Colonia

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Colonia: Religin, educacin y cultura

Una profunda fe en Dios, en la Virgen Mara y en la corte celestial alumbr el mundo


espiritual del conquistador y del criollo. La inspiracin espiritual reposaba tambin en una
acentuada fidelidad al magisterio de la Iglesia. La estrecha unin con el Estado confundi
los fines de ambos que aparecieron, por as decirlo, actuando en un solo sentido. Esta
comunin provena desde tiempos remotos, cuando la religin haba hecho posible la
unificacin de Espaa.
Fueron en su mayor parte telogos espaoles los que fijaron en el Concilio de Trento la
nueva disciplina y organizacin de la Iglesia y la fundacin de la Compaa de Jess por el
vasco Ignacio de Loyola. Haba una nueva cruzada y Espaa mantuvo un fervor mstico
que apareca totalmente decado en el resto de Europa.
La teologa fue el cauce inspirador de las grandes decisiones y el gobierno, las leyes y en
alguna forma la economa, debieron amoldarse a sus dictmenes.
La Iglesia como institucin tuvo una importancia capital en el mundo colonial, comparti
directa o indirectamente con las autoridades civiles las responsabilidades de gobierno. La
Iglesia estuvo vinculada al Papado y a la monarqua. Los reyes en su calidad de catlicos
amparaban y apoyaban a la Iglesia, a la vez que tenan algunos derechos sobre ella. Es lo
que se ha denominado Derecho de Patronato.

Ignacio
de
Loyola.

Conforme a este sistema, los reyes proponan a Roma a los eclesisticos que deban ocupar los altos
cargos. Obispos, cannicos, etc. Slo el Rey poda autorizar la construccin de iglesias, capillas,
conventos. A su vez, proporcionaba los fondos para todos los gastos, cobrando por su cuenta el derecho
del Diezmo.
La accin de la Iglesia
Debido a la Guerra de Arauco, en Chile la dominacin espaola se afianz slo en territorios ubicados al
norte del ro Biobo. Fue all donde se desarroll la vida colonial y se consolidaron los diferentes grupos
sociales, los cuales tienen modos y conductas de vida propios. Estos grupos se diferencian por su origen,
o bien, por los medios econmicos de que disponen. Esta actividad en su conjunto forma la sociedad
colonial.
En la poca colonial cohabitaban distintos grupos raciales que ocupaban un lugar en la sociedad,
relacionados con los derechos y actividades que ejercan. (Ver Clases sociales en la Colonia).
En el plano religioso, en el Chile colonial la base de la organizacin eclesistica
eran los obispados de Santiago y Concepcin. Desde tempranos aos se cont con
diversas rdenes religiosas: la Merced, San Francisco y la Compaa de Jess. Una
de las principales tareas de la Iglesia fue la conversin de los indios.
Desde el comienzo de la Conquista, la misin evangelizadora qued en manos de
los religiosos. El predicador iba con los ejrcitos y el indgena apenas poda
distinguirlo del conquistador, que dicindose tambin apstol del cristianismo, quera
con el velo de la fe cubrir sus ambiciones, avaricias y crueldad. Para el misionero no
resultaba fcil predicar sobre la caridad y la mansedumbre en medio del humo de la
plvora y de las espadas.
Cmo podan entender los indgenas la divina bondad de Dios mientras eran
esclavizados por los encomenderos y los soldados los aplastaban bajo los cascos
de sus caballos?
Indgenas
creyentes?

Cmo podan identificar los indgenas al sacerdote que les enseaba el cristianismo y al soldado que les
arrebataba sus bienes y su libertad? Muchas veces confunda a los dos en un mismo odio y en una
misma maldicin.
La situacin del indgena provoc serios conflictos entre la Iglesia y las autoridades. El jesuita Luis de
Valdivia tom como una empresa personal la proteccin de los indgenas contra los abusos de soldados y
encomenderos. Los primeros seis jesuitas del grupo de Luis de Valdivia dieron el ejemplo y su accin
evangelizadora cost la vida de los primeros mrtires.
La Compaa de Jess
De las rdenes religiosas, la Compaa de Jess logr, en el siglo XVII, el desarrollo ms espectacular y
el mayor influjo sobre las autoridades y los pobladores. Para desarrollar su accin
religiosa y cultural la Compaa cont con sus propios recursos econmicos sobre
la base de cuantiosas donaciones que le permitieron acumular una gran riqueza.
Segn su visin del mundo, "la tierra es un don dado por Dios a los hombres y es
un deber cristiano hacerla fructificar con el trabajo".
Tuvieron los jesuitas alrededor de cincuenta haciendas, ganado, siembras, vias,
numerosas industrias: molinos, curtiembres, bodegas elaboradoras de vino, fbrica
de cal (La Calera), astilleros (en el Maule), alfareras; y aun mantenan un comercio
de exportacin al Per (sebo, charqui, vinos y aguardientes). Disponan de
carniceras y de las nicas boticas del pas. Disponan de unos 1.300 esclavos
negros en sus haciendas. Sin duda, los jesuitas pasaron a ser en este siglo la
primera potencia econmica de Chile.

