La Confesión y Remisión de Pecados

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LA CONFESIN Y REMISIN DE

PECADOS
Por: Luis Reyes

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INTRODUCCION

La fe Cristiana Catlica por siglo ha enseado que es necesario que el hombre confiese sus
pecados a otro hombre, esto es, a un sacerdote para que ste lo pueda redimir de todo pecado
cometido. La reconciliacin o confesin es el sacramento administrado por la Iglesia Catlica
mediante el cual los cristianos reciben el perdn de Dios por sus pecados, con ella se logra no
slo el perdn de nuestros pecados; sino que tambin la reconciliacin con Dios.
Por medio de la confesin se logra el perdn de todos los tipos de pecados, tanto de los
pecados mortales como de los pecados veniales. Un pecado mortal, significa muerte espiritual,
es el pecado ms grabe para los catlicos, es la violacin con pleno conocimiento de la Ley de
Dios; por ejemplo: idolatra, adulterio, asesinato o difamacin. Los pecados veniales son
pecados pequeos, leves que no rompen la relacin con Dios, pero la afectan. Se pueden confesar
ambos tipos de pecados, el Catecismo Cristiano de la Iglesia Catlica seala que los pecados
veniales no es necesario confesarlos al sacerdote, sin embargo, el feligrs debe pedir a Dios que
le perdones sus pecados veniales.
La confesin de pecados debe hacerse a un sacerdote y en privado. Luego de comentarle y
declararle al sacerdote todos nuestros pecados, el sacerdote nos dice que penitencias debemos
hacer. Por medio de la penitencia nosotros reparamos el dao causado por el pecado cometido.
Las penitencias pueden consistir en orar un numero determinados de veces, en el caso de robo
devolver lo robado o en caso de mentiras enmendar el dao diciendo la verdad. Al terminar la
confesin el sacerdote da la absolucin, o sea, el perdn de tus pecados diciendo: Yo te absuelvo
de tus pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo y hace la seal de la cruz
sobre tu persona.
El fundamento para decir que Cristo dio la facultad a los sacerdotes para remitir pecados
estara en el siguiente versculo bblico:
Juan 20:23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los
retuviereis, les son retenidos.

ESTO ES LO QUE PIENSA EL PAPA SOBRE LA CONFESION

VATICANO, 20 Nov. 13 / 07:53 am (ACI/EWTN Noticias).- En su catequesis de esta


maana en la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco explic que
el protagonista del perdn de los pecados es el Espritu Santo, quien obra la misericordia de Dios
a travs de las llagas de Jess y, como l mismo dispuso, solamente a travs de los sacerdotes.
No es posible la confesin directa con Dios.
Ante miles de fieles presentes, el Santo Padre reflexion sobre la potestad de las llaves dada a
los Apstoles: en primer lugar, debemos recordar que el protagonista del perdn de los pecados
es el Espritu Santo. l es el protagonista. En su primera aparicin a los Apstoles en el
Cenculo, -hemos escuchado- Jess resucitado hizo el gesto de soplar sobre ellos, diciendo:
Reciban al Espritu Santo. Los pecados sern perdonados a los que ustedes se los perdonen,
y sern retenidos a los que ustedes se los retengan.
El Santo Padre resalt asimismo que el sacerdote es el instrumento para el perdn de los
pecados. El perdn de Dios que se nos da en la Iglesia, se nos transmite a travs del ministerio de
un hermano nuestro, el sacerdote; tambin l un hombre que, como nosotros, necesita la
misericordia, se hace realmente instrumento de misericordia, dndonos el amor sin lmites de
Dios Padre.
Tambin los sacerdotes deben confesarse, incluso los obispos: todos somos pecadores. Incluso
el Papa se confiesa cada quince das, porque el Papa es tambin un pecador! Y el confesor siente
lo que yo le digo, me aconseja y me perdona, porque todos tenemos necesidad de este perdn.
Antes de soplar sobre los Apstoles para infundir el Espritu Santo, explic el Papa, Jess
muestra sus heridas en sus manos y el costado: estas heridas representan el precio de nuestra
salvacin. El Espritu Santo nos trae el perdn de Dios pasando por las llagas de Jess. Estas
llagas que l ha querido conservar. Tambin en este tiempo, en el cielo, l muestra al Padre las
heridas con las que nos ha redimido. Y por la fuerza de estas llagas son perdonados nuestros
pecados. As que Jess dio su vida por nuestra paz, por nuestra alegra, por la gracia de nuestra
alma, para el perdn de nuestros pecados. Y esto es muy bonito, mirar a Jess as.
Jess da a los Apstoles el poder de perdonar los pecados. Pero cmo es esto? Porque es un
poco difcil entender como un hombre puede perdonar los pecados. Jess da el poder. La Iglesia
es depositaria del poder de las llaves: para abrir, cerrar, para perdonar. Dios perdona a cada
hombre en su misericordia soberana, pero l mismo quiso que los que pertenezcan a Cristo y a su
Iglesia, reciban el perdn a travs de los ministros de la Comunidad.
El Papa Francisco dijo que a travs del ministerio apostlico la misericordia de Dios me alcanza,
mis pecados son perdonados y se me da la alegra. De este modo, Jess nos llama a vivir la
reconciliacin incluso en la dimensin eclesial, comunitaria. Y esto es muy hermoso. La Iglesia,

