Este documento resume los principales métodos teológicos a lo largo de la historia, incluyendo los métodos de los Padres de la Iglesia, Santo Tomás de Aquino, Melchor Cano, y teólogos modernos como Paul Tillich, Wolfhart Pannenberg y Bernard Lonergan. Explica que cada época ha tenido figuras representativas que han desarrollado enfoques metodológicos, como san Agustín, Santo Tomás, y Cano. También describe brevemente los métodos de la correlación de Tillich, el método "des
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Este documento resume los principales métodos teológicos a lo largo de la historia, incluyendo los métodos de los Padres de la Iglesia, Santo Tomás de Aquino, Melchor Cano, y teólogos modernos como Paul Tillich, Wolfhart Pannenberg y Bernard Lonergan. Explica que cada época ha tenido figuras representativas que han desarrollado enfoques metodológicos, como san Agustín, Santo Tomás, y Cano. También describe brevemente los métodos de la correlación de Tillich, el método "des
Descripción original:
METODO TEOLOGICO, BATTISTA MONDIN, historia de la teologia
Este documento resume los principales métodos teológicos a lo largo de la historia, incluyendo los métodos de los Padres de la Iglesia, Santo Tomás de Aquino, Melchor Cano, y teólogos modernos como Paul Tillich, Wolfhart Pannenberg y Bernard Lonergan. Explica que cada época ha tenido figuras representativas que han desarrollado enfoques metodológicos, como san Agustín, Santo Tomás, y Cano. También describe brevemente los métodos de la correlación de Tillich, el método "des
Este documento resume los principales métodos teológicos a lo largo de la historia, incluyendo los métodos de los Padres de la Iglesia, Santo Tomás de Aquino, Melchor Cano, y teólogos modernos como Paul Tillich, Wolfhart Pannenberg y Bernard Lonergan. Explica que cada época ha tenido figuras representativas que han desarrollado enfoques metodológicos, como san Agustín, Santo Tomás, y Cano. También describe brevemente los métodos de la correlación de Tillich, el método "des
Battista Mondin, es un filosofo, sacerdote del Instituto Javeriano de Misiones Extranjeras, de origen Italiano, quien expone en este articulo dos aspectos interesantes, un cuadro general de la metodologa teolgica, ilustrando las formas que se han asumido a lo largo de los siglos y los momentos esenciales de un mtodo teolgico adecuado al trabajo de los que en la Iglesia, asumen la tarea de la transmisin y resguardo del deposito de la fe. Ya los padres alejandrinos y antioqueos, con sus particulares cuestiones metodolgicas y el uso alegrico para la interpretacin de la Sagrada Escritura , haban debatido sobre el mtodo teolgico en siglos precedentes. Sin embargo, es en el perodo patrstico, de la mano de San Agustn de Hipona, que se establecen de modo preciso y sistemticos las reglas del mtodo teolgico. En su obra De doctrina Christiana , fija sus reglas fundamentales, tanto que hasta en la edad media, fue el texto por excelencia de metodologa teolgica. En esta explica los instrumentos noticos que el telogo debe utilizar: el conocimiento de las lenguas, el estudio de la historia sagrada y profana y finalmente, el conocimiento perfecto de las reglas de hermenutica. La teologa mira a un autentico intellectus fidei y por eso necesita de la dialctica, es decir de la filosofa, de la especulacin teolgica. La filosofa debe retomarse para usarla en la predicacin del evangelio, del reconocimiento de la verdad revelada. De esta manera, profundizando el estudio de los misterios cristianos a la luz de la filosofa, sube a un nivel de sabidura superior, lo que le permite exponer nuevas categoras y verdades. Evala el lenguaje filosfico de los padres griegos, perfecciona conceptos como la esencia, sustancia, naturaleza, persona, relacin, participacin, para adecuarlos al conocimiento profundo de Dios. El santo de Hipona, fundamenta la ciencia teolgica en la autoridad de la