Lorenzo Muelas Hurtado - La Fuerza de La Gente... Guambía, Colombia

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La fuerza de la gente es un tex-

to autobiogrfico, encaminado a discutir la institucin de la terrajera y el surgimiento de las luchas y movimientos indgenas del siglo 20 en el
suroccidente colombiano, desde la particular visin del Constituyente y ex-senador indgena,
Lorenzo Muelas Hurtado. Su condicin de terrajero e hijo de terrajeros, as como de actor directo
en las luchas indgenas en cuestin, las cuales tuvieron su detonante precisamente en la terrajera,
lo hacen testigo de excepcin de un fenmeno
social que es importante que sea conocido en sus
formas ms ntimas. Como l mismo lo ha dicho,
la terrajera debe ser conocida:

Martha L. Urdaneta Franco


Es B.A. en Economa de la Universidad de Columbia, Nueva York, M.A.
en Economa Agrcola de la Universidad de Wisconsin, Antroploga de
la Universidad Nacional de Colombia, con estudios de Arqueologa en
la Escuela Nacional de Antropologa e Historia de Mxico.
Su relacin de trabajo con Guamba data de 1983. En ese ao, con el fin
de apoyar al pueblo guambiano en la bsqueda de caminos para recuperar su historia, es decir, para entender su pasado como mecanismo de
fortalecimiento de su sociedad actual y futura, inici una investigacin
arqueolgica en su territorio. sta se adelant en coordinacin con el
Cabildo y con la permanente participacin de representantes de la
Comunidad, en todos los campos. Pensando en divulgar los resultados
obtenidos hasta ese momento dentro del sistema educativo guambiano,
on.
en 1992 se public la cartilla Mananasrik w
waan w
weetotraik kko
Sus escritos sobre este trabajo arqueolgico incluyen: En B
Bu
usca ddee llaas
Huellas de los Antiguos Guambianos: Investigacin Arqueolgica en el
uamba (tesis de grado, Universidad Nacional, Bogot);
Resguardo ddee G
Gu
Arqueologa en el Resguardo de Guamba: una experiencia en investigacin histrica desde la comunidad (Jornadas Internacionales de Arqueologa de Rescate III, Venezuela); Investigacin Arqueolgica en el Resguardo de Guamba, y Huellas de Pishau en el Resguardo de Guamba:
B o l e t n M
useo ddeel O
ensayando caminos para su estudio (B
Mu
Orro, Nos. 22 y
31, Bogot); y, en co-autora con los investigadores guambianos Cruz
usca ddee llaas H
uellas ddee
Trochez Tunubal y Miguel Flor Camayo, En B
Bu
Hu
los An
uambianos (FIAN, Bogot).
Anttiguos G
Gu
En los ltimos trece aos colabor con Lorenzo Muelas Hurtado en la
investigacin y puesta en forma de este libro, y entre 1994-98 lo acompa en sus labores en el Senado de la Repblica, haciendo parte de su
Unidad de Trabajo Legislativo.

no slo entre nuestra gente, sino tambin por el resto


del pueblo colombiano, y no nicamente como dato
histrico, sino para ayudar a crear conciencia de la
importancia del respeto por el otro y de la imperiosa
obligacin que todos tenemos de defender nuestros
derechos y respetar los de los dems.
Es por eso que considero de inters compartir mis
experiencias... y poner por escrito lo que fue y signific
el mundo de la terrajera, mirando este fenmeno
desde la ptica muy propia de alguien que desde los
primeros aos de su infancia debi aprender a sobrevivir en l y a combatirlo, no slo como individuo, sino
muy especialmente como miembro de una colectividad
sometida al mismo.

La primera parte del libro est centrada en el proceso de


apropiacin de las tierras y el trabajo indgenas, a travs
de los sistemas de hacienda y terraje, que llev a la
desvertebracin del territorio y de la comunidad guambiana. Esta parte de la historia muestra cmo las condiciones de opresin propias de la terrajera generaron un
movimiento que buscaba eliminar la esclavitud y miseria
sufrida por los terrajeros, y que los llev a una dura
lucha por recuperar las tierras que les haban sido arrebatadas por los terratenientes.
Una segunda parte narra las experiencias personales del
autor. All est expuesta su vida desde que naci como
hijo de terrajeros, su proceso de formacin y aprendizaje,
su experiencia como terrajero, jornalero y finalmente
como extrao en las nuevas tierras a donde su familia se
vio forzada a desplazarse.
La parte final del libro comprende los ltimos treinta
aos de terrajera en territorio guambiano, y los procesos
de lucha que generaron la organizacin indgena que
conocemos actualmente en el Cauca y, a partir de ello, la
recuperacin de su territorio.

LORENZO
MUELAS
HURTADO

La
fuerza
de la
gente

La
fuerza
de la
gente

JUNTANDO RECUERDOS

SOBRE LA TERRAJERA

EN GUAMBA-COLOMBIA

Lorenzo Muelas Hurtado


Dirigente indgena guambiano, ha dividido su vida entre las labores del
campo y la actividad poltica. En 1985 fue gobernador de su pueblo, y
en 1991 fue elegido como representante de los pueblos indgenas ante la
Asamblea Nacional Constituyente que elabor la actual Constitucin de
Colombia. En su condicin de Constituyente, present iniciativas tendientes a garantizar el reconocimiento de los indgenas como ciudadanos con plenos derechos, sus derechos como pueblos, sus territorios
como entidades poltico-administrativas de la Repblica, sus sistemas
de gobierno propios, su propia jurisdiccin, sus idiomas, sus propios
sistemas de educacin y, en fin, su cultura toda.
Entre 1994-98 actu como Senador de la Repblica en representacin
de los pueblos indgenas; en esa calidad present proyectos e impuls y
defendi iniciativas relacionados con la defensa de la diversidad cultural y biolgica en nuestro pas.

LORENZO MUELAS HURTADO


C O N

L A

C O L A B O R A C I N

D E

Martha L. Urdaneta Franco

INSTITUTO
COLOMBIANO DE
ANTROPOLOGA
E HISTORIA

Su pensamiento sobre estos temas esta consignado en varias publicaciones de sus intervenciones en reuniones nacionales e internacionales,
como las Conferencias de las Partes del CDB; el Foro Internacional de
los Pases Andinos y Amaznicos sobre Biodiversidad, y otros. Tambin
existen publicados mltiples documentos de su autora, en revistas y
libros especializados, compilados en Colombia y en otros pases de
Latinoamrica.
Actualmente disfruta de las tierras que lo vieron nacer y crecer, donde
vive y trabaja en la recuperacin de variedades tradicionales de alimentos, y donde produce de manera limpia, es decir, sin agroqumicos, la
comida suficiente para su propia supervivencia, la de sus vecinas guilas
y la de los osos de anteojos que lo visitan desde hace algn tiempo.

La fuerza de la gente es un tex-

to autobiogrfico, encaminado a discutir la institucin de la terrajera y el surgimiento de las luchas y movimientos indgenas del siglo 20 en el
suroccidente colombiano, desde la particular visin del Constituyente y ex-senador indgena,
Lorenzo Muelas Hurtado. Su condicin de terrajero e hijo de terrajeros, as como de actor directo
en las luchas indgenas en cuestin, las cuales tuvieron su detonante precisamente en la terrajera,
lo hacen testigo de excepcin de un fenmeno
social que es importante que sea conocido en sus
formas ms ntimas. Como l mismo lo ha dicho,
la terrajera debe ser conocida:

Martha L. Urdaneta Franco


Es B.A. en Economa de la Universidad de Columbia, Nueva York, M.A.
en Economa Agrcola de la Universidad de Wisconsin, Antroploga de
la Universidad Nacional de Colombia, con estudios de Arqueologa en
la Escuela Nacional de Antropologa e Historia de Mxico.
Su relacin de trabajo con Guamba data de 1983. En ese ao, con el fin
de apoyar al pueblo guambiano en la bsqueda de caminos para recuperar su historia, es decir, para entender su pasado como mecanismo de
fortalecimiento de su sociedad actual y futura, inici una investigacin
arqueolgica en su territorio. sta se adelant en coordinacin con el
Cabildo y con la permanente participacin de representantes de la
Comunidad, en todos los campos. Pensando en divulgar los resultados
obtenidos hasta ese momento dentro del sistema educativo guambiano,
on.
en 1992 se public la cartilla Mananasrik w
waan w
weetotraik kko
Sus escritos sobre este trabajo arqueolgico incluyen: En B
Bu
usca ddee llaas
Huellas de los Antiguos Guambianos: Investigacin Arqueolgica en el
uamba (tesis de grado, Universidad Nacional, Bogot);
Resguardo ddee G
Gu
Arqueologa en el Resguardo de Guamba: una experiencia en investigacin histrica desde la comunidad (Jornadas Internacionales de Arqueologa de Rescate III, Venezuela); Investigacin Arqueolgica en el Resguardo de Guamba, y Huellas de Pishau en el Resguardo de Guamba:
B o l e t n M
useo ddeel O
ensayando caminos para su estudio (B
Mu
Orro, Nos. 22 y
31, Bogot); y, en co-autora con los investigadores guambianos Cruz
usca ddee llaas H
uellas ddee
Trochez Tunubal y Miguel Flor Camayo, En B
Bu
Hu
los An
uambianos (FIAN, Bogot).
Anttiguos G
Gu
En los ltimos trece aos colabor con Lorenzo Muelas Hurtado en la
investigacin y puesta en forma de este libro, y entre 1994-98 lo acompa en sus labores en el Senado de la Repblica, haciendo parte de su
Unidad de Trabajo Legislativo.

no slo entre nuestra gente, sino tambin por el resto


del pueblo colombiano, y no nicamente como dato
histrico, sino para ayudar a crear conciencia de la
importancia del respeto por el otro y de la imperiosa
obligacin que todos tenemos de defender nuestros
derechos y respetar los de los dems.
Es por eso que considero de inters compartir mis
experiencias... y poner por escrito lo que fue y signific
el mundo de la terrajera, mirando este fenmeno
desde la ptica muy propia de alguien que desde los
primeros aos de su infancia debi aprender a sobrevivir en l y a combatirlo, no slo como individuo, sino
muy especialmente como miembro de una colectividad
sometida al mismo.

La primera parte del libro est centrada en el proceso de


apropiacin de las tierras y el trabajo indgenas, a travs
de los sistemas de hacienda y terraje, que llev a la
desvertebracin del territorio y de la comunidad guambiana. Esta parte de la historia muestra cmo las condiciones de opresin propias de la terrajera generaron un
movimiento que buscaba eliminar la esclavitud y miseria
sufrida por los terrajeros, y que los llev a una dura
lucha por recuperar las tierras que les haban sido arrebatadas por los terratenientes.
Una segunda parte narra las experiencias personales del
autor. All est expuesta su vida desde que naci como
hijo de terrajeros, su proceso de formacin y aprendizaje,
su experiencia como terrajero, jornalero y finalmente
como extrao en las nuevas tierras a donde su familia se
vio forzada a desplazarse.
La parte final del libro comprende los ltimos treinta
aos de terrajera en territorio guambiano, y los procesos
de lucha que generaron la organizacin indgena que
conocemos actualmente en el Cauca y, a partir de ello, la
recuperacin de su territorio.

LORENZO
MUELAS
HURTADO

La
fuerza
de la
gente

La
fuerza
de la
gente

JUNTANDO RECUERDOS

SOBRE LA TERRAJERA

EN GUAMBA-COLOMBIA

Lorenzo Muelas Hurtado


Dirigente indgena guambiano, ha dividido su vida entre las labores del
campo y la actividad poltica. En 1985 fue gobernador de su pueblo, y
en 1991 fue elegido como representante de los pueblos indgenas ante la
Asamblea Nacional Constituyente que elabor la actual Constitucin de
Colombia. En su condicin de Constituyente, present iniciativas tendientes a garantizar el reconocimiento de los indgenas como ciudadanos con plenos derechos, sus derechos como pueblos, sus territorios
como entidades poltico-administrativas de la Repblica, sus sistemas
de gobierno propios, su propia jurisdiccin, sus idiomas, sus propios
sistemas de educacin y, en fin, su cultura toda.
Entre 1994-98 actu como Senador de la Repblica en representacin
de los pueblos indgenas; en esa calidad present proyectos e impuls y
defendi iniciativas relacionados con la defensa de la diversidad cultural y biolgica en nuestro pas.

LORENZO MUELAS HURTADO


C O N

L A

C O L A B O R A C I N

D E

Martha L. Urdaneta Franco

INSTITUTO
COLOMBIANO DE
ANTROPOLOGA
E HISTORIA

Su pensamiento sobre estos temas esta consignado en varias publicaciones de sus intervenciones en reuniones nacionales e internacionales,
como las Conferencias de las Partes del CDB; el Foro Internacional de
los Pases Andinos y Amaznicos sobre Biodiversidad, y otros. Tambin
existen publicados mltiples documentos de su autora, en revistas y
libros especializados, compilados en Colombia y en otros pases de
Latinoamrica.
Actualmente disfruta de las tierras que lo vieron nacer y crecer, donde
vive y trabaja en la recuperacin de variedades tradicionales de alimentos, y donde produce de manera limpia, es decir, sin agroqumicos, la
comida suficiente para su propia supervivencia, la de sus vecinas guilas
y la de los osos de anteojos que lo visitan desde hace algn tiempo.

La
J U N TA N D O R E C U E R D O S

fuerza
SOBRE LA TERRAJERA

de la
EN GUAMBA, COLOMBIA

gente

La
fuerza
de la
gente
J U N TA N D O R E C U E R D O S

SOBRE LA TERRAJERA

EN GUAMBA, COLOMBIA

Lorenzo Muelas Hurtado


C O N

L A

C O L A B O R A C I N

D E

Martha L. Urdaneta Franco


INSTITUTO COLOMBIANO DE ANTROPOLOGA E HISTORIA, ICANH

Instituto Colombiano de Antropologa e Historia


Maria Victoria Uribe Alarcn
Directora

Mauricio Pardo Rojas


Subdirector Tcnico

Nicols Morales Thomas


Jefe de Proyectos Editoriales

La fuerza de la gente. Juntando recuerdos


sobre la terrajera en Guamba, Colombia.
Lorenzo Muelas Hurtado
Instituto Colombiano de Antropologa e Historia - icanh
sede Calle 12 n 2-41 Bogot - Colombia
telfonos 5619500-56196001 fax extensin 144
correo electrnico [email protected]
direccin url http://www.icanh.gov.co
isbn 958-8181-26-7

Asistencia Editorial

Daniel Manjarrs
Diseo y Diagramacin

Camila Cesarino Costa (Elograf Ltda.)


Impresin

Imprenta Nacional de Colombia


Fotos

Las fotografas de las acuarelas de Henry Price


fueron tomadas por Rudolph, del libro de Jaime Ardila
y Camilo Lleras, Batalla contra el Olvido.
Las fotos annimas fueron tomadas de : Archivo familia Muelas (portada, pp.
161, 165, 187, 251, 302, 375/443); Exposicin Casa Cabildo de Guamba (pp.
71, 188, 501, 503, 514); Segundo Ullun (p. 336).
Mapas

Brbara Muelas Hurtado


Manuel Prez
Dibujos

Brbara Muelas Hurtado


El Icanh no se hace responsable por las opiniones emitidas por los autores

Febrero 2005 Bogot, Colombia

[6] l a f u e rz a d e l a g en te

Contenido

Reconocimientos

13

De cmo se arm este relato

1 Nuestros orgenes

26

Los hijos del agua

28

17

2 Las pocas ms antiguas, surgimiento

de la terrajera y las primeras luchas 34


El mundo de nuestros abuelos
Los billetes de Pedro Muelas 39
Cmo los blancos se
apoderaron de las tierras
Y los convirtieron en terrajeros

La cadena del poder


Capitanes 49

38

42
46

49

Simaneros y vaqueros 50
Terrajeros llanos y pajecitos
Cabos 52
Alguaciles 53

52

La organizacin del trabajo

55

No haba quin peleara:


los peleadores haban sido los antiguos
Los lamentos 61
Los viejos luchadores 70
Las luchas de antes del siglo 20 73
Las luchas del siglo 20 85
Pareca que todo estaba perdido 99
Los que no olvidaban la lucha 100

61

Ajusticiamiento de Domingo Medina:


otra manera de reaccionar
frente a la terrajera 105
c o n t e n i d o [7]

3 La terrajera que nos toc vivir


a los que an estamos vivos

110

De los Concha a Mario Crdoba 115


La familia de terratenientes Concha 115
Julio Fernndez Medina, el patrn que slo vino una vez

Warkatrapu o Santiago

122

129

Santiago y el patrn Emilio Campo 130


Cruz Tomb habla sobre los Campo 136
Expulsin de la familia de Julio Calambs 143
Santiago y los Gonzlez Piedrahita 148

San Fernando

151

El Chimn y Mario Crdoba

154

Cuando lleg Mario muchas tierras


estaban en manos del misak
155
Chambas de los indgenas 170
Mario entr a quitar las tierras que tenan los indgenas 172
Nos convirtieron en jornaleros 173
Los caminos de la gente 175
Los que se fueron a otras fincas del patrn:
el caso de la familia de Joaqun Morales 179
Mario quit la tierra a todos, pero no todos salieron 182
Votando para los partidos tradicionales 187

Sierra morena y el italiano


que no dejaba pasar ni por lea
Ambal

192

196

Los recuerdos de Abelino Calambs 200


Lo que Efran Pechen guarda en su memoria

4 Mis primeros aos en El Chimn


Creencias y rituales

206

212

223

El mdico tradicional y el nacimiento 223


Los baos en el Wikyakullupi o ro Molino 226
Ritual en Tsaporaintun 228
Para que no se nos pegara el kallim maligno 229
El tsilo 230
Ofrendas al kallim 235
El Takpipisu y el kallim 236
El kallim y mi hermana Jacinta 240
Kueikmantsik 242
Cerrando el ciclo 244

[8] l a f u erz a de l a g e n te

Las personas que rodearon


el contorno de mi vida
249
La abuela Rufina muri de fro 253
Mi pap 254

5 Aprendiendo a letrear

260

6 Mis primeros trabajos

274

Yo quera una vida mejor 277


Juntando lo del mercado 282
El maz no se siembra ni voleando, ni a manotadas
La yuca se siembra de un palo 286
Mis ojos ya saban hacer eras 287
Pero no dejaban trabajar 289
El awel Lorenzo lleg con las papas 291
Mi primera platica jornaleando 292
Un compromiso de trabajo con mi to 294

7 Mis primeros viajes

298

El ulluco y el viaje a las lajas


Patipelao en Bogot

283

301

304

8 Abrindonos camino en Mondomo


La compra de la finca de Mondomo
Las deudas de mi pap 315
Mis primeros viajes a Mondomo
El racimo de bananos maduritos 319
Posteriores bajadas a Mondomo 322

310
313

319

Las primeras bajadas con mi hermano Cruz

325

Adaptndome en Mondomo 328


Me dejaba solo cocinando 329
Los trabajos de tierra caliente 331
Al ganado del punto no le entra ni la muerte 332
Lo que si no nos ense mi pap fue a minear 334
Se burlaban de mi vestido 335

Los amigos de mi pap


Arde la finca! 341

339

c o n t e n i d o [9]

Mi amigo Belisario, el paez

343

Belisario me ense a cultivar, a cazar y a pescar


La bajada de la chucha 348

Mi primera venta de caf

344

350

El sueo de un trapiche de bronce


Y me envici a montar en carro
Soando con una casita buena

353

361
364

Con la Federacin de Cafeteros terminamos la casa

Y casi perdemos las tierras!

368

372

9 Las luchas de los ltimos terrajeros

376

Las ltimas pocas de la terrajera en el chimn:


Pacho Morales y Aurelio Mosquera 381
Aburriendo a la gente 387
Agoniza la terrajera y surgen las
primeras luchas de esa poca 391

Mis inicios en el movimiento indgena:


Ya me haba ido pero pens solidarizarme

410
Mondomo fue una base para mi acompaamiento 417

La recuperacin fue por etapas y comenz


donde an estbamos algunas races 420
Cooperativa Las Delicias 422
Empresa Comunitaria El Chimn 427
Finalmente el movimiento tambin se dividi 443
Lanzamiento de Julio Tunubal 447
Para morir hemos nacido:
ltimos lanzamientos de los terratenientes
Los recuerdos de Jacinta 452

451

La recuperacin que fue frustrada

467
Las reservas del Cabildo son para los sin tierra 477
El ledo tambin se ha sabido equivocar: el Profesor Tumi

Esperando al grueso de la gente


La autoridad guambiana

[10] l a f u e rz a d e l a g en te

495

489

482

Taita segundo tunubal y


la 1 insurreccin guambiana
Despus de Santiago

Bibliografa consultada
Vocabulario guambiano
Glosario castellano

500

512

524
528

532

c o n t e n i d o [11]

[12] l a f u e rz a d e l a g en t e

Reconocimientos

Esta historia se arm juntando a mis recuerdos los que aportaron las
siguientes personas:

Terrajeros o sus descendientes


Anselmo Muelas Morales, 2000, Michambe1 , nieto de Luciano
Muelas.
Anselmo Muelas Tumi, 2000, Michambe, hijo de un sobrino
de Luciano Muelas.
Abelino Calambs, 2001, La Pea, expulsados de Ambal.
Benilda Tunubal, 2001, Morales, esposa de Juan Calambs
Snchez.
Cruz Tomb, q.e.p.d., 1993, Siberia, expulsado por Emilio
Campo de Las Mercedes.
Encarnacin Tunubal, q.e.p.d., 1993, Jambal, expulsada de
Las Mercedes.
Efran Pechen, 2003, Chimn, de Ambal.
Israel Muelas, 2001, Morales, expulsados de Chimn.
Jacinta Muelas Calambs, 2001, Malvaz, hija de nutata
Anselmo Muelas, expulsado de El Chimn por Rafael
Concha.
Javier Calambs Tunubal, 2000, San Fernando, hijo de Julio
Calambs, expulsado de Las Mercedes.
Joaqun Morales, q.e.p.d., 2000, La Chorrera, expulsado por
Mario Crdoba de Chimn.
Jos Snchez, 2001, La Chorrera, nacido en 1928, expulsado por
Mario Crdoba de Chimn.

La primera mencin es de la fecha y lugar de la entrevista.

r e c o n o c i m i e n t o s [13]

Juan Calambs Snchez, 2001, Morales, expulsado por


Aurelio Mosquera de Chimn.
Julio Tunubal Calambs, 2001, Morales, nacido en 1921,
expulsado por Mario Crdoba de Chimn.
Lino Calambs, 2001, Santiago, terrajero de Las Mercedes.
Manuel Jess Muelas, 2000, Michambe, nieto de Luciano
Muelas.
Manuel Jess Tumi, 2000, Michambe, nacido en 1923;
hijo de terrajeros en la poca de los Concha.
Guambianos de tierra libre
Antonio Tumi Pillimu, 2001, gobernador del Resguardo
en 1973.
Francisco Tumi, 2001, Silvia, maestro de Pueblito.
Jacinta Paja, 2001, esposa del gobernador Antonio Tumi.
Mario Calambs, 2001, Silvia, gobernador del Resguardo en
1984.
Segundo Tunubal, q.e.p.d., 2001?, Anisrtrapu, primer
gobernador del Resguardo (1980) en reconocer a los
terrajeros como misakmera.
Otros indgenas
Cenn Niquins, 2004, Silvia, paez cuyo padre vivi en
Malvaz en tiempos de Anselmo Muelas.
Mi familia
Todos mis hermanos, desde Faustina y Manuel hasta Luis,
intervinieron de una u otra manera bien fuera leyendo los
distintos borradores del texto, haciendo comentarios sobre
estos, buscando fotos, elaborando mapas, dibujos y dems en
la elaboracin de este libro.
Pero quienes aportaron sus recuerdos sobre las experiencias
vividas por toda nuestra familia durante las pocas de la
terrajera y en las luchas adelantadas para quitrnosla de
encima, fueron Jacinta, Luis, Brbara y Pedro.

[14] l a f u e rz a d e l a g en te

Otros
Tambin debo un especial reconocimiento a mi hermano
Manuel y a mis amigos, el profesor Manuel Abraham Pino y los
antroplogos Ana Mara Falchetti y Hctor Llanos, quienes
tuvieron la paciencia de leer todo el texto en su borrador final y la
gentileza de aportar valiosas ideas para su enriquecimiento.
A todos todos, como tambin a la gente del icanh por su
confianza y apoyo, y de manera muy especial a Martha Urdaneta,
por su total respaldo en cada uno de los pasos que se debieron dar
para construir esta historia, ungua ungua.

r e c o n o c i m i e n t o s [15]

[16] l a f u e rz a d e l a ge n te

De cmo se arm este relato

ace ms de diez aos, justo despus de haberse terminado la Asamblea Nacional Constituyente, acompa a Lorenzo en un recorrido de remembranza por sus tierras
de Guamba. Mientras caminbamos por esos bellos parajes
paramunos, l recordaba con profundo dolor la dura realidad de
la terrajera que tuvo que vivir durante su niez y juventud en
esos mismos lugares. Entonces regresaron a mi memoria los tristes relatos que tantos mayores guambianos me hicieran a lo largo de mis aos de trabajo arqueolgico en Guamba, sobre expulsiones de su s tierras, destruccin de cultivos, quema de
humildes viviendas y otras barbaridades de la terrajera. Con los
das, Lorenzo me expres su inters por escribir su autobiografa, como una forma de contarle a las nuevas generaciones de
guambianos la dura lucha que sus abuelos tuvieron que librar,
para que hoy ellos puedan gozar de unas mejores condiciones
de vida. Me pidi ayudarle en esta labor.
As es como originalmente nos propusimos escribir un texto
autobiogrfico, encaminado a discutir la institucin de la terrajera y el surgimiento de las luchas y movimientos indgenas del
siglo 20 en el suroccidente colombiano. La intencin era que el
escrito contuviera la particular visin de Lorenzo sobre estos
temas, en su calidad de terrajero e hijo de terrajeros, as como
de participante directo en el proceso de desarrollo de las luchas
indgenas en cuestin, las cuales tuvieron su detonante precisamente en la terrajera.
Comenz entonces un proceso de transcripcin, revisin y
ordenamiento de los materiales grabados que Lorenzo muy celosamente guardaba, as como de largas horas de charlas y nuevas
d e c m o s e a r m e s t e r e l a t o [17]

grabaciones de sus recuerdos ms sentidos, desde su niez hasta cuando fue elegido gobernador de Guamba, en 1985. Porque
la idea era que la mdula de la obra fuera la propia historia de
Lorenzo, narrada con la ayuda de una serie de entrevistas que cubrieran desde su nacimiento hasta el momento en que el movimiento indgena logr plasmar en el mundo legal colombiano
que las tierras de hacienda trabajadas mediante el terraje eran
de los indgenas, y que el proceso de invasin era en realidad
uno de recuperacin.
Su archivo de casi 300 horas de grabaciones corresponde a
reuniones de autoridades, y asambleas de base, dentro de comunidades guambianas, paeces y pastos particularmente, pueblos estos en los que se origin lo que aos despus vino a conocerse como Movimiento de Autoridades Indgenas de
Colombia. Inicialmente pens que este material estaba relacionado principalmente con el desarrollo del movimiento indgena en
las dcadas de 1970 y 1980, pero luego qued claro que la mayor
parte corresponda a actividades posteriores a 1985.
Por ello, cuando ms adelante el proceso de elaboracin del
texto nos llev a decidir que ste slo incluira el perodo de vida
de Lorenzo hasta que fue gobernador de Guamba, optamos por
guardar la mayor parte del material grabado para un trabajo
posterior, que cubra desde su actuacin como tal, hasta cuando
fue elegido como integrante de la Asamblea Nacional Constituyente y luego como Senador de la Repblica.
Trabajamos peridicamente durante casi trece aos, con largos intervalos de interrupcin, siendo el mayor de ellos el perodo en que Lorenzo debi representar a los pueblos indgenas en
el Congreso de la Repblica. Durante ese tiempo, adems de encontrarnos demasiado ocupados con las labores propias de su
cargo, l decidi que mientras tuviera tal responsabilidad deba
tener la cabeza clara y el corazn muy fuerte, y recordar sus aos
de infancia y juventud lo desgarraba profundamente. Era casi
como pasar por un proceso de sicoanlisis, sin sicoanalista para
darle una mano.
En los fragmentos de tiempo que pudimos dedicarle a trabajar el libro, nos sucedi que entre ms hablbamos y grabbamos, ms sentamos la necesidad de escuchar a otra gente,
[18] l a f u e rz a de l a g en te

especialmente antiguos terrajeros que an estaban por ah. Es as


como comenzamos una labor de recoleccin de testimonios de
lo vivido por muchos dentro de esta cruel institucin de la
terrajera, en la cual, entre ms aspectos aclarbamos y anotbamos en el papel, ms se nos agrandaba la necesidad de seguir
complementando los recuerdos de Lorenzo con los de otros, para
as lograr una visin ms de conjunto sobre lo que estaba pasando por aquellas pocas de las que l hablaba. Por eso el proceso de escribir este texto se volvi interminable, y eventualmente
tuvimos que ponerle un lmite a la brava: hasta aqu y no ms. Pero
a pesar de esa decisin, an hoy, cuando escribo estas lneas sobre
el texto terminado, Lorenzo anda por Guamba entrevistando a
alguien que puede hablar de cierto asunto que no qued claro!
Y as, la idea de una autobiografa, limitada al punto de vista y los relatos de Lorenzo, poco a poco fue quedando superada,
aunque no la intencin de que en este escrito primara la visin
suya sobre las diversas situaciones. Su narracin se fue enriqueciendo con la perspectiva que sobre los mismos momentos y
acontecimientos tienen su familia, parientes y relaciones ms
cercanas, as como otros terrajeros que vivieron experiencias similares o complementarias.
Al principio hicimos varias entrevistas juntos, pero posteriormente discutimos y acordamos el objetivo de cada una de ellas,
quedando su realizacin a cargo de Lorenzo. Entre 1991 y 2003
se entrevistaron muchos terrajeros o familiares suyos, como
tambin algunas personas de tierra libre, quienes aportaron la
visin que los guambianos del Resguardo tenan de los
terrajeros. A todos ellos se les explic el objetivo de las conversaciones, y todos los que suministraron informacin incorporada en este texto estuvieron de acuerdo sobre la importancia
de sacarla a la luz pblica, para beneficio de las nuevas generaciones. Se incluyeron tambin apartes de tres entrevistas realizadas en 1989 por Cruz Trochez y Miguel Flor, en las que yo particip. Varias de estas personas ya no se encuentran con nosotros;
murieron poco tiempo despus de que sus recuerdos quedaran
registrados. De la mayor importancia fue la participacin de la
familia inmediata de Lorenzo, especialmente de sus hermanos
Luis Ortega, Jacinta, Pedro y Brbara Muelas, quienes todo el
d e c m o s e a r m e s t e r e l a t o [19]

tiempo aportaron nueva informacin y diferentes enfoques de


los hechos vividos por todos.
En un largo y enredado proceso por encontrar la mejor manera de presentar los relatos, tanto de Lorenzo como de las dems personas, poco a poco fui armando un texto que intentaba
tener un cierto orden cronolgico. ste era revisado por Lorenzo de manera permanente, para su aprobacin tanto del ordenamiento que iba adquiriendo el material, como de las ediciones
al mismo. Los dos tenamos claro que, aunque la tarea de escribir
tena que adelantarla yo, l deba mantener el control sobre el
enfoque, el contenido y la forma de relatar la historia.
Siempre busqu respetar el conjunto del pensamiento de
cada persona, as como su manera de contar las cosas. No obstante, ocasionalmente el material fue editado, con el visto bueno de Lorenzo, cuando consider que ello era necesario para una
mejor comprensin y fluidez de los relatos. Sin embargo, por tratar de no fragmentar mucho las narraciones, el margen de flexibilidad para armar no era muy grande, por lo que a veces el texto no resulta tan fluido como hubiramos querido.
Las charlas con Lorenzo y con algunos miembros de su familia se hicieron casi siempre en castellano; pero la mayor parte
de las entrevistas con otras personas fueron hechas en lengua
guambiana. Debe quedar claro entonces que la mayora de las
narraciones hechas por personas diferentes a Lorenzo estn relatadas de la manera como l se expresa en castellano, pues fueron suyas las traducciones.
A medida que bamos construyendo el texto me golpeaba
cada vez ms lo cclica que pareca ser la historia de los terrajeros
guambianos. Casi nunca nadie, incluyendo al mismo Lorenzo,
daba fechas precisas para nada, y terminbamos sin saber si se
estaba hablando de hechos ocurridos en el siglo 19, o en cul
dcada del siglo 20. Los terratenientes especficos tambin parecan carecer de importancia en muchos casos, y a veces ni siquiera saban de algunos de ellos; en cambio, como descubrimos
posteriormente, pensaban que haba sido patrn quien nunca fue
propietario, y con frecuencia tenan mayor conocimiento de los
mayordomos y administradores, con quienes tuvieron un contacto ms directo. Y como la realidad pareca ser siempre la mis[20] l a f u e rz a de l a g en te

ma: los mismos terratenientes abusivos, las mismas expulsiones,


las mismas quemas de ranchos, las mismas destrucciones de
cultivos, el mismo comportamiento feudal, pareca como si la
historia vivida por los terrajeros siempre se hubiese repetido,
siempre hubiera sido la misma.
La historia de los guambianos, desde su perspectiva, se comenz a escribir no hace mucho, casi a la par con el inicio de la
recuperacin de sus tierras. En ese entonces ellos tomaron la decisin de buscar las huellas de sus antepasados, en un intento por
recuperar su historia, con miras a contribuir al fortalecimiento
de su sociedad actual. Pues como se dice en Guamba, el futuro
est atrs, en las huellas de nuestros antepasados, y recuperarlas
significa abrirse con mayor claridad el camino hacia adelante.
En ese proceso se comenz a trabajar la historia ms antigua, la
de antes de la llegada de los espaoles, a travs de la arqueologa
y la tradicin oral (ver Urdaneta 1987, 1988, 1991 y Trochez, Flor
y Urdaneta, 1992). En este trabajo no se tocan esas pocas, pues
la terrajera es un fenmeno post-Conquista, que se debe estudiar principalmente a partir de los recuerdos que la gente an
guarda en la memoria, y de documentos de archivo.
Varias personas, incluyendo algunos guambianos, han trabajado crnicas y archivos en Popayn y Quito, para conocer lo que
qued registrado desde el momento en que los espaoles invadieron su territorio y su vida. Por ello se sabe del robo de sus
tierras a travs de mercedes, composiciones y haciendas, y de la
explotacin de su trabajo mediante encomiendas, mitas y dems.
Pero de la terrajera no se conoce con precisin la manera como
se origin, ni el momento exacto en que ello sucedi. Es posible
que sus antecedentes se encuentren en la mita y que se haya establecido en el siglo 18, cuando sta termin, y se fortaleci la
hacienda, como se plantea en el texto.
Lo que s se sabe es que la terrajera se implant en Guamba
en las tierras ms bajas y planas, conocidas como Gran Chimn.
stas, las mejores desde el punto de vista agrcola y pecuario,
fueron las que los espaoles y sus descendientes se apropiaron y
luego convirtieron en haciendas. La terrajera es un sistema de
trabajo algo similar al arrendamiento agrcola, mediante el cual
un hacendado hace uso gratis del trabajo indgena, a cambio de
d e c m o s e a r m e s t e r e l a t o [21]

la cesin de un pequeo lote de terreno dentro de la hacienda.


Pero la gran diferencia entre el arrendamiento y la terrajera es
que sta ltima se adelanta sobre un territorio que originalmente
perteneca a la comunidad indgena, y que le fue usurpado por
una cadena de terratenientes, quedando entonces sus dueos legtimos como terrajeros de los robadores de la tierra. Por eso
un terrajero o terrazguero no es lo mismo que un arrendatario,
quien voluntariamente viene de fuera de la hacienda a vender su
trabajo, a cambio de un pedazo de tierra que nunca ha sido suyo.
Es decir, el arrendatario hace un contrato con el hacendado,
mientras que al terrajero se le impone la condicin de tal, despus del hecho cumplido de la expropiacin de su tierra. La forma generalizada de pago del terraje es en trabajo, pero, al igual
que el arrendamiento, ste tambin puede pagarse en dinero.
Como ya qued dicho, la fuente principal de informacin
para este texto fue el testimonio oral. Pero decidimos buscar otras
fuentes, fuentes de blancos, fuentes escritas, que nos permitieran ubicar la historia del misak, de los guambianos, en un contexto temporal con medidas. Fue as como, siempre juntos, comenzamos a consultar archivos: el Archivo General de la Nacin,
el Archivo Central del Cauca, el de las Cortes de la Nacin, el de
la Parroquia de Silvia, la Registradura de Silvia, el incora, y
hasta un pequeo archivo de documentos y de prensa que tienen las hermanas de Lorenzo.
Hicimos todo lo posible por armar la historia de la posesin
territorial, incluyendo los aspectos jurdicos, de la regin en la
cual Lorenzo y su familia fueron terrajeros, con miras a precisar
fechas, personajes y hechos involucrados en el relato. En un intento por determinar los motivos objetivos que tuvieron que ver
con algunos hechos, como el recrudecimiento de los lanzamientos por parte de los terratenientes en ciertos momentos, tratamos tambin de entender sin pretender hacer anlisis profundos un poco del mundo legal y econmico que viva el pas
en general, en los diferentes momentos de la historia.
Los documentos que logramos encontrar nos fueron ayudando a aclarar y a ubicar en momentos especficos del tiempo algunos sucesos que se destacaban en los recuerdos de Lorenzo y los
dems terrajeros.
[22] l a f u e rz a d e l a g en te

Las investigaciones en los archivos y el estudio de los documentos encontrados en ellos fueron realizados de manera conjunta
entre Lorenzo y yo. Aunque la redaccin de estas partes corri por
mi cuenta, los textos correspondientes fueron ledos, analizados,
corregidos y aprobados por Lorenzo. Vale anotar que en las citas
incluidas se mantuvo la ortografa original de los documentos.
El texto final qued dividido en dos grandes partes, en las
cuales el narrador es Lorenzo. Los relatos suyos son la columna
vertebral del mismo, mientras que las narraciones de las dems
personas fueron editadas e incluidas como citas, excepto algunas que se incorporaron de manera continua casi en su totalidad, en apartes subtitulados los recuerdos de fulano de tal o zutano habla sobre tal cosa. Cuando hubo necesidad de hacer
aclaraciones adicionales, introduje notas a pie de pgina.
La primera parte, que incluye los captulos 1, 2 y 3, est centrada en el proceso de apropiacin de las tierras y el trabajo indgenas, a travs de los sistemas de hacienda y terraje, que llev
a la desvertebracin del territorio y de la comunidad guambiana.
Esta parte de la historia muestra cmo las condiciones de opresin propias de la terrajera generaron un movimiento que buscaba eliminar la esclavitud y miseria sufrida por los terrajeros y
que los llev a una dura lucha por recuperar las tierras que les
haban sido arrebatadas por los terratenientes.
Los diversos acontecimientos, para las pocas ms antiguas
que se tocan en el texto, es decir, finales del siglo 18 y siglo 19, fueron hilvanados con lo poco que hemos encontrado en los documentos de archivo, mientras que para el siglo 20 se les dio seguimiento tratando de ubicar temporalmente los relatos de Lorenzo
y la dems gente, los cuales, hasta donde fue posible, se complementaron con informacin de archivo; todo ello nos permiti
lograr un cierto contexto territorial, econmico, y poltico para
la vida de Lorenzo.
Y as, poco a poco, fuimos armando el proceso, hasta llegar
al momento que a Lorenzo mismo le toc vivir. Su vida encarna
la de muchos indgenas, sobre todo la de los terrajeros del
Cauca, y muy particularmente la de los terrajeros guambianos.
Para todos ellos el contacto con los blancos fue permanente,
pero la suya fue una relacin servil, sin amistad ni intimidad,
d e c m o s e a r m e s t e r e l a t o [23]

desarrollada en las escasas palabras conocidas de un idioma


extrao, que no logr penetrar su pensamiento, creencias, o
tradiciones. A pesar de esa relacin constante, su vida cotidiana en realidad se desarrollaba de manera aislada del mundo blanco. El contacto era restringido; se limitaba a la recepcin de rdenes de trabajo, bien fuera del terrateniente o sus representantes,
o del cura, a las negociaciones en el mercado de los pocos productos que bajaban al pueblo, al seguimiento de instrucciones
cuando los llevaban a votar. La iglesia y la escuela s lograron
penetrar bastante el pensamiento indgena; no obstante, su
mundo tradicional logr mantenerse en gran medida. El impacto
mayor sobre su cultura se produjo cuando los terrajeros debieron abandonar sus tierras y en los nuevos lugares tuvieron que
vivir entre gente diferente a ellos, que no era guambiana, debieron cambiar de lengua, de forma de vestir, adaptarse a nuevos
climas, nuevos cultivos, nuevas formas de hacer las cosas.
Pero mientras se mantuvieron dentro de su territorio, viviendo entre su gente, lograron mantener fuerte su propio
pensamiento y su vida tradicional.
En los captulos 4, 5, 6, 7 y 8 de la segunda parte, se narra esa
cotidianidad en las vivencias de Lorenzo. All est expuesta su
vida desde que naci como hijo de terrajeros, su proceso de formacin y aprendizaje, su experiencia como terrajero, jornalero
y finalmente como extrao en las nuevas tierras a donde su familia se vio forzada a desplazarse.
Toda esta parte del texto est claramente ubicada en el tiempo y corresponde a una transcripcin textual, con algunas ediciones y algo de reordenamiento de la informacin, de las conversaciones grabadas con Lorenzo sobre su vida.
La parte final de esta segunda parte y del libro, o sea el captulo 9, comprende los 30 aos finales de terrajera en territorio
guambiano, y los procesos de lucha que generaron la organizacin indgena que conocemos actualmente en el Cauca, y a partir de ello la recuperacin de su territorio. Estos ltimos aos de
terrajera se cuentan en gran medida a travs de las vivencias
personales de Lorenzo y su familia, particularmente de la participacin de Jacinta, la hermana mayor, tal y como ella recuerda
los hechos.
[24] l a f u e rz a d e l a g e n te

Por ltimo, se elabor un vocabulario en el cual se tradujeron


las palabras guambianas, en su mayora topnimos, incluidas en
el texto. Tambin se introdujo un glosario de trminos en castellano utilizados en el texto, los cuales no se encuentran en la ltima versin del Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Espaola y que podran prestarse a confusin.

Martha L. Urdaneta Franco


b o got, o c t u bre de 2003

d e c m o s e a r m e s t e r e l a t o [25]

Nuestros
orgenes

Los hijos del agua 2

n el principio fue solamente el pishimisak, un


ser muy bueno, muy sabio, conocedor de todo. En ese entonces
l a tierra era muy grande, amplia y buena en todo su entorno.
Ten a de todo; no faltaba nada.
En ese entonces el territorio guambiano era tan grande y amplio
que el ojo no alcanzaba a divisar sus lmites. No era u n corralito
como los resguardos de ahora. Abajo hacia el valle estaban
Pisintarau, Piuya, Tunya, Kalutu, Turimpiu, Kolinchaku, Kilkasro,
Kalimpiu, Yautu; por los lados del volcn Purac, Kuknuk, Patia,
Tompiu, Nupirau; hacia arriba se encontraban Pishimpala,
impipisu, las lagunas, y Panikketa, Malpasrapchak, Pantsotaro,
Tuktaro, Pullantaro, Palotaro.3
As era nuestro territorio hacia ac, hacia all, hacia arriba y
hacia abajo; era tan grande que no faltaba nada.
Haba grandes bosques y montaas con muchos pjaros y
animales, grandes peascos y lagunas, grandes ros con su s grandes y
pequeos peces. Era tan completo que no faltaba nada.
Todo tena su nombre en femenino y masculino: higuillo macho,
higuillo hembra, lechero macho, lechero hembra, mejicano macho,
mejicano hembra. As mismo nuestras grandes lagunas tenan su
nombre. La una, impipisu, lleva i porque es hembra; l a o tra,
Nupitrapuik, termina en Oik porque es macho.
i era Mama Chuminka, era mujer, era el pishimisak. Ella era
sumamente buena y sabia. Busc a tata Ciru Kallim y h a bl con l
para cultivar la tierra.
2

Versin del Piuno, escrita por Brbara Muelas Hurtado, con base en las muchas que de esta historia sobre los orgenes del pueblo guambiano hay en su tradicin oral.
3

En el Glosario se encuentran los nombres de los poblados actuales.

[28] l a f u e rz a d e l a g en te

Entonces apareci el patakalu. Bajaba una nube negra y de ella


cay el aguacero. Y empezaron a germinar las semillas origen de los
primeros alimentos. De all vienen todas las variedades silvestres, o
del kallim, de papa, ulluco, maz, arracacha, pltano, aj, uchuva,
mauja, alegra, y verdolaga. Todos estos cultivos requeran de alguien que los cuidara, que los trabajara, para que crecieran y produjeran. Pero entonces no haba quien cuidara, ni mandara, ni hiciera
nada. No exista quien pensara. No haba quien lo hiciera. Por eso
pensaron en crear gente.
Como era el pensamiento de pishimisak, desde siempre y por
siempre los ros han sabido parir y procrearon muchos hijos del
agua a quienes denominaron pishau. Pero hacan falta personas
sabias que dirigieran y pudieran ordenar con autoridad, organizar y
ensear la ciencia y pensamiento propios. As fue como pens
tambin crear los kasik.
Despus de mucho tiempo, como Mama Chuminka era poderosa y era el pishimisak, pensaba cosas muy grandes. Desde entonces
cuidaba la mata de coca y, como era tan sabia, con ella empez a
hacer sus ceremonias, para que sus hijos kasik llegaran y vivieran
en paz y armona en esta tierra.
Como ella saba que iba a parir el ro, junt 4 hojas de
verdolaga, 4 cogollos de alegra, 4 granos de maz capio, 4 pepas de
yacoma blanca y las lanz 4 veces a su derecha y 4 a su izquierda,
pidindole al espritu de la naturaleza que los hijos que llegaran a
esta tierra pudieran vivir en paz y en armona con ella.
De ah viene que la mujer se guarde 4 das al mes, baarse 4 das
despus del parto, la restriccin de no comer sal 4 das, baarse 4 das
en el ro, hacer 4 tambores, bailar 4 veces la primera vez, tomar los
remedios durante 4 das, sembrar 4 granos de maz, estar 4 en el
momento del matrimonio, dar la vuelta en 4 esquinas en el baile
negro, y lanzar el agua 4 veces. Y de no hacer todo esto, ni el espritu
de nuestra naturaleza, ni la gente que vendr, podrn estar en paz.
Las dos grandes lagunas que se encontraban una frente a otra
formaban una pareja, como marido y mujer. Por eso el ro poda
parir, y sus hijos ser criados por sus progenitores pishimisak y
kallim.
Para cuando llegaran los hijos paridos por el agua, alistaron
cuatro mudas de ropa recin tejida, unas ollitas nuevas y sombreros
guambianos para tapar las ollas, adems del wauktsi o planta
rendidora, y el rejo para enlazar y sacar a los nios del agua. Como
n u e s t r o s o r g e n e s [29]

pishimisak era tan sabia, saba a qu horas vendran los nios y se


fueron a esperarlos a la orilla del ro.
Aunque era tiempo de pramo, la noche estaba brillante,
estrellada y tan fra que cay helada, y los que fueron a esperar se
cubrieron con tsitso o capipaja, para protegerse del fro. Ya tarde en
la noche, en el sronkatsiksro, horizonte donde se oculta el sol, empez
a relampaguear y se escucharon suaves y lentos truenos. Era el
srekollik que presenciaba tambin la llegada de los kasik piurek, hijos
del agua.
Toda la noche esperaron haciendo sus ceremonias, para s entir
cundo vendran los nios. Amaneca el domingo y ya estaba
clareando; era una maana silenciosa. Dicen que de pronto empez
a hacer un viento fro. Y antes de amanecer, arriba muy adentro en
la montaa, se escuch el resquebrajar de rboles, y un gran ruido.
Era un derrumbe que vena.
Junto con ste venan grandes piedras cayendo por la caada,
que, al golpearse entre si, producan un suave sonido de tambor que
haca eco entre los cerros. Y en las orillas del ro se quebraban
plantas de flauta y chusque por las que entraba el viento silbando,
creando un bello sonido de tonos altos y bajos, como el que se
escucha cuando dos personas tocan flautas. Y, con el tambor, stas
dieron inicio a la msica de flauta y tambor. Junto a ellos se escuch
tambin el llanto de los nios, que venan acompaados de esa
meloda.
Ese mismo domingo, ya casi de da, esperaban atentos; cuando
de pronto, bien envuelto en un hermoso chumbe de colores, vena
un nio llorando sobre bejucos que simulaban una balsa flotando
en el pishau, la basura del agua cristalina que corra rpidamente con
la presin del derrumbe.
Como lo estaban esperando, rpidamente lo enlazaron con los
rejos que haban alistado. Y al sacarlo vieron una hermosa nia que
llen de alegra a Mama Chuminka. Atrs vena el otro, que era un
nio. Lo sacaron rpidamente, antes que bajara el gran derrumbe y
lo tapara. Tan pronto lo sacaron, pas el agua sucia con olor a
sangre, armando un gran estruendo.
Vena atardeciendo el mismo da. Era el da de llevar los
animales a beber en el salado. Por el valle era verano y estaba el sol
ardiente; arriba en el kausro caa un fuerte pramo con viento.
Sobre la mezcla del viento con el pramo volaban miles y miles de
utsolekilli o tiusilli, pjaros que daban vueltas y vueltas danzando en
[30] l a f u e rz a d e l a g en te

forma cnica, como un remolino de viento, y entre ellos iba uno que
los guiaba y diriga los movimientos de la danza. Y lo hacan en
honor a los nios que acababan de llegar porque ellos llegaran a ser
los grandes dirigentes kasik.
Tambin salieron dos grandes arcos de lindos colores para
acompaar a los nios recin llegados. Esos arcos salieron como
buen augurio para el futuro. Observndolos siempre y por siempre,
las generaciones vivientes haran su s a tuendos: los hombres los
sombreros de finos colores y las mujeres las ruanas y anacos con sus
listas color arco iris. As fue que aparecieron para ensearnos.
Los sacaron uno a uno, envolvindolos en ropas nueva s , despus
de colocarles la planta rendidora en el ombligo, para que en el
futuro fueran hbiles y su mano rendidora. Despus los colocaron
en unas ollas nuevas, calientitas, que taparon con tampalkuari o
sombreros guambianos. Entonces buscaron madres para ellos, para
que los amamantaran. Pero nada que crecan! Crecan
muy l entamente. Se muri una de las madres y consiguieron otra, y
otra, hasta completar cuatro. Hasta que por fin crecieron.
Por crecer lentamente, fueron fuertes, grandes personajes
conocedores de la paz, de la unidad, de la armona, del bienestar, del
trabajo, de cmo proteger las tierras, de cmo recibir a los blancos.
Todo lo saban sin que en ninguna casa les hubieran enseado nada.
Y luego, el mismo pishimisak les puso nombres. A la nia la
llam Mama Manela Karamaya y al nio Mutauta Kasik. As ha
sabido hacerlo.
El nio creci en grandeza, en medio de toda la gente. Pensaba
bien, ayudaba bien, hablaba bien y enseaba bien, dondequiera que
l estaba. A todas partes llegaba montado en un bonito caballo
zaratano, con montura de oro. As ha sabido andar.
Ese gran personaje era el que habra de dirigir a toda la gente.
Por eso lo llamaron Mutauta Kasik. Cuando llegaron los blancos,
cambiaron ese nombre por cacique. A la nia, quien tambin era
una gran mujer, la pusieron Mama Manela Karamaya. Ella conoca
ms y pensaba mejor que l, y es por eso que le dieron tres nombres.
Desde entonces vienen los nombres como tata illimpi, mama keltsi,
tata ankuchu, isik tumpe, tata pintsu, tata pantso, tata almenta, mama
tesha, tata kina. As han sabido poner los nombres, de dos en dos.
Cuando el Mutauta Kasik ya era adulto, llegaron los blancos y
empezaron a matar a los kasik de otras partes. Pero a l no le haba
pasado nada. Siempre andaba volteando por todas partes, montado
n u e s t r o s o r g e n e s [31]

en su caballo zaratano con silla de oro, ayudando a la gente. Y no se


dejaba ver, ni coger. As ha sabido andar.
Pero una vez, a uno de los suyos, conocedor de todas sus
andanzas, le preguntaron los blancos dnde estaba el cacique. Y l,
sin imaginarse para qu era, les inform dnde estaba. Por eso los
blancos lo cogieron en medio de la gente, con su caballo zaratano
con silla de oro.
Lo cogieron en el plan de Mama Manela Karamaya, donde se
encontraba rodeado de mucha gente.
A la vista de todos, lo cogieron para matarlo, junto con su
caballo de la silla de oro. Y el Mutauta Kasik expres lo siguiente a
sus hijos, a su gente: Yo les he hablado mucho a ustedes, pero mis
palabras no fueron muy bien recogidas. Por eso me han entregado.
As mismo han de entregar las tierras y todo lo que hay en ellas.
Presiento con tristeza que podran perderlo todo.
Pero pase lo que pase, qu vamos a hacer; no se atemoricen por
nada y, en adelante, no vayan a estar derramando lgrimas. Siempre
prense firmes, piensen bien, hagan cosas buenas, y estn unidos. De
esta manera les dio un enrgico consejo lleno de coraje.
Mientras les hablaba de esta manera, sosteniendo el bastn de
mando en la mano, de pronto comenzaron a caer como gotas de
lgrimas. Junto con su caballo zaratano, empez a desvanecerse,
convirtindose en agua, a la vista de su gente y de los blancos. Volvi
a ser agua. Y as fue como desapareci, para nunca ms volver. As
fue como finaliz. En ese sitio del Nuyapalo, como huella de lo
ocurrido, existe un ojo de agua cristalina.
Ese mal nos aconteci. Pero como eran dos, Mama Manela,
aunque qued solita, con gran firmeza hizo muchas cosas con la
gente: ense a trabajar en grande, a cultivar la tierra, y fue la
primera que nos ense a sembrar el agua. Viendo que era bueno,
como era nuevo, ense tambin a sembrar el trigo. Asumi todas
las responsabilidades que tena el Mutauta Kasik. Andaba siempre
de prisa y era an ms hbil que l para pensar y ayudar.
Constantemente deca que las mujeres deben ser fuertes, como los
hombres, en pensamiento y accin. Nos ense que a los nios hay
que llevarlos al Matsorektun, sitio sagrado de los jvenes, para que
aprendan del profundo respeto debido a esos lugares; tambin que
hay que construir el michiya para las ceremonias de las adolescentes.
Nos explic adems que siempre hay que saludar a la gente, para
enterarnos de qu lejanas vienen, de lo que acontece y de cmo han
[32] l a f u e rz a d e l a g e n te

estado; tambin que hay que contestar correctamente los saludos.


As ha sabido ensear y aconsejar.
Cuando ya se hizo abuela, despus de tanto vivir, los blancos
quisieron atraparla tambin. Se murmuraba entre la gente que ya
venan a cogerla, y a lo lejos se escuchaba el tropel de los caballos
que parecan acercarse. Al orlos, ella empez a organizar sus cosas.
Detrs de su Nuyapalo, en la pea, entre las rocas, tena construida
ya una entrada, desde donde segua un camino hacia la laguna,
porque esa era su casa. Carg sus cosas y se fue caminando hasta
llegar a esa puerta, por donde entr. Pero antes habl y dijo: Yo me
voy por siempre para el kansro, para el ms all, porque mi casa es la
laguna y all regresar. Algn da vendremos a verlos y esperamos
encontrarlos en paz y armona. Y diciendo as, desapareci.
Y as fue como los cuerpos de los hijos del agua se acabaron.
Pero los espritus siempre estn en medio de la gente, porque ellos
vienen cada ao, en el mes de las ofrendas, a compartir los
alimentos con todos. Adems, porque ella dijo que vendran a
mirarnos, para ver si estbamos cumpliendo con las enseanzas que
dej: hacer los rituales, cultivar la tierra para que no falte la comida,
ensear a las nuevas generaciones todo lo que ella ense, y vivir
unidos. Y han quedado en venir a vernos para ver si cumplimos con
todo esto. Por eso, algn da volver a parir el agua, para que los dos
puedan volver. Regresarn a juzgar lo que han hecho sus
descendientes en su ausencia.

n u e s t r o s o r g e n e s [33]

Las pocas
ms antiguas,
surgimiento
de la terrajera
y las primeras
luchas

Mapa 1

Ubicacin del Departamento del Cauca en Colombia

Hay que hablar la historia


Todo esto que estamos hablando no es
solamente porque queremos hablar, sino que es
una cosa de nosotros. El origen de la historia de
Chimn, cuando empezaron a exigir que la gente
descontara terraje, fue en el ao 1750, que son dos
siglos y medio. Si nosotros no hablamos de todo
esto a nuestra gente, tantas cosas que han pasado
con nosotros, y si no nos acordamos de la historia,
si no hablamos la historia, si a la gente nueva que
viene atrs le damos as en la mano una cosa
servida, hoy que hay tantos problemas
quedaramos nosotros sin ningn argumento para
decirles nada a ellos. Hay que hablar la historia,
que los mismos blancos dicen as; hay que hacer la
historia para hacer nuestra vida.
Es como a una persona, que si nadie habla,
nadie pregunta quin es, qu hace, la gente
solamente la puede calificar como una persona
desconocida. Y nuestra tierra no puede ser as.
Siempre han dicho que nuestra tierra es la madre
y ese dicho que no sea solamente de palabra. Y
como llegamos a tener ya a nuestra madre en las
manos, nos toca que seguir enfrentando, venga lo
que se venga.

Javier Calambs Tunubal

El mundo de nuestros abuelos

Est recopilado en el himno guambiano que

antes de apoderarse los blancos de ella, el nupirau, la tierra


grande, era comn, era una tierra de nadie, no haba parcelitas
ni para usted ni para mi. El cercado iba solamente por las parcelas
donde cultivaban, para que los animales no hicieran dao a los
cultivos.
Muchos animales casi eran silvestres. Se enrazaban solos, buscaban comida solos y muchas veces se desconoca quin era el
poseedor. Eran animales comunes, pero siempre los identificaban, y cuando necesitaban iban y los capturaban para su uso. En
ese momento las tierras no tenan pasto, sino pura maleza, rastrojo, y los cerdos solos usaban la tierra y buscaban lombrices,
races, comida. Lo mismo el ganado.
Para sembrar, como los paeces ahora, hacan as lotecitos,
lotecitos en todas partes, tumbando la maleza. Haba produccin,
pero dicen que en ese entonces la mayora de la gente no tena
inters monetario, en el papel billete, sino en los alimentos para
el consumo.4
4

Aunque al menos en las primeras dcadas del siglo 18 los guambianos haban
sido involucrados en el mundo monetario, al exigrseles pagar un tributo a la
Corona en dinero y al obligrseles a trabajar como mitayos, recibiendo un pago
que era parcialmente en dinero, lo cierto es que slo el cacique, actuando como
representante de los indgenas, reciba ese dinero, y lo haca slo para pagar el tributo de la colectividad. En un pleito de 1733 entre los indgenas guambianos y la
familia Fernndez de Belalczar, la exigencia del cacique para que el pago por el
trabajo de los mitayos guambianos se hiciera totalmente en dinero, excluyndose
la racin de alimentos como era la ley (Archivo Central del Cauca, Libro Capitular
de 1733), se debe entender no como un inters en el mundo monetario ya que
este dinero iba directamente al pago del tributo, sino como una forma de defenderse de un sistema que aada injusticia y explotacin al ya implcito en la mita,
puesto que la racin no les era entregada completa y la que les entregaban estaba
compuesta principalmente de coca.

[38] l a f u e rz a de l a g e n te

En esas pocas no tomaban caf, sino chicha producida del


maz, que mantenan en un cntaro al lado del fogn. Con el
transcurrir de los tiempos lleg el caf y la panela, pero como
el caf costaba plata, al que lo tomaba lo miraban como hoy en
da al que toma aguardiente; eso era feo, deca la gente. Consideraban que tomar caf era un vicio.
Cuando ya tuvieron contacto con los blancos, stos les
ensearon a comercializar y empezaron a manejar la plata. Sin
embargo no se senta necesidad de sta porque no tenan que
comprar trapos ni comida, pues ellos mismos hacan su ropa, y
coman de lo que producan. Tampoco saban la plata para qu
era; vean que era bonita, pero no ms. En las pocas en que dejaban trabajar, mucha de nuestra gente guardaba los billetes y
monedas que obtenan por la venta de lo que producan, pues
no saban qu hacer con ellos. A algunos les robaron, otros enterraron monedas y all se quedaron. Otros ms llegaron a recolectar mucho papel billete, que finalmente perdieron. As le pas
a Pedro Muelas, sobrino de mi bisabuelo paterno.
Los billetes de Pedro Muelas
Pedro Muelas hermano de Anselmo y Antonio el Mushu,
y sobrino de nutata Pedro Jos Muelas, el pap de la abuela
Gertrudis fue uno de los que guard montones de billete.
Yo alcanc a conocer los paquetes de billete de la venta de trigo,
papa, ganado, de la venta de cosas. Estaban guardados en una
maleta que tena manija y mantenan cerrada, amarrada. Siempre de vez en cuando la miraban all, amalayando. Pobres, sin con
qu comer, y viendo un paquete de billetes guardado que no servan para nada.
Luis mi hermano recordaba que el mayor Pedro recogi esos
billetes durante mucho tiempo, nunca recogi del viaje, de la
venta de unas cinco vacas, de un solo negocio, no. Muchos aos
estuvo vendiendo trigo, cebada, linaza, que cultivaba, y vacas, y
as recogi toda esa plata5.
5

La familia Muelas conserva an algunos de los billetes en cuestin, los cuales


corresponden a una emisin hecha el 1 de Octubre de 1900 por El Banco del

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [39]

Billete emitido por el Banco del Estado del Departamento del Cauca en 1900. ste
fue uno de los muchos que Pedro Muelas acumul y luego perdi.

En ese tiempo no haba, como hoy en da, Caja Agraria en Silvia, nada de eso exista pues! Entonces lo nico que hizo fue ir
acomodando billete, acomodando billete, lo tuvo all guardado.
Cuando hubo el cambio de billetes, no los cambiaron porque no conocan. Echaron de menos mucho tiempo despus,
y cuando pensaron hacerlo, ya no tuvieron validez. Se quedaron los billetes. Se perdi tooodo el trabajo! Decan que
ya haba vencido la fecha, que hubo un decreto del gobierno
Estado de Popayn. En su obra Historia de la Moneda en Colombia (1945),
Guillermo Torres dice que el 15 de noviembre de 1901, mediante el Decreto 1184,
el gobierno reconoci como emisiones nacionales las que se haban efectuado
por el Jefe Civil y Militar del Cauca por virtud del contrato celebrado entre ste
y el llamado Banco del Estado existente en aquel Departamento (p.271). Se trataba pues de billetes perfectamente legales.

