REFRANES
REFRANES
REFRANES
SIGNIFICADO
caractersticas nicas
Aramos, dijo la mosca al buey
FABULA
PASTOR MENTIROSO
Estaba un pastor de ovejas junto con su rebao, el cual comenz a
gritar con todas sus fuerzas: "Auxilio! Auxilio! El lobo viene por mis
ovejas". El pueblo, dejando a un lado todos sus quehaceres, acuden al
llamado del joven, para darse cuenta que no es mas que una chanza
pesada.
El joven vuelve a hacerlo una segunda vez, y temiendo el pueblo,
volvi. Sin embargo, nuevamente no era mas que una burla. Luego
grit de nuevo, siendo esta vez verdad que el lobo estaba atacando,
sin embargo el pueblo no crey en sus gritos, por lo que la fiera
termin devorndose el rebao.
EL JILGUERO TMIDO
Haba una vez un Jilguero que no quera cantar. Todas las dems aves
se preguntaban por qu no quera cantar, y el siempre les responda:
"Jams cantar para ser objeto de burla."
Un da, un Perico se le acerc al Jilguero para decirle: "Por qu
tienes miedo? Canta, que nadie se reir de ti." Sin embargo, el
Jilguero no quiso cantar, ni tampoco le respondi nada al perico.
Luego llego una Cotorra y tambin se le acerc al Jilguero y le dijo: "Te
escuch una vez mientras cantabas en el bosque. Tus cantos son
hermosos! Por qu no quieres cantar ahora?."
MORALEJA:
Hay que esforzarse para conseguir lo que se desea pero
pensando primero que es lo que queremos y como conseguirlo,
no sea que nos pongamos a dar brincos cuando lo que
necesitamos es estirarnos, y perdamos el tiempo y el esfuerzo.
EL COJO Y EL CIEGO
Un cojo y un ciego llegaron, cierta vez, a la orilla de un rio que tenan
que vadear. Ante esta dificultad, dijo el cojo al ciego:
El otro, contest:
Ver usted. Yo fu muy rico, pero lo perd todo. Tanta es mi hambre,
que aprovecho las cscaras que arrojas.
Entonces, dijo el primero:
Tengamos paciencia hermano al ver que en la vida haban otros ms
pobres. Compartamos mis alubias y luego Dios proveer!
Y se pusieron a compartir.
Moraleja: No te abatas por pobreza, no te ensalces por riqueza.
EL LEN Y LA LIEBRE
En el corazn de la floresta viva un pacfico y risueo len que, en sus
momentos de solaz, jugaba con una liebre, amiga de su confianza.
Con frecuencia se contaban sus congojas. Entre cuento y cuento, la
liebre pregunt:
Es cierto que, cuando un gallo arma un bullicio, ustedes huyen
despavoridos?
El len asinti sinceramente:
Es muy cierto, amiga liebre. Somos como el elefante que, cuando
grue el cerdo, tiembla como azorado.
La liebre dijo:
Lo oigo y no lo creo, seor len!
El felino insisti:
As es, mi amiga. Fjate que los grandes animales adolecemos de
algunos defectillos. Sin duda!
Y la liebre exclam:
Vaya, vaya! Ahora comprendo por qu nosotras tenemos terror a los
perros.
Moraleja: Si miedo tienes, a nadie lo reveles.
EL ASNO Y EL LOBO
Un asno, viendo que se le acercaba un lobo feroz y que no poda
escapar de l, simul encontrarse cojo.
El lobo, acercndose, le pregunt la causa de su cojera. El borrico le
respondi que se le haba introducido una espina en una de sus patas.
Y aadi:
Seor lobo, por favor, quteme esa espina que ya no soporto y
despus estar disponible para que me devore cuando le plazca.
Adems ser mucho mejor comerme sin una espina a padecer los
mismos dolores que la espina me est causando.
El lobo, convencido por las razones del asno, mansamente se acerc
y, al levantar la pata del asno, recibi una propina tal que no le qued
ni un solo diente.
Mientras el lobo padeca los dolores de la tunda recibida, el asno
inteligente huy de su presencia. Mientras tanto, el canino se lament:
EL OSO Y LA COLMENA
Frente a una colmena que haba prxima a un jardn, un oso glotn se
detuvo con la intencin de saborear la exquisita miel. Dijo:
Cunta miel abundante para colmar mi apetito!
Y, sin ms rodeos, propin un tremendo mordisco al palacio de las
abejas, dejando al descubierto el exquisito nctar.
