All y Albornoz La Inmunidad de Jurisdiccion y de Ejecucion de Los Estados Extranjeros A La Luz de La Legislacion y La Jurisprudencia Argentina

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Publicado en DeCITA (Derecho del Comercio Internacional. Temas y actualidades),


n 4 (Litigio judicial internacional), 2006, Buenos Aires, Zavala, 2005, pp. 115-146.

La inmunidad de jurisdiccin y de ejecucin de los Estados


extranjeros a la luz de la legislacin y la jurisprudencia argentina
Paula Ma. All* / Jorge R. Albornoz**

Sumario: I. Introduccin. II. Inmunidad de jurisdiccin de los Estados. 1. Criterios. 2. La


legislacin y la jurisprudencia argentina. A) Renuncia a la inmunidad. Actos procesales
inequvocos. Reconvencin. B) Declaracin de falta de reciprocidad. C) Inmunidad de jurisdiccin
de las Naciones Unidas. D) El caso Manauta y la adopcin de la tesis de la inmunidad restringida.
E) La ley 24.488. F) Los fallos posteriores a Manauta. G) Inmunidad sobre buques de Estado. III.
Alcances de la inmunidad de ejecucin. 1. La ley 24.488. 2. Jurisprudencia nacional. 3. Bienes del
Estado extranjero que poseen una proteccin especfica. 4. Legislacin comparada. 5. Medidas
cautelares y medidas de ejecucin de sentencias. IV. La Convencin de las Naciones Unidas sobre
las inmunidades jurisdiccionales de los Estados y de sus bienes. V. Conclusiones1

I. Introduccin
La inmunidad de jurisdiccin y de ejecucin de los Estados ha adquirido en los
ltimos tiempos una enorme importancia debido al incremento de la participacin de los
Estados en las relaciones internacionales privadas de ndole comercial e industrial. Las
necesidades estatales en materia financiera y tecnolgica generan una multiplicacin de
actos del Estado, cuyos efectos trascienden las fronteras territoriales de un pas y se
proyectan a nivel transnacional. La inmunidad de los Estados constituye un eje que
permite visualizar de qu manera se entrecruzan e interrelacionan conceptos del derecho
internacional pblico (el Estado como actor, como sujeto), del derecho internacional
privado (por referirse los litigios a relaciones de naturaleza privada) y del derecho
procesal internacional (ya que la inmunidad constituye una excepcin a la jurisdiccin
nacional).2
Histricamente, la inmunidad jurisdiccional y de ejecucin del Estado extranjero se
ha fundamentado en la soberana o independencia jurisdiccional de los Estados, la
*

Profesora adjunta de Derecho internacional privado de la Facultad de Ciencias Jurdicas y Sociales de la


Universidad Nacional del Litoral, Argentina.
**
Profesor titular de Derecho internacional privado de la Facultad de Ciencias Jurdicas y Sociales de la
Universidad Nacional del Litoral, Argentina.
1
Abreviaturas: CN: Constitucin Nacional, CSJN: Corte Suprema de Justicia de la Nacin, CNCiv. y
Com: Cmara Nacional Civil y Comercial.
2
M. A. VIEIRA, La inmunidad de jurisdiccin en el Uruguay: jurisprudencia y doctrina, El Derecho
internacional en un mundo en tranformacin, Liber Amicorum en homenaje al Profesor Eduardo Jimnez
de Archaga, t. II, Montevideo, Fundacin de Cultura Universitaria, 1994, p. 983

igualdad (par in parem non habet imperium), la cortesa internacional y la dignidad


misma de los pases.3
De acuerdo al principio de inmunidad de jurisdiccin, los tribunales judiciales de un
Estado deben abstenerse de ejercer jurisdiccin en procesos en los cuales otro Estado
resulte demandado sin el consentimiento de ste ltimo. La inmunidad tiene diversos
alcances. As, los precedentes judiciales del siglo XIX se encuentran impregnados de la
doctrina de la inmunidad absoluta, dejando observarse con el tiempo un cambio hacia le
tesis de la inmunidad restringida4; quizs esto coincida como lo han sealado algunos
autores- con la irrupcin del Estado en el comercio exterior en un marco de transicin
del modelo de economa liberal hacia un mayor intervencionismo estatal en la actividad
econmica5.
La tesis restrictiva de la inmunidad de jurisdiccin abre la posibilidad de que los
tribunales nacionales dicten sentencias en las cuales condenen a un Estado extranjero
que se ha visto involucrado en un litigio. Ahora bien, en aquellos casos en los cuales el
Estado extranjero cumpla de manera voluntaria la sentencia no se presentarn
problemas. Pero s, a la inversa, si ste decide dejar de lado lo sealado por el juez. Por
lo tanto, el interrogante que surge es si, efectivamente, ser posible por una parte,
decretarse en el juicio medidas conservatorias o precautorias de carcter procesal contra
el Estado extranjero hasta que se dicte el fallo y si, dictado ste, se puede proceder a la
ejecucin de los bienes del Estado extranjero para satisfacer las acreencias del actor.
Vemos entonces que el principio de la inmunidad del Estado extranjero es
susceptible de operar tambin en la fase ejecutoria de la actividad judicial. Por ende,
debe analizarse qu posibilidades tiene un Estado extranjero que acept la competencia
judicial de otro Estado para conocer y decidir un determinado caso en el cual l es parte,
de alegar su inmunidad para impedir la ejecucin de la sentencia que se ha dictado
3

En este sentido, el Juez canadiense Taschereau, al pronunciarse en el caso Desaulles y la Repblica de


Polonia, afirm que () No hay duda de que un Estado soberano no puede ser perseguido ante los
tribunales extranjeros. Este principio est fundado en la independencia y la dignidad de los Estados y la
cortesa internacional lo ha respetado siempre. La jurisprudencia tambin lo ha adoptado como ley
domstica de todos los pases civilizados. Sentencia de la Supreme Court de Canad de 22 de junio de
1944. Vase al respecto Annual Digest and Reports of Public International Law Cases, vol. XII, p. 95.
Asimismo, la sentencia del Tribunal Supremo de los Estados Unidos en The Schooner Exchange v.
MFaddon (1812) menciona la existencia de un uso general en materia de inmunidad del Estado
extranjero y una opinin general derivada de dicho uso, reconociendo la inmunidad absoluta del Estado
extranjero. El Tribunal declar que constituye un principio de derecho internacional que la jurisdiccin
de una nacin dentro de su propio territorio es necesariamente exclusiva y absoluta. No es susceptible de
limitaciones a menos que sean impuestas por s mismas (). Por otra parte, la sentencia de 1849 de la
Cour de Cassation francesa en Gobierno espaol c. Cassaux hace referencia al principio de igualdad e
independencia de los Estados. Vase H. KELSEN, Principios de Derecho Internacional Pblico, Buenos
Aires, El Ateneo, 1965, p. 201.
4
La teora de la inmunidad restringida parte de distinguir los actos iure imperii (de poder pblico o de
soberana) de los actos iure gestionis (de carcter privado) del Estado, reservando la aplicacin del
principio de inmunidad slo a los actos en los cuales el Estado acta en el ejercicio del poder pblico
ejerciendo su imperium. Vase J.F. LALIVE, Limmunit de jurisdiction des Etats et des organisations
internacionales, Recueil des Cours, vol. 84, 1953-III, pp. 205-395, N.C. DUMBAR, Controversial
aspects of sovereign immunity in the case law of some States, Recueil des Cours, 1971-I, pp. 205 ss. y J.
BARBOZA, Derecho internacional pblico, Buenos Aires, Zavala, 2001, p. 332, D.P. FERNNDEZ
ARROYO (coord.), Derecho internacional privado de los Estados del Mercosur, Buenos Aires, Zavala,
2003, p. 145.
5
J.C. DE MAGALHES, O Supremo Tribunal Federal e o Direito internacional. Uma anlise crtica, Porto
Alegre, Livraria do advogado, 2000, pp. 128-129 y O.J. MARZORATI, Consideraciones sobre la
inmunidad de jurisdiccin y ejecucin de los Estados, ED, t. 202, p. 648.

contra l. La sentencia de condena presupone una ejecucin voluntaria o forzada.


Ejecucin que -de alegarse la referida inmunidad del Estado- no podra hacerse efectiva,
con lo cual la decisin del magistrado se tornara meramente ilusoria y carente de
efectividad.
Tradicionalmente se efecta un distingo entre inmunidad de jurisdiccin e
inmunidad de ejecucin; as, el ejercicio de la jurisdiccin de un pas respecto de un
Estado extranjero no presupone -necesariamente- la ejecucin de la sentencia contra sus
bienes, y por lo tanto la renuncia a la inmunidad de jurisdiccin no implica renunciar a
la inmunidad de ejecucin. Por otra parte, la ejecucin de una sentencia tiene sus
propios lmites ya que sta no puede dirigirse contra bienes del Estado extranjero que se
encuentren afectados a un servicio pblico6.
Por ello quizs resulte tentador referirse ms que a la distincin entre inmunidad de
jurisdiccin y de ejecucin- a las categoras de bienes de un Estado extranjero que
pueden o no ser susceptibles de medidas coercitivas (embargos, sanciones pecuniarias,
fianzas) o de ejecucin.7
II. Inmunidad de jurisdiccin de los Estados
1. Criterios
Es posible que un Estado sea sometido a juicio ante los tribunales de otro
Estado? La cuestin es delicada y, al respecto, existen dos grandes posturas. Por un
lado, la teora de la inmunidad absoluta, o incondicionada, que sostiene la
imposibilidad de que un igual juzgue a otro igual. Es sta la posicin clsica segn la
cual aun cuando un pas realice actividades propias de los sujetos privados trabndose
en relaciones jurdicas con stos, no podr ser demandado sino ante sus propios
tribunales. La nica posibilidad de litigar ante jueces forneos se da cuando el Estado
demanda o, siendo demandado, consiente la jurisdiccin de tales jueces. Considerando a
tal criterio como la consagracin de un privilegio injustificado, se han formulado
excepciones que, con el tiempo, son aludidas como teora (o teoras) de la inmunidad
condicionada (restringida, limitada). Lo esencial del pensamiento de quienes se niegan
a admitir la inmunidad absoluta parte de distinguir entre actos iure imperii (los que el
Estado lleva a cabo como poder pblico) y actos iure gestionis (en los que el Estado es
parte en relaciones jurdicas de derecho privado). Con respecto a los primeros la
inmunidad est justificada; en cuanto a los segundos debe ser tratado como cualquier
sujeto privado, pudiendo ser llevado ante los tribunales de cualquier pas para dirimir
conflictos8. Claro est que, ms all de los criterios generales aceptados, en ciertas
ocasiones la distincin entre tales tipos de actos suele generar problemas9.

Vase H. GRIGERA NAN, Nuevas orientaciones en materia de jurisdiccin de los Estados, Anuario de
Derecho Internacional Pblico, vol. 1, 1981, pp. 43 ss.
7
A. REMIRO BROTONS / R. RIQUELME CORTADO / J. DIEZ HOCHLEITNER / E. ORIHUELA CALATAYUD / L.
PREZ-PRATS DURBN, Derecho Internacional, Madrid, Mac Graw-Hill, 1997, p. 817.
8
N. DE ARAUJO, Direito Internacional Privado, Ro de Janeiro / So Paulo, Renovar, 2003, pp. 219-220
9
Vase P.D. TROOBOFF, Foreign State Immunity: Emerging Consensus on Principles, Recueil des
Cours, t. 2000, 1986, pp. 362 ss. y D. P. FERNNDEZ ARROYO, La ejecucin del laudo arbitral dictado
contra el Estado, DECITA, n 2, 2004, pp. 172-173

2. La legislacin y la jurisprudencia argentina


En 1958 Argentina dict el decreto-ley 1285 cuyo art. 24, inciso 1, 2 prrafo
dice que no se dar curso a la demanda contra un Estado extranjero sin requerir
previamente la conformidad de ese pas para ser sometido a juicio. Luego el decreto
9015 de 1963 agreg en un 3er. prrafo la posibilidad de que el Poder Ejecutivo declare
respecto de un pas extranjero la falta de reciprocidad mediante un decreto debidamente
fundado. Ello significa que, si se emite un decreto as, el Estado extranjero queda
sometido a la jurisdiccin argentina en las cuestiones o aspectos sealados en la
declaracin.
Desde fines del siglo XIX, a partir del texto de los arts. 100 y 101 de la
Constitucin Nacional (actualmente arts. 116 y 117 CN) se ha ido conformando una
base interpretativa ratificada por textos legales consistente en la imposibilidad de
someter a juicio ante tribunales argentinos (los federales, segn el citado art. 100 CN)
a un Estado extranjero sin requerir previamente su consentimiento o asentimiento.
La falta de tal voluntad positiva quitaba jurisdiccin a los tribunales nacionales10. En la
ltima dcada se ha producido un cambio que ha culminado en el dictado de la ley
24.488, de 22 de junio de 1995 relativa a la inmunidad jurisdiccional de los Estados
extranjeros ante los tribunales argentinos11.
En la jurisprudencia argentina pueden diferenciarse dos etapas: la primera, con
la clara aceptacin de la teora de la inmunidad absoluta del Estado y, la segunda, con
una recepcin a partir de 1994 de la doctrina de la inmunidad restringida.
La CSJN en diversos fallos a travs de los aos ha sostenido que los Estados
extranjeros no revestan la calidad de aforados y que la competencia originaria de la
Corte se encontraba taxativamente limitada a los supuestos establecidos en la
Constitucin y, por ende, no poda ser extendida a otros casos no previstos12. El quiebre
en la posicin del mximo Tribunal se produce en Municipalidad de Vicente Lpez c.
Repblica Federal de Nigeria s/ ejecucin (09/11/2000), donde el voto en disidencia
de los jueces Fayt, Boggiano y Vzquez sostiene que () aun cuando la Corte ha
reiteradamente sostenido que las causas deducidas contra Estados extranjeros resultan
ajenas a su competencia originaria, desde que stos no revisten la calidad de aforados,
resulta procedente que dicha doctrina sea revisada, ante la comprobacin de la
10

