El Todo-Uno Del Idealismo Alemán en La Poesía de Hölderlin
El Todo-Uno Del Idealismo Alemán en La Poesía de Hölderlin
El Todo-Uno Del Idealismo Alemán en La Poesía de Hölderlin
Introduccin:
La idea de esta clase es cerrar la temtica del idealismo alemn a partir de un
anlisis de las ideas estticas de Hlderlin. Vamos a tomar como referencia el
artculo de Gabs, y a partir de la propuesta de este autor vamos a analizar la
vinculacin de las ideas de Hlderlin con algunos representantes del
romanticismo alemn (Schiller) y con los idealistas: Kant, Fichte, Schelling y
Hegel. Vamos a partir de ver la influencia de Hlderlin en El ms antiguo
programa sistemtico del Idealismo Alemn.
1. Biografa
Friedrich Hlderlin naci en Lauffen am Neckar (Wurtemberg) en el seno de una
familia burguesa. Su padre muere cuando l tena dos aos. Su madre contrae
segundas nupcias con Johann Christoph Gock, consejero municipal de Nrtingen,
donde Hlderlin se crio junto con su hermana y su hermanastro.
Su padrastro muri cuando Hlderlin tena nueve aos y de sus seis hermanos
slo dos sobreviviran a su infancia: su hermana Rike, mayor que l, y Karl, seis
aos menor.
En 1784 ingres en un colegio preparatorio para el seminario, en Denkendorf, y
en 1788 entr como becario para estudiar Teologa en el Tbinger Stift (seminario
de la Iglesia Protestante en la ciudad deTubinga, en Wrttemberg), donde fue
amigo y compaero de los futuros filsofos Hegel y Schelling. Se influyeron
mutuamente y se ha especulado que fue probablemente Hlderlin el que
present a Hegel las ideas de Herclito acerca de la unin de los contrarios, que
el filsofo desarrollara en su concepto de la dialctica.
Estudi tambin literatura y filosofa clsicas, tradujo al alemn
algunas tragedias griegas y escribi poesa. Muy influido por Platn y por
la mitologa y cultura helnicas, se apart sensiblemente de la fe protestante.
En 1793 sali del seminario provisto de la licencia que le permita ejercer el
ministerio evanglico, pero decidi no dedicarse a su carrera, sino emplearse
como preceptor. Durante los aos siguientes se dedic a educar hijos de nobles y
de comerciantes ricos.
Schiller le proporcion una plaza para ocuparse del hijo de Charlotte von Kalb,
en Waltershausen, aunque pronto abandon su puesto, dada la limitada
influencia que ejerca sobre su alumno. Se instal luego en Jena, uno de los
principales centros intelectuales del pas. Asisti a clases impartidas por Fichte, y
Schiller le public un fragmento del Hiperin en su revista Thalia.
Falto de recursos, volvi a Nrtingen en 1795 y en 1796 trabaj en casa de Jakob
Gontard, comerciante de Frncfort del Meno y se enamor de su mujer, Susette.
A ella le dedic varios escritos, entre ellos el Hiperin, refirindose a ella con el
nombre de Diotima. A pesar de su trabajo y de los viajes que debi efectuar con
Lo que esas frases revelan es una perspectiva que por entonces compartan
muchos jvenes romnticos. Por un lado, sus esperanzas de renovacin poltica y
cultural haban sido estimuladas por los todava recientes acontecimientos de la
Revolucin francesa. Por otro lado, los puntos de referencia en el mbito del
pensamiento ya no se encontraban en el contexto de la Ilustracin ortodoxa, sino
en los caminos abiertos por Herder y Kant, despus proseguidos en Jena por
Fichte y
Schiller. El desafo era el que representaban las numerosas escisiones
establecidas por la filosofa de la reflexin: sujeto y objeto, necesidad y
libertad, espritu y naturaleza, entendimiento y sensibilidad, razn y revelacin,
teora y prctica, individuo y sociedad. En este marco, y antes que hubiesen
madurado las filosofas respectivas de Hegel y Schelling, los esfuerzos de
Hlderlin se orientaran hacia un pensamiento de la unificacin de aquellos
contrarios, segn el famoso lema adoptado por el viejo Lcssing: en kai pan, uno
y todo. Slo que, a diferencia de sus viejos amigos de Tubinga, el territorio en
donde esperaba ver cumplida o anticipada esa unificacin no haba de ser el de
la filosofa, sino el de la literatura y, por tanto, el de la experiencia esttica.