Moraleja: Quien bien come y bien bebe, tarde paga lo que debe
EL LABRADOR Y EL ARBOL
En los campos de un labrador, vegetaba un aoso rbol que no
proporcionaba beneficio alguno y que slo serva de cobijo para
gorriones y cigarras.
El labrador, considerando que aquel rbol no era sino un estorbo en
las labores del agro, resolvi eliminarlo. Sin embargo, sus inquilinos:
los gorriones y las cigarras, le imploraron:
Por favor, no lo derribes el rbol. Piensa que desde sus ramas
cantamos y alegramos vuestra vida y las del pueblo.
El hombre, haciendo odos sordos, cogi el hacha y comenz a dar
unos furibundos golpes al tronco, uno tras otro, para poder derribarlo.
Pero, oh prodigio! Escondido en el tronco, apareci un panal de rica
miel de abejas.
LOS CAMINANTES
En armoniosa compaa dos caminantes hacan su jornada y sucedi
que uno de ellos encontr un bolso de dinero. Entonces el otro
exclam con alegra:
Feliz hallazgo hemos tenido!
Pero el amigo increp con tono burlesco:
Hemos? Slo yo soy el afortunado, porque yo lo encontr.
Debido a semejante advertencia, el otro se qued callado y sin palabra
alguna. De pronto divisaron, no muy lejos, una cuadrilla de ladrones.
Entonces, uno de ellos lament:
Estamos perdidos, amigo!
El otro caminante contest:
Perdidos? T ser el nico perdido, yo no; pues slo t, y nadie
ms que t, habis hecho el negocio.
En efecto, los ladrones le arrebataron el dinero, no sin antes propinarle
una buena paliza.
LAS MOSCAS
La sirvienta de una casa, por descuido, derram una considerable
cantidad de miel sobre el piso.
Enseguida, guiadas por su olfato, las moscas se abalanzaron sobre el
dulce charco, diciendo:
EL ADIVINO
Cerca de la ciudad de Delfos viva un hombre cuya fama de adivino se
haba extendido por la comarca.
Una hermosa doncella aspira a ser tu consorte y la fortuna te
sonreir gratamente deca a unos.
Hay gente que codicia tus bienes. Debes tener cuidado deca a
otros.
En eso, alguien se le acerc y le dijo: Los ladrones han entrado en tu
casa y se llevaron cuanto tenas.
El adivino corri gimiendo hacia su casa. En el trayecto, unos
hombres, informados del suceso, le preguntaron:
Ser posible que por adivinar la suerte de los dems hayas
desechado la tuya?
LA CORNEJA Y EL CUERVO
Segn la creencia de antao se dice que el cuervo es un ave que
anuncia la buena ventura o la desgracia de los viajeros.
Una corneja celosa, conocedora de aquellos atributos particulares,
pens:
Qu de particular tiene el cuervo para que para merecer tanta
atencin de los hombres? Yo tambin podra predecir el futuro de
aquellos.
Dicho esto, la corneja, tomando posesin de la rama del rbol ms
alto, comenz a chillar sin ton ni son a la vista de los viajeros.
Entonces, uno de los viajeros ms listos exclam:
Vaya canturreo del pajarraco! Sigamos adelante, pues la majadera
de una corneja no tiene nada que decirnos.
Moraleja: No hay que creer en brujas, pero que las hay, las hay.
La Comadreja y el Gallo
Un gallo distrado cay en las garras de una comadreja. sta, antes de
devorarlo, queriendo tener una razn que justificara su gastronoma, le
dijo:
Con tu canto estridente perturbas el sueo de los humanos.
EL GALLO REPUSO:
Es una forma de servirles, que por sus obligaciones y trabajos deben
madrugar.
La comadreja contest:
As sea, pero no por eso voy a morirme de hambre.
Y sin ms argumentos, agreg la mamfero:
Podrs tener toda la razn del mundo, pero eso no llena mi
estmago, sobre todo ahora que estoy en ayunas.
Dicho esto, hinc los dientes en el cuello del plumfero y se lo trag.
LA ARAA Y LA MOSCA
En una maana fatdica, cierta mosca volaba de un lugar a otro en
busca de comida.
Al fin, se detuvo en una rama donde una araahaba hecho malabares
con su tela y contemplndola embobada, pensaba:
Jams vi trabajo tan hermoso. No lo hara niel gusano de seda ms
famoso. Qu tersura! Qu belleza! Es realmente una obra de arte.
La araa, aprovechando la coyuntura, sali de su escondite tendi
su red con admirable maa, atrap a la mosca, y le dijo: