Ovalle Favela, José, Estudios de Derecho Procesal Parte 2

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v
EL RGIMEN IMPUGNATIVO EN EL ANTEPROYECTO
DE CDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES
DEL ESTADO DE MXICO, DE 1973
SUMARIO: l. Planteamiento del tema. 2. Los supuestos de la impugnacin.
3. Los recursos. 3.1. La revocacin. 3.2. La queja. 3.3. La apelacin. 3.4. La
nulidad. 4. El juicio de nu1idad.

1. Plallteam.iento del tema


En el contexto de un Anteproyecto de Cdigo de Procedimientos Civiles,
cuya orientacin fundamental contempla "la sustitucin de un proceso escri~
to por otro de dos audiencias'',' el rgimen impugnativo adquiere especial
importancia, en la medida que pueda adecuarse a la tcnica del trmite que
implica el proceso por audiencias, cuyos objetivos se centran, segUn se expresa en la Exposicin de Motivos, en "la concentracin, la inmediatez y la
participacin ms activa del juzgador"."
Por otra parte, la normacin del rgimen impugnativo en el Anteproyecto ofrece la oportunidad de simplificar 3 y sistematizar una materia en la
que prevalecen las ms distintas denominaciones y figuras impugnativas,4 que
la hacen compleja y dificultan la defensa de los justiciables.
"" Comunicacin presentada en el VI Congreso Mexicano de Derecho Procesal, celelHado los das del 23 al 27 de abril de 1974, en la dudad de Taluca, Estado de Mxico.
P"ublicada en Boletlll Mexicano de Derecho ComNrado, nm. 20 mayo-agosto de 1974,
pp. 103-11J.
1 Exposicin de motivos del anteproyecto de Cdigo de Procedimiento Civiles del Estado de Mb:ico, edicin mimeogrfica de la Comisin Organu:l.dora del Sexto Congreso
~I('xicano de Derecho Procesal, 1974, p. 5.
:.! Ibkl.em.
:; En Ja Base N9 27. de las Bases Generales Comunes para los Cdigos LatinoamericallOS de Procedimiento Civil, aprobada,> en las Quintas Jornadas Latinoamericanas de
nerecho Procesal (Bogot, Cartagena, Colombia. junio de 1970). se expresa: "Deben uni
ficarse y simplificarse los recursos y consagrarse el de queja por denegacin de apelacin o casacin." Cfr.~ Fix-Zamudio, Hctcr, Constituci6n y proceso civil en Latinoamri
ca, 1\!xico, 19'74, p. 109.
<1 Cfr . Alcal-Zamora, Niceto, "A propsito de una planeada ley procesal civil hispa.
noamericana", en Boletin del Instituto de Derecho Comparado de Mxico, n<) 'lJ, sep16:)

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DERECHO PROCESAL OVIL

Para comentar las disposiciones del Anteproyecto sobre los medios de impugnacin, vamos a mencionar, en primer tnnino, las resoluciones judiciales que el mismo reglamenta, para determinar los "supuestos" de la impugnacin, empleando la terminologa de Briseo Sierra_"
Para el anlisis de los medios de impugnacin distinguiremos aquellos
que implican un nuevo proceso, un proceso impugnativo por el que se trata de combatir la validez de otro que ya ha concluido mediante sentencia
firme o irrecurrible,6 de los medios que se plantean dentro del mismo proceso. cuya sentencia aun no puede considerarse firme, y a los que podemos
considerar estrictamente como recursOs.
J

2. Los supuestos de la impugnacin


Segn expresa Briseo Sierra,7 la idea de condicionalidad en el Derecho
procesal comprende tres aspectos: los supuestos, los requisitos y los fn'esupuestos. Los supuestos, que son condiciones previas, se caracterizan por anteceder al acto de que se trate, ya sea la relacin que constituye la -demanda,
o aquella que se ubica en la jurisdiccin, y aun del mismo proceso. En cambio, los requisitos, que son condiciones actuales, auxilian a la regular apari.
cin del acto, le acompaan en el presente de su manifestacin. Por ltimo,
los presupuestos, condiciones inminentes, son el cmulo de datos que deben
estar previstos, que deben consignarse normativamente de antemano para el
acto consiga su efectividad. 8
De acuerdo con estas ideas, el supuesto de la impugnacin viene a ser
la resolucin 'u omisin cornbatida; los requisitos, las condiciones de tiempo"
forma y contenido; y, por ltimo, los presupuestos, la competencia del r
gano que resuelve, el modo de sustanciar y la resolucin buscada. En este
nmero nos vamos a referir a los supuestos, y al analizar cada medio de im
pugnacin en particulaT aludiremos a sus requisitos y presupuestos.
tiembre--diciembre de 1956, p. 31, nota 50. Esta diversidad tambin se presenta en las impugnaciones dentro del prooedimiento administrativo; vase Fix-Zamudio. Hctor, "IJltroduccin al estudio, d,e los recursos administrativos", en Estudios de Derecho Pbliw
Contempordneol Mxico. 1972. pp. 59-79.
(j Brisefo Sierra. Humberto, Derecho Procesal, v. 111, Mxico, 1969, pp. 285 Y ss.
-6 Conforme al artculo 145, firme es la ndole de la sentencia inimpugnable. Sera
preferible calificarla de irrecurribie, es decir, no susceptible de ser recurrida por alglUlo
de los medios ordinarios de impugnacin o recursos, sin perjuicio de que pueda ser impugnada media.Q.te un nuevo proceso, el de nulidad, cuya procedencia la establece el al'Lculo -216 del ,Anteproyecto, o el de amparo. que "ix-Zamudio caracteriza como "amparocasacin": cfr. Juicio de amparo, Mxico, 1964. pp. 121-34, 258-75 Y 381-82.
7 Brisedo Sierra, op. cit., v. IV, p_ 673.
8 ldem'l supra nota 5, v. 111, p. 288.

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El artculo 132 del Anteproyecto enumera ocho tipos de resoluciones judiciales. En rigor, las resoluciones judiciales que pueden ser objeto de impugnacin en un proceso, son la sentenca, "resolucin del debate procesal''' (art.
133), Y los autos, "determinaciones jurisdiccionales dentro del proceso"
(art. 134).
Con relacin al procedimiento negocial, el citado artculo 132 slo mendona los provedos, "resoluciones que impulsan un procedimiento no procesal" (art. 135), aunque en el artculo 408 se habla de las prooidencias que
se dictan en el mismo procedimiento, y las que debern entenderse como las
que lo concluyen o le ponen trmino.
Otros dos tipos de resoluciones aluden a las relaciones entre rganos de
autoridad: los mandamientos, "rdenes giradas de una autoridad a otra, obligada por la ley" a obedecerlas (art. 136), Y los decretos, "rdenes del superior dictadas a sus subalternos o inferiores jerrquicos, salvo las confinnaciones, modificaciones, revocaciones o anulaciones del Tribunal Superior"
(art. 137). Por ltimo, se mencionan las autenticaciones, certificaciones y
dacianes de fe (arts. 138, 139 Y 140), que se caracterizan, segn la Exposicin de Motivos, "por ser pacffi1. actividad de valoracin jurdica".9
Como, por una parte, las resoluciones que el juzgador puede dictar en la
audiencia de debates, por regla general, son autos y no sentencias, salvo que
medie allanamiento o conformidad del actor con la contestacin de su demanda, en cuya caso debe dictar una sentencia (art. ] 83, frac. VII); Y por
otro lado, sta debe ser la resolucin que el juzgador pronuncie en la audien
cia de fondo (art. 200), resulta conveniente, a fin de evitar confusiones
entre debate formal o procesal y debate de fondo o sustancial, que la sentencia sea considerada no como "la resolucin del debate procesa!", sino
como la resolucin del debate del proceso,
Por ltimo, aunque no se mencionen en el artculo 132, se reglamentan
otros dos tipos de resoluciones: el reqttcrimiento~ "conminacin hecha por
el ejecutor al ejecutado. para que realice la prestacin ordenada por la autoridad competente", so pena de proceder a la "realizacin coactiva" (art. 141),
Y la prevencin, "orden expedida por el oficial judicial ejecutivo para que el
demandado en un juicio de condena, haga provisin de fondos" (art. 142).

3. Los recursos
En el captulo quinto, del ttulo cuarto, "Del Proceso", libro pnmero, "De las Condiciones del Procedimiento", se reglamentan los recursos. El
9

op.

cit,~

supra nota ], p. 25.

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DERECHO PRO<;ESAL CIVIL
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artculo 213 considera como tales la apelacin, la nulidad, la queja y la revocacin.


En la Exposicin de Motivos, conforme a las ideas de Briseo Sierra, se
asigna una finalidad de "crtica" a la apelacin y la revocacin; de "censura" a la nulidad, y de "control" a la queja. l Estas finalidades comprenden
un aspecto, quiz el ms importante, de los presupuestos de la impugnacin:
las resoluciones buscadas. u
En tanto que la censura puede destruir los efectos del acto impugnado
mediante su anulacin, la crtica, que consiste en asumir el papel del criticado para revisar el acto, puede desembocar en la confirmacin, modificacin o revocacin del mismo; el control, por su parte, consiste en la verificacin entre dos resultados -un previsto de antemano y otro encon4ado a
posteriori-, y puede llevar a privar de su eficacia al acto impugnado, sin
anularlo ni revocarlo, cuando no se encuentra la adecuacin entre esos dos
resultados. 12
La diferencia, por otro lado, entre la revocacin y la apelacin, consiste
en que mediante la primera se impugnan autos, en tanto que ,a travs de la
segunda se combaten, por regla general, sentencias,l3 y si la revocacin se

plantea ante el mismo rgano emisor, en forma horizontal, al apelacin ante


el ad quem, en forma vertical. 14
En tnninos generales, el Anteproyecto se orienta, en su reglamentacin
de los medios de impugnacin, congruente con la tcnica de la sustanciacin que se trata de desarrollar en el proceso por audiencias, hacia la reduccin de su empleo, al mnimo posible, procurando evitar dilaciones innecesarias. En este sentido, se advierte que la segunda instancia se limita a
la "critica" o "censura" de la sentencia, segn se trate de apelacin o nulidad, "pero sin permitir la repeticin del proceso"."
En igual sentido, un buen nmero de resoluciones son consideradas irrecurribles, entre las cuales se pueden sealar las siguientes: a) las resoluciones
del ejecutor sobre: a') la objecin del ejecutado al monto de la provisin de
fondos (art. 243); b') la oposicin del demandado a la provisin de fondos
(art. 244); c') la valuacin de los bienes que deben subastarse (art. 291)
d') la determinacin de quienes renen las condiciones legales para ser postores, y en general cualquier resolucin dictada en la diligencia de remate
(art. 292); b) las resoluciones sobre pago de gravmenes de bienes rematados, gastos de ejecucin y dems (art. 308); e) las resoluciones sobre objeIdem'l p. 26.
11 Brisefto Sierra. op. cit. supra nota 5, \', IV, p. 675.
12 <km., pp. 675 Y 676.
13 Con las excepciones que se mencionan al tratar en particular de la apelacin.
14 Brisefto Sierra, op. cit. supra nota 5, p. 35.
15 op. cit. supra nota 1, p. 35.
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ciones a Ios.informes mensuales de los sndico. (art. 34S} , y d).1os autos que
moderen la fijacin de los alimentos provisionales (art. 438) .'.

~.l.

IJa revocacin

El artculo 205 establece la facultad de los funcionarios judiciales de revocar en primera instancia "sus resoluciones, a peticin de parte, cuando no
tengan el carcter de definitivas". Es decir, quedan excluidas las sentencias
y los autos que pongan fin anticipadamente al proceso en primera instancia.
Por lo que se refiere a la segunda instancia, el artculo 213, fraccin IV,
consigna la procedencia de este recurso, tambin a peticin de parte, contra
las resoluciones procesales dictadas por el Tribunal Superior. No se aclara
si solamente contra las resoluciones procesales que no tengan carcter de
definitivas, por lo que pudiera plantearse la posibilidad de interponer el
recurso de revocacin contra la sentencia de segunda instancia. Pensamos
que, conforme a la orientacin del Anteproyecto, esta posibilidad no debe
presentarse y que, por tanto, es conveniente excluir expresamente de este
recurso en segunda instancia, las resoluciones procesales que tengan el carcter de definitivas.
El objeto de este recurso, esto es, la resolucin buscada, queda definido
en el artculo 146: "Revocacin es la resolucin de la misma autoridad que
establece la situacin jurdica contraria a la impugnada por el interesado en
el procedimiento". La finalidad de crtica que Briseo Sierra asigna a este
recurso, queda limitado a la revocacin o confinnacin de la resolucin im
pugnada, sin que se contemple su modificacin.
Para otorgar un mayor poder de rectificacin a las autoridades judiciales,
quiz resulte conveniente no limitar este recurso a la revocacin, sino ~ncluir
tambin la modificacin de la resolucin impugnada. Y a fin de que la denominacin del recurso no resulte incompleta, podra llamrsele "reforma",
como lo ha propuesto Alcal-Zamora,17 o bien "reconsideracin", expresin
muy empleada en el derecho administrativo, sin que deje de tener antece
dentes en el proceso penal. 18
En el captulo relativo a los recursos no se ~cucntran disposiciones souro el modo de sustanciar la revocacin. Sin embargo, el artculo 100, ubicado dentro del captulo referente a las notificaciones, establece que las resoluciones de los jueces deben ser comunicadas verbalmente y de inmediato
;'\ los presentes en la audiencia, quienes podrn hacer valer las impugnaciones
16 Vase aucmas los artculos 106 y 183, frac. 1I.
17 AlcalZamora, op. cit. supra llota 4, p. 36.
13 Nketo AlcalZamora, Cuestiones de tcrminologla

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frrocesal~

Mxico, 1972, pp. 15961.

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DERECHO PROCESAL CIVIL

del caso en la misma fonna, para que tambin conozcan la decisin de manera similar. Esta misma regla, que rige para la impugnacin de las resoluciones dictadas en audiencia, la consigna el artculo 89 especficamente para
la revocacin de las correcciones disciplinarias.
No quedan comprendidas en el artculo 100 las resoluciones de los jueces que se deben comunicar mediante el Correo Judicial, ni las de los oficiales judiciales auxiliares (articulo 101). Para estos casos no se encuentran
disposiciones sobre el plazo de interposicin ni el modo de sustanciar el recurso de revocacin.
Por ltimo, en relacin al procedimiento negocial, se establece en el
artculo 404 que las resoluciones judiciales dictadas en el mismo, podrn va
riarse o modificarse sin sujecin a plazos o formas especiales, bastando que
la solicitud est fundada, a juicio de quien deba alterar la resolucin anterior, previa audiencia de los interesados si los hubiere. El artculo 408 se
refiere expresamente a la reforma de las resoluciones dictadas en el procedimiento negocial, que puede ser solicitada por los interesados cuapdo cambien las circunstancias que originaron la resolucin revocable. Del texto de
los preceptos citados se desprende que, en este caso, la reforma no slo
comprende la revocacin, sino tambin la modificacin de la resolucin respectiva.

3.2. La queja
Confonne al artculo 213, fraccin 111, procede el recurso de queja ante
el Tribunal Superior de Justicia. contra las actuaciones y resoluciones que
pongan fin anticipadamente al proceso en primera instancia, y contra las
actuaciones dictadas en procedimientos no procesales seguidos ante los oficiales judiciales auxiliares.

Espedficamente se establece el recurso de queja contra las resoluciones:


a) por las que el juez afirma su "falta de fuero o incompetencia absoluta"
(artculo 19) o se excuse de conocer de un asunto (artculo 28); b) que el
oficial del Registro Civil dicte sobre el recurso administrativo de rectific-. ..
cin de actas del Estado civil (articulo 411, fraccin II); e) que el jUe-L
familiar emita sobre el procedimiento de divorcio voluntario (artculo 428),
Y d) que el oficial judicial de ejecuciones pronuncie desestimando una solicitud de alimentos provisionales (artculo 435) .
En el Anteproyecto no se encuentran preceptos que sealen el objeto del
recurso de queja. A pesar de que en la Exposicin de Motivos se indica
que la resolucin buscada con este recurso, "se ha eliminado porque perteDR Universidad Nacional Autnoma de Mxico,
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EL RGIMEN IMPUGNATIVO

nece a las relaciones orgnicas de la judicatura.... y ya que COlDD medio de


impugnacin trasciende esas relaciones, consideramos necesario que se seale
en el Anteproyecto el contenido posible de la resolucin buscada con la
queja.
Adems del presupuesto que implica la resolucin buscada, no se reglamenta otro. que no deja de ser importante: el modo de sustanciar. Los artculos 19 y 20 sealan un procedimiento para la queja contra la resolucin de "falta de fuero o de incompetencia absoluta". que se reduce a que
en la misma audiencia en que se dicte la resolucin, el impugnante exprese
los agravios y la contraria los conteste, envindose las constancias, por conducto del Correo Judicial, al superior jerrquico para que decida lo conducente. Es conveniente que este modo de sustanciar sea trasladado al captu
lo relativo a los recursos, aplicndose en general al recurso de queja.

3.3. La apelacin
El artculo 213. fraccin J, sefala la procedencia de este medio de impugnacin ante el Tribunal Superior de Justicia, "por violacin de la ley
sustantiva cometida en la sentencia, o equvoca valoracin de los hechos en
cuanto al fondo del debate en el mismo fallo". Es necesario aclarar que la
valoracin recae sobre los medios de prueba, o segn la terminologa del
Anteproyecto. sobre los medios de confinnacin, y no sobre los hechos directamente; stos, a su vez, son el objeto 20 de dichos medios.
Con este recurso, al igual que con el de nulidad, por ser ambos medios
de impugnacin de ]a sentencia, se inicia la segunua instancia. La diferencia
bsica entre estos dos recursos, consiste en que mediante la apelacin se
combaten los errores in iudicando, es decir, las infracciones a la ley sustantiva, en tanto que con la nulidad se impugnan los errores in procedendo, o
sea, el quebrantamiento de la forma_
Otra diferencia tambin de importancia la seala el objeto de cada uno
de estos recursos: mediante la apelacin se persigue la "crtica" de la resolucin impugnada. que puede ser confirmada, modificarla o revocada: con la
nulidad se persigue la "censura" del supuesto del recurso, que puede ser anulado. Estas dos finalidades se encuentran previstas en los artculos. 147 Y 148.
En tercer lugar, podemos mencionar que si el recurso de apelacin siempre debe ser resuelto por el Tribunal Superior mediante una sentencia, el
de nulidad puede serlo adems por el mismo juel mediante 1m auto (articulos 149 y 205).
19

op. cit. $upra, p. 26.

!.>()

Dc\'is Echanda. Hemando, Tratado de Derecho

pp. 205 } ".


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P,QCe.~al

Civil, t.

Y.

Bogot. 1967.

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Como excepciones a la regla de que la apelacin procede solamente contrasentencias y no contra autos, podemos sealar que dicho recurso procede
contra las siguientes resoluciones: a) el auto que acuerda procedente la litispendencia de juicios o la excepcin de "caso juzgado" (artculo 183, fraccin V); b) la resolucin que determina si procede la declaracin de validez
de laudos. privados o sentencias extranjeras condenatorias (artculo 266), Y
c) las relativa. a la validez de un testamento privado (artculo 380)_
La tramitacin es la misma tanto para la apelacin como para la nulidad.
El recurso se debe anunciar ante el Correo Judicial dentro de los cinco das
siguientes a la notificacin de la sentencia (artculo 206), d.ebiendo presentarse
el escrito de expresin de agravios, en los cinco das posteriores al anuncio del
recurso. Como no hay una razn .uficiente para separar el anuncio del recurso
y la presentacin del escrito de expresin de agravios, es recomendable que se
concentren en un solo acto, aunque se ample el plaro de su realizacin.21
El Correo Judicial debe correr traslado con la copia del escrito de expresin de agravios a la parte contraria, para que en un plazo de cinco das
conteste, y entregar todas las constancias, inclusive el expediente de primera
instancia, al Tribunal Superior. ste, en caso de haberse ofrecido la prueba
pericial para verificar la autenticidad o falsedad de documentos objetados
en primera instancia, sin que se haya desahogado aqulla sin culpa del recurrente, sealar fecha para la audiencia en que deba practicarse (artculos 207,
208 Y 209). En caso contrario, se limitar a citar, a travs del Correo Judicial, a las partes para or sentencia, la que debe dictarse dentro de los
quince das siguientes al de la celebracin de la audiencia o de la citacin.
Los lmites de la segunda instancia los seala el articulo 212: en ella
slo se conocern las cuestiones objeto de los agravio. Sin embargo, ese conocimiento puede resultar incompleto si no se pueden ofrecer medios de
pnleba, con la salvedad prevista, en forma muy limitada, en el articulo 208.
Los medios de prueba, o si se prefiere de confirmacin, deberan estar limitados, como es lgico, pero a los hechos contenidos en el escrito de expresin de agravios, que desde luego son distintos a los hechos discutidos en la
primera instancia.
El Anteproyecto tambin reglamenta la apelacin adhesiva (artculo 214) y
la de tercero ajeno al juicio (artculo 215). Por otro lado, no prev los efectos
suspensivos o ejecutivos 22 en la interposicin de los recursos, aunque no se
dejan de mencionar en forma aislada en algunos preceptos (artculos 129
y 266).
21 Cfr., Alcal-Zamora, Niceto, Examen critico del Cdigo de Procedimientos Cjviles
de. Chihuhu,a, Chihuahua, 1959, p. 176.
22 Cfr., AlcahZamora, op. cit. supra nota 18, pp. 9092.

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EL RGIMEN IMPUGNATIVO

3.4. La nulidad
Como ya qued sealado, mediante este recurso se combaten las violacio
nes "de las condiciones de la legalidad" del procedimiento (articulo 213, fraccin I1). Como ya fue precisado su objeto, y se advirti que el modo de sustanciar es el mismo que el de la apelacin, nos limitaremos a illdkar algunos
casos especficos en que se prev su procedencia.
El articulo 220 prev la anulacin de sentencias excluyentes, a peticin
de partes interesadas, en perjuicio de la que imponga cargas u obligaciones
frente a la que libere de ellas; de la dependiente frente a la principal y de
la ms reciente frente a la anterior. El artculo 408, por su parte, seala la
procedencia de este recurso especficamente para combatir el quebranta.
miento de la forma en el procedimiento negocial.~

4. El juicio de tlulidatl
Este medio de impugnacin, previsto en el artculo 210, constituye un
verdadero proceso impugnativo, ya que su instauracin procede contra pro
cesos que se pueden considerar concluidos mediante sentencia firme; es un
proceso que combate la cosa juzgada.
Conforme al precepto mencionado, el tercero que resulte perjudicado por
fraude, simulacin o colisin de las partes, podr interponer juicio haciendo
valer la nulidad del proceso cuya sentencia le afecte, dentro de los cinco
das siguientes al en que tuvo noticia de la sentencia firme. Como se trata
de un proceso impugnativo excepcional, slo podr tener lugar en los supuestos sealados.

23 Vase adems los artculos. 18, 30, 148, 149, 179, 183, fraes.
fraccin v, 266, 380, 428, 440, 458 Y 46i.
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lIT, IV

Y v; 194-, 199,

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VI
EL OBJETO DE LA PRUEBA EN EL PROCESO CIVIL
1. Introduccin. 2. La prueba. 3. El derecho probatorio. 4. El
objeto de la prueba. 5. La prueba de los hechos. 5.1. Los hechos confesados.
5.2. Los hechos notorios. 5.3. Los hechos presumidos. 5.4. Los hechos irrelevantes. 5.5. Los hechos imposibles. 5.6. Los hechos negativos. 6. La prueba
del derecho. 6.1. El derecho extranjero. 6.2. El derecho consuetudinario.
6.S. La jurisprudencia. 7. La fijacin del objeto de la prueba.

SUMARIO:

). Introduccin

La prueba es un condicionamiento esencial para la eficacia del derecho.'


Las normas jurdicas no necesariamente tienen una realizacin automtica,
-de manera que, una vez actualizado el supuesto jurdico, se produzca iPso
tacto la consecuencia prevista en la norma. El aplicador del derecho -rgano jurisdiccional o administrativo- requiere siempre fijar los hechos -y
cerciorarse de su existencia para poder disponer la actuacin de la disposicin jurdica. Los hechos no siempre son ubicables con facilidad en los supuestos abstractos: frecuentemente, por su riqueza y variedad, rebasan las
previsiones del legislador.
La conexin de los hechos con el derecho se realiza precisamente a travs de la operacin probatoria. La prueba no slo es necesaria en el proceso
jurisdiccional, sino tambin en el procedimiento administrativo, aunque en
ste generalmente se reduce a un simple acreditamiento de requisitos necesarios para obtener un acto de autoridad de carcter administrativo -concesin, autorizacin, permiso, licencia, etctera-.2 Por eso la prueba alcanza
su verdadera dimensin en el proceso. El juzgador, frente a los hechos afirmados por las partes, ha de acudir necesariamente a la prueba. Los hechos
sobre los cuales debe fundarse la decisin judicial, necesitan ser probado,
Publicado en Revista Jurdica Veracruzo11a, nm 6, abril.junio de 1976, Jalapa. pp.
732.
1 Muflol Sabat, Luis, Tcnica probatoria. Estudio sobre las dificultades de prueba
tm el proceso, Ed. Praxis. Barcelona, 1967, p. 23.
2 Spinelli, Micheli, en Las pruebas civiles, trad. de Toms A. Banzhaf, EjEA. Buenos Aires, 1973. destina la segunda parte al estudio de "Las pruebas civiles. fuera. del
proceso". SegP dicho autor, "la prueba es un dato metajl1Tdioo": p. 52.

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DERECHO PROCESAL Cl\'lL

mediante los elementos aportados por las partes o por el propio juzgador.
"El problema de los hechos -ha escrito con acierto Muoz Sabat- se centraliza procesalmente en el problema de la prueba: a pravare a soccomberr,
Esta es la sublimacin de todas las problemticas","
La importancia fundamental del fenmeno probatorio para el proceso,
ha sido reconocida desde hace mucho tiempo. Son muy conocidas estas pa.
labras de Bentham; el gran clsico del derecllO probatorio ingls: ", : ,l' arte
del proceso no es esencialmente otra cosa que el arte dt administrar las pruebas",' A su vez, Carnelutti, cuya obra, La prueba civil, an sigue orientando
en varios aspectos el estlidio del derecho probatorio en los palsesdel civil
law,G consider que "la prueba es el corazn del problema del jUicio, del
mismo modo que ste es el corazn del problema del pensamiento:' ,. Y Sents Melendo, con razn. ha puntualizado que "un proceso sin prueba constituye una entelequia",7
NOS8tros hemos estimado que el concepto de prueba es equiparable a los
que han sido considerados como fundamentales para el derecho procesal. tales como los de jurisdiccin, proceso y accin" Desde un punto de vista l-

gico; no se puede concebir el proceso sin la prueba, Aun en el caso 'en que
el demandado se allane a las pretensiones del actor y se su priman las etapas
probatoria y de alegatos, no podrla hablarse de un proceso sin prueba, sino
ms bien de una solucin autocompositiva unilateral 9 homologada por el
juzgador, figura que excluye la existencia del proceso: no hay prueba, peto
tampoco hay proceso,
El' tema de este trabajo incide en uno de los aspectos ms relevantes y
Muoz Sabat, op. cit. supra nota 1. p. 21.
Bcntham, Jeremas. Tratado de las pruebas judiciales, obra compilada de los manuScritos de su autor por E. Dumont, trad. de Manuel Ossorio Flonit, t. 1, EJEA, Buenos Aires, 1959, p. 10.
5 Bajo la denominacin pases del civil law se indica a aqueUos cuyoS ordenamientos
Jurdicos pertenecen al sistema continental europeo, considerados en relacin, tanto con
la comn derivacin romanista, como con la uniformidad de las tcnicos normativas, en
contraste con los ordenamicntos angloamericanos o del common law. Cfr. Denti, Vittorio,
"Evolucin del derecho probatorio en los procesos civiles contemporneos", trad. de NcelO Alcal-Zamora y Castillo, en Boletn Mfixicano de Derecho Comparado, nm. 6, septiembre-diciembre de 1969, p. 544, nota 1. En el mismo sentido, vase Cappeletti, Mauro,
El poetIsa civil en el derecho comparado, trad. de Santiago Sents Melcndo, EJEA, Bue
nos Aires, 1973, pp. 10-6.
6 Camelutti, Francesco, La prueba civil, trad. de Niceto Alcal-Zamora y Castila, Ediciones Aray. Buenos Aires, 1955, p. XVIII.
7 Sents Mekndo, Santiago, "Introduccin al derecho probatorio", cn Estudios en me
nwria de Carlos Viada, Prensa Castellana, Madrid, 1965, p. 559.
8 OvaU(" Fayela, Jos, "La teora general de la prueba", en Revista de la facultad de
Derecho de Mxico, nms. 93-94, enero-jwtio de 1974, pp. 283, 284 Y 301 [supra 119 Alcal-Zamora y Castillo, Niceto. Proceso~ autocomposicin y autodefensa, Instituto de
Investigaciones Jurdicas. UNAM, 1970. pp. 8589.
3

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EL OBJETO DE LA PRUt:BA

177

dis~utidos

del deredlO probatorio y, en trminos generales, trata de respon


der a la pregunta qu se prueba en el prooeso civil? Antes de introducir
nos a la delimitacin del objeto de la prueba en el proceso civil, conviene
precisar qu entendemos por prueba y cul es la ubicacin de tal objeto
ep. el derecho probatorio.

2. La prueba
La palabra "prueba" tiene, aun extrayndola de su empleo comn y ubio
cndola dentro del campo jurdico, toda una gama de significados, ya que
se usa para designar objetos distintos, aunque conexos. Lo mismo se emplea
para referirse a los medios de prueba -prueba confesional, prueba pericial,
etctera-. que para designar el procedimiento y la actividad tendientes a
probar, como para aludir al resultado eficiente obtenido Con esa actividad.l
Es claro que no se debe confundir la operacin probatoria, con los medios
a travs de los cuales se realiza. Por eso es preciso que. cuando se haga re
ferencia a la confesin, el testimonio, el dictamen pericial, etctera, se ell~
tienda con claridad que se est aludiendo a los medios de prucba y no a la
prueba en s.
Por otro lado. tambin conviene distinguir el procedimiento probatorio
-que es el desarrollo formal de la etapa probatoria-, de la operacin pro
batoria, que rebasa los lmites de aqul y llega hasta la fase resolutiva, ya que
es en la sentencia en donde se realiza la apreciacin de los: medios de prueba
practicados.
Nosotros pensamos que, en sentido estricto y siguiendo las ideas y la
terminologa de AlcalZamora,11 la prueba es la obtendn del cercioramien
to del juzgador acerca de los hechos necesarios para que pueda resolver el
<;onflicto sometido a proceso. En sentido amplio, sin embargo, la prueba
comprende todas las actividades procesales que se realizan a fin de obtener
dicho cercioramiento, con independencia dc que se obtenga o no. 12
Ese cercioramiento del juzgador puede no COlTcsponder con la verdad.
sta existe en forma objetiva, por lo que conviene evitar la confusin fre~
cuente de creer que a travs de la prueba se busca la verdad, para lo cual
se afirma que la prueba penal busca la verdad histrica o material y la
civil, la verdad formal, queriendo indicar que en el proceso penal el cerdo
ramiento del juzgador puede lograrse en forma ms efectiva y libre que en
10 Ovalle Fa.vela, op. cit. supra nota 8, p. 28890.
11 AlcalZamora y Castillo, Niceto, y Lcycne, Ricardo, Derecho procesal penal, Etl.
G. Kraft, Buenos Aires, 1945, p. 20.
12 Ovalle Fa\'ela, op. cit. supra nota 8. pp. 2901.
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DERECHO PROCESAL CIVIl.

el civil. En una frase que ha resultado irrefutable, Carnelutti expres que

"la verdad es como el agua: o es pura o no es verdad".'"


Si la verdad es objetiva, susceptible de verificacin cientfica, la prueba
procesal an contina siendo predominantemente subjetiva: es el juzgador
e! que ha de decidir, ajustndose a reglas legales (prueba tasada), a la lgica y a las mximas de la experiencia (sana crtica o libre apreciacin razonada) o simplemente a los dictados de su conciencia (ntima conviccin).
acerca de la fuerza probatoria de los medios de prueba aportados en el proceso. Seguramente, la capacidad de recepcin del desarrollo cientlfico y tecnolgico en el proceso, particularmente a travs de las pruebas pericial y
documental cientfica, podr lograr un cambio sustancial en la naturaleza
de la prueba procesal, ya que, de predominantemente subjetiva, como lo es
actualmente, habr de alcanzar un nivel mayor de objetividad, que permitir, a su vez, darle una mayor efectividad al proceso.:L4
En este sentido, nos parece acertada la observacin de Cappelletti acerca
de la transformacin de la libre valoracin en lo que l denomina "valoracin cientfica" de las pruebas: "cientfica, en cuanto est basada sobre la
utilizacin de instrumentos y datos cientficos -fsicos, qumicos, biolgicos.
etctera- de la investigacin, mediante los cuales se considera o se espera

poder ms tarde o ms temprano, 'medir' cientficamente la exactitud de la


percepcin de los testigos, la precisin de sus recuerdos, su veracidad y sinceridad; poder superar, en suma, mediante criterios de medida objetivos, los
peligros y las posibles arbitrariedades de la valoracin subjetiva del juez".'"
Pero en tanto esta transfonnacin no se produzca, debemos seguir afirmando que lo que la prueba logra es el cercioramiento del juzgador. Conviene recordar que ya Framarino distingua diversos estados del espritu humano en relacin con un hecho: el nivel ms bajo es desde luego la igno"ancia (ausencia total de conocimiento); contina, en orden ascendente, la
credibilidad (igualdad de motivos para e! conocimiento afirmativo o negativo); le sigue la probabilidad (preponderancia de! conocimiento afirmativo), y concluye con la certeza (definitivo triunfo del conocimiento afinna13 Cfr. MutloZ Sabat~ op. cit. supra nota 1, p. 57. Acerca de la inconsistencia de la
distiNcin entre verdad fonual y material, puede verse: Fumo, Cario, C()ntributo alla
tearia d~lla prova legale, CEDAM, Padova, 1940, pp. 20 Y ss.
14 Ovalle Favela, op. cit. supra nota 8, p. 297. En este sentido puede verse: Dtmti,
Vittorio. "Cientificidad de la prueba y libre valoracin del juzgador". trad. de Santiago
Oilate, en Boletn Mexicano de Derecho Comparado~ nm. 13-14, enero-agosto de 1972,
pp. 3-22; y. Becerra Bautista, Jos, "Cientificidad de la prueba, en relaain principal.
mente con los dictmenes periciales y la libertad de apreciacin del jUllg3.dor"~ en Re
vista Jurdica Veracruzana, nm, 2. abril-mayo-junio de 1971, pp. 5-39.
15 CappelIetti, op. cit. supra nota 5. pp. 1279.
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EL OBJETO DE LA PR.UEBA

179

tivo) .16 Consideramos que el cercioramiento que el proceso exige, debe encontrarse, cuando menos, en el nivel de la probabilidad. 1T

3. El derecho probatorio

La expresin "derecho probatorio" ha adquirido definitivamente carta


de naturalizacin entre los pracesalistas.l' Aunque, por una parte, existan
todava autores que cuestionen el mismo empleo de la palabra "prueba", en
el sentido que ha quedado anotado en el apartado .anterior,'" y, por la otra,
an persistan corrientes que afirman que hay diferencias sustanciales entre
la prueba civil y la penal,.20 es claro que cada vez es mayor el consenso en
torno a la unidad de la prueba, ya que el fenmeno probatorio es esencialmente igual en cualquier tipo de proceso, y cada vez es ms evidente la necesidad de una elaboracin terica que explique coherentemente este fenmeno en sus dimensiones generales, base de lo que se ha denominado la
"teora general de la prueba".21
y as como la teora general del proceso forma el tronco comn conce}>tual de todo el derecho procesal, la teora general de la prueba viene a constituir la base terica fundamental que orienta el estudio del derecho probatorio. Este ltimo puede ser entendido, tanto en el sentido de derecho
objetivo, y 'entonces se afirma que es el conjunto de normas jurdicas que
regulan la actividad demostrativa en el proceso,"" como en el sentido de dis18 Framanno del Malatesta, Nicola, La lgica delle prava in crimin4le~ v. J, Unione
Tipogrfico Editrice, Tunn, 1895, p. 4.
17 Para Muflas Sabat, op. cit. supra nota L pp. 60 Y SS., la probabilidad es el nh'el
suficiente de evidencia.
18 Entre otros, han aceptado esta denominacin: AlcalZamera r Castillo, Niceto, Estudios de derecho probatorio~ Concepcin, Chile, 1965; Denti, op. cit. $upra nota 5; Stmtfs
Melendo, op. cit. $upra nota 7; Silva Melero, Valentin, La prueba procesal, t. r, Ed. Revista de Derecho Privado, Madrid, 196!J., p. XIII; r, Devis EchandIa, Remando, Compen
dio de pruebas judiciales, Ed. Temis, Bogot, 1969, pp. 2 Y 3.
19 Por ejemplo. Briseo Sierra prefiere hablar de confirmacin (''Jl vez de prueba, y
sta la reduce a la pericia: Derecho procesal, v. IV, Crdenas Editor y Distribuidor, M(:
xico, 1970, pp. 314 Y ss.
20 Nos referimos a la corriente dualista iniciada y encabezada por Florian, Eugenio,
Delle prove penali, 2 V., Casa Editrice Dottore Francesco Valardi. Milan, 1921. En M
xico, por ejemplo, Coln Snchez manifiesta: "De 'acuerdo con la naturaleza de los asuntos sobre los cuales versa el procesadimiento penal y el proceso civil, las pruebas son de
naturaleza distinta; por ello, producen efectos diferentes en Uno y otros procesos, como,
por ejemplo, la confesin". Cfr. Derecho mexicano de procedimientos penales. Ed. Porrua,
"Mxico, 1970, p. 295, nota 1.
21 Ol'aBe Favela, op. cit. supra nota 8, pp. 278-85-.
2::! Silva Melero, op. cit. supra nota 18, t. 1, p. 26.
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ISO
ciplina

DERECHO PROCESAL ,CIVIL

ciencia, y en este caso se considera que es "el estudio de las

pruebas".%I

El derecho probatorio ha surgido como una respuesta a la necesidad de


estudiar en fonna sistemtica las normas referentes a la prueba, con un criterio de especializacin, ms que por el deseo de crear una disciplina indepen.
diente y distinta del derecho procesaL En opinin de Sents Melendo, el
derecho. probatorio existe como una parte o zona del derecho procesal, no
como un estudio independiente y autrquico.'" Conviene destaCar que el de
recho probatorio no existe slo como un estudio- sistemtico ,de la prueba,
sino que, desde hace cerca de un siglo, constituye, una asignatura acadmica
obligatoria en varias universidades colombianas y actualmente tambin se
impa.rte con tal carcter en una universidad venezolana. 25
Siguiendo a Couture, podemos afirmar que el estudio de. la prueba in
quiere sobre los siguientes aspectos: 1) qu es la prueba (concepto); 2) qu
se prueba (objeto); 3) quin prueba (carga); 4) cmo se prueba (proce
dimiento probatorio), y 5) qu valor tiene la prueba producida (valora.
cin) ."" A estos aspectos podramos agregar, adems: 6) para qu se prueba
(finalidad) , y 7) con qu se prueba (medios de prueba).

4. El objeto de la prueba

Si hemos conceptuado la prueba como la obtencin del cercioramiento del


juzgador .acerca de los hechos necesarios pa", que pueda resolver el. conflicto
sometido a proceso, es lgico que debemos considerar que el objeto de la
prueba, es decir, lo que se prueba, son precisamente esos hechos. "Objeto de
la prueba -ha escrito Carne1utti- es el hecho que debe verificarse y sobre el
cual vierte el juicio ... " 27
En la doctrina se discute acerca de si el objeto de la prueba son los he
Sents Melendo, op. cit. supra nota 7, p. 559.
Ibidem.
25 Tienen la clase de derecho probatorio o de pruebas las siguientes instituciones: Facultad .de Derecho y Ciencias Socioeoonmicas de la Pontificia Universidad Javeriamt. de
Bogot (quinto ao); Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional
de Colombia, de Bogot (cuarto ao); la Facultad de DerecllO de la Universidad de Antioqua, de MedcllIn, Colombia; la Facultad de Derecho de la Unh'ersidad de los Andes,
de Bogot (sexto semestre). y la Facultad de Derecho de la Universidad de Carabobo. de
Valencia. Ven~uela (quinto ao). En todas ellas la asignatura es obligatoria. En la Es
cuela de Dereclto de la Universidad Catlida de Puerto Rico, se imparte en el segundo
ao un curso sobre Evidence.
~ Couture, Eduardo J. Fundamentos de derecho procesal civil" Roque de Palma Edi
tor, Buenos Aires. 195B. pp. 215-6.
2'T camelutti. Francisco. Sistema d6 de1'ccho procesal civil, trad. de Niceto Alcal-ZamoI'3 y CastnIo y Santiago Sents MeJendo t. Il, UTEHA, Buenos Aires, 1944, p. 4011
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EL OBJETO DE LA pRUEBA

lSI

rhos O las afirmaciones de las partes. As, por ejemplo, Sena Domlnguez,
entre otros, sostiene que no es cierto que el objeto de la prueba lo ,constituyan los hechos: "Los hechosj entendidos como fCfl{}menos exteriores al hombre en su a'Cepcin ms general. son de una forma y no lle otra y, como
tales, no requieren prueba .. , Lo que s requiere prueba sol nuestras afirmaciones 'en relacin con tales hechos".28
En realidad, los hechos son llevados al proceso a travs de las afirmaciones de las partes, particulannente en un proceso de carcter dispositivo,
como es el civil, en el que an rige el principio que indica que el juez debe
juzgar secundum allegata et pro bata a partibus, aunque la evolucin actual
muestra algunas excepciones que atenan este principio.2'9 Las afinnaciones,
que no son sino instrumentos para exponer los hechos ante el juez, no requieren prueba, no requieren cercioramiento del juzgador: estn contenidas
en los escritos de la fase postulatoria o polmica y su existencia no requiere
verificacin. Lo que s requiere prueba s'on los hechos afirmados, cuya existencia el juez ignora y necesita conocer para poder resolver el conflicto llevado ante l,
Quiz la solucin conciliatoria entre las dos posturas sea la aportada por
el propio Carnelutti: el objeto inmediato son las afirmaciones y el objeto
mediato.. el quid afirmado, es decir, los hechos.3()
La distincin se relativiza an ms, si se piensa que lo que importa de
las afirmaciones, para efectos probatorios, son los hechos contenidos en ellas
y que los hechos que hay que probar son los afirmados.
Por otro lado, se suele distinguir entre objeto y necesidad de la prueba.
De acuerdo con Devis Echanda, por objeto de la prueba debe entenderse lo
que se puede probar en general, aquello sobre que puede recaer la prueba;
en cambio, por necesidad o tema de la prueba (thema probandum) debe
entenderse lo que en cada proceso debe ser materia de la actividad proba.
tOria, es decir, los hechos sobre los cuales versa el debate o la cuestin V~
Juntara planteada. La nocin de objeto de la prueba sera abstracta, ya que
no se limitara a los problemas de cada proceso; en cambio, la nocin de
necesidad sera concreta, porque recaera sobre los hechos detenninados. 31
Consideramos que esta distincin, adems de que no resulta muy clara
-ya que objeto y necesidad aparecen realmente como dos nociones abstractas-, C'd.tece de trascendencia para efectos tericos y prcticos. Es conveniente
!:8 Serra Dominguez, Manuel, "Contribucin al estudio de la prueba", en Estudios de
procesal~ Ediciones AricJ, Barcelona, 1969, p. 259.
::"'9 Cappelletti, Mauro, "Iniciative probatorie del gllidice e basi pregillrudiche dcHa
struttura del proceso", en Rivista di Diritto l"ocesstUlle, Padua, nm. 3, julio-septiembre
de 1967, pp. 409-11.
30 Camelutti, op. cit. supra nota 27.
::1 Devis Echanda, o/,. cit. sUJn'a nota 18, pp. 42-3.

derecho

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DERECHO PROCESAL CIVIL

reunir bajo un solo rubro -el objeto de la prueba- tanto los hechos que
pueden ser probados como los que deben serlo.
Por hechos se entiende, al decir de Rosenberg, los acontecimientos y
circunstancias concretos, determinados en el espacio y en el tiempo, pasados
y presentes, del mundo exterior y de la vida anmica humana, que el derecho objetivo ha convertido en presupuesto de un electo jurdico.'" Por su
parte, Alcal-Zamora apunta que los hechos representan el elemento concreto, variable y peculiar del litigio canalizado en cada proceso, mientras que
el derecho expresa el elemento abstracto, estable y genrico invocado o aplicado para su decisin."
Se afirma, en trminos generales, que deben probarse, por regla, los hechos, y excepcionalmente el derecho y las mximas de la experiencia.M En
Mxico, los artculos 284 del Cdigo de Procedimientos Civiles del Distrito
Federal y 86 del Federal prescriben que slo los hechos estn sujetos a prue
ba; el derecho lo estar nicamente cuando se funde en leyes extranjeras
o en usos, costumbres o jurisprudencia. Estos ltimos pueden quedar ubicados como hechos en sentido general. Con razn ha afirmado AlcalZamora

que la prueba de normas jurdicas se traduce, en definitiva, en la prueba de


un hecho: la de su existencia y realidad, ya que, una vez dilucidado este
extremo el juez se encuentra frente al contenido del precepto incierto y que
ya ha dejado de serlo, en la misma situacin que respecto al derecho nado
nal, vigente y legislado."
Son, pues, en general los hechos el objeto de la prueba. Sin embargo, por
su calidad especfica, la prueba que por excepcin debe establecerse sobre
hechos relativos a la existencia de determinados preceptos jurdicos, recibe
un tratamiento especial. Por esta razn, nos referimos primero a la prueba
de los hechos en general y posteriormente a la prueba de hechos relativos a la
vigencia de normas jurdicas.

5. La prueba de los hechos

En el proceso civil, regido an por el principio dispositivo -si bien en


forma atenuada y limitada por la tendencia evolutiva que se ha denominado la publicizacin del proceso civil-," la prueba de los hechos se encuen32 Rosenberg, Leo, Tratado de derecho procesal civil, trad. de ngela Romera Vera,
t. Ir, EJEA, Buenos Aires, 1965, p. 209.
33 Alcal-Zamora, op. cit. supra nota 11, t_ 111, p. 21.
34 Alcal-Zamora y Castillo, Niceto, "Introduccin al estudio de la prueba", en op. cit.
supra nota 18, p. 117.
tuS Alcal-Zamora, op. cit. supra nota ll, t. ID, p. 26. Sin embargo, vase mIra 6.1.
36

Cfr. Cappelletti,

op. cit. supra nota 29, pp. 64-8.

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EL OBJETO Df: LA PRUEBA

183

tra circunscrita a los afirmados por las partes,37 en trminos generales. El


juzgador no puede introducir en el debate hechos diferentes a los afinnados
por las partes, como no sean los hechos notorios (y aun en este caso se discute la posibilidad de decidir ultra allegata) .
Esta limitacin a los hechos afirmados por las partes no es, sin embargo,
absoluta. Cappelletti seala que, por lo general, se considera que la prohibi
cin de decidir ultra aUegata, no se viola a causa de b_ pura y simple modificacin del nomen jur;".o, En Mxico, La Suprema Corte ha sostenido que
corresponde al juzgador hacer la exacta calificacin de los hechos y deter
minar las normas aplicables al caso. 39
Por su parte, Areal y Fenochietto plantean la necesidad de poder probar
hechos no articulados, pero conexos y relacionados con las afinnaciones deducidas, por lo que pueden formar parte tambin del objeto de la prueba: "De
lo contrario -sostienen-, las partes deberian -con minuciosidad. matemtica- 'exponer los hechos', aun con los ms finos detalles".o
Por otro lado, se suelen distinguir los hechos en constitutivos, extintivos, impeditivos y modificativos. Para Carnelutti, los dos primeros son hechos
jurdicos principales a travs de los cuales se constituye o extingue una relacin juridica, respectivamente. Los dos ltimos son hechos juridicos secun
darios o condiciones jurdicas, que obran sobre un hecho jurdico principal,
paralizando o modificando su eficacia.41
Los artculos 281 del Cdigo de Procedimientos Civiles del Distrito ~e
deral y 81 del Federal, al establecer la regla general sobre la distribucin de
la carga de la prueba, disponen que el actor debe probar los hechos constitu
tivos de su accin y el reo los de sus excepciones. En realidad, como ha
puntualizado AlcalZamora, si el actor tiene la carga de probar los hechos
constitutivos de su pretensin, al demandado corresponde probar los hechos
extintivos, impeditivos o modificativos que a ella oponga, pero no los "constitutivos de su excepcin", expresin que resulta inadecuada. 42
87 Carlos, Eduardo B., "La carga de afirmar y contestar los hechos en el proceso
d\-'il"', en Revista de Ciencias Jurdicas y Sociales, Santa Fe, Argentina, mimo 103-104-, 1960,
p. 129.
38 CappeUetti, op. cit. supra nota 29, p. 409.
39 Apndice al Senumario Judicial de la Federacin, 1917-1975, cuarta parte, Tercera
Sala, p. 886.
40 Areai, Leonardo Jorge y Fenochietto, Carlos Eduardo, Man1Ull de derecho procesal,
parte general, L 1, La Ley, Buenos Aires, 1966, p. 314.
41 Carnelutti, 01'. cit. supra nota 27, t. lo pp. 6070; en forma semejante, Chim'enda
divide los hf"Chos en constitutivos, extintivos e impeditivos: Instituciones de derecho pro-

cesal civil, trad. de E. Gmez Orbaneja, Ed. Rev1ista de Derecho Privado, 1. r, Madrid,
1948, p. 6.
42 Alcal-Zamora y Castillo, Niceto, Examen critico del Cdigo de Procedimientos Civiles de Chihuahua, Chihuahua, 1959, p. 69.
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DERECHO PROCESAL' CIVIL!

En el proceso civil, no todos los hechos afirmados requieren prueba. En


principio, siguiendo a Alcal.Zamora, slo requieren prueba los hechos que
sean, a la vez, discutidos y discutibles. 43 En consecuencia. quedan excluidos
de prueba los hedlos confesados, los notorios. los que tengan' en su favor
una presuncin legal, los irrelevantes o impertinentes y los impmlibles. A
cada uno de ellos nos referiremos en seguida.

5.1. Los hechos confesados

Si el objeto de la prueba se refiere a los hechos discutidos o discutibles,


es claro que aquellos hechos que hayan sido admitidos en forma explicita o
implcita por las partes como ciertos, no requieren prueba. En rigor, no se
trata de hechos excluidos de prueba, sino de hechos probados anticipadamente, mediante la confesin' producida en los escritos de demanda o contest~cin.

La declaracin vinculativa de las partes no s610 se realiza en la etapa:


probatoria. mediante la absolucin de posiciones. el interrogatorio directo o
el interrogatorio recproco. Puede verificarse en la etapa postulatoria, al afiro
mar el acto como ciertos. determinados hechos propios en la demanda o al
admitirlos o no discutirlos el demandado en el escrito de contestacin a la
demanda. De acuerdo con el artculo 271, prrafo final, del Cdigo procesal civil del Distrito Federal, se presumirn confesados los hechos de la deo
manda que se deje de contestar, excepto en los casos en que las demandas
afecten las relaciones familiares o el estado chil de las personas. pues enton~
ces la demanda se tendr por contestada en sentido negativo.
Si cuando se produce el allanamiento se suprimen las etapas de prueba
y alegatos (articulo 274 del CPC distrital), cuando se confiesan los hecllos y
slo se discute el derecho, se suprime slo la etapa probatoria y se debe
citar a una audiencia de alegatos (artculo 276). Por otro lado, la confesin
hecha en la demanda, en la contestacin o en cualquier otro acto del juicio,
har prueba plena sin necesidad de ratificacin ni de ,er ofrecida como prue-:
ba (artculo 406).
En el Cdigo Federal es ms rigurosa la confesin implcita en la contestacin, ya que, de acuerdo con el artculo 329, se tendrn por admitidos
los hechos sobre los que el demandado no suscitare expresamente contra'
versia, sin admitrsele prueba en contrario. Se trata de una presuncin legal
absoluta. En el ordenamiento procesal civil distrital, en cambio, s se permi.'
te la prueba en contrario (articulo 403).
4B Alcal-Zamora, 017. cit. supra nota 34, p. 117.
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H; OBJETO- DE LA pRliEBA

185

5.2. Los hechos llotoTios


De acuerdo con los artculos 286 del Cdigo de Procedimientos Civiles y
88 del Federal" Jos hechos notorios pueden ser invocados por el tribunal,
aunque no hayan sido alegados ni probados por las partes. No slo se excluyen de prueba los hechos notorios, sino que, adems, no requieren ser
afirmados por las partes, para que el juzgador los pueda introducir en el proceso. Aqu hay una excepcin al principio de que el juzgador no debe decidir ultra all.gata et pro bata a partibus.
En una deiinicin que ya es clsica, Calamandrei ha dicho que son notorios los hechos cuyo conocimiento forma parte de la cultura normal de un
determinado sector social al tiempo de pronunciarse la resolucin. 44 Para
el .propio procesalista italiano, la notoriedad es un concepto esencialmente
relativo; no existen hechos conocidos por todos los hombres sin limitacin
de tiempo ni de espacio. Adems, la notoriedad de un hecho dentro de
un determinado mbito social, no significa conocimiento efectivo del mis-:
mo de parte de todos aquellos que integran ese sector y ni siquiera conoci
miento efectivo del mismo de parte de la mayora de aqullos. No es el conocimiento efectivo lo que produce la notoriedad, sino la normalidad de este
conocimiento en el tipo medio del hombre perteneciente a un determinado
sector social y dotado por ello de cierta cultura. Y por ltimo, ese conocimiento O esa posibilidad de conocimiento no deriva de una relacin indivi(tual con los hechos en el momento en que se producen o se han producido,
sino slo del hecho de jJertenecer al grupo social en que tales hechos son
notorios. 45
Por su parte, Chiovenda proporciona una doble definicin: una amplia,
de acuerdo con la cual son notorios los hechos que por el conocimiento
humano general son considerados como ciertos e indiscutibles, lo mismo pertenezcan a la historia, que a la ciencia a las vicisitudes de la vida pblica
actual, y otra, ms restringida: la de los hechos comnmente sabidos en un
determinado lugar, de suerte que toda persona que lo habite est en condiciones de conocerlo.46
La Suprema Corte de Justicia ha sostenido que es notorio en primer lugar, lo que es. pblico y sabido de todos, con 10 cual la notoriedad se torna
sumamente difcil, ya que es casi imposible encontrar hechos que sean "sa44 Cab.mand:rei, Piero, "Para la defiinicin del hecho notorio", trad. de Felipe de J.
Tena, en Revista G~lleral de Derecho y jurispnulencia, nm. 4, octubre..<ficiemhre de
1933, Mxico, p. 585.
43 ldem, pp. 583-4.
46 Chiovenda, Instituciones de derecho procesal civil, ojJ cit. supra nota 41, t. III, pp.

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DERECHO PROCESAL CIVIL

bidos de todos". Pero, siguiendo a Calamandrei, ha considerado tambin notorio el hecho cuyo conocimiento forma parte de la cultura normal propia
de un determinado crculo social en el tiempo en que ocurre la decisin.47
Conviene destacar que, junto a la notoriedad general, la doctrina alemana ha admitido otra ms especfica: la notoriedad judicial. Para Schilnke, notorios para el tribunal son los hechos de que el juez tiene conocimiento por
razn de su propia actividad y no se pueden confundir con el conocimiento
privado del juzgador, ya que ste lo constituyen los hechos de que l tiene
conocimiento como particular.48
De aceptarse la notoriedad judicial, tal como ya ocurre tambin en Inglaterra y Estados Unidos, se podra prestar un gran auxilio en el cercioramiento de los hechos particularmente de aquellos que el juzgador ya conoce por su propia actividad jurisdiccional."
Por ltimo, se distinguen los hechos notorios de la, mximas de la experienda, en que estas ltimas, que son juicios adquiridos por razn de la general experiencia de la vida o de conocimientos tcnicos especialeo,'" le son
tiles al tribunal para controlar y apreciar la prueba. y la notoriedad. para
considerar innecesario probar determinados hechos,lSl

5.3. Los hechos p"esumidos


De acuerdo con Couture, en el supuesto de hechos presumidos por la

ley, hay que distinguir tres elementos: 1) un hecho conocido, 2) un hecho


desconocido y 3) una relacin de casualidad entre ambos hechos.2
Las presunciones legales slo excluyen (cuando son absolutas) o relevan
de la carga (cuando son relativas) de la prueba del hecho desconocido. Es
necesario, por tanto, probar el hecho del que parte la presundlL Por eso,
al tenor de los artculos 381 del Cdigo de Procedimientos Civiles del Distrito Federal y 192 del Federal, el que tiene a su favor una presuncin legal.
slo est obligado a probar (rectius: tiene la carga de probar) el hecho en
que se funda la presuncin.
Los hechos presumidos tambin pueden ser introducidos por el juzgador,
sin necesidad de que hayan sido alegados ni probados por las partes. As puede deducirse de la tesis relativa de la Suprema Corte de Justicia que sostiene
47 Cfr. op. cit. supra nota 39, tesis 204 de la Tercera Sala. p. 650.
48 SchOnke, Ad('Jnfo. Derecho procesal civil, trad. de L. Pietro Castro y Vctor Fairn
Guilln. Bosch Casa Editorial, Barcelona. 1950, p. 200.
49 Cfr. Muoz Sabat, ap. cit. supra nota 1, pp. 45.-6.
50 Schonkc. <>p. cit. supra nota 48. p. 202.
51 Area! y Fenochietto, op. cit. supra nota 40, p. 316.
52 Couture, op. cit. supra nota 26. p. 2!O.
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lCL OBJETO DI-: LA pRUEBA

187

que, siendo la presuncin un proceso lgico que consiste en pasar de un


hecho conocido a otro desconocido, no hay duda de que el juez tiene amplia facultad para apreciar, de oficio, las presunciones que deriven de los
hechos comprobados en autos. ro

5.4. Los hechos irrelevantes

No basta que los hechos sean discutidos y discutibles para que deban
ser objeto de prueba; se requiere, adems, que sean pertinentes, que teng-n
trascendencia para la resolucin del proceso. Deben excluirse de prueba, por
tanto. los hechos que no correspondan a los supuestos jurdicos previstos en
la norma cuya aplicacin se pretende a travs del proceso. o que no tengan
relacin con esos supuestos. a pesar de que hayan sido discutidos- o sean discutibles. 54

5.5. Los hechos imposibles

AlcalZamora advierte que hay que diferenciar la imposibilidad lgica


o absoluta y la imposibilidad tcnica o relativa susceptible de desaparecer
en un momento dado por obra de descubrimiento e invenciones. 55 La exclusin de la prueba tratndose de hechos que el jU7gador considere imposibles o inverosmiles,56 debe ser realizada con mucha cautela, sin olvidar
que muchos hechos que el sentido comn de determinadas pocas ha estimado como imposibles o absurdos, el desarrollo del pensamiento humano y
de la ciencia ha mostrado como viables, realizables. E,n este supuesto, ms
vale pecar por exceso, que por defecto.

5.6. Los hechos negativos

Si el objeto de la prueba se delimita, en prinCIpIO, por los hechos afir


mados, resulta lgico excluir de l los hecho'i simplemente negados. Probatio
non incumbit cui negat~ establecieron los glosadores para sealar esta exclusin.
3 cfr. op. cit. supra nota 39. Tercera Sala, cuarta parte. p. 867.
54 Cfr. artculos 278. 279. 285. 291 Y 298 del Cdigo de Procedimientos Civiles del
Distrito Federal y 79 Y 80 del :Federal.
55 Alcal-Zamora, op. cit. supra nota 42, p. 70.
36 Cfr. artculo 298 del Cdigo de Procedimientos Civiles distrital.

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DERECHO PROCESAL CIVIL

Este principio ha sido recogido por el derecho procesal civil mexicano,"'


sin dejar ele reconocer determinadas excepciones, que a continuacin pasa':
mos a: enunciar:
1) Las negaciones que envuelvan la afirmacin expresa de un hecho:
Paliares considera que no es posible que haya afirmacin y negacin al mismo tiempo, por lo que piensa que probablemente la excepcin se refiere a
la negacin que envuelva 1a afirmacin implcita de un hecho."
2) Las negaciones contra hechos presrumidos legalmente. Esta excepciri' Se 'refiere a las presunciones legales relativa'!!:. que adniiten prueba en
contrario y que tienen como consecuencia invertir la carga' de la prueba. En
este supuesto hay que probar que el hecho desconocido, que la ley presume,
no ha ocurrido, lo enal resulta difcil.
3) Las negaciones que desconozcan la capacidad. En realidad esta excepcin podra ser ubicada en el primer supuesto, ya que quien niega la
capacidad de una persona, est afirmando implcitamente que sta es incapaz.
4) "Cuando la negativa fuere elemento constitutivo de la. accin", segn
el precepto del ordenamiento procesal civil distrital citado mediante nota.
Habr que atender en cada caso al tipo de pretensin: por ejemplo, en la
pretensin reivindicatoria deber probarse la no posesin del bien reclamado.'.
Por ltimo, la Suprema Corte de Justicia de la Nacin ha sostenido que
las proposiciones negativas son susceptibles de prueba, siempre que estn determinadas por circunstancias de tiempo y lugar. pues entonces no pueden
considerarse como absolutamente negativas. 60

6. La prueba del derecho


Al contrario de lo que ocurre con la prueba de los hechos en general,
que por regla deben ser probados, los hechos relativos a la vigencia de preceptos jurdicos no requieren, por regla, ser probados, en virtud del principio reconocido secularmente jura navit curia, que tambin se expresa en el
proverbio latino narra mihi lacttim, daba tibi uso El juzgador conoce el
derecho o, al menos, ,tiene el deber de conocer el derecho nacional, general,
57 Artculos 282 del Cdigo del Distrito y 82 del Federal. La tesis de jurisprudencia
23, de ]a octava parte, en op. cit. 5Upr4 nota 39, p. 45, expresa: "Tratndose de actos
negativos. la prueba corresponde no a quien funda en ellos sus derechos, sino a su contendiente".
58 Pallares, Eduardo, Derecho procesal civil" Ed. Porra, Mxico, 1965. p. M38.
5'9 Becerra Bautista, Jos, El proceso civil en MxicO, Ed. Porra, Mxioo, 1970, p. 78.
00 Cfr. op. cit. supra nota 39, octava parte, p. 45.

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EL OBJETO DE LA pRUEBA

189

vigente y legislado. En. conscuencia, este principio, a contrario sensu, no comprende el derecho extranjero, el estatutario, el histrico y el consuetudi
nario. 61
Los artculos 284 del Cdigo de Procedimientos Civiles del Distrito Federal y 86 del Federal, que ya hemos citado anteriormente, reconocen implcitamente el principio jura nauit curia 62 y slo establecen tres excepciones: el derecho fundado en leyes extranjeras, en usos o costumbres y la jurisprudencia.- A ellas aludiremos brevemente.

6.1. El daecho extranjero

La interpretacin que la Suprema Corte de Justicia ha hecho de los artculos mencion~dos en el prrafo anterior con relacin a la prueba del derecho extranjero. se ha basado en la doctrina de Lessona de principios del siglo actual y ha exagerado el principio dispositivo en relacin con. la carga
de la prueba de dicho derecho: cuando las partes invoquen derecho extranjero, no slo deben probar su vigencia, sino, adems, su aplicabilidad a los
hechos afirmados.'" Es decir, las partes no slo tienen la carga de probar el
derecho extranjero invocado, sino que tambin tienen la carga de 9.emostrar
que ese derecho es el aplicable, con lo cual prcticamnte sustituyen total
mente la actividad del juzgador en esta materia. Esta interpretacin consagra
y ratifica la pasividad del rgano jurisdiccional, el que no slo debe ignorar
el derecho extranjero. sino tambin no puede investigarlo y, aun conocin
dolo, no puede interpretarlo.
Preferible es, sin duda, el sistema alemn, en el que el juzgador es el que
determina cundo y en cunto necesita ayuda para conocer el derecho ex
tranjero y puede imponer, como una carga para el litigante, esa ayuda.'" En
este sentido, el artculo 238 del Anteproyecto de Cdigo de Procedimientos
Civiles para el Distrito y Territorios Federales, de 1948, dispone, en su fraccin 11, que el derecho extranjero slo requiere prueba cuando el juzgador
estime necesario y est controvertida su existencia o 3plicacin. Agrega que
61 Alcal-Zamora op. cit. supra nota 34, p. llS.
62 Alcal-Zamora y Castillo, Niceto, "Consideraciones acerca del prInCipiO ;UTa n-ovit
curia' en el derecho mexicano", en Clinica procesal, Ed. PorTa. Mxico, 1963, pp. 225-37.
00 Cfr. op. cit. supra nota 39, cuarta parte, pp. 87-8; PalIares, op. cit. supra nota 58,
pp. 389-91. Y "De qu manera se prueba el derecho extranjero", en Foro de Mxico, nm.
59, 1<> de febrero de 1958, pp. 24-5.
64: Sents Melenuo, Santiago, "Iniciatit"a probatoria del juez en ('1 proceso civil",
Revi5ta de la Facultad de Derecho, Universidad de Carabobo, nms. 31-42. enero 1967
diciembre 1969, Venezuela, p. 393.

'en

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DERECHO PRO(:;)SL CIVIL

si el juez conociere el derecho extranjero de que se trate, o prefiere investigarlo dirctamente, podr relevar a las partes de la prueba_ En igual sendo disponen los Cdigos de Morelos, Sonora y Zacatecas, que tomaron como
modelo de dicho Anteproyecto.
La doctrina procesal moderna se inclina porque el juez tenga libertad
para investigar las normas de derecho extranjero cuando necesite aplicarlas.e:;
Quiz aqui convenga recordar la necesidad de que 10$ planes de estudio de
la carrera de licenciado en derecho consideren, con carcter obligatorio, la
enseanza del derecho comparado,oo cuyo conocimiento actual resulta cada
vez ms indispensables y que orientaria en este caso la investigacin de oficio del derecho extranjero por parte del juzgador.
Siqueiros seala que para probar la existencia del derecho extranjero,
puede tomarse alguna de las siguientes medidas: 1) presentacin del texto
autntico de la ley o ejemplar que la contiene, con traduccin oficial en
su caso; 2) dictmenes periciales, generalmente a cargo de abogados con
prestigio profesional del lugar donde rijo la ley extranjera; 3) certificados
de cnsules en el exterior, apoyados en los dictmenes tcnicos que dichos
funcionarios requieran, y 4) certificacin que expida la Secretaria de Relaciones Exteriores despus de consultar lo conducente con las legaciones o
consulados acreditados en este pas.61

Consideramos que en caso del inciso 1) se comprueba la existencia del


texto legal, pero no su vigencia al momento de los hechos conducentes. En
el caso del inciso 2) los dictmenes periciales quedan al prudente arbitrio del
juzgador, por lo que ste no queda vinculado por ellos. Los medios de prue!ba indicados en los incisos 3) Y 4) son documentos pblicos que hacen prueba
plena. por lo que resultan los ms recomendables. La propia Suprema Corte les ha reconocido pleno valor probatorio."
6.2. El de'Yecho consuetudinario

Esta excepcin al principio jura novit curia se funda en motivos que ya


no tienen razn de ser: dificultad de conocer las costumbres juridicas, a diferencia del derecho legislado que es fcilmente localizable en la publicaciones oficiales; el hecho de que el juez letrado no vive de modo directo las
60 Devs Echanda, op. cit. supra nota 18, p. 63.
'" Cfr. Fix-Zamudio. Hctor, "Docencia en las facultades de Derecho". en Enseanra
del derecho)' sociedad en Latinoamrica (V. Conferencia de Facultades y Escnelas de Derecho de Amrica Latina, 27-X-I-XI-I974), Unin de Universidades de Amrica Latina,

Mxico, 1975. p. 92.


67 Siqueiros, Jos Luis, "Sntesis del derecho internacional privado, en Panorat1UJ del
derecho mexicano, t. lI, Instituto de Derecho Comparado, UNAM, Mxico, 1965. p. 666.
as Vase ]a interpretacin citada t:n la nota 6..iJ.
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EL OBJETO DI".

l~\.

PRU1::BA

191

costumbres locales, etctera ..s!1 Con razn Sents Melendo ha afirmado que
hoy resulta inconcebible esta excepcin: en caso de que el juez ignore la costumbre jurdica, debe informarse de oficio, sin necesidad de imponer cargas
a las partes. 7 (l
La costumbre que constituye un hecho notorio no requiere prueba y la
que ha sido reconocida en sentencia judicial, slo exige que se cite sta
para que se tenga por comprobada, tal como ha precisado A\cal-Zamora,71

6,3, La Jurisprudencia
Resulta ilgico que por una parte se establezca el carcter obligatorio de
la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia y de los Tribunales Colegiados de Circuito, )' por la otta se seale que las partes tienen la carga de
probar Sl1 existencia. Se trata de una excepcin no slo al principio jura
"ovit C1.tria, sino tambin a la regla que prescribe que la ignorancia del derecho no excusa de su cumplimiento.
En este puntos consideramos acertada la opinin de Alcal-Zamora, en el
sentido de que la jurisprudencia no reclama propiamenm prueba y s nicamente que se la refleje con exactitud y se la cite con precisin, en cuanto
a fecha, tribunal de que emana y coleccin en que se inserte.72 Esta opinin
encuentra justificacin en el al'tCulo 196 de la propia Ley de Amparo,

7, La fijacin del objeto de la prueba

Existen dos sistemas para determinar los hechos que sercn objeto de prueba: 1) fijar los hechos controvertidos en una audiencia o providencia, con
carcter preliminar a los actos de ofrecimiento y produccin de prueba o 2)
remitirse en plena etapa probatoria, a las afirmaciones de las partes contenidas en sus escritos de demanda, contestacin o reconvencin.'m
Es indudable que por razones de economa procesal y de conduccin del
proceso, el juez debe tomar las medidas necesarias para fijar los trminos de
GD AlcalZamora y Castillo, Niceto, "La prueba del derecho romuetudinario", en op. cit.
supra nota 18, pp. 4 Y 5.
TO Sentis Melendo, afr. cit. supra nota 7, p. 394.
'il Alcal-Zamora, op. cit. supra nota 69, p. 18 .
.,! AlcalZamora, op. cit. supra nota 42, pp. 70-1; \'ase la tesis relacionada del Pleno
de la Suprema Corte de Justicia sobre la obligadin de citar los precedentes en que se
sustenta la jurisprudencia tanto de la Corte como de los Tribunales Colegiados: Informe
de 1975, primera parte, Pleno, pp. 426-7.
7'.:! AreaJ y Fenochietto, op. cit. supra: nota 40, p. 311.
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192

DERECHO PROCESAL CIVIL

la controversia y determinar con precisin los hechos que debern ser objeto
de prueba;"
.
Es necesario ya que la fijacin de los 'hechos que deb .." probarse sea,he
cha por el juzgador, escuchando a las partes, pero asumiendo la conduccin
del proceso, que implica, por definicin, la funcin jurisdiccional.
! ,

''

',11

.. :,

74 Sents Melaldo, op. ,cit. supra nota 7, p. 414; Rodrguez Urraca,: Jos, "La admi
sibilidad y la pertinencia de la prueba frente al principio dispositivo", en' op cit. supra
nota 64. p, 564.
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VII

LA JUSTICIA DE MfNIMA CUANTA EN MXICO


Y OTROS PAfSES DE AMRICA LATINA"
SUMARIO: 1. Introduccin. 2. Orgenes )' desarrollo de la justicia de paz. 3.
La justicia de paz en el Distrito Federal. 3.1. Competencia e integracilI
de los lu.zgados mixtos de paz. 3.2. El procedimiento. 3.3. Asesoramiento jllrdico a los pal'tes. 3.4. Proyectos y proposiciones. 4. La justicia de mnima
cuant{a (:n los Estados de la Repblica. 5. La justicia de mnima cuanta
en otros paises de Amrica Latina. 5.1. Ar~entina. 5.2. Corombia. 5.3. Costa
Rica. 5.1. Guatemala. 5.5. Uruguay. 5.6. V('nezuda.

l. Introduccin
Antes de exponer el tema propio de este informe, en cuyo desarrollo hemos procurado ajustarnos al esquema propuesto por el profesor H. W. Fasch~
ing, ponen-te general del tema 8, consideramos conveniente hacer algunas aclaraciones.
En primer lugar, hemos traducido al espaol el ttulo del tema a que
se refiere este trabajo, Small claim courts.. con cierta libertad, como "Justicia
de mnima cuanta", con el objeto de empIcar el lenguaje ms comn en
nuestro sistema jurdico.
En segundo trmino, debemos advertir que, en virtud del sistema federal
adoptado por el artculo 40 de la Constitucin mexicana vigente desde 1917,
cada uno de los 31 estados que integran la Repblica y su entidad central
-el Distrito Federal-, tienen su propio cdigo de procedimientos civiles y Sll
ley orgnica del poder judicial local. Esto significa que existen 32 ordenamientos procesales civiles del orden comn e igual nmero de leyes org-.nicas locales. En este trabajo vamos a examinar en primer lugar la legislacin
del Distrito Federal y despus las de los Estados de la Repblica. En la
parte ltima nos referimos muy brevemente a algunos ordenamientos procesales civiles de otros pases latinoamericanos .
Informe elaborado para el Congreso Internacional de Derecho Procesal Civil, celebrado en la dudad de Gante, Blgica, del Z7 de agosto al Z eh.: septiembre de 1977. Publicado en Bo1etln Mexicallo de DcucliO Comparado, nm. 3G, <;{'pticmbre-diciemhrc de
]977, pp. 365-415.
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DERECHO PROCESAL CIVIL

Aparte de la legislacin procesal civil y orgnica del orden comn sealada, existe en Mxico un Cdigo Federal de Procedimientos Civiles, de 1942,
que regula la forma de los juicios civiles en los que intervienen el gobierno
federal como parte, y una Ley Orgnica del Poder Judicial de la Federacin,
de J935, que establece las reglas para la integracin, la organizacin y la competencia de los tribunales federales. No sern objeto de estudio en este trabajo dichos textos legales federales, ya que el primero, el Cdigo Federal -que
procur regular un solo tipo de juicio contencioso-, no prev ningn procedimiento para los conflictos de mnima cuanta, y la segunda, la Ley Orgnica -que otorga la competencia civil federal a los juzgados de distrito,
en primera instancia, y a los tribunales unitarios de circuito en la segunda-,
no establece ningn rgano jurisdiccional especfico para la solucin de los
conflictos de escasa cuanta.
Debemos mencionar, por otra parte, que a los conflictos sobre relaciones
o contratos de trabajo. en l\1xico no se les atribuye un 'Carcter civil en sentido estricto, sino que, de acuerdo con el artculo 123 de la Constitucin
Poltica, son regulados por una legislacin federal diferente de la civil: la
Ley Federal del Trabajo de 1969 y la Ley Federal de los Trabajadores al
Servicio del Estado de 1963. Los tribunales que conocen de esta clase de
conflictos son, tambin, diferentes de los civiles y no forman parte ni dependen del poder judicial federal o de los poderes judiciales de los estados,
sino del poder ejecutivo federal -la Junta Federal de Conciliacin y Arbitraje y el Tribunal Federal de Conciliacin y Arbitraje para los Trabajadores
al Servicio del Estado- y de los poderes ejecutivos locales -las juntas de
conciliacin y arbitraje."
Aunque en materia laboral no existen tribunales especiales para los problemas de mnima cuanta, la Ley Federal del Trabajo s prev, en sus artculos 782 a 785, un procedimiento especial, oral, breve y concentrado, para
los asuntos sealados en el citado artculo 782, entre los cuales destacan las
demandas que tengan por objeto el cobro de prestaciones que no excedan del
importe de tres meses de salario. Presentada la demanda en {OrIlla oral o es~
Cl-ita, la junta de conciliacin o de conciliacin y arbitraje cita a las partes
1 Cfr. Fix-Zamudio, Hctor, "Panorama de los derechos procesal del trabajo y procesal burocrtico, en el ordenamiento mexicano", en Revista Mexicmla del Trabajo~ Mxi
co, nm. 2, junio de 1965, pp. 9-14 Y 29-30; Y del mismo autor y Carpizo. Jorge, LA
naturaleza jurldica de las juntas de conciliacin y arbitraje, Junta Federal de Conciliacin
y Arbitraje. Mxico, 1975; Salmor:n de Tamayo, Maria Cristina, "Jurisdiccin y derecho
procesal del trabajo", en El derecho latinoamericano del trabajo, t. I1, UNAM, Mxico,
1974, pp. 96-105, Y Trucba Urbina, Alberto, Nuevo der.-:cho procesal del trabajo, Ed. Porra, Mxico, 1971, pp. 221-84 Y 301-4. Es tambin importante el decreto de 28 de mayo
de 1976 (D. O. 2-VII-I976), que reform diversos artculos de la Ley Federal del Trabajo para iniciar la descentralizacin de la Junta Federal de Conciliacin y Arbitraje, a
~
travs de Juntas Especiales ('11 los estados de la Repblica.