[40] l a f u e rz a de l a g en te

nacional para que se cambiara toda moneda6 y que en ese


momento el indgena no se enter, porque no lee, no habra radio ni nada.
El mayor, por un tiempo vivi con Mushu, aadi Luis.
Luego tuvo otra casa en Sruktrapukullu y ms vivi por all. Y
suba con una jigrada de maz capio a regalar a finado pap, o
finada Gertrudis. Decan que eran primos. Siempre alguna cosa
pues, como ledo y entendido, preguntaba a pap Juan. A l era al
que preguntaba. Cuando trajo los billetes, eso ha sido ya entre 1935
a 1940, entre esos aos... Creo que as sea. Porque ya haca tiempos que l haba avisado de los billetes a finado pap. Por ltimo
los trajo. Eran unos guangotes amarrados con chiros. Y los billetes eran papeles buenos del ao 1900. Mi finado pap saba tenerlos en una maleta pequea. All los tena, all saba tener.
La abuela Gertrudis siempre comentaba de los paquetes de
billete. Deca que en ese entonces lo que se produca era para el
consumo y todo lo que se venda, el trigo, la papa, el ganado, no
era para comprar cosas del pueblo, sino que coman los productos que ellos mismos producan, y los billetes que reciban por las
ventas se guardaban. Por eso digo que nuestra gente no estaba
interesada en el dinero; ellos vivan en un mundo diferente al de
los blancos y el contacto con ese otro mundo que no entendan ni
manejaban, nunca les dej nada bueno, slo les hizo dao.
6

Entre 1899 y 1903 hubo en Colombia grandes emisiones de papel moneda para
financiar la Guerra de los Mil Das, lo cual gener una gran inflacin. A partir
de 1903 los gobiernos de turno tomaron medidas para estabilizar el valor del papel
moneda. Segn Guillermo Torres, op. cit., en 1905 el gobierno de Reyes, por ejemplo, con el propsito de estabilizar su valor, escogi arbitrariamente la cotizacin del 10.000%, es decir, cada peso qued valiendo un centavo. Segn Decreto Legislativo del 6 de marzo de 1905, los billetes de antiguas emisiones deberan
ser cambiados hasta el 1 de abril de 1907 y los que en esa fecha no se hubieran
presentado para su cambio quedaran automticamente sin ningn valor
(p.300). Pero hubo otras medidas tomadas en 1907, 1909, 1913 y slo hasta 1916 se
dio comienzo al cambio de todos los billetes de antiguas ediciones que circulaban
en la Repblica [...] tales billetes deban cambiarse por otros al tipo de cambio del
10.000% (p.315). Pero la Ley 64 de 1917 prorrog hasta el 30 de junio de 1918 el
plazo fijado [...] (p.318) y posteriormente lo volvieron a ampliar hasta el 30 de junio de 1919 (p.318). As, el pariente de los Muelas tendra que haber entregado 100
de sus billetes de a peso para que le dieran uno de los nuevos billetes de un peso,
antes de dichas fechas. Pero ni siquiera ese devaluado valor recibi, ya que guard
sus billetes, confiado en la estabilidad de un sistema que lo defraud.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [41]

Cmo los blancos se


apoderaron de las tierras

Mi abuela Gertrudis vivi cuando los blancos

recin haban empezado a apoderarse de las tierras de nuestra


gente conocidas como Gran Chimn. An no est claro por qu
esa parte de nuestro territorio se conoce con ese nombre, pero
lo que s averiguamos es que existi un apellido Chiman entre
los indgenas que vivan en lo que los blancos llamaron Parroquia de Guamba, al menos desde 16897. Habr que seguir averiguando qu relacin existi entre la gente con ese apellido y
las tierras sobre las que hablaremos en este libro.
La abuela hablaba de un Matas Fajardo. Deca que haba
un indgena, un capitn Calambs, que luchaba, peleaba, pero
que ya qued muy viejito, ya se le acabaron las fuerzas, nadie
lo apoy, estuvo all solito, y entonces un da, como no tena
qu comer, dio permiso, arrend un lote a ese Matas Fajardo
para mangas de unas bestias. Entonces empez a entrar all,
primero por una manga, despus mont un molino, y as comenz a apoderarse de las tierras. 8

Parroquia de Silvia, Libro 1 de Bautismos de la Parroquia de San Felipe y Santiago de Guamba, que inicia en 1619.
8
Segn consta en la Escritura 1051 de 1912 de la Notara 1. de Bogot, en declaraciones rendidas en el Juzgado Municipal de Silvia el 26 de julio y 5 de agosto
de 1912, los seores Francisco Hurtado, Martn Meneses, Rafael Hurtado, Fernando Reyes e Ismael Hurtado, todos vecinos de esa poblacin, afirmaron que
era del dominio pblico en Silvia que por los aos 1854-1860, unos seores
Fajardos de Popayn obtuvieron permiso del Cacique para [...] establecer un
molino en el [...] terreno de Chimn, y para hacer una manga para las caballeras que fueron tradas con trigo a ese molino, el cual pas a poder del finado
[...] Jos Antonio Concha [...].

[42] l a f u e rz a de l a g e n te

Kasuku Joaqun Morales cuenta que:


A partir de 1800 haba la bola de que toda la tierra de El
Chimn ya se la haban robado. A la gente la venan echando para
adelante para adelante, arrimando, hasta las altas montaas. Como
cultivaban de todo, papa, maz, trigo, entonces ah vino el engao. En ese entonces la gente haca mingas y cultivaban suficiente;
era muy fuerte la solidaridad de acompaamiento. Ms cultivaban el trigo, y los blancos se dieron cuenta que lo trillaban en un
crculo a caballo.
Entonces lleg un blanco all donde lo llaman El Molino y a
los indgenas primero les pidi permiso. Era de nombre Matas Fajardo. Eso lo dijeron los mayores, que yo he escuchado.
Les prometi que en vez de estar ustedes trillando el trigo as
como estn haciendo, en vez de estar jodiendo con bestias, yo les
traigo mquina y les coloco para que limpien, y todo lo hacemos
con mquina. Que para eso necesitaba la tierra y que le dieran permiso. La gente le crey. Para hacerse dueo de eso ya se organiz
su empresa Matas Fajardo.

En 1731, en la parroqua de San Felipe y Santiago de Guamba, bautizaron a un


nio, cuyos padres eran Santiago Chimn y Mara Muelas.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [43]

Decan nuestros mayores que cuando empez a trabajar la empresa, empezaron a subir. Subieron a cacera de venado o pjaros,
que iban a eso, pero andaban era engaando a la gente. Andaban
por all por lo que hoy llaman Santa Clara, por all por el lado de
Chimn ahora, y suban hasta Cresta de Gallo y ni se sabe hasta
dnde, y atravesaron tambin para Michambe. Eso andaban calladitos y as haban hecho un croquis sin que la gente se diera
cuenta. De ah pasaron a hacer escritura.
Para hacer la escritura, en la instalacin del molino el argumento que hicieron fue que desde Pasto traan el trigo a lomo de
bestia y que necesitaban el pastaje para esos animales. Pidieron
permiso y la gente sin saber, le dio el permiso. Entonces dijo que
no haba alcanzado y que le aumentaran ms tierra. Prometi que
el pastaje lo pagaba como en arriendo y la pobre gente crey que
haba arrendado. Luego dijeron que para el pagar le firmara unos
recibos, pero parece que haban hecho un documento de venta y
no un recibo de arriendo. Como la gente no saba leer... As vinieron engaando y result el documento como que la gente haba
vendido la tierra. Ya hicieron escritura y la tuvieron por diez aos
calladitos. Porque si hubieran dicho antes, la gente se habra levantado en contra de eso. Los blancos dejaron pasar esos diez aos
y ya despus declararon que la tierra era de ellos. Y entonces ya las
tierras quedaron en dominio de ellos.
La gente se dio cuenta y empezaron a pelear. Pero los indgenas en ese entonces no tenan ni a dnde quejarse ni nada. Tenan
algunos voceros que fueron a hablar por algn lado a ver cmo
hacan, pero no consiguieron nada. Esto nos dijeron los mayores.
Primero empezaron a pelear por all por 1823-25. De ah pas un
tiempo silenciosamente, sin poder hacer nada.
Matas Fajardo le pas a Mariano Mosquera. De 1853-56 los que
peleaban otra vez pelearon, pero no pudieron hacer nada. Y otra
vez como en 1887-89 me parece que es que pelearon otra vez y tampoco pudieron hacer nada.
Despus de Mariano Mosquera, contaba mi pap que el siguiente dueo fue Jos Antonio Concha. l le pas a su hijo Rafael Concha y de ah mi pap contaba que pas a Julio Fernndez.
Este pas a una calea de nombre Matilde Lemus. Andar y andar
hasta que la tierra Matilde Lemus ya haba vendido. Vendi en 1944
a Mario Crdoba y Alfonso Garcs Valencia. A estas dos personas
que eran de Cali vendieron El Chimn.
[44] l a f u e rz a d e l a g en te

Los terrajeros pelearon siempre con cualquiera de los patrones que fuera, porque ya venan quitando todas las tierras de la
gente. Toda la tierra del plan la quitaban y luego decan que tierra
haba para arriba.

La abuela recordaba de antes de apoderarse los blancos de


esas tierras, cuando las tierras eran libres, cuando la tierra era comn, cuando todo mundo poda cultivar donde quisiera. En ese
entonces la tierra estaba en manos de los guambianos, de la
Comunidad. Cuando ya empezaron a llegar los blancos a apoderarse de eso, ya fueron estrechando con pastos y ganadera, ya
aparecieron dueos, que las tierras son de los blancos no de ustedes, ya no dejaron cultivar, ya los indgenas no pudieron tener
ganado, ya no pudieron tener gallinas, ya no pudieron tener
ovejos9 . Entonces se vino la mala situacin.
Las abuelas recordaban de muchos aos atrs. Uno no puede
decir cuntos aos, pero recordaban de muy atrs, cuando ellos
vivieron en pocas de buenos tiempos, cuando no les faltaba
comida, no les faltaba el maz, las habas, el frjol, el trigo... De
eso se acordaban y lloraban cuando ya no hubo nada, nada, ni
trigo, ni papa, ni maz, ni vacas, ni ovejos, ni gallinas, ni nada.
Aos despus, por ah en la dcada de 1940, a mi me tocaron
ya los ltimos ovejitos que tenan all amarrados murindose de
hambre. Haba unos palos de lechero grandes cerca de la casa y
los ovejos les pelaban la cscara; hasta donde alcanzaban coman,
echaban muela a la cscara del lechero del hambre, porque no
haba ms. Como no haba nada ms que hacer, para dnde
llevar no haba, amarrar all no dejaban, entonces los ovejos se
iban a morir de hambre. La gente aguantando hambre, los animalitos tambin, entonces ya por ltimo, ms bien los pelaron,
se los comieron y se acab! Eran los ltimos realmente, como
el fin de la gran fortuna, el fin el fin el fin. Se acab. Hasta ah.
Quedaron con los brazos cruzados. Se acabaron los cultivos, se
acabaron las vacas, se acab con los ovejos... los ltimos! Se nos
acab la vida. Yo alcanc a ver que tenan esos ovejos all.

En Guamba no se habla de ovejas o carneros, sino de ovejos.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [45]

Y los convirtieron en terrajeros


Cuando los blancos se apoderaron de las tierras, cogieron al
misak10, no porque queran, sino porque los necesitaban para
hacer uso de la tierra, para que trabajaran para ellos. Si traan
gente de otras partes haba que pagarles por el trabajo, pero como
haba gente en el punto, los cogieron y pusieron a su servicio.
Su poltica era desmontar y sembrar pasto para ganado, as
que al misak lo ponan a tumbar monte a cambio de unos pedacitos de tierra. En esos lotecitos cultivaban y con eso vivan, ya
convertidos en terrajeros. Todos los indgenas de El Chimn, sin
discriminacin, hombre, mujer o nio, eran denominados terrajeros. Palabra general, todos eran terrajeros.11
La implantacin de la terrajera signific, no slo la divisin
de nuestro territorio en tierra libre12 o de Resguardo y tierra de
hacienda, sino tambin la desintegracin de nuestro pueblo en
gente de tierra libre y terrajeros. Del ro Piendam para all lo
llamaban tierra libre, porque ese es el Resguardo viejo, mientras
que San Fernando, Santiago, Chimn, todo eso era tierra de hacienda, tierra de patrn, entonces esa no era tierra libre.
La gente de tierra libre, que eran los del Resguardo, termin
convirtindose como en un sector, una capa social, un poco ms
alta entre los mismos guambianos. Ellos tenan mejor vida,
vestan mejor, se alimentaban mejor, y tenan mejores viviendas.
La gente deca que en esa tierra libre uno se acostaba a dormir
cuando quera y hasta cuando quera, lo que ac en las haciendas no. Ac se acostaba a dormir ya cuando lo venca el sueo,
10

As se autodenomina el pueblo guambiano en su propia lengua. El significado de la palabra es gente.


11

La mita (ver Las luchas de antes del siglo 20, p. 74) colectiva, que implicaba un
contrato entre cacique y terrateniente, fue dando lugar a un contrato privado
entre terrateniente y viviente a fines del siglo 17, pero se aceler en el 18. El pago
al Resguardo fue reemplazado por un contrato verbal de arriendo, que variaba
segn la regin. En el Cauca contemplaba la cesin de una parcela a cambio de
la obligacin de trabajar gratuitamente en la hacienda (Kalmanovitz, p.30-31).
Es posible entonces que el terraje haya tenido su origen en la mita y que en
Guamba ste se haya iniciado en el siglo 18, cuando termin la mita y se fortaleci la hacienda.
12

Los terrajeros llamaban tierra libre al Resguardo.

[46] l a f u e rz a d e l a ge n te

ya cuando el organismo no resista, y en cualquier momento, a


las tres o cuatro de la maana haba que levantarse e irse porque tena un patrn que vena pisando opa! Mientras que all,
en tierra libre, como tenan apenas el Cabildo, si queran ir a
trabajar lo hacan y si no pues no. Entonces, se crearon dos formas de vida entre los guambianos. Como explic el compaero
Javier Calambs:
Venan como dos lneas, unos eran del otro lado, del Resguardo, que ese lado los blancos haban respetado. Ellos tenan Cabildo. Pero de este lado del ro Piendam para abajo, desde Totor,
todo eso lo cogieron los blancos y toda la gente que viva en esas
tierras, nosotros los dueos de la tierra, quedamos de terrajeros
de los robadores de la tierra, solamente para no dejarnos expulsar. Todos quedamos pagando terraje por el hecho de darnos un
pedacito de tierra para una casita.

Nosotros ramos de tierras de hacienda, convertidos en


terrajeros, con la profunda diferencia de no tener tierra y vivir
bajo las rdenes de los patronos, al querer de los patronos,
arrumados por all! Era una diferencia profunda entre lo uno
y lo otro, porque al no tener tierra tampoco tenamos suficiente
comida, y al no haber suficiente comida vivamos mal de estado
fsico, de salud, y tampoco tenamos para el vestido. Todos los
terrajeros tenamos un nivel genrico de mala situacin.
Esta institucin de la terrajera, impuesta no slo sobre los
guambianos, como ms adelante descubrira, llev aos ms tarde al surgimiento de un importante proceso de luchas indgenas.
A mucha de nuestra gente la aplast el peso de las circunstancias,
dejndose doblegar la cabeza y el alma y aceptando que el pago
del terraje era una justa compensacin al buen patrn que les
permita quedarse en los estrechos espacios que se les asignaban.
Como dice el compaero Javier, algunos queran al patrn
porque le agradecan poder estar all, porque no les haban sacado, les haban dejado el pedacito. Entonces haba que cumplir
el terraje sin faltar. Pero la mayora entendi que el terrateniente
era slo un invasor y reaccion con fuerza contra este sistema
explotador y opresor, lo que permiti que, hacia la dcada de los
l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [47]

60s, surgieran los movimientos y organizaciones indgenas ms


importantes del siglo 20 en Colombia, con la consigna de recuperarlo todo: la tierra, la historia, la cultura, la economa, todo.
Pero mientras logramos quitarnos este sistema de esclavitud
de encima, el pago del terraje se nos impuso con todo rigor, mediante una organizacin bien establecida.

[48] l a f u e rz a de l a g en te

La cadena del poder

Los blancos ponan a cada persona a trabajar

para ellos, asignndole un oficio individual. La lnea de mando


que tenan era bien definida: el patrn era el dueo y de ah venan los administradores, que podan ser uno o dos. A estos los
traa el patrn y eran su gente, sus amigos. De all buscaban a un
blanco del pueblo, para que ese fuera el mayordomo; l era como
tercero en mando. Todos los que ocuparon este cargo hablaban
igual, decan lo mismo y jodan igual. Entre ellos, Luis mi hermano recordaba a un Jess Mara, que fue mayordomo dos veces, un Adelmo Quijano, Jos Otero, Juan Lpez, Alberto el tuerto
y Ventura Riascos. El mayordomo daba el mando a los capitanes, que eran escogidos entre los indgenas.
Capitanes
Para este cargo de capitn eran seleccionadas personas muy
trabajadoras, de mucha fuerza. Su trabajo era poner a la gente a
trabajar junto con l. Perakuallipik significa dirigir, mandar con
el ejemplo personal, y el capitn mandaba, pero siendo l el primero en trabajar, dando su ejemplo, y no simplemente dando
rdenes, al estilo del blanco. Pero a los que ascendan a capitn,
los ascendan, no para otra cosa distinta, sino para que trabajaran para ellos. El capitn era el que trabajaba bien, el que trabajaba duro, el que trabajaba fuerte, y era para que enseara a los
dems que lo nombraban los blancos. Ellos eran nombrados,
pero no ganaban nada y, como todos los dems, tambin estaban era descontando terraje.
Los capitanes estaban divididos. Unos trabajaban con los que
podan trabajar duro, y otros con los que no tenan fuerza, como los nios. A stos ltimos les tocaba solamente trabajar con
l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [49]

los pollos, los jvenes, y por eso les pusieron de apodo capitn
de los pollos.
Simaneros y vaqueros
De la gente, de los mismos terrajeros, de los hijos de los
terrajeros, de acuerdo con el mayordomo, de acuerdo con los
capitanes, seleccionaban algunas personas para ser simanero13 ,
ordeador, vaquero.
El simanero es el ordeador, al que le tocaba levantarse a la
media noche a recoger el ganado de los potreros y a ordear.
Tambin tena que ir a dejar la leche del corral a la casa, y hacer
otros mandados. Durante el da deba cuidar los animales.
Como el vaquero tiene que saber montar a caballo y saber
montar bien, al que le gustara montar a caballo lo escogan para
el cargo de vaquero. Por lo regular, sacaban a la gente joven, pues
eso de la vaquera, del ordeo, requiere cierta habilidad, cierta
agilidad, cierta movilidad de la persona. Desde pequeos los sacaba el capitn de los pollos para prepararlos, como el bachillerato que ensean hoy en da, como una secundaria. Para esa preparacin era el capitn de los pollos quien deba trabajar con ellos
e ir mirando a ver cul era el que iba a ser.
Porque cada persona, cada individuo, como que tiene una especialidad de su ser, un talento. Uno como que era muy bueno
para la agricultura, entonces lo mandaban all para los cultivos,
para los cercos, para cosas as del agro; pero a otros en su movilidad les gustaba ordear, montar a caballo, como que les gustaba joder con el rejo, como que les gustaban los perros, como que
tenan un silbido fuerte, de largo alcance y grito tambin de
manejar ganado porque la vaquera es a grito, silbo, perrero,
juete, rejo, ese es el equipo que tiene que manejar.
Entonces el capitn de los pollos preparaba a los jvenes para
eso; de all sala como la seleccin. Luego se ponan de acuerdo
con otros capitanes y ya el mayordomo: Ah! mndeme el fulano de tal que ya est bueno, ya maneja, ya es adulto.

13

Forma de referirse a semanero entre los terrajeros guambianos.

[50] l a f u e rz a d e l a g e n te

Para vaquera, para simanero, para todo eso, era a los hombres que ponan. A las mujeres nunca las usaron para esas
actividades. Ellas siempre ayudaban al trabajo, pero no en la
vaquera, no en lo del simanero, sino en el agro, all en los cercos. A la mujer le tocaba cargar los postes, abrir los huecos para
los postes, cargar el alambre, todo lo que hubiera que hacer all.
Solamente en algunas cosas muy fuertes, como los postes muy
gruesos que su cuerpo fsico no daba, pues les tocaba hacerlo a
los hombres. Pero eran acompaados all, trabajando juntos
siempre.
La vaquera tambin tiene una especialidad, que a los dueos les gustaba llevar gente all como para exhibir: Yo tengo un
buen vaquero. El buen vaquero era como hoy el torero en la
plaza de toros; el buen torero tiene que salir bien ante el pblico. Hoy las tcnicas han cambiado mucho; en ese entonces al
novillo o al toro lo enlazaban en el potrero. El toro o la vaca o lo
que sea iba corriendo a toda velocidad y el vaquero tena que salir
atrs, hoy como los coleros que salen atrs, pero manejando el
caballo y llevndose el rejo. Iban detrs y haba que tirar el rejo,
y su personaje mirando. Si es buen vaquero, me enlaza ese novillo que va a toda, cacho limpio. Cacho limpio lo llamaban.
Entonces el patrn: Ah! yo s tengo gente buena, ese muchacho
s es bueno porque me enlaza bien.
Mi pap deca que l desde nio sali a la vaquera, que le
ensearon a montar a caballo y a enlazar muy bien. Pero que ante
no se qu personaje fall. Que cuando tir el rejo y no agarr, el
dueo dizque dijo: Eh! hombre... Entonces que rpidamente
recogi el rejo, lo tir otra vez y ah s cay cacho limpio. Y para
enlazar cacho limpio hay que tener clculo, atinar bien porque
el animal va a toda, y el caballo tambin tiene que ser muy buen
caballo, si no se lo lleva, y asegurar la cabeza de la montura para
all parar el novillo. Entonces tiene que ser un buen casco, con
herradura; deca que iba pelando llano! de la fuerza de los
semovientes.
Por eso los vaqueros vivan con las manos jodidas, molidas,
porque hay que manejar el freno del caballo, ir bien pisados los
estribos y, adems, llevar un manojo de rejo que le alcance para
diez o veinte metros, que le alcance allaa.
l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [51]

Terrajeros llanos y pajecitos


A los que no eran hbiles para manejar estas actividades les
tocaba hacer otras cosas en los trabajos de la hacienda misma.
Estos eran distribuidos de acuerdo a las necesidades que tenan
en su momento. Como lo principal era la ganadera, a la mayora de la gente la ponan a limpiar potreros y a hacer cercos.
La agricultura parece que no fue muy rentable para el
propsito que ellos tenan y tal vez por eso no la fomentaron
mucho, aunque durante un tiempo cultivaron trigo, alfalfa, maz,
papa y otros productos. Los que s sembraban eran los indgenas porque necesitaban para el consumo, pero los blancos no; a
ellos les gustaba era la ganadera.
A algunos terrajeros los llevaban a la casa de la hacienda para
que estuvieran sirviendo al patrn o a la patrona, cargando agua,
trayendo lea, como pajecito. El pajecito ganaba escasamente la
comida. Los dems todava tenan un poquito ms de libertad; all
tenan sus gallinitas, cositas as, pero el pajecito... Por eso decan
que ste era como el ms vil, el ltimo, miserable; ese era el pajecito.
Pero, en general, todos eran terrajeros y de entre ellos sacaban los pajes, vaqueros, simaneros y capitanes.
Cabos
El ltimo que surgi fue el cabo, que eso ya es reciente. Hasta
cabo Cruz Tunubal, ms o menos en 1944, no exista cabo. Ese
fue el que vino a terminar los capitanes.
Se les habra ampliado el trabajo a los patronos, porque ellos
solos no alcanzaban a administrar. Entonces el capitn estaba con
los distintos grupos, mientras que el cabo deba permanentemente estar aqu, estar all, todos los das, revisando el trabajo;
el capitn estaba trabajando bien, pero adems de eso el cabo
tena que revisar, porque l estaba por encima del capitn. Haba un solo cabo y era indgena, y su trabajo era estrictamente
para eso, para revisar, era como para vigilar estrictamente el
horario, a ver qu estaban haciendo, a ver cmo hacan, a qu
horas se levantan, a qu horas se sientan a descansar, a qu horas qu hacen.
[52] l a f u e rz a d e l a g en te

Tambin estaba el mayordomo, pero el mayordomo tendra


otros compromisos y no podra estar todos los das, o si estaba
todos los das no podra estar a toda hora.
Despus vino otro cabo que fue Ventura Riascos. Ese no era
indgena, era nariense e igual de malo que todos. Siempre los
que han venido con poder, blanco o indio, han sido malos contra la gente de abajo, y los usaron los terratenientes para su beneficio. Los indgenas que tuvieron esos cargos no pensaron en
ayudar a sus hermanos, y slo actuaron a favor de los blancos.
Y ellos mismos, a la larga, tampoco es que se hayan favorecido mucho. Por lo menos cabo Cruz, hermano del flautero Julio
Tunubal, yo nunca llegu a saber cunto ganaba o qu prebendas tuvo, pero ricos no quedaron. En su momento tuvieron el
orgullo, montaban buen caballo, se alimentaban bien, vestan
bien, pero de ah no pas. Tienen hasta ahora una tierrita, un
pedacito pequeo, que esa s le dio regalada el terrateniente,
aunque sin papeles. Cuando el Cabildo luch esas tierras y las
gan, como eso era de ellos, se la dej a ellos mismos. Yo creo
que el Cabildo no le dio ms tierra sino esa, la que tena; con esa
se qued.
Cabo Cruz muri joven. Era cabo, pero a veces tambin le
tocaba duro, joder con las vacas, con los novillos, y el trabajo de
la vaquera es muy duro, muy peligroso. Los rejos le envuelven
los dedos contra la cabeza de la montura y es capaz de arrancrselos, le tuerce, le quiebra. A veces tambin tena que amansar
caballos, y amansar lo que llaman potros cerreros de tres o cuatro aos, que no les han tocado y tienen que cogerlos, ponerles
jquima y ensillarlos, ponerles lo que llama la gurupa en la cola,
montarse, eso tena mucho riesgo. Dicen que a cabo Cruz, de
estar corriendo, se le afect la salud. Y como el indgena no va a
donde el mdico ni nada, se jodi, estuvo mucho tiempo en
cama. Y finalmente muri joven.
Alguaciles
La autoridad propia de los guambianos fue reemplazada muy
pronto despus de la llegada de los blancos por un sistema de
cabildo. Con el paso del tiempo ste sufri algunas variaciones
l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [53]

en su composicin, pero bsicamente ha estado conformado por


un gobernador, un gobernador suplente, alcaldes que representan las diferentes zonas del territorio guambiano, alguaciles
zonales que principalmente colaboran con los alcaldes y, a partir del siglo 20, un secretario. Esta estructura de gobierno se
mantuvo siempre en tierra libre, aunque durante largo tiempo
controlada por los blancos.
Pero como los terrajeros no eran considerados parte de la
Comunidad, ni siquiera como guambianos, dentro del Cabildo
no haba representacin de los indgenas que vivan en las haciendas. Sin embargo, durante algn tiempo los alguaciles hicieron parte del engranaje de la terrajera, siendo las nicas personas que podran considerarse como autoridades propias. Pero,
como los cabildos de esa poca estaban totalmente controlados
por los terratenientes, los politiqueros, y la iglesia, los alguaciles
no fueron ms que mandaderos suyos.
Esta autoridad siempre era indgena pero, al igual que los
capitanes, eran nombrados por los blancos y estaban al servicio
de ellos. Los nombraban especialmente para que coordinaran
con los capitanes en las haciendas y su oficio consista sobre todo
en ir por las tardes o las noches, de casa en casa, a citar a la gente,
a los terrajeros, para el trabajo.
El ltimo alguacil, Juan Snchez, fue nombrado en 1951.
Despus de ese ao no volvi a haber ninguna relacin formal
entre el Cabildo y los terrajeros.

[54] l a f u e rz a d e l a g e n te

La organizacin del trabajo

El trabajo se haca distribuyendo a la gente en

cuadrillas. Una cuadrilla de 10 o 20 y un capitn, para tal trabajo; otra cuadrilla de x cantidad de personas y otro capitn, para
tal otro trabajo. Cada cuadrilla tena su capitn, pero ste no tena poder, sino el que ejerca sobre el grupo que tena. En cambio el mayordomo llegaba a caballo, si le daba la gana bajaba del
caballo y si no, daba rdenes, a veces vena furioso, gritaba, le
echaba el caballo encima a la gente, los jueteaba, insultaba y se
iba. El capitn tena que estar trabajando; ese es el que deca a
qu horas deban levantarse por la maana y a qu horas era el
descanso y a qu horas otra vez se paraban a trabajar y a qu
horas era que se iban a la casa.
Los capitanes eran mascadores de coca y los poderes de esa
planta les daba la sabidura para manejar muchas cosas del trabajo, entre ellas el tiempo. Por eso ellos tenan tan exacto, tan
preciso el horario, que sin reloj saban cundo eran las siete,
cundo eran las once de la maana, las doce del da, cundo eran
las cuatro de la tarde. Y no solamente mirando el sol; as estuviera oscuro el da, poda haber mucha nube, ellos saban exactamente cundo era la hora. No se cmo manejaran.
Jos Snchez sabe que:
Los capitanes fueron nombrados para que trabajaran con la
gente. En ese entonces no haba reloj, pero ellos saban mascar coca
y entonces con eso tenan el horario. Con la coca era que daban la
hora. Ellos saban que cuando se enfriaba la mambeada de la coca
ya eran las once y haba que descansar... Despus del descanso ellos
eran los que se levantaban otra vez a trabajar, hasta la tarde, hasta
las cuatro. Por la maana era a las 7 y hasta las 4. El descanso era
una hora.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [55]

Y no eran slo los capitanes, sino toda la gente, hombres y


mujeres, que siempre mascaban coca. A los terrajeros, para que
el trabajo les rindiera sin tener que gastarles comida, les daban
coca. Al terrateniente no le importaba si uno estaba comido o
no; lo que le importaba era que diera rendimiento en el trabajo.
Entonces, como la coca ayudaba, daba energa, a cada individuo
le daban no se qu tanta coca y mambe.
Como nosotros no producimos coca porque es de tierra
caliente, los blancos la compraban en la plaza pblica para los
terrajeros. La vendan junto con el mambe, porque es necesario tener ambas cosas. Los paeces de Pitay tienen una mina de
roca caliza de donde traan mambe para venderlo en la plaza
pblica.
La coca comenz a desaparecer por all desde la dcada de
1940 porque dijeron que era ilcita, pero hasta ese entonces era
lcita y las autoridades municipales cobraban impuesto por su
venta.
Recuerdo que cuando yo estaba pequeo oa a los mayores
hablar de lo buena que era la coca. Decan que con esto se evita
la fatiga, la pereza, el cansancio, el sueo. Por eso todos masticaban coca. Pero como la coca que daban los terratenientes era
slo para los das de trabajo, la gente tena que conseguir la que
necesitaba para el resto del tiempo en la plaza o con los que la
traan de otras partes, especialmente de Inz, de donde llegaba
coca que tena fama de ser muy buena.
Mi pap s todo el tiempo mascaba coca y refrescaba. Todos
los domingos iba a encontrarse con los coqueros. A dnde sabra
ir! l deca que iba a encontrar a la gente que vena de Inz, que
eran los que traan. En tiempo de lluvia dizque al bulto de coca
venan cargando tapado con capa de paja. l saba cuando venan
y entonces iba a estar all atalayando a los coqueros. En esa poca
la coca no era cara. Cada vez que iba traa una libra; lo que no se
es cunto valdra. Siempre ac, cuando iba para el trabajo, as fuera poquito, no le faltaba la coca en la boca. Ya l cada vez se fue
acabando ms y ms, as como ahora yo. Y se acab tambin ya la
mambeadera de coca.
(Jacinta, hija de Anselmo Muelas)

[56] l a f u e rz a de l a g en te

Conversando con Luis sobre la manera como estaba organizado el pago del terraje, deca que en pocas del terrateniente Julio Fernndez (1929-32):
El terraje siempre por medio de los capitanes haba que ir a
pagar. Ya saban cada cunto tenan que pagar. En ese tiempo, hasta
que yo estuve ya grande, cada 15 das tenan que ir a pagar seis das.
Los que ordeaban trabajaban siete das [...] Terminaba uno y
vena el otro, de lunes a domingo. Lo del da domingo era fuera
del terraje; solamente ese da les pagaban.
Descansaban dos veces al da, porque el capitn mascaba la
coca al medio da y luego ms tarde otro rato. La primera descansada deba ser la ms larga porque finado pap llevaba puchos de
ese de tejer pal sombrero y teja. Por la tarde deca: Cuntas cuartas hice?. Saba estar contando.

Comentbamos que era porque no almorzaban que tenan


tiempo. En vez de almorzar, tenan tiempo para tejer, trenzar. Porque el almuerzo, de una vez iban comidos por la maana, y en
el trabajo slo coman un pedazo de panela y un pan. Entonces
simplemente se sentaban a descansar y no ms. Luis deca que:
Todos los capitanes eran mambeadores. La coca la daba el mayordomo, que mandara el patrn, al igual que la panela, una panela para cuatro personas, y un pan. Ese era el almuerzo, esa era
una racin en esa poca.
El capitn ya saba los nombres, conoca cules eran los que
pertenecan al grupo de l, si eran 15 o eran 30. Entonces, cuando
llegaba el mayordomo, l avisaba que falt fulano de tal. Siempre
el mayordomo preguntaba al capitn si estaban todos, y sacaba su
cuaderno y el lpiz y deca: Fulano de tal est?. S est. Ah! fulano de tal no est?.
Usaban una cabuya para mandar a pedir el pan y la panela. Eso
era por la maana. Cuando llegaban y se ponan todos a trabajar,
el capitn iba y contaba. Sacaba una cabuya y cada persona un
nudito, as cerquita como parecido a una camndula, pero de cabuya. De eso mandaban un muchacho, un joven de los recin sacados al trabajo del terraje, y ese iba a la Empresa que llamaban,
pasaban eso al mayordomo, l lo llevaba a la oficina y all le daban

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [57]

una plata para que fuera a comprar el pan. La panela la tendran


all por cajas; la llamaban panela del Valle. Ese trabajo el capitn
tena que hacerlo.

Tambin contaba que, cuando eran seis das de terraje cada


15 das, haba tres capitanes. A l le toc ver que nombraron a Pedro Calambs, a taita Manuel Calambs y a taita Jacinto Snchez,
el de los pollos. Como eran tres capitanes, cada uno sacaba a sus
trabajadores cada 15 das.
Posteriormente, como consecuencia de la lucha indgena y
de la aplicacin de la Ley 200 de 1936, el terraje fue disminuido
a cinco das por mes y el nmero de capitanes aument a cinco.
Este cambio tuvo lugar despus de la visita del entonces presidente Eduardo Santos a Santiago en esa poca hacienda Las
Mercedes, o sea que debi ser entre 1938 y 1942.
Para rebajar uno de los seis das, y dejar para el terrajero los
30 das, formaron cinco grupos con cinco capitanes. Entonces cambiaron otra vez la agenda, para sacar cada 30 das cinco das de
trabajo de terraje. Quiere decir que sobraban 25 das para el terrajero. Daban la vuelta desde el nmero uno hasta llegar al cinco. Cuando llegaba el cinco, la cuadrilla nmero uno tena que estar
lista. Los dos nuevos capitanes eran taita Antonio Hurtado y taita
Abelino Hurtado, que eran hermanos. En ese entonces el alguacil
era Julin Muelas.
(Luis)

Ampliando sobre el mismo tema, Joaqun Morales cuenta como las cuadrillas tenan el fin de asegurar que al terrateniente
nunca le faltara gente para trabajar:
Cada mes eran 80 terrajeros. Separaban las 20 familias para
limpieza de potreros y estos salan cinco das de terraje cada mes.
Pero los 80 terrajeros no podan salir todos en la misma semana,
entonces organiz una agenda para las cuatro semanas del mes:
20 una semana, 20 la otra y as hasta dar el ciclo, para que no le
faltara trabajadores permanentes. El siguiente lunes entraban otra
vez los 20 terrajeros. La primera semana del mes empezaba otra
vez el ciclo. Hasta yo los vide que mi pap trabajaba en esa rutina.

[58] l a f u e rz a d e l a g en te

El compaero Javier Calambs comentaba que a los que tenan una porcin de tierra ms ampliecita les cobraban cinco das
de terraje, y a los que tenan ms pequea les rebajaban a tres,
mientras que a los que tenan un poco ms les cobraban hasta
seis o siete das en un mes. Dentro de eso el patrn de Las Mercedes ordenaba trabajar ocho das y el que tena ms pequeo
seis das. Algunos jvenes recin casados, que todava no se apartaban del pap, a ellos ya les exigan dos das.
Explicando un poco ms sobre la manera como estaba
organizado el pago del terraje en su tiempo, Joaqun Morales dijo
que:
A descontar terraje haba que ir a trabajar de seis a seis. Los
terrajeros eran clasificados unos para el ordeo y otros para el trabajo en el agro. El que iba a trabajar con machete, azadn, hacha,
todo eso, era de siete de la maana a cuatro de la tarde, pero el que
iba a ordear tena que arriar vacas desde las doce de la noche; estuviera lloviendo o no, al ganado haba que recoger y ordear. Cada
mes tena que haber cuatro ordeadores.
A mi pap le tocaba en la clasificacin del ordeo. Entonces
esperaba para la semana que a l le tocaba, cada cuatro semanas.
Para el ordeador, por Dios no es como ahora, que cuando hoy
en da dicen que madrugan, ya son las cuatro de la maana; en ese
entonces haba que estar desde las doce de la noche. Toda esa cantidad de ganado ya tena que estar la leche lista y entregar en la
Empresa del molino. Todo esto he alcanzado a ver y or.
En ese momento mi pap me contaba que ya ganado de ordeo tenan 300 cabezas y de esas unas veces haba 280 vacas de ordeo. Unas veces, cuando los terneros ya se destetaban, mermaban
las vacas hasta 240 cabezas. Para todas estas 280 cabezas no eran
sino cuatro ordeadores.
A los terrajeros que a veces por una enfermedad o por cualquier cosa no podan estar puntuales en el horario y llegaban con
un retraso de diez minutos, les daban una paliza y para las siguientes dos semanas les aumentaban como sancin uno o dos jornales. As siempre comentaban.
Haba algunos otros llamados a la gente. Adems de la sancin,
de la multa, si no aparecan, amenazaban con bajar al pueblo ante
las autoridades blancas para que paguen multa all. Lo que yo he

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [59]

odo hablar es que tambin les quitaban gallinas, ovejos o cerdos.


De esto siempre he odo comentarios y esto lo he escuchado yo.

Entonces, el pago del terraje tuvo algunas variantes que


dependieron de diversas circunstancias en los diferentes momentos y del terrateniente de turno. Pero, sin importar el nmero de
das por mes, o el de horas por da que ramos obligados a trabajar, el nmero de cuadrillas, el de personas por cuadrilla, la
actividad que desarrollbamos, etctera, lo cierto es que, en general, para los indgenas la terrajera signific, entre otras, adems de la prdida de nuestro territorio, prdida de libertad, de
autonoma, dispersin de la Comunidad y prdida de identidad,
desintegracin familiar, prdida del control de nuestras vidas, expropiacin de nuestro trabajo, humillacin y hambre.

[60] l a f u e rz a d e l a g e n te

No haba quin peleara:


los peleadores haban sido los antiguos
Eso fue muy grave y toc luchar muy duro.
La gente de hoy cree que eso fue facilito.
Fue tan duro que mi pap hablaba y hablaba
y cuando terminaba de hablar lloraba.
Yo escuchaba al lado de l.
Manuel Jess Tumi

Los lamentos
Cuando quitaron ya toooda la tierra no haba naaada que
hacer, a nadie a quien acudir, no haba nadie quien defendiera.
No haba peleas por la tierra. Esto fue en tiempo de Mario Crdoba14 , cuando yo era un nio.
Haba unas tierras frente al poblado de Silvia y otras lejos del
poblado, bueeenas estaban las tierras! El misak las quera y no
poda cultivar. Siempre iban por el camino mirando eso y recordaban cuando las tierras fueron de ellos cmo producan! Y
hoy no poder hacer nada.
Recordaban especialmente lo de la papa y el maz y cmo cargaban esos productos en los caballos, a dnde se volteaban y
rodaban las cargas, y que no les faltaba comida. En eso pensaban mucho y se sentan aburridos.
Siempre volteaban a mirar esas tierras y tenan una mirada
de no poder volver jams a cultivar en ellas. Creyeron en ese momento que los blancos se haban apoderado de las tierras para
siempre, y que por ms que desearan, por ms que miraran esa
bella tierra, estaba lejos de volver a llegar en sus manos. El comentario era permanente, mientras yo los miraba y los miraba.
Las tierras cmo estaban de afinados los llanos! Parecan un
tapete de slo engordar y engordar novillos tanto tiempo. Ellos
14

Terrateniente a partir de 1944.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [61]

siempre montaban en sus buenas bestias, ellos con las mejores


cosas y para el misak siempre lo peor, o nada.
De esto hacan comentario a diario, como el caso del Capitn de los Pollos, Jacinto Snchez, que lloraba. Tambin taita Anselmo Muelas, que siempre vena a nuestra casa a hablar de esto.
Nosotros alrededor del fogn, unas veces traa papa l y otras
veces tenamos nosotros, comamos papa asada y, de todo esto
que ha pasado, siempre, siempre haca comentario. l tambin
hablaba y lloraba. La observacin permanente era: cuando haba tierra, haba que comer y que beber y hoy no tenemos nada.
Taita Anselmo Muelas traa yerbas, como plantas medicinales del pramo, para vender y vivir de eso. Qu tan difcil sera
la vida teniendo que vender yerbas del monte para vivir, cuando an hoy es tan duro vender los productos! Quin comprara eso! Habr hecho alguna cosa para tomar cualquier agua. Y
tener que recordar que un da tuvimos comida y hoy no la tenemos! Tener que recordar, cuando sentan la fatiga en el estmago,
la buena comida que siempre haba en las mingas.
Taita Anselmo viva en Sruktrapukulli y se fue hacia el pramo de Malvaz cuando lo expulsaron, en tiempo de Luciano
Muelas (1912-15), porque en esa poca la gente sufri las mismas
consecuencias que nosotros con Crdoba. Vivan en unas tierras
buenas, donde tenan animalitos que estaban bien, y tambin
estaba bien la gente, pero no pudieron hacer nada; les toc irse.
Donde fueron sufrieron. Los animales, porque fueron a unas tierras de pramo; sufri la gente tambin porque se murieron los
animales y entonces quedaron pobres.
Jacinta, hija de Anselmo Muelas, vive en Malvaz. Con sus
casi 100 aos, hace poco15 me contaba algunos de sus recuerdos
de esa poca.
Mi mam llamaba Mara Calambs. Mi pap llamaba Anselmo
Muelas. l era de Chimn, de ah donde mi primo hermano que
llamaba Vicente y ha muerto [...] A ellos tambin los sacaron de ah
y los mandaron a vivir abajo. El pap de Vicente era hermano de mi
pap; se llamaba Antonio. El otro hermano llamaba Pedro. La misma casa grande era la de mi to Antonio. Mi pap fue nacido ah.
15

Junio de 2001.

[62] l a f u e rz a d e l a g e n te

Cuando entraron a pelear otra vez las tierras, mi pap andaba


con una persona de Michambe que me parece que era Tumi16.
Era casado con una hermana de mi pap, de nombre Antonia. Era
de la casa, era cuado, pero cuando llegaron los papeles los recibi l primero y los escondi. Entonces a mi pap el patrn, que
llamaba Rafael Concha, se enoj mucho y los expuls. A los otros
hermanos no los ech porque ellos no estaban en el pleito. Yo oa
siempre hablando a mi pap que le ech porque haba pleiteado.
Eso deca mi pap. Yo alcanc a or. Yo deb haber sido una bebecita
muy pequeita en ese entonces.
Cuando nos ech, mi pap se vino para ac para el pramo.
Tena un amigo ac [...] y se vino. Se llamaba Manuel Cantero y
era un sabio; como mi pap era sabedor, siempre vena ah. Yo
como era nia... hablaba que a mi me trajeron cargada, pero yo
no recuerdo casi nada de lo que l deca porque ramos pequeitas. Bajamos y ah en la hacienda que ahora es de Rosendo se hizo
una casa grande. Ah yo crec y mi hermanito, que no recuerdo si
fue mayor o menor que yo, muri [...] Yo no se de qu edad ni de
que tamao fui yo, pero yo crec ac.
l hablaba siempre de Bogot y no se de dnde ms. Siempre
andaban junto con aquel que iba a recibir el papel. Lo recibi y lo
escondi e hizo expulsar a mi pap. ramos nacidos en Sruktrapu,
Chillikkullu, pero tambin tenamos ac donde hay una chorrera
y baja un agua. En una falda donde llaman Trerosruktarau, ah vivamos. All haba unos lecheros grandes que creo que hasta ahora deben estar. Si los han arrancado, a lo mejor ya no hay. Pero hoy
dicen que todo eso le ha tocado a otros y a otros y a otros.
Las huertas eran varias; otra y otra. Tenamos bastante,
tumbbamos monte, sembrbamos papa, venamos a trabajar all
al pie de la loma, y tenamos ganado. ramos gente fuerte, tenamos comida y tenamos dinero.
Cuando vinimos, primerito nos ubicamos aqu, all al otro
ladito, en la actual hacienda de Rosendo, all fue donde nos
establecimos. All fue donde construimos para vivir, cuando nos
echaron de all del Chimn. El que nos ayud a construir la casa
era de nombre Juan, que l saba hacer y nos ayud. Como l era
buen compaero, la casa la construy amplia, buena, como para
todos sus hijos. Y es ah donde nosotros nos criamos. Yo me cri
16

Jos Antonio Tumi. Ver ms adelante El Capitn Tumi y la gran traicin.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [63]

Jacinta Muelas Calambs (derecha), hija de Anselmo Muelas, y mi mam,


Benilda Hurtado Calambs. Foto: Brbara Muelas Hurtado.

aqu, yo no me cri all por el Chimn. Es cierto que yo nac all


en Chimn, pero me vine a levantarme, a criarme, ac.

Cuenta la mayora que el pramo, a donde ellos fueron a parar despus de la expulsin, estaba bastante virgen en esa poca.
Pero ya los blancos lo haban comenzado a colonizar y, con el
tiempo, fue invadido de gente, incluyendo indgenas, y cultivos,
hasta el punto de que ya en estas sabanas es difcil encontrar hoy
en da una matica de frailejn.
Yo creo que mi pap se ama aqu pronto porque encontramos un patrn de nombre Rafael Hurtado, que era bueno. Eso de
all al otro lado, que hoy es de Rosendo, fue de l. ste era hijo de
un Pacfico Hurtado, que ellos vivan all donde ahora vive el her17
manito Jos . Ellos vivieron all y yo los conoc muy bien a todos
17

Pedro Jos Muelas Hurtado.

[64] l a f u e rz a d e l a g en te

ellos. Este Pacfico Hurtado era bieeen viejito, con una barba bieeen
blanquita. Pero esta tierra no es que ellos la compraron, sino que
ellos la cogieron. Ellos tenan la tierra all.
Pacfico Hurtado, el pap de Rafael Hurtado, Mara Antonia
Hurtado, que se cas con Romn Quijano de Silvia, a mi pap le
mand fue a esquilar lana de los ovejos. Tena una cantidad de
ovejos... De aqu para abajo, todo era lleno de ovejos; pero hoy no,
hoy es casa y casa y casa, que ya no hay a dnde ms. Eso en tiempo antiguo no era sino pajonal y pajonal, lleno de frailejn, lleno de frailejn todo. Y de ah para abajo estaba lleno de ovejos
blancos, pero era una cantidad. Entonces mi mam comadre y
mi pap ya eran conocidos y, como el hijo Rafael Hurtado era
bueno, cada vez que convidaban iban all al corral de los ovejos,
los recogan silbando y gritando y llenaaaban de ovejos ese corral. All en el corral enlazaban de uno en uno, a todos los que
tuvieran la lana jecha de cortar. De uno en uno cogan y amarraban. A mi mam comadre le tocaba cortar tooodo el da, dele
y dele y dele; con una buena tijera cortaba harta lana. A medioda, no me acuerdo, parece que nos daban cafecito. As era el Pacfico Hurtado. Como tena hartos ovejos, a mi pap no mandaba a
hacer ms sino eso.
En ese entonces parece que no sembraban papa como ahora.
Haba mucho pajonal, frailejn. Eso lo acabaron con la presencia
de mucha gente. Empezaron a comprar las tierras, a cultivar, a
hacer casas, sembraron papas, y ahora lo acabaron limpio todo eso.
Eso se acab. Y el romerillo. En tiempo antiguo yo miraba y eso
era lleno, y ahora no es sino lleno de casas y casas.
As era el Pacfico Hurtado. l tambin muri. El hijo llamaba
Rafael Hurtado. Esto era harta tierra y l era el que mandaba. Las
tierras no fueron compradas sino cogidas. La tierra all al otro lado
y all arriba, donde vivi Juan Manquillo, y esto donde estamos aqu,
y all la tierra de Rosendo tambin, esos fueron cogidos todos.
El patrn Rafael Hurtado como tena harta tierra, por todas
partes andaba y andaba y andaba, y se quejaba de que me duele la
rodilla, me duele por todas partes. No se qu tan grande sera, pero
l nos mandaba a traer ortiga. Nosotros con mucho miedo traamos la ortiga, un guango as grande; entonces l subi la pata en
un palo, arremang los pantalones y le ortig rauraurau (risas).
Haca eso porque le dola y no poda dormir. Entonces al otro da
amaneca bueno.
l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [65]

En ese entonces aqu en estas tierras no haba nadie. Por aqu


no haba sino cusumbes... Rafael nos dio esto aqu y era montaa.
Toda esta guaicada, falda, era monte jecho. Todo era guaicada de
montaa. Mi pap como vino ac, estaba trabajando y necesitaba
cuando llova un escampadero, entonces se construy un rancho.
As nos hemos pasado nosotros.

Cenn Niquins, hijo de Sebastin Niquins, un paez de


Cabuyo que viva en Malvaz cuando Anselmo Muelas fue expulsado, cuenta que su pap lo conoci mientras viva donde
Rafael Hurtado, y que cuando ste le vendi a un mister, como
Anselmo no se ama con l, su pap le dio un encierro para
que viviera y le ayudara a trabajar cuando l necesitaba, pagndole por ello. En esa tierrita vive la mayora Jacinta hasta hoy en
da. Ella tambin lo menciona:
Ac tenamos un patrn que llamaba Sebastin Niquins.
Desde aqu, todo a lo largo era tierra de l.
Aos despus, como aqu era estrecho y haba hijos hombres,
entonces consigui esa tierra del Cabildo en La nima para ellos,
para que estn trabajando all. Eso hizo mi pap. Eso lo hizo antes de su malestar en salud y que muriera. Quin sera el gobernador, no se, pero mi pap pidi posesin a la tierra del Cabildo.
Esto lo hizo para que construyeran la casa, trabajen y vivan ah,
porque eran hijos hombres. Entonces vinieron el gobernador, los
alguaciles, y posesionaron. As dijo mi pap, para que estn all los
hijos. Desde entonces hasta ahora all estn, all viven.

La mayora recuerda tambin las largas jornadas que tena que


realizar taita Anselmo para poder conseguir alguito para la subsistencia. En bestia, desde Malvaz tena que dar todo un rodeo
por La Campana, para bajar a Silvia a vender sus puchitos el da
de mercado. Otras veces tenan que bajar del pramo por las empinadas lomas de Tsaporaintun (Cresta de Gallo), con la carga a
cuestas.
l tena un caballito y llevaba la carguita por all por Pupiales.
La llevaba para Silvia para vender sus poquitos. La papita, los ulluquitos, en el caballito siempre llevaba para vender y luego comprar
[66] l a f u e rz a d e l a g e n te

Mapa 2

El Gran Chimn

la sal y la panelita. Siempre iba por all por Pupiales. Bajaba por
all por el Nupirrapu (La Campana).
Ni se cunto gastara. Sala el da lunes temprano, porque haba que vender el da martes y comprar. Regresaba siempre el
martes tarde. Como nosotros fuimos nios, esperbamos, mirando, a ver a qu horas llegaba. Entonces traa cositas para la casa.
Tambin traa cositas para los nios. En ese entonces tena un caballito y siempre saba ir as.
A veces mi pap se iba por all por el camino grande, y entonces vena con su hermana, que era mi ta Catalina y era soltera. Ac
siempre nosotros con mi ta mam estbamos juntos. Con ella, por
all por el plan de Rosendo, sembramos harta cebolla y se dio bien
buena. La de ese tiempo era una cebolla que la llamaban cebolla
blanca. Como en el caballo no poda llevar todo, entonces mi ta,
una jigra de arroba y media la llenaba de cebolla, cargaba y se iba
por Tsaporaintun, por el Chimn abajo. Yo ya habra sido grande
cuando mi ta mam me deca vamos vamos, y siempre bamos juntas. Cuando bamos nos quedbamos en el Sruktrapu, que era nuestra gente; llegbamos donde el kasuku Jeremas Crdenas. All era
que llegbamos siempre [...] Cuando bamos con la jigrada de cebolla por el deshecho, llegbamos siempre all, siempre all. As fue.

Esas bajadas por Tsaporaintun tenan una complicacin adicional, pues los terratenientes impedan el paso a los que no vivan en las haciendas, sobretodo a los luchadores. Luis recordaba
que, como taita Anselmo siempre hablaba de la lucha por la tierra, le hacan la vida imposible, y que cabo Cruz fue uno de los
que le prohibi totalmente el paso por el camino. Cenn Niquins
tambin contaba que cuando su pap tomaba esa ruta les
mezquinaban, dicindoles que por all no era camino, que el camino era por Totor o por Las Cruces... Nos decan que no volviramos a pasar porque si lo hacamos nos echaban bala. As era.
Jacinta mi hermana guarda en su memoria los das cuando taita Anselmo, en esas bajadas por el desecho, llegaba a nuestra casa:
Cuando lleg a quedarse a donde nosotros, Anselmo contaba
cmo fue a vivir a Malvaz. l andaba cargando frailejn, guayabilla y toda yerba medicinal; traa unas jigradas grandes, venda eso
y con eso compraba la sal, la panela, lo que necesitaba. Cuando bajaba se quedaba en la casa de nosotros, y cuando suba tambin.
[68] l a f u erz a de l a g en te

l tambin viva en lo que llamaba Sruktrapu, lo que hoy en


da llaman Caracol; tena la casa all antes de ser expulsado. Haban sabido tener harta tierra, entonces tenan ganado, tenan ovejas y tenan buenos cultivos. Cuando vivan en Sruktrapu hacan
comida y como tenan ganado mataban res tambin, pelaban y coman. Contaba que el plato fuerte que coman era el mote, que la
cuchara quedaba parada en el centro del plato. Cada vez que llegaba contaba eso y por eso siempre lloraba tanto.
Los tres que estbamos escuchando el sobrino Carlos, yo y
Lorenzo preguntbamos y preguntbamos, y as dijo de estas
tierras. Nos contaba que estas tierras fueron de nosotros, que las
robaron en 1912, y que ustedes cuando sean grandes, peleen.

Hoy en da la comida puede ganarse fcilmente, pero ese momento fue tan difcil, tan duro, que no era sino recordar y recordar y llorar. Cuando fuimos nios vi eso. Yo viv entre esa mala
situacin; me toc crecer en ese medio de tristeza y dolor. De
verdad que ha sabido ser lo peor cuando arrebatan las tierras.
Gabriel Hurtado tambin era de Sruktrapu y vino junto con
Anselmo para Malvaz, a descubrir sabana. Era hermano de Pedro Hurtado, viva en Chimn, y de all pas al frente de la tierra que es ma, al pie de mi rancho, donde tena su casa de habitacin. Fue de all, segn supo Luis por la abuela Teresa, hermana
de la abuela Gertrudis, de donde se fue ya para Malvaz.
De vez en cuando vena el da lunes all a la casa vieja, y se quedaba. Entonces se ponan a contar historias con el finado pap
Juan. Ellos no hablaban ms que de espantos. Dizque deca que all,
subiendo hacia el Takpipisu, de noche alumbraba una procesin
de gente y sonaba msica. Despus de que contaba se iba. Eso contaba era con pap Juan. Las abuelitas estaban ah en el fogn, calladas, escarmenando lana, no con vela ni con petrleo, sino a la
luz de la candela no ms.
(Luis)

Gabriel hablaba como conocedor. Uno no saba qu era la palabra senado, y l hablaba que Senado de la Repblica, que mi
tocayo Turbay. Parece que fue recorrido. En las fiestas tocaba
el tambor. Me acuerdo de l en el baile del casorio de Rafael Hurtado, hermano de mi mam. En esa fiesta fue que medio aprend
l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [69]

a tocar el tambor. Yo le daba y le daba a esos palos, tratando de


aprender, y haca mucha interrupcin; entonces los maestros
renegaban porque yo estaba interrumpiendo y decan: Este
carajito est mezclando como un sancocho!. Jajaja.
Tena varias hijas, todas pequeas en ese tiempo. l sali
junto con taita Anselmo Muelas, en tiempo de Luciano Muelas.
Salieron juntos y sufrieron igual.
Y as como ellos, haba muchos que se lamentaban y lloraban por la prdida de sus tierras, pero no haba quin liderara
un proceso de lucha.
Los viejos luchadores
Para nosotros es muy duro saber que ellos lucharon hasta ganarla,
pero no alcanzaron a ver el resultado final antes de morir. Creo que
ellos lucharon e hicieron todo eso pensando en nosotros, pensando
en sus hijos despus. Saban que la tierra iba a servir para siempre
y por eso hicieron tanto esfuerzo.
Lorenzo

La gente andaba sin saber qu hacer, teniendo que someterse contra su voluntad al dominio de otro. Desde que yo fui nio
vi y no haba quin peleara. De esto era todo un lamento permanente, de que en ese momento no hablaba nadie de luchar por
la tierra. Se oa que peleaban las tierras, pero antes; seran los
mayores que haban sido peleadores. Las abuelas Gertrudis y
Teresa, que eran las de ms edad, nos hacan esos comentarios.
Pero tambin sabamos de las luchas de los mayores,
porque taita Anselmo tantas veces nos ha hablado para que
recordramos. l recordaba tanto y hablaba tanto, porque l s sinti en 1912 cuando lo sacaron, y como l s la vivi, la sufri, por
eso es que insista tanto en contar a la gente.
Se asociaban con Luciano Muelas, Carlos Muelas y Feliciano
Ullun; Julio Calambs Muelas, el pap de Javier, que era jovencito, tambin los acompaaba. A Bogot iban junto con Jos Antonio Tumi el capitn; como ste saba leer, lo llevaban siempre
para ir a pelear all.
(Jacinta)
[70] l a f u e rz a d e l a g e n te

La msica de flauta y tambor siempre ha unido a todos los guambianos.


Flauteros: Juan Snchez (terrajero) y Jess Calambs (de tierra libre).

Nos haban contado de esos largos viajes llenos de dificultades para llegar a Quito y a Bogot a hacer gestiones, con el fin
de conseguir ttulos legales que respaldaran los derechos de nuestra gente a las tierras. Los mayores contaban que:
Para todas esas gestiones de venir a Bogot gastaban un mes
entero. Para el camino traan maz tostado molido. Que en un ro
muy grande, que debe haber sido el ro Magdalena, para poder
pasar, la ropa la sacaban toda y cargaban en la nuca y pasaban entre
cuatro cogidos de la mano.
Entonces fue que se conocieron con Manuel Quintn Lame,
con Jos Gonzalo Snchez18, que era el secretario, y se dieron cuenta
que estaban expulsando a los terrajeros y vinieron hasta ah. Manuel Quintn andaba por los lados de Popayn y como Jos Gonzalo era de ms cerca, vino por esos lados con l. Venan siempre a
escondidas.
(Jacinta)
18

Ver ms adelante Las luchas del siglo 20, pp. 92, 93, 99-102.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [71]

Jos Gonzalo Snchez era de Totor.


Todos los Snchez que hay en Chimn eran de Totor, como
era la familia de nutata Jos Mara Snchez y su mujer numama
Pascuala Tomb. Todos los Snchez han sido de nuestra gente,
nuestra sangre. Taita Jacinto Snchez y Luciana Snchez que viven por all por Takukullu eran todos de una sola familia. De parte de la abuela Gertrudis, todos esos eran familias de nosotros
mismos. Todos ellos eran gente nuestra, gente terrajera y todos
hablaban la misma habla guambiana.
(Luis)

Como la mam de la abuela Gertrudis, Ascensin Snchez,


era de los Snchez de Totor, cuando supieron que los estaban

La abuela Gertrudis Muelas, mam de mi pap (1950 c.). Foto: Luis Ortega

[72] l a f u erz a de l a g en te

expulsando, como eran la misma gente, vinieron a ver qu estaba


pasando.
Entonces fue con esos luchadores, con taita Luciano y los
otros que fueron a Bogot, que esas tierras fueron ganadas. Pero
como, segn los relatos de muchos, el que saba leer los traicion, todo qued como antes durante muchos aos ms.
Fue ganado y Jos Antonio Tumi entreg los papeles a los
blancos, se los rob. Le pagaron una plata y el blanco le dijo que
la plata guarde en su cabecera. Los mismos vinieron por la noche
y se la robaron. La gente perdi la tierra y l perdi la plata;
perdieron todos. La plata, unos decan que 60 mil, pero eran 60
pesos, que Tumi vendi por eso.
Por esa causa es que estamos sufriendo, por haber vendido, por
haber entregado, deca taita Anselmo, y reiteradamente lloraba.
Como Tumi saba leer y escribir, taita Anselmo y los otros no...
Por eso tena tanta rabia y lloraba.
(Jacinta)

Pero en todo caso, sabamos que los antiguos haban luchado de muchas maneras, por recuperar la tierra y la libertad. Y lo
que haca llorar a nuestros mayores, cuando yo era nio, no era
solamente el recuerdo de las buenas pocas, sino la inexistencia
de luchadores en ese momento.
Las luchas de antes del siglo 20
En realidad no conocemos mucho sobre las luchas que adelantaron nuestros antepasados contra la invasin de nuestras tierras y nuestras vidas ejercida por los blancos, antes del siglo 20;
pero s existen algunos documentos en los que se habla un poco
de sus esfuerzos por no dejarse robar las tierras, por no dejarse
explotar, por no dejarse maltratar. Estos no tuvieron resultados
positivos para nuestros antepasados, pues dentro de una sociedad en la cual mandatarios, jueces, terratenientes, curas, defensores de indios y dems tenan estrechas relaciones de parentesco o de amistad entre s y, por lo tanto, un inters comn que
los enfrentaba con los indgenas, era imposible lograr decisiones
l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [73]

o fallos a nuestro favor, en cualquiera de los estamentos de esta


Nacin entonces en formacin.
El documento ms antiguo que hasta ahora hemos visto en
relacin con estos temas habla de sucesos en 1733. En esa poca
nuestros mayores se resistieron al pago de la mita, el cual deban
hacerlo la quinta parte de los indgenas tributantes de las parcialidades, durante 90 das al ao. sta buscaba proporcionar
mano de obra a la economa de los blancos, e implicaba un traslado forzoso de los indgenas a trabajar en haciendas o minas, a
cambio de un jornal que era parte en dinero y parte en especie
(un real ms racin diaria). Pero lo que los indgenas ganaban
por este trabajo no les alcanzaba siquiera para pagar a la Corona espaola el tributo a que estaban obligados19.
En 1733 haba 18 mitayos guambianos asignados por el Cabildo de Popayn a Juan Fernndez de Belalczar. Los indgenas
cumplieron la mita slo algunos das y luego se rehusaron a
hacerlo alegando que por su ausencia las sementeras para el
sustento de sus familias se estaban arruinando, razn por la
cual se adelant un pleito que termin con la destitucin del
alcalde guambiano Gregorio Tenebuel y el encadenamiento, encarcelamiento y azote del cacique principal Cayetano Tomb, del
capitn Santiago Pag y del mismo Tenebuel, por no lograr que
los indgenas fueran a pagar la mita.
No est claro si nuestros antepasados usaron en sus luchas
la Cdula Real de 1700, mediante la cual el rey Felipe V de Espaa otorga a algunas parcialidades indgenas el ttulo de propiedad sobre sus tierras, en cabeza del cacique Don Juan de Tama y
Estrella. Hay por lo menos un estudio que tiene una cita del
Ministerio de Gobierno, en la que se incluye a Guamba como
19

Archivo Central del Cauca, Libro Capitular de 1733. Llanos (1978:77) hace clculos de cmo con lo que reciba la comunidad guambiana por la mita en 1733 y
lo que deba pagar en tributo, lo que realmente se produca era su empobrecimiento. De 90 indgenas tributarios, la quinta parte, o sea 18, deban servir como
mitayos. El tributo anual por indgena era de 2 patacones y 4 reales, es decir, la
totalidad de indgenas tributarios deban pagar: 90 indgenas x 2 patacones 4
reales = 1800 reales o 225 patacones. El jornal diario por mitayo era de un real (8
reales hacen un patacn) y eran 90 das de mita por ao, o sea que por la mita los
18 indgenas reciban: 1 real x 90 das = 1620 reales o 202 patacones 4 reales. Esto
significa que lo que reciban no les alcanzaba ni siquiera para pagar el tributo.