Es clarificador un prrafo del 6 considerando de la sentencia de la Corte en el caso Ibarra y Ca. c/


Capitn del vapor espaol Iba s/ reivindicacin del buque (Fallos 178:173) de 16/07/1937: (...) que el
artculo 100 de la Constitucin, cuando establece la jurisdiccin federal en las causas entre una provincia
o sus vecinos contra un Estado o ciudadano extranjero, lo hace sobreentendiendo como condicin la de
que cuando se trata de naciones extranjeras, es implcita la limitacin que nace de los principios de
derecho internacional pblico expuestos en el anterior considerando (...). A su vez en el considerando 5
dice: (...)el examen de los actos de un Estado soberano por los tribunales de otro, y acaso declarar su
invalidez contra la voluntad del primero, llevara sin duda a poner en peligro las amistosas relaciones
entre los gobiernos y turbara la paz entre las naciones (...).
11
B.O. del 28/06/1995.
12
CSJN, 14/07/1999, Engel, Dbora y Radice de Tatter, Idalina s/hbeas data, ED, t. 186, pp. 469470. En dicho fallo se seal que La presente causa no corresponde a la competencia originaria de este
Tribunal prevista en el art. 117 de la Constitucin Nacional. En efecto, este Tribunal ha declarado en
forma reiterada que resultan ajenas a la jurisdiccin en examen las causas interpuestas contra Estados
extranjeros y sus representaciones diplomticas, toda vez que no revisten la calidad de aforados en los
trminos del art. 117 de la Constitucin Nacional y 24, inc. 1 del decreto-ley 1285/58. Vanse asimismo
CSJN, 14/07/1999, Engel, Dbora y Radice de Tatter, Idalina s/hbeas data, ED, t. 186, pp. 469-470 y
CSJN, 26/06/2001, Saint Jean, Ricardo A. y otros en representacin de Ciccone Calcogrfica S.A., JA,
2002-II, sntesis, p. 200.

inconveniencia de tales decisiones. En efecto, a partir de una interpretacin sistemtica


de la Carta Fundamental, cabe reputar comprendidas en su art. 117 no slo las causas
contra los diplomticos extranjeros, sino tambin los asuntos que conciernen a los
Estados extranjeros, ya que si dicha norma tiene como finalidad el resguardo de las
relaciones internacionales, no existen razones que justifiquen efectuar distingos entre el
pas extranjero y sus representantes, sometiendo al primero a la justicia federal ordinaria
y a los segundos a la competencia originaria de la Corte, por cuanto en ambos casos las
relaciones internacionales se hallan involucradas. () El considerar que las causas
deducidas contra Estados extranjeros son de competencia originaria de la CSJN, no
importa una extensin por va analgica de la jurisdiccin originaria que exceda los
lmites del texto constitucional, sino que es una solucin que surge de efectuar una
interpretacin sistemtica de las normas constitucionales, comparndolas,
coordinndolas y armonizndolas, de tal modo que haya congruencia y relacin entre
ellas.13
Varios son los fallos que pueden analizarse; as, en Jos B. Zubiaurre c/
Gobierno de Bolivia de 08/96/1899 (Fallos 79:124), la Corte sostuvo que no
correspondan a su jurisdiccin originaria las demandas contra un gobierno extranjero y
en 1916 en Fisco Nacional c/ Rodolfo Monez Cazn y otro seal que el Estado
extranjero no poda ser sometido a la potestad jurisdiccional de los tribunales de otro
Estado sin su arbitrio.
En el caso Samuel Gmez c/ Embajada Britnica s/ despido (Fallos 295:176)
de 1976, un jardinero despedido demand a la embajada del Reino Unido ante un juez
nacional del trabajo quien consider inaplicable el art. 24, inciso 1 del decreto-ley
1285/58 trayendo un precedente de la Cmara Nacional del Trabajo (caso Roldn
c/Embajada de Vietnam del Sur, fallado en 1974) en el que se aluda a dicha
disposicin. Dice en un trayecto de su sentencia (reproduciendo parte de dicho
precedente) que: si se reconociesen privilegios a la Embajada aqu demandada, para
que la accin quedase supeditada a lo que decida el gobierno (...) o que debiese recurrir
el actor a los tribunales de la lejana nacin representada, tal modo de obrar importara
una cuasi negativa a un ciudadano argentino de gozar de la tutela de las leyes de su
propio pas (...). Sostiene tambin que (...) se trata de un caso comn, y no se torna
viable reconocer inmunidad ni independencia diplomtica, pues en su sustanciacin no
est comprometido el inters internacional, o las buenas relaciones entre nuestro pas y
el demandado, ni el contenido de su misin diplomtica, pero s el derecho inalienable
de un ser humano, no ya como nacional, sino como sujeto de derecho. Con esos
fundamentos, se declar competente para seguir conociendo en la causa.
El entonces Procurador de la Corte, Enrique C. Petracchi emiti dictamen en
fecha 05/11/1975, en el que dice, con razn, que tanto el fallo del juez laboral como el
precedente utilizado, intentan introducir una distincin interpretativa que est basada en
la conocida diferenciacin que se efecta en el derecho internacional entre actos iure
imperii e iure gestionis, pretendiendo reconocer inmunidad a los Estados extranjeros
slo en el primer supuesto.
Conjuntamente con la cuestin principal (saber si Gran Bretaa poda ser
sometida a los tribunales nacionales) el Procurador analiza tambin el modo de invocar
la inmunidad, cuestin muy interesante, puesto que desde la primera instancia laboral el
caso fue llevado directamente a la Corte argumentando que se daba en la especie el
13

ED, t. 193, pp. 13-20, con nota de R.A. RAMAYO, Los Estados extranjeros y la competencia originaria
y exclusiva de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin.

supuesto del art. 24, inc.7, ltimo prrafo del decreto-ley 1285/58, puesto que
negndose el Estado extranjero a comparecer ante el juez laboral debido al riesgo de que
su presentacin fuera tomada como una aceptacin de la competencia y en definitiva de
lo que el juez resolviera sobre el planteo mismo, se daba una situacin anloga a la
contemplada en dicha norma, que facultaba a la Corte para resolver el planteo14.
El Procurador opin que tal situacin no autorizaba al ms alto tribunal a
expedirse sobre la inmunidad sino solamente a sealar cul era el camino procesal que
deba seguirse para superar la situacin. Por qu entenda Petracchi que la Corte no
deba expedirse sobre el fondo de la cuestin? Era muy claro: si lo haca, poda estar
contrariando el art. 101 CN (hoy art. 117) que estableca que en todos los casos (que no
fueran los referidos a las hiptesis de jurisdiccin originaria y exclusiva) la Corte
Suprema deba entender como tribunal de apelacin. Ello no se daba en el caso de
Samuel Gmez, porque haba una sentencia de la primera instancia laboral no apelada
por nadie ya que la demandada no haba comparecido (se haba limitado a comunicar su
voluntad negativa a la Cancillera, quien a su vez se haba presentado manifestando el
deseo britnico).
Trajo a colacin el criterio sentado por la Corte Suprema norteamericana, toda
vez que las normas sobre la jurisdiccin del Poder Judicial eran las mismas. As,
record precedentes de ese pas segn los cuales el Estado extranjero poda hacer valer
su inmunidad constituyndose como parte o, si tuviese objecin para hacerlo,
efectuando el reclamo ante el Poder Ejecutivo del pas del foro, siendo deber de ste, si
lo estimaba fundado, presentarse y hacer el planteo ante el juez de la causa. En
conclusin, el Procurador de la Corte dictamin diciendo:
1. el Reino Unido tena la posibilidad legal de someter directamente su pretensin a la
justicia;
2. pero como ello poda interpretarse como una eventual renuncia a la inmunidad, tena
abierto el reclamo ante el Poder Ejecutivo argentino;
3. si ste lo desestimase, debera comparecer a juicio para defender su inmunidad;
4. pero si el Poder Ejecutivo considerase fundado el reclamo, debera promover
incidente ante el tribunal de la causa para obtener un pronunciamiento final, si fuera
necesario, llegando hasta la Corte.
Por esas razones -terminaba- la CSJN no puede expedirse ahora sobre la
inmunidad y debe limitarse a comunicar a la Cancillera que la cuestin depende del
propio Poder Ejecutivo, que es quien debe poner en funcionamiento los mecanismos
adecuados.
La Corte se expidi el 24/06/1976 ordenando dejar sin efecto el fallo del juez
laboral porque no se haba recabado por la va diplomtica pertinente la conformidad
del pas demandado, segn lo exigido por el art. 24, inc. 1 del decreto-ley 1285/5815.
Por otra parte constaba en el expediente que el Ministerio de Relaciones Exteriores
argentino haba dejado expresa constancia de que la Embajada extranjera se negaba a
someterse a la jurisdiccin nacional, pese a lo cual el juzgado se declar expresamente
competente por no considerar el caso comprendido en el mencionado art. 24, inc. 1. La
14

La ltima parte del inciso 7, art. 24, decreto-ley 1285/58 dice que la Corte conocer originaria y
exclusivamente y decidir (...) sobre el juez competente cuando su intervencin sea indispensable para
evitar una efectiva privacin de justicia.
15
Art. 24, inc. 1, 2 prrafo, decreto-ley 1285/58: No se dar curso a la demanda contra un Estado
extranjero sin requerir previamente de su representante diplomtico, por intermedio del Ministerio de
Relaciones Exteriores y Culto, la conformidad de aquel pas para ser sometido a juicio.

Corte declara que dicha norma no autoriza la distincin efectuada por el a quo respecto
de la naturaleza de la cuestin debatida por lo que no se puede hacer la distincin entre
actos iure imperii e iure gestionis y, por ende, en todos los casos debe pedirse la
conformidad del Estado extranjero.
En el considerando 6 de su fallo el alto tribunal entiende que la inmunidad
jurisdiccional se ha hecho valer en forma suficiente en el caso, sin que cuadre exigir
otras formalidades que poco o nada agregaran a la declaracin expresa ya formulada.