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LA JUSTICIA DE MNIMA CUANTA

195

a una audiencia en la que stas, despus de verificarse un perodo conciliatorio sin resultados efectivos, exponen sus pretensiones, ofrecen y practican
sus pruebas y fonnulan sus alegatos; y, en la misma audiencia, la junta dicta su resolucin definitiva.
Los tribunales chiles locales, en cambio, si son competentes, al igual que
los tribunales civiles federales, para conocer y resolver, a eleccin del actor,
de las demandas mercantiles. El procedimiento que debe seguirse en estos
casos ant~ los tribunales civiles, ya sean locales o federales, lo pre:v el Cdigo de Comercio de 1889, que tiene vigencia en toda la Repblica. Este
ordenamiento no prev ningn procedimiento especial para los conflictos de
mnima cuanta. Conviene aclarar que en Mxico los conflictos entre consumidores y comerciantes tienen carcter mercantil. La Ley Federal de Proteccin al Consumidor de 1975 prev una instancia conciliatoria para los
conflictos entre consumidores y comerciantee, que es necesario realizar ante
la Procuradura Federal del Consumidor, antes de acudir a los tribunales
civiles. 2
En el Distrito Federal y en la mayor parte de los Estados de la Repblica, la justicia de mnima cuanta es denominada justicia de paz. En seguida, aludiremos a sus orgenes y desarrollo, refirindonos particularmente
al Distrito Federal.

Orlgenes y desarrollo de la justicia de paz


Durante la poca colonial, de la misma forma como ocurri en Espaa,
tueron los alcaldes los funcionarios encargados de la justicia de mnima cuanta. La Constitucin Espaliola de Cdiz de 1812 otorgaba a los alcaldes de
cada pueblo la funcin de conciliadores y la competencia para conocet:
de demandas civiles de pequeo monto o por injurias.3 En el Mxico independiente, el primer texto legal que previ la existencia de los jueces de
::! Cfr. O\'al1c Fonda, Jos, "La Ley federal de proteccin al consumidor de Mxico",
en Dere:-ho de la Integracin, Buenos Aires. v. IX, nm. 21, marzo de 1976, pp. 229-31;
publicado tambin en Gaceta Informativa de Legislaci&n y lu1Isprudencia, UNAM. M
xico. nm. 16, octubre-diciembre de 1975, pp..?17-21. Para un anlisis de los antecedentes
~" del procedimiento de creacin de dicha ley, as como del cambio operado en la situa
cin jurdica del consumidor desde el punto de vista sustancial, puede verse el \'alioso
Lrabajo de Barrera Graf. Jorge, "La ley de proteccin al consumidor", en Jurdica (Anuario del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana), Mxico, nlm. 8,
julio de 1976, pp. 179-232.
:1 El artculo 275 de la Con.stitucin de Cdiz de 1812 dispona que en "todos los puchlos es establecern alcaldes". A su vez, el articulo 282 precisaba: "El alcalde de cada
pueblo ejercer en l oficio de conciliador, y el que tenga ql!~ demandar por negocios
rh"iles o por injurias, deber presentarse a l con este objeto".

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196

DERECHO PROCESAL C.J.VIL

paz fue la Constitucin centralista de 1836,4 que tuvo escasa vigencia, y posteriormente, la Ley de 17 de enero de 1853. De acuerdo con sta, los alcaldes
fueron sustituidos, en la ciudad de Mxico, por los jueces menores con competencia para conocer asuntos civiles con importancia econmica que no excediera de cien pesos; en las dems municipalidades del Distrito Federal, se
establecieron jueces de paz con igual competencia que los menores.
Acerca de los orgenes hispnicos o franceses de la justicia de paz se ha
discutido mucho en Mxico. Quienes sostienen la filiacin hispnica de la
justicia de paz, recuerdan que ya en el Fuero Juzgo (693) se hablaba de jueces "adsertores de paz o pacificadores" (Ley 15, ttulo 1, Libro 11); Y que
en las Partidas se aluda a los "jueces avenidores" (Ley 23, ttulo IV, par
tida tercera).iJ Conviene precisar, sin embargo, que en Espaa no fue sino
hasta la expedicin del Reglamento Provisional para la Administracin de
Justicia de 16 de septiem!>re de 1835, curuIdo se atri!>uyeron a los alcald",
y tenientes las funciones de jueces de paz; 7 Y que fue el Real Decreto de 22
4 La sexta le)' de la Constitucin centralista. se refera a la "Dh'isin del territorio
de la Reptiblica y gobierno interior de !ilUS pueblos". De acuerdo con el artculo 26 de
I.:sla ley. corresponda a los alcaldes:

ejercer en sus pueblos el oficio de conciliadores, determinar etn los juicios verbales,
dictar, en los asuntos contenciosos, las providencias urgentsimas que no den lugar a
ocurrir al juez de primera instancia, instruir en el mismo caso las primeras diligen.
cias en las causas criminales. practicar las que les encarguen los tribunales o los jueces
respectivos, y velar sobre la tranquilidad y el orden pblioo, ron sujecin en esta parte
a los subprefectos, y por su medio a las autoridades superiOles respectivas.
Como puede observarse. los alcaldes tenan, a la vez, atribuciones conciliatorias. jurisdic
cionales y poltico-admillistrativas. S610 se establecan alcaldes en las capitales de los departamentos, en los puertos con ms de cuatro mil habitantes y en los pueblos que tu
vieran cuando menos ocho mil. En los dems pueblos, se debian designar jueces de pa:.
con las funciones de los alcaldes, como lo pre\'ena el artculo 29 de la citada sexta
ley constitucional. Por ltimo, cabe indicar que en el Proyecto de Reforma de 1840 )'a
no se prel'ea la existencia de los alcaldes, sino s610 la de los jueces de paz.
G Cfr. PalIares, Jacinto, El poder judicial o tratado completo de la organiuzcin, competencia 'Y procedimientos de los tribunales de la Repblica, Imprenta del Comercio de
Nabor Ch\'ez, Mxico, 1874, pp. 50-1.
'" Cfr. Alcal-Zamora y Castillo, Niceto, Examen cdUco del cdigo de procedimientos
civiles de Chihuahua, Chihuahua, Universidades de Chihuahua, 1959, p. 193. Para la referencia de los antecedentes mencionados, nos hemos basado en Arcenegui de. ISidro Y
Garda Galn, Eduardo, La nueva justicia municipal, Instituto Editorial Reus, Madrid,
1947 (2a. ed.), pp. 17 Y ss.; Plaza, Manuel de la, Derecho procesal civil espaol" v. 11,
primera parte, Ed. Revista de Derecho Privado, Madrid, 1955 (3a. ed.), pp. 23()'I; Y
Gmez de Liafio, Fernando. "Justicia municipal y refonna orgJ.nica", en Informacin Jurdica, Madrid, nm. 319, octubre-diciembre de 1973, pp. 7 Y ss.
1 El artculo 22 del citado Reglamento provisional dispona: "En cada pueblo d alcalde y 109 tenientes de alcalde ejercern el oficio ae paz o conciliadores ..... El artculo
31 les atribua funciones de jueces ordinarios ruando conocan de juicios vCTbales de mnima cuanta, tanto en materia civil como penal. De esta manera slo los consideraba
"jueCC"i de paz" cuando actuaban como concniadores. Cfr. supra nota 6, Manual l)ora la
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L\. JUSTICIA DE MNIMA CL'A~TA

197

dr octubre de 1855 el que "cre los juzgados de paz, subsistiendo los alcaldes
para sancionar faltas". 8
Por otro lado, tambin hay autores que sostienen que el nombre de jus.

licia de paz proviene del derecho francs, en el cual la Ley de 6-24 de agoslo de 1790, "tableci esta clase de juzgados, bajo la influencia, sugerida y
transmitida por Voltaire, de las instituciones inglesas -el fustice 01 the
jeace- y holandesas."
Aunque es ms probable que el nombre haya sido tomado del derecho
frane. que del espaol, como lo muestran las fechas de introduccin de esta
elase de juzgados en Mxico (1836-1853) y en Espaa (1855), no se puede
dejar de reconocer la influencia bsica que la tradicin hispnica -a tranom
vs de las instituciones de los alcaldes y los fueces municipales,
!>res an subsisten en algunos Es.tados mexicanos- ha tenido en la configu
racin procesal de nuestra justicia de paz. Incluso, entre los antecedentes
de sta, debemos tambin mencionar los jueces de barrio del derecho arte
ca. denominados teuctli,lO atmque su influencia, quiz. haya sido menor.
A continuacin nos referiremos a las diversas disposiciones legislativas y re
glamentarias sobre la justicia de mnima cuanta en ?\.1xico, a partir del
siglo XIX, especialmente en el Distrito Federal, que muestran cmo la regulacin de aqulla ha ido adquiriendo caractersticas especficas, las cuales se
acentan particulannente con el Proyecto de Ley de Justicia de Paz para
la ciudad de Mxico, elaborado en 1913.
2.1. Para reglamentar las disposiciones de la Constitucin de Cdiz de
1812 concernientes a la Administracin de Justicia, se expidi el Decreto de
<) de octubre de 1812, en el que, entre otras cosas, se reiteraban las facuItades
conciliatorias de los alcaldes y la competencia de stos para conocer de los
juicios civiles de menos de cien pesos y de los juicios por faltas leves. as
como de "todo asunto no contencioso, o aun en los contencios en casos ur
gentsimos".l1

cuyos

administracin de justicia o ComPilacin de los decrt!tos, circulares y otras disposicidnes


relativas a la misma desde 1832 hasta fines de 1841, Valencia, (Espaa), Imprenta de Ca
hrcrilO, J842, pp. 912.
s De Arcem:gui y Garda Galn, op. cit. supra nota 6, p. 19.
'\) Cfr. Castillo Larraaga, Jos, prlogo al libro de Francoz Rigalt, Antonio, iUanual
de la justicia de paz, Mxico. 1958, p. JI. Sobre los orgenes de la justicia de paz iran
cesa, Cfr., Sclus, Hcnry, et Perrot. Rogcr, Dmit judiciaire priv, t. 1, Pars. Sirey, 1951,
pp. 45 Y SS., especialmente p. 519. Conviene precisar que los juges de paix fueron susti
tuidos por los tribunales de instancia, de acuerdo con 1a ordeaanz3 nm. 581273. de 2:!
d" diciembre de 1958, relativa a la organizacin judicial.
10 Cfr. Flores Carda, Fernando, "La administracin de justida en los pueblos abor
g'cncs dd Anhuac", en Revista de la Facultad de Derecho de Mx.ico7 Mxico, nm. 57,
~Jl('romarzo de 1965, pp. 98 Y ss.
11 Cfr. Esquivcl Obregn, Toribio. Apuntes jXJTa la historia del derrc{o en Mxico, t.
nT. Plll;liddad y Ediciones, Mxico, 1943, p. 643,
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DEIU:CHO PROCESAL CIVIL

2.2. Por Bando de II de enero de 1846 y Decreto de 12 de julio de


1846, fueron creados los jueces de cuartel y de manzana, en sustitucin de los
alcaldes; pero en la Ley de 19 de marzo de 1846 fueron regulados nuevamente los alcaldes. stos fueron reemplazados definitivamente por los jueces
menores creados por la Ley de 17 de enero de 1853.'2
Los jueces menores establecidos por la citada Ley de 17 de enero de 1853
en sustitucin de los alcaldes, tuvieron a su cargo la conciliacin y el conocimiento de los juicios civiles verbales cuyo inters no pasara de cien pesos.
En materia penal tuvieron a su cargo funciones preventivas y la prctica de
los sumarios. l3
Estos jueces menores eran nombrados por el Ejecutivo de una terna pro~
puesta en cada caso por el Tribunal Superior del Distrito y Territorios Federales. Los jueces nombrados fuera de la capital, en las municipalidades
del Distrito Federal, eran llamados jueces de paz, y tenan la misma competencia civil Y penal que los menores de la capital, segn resolucin del gobierno de 26 de junio de 1874 y ejecutorias de la primera ,ala del Tribunal
Superior de 30 de abril de 1872."
2.3. La Ley Lares de 16 de diciembre de 1853 uniform la denominacin de los juzgados menores de la capital y de paz de las municipalidades.
llamando a ambos juzgados locales. Les atribuy el conocimiento de los juicios verbales civiles con cuanta no mayor de cien pesos y de los juicios criminales en los cuales la pena mxima fuera reprensin o correccin ligera
(multa hasta de cincuenta pesos, servicio de obras pblicas hasta por ocho
das y prisin o servicio en un establecimiento de beneficiencia hasta por
quince das). Esta Ley fue derogada, al triunfo de la Revolucin de Ayutia, por la de 21 de septiembre de 1855."
2.4. En la primera ley procesal civil del Distrito Federal, la Ley que
arregla los procedimientos judiciales en los negicios que se siguen en los tri
bunal~s y juzgados del Distrito y Tenoitorios, de 4 de mayo de 1857, se regul
el juicio verbal. Conforme al artculo lo. de esta Ley, a travs del juicio verbal
~ tramitaban las demandas civiles cuyo inters no pasara de cien pesos, si eran
promovidas ante los jueces menores o de paz, o de trescientos pesos ante los
jueces de primera instancia. El procedimiento era oral y concentrado. U na
vez presentada la demanda y citado al demandado, se llevaba a cabo una
audiencia en la que las partes exponan sus pretensiones y oposiciones y se
fijaba la litis. Las pruebas deban ser ofrecidas y practicadas despus, den12 Cfr. PalIares, Jacinto, op. y loe. dlS. supra nota 5.
13 Cfr. Macedo, Miguel S., "Proyecto de Ley de Justicia de Paz para la ciudad de ~k
xico" (1913). publicado en Criminalia~ Mxico, nm, 5. ao XXVI, 31 de mayo de 1960.

p. SIl.
14 Cfr. PalIares, op. cit. supra nota 5. pp. 512.
15 Cfr. Macedo. ofr. cit. supra nota 13, p. 311.
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LA JUSTICIA DE MiNIMA CUA..."ITA

199

tro de un plazo de quince das. Concluida la oportunidad de las partes para


que formrdaran alegatos -la ley no es muy precisa, pero probablemente
esto era en una audiencia-. el juez deba exhortarlas "a entrar en una
composicin amigable", y en caso de lograrlo, se daba por concluido el juicio; en el supuesto contrario, el juez deba dictar la sentencia. sta y las
dems resoluciones dictarlas en los juicios verbales eran irrecurribles. 16

2.5. La ley para el arreglo de la administracin de justicia en los tribunales y juzgados del fuero comn promulgada por Flix Zuloaga el 29 de
noviembre de 1858 prevea el establecimiento de juzgados de paz en los
Estados (llamados en la ley "departamentos") de la Repblica y de juzgados
menores en la ciudad de l\fxico, con competencia para conocer, las dos clases de juzgados: (1) de las conciliaciones en los juicios civiles con cuanta
superior los trescientos pesos; (2) de los juicios verbales civiles con cuanta que no excediera de cien pesos; (3) de los juicios criminales por injurias y faltas leves, con pena de "reprensin o correccin ligera", y (4) de
las primeras diligencias en juicios civiles o penales de cuanta superior, en
casos urgentes. Los jueces de paz deban ser designados por los gobernadores
y los menores por el "Supremo Gobierno"; a ninguno se le exiga que fuese
aoogado~ El juicio civil verbal que regulaba esta Leyera sustancialmente
igual al previsto en la Ley de 4 de mayo de 1857.'7
2.6. En la Ley para la Organizacin de los Tribunales y Juzgados promulgada por Maximiliano el 18 de diciembre de 1865, los rganos encargados de la justicia de mnima cuanta se denominaron jueces municipales.
Nombrados por el prefecto del departamento, a propuesta en terna del tribunal o juez de primera instancia del lugar, los jueces municipales no requeran ser peritos en deredlo y duraban en s,u cargo un ao, sin que pudieran
ser designados para el periodo siguiente. Eran competentes para conocer:

lo. En juicio verbal, sin intervencin de abogados y sin apelacin, de los


negocios civiles cuyo inters no exceda de cincuenta pesos; 20_ De la misma manera de los negocios criminales y faltas de igual naturaleza, que no
merezca otra pena que una multa hasta de cincuenta pesos o prisin que
no exceda de quince das ...
Tambin conocan los jueces municipales de juicios civiles con cuanta
hasta de cien pesos, pero entonces su sentencia s era apelable ante el juez de
jnstruccin o de primera instancia. 18 Resulta inlportante el artculo 15, cuyo
16 Cfr. artculos 10 y 25 de la Ley ele 4 de may:) de 1857. Puede verse el interesante
trabajo de Alcal Zamora y Castillo, Niteto, "Resumen acotarlo de la Ley de Procedimientos Judiciales de 1857", en Gaceta Informativa de Legislacin j' jurisfJrudencia, UNAM,
Mxico, nm. 16, octubre-diciembre de 19'75, especialmente pp_ 547-8.
17 Cfr. entre otros, los artculos 288, 292 Y 307 de la citada Ley de Zuloaga.
18 Arlculos 40., OO., 70., 10, 11 Y 12. Cfr. BoleU" de las Leyes del Imperio Mexicano,
t. n, primera parte. Imprenta de Andradc y Escalantc, 1866, pp. 513-4.

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DERECHO PROCESAL ClVIL
200

contenido va a trascender a la legislacin posterior: "Los jueces municipales


pronunciarn sus fallos a verdad sabida y buena fe guardada, siguiendo los
principios de la equidad natural". Una vez restaurada la Repblica en 1867.
volvieron a tener plena vigencia las disposiciones anteriores a que hemos
hecho referencia (nmeros 2.2. 2.3 Y 2.4).
2.7 El primer Cdigo de Procedimientos Civiles del Distrito Federal y el
Te>ntorio de Baja California. de 13 de agosto de 1872, regul el juicio verhal ante los jueces menores, en ttminos similares a como lo haba hecho
la Ley de 4 de mayo de 1857. Atribua competencia a los jueces menores
para conocer, en juicio verbal, de los asuntos cuyo inters no pasara de cien
pesos. El procedimiento tambin era oral y concentrado. A peticin del actor, se citaba al demandado para que compareciera dentro de tres dlas a
una audiencia en la que ambas partes deban exponer sus pretensiones. excepciones y reconvenciones, respectivamente. Si ofrecan pruebas, se conceda
un plazo que no deba exceder de quince das para practicarlas, vencido el
cual las partes alegaban oralmente y el juez pronunciaba su sentencia dentro de los tres das siguientes. La sentencia era irrecurrible. 19
2.8. El 15 de septiembre de 1880 fueron promulgados tanto un lluevo
Cdigo de Pmcedimientos Civiles pam el Distrito Federal y el Te>Titorio
de Baja California como la Ley de Organizacin de los Tribunales de dichas
entidades. A los jueces menores se les atribuy competencia para conocer
los asuntos contenciosos civiles con cuanta hasta de quinientos pesos.'20 En
materia penal, slo a los jueces menores forneos se les otorg competencia
para conocer de los delitos cuya pena excediera de dos meses de prisin o
multa de doscientos peSOS:21 A los jueces de paz, que slo existan fuera de
la ciudad de ~.fxico. se les asign competencia para conocer en juicio verbal de asuntos civiles cuyo inters no excediera de cincuentas pesos 22 y de
los delitos leves con pena de arresto menor o multa hasta de cincuenta
pesos." Se prescribi que se deba procurar que en toda poblacin de doscientos habitantes o ms hubiera un juez de paz. En los lugares donde hubiera jueces menores, no se deban nombrar jueces de paz.u
,. Artculos 1094. 1095. llOI, ll02. ll05 y 1124 del Cdigo 1872Articulo 1049 del Cdigo de Procedimientos Civiles de 1880.
21 Artculo 342 del Cdigo de Procedimientos Penales del Distrito Federal y Territo
rio de la Baja California, de 15 de septiembre de 1880.
22 Artculo 1986 del Cdigo de Procedimientos aviles de 1880.
128 Artculo citado en la nota 2I.
:"'4 Artculo 30. de la Ley de Organizacin de los Tribunales del Distrito l'cderal y del
TerriLOrio de Baja California, de 1880. En total, haba 14 juzgados menores: 8 en la ciu
dad de Mxico y 1 en Guadalupe Hidalgo, Azcapotza1co, Tacuba, Tacubaya. San Angel
y Xochimi1co: artculo 12 de la citada Ley Orgnica. Cabe }Mndonar que los jueces de
paz eran ronsiderados como agentes de la polica judicial y tenan a su cargo la prctica
de las averiguaciones pre"'ias dentro de su circunscripcin mientras se presentara el juez
penal, como 10 indicaba el artculo 25 del Cdigo de Procedimientos Pena1es de 1880.
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L\

.J USTIClA

DE MNIMA CUANTA

201

l.os juece& de paz eran nombrados por los ayuntamientos, no requeran


ser abogados y duraban en su cargo un ao. En C31Ubio los jueces menores,
designados por el Ejecutivo a propuesta en terna del Tribunal Superior. s
deban ser abogados y duraban dos aos en su cargo.2.i
El procedimiento ante los jueces menores variaba segn la cuanta del
a.sunto: si exc.eda de cien pesos, pero no de quinientos, deba seguirse el mismo procedimiento yerbal que se lle\'aba a cabo ante los jueces de primera
instancia, con alguuas modificaciones referentes a los recursos; 2'6 si no exceda de cien pesos, entonces el procedimiento era el mismo que para los jueces
de paz. Nos vamos a ocupar slo de este ltimo.
El juicio de mnima cuanta ante los jueces menores y de paz que regulaba el Cdigo de Procedimientos Civiles de 1880 era ms complicado que
el previsto en el Cdigo de 1872. En forma similar a como lo dispona
ste, el demandado era citado, a instancia del actor, a una audiencia a la
que deba concurrir dentro de los tres das siguientes; en eUa el actor expona su demanda y el demandado su contestacin y ambas partes deban proponer sus respectivas pruebas.27 Las pruebas sobre excepciones dilatorias de
han practicarse en una audiencia que se celebraba dentro de los tres das
siguientes; si eran desestimadas las excepciones dilatorias en dicha audiencia,
las dems pruebas deban practicarse en otra audiencia, la cual deba sealarse dentro de los ocho das siguientes. 28 Verificada esta segunda audiencia
o concluido el plazo probatorio de los ocho das, el juez deba citar a la
audiencia de alegatos orales, la cual deba celebrarse dentro de tres das y
tina vez concluida, el juez dtaba para or sentencia, la cual deba pronun
ciarse, a ms tardar, dentro de cinco das. 29 Es claro que si el demandado
no opona excepciones dilatorias no era necesario Uevar a cabo la primera
audiencia mencionada para las pruebas. citndose entonces inmediatamente
para la audiencia de pruebas en general. 30 La sentencia dictada en este juicio era irrecurrible. Las dems resoluciones dictadas durante el curso del
juicio eran susceptibles de impugnarse a travs del recurso de revocacin, de
cad.cter horizontal. sl
Como puede observarse, la regulacin del Cdigo de 1880 sobre el juicio
de mnima cuanta permita que ste se prolongara en .una serie de audiencias, que normalmente podan ser cuatro: (1) audiencia de demanda y con,entacin y ofrecimiento de pruebas; (2) audiencia de pruebas sobre excep::!;

26

:.:7
'JS
:.!!)

:10
;:f

AaculGs 50., 70., 14 Y 15 de la l.e)' de Organizacin de los Tribunales de 1880.


Artculo 1052 del Cdigo de Procedimientos Civiles de 1380.
A.rtculos 1054 y 1060, idem.
Artculos J{)62-10&1, idt!Jm.
Artculo ]074, idem.
Artculo 1075, idem.
,\rtfellJos ]~~ y 1093, idclll.

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202

DERECHO PROCESAL CIVIL

ciones dilatorias; (3) audiencia de pruebas en general, y, (4) audiencia de


alegatos. La sentencia era dictada despus, dentro de los cinco dias siguientes.
Todo esto, claro, si el procedimiento se ajustaba a las previsiones legales.
Una apreciacin sobre el funcionamiento real de los juzgados de paz, no
puede sino, cuando menos, suscitar dudas sobre ese posible ajuste entre procedimiento real y previsin legal. En este sentido, podemos citar las siguientes palabras de Miguel S. Macedo:
Los jueces de paz, en aquella poca, como hasta mucho tiempo despus. eran funcionarios de carcter no bien definido y que tenan tanto
funciones administrativas cuanto judiciales; se consideraban generalmente como subalternos de los ayuntamientos y de ordinario desempeaban
el cargo, que era concejil, personas de muy escasa ilustracin y de condicin social inferior. Su funcin era en extremo deficiente y de hecho ni
siquiera existan en todos los lugares en que debieran conforme a la ley.82
2.9. El Cdigo de Procedimientos Civiles de 15 de mayo de 1884 regul en trminos sustancialmente iguales al de 1880 el juicio verbal ante los
jaeces menores y de paz.
2.10. La Ley de Organizacin Judicial del Distrito y Territorios Federales de 9 de sepHembre de 1903 conserv las mismas reglas respecto de los
jueces menores. A los jueces de paz les asign la misma competencia, pero
su designacin pas de los ayuntamientos al Ejecutivo Federal, a travs de
la Secretara de J usticia.33 En la ciudad de Mxico la ley cre los jueces coreccionales, semejantes a los de paz forneos, con competencia tambin mixta: en materia civil, asuntos con cuanta que no excediera de cincuenta peSOS, Y en materia penal, robos simples y delitos con pena no mayor de arresto
por dos meses o multa de doscientos peSOS."l4 En consecuencia,. los juzgados
menores de la ciudad de Mxico dejaron de conocer de los asuntos civiles
que no excedieran de cincuenta pesos. Los jueces correccionales, a los cuales
s se les exiga ttulo de abogado, eran nombrados tambin por el Ejecutivo.
a propuesta en terna del Tribunal Superior de Justicia."'
2.11. La Ley Transitoria de Pl'Ocedimientos del Fuero Comn tambin
de 9 de septiembre de 1903 estableci los procedimientos que se deban seguir ante los jueces correccionales de la ciudad de Mxico, tanto en materia
civil como penal. Similar al juicio verbal ante los jueces menores y de paz,
el juicio civil resultaba ms concentrado, ya que p<Xla llevarse a cabo en
32 Macedo. op. cit. supra nota 13, p. 313.
83 Artculo 16 de la Ley de Organizacin Judicial de 1903
S4 Artculo 33. idem.
:35 Artlculos 31 y 77. fraccin 111, idem.

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LA JUSTICIA DE MN1MA CUANTA

203

una sola audiencia, o a lo sumo en dos; en la misma audiencia, el juez deba

dictar sentencia.36
La introduccin de los juzgados correccionales con competencia mixta,
sin embargo tuvo dificultades prcticas. Al haber sido ubicados en el palacio
de justicia penal, anexo a la c<rcel general, en Belem, de hecho los jueces
correccionales se negaron a conocer de asuntos civiles, dedicndose slo a

conocer de los penales, con lo que se produjo "el imprevisto y contraprodu


cente resultado de que no hubiera jueces para los negocios que no excedieran de cincuenta pesos ... ".37 Por esta razn, y por las deficiencias, formalidades y ritualismos que predominaban en la justicia de paz, el profesor
Mateos Cardea afirmaba:
Est fuera de discusin que hace muchos aos no hay en l\Txico ni asomos de justicia para los pobres: el criado que reclama su salario, el albail expoliado por el constructor sin escrpulos, el cochero a quien ocupa
un tramposo, etctera, estn atenidos a la autoritaria decisin que pueden
pronunciar el gendarme y el comisario de polica, si logran que los atiendan, y casi siempre el deudor puede burlarse de tales resoluciones.'s

2.12. En diciembre de 1912 fue designada una Comisin Revisora del


Cdigo de PTocedimientos Penales en la cual surgi la idea de "establecer
en la ciudad de l\lxico jueces de paz con jurisdiccin nlixta, con lmites
muy bal')S tanto en materia civil como penal y asignndole el conocimiento
de las faltas, atribuidas hasta ahora, salvo casos excepcionales, a las autori
dades polticas y administrativas" ':~9 Integraron esta Comisin, que no lleg
a concluir sus trabajos por los sucesos polticos de febrero de 1913,40 1\1a
nuel Escudero y Verdugo, Victoriano Pimentcl y :Miguel S. l\1acedo. Estos
dos ltimos formaron parte de la nueva Comisin. en la que tambin par
ticiparon Manuel Olivera Toro, Agustn Hurtado de l\Iendoza y Alfredo
Mateos Cardea, a la que se encomend, el 25 de abril de 1913, formular
3G Aniculo lo., fracciones J, IlI, IV )' Y, de la I.ey Transitoria tIc Prowdimicntos de
1903.
37 Macedo, op. cit. supra nota 13, p. 314.
38 lbidem.
'39 Macedo, op. cit. supra nota 13, p. 308.
40 Nos referimos, como es lgico, a la Decena TnigiL:l que culmin con el Pacto dl'
la Embajada, celebrado el 18 de febrero de 1913 en la sedc de la cmbajada norteameri
cana en Mxico, con la presencia e intcITendu del embajador Henry Lane Wilson; eOll
este pacto se convino, con la abierta e ilegal intervencin del gobierno norteamericano,
la traicin de Victoriano Huerta al gobierno collstitucional de Francisco 1. Madero y la
consecuente usurpacin -que no fue otra cosa, por ms que se le quiera revestir de aparentes legalismos que parten de ulla renuncia obtenida con amenazas y coaccin, nula a
todas luccs- del cal'go de presidente de la Repblica. El texto 11el Pacto de la Embajda
puede verse en la obra de Contreras, l\Jario, y Tamayo, Jess, Mxico en el siglo xx: 1900
1913 (Textos y documentos), UNA!\.f, Mxico, 195, pp. 49-3494.

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20-1

DERECHO PROCESAL CIVIL

el Proyecto de Ley para establecer los juzgados de paz en la ciudad de Mxico. La comisin concluy sus trabajos a principios de septiembre del mismo
ao de 1913.
El Proyecto de Ley de Justicia de Paz para la Ciudad de Mxico de 1913
resulta de suma importancia, ya que es el que mayor trascendencia ha tenido en ]a legislacin positiva mexicana sobre justicia de mnima cuanta.
Primero. la Ley de la Justicia de Paz de lo. junio de 1914,41 promulgada
durante el gobierno de Victoriano Huerta, acogi ntegramente dicho proyecto y lo convirti en legislacin positiva. Despus, a la cada de Huerta,
Venustiano CalTanZa expidi, el 30 de septiembre de 1914, el Decreto nrnero 34 para ,-eorganizar la Administracin de Justicia en el Distrito Fede-

"al/" el cual, en su artculo 30., recogi casi totalmente el proyecto de 191~.


Por ltimo, el titulo especial sobre justicia de paz, que contiene al final el
Cdigo de P"ocedimientos Civiles del Distrito Federal de 29 de agosto de
1932,'" vigente todava, proviene sustancialmente de la parte procesal civil
del citado proyecto, con exclusin de la materia procesal penal, que fue suprimida, y de las disposiciones orgnicas, que con algunas modificaciones pasaron a las leyes orgnicas de tribunales del Distrito Federal de 9 de septiembre de 1919,44 29 de diciembre de 1922,45 31 de diciembre de 1928,4'
30 de diciembre de 1932 47 y 26 de diciembre de 1968,48 esta ltima actualmente en vigor. Adems, como veremos ms adelante, numerosos cdigos de
los Estados, al tomar como modelo o copiar el Cdigo del Distrito Federal
tle 1932, y con l el ttulo especial sobre justicia de paz, se basaron indirectamente en el mencionado proyecto de 1913.
En su exposicin de motivos sobre el proyecto de 1913, Macedo4:9 indicaba
las bases conforme a las cuales fue elaborado dicho proyecto:

1) "Ausencia de toda ritualidad y formulismo, para que cada uno pueda defender lo que crea su derecho sin necesidad del patrocinio de letrados
ni prcticos". En este sentido, el artculo 67 del proyecto dispona: "Ante los
jueces de paz no ser necesaria la intervencin de abogados ni se exigir
ritualidad alguna ni fonna determinada en las promociones o alegaciones
41 DOF (Diario Oficial de la Federacin) de 5 de abril de 1914.
42 El Constitucionalista (Diario Oficial del Gobierno de Venustiano> carranza)

de 3
de octubre de 1914.
43 DOF del 10. al 21 de septiembre de 1932. En lo sucesivo utilizaremos la abreviatura epe para designar este ordenamiento procesal.
44 DOF de 15 de septiembre de 19,19.
4l' DOF de 31 de diciembre de 1922, supleme1Jto.
4-6 DOF de 31 de diciembre de 1928.
47 DOF de 31 de diciembre de 1932.
48 DOF de 29 de enero de 1969.
4'9 Macrdo, op. cit. supra nota 13, pp. 314-5.
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LA JUSTICIA VE Mil'\l~lA Gt;A:\TJA

que se hagan". En idnticos trminos est redactado el articulo 41 del ttulo


especial de la justicia de paz del Cdigo de Procedimientos Civiles vigente.
2) "Rapidez en la sustancin y decisin de las controversias, para evitar
la prdida de tiempo y los consiguientes gastos y los perjuicios que resultan
de desatender el litigante su trabajo () negocios ordinarios". Esta rapidez era
manifiesta si se observa que la cita al demandado para que compareciera era
para el mismo da o a ms tardar al siguiente; que esta cita poda comunicarse hasta por telfono o telgrafo al demandado; que en una sola audiencia las partes ueban exponer sus pretensiones, ofrecer y practicar sus
pruebas y formular sus alegatos, y el juez en la misma audiencia, deba pro
nunciar la sentencias: que 110 era posible sustanciar incidentes "de previo y
especial pronunciamiento"; y, en fin, que las sentencias eran ilTecurribles_~
La mayor partes de estas disposiciones se conSCTVan en el ttulo de la justicia
de paz del CPC vigente.
3) "Amplia libertad en matcria de prueba, COIl facultad del juez para
recurrir a todas las que crea tiles para averiguar la verdad, y publicidad
de las audiencias". En este sentido el articulo H facultaba al juez para "hacer
libremente las preguntas que juzgue oportunas a cuantas personas estuvieren
presentes en la audiencia, carear a las partes entre s o con los testigos y
stos los unos con los otros, examinar documentos, objetos o lugares y hacerlos reconocer a los peritos". A su vez, el artculo 69 autorizaba la publicidad de las audiencias, "con excepcin de los casos en que a juicio del juzgado convenga que sean secretas por respeto a la moral y a las buenas costumbres o para evitar que se altere el orden". En trminos semejantes se
expresan los articulos 20, fraccin IV, y <j3 del titulo especial de la justicia
de paz del CPC vigente.
4) "Apreciacin de la prueba por el juez segn el dictado de su conciencia }' no conforme a reglas legales, es decir, decisin en conciencia respecto al hecho, aunque no respecto al fondo de la decisin en cuanto al derecho, pues el precepto del artculo 14- constitucional relativo a la exactitud
t:11 la aplicacin de la ley obliga a todo j lIez a normar sus decisiones preci:,amente a las disposiciones legales". De acuenlo con esta base, el artculo
48, similar al 15 de la Ley para la Organizacin de los tribunales de 1865,
dispuso: "Las sentencias se dictarn a verdad sabida, sin necesidad de sujetarse a las reglas sobre estimacin de las pruebas, sioG apreciando los hechos
segl'm los jueces ]0 creyeren debido en conciencia". Con las mismas palabras
~{' encuentra redactado d artculo 2] del ttulo especial de la justicia de paz
del CPC vigente.
;;(1 Cfr. artCul05 23, 29, 30, 41, 42, 43. 44, 45. 16, 47 Y 50 del proyecto mencionado.
c1 cual puede consultarse en el trabajo que hemos citado de Yaccdo en o/J, cit. su1Jm
nota l!l, pp. 369-82.