Escritura, de la Iglesia y de la Tradicin, jams sobre la experiencia personal, ni sobre la ciencia, ni la evidencia de la razn. En el trabajo del telogo, distingue tres momentos: el bblico, el dogmtico y el explicativo. Esta distincin corresponde a las actuales divisiones de la teologa en bblica, dogmtica y apologtica. Continuando en esta exposicin histrica, se llega al siglo XIII, al destacado trabajo de santo Tomas de Aquino, quien tiene el merito de haber perfeccionado el mtodo teolgico y de haberlo practicado de manera ejemplar en su obra Summa Theologiae, donde se expresa la totalidad de la fe cristiana para un hombre culto de esa poca cumbre de especulacin filosfica y teolgica. Esta obra, se divide en tres grandes partes; la primera sobre Dios y la creacin; la segunda sobre el hombre y la moral y la tercera, sobre el Salvador, Jesucristo y los medios de salvacin, los sacramentos. En ella triunfa el mtodo del artculo, cuya estructura es muy sencilla: el titulo, donde se enuncia la cuestin que se va a debatir; la
parte preliminar, donde se exponen las objeciones; el cuerpo del artculo,
donde se enuncia la solucin con pasajes de la sagrada escritura y de los Padres, y pruebas de carcter racional; y la ultima parte que rebate y refuta las objeciones. Segn el Aquinate, la teologa es una verdadera y propia ciencia, por cunto se fundamenta sobre principios seguros y se sirve de un mtodo riguroso. Ahora como ciencia, derivan sus propios principios de una ciencia superior, que no es mas que la Ciencia de Dios y de los bienaventurados. Otro aspecto importante, es que Santo Tomas, descarta la conflictividad entre fe y razn, pues ambas vienen de Dios, relacionndose entre si y perfeccionndose mutuamente. Por lo tanto solo queda aceptar la armona y la subsidiaridad entre ambas. Ahora bien, en cuanto a la filosofa, el establece tres puntos: el primer servicio es preliminar a la teologa; el segundo es intrnseco pues provee a la especulacin teolgica de imgenes para ilustrar la fe; y el tercero, sucesivo a la teologa, que es la confrontacin de las objeciones que se levantan contra la fe. Esto lo logra Santo Tomas, a travs de la construccin de un sistema filosfico original, concebido a propsito para hacer teologa cristiana, es decir una filosofa considerablemente cristiana. Mientras que en la poca de los Padres, la figura mas representativa es San agustn, y en la poca de los escolsticos, es Santo Tomas, en la poca moderna o de la segunda escolstica, la figura mas notable es Melchor Cano, erudito dominico, quien en la obra De locis theologicis define e ilustra los instrumentos necesarios al telogo para el desarrollo del trabajo teolgico. Segn el, los lugares teolgicos son diez, a saber: La sagrada Escritura, inspirada por Dios; la Tradicin, palabra viva; la autoridad de la Iglesia Catlica, a travs de la universalidad de un dogma; los concilios; la autoridad del Papa, desde el primado de Pedro; cada Padre; el aporte de los telogos, a travs de la opinin en la bsqueda teolgica; la razn, inteligencia natural; la opinin de los filsofos, cuando es acorde y la prueba histrica, de los testigos dignos de fe. As, Cano sistematiza los instrumentos noticos, sean primarios o secundarios, fundamentales o explicativos, a los que debe acercarse el telogo en su trabajo. El siglo XX, represento un cambio metodolgico en la teologa contempornea. Para la teologa protestante, la ruptura se da al final de la primera guerra mundial, momento cuando Barthm, Tillich, Gogartan, Brunner, entre otros, abandonan el protestantismo liberal para abrazar la neortodoxia que restituye el primado absoluto de la palabra y la fe. Para la teologa catlica, se da esta ruptura, en el Concilio Vaticano II, donde finaliza la Teologa perennis, el abandono de la metafsica y su sustitucin por la praxis, como instrumento hermenutico privilegiado. De esta manera, para toda nueva teologa, se recurre a una nueva metodologa.