3. Relacin con Kant
La Crtica del juicio de Kant es el foco originario de la esttica en la poca del
idealismo alemn. Se advierte en ella una duplicidad e incluso una contradiccin
entre el juego de formas (esttica formal) y la libertad como contenido que
aparece en la belleza sensible. Pues el juicio esttico consiste ciertamente
en
el
libre
juego
formal
de
las
facultades
cognoscitivas:
el
movimiento ascensional hacia la belleza una, donde la mediacin del eros queda
superada en la plenitud de la visin. A esa concepcin contrapone otra, tomada
fundamentalmente del Banquete, que se centra en la belleza de las cosas del
mundo. Desde esta perspectiva, tambin el amor permanece con su ambigedad
interna en medio de la belleza. La esencia hbrida del eros es el signo de que la
belleza se revela. De acuerdo con la sentencia de Erixmaco en el Banquete: el
uno se compone oponindose en s mismo a s mismo, Hlderlin entiende la
belleza como tensin concordada. Es la armona de la unidad del ser en tanto se
compone oponindose ella misma a s misma. En la lectura del Banquete se deja
guiar ms por Herclito que por el platonismo tradicional. As, entiende la belleza
como el ser que se unifica a travs del velo de una diferenciacin de s. Y
concibe el amor como el ser mismo en el movimiento por el que concuerda y se
desgarra diferencindose. La concepcin de la tradicin metafsica aprehende el
ser como un ente privilegiado, situado en una regin eminente. La que Hlderlin
desarrolla en relacin con el Banquete quiere captar el ser como el reino de la
presencia a travs del ente, y la verdad como el desarrollo de esta presencia,
que atraviesa el ente sustrayndose. El hombre lleva impreso un ser que aqul
olvida sin cesar. Y eso hace posible la reconquista constante de la visin del ser.
Lo bello es lo que deja irradiar el ser a travs del ente.
El primer captulo de la redaccin ms antigua de Hiperin, titulado La juventud
de Hiperin, contiene el siguiente texto:
Lo bello implica un sentido oculto. Interpreta su sonrisa! As se nos aparece el
espritu que pone fin a la soledad del nuestro. En las ms pequeas cosas se nos
manifiesta lo que hay de ms grande. La ms alta efigie de todo acorde viene a
nuestro encuentro en los movimientos apacibles del corazn, se expone aqu en
la cara de este nio. No entiendes las melodas del destino? Sus disonancias
significan lo mismo.
El lema inicial de Hlderlin es el uno-todo de la poca de Tubinga. Sus
poemas de juventud cantan la presencia de una totalidad de vida en la
naturaleza. Son un canto a la libertad y al amor como gloria de una vida
sagrada que el mundo expande. Una misma unidad originaria se
despliega como gloria, libertad, amor y belleza.
5. Relacin con Fichte
En 1794 y 1795 Hlderlin estuvo en Jena, donde escuch las lecciones de Fichte.
A partir de 1794 lee la Base de toda la teora de la ciencia. El influjo fichteano es
patente en la persuasin de que el hombre tiene necesidad, tanto para su saber
como para su accin, de un progreso infinito, de un tiempo ilimitado, a fin de
aproximarse al ideal ilimitado. Hlderlin dice que ha calificado de quietismo
cientifista la opinin, segn la cual, la ciencia podra completarse en un
momento determinado. El error sera en todo caso que el hombre pudiera
satisfacerse en un lmite individual determinado, o negar el lmite en general.