A) Renuncia a la inmunidad. Actos procesales inequvocos. Reconvencin


La indemandabilidad que beneficia al Estado extranjero puede ceder por
renuncia expresa o tcita. La renuncia debe resultar de actos procesales concluyentes,
inequvocos. As por ejemplo si el pas forneo es demandado ante un tribunal
argentino, (dando por sentado que la accin debe incoarse ante un juzgado federal),
podra consentir la jurisdiccin mediante actos como la presentacin a estar a derecho o
la contestacin de la demanda o, en fin, con el paso procesal que corresponda segn la
accin promovida. Obviamente, si no est dispuesto a aceptar ser sometido a juicio,
tendr que invocar su inmunidad con lo cual, de prosperar el planteo, el juicio debe
darse por terminado.
Si el Estado extranjero inicia una demanda ante los tribunales argentinos se ha
entendido que el Estado ha renunciado a la inmunidad para ese caso. En un supuesto as,
si su demandado lo reconviene, no podra repeler la reconvencin invocando la
inmunidad. En el caso Gobierno de Per c. SIFAR16 la demandada reconvino sin que
el gobierno de Per opusiese inmunidad jurisdiccional tramitndose el juicio hasta su
finalizacin.
Ahora bien, fuera del supuesto de reconvencin, no siempre es sencillo
determinar si en las manifestaciones de un Estado extranjero existe una verdadera
voluntad de renunciar a la inmunidad17. Veamos al respecto lo que decidi la Sala Civil
y Comercial de la Cmara Federal de Apelaciones de la Capital en la causa Surez de
Solares, Judith c. Estado de Turqua s/ desalojo el 30/11/1964.
El tribunal entendi que la conformidad exigida por el art. 24 del decreto-ley
1285/58 haba sido prestada al constituir domicilio especial en el contrato de locacin
(art. 102 CC), siendo innecesario el consentimiento de la jurisdiccin por parte del
Embajador de Turqua. Esa constitucin de domicilio implicaba un verdadero convenio
de jurisdiccin y, consiguientemente, una renuncia implcita a la inmunidad de
jurisdiccin del Estado demandado. Luego el Poder Ejecutivo dict el decreto 10.082
en 1965 y orden al Procurador del Tesoro promover declaracin de inexistencia,
nulidad e inconstitucionalidad del fallo, pero el caso fue finalmente transado.
16

CSJN, 10/12/1956. Vase A. BOGGIANO, Derecho internacional privado, t. II, Buenos Aires, Abeledo
Perrot, 1991, pp. 353 ss.
17
Tal como lo ponen de relieve Virgs Soriano y Garcimartn Alfrez, la presentacin de una demanda
no conlleva una renuncia tcita a su privilegio; entenderlo de otro modo implicara que, de facto, nunca se
cooperar en la implementacin de actos iure imperii de otro Estado, aunque nada se oponga a ello si las
polticas de ambos Estados son iguales. Obviamente, nada obsta a que en la contestacin a la
reconvencin el Estado renuncie a su inmunidad o que en un convenio internacional altere esta regla entre
los Estados contratantes. M. VIRGS SORIANO / F. J. GARCIMARTN ALFREZ, Derecho procesal
internacional. Litigacin internacional, Madrid, Civitas, 2000, p. 52

En sentido contrario se expidi (mediante sentencia que qued firme) el juez de


1 Instancia Especial Civil y Comercial de Capital, Dr. Eduardo L. Ferm, el 24/12/76,
en la causa Mag S.A. c. Embajada de Guatemala. La actora invocaba la existencia de
renuncia a la inmunidad en virtud de una clusula contractual que el juez consider
ambigua o, al menos, dudosa. Dice el juez que aunque la renuncia puede no ser expresa,
sino tambin por acto concluyente, ha de exigirse que conste de modo autntico,
condicin que no cumple el instrumento privado presentado por la actora, que no se
halla reconocido. Por esa razn, concluye el magistrado debe seguirse el procedimiento
del art. 24 del decreto-ley 1285/58.
Segn Boggiano18 la sentencia no resuelve el problema de saber si, aunque
exista una renuncia autntica y anterior al juicio, cabe prescindir del procedimiento del
art. 24, inc. 1. En su opinin, resulta difcil encontrar una interpretacin que posibilite
tal renuncia anticipada. El tema ha quedado disipado con la sancin de la ley 24.488. El
art. 2 de dicha ley dispone que los Estados extranjeros no podrn invocar inmunidad de
jurisdiccin: a) cuando consientan expresamente a travs de un tratado internacional, de
un contrato escrito o de una declaracin en un caso determinado, que lo tribunales
argentinos ejerzan jurisdiccin sobre ellos; b) cuando fuere objeto de una reconvencin
directamente ligada a la demanda principal que el Estado extranjero hubiere iniciado.
Por su parte el art. 4, 1er. prrafo, establece que la presentacin de los Estados
extranjeros ante los tribunales argentinos para invocar la inmunidad de jurisdiccin no
debe interpretarse como aceptacin de competencia.

B) Declaracin de falta de reciprocidad


El art. 24, inc. 1 del decreto 1285/58 tiene un agregado en su prrafo segundo
(hecho por el decreto 9015/63) en virtud del cual el Poder Ejecutivo puede decretar
fundadamente la falta de reciprocidad respecto de un pas determinado, quedando dicho
Estado sometido a la jurisdiccin argentina19. Esta modificacin est motivada en la
sumisin de la Argentina a los tribunales de Miln (Italia) en el caso Franco
Gronda20, en el cual sometieron a nuestro pas a los tribunales de la Pennsula
Apenina. Lo cierto es que nunca se dict un decreto as.
18

A. BOGGIANO (nota 16), t. I, p. 343.


El prrafo 2 dispone: Sin embargo, el Poder Ejecutivo puede declarar con respecto a un pas
determinado la falta de reciprocidad a los efectos consignados en esta disposicin, por decreto
debidamente fundado. En este caso, el Estado extranjero con respecto al cual se ha hecho tal declaracin
queda sometido a la jurisdiccin argentina. Si la declaracin del Poder Ejecutivo limita la falta de
reciprocidad a determinados aspectos, la sumisin del pas extranjero a la jurisdiccin argentina se
limitar tambin a los mismos aspectos. El Poder Ejecutivo declarar el establecimiento de la
reciprocidad cuando el pas extranjero modificase sus normas al efecto.
20
El caso versaba sobre un proceso criminal seguido por Franco Gronda ante los tribunales italianos de
Miln contra cinco ciudadanos argentinos por una presunta estafa. El juez resolvi citar al gobierno
argentino y al Banco Industrial de la Repblica como responsables civiles. La Procuracin del Tesoro, en
representacin de Argentina, expuso que nuestro pas sustentaba la tesis clsica en virtud de la cual
nuestro pas no poda ser sometido a juicio ante un tribunal extranjero sin su conformidad, y aun en el
caso de que por cualquier eventualidad ello sucediese, la sumisin al conocimiento de un tribunal
extranjero no implicaba anloga sumisin a las medidas ejecutivas que pudieran dictarse en el proceso,
siendo la va diplomtica la nica admisible. El juez de Miln, finalmente, se declar incompetente y la
justicia argentina juzg a los presuntos autores de la estafa. Puede consultarse W. GOLDSCHMIDT,
Derecho internacional privado, 6 ed., Buenos Aires, Depalma, 1988, pp. 620-621 (Resolucin 260 de
20/12/1966).
19

C) Inmunidad de jurisdiccin de las Naciones Unidas


El 20/12/1951 la CSJN se expidi en la causa Schuster, Avis Abel c. Naciones
Unidas, Centro de Informaciones de Buenos Aires s. Indemnizacin por despido y
diferencias de sueldo. El actor demand ante la justicia del trabajo de la Capital
Federal. La accionada se present oponiendo excepcin de incompetencia por entender
que el juicio deba ser llevado ante la Corte Suprema, pero adems, contest la demanda
sin alegar la inmunidad de jurisdiccin argentina.
El juzgado hizo lugar a la excepcin entendiendo que la accionada tena
inmunidad de jurisdiccin y el caso lleg a la Corte que, en primer trmino, destaca que
no tiene necesidad de expedirse sobre la inmunidad porque el tema no fue planteado por
quien la podra haber invocado. Y tampoco cabra interpretar que la aceptacin del
sometimiento a la justicia argentina (por el hecho de haber contestado la demanda sin
invocar la inmunidad) estaba subordinada al hecho de que actuara la Corte. Lo cierto es
que, segn el fallo, aunque hubiera existido inmunidad, su no alegacin y la
contestacin de la demandada deba interpretarse como aceptacin de la jurisdiccin
nacional, ms all de la discusin sobre la competencia de la justicia del trabajo o de la
Corte21, tema ste en el que la sentencia considera que, no siendo la demandada una
nacin extranjera, no debe intervenir la Corte, teniendo competencia los tribunales del
trabajo de la Capital.
Pero observemos cmo parece haber entendido el tema de la inmunidad
jurisdiccional la Corte de Justicia. Segn Boggiano, la renuncia a la inmunidad no
puede, en principio, ser considerada revocable, como lo entiende Goldschmidt22 porque,
de ser as, se estara aceptando la actuacin en contra de los propios actos, con grave
menoscabo al derecho de defensa de la contraparte. Manifiesta el autor que, aunque la
Corte no se expidi acerca de si las Naciones Unidas tenan inmunidad, al decir que la
habra renunciado (por no oponerla y contestar la demanda) dio a entender que, de no
haber mediado tal renuncia, probablemente habra reconocido tal inmunidad. Y termina
destacando la necesidad de considerar la inmunidad de sa como de otras
organizaciones que en sus cartas orgnicas tengan establecido el privilegio23.

21

Por tratarse de un supuesto de su competencia originaria y exclusiva segn el art. 24, inc. 1 de la ley
13.998 de Organizacin de la Justicia, cuyos arts. 1 a 40 fueron luego reemplazados por el decreto-ley
1285/58, continuamente mencionado. Debe tenerse en cuenta que en este caso el tema se encuadraba en el
art. 96 de la Constitucin Nacional de 1949 cuyo texto coincida con el citado art. 24, inc. 1 de la ley
13.998 que, contrariamente a lo que estableca la Constitucin de 1953 en los arts. 100-101, y la actual en
los arts. 116-117, daba competencia originaria y exclusiva a la Corte en los juicios de ciudadanos
argentinos contra Estados extranjeros. La ley 21.708 modific el art. 24, inc. 1.
22
A. BOGGIANO (nota 16), t. I, p. 345, citando la opinin contraria de W. GOLDSCHMIDT (nota 19), n
347-348.
23
A. BOGGIANO (nota 16), t. I, p. 346. Sin embargo hay una contradiccin con lo que expresa ms
adelante en la p. 414 (texto repetido luego en las dos ediciones de su Curso de Derecho internacional
privado, Abeledo-Perrot, ediciones 1994 y 2000, p. 187 de la ltima) cuando adjudica al fallo en
Schuster c. Centro de Informaciones - ONU, el haber negado tanto la competencia originaria como la
inmunidad. Bueno es tener presente que en el fallo se dice expresamente que el tribunal no necesita
expedirse sobre la inmunidad y que el propio Boggiano especula considerando probable que la Corte se
hubiera expedido favorablemente si el problema de la inmunidad hubiera sido planteado por la
organizacin internacional.

10

D) El caso Manauta y la adopcin de la tesis de la inmunidad restringida


El 22/12/1994 la Corte Suprema fall en la causa Manauta, Juan J. y otros c.
Embajada de la Federacin Rusa s. daos y perjuicios (Fallos 317:1880)24 relativo a
una demanda por falta de aportes previsionales, reflotando la discusin sobre los
fundamentos de la inmunidad y las diferentes tesituras frente a este problema y, en
definitiva, modificando su postura tradicional. Este cambio de opinin se bas en
cuatro argumentos25:
a) la distincin entre actos de imperio y de gestin;
b) el cambio en los usos y costumbres internacionales;
c) la situacin de desamparo que se da en este tipo de reclamos respecto de quienes
accionan por el reconocimiento de sus derechos;
d) el tratamiento otorgado a la Argentina por otros Estados, aun en casos en que el
carcter de acto de gestin era muy dudoso y estaba, por tanto, controvertido.
Se reclamaban daos y perjuicios por incumplimiento de obligaciones en
materia de aportes previsionales, sindicales y asignaciones familiares con motivo de la
relacin de dependencia que haban tenido con la Oficina de prensa de la Embajada de
Rusia. El juez de 1 instancia en lo Civil y Comercial Federal libr oficios a la
Cancillera para que requiriese un pronunciamiento expreso de la Embajada con
respecto a su aceptacin de la competencia del juzgado. No se lo obtuvo. Por esa razn
se comunic a los accionantes que el juzgado no estaba en condiciones de dar curso a
sus pretensiones, resolviendo oficiar nuevamente al Ministerio de Relaciones
Exteriores. Los actores apelaron y la Cmara Federal Civil y Comercial, Sala II,
confirm lo decidido argumentando que los Estados extranjeros slo podan ser
sometidos a juicio cuando mediara su conformidad, la que en la especie no exista, pues
el silencio slo poda ser interpretado como negativa tcita. Contra ese pronunciamiento
los actores dedujeron recurso extraordinario federal, el que fue concedido.
La sentencia seala que, a los fines del art. 14 de la ley 48, la resolucin apelada
es una sentencia definitiva porque, aunque no trata el fondo del asunto, su
consecuencia es privar a los actores de la posibilidad de acceder a los tribunales
argentinos y llegar luego, eventualmente, a la instancia del recurso federal por agravios
constitucionales. Por otra parte, dice el fallo, el tema tiene un inequvoco carcter
federal ya que hace a un principio elemental de la ley de las naciones.
Los actores remarcaban que el art. 24, inc. 1, del decreto 1285/58 no habla de
conformidad expresa, por lo que una interpretacin extensiva convierte a la norma en
inconstitucional y transforma la inmunidad en impunidad. Adems, que la
inmunidad alcanza a la materia poltica de las delegaciones extranjeras y no a casos
como se de ilcitos por fraude previsional. La Corte aludi a los fundamentos de la
24

Texto completo en DJ, t. I, 1995, pp. 659-666. Vanse, entre otros, G. BIDART CAMPOS, Un notable
avance en la jurisprudencia de la Corte sobre inmunidad de jurisdiccin, ED, t. 162, pp. 83 ss., A.
DREYZIN DE KLOR, Comparencia de un Estado extranjero ante los tribunales argentinos (una oportunidad
aprovechada), LL, 1995-D, pp. 209 ss., M. F. FERNNDEZ VARELA, La inmunidad de jurisdiccin de los
Estados y la evolucin de la comunidad internacional, LL, 2000-D, pp. 356-365, R.A. RAMAYO, El
derecho extranjero como argumento, ED, t. 162, pp. 1182 ss. y M. S. RODRGUEZ, Inmunidad del
Estado extranjero: el famoso caso Manauta, en: S.L. Feldstein de Crdenas, Coleccin de anlisis
jurisprudencial. Derecho internacional privado y de la integracin, Buenos Aires, La Ley, 2004, pp. 496508.
25
J. C. POCLAVA LAFUENTE, Inmunidad de jurisdiccin. Cambio de criterio, DJ, t. I, 1995, p. 657.