que es santa y a la vez necesitada de penitencia, nos acompaa en nuestro camino de conversin
toda la vida. La Iglesia no es la duea del poder de las llaves: no es duea, sino que es sierva del
ministerio de misericordia y se alegra siempre que puede ofrecer este regalo divino.
Muchas personas, quiz no entienden la dimensin eclesial del perdn, porque domina siempre
el individualismo, el subjetivismo, y tambin nosotros cristianos sufrimos esto. Por supuesto,
Dios perdona a todo pecador arrepentido, personalmente, pero el cristiano est unido a Cristo, y
Cristo est unido a la Iglesia. Y para nosotros cristianos hay un regalo ms, y hay tambin un
compromiso ms: pasar humildemente a travs del ministerio eclesial. Y eso tenemos que
valorizarlo! Es un don, pero es tambin una curacin, es una proteccin y tambin la seguridad de
que Dios nos ha perdonado.
Voy del hermano sacerdote y digo: "Padre, he hecho esto..." "Pero yo te perdono: es Dios quien
perdona y yo estoy seguro, en ese momento, que Dios me ha perdonado. Y esto es hermoso!
Esto es tener la seguridad de lo que siempre decimos: "Dios siempre nos perdona! No se cansa
de perdonar!". Nunca debemos cansarnos de ir a pedir perdn. "Pero, padre, me da vergenza ir a
decirle mis pecados...". "Pero, mira, nuestras madres, nuestras mujeres, decan que es mejor
sonrojarse una vez, que mil veces tener el color amarillo, eh!" T te sonrojas una vez, te perdona
los pecados y adelante.
A veces, alert el Papa, se oye a alguien que dice que se confiesa directamente con Dios... S,
como deca antes, Dios siempre te escucha, pero en el Sacramento de la Reconciliacin enva un
hermano para traerte el perdn, la seguridad del perdn, en nombre de la Iglesia.
Para concluir el Pontfice alent a no olvidar que Dios nunca se cansa de perdonarnos; mediante
el ministerio del sacerdote nos estrecha en un nuevo abrazo que nos regenera y nos permite
levantarnos de nuevo y reanudar el camino. Porque sta es nuestra vida: continuamente
levantarse y seguir adelante. Gracias!
FUENTE:https://www.aciprensa.com/noticias/el-papa-dios-perdona-los-pecados-a-travesde-los-sacerdotes-53435/

