All y Albornoz La Inmunidad de Jurisdiccion y de Ejecucion de Los Estados Extranjeros A La Luz de La Legislacion y La Jurisprudencia Argentina
All y Albornoz La Inmunidad de Jurisdiccion y de Ejecucion de Los Estados Extranjeros A La Luz de La Legislacion y La Jurisprudencia Argentina
All y Albornoz La Inmunidad de Jurisdiccion y de Ejecucion de Los Estados Extranjeros A La Luz de La Legislacion y La Jurisprudencia Argentina
I. Introduccin
La inmunidad de jurisdiccin y de ejecucin de los Estados ha adquirido en los
ltimos tiempos una enorme importancia debido al incremento de la participacin de los
Estados en las relaciones internacionales privadas de ndole comercial e industrial. Las
necesidades estatales en materia financiera y tecnolgica generan una multiplicacin de
actos del Estado, cuyos efectos trascienden las fronteras territoriales de un pas y se
proyectan a nivel transnacional. La inmunidad de los Estados constituye un eje que
permite visualizar de qu manera se entrecruzan e interrelacionan conceptos del derecho
internacional pblico (el Estado como actor, como sujeto), del derecho internacional
privado (por referirse los litigios a relaciones de naturaleza privada) y del derecho
procesal internacional (ya que la inmunidad constituye una excepcin a la jurisdiccin
nacional).2
Histricamente, la inmunidad jurisdiccional y de ejecucin del Estado extranjero se
ha fundamentado en la soberana o independencia jurisdiccional de los Estados, la
*
Vase H. GRIGERA NAN, Nuevas orientaciones en materia de jurisdiccin de los Estados, Anuario de
Derecho Internacional Pblico, vol. 1, 1981, pp. 43 ss.
7
A. REMIRO BROTONS / R. RIQUELME CORTADO / J. DIEZ HOCHLEITNER / E. ORIHUELA CALATAYUD / L.
PREZ-PRATS DURBN, Derecho Internacional, Madrid, Mac Graw-Hill, 1997, p. 817.
8
N. DE ARAUJO, Direito Internacional Privado, Ro de Janeiro / So Paulo, Renovar, 2003, pp. 219-220
9
Vase P.D. TROOBOFF, Foreign State Immunity: Emerging Consensus on Principles, Recueil des
Cours, t. 2000, 1986, pp. 362 ss. y D. P. FERNNDEZ ARROYO, La ejecucin del laudo arbitral dictado
contra el Estado, DECITA, n 2, 2004, pp. 172-173
ED, t. 193, pp. 13-20, con nota de R.A. RAMAYO, Los Estados extranjeros y la competencia originaria
y exclusiva de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin.
supuesto del art. 24, inc.7, ltimo prrafo del decreto-ley 1285/58, puesto que
negndose el Estado extranjero a comparecer ante el juez laboral debido al riesgo de que
su presentacin fuera tomada como una aceptacin de la competencia y en definitiva de
lo que el juez resolviera sobre el planteo mismo, se daba una situacin anloga a la
contemplada en dicha norma, que facultaba a la Corte para resolver el planteo14.
El Procurador opin que tal situacin no autorizaba al ms alto tribunal a
expedirse sobre la inmunidad sino solamente a sealar cul era el camino procesal que
deba seguirse para superar la situacin. Por qu entenda Petracchi que la Corte no
deba expedirse sobre el fondo de la cuestin? Era muy claro: si lo haca, poda estar
contrariando el art. 101 CN (hoy art. 117) que estableca que en todos los casos (que no
fueran los referidos a las hiptesis de jurisdiccin originaria y exclusiva) la Corte
Suprema deba entender como tribunal de apelacin. Ello no se daba en el caso de
Samuel Gmez, porque haba una sentencia de la primera instancia laboral no apelada
por nadie ya que la demandada no haba comparecido (se haba limitado a comunicar su
voluntad negativa a la Cancillera, quien a su vez se haba presentado manifestando el
deseo britnico).
Trajo a colacin el criterio sentado por la Corte Suprema norteamericana, toda
vez que las normas sobre la jurisdiccin del Poder Judicial eran las mismas. As,
record precedentes de ese pas segn los cuales el Estado extranjero poda hacer valer
su inmunidad constituyndose como parte o, si tuviese objecin para hacerlo,
efectuando el reclamo ante el Poder Ejecutivo del pas del foro, siendo deber de ste, si
lo estimaba fundado, presentarse y hacer el planteo ante el juez de la causa. En
conclusin, el Procurador de la Corte dictamin diciendo:
1. el Reino Unido tena la posibilidad legal de someter directamente su pretensin a la
justicia;
2. pero como ello poda interpretarse como una eventual renuncia a la inmunidad, tena
abierto el reclamo ante el Poder Ejecutivo argentino;
3. si ste lo desestimase, debera comparecer a juicio para defender su inmunidad;
4. pero si el Poder Ejecutivo considerase fundado el reclamo, debera promover
incidente ante el tribunal de la causa para obtener un pronunciamiento final, si fuera
necesario, llegando hasta la Corte.