11

postura que tradicionalmente vena sosteniendo para negar la posibilidad de demandar a


un Estado extranjero, como por ejemplo el del seguimiento de los principios del
derecho de gentes, de modo que no resulten violadas las bases del orden pblico
internacional, pues el desconocimiento de los principios que rigen las relaciones
diplomticas internacionales no tendra otro desenlace que conducir al aislamiento de
nuestro pas en el concierto de las naciones. Pero opera el cambio de postura
destacando que la prctica actual del derecho internacional ha virado hacia la tesis
restrictiva, tanto en los textos como en los fallos26, y que el mantenimiento del criterio
tradicional conducira al injusto resultado de obligar al trabajador a una casi quimrica
ocurrencia ante los tribunales del Estado extranjero o a requerir el auxilio diplomtico
argentino por vas letradas generalmente onerosas y extrajudiciales poniendo en grave
peligro su derecho humano a la jurisdiccin, peligro que el derecho internacional actual
tiende a prevenir y no a inducir.
As, el tribunal seal que por lo dems, no siempre se aplica a la Argentina en
los foros extranjeros la tesis absoluta. Se admitieron demandas en su contra, aun en
casos en los que el carcter de acto de gestin del hecho impugnado era sumamente
controvertible; como v.gr. la reprogramacin unilateral que efectuara nuestro pas de los
vencimientos de bonos nominativos en dlares estadounidenses27 (caso Weltover,
Inc.). () Que las consideraciones precedentes autorizan plausiblemente una
interpretacin de la norma aplicable acorde a las presentes circunstancias
internacionales. En consecuencia, cabe concluir que no es de aplicacin al caso la ratio
del art. 24 inc. 1 del decreto-ley 1285/58 por no encontrarse en tela de juicio un acto de
gobierno, ya que la controversia trada a conocimiento de este tribunal se refiere al
cumplimiento de obligaciones laborales y previsionales, que en modo alguno puede
afectar el normal desenvolvimiento de una representacin diplomtica28.
Por todas esas razones (que hemos sintetizado quizs en demasa) se dej sin
efecto la resolucin apelada y se declar la competencia del juez de primera instancia
para entender en la causa.

E) La ley 24.488
El 31 de mayo de 1995 se sancion la ley 24.488 de inmunidad jurisdiccional de
los Estados extranjeros ante los tribunales argentinos. En el art. 1 se alude a que los
26

Se citan all la Convencin Europea sobre Inmunidad de los Estados, de 1972, la Foreign Sovereign
Inmunities Act de EE.UU., de 1976, la State Inmunity Act de Inglaterra de 1978 y se alude a la existencia
de sometimientos de la Argentina a tribunales extranjeros, como el ocurrido en un caso fallado por la
Corte de EE.UU. en 1992 con motivo de la reprogramacin unilateral de los vencimientos de bonos
nominativos en dlares estadounidenses (Supreme Court of the United States, N 91-763, Republic of
Argentina and Banco Central de la Repblica Argentina- Petitioners v. Weltower, Inc., de 12/06/1992),
ILM, n 31, pp. 1220 ss. Vase un comentario de este caso en S. SILVESTRE, El caso Weltover Inc. contra
Repblica Argentina: la inmunidad soberana de los Estados en la jurisprudencia norteamericana, en: A.
Dreyzin de Klor, Temas de Derecho internacional privado- Inmunidad de jurisdiccin, Cuaderno n 1,
Crdoba, Advocatus, 1995, pp. 27-41.
27
Considerando 11.
28
Considerando 12. Por otra parte, se seala que () no es ocioso recordar que el Instituto de Derecho
Internacional afirm que no existe inmunidad de jurisdiccin del Estado respecto de controversias que se
basan en relaciones de buena fe y seguridad jurdica respecto del foro y del derecho local como las del
trabajo. Annuaire de l Institut de Droit International, vol. 62, I, p. 76.

12

Estados extranjeros son inmunes a la jurisdiccin de nuestros tribunales pero, en el art.


2 se establece que no podrn invocar esa inmunidad en los supuestos que all se
describen (ocho en total). En realidad, nadie puede impedir que se invoque la
inmunidad. Lo que surge realmente de la ley es que no ser admitido el planteo en
determinados casos a los que ahora nos referiremos.
1. El primer supuesto es el de la conformidad expresa, la que se puede producir de
diferentes maneras: puede ser incorporada a un tratado internacional, figurar en un
contrato escrito o surgir de una declaracin expresa en un caso determinado.
2. Si el Estado extranjero es demandante, al ser reconvenido no puede pretender oponer
la inmunidad. Obviamente, quedar siempre por dilucidar si el tema por el cual es
reconvenido se corresponde con el objeto de la demanda principal.
3. El tercer inciso del art. 2 hace referencia a las actividades iure gestionis (...actividad
comercial o industrial llevada a cabo por el Estado extranjero...) y agrega, a nuestro
entender innecesariamente, que la jurisdiccin de los tribunales argentinos debe surgir
del contrato invocado o del derecho internacional. Con no poca imprecisin, se est
haciendo referencia a la necesidad de que exista jurisdiccin internacional argentina
para entender en la causa, presupuesto sin el cual no se presentara nunca el problema de
la demandabilidad del Estado extranjero ante nuestros tribunales.
4. Este inciso menciona las demandas laborales promovidas por argentinos o extranjeros
en el pas, derivadas de contratos que causen efectos en el territorio nacional, sea que se
los haya celebrado en la Argentina o en el extranjero.
5. El quinto supuesto impide invocar la inmunidad cuando el Estado extranjero es
demandado por daos y perjuicios derivados de delitos o cuasidelitos cometidos en el
territorio nacional.
6. Aqu se incluyen las acciones sobre inmuebles situados en la Argentina. No se
especifica qu tipo de acciones, no existiendo razones, en principio, para aplicar un
criterio restrictivo.
7. Este supuesto trae el caso de acciones basadas en la calidad de heredero o legatario
que puede ostentar el Estado extranjero con respecto a bienes situados en nuestro pas.
8. El ltimo supuesto contemplado es una muestra de cun mal se puede redactar una
disposicin legal y conducir con ello a dudas e incertidumbres varias. Dice as: Cuando
habiendo acordado por escrito someter a arbitraje todo litigio relacionado con una
transaccin mercantil, pretendiere invocar la inmunidad de jurisdiccin de los tribunales
argentinos en un procedimiento relativo a la validez o la interpretacin del convenio
arbitral, del procedimiento arbitral o referida a la anulacin del laudo, a menos que el
convenio arbitral disponga lo contrario.
No se puede saber con precisin qu es lo que ha querido decir el legislador, ms
all de que es una frmula que estara abarcando tanto a arbitrajes realizados en la
Argentina como en el extranjero, sin que sea necesario que el pacto refiera a todo
litigio, pudiendo estar circunscripto a un solo litigio, todo sin perjuicio de que la
inmunidad pueda estar pactada en el acuerdo arbitral y que ste sea vlido.
En los artculos subsiguientes se incluye prcticamente un ocurra donde
corresponda cuando se demande a un Estado extranjero invocando la violacin de
derechos humanos (se remite copia a la Cancillera y se indica al actor cul es el rgano
internacional ante el que deber formular su reclamo -art. 3-). Se aclara que cuando el
Estado extranjero se presente al tribunal argentino para invocar su inmunidad, no debe
entenderse que ha renunciado a la misma, y que se suspende el trmino del traslado
hasta que el planteo sea resuelto (art. 4), pudindose ampliar los plazos para contestar la

13

demanda y oponer excepciones (art. 5), dejando a salvo (innecesario era decirlo) las
inmunidades establecidas en las Convenciones de Viena de 1961 y 1963 sobre
relaciones diplomticas y sobre relaciones consulares (art. 6), para terminar permitiendo
jugar el papel de amigo del tribunal29 al Ministerio de Relaciones Exteriores que
podr, en todos los casos en que se demande a un Estado extranjero, expresar en juicio
su opinin sobre cualquier aspecto de hecho o de derecho.
Ms all de lo expresado con respecto a esta ley, y sin perjuicio de que las
crticas que se le pueden hacer son ms numerosas y de mayor complejidad a las que
acabamos de ensayar, creemos que resulta importante que nuestro pas haya adoptado
por ley una postura que implica terminar con la injustificada inmunidad absoluta que,
contrariando toda razn de justicia, se mantuvo hasta Manauta.
F) Los fallos posteriores a Manauta
La CSJN en los fallos posteriores a Manauta ha reiterado la doctrina
expresada all y ha encuadrado el accionar del Estado extranjero en alguna de las
excepciones previstas en el art. 2 de la ley 24.48830. As, pueden citarse Reynalds
Mercedes Noem c/ Korea Trade Center s/despido del 30/04/1996, Cereales Asuncin
S.R.L. v. Administracin Nacional de Navegacin y Puertos de la Repblica del
Paraguay (Fallos 321:2594), del 29/09/1998, Coronel Oscar Antonio y Otros c/
Estado Nacional Ministerio de Defensa s/accidente en el mbito militar y de las fuerzas
de seguridad, del 09/11/2000 (Fallos 323:3386), Ceresole, Norberto Rafael c/
Repblica de Venezuela31 (Fallos 324:2885) del 25/09/200132.
En el caso Cereales Asuncin S.R.L. v. Administracin Nacional de
Navegacin y Puertos de la Repblica del Paraguay33, la CSJN sostuvo que () para
el caso de autos, es preciso determinar, en primer lugar, el alcance del trmino
comercial en el mbito de la ley 24.488. A tal fin, esta Corte ha sostenido,
reiteradamente, que la primera pauta de interpretacin de la ley es dar pleno efecto a la
voluntad del legislador, cuya primera fuente es la letra de la ley; en esta tarea no pueden
descartarse los antecedentes parlamentarios, que resultan tiles para conocer su sentido
y alcance (Fallos, 313:1149). Cabe pues indagar los precedentes que ha tenido en
cuenta el legislador al sancionar nuestra ley: la Convencin europea sobre inmunidad de
29

Vase MA. E. UZAL, La inmunidad de jurisdiccin y ejecucin de Estados extranjeros. (El rol del
Estado argentino como amicus curiae), LL, 2003-C, pp. 1366-1375, esp. pp. 1370-1374.
30
As, por ejemplo, CNTrab., Sala VIII, 28/02/2001, Gerini, Marta E. C. Repblica de Honduras, LL,
2002-B, pp. 16-18, con nota de A. VAZQUEZ VIALARD, La incompetencia del juez argentino para
entender en las consecuencias de una relacin de empleo pblico celebrado con un Estado extranjero. La
Cmara seal que: Va de suyo que si un Estado extranjero celebra un contrato de trabajo con un
nacional argentino o un residente en la Repblica, para ser ejecutado en su territorio ya sea con el
propsito de ocuparlo en actividades comerciales o industriales, o por haber las Partes adoptando la figura
jurdica, an en defecto de algunos presupuestos tipificantes, en ejercicio de su autonoma, conforme al
art. 1197 del Cdigo Civil- no estar habilitado a invocar la inmunidad de jurisdiccin si fuera
demandado por cuestiones vinculadas con la ejecucin del contrato. As resulta del juego de los incisos c)
y d) del art. 2 de la ley 24.488.
31
ED, t. 181, p. 391.
32
Vanse los comentarios a estos fallos en el relato de MA. S. NAJURIETA, Inmunidad de jurisdiccin y
ejecucin de Estados y organizaciones internacionales, A.A.D.I., IV Jornadas Nacionales de Derecho
internacional privado, Buenos Aires, 20/09/2002, pp. 8-10.
33
ED Constitucional, t. 2000/2001, pp. 45-64, con nota de A. GUALDE, La actividad comercial del
Estado como excepcin a la procedencia de la inmunidad soberana.