[74] l a f u e rz a d e l a g en te

uno de esos pueblos20. Sin embargo, en la Escritura 843 del 8 de


octubre de 1881 de la Notara 1 de Popayn, que corresponde a
la protocolizacin de este ttulo, slo se nombran Pitay, Quichaya, Caldono, Pueblo Nuevo y Jambal. De cualquier manera, el ttulo fue declarado falso por el Juzgado de Silvia en 1933,
por lo que no sabemos que tan til pudo haber sido en esa poca, como instrumento legal en la lucha por la tierra.
Un documento posterior21 nos deja saber que unos aos ms
tarde, en 1748, las tierras del Gran Chimn se encontraban conformando una hacienda que estaba en manos de Jos Fernndez
Belalczar, quien hizo un testamento en el cual fund un mayorazgo sobre sus bienes, entre ellos la hacienda y tierras de
Guamba, nombrando como heredero a su sobrino Santiago
Fajardo Belalczar. Argumentaba su derecho legal sobre nuestras
tierras basndose en una cdula real de 1729, en la cual el rey
Felipe V quien como todos los reyes de Espaa que vivieron
las pocas de conquista y colonizacin de nuestro continente,
usurp y se dedic a repartir lo que no era suyo reconfirma a
favor de Juan y Jos Fernndez Belalczar unas mercedes de tierras otorgadas el 23 de octubre de 156222. Estas mercedes haban
20

En la investigacin de Wiesinger y Echeverry (1964, p.30) se lee la siguiente


cita:En nombre y por mandato de Su Majestad el rey Felipe V dio a los pueblos indgenas de Pitay, Quichaya, Guamba, Quizg, etc. representados en el
cacique don Juan Tama la propiedad de las tierras que constituyeron luego los
resguardos indgenas de los mismos nombres. Dicho ttulo fue protocolizado por
medio de la Escritura nmero 843 del 8 de octubre de 1881 de la Notara de
Popayn y debidamente registrado.
21

Escritura de Fundacin de Mayorazgo de Jos Fernndez de Belalczar a favor


de su sobrino Santiago Fajardo Belalczar (acc, Colonia-Libro Notarial de 1753Fs. 176 a 199).
22

He resuelto aprobar y confirmar especialmente las Mercedes de Tierras [...]


Las tres leguas de las tierras llamadas de Silva que el gobernador don Pedro de
Agreda reparti a mi Real Nombre en 23 de octubre de 1562 a don Francisco
Velalcazar, que tienen por linderos el Serro del Mogote, y el ro de Japio que dentra
en el de Silva en el Valle de Guamba, y dicho rio abajo linda con el asiento o
solares del Pueblo de Guamba, y a su frente desde el monte alto dicho de
Monchique lo que ocupa el Valle y Arroyos abajo [...] Dado en Madrid a 29 de
noviembre de 1729. Yo El Rey (acc, Signatura 5253-Independencia-Judicial I9cv-tierras-Fs.18 a 61).
La ortografa de todas las citas de documentos de archivo corresponde a la de
los originales.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [75]

sido otorgadas ilegalmente, segn sus propias normas, pues en


ese entonces las reparticiones de tierras slo se podan hacer por
orden emanada del rey, la que no existi en este caso; sin embargo, stas ya haban sido compuestas, es decir, legalizadas
mediante el pago de un tributo23, en 169224.
Es interesante anotar que en esa fecha de 1748, en el momento
de hacer el testamento, la hacienda tena 357 ovejas, 33 cabras, 48
yeguas con sus potros, 18 aginches, 21 hoces y algunas herramientas ms, adems de un molino, una troja de trigo y unas
casas. Aos ms tarde Ventura Fajardo, nieto de Santiago, el primer heredero, acusara a su padre Matas por la destruccin
intencional de la hacienda de Guamba a tal punto que los ganados [...] se extinguieron en trminos que no qued ni la raza25.
Luchando contra Matas Fajardo y sus herederos
Muchos aos despus de que Santiago Fajardo recibiera el
Gran Chimn como herencia, en octubre de 1825, el Cabildo de
23

En 1591 hubo una orden para revisar los ttulos sobre tierras otorgados por
cabildos, gobernadores y audiencias. Los simples ocupantes deban ser desposedos y los que tuvieran algn ttulo podan presentarlo a composicin mediante
el pago de una suma a la Corona. El fundamento de las composiciones era que las
tierras no haban salido hasta ahora del dominio de la Corona espaola [...]. Pero
para acceder a una composicin era necesario [...] contar con las otorgaciones de
los Cabildos, de los gobernadores y de la Audiencia, cuyos ttulos eran susceptibles de saneamiento. Existan tambin tierras ocupadas por espaoles sobre las
cuales no se haba otorgado ningn ttulo [...] de las cuales los encomenderos solan ser los usufructuarios de facto. Se trataba de tierras que nadie discuta a sus
antiguos propietarios, los indgenas, como el lugar de su asentamiento, y que la
Corona se haba apropiado por el hecho de la conquista. Era all en donde los
encomenderos establecan estancias expulsando a los indios con ganado o imponindoles pesadas tareas en las parcelas cultivables (Colmenares, 1978: 204).
24

Que los ttulos de dichas tierras de Guamvia se refieren y constan por un


ttesttimonio dado a pedimento de Don Agustin Fernandez de Velalcazar [...] por
el que consta haver el dicho Dn Agustin presenttado antte el seor Oidor de la
Real Audiencia de Quito [...] los titulos de las esttancias de dicho Guamvia [...]
para que con su visitta y de esttar compuesttas con Su Magesttad se sirviese dicho seor Oydor visittador aprovecharlos y ampararle en la posesion de dichas
tierras lo que concedi dicho seor Bisittador por su Autto de 3 de Octubre de
1692 [...] (acc, Colonia-Libro Notarial de 1753-Fs.176 a 199).
25

Demanda de Ventura Fajardo contra la testamentaria de su padre Matas Fajardo,


acc-Sig. 708-Repblica-Judicial I, 1838.

[76] l a f u e rz a de l a g e n te

Guamba instaur una demanda contra Matas Fajardo, que


tambin lo nombran como Matas Belalczar Fajardo, hijo de
Santiago Fajardo, por la posesin y propiedad de las tierras de
Chimn. Esta pelea durara 30 aos y en ella los guambianos hicieron un gran esfuerzo por retener las tierras de Chimn y por
no pagar terraje, usando principalmente el camino de la legalidad
de los blancos, aunque tambin otros medios, como rehusarse
al pago de terraje, lo que les cost la quema de sus ranchos y la
expulsin de sus tierras.
Pero con una nica excepcin todos los fallos de los jueces,
tanto en Popayn como en Bogot, favorecieron a los blancos,
lo cual era apenas de esperarse si se tiene en cuenta que ellos
mismos hacan las leyes, los papeles, de entre ellos salan los defensores de los indgenas, y todos ellos estaban relacionados entre s de una u otra forma. No es sino observar como en 1836 casi
no logran encontrar defensor para los indgenas, pues todos se
excusaban por tener algn grado de parentesco con Fajardo.
Este proceso se desarroll como se detalla a continuacin:
Ante la demanda de 1825 por la posesin y propiedad de las
tierras de El Chimn, entablada por el Cabildo de Guamba, el 5
de octubre de 1827 el juez 2 de 1 instancia de Popayn declar
a favor de Matas Fajardo26. El 9 de febrero de 1828 los indgenas
solicitaron remedio de restitucin, y fue slo hasta el 4 de octubre de 1836 que el juez 2 de Popayn dict sentencia a favor de
Matas Fajardo. El 26 de octubre de ese mismo ao los guambianos apelaron la sentencia.
En diciembre de 1836 los defensores de Matas Fajardo alegaron, entre otras cosas, que de parte de los indgenas las pruebas
que se produjeron se consideraron nulas, que ya haban pasado
los trminos, y que los mismos indgenas haban dicho que se
les despoj de las tierras, picandoles la serca, y quemandoles sus
casas porque no querian pagar el terraje, que se les exigia por los
Belalczares. El 6 de marzo de 1837 la sentencia a favor de Matas
Fajardo es confirmada por el Tribunal Superior de Popayn.
Mientras tanto muri Fajardo y, ya para 1840, aparece como
dueo Mariano Mosquera, en calidad de heredero de la testa26

acc, Sig. 2696-Repblica-Judicial iii-3cv-Tierras.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [77]

mentaria y representante de sus cuadas, las hijas de Fajardo. En


ese mismo ao ste arrend el molino y las tierras de Guamba
a un Manuel Mara Orozco, vecino de Silvia, quien aparece cobrando terraje a los guambianos, al menos hasta 184627.
En octubre de 1850, a travs del protector de indios, los
guambianos pidieron posesin de El Chimn, fundamentndose en unos ttulos del Resguardo. Mariano Mosquera se opuso, en defensa de los derechos de sus hijas, herederas de Matas
Fajardo. El 31 de julio de 1851, sin esperar el fallo de la Corte,
Mariano Mosquera y otros vendieron a Jos Antonio Concha
las tierras de Chimn; en la escritura se lee que los vendedores
dijeron que:
[...] tienen por suyas propias unas tierras llamadas de Silva,
que quedan al oriente del pueblo de Guamba, las mismas que se
le adjudicaron a Don Francisco Velalcazar en 23 de octubre de 1562
[...] Dichas tierras han determinado vender, y al efecto las tienen
ya tratadas con el Sr. Jos Antonio Concha en el precio y cantidad
de 3500 pesos [...]

El 30 de julio de 1852, en sentencia de 1 instancia del juzgado de Popayn, se declara que la posesin y propiedad de los terrenos de los molinos de Guamba y Chimn son de Mariano
Mosquera.
Los indgenas apelaron, y el 31 de agosto de 1853, en sentencia de 2 instancia, lograron del Tribunal Superior de Popayn
el nico fall a su favor, en el cual se declara que los terrenos de
Chimn deben ser entregados a los guambianos. El expediente,
con las pruebas presentadas por nuestros mayores, que sirvieron de base para este fallo, debera estar en el Tribunal Superior
de Popayn, en el Archivo Central del Cauca, o en los archivos
de la Corte Suprema de la Nacin, pero hasta el momento no
hemos logrado ubicarlo.
Mariano Mosquera interpuso recurso de nulidad e injusticia notoria ante la Corte Suprema de la Nacin, la cual segn
se lee en la publicacin que del fallo hizo Jos A. Concha hijo,
27

acc, Judicial-Sig.1125 y Repblica-Judicial I-Sig. 1095.

[78] l a f u e rz a d e l a g en te

en 1913, nica versin que hemos logrado encontrar fall a su


favor el 8 de marzo de 1855.
Dos meses despus, el 8 de mayo de 1855, el juez del circuito
Domingo Medina quien posteriormente emparentara con el
nuevo terrateniente a travs del matrimonio de su hijo con Brbara Concha, la hija de aquel le dio posesin de El Chimn a Jos
Antonio Concha, como comprador de la finca a Mariano Mosquera.
Y el seor juez orden a los indgenas que de ningn modo lo
inquietasen, molestasen o perturbasen en la posesin y propiedad
del mencionado terreno y que le reconociesen como su legtimo y
28
verdadero dueo adquirido con justo ttulo .

Fueron pues 30 aos de pleitos judiciales que no llevaron a


ninguna parte, como no podan hacerlo, pues desde el comienzo todo estaba dispuesto para que los conquistadores y sus descendientes establecieran una sociedad contraria a la indgena y
a costa suya. Para empezar, o bien el rey de Espaa usurp y reparti unas tierras que no eran suyas, nuestras tierras, otorgando
mercedes reales sobre ellas, o bien los conquistadores y su parentela las usurparon aun en contra de su propio sistema legal,
es decir, creando ttulos que no eran emanados de la Corona, o
simplemente asentndose en ellas por la fuerza o con engaos.
Si los indgenas no contaban con ttulos de la Corona sobre sus
territorios, los blancos tenan todo su propio sistema legal para
asegurarse su apropiacin, pero si los tenan, as fuera tan slo
de parte de ellos, los blancos de una u otra manera se las ingeniaban para restarles validez, bien mostrando ttulos a su nombre o ganando las peleas a travs de un sistema legal que estaba
organizado para defender los intereses de los venideros y en el
cual quienes juzgaban eran ellos mismos.
Luchando por expulsar las gentes de casta
Al tiempo que nuestros abuelos luchaban en las cortes por
las tierras de El Chimn, demandaban tambin la expulsin
28

Citado en Concha, 1913.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [79]

de la gente no indgena del pueblo de Guamba y sus alrededores29.


En 1793 el gobernador de la Provincia de Popayn haba ordenado establecer un proyecto de poblacin, que buscaba dar solucin al problema de exceso de vagos o poblacin sin oficio.
Con ello se estimul a las gentes de casta a avecindarse en los
pueblos de indios, entre ellos el de Guamba, y se les mand a
construir casas,
con la obligacion de contribuhir un peso annualmente por el
terreno en que se hallan cituadas sus cassas, y dos por aqullos que
fuera de lo que es cassa hubiesen echo sus sementeras, o tubiesen
30
Hacienda de Pie en el punto del Pueblo .

El arriendo tena por objeto cubrir los gastos de la escuela y


del cura doctrinero.
Desde ese ao, familias y personas no indgenas empezaron
a asentarse y a construir viviendas en el poblado. Para 1798 ya
haba ms de 30 familias viviendo en Guamba, todas con casas
propias, menos unas cuatro que habitaban casas tomadas en
arriendo a indgenas.
En 1829, la poblacin de la parcialidad de Guamba era de
trecientos de macana y de mil y docientos en su totalidad, a pesar de lo cual slo tres de las 34 casas existentes en el pueblo de
Guamba eran habitadas por indgenas; en las dems vivan gentes de casta y haba 21 solares vacos. En Ambal el nmero de
casas era de 33, de las cuales slo diez estaban habitadas por indgenas, y haba 16 solares vacos; y en Quizg, 11 de las 16 casas
que existan eran habitadas por gentes venideras y haba 30 solares vacos.
Segn el mismo documento, los indigenas y sus sembrados
[...] se hallan en las montaas por consecuencia de su invertebrada propencion a habitarlas y huir de las sociedades31. La
29

El relato de este caso se encuentra en AGN, Indios, Fs. 407-435 y 365-376 (faltaban 431 y 433-35).
30

Ibd., Folio 373.

31

Ibd., Folio 375.

[80] l a f u e rz a de l a g en te

Vista del Pueblo de Silvia o Guamba, 1853.


Acuarela de Henry Price.

razn que daban los indgenas para no vivir en el pueblo y no


cultivar all era el temor de los perjuicios que las gentes de casta les podian irrogar.
En marzo de 1829 y en pleito aparte, a travs de sus autoridades o mandones, como los llamaban los blancos, los guambianos
se dirigieron al defensor de indgenas para quejarse por la invasin de sus tierras por parte de gentes no indgenas, y para solicitar su expulsin de ellas.
Hace muchos aos que con motivo de avecindarse en nuestro
pueblo todos los que quieren sufrimos gentes, que no cabiendo en
ninguna parte, toman el proyecto de irse a Guamba, ponen antes
del alojamiento la fabrica de aguardiente y chicha, sin otro trabajo, ni ocupacin; sin que los mandones, ni las recombenciones de
nuestro prroco surtan otro efecto, sino el de insultarle, y maltratan a los indios nuestros hermanos [...] Algunos hombres se han
avecindado en Guamba que no se sabe de qu viven, y son de
aquellos que la ley llama vagos, porque en todo esto hay respecto
de los jueces blancos una condescendencia y disimulo, y quisa
autorizacin, que no se hace el menor alto en cosa alguna, por
conexiones o compadrazgo, siguiendose el desorden que es
l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [81]

consiguiente. Las personas que quieren van a Guamba, y cuando


por una casualidad no logran comprarles a los indgenas sus casas en tres, o cuatro pesos, toman los solares que son sus posesiones, uno, dos o tres, y los ocupan y no hay arbitrio sino que ya son
dueos legtimos de ellos y plantan sus casas, y huertas, sin que el
pobre indgena pueda hablar una palabra que no sea contestada
con bofetones.
Es verdad que algunos solares se arrendaron, para pagar al
maestro de escuela y nuestro cura, pero ni la escuela tuvo efecto
ni los arrendadores han pagado; y no presumiremos prudentemente que en poco tiempo no tendremos los indgenas ni casas, ni tierras en que vivir [...]
Para aclarar mejor el fin de esta nuestra representacion y el
objeto a que principalmente se dirije, es que se dicte una providencia seria imponiendo a toda esa gente de color, o casta que ya
es innumerable, desocupe el pueblo y tierra de la comunidad por
ser muchos los agravios, y perjuicios que esperimentamos no solo
por sus personas, sino por sus ganados, y puercos que crian en
abundancia, de suerte que en brebes aos esas familias introducidas en nuestro pueblo querran disputarnos nuestros derechos,
ocupandolos desde ahora vendrn a ser dueos de toda nuestra
tierra llenandola con sus personas, con sus familias, y con sus
gruezas haciendas de ganados, puercos etcetera, y los indigenas por
la fuerza seran despojados32.

El Protector General de Indgenas remiti la solicitud del


Cabildo al Prefecto en Popayn, comentando que:
[...] la comunidad de la parroquia de Guamba por medio de
los gobernadores de las tres parcialidades que la componen, excitan clamorosamente su ministerio por el memorial que acompaa, con el objeto presiso de obtener del gobierno la espulcion de
las gentes de castas que en numero crecido, y con indecibles vejaciones, y perjuicios suyos en lo moral, y temporal, ocupan su pueblo [...] Ellos espresan [...] que con ocacion de tenerles embarazado el pueblo con sus casas de habitacin, y huertos (los que los
cultivan), se ven los indgenas en la dolorosa necesidad de vivir fuera
de la reduccion [...] situando sus hogares a distancia del pueblo, en
32

Ibd., Fls. 432, 407.

[82] l a f u e rz a d e l a g en te

parajes dificiles, y penosos, como los que llaman cuchos [...] Dicen
mas: que la numerosisima cria, y ceba de zerdos que han entablado
los forasteros, y los demas ganados que tienen varios de ellos, les talan, y destruyen sus chacras, y sembrados, y les daan sus tierras [...]
sin que jamas reciban la indemnizacion de los perjuicios33.

Pero el Asesor General de la Prefectura sali en defensa de


los forasteros y, con base en su concepto, el Prefecto profiri un
Auto a favor suyo y en contra de los indgenas. Por esta razn
los indgenas, con el apoyo del Protector General de Indgenas,
insistieron en su peticin y solicitaron que el caso se elevara al
Supremo Gobierno. El Protector subray que se trataba del:
[...] desembarazo, o desocupacion de la casa comun y propiedad agena, tomada sin titulo, sin accion, ni derecho, sin anuencia
del dueo, y verdadero seor, que lo es la comunidad y con una
indirecta espulsion de ella, y enormes quebrantos y daos suyos.
La comunidad de indigenas de Guambia no ha vendido, ni enagena34
do de manera alguna un palmo de su pueblo, y resguardo .

La queja y peticin de los indgenas seran tan justas que incluso el cura de la parroquia, que inclua a Guamba, Ambal y
Quizg, intervino en el caso para respaldarlos.
Por mas de veinte aos he sido testigo del mal tratamiento que
se le da a estos indigenas por muchos de estos vecinos sin motivo.
Se les estropea no solo de palabra, sino tambien con acciones violentas, y de esto no se libran ni aun los mismos jueces; pero ni las
mugeres [...] Diariamente veo con dolor las lagrimas que derraman
los pocos indigenas que han quedado cerca de la poblacion, a causa
de los daos que reciben en sus pequeas sementeras. Causados
por los ganados que se mantienen dentro del pueblo; y ellos me
aseguran que aun despues de repetidas quejas, no se les indemniza de nada, perdiendo asi su subsistencia, y la de sus familias. Lloran los indigenas, al ver despedasar sus ovejas por los perros que
guardan las casas en que viven los blancos, y se quedan sin el
bestido que esperaban de la lana [...]
33
34

Ibd., Fl. 408.


Ibd., Fl. 416.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [83]

[...] sus mujeres sufren azotes, y otros ultrajes violentos por no


cometer el delito horrendo del adulterio, cuyo hecho lo acabamos
de ver publico y notorio.
[...] Los seores Carvajales, los vecinos del citio de Usenda, y
los de Chuluambo, son los unicos que han heredado el suelo, y propiedades de sus antepasados [...] El resto son forasteros, que dejando en otras partes sus casas, y haberes se dirijen a Guambia, sin
mas destino que el que espresaron los indigenas en su primer
memorial [...]
Actualmente se le han estado exijiendo tres pesos a un indigena para darle permiso de que haga una casita en el mismo solar
que hered de sus padres [...] Los unos me muestran sus baldaduras porque no han querido comprar sal por estar mala. Otros la
sangre que derraman porque no han querido vender algunas cosas de las que tienen en sus casas, y otros me traen el palo con que
han sido estropeados por no haber fletado una bestia. Es necesario, repito, ser testigo ocular para creer todo lo que pasa [...]35.

El Supremo Gobierno, despus de comisionar a un funcionario de Popayn para estudiar el caso, neg la solicitud de los
indgenas.
Aunque an no sabemos mucho sobre el proceso de lucha
de nuestros mayores en las pocas ms antiguas, lo que s queda
claro de la poca informacin que hemos visto es que su pelea se
dio en varios frentes, que fue larga, que hicieron grandes esfuerzos durante muchos aos, que hubo muchas idas y venidas llevando y trayendo papeles a Popayn, Bogot y Quito, tratando
de demostrar que ellos contaban con ttulos sobre sus tierras, o
que tenan la razn dentro de la legalidad blanca. Pero cuando
lo hacan les decan que valan ms los papeles de los blancos, o
que su colonizacin fsica estaba por encima de los derechos de
los indgenas. Ellos no llegaron a entender que no era ese el camino para recuperar lo que era suyo, y se requirieron 130 aos
ms para que, por las vas de hecho, al menos parte de sus tierras y derechos regresaran a manos de su gente, sus descendientes, nosotros.

35

Ibd., Fls. 426-30.

[84] l a f u e rz a d e l a g e n te

Las luchas del siglo 20


Cunto no sufrieron los mayores aqu,
pagando terraje y todo! No solamente pagaban
terraje, sino que saban y contaban que era tierra
de nosotros. Y estaban luchando, asociando con
otras gentes por all lejos, reuniendo y sufriendo.
Javier Calambs

A partir de 1855, cuando Jos Antonio Concha fue posesionado de El Chimn, la familia Concha mantuvo nuestras tierras
en sus manos hasta 1929. Durante las primeras dcadas del siglo
20, hubo algunos terrajeros que encabezaron una lucha contra
la terrajera y por recuperar nuestro territorio. No est muy claro qu tanto apoyo hubo de la gente de tierra libre para esta pelea, pero s se sabe que hubo por lo menos algunos que participaron. El grueso de la gente de la hacienda36, por temor a la
represin, slo apoyaba subterrneamente con platica, para que
fueran a Quito y Bogot a hacer gestiones. De esas gestiones el
resultado fue la Escritura 1051 del 2 de noviembre de 1912, de la
Notara 1 de Bogot.
En esa poca las principales cabezas visibles en el proceso por
recuperar u obtener un ttulo que respaldara, dentro de la legalidad blanca, los derechos de los guambianos a las tierras del
Chimn fueron Carlos Muelas, su hijo Luciano y Felipe Calambs, este ltimo de las tierras de Santiago. Ellos hicieron varios
viajes a Quito y a Bogot, y ya en 1912, cuando adelantaron las
ltimas gestiones para obtener la Escritura 1051, fueron apoyados por el gobernador del Cabildo de ese entonces, Feliciano
Ullun.
La mencionada Escritura corresponde a la protocolizacin
de una serie de declaraciones extrajuicio en las que, entre otras
cosas, se da cuenta de que en forma quieta e ininterrumpida
los guambianos siempre han ocupado las tierras conocidas
como El Chimn. En ese entonces un documento como ste tena
36

Los terrajeros.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [85]

toda la validez legal para respaldar la lucha por la recuperacin


de las tierras, ya que la Ley 89 de 1890, en su artculo 12, lo reconoca as:
Artculo 12. En caso de haber perdido una parcialidad sus ttulos por caso fortuito o por maquinaciones dolosas y especulativas de algunas personas, comprobar su derecho sobre el resguardo por el hecho de la posesin judicial o no disputada por el
trmino de treinta aos, en caso que no se cuente con esa solemnidad, y de acuerdo con lo dispuesto en el Cdigo Civil. ste ltimo requisito de la posesin pacfica se acredita por el testimonio
jurado de cinco testigos de notorio abono, examinados con citacin del Fiscal del Circuito, los que expresarn lo que les conste o
hayan odo decir a sus predecesores, sobre la posesin y linderos
del resguardo.

Pero los indgenas perdieron momentneamente este ttulo,


debido a lo que se ha considerado la traicin de uno de los integrantes de la comisin que estaba adelantando las diligencias.
Lamentablemente, como los que estaban gestionando no saban
leer, se hicieron acompaar del capitn Jos Antonio Tumi
quien, segn se dice, entreg el ttulo a los terratenientes a cambio de algunos pesos37, dejando a nuestra gente temporalmente
sin respaldo jurdico para recuperar las tierras. Anselmo Muelas Tumi comentaba que:
38

En ese entonces nadie vea en el papel , ni los capitanes, ni los


gobernadores, ni nadie, hasta hace poco. Mi pap siempre deca
que el capitn, el que vea el papel, fue el que recibi y entreg, el
que hizo ese mal.

El lamento sobre este hecho fue continuo y hasta hoy en da


todos los que vivieron la situacin, sus hijos y sus nietos, recuerdan
con tristeza la traicin. Debieron pasar casi 30 aos para que los
guambianos volvieran a entrar en posesin de dicho ttulo.
37

Las diversas versiones dan una cifra que va desde 5 hasta 200.000 pesos.

38

Saber mirar el papel, es decir, saber leer.

[86] l a f u erz a de l a g en te

Por otra parte, cuando la gente apoyaba en dinero era como


hasta ahora, que siempre anotan en un cuaderno quin ayuda,
cunto ayuda. En un momento de borrachera, deca mi pap, un
dirigente dej caer ese cuaderno de apuntes en el que encontraron la lista de los nombres de quienes apoyaban econmicamente. Ah logr el terrateniente saber con nombres propios quines eran los que apoyaban la lucha indgena de ese momento.
Como consecuencia, todos ellos fueron reprimidos violentamente
y tuvieron que salir de las tierras de la hacienda del Gran Chimn.
Como a los que peleaban y trabajaban en la lucha por la tierra les
tenan odio, para evitar eso ayudaban subterrneamente, pero ah
ya se descubri. Esa gente no tena a dnde ir, y el terrateniente
saba que no tenan a dnde ir, pero los expulsaron.
Luis cuenta que los mayores decan que haban reunido a los
terrajeros all en el molino, y que:
El patrn, para que no siguieran hacindolo as, ante la presencia de todos ellos los expuls. Y que all el patrn dijo que a los
ignorantes no les siguieran sacando plata [...]
Siempre decan que Luciano, Carlos, Anselmo y Juan Calambs
eran los que los haban engaado. Un Vicente Cuchillo haba ayudado y tambin fue expulsado. Cuando el patrn los llam a la
Empresa, no decan que luchaban por ellos sino que sealaban
que eran los que engaaban. Decan esto solamente para quedarse ellos all, para que no los echaran. sta declaracin la hicieron pblicamente, con el fin de no ser expulsados.
Esto yo no alcanc a conocer, sino me hablaban a mi los
conocedores, como mama Dolores. Ella tena un rancho cerca de Cresta de Gallo y all, al ladito del fogn, hablaban y
hablaban.

Entonces, no slo se perdi el ttulo, sino que adems la gente


que haba apoyado para conseguirlo se qued sin sus tierras, sin
un lugar donde vivir y en donde trabajar.
Los terrajeros que haban estado al frente de las luchas,
ahora en una muy difcil situacin por haber sido expulsados,
no pudieron seguir peleando directamente durante un largo
tiempo. Sin embargo, parece ser que hubo un importante apoyo
l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [87]

clandestino a las actividades que en ese momento adelantaba


Manuel Quintn Lame contra la terrajera.
Carlos y Luciano Muelas: ganaron pero perdieron
Taita Anselmo Muelas Morales, nieto de Luciano, cuenta que
a su abuelo lo sacaron de donde ahora est la casa quinta de
Mariano Ramos; que ah haba unas casas de paja, y all era que
vivan y trabajaban, en la tierra de Chimn. Y de ah lo sacaron,
lo echaron, y fue entonces cuando empez a buscar el ttulo.
Las abuelas decan que a taita Luciano Muelas, por ser un
luchador,
lo estaban buscando los blancos para matarlo. l vivi all en
el Kuruschak y como era tan cerca, tan visible, le toc volarse de
ah. All cerquita de la casa donde vive lvaro Tomb, que hasta
ahora estn los cercos de lechero.
Entonces se qued en la casa una hermana suya que llamaba
Mara Trina. Una maana muy temprano, casi oscuro, cuando iba
a recoger agua, la estaban esperando en el chorro los blancos y
preguntaron que dnde estaba Luciano. Ella dijo que no saba.
Como venan a matarlo, armados, con la bayoneta que traan la
hirieron a ella. A raz de esa herida se muri.
Ella lo hizo por defender a su hermano de decir que no saba
dnde estaba, entonces la hirieron a ella y muri.
(Jacinta)

Tambin Manuel Jess Tumi comentaba que l no alcanz a vivir la situacin, pero que le escuch a su pap decir que
haba visto que:
Llegaron en la tarde y sali mama Trina a defender. Ella estaba sentadita en su panku hilando lana, y estos tipos, con la pata
del fusil, le dieron un culatazo en el pecho y volte ah mismo. Al
otro da baj la noticia en el pueblo de que a mama Trina la mataron. Eso ah termin as feo.
Mientras tanto a mi pap lo tenan en la crcel en Silvia. Andaban buscando juntos al Quintn y a mi pap; como si fuera un
pcaro, lo cogieron y amarraron con las manos atrs. Preguntando
[88] l a f u e rz a d e l a g e n te

a Quintn era que a mi pap lo amarraban con los brazos atrs. Eso
as he odo yo hablar.

As fue la vida de Luciano Muelas, llena de persecucin y zozobra, por andar defendiendo los derechos de nuestra gente a su
tierra y a llevar una vida digna. Hoy sus nietos y otros parientes
recuerdan que no poda andar visiblemente por ninguna parte,
ni dormir tranquilo en su propia casa, que siempre lo persegua
la polica y le llegaban hasta su casa. Anselmo Muelas Morales
cuenta que:
En Silvia haba una seora recomendada para sapa, de nombre Lisenia Gmez, que era bien mala y [...] le informaba a la polica donde quiera que estuviera y ah mismo llegaban atrasito
atrasito a la casa. Pero l, as sufriera, se esconda y andaba y andaba y no se dejaba coger.

Tambin Javier Calambs cuenta que:


Nuestro taita Luciano, los mismos blancos del pueblo vestan
de policas, mandados por los patrones con esa ropa [...] l vivi
fue aqu en Michambe, tena la casa aqu, entonces esconda aqu.
Tambin tena todava la casa al lado de la hacienda y esconda all.
Los vecinos ayudaban a vigilar y avisaban. Entonces no dej alcanzar, porque lo perseguan era para matarlo.

Luciano era hijo de Carlos Muelas y siempre trabajaban juntos. Tena un hermano que se llamaba Francisco y le decan tata
Shiku39, y una hermana que se llamaba Josefa. Anselmo Muelas
Tumi hijo de Francisco Muelas, quien era hijo de Josefa la
hermana de Luciano alcanz a conocerlo cuando era nio;
cuenta que pona atencin, miraba y escuchaba cmo hablaba,
y as agarr y guard unos pocos granitos que ahora tiene para
contar. Recuerda que:
El rostro era el de nosotros mismos, autntico; era como nosotros el color. Lo que hoy se vera distinto es porque ellos vestan
39

Tena un hijo a quien tambin le decan tata Shiku.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [89]

distinto, porque l usaba el sombrero, ruana y calzn. As era nuestro mayorcito.

Tambin recuerda que viva donde l ahora vive en Michambe y ah muri. Ambos, taita Carlos y taita Luciano, acabaron all
de viejitos y Luciano fue enterrado en el yastau40 alrededor de
1935. Lo enterraron, segn cuenta Anselmo Muelas Morales,
en el cementerio, entrando en la puerta, en la loma esa del ro,
pasando la portada por el caminito hacia abajo. Ya a estas horas,
tanto tiempo, ya lo habrn sacado. La esposa, mama seora, fue
41
enterrada en el Pesrotarau .

Manuel Jess Tumi recordaba que siendo muy pequeo


oa hablar a tata Luciano con su pap, Francisco Tumi, de
quien era cuado. Decan que para los viajes a Quito llevaban
maz capio tostado y, cuando se les acababa, por el camino buscaban trabajo uno o dos das para poder llegar. Al regresar a su casa
se ponan a hablar y contaban que el viaje a Quito era lento y difcil porque,
no como hoy en da que se van en carro, sino que se iban a
pie; no como hoy en da que usan zapatos, quin iba a usar en ese
entonces!, sino que iban a pie limpio. Hoy en da nosotros mismos, como si furamos ricos, nos hemos metido zapatos en nuestros pies, pero hasta hace algn tiempo nos hemos pasado a pie
limpio. Somos gente as.

Comentaba tambin que cuando llegaban de esos viajes le


decan a su pap:
Este viaje yo entiendo que es el ltimo y vengo a decir aqu a
mi nutata que nos haga una contribucioncita, que despus de este
viaje parece que va a salir nuestra sentencia. Y despus fue preciso
que lleg [...] Entonces recibi el taita capitn que nos hizo el mal.
As hablaban.

40

Poblado de Silvia.

41

Cementerio frente al Ncleo Escolar.

[90] l a f u e rz a de l a g en te

Por su parte, Anselmo Muelas Morales tiene su propio recuerdo de cuando tena unos seis aos y oy que su abuelo viaj a
Quito con un Antonio Lpez, que era comerciante, a buscar los
ttulos de las tierras perdidas. Que en esa ocasin no viaj con
su pap Carlos Muelas y que gast como un mes en el viaje porque Lpez iba de pueblo en pueblo cargado de mercanca, y que
llegando all encontraron el documento, pero que al segundo da
cuando fueron ya no estaba. Por los comentarios que l hace
sobre la notara visitada, pareciera que en realidad se refiere al
viaje a Bogot y al documento obtenido ah. Algunas otras personas, Anselmo Muelas Tumi entre ellas, han dicho que tienen entendido que en Quito no se encontr nada. Y, en realidad,
no existe, o hasta ahora no conozco, ningn documento que se
hubiera encontrado en Quito, a no ser que la referencia sea a la
mencionada Cdula Real de 1700.
Javier Calambs sabe que:
Taita Luciano Muelas el mayor, cuando fueron a Quito, estaban hablando que iba a llegar algo bueno [...] Cuando llegaban la
gente segua detrs detrs detrs, los rodeaban, hablaban, preguntaban. Eso haca nuestra gente de Chimn. Ah nuestro taita Francisco Muelas deca que todo va a llegar aqu bien, sin problema, y
que todos esperaban que fuera as. Yo he escuchado as. Pero el
papel que dijo que iba a traer, una cosa grande, en eso s fall. Los
delegados que llegaron no trajeron ningn documento, sino simplemente memoria oral.

En todo caso, viajar s viajaron, haciendo muchos esfuerzos


y pasando muchas dificultades. Taita Anselmo Muelas Morales
recuerda que al regreso de Quito Luciano se vino solo y nicamente gast 15 das, pero por el camino se le acab la platica y:
En un cerro alto, que decan que era el cerro de Otavalo, encontr una virgen y le estuvo rogando y, cuando subi en lo bien
alto, encontr cuatro sucres y con eso es que alcanz para llegar
hasta ac.

Anselmo Muelas Tumi tiene una versin un poco diferente


de ese viaje de regreso desde Quito.
l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [91]

Para la ida contaba que alcanz la platica. Cuando vena de all


para ac haba un pueblo ms allacito de la Virgen de las Lajas [...]
y cuando lleg ah ya no tena sino cinco centavos. Buscaba en la
mochila y no haba ms nada. Entonces pensaba, ahora qu hago?
Para llegar hasta ac todava le faltaba mucho tiempo.
Cuando lleg a las Lajas en su viaje de ida, la gente contaba
que ah era donde haba aparecido la Virgen y, unos y otros que
andaban por ah, ponan velas y rezaban. Entonces l tambin tena unas cositas que decir a la Virgen, rez, puso una velita y sigui el camino hacia Quito. Cuando vino de all para ac volvi
otra vez al pueblo y ya decidi comprar unas dos velas y pens ofrecer a la Virgen para que le fuera bien en el viaje, pensando en el
problema que l tena, a ver si Dios le ayudaba. Mientras andaba
en eso, por aqu los blancos ya queran matarlo o levantarlo y desterrarlo. Eso es lo que estaba hablando.
Lleg a un pueblo y pens pedir permiso al alcalde para una
colecta. El alcalde le dio permiso y dijo que pobrecito guambiano
que estaba aqu y que apoyaran. En ese entonces no era como ahora
que usamos camisa, sino solamente una ruana grande y calzn;
para echar la platica tenan una mochila que daba hasta la pierna.
El sombrero era el pandereta. El alcalde lo hizo esperar, entr a su
oficina y al rato sali con una plaquita de madera y con eso dio la
orden para que recolectara. Con eso estuvo recolectando para alcanzar a llegar ac. Unos decan que pobrecito, hay que ayudarle,
y le daban un centavito, dos centavitos, pero haba unos que eran
groseros, como hay hasta ahora, y esos le dijeron que estaban
abriendo carretera para Barbacoas y que usted puede trabajar en
vez de estar pidiendo aqu.

Despus del regreso de Quito, segn recuerda Anselmo Muelas Morales, Luciano se fue a Bogot.
No haba carretera ni nada en ese entonces. Vena a pie y conoci muchos pueblos [...]: Togaima, Totogaima, Natagaima,
Coyaima [...] contaba tambin que pas por Girardot.

Y cuando lleg a Bogot, donde no conoca a nadie, se encontr con un machikchik42 que result ser Manuel Quintn
42

La traduccin literal es paecito, pero el significado real es un gran amigo paez.

[92] l a f u e rz a d e l a g en te

Lame, quien termin siendo muy buen amigo, y con l trabajaron43.


Con Quintn Lame voltearon y voltearon hasta que encontraron ese ttulo. Entonces le dijeron que ya poda andar tranquilo y
quedaron de despachar el ttulo.
Cuando lleg el ttulo lo agarr el que saba firmar. De andar
y andar, en el ltimo viaje que hizo mi finado abuelo, ya cansado,
lleg y se enferm. De malas que cay malo, y entonces se fue el
otro, el interesado, recibi y pas a los blancos. Como en ese entonces pareca que era mucha plata, recibi por 200 mil.
(Anselmo Muelas Morales)

Sobre este mismo asunto Manuel Jess Muelas, tambin nieto


de Luciano, me deca:
Voy a hablar lo que he escuchado. Ahorita estoy recordando,
como abriendo la mente, y me acuerdo lo que me cont mi pap,
que llamaba Pedro Muelas, hijo de Luciano Muelas y nieto de
Carlos Muelas.
Cuando queran quitar las tierras, cuando Luciano Muelas y
Carlos Muelas, mi pap deca que l tena 12 aos. Cuando empezaron a quitar las tierras, con el Cabildo de ese entonces comenzaron a pelear. El pap y el hijo fueron los que pararon a luchar
por la tierra; el pap llevaba al hijo. Como la tierra era de nosotros, con toda la gente pensaron defender para todos. Entonces
pensaron hacer el extrajuicio con alguna gente del yastau [...] Ellos
ayudaron a escribir. Hicieron el extrajuicio, lucharon, pero no pudieron ganar.
En ese entonces haba gente que trabajaba mucho y tena buena plata. Mis abuelos tenan huertas grandes, cultivaban buenos
trigos y tenan ganado, tenan ovejos y, de la venta de esos, la plata, las monedas, cargaban en costales para ir a pagar a los aboga-

43

Es difcil precisar la fecha de este encuentro, aunque debi ser en 1912 o antes.
Quintn Lame estaba trabajando por lo menos desde 1907, tratando de organizar
a los indgenas del Tolima, Huila y Cauca para eliminar el terraje y recuperar las tierras; parece ser que su primer intento de sublevacin fue en 1915 (Informe del Secretario de Gobierno del Cauca, 1915-16).
l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [93]

Manuel Quintn Lame (1930 c.). Foto: propiedad de Diego Castrilln.

[94] l a f u e rz a de l a g en te

dos. En algn momento lleg que la tierra ya estaba ganada, contaban mis abuelos. Pero ellos no saban escribir, no saban leer y
se defendan era con lo que saban hablar nada ms. Por eso les
toc llevar a la gente que ms conoca, que ms saba, y ese fue el
que dicen que se vendi.

De todo eso ganaron, pero perdieron. Aunque tarde que


temprano, como la tierra era de los misakmera, tena que volver
vuelta en manos del misak, y ahora volvi.
El capitn Tumi y la gran traicin
Tambin la abuela Gertrudis deca siempre que Luciano
Muelas haba ido a Bogot y que gan s, pero que era el capitn
Jos Antonio Tumi quien a diario bajaba al correo a ver cundo
llegaban los papeles que haban hecho all en la Notara de Bogot. Eso mismo recuerda Manuel Jess Tumi:
Como l era capitn y era nombrado como el mayor, andaba
por el pueblo, el yastaucito. Entonces se dio cuenta que entre todos nosotros los guambianos habamos ganado la tierrita all al
otro lado. Esa era la sentencia que lleg. El capitn la cogi y se la
vendi a los mismos blancos. As termin esa parte.
De verdad que l fue el que vendi nuestra sentencia que lleg. Ah fue el dao que hizo el finado capitn, en vez de ayudar.
Por eso los hijos de ahora sufren, porque la gente de todas partes
los ultrajan con malas palabras y dicen que fue su finado abuelo
quien rob y vendi las tierras.

El capitn Tumi no slo traicion a nuestra gente; tambin


intent hacerlo con los paeces. El compaero Javier dice que el
capitn se fue a ayudar a arreglar algunas tierras a los paeces de
Yaquiv. Despus de estar de gobernador de Guamba, le dijo a
su padrino, el pap de Manuel Jess Tumi, y a la mam, que
como ya haba cumplido su ao y lo haban convidado para un
da de la entrega de varas all, que se iba.
Cuando se fue para all atrs, al Kuskuru, all tambin empez a hacer como aqu. Entr con manos de romana y entonces le
l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [95]

44

dieron bebida , lo hicieron enloquecer. Donde est ahora mama


Clemencia estaba el suegro de Jos Antonio45 que llamaba Bautista Pillimu, muy buen mdico, y fue l que lo mejor, porque
a l lo trajeron aqu amarrado.
Eso fue lo que hizo all tambin porque, como dicen los blancos, l siempre tena la mala maa. Cuando lo echaron dicen que
le dieron una buena taza de chocolatico y cuando lleg ac lo vi
que en su casa all arriba lo tenan amarrado, pelado todo esto (los
brazos) y cmo brincaba! Eso era de miedo. Con los paeces si no
es jugando. Le dieron esa bebida y casi se enloquece y se muere.
(Manuel Jess Tumi)

El capitn muri varios aos despus de la muerte de Luciano, en julio de 1940, segn Manuel Jess Tumi, quien lo recuerda porque:
El hijo Eulogio se casaba en el siguiente mes, el mes de agosto, y como la gente de antes era muy delicada y el novio no poda bailar, estar celebrando, entonces haba que buscar otro para
sustituir en ese momento. As decan y as hacan; yo vea y escuchaba.

Aunque el ttulo no estaba realmente perdido, para los misak


lo estaba en ese momento. Este hecho, ms el extravo del cuaderno con la lista de los colaboradores, le cre muchos problemas a nuestra gente. De inmediato comenzaron las expulsiones
y la gente no saba qu hacer. Algunos trataron de arrimarse a
tierra libre, pero los de ah, aunque eran nuestra misma gente,
los rechazaron, no los apoyaron. Segn taita Anselmo Muelas
Tumi:
46

Cuando lleg el ttulo , lleg con orden de que los blancos


entreguen la tierra en tres das. Pero como el ttulo lo agarr la
44

Entr agarrando todo, como los ganchos de la balanza conocida como romana, y entonces lo envenenaron.
45

El capitn Tumi.

46

La versin de taita Anselmo es que el ttulo era ya devolviendo las tierras divididas por partes. De Santiago por una quebrada arriba, en un lugar que llama

[96] l a f u e rz a de l a g en te

contraparte, empezaron a trabajar con ese papel y voltearon lo que


era para salir los blancos y lo aplicaron para que salieran mis abuelos. Los blancos los tres das que les haban dado de plazo los pusieron a la inversa y los aplicaron a los indgenas, a quienes les toc
salir sin sacar naditica naditica.
Entonces vinieron los blancos y sellaron las puertas de las casas con unas planchas, fierros grandes. Como quedaron ya todas las casas selladas y nada sacaron, se perdi todo. Entonces
les toc venirse del todo. Frente a la cancha de ftbol de ahora,
donde taita Francisco, haba una casa abandonada y toc arrimarse ah.
Vinieron perdidas las tierras y nadie tena paciencia con ellos.
Por arriba todava haba tierras de montaa y ellos miraban como
con ganas de hacer trabajos all, pero la gente no dejaba porque
eran venideros. Los de ac abajo, taita Custodio, taita Anselmo y
taita Gabriel, taita Manuel Ussa, y los de ac arriba, taita Juancho
Calambs, que eran cuatro hermanos, como a ellos les aconsejaron que no dejaran meter a la gente forastera, se metieron a esa
montaa a trabajar para ellos; se apoderaron de esas tierras. Entonces no tenan ni a dnde trabajar!

Tambin Manuel Jess Muelas hace un comentario similar


sobre la falta de solidaridad de alguna gente de tierra libre con
sus hermanos de sangre, guambianos mismos, que acababan de
ser expulsados de sus tierras por los terratenientes.
Eso a nosotros mismos nos ha hecho pensar mucho, cmo a
mis abuelos les toc venir por estos lados, expulsados de esas tierras. En ese momento el Cabildo y los de aqu dijeron que era gente
de la hacienda, que no iban a dejar comprar tierras, y le dijeron a
todos que no fueran a vender.

A pesar de ello, muchos lograron organizarse en el Resguardo debido a que los matrimonios entre guambianos terrajeros y
guambianos de tierra libre eran algo frecuentes.
Illimpitrap, de all para arriba era de Luciano y de ah para abajo era para Domingo Medina. Pero en realidad se trataba de la Escritura 1051 de 1912 y no de
un reconocimiento individual a Luciano Muelas, cosa que l nunca reivindic.
Adems, para ese entonces el terrateniente Domingo Medina ya estaba muerto.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [97]

Entonces como las seoras eran de ah, les toc recostarse a


la mujer y pasar la vida al lado de ellas. Despus fueron comprando as poquito a poquito, y contaban que les haba tocado sufrir
mucho.

Anselmo Muelas Tumi cuenta cmo debieron buscar camino para no morirse de hambre.
Entonces se fueron por donde dicen la guaicada del Molino;
all iban a trabajar bien lejos y sembraron all. Eso se qued all,
hasta ahora estn las tierras. Cuando nios, con mi pap bamos
siempre y trabajbamos. All trabajaban Luciano, mi pap, to Pedro, Julin, otro que era to mayor que llamaba Manuel. Esa montaa es grande y la hemos trabajado entre todos. La guaicada el
Molino, subamos por el Matsorektun casi hasta el frente de Cresta de Gallo; eso suba hasta la sabana y ah est la montaa.
Antes de la expulsin, donde lo llaman el Kurusyuk, haba una
chamba y de ah para arriba todo hasta Maweipisu, toda esa
guaicada, eran encierros de taita Luciano. La casa de ellos
era [...] donde vive Eulogio Dagua, ah es exactamente donde
vivieron.
Aqu en Michambe nosotros no tenemos nada realmente, porque como mis padres fueron echados, llegamos as no ms. Ahora
para tener los pedacitos de cebolla, mi mamita fue de la tierra libre y mi pap vino detrs de la mujer, y as fuimos pasando la vida. Cuando yo ya me cas, comprbamos as pedacitos, que siempre a la gente le gusta vender.
De los trabajos que haban hecho antes, haban recogido una
platica, y con eso nuestro abuelo compr una tierrita all en Anisrtrapu. Hasta ahora tenemos de recuerdo esos pedaciticos de tierra cultivndolos. Hemos estado repartiendo y repartiendo a los
hijos y hasta ahora tenemos. Hasta hoy, nosotros para comer una
sopita de maz, siempre sembramos es all.

Luis recuerda que Luciano iba a nuestra casa, a la casa vieja,


y que tambin all se quedaba a dormir. Tiene en la memoria a
un hombre anciano con ruana ancha y negra teida en barro, la
cual se chumbaba en la cintura, que conversaba con su hijo Julin
y con mi pap. Comentaba que:
[98] l a f u e rz a d e l a g e n te

No slo Luciano Muelas sali. Parece que han sido tres Muelas en esa poca que salieron: Luciano Muelas, Francisco Muelas,
que llamaban tata Shishku, y taita Anselmo Muelas. Entre Shishku
y Luciano eran hermanos de padre y madre. Pero creo que el pap de taita Anselmo Muelas fue otro. Pero eran familiares.

Pareca que todo estaba perdido


Debieron pasar casi 30 aos para recuperar nuevamente el
ttulo perdido. En realidad no lo estaba, reposaba en la Notara
1 de Bogot. Pero seguramente fue muy difcil su pronta recuperacin, estando los que haban sido las cabezas visibles del
movimiento expulsados de sus tierras y pasando gran penuria
econmica, as como persecucin de parte de los terratenientes
y sus aliados, y los dems colaboradores atemorizados ante la
amenaza de perder sus tierras si seguan apoyando la lucha. Es
as como lo recuerda Anselmo Muelas Morales:
Cuando amenazaban tanto y queran matar /a Luciano/,
estuvieron luchando por segunda vez. Entonces en 1930 recuperaron ese ttulo de 1912; de 1912 a 1930 lucharon y lucharon y sacaron otra vez ese ttulo.

En ese lapso de tiempo fue el proceso que pas Quintn en


el Cauca y ah las peleas se haban perdido47. Entonces pareca
que la tierra haba quedado para siempre sin ninguna posibilidad de pelearse. Haba quedado la experiencia de que por las
peleas la gente haba sido expulsada, as que, los que no se pudieron ir tuvieron que buscar a las buenitas al patrn y quedarse sometidos a obedecer sus rdenes. All se quedaron, pensando
que con el terrateniente nunca volvemos a pelear, para evitar
futuros problemas; ya como rendida la lucha para siempre. Porque as fuera la tierra ms pequea, as fuera la casa ms malita,
esa era su casa y all haba que vivir.
47

Quintn Lame trabaj polticamente en el Cauca durante las dos primeras


dcadas del siglo 20, de donde se alej definitivamente en 1922 para continuar
sus labores en Tolima y Huila.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [99]

As le pas a la abuela Gertrudis, la mam de mi pap. Ella


contaba que tambin ellos apoyaban con plata a Quintn Lame
y Jos Gonzalo Snchez, el secretario, as como a Carlos y Luciano
Muelas, y que cuando el patrn se dio cuenta de los nombres
propios de quienes apoyaban, les expuls a todos. Entonces tambin a la abuela Gertrudis la iban a expulsar y que lleg el patrn hasta la casa gritando que por qu haban hecho eso, coment Jacinta. La abuela Gertrudis y la hermana dijeron que
nosotras somos mujeres y como mujeres no nos damos cuenta
de lo que estaba pasando; lleg el Cabildo a pedir colaboracin,
y seguramente cometimos el error de colaborar.
Entonces la abuela Gertrudis, segn dice Luis que contaba
mi mam, tuvo que:
[...] mandar a la hermana con unas papas para que fuera donde
el patrn a hablar para que los dejaran. Como ella era sola y tena
dos nios pequeos, no poda viajar a Popayn; por eso mand a
su hermana.

Y para calmar la furia de los blancos, la abuela ech mano


de todos los medios que, como indgena, tena a su alcance:
Haba mdicos tradicionales que ayudaban y apoyaban y ellos
le dieron coquita y otras yerbas para que echaran refresco a los patrones, para que se calmaran y no perturbaran ms. Cuando Teresa
fue a Popayn hasta la casa del patrn /a pedir que no las echara/
llev entre su mochila verdolaga, el refresco, el alegre, todo eso, y
dej en la casa del patrn calladamente, sin que se diera cuenta,
para que bajaran los nimos. All Teresa suplic y dijo que entendemos poco de las cosas. Entonces el patrn convino en dejarlas
en la hacienda. Gertrudis, la abuela, qued queriendo mucho a su
hermana, a quien le deca Teresita, que fue la que hizo el viaje y
consigui que no las echaran.
(Luis)

Los que no olvidaban la lucha


Pero siempre haba algunos como taita Luciano, Anselmo
Muelas y otros que, junto con Quintn mientras estuvo, y con
[100] l a f u e rz a d e l a g e n te

Gonzalo Snchez, continuaban trabajando, hablando a la gente, organizando. Anselmo Muelas Tumi cuenta que taita
Luciano:
Siempre hablaba era en los velorios. Despus del rezo el dueo de casa deca que, para que no le diera sueo a la gente, hblenos. Entonces el mayorcito deca, yo tengo para hablar esto, y hablaba del reclamo de tierras, de todas las andanzas, y que ganamos
y finalmente perdimos. Por eso estamos aqu tan estrechos y jodidos. Ese era el que contaba siempre.

El compaero Javier Calambs dice que los que no olvidaban la lucha eran taita Manuel Jess Muelas y su pap, quienes
fueron a Bogot dos veces. Su pap era Julio Calambs, un luchador. Cuando estaba muy joven acompa a los que consiguieron el ttulo 1051 de 1912 a hacer diligencias en Bogot. Aos ms
tarde, en pocas de Emilio Campo48, fue expulsado y debi trasladarse a las montaas de Mara, en Jambal49.
Sobre las actividades de su pap y la relacin que tena con
Jos Gonzalo Snchez, l cuenta:
Mi padrecito saba que la tierra era de nosotros. En ese entonces luchaban Manuel Quintn Lame, Jos Gonzalo Snchez y otro
50
de apellido Timot . Ellos, por Pitay, por Jambal, andaban volteando. Cuando se organizaron los paeces y los guambianos con
las Ligas Campesinas, a Jos Gonzalo Snchez y a Manuel Quintn Lame los tenan encarcelando.
A Jos Gonzalo Snchez le calificaban como el autor intelectual de las luchas indgenas. El sindicato de ese entonces lo mand a l por seis meses a Rusia para que hiciera algunas prcticas, y
cuando regres, al poquito tiempo lo envenenaron. l fue totoreo.
Anduvo por ah y muri en 1938. Vivi en lmites entre Silvia y Totor, del lado de abajito del camino. Parece que ah viven hasta
ahora los familiares.
Jos Gonzalo Snchez ya en su Comunidad haca reuniones
48

Terrateniente entre 1930 y 1951.

49

Ver ms adelante Expulsin de la familia de Julio Calambs.


50
Eutiquio Timot

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [101]

de vez en cuando, y le avisaba a mi pap que haba cosas que hablar.


Entonces se iba escondido, de noche siempre. No solamente andaba en la organizacin, sino que ya empez a hacer algunos planteamientos al gobierno por las tierras de nosotros. l ya tena en
cuenta que las tierras fueron ganadas por los mayores. Iban de alguna manera, mediante esa organizacin del sindicalismo libre, a
Bogot y a Cali. l se arrimaba all a escuchar todo lo que hablaban.
En ese entonces nadie poda hablar nada porque el partido de
los conservadores domin desde 1890 hasta 1930, y los que hablaban por la tierra los mataban. En 1930 subi de presidente Enrique Olaya Herrera y dio libre mediante un decreto para que la
gente se organice y las organizaciones hagan cualquier reclamo.
Entonces ellos estuvieron detrs de la organizacin del sindicalismo libre. A Jos Gonzalo Snchez y a mi pap los sacaron como
delegados del Chimn para ir al Primer Congreso en Cali.

Fue en 1936 cuando los terrajeros enviaron una delegacin


al Primer Congreso de Sindicalistas, reunido en Cali. Entre ellos
iba tambin Jos Gonzalo Snchez, quien habl sobre el problema de tierras en Guamba.
En esos tiempos nuestra gente guambiana tena un vestido
muy bonito de calzoncillo blanco y ruana blanca y un pauelo de
seda roja en el cuello, ms el sombrero guambiano. As vestido fue
all mi pap y all fue donde habl Jos Gonzalo Snchez, diciendo que la tierra de los indios, por ms tiempo que estuviera en manos de los blancos, ser de nosotros, y que si los indios reclaman,
esas tierras llegarn a nuestras manos sin ningn costo. As es que
hablaban all en el Congreso.
(Javier Calambs)

Los sindicalistas presentes decidieron apoyar la lucha de los


terrajeros por la tierra, enviando un memorial al Ministerio de
Agricultura.
Por la misma poca, con este apoyo, y tal vez debido en parte a la aprobacin de la Ley 200 de 1936 de Tierras, los terrajeros
retomaron la lucha legal y llevaron una peticin al Ministerio de
Agricultura, el cual la remiti a la Procuradura General de la
Nacin en Bogot. El compaero Javier explica que:
[102] l a f u erz a d e l a g e n te

Cuando se dieron cuenta que exista la Ley 200, los terrajeros


escuchaban algo importante, entonces habran pensado mucho. As
que mandaron un memorial, dicindoles que compraran las
tierras. En ese memorial contaban que nosotros estamos aqu sufriendo, pagando terraje y todo lo dems. La respuesta del gobierno fue que ustedes estn es engaando y mintiendo al gobierno,
que la tierra de ustedes ya estaba resuelto desde 1912 y que all existan unas constancias de entrega de ese ttulo.

Las constancias a que hace referencia son dos cartas enviadas a Jos Antonio Tumi por el abogado Antonio M. Ocampo,
una del 5 de mayo de 1912, en la cual informa que la copia de los
ttulos poda ser enviada por correo y que no era necesario que
viajaran a recogerlos, y la otra del 20 de julio de 1912, en la que
informa que la copia de los ttulos de Guamba ya haba sido
enviada por correo recomendado51.
El ttulo, como ya se sabe, haba llegado:
[] en manos de una sola persona y el Cabildo no se dio cuenta. Desde entonces, desde 1912, los terrajeros del Chimn, que deban haber quedado libres, quedaron otra vez pagando terraje []
(Javier Calambs)

El memorando remitido por el Ministerio de Agricultura a


la Procuradura sigui su curso. La Procuradura pidi a la Personera de Silvia un informe de los hechos y envi un funcionario
para enterarse de la situacin planteada por los guambianos.
En el 34 (?), cuando empezaron a hablar de la Reforma Agraria con el presidente Lpez, a mi pap lo mandaron directamente
para que comunicara en Bogot con los funcionarios. l deca que
yo arrim all sin miedo alguno y pregunt. Y le dijeron que esta51

Los documentos reposan en el archivo personal de Javier Calambs. Obsrvese que aunque el ttulo es del 2 de noviembre de 1912, los oficios son de mayo y
julio del mismo ao, es decir, hay una contradiccin en las fechas o se est hablando de ttulos diferentes. Consultado, Javier Calambs dijo que no conoca
otro ttulo y que tena que tratarse de un error en las fechas de los oficios.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [103]

ban haciendo el recorrido y que dentro de un mes mandaba el


informe. Le dijeron que cuando tuvieran el informe all en sus
manos, que hagan una exigencia de lo que ustedes quieran decir.
Ah con eso dizque termin. Todo el proceso, todo el trabajo que
hicieron, ah dice que termin. Eso ya fue en el 38. Por eso es que
desde ese entonces nosotros hemos estado hasta el 62.
(Javier Calambs)

Porque cuando el funcionario de la Procuradura fue a Silvia,


los terrajeros no se enteraron de su presencia y las cosas quedaron igual. Recientemente visitamos la Procuradura en Bogot,
en busca del expediente correspondiente, pero ah los funcionarios dijeron que todos los archivos se haban quemado el 9 de
abril de 1948.
No est claro por qu las tierras no se pudieron recuperar entonces, a pesar de haber encontrado nuevamente el ttulo de 1912.
Luis piensa que seguramente fue porque nuestra gente le tena
miedo a los grupos armados que en ese entonces llamaban asaltadores. Lo cierto es que los terrajeros siguieron pagando terraje
hasta 1970 y las tierras no se comenzaron a recuperar sino hasta
entonces.
Segn el Consejo Regional Indgena del Cauca-cric, en 1942
viajaron dos compaeros a Quito a averiguar los ttulos y consiguieron otro ttulo del Resguardo, con los linderos de Chimn
dentro del Resguardo de Guamba mismo52. Yo no he escuchado sobre este documento, ni lo conozco, a no ser que se trate de
la Escritura 703 de 1883 de la Notara de Popayn, mediante la cual
se deslindan los resguardos de Quizg y Guamba, y en la que
aparecen los lmites de Guamba. Consultado un asesor del
cric de esa poca manifest que el documento en cuestin no
existe.