Por esas razones -terminaba- la CSJN no puede expedirse ahora sobre la
inmunidad y debe limitarse a comunicar a la Cancillera que la cuestin depende del
propio Poder Ejecutivo, que es quien debe poner en funcionamiento los mecanismos
adecuados.
La Corte se expidi el 24/06/1976 ordenando dejar sin efecto el fallo del juez
laboral porque no se haba recabado por la va diplomtica pertinente la conformidad
del pas demandado, segn lo exigido por el art. 24, inc. 1 del decreto-ley 1285/5815.
Por otra parte constaba en el expediente que el Ministerio de Relaciones Exteriores
argentino haba dejado expresa constancia de que la Embajada extranjera se negaba a
someterse a la jurisdiccin nacional, pese a lo cual el juzgado se declar expresamente
competente por no considerar el caso comprendido en el mencionado art. 24, inc. 1. La
14
La ltima parte del inciso 7, art. 24, decreto-ley 1285/58 dice que la Corte conocer originaria y
exclusivamente y decidir (...) sobre el juez competente cuando su intervencin sea indispensable para
evitar una efectiva privacin de justicia.
15
Art. 24, inc. 1, 2 prrafo, decreto-ley 1285/58: No se dar curso a la demanda contra un Estado
extranjero sin requerir previamente de su representante diplomtico, por intermedio del Ministerio de
Relaciones Exteriores y Culto, la conformidad de aquel pas para ser sometido a juicio.
Corte declara que dicha norma no autoriza la distincin efectuada por el a quo respecto
de la naturaleza de la cuestin debatida por lo que no se puede hacer la distincin entre
actos iure imperii e iure gestionis y, por ende, en todos los casos debe pedirse la
conformidad del Estado extranjero.
En el considerando 6 de su fallo el alto tribunal entiende que la inmunidad
jurisdiccional se ha hecho valer en forma suficiente en el caso, sin que cuadre exigir
otras formalidades que poco o nada agregaran a la declaracin expresa ya formulada.
CSJN, 10/12/1956. Vase A. BOGGIANO, Derecho internacional privado, t. II, Buenos Aires, Abeledo
Perrot, 1991, pp. 353 ss.
17
Tal como lo ponen de relieve Virgs Soriano y Garcimartn Alfrez, la presentacin de una demanda
no conlleva una renuncia tcita a su privilegio; entenderlo de otro modo implicara que, de facto, nunca se
cooperar en la implementacin de actos iure imperii de otro Estado, aunque nada se oponga a ello si las
polticas de ambos Estados son iguales. Obviamente, nada obsta a que en la contestacin a la
reconvencin el Estado renuncie a su inmunidad o que en un convenio internacional altere esta regla entre
los Estados contratantes. M. VIRGS SORIANO / F. J. GARCIMARTN ALFREZ, Derecho procesal
internacional. Litigacin internacional, Madrid, Civitas, 2000, p. 52
21
Por tratarse de un supuesto de su competencia originaria y exclusiva segn el art. 24, inc. 1 de la ley
13.998 de Organizacin de la Justicia, cuyos arts. 1 a 40 fueron luego reemplazados por el decreto-ley
1285/58, continuamente mencionado. Debe tenerse en cuenta que en este caso el tema se encuadraba en el
art. 96 de la Constitucin Nacional de 1949 cuyo texto coincida con el citado art. 24, inc. 1 de la ley
13.998 que, contrariamente a lo que estableca la Constitucin de 1953 en los arts. 100-101, y la actual en
los arts. 116-117, daba competencia originaria y exclusiva a la Corte en los juicios de ciudadanos
argentinos contra Estados extranjeros. La ley 21.708 modific el art. 24, inc. 1.
22
A. BOGGIANO (nota 16), t. I, p. 345, citando la opinin contraria de W. GOLDSCHMIDT (nota 19), n
347-348.
23
A. BOGGIANO (nota 16), t. I, p. 346. Sin embargo hay una contradiccin con lo que expresa ms
adelante en la p. 414 (texto repetido luego en las dos ediciones de su Curso de Derecho internacional
privado, Abeledo-Perrot, ediciones 1994 y 2000, p. 187 de la ltima) cuando adjudica al fallo en
Schuster c. Centro de Informaciones - ONU, el haber negado tanto la competencia originaria como la
inmunidad. Bueno es tener presente que en el fallo se dice expresamente que el tribunal no necesita
expedirse sobre la inmunidad y que el propio Boggiano especula considerando probable que la Corte se
hubiera expedido favorablemente si el problema de la inmunidad hubiera sido planteado por la
organizacin internacional.