LA CONFESION DE PECADOS

La palabra de Dios en ninguna parte ensea la confesin de pecados ante un sacerdote para que
estos puedan ser perdonados. En Antiguo Testamento los pecados se rediman por medio del
sacrificio de animales y no ante un hombre que intercediera por nosotros ante Dios o que los
remitiese en su nombre. Cuando el rey David se arrepinti del pecado de adulterio confes su
pecado directamente a Dios, sin mediar sacerdote o ritual alguno:
Mi pecado te declar, y no encubr mi iniquidad. Dije: Confesar mis transgresiones (pecados)
a Jehov; Y t perdonaste la maldad de mi pecado. Selah SALMO 32:5
Otro de varias situaciones en los que el hombre recurre a Dios directamente para confesar sus
pecados es el caso de la oracin de Daniel por su pueblo:
Y volv mi rostro a Dios el Seor, buscndole en oracin y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.
Y or a Jehov m Dios e hice confesin diciendo: Ahora, Seor, Dios grande, digno de ser
temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos;
hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impamente, y hemos sido rebeldes,
y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas. DANIEL 9:3-5
Cuando nuestro seor Jesucristo ensea a orar a sus discpulos les dice que Y cuando ores, no
seas como los hipcritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de
las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mas t, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que est en
secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensar en pblico. Mateo 6:5-6.
Cristo les dice que oren en secreto, es decir, en privado no en forma pblica y cuando estn
orando les dice que digan a Dios perdnanos nuestros pecados (deudas) Como perdonamos
a los que han pecado contra nosotros (deudores).Mateo 6:12.Asi leemos que nuestro seor
Jesucristo nos mand a confesar nuestros pecados a Dios cuando oremos, no ha confesarlos
a un sacerdote para que este no redima del pecado.
Con la muerte de Cristo en la cruz se rompi el velo y ahora todos entramos al lugar santsimo y
somos sacerdotes. Cristo nuestro sumo sacerdote ya hizo el sacrificio perfecto que redime de todo
pecado, ya no necesitamos sacerdotes que haga holocausto o sacrificio de sangre por nuestros
pecados, ni menos an confesar nuestros pecados ante ellos:
Ms vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nacin santa) pueblo adquirido por Dios)
para que anunciis las virtudes de aquel que os llam de las tinieblas a su luz admirable;.. 1
PEDRO 2:9

Jesucristo el testigo fiel, el primognito de los muertos, y el soberano de los reyes de la


tierra. Al que nos am, y nos lav de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y
sacerdotes para Dios, su Padre... APOCALIPSIS 1:5-6
La nica ocasin en la que vemos que se confiesan pecados ante un hombre es en el Bautismo de
Juan el bautista: Y sala a l Jerusaln, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del
Jordn, y eran bautizados por l en el Jordn, confesando sus pecados. Mateo 3:6-7. Pero
Juan no pudo haber recibido la confesin de pecados ni menos, remitirlos; porque el
supuesto mandato de Jess a sus discpulos habra ocurrido mucho tiempo despus.
Adems, Juan no llamaba a la confesin, sino al arrepentimiento ante Dios, no ante el
hombre. El texto bblico nos dice que confesaban sus pecados, no nos dice que confesaban
sus pecados a Juan el bautista.
El Nuevo Pacto o Testamento nos ensea que si nos arrepentimos de corazn el seor nos
perdonar nuestros pecados. Si confesamos () nuestros pecados, l es fiel y
justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 JUAN 1:9. La
palabra griega (Confesar, G 1843) significa reconocer, admitir
de corazn que he pecado, no necesariamente que declaro aviva voz todos los pecados
cometidos.
Finalmente, las sagradas escrituras se refieren a la confesin de pecados u ofensas entre
hermanos. La finalidad es mantener la paz y comunin con nuestro hermano, no para que nuestro
hermano perdone nuestros pecados, l nos podr perdonar o disculpar el mal causado; pero slo
Dios me puede perdonar el pecado:
Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seis sanados. La
oracin eficaz del justo puede mucho. SANTIAGO 5:16.