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206

DERECHO PROCESAL CIVIL

5) "Rapidez y seguridad en la ejecucin de las sentencias, procurndose


que stas deban considerarse ineludibles, cualidad que si se llega a alcanzar
constituir por s sola una ventaja inapreciable. ya que ahora es frecuente~
por desgracia, que las sentencias queden como letra muerta, si no es que
como escarnio de la justicia", Para este objeto, el artculo 51 estableca el
deber del juez de paz "de proveer a la eficaz e inmediata ejecucin de sus
sentencias y, a este efecto, dictarn todas las medidas necesarias, en la forma
y trminos que a su juicio fueren procedentes, sin contrariar las reglas que
establecen los artculos que siguen". Este artculo fue reproducido en la primera parte del 24 del ttulo especial de la justicia de paz del CPC de 1932.
El Proyecto de 1913, aunque en alguna medida recoge la experiencia de
la legislacin anterior, resulta novedoso en mltiples aspectos. As lo reconoce, Macedo: ..... nuestra labor no merece otro nombre que- el de simple
ensayo, que por encaminarse por direccin totalmente nueva, que a ello
equivale elegir senderos no practicados en dos tercios de siglo o ms, exige
grande cautela al ser puesto en prctica ... ""
Por otro lado, los autores del proyecto procuraron que ste fuera suficiente PQr si solo para regular la justicia de paz, previendo la supletoriedad de los cdigos procesales civil y penal y de la legislacin orgnica slo
para cuando "fuere indispensable para complementar las disposiciones de
esta ley y que no se opongan directa ni indirectamente a stas", segn dispona el artculo 66. 02 Esto explica el porqu, al incorporar el proyecto con
las exclusiones indicadas antes, al CPC de 1932 bajo un ttulo especial, con
el rubro "De la justicia de paz", se le diese a su articulado una nueva numeracin, como si se tratase de un cuerpo legislativo diferente y autnomo
respecto del Cdigo. Este ttulo especial realmente s resulta muy diferente
en. cuanto a tcnica legislativa y orientacin procesal, del CPC de 1932. El
contenido del citado artculo 66 del proyecto fue recogido, obviamente sin
la referencia al Cdigo procesal penal, por el artculo 40 del ttulo especial.
,,1 Macedo, op. cit. supra nota 13, p. 316.
52 La razn y el alcance de la supletoricdad restringida establecida en el articulo 66
del proyecto, los explicaba as Maccdo:
se ha debido aclarar ... , que t:Omo leycs complementarias o supletorias, se aplicarn
los Cdigos de Procedimientos Penales y Civiles y la Ley de Organizacin Judicial; pero
!Se ha estimado necesario para evitar cualquier duda, cuyo resultado pudiera ser la
complicacin y la demora del procedimiento ante los jueces de paz, que slo se ha de
ocurrir a los preceptos de esas leyes en aquello que no se oponga a las disposiciones
de ]a nue'Va, ni directa ni indirectamente, reput,ndose comprendido en lo opuesto al
sistema de la justicia de paz, y por lo mismo inaplicable, todo lo relativo a trminos.
modificaciones, e incidentes, entendindose que hacemos esta enumeracin por va de
ejemplo, y no como limitativa, y que tambin se romprenden cualesquiera otras que
haya que dar el resultado de impedir que el negocio se termine y falle a ms tardar
al da siguiente de su iniciacin: op. cit. supra nota 13, p. 361.
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LA JUSTICIA DE MNIMA CUANTA

207

No vamos a examinar detalladamente el proyecto de 1913, ya que como


hemos sealado anteriormente, su regulacin del juicio de mnima cuanta
fue recogida sustancialmente por el ttulo especial de la justicia de paz del
CPC de 1932, que es el que se encuentra actualmente en vigor; este ttulo
ser analizado' en el apartado 3.
2.13. Nos referiremos, por ltimo, a la legislacin orgnica posterior al de
creto nmero 3,1 expedido por Venustiano Carranza en 1914.
En ]a Ley Orgnica de los Tribunales del Fuero Comn para el Distrito
y Territorios Federales de 9 de septiembre de 1919 se uniform el nombre
de los juzgados de mnima cuanta en el Distrito Federal, designndoseles
juzg'ddos de paz tanto a los de la ciudad de Mxico, como a los de las dems
municipaIidades.r~ Los jueces de paz del Distrito Federal deban ser nombrados por los Ayuntamientos de las municipalidades y no se les exiga que
[uesen abogados. Su competencia era mixta: en materia civil, conocan de
asuntos cuya Lllanta no excediera de cien pesos. y en materia penal.
de delitos con penas hasta de treinta das de arresto o de cincuenta pesos de
multa. M
2.14. La Ley Orgnica de los Tribunales del Fuero Comn en el Distrito y Territorios Federales de 29 de diciembre de 1922 no introdujo ninguna
modificacin en la organizacin y competencia de los juzgados de paz, precisando slo el tiempo de duracin del nombramiento de juez de paz: un ao,
con posibilidad de reeleccin.""
2.15. En la Ley Orgnica de los Tribunales del Fuero Comn en el
Distrito y Territorios Federales de 31 de diciembre de 1928 se conserv la
misma competencia de los juzgados de paz, pero, al suprimirse en ese ao
el sistema municipal en el distrito Federal, el nombramiento de los jueces
de paz pas a corresponder al Tribunal Superior de Justicia y la demarcacin territorial en la cual se les atribuy competencia ya no fueron las "mu
nicipalidades", sino las "circunscripciones poltico-administrativas" en que
'" dividi el Distrito Federal, es decir, el departamento central y las delegaciones. 56
2.16. La Ley Orgnica de los Tribunales de Justicia del Fuero Comn
del Distrito y Territorios Federales de 30 de enero de 1932, suprimi el carcter mixto de la competencia de los juzgados de paz. As. previ que en la
ciudad de Mxico hubiera un juez de paz del orden civil y otro del orden
penal en cada uno de los cuarteles en que se encontraba dividida; didlOs
.>3 Aunque d decxcto de lo. de junio de 1914 llam "de paz" a los jUi':gados de la ciu
dad de M'xico, el decreto nt'imero 34 de 30 de septiembre de I~J4, en cambio, los design
como jlugados '"auxiliares" .
.H Artculos 15, 18 Y 28 de la Ley Org.nica de 1919.
:; .., Artculo ]5 de la L('y Org.nica de 1922.
:lB ArtkuJo 121 de la Li'}' Org~lnica de 1928.

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2Q8

DERECHO PROCESAL CIVIL

juzgados deban quedar ubicados "en los edificios que ocupen las Delegaciones de Polica"_ Tambin en cada Delegacin fornea deba haber, cllando menos, un juez de paz civil y otro penal, cuando menos. Para estas dos
clases de jueces_ designados por e! Tribunal Superior de Justicia, la Ley
exigi, entre otros requisitos, "ser abogado C011 ttulo oficial".G7 A los juzga~
dos de paz del ramo civil les atribuy competencia para conocer de los
juicios civiles cuyo monto no excediera de doscientos pesos. A los juzgados
de paz de! orden penal les asign competencia para conocer de los delitos
que tuvieran como sancin "apercibimiento. caucin de no ofender, multa
cuyo monto mximo sea de cincuenta pesos, o prisin cuyo mximo sea de
seis meses",G8
En virtud de las reformas introducidas en la Ley Orgnica por decreto
de 31 de diciembre de 1934," los juzgados de paz volvieron a tener competencia mixta, es decir, civil y penal, con la cuanta prevista en la Ley de
1932.60
El 26 de enero de 1935" se reform nuevamente la Ley Orgnica para
retirarles a los juzgados de paz forneos la competencia penal -que fue
trasladada a los juzgados menores-, por lo que aqullos perdieron su carcter mixto, quedando slo con competencia civil; adems, se permiti al Tribunal Superior "dispensar" de la exigencia de "ser abogado con ttulo oficial" a los jueces de paz forneos. 062
Por ltimo, las reformas formuladas el 27 de enero de 1965 a la citada
Ley Orgnica," incrementaron la cuanta de la competencia civil de los juzgados de paz -tanto de los mixtos de la ciudad de Mxico como de los f""
rncos civiles- de doscientos a mil pesos, conservando la misma competencia
penal -slo por lo que se refiere a los juzgados mixto&-.
2.17. El 26 de diciembre de 1968 fue promulgada una nueva Ley Orgnica, que abrog a la de 1932. En relacin a los juzgados de paz, esta ley
no introdujo ninguna modificacin sustancial. Los juzgados mixtos de paz
de la ciudad de Mxico y los de paz forneos conservaron su competencia
en los trminos previstos en las reformas de 27 de enero de 1965. En la ciudad de Mxico fueron suprimidos los juzgados menores, los cuales, en cambio, fueron conservados en los partidos judiciales forneos. Se retir la facultad al Tribunal Superior de dispensar la exigencia del ttulo de licenciado
J7 Artculos 113, 115, 117 Y llS de la
58 Artculos 120 y 121. idem.
1}9

00
61
62
63

Ley Orgnica dC:' 1932.

DOF de lo. de enero de 1935.

Artculos 113, 115. 116, 120 Y 121 de la citada Ley Org:llica de 1932 reformada.
DOF de 29 de enero de 1935.

Artculos 116 y 121 reformados por la Ley de 1932.


DOF de 4 de enero de 196ft

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LA JUSTICIA DE MNIMA CUANTA

209

en Derecho para poder ser juez de paz forneo, por lo que: este requisito de
ingreso se torn indispensable tambin para esta clase de jueces.

Las reformas de 24 de febrero de 1971 ., a la Ley Org-nica de 1968 ampliaron la competencia penal de los juzgados mixtos de paz de la ciudad de
I\Jxico -Primer partido judicial- y de los mixtos menores forneos -Segundo, Tercer y Cuarto partidos judiciales-: en lo sucesivo podran conocer
de los delitos que tuvieran como sancin "apercibimiento, caucin de no
ofender, mulla independientemente de su monto o prisin cuyo mximo sea
de un ao" .~5
En virtud de que en octubre de 1974 los dos nicos territorios federales
existentes hasta entonces (Baja California Sur y quintana Roo) fueron
transformados en estados;o6 los cuales deben contar con un rgano legislativo
y una legislacin procesal y orgnica propios, el 21 de diciembre de 197'1 H7
~e promulg la reforma que suprimi las referencias a los territorios federales, tanto en el nombre como en el texto mislllO de la Ley. En lo sucesivo
sta se denomin slo Ley Orgnica de los TTibunales de Justicia del Fuero
Comn para el Distrito Federal; lgicamente, la misma supresin oper
tambin para el Cdigo de Procedimientos Civiles de 1932, que ya slo lo
es para el Distrito Federal, a partir de la citada reforma de diciembre de
1974.
Por ltimo, el 29 de didembre de 1975 68 se promulgaron las reforma.~
a la Ley Orgnica de los Tribunales del Distrito Federal, las cuales, al suprimir los juzgados mixtos menores for . ineos y transformar los cuatro partidos judiciales en uno solo para todo el Distrito Federal, devolvieron la
<..ompetencia penal a los juzgados de paz de los anteriores partidos forneos.
Esto significa que, en virtud de estas refonnas, todos los juzgados de paz del
Distrito Federal -incluyendo los anteriormente conocidos como forneostuvieron, de nueva cuenta, carcter mixto: es decir, competencia civil y penaL Adems dichas reformas aumentaron la cuanta de la competencia civil
de los juzgados mixtos de paz hasta por cinco mil pesos, incrementado de
esta manera el nmero de asuntos civiles sometidos a su conocimiento y resoluci6n.t>9
64 DOl' de IR de marzo de 1971: resea nuestra de estas r('"formas en Gaceta Info-rmal/va de Legislacin y Jurisprudencia, UNAM, Mxiw, nm. L enero-marzo de 1972, pp.
44-7.
i5 Artculos 97 y 88 reformados de la Ley de 1968.
66 Decreto de 7 de octubre de 1974; DOF de 8 del mismo mes y ao.
G, DOF de 23 de diciembre de 1974.
68 DOF de 30 de diciembre de 1975; resea nuestra de esta.'> reformas en Gaceta 11/formativa de Legislacin y Jurisprudel1cia, UNAM, Mxico, nm. 16, octubre-diciembre de
1975,
UD

pp_ 529-533.
Articulo 97 reformado de la ley Org,inica de 1968.

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210

DERECHO PROCESAL CIVIL

3. La justicia de paz en el Dist1"ito Federal

3.1. Competencia e integmcin de los juzgados mixtos de paz


Despus de esta breve resea histrica, que nos muestra los orgenes de
la justicia de paz mexicana y la constante variacin de su regulacin orgnica, particularmente en el Distrito Federal. podemos precisar que la competencia actual de los juzgados nxtos de paz dentro de dicha entidad, como
ya ha quedado sealado, comprende tanto la materia civil como la penal.
Los asuntos civiles cuyo conocimiento es atribuido a tales juzgados son slo los
de carcter patrimonial cuya cuantia no exceda de cinco nl pesos. En consecuencia, quedan fuera de la competencia de los juzgados mixtos de paz
los procedimientos sucesorios y los juicios sobre conflictos de carcter familiar -divorcios, nulidad de matrimonio, alimentos, rectificacin de actas
sobre el estado civil, etctera-, cuyo conocimiento corresponde a los juzgados de lo familiar, introducidos en el sistema judicial del Distrito Federal
por las reformas de 24 de febrero de 1971 a la Ley Orgnica de los Tribunales del Distrito Federap
Conviene aclarar que la reforma de diciembre de 1975 a la Ley Orgnica para transformar los cuatro partidos judiciales en uno slo, no afect
las circunscripciones territoriales que delimitan la competencia de loo juzgados mixtos de paz, las cuales son las delegaciones poltico-administrativas
que, en nmero de diecisis, integran el Distrito Federal. Para los juzgados
de paz no rega ni rige la divisin en partidos judiciales, sino la que corresponde a las diecisis delegaciones polticcradministrativas que establece la
Ley Orgnica del Departamento del Distrito Federal. Conforme el artCulo
93 de la Ley Orgnica de los Tribunales, en cada una de tales delegaciones
habr cuando menos un juzgado mixto de paz, "que quedar comprendido
dentro de la circunscripcin territorial de dichas Delegaciones". El artculo
50. del ttulo especial de la justicia de paz establece, a su vez, que cada juzgado debe conocer de los asuntos relativos a predios ubicados "dentro de
su jurisdiccin (es decir, dentro de su mbito territorial de competencia) J
cuando se trate de arrendamiento o de acciones reales sobre bienes inmuebles", Tambin deben conocer de los dems asuntos dentro de su competencia por materia y por cuanta, cuando "el demandado pueda ser citado en
algn lugar que se encuentre comprendido dentro del permetro de la Delegacin".
Sin embargo, el propio artculo 50. del ttulo especial prescribe que "en
ningn caso se dar entrada a cuestin relativa a competencia de. jurisdic7()

Vase nota 64.

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LA JUSTICIA DE MNIMA CUANTA

211

cin" (sic) por razn de territorio; el "conocimiento indebido" por parte


de un juez mixto de paz de un asunto que no quede comprtndido dentro de
su competencia territorial, slo puede dar motivo a que el Tribunal Superior de Justicia le imponga una correccin disciplinaria, a peticin de la
parte afectada; pero ese "conocimiento indebido", entendemos, no afecta la
validez del proceso que se siga o se haya seguido. Se sustraen, as, del derecho de defensa de la parte demandada las cuestiones de competencia por razn del territorio, las cuales quedan sometidas slo al rgimen disciplinario de la organizacin judicial distrital.
En materia penal, los juzgados mixtos de paz conocen de los delitos que
tengan como sancin apercibimiento, caucin de no ofender. multa independientemente de su monto, prisin cuyo mximo sea de un ao, o estas
dos ltimas sanciones como complementarias entre s.71
El titular de cada juzgado mixto de paz es un juez designado por el pleno
del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. El perodo normal de
duracin de su nombramiento es de seis aos."" Para ser juez de paz, se requie"
re ser ciudadano mexicano, con ttulo de licenciado en deredLO registrado en la
Direccin Crl!neral de Profesiones y no haber sido condenado por sentencia
{irme por delito doloso. No se exige edad mnima ni experiencia profesional
determinada, como s se hace con las dems cIases de jueces.73 La remuneracin mensual de un juez de paz asciende aproximadamente a ocho mil
pesos, la cual se puede considerar baja. tanto si se le considera dentro de
la escala de los sueldos de los funcionarios pblicos, como si se toma en
cuenta el nmero y la importancia de sus atribuciones.
El juez de paz es auxiliado por dos secretarios, uno para los asuntos civiles y el otro para los penales. Ambos secretarios deben reunir los mismos
requisitos de ingreso de los jueces de paz -aunque existen varios juzgados
en los que los secretarios carecen de ttulo de licenciado en derecho- y son
designados por una comisin integrada por representantes del Tribunal Su~
perior de Justicia del Distrito Federal y del sindicato de trabajadores de dicho Tribunal.
La Ley Orgnica no establece en forma especfica las funciones de los
secretarios de los juzgados de paz, pero, como auxiliares uel juez' y de ma
llera similar a los secretarios de acuerdos de los juzgados de lo civil. se encargan de las labores de documentacin e instruccin de los procesos y de la
autorizacin de las resoluciones judiciales y de los actos procesales realizad05
en el local del juzgado. La remuneracin mensual de los secretarios de los
71 Artculo 97, (inciso B) de la Ley Orgnica de 19618.
12 Artculos 16 y 17, idem.
,:{ Arlculo 95, en comparacin con los artculos 52, 57 Y 7T, dem.
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212

DERECHO PROCF.sAL CIVIL

juzgados de paz asciende aproximadamente a seis mil pesos -ms baja que
la de los jueces-o
En cada juzgado mixto de paz el secretario civin es auxiliado slo por un
taqugrafo. El secretario penal cuenta con la ayuda de un oficial judicial
(escribiente) y de un comisario (mensajero). Ese es, en trminos generales,
el personal de cada uno de los 36 juzgados mixtos de paz que existen en el
Distrito Federal, cuya poblacin actual se calcula en cerca de nueve millo~

nes de habitantes.74

Por ltimo, conviene mencionar que el aumento ue la cuanta de la COlllpetencia civil de los juzgados mixtos de paz, introducido por la reforma de
fines de 1975 a la Ley Orgnica de los tribunales de justicia del Distrito
Federal, ha producido, como lgicamente era de esperarse, un incremento en
el nmero de los asuntos civiles sometidos a dichos rganos. As, por ejemplo, durante el ejercicio correspondiente a 1975, a los 34 rganos de mnima cuanta existentes entonces en el Distrito Federal -juzgados mixtos de
paz del primer partido judicial y de paz de los dems partidos-, ingresaron
11,336 asuntos nuevos, que representaron cerca del 6.3c;{, de la totalidad
de los asuntos civiles que se plantearon en primera instancia ante los Tribunales del Distrito Federal (entre 175,000 y 180,000). El promedio de
asuntos que ingresaron durante dicho perodo de 1975 en cada juzgado
de mnima cuanta fue de 333.41. Este promedio, sin embargo. no revela
ni de manera aproximada el nmero real ingresado en cada uno de los ,juzgados, ya que aqul vara en forma muy considerable en cada uno de ellos.
Baste mencionar que mientras el juzgado de paz de Xochimi\co registr" 1797
asuntos civiles nuevos, el de Cuajimalpa slo tuvo 17. lo que revela, en alguna medida, una distribucin territorial y cuantitativa poco adecuada de
los juzgados, que propicia una desigual distribucin de las labores judiciales.'"
En cambio, durante el ejercicio correspondiente a 1976, a los 36 juzgados
mixtos de paz ingresaron 31,050 asuntos civiles nuevos, que representaron
el 17.7% de la totalidad de los asuntos civiles iniciados en primera instancia
ante los tribunales del Distrito Federal (177,797). El promedio de los asun
tos que ingresaron durante el ejercicio de 1976 en cada juzgado mixto de
'74 El nmero de habitantes del rea urbana de la ciudad df" Mxico, en constante aumente, se calcula en 13.4 millones para 1980 y en 20 millones para 1990. Cfr. Mxico 197'6:
hechos, cifras, tendencias, Mxico. Banco Nacional de Comercio Exterior, 1976, p. 79,
75 ~stos datos han sido obtenidos con base en los :registros de cada juzgado, mencionados en el Informe de la Presidencia del T"ibunal Su~ de Justicia del Distrito Federal, oorrespondientc al ejercicio de 1975 (lo. de diciembre de 1974 al 30 de noviembre de 1975). La razn por la que no se haya detclminado en forma pr~isa la totalidad
de los asuntos civiles, se debe a que los asuntos (Jiviles de los juzgados de primera instancia de Alvaro OlYreg,n y Xochimiloo aparecen registrados j,unto con los asuntos familiares sometidos a dichos juzgados, sin que se distinga cules fueron civiles en sentido
estricto y cules familiares.
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LA JUSTj(~A DE MNlMA CUANTA

paz fue de 875.13, aunque tambin se sigui observando una grt:Il


porcin entre los ingresos reales de cada juzgado.76

213
despro~

" ') El proredi1llienlo


.J._.

El procedimiento ante los juzg'ddos mixtos de paz se rige por el principio de libertad de formas TI y tiene como tcnica de sustanciacin la oralidad y la concentracin de las etapas procesales, a diferencia del juicio ordinario, que es predominantemente escrito y se desarrolla por etapas separadas.'i8
El articulo 41 del ttulo especial de la justicia de paz, cuyo contenido es
idntico al del artculo 67 del proyecto de 1913, recoge el principio de la
libertad de formas. al establecer que ante los jueces de paz "no se exigir
ritualidad alguna ni forma determinada en las promociones o alegaciones
<ue se hagan".
La forma predominantemente oral del juicio de mnima cuanta se extiende no slo a las fases proba.toria y de alegatos. que se deben desarrollar
en una audiencia, sino tambin a la demanda, que puede ser formulada verhalmente o por escrito, y a la sentencia, que debe ser pronunciada por el
juez en la misma audiencia de pruebas y alegatos. Conviene aclarar, sin emhargo, que en la prctica las partes presentan normalmente sus demandas
por escrito y los jueces generalmente no dictan la sentencia en la misma
audiencia, sino que 10 hacen varias semanas. despus de- la conclusin de
76 Tambin estos datos han sido obtenidos con base en los mencionados en el Informe

de la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia del Dish-ito F~d~ral, con-cspondiente


al ejercicio de 1976 (lo. de diciembre de 1975 al 30 de novienLbre de 1976).
77 Cfr. Alca!-Zamora, op. cit. supra nota 6, p. 194. Aludimos al procedimiento regulado por el ttulo especial. que no es, sin embargo, el nico 4el que conocen los juzgados
mixtos de paz. stos conocen, tambin, del juicio de desahucio que regula el epe, como
10 indica el artculo 36 del propio ttulo especial, y de los juicios mercantiles que regula el Cdigo de Comercio, en virtud de la competencia alternativa prevista en el artcu1(1 104, fraccin J, de la Constitucin.
78 Nos referimos, por supuesto. al juicio ordinario regttlado en el cpe del Distrito
I'cderal. A pesar de que el artculo 299, entre otros, de dicho Cdigo, fue reformado por
el decreto de 26 de febrero de 1973 (DOF de 14t-lII-I973). con objeto de suprimir la
"forma escrita de la recepcin de las pruebas" y establecer mmo fonna unica la oral,
mediante una o dos audiencias a lo sumo, lo cierto es ~ue no se ha tomado ninguna me
ditIa efectiva para implalllar realmente la tcnica de sustanciacin que implica la oralidad;
frmte a la concentracin de etapas que sta requieIt>, la pr:ictica judicial ha optado por
la prolongacin de ]05 procesos a travs de numerosas y alejadas audiencias; en vez de la
dinx:cin del proceso por el juez, patticularmellte en las audiencias, se ha conscl'vad
la simple fiscalizacin burocr,itica de los secretarios de acuerdos, carentes de toda intellein de dirigir el proceso con objeto de conocer efectivamente los hechos discutidos y resoln:-r el litigio; en fin, frente a la necesidad de seleccionar y preparar a los funcionarios
iudicia1cs, se han conservado las tradidonales y rutinarias formas de designacin.
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214

DERECHO PROCESAL CIVIL

aqulla. De esta manera, en la prctica la audiencia concentra una parte


de la etapa expositiva -la contestacin de la demanda, que en ocasiones se
formula verbalmente y otras veces se presenta por escrit<>-, y, las etapas probatoria y de alegatos.
.
Ya hemos indicado anteriormente que el ttulo especial de la justicia de
paz, proveniente del proyecto de 1913, tiene la pretensin de ser suficiente
por s solo para regular el juicIO de mnima cuanta. Sin embargo, como tambin sealamos, el artculo 40 del ttulo especial, basado en el 66 del proyecto de 1913, prev la supletoriedad de las dems disposiciones del Cdigo de Procedimientos Civiles y de la Ley Orgnica de Tribunales, "en
lo que fuere indispensable" para complementar las normas del ttulo especial, siempre que aqullas "no se opongan directa ni indirectamente 'a stas".
A continuacin examinaremos las reglas del ttulo especial sobre el juicio de mnima cuanta, dividiendo a ste, para tal fin, en cinco partes principales: (1) Demanda y citacin; (2) Audiencia de pruebas y alegatos; (3)
sentencia; (4) Impugnacin, y (5) Ejecucin.

3.2.'l. Demanda y citacin


De acuerdo con el artculo 70. del ttulo especial, "a peticin del actor
se citar al demandado para que comparezca dentro del tercer da ... "; en
la parte final del artculo citado, se aclara que el actor puede presentar S11
demanda por esnito.
Como en la primera parte del artculo mencionado se indica que
en la citacin que debe formularse al demandado "se expresar por lo me
nos el nombre del actor, lo que demande, la causa de la demanda ... ", puede afirmarse que cuando se presente verbalmente la demanda, sta debe contener necesariamente dichos datos, aparte del nombre del demandado y su
domicilio, aunque no lo seale as, de manera explcita, el artculo 70., del
ttulo especial. Esos mismos elementos debern contener, tambin. las demandas escritas. En la prctica, stas, que predominan sobre las verbales, normalmente renen todos los requisitos que seala el artculo 255 del Cdigo
de Procedimientos Civiles para las demandas -que debe ser generalmente
esnitas- con que se inician los juicios ordinarios y especiales que regula
dicho Cdigo.""
La citacin que se hace a la parte demandada para que comparezca a
7'9 En el juicio especial sobre algunas controversias f:Imiliares regulado el ttulo decimosexto del epc distrital, es posible presentar la demanda por escrito o "por comparecencia
personal", es decir, verbalmente (artculo 943). En este 0380 tambin la prctica se ha
inclinado de manera casi absoluta por la forma escrita de la demanda.

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LA JUSTICIA DE ML~IMA CUANTA

215

la audiencia de pruebas y alegatos tiene la funcin del emplazamiento en el


juicio ordinario. ro En rigor, no se trata de un emplazamiento en sentido
estricto~ pues ste consiste bsicamente en la concesin de un plazo a una
de las partes o a ambas para que realicen vlidamente determinado acto o
actividad procesal; en este primera comunicacin del juzgado al demandado
no hay la concesin de un plazo, sino la fijacin de un trmino, un punto
de tiempo fijo, para que comparezca a la audiencia, por lo que se trata de
una citacin. 81
De acuerdo con la redaccin del artculo 70. lnencionado, se citar al
demandado "para que comparezca dentro del tercer da". Esto significa que
la comparecencia del demandado deber ser al tercer da despus de que haya
sido expedido el citatorio, pero no se precisa el dla en que! dicho citato-

rio deba ser entregado al demandado, de manera que legalmente este puede recibirlo el da anterior a la audiencia en que deber oponer excepciones,
proponer y presentar pruebas y formular alegatos. Y como de acuerdo con
el segundo prrafo del artculo 42 del ttulo especial, "respecto de las actuaciones ante los jueces de paz, no hay das ni horas inh ..tbiles", es posible
que la entrega del cita torio se lleve a cabo la noche del da anterior a la

audiencia. Esta situacin, que ya anotaba desde 1939 Antonio Otero Con
zlez,82 plantea un serio problema de reduccin y en cierta medida de nega~
cin de las posibilidades de defensa del demandado. En la prctica, la audiencia normalmente se fija fuera el plazo de tres das que indica 70., por
lo que suele ocurrir que el demandado cuente con ms de tres das para
preparar su contestacin a la demanda y sus pruebas y alegatos; pero tambin puede ocurrir, y no es extrao que as suceda, que al demandado le
entreguen el citatorio el da anterior -o an la noche del da anterior- a
la audiencia.
Para que la citacin tenga realmente las funciones de un emplazamiento,
es necesario que el demandado, despus de ser citado, cuente legalmente
80 Segn el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, debe conccptuarsc como
emplazamiento el citatorio para concurri' a la audiencia "en aquellos casos de que conozcan los Ce. Jucc.:cs de paz". Cfr. Anales de Jm'jsprudencia~ t. XXVII, p. 429. El ttulo
especial de la justicia de paz denomina a este acto lldistintamentc "cita", "cita del emplazamiento", "emplazamiento", "notificacin" y "citacin": Cfr. artculos 70., 80., 90.,
10, 11, 12. 13 r 14.
81 Cfr. Alcal-Zamora y Castillo. Niceto, Cuestiones de tenninolog'a procesal, UNAM,
Mxico, 19'72. p. 182, nota 296; y Pina, Rafael de, y Castillo Larraaga, Jos, Instituciones
de derecho procesal civil~ Ed. POITa, Mxico, 1966, p. 200.
8'~ En su interesante tesis profesional La justicia de paz, M-ixico, 1939, en la que expre;aba: .... nada dice la ley del tiempo que debe mediar entTe el emplazamiento (entrega del citatorio) y la audiencia. Acostumbran los comisarios notificadores de los JUzgados de paz entregar la citacin al demandado la vspera del da de la audiencia, o a lo
sumo, la antevspera ... En ocasiones no media sino una noche entre el emplazamiento y
el juicio ... "; pp. 38-9.

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DERECHO PROCESAL CIVIL

con un plazo ffitnlIno nuonable para poder preparar su contestacin y sus


pruebas y alegasto. Si en el juicio ordinario y an en los juicios especial"'!
que regula el crc, el plazo que se concede al demandado para que presente
su contestacin es de nueve das, nonualmente sin necesidad de acompa~
ar sus pruebas. 110 se encuentra j ustificacill para reducir a un da o a
una noche el plazo que se otorga al demandado en los juicios de mnima
cuanta, sobre todo si se toma en cuenta que en estos es necesario no slo
contestar a la demanda, sino tambin proponer y presentar pruebas y formu~
lar alegatos en la nlisma audiencia a la que se cita. Por eso, tomando en
cuenta estos datos, estimamos que entre la entrega del citataria y el trmino que se seale para la audiencia, debe mediar un plazo no inferior a
cinco das. te
En cuanto al lugar donde se lleve a cabo la entrega de la citacin, el
artculo 80. autoriz,," los siguientes: (1) la habitacin del demandado, su despacho, su establecimiento mercantil o su taller; (2) el lugar en que trabaje
u otro que frecuente, donde se piense que se le puede encontrar al llevr~
sele el citatorio; y, (3) la finca o el departamento arrendado cuando se trate
de "desocupacin". Estimamos que el lugar mencionado en ltimo trmino
no slo es aplicable en los juicios de deshaucio o desalojo. sino tambin en
los juicios que se refieran en general a arrendamientos, cuando el deman~
dado sea el arrendatario.
Con relacin a la persona encargada de llevar a cabo la entrega del citato
ro al demandado, las refOlmas de finales de 1975 al erc suprimieron la re
ferencia que se haca a los comisarios y a los Hgendannes". y en su lugar
5e alude ahora a los actuarios, denominacin utilizada para designar a los
notificadores y ejecutores de las resoluciones de los juzgados civiles y fami~
liares. Sin embargo, como todava los juzgados mixtos de paz no cuentan
con actuarios, por razones presupuestarias, la comunicacin de las citaciones
la siguen haciendo los comi~arios y en ocasiones los secretarios de acuerdo
del ramo civil.

3.2.2. A udieTlcia de pruebas y alegatos


La incomparecencia a la audiencia tiene diferentes consecuencias, segn
quien sea la parte que deje de asistir. La incomparecencia del actor impide
la celebracin de la audiencia; en este caso, el juez debe imponer a aqul
una multa de cincuenta a quinientos pesos, que debe entregarse al demandado por concepto de indemnizacin. En cambio, la inc0mparecencia del
83

elr. Otero Gonzlez, op. cit . .51lpra nota 82 p. 42: }' Francoz Rigalt, op. cit.

nota 9,

p. 53.

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sU/Ha

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1.,\ JUSTICIA UF. M;'\l'IMA CUANTA

217

demandado no impide la celebracin de la audiencia, pero produce una confesin ficta 9.c aqul respecto de los hechos afirmados por el actor en su
delllancb. Por ltimo, si ambas partes no comparecen, la audiencia no se lleva
;\ ('abo y ~e deja sin efecto el cilatorio.1'H
Compareciendo el actor o ambas partes, la audiencia s debe celebrars.e.
Como normalmente el actor presenta su demanda por escrito, en la audiencia se limita a pedir que dicha demanda "se tenga por reproducida";
en caso de que no la haya presentado pot escrito, debe exponer oralmente su
--lcmanda. A su ve!., el demandado puede presentar su contestacin por esu'ito o en forma oral. Todas las pretensiones y excepciones debern formularse en el acto mismo de la audiencia, "sin sustanciar artculos o incidentes
de previo y especial pronunciamiento"; es decir, ninguna excepcin suspende
la audiencia ni los trmites del juicio de mnima cuanta. Sin embargo, si
de 10 ex puesto o prohado resulta demostrada una excepcin dilatoria, el
juez debe declararlo as y dar por concluida ]a audiencia. La reconvencin
solo se admite hasta por la suma mxima de la cuanta de los juzgados mixtos de paz ((:inco mil pesos) .8';
Despus de esta fase expositiva, se inicia la probatoria con el ofrecimien
de pruebas, primero la" del actor y despus las del demandado. La prctica
de las pruebas admitidas por el juez se hace de acuerdo con el orden previsto
para la audiencia de pruebas del juicio ordinario: confesiones, documentos,
dl(:t;:menes periciales, inspeccin judicial y testimonios. 86 Para la condm:::#
cin de la audiencia se conceden al juez amplias facultades: "El juez podr
hacer libremente las preguntas que estinle oportunas a cuantas personas es
tuvieren en la audiencia, carear a las partes entre s o con los testigos, a stos,
los unos con los otros, examinar documentos, objetos o lugares y hacerlos
ret'onocer por peritos".R7
Concluirla la recepcin de las pruebas, el juez debe or los aleg-dtos de
las partes, a cada una de las cuales. se debe conceder, para su exposicin.
uu plazo hasta de diez minutos. 8S En la prctica, al igual que ocurre en el
juicio ordinario, se suelen omitir los alegatos, asentndose slo en el acta
que se debe levantar de toda 1a audiencia, que "las partes alegaron lo que
a su derecho convino".
Durante la audiencia, y hasta antes de pronunciar la sentencia, se fanllta al juez para intentar una conciliacin entre las partes. 89
lO

Artculos J7, 18 Y 19 del ttulo especial de la justicia de paz del cpc.

.s5 Artculo 20, fracciones 1 y IIl, dem.


86 Artculos 389 a 392 del CPC.

Articulo 20, fraccin IV, del ttulo especial de la justich de paz de dicho Cdigo,
Articulo 20. fraccin VII, iden.
"n Articula 20. fraccin ''1, idrJ/l.
H7
,'j8

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DERECHO PROCESAL CIVIL

Aunque la audiencia debe ser dirigida personalmente por el juez, normalmente quien se encarga de ello es el secretario civil del juzgado.

