Conoce La Biblia - Nuevo Testamento 07 - Introduccion Y Tesalonicenses

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INTRODUCCIN A LAS

EPSTOLAS PAULINAS.
1. a y2. a A LOS TESALONICENSES
P. Bruce Vawter, C. M.

CONOCE LA BIBLIA: NUEVO TESTAMENTO


Una coleccin insustituible en cursillos bblicos, reuniones
de equipo, crculos de estudio...
Y para vivir
una autntica ESPIRITUALIDAD BBLICA

CONOCE LA BIBLIA:
NUEVO TESTAMENTO

7
IdLCSla DE SAN
INTRODUCCIN A LAS

EVANGELIOS

CARTAS PAULINAS

HECHOS

PRIMERA Y SEGUNDA

EPSTOLAS

A LOS TESALONICENSES

APOCALIPSIS

Introduccin

Firmas internacionales

Rigor cientfico

Sencillez asequible

Comentarios pastorales

Comentario
Por
Bruce Vawter, C. M.
St. Thomas Seminary
Denver, Colorado

Un servicio editorial de SAL TERRAE


para que todos c o n o z c a n y vivan
LA PALABRA DE DIOS

EDITORIAL

SAL

SANTANDER

TERRAE
(Espaa)

GUlDK:

Traducido del original ingls, NKW TKSTAMENT HKADING


Introduction to the P a u l i n e EpiHtleu. I Thessalonians. II Theasalonians
The Iiturgical Prese-Collegeville, Minnesota

NDICE
#
Pgs.

Imprim Potest:

FRANCISCO DE BORJA VIZMANOS, S. J.

Prep. Prov. Castilla


Nihil Obstat:

DR. AGAPITO AMIEVA

Censor
Imprimatur:

JAVIER AZAGRA

Vicario General
Santander, 16 Octubre 1965

Introduccin a las Cartas Paulinas


5
El pensamiento de Pablo
5
Los escritos de Pablo
41
a
a
Introduccin a la 1. y 2. Carta a los Tesalonicenses ... 51
Texto y Comentario de la 1.a Carta
59
a
Texto y Comentario de la 2. Carta
85
Pasajes usados en las lecturas de la Misa
99
Abreviaturas
101
Ayudas de examen y temas de discusin
103

EDITORIAL "SAL T E R R A E " - SANTANDER


PRINTED

IN

SPAIN

Depsito legal: BU - 115 - 1966

N.o Rgtro.: SA - 134 - 65

HIJOS DE SANTIAGO RODHIGUEZ. - Molinillo, U. . BURGOS

N. B. La traduccin del N. T. est tomada de la versin espaola


del P. Felipe de Fuenterraba, O. F. M. Cap., publicada por la Editorial
Verbo Divino. Estella (Navarra).

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS


EL PENSAMIENTO DE PABLO
Saulo de Tarso

"Circuncidado el octavo da, de la raza de Israel, de la


tribu de Benjamn, hebreo, hijo de hebreos, y segn la
ley, fariseo, y por el celo de ella perseguidor de la Iglesia;
segn la justicia de la ley, irreprensible". (Fil3:5s). As
describi el apstol Pablo en los ltimos das de su vida
su estado anterior a la conversin en el camino de Damasco.
El Nuevo Testamento, que es en realidad nuestra nica
fuente de informacin sobre la vida de San Pablo, no
tiene para nosotros el inters de una biografa como tal.
Consecuentemente, cualquier vida de Pablo debe ser incompleta por necesidad y ha de componerse de varios textos, algunos de J05 cuales son por su naturaleza totalmente ocasionales. En realidad, la principal fuente son
los extensos "hechos" de Pablo, usados por San Lucas en
los Actos de los Apstoles para describir el desarrollo de
la joven Iglesia en el mundo gentil. Por razn del inters
por Pablo, o tambin a causa de la actividad realmente
extraordinaria del Apstol, conocemos sobre l ms que
sobre cualquier otra persona que figure en la primera historia del Cristianismo.
Primeros aos

Pablo probablemente naci pocos aos despus de comenzar la era cristiana en Tarso de Cilicia, "ciudad ilustre" (Act 21:39). Puesto que era todava "joven" cuando
apedrearon a Esteban (Act 7:58) suceso que ocurri
pocos aos despus de comenzar la Iglesia en Jerusaln,
Pablo debi de nacer mientras nuestro Seor estaba t o -

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

dava en Nazaret. "Joven" parece indicar que andaba cerca de los treinta aos. Tarso, ciertamente, en tiempo de
Pablo era una importante ciudad comercial, totalmente
cosmopolita y enteramente helenizada por la cultura griega comn en todo el Oriente. Una poderosa colonia juda
estaba all desde antes de la poca de los Macabeos
(II Mac 4:30). Por tanto parece lo ms probable que Pablo
sea por nacimiento griego, i. e. judo de lengua griega.
Hay algn indicio de que Pablo proviene de una importante familia juda. Era ciudadano romano por nacimiento (Act 22:28) y puesto que no se nos ha dicho cmo
su familia adquiri ese codiciado privilegio, se puede conjeturar que fue resultado de una compra. Ms tarde se
dice cmo miembros de la familia de Pablo se enteran de
un complot contra la vida de ste despus que le hicieron
prisionero en Jerusaln (Act 23:16). Se sugiere, pues, que
la familia de Pablo tiene entrada en los crculos de influencia ya que el complot ha sido preparado en connivencia con el alto tribunal judo. El hecho de que Pablo
haya ejercido el oficio de fabricante de tiendas (Act 18:3),
no dice nada en contra de ello, porque era costumbre
de siempre el que los judos de alto rango aprendieran
un oficio.
Por otra parte, el evidente respeto con que Pablo es
considerado por los lderes del judaismo de Palestina, durante el tiempo de su persecucin a la Iglesia, podra argir en favor de la influencia de su familia.
Su judaismo ferviente

Sea lo que fuere de la posicin social de su familia, de


lo que no se puede dudar es de su ferviente espritu judo.
Los judos griegos no siempre fueron mirados como estrictamente ortodoxos por sus hermanos de Palestina. Sin
duda algunas veces los mismos judos griegos, sensibles
a su inferioridad en este aspecto, reaccionaron de t a l manera que se hicieron, ms que ortodoxos, fanticos en su

INTRODUCCIN -A LAS CARTAS PAULINAS

adhesin al judaismo. Es posible que el mismo "celo" de


Pablo por perseguir a la Iglesia naciente haya que mirarlo
desde este punto de vista. Ciertamente que los Hechos de
los Apstoles manifiestan en ms de una ocasin que, siendo l ya cristiano, entre sus ms implacables enemigos
estaban los judos griegos.
El mismo Pablo, reconociendo su origen griego, se
apresura a aadir "pero educado en esta ciudad (Jerusaln) e instruido a los pies de Gamaliel, segn el rigor de
la ley patria, celador de Dios, como todos vosotros lo sabis". El que la familia de Pablo cuidara de su educacin
en las rgidas escuelas de Jerusaln demuestra que ellos
eran judos no en el sentido griego sino ms bien en el
que Pablo se caracteriza a s mismo "hebreo de hebreos".
Esta actitud se ha reflejado de manera constante en los
escritos del Apstol, que se presenta a s mismo como un
hombre moldeado enteramente por la cultura juda y con
un escaso conocimiento de las formas del pensamiento
griego.
Es posible que toda la familia de Pablo se trasladase
a Jerusaln cuando l era todava nio. En todo caso, lo
que s es cierto es que lleg a la edad precisa para ser
instruido en la ley bajo la direccin del ms importante
rabino de aquel tiempo, Gamaliel. En concreto esta educacin le traiciona a Pablo en cada pgina de sus cartas,
donde es fcil ver cmo ha conocido plenamente y a fondo
la tradicional enseanza de los rabinos y sus formas de
argumentar. Bajo esta tutela Pablo se hizo un rabino, un
doctor de la Ley.
Gamaliel, a cuyos pies se sent Pablo, era el hijo (o
nieto) del gran Hillel, padre de la naciente escuela del
farisesmo, que encarnaba las mejores tradiciones del j u daismo. En el relato que hacen de l los Hechos de los
Apstoles (5:34-39) se le presenta como poseedor de la
misma tolerancia y moderacin que haba caracterizado a
Hillel. Ms tarde los judos haban de decir de Gamaliel

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

que "con la muerte de Rabban Gamaliel, el anciano, la


reverencia a la ley haba desaparecido, y la pureza y moderacin de la misma haban muerto". Ciertamente que
Pablo no aprendi de l esa forma de farisasmo frecuentemente condenada en los Evangelios, la cual haba sustituido el formalismo legalista por la religin espiritual y
que bastante frecuentemente terminaba en hipocresa.
El fariseo

En realidad el farisesmo cuando fue enseado por grandes maestros como Hillel y Gamaliel, era la forma de
religin aceptada por la gran mayora de los judos como
la verdadera interpretacin del espritu del Antiguo Testamento. Combinaba la reverencia por los libros sagrados
con el reconocimiento de que la religin haba de ser un
modo actual de vivir, no permitiendo que se fosilizara en
los libros. Nuestro Seor en ms de una ocasin se puso
del lado de los fariseos contra sus principales rivales, los
saduceos, quienes se inclinaban al escepticismo en religin
y eran paganos en su pensamiento, orgullosos y ms interesados por este mundo que por el mundo del espritu. Pablo, como vemos, siendo ya cristiano, miraba su educacin
estrictamente farisea como una nota de legtimo orgullo.
El Evangelio tambin hace mencin de otros fariseos que
desde el principio fueron atrados por la doctrina de Nuestro Seor y que le aceptaron como el prometido de Israel.
Por lo tanto si es un hecho innegable, del que el Nuevo
Testamento no nos deja duda, que el farisasmo en algunas ocasiones degener en un fanatismo meramente nacionalista, no debemos olvidar que es igualmente verdad
el que tuvo en sus filas dignos herederos de la antigua revelacin, quienes procuraban sinceramente conducirse de
manera irreprensible en la presencia de Dios segn la
prctica de su Ley.
No hay razn para pensar que Pablo no fuera de igual
manera movido en su oposicin inicial al Cristianismo. No

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

tenemos ms informacin sobre su vida en Jerusaln de


cuando era joven. Pudo haber tenido la oportunidad de
ver a Jess, el Maestro de Galilea, en alguna de las visitas
que Nuestro Seor hizo a la Ciudad Santa, y pudo haber
estado en la ciudad durante la Crucifixin, la Resurreccin
y el nacimiento de la Iglesia en el da de Pentecosts. Sin
embargo, sobre esto guardan silencio Lucas y Pablo y se
puede presumir que l no tuvo contacto con la doctrina
del Cristianismo hasta el debate del que surgi la guerra
civil en las sinagogas de Jerusaln, algunos aos despus
de la muerte del Salvador. Entonces Pablo sali en defensa de la ortodoxia juda contra una hereja peligrosa
y blasfema, como l pensaba.
En verdad, desde Pentecosts los cristianos de Jerusaln haban estado soportando persecuciones espordicas y
hostilidades de sus compaeros los judos, mientras la Iglesia iba extendiendo firmemente su influencia. Con el asesinato de Esteban (Act 6:8-8:3) surgi en el primer momento una evidente violencia y a continuacin una persecucin en gran escala. La lucha comenz de manera
caracterstica en las sinagogas de los judos griegos
(Act 6:8-11) a las que sin duda perteneci Esteban y Pablo.
Pablo aprob la muerte de Esteban (Act 7:60) y tom
parte principal en la persecucin de los cristianos que
sigui.
La conversin de Pablo

Es probable que no mucho despus Pablo fue derribado


por la gracia en el camino hacia Damasco, y con ello la
histrica marcha del Cristianismo cambi irrevocablemente de curso por la providencia de Dios.
En su celo por reprimir el desarrollo de la secta cristiana, Pablo consigui cartas de los altos sacerdotes de
Jerusaln en las que se le recomendaba a las sinagogas
de Damasco para que pudiera con entera libertad buscar
all a los judos cristianos. Nos da la impresin de que l

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INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

se senta satisfecho del xito que obtuvo la persecucin en


Jerusaln y haba concluido que ahora er el momento
de aplicar las mismas medidas de represin en la principal ciudad de la provincia romana de Siria- En estos
centros, impedidos de amenazar a la ortodoxia juda, el
movimiento bien podra cesar por falta de direccin. La
comunidad cristiana de Damasco sin duda fue fundada
por los cristianos de Galilea de quienes conocemos poco,
aparte de los primeros captulos de los Evangelios Sinpticos.
La importancia dada a la conversin d Pablo se refleja en las tres diferentes narraciones que de ella aparecen en los Hechos de los Apstoles (9:1-19; 22:4-21;
26:10-20). Estas narraciones se diferencian eA detalles mnimos. Las diferencias probablemente son intencionales,
ya que los relatos en cada caso estn destinados a describir la visin de Pablo en trminos tradicionales copiados
del Antiguo Testamento. La Biblia, como lo hace siempre,
relata lacnicamente y del modo ms simple y adecuado
al pensamiento humano, la revelacin divina hecha al
hombre. Lo cierto es que Pablo era consciente de que Jess de Nazaret, que haba muerto, todava viva, que le
haba hablado con autoridad divina y que en adelante
deba hacer su voluntad. "Cristo Jess me alcanz", haba
de escribir ms tarde (Fil3:12). Esta experiencia de Jess
resucitado iba a servir para llamarle al apostolado y darle
el contenido de su mensaje apostlico. "No soy yo apstol? No he visto yo a Jess Nuestro Seor?" (I Cor 9:1).
Jess se le haba revelado identificndose con su Iglesia
perseguida. Aqu est la gnesis de una de l#s enseanzas
ms caractersticas de Pablo, el Cuerpo Mstico de Cristo.
Pablo continu su camino a Damasco pefo hecho otro
hombre y con otras intenciones. En Damasco fue bautizado
por Ananas y se hizo cristiano.

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

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Saulo cristiano

Naturalmente cristianos y judos se maravillaron cuando Pablo se levant en la Sinagoga de Damasco, pero no
para buscar a los judos cristianos y castigarles, sino
para dar testimonio de su fe cristiana y predicar a Jess
como Hijo de Dios. Poco a poco se fueron convenciendo
hasta aceptarle por lo que ahora era, para alegra de los
cristianos y creciente odio de sus enemigos.
Sabemos del mismo Pablo que entonces se retir a Arabia por un perodo indeterminado (Gal 1:17), detalle que
no se narra en los Hechos de los Apstoles. No se nos dice
dnde se retir y con qu fin lo hizo. "Arabia" puede significar, y probablemente significa aqu, el territorio rural
nabateo, justamente al este de Damasco, fuera de la esfera de influencia romana. Se puede pensar que Pablo se
retir de los debates de la ciudad por un tiempo con el
fin de prepararse con la oracin y la meditacin a su nueva vocacin. De cualquier manera, volvi pronto a Damaslos judos de Damasco, demostrando que Jess es el Cristo"
(Act9:22). Aqu permaneci durante tres aos (Gal 1:18).
Por fin sus adversarios los judos forzaron su salida y
le hubieran quitado la vida de haber podido hacerlo. Contando con la ayuda del representante local del rey de
Nabatea, Aretas IV, determinaron cerrar las puertas de
la ciudad para impedir su huida, cogindole as, a su placer, en la ciudad. Pero con la ayuda de sus hermanos los
cristianos, Pablo huy de noche por encima de la muralla
de la ciudad y as escap con vida (II Cor 11:32; Act
9:23-25). Se puede dar una fecha aproximada de este suceso, ya que fcilmente pudo ocurrir del 37 d. C. o antes
del 40 d. C. El emperador romano Tiberio, enemigo e n carnizado de Aretas, no hubiera tolerado actividad alguna nabatea en o cerca de Damasco; sin embargo Tiberio
muri en el ao 37 y Aretas en el 40,

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INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

De Damasco Pablo se dirigi a Jerusaln (Act 9:26-29;


Gal 1:18 ss). Aqu, al principio, tambin fue recibido con
alguna desconfianza por los cristianos, quienes encontraron duro creer que el que antes era su ms encarnizado
enemigo, se haba hecho uno de ellos.
Pero Bernab que haba sobresalido en la Iglesia de
Jerusaln desde sus comienzos (Act4.-36) y que iba a ser
ms tarde su compaero de misiones, defendi a Pablo
y convenci a los dems cristianos de la sinceridad de su
conversin. De nuevo Pablo se puso a predicar el Cristianismo y a disputar especialmente con los judos griegos.
De nuevo, tambin, esto puso en peligro su vida y termin
por huir a Cilicia, su ciudad natal (Act9:30; Gal 1:21).
Su apostolado en Tarso y Antioqua

Pablo iba a permanecer en Tarso varios aos. Sobre su


actividad durante todo este tiempo carecemos de informacin, pero no sera difcil de imaginar por lo que, por
otra parte, conocemos del Apstol. Sin duda tuvo aqu actividades apostlicas y controversias; para un hombre tan
irreprensible como Pablo hubiera sido extrao no tenerlas. Pero probablemente la mayor parte del tiempo la
dedic a prepararse para un trabajo mucho mayor que se
le presentaba, asimilando lo que haba aprendido de los
apstoles Pedro y Santiago, con la ayuda de las luces
dadas por Dios y pensando sobre todas estas verdades
para sacar de ellas sus deducciones ms profundas. Las
cartas que l ha escrito son testimonio de este su trabajo
que le sirvi de preparacin.
Mientras tanto la predicacin del evangelio iba avanzando a grandes pasos no slo en Judea sino tambin en
regiones muy distantes. Lo inmediato que nosotros conocemos de Pablo est en relacin con el establecimiento del
Cristianismo en Antioqua de Siria. Aqu se haban hecho
cristianos no slo judos sino tambin griegos, esto es
gentiles. Bernab fue enviado a Antioqua como represen-

INTRODUCCION A LAS CARTAS PAULINAS

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tante de la Iglesia de Jerusaln y llev consigo a Pablo,


desde Tarso, para tomar parte en el nuevo trabajo de catequizar (Act 11:19-26). Durante un ao Pablo permaneci
en Antioqua. Este trabajo con los primeros cristianos gentiles sera el presagio de la destacada vocacin de Pablo
como Apstol de los Gentiles. Muy oportunamente indica
Lucas en los Hechos de los Apstoles que "fue en Antioqua donde los discpulos fueron llamados por primera
vez "cristianos". Este ttulo, que les fue dado no por los
judos, sino por los gentiles, indica la nueva dimensin que
iba a tomar la Iglesia por medio del ministerio de Pablo.
En este momento nos llega otro dato cronolgico, aunque parcial, sobre la vida de Pablo. Al final de su estancia
en Antioqua, l y Bernab fueron a Jerusaln para consolar a los cristianos de Judea que estaban experimentando el hambre que entonces se extenda por varios lugares
del Imperio Romano (Act 11:27-30). El texto seala que el
hambre tuvo lugar durante el reinado del emperador Claudio, y por lo tanto despus del 41 d. C. Adems el historiador judo Flavio Josefo indica que el perodo del hambre en Palestina fue bajo el gobierno de los procuradores
Cuspius Fadus y Tiberius Alexander, i. e., entre el 44 y
45 d. C. Fue por lo tanto en este tiempo cuando Pablo hace
su segundo viaje a Jerusaln del cual no hace mencin en
sus cartas. Despus l y Bernab volvieron de nuevo a Antioqua llevando consigo al joven Juan, ms conocido en
la primitiva Iglesia con el nombre de Marcos y que era
primo de Bernab (Act 12:25).
Primer viaje misionero

Con el primer viaje misionero hecho en compaa de


Bernab comienza en serio el trabajo de Pablo. Desde este
momento los Hechos de los Apstoles dedican su atencin
de manera exclusiva a la actividad misionera del g r a n
Apstol. Nos ha parecido til dividir la carrera apostlica
de Pablo como lo hacen los Hechos, en tres viajes misio-

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INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

eros y la etapa final hacia Roma con que termina Lucas


su obra. Sin embargo es dudoso que Pablo o Lucas concibieran la actividad misionera del Apstol como consistente en viajes, en el sentido de que tuviera una base fija
de operaciones fuera del lugar donde se hallaba trabajando. Ms bien las bases de operaciones se encontraban en
aquel preciso lugar donde suceda que se hallaba trabajando en sus viajes, siempre impaciente como estaba de
llevar la Buena Nueva de la Salvacin a nuevos pueblos y
a nuevas regiones. El que haya vuelto sobre sus pasos alguna que otra vez en sus jornadas misioneras es un detalle incidental. En cada caso tuvo sus razones para hacerlo as, independientemente de toda idea de trabajar partiendo para cada jornada de una base fija de operaciones.
En lo sucesivo, estaba destinado a realizar un viaje casi
continuo en la predicacin del Evangelio y en sus viajes,
Lucas haba visto figurado el movimiento de toda la Iglesia de Cristo "an en los confines de la tierra" (Actl:8).
Lo que nosotros llamamos primer viaje misionero, descrito en Act 13-14, probablemente sucedi entre los aos 45
a 49. Fue un modesto comienzo, a la vista de lo que Pablo
iba a realizar posteriormente. Lucas utiliza tambin la
historia para mostrar la talla creciente de Pablo en el
desarrollo de la Iglesia. Al comienzo de su hegemona
permanece evidentemente con Bernab; el nombre de ste
es mencionado el primero y el de Pablo el ltimo en la
lista de los lderes de la Iglesia de Antioqua (Act 13:1)
y el primer destino de los dos misioneros es Chipre, patria
de Bernab. Pero sin embargo al final del viaje no hay
duda de que Pablo es reconocido por todos como el alma
que dirige el trabajo de la evangelizacin.
Lucas tambin tiene ahora la oportunidad de comenzar
a llamarle Pablo, su nombre como Apstol de los gentiles,
puesto que hasta este momento ha aparecido siempre
como Saulo. No hay razn para pensar que Pablo cambi
su nombre slo en este preciso momento; ms bien, como

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

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muchos judos de entonces y de ahora, tuvo de nacimiento un nombre estrictamente judo en su caso el nombre
de su gran antecesor benjaminita, el primer rey de Israel y otro que era traduccin o sonido similar, para
usarlo en las relaciones con el mundo gentil. Ahora que
Pablo comienza a emerger como representante de la Iglesia de los Gentiles, Lucas usa el nombre con el cual el
Apstol sera conocido desde entonces. Ninguna otra cosa
se nos dice del trabajo de Pablo y Bernab en Chipre, excepto su encuentro con Elymas Bar-Jess, un judo consejero del procnsul romano Sergius Paulus. Atravesaron
la isla de este a oeste, predicando en las sinagogas, aparentemente con algn xito, pues haban conseguido la amistad del procnsul, ocasionando as la intervencin de
Elymas.
Lucas concluye el episodio relatando que el procnsul
"crey y que estaba maravillado de la doctrina del Seor"
(Act 13:12). No es cierto si esto significa que se hizo cristiano. Es posible, ya que el judaismo era una "religin
legal" en el Imperio Romano, y el Cristianismo en este
tiempo no era mirado con desprecio como una secta del
judaismo. En el Museo Metropolitano de Nueva York
hay una inscripcin griega procedente de Chipre, que
menciona a un cierto Quinto Sergio (el resto del nombre
est perdido) como procnsul en el tiempo del Emperador Claudio. Esto lo toman algunos como una referencia
a Sergio Paulo. Pero ni aqu ni en ningn otro documento
contemporneo o escrito literario se da una informacin
concerniente a este hombre.
Apostolado en Asia Menor