LA REMISION DE PECADOS

La palabra remitir significa: Perdonar, alzar la pena, eximir o liberar de una obligacin
(Diccionario RAE). Que el sacerdote pueda remitir pecados significa que los puede perdonar, este
perdn de pecados se hace mediante la absolucin de ellos.
Absolver significa Remitir a un penitente sus pecados en el tribunal de la confesin, o
levantarle las censuras en que hubiere incurrido. (Diccionario RAE). Esta absolucin o perdn
de pecados la realiza el sacerdote al terminar la confesin mediante la siguiente frase: Yo te
absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo y hace la
seal de la cruz sobre tu persona.
En ninguna parte de la biblia aparece algn relato en el que sea un hombre el que perdona los
pecados, por el contrario siempre se seala que solamente Dios puede perdonar los pecados que
cometa el hombre. Cuando Jess sana al paraltico los escribas, pensaban para s, que Jess era
blasfemo, porque pensaban que slo Dios poda perdonar los pecados del paralitico. Lo que ellos
no saban era que Cristo-Dios tena potestad para remitir pecados.
Al ver Jess la fe de ellos, dijo al paraltico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
Estaban all sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones:
Por qu habla ste as? Blasfemias dice. Quin puede perdonar pecados, sino slo Dios?
Y conociendo luego Jess en su espritu que cavilaban de esta manera dentro de s mismos, les
dijo: Por qu cavilis as en vuestros corazones?
Qu es ms fcil, decir al paraltico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levntate, toma
tu lecho y anda?
Pues para que sepis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados
(dijo al paraltico):
A ti te digo: Levntate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
Entonces l se levant en seguida, y tomando su lecho, sali delante de todos, de manera que
todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa. MARCOS
2:5-12
En otra ocasin Jess en el hogar de Simn el fariseo perdona los pecados a una mujer que llega a
la casa. Los que estaban sentados a la mesa cuestionaron el hecho que Jess perdonara los
pecados ya que slo le crean un profeta y al igual que los dems judos saban que slo Dios
poda perdonar pecados.

Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. Y los que estaban juntamente sentados a la
mesa, comenzaron a decir entre s: Quin es ste, que tambin perdona pecados?. LUCAS
7:48-49
El apstol tambin nos dice que es Dios el que nos perdona y lo ha hecho por medio de nuestro
seor Jesucristo:
Qutense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritera y maledicencia, y toda malicia.
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonndoos unos a otros, como Dios
tambin os perdon a vosotros en Cristo. EFESIOS 4:31-32
El seor cuando ensea a los discpulos a orar les dice que ellos deben perdonar a sus ofensores
de esta forma Dios les perdonara sus ofensas o pecados:
Porque si perdonis a los hombres sus ofensas, os perdonar tambin a vosotros vuestro
Padre celestial; Mas si no perdonis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os
perdonar vuestras ofensas. MATEO 6:14-15
Hoy Dios perdona nuestros pecados por medio de Cristo el nico mediador entre Dios y el
hombre. Ningn sacerdote puede perdonar o mediar entre Dios y el hombre para remisin de
pecados:
Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de l se os anuncia perdn de pecados, y
que de todo aquello de que por la ley de Moiss no pudisteis ser justificados, en l es justificado
todo aquel que cree. HECHOS 13:38-39
Es en Jesucristo en quien tenemos redencin por su sangre, el perdn de pecados segn las
riquezas de su gracia,
que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabidura e
inteligencia,.. EFSIOS 1:7-8
Conforme a todos los versculos bblicos citados tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo
Testamento podemos concluir que conforme a las sagradas escrituras slo Dios o nuestro seor
Jesucristo (que tambin es Dios), pueden perdonar y remitir los pecados que cometemos los
hombres.

ANALISIS DEL VERSICULO QUE SIRVE DE FUNDAMENTO AL CATOLICISMO


PARA INSTITUIR LA CONFESION

VERSCULO: Juan 20:23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes
se los retuviereis, les son retenidos.
Si los sacerdotes tuvieran la potestad, el poder, para remitir o retener los pecados
significara que de ellos dependera quien ingresa al cielo y quien no, es decir, ellos tendran el
control directo de las almas que se salvan. Entonces vana fue la muerte de Cristo en la cruz y su
sacrificio para interceder ante Dios por los hombres.
Hijitos mos, estas cosas os escribo para que no pequis; y si alguno hubiere pecado, abogado
tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y l es la propiciacin por nuestros pecados; y
no solamente por los nuestros, sino tambin por los de todo el mundo. 1 JUAN 2: 1-2

-Traduccin de la Fuente Griega.


Sin lugar a dudas que el verso pareciera decir que el sacerdote puede perdonar o retener pecados.
Si estudiamos el verso bblico en el idioma original en que fue escrito, griego koin, podremos
tener una traduccin ms precisa y clara respecto de su verdadero significado.
GRIEGO: 1 Juan 20:23.

