La Formación y El Estilo Del Terapeuta
La Formación y El Estilo Del Terapeuta
La Formación y El Estilo Del Terapeuta
2 Nota de la Redaccin:* Esta nota, "FORMACIN Y ESTILO DEL TERAPEUTA", compuesta por los tres
artculos, fue originalmente publicada en "Mosaico" N 16, 1er. cuatrimestre 2000 (revista de la Federacin
de Asociaciones Espaolas de Terapia Familiar) y compaginada por el Dr. Ceberio. La edicin
de Perspectivas Sistmicas (n 60 Marzo/Abril del 2000), a cargo del Lic. Des Champs, sintetiz y realiz
pequeas modificaciones con respecto de la publicacin original, conservando la esencia del escrito
primigenio.
* Marcelo R. Ceberio es psiclogo, Dr. en Psicologa y Master en Terapia familiar. Hace 20 aos que se
desempea como terapeuta, supervisor y formador. Es director de E.S.A. (Escuela Sistmica Argentina).
Adems, es profesor titular e investigador en diversas materias en Universidades e instituciones de la
Argentina y el exterior. Ha publicado numerosos artculos y libros de diversas temticas en el campo del
modelo sistmico, Psicologa Institucional y Rorschach.
historias diferentes. Como as tambin Freud se diferenci de s mismo, puesto que sus textos
revelan la evolucin de su pensamiento que fue redefiniendo en la medida que avanzaban sus
investigaciones.
La tarea de los formadores
En forma sinttica, podra decirse que la tarea de los formadores se reduce a cuatros pasos
fundamentales:
1) El primer paso en la tarea de entrenamiento en el modelo sistmico, se sita en la introduccin
de la epistemologa circular. Es decir, intentar desmontar la linealidad y ensear a conocer y
reflexionar con las consecuentes distinciones, categorizaciones e hiptesis desde una
perspectiva ciberntica.
2) En un segundo momento, se hace necesaria el aporte del mundo de la teora, o sea, los
modelos tericos que avalan tal modelo de conocimiento.
3) En tercer lugar, hablamos del modelo sistmico aplicado a la psicoterapia, razn por la cual se
revisan las partes componentes del abordaje psicoteraputico: planificaciones de tratamiento,
repertorio de tcnicas y estrategias clnicas, etc.
4) Y por ltimo, la prctica mediante la co-terapia, la observacin del trabajo teraputico detrs del
espejo unidireccional, sesiones videadas, rol playing y otras dramatizaciones, etc.
De ninguna manera, estos cuatro pasos pueden pensarse en forma sucesiva, -es ms siendo
consecuentes con el modelo que enseamos- debe entenderse al proceso de aprendizaje en forma
recursiva, donde cada paso influencia recprocamente al resto.
Por otra parte, la introduccin de una lnea teraputica generar en el futuro profesional, la
posibilidad de seleccionar las partes de la misma en las que se siente ms cmodo u "oxigenado"
para trabajar. Esta es una de las tareas de los formadores de terapeutas: por una parte, tratar de
que el profesional pueda capitalizar sus recursos genuinos y naturales, patrimonio de su estilo de
personalidad, que se traducirn en herramientas en la psicoterapia. Por otra parte, desarrollar en l
aquellas tcnicas que no corresponden a sus caractersticas para de esta manera, ampliar su
gama de posibilidades de intervencin.
Por lo general, los maestros de teatro hace muchos aos que trabajan en esta direccin: si el
estudiante tiene facilidad para la comedia, explotan al mximo sus potencialidades en este gnero
para, una vez instaurado, pasar al tema que le dificulta ms; por ejemplo trabajarn con el alumno
el drama hasta que ste logre realizarlo tan bien como el gnero que le surge naturalmente.
De esta manera, se obtiene como resultado, la ampliacin de tcnicas y estrategias
psicoteraputicas en el profesional, y si partimos de la base que las interacciones pautan las
intervenciones, y stas a su vez, influyen a las primeras, cuanto mayor sea el repertorio de
recursos, menos se ceir la interaccin se trabajar con mayor libertad, plasticidad y creatividad,
entregndose al flujo de interacciones y no forzndolas por poseer una reducida gama de tcnicas.
No a todos les es factible naturalmente implementar la "provocacin" en forma confrontativa abierta
o a travs de la "irona", puesto que no todos poseemos un estilo combativo, discutidor o mordaz
en la vida.
Frecuentemente, en las personas divertidas que suelen animar las reuniones a travs de chistes y
gags, el recurso del "humor" es una de las posibilidades a incorporar.
A los ms histrinicos, con algunos estudios de teatro, con plasticidad corporal y enfticos en su
modalidad de discurso, les resultar sencillo traducir estos datos como la tcnica de "hablar el
lenguaje del paciente".
Algunos tienen habilidad de la palabra acompaada de parsimonia, tranquilidad, regulando los
tiempos entre slaba y slaba, con lo cual el "discurso hipntico" de corte ericksoniano, ser uno de
los elementos a aprovechar.
Aquellas personas que son contadoras de historias, cuentos, ancdotas, abundando en
descripciones y elocuencia en su d iscurso, que saben crear silencios de expectativas, que bajan y
suben su tono de voz de acuerdo a la escena que cuentan, podrn explotar el uso de "analogas,
fbulas, cuentos, etc.".
Los que tienen la habilidad de preguntar, creativa y minuciosamente, debern aprender la forma de
los "cuestionamientos circulares".
Existen personas que tienden a observar por lo general, el lado positivo de las cosas, que logran
extraer el beneficio de las peores situaciones, realizando naturalmente brillantes reformulaciones,
por lo tanto, sern muy crebles sus "connotaciones positivas" en el espacio teraputico.
Otros, son en su vida de relacin grandes mediadores, evitando la confrontacin y reformulando
situaciones caticas por acuerdos, esto facilitar la tcnica de "evitar la confrontacin".
Las personas predominantemente concretas y prcticas, los sujetos de accin que ms que decir
"hacen", emplearn muy bien las "prescripciones de comportamiento". Ms an, poseen la
capacidad de manejar el lenguaje imperativo con sut ileza y habilidad para convencer sin que el
otro lo perciba...
Es necesario explorar si existen dificultades o facilidades con el lenguaje corporal con respecto al
contacto para, entre otras cosas, poder manejar de una manera ms plstica el espacio fsico de la
psicoterapia; por ejemplo para conducir una contencin en un momento de crisis, ya sea desde
codificacin de la palabra o desde el abrazo, o cuando acercarse y cuando alejarse en una
intervencin determinada.
En esta direccin, realizar el genograma del terapeuta sistmico posibilita entender, desde su
historia, la de su familia de origen de la cual es representante representativo, sus disidencias y
concordancias, su estilo personal, en sntesis todo lo que contribuya a conocer como conoce.
Como terapeutas, la posibilidad de conocer nuestra epistemologa, implica, entre otras cosas,
acercarnos a nuestro universo de constructos personales, entender el por qu sin darnos cuenta en
una sesin nos sentimos atrados por un nio, o nos aliamos con una madre o sentimos bronca por
un padre. Implica descubrir cules son las dificultades que nos bloquean el hecho de llevar
adelante un caso o, cules son las intervenciones que nos resultan ms fciles de desplegar y
aquellas que para nosotros son ms difciles de implementar.
Las preguntas autorreferentes (2)
A partir de estas reflexiones, hemos elaborado algunas preguntas que un terapeuta debe realizarse
en funcin de conocer su conocer. En todas ellas, uno debe remitirse a la familia de origen y a los
grupos secundarios, como familia extensa, grupos de la escuela, grupos en la adolescencia, en
sntesis, todos los grupos significativos o personas relevantes que jerrquicamente tuvieron una
influencia emocional en nuestras vidas. No necesariamente debe haber alguien con el cual uno se
identific, pero es necesario tener en claro la funcin o el rol que uno ha desempeado o
desempea en la interaccin con los otros.
Estos cuestionamientos tienen como objetivo contactarse con el estilo de intervencin que nos
resulte ms sencillo de manejar y a la vez, comprender de donde surgi, cules fueron las
interacciones que llevaron a desarrollarlo con mayor asiduidad.
En una investigacin acerca del estilo teraputico (Ceberio, 1997, 98), se implementaron una serie
de ejercicios para el futuro terapeuta que apuntan a la construccin de su estilo personal y a
incorporar conscientemente su epistemologa. A riesgo de ser reduccionistas, algunas de las
preguntas son las siguientes:
Me gusta contar historias, ancdotas, cuentos, soy un buen contador, atrapo a la gente
con mi relato?, Alguien era as en mi familia?, De quin lo aprend?
Soy gracioso, divertido, hbil para contar chistes, para espontneamente crear gags,
animo por lo general las reuniones y festejos?, Cundo lo aprend? Quin era as?
En trminos de afecto, tengo dificultad o facilidad para acercarme y tocar al otro?, Cmo
manifestaba el afecto mi familia de origen?, Cul era el cdigo?, Quin era el ms
expresivo?, Se deca con la palabra, con el cuerpo, con las preocupaciones, etc.?
Soy histrinico, digo ms con el cuerpo o con la palabra?, Manejo bien el espacio fsico,
o tiendo a quedarme rgido?, En compensacin, me expreso bien, soy elocuente,
parsimonioso, tengo facilidad en mis expresiones? Aprend de alguien esta habilidad?
Suelo brindar ayuda y contener? En mi familia fue este mi lugar, o quien lo ocupaba?
En general, soy paciente, tolerante, impulsivo, en estos trminos cmo me calificara?
Quin era as...?
Soy una persona prctica, de acciones concretas, soy ms de hacer que de decir?
Dnde lo aprend?, Qu me llev a desarrollar esta habilidad?
Tiendo a dar rdenes, a dirigir, soy un imperativo explcito o a travs de sutileza logro
conducir?, Fui as en mi familia o en los grupos que conform?.