52

cric, 1971 (?), p. 21.

[104] l a f u erz a d e l a g en te

Ajusticiamiento de Domingo Medina:


otra manera de reaccionar
frente a la terrajera

Los indgenas del Gran Chimn tuvieron dife-

rentes formas de reaccionar ante la explotacin y humillacin a


que estaban sometidos como terrajeros. Muchos aguantaban sin
hacer nada, otros luchaban en el campo legal, otros se iban a
buscar mejor destino en otras tierras. Y hubo tambin quienes,
ante los desmanes de un terrateniente, no encontraron salida
diferente a la violencia fsica que ellos mismos a diario reciban,
y lo ajusticiaron. Se llamaba Domingo Medina53. Fue a quien
dieron muerte, en el mes de agosto de 190154.
El que muri matado, coment Javier Calambs,

tanto all como ac era un seor muy caliente. Todo el da haca trabajar el terraje y por la tarde como la iglesia de nosotros
era de pajiza y todos tenan casa de paja, adems de trabajar el
terraje, tenan que llevar un guango grande de paja verde o seca
para el techo de la iglesia y otras casas. Si hombres y mujeres no
llevaban, entonces sacaba el verraquillo para darles. Entonces fue
que decidieron terminar con l, porque la gente ya no aguantaba
ms. Ya estaban aburridos con l y algunos pensaron fuerte y acabaron con don Domingo. Eso saban decir. Fue en 1901 cuando le
dieron muerte.

La gente, terrajeros de all, aburridos del terraje, ya haban


salido de all y estaban por aqu por estos lados. Pero ellos fueron los que empezaron a luchar.
53

ste era hijo de Domingo Medina, el juez que, segn parece, en 1855 le dio
posesin de El Chimn a Jos A. Concha, y marido de Brbara Concha hija. Las
tierras que l manejaba correspondan a las fincas de su esposa y de sus dos hijas. Ver ms adelante La familia de terratenientes Concha.
54

Parroquia de Silvia, Registro de Defunciones, Libro que comienza en 1889, Fl. 162.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [105]

Las abuelas siempre contaban que l mismo, con sus propias


manos, haca chumbar las ruanas con un bejuco que se llama el
chillazo, que es un bejuco espinoso, que haca madrugar para que
rindiera el trabajo y, si no llegaban en la hora que l quera, vena con gritos. No respetaba nada al misak.
En la ya mencionada Escritura 1051 de 1912, aparece una declaracin de Gabriel Orozco, vecino de Silvia, que dice:
Me consta por haber visto y presenciado y tambin por ser pblico y notorio en Silvia que los indgenas que viven en el terreno
de Chimn [...] han sufrido toda clase de vejaciones y ultrajes y
malos tratamientos hace muchos aos de los seores Domingo
Medina, ya finado, Jos Antonio [...] y Apolinar Ponce, quienes llamndose dueos de dicho terreno [...] han hecho aparecer a los
indgenas moradores de l, sus arrendatarios o terrajeros y les han
exigido a los mismos indgenas terrajes o arrendamientos a la fuerza, amenazndolos, insultndolos y dndoles de palos, puetazos
y an hirindolos [...] En una ocasin presenci que el seor Domingo Medina con el tacn del botn descalabr a un indio a quien
yo cur. Tambin presenci que Don Jos Antonio Concha le dio
de gaznatadas a un indgena de los de Chimn.

Tambin se lee la declaracin de Faustina de Hurtado, quien


adems de ratificar la anterior declaracin, afirma haber presenciado que:
En una ocasin el seor Domingo Medina con la peinilla que
llevaba al cinto hiri al indgena Cruz Tunubal. En otra ocasin
el mismo seor Medina (ya finado) en la plaza de Silvia di de
puetazos a un natural porque no le pagaba en ese momento el
valor del terraje.

Por haber sido tan malo, le dieron muerte.


Donde lo eliminaron fue en Chimn, ms arriba de Nuyapalo, en lo que hoy es Santiago; dicen que fue arribita, frente al
Ncleo, ah donde baja una agita, lo que hoy es una portada.
De eso en los trabajos recordaban y hablaban cuantas veces.
Por esos lados del Nuyapalo yo no conoc mucho, porque
eran otros dueos y otras gentes. Como partieron las tierras,
como era otro patrn, entonces tambin dividieron la gente. Por
[106] l a f u e rz a d e l a g en t e

eso yo por ese lado casi no he caminado. Haba cercos que, como
la divisin de los potreros, de la tierra, as estaba tambin dividida la gente. Pero cuando haba una minga o una fiesta, all s
era un punto comn al que iban todos. Esos trabajos no eran
muy comunes, sino de vez en cuando.
Cruz Tomb habla sobre la muerte de Domingo Medina
Cruz Tomb me contaba que l no haba visto, pero que s
haba odo hablar sobre la muerte de Domingo Medina. Deca
que Francisco Tomb, su abuelo, trillaba mucho trigo en Bujos, y era un hombre a quien quera mucho el patrn porque
era buen trabajador, cuidaba mucho como chagrera, al trigo, al
maz, la papa, todo. ste andaba por todas partes volteando y
mirando, hasta el lado de Michambe.
Y me cont que su abuelo haba dicho que un da lunes l
estaba acomodando no s cuntos atados de trigo en el Bujo,
para trillar, que como a las ocho de la maana ya estaba trillando ese trigo, cuando el patrn Domingo dizque vena por una
falda que llamaban el Cascajo, frente a Tapias. Que vena a caballo, vindose rucio de lo peliblanco, all frente a San Fernando,
la hacienda de los Garridos. Y que cuando a medio da el patrn
no lleg, haba pensado qu le habra pasado.
Despus se oy que a medio da ya al patrn lo haban matado abajo de la portada, donde haba una piedra grande. En la puerta haban arrimado unas piedras y los que lo iban a matar estaban
de lado y lado, y un jovencito que tambin los acompaaba. Ah
lo chuzaron y lo mataron. Yo con mis ojos no lo he visto.
Entonces se agrand el problema. Eso hace muchos aos; mi
mam misma fue nia. Lo mataron y llevaron al caballo a una manga.

Cont tambin que una mayora llamada Rosa Chuca, que


estaba all despulgando su ropa, vio que venan trayendo ese
buen caballo del patrn, con silla y todo, y que lo estaban llevando pa la chorrera, hacia el lado de Michambe. La montura la dejaron en la chorrera y el caballo lo dejaron por el alto de Michambe, y parece que tambin lo mataron.
l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [107]

Vista del Pueblo de Silvia o Guamba, 1853.


Acuarela de Henry Price.

Los hijos del patrn le acosaron mucho a Rosa Chuca y la iban


a matar. Entonces mandaron un poco de gente a declaraciones en
Popayn. Por fin Rosa Chuca declar quines haban matado.

A los jvenes que le dieron muerte, Manuel Tumi y Manuel


Calambs, los mataron un domingo en el yastau. En el Registro
de Defunciones de la Parroquia de Silvia55, se lee:
[...] se dio sepultura sagrada, el veinticinco de noviembre de
1901, al cadaver del adulto e indgena Manuel Tumi, de la parcialidad de Guamba, el cual fue fusilado en la plaza de esta poblacin
por haber sido condenado a muerte, por el delito de asesinato, perpetrado en la persona de Domingo W. Medina.

En el mismo folio, se lee de igual manera sobre Manuel


Calambs.
55

Ibd, Fl. 166.

[108] l a f u e rz a d e l a g en te

Dicen que mandaron bajar mucha gente y que frente a la


iglesia, donde hay una escuela, los de matar estaban por un lado,
en un altico, y los que iban a matar estaban al otro lado. Que luego
los llevaron donde el cura a que se confesaran y despus sonaron
los tiros. Los primeros no alcanzaron a pegar, pero despus les
florearon la cabeza y los sesos volaron contra las paredes.
Y as mataron a don Domingo y as mataron tambin a los
jvenes. Luego trajeron lea y quemaron. Los dos fueron muertos en la plaza; al ms jovencito, que era de Michambe, se lo llevaron y despus regres.

Cruz recordaba que a ste ltimo l lo haba conocido.


Domingo Medina haba cogido toda la tierra desde Michambe hasta Ambal, desde frente al yastau, pasando un puente, de
ah para arriba, hasta arriba! Y tena como 100 terrajeros que
trabajaban separados la gente de Ambal aparte y los de
Guamba aparte y sin descanso. Eso me contaba el finado Cruz
Tomb.

l a s p o c a s m s a n t i g u a s , s u r g i m i e n t o d e l a t e r r a j e r a [109]

La terrajera
que nos toc
vivir a los que
an estamos
vivos
U N A H I S T O R I A D E E X P L O TAC I N,
EXPULSIN Y DESARRAIGO

[112] l a f u e rz a de l a g en te

Nuestras tierras empezaron a ser robadas y

nuestra gente esclavizada, desde antes de lo que las abuelas podan recordar, desde mucho antes de la llegada de Matas Fajardo.
Este proceso comenz cuando el rey de Espaa decidi que sus
marineros haban llegado a tierras baldas y, en consecuencia, que
se poda apropiar tanto de ellas como de sus habitantes. Entonces estableci impuestos para los indgenas, se los cedi a los espaoles, y as se cre la encomienda: cedi los tributos en forma
de trabajo, como si furamos sus esclavos.
En Guamba crearon una encomienda que le otorgaron a Sebastin de Belalczar y su familia, y as fue como nuestros antepasados tuvieron que comenzar a trabajar gratis para ellos. Y
aunque la encomienda no les daba derecho sobre las tierras en
que vivan los indgenas, los encomenderos s se las fueron apropiando de hecho, y posteriormente fueron legalizando esta invasin, creando ttulos que no eran siquiera legales dentro de sus
propias leyes, pero que ms adelante fueron componiendo con
la autorizacin del rey, como vimos que sucedi en Guamba.
Matas Fajardo es tan solo el primero en una larga lista de
usurpadores de nuestras tierras que nuestra gente guarda en su
memoria. La fila de terratenientes que pasaron por ah hasta finales de la dcada de 1980, cuando logramos sacar a los ltimos
de ellos, es larga. Sobre el imperio de la familia Concha, entre 1855
y 1929, bajo cuyo dominio se dieron expulsiones, asesinatos y
toda suerte de malos tratos, es poco lo que se sabe, pues ya nuestros abuelos que sufrieron los rigores de su mando no estn para
dar su testimonio: ellos estn muertos o son tan ancianos que
ya su memoria no les ayuda.
Despus vinieron otros cuantos que siguieron dividiendo
nuestras tierras, como Julio Fernndez Medina, Matilde Lemos,
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [113]

Gonzalo Caycedo, la familia Campo, Mario Crdoba y, ms recientemente, Ernesto Gonzlez Piedrahita, Pacho Morales y
Aurelio Mosquera.
Cuando yo nac, la terrateniente que tena en sus manos las
tierras donde viva mi familia era Matilde Lemos. Pero pronto,
en 1944, Mario Crdoba le compr su parte. Y fue bajo el dominio de Crdoba que yo crec, y es de entonces que tengo los
ms tristes recuerdos de infancia y juventud.

[114] l a f u e rz a d e l a g en te

De los Concha a Mario Crdoba

Algunos se acuerdan un poco de varios terra-

tenientes que estuvieron cuando ellos ya existan. En general, se


dice que en las pocas ms antiguas, aunque el terraje era ms
duro y el maltrato mayor, la situacin para nuestra gente era mejor, porque dejaban trabajar la tierra y entonces tenan comida,
vestido y casitas en buen estado. Seguramente esto fue as para
algunos, porque como a los terratenientes no les interesaba lo que
la tierra produca, sino el poder que ella les daba, entonces los
indgenas podan trabajar. Pero tambin hubo mucha gente,
como ya se ha mencionado, que fue expulsada de las haciendas,
principalmente por estar vinculada a la lucha por recuperar sus
tierras ancestrales y por eliminar la terrajera.
La familia de terratenientes Concha
Los Conchas son los primeros terratenientes a quienes la gente se acuerda que tuvieron que pagar terraje. Desde 1855, cuando debido al fallo de la Corte Suprema de la Nacin que nos fue
adverso, Jos Antonio Concha fue posesionado de El Chimn por
las autoridades locales y regionales, esa tierra nuestra fue pasando
por manos de diferentes miembros de su familia, durante casi
80 aos.
Fue durante parte de estos largos aos que Quintn Lame
adelant su lucha contra la terrajera en el Cauca, cuando los
guambianos hicieron tantos viajes y lucharon tanto por obtener
el ttulo 1051 de 1912, cuando expulsaron a muchos por este mismo motivo, cuando estuvieron por sacar a mi abuela y a mi pap
de sus tierras en Chimn, cuando a mi pap, siendo an nio, lo
enviaron como cabestrero para evitar la expulsin de la familia,
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [115]

Mapa 3

El Gran Chimn comienza a ser retaceado

[116] l a f u e rz a d e l a g e n te

y fue tambin cuando dieron muerte a Domingo Medina, esposo


de una de las hijas de Concha.
Los primeros que entraron fueron los Concha, el pap de
Rafael Concha. Rafael s he conocido. El pap era un viejito. Esos
Concha tenan varias hijas y heredaron a las hijas dividiendo haciendas [] Un yerno de Concha, el marido de Brbara Concha,
fue al que mataron los guambianos.
56

(Jos Antonio Trochez )

En 1890 Jos Antonio Concha test a favor de su esposa Brbara57 quien, a su vez, en 1894, don El Chimn a sus siete hijos
(Rogerio, Crescencio, Benilda, Francisco, Dolores, Jos Antonio
y Brbara) y dos nietas (Soledad y Clemencia Medina)58. Y
a s , con el paso del tiempo, nuestras tierras se fueron dividiendo con nombres como Yeguas, Santiago, Llanos de Chimn,
Piedra-Mesa, Cerro, Marqus, Pajas, Galpn y Molino y recomponiendo, segn los intereses de esa familia.
En 1898, cuando repartieron las tierras entre los siete hijos,
el pago de terraje estaba en pleno apogeo. En esa ocasin los
terratenientes decidieron hacer chambas divisorias entre los lotes, y fueron los indgenas quienes tuvieron que poner su trabajo gratis para ello. Como era normal en el contexto de la terrajera, los Conchas argumentaban que los indgenas les
deban este trabajo, como pago por el uso de unas tierras que
eran nuestras! As se lee en el documento que protocoliza esta
reparticin:
[] el trabajo que adeudan los arrendatarios que no pagan
en dinero el arrendamiento se dedica al deslinde de los lotes en que
queda dividida la hacienda [] Se advierte que el trabajo que se
dedica para el cierro o deslinde [] es el que deben los terrajeros

56

Tomado de entrevista realizada en 1989, en La Cuanda, por Cruz Trochez y


Miguel Flor. Su familia fue expulsada de El Chimn por Mario Crdoba.
57
Escritura 161 de 1893, Notara de Popayn, por la cual se protocoliza el testamento de 1890.
58
Escrituras 493 y 667 de 1894, Notara de Popayn.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [117]

que no pagan dinero, correspondiente al ao pasado de 1897 y lo


que deben del presente ao59.

Porque la terrajera, en el fondo, era una especie particularmente opresiva de contrato de arrendamiento impuesto sobre
los indgenas, en el cual se les exiga un pago en trabajo, o su equivalente en dinero, a cambio de poderse quedar en parte de las
tierritas que haban sido de sus ancestros. Si no pagaban, el castigo iba hasta la expulsin, pasando por insultos y maltrato fsico de toda ndole, como vimos en las declaraciones que hacen
parte de la Escritura 1051 de 1912.
Para 1907 Jos Antonio hijo haba vuelto a concentrar, mediante compra a sus hermanos, la mayor parte de los terrenos
de El Chimn en sus manos. En 1916, su esposa e hijos le heredaron, quedando Rafael Antonio, el nico hombre en su fa60
milia, al mando de la hacienda . Parece que en esa poca volvieron a hacer chambas divisorias entre los herederos, pues
nuestra gente se acuerda y las chambas an se ven. Luis, por ejemplo, comenta que l oy contar que:
61

Concha tena dos hijos , entonces reparti como herencia para


cada uno de ellos. Uno de los hijos quera devolver las tierras a los
guambianos, las que le tocaban a l, y para que no sucediera esto
parece que lo envenenaron [] Las que decan esto eran la abuela Gertrudis y su hermana Teresa []
Con esa filosofa de repartir hicieron una chamba tan larga,
desde el ro Piendam, cruzando lomas, cruzando faldas, hasta
bajar a la quebrada El Molino. En ese entonces se vea este banqueo
perfecto. Ahora ha cambiado mucho, pero ah se ve si se propone
a ubicar. Es como un mapa, es idea del viejo Concha para dar a
sus hijos.

59

Escritura 547 de Protocolizacin de la Divisin y Sorteo de Lotes de la Hacienda de


Chimn entre los Hijos de Brbara de Concha, Popayn, 1898.
60
Los otros herederos fueron su esposa Filomena y sus cuatro hijas Julia, Mara
Luisa, Susana y Filomena.
61

Segn los documentos que hemos visto, Jos Antonio Concha hijo tena un
hijo varn: Rafael Antonio. Del segundo hijo no hemos encontrado referencias
escritas.

[118] l a f u erz a de l a g en te

Frente a Tapias, donde baja la quebrada entre el Sruktrapu y


el Chillikkulli, no pudieron hacer banqueo botando tierra, entonces ordenaron hacer muralla de piedra que trajeron hasta bien
arriba [], por ah cerca a la casa de cabo Cruz. De all subieron
por el lado de Jacinto Tunubal, pasando por el lado de donde
Domingo Trochez [] hasta el alto de Pilarautu. Subieron por la
falda arriba, hasta la Marquesa, ah a la quebrada esa, que en ese
entonces no era tan profunda [] Ese banqueo subi hasta el
Kurusyuk y luego baj hasta la quebrada el Molino. Todo esto yo
estoy diciendo porque yo he odo hablar.

Dicen que en pocas de los ltimos Concha haba unas 80


familias pagando terraje, pero que las tierras de El Chimn estaban bien enmontadas y que slo fue con Mario Crdoba que
comenzaron a limpiarlas, con los mismos terrajeros, para regar
pasto y hacer potreros. El hecho de que las tierras no estuvieran
limpias, muestra el poco inters de los terratenientes por trabajarlas. Es por ello, seguramente, que en esa poca los indgenas
tenan mayores posibilidades de cultivar y tener animales para
su subsistencia.
De todas maneras la situacin era difcil para nuestra gente.
Taita Segundo Tunubal, quien siempre fue de tierra libre, recordaba que su padre le contaba sobre las expulsiones de los
terrajeros por los Concha, y sobre cmo algunos se iban a refugiar por Anisrtrapu, donde unos cuantos terminaron casndose
y establecindose:
Vinieron ac y consiguieron mujeres. Vinieron bastantes familias y aqu estn. Gentes de all del Chimn. De all reprodujo y
extendi [] Los que primero vinieron ya no estn, pero los hijos de los hijos s estn.
Llegaron diciendo que como ya las tierras dividieron y vendieron a varios, se estrecharon y quitaban las tierras, entonces los
nuevos patrones hacan muy mal con nosotros, entonces nos vinimos para ac. Como ac la tierra era libre, era bueno para ellos.
Parece que de all vinieron dejando solos a los paps. Eso nos comentaron.
Algunos se hicieron hasta cuados mos, que ahora viven por
all por Pedregosa, porque consiguieron unos derechos. Vendieron
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [119]

una tierra que le dieron a la hermana y con el argumento de que


en tierra caliente era ms amplio, compraron y se fueron. Ellos ya
viven all y ya volvieron como blancos, como campesinos. Aqu
todava estn unos hijos; el pap llamaba Joaqun Tunubal []
El otro llamaba Anselmo Tunubal, el otro Juan Tunubal. Eran
primos hermanos por la madre y de unos a otros tenan como tercer grado. Con ellos somos casi todos familia. Otra que vino de
all mismo llamaba Teresa Tunubal. Los que vinieron casi todos
eran Tunubals. Eran los abuelos del que hoy llaman Eulogio
Tunubal el rico.
Esta gente empez a venir por ah en 1915 a 20. Taita Joaqun,
Anselmo, Eulogio, Julio [] Esos son los que vinieron para ac.
Pero se que otra gente se vino para abajo, que a ellos si yo no tengo en cuenta. Estos son los que vivieron ms inmediatos, aqu al
entorno de mi pap.

Parece que los ltimos Concha quisieron ser empresarios, sin


mucho xito. Mi pap deca siempre que Rafael, el ltimo de
ellos, quiso poner una empresa a muy alto nivel productivo62. Eso
nadie sabe, pero con un prstamo, una utilidad, una sociedad o
algo as, de Estados Unidos trajo unos animales en barco, hasta
Buenaventura y de ah en tren hasta Guachinte.
Para la trada de esos animales fue que a mi pap lo llevaron
muy pequeo como cabestrero. Fue entonces cuando la abuela
Gertrudis, con gran pena, pero para evitar que los expulsaran de
la hacienda, para poder quedarse all en la casita, entreg a su
hijo para que trabajara para el terrateniente.
Entonces recibieron el ganado, los cerdos, que deca que eran
muy grandes, perros, todo fino, y caminaron no se cuntas semanas de Guachinte para llegar a Silvia. Los marranos, decan,
tenan que descansar de da, meterlos en la sombra, y caminar
de noche con la fresca. Pero casi todos los animales, particularmente los marranos, murieron en el camino y llegaron muy
poquitos. Eso signific una gran prdida y, a lo mejor, con los
que llegaron a Silvia tambin tuvo prdida. En todo caso esa
empresa fracas.
62

Esto debi ser despus de 1916, posiblemente en 1918, cuando se hizo la sucesin de Jos Antonio Concha hijo.

[120] l a f u erz a de l a g en te

Marranos trajo de otra parte, y fuera de eso trajo unos molineros. Hasta que nosotros alcanzamos a conocer, haba unos molineros que eran los que atendan ah. Primer punto era Jess Mara
Orozco; otro era Alfonso Penagos, el que vea lo del fluido elctrico; Lucio Velasco era el molinero, y el que vea los marranos era
Alirio Orozco.
(Julio Tunubal Calambs)

En eso, deca mi pap, vinieron unos gringos que tenan una


empresa con sede en Silvia y tambin en Popayn. Lo que producan en Silvia, lo de la empresa, lo recolectaban y mandaban
a Popayn. El gringo estaba entre Silvia y Popayn y el patrn
tambin. El gringo manejaba unas drogas, entre ellas una que era
veneno, y la utiliz mal, se la tom l mismo pensando que era
medicina, pues no se qu problema tena de salud, y de eso dizque
se muri.
Entonces no se si el gobierno o los familiares de los gringos
de los Estados Unidos l hablaba mucho de California le cobraron por su muerte. l no pudo evitar pagar y, para hacerlo,
le toc vender la hacienda y muchos bienes. Finalmente vendi
la tierra, vendi la finca, Chimn.
Un tal Rafael era el ms rico y hambriento de todos. Quera
seguir enriquecindose cada vez ms, y a lo ltimo qued el ms
pobre. No tena ni dnde enmangar el caballo
63

(Jos Antonio Trochez )

Mi pap deca que haba mucho comentario de la gente, que


cuando una empresa de algn personaje del poder econmico
se iba quebrando, que se vea el bajn. Que con los terrajeros que
tenan como correo siempre mandaban muchas cargas, petacas
con monedas, de plata, para Popayn, pero que cuando ya se fue
quebrando, cuando ya la empresa no rentaba, mandaban poquitas monedas, poquita plata para Popayn. Que eso se vea la
quiebra de la empresa.

63

Ver nota pie de pgina 56.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [121]

Esto nadie va a saber qu de verdad hubo, si fue cierto que


muri el gringo, si fue cierto que cobraron. Concha quebr s,
pero el origen de la quiebra, del fracaso, eso nadie sabe. Pero eso
fue lo que mi pap capt, pues l tena confianza con el mayordomo, Jos Otero, y con Eloy Campo, que tena relacin con
Concha.
Y as, en la total quiebra del ltimo de sus retoos, termin
el dominio de la familia Concha sobre los terrajeros de El Gran
Chimn.
Julio Fernndez Medina,
el patrn que slo vino una vez
Julio Fernndez Medina era un terrateniente valluno. En 1929
le compr las tierras de El Chimn a los Conchas64. Pero para entonces ya ellos tenan todo retaceado y haba ms de una hacienda. Santiago y San Fernando ya eran haciendas aparte y tenan
otros dueos.
Los que recuerdan dicen que cuando el dueo de Chimn era
Julio Fernndez la situacin para los terrajeros an no era tan
difcil como se volvi aos ms tarde, con Mario Crdoba.
Pues creo que [] nadie pens que iban a llegar a una poca
tan crtica como ya a los largos aos pas. Porque en ese tiempo
el terraje era ms acosado, pero pareca que la gente tena ms, o
poda trabajar ms, y haba esos rastrojos grandes o mangas que
tenan en comn para tener los animales, las bestias o las vacas,
adems del encierro que mantenan.
Como la familia Snchez. Su encierro iba hasta bien abajo, lindando con los Calambases. Y con los Snchez lindaba el encierro
que haba hecho finado abuelo Pedro Muelas, que todo es una
chamba lindando casi por la orilla de la quebrada arriba, subiendo hasta el Yaskapchak, y de all, que todava estn las chambas,
hasta llegar a Siempreviva. All en Yaskapchak lleg ya lindando
con Mushu; all pasa la chamba. Porque all iba a lindar era ya con
la quebrada El Molino, lindando con finado taita Jacinto Snchez.

64

Escritura 129 de 1929, Notara 2 de Popayn.

[122] l a f u e rz a d e l a g e n te

Y bajaba la quebrada. Y ac, lindando con Jos Mara Snchez, tambin iba a dar Bernabekullu, y otra vez a quebrada El Molino. Y
as, tan bastante tenan!
(Luis)

En lo que se refiere a las tierras del abuelo de mi pap, Pedro


Muelas, stas las haba delimitado desde 1897, cuando entraron
en posesin de Chimn los hijos de Brbara Concha65. O sea
que las buenas pocas de que habla Luis y aoraban los mayores venan al menos desde los Conchas. Efectivamente, Luis
comenta que:
Era una mangota, como una finca de los indgenas, que le haban dado creo que en tiempo de los Conchas. Porque las abuelas
me contaban que esas chambas no hizo ni ellas, ni pap Juan, sino
finado el abuelo.
Hasta que yo conoc, all en ese encierro tenan una cantidad
de ovejas, y cada vez que necesitaban vendan dos o tres. Vendan
a un peso una oveja. Entonces con eso bajaban y compraban remesa para pagar un trabajador o dos o tres, porque finada Gertrudis
cultivaba bastante. Sembraba papa, hacan minga y sembraba por
mitad con mi finado pap, y as tambin cosechaban por mitad.
La mitad era para venderla y la otra mitad la guardaban para comer en la casa. Con el maz lo mismo, el trigo era lo mismo. Era
por mitad. Porque yo ayud mucho a trabajar por este lado, y ese
maz todo ella recoga y amontonaba para comer.
Por eso tena cmo pagar un trabajador y cmo sostener dos
o tres. Por eso llamaba a taita Manuel Jess o a taita Pedro Calambs que vaya a cortar paja para remendar la casa y arreglar algo de
las goteras.
Los terratenientes dejaban trabajar. Las tierras estaban en
manos de ellos, pero haban dado toda esa cantidad de tierra, y all
tenan hartas vacas.

65

En la Escritura 547 de Protocolizacin de la Divisin de Chimn entre los hijos de


Brbara Concha, hablando de los lmites del lote El Marqus, uno de los siete en
que estaban dividiendo Chimn, se lee: [] se parte de la unin de la vertiente
que sirve de lindero de la chamba nueva que est construyendo Pedro Muelas,
con la quebrada de Ambal [].

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [123]

Es probable que la poca utilizacin productiva de las tierras


acaparadas en haciendas por los terratenientes de esa poca haya
hecho ms conveniente para ellos la cesin de lotes, para que los
terrajeros hicieran su propia subsistencia, en vez de pagarles por
su trabajo. Ms adelante pudo volverse ms rentable tratar de
poner a producir para s mismos, con el trabajo de los terrajeros, la totalidad de las tierras, ya pagndoles por ste. Lo que s
es seguro es que la existencia de unas mejores condiciones de vida
para los terrajeros con algunos terratenientes no fue producto
del inters de estos por su bienestar. La situacin con Julio Fernndez pudo haber sido un poco ms amable que con otros terratenientes, pero de todas maneras los indgenas tuvieron que
trabajar gratis para l, someterse a los abusos de aquellos en
quienes delegaba poder, sufrir las graves consecuencias de enfermedad y muerte por los traslados forzados a que fueron sometidos, y dems. Julio Tunubal Calambs fue terrajero suyo y
cuenta que:
[] no eran sino tres capitanes y nos castigaban a nosotros
con ellos. Uno era Jacinto Snchez, otro Pedro Calambs y otro
Manuel Calambs. Como ya nosotros tenamos 15 aos de edad,
nos mandaban a trabajar con ellos. Cada dos semanas cinco das
nos tocaba pagar. Cada vez nos apretaban ms y ms y ms.
Como nuestro cuerpo iba madurando ms y ms, nos sacaron a la lechera. Cuando metimos en la lechera, qu se iba a hacer, tocaba que levantar desde las dos de la maana. A las tres ya
estaban recogidos todos y empezaba a mover los tarros. Cuatro
tinas bien grandes subamos en el corral y entre dos empezbamos a ordear 50 reses. El tiempo corra y corra y ya alcanzaba.
Eso tocaba a cada uno siete das.
Hoy haciendo la cuenta, en ese entonces el trabajo que tocaba
pagar, el da tena como 14 horas sin ver ni un centavo.

Pagando terraje en el Valle


Julio Fernndez tena otra hacienda en Tapias, en el Valle, y
mucho terrajero tuvo que desplazarse a descontar terraje o a jornalear all. Luis contaba que los mandaban por grupos y que:
[124] l a f u e rz a de l a g e n te

Ese convenio hizo un mayordomo que llam Cenn Figueroa.


Ese fue a vivir all y dizque era el encargado de llevar, por un mes
dizque era. Si queran estar ms de un mes, pues se estaban all;
obligacin era un mes. Y el que se sea, soltero o casado, como se
sea, tena que irse.
Pap fue all y trajo cacao para tostar. Era bien caliente. l tambin
66
fue como en dos ocasiones a pagar terraje all. Julin tambin fue .

Mi pap siempre contaba que una vez le haba tocado seis


meses all, seis meses! l ya era casado y, dejando a mi mam
seis meses, le toc ir all. Iban a hacer todo trabajo, deca mi pap:
limpieza de potreros, comentaba de una finca grande de puro
caf, a donde iban a coger caf, deca que con unas mulas cargaban madera y cal de all de Viges para la hacienda. Entonces trasteaban cosas para un lado y para el otro, manejando mulas. Mi
pap ganara plata tambin en eso, fuera del terraje; yo no se.
Dicen que les daban para el pasaje en tren y unos cinco o diez
centavos para chicha en el camino. Luis deca que:
Al que iba all no le cobraban terraje ac ya. Si estaba seis
meses, pues durante esos seis meses no cobraban terraje ac en
Chimn. La gente iba all a ganar plata, el jornal. Iban que si quisiera estar ms, pues eso era permitido, si quiere ganar ms plata;
yo no se eso s el jornal cunto pagaran.
Tena unas haciendas muy grandes. No solamente Tapias, sino
fuera de esa tena otras haciendas inmensas.

Hablaban mucho de lo que llaman ahora Viges, all donde


sacan cemento y todo eso, hablaban mucho de Yumbo.
Recordbamos con Luis que todas esas tierras eran difciles
para nuestra gente, que no estaba acostumbrada a las condiciones de lo caliente. Decan que haba mucha culebra, mucha vbora, mucha espina. Uigato la llamaban, una zarza verde. Y que
tocaba rozar unos tunales. La tuna, por all llaman la alpargata, aclar Luis, y hay una que es redonda, como una arepa, y
otras que son filudas como una lima tringula, as espinas;
esas tierras son bravsimas.
66

Julin Muelas, hijo de Luciano Muelas, esposo de Antonia la hermana de mi


pap.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [125]

Decan que muchos de los indgenas de tierra fra que mandaron all a trabajar no se adaptaron por el clima, por la comida y por todo, y que en el camino de regreso moran muchos de
ellos. Luis recordaba que mi pap comentaba que:
Muchos indgenas se asoleaban y al otro da no madrugaban
a baar, entonces se encerraba el calor y se afiebraban. Se moran.
No tenan proteccin mdica, nada! Alcanzaban a salir a Yumbo,
y all se coga el tren que iba para Buenaventura; esa va cogan ellos.

Recordaba tambin que en Sruktrapukullu hubo un Iginio


Tomb, que dicen que muri en el andn de misia Susana; que
hasta all alcanz a llegar, cuando vena de regreso de pagar terraje en el Valle.
Muri el hijo all en el corredor y el pap, que llamaba Cruz
Tomb, alcanz a llegar a la casa y muri en la casa. Todos dos
murieron. Eso s me acuerdo que as hablaban; yo no conoca ni
Sruktrapukullu cmo era, porque vivamos era en la casa vieja.
Otros murieron afiebrados y hubo muchos enfermos.

Joaqun Morales recuerda tambin que los terratenientes:


[] tenan otra hacienda por Buenaventura, en un sitio que
llama La Cumbre. Los mismos que tenan la tierra de Chimn
tenan all. Como la tierra era de ellos mismos, a la gente la mandaban all por un mes. Esto mandaban escogido a los pobres
terrajeros y otros que tenan debilidad, no se si por el clima, moran. Como un familiar de mi pap, que llamaba Esteban Morales, estuvo all enfermo, se vino y lleg a Silvia. Del Valle vinieron en tren hasta Piendam y de Piendam vino a pie a Silvia.
Entrando al yastau, all donde Jess Casamachn, que la mujer llamaba misia Susana, en el andn de la casa de misia Susana, all
muri. Escapaban de morir por la mitad del camino, y pasaron
todos estos sufrimientos.

Javier Calambs tambin cuenta que, cuando mensualmente mandaban terrajeros a las haciendas que los terratenientes tenan en el Valle,
[126] l a f u erz a de l a g en te

un mes mandaban unos cinco o seis, intercambiando; los que primero viajaban no les tocaba al segundo, y as sucesivamente. La
gente que nunca sala, mandaban a Restrepo, Valle, para que estuvieran por all un mes trabajando. Quin sabe qu tos seran los
que mandaron, que eran ya mayores y se enfermaron; vinieron de
regreso y, a no mas llegaron, murieron. As saben estar diciendo.

Deca mi pap que un alcalde, porque vio y tuvo que recoger muertos, por decreto ley prohibi enviar indgenas a trabajar a esos climas ardientes. Prohibi y ya no volvieron a mandar.
Pero de nuestra gente nadie hizo nada.
Nadie deca que hay que hablar por esos muertos ni nada. Creo
que el alcalde, por si, no por denuncia sino por levantamiento de
muerto, intervino para que no lleven ms. Pero creo que nadie present algn denuncio, nada! Ellos no importaban! nunca acordaron a favor, como hoy da. Ellos no importaba si muere, si est
enfermo.
Finado pap Juan, Elogio Tunubal, su hermano, cabo Cruz
Tunubal, y uno que llam Anselmo Tunubal, hermano del
hombre de hierro, esos eran los ledos. Si ellos, como ledos y
entendidos, hubieran ido a hablar, aun cuando fuera con don Eloy
Campo67 que era buena persona, o a ese que llamaron Jos Otero,
que era liberal y que favoreca a los liberales, siempre habra favorecido. Pero ellos ninguno! El alguacil, que era miembro del
Cabildo de Guamba, tampoco, porque como era al servicio del
patrn y de la iglesia
(Luis)

As que estas eran las buenas pocas de las que hablaban


nuestros mayores. Como se puede ver, las cosas no eran fciles
porque la terrajera siempre fue esclavizante.
Y ese era el finado patrn que llamaron Julio Fernndez,
que nunca vino, sino una sola vez lo vi en tierras del Chimn,
dijo Luis.

67

Administrador de Julio Fernndez.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [127]

Nosotros estbamos all [] y haba el comentario que sube


el patrn, que sube el patrn. Todos queran ver cmo era el patrn. Subi a ver el ganado al corral de la Buguea. Hasta all subi y volvi a bajar. Un viejo grandote, altote, agachao. Pas. Decan, ese es! Queran mirar como si viniera el presidente de la
Repblica o el Papa.

En 1932 Julio Fernndez le traspas a Matilde Lemos Fernndez, su sobrina, las tierras de Chimn por servicios prestados,
segn dice la escritura68. En sus manos duraron nuestras tierras
hasta 1944, cuando se las vendi a Mario Crdoba y Alfonso Garcs. Fue en pocas de Matilde Lemos que yo nac, pero nada me
acuerdo de ella.

68

Escritura 9 de 1932, Notara de Silvia.

[128] l a f u e rz a de l a g en te

Warkatrapu o Santiago

Originalmente, Warkatrapu haca parte de El

Gran Chimn, pero con el tiempo y las divisiones que fueron haciendo los terratenientes, sobre todo con la reparticin que en
1898 hizo Brbara Ozaeta de Concha entre sus hijos, los potreros
denominados Yeguas y Santiago, que terminaron quedando en
manos de Brbara su hija69, eventualmente se convirtieron en las
haciendas Las Mercedes y San Fernando.
Lino Calambs cuenta que a su familia, que toda su vida vivi ah, siempre le toc pagar terraje porque desde el principio
era hacienda. El primer dueo blanco del que tiene memoria es
Domingo Medina, el marido de Brbara Concha hija.
l era el dueo desde abajo el Molino hasta Michambe arriba.
Eso si no se cmo repartieron a sus hijos, a las hijas

O sea que en esa poca, es decir, mientras las tierras estaban


en manos de Brbara Concha hija, lo que hoy son Santiago y San
Fernando eran una sola hacienda todava.
En 1918 estas tierras fueron heredadas por las hijas de Brbara,
Clemencia y Soledad Medina, y en 1919 Soledad vendi sus derechos a Gonzalo Caicedo G.; en la reparticin entre Gonzalo y
Clemencia, l se qued con Santiago y ella con Yeguas. En 1920
Gonzalo Caicedo vendi a Jos Manuel Varona. En 1930, ste
ltimo entreg Santiago a Rosala Caicedo de Campo, hija del
anterior dueo Gonzalo Caicedo G., y a Emilio Campo, en pago

69

El lote Santiago le toc en el sorteo y Yeguas se lo compr a su hermano Francisco.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [129]

por un compromiso de dinero que tena con la familia de


Rosala70.
Santiago y el patrn Emilio Campo
Desde 1930 hasta 1951 la Hacienda Santiago, a la que en algn momento le cambiaron el nombre por el de Hacienda Las
Mercedes, estuvo en manos de la familia Campo Caicedo. Durante ese tiempo las tierras fueron usadas para respaldar hipotecas y en mltiples contratos de anticrisis para respaldar intereses por deudas, hasta que, en 1951, fueron vendidas a Ernesto
Gonzlez Piedrahita71.
Pero no slo fueron las tierras las que utilizaron para respaldar sus deudas. Tambin los terrajeros fueron usados para ese fin.
Javier Calambs cuenta que algunos de ellos tenan que desplazarse todos los das a pagar terraje lejos, fuera de la hacienda
donde vivan, porque los terratenientes los obligaban a hacerlo:
Como el dueo de Las Mercedes, quin sabe entre ellos qu
trato habrn hecho, a los terrajeros les convinieron mandar a
Novirao. Decan que ellos all tenan una deuda, y que esa deuda
fueran a pagar los terrajeros. Tocaba entonces ir all. Mi mam me
estuvo diciendo esto.
Que para mandar con avo haba que levantar a las dos de la
maana, hacan agita y arepa y mientras tanto ya eran las tres de
la maana y salan caminando, y en el sitio de trabajo llegaban a
las seis de la maana. Algunos que no levantaban tan temprano y
que llegaban en el sitio de trabajo como a las siete de la maana
eran rechazados y devueltos. Por el camino coman el avo y regresaban otra vez a su casa, a trabajar un ratico all en el cultivo
de ellos. Pero eso no terminaba ah, sino que al otro da s haba
que obligarse a madrugar para llegar a tiempo.

Nadie saba cunta plata deba el terrateniente, y todo eso


pag con los terrajeros. Eso s era para pensar duro.
70

Oficina de Registro del Circuito de Silvia, Tradicin de Dominio de la finca Las


Mercedes, abril 12 de 1951.
71

Ibd.

[130] l a f u e rz a d e l a g en te

Quienes inicialmente manejaban la hacienda eran Emilio y


su hermano Eloy. Luis cuenta que ellos eran los molineros y eran
originarios de Santander de Quilichao, pero vivan en Popayn.
Primero vinieron a trabajar con los Conchas y despus Emilio Campo se cas con una hija de los dueos de San Fernando y,
como la herencia le toc a la hija, don Emilio all trabaj. All se
qued en una hacienda.

Ms adelante, cuando creci Gonzalo el hijo de Emilio, como


la hacienda la haba heredado la mam, hizo a su padre a un lado
y l se adue de sta.
A don Emilio, el pap, Gonzalo Campo lo ech. Ya no manejaba Emilio Campo sino l. El hijo result conservador, contrario
a la poltica [] Don Gonzalo domin. Entonces don Emilio ya
no volvi ms. Tena un molino en Popayn y trabajaba all.
(Luis)

Esta versin la confirma Lino Calambs, nacido en esas tierras en 1926, quien cuenta que:
Don Emilio pele con la mujer, y la mam se junt con el hijo.
El hijo llamaba Gonzalo Campo [] Entonces Don Emilio ya no
qued sino con el molino en Popayn, que era de su propiedad.
El molino llamaba Moscopn; tambin lo llamaban Santa Rosa.

En manos del hijo la hacienda se fue a pique, pues:


Ya la malgast, ya vendi las vacas. Tena el mismo ganado que
tenan en Chimn: Holstein y Normando. De cachos! Entonces
ya vendi eso, que ya no serva, ya trajo Redpool, compr cabros,
camin y una camioneta.
(Lino Calambs)

Y finalmente termin vendindola.


Don Gonzalo entr bravo y empez a malbaratar. l entr
arrendando o hipotecando los potreros y despus no pudo devolver
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [131]

esas platas. Las platas que deba vinieron pagando fue los del ganado bravo cuando llegaron. Le deba a don Jorge Rengifo, a Pacho Morales. Haba otro que no recuerdo, pero eran tres. Pareca
en arriendo, pero eran hipotecas. Entonces a esos tres, cuando negociaron, los Caicedos les cancelaron72.
No se qu pas, pero l ya no tena ganado, entonces a los terrajeros mandaban solamente a trozar lea. Entonces ya se quebr,
ya empobreci, ya empez a tumbar rboles motilones para vender lea. Y venda el ganado y tomaba mucho tambin. Tena hartas mujeres. Don Emilio tambin fue igual de mujeriego.
Cuando nos dimos cuenta dijeron que ya vendi. Pero eso ya
fue despus de Crdoba.
(Lino Calambs)

Yo no conoc nada por esos lados, pero dicen que all, en pocas de los Campo, haba muchos terrajeros que fueron expulsados, primero por ellos, por Emilio Campo, pero sobretodo por
su hijo Gonzalo, y los ltimos por Ernesto Gonzlez Caicedo, hijo
de Gonzlez Piedrahita. Muchos de ellos no tenan cmo hacerse a una tierrita en alguna parte, y les toc hacer sus casas a la
orilla del camino. Algunos an estn ah.
Luis cuenta que en pocas de Emilio los indgenas tenan
hartos predios que en su mayora l conoci, porque participaba en todas las mingas que se organizaban. Dice que en esa poca los terrajeros de Warkatrapu, hoy Santiago, eran finado taita
Antonio Hurtado, que tuvieron una tierrita pu all por Siberia,
que era un anciano muy bueno; Gregorio Tunubal, que mi
pap contaba que eran flauteros y muri pal lado del Chimn;
el pap de Gregorio Tunubal, Domingo Tunubal; Jos Calambs; Francisco Calambs; los Tombeses de Jacinto; Celestino, que
fue guardaespaldas de don Pacho y viva en ese mismo solar;
Carlos Calambs, el pap de Lino; los hermanos de Carlos Calambs: Pedro, Santiago y Fermn; un Martn; el flautero Jacinto
72

Segn la Escritura 420 del 18 de abril de 1951, de la Notara 2 de Popayn, Ernesto Gonzlez Piedrahita, como comprador de la hacienda Las Mercedes, acuerda pagar, como parte del valor de compra, las deudas que tenan los vendedores
respaldadas con la hacienda a los seores Juan Ruiz, Jorge Rengifo y Eduardo
Sandoval. Estas ascendan a ms de la tercera parte del valor de venta.

[132] l a f u erz a d e l a g e n te

Tomb; taita Pedro Hurtado, su hija Antonia y el marido de apellido Tomb; Abelino Tomb, el pap de Agustn Tomb; Custodio Tomb; y Custodio Ussa.
Cuando los Campo vendieron a los Gonzlez Piedrahita, o
sea en 1951, an quedaban all varias familias de terrajeros que
la misma escritura de venta menciona:
Dentro de la mencionada finca han establecido [] Celestino
Calambs, Anselmo Tunubal, Francisco, Custodio y Carlos Calambs [] pequeas huertas [] se trata de cultivos plantados
73
[] para compensar con jornales [] .

La familia de Lino Carlos Calambs el pap y Teresa Tomb


la mam fue la ltima que qued en esas tierras. l recuerda
que su abuelo, taita Lino, hijo de Santiago Calambs, sola contarle a su pap que:
A los terrajeros que tenan ganado empezaban a quitar las
huertas y empezaban a correr, a correr, a correr. Arrancaban los
lecheros y empezaban a empujar, empujar, empujar y para abajo
entonces ya se quedaban potreros, todos para ellos. Y despus ya
empez fue a sacarles para que se fueran. Empezaron a pagar las
mejoras, no gran cosa, poquito, pero eso empez a pagar fue don
Emilio Campo. Los patrones de antes no se si pagaban o no, eso si
no se.
74
Don Emilio empez a pagar a taita Julio Calambs , que se habr muerto por all por La Mara. Tambin los que fueron para
all para el lado de Michambe, el nutata Domingo Calambs, a
ellos tambin pagaron para que se fueran. Ms antes, a taita Luciano Muelas, del plan de Ayacucho, no se cmo lo sacaron. A esos
si no se si pag o no.
Taita Julio Calambs saba vivir all junto con el taita Domingo Calambs. Ellos vivan en el plancito de Beln, donde hay unos
eucaliptos y unos planes; ah era. Ellos fueron los primeros que
fueron sacados. Es que [] el patrn mand a limpiar las tierras,

73

Ibd.

74

Pap de Javier Calambs.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [133]

ya tena limpio, y entonces Julio entr all a levantar eras. l deca


que iba a sembrar el maz y lo iba a quitar al patrn. Y entonces
fue fulminante su expulsin. Entonces se fue para Jambal.
Cuando lo expulsan es que le quitan toda la tierra, queda sin
nada, queda afuera, ya no haba a dnde sembrar ni nada, entonces qu haciendo iba a estar ah. Por eso se fueron todos. Yo fui muy
pequeo, pero me acuerdo.
En ese entonces decan que tena muchos trabajadores paeces
y con ellos arranc todos los lecheros, los cercos y todo. Traan all
a jornalear. Por all limpiando potreros, ya haba era puros paeces
de Pitay. Pagaban bien barato, cuarenta centavos. Como los terrajeros ya se estaban yendo y quedaban las casas vacas, a los
paeces les metan ah. Como abran todo, el ganado se iba entrando, entonces no se si compraron tierra o no, pero se fueron. Taita
Juancho Tunubal, el hermano de Pablo Tunubal que se muri
hace poco, Pablo el mdico, que tambin viva ac en el Beln
mismo, taita Julio Calambs, y no me acuerdo quines ms, fueron sacados.
Todo era de ganadera, y haba unos cultivitos de papa, trigo,
cebada, linaza, alverja, pero de all del Beln para arriba. La papa
siempre sembraban con alverja; cuando levantaba el maz regaban
el trigo, regaban cebada y s que se daba bueno! Por all por el Beln, ahora lo que es de taita lvaro, por all todava haba gente.
Desde all del corral de las Ventanas para arriba haba gente.
A veces hacan minga y a mi me mandaban a mingar, a sembrar trigo, y en la minga llegaban hasta 100 personas. Eso era de
aqu no mas toda la gente. Hombres y mujeres, 100 personas. En
75
ese entonces la minga hacan en tiempo de la ofrenda . Invitaban,
bailaban, coman la ofrenda. Con msica de flauta y tambor. No
es como ahora. Entonces era pura flauta y tambor. Hoy ya todo es
distinto.

Ley 200, visita de Eduardo Santos y rebaja del terraje


Fue en pocas de los Campo que sali la Ley 200 de 1936 de Tierras.
En 1936, bajo la presidencia de Alfonso Lpez Pumarejo, sali
la Ley 200 y empezaron a hablar de la reforma agraria, empezaron
75

Ver Cerrando el ciclo, p. 248.

[134] l a f u e rz a d e l a g en te

a hablar de la rebaja del terraje y sacaron una ley de inscripcin de


arrendatarios. Cuando empezaron a venir una serie de leyes, mi
pap se vincul en eso y fue en ese momento que lo expulsaron.
(Javier Calambs)

Y fue ah en Santiago donde dicen que, un poco despus, estuvo el presidente Eduardo Santos76. Mi pap fue al recibimiento,
y Luis cuenta, recordando lo que l deca, que:
Ese Eduardo Santos lleg all porque era la hacienda de un liberal. Ese plan, lo que hoy es el circo, all dizque se llen de gente y
77
carros. Como que fue un Velasco el que dio el discurso de bienvenida. Que qu guambiano para inteligente!; que no ley en el
papel, sino que habl y que fue aplaudido.

Un da, en el mismo Santiago, una mayorcita guambiana de


nombre Jacinta me estuvo contando sus recuerdos de ese da. Deca que siendo ella nia vino cogida de la mano acompaando
al pap, y que haba mucha gente, y muchos vinieron a recibirlo
en caballera. Ella deca que nosotros tan pendejos, que Eduardo Santos haba venido all a reafirmar las tierras en favor de los
terratenientes, y nosotros recibindolo ah con banderas, con una
bandera roja, como buenos liberales. Que hasta el gobernador
guambiano estaba apoyando con la bandera roja la llegada del presidente, y deca que la ignorancia era tan grande, que ellos le haban confirmado que aqu del ro para ac, tierra de ustedes; del
ro para all, tierra de los blancos. Que usaron a los guambianos,
usaron al Cabildo, para afirmar el robo de las tierras.
Dicen que eso s, despus de la llegada de Santos, comenzaron a rebajar el terraje en todas las haciendas.
Tanto en San Fernando [], Santiago, que en ese tiempo
llamaron Mercedes, y Chimn y Claras, que era de Mosqueras, y
otra hacienda que hoy es Ambachico, que era de otro extranjero,
todos pagaban igual: cada 15 das tena que descontar seis das de
76

Presidente de Colombia entre 1938-42.

77

Agustn Velasco fue gobernador en 1938.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [135]

terraje. Entonces all [] ya decretaron que el terrajero tena que


pagar solamente cinco das en cada mes, en cada 30 das.
(Luis)

Cruz Tomb habla sobre los Campo


En 1992 visitamos a Cruz Tomb en su casa de Siberia. Poco
tiempo despus muri. l naci por ah en 1920 y fue terrajero
de Emilio Campo ms o menos hasta 1940. Las lneas que siguen
son el relato, en palabras suyas, de sus recuerdos de esas pocas.

El patrn era Eloy Campo78 y don Emilio Campo. En ese entonces las tierras no eran un pedacito, sino eran vastas, grandes.
Un punto que lo llamaban el Warkullu, todo eso era grande las
tierras. Parece que en ese tiempo no haca falta nada. Mi pap
pareca que tena todo. l era Juan Ignacio Tomb. No era, sino
que la mam vino con un hijito, as como el hijo mo, que tambin cuando me cas ya lo tuvo. Mi pap propiamente fue Custodio Tomb, de all del kausro. Propiamente mi sangre es de all
arriba de donde llaman Ro Claro79. Yo he sido de all, pero sal
y me vine. Cuando cas mi mam, yo me qued all arrimado
con mi padrastro. Por eso yo conoca todo eso.
Haba hartos terrazgueros. Cuando empezaron a formar la
casa de la hacienda de Las Mercedes, yo lo vi todito. Empezaron haciendo las casas grandes, explotando las piedras. Yo era
muchacho pero me toc trabajar duro con un Julin Tomb,
taladrando y explotando las piedras todo el tiempo. Era muy
terrible la explosin de piedras. El trabajo fue muy arduo hasta que sal.
Todo el trabajo para hacer la casa de la hacienda fue hecho
con los terrajeros, que salan como peones. Todo eso de las chambas y rodamiento de piedras que hasta ahora se ve ha sido siempre los terrajeros que lo han hecho.

78

Eloy Campo era hermano de Emilio y molinero, al igual que su hermano.

79

En tierra libre.

[136] l a f u e rz a d e l a g en te

Los terrajeros de los Campo


Los que fueron terrajeros son haaartos. Haba harta gente.
A veces salan hasta 80. Hasta donde me recuerdo, primero Antonio Hurtado, y taita Igenio Tomb, Gabriel Hurtado no el
que se fue para Malvaz, que es joven; ste era ms mayor, que
tambin lo conozco, Shishku Ussa, Fermn Tunubal, Martn Tunubal, Domingo Tunubal, Javier Tunubal, Manuel
Ussa, otro Antonio Hurtado ay! mi hgado que no es como
antes que no me ayuda a pensar80 . Parece que no fueron sino
estos los que conoc.
Ya despus todo fueron quitando un Emilio Campo y otro
Gonzalo Campo Caicedo. Yo conoc a todos esos patrones. La
gente, unos salieron ya muertos, pero otros se fueron para otras
partes. Unos se fueron para el lado de Michambe comprando
tierra, unos se vinieron para Siberia, unos cuentan que se fueron para Morales. Estos no se fueron as no ms, sino porque les
quitaron lo que tenan, y a algunos les dieron hasta juete para
que se fueran. Pegaba propiamente el patrn, entre Eloy Campo y Emilio Campo. Eso le daban era con un palo que llaman el
verraquillo. Con el mayordomo peleaban, como el caso de
Anselmo Calambs, pero con el patrn no peleaba nadie.
Los expulsaron y a nadie le pagaron un solo centavo. Entonces yo tambin me separ y me vine. Qu iba a reclamar! No es
como ahora, que puede reclamar. Como a mi los Campo me
dijeron que me fuera, ah mismo sal y me vine, sin que me pagaran ni cinco. Las casas deben haberlas desbaratado porque yo
no volv ms. Los cercos eran unas chambas largas por el medio
de unos llanos, hechas por mi pap. Yo viva por all detrs de
una loma y todo eso qued. Y quin iba a pagar!
Yo sal sin nada; como dicen los que chistan, me vine detrs
de la mujer81. Yo no he recibido nada. Cuando fui mayordomo y
sal y me vine, ya me separ del todo.

80

La conciencia y el sentimiento estn para los guambianos en el hgado.

81

Juliana Muelas, hija de Juan Muelas, hermano de la abuela Gertrudis.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [137]

El patrn y el mayordomo daban juete


A mi el patrn no me hizo ningn dao, nunca me peg ni
nada. A los otros s. Como yo fui mayordomo, yo vi que al joven
Anselmo Calambs el mayordomo Ricardo Barona, que era un
alto de Popayn, que deca que era el que ms mandaba, le dio
juete hasta que se revolcaba en el suelo. Pero como l no era tan
nio, cuando el mayordomo se mont a caballo para irse, lo cogi y lo tumb de lapo al suelo. Este s como era avispado pele
de igual a igual. De todo esto nada pas, nadie demand, nadie
hizo nada; se qued as.
Esto lo haca con el pretexto de que no madrugaban, porque
el trabajo del terraje era desde las siete de la maana hasta las
cuatro de la tarde, con un tiempito de descanso. Haba que ir seis
das, de lunes a sbado, cada tres semanas82, sin ganar un centavo, y teniendo que ir a comer cada uno en sus casas.
Yo tambin como que me avisp y pele con Ricardo Barona,
porque el hombre era malo. l era mayordomo y yo era simanero. Un da ca enfermo en la casa y lleg a juetearme. Entonces me levant y no dej juetear. Yo tena un caballo. Inmediatamente lo ensill, me mont y sal corriendo. Cuando llegu a
la puerta estaba con un candado, entonces cog una piedra y le
di hasta volver pedazos el candado. y me fui yendo. Pero s me
hizo muchas maldades, aunque pegar no me peg.
De mayordomo de los Campo
Una vez cuando llegu al pueblo le avis a Eloy Campo que
Ricardo Barona haba vendido siete novillos antes de enterar al
patrn y tambin 60 arrobas, o cargas, de trigo sin que ste se
diera cuenta. Don Eloy me mand inmediatamente a Popayn,
y cuando llegu me dijo: Andate para la casa, pero ahora si tens
que ver vos mismo la finca, para que ests de mayordomo all. All
tens que ver la hacienda y 60 barretones, 20 palas. Todo tens que

82

En realidad debi ser cada dos semanas, pero no fue posible rectificar este dato
con l porque al poco tiempo de la entrevista muri.

[138] l a f u e rz a d e l a g e n te

coger. Cuando llegu al yastau Eloy me dijo as. Entonces me


metieron de mayordomo a mi, y estuve por cuatro aos.
Cuando fui mayordomo, siempre andaba volteando a caballo como el patrn mismo. Entonces la gente me empez a odiar.
Como me odiaba, haba un baile y yo andaba por all en medio
de las muchachas y, en un momento que estuve sentado con ellas,
me sacaron cogido de los brazos y as me pegaron. Yo no haba
tomado ni un solo trago y as me pegaron.
Despus de eso me demor como uno o dos meses y me cas.
Tuve ya mis 20 aos y entonces fue que me cas y por eso me
pude salir.
La salida al Tablazo
Como todos los terrajeros expulsados, Cruz y su familia comenzaron un largo peregrinaje, teniendo que ir de aqu para all,
de un lado para otro, hasta que finalmente, despus de muchos
aos, lograron la estabilidad en unas tierritas que adquirieron en
Siberia, Cauca.

Cuando sal me fui para la montaa, a la Mara. Primero me


fui al Tablazo, detrs de la mujer. Como mi mujer era de tierra
libre, cuando iba uno o dos das a trabajar en el terraje ella se
aburra muchsimo. Que no le pagaban nadita y tener que estar
cocinando, deca. Entonces me vine atrasito de ella. De buenas
que me cas con quien tena tierra a este lado. Si no hubiera sido as, que tena tierra en el Resguardo, yo todava estara en la
hacienda. Por eso vine yo, porque haba tierra.
All dur cinco aos. La tierra en Tablazo era de mi mujer. Eran
como tres huertas grandes y en cada una caban como tres arrobas de maz. En todo eso yo cultivaba entre maz, trigo y linaza.
Esas tierras del Tablazo fueron vendidas, segn parece, por presin de los blancos del pueblo, quienes empezaron a decirle que
esa era rea del poblado. La plata de la venta fue mal utilizada, pues
como Cruz mismo deca: Yo siempre fui vagabundo. Y as, se
quedaron sin tierra.
De all sali a tierras del Resguardo, parece ser que mediante
compra a un Emilio Cuchillo, del Salado. Segn cuenta Cruz,
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [139]

inmediatamente el Cabildo a mi me dio la adjudicacin y me posesion. All dur entre cinco y ocho aos, segn su propio recuerdo. Pero seguramente no tena suficiente tierra, pues se quejaba
de no tener comida, razn por la cual se fue al pueblo a trabajar.

