Concepto y Desafíos de Una Psicología Rural - Landini

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CAPTULO 1

LA NOCIN DE PSICOLOGA RURAL Y SUS DESAFOS EN EL CONTEXTO


LATINOAMERICANO
Dr. Fernando Landini
Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas (CONICET), Argentina
Universidad de Buenos Aires
Universidad de la Cuenca del Plata
[email protected]
Por qu una psicologa rural?
Al comenzar a leer este libro, la primera pregunta que surge es por qu necesitamos o en qu
podra beneficiarnos hablar o pensar en trminos de una psicologa rural. Indudablemente,
responder a esta pregunta es clave en el contexto de una psicologa que histricamente no ha
considerado a la ruralidad como digna de ser abordada en sus especificidades. En efecto, no
sera extrao escuchar el argumento de que la psicologa es psicologa en todas partes, por lo
que no sera necesario ocuparnos de desarrollarla en un contexto particular como es el rural.
El problema es que pensar en estos trminos posee dos grandes limitaciones, ambas derivadas
de la pretensin de generalizacin de cierta visin de la psicologa. La primera limitacin
refiere a los campos de aplicacin de la ciencia. Aun aceptando que una parte de los
resultados generados por la psicologa puedan tener pretensin universal, es indudable que el
uso ms apropiado que puede drsele a estos conocimientos depender de los contextos
concretos en que se apliquen. As, se necesitara una psicologa rural que se ocupe de la
aplicacin apropiada de los conocimientos psicolgicos en contextos rurales. En este caso,
negar la especificidad de la psicologa rural como posible campo de aplicacin de la
psicologa parecera ser ingenuo. Por su parte, la segunda limitacin apunta ya a discutir la
pretensin misma de generalizacin o universalizacin de los conocimientos generados por la
psicologa ms all de los marcos histricos y sociales dentro de los cuales ellos han sido
producidos, al menos en sus versiones ms fuertes. Si seguimos la argumentacin de la
psicologa cultural (Cole, 1999) y aceptamos que las subjetividades son resultado de la
interiorizacin de las relaciones sociales, y que stas son dependientes de los marcos
culturales y materiales en los que se producen, entonces debemos concluir que los espacios
rurales tienen potencialidad para generar procesos subjetivos portadores de especificidades
que deben ser tenidas en consideracin. As, puede afirmarse que la psicologa rural no slo
sera necesaria en trminos de campo de aplicacin de la psicologa sino tambin como
mbito portador de especificidades que requieren estudio e indagacin.
Un segundo argumento para sostener la necesidad de una psicologa rural no sigue ya la lnea
de que es necesario indagar desde la psicologa las especificidades rurales, sino que la
psicologa es, ella misma, ciencia urbana. As, la pertinencia de una psicologa rural partira
de la necesidad de contrapesar o contrabalancear la urbanizacin histrica y actual de la
psicologa generada y enseada en las universidades y en los centros de investigacin.
Snchez Quintanar seala que la psicologa es una ciencia nacida y cultivada en sociedades
urbanas (2009, p. 19). En trminos generales, se caracteriza por llevar adelante
investigaciones, experimentos y construir baremos para pruebas psicolgicas utilizando
fundamentalmente participantes que viven en grandes ciudades. Llamativamente, ningn
estudio construido de esta manera seala como limitacin o especificidad el carcter urbano
de sus resultados. Ningn acadmico respetable aceptara una muestra compuesta slo por
hombres o slo por mujeres, salvo que se buscara estudiar especficamente el punto de vista
de alguno de ellos. La pregunta es, entonces, por qu nos parece natural trabajar
exclusivamente con muestras urbanas cuando pretendemos generalizar resultados o cuando
estamos pensando en trminos de poblacin general? Negar en este caso la pertinencia de