10
Texto completo en DJ, t. I, 1995, pp. 659-666. Vanse, entre otros, G. BIDART CAMPOS, Un notable
avance en la jurisprudencia de la Corte sobre inmunidad de jurisdiccin, ED, t. 162, pp. 83 ss., A.
DREYZIN DE KLOR, Comparencia de un Estado extranjero ante los tribunales argentinos (una oportunidad
aprovechada), LL, 1995-D, pp. 209 ss., M. F. FERNNDEZ VARELA, La inmunidad de jurisdiccin de los
Estados y la evolucin de la comunidad internacional, LL, 2000-D, pp. 356-365, R.A. RAMAYO, El
derecho extranjero como argumento, ED, t. 162, pp. 1182 ss. y M. S. RODRGUEZ, Inmunidad del
Estado extranjero: el famoso caso Manauta, en: S.L. Feldstein de Crdenas, Coleccin de anlisis
jurisprudencial. Derecho internacional privado y de la integracin, Buenos Aires, La Ley, 2004, pp. 496508.
25
J. C. POCLAVA LAFUENTE, Inmunidad de jurisdiccin. Cambio de criterio, DJ, t. I, 1995, p. 657.
11
E) La ley 24.488
El 31 de mayo de 1995 se sancion la ley 24.488 de inmunidad jurisdiccional de
los Estados extranjeros ante los tribunales argentinos. En el art. 1 se alude a que los
26
Se citan all la Convencin Europea sobre Inmunidad de los Estados, de 1972, la Foreign Sovereign
Inmunities Act de EE.UU., de 1976, la State Inmunity Act de Inglaterra de 1978 y se alude a la existencia
de sometimientos de la Argentina a tribunales extranjeros, como el ocurrido en un caso fallado por la
Corte de EE.UU. en 1992 con motivo de la reprogramacin unilateral de los vencimientos de bonos
nominativos en dlares estadounidenses (Supreme Court of the United States, N 91-763, Republic of
Argentina and Banco Central de la Repblica Argentina- Petitioners v. Weltower, Inc., de 12/06/1992),
ILM, n 31, pp. 1220 ss. Vase un comentario de este caso en S. SILVESTRE, El caso Weltover Inc. contra
Repblica Argentina: la inmunidad soberana de los Estados en la jurisprudencia norteamericana, en: A.
Dreyzin de Klor, Temas de Derecho internacional privado- Inmunidad de jurisdiccin, Cuaderno n 1,
Crdoba, Advocatus, 1995, pp. 27-41.
27
Considerando 11.
28
Considerando 12. Por otra parte, se seala que () no es ocioso recordar que el Instituto de Derecho
Internacional afirm que no existe inmunidad de jurisdiccin del Estado respecto de controversias que se
basan en relaciones de buena fe y seguridad jurdica respecto del foro y del derecho local como las del
trabajo. Annuaire de l Institut de Droit International, vol. 62, I, p. 76.
12
13
demanda y oponer excepciones (art. 5), dejando a salvo (innecesario era decirlo) las
inmunidades establecidas en las Convenciones de Viena de 1961 y 1963 sobre
relaciones diplomticas y sobre relaciones consulares (art. 6), para terminar permitiendo
jugar el papel de amigo del tribunal29 al Ministerio de Relaciones Exteriores que
podr, en todos los casos en que se demande a un Estado extranjero, expresar en juicio
su opinin sobre cualquier aspecto de hecho o de derecho.
Ms all de lo expresado con respecto a esta ley, y sin perjuicio de que las
crticas que se le pueden hacer son ms numerosas y de mayor complejidad a las que
acabamos de ensayar, creemos que resulta importante que nuestro pas haya adoptado
por ley una postura que implica terminar con la injustificada inmunidad absoluta que,
contrariando toda razn de justicia, se mantuvo hasta Manauta.
F) Los fallos posteriores a Manauta
La CSJN en los fallos posteriores a Manauta ha reiterado la doctrina
expresada all y ha encuadrado el accionar del Estado extranjero en alguna de las
excepciones previstas en el art. 2 de la ley 24.48830. As, pueden citarse Reynalds
Mercedes Noem c/ Korea Trade Center s/despido del 30/04/1996, Cereales Asuncin
S.R.L. v. Administracin Nacional de Navegacin y Puertos de la Repblica del
Paraguay (Fallos 321:2594), del 29/09/1998, Coronel Oscar Antonio y Otros c/
Estado Nacional Ministerio de Defensa s/accidente en el mbito militar y de las fuerzas
de seguridad, del 09/11/2000 (Fallos 323:3386), Ceresole, Norberto Rafael c/
Repblica de Venezuela31 (Fallos 324:2885) del 25/09/200132.