3.2.3. Sentencia
En la misma audiencia, una vez concluidos los alegatos, el juez debe pro:nunciar "su fallo, de una manera clara y sencilla". Aqu tambin la prctica no suele coincidir con el texto legal: regularmente. los jueces de paz no
dictan sus sentencias sino algunas semanas despus de la<, audiencia.
Ya hemos indicado anteriormente, que el artculo 21 del ttulo especial
de la justicia de paz, proveniente con idnticos trminos del artculo 18 del
proyecto de 1913 y similar al 15 de la Ley para la Organizacin de los Tribunales de 1865, establece que las sentencias se deben dictar "a verdad sabida, sin necesidad de sujetarse a las reglas sobre estimacin de las pruebas.
sino apreciando los hechos segn los jueces lo creyeren debido en conciencia".
Es conveniente precisar el alcance de este precepto. Desde luego, se refiere a la apreciacin de las pruebas, por lo que hay que excluir la posibilidad de que comprenda tambin la interpretacin y aplicacin del derecho.
Los propios autores del proyecto de 1913 previeron claramente esta exclusin, por lo que evitaron que la regla contenida en el artculo 48 del proyecto aludiera tambin a la "buena fe guardada", como indicaba la original
frmula espaola."" En este sentido, es til reproducir las palabras de Macedo sobre este aspecto:
La Comisin hubiera llevado su acuerdo hasta consultar en el' Proyecto
la decisin de los litigios civiles de competencia de los jueces de paz,
no slo a la verdad sabida sino tambin a la buena fe guardada, es. decir,
sin tener que someterse a los preceptos legales, sino dejndola a la equidad y al arbitrio del juez como hombre bueno; pero en este particular
hubo de reconocerse que a tal disposicin se opone el precepto del artculo 14 constitucional en cuanto exige la aplicacin exalta de la Ley, y
sin vacilacin ni reticencias hubo de someterse la Comisin a esa exi
gencia, lamentando no poder dar a la justicia de paz en toda su plenitud el
carcter de equidad y buena fe que le corresponde."'
Los autores del proyecto, como puede observarse. estuvieron conscientes de
la limitacin constitucional derivada del artculo 14 de la Constitucin
de 1857, del cual proviene -Con mayores precisiones- el artculo del mismo
00 La frmula espaola proviene, al decir de Aleala-Zamora y Castillo, de la Real Cdula de 30 de enero de 1794. expedida en AranjuCl por Carlos IV, la cual ordenaba que
se debla proceder "siempre a -estilo llano, verdad sabida y buena fe guardada". Cfr. j\!colt-Zamora, op. cit. supra nota 6, p. 198.
91 Macedo, op. cit. supra nota 13, p. 316.
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LA JUSTICIA DE MNIMA CUAJ'\/TA

219

nmero de la Constitucin vigente de 1917; en consecuencia. no pretendieron crear tribunales de equidad de conciencia, sino tribunales de derecho,
si bien con libertad para apreciar las pruebas.
La propia Suprema Corte de Justicia de la Nacin ha ,ostenido, en ju
risprudencia finne. que los jueces de paz deben fundar sus sentencias. como
lo previene el artculo 14 constitucional. en la ley y su interpretacin jurdica, y a falta de aqulla, en los principios generales del derecho.'"I
Tambin es conveniente determinar las condiciones y limitaciones de la
libertad que el artculo 21 del ttulo especial citado, concede a los jueces
de paz para apreciar los medios de prueba. En trminos generales. podemos
afinnar que la jurisprudencia mexicana. salvo en el caso de los veredictos
de los jurados, ha considerado al sistema de libre apreciacin, como una
forma de valorar las pruebas. si bien con libertad. basado normalmente en
las reglas de la lgica y la experiencia, el cual implica, adems, la necesi
dad de expresar las razones de la apreciacin en la sentencia; es. decir. nuestra jurisprudencia ha identificado el sistema de la libre apreciacin con el
que los espaJlo1es denominan "sana crtica".oo
Este criterio tambin lo ha sostenido la Suprema Corte de .Justicia de la
Nacin en relacin, especficamente, con el sistema de apreciacin de las
pruebas establecido en el artculo 21 del ttulo de la justicia de paz:

Este sistema, el de libre apreciacin -ha considerado la Corte-, no es


contrario a lo que dispone el artculo 14 de la Constitucin Federal, porque no autoriza una apreciacin arbitraria, carente de ,expresin de mon:! La tesis que aparece con el nmero 216, del APndice al Semanario Judicial de la
Federacin 1917-1975, 4a. parte, Tercera Sala, p. 690, expresa: JUECES DE PAZ, FU!'\"DAMENTOS DE LAS SENTENCIAS QUE DICTEN. Aun cuando el artculo 21 del Ttulo csJX'cial del Cdigo de Procedimientos C'iles del Distrito Federal, cstatuye que los
jueces de paz dictarn sus sentencias a verdad sabida, sin necesidad de sujetarse a las
reglas sobre estimacin de pruebas, sino apreciando los hecho<; ~egn lo creyeren debido
en conciencia, ('so no obstante, dehe tenerse en cuenta que la ltim.1 parte del articulo
14 constitucional, terminantemente exige que en lo,> juicios del orden civil, la S("lltclicia
definiti\':l deber ser conforme a la ley o ~ su interpretacin jurdica y a {alta de aqulla debe fUf'.darsc en los principios generales del derecho, y el articulo 133 de la (:onstitucin. manda, en su ltimo prrafo, que los juec~s deben sujetarse a dicho Pacto Ft.:<leral. a pesar de lo que en contrario pueda haber eu las constituciones o leyes de los
Estados; por lo cual es inconcuso que los jueces de paz no puedan resoh'cr nicamente
conforme al arbitrio que les concede el artculo 21 citado." En realidad, como lo previeron los autores del proyecto de 1913. no hay contradiccin entre el articulo 21 del ttulo
especial de la .jllstida de paz del CPC y el artculo 14 constitucional, cuyo ultimo prrafo
es ms flexible que la redaccin original del mismo artculo en la Constitucin de 1857,
el elIal fue tomado muy en cuenta por los autorcs del proyecto; entre ambos preceptos
1m}' ulla complementacin necesaria. Sin embargo. la conclusin de la tesis transtrita c>;
\'Mida.
na GIL O\'alle Iaycla, Jos, Los "isleIlUJs de apreciacin pro,/atoria en el deJ-echo IJOsitivo mexicano (tesis), U:"iAM, Mxico, 1971. pp. 112-22.
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2m

DERECHO PROCESAL CIVIL

tivos,. sino una valorizacin sujeta a los principios generales sobre estimacir de pruebas, y a las reglas de la lgica y de la sana critica."
Las sentencias de los jueces de paz deben cumplir con los' requisitos sustanciales de congruencia (resolver segn lo alegado y pedido por las partes),
motivacin (expresar la valoracin de las pruebas y la fijacin de los hechos,
asi como los fundamentos juridicos) y exhaustividad (resolver sobre toda.
las pretensiones aducidas en la fase expositiva) .1)j
No existen datos suficientes para sealar un promedio de la duracin
de los juicios civiles ante los juzgados mixtos de paz, la cual es prevista, de
acuerdo 'con la regulacin del ttulo especial, en menos de una semana. Sin
embargo, es posible calcular, tomando en cuenta las divergencias entre el
texto legal y la prctica procesal, que un juicio normal puede durar aproximadamente entre quince das y mes y medio, desde la demanda hasta la
sentencia. De
Por ltimo, debemos precisar que en la justicia de paz no existe la condena al pago de las costas procesales. Slo los gastos de ejecucin son a
cargo de la parte vencida.97

3.2.4. Impugnaci ..
En trminos generales, podemos afirmar que las resoluciones de los jueces de paz en los juicios civiles de mnima cuanta 50n irrecumbles. Por
una parte, el artculo 23 del ttulo especial establece que contra las resoluciones pronunciadas por los jueces de paz "no se dar ms recurso que el
de responsabilidad". Como la llamada responsabilidad civil de los funcionarios judcialcs es exigible a travs de un juicio -no de un recurso- y la
sentencia que se dicte en tal juicio no puede modficar de ninguna manera
la resolucin en la que se haya incurrido en responsabilidad, sino slo ordenar el resarcimiento de los daos y perjuicios causados a la parte afec'1M Apndice al Semanario Judicial de la Federacin 1917-1975, 4a. parte, Tercera Sala,
pp. 8799.
9'5 Cfr. Pina, de, y Castillo Larraaga, op. cit. supra not3 81, pp. 300l.
00 Basado en un examen de las actividades de cuatro de los treinta y seis juzgados
mixtos de paz del Distrito Federal, Oate afirma que en aquellos "el 60% de las causas
concluye antes de dos meses -cerca de un 70% de stas por va de conciliacin-, un 20%
entre tres y cinco meses y slo el 5% pasa de un ao." 'Cfr. Ofuttc L., Santiago, El acceso
a la justicia para los no privilegiados (ponencia mexicana al Congreso Internacional de
I)erecho Procesal, de Gante, Blgica, Septiemble de 1!n7), \"l'rsin mecanogrfica, Mxico, 1977, p. 36. Este trabajo fue publicado en Revista de Derecho Proce,sal lberoam~~
riclJna~ Madrid, nm. 1 de 1978, pp. 137-189.
97 Artculos 142 del epc y 22 de1 ttulo e:.pccial.

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LA

J liSTJClA

DE MNIMA CUANTA

221

tada,98 en realidad dicha responsabilidad no constituye ni un recurso ni un


medio de impugnacin, por lo que el significado del artculo 23 citado es
que contra las resoluciones pronunciadas por los jueces de paz no procede
ningn recurso.
Por ou-a parte, el artculo 426, fraccin 1, del epe establece que las sentencias pronunciadas en juicios cuyo inters no exceda de cinco mil pesos,
adquieren la autoridad y eficacia de cosa juzgada "por ministerio de ley",
es decir, sin necesidad de declaracin judicial expresa. Esto significa que
contra dichas sentencias, no procede el recurso de apelacin, el cual en los
juicios ordinarios y especiales diferentes del de mnima cuanta, inicia la
segunda instancia.
Es necesario, sin embargo, precisar el alcance uel carcter irrecurrible
de las resoluciones de los jueces de paz. Si bien es claro (lue las resaludo
nes dictadas durante el juicio de mnima cuanta por los jueces de paz son
irrecurribles, empero, se discute la posibilidad de impugnar las sentencias de
finitiva5 que pronuncian dichos jueces, a travs del proceso de nulidad por
defectos esenciales de procedimiento, que el CPC regula como "apelacin ex
traordinaria" .
Este medio de impugnacin, al que Becerra Bautista denomina proceso
impugnativo de la cosa fuzgada "lO -ya que se puede interponer dentro de los
tres meses que sigan al da de la notificacin de la sentencia, a pc-'Sar de
que sta ya haya adquirido firmeza-, no se tramita como un recurso, como
una segunda instancia dentro del mismo proceso, sino como un lluevo jui~
cia. Procede exclusivamente en los supuestos previstos en el artculo 717 del
CPC, a saber: 1) cuando se haya emplazado al demandado mediante edictos
y el juicio se haya seguido en rebelda; 2) cuando alguna de las partes durante
el proceso no haya estado representada legalmente o haya comparecido care
ciendo de capacidad procesal; 3) cuando no haya sido emplazado el demandado conforme a la ley; y 4) cuando se haya seguido el juicio ante jUCl
incompetente, no siendo prorrogable la competencia_ Como puede obser
varse, los tres primeros supuestos se conectan con la llamada garanta de
audiencia y el ltimo con el presupuesto procesal de juez competente.
El objeto de este medio dE: impugnacibn es que se declare la nulidad dcl
procedimiento, cuando se compruebe que ha ocurrido alguno de los supuestos
indicados_lOO Por eso, el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Feder..tl ha
considerado que la finalidad de la apelacin extraordinaria es reparar vicios
!H:I As lo indica el articulo 737 del epe: "En ningn casn la sentencia pronunciada
en el juicio de responsabilidad civil alterar la sentencia firm~ que haya recado en el
pleito en que se hubiere ocasionado el agrayio".
00 Becerra Bautista, Jos, El p,oceso civil en Mxico, Ril. POTn'la, Mexiro, 1974. pp.
606 Y ss.
100 Articu10 71R, segundo prrafo, del epe.
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222

DERECHO PROCESAL CIVIL

y defectos procesales de capital importancia. lO! En definitiva, pues, este medio de impugnacin no es un recurso. sino un proceso de anulacin. 102
La discusin acerca de la procedencia o improcedencia de este medio impugnativo cODtra las sentencias definitivas de los jueces de paz, ha surgido
por la contradiccin -real o aparente- entre dos preceptos: el citarlo artculo 23 del ttulo especial, que establece que contra las resoluciones de los
jueces de paz no procede ningn recurso, y el 719 del CPC que dispone que
la' apelacin extraordinaria "se da (en contra) de las sentencias pronunciadas
por los jueces de paz y ser tribunal de apelacin el juez de primera instancia que corresponda, o siendo varios, el que elija el recurrente y en su
silencio el de nmero inferior".
Frente a esta contradiccin. el argumento principal de quienes sostienen
la improcedencia de la apelacin extraordinaria contra las sentencias de los
jueces de paz, es que debe aplicarse el artculo 40 del ttulo especial, ya mencionado anteriormente, que establece que en los juicios ante los jueces de
paz "nicamente se aplicarn las disposiciones de este cdigo y de la Ley
de Organizacin de Tribunales, en lo que fuere indispensable, para complementar las disposiciones de este ttulo y que no se opongan ni directa ni
indirectamentea stas", Esto excluye, sostienen, la posibilidad de aplicar el
artculo 719 del CPC, que no complementa las disposiciones sobre la justicia de paz, sino que se opone directamente al artculo 23 del ttulo especial,
el cual percepta la irrecurribilidad de las resoluciones pronunciadas por los
jueces de paz. En consecuencia, concluyen, la contradiccin entre los articulos 718 del CPC y 23 del ttulo e~peciaL del propio CPC, debe resolverse e<n
favor de lo dispuesto en este ltimo, tomando en cuenta que el ttulo especial es un estatuto autnomo, al cual slo se pueden aplicar, en forma supletoria, las dems disposiciones del CPC, a condicin de que no se opongan
a aqul, como lo previene el citado artculo 40 del mismo ttulo especial.
La consecuencia de esta conclusin es que, por resultar inaplicable el articulo 719 del CPC, no debe proceder la apelacin extraordinaria contra las
sentencias definitivas dictadas por los jueces de paz. 1OO
Contra esta argumentacin se ha sostenido que, en rigor, la contradiccin
entre los artculos 23 del ttulo especial y 719 del CPC, es slo aparente y
no real, si se toma en cuenta que el primero establece una regla general
y el segundo una excepcin a esa regla. Adems, se ha afirmado que la ex1(l1 Analc! de Jurisfrrude,cia, tomo YXIV, p. 77.
102 Este punto de vista lo sostenemos en nuestro trabajo "Los medios de impugnacin
en e-l Cdigo Procesal Civil del Distrito Federal", en la Revista de la FaculttJd de Derecho de Mxico, nms. 107-108, enero-junio de 1977.
103 En este sentido, cfr. Otero Gonzlez, op. cit. supra nota 82, pp. 111-41; Francoz
Rigalt, op. cit. supra nota 9, pp. 102-5, Y Cmara Len, Calixto, Nueva Orientacin para
la Justicia de Paz. Rama civil (tesis profesional), UNAM, Mxico, 1962, pp. 71-74.
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LA ,JUSTICIA DE MNIMA CUANTA

223

clusin de recursos prevista en el citado artculo 23 debe entenderse referida


slo a los recursos ordinarios, y no a los medios de impugnacin extraordinarios o excepcionales, como es la llamada apelacin extraordinaria. 104 En
apoyo de este argumento, se podra mencionar, adems, el juicio de amparo,
que es un medio de impugnacin extraordinario, el cual, pese a la disposicin del artculo 23 del ttulo especial, s procede contra las sentencias de
los jueces de paz.
Un argumento histrico en favor de la procedencia de la apelacin extraordinaria, es que el artculo 10 del ttulo especial proviene del 66 del proyecto de 1913, el cual se hizo para constituir una ley realmente autnoma,
pero una vez que dicho proyecto qued incorporado como ttulo especial al
epe en 1932, el mencionado artculo no debe interpretarse de manera que
excluya la aplicacin de otros artculos del epe -el 719- elaborados especficamente para la justicia de paz. Adems, el artculo 23 del ttulo especial
proviene del 50 del proyecto de 1913 y del 1111 del epe de 1884; y cuando
ambos fueron elaborados no se haba regulado todava la apelacin extraordinaria, introducida precisamente con la promulgacin del epe de 1932.'0li
Por otro lado, debe tenerse en cuenta que el artculo 59 fraccin 1, de
la Ley Orgnica de 1932, consideraba como jueces de primera instancia, a los
jueces de paz en materia civil "en los negocios en que proceda el recurso
de apelacin extraordinaria", por lo que debe estimarse que desde entonces
exista el claro propsito de permitir la apelacin extraordinaria en contra
de las sentencias de los jueces de paz. Este precepto fue recogido por el
artculo 49, fraccin 1, de la Ley Orgnica de los Tribunales de 1968, por lo
que aparte de las razones histricas sealadas, cabra sostener, aun admitiendo la contradiccin entre los artculos 23 del ttulo especial y 719 del epe,
el argumento de que la ley posterior deroga a la anterior.
En conclusin, pues, estimamos que la interpretacin ms aceptable de
los preceptos mencionados, es la que considera procedente la impugnacin
de las sentencias dictadas por los jueces de paz, a travs de la apelacin extraordinaria. En ltima instancia, la oposicin a este medio de impugnacin
se funda en su "inconvenit.llcia" o "inoportunidad" con relacin a las caractersticas de la justicia de paz, pero esta oposicin, de lege lerenda, sera tambin extensible en relacin con la justicia ordinaria. loo
104 Cfr. Alcal-ZaOlO:r.t }' Castillo, Niceto, Panorama del derecho mexicano. Sin tesis del
pp. lIS, 316 Y 317, nota 442; y Francoz Rigalt,
op. dt. supra nota 9, p. 101.
105 Alcal-Zamora, op. y loco dls. supra nota 6.
100 No hemos encont:r.tdo jurisprudencia firme sobre el problema ele la procedencia de
la apelacin extraordinaria contra las sentencias de los jueces de paz; dos procedentes
diversos, aunque (on sentido adverso a la procooe'l1cia de dicho medio de impugnacin,
pueden consultane en Francm Rigalt, op .cil. supra nota .9, p. lOB.

(Jel"ecJw proclN;al, UNAM, Mxico, 1966,

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'224

DERECHO PROCESAL CIVIL

. Por ltimo, como ya lo hemos indicado, contra las sentencias definitivas


de los jueces de paz procede el juicio de amparo, normalmente el directo
ante los tribunales colegiados de circuito. 1m

3,2.5. Ejecucin
Al referirnos al proyecto de 1913, apuntamos que una de las principales
orientaciones del citado proyecto fue la de obtener "rapidez y seguridad en
la ejecucin de las sentencias". El articulo 24 del ttulo especial, proveniente
del 51 del proyecto, establece la "obligacin" de los jueces de paz de "proveer a la eficaz e inmediata ejecucin de sus sentencias", para lo cual los
faculta a dictar "todas las medidas necesarias en la forma y trminos que
a su juicio fueron procedentes". Es muy claro el propsito de que se lleve a
efecto la ejecucin de cualquier manera; por una parte, se hace innecesaria
la instancia de parte interesada para proceder a la ejecucin, la cual se puede realizar, en consecuencia, de oficio,108 y por otro lado, se otorgan al juez
las ms amplias facultades para cumplir este deber de ejecutar."'" Adems,
se dispone que la ejecucin ser inmediata, aunque, como veremos, hay algunos plazos que deben cumplirse.
La fraccin 1 del citado artculo 24 del ttulo especial prev la posibilidad de que las partes, 'una vez pronunciada la sentencia de condena y antes
de que se inicie la ejecucin forzosa, lleguen a un acuerdo para lograr la
ejecucin voluntaria de aqulla. La fraccin II del mismo precepto contempla la posibilidad de que el condenado a pagar una suma determinada, propOnga una fianza que garantice el cumplimiento de la condena, con el objeto de que se le conceda un plazo hasta de quince das -o ms, con acuerdo
del vencedor- para que pueda hacer el pago; si no lo hace, "se proceder de
plano contra el fiador, quien no gozar de beneficio alguno". Como esta ltima disposicin no resulta ajustada a la garanta de previo proceso que para
cualquier acto autoritario de privacin establece el artculo 14 constitucional, es probable que la citada fianza tenga escasa o diferida eficacia jurdica.
Antes de referirnos a la ms frecuente moualidacl de la ejecucin forzo~
sa -la concernientes a la condena al pago de cantidad de dinero detenninada-, aludiremos a otras tres modalidades tambin previstas en el ttulo
especial: las ejecuciones referentes a las sentencias que condenen a hacer,
107 Artculo 70. bis, fraccin J, inciso e) de la Ley Orginica <lel Poder Judicial. dt:
la Federacin.
100 Cfr. Macedo, op. cit. supra nota 13, p, 350, )' Otero Gonzle7., ofr, cit, supra lmla
82, pp. 1436.
100 Cfr., por ejemplo, los artculos 'ti j' 28 del ttulo especial.
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LA JUSTICIA DE MNIMA CUANTA

225

a entregar una cosa y a desalojar un bien arrendado. como consecuencia ele


un juicio de lanzamiento.
Para la ejecucin de las sentencias que condenen a hacer alguna cosa.
el artculo M del ttulo especial remite al 517 del propio epe. Este ltimo
precep!o prev tres hiptesis, para ejecutar la sentencia, una vez concedido
un plazo prudente al condenado para que la cumpla, sin que lo haya hecho:
(1) cuando el hecho slo pueda ser ejecutado personalmente 'por el condenado, "se le compeler empleando los medios de apremio ms eficaces, sin perjuicio del derecho para exigirle la responsabilidad civil", es decir, el pago
de los daos y perjuicios cau.",dos por el incumplimiento; (2) cuando el
hecho pueda ser realizado por otra persona, el juez deber designarla para
que lo haga a costa del condenado, en el plazo que aqul determine, y (3)
cuando el hecho consista en el otorgamiento de algn instrumento o la celebracin de un acto jurdico, el juez lo c.jecutar en rebelda del condenado.
Como puede observarse, en las uos primeras hilltesis la ejecucin forzosa
puede desembocar en el cobro -mediante embargo y remate de bienes del
condenado- de una cantidad determinada de dinero.
Para la ejecucin de las sentencias que condenen a entregar una cosa
determinada, el artculo 33 del ttulo especial faculta a los jueces de pa/.
para emplear los medios de apremio seIialados en el artculo 73 del epe.
Si a pesar de los medios de apremio no se obtiene la entrega de la cosa, se
faculta al juez para fijar la cantidad que como reparacin se deba entregar
a la parte vencedora, lo cual se puede obtener mediante embargo y remate
de bienes del condenado. Aqu tambin la ejecucin de la condena a entregar una cosa, se puede traducir en el cobro de una cantidad determinada
de dinero.
En relacin con las sentencias en los juicios de lanzamiento, a pesar de que
e! ttulo especial remite expresamente a la regulacin de! epe sobre esta
clase de juicios,llo el artculo 36 seala dos lnodificaciones a dicha regulacin cuando los juicios sean de la competencia de los jueces de paz: la supresin del periodo de lanzamiento y la fijacin de un plazo preciso para la
desocupacin voluntaria del bien arrendado, contado a partir de la sentencia,
el cual no debe ser menor de ocho das ni mayor de veinte. Se prev, adems, el embargo de bienes suficientes para cubrir el pago de las rentas
adeudadas Ha cuyo pago se hubiere condenado". Esto supone que es posible
demandar, a la yez, la desocupacin y el pago de las mensualidades adeuda
110 Artculo 48899 del Cl'C. No deja de ser interesante la razn que expone :\fao.xlo
para esta remisin: "Las disposiciones del vigente Cdigo de Procedimicutos Civiles sobre
Lalll.amientos han dado excelentes "esultados, facilitando que los arrendadores puedan
disponer de sus localidades y predios en un tiempo oorto y con slo procedimientos s("n
cillos, si no se les paga la renta." Op. cit. sut,ra nota 13, p. :YjG. l.tH!ohas nuestl':l~.

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226

DERECHO PROCESAL Cl\'IL

das. El embargo de bienes del arrendatario tambin lo regula el artculo 498


del ere, slo que desde el requerimiento de pago que se hace al dernan
dado al principio del juicio.
La ejecucin de las sentencias que condenan al pago de cantidad determinada de dinero se traduce directamente en el embargo y remate de bienes
de la parte vencida. Ya ha quedado sealado que la ejecucin de las sentencias de condena mencionadas anteriormente, tambin puede desembocar en
el cobro de una cantidad determinada de dinero, mediante embargo y remate. Tambin en esta modalidad ms frecuente de ejecucin es posible
advertir las amplias atribuciones del juzgador y del funcionario encargado
directamente de la ejecucin. As, por ejemplo, si no se encuentra al condenado en su domicilio, despacho, taller o establecimiento, "la diligencia se
practicar con la persona que se encuentre. y si no hubiera nadie, con un
vecino y el gendarme del punto"; si es necesario se podrn practicar cateos
y romper cerraduras, previa orden especial y escrita del juez, para localizar
los bienes embargables. llI
El embargo y remate de bienes para la ejecucin de la sentencia que condene a pagar cantidad determinada, y de las dems modalidades que desembocan en el cobro de cantidad de dinero determinada, presenta bsica
mente dos peculiaridades respecto de la va de apremio que el CPC regula
para los dems juicios, diferentes del de mnima cuanta. Por una parte, los
bienes muebles embargados, aparte de que pueden ser vendidos a travs del
{"onedor o casa de comercio en los trminos del artculo :')98 del epe, son
susceptibles de ser pignorados en la instituci6n nacional de crdito denomi
nada Nacional Monte de Piedad. Si la cantidad prestada por sta resulta
suficiente para cubrir la suma a cuyo pago se haya condenado y los gastos
de traslacin del bien pignorado, se debe entregar el billete de empeo al
condenado, quien podr recuperar el bien pagando el importe del prstamo
dentro del plazo autorizado. En caso de que la cantidad del prstamo no
resultara suficiente, el bien podr entregarse al Nacional Monte de Piedad
para que lo remate y con su producto se satisfaga la suma adeudada y los
gastos originados con el remate. ll2
Es claro que como la cantidad a cuyo pago condene un juez de paz no
puede exceder, por regla. de cinco mil pesos, no es muy frecuente el remate
de bienes inmuebles para lograr la ejecuci6n forzada, aunque el ttulo es
pecial no deja de regular un procedimiento abreviado de remate para esta
cIase de bienes. 1l3
La segunda peculiaridad se refiere al patrimonio ejecutable. No deja de
111 Articulo 27 y 28 del ttu10 especial.
112 Artculo 31, idem.
11:l Artculo 30, idem.

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LA JIJSTlCL\ DE M~I:MA CUANTA

227

,cr por los menos paradjico que en un juicio diseado especficamente para
personas de escasos recursos econmicos, la lista de los bienes inembargables
se restrinja al mnimo. El artculo 25 del ttulo especial establece que el emhargo "podr recaer en toda clase de muebles, con excepcin de los vestidos, muebles de uso comn e instrumentos tiles de trabajo, en cuanto sean
enteramente indzspensables, a juicio del ejecutor, y de los sueldos y pensiones del Erario".
Este artculo proviene de la fraccin 1 del artculo 54 del proyecto de
1913. Es interesante recoger el razonamiento que l\Iacedo haca para justificar este precepto. Segn dicho autor, las reglas sobre el patrimonio ejecutahle en los "juicios formales" estaban:
concebidas y aceptadas para personas de fortuna mediana, si no es que considerable, en tanto que la generalidad de los condenados por los jueces
de paz (seran) individuos pobres de muy escasos recursos, a quienes no
obstante eso, (habra) que exigirles con apremio y energa que (cubrieran) lo que segn declaracin judicial (debieran) a otros, que ordinariamente (seran) de su mismo posicin social y econmica, y que no (tendran) elementos notoriamente superiores a los de aquIlos.1l4

De esta manera, a mayor escasez de recursos menor nmero de bienes


inembargables, y tambin, quiz, mayor rigor en la ejecucin. Era, sin duda.
e! liberalismo econmico de signo porfirista, recogido todava en algunas
instituciones actuales. Una precisin habra que hacer al razonamiento de
:\facedo: si bien la mnima cuanta implica normalmente que el demandado
.~ca una persona de escasos recursos, esta regla nO es vlida para el actor,
quien puede ser -y frecuentemente lo es- una persona con mayores recur""OS econmicos que el demandado: un arrendador de numerosos inmuebles
o un .::omerciante de mercancas con precio relativamente bajo.
Por otra parte, esta reduccin de los bienes inembargables para las per'ionas de escasos recursos econmicos, es c1aralnente contraria a la tendencia
e incrementar esos bienes, para salvaguardar un mnimo de existencia. En
relacin con la ampliacin de la lista de los bienes inembargables. Couture
c~criba:

No faltar quien vea en esta circunstancia una manifestacin del debilitamiento del derecho y de la creciente irresponsabilidad del mundo moderno. Pero frente a ellos habr siempre otros que consideran, a nuestro
criterio con razn, que el derecho progresa a medida que se humaniza;
y que en un orden social injusto, la justicia slo se logra amparando a
los dbiles,115
114 Maccdo, op. cit. supra nota 13, p. 351.
115 Couturc, Eduardo J., Fllndametntos del derecho proce,\ol civil, Buenos Aires. Ed.
Dl'palma, ] 958, p. 466.
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228

DERECHO PRQCF...5AL CIVIL

Es claro que las orientaciones de los autores del proyecto de 1913 -Macedo enU-e e1l0s- y del ttulo especial de la justicia de paz, eran y son muy
diversas de las de Couture.
Otro aspecto que merece ser comentado es la parte final del citado artculo 25 del ttulo especial, que establece que el embargo de sueldos o
salarios slo se har cuando la deuda reclamada fuere por responsabilidad
proveniente de delitos. Esa disposicin, que tambin proviene de la fraccin 1 del artculo 54 del proyecto de 1913, debe ser aclarada tomando en
cuenta el artculo 123 constitucional y la Ley Federal, del Trabajo. As, se
debe precisar que de acuerdo a lo previsto en la fraccin VIII del apartado A del artculo 123, el salario mnimo queda exceptuado de embargo,
compensacin o descuento, por lo que ningn embargo podr decretar sobre
l un juez de paz. Adems, en niguna de las fracciones del artculo !lO de la
Ley Federal del Trabajo, que seala los nicos descuentos permitidos sobre
el salario en general, se contemplan los que corresponden al pago de responsabilidad proveniente de delito, por lo que 110 debe aplicarse la disposicin final del mencionado artculo 25 del t.tulo especial. tomando en cuenta

que la Ley Federal del Trabajo es de carcter federal y de las que "emanan
de la Constitucin", por lo que tiene mayor jerarqua que el CPC, en los
trminos del artculo 133 constitucional. Il6
Por ltimo, para cerrar este apartado referente a la ejecucin. debemos
sealar que el artculo 35 del ttulo especial prev las terceras excluyentes de
dominio y de preferencia.

3.3. Asesoramiento jllTtdico a las partes

De acuerdo con el artculo 41 del ttulo especial. en los juicios ante la


justicia de paz no es necesaria la intervencin de abogados, por lo que las
partes pueden comparecer directamente, sin hacerse asistir de procuradores
o patrones. Esta regla no rige slo en la justicia de paz, sino en general en
toda clase de procesos. En rigor, slo en dos casos es obligatoria la asistencia
tcnica de abogados: (1) en los procesos penales, en los que por disposicin
del artculo 20, fraccin IX, de la Constitucin, es forzosa la intervencin del
defensor, ya sea privado o ya sea de oficio, y (2) en los procesos especiales
sobre algunas controversias familiares, que regula el ttulo decimosexto del
CPC, cuando una de las partes se encuentre asesorada por un abogado y la
otra no, pues entonces el juez debe solicitar para esta ltima los servicios
de un defensor de oficio. Es conveniente aclarar que aun en el primer caso
116 Cfr. Carpizo, Jorge, "La interpretacin del articulo 133 constitucional", en Boletn
Mexicano de Derecho Comparado, nm. 4, eneroabril dc 1969, especialmente pp. 1821.
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L\ JUSTICIA DE :\l:-;lMA ClTA1\'TA

229

se discute la necesidad de que el defensor sea letrado, a la luz del texto


Lonstitucional mencionado, que slo indica que el defensor debe ser perso~
na "de la confianza" del inculpado)!7
Para las personas que carecen de recursos econmicos suficientes para cu
brir los honorarios, existe la "Defensora de Oficio", que es 1ma dependen.
cia del gobierno del Distrito Federal encargada de proporcionar en forma
gratuita asistencia jurdica a dichas personas. En la pr;ictica, los servicios
de la defensora ,de oficio son muy reducidos liS y su calidad no es, gene
ralmente, muy buena. En forma paralela a estos servicios, y de similar can
tidad y calidad, existen "bufetes jurdicos gratuitos" en cada una de las die
cisis delegaciones del gobierno del Distrito Federal. Hay, adems, un bufete
jurdico gratuito de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional
.\u({)lloma de :Mxico. 119

:\.'1. Proyectos y proposiciones

El ttulo especial de la justicia de paz del CPC de 1932, proviene, como


ya ha quedado sealado, del proyecto de Ley de Justicia de paz para la ciu
dad de Mxico elaborado en 1913. Convertido en ley vigente al promulgarse
mmo tal el lo. de junio de 1914 y al ser recogido por el decreto nmero
')<J, del 30 de septiembre del mismo ao, el proyecto fue adoptado, con muy
ligeros cambios, por el ttulo mencionado del CPC de 1932, sin que haya
experimentado, desde entonces, ningn cambio importante. Esto significa
que la actual regulacin de la justicia de paz proviene desde 1913. No deja
oe ser curioso que un proyecto de la administracin huertista haya sobrevi~
vido con tanta vitalidad, a pesar de la revolucin constitucionalista iniciada
el mismo ao de 1913.
No han faltado. sin embargo. proposiciones serias de reformas al ttulo
especial de la justicia de paz. Entre los trabajos doctrinarios que han ana~
lizado dicho ttulo especial y propuesto reformas importantes. merecen ser
mencionados los de Antonio Otero Gonzlez, La justicia de paz (1939), An
:onio Francoz Rigalt, Mallual de la justicia de paz (1958), Y Calixto Cma117 ,fr. Carda Ramrez, Sergio, Curso de derecho procesal pellal, EIl. Pona, MxiI~t'i4, pp. 228-9 Y 230. De acuerdo con este autor, en Mxico ]a defensa puede ser
l~jcrcida "por ('1 inculpado, por persona de la confianza de ste, sea o llO abogado, por
uno u otro, o bien, por el defensor de oficio" (p. ~31).
118 Slo en el 2.68% del total de los asuntos civiles durante el primer semestre de
1976 prest sus servicios la defensora de oficio del Distrito Federal. Cfr. el apartado G
de nuestro trabajo "Acceso a la justicia en Mxico", en Anuario Jurdico, UNAM, l\It':
:dco, nms. 3-4. 1976--1977. [supra lllJ.
119 Un examen m,is detallado de estas instituciones de asi~tellcia jurdica gratuita, 10
lacemos en 1"1 trabajo citado en la nota anterior.

co,

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230

DERECHO PROCESAL CIVIL

ra Len, Nueva Orientacin para la justicia de paz rallla civil (1962), obra.
que hemos citarlo con cierta frecuencia.
Entre los intentos p.:1.ra modificar dicho ttulo, se debe sealar el Anteproyecto de Cdigo de Procedimientos Civiles para el Distrito y Territorios
Federales., que aunque no lleg a convertirse en texto vigente en el Distrito
Federal, s fue tomando como modelo por los Cdigos de Procedimientos
Civiles de Sonora, Morelos y Zacatecas, a los cuales aludiremos ms adelante; y adems, el Proyecto de Ley para la J u,licia de Paz, elaborado en 1960
por una comisin integrada por representantes de la Secretara de Gobernacin, de la Procuradura de Justicia del Distrito Federal y del Departamento del Distrito Federal."') Este ultimo proyecto no lleg a discutirse en el
Congreso.
Algunos de los problemas que plantea la interpretacin y aplicacin del
ttulo especial y el funcionamiento de la justicia de paz ya han sido meno
cionados en el desarrollo de este trabajo. Sin pretensiones de formular un
inventario de esos problemas. nos interesa subrayar los referentes a la" defensa del demandado y a la estructura orgnica de los juzgados de paz. Sobre el
primer problema, ya hemos advertido que la actual regulacin de la justicia de paz, al no proveer completamente la forma y el tiempo de la citacin
y al tratar de concentrar todo el juicio en una sola audiencia, sinposibilidades regulares de impugnar la sentencia, ha descuidado, en cierta' medida,
el respelo al derecho de defensa del demandado. Junto a estos problemas
procesales, ,existen los concernientes a lo reducido y deficiente de los servicios de' la asistencia jurdica gratuita.
En cuanto a la estructura orgnica de los juzgados de paz, se debe sei'alar que stos cuentan con la mayor parte. de las deficiencias de los tribunales civiles, slo que agravadas por la reduccin de recursos materiales y
humanos: falta de un sistema adecuado de designacin de jueces y secretarios,. estabilidad limitada en el cargo, muy bajas remuneraciones, ausencia
de un sistema institucional de estmulos y promociones. etctera. En cuanto
a la competencia, pensamos que en la actualidad ya no resulta conveniente
seguir conservando el caTcter mixto de los juzgados de paz, con atribuciones
civiles y penales a la vez; por el contrario, si se desea conservar la distribucin competencia! entre rganos jurisdiccionales de mayor y de mnima
cuanta. estos ltimos, como los primeros, deben conocer y resolver exclu~
sivamente asuntos de carcter civil, sin tener a la vez competencia penal.
Algunos otros problemas, tales como la distribucin geogrfica y de trabajo de los juzgados mixtos de paz, el conocimiento y las actitudes del p100 La noticia y la exposicin de motivos del proyecto se public cn el peridico El
Ul/iver5al, durante los das 23, 2-1, Y 25 de Octubre de 1960. Un detallado anlisis del
proyecto, puede n'rse CH Cmara Len, op. cit. supra nota 103, pp. 88-97.,
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LA JuSTICIA DE ::\l:-.JI:r..'1A CUAXTA

blico en- general con relacin al funcionamiento <le la justicia de paz, la


ideologa y la preparacin profesional de los jueces de paz y los secretarios,
el costo efectivo de la justicia de paz, etctera, podran ser objeto de mayores
o posteriores estudios. Entre los problemas de mayor importancia social. deben destacarse los concernientes al funcionamiento real de la justicia de
paz. Ante la pregunta: qu c1ase de juicios son de los que conocen con mayor frecuencia los jueces de paz? La respuesta acertada, sin duda, tiene que
conceder el mayor volumen a los juicios ejecutivos mercantiles -cobro
de crditos documentado en ttulos ejecutivos-, regulados por el Cdigo de
Comercio de 1889, con vigencia federal, y los juicios sobre arrendamientos
de inmuebles urbanos: de terminacin y rescisin de contrato de arrendamiento -tramitados conforme al ttulo especial- y de desahucio o desocupacin -sustanciados de acuerdo con las reglas del CPC.121 Convendra, sin
embargo. precisar las medidas de su frecuencia. Responder a la pregunta: a
quin sirve la justicia de paz?, requerira de una anlplia investigacin de las
personas que acuden a la justicia de paz, para tratar de verificar si la justiCIa de mnima cuanta es una justicia "entre pobres" o "contra pobres".t::!~
.Esta iJwestigacin tendra, necesariamente, carcter interdisciplinario .

.1. La justicia de mnima cllanlia en los Estados de la Retni.blica

4.1, Como es sabido, el CPC del Distrito Federal es el que ms ha in


fluido en la legislacin procesal civil de los Estados}"" El ttnlo especial de
la justicia de paz de dicho Cdigo ha sido recogido en trminos casi idl1ti~
cos en los Cdigos proCl:''S"dles- civiles de los siguientes Estados:
(1) Veracruz}24 bajo el ttulo "De la justicia municipal"; los jueces 1I1Unicipales tienen una competencia civil hasta por .$5,000.00 pesos;
(2) GuerTeTo}2 con el ttulo "Procedimientos ante los jueces menores",
que tienen competencia civil hasta por $ 300,00 pesos;
l:.!\ l<:n este selllido, OI1ate, ai}. dI. supra uota 96, p. 36, opilla: "Lejos de ser autl'll'
ticos tribunales para la gente pobre, los juzgados de paz funcionan en gran medida

como una instancia recuperadora de crditos en la tramitacin de juicios ejecutivos y como


rgano encargado de dirimir problemas de alojamiento".
122 El propio Oate, idem, p. 14, apunta que la jllsticia de paz "hoy en da se ha
transformado, en un mecanismo destinado a l'ecupcra deudas, o a servir de brazo fuerte
a casatenientcs de viviendas pauprrimas".
123 Cfr. Alcal-Zamora y Castillo, Niceto, "Innovaciones operadas e influencia cjer
cida por el cdigo procesal civil de 1932 para el Distrito y Territorios FcderalL'S", en
Revista de la Facultad de Derecho de _Mxico, nm. 48, octubre-dicitmbrc de lYG:!, pp.

59%.
1::4 Artkulos 747-81 del
]::.1 Artculo 656-97 del

cpe de ~O septiembre de 1932.


epe de 6 de julio de 1937.

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232

DERECHO PROCESAL CIVIL

(3) Chiapas,'"" bajo el ttulo "Disposiciones especiales para los juicios


que se siguen ante los jueces rurales y municipales"-, los primeros con competencia hasta por . 50.00 pesos y los segundos por $ 200.00;
(1) Nayarit, que adopt el Cdigo del Distrito,'o, modificndole el nombre del t.tulo respectivo por el de "Del procedimiento ante los jueces menores 'V de paz", los primeros con competencia hasta por .$ 300.00 pesos y los
segundos por $ 50.00;
(5) Hidalgo,'28 bajo el ttulo "De los juicios ante los Jueces conciliadores", a los cuales se les asigna competencia hasta por $ 500.00 pesos;
(6) Coahuila,l:!fI con el mismo ttulo que el del Distrito "De la justicia
de paz", pero encomendando sta a los jueces locales letrados (asuntos hasta
por $ 3,000.00 pesos) y a los jucces locales legos ($ 150.00 pesos);
(7) Durango}3fJ tambin bajo el titulo "De la justicia de paz". encargando sta a los juzgados municipales ($ 500.00 pesos) y al/xiliares ($ 300.00
pesos) ;
(8) Tabasco}"! con el ttulo "De la justicia municipal"; los jueces municipales tienen competencia para asuntos hasta por $ 200.00 pesos;
(9) Colima,132 con el mismo ttulo que el Cdigo del Distrito Federal
y con jueces de paz con competencia para asuntos con cuanta hasta por
$ 200.00 pesos;
(10) Nuevo Len,'''' tambin bajo el mismo ttulo que el del Distrito
Federal, pero encomendando la justicia de mnima cuanta a los alcaldes judiciales o jueces menores, COIl competencia variable, segn tenga o no ttulo
de licenciado en derecho el alcalde o juez menor; en el primer caso la competencia alcanza $ 300.00 pesos y en el segundo $ 100.00 pesos;
(11) Chihllahlla,'~l con el ttulo "De la administracin de justicia por
los juzgados de paz") los cuales tienen competencia hasta por $ 500.00 pesos;
(12) y (13) Baja Califomia Sur y Quintana Roo, convertidos en 1974
en Estados, pero que, como todava no cuentan con una legislacin procesal
Artculos 93780 del epe de 26 de enero de 1938.
Decreto nm. 1736, de lo. de enero de 1938 (P.O. 12-1-1938).
1:28 Artculos 148 del llulo especial "De los juicios ante los jueces conciliadores" del
CPC de 25 de mayo de 1940.
129 .'\.rtculos 1-47 del ttulo "De la justicia de paz" del epe de 30 de agosto de 1941.
lZ3Q Artculos 929-71 del epe de 13 de diciembre de 1947.
~1 Artculos 1-47 del ttulo especial "De la justicia municipal"
del epe de 14 de
agosto de 1950.
132 Artculos 1-44 del Titulo especial "De la justicia de paz" del Cl'C de 30 de abril
de 1954.
l:~J Artculos 1-13 del ttulo (.""Spccial "De la justicia de paz" del CPC de IG de enero
de 1973.
]:14 ArUculos 901-1 del CPC de 29 de diciembre de 1973.
l!.!G
J.2j

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L\ JUSTICIA DE MNIMA CUANTA

civil propia, ~iguen aplicando la del Distrito FederJI, vigente desde que ~as
dos entidades eran territorios federales .
.:\. esta ]jsta debemos agregar tambin los Cdigos de ]05 Estados siguientes. que tienen muy ligeras difercncias con el del Distrito en esta materia:
(L!) Aguascalicntes~13:; "Del procedimiento en los negocios de la comperencia de los juzgados menores", que pueden conocer asuntos hasta por
~

200.00 peso,;
(15) lVlichoacdn,1:JG "De la justicia municipal", encargada a los Jlteces
J/lunicipales (;ISlllltos hasta por S 1000.00 pesos) y de tenencia (hasta
$ 300.00); y,
(16) Querdaro~l;r; "De los juicios antc los jueces nWllicipale~/', a los
clIales se les otorga competencia hasta por $ 1,000.00 pesos. En realidad, el
ltimo ttulo citado no es sino Ull recorte deficicnte del correspondiente del
Cdigo del Distrito }'cderal.
4.:!. Como pucde obscryarse, ms ue la mitad de los ordenamientos procesales civiles estatales siguen en esta materia al del Distrito Federal e incurren normalmente en las deficiencias de ste. El A17teprayecto de cdigo
del Distrito Federal de 1918, trat de subsanar estas deficiencias, al regular
en forma ms adecuada la demanda, el citatorio y la audiencia misma, pero
no lleg a adquirir vigencia en la entidad para la que se elabor. En cambio, SI fue tomado como modelo por los cdigos de los siguientes estados:
(1) Sonora}" "Del procedimiento en los negocios de la competencia de
los juzgados locales y menores"; la de los primeros hasta por $ 500.00 pesos

v la de los segundos por $ 100.00 pesos;


(2) MorelosYJH "De la justicia de paz en el Estado de l\forelos", en donde se asigna wmpetencia a los juzgados de paz hasta por $ 200.00 pesos; y,
(3) Zacatecas,HO con el mismo titulo que el de Sonora, slo que los jueces menores con competencia por .$ 5,000.00 pesos y los locales por $ 500,00
pesos.
A estos tres ordenamientos se debe agregar en (40.) lugar, el de Tamaulipas,Hl cuyo ttulo referente a los juzgados mell0re~i (con competencia has-

ta por $ 5,000.00 pesos) es muy similar al correspondiente del Anteproyecto.


De acuerdo con la legisbcin procesal civil derivada del Anteproyecto
de 19-18, formulada la demanda -que puede ser oral o escrita-, el juzgaAll(ulos 1029-80 dd CPC Ute 19 de abril de 1947.
Artculos 134987 riel cpe de 10 de noviembre de 1964.
l:r, Artculos 1-37 del ttulo especial "De los juicios ante los jueces municipales" cid
elJe de 29 de diciembre de 1950.
1.3R Artculos 874-913 del Cdigo de Procedimi~ntos Civiles ue 2 de agosto de 1940.
1::0 Artculos 841-77 del ere de 30 dc abril de 1955.
110 Arlculos 8H-913 tlcl epc de 12 de enero de 1965.
1-11 Ariml0s 8J6G;"") del ere de 2 de febrero de 1965.
1::::;
I:;;J

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234

DERECHO PROCESAL CIVIL

dor debe sealar da y hora para la celebracin de la audiencia de "contestacin, pruebas, alegatos y sentencia", La audiencia se debe celebrar despus
de cinco das y antes de diez de presentada la demanda, aunque este plazo
se puede ampliar hasta por otros diez das cuando el domicilio del demandado se encuentre fuera del lugar del juicio_ A pesar de que se regula detalladamente la forma de llevar a cabo la citacin, no se precisa el plazo
mnimo que debe mediar entre la entrega del citatorio y la audiencia. Con~
tra la sentencia, que el juez debe dictar en la misma audiencia, se concede
el recurso de revisin ante el juez de primera instancia, para que ste resuelva "si se violaron o no las reglas de procedimiento" y. en caso afirmativo,

ordene la reposicin de ste. Contra determinadas resoluciones denegatorias o ejecutivas. se concede el recurso de queja tambin ante el juez de primera instancia. 142
4.3. Cmo Cdigos que siguen bsicamente el juicio de mnima cuanta
previsto en el Cdigo de Procedimientos Civiles del Distrito Federal de 1884,
derogado por el de 1932, podemos sealar los de los siguientes Estados:
(1) Tlaxcala,''' "De los juicios seguidos ante los jueces locales y de paz",
los primeros con competencia hasta por $200.00 pesos y los segundos por
'i50.00 pesos; este ttulo actualmente resulta sumamente anticuado;
(2) Yucatn,''' "Del juicio verbal", del que conocen los jueces de paz
con competencia hasta por $ 500.00 pesos; y,
(3) Campeche,14" "De los juicios verbales ante los jueces de paz", a Jos
cuales se atribuye competencia tambin hasta $ 500.00 pesos.
En trminos generales, la regulacin del Cdigo de 1884, tomada a su
vez del de 1880, prevea el desarrollo del juicio de mnima cuanta en una
serie de audiencias, que normalmente podan ser las siguientes:
(1) Audiencia de demanda, contestacin y ofreciuerito de pruebas; (2)
audiencia de pruebas sobre excepeiones dilatorias; (3) audiencia de pruebas en general; y, (4) audiencia de alegatos. La sentencia era dictada despus dentro de los cinto das siguientes.
4.4. Muy diferente resulta de la regulacin del Cdigo del Distrito Federal de 1884 y 1932, as como del anteproyecto de 1948, la del Cdigo de
Procedimientos Civiles del Estado de Guanajuato 1<" que en ms de un aspecto puede ser considerada superior a la de los textos anteriormente mencionados. Del captulo nico de su ttulo quinto, libro segundo, "Juicio de
142 El artculo 855 dd

elle del Estado de !\Iordos slo pcnnitc el recurso de queja

y no el de revisin.
143 Artculos
Artculos
145 Artculos
146 Artculos
1H

965-89 del cpe de 15 de diciemure de 1928_


624-50 del epe de 18 de diciembre de 1041_
1346-66 del cpe de 23 de diciembre de 1942.
416-40 del epc de 22 de ellero de 1934_

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LA JUSTICIA DE M:-.JIMA CL\..:\TA

Paz", del que conocen los jueces municipales con competencia hasta por
$ 5,000.00 pesos, podemos destacar las siguientes ventajas: (1) precisin de
]05 requisitos de la demanda; (2) plazo mucho mayor, de nue"c das, para
comparecer; (3) regulacin precisa de dos audiencias: una de conciliacin,
demanda y excepciones -con ofrecimiento de algunos medios de pruebay otra de juicio, en la que practican las pruebas, se formulan los alegatos y
se pronuncia el fallo; (4) fijacin de un momento procesal para la conciliacin: el inicio de la primera audiencia; (5) establecimiento de un recurso breve contta la sentencia, la revisin (que en realidad es una apelacin). Lamentablemente, por el centralismo cultural y poltico que prevalece en :Mxico, este Cdigo ha sido muy poco tomado en cuenta por la
Jegislacin procesal de los Estados. El Cdigo Federal de Procedimiento'i,
Civiles de 1942 s lo tom como modelo, pero, como ya indicamos, no regul
el juicio de mnima cuanta.
4.5. Similar a la regulacin del Cdigo de Guanajuato, es la que e,'ilablecen los Cdigos de los Estados de:
(1) ]alisco}47 "Del procedimiento en los negocios de la competencia dc
los jueces de paz" (200 pesos) ;
(2) Sinaloa/.J8 "Del procedimiento en los negocios de los jueces m,cnores" (500 pesos en las cabeceras de los distritos judiciales y 200 peso, en el'
resto) ;
(3) Oaxaca,H9 "Del procedimiento en los negocios de la COlnpetend~ de
Jos alcaldes" (500 pesos); y,
(4) San Luis PotosUOO "Del procedimiento en los negocios cuya cuanta
sea hasta de quinientos pesos" (normalmente de la competencia de los jueces menores y los alcaldes constitucionales).
En estos ordenamientos tambin se prevn los requisito,~ de la dcmarul<L
se seala que la citacin debe entregarse el nlismo da en que se expida. se
establece un plazo de cinco o seis dbs para comparecer, con la posibilidad
de ampliarlo por razn de la distancia del domicilio del demandado, y, en
fin, se prevn dos audiencias: una de contestacin a la demanda, conciliacin y, a falta de sta, ofrecimiento de pruebas; y la otra de pruebas, alegatos
y sentencia. El juez debe intentar la conciliacin nuc\'amente antes de dictar sentencia. Contra stas se establece el recurso de revisin o apelacin.
4.6. Por ltimo, aparte de todos los ordenamientos mencionados, encontramos los de los Estados de:
(1) Mxico~l:;l con dos captulos, "De los juicios verhales ante los juras,
147
148
14n
lao
l;:l

Artculos
Artculos
Artculos
Articulos
Artculos

1065.98 dd epe de 20 de agosto de 1938.


998-1030 del epe de 9 de octubre de 1940.
931-61 del epe de 17 de mayo de 1944.
1096-1136 del epe de 7 de marzo de 1947.
671-95 del epe de 9 de Dgosto de H137.

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2:;6
DERECHO PROCESAL CIVIL

rnerlO'rn 11/,t71icipales" (de ms de 100 a 1000 pesos) y "Del juicio verbal


de menor cuanta ante juzgados populares" (100 pesos), el primero desenvuelto en dos audiencias y el segundo en una; y,
(2) Puebla,"" "Procedimientos en los juicios de menor cuanta" (300
pesos), de los que conocen los jlleces menOres de lo civil (arriba de 100 pesos) y los de paz (hasta cien pesos), y se desarrolla en una audiencia de
demanda, contestacin y sentencia (sic), con posibilidad de que se lleve a
Gibo otra, "si las partes lo piden y el juez lo estima necesario", de pruebas.
v en este caso la sentencia se pronuncia en la segunda audiencia.

s.

J~(J

justicia de mnima el/antia en

Ot1'05

pases de Amrica Latina

En (:~tc apartado daremos una breve noticia sobre la regulacin de la


justicia de mnima cuanta en los ordenamientos procesales civiles de algunos pases de Amrica Latina.

5.1. Argentina
En este pas, donde talnbin se rige un sistema federal. cada provincia
tiene su propio Cdigo de Procedimientos Civiles. Nos referiremos brevemente
,,1 rgimen de la capital federal y al de la provincia de Santa Fe.
a) La ley 11,924 de 22 de octubre de 1931, cre la Justicia de Paz Le,rada de la Capital Federal, a la cual se le denomina actualmen'e Justicia
Nacional de Paz, compuesta por una Cmara Nacional de Apelaciones y de
Paz y los juzgados nacionales de Paz. La primera, que al decir de Lino Enrique Palacio -en 1970- funcionaba dividida en seis salas de tres miembros
cada una, es el rgano de apelaci6n de las resoluciones dictadas por los juzgados nacionales de paz. stos, que segn el mismo autor, sumaban el nlUcro de 49, en un principio tuvieron competencia para conocer de los juicios
ordinarios mayor y menor.",a Al-eal y Fenochietto dan cuenta que la ley 17,625,
publicada en el Boletn Judicial el 31 de diciembre de 1968, derog tales
juicios e increment la competencia de estos juzgados a cien mil pesos, en
general, para conflictos civiles y comerciales. Tambin conocen de juicios sucesorios de menor cuanta y de todos los juicios referentes a los contratos
de arrendamiento. El juicio que se sigue ante estos jueces es el sumario. 1 :'i-!
Ankulos ~H9-8 del epe de 20 de enero de 1%6.
Cfr. Palacio Lino, Enrique, Manual de derecho procesal civil, Buenos Aires, AbclanlPnfot, 1970, p. 118.
]54 efy. Jorge Arcal, Leonardo, y l'cnochictto, Carlos Eduardo, Manual de derecho
proccwl, P:ntc especial, t. 11, La Ley, Buenos Aires, 1970, pp. 16-7.
l:i:.!

lr~

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LA JUSTICIA DE Mi;-';ll\L\ CUA:\TA

')"""

_.JI

El proceso sumario que regula el Cdigo Procesal Civil y Comercial dI'


la Naci", aprobado por ley 17,45-1 de 1967 es predominantemente escrito.
Presentada la demanda, que debe contener el olrecimiento de pruebas. se
conced~ al demandado un plazo de diez das para contcst~r. }] juez debe
fijar el plazo probatorio, y una vez concluido ste, sin necesidad ue alegatos.
aqul debe dictar sentencia en un plazo de treinta das. 1 ;;:::; Estos procesos, al
decir de Arcal y Fellochietto, "se caracterizan por la ~Ibreviacill de- .'iUS plazos y ,simplicidad de tramitacin, limitando el nmero de testigos. la inapelabilidad de las resoluciones que- quedan reducidas a la sentencia que termina el pleito; el trmite en segunda instancia es sumamente breve" .1:J.t.
b) De acuerdo con Eduardo B. Carlos, la organizacin de la justicia de
paz en la provincia de Santa Fe comprendia: 1) las cmaras de fJa: [ClT(ldas~ que conocan de los recursos interpuestos contra las rcsolucioIlcs tic lo)
jueces de paz inferiorcs; 2) los jueces de JJaz letrados, que conocan en procedimiento sumario de asuIltos civiles conLencosos (~Oll cuanta hasta de die;
mil pesos y de los juicios de desahucio, cuando las rentas mensuale.'i no excedieran de mil pesos; 3) los jueces de paz departame"tales, que conocan de
los mismos asuntos, slo q uc con cuanta hasta por seis mil pesos, y renta
hasta de quinientos pesos; conocan adems de asuntos de trabajo con esa.
cuanta; y, 4) los jueces de paz legos, que conocan de asuntos has.ta pot
tres mil pesos, en procedimiento breve.];;7

5.2. Colombia ,,",


De acuerdo con el artculo 19 del moderno Cdigo de Procedimiento Civil colombiano de 1970, los procesos se dividen, por la cudnta de la pretensin, en de mayor, menor y mnima cuanta: los primeros son los que ver~n
sobre pretensiones patrimoniales de valor superior a cien mil pesos; los 5(>
gundos, de valor comprendido entre ciuco y cien mil pesos; y los de millima
cuanta, de valor hasta de cinco mil pesos.
Los procesos de mnima cuanta, de los que conocen los j!tcces mllnicilJa~
Ics, se tramitan a travs de un procedimiento breve y concentrado. Presentada la demanda por escrito o formulada verbalmente ante el secretario del
15:; Artculos 486, 489, 4-9:) Y 4% dd Cdigo Procc~al Civil y Comercial tIc 1.1 :\'aL1I')jI
(B. O. 7-XI-I968).
],->6 Arcal y Fcnochietto, op. dl. SlIpm nota 1:,-1, p. 1J.
Hi7 Carlos, Eduardo B., Introduccin al estudio del derecho pl'Occsal, Edicionci Juridi(;as Europa-Amrica, Buenos Aires, 1959, pp. 247-8.
1\:'8 La informacin sobre este pas la pudimos obtcl1er de manera actualizada gr~u:ia..:
a la ayuda dd profesor I-krna!ldo Dl',-is Echanda y del jucz de ~f~d('l1fn, Juan CulIer1Il0 "c1nuez C.
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DERECHO PROCESAL CIVIL

juzgado, el juez, al admitirla, debe citar a las partes a una _audiencia en la


que- primero debe intentar la conciliacin de aqullas, y si no la logra, el
demandado deber contestar la demanda y proponer sus pruebas. El actor,
independientemente de las pruebas ofrecidas en la demanda, puede ofrecer
nuevas pruebas relacionadas con las excepciones que haya opuesto e\ demandado. Practicadas las pruebas, el juez debe escuchar los alegatos de las partes y en seguida pronunciar sentencia "si le fuere posible"; de no ser as~
debe citar a una nueva audiencia para este objeto dentro de los cinco das
'Siguientes.
Las sentencias dictadas en los procesos de mnima cuanta no son apelahles, ni son impugnables a travs del recurso extraordinario de revisin.159

5.3.

Cf)~[a

Rica

En Costa Rica los juzgadores de ffilfllma cuanta se denominan alcaldes.


siguiendo la tradicin hispnica. Estos funcionarios tienen competencia para
conocer, en trminos generales, de asuntos cuya cuanta no exceda de tres
mil colones.Hio
El juicio de mnima cuanta en Costa Rica tambin es oral y Concentrado. La demanda puede ser presentada por escrito o en forma verbal. Redhida sta, el alcalde debe citar a las partes y dems sujetos que tengan que
intervenir en la audiencia. Entre la citacin y la audiencia debe mediar por
10 nlenoS tres das, salvo "casos urgentes" en los que el plazo se puede reducir incluso al mismo da. En la audiencia el alcalde debe intentar primero
la conciliacin de las partes. En caso de no lograr la conciliacin, si no hay
debate sobre los hechos, deber pronunciar sentencia en la misma audiencia
{) dentro de un plazo de cuarenta y ocho horas. Slo en caso de que haya
discusin sobre los hechos, se procede a la proposicin y prctica d~ pruebas
en la audiencia, y para las pruebas que no se puedan recibir en aqulla,
puede sealar una nueva y ltima audiencia. Concluida la prctica de las
pruebas, el alcalde debe "indicar a las partes cundo estar dictado el fallo".'"
La sentencia slo es apelable cuando la cuanta sea superior a las cantidades que menciona el artculo 1082 del Cdigo de Procedimientos Civiles.
159 Artculos 397, 442, 444, 445 Y 447 del Cdigo de Procedimiento Civil. Puede verse: Deds Echandla, Hernando, Compendio de derecho pmcesal, El proceso civil, t. 111.
Ed. ABC, Bogot, 1972, pp. 28796.
1M Artculo 91 de la Ley Orgnica del Poder Judicial de 29 de noviembre de 1937.
Hemos consultado la edicin actualizada y preparada por la Asociacin de Estudiantes
de Derecho, publicada en 1976,
HI1 Artculos 1061, 1067, 1068, 1069, 1070, 1071, 1074, 1076, 1079 Y 1081 del Cdigo
<le Procedimientos Civiles de 25 de cnero de 1933.

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L\ ]L'STlcIA DE M:'1IMA CLJANTA

5.1. Guatemala

Los juzgadores de mnima cuanta en Guatemala son los jueces de paz y,


o falta de stos, los alcaldes municipales o concejales. A ambos se les designa
con el nombre genrico de jueces menores.1 62 Los jueces menores son com
pctentes para conocer de los asuntos con cuanta que no exceda de quinien
tos quetzales. Esta competencia por cuanta puede sel' reducida por acuerdo
de la Corte Suprema de Justicia, considerando "las circunstancias especia
les del municipio de que se trate y la disponibilidad de personal tcnico"."'"
El juicio ante los jueces menores es tambin de carcter oral y concen
uado. La demanda puede ser presentada en forma oral y escrita y el procedimiento se debe desarrollar a lo sumo en tres audiencias, en la primera de
las cuales el juez debe intentar la conciliacin de las partes. Entre el empla.
7.amiento y la primera audiencia debe mediar un plazo' mnimo de tres das,
el cual puede ser ampliado en razn de la distancia~ La sentencia debe ser
dictada dentro de cinco das, contados a partir de la ltima audiencia. Esta
sentencia es apelableYH
Cuando la cuanta no excede de cien quetzaIes, el juicio es todava ms
breve. Todos los actos procesales deben ser orales, quedando constancia de
ellos en un libro. En esta ltima clase de juicios, denominados "de nfima
cuanta", la sentencia es irrecurrible y en ella no se debe hacer condena al
pago de los gastos y costas procesales. 16:

1.5. Uruguay

Hl6

En la Repblica Oriental del Uruguay los juzgados de ffilmma cuanta


son los jueces de paz, cuya competencia civil comprenda, en 1975, asuntos
hasta por cien dlares.l{l7 El procedimiento ante los jueces de paz es tam
1~

.. \rlcuJo oo., de la Ley del Organismo 1udicial de 2 de julio de 1968.


163 Artculo 70., del Cdigo Proce~~l Civil y Mercantil de U de septiembre de 1963.
Para la legislacin guatemalteca hemOS consultado el "'oJumen Cdigo procesal civil y mercantil y otras leyes vigentes. anotado y concordado por Mario .\guirre Godoy y Cal1o~
Enrique Peralta Mcndez, Cuatemala, 1973.
liH Artculos 199210 del Cdigo Procesal Civil y Mercantil.
16;:; Artculo 211 idem.
166 Para actualizar la informacin concerniente a este pas, hemos contado con la
ayuda del profesor Enrique Vscovi, del Jnstituto Uruguayo de Derecho Procesal.
1(;7 Cfr. Vscovi, Enrique, Acceso a la justicia en el Uruguay, fotocopia de la versin
mecanogrfica del infonne para el Centro de Estudios de Derecho Procesal Comparado, de
Florencia, Italia, 1975, p. 9. Un resumen de este trabajo fue publicado en la obra calectiya editada por Cappclletti, Mauro y Garth, Bryant, Acces.~ lo ]ustice, Miln/Alphcnaandenrijn, Giuffre/Sijthoff amI Nordhoff, 1978, vol. J, libro 2, pp. 102i1037.
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240

DERECHO PROGESAL CIViL

bin oral y concentrado. Presentada la demanda. el procedimiento se desarrolla a lo sumo en dos audiencias, en la primera de las cuales el juzgador debe
intentar la conciliacin. ,., El fallo de los jueces de paz slo es apelable
cuando el monto controvertido excede ue la cantidad sealada en el artCuM
lo 86 del Cdigo de Organizacin de los Tribunales.
En virtud de la escasa cuanta de la competencia civil. los jueces de paz
r.onocen de muy pocos juicios de esta clase. En cambio, actualmente conocen en mayor medida de juicios sobre arrendamientos y cuestiones laborales, los cuales le;) han sido atribuidos sin lmite de cuanta. 1G9

5.6. Venezuela

17'0

Los juzgadores de ffil111ma cuanta en Venezuela son los jueces de municiPio. que en las capitales se denominan de par'roquia, y cuya competencia
civil es variable, en cuanto a su lmite mximo: cuatrocientos bolvares en
algunos lugares, mil en otros y hasta diez mil bolvares en diversas roDas.
Presentada la demanda, el juez debe citar a una audiencia en la que el de
mandado debe contestar la demanda, y el juez intentar la conciliacin. Si
no se logra sta, se inicia un periodo de prueba por ocho das que puede
ampliarse por diez das o ms. Concluido el plazo probatorio, el juez debe
dictar sentencia al tercer da. 171 La apelacin de la sentencia slo se concede
cuando el monto controvertido exceda la cantidad que seala el ltimo prrafo del artculo 701 del Cdigo de Procedimiento Civil.
Cuando la importancia econmica del asunto no excede de ochenta bolvares, el procedimiento es todava ms breve y se denomina juicio de nfima cuana. 172

1<>8 Artculo 610 del Cdigo de Procedimiento Civil de 1877.


169 Cfr. Vscovi, op. cit. supra nota 167, p. 8.
170 Para la informacin referente a este pas, hemos contado con el auxilio de los. profesores Miguel Salltana Mjica y Mariolga Quintero Tirado, de la Facultad de Ciencias
Jurdicas y Poltica~ de la Universidad Central de Venezuela.
171 Artculos 700 y 701 del Cdigo de Procedimiento Chil de 4 de julio de 1917.
172 Cfr. CUenca, Humberto, Derecho procesal civil, t. n, p. 36. Universidad Central ue
Buenos Aires, 1968, p. 36.
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VIII

COMENTARIOS SOBRE EL CONGRESO INTERNACIONAL


DE DERECHO PROCESAL CIVIL DE 1977 *
1. Bajo el lema "Para una justicia humanizada", se celebr en la ciudad
de Gante, Blgica, del 28 de agosto al 2 de septiembre de 1977, un Congreso Internacional de Derecho Procesal Civil, con la participacin de destacados proccsalistas de todo el mundo.
Con anterioridad, se haban celebrado congresos internacionales de dere-

cho procesal en Florencia (1950), Viena (1953), Venecia (1962) ,1 Atenas


(1967)' Y Mxico (1972)." Con excepcin del primero y (le] quinto con6-1'C505, los dem;:.s se haban dedicado fundamentalmente al derecho procesal
civil. En el primero se haban analizado tema1 generales de derecho procesal
y en el quinto tambin de derecho procesal general y, adems, de derecho
proces.al civil, penal, admi1listrativo y constitucional. En e1 congreso de Gante se pretendi, nuevamente, circunscribir los temas al uerecho procesal ciyil. Sin embargo, el planteamiento ue algunos de los temas y el propio
lema, rebasaron, sin duela, esta limitacin.
La ceremonia solemne de apertura se llev a cabo el 28 de agosto en el
Aula lVIagna de la Universidad Estatal de Gante, y en ella pronunciaron
.. Publicado en Bolctin Me:dcallO de De.,..echo COlI/jXlrado, nm. 30, septicmhre.{liticmbrc de 1977, pp. 550-562. Las poncncias generales a l:1s quc sc alude en ('stc trabajo, hall
5ido publicadas en el libro cditado por Storme, Mal'ccl y Casman, Hlcnc, ToU'ards a
us/ice willl 'human fa("{~, J\.lun-cr, AntwerpenjDc\'(:"nter, 1978.
1 Sobre los primeros tres congresos internacionales, puede Y(TS(' .-\kal;Zamol"::t y Castillo, ::\'iccto, Veinticitlco alios de evolucin del derecho procesal 19-10-1965, Mxico, U:'\A~I,
1968, pp. 46 Y 47.
:! Cfr. Miguel y Alomo, Carlos de, "Crnica dd IV Congreso Internacional de Den:rho Procesal Civil", en RevL\-/a de Derecho Procesal, Madrid, nllu. IV, ortuhre diciem
bre de 1967, pp. 177-189.
3 Cfr. Oate Laborde, Santiago, "V Congreso Inlernaciollal de Derecho Protc,al"' en
J:oletll Mexicano de Derecho Comparado, nms. 1314, enero'agosto de 1972, pp. ;j 15-35:;;
Percha Anabaln, Hugo, "Quinto Congreso Internacional e DerecLo }'rocesal", en Re
Yista de Derecho Procesal, Santiago de Chile, nm. 3, junio de 1972, pp. 57-m!, y Yergara
Ren, "Dos temas tratados en el V Congreso Internacional d(: Derecho Procesal", en Re
vista de Derecho Procesal, Santiago de Chile, nm. 5. junio de 19i3, pp. 20-23. Tambin se dio noticia de dicho Cong-reso, en la Ril'isla di lJirilto ProcC'SlI(!e, >adu:1, nm.
S, julio.septiembre de 19i2, pp. 3!J5-396.
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24-2

DERECHO PROCESAL CIVIL

sendos discursos los profesores E. Krings, presidente del Congreso, y ,V.


Dclva, decano de la Facultad de Derecho de Gante; el seor R. Van Elslande, Ministro de .1 usticia de Blgica, y el profesor M. Storme, diligente e
infatigable secretario general del Congreso.
Seguramente, el espritu que domin las ponencias y los debates, fue previsto por el profesor Storme en su discurso de la sesin inaugural: "No estamos aqu -afinn6- nicamente para explicar teoras cientficas, ni tampoco
para solucionar solamente casos prcticos; estamos aqu para conciliar la teora y la prctica en un debate extenso con motivo de humanizar el proceso".
Tambin formu16 dos preguntas que conciernen no slo a los procesalistas,
sino a todos los juristas en general: "Qu valor tendra una doctrina que
no sacara de la consideracin de las necesidades y las exigencias de la prctica, el sentido de lo positivo y la preocupacin de lo real, sin los .cuales los
sistemas que edifica y los conceptos que propone no seran nada ms que
juego, del espritu desprovistos de utilidad y eficacia?"; "qu sera una
prctica que se desarrollara nicamente en el terreno del empirismo, de la
costumbre, aun de la rutina, sin experimentar y ahondar la regla del derecho que la explica, la justifica y la vivifica?".
Al da siguiente de la ceremonia de inauguracin, el 29 de agosto, se iniciaron las sesiones:de trabajo. stas se realizaron durante tres das en el Pa
lacio de las Floralias del Centro Internacional de Congresos. Por la maana,
de las 9 a las 12;30 horas, los ponentes generales exponan el contenido
fundamental de sus ponencias, las cuales eran discutidas por la tarde, de las
1'1 a las 17 horas. Conclua cada sesin con una sntesis que fonnulaba el
presidente de la sesin.
2. La primera sesin fue destinada a las ponencias sobre aspectos generales. Bajo la presidencia del profesor J. ]odlowski (Polonia), intervinieron
como ponentes generales los sguientes profesores; 1) '''alter J. Habscheid
(Suiza), Les bases d" d,-oit dicia,-e priv; 2) Wolfgang Grunsky (Repblica Federal de Alemania), [ntemalionales Pl'Ozessrechl; 3) Gian Antonio
Micheli y Michele Taruffo (Italia), La p,-euve, y 4) ]ohn A. ]olowicz (Inglaterra), Appellate proceedings.
2.1. En relacin con el prilner tema, presentaron ponencias nacionales los
siguientes congresistas; P. Arens (Repblica Federal de Alemania), J. C.
Barbosa Moreira (Brasil), P. O. Bolding (Suiza), A. Kiralfy (Inglaterra),
N. Trocker (Italia), G. '''ieclerkehr (Francia), P. Zonderland (Paises Bajos) , A. Zielinsgy (Polonia), H. Kellner (Repblica Democr;ltica Alemana) ,
L. Nevai (Hungra), D. Zeffert (SlIdfrica), A. Ligertwood (Australia),
H. Nakamura (Japn), G. Rammos y N. Kan Klamaris (Grecia), C. Ferrei1'a da Silva (Portugal), R. Sprung (Austria), S. A. Nawaz Kllan (Pakistn)
)' 1\I. A. Ferm\ndez Lpez (Espaa).
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COl'l;GRESO iNTERNACIONAL DE DERECHO PROCESAL

243

El profesor Habscheid examin en su ponencia general dos grandes grupos de problemas que son comunes a los derechos nacionales analizados: 1)
la relacin entre el derecho sustancial, el derecho procesal civil y el orden
constitucional, y 2) el principio de la justicia procesal (Vcrahrensgerechtig
lu:if) como garanta de un juicio justo y equitativo. Para su consideracin,
agTup a los derechos nacionales en dos grandes sistemas: por una parte, los
.'~;stemas de origen germano romanista y anglosajn, que denomin "sistemas
li berales" y, por otra parte, los sistemas socialistas. Enfatiz el carcter ins~
trumental del proceso civil respecto del derecho sustancial que a travs de l
se reclama y seal que la doctrina predominante acerca de la relacin entre el derecho procesal y el derecho sustancial. es la que considera que entre
~mbas ramas jurdicas hay una correlacin doble. En la segunda parte de su
ponencia general, al referirse a la segunda cuestin lnencionada, examin los
problemas concernientes a la independencia de los tribunales, el Contempt
01 Court) el acceso a la justicia, el derecho a ser escuchado en juicio, la autoridad del juez, la libertad de las partes y los principios procesales.
2.2. Con relacin al tema Dl:recho procesal internacional) presentru'on pollencias nacionales los siguientes congresistas: A. Boelhe (Blgica). G. l\fitsopoulos (Grecia) y G. Franchi (Italia), A. G. Tsoutsos (Grecia), 1- Planells
(Espaa) y F. Matscher (Austria). El profesor Grunsky se refiri en su PO'
nencia general a los conflictos que plantean las reglas de competencia de
las jurisdicciones nacionales, los acuerdos de "prrroga" o derogacin de
competencia, el reconocimiento y ejecucin de sentencias extranjeras y la situacin de los extranjeros cuando comparecen como partes en tribunales
luera de su pas de origen.
2.3. Sobre el tema La prueba, presentaron informes los siguientes ponentes nacionales: "V. Broniewicz (Polonia). R. Bruns (Repblica Federal
de Alemania), l\L Serra Domnguez (Espaa), J. Bierens (Blgica), M.
Weinberg (Australia), Y. P. Faltsi (Grecia), N. Koyama (Japn) y Y. Fujita,
(Japn) .
Los profesores Micheli y Tarnffo sealaron en su ponencia general que
los informes nacionales mostrarOn una evidente tendencia a \'incular la prueba judicial con el descubrimiento de la verdad objetiva, aunque todava
persistan concepciones formales de aqulla; y, adems, destacaron la relacin
entre la teoria dominante de la libre apreciacin razonad~ del juzgador y
la independencia e imparcialidad de este ltimo en Jos Estados modernos.
Los procesalistas italianos analizaron las diferencias relevantes que presenta
la produccin de la prueba en los diferentes sistemas jurdicos: el del com.'lOn law, el del civil law y el socialista. Estas diferencias se manifiestan particulannentc en el papel que asume el juzgador con relacin a las pruebas,
el concepto de testimonio, de testimonio tcnico y peritacin, entre otros
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244