De Chipre, Pablo y sus compaeros navegaron a la vecina Asia Menor, a la costera ciudad de Perge de Panfllia.
Al parecer no permanecieron aqu mucho tiempo sino que
inmediatamente comenzaron a planear cmo proseguir
ms al norte, a Antioqua de Pisidia. En ella Marcos les

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INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

abandona y se vuelve a su casa, en Jerusaln. Por Act 15:38


sabemos que esta partida fue ocasionada por cierto rencor a la oposicin de Pablo. Generalmente se piensa que
el rencor de Marcos no influy en los ambiciosos planes
de Pablo para esta jornada; sin embargo puede haber
ms en esta historia que nosotros no conocemos. Algunos
de los que sostienen que el pueblo de Antioqua y las otras
ciudades de este viaje, como Iconio, Listra y Derbe, son
los "Glatas", a los que Pablo se dirige en la carta que
lleva este nombre, concluyen de Gal 4:13 que se apresur
a ir a Antioqua despus de haberse puesto enfermo en
Perge. As lo que ocasion la salida de Marcos parece
haber sido un cambio de plan por parte de Pablo.
Se supone en la narracin una corta permanencia en
Antioqua y en Iconio. En Antioqua, despus de predicar
una semana a los judos, se determin la manera de proceder en el ministerio de Pablo. Cuando l y Bernab vieron la resistencia que se opona a la predicacin del Evangelio en la Sinagoga, pronunciaron las memorables palabras: "Era necesario que la palabra de Dios fuera
predicada primero a vosotros, pero puesto que vosotros
os mostris indignos de la vida eterna mirad cmo nos
volvemos a los gentiles" (Act 13:46). En Antioqua y en
Iconio los judos enemigos y los gentiles finalmente influyeron en las autoridades de la ciudad para expulsar a los
misioneros; sin embargo sus xitos en la evangelizacin
fueron considerables.
Iconio es el escenario de la leyenda de Pablo y Tecla,
de tal manera que se hizo popular entre algunos hermanos y en la Edad Media. La leyenda tal como est presentada, no puede ser tomada como historia; sin embargo contiene algunos datos que pueden ser la base de
un hecho. En particular la descripcin que se hace de
Pablo es lo bastante desagradable como para no venir de
testigos oculares, ms que de un posterior escritor de piadosa ficcin: "un hombre de moderada altura, con escaso

INTRODUCCIN A* LAS CARTAS PAULINAS

17

pelo, piernas arqueadas, grandes ojos, cejijunto, y con una


nariz ms bien larga". Pablo en esta poca poda tener
cerca de los cuarenta aos.
En las ciudades de Licaonia, Listra y Derbe, las ltimas que iba a visitar Pablo en este "viaje", l y Bernab
encontraron por primera vez un ambiente puramente pagano. Como acabamos de ver, ellos haban fijado su atencin en los gentiles, pero hasta entonces slo haban trabajado con ellos por medio de la Sinagoga y con los gentiles que haban tenido algn conocimiento del monotesmo judo y de sus enseanzas morales. En Listra los misioneros fueron tenidos por dioses, y la predicacin de Pablo
se hubo de limitar a las ms elementales verdades religiosas (Act 14:10-17). Ms tarde, despus de un tiempo
considerable, el apstol fue echado de la ciudad y con dificultad escap de la muerte a manos de los judos que le
haban seguido desde Antioqua e Iconio.
Desde Derbe, Pablo y Bernab volvieron sobre sus pasos
e hicieron de nuevo la visita a todas las ciudades del Asia
Menor que haban evangelizado, a pesar de la presencia
de sus enemigos en ellas. En Act 14:21, Lucas indica que
los nuevos cristianos estaban ya sufriendo la persecucin,
estado que Pablo siempre consideraba normal en la Iglesia. Desde el puerto de Atalia, cerca de Perge, volvieron
navegando a Antioqua de Siria para informar a la Iglesia de all sobre su sistema de admitir gentiles y los xitos
que con ellos tuvieron. Los misioneros haban viajado alrededor de dos mil kilmetros.
El Concilio de Jerusaln

Lucas ha ordenado los Hechos de los Apstoles de m a nera local ms que estrictamente cronolgica; por lo
tanto, nosotros no estamos siempre del todo seguros e n
qu orden sucedieron en realidad determinados hechos.
Sin embargo la mayora de los comentadores identifican
el Concilio de Jerusaln de Act 15:1-35 con la relacin d e
7

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INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

Pablo de un viaje a Jerusaln catorce aos despus de su


conversin, como cuenta en Gal 2:1-10. Las dos narraciones estn descritas desde dos puntos de vista diferentes;
el de Pablo es muy personal, teniendo en cuenta su propia parte en la predicacin del Evangelio a los gentiles;
pero los mismos hechos parecen estar en duda. Es posible
que sucedieran durante el ao 49 50 p. C.
No todos los judos cristianos estn contentos con la
poltica que ahora se identificaba con Pablo, de recibir a
los gentiles convertidos sin obligarles a someterse a la
circuncisin y a la prctica de la Ley Mosaica. Debemos
de tratar de entender la legtima inquietud de algunos
de estos cristianos (aunque tambin Pablo deca que algunos de ellos eran "falsos hermanos"). Para el judo la
Ley haba sido durante largo tiempo, el seguro bastin
contra el mundo pagano. Si la Iglesia se haca ahora gentil y abandonaba la Ley se podra asegurar que las principales mximas de moral, impuestas por la Ley permaneceran inclumes? Se podra dividir la Ley, eligiendo
entre sus preceptos, para decidir lo que todava obligaba?
Estos eran despus de todo los primeros das de la Iglesia,
cuando muchos problemas como ste tenan que ser decididos bajo la inspiracin del Espritu Santo.
Posicin de Pablo

La postura propia de Pablo fue inequvocamente clara,


y fue su buen criterio el que prevaleci para beneficio
perpetuo de la Iglesia. Si el Cristianismo hubiera permanecido unido al judaismo jams hubiera llegado a ser de
hecho lo que ahora fundamentalmente es: una Iglesia
Catlica. Aunque la elevada doctrina juda sobre Dios y
su cdigo moral tan perfecto han influido durante largo
tiempo sobre algunos de los mejores espritus del mundo
pagano, su influencia ha sido notoriamente limitada a
causa de la oposicin de los gentiles a someterse a la Ley y
a sus prescripciones rituales y hacerse de hecho miembros

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

19

de otra nacin. Cada consideracin prctica impela a la


disociacin del Cristianismo de la Ley. Adems no haba
que atribuir la salvacin a la Ley que, como Pablo iba
a describir ms tarde, haba sido el "pedagogo de Cristo",
sino ms bien deba de ser reconocida la obra realizada
por medio de Jesucristo exclusivamente. En sus cartas
Pablo desarrollara esta doctrina como una de las piedras
fundamentales de su enseanza. En los Hechos se resume
en estas palabras dirigidas a Pedro: "Por qu tentar a
Dios queriendo imponer sobre el cuello de los discpulos
un yugo que ni nuestros padres ni nosotros fuimos capaces de soportar? Por la gracia de Jesucristo creemos
ser salvos nosotros lo mismo que ellos" (15:10 ss).
Una vez que el problema se present en Antioqua fue
remitido a la Iglesia de Jerusaln, a la institucin que
tena la autoridad, y la solucin dada all fue la declaracin de independencia del judaismo. Sera intil acentuar la importancia de esta decisin. Actl5:20ss, 28 ss,
nota que por invitacin de Santiago los cristianos gentiles de Antioqua, Siria y Cilicia, que estaban viviendo en
regiones ms intensamente habitadas por judos, fueron
instruidos para obedecer a determinadas prescripciones
contenidas en Lv 17:8-13; 18:5-26, para no excitar la oposicin juda innecesariamente. Este no era un compromiso
con la decisin a que se lleg, sino una medida puramente
prctica que no llevaba consigo el sacrificio de ningn
principio. Estas prescripciones levticas fueron interpretadas por los judos como obligatorias no slo para ellos
mismos sino para todos los gentiles que vivan en su medio. Pablo en Gal 2:10 aade que las autoridades de Jerusaln le pidieron que "se acordase de los pobres, cosa que
procur yo cumplir con mucha solicitud". Los pobres en
cuestin eran los de la Iglesia de Jerusaln. En varias de
sus cartas vemos cmo Pablo urge a los cristianos gentiles
de las iglesias establecidas por l a ser generosos en contribuir a la colecta que ha de enviar a Jerusaln. Este

20

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

trabajo de la prctica de la caridad se realizaba para dar


nfasis a la unidad esencial de la Iglesia, aunque los gentiles y los judos cristianos siguieron costumbres diferentes, entre las que estaba su actitud ante la ley mosaica.
As el problema se solucion de raz y Pablo qued
libre para predicar el Evangelio a los gentiles sin estar
ligado a las prescripciones acostumbradas. Sin embargo
pas mucho tiempo antes de que el problema se solucionara de hecho. Las cartas de Pablo son testimonio de ello
respecto a los "judaizantes", que en todas las partes se
mantenan fuertes en las comunidades cristianas. Sin
duda muchos de ellos estaban de buena fe, pero el deber
de Pablo era indicarles las complicaciones ltimas de sus
ideas que hubieran finalizado despojando a Cristo de su
ttulo de Salvador. Ms an, en el terreno prctico, sin
duda muchos judos, aunque eran cristianos, encontraron
duro el reajustar su pensamiento despus de la larga tradicin de la ley. En Gal 2:11-14, Pablo nos dice que incluso
Pedro visitando Antioqua poco despus del Concilio fue
incapaz de desafiar la opinin de sus compaeros judos
y tuvo que ser increpado por Pablo por su conducta ambigua respecto a los cristianos gentiles. "Si la justicia viene
de la ley concluy Pablo entonces Cristo ha muerto
en vano" (Gal 2:21).
Segundo viaje misionero

Con la aprobacin de la Iglesia madre para su misin,


Pablo pronto vuelve a ponerse en marcha desde Antioqua. Su intencin primera fue el volver a andar el camino recorrido en su primer viaje y as se lo propuso a
Bernab. Sin embargo no fueron capaces de ponerse de
acuerdo para que les acompaase Marcos, al tomar Bernab partido por su familiar, y como resultado, Pablo
cambio sus planes (Act 15:36-41). Bernab y Marcos marcharon a Chipre y nosotros no omos ms de ellos en los
Hechos de los Apstoles. Pablo sali, esta vez, por la ruta

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

21

trascontinental a visitar las ciudades a donde haban llegado en su ltimo viaje, Listra y Derbe. Consigo tom a
Silas, personaje importante en la Iglesia de Jerusaln. el
cual haba venido a Antioqua (Act 15:22). Como aparece
ms tarde, Silas era como Pablo, ciudadano romano, hecho
que probablemente influy en la eleccin de Pablo. En
Listra tom tambin consigo al joven cristiano Timoteo
(Act 16:1-3) que estaba destinado a ser su discpulo favorito y su principal colaborador, el cual es mencionado en
casi todas las epstolas de Pablo. Pablo circuncid a Timoteo, no como una concesin al principio que la ley mosaica requera para el cristiano, sino para hacer posible su
ministerio entre los judos, quienes saban que la madre
de Timoteo era juda y le habran considerado en su estado de incircuncisin como un apstata detestable.
El resto de la ruta de Pablo en el Asia Menor est sujeto a discusiones. Lucas indica que ellos "pasaron a travs
del territorio de Frigia y Galacia" (Act 16:6). Si por "Galacia" quiere indicar la provincia romana de este nombre,
ellos estuvieron en Derbe, Listra e Iconio. Si quiere decir
la regin conocida con este nombre en los tiempos anteriores, Pablo hizo entonces un largo recorrido hacia el
norte y este, del cual no tenemos informacin alguna. Lucas dice que "les impidi el Espritu Santo hablar la palabra en la provincia de Asia". Evidentemente la intencin
de Pablo era dirigirse a Efeso, la ciudad principal de la
provincia romana del Asia y blanco natural para su celo,
una ciudad donde ms tarde iba a encontrar una Iglesia
floreciente. Pero por el momento era claro para l, por
algunos medios no revelados, que no era tiempo de que l
fuera all. Tampoco le fue permitido entrar en Bitinia, al
norte del Asia Menor. Por una ruta, pues, que no nos es
enteramente conocida, los misioneros se encontraron en
Trade, al noroeste de la costa del Asia Menor (Act 16:7 ss).

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INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

Entrada en Europa

Fue en Trade donde Pablo tuvo el famoso sueo del


Macedonio que le suplicaba cruzara para ayudarles (Act
16:9), suceso que marca otra poca decisiva en la historia
de la Iglesia. Pablo reconoci la voluntad de Dios en esta
visin y tom la decisin de predicar el Evangelio en
Europa.
Act 16:10 marca el comienzo de los "pasajes-nosotros"
de este libro, donde los trabajos de los misioneros se describen en la primera persona del plural. Generalmente
se utilizan stos para probar que Lucas, el autor, haba
vuelto a ser compaero de Pablo. Sin embargo puede significar que Lucas simplemente utiliz como fuentes el
testimonio de algn otro compaero de Pablo. Sabemos
por otra parte que Lucas fue ciertamente uno de los discpulos de Pablo. Por razn de que la evangelizacin de
Filipos se describe con mucho detalle, algunos han pensado que el mismo Lucas era un macedonio a quien Pablo
encontr en Trade (pareca por todos los hechos que
haba sido gentil), y de quien Pablo pudo haber recibido la
primera sugerencia de ir a Macedonia.
En Filipos

Filipos, la principal ciudad de Macedonia, llegara a ser


el emplazamiento de una de las Iglesias favoritas de Pablo, como sirve de testimonio la delicada carta dirigida
a los Filipenses. Fiel a su poltica de aproximarse primeramente a los judos, Pablo comenz su trabajo en el lugar
de oracin de los judos. Evidentemente que los judos de
Filipos eran demasiado pocos y pobres para mantener
una Sinagoga; sin embargo, como era normal, un grupo
de gentiles de la mejor posicin haban sido atrados por
la eminente religin del Judaismo. Entre ellos estaban
una tal Lidia, "vendedor de prpura en la ciudad de Tiatira", probablemente una rica mujer a quien Pablo haba

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

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bautizado y en cuya casa se hospedaban los misioneros.


Sin duda, por su medio Pablo se aproxim ms fcilmente
a los gentiles.
De manera paradjica, Pablo, que anteriormente haba
sufrido en manos de los judos, en Filipos sufre nuevos
contratiempos al ser acusado de hacer proselitismo en
favor de los judos. Mientras el Judaismo fue tolerado por
las leyes romanas, era ilcita toda actividad para hacer
conversos para el Judaismo entre los ciudadanos romanos;
los de Filipos, como es natural, no hacan distincin entre
Judaismo y Cristianismo, mirando a ste como una secta
del primero. En todo caso, la acusacin contra Pablo y
Silas fue una medida posterior como aparece claro en los
Hechos. Fueron perseguidos por un motivo de muy poca
importancia, y fue que los exorcismos de Pablo sobre una
joven, que tena trastornado el juicio, haban privado a
sus dueos de la ganancia que sacaban de supuestas revelaciones que ella tena.
Una noche fue hecho prisionero Pablo en Filipos en
un motn originado por sus perseguidores y fue entonces
la ocasin de invocar por primera vez sus prerrogativas
de ciudadano romano. Por su deseo de satisfacer al populacho, los magistrados de la ciudad haban hecho golpear a Pablo y Silas, crimen grave que bien poda costar
a las autoridades provinciales su puesto, e incluso sus vidas, por el inters que tena Roma de guardar la inviolabilidad de su ciudadana. Los magistrados se consternaron
al descubrir que aquellos dos hombres eran algo ms que
unos judos predicadores que iban de paso y que podan
ser tratados con impunidad. Fue con cierto aire de triunfo como accedi Pablo a sus preocupados ruegos y el que
determinara dejar la ciudad sin recriminaciones. Los
Hechos, que han fijado su atencin en los sucesos m s
extraordinarios del modo de vivir del Apstol en Macedonia, en realidad no han contado la historia completa
sobre Filipos. Por la carta a los Filipenses podemos dedu-

INTRODUCCION A LAS CARTAS PAULINAS


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INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

cir que los xitos misioneros de Pablo all, haban sido


extraordinarios.
En Tesalnica
Desde Filipos los misioneros tomaron la va Egnatiana,
la carretera romana que atravesaba Macedonia, a travs
de Anfpolis y Apolonia, hasta Tesalnica. En Tesalnica
(Act 17:1-9) el familiar esquema se vuelve a realizar: la
oposicin por parte de los judos de manera casual hizo
que llevara a los misioneros ms all de lo que tenan
proyectado su viaje, despus de haber comenzado Pablo
a predicar a Cristo en la Sinagoga.
Sin embargo, la Iglesia de Tesalnica se estableci bien,
despus de este suceso. Tesalnica era una importante
etapa en el ministerio de Pablo ya que, entonces como
ahora, era la segunda ciudad de Grecia, pablo puso su
cuartel general en la casa de un judo por nombre Jasn,
y esta casa lleg a ser la primera iglesia de Tesalnica, en
la que se reunan juntos judos y "gran nmero de cultos
griegos y de gentiles y no pocas mujeres de alto rango"
(Act 17:4). Las cartas a los Tesalonicenses de nuevo muestran los xitos importantes conseguidos en la predicacin
del Evangelio, antes que los descredos judos consiguieran
poner al pueblo en contra de ellos lo cual siempre era
una fcil posibilidad en la "democracia" de Tesalnica
y as conseguir hbilmente que los misioneros se retiraran
de all por un tiempo.
Se dirigieron al suroeste, hacia una antigua ciudad del
pas macednico llamada Berea y que todava existe con
el nombre de Verria. Aqui, por excepcin, los judos aceptaron de todo corazn el mensaje de Pablo y con ellos se
convirtieron a la Iglesia muchos gentiles (Act 17:10-12).
Cuando amenaz el peligro en Berea, ste fue originado
por los disgustados judos de Tesalnica, no por los de
Berea.
Segn Act 17:13-15: "Pero en cuanto supieron los ju-

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dios de Tesalnica que tambin en Berea era anunciada


por Pablo la palabra de Dios, vinieron all y agitaron y
alborotaron a la plebe. Al instante los hermanos despidieron a Pablo camino del mar, quedando all Silas y
Timoteo. Los que conducan a Pablo le llevaron hasta Atenas, recibiendo de l encargo para Silas y Timoteo de que
se le reuniesen cuanto antes".
En Atenas

Por l T h 3 : l s sabemos que Timoteo se uni a Pablo en


Atenas, pero de vuelta fue enviado por l, como mensajero, a Tesalnica. Act 18:5 ponen a Silas y a Timoteo de
nuevo unidos a Pablo en Corinto. Por el texto superior,
generalmente se supone que Pablo viaj a Atenas por
mar; sin embargo, fcilmente pudo haber seguido la ruta
transcontinental que va a lo largo de la costa.
Los Hechos de los Apstoles prestan especial atencin
a la misin de Pablo en Atenas (Act 17:16-34). Aqu Pablo
fue por primera vez un verdadero griego, no el gregeizante mirado as todava en Macedonia y que era considerado
como un brbaro por los verdaderos griegos. Atenas, la
ciudad madre de la cultura griega que Alejandro el Grande de Macedonia haba esparcido por todo el mundo, era
todava el centro de la cultura y de la filosofa del mundo
civilizado, muy respetada por los romanos, que eran sus
maestros en poltica pero sus discpulos en las ciencias
del espritu. Esta era la ciudad - escuela del Imperio. Aqu
el Cristianismo se puso en contacto con el pensamiento
gentil en su mismo origen.
Y aqui Pablo se encontr con una nueva reaccin en la
predicacin del Evangelio; no odio, no aceptacin, ni persecucin sino dbil indiferencia. El popular Neo-Platonismo que era la filosofa del da, no haba puesto en condiciones a los atenienses para afrontar crudezas tales
como la idea de resurreccin, que con fasis les predicaba
Pablo. No iban a pasar muchos aos hasta que se reali-

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INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

zara la unin de la filosofa griega con la revelacin bblica y que nosotros conocemos con el nombre de la edad
patrstica de la Iglesia. Los Hechos de los Apstoles dejan
una pequea duda de si Pablo mir su predicacin a los
atenienses en gran parte como un fracaso. Por la primera carta a los Tesalonicenses sabemos que el Apstol tuvo
otras preocupaciones, principalmente en lo que se refiere
al estado de la Iglesia en Tesalnica, que, como l supo
por Timoteo, estaba soportando una persecucin por parte
de los que haban seguido la pista de Pablo desde la ciudad. Deba de estar algo desanimado cuando decidi pasar
a la vecina Corinto.
En Corinto

Corinto, destinada a ser una de las mejores Iglesias de


la primitiva cristiandad, no dio tan buenos augurios cuando fue visitada por primera vez por Pablo. Si Atenas compendiaba mucho de lo mejor que tena la cultura de los
gentiles, Corinto era el smbolo de muchas de las peores
cosas de la misma cultura. Ciudad rica, cosmopolita y comercial, haba adquirido una reputacin desagradable desde tiempos antiguos y, aunque ahora era una ciudad totalmente romanizada, Corinto era prcticamente sinnimo
de inmoral. Sin embargo, en su descripcin de los trabajos apostlicos de Pablo en ella (18:1-11), los Hechos de
los Apstoles indican la gran amplitud que tuvieron los
xitos de Pablo y que confirman las cartas. Aunque, en su
mayor parte, no fueron premiados sus esfuerzos con los
judos, el presidente de la sinagoga de una importante
comunidad de judos se convirti, y "muchos de los de
Corinto escucharon a Pablo y creyeron y fueron bautizados".
Adems, la narracin de la misin de Corinto nos proporciona dos fechas cronolgicas. Cuando Pablo lleg a
Corinto "encontr a un judo llamado Aquila, nativo del
Ponto, que acaba de llegar de Italia con su esposa Pris-

INTRODUCCION A LAS CARTAS PAULINAS

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cila porque Claudio haba ordenado que todos los judos


salieran de Roma" (Actl8:2), Aquila y Priscila, dos convertidos de Pablo, formaban parte de los judos expulsados
de Roma por el Emperador Claudio, suceso que tuvo lugar
en el ao 49 50 d. C. y que es recordado por el historiador romano Suetonio. Esto nos permite sealar la llegada
de Pablo a Corinto alrededor del ao 50 51. Por otra
parte, se confirma esto con el incidente de Gallio (Act
18:12-17). Gallio, hermano del filsofo Sneca y to del
poeta Lucano, fue nombrado procnsul de Acaya (provincia romana de Grecia) segn Act 18:12, hacia el fin de la
estancia de Pablo en Corinto, que dur ao y medio
(Act 18:11). Una inscripcin encontrada en Delfos y publicada en 1905, confirma que Gallio fue procnsul por los
aos 51 y 52.
Epstolas a los Tesalonicenses

El comienzo de la carrera literaria de Pablo tambin tuvo


lugar en Corinto. Aqu se le unieron Silas y Timoteo que
haban venido desde Macedonia (Act 18:5) y de ellos haba
recibido noticias, que esperaba con ansiedad, del estado de
la Iglesia en Tesalnica. Por otra parte, durante el ao
51-52 escribi la primera de sus epstolas cannicas, la
primera carta a los Tesalonicenses. Una segunda carta
sigui a sta, sin duda, durante este perodo y a pocos
meses de la primera.
Fue probablemente en la primavera del 53, en el momento en que se reanuda la navegacin despus del invierno, cuando Pablo vuelve a Jerusaln y a Antioqua de
Siria, haciendo una breve escala en Efeso que se hallaba
en el mismo camino (Act 18:18-22).
Tercer viaje misionero