En el caso Cereales Asuncin S.R.L. v. Administracin Nacional de
Navegacin y Puertos de la Repblica del Paraguay33, la CSJN sostuvo que () para
el caso de autos, es preciso determinar, en primer lugar, el alcance del trmino
comercial en el mbito de la ley 24.488. A tal fin, esta Corte ha sostenido,
reiteradamente, que la primera pauta de interpretacin de la ley es dar pleno efecto a la
voluntad del legislador, cuya primera fuente es la letra de la ley; en esta tarea no pueden
descartarse los antecedentes parlamentarios, que resultan tiles para conocer su sentido
y alcance (Fallos, 313:1149). Cabe pues indagar los precedentes que ha tenido en
cuenta el legislador al sancionar nuestra ley: la Convencin europea sobre inmunidad de
29
Vase MA. E. UZAL, La inmunidad de jurisdiccin y ejecucin de Estados extranjeros. (El rol del
Estado argentino como amicus curiae), LL, 2003-C, pp. 1366-1375, esp. pp. 1370-1374.
30
As, por ejemplo, CNTrab., Sala VIII, 28/02/2001, Gerini, Marta E. C. Repblica de Honduras, LL,
2002-B, pp. 16-18, con nota de A. VAZQUEZ VIALARD, La incompetencia del juez argentino para
entender en las consecuencias de una relacin de empleo pblico celebrado con un Estado extranjero. La
Cmara seal que: Va de suyo que si un Estado extranjero celebra un contrato de trabajo con un
nacional argentino o un residente en la Repblica, para ser ejecutado en su territorio ya sea con el
propsito de ocuparlo en actividades comerciales o industriales, o por haber las Partes adoptando la figura
jurdica, an en defecto de algunos presupuestos tipificantes, en ejercicio de su autonoma, conforme al
art. 1197 del Cdigo Civil- no estar habilitado a invocar la inmunidad de jurisdiccin si fuera
demandado por cuestiones vinculadas con la ejecucin del contrato. As resulta del juego de los incisos c)
y d) del art. 2 de la ley 24.488.
31
ED, t. 181, p. 391.
32
Vanse los comentarios a estos fallos en el relato de MA. S. NAJURIETA, Inmunidad de jurisdiccin y
ejecucin de Estados y organizaciones internacionales, A.A.D.I., IV Jornadas Nacionales de Derecho
internacional privado, Buenos Aires, 20/09/2002, pp. 8-10.
33
ED Constitucional, t. 2000/2001, pp. 45-64, con nota de A. GUALDE, La actividad comercial del
Estado como excepcin a la procedencia de la inmunidad soberana.
14
15
ED, t. 156, pp. 173 ss. y LL, 1993-A, pp. 247 ss.
B. CONFORTI, Derecho Internacional, (edicin en espaol revisada y anotada por Ral E. Vinuesa),
Buenos Aires, Zavala, 1995, p. 302.
36
J. BARBOZA, Derecho Internacional Pblico, Buenos Aires, Zavala, 2001, p. 334.
37
Con relacin a la ejecucin de sentencias dictadas contra Estados extranjeros, la prctica judicial
contempornea excluye la ejecucin forzosa y el embargo preventivo de bienes que son propiedad de un
Estado extranjero si estn afectados al ejercicio de su actividad gubernamental que no se relaciona con
una explotacin econmica cualquiera. Resolucin del Instituto de Derecho Internacional, adoptada en la
sesin de Aix-en-Provence en Annuaire IDI, vol. 45, 1954-II, pp. 293-295.
35
16
Resultan cada vez ms frecuentes los casos en los cuales se intentan ejercitar
medidas coercitivas sobre dinero depositado en cuentas corrientes bancarias de las que
es titular un Estado extranjero en el territorio del foro. Ser necesario establecer si tales
fondos estn destinados o no a una actividad comercial. En ausencia de un destino
especfico para la cuenta, la jurisprudencia de algunos pases (entre ellos, Italia,
Alemania y Austria) se orienta a considerar que tal cuenta resulta inejecutable ya que se
supone que est destinada, en principio, a financiar fines institucionales.38 Otra
tendencia, aunque minoritaria, se inclina a pensar que las cuentas son siempre
susceptibles de medidas coercitivas dada su naturaleza comercial.39
En ciertas ocasiones la medida coercitiva se intenta hacer valer contra la cuenta
corriente bancaria cuya titularidad corresponde a una misin diplomtica o a una oficina
consular. En lneas generales la jurisprudencia de los Estados suele reconocer
inmunidad absoluta a dichas cuentas; as, el Tribunal Constitucional Alemn en X c.