TRADUCCION (Luis Reyes): 1 Juan 20:23. Probablemente algunos (cuando le sea predicado
el evangelio) abandonen el pecado (se arrepientan de sus pecados) y a estos les sern
perdonados, probablemente algunos retengan (no se arrepientan) los pecado a estos le sern
retenidos (no le sern perdonados).
Es a la predicacin del santo evangelio de nuestro seor Jesucristo y al arrepentimiento a lo
que se refiere este verso bblico. Al predicar el evangelio los que lo escuchan tendran dos
alternativas dejar el pecado y arrepentirse o retener su pecado y condenarse. Es en este
sentido que los discpulos de Jess remitiran y retendran los pecados. Es decir, la remisin
y retencin de pecados no depende de la voluntad de los discpulos, sino de la voluntad del
pecador y de la decisin que tome al escuchar el mensaje de salvacin que contiene el
evangelio de nuestro seor Jesucristo.
"No

hay prueba alguna de que l (Jess) realmente transfiriera a los apstoles o a sus sucesores
el poder en si y por s mismos de perdonar pecados.1

_____________________________________
1 Comentarios al Texto Griego del Nuevo Testamento. A.T. Robertson.

LOS EVANGELIOS SINOPTICOS

Del anlisis de la armona de los evangelios sinpticos se deduce que efectivamente es al


evangelio a lo que se remite nuestro seor Jesucristo al hablar con los sus discpulos. Es el
evangelio el que ata o desata y por medio del cual se produce la remisin o la retencin del
pecado.
A los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas se les denomina sinpticos, porque relatan los
sucesos bblicos en el mismo orden .Hay afinidad y semejanzas en cuanto al orden de la narracin
y a su contendido. La diferencia entre ellos es que alguno agregan ms informacin o detalles
sobre los acontecimientos acaecidos.
Si comparamos estos evangelios sinpticos para descubrir el contexto en que se sita el verso de
Juan 20:23, descubriremos a lo que juan se est refiriendo. Que obviamente no es al hecho que
los discpulos tuvieran la potestad para perdonar pecados por si mismos.

- CONTEXTO DENTRO DEL LIBRO DE JUAN.


Dentro del libro de Juan, el captulo 20, versos 19 al 23; se refiere al suceso cuando Jess aparece
a los discpulos. Los hechos que relata son: Que aparece Jess a los discpulos, les dice paz a
vosotros, les muestra sus heridas, sopla y les dice recibid el espritu santo.
Cuando lleg la noche de aquel mismo da, el primero de la semana, estando las puertas
cerradas en el lugar donde los discpulos estaban reunidos por miedo de los judos, vino Jess, y
puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
Y cuando les hubo dicho esto, les mostr las manos y el costado. Y los discpulos se
regocijaron viendo al Seor.
Entonces Jess les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envi el Padre, as tambin yo os
envo.
Y habiendo dicho esto, sopl, y les dijo: Recibid el Espritu Santo.
A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son
retenidos. JUAN 20:19-23

- CONTEXTO DE LOS EVANGELIOS SINIPTICO.


a.- Marcos 16:14-18.
Finalmente se apareci a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reproch
su incredulidad y dureza de corazn, porque no haban credo a los que le haban visto
resucitado. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, ser salvo; mas el que no creyere, ser condenado.
Y estas seales seguirn a los que creen: En mi nombre echarn fuera demonios; hablarn
nuevas lenguas; tomarn en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortfera, no les har
dao; sobre los enfermos pondrn sus manos, y sanarn.
El evangelio de Marcos relata el mismo hecho de Juan 20:19-23, pero agrega una serie
de detalles que Juan obvia. El ms importante es el hecho que nuestro seor Jesucristo digo
predicad el evangelio y el que creyere y luego se bautizase ser salvo, el que no creyere ser
condenado. No les dijo que ellos remitiran o retendran pecados, sino que al predicar el
evangelio los que creyesen y se bautizaran seran salvo, los que no seran condenados.

b.- Lucas 24:36-49.