Destacan las propuestas de tres telogos, por su profundidad y sistemtica:
Paul Tillich, Wolfhart Pannenberg y Bernard Lonergan. La primera propuesta , el mtodo de la correlacin, de Paul Tillich, propone una relacin entre la palabra de Dios y la situacin histrica y cultural del tiempo presente, pregunta humana y respuesta divina. La correlacin es una relacin de interdependencia reciproca por parte de dos factores que no tienen la posibilidad ni de identificarse ni de suprimirse. Este principio supone la existencia de dos identidades distintas, inseparables e inconfundibles, capaces de entrar en mutua interdependencia y reciproco entendimiento. Para Tillich, la realidad no es otra cosa que una vastsima trama de correlaciones, donde hay una que goza de prioridad absoluta sobre las dems, la del hombre a Dios y de Dios al hombre. Propone cinco preguntas-respuestas fundamentales: raznRevelacin, ser-Dios, existencia-Cristo, vida-espritu, historia-Reino de Dios. La razn, el ser, la existencia, la vida y la historia son todas realidades humanas, las respuestas que dan el sentido buscado por la humanidad son la revelacin, Dios, Cristo, El Espritu, el reino de Dios. Adicionalmente, considera las correlaciones entre filosofa-teologa y cultura-religin, las cuales son de mayor carcter estructural. Sin embargo, la regla de oro de toda teologa Fides quaerens intellectum no es respetada por Tillich, dejando a un lado la soberana absoluta de la Palabra de Dios. La segunda propuesta, el mtodo desde abajo propuesto por Wolfhart Pannenberg, continua la obra de Tillich, en cuanto al principio hermenutico de la pregunta-respuesta, sin embargo ya no aparece como principio de correlacin, sino bajo la formula de mtodo desde abajo . Pannenberg, asigna a la teologa una tarea fundamental, como lo es, la de conferir al mximo de inteligibilidad al dato revelado, algo ya planteado por San Anselmo. Para Pannenberg el intellectuis fidei busca partiendo desde abajo, valindose de todos los campos que son familiares y controlados por la razn: la historia, la filosofa, las ciencias experimentales y las ciencias humanas. Con este amplio equipaje del saber humano, sube hacia los misterios de la fe. Sigue entonces, un camino intermedio entre Barth y el Catolicismo. Pannemberg, reivindica la identidad del Cristo de la historia y el Cristo de la fe: uno solo, la misma persona. El Cristo de la historia es perfectamente accesible a la razn y los eventos que le ataen verificables con los instrumentos de la racionalidad histrica. A pesar de todo ello, en el trabajo de Pannenberg, la razn se hace excesiva , tal como ha sucedido con Tillich. En tercer lugar, se tiene el mtodo propuesto por Bernard Lonergan, telogo jesuita canadiense, en su obra El mtodo teolgico, donde toma en cuenta todas las operaciones que el telogo debe desarrollar para satisfacer plenamente su tarea de acoger, profundizar, defender y comunicar la palabra de Dios. De esta manera, presenta ocho funciones en las que articula su mtodo: la funcin de investigacin, por la que
recoge los datos; la funcin de interpretacin, por la que muestra el
significado de los datos; la funcin de la historia, donde encuentra los significados encarnados en acciones y movimientos particulares; la funcin de la dialctica, para las conclusiones conflictivas de las histricas, interpretadas e investigadas; la funcin de fundamentacin, la cual da carcter objetivo al quehacer teolgico; la funcin de la doctrina, que se sirve de la fundamentacin como gua; la funcin de la sistemtica, por la que se busca aclaracin definitiva del significado de la investigacin; y la funcin de la comunicacin, para una presentacin eficaz del mensaje cristiano. Todas estas funciones se encuentran ligadas estrechamente entre ellas, haciendo parte de un nico y mismo proceso. Lonergan no fija ni criterios de verdad ni de ortodoxia para el telogo, sino simplemente de autenticidad, plantea adems, una revisin global de la doctrina del conocimiento, orientada segn las instancias de la filosofa trascendental. De este modo el conocimiento, debe privilegiar al sujeto, de acuerdo al realismo critico, y