Repblica de Filipinas (1977) reconoci la inviolabilidad de las cuentas de una Misin
diplomtica sobre la base de la Convencin de Viena de 1961 40 y el principio ne
impediatur legatio, aunque advirti que resulta posible solicitar al Estado extranjero que
justifique que la cuenta est afectada solamente a las funciones de la Misin. La Cmara
de los Lores inglesa en Alcom c. Colombia (1984) estableci, por una parte, que debe
partirse de la presuncin de que las cuentas corrientes de una Misin diplomtica estn
destinadas a fines no comerciales, salvo prueba en contrario que incumbe al
demandante y, por otra, el carcter indivisible de las cuentas corrientes de acuerdo a lo
prescripto por el derecho ingls.
Con relacin a las denominadas cuentas mixtas el Tribunal de Distrito de
Columbia en Shipping Co. c. Embassy of Tanzania (1980), permiti el embargo de
una cuenta mixta de la Embajada; la cuenta, segn confes la propia Embajada, era
utilizada no slo para hacer frente a los gastos de la Misin sino que era usada tambin
para actividades comerciales.41
La jurisprudencia espaola relativa a las inmunidades del Estado extranjero inicia en
el ao 1986 una nueva fase42 con las sentencias del Tribunal Supremo de 10 de febrero
y de 1 de diciembre de ese ao43, en las cuales el rgano supremo espaol -revisando su
jurisprudencia anterior- decide acoger la tesis restrictiva de la inmunidad de jurisdiccin
del Estado extranjero44 y proceder a la ejecucin forzosa de una sentencia condenatoria
38
17
contra dicho Estado. Sin embargo, no se definen de manera clara los alcances de tal
posibilidad y, en la fase de ejecucin de las decisiones judiciales contra Estados
extranjeros, los tribunales de ese pas nadan en un mar de confusiones, procediendo a
ejecutar bienes de funcionarios consulares, aceptando embargos contra cuentas de
Misiones diplomticas, etc.45
1. La ley 24.488
Como vimos, el Congreso Nacional sancion en 1995 la ley 24.488 sobre
inmunidad jurisdiccional de los Estados extranjeros ante los tribunales argentinos. La
sancin de esta ley, impulsada por el fallo Manauta46, aunque con ciertas
deficiencias, satisfizo la necesidad de un marco legal certero y adecuado para la
temtica en cuestin.
La ley establece, como principio general, que los Estados extranjeros son
inmunes a la jurisdiccin de los tribunales argentinos, en los trminos y condiciones
establecidos en dicha ley (art. 1). Sin embargo, en los diversos incisos del art. 2
establece en qu casos no se aplica la inmunidad de jurisdiccin. Ahora bien, este texto
normativo omite el tratamiento de las inmunidades de ejecucin y el embargo de los
bienes de un Estado extranjero47. Ante esta laguna hay quienes se han pronunciado en el
Tribunal Constitucional 140/1995 (28/09/1995) ha efectuado una interpretacin extensiva de la
inmunidad de jurisdiccin y ha admitido el funcionamiento de la inmunidad con respecto al
arrendamiento de un bien inmueble que estaba destinado a un uso particular de un funcionario
diplomtico extranjero. Este fallo ha merecido crticas por parte de la doctrina en el sentido de que la
decisin supone un paso atrs en la hasta ahora predominante consideracin restrictiva de la
inmunidad de jurisdiccin. No obstante, tal como lo precisan Calvo Caravaca y Carrascosa Gonzlez,
es difcil precisar si estamos ante un regreso de la inmunidad absoluta de jurisdiccin, o ante un vaivn
jurisprudencial que no implica cambio del criterio hasta entonces sostenido. Vase A.-L. CALVO
CARAVACA / J. CARRASCOSA GONZLEZ, Derecho internacional privado, t. I, 5 ed., Granada, Comares,
2004, p. 79.
45
Pueden citarse, a ttulo meramente ejemplificativo, los siguientes fallos: Iglesia Barroso c.