Me fui al pueblo como a ganar de ordeador. All dur tres


aos. Durante el da, haba una fbrica de velas y yo fabricaba
velas todos los das. Entonces un don Romn me dijo que para
estar haciendo velas era feo y me llam: Crucito, por qu no va
a la montaa, quiero llevarlo a la montaa. As me dijo a mi.
La ida a La Mara
Como ya no tena tierra, empec a ir a la montaa, al fro.
Me fui para La Mara y all anduve. Despus me fui por all arriba
a donde un seor que llamaba Manuel Santos, un pez. Yo andaba con un blanco y l me rega diciendo: Usted por qu se
viene a meter con blancos aqu. Si viene solo yo le doy tierra.
Como l me avis as, me vine a la casa para avisarle a la mujer.
Regres de nuevo y all ya sembr un pedazo. Por eso me qued
all cultivando. As dur 19 aos en el pramo.
Los domingos siempre me gustaba salir a caballo con un
compadre que llama Balvino Getio. Haba un paez a quien yo
quera como mi pap, era un mayor mascador de coca, y l me
dijo: Crucito usted se quiere quedar con estas tierras? Te las
vendo para que te quedes aqu. Un domingo que me fui para
Jambal me dijo: Crucito ahora s necesito una plata. Le vendo
esta tierra. Usted me ha dado mambe, usted me ha dado coca,
todo me ha dado. Y ahora s se la vendo.
Yo no tena plata, pero el compadre Balvino Getio me prest
40. Entonces recib los 40 y se los di. Y por eso fue que yo compr en el pramo.
Planes de ir al Huila
Cuando estaban viviendo en el pramo, en alguna ocasin
tuvieron planes de comprar tierras en el Huila. Juliana, la mujer
de Cruz, recordaba que:

[140] l a f u e rz a d e l a g en te

En el Huila decan que era muy bueno, entonces mi marido fue


a buscar tierra. Como tenamos mucho traste, utensilios de cocina,
mientras tanto yo vend todos los trastes, porque l mismo haba
dicho que cuando ellos volvieran ya estuviera vendido y listo para
ir. Vend y lo de llevar ya tena listo, recogido en un solo sitio. Pero
en la tierra donde fue a ver haba mucha plaga, entre ellos una lluvia
de mosquitos bravos; eso vena como venir un humo o una nube.
Yo vend todos los platos de comer y todo, listo para ir, y no pude
ir! (risas)

Por el lado de Moscopn, en un punto que llaman Las Delicias, en ese entonces haba tierras para venta, pero nada me gust. Las tierras eran pura montaa, unos enormes palos, y todo
era unos barrizales, que haba que caminar saltando por unos
palos grandes. En algunas partes haba pasto quicuyo. Siempre
en algunas partes era abrigado, caliente, y vi algunas caas, caa
dulce. Pero vide que las tierras no servan para agricultura.
All en Moscopn llegu donde Gabriel Velasco y ayud a
montar el trapiche; desde ah nunca volv.
Salida de La Mara
Del pramo nosotros no ramos para venirnos. Entonces
hubo un problema. Yo estaba bien amaado y tena harta tierra,
que para cultivar no alcanzaba a hacer todo. En ese entonces tuvimos ganado, ovejos, cerdos; cerdos hemos alcanzado a tener
hasta 30. En ese entonces, no como ahora, que hay que comprar
las papitas chiquitas para comer, el ulluco y las papas grandes,
todo lo echbamos a los puercos. Pareca que nada nos faltaba.
Haba mucha mauja; mauja haba por cantidad.
Entonces en Jambal haban matado a uno que llama Jess
Cadena y un estanquero que era mi compadre. Mataron dos en
ese momento. Entonces el gran problema que desde el alto, por
ese motivo, nos sacaron a palos. Pero yo siempre me avisp y no
quise dejarme fregar.
A la mujer la mand para Silvia a buscar panela, pero no volvi. Vena yo en un alto caminando para Jambal, cuando vide
mucha huella que haba pasado de zapatos. Para este lado de la
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [141]

montaa me encontr unos tipos de all del yastau para abajo,


que traan tres caballos. Me dijeron que en Pitay no nos dejaron pasar. Por qu no me lleva estas bestias, para que las tenga
all no ms?. Con montura y todo, ellos solamente se bajaron y
me entregaron. Yo las llev y arrend una manga donde un
Benancio Casos. Dicen que las huellas eran de la guerrilla.
Nosotros no vimos pelear de frente la guerrilla, pero como
la mujer se fue a buscar panela y no volvi, despus la volv a encontrar, cuando de pronto vino una cantidad de soldados, que
se vea azuuul, que no se vea ni el monte. Llegaron a mi casa,
porque yo tena una casa grande, y empezaron a fritar carne.
Hemos estado con mi hija la Mencha, y vimos fritar harta carne,
y coman. La carne y las pailas de fritar trajeron de otra casa.
Usted desde maana baja a Jambal y saca los certificados
para que pueda andar. Eso dijeron los soldados. Va all al alcalde y dgale que le de un certificado. Yo me fui a caballo, porque hasta ah yo tena los caballos ajenos, me fui a Jambal y saqu los papeles y me dijeron: Ahora s te andas libre; a ellos no
hay que tocarlos y si mandan a cargar, a agarrar, usted no cargue. A los otros que vivan all les hicieron cargar unos bultos
grandes y llevrselos tambin en la mano, ms tres gallinas, pero
a mi no me toc todo eso. Entonces fue que nosotros nos fuimos de ah.
En ese entonces Senciona fue niita. Mi salida se debe a todo
esto83. Anduvimos y anduvimos, y ese mismo ao nos salimos
del todo para ac para Siberia. Primero compramos donde Pacho vendi y despus compr aqu, sembr yuca y sembr pltano. Eso demoramos como unos cinco aos.
Yo vend la tierra bien barato! En tres mil. Y con eso fue que
compr aqu. Yo no pude tener la plata en el bolsillo, entonces
mand a guardar a la mujer por tres aos. Busqu tierra y busqu

83

En la dcada de 1950, integrantes de la guerrilla de Guadalupe Salcedo tuvieron actividad en la regin de Jambal. El ejrcito ejerci una fuerte represin
contra muchos campesinos e indgenas, tildndolos de guerrilleros. Es a esta situacin a la que se refiere Cruz, la cual caus una nueva migracin de muchos
terrajeros guambianos que, como Cruz, por fin haban logrado acomodarse en
esas tierras.

[142] l a f u e rz a d e l a g e n te

tierra. Nadie me venda. Anduve por all por la laguna y por todo
eso volte. Pareca que no poda comprar, y yo con hijos Entonces anduve llorando. Anduve y anduve hasta que por fin compr aqu. Y compr en buena parte, donde nada me ha pasado
hasta ahora. Eso hace 35 aos84. Y aqu tengo los papeles de que
le compr esto. Rpidamente se hizo tanto tiempo, y en ese tiempo fue que aqu me enferm. Tengo 72 aos.
Por todo eso he tenido que salir de la hacienda, pero a mi
nada me hicieron all.
Expulsin de la familia de Julio Calambs
En el ao 2000 convers en San Fernando con Javier Calambs
sobre la historia de la terrajera. Lo que sigue es, en sus propias
palabras, lo que me cont sobre la expulsin de su familia por
Emilio Campo. Tambin incluyo lo que record la mayora Encarnacin Tunubal, mam de Javier, en entrevista que le hicimos en
su casa de Jambal, en enero de 1993, unos pocos das antes de
morir. La mayora recordaba que:

Siempre bamos all a la casa del patrn a trabajar el terraje.


bamos all cuando decan que fueran a cocinar. Haba tambin
gente por el lado de San Fernando [] Para todo el trabajo que
haba que hacer, a mi me tocaba levantar desde el primer gallo,
para cocinar. Haba que levantar muy temprano; a las siete de la
maana ya haba que estar por Ambachico. El que llegara a las
ocho de la maana no reciba el diario, con amenaza de expulsin. Al que llegara tardecito no reciban y hacan perder su da,
pero el otro da haba que venir dos personas para reponer.
El terraje siempre tocaba hacer hasta Ambachico. Tambin
nos hacan trabajar bien abajo, casi frente a Piendam, donde hay
guarangos. All a mi tambin me toc ir a trabajar. Tambin en
un punto que lo llamaban El Chero me toc trabajar, porque as
lo mandaban. Mi finado deca que haba que ir a trabajar all porque era orden, entonces yo tambin sala con l

84

La salida de La Mara debi ser aproximadamente en 1952-53.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [143]

El Chero tambin era tierra de Eloy Campo, o mandaba a trabajar l. Tambin tena tierra un Gonzalo Caicedo. Ese era el que
ms alegaba para expulsar a nosotros. El otro era Emilio Campo,
que tena tierra por estos lados. Entonces a nosotros nos haca
trabajar por all en un medio donde haba casa de la hacienda.
(Encarnacin Tunubal)
El compaero Javier cuenta que:

Detrs de la gente luchadora mi pap andaba muy bien y sin


miedo, pero cuando de pronto nuestra misma gente como andbamos todos trabajando en grupo en el terraje se dio cuenta
y se quejaron al patrn, expulsaron a mi pap de aqu de Las Mercedes. Entonces nos toc irnos sin nada; llevaba nada ms la remesa de la primer semana y una vaquita. Nos madrugamos y nos
fuimos.
Y esto dijo la mayora Encarnacin:

Hace unos 60 aos vinimos del Nuyapalo85. Pues nosotros no


debamos de haber venido, pero mi finado vino dizque para Bogot, a pi, por Inz, con Pedro Jos Muelas [] Entonces llegaron all a la Notara 1 [] y hemos encontrado ese buen documento
Chimn era Resguardo, pero nosotros hemos sabido estar
pagando terraje. Entonces reunan y hablaban a ver si se podan
ganar las tierras. Estas eran de nosotros mismos, pero nosotros
cmo suframos descontando el terraje! Esto han hablado mucho ellos y decan que iban a seguir luchando. Haba otro de
Anisrtrapu (Cacique), un Chabaco, joven, que tambin muri.
Este tambin deca que iba a luchar. Estaban sentados en una
mesa escribiendo unos papeles.
Entonces haba unos que se fueron a quejar al patrn, a decirle que te van a quitar la tierra. Le fueron a decir esto a Eloy
Campo. Los mismos terrajeros fueron a ponerle la queja y por
eso nos expuls a nosotros. Dijeron que nosotros estbamos
85

Aproximadamente en 1933.

[144] l a f u e rz a d e l a g en te

haciendo juntas para quitar las tierras, y a raz de eso a nosotros


nos sacaron con la polica.
Cuando nos expulsaron, la casa solamente le quitaron []
Haba harta gente, pero nos expulsaron fue a nosotros solos []
Vinimos expulsados, dejando la cebolla y ajos tambin, por all
en la guaicada del Cndor. Se arrancaba siempre nueve cargas
de cebolla y todo esto dejamos sin arrancarle nada. Como nos
expuls, yo vine pensando: ac qu ir a comer! Yo vine dejando todos los cultivos y vine llorando, siempre pensando qu comer y con qu vestir, y para comprar mis cosas qu har.
Entonces ac como Luis Felipe Calambs tambin me hizo
una caridad, volv a sembrar cebolla. Tampoco haba un punto
muy bueno para construir la casa, pero el finado quiso hacer la
casa que hasta ahora existe. La cebolla, as sea la tierra ms mala,
yo cultivando y cultivando, Tius me dio la cebolla. Entonces, siquiera he podido comprar algo con eso.
Los primeros expulsados fuimos nosotros [] A los dems
nadie les expuls [] Deben haber sacado despus. Son 60 aos
desde que nos expulsaron.
Solamente kasuku Antonio Hurtado qued apenado de que
nosotros vinimos, porque era del lado nuestro. Los otros a veces
vivan hasta furiosos porque mi finado andaba mucho. Antonio
Hurtado viva all del Alto de la Cruz para abajo; tambin donde llaman el Alto del Sale [] Por ah tena tambin tierra, y la
mujer de l llamaba ta Tunisia.
A ta Tunisia no le gustaba mucho que anduviera con mi marido. Deca que era por no trabajar que andaban molestando las
cosas del patrn [] Pero cuando nosotros bamos a Bogot, all
nos decan que la tierra todava es de ustedes, pero luchen que
algn da [] ustedes vivirn all [] Eso dijeron en la casa del
gobierno que queda por all cerca a Monserrate []
Despus de todo esto nos vinimos para ac y entonces los patrones tambin quedaron tranquilos. Despus volvimos vuelta
all en la casa del gobierno conservador, y despus fue en la casa
de los liberales. Siempre en eso, nos llevaban a caminar.
Luego de su expulsin, la familia de taita Julio debi tomar
nuevos rumbos. Sobre esto el compaero Javier cont:
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [145]

Cuando nos expulsaron, fuimos para el lado de Jambal y


donde llegamos era un amigo paez, Javier Ipia, que nosotros llambamos patrn. All tambin apareci otro patrn, pero era distinto. No estbamos trabajando para l. All era a cuidar ganado;
era una sabana como de unas 100 hectreas, con once cabezas de
ganado. La tierra s le dej a mi pap para que cultivara a su cuenta.
La casita la tena cerca al pueblo. All estuvimos como unas
dos semanas y ya nos dijo: Ahora s tens que ir donde vas a vivir
definitivamente. ste nos ayud con un caballo y el mercado,
con unos maces y unas cosas ms.
En ese momento cuando llegamos all, yo me di cuenta como
si estuviera despertando. A mi me traan en la espalda y desde
que me bajaron y me pusieron en el patio, que eso s me acuerdo clarito, de all hasta 1944 estuvimos.
Como all los vecinos cercanos tambin eran paeces y era
gente muy buena, tambin nos haban dado una tierrita, como
una hectrea para que cultivramos todo, pero para el dueo de
la tierra que le hiciera un pedacito para l tambin venir y cosechar. Tal vez el seor nos ech la bendicin. Todo fue sembrado
de ulluco y cargoo ulluco que la gente de ac cada siete das sacaba 20 o 30 cargas. Y el ulluco no se acababa! Eso dio ms de
200 cargas, pero en ese entonces la carga de ulluco solamente
vala 10 pesos. Entonces en ese momentico el que deca que era
patrn ya no le gust.
De all toc otra vez despedirnos de esa tierra, agradecer e
irnos, ya como liberndonos del terraje. La gente de all dijo que
no se deje mandar de otro y que venga para que usted consiga
su propia tierra. Y el Cabildo de Jambal dio posesin. Ah s yo
ya tena buen conocimiento cuando dijeron muchas gracias, y
nos fuimos.
Si mi pap no hubiera salido de esa tierra por un tiempo ms,
haciendo los trabajos, esa tierra era para drnosla a nosotros.
Pero entonces la gente insista mucho en que estaban dejndose
mandar de otro, que entre nosotros los indgenas no puede hacer eso. Como el Cabildo dijo que nos iban a dar una tierra propia, nos fuimos.
Tuvimos otro buen vecino que llamaba Cenn Dagua. Este
tambin nos dijo que l tena una tierra que estaba de balde, que
[146] l a f u e rz a d e l a g en te

si quera trabajara. Tambin dijo que dejara sealado un pedacito para l. Ah trabajamos duro como unos tres aos y de ah
nos dio para hacer la casa arriba, a una hora de camino.
El primer patrn donde llegamos, todo el tiempo quera que
estuviramos en sus manos; no quera que nos furamos. Nos
entreg 11 cabezas de ganado en el 38, hasta el 44, y en seis aos
multiplic a 65 cabezas. Al ganado le orden que cuidaran, no
como de l, sino como si fueran suyas. Entonces, de la leche que
ordebamos sacbamos queso, y l vena solamente a llevar
queso, pero nunca preguntaba cunto comieron, sino que dejaba
libre para que nosotros comiramos lo que quisiramos. Y si alguien llegara, pues dele tambin para que coma, estbamos advertidos.
De todas maneras, hambre no pasamos una vez fuimos echados de estas tierras. Entonces mi pap siempre estaba contento.
Ac tambin se sufre, pero la situacin es distinta, deca. l estaba muy contento porque le acompaaba mucha gente a sembrar y a cultivar. Como mi pap sufra tanto aqu en Chimn,
que todo el tiempo lo tenan haciendo trabajos no propios de l,
con un poquitico de cultivos que haca y por eso haba que pagar terraje, all senta que no era nada lo de cuidar ese ganado
en la sabana.
Todos los das, desde las ocho de la noche, siempre rejuntaba
el ganado en una guaicada de la sabana, y all amaneca siempre
hasta las cinco de la maana. As dur seis aos y no dej perder ni una sola res. Entonces dijo que usted me cumpli grandemente y que muchiisimas gracias. Pero el patrn, hasta que
sali, no hizo ningn reconocimiento por el cuido de ese ganado. De todas maneras mi pap quedaba agradecido porque, por
haber venido ah, abri espacio para que otros le dieran tierra.
El Cabildo dio posesin. Hasta ahora mi familia se mantiene all en la tierrita, sin pasarla a manos de otros. Como no somos solos, mis hermanas mujeres por all estn. Pero todo esto
nos sirvi mucho, nos dio valor para estarnos all al entorno de
Jambal. Como nosotros tenemos la experiencia del sufrimiento de Chimn, all nos portamos bien, como debe de ser, y eso
nos sirvi de mucho. Mis paps estuvieron all hasta que finalizaron su vida. All tengo guardados los huesitos de ellos.
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [147]

La gente iba mucho all. Unos a ver cmo conseguir cultivar, otros a sacar carga de flete y otros a comprar comida. La gente
que vena a comprar comida, no venan a comprar comida, sino
a ayudar a cosechar, a recoger los productos, y entonces todos
los das, por la ayudada, les pagaban una arroba. Si venan dos
personas y trabajaban tres das o ms, pues con eso se haca una
carga para traerla. Entonces decan que venan a comprar, pero
lo que hacan era que ayudaban y ganaban la comida. Unos sacaban fletes y otros iban a conseguir tierra y a sembrar al partir.
Mi pap mantena unas 20 o 30 personas siempre. Por las noches, como cuando llueve pramo no podan salir temprano a trabajar, mientras calentaba el da, mientras salan a trabajar, siempre hablaban y hablaban, y esto era lo que deca: Nosotros hemos
venido ac por esos motivos de expulsin all, pero aqu no hemos fracasado. l contaba siempre que aqu estamos como libres,
contaba todo eso, la realidad, cmo empezaron aqu a echarnos.
Fue el patrn Emilio Campo, l fue el que nos sac. Pero haba otro que ayudaba a expulsar, que era un familiar de mi pap
mismo que llamaba Celestino Calambs, hasta que muri. La
gente le deca a l que era el limpia-culo del patrn. Hasta que
nosotros vimos, l siempre andaba a caballo detrs del patrn,
hasta hace poco. Primero muri el patrn y, como la muerte de
todas maneras nos llega, ste tambin muri. Entonces, como los
blancos son as, como decan que era buen patrn y buen empleado, decidieron enterrarlo al ladito de donde est el patrn,
y ah est, en yastau.
Yo no me acuerdo mucho, pero la mayora de los terrajeros,
casi todos, pasaron al lado de Michambe. Todos los Muelas son
del Chimn. Si me hubiera yo levantado o criado aqu adentro
de Chimn hubiera contado muchas cosas, pero yo me cri y me
levant en otro lugar. Yo vine aqu en 1962, como un forastero,
como venido de otra zona.
Santiago y los Gonzlez Piedrahita
Como ya qued establecido, en 1951 los Campo vendieron la
hacienda Las Mercedes a Ernesto Gonzlez Piedrahita. Los terrajeros que no haban sido expulsados, los que an quedaban
[148] l a f u e rz a d e l a g e n te

en esta parte del Gran Chimn, salieron finalmente cuando esta


familia de terratenientes decidi utilizar la tierra para levantar
ganado de lidia. Prcticamente no tuvieron que hacer nada ms
que meter los animales para que, asustada nuestra gente, se saliera de sus tierras ancestrales. Como dice Luis:
Ya en los potreros no haba una res pues; solamente [] ah
cerquita al ruedo de la casa de Santiago estaban las vacas de ordeo. Pero para arriba ya soltaron vacas negras, cachonas, fesimas,
de dar miedo. Todava no haba circo. Entonces ya viendo eso salieron calladitos. Como ya iban tumbando los cercos tambin
All donde vivi Jacinto Tomb, esa planada picaron, araron
y sembraron. Ya esos ranchos todo fueron tumbando y all sembraron alfalfa para cuidar ese ganado. Entonces pues salieron,
porque no haba quin defendiera y por el temor a esas vacas
tan bravas!

Lino Calambs y su pap fueron los dos ltimos terrajeros


que quedaron all, y vivieron la salida de todos los dems.
Cmo haca la gente para estarse aqu! Porque lleg el ganado bravo. Entonces se fueron [] Se abrieron las huertas y entraron el ganado bravo all. Qu se iba a estar la gente haciendo ah?
Entonces se fueron todos. Ellos si se fueron sin que pagaran ni
nada; se fueron calladitos. Los cultivos se los comi el ganado, las
casas fueron desbaratadas
Aqu vino a fregar fue cuando trajeron el ganado bravo, porque la gente tena mucho miedo. Entonces s se fueron todos []
Nos quedamos apenas los dos: yo y mi pap, y su compaera []
Los dems todos se fueron
El primer mayordomo que vino nos ech tambin, se asoci
con el vaquero Celestino; despus vino otro mayordomo de nombre Agapito y ech a Celestino y al otro que nos quera echar. A
mi pap lo hizo quedar aqu trabajando en la casa de la hacienda, y a mi me mandaron all al manejo del ganado. As hicieron
con nosotros este Ernesto Gonzlez [] A mi me sostuvo y me
dijo que me quedara aqu con el ganado. Entonces, desde que entraron hasta que se fueron hace poco, yo le acompa todo el
tiempo como si fuera hijo. Estuve aqu en compaa de misia
Mara.
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [149]

[] Distribuyeron la gente, los vaqueros all arriba, y a mi dejaron ac abajo en la quinta en la Sierra Morena. Ah dur 31 aos.
(Lino Calambs)

En el actual Santiago el terraje se acab con Emilio Campo,


pues ste dej de existir, porque la gente se fue, con los Gonzlez
Piedrahita. Como dice Lino Calambs:
El terraje se acab junto con don Emilio. Don Emilio y el hijo
eran los que lo cobraban.

Los Gonzlez Piedrahita fueron los ltimos terratenientes en


controlar nuestras tierras de Santiago. En 1960 crearon la llamada
Sociedad Hacienda Las Mercedes, y con esa figura se quedaron
ah levantando toros de lidia hasta 1980. En ese ao el pueblo
guambiano tom masivamente las vas de hecho para recuperar esta parte de su territorio. A diferencia de los tantos aos de
luchas por las vas legales que nunca dieron fruto, este camino
fue exitoso, y desde entonces Santiago est nuevamente en manos de nuestra gente.

[150] l a f u e rz a d e l a g e n te

San Fernando

Lo que hoy es San Fernando tambin haca parte

del Gran Chimn, pero al igual que con Santiago, los terratenientes formaron ah una hacienda aparte, con todas las divisiones
hechas por herencias y ventas entre ellos mismos. Como ya qued dicho, al igual que el potrero Santiago, heredado por Brbara Concha de su madre, tambin el potrero Yeguas qued en sus
manos, por compra que hizo a su hermano Francisco. Este ltimo, que posteriormente se convirti en la Hacienda La Selva y
luego cambi su nombre al de San Fernando, fue heredado por
Clemencia Medina, hija de Brbara Concha, en 1918.
Esta finca donde estamos, San Fernando, la llamaban Selva
[]. La Selva y Las Mercedes eran de un solo dueo, un solo patrn. Los dueos de eso eran dos hermanas86. As como nosotros
los guambianos, partieron del filo para ac para una hermana y
del filo para all para la otra hermana.
Los primeros patronos que llegaron convirtieron esto en
terrajeros y de pronto apareci un patrn que llamaba Alfonso
Lozano. ste traspas al ltimo Julio Garrido. De la gente de ese
entonces algunos estn todava por aqu []
(Javier Calambs)

Desde 1918 hasta 1945 La Selva estuvo en manos de Clemencia Medina; pero sta fue hipotecada a Alfonso Lozano en 1941.
En 1945, cuando Clemencia vendi la finca a Julio Garrido, no

86

Clemencia y Soledad Medina, hijas de Brbara Concha y Domingo Medina.


Soledad hered el potrero Santiago y Clemencia Yeguas.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [151]

slo la finca estaba hipotecada, sino que el ganado que haba en


ella era de Lozano87.
Entre 1945 y 1964 hubo varias transacciones de venta, pero la
finca siempre permaneci en manos de la familia Garrido.
Yo no conoc por ah porque, como al igual que las tierras, a
los indgenas tambin nos dividan, entonces uno no sala de los
predios donde pagaba terraje. Algunos dicen que, en pocas de
Rafael y Jos Antonio Concha, en San Fernando se pagaba una
semana de terraje al mes, y que el patrn les permita trabajar
en las tierras faldosas, no en las planas, tal y como suceda en las
dems partes del Gran Chimn.
La abuela ma es que viva all y yo fui criada con ella; la vi
cuando era nia Los dueos eran Rafael y Jos Antonio Concha [] Del Molino hasta San Fernando era de un solo dueo y
la gente que pagaba terraje eran 100-200 personas []
Por defender un pedacito de tierra es que la gente pagaba
terraje. Quin sabe! ser que no tenan otra parte dnde ir. Daban lo ms feo para trabajar y cuando ya estaba limpio lo quitaba
el patrn. Cuando estaban los patrones daban para que siembren
papas, pero las ms faldosas. Por no morir de hambre esa gente
coma hojas de mejicano y coles Ahora quin come col!
Ya a ltima hora qued poquita gente. Algunos se fueron para
Morales, muchos se fueron por Jambal. Por San Fernando mismo no haba mucha gente, pero as todo global desde abajo, siempre haba bastante. Por actual Warkatrapu siempre haba gente; ah
s los sacaron a todos y se pasaron a Maras (Jambal).
Para que se fueran, desbarataban la casa []; el mismo patrn
es el que ordenaba as. Han quedado muchos planes por all de esa
poca [] Los patrones eran los ms malos que he visto.
88

(Concepcin Ussa de Tomb )

Algunos dicen que fue Domingo Medina quien ech a los


terrazgueros.

87

Escritura 964 de 1945, Notara 2 de Popayn.


Tomado de entrevista realizada por Cruz Trochez y Miguel Flor en 1989, en
imbe.
88

[152] l a f u e rz a d e l a g en te

El patrn era don Domingo Medina. l fue que nos ech. Una
patrona ha sido Clemencia. Ella era buena, con ella s se viva bien
[] Despus fue que negoci con Domingo y l fue el que ech a
todos los terrazgueros [] Nosotros ramos de San Fernando y
fuimos echados por los patrones.
En San Fernando era pura casa pajiza [] Nosotros apenas
vivamos en ranchos chiquitos. Eran tres en el mismo plan []
Una casa era de nosotros y la otra era de taita Cruz [] Las tres
casas eran de familia de los Velasco [] A nosotros nos echaron
de all y ya desbarataron las casas los patrones
(Gabriela Velasco 89 )

Javier Calambs no es de San Fernando, pero s conoci porque a veces pag terraje ah, ya en pocas ms recientes, y an
guarda algunos recuerdos en su memoria.
Mi cordn umbilical no est aqu en San Fernando, sino all
en lo que era antes Mercedes; ahora la llaman Santiago. Propiamente el plan de la casa donde vivieron mi pap y mi mam, sufriendo y todo eso, fue ah.
Pero aqu en San Fernando mi finado suegro, que llamaba
Agustn Morales, pagaba terraje. Yo, como era mi suegro, de vez
en cuando vena ah y ayudaba a descontar el terraje. Entonces me
di cuenta lo duro que era trabajar terraje, donde no daban ni agua
desde las siete de la maana hasta las cuatro de la tarde. Ni era a
las cuatro en punto sino que dejaba pasar, y cuando sala unos
minuticos antes, el que vigilaba era la misma gente de nosotros y
l deca que miren el sol que todava est alto, que todava era temprano. Eso yo escuch con mis propios odos. El que mandaba eso
era Antonio Tomb, el pap de lvaro Tomb, que ahora est viviendo all en Chimn.

Finalmente, en 1964, los Garrido vendieron la tierra a la Cooperativa Las Delicias90. Ms adelante, bajo el aparte Cooperativa
Las Delicias, se explicar este proceso de recuperacin de nuestras tierras.
89

Tomado de entrevista realizada por Cruz Trochez y Miguel Flor en 1989, en


La Campana.
90
Escritura 788 de 1964, Notara 1 de Popayn.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [153]

Chimn y Mario Crdoba

Yo siempre sacaba la conclusin de que en 1944,

cuando Mario Crdoba empez ya quitando las tierras y los cultivos iban desapareciendo, se hizo mover a mucha gente. Fue
cuando algunos se fueron de una vez, definitivamente. Les quitaron la tierra, los hicieron desocupar, echaron ganado en los
cultivos, desbarataron las casas y los dejaron en la calle, y para
rematar les echaron la polica encima. Entonces muchos cargaron la maleta y la familia y se fueron para no volver nunca ms.
Otros, los que no pudieron irse, los que no tuvieron capacidad
de irse, se quedaron ah a merced de esta gente, sometidos a la
esclavitud de la terrajera. A unos les cambiaron la casa de un lugar a otro, y las que quedaron desocupadas fueron tumbadas.
Crdoba vena personalmente con gente de afuera. Haba un
mayordomo, Alberto Lpez, al que le decan tuerto Alberto, que
era muy jodido, muy malo con los indgenas. Buscaron gente mala para reprimir. Otro era el Cabo Cruz Tunubal, un indgena
que, como entenda ms, hablaba mejor el castellano, era inteligente, lo usaron, lo juntaron all con el mayordomo tuerto Alberto, para que se encargaran de hacer todo el desalojo para
quitar las tierras.
Luis recuerda que:
Cuando entr Mario Crdoba y vino un tal Pedro Roa, entonces empez a pagar a los mismos terrajeros para daar y tumbar
los cercos. Ese fue el que vino quitando las huertas y reducindolos, para hacerlos aburrir. Pero todava resistan en ese tiempo;
todava no era tan difcil como con Ventura Riascos. Con Ventura
se hizo un revolcn cruel; maquearon a la gente.
Poquito despus ya fue nombrado el cabo Cruz; all los capitanes se terminaron. Ya qued al mando el cabo Cruz.
[154] l a f u e rz a de l a g en te

Entonces, desalojaban, quitaban las tierras, y con la misma


gente, con los mismos terrajeros, abran el camino, que era la
peor desgracia. Lo nico fue que buscaron un blanco para que
usara a los indgenas como trabajadores para abrir los cercos,
para hacer lo que necesitaban y meter ganado.
Cuando lleg Mario
muchas tierras estaban en manos del misak
Pero, aunque no tenamos papeles para demostrar que las tierras eran nuestras, lo que hizo posible que expulsaran a nuestra
gente, de todas maneras gran parte de ellas estaba en manos de
los guambianos, era tierra de misak. El resto era tierra de la hacienda, es decir, estaba siendo usada por los terratenientes, como potreros para su ganadera.
Yo no se cunto tiempo haca, pero cuando conoc la tierra
que est urbanizada cerca a Silvia, ese lote ya era de la hacienda.
En ese entonces era tierra de Mario Crdoba, porque en 1944
Matilde Lemos les haba vendido a l y a Alfonso Garcs lo que
quedaba de El Gran Chimn91, y ya en 1947 la totalidad de estas
tierras estaba en manos de Crdoba, por compra que ste le hizo
de su parte a Garcs92 . Vino tambin mandando como administrador de la hacienda El Chimn un tal Alfonso Lozano, que no
recuerdo qu relacin tuvo con Mario.
Segn Joaqun Morales, estas tierras quedaron convertidas
en potreros,
desde la poca de Fajardo. No fue quitado todo. Lo que venan
quitando era los potreros que ya estaban limpios. La pobre gente
iba adelante adelante, limpiando. Cuando yo me di cuenta que
haba gente por all en el punto llamado Oskowampik, tambin de
ah para arriba hasta lo llamado Pablo Paja haba gente. Yo no se
desde cuando sera que haba gente entre el Oskowampik y ahora
la Marquesa. All pusieron una cruz y a eso ya lo llamaron el
Kurustaik. Entonces ya dividieron y para arriba lo llamaban el
Oskowampik y para abajo lo llamaron Kurustaik.
91

Escritura 3039 de 1944, Notara 1 de Cali.

92

Escritura 1366 de 1947, Notara 1 de Cali.


l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [155]

Mapa 4

Los terrajeros de El Chimn cuando lleg Mario Crdoba.

[156] l a f u erz a de l a g en te

Dicen que esa cruz la pusieron los misioneros que haban


entrado a imponer su pensamiento y su forma de vivir entre
nuestra gente. Luis sabe que:
Los padres misioneros, a los que vivan acompaados en unin
libre, los traan con los alguaciles y los hacan casar. Venan diciendo que en los altos o en las peas estaba el diablo y entonces decan que lo agarraban y lo amarraban. Ellos son los que pusieron
la cruz en esos lugares.
En el Kurustaik de nosotros lo hicieron porque all decan que
estaba el kueikmantsik. Hay una piedra grande encima del camino y, cuando la gente pasaba por el camino, un isirik grande estaba sentado con las rodillas as, a veces fumando tabaco y otras veces no [] Estaba ah sentado sin hacer nada [] Entonces estos
de nuestra misma gente que andaban de noche se sentan con
miedo y se asustaban [] Entonces avisaban a los padres misioneros porque crean que era el kueikmantsik. As que, para que se
fuera, le pusieron la cruz.
Esta cruz se cay ya de vieja. Despus de mucho tiempo, mi
pap, taita Luis Snchez, taita Juan Snchez, Felipe, no se qu tantos, se fueron todos, hicieron una nueva cruz y trajeron cohetes y
quemaron ah. Y ponan flores. Pero sta volvi a caerse. Entonces ya nadie volvi a poner. La cruz la pusieron a un ladito del
camino, detrs de una piedra grande. Era un plancito que pareca
un camino viejo.

Para all para el lado de Chillikkulli, frente a Tapias, eran ya


potreros de la hacienda. No se desde cuando sera, si desde Concha, Julio Fernndez, pero eso fue de la hacienda. All tenan el
ganado.
Desde la tierra de Rosaliakullu, despus llamada Renteras,
hasta arriba, a un punto que antes llamaban Natoashippi, luego
conocido como Buguea, hasta all era cogido de los blancos.
Todo lo que llama La Buguea hasta arriba, hasta donde est el
rancho de nosotros, lo que llamaban Pablo Paja, hasta all tenan
ellos su ganadera. Pasando el plan de la casa vieja de nosotros,
ms arriba, tambin tenan ellos potreros de la hacienda y tenan
ganadera de ellos. El plan de la escuela de Chimn, lo que llama
la Marquesa, donde tenan otros lotes grandes de potrero, eso ya
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [157]

era de la hacienda tambin. Pero eran saltados, pues entre los


potreros quedaban espacios donde haba ncleo de indgenas,
mucha gente. Eso tenan para los indgenas.
Haba tierras como el Chillikkulli, hasta cerca de la casa de
Cabo Cruz, hasta un punto que se llama Takukullu, que aunque
legalmente hacan parte de la hacienda, no eran potreros de la
hacienda, sino lotes, pedazos que eran de misak. Takukullu mismo eran tierras del Cabo Cruz y los paps, que mi pap les deca tata Vicente y mama Luciana. Ah mismo vivan juntos con
un criado que llamaba Antonio el mecnico. Tambin haba otra
persona que viva ah que llamaba Dionisio Ussa, a quien le fue
imposible seguir viviendo ah y le toc salir e irse. Vivi all hasta que se cas. Hasta nosotros bajamos all a cultivar.
Luis recordaba que ms arribita viva uno que lo llamaban
Manuel el chiquito, que era el hermano del pap de ahora taita
Julio. A ste le tenan el apodo de Karunchi Manuel. La mujer
dizque era una timaneja que, segn Joaqun Morales, no hablaba
la lengua guambiana, y como que la llamaban Mara Crucita.
Frente a Santiago, donde hay un medio plancito, en esa falda,
de ah para abajo todo era potreros. Frente a Tapias, donde vivan unos Tunubals, ms abajo era ya la casa de mama Dolores, ah en el puente de la Sierra Morena, aadi Luis. Ah en
seguida viva Bautista Tunubal.
De all, en seguida, subiendo, en Sruktrapu, viva uno que lo
llamaban Salvador Calambs93 . Ah eran dos familias en una casa
grande. El otro era un Antonio Calambs. De ah es el mdico de
ahora que llama Juan Calambs. Ah haba un mayor, que era el
pap de Juan el mdico. Ms acacito vivan los Muelas que eran la
familia del Mushu, que posteriormente vivieron detrs de la casa
de nosotros, arriba. Tenan all y ac. De ah para arriba viva el
pap de Antonio el flautero, que llamaba Santiago Calambs
Tomb.
(Luis)

93

Hijo de Manuel Calambs, segn Joaqun Morales.

[158] l a f u e rz a d e l a g e n te

Joaqun Morales recuerda que la mujer de este Santiago se


llamaba Mara Antonia Tomb y que ms arribita vivan Juan Ignacio Tomb y la mujer, que llamaba Trinidad Morales. Estos
despus se fueron para Jambal.
Todos eran terrajeros. De ah para ac viva el suegro del Joaqun de ahora, que llamaba Jacinto Snchez. Ah vivan tres personas, que parece que fueran hermanos: Jacinto, Julio y Pranyu. De
ah, ms arribita, viva Santiago Calambs.
(Luis)
Santiago Calambs Ussa. Estos fueron a vivir all en Pea del
Corazn y por all murieron. La mujer de este Santiago Calambs se llamaba Juana Tumi.
(Joaqun Morales)
Junto con Santiago viva uno que llamaba Custodio, que por
apodo lo llamaban Montsulak. En un solo lugar haba hartas casas. Haba uno que llamaba Santiago, y otro que le decan Jos el
malo. Ms arribita vivan otros que llamaban Antonio, Jess y Joaqun Tomb, apodados morrocoy por los blancos.
(Luis)
Vivi por all mismo uno que llamaba Rafael Tomb. Esos se
fueron tambin por all para la montaa de La Mara; all se fueron a acabar.
(Joaqun Morales)
Ms arriba viva el pap de Rafael Crdenas, Jeremas Crdenas, que era el suegro de taita Juan Snchez.
(Luis)

Joaqun Morales me cont que la mujer de Jeremas se llamaba Mara Morales, que l se haba casado dos veces y que la
primera era de apellido Tunubal. l mismo recordaba que:
Ms arribita de donde Jeremas Crdenas viva ngel Mara
Snchez. Los hijos de l son los hoy Jacinto Snchez y Julio Snchez.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [159]

Petroglifo de Sruktrapu. Foto: Martha Urdaneta.

Por ah viva uno de nombre Jos Calambs y tambin una Helena


Calambs. Ella se cas cuando ya tena dos hijos, y el marido se
llamaba Custodio Tumi, que viva en Bujos.

Ms arribita del Takukullu haba un misak sabio que se llama Domingo Calambs; l era un mdico que vivi all. Mi abuela Gertrudis, que siempre lo buscaba all, lo tena por nombre
kasuku Domingo. A l solamente le dejaron la casita, un cerco
alrededor de la casita y nada ms. All vivi l. Todo alrededor
era potrero de la hacienda. La mujer llamaba Censiona Morales, coment Joaqun Morales. Por all mismo viva Celestino el
adivinador. Hasta all eran todas tierras de misak. Esas tierras las
llamaban el Sruktrapu ahora lo llaman El Caracol y eran de
sembrar maz la gente. De Sruktrapu hasta Chillikkulli era de
sembrar trigo. Hoy otra vez estn en manos del misak.
Hay uno al que le decimos mutap tata Jess chiquito, casado con una hija de Domingo Calambs, que era del Sruktrapu;
l pas al otro lado y hasta ahora est viviendo all. Jess chiquito
tena otro hermano llamado Antonio Tomb, segn record
Joaqun Morales. Del mismo punto era el que llamaban Jos
[160] l a f u e rz a d e l a g en t e

Domingo Trochez y su hijo Jos Antonio, terrajeros de El Chimn.

Antonio el flautero, que muri hace poco. Haba otro hermano


del flautero que llamaba Julio, que se fue para las montaas de
Mara; hace poco volvi y andaba por ah.
En Chillikkulli hoy vive Joaqun Morales94. En ese plan es
donde vivieron Cruz Tunubal y Teresa Hurtado, los paps de Julio
Tunubal, el dirigente del cric; ah naci l, como tambin Juan
Pastor, el que asesinaron. Ah tambin vivieron Pedro Tunubal,
el hermano de Cruz, Vicente Tunubal y Sebastiana.
Por estos lados vivi nuestro Jacinto Tunubal. Segn Luis,
ah eran tres casas juntas: la del pap de Jacinto con la ta Santa
y el otro hijo que llamaba Anselmo.
Tambin nuestro taita Domingo Trochez viva enseguida. All
vivan Domingo el mayor y su mujer, Mara Cruz Crdenas, su
hijo Jos Antonio y tambin Manuel, hermano del mayor Domingo. Un hijo de Manuel llamaba Domingo, el mismo nombre del to, el otro llama Abelino y ste est viviendo hasta ahora
all en Mataredonda, y el ltimo hijo llamaba Rafael. Sus hijas
94

Relato del ao 2000.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [161]

eran Joaquina, la primera mujer de Luis mi hermano, y Julia.


Ellos fueron los que vivieron ah. Los pobres se fueron.
En toda esa guaicada de Chillikkulli sembraban mucho, porque aun en verano no se sufra por falta de agua. En la tierra de
Julio, donde estaban los cultivos de l, yo he andado por ah. No
era roza de nosotros, pero cuando nio no tuve pena ni vergenza y, como nos convid, fuimos a coger papa ah. Yo le sacaba
las papas ms grandes, que llamaban quetenadas!
En Chillikkulli tambin viva Pascual Tomb, un mdico tradicional al que le decan Inkiaraju y a quien todo mundo ocupaba; l pas a Tapias, al otro lado de la carretera, y por all muri.
Ms arribita, en una faldita, viva Ignacio Morales, pap del ahora
Joaqun, que se fue a la hacienda Otavio. Arriba en otro plan haba una mayora que le llamaban ta Tunisia, una persona de gran
estatura, y su esposo, taita Iginio Tunubal. Joaqun Morales record que:
Estos no tenan hijos, sino un criado que llamaba Manuel Tunubal. ste se cas con una hermana de mi mam que llamaba
Luciana Snchez y tenan dos hijos; a ellos los llevaron para el
kausro, para all para la Campana y las guilas. All tuvieron hijos y ellos ya estn grandes y han sido hasta cabildos. All vivieron
nada ms los Tunubals y los Trochez. Al frente, all arriba, vivieron mis paps. Siempre todo el mundo habla, cuando hablamos
de tierras, que nuestra placenta est en tal lugar; lo mo est all
arriba.

Las guaicadas donde vive Vicente Muelas, que lo llaman


Pilaraututun o El Cerro, donde fue la primera recuperacin,
donde en 1972 los guambianos entraron a picar, todava era tierra del misak. Por ah vivieron un poco de Morales: Pascual,
Domingo, Esteban; eran tres hermanos y tres hermanas mujeres, Julia, Josefa. Josefa se cas con Antonio morrocoy y es la
mam de ahora ta Josefina, coment Luis. Tambin los que viven ahora en tierra caliente: Felipe Morales y sus hijos Manuel,
Joaqun, Javier, Cruz, vivieron por ah. En esa casa, ah, uno que
llama Eulogio se cas. Recuerdo que a ese Eulogio el matrimonio se lo apadrinaron mi pap y mi mam, cuando yo fui nio.

[162] l a f u erz a d e l a g e n te

Como yo andaba siempre alrededor de los mayores, entonces yo


observaba y vea que se casaban y bailaban y hacan mingas. Pero esa fue casi la ltima vez que los misak hicieron fiesta all en
ese sitio.
Un poco antes de llegar a la laguna que hizo Aurelio hay una
guaicada que llaman Mitsokulli. All hasta ahora existe un plan
donde vivi taita Jacinto Snchez. Tena casa arriba, pero tambin tena abajo, y siempre trabaj en dos partes: arriba y abajo.
Donde est la laguna era una huerta de mi abuela Rufina; ah
tena una casa, la casa de abajo, que se la quitaron recin llegado
Crdoba.
Entonces todo eso era tierra de misak, de la gente, y hasta entonces las tierras no eran quitadas. Casi hasta muy cerquita de
una loma que llama el Kaluskutsintun, hasta all era lo de los blancos; lo dems, todo eso era tierra del misak.
De la laguna,
por un callejn arriba, era de los Snchez []: Luis y Juan.
Arriba tenan ms casas, pero el que ms vivi all abajo se llamaba Carlos Yalanda. ste era el yerno de taita Jos Mara Snchez, y
la mujer llamaba Mara Snchez, que le decan Mara chiquita. Los
Snchez se quedaban donde queran cuando iban a trabajar. A ellos
les gustaba hacer muchas casas en todas partes, hasta en el Yasrketa.
Tenan casa en tres partes.
(Luis)

Segn Joaqun Morales, ah tambin vivi ngel Mara


Snchez, hermano de Jos Mara; ellos fueron los abuelos de los
Snchez de ahora. Cerca de los Snchez, tambin subiendo de la
laguna,
vivi uno que llamaba Trino Morales. El hijo llama Domingo
Morales, que hasta ahora anda por ah por el Guambiao. Por all
mismo vivi Joaqun Paja, que era el pap de Jos Mara Paja y
Rafael Paja.

Por ah tambin vivi su otro hijo, Manuel Paja, que tambin


eran terrajeros, y la hermana que se llamaba Mara Paja.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [163]

De ah para arriba, en la guaicada, vivi Esteban Morales con


sus hijos que se llaman Trino y Jos Morales. De all se fueron Esteban y Trino para Morales, y Jos hasta ahorita est viviendo por
all por El Mango. Pero no era solamente de l, sino tambin vivi all Manuel Daz, suegro de Esteban Morales y to de finado
mi pap; una hermana suya, Juliana Daz, era la mam de mi pap.
(Joaqun Morales)

Ah tambin vivieron sus hijas Mara y Asencin Morales.


En un punto que llama el Pilarautu, los blancos fueron cogiendo saltado de a lote. Frente al Pilarautu, al otro lado, donde
llamaban Chillikkullu o guaicada de La Chorrera, all vivi un
capitn Pedro Calambs. El mayor capitn tena palos de naranjo,
palos de durazno, manzanos. Cuando nosotros fuimos nios,
como no tuvimos comida, bamos calladitos all a esos palos de
durazno, a esos manzanos, a ver qu haba para coger y comer!
Tenan una casita y, cuando bamos, siempre lo encontrbamos
all sentado.
Por all cerquita de donde vivi Pedro capitn, ms arribita,
en un plancito de la Marquesa, era la casa de Manuel Jess Tomb, donde vivi Felisa, la mujer de Julio Tunubal, que hace poco
(1980) entre todos la expulsaron. Manuel Jess Tomb tena
hijos. Ahora viven all en Ambachico familias como Julio Calambs, coment Joaqun Morales y aadi que decan que all
tambin vivi uno que llamaba Custodio Tomb, que l no alcanz a conocer. Arribita, donde vivi Felisa, en ese plan vivi
uno que se llama Antonio Calambs, el pap de Juan Calambs,
que vive en La Fundacin. Ms acacito de la casa de Antonio
Calambs vivi otro mayor, Abelino Calambs, que, como a la
gente le gustaba poner apodos, lo llamaban Abelino el cusumbe.
Record Luis que, pasando ya a la escuela, al pie de la lomita
del Pilarautu, donde ahora vive Efran y antes haba una fuente
de agua, viva Jess Paja. Los hijos de ste, segn Joaqun Morales, llamaban Francisco, Juan y Abelino Paja, que muri hace
poquito por aqu, y eran los familiares de Jos Mara Paja.
Y ms acacito vivan tres hermanos, uno de ellos ermanto
Eulogio, hermanos de cabo Cruz. Y ah ya acaba el plan de la
Marquesa, dijo Luis. Ermanto Eulogio era el abuelo del profesor
[164] l a f u e rz a d e l a g en te

Terrajeros de El Chimn, en pocas del terrateniente Mario Crdoba, descansando


mientras novelean al fotgrafo.

Jess Hurtado, que se fue a Otavio y cuando regres se fue a vivir


a Pesrotarau. Ellos vivieron all, cerquita a la escuela, al pie de la
loma del Pilarautu. Como hacan tanta maldad con ellos, entonces se avisparon un poco y compraron unas tierras para el lado
del Resguardo, donde est ahora el profesor Jess, y ah viven
hasta ahora. Los que pudieron comprar se pasaron al otro lado;
los que no, se quedaron.
Las tierras del Kuruschak eran parte de la hacienda y parte
del misak. Como los blancos siempre cogan lo mejor, que era la
planada, toda la parte plana ya era de la hacienda; pero las pendientes, las partes de faldas, todava eran del misak; todava haba huertas grandes.
Arriba de la escuela, en un plan, haba otro capitn Manuel
Calambs. En esa casa tambin hacan fiestas y ah se cas Cruz
Calambs, que ahora vive en tierra caliente. En ese matrimonio
los padrinos tambin fueron mi pap y mi mam. Yo nio
anduve con ellos y vi que haba mucha gente, tomaban, coman
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [165]

y hablaban bien bonito. Manuel capitn era de estatura mediana y le gustaba cargar las mochilas cruzadas. Siempre caminaba
para all y para ac rodeado de mucha gente, porque ellos eran
los que encabezaban la fiesta. Como era persona mayor, tena
muy buen trato con la gente, atenda muy bien. Yo vi eso.
En ese entonces no haba carretera, era camino, y los caminos eran estrechos y llenos de subidas y bajadas, que iban por
un alto que llamaba el Kurusyuk. Del mismo kurus es el Kurusketa, la parte de arriba, donde hasta ahora anda taita Abelino
Dagua; l naci ah. Ahorita no estn sino los planes que fueron
su casa; ya no hay casa. Ah mismo vivi tambin Julio Hurtado; ellos viven ahora en tierra caliente, y tambin han comprado algunas tierras por La Clara. El pap de l se llamaba Abelino
Hurtado, que tambin era mayor.
De la Marquesa y del Kurusketa, de ah para arriba todo era
de la gente. Detrs del Kurusketa, donde Julio Hurtado, de ah para
abajo todo eran montes, rastrojos. Eso lo hicieron limpiar ya cuando llegaron otros mayordomos. All, en un punto que llama mama
Rosala, colocaron una puerta; hasta all era el potrero. De all para
arriba todo era del misak, para que soltaran ganado, caballos, lo
que fuera. Hasta all donde vivamos nosotros, de ah para arriba
hasta donde Mushu Antonio, la tierra era libre. Eso era un solo encierro. De donde mama Juliana para arriba, eso s era potrero, hasta
la Buguea, hasta el corral. Y de ah para arriba llamaban potrero
de Pablo Paja. Era hasta lo que es hoy la Guaicada del Oso.
Hasta all eran potreros, eso era lo que limpiaban. Unos limpiaban esos pastos, y a unos dos, tres o cuatro mandaban a arreglar cercos [] Tambin sembraban lo que llamaban el maz de
la hacienda, el trigo y la papa de la hacienda.
(Luis)

Empezando el Oskowampik, debajito del Kurustaik,


vivi Juan Bautista Hurtado, el que saba tocar el violn. ste
era el pap de Abelino Hurtado y de Beatriz Hurtado, que se cas
con Jos Dagua, ahora la mam de Abelino Dagua, que vivan ah
con el suegro y tambin pagaban terraje. Vivi ms abajito de donde Abelino Hurtado, en la misma casa de taita Juan Bautista. Jos
[166] l a f u e rz a de l a g en te

Dagua sali ya en tiempo de Crdoba. Hasta yo los vide cmo


sacaban las puertas y las llevaban, cuando recin empezaron a
quitar en ese lugar.
Y ms arribita dicen que existi una casa de una seora que
se llamaba Rosala, que eran los mismos familiares de Manuel Jess Tomb, que abandonaron la casa y se fueron.
(Luis)

Arriba de la loma donde quedaba la casa de Abelino Dagua,


ah enseguida haba un Antonio Hurtado hasta que lleg Mario Crdoba. Cuando empezaron a quitar todas las tierras, estos
se fueron para Inz, cont Joaqun Morales. Tambin vivi un
Antonio Cuchillo que, segn Jacinta mi hermana, en realidad se
llamaba Antonio Calambs, porque un Felipe Calambs y la
mam Micaela Chirimuscay lo recibieron a un niito para criarlo, entonces era un criado, porque ellos no tenan hijo hombre.
Entre los dos Antonios eran cuados. Enseguida de donde Antonio Hurtado estaban Vicente Hurtado y Julio Hurtado, que
eran nuestra gente, hermanos de mi mam; sta era la casa de la
abuela Rufina.
All vivieron los tos Vicente, Julio, Rafael, y Abelino. Este Abelino iba al otro lado, a Ambal, donde Cruz Calambs, hermano
de la abuela Rufina, porque queran llevar para ellos, porque ellos
tampoco tenan hijos. l descontaba terraje al lado de Ambal y
fue expulsado en la misma poca de expulsin de taita Anselmo y
los Lucianos. Ms arribita era la casa de taita Antonio Calambs,
el pap de Juan Calambs.
(Jacinta)

Subiendo un poco ms era la tierra de los Snchez: taita Felipe, Luis, Juan y taita Jos Mara Snchez. Ah tambin tenan
casita.
En el plan de Bernabekulli vivi Manuel Daz95 . Luis vio las
casas cuando nio, y cont que cuando la abuela Rufina los vio
que andaban por all, los rega.
95

Tena casa aqu y tambin en Pilarautu.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [167]

Que no entraran por ah porque eran casas abandonadas y


existan espritus malos que causaban dao Con un hijo de la
abuela Rufina, que llamaba Julio, con l anduve por all comiendo moras.
Manuel Daz, ya cuando estaban quitando las tierras, compr
unas tierras por Morales y se fue toda la familia. Entonces quedaron las casas y nosotros las vimos ah, ya llenas de maleza, abandonadas. Al final no me di cuenta si se cayeron solas o alguien las
tumb. Las casas eran grandes. Ah hacan mingas y bailaban.
Hacan fiestas.

Jacinta record tambin que:


Esa casa era la ms tradicional de los guambianos y entonces
tenan construido el michiya. Desde que naci la hija, Antonia
Daz, hacan fiesta ah, hasta que tuvo la primera menstruacin.
Esta era la nica hija y fue la que se cas con Esteban Morales.

Enseguida estaba la casa paterna de la familia Muelas, donde vivi nuestro bisabuelo Pedro Muelas, con sus hijos Gertrudis,
Teresa y Juan y, posteriormente, los hijos de Gertrudis, que fueron mi pap y su hermana Mara Antonia. All nacimos y vivimos todos nosotros, mis hermanos y yo. De ah para arriba, en
toda la extensin de tierra, cada uno de los sitios tena nombre.
Donde nosotros vivimos lo llamaban el Oskowampik.
Ms arriba, ahora en la tierra de nuestro Javier, el esposo de
mi hermana Jacinta, vivan los paps, Pascual Morales y Mara
Antonia Trochez. Pascual era hijo de Juliana Daz, hermana de
Manuel Daz, segn recuerda Jacinta. Estos mayores, sus suegros,
tenan unas enormes casas de hacer mingas y de hacer fiestas y
bailes de flauta y tambor. Estos hasta lo ltimo, como Atanasio
que era joven, siempre hacan minga y bailaban, y tenan tiendita. Luis mencion que taita Pascual Morales tena un encerrado en una guaicada grande. Hasta ahora se ven los banqueos por
donde l delimit. Vivan en buenas tierras y tenan harta. Mingaban, trabajaban, regaban bastante trigo, tenan ovejos, ganado, caballos tambin. Como la tierra era comn, los soltaban en

[168] l a f u e rz a d e l a g en te

cualquier parte para que se reprodujeran. En esa guaicada tambin vivi Eulogio Morales, primo hermano de Ignacio Morales, el pap de Joaqun Morales.
De ah para arriba vivi Anselmo Muelas y Antonio Muelas, y
los hijos de Antonio que eran Manuel y Vicente Muelas, que bajaron de nuevo y estuvieron viviendo all por la laguna.
(Joaqun Morales)

Ms arribita vivieron Francisco y Pedro Calambs que eran


hijos de Pedro el Capitn. Ellos vivan en las casas que fueron
antes de Anselmo, Juliana y Santiago Calambs, quienes ya haban sido expulsados. Posteriormente, cuando Francisco y Pedro
fueron expulsados, mi abuela Rufina, con sus hijos Vicente, Rafael, Julio y Teresa vivieron tambin ah, hasta que el terrateniente
los sac y tumb las casas.
Ms allacito estaba al que le tenan por apodo el Capitn de
los Pollos, que era el capitn de la gente menuda. Donde este
capitn nosotros cuando nios siempre bamos; era una persona que hablaba muy bien de los nios. Cuando llegbamos all
en esa casa siempre deca: Pobrecitos, entren. Vengan aqu a calentarse a la candela. Pobrecitos! Entonces rpidamente montaban la olla y hacan cosas de comer y nos daban. El marido se
llamaba Jacinto Snchez y la esposa Jacinta. Ellos hablaban muy
bien a la gente, a los nios; l llamaba a trabajar bien, a hacer las
cosas bien. Nosotros cuando nios bamos con ellos a trabajar
o a hacer cosas, o a la casa de l.
Partiendo de ah, todas esas tierras fueron del misak. Todo!
Toda esa gran extensin era del misak, y yo nio andaba por ah
siempre.
Detrs de la casa donde viva el Capitn de los Pollos hay una
quebrada con el nombre de Tumpekulli, que quiere decir la quebrada de Tomb. Ms atrs lo llamaban el Umotun, que quiere
decir la Loma del Pepo. Estos eran potreros. Del punto donde
desembocan la quebrada Tumpekulli y la quebrada El Molino, de
all partan los cercos de divisin entre las huertas indgenas y
los potreros de los blancos.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [169]

Chambas de los indgenas


Como nuestra gente tena tierras comunes, pero tambin
lotes para cultivar, las familias hicieron encierros con chambas
o con cercos de lecheros, tanto para proteger los cultivos del ganado, como para sealar los terrenos que les pertenecan. Los
blancos, como los Conchas, usaron el mismo sistema, y por eso,
entre las que hicimos para nosotros y para ellos, por toda la regin se pueden observar delimitaciones de esta manera.
Ya en 1897 el pap de la abuela Gertrudis, Pedro Muelas, andaba construyendo una chamba por los lados de Ambal96. Pero
no solamente utilizaban chambas.
El pap de la abuela Gertrudis, Pedro Muelas, tena ganado
comn que bajaba hasta el salado a chupar agua de sal. No tenan
cerco y el ganado era comn hasta all. Como la tierra era comn,
para proteger donde cultivaban, donde sembraban el trigo, el maz
y todo lo dems, hacan cercos con rama, con madera, porque no
haba otro material. El cierro lo hacan ellos como apropindose,
como hacindose dueos de la tierra, como asegurando.
(Luis)

Brbara mi hermana comenta que las chambas se pueden ver


todava y que hay una que va desde el plan de la casa de Julio
Hurtado, que muri, de ah para arriba por una guaicada que
llama Rosaliakullu, y de all sigue hasta un punto que llama Siempreviva, que fue tierra de nosotros; de all sigue para arriba hasta donde taita Pascual y luego cruza a una lomita que llamaba
Tsurakutun.
Ampliando sobre esta chamba, Luis observa que:
La chamba [] que llega hasta donde la abuela Rufina era la
tierra del pap de Abelino Hurtado, que era Bautista Hurtado, y
la hicieron ellos hasta donde haba una puerta. De ah para arriba
la tierra era de los Snchez. Haba otro pedazo de chamba ah en

96

Ver Nota 65, p.123.

[170] l a f u e rz a de l a g en te

Mapa 5

Ampliacin de la zona donde viva la familia Muelas Hurtado.

seguida y era del pap de Juan Calambs, que era Antonio Calambs.
Enseguida era una tierra de la abuela Rufina que tena un plan grande, tambin con chamba, y en seguida haba otra chamba de otra
huerta; el dueo de eso era Manuel Calambs, que era compadre
de mi pap y de mi mam. De donde los Snchez para arriba ya
era la del abuelo de nosotros, Pedro Muelas. De donde los Snchez
haba un puntico que llama el Mishkuetsikkullu y de all la chamba
iba al Bernabekulli, y de all suba a un punto que llama el Yaskapchak,
y eso atraviesa del lado de arriba de la casa donde nosotros vivamos. De ah conectaba con la tierra del Mushu. Del lado de arriba
de la casa de nosotros haba como un pantanito, como un laguito,
como una cinaga, entonces la chamba pasaba por una huerta de
cebolla que tena el Mushu. Una parte colindando con el Mushu ya

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [171]

no hicieron chamba, sino que sembraron lechero como cerco natural. De ah subi hasta donde Pedro Calambs el cerco de lechero,
conectando la otra chamba que cruzaba al Tsurakutun. De all
bajaba al hueco que llamaban el Soldadosorinkullu y de ah suba
otra vez hasta donde taita Jacinto Snchez. Con Pascual Morales,
Mushu lindaba donde amarraban sus ganados. Con el Mushu haba otra tierra colindante de una mujer que se llamaba Juliana
Trochez. De all segua colindando taita Abelino Calambs. Haba
un corralito tambin ah con un cerco de lecheros de l mismo.
Haba otros cierros por ah, pero ya no eran chambas sino cercos
de lechero, que hasta ahora existen esos rboles.
Cada uno, como los Snchez, igual que Pedro Muelas, fueron
asegurando para ellos con las chambas. Era grande lo que encerraban y adems tenan la tierra comn.

Mario entr a quitar las tierras


que tenan los indgenas
Despus, con Mario Crdoba, ya se convirti todo en tierra
de los blancos. Pero quedaron las casas, saltado saltado, casitas del
misak. La gente andaba, volteaba, ya no tenan estabilidad y por
fin fueron sacados; la gente se fue. Mario vino fue a unir, a quitar
todo esto de los indgenas, todo por los bordes, todo. Como estos espacios eran grandes, la tctica de l era minimizar, dejando nada ms la casita. Eso fue lo que sucedi en ese momento.
Antes de Mario, como los indgenas tenan tierras, podan
cultivar maz, trigo. Y el trigo que producan se los compraban
ah en la empresa Molino El Carmen de los terratenientes. Llevaban en tamo, unas veces, y otras veces trillado; compraban all
y all mismo vendan, y molan y vendan.
Pero cuando Crdoba entr y quit toda esta tierra, y adems compr la empresa, us la energa elctrica, el molino,
pero ya estas tierras las puso en maz y trigo para la misma
empresa, para el molino. Todo era de l: l produca el trigo,
tena la trilladora, tena el molino, molan y vendan, usando
la misma tierra quitada a los indgenas, y el trabajo de la misma gente.
Me parece que Mario Crdoba fue nariense, pero residen
ciado en Cali. Hasta ese entonces los guambianos no conocan
[172] l a f u e rz a d e l a g en te

la yunta de bueyes y ese tipo trajo unos pastusos con yunta de


bueyes para arar con arado de chuzo de madera. Como recientemente haban quitado las tierras, haba tierras flojas, tierras
sueltas, cultivadas por los indgenas; entonces no era difcil. Y us
tambin a los mismos indgenas, les ense all a manejar la
yunta, a arar, a amarrar el yugo. Hizo mover mucho a la gente, a
cultivar para l.
En la poca de Fernndez y de Concha, no es que eran buena gente. Ya los indgenas, dentro de la legalidad de los blancos, no eran dueos de la tierra, pero por lo menos haban dejado espacios para hacer el cultivo y la gente cultivaba ah,
pagando terraje a cambio. Unos pagaban en trabajo y otros
cultivaban el trigo, vendan, unas veces vendan ganado y, en
vez de ir a estar trabajando por all, gritados por el mayordomo, preferan trabajar en la tierra, hacan plata y pagaban el
terraje en plata. Nuestro abuelo Pedro Muelas, por ejemplo,
como ya era muy anciano y slo poda caminar con bordn,
no poda salir a pagar el terraje; entonces convinieron pagar en
dinero. Cuando el mayor muri y mi pap tuvo 12 aos, lo sacaron a l a trabajar terraje.
Nos convirtieron en jornaleros
Pero Mario Crdoba nos quit todas las tierras. Antes de
Mario haba empezado con Alfonso Lozano97. Ms antes fueron
Julio Fernndez, los Conchas y otros. Pero Mario Crdoba ya no
dej trabajar, no dej cultivar nada, para convertir a la gente
como en jornaleros agrcolas; para que vivieran de eso, para que
comieran de eso. La situacin fue ms difcil porque no dej
cultivar.
Convirtindose en jornalero, tiene uno que recibir un dinero y llevar la plata en el bolsillo y con eso comprar en el mercado. A nosotros tambin nos quisieron ensear lo mismo. Pero
como la gente no estaba adaptada a trabajar por un jornal, sino
97

Alfonso Lozano no aparece como dueo de El Chimn en ningn documento,


pero s como la persona a cuyo favor se hipotec San Fernando entre 1941-45.
Adems fue administrador de Chimn en pocas de Julio Fernndez.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [173]

a trabajar, producir y vivir de lo que producan, entonces fue ms


duro; la plata no les alcanzaba para nada.
Joaqun Morales recordaba que:
Haba mucha gente quitada las tierras, y como la pobre gente
no tena ms que hacer, todos se dedicaron a jornalear. Buscaron
a cabo Cruz y con toda esa gente cultivaron trigo en cantidad. Haba unos de afuera que venan a jornalear y el resto era la gente de
adentro, que estaban entre pagando terraje y jornaleando.