incorporar sujetos rurales en nuestras muestras sera lo mismo que negar la pertinencia de
incluir hombres o incluir mujeres. En esta lnea tambin hay que tener presente la dificultad
adicional que implica investigar en contextos rurales o incorporando muestras rurales, dado
los mayores costos que implica trasladarse desde las universidades, casi siempre ubicadas en
las grandes ciudades. Dado que los sistemas de financiacin de la investigacin no suelen
aportar el plus de recursos que requieren estas investigaciones, no resulta extrao que
psiclogos y psiclogas opten por trabajan en el contexto de las ciudades. Claro est, esta
limitacin no slo impacta en las investigaciones de la psicologa, pero s debera ser tenida
en cuenta como un factor interviniente adicional al momento de analizar el sesgo urbano de
nuestra disciplina.
As, se observa una sutil tendencia a superponer lo humano (es decir, aquello propio o
caracterstico de los seres humanos), con lo que es urbano (es decir, aquello caracterstico de
las poblaciones urbanas), invisibilizndose las especificidades rurales. Claro que una parte
significativa de los estudios y trabajos construidos en contextos urbanos resultan tiles para
pensar las dinmicas psicosociales que acontecen en mbitos rurales, no se est discutiendo
eso. De hecho, muchos resultados son potencialmente generalizables, como el hecho de que
los seres humanos buscamos tener una identidad social positiva, como sealaba Tajfel (1984),
o que construimos conocimientos apoyndonos en nuestros saberes previos, como se sigue de
los trabajos de Piaget (1994) y Vigotsky (1988), por mencionar algunos ejemplos. No
obstante, la utilidad amplia de este tipo de teoras no quita la necesidad de estudiar cmo ellas
adquieren caractersticas distintivas en diferentes contextos, incluyendo el rural. En cualquier
caso, no debemos perder de vista la sutil invisibilizacin de lo rural en la psicologa que
acontece al construir conocimiento en base a prcticas de investigacin apoyadas en muestras
surgidas de contextos urbanos.
Un segundo elemento de esta invisibilizacin no hace ya a las prcticas de investigacin de
los psiclogos y psiclogas, sino a sus reas de inters. Los psiclogos solemos ser urbanos,
en el sentido de que usualmente vivimos en ciudades, mayormente grandes ciudades. Esto es
incluso ms marcado en el caso de los psiclogos y psiclogas que se dedican a la academia,
producen literatura cientfica y ensean a quienes en el futuro se convertirn en psiclogos.
Este hecho, que parece menor, nuevamente de manera sutil, lleva a que las reas de inters de
la psicologa se urbanicen al ser construidas en relacin a las experiencias, preocupaciones y
demandas urbanas que reciben estos profesionales. En efecto, si construimos nuestras reas de
investigacin en torno a temas que pensamos o percibimos como relevantes, y si estos temas
estn marcados por nuestro contexto de vida material inmediato, caracterizado por lo urbano,
los resultados de nuestros trabajos estarn enmarcados o estructurados de manera implcita
por las preocupaciones propias de los habitantes de las ciudades.
Segn cifras del Banco Mundial, en el ao 2013 el 47% de la poblacin mundial viva en
zonas rurales1. Si nos preguntamos, siguiendo a Martn-Bar (1986), qu grupos sociales se
ven favorecidos por la produccin de conocimiento de la psicologa, habra que analizar si los
problemas, realidades y necesidades de este 47% de la poblacin son tenidos en cuenta en el
mismo nivel y de la misma manera que los del 53% que habitan en ciudades. Por ejemplo, el
47% de los estudios mundiales sobre violencia de gnero en la pareja que han sido realizados,
han utilizado participantes o han focalizado en las dinmicas propias de las familias rurales?
Ciertamente que no. De hecho, la produccin cientfica en el mbito de la psicologa referida
a una poblacin caracterstica de los mbitos rurales como son los productores agropecuarios
resulta llamativamente escasa en comparacin con la referida a otros grupos sociales (Landini,
Bentez y Murtagh, 2010). As, se observa un importante desequilibrio entre los esfuerzos
llevados adelante por la psicologa, como ciencia y como profesin, y las necesidades de las
1

Extrado
el
23
de
julio
de
2014
del
http://datos.bancomundial.org/tema/agricultura-y-desarrollo-rural

sitio

Web

del

Banco

Mundial:

poblaciones, privilegindose claramente a las urbanas en detrimento de las rurales.