Viceconsulado de Brasil en Vigo (17/12/1986), la Magistratura de Trabajo N 1 de Vigo decidi hacer
lugar a la ejecucin y requerir a la parte demandada ejecutada y, en su caso, a la Embajada de Brasil, que
hiciere efectivo el pago de la suma reclamada en el plazo de 15 das. Al no hacerse efectivo el pago el
tribunal procedi a la ejecucin. En el caso de la Repblica de Sudfrica (1988) el Tribunal Supremo
decret el embargo de los bienes de la Repblica de Sudfrica, excepto los bienes sitos en la Embajada, y
en particular las cuentas corrientes que aqulla pudiere tener en Espaa, as como el saldo acreedor de las
distintas transacciones de bienes o cualquier operacin mercantil que se llevare a cabo por dicho Estado o
por sus deudores en Espaa, hasta cubrir el importe de la cantidad adeudada. En el fallo sobre el caso del
Viceconsulado de Finlandia en Mlaga (1987) , la Magistratura N 6 de Mlaga estableci que se llevara
a cabo la ejecucin contra el vicecnsul que apareca en el proceso como codemandado- reteniendo y
poniendo a disposicin del Tribunal el saldo existente en una cuenta bancaria de la que dicho funcionario
consular era titular. La Magistratura N 24 de Madrid en el caso de la Embajada de Honduras (1987)
decret el embargo de los bienes de la Embajada por el importe de la cantidad reclamada. Vase A. G.
CHUECA SANCHO / J. DIEZ-HOCHLEITNER (nota 42), pp. 43-49.
46
Vase ED, 18/04/1995, pp. 1 ss. y A. DREYZIN DE KLOR, Comparecencia de un Estado extranjero ante
los tribunales argentinos. Una oportunidad aprovechada (nota 26), pp. 13-26 y M. C. FEUILLADE,
Competencia internacional civil y comercial, Buenos Aires, baco, 2004, pp. 88 ss.
47
La CNCiv. y Com.Fed, sala I, in re Rouge A. Beltrn y otro c. Gobierno de Su Majestad Britnica s/
incidente de embargo (17/02/2000), sostuvo que a los fin es de establecer la embargabilidad de los
bienes de un Estado extranjero, se debe proceder con extrema prudencia y distinguir los tipos de bienes
sobre los que puede recaer la medida, ya que se trata de una cuestin jurdica de importancia internacional
sobresaliente que debe ser resuelta segn las normas y principios del derecho internacional incorporado
18
2. Jurisprudencia nacional
En materia de inmunidad de ejecucin de los Estados extranjeros la Corte Suprema
de Justicia de la Nacin ha tenido oportunidad de pronunciarse varios fallos. As, en
Blasson, Beatriz Lucrecia G. c/ Embajada de la Repblica Eslovaca (10/06/1999)50 el
juez laboral trab un embargo preventivo sobre una cuenta bancaria de titularidad de la
Embajada. sta solicit el levantamiento del embargo preventivo argumentando su
inmunidad. Su pedido fue denegado por el juez de primera instancia y tambin por la
Cmara Nacional de Apelaciones del Trabajo. La CSJN resolvi revocar las anteriores
decisiones y orden, por tanto, el levantamiento del embargo preventivo sobre la cuenta
corriente.
Las argumentaciones principales de la Corte fueron las siguientes:
1. No existe en Argentina una norma de derecho interno que regule especficamente el
conflicto de inmunidad de ejecucin de los Estados extranjeros. As, ante la falta de
norma de derecho interno, el caso debe ser resuelto segn las normas y principios del
derecho internacional que resulta incorporado al derecho argentino federal, pues el
desconocimiento de las normas que rigen las relaciones diplomticas internacionales no
tendra otro desenlace que conducir al aislamiento de nuestro pas en el concierto de
naciones.
2. Las medidas ejecutorias contra bienes de un Estado extranjero que implican el
empleo de la fuerza pblica del Estado del foro, afectan gravemente la soberana e
independencia del Estado extranjero, razn por la cual no cabe extender las soluciones
sobre inmunidad de jurisdiccin a los casos de inmunidad de ejecucin. As, la renuncia
a la primera no importa, por s, la dimisin a la segunda inmunidad.
3. La adopcin de la tesis de la inmunidad restrictiva de los Estados extranjeros, no
implica necesariamente la inmunidad de ejecucin a su respecto, pues las medidas
ejecutorias interfieren contra los derechos soberanos del Estado extranjero de un modo
mucho ms grave y apremiante.
ipso jure al derecho federal argentino, pues el desconocimiento de las normas que rigen las relaciones
diplomticas internacionales no tendra otro desenlace que conducir al aislamiento de nuestro pas en el
concierto de las naciones, ED, t. 191, p. 249.
48
Esto resultara congruente con lo prescripto en el art. 32.4 de la Convencin de Viena sobre relaciones
diplomticas que exige para la ejecucin o el embargo una nueva renuncia por parte del Estado. Vase
A.L. ZUPPI, La inmunidad jurisdiccional de los Estados extranjeros ante los tribunales argentinos
conforme la ley 24.488, ED, 14/02/1996.
49
J. BARBOZA (nota 36), p. 337.
50
Fallos 322:2399, ED, t. 194, pp. 732-733. E.J. ARAMBURU, Inmunidad de ejecucin de los Estados
extranjeros. Comentario al fallo de la Corte Suprema en Blasson, Beatriz Lucrecia G. C/ Embajada de la
Rep. Eslovaca, http://www.geocities.com/enriquearamburu.html
19
51
20
El Dr. Boggiano, en su voto en disidencia seal que Ante el delicado y embarazoso conflicto entre el
derecho de la empresa actora a percibir su crdito por el servicio de provisin de agua corriente y
desages a un inmueble de la delegacin de un Estado extranjero, y el derecho de ste a la inmunidad de
ejecucin, ha de darse preferencia a tal privilegio, pese a que no haya sobre el caso inmunidad de
jurisdiccin: toda vez que aquella prerrogativa se funda en el derecho internacional necesario para
garantizar las buenas relaciones con los Estados extranjeros y con las organizaciones internacionales (art.
27, Constitucin Nacional)., ED, t. 197, pp. 676-677.
54
DJ, 28/06/2005.
21
22
55
56
23
Ahora bien, ante situaciones de incumplimientos por parte del Estado extranjero
tales como despido sin la correspondiente indemnizacin, deudas por aportes
previsionales, falta de pago en contratos de locacin de obra o servicios, falta de pago o
devolucin del bien objeto de un contrato de locacin de inmuebles, entre otros, debe
tenerse en cuenta que la traba de un embargo sobre los bienes que un Estado extranjero
tenga en nuestro pas, no debe afectar aquellos bienes que posean una relacin directa
con las funciones de la Misin diplomtica o la oficina consular. Por lo tanto, debern
fundarse de manera correcta tales pedidos ya que, en ciertos casos, los servicios
prestados y no remunerados que originan el litigio han sido realizados por la Embajada
para dar cumplimiento especfico a su misin.
Con relacin a las medidas cautelares cuya finalidad es lograr la ejecucin o
cumplimiento de las sentencias judiciales, una posibilidad que podra resultar viable
sera establecer en los contratos cauciones, de manera tal de asegurar el resultado final
del juicio en aquellos supuestos en que se presenten desavenencias entre las partes.57
24
25
26
fallo se incluan las denominadas prejudiciales, esto es, anteriores al propio proceso o
si, por el contrario se refera a las medidas precautorias adoptadas en el proceso
correspondiente.62
Alemania en todo momento hizo hincapi en que la cuestin de la inmunidad de
un Estado con respecto a las medidas coercitivas era un componente esencial de una
posible Convencin, sin el cual se la despojara de toda justificacin. Esas medidas
coercitivas comprenden medidas posteriores y anteriores al fallo y deberan estar sujetas
al mismo rgimen jurdico. La exclusin de medidas coercitivas con el fin de otorgar
proteccin temporal podra poner en peligro la ejecucin de fallos contra un Estado
parte en los casos en que no goza de inmunidad. Alemania opin que si las medidas de
coaccin se limitaran a los bienes que tuvieran alguna relacin con la demanda,
constituira una limitacin excesiva de la responsabilidad del Estado extranjero que
participa en actividades mercantiles.63
El art. 20, referido al efecto del consentimiento a la jurisdiccin sobre las medidas
coercitivas dispone que cuando se requiera el consentimiento para la adopcin de tales
medidas (de conformidad con los arts. 18 y 19), el consentimiento para el ejercicio de la
jurisdiccin en virtud del art. 7 no implicar el consentimiento para adoptar medidas
coercitivas.
Finalmente, la Convencin enuncia una serie de bienes que no son susceptibles de
ejecutarse; de esta forma, las clases especiales de bienes encuentran cabida en el art.
21 que establece que:
1. No se considerarn bienes utilizados o destinados a ser utilizados especficamente
por el Estado para fines que no sean un servicio pblico no comercial conforme a lo
dispuesto en el apartado c) del artculo 19:
a) Los bienes, incluida cualquier cuenta bancaria, que sean utilizados o estn destinados
a ser utilizados en el desempeo de las funciones de la misin diplomtica del Estado o
de sus oficinas consulares, sus misiones especiales, sus misiones ante organizaciones
internacionales o sus delegaciones en rganos de organizaciones internacionales o en
conferencias internacionales;
b) Los bienes de carcter militar o los que sean utilizados o estn destinados a ser
utilizados en el desempeo de sus funciones militares;
c) Los bienes del banco central o de otra autoridad monetaria del Estado64;
d) Los bienes que formen parte del patrimonio cultural del Estado, o parte de sus
archivos, y que no se hayan puesto ni estn destinados a ser puestos en venta;
e) Los bienes que formen parte de una exposicin de objetos de inters cientfico,
cultural o histrico y que no se hayan puesto ni estn destinados a ser puestos en venta.
62
A/55/298 de 17/08/2000.
A/53/274/Add.1 de 14/09/1998.
64
Esta disposicin de la Convencin afirma una inmunidad especfica a favor de los bancos centrales.
Dicha solucin, que es la misma adoptada por las leyes de Gran Bretaa, Singapur y Pakistn supone dar
un tratamiento ms favorable a estas entidades que a los propios Estados extranjeros. Por tal motivo, la
doctrina se ha pronunciado en contra de esta norma y la tendencia general en la jurisprudencia comparada
es denegar la inmunidad a los bancos centrales por sus actividades comerciales. Vase la sentencia del
Tribunal de Apelaciones britnico en Hispano Americana Mercantil S.A. c. Central Bank of Nigeria
(1979) en relacin a una operacin de compra de cemento por Nigeria o los autos Epoux Martin c.
Banque dspagne (1952) y Z. Blagojevic c. Banque du Japon (1976). La ley de Australia en el art.
35 establece que los bienes de los bancos centrales gozarn de inmunidad de ejecucin cuando satisfagan
los requisitos exigidos para otorgar inmunidad a los bienes de un Estado extranjero, excluyendo as los
bienes empleados para fines comerciales. La Sec. 1.611 de la ley de Estados Unidos se sita en la misma
lnea. Vase A. REMIRO BROTONS Y OTROS (nota 7), pp. 818-819.
63
27
V. Conclusiones
Todo lo que se relaciona con la admisin o consagracin de inmunidades
jurdicas, en cualquiera de sus dimensiones o manifestaciones, produce en el espritu
forjado en ideas de libertad e igualdad una sensacin amarga, de rechazo. La inmunidad
jurdica es un privilegio y, como tal, amerita un minucioso estudio para determinar
cundo y bajo qu estrictas condiciones es socialmente justo admitirla.
Argentina ha evolucionado hacia la tesis de la inmunidad relativa con la ley
24.488, pero dicho avance no ha sido completo ya que se mantiene la inmunidad
absoluta de ejecucin. El problema es que de poco puede servir que se abra la
jurisdiccin en un relativamente amplio tipo de causas si luego no existe la posibilidad
de obtener el cumplimiento forzado de los fallos condenatorios. Desde ese punto de
vista, debe propiciarse la posibilidad de obtener medidas de coercin, tanto posteriores
como anteriores a la sentencia, sin perjuicio de que puedan aparecer formas
diplomticas que hagan innecesario echar mano de tales medidas.
Los particulares que contratan con Estados extranjeros deberan contar con los
mismos grados de seguridad y previsibilidad que los que ofrece el ordenamiento para
todas las relaciones entre sujetos privados. Es incongruente permitir a los Estados
trabarse en relaciones con los particulares para luego dejarlos que cumplan o no sus
deberes de acuerdo a su conveniencia.
El camino hacia una razonable posibilidad de ejecucin de fallos nacionales
contra Estados extranjeros debe ser recorrido cuidadosamente. Habr que distinguir
cules bienes sern suceptibles de medidas coercitivas y habr que diferenciar tambin
el grado de inferioridad en que se encuentran los particulares en cada caso, puesto que
no es lo mismo una empresa contratista que tiene la posibilidad de negociar acuerdos
ventajosos, pactar jurisdiccin y renuncias anticipadas a la inmunidad, que un trabajador
individual, u otro pequeo contratante, absolutamente sometido al arbitrio de quien
tiene una posicin dominante.
En trminos comparativos, la ley argentina se asemeja en lneas generales a la
Convencin de Naciones Unidas sobre las inmunidades jurisdiccionales de los Estados
y de sus bienes. En los dos textos se recepciona la inmunidad de jurisdiccin, la que
resulta exepcionada en aquellos supuestos que la misma normativa establece, aunque
debe destacarse que en orden a este punto existen diferencias entre el texto interno y el
convencional65. La Convencin avanza y declara expresamente la inmunidad de
ejecucin cuestin sobre la que la ley argentina calla-, aunque tal inmunidad de
ejecucin no es absoluta sino, por el contrario, restringida, admitindose la traba de
embargos y las medidas coactivas. Si bien es cierto que la ley 24.488 no se refiere a la
inmunidad de ejecucin, deben tenerse presente ciertos fallos de la CSJN a los que nos
hemos referido ut supra, en los cuales, de darse determinadas condiciones, seran
susceptible de ejecutarse algunos bienes.
65
Vanse las diferencias en relacin a las indemnizaciones por daos y lesiones, derechos de
propiedad industrial e intelectual.
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