En ese momento, cuando Mario convirti como en jornaleros agrcolas a toda esta gente que hasta entonces vena descontando terraje, los mismos seguan pagando el terraje, pero
menos das. Seguan pagando dos o tres das mensualmente, y
el resto los hacan trabajar remunerado. Cuenta Jos Snchez
que el terraje don Mario rebaj y no nos sacaba sino tres das.
Hacan trabajar la semana completa, pero el resto de los das
nos pagaba.
Luis dice que:
Cuando andaba cabo Cruz era solamente trabajando a pago,
no terraje. Orden pagar 15 centavos.
Eran cinco cuadrillas. Al trabajo del jornaleo se ajuntaron
todos y eso era un mundo de gente, una cantidad de hombres,
mujeres y nios. Hasta entonces en el terraje las mujeres no salan
a trabajar, no era costumbre al lado de Ambal s trabajaban en
el terraje hombres y mujeres, pero del lado nuestro no eran sino
los hombres, pero como quitaron las tierras, y las mujeres y los
nios no tenan qu hacer, entonces vinieron a ganar all.

De todas maneras, como la gente estaba acostumbrada era


a producir para comer, algunos fueron a trabajar bien alto, donde no alcanzaban a ver los patronos. Ellos sufrieron menos. Los
que no lograron hacer eso, tener los cultivos lejos, lo que tenan era slo el poquito alrededor de la casa, que con eso no se
poda vivir.
Fue lo peor el cambio de Mario, que comenz en 1944. No
quedaron sino las parcelas chiquitas alrededor de la casa. No
[174] l a f u e rz a d e l a g en te

haba ya nada que hacer porque metieron los animales.


Entonces a los abuelos les tocaba poner cercas alrededor de la
casa, cuerdas de pa, para evitar que el ganado arrimara a las
casas y las derribara. Recuerdo apenitas que, cuando recin
empezaron a quitar las tierras, haba tierras movidas, recin
cultivadas, recin cosechadas. Recuerdo apenas eso; yo fui muy
pequeo.
Los caminos de la gente
Lleg un momento en que la gente no saba para dnde ir.
Cada uno tuvo que buscar camino individual, en distintas direcciones, porque la vida se hizo imposible. Los que se quedaron
no supieron en qu direcciones cogieron los dems. Se fueron
sin rumbo, no haba razn, no se dieron cuenta para dnde se
fueron.
El misak le tena miedo a los blancos, entonces ya unos dejaron todo, fuera lo que fuera, y se fueron saliendo sin decir nada.
Se fueron para all y para ac a vivir de alguna manera, en algn
lugar. En otras tierras tal vez habran visto distinto, mejor vida,
porque ac lo odiaban mucho.
Como se fueron que no les pagaban nada, o casi nada, por
lo que dejaban, entonces iban sin ninguna esperanza de comprar
algo en otra parte. Algunos tenan animalitos y ellos s, si alcanzaban a vender, llevaban alguito para comprar tierra en algn
sitio. Tambin los que haban hecho alguna plata jornaleando.
Los que no tenan nada iban solamente con la esperanza de convertirse en jornaleros agrcolas para vivir de eso.
Como el patrn era tan malo, tan odioso, iban haciendo la
aventura buscando otro patrn que de pronto fuera mejor. A
algunos les fue bien y recibieron mejor trato, pero otros encontraron un patrn igual y no hubo ningn cambio. Hubo quienes consiguieron tierras al partir o tierras que les daban para
cultivar, entonces obtuvieron alguna comida, vivieron, y as pobres murieron.
Luis recordaba haber visto salir a los Tombeses, a Celestino
el adivinador. Me contaba que:
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [175]

98

Pedro Roa lleg de a caballo. Haba unos rboles de manzano y cogi las manzanas y comi. Sac 30 pesos y le dio para que
se fuera con esa plata; que le compraba la casa. Para que se fueran
les daba esos 30 pesos. Entonces ya salieron.
All haba mucha cosa. Los que salieron no llevaron absolutamente nada, sino las ropitas viejas. Haban estribos de cobre, hoy
da podan ser valiosos, tarabas que llamaron, y otras cosas. Eso se
qued todo all botado. Eran de cobre pues, antiguamente del
bueno. Yo estaba muy muchacho.
Como los que quedaban ayudaban a tumbar las casas, tambin
tumb la casa de Vicente Hurtado, que era la del taita Abelino y
99
abuelita Rufina . A ella tambin le desbarat la casa. A taita An100
tonio Hurtado tambin. A taita Abelino Hurtado , que viva al
pie de Kurusketa, tambin lo sac.
Ya entonces los mismos terrazgueros, con cabo Cruz, venan
a tumbar las puertas, bajar el techo y tirar pajiza para un lado, y
eso cortaban unos y otros los rajaban, y llegaba una recua de mulas y llevaban la lea para la Empresa que llamaban.

As bajaban, continu Luis:


Yo lo vi all donde fue de abuelita Rufina. Lloraron. Los que
desbarataban eran los Snchez. Yo estuve ah. A la abuela Rufina
le tumbaron la casa. All haba unas vigas gigantes, haba sido de
buena madera, y les cortaron con serrucho de mano, no con trocero, sino a la medida.

De esta gente que sali, hoy no se si vivirn los hijos, que yo


ni conozco. Como nadie saba en qu direcciones se fueron, hace
poco cuando peleamos la tierra no lo hicimos sino con la gente
que se encontraba all todava. Muchos se fueron, que yo no los
recuerdo. Quines no ms iran!
Julio Tunubal el grande fue usado por un tiempo para
el s ervicio de los blancos porque saba manejar bien, enlazar,

98

Administrador.

99

Vicente y Abelino Hurtado eran hermanos, hijos de Rufina, mi abuela materna.

100

Es de otra familia.

[176] l a f u e rz a d e l a g e n te

vacunar el ganado, y hacer todo. l fue denominado como mayordomo, y a pesar de eso tambin sufri algunas consecuencias
de los blancos y, finalmente, tambin sali de la hacienda y se fue
a vivir en otra regin.
Se haca mucho comentario de tierras en otras regiones. Los
que recuerdan dicen que algunos, como Antonio Hurtado y
otros, como la familia de Domingo Trochez, se fueron para el
lado de Inz y all murieron. Sobre Inz haba un gran comentario; all iba mucha gente nuestra, atravesando el pramo. En
ese entonces no haba carretera ni nada, pero s haba camino de
herradura para ir a caballo; otros iban a pie. Decan que encontraban tierras vrgenes, tierras muy buenas, donde haban conseguido un frjol que era silvestre. Y hablaban mucho de comida, fruta, aguacates; que buena comida. Decan que ese frjol
silvestre era un favorito, que se daba en el monte! Que en tiempo de cosecha no era sino ir a recolectar y que eso era un gran
aporte. Tambin que el maz se daba muy rpido y muy bueno.
La mayora de la gente, el grueso de la gente, se fue para el
punto que llaman El Hatico, que es Morales. Estos hicieron ese
camino de ir al Hatico porque, como mercadeaban los productos para abajo llevaban cebolla, papa y dems; para arriba
traan maduro y otras cosas, haban hecho conocidos.
Como hasta entonces no circulaba tanto la plata, sino que haba intercambio, nuestra gente a veces sala a trabajar una semana
o ms por comida. Cuando digo comida, no estoy diciendo el
plato de comida del momento, sino la comida que se gana en la
semana para traer para la casa el fin de semana y con eso subsistir las siguientes semanas. Se trabajaba, no pensando en la plata,
sino pensando en la comida; se trabajaba una semana entera para
ver el fin de semana cunto nos daban en comida.
Mirando hoy en da, trabajar tan duro no tiene comparacin
con un racimo de guineo, que no vale mucho Pero como eso
es lo que pagaba el patrono y eso lo necesitaba uno para llevar
para la casa, haba que trabajar por eso.
Entonces, iban con el caballo, trabajaban una semana, y el
domingo se recolectaba la comida y se traa para la casa para
pasar la vida. Cuando se acababa esta comida, haba que regresar otra vez. Esa era siempre la rutina. Con esa comida tambin
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [177]

trabajaban la hacienda, porque para el trabajo del terraje no


daban ni la comida.
Y as fue como muchos guambianos ya haban hecho un
camino que despus retomaron cuando tuvieron que salir de sus
tierras, como es el caso de Morales, La Mara y otros lugares.
Algunos se amaaban y se iban. Tenan el problema de que,
no como la gente de ahora que se acostumbra al pantaln, el vestido era una ruana que se chumbaban y con esa ropa se molestaban mucho porque haba mucho mosco, mucho insecto y tambin haba culebras. Adems, como eran descalzos, tambin era
difcil para esos largos caminos. Entonces los que soportaban
toda esa situacin y se amaaban, se iban definitivamente. Y en
esa ida en distintas direcciones fueron cambiando sus vestidos,
fueron cambiando hasta sus hbitos de vida, y muchos han perdido hasta el idioma; otros no.
En ese entonces no todos saban bien el manejo monetario,
y eso hizo las cosas ms difciles. Hoy todo el mundo maneja la
moneda y an as se dejan engaar en muchos negocios. Antes
fue mucho ms difcil; siempre los engaaban. Yndose a otras
partes, donde la situacin era lo mismo en cuanto a los negocios, al manejo monetario, as fuera poquito o bastante, al no
saber negociar les arrebatan la platica o los productos muy rpidamente. Era por no saber el vocabulario del manejo del
negocio, y hasta no aprender este sistema, no logr cambiar la
vida del misak.
La salvacin del misak ha sido que es trabajador, cultivador,
as sea tierra en arriendo o al partir de la utilidad que haca con
sus brazos. Por eso vivieron y con ese trabajo se han hecho querer de mucha gente. Los guambianos no se han querido dedicar
a vivir del negocio, sino que siempre se han quedado trabajando
en la tierra, porque siempre su designio ha sido ese. Sin embargo, an no han logrado vivir una vida con holgura.
Hoy casi toda nuestra gente ha aprendido mucho a comercializar los productos agrcolas, el ganado, los caballos. Tambin
han aprendido a discriminar las tierras buenas de las malas. Pero
antes, como no conocan sino sus tierras de origen, se dejaron
meter muchas tierras malitas por buenas. En la tierra donde vivimos, en nuestra tierra, el yastau, aun en las partes que se creen
[178] l a f u e rz a d e l a g en te

ms estriles, all el maz se produce. En lo nuestro, en la peor


tierra se produce, as sea linaza. Pero en otras regiones no es as.
En tierra caliente hay lomas donde no se produce sino helecho,
tierras donde hay rboles de angucho, que son muy cidas; esas
tierras son las que han vendido a muchos misak. Entonces, as fuera
con muy buena voluntad de trabajar, de producir para vivir mejor, si la tierra no ayudaba seguan siendo lo mismo de pobres.
Los que se fueron a otras fincas del patrn:
el caso de la familia de Joaqun Morales
Hubo quienes tomaron la alternativa de aceptar ofertas del
terrateniente para irse a trabajar en otras fincas de ellos o de
personas con quienes estos tenan deudas. De esta manera, los
guambianos terminaban pagando terraje al mismo o a un nuevo patrn, pero ya fuera de su tierra propia, y la situacin para
ellos no tuvo una mejora. Este fue el caso de Eulogio, hermano
de cabo Cruz, a quien mandaron para la hacienda de Otavio y
all le dieron un puesto para que vigilara.
En ese brusco cambio de patrones, buscaron a una persona
seria que sirviera de mayordomo, para esas cosas que ellos necesitaban. Entonces apareci este Cruz como persona requerida. Los
viejos decan que Mario Crdoba lo haba seleccionado a l para
que ayudara a sacar a la gente que no tena a donde ir y que no
poda ir a ninguna parte, y por eso le toc estar ah hasta los ltimos tiempos. Les dijeron que salieran por las buenas y que a todo
el que saliera por las buenas le iban a dar puesto en tierra caliente.
Tenan dos fincas, una en Lorena y otra en Otavio, que pertenecan al de ac mismo. Cada vez que compraban en Chimn, compraban tambin con lo de all. Entonces no hubo ms que hacer
sino ir. Qu hacer!
(Joaqun Morales)

Tambin fue el caso de la familia de Joaqun Morales, quien


contaba que:
A los que salamos nos pag una cosa muy lastimosa. Mi pap
tena como una plaza de maz y era el mes de marzo, que los maces
sembrados adelantados, en ese mes ya estaban guagitas. Estaban
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [179]

esperando para la Semana Santa hacer comida de arepas de choclo, hablaban mis mayores, y por esa huerta no pagaron sino 20
pesos. Tena otro lote de trigo, una sembradura de cinco arrobas
que ya estaba amarilleando para jechar; a ese tambin le pag nada
ms 20 pesos. Por la casa reconocieron slo 20 pesos. Entonces por
101
todo fueron 60 pesos .
Si los 60 pesos nos los hubieran dado juntos, as como hicieron los de Santiago y otros, que all al frente siempre compraron,
as tambin habramos hecho nosotros. Pero nos dieron la plata
por contaditos y cada 15 das haba que venir. No le daban a uno
junto, con el argumento de que ustedes tomaran trago con eso.
Al pap mo lo mand para Otavio y nos dijeron que all haba
tierra y que, como haba tierras, ustedes all no necesitan sino para
comprar remesa. Con esa excusa le daban as de a poquito. Entonces todo se fue en remesa y la plata no sirvi para nada.
All nos dio tierra, un pedazo para que cultivramos, pero
haba que seguir trabajando para ellos como terrajeros. A los seis
aos de estar en Otavio vendi la hacienda a un doctor de Popayn
que llama Jos Antonio Duque. ste no dur nada y volvi a vender a uno de Palmira que llama Ernesto Castaeda, quien empez
ya a vender a los mismos blancos de all, por pedazos. A nosotros
que vivamos all no nos admitieron que comprramos; como habamos sembrado caf, solamente reconocieron lo que se llam las
mejoras, para l poder vender bien las tierras. Yo ya estaba crecido en ese momento y anduve en Popayn reclamando mejoras en
la Oficina de Trabajo. All le toc pagar, pero de igual manera no
pagaron junto, sino en tres contados. Lo que hizo pagar la oficina
de Popayn, no sirvi sino para comprar remesa y comer. Y as se
acab eso.
Mientras tanto, en 1952, regres a Guamba y al ao, en el 53,
me cas. Yo anduve por ah donde taita Salvador Calambs, ayudando a trabajar. Alguien sapi que no pagaba terraje sino que
andaba all libre y trabajando para mi mismo. Entonces ya exigieron que pagara terraje por mi cuenta. En compaa del tata mi suegro, compr una tierra y me fui para all, porque yo no poda venir
casi a la hacienda.

101

Ver documento de venta de mejoras, en la siguiente pgina.

[180] l a f u e rz a d e l a g en te

Hay muchos documentos de venta de mejoras que Mario Crdoba oblig a los
terrajeros a firmar, para luego expulsarlos de sus tierras.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [181]

Nosotros somos cuatro hermanos, yo soy el mayor y mi hermana la que sigue llama Mara, que viven ahora all en Santa
Helena (Morales). Tengo otro hermano que vive por all por La
Cuanda arriba, que llama Cruz Morales. Trino y Esteban viven en
Mataredonda. Ellos desde que se fueron voltearon y voltearon, y
por fin se quedaron por ah. Nosotros fuimos los primeros que
sacaron y ya con Mario Crdoba no tenamos nada que hablar.
Cuando fuimos a tierra caliente, all era con otra gente. All nos
toc pagando terraje mismo, pero no era con l. Yo tambin he
andado en todo esto y me ha tocado sufrir, ir y venir.

Mario quit la tierra a todos,


pero no todos salieron
En El Chimn haba harta gente y era general la pobreza. Para
todos todos, la situacin fue tan difcil, que de aburridos, de cansados, unos se fueron, otros murieron. Algunos que se movan
ms, como la gente del Chillikkulli, la gente del Sruktrapu, que
estaban ms inmediatos al Resguardo, se pasaron all, al otro lado
del agua. En ese momento, en el Resguardo de Guamba algunos vendan tierras, entonces estos manejaron hbilmente, compraron, y hasta ahora siguen viviendo all. Haba gentes que, aunque vean un panorama oscuro, de pronto alcanzaban a ver ms
lejos. Entonces, antes de que sucediera lo que se vea venir, o antes de que se encarecieran las tierras, algunos iban comprando
por fuera. Pareca que se adelantaban un poco ms, vean ms
adelante, al futuro, entendieron el problema, se fueron a otras
partes, y a algunos les fue bien, compraron tierras. All fue un respiro, un descanso para ellos.
Pero otros ms, creo que quedaron como el rezago, los ltimos. No tenan ninguna salida porque no queran irse pues era
su tierra, era su cuna, donde nacieron. Era duro, terrible, desarraigarse de donde se naci, donde se vivi, de todo eso. Entonces decidieron vivir ah, pase lo que pase, atenidos a todas las consecuencias. As tuvieran que morirse de hambre, decidan hacerlo
en su tierra.
Al Chimn lo amaban mucho, as no tuvieran a donde trabajar, as no tuvieran ms nada que la chocita de vivir, pero ah
[182] l a f u e rz a d e l a g en te

vivan. Iban a traer comida, como mi familia, y regresaban all,


al Chimn. Jornaleaban, se rebuscaban, pero ah estaban.
Como los paps de Jos Snchez, quien dice que:
Unos de aburridos se iban, pero otros como nosotros, que como
la tierra es de nosotros, aguantamos todo todo, y dijimos que, pasara lo que pasara, mientras no nos saquen agarrados de los brazos
y nos tiren a la calle, no nos vamos, y vamos a seguir planteando.
Salimos y nos fuimos como unos tres aos, pap y mi mam
finados, pero fuimos no comprando tierra, sino conseguimos otro
patrn por Pisitao. Quien se deca nuestro patrn llamaba Toms
Mera. Pero mi pap y mi mam, como en tierra caliente siempre es
as, se aburrieron. Entonces nos vinimos vuelta.

Como el pap de Vicente Muelas, Antonio, al que le decan


el Mushu. Estos no pensaban en ir a buscar tierra en otras regiones, ni en buscar patrono nuevo, sino en vivir ah, as fuera
sufriendo todas las consecuencias. As como los blancos lo llaman el adeheso, amaadero, era imposible desarraigarse de eso.
Haban echado unas races tan profundas, hasta lo inimaginable,
que solamente la muerte pudo arrancarlas para que otras personas las echaran en un hueco. All fue el fin.
Como el caso del taita Jacinto, Capitn de los Pollos, y la mama Jacinta, que sucedi as. Decidieron morir en su tierra, en su
casa, sufriendo todas las consecuencias del blanco. Pudo haber
sido todo lo peor de la vida, pero tuvieron que soportar hasta el
fin de la expiracin de la muerte.
Cuando joven, l fue capitn para Julio Fernndez y Crdoba. Ya despus, cuando lleg cabo Cruz, perdi autoridad y qued
bajo su mando, junto con todos los capitanes. Y ya viejito no lo
volvieron a usar. Finalmente, bajo el dominio de Aurelio Mosquera, sucedi que el Capitn tena como diez reses, que yo alcanc a conocer, y la acusacin fue demasiado. Como ellos no
quisieron irse, donde tenan este ganado no haba qu comer,
porque estaban entre la pea. Entonces el ganado siempre haca
fuerza para abajo, siempre para abajo, buscando comida. Afuera en el potrero haba buen pasto y, ya viejos, no podan hacer el
cercado bien, por lo que el ganado siempre burlaba el cerco.
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [183]

Cuantas veces sala al potrero el ganado, el mayordomo Ventura Riascos lo llevaba al coso. Entonces haba que pagar multa
siempre y, como no tenan ms de qu hacer plata para la multa,
el mismo mayordomo compraba el ganado y dentro del negocio sacaba la multa y daba algn excedente al mayor. Y era bien
barato que pagaba. A la vez l mismo dejaba la plata y as se acab
el ganado.
En vez de ellos suplir sus necesidades, vender una res o pelarla y alimentarse, el mayordomo ayud a acabarlo. Y as, casi
todo el ganado fue una especie de regalo a los blancos hasta el
final de su vida. Muri en absoluta pobreza.
As fue tambin con el pap de Javier mi cuado, Pascual Morales, que era un mayor que tena harta gente a su contorno,
porque se portaba muy bien con todos y eso le serva para que
muchos acudieran cuando l convocaba a una minga. l compr una tierra en lo caliente, en Morales, pero no para ir a vivir,
pues no se amaaba all porque no era su tierra; lo hizo por cultivar el caf, la yuca, y los pltanos, para vivir de eso, para siempre siempre ir a traer cargas de pltano y yucas, porque se senta
la necesidad. Cada vez que podan iban una semana o 15 das.
Tambin nuestro amigo Jacinto Tunubal, que llamaban el
Hombre de Hierro, y su hermano Anselmo y su cuado Vicente
Yalanda, se movan mucho y tenan una vida mejor. El trabajo
sera arduo porque trabajaban en tres sitios: en la hacienda, en
el Resguardo y tambin en tierra caliente, en Santander, pero as
no les faltaba la comida y no tuvieron que abandonar su tierra
de origen.
Eso ha sabido ser de acuerdo a la capacidad de cada individuo,
de cada familia. Para los que no fueron hbiles, la vida fue lo peor.
Haba otra gente, como cabo Cruz y hoy cuado Ricardo Tunubal, hijo de cabo Cruz, que se quedaron y vivan mejor, porque a ellos les haban dado un cargo como de cabo, que era remunerado, y tenan mejor garanta para tener algunos animales
y para cultivar. Para ellos el sufrimiento fue menos.
Y otros se quedaron. Muchos se quedaron.
Tunisia Tunubal, que fue la mam abuela de Simn, tambin
se qued. Y a finado pap lo dejaron [] Taita Antonio Calambs
[184] l a f u e rz a d e l a g e n te

que fue el pap de Cruz y de Juan, de Francisco y Abelino, l tambin se qued. Y as quedaron varios.
(Luis)

Juan Calambs Snchez recuerda cuando Mario sac a su familia de donde viva:
No se cmo fue, pero cuando a nosotros nos quitaron y nos
pas para arriba, el que directamente vino a tumbar la casa fue
102
Jess Mara Orozco . La casa del Chillikkullu tumb fue l.
Cuando salimos, salimos dejando todo: las canoas, las ollas de
mi mam. Eso no se poda traer, era imposible, porque la olla era
grande, la batea era grande. Las canoas, eso era elaborado de finado mi pap, y lo sacaron ellos y lo llevaron all para ponerle sal
a sus ganados. Era canoa larga, muy buena. Las ollas quin sabe
qu hicieron. Deben haber quebrado. As fue.
Como los blancos son as, nos exigieron que arrancramos la
cebolla. Mario. Cebolla tenamos en la Chorrera y all fue arrancndola toda. Cuando estuve arrancando la cebolla subi l mismo hasta all, gritndome que si no ests volviendo a sembrar. El
patrn, l mismo, don Mario. Yo dije que como usted orden que
arrancara, eso es lo que estoy haciendo. Entonces me advirti que
arranque la cebolla toda y no vaya a estar volviendo a sembrar. Yo
no volv a trabajar ms ah.
Eso fue solamente la cebolla que yo arranqu, pero la papa, el
maz, todo, eso nos quitaron. La papa la dejaron jechar y, cuando
jech, no nos busc para cogerla, y la papa la cogieron para l. El
que andaba viendo esta papa era el finado Jacinto y, como el patrn no estaba viendo, l dijo que esta papa fue de ustedes, y as
nos dio de arroba todas las tardes.
Y a mi hermano Francisco sucedi as. El tuvo arriba lo que
es ahora de ustedes, de los Muelas. Donde taita Jos Mara Paja,
arribita estuvo levantando eras para sembrar. Entonces lo fueron
a llamar dos veces para que viniera a arar. Y l no vino. Por eso lo
echaron. Como estaba trabajando en lo de l, no hizo caso, no vino,
y por eso lo echaron. Eso fue con Mario.

102

Mayordomo de Mario Crdoba.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [185]

Pero, en general, los que quisieron quedarse hasta el fin de


sus das debieron sufrir mucha humillacin, mucha represin,
porque el terrateniente no los quera ah. Slo algunos, los que
l deseaba utilizar para su propio beneficio, los que l necesitaba para atacar a los mismos, para destruir los cercos y las casas
para que se fueran, fueron seleccionados para quedarse por sus
empleados, como el cabo Cruz. Estos tal vez eran los que le trabajaban de buena gana al patrn o los que por algn motivo se
vean obligados a someterse.
Pero a ellos tambin les quitaron las tierras.
Dejaron a esos reservas sin tierras. Con sus casas y los solares
ms reducidos se quedaron. Ellos siempre tuvieron en las faldas
otras tierritas, pero todo ese encierro comn donde soltaban bestias y vacas, de ese ya no haba, ya no estaba. Porque, por orden
del terrateniente, los mismos terrazgueros arrancaron esos palos
de arrayanes viejotes a raz! S, los mismos terrazgueros. Y amontonaron y araron y sembraron trigo para el terrateniente. Yo no se
cunto sera el jornal, pero en todo caso ganaban.
(Luis)

As es como los que Crdoba no sac se quedaron, pero sin


tierra medio plana. Y apretaron disimuladamente para que se
fueran solos de aburridos, de cansados.
Crdoba y Pedro Roa planeaban, pasaban en el papel, y cabo
Cruz era la lanza. Iban reduciendo, quitando los cercos, dejaban
el corralcito de cebolla, y ya los animales no los podan tener
yo no se a dnde los llevaran. Ya ni paja haba para remendar las
casas. Ya todo eso se acab. Y ah volvieron fue pastizales. Ah! esa
gente s sufri. Bendito sea Dios!
(Luis)

Mario no dur mucho tiempo, por lo menos en un sector, porque fue vendiendo por partes. Como para l estas tierras eran slo
una forma de hacer plata, muy pronto, en 1948, comenz a
retacearlas cada vez ms, vendiendo pedazos aqu y all. Primero
[186] l a f u e rz a d e l a g en te

Terrajeras de El Chimn en pocas del terrateniente Mario Crdoba.

le vendi un pedazo a Giuseppe Compagna103; luego, en 1949, otro


a Juan van-Arken104; luego, a partir de 1950, comenz a venderles
partes a Aurelio Mosquera y a Francisco Morales105. En 1954 vanArken le vendi su propiedad a los mismos Mosquera y Morales106,
y as Mario se fue quedando sin nada, mientras se daba un proceso de acumulacin de nuestras tierras en manos de aquellos dos.
Pero mientras estuvo como dueo, Mario hizo el desastre
total. Quit todas las tierras.
Votando para los partidos tradicionales
Haba indgenas que eran conservadores, pero tambin haba indgenas que eran liberales. Encima de que nuestra gente
103
104

Ver aparte sobre Sierra Morena.


Escritura 2297 de 1949, Notara 1 de Cali.

105

Escritura 2883 de 1950, Notara 1 de Cali; Escritura 182 de 1950, Notara de


Silvia.
106

Escritura 279 de 1954, Notara de Silvia.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [187]

Los polticos del Cauca utilizaban hasta a nuestros nios en sus campaas partidistas.

estaba a su cuenta para trabajar, para hacer lo que quisieran, tambin electoralmente los terratenientes la tenan a su cuenta.
En pocas de Mario, recuerdo que decan que un Pedro Roa,
uno de los administradores, era conservador, y el otro administrador que llamaba Nstor, un calvo al que le decan el cabecipelao, era liberal. El mayordomo, Alberto el tuerto, era conservador. Entonces tenan ah dividida a la gente, cada uno para
su lado y, en las vsperas de la eleccin, caminaban de noche en
la casa de los unos y de los otros para que al da siguiente cada
uno saliera a votar. Yo vea eso y oa esos comentarios, y haba
mucha intriga tambin entre indgenas; los liberales y los conservadores tampoco se entendan bien cuando mataron a Gaitn
y se gener esa violencia.
Pero antes de Mario era lo mismo.
Haba amenazas en tiempos de las elecciones. Bajaba el mayordomo de madrugada, a las cuatro de la maana, a la casa donde
finado pap Juan. Oscuro, cantando los gallos, llegaba el mayordomo: que tienen que bajar a dar el voto.
Entonces bajaban. De vez en cuando me llevaba. Yo con ganas
[188] l a f u e rz a de l a g en te

de ir a ver eso. Bajaban y estaba con candado all en el puente, para


que no vayan a pasar por s. Los que tenan que llevar a los terrajeros as por grupitos eran el mayordomo y los molineros, que eran
Jess Mara, Alfonso Penagos, y otros que trabajaban ah. Ellos eran
los encargados de llevarlos para que los liberales no fueran a robar
el voto. Y as los llevaban. Y el que no hiciera eso, que vaya por desgracia a equivocarse, amenazaban con botar afuera, que tena que
irse de la tierra. Por ese motivo eran conservadores. Por temor a eso.
Nadie iba por si, yo me voy solo, no era. Ellos echaban por delante pues, y dos casi por los lados. As llevaban. Que mucho cuidado, decan, que nada de dejar engaar all.
A nosotros muchachos nunca nos dejaban pasar all, nosotros
nos quedbamos all en el patio. Como en el taller de la empresa
haba una fragua, all ponan una olla grandota y ese da hacan
caf y le daban con dos panes. Ambicin a eso era que iba uno. De
all los vimos que ya daban el voto, entonces dentraban derecho
al caf, y ellos mismos hervan ms; caf en leche sabe ser. De vez
en cuando mataban una res, pelaban, un pitico de carne. Entonces el mayordomo deca: A estos muchachitos tambin hay que
darles, porque ellos son los que van a votar despus. Entonces a
uno tambin le daban un pitico. Qu contentos! As sabe ser.
Vena mi pap metido en el dedo tinta verde. As era la poltica en la hacienda. Que no era yo quiero ser liberal, yo quiero ser
conservador. No era. Era una obligacin. Por eso los terrazgueros
de Emilio Campo todos eran liberales. Y los de Julio Fernndez
eran conservadores, porque Julio Fernndez fue conservador. As
era. En ese tiempo administraba pues era Lozano, conservador. Por
eso era la orden. As se cumpla.
No era que libremente se iba a dar el voto. Nunca el mayordomo madrugaba como ese da de las elecciones. Y ese da, llueva o no, con un cauchote largote encima, montado encima de un
caballo saba llegar. Todava estaban acostados. Llegaba en el patio y de all llamaba, que tienen que bajar. En todas las casas
dizque se iba. l coga para ac para el lado donde nosotros vivamos. Para Sruktrapu y para otras partes cogan otros. As es
que andaban.
(Luis)

Mi pap deca que por ah en la dcada de 1920, en las elecciones no exigan cdula; l comentaba que desde muy joven lo
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [189]

hacan aparentar como un hombre grande y que algunas veces


les cambiaban la ruana, otras veces el sombrero, y que los hacan
votar en una y otra mesa, y l votaba como unas cuatro veces.
Siempre obligado.
Entonces el indgena terminaba obligatoriamente siendo liberal y obligatoriamente siendo conservador. Por la presin.
Cuando vino la violencia del 48, cuando vino toda la matanza
de los paeces en Tierradentro, cuando hubo toda la matanza tambin de los guambianos, unos tres lderes guambianos liberales,
ah en pleno casco urbano de Silvia, ah fueron fusilados. Mi pap
tambin estaba en lista. Como a l lo tuvieron los patronos liberales, desde pequeito lo adiestraron para que fuera adicto al
partido liberal; l deca que desde nio le gustaba vitorear al
partido liberal, que no saba qu era el partido liberal pero le
gustaba. Y fue liberal y fue gaitanista, y deca que le afect mucho, lament mucho, la muerte de Gaitn. Que si no le hubiera
pasado nada, Colombia habra sido diferente, para el campesino hubiera sido diferente. Quin sabe digo hoy yo, quin sabe
qu habra pasado si Gaitn hubiera sido presidente: si habra
sido diferente, si habra sido lo mismo, quin sabe. Por eso mi
pap se vino, se estuvo por Mondomo metido entre el monte,
para dejar pasar.
Cuentan que la matanza de los paeces fue muy terrible. Dicen
que en el puente de Cuetando, Tierradentro, los hacan enfilar.
Porque en ese entonces no haba puente de pasar carros, sino puente de un solo palo o dos palos, de pasar uno a pie. Entonces, como
los paeces de Tierradentro casi eran por unanimidad liberales
con excepcin de algunos pequeos pueblos conservadores
como Quichaya, Pueblo Nuevo y otros de ms ac, en el puente
de Cuetando dicen que hicieron desfilar a la gente. Y de un solo
tiro, prum! al agua. Y se los llevaba el agua. Eso era sin Dios y
sin ley; era como matando perritos, igualito que ahora. Eso a mi
no me consta, pero siempre hablaban de los muertos paeces, que
nunca supieron cuntos fueron.
Mi pap tena toda una historia de ese momento de la muerte de Gaitn. Deca que era un viernes, que mataron a la una
de la tarde del nueve de abril. Que l estuvo en Mondomo, y
como no haba radio ni nada, baj comn y corriente el sba[190] l a f u erz a de l a g en te

do a mercar a Santander. Dijo que l vea muy raro, que en vez


de la gente bajar a mercar, toda la gente, aunque era bien temprano, echaba para la loma, para la loma, y l era el nico que
bajaba hacia Santander. Que lo vea muy raro, que qu pas,
qu!
Hasta que a algn negro le pregunt, y le dijeron que Santander, el pas, estaba trastornado, que hay disturbios, que hay
violencia, que mataron a un jefe liberal. Mi pap fue valiente,
guapo; iba toda la gente para arriba, para la loma, y l sigui
yendo hasta que baj a Santander. Dice que lleg en el puente
que lo llamaban el Humilladero, y que todo el comercio estaba
saqueado, quemado, incendiado, que estaba hecho el diablo. Que
lleg en un sitio donde siempre dejaba el caballo, dej el caballo
all y se fue a pie a comprar, a ver. Que haba muchos negros, que
nunca haba visto tantos como ese da, que los viejos, los viejos
liberales, esos acrrimos liberales, ese da salieron. Que ese da
vio ms negros que nunca, un da de mercado comn, que no
salen, pero que ese da s haban salido, pero enfurecidos.
Mi pap dijo que estuvo all comprando, y que de pronto
como a las 11 de la maana ley un bando en la plaza de mercado. Tan taarantatantan tantan, y el alcalde ley un decreto ley:
que la galera cerrar a la una de la tarde, que hasta esa hora
pueden comprar y vender, y a esa hora la ciudadana se puede
retirar. Dijo que ah s le tuvo miedo. Compr lo que iba a comprar, mont el caballo y se regres a su casa.
Yo tambin recordaba que, antes de que mi pap llegara a El
Chimn, un tipo que llamaba Juan Snchez, un guambiano que
siempre llegaba all a la casa de mi abuela Gertrudis a comprar
cebolla para llevar a Morales, ese da lleg a decirle: No, por
favor, no arranque la cebolla, vengo a avisarle que no puedo llevar esa cebolla porque dicen que dizque en Bogot un perro viejo
ha matado a otro perro viejo. Por eso hay problemas por el camino, y no puedo ir a Morales. As deca. Aunque en guambiano
sale chistoso, como cmico, no era en chiste ni nada, sino en
serio! Yo escuchando, as deca el mayor all.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [191]

Sierra Morena y el italiano


que no dejaba pasar ni por lea

n 1948 Mario Crdoba vendi la mitad de las


tierras que posea en El Chimn a un italiano llamado Giusseppe
Compagna. Con l hizo una sociedad que luego disolvi y, finalmente, en 1949, se repartieron las tierras entre los dos, tocndole al italiano lo que ahora es Sierra Morena107.
El italiano no tena gente, terrajeros. Crdoba ya los haba
sacado. Vendi vaco. Hasta el tiempo de Julio Fernndez hubo
all varios terrajeros que fueron expulsados por Mario. Luis
recuerda que:
En Sierra Morena estaban taita Pedro Hurtado, ms arriba un
Abelino Tomb, que es el pap de taita Agustn, ms para abajo uno
que adivinaba, Celestino Calambs, y ms abajo viva Vicente
Tunubal [] y ms abajo pues taita Abelino, que muri del otro
lado. Esos no ms vivieron []
Cuando lleg el italiano, taita Pedro Hurtado s estaba, pero
ac en todo el puente, ahora la entrada de Sierra Morena. All vivi.
All ha hecho una casa. A ese no ms dejaron ah, como portero.

Pedro Hurtado fue un terrajero como todos los dems. Lo


nico es que era muy trabajador, muy estricto. No se si estuvo
all descontando terraje o fue asalariado, pero en todo caso, hasta
ahora est la casita donde l estuvo como portero. Lo pusieron
ah para controlar a la gente, porque la gente estaba recin expulsada, haban pasado al otro lado del ro, al lado del Resguardo
y, no se cmo, cada uno haba hecho su casita all para vivir.
107

Escritura 2075 de 1949, Notara 1 de Cali.

[192] l a f u e rz a d e l a g e n te

Todos los puentes los mantenan con candado y, adems, los terratenientes mandaron a
hacer aletas de ambos lados, tanto a la entrada como a la salida, para que los terrajeros
ya expulsados no pudieran pasar ni a recoger lea. Foto: Brbara Muelas Hurtado.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [193]

Pedro tambin estaba ya afuera, a l tampoco lo haban


dejado, pero por alguna razn lo seleccionaron para que manejara la llave cuando viniera el italiano, para que l estuviera
abriendo y cerrando la puerta, como todo un portero. La orden
que tena era no dejar pasar a ningn terrajero otra vez a la finca,
a la tierra.
Pero la gente tena mucha necesidad de venir al otro lado, en
las tierras que fueron de ellos, que quedaron en la hacienda, no
slo del italiano sino tambin de Mario y otros; la gente tena esa
necesidad de pasar, fuere como fuere, sobretodo por la lea para
el fogn. Cuando el ro estaba bajito, en verano, pues pasaban
por el agua. Pero cuando el ro estaba grande, como tenan candado en las puertas de los puentes, algunas veces se encaramaban arriba, por ah tiraban la lea, y pasaban tambin por ah.
Pero otras veces tenan que pasar por el lado de afuera de las
barandas, cargando la lea, corriendo mucho riesgo de caerse.
Como el terrateniente vio que la gente de alguna manera
consegua una fisura y pasaba, orden que hicieran varias aletas
de ambos lados, tanto en la entrada como en la salida del puente, para que no pudieran pasar, ni cargados ni vacos. Eso vinieron a quitar ahora poquito.
Y las mujeres, que toda la vida la lea ha sido como la materia prima para el fogn, sin la lea qu hacan! Entonces, as sufrieran, as se mataran, se cayeran al agua, tomaban ese riesgo
porque al otro lado no haba lea.
Entonces a Pedro Hurtado los terrajeros empezaron a odiarlo
mucho porque, cuando l no estaba, estaba la mujer, y como tena que cumplir la orden del patrn, era estricto a no dejar pasar a nadie, a no dejar entrar por la lea. l como de todas maneras estaba adentro, l s disfrutaba porque manejaba la llave y
tena facilidad de la lea; no sufri como los otros. Pero no ayud al misak. Supongo que tena mucho miedo de desacatar la
orden del patrn y cumpli al pie de la letra no dejar pasar a
nadie. Eso fue muy comentado por toda la gente, cmo este
terrateniente extranjero lo utiliz a l para ese fin.
Haba otros puentes, pero estaban todos igual de controlados. Abajo, frente a la quebrada El Molino, por ejemplo, ese era
de Mario Crdoba y posteriormente de Pacho Morales y Aurelio
[194] l a f u erz a de l a g en te

Mosquera, y en ese era otro indgena que tambin lo cogieron


de portero, que era Celestino Calambs. Todos los que tenan esos
cargos cumplan estrictamente la orden del patrn. Todo a lo
largo de esa franja, ellos tenan ese control de no dejar pasar a
nadie.
En 1952, un caleo llamado Juan Ruiz le compr al italiano
las tierras de Sierra Morena108. l tena un granero en Silvia y, para
atraer al misak, se portaba bien con todos. Por eso la gente crey
que algn beneficio iba a haber para ellos, cuando Juan compr
la tierra. Pero qu va! Fue igual que los dems.
Ms adelante, en 1960, los dueos de Santiago, en ese entonces Las Mercedes, compraron estas tierras, que estuvieron en sus
manos hasta 1980, cuando fueron recuperadas por nuestra gente, junto con las de Santiago.

108

Escritura 901 de 1952, Notara 4 de Cali.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [195]

Ambal

Mi experiencia sobre la terrajera se limit a lo

vivido por mi, mi familia y nuestros conocidos en lo que los blancos denominaban Hacienda El Chimn. Por eso los relatos de este
escrito se refieren casi exclusivamente a esa parte del antiguo
territorio guambiano.
Sin embargo, como ya hemos comentado, la terrajera la sufrieron los indgenas en todo el Cauca, en el Huila, en el Tolima y en muchas otras regiones del pas. Noms al lado del
Chimn, pasando el denominado ro Molino, y haciendo lmite
con El Chimn, se encuentra otra parte del antiguo territorio
guambiano que los blancos tambin nos haban usurpado.
Esas tierras tambin haban sido convertidas en hacienda, la
Hacienda Ambal, por lo que nuestra gente tambin se encontraba
all en calidad de terrajeros. La vida de explotacin y sufrimiento
fue similar en todo a la que experimentamos en El Chimn, bien
fuera con los mismos o con diferentes terratenientes.
La historia de Ambal amerita un estudio aparte, pero no
quisiera dejar de mencionar su existencia y relacin con El Chimn, as sea muy por encima, porque todo eso fue misak, misak.
Nosotros voltebamos para all y para ac y mirbamos que gente haba mucha. Hasta donde hoy estn los Chabacos, no de este
lado del Chimn sino de Ambal, eran misak.
Recuerdo que cuando hacan mingas, no importaba que hubieran partido la tierra, como la gente se senta comn, la mingaban de lado y lado. A mi pap y a mi mam los invitaban a
trabajar, a hacer msica y a acompaar all. Siempre la gente
era junta. Haba harta gente y junta. Igualmente, cuando empezaron a expulsar, expulsaron de ese lado y de ste. Entonces
les toc irse a Censio Chabaco, Jos Antonio Calambs y otros.
[196] l a f u e rz a d e l a g en te

Por eso vinieron a vivir al lado del Resguardo y hoy viven los
hijos all.
Esta parte del territorio guambiano era muy grande. Efran
Pechen, quien naci ah en Ambal y fue terrajero de Aurelio
Mosquera, cuenta que:
La tierra de Ambal s era grande una gran extensin.
Comienza del ro Piendam y sale en lo que hoy es la carretera en
la Cholica, de all sube por una quebradita hasta el punto llamado
Los Remedios y luego atraviesa para este lado y cae en el ro Piendam. De all da un giro a un alto que llama el Alto de La Cruz.
Ah es donde trabajaban los mayores, donde sacaban el material, la tierra que llaman el impiro, donde esta el buen barro para
hacer las ollas y todo lo dems. Esto lo hacan las mujeres mayoras.
De all daba un giro por el camino viejo, a caer otra vez al ro
Piendam. All cae en el puente que hay ahora y sube por la agita hasta Cresta de Gallo, hasta llegar al pramo; esto agarra toda
la sabana. De all da un giro por la sabana, redondeando hasta las
Letras. Dicen Letras porque hay unas letras escritas en una piedra
grande, que yo las vide. No puse cuidado qu es lo que est escrito ah, pero eran bastantes escritos. Esto si no sabemos quines lo
habrn escrito. Dicen que los mayores escribieron esto como delimitando; decan que era lindero de Ambal.
De all sigue por el filo que llaman Las Guacas. Le dicen as
porque de ambos lados se ven como unos cajones. Luego sigue hacia abajo, por el camino que conduce de Silvia a Popayn. De ah
cae otra vez al ro Piendam. Luego da un giro hasta el punto que
hoy llaman El Tejar. De all da un giro por el ro hasta [] Los Remedios, donde empatan los linderos, en el punto La Cholica. De ese
punto, hasta la Cholica, viene por una loma. Por ah trabajaron con
la gente y se hicieron unas chambas que mandaron a hacer a los
misakmera. Esto as era lo que llamaban las tierras de Ambal.

Cuando revisbamos papeles buscando informacin sobre


Chimn en pocas ya perdidas de la memoria de nuestra gente,
vimos unas pocas menciones de Ambal. Ah supimos que ya en
1798 Ambal era una hacienda donde muchos blancos del pueblo
mantenan ganado. Tambin lemos que en 1825 Antonio Carvajal y Tenorio, el entonces Protector de Indgenas, era dueo, junto
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [197]

con sus hermanos, de la hacienda de Ambal, la cual estaba en


manos de su familia paterna desde al menos los tiempos de sus
abuelos, y que en ese entonces haba all 70 y tantos indgenas
de macana con sus familias109. En 1838 el dueo de la hacienda
Ambal segua siendo el mismo; en ese momento haba un pleito
entre l y la testamentaria de Matas Fajardo, es decir, con los
dueos de Chimn, por el uso del agua del ro Molino para sus
respectivos molinos110. Un documento de 1847 habla expresamente de los indgenas que estaban obligados a pagar terraje a los
dueos de la hacienda de Ambal111. Posteriormente, en 1855, el
terrateniente don Antonio Carvajal dio a los indgenas de la
parcialidad de Ambal en pago de lo que hicieron en la hacienda de Ambal un pedazo de sta, el cual dividieron en 27 partes
para indgenas terrajeros. Para defender este lote, los indgenas
debieron pelear con un blanco del pueblo quien les haba quitado parte del mismo, alegando compra112.
Ya ms recientemente, en 1910, la Hacienda Ambal estaba
en manos de Manuel Caicedo Arroyo, quien en ese ao la vendi a Juan Caicedo y Josefa Arroyo de Caicedo. En 1914 Josefina
Caicedo de Mosquera la hered de Josefa Arroyo de Caicedo, y
en 1917 sta y Bolivar Mosquera la vendieron a Jos Rafael
Mosquera. En 1922, Aurelio Mosquera, con quien tendramos
conflictos hasta hace muy poco, hered la finca Santa Clara
que haca parte de la hacienda Ambal de Jos Rafael Mosquera, junto con otros familiares. Entre ese ao y 1942 Aurelio
adquiri los derechos de todos los dems herederos, quedando
como nico propietario113. Parece ser que el resto de la hacienda
Ambal sigui en manos de distintos miembros de la familia
Caicedo y, posteriormente, Aurelio Mosquera le compr algunos
pedazos a ellos. Sobre este tema Efran Pechen tiene algunos
recuerdos de lo que le contaba su padre:

109

agn, Indios-t.1-n 37-fl.417

110

acc, Signatura 3505-Republica-Judicial iv.


111
acc, Republica-Signatura 2708.
112

acc, Republica-Signatura 2719.

113

Segn certificado 81-103 de 1981, Registradura de Silvia.

[198] l a f u e rz a d e l a g en t e

Mi pap contaba que el primer dueo, un viejito blanco, quera vender a los indgenas mismos, pero los indgenas no lo compraron, por eso perdieron. Entonces quedaron pagando terraje,
porque empezaron a cobrarle. All empezaron a sufrir. Entonces
vendieron a los blancos y hasta ahora est como est. No se por
qu esta tierra fue de l, si en ese tiempo lo compr o simplemente lo cogi por donde alcanzaba a ver; eso no me han contado. Y
ste ya vendi a los que posteriormente llegaron, de nombre Juan
Mara Caicedo.
Este Juan Mara Caicedo dicen que fue palmirano. El mayor,
el dueo de esto, ofreci estas tierras y entonces vinieron a comprar. Y compraron hasta donde alcanza a ver y, como se hicieron
dueos con sus ttulos, se hicieron patrones. Todo eso hasta donde se alcanza a ver fue de una sola persona. De ah repartieron ya
a los hijos, en grandes extensiones que les dio.
Uno llamaba Luis Caicedo, la mam de Aurelio Mosquera llamaba Mara Caicedo, otro hijo llamaba el mismo nombre del pap, Juan Mara mismo, otro llamaba Gabriel Caicedo, que tambin
es hijo de Juan Mara Caicedo el viejo, y Vctor Caicedo. As quedaron ah. El viejo muri, entonces quedaron los hijos. Lo de la
hacienda El Tejar le dio a dos: una llamaba Josefita, la otra llamaba Teresa, y le decan misia Teresa Caicedo. Del ro Piendam para
ac le dio todo a los hijos hombres. As dicen que traspasaron. Y
la mam de Aurelio, Mara Caicedo, tambin qued ah mismo.
Aurelio de all se vino y cogi todo esto para ac. l se qued con
lo que le dio a la mam. Como reparti extensiones, cada uno con
su tierra tambin cogi la gente que viva ah, quedndose de
terrajeros.
A Luis le toc en dos partes: Ambachico, que despus le vendi a los evanglicos, y ac arriba al frente tambin. Desde abajo
de la pea para arriba.
Estos Caicedos no tenan tierra solamente aqu, sino tenan en
otras partes. Tenan en un lugar que llama El Guineal, y en Alto
Morena, que eran por El Tambo. Entonces los unos quedaron all
y los otros por ac.

El abuelo de mi mam, que se llamaba Juan Calambs, como


muchos otros apoy subterrneamente a Quintn Lame. Cuando hubo las expulsiones de la dcada de 1910, como era cabeza
visible, cay igual que Anselmo Muelas. Entonces le toc ir ms
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [199]

lejos, consigui otro patrn: sali de la tierra de El Chimn y


pas al otro lado, a Ambal, que en ese entonces, como ya se
mencion, tambin era hacienda. All vivi hasta su muerte.
Recuerdo que la abuela Rufina me llevaba a veces a donde
su compadre Matas Pechen, a donde llevbamos coles, papas,
cebolla de la montaa, para cambiar por maz que nosotros no
tenamos. Uno llegaba, le daban comida, le desocupaban el morral y se lo volvan a llenar con maz.
Muchos recuerdan los rigores de la terrajera en Ambal,
sobre todo cuando el terrateniente era Luis Caicedo. La familia
de Abelino Calambs fue una de las tantas que debieron sufrir
su dominio y l recuerda esta vivencia, aunque luego pas a vivir, junto con sus padres y hermanos, a tierras del Resguardo,
donde an se encuentra. Con l hablamos un poco sobre la vida
en Ambal.
Los recuerdos de Abelino Calambs
A finales de 2001 visit en su casa a Abelino Calambs, con el
propsito de hablar con l sobre mi abuelo Juan Calambs, pero
tambin sobre la terrajera que vivi nuestra gente por fuera de El
Chimn. Lo que sigue son, en sus palabras, los recuerdos que guarda de esas pocas.

Yo no se en ese entonces, en pocas de los abuelos, por qu


los patrones dejaban tener animales en el potrero Despus ya
estuvieron nuestros padres y tambin tenan ganadito y cultivaban; derribaban mucha montaa, limpiaban, y no demoraban
mucho para volverlo a quitar. Abran las huertas y sealaban ms
hacia arriba para que abrieran ms montaa. Entonces cada vez
entraban ms adentro. Pero a nosotros tambin nos iba abundando el ganadito. Eso yo me di cuenta porque estaba en manos de mi pap.
Yo no pude entender cmo era, pero era un solo dueo desde abajo hasta arriba, hasta Cresta de Gallo. Fue desde donde llama Umotun o el Alto del Pepo, de ah del frente para arriba114.
114

Ambal.

[200] l a f u erz a de l a g en te

Desde ah hasta el Cofre era de Luis Caicedo y del estrecho del


Umotun para abajo era de Aurelio, lo que llama La Clara. Abajo
lo que llama el Ambachico tambin era de Luis Caicedo mismo.
l mismo era dueo hasta Ambachico: eran dos haciendas que
tena Luis Caicedo. Arriba no haba casa de hacienda sino slo
casas de misak. Ambachico s ya tena casas grandes y esas estn
hasta ahora.
La tierra de arriba era a donde suban el ganado cuando lo
destetaban; cuando las vacas daban cra las volvan a bajar. Entonces la gente de arriba bajaba a pagar terraje abajo y eso era
lechera. Y cada mes a mi pap le tocaba bajar con leas. Iba con
las cargas de lea a trabajar all y suba era cada mes. Iba todo
un mes a descontar terraje. Se iban desde el 1 hasta el 30; hasta
que no llegaba el reemplazo mi pap no suba. Siempre vivan
as cuando nosotros ramos nios.
Eso era todo pagando terraje. Le tocaba era ordear y herrar
los caballos. A veces suba lastimado por las patadas de los caballos y a la casa llegaba con llagas. Pobres, si que sufran, casi
que era imposible aguantar. Cada que cumpla el mes tena que
estar puntualmente. Le tocaba por all en una falda, le tocaba
partir mucha lea.
Me acuerdo que cuando andaba trabajando por all, en la
quebrada haba una piedra grande como una casa y, cuando de
pronto vena una lluvia fuerte, arrimaba en esa piedra para escampar. Yo era un muchachito y a mi me haca sentar entre las
piernas. En una de esas apareci ah una olla, en un plan. Debe
haber sido del pishau115. Eso fue lo que yo vi. Me acuerdo de eso.
La olla era muy bonita y solamente con verla a mi me hizo dao;
me dio una hemorragia. Por eso consider que era del pishau. Yo
como no saba, la manipul. Estaba en medio de un rbol que
llama lusek. Desde ese entonces, desde nio, me dio hemorragia
permanente, hasta cuando fui nombrado alguacil. Tanto tiempo, pero no me mor. Para curarme me hacan absorber el humo
del holln y del caf recin tostado. Eso a mi me caus dao, me
acort mucho la vista; creo que fue el humo. Pero la hemorra-

115

Pobladores muy antiguos de antes de la invasin espaola.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [201]

gia, de pronto estoy sentado por ah y si levanto la cabeza rpido me vuelve a producir. Qued sufriendo as. Nadie me pudo
curar esto [] Cuando estuve de alguacil, yo pensaba: cmo ir
a pasar? Pensaba y lloraba, pero desde entonces se me quit definitivamente esta hemorragia. Hasta ahora no he botado ni un
grano de sangre; se me quit solo, sin meter ningn remedio.
Las jornadas eran largas y, ya cuando se iba anocheciendo, a
veces se iba triste y lloraba dejando a los hijos ah solos. De eso
me acuerdo hasta ahora (llanto). Entonces nosotros siempre estuvimos con mi mam no ms, con mis hermanitos mayores.
A mi casi no me tocaron todas esas cosas, pero en la hacienda mi pap s yo vide que sufra demasiado. Entonces l decidi
pasar a otra hacienda con otro dueo. All se acab el trabajo de
la hacienda porque se fue. Despus ya le toc ordear con Aurelio
Mosquera.
Luis Caicedo era el patrn de all de Cresta de Gallo. All haba otros terrajeros que llamaban taita Inocencio Chabaco y
Anselmo Chabaco. No eran sino cuatro terrajeros ah con finado mi to Cruz, y a cada uno le tocaba ir a pagar su terraje, que
si no salen de all hubieran estado hasta la muerte. Mi pap seor116 s sufri; all estuvo y murieron ah. Cruz tambin muri
all mismo, sufriendo igual. Ovejos s tenamos bastanticos;
abundaba rpido. No se si no gastbamos, no habra necesidad.
Mi pap ah lleg a ser autoridad; no se si fue alguacil o alcalde del Cabildo de Ambal. Como a l le ordenaban para que le
diera juete a los otros, lo odiaban, lo atalayaban por el camino, y
unas veces le pegaban. A mi pap lo defenda el patrn de la gente
que era contraria a l [] El gobernador de Ambal era de nombre Juan Pechen, era de Cerrogordo. En ese entonces el gobernador de ac de nosotros era un mayor de nombre Isidro Almendra; yo no lo conoc.
Todos los martes a remesear no vena sino mi mam, y nosotros quedbamos en la casa. Como ramos nios, llorbamos.
A mi pap le tocaba tambin bajar a ordear ah en Ambachico
y de all compraba algunas cositas y mandaba para nosotros. Y
116

Papa seor se usa a veces en reemplazo de srur o tata srur, que es la manera
de decir abuelo en guambiano.

[202] l a f u e rz a d e l a g en te

cuando suba, algunas veces suba malo, enfermo, herido de andar trabajando. Y as estuviera enfermo, quin le iba a perdonar.
Tena que ordear. Estos patrones de nombre Luis Caicedo si que
han sabido ser malos patrones! En manos de estos mi finado pap
seor sufri tanto y ah acabaron, ah murieron.
As que, pensando en mejorar la vida, se fue de donde Luis Caicedo para donde Aurelio Mosquera.

Entonces ya mi pap finalmente decidi venir a donde Aurelio. All l pagaba el terraje y nosotros trabajbamos tambin
ah, pero ya nos pagaba platica. Ya all descans un poquito, no
fregaban tanto. Sin embargo, estaba aburrido y empez a buscar camino para este lado.
La tierra de Aurelio empezaba casi desde la escuela de Cerrogordo (Ambal) [] l caminaba loma arriba, por all por donde llama la Nariz del Diablo, en un caballo que llamaban serpentino, un caballo rucio.
Cuando estuvimos all yo tal vez tendra 11 o 12 aos. Yo andaba por all ayudando a arriar las vacas, y me pagaban en unas
bolas de queso y una botellita de leche. El patrn dijo que yo le
gustaba y que me quedara all trabajando; entonces me pagaban
tres pesos. Yo entr all a la lechera y vi que haba hasta 150 vacas. Ah fue que me acab de criar. Me mandaron a la escuela en
Cerrogordo tres aos, y all aprend a leer.
En aquel tiempo no haba descremadora arriba. Entonces llevaban la leche, hasta tres cargas, en bueyes. Ya cuando trajeron
la descremadora, a mi me tocaba traerla del corral a la descremadora en unos barriles, que dicen que caban 150. Yo a la carreta
la pona de lado para subir la tina y ah fue que trabaj haciendo
toda esa labor, bastante tiempo.
En Ambal, al igual que en El Chimn, el terrateniente no
dejaba tener animalitos, y pona a unos terrajeros contra otros.

En lo que hoy es establo haba una casa de balcn. Yo andaba ordeando y suban un poco de ovejos que eran de los terrajeros de Cerrogordo. Entonces a mi me mandaba a disparar y
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [203]

matar. Me daba el revlver, dicindome que los ovejos no estaban


en la manga de ellos. A mi me mandaba a caballo con perros
grandes, para que mordieran. Yo iba siempre arriando los ovejos
para abajo, para que se devolvieran.
Finalmente, como en Ambal tambin los presionaban para
salir, decidieron irse a tierra libre.

En esa poca haba un poco de terrajeros trabajando de la Nariz del Diablo hasta arriba (La Clara). Decan que haba como
unos 80. Despus ya lleg el cuento de que Aurelio haba comprado El Chimn, y pas para el otro lado. En esa poca fue que
nosotros ya salimos todos.
Taita Antonio Ullun, que era cuado, nos dijo que no se
pongan a fregar tanto ustedes all, aqu hay tierra, vnganse. De
all de la hacienda vinimos nosotros calladitos. Dejamos todo y
dijimos al patrn don Aurelio que pagara alguna cosa, pero l
dijo que no, que vyanse no ms. El mayordomo en ese entonces
era Carlos Arroyo. Cultivos no tenamos porque a lo ltimo ya
no nos dej cultivar y ya no haba nada. Por la casa s, a uno que
vive en Fundacin, que llama Alfonso Pillimu, recibimos alguna cosita [] l viva all a un ladito y despus tambin se fue.
Ay Dios mo, si que vimos cosas! Entonces nos vinimos as
vaciitos, vacos.
De donde Aurelio salimos en el 49, cuando fue gobernador
taita Israel Montano, al que mataron. Nosotros vinimos con la
orden de l para estar ac en el Resguardo. Nos exigi que como
ramos de otra parte, de pronto podamos ser gente daada, y
entonces para que conociramos la Comunidad, los reglamentos,
nos aconsejaron mucho; y as decidieron recibirnos, pero con el
compromiso de servir all a la gente [] A este gobernador que
nos hizo gran favor, como a los cuatro meses de su segundo perodo lo mataron. No dur sino cuatro meses.117
Pero tierrita no haba tampoco en el Resguardo, as que all
tambin la situacin fue difcil.
117

Israel Montano fue gobernador en dos ocasiones: en 1948 y 1956, ao en que


lo mataron.

[204] l a f u e rz a d e l a g e n te

Cuando recin vinimos llegamos donde taita Antonio, pero


tierras no haba Como ramos bastantes, aqu si que vinimos
a estar deambulando por todas partes [] El Cabildo no tena
tierra. Si hubiera habido nos habran dado, pero no nos dieron
porque no haba. Lo que haba era las grandes sabanas arriba []
Lo que nos dijo fue que, ya que vinieron ustedes, si tienen familiares, vivan con ellos, trabajen ah jornaleando y de eso vivan
[] Si pueden comprar, compren, dijeron. A nosotros no nos
dieron tierra. Y as hemos estado pasando aqu.
Como vinimos con el consentimiento de las autoridades
del Cabildo, ellos mismos nos llamaban y nos daban trabajo. Y
como de all trajimos una vaquita, mi pap la vendi y compramos este solar en 150 pesos, y anduvimos y anduvimos hasta que
hicimos una casita pequeita aqu. Entonces nos descansamos
aqu, bamos a jornalear, ganbamos la comida, pero quedamos
bien aqu. Nos daban comidita por fuera pero aqu tenamos la
casa.
Entonces taita Antonio nos convid sin tener tierra ni para
l. Y por eso estbamos por ah de arrimados sin saber a dnde
ir; qu bueno que nos vendieron este lote. Lo compramos a uno
de nombre Antonio Ullun. Eso compr mi pap con la venta
de ese animalito.
Hoy vindolo bien, mis hijas y mis hijos parece que estn aqu
como muy bien. En nuestra poca, para nosotros s que fue triste, s que fue duro. Pero bendito sea mi Dios; donde bamos nos
daban comida y nos daban contratos, y todo el trabajo lo hacamos por el kausro.
Mi pap era muy humilde, era callado, era un hombre silencioso. Hoy el espritu de mi mam, de mi pap, donde quiera que
estn, deben estar muy bien por todo lo que hicieron por nosotros. Y murieron aqu. Mi pap muri el 10 de julio de 1968. Bendito sea mi Dios.
A mi no me toc pagar terraje. Yo no fui sino vaquero en la
lechera y all era pagando. Me pagaban tres pesos. Yo no se a los
dems cunto pagaran. Haba harto ganado y eso s tocaba
correr. Todo el ganado era bravo y tena nombres dependiendo
del color de cada res [] Yo memoric todo: el color de las vacas y los terneros y los nombres de cada uno, y aprend bien a
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [205]

hacer esas cosas. Si me hubiera quedado all habra aprendido


muchas ms cosas, y a lo mejor Aurelio me habra regalado un
buen lote de tierra y hoy podra estar muy bien. Pero como se
vinieron mi pap y mam, aunque nosotros ya ramos grandes,
nos vinimos y decidimos no quedarnos all por nuestra cuenta.
Pero nosotros s que hemos sufrido!
De todas formas en la hacienda el trabajo fue ms duro. Aqu
haba que trabajar, pero nos daban comida y la comida era con
carne, y adems la daban en unos platos grandes, plato antiguo.
En ese plato grande le daban a uno para que comiera parte y el
resto se lo lleve. Y adems nos pagaban. En ese entonces en platica
nos pagaban cinco centavos. Entonces aqu en el kausro pasamos
bueno. Pero fue duro porque, aunque estbamos libres, no haba a dnde trabajar. Pero hoy ac ha cambiado mucho; ahora
hay mucha escasez tambin ac.
Lo que Efran Pechen guarda en su memoria
A finales de 2003 convers con Efran Pechen, nacido en
Ambal, en 1932. Sus padres fueron terrajeros de Luis Caicedo, y a
l mismo le toc pagar terraje con Aurelio Mosquera. Lo que sigue es, en sus propias palabras, lo que me cont de sus recuerdos
y vivencias sobre la terrajera en Ambal.