14

los Estados de 1972, el Proyecto de inmunidades jurisdiccionales de los Estados de la


Comisin de Derecho Internacional de Naciones Unidas, el Proyecto de Convencin
interamericana sobre inmunidad de jurisdiccin de los Estados elaborada por el Comit
Jurdico Interamericano; y como fuentes nacionales la Foreign Immunities Sovereign
Act de los Estados Unidos de 1976 y la State Inmunitie Act de Gran Bretaa de 1978
(). Para precisar el alcance del trmino comercial, a los fines de establecer si la
actividad de un Estado est exenta de inmunidad de jurisdiccin, cabe considerar que
nuestra ley ha empleado dicho trmino en un sentido amplio, incluido dentro de los
actos iure gestionis. Mas all de la finalidad pblica perseguida por todo Estado en su
actuacin, aun al realizar actos de gestin, la pauta de interpretacin vlida para
determinar si un Estado puede ser juzgado por los tribunales del foro, es la naturaleza de
la actividad. ()El recurso extraordinario interpuesto es procedente, pues se han puesto
en tela de juicio disposiciones de naturaleza federal, y la decisin recada en la causa ha
sido contraria al derecho que en ellas funda el apelante. Por otra parte, la naturaleza de
la cuestin planteada inmunidad de jurisdiccin de los Estados extranjeros- constituye
un principio elemental de la ley de las naciones que, por lo mismo, revela su inequvoco
carcter federal y determina que su inteligencia deba ser establecida por la Corte.
La CSJN termina sosteniendo que desde antiguo el Tribunal reconoca la tesis
absoluta de la inmunidad de jurisdiccin, por la cual se impeda que en cualquier tipo de
causas un Estado extranjero pudiera se llevado sin su consentimiento a los tribunales de
otro pas. Sin embargo, se ha abandonado este criterio y se ha adherido al principio de la
inmunidad relativa o restringida. Es preciso poner de relieve que la CSJN precisa que la
ley 24.488 que recept la tesis restringida resulta de aplicacin al caso, aun cuando
haya sido sancionada con posterioridad a la interposicin de la demanda y las partes no
la hayan invocado. Esto es as pues el juez debe aplicar el derecho vigente, mxime
cuando, por tratarse de una norma sobre habilitacin de instancia, reviste carcter
jurisdiccional y es, por ende, de aplicacin inmediata ().
G) Inmunidad sobre buques de Estado
Las normas sobre inmunidad de buques de Estado se encuentran en el Tratado de
Montevideo de 1940 sobre Derecho de navegacin comercial internacional, arts. 34 a
42, con regulaciones coincidentes con las contenidas en la Convencin de Bruselas de
1926 sobre inmunidad de navos pblicos.
De las citadas disposiciones surge que los buques de propiedad o explotados por
Estados contratantes as como su carga y los pasajeros quedan sometidos, en toda
reclamacin atinente a esos aspectos (explotacin, transporte y carga), a las mismas
reglas sobre ley aplicable y competencia judicial aplicable a los buques, cargamentos y
armamentos privados, salvo que en el momento del nacimiento del crdito reclamado,
estn afectados a un servicio pblico ajeno al comercio. De modo que en tales
supuestos el Estado propietario o armador puede prevalerse de la inmunidad para
repeler acciones, a menos que stas se originen en abordajes u otros accidentes,
asistencia, salvamento, aprovisionamiento, reparaciones u otros contratos relativos al
buque.
La carga perteneciente a un Estado pero transportada en un buque de comercio,
cuando est afectada a un servicio pblico ajeno al comercio no puede ser objeto de
embargo, de detencin ni de ningn procedimiento judicial. La calificacin de tal tipo
de carga se prueba con la mera atestacin del correspondiente representante al

15

intentarse el procedimiento judicial, la propiedad del buque o su explotacin ha sido


transferida a terceros particulares.
En el art. 42 se contempla un dudoso supuesto de buques de Estado dedicados a
servicios comerciales o buques particulares afectados al servicio postal,
establecindose que no pueden ser embargados (...) en los puertos de escala en donde
tienen la obligacin de efectuar dichos servicios.
La CSJN en la causa Compaa Arenera del Ro Lujan S.A. c/ De Castro,
Francisco y otros s/ indemnizacin34 de fecha 01/09/1992 sostuvo que la inmunidad
de los buques de guerra est vinculada a la inmunidad jurisdiccional de los Estados,
porque aqullos son parte de las Fuerzas Armadas de la Nacin y actan bajo el
mandato directo e inmediato del soberano, quien los emplea para el cumplimiento de
sus objetivos nacionales. () Los buques son asimilados a los rganos del Estado de su
pabelln sin que esa condicin se altere por la situacin del buque en aguas nacionales
o extranjeras, o en alta mar siempre que se encuentre al servicio del Estado, por lo tanto
sus actos de servicio en principio estn exentos de la jurisdiccin de otro Estado
cualquiera, debido a que no pueden escindirse la inmunidad de que goza el buque de
guerra y el Estado al que pertenece (del voto de los magistrados Cavagna Martnez,
Barra y Nazareno).

III. Alcances de la inmunidad de ejecucin


La prctica tribunalicia de los diferentes pases no es homognea con respecto al
principio de la inmunidad de ejecucin; as, hay quienes reconocen un alcance absoluto
a dicha inmunidad, mientras que otros le otorgan un alcance meramente relativo. Uno
de los criterios utilizados por los tribunales nacionales para fijar el alcance de la
inmunidad de ejecucin de un Estado extranjero reside en distinguir cul es la finalidad
a la que se destina el bien en cuestin: as, los bienes utilizados para un servicio pblico,
para el ejercicio de funciones pblicas o para actividades oficiales gozaran de
inmunidad de ejecucin, mientras que aquellos utilizados para una actividad comercial
seran susceptibles de ser ejecutados (por ejemplo, los inmuebles adquiridos a ttulo
privado por un pas extranjero para realizar una inversin).35 As, la jurisprudencia
suiza, por ejemplo, considera que la ausencia de inmunidad de jurisdiccin implica
tambin la ausencia de inmunidad de ejecucin, mientras que los tribunales franceses,
belgas e italianos han sostenido que debe distinguirse entre la ejecucin de bienes
afectados a los gastos pblicos del Estado extranjero y la ejecucin de aquellos bienes
que se utilizan con fines comerciales.36
Ahora bien, muchas veces constituye una ardua tarea determinar si un
determinado bien est afectado o destinado a una funcin pblica.37
34

ED, t. 156, pp. 173 ss. y LL, 1993-A, pp. 247 ss.
B. CONFORTI, Derecho Internacional, (edicin en espaol revisada y anotada por Ral E. Vinuesa),
Buenos Aires, Zavala, 1995, p. 302.
36
J. BARBOZA, Derecho Internacional Pblico, Buenos Aires, Zavala, 2001, p. 334.
37
Con relacin a la ejecucin de sentencias dictadas contra Estados extranjeros, la prctica judicial
contempornea excluye la ejecucin forzosa y el embargo preventivo de bienes que son propiedad de un
Estado extranjero si estn afectados al ejercicio de su actividad gubernamental que no se relaciona con
una explotacin econmica cualquiera. Resolucin del Instituto de Derecho Internacional, adoptada en la
sesin de Aix-en-Provence en Annuaire IDI, vol. 45, 1954-II, pp. 293-295.
35

16

Resultan cada vez ms frecuentes los casos en los cuales se intentan ejercitar
medidas coercitivas sobre dinero depositado en cuentas corrientes bancarias de las que
es titular un Estado extranjero en el territorio del foro. Ser necesario establecer si tales
fondos estn destinados o no a una actividad comercial. En ausencia de un destino
especfico para la cuenta, la jurisprudencia de algunos pases (entre ellos, Italia,
Alemania y Austria) se orienta a considerar que tal cuenta resulta inejecutable ya que se
supone que est destinada, en principio, a financiar fines institucionales.38 Otra
tendencia, aunque minoritaria, se inclina a pensar que las cuentas son siempre
susceptibles de medidas coercitivas dada su naturaleza comercial.39
En ciertas ocasiones la medida coercitiva se intenta hacer valer contra la cuenta
corriente bancaria cuya titularidad corresponde a una misin diplomtica o a una oficina
consular. En lneas generales la jurisprudencia de los Estados suele reconocer
inmunidad absoluta a dichas cuentas; as, el Tribunal Constitucional Alemn en X c.
Repblica de Filipinas (1977) reconoci la inviolabilidad de las cuentas de una Misin
diplomtica sobre la base de la Convencin de Viena de 1961 40 y el principio ne
impediatur legatio, aunque advirti que resulta posible solicitar al Estado extranjero que
justifique que la cuenta est afectada solamente a las funciones de la Misin. La Cmara
de los Lores inglesa en Alcom c. Colombia (1984) estableci, por una parte, que debe
partirse de la presuncin de que las cuentas corrientes de una Misin diplomtica estn
destinadas a fines no comerciales, salvo prueba en contrario que incumbe al
demandante y, por otra, el carcter indivisible de las cuentas corrientes de acuerdo a lo
prescripto por el derecho ingls.
Con relacin a las denominadas cuentas mixtas el Tribunal de Distrito de
Columbia en Shipping Co. c. Embassy of Tanzania (1980), permiti el embargo de
una cuenta mixta de la Embajada; la cuenta, segn confes la propia Embajada, era
utilizada no slo para hacer frente a los gastos de la Misin sino que era usada tambin
para actividades comerciales.41
La jurisprudencia espaola relativa a las inmunidades del Estado extranjero inicia en
el ao 1986 una nueva fase42 con las sentencias del Tribunal Supremo de 10 de febrero
y de 1 de diciembre de ese ao43, en las cuales el rgano supremo espaol -revisando su
jurisprudencia anterior- decide acoger la tesis restrictiva de la inmunidad de jurisdiccin
del Estado extranjero44 y proceder a la ejecucin forzosa de una sentencia condenatoria
38

B. CONFORTI (nota 35), p. 302.


Tribunal de Casacin de Alejandra, Egiptian Delta Rice Mills. Co. V. Comisara General de
Abastecimientos y Transportes de Espaa, 1943.
40
Vanse al respecto arts. 22, 24, 25, 28 y 33 de la Convencin de Viena sobre relaciones diplomticas y
sobre relaciones consulares. E. DE LA GUARDIA / M. DELPECH, El Derecho de los Tratados y la
Convencin de Viena, Buenos Aires, La Ley, 1970.
41
A. REMIRO BROTONS Y OTROS (nota 7), p. 819.
42
Antes de esta fecha pueden encontrarse, sin embargo, algunos ejemplos claros de ejecuciones de
sentencia contra un Estado extranjero. As, en M.J.H.M.R. c. Instituto Britnico de Espaa
(11/04/1984), la Magistratura de Trabajo N 4 de Valencia procedi a ejecutar los bienes del citado
Instituto para dar cumplimiento al pago de los salarios y de una indemnizacin. Vase A. G. CHUECA
SANCHO / J. DIEZ-HOCHLEITNER, La admisin de la tesis restrictiva de las inmunidades del Estado
extranjero en la reciente prctica espaola, REDI, vol. XL, n 2, 1988, pp. 41-42.
43
E.B.M. c. Embajada de Guinea Ecuatorial (10/02/1986) y D.A. c. Embajada de Sudfrica en
Madrid (01/12/1986), Aranzadi, Repertorio de Jurisprudencia, 1986, n 7231. Vase J.C. FERNNDEZ
ROZAS / S. SNCHEZ LORENZO, Curso de derecho internacional privado, Madrid, Civitas, 1991, pp. 292293.
44
Aunque esta lnea interpretativa a favor de una posicin restringida en materia de inmunidad de
jurisdiccin y de ejecucin es considerada como preponderante, debe destacarse que la sentencia del
39

17

contra dicho Estado. Sin embargo, no se definen de manera clara los alcances de tal
posibilidad y, en la fase de ejecucin de las decisiones judiciales contra Estados
extranjeros, los tribunales de ese pas nadan en un mar de confusiones, procediendo a
ejecutar bienes de funcionarios consulares, aceptando embargos contra cuentas de
Misiones diplomticas, etc.45

1. La ley 24.488
Como vimos, el Congreso Nacional sancion en 1995 la ley 24.488 sobre
inmunidad jurisdiccional de los Estados extranjeros ante los tribunales argentinos. La
sancin de esta ley, impulsada por el fallo Manauta46, aunque con ciertas
deficiencias, satisfizo la necesidad de un marco legal certero y adecuado para la
temtica en cuestin.
La ley establece, como principio general, que los Estados extranjeros son
inmunes a la jurisdiccin de los tribunales argentinos, en los trminos y condiciones
establecidos en dicha ley (art. 1). Sin embargo, en los diversos incisos del art. 2
establece en qu casos no se aplica la inmunidad de jurisdiccin. Ahora bien, este texto
normativo omite el tratamiento de las inmunidades de ejecucin y el embargo de los
bienes de un Estado extranjero47. Ante esta laguna hay quienes se han pronunciado en el
Tribunal Constitucional 140/1995 (28/09/1995) ha efectuado una interpretacin extensiva de la
inmunidad de jurisdiccin y ha admitido el funcionamiento de la inmunidad con respecto al
arrendamiento de un bien inmueble que estaba destinado a un uso particular de un funcionario
diplomtico extranjero. Este fallo ha merecido crticas por parte de la doctrina en el sentido de que la
decisin supone un paso atrs en la hasta ahora predominante consideracin restrictiva de la
inmunidad de jurisdiccin. No obstante, tal como lo precisan Calvo Caravaca y Carrascosa Gonzlez,
es difcil precisar si estamos ante un regreso de la inmunidad absoluta de jurisdiccin, o ante un vaivn
jurisprudencial que no implica cambio del criterio hasta entonces sostenido. Vase A.-L. CALVO
CARAVACA / J. CARRASCOSA GONZLEZ, Derecho internacional privado, t. I, 5 ed., Granada, Comares,
2004, p. 79.
45
Pueden citarse, a ttulo meramente ejemplificativo, los siguientes fallos: Iglesia Barroso c.
Viceconsulado de Brasil en Vigo (17/12/1986), la Magistratura de Trabajo N 1 de Vigo decidi hacer
lugar a la ejecucin y requerir a la parte demandada ejecutada y, en su caso, a la Embajada de Brasil, que
hiciere efectivo el pago de la suma reclamada en el plazo de 15 das. Al no hacerse efectivo el pago el
tribunal procedi a la ejecucin. En el caso de la Repblica de Sudfrica (1988) el Tribunal Supremo
decret el embargo de los bienes de la Repblica de Sudfrica, excepto los bienes sitos en la Embajada, y
en particular las cuentas corrientes que aqulla pudiere tener en Espaa, as como el saldo acreedor de las
distintas transacciones de bienes o cualquier operacin mercantil que se llevare a cabo por dicho Estado o
por sus deudores en Espaa, hasta cubrir el importe de la cantidad adeudada. En el fallo sobre el caso del
Viceconsulado de Finlandia en Mlaga (1987) , la Magistratura N 6 de Mlaga estableci que se llevara
a cabo la ejecucin contra el vicecnsul que apareca en el proceso como codemandado- reteniendo y
poniendo a disposicin del Tribunal el saldo existente en una cuenta bancaria de la que dicho funcionario
consular era titular. La Magistratura N 24 de Madrid en el caso de la Embajada de Honduras (1987)
decret el embargo de los bienes de la Embajada por el importe de la cantidad reclamada. Vase A. G.
CHUECA SANCHO / J. DIEZ-HOCHLEITNER (nota 42), pp. 43-49.
46
Vase ED, 18/04/1995, pp. 1 ss. y A. DREYZIN DE KLOR, Comparecencia de un Estado extranjero ante
los tribunales argentinos. Una oportunidad aprovechada (nota 26), pp. 13-26 y M. C. FEUILLADE,
Competencia internacional civil y comercial, Buenos Aires, baco, 2004, pp. 88 ss.
47
La CNCiv. y Com.Fed, sala I, in re Rouge A. Beltrn y otro c. Gobierno de Su Majestad Britnica s/
incidente de embargo (17/02/2000), sostuvo que a los fin es de establecer la embargabilidad de los
bienes de un Estado extranjero, se debe proceder con extrema prudencia y distinguir los tipos de bienes
sobre los que puede recaer la medida, ya que se trata de una cuestin jurdica de importancia internacional
sobresaliente que debe ser resuelta segn las normas y principios del derecho internacional incorporado

18

sentido de que resultara necesario un nuevo planteo de inmunidad para obtener la


ejecucin o el embargo48. Sin embargo, otros han sealado que no se debe perder de
vista que la inmunidad de jurisdiccin de los Estados es un instituto diferente de la
inmunidad de jurisdiccin de los agentes diplomticos y que la norma consuetudinaria
no est bien establecida, habiendo jurisprudencia de diversos pases que distinguen la
posibilidad de ejecucin o no de las sentencias contra un Estado extranjero teniendo en
cuenta la calidad de los bienes involucrados.49

2. Jurisprudencia nacional
En materia de inmunidad de ejecucin de los Estados extranjeros la Corte Suprema
de Justicia de la Nacin ha tenido oportunidad de pronunciarse varios fallos. As, en
Blasson, Beatriz Lucrecia G. c/ Embajada de la Repblica Eslovaca (10/06/1999)50 el
juez laboral trab un embargo preventivo sobre una cuenta bancaria de titularidad de la
Embajada. sta solicit el levantamiento del embargo preventivo argumentando su
inmunidad. Su pedido fue denegado por el juez de primera instancia y tambin por la
Cmara Nacional de Apelaciones del Trabajo. La CSJN resolvi revocar las anteriores
decisiones y orden, por tanto, el levantamiento del embargo preventivo sobre la cuenta
corriente.
Las argumentaciones principales de la Corte fueron las siguientes:
1. No existe en Argentina una norma de derecho interno que regule especficamente el
conflicto de inmunidad de ejecucin de los Estados extranjeros. As, ante la falta de
norma de derecho interno, el caso debe ser resuelto segn las normas y principios del
derecho internacional que resulta incorporado al derecho argentino federal, pues el
desconocimiento de las normas que rigen las relaciones diplomticas internacionales no
tendra otro desenlace que conducir al aislamiento de nuestro pas en el concierto de
naciones.
2. Las medidas ejecutorias contra bienes de un Estado extranjero que implican el
empleo de la fuerza pblica del Estado del foro, afectan gravemente la soberana e
independencia del Estado extranjero, razn por la cual no cabe extender las soluciones
sobre inmunidad de jurisdiccin a los casos de inmunidad de ejecucin. As, la renuncia
a la primera no importa, por s, la dimisin a la segunda inmunidad.
3. La adopcin de la tesis de la inmunidad restrictiva de los Estados extranjeros, no
implica necesariamente la inmunidad de ejecucin a su respecto, pues las medidas
ejecutorias interfieren contra los derechos soberanos del Estado extranjero de un modo
mucho ms grave y apremiante.
ipso jure al derecho federal argentino, pues el desconocimiento de las normas que rigen las relaciones
diplomticas internacionales no tendra otro desenlace que conducir al aislamiento de nuestro pas en el
concierto de las naciones, ED, t. 191, p. 249.
48
Esto resultara congruente con lo prescripto en el art. 32.4 de la Convencin de Viena sobre relaciones
diplomticas que exige para la ejecucin o el embargo una nueva renuncia por parte del Estado. Vase
A.L. ZUPPI, La inmunidad jurisdiccional de los Estados extranjeros ante los tribunales argentinos
conforme la ley 24.488, ED, 14/02/1996.
49
J. BARBOZA (nota 36), p. 337.
50
Fallos 322:2399, ED, t. 194, pp. 732-733. E.J. ARAMBURU, Inmunidad de ejecucin de los Estados
extranjeros. Comentario al fallo de la Corte Suprema en Blasson, Beatriz Lucrecia G. C/ Embajada de la
Rep. Eslovaca, http://www.geocities.com/enriquearamburu.html

19

4. El consentimiento, por parte de un Estado extranjero, al ejercicio de la jurisdiccin en


el Estado del foro no importa dar conformidad a la posibilidad de adoptar medidas
ejecutorias sobre bienes de aqul, para las cuales ser necesario el consentimiento
separado.
5. Si bien los bienes pertenecientes a un Estado extranjero se presumen pblicos y estn
protegidos por la inmunidad de ejecucin hasta que el acreedor pruebe lo contrario, no
es suficiente que el bien est afectado a una actividad privada, se debe probar adems
que la causa de la medida ejecutoria es la misma que ha dado origen al litigio.
6. Es inadmisible la ejecucin forzada de la propiedad de un Estado extranjero sin el
consentimiento de ste, si aquella propiedad sirve a fines soberanos de aqul.
7. Es inadmisible la traba de medidas ejecutorias sobre la cuenta bancaria de una
Embajada, toda vez que si bien las relaciones laborales destinadas al servicio de una
misin diplomtica son pagadas ordinariamente con fondos depositados en la cuenta
mencionada, no pueden ser satisfechas por la va de apremio contra aquella cuenta que
solventa las diarias expensas de la misin, pues el Estado receptor est obligado a
acordar plenas facilidades para el cumplimiento de las funciones de la misin.
8. Ante el conflicto entre el derecho del trabajador a cobrar su salario de una Embajada
sobre la cuenta bancaria destinada normalmente a pagarlo y el derecho de un Estado
extranjero a la inmunidad de ejecuciones sobre esa misma cuenta ha de darse
preferencia a esta ltima, aunque no haya sobre el caso inmunidad de jurisdiccin.51
Siguiendo el criterio sentado por la CSJN en Blasson, la Sala I de la Cmara
Nacional Civil y Comercial Federal confirm el 17/02/2000 el pronunciamiento del juez
de primera instancia en el caso Rouge A. Beltrn y otro c. Gobierno de Su Majestad
Britnica s/ incidente de embargo, quien haba desestimado el embargo peticionado
por el actor sobre fondos, ttulos y/o valores existentes en cuentas bancarias de la
Embajada del Reino Unido de Gran Bretaa e Irlanda el Norte en nuestro pas. Seal el
magistrado que tales bienes resultaban en principio- inembargables ya que no
resultaba posible precisar si los fondos depositados respondan a obligaciones
originadas en actividades iure gestionis o no. La Cmara precis que () si bien no es
posible descartar que los bienes indicados por el recurrente pudieran ser utilizados
tambin para fines comerciales, corresponde al acreedor () la carga de probar tal
exremo.
En la causa Obras Sanitarias de la Nacin v. Embajada de la U.R.S.S.Representacin Comercial de Rusia52 (21/05/2001) la actora demand el cobro del
servicio de agua del inmueble de la Embajada de la U.R.S.S. La parte demandada opuso
excepcin de incompetencia alegando el beneficio de la inmunidad de jurisdiccin. El
juez de primera instancia rechaz la excepcin interpuesta y mand llevar adelante la
ejecucin; la decisin de primera instancia fue confirmada por la Cmara. De acuerdo
al dictamen del Procurador General, la Federacin Rusa no posea inmunidad de
jurisdiccin ya que el supuesto planteado encuadraba dentro del artculo 2, inciso f de la
ley 24.488. La Corte Suprema por mayora declar admisible el recurso extraordinario y
confirm lo resuelto; estableci que la sentencia apelada que mandaba llevar adelante la
ejecucin no comportaba acto precautorio o ejecutivo alguno en contra de los bienes de

51

Vase LL, 2000-B, pp. 539-540.


ED, t. 197, pp. 676-688, con nota de L. DEL CASTILLO, Servicios pblicos e inmunidad de
jurisdiccin.
52

20

la accionada, eventualmente comprendidos en la inmunidad prevista en la norma del


artculo 22.3 de la Convencin de Viena sobre relaciones diplomticas de 1961.53
Recientemente la CSJN, en fecha 28/06/2005, se pronunci en la causa Recurso
de hecho deducido por la demandada en la causa Torres, Norma c/ Embajada del
Reino de Arabia Saudita54. Aqu, la actora promovi demanda reclamando a la
Embajada del Reino de Arabia Saudita diversos rubros laborales mayormente derivados
del despido sin causa. La demandada fue declarada rebelde y se la conden. La
Embajada aleg que se haban incumplido las formalidades que deben revestir tales
actos cuando se trata de notificar a Estados extranjeros y solicit la nulidad de todo lo
actuado con apoyo en lo previsto por los artculos 24, inciso 1, del decreto-ley 1285/58;
48, 49 y 59 de la ley 18.345; 41, inciso 2, de la Convencin de Viena sobre relaciones
diplomticas; y 5, inciso j, y 14 de la Convencin de Viena sobre relaciones consulares,
por considerar que se haba omitido requerir la conformidad del Estado reclamado para
ser sometido a juicio y las formalidades de ley al notificar la declaracin de puro
derecho, rebelda y sentencia final.
Llegado el caso a la Cmara Nacional de Apelaciones del Trabajo, la Sala I
deneg el recurso extraordinario de la demandada con apoyo en que involucra aspectos
de derecho procesal y comn, no incluidos en los supuestos de los artculos 14 y 15 de
la ley n 48, y en que constituye facultad privativa de la Corte Suprema determinar si la
cuestin implica trascendencia o gravedad institucional. La quejosa alega un supuesto
de denegacin de justicia y la vulneracin de la garanta de la defensa en juicio prevista
en el artculo 18 de la CN con sustento en que, arbitrariamente y violando lo dispuesto
por la Convencin de Viena sobre Relaciones Diplomticas en orden a los modos de
notificacin procesal a las representaciones extranjeras, reiteradamente se le ha
impedido tomar conocimiento de las actuaciones, ignorndose as la investidura
ostentada por la legacin de un Estado extranjero. Asimismo reprocha que se le haya
notificado la sentencia por carta documento y que pretendan aplicrsele astreintes,
contraviniendo el principio de inmunidad ejecutoria reconocido en tratados
internacionales ratificados por nuestro pas.
El voto mayoritario de los Dres. Petracchi, Belluscio, Maqueda, Zafaroni y
Highton de Nolasco sostuvo que la cuestin planteada es ajena a esta instancia
extraordinaria, con arreglo a reiterada y conocida doctrina del Tribunal, toda vez que
remite a la interpretacin y aplicacin de normas de ndole no federal, realizada por los
jueces de la causa con fundamentos razonables y suficientes de igual carcter,
circunstancia que excluye la configuracin del excepcional supuesto de arbitrariedad de
sentencia, mayormente cuando la solucin alcanzada, mutatis mutandi, guarda armona
con tradicional jurisprudencia de esta Corte (v. Fallos: 285:300, entre otros). Cabe
acotar, por lo dems, que no resulta atendible la defensa de la recurrente, basada en que
el acto procesal por el que impugn la denegacin del recurso de apelacin debi ser
considerado un recurso de queja. En efecto, no slo el intitulado del escrito respectivo
expresa Interpone Recurso Revocatoria-Apelacin en Subsidio, sino que,
53

El Dr. Boggiano, en su voto en disidencia seal que Ante el delicado y embarazoso conflicto entre el
derecho de la empresa actora a percibir su crdito por el servicio de provisin de agua corriente y
desages a un inmueble de la delegacin de un Estado extranjero, y el derecho de ste a la inmunidad de
ejecucin, ha de darse preferencia a tal privilegio, pese a que no haya sobre el caso inmunidad de
jurisdiccin: toda vez que aquella prerrogativa se funda en el derecho internacional necesario para
garantizar las buenas relaciones con los Estados extranjeros y con las organizaciones internacionales (art.
27, Constitucin Nacional)., ED, t. 197, pp. 676-677.
54
DJ, 28/06/2005.

21

fundamentalmente, la totalidad de su contenido obedece por entero a ese


encabezamiento, de manera que mal podra aducirse una suerte de error de pluma
(Fallos: 193:123). A ello se suma que dicha pieza no fue presentada directamente ante
el a quo sino ante el juez de primera instancia, circunstancia que ratifica el sentido dado
a la presentacin (art. 282 cit.). Que, asimismo, esta Corte no advierte, ni la recurrente
lo seala, cul sera la norma con base en la cual debera entenderse que la interposicin
de recursos inadmisibles revocatoria y apelacin en subsidio suspendi el curso del
plazo para deducir el recurso apropiado, vale decir, el de queja ante la alzada. En virtud
del dictamen del Procurador Fiscal y de las argumentaciones dadas, la CSJN resolvi
desestimar la queja.
Sin embargo, caben resaltar algunas precisiones efectuadas en el extenso voto
en disidencia del Dr. Boggiano, quien parte de considerar que no resulta posible
soslayar que el principio de inmunidad de ejecucin de los Estados extranjeros
constituye un pilar bsico del derecho internacional general y que las medidas
ejecutorias contra bienes de un Estado afectan gravemente la soberana e independencia
del Estado extranjero, con el consiguiente desconocimiento de las normas que rigen las
relaciones diplomticas internacionales. En su opinin, corresponde examinar el agravio
de la Embajada del Reino de Arabia Saudita que invoca la inmunidad de ejecucin del
Estado extranjero a propsito de lo decidido en materia de astreintes por el juez de
grado. Este consider que el principio invocado no obsta a la imposicin de sanciones
de tenor conminatorio, en tanto no traduzcan el uso de la fuerza o medidas anlogas
sobre bienes alcanzados por la inmunidad invocada. En el considerando 6 el
magistrado argumenta que el art. 32.4 de la Convencin de Viena sobre relaciones
diplomticas establece que la renuncia a la inmunidad de jurisdiccin respecto de las
acciones civiles o administrativas no ha de entenderse que entraa la renuncia a la
inmunidad en cuanto a la ejecucin del fallo, para lo cual ser necesario una nueva
renuncia, para a continuacin sostener que, en modo alguno, cabe interpretar que la
misin diplomtica haya renunciado a este privilegio, por el contrario en las diversas
presentaciones que constan en la causa, manifest que est amparada por la inmunidad
de embargo y ejecucin y que considera una medida compulsiva contraria a la
convencin citada la aplicacin de las astreintes impuestas por el juez de primera
instancia.. El voto disidente remarca que la mera imposicin de una sancin
conminatoria, afecta la inmunidad de ejecucin del Estado extranjero pues la
consecuencia natural e inmediata de la adopcin de esta clase de medidas acarrea
ineludiblemente la ejecucin. En efecto aun cuando la mera imposicin de astreintes no
tiene en s misma fuerza ejecutoria constituye un acto coercitivo tendiente a vencer la
renuencia del demandado en el cumplimiento de la sentencia. En este sentido, se
impone concluir que si la inmunidad se extiende a la ejecucin de toda sentencia
incluye, obviamente, las medidas tendientes a obtenerla. De acuerdo a las
consideraciones efectuadas en su voto, corresponde dejar sin efecto lo resuelto en las
anteriores instancias respecto de la forma en que se orden llevar adelante la ejecucin
disponiendo que ella se adecue a la doctrina de los ya citados precedentes de Fallos:
322:2399 y 324:1648. Ello es as, pues la inmunidad de ejecucin se vera frustrada si se
permitiera trabar embargos, procederse a secuestros y a hacer efectivos actos ejecutivos
postergando para una instancia ulterior el debate sobre la inmunidad cuando sta ya se
hubiese desconocido dando lugar a la responsabilidad internacional que esta Corte debe
precisamente prevenir y no dejar que ocurra mediante el recurso a una interpretacin de
la inmunidad de ejecucin equivalente a su prctica prescindencia.

22

3. Bienes del Estado extranjero que poseen una proteccin especfica


Existen ciertas normas internacionales que brindan una proteccin especfica a
ciertos bienes estatales y, por ende, les reconocen inmunidad. Esto sucede con respecto
a los buques de guerra, los buques estatales utilizados para un servicio oficial o las
aeronaves del Estado. Con respecto a stas ltimas, el Convenio de Roma de 1933 para
la unificacin de ciertas reglas relativas al embargo preventivo de aeronaves excluye de
esta medida en su artculo 3 a las aeronaves destinadas a un servicio estatal. Por su
parte, el Convenio de Chicago de 1944 sobre aviacin civil reconoce inmunidad de
ejecucin a las aeronaves del Estado utilizadas en servicios militares, aduaneros o de
polica. Asimismo, el artculo 22 de la Convencin de Viena sobre relaciones
diplomticas reconoce inmunidad de ejecucin a los locales de la Misin diplomtica y
a los bienes situados en ellos.
Los artculos 34 a 42 del Tratado de Derecho de navegacin comercial de
Montevideo de 1840 se refieren a buques del Estado y regulan de manera detallada las
inmunidades del Estado en diferentes hiptesis. Esta normativa se inspira en la
Convencin de Bruselas de 1926 sobre inmunidad de navos pblicos.55
4. Legislacin comparada
La ley norteamericana de 1976 (Sec. 1610) limita las medidas de ejecucin a los
bienes del Estado extranjero situados en el territorio de Estados Unidos y siempre que
tales bienes sean utilizados para la actividad comercial en la que se fundamenta la
demanda. Contrapuesta a esta posicin, las legislaciones de Australia (1985), Canad
(1982), Pakistn (1981) Gran Bretaa (1978), Singapur (1979) y Sudfrica (1981)
permiten ejecutar cualquier bien utilizado para fines comerciales.56
La Convencin europea sobre jurisdiccin de los Estados de 1972 prohbe, con
carcter general, toda medida de ejecucin o cautelar contra los bienes del Estado
extranjero, salvo que medie su consentimiento por escrito (art. 23). No obstante,
establece la obligacin de los Estados parte de dar cumplimiento a las sentencias
dictadas ex convenio por los tribunales del foro; contempla, asimismo, un rgimen
facultativo al que pueden acogerse los Estados parte mediante declaracin unilateral,
admitiendo las medidas de ejecucin contra aquellos bienes utilizados exclusivamente
para actividades industriales o comerciales del Estado extranjero y siempre y cuando
estuvieran destinados a la misma actividad industrial o comercial que dio lugar a la
demanda.

5. Medidas cautelares y medidas de ejecucin de sentencias


Hemos visto hasta aqu cules son los criterios que predominan en la legislacin
y en la jurisprudencia.

55
56

W. GOLDSCHMIDT (nota 19), pp. 437-438.


A. REMIRO BROTONS Y OTROS (nota 7), p. 818.

23

Ahora bien, ante situaciones de incumplimientos por parte del Estado extranjero
tales como despido sin la correspondiente indemnizacin, deudas por aportes
previsionales, falta de pago en contratos de locacin de obra o servicios, falta de pago o
devolucin del bien objeto de un contrato de locacin de inmuebles, entre otros, debe
tenerse en cuenta que la traba de un embargo sobre los bienes que un Estado extranjero
tenga en nuestro pas, no debe afectar aquellos bienes que posean una relacin directa
con las funciones de la Misin diplomtica o la oficina consular. Por lo tanto, debern
fundarse de manera correcta tales pedidos ya que, en ciertos casos, los servicios
prestados y no remunerados que originan el litigio han sido realizados por la Embajada
para dar cumplimiento especfico a su misin.
Con relacin a las medidas cautelares cuya finalidad es lograr la ejecucin o
cumplimiento de las sentencias judiciales, una posibilidad que podra resultar viable
sera establecer en los contratos cauciones, de manera tal de asegurar el resultado final
del juicio en aquellos supuestos en que se presenten desavenencias entre las partes.57

IV. La Convencin de las Naciones Unidas sobre las inmunidades jurisdiccionales


de los Estados y de sus bienes

La Asamblea General de las Naciones Unidas adopt el 2 de diciembre de 2004


la Convencin sobre inmunidades jurisdiccionales de los Estados y sus bienes58. Dicho
texto es el resultado de muchos aos de intensos trabajos y negociaciones de las
diferentes posturas de los Estados miembros; el texto convencional ha quedado abierto a
la firma de todos los Estados hasta el 17 de enero de 2007. Mas all de que Argentina
no haya ratificado este instrumento convencional, creemos oportuno referirnos aunque
de manera muy somera- a algunas de sus disposiciones.
La Convencin se encuentra estructurada metodolgicamente por un prembulo,
seis partes y un anexo que forma parte de la misma.
La Convencin se aplica a la inmunidad de la jurisdiccin de un Estado y de sus
bienes ante los tribunales de otro Estado (art. 1). El mismo art. 5 establece como
principio general que todo Estado goza, para s y sus bienes, de inmunidad de
jurisdiccin ante los tribunales de otro pas.
El art. 2 contiene una serie de calificaciones, definiendo lo que debe entenderse
por tribunal, Estado y transaccin mercantil. Ahora bien, la parte final de la norma
establece que ms all de las disposiciones referidas a la terminologa utilizada en la
Convencin, tales calificaciones se entendern sin perjuicio del empleo de esa
terminologa o del sentido que se le pueda dar en otros instrumentos internacionales o
en el derecho interno de cualquier Estado.
Hay privilegios e inmunidades que no se encuentran afectados por esta
Convencin; as, el art. 3 dispone que la Convencin se entender sin perjuicio de:
1) los privilegios e inmunidades de que goza un Estado segn el derecho internacional
en relacin con el ejercicio de las funciones de: a) sus misiones diplomticas, sus
oficinas consulares, sus misiones especiales, sus misiones ante organizaciones
internacionales o en conferencias internacionales, y b) las personas adscriptas a ellas;
57

S. FELDSTEIN DE CRDENAS / H. LEONARDI DE HERBN, Cmo y cundo demandar a un Estado


extranjero?, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1996, pp. 97-98.
58
UN A/RES/59/38

24

2) los privilegios e inmunidades que el derecho internacional reconoce ratione personae


a los Jefes de Estado.
El art. 3 in fine deja claro que la normativa se aplicar sin perjuicio de la
inmunidad de que goce un Estado, en virtud del derecho internacional, respecto de las
aeronaves o los objetos espaciales de propiedad de un Estado u operados por un Estado.
Con respecto a los modos de hacer efectiva la inmunidad del Estado, el art. 6.1
dispone que un Estado har efectiva la inmunidad abstenindose de ejercer jurisdiccin
en un proceso incoado ante sus tribunales contra otro Estado y, a tales efectos, velar
por que sus tribunales resuelvan de oficio la cuestin del respeto de la inmunidad de ese
otro Estado. La Convencin tambin contiene disposiciones sobre el consentimiento
expreso al ejercicio de jurisdiccin (art. 7) y el efecto de la participacin en un proceso
ante un tribunal (art. 8). La inmunidad de jurisdiccin es renunciable y tal renuncia
puede ser expresa o tcita; sin embargo, debe aclararse que el texto convencional
distingue entre el consentimiento a la jurisdiccin de un tribunal extranjero, por una
parte, y el consentimiento para la adopcin de medidas precautorias o de ejecucin
sobre sus bienes, por otra, estableciendo claramente que el consentimiento a la
jurisdiccin de tribunales forneos no se extiende al segundo caso (art. 20).
Ahora bien, la Convencin especifica claramente cules son los procesos en los
cuales la inmunidad del Estado no puede ser invocada: as, con relacin a transacciones
mercantiles (art. 10), contratos de trabajo (art. 11), lesiones a las personas y daos a los
bienes causados por un acto o una omisin presumiblemente atribuible al Estado, (art.
12), procesos relativos a la propiedad, posesin y uso de bienes (art. 13), propiedad
intelectual e industrial (art. 14), participacin en sociedades u otras colectividades (art.
15), buques de propiedad de un Estado o explotados por un Estado que sean utilizados
para fines que no sean un servicio pblico no comercial (ar. 16).
La ltima norma de la Parte III de la Convencin regula los efectos que lleva
aparejado un convenio arbitral celebrado por escrito entre un Estado y una persona
natural o jurdica extranjera a los efectos de someter a arbitraje un litigio relacionado
con una transaccin de carcter comercial. En este supuesto, el Estado no podr hacer
valer la inmunidad de jurisdiccin ante un tribunal de otro Estado, por lo dems
competente, en ningn proceso relativo a: 1) la validez, la interpretacin o la aplicacin
del convenio arbitral, 2) el procedimiento de arbitraje, o 3) la confirmacin o anulacin
del laudo. Todo esto sin perjuicio de que el convenio arbitral estipule otra cosa diferente
(art. 17).
La Parte IV, a travs de 4 normas, refiere a la inmunidad del Estado respecto de las
medidas coercitivas adoptadas en relacin con un proceso ante un tribunal. No se
encuentran dentro de las calificaciones contenidas en la Convencin las concernientes a
medidas coercitivas, sino que simplemente el texto se refiere al embargo y la
ejecucin. La inmunidad del Estado respecto de medidas coercitivas debe distinguirse,
tal como lo hace la Convencin y anteriormente lo haca el Proyecto- en medidas
anteriores al fallo y posteriores al mismo. Las primeras no podrn adoptarse contra los
bienes de un Estado, en relacin con un proceso ante un tribunal de otro Estado, sino en
los casos que enumera el art. 18 y dentro de los lmites que la misma norma establece:
1) cuando el Estado haya consentido expresamente en la adopcin de tales medidas, o 2)
cuando el Estado haya asignado o destinado bienes a la satisfaccin de la demanda
objeto de ese proceso. Vale decir que resulta ineludible el consentimiento por parte del
Estado. Las segundas (medidas de ejecucin de sentencias) tampoco podrn adoptarse
contra los bienes de un Estado, salvo: 1) cuando el Estado haya consentido

25

expresamente en la adopcin de esas medidas, 2) cuando el Estado haya asignado o


destinado bienes a la satisfaccin de la demanda objeto de ese proceso o 3) cuando se ha
determinado que los bienes se utilizan especficamente o se destinan a su utilizacin por
el Estado para fines distintos a los fines oficiales no comerciales y que se encuentran en
el territorio del Estado del foro, si bien nicamente podrn tomarse medidas coercitivas
posteriores al fallo contra bienes que tengan un nexo con la entidad contra la cual se
haya incoado el proceso (art. 19).
Merece especial atencin el hecho de que los Estados hayan tenido una diferente
opinin con respecto al tema de las medidas coercitivas anteriores y posteriores al fallo.
As, el gobierno de China consider que, en general, la cuestin de la inmunidad
respecto de medidas de ejecucin se plantea slo despus de que un tribunal nacional ha
dictado sentencia a favor del demandante. Por lo tanto, no deberan en su opininaplicarse medidas coercitivas contra un Estado antes del juicio; esto impedira que los
tribunales nacionales abusaran de las medidas coercitivas, causando perjuicio a los
bienes del Estado extranjero. China remarca que el consentimiento del Estado
demandado resulta necesario para la aplicacin de medidas coercitivas previas al juicio.
Con relacin a las medidas coercitivas posteriores al juicio, opina que el consentimiento
del Estado demandado es tambin esencial para la ejecucin de tales medidas,
especialmente en los casos en que el Estado demandado aun plantea la cuestin de la
inmunidad jurisdiccional. Si un tribunal nacional aplicase medidas coercitivas contra los
bienes de un Estado demandado sin el consentimiento de ste, esa medida no slo
violara el principio par in parem imperium nom haber, sino que tambin podra crear
tensin en las relaciones entre los dos Estados.
Con respecto a los bienes del Estado extranjero demandado sobre los cuales puede
recaer una medida coercitiva, China considera que stos deben cumplir determinadas
condiciones; as: 1) los bienes deben estar situados en el territorio del Estado del foro,
2) los bienes deben ser utilizados o estar destinados a ser utilizados especficamente por
el Estado para fines que no sean un servicio pblico no comercial, 3) los bienes deben
tener relacin con la demanda objeto del proceso o con el organismo o institucin contra
los que se haya incoado el proceso.59
El Gobierno de Italia, por su parte, se mostr partidario de efectuar una distincin
entre las medidas coercitivas previas y las posteriores al fallo; dicha decisin
encontrara fundamento en el hecho de que la inmunidad respecto de las medidas
previas al fallo es ms amplia que la correspondiente a las medidas adoptadas con miras
a ejecutar una sentencia. Sin embargo, Italia remarc que los bienes no necesariamente
deben guardar relacin con la reclamacin que es objeto del proceso o con el organismo
o la institucin demandados.60
Japn puso de relieve que las medidas coercitivas previas al fallo entraan un riesgo
de abuso ya que la decisin de imponerlas se puede llegar a tomar sin que se proceda a
efectuar un examen de fondo de la cuestin de que se trate. Este pas propici el
concepto de que los fallos deben, en principio, ser ejecutados voluntariamente por el
Estado.61
Chile declar que no vea cul era la conveniencia prctica de distinguir entre
medidas previas al fallo y posteriores al mismo. Por otro lado, el gobierno de este pas
mencion en su informe que el articulado no dejaba claro si entre las medidas previas al
59

Vase al respecto A/ 56/291 de 14/08/2001.


A/56/291/Add.1 de 24/10/2001.
61
A/56/291/Add.2 de 05/11/2001.
60

26

fallo se incluan las denominadas prejudiciales, esto es, anteriores al propio proceso o
si, por el contrario se refera a las medidas precautorias adoptadas en el proceso
correspondiente.62
Alemania en todo momento hizo hincapi en que la cuestin de la inmunidad de
un Estado con respecto a las medidas coercitivas era un componente esencial de una
posible Convencin, sin el cual se la despojara de toda justificacin. Esas medidas
coercitivas comprenden medidas posteriores y anteriores al fallo y deberan estar sujetas
al mismo rgimen jurdico. La exclusin de medidas coercitivas con el fin de otorgar
proteccin temporal podra poner en peligro la ejecucin de fallos contra un Estado
parte en los casos en que no goza de inmunidad. Alemania opin que si las medidas de
coaccin se limitaran a los bienes que tuvieran alguna relacin con la demanda,
constituira una limitacin excesiva de la responsabilidad del Estado extranjero que
participa en actividades mercantiles.63
El art. 20, referido al efecto del consentimiento a la jurisdiccin sobre las medidas
coercitivas dispone que cuando se requiera el consentimiento para la adopcin de tales
medidas (de conformidad con los arts. 18 y 19), el consentimiento para el ejercicio de la
jurisdiccin en virtud del art. 7 no implicar el consentimiento para adoptar medidas
coercitivas.
Finalmente, la Convencin enuncia una serie de bienes que no son susceptibles de
ejecutarse; de esta forma, las clases especiales de bienes encuentran cabida en el art.
21 que establece que:
1. No se considerarn bienes utilizados o destinados a ser utilizados especficamente
por el Estado para fines que no sean un servicio pblico no comercial conforme a lo
dispuesto en el apartado c) del artculo 19:
a) Los bienes, incluida cualquier cuenta bancaria, que sean utilizados o estn destinados
a ser utilizados en el desempeo de las funciones de la misin diplomtica del Estado o
de sus oficinas consulares, sus misiones especiales, sus misiones ante organizaciones
internacionales o sus delegaciones en rganos de organizaciones internacionales o en
conferencias internacionales;
b) Los bienes de carcter militar o los que sean utilizados o estn destinados a ser
utilizados en el desempeo de sus funciones militares;
c) Los bienes del banco central o de otra autoridad monetaria del Estado64;
d) Los bienes que formen parte del patrimonio cultural del Estado, o parte de sus
archivos, y que no se hayan puesto ni estn destinados a ser puestos en venta;
e) Los bienes que formen parte de una exposicin de objetos de inters cientfico,
cultural o histrico y que no se hayan puesto ni estn destinados a ser puestos en venta.
62

A/55/298 de 17/08/2000.
A/53/274/Add.1 de 14/09/1998.
64
Esta disposicin de la Convencin afirma una inmunidad especfica a favor de los bancos centrales.
Dicha solucin, que es la misma adoptada por las leyes de Gran Bretaa, Singapur y Pakistn supone dar
un tratamiento ms favorable a estas entidades que a los propios Estados extranjeros. Por tal motivo, la
doctrina se ha pronunciado en contra de esta norma y la tendencia general en la jurisprudencia comparada
es denegar la inmunidad a los bancos centrales por sus actividades comerciales. Vase la sentencia del
Tribunal de Apelaciones britnico en Hispano Americana Mercantil S.A. c. Central Bank of Nigeria
(1979) en relacin a una operacin de compra de cemento por Nigeria o los autos Epoux Martin c.
Banque dspagne (1952) y Z. Blagojevic c. Banque du Japon (1976). La ley de Australia en el art.
35 establece que los bienes de los bancos centrales gozarn de inmunidad de ejecucin cuando satisfagan
los requisitos exigidos para otorgar inmunidad a los bienes de un Estado extranjero, excluyendo as los
bienes empleados para fines comerciales. La Sec. 1.611 de la ley de Estados Unidos se sita en la misma
lnea. Vase A. REMIRO BROTONS Y OTROS (nota 7), pp. 818-819.
63

27

2. Lo dispuesto en el prrafo 1 se entender sin perjuicio de lo previsto en el artculo 18


y los apartados a) y b) del prrafo 1 del artculo 19.

V. Conclusiones
Todo lo que se relaciona con la admisin o consagracin de inmunidades
jurdicas, en cualquiera de sus dimensiones o manifestaciones, produce en el espritu
forjado en ideas de libertad e igualdad una sensacin amarga, de rechazo. La inmunidad
jurdica es un privilegio y, como tal, amerita un minucioso estudio para determinar
cundo y bajo qu estrictas condiciones es socialmente justo admitirla.
Argentina ha evolucionado hacia la tesis de la inmunidad relativa con la ley
24.488, pero dicho avance no ha sido completo ya que se mantiene la inmunidad
absoluta de ejecucin. El problema es que de poco puede servir que se abra la
jurisdiccin en un relativamente amplio tipo de causas si luego no existe la posibilidad
de obtener el cumplimiento forzado de los fallos condenatorios. Desde ese punto de
vista, debe propiciarse la posibilidad de obtener medidas de coercin, tanto posteriores
como anteriores a la sentencia, sin perjuicio de que puedan aparecer formas
diplomticas que hagan innecesario echar mano de tales medidas.
Los particulares que contratan con Estados extranjeros deberan contar con los
mismos grados de seguridad y previsibilidad que los que ofrece el ordenamiento para
todas las relaciones entre sujetos privados. Es incongruente permitir a los Estados
trabarse en relaciones con los particulares para luego dejarlos que cumplan o no sus
deberes de acuerdo a su conveniencia.
El camino hacia una razonable posibilidad de ejecucin de fallos nacionales
contra Estados extranjeros debe ser recorrido cuidadosamente. Habr que distinguir
cules bienes sern suceptibles de medidas coercitivas y habr que diferenciar tambin
el grado de inferioridad en que se encuentran los particulares en cada caso, puesto que
no es lo mismo una empresa contratista que tiene la posibilidad de negociar acuerdos
ventajosos, pactar jurisdiccin y renuncias anticipadas a la inmunidad, que un trabajador
individual, u otro pequeo contratante, absolutamente sometido al arbitrio de quien
tiene una posicin dominante.
En trminos comparativos, la ley argentina se asemeja en lneas generales a la
Convencin de Naciones Unidas sobre las inmunidades jurisdiccionales de los Estados
y de sus bienes. En los dos textos se recepciona la inmunidad de jurisdiccin, la que
resulta exepcionada en aquellos supuestos que la misma normativa establece, aunque
debe destacarse que en orden a este punto existen diferencias entre el texto interno y el
convencional65. La Convencin avanza y declara expresamente la inmunidad de
ejecucin cuestin sobre la que la ley argentina calla-, aunque tal inmunidad de
ejecucin no es absoluta sino, por el contrario, restringida, admitindose la traba de
embargos y las medidas coactivas. Si bien es cierto que la ley 24.488 no se refiere a la
inmunidad de ejecucin, deben tenerse presente ciertos fallos de la CSJN a los que nos
hemos referido ut supra, en los cuales, de darse determinadas condiciones, seran
susceptible de ejecutarse algunos bienes.
65

Vanse las diferencias en relacin a las indemnizaciones por daos y lesiones, derechos de
propiedad industrial e intelectual.

28

Las pautas surgidas de la Convencin de Naciones Unidas dan, parcialmente,


una respuesta adecuada a nuestra inquietud sobre la necesidad de extender la
realizacin de la justicia (que tanto pregonamos desde el DIPr) a las controversias
judiciales en las que el demandado es un Estado extranjero.

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