Pero la apropiacin de Fichte va acompaada de una profunda crtica, que
tiende a fusionar el yo con la naturaleza. Le objeta que cae, lo mismo que
Spinoza, en la negacin de la conciencia de s en el absoluto, en una
negacin de la individualidad concreta. En la carta a Hegel del 26 de enero de
1795, despus de sugerirle lo mucho que habrn de interesarle los Fundamentos
generales de la doctrina de la ciencia y de expresar su persuasin de que Fichte
aspira a ir en la teora ms all del hecho de la conciencia, escribe:
Su Yo absoluto (= substancia de Spinoza) encierra toda la realidad. Es
todo y fuera de l no hay nada. Por tanto, este Yo absoluto no tiene
objeto; de otro modo, no encerrara toda la realidad. Es todo y fuera de
l no hay nada. Pero una conciencia sin objeto es impensable; incluso si
yo mismo soy ese objeto, en cuanto tal me hallo necesariamente
limitado, aunque sea en el tiempo; por tanto, no soy absoluto. De modo
que una conciencia es impensable en el Yo absoluto, como Yo absoluto
no tengo conciencia, y, en tanto en cuanto no tengo conciencia, soy
nada (para m) y el Yo absoluto es (para m) Nada.
De ah saca Hlderlin la conclusin de que es necesario tomar en serio el yo
finito y temporal, lo cual exige que la naturaleza deje de considerarse
como simple negacin del yo. La naturaleza no se agota con ser un simple
obstculo que hay que vencer, o la materia de nuestra actuacin histrica. Si el
yo tiene realmente necesidad del no-yo, la negacin de este segundo no ha de
poderse pensar sin la supresin de la conciencia y del yo mismo. En la carta al
hermano escrita desde Jena el 13 de abril de 1795 describe as una de las
peculiaridades principales de la filosofa de Fichte:
En el hombre hay una aspiracin a lo infinito, una actividad que no tolera
ningn lmite como perpetuo, ninguna tregua, sino que aspira a ser cada vez
ms amplia, libre e independiente; esta actividad, infinita segn su impulso, est
limitada; la actividad infinitamente ilimitada segn su impulso es necesaria en la
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naturaleza de un ser que tiene conciencia (de un yo, tal como se expresa Fichte),
pero tambin la limitacin de esta actividad es necesaria para un ser que tiene
conciencia, pues si la actividad no estuviera limitada, no fuera deficiente, esa
actividad sera todo y fuera de ella no habra nada; por tanto, si nuestra
actividad no tuviera ninguna resistencia de fuera, no habra nada fuera de
nosotros, no sabramos de nada, no tendramos ninguna conciencia; si nada
tuviramos enfrente, no habra ningn objeto para nosotros; ahora bien, tan
necesarios como son para la conciencia la limitacin, la resistencia y el
sufrimiento producido por la resistencia, as de necesaria es tambin la
aspiracin al infinito, una actividad ilimitada segn el impulso en el ser
que tiene conciencia, pues si no aspirramos a ser infinitos, libres de
todas las limitaciones, no sentiramos que algo es opuesto a esta
aspiracin, no sentiramos nada distinto de nosotros, no sabramos de
nada, no tendramos conciencia.
En 1795 Hlderlin redacta tambin el escrito Urtheil und Sein, (Juicio y ser), que
constituye una toma de posicin frente al libro de Schelling sobre el yo y frente
al concepto de substancia en Fichte. Interpreta el juicio como una divisin
originaria. Segn Hlderlin, la separacin entre sujeto y objeto est ubicada en el
origen de la autoconciencia, en el momento en que cesa la inmersin en el
confuso material primigenio de la naturaleza. Sin esa divisin resultara
imposible la conciencia de s. Nosotros no podemos escapar a la escisin
que va inherente a nuestra conciencia. Sin embargo, el sentido de todos
nuestros esfuerzos se halla orientado a unirnos con la naturaleza en un todo
infinito. Hlderlin toma del holands Hemsterhuis la frmula unificacin con
todo cuanto vive. Esta unificacin acta desde una base real, pues, a
pesar de la separacin entre sujeto y objeto en la conciencia de s, es imposible
una separacin y un aislamiento absolutos. Lo que originariamente est unido
sale de s, se escinde en partes, se derrama en el juicio. El pensamiento puede
entender el vnculo infinito de todo lo viviente, pero no agotarlo. La vida no es
un producto del pensamiento, sino un presupuesto indeducible del
mismo. El pensamiento reproduce las leyes necesarias de la vida, pero no aquel
nexo ms infinito al que aluden las leyes divinas no escritas de Antgona. Ese
nexo, la unidad con todo lo que vive, se alcanza en la intuicin intelectual.