DERECHO PROQ:SAL CIVIL

aspectos. Subraya la creciente importancia de la prueba documental cien~


tfiea para la bsqueda de la verdad objetiva en el proceso y examinaron el
problema del acceso a la justicia, considerando que ste es principalmente
el derecho de las partes a participar en la preparacin y produccin de la:;
pruebas.
2.4. Sobre el tema La doble inslancia~ presentaron informes los siguientes ponentes nacionales: A. N. Allot (Inglaterra), M. Chakaran (URSS), G.
Dufwa (Suiza), V. Fairn Guilln (Espaa), P. GilIes (Repblica Federal
en Alemania), G. C. Hazard (Estados Unidos), P. Heurterre y A. Le Paige
(Blgica), N. Komuro (Japn), S. Marcos (Egipto), H. E. Ras (Pases Bajos), V. Varano (Italia), E. Vscovi (Uruguay) y E. G. Cabiedes (Espaa).
El profesor Jolmvicz, cn la parte preliminar de su ponencia, abord los
problemas que plantea la terminologa de los medios de impugnacin para
un estudio comparativo y examin la distincin entre hechos y derecho y el
carcter del procedimiento de primera instancia. Se refiri a la extensin
del procedimiento impugnativo -segunda y tercera instancia- y al derecho
de impugnar y la funcin de los medios de impugnacin. Concluy su ponencia aludiendo a la humallizacin de los procedimientos impugnativos.
3. En la segunda sesin, llevada a cabo el 30 de agosto. se expusieron
y discutieron las ponencias conectadas ms directamente con el problema del
acceso a la justicia. En dicha sesin, presidida por el profesor Mauro Cappelletti (Italia), participaron los siguientes ponentes generales: 1) Vittorio Denti
(Italia), Acce,ibility of legal procedures for the undcrprivileged: Legal aid
and advice; 2) Vctor Fairn Guilln (Espaa), La hwnanizacin del proce\'O: lenguaje) formas, contacto entre los jueces y las partes) y Adolfo Gelsi
Bidart (Uruguay), La humanizacin del proceso; 3) J. Jacob (Inglaterra),
Accelerating the 1)1'Oces, 01 lalO, y 4) Hans 'V. Fasching (Austria), Srnall
claim courls.
3.1. Sobre el tema Legal aid and advicc) presentaron ponencias nacionales los siguientes congresistas: J. Van Den Heuvel (Blgica), F_ H. Zemans
(Canad), H. Devis Echanda (Colombia), J. M. Ganado (Malta), C. De
Miguel y Alonso (Espaa), E. Wengerek (Polonia), V. Vigori (Italia), G.
Baumgiirtel (Repblica Federal de Alemania), B. Koning (Austria), J.
Epstein (Australia), R. Boman (Suiza), M. Partinston (Inglaterra), F. Reyntjens (Blgica), S. H. Song (Corea del Sur), J. Pradel (Francia), 'T. Kojima
(Japn), S. Oate Laborde (Mxico), J. F. Handler (Estados Unidos), P.
H. Gross (Inglaterra), E. Lupa (Italia) y N. Picardi (Italia).
El ponente general, profesor Vittoria Denti, aclar que ms que analizar
en detal1e las normas que regulan la asistencia jurdica a los no privilegiados en los diferentes pases considerados, su ponencia pretenda explicar las
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CO~(;RLSO

L'\'TERi'-JACIO;\;AL DE DERECHO l'ROCESAL

2j5

tendencias generales en este campo, tal como se manifiestan en sus ms rc(ientes desarrollos en los sistemas jurdicos.
Aclar que el asesoralniento jurdico, tal como es entendido actualmente,
es el resultado de una evolucin del concepto en los sistemas jurdicos, iniciada a fines del siglo pasado, que va del derecho meramente formal a la

proteccin jurdica, a la instrumentacin de una mayor igualdad material


de bs partes ante los tribunales. En esta evolucin, la ideologa que ha ejercido mayor influencia en Europa es el llamado socialismo jurdico, sostenido
por Anton 1\Jenger. Ha influido tambin la evolucin poltica de los Estados
democrticos, orientada hacia una mayor justicia social, principalmente despus de la Segunda Guerra Mundial, la cual ha incluido el problema del
asesoramiento jurdico a los pobres en el campo de la seguridad social, dentro del marco general del llamado Wellare Stale,
Han influido tambin sobre la evolucin del asesoramiento jurdico, las
Zlctitudes que sobre este problema han asumido los profesionistas del derecho
-cuya {onnacin, salvo en los pases socialistas, sigue teniendo el carcter
individualista proveniente de la tradicin burguesa decimonnica-; y, por otra
parte, en sentido inverso, el nmero considerable de investigaciones sociolg-i:'"
cas desarrolladas en muchos paises sobre las relaciones entre pobrez...l y justicia.
Fuera de los pases socialistas, explic Denti~ pueden observarse-tres tendencias fundamentales sobre el asesoramiento jurdico: 1) la que lo contempla como un problema de igualdad ante el juzgador y que enfatiza el otorgamiento del asesoramiento gratuito (pago de abogados por el Estado o con
fondos pblicos, sistema de asesoramiento a travs de seguros pblicos o priyados, etctera); 2) la que considera los servicios prestados por abogados
particulares como de inters pblico y social, dentro del marco de un ms
extenso programa de asistencia dirigido, O al menos controlado, por entidades pblicas, sin excluir enteramente las bases privadas (como el caso del
asesoramiento prestado por algunos sindicatos a sus miembros), y 3) la que
contempla el asesoramiento jurdico como parte de un ms amplio campo de
servicio social: de acuerdo con este concepto, la meta de mejoramiento social,
en principio, debera ser lograda de manera ms efectiva por entidades phlicas, que realicen su actividad dentro de un plan general tendente a a1canar una mayor justicia social.
Despus de exponer los principales desarrollos concretos de estas tres tendencias, el procesalista italiano examin la situacin del asesoramiento jurdico en los pases socialistas. El principio bsico de los sistemas jurdico socialistas, seale> Denti, puede ser encontrado en la obtencin de la igualdad
material a travs de procedimientos sencillos y gratuitos y de la capacitacin
de todos los ciudadanos para que puedan defender sus propios derechos de
manera rpida y sin costos.
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246

DERECHO PROCESAL CIVIL

3.2. Sobre el tema La humanizacin del proceso presentaron ponencias


nacionales los siguientes congtesistas: J. de Castro N unes (Portugal), V. Den
ti (Italia), H. W. Fasching (Austria), W. Grunsky (Repblica Federal de
Alemania), N. Klamaris (Grecia), G. Mitsopoulos (Grecia), M. Trouse
(Blgica), M. Taruffo (Italia), H. U. Walder (Suiza), W. Siedlecki (Polo
nia) y H. Devis Echanda (Colombia) .
.EI profesor Fairn Guilln, primer ponente general en este tema, se refi
ri a la humanizacin del proceso en general y al amplio mbito procesal
en el cual aqulla opera; a la humanizacin de los sujetos procesales y a los
procedimientos y principios conducentes a la humanizacin; oralidad, inmediacin, concentracin, publicidad, y a los fines de adecuacin y practicabilidad.
Por su parte, el profesor Gelsi Bidart, segundo ponente general del tema,
seal que la orientacin humanizadora del proceso debe insistir en "personalizar" a los sujetos procesales, favorecer la obtencin de la paz con la justicia, asegurar la "estructura diagonal" del proceso y templar el formalismo
con el principio de la finalidad.
3.3. Sobre el tema La aceleracin del proceso presentaron ponencias na
cionales los siguientes congtesistas: G. de Leval (Blgica), G. D. Watson
(Canad), J. M. Ganado (Malta), G. D. S. Taylor (Anstralia), S. H. Song
(Corea del Sur), H. Devis Eehanda (Colombia), J. S. MacLerman (Sudfri
ca), E. G. de Cabiedes (Espa';a), A. Buzaid (Brasil), K. H. Schwab (Rep
blica Federal de Alemania) y K. Piasceki (Polonia).
El profesor J acob, despus de se';alar en su ponencia general que el problema del retraso ha afectado a la administracin de justicia en todos los
pases y en todas las pocas, y que por sus dimensiones ha sido objeto de
preocupacin no slo de la teora jurdica, sino tambin de la literatura,
advirti que tal problema ofrece un urgente y crtico desafo, el cual debe
ser abordado en un doble nivel: el de los principios y el de la prctica. Por
las diversas razones que expuso, consider que el problema del retraso del
proceso jurisdiccional debe ser solucionado tanto con la aceleracin del funcionamiento de la administracin cuanto con la simplificacin de los procedimientos. La aceleracin del proceso no es slo una necesidad legal, sino
tambin una necesidad social esencial; no slo incumbe a la administracin
de justicia, sino de manera bsica a la administracin social.
De esta manera, el profesor Jacob examin en su ponencia general, los
factores humanos y de tiempo, las clases de procedimientos y los factores procesales, todos ellos con relacin a la aceleracin del proceso.
3.4. Sobre el tema Small claim courts presentaron ponencias nacionales
los siguientes congtesistas: P. O. Ekelof (Suiza), 'V. H. Elliot (Inglaten'a).
V. Fairn Guilln (Espa';a), K. Foster (Inglaterra), H. 1. Haraldsen (No.
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247

ruega), :'IL ]edrsewska (Polonia), H, Kellner (Repblica Democrtica Alemana), K. D. Kerameus (Grecia), J. Y. King (Estados Unidos), T. Kojima
(Japn), B. Kuru (Turqua), 1. Lager (Finlandia), D. Leipold (Repblica
Federal de Alemania), P. Mogelvag-Hansen (Dinamarca), G. D. S. Taylor
(Australia), H, U. Walder' (Suiza), y J. Ovalle Favela (Mxico)'.
El profesor Fasching en su ponencia general destac la importancia de
las demandas de escasa cuanta, al seialar que stas constituyen el principal
sector de los procesos civiles y son el ms frecuente punto de contacto entre
los ciudadanos y los tribunales. Advirti que en esta clase de demandas es
ms importante la relacin entre monto controvertido y costos -de tiempo
y dinero- del proceso; adems, puntualiz que en esta clase de procesos se
puede poner en peligro la igualdad de oportunidades procesales, ya que por
razones econmicas, no se puede prescribir obligatoriamente la asistencia a las
partes de letrados. Los conflictos concernientes al derecho del consumidor alcanzan, dentro de las demandas de escasa cuanta, el mS' elevado porcentaje.
Expuso la situacin actual de los procesos de mnima cuanta, los cuale':!
se tramitan en ocasiones a travs del procedimiento ordinario, pero simplificado y con liberacin del deber de asistencia de abogado, o bien a travs de
procedimientos especiales tambin simplificados y rpidos, sin deber de asis
tencia de letrados, y con liberacin de las reglas legales de apreciacin probatoria y con ms bajos costos, Destac la creacin de organismos especiales
para la atencin de reclamaciones de consumidores, como los Consumer Complaint Boards.
Entre las orientaciones que deben tenerse cn cuenta para el desarrollo de
un eficiente proccso de mnima cuanta, destac las siguientes: 1) reforzar la
confianza de los justiciables hacia los tribunales, incrementando la infonnacin sobre su funcionamiento, estableciendo instituciones de asesoramiento
jurdico, mejorando el acceso a los tribunales y manteniendo y garantizando
un elevado nivel de la jurisdiccin y una eficiente ejecucin; 2) garantizar la
igualdad de las partes, suprimiendo el deber de comparecer a los tribunales
con la representacin o el asesoramiento de un abogado e incrementando el
papel activo del tribunal; 3) desarrollar efectivamente un procedimiento simple y sin formalismos, con costos reducidos y de breve duracin, de manera
que a travs de l se pueda solucionar, de manera rpida y sencilla, un elevado nmero de conflictos,
Concluy afirmando el procesalista austraco que la humanizacin de los
tribunales en las demandas de mnima cuanta significa el aseguramiento del
acceso a la justicia, la eliminacin de todos los obst<culos para la relacin
directa entre el tribunal y las partes; la simplificacin, la aceleracin y la
abreviacin del procedimiento; y la realizacin de la idea de que el tribunal debe ser una entidad al servicio de los justiciables.
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3.5. Cabe destacar la excelente intervencin del presidente de esta sesin,


d conocido procesalista y comparatista italiano Mauro Cappelletti. en torno
al acceso a la justicia. uno de los temas y preocupaciones fundamentales de
nuestra poca que el profesor Cappclletti ha sabido plantear y analizar con
acierto.
4. En 1a tercera sesin, del da 31 de agosto, se expusieron y discutieron,
bajo la presidencia del profesor A. Fettweis (Blgica). las ponencias rela
cionadas con los sujetos del proceso. En esta sesin tuvieron participacin
los siguientes ponentes generales: 1) Bernard Connen (Francia), Le role et
la competence du juge; 2) Hctor FixZamudio (Mxico), Preparacin, selec
cin y nombramiento de los jueces; 3) Enrique Vscovi (Uruguay), Tm'eas
de! Ministerio Pblico, y 4) Yasuhei Tanignchi (Jap{m), 1m'is! and pampm
fcssionals.
4.1. Sobre el tema Misin y pode-res del juez, presentaron ponencias na

cionales los siguientes congresistas: J. Van Compornolle (Blgica), A. Kohl


(Blgica), H. Nagel (Repblica Federal de Alemania), M. A. Gurvich
(URSS) y M. Birks (Inglaterra).
El ponente general en este tema, Bernard Connen, se refiri al papel del
juzgador en los pases desarrollados, particularmente en los pases de los cuales recibi las ponencias nacionales mencionadas, y, por supuesto~ en Francia. Destac los poderes del juzgador para conciliar las pretensiones de las
partes, para impulsar el proceso y practicar las pruebas y para pronunciar la
sentencia.
4.2. Con relaci6n al tema Preparacin, seleccin y nombramiento de los
jueces, presentaron ponencias nacionales los siguientes congresistas: A. Alvim
(Brasil), C. A. Barbi (Brasil), W. Broniewicz (Polonia), Ch. J. Enschede
(Pases Bajos), D. Garda Belande (Per), F. Hinestrosa (Colombia), A.
Ishikawa (Japn), M. A. Khalek Ornar (Egipto), H. Nagel (Repblica Fe
deral de Alemania) , J. M. Piret (Blgica), C. E. Schwartz (Estados Unidos) ,
S. H. Song (Corea del Sur), L. A. Viera (Uruguay), y M. Wolf (Repblica
Federal de Alemania). Tambin present un informe nacional la Suprema
Corte de .Justicia de Ecuador.
El profesor Hctor FixZamudio, que en su amplia y documentada ponencia general escrita realiz una excelente sntesis de todas las ponencias
nacionales, destac la trascendencia del papel del juzgador en los sistemas
procesales contemporneos. "Todos los resultados alcanzados por el procesa
lismo cientfico -afirm- ... quedaran obscurecidos si no corresponden a
un verdadero progreso en la organizacin y funcionamiento de los tribuna
les y de sus integrantes, es decir~ de los jueces, quienes en ltima instancia
son los que deben aplicar las normas procesales".
Con relacin a la preparacin de los jueces, el destacado procesalista y
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CO~SFJO

IXTERXAClOX.-\L DE DERECHO PROCESAL

249

comparatista mexicano examin los estudios universitarios, la prctica pro


fesional, la especializacin y las esenelas judiciales, en los diferentes orde
namientos de los pases que recibi ponencias, e incluso, de aquellos que,
sin haber sido objeto especifico de informes nacionales, presentan importantes desarrollos en estas matcrias. Sostuvo que las escuelas judiciales son las
instituciones que proporcionan una preparacin ms adecuada a los aspirantes a la judicatura, y entre ellas destac y examin las establecidas por
los ordenamientos espaol, francs y japons.
Aludi tal11bit~n a los mtodos utilizados para determinar los requisitos
que deben cubrir los candidatos m~s idneos para ingresar a la judicatura,
tales como loe; exmenes oficiales, los concursos de oposicin o de mritos y
otras pruebas. Analiz los sistemas de nombramiento de los jueces en el derecho comparado, tanto los de eleccin y los de designacin como los sistemas intermedios. Entre estos ltimos explic los "planes" de l\lissouri y de
C..aliforna. Consider como ms adecuado el sistema de designaci6n, ya sea
a travs de exmenes de oposicin o concurso de lnritos, o por conducto
de {'omisiones que, actuando como asesores de los rganos encargados de
hacer los nombramientos, califiquen la capacidad e idoneidad de los candidatos..
En cuanto a la promocic)n y vigilancia de los jueces, el profesor FixZamudio seal la necesidad de vincular stas con la carrera judicial y la inamovilidad, esta ltima con una fecha limite de retiro forzoso. Estim que
el control de la actividad de los jueces, para fines de promocin o de imposicin de sanciones disciplinarias, debe quedar a cargo de una comisin tcnica en la que predominen los funcionarios judiciales o, mejor an, de un
rgano similar al Consejo Superior de la l\lagistratura. Explic el desarrollo
que han tenido dichas comisiones tcnicas particularmente en los Estados
Unidos. y los Consejos de la Magistratura o de la Judicatura en Francia,
Italia, Turqua. Colombia, Argentina, Venezuela y Per.
Por ltimo, se refiri a la si tuacin del Ministerio Pblico tambin en el
derecho comparado, y en este sector consider recomendable "la solucin del
ordenamiento italiano, que ha integrado el l\1inisterio Pblico al organismo
judicial, particularmente en cuanto a sus garantas de autonoma y estabilidad".
4.3. Sobre el tema Cometido del Ministerio Pblico en el Jroceso civil
presentaron ponencias nacionales los siguientes congresistas: J. Matthys (Bl.
gica) , L. Nevai (Hungra), A. Prez Gordo (Espaa), M. Fernndez Mar
tnGranizo (Espaa), A. de MCJ1clon~a Lima (Brasil), N. Koyoma (Japn),
W. Kralik (Austria) J. Jocllowski (Polonia), H. Morales (Colombia) y W.
Rechberger (Austria).
En su ponencia general, el profesor Enrique Vscovi se refiri6 a los origeDR Universidad Nacional Autnoma de Mxico,
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250

DERECHO PROCESAL CIVIL

ncs histricos del Ministerio Pblico y al desarrollo actual de dicha institucin, as como al del A ttorney General en los pases del common law y al
de la Prokuratura en los pa""" socialistas. Al examinar la organizacin del
Ministerio Pblico, seal que, a pesar de que todava en la mayor parte
de los pases el Ministerio Pblico es ubicado dentro del Poder Ejecutivo,
existe una clara tendencia, en la legislacin y en la doctrina, a colocar a aqu~
na institucin en una situacin intermedia entre el Poder Judicial y el Ejecutivo (separada en ambos poderes), y a sus miembros en una situacin
similar a la de los magistrados, con el objeto fundamental de garantizar su
independencia frente al Ejecutivo. Seal como ejemplo de esta tendencia,
entre otros. el caso del l\finisterio Pblico italiano.
Ms adelante se refiri a 10s principios que rigen la organizacin y la actividad del Ministerio Pblico (unidad, indivisibilidad, independencia -o
dependencia-, legalidad y avocacin). Destac las funciones del Ministerio
Pblico como defensor del orden pblico o de la causa pblica, de la legalidad, de los incapaces o ausentes y del Estado. Manifest su apoyo a la
doctrina moderna que reclama la separacin de la funcin de la defensa del
Estado de la competencia del Ministerio Pblico, para crear la Abogada
del Estado.
Advirti que, pese a la variedad de sus funciones, el l\tIinisterio Pblico
no est en condiciones de defender acabadamente el inters pblico comprometido en los procesos, al menos con su organizacin actual. Debido a esta
insuficiencia, ms marcada fuera de los pases socialistas, han surgido otras
instituciones para la defensa de los intereses difusos y de los grupos intermedios, como el Ombudsman (en Suecia, Dinamarca, Finlandia y Noruega)
y las figuras similares del "Comisario Parlamentario" (en Inglaterra) y el
MediateuT (en Francia) . Aludi tambin, dentro de este campo insuficientemente atendido por el Ministerio Pblico, a la institucin del relator actioll
y a las class actions, que se han desarrollado en algunos pases del common
law, y a la defensa de los intereses difusos por organizaciones sociales nter
medias en diversos pases del civi'l law.
Distingui y explic las formas de intervencin del Ministerio Pblico
en el proceso: como agente (o parte procesal), como rgano interviniente
y como simple asesor del juzgador. Analiz diversos problemas procesales que
plantea del Ministerio Pblico en el proceso, particularmente con relacin a
la clase y la etapa del proceso, la fijacin del thema decidendum, la disposicin de los derechos controvertidos, la produccin de la prueba y los alegatos, los medios de impugnacin y los efectos de la sentencia.
En sus conclusiones afirm el profesor Vscovi que la nota esencial del
Ministerio Pblico, es su constante transformacin y el incremento de sus
funciones. En este sentido, el procesa lista uruguayo sostuvo que, con ohje
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CONGRESO INTERNACIONAL DE DERECHO PROCESAL

to de humanizar la justicia -realizar la "Justicia verdadera"-, se debe "propiciar una mayor intervencin del ~Ministerio Pblico en el proceso chil
-as como de otros organismos que cumplan las funciones que ste no pueda alcanzar a realizar-, pero de un lHinisterio Pblico con una nueva orientacin que le permita cooperar con el juzgador, cuyo papel activo en el proceso admitimos cada vez ms. en el cumplimiento de tan alta misin social",
4-4. Sobre el tema Juristas y j,araprofesio"ales presentaron ponencias nacionales los siguientes congresistas: A. C. de Araujo Cintra (Brasil), F. C.
Shcpherd (Inglaten-a), P. Nouel (Francia), M. \VoIf (Repblica Federal de
Alemania) , J. Nmeth (Hungra), I. C. Saxen. (India), S. H. Song (Corea
del Sur) y G. 1\1. Rosberg (Estados Unidos).
El profesor Yasuhei Taniguchi, ponente general en este tema, se propuso en primer trmino definir la palabra "para profesional", la cual utiliz
para aludir a las personas que sin haber cursado estudios universitarios de
derecho y sin tener autorizacin para ejercer la abogaca, han recibido alguna capacitacin sobre diversos aspectos de las labores jurdicas, que, sin SIl
auxilio, correspondera realizar a los propios abogados autorizados, Casi siempre estos paraprofesionales trabajan como asistentes de abogados.
Despus de plantear algunos de los problemas conectados con los paraprofesionales -o pOTa legal assistal1ts o slo jJaralcgal~ como son designa.do,..,
ms frecuentementc-, analiz los sistemas de formacin de las profesiones
jurdicas en el derecho comparado, las que clasific en unitarias y separatistas, segn unifiquen o separen la formacin de las diferentes profesiones
jurdicas. Formul interesantes reflexiones sobre ambos sistemas y se refiri
a la relacin entre juristas y poblacin. Analiz las diversas situaciones en las
que colaboran los paraprofesionales, tanto dentro como fuera de la organizacin judicial y destac la importancia de sus labores, ante la innegable
tendencia hacia la socializacin de los servicios jurdicos. Por ltimo, aludi
a las actividades de los abogados, las formas como prestan sus servicios, la
disponibilidad o la posibilidad de obtener sus servicios, su asistencia obligatoria u optativa para comparecer a juicio y su papel en la humani.acin
del proceso.
5. La clausura del Congreso se llev a cabo el da 2 de septiembre
en el Aula Magna de la Universidad Estatal de Gante. En tal acto solemnc,
pronunciaron sendos discursos el profesor A. Dc\'rekcr, rector de la Universidad Estatal de Gante; el seor L. Tindemans, primer Ministro de Blgica, y el profesor E. Krings, amable y cordial presidente del Congreso. El
profesor M. Storme, secretario general del Congreso, dio lectura a un valioso
informe final sobre las labores del Congreso, en el que evalu detalladamente los resultados de las sesiones de trabajo. En su amplio y documentado
infonne, el profesor Stonne expres: "No podemos subrayar suficientemente
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DERECHO PROCESAL CIVIL

que si el proceso es complejo, lento y costoso y si la administracin de justicia funciona mal. desaparecen las garantas y la confianza en la justicia.
Quien afecta la confianza en la justicia, afecta al mismo tiempo los fundamentos del derecho y, por tanto, de la sociedad misma".
Diversas actividades culturales y sociales complementaron el desarrollo
puntual y eficiente de las sesiones de trabajo: recitales y veladas musicales
durante los das 29, 30 Y 31 de agosto; excursiones a Damme y Brujas, el
lo. de septiembre, y a Bruselas, Lovaina La N neva, Lovaina y Amberes, el
da 3 de septiembre.
Sn duda, este Congreso, al que asistieron cerca de 400 juristas y el cual
cante') con una excelente organizacin y coordinacin, fue no slo un me-dio adecuado para la aportacin y el debate sobre los temas ms importantes del derecho procesal de nuestro tiempo, sino tambin el motivo y la oportunidad para establecer y estrechar vnculos de amistad y cordialidad entre
procesalistas de tocio el mundo.

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IX
ALGUNOS PROBLEIVIAS PROCESALES DE LA PROTECCI~
AL CONSUMIDOR EN MXICO"
SUMARIO:

1. Introduccin. 2. I.os antecedentes. 3. Orientaciones, estmet1lm

y contenido de la Ley Federal de Proteccin al Consumidor. 4. Algunos problemas procesales. a) La Procuradura Federal del Consumidor. b) El procedimiento conciliatorio. e) El proceso arbitral. d) El proceso ante los lribunales.

1. Introduccin
En esta comunicacin nos proponemos, en primer trmino, dar una breve
noticia acerca de las orientaciones, estructura y contenido de la Ley Federal
de Proteccin al Consumidor de Mxico, de 19 de diciembre de 1975, la cual
entr en vigor el 5 de febrero de 1976.1 Como no es nuestro propsito formular un anlisis detallado de las normas sustantivas contenidas en la ley mexicana,2 la informacin concerniente a estos temas ser expuesta en la forma
ms sintetizada posible, en los apartados 2 y 3 de este trabajo.
En segundo trmino, intentaremos abordar, en el apartado 1 de esta comunicacin. algunos de los diversos problemas procesales que la ley mexicana plantea. particularmente con relacin a la naturalez..1. y atribuciones 11~
.. Este trabajo fue presentado como comunicacin eu las \I Jornadas Ihel'Oamt:rjCllla~
dc Derecho Procc~al, celebradas en la ciudad de Yalcncia, Ycnezuela, del (i ~\ 12 de ago~
lo de 1978. Fue publicado en Anuario .Jurdico V/1978, UNAM, Mxico, 1979, pp, 37-:}-t.
1 Esla Ley fue publicada en el Diario Oficial de la Federacin de 22 de diciembre de
1975, Cfr, nuestra reseI1a publicada en Derecho de la bllegracin (Revista jurdica latinoamericana), v. IX, nm, 21, marzo de 1976, Ruellos Aires, pp, 229-31, Y ('H Gacda /11formatirJa de Legislacin y Jurisprudencia, UNAM, Mi:xico, nm, 16, odubrc-tliciembrc de

]975, pp. 517-52I.


2 IJara este objeto, puede verse el excelente lrJ.bajo de Barrera Graf, Jorge, 'La l.t:y
de Proteccin al Consumidor", en Jurdica, Unhcrsidad Iberoamericana, Mxico, nm, R,
julio de 197G pp. 179-232. Tambit'~1l puede consultarse el trabajo de llores llarroL'ta, Benjamn, "La Le)' }'ooeral de Proteccin al COllSumidol' a la luz de bs Hunas odcntacionc,>
del deredlO", en Revista de Derecho Salarial, mm, G, mal-LO de 1977, :;\It':xiw, pp, n:s
130_ Tenemos noticia, adems, de que en bre,c apareced publicado en el Boletn Mexirano de Derecho Comj)(rado UNAl\I, Mxico, nm. 27, septiembre-diciembre tIc p)]I;, un
artculo de Snchcz-Cordero D<'lvila, Jorge, con el titulo de "La pwieccin tld t:()n~umi
uor en el derecho positiYO mexialllo ",
j

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DERECHO PROCESAL CIVIL

la Procwradura Federal del Consumidor; el carcter y el alcance del procedimiento concilitario ante la citada Procuradura, previsto en la propia ley;
d arbitraje a cargo de dicha entidad; la competencia de los tribunales para
,conocer de los conflictos entre consumidores y comerciantes y el proceso en
-esta dase de conflictos.

2. Los antecedentes
Como es sabido, la economa mexicana, que haba sostenido durante aproximadamente 30 aos -de 1940 a 1970- una tasa anual de crecimiento
promedio superior al 6%, con base en un modelo de acumulacin privada
apoyada por empresas estatales, entr en una severa crisis a principios de la
dcada de los setenta. Al margen de las explicaciones simplistas que reducen
los problemas econmicos y sociales a la imputacin de culpas personales, es
necesCJTio reconocer la concurrencia de una serie de factores internos y ex~
ternos, entre los cuales se deben mencionar la reduccin de la produccin
agrcola desde principios de los sesenta, la disminucin de las exportaciones, la reduccin de las inversiones privadas. el grave dficit de las finanzas
pblicas, la fuga de capitales, etctera, los cuales culminaron con la devaluacin del peso frente al dlar, manifestada en los Iltimos cuatro meses
de 1976.3
Una de las manifestaciones ms evidentes de esa crisis ha sido la inflan. Hasta 1972 el ndice general de precios al consumidor haba experimentado aumentos anuales relativamente reducidos, que no excedan regularmente del 5%. En 1971 y 1972 los porcentajes de estos aumentos haban
,ido, respectivamente, de 5.5% y 4.9%. Pero a partir de 1973 el porcentaje
<lel aumento subi al 12% y para 1974 alcanz el 23.8%. Aunque los porcentajes de crecimiento de 101i precios se redujeron para 1975 y 1976 -a 15
y ]5.8% rcspectivamente- el proceso inflacionario continu afectando gra~'emente la capacidad adquisitiva de amplios sectores de la poblacin -par.ticularmente a los trabajadores y a los campesinos-, los cuales, a pesar de
jos aumentos salariales de emergencia, vieron reducido el valor real de sus
ingresos. 4
El fenmeno de la inflacin hizo, sin duda. ms evidente la necesidad de
,disear instrumentos jurdicos que no slo evitaran el crecimiento especu3 Cfr. "Informe sobre la situacin econmica de Mxico en 1976", del Banco de M
xico, en Comucio Exterior. v. 27, nm, 3, marzo de 1977, Mxico, pp. 335-348.
4 Para un anlisis objetivo de la crisis econmica, y de las orientaciones para su solucin dentro del propio sistema, puede verse: Escobar, Sal, Prez Arce, Francisco, y San
Juan, Carlos, "Mxico 1978: devaluacin y crisis", en Nexos: sociedad, cienda, literatura,
nm. 4, abril de 1978, Mxico, pp. 15-20.
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CONGRESO

Jl'\TER~ACIONAL

DE DERECHO PROCESAL

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lati\'o de 1m precios, sino que tambin procuraran el cumplimiento eficaz de


los derechos y obligaciones originados en las operaciones celebradas entre
consumidores y comerciantes. Otros factores tambin contribuyeron a subrayar esa nccc!'idad.
Por una parte, el aparato de comercializacin en JlvIxico resultaba -y
quiz todava resulte- anticuado y, sobre todo, muy oneroso. As, por ejem
plo, en 1970 el comercio en nuestro pas represent el 3l.9% del producto,
porcentaje considerablemente mayor que el de muchos pases, tales como Estados Unidos (en donde signific slo el 17.3). Japn (el 17.4). la Repblica Federal de Alemania (el 12.1). Italia (13.4), Colombia (16.3), Ecuador
(11.6), Nicaragua (20.6) y Venel.llela (10)."
Por otra parte, las prcticas desviadas del aparato comercial se han manifestado sobre todo en las operaciones a crdito. Un estudio realizado en 1973
por el Banco de l\.Ixico en la ciudad de Monterrey, puso de manifiesto el
alto costo del crdito en las operaciones comerciales, ya que, por ejemplo,
el porcentaje del costo del O'dito sobre el precio del objeto vendido, alcanzaba, en e1 caso de los automviles, el 70%; en los televisores, el 87';10;
en los radios, el 312% Y en las estufas de gas hasta el 336%.6
A pesar de que la proteccin jurdica al consumidor surgi desde fines
del siglo pasado en los pases capitalistas de mayor desanollo -en un principio a travs de la jurisprudencia y posteriormente por medio de leyes de
proteccin al consumidor-,' en los pases subdesarrollados como Mxico, tal
proteccin no haba tenido manifestaciones importantes sino hasta pocas
recientes.
En los paises en proceso de desarrollo, como es el nuestro -sostiene Barrera Graf-, no es frecuente una legislacin y menos una jurisprudencia
protectora del consumidor; en ellos, se dan los males del consumismo sin
tutela alguna que el Estado otorgue al consumidor; al contrario, se extrema ]a proteccin a la -empresa. mediante monopolios de hecho y de derecho, y medidas arancelarias y fiscales. 8
Esta era la situacin, en trminos generales, en l\-1xico.~ A consecuencia
de la crisis, en el ao de 197,1 se empezaron a tomar algunas medidas para
tratar de controlar la inflacin y para procurar proteger la capacidad ad~
;: Estos datos han sido tomados del editorial "La Ley de Proteccin al Consumidor:
fortalecimiento del derecho social", publicado en la revista. Comercio Exterior) v. 25, numo
] 1. noviembre de 1975, Mxico, p. 1I93.
i lbidem.
7 Cfr. Barrera Graf, 01). di. sujlm Ilota 2, pp. 180-181 Y 227-232.
8 ldcffl) p. 281.
~) Se debe adarar que desde l!}'O se haba expedido b
Ley sobre atl"lmeiones de]
F.jeculim Federal en materia econmica (D.O. 30-XU1950); sin embargo, la operati\'idad
pd!(" ica dt' es!a Ley haba. sido escasa.

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DERECHO PROCESAL CIVIL

quisitiva de los trabajadores. De este modo, el 2 de octubre de 197-1 se expidi un decreto presidencial para regular los precios de determinadas mercancas, sujetando a algunas de ellas al rgimen de precios mximos y a otras
al mtodo ID:'lS flexible de fijacin de precios. por variad/m de costos.l
Adems, en el mismo ao de 1974 fue modificada varias veces la Ley Fcderal del Trabajo: primero, el 4 de enero, para prever el establecimiento
del Fondo de Garanta y F'omento para el Consumo de los Trabajadores
(FONACOT), fideicomiso que tiene por objeto otorgar a los trabajadores
crditos con baja tasa de inters para la adquisicin de bienes de consumo
duradero; 11 y despus, el 27 de septiembre, para reducir el plazo -de dos
aos a uno- en el cual se deben revisar los salarios. tanto mnimos como
contractuales,!:! Estas tnedidas. sin emhargo, resultaron insuficientes.
Los trabajos para la elaboracin de la iniciativa de la Ley Federal de
Proteccin al Consumidor, a cargo de una comisin integrada por funcionarios de las secretaras de Industria y Comercio y del Trabajo y Previsin
Social y por algunos profesores de derecho, se desarrollaron durante los nleses de septiembre. octubre y parte de noviembre de 1974. En este'mes fueron
suspendidas las labores de la comisin, cuando apenas se haba concluido un
primer proyecto, que -a juicio de Barrera Graf- poda ser considerado como
un documento de trabajo, o a lo sumo, como un anteproyecto, que requer.a
de una obra de depuracin ulterior.'" Y a pe",r de esta suspensin y de la
ausencia de una labor de perfeccionamiento. este fue el texto que el presidente de la Repblica envi a la Cmara de Diputados como iniciativa de
ley, el 20 de septiembre de 1975. Pero todava en las discusiones en las cmaras, "se introdujeron ciertos cambios que, en algunos caso, en lugar de
mejorar el texto, lo empcoraron".14 '
La forma como trabaj la comisin elaboradora elel proyecto y las discusiones producidas con motivo de la iniciativa, explican en buena medida los
defectos actuales de la Ley. El ambiente poltico del momento -caracterizado
por las indecisiones del Ejecutivo Federal frente a las constantes impugnaciones (abiertas o encubiertas) de los sectores privados, los cuales llegaron
incluso a sostener que aunque se aprobara la Ley no la cunlpliran-. impidi el anlisis sereno de la iniciativa. Las discusiones se centraron en la
necesidad o conveniencia en abstracto de la iniciativa, pero hubo muy pocas
observaciones crticas sobre aspectos concretos de aqulla.
U no de los argumentos que se esgrimieron con mayor insistencia en contra de la iniciativa -al igual que cmuo ocurri con otras iniciativas refor10 Diario Oficial de la Federacin de 3 de octubre de 1974.
Idem, 9 de enero de 1974.
12 ldem, 30 de noviembre de 1974.
13 Barrera Graf, op. cit. supra nota 2, p. 174.
11

1-1

lbirlcm.

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CO;";CRESO lNTER::-.lACIONAL DE DERECHO PROCt:S.\.L

mistas- fue el de su supuesta inconstitucionalidad. Este es un argumento


recurrente en lVIxico: frente a iniciativas reformistas. los sectores afectados
-sobre todo cuando cuentan con poder econmico e influencia polticasuelen convertirse, de momento y sobre todo para los efectos de la defensa
de sus propios intereses, en los ms fervientes defensores de la Constitucin
y acostumbran declarar -como si fuesen los rganos supremos con atribuciones exclusivds para el control de la constitucionalidad de las leyes-, la inconstitucionalidad de tales iniciativas. En ltimo anlisis, la "Constitucin'
son sus intereses, y. en consecuencia, es inconstitucional todo aquello que, ;
su juicio, les afecte.
Pero en rigor, en este caso -como en ot1'OS- no haba tal vicio de inconstitucionalidad en la iniciativa. El artculo 73, fraccin x, de la Constitucin [acuIta al Congreso de la Unin para expedir leyes sobre comercio. y
es claro que las relaciones jurdicas entre comerciantes y consumidores para
la adquisicin o utilizacin de bienes o servicios destinados al uso propio,
tienen regularmente carcter mercantil. Esta es la autorizada opinin del
conocido tratadista mexicano de derecho mercantil, Jorge Barrera Graf:
La constitucionalidad de la Ley no uebe cuestionarse. Se trata de un ordenamiento que regula las relaciones entre proveedores y consumidores,
que siempre son relaciones comerciales, por lo que estn comprendidas
en la materia de comercio que, ... Ia fraccin x del artculo 73 de la
Constitucin Federal atribuye a la competencia del legislador federal,
quien promulg la Ley de Proteccin al Consumidor. 1l
Despus de algunas modificaciones, la iniciativa fue aprobada por el Congreso el 18 de noviembre de 1975 y promulgada como ley por el Ejecutivo
Federal al da siguiente.