"La tierra, un
don de Dios"
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En el ao 1600, por escritura pblica, otorgaron los jesuitas lo que podra llamarse
el primer "contrato de trabajo" chileno, donde se comprometan a respetar condiciones mnimas de
remuneracin para sus propios indios de servicios. Ellas incluan el salario familiar, la jubilacin por edad
(cincuenta aos), una pensin a la viuda en caso de fallecimiento del indgena, una jornada laboral
limitada, auxilio mdico, enseanza gratuita, etc.
Naturalmente, estas ltimas medidas no parecan muy compatibles con el hecho de poseer los jesuitas
una notable cantidad de esclavos negros, pero esta contradiccin moral era comn en la poca.
Con igual intensidad y energa se dedicaron al servicio religioso, al culto, a la confesin y a la enseanza.
Hacia 1650, medio siglo despus de su llegada, casi la mitad de los casi 114 miembros de la orden eran
personas nacidas y educadas en Chile, por lo tanto llevaron apellidos criollos como: Fuenzalida, Gmez,
Molina, etc. La influencia de los jesuitas penetr en todos los sectores sociales, desde los esclavos
negros hasta la aristocracia.
Su expulsin
En 1767, el Rey de Espaa Carlos III decret su expulsin de todos los dominios
coloniales espaoles. El decreto no daba razones para justificar una accin tan
grave, slo aluda vagamente a causas "urgentes, justas y necesarias que reservo
en mi real nimo". Su orden se cumpli en Chile con rapidez, exactitud y sigilo, en
medio de la expectacin, tristeza y el descontento de la poblacin.
La educacin
Sede de la
Compaa en
Lima
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En Chile fueron los Cabildos y rdenes religiosas los que abrieron los primeros
establecimientos de instruccin primaria. En ellos se ense a leer y a escribir, ms
algunos rudimentos de aritmtica y catecismo.

Los sacerdotes eran las personas ms cultas de la poca; por eso, la enseanza
tuvo una slida base religiosa. Ellos impartan la enseanza, destinada a los nios
de las familias adineradas. Se destacan tambin en este periodo en la educacin las
rdenes de los mercedarios y franciscanos quienes formaron escuelas en Concepcin, Osorno, la
Imperial y Valdivia.

El primer colegio fundado en el pas es el Seminario de La Imperial, en 1568. La primera escuela de la


gramtica se funda en 1591 en el convento de Santo Domingo, posteriormente en 1596 los Jesuitas abren
otra escuela de gramtica.
Los Jesuitas y Dominicos siguieron impartiendo grados acadmicos y los colegios jesuitas recibieron el
mayor caudal de alumnos.
Los Jesuitas fundaron un internado para jvenes aristcratas: el Convictorio de San
Francisco Javier. All hizo sus primeros estudios Alonso de Ovalle y tambin el abate
don Juan Ignacio Molina. Tras la expulsin de esa orden religiosa del pas, en 1767, el
internado, mantenido por el Estado, se transform en el Convictorio Carolino.
Las escuelas de gramtica de los dominicos y jesuitas seguan a las escuelas primarias.
Gozaban stas de una categora ms elevada. Sus programas se centraban en el estudio de
la gramtica, filosofa, retrica y latn, que habilitaba para los estudios superiores.
Cada orden religiosa mantuvo estudios para la formacin de los sacerdotes y se crearon los
seminarios de Santiago y de Concepcin.
Universidades Pontificias
Hay constancia de que en el siglo XVII funcionaron en Chile tres centros de enseanza
superior, con categora de universidades pontificias, que tenan un carcter eminentemente
eclesistico. El Colegio Mximo San Miguel de los jesuitas y la Universidad de Santo Toms
de Aquino de los dominicos, ambas en Santiago; mientras que en Concepcin funcion
durante 43 aos la Universidad Pencopolitana dirigida por los jesuitas. Ofrecan grados de
filosofa y teologa como preparacin para el sacerdocio.
Estas Universidades Pontificias constituan para el sacerdote y el laico el mayor timbre de
honor que se pudieron dar.
Descuidaban casi totalmente el conocimiento de la naturaleza fsica, de la que slo se
preocupaban si pudiera relacionarse con teologa.

Padre
Las
Casas,
un
defens
or
(amplia
r
imagen
)

Consideraba al magister como conocimiento esencialmente religioso, en el sentido de que la


iglesia era el poder docente.
Gracias a las gestiones del Cabildo de Santiago, se obtuvo la autorizacin del Rey Felipe IV para
la fundacin de la Universidad de San Felipe (1758) que poda otorgar los grados de bachiller y
doctor. Esta se inauguro con la autorizacin de la Universidad de San Marcos (Lima), esta
Universidad imprimi en Chile una tnica de cultura, elegancia y beneficio al clero y a la sociedad
Chilena ya que no necesitaba viajar a Lima para obtener los ttulos acadmicos.

Alo
nso
de
Ova
lle.

Hacia fines de la Colonia se fund la Academia de San Luis, donde se enseaba matemtica,
geometra, qumica y dibujo, etc. Tuvo el mrito de ser el primer Instituto de Enseanza Tcnica
de Amrica.
Escuelas de Indgenas
Debido a la necesidad de convertir a los indios a la fe catlica, se abri en Penco un curso de
lengua araucana, pero no dur por la escasez de alumnos.

Tambin se mand a hacer una escuela donde los indios aprendiesen castellano, tal fue el Colegio de
Naturales de Chilln (1697).
Cultura
Cuando hablamos de cultura colonial nos referimos a lo que se relaciona principalmente con las obras
literarias, expresiones artsticas, costumbres, ritos y fiestas que se realizaron en la poca colonial, los
cuales permiten otorgar identidad a un pueblo. (VerArquitectura colonial, Ver Msica colonial,
Ver Pintura colonial, Ver Escultura colonial).

En la poca colonial se escribieron muchas crnicas, que eran relatos que buscaban dejar el recuerdo de
los hechos y los acontecimientos ms importantes. Entre las ms destacadas se cuentan "El cautiverio
feliz", de Francisco Nez de Pineda y Bascuan, que nos relata pormenores de la vida de los araucanos.
El padre Alonso de Ovalle en su "Histrica Relacin del Reino de Chile" nos describe con gran cario las
ciudades y costumbres de la Colonia.
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