La pregunta por cun representadas estn las problemticas de las poblaciones rurales en las
investigaciones y en las prcticas de los psiclogos y psiclogas es an ms relevante para la
psicologa comunitaria, dada su orientacin al cambio social y su inters por los grupos
sociales excluidos o postergados (Montero, 2004). Un informe de la Organizacin de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacin (FAO por sus siglas en ingls), seala
que las comunidades rurales en los pases en desarrollo son hogar de algunos de los grupos
sociales ms desfavorecidos y marginalizados del mundo actual: productores sin tierra, pobres
crnicos, mujeres cabeza de familia, personas con enfermedades crnicas como HIV/SIDA,
tuberculosis o malaria (Anrquez y Stloukal, 2008, p. 2). En la misma lnea, en el Informe
2011 de Pobreza Rural del Fondo Internacional de Desarrollo Agrcola (FIDA), tambin de
las Naciones Unidas, se sealaba que la extrema pobreza a nivel mundial era el 27% ms alta
en mbitos rurales que en urbanos (FIDA, 2011). Esto implica que ms de la mitad de la
pobreza extrema del mundo est hoy ubicada en las zonas rurales. As, queda claro que si la
psicologa comunitaria o la psicologa de la liberacin quieren realmente trabajar con los
sectores excluidos, entonces tienen que prestar particular atencin a las problemticas propias
de los mbitos rurales.
Ahora bien, en cuanto a las caractersticas de los mbitos rurales, Amrica Latina presenta
importantes especificidades. En primer lugar, es necesario reconocer la importancia
econmica del sector agrcola y las cadenas agroindustriales, en tanto constituyen un sector
con importante capacidad para generar empleo (aunque muchas veces precario) y divisas, con
distinto nfasis segn los pases. Sin embargo, y siempre siguiendo los datos del Banco
Mundial y de FIDA, llamativamente Amrica Latina es una de las regiones ms urbanizadas
del mundo, con slo un 20,4% de poblacin rural, y con ndices de pobreza ms equilibrados
entre zonas rurales y urbanas, al menos en algunos pases. No obstante, la pregunta por la
relevancia de pensar las especificidades de las poblaciones rurales y de sus problemticas
persiste, al tomar conciencia de que ese 20,4% representa 120 millones de latinoamericanos.
En este contexto, parafraseando a Ignacio Martn-Bar (1986) cabe preguntarse: realmente la
psicologa latinoamericana ha contribuido, como ciencia y como praxis, a la historia y a la
liberacin de las poblaciones rurales latinoamericanas?
Por su parte, otras ciencias sociales como la antropologa y la sociologa no tienen los
problemas que enfrenta la psicologa referidos a la orientacin urbana de sus desarrollos. La
antropologa nace como ciencia rural en el contexto de la expansin de las potencias
coloniales europeas, buscando comprender la cultura y las dinmicas sociales de las
poblaciones exticas con las que se encontraban. Por su parte, si bien la sociologa nace
vinculada con los procesos de urbanizacin y desarrollo industrial modernos, ya desde
principios del siglo XX se vincula con la problemtica de la economa y el desarrollo rural.
As, a nadie extraa hablar de antropologa rural o de sociologa rural, ya que se trata de
mbitos consolidados dentro de ambas disciplinas. No obstante, algo muy diferente sucede
cuando se habla de psicologa rural, ya que la expresin misma no deja de generar una cierta
extraeza, producto de la matriz urbana a partir de la cual se tiende a pensar a la psicologa.
La toma de conciencia de este sentimiento de extraeza resulta particularmente interesante a
los fines de esta reflexin, ya que nos muestra cun profundo cala el supuesto irreflexivo e
implcito de que psicologa y ruralidad son como el agua y el aceite. Esta situacin nos invita
a preguntarnos por las razones histricas y por las matrices epistemolgicas que configuraron
a la psicologa en estos trminos. Indudablemente, la cuestin est abierta a debate. No
obstante, resulta razonable suponer que se relaciona fuertemente con los orgenes de la
psicologa como ciencia. Los historiadores de la disciplina suelen considerar a Wilhelm
Wundt como el padre de la psicologa, como consecuencia de ser el fundador del primer
laboratorio de psicologa experimental en el ao 1879. No obstante, como recuerda Michael

