Amor Que Perdona y Restaura.

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Estudio 24

AMOR QUE PERDONA Y RESTAURA.

14 de Junio 2015

CONTEXTO: Oseas 13: 1 a 14:9


TEXTO BSICO: Oseas 13: 1-3, 9-16; 14: 1-9
VERDAD CENTRAL: El llamamiento a Israel para que se arrepienta y comience el proceso de
restauracin nos ensea que Dios perdona y restablece a la persona que se arrepiente de sus
pecados y se acerca a l.
VERSCULO CLAVE:

ESTUDIO PANORMICO DEL CONTEXTO


En el pasado la tribu de Efran mantuvo el lugar de honor en Israel (Gnesis_48:12-20;
Jueces_8:1-4). Sin embargo, en el ao 733 a. de J.C. perdi su territorio e influencia a manos de
los asirios. Dios explica que la prdida es por la adoracin de Baal que increblemente an sigue
en Israel. El culto en Betel utiliza la imagen del becerro e individuos utilizan dolos ms
pequeos en sus hogares en el culto de fertilidad. Besar la imagen es una parte del culto de
Baal (1Reyes_19:18). La sentencia responde a la acusacin. Porque Efran busc vida en Baal y
su control de la naturaleza, ser como las cosas de la naturaleza que en realidad no son nada:
niebla, roco, tamo y humo.

1. LO ALIENANTE DE LA ADORACIN A OTROS DIOSES, Oseas 13:1-3


1

Cuando Efram hablaba, era el terror; se levant en Israel, pero se hizo culpable con
Baal y muri *. 2 Y ahora continan pecando; de su plata se hacen obras fundidas,
dolos de su invencin, obra de artfices todo ello. Y a ellos dirigen la palabra,
ofrecen sacrificios. Hombres dando besos a los becerros! 3 Por eso sern como nube
maanera, como pasajero roco matinal, como paja arrebatada por el viento y como
humo de la chimenea.
Efram era la tribu ms representativa y belicosa del reino del norte (v.1); pero, en su
arrogancia, se olvid de Yahv y se fue tras de los cultos de Baal. Sus arrebatos idoltricos
llegaron al colmo, pues se fabrican sus dolos, a ellos dirigen la palabra, dando besos a los
becerros (v.2). La frase es irnica.
Efram ha pretendido organizar su vida con independencia de sus tradiciones yahvistas, pero los
arrebatar el viento de la invasin y desaparecern como nube maanera, como roco matinal
(v.5). No han querido basar su vida nacional sobre el hecho de que el nico Dios es Yahv, que
los sac de Egipto (v.4) y los cre como nacin. Es intil que busquen otro salvador fuera de
Yahv, pues no lo hay. En el desierto, tierra abrasada, Yahv sell un pacto con ellos; fueron
reconocidos como pueblo de Dios (Yo te conoc en el desierto, v.5); por eso no deben ellos
reconocer otro Dios que Yahv. Los profetas siempre apelan a la vida de Israel en el desierto
como la poca de oro de las relaciones entre el pueblo elegido y su Dios. Entonces los israelitas,
desprovistos de todos los medios materiales, tenan que vivir de la intervencin milagrosa de
Yahv; pero despus en la tierra de Canan, cuando empezaron a prosperar en su vida
nacional, se olvidaron del que les haba creado como pueblo: Se hartaron en sus pastos y me
olvidaron (v.6). Lejos de reconocer que su prosperidad les vena de Yahv, le abandonaron, y
atribuyeron su bienestar a los dolos cananeos.

Israel, representado aqu por la nortea tribu de Efran, tena una historia de grandeza,
sin embargo, para los das de Oseas la gente se haba rebelado contra Dios y haba
perdido prestigio entre las dems naciones. La grandeza del pasado no es garanta de la
grandeza del futuro. Es bueno recordar lo que Dios ha hecho por nosotros y a travs
nuestro, pero es igualmente importante mantener actualizada nuestras relaciones con El.
Consgrese a Dios da tras da y momento tras momento.

2. NO HABR SOCORRO PARA ISRAEL, Oseas 13: 9-15


9

Te traigo la ruina, oh Israel! y quin podr socorrerte? 10 Dnde est, pues, tu rey,
para salvarte en todas tus ciudades? Dnde tus jueces, de quienes decas: Dame
rey y prncipes? 11 Yo te doy un rey en mi furor, y en mi ira te los quito. 12 La
iniquidad de Efram est agavillada, su pecado est reservado. 13 Vendrn sobre l
dolores de parto, pero ser (el parto de) un hijo necio, que no sabr ponerse al
tiempo oportuno a la abertura del seno. 14 Los rescatar del poder del seol? Los
redimir de la muerte? Dnde estn, oh muerte! tus epidemias? Dnde tu peste,
oh seol? La compasin se oculta a mis ojos. 15 Ciertamente es fecundo entre sus
hermanos, pero vendr el solano; el viento de Yahv subir del desierto y secar su
fuente, y agotar sus manantiales; l saquear el tesoro y todos los objetos
preciosos.
Los vv. 9 al 11 dan un discurso de disputa que responde a las objeciones de algunos a este
mensaje tan duro del profeta. Ellos an creen que la nacin no ser destruida; creen todava
que un nuevo rey y un nuevo pacto pueden arreglarlo todo. Sin embargo, no es el profeta el
que responde, sino Dios quien disputa con su pueblo. Desde el principio la monarqua de Israel
desafi el seoro del Seor. Ahora, Dios anuncia que todos los reyes, desde Sal hasta Oseas,
han sido una expresin de su furor, y en su ira los han quitado, desde Sal hasta Oseas. Esta
disputa ocurre durante los ltimos tres aos de Samaria despus de la cautividad del rey Oseas
( 2Reyes_17:3-5); y contesta a los que piensan en poder establecer a un nuevo rey y que no
hay nada que ellos puedan hacer que frustre el plan de Dios para castigar a Israel.
La magnanimidad de Yahv para con su pueblo ha sido interpretada como derecho a la
impunidad; pero, en realidad, el pecado de Efram est reservado, es decir, guardado
cuidadosamente para el da de la cuenta. Los pecados de Efran (Israel) quedaron registrados
para un juicio posterior. Este no fue un caso especial. Todos nuestros pecados son conocidos y
sern revelados en el Da del Juicio (2Corintios_5:10; Apocalipsis_20:11-15).

3. DIOS LLAMA AL ARREPENTIMIENTO, Oseas 14: 1-3


l

Viene sobre Samaria el castigo porque se rebel contra su Dios. Caern a la espada
sus prvulos, sern estrellados, y sus mujeres encinta sern hendidas. 2 Vuelve,
Israel, vuelve a Yahv, tu Dios, \ pues has cado por tus iniquidades. 3 Buscad
palabras y retornad a Yahv, diciendo: Perdona toda iniquidad y acepta lo bueno, y
pagaremos con el fruto de nuestros rediles.
De nuevo Oseas insiste en que Israel tiene que arrepentirse: Vuelve, oh Israel...! Esta
necesidad de volver es an ms urgente porque Israel ha cado, o ha tropezado como advirti el
profeta en 5:5. Esta palabra de Oseas procede de los mismos das de la destruccin de Samaria
en el ao 722; son las ltimas palabras del profeta. La nacin ha cado, pero el pueblo de Dios
todava puede acercarse al Seor si toma esta confesin en un acto autntico de
arrepentimiento. Ha de confesar su pecado: Quita toda la iniquidad... El hombre tiene que
reconocer que es pecador.
El pueblo poda regresar a Dios y pedirle que perdonara sus pecados. El perdn comienza
cuando vemos lo destructivo que puede ser el pecado y la futilidad de vivir sin Dios. Luego
tenemos que reconocer que no podemos salvarnos a nosotros mismos, y que nuestra nica
esperanza es la misericordia de Dios. A pesar de que no podemos demandar el perdn,
podemos tener la seguridad de que Dios nos ha perdonado porque El es misericordioso y
amoroso y quiere restaurarnos, del mismo modo que quiso restaurar a Israel. Usted puede
demandar perdn y sus pecados sern perdonados, porque para eso muri Cristo en la cruz
(Juan_3:16).