La divisin que hacemos del apostolado de Pablo en viajes es, como lo hemos indicado anteriormente, artificial,

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INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

y esto se puede comprobar con una cuidadosa lectura


de Act 18:18-22. De Corinto se apresur Pablo en llegar
a Jerusaln con intencin de realizar un deseo. Su estancia en Jerusaln fue muy breve, lo mismo que en Corinto,
a la cual no volvi a mirar ms como su cuartel general
sino simplemente como un lugar de parada en su camino
de vuelta a Efeso, en donde haba quedado en unirse a
Aquila y Priscila. Por otra parte, mientras haba pasado
ao y medio en Corinto, permanecera durante dos aos
en Efeso.
En Efeso

Aunque los Hechos de los Apstoles dedican considerable espacio a la historia de la misin de Efeso (Act 18:2419:40), sin embargo se nos dan muy pocos detalles. Efeso,
a donde Pablo haba tratado de llegar en su primer viaje,
era la ciudad principal del Asia Menor. Como la Iglesia
estaba floreciente en Asia Menor, probablemente Pablo
consider a Efeso como el centro de sus operaciones ms
que a Corinto, que estaba ms inaccesible. Desde este centro "todos los que viven en la provincia de Asia, judos y
gentiles, oyen la palabra de Dios" (Act 19:10). Probablemente durante estos dos aos el Evangelio se extendi
hacia el Oriente, hasta Colosos y la regin del valle de
Lizus. Por la carta a los Colosenses, tenemos noticias de
una Iglesia floreciente en Colosas, Hierpolis y Laodicea.
Probablemente tambin la evangelizacin de Trade tuvo lugar en este tiempo (cf. Act 20:5-12). El pas por el que
pas Pablo camino de Efeso, y donde iba "alentando a
todos los discpulos" (Act 18:23), es muy probable que incluya las ciudades del Asia Menor evangelizadas durante
su primer viaje: Derbe, Listra, Iconio y Antioqua de
Pisidia, que miraran a Efeso como su metrpoli. Es probable que desde Efeso dirigi Pablo a ellas su carta a los
Glatas para animarles a luchar contra la hereja judaizante y que l haba encontrado actuando con energa

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

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entre ellos. Por todas estas razones la ciudad de Efeso es


de capital inters para el autor de los Hechos, que ve en
ella otra etapa de progreso de la Iglesia hacia Occidente.
Primera epstola a los Corintios

En Efeso, Pablo conoci a Apolo, un misionero cristiano


que haba de desplegar mucha actividad en Corinto, a
donde haba sido enviado por Aquila y Priscila (Act
18:23-28). La primera carta de Pablo a los Corintios, escrita en el tiempo de su estancia en Efeso, fue en parte originada por la actuacin de Apolo en Corinto y de donde
tena noticias alarmantes de una lucha de partidos que
amenazaban con romper la unidad de la Iglesia.
Los Hechos nos dan ciertos detalles de la historia de la
disputa originada por la predicacin de Pablo en Efeso; el
famoso incidente de la Artemis de Efeso, "Diana de los Efesios" (Act 19:23-40). Siendo dramtico, sin embargo, este
incidente no provoc la salida de Pablo de la ciudad, sino
su mirada estaba ya puesta en otros campos de misin
ms lejanos y totalmente independientes de cualquier
oposicin (Act 19:21).
Parece lo ms atinado pensar que Lucas, en los
Hechos, ha pasado por alto otras persecuciones sufridas por Pablo en Efeso, atento a dar relieve a lo que
era el smbolo de sus xitos misioneros. En 1 Cor 16:9
Pablo menciona los "muchos adversarios" que se le opusieron en Efeso y en la misma carta indica que "luch con las fieras en Efeso" (15:32), mientras un poco
ms tarde dice a los romanos que Aquila y Priscila, que
estaban con l en Efeso, "por salvar mi vida, expusieron
su cabeza" (Rom 16:4). Estos hechos no se refieren al episodio de Diana que ocurri muy al final de la estancia de
Pablo en Efeso y en el cual no estaba directamente m e tido (cf.Act 19:31). Parece ms razonable concluir, como
lo hacen muchos autores modernos, que la permanencia
de Pablo en Efeso fue mucho ms movida de lo que parece

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INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

sugerir la relacin de los Hechos y que, en concreto, estuvo


prisionero por un tiempo.
Epstola a los Filipenses

La razn para pensar en su prisin aparte de que Pablo confiesa en 2 Cor 11:23 que estuvo prisionero frecuentemente, ciertamente con ms frecuencia de las veces que
se menciona en los Hechos es que la carta a los Filipenses, escrita mientras Pablo estaba en la crcel, parece
datar de este perodo. Es muy afn en el lenguaje y en
las ideas a las cartas que nosotros sabemos con certeza
estn escritas en este perodo, ms que a las "otras epstolas de la cautividad" (Efesios, Colosenses, Filemn) escritas ms tarde cuando Pablo estaba prisionero en Roma.
La fiel Iglesia de Filipos, teniendo noticias de la desgracia
de Pablo, le conforta y anima y en contestacin Pablo
expres sus deseos de visitarles pronto y mientras tanto
enviaba a Timoteo como emisario suyo (Fil2:19-24; cf.
Act 19:21 s).
Algunos autores tambin creen que durante su permanencia en Efeso Pablo hizo un viaje de ida y vuelta a Corinto por mar; creen que tal visita es necesaria para explicar ciertas discrepancias entre la primera y la segunda
carta a los Corintios. Ante tales hechos, todos reconocen
que la narracin que se hace de Pablo en los Hechos es
incompleta, al estar compuesta del material que era de
inters para el autor en la exposicin de su esquema del
desarrollo de la Iglesia, ms que de lo que hubiera proporcionado una completa biografa del Apstol.
Segunda epstola a los Corintios

La segunda carta a los Corintios nos proporciona una


narracin ms detallada de los viajes de Pablo, despus
de dejar Efeso, que la sumaria exposicin de Act 20:1.
Despus del tumulto sobre Diana de Efeso, Pablo se dirige

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

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a Trade donde va a encontrar a Tito, el discpulo que


haca mucho tiempo le haba acompaado al Concilio de
Jerusaln (Gal 2:1), quien le iba a informar sobre el estado de la Iglesia de Corinto. Por delicadeza, Pablo determin no seguir directamente hasta Corinto, sino esperar
noticias del efecto de su anterior carta de admonicin.
Dejando a Tito, a quien haba encontrado, atraves Macedonia y visit Filipos. Aqu le encontr Tito cuando le
trajo buenas noticias, y aqu fue escrita la segunda carta
a los Corintios.
Epstola a los Romanos

No est claro cunto tiempo permaneci Pablo en Macedonia. Algunos concluyen de Rom 15:19, que el Apstol
no estaba contento con la asistencia apostlica que procuraba a las iglesias de Filipos, Tesalnica y Berea y llev
tambin su actividad misionera a nuevos territorios que
se extendan hasta el Adritico. De Macedonia finalmente
volvi a Corinto, donde permaneci tres meses; es probable que los meses de invierno cuando la navegacin es
imposible, hasta que determin volver a Siria por mar
(Actl0:ls). Cuanto nos es posible determinar cronolgicamente, aunque nunca de manera cierta, es que esto
tendra lugar en invierno del 57-58 d. C. De nuevo no se
nos dice nada de la actividad del Apstol en Corinto,
pero es cierto que la epstola a los Romanos fue escrita
aqu por este tiempo. De modo diferente a las otras cartas, Pablo dirige esta epstola a la Iglesia que todava no
ha visitado y de la cual no es su fundador, aunque su
plan actual es hacer un viaje a Roma (cf. Act 19:21). La
epstola difiere tambin de las otras cartas en que no h a
sido motivada por su ministerio, sino que, ms bien, es
la elaboracin doctrinal de algunos de los temas desarrollados en su carta a los Glatas.
El resto de la narracin del "tercer viaje misionero"
de los Hechos es de gran valor por la luz que arroja sobre

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INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

la historia de la primitiva Iglesia, pero dice relativamente poco de Pablo. Cuando el Apstol, en la primavera del
ao 58, descubre un complot judo que se haba organizado contra l (las circunstancias del hecho no se han
esclarecido) abandona su viaje por mar y en cambio vuelve a Trade a travs de Macedonia, acompaado por algunos seguidores (Act20:3-6). En Filipos permaneci hasta
despus de Pascua, a continuacin, se qued una semana
en Trade, en la que haba ahora una comunidad cristiana organizada (Act 20:7-12). Desde Trade naveg hacia
el sur por la costa, haciendo escala en varios puestos, pero
procurando retrasarse lo menos posible, ya que haba determinado llegar a Jerusaln para Pentecosts (Act 20:1316). Por las epstolas conocemos el motivo de su ida a Jerusaln, que fue el dar para los pobres de la Iglesia-Madre
la colecta que haba recogido en las iglesias de Macedonia y Acaya, en cumplimiento del compromiso que tena
hecho haca mucho tiempo (cf. Gal 2:10).
Efeso era un lugar que Pablo no poda pasar completamente de largo cuando estuvo cerca. Desde la cercana Mileto, cit a la Iglesia de Efeso, a la que dirigi una
conmovedora alocucin, una de las ms personales que
los Hechos le atribuyen, en la que vaticina los sufrimientos que le esperan en Jerusaln por parte de sus hermanos
los judos (Act 20:17-38). Sin embargo, su sombra prediccin de que no volvera a verles, no se cumpli, si juzgamos por lo que se dice en las epstolas pastorales.
En lo restante del viaje de vuelta a Jerusaln, en que
los misioneros siguieron la ruta por mar que recorran
las naves de los comerciantes fenicios (Act 21:1-16), Pablo
fue advertido por dos veces, en Tiro y en Cesrea, de las
dificultades con que se iba a encontrar en Jerusaln. Pablo
y sus compaeros debieron de llegar con los corazones un
poco tristes a la Ciudad Santa, y probablemente la ltima
vez en la vida de Pablo.

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INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

Prisionero en Palestina

Las circunstancias del arresto de Pablo y su encarcelamiento en Palestina nos las describen Act21:17-26:32. Las
advertencias y prediciones que tuvo en el viaje a Jerusaln se cumplieron ampliamente.
La Iglesia de Jerusaln, como era natural, estaba compuesta por judos que, siendo cristianos, observaban la
Ley Mosaica como, en realidad, el mismo Pablo haca en
su vida privada. La predicacin del Apstol de la salvacin
por la fe, en la que los judos y gentiles estaban en una
posicin de igualdad y en que la Ley era impertinente,
no fue inspirada en el desprecio a la Ley, la cual Pablo
siempre consider como santa; tampoco intent persuadir a los judos a que abandonaran la prctica de lo que
formaba parte de su legtima cultura nacional y tradicional. Por su parte, sin embargo, no era renunciar a sus
principios, cuando se avino a lo que le propusieron los cristianos de Jerusaln, de que hiciera una confesin pblica
de su prctica de la Ley para calmar los rumores de que se
opona a ella.
Esta estratagema fall y adems era probable que fallase. En Jerusaln, los judos cristianos, que frecuentaban
la sinagoga y el templo y, en general, se portaban como
otros judos, fcilmente podan dar la impresin de que
el Cristianismo no era otra cosa que una secta del Judaismo las divisiones doctrinales entre judos, que formaban diversas sectas reconocidas, con frecuencia no eran
ms pronunciadas, para quien juzgara desde fuera, que
las diferencias entre Cristianismo y el Judaismo principal. En aquellas circunstancias los mismos judos cristianos podan incluso considerar su fe diversa conforme
a este punto de vista. Pablo, sin embargo, haba comenzado un trabajo que era necesario para que no se realizara tal confusin, ya fuera por parte de los judos como
por parte de los gentiles. Su enseanza sobre Cristo, como
3

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INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

punto central en la obra de la salvacin, no hubiera dejado duda de que la nueva religin no era meramente una
nueva interpretacin del Judaismo sino que le haba superado.
Sus enemigos, deseosos de tener algn pretexto para
castigar lo que ellos consideraban una traicin, falsamente le acusaron de introducir a los gentiles en los recintos
del templo, crimen que las autoridades romanas haban
determinado castigar con la muerte. Podemos hacer notar
que de nuevo fueron los judos griegos, implacables enemigos suyos (Act 21:27). Se levant un revuelo entre el
pueblo que finaliz con el arresto de Pablo, y slo su ciudadana romana le libr de la arbitraria brutalidad de los
soldados romanos, cuya primera intencin era apalearle
y despus investigar en la verdad o falsedad del hecho.
Traslado a Cesrea

Despus de un preliminar juicio oral delante del Supremo Consejo Judo y que termin en un desorden por causa
de un hbil juego de Pablo pero en el que trat de
presentar el verdadero motivo de su persecucin el
tribunal romano en Jerusaln le traslad en secreto, durante la noche, a Cesrea para prevenir el que fuera asesinado por parte de un grupo violento que se haba determinado a tomar la ley por sus manos. En Cesrea, que
era el cuartel general del Procurador romano, Antonio
Flix, de nuevo las autoridades judas acusaron a Pablo en
forma legal, pero sin resultado.
Ahora comienza para Pablo un perodo de unos cinco
aos durante el cual ser prisionero al menos tericamente. Aunque tena un cierto grado de libertad para
comunicarse con sus amigos y recibir sus visitas, sin embargo sus viajes apostlicos, por el momento, haban llegado a su fin. Antonio Flix, un oportunista sin escrpulos, conoca, por su larga experiencia en Palestina (haba
sido procurador desde el ao 52-60) que las acusaciones

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

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que se le hacan a Pablo no tenan fuerza, pero deseoso
y necesitado de estar a bien con las autoridades judas se
persuadi que era mejor tener a Pablo en la crcel.
Cuando Flix fue quitado de su cargo por el emperador Nern en el ao 60, fue reemplazado por Porcio Festo.
Festo fue un hombre honesto, cosa rara entre los procuradores romanos. Por otra parte, era un hombre sin experiencia y los enemigos de Pablo, que no le haban olvidado, trataron inmediatamente de aprovecharse de la candidez del procurador. Su plan era conseguir que Pablo
fuera enviado de nuevo a Jerusaln, con lo cual podran
ponerle alguna asechanza y conseguir con ello su muerte. Festo, totalmente inconsciente, consinti en sus planes porque deseaba comenzar su carrera en Palestina asegurndose la buena voluntad de los lderes judos. Cuando indic a Pablo que fuera a Jerusaln para tener un
juicio delante del Sanedrn, trat de garantizar con su
propia presencia el que se hiciera justicia. Pero Pablo
saba que, una vez que dejara la seguridad que le ofreca
Cesrea, tendra pocas probabilidades de salvarse. Flix
ya le haba tenido en prisin durante los dos aos estipulados para la preparacin de una acusacin formal y de
un juicio. Festo podra acarrearle un mayor mal al ignorar las fuerzas que se oponan a Pablo.
Pablo hizo la nica cosa que poda hacer: apel al
Csar haciendo uso de su prerrogativa de ciudadano romano y as forz su salida de Palestina. Despus de su
famosa defensa en presencia de Herodes Agripa II (Act
25:13-26:32) Pablo dejaba Tierra Santa probablemente
para no volver jams.
Viaje a Roma

La narracin grfica del viaje de Pablo a Roma, escrita


en primera persona del plural (originariamente por L u cas o alguno de sus compaeros de viaje) es una de las
ms interesantes de los Hechos (ce. 27-28) y contiene p r c -

36

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

ticamente la nica relacin contempornea de los peligros de los viajes por mar.
Juntamente con otros prisioneros destinados a Roma,
Pablo fue transferido a un centurin de Cesrea quien
les embarc en una nave que se diriga a Asia. En Sidn
se le concedi a Pablo desembarcar para recibir las atenciones de sus hermanos, indicando probablemente con esto
que el Apstol se haba puesto enfermo. Desde Sidn navegaron al sotovento de Chipre y bordearon la costa de
Cilicia y Panfilia hasta que llegaron a Mira de Licia, en
la punta ms al sur de Asia Menor. Aqu cambiaron de
barco, tomando una nave alejandrina destinada a Italia.
Con dificultad llegaron hacia oeste hasta Cnidus, donde
no pudieron desembarcar por el viento. As navegaron
hacia el sur, al sotovento de Creta, donde desembarcaron con dificultad en el puerto de Buen Puerto.
Estaban en la mitad de setiembre cuando la navegacin comienza a ser peligrosa. Pablo aconsej al centurin
invernar en Buen Puerto a pesar de las malas condiciones de ste, pero decidi apresurarse hasta el puerto ms
seguro de Fenice. Intentando llegar a l y navegando a
lo largo de la costa de Creta, les cogi un fuerte viento
noroeste y les arrastr al mar abierto. Durante dos semanas fueron llevados por la fuerza del mar, hasta que por
fin naufragaron en la isla de Malta.
Despus de invernar en Malta, navegaron de nuevo en
otro barco alejandrino y, habiendo alcanzado Siracusa de
Sicilia a los tres das, continuaron por la costa hacia arriba, hasta Regio, en la punta de la bota de Italia. Dos das
ms tarde, con viento favorable, desembarcaron en Puteoli, entonces uno de los puertos principales de Roma.
All encontraron a cristianos que evidentemente pertenecan a la Iglesia de Roma y con ellos permanecieron
durante una semana. "Y as concluye Lucas llegamos
a Roma. Y los hermanos de all, teniendo noticia de
nuestra llegada, vinieron desde el mercado de Apio y las

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

37

Tres Tabernas; y, cuando Pablo les vio, dio gracias a


Dios y se anim. A nuestra llegada a Roma, a Pablo le dieron permiso para vivir por su cuenta con un soldado que
le guardase". (Act 28:15 s).
Epstolas a los Colosenses, a Filemn
y a los Efesios

La estancia de Pablo en Roma se, puede designar con el


nombre de "custodia libera militaris". Estaba tcnicamente bajo custodia pero viva en su propio alojamiento
con amplia libertad para escribir y predicar. Durante esta
poca escribi la carta a los Colosenses cuando tuvo noticia de las graves dificultades doctrinales a las que estaba haciendo frente aquella Iglesia. Juntamente con sta,
envi una breve nota a Filemn, un cristiano importante
de Colosas y la carta a los Efesios que es un desarrollo
doctrinal de las ideas contenidas en la carta a los Colosenses.
Act 28:17 indica que hubo un pequeo contacto entre
los cristianos y los judos de Roma, al sugerir que por
este tiempo la Iglesia de Roma estaba compuesta en su
mayora de gentiles. Pablo hizo un gran esfuerzo en Roma
por atraer a sus hermanos los judos, pero aparentemente
no tuvo mucho xito. Act 28:28, al citar las palabras que
les dirigi a ellos, virtualmente describe el futuro de la
Iglesia en el mundo: "Sabed, pues, que la salud de Dios
ha sido ya comunicada a los gentiles y stos la oirn".
La salvacin ha pasado, pues, de los judos a los gentiles,
y la Iglesia pertenece a todo el mundo.
Antes se pensaba que Lucas debi haber concluido los
Hechos de los Apstoles antes de que Pablo hubiese sido
puesto en libertad, pues de lo contrario hubiera contado
este suceso en lugar de concluir con Pablo todava en la
prisin. Pero ahora se ve que tuvo presente otra idea mucho ms importante. Deliberadamente termin la n a r r a cin con Pablo todava en Roma porque al final iba a

38

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

contar la historia que tena intencin de decir:

LA IGLESIA

QUE HABA COMENZADO COMO UNA SECTA JUDA E N JERUSALN


HABA LLEGADO A SER UNIVERSAL DE HECHO Y E N SU ESTRUCTURA.

En realidad nos ha dicho de manera equivalente que Pablo fue puesto en libertad, al decirnos que permaneci all
"durante dos aos completos" (Act 28:30). Como no presentaran contra l cargo alguno (de los cuales los judos
de Roma no estaban enterados, segn Act 28:21) sera
automtico el que fuera puesto en libertad al final de
estos dos aos. En las cartas que escribe Pablo desde Roma
durante este perodo del 61-63 d. C, aparece cmo miraba
l mismo con confianza su libertad. En este tiempo estaban con l Aristarco (Col 4:10), Epafras (Filem 23), Dems
(Col 4:14; Filem 24), Jess el Justo (Col 4:11), Lucas (Col
4:14; Filem 24), Marcos (Col 4:10; Filem 24), Onsimo
(Col 4:9; Filem 10), Timoteo (Col 1:1; Filem 1), y Tiquio
(Ef6:21; Col 4:7).
l t i m o s aos de Pablo

Para las etapas finales de la vida de Pablo dependemos


de algunos presupuestos y de cierto nmero de conjeturas. Los presupuestos principalmente son que las cartas
pastorales son autnticas de Pablo y que fueron escritas
en el siguiente orden: 1 Tim, Tit, 2 Tim ambas cosas
las sostienen comnmente los autores catlicos. La conjetura apoya la suposicin de que Pablo llev a cabo algunas de sus intenciones que previamente haba anunciado.
Apoyndonos en ellas podemos sugerir el siguiente itinerario.
Despus de ser puesto en libertad en el 63, Pablo fue
a Espaa. Sabemos que tena intencin de hacerlo (Rom
15:24) y algunas fuentes patrsticas de los primeros tiempos indican que lo hizo. Probablemente en su ruta de ida
o de vuelta de Espaa hizo escala en la costa sur de
Francia. De vuelta de Espaa en el ao 64, pas de largo
Roma, en este momento muy insegura para los cristia-

INTRODUCCION *A LAS CARTAS PAULINAS

39

nos, ya que Nern les haba acusado de quemar la ciudad.


En cambio, naveg directamente a Asia Menor, desembarc en Mileto, y visit Colosas, donde haba anunciado
previamente su llegada (Filem 22). De Colosas se dirigi
de nuevo a Efeso donde dej a Timoteo en el ao 65
(1 Tim 1:3).
Epstolas a T i m o t e o y a T i t o

Desde Efeso, Pablo fue a Macedonia por el camino de


Trade. De nuevo en Filipos, escribi la primera carta a
Timoteo. Desde Macedonia se dirigi, probablemente por
el camino de Corinto, a Creta, donde dej a Tito (Tit 1:5).
A continuacin subi a Nicpolis, en la costa occidental
de Macedonia, donde permaneci el invierno del 65-66.
All escribi la carta a Tito y fue tambin all donde ste
se le volvi a unir (Tit 3:12).
Despus de dejar Nicpolis, probablemente viaj al
norte a travs del Ilrico y Macedonia antes de llegar a
Trade, donde de nuevo fue hecho prisionero (2 Tim 4:13).
Se puede presumir que, como conocido lder de los cristianos, Pablo fue una de las ltimas vctimas de la persecucin de Nern dirigida contra los cristianos. De
Trade sera llevado a Efeso, capital de Asia, para hacerle
un juicio preliminar (2 Tim 4:16 s); por esto, desde Mileto, se le envi a Roma. Esta vez su ruta sera directa: a
travs del mar Egeo hasta el puerto de Corinto de Cendra, en un barco con carga para el otro lado del istmo de
Corinto. Desde Corinto siguieron de nuevo la ruta del m a r
hasta Puteoli (2Timl:17; 4:9,21).
Pablo lleg a Roma en el ao 66. Aqu escribi su s e gunda epstola a Timoteo. Fue decapitado en el imperio
de Nern el ao 67. Segn la tradicin su ejecucin tuvo
lugar en la va de Ostia, a las afueras de Roma, en el lugar
conocido como Tre Fontane, donde hay un monasterio
trapense. Su cuerpo fue sepultado en un cementerio de la
va de Ostia, a corta distancia de los muros de la ciudad,

40

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

Sobre el lugar de su tumba hoy se levanta la gran Baslica


de San Pablo Extra Muros, que lleva el nombre del Apstol.
El pensamiento de Pablo

El haber narrado la vida de Pablo supone que hemos indicado su importante significacin en la Historia de la
primitiva Iglesia. Como indicamos al comienzo, presidi
y experiment las etapas cruciales por las que la Iglesia
se desarroll desde una comunidad juda, que surgi en un
oscuro rincn del Imperio Romano, hasta transformarse
en un movimiento internacional de habla griega, establecido firmemente en todos los centros del mundo civilizado; en gran parte Pablo dirigi estas etapas de desarrollo y las inici. Una de las paradojas de la historia es que
al judo de Cilicia, hebreo de hebreos y fariseo, le atribumos el hecho principal, bajo la proteccin de Dios, de
que la Iglesia haya prescindido de las amarras de sus orgenes nacionales y haya venido a ser posesin de toda la
humanidad.
Si la religin cristiana ha llegado a ser el molde de
la civilizacin occidental a la que nosotros pertenecemos,
se le debe a Pablo ms que ningn otro hombre, Es por
esta razn por la que Lucas, aparte de lo fascinante de
la propia vida de Pablo, ha tomado la carrera de ste
como el contenido de la segunda parte de los Hechos.
Adems de ser un extraordinario hombre de accin,
Pablo era sobre todo el lder ms importante del primitivo
Cristianismo. Los grandes movimientos los originan las
grandes ideas, sin las cuales la accin es imposible. El
Cristianismo nunca poda haber llegado a ser lo que es
sin hombres como Pablo que, guiados por el Espritu Santo,
aplican hasta sus ltimas consecuencias el mensaje de la
verdad que el fundador del Cristianismo ense a sus primeros discpulos en Galilea y Judea. Sin embargo, para
conocer plenamente la grandeza de Pablo, debemos no

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

41

slo presentar lo que hizo sino tambin estudiar sus palabras.


Siempre se ha reconocido que Pablo es el ms importante de los escritores del Nuevo Testamento. Cuando
hablamos de "doctrina del Nuevo Testamento" o "teologa
del Nuevo Testamento" frecuentemente no nos referimos
a ninguna otra cosa ms que a alguna de las enseanzas
de Pablo. De tal manera es verdad esto que los crticos
racionalistas, todos a una, determinaron designar al Cristianismo histrico con el nombre de "Paulinismo", con lo
cual insinuaban que el gran Apstol era el responsable
de la gnesis y del desarrollo de lo que es fundamental en
nuestra fe. Crticos independientes de nuestros das, en
principio, han abandonado esta posicin. Sin embargo,
admiten que Pablo ha comprendido mejor que ningn
otro de los cristianos primitivos el espritu de la doctrina
de Jess, y que a travs del Apstol llegamos hasta encontrarnos cara a cara con el Maestro mismo.
Para apreciar esto, debemos leer las cartas de Pablo
cuya tarea vamos a comenzar a continuacin.

LOS ESCRITOS DE PABLO


Cartas o epstolas?

La pregunta puede parecer al principio extraa: los escritos de Pablo se han de llamar cartas o epstolas? Para
nosotros parecen significar la misma cosa, aunque ordinariamente hablaremos de cartas y usaremos el trmino
"epstolas" ms bien semiconscientemente como un trmino tradicional o afectado, excepto cuando nos encont-amos ante documentos bblicos u otros documentos a n tiguos. Lo que queremos decir con la pregunta es: son las
epstolas de Pablo cartas verdaderas, esto es, simples extensiones o sustituciones de su conversacin, cartas como

42

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

las que nosotros escribimos? O son ms bien formalistas


composiciones literarias, tratados morales o doctrinales
que utilizan la forma de carta como una ficcin literaria?
Algo similar a esto, y que nosotros utilizamos hoy, se llama
carta abierta que se dirige a una persona individual o un
grupo, pero en realidad se pretende que sea pblica. Si
los escritos de Pablo entraran dentro de esta categora,
realmente deberamos llamarlos epstolas en lugar de
cartas.
Contestar a esta pregunta no es tan fcil como parece. Por una parte, como ya hemos sealado continuamente
en las pginas anteriores, los escritos de Pablo estn dirigidos a personas verdaderas, ordinariamente a comunidades ms bien que a individuos, pero comunidades con las
que estaba en relaciones plenamente familiares y a las
que conoca personalmente. Fueron escritas para solucionar problemas que le presentaban, para corregir abusos
de los cuales haba odo hablar, para responder, en otras
palabras, a situaciones actuales y reales. Por lo tanto parece obvio que las diramos el nombre de cartas en el sentido estricto de la palabra. Pero por otra parte los cristianos miran a las epstolas de Pablo como documentos
cristianos que son norma aplicable a la Iglesia en todos
los tiempos, y en realidad as fueron mirados desde el
comienzo.
Comparacin con los papiros

La pregunta ha adquirido ms importancia con el descubrimiento, al final de la pasada centuria, de los "papiros", un gran nmero de papiros manuscritos que datan
de los tiempos del Nuevo Testamento, encontrados principalmente en las arenas de Egipto, y que se componen
de documentos comerciales y privados de todas las clases,
muchos de los cuales son cartas. Inmediatamente se reconoci que el lenguaje del Nuevo Testamento, no slo el de
los escritos de Pablo, era el mismo griego familiar y vul-

INTRODUCCION A LAS CARTAS PAULINAS

43

gar del de los papiros, hecho que ha estado durante largo


tiempo velado por el lenguaje majestuoso, sonoro y potico
en el que era costumbre traducir la Biblia. Se ha descubierto tambin que las epstolas de Pablo fueron escritas
en la forma de carta convencional de la poca. La nica
diferencia significativa est en la extensin, ya que mientras el promedio de las cartas de los papiros es de unas
87 palabras, el promedio de las de Pablo es de 2.500.
Como consecuencia de estos descubrimientos uno de los
eminentes eruditos actuales lleg a esta conclusin: "Las
cartas de Pablo no son escritos literarios; son cartas autnticas, no epstolas; las escribi Pablo, pero no para ser
pblicas o para la posteridad, sino para las personas a las
cuales ellas van dirigidas. Casi todos los errores que se
han cometido siempre en el estudio de la vida y la obra
de Pablo, han provenido de descuidar el hecho de que
sus escritos no son de carcter literario sino epistolar"
(ADOLF DEISSMANN, Light From the Ancient East, p. 234).
Hay una verdad en esta exposicin que nunca debiramos olvidar y que, en la medida en que es verdad, debe
tenerse cuidadosamente presente. Pablo no vivi en el desierto sino en un mundo de habla griega del cual ha
participado mucho. Es obvio que sus palabras tienen que
ser comprendidas, primero y principalmente, segn el contexto que l las ha dado, en la situacin concreta en la
que ha tenido que tratar. Es igualmente obvio que hay
que entenderlas segn el espritu popular con que han sido
escritas, por un hombre que trata familiarmente con sus
amigos: con esta medida el vocabulario, que es semejante
al encontrado en los papiros frecuentemente, puede arrojar mucha luz sobre el pensamiento de Pablo. Por la misma razn la tendencia moderna de traducir el Nuevo
Testamento en un lenguaje de conversacin y popular
es buena, ya que de este estilo fue el griego en el que originalmente fue escrito. Los escritos de Pablo no son composiciones literarias elaboradas sino cartas.

44

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

No slo las cartas de Pablo se diferencia de las de los


papiros en la longitud sino tambin en otras cosas. No
es verdad cuando se dice que el Apstol no tuvo presente
al pblico o a la posteridad cuando escriba. Y este es en
particular el caso de las cartas de Romanos y Efesios,
donde el Apstol evidentemente ha elaborado ciertos aspectos de su enseanza, ms por causa de la doctrina que
por cualquier urgente inters pastoral de sus dirigidos, y
esto tambin vale para las otras epstolas. Propiamente
Pablo siempre fue consciente de su autoridad apostlica
y del hecho de que l no escriba meramente como un
cristiano privado a otro cristiano sino como el receptor de
la divina revelacin que haba de manifestar la "palabra
nueva" en el desarrollo del mensaje cristiano. Consider
que sus cartas haban de ser guardadas y ledas por otros
adems de sus primeros dirigidos (cf.Col4:16) como en
realidad sucedi. Por lo tanto son escritos de un profesional y esto se extiende a las epstolas y a las cartas.
Lenguaje y vocabulario

El lenguaje de las epstolas de Pablo, como el resto del


Nuevo Testamento, es el comn al pueblo ordinario y que
los papiros nos le han colocado en su verdadera perspectiva. Este lenguaje lo escribi Pablo con vigor y de manera
fluida, sin vacilacin ni rebuscamiento de palabras. Evidentemente Pablo pens y escribi en griego, ya que las
epstolas contienen muchos semitismos, esto es, locuciones
arameas comunes en los evangelios que traicionan la paternidad literaria de aquellos para quienes el griego era
una lengua extranjera. Pablo era capaz de usar esta lengua con gran efecto dramtico y algunos de los ms tiernos pasajes del Nuevo Testamento son suyos. Su estilo es
exclusivamente el suyo propio y lo utiliz con el mayor
provecho. Sin embargo, al lado de los modelos del Nuevo
Testamento el griego de Pablo no es lo mejor. Era un hom-

INTRODUCCION A LAS CARTAS PAULINAS

45

bre culto y escribi como tal, pero no dedic ni su educacin ni su inteligencia a tareas literarias.
Antecedentes en el Antiguo Testamento griego

Si es importante interpretar las palabras de Pablo en


su marco contemporneo, es an ms importante tener
presente todo lo que le separa de la civilizacin griega en
la que vivi. Aunque Pablo pens y habl griego, originariamente era judo, por preferencia y por educacin. Parece que tuvo poco inters y muy poco conocimiento de
la literatura griega. Su medio ambiente literario fue casi
exclusivamente el del Antiguo Testamento y el de otros
escritos del Judaismo.
Esto significa que muy frecuentemente para la comprensin de ciertas palabras claves de su vocabulario teolgico tales como "redencin", "salvador", "propiciacin"
y muchas otras debemos fijarnos en el Antiguo Testamento griego ms que en la sociedad pagana contempornea. El Antiguo Testamento griego, cuyo lenguaje le
era a Pablo ms familiar que ningn otro, era en su mayor
parte una "traduccin griega". Al poner las memorias de
la historia y pensamiento religioso de Israel en una lengua
que nace de una mentalidad completamente diferente, los
traductores de la Biblia griega inevitablemente hubieron
de usar palabras nicamente las palabras griegas que
eran utilizables muy frecuentemente en otro sentido que
el que tenan exactamente en el griego puro. Estas palabras, cuando se encuentran en la Biblia griega, significan
lo que el contexto y la inspirada intencin del escritor
les dio, no necesariamente lo que el griego etimolgicamente puede indicar. Cuando Pablo usa estas palabras,
consagradas por la tradicin centenaria juda, se ha de
presumir que Pablo quiso indicar con ellas lo que significan en el Antiguo Testamento griego, no lo que ellas p o dan significar para un griego pagano.
Esto es una verdad tan vulgar que nos podemos sor-

46

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

prender al saber cuan frecuentemente ha sido ignorada.


En tiempos pasados, Pablo ha sido mal traducido y, ms
frecuentemente, mal interpretado por el abandono de este
principio. Es muy importante para nosotros que comprendamos bien esto, ya que estamos ahora mucho ms distanciados de su mundo contemporneo y de la tradicin
griego-juda de la cual fue heredero. Los modernos comentaristas que son tambin peritos del Antiguo Testamento
griego, prestan un buen servicio a los hombres al restaurar el pensamiento de Pablo en sus formas originales y
al apartarle de los caminos por donde Pablo nunca haba
tenido intencin de desviarse.
Aparte de la influencia del helenismo contemporneo
y del griego del Antiguo Testamento, hay muchas cosas
en el lenguaje y en el estilo de Pablo que hay que atriburselas nicamente a l. Ningn escritor del Nuevo Testamento tiene ms formas caractersticas de expresin
que Pablo. Su estilo es ms propio de un pensador enrgico que de un hombre sosegadamente meditativo. Sus
pensamientos brotan unos de otros, muchas veces sacrificando el orden lgico. Tiene tendencia a los anacolutos,
esto es, a dejar una frase sin terminar, suspendida en el
aire, a causa de que un nuevo pensamiento le ha sugestionado antes de que tuviera tiempo de expresar completamente la frase anterior. Frecuentemente acenta su pensamiento amontonando adjetivos y verbos de tal manera
que causara la desesperacin a un elegante estilista. Todos
estos giros son aumentados todava ms por el hecho de
que ordinariamente dictaba sus cartas a un escriba en
lugar de escribirlas l mismo. Es fcil imaginar cmo frecuentemente sus secretarios debieron correr para poder
seguir el torrente de sus palabras, y cmo tambin frecuentemente debieron de dejar de hacerlo.

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

47

La recopilacin

Es probable que hasta el final del primer siglo del Cristianismo no se reunieron las epstolas de Pablo. Los evangelios escritos antes del final de este siglo, presentan
muy poca dependencia, si es que tienen alguna, con las
epstolas, las cuales, se puede presumir, eran desconocidas
a los evangelistas. Por otra parte, la literatura cristiana
de finales del s. i y comienzos del s. n supone un conocimiento de las obras recopiladas de San Pablo.
Las cartas dirigidas a las diferentes Iglesias, fueron
naturalmente guardadas por estas Iglesias y pasaron de
unas Iglesias a otras. Gradualmente fueron agrupadas en
una nica coleccin hasta llegar al nmero completo que
tenemos ahora. Sin duda hubo otros escritos de Pablo que
no poseemos. El primer testimonio cristiano del canon del
Nuevo Testamento menciona slo las epstolas de Pablo
que poseemos hoy y slo stas las ha considerado la Iglesia
como escritos inspirados.
El orden en que se encuentran las cartas ahora en
nuestras Biblias no es el original. Acerca de su orden original se tienen diversas opiniones: el orden actual proviene de comienzos del s. iv. Como se puede var a las inmediatas, este orden no tiene nada que ver con el orden
en que fueron escritas las epstolas. El nico cambio de
este orden es el que se refiere al lugar que ocupan Glatas
y Efesios (la ltima es en realidad algo ms larga que la
primera). Sin duda esta discrepancia tiene algo que ver
con la historia de la creacin de la coleccin, pero esto es
materia para que la discutan los peritos.
Importancia

La relativamente temprana recopilacin de los escritos


de Pablo testifica la importancia que ellos tuvieron en la
primitiva Iglesia. Su importancia no es menos evidente
hoy. Como es natural, las epstolas preeminentemente t i e -

48

INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

nen importancia por la misma importancia de Pablo. Anteriormente hemos tratado de mostrar el grado de esta
importancia.
Sin embargo, hay que aadir que las epstolas de Pablo tienen una significacin nica, ya que son los primeros
escritos cristianos. Ms antiguos que los escritos evanglicos, ms antiguos que el resto del Nuevo Testamento
tomado en su conjunto, son la primera exposicin que tenemos del depsito primitivo de la revelacin tal como
era conocido y credo por los primeros cristianos mucho
antes de que adquiriera su forma escrita en los Evangelios. Por lo mucho que conoce sobre el Seor y su obra de
salvacin, Pablo est en dependencia de esta tradicin
primitiva, la cual supone conocida para sus discpulos. Uno
de los valores de los escritos de Pablo consiste en que
podemos comparar sus expresiones ms antiguas de concepciones cristianas con expresiones posteriores de otras
partes del Nuevo Testamento y encontrar admitiendo
siempre nfasis diferentes e ideas apropiadas a los distintos entendimientos humanos cmo estas expresiones
coinciden en lo fundamental.
Las epstolas paulinas son el primer intento de una
teologa cristiana, realizado por un hombre de aguda inteligencia religiosa. La revelacin, la comunicacin del conocimiento divino, es slo un material crudo de la teologa. La teologa es la ciencia de la fe o de la revelacin;
convierte a la revelacin en una ciencia al llevar a la
razn a relacionarse con ella; ajustando sus diversas partes en un todo compacto, sacando sus implicaciones, exponindola en trminos de experiencia humana para
hacerla ms razonable y comprensible. La revelacin permanece constante, pero la teologa crece cuando los hombres avanzan de un pensamiento a otro mejor, a travs
de tentativas y errores, a lo largo de los siglos. Con Pablo
comienza este proceso histrico, y aun en el pequeo espacio de sus cartas, podemos ver un desarrollo en el cono-

INTRODUCCION LAS CARTAS PAULINAS

49

cimiento de la revelacin cristiana. Con la majestuosa


penetracin de su inteligencia, descubri conceptos teolgicos que han servido de inspiracin y de emulacin a los
telogos posteriores. No slo es el iniciador de la teologa
cristiana, es tambin un telogo que merece ser ledo por
su propio derecho ya que su teologa todava hoy es vlida
para nosotros.
Por todas estas razones necesitamos volver con frecuencia sobre las epstolas de Pablo. Son los primeros escritos de la Iglesia, y tambin estaran en el corazn de
todos los miembros de la Iglesia.

PRIMERA Y SEGUNDA CARTA


A LOS TESALONICENSES
Introduccin
El motivo de las cartas
Hemos visto anteriormente cmo Pablo fund la Iglesia
de Tesalnica durante su segundo viaje misionero, probablemente alrededor del ao 50 d. C. Como notamos, su estancia en Tesalnica debi ser un poco ms larga que lo
que se deduce en apariencia de los Hechos. Seguramente
fue lo suficientemente largo para que el sentimiento popular hacia Pablo, de entusiasmo cambiara en disgusto,
de tal manera que los judos, que eran enemigos suyos,
pudieran levantar al populacho contra l. En 1 Th2:9, el
Apstol recuerda a los Tesalonicenses que tuvo que hacer
trabajos manuales mientras estuvo con ellos, lo cual presupondra tambin una estancia de algn tiempo. Phil 4:16
recuerda que Pablo recibi ayuda de los Filipenses "una o
dos veces" mientras estuvo en Tesalnica. Por todo ello
concluiramos que Pablo trabaj durante varios meses
entre los de Tesalnica.
Despus de su forzada salida de Tesalnica, y las breves
misiones en Berea y Atenas, Pablo finalmente lleg a Corinto donde iba a permanecer durante cerca de dos aos.
En Atenas Pablo se haba unido a Timoteo, quien le trajo
noticias desagradables de que sus enemigos actuaban muy
vivamente en Tesalnica, y que los nefitos cristianos estaban soportando una persecucin que, al principio, iba
dirigida contra l. Angustiado ante la constancia de s u fe
y para que su precipitada salida no fuera mal entendida,
Pablo envi de nuevo a Timoteo a Tesalnica para obte-

52

I Y II CARTA A LOS TESALONICENSES

ner por su medio informes directos. En Corinto se reuni


con Silas y Timoteo, que acababan de llegar de Macedonia
y por este ltimo supo, para su contento, que los Tesalonicenses permanecan firmes y seguros en la fe. Motivado
por esta alegra escribi la primera carta a los Tesalonicenses y es, en su mayor parte, una exhortacin a permanecer constantes, exhortacin nacida de la solicitud de
Pablo para sus queridos amigos. Tambin tuvo ocasin de
contestar a algunas preguntas que les inquietaban y que
ellos le habran comunicado por medio de Timoteo o en
una carta trada por Timoteo desde Tesalnica.
Como veremos, la segunda a los Tesalonicenses sigui
a la primera carta despus de unos meses. Se presupone
que hubo una posterior informacin o una carta de los
Tesalonicenses. En esta segunda carta Pablo renueva las
palabras de aliento y les soluciona algunas dificultades
posteriores que haban tenido.
Las dos epstolas fueron escritas desde Corinto en el
ao 51 52.
Contenido de las cartas

Primera a los Tesalonicenses. Pablo se alegra por la constancia de los Tesalonicenses y se defiende contra sus
enemigos y de los Tesalonicenses que han dado una mala
interpretacin a su salida y ausencia de Tesalnica
(1:2-3:13). Recuerda la enseanza del Evangelio sobre la
moralidad de la sexualidad (4:1-8) y hace especiales recomendaciones sobre la prctica de la fraterna caridad
(4:9-12). A continuacin sigue una instruccin sobre la
segunda venida del Seor y su relacin con los cristianos
que ya han salido de esta vida (4:13-5:11). La epstola
termina con exhortacin final a la obediencia, caridad y
paciencia (5:12-28).
Segunda a los Tesalonicenses. Pablo da las gracias por
la fe y la constancia de los Tesalonicenses (1:3-12). Les
da una posterior instruccin sobre la segunda venida del

INTRODUCCIN

53

Seor, recordndoles que no es tan inmediata como algunos de ellos se h a n imaginado (2:1-12). Da de nuevo las
gracias porque Dios les haya elegido (2:13-17), pide sus
oraciones y promete las propias (3:1-5), y les advierte de
los abusos que se originan con la expectacin de la segund a venida (3:6-15). Termina con un saludo (3:16-18).
Autenticidad de la primera a los Tesalonicenses

Hoy da no hay problema sobre el hecho de si Pablo es


el autor de 1 Th o si tenemos una carta ntegra precisamente tal como l la escribi. Todo esto est bien testimoniado en la primera tradicin: Marcin, El Cdigo muratoniano, Ireneo, Tertuliano y Clemente de Alejandra, todos
ellos del s. n, conocen y citan 1 Th como carta paulina.
Orgenes en s. ni escribi un comentario, que se ha perdido, sobre 1-2 Th. Nunca se ha presentado problema en
la tradicin antigua sobre la autenticidad de 1 Th.
Algunos crticos de la escuela escptica del ltimo siglo
niegan la paternidad literaria de 1 Th a Pablo, algunas
veces de toda ella y ms frecuentemente de determinadas
partes. Sus reservas hipercrticas han sido abandonadas
en todos los crculos de los peritos.
Autenticidad de la segunda a los Tesalonicenses

El problema es muy diferente respecto a la 2 Th. A pesar


de que el testimonio de la tradicin antigua es tan insistente en favor de la 2 Th como de la 1 Th, sin embargo
hay autores que rehusan atribursela a Pablo en el terreno crtico. Su autenticidad por primera vez se puso en
duda con el nacimiento del criticismo literario a comienzos del s. xrx. Durante este siglo hubo muchos crticos que
pensaron que no era de Pablo. Actualmente el nmero de
estos crticos desfavorables ha disminuido, pero hay todava autores de responsabilidad que no se persuaden de
que esta obra sea de Pablo.
Como en otras muchas cuestiones crticas, los vie-

54

I Y II CARTA A LOS TESALONICENSES

jos argumentos han sido abandonados y los nuevos han


ocupado su lugar. Ciertamente, de la consideracin del lenguaje, hay poco que elegir entre la 1 y la 2 Th. De las
460 palabras distintas de las dos epstolas, no hay sino 27
que se encuentran slo una vez en el Nuevo Testamento,
y de ellas 17 estn en 1 Th y 10 en 2 Th. Por otra parte,
un igual nmero de palabras son exclusivamente paulinas,
las cuales solamente se encuentran en sus escritos del
Nuevo Testamento, y 37 son paulino-lucanas (el vocabulario de Lucas tiene una gran influencia paulina). Algunos
creen encontrar una gran diferencia en el estilo de las
dos epstolas, pero su argumento ordinariamente no tiene
mucha fuerza. Es claro que hay muchas ms semejanzas
que diferencias. Su misma semejanza se utiliza, de hecho,
para apoyar la pretensin de que 2 Th es una imitacin
de 1 Th.
Existen dos argumentos principales que actualmente
utilizan diversos escritores contra la autenticidad de la
segunda epstola. Al primero le podemos llamar el argumento de la incompatibilidad de la forma, al otro el de
la incompatibilidad del contenido.
Respecto al primero, se arguye que Pablo no hubiera
presentado, como lo hace, el problema sobre la inminencia de la segunda venida que preocupaba a algunos de
los Tesalonicenses y originara el que ellos abandonaran
sus ocupaciones diarias. Su reaccin es muy suave y no
deshace la oposicin con su modo tajante acostumbrado.
A esto se puede contestar que Pablo no consideraba la
situacin tal que requiriese medidas extremas. Simplemente los Tesalonicenses haban llegado a algunas conclusiones errneas que podan ser corregidas sin gran dificultad. No estaban a propio intento interpretando mal
el Evangelio. Lo mismo en 1 Th que en 2 Th la primera
intencin de Pablo es animarles en lugar de censurarles.
En conexin con esto, se pregunta dnde aparece repentinamente la opinin falsa que se combate en 2Th.
O Pablo lo saba cuando escribi 1 Th o no lo saba. Si lo

INTRODUCCIN

55

saba por qu no hizo mencin de ello en 1 Th? Y si no


lo saba dnde la descubri? Estas preguntas estn muy
a propsito cuando se aade, como todos admiten, que las
dos epstolas fueron escritas muy prximas la una de la
otra, para explicar sus muchos parecidos.
Influidos por estas consideraciones, algunos autores
han pensado necesario invertir el orden de las dos epstolas (lo cual parecera estar en contradiccin con 2Th
2:15 y lTh2:17-3:6, adems de no solucionar nada en
realidad) o concluir que fueron escritas a diferentes lugares de la comunidad de Tesalnica. Pero mientras todos
estn en admitir que hay bastante de oscuridad respecto
a la relacin entre las dos cartas, no parece que esto sea
de tal magnitud que impida el orden tradicional de las
cartas y el acostumbrado punto de vista de que fueron
escritas con unos meses de diferencia. Los modernos comentaristas han insistido en que en 1 Th parece hablarse
de preguntas concretas que le fueron propuestas a Pablo
por los Tesalonicenses o por Timoteo en favor de ellos.
Esto podra explicar por qu no menciona el problema en
2 Th, aunque l le conociera. No envolva ningn problema
doctrinal: la inminencia de la segunda venida era algo
que generalmente no se admita en la primitiva Iglesia y no
insisti en decirles que, en definitiva, no era inminente.
Pero algo ms tarde, cuando supo que las conclusiones
que haban sacado de este pensamiento estaban originando algunos desrdenes, entonces tuvo que volver a
exponer su doctrina sobre el tema.
Diferencias doctrinales entre la primera
y la segunda carta a los Tesalonicenses

Precisamente en este aspecto se pone un argumento supremo contra la autenticidad de 2 Th. Se dice que en esta
epstola se piensa algo diferente de la autntica carta
paulina 1 Th. En 1 Th 5.1 el Apstol dice a los Tesalonicenses que la venida del Seor ser de repente, sin ser

56

I Y II CARTA A LOS TESALONICENSES

anunciada, "como el ladrn en la noche". En 2Th2:3s,


por el contrario, el autor habla de numerosos signos que
han de preceder a la venida del Seor. Es esto realmente
una contradiccin? La intencin de poner signos en detalle en 2 Th no es para dar un indicio por el que se
pudiera conocer la inminencia de la segunda venida sino
para sealar el hecho de que, ya que estos signos no
haban aparecido, todava no era el momento de la venida. Por lo tanto esto no se opone a la declaracin de
1 Th 5:1, que tambin habla de "tiempo y circunstancias".
Ambas formas de hablar de la venida del fin de los tiempos, dando importancia a sus respectivos signos repentinos y que serviran para prevenir, eran comunes a los
crculos judos y catlicos de aquel tiempo; ambos se encuentran juntos en un captulo del Evangelio de Marcos
(13:6 s y 13:33 S).
Actualmente se concede que el material de 2 Th no
contiene anacronismos que excluiran su paternidad paulina. La concepcin del anticristo es corriente en la moderna literatura juda y es razonable pensar que Pablo se
refiri a ella como cualquier otro escritor del Nuevo Testamento. La figura del "hombre del pecado", que se describe aqu, no se ha forjado despus de Nern si fuera
as ciertos rasgos bien conocidos de Nern, inevitablemente
se hubieran hallado en la descripcin y sin embargo no
estn.
Por lo tanto, aunque debemos de nuevo afirmar que
hay algunas dificultades innegables para atribuir la 2 Th
a Pablo, sin embargo, vistas una por una o en su conjunto,
no parecen ser tan importantes como para excluir la paternidad paulina. Es todava ms probable, y est prximo
a la evidencia, que escribiera 2Th que el que no la escribiera.
Se podra aadir que quienes niegan la paternidad
paulina de la carta no recuerdan que 2 Th es una falsificacin en el moderno sentido de la palabra. Una forma
literaria corriente de este perodo fue lo que se ha llamado

INTRODUCCIN

'

57

seudoepgrafe, por el que se atribua una obra de uno a


un importante nombre del pasado y se escriba en su estilo. En la Biblia, libros como los Proverbios, Sabidura,
Eclesiasts, y el Cantar de los Cantares son seudoepgrafes atribuidos a Salomn, aunque fueron escritos siglos
despus de su muerte. Actualmente numerosos autores
catlicos piensan que la segunda carta de Pedro en el
Nuevo Testamento es epigrfica, que no fue escrita en absoluto por el autor Apstol de 1 Petr, aunque se le atribuya a l y se exprese en su estilo. La seudoepigrafa, como
forma literaria legtima, la pudo utilizar un autor inspirado que imit el estilo de Pablo y utiliz su personalidad para la creacin de 2 Th. Esto no afectara al carcter
inspirado del texto y no habra obstculo para que un
catlico aceptase esta interpretacin de 2 Th, si esto se
llegara a probar. Pero sencillamente parece que no se ha
probado.
Importancia de las cartas

Nadie pretendera decir que 1-2 Th estn en el nmero


de los ms importantes escritos de Pablo desde el punto
de vista doctrinal o del desarrollo de las ideas claves. Para
esto debemos fijarnos en sus cartas "mayores": 1 y 2 Cor,
Gal, y Rom. La nica materia doctrinal que se anuncia
con cierta importancia en 1 y 2 Th es la segunda venida,
y, aunque por otra parte es un artculo definido del Credo
cristiano que profesamos, ordinariamente se subordina,
en nuestro pensamiento religioso, a muchos otros artculos que consideramos mucho ms fundamentales. Es verdad que probablemente est demasiado subordinado como
intentaremos exponer en el comentario.
El valor de 1 y 2 Th radica, ms bien, en la penetracin inicial que nos proporcionan sobre los mtodos p a s torales del Apstol y que nos manifiestan su propia personalidad. Sin ellas no tendramos una verdadera perspectiva en la que se han de ver el resto de las cartas. Hay

58

I Y II CARTA A LOS TESALONICENSES

una gran diferencia, por ejemplo, entre cartas como 1 y


2 Th y Filipenses, por una parte, y Glatas, por otra; en
el primer caso, Pablo est escribiendo a Iglesias que le
producen gran alegra, y cuyas faltas si existan, eran
errores sin importancia, mientras en el segundo caso est
atacando dura y cruelmente una perniciosa hereja que
amenazaba con destruir el evangelio. 1 y 2 Th nos da
una limitada pero importante visin de una parte esencial de la personalidad de mltiples perfiles del Apstol.
Estas cartas tambin son importantes por lo que tienen
de comn con el resto de los escritos paulinos. Hay una
insistencia en la lnea del pensamiento de Pablo que
corre a lo largo de sus cartas desde el principio hasta el
fin; son ciertos fundamentos que Pablo ha asimilado y
que constituyen para l una segunda naturaleza, su nfasis sobre la fe, la esperanza y la caridad, por ejemplo,
y su conviccin de la unin ntima que existe entre Cristo
y el cristiano. Algunas de estas ideas tuvo ocasin ms
adelante de desarrollar y presentar en detalle. 1 y 2 Th
muestran cmo tales ideas desde el principio formaban
parte de su pensamiento.
Sobre todo, estas cartas son la primera relacin de
los principios religiosos de uno de los ms grandes maestros de la edad de formacin del Cristianismo.
Pablo no tuvo sino un medio de juzgar todos los actos
y sucesos, y este fue a la luz del Evangelio. Si estas epstolas pueden ayudarnos a seguir su ejemplo, tendrn ms
que justificada su existencia.

PRIMERA CARTA
A LOS TESALONICENSES
Texto y comentario

Pablo, Silvano y Timoteo:


A la Iglesia de Tesalnica,
convocada en el nombre de Dios

Padre y de Cristo Jess, el Seor: Gracia a vosotros y paz.


- En todo momento damos

Salutacin 1:1

Solamente 2 Tesalonicenses y Filipenses tienen


este corto saludo, ya que respecto a estos cristianos Pablo no tiene necesidad de insistir en sus
prerrogativas apostlicas sino meramente presentarse como un amigo siguiendo el estilo epistolar convencional. Segn esto, no escribe slo
en su nombre sino tambin en nombre de Silvano
(siempre se encuentra en los Actos abreviado en
Silas) y Timoteo, quienes han sido sus compaAct
eros en Tesalnica. Por la misma razn "noso- 17:4,15
tros" en lugar de "yo" predomina en esta epstola. "En Dios Padre y en el Seor Jesucristo"
(los dos nombres en griego estn unidos como
nico fundamento) indica la fe cristiana que define la Iglesia de Tesalnica a la que Pablo se
dirige (en el griego secular "Iglesia" ekklesia,
significara simplemente "asamblea"). "Gracia"
v "paz" que se encuentran en todas las salutaciones de las cartas paulinas puede ser una adaptacin cristiana del acostumbrado saludo griego
y judo. Son la gracia, o ayuda, y la paz las que f0^7r
provienen de Dios y Jesucristo, al referirse al
iS

60

I TESALONICENSES 1:3-

gracias a Dios por todos vosotros, haciendo continuamente


memoria en nuestras oraciones,
3
Y nos acordamos en presencia
de nuestro Dios y Padre, de vuestras obras en la fe, de vuestros
trabajos emprendidos a impulsos de la caridad y de vuestra
constancia en la esperanza, en
Jesucristo, Seor nuestro. * Y

5
le damos gracias, hermanos amados de Dios, sabiendo que soisde sus elegidos. 5 Porque nues-
tro mensaje de salud lleg a vo-'
sotros no slo con palabras, sino con fuerza sobrenatural, con
Espritu Santo, y con pleno resultado. Ya conocis por otra
parte nuestro comportamiento
en servicio vuestro, cuando es-

tuvimos ah entre vosotros. Y


vosotros os hicisteis imitadores
nuestros y del Seor, aceptando
en medio de gran tribulacin,
con gozo del Espritu Santo, la
predicacin del evangelio. 7 De
este modo llegasteis a ser un
ejemplo para todos los fieles de
Macedonia y de Acaya. 8 Y en

don de la salvacin y a la consecuente armona


con Dios, que la ha realizado.
5
Accin de gracias 1:2-10

Despus del saludo, era costumbre el que los escritores de cartas manifestasen sus peticiones al
que la reciba. Pablo habitualmente acomoda
esta costumbre a las necesidades de sus lectores. En el presente c^iso, inteligentemente toma
ocasin de la accin de gracias convencional, a
causa de las virtudes de sus lectores, para exponer que su presencia entre ellos fue slo para
bien, en contra de las acusaciones que sus enemigos estaban presentando contra l. Esto se
prueba por la accin de la fe de ellos, la obra de
su caridad (as se debiera leer el texto), y la
duracin de su esperanza. Esta es la primera vez
que se hace mencin de las tres virtudes teologales en un documento cristiano. La asociacin
de las tres es habitual en Pablo que, lo mismo que
aqu, siempre las juzga como principios activos
que encuentran su expresin en obras buenas
Pero el Apstol se apresura a aadir que a l
no se le ha de atribuir nada por lo bueno que se
ha hecho en Tesalnica. Fue Dios quien les eli- E H : 4
gi, como una manifestacin de su amor, para

61

I TESALONICENSES 1:6-9

efecto as fue. Partiendo de vosotros, la palabra del Seor ha


dejado or su acento en Macedonia y Acaya. Y ms todava la
fe que tenis en Dios se ha divulgado por todas partes; hasta
el punto de no tener nosotros
necesidad de hablar de ella.
n
Todos van divulgando la favo-

tomar parte en la salvacin de Cristo. Es cierto


que Pablo predic el Evangelio, pero fue el Espritu Santo quien dio la gracia (fuerza) para
que ellos pudieran recibir el Evangelio en plenitud de fe y confianza. Sin embargo a causa del
claro trabajo del Espritu en sus corazones, los
Tesalonicenses saben cmo valorar adecuadamente el sentido de lo que Pablo v sus compaeros han hecho por ellos.
La actuacin de los Tesalonicenses testimonia
suficientemente lo bien que lo entendieron, ya
que cada da se asemejaban ms a los mismos
misioneros: recibiendo la palabra de Dios y cumplindola an frente a la persecucin (tribulacin) y alegrndose con la posesin del Espritu
Santo. De tal manera es verdad esto, que la fe
de los Tesalonicenses puede ser puesta de modelo
a los dems cristianos vecinos suyos. El Apstol
no transige con la vana adulacin; ms tarde
les dice que no son todava perfectos y que necesitan progresar ms; sin embargo, l quiere decirles que su compromiso con la fe ha sido de
todo corazn y sin reservas. De este hecho tambin son testigos no slo los de Macedonia y Acaya, sino incluso de regiones ms remotas. El fervor con que ellos reciban la Palabra de Dios se
hizo noticia comn. Los Tesalonicenses, aunque

1 Cor
c0P
2:5

3:10;

4:1 s

62

I TESALONICENSES 1:10 2.3

63

I TESALONICENSES *2:4-8

rabie acogida que nos dispensasteis y el modo como os convertisteis de los dolos a Dios. As
servs al Dios vivo y verdadero,
IO y vivs esperando a su Hijo,
que ha de venir del cielo. Dios
lo resucit de entre los muertos;
y l, Jess, nos libra de la clera divina que viene ya.

> Bien sabis, hermanos, que


' nuestra llegada a vosotros
no fue infructuosa. 2 Aunque en
Pilipos, como sabis, sufrimos
malos tratos e insultos, confiados en nuestro Dios, tuvimos valor para predicaros el mensaje
evanglico de Dios en medio de
un duro combate. 3 Nuestro Ha-

la m a y o r a d e ellos h a b a n s i d o g e n t i l e s y s e r v i d o r e s d e lo q u e u n j u d o l l a m a r a m u e r t o s y f a l - Act 17:4

10

sos dioses, se haban convertido al Dios vivo y


verdadero. En lugar de la desesperanza de su
idolatra, pueden mirar confiadamente el da del
juicio, esperando la venida del Seor para que Rom
pueda, a su vuelta, hacernos participantes de la 5ll
eterna vida de Dios. En estas palabras finales 15:20-23
Pablo ha introducido el tema de la segunda venida al que volver ms tarde.

Misin de Pablo 2:1-12

Pablo manda a los Tesalonicenses que examinen


la efectividad de su ministerio entre ellos, muy
diferente a las acusaciones que se le haban
hecho de ambicin personal, negligencia y descuido. El bien palpable que haba realizado entre
ellos es una prueba de que su venida no fue en
vano. Las circunstancias de la misin en Tesalnica prueban la dedicacin y el desinters de
los misioneros. Acabada la ignominiosa acogida
que haban tenido en Filipos, inmediatamente se
metieron en nuevos conflictos en Tesalnica, pero
nunca teniendo en cuenta sus personas, sino
siempre la causa a la cual estaban entregados.
Los detractores de Pablo haban intentado

mamiento no se basaba ni en el
error, ni en la impureza, ni en
el engao. 4 Una vez que Dios
nos ha aprobado y considerado
dignos de recibir su mensaje de
salud, hablamos, no para agrdar a los hombres, sino para
agradar a Dios, que escudria
y aprueba los sentimientos del
corazn. s Y as, bien lo sabis,
nunca hemos procedido con palabras de adulacin, ni con di-

*
5

6
7

Act
16:2 s
2
Act

simulada codicia. Testigo de ello,


Dios. 6 Ni tampoco hemos buscado la gloria de los hombres,
ni la vuestra, ni la de nadie;
7
aunque, como apstoles de Cristo, bien podamos haber exigido
algo de vosotros. Muy al contrario, os tratamos con toda suavidad, como una madre que alimenta y acaricia a sus hijos,
s
As, llevados de nuestro gran
afecto, queramos, no slo entre-

equipararle a muchos errantes predicadores que


eran una plaga de la poca, charlatanes de fantsticas y nuevas filosofas y religiones, que alimentaban la sensualidad y embaucaban al simple. No haba con su conducta refutado tales
acusaciones? No haba hecho nada pensando
simplemente agradar a los hombres, sino ms
bien haba sufrido mucho en manos de ellos por
determinarse sinceramente a agradar a Dios. El
y sus compaeros haban tratado de ganar conversos no dicindoles lo que ellos desearan or,
ni haban conseguido ninguna ganancia personal en sus esfuerzos misioneros, ni de orden
material ni de prestigio a los ojos humanos. Todo
lo contrario, pues aunque como emisarios de Cristo, tenan derecho a ser recibidos con honor y
sostenidos por la comunidad, voluntariamente
haban renunciado a sus derechos, prefiriendo vivir humildemente entre los Tesalonicenses. No
haban exigido con autoridad sino que se haban
mostrado siempre movidos solo por el amor.
Los Tesalonicenses pueden recordar, si quieren, la frecuencia con que Pablo les haba demostrado su amor que lleg hasta desear sacri-

1 Cor
9:14

I TESALONI CENSES 2:9-13

64

garos el evangelio de Dios, sino


sacrificar nuestras vidas por vosotros. Tan amados habais venido a sernos! 9 Ya os acordis,
hermanos, de nuestros trabajos
y sudores. Trabajando da y noche por no ser gravosos a nadie,
os predicamos el evangelio de
Dios. 1 0 Vosotros y Dios sois
testigos de nuestro comporta-

9
10
n
12

miento ntegro, justo, irreprochable entre vosotros, los que


abrazasteis la fe. l x Sabis que
como un padre a sus hijos, as
uno por uno 12 os fuimos exhortando, alentando, conjurando
a que llevaseis una vida digna
de Dios, que os convoca a su
reino y a su gloria,
13
Por esto, no cesamos de dar

ficar su misma vida por ellos. Siempre actu


como un padre amoroso y abnegado, sostenindose con el trabajo de sus manos en lugar de 2Th
ser una carga para ellos. Siempre su conducta 3^7C"J
para con ellos fue irreprochable ante Dios y ante 20:34s
los hombres. A cada uno de ellos individualmente l le haba amado con amor de padre, guindoles con el mandato y con el ejemplo por el
camino de la vida, que deban seguir, ya que Rom
8;1
Dios les haba destinado a reinar con El en su
gloria. Incluso ahora, Dios les est llamando a
este reino y a esta gloria (as debera leerse el
texto). Con estas palabras finales Pablo introduce de nuevo el tema de la segunda venida.

Su fidelidad 2:13-16
Pablo reanuda su accin de gracias que comenz en 1:2. Todo lo que Pablo ha dicho anteriormente ha sido un motivo para dar las gracias y
un testimonio del bien realizado a travs de su
predicacin de la palabra. Tambin el inters
con que los Tesalonicenses reciben la palabra que
se les predic, es su testimonio de que la reconocen como la verdadera palabra del Dios. Este testimonio ha sido confirmado por su constancia
14 ante las persecuciones. Pablo mira esto como un

I TESALONICENSES 2:14-15

gracias a Dios, porque, habiendo escuchado su palabra, palabra que predicamos nosotros, la
abrazasteis, no como palabra de
hombre sino como palabra de
Dios, cual en verdad es. Ella
obra con toda eficacia en vosotros, los que habis abrazado la
fe. 1 4 Hermanos, tomasteis co-

15

65
mo modelo las iglesias de Dios,
que estn en Judea, convocadas
en el nombre de Cristo Jess:
Habis padecido de parte de
vuestros conciudadanos lo mismo que ellas de los judos, 1 5 de
los que dieron muerte a Jess,
el Seor, y a los profetas, y que
nos han perseguido. Ellos desa-

favor concedido a los Tesalonicenses para que


ellos sean imitadores de la primitiva Iglesia de
Jerusaln soportando la disensin y el error de
sus propios paisanos por causa del Evangelio.
Act
La persecucin de Tesalnica tambin la comen- 8 : 1 s
zaron los judos, que haban conseguido la ayuda
de sus compaeros gentiles de Tesalnica.
Acti7:5
La consideracin de sus compaeros los judos hace que Pablo reflexione sobre la conducta
de ellos, con palabras que recuerdan las de Nes- Mt23:37
tro Seor y del mrtir Esteban, pero siempre Act7:52
tiene a la vista una concreta intencin pastoral.
Uno de los vituperios usados contra los Tesalonicenses fue sin duda la acusacin de que, si
Cristo hubiera sido el realizador de las profecas
del Antiguo Testamento, su propio pueblo no le
hubiera rechazado. En estos pocos versculos Pablo deshace este argumento y le dirige contra los
mismos que le han usado. Judos, y en gran nmero, aceptaron a Jess como el prometido: as
"las Iglesias de Dios que estaban en Judea en
Rom
9:11
Cristo Jess" (14), Iglesias judas unidas en la
misma fe con la Iglesia gentil de Tesalnica. El
que muchos judos no aceptaran el Evangelio se
debe, no a una falta por parte de Cristo, sino en
que participaron en la misma malicia que, an
ahora, los Tesalonicenses experimentan de sus

66

I TESALONICENSES 2:16-17
I TESALONICENSES 2:18-20

gradan a Dios y van contra todos los hombres, 1 6 p u e s quieren impedir que hablemos de la
salud a los gentiles. As colman
siempre la medida de sus pecados. Pero ahora ha descargado
16

sobre ellos la clera de Dios


hasta el da final,
17
Por nuestra parte, hermanos, separados por el momento
de vuestra presencia, no de vues
tro corazn, con todo deseo hici-

paisanos. Por esta razn, Pablo insiste en la infidelidad de los judos, contrastndola con la fe
de los cristianos, judos y gentiles. Si la fe da
nimos para mirar confiadamente el da del juici, no as la infidelidad que ser castigada a todo
trance.
La vehemencia del lenguaje de Pablo se debe
tambin a su conviccin de que su propia persecucin en manos de los judos forma parte de un
claro ejemplo de resistencia a la gracia. Parece,
en vista de que Pablo est continuamente volviendo a este tema a lo largo de toda la carta,
que est en realidad deshaciendo las calumnias
que emplearon contra l en Tesalnica los judos
y los gentiles, ms bien que, como piensan algunos autores, respondiendo a sus posibles y propias censuras. Todava intenta mostrar que en
todo caso todo el valor pertenece a Dios.

i: io
19
zo

Misin de T i m o t e o 2:17-3:13

18

Pablo responde a otra calumnia, que su rpida


salida de Tesalnica y su fracaso en poder volver
era debido a la falta de inters para con sus convertidos. Todo lo contrario, dice Pablo. Su forzada ausencia es slo de cuerpo, nunca de espritu;
se ha sentido "desolado" por ellos (literalmente,
"hurfanos") en el exilio, y ms de una vez hizo
todo lo posible por volver a estar con ellos. El
Apstol repite esta exposicin del modo ms ve-

mos lo posible por volver a veros, 1 S y pretendimos i r a l menos yo Pablo, varias veces,
pero Satans nos lo impidi,
19
Porque, quin es nuestra esperanza, nuestro gozo, nuestra

i Cor
5:3

67

corona de gloria ante Jess,


nuestro Seor, en su parusa?
No sois acaso vosotros? 2 0 S ,
vosotros sois nuestra gloria y
nuestro gozo,

hementemente posible. No la falta de intencin le


haba apartado de ellos, sino que siempre haba
sido impedido por obstculos que, como l haba
sacado en conclusin, Satn haba puesto en su
camino. Por qu no habra de ser as? No es el Rom
trabajo que ha realizado entre ellos el ttulo que 1 :
presenta Pablo para mirar con alegra y esperanza la venida del Seor? No es el continuo bienestar de los Tesalonicenses su inters personal,
si es que ha de ser hallado digno de elogio a la FI4:1
venida del Seor?
En el v. 19 el Apstol utiliza por primera vez
el trmino tcnico "venida" (parusa, literalmente "presencia") para designar el primitivo pensamiento cristiano sobre la vuelta ,de Cristo para
Mt
juzgar en el fin del mundo. La palabra, que ori- 2\\V^
ginariamente significa la aparicin triunfal de
algn gran personaje, como un rey o un emperador, fue utilizada, desde el principio, por la
Iglesia en este sentido. Se encuentra seis veces
en 1 y 2 Th y en otras partes de las epstolas
i Th
paulinas y del resto del Nuevo Testamento. L a ^ g ^ J i
doctrina de la segunda venida tambin aparece
2Tn
2:1 8
muy frecuentemente an donde la palabra mis"
ma no se emplea, como en la invocacin litrgica que cita Pablo en 1 Cor 16:22, Maranatha
(en arameo: "Seor, ven"). Es evidente que la Ap22:20
expectacin de la venida del Seor era mucho
mayor al comienzo de la vida religiosa de la
primitiva cristiandad que en la nuestra.