Cole (1999), la propuesta de Wundt no slo inclua el desarrollo de una psicologa


experimental de corte individual, sino tambin una Psicologa de los Pueblos orientada al
estudio de la vida histrico-cultural de los grupos humanos. As, debemos situar en el origen
de la psicologa como ciencia independiente dos propuestas epistemolgicas diferenciadas, es
decir, dos matrices para pensar la psicologa (lvaro y Garrido, 2003). Una, la psicologa
experimental, centrada en el estudio del individuo y pensada segn el modelo de las ciencias
naturales, con una orientacin a la generalizacin; y la otra, la Psicologa de los Pueblos,
apoyada en el supuesto de que los sujetos se encuentran indisolublemente unidos al entorno
cultural en el que viven, lo que define a la psicologa como ciencia socio-histrica. Como
sealan diversos autores, fue el modelo de la psicologa experimental asociado a las ciencias
naturales el que gan la batalla y se instaur como matriz hegemnica hasta el da de hoy,
pese a haber recibido mltiples crticas. Dentro de esta perspectiva, la investigacin en
psicologa queda asociada a la bsqueda de generalizacin de resultados a partir de la
descontextualizacin de los fenmenos en estudio. Recordemos que la psicologa
experimental de Wundt era una psicologa orientada al estudio de los procesos perceptivos y
no a la construccin cultural de las subjetividades, como propona la psicologa de los
pueblos. As, el mtodo experimental, la descontextualizacin de las prcticas de
investigacin y la bsqueda de generalizacin de resultados llevan a excluir la diversidad de
escenarios culturales en los que se produce la vida como elemento relevante del quehacer de
los psiclogos y psiclogas. En consecuencia, podra decirse que la exclusin de la dimensin
de la ruralidad como eje relevante a ser considerado por los psiclogos se remonta a la
epistemologa positivista que marc el origen histrico de la psicologa. La diversidad de
escenarios era una limitacin para la comprensin de la universalidad del saber psicolgico
derivado de la psicologa como ciencia natural. Considerar lo rural como variable relevante
para la psicologa implicara negar el carcter universal de su saber. Percibir como extrao
hablar de psicologa rural pone en evidencia la persistencia de esta matriz epistemolgica en
nuestra concepcin de psicologa.
De qu hablamos cuando hablamos de una psicologa rural?
Habiendo argumentando la importancia y necesidad de una psicologa rural, corresponde
ahora preguntarnos qu es la psicologa rural o, mejor an, qu entendemos por psicologa
rural. La diferencia entre ambas preguntas es particularmente relevante, dado que la primera
tiende a sustancializar el concepto, asumiendo implcitamente que existe algo all en la
realidad o en la naturaleza de las cosas, en este caso algo denominado psicologa rural, que
necesita una definicin, mientras que la segunda opcin abre la reflexin evitando este
supuesto.
Para avanzar con la reflexin resulta necesario primero preguntarse por qu o para qu se
torna relevante definir, caracterizar o describir a la psicologa rural. En primer lugar, creo
conveniente rechazar cualquier tipo de sustancializacin de lo rural como entidad con
existencia propia o independiente. Lo rural refiere a una configuracin de los espacios y al
modo en que stos son apropiados por los seres humanos. Usualmente se denomina urbana a
cualquier aglomeracin de poblacin que supere cierto lmite cuantitativo de habitantes,
mientras que rural a los territorios que no lo hacen. Vistos as, rural y urbano hablan del modo
en que los sujetos estn y viven unos con otros en los territorios en los que habitan. De esta
manera, el lmite entre espacios rurales y urbanos siempre estar sujeto a disputas, en tanto se
sostiene en una definicin arbitraria. Ms difcil an resulta la diferenciacin entre sujetos
urbanos y rurales, en tanto la idea de migracin o circulacin de poblaciones entre ambos
mbitos lleva constantemente a hacer imposible cualquier definicin o delimitacin tajante.
As, asumiendo esta flexibilidad en cuanto a la definicin de ruralidad y la fluidez respecto
del carcter rural o urbano de los sujetos, parece indispensable rechazar cualquier definicin o

caracterizacin de psicologa rural que la presente como una necesidad derivada de una
supuesta divisin propia de la realidad entre rural y urbano.
Pero entonces, con qu finalidad o por qu razones queremos definirla? La respuesta es
sencilla. Anteriormente se argument que el 47% de la poblacin mundial vive en mbitos
rurales. Ahora bien, si estas poblaciones viven experiencias, tienen problemas y generan
relaciones que se diferencian de aquellas de quienes desarrollan su vida en las ciudades,
entonces es necesario que la psicologa tenga la capacidad de percibir estas especificidades y
actuar a partir de ellas. Dado que hoy estas especificidades estn siendo menos atendidas por
la psicologa que lo que se esperara por su importancia tanto cuantitativa como humana,
entonces resulta necesario hacer visibles y dar entidad a estas especificidades. En
consecuencia, considero imperioso definir o caracterizar a la psicologa rural porque la
importancia de las especificidades de estos mbitos est siendo subestimada por la psicologa
actual. As, sostengo que es necesario definir y generar una psicologa rural para visibilizar lo
rural al interior de la psicologa.
En este contexto, la opcin intuitiva, tal vez por ser la ms fcil y acostumbrada, sera definir
a la psicologa rural como una subdisciplina dentro de la psicologa orientada al estudio de los
procesos psicolgicos en mbitos rurales. As, se pondra a la psicologa rural a la par (como
hermana menor por cierto), de subdisciplinas psicolgicas como la psicologa social, la
psicologa clnica, la psicologa educacional, etc. No obstante, hacer esto traera una serie de
problemas. Por ejemplo, se hara necesario trazar lmites separando a la psicologa rural de
otras ramas de la psicologa como la social, la ambiental o la clnica, y se estara
contribuyendo a sustancializar la idea misma de psicologa rural como si fuera algo propio del
mundo o de la naturaleza, entre otras cuestiones. En cualquier caso, lo que se perdera sera su
sentido y su esencia. Esto es, su capacidad, potencialidad y frescura para generar reflexiones y
orientar acciones encaminadas a responder a las necesidades de las poblaciones rurales,
particularmente de aquellos sectores ms desprotegidos.
Atendiendo a esto, la psicologa rural debera ser entendida como un motor de pensamiento,
un espacio de tensin que no permita a los psiclogos y psiclogas olvidar o invisibilizar a las
poblaciones rurales y a sus especificidades. En concreto, propongo pensar a la psicologa rural
no como una subdisciplina psicolgica sino como un campo de problemas en los que se
articula psicologa y ruralidad. Es decir, como un conjunto de temas, problemas o hechos para
los cuales resulta relevante considerar tanto su dimensin rural como su dimensin
psicolgica o psicosocial, ya que sin la consideracin de una de ellas nuestra posibilidad de
comprensin y/o intervencin se vera limitada en aspectos relevantes. Vista as, la psicologa
rural aparece como un espacio flexible, plural, diverso y estimulante, que no necesita
establecer lmites o bordes para contraponerse con otros espacios. En este contexto, la
inclusin de un hecho o problema dentro del campo de la psicologa rural estar guiada
simplemente por la percepcin de los actores implicados (psiclogos y/o poblaciones) en
relacin a que su abordaje debe incluir tanto la consideracin de la dimensin psicolgica
como el entorno rural.
Partiendo de la definicin de la psicologa rural como campo de problemas que articulan
psicologa y ruralidad pueden identificarse, a nivel general y de manera muy esquemtica, tres
reas temticas de inters diferenciadas pero no necesariamente contrapuestas. Por un lado,
encontramos temas que podemos considerar como especficos o propios de lo rural. Por
ejemplo, las ferias de la agricultura familiar y su impacto subjetivo, el vnculo entre tcnicos y
productores en el contexto de la extensin rural y la relacin de las personas con su entorno
material rural. Por otro lado, tambin es posible encontrar un conjunto de problemas o temas
que si bien no son propios de lo rural, s se manifiestan de manera particular en contextos
rurales, por lo que sus especificidades necesitan ser estudiadas y comprendidas. Entre ellos
pueden pensarse, por ejemplo, las relaciones de gnero y la violencia familiar, la dinmica de

uso del dinero en las familias de agricultores y el vnculo entre profesionales de la salud y
comunidades rurales. Por ltimo, tambin puede argumentarse la existencia de un tercer grupo
de temas o problemas, relacionados en este caso con la aplicacin y/o adaptacin de
conocimientos generados en contextos urbanos a espacios rurales. Por ejemplo, la prctica de
la psicoterapia o la atencin de problemas de aprendizaje en las escuelas rurales.
Desafos de la psicologa rural latinoamericana
Despus de haber argumentado por qu se necesita una psicologa rural y de haber delineado
una forma posible de conceptualizarla, me propongo ahora presentar un conjunto de desafos
o de lineamientos estratgicos que podran funcionar como hoja de ruta para quienes estamos
interesados en hacerla una realidad concreta.
1. Resulta fundamental que la psicologa rural genere espacios de encuentro y de formacin
en torno a problemticas que vinculan psicologa y ruralidad, incluyendo tanto a psiclogos y
a estudiantes de psicologa, como a otras profesiones interesadas en lo rural. Por un lado, esto
implica generar congresos o jornadas de psicologa rural de distinto alcance y en distintos
mbitos. En esta lnea, dar continuidad al 1er Congreso Latinoamericano de Psicologa Rural
sera una iniciativa de gran valor. No obstante, habr que cuidarse de tomar este tipo de
alternativas acadmicas tradicionales como las nicas posibles, pensando tambin en opciones
ms flexibles y dinmicas que puedan adecuarse a distintos contextos y necesidades,
especialmente contando con el apoyo de las nuevas tecnologas de la comunicacin. Por otra
parte, tambin ser de de gran importancia generar espacios de formacin acadmica de grado
y postgrado relativas a la psicologa rural, destinadas tanto a psiclogos como a profesionales
de otras disciplinas. Para los estudiantes de psicologa, esto constituir una oportunidad para
pensar en las poblaciones y problemticas rurales, dando la posibilidad de generar identidades
profesionales que incorporen lo rural a su campo de posibilidades de accin. Para
profesionales de otras disciplinas, la existencia de cursos especficamente orientados a pensar
problemticas o procesos psicosociales en contextos rurales (y no simples cursos de
psicologa estndar introducidos en programas destinados a profesionales que trabajan con
ruralidad), servir para que puedan encontrar en la psicologa herramientas tiles para su
prctica, sea profesional o de investigacin.
2. Tambin resulta fundamental que la idea de psicologa rural pueda convertirse en un
verdadero incentivo para pensar, crear y generar acciones. Es decir, que se constituya en un
motor para el pensamiento y la accin en el mbito de la ruralidad. La flexibilidad, la
voluntad innovadora y la actitud crtica son ms importantes que la pureza conceptual o la
precisin escolstica si lo que queremos es construir una disciplina y una prctica con
verdadera potencialidad transformadora. El objetivo es pensar juntos, no demostrar que
tenemos razn. Es hacer y transformar, no enumerar conocimientos. En la misma lnea, habr
que evitar sustancializar tanto la idea de psicologa rural como el concepto mismo de
ruralidad, en tanto ambas alternativas llevan a perder el foco y a limitar la posibilidad de ser
creativos intelectualmente.
3. La psicologa rural tambin tendr que evitar caer en estereotipos o lugares comunes, como
por ejemplo el que identifica ideolgicamente lo rural con la idea de atraso o con un espacio
idlico de paz y felicidad. De nuevo, cualquiera de estas opciones limitar nuestras
posibilidades de pensar y contribuir con las necesidades y problemas reales de las poblaciones
rurales. En general, esto implica tres cuestiones. Primero, como psiclogos, tomar conciencia
de nuestra propia idea de ruralidad para reflexionar sobre ella crtica y colectivamente.
Segundo, tomar contacto directo con lo rural y con su gente. Acercarse, conversar, visitar.
Mirar desde lejos limita la posibilidad de ver. Acercarse y compartir constituye una va
fundamental para romper estereotipos y prejuicios. Y tercero, tomar como objeto de
investigacin los presupuestos o lugares comunes que las poblaciones urbanas tienen sobre

