La Tecnificación de La Ética
La Tecnificación de La Ética
La Tecnificación de La Ética
Clotilde Leguil
Artculo aparecido en LN Le Nouvel ne n8, febrero 2008.
Lo publicamos con la amable autorizacin de la autora para la Web del CEPmedicina
y ganancias? Se pueden medir los riesgos? Cmo mejorar nuestros actos? La tica
misma es prisionera de esta aproximacin instrumental puesto que es requerida a
responder en el mismo modo para ser creble. La interrogacin tica es invitada a
presentarse como un clculo para ser reconocida como legtima.
De este modo proponemos, siguiendo a Kant, siguiendo a Lacan, siguiendo a
Jonas, reformular una vez ms el imperativo moral en este contexto de infiltracin
generalizada del ciframiento en todos los mbitos de la existencia: Acta de tal modo
que el sentido de tu accin no pueda nunca ser reducido a un puro clculo por ti
mismo o por otro. La tica, para no desaparecer, debe intentar salvar al mundo del
aproximadamente que es el mundo real y vivido por los sujetos. La orientacin tica
en el seno del mundo de la tcnica debera consistir en hacer valer el punto de vista de
la no-cuantificacin, el punto de vista de la experiencia humana como irreductible a
toda puesta en forma matemtica. El pensamiento tico debera tener hoy por misin
poner barreras a la evaluacin de lo humano. Somos alguna otra cosa que la edad que
tenemos, el salario que ganamos, el alquiler que pagamos, el nmero de productos
que consumimos y el nmero de ideas tristes que tenemos. Si los investigadores han
rebajado la tica hasta el punto de hacer de ella un simple clculo pusilnime, los
cineastas nos hacen dar cuenta de que la tica que nos concierne no tiene nada que
ver con las evaluaciones mezquinas. Es precisamente renunciando a la lgica de
prdidas y ganancias que podemos asumir el riesgo de una aventura humana que
quiz nos conducir a descubrir el nudo de nuestro ser, pequea chispa fugitiva, que
ninguna mquina computacional puede atrapar. Como los personajes de James Gray,
en su ltima pelcula, La noche es nuestra, podemos descubrirnos a nosotros mismos,
no porque nos sometamos a escalas intentando evaluar nuestros logros y fracasos,
sino porque somos capaces de afrontar la dimensin trgica de nuestra existencia de
la que ningn clculo puede dar cuenta. La noche que es nuestra, es en efecto la de
nuestras propias pesadillas, de nuestros propios sufrimientos, y no dejaremos a la
lgica evaluacionista apropiarse de ellos para hacernos creer que nuestro ser debe
someterse al universo de la precisin.
En tanto que sujetos, la tica nos pertenece.
Traduccin: Araceli Teixid