68

I TESALONICENSES 3:1-5

*L> Por eso, no pudiendo resis-J tir ms, nos conformamos


con quedarnos solos en Atenas,
2
y os enviamos a Timoteo, hermano nuestro y colaborador de
Dios en la obra de la evangelizacin de Cristo. El llevaba la
misin de confortaros y alentaros en vuestra fe, 3 para que nadie se inquiete por estas tribuaciones. Por otra parte, ya saf

3:1

bis cul es nuestro destino.


Os lo previnimos una y otra
vez cuando estbamos entre vosotros: Que tenemos que sufrir
tribulaciones. De hecho as ha
sucedido. As que ya lo sabis,
5
Por eso, no pudiendo resistir
ya ms, envi a Timoteo para
recibir informes de vuestra situacin en la fe; no fuera que
os hubiese tentado Satans y re-

Tambin parece evidente, por la frecuencia


con que esta expectacin es anunciada, que sentan que la vuelta del Seor habra de ser muy
pronto; 2 Th trata especialmente de este tema.
Pablo ni lo afirma ni lo niega ya que no saba
mejor que nosotros cundo iba a tener lugar la
parusa: Cristo haba revelado el hecho pero no
el tiempo. Sin embargo, parece claro que compartiera el sentimiento comn de que habra de
ser muy pronto.
Como testimonio de su continua solicitud para
con los Tesalonicenses durante su ausencia, Pablo les recuerda que ha sacrificado la compaa
de Timoteo, su querido amigo y colaborador, en
su difcil' misin de Atenas para envirsele a
ellos, para que les ayudara, como l mismo lo
hiciera, a ser fuertes en las tribulaciones. Las
"tribulaciones" (thlipsis) de que habla Pablo significan sus sufrimientos y los de los Tesalonicenses, soportados por el Evangelio; esta palabra que utiliza Pablo muy frecuentemente (ms
que todos los dems autores del Nuevo Testamento juntos) es para l virtualmente la forma cristiana de vida. De hecho, les recuerda, puesto que
saben que ste es su pensamiento profundo y su

I TESALONICENSES 3:6-10

Miltasen estriles nuestras fatigas. 6 Ahora, con la llegada de


Timoteo a nosotros y con las
buenas noticias que nos ha
trado de vuestra fe y de vuestra caridad, y del grato recuerdo que conservis siempre de
nosotros, deseando vivamente
vernos -lo mismo que deseamos
nosotros veros 7 hemos recibido, hermanos, un gran consue-

7-9

10

Act
*;21
3! 12

69

lo por vuestra fe; y esto en medio de nuestras graves dificultades y tribulaciones. 8 Ahora
cobramos nueva vida, sabiendo
que perseveris firmes en el Seor.
B
Qu acciones de gracias daremos ahora a Dios por este gran
gozo con que por causa vuestra
nos regocijamos en su presencia? 1 0 Noche y da, con toda

enseanza constante, que eso es parte de lo que


los cristianos han de sufrir en este mundo. Impedido como estaba de irles a visitar, deseaba se
tranquilizasen, ya que haban resistido la tentacin y permanecido firmes en la fe.
Y ciertamente Timoteo haba trado esta certidumbre. Pablo escribe ahora con el entusiasmo
que la relacin de Timoteo le haba proporcionado. Timoteo le haba dado a conocer las buenas noticias de su perseverancia en la virtud
(Pablo emplea el verbo evangelizo, "predicar el
Evangelio", una palabra del Nuevo Testamento
reservada para anunciar la Buena Nueva de salvacin), y que ellos todava estaban tan firmemente unidos a l como l a ellos. Estas buenas
noticias enardecieron los esfuerzos que Pablo estaba haciendo entonces en Corinto y le renovaron. Cmo puede dar las gracias adecuadamente a Dios por esta gran alegra que le ha proporcionado? Su mejor modo de dar las gracias
ser el renovar sus esfuerzos para volver a ellos
y as continuar la evangelizacin de Tesalnica
que tan repentinamente termin por causa de
la malicia de los hombres. Espera dice "completar aquellas cosas que faltan a vuestra fe".

^Act

18:5s

I TESALONICENSES 3:114:1

70
instancia, le rogamos nos conceda ver vuestro rostro y completar las deficiencias que haya
en vuestra fe. 1 J Que el mismo
Dios, nuestro Padre, y Jess,
nuestro Seor, nos allanen el
camino hacia vosotros. 12 Que el
Seor os d crecer y sobreabundar en caridad de unos con otros

12

13

y con todos, como nosotros os


amamos. 13 Que fortalezca vuestros corazones, hacindolos irreprensibles en santidad ante Dios,
que es tambin nuestro Padre,
para cuando venga Jess, nuestro Seor, con todos sus santos.
A Por lo dems, hermanos, os
rogamos y exhortamos en

Por falta de adecuada instruccin, los Tesalonicenses, a pesar de su buena voluntad, haban
cometido errores que Pablo intenta corregir en
los ce. 4-5. Por esta instruccin, podemos sospechar los defectos que tenan en su formacin.
El Apstol concluye la primera parte de la
carta toda la cual ha sido una introduccin
con una oracin para que Dios acoja favorablemente su deseo de volver con los Tesalonicenses.
Puede el Seor aumentar su caridad, de la cual
Timoteo le ha dado testimonio, de tal manera
que ella es no slo el lazo que les une en una
fraternidad comn, sino tambin el modo de que 12?7
se pongan en contacto con todos los hombres, Gal6:io
incluso con sus enemigos. Todo esto con el fin
de que, permaneciendo constantes en su virtud,
puedan perseverar en su buena voluntad de encontrar al Seor en su venida. Todava insina
Pablo en un ltimo momento el tema de la parusa. Los "santos" del v. 13 es sin duda un semi- Mc23-j-h
tismo, refirindose a los santos ngeles.
i-J

Exhortacin a ia castidad 4:1-8

Despus de su larga introduccin en la que Pablo ha seguido el estilo convencional de las cartas del tiempo pero con lo que lleva de adaptaciones cristianas el Apstol se aplica a lo que
se llamara el "cuerpo" de la carta, la materia

I TESALONICENSES 4:2-5

Jess, el Seor, a que segn


nuestras enseanzas sobre el modo de agradar a Dios cosa que
ya hacis hagis nuevos progresos. 2 A este propsito, ya
conocis los preceptos que os
dimos en nombre de Jess, el

2
3

<

71

Seor. 3 Esta es la voluntad de


Dios, vuestra santificacin: Que
os abstengis de la fornicacin;
4
que sepa cada uno guardar su
cuerpo santa y decorosamente,
5
sin dejarse llevar de la pasin,
como hacen los gentiles que no

especfica sobre la que tiene intencin de tratar.


El "Adems, hermanos" del v. 1 se podra traducir mejor por "Y ahora, hermanos" para presentar esto ms claramente. Los puntos que Pablo
ha decidido tratar han sido, sin duda, determinados por la relacin de Timoteo, pero posiblemente tambin por las preguntas que los Tesalonicenses le haban enviado. Comienza con el
reconocimiento de que todo lo que puede recomendarles, es que procedan cada vez mejor en
lo que ya estn realizando: no hay serios errores que corregir en su conducta y modo de pensar. Ya estn obedeciendo los preceptos que han
aprendido de Pablo y que reconocen venir en ltimo trmino de Dios mismo.
La primera de stas est relacionada con la
pureza sexual. Nada le separa tanto al pagano
del mundo judo como su actitud ante la moral
sexual, y los convertidos del mundo gentil, en el
que toda clase de libertinaje es tolerado, han de
estar continuamente recordando la nueva vida
que han abrazado, en la que la voluntad de Dios
es que ellos sean santos, practicando la santidad
que excluye estos vicios. Al decir que todos deben
"poseer sus vasos en santidad y veneracin", Pablo muy probablemente utiliz un modismo judo
aplicado a la "esposa": el matrimonio cristiano
debe ser un noble estado, regido por el amor y el
deseo de agradar a Dios, y por lo tanto entera-

1 Cor

7:10s

1 Cor
?U1"9
1:2

72

I TESALONICENSES 4: 6-9

73

I TESALONICENSES 4:10-12

conocen a Dios;
que nadie se para vivir en impureza, sino en
exceda ni ofenda en esta mate- santidad. 8 Por tanto, quien esria a su hermano, porque el Se- tos preceptos desprecia, no desor toma a su cuenta vengar es- precia a un hombre, sino a Dios
tos desrdenes, segn antes os que os hizo donacin de su espdijimos y os recalcamos. 7 Y as ritu. 9 Por lo que se refiere a
es. Dios no nos ha convocado
la caridad fraterna, no tenis nen e n t e o p u e s t o a la p r o m i s c u i d a d d e los g e n t i l e s ,

cesidad de que os escribamos


nada. Dios mismo os ha enseado cmo habis de amaros unos
a otros. 1 0 Y en verdad que lo
practicis con todos los hermanos que viven en Macedonia entera. Con todo, os exhortamos,

que reconocan como nica norma sus apetitos


6

'

sensuales. Esta actitud cristiana frente al matrimonio tambin les preservara del crimen del
adulterio y, en general, de todo mal uso del estado matrimonial, que el Seor no poda de ningn modo pasar por alto. "Dios no os ha llamado a causa de vuestra inmundicia" es una traduccin mejor hecha de la primera parte del v. 7
( sobreentendindose que Dios no llama a nadie
a la inmundicia!): Pablo recuerda a sus lectores que aunque antiguamente haban participado
del comn reproche del impuro mundo pagano,
Dios haba prescindido de ello llamndoles a
ser sus hijos y destinndoles a una vida de santidad. Por lo tanto para un cristiano las transgresiones en esta materia no slo son cosas ma- i Cor
6:19
las, sino tambin resisten a las intenciones de
Dios de darles el Espritu Santo que es el fundamento de la santidad al habitar en el alma.

11

12
Caridad fraterna 4:9-12

Pablo considera ahora la pregunta de la caridad fraterna. Por qu la menciona solamente


para aadir que l no tiene necesidad de escribir
sobre este propsito, ya que ellos muy bien han
dado prueba en su vida de que conocen el significado de esta virtud y sus obligaciones, lo mis-

hermanos, a progresar ms y
ms, i a a poner vuestro afanen
vivir con toda calma, a ocuparos
de vuestros negocios, y a trabajar con vuestras propias manos segn os lo recomendamos,
12
As viviris honradamente a

mo en casa que fuera? Parece muy probable que


Pablo trate de esta materia porque posiblemente
le han preguntado por ella los lderes de la Iglesia de Tesalnica. Es tambin una buena presuncin el que los modos especficos con que les
urge a ellos a hacer mayores progresos se los
ha sugerido la misma fuente.
"Vivid pacficamente" no insina aqu el que
los Tesalonicenses hayan tenido querellas; ms
bien el significado es: "Tened calma!" El evitar la vana instigacin, la chismorrera y la ociosidad, sobre todo lo cua2 les haba advertido previamente y dado su propio ejemplo, son recomendaciones prcticas para estrechar los lazos
de la caridad que une a la Iglesia. Probablemente, en todos estos ruegos Pablo hace referencia
a los resultados de la malsana fiebre de agitacin
que se haba apoderado de algunos de los Tesalonicenses ante la supuesta inminencia de la
parusa. Sobre esto iba a escribir una vez ms
en la segunda carta. El evitar estos excesos fortalecer a la Iglesia, edificar a los de fuera, lo
cual es siempre un deber misionero del cristiano,
y (piensa concretamente en evitar la ociosidad)
no les har depender de otros: una forma tambin de caridad.

74

I TESALONICENSES 4:13-14

los ojos de los paganos, y no


tendris necesidad de la ayuda
de nadie.
13

los difuntos. As no os afligiris


como los otros que no poseen
nuestra esperanza. 14 Porque, si

No quisiramos, hermanos,

creemos que Jess resucit de

que desconocieseis la suerte de

entre los muertos, tambin cree-

I TESALONICENSES 4:15-16

mos que Dios llevar con Jess


a los que se durmieron en l.
15
Apoyndonos en la palabra
del Seor, os declaramos lo siguiente: Nosotros, los que an

La parusa y los muertos 4:13-18

Pero hay otra materia no relacionada con lo


precedente, que es mucho ms importante en el
pensamiento del Apstol, refirindose a que los
Tesalonicenses necesitan una instruccin ms
amplia: una de las cosas que dejan de mencionarse en 3:10. No les considerara a ellos ignorantes de la condicin de la muerte ("aquellos
que estn dormidos", modismo judo y gentil) en
relacin con la parusa; el pensamiento cristiano
respecto a la muerte necesariamente debe diferir del de los gentiles, para quienes slo la prei*
sent vida era cosa cierta. En verdad los Tesalonicenses ya conocan y aceptaban la doctrina de
la resurreccin y que para el cristiano la muerte 1 Cor
en unin con Cristo sera una gloriosa resurrec- 15:12s
cin, ya que despertaran para participar en la
verdadera vida de la resurreccin del mismo Je- 1 Cor
SUS COn DiOS.
15:42-45
Sin embargo, sus dudas con respecto a los
muertos tenidas entre ellos no toc el tema de
su salvacin eterna. Ms bien, estaban preocupados por si no tenan parte en la gran alegra
de la parusa que con tanta ansiedad esperaban.
Segn ellos haban entendido, primero vendra
la parusa en la que el Seor gloriosamente resucitado sera recibido por sus seguidores todava vivos, a continuacin seguira la resurreccin
15 y el juicio final. Pablo se apresura a tranquilizarlos y a desengaarlos de sus malentendidos. Los

16

17

75

vivimos, los que quedamos para


la venida del Seor, no nos adelentaremos a los que murieron,
16
Porque el Seor mismo, a una
orden, a la voz del arcngel y

que han muerto en Cristo no estarn en desventaja en comparacin con los que todava viven
en el momento de su venida. Cuando Pablo dice
"nosotros que vivimos, que sobrevivimos hasta
la venida del Seor", no implica necesariamente
que l mismo espere estar viviendo en este momento ya que, en otros lugares, de buena gana
abriga la posibilidad de su pronta muerte; meramente intenta poner en contraste a aquellos de 151: Cor
entre nosotros (los cristianos), que estarn toda- , jl0s
va en la vida en este momento de la parusa,
i : 8s
con los que "han cado dormidos".
FI2:17
Lo que ahora da a conocer, lo describe como
"palabra del Seor", dando a entender o que
fue dicho por Nuestro Seor pero no referido por
Mt
los Evangelios (ya que nada de lo atribuido a 1 :27 :
4 ; 30
Nuestro Seor en los Evangelios corresponde precisamente a la que Pablo dice), o (y esto es ms
probable) que es una revelacin hecha al mismo
Pablo. Segn esta palabra, en el momento de la
parusa (que Pablo describe aqu en trminos coDn
mues a la imagen apocalptica que se utiliza 1 2 ; is
en el Antiguo y Nuevo Testamento para descri- Mt24-31
bir la venida del Seor), el primero de todos los 1 Cor
sucesos ser la resurreccin de los muertos cris- 1Vcr
tianos. Solamente entonces, los vivos, que mien- 15:23-52
tras tanto habrn asumido la semejanza del cuerpo incorruptible de Cristo, se unirn con los
muertos que han resucitado, y todos juntos irn
al encuentro del Seor cuando descienda de lo
alto, para estar con l en su victoria final sobre

76

I TESALONICENSES 4:17

al sonido de la trompeta divina,


bajar del cielo; y los muertos
en Cristo resucitarn primero;

18

I TESALONICENSES* 4:18

77

l7

despus, nosotros, los que an


vivimos, los que quedamos, seremos arrebatados junto con ellos

la tierra y en la gloria del cielo por toda la eternidad. Sin embargo, concluye Pablo, que no se
1 Cr
entristezcan los Tesalonicenses por aquellos que J ^ ^ I S
han muerto en el Seor, sino alegraos porque
todos participarn igualmente de la alegra de
la vuelta de Cristo.
El cristiano moderno puede estar tentado de
juzgar la inquietud de los Tesalonicenses sobre
este punto como una cosa relativamente de poca
importancia, y sentir que hay en ello muy poco
que le una con los cristianos de la primera edad
de la Iglesia. Como la Iglesia se ha hecho vieja
en la historia y la parusa ha permanecido siempre en el futuro, esto ha dejado de ser el motivo
vital para una preparacin espiritual que, en un
momento, fue obvia. Nosotros nos inclinamos
ms a pensar en nuestra propia muerte y con
tal motivo, en el juicio particular que le seguir.
El paso a este pensamiento se puede ya percibir
en los ltimos escritos del Nuevo Testamento.
Tambin sabemos, por la revelacin cristiana,
que la parusa no es menos inevitable por haberse retrasado. Su tiempo nos es igualmente incierto como lo era para los primeros cristianos. Sin
embargo, sigue siendo para nosotros una motivacin real tanto como lo fue para ellos. Seguramente sucede que el cristiano no piensa en ella
con la frecuencia que debiera ni reflexiona en su
significado cuando reza el Credo.
Adems, perdemos de vista una verdad esencial del Cristianismo si sustitumos totalmente
el juicio particular por el juicio final en nuestro
modo de pensar sobre nuestro ltimo fln. Jesu-

entre nubes al encuentro del Seor por los aires. Y as estaremos siempre con el Seor.

"> Consolaos, pues, mutuamente


con estas palabras,

cristo no es el Salvador de slo individuos, o


meramente de una suma de individualidades;
es el Salvador de la Iglesia. Sin embargo, el juicio final no es simplemente una superflua repeticin del juicio que ya lo ha pasado cada uno
individualmente. Es el acto final del drama de
la salvacin, cuando Cristo presenta a su Padre
la salvacin realizada en su Iglesia. El juicio
final nos recuerda la forma cmo debe ser reali- ,5:23i Cor
zada nuestra salvacin individual, no en relacin
*28
puramente privada con Dios, sino en el cuerpo
social de la Iglesia, juntamente con muchos otros
a quienes mutuamente debemos ayudar y quienes deben ayudarnos a consumar el destino que
Dios nos ha designado.
Adems y sobre todo, el significado de la parusa es la manifestacin de Jess Nuestro Seor
en la Gloria. Nuestro primer sentimiento de prevencin contra la muerte y el juicio particular es la eterna salvacin de nuestra alma, pero
nosotros tendramos una mediana idea de nuestro fin en la vida si ella fuera el lmite de nuestra esperanza en el futuro. En la parusa, en
donde participaremos en cuerpo y alma en el
triunfo de Cristo, para estar siempre con el Seor, nuestra salvacin estar en la ms ntima
relacin con su gloria. El pensamiento de la parusa nos preservara de hacernos a nosotros mismos el centro de nuestra lucha por la salvacin,
al recordarnos nuestra unin con otros cristianos y nuestro destino a contribuir a la gloria de
Nuestro Seor.
La ansiedad de los Tesalonicenses por el mi-

I TESALONICENSES 5:1-4

78
En cuanto al tiempo preci5
so, hermanos, no hace falta
que os escribamos nada. Vo2

sotros mismos sabis perfectamente que el da del Seor


vendr como ladrn nocturno.

I TESALONICENSE 5:5-7

Cuando estn diciendo: "Paz


y seguridad", entonces mismo
les sobrevendr de improviso la
ruina, como los dolores de parto
a la que est encinta; y no podrn escapar. 4 En cuanto a vo-

sotros, hermanos, no "vivs en tinieblas, como para que el da


del Seor os sorprenda como un
ladrn. 5 Todos vosotros sois hijos de la luz, hijos del da. No

El tiempo de la parusa 5:1-3

Los Tesalonicenses tambin haban expresado su


deseo de ser ms plenamente informados sobre
el tiempo de la venida de la parusa como poda
presumirse de lo anterior. Pero Pablo les recuerda lo que ya saben, que el tiempo es desconocido.
El mismo Jess ha rehusado darlo a conocer.
Aqu, en lugar del trmino parusa, el Apstol
Me
usa la expresin del Antiguo Testamento "da Arn5.i
del Seor", sacada especialmente de los profetas.
wt
Usando una comparacin, conocida por proceder 24:42-44
del mismo Seor, compara la parusa a la venida
de un ladrn en la noche, cuando los hombres
menos lo esperan. Aquellos que se refugian en
una negligente y falsa seguridad, ignorando la
necesidad de prepararse simplemente porque la
venida del Seor no se ha de prefigurar con signos espectaculares e inconfundibles, les coger
inadvertidamente, y para ellos la parusa ser
el comienzo de las aflicciones como los dolores
que le vienen repentinamente a la mujer a punto Mt24:8
de dar a luz.

lo somos de la noche, ni de las


tinieblas. 6 Por consiguiente, no
nos durmamos como los otros,
sino velemos y estemos alerta,
7
Los que duermen, duermen de

La necesidad de estar preparado 5:4-11

do de que sus muertos tuvieran slo participacin secundaria en la venida gloriosa del Seor,
no era algo sin importancia. Es el testimonio de
la sinceridad de su fe y de su caridad por los hermanos que hablan partido.

79

Siendo as, el Apstol, como es su costumbre,


procede a determinar las inevitables conclusiones morales a sus lectores. "El da" en el lenguaje del Antiguo Testamento era equivalente de
"el da del Seor". Los cristianos justos, que esAm
tan preparados para recibir al Seor en su veni- 8:9"13
da, podrn llamarse "hijos del da", modismo semtico equivalente a decir que "este da" est
destinado para ellos. Dentro de esta terminologa
hace una asociacin paralela de ideas, sugerida
por la "noche" del v. 2 y el "da" del Seor. La
oscuridad es propio de la noche y la luz propio
del da. En el lenguaje apocalptico contempor- Ef 6:12
neo judo, encontrado en el Nuevo Testamento y ^ s i l g
entre la comunidad que cre los llamados "Rollos
del Mar Muerto", oscuridad significa el mundo
presente y no regenerado, dominado por el poder
del mal, mientras los "hijos de la luz" son ios
elegidos de Dios, iluminados por su revelacin.
Por consiguiente, dice Pablo, que los hijos de la
luz estn en vela, como es lo propio durante el
da, que no duerman, que esto se hace durante
la noche. En otras palabras, que estn vigilantes
a la venida de "aquel da". As la embriaguez es
un vicio nocturno, pero la sobriedad es la caracterstica del da.
Por lo tanto, los hijos de la luz deben tambin ser sobrios: Aqu, sin duda, Pablo les est
advirtiendo contra la malsana e intil inquietud

80

I TESALONICENSES 5:8-11

noche; y los que he embriagan,


de noche se embriagan. 8 Pero
nosotros, hijos del da, estemos
en vela, revestidos de la coraza
de la fe y de la caridad, y del
yelmo de la esperanza en la salud. 9 Dios no nos ha destinado

8
9

io

a ser objeto de su ira, sino a poseer la salud por Cristo Jess,


nuestro Seor. 1 0 E 1 muri por
nosotros para que, ya nos encontremos vivos, ya difuntos, entremos entonces en la vida con l.
lx
Por eso, confortad mutuamen-

por la supuesta inminencia de la parusa. En


cambio, que se revistan de las virtudes teolgicas de la vida cristiana, y, as seguros, no tienen
por qu tener miedo de la venida del juicio, puesto que Dios ha probado que desea su salvacin
al enviar a Jess al mundo como su redentor.
Aqu Pablo hace mencin por primera vez, y slo
de pasada, a la doctrina fundamental de la muerte de Cristo en relacin con nuestra salvacin.
En las epstolas posteriores desarrollar esta doctrina cuando haya necesidad. Y estemos despiertos o dormidos aqu vuelve sobre el significado
de "dormir" de 4:13, ya estemos entre los vivos
o entre los muertos en el momento de la parusa,
todos nosotros estamos destinados a vivir con
Cristo por toda la eternidad. Por lo tanto, en
vista de todos estos motivos, que continen los
Tesalonicenses confiados y ayudndose unos a
otros a levantar conjuntamente una Iglesia fuerte y unida.

Ef
"

te vuestros nimos y edifcaos


unos a otros, como ya lo hacis.
1J
Os rogamos, hermanos, que
seis reconocidos con cuantos
laboran entre vosotros, presidindoos en el nombre del Seor y amonestndoos. 1 3 Tened-

6:14 7

Is59:17

13

14

Exhortacin final 5:12-22

Ahora Pablo se acerca al final de su carta, que


tiene intencin de concluir con la recomendacin
de una plyade de virtudes favoritas. Lo primero
de todo, advierte a los Tesalonicenses para que
aprecien, esto es, para que reconozcan en la
prctica a aquellos que tienen autoridad en la

81

I TESALONICENSES 5:12-14

15

los en la mayor estima con caridad a causa de su trabajo. Vivid en paz unos con otros.
14
Tambin os rogamos, hermanos, que reprendis a los que
viven en ociosidad; alentad a los
pusilnimes, confortad a los dbiles, tened paciencia con todos.

Iglesia, como los lderes y los instructores. Se les


ha de estimar, lo primero de todo, por su posicin, pero an ms por lo bien que han trabajado. Pablo, sin duda, tiene noticia de las dificultades especiales a que tienen que enfrentarse los
lderes de la Iglesia en Tesalnica, ya que su rpida salida no le haba permitido todava organizarla adecuadamente.
Por esta razn necesitaba hacer una recomendacin especial de estos hombres a quien haba
dejado tras s para continuar su obra. Probablemente los siguientes versculos estn dirigidos a
ellos, los lderes, considerando el modo que tenan para cumplir con sus obligaciones. "Revoltosos" son probablemente aquellos de quienes ya
habl y que especialmente estn indicados en
2Th, quienes estaban usando la inminencia de
la parusa como una excusa para su holgazanera
(la palabra originalmente era un trmino militar
aplicado al soldado que estaba fuera de filas). Sin
duda, entre los "tmidos" estaban incluidos aquellos que les faltaba confianza frente a la persecucin y los que se mostraban excesivamente cobardes ante la supuesta inminencia de la parusa. Los "dbiles" eran los miembros de cualquier
comunidad que, por alguna razn especial, necesitaban la ayuda de otros. Para con unos y otros
hay que mostrar paciencia. Los lderes deben dar
o

Act

17:1

*'^
36 s

82
15

Mirad que ninguno vuelva a


nadie mal por mal; sino en todo
tiempo procurad el bien, tanto
entre vosotros mismos, como entre todos. 1 6 Alegraos siempre,
17
Orad sin cesar. 1 8 Y d a d g r a -

I TESALONICENSES 5: 15-20

cas a Dios en toda ocasin, porque sa es su voluntad en Cristo


Jess, sobre vosotros. 10 No impidis las manifestaciones del
espritu. 2 0 N o despreciis ms
los discursos que se dicen por

buen ejemplo de ello entre ellos mismos y con el


resto de la Iglesia, practicando la caridad universal y volviendo bien por mal una recomendacin especialmente importante para una Iglesia que sufre persecucin.
16-18
Lo que sigue va dirigido a todos. La alegra
cristiana, la oracin, la accin de gracias, todas
ellas son la voluntad de Dios revelada a travs
19-20 de Jesucristo. "No extingis el Espritu", aade
Pablo, e inmediatamente pone ms claro su pensamiento: "No despreciis las profecas". Diversos dones del Espritu Santo, algunos de ellos totalmente extraordinarios, estaban esparcidos en
la primitiva Iglesia cristiana. Uno de estos dones
era el de profeca, sin que signifique necesariamente la prediccin de sucesos futuros, pero s la
revelacin de la voluntad de Dios de muchas
formas.
Estos dones estaban destinados a facilitar la
propagacin de la fe en su minora de edad. Parece sorprendente que Pablo se sienta obligado a
animarles en el uso de estos dones, ya que vemos
por 1 Cor que, si haba alguna tendencia, era el
que la Iglesia les dieran demasiada importancia.
Pero probablemente este mismo hecho haba terminado en que ellos no fueran estimados debidamente, como dones de Dios para su Iglesia, por
parte de otros que no estaban de acuerdo con
21-22 ellos. Este extremo tambin deba evitarse. Las
palabras pretendidamente usadas en la profeca

I TESALONICENSE& 5:21-24

inspiracin divina. 2 1 Pero miriid y comprobadlo todo y quedaos con lo bueno. 2 2 Apartaos
<le todo gnero de mal. a 3 Que
el mismo Dios de la paz os santinque enteramente, y que todo

83

vuestro ser, el espritu, el alma


y el cuerpo, se conserven sin
mancha para la parusa de Jesucristo, nuestro Seor. 24 Fiel es
a sus promesas el que os ha convocado; y l las cumplir.

ni han de aceptarse crdulamente ni rechazarse.


Que sean juzgadas por quienes, han recibido el
don espiritual del discernimiento, y sobre esta
base o recibirlas como un don divino o rechazarlas como un nocivo engao.

1 Cor

14:29

Conclusin 5:23-28

1 Cor
-14

12

8*

25

La gracia y la paz fueron las primeras palabras


de Pablo a los Tesalonicenses, y tambin con estas palabras se despide de ellos. Ruega para que
el Dios de la paz pueda santificarles completamente, esto es, les haga merecedores de toda
bendicin divina. Especificando, ruega para que
sean dignos de recibir al Seor en el tiempo de
la venida que ha sido su pensamiento preeminente en esta carta. Pablo habla del hombre
como "espritu y alma y cuerpo", sin embargo no divide con esto al hombre en tres partes
o componentes. Esta es ms bien la terminologa
tradicional del Antiguo Testamento en la que
cada uno de los tres trminos puede usarse refirindose a todo el hombre. Al usar esta oracin,
expresa al mismo tiempo su confianza de que
Dios, que ha comenzado en ellos la obra de la FM:S
salvacin, ser fiel a sus designios y ciertamente
les llevar a la vida eterna.
Orando por los Tesalonicenses, Pablo suplica
las oraciones de ellos por l. Estos versos finales
parece que van dirigidos de nuevo a los lderes

I TESALONICENSES 5:25-28

84
25
Hermanos, rogad tambin
por nosotros. 2e Saludad a todos los hermanos con el sculo
santo. 2~ Os conjuro por el Se-

or que deis a leer esta epstola


a todos los hermanos. 2S La gracia de Jesucristo, nuestro Seor,
sea con vosotros.

26

de la Iglesia; el Apstol pide que den las gracias


en su nombre a toda la comunidad con el saludo
de la caridad cristiana y les encarga que lean

27

su carta pblicamente en la asamblea. De estos


orgenes proceden, de forma eventual, los escritos paulinos coleccionados como documentos p-

28

bucos cristianos. Concluye, como comenz, con la


invocacin de la gracia de Jesucristo.

LA SEGUNDA CARTA
A LOS TESALONICENSES
Texto y comentario

Pablo, Silvano } Timoteo:


A la Iglesia de Tesalnica,
convocada en el nombre de Dios,
nuestro Padre, y en el de Jesucristo, el Seor: 2 Gracia a vosotros y paz de parte de Dios

Padre, y de Jesucristo, el Seor.


3
Como es justo, gracias debemos dar a Dios en todo moment por vosotros, hermanos,
por lo mucho que va prosperando vuestra fe y por los progre-

Salutacin 1:1-2

La salutacin es fundamentalmente como en la


Primera a los Tesalonicenses. Sin embargo, aqu
Pablo califica la gracia y la paz de su bendicin
como "proveniente" de Dios Padre y del Seor
Jess, como acostumbra a hacerlo en sus cartas.
Accin de gracias 1:3-10

De nuevo, Pablo vuelve rpidamente a la oracin convencional de accin de gracias. Lo que


sorprende en esta parte es la importancia que la
da, en contraste con el tono de 1 Th. Insiste que
es su obligacin alabar a Dios por las virtudes
de ellos como si alguien hubiera preguntado la
conveniencia de ello. Quizs alguno de los Tesalonicenses haba hecho justamente tal pregunta, juzgando la alabanza de Pablo en 1 Th como
algo meramente convencional y llena de dudas
divertidamente severas sobre los mritos de ellos.
Podemos pensar especialmente en los "revolto-

II TESALONICENSES 1:4-7

86

sos que va haciendo vuestra caridad, caridad de todos y de cada uno para con los dems.
4
Nosotros mismos ante las iglesias de Dios, vamos poniendo
en vosotros nuestro legtimo orgullo por vuestra constancia y
por vuestra fe en todas las persecuciones y tribulaciones que
vais sufriendo. s Esta es una senal cierta del justo juicio de

5
3

Dios. El mostrar que sois dignos del reino de Dios, por el


que sufrs vosotros tambin.
6
Es justo a los ojos de Dios
que pague l con tribulaciones
a los que os afligen, 7 y a vosotros, los atribulados, que os
pague con descanso eterno, descanso que ser en nuestra compaa. Esto suceder el da de
la revelacin de Jess, el Seor,

sos" de 1 Th, quienes necesitaban ahora la con1 Th


5:14
tinua y vehemente confianza del Apstol en su
capacidad para perseverar frente a la persecucin y a la expectacin de la parusa.
Por la misma razn, el Apstol puede haber
dejado de mencionar la esperanza, dando mayor
importancia al hecho de que el incremento de la
fe y la caridad por lo cual haba orado, se haya J J h
realizado; toda esta parte es una oracin para que 3:10 s
se d un incremento semejante en la esperanza
de ellos. Por lo tanto, combina diversos motivos
para animarles. El, Pablo, Apstol de Jesucristo,
est tan seguro de ellos que se precia de ello en
todas partes, poniendo su confianza en su anterior constancia ("paciencia") y fidelidad en las
persecuciones y tribulaciones que haban sufrido.
Este, les dice, es el modo de decirles Dios que
1 Th
3
verdaderamente ellos estn entre los elegidos y
^|
destinados para su reino eterno, ya que les ha 5:10-12
permitido sufrir por su amor. Dios, les recuerda,
es estrictamente justo, y si ha de castigar a los
injustos perseguidores, tambin premiar a los
que han sufrido por causa de la justicia, junta1
mente los Tesalonieenses y Pablo.
2
La perspectiva de este premio es calmar la de

87

II TESALONICENSES 1:8-11

cuando venga del cielo con los


ngeles, ejecutadores de su poder, 8 rodeado de fuego y Hamas, para tomar venganza de
los que no quieren conocer a
Dios y rechazan la sumisin al
evangelio de Jess, nuestro Seor. 9 Estos tales sufrirn el
castigo de la prdida eterna, lejos de la faz del Seor y de la
gloria de su poder, 1 0 cuando

8
9

10

venga aquel da para ser glorificado en sus santos, y para ser


la admiracin de los que han tenido fe (pero vosotros ya habis credo a nuestro mensaje
de salud!)
n
Con la mirada fija en los
sucesos de ese da, rogamos sin
cesar por vosotros. Que nuestro
Dios os haga dignos de asamblea, y con su omnipotencia d

la parusa, que Pablo llama aqu, como en otras


partes, la "revelacin" ("aparicin") del Seor y 1 cr,
la describe con el tradicional lenguaje judo. La .,1T:h
venida del Seor ser causa de terror solamente
3:13
para los que rehusan el reconocimiento de la vo- s 6 6 :
luntad de Dios, y los que voluntariamente rechazan el Evangelio. A ellos mismos se deber el
que Dios les rechace definitivamente, desterrados para siempre de la presencia del Seor; para
ellos la gloria de la vuelta de Cristo no signifi- Mt 25:46
cara nada. Pero para sus fieles seguidores, entre
los que se cuentan los Tesalonieenses, ser en
verdad el da de gloria. La victoria y el triunfo
de Jess es igualmente la victoria y el triunfo de
su Iglesia. Por lo tanto, que los Tesalonieenses
renueven su confianza. Pablo est cierto de su
perseverancia final y de su participacin en esta
victoria por causa de la fe con que han recibido
el Evangelio ("nuestro testimonio") que les ha
1 Cor
2:1
predicado.

Oracin 1:11-12

Consiguientemente a esta expresin de su confianza, Pablo puede aadir la oracin de la ms

88

II TESALONICENSES 1:12 2:2

cumplimiento a todos vuestros


deseos de hacer bien y a la actividad de vuestra fe. 1 2 As el
nombre de nuestro Seor Jess
ser glorificado en vosotros, y
vosotros en l, segn la gracia
rle nuestro Dios y de Jesucristo,
el Seor.

12

C\ Por lo que toca a la paru sa de nuestro Seor, Cristo


Jess, y a nuestra reunin con
l, os rogamos, hermanos, 2 que
no os desconcertis tan facilmente, perdiendo el buen sentido. Y no estis alarmados ni por
revelaciones carismticas, ni por

grande sinceridad, porque Dios, cuya gracia ("poder") es absolutamente necesario para que todo
esfuerzo humano tenga xito, puede ciertamente
conceder su gracia para que los deseos de los Tesalonicenses y las buenas obras, inspiradas por
11Th
:3
su fe, puedan prosperar y llevarles al fin para el
cual les ha destinado. Si ellos demuestran ser
dignos de la llamada de Dios en el da del Juicio,
su gloria ser tambin la de Jess que ha hecho
posible su victoria (en lengua semtica, el nombre de una persona es la persona misma tal como
Jn
puede ser conocida o poseda por otros). El Seor 17:6_11 s
es glorificado por los santos an cuando es l
quien les glorifica. Y de nuevo, repite Pablo, el
que esto pueda realizarse, es debido totalmente
al amor de Dios que ha concedido su ayuda a los
hombres.

II TESALONICENSES 2:3-5
palabras, ni por epstolas, a nosotros atribuidas, pensando que
el da del Seor viene de un momento a otro.
3
Que nadie os engae de ninguna manera; porque antes ha
de venir la apostasa y ha de
manifestarse el hombre de la

Todava no es el momento de la parusia 2:1-7

El Apstol ha terminado la introduccin, y ahora comienza el cuerpo de la carta. Su inquietud


reside todava, principalmente, en los "revoltosos", pero la instruccin la dirige a todos. Lo que
ha ocasionado esto es una declaracin, indebidamente atribuida a Pablo, sobre la parusia (el
texto se habra de leer, no "por la venida..." "sino
con vistas a la venida..."). Esta declaracin, unida a una revelacin o instruccin o carta, soste-

89
iniquidad, el hijo de la perdij o n . * El se opone y se alza
contra el nombre de Dios y con-

tra

todo

ob

J e t o sagrado, Uegando hasta sentarse en el templo


de Dios, proclamndose a s mismo Dios. 3 No recordis que,

na que el da del Seor ya estaba a la mano.


Pablo est dudoso del origen del rumor y posiblemente no fue plenamente informado de l.
En todo caso, se supona que haba sido una revelacin de Pablo o una instruccin o una carta
la que dio origen a ello, y esto es lo que se pone
ahora a negar vehementemente.
Este es el pasaje de 2 Th que origina el mayor
nmero de. dificultades para atribuir esta carta
a Pablo (vase en la introduccin). Sin embargo, igual que en 1 Th, Pablo ni afirma ni niega
la inminencia de la parusia. Lo que niega es que
el da del Seor haya comenzado ya (lo que se
traduca "muy prximo" en v. 2 ahora significa
"presente"). No sucumbis ante esos falsos relatos, advierte Pablo, ya que es bien conocido que
deben ocurrir primero determinados sucesos, y
stos todava no han sucedido.
Primero debe ser la apostasa. El Apstol no se
explica ms, pero aparenta tener referencia de
una revolucin general contra Dios por parte de
los hombres malvados, no una apostasa de la
Iglesia. Junto a esta apostasa ser "revelado"
(deliberadamente usa la misma palabra que
aplic a la parusia de Cristo) el que es la anttesis total del Seor que ha de venir, "el hombre
del pecado" que est destinado a la destruccin.
Pablo va a caracterizar "el hombre del pecado" usando diversas alusiones del Antiguo Tes-

i 7

90

II TESALONICENSES 2:6-8

estando todava entre vosotros,


os deca una y otra vez estas cosas? Y ahora sabis lo que
pone impedimento para que l
no se revele sino a su tiempo.
7
En efecto, el misterio de la ini-

quidad est ya en accin. Slo


falta que desaparezca de en medio el que ahora pone impediment.
8
Entonces se revelar el impo. Y Jess lo matar con el

tamento. Es implacable enemigo de Dios, consi- Dnii:36


derndose a s mismo, en su repugnante orgullo,
como superior a Dios (por reverencia, Pablo dice
"todo lo que se llama Dios", ya que ninguno puede en realidad ser exaltado sobre Dios). El "est
sentado en el templo de Dios", esto es, usurpa
el sitio propio de Dios y se pone para ser adorado en lugar de Dios. Quizs con una nota de
impaciencia, Pablo recuerda a los Tesalonicen- Ez28:2
ses que ya les ha explicado todo esto anteriormente, cuando les predic el Evangelio. Por este
verso y los siguientes podemos ver cmo muchos
detalles de la instruccin apostlica no han llegado hasta nosotros. Conocan los Tesalonicenses nosotros no lo sabemos qu "retena" al
hombre del pecado hasta que fuera revelado a
su debido tiempo. Conocan pero nosotros no
de qu poder carece el "misterio de la iniquidad"
que ya est actuando, pero que no puede plenamente actuar mientras carezca de este poder.
El "misterio de la iniquidad" es obviamente el
reino del "hombre del pecado"; probablemente
Pablo usa el trmino "misterio" como us "revelado" en el v. 3, para continuar el paralelo con Rom
u
la parusa, ya que "misterio" es una palabra que
^\l
se usa comnmente para las revelaciones de Dios.
Literariamente, cientos de interpretaciones se
han aventurado para considerar la naturaleza
del poder de que ha sido impedido el "hombre
del pecado". Todo lo que parece cierto es que

II TESALONICENSES 2:9-10

aliento de su boca y lo aniquilar en la manifestacin de su


parusa. 9 La venida del impo
por la accin de Satans estar
acompaada de toda clase de po-

91
der, de seales e ilusorios portentos, 1 0 y de todo gnero de
seduccin al mal para los que
estn en camino de perdicin,
Y todo por no haber acogido el

nosotros jams estaremos seguros a lo que se


refiere Pablo, ya que la llave para descifrar su
significado se ha perdido. Se notar cmo en el
v. 6 habla de "que", mientras en el v. 7 hay un
"quien". En el ltimo caso, puede ser que est
personificando y en ambos casos que est pensando en una colectividad ms que en una cosa
individual. En todo caso, la intencin que tuvo
al hacer mencin de l es clara: es otro signo
para que los Tesalonicenses comprendan que la
parusa no ha llegado todava porque el hombre
del pecado est todava impedido.
Fin del Anticristo 2:8-12

10

Cuando sea liberado del poder de que est impedido, el hombre del pecado ser "revelado",
solamente para ser destruido en el momento de**^** 3
la parusa; Pablo de nuevo describe esta destruc-*T7ii: 4
cin en trminos del Antiguo Testamento, usados
en la victoria mesinica. La "venida" del hombre
del pecado (otro paralelo con la parusa) ser
una de las obras de Satn por la que el maligno
sostiene su batalla antigua contra el gnero humano. Cada da se aduea del lugar de Dios; por Mt24:24
medio del poder sobrehumano de Satn realizar seales y obras admirables con las que engaar a los hombres, quienes juzgarn ser obras
como las realizadas por Nuestro Seor y su Igle- 2 Cor
sia. Sin embargo, aquellos que sern engaados 12:12
y "que perecern" (as se debe leer el texto) son 12:37-43

II TESALONICENSES 2:11-13

92
amor de la verdad que los hubiera salvado. 1 J P o r eso les enva Dios un poder que induce
al error, J 2 para que crean en
la mentira y sean as condenados cuantos no dieron fe a la

11
12

verdad y se complacieron en la
maldad.
13
Nosotros debemos dar continuamente gracias a Dios por
vosotros, hermanos, a quienes
tanto ama el Seor. Dios os eli-

quienes voluntariamente han rechazado la gracia


de Dios y rehusado aceptar su patente verdad.
Por otra parte, en la verdadera Iglesia de Dios
est la salvacin contra este engao (cf. vv. 1317). Los que han querido su propia destruccin
sern abandonados por Dios a ella. No tendrn Rom
1:28
a nadie a quien culpar sino a s mismos ya que
han preferido el mal al bien.
Lo que Pablo llama "hombre del pecado" es
ms familiarmente conocido en la tradicin cris1 Jn
tiana por el Anticristo ("el que est en lugar de
s;
Cristo"), trmino del Nuevo Testamento slo en- 2:18
2:22;
contrado en los escritos jonicos. Esta figura era 4:2s
ya corriente en la literatura juda y aparece en 2Jn7
el Nuevo Testamento bajo diversos nombres. Sin
1 Jn
2:18
embargo, corrientemente "l" est representado
en el Nuevo Testamento por una serie o una co- Mt 24:24
lectividad ms bien que como un individuo. En
2 Th Pablo parece estar pensando en una persona individual, que compendiara, por lo tanto,
el espritu anticristiano, y sera el instrumento
por excelencia de Satn. En este caso, como persona individual, obviamente es la figura escatolgica, es decir, el que pertenece a los ltimos
tiempos, inmediatamente antes de la parusa.
Sera por lo tanto ocioso tratar de identificarle
con un personaje histrico conocido.
Por otra parte, Pablo ha insistido en que "el
2:7
misterio de la iniquidad ya est actuando". As,
est o no est hablando de un hombre nico del

93

II TESALONICENSES 2:14-15

RO desde toda la eternidad par daros la salud por la santificacin que obra el espritu y
por la fe en la verdad. 14 Con
tal fin os convoc por medio
del mensaje de la salud, anun-

ciado por nosotros, para daros la posesin de la gloria de


nuestro Seor Jesucristo. 1 5 As,
pues, hermanos, manteneos firmes y guardad las enseanzas
que aprendisteis de nosotros, ya

pecado en los precedentes versos, l estara de


acuerdo con Jn en que "muchos anticristos han
surgido". Siempre y en cada poca, la Iglesia
y el cristiano se enfrenta a los que han usurpado
el lugar de Dios y engaan a muchos con su
habilidad en ofrecer un sustitutivo especioso del
Evangelio al que se unen "poder, seales y engaosas maravillas". Muchos han sido, a lo largo
de la historia, estos anticristos: podemos pensar
en el Csaropapismo, en la Ilustracin y ms recientemente, en el omnipotente Estado y la omnipotente Ciencia. Por lo tanto las palabras de
Pablo de advertencia y de consolacin son igualmente apropiadas para nosotros hoy en la perspectiva que l originariamente intent darlas.
Accin de gracias y exhortacin 2:13-17

14

Despus de esta visin de la destruccin final


del hombre del pecado y su misin, Pablo vuelve
a su oracin de accin de gracias que, una vez
ms, dice se ve "obligado" a dar. Ahora su mo- 1TM:4
tivo es la eleccin que Dios ha hecho de ellos J o s 1 : 1 8
como "primicias" (aparchen), esto es, como sus
criaturas especialmente favorecidas (o Pablo
pudo haber dicho, Dios los eligi ap'arches "desde el comienzo"). Ms bien que para la destruccin, los Tesalonicenses estn destinados a la salvacin por medio del poder santificador del Espritu Santo y su fe salvadora. Tal ha sido la i n -

94

de viva voz, ya por carta. 1 6 Que


el mismo Seor nuestro, Cristo
Jess, y Dios, nuestro Padre, que
por pura bondad nos ha amado
y nos ha otorgado consuelo y
aliento imperecederos y una feliz esperanza, 17 infunda valor
en vuestros corazones y los confirme en bondad de obras y de
palabras.

O Por lo dems, hermanos,


t-J orad continuamente por nosotros, para que la palabra del
Seor vaya difundindose triunfalmente, como sucede de hecho
entre vosotros, 2 y para que Dios
nos libre de los hombres injustos y malvados: Que no es de
todos la fe. 3 Fiel es el Seor
que os dar seguridad y os guar-

tencin de Dios de llamarles a la salvacin en su


Iglesia, para que puedan participar de la venida
de Cristo en su gloria.
1 Th5:9
La condicin para esta feliz conclusin de su
eleccin es que ellos depongan todo vano temor 111:2
Cor
y se mantengan firmes en el Evangelio que han
recibido, y que Pablo les ha predicado con su
palabra y que est en relacin con lo que les es16-17 crbi. Que hagan esto y pueden estar seguros
que Dios, que les ha mostrado su amor dndoles
el privilegio de esperar la eterna salvacin, continuar dndoles las disposiciones y la fuerza
para perseverar hasta el
fin.
3!,

dar del maligno. 4 Nosotros tenemos puesta nuestra confianza


en el Seor de que, lo mismo
que cumpls ahora, seguiris
cumpliendo lo que os ordenamos. 5 Que el Seor dirija vuestros corazones al amor de Dios
y a la constancia en la espera de
Cristo,
G
En nombre de nuestro Seor, Cristo Jess, os mandamos
que os mantengis a distancia

3
1
s

ce todo hermano que se entrega


a la ociosidad y no sigue las
enseanzas que recibieron de
nosotros. 7 Ya sabis cmo debis imitarnos, porque no vivim i s entre vosotros en ociosid::d, 8 ni comimos de balde el
pan de nadie. Todo lo contrario. Trabajamos duramente da y
noche .para no ser gravosos a
ninguno. ' Y no porque no tuviramos derecho a ello, sino

Aunque los hombres demuestran la infidelidad,


el Seor es fiel a sus promesas y oir las oraciones de Pablo en favor de los Tesalonicenses. Esto
le hace a Pablo confiar en que los Tesalonicenses
llenarn todas las esperanzas que ha puesto en
ellos. Puede Cristo inspirarles el divino amor y
la paciente expectacin de su venida.

]'

Contra el hombre desordenado 3:6-12

Peticin de oraciones 3:1-5

Pablo comienza la conclusin de su carta rogando oraciones a los Tesalonicenses para que pueda continuar su predicacin en provecho de ellos.
"Que la palabra del Seor pueda dilatarse y ser
glorificado an en medio de vosotros". Primero
y principalmente est ansioso porque su predicacin del Evangelio pueda tener en Corinto el
xito que tuvo en Tesalnica. En conexin con
esto, menciona a los hombres inquietos y malos
que se oponen a l, refirindose probablemente
Act
a los que ms tarde le iban a denunciar a Gallio. 18:12-17

95

II TESALONICENSES 3:4-9

II TESALONICENSES 2:16 3:3

i
8

Queda, sin embargo, un punto en el que debe


insistir en el ms duro lenguaje. Si los Tesalonicenses quieren conseguir el fin a que Dios los ha
destinado, han de cumplir debidamente sus obligaciones y evitar la contaminacin espiritual
con los que viven desordenadamente, esto es, que
1 Th
evitan el trabajo en la disculpa de que la parusa 4;11 s
est cerca. Tal prctica es contraria a la predi- iTh2:9
cacin de Pablo y al ejemplo que les dio mientras vivi entre ellos. En Tesalnica Pablo haba
hecho lo que no haca ahora en Corinto, sostenerse a s mismo con su propio trabajo ms que 1 Cor
depender de la ayuda de la Iglesia a lo cual tenia 9;12-18
derecho. Habia hecho esto por amor al Evangelio, pero puede servir tambin de ejemplo de la-

96

II TESALONICENSES 3:10-14

porque queramos daros un ejemplo que imitar. 1 0 Y as fue.


Mientras estuvimos entre vosotros, os inculcamos ms de una
vez esto: "El que no quiera Irabajar, que no coma". J 1 Y os lo
decimos por lo siguiente: Nos
informan que algunos llevan entre vosotros una vida desarre-

10
11

12

glada, sin hacer nada y metindose en todo. 1 2 A los que as


viven, mandamos y exhortamos
por amor del Seor, Cristo Jesus, que trabajen con todo sosiego para comer su pan. 1 3 Y
vosotros, hermanos, no os canseis de hacer el bien. 1 4 Si alguno no obedece esta orden que

boriosidad que se ha de imitar. Esta fue tambin


su doctrina mientras estuvo con ellos. Aunque
ya haba notado en su primera carta su tendencia a la ociosidad, le ha llamado la atencin el
que aparentemente en este aspecto no hayan
mejorado sino ms bien empeorado. "Sin hacer
nada, slo ocupados en curiosearlo todo", equivale a no hacer otra cosa que mirar lo que hacen
ios dems. Aunque tiene que condenar esta conducta, slo lo hace por el bien de ellos. Que ellos
corrijan sus yerros y cesar el malestar de la
Iglesia al ser una carga para los otros.

i Th
*j^
5:14

II TESALONICENSES 3:15-18
os enviamos por la presente, tenedlo en cuenta; y no entris
en familiaridad con l, para que
se avergence. 1 5 No le tengis
sin embargo como a enemigo;
antes corregidle como a hermano.
16
Que el mismo Seor de la

15

17

Recomendacin final y conclusin 3:13-18

1<

Pablo se dirige de nuevo a toda la Iglesia. "No


os cansis de hacer el bien", les dice. Con esto
probablemente quiere decirles que no imiten de
ninguna manera al desordenado sino que ms
bien perseveren diligentemente en cumplir con
todas sus obligaciones de cualquier clase que
sean. Lo que Pablo les encomienda en esta carta
se debe tomar con toda seriedad. A todo aquel
que demuestre ser recalcitrante la Iglesia debe
sealarle como tal y ser excluido de su sociedad.
Esta es una clase de excomunin que slo tiene
la intencin de ser medicinal, para que el her-

18

1 Cor

5:11s

97
paz os conceda la paz siempre
y en todas las ocasiones. 1T El
saludo es de mi puo y letra:
P A B L O . Esta es la seal de
todas mis cartas. As escribo,
18
La gracia de nuestro Seor,
Cristo Jess, sea con todos v 0 .
sotros.

mano descarriado pueda volver en razn. Pablo


insiste particularmente en este punto ltimo. La
Iglesia debe siempre actuar con caridad, jams
con espritu de venganza, ya que para con el hermano revoltoso todava contina la responsabilidad de la Iglesia.
De nuevo, gracia y paz son las palabras finales Rom
de Pablo a sus creyentes discpulos. "En donde 15:33
quiera" probablemente podra leerse "de cualquier modo" (tropo en lugar de topo en el texto
griego). Para evitar el peligro de que en el futuro se le atribuyan falsamente a l otras cartas, el Apstol aade al final de la carta que ha
dictado, unas pocas palabras escritas por l mismo. Como quien no tiene costumbre de escribir,
Pablo traz unas letras grandes y claras que son Gai6-.ii
inconfundiblemente suyas. Una vez que las vean,
los Tesalonicenses sabrn cmo reconocer una
autntica carta de su evangelizador e instructor. Se despide con una bendicin en el nombre
del Seor Jess.

Pasajes de la primera carta a los Tesalonicenses


usados en la lectura de la Misa
1:2-10

Domingo sexto despus


de Epifana
2:2-9
San Agustn de Canterbury (28 mayo)
2:13-16 Santos Ciraco, Largo y
Esmarardo (8 agosto)

Segundo Domingo d e
Cuaresma
4:13-18 Misa de Rquiem en el
da de la muerte o entierro
5:14-23 Sbado de Tmporas de
Cuaresma
4:1-7

Pasajes de la segunda a los Tesalonicenses


usados como lectura en la Misa
2:1-8

Sbado de Tmporas de Adviento.

ABREVIATURAS

Gn
Ex
Lv
Num
Dt
Jos
Jue
Rut
1 Sam
2 Sam
3 Re
4 Re
1 Cron
2 Cron
Esd
Neh
Tob
Jdt
Est
Job
Sal
Prov
Cant
Sab
Sir
Qoh
Is
Jer
Lam
Bar
Ez
Dan
Os

Gnesis
xodo
Levitico
Nmeros
Deuteronomio
Josu
Jueces
Rut
1 Samuel
2 Samuel
3 Reyes
4 Reyes
1 Crnicas
2 Crnicas
Esdras
Nehemias
Tobas
Judit
Ester
Job
Salmos
Proverbios
Cantar
Sabidura
Sirah
Qoheleth
Isaas
Jeremas
Lamentaciones
Baruc
Ezequiel
Daniel
Oseas

Jl
Am
Ob
Jon
Miq
Nah
Hab
Sof
Ag
zac
Mal
Mac
Mt
Me
LC
Jn
Act
Rom
Cor
Gal
Ef
Plp
Col
Tes
Tim
Tlt
Flm
Heb
Sant
Pe
1 Jn
Ju
Ap

Joel
Amos
Obodiah
Joas
Miqueas
Nahum
Habacuc
Sofonas
Ageo
Zacaras
Malaquias
Macabeos
Mateo
Marcos
Lucas
Juan
Actos
Romanos
Corintos
Galatas
Efesios
Pilipenses
Colosenses
Tesalomcenses
Timoteo
Tito
Pilemon
Hebreos
Santiago
Pedro
1 Juan
Judas
Apocalipsis

AYUDAS DE EXAMEN Y TEMAS DE DISCUSIN

Pablo: Perseguidor y Apstol pginas 5-17.


1. Qu nos ensea el Nuevo Testamento sobre el lugar de nacimiento de Pablo y su familia? Por qu eran los judos griegos
frecuentemente fanticos en su adhesin al Judaismo? Quin
era Gamaliel? Eran todos los fariseos censurables?
2. Lee los tres relatos de la conversin de Pablo (Act 9:11-19; 22:4-21;
26:10-20) e indica las enseanzas importantes que se repiten en
cada relacin. Cul son algunos de los menores y diversos
detalles?
3. Describe la permanencia de Pablo en Arabia y Damasco. Por
qu creemos que huy de esta ciudad antes de 37 d. C. o despus
del 40 d. C ? Cmo le recibieron los cristianos de Jerusaln? Por
qu tuvo que volver a Cilicia, su ciudad natal?
4. Es totalmente correcto tiaolax & "el primer viaie misionero" d.e
Pablo? Cambi su nombre por esta poca? Es posible que un
procnsul romano se hiciera cristiano en esta poca? Cmo fue
castigado Elimas, el mago (Act 13:10-12)?
5. Deduce el contenido de la doctrina de Pablo del sermn que predic en Antioqua. (Act 13:14-50). Crey que era un hombre de
buena presencia? Indica sus actividades en las ciudades de Licaonia, de Listra y Berbe.

II
Pablo en los Hechos de los Apstoles pginas 17-33.
1. Ha contado Lucas los incidentes de la vida de Pablo localmente
o cronolgicamente? Estaban los judos cristianos contentos de
la manera cmo reciba a los gentiles cristianos? Cul era la
postura de Pablo? Cmo fue resuelto el problema?
2. Identifica a Bernab, Marcos, Silas y Timoteo. Localiza en el mapa
de la cubierta: Antioqua, Chipre, Listra, Derbe, Iconlo, Frigia

104

AYUDAS DE EXAMEN Y TEMAS DE DISCUSIN

AYUDAS DE EXAMEN Y TEMAS DE DISCUSIN

105

y tJalacia Por qu es materia de discusin la ruta de Pablo en


Asia Menor?

IV

Poi qu Pablo decidi ir a Europa? Explica la frase "pasajes nosotros" Qu provecho hizo en Pilipos, Tesalnica Atenas y
Corinto'

Por que es la ciudad de Efeso de principal nteres para el autor


de los Hechos? Describe el dramtico incidente de Diana de Efeso
Nombra las "epstolas de la cautividad" Fueron todas ellas escritas a \m tiempo'

Los escritos paulinos pginas 41-49.


1 Las palabras cartas y epstolas significan la misma cosa? Como
deberamos llamar nosotros los escritos de Pablo, cartas o epstolas? Actualmente las consideramos como documentos norma
tlvos del Cristianismo, fue esto siempre verdad?

Qu nos dice el mismo Pablo de sus viajes en 2Cor 11 9-33?


En qu se diferencia la epstola a los Romanos de las dems
epstolas' Por qu volvi a Jerusaln con el corazn triste?

III
ltimos aos del Apstol pginas 33-41.
1 Cmo se realizaron las propias advertencias de Pablo y las predicciones que se le hicieron en el camino a Jerusaln' Cmo
demostr que el Cristianismo no era una mera interpretacin del
Judaismo sino que le superaba' Por qu fue hecho prisionero en
la Ciudad Santa'
2

De qu manera ayud a los peritos el descubrimiento de los papiros de Egipto a comprender las cartas de Pablo? Por qu es
bueno traducir el Nuevo Testamento en un lenguaje corriente?
En qu se diferencian sus cartas de las de los papiros?

Pablo pensaba y escriba en griego? Era un literato? Como


ayuda el Antiguo Testamento griego a comprender su mensaje?
Por qu anteriormente ha sido muy frecuentemente mal traducido y mal interpretado?
4 Por qu se dice que el estilo de Pablo es mas bien el de un hombre de accin que el de un pensador? Cundo fueron coleccionadas sus epstolas? En qu orden estn colocadas las epstolas
en nuestras Biblias?
5

Cul es la singular importancia de las epstolas paulinas? Distingue entre revelacin y teologa Por qu debemos dirigirnos
frecuentemente a estas cartas?

Contrasta la forma en que fue tratado Pablo por el procurador


romano Antonio Flix y Porcio Festo Por qu Pablo apel al
Csar y pidi que se le llevara a Roma?

Describe lo ms sobresaliente del viaje de Pablo a Roma Actualmente se le honra como patrono de Malta, lee el relato del invierno que l pas all (Act28 1-10) y da razn de la devocin de
los malteses al Apstol

i En qu presupuestos v conjeturas nos apoyamos para determinar


las etapas finales de la carrera de Pablo' Describe su itinerario
desde el ao 63 a 66 Por qu los peregrinos visitan en Roma Tre
Fontane la va de Ostia y San Pablo Extra Muros?

Introduccin a la Primera y Segunda a los Tesalomcenses


paginas 51-59.
1 Cundo fund Pablo la Iglesia de Tesalnica? Permaneci largo tiempo entre sus nuevos convertidos? cuando y por que les
envo la primera carta? Cuando y por que la segunda'

Cual es el gran significado de Pablo en la historia de la primitiva Iglesia? Muestra por qu Pablo ademas de ser un hombre
de accin fue tambin el supremo lder intelectual del Cristianismo primitivo Qu es la "Teologa del Nuevo Testamento'"

Indica el contenido de cada carta Siguen ambas el mismo patrn? Algunos crticos escpticos han negado la autenticidad de
la primera carta se puede sostener hoy ampliamente esta posicin'
3 Cul son los argumentos contra la autenticidad de la segunda
carta, basados en el lenguaje, estilo incompatibilidad de la forma,
e incompatibilidad del contenido? Valora cada uno de estos a r gumentos y determina tu posicin propia

106
4

AYUDAS DE EXAMEN Y TEMAS DE DISCUSIN

Que diferencia se dice que hay en la doctrina para distinguir


la segunda carta de la primera? Las dificultades innegables que
existen para atribuir 2Th a Pablo excluyen completamente su
paternidad literaria? Hay algn indicio de que esta carta es
una falsificacin? Explica la seudoepigrafa como forma literaria

Aunque 1-2 Th no son de los mas importantes escritos de Pablo


desde el punto de vista de su doctrina y del desarrollo de los
conceptos claves, haz una lista de las razones por las cuales su
estudio es esencial para que nosotros comprendamos el pensamiento de Pablo

AYUDAS DE EXAMEN Y TEMAS DE DISCUSIN

107

Qu enspo Pablo sobre la parusia y los muertos? Los vivos y


los muertos participaran igualmente de la alegra de la venida
del Seor'

Como demuestra Pablo que el juicio final no sera una mera repeticin del juicio individual'

Demuestra como los pensamientos sobre la parusa impiden que


nos hagamos a nosotros mismos centro en la lucha por nuestra
salvacin

Como 'los hijos de la luz deben prepararse para el 'da" del


Seor? Qu virtudes recomienda Pablo' Como concluye esta
carta?

VI
Notas introductorias a la Primera carta a los Tesalonicenses
paginas 59-70.
1 Compara la salutacin de 1 Th 1.1 con la salutacin de alguna de
las otras cartas de Pablo Por qu no menciona aqu sus prerrogativas apostlicas? Cmo adopta el acostumbrado saludo
griego y judio?
2

Cita la primera referencia de las virtudes teolgicas en un documento cristiano. Cmo muestra Pablo que ellas son los fundamentos que han de encontrar su expresin en las buenas obras?

Se atribuye as algo de todo lo bueno efectuado en Tesalnica?


Por qu la fe de los Tesalonicenses se poma de modelo a sus ve
cinos? Alaba a sus convertidos?

Qu acusaciones h a n hecho contra Pablo sus detractores? Como


refuta estas falsas acusaciones? Qu pruebas les da de fidelidad?
Puedes explicar la vehemencia de su lenguaje?

Como rechaza la calumnia de que no se ha interesado por los


Tesalomcenses? Explica los trminos parusia, maranatha, thlipsis
y evangelizo Cual es el significado de la oracin con que el
Apstol concluye la primera parte de su carta?
VII

El "cuerpo" de la carta pginas 70-84.


1 Cmo exhorta Pablo a sus convertidos a practicar la castidad
Cual es la actitud cristiana hacia el matrimonio? Qu recomendaciones hace Pablo sobre la caridad fraterna'

VIII
Una leccin sobre la parusa pginas 85-97.
1 Contrasta la salutacin y la accin de gracias inicial en 1 Th y
2 Th Qu lecciones nos ensea Pablo aqu sobre el sufrimiento'
2

En la oracin que sigue, Pablo insiste en la necesidad de la ayuda


de Dios, sin la cual ningn esfuerzo humano tiene xito En
cuentra otras ilustraciones de esta doctrina en las dos cartas

Que dijo Pablo a los Tesalomcenses sobre el tiempo de la paru


sia y sobre las seales que precederan a este suceso glorioso'
Es posible identificar al "Hombre del pecado" o Anticnsto con
algn personaje histrico conocido'

Con que clase de accin de gracias concluye Pablo su carta'

Anima Pablo a los que evitan el trabajo con el pretexto de que


la parusa est muy cerca' Que recomendacin final les h a c e '

Ms ayudas para la discusin y estudio del texto del Nuevo Testamento fcilmente se encontraran preguntando las razones por las
cuales los pasajes sacados de la Primea y Segunda a los Tesalomcenses de la pag 99 se usan como Epstolas para la lectura de los
das indicados

NDICE DE LOS TOMOS PUBLICADOS


1.

INTRODUCCIN AL NUEVO TESTAMENTO


Roderick A. F. MacKenzie,
S. J.
Rector del Instituto Bblico de Roma

2.

EVANGELIO DE*SAN MARCOS


Gerard S. Sloyan, S. T. L.

3.

EVANGELIO DE SAN LUCAS


Carrtt Stuhlmueller,
C. P.

4.

EVANGELIO DE SAN MATEO


David Michael Stanley, S. J.

5.

EVANGELIO Y EPSTOLAS DE SAN JUAN


Raymond E. Brown, S. S.

HECHOS DE LOS APOSTLES


Neal M. Flanagan, O. S. M.

INTRODUCCIN A LA EPSTOLAS PAULINAS.


1.a y 2.a A LOS TESALONICENSES
Bruce Vawter, C. M.

EPSTOLAS A LOS GALATAS Y ROMANOS


Barnabas M. Ahern, C. P.

9.

1/ 1 y 2.a A LOS CORINTIOS


Claude J. Peifer, O. S. B.

10

A LOS FILIPENSES, EFESIOS, COLOSENSES Y FILMON


M. Kathryn Sullivan, R. S. C. J.

11

EPSTOLAS PASTORALES DE SAN PABLO


1 ' y 2 -1 A TIMOTEO TITO
Robert T. Siebeneck, C. PP. S

12

EPSTOLA A LOS HEBREOS


John F. McConnell, M. M

13

EPSTOLAS DE SANTIAGO, JUDAS Y PEDRO


Eugene H Maly, S. T. D.

14

EL LIBRO DEL APOCALIPSIS


William G Heidt, O S B

EDITORIAL "SAL TERRAE". - Apartado 77. - SANTANDER (Espaa)

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