dejar a un lado el esquema del realismo ingenuo que privilegia el objeto. Establece as, algunas normas para el conocimiento, esto es, ser atento, ser inteligente, ser responsable, y ser autentico. Faltara incluir otros mtodos utilizados por los telogos contemporneos, como el mtodo trascendental de Rahner y el mtodo esttico de Baltasar, pero estos no son objeto de estudio en el presente articulo. A continuacin, el autor presenta a su juicio, los momentos y las operaciones esenciales de un mtodo adecuado al trabajo del telogo, desarrollando una suerte de mtodo propio. El primer momento es la experiencia de fe. Sin fe no hay teologa, y no se trata de una fe indeterminada o vaga, se trata de una fe profunda, alegre, confiada que sea esencia misma de la teologa. As, la experiencia personal se transforma en punto un punto importante para el saber teolgico. El segundo momento se refiere a la escucha del originario. Para el cristiano, el originario es la auto revelacin de Dios en Cristo. Esta es la gran tarea de la exgesis y de la teologa bblica. Lamentablemente las nuevas hermenuticas han vuelto harto complicada esta situacin, pero puede solventarse volviendo al autor originario, que es Dios mismo. Toda la Tradicin, deriva del originario, y es a el, a quien se debe adhesin plena e incondicionada. As, toda la teologa se debe hacer a partir del Originario, no existe otro punto de partida. El reconocimiento de la tradicin, es el tercer momento propuesto por Battista Modin. La analoga entre el originario y la tradicin, como realidad viva y no como un simple conjunto de doctrinas, es parte fundamental de este momento. La Tradicin es Cristo, que en su Iglesia, camina a travs de los siglos. Ahora bien, siguiendo a Lonergan, se pueden considerar cuatro funciones a cumplir en el estudio de la Tradicin:
investigacin, interpretacin, historia y dialctica. El Originario, nos llega a
travs de la Tradicin, por lo que omitirla es una tarea imposible. Esto cobra mayor importancia ante el impulso de la teologa contempornea, la cual se ha vuelto demasiado biblista o demasiado contextual, dejando a un lado la tradicin. Por ultimo, la nueva incullturacin del originario y desarrollo de la tradicin, se convierten en el ultimo momento, propuesto por el autor. Las funciones que debe desplegar el telogo son variadas en la bsqueda de hacer inteligible la Tradicin. En particular, son necesarias las ultimas operaciones dadas por Lonergan: la doctrina, sistemtica y comunicacin. En la inclulturacin, se debe proponer la doctrina de modo sistemtico e inteligible. Esto requerir previamente el estudio de los signos de los tiempos, el anlisis sociopoltico o la antropologa cultural. Aparece en este momento, la visin desde debajo de Pannenberg y el de la correlacin de Tillich; pero agotada esta va, el telogo debe ver nuevamente desde arriba, proponiendo el originario en su integridad, encarnarlo en las formas culturales y en las necesidades de nuestro tiempo, sin escapar el surco de la Tradicin. Surge la necesidad de un pluralismo teolgico, ya sea desde la cristologa o de la eclesiologa, desde los primeros tiempos. Basta ver como el mismo verbo de Dios habla lenguajes diferentes a los hebreos, sirios, griegos, romanos. Y en cuanto a la eclesiologa, esto se hace parte de las Iglesias locales. La localizacin de las Iglesias, permite que el Originario se encarne en cualquier parte del mundo de forma distinta, de acuerdo a los valores, lenguaje, costumbres, culturas. Esta diversificacin cultural hace posible mltiples inculturaciones de la teologa, pero tambin genera problemticas comunes , que ningn telogo debe descuidar: los problemas angustiantes del momento presente, donde el telogo debe dar un valioso aporte a la solucin de los grandes problemas de la humanidad, llegando a la raz de los males, el pecado y buscando construir hombres nuevos amantes de la paz, justicia, solidaridad; y la incertidumbre sobre el futuro, donde le mensaje cristiano, establece que la nica certeza es la que procede de la fe, en la eternidad y no en la muerte, en el amor infinito de Dios por el hombre y por nuestra persona.