Mientras ellos an hablaban de estas cosas, Jess se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a
vosotros. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que vean espritu.
Pero l les dijo: Por qu estis turbados, y vienen a vuestro corazn estos pensamientos? Mirad
mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espritu no tiene carne ni
huesos, como veis que yo tengo.
Y diciendo esto, les mostr las manos y los pies. Y como todava ellos, de gozo, no lo crean, y
estaban maravillados, les dijo: Tenis aqu algo de comer? Entonces le dieron parte de un pez
asado, y un panal de miel. Y l lo tom, y comi delante de ellos.
Y les dijo: Estas son las palabras que os habl, estando an con vosotros: que era necesario que
se cumpliese todo lo que est escrito de m en la ley de Moiss, en los profetas y en los salmos.
Entonces les abri el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: As est
escrito, y as fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer da; y

que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdn de pecados en todas las


naciones, comenzando desde Jerusaln. Y vosotros sois testigos de estas cosas.
He aqu, yo enviar la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad
de Jerusaln, hasta que seis investidos de poder desde lo alto.
Aqu vemos que el evangelio de Marcos relata el mismo hecho de Juan 20:19-23, pero agrega
ms detalles de las cosas sucedidas y ratifica en el relato que Jess ordeno a sus discpulos
que predicasen en su nombre (en el nombre de Jess) el arrepentimiento y el perdn de
pecados.
La orden que dio Jess de que predicasen su evangelio y que el que creyera, se arrepintiera
y bautizase seria salvo y el que no lo hiciera sera condenado, es el contexto en el que Juan
dice: A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les
son retenidos. Pareciera que Juan dice que a los discpulos, Jess les confiri la potestad para
remitir o retener pecados. Este error de interpretacin se produce debido a que Juan cuando habla
omite toda la informacin que nos dan los dems evangelios, por ello es importante leer cada uno
de los acontecimientos en los cuatro evangelios para una correcta interpretacin de las sagradas
escrituras.

CONCLUSION

La confesin no es institucin establecida por nuestro seor Jesucristo. El fundamento bblico


que los catlicos dan es errneo y equivoco. Nunca el hombre necesito confesar sus pecados a un
hombre, ni por medio de un hombre. Ni el Antiguo Testamento, ni en el nuevo Testamento
encontramos algo parecido a la confesin de pecados hecha a un sacerdote.
En el antiguo Testamento el sacerdote sacrificaba animales para redimir el pecado del pueblo o de
los hombres, pero stos nunca confesaban sus pecados al sacerdote, sino que siempre se los
confesaban en oracin a Dios.
En el Nuevo Testamento, y luego de la muerte de Jesucristo en la cruz ,el hombre no necesita del
sacerdote para limpiar sus pecados mediante el sacrificio u holocausto de animales. Ahora todos
hemos entrado al lugar santsimo y somos un nuevo sacerdocio que realiza sacrificios ya no de
carne animal, sino sacrificios espirituales.
El hombre no puede perdonar o remitir los pecados de otros hombres, todos somos pecadores y
solo la sangre de cristo limpia de todo pecado. Slo Dios o su hijo Jess el Cristo que tambin es
Dios, pueden perdonar los pecados de los hombres.
En los distintos versos bblicos citados en este estudio, tanto del Antiguo como de Nuevo
Testamento, vemos que slo Dios tiene la potestad o facultad para perdonar pecados.
Juan 20:23 omite informacin que los dems evangelios informan, lo que produce como efecto
que al leer solamente lo que dice Juan, pareciera que ste estuviera afirmando que Jesucristo dio
potestad a sus discpulos para remitir y retener pecados. Pero al leer el verso en griego y al
comparar Juan con los evangelios sinpticos queda claro que lo que Jess dijo era que: todo aquel
que creyera en su evangelio y se bautizara sera salvo, porque sus pecados seran redimidos y
que todos aquellos que no creyeran en su evangelio sus pecados quedaran retenidos y serian por
ello condenados.
Adems no debemos olvidar que la biblia nos ensea que la palabra de Dios limpia de pecado.
La palabra contenida en el evangelio es la que al ser predicada puede remitir o retener los
pecados, dependiendo si el pecador la acepta o la rechace: Ya vosotros estis limpios por la
palabra que os he hablado JUAN 15:3

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