Las respuestas permiten inferir el recurso en el cual el terapeuta se siente ms cmodo, y cul es
la tcnica que naturalmente le surge, de acuerdo a su personalidad y a su forma de conocer.
La eleccin del modelo
Por otra parte, el modelo terico es el libreto que pautar una serie de distinciones, descripciones y
tipificaciones que nos llevarn a puntuar una secuencia de interaccin en la dinmica del terapeuta
o equipo teraputico y la familia, o en la observacin de los circuitos de un sistema familiar. De esta
manera, se categorizar y si la hiptesis elaborada es coincidente con la que recorta otro
profesional, ser factible que tengan el mismo objetivo de tratamiento pero seguramente disentirn
en las estrategias, en los caminos a tomar, dependiendo de todos los elementos de construccin
de las realidades que planeamos.
Depender adems, no slo del modelo que se utilice o del estilo personal del terapeuta que da
vida al mo delo, sino tambin de la interaccin con la experiencia "nica e irrepetible" que implica el
contacto con ese paciente, no producindose el mismo fenmeno con otro, a pesar de la similitud
del caso.
El espacio teraputico, es el lugar en donde se confrontan dos realidades: la del terapeuta y la del
paciente (ya sea familia, fratra, grupo, pareja o individual). Este espacio es donde se coconstruyen realidades alternativas, producto de la forma de interactuar de ambos integrantes.
Entonces, el terapeuta y el paciente contribuirn al diseo del problema y a su posterior
reformulacin por mltiples vas.
El en grfico siguiente, se observan los pasos del proceso de la eleccin de un modelo y las
mutaciones a las que se encuentra sometido; a pesar de la unidireccionalidad, este proceso es
recursivo:
Si estamos planteando la selectividad de las percepciones, es obvio que el abordaje clnico por
medio de la instrumentalizacin de estrategias, ser "tendencioso"; las preguntas que podr
efectuar el terapeuta estarn delimitadas por la construccin de hiptesis que surgirn de sus
estructuras conceptuales y cognoscitivas, en la interaccin con el paciente. Por otra parte, este
mismo paciente colaborar en dicha construccin, a partir de la interaccin, desde su propio mapa.
El hecho de no adherir ortodoxamente a los modelos tiene sus ventajas: cuanto ms rgida sea la
aplicacin de la lnea terica, esta rigurosidad termina cercenando la creatividad del terapeuta.
Sobreadaptarse a un modelo determinado, genera imposibilidad de explotar la originalidad,
temiendo apartarse del "manual de instrucciones de la correcta aplicacin del modelo" y por ende,
malograr las diferentes inventivas que puedan surgir en el desarrollo de una sesin.
Este es el caso de los terapeutas jvenes que comienzan a ejercer su rol y que por la propia
inseguridad, se aferran en forma compulsiva a un modelo determinado, bloqueando toda iniciativa
personal y viviendo con culpa el apartarse del libreto que le indica la tcnica.
Otro caso es el del terapeuta "clon" (de acuerdo a la denominacin de P. Semboloni), que
reproduce, identificndose al mximo con su formador en psicoterapia, remeda sus gestos,
posturas, intervenciones y tonos de voz. Razones por las que ha dejado de ser l para ser su
maestro, perdiendo su propia identidad y marginando as cualquier aspecto creativo. Aunque es
factible, que esta identificacin pueda slo cubrir un espacio de transicin, en vas a gestar su
propio estilo. Ser un problema cuando perdure a travs del tiempo y se pierda la cepa personal
del terapeuta.
La creatividad es la que permite la flexibilidad en la eleccin de puntos de vista, tambin sentirse
plstico y abierto en el vnculo y es la que nos hace reflexionar sobre instancias inusitadas de la
dinmica teraputica. Posibilita adems, ampliar nuestros recursos ensanchando los caminos de
acceso a la problemtica que debemos solucionar. Se acrecientan, de esta manera, en cantidad y
calidad, las tcnicas que podrn ser implementadas no slo porque calzan bien en el terapeuta,
sino porque son las que se consideran ms efectivas para ese paciente.
Modelos teraputicos y contextos
Por otra parte, como observamos en el diagrama, un modelo teraputico deber adaptarse no slo
a las modificaciones personales que le imprime el sujeto, sino tambin a la cultura de la sociedad
en la cual se aplique. Recordemos tambin, que es esta misma sociedad la que ha impregnado las
construcciones histricas del terapeuta, que a su vez recursivamente, impregnarn la aplicacin del
modelo.
Veamos ahora recortadamente algunos ejemplos de las construcciones de modelos y su
concomitancia histrica y sociocultural.
Watzlawick, P. Weakland, J., Fisch, R. "Change principles of problem formation and problem
resolution-" N. W. Norton, Nueva York, 1974. Versin cast. "Cambio". Herder, Barcelona, 1976.
Watzlawick, Paul. "Die erfundene Wirklicheit". Piper Munich, 1988. Versin cast. "La realidad
inventada". Gedisa. Barcelona. 1988.