3. Orientaciones, estructura )' contenido de la Ley Federal de


Proteccin al Consumidor
En la propia Exposicin de J\fotivos de la iniciativa se pueden encontrar
los dos propsitos fundamentales de la Ley. En eJla se puede leer:
Este proyecto de Ley- es parte fundamental de una poltica destinada a
la proteccin de las mayoras, pero tambin, un instrumento para corregir
vicios y deformaciones del aparato distributivo e impulsar la actividad
productiva x>r la ampliacin del mercado interno. Responde a dos propsitos concurrentes que orientan la poltica del rgimen: la modernizacin del sistema econmico y la defensa del inters pop111ar. 16
1.) ldc111, p. 189.
16 Secretara de Industria y Comercio, Iniciativa de la
Consumidor, Conampros, Mxico, slf, p. 4.

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l.f')'

h'rleral de Proteccin al

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258

DERECHO PROCESAL CIVIL

La Ley no pretenda, pues, afectar ni controlar el sistema de comercialilacin, que al igual que el de produccin, es manejado por la empresa privada, con apoyo de la empresa pblica y del propio Estado. Se advierte s6lo
el doble propsito de mode1'11.izar el aparato dish'ibutivo y de defender a los
consumidores, para que los proveedores cumplan con sus obligaciones.
La Ley se encuentra dividida en trece captulos, cuyos ttulos son los siguientes: 1) "Definiciones y competencia"; 2) "De la publicidad y garantas"; 3) "De las operaciones de crdito"; 1) "De las responsabilidades por
incumplimiento"; 5) "De los servicios"; 6) "De las ventas a domicilio"; 7)
"Disposiciones generales"; 8) "Procuradura Federal del Consumidor"; 9)
"Instituto Nacional del Consumidor"; 10) "De la situcin juridica del persona!"; 11) "Inspeccin y vigilancia"; 12) "Sanciones", y 13) "Recursos administrativos".
En rigor, toda esta cantidad y variedad de captulos pudo haber sido reducida, si se toma en cuenta los contenidos nonnativos especficos. a seis
a lo sumo. Un primer captulo pudo haber sido dedicado a las tlisposi.iones
generales, entre las cuales cabran las concernientes a la determinacin de ]a
naturaleza de las normas contenidas en la Ley y el mbito objetivo, espacial
y personal de su vigencia, con las definiciones que se estimaran necesarias.
El segundo captulo pudo encargarse de la publicidad; el tercero, de las operaciones de adquisicin o utiliz.acin de bienes y servicios (compraventas a
plazos o con reserva de dominio, a domicilio, contratos de prestacin de servicios, de suministro y la modalidad ms frecuente de todos ellos: los contratos de adhesin); el cuarto, de la responsabilidad por incumplimiento;
el quinto, de los "ganos del Estado competentes para la aplicacin de la
Ley, y el sexto, de las sanciones administrativas y los recursos tambin administrativos contra los actos de aplicacin de los rganos competentes.
A continuacin trataremos de resumir algunas de las disposiciones que
estimamos de mayor importancia.
La Ley establece que sus disposiciones 5011 "de orden pblico e inters
social" y tienen carcter irrenunciable; obligan a los comerciantes. industriales y prestadores de servicios, incluyendo a las empresas de participacin estatal, los organismos descentralizados y los rganos del Estado, en cuanto
desarrollen actividades de produccin, distribucin, comercializacin de bienes o servicios a consumidores. Define al consumidor como la persona que
"contrata, para su utilizacin, la adquisicin, uso o disfrute de bienes o la
prestacin de un servicio"; al comerciante, como a la persona que "haga del
comercio su ocupacin habitual o realice, aunque fuere accidentalmente, un
acto de comercio, y su objeto sea la compraventa o arrendamiento de bienes
muebles o la prestacin de servicios". Con razn, han sido criticadas estas
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CO~GRESO

I;'TER~ACIO~AL

DE DERECHO PROCESAL

259

definiciones. 17 Quedan excluidos ue la Ley los arrendamientos de bienes inmuebles y 'la prestacin de servicios profesionales y de los derivados de telaciones o contratos de trabajo (artculos lo. a 40.) .
La Ley regula y sanciona la obligacin de todo proveedor (trmino ms
amplio que incluye a los comerciantes, industriales y prestadores de servicio)
de informar veraz y suficientemente al consumidor, sobre los bienes o seryicios objeto de las operaciones respectivas. Reglamenta, para este efecto, la
publicidad, las promociones y las ofertas (artculos 40. y 70. a 90.).
Se establecen reglas precisas para las operaciones a crdito -compraventas
a plazos o con reserva de dominio y prestacin de servicios con pago diferido-. En ellas, el inters y los cargos adicionales no deben exceder al mximo que sellale la Secretara de Comercio, oyendo al parecer de una comi~in consultiva ad hoc. Lamentablemente, la Secretara de Comercio no ha
fijado an la tasa mxima de inters y se suele aplicar la autorizada para
las instituciones de crdito, que es aproximadamente del 21 %. En las operaciones a crdito, los proveedores tienen la obligacin de informar al consumidor, previamente a su celebracin, sobre el precio de contado del bien o
servicio de que se trate, el monto de los interess a pagar, el monto y detalle
de cualquier cargo si lo hubiere, el nmero de pagos a realizar y su periodicidad, la suma total por cubrir y el derecho que tiene a liquidar antici
padamente el crdito con la consiguiente reduccin de intereses. Todos estos
datos se deben hacer constar en el contrato respectivo. Los intereses se dehen calcular, excluyendo la suma que se d como "enganche", slo sobre los
saldos insolutos. Se establece, adems, que en las compraventas a plazos o
con reserva de dominio no podr aumentarse, por ningn motivo, el precio
originalmente estipulado en la operacin de que se trate (artculos 20 a 29) .
Para los contratos de compraventa, de arrendamiento de bienes muebles
de consumo duradero y de prestacin de servicios propuestos en el domicilio
o la oficina del consumidor -ventas a domicilio- se exige la forma escrita
y se establece que el consentimiento del consumidor se perfecciona hasta
despus de transcurridos cinco das hbiles contados a partir de la firma del
contrato, por 10 que por decisin del consumidor manifestada dentro de ese
I)lazo por escrito, el acuerdo inicial puede quedar sin ningn efecto jurdico
(artculos 46 a 49).
En cuanto a la prestacin de seroicios, consideramos plenamente fundada
la opinin de Barrera Graf en el sentido de que, aunque la Ley se refiera
expresamente slo a los servicios de reparacin, de acondicionamiento, limpieza "o cualquier otro similar", deben estimarse incluidos en la Ley "toda
clase de servicios, pblicos y privados, que se ofrezcan al consumidor".lS La
17

Cfr. Barrera GraL 01'. cit. supm nota ::!. pp. }98-200.

lH

ldem, p. 197.

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260

DERECHO PROCESAL CIVIL

Ley prohbe todo "sistema o prctica que establezca de hecho dos precios
distintos para un mismo servicio; uno, por su ofrecimiento general al pbli
CO, y otro, a travs de uno o varios intennediarios que de modo sistemtico
lo encarezcan". Establece, adems, algunas reglas sobre la responsabilidad de
reparacin patrimonial por los defectos del servicio, que incluye el pago de
los daos y perjuicios producidos (artculos 39 a 45).
En lo que concierne a la "esponsabilidad por incumplimiento, cabe des
tacar que la Ley establece la responsabilidad general de los proveedores freno
te a los consUlnidores, sin necesidad que haya un convenio directo enlre
stoS.ID En materia de vicios ocultos se consignan las tradicionales pretensiones redhibitoria y quanti min01'is~ que incluyen la indemnizacin de daos
y perjuicios. Y se atribuye a los proveedores responsabilidad objetiva, civil y
administrativa, "por los actos propios que atenten contra los derechos del
consumidor y por los de sus colaboradores, subordinados y toda clase de vi
gilantes, guardias o personal auxiliar que preste servicios en el establcci
miento de que se trate, aun cuando no tengan Con el mismo una relacin
laboral, indepF.ndientemente de la responsabilidad personal en que hubiere
incurrido el agente de la infraccin". Se establece el derecho de los consu
midores a la reparacin gratuita del bien, o en su defecto, su reposicin, y
U6 no ser posible ni la una ni la otra, la devolucin de la cantidad pagad"
-ms en todo caso, la indemnizacin por los daos y perjuicios ocasionados-,
cuando los productos no cumplan con las especificaciones respectivas, si estn sujetos a normas de calidad, o con las especificaciones que ostenten o que
hayan sido convenidas; y en general, cuando "por sus deficiencias de fabricacin, elaboracin, estructura, calidad o condiciones materiales, en su caso,
no sea apto para el uso al cual est destinado". Por ltimo, para los casos
de incumplimiento del consumidor en los contratos de .compraventa a plalos
en los cuales ya se haya cubierto ms de la mitad del precio, aqul puede
optar, al ser demandado, por la rescisin o el pago del adeudo vencido "ms
las costas y gastos judiciales" (artculos 29 a 38 y 55) .
La Ley define los contratos de adhesin como "aquellos cuyas diusul"s
hayan sido aprobadas por alguna autoridad o redactadas unilateralmente
por el proveedor, sin que la contraparte, para aceptarlo, pueda discutir su
contenido". A juicio de Flores Barroeta, la conceptuacin de estos contratos
en la Ley "entraa un formidable avance, pues salvo especulaciones doctrinarias con respecto a estos contratos, eran escasas las legislaciones que los
consignaban en una regulacin especial"."" La Ley acuita a la Procuradu
ra Federal del Consumidor para que vigile que los contratos de adhesin
no contengan clusulas que establezcan prestaciones desproporcionadas a car19

-:""0

ldem, pp. 215-216.


Flores Barrocta, ap. cit. supra nota 2, p. 126.

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COXGRESO

I~TERN.-\CIONAL

m:

DERECHO PROCESAL

261

go de 1m, consumidores o les impongan obligaciones inequitativas. La Procuradura puede, cuando los contratos de adhesin contengan este tipo de
cUusulas, negociar su modificacin y, en caso de no lograrla, hacer del conocimiento del pblico su opinin sobre el contrato, demandar judicialmente
la nulidad de las chusulas en cuestin y promover ante el Ejecutivo Federal las medidas necesarias p~Ta regular el contenido de los contratos de
adhesin (artculos 40. y 63).
La aplicacin administrativa de la Ley se encarga, en trminos generales,
a la entonces Secretara de Industria y Comercio, transformada en virtud de
la Ley Orgnica de la Administracin Pblica Federal de 24 de diciembre
de 1976,:n en Secretaria de Comercio. La Ley de Proteccin al Consumidor
cre, adems, la Procuradura Federal del Consumidor.. a la que aludiremos
ms adelante (infra, apartado 4, inciso a), y el Instituto Nacional del Con.wndor. Este ltimo, regulado como organismo descentralizado, tiene como
objetivo orientar e infonnar a los consumidores para que ejerzan sus derechos, utilicen racionalmente su capacidad de compra y adquieran hbitos de
consumo que protejan el presupuesto familiar y promuevan un sano desarrollo y una ms adecuada asignaci6n de los recursos productivos del pas. En
tres otras atribuciones. al Instituto compete "promover nuevos o mejores sislemas y mecanismos que faciliten a los consumidores el acceso a bienes y
')cn"icios en mejores condiciones de mercado" (artculos 68 y 69).
Las sanciones administrativas que se pueden imponer por las infracciones
a la Ley, son: 1) multa de cien a cien mil pe""s; 2) clausura temporal hasta
por sesenta das; 3) arresto administrativo hasta por treinta y seis horas, y
!) concelacin o revocacin de la concesin cuando se trate de servidos pblicos. Estas sanciones se deben aplicar independientemente de las responsabilidades civiles o penales en que incurran los proveedores (artculos 8G
y 90) .

Contra los actos de autoridad motivados por la Ley, se wncede a las per"ionas afectadas un 1"eCUrSO administrativo jerrquico, que se denomina de
revisin, y que se debe presentar ante el superior de la autoridad responsa
hle, en un plazo de quince das hbiles siguientes a la notificacin del acto
recurrido. La interposicin del recurso suspende el acto reclamado, cuando
~e cumple con las cauciones}' requisitos que la Ley establece. En la tramilacin de] recurso, se otorgan amplias oportunidades de defensa (artculos
91 a 98).

::t ])jari( OJit:ial de /a F("dcracioll de 29 de di( i~mhrc de


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19i1i"

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262

DERECHO PROCESAL CIVIL

4. Algunos problemas procesales


a)

La Proczrraduria Federal del Consumidor

No resulta exagerado afirmar que la eficacia de la Ley ha dependido y


es muy probable que siga dependiendo, en muy buena medida, de la eficacia
del funcionamiento de la Procuradura Federal del Consumidor, entidad
creada como "organismo descentralizado de servicio social, con funciones de
autoridad, con personalidad jurdica y patrimonio propio para promover
y proteger los derechos e intereses de la poblacin consumidora" (artculo
57). Aunque el domicilio de la Procuradura se localiza en la ciudad de
l\IxicoJ la Ley autoriza el establecimiento de delegaciones en los estados
y en los lugares en que se estime necesario (artculo 58). Al momento de
escribir esta comunicacin, existen 21 delegaciones de la Procuradura, por
Jo que todava quedan 10 Estados de la Repblica sin delegacin dentro de
su territorio. Esto significa que en ellos la Ley ha tenido una eficacia relativa.
Las at1'ibuciones que el artculo 59 asigna a la Procuradura Federal del
Consumidor son muy numerosas y variadas. En un intento de sntesis, las
podemos agrupar de la siguiente manera:
1) La Procuradura es considerada como el representante general de la
poblacin consumidora, tanto ante las autoridades administrativas, como ante
las entidades u organismos privados (fracciones 1 y n) ;
2) La Procuradura puede actuar, tambin, como represen tante o procll~
Tador judicial de uno o varios consumidores determinados, cuando, a su jui~
cio, "la solucin que pueda darse al caso planteado, llegare a trascender al
tratamiento de intereses colectivos" (fraccin In). A diferencia de la representacin ante las autoridades administrativas y los particulares, que es ge~
neral y se ejerce en nombre de toda la poblacin consumidora, la representacin ante los rganos jurisdiccionales es especial y se ejerce previo man~
dato expreso, a nombre exclusivamente de los consumidores que hayan otorgado el mandato. 21 bis Es claro que la atribucin de representacin judicial
no introduce las class actions del derecho norteamericano o las relators a(~
tions del derecho ingls,"' y que las reglas sobre legitimacin individual y
21 bis Sin duda, rcsulta muy aceptable la sugerencia formulada por Jos Rodrgucz C
en su ponencia general de las VI Jornadas de derccho procesal, en el sentido de simplificar los requisitos del mandato judicial, cuando se otorgue a la Procuradura Federal
del Consumidor.
22 Cfr. Capelleti, Mauro, "Fonnazioni sodali e intcrcssi di gmppo davanli alIa giustizia ci"ne" en Revista di Diritto Processuale, nm. 3, julio--septicmbre de 1975, Padua,
Italia, especialmente pp. 387-388; Y Jolowics, J. A., El p1ocedimiellto civil en el "COTlltl10Il

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CONGRESO

INTfo~RKAc.IONAL

DE DEREG'HO PROCESAL

lmites subjetivos de la cosa juzgada permanecen inalterados.. Aun cuando la


Procuradura obtuviese, en determinado caso en que actuara como representante judicial, sentencia favorable, sta sera aplicable exclusivamente al caso
resuelto en la sentencia y todos los dems consumidores que, aun encontrndose en la misma situacin, no hubieran sido representados especficamente en el juicio respectivo, se veran precisados a iniciar un nuevo juicio.
Aqu convendra considerar la posibilidad de prever sentencias que produjeran
efectos para una generalidad de casos (leterminablcs sobre bases precisas, con
objeto de lograr una mayor economa y eficacia procesales y. sobre todo,
extender en la mayor medida posible la proteccin de los consumidores.

3) La Procuradura es el asesor gratuito de los consumidores (fraccin IV) ,


4) Adems, la Procuradura tiene funciones de denunciante en diversas
materias. As, puede denunciar ante las autoridades competentes la violacin
de predos. nonnas de calidad, peso, medida y otras caractersticas de los productos y servicios (fraccin VI); la existencia de prcticas monopolsticas o
tendentes a la creacin de monopolios y las violaciones al artculo 28 cons
titucional y su legislacin reglamentaria (fraccin VII); y, en general, los hechos que puedan constituir delitos o faltas administrativas (fracciones IX y Xl) .
5) Una de las principales atribuciones de la Procuradura es la de fungir como conciliador en los conflictos entre consumidores y proveedores
(fraccin VIII) . A la forma como se realiza esta importante atribucin, aludiremos en el inciso b) de este apartado,
6) A falta de conciliacin y en el supuesto de que las partes estn de
acuerdo en suscribir un compromiso arbitral, la Procuradura puede fungir
como ,'bitl'O en este tipo de conflictos (fraccin VIII), sta es tambin una
de las ms importantes atribuciones, a la cual nos referiremos en el inciso
e) del mismo apartado,
7) En fin, la Procuradura debe ser la pmmotora de los intereses de los
consumidores, en cuanto que debe estudiar y proponer medidas encamina
das a la proteccin de aqullos y "excitar a las autoridades a detener, modificar o evitar todo gnero de prcticas que lesionen los intereses de los
consumidores o de la economa popular" (fracciones IV y x),
Como puede observarse, la Procuradura no tiene en ningn caso fun
ciones jurisdiccionales. a no ser que se considere que el arbitraje tenga ca
r~icter jurisdiccional; pero, en todo caso, y aun desde esta posicin terica,
debe reconocerse que no se trata de la funcin jurisdiccional que de manera
regular corresponde a los rganos judiciales. En otros trminos, la Procuralait"', ycniu fotocopiada dc su poncncia presentada en el coloquio "Setenta v cinco
aos de evolucin jurdica en el mundo", celebrado en la dudad de Mxico, dcl 20 al 2:~)

de scptiembre de 1976, pp. 80-112.


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264

DERECHO PROCESAL CIVIL

duda no tiene ni usurpa las funciones que corresponden a los tribunales


ordinarios, ya que stos conservan su jurisdiccin y competencia.
Conviene aclarar que la Procuradura, cuya carcter de rgano de autoridad ha sido ya reconocido por la jurisprudencia de los tribunales federales,"
puede emplear para el ejercicio de sus atribuciones, los siguienteS medios de
"premio: 1) multa hasta de veinte mil pesos, y 2) auxilio de la fuerza pblica. En caso de que resulten insuficientes estos medios, puede denunciar
la desobediencia a una orden de autoridad ante el :Ministerio Pblico (artculo 66) _
h)

El procedimiento conciliatorio

En las discusiones en el Congreso, la fraccin VIII del artculo 59 de la niciativ3, fue extensamente adicionada para tratar de establecer las bases del
procedimiento a travs del cual ejercera su funcin conciliadora la Procuradura Federal del Consumidor. La adicin, en verdad, es una de las partes
de la Ley que ms ha suscitado dudas por sus defectos y omisiones_ Si bien
('s cierto que la iniciativa no prevea especficamente un procedimiento para
la conciliacin, el que introdujo la adicin ha resultado swnamente deficiente y de naturaleza discutible.
Por principio de cuentas, la citada fraccin VIII slo prev el procedimiento conciliatorio para el caso de "reclamaciones contra comerciantes, industriales, prestadores de servicios, empresas de participacin estatal. organismos
descentralizados y dems rganos del Estado". De este lnodo, resulta que
cuando el conflicto es contTa el consumidor, el proveedor no ',tiene que agotar la instancia conciliatoria en ningn caso y puede acudir, sin mayor trmite, a los tribunales ordinarios. Conviene aclarar que como generalmente
los proveedores documentan sus operaciones en ttulos de crdito -los cuales
son considerados ttulos ejecuthos-, la clase de juicio que utilizan en mayor
medida es el juicio ejecutivo luercantiI, de can.cter sumario y extremadamente rpido, con considerable reduccin de oportunidades defensivas para la
parte demandada -el consumidor-, y sin la posibilidad -regularmente prevista en las leyes que siguen el modelo espaol de juicio ejecutivo- de un
juicio ordinario posterior.24 Esta diversidad de situaciones plantea, claramente, una seria desigualdad en perjuicio del consumidor, sobre todo si se
llega a considerar que la instancia conciliatoria prevista en la ley deba ser
obligatoria.
::m Clr. Informe del Pre~idente de la Suprema COrte de Justicia de la ~Vacill (1977),
Mayo Ediciones, Mxico, 1977, Sa. parte, p. 220.
'2'! Cfr. nuestro trabajo "El juicio ejccuth'o mercantil", en Revista Procesal, Mxico,
mms. 1 a 6 de 1977, pp. 203-231.
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(.o~(;RFSO

l:"<TER:\"AClONAL DE DERECHO PRO(:ESAI.

2ti!j

El procedimiento se inicia con la reclamacin formulada por el consumidor ante la Procuradura, "la que pedid. un informe a la persona fsica o
moral contra la que se hubiere presentado la reclamacin [inciso a) de la
mencionada fraccj{')1l VIII]. Sin que se especifique el plazo en que debe el proV(~edor presentar ~u informe. hlS consecuencias de su omisibn, ni su destino,
el inciso siguiente indica que la Procuradura citar a las partes a una junta
en la que aqul1a debe tratar de conciliar los intereses de (:stas. Como no se
prevn las consuucncias procedimentales de la incomparecencia de alguna
de las partes, en 1a prctica en ocasiones el representante legal del proveedor
incurre en esta incomparecencia, por 10 que las juntas tienen que diferirse,
pl'olongando e] periodo conciliatorio. En todo caso, es claro que la Procuradura puede hacer uso de los medios de apremio previstos en el artculo 64
para obtener la comparecencia de las partes. l_a Leyes omisa en cuanto al
plazo mximo en que debe celebrarse la junta de conciliacin y en el tiempo
total que a lo sumo debe llevar el procedimiento conciliatorio. Convendra
prever las consecuencias de la incomparecencia del proveedor para, por una
parte, presumir ~n negativa a llegar a uu arreglo conciliatorio y. por otra, tener por presuntivamente ciertos los hechos afirmados en su reclamacin por
el consumidor. Estas previsiones podran darle mayor eficacia a la funcin
<.:unciliadora ue la Procuradura, funcin que, pese a las omisiones y los deieetos legales indicados, ha yenido cumpliendo COn resultados considerablemente satisfactorios.
Otra cuestin que convendra regular especficamente, son los efectos de
b formulacin de la reclamacin para iniciar el procedimiento conciliatorio.
Lo~ derechos y pretensiones derivados de la Ley tienen plazos prescriptivos,
en ocasiones sumamente breves. De acuerdo con el artculo 1041 del Cdigo
de Comercio, 1a prescripcin puede interrumpirse "por la demanda u otro
cualquier gnero de interpelaci6n judicial hecha al deudor, por el reconoci
miento de las obligaciones o por la renovacin del documento en que se
tunde el derecho del acreedor". Es claro que una interpretacin lgica y siso
temtica de este precepto, que no se circunso'iba a la literalidad del texto,
dehe reconocer (omo una forma de "interpelacin judicial" a la reclamacin uel consumidor ante la Procuradura, cuyo efecto debe ser interrumpir
la prescriPcin. Aunque la Procuradura no es un rgano judicial ni jurisdiccional, la redamarin ante ella, de evidente carcter contencioso, precede,
eu caso de no lograrse la conciliacin o el compromiso arbitral, a la intervencin de los rganos judiciales y en este sentido es un acto preparatorio
de la demanda, del mismo modo que lo puede ser una interpelacin ante
(jrgaJilos judicia1es.
v

Una interpretacin literal del precepto citado del Cdigo de (;Olnercio,


-que negara {adcter de "interpelacin judicial" a la reclamacin, contradeDR Universidad Nacional Autnoma de Mxico,
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DERECHO PROCESAL CIVIL

una los fines tutelares de la legislacin sobre proteccin al consumidor y


dejara en estado de indefensin a los consumidores.
Podramos aclarar las consecuencias de esta interpretacin con un caso
I:oncreto. Supongamos que un consumidor formula ante la Procuradura una
reclamacin porque la me:rcanca comprada tiene vicios ocultos. A pesar de
que la reclamacin fue formulada dentro de cuatro meses despus de la adquisicin -la Ley seala seis meses para la prescri pcin-. el procedimiento
conciliatorio se prolonga otros tres meses sin llegar a resultados posith'os. El
consumidor decide formular su demanda ante 105 tribunales competentes. pero
ya han transcurrido siete meses desde que adquiri la mercanca. Si se ,considera que su reclamacin ante la Procuradura fue una forma de "interpelacin judicial", es claro que su derecho a pretender la reduccin del precio
~actio quanti minoris- o la rescisin del contrato -actio redhi'bitoria- a~n
no ha prescrito, pues el plazo fue interrumpido por la reclamacin a los cuatro meses. En cambio si se estima, de acuerdo con la interpretacin literal
pero ilgica, que su reclamacin ante la Procuradura no fue una "interpelacin judicial", el plazo habr continuado corriendo y para cuando fonnulc
su demanda ante los tribunales, su derecho ya estar prescrito_ Aunque, sin
duda, la interpretacin ms aceptable es la que otorga carcter de ';interrelacin judicial" a la reclamacin ante la Procuradura, convendra, para
evitar la posibilidad de que los tribunales aplicaran la interpretacin "literal" en perjuicio del consumidor, establecer en forma ms clara y especfica que la presentacin de dicha reclamacin interrumpe la prescripcin
de los derechos y pretensiones derivadas de la Ley.
El procedimiento conciliatorio ante la Procuradura puede concluir de
dos formas: 1) con el acuerdo conciliatorio de las partes, materializado en
un convenio suscrito ante la Procuradura; o 2) con la falta de ese acuerdo
conciliatorio. En el primer caso, una vez suscrito el convenio conciliatorio,
concluye la intervencin de la Procuradura. De acuerdo con el inciso e)
de la citada fraccin VIII, a falta de cumplimiento voluntario de lo convenido en la conciliacin, el interesado podr acudir a los tribunales competentes para reclamar "la ejecucin" del convenio. Esta disposicin convierte
claramente al convenio conciliatorio celebrado ante la Procuradura en un
titulo ejecutivo) con el cual el interesado puede iniciar un juicio ejecutivo,
y en un supuesto de la va de apremio, a u'aves de la cual el interesado
puede lograr la ejecucin coactiva del convenio, sin necesidad de un proceso de conocimiento previo.
La falta de conciliacin puede conducir, a su vez, a un proceso arbitral
ante la propia Procuradura Federal del Consumidor, en caso de que las
partes estn de acuerdo en designarla como rbitro; o bien, a falta de comDR Universidad Nacional Autnoma de Mxico,
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CONGRESO INTERNACIONAL DE DERECHO PROCESAL

267

promiso arbitral, a un proceso aJ/te los tribunales competentes, en caso de


que alguna de las partes decida acudir a stos.

c)

El proceso arbitral

,u-

El compromiso arbitral, en caso de que las partes acuerden designar


bitro a la Procuradura, se debe hacer constar en el acta que sta levante.
Segn lo dispuesto por el inciso c) de la fraccin VIII, el arbitraje "se desahogar conforme al procedimiento que conycncionalmente fijen las partes
y, supletoriamente, de acuerdo con las disposiciones relativas de la legislacin
ordinaria", Cul es la legislacin "ordinaria" supletoria? No puede ser, desde luego, el Cdigo Federal de Procedimientos Civiles de 1942, toda vez que
ste no prev ni regula el proceso arbitral. El Cdigo de Comercio tampoco
regula especficamente el proceso arbitral. 2) En cambio, su artculo 1051 establece la aplicacin supletoria de los cdigos de procedimientos civiles locales. En consecuencia, las disposiciones sobre arbitraje de estos ordenamiento~
sern las aplicables supletoriamente.
Sin embargo, se debe aclarar que los cdigos de procedimientos c\'ile<.;
de los estados de Guanajuato y Nuevo Len no prevn ni regulan el arbitraje, por lo que en estas entidades no habr legislacin supletoria. Para
evitar estos problemas de supletoriedad, hubiera resultado preferible que la
Ley facultara a la propia Procuradura para expedir un reglamento de procedimien.to arbitral al Olal se ajustaran las partes que se sometieran a su
arbitraje. A {alta de la autorizacin legal. consideramos posible que la Procuradura elabore el reglamento y que en los compromisos arbitrales que
las partes suscriban, se incluya una clusula general de aceptacin del tal
reglamento.
Contra las resoluciones que dicte la Procuradura durante el proccdimiell~
to arbitral se concede el recurso de revocacin, cuyas condiciones y consc~
cuencias no se regulan, por lo que habr que acudir a las disposiciones de
los cdigos de procedimientos civiles de la entidad respectiva, para suplir
esta omisin. Contra el laudo que pronuncie la Procuradura, no se concede
ningn recurso, sino slo la llamada aclaracin, que no es un recurso y slo
implica el esclarecimiento o la ampliacin de alguno de los considerandos
:2';; Cfr. Siquciros, .Jos Luis, "El arbitraje comercial en Mxico" en Revistn de la Fa
cultad de Derecho de Mxico, nm. :')9, julioseptiembre de 1965, Mxico, pp. 703-72:!,
especialmente pp. 704706; Y Briseo Sierra, Humbcrto, 'TI arbitraje mercantil en M'xico", \'er~ill fotocopiada de su pOllenda gencral pre!';entada en el VII Congreso :\f,,"xi-

cano de Derecho Procesal, celebrado en :Mollterrcy, N. L., del 8 al 12 de noviembre de


1976; publicado posteriormente, en Rt~i,da de la Facultad de D('} echo de },ft;.'d('o, lIms.
107108, julio.diciembre de 19i7.
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268

DERECHO PROCESAL CIVIL

o de los puntos resolutivos, pero no la modificacin del sentido del laudo.


J<":stc, al igual que el convenio conciliatorio, constituye un titulo ejecutivo
y un supuesto de la vla ue aprenlio, por lo que el interesadO' podr acudir
a cualquiera de estas dos formas para lograr la ejecucin coactiva ante los
tribunales competentes (incisos b, r y d).
Conviene sealar que el arbitraje ante la Procuradura es gratuito para
ambas partes y que su uuracin temporal es considerablemente breve.

d)

El proceso antl? lus tl'ibllnales

Dos cuestiones estimamos necesario tratar en este inciso: primero. la relacin entre el procedimiento conciliatorio y el proceso ante los tribunales, y,
,lcspus, la determinacin de los tribunales competentes para conocer de
los conflictos entre los consumidores y los proveedores.
El inciso f) de la multicitada fraccin VIII del artculo 59 establece:

Si alguna de las partes no estuviere de acuerdo en designar rbitro a la


Procuradura, podr hacer valer sus derechos ante los tribunales competentes; pero stos exigirn como requisito para su intervencin, una cons-tanda de que se agot el procedimiento conciliatorio a que se refiere el
inciso 1>1. Dicho constancia deber expedirse por la Procuradura en un
mximo de ~ das siguientes a la fecha de su solicitud.
Esta es una de las disposiciones que mayores dudas y cuestionamientos
ha !3Usdtado. Que las partes puedan no estar de acuerdo en designar rbitro
a la Procuradura, es una posibilidad jurdica plenamente fundada, ya que
el arbitraje ante aquella es enteramente voluntario; que puedan acudir a los
tribunales competentes a someter sus pretensiones litigiosas, es una posibilidad jurdica y un derecho fundamental derivado del artculo 17 de la Constitucin general. Pero lo que s es muy discutible, particularmente a la luz
del derecho fundamental de acceso a la justicia, es la exigencia de comprobar que se agot el procedimiento conciliatorio como condicin para poder
ejercer el derecho de accin. Pensamos que esta exigencia contradice claramente los artculos 17 y 13 constitucionales, porque condiciona el acceso a
la justicia y afecta exclusivamente al consumidor, toda vez que el procedimiento conciliatorio, tal como est regulado, slo es aplicable a los conflictos del consumidor contra el proveedor. Esta exigencia contradice, por
consiguiente, el derecho fundamental de igualdad establecido en el artculo
13 constitucional.
Al margen de esta cuestin especfica de inconstitucionalidad, que es susceptible de plantearse ante los tribunales feder<lles a travs de juicio le amDR Universidad Nacional Autnoma de Mxico,
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paro, conviene precisar el alcance de la exigencia de demostrar el agotamiento


del procedimiento conciliatorio en la forma regulada por la Ley. Estimamos que cuando un consumidor tenga una pretensin contra un pro\-'eedol"
puede acudh- a la Procuradura. e iniciar un procedimiento conciliatorio, y
una vez concluido ste, sin conciliacin ni comproll.liso arhitral, puede {onnlllar su demanda ante los tribunales competentes. En este caso s puede operar la exigencia legal -de discutible constitucionalidad- de acreditar el
agotamiento del procedimiento conciliatorio. Pero el consumior puede tambien acudir ante los tribunales directamente en ejercicio de su derecho de
accin. sin dirigirse para nada a la Procuradura. En este segundo caso, tal
exigencia legal no tiene por qu hacerse cfectiv<l; no se puede exigir constancia de lo que no se hizo.
Por otro lado, tradicionalmente los conflictos mercantiles han sido CUllsiderados dentro de las controversias sobre cumplimiento y aplicacin de
leyes federales que slo afectan intereses particulares, previstos en la fraccin 1 del articulo 104 de la Constitucin. De esta clase de controvershls
pueden conocer, a la eleccin del actor, tanto los tribunales federales como
los locales. Se trata de conflictos en los que se produce la denominada ju
risdiccin concurrente" o "alternativa". El hecho de que el artculo 1<;> de
la Ley declare que sus disposiciones son de "orden pblico e inters social"
ha suscitado dudas sobre si aun en los conHictos sobre aplicacin de la Ley
Federal de Proteccin al Consumidor procede la "jurisdiccin concunente".
Nosotros pensamos que, independientemente de que la Ley se atribuya carcter de "orden pblico e inters social", panl poder determinar si se trata
de conflictos en los que proceda la "j urisiccin concurrente", es necesario
considerar la naturaleza misma del conHicto, y ms exactamente, el carcter
de las partes que intervienen en l. De este nIOdo, cuando en un conflicto
slo participen uno o varios consumidores, por s mismos o a travs de reprc
scntantes privados, y uno o varios proveedores privados o del sector paraestatal, tal conflicto afectar, por regla, slo intereses particulares y, en consecuencia, podrn conocer de l tanto los tribunales federales como los locales.
En cambio. cuando la Procuradura decida asumir la representacin judicial de
uno o varios consumidores determinados por considerar que "la solucin que
pueda darse al caso planteado, llegare a trascender al tratamiento de intereses colectivos", el conflicto slo podr ser sometido a los trihunales federales,
como lo prev expresamente la parte final del artculo 58 de la Ley.
Por ltimo. conviene plantear aqu el problema del tratamiento procesal
final de los conflictos concernientes al derecho del consumo. Ya hemos indi
cado que para el caso de los conflictos contra el consumidor. el proveedor,
que generalmente documenta sus operaciones en ttulos de crdito, puede
utilizar directamente, sin agotar el procedimiento conciliatorio, el juicio ejeDR Universidad Nacional Autnoma de Mxico,
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DERECHO PROCESAL CIVIL

cutivo mercantil, de carcter sumario y extremadamente rpido -su duracin hasta sentencia de remate no excede, regularmente de un mes- y que
este juicio se encuentra afectado por una considerable reduccin de posibilidades defensivas -tres das para contestar la demanda y limitacin de excepciones- para la parte demandada, a la que se niega oportunidad de un
juicio ordinario posterior.
Para el consumidor, en cambio, los medios ms eficaces para lograr la satisfaccin -as sea parcial- de sus pretensiones. se encuentran en el procedimiento conciliatorio y en el arbitraje, ambos ante la Procuradura Federal
del Consumidor. Sin embargo, debemos advertir que la eficacia de estos dos
medios reside, en ltima instancia, en la aceptacin voluntaria del proveedor. ya sea del convenio conciliatorio o ya sea del compromiso arbitral. En
el caso de que el proveedor. aun compareciendo al procedimiento concilia~
torio, se niegue llegar a un acuerdo conciliatorio y, adems, no acepte someterse al arbitraje, el consumidor,: con la constancia de haber utilizado insatisfactoriamente la instancia conciliatoria, podr fonnular su demanda ante los
tribunales federales o locales. Pero la clase de juicio que debe intentar
en su caso no es, regularmente, el ejecutivo, sino el ordinario mercantil, previsto, como aqul, en el Cdigo de Comercio de 1889. Las diferencias que
existen entre el juicio ejecutivo -sumario y brevsimo- y el ordinario -plenario, lento, costoso y complicado- regulados en el Cdigo de Comercio, son
mucho mayores que las que median entre los juicios equivalentes previstos
en los Cdigos de Procedimiento Civiles locales.""
Es claro que si se desea reducir esta desigualdad de posibilidades, y no
dejar en forma considerable la eficacia de la Ley a la voluntad del proveedor
y a la eventual intervencin de la Secretara de Comercio a travs de la
imposicin de multas, debera establecerse un procedimientos sencillo, breve
y eficaz para sustancir las pretensiones de los consumidores.

2{; Acerca de la naturaleza del juicio ejecutivo civil, bien diversa -pese al nombredc la del juicio ejecutivo mercantil, puede verse: $oberanes y Fernndez. Jos Luis. Historia del juiciQ ejecutivo civil, UNA~. Mxico. 1977. Pe: 5158. Para la determinacin
de la naturaleza del juicio ejecutivo mercantil, puede verse el trabajo citado en la nota 24.
Para una comparacin entre estas dos clases de juicios, puede \'erse Gmez Lara, Cipriano, Estudio Compm'olivo de los juicios ejecutivos civil y merca7ltil (tesis). UNAM. Mxico. 1955.

DR Universidad Nacional Autnoma de Mxico,


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