Hlderlin deja entrever la unidad, el ser absoluto, slo en la separacin
de sus partes y en el seno de la multiplicidad misma.
serena
hermosa
naturaleza.
All
la
plenitud
del
mundo
una
unin
futura
entre
la
puede ser todo para l. Su amada le dice: Poda librarte yo de la traba de ser
mortal? Poda calmar la llama de tu pecho, para la que no mana fuente alguna
ni crece ninguna cepa? Poda ofrecerte en una copa las alegras de todo un
mundo?26.
Hlderlin describe el estado de los hombres como una lucha entre
nuestra mismidad y el mundo. Estn presentes en la vida humana el
amor y la accin, pero en ninguno de ellos se logra la consumacin. De
su fracaso surge la tendencia a aclararse sobre el todo de la vida. El
curso de la vida es una sucesin de intentos de interpretarla. Llegados
a la madurez, se hace urgente una interpretacin que mantenga unidas
las tendencias opuestas. El todo-uno se presenta como abierto, pues el
curso
de
la
vida
puede
intervenir
en
su
desarrollo.
Cualquier
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especializarla,
separarla,
mezclarla,
separarla
atarla
Ves,
8. Hlderlin y Hegel
Hegel y Hlderlin compartieron en Tubinga los ideales de una renovacin de la
comunidad humana, paralelos a los de la revolucin francesa, que fueron
acuados especialmente con los lemas de todo es uno (en kai pan) y Reino
de Dios. En la carta del 10 de julio de 1794, Hlderlin le escribe a Hegel:Estoy
seguro de que te habrs acordado a veces de m, desde que nos separamos con
la consigna Reino de Dios. Por muchas metamorfosis que pasemos, creo que
siempre nos reconoceremos en este lema45. Entre 1793 y 1796, poca
hegeliana de Berna, ambos amigos estn separados y siguen cada uno su propio
camino. Hegel contina en Berna la elaboracin del tema de la religin del
pueblo y analiza el cristianismo de cara a esta finalidad. Hlderlin trabaja en el
Hiperin, pero no ha olvidado el programa comn elaborado en Tubinga, pues en
la mencionada carta a Hegel de enero de 1795 le dice: Estoy dndole vueltas
hace tiempo al ideal de una educacin del pueblo: y como t te ocupas
precisamente de una parte de ello, la religin [] tal vez pueda escribirte
enseguida por carta lo que acaso tardara ms en escribir (para m)46. Hlderlin
acta como mediador de la colocacin que permite a Hegel trasladarse a
Frankfurt. Todo est ultimado a finales del 1796. Hegel por su parte le enva el
poema Eleusis. Despus de la llegada de Hegel a Frankfurt, expresiones como la
unificacin de sujeto y objeto, libertad y naturaleza, lo divino , sin duda se
deben al influjo de Hlderlin47.Ya en 1793 ste se haba mostrado entusiasmado
por la lectura del Banquete y del Fedro de Platn. Esa lectura repercutir
tambin en Hegel, cuya visin del mundo griego en la poca de Frankfurt est
filtrada por la lectura simultnea de Platn y del Hiperin.
Uno de los aspectos centrales que comparten Hlderlin y Hegel es la
temtica de un regreso a los griegos. La contraposicin entre
Antigedad y Modernidad o, en los trminos de Hlderlin, entre Grecia
y Hesperia, no se ha de entender como una relacin entre modelo y
copia, o entre autenticidad e inautenticidad, sino que ha de ser resuelta
por remisin a cierto fundamento comn originario. Ese fundamento
no es otro que aquello que Hlderlin mienta en Juicio, posibilidad y ser
cuando habla del juicio como la escisin originaria.. {Ur-Teilung), o
cuando en El devenir en el perecer habla del ocaso o trnsito de la
patria como la disolucin necesaria que abre un estado entre ser y
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no-ser' (que es el mbito propio del arte) desde donde se hace posible
la unificacin, es decir, en cuanto que producto de la libertad. La
escisin, por tanto, es comn a griegos y modernos.
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