Nosotros somos de aqu de Clarita. Mi pap era Juan Pechen


y mi mamita Mara Antonia Fernndez. El abuelo materno era Jos
Fernndez. El pap de mi pap llamaba Juan Pechen y un hermano llamaba Jos. Yo no alcanc a conocer el abuelo de mi pap
ni de mi mam. El pap de mi mam s apenitas me acuerdo.
/En pocas de Luis Caicedo/ haba como 150 terrajeros en
Ambal; eran 150 los que pagaban terraje. Hoy cmo ha cambiado. En ese entonces todos hablbamos la misma lengua, nuestra lengua, hasta Totor. As era.
En ese tiempo el terraje no era como lo de hace poco118. Dicen
que era mucho ms duro. En la semana tocaba trabajar dos das,
y le dejaban cuatro das para trabajar en lo de ellos. En el mes
118

Con Aurelio Mosquera.

[206] l a f u e rz a d e l a g en te

tocaba ocho das de trabajo [] Decan que ellos para trabajar en


lo propio no alcanzaban a hacer mayor cosa. Entonces siempre
saban pensar y reclamaban para que bajara el terraje. As que ya
acordaron trabajo mensual. Hasta hace poco qued en cinco das.
A los jvenes decan que los sacaban a los 20 aos, cuando
ya tenan compaera. Los que no tenan compaera estaban libres, as fueran adultos. Estos ayudaban a los paps. Pero cuando consigue la compaera, ah s tiene que descontar el terraje.
Al igual que en Chimn, las tierras se las fueron quitando a los
indgenas hasta que tuvieron que ir a cultivar en las partes ms
altas, pero en las pocas ms antiguas hubo mayor disponibilidad
de ellas para sus cultivos y para mantener animalitos.

Las grandes tierras que tenan no quitaron todo. Donde estaban las casas construidas, ah estaban [] Ellos venan agarrando las tierras, lo bueno lo bueno lo bueno; las casas quedaban ah donde estaban, pero para cultivar a los terrajeros les
dejaban por all las faldas.
En pocas ms antiguas no tocaban tanto las tierras; dejaban
trabajar. No como los patrones de despus. Eran amplias las tierras para nuestros padres y tenan suficiente ganado. Mi pap
alcanz a tener hasta 15 reses. Unos tenan 20, 12, 10. Siempre
tuvieron as. Eso s he visto yo. Entonces dejaban trabajar donde quisieran [] Unos tenan ms, otros menos, algunos no tenan nada, que le daba a uno hasta lstima. Tenan tierra igual
que los dems, pero yo no se por qu, eso si no puedo decir nada,
s me consta que algunos no tenan nada.
Pero mi pap tambin sufri bastante. Al terrajero que faltara unos dos das de trabajo, como castigo lo mandaban a trabajar el terraje all en Guineal y Alto Moreno. Desde ac mandaban que tiene que ir al trabajo hasta all [] Al que tena
cualquier inconveniente, de castigo le mandaban a traer unos caballos ariscos haba muchos caballos, para amansar y luego para la venta.
Siempre a mi pap y a los dems el trabajo era igual. Unas
veces les tocaba traer 40 o 50 novillos y no alcanzaban a llegar,
entonces se quedaban en la mitad del camino. Como era en el
l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [207]

camino y siempre eran dos los que venan arriando, uno se haca abajo y otro arriba, atajando los novillos y el ganado todo
afuera en el camino, como en la calle. As traan hasta llegar a Cerrogordo. Para la comida haba que rebuscar cada quien y llevarla, y con eso sobrevivir. Llevaban tambin un lquido que
compraban en el camino, y con eso pasaban. As me contaba que
le tocaba. Despus de esto le daban bueyes para que araran, entonces le tocaba arar all en el plan de Ambachico, al lado del Alto
de la Cruz. Y tocaba arar en distintas partes.
Era corriente que los terratenientes y sus mayordomos, si no
golpeaban a los terrajeros, los insultaran y maltrataran de diversas maneras. En Ambal muchos se quejaban de los maltratos de
Luis Caicedo.

El patrn siempre llegaba era para insultar y pegaban hasta


patadas. Eso haca finado Luis Caicedo. Le regaaban que el trabajo no estaba bien y si algo le responda, ah mismo le jalaba a
las patadas. Decan que haba un Vicente Muelas que era muy
fuerte. ste, que era nombrado capitn, con un poco de gente,
por all por el plan del Alto de la Cruz estaba arreglando unas
chambas. Y el pobre, como trabajar largo siempre es duro, par
a resollar un rato con todos. Entonces /el patrn/ subi por el
camino corriendo a caballo y ah mismo le dijo que lo haba
mandado era a trabajar y no para que estuvieran parados. Y ah
mismo, con el mismo juete de darle al caballo, le dio y le hizo
sonar dursimo. Le dio a Vicente. Y este le respondi de frente a
frente. Entonces dicen que se baj del caballo y que se vino y le
dio una patada por las piernas y que lo hizo tambalear. Entonces ste, como la gente de antes tena muy buena fuerza, le peg
una sola trompada y con eso le mand de cabeza al hueco abajo
donde haban hecho la chamba. Eso as me cont mi pap finado. Y este suceso lo vieron todos.
Y dice que sali de all insultndolo y luego se mont en el
caballo y se fue. Ya no dijo ms nada sino que se fue para echarle
al pobre. De ah la orden fue que se fuera para donde quisiera. Y
Vicente se fue, creo que para tierra caliente. Pero dicen que con
el tiempo se volvieron a encontrar y que volvi a invitarlo para
[208] l a f u e rz a d e l a g en t e

que volviera, reconociendo que l se haba equivocado. Y que


volvi vuelta, trabaj all, y dicen que ah muri. Eso dicen que
sirvi para que se ablandara y respetara, y no volvi a joder ms.
Siempre le faltaba que le pegaran! Vicente era de Agoyn. All
haba hartos Muelas, que eran de ah.
Luis Caicedo tena dos fincas, una de las cuales, Ambachico,
fue vendida a unos evanglicos extranjeros. Cuando la Misin
Evanglica compr y entr all, como tambin era tierra indgena, all tambin vivan algunos de nuestra gente. Pero los evanglicos trajeron gente de otras partes y hubo mucha presin para que
los nuestros salieran de all.

Ah vivan unos que llamaban Marcos Gembuel, Vicente Tunubal y su pap Simn, Antonio Pechen, y taita Jos Gembuel.
ste ltimo era de ah mismo, pero como el pap viva abajo y l
subi, entonces qued trabajando en dos partes, pero no eran
dos patrones sino uno solo; cuando empezaron a vender, de
Ambachico se vino del todo y se radic aqu arriba. Para arriba
compr Aurelio, entonces se qued all, trabajando terraje en
una sola parte.
Cuando los de la Misin Evanglica compraron, trajeron
gente de ellos y empezaron a trabajar todas las tierras planas,
buenas. Entonces, como no tenan ms, los misakmera buscaron
otro patrn y se apartaron. Pero esto fue ya cuando quitaron las
tierras.
Taita Marcos Gembuel pas al otro lado, a La Fundacin, y
all termin la vida. No muri en su plan, sino ms abajo, en La
Fundacin. l muri en la casa del hijo de nombre Lorenzo; la
casa de l ya no exista. Simn Tunubal subi a donde ahora lo
llamamos La Laguna y ah muri; all arriba de un corral de lecheros ah finaliz. Cuando sali de abajo Aurelio lo recibi,
y entonces se convirti en terrajero de l. Vicente, el hijo de este
Simn, el pap del ahora Florosmiro, ste muri en Fundacin.
Caicedo tambin llev gente de afuera para desmontar su finca
de arriba, para hacer pastos. Luego l mismo, y ms adelante Aurelio Mosquera, se encargaron de sacarlos.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [209]

Los que vinieron ac arriba no eran de aqu. Trajeron gente


de otra parte para que trabajara. Trajeron a Inocencio y Anselmo
Chabaco que eran de all del Tengo, del Resguardo de Guamba.
Haba otro [] de nombre Fernando Pechen, y otro de nombre Anselmo Tenebuel, tambin del Resguardo. Todos eran gente guambiana. Haba un blanco del yastau, del barrio Caloto, que
se llamaba Miguel Orozco. Era pobre y le gustaba trabajar all
en esa tierra y se vino y como l se ama ah, se senta bien,
entonces exigieron que descontara terraje tambin. Trabaj
igualito con el indgena; donde quiera que estuvieran los indgenas trabajando, l tambin estaba.
Cuando ya tuvo edad, y ya siendo terrajeros de Aurelio Mosquera, Efran debi pagar terraje tambin.

Cuando yo me form, me consegu a mi mama119 y aparec


ah, y entonces Aurelio de inmediato me dijo que tena que empezar a pagar terraje. Y ah mismo me sac dos das de terraje y
me advirti que empezaba a cultivar la tierra ese ao y el otro, y
as tambin iban aumentando gradualmente los das de terraje
hasta cinco das. Que a partir de esa semana empezaba a descontar el terraje y que fuera a reclamar un barretn a Ventura Riascos. El primer ao fue dos das, el segundo ao otro da ms, y
el tercer ao ya los cinco das. Entonces a mi me hizo asociar con
el taita Juan y me llamaban cada 15 das a recoger ganado, a darle sal, marcar y cambiar potreros. Siempre era eso [] Trabajaba pero no era por dinero, sino descontando terraje; siempre todas las actividades diarias eran a cuenta del terraje.
Cuando engordaban los novillos, a mi, a taita Juan, al que
hasta ahora anda, taita Lorenzo /Gembuel/, y al finado Leonardo, nos mandaba a pie con ganado hasta Santander, arriando 3040 novillos, llueva, truene o haga sol. ramos cuatro, pero para
ir a dejar esto no mandaba sino a dos. En el da bamos a quedar
all en la tierra que hoy es de ustedes120, all siempre nos qued-

119

Su esposa.

120

Se refiere a Aguablanca, donde tenemos nuestra tierrita.

[210] l a f u e rz a d e l a g e n te

bamos. Y a veces llova y estilando agua nos amanecamos ah


con el ganado. Y al otro da nos levantbamos temprano, bamos,
y si nos iba bien, a eso de las once de la maana ya estbamos en
Santander. Y cuando el ganado molestaba, a las doce a una de la
tarde entregbamos el ganado. Esto era cada quince das. Pero
no era solamente all, sino tambin a Popayn.
En ese entonces nos daba una racioncita de dos pesos, para
el camino. Eso no alcanzaba sino para la gaseosa del camino. Y a
veces, cuando llegbamos a Silvia, nos daban cinco pesos []
Unas veces dejaban pago el mangaje, para cuando llegaba all.
La quedada en el camino, eso no pagaba nadie. A veces el ganado
se cansaba y entonces uno se quedaba cuidando mientras el otro
iba a buscar alguna cosita que comer.
Para atajar el ganado, el uno se haca abajo y el otro arriba, y
templbamos el rejo en la mitad del camino; y ah nos dormamos. El ganado cansado se echa y se duerme, pero a lo que va
amaneciendo se va levantando y quiere coger camino, entonces
uno tiene que orientar el camino. Pero hay que atajarle hasta que
claree bien, porque se envolata el camino. Y antes de arrancar hay
que contarlos a ver si estn completos.
Yo empec a pagar terraje en los 50; Aurelio haba comprado El Chimn haca tiempos y haba comprado otras tierras, entonces hubo nuevos trabajos. Compr, por Paletar, la que llaman la Calaguala. All nos toc hacer viaje hasta con su pap121.
A Calaguala se iba por el camino a Popayn. Esos caminos viejos ahora ya no existen, se acabaron. De Popayn para arriba s
ya todo era carretera. Esto fue un viaje como de cuatro das. Y el
ganado aguant tantos das caminando. Pero no lo hacan caminar el da completo, sino hasta que se cansara. En ese viaje s nos
traan comida; donde nos quedbamos nos hacan cocinar y
todo. Cuatro das caminando si que nos dolan los pies! No tenamos ni alpargates, sino pie limpio. As no ms. Y as aguantbamos. Para hacer mandado a los ricos, a los grandes, si que
es duro!

121

Se refiere a mi pap, Juan Bautista Muelas.

l a t e r r a j e r a q u e n o s t o c v i v i r [211]

Mis
primeros
aos en
El Chimn

[ 2 1 4 ] l a f u erz a de l a g e n te

Mi niez y juventud transcurrieron en medio

de grandes carencias materiales, pues pocos aos despus de mi


nacimiento cuando apenas tena unos seis aos se vino una
gran crisis para la familia y para todos los indgenas que eran
terrajeros en la regin. Todo el tiempo ha sido difcil, pero en ese
momento nos quitaron las tierras en ese sector que los blancos
denominaban San Pedro, un sector que haca parte de lo que en
guambiano llamaban Oskowampik. sta es una vasta regin cuyas
tierras todava estaban en manos de los terrajeros. All vivamos
nosotros, all tenamos las casas, all tenamos las vacas, los ovejos,
las gallinas, all tenamos todo.
Cuando les dio por arrasar con todo lo que tenamos, por
quitar las tierras, nos dejaron unas meras parcelas por la gotera
de la casa, nada ms rodeando la casa. Fue la destruccin total
de los cultivos, fue el momento ms desagradable, de quedar sin
ganado, sin ovejos, de quedar sin dnde cultivar. Y eso no solamente fue a mi familia, sino a todos.
Antes, as la tierra estuviera a nombre del terrateniente, porque se haban apoderado de ella con sus escrituras pblicas, en
la prctica todava estaba en poder de los indgenas, de los terrajeros. Pero cuando nos las quitaron y prohibieron cultivar ms, fue
el desastre, fue el caos, entonces fue la pobreza de todos.
De qu podramos nosotros subsistir? Mi mam de qu
podra haber hecho ropa para nosotros? Porque la ropa no era
comprada del pueblo, sino que ella misma la haca con la lana
que producan los ovejos. Como no tuvimos ovejos para que mi
mam hiciera nuestro vestido, nos toc pasar con lo poco que
qued, con lo que tenamos antes de quitarnos la tierra, con unos
vestidos viejos. Afortunadamente la ropa de lana dura muchsimo
y, como es tan resistente, eso nos dio para vivir un buen tiempo.
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [215]

Yo no tuve muditas para cambiarme; tampoco tuve una ruana


especial hecha para nios, sino usada de los grandes, de los viejos, que mi mam me arreglaba para que yo usara.
Entonces, nos cortaron nuestro desarrollo verticalmente,
quedamos sin dinero, quedamos sin tierra, quedamos sin animales. Vivimos al aire, sin el mnimo respaldo econmico que
era la tierra y los animales. Es la gran pobreza que empieza. A
mis tos tambin les haban quitado las tierras, estaban en la
misma situacin. Los amigos estaban igual.
Los que vivan un poquito mejor eran aquellos que, de alguna manera, haban logrado comprar tierras por fuera, por Morales o Piendam, por Inz o por Guamba mismo, all al otro
lado del ro, sacrificndose, jornaleando o, si tenan una vaquita, vendindola e inmediatamente invirtiendo en algn lotecito
de tierra. Para ellos cambi la situacin un poco, porque a pesar
de estar jodidos en Chimn, tenan otros lotes y all cultivaban,
all podan tener sus ovejos.
Algunos de pronto eran hbiles para por lo menos empezar.
Porque era tan bsica la tierra, que no se pensaba ms que en ella.
Los que no podan hacerse a una propiedad solos, se asociaban
dos hermanos, o dos amigos, y despus partan el terreno, quedaban con los lotes y all producan la comida, desde all se sustentaban y tenan su casita all.
Hoy se puede ver, al lado del ro Piendam, a muchos de
los antiguos terrajeros que estn radicados all, a lo largo de
la carretera. Otros, como los Tunubals, estn por all por
Mndez, otros ms como los Morales viven por Morales y los
Muelas por Pueblito y El Cacique; hasta en La Campana hay
muchos de los que fueron terrajeros en Chimn, que suframos las consecuencias en ese momento de la quitada de las
tierras. Tanta gente!
Nosotros pudimos comprar en Mondomo, pero era lejos, distante, haba que invertir dos das de camino, y estar all. No era
nada fcil para uno alcanzar a suplir las necesidades inmediatas;
all tampoco pudimos tener ovejos, ni ganado. Bestias s tuvimos, pero stas slo nos daban para traer comida; nos servan,
pero no nos daban papel billete. Por eso no tuvimos cmo comprar en los almacenes.
[ 2 1 6 ] l a f u erz a de l a g e n te

Pero, en contraste con la gran pobreza material que marc


mi crecimiento, mi vida se desarroll dentro de una enorme
riqueza espiritual que siempre me rode. Porque, aunque los
blancos pudieron restringir y hasta quitarnos totalmente las bases para nuestra subsistencia material, no lograron hacer lo mismo con nuestra cultura, con nuestras creencias ms profundas,
con nuestra visin sobre el mundo, la naturaleza, los espritus.
Aunque el contacto de nuestra gente con el mundo blanco
fue permanente, el tipo de relacin que la terrajera nos impuso, al menos mientras nos mantenamos dentro de la hacienda,
no alcanzaba a destruir nuestro fuero ms interno. Fueron sobretodo la iglesia y la escuela, las instituciones que mayor impacto tuvieron sobre nuestras tradiciones y creencias, pero ni aun
stas pudieron acabar completamente nuestro mundo tradicional.
A los terratenientes lo que les estorbaba era la gente, el misak,
no su cultura, por eso no creo que ellos pensaran que haba que
destruirla. No les importaba que uno hablara en lengua, ni que
pensara diferente a ellos, ni el trapo, ni nada de eso, sino que era
la gente misma la que incomodaba. Donde estaban los ranchos, para ellos era mejor que estuviera lleno de pasto, pero si
haba indgenas lo que les interesaba era sobre todo que cumplieran las reglas que ellos imponan, el trabajo, que descontaran
el terraje. Pero no creo que su inters estuviera en blanquearnos.
Los curas s tendran otro pensamiento.
Creo adems que hubo una cosa muy significativa, que nos
permiti mantener nuestro propio mundo, en buena medida, y
es que los blancos, en general, tenan asco de entrar en la cocina
indgena. La casita del terrajero, su ranchito, era el ms humilde
de cualquier indgena: donde estaba el fogn, donde estaba la
cocina ah era un todo. Era cocina, era alcoba, haba tambin
algn rinconcito donde guardar los alimentos, la lea y los cuyes,
todo. Nosotros mismos, mi mam, tena un fogoncito ah en el
centro de una sala grandota; en el centro del fogn, en un alambre colgado de una viga, estaban enganchadas las ollas, y por ac
tena un estante para dejar cositas: las ollas, los platos, cualquier
cosa, y al otro lado era la cama. Pero como sta no era suficiente
porque ramos bastantes nios, entonces los que caban se ham i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [217]

can all en la camita de tabla, y los que no, tendan un cuero y


se arrimaban all al lado del fogn. Y pulgas que haba harta
pulga. Entonces los blancos qu iban a estar entrando ah! Por
eso no tenan mucho contacto, realmente. Vivan encima haciendo trabajar permanentemente, todos los das, pero no ponan un
pie adentro en la cocina, en la casita.
Yo me acuerdo mucho que el ltimo mayordomo, que llamaba Ventura Riascos, con mi pap se entendan muy bien, y a
uno de sus hijos se lo hizo cargar en el bautismo, por lo que se
hicieron compadres. Entonces, cada vez que llegaba el compadre a mi casa, mi pap lo haca entrar. Era el nico tipo blanco
que yo vea entrar. Mi mam ofreca lo que tena, algunas veces
una comidita, la ms humilde que ella poda cocinar, y uno vea
que l coma ah con mala gana; entraba, se sentaba all, miraba
por todos lados, y rpidamente sala y se iba. Pero el patrn, que
diga Aurelio Mosquera, adentrarse en la casa de terrajeros
nunca! Ni tampoco otros. Pasaban s por fuera, a caballo, se
oan los tropeles no ms por all, gritaban no ms, llamaban no
ms si queran alguna cosa, pero entrar en la casa, eso no lo hacan nunca.
Entonces, afuera del rancho era permanente la presencia del
blanco, pero adentro no conocan, el terrateniente adentro de la
casita no conoca. En la casa adentro eran el pap, la mam, quienes hablaban con los nios, hacan todo, entonces no haba intromisin de afuera. Eso ha sido muy importante, que el blanco
dominaba de puertas para afuera, pero no de la puerta del
ranchito humilde para adentro. Yo creo que eso favoreci para
mantener nuestra propia cultura.
La influencia religiosa s fue mayor, pero no alcanz a borrar
nuestras creencias tradicionales. En Chimn por lo menos, yo
recuerdo que, desde que se institucionaliz la escuela, los curas
suban a decir misa, a la primera comunin, a algunas otras fiestas que se inventaban. Al comienzo salan lo que llamaban las
misioneras de casa en casa. Las monjas suban a evangelizar, a
catequizar, pero yo no recuerdo haber visto un cura o una monja
adentro de la choza de un indgena. Yo creo que no entraban, y
que la evangelizacin la hacan afuera, en pastizales. Tenan pavor, tenan miedo de que haba mucha epidemia. La consigna era,
[ 2 1 8 ] l a f u erz a d e l a g en te

como hasta hace poco decan las maestras del Ncleo Escolar, que
en la habitacin de un indgena no aceptaban ni un tinto porque se contagiaban de cualquier virus, de cualquier infeccin.
Decan que lo nico que podan aceptar era un huevito cocido
en agua, porque eso creen que est protegido por la cscara, entonces eso s podan consumir. Pero algo preparado de una manera diferente no aceptaban, para no infectarse. As que un profesor, una maestra o una monja iba simplemente a hacer su
evangelizacin o a ensear lo que les corresponda, por cumplir
un deber, y no ms.
Yo no recuerdo, pero mi pap deca que hasta all a la casa
de nosotros llegaban las monjas. No se qu ensearan, pero para
ellas debe haber sido muy difcil tambin, porque cmo hacan
para entender? Porque nosotros, los terrajeros en general, no
hablbamos espaol. De pronto estaran enseando a persignar,
a rezar yo creo que lo podan hacer, el indgena poda imitar,
pero no saba lo que estaba haciendo. Para ellas debe haber sido
muy difcil ensear y seguro se cansaron, se aburrieron, porque
dejaron de volver. Se concentraron en Las Delicias y en La Campana, a lo mejor porque all haba ms gente y ms comodidad,
y ya despus se convirtieron en maestras de nios en los planteles educativos y creo que dejaron a los adultos. Debe haberles ido
mejor porque empezaron a lavar el cerebro desde nios. Los
adultos tal vez fueron ms duros.
De todas maneras, el bautizo y el matrimonio por la iglesia
se impusieron. Decan que el que no es bautizado no es cristiano, que un nio que se muere sin bautizo llega a un limbo, que
es el castigo ms cruel, entonces el pap, la mam, tenan miedo
de dejar morir a su hijo sin el bautismo, porque sentan ese cargo de responsabilidad de que tuviera que padecer ese sacrificio.
El matrimonio era lo mismo. Hoy en da uno ve tanto lo que
llaman la unin libre, pero en ese entonces yo creo que no existi tanto. Todo el mundo, pobre, rico o mediano, tena que casarse. Ese era como un control de la iglesia. No podan vivir
amaados, lo que llamaban amancebados, porque tambin tenan que estar en paz con la iglesia. La gente tena miedo de ser
condenada por eso, entonces se casaban simplemente para cumplir un deber, una norma. Pero celebraban dos cosas: lo que ham i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [219]

ca la iglesia, y la ceremonia propia que hacan en su casa, de su


cultura, de su tradicin. En esta ltima, aparte de ellos, el padrino del matrimonio, los allegados, los abuelos, los viejos, todo el
mundo se reuna. Se sentaban todos los mayores frente a la pareja y le daban toda una instruccin para su formacin. Y eso era
una tradicin: msica, danza, a tales horas bailar, los paps de los
novios a tales horas danzar tambin, y la msica de flauta y tambor debe tocarse a tales horas y hasta tales horas de la maana.
As que, aunque la religin catlica se impuso con bastante
fuerza, no logr hacerlo de manera exclusiva, como tampoco
pudo destruir las creencias indgenas ms importantes. Lo que
con el tiempo se produjo fue una especie de mezcla en las ideas
y actividades religiosas y sociales, al irse aceptando, en buena
parte por temor, lo que era impuesto desde afuera, mientras las
creencias y ceremonias propias las mantena el misak con gran
fuerza.
Por otra parte, lo ms comn era que los terrajeros solamente
salieran al pueblo a comprar o a vender lo que necesitaban, o a
hacerle alguna vuelta o un trabajo al patrn, pero bsicamente
siempre estaban en la hacienda, sin salir a ninguna parte. As que
el de los terrajeros era un mundo muy aislado del resto. Yo he
considerado que por eso aprend a hablar el castellano slo cuando yo mismo pude salir a vender, a comprar. Hasta entonces no
saba. Me mandaban a la escuela para que aprendiera, y qu difcil que era aprender. Porque uno tena concentrado en la mente
era lo que los paps le enseaban, o los vecinos, cuando estaba
con ellos. Yo creo que todo eso favoreci para mantener nuestra
propia forma de pensar y de vivir.
El trabajo mismo influy tambin. En el trabajo del terraje
haba una fila larga de trabajadores, y uno estaba hablando, pero
de all se alcanzaba a escuchar tambin. Unos hablaban cosas
importantes de la tradicin, otros se rean, otros mamaban gallo, haba de todo, pero todo eso era en guambiano, entonces
haba un permanente desarrollo, una permanente interrelacin
con la gente. En los momentos de descanso era lo mismo. Y tambin hacan muchas minguitas pequeitas y otras ms grandes.
Haba mingas permanentes. Yo creo que todo eso mantena y fortaleca la identidad, en su vida cotidiana sencilla, humilde; ah
[ 2 2 0 ] l a f u e rz a d e l a g en te

Preparado para bajar al mercado en el yastau. (1950 c.) Foto:Luis Ortega.

m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [221]

desarrollaban su cultura. Y all quin va a estar hablando en


castellano! Nadie. Cuando vena el blanco se alcanzaba a ver de
lejos, entonces todo el mundo se agachaba a trabajar para evitar
regaos; entre ms se acercaba el blanco, ms duro trabajan, y
all ya se perda hasta la conversacin. Porque el calificativo era
que: no trabajan, sino se ponen a conversar, a hablar. Entonces,
para evitar ese regao, cuando apareca el blanco ya como que
se enmudecan. Cuando se ausentaba, otra vez volvan a hablar.
Es por todo eso que, a pesar de yo haber nacido en lo fino de
este sistema, a pesar de que mis abuelos, padres y dems parientes
y allegados fueron terrajeros, a pesar de haber sufrido todas las
consecuencias de esa forma de opresin y explotacin, mi educacin, mi formacin, estuvieron profundamente arraigadas en
la tradicin de nuestro pueblo.

[ 2 2 2 ] l a f u erz a d e l a g e n te

Creencias y rituales

El 8 de junio de 1948 mi to Rafael vino hasta la

casa con un cuaderno en mano, en el que tena apuntada cada


fecha en la que mi mam haba tenido un beb y, no para felicitarme por mi cumpleaos, sino para recordarme que ya era un
hombre y hora de comenzar a trabajar duro, me dijo que ese da
cumpla yo 10 aos de haber nacido. As supe cundo nac y cuntos aos tena.
Yo hice mi aparicin en este globo terrqueo dentro de la
cultura guambiana. Como todos los padres guambianos en esa
poca, los mos se prepararon mientras me esperaban y, antes de
yo nacer, hicieron el paya moropik o consulta al mdico tradicional. La preparacin se haca de acuerdo al querer de cada familia, pues cada cual tena sus mdicos clientes, y de acuerdo a
eso buscaban sus plantas.
El mdico tradicional y el nacimiento
Segn la tradicin de mi gente, todo se hace buscando que
a ese nio que viene, a ese nio que va a nacer dentro de poco
pocos meses, pocas semanas, o pocos das la naturaleza, el
Dios del mundo de los guambianos, le ayude. Primero, para que
en el momento del nacimiento no le suceda ningn problema a
la madre, y segundo para que en ese mismo momento el nio o
la nia reciba ese don de la naturaleza y empiece a darle el camino que los padres desean que sea en su futuro, ya sea para la
agricultura, para la cultura de la medicina tradicional, o para
cualquiera de las cosas que pretendan que sea su hijo o hija a
largo plazo. Para abrir ese camino se hace la preparacin.
En el momento del nacimiento los padres esperan con el
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [223]

mdico, pues l debe recibir al nio, curarlo y refrescarlo con las


drogas122 que tiene, volteando, como dicen all, de la derecha a
la izquierda a los espritus, con la mochila en la que maneja la
droga, la coca, con un poco de tabaco, y otros elementos que ellos
tienen. Porque la filosofa del mdico guambiano es que todos
los espritus buenos estn a la derecha, entonces de la derecha
pasa a la izquierda todo lo malo, y sopla hacia la izquierda para
que los espritus malos se separen. As no quedan sino los buenos espritus de la derecha, para que la familia pueda pasar ese
nacimiento, ese parto, sin dificultades. De esa manera queda limpio, purificado, libre de cualquier cosa anormal que se les pueda presentar al nio mismo, a la mam o al pap.
Refrescarlo (pishimarop o pishinkuchip) quiere decir que a
uno lo limpian de pies a cabeza. Con una hojita de verdolaga que
es el refresco, una ramita de alegre y unos granitos de maz blanco, todo eso masticado y revuelto por el mdico, lo refresca. Esos
tres elementos son los bsicos para curar, para poder tener contento al kallim o pishimisak.
Pero el proceso no termina ah. Mi pap deca que era importarte ponerle al recin nacido manteca de len en el ombligo, despus de cortarle el cordn umbilical. l deca que con esa
manteca de len se hacen fuertes las piernas, los brazos, y la persona se hace gil, porque al untarle a uno esa manteca los huesos como que se impregnan y se hace efecto al estilo del len.
Tambin se empua la planta rendidora en las manitos del
recin nacido, sea hombre o mujer, para que cuando sea adulto
tenga mano rendidora para sembrar, cultivar, cocinar, para repartir la comida a la gente sin que se agote y as alcance para
todos.
A los cuatro das de haber nacido, baan al nio y a la mam
conjuntamente, con una serie de plantas que slo el mdico tradicional sabe cules son, para que ni la mam ni el nio se enfermen, y para que todos los de la casa puedan ir a sus campos,
a sus actividades en la agricultura, en la ganadera, sin tener ningn contratiempo.
122

Se trata de plantas rituales que se considera tienen poderes y/o de elementos


minerales que se mezclan con ellas.

[ 2 2 4 ] l a f u e rz a de l a g en te

Todos estos trabajos abren los caminos, no solamente para


poder levantar al nio, sino para que los paps, los de la casa, no
tengan ningn problema con la naturaleza. Porque, segn ellos,
hay cosas malignas que pueden hacer mal al nio, a la mam, al
pap, a todos los de la casa. Entonces con todo eso se busca que
no le acompaen los espritus malignos, sino el espritu benigno, con todo eso se busca que el nio, la mam, el pap, los animales, la agricultura, puedan seguir el camino del bien. Es un
camino que en ese momento abre el nio que nace y de ah sigue el proceso.
Pero todos estos rituales dependen del entorno en el que vive
la familia, de si existen los elementos necesarios para hacerlos, y
por eso la salida de la gente de su territorio a causa de las expulsiones y, en general, de la opresin originada en la terrajera, llev a la prdida de muchos valores culturales entre los que se iban.
La planta rendidora, por ejemplo, no se da en lo muy fro, as que
a los que se fueron para el pramo se les dificult seguir realizando esta prctica.
Esa planta era de lo abrigado, de all abajo. Debe haber acabado tambin junto con el tsilo ac. Eso es muy bueno para los
nios; cuando los chumban es bueno meter un poquito ah, y tambin es bueno para baarlos con eso. Cuando dejamos de ir al
Chimn ya no se pudo traer ms y se acab.
(Jacinta la hija de Anselmo Muelas)

Como parte de ese proceso, cada vez que en una familia


la mam tiene la menstruacin, tiene el deber de buscar al mdico, porque los mdicos tradicionales antiguos consideran
la menstruacin como un sucio ante el espritu maligno. Por
eso se debe guardar prudencia. Durante cuatro das la madre
no puede salir a cualquier sitio donde ella desee, y mientras
no visite al mdico, mientras no se refresque, mientras no se
cure, mientras no se haga una limpieza total en la casa, en la
familia, se cree que puede haber cosas anormales que podran
afectar al nio, a la familia, a los animales, o a los cultivos. Esto
debe hacerse todo el tiempo, mientras exista la vida y el pensamiento.
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [225]

El refresco que hace el mdico guambiano tiene un trmino; ste se desvanece, se enfra. Por eso el mdico, antes de su
retirada de una familia, en la maana o en la noche de la curacin, advierte para cunto tiempo es, para que en ese tiempo
prudencial vuelvan a buscarlo. Es necesario hacer un refresco,
una curacin, de manera permanente, constante, y no se puede
dejar mucho tiempo sin hacerlo porque causa dao. Segn la
creencia guambiana, este proceso es un ciclo, una circunferencia, que no tiene fin, hasta la formacin de los nios y el proceso que dan.
Llega un trmino en el que ya no le toca a los mdicos, sino
a los paps. Ellos deben ir levantando a los nios, levantando a las nias, de acuerdo a sus caractersticas, de acuerdo a
su costumbre, a su creencia, y a sus oficios diarios. Al nio
varn y a la nia se les ensea con las drogas que les corresponden, y ya con la advertencia del mdico se les lleva a ciertos
sitios sagrados.
Claro, esto suceda cuando existan los buenos mdicos y la
gente todava crea en ello. Hoy en da todo ha cambiado tanto
que ya nadie parece interesarse en estos campos. Pero, hasta donde yo recuerdo, todo esto ha sido un baluarte porque es donde
se forman las personas para una sociedad.
Los baos en el Wikyakullupi 123 o ro Molino
Yo recuerdo que la abuela Gertrudis, mi pap, mi mam,
tenan mucha fe en que los nios madrugaran a baarse en el
ro Molino. Decan que esos baos en aguas fras que bajan de
la montaa dan fuerza, fortaleza, vida, y que el momento de uno
baarse eran las cinco y media, entre oscuro y claro, cuando el
agua estaba tibia, pues a las seis ya estaba muy fra.

123

A finales del ao 2000 apareci en el nacimiento de esta quebrada una familia de osos andinos, animal que por mucho tiempo haba desaparecido del territorio guambiano. Desde entonces, cada vez que vienen, van a ese punto a descansar, a criar sus hijos y a comer vacas. Por eso se le ha vuelto a dar el nombre
de Wikyakullupi o ro de la guaicada de la casa del oso.

[ 2 2 6 ] l a f u e rz a d e l a g en te

Cuando tuve cierta edad, nos mandaron a baar al ro


muy temprano, antes de tomar el tinto, antes de arrimarnos a la
candela, al fogn. De la cama haba que bajar derechito a baarse al ro. No era ningn agua tibia! Era por animarlo a uno
Y uno senta ese fro! Pero era una obligacin, para quedar
curado. Decan que eso cura, que eso da vida, que da fortaleza,
que quita la pereza, y que uno se forma. Tenan un sitio especial
donde baarse, y all nos mandaban. Nosotros, con qu fro bamos all! tiritando Llegbamos, nos babamos, y salamos
corriendo otra vez para la casa.
Pero cuando llegbamos del bao no podamos entrar
directamente a la cocina, al fogn, o a tomar alimentos, mientras no hubiramos hecho algn trabajo como ritual, en lo agrcola, en la construccin de vivienda, en el tejido del sombrero.
Era un trabajo simblico, eran como los primeros trabajos que
empezaba a hacer uno durante la niez, como un rito, como un
homenaje al Dios para que lo encarrilara a uno por el camino
del bien. Primero para que uno fuera fuerte, segundo para que
uno aprendiera a hacer oficios, no cualquier oficio, sino oficios
que realmente le corresponden a la familia y a la sociedad.
Despus de todo esto uno ya tena el derecho de entrar a la
cocina, al calor de la candela, al fogn, a tomar los alimentos. Pero
durante cuatro maanas no se poda antes de esa romera. Algunos tenan orden hasta de nueve maanas de bao, pero a mi me
tocaron cuatro. Y si uno haca la primera, la segunda, y se quedaba en la tercera, no cumpla con el rito y quedaba con deuda,
con faltante, uno no quedaba completo de lo que es la razn de
ser con la naturaleza, y eso le afecta para el buen desarrollo, para
que pueda dar el proceso completo, para que cuando uno sea
adulto pueda dar cumplimiento con seriedad a las responsabilidades en su vida.
Como la sal y el aj siempre han sido prohibidos en este campo de la curacin, durante la romera de las cuatro maanas no
se podan consumir. Lo ltimo que se poda consumir, despus
de todo, era la sal; no poda uno tomarla mientras no hubiera
hecho el bao completo. Y mucho menos aj.
Como el mdico, desde que uno nace, ya le ha hecho los
refrescos, esto del bao lo hacan los padres como un complem i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [227]

mento. Yo no recuerdo que a mi me hayan puesto en las cuatro


maanas un mdico, ni ninguna droga; simplemente era un
complemento. Pero era obligacin: en ayunas, levantarse, ir derecho al ro y luego llegar al andn de la casa y sentarse otro ratico,
unos cinco a diez minutos, a tejer el sombrero, a hacer otras tareas. Lo mismo ocurra con las nias. A mi me tocaba lo del
sombrero y a las nias les tocaba con el tejido del anaco, de las
mochilas y los quehaceres de la cocina. Hacer todo, claro, simblicamente.
Esto me lo ensearon mis tos, mi pap, pero mi mam
especialmente me insista mucho en ello.
Ritual en Tsaporaintun
Ms adelante, cuando nos fuimos formando ms, mi mam
me llevaba a un sitio sagrado que se llamaba Tsaporaintun. Siempre caminbamos por esa va hacia Malvaz y era un camino
largo hasta all. All me deca que tena que hacer la romera,
tambin simblica. Siempre llevaba un machetico en la cintura,
o en la mano, y con ese machete me haca trabajar ah. Tena que
rozar, o levantar eras y luego abra huequitos para hacer el sembrado piedritas o terroncitos, al estilo de sembrar la papa o
cualquier otra cosa. Tambin haca chocitas chiquitas, en forma
de casitas. Alrededor de esas casitas haca el simulacro tambin
de que no le faltara la comida. Con cualquier hilito me haca el
que amarraba los animalitos, ya fueran cerdos, vacas, caballos,
ovejas, as. As no tuviera ni el cerdo, ni ningn elemento, pero
con esa intencin, en nombre de los animales y en nombre de
ese sitio sagrado, haca esa romera ah. Eso lo haca mi mam
en son de que uno aprendiera a construir casas, a cultivar, a producir, a manejar el ganado, las bestias.
A las nias les hacan que en la chocita hicieran el simulacro
de soplar un fogn, una candelita, montar las ollas, cocinar y
distribuir a la gente, as no existiera la gente. Simplemente como
un acto simblico.
Entonces eso le quedaba ya penetrado ante la naturaleza y,
segn ellos, le acompaaba a la persona de por vida.
Otros hacan este mismo ritual en el Matsorektun.
[ 2 2 8 ] l a f u erz a de l a g e n te

Para que no se nos pegara 124 el kallim maligno


Mi pap y mi mam tenan mucho miedo que nosotros, todos los hermanos, de pronto por descuido de ellos furamos
adictos, o sea, que se nos pegara el espritu maligno, el kallim
maligno. Porque el Dios guambiano, que unos llaman pishimisak
y otros kallim, tiene distintas formas de espritus, y en esas espiritualidades existe el benigno y el maligno.
El kallim maligno le ensea a uno a ser vicioso. De pronto s
a trabajar, aunque a veces le suea o le acompaa para uno ser
bien perezoso, que no le guste hacer nada, sino dormir, comer,
vagar, andar Nada, ninguna nocin de hacer algn trabajo.
Entonces, para evitar eso, cuando uno iba a ir a la montaa, as
no fuera el mdico, tena el deber de hacer un refresco con una
plantica que se llama verdolaga; eso se lo volteaban a uno de la
derecha a la izquierda, le ponan una verdolaguita en la corona,
en la cabeza, y luego le ponan el sombrero.
Ya con ese refresco va uno a la montaa y evita ser adicto al
espritu maligno, al kallim maligno, y el que se aproxima a uno
es el benigno. Entonces desde nio no se es vicioso, ni haragn,
ni vago, ya s es a trabajar, a hacer las cosas bien. De eso hacan
mucho esfuerzo, mucho sacrificio, pues tenan miedo que un hijo
saliera que no le gustara hacer nada.
Porque si en una familia sale un hijo que le guste solamente
emborracharse, vagar, rondar por todas partes, eso es mal visto
ante la sociedad guambiana. Por eso ellos queran que todos los
hijos salieran bien, que trabajaran, y que los trabajos fueran tambin bien utilizados. Para eso era el kallim benigno el que le ayudaba por toda la existencia de la vida.
Cuando esos espritus se pegan es difcil despegarlos, y as sea
el espritu benigno o el maligno el que le acompaa, esto es por
toda la vida. Uno queda condenado a ser as, y por ms que alguien le aconseje, es un mal que no tiene cura, ni siquiera con
los mdicos, porque se le pega eternamente, hasta que se muere.

124

Kallim mendik es literalmente kallim pegado; significa tomado o posedo por


el kallim.

m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [229]

Por eso es tan riesgoso, por eso los padres tratan de evitar el
espritu maligno al mximo posible, y buscan que uno sea acompaado por un espritu benigno, para que le pueda hacer favores, el bien, por toda la vida. Eso prevean mucho en mi familia,
para que no sufriramos el mal, sino el bien.
El tsilo
Los ritos familiares son de acuerdo a la familia y de acuerdo
al mdico de confianza que la familia crea que alcanza a interpretar el mal y el bien. Porque no todos los mdicos son lo mismo.
Unos alcanzan a interpretar el poder ms que otros, segn la
gradualidad de su sabidura. Unos dan instrucciones de una manera y otros de otra, desde distintos ngulos.
En la familia nuestra siempre, desde tiempo atrs, hemos
tenido mdicos guambianos, pero tambin hemos tenido mdicos paeces. Entonces es una mezcla de dos sabiduras: la del
mundo guambiano y la de los paeces.
Nosotros tenemos lo que se llama el tsilo. Y ese tsilo, hasta
donde yo recuerdo lo que decan las abuelas, el originario es de
los paeces. Los guambianos tambin lo hemos tenido desde hace
muuucho tiempo e incluso hay quienes piensan que esta planta
es originaria de nuestra gente. Podra ser que ella haga parte de
las creencias y tradiciones de ambos pueblos y que ninguno de
los dos pueda reclamarla como de su tradicin exclusiva. Sea
como sea, se trata de una planta muy importante en nuestra vida
y lo que tengo en mi memoria es que un paez, muy amigo de los
abuelos nuestros, la trajo y sembr con ciertas romeras, con
ofrendas, y dej recomendando por toda la existencia de la vida,
que cada vez que nosotros sacrifiquemos un animal, ya sea una
res, un cerdo, una gallina, por pequeo que sea el animal sacrificado, hay que ofrecerle un poquito de sangre a ella, al tsilo, como smbolo de que ella es la que ha contribuido para que las
plantas o los animales estn bien, se levanten bien y produzcan.
El tsilo es como un espritu o como una persona. Es una planta que vive afuera, pero se considera que es otra persona ms, que
ayuda, que aporta. Entonces no debe estar excluida, porque en
una casa donde cocinan y comen todos no puede quedar alguien
[ 2 3 0 ] l a f u erz a d e l a g en t e

sin comida y por eso, si no se le ofrece, el tsilo se enoja. No se


puede alimentar solamente a la gente, sino que hay que brindarle
tambin al tsilo. Y ese brindis se hace con las primeras gotas de
sangre que empiezan a brotar de las venas del animal y, as
calientica, echando humo, se le brinda en un tarrito, en un tubito, o en cualquier cosa.
El tsilo, como los otros espritus, siempre los buenos estn a
la derecha. En este caso del tsilo, el mdico ordena que debe sembrarse al lado izquierdo. Recomiendan buscar un lugar que no
sea muy trajinado por mucha gente, un lugar mas bien slido,
seguro, donde pueda estar tranquilo, porque donde se transita
mucho pues se molesta la matica, se molesta a su espritu. Adems se recomienda que las mujeres no se aproximen mucho a la
mata, guardar cierta distancia, y de tocarle, moverla, sembrarla,
le corresponde es a un hombre mayor. Sin embargo, la planta que
hemos tenido la vena manejando mi abuela, una mujer, pero
porque el mdico paez le orden a ella que s poda manejarla
con cierta precaucin. As la tena hasta que mi pap, cuando ya
se form, se apropi de ella. La tena sembrada lejos de la casa
porque, cuando quitaron las tierras en el plan, no tena un lugar
cerca de la casa donde sembrarla.
Mi pap deca que no quera que ninguno llegara all; de pronto pensaba que no bamos a ser capaces de manejarla y por eso
no quera que nos aproximramos, para que no se fuera a maltratar. A mi me hablaba de la planta s, pero nunca me dijo dnde
se encontraba. Ya cuando estbamos desocupando todas las tierras all, con la expulsin de los terratenientes, mi pap an no
quera decir dnde estaba. Entonces yo, por las charlas que l me
dio, me pude dar cuenta por qu lado poda estar y me fui a buscarle. Entre el monte, entre la maleza, debajo de una piedra grande, all estaba solito el tsilo. Mi pap, cada vez que poda, iba all,
llevaba estircol de ganado y abonaba. Pero estaba muy arruinadita, ya no encontr sino dos hebritas no ms. Entonces yo, sin el
consentimiento de mi pap, la saqu de raz y la traje con cierta
precaucin, con un poco de miedo, pero me dije: esta mata no
puede seguir estando all. Como tena dos hebritas, la part en dos:
una la sembr al lado de la casa de Jacinta y la otra la llev para
Mondomo. All la tenemos, pero con esa misma precaucin.
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [231]

Cuando el mdico paez, Belisario Campo, se dio cuenta, se


alegr mucho mucho de que nosotros tenamos esa planta. l
no tena miedo ni nada; antes l, no solamente curaba a los animales, sino que las hojitas las preparaba en agua y nos dio a
tomar. Que era una planta muy buena, que tena mucha virtud, mucha sabidura. Este mdico se puso muy alegre y nos
recomend que esa plantica nos poda seguir ayudando mucho para la salud de nosotros, para la finca, para todo. Por eso
ah la tenemos.
El mdico guambiano, hablando sobre el tsilo que nosotros
tenemos, deca que era una planta tan sabia, tan poderosa, tan
benfica, que hay que mantenerla, que hay que cultivarla. Cultivarla no quiere decir solamente cultivar en la tierra, quitar la maleza, sino cultivarla con la ofrenda, con el refresco, que permanentemente se necesita. Eso es muy necesario; sin ello no es
posible.
Un da hablando con la mayora Jacinta, la hija de taita
Anselmo Muelas, me contaba sobre la influencia de esta planta
en la vida de la gente, en su salud, en su bienestar econmico, y
sobre lo importante que es hacerle el refresco necesario para estar bien.
Cuando nos echaron del Warkatrapu trajimos las maticas y
sembramos all arriba. Sembramos y ac como siempre es malo,
en tiempo de helada se acab la matica de la suerte, el tsilo. Se sec.
La trajimos y se muri, se perdi.
La mata hay que estar refrescando. Mi pap saba hacer el
refresco l mismo porque l siempre entenda, l senta las seas,
l saba y mascaba la coca y tambin saba tener su agita. Siempre haca refresco a la mata.
Por eso cuando vivamos all en Trerosruktarau haba comida
y haba platica tambin. Tenamos ganado, tuvimos bienes, y era
por esta matica. Desde que se sec, el resto tambin se acab. Ya al
final, cuando se acercaba la muerte a mi pap, todo se acab y no
tuvo absolutamente nada y muri as sin nadita.
Los que tienen esta matica, as haya muerto la matica, hay que
seguir refrescando. Pero l yaaa no pudo, entonces se acab todo.
El deca que eso es lo que me est arruinando. Me saba estar
hablando.
[ 2 32 ] l a f u e rz a de l a g en te

Hace poco yo baj al pueblo y encontr un mdico de nombre


Juan, que vive all en el lindero de los paeces [] Nos dijo que el
espritu de la planta ah est y que consiga unos dos mdicos y
refrsquelo. Otro que vive all en Anisrtrapu tambin me dijo igual.
Y un pariente mo, de nombre Joaqun, que vive en tierra caliente
[] habl sobre la matica y dijo que la mata, as haya muerto, el
espritu ah est y brinca como picaflor.
Ese es el que atormenta. Cuando va atardeciendo siempre pasa
por encima de mi. El mdico lo dijo as, que ese es el que llega all
pringando. A eso me dijo que hay que refrescar, hay que venir con
un litro de aguardiente, con cigarrillo y no se qu ms cosas rebuscar. Yo la siento y la veo. Yo como tengo mis maticas de cebolla
y ando limpiando, siempre en las tardes una cosita as negrita brinca, brinca y brinca.
Ese que es como el picaflor que anda brincando, ese es el que
me hace doler tanto la cabeza. Ese es el que me hace enfermar los
ojos. Eulogio me dijo que si usted no busca quien refresque, va a
quedar hasta ciega.
Uno de all del Tranal que llama Joaqun Yalanda [] fue que
me dijo que ese es el espritu del tsilo que estaba alcanzando, hacindome enfermar, haciendo doler la cabeza [] l es el que me
dijo que hay que hacer el refresco con alegre, maz blanco, verdolaga. Dijo as Joaqun Yalanda.
Desde Warkatrapu se haba dicho que eso era para que no le
faltara comida, dinero, ni animales. Dijeron que era una matica
compaera, con el nombre tsilo. Entonces mi pap trajo de all, le
dio un poquito al hermano y esa fue la que estuvieron arrancando y quemando. Ac nosotros fue distinto. No fue la gente que
arranc y quem, sino que fue la helada que nos acab.
Hace poco conseguimos unos ovejos y empezaron a llenarse
en la papada de agua y luego bajaba ac y de eso caan y se moran. Nos dijeron que era el espritu del tsilo que estaba consumiendo, causndole dao. Mi Dios tan bueno, all bajando en
medio de la montaa, un seor que llama Cruz Paja ha sabido
ser sabedor y adems era gentecita nuestra. Entonces nosotros
fuimos all a explicarle las cositas y este mayorcito nos escuch
y nos dijo que es el espritu del tsilo que est absorbiendo al espritu de los ovejos. Este mayorcito nos dijo que ustedes tienen
que conseguir una jigrada de hojas de coca, de elementos, y es
muy necesario refrescar. Entonces hicimos eso y lo trajimos a l
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [233]

aqu [], refresc, hizo muy bien todo, y qued muy bien en ese
entonces.
Este mdico nos hizo comprar una libra de carne, porque
como al espritu del tsilo siempre le gusta absorber la sangre del
animal, entonces llev la carne para poner all abajo en el plan del
Cofre, para l. El finado trajo una carne de Totor, la arregl bien
bueno y se la llev para poner all. l la llev y enterr all.
Pero el espritu siempre viene aqu donde fue sembrada la mata
y viene aqu a fatigarme [] Para irse, dijo que yo no estoy mintiendo, yo arregl bien, de ahora en adelante sus ovejas no morirn, abundarn, prosperarn, y efectivamente fue as. Tuvo hijitos
buenos, levantaron, todo bien, y abund. Hasta hace poco todava tuvimos. Despus otra vez se me volvi a acabar, y ahora me
qued otra vez vaco. Ahora no puedo hacer nada.
Joaqun era quien siempre refrescaba con verdolaga []
Cuando vino [] tuvo la jigrada de coca y lo dems, y esta mochila tena especial para refrescar a este espritu. Lo mismo las aguas
que preparaba para salpicrselas a l. Ese era el que siempre me
haca doler la cabeza y lo salpic y salpic y salpic. l entendi
que ste era el que me estaba haciendo enfermar tanto, pero creo
que ste no haca completo porque no pidi carne, ni sangre, ni
nada. Este salpic, pero sin sangre, y eso creo que le falt.
Fuera bueno hoy volver a tener el tsilo si tuviera quien estuviera refrescndole. Si no refrescamos va a ser igual.
El tsilo era matica de la suerte, que era tan buena para el ganado, para el dinero, para la comida. La plantica ayudaba tanto que
todo lo que sembraban haba rendimiento. Si tiene ganadito no se
cae ni se muere, sino que antes reproduce y reproduce. Esta matica,
no se cada cunto, pero hay que estar refrescando y refrescando.
Entonces es que no le falta mi Dios para que haya los bienes.
Mi pap trajo la matica de all del Chimn y parti en dos, y
el uno sembr ac abajito en el plan, y el otro lo sembr all arriba en la falda. Ac se acab con la helada. Ac no fue que se sec
solo, ni que la arrancaron, ni quemaron, sino que se acab. Pero
el espritu anda todava donde fue sembrado. l anda. Como anda
el espritu, ese es el que le alcanza.

El kallim, el pishimisak, el tsilo son muy relacionados con los


vivos para que siempre haya el bien y no el mal. Si el mdico
alcanza a interpretar el tsilo y hace bien el refresco, entonces hay
[ 2 3 4 ] l a f u e rz a de l a g e n te

buenas cosechas, los animales estn bien, dan cra cada ao, hay
una produccin permanente, no hay un fracaso econmico, ni
hay una calamidad domstica. Eso es lo que ha hecho el ltimo
mdico guambiano que trabaja con mi familia, porque l es
guambiano, pero ha alcanzado a conocer e interpretar bien el
gran valor que tiene el tsilo, el gran valor que tienen el kallim, el
pishimisak.
Como uno no es mdico, l lo encomienda a uno, lo deja
recomendado. Cuando un mdico se sienta con los valores, con
el don de la naturaleza y su poder mental, habla como si escuchara, como si viera a los espritus en persona, y les recomienda:
Usted tiene este deber, a usted le estoy ofreciendo esta ofrenda
para que nos vea a esta familia, a esta gente, a usted le estoy ofreciendo esta ofrenda para que nos vea todos los bienes que adquiera esta familia. Usted no los vaya a descuidar, usted tiene el
deber. Yo los estoy recomendando a usted. Yo estoy ofreciendo
en nombre de ellos. l conversa, recomienda, para que escuche
y haga el bien, y no deje prosperar el mal. No para el mdico, sino
para la familia a la cual representa esa noche.
Uno no ve, ni escucha, porque uno no es mdico, pero
l s habla y deja recomendado, como si fueran dos personas, dos seres vivientes. Yo no siento ni lo ms mnimo de
lo que siente un mdico tradicional, pero uno escucha y ve
lo que l hace.
Ofrendas al kallim
Al kallim tambin hay que refrescarlo. Al kallim no nos han
enseado a ofrecerle sangre, sino siempre el refresco, la verdolaga,
el alegre, tabaco, maz blanco y aguardiente.
Hay lugares donde est el kallim en los cuales no importa
que sea hombre o mujer no se puede penetrar sin curarse, sin
refrescarse. Porque a uno tambin lo desmaya, se cae, y as como
mata al animal, as tambin puede matar a una persona. Por eso
recomendaban mucho no violentar sitios donde estn estos personajes, no agredir groseramente penetrando all. Uno se puede meter, pero siempre y cuando se refresque, buscando una forma amistosa con aquel personaje que vive en esas regiones, en
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [235]

la zona que es su tierra, que es su casa, que es su habitacin.


Sin eso, pues algo pasa.
Se cree que todos los animales que hay como silvestres, el oso,
el len, el venado, el armadillo, los conejos, todos son animales
domsticos del kallim. Y as como uno estima la vaca, el caballo,
los perros, as el kallim estima los que son sus animales que viven all. Por eso, para una cacera, la persona tiene que haberse
refrescado, haber consultado, haberle pedido permiso para poder cazar, para coger un animal silvestre del monte. Sin eso se
pierden los perros, o algo pasa.
Hay momentos en que uno va en un camino lejos, o que se
olvida, no lleva la verdolaga, o improvisadamente se le ofrece
viajar y va sin esa romera de la verdolaga. Entonces uno puede
limpiarse con agua, una agita bien pura que encuentre en el
camino. Si no hay la verdolaga a la mano, si tampoco hay agua
limpia a la mano, en ltimas tambin acepta una limpieza con
unos granitos de tierra. Pero no la tierra sobre la que uno va caminando, pisada de todos, pisoteada, sino una tierrita limpia del
lado del camino; se escarba y se busca y con esa tierra tambin
se limpia, y el kallim acepta. Uno se limpia el cuerpo para poder
penetrar all, en el sitio donde est el kallim, y l acepta que es
un refresco. Estos espritus aceptan esas tres cosas. Entonces no
le pasa nada a uno.
Pero si no se hacen estos refrescos, se corre el riesgo de que
el kallim se enoje y de pronto le pase algo a uno. Porque el kallim
lo priva, lo tumba a uno, y muchos se mueren, caen en mala parte
y se mueren. Algunos dicen que les pega, les manda pedradas,
pedazos de palo, que es tan fuerte, tiene tanto poder, que con eso
mata a una persona, o a los animales.
Entonces, son cositas que no tienen ningn costo, pero que hay
que tener presentes en todo momento en esos sitios. Y simplemente tener fe, curarse, y as no se tiene ningn problema. Porque el kallim, el pishimisak, tiene mucha fuerza, mucho poder.
El Takpipisu y el kallim
All donde nosotros vivimos hay un sitio donde permanentemente est el kallim. Es su casa, es su tierra, donde ha existido
[ 2 3 6 ] l a f u erz a d e l a g en te

por miles de aos: es el Takpipisu. Esta laguna se encuentra en la


cabecera del Gran Chimn, donde an hay lotes de bosques y
grandes montaas con rocas y cuevas. Al sur est el Cerro Cresta de Gallo, al norte el Matsorektun o Cerro de los Jvenes y la
laguna Maweipisu, y entre el Takpipisu y Cresta de Gallo se encuentra Wikyakullupi o quebrada El Molino.
El Pisuchak, que es el plan donde se encuentra la laguna, ha
sufrido el deterioro de la naturaleza por nuestro mal manejo,
porque como nos quitaron todas las tierras planas, para nuestra
supervivencia hemos talado estos lugares para criar ganado, aunque las tierras no son aptas para el uso agropecuario debido a la
altura, pues estn en pleno pramo. Solamente en estos ltimos
aos hemos dejado que se convierta en montaa nuevamente, y
es tal vez por eso que ha vuelto a venir el oso a estas tierras.
Cuando yo fui nio vi que mi abuela Rufina, que ya era muy
mayora, viva por ah. Tena una casita, un trabajadero, abajito
del Takpipisu y all dorma, trabajando durante el da. As fuera
muy tarde, ella pasaba al trabajo y, cuando no dorma ah, tambin
muy tarde de la noche bajaba. Tena un lotecito de cebolla,
cultivaba la papa y sembraba ulluco siempre ah.
Mi pap y mis abuelas insistan mucho en que all existe el
kallim. Mi pap siempre nos recomendaba que como all existan los dos kallimes: el maligno y el benigno, que siempre para
subir all hay que hacer cualquier romera, una curacin, una
ofrenda. As vaya uno en descuido, tiene que acordarse en el
camino.
Cuando uno tiene animales en esa zona, al entrar tiene que
curar para que el kallim acepte que los animales estn en su tierra, en su casa. Para que acepte, hay que hacer la ofrenda, refrescar, para que entren bien. Y cuando los va a sacar hay que hacer
de igual manera, hay que refrescar. Si va y los saca as no ms,
algo les pasa a esos animales en el camino, o en la noche en cualquier parte donde los deje.
El kallim tiene fuerza; hace morir a los animales, los esconde.
Cuando el kallim esconde un animal, lo mete en la montaa, por
all en la profunda selva, en medio de las races, de las horquetas, en unos palos. Si los tiene vivos, es muy difcil sacarles, y as
usted pase por un lado, se hacen invisibles, uno no se percata,
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [237]

El kallim mata a los animales si no se hace el refresco.

los esconde; no ve usted ni rastro, ni huella, nada. A uno como


que le tapa la luz. Y si est muerto, de igual manera; no lo hace
aparecer ante la gente mientras no refresquen. Pero si uno refresca, si est muerto se deja ver, si est vivo tambin.
Los mayores siempre insistan en esto. Yo mismo he visto que
el kallim existe, porque mata a los animales. Pero muchas veces
la gente, como no ve, no cree.
Me acuerdo mucho que hubo un intermedio en que muchos
decan que el kallim no exista, y nosotros una vez no curamos.
Y entonces a una linda vaca de mi pap la mat el kallim. Es increble. Una vaca que pesaba unas 20 arrobas, que para una o dos
personas sera imposible tumbarla, el kallim la tumb con el
pecho para arriba, con las patas para arriba, con los cuernos bien
enterrados en la tierra, los que llaman los garrones los dej bieeen
engarzados en unos palos, la cola bien amarrada en unas ramas.
Les coloca as, listo como para degollar, de manera que uno no
tiene sino que llegar y rajar. Muerto! Lo mata! Para que uno
sienta que tiene poder, mata el mejor animal. La mejor vaca de
[ 2 3 8 ] l a f u e rz a de l a g en te

mi pap, una linda vaca, la que ms queramos la mat. A mi


me toc ver y a mi me toc degollar, y alzar la carne.
Pero antes de tocar todo tuve que curar, tuvimos que refrescar con tabaco, cigarrillo, as cositas para alegrarlo primero a l.
Por no haber refrescado a tiempo a nosotros nos pas as. Por
eso yo se que hay un personaje que vive ah, y por eso uno no
puede hacer lo que quiera, sino que hay que respetarlo.
Esta tierra del Takpipisuchak siempre ha sido de nosotros
desde los tiempos inmemoriales y yo la quiero mucho. Era un
sitio sagrado, pero en algunas ocasiones de emergencia lo usaban como guardadero. En las guerras civiles, contaba la abuela
Gertrudis, cuando las tropas bajaban o suban, arrasaban con lo
que encontraban: animales, cultivos, todo. Decan que para evitar eso, la gente haca un hueco en la tierra y a las gallinas, a las
aves, las guardaban debajo de la tierra mientras pasaban; pero
al ganado no podan hacerle eso. Entonces, rpidamente, en todo
el proceso de la guerra, suban all y, como es un alto, una hondonada bien fra que la gente forastera no sabe que existe, era un
lugar propicio para guardarlo. Ah no hay pasto bueno, pasto artificial no se produce porque es sabana, porque es fro, pero ah
come maleza, ah come ese pasto del pramo, y ah subsista el
ganado. Cuando paraba la guerra lo sacaban vuelta. Entonces defendan a los animales en ese sitio. Tenan varios lotes, no slo
de nosotros la familia Muelas, sino tambin de los Tunubalases,
los Pajas, y ellos tambin guardaban all.
Cuando vino la reforma agraria, cuando los terrajeros lucharon y ganaron unas tierras, toc que dejar esos lotes y aceptar el
cambio con las tierras que adquiri la reforma agraria. Entonces los lotes pequeos que tenan los Pajas, los Tunubalases y
otros, quedaron en manos del terrateniente. Para nosotros esas
tierras eran muy importantes y no podamos perderlas. Ya nos
iban a sacar, ya estbamos a punto de perderlas definitivamente. Yo y mis hermanos ya estbamos peleados con los blancos,
pero mi pap todava tena relacin y entonces acordamos con
l proponerle compra al terrateniente, para no tener que salirnos. No haba otra manera. El terrateniente a mi pap le contest
con mala gana: Cunta plata tiene?. Mi pap dijo que plata no
tenemos, pero que la iba a conseguir. El pidi una equis plata y
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [239]

dijo que si me da eso la vendo, y si no no la vendo. Nosotros lo


que queramos era comprar a cualquier precio, porque era demasiado importante para nosotros, as que endeudndonos o no
se cmo, hicimos la plata y compramos. Solamente as pudimos
legalizar con ttulo, como propiedad privada, esa tierra que fue
de nosotros. Entonces sentimos que aseguramos la tierra. Cuando la recibimos, yo, mi pap y todos, estuvimos muy contentos.
Haba todava vestigios, unas chocitas que dej mi to Rafael, y
ah nos metimos y ah estuvimos largo tiempo trabajando y viviendo, hasta que construimos el rancho.
Como all es en un alto, estamos hablando de casi cuatro mil
metros, y adems de abajo del camino, del plan, no se distingue,
parece que no existiera esa hondonada del Pisuchak; se ven simplemente unas cuchillas, unos morros, unas rocas altas. Entonces el terrateniente, que fue dueo de eso 20 o 30 aos, no saba
que exista. Cuando ya negoci con mi pap, ya dimos una parte de plata como pisndole el negocio, un mayordomo que llamaba Cruz Bravo fue por primera vez a rodear y encontr ese
Pisuchak. Ah mismo trajo la noticia al terrateniente Francisco
Morales, que Ay! encontr una tierra plana que estaba all escondida en un hueco, una llanura inmensa. Entonces el terrateniente dijo: Hombre! yo no conozco eso y le regal a Bautista. Y a mi pap le dijo: Yo le di eso tan barato, pero ya qu vamos
a hacer. Me dijo Cruz Bravo que haba harta tierra, que yo ni la
conozco. Pero que le respetaba porque ya haba un negocio de
por medio. Ya casi tena ganas de echarse atrs! l nunca suba,
ni el mayordomo; solamente los indgenas que nos gusta y sabemos y estimulamos y la queremos somos los que subimos,
caminamos y llegamos all, pero la gente blanca, por lo menos
el dueo, que no iba sino hasta donde llegaba el caballo y de ah
para all no daba un paso Ni el mayordomo saba de la existencia de este Pisuchak.
El kallim y mi hermana Jacinta
En mi casa no todas las veces han sido cautelosos de subir a
la montaa habiendo cumplido con los ritos o refrescados. Muchas veces se descuidan y van sin esa prevencin.
[ 2 4 0 ] l a f u e rz a de l a g e n te

Por eso, hace mucho tiempo, a mi hermana Jacinta se le


peg ese kallim como unas dos o tres veces en la montaa, y
despus le segua con frecuencia, quedaba sufriendo de eso. El
kallim priva, desmaya, hace caer a la persona, la persona se pone
como loca a gritar, a llorar, a hablar cosas sin sentido. Y eso le
pasaba a Jacinta. Cuando le dio por primera vez, la tuvieron que
bajar cargada de la montaa, y as dur como unas tres horas;
luego volvi otra vez en s, pero ya descolorida, desanimada,
con la salud muy regular, hasta que volvi lentamente a la normalidad.
Mi mam, junto con la ta Teresa, hermana suya, siempre buscaban mdico para lograr que este kallim se separara de ella y
la dejara como una persona normal. Pero cuando se pega un
kallim de esos, si no es de por vida, demora mucho tiempo,
hasta que se consiga un buen mdico que sepa y que entienda,
interprete y logre convencer al kallim para que se separe de la
persona. Mientras no se separe, mientras no se aleje de la persona, sigue dndole ese malestar, causndole ese dao.
Hasta cierta poca siempre le daba con frecuencia, pero finalmente creo que tuvo efecto el trabajo del mdico y logr separarlo. Nos dur muchos aos con eso. Ahora cuando va a la
montaa, donde est el kallim, cuando va acercndose, interpreta
y dice: Ah! el kallim est enojndose, est bravo. Hay que curar, hay que echar el agua. El agua o la tierra, o el refresco. Entonces ya se va amistiando, ya puede llegar all, pero curada con
el refresco. Ya el kallim se porta bien, ya no causa ningn dao.
Pero si siente que est bravo el kallim, que est enojado, y no hace
nada, pues de pronto vuelve y le da. Por eso ella es muy respetuosa del kallim.
Jacinta dice que fue un da por la montaa y que fcilmente
se desvi del camino, que perdi el camino. No supo si era para
abajo, para arriba, a travs de la pendiente perdi el camino
totalmente! Buscaron ese camino, pero hasta que no curaron,
hasta que no hicieron el refresco con el agua, con la tierrita, el
kallim no los sac de esa oscuridad.
El camino no es que est lejos, el camino ah est; pero lo
tapa, le pone a uno como unas vendas, no lo deja ver. Pero en el
momento que hace la curacin, el refresco, la agita, la tierrita,
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [241]

entonces como que quita la venda. Ah! otra vez encuentra el


camino. No a todo el mundo le pasa eso; a mi nunca me ha pasado.
Kueikmantsik
Contaban los mayores que los religiosos decan que el cielo
era casa de Dios y el infierno la casa del kueikmantsik. Entonces
la gente crea que, como el Volcn de Purac produce llamas, esa
era la casa del kueikmantsik, y decan que era la casa donde lo
queman a uno, y chisteaban y entre ellos decan: All irs a estar, a dar cuenta de lo que hacs aqu.
Maweipisu, la Laguna del Abejorro, est en un sector aislado, como guardado. Es una laguna muy especial. En una sequa
de siete aos, cuando hasta el canal del ro Piendam se sec tanto que ya se estaba arborizando, esta laguna no se sec y un sabio guambiano trajo un poco de agua de ah y, con todos sus
conocimientos, la sembr en el punto que ahora llaman La Banqueta, y se hizo una fuente de agua que todava existe. Los mayores decan que entre el Maweipisu, el Matsorektun o Cerro de
los Jvenes y el Takpipisu estn los sitios donde el kueikmantsik
haba empezado a construir su casa. Si la hubiera construido ah
habra sido un gran tormento para la gente. Por eso el sabio
Manuel Jos Paja de ese entonces cur para su expulsin definitiva. Los Pacho Paja, Abelino Paja y otros Pajas de hoy son los
descendientes de ese sabio.
Pero como el Purac a veces amanece con hielo, blanqueado, la gente lo denominaba la casa blanca, y algunos decan que
un misionero cogi al kueikmantsik, lo amarr y lo llev a Purac,
lo dej ah, y de castigo le dio una escoba,
para que se mantuviera barriendo el nevado y barriendo el
nevado y barriendo el nevado! Al kueikmansik as puso el castigo
el misionero. Entonces barra y barra y daba vueltas y vueltas, y
la nieve se vena cayendo y cayendo y, como era permanente,
nuuunca pudo terminar de barrer.
(Luis)

[ 2 4 2 ] l a f u erz a d e l a g en te

En todo caso, las construcciones que hay ah se considera que


quedaron iniciadas. Las rocas que estn en lo que llaman
Matsorektun son consideradas como pilares, as como lo que baja
del Takpipisu, el canal por donde corre el agua, que es como pavimentado, bien lisito y bonito. Todo esto se considera que kueikmantsik lo construy para vivir. Como el sabio lo expuls, se fue
el kueikmantsik; nadie sabe para dnde, ni en qu tiempo fue eso.
Del punto donde est Takpipisu, el agua baja subterrnea
como por un canal, no por encima de la tierra. Si uno pone el
odo se escucha el ruido del agua y, adems, hay huecos. Estos
canales han sido la casa del kueikmantsik, porque aunque el
kueikmantsik mayor fue expulsado, han quedado los segundos
que son el kallim benigno y el maligno. Por eso los mayores consideran que no todo mundo debe ir all, que especialmente los
nios no se deben llevar porque son los ms delicados para este
caso. Y de todas maneras, para ir all siempre hay que refrescar,
curar.
Hasta hace poco mi pap, ya siendo yo adulto, me recomendaba que hay unos huecos, como unas cuevas en la roca, a los
que uno no debe irse a asomar jams. Para ir a dar vueltas all,
cuando uno tiene tres o cuatro animales, hay que ir refrescado, y el da que toca sacarlos tambin hay que refrescar en la
puerta y dejar la verdolaga del refresco en la salida. Si no se hace
esto, el kallim se lo cobra y mata a los animales, porque si estos
han estado dos o tres meses ah, el kallim ya los considera como
suyos.
Todas estas cosas las va uno aprendiendo mientras crece en
ese medio. Cada vez que llega un mdico y saca a todos los nios, o a todos los habitantes de una familia all afuera en el sitio
donde se sienta, donde va a hacer la ofrenda, el sitio de curacin,
all da toda una instruccin. Esas instrucciones tienen que mantenerse en la memoria de los paps y se las van transmitiendo a
los nios, a los jvenes, a los que estn levantndose. Entonces
uno aprende todos estos saberes, estas enseanzas, en ese ciclo
de la vivencia, en el transcurso del tiempo, de los aos. Si es para
ser mdico, de pronto en esa vivencia aprende a ser mdico,
sentidor. Si es que no, pues no, pero en esa vivencia tiene que
acudir a un mdico que uno crea que pueda curar.
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [243]

Cerrando el ciclo
La vida del misak termina con rituales que ayudan a que la
persona muerta cierre bien su ciclo y a que sus familiares puedan seguir viviendo sin verse afectados por su espritu. Ya ha
pasado tanto tiempo, tantos aos, que mucha tradicin de los
guambianos ha desaparecido. Pero desde siempre, desde que fui
nio, yo he visto a los mdicos realizando estos rituales. Tambin cuando mi mam muri acudimos a un mdico guambiano en quien confiamos y creemos que sabe y alcanza a hacer lo que se necesita, lo que se requiere. En realidad, casi en
todo el ltimo mes de la vida de ella llamamos al mdico tradicional. Estuvo en la casa, asisti, y tambin lo hizo despus
de la muerte.
Segn el mundo guambiano, cuando una persona muere
queda su espritu andando dentro de la casa, en contorno de la
casa, en las cosas, en los utensilios, en los implementos que tiene en la casa; all est el espritu. Y por ms que uno ame a una
persona, el espritu del muerto no puede estar entre los vivos. Por
eso, sin hacerle mal a ese espritu, hay que separarlo de los vivos
y darle un lugar.
As como los vivos tienen su casa, donde todo el tiempo
trabajan, viven, el espritu del ya fallecido tambin debe tener un
lugar. El cuerpo se sabe que est en el cementerio, en la tumba.
Entonces el mdico lo separa de la casa, lo separa de las personas vivas y lo deja en un lugarcito. No lo expulsan, ni lo maltratan, sino que le buscan su espacio.
Se considera que el espritu de un muerto no puede estar
en m edio de los vivos porque a los nios la sombra del espritu
que lo llaman la sombra, porque aparenta una sombra puede causarles dao, se pueden enfermar, o pasarles algo. Los nios se asustan.
Para evitar eso, a los cuatro das de la muerte, en ese plazo,
se buscan plantas de remedio, y el mdico se sienta una noche a
trabajar, limpindolos, refrescndolos. Y busca al espritu del
fallecido y lo deja en su sitio, recomendndole que acompae sin
hacer dao, sin hacer mal, pero que siempre este mirando desde
all. Entonces lo que se hace es una separacin definitiva entre
[ 2 4 4 ] l a f u erz a de l a g e n te

el espritu de los vivos y de los muertos. Y eso fue lo que se hizo


cuando mi mam muri.
Nosotros no sabemos dnde nos coloc el espritu de ella. Slo
sabemos que fue en un sitio fuera de la casa, para que est all.
En el caso de mi familia siempre el mdico ha buscado del
lado del Gran Chimn el sitio de los muertos: el cuerpo en el
cementerio, el espritu en Kaluskutsintun. Por eso es lugar sagrado y no puede ir nadie porque all est el treromusik, el espritu.
Cuando tienen mucho temor, los mdicos siempre lo marcan ah,
siempre lo aslan y all lo sealan. Con plantas de remedio, con
chonta, lo sacan de la casa. All botan junto la ropa o las camas
de los difuntos. No todo sino parte, lo que la familia crea que no
puede utilizar. Y all, junto a esos implementos, sealan tambin
al espritu para que est all. Kaluskutsintun es cerca. Pero hoy
est ya violado, han incendiado, han hecho muchas cosas.
La primera vez en mi vida que yo recuerdo haber visto un
cadver fue en la casa de la abuela Rufina, cuando muri Jacinta
Trochez, la esposa de Vicente Hurtado, mi to. Como a los 15 das
muri Cruz Calambs, hermano de la abuela Rufina, hijo de Juan
Calambs. Para esos dos muertos trajeron mdicos. Ambos fueron bajados y enterrados en Silvia, pero sus cosas las llevaron a
botar all en el Kaluskutsintun. Llegaban los mdicos y, en el
momento de bajar el cadver para enterrarlo, hacan cargar todos los enseres de los muertos a un mayor o a alguno de la casa.
Los cueros, la ropita y todo lo que consideraban que era de botar, lo botaban all en ese sector, en ese sitio, en el Kaluskutsintun.
Bajaban y estas cosas siempre iban adelante del cadver, adelante de la gente, y antes de bajar al pueblo, ah las dejaban. El mdico ordenaba que dejaran ah las cosas. El cuerpo lo llevaban a
enterrar en el cementerio catlico.
Despus, a los cuatro das, ya cuando hacen la limpieza, he
visto al mdico con la chonta, con el bastn; lo pone en la mitad
de la sala y lo orienta tambin hacia all, diciendo que el espritu tiene que ir a estar all en su lugar.
Para eso es que se limpia, para que el treromusik, el espritu
del muerto que viene de all de las cosas botadas, no est perturbando en la casa. Segn ellos, al no hacer eso, queda el espritu
en la casa convertido como en una mariposa grande que se mete
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [245]

por ah, que se est por ah. Entonces hay que ahuyentarlo con
la medicina. El espritu convertido en mariposa es el que puede
causarle dao a los nios, a los adultos. Pero no solamente es la
mariposita esa, sino que afuera tambin anda y espanta; aparece una sombra. Entonces para evitar eso el musikoropik, el mdico, saca el espritu de la casa y lo manda a ese lugar donde siempre debe estar. l con su coca, con su aguardiente, con los dems
implementos que necesita, desde ese entonces lo llamaban para
ahuyentar al espritu, para que la mariposa no est en la casa y
all afuera no aparezca la sombra. Dicen que unas veces le toca
a uno el cuerpo y le asusta, y otras que aparenta ser una candileja, como una bombilla que alumbra.
Desde ese entonces recuerdo a esos dos personajes que murieron. Pero despus tambin, cuando murieron mis hermanos
Manuel y Samuel, y Jacinta, una prima, no importaba que fueran nios, y muchos muertos que ha habido por all, no solamente de la casa sino otros, los vecinos, siempre se hacan los mismos rituales. En los aos 60, cuando muri mi abuela Gertrudis,
recuerdo que mi pap busc al mdico para hacer el mismo rito.
Se llamaba Pascual Tomb. l vino all a la casa, hizo traer muchas cosas, yerbas, y con eso trabajaba toda la noche; recuerdo
tanto que en la mitad de la sala clavaba la chonta y de all, en el
momento preciso, cuando ya al espritu lo tena all, lo espantaba con tierra y todo, lo apuntaba all y soplaba para que se saliera de esa casa y fuera a estar en su lugar. Y ese lugar lo sealaba
all, con la chonta, con la droga, al hacer la palanca y tirar con
tierra y todo. Inmediatamente soplaba. Y tena un ayudante,
como un auxiliar, que tambin haca lo mismo, para que el espritu saliera.
Yo en lo que he visto, casi todos todos han hecho as, y todos
han apuntado hacia all, al Kaluskutsintun, y todos botaban all.
Por eso creo yo que ese era, no se desde cundo, el lugar donde
siempre botaban. Ya dejaron de botar porque ya el lugar fue violado de muchas maneras. No se el resto de los guambianos de la
Comunidad cul es la filosofa. Yo estoy hablando de nuestra
gente, al entorno mo.
Dicen que el kansro es el espacio y tiempo de los muertos. No
hay un lugar especfico donde haya una casa ni nada de eso, sino
[ 2 4 6 ] l a f u erz a de l a g e n te

que es en este mundo mismo, ah en la tierra, pero como en otro


plano separado, como otro nivel, donde el espritu puede estar
deambulando, sin necesidad de estar en un solo lugar. El kansro
es aqu mismo y no lo vemos, dice Jacinta, pues slo nos comunicamos con l en sueos, agrega Brbara. El Kaluskutsintun
es el lugar especfico y al entorno suyo debe estar el espritu; no
amarrado.
A mi mam yo considero que simplemente nos la ha aislado
de la casa y de las personas un poquitico nada ms. Me parece
que para nosotros el mdico ha hecho un trabajo muy especial
al espritu de mi mam. No nos la ha expulsado ni ha buscado
donde tenerla amarrada ni nada de eso, no creo que est ni en el
cementerio, ni tampoco en el Kaluskutsintun, sino simplemente
nos la ha alejado un poquito nada ms; pero ella puede andar,
puede estar en contorno a la familia, en contorno de la casa,
mirando, sin aparecer, sin aparentar esa sombra ante los ojos de
nadie ni de los nios, ni de los mayores, pero est en medio de nosotros, sin causarle dao a ninguno. Lo importante es
que nadie vea la sombra porque se asusta.
Lo de mi mam no lo hemos botado all en el Kaluskutsintun,
pero s haba cosas que ya eran inservibles, que de todas maneras haba que sacarlas de la casa. Son cositas que no se pueden
usar, muchas cositas que guardaba mi mam. Como ella era toda
una tejedora de tiempo completo, entonces tena los hilitos, la
lana, los merinos, las puchicangas, los volantes. Como no saba
leer, para ella todo papel era de suma importancia. Deca: ste
puede ser bueno. Ustedes le han botado, ustedes han descuidado y algn da les har falta. Entonces ella lo recoga y lo
guardaba. Brbara estuvo rebrujando todo eso a ver qu poda
conservar y qu no; estuvo en esa seleccin. Lo que no serva
lo bot.
A mi mam, lo primero que pensamos fue en enterrarla con
su propia ropa, con su propia indumentaria. La vestimos de
novia, con sombrero guambiano y todo. Como se cree que despus de la muerte hay un largo viaje, el espritu necesita tambin
absorber algn alimento por el camino, y tomar algo porque le
da sed. Entonces para la sed le pusimos chicha en una totumita.
Tambin quisimos que fuera llevando algo de comer, la mochila,
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [247]

la puchicanga, el hilo, el volante. Eso lo hicimos porque a ella


nuuunca en la vida le faltaba; ella era muy cautelosa! Toda la vida
en su mochila cargaba un cabito de vela y el fsforo para la candela, las agujas de coser, de hacer remiendo, de tejer, los hilos;
como buena tejedora era muy guardosa para tejer los anacos, las
ruanas, las mochilas. Entonces, como sin esos implementos no
era vida para ella, pensamos que en su largo camino, en su viaje,
en una segunda etapa de vida, en esa vida posterior a esto, tambin los necesitaba para que fuera satisfecha, tambin deba llevar estos implementos para que de pronto no le fueran a faltar
cositas all, por un descuido de nosotros. Ella necesitaba tanto
estas cosas!
En el mundo guambiano creemos en la ofrenda anual. De
una ofrenda a la prxima, para nosotros es un ao y para el espritu del muerto es un da, pero es un largo da de 365 das, es
una correra larga, y por eso es importante que tenga algo en ese
largo da. Necesita llevar algo que comer, alguna cosita como de
absorber, para que no le falte hasta que regrese. Es un ao que
anda, un da de ellos, en el que no viene entre nosotros. Cuando
regresa se le brinda la ofrenda, los alimentos, para que pueda
disfrutar, acompaarle.
En este mundo nac, en l crec, me desarroll, me form y a
l me sigo conformando. Cuando sal a la Constituyente y despus al Senado, los mdicos de la familia me refrescaron para
que me fuera bien. Tambin los mamos koguis y arhuacos de
la Sierra Nevada me han hecho rituales de proteccin y me han
amarrado a la Sierra para que me vaya bien. Al terminar mis
labores he regresado a mi tierra, a mi pueblo, al seno de mi
gente, porque la creencia guambiana es que uno es como una
madeja de hilo cuyo origen siempre esta ah donde se nace
por eso los guambianos reclaman tanto que aqu est enterrado mi ombligo, y cuando uno sale ese hilo se desenrolla
y desenrolla sin fin, pero cuando ya termina la obra que est
haciendo por fuera de la Comunidad el hilo lo recoge y lo recoge y lo recoge hasta volver a llegar. Entonces, cuando uno tiene esa identidad, cree y es firme en su pensamiento, no deja cortar el hilo, el cual lo vuelve a enrollar hasta su centro espiritual
que est en Guamba.
[ 2 4 8 ] l a f u erz a de l a g en te

Las personas que rodearon


el contorno de mi vida

Mientras creca, las personas que tuvieron

mayor influencia en mi formacin fueron mis padres, mis


abuelas, mis tos, y tambin los capitanes guambianos y el
mdico paez Belisario Campo.
Mi mam fue la persona ms importante de mi niez y
juventud, y ella estuvo presente en todos y cada uno de los
momentos que me marcaron. Hasta el ltimo da de su vida,
ya en su lecho de muerte, ella estuvo all para apoyarme y darme su amor.
Pero tambin tengo un fuerte recuerdo de mis abuelas Gertrudis y Rufina, las dos abuelas de parte de padre y de madre.
Porque yo siempre, permanentemente, estaba en el fogn al lado
de ellas.
La abuela Rufina (Calambs, viuda de Francisco Hurtado),
la mam de mi mam, estaba permanentemente en la casa. Pero
ella siempre sala a unos trabajaderos lejos y me invitaba, y todo
a lo largo del camino conversaba con nosotros, nos daba muchas
instrucciones en el campo agrcola, pecuario, sobre cmo se cultiva, cmo se siembra una mata, cmo se mantiene un animal,
y qu hacer con los cultivos, qu hacer con la produccin. Creo
que fue una gran enseanza.
Yo me acuerdo que deca: Cuando se siembra una mata, se
siembra para que prenda. Y para que prenda haba que aprender a sembrar bien. De ah, nos enseaba a mantener el cultivo
y a manejar bien la produccin. Eso era permanente, todo a lo
largo del camino.
A veces uno se senta azarado; pareca que era mucha la
conversa, porque era larga. Pero hoy uno se pone a recordar, he
grabado en la memoria. A mi me deca: Usted es un hombre,
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [249]

usted va a reemplazar a su pap y tiene que empezar a trabajar,


a hacer cosas para que pueda ayudar a levantar a los hermanos
menores. Para eso eran las instrucciones que nos daba.
Ella siempre nos deca: Usted es un hombrecito, usted no
debe crecer con vicios. Insista mucho en que el producto de los
trabajos que haca uno no deba malgastarse, que con eso no solamente sufra uno, sino que haca sufrir a la familia. Cuando haya
productos de los cultivos hay que aprender a manejarlos bien,
deca. Me recomendaba eso para los de vender. Pero que tambin haba que seleccionar la semilla y dejar para la casa; que as
era como deba aprender.
Con mucha frecuencia estbamos all, donde lo de la abuela
Rufina. Tenan dos casas y nos mantenamos entre las dos casas
permanentemente. Haba por ah un kilmetro de casa a casa.
En Oskowampik, el sitio que hoy llaman San Pedro, vivan: abajo tena una casa que llamaban la casa grande, donde estaba el
fogn y la sala para atender a la gente, y la otra era una casa pequea, la casa de llave, un lugar seguro para guardar los vestidos y las cosas de valor.
La otra era la abuela Gertrudis Muelas. Ella estaba muy permanentemente en la casa, de la casa al cultivo de cebolla, y al
chorro a traer agua, a traer la lea, estaba con los ovejos, tena
las vaquitas.
Ellos eran de una descendencia de peleadores de la tierra.
Tenan problemas con los blancos, con los terratenientes, pero a
la vez mantenan relaciones con los patrones.
La abuela manejaba bien el castellano porque Pedro Muelas,
su pap, la sac a Silvia de sirvienta de mestizos y all aprendi.
Ella no tuvo esposo, pero tuvo dos hijos: mi pap que se llamaba
Juan Bautista y la hermana que se llamaba Antonia.
La abuela Gertrudis tena otra forma de hablar. Tambin le
enseaba a uno cmo cultivar, cmo mantener los animales; pero
adems tena otro sistema de charla, otro pensamiento que era
muy distinto y que tambin nos ha servido mucho. Nos daba
muchas instrucciones de cmo defenderse frente a la autoridad.
Deca que nunca debamos decir dos cosas, que tenamos que ser
de una sola pieza y cuando dijramos s, es s, y cuando dijramos
no, es no. Deca que no debamos hoy decir s y maana decir
[ 2 5 0 ] l a f u erz a d e l a g en te

Mi mam fue la persona ms importante de mi niez y juventud, y ella estuvo presente


en todos y cada uno de los momentos que me marcaron, hasta el ltimo da de su vida.

m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [251]

no, porque all era la cada de una persona. Y que quedar mal
ante la autoridad era lo peor de la vida.
En ese entonces hablaban de jueces blancos y jueces indgenas, que eran los cabildos. Entonces la abuela nos deca: Cuando un juez lo indague, cuando un juez haga preguntas, siempre tiene que decir una sola cosa. Cuando usted haya visto algo,
diga lo vi, cuando no, pues diga no. Sobre eso eran charlas
permanentes.
Uno los oa que hablaban mucho de la vida, de cmo empezaron a quitar las tierras, de cmo les tocaba ir a pie hasta Popayn, cargados; hablaban mucho de sus parientes Carlos y Luciano Muelas, y de cmo venan a Bogot. Eran unas charlas
permanentes al lado del fogn.
Muchas veces eran unas charlas tristes porque decan: Hoy
estamos aqu sin tierra, nos han quitado las tierras, no tenemos
qu comer; antes tuvimos mucha comida, nos sobraba comida,
porque haba tierra y haba animales. Decan que hacan buenos cultivos, que no les faltaba el maz que era la comida bsica permanente, que desde que haya maz, vaca de leche y
ovejos para el vestido, con eso era suficiente para defenderse en
la vida, pero que sin esos elementos era difcil la vida. Hacan
mucho comentario de eso. Y uno siempre sentado ah escuchando, permanentemente, casi a diario. Repetan y repetan de una
manera y de otra, y reiteradamente escuchaba eso.
Yo pona cuidado a lo que deca mi abuelita Rufina y tambin la abuela Gertrudis. Ellas hablaban en dos maneras, dos lenguajes. La abuela Rufina hablaba muy bien, que es difcil hoy
encontrar una persona como ella, que de orientacin a la gente.
Del lado suyo, que me ense a cultivar, que me ense a la formacin de la persona, considero muy buenas las enseanzas. Del
lado de la abuela Gertrudis, que era gente peleadora y por ser as
sufrieron las consecuencias del desalojo por parte de los terratenientes, nos ense a pelear, y tambin considero que nos dio
unas instrucciones muy buenas. Yo he escuchado estos dos consejos, y con base en eso parece que he venido desarrollando.
Con nosotros viva tambin una hermana de la abuela
Gertrudis que se llamaba Teresa. Era una abuelita que vena
siempre a estar all, pero tena otra casita detrs de la casa de
[ 2 5 2 ] l a f u erz a d e l a g e n te

nosotros, un ranchito, y ella viva all. Cuando de pronto un


da se muri ella.
Recuerdo mucho su muerte. Trajeron a la casa grande el
cadver y all lleg gente. Ella no tena hijos, era soltera, vivi
siempre sola y as muri.
La abuela Rufina muri de fro
Fue en 1951. A mi pap le gustaba mandarlo a uno a hacer los
mandados extra rpido. l tena una voz de mando fuerte y cuando lo mandaba a uno a hacer algo deca: Pero vulate! Patas a
la nuca. Ese era el dicho de l. Entonces uno estaba acostumbrado as y cuando mi pap lo mandaba, uno ya saba cmo haba
que ir, no necesitaba que le repitiera.
As que un domingo tarde estuvieron all descansando, en
Mondomo, conversando en la casa, y mi pap haba visto que
venan unos tipos abajo en la finca, por all por la orilla. Quin
sabe quines sern. Lorencito vaya asmese a ver quines son,
dijo.
Como yo saba que vaya asmese quera decir vaya rpido,
me fui corriendo. Yo no la vi, pero de pronto, de esa carrera ma,
me enred en una maldita culebra, y me muerde! Yyy mi pap
arrepentido de haberme mandado! La culebra entr en un matorral de pia que haba.
Que lo! Se crea otro problema. Pedro mi hermano haba
sido mordido, y ahora me repite a mi tambin. Yyy mi pap,
pobre! A correr a buscar mdico, a buscar plantas.
Me enterraron el pi. Hicieron un hueco, y el lado que me
mordi la culebra lo enterraron no s cuntas horas en la tierra.
Y se me enfri todo el pi. Me dieron aguardiente, me dieron lo
que llaman la zaragoza que es una raz, un vegetal y otra
planta que se llama el guaco, que era una hoja ancha, por encima verde y por debajo bien morada. De eso sacaban el zumo y
hacan tantas cosas los mdicos. Mi pap consult a unos negros,
a unos paeces; haga lo uno, haga lo otro. Y mi pap a todos les
hizo caso; me hizo lo que ellos decan.
Mi abuelita Rufina, por la situacin tan difcil que viva nuestra gente en la hacienda, se haba ido a vivir en Malvaz y all,
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [253]

de mal vivir, del mal clima tan fro, de tanta cosa all, la trajeron
enferma. En la sabana no se encuentra ni un lote seco para hacer rancho, para hacer fogn, para hacer la camita. Como no
tenan cama ni nada, dorman en el piso, en tierra hmeda, con
malos tendidos, mala cobija, mala alimentacin. Y ella tena sus
aos; no se cuntos, pero ya era mayor. Entonces todo eso le
caus mucho dao a su salud. Ella no dur nada, se enferm
muy rpido, estuvo muy mala. De regreso no pudo venir sola,
toc traerla cargada en camilla. Un poco de gente que invitaron la trajo cargada. Volvi otra vez por el mismo camino a
Chimn.
Yo llegu con Jacinta. Estuvimos en la casita esa. Era debajo
de unos rboles, hecha de un material que llaman sobretana; con
eso haban hecho la casita. Mi to Vicente hizo el esfuerzo de
hacer una casita mejor, fuera de esa, pero tambin era hmedo,
muy hmedo. Siempre he pensado que fue de mal vivir, del fro,
por tener que dormir en el piso, que la abuela muri.
En ese momento que yo estaba mordido de vbora, ella ya
estaba en agona, para morir.
Despus de mucho tiempo en Mondomo sub al fin, pero no
alcanc a ver a mi abuela en los ltimos das antes de su muerte.
Tampoco en el entierro. Ya muri. Mi mam se estuvo all permanentemente acompaando a la mam, hasta que lleg el da
en que la abuelita muri.
Me haba mandado razn a mi: que Lorenzo cuidado con
estarse enfriando, que no vaya a estar saliendo a recibir mal viento porque se muere; que se cuide.
No alcanc nunca ms a volver a escuchar su voz, ni a verla a
ella. Yo tena 12 aos.
Mi pap
Mi pap haca mucho nfasis en su existencia. Deca que era
nacido el 27 de mayo de 1906. De ah, recordaba mucho cmo
empezaron a darse los cambios. l vivi poco despus de la Guerra de los Mil Das, durante y despus de las luchas de Carlos y
Luciano Muelas, y recordaba cuando entraron los terratenientes
a apoderarse de las tierras en esa poca.
[ 2 5 4 ] l a f u erz a d e l a g en te

En ese proceso, dice que l tena unos 12 aos. De 1906 creo


que ms o menos a 1918, una cosa as. Y que cuando tena esa edad
la represin de los terratenientes fue fuerte, porque los Muelas
de ese entonces eran los que luchaban por la tierra, en compaa
de Manuel Quintn Lame, Jos Gonzalo Snchez y otros.
Como los de la hacienda no podan salir a hacer presencia
fsica, entonces haba gente que apoyaba en plata muy secretamente, subterrneamente, a los que luchaban. Cuando el cuaderno con los nombres de los que apoyaban econmicamente se perdi y lleg a manos del terrateniente, todos fueron
expulsados. Entre ellos caa la abuela Gertrudis, la mam de
mi pap.
Uno de los mayordomos que se llamaba Jos Otero se condoli de que la abuela tambin fuera sacada de la hacienda, porque no tenan a dnde ir y era mujer sola. Como en la casa de
ella no tenan un jefe de familia, un pap o esposo, sino que ella
era la que diriga el hogar, entonces no haba quien representara
la familia, quien fuera a pagar terraje. Siendo mujeres solas la
abuela y su hermana Teresa, mi pap era el nico hijo que con
sus 12 aos, ya se estaba queriendo formar.
Fue en ese entonces cuando el terrateniente Rafael Concha
trajo de los Estados Unidos todo ese ganado fino para la hacienda. Y como el tren de Buenaventura solamente llegaba hasta
Guachinte, los mayordomos y otros empleados tenan que ir a
traer esos cerdos, ese ganado.
Entonces este mayordomo, antes de que desalojaran de las
tierras a la abuela Gertrudis y a su hermana Teresa, que estaban
a punto de hacerlo por la colaboracin que venan dando a los
luchadores por la tierra a Juan Calambs, Anselmo Muelas, y
muchos otros ya los haban expulsado, ya los haban obligado a
salir de las tierras, le dijo que mandaran a Juan Bautista para
que acompaara entre los mayores, entre los viejos, para que as,
viendo all la presencia del muchacho, evitara su expulsin de
la hacienda. Y le dijo que l ayudara a hablar a Rafael Concha,
que all lo encontrara; que hablara y que no se dejara expulsar.
La abuela, para evitar la expulsin, convino en mandar al hijo
tan nio, para que a pie, en mula, fuera a ayudar a recibir ese
ganado que traan.
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [255]

Mi pap deca que de Guachinte demoraron como 15 das


para llegar a Silvia trayendo el ganado, ayudando a arriar. l era
el mulero, trabajo que consista en cabestrear la mula adelante
a todo momento, como gua. Atrs vena toda la recua de ganado, y todo lo dems. Y as lleg hasta Silvia. Por el camino se murieron un poco de cerdos, animales, pero ellos llegaron.
Entonces el mayordomo habl en defensa de las abuelas, para
que las dejara ah en la tierra y no fueran expulsadas, con la condicin de no volver a contribuir al trabajo que estaban haciendo
Luciano y Carlos Muelas en la lucha por la tierra.
Como la abuela tena miedo que los expulsaran, entreg a mi
pap al patrn, a los mayordomos, para que lo tuvieran all de
tiempo completo a su servicio. Desde ese entonces empezaron a
sacarlo a trabajar para el terrateniente, primero como paje y ms
adelante de lo que llamaban simanero.
Mi pap mismo deca que l fue pajecito. Como era paje, le
tocaba ir a ordear, le tocaba tambin hacer de carguero de agua,
porque no tenan acueducto y haba que cargar el agua en tinas
para la casa de la hacienda, le tocaba ir a traer mercado, les serva para los mandados, como mensajero, para todo lo que quisieran mandarlo.
El mister que viaj en la poca de la trada del ganado de los
Estados Unidos, un norteamericano que dizque vena a hacer una
empresa textilera en compaa del terrateniente Rafael Concha,
vino a vivir a lo que hoy es la Empresa, donde estaba el molino
que ya no existe, aunque tena casa en el poblado de Silvia tambin. Entre las tareas que le ponan a mi pap, estaba hacer el aseo
al cuarto donde l dorma. Cuando nos contaba de este oficio
deca: Que asco!. Le tocaba asearle el cuarto todas las maanas, todos los das limpiar las tasas de noche llenas de la mierda
del mister. Pero le tocaba, porque como l era pajecito, y la mam
lo haba mandado para que lo tuvieran all al servicio, al mando de los seores estos, entonces no haba ms remedio. Y ah
sigui hasta que se form, todo el tiempo.
Ms adelante aprendi a enlazar y a amansar bestias. l fue
muy buen vaquero porque lo adiestraron bien para tenerlo all
a su servicio. Deca que a l lo haban adiestrado para enlazar
cacho limpio, es decir, con la soga no por el pescuezo, ni con
[ 2 5 6 ] l a f u erz a de l a g en te

orejas, sino por los dos cuernos. Como l aprendi tan bien, el
mayordomo y el patrn lo queran mucho. A l le tocaba salir
con ganado bravo, pero como era bueno para enlazar saba qu
tiro le alcanzaba el rejo, entonces all lo voleaba, tiraba y los enlazaba. A no mas el animal senta el rejo en los cuernos, se vena
encima a cornearlo y l tena que salir cooorriendo adelante. Y
as lo llevaba.
l jugaba con los animales, tanto con el ganado, como con
las bestias, as fueran bien ariscas. Aprendi muy bien esas cosas. Por eso los mayordomos siempre lo cogan como gua, o
como montador.
Ya cuando fue ms grande lo mandaban a Popayn como correo, como el correo de hoy. Lo mandaban con cargas de plata
en moneda, con cajones de madera o petacas, de Silvia a Popayn, y de Popayn a Silvia, con otros mandados para familiares
de los patrones que vivan en Santander de Quilichao. Estaba permanentemente entre Santander de Quilichao y Popayn, unas
veces arriando una carga y otras veces de escotero, as vaco, solamente cargando un mensaje, como una carta.
Deca que para ir a Popayn era a pie y que unas veces madrugaba y otras iba tarde. Recordaba que a veces se caa en el ro
Piendam y que tan fro!, que pasando se resbalaba y se caa al
agua con ropa y todo y, como no tena con qu cambiarse, pasaba al otro lado, apretaba y escurra el agua, volva a ponerse la
ropa, y as se iba a Popayn. La ropa se le secaba en el cuerpo por
el camino. De Silvia a Santander deca que no gastaba sino ocho
horas a pie, vaco.
Pero este trabajo como terrajero lo oblig a desvincularse de
la casa. No le dejaron tiempo para que desarrollara las labores
de su hogar. Dedic su vida, desde muy joven, al servicio del
terrateniente, al servicio del patrono, a trabajar y trabajar para
ellos. l haba aprendido a trabajar muy bien en el campo agrcola y todo lo que haca lo haca muy bien. Saba cmo hacer una
rocera en la montaa, cmo levantar eras en cualquier parte, cmo construir una casa, cmo arreglar los caminos, cmo arreglar los puentes todo muy bien. Tambin trenzaba muy bien
los sombreros. Pero le daban muy poquito tiempo para que viniera a trabajar en el campo agrcola y pecuario con la mam, y
m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [257]

eso lo desvincul un poco de ella; as tambin se desvincul


cuando se form, cuando se cas. Sin embargo, la mam estaba
contenta, porque por l se haba evitado que fueran sacados de
la tierra.
Todo este proceso de desvinculacin dur mucho tiempo,
porque una vez finalizado el trmino con unos patronos se iban
apareciendo otros, y como el vaquero, el mayordomo, el simanero, eran permanentes, lo obligaban a que fuera tambin como
servidor all.
Dej de ser paje, dej de ser carguero de agua, dej de ser
mensajero, y ya lo sacaron al terraje, al trabajo que le obligaban
a pagar mensualmente. En un principio como que fueron seis
das de trabajo cada quince das, y as dur un poco de tiempo.
Despus lo rebajaron a cinco das por mes y entonces se desahogaron un poco.
Pero esto no alcanzaba para que mi pap trabajara en la casa
realmente, porque tena otras actividades. Un buen tiempo se
dedicaba a lo que llamaba el negocio, a la compraventa de cebolla
y papas, que le gustaba bastante. Para eso iba mucho a Jamund,
a Santander, a Popayn; se la pasaba para abajo y para arriba.
En ese proceso nos ense a trabajar. A mi me ense a enlazar un animal, a defenderme de los animales ariscos, a amansar
una bestia, porque la bestia, de acuerdo al tamao, a la calidad,
as se adiestra. Deca que hay bestias que no sirven para silla de
montura y que a esas hay que ensearlas como bestias de carga.
Muy joven tambin, despus de haberse casado, lo sacaron
para alguacil del Cabildo. Pero no fue para beneficio de la Comunidad, ni de la familia, sino como era el caso con estos cargos, tambin para beneficio del terrateniente, del cura y de los
polticos. Como alguacil tena que ir a recordar a los indgenas
de El Chimn, casa por casa, a dnde les tocaba la siguiente semana, qu trabajos haba que hacer para el terrateniente. Era una
obligacin que l tena de ir como mandadero. Era autoridad
indgena, pero no al servicio de la Comunidad, sino para avisarle a la gente para que saliera a trabajar. A eso dedic un buen
tiempo, pues fue dos veces alguacil.
Recordaba mucho que hasta los 25 aos no tena el vicio del
aguardiente. Que a esa edad, cuando fue alguacil, se pusieron de
[ 2 5 8 ] l a f u e rz a de l a g e n te

acuerdo entre un patrono que se llamaba Emiliano Lemos, un


militar, un coronel, y el gobernador guambiano de ese entonces,
para darle una plata para que tomara. l recibi como una propina del patrn y pens guardarla, no gastarla, pero el patrn y
el gobernador guambiano ya tenan el plato hecho y, cuando iba
con la plata en el bolsillo, el gobernador le dijo: Ala alguacil,
cundo es que va a gastar la plata que le dio su patrn?. A mi
pap le toc obligadamente sacar la plata y comprar un aguardiente para gastarle al gobernador y a los acompaantes, al resto de los alguaciles. All empez a enviciarse a tomar aguardiente, deca l.
Como l apareca como buen repartidor, cada vez que haba
un licor para dar, le pasaban para que distribuyera a la gente. Pero
al repartidor, tena la costumbre la gente, cuando brindaba tambin le daban de reciprocidad, le devolvan. Y as en cada vuelta
l tomaba unos dos o tres tragos y terminaba emborrachndose.
Entonces, as fue que empez a tomar trago, despus de los 25
aos.
Pero el kallim tambin le ense, como sueo, a tomar trago. Mi pap deca que, as como era muy baquiano para regar
trigo, que no le ganaba nadie en eso, le renda muchsimo, porque le so, de igual manera le sucedi con el trago. Una vez, de
joven, se fue por los lados de Inz, a la laguna que se llama Palac,
y all en esa laguna el kallim le dio un sueo: lo ense a trabajar, pero a la vez lo ense tambin a tomar trago. Eso s, que a
l le so a tomar trago en forma decente. Que so a alguien
brindando en unas bandejas con unas copas altotas, y que se
ofrecan unos a otros, haciendo brindis; que Salud!, decan todos, y levantaban la copa. l deca que, efectivamente, la mayor
parte de los brindis que haca con sus amigos los haca en esa forma, y que no tomaba con gentes en la calle, sino siempre con amigos decentes, porque para eso fue soado. Sin embargo, deca que
era una desgracia tomar, y reconoca que eso le haba causado
gran dao, gran perjuicio.

m i s p r i m e r o s a o s e n e l c h i m n [259]

Aprendiendo
a letrear

[ 2 62 ] l a f u erz a d e l a g en te

Lo ms importante de mi formacin, las in-

fluencias ms esenciales en mi vida, vinieron de mi hogar, de mi


gente. Pero tambin aprend algunas cosas en el corto tiempo que
asist a la escuela.
Yo no recuerdo de cuntos aos, pero mi mam nos mand
muy pequeos a la escuela. Mi pap me matricul. Como el
trabajadero de ellos era lejos, sera para que no estorbramos que
nos mand tan pequeos. Para que aprendiera, deca mi mam,
quien tena mucho inters en que uno supiera castellano, porque ella no lo hablaba y eso era muy difcil, pasaba mucho trabajo, mucha dificultad. Entonces quera que de alguna manera,
por fuerza mayor, aprendiramos a hablar.
La escuela era la que llaman La Marquesa. Segn recordaba
Joaqun Morales, uno de los primeros alumnos junto con mis
hermanos Cruz y Manuel, fue Matilde Lemos125 quien empez a
crear la escuela por all por 1939, y en 1940-41 ya se termin de
hacer. Contaba que la construyeron de paja y barro, exactamente donde vivi y muri Rafael Hurtado y ahora vive su mujer, la
ta Dionisia Tunubal. La construccin se hizo entre todos los
terrajeros, encabezados por kasuku Esteban, ermanto Eulogio,
que vivi all en el Pesrotarau, y mi pap. No vino ningn blanco a dar orientaciones.
Cuando ya termin la escuela, antes que la maestra, llegaron
las monjas de la Madre Laura. No se cuntas semanas estuvieron
rezando y luego salieron. Entonces lleg la maestra, seorita Odilia.
Las monjas vinieron a ensearles a rezar y a ensearles a persignar porque, segn ellos, eran gente que no saba nada. Traan unas
125

Duea de El Chimn entre 1932 y 1944.

a p r e n d i e n d o a l e t r e a r [263]

estampas grandes con unas imgenes del diablo arrastrando el


alma de alguien. Y luego decan que as es que lo llevan y lo arrojan. As lo enseaban. Cantaban el Avemara y todo eso [] Eso
as era que enseaban. Era un grupo de las Lauras.
Entonces lleg el cura con otra imagen del Sagrado Corazn.
El cuadro lo trajo cargado el taita Antonio Hurtado un da martes.
(Luis)

El 20 de diciembre de 1941 la bendijeron y le pusieron de


nombre Sagrado Corazn de Jess.
La escuela era privada pues la empezaron a pagar los padres
de familia; despus ellos exigieron al terrateniente, al patrn, que
pagara, y ms adelante ya la nacionalizaron, el Estado empez a
pagar. Haba una maestra que se llamaba seorita Odilia Machado, de la Fundacin, quien, desde que se fund la escuela hasta
morir, funcion all. Con ella me toc un pedacito.
Cuando ella era la maestra fue tambin que se nos murieron
dos hermanos mos, dos hermanos mayores. Se llamaban Manuel Jess y Samuel. Entre 1943-44 lleg una epidemia muy dura
de tos ferina, creo que llamaban; mucha tos. Manuel Jess ya
tena 12 aos, ya era grande. Esa tos ferina no la pudieron controlar, no consiguieron droga; entonces lo dejaron morir, muri. Fue un momento, un da muy doloroso para mi mam. El
cadver estaba all, el atad era grande, mucha gente lleg, acompa, bajaron con el cadver a Silvia.
Recuerdo que en la escuela venan trayendo en el hombro el
cadver y la seorita Odilia vino como un kilmetro con todos
los nios. De la escuela vino a recibirlo, y lloraba all y deca:
Qu te pas Manuelito!. Y Manuelito ya muerto.
Samuel muri tambin de igual manera. Muri tambin una
prima nuestra que se llamaba Jacinta. Tres nios de la familia
murieron. Me deca mi mam que yo tambin estuve muy enfermo, que estuve en la cama, pero que a mi s me curaron; me
levant.
A la escuela haba que ir todos los das; llueva o no llueva,
corra para all. Yo no se cmo uno llegaba all tan lejos, pero
llegaba. Pero nosotros fallbamos mucho, tenamos muchas
faltas, porque haba das que tocaba ir al trabajo; entonces lo
[ 2 6 4 ] l a f u e rz a de l a g e n te

Escuela de El Chimn, donde aprend a letrear.

llamaban a uno en lista y no estaba. Haba fuerza mayor que


nos llevaba a trabajar, a ayudar a mi mam a traer lea, a ayudar en algo.
En la escuela nos empezaron a ensear a letrear. Letrear para
mi fue duuuro! Para aprender a leer dur no se qu tanto tiempo. Como la seorita Odilia muri, vino otra maestra, Rosa
Mara Crdoba, pagada por Mario Crdoba, y a mi me toc con
ella. Esa maestra le daba y le daba, le daba, le daba. Qu duro
para aprender a leer, dursimo! Todo en castellano. Yo llegu a la
escuela sin saber castellano y all la maestra me empez a ensear. Fue difcil, fue muy duro! Si eso fue duro para uno pronunciar, mucho ms difcil para uno leer!
Yo me aburr mucho, muchsimo. Primero porque no me
ama con la maestra que no hablaba guambiano. En la casa se
hablaba todo en guambiano. Mi mam muri sin hablar castellano; mi pap s hablaba bien, mi abuela tambin, pero nosotros no, porque mi mam siempre nos ense fue en guambiano
y todos los que nos rodeaban eran guambianos. Como no haba
otras personas con las que se relacionaran, con hablantes del
a p r e n d i e n d o a l e t r e a r [265]

castellano, entonces todo era en guambiano. La maestra que lleg all era la nica que no era guambiana. Esa relacin s fue difcil, fue muy duro. Yo no se cmo aprend. Entonces, ah! era
un estorbo; jdame y jdame y uno nada que entenda, nada. Por
eso yo estaba aburrido.
Un da me escond para no ir a la escuela. No estaba mi pap,
no estaba mi mam, como que no tena ganas, tena pereza, no
quera ir. Entonces me qued en el camino. Llegamos hasta all
al Alto de la Cruz y, en vez de ir, me remont para arriba a la
montaa con otros ms viejos que tambin estaban aburridos.
Ellos me conquistaron para que furamos: Hoy no vamos a la
escuela, escondmonos a ver qu pasa. Pero no pudimos escondernos mucho tiempo. Siempre empez a darnos hambre y
eso nos hizo buscar la casa otra vez. Fuimos con mentiras de que
hoy no hubo escuela, hoy no subi la maestra. Mentiras!, nos
pill, mentiras, yo lo vi, yo lo vi, ustedes no fueron. Mis tos se
haban dado cuenta que la maestra s haba subido. Me pegan
qu regaada! Ya de all no volv a esconderme, ya siempre fui a
la escuela. Pero harto, muy aburrido.
Por eso ya cuando se aproximaba el fin de los exmenes uno
se senta feliz, pareca que uno ya sala de la crcel. Poda ir a estar con mi mam, poda ir al trabajo, poda ir a jugar, uno poda
estar en la casa, poda dormir rico Se senta uno feliz cuando
terminaba la clausura.
Las maestras tambin sufran con uno. Me decan cabeza de
rancho, cabeza de paila y nos daban con el libro en la cabeza. Ni
aun as entraba!
Pero de pronto, yo no se, me dio una lucecita. Yo recuerdo tanto
qu letra aprend a leer primero; ya no era memorizado, sino que
yo le. Pona una d, una e, y una l, y eso sonaba del. Esas fueron
las primeras letras que yo aprend. Yo memoric muchsimo.
Repeta, repeta, repeta, pero no lea. No poda leer. Memoric.
Pero fuera de la repetidera, de la redundancia, cuando en ese
momentico me dio esa lucecita de aprender a leer esas tres letricas,
ah el gran triunfo! Yo como que aprend a leer de verdad.
La maestra se puso contenta, cuando yo le eso. Qu muchacho tan inteligente!. Desde ah me tom aprecio. A mi como
que me dio mucho aliento, me ayud mucho para que leyera.
[ 2 6 6 ] l a f u erz a d e l a g en te

Entonces nosotros quedamos bien con ella y ella ante los padres
de familia, ante los dems, porque yo y Jacinta aprendimos a leer;
ella se content porque de all empezamos a avanzar.
Los dems que iban all a la escuela eran todos guambianos.
No eran nios, ya eran jvenes, adultos. Como antes no haba
escuela, los matricularon ya grandes. Haba unos jvenes, diga
usted de 14 aos, de 16 aos, como mi hermano Cruz que estudi tambin un poquito all, que ya era mayor. Los compaeros
de Cruz, que todava andan, los dos Joaquines Morales, el que
vive en La Cuanda y el que vive en Morales, son compaeros de
ese entonces. Pero nosotros s fuimos nios pequeos.
Era un solo saln donde haba dos cursos que llamaban 1 y
2. Los de 1 llegaban recin, empezaban a letrear; los otros ya
estaran ms avanzaditos y ya lean. Yo recuerdo que llegu a 1
y ah fue que empec a leer esas palabritas. De all ya me fui acomodando, la misma maestra me ense a acomodar las letras:
ponga una letra adelante, la otra atrs, con otra ms suena tal,
suena tal. Eso se fue avanzando, se fue avanzando.
Al final del ao me dijo la maestra que yo era muy inteligente, que quera ayudarme a conseguir una beca. Hablamos con
conocidos, con un tal Gentil Delgado. Decan: Consigamos una
beca para Lorenzo, para que estudie. Yo fui contento a avisarle
a mi pap, y l no me par bolas.
Yo ni siquiera pude pisar un colegio. Yo no s por qu nunca
me par bolas mi pap. Mi hermano Cruz vino a estudiar porque a l le gust y dijo: Yo me voy. Mi mam lloraba para que
no se fuera, pero a l no le import y se pis, se fue. Cruz la primaria la termin en Medelln; lo recogieron las monjas y lo llevaron. Mi pap un poquito le apoy para que se fuera, mi mam
no. Y a mi no me apoy ni mi mam ni mi pap, pero yo tampoco fui capaz de salirme solo; esperaba que alguien me apoyara y como no me apoy mi pap Mi mam me apoyaba hasta
all hasta la escuela, pero ya ms no.
Haba a donde ir, por lo menos en Silvia; tambin estaban
las misioneras en Las Delicias. Pero condiciones no haban. Era
lejos de la casa para estar corriendo todos los das all. Y as,
como no fui capaz de salir ni a Piendam, me qued all; me
qued, me qued.
a p r e n d i e n d o a l e t r e a r [267]

Para ninguno era fcil estudiar. Hablando con Joaqun Morales, l recordaba haber ido a la escuela entre 1940 y 1943 y contaba
con tristeza que en ese entonces la profesora Odilia lo seleccion
junto con mi hermano que se muri, mi hermano Cruz, y Brbara la hija de taita Eulogio, para mandarlos a estudiar en Medelln,
pero que ni l quiso ir ni el pap lo apoy porque la gente antigua deca que la escuela no era sino una vagabundera, que la escuela de los hijos es el barretn, el machete y el hacha. Comentaba que los paps comenzaron a enviar a los muchachos a la escuela
porque los alguaciles hicieron muchas reuniones hasta que por fin
los convencieron de que todos los nios tenan que ir, y que luego
empezaron a mandarlos a Medelln o a Silvia, pero que su pap
decidi que los hijos que tengo, tengo para ensear a trabajar y
no para andar por all y por eso l no fue a Medelln. Pero que tampoco continu en Silvia porque para 1944, cuando le tocaba hacerlo, ya haban hecho traspasos Julio Fernndez y Matilde Lemos
y lleg Crdoba, y l exigi inmediatamente que le entregaran las
tierras, siendo su pap uno de los primeros en ser expulsados.
Yo creo que en esa escuela estuve un poco ms de dos aos,
con Jacinta todo el tiempo. Primero tuve un ao como asistente, en el que no aprend nada. El segundo ao ya me matricularon y comenc a aprender, el tercero ya aprend, pero no lo
termin. Y hasta ah.
Recuerdo mucho que siempre estaba con mi hermana Jacinta.
Cuando estuvimos en la escuela fue precisamente en la poca de
la quitada de las tierras, por lo que haba mucha pobreza y no tenamos qu comer. Me acuerdo que cada uno tena que llevar qu
comer a la hora del recreo. Muchos traan: caf, una arepa grandota. Pero la situacin de todos no era igual. Yo creo que nosotros hemos estado en la peor situacin, porque ramos una cantidad de nios pequeos y mi pap, mi mam, ellos solos no
pudieron; entonces la situacin de nosotros era muy delicada en
el aspecto econmico. Recuerdo mucho que en la casa almorzbamos temprano, no era desayuno sino almuerzo para todo el da,
y unas veces tenamos algo que traer, como papas sancochadas o
cualquier cosa, pero otras veces no traamos nada y haba que
aguantar hasta las cuatro de la tarde. Mi mam nos mandaba as.
Entonces, qu hacamos nosotros?
[ 2 6 8 ] l a f u e rz a d e l a g e n te

Como en los estudios tal vez bamos un poco ms avanzados que otros nios, entonces le soplbamos al vecino, a cambio de comida. Lo hacamos para ganar cualquier cosita. Haba
algunos que traan, acostumbramos as, ya no una arepa sino dos:
una para l y otra para nosotros, con tal de que le soplramos, le
ayudramos, para ellos salir bien. Uno estaba cerca y ayudaba, y
estaba ganndose una arepa que nos serva para el almuerzo de
medio da.
Otras veces, cuando no podamos, porque eso no era todos
los das, haba un monte por all donde haba el carirucio, donde haba mucha fruta, y a la hora del recreo, del almuerzo, como
no tenamos nada, salamos corriendo Jacinta y yo, para all almorzar pepas, moras, lo que fuera. Como haba tanta hambre,
cogamos unas moras, pero a veces eran escasas y conseguamos
una sola morita que partamos en dos para comrnosla. Compartamos! Otras veces haba mucha y entonces cada uno coga
y coma por manotadas.
Como la maestra siempre amasaba y asaba pan en un horno
que haba en la escuela, nosotros con esa hambre, con esas ganas de pan, nos quedbamos despus que los otros nios se iban,
traamos la leita, la escoba para barrer, le ayudbamos a moler,
a hacer cositas, y espere el pan all, espere el pan all. El primer
pan que sala era para nosotros. La maestra nos daba, a veces nos
venda, y salamos corriendo para la casa con el pan para mi
mam. Comamos parte y parte llevbamos. Esa maestra muri
en Silvia hace poco.
Con Jacinta hemos recorrido mucho, hemos caminado mucho desde nios. En ese entonces haba el canto de la gitana y
otras canciones. Ella aprendi a cantar bien, tena buena voz,
entonces la maestra la quera mucho. Cuando llamaban calificadores el da del examen, ante ellos Jacinta cantaba bien, y yo
tambin echaba lo que llamaban la recitacin, un verso. A veces
yo como que lloraba, pero en todo caso hice quedar bien a la
maestra. Por eso ella estaba contenta con nosotros y nos ganbamos un almuercito, ah junto con los calificadores.
Los paps llegaban ya al final y estaban contentos. La
maestra haca rumba, tomaban trago, bailaban, finalizaba.
Uno sala corriendo a las cinco de la tarde, y ellos se quedaban
a p r e n d i e n d o a l e t r e a r [269]

all. Entonces pareca que era el triunfo. Uno vena contento con
su cuaderno.
En esos exmenes traan un cura y siempre decan misa all.
Pareca que el curita como que cantaba muy bonito, como que
eso de hablar a Dios era muy bonito, como que el vinito toman
muy rico Jaja. Lo emocionaban a uno y hasta ganas daban de
ser cura!
Claro, tambin era porque en la escuela lo que le enseaban
mucho a uno era la religin. Eso era permanentemente, fue muy
insistente, nos clav mucho en la cabeza; era como una obligacin. Entraba uno persignndose y haciendo oraciones, a la hora
de recreo y a la hora de almuerzo tambin era persignndose y
oracin, y por la tarde, a la salida, otra oracin de despedida. Eran
cuatro oraciones al da.
Tambin le daban esa hostia, lo hacan confesar. Le daban como una preparacin para la confesin, para la Primera Comunin. Y yo hice la Primera Comunin. Pero hacan cosas absurdas. Con un hambre tan triste como viva, me preguntaban:
Qu robaste?. Y yo qu iba a robar! Mientras mi mam estaba de espaldas coga un mordisco de una panela de la casa,
una panelita que haba trado mi mam o mi pap, o que uno
mismo haba conseguido con el trabajo, y se crea que era robado. Eso era lo que yo confesaba! Me rob un pedacito de
panela. Lo obligaban a uno a que lo confesara. Yo qu pecado
poda tener!
En las clases me enseaba a dibujar el escudo, mapa y bandera de Colombia. En ese entonces nosotros usbamos pizarra,
que era un tabln no se de qu. Haba unos lpices especiales para
escribir en pizarra y unas veces nos los daban, pero otras veces
nos tocaba comprarlos. Entonces yo aprend a dibujar.
Me ensearon tambin un poco sobre pecuaria, sobre la urbanidad que lo llamaban en ese entonces, el respeto mutuo de
las personas, un poco de matemtica.
En la Historia Patria nos enseaban mucho sobre Bolvar, el
Libertador Simn Bolvar, que cmo libert. Yo ni conoca y la
profesora s conoca por el Calicanto, el puente, que por all pas
como dos veces el libertador Bolvar. Hablaban mucho del general Antonio Nario, del general Santander, cuando la Decla[ 2 7 0 ] l a f u erz a d e l a g en te

racin de los Derechos del Hombre. Y yo memorizaba. Me pareca muy importante. Y de una vez que fue detenido y el general acosado por la multitud tuvo el valor de salir en los balcones
y decir: Aqu estoy. Eso me pareca rico, entonces yo como que
memoric mucho de eso.
Algunos aos ms adelante, cuando yo ya caminaba solo,
cuando ya estuve en Mondomo, invent cosas. Invent cosas a
la manera de Antonio Nario, del general Santander y Bolvar,
usando sus personajes, usando sus trminos, porque me pareca lindo que eran unos tipos que no se dejaban joder.
Algn tiempo despus, cuando Pedro estuvo en la escuela,
le ensearon a tejer alfombra. l recuerda que:
Termin esa alfombra y vend a tata Javier Se me hace que
vend a 10 centavos. A ese precio la vend. Yo tena esa plata. No
saba qu comprar y, como tena el culo afuera y no tena nada,
despus pens comprar ropa. Eso es lo que pens. He estado contento con esa plata.
Pero mamita se fue pa arriba a conseguir coles y a mi me mandaron a traer caballo para cargar las coles. Cuando iba llegando a
la casa, de repente me encontr con el desgraciado del Ventura126
[] Tena el que llamaban el coso. Pens que tena el caballo
amarrado en el potrero y quera quitrmelo. Entonces yo no solt. l vena a caballo y baj del caballo, solt el lazo, quit y se lo
llev al coso. Porque lo tild que estaba dando de comer pasto ah,
pero yo haba trado de la manga de nosotros [] Como quit el
caballo, el col y la cebolla llevamos a la espalda con mi mamita. El
caballo haca dos das lo haban quitado y no lo soltaban. El mircoles, como tena 10 centavos, pagu. Esos 10 centavos eran para
comprar ropa para m, pero como la mamita no tena nada, pagu
la multa para sacar el caballo.

As de difcil era la situacin en la hacienda. Por eso no asistimos a la escuela tiempo completo, como deba ser. Y, finalmente,
como la situacin econmica en que vivamos era tan dura por
habernos quitado todas las tierras, como la gente se estaba yendo,

126

Ventura Riascos, el mayordomo.

a p r e n d i e n d o a l e t r e a r [271]

cada uno por su lado, mi abuela Rufina quien con mi to Vicente no se cmo se haban hecho a un lote de tierra all en un
pedazo de montaa y sabana, en