los espacios rurales y sus habitantes. Al mismo tiempo, ser menester evitar caer en una
visin homognea de lo rural, abriendo nuestro pensamiento a la diversidad de espacios
rurales, tan variados como son las personas y los territorios.
4. Por su parte, tambin habr que tener particular cuidado con reproducir y aplicar
acrticamente en contextos rurales formatos de investigacin o accin desarrollados
originalmente para responder a las necesidades de habitantes de las ciudades. Claro est, esto
no significa rechazar conocimientos y desarrollos actuales de la psicologa, slo implica
utilizarlos de manera crtica y contextualizada. Puede que no resulte claro qu es o a qu nos
referimos cuando hablamos de psicologa rural, pero s debe quedar claro que recomendar
terapia psicolgica a un campesino que vive a 40 kilmetros del primer hospital donde podra
recibir atencin es contrario a la idea misma de psicologa rural. El mero escenario no hace
rural a la psicologa sino su sensibilidad para abordar sus especificidades.
5. Un quinto elemento, muy relacionado con el anterior, refiere a la necesidad de tomar
conciencia de las limitaciones que tenemos para identificar problemas y delinear acciones
apropiadas para contextos rurales al tener marcada nuestra subjetividad, nuestra experiencia y
nuestra formacin profesional por la residencia urbana. En este sentido, resulta fundamental la
capacidad de los psiclogos para ir ms all de su propia experiencia, entrando en dilogo con
los actores sociales y las poblaciones que trabajan y viven en contextos rurales. Este dilogo
inicial es clave para generar un primer nivel de comprensin de la experiencia y el punto de
vista de los otros, a la vez que exige una importante capacidad para abrirse a la diferencia.
6. Por ltimo, debe quedar claro que el sentido de hablar de psicologa rural no se acaba con
una argumentacin discursiva de su pertinencia. Los psiclogos interesados en las
problemticas de los espacios rurales deben articularse con instituciones, organizaciones y
comunidades rurales para generar acciones y prcticas. Hablar sin hacer convierte en vacas a
las palabras. En esta lnea, habr que generar estrategias y dispositivos que permitan abordar
las problemticas especficas de las poblaciones rurales, siempre teniendo en cuenta el marco
territorial en el que se dan.
Reflexiones finales
En este trabajo procur presentar a la psicologa rural como una propuesta. Ms aun, como
una apuesta a algo que podra ser, pero que an no es. El argumento central para sostener su
pertinencia fue la potencialidad de la idea de psicologa rural para generar nuevas formas de
pensar y hacer. Su origen es la necesidad de responder a las preocupaciones especficas y las
problemticas propias de quienes viven en el campo o en pequeas ciudades. No se habla de
una esencia ni de lo rural, ni de los sujetos rurales ni de la psicologa rural en cuanto
constructo. La idea no es alambrar un espacio al interior de la academia para hacerlo
propiedad de nadie, sino abrir la academia a las necesidades de aquellas personas cuya
cotidianidad transcurre en contextos rurales, en cierto sentido olvidadas. En este proceso,
habr que cuidarse de tener como objetivo llevar la psicologa al campo. La idea de una
psicologa rural implica algo muy diferente. Implica construir una mirada y una prctica desde
la psicologa que resulte apropiada y til para las poblaciones rurales y sus problemticas. De
nuevo, no se trata de llevar lo que sabemos hacer a un nuevo sitio. Y esto slo ser posible si
entramos en dilogo con quienes pueden aprovechar nuestro aporte, el cual siempre tendr
que ser co-construido entre psiclogos, pobladores y sus contextos de vida. De todas maneras,
se trata de una apuesta, siempre sujeta a la prueba de su utilidad. Tendr la idea de psicologa
rural suficiente fuerza, suficiente potencialidad para justificar el derecho a un nombre, ms
an, para justificar que pensemos en ella? Responder a esto, sin dudas, constituye la tarea
pendiente.

Bibliografa
lvaro, J. y Garrido, A. (2003). Psicologa social: Perspectivas psicolgicas y sociolgicas. Madrid:
McGraw-Hill.

Anrque, G. y Stloukal, L. (2008). Rural population change in developing countries: Lessons


for policymaking. Roma: FAO.
Cole, M. (1999). Psicologa cultural. Madrid: Morata.
Fondo Internacional de Desarrollo Agrcola (2011). Facts & figures. Rural poverty report
2011. Disponible en www.ifad.org/rpr2011/media/kit/factsheet_e.pdf
Landini, F., Bentez, M. y Murtagh, S (2010). Revisin de los trabajos realizados por la
psicologa sobre pequeos productores agropecuarios. Anuario de Investigaciones de la
Facultad de Psicologa, 17(1), 221-229.
Martn-Bar, I. (1986). Hacia una psicologa de la liberacin. Boletn de Psicologa, 22, 219221.
Montero, M. (2004). Introduccin a la psicologa comunitaria: desarrollo, conceptos y
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Piaget, J. (1994). El nacimiento de la inteligencia en el nio. Mxico: Grijalbo.
Tajfel, H. (1984). Grupos humanos y categoras sociales. Estudios en psicologa social.
Barcelona: Herder.
Vigotsky, L. (1988) El desarrollo de los procesos psicolgicos superiores. Mxico: Grijalbo.

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