP, que se haba atribuido a su direccin, y
cost Dios y ayuda que no cortara la entrevista; y al presidente peruano Alberto Fujimori le
pregunt, ya como despedida, qu le evocaba la palabra Espaa, a lo que contest,
impertrrito, saqueo, exterminio, destruccin, tal como sali publicado en EL PAS. Carlos
Castao, el mayor lder paramilitar que haya conocido Colombia, admiti, tambin sin
enarcar una ceja, que los paras vivan del narco porque su misin superior, salvar a
Colombia an contra su voluntad, no les permita pasarse de pulcros. No haba que correr
el riesgo de que se frustrara el resto de la conversacin.
No pretendo ni pienso haber agotado el tema, por lo que algn da podramos seguir
elaborando el discurso de cmo entrevistar a personajes de alguna entidad internacional.
Lo que aqu he querido reflejar es que este subgnero es una fabricacin a posteriori, de
cuando escribimos, y que nunca puede ser una literalidad del dilogo sostenido. Es una
fabulacin que debe ser, sin embargo, enteramente veraz.

--

(En El Pas, diciembre 2014 - enero 2015)

También podría gustarte