4. DIOS PROMETE RESTAURACIN A LOS ARREPENTIDOS, Oseas 14: 4-9


4

No nos salvar Asira. No montaremos a caballo, nunca llamaremos ms dioses


nuestros a las obras de nuestras manos, pues en ti halla compasin el hurfano. 5
Yo curar su rebelda y los amar generosamente, pues se ha apartado de ellos mi
clera. 6 Yo ser como roco para Israel, que florecer como lirio y extender sus
races como el lamo. 7 Crecern sus ramas, y ser su floracin como la del olivo, y
su aroma como la del incienso. 8 Volvern a habitar bajo su sombra, creciendo como
el trigo, pujando como la vid, y su fama ser como la del vino del Lbano. 9 Qu
tendr que ver ya Efram con los dolos? Yo, que le aflig, le har dichoso. Por m,
que soy como ciprs, siempre verde, recoger l sus frutos.
Cuando nuestra voluntad es dbil, cuando nuestra razn est confundida, cuando nuestra
conciencia est cargada de culpabilidad, debemos recordar que la misericordia de Dios nunca
falla. Cuando la familia o los amigos nos abandonen, cuando nuestros colaboradores no nos
comprendan, cuando nos cansemos de ser buenos, la misericordia de Dios nunca falla. Cuando
no podamos ver la salida o no podamos escuchar la voz de Dios, cuando nos falte valor para
continuar, la misericordia de Dios nunca falla. Cuando nuestros defectos nos persigan y la
conciencia de nuestros pecados nos abrume, la misericordia de Dios nunca falla.
Oseas cierra con un llamado a escuchar, aprender y beneficiarse con la Palabra de Dios. Para
los que recibieron el mensaje del Seor por medio de Oseas, esto significaba la diferencia entre
la vida y la muerte. Para usted, el lector del libro de Oseas, la opcin es similar: o escucha el
mensaje del libro y sigue los caminos de Dios, o rechaza caminar en los caminos del Seor. La
persona que insista en seguir su propia direccin sin la gua de Dios "anda a tientas y tropieza
en la oscuridad" (Proverbios_4:18-19). Si usted est perdido, puede encontrar el camino al
volverse de su pecado y seguir a Dios.

Podemos errar al olvidarnos del amor de Dios y sentir que nuestros pecados no tienen
remedio; pero tambin podemos errar al olvidarnos de su ira contra nuestros pecados y
pensar que seguir aceptndonos sin importar la forma en que actuemos. Perdn es una
palabra clave: cuando Dios nos perdona, castiga el pecado pero muestra misericordia
para con el pecador. Nunca debemos temer ir a Dios para que borre nuestra deuda y
renueve nuestra vida.

CONOCIENDO A DIOS.
EL ARREPENTIMIENTO TRAE PERDON

Buscad a Jehov mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que est cercano.
Deje el impo su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vulvase a Jehov,
el cual tendr de l misericordia, y al Dios nuestro, el cual ser amplio en perdonar.
Isaas 55:6, 7

Cercano est Jehov a los quebrantados de corazn; y salva a los contritos de


espritu. Salmo 34:18

Y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdonar su maldad y su pecado.


Jeremas 36:3b

Mi pecado te declar, y no encubr mi iniquidad. Dije: Confesar mis transgresiones a


Jehov; y t perdonaste la maldad de mi pecado. Salmo 32:5

Si confesamos nuestros pecados, l es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y


limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9

As que, arrepentos y convertos, para que sean borrados vuestros pecados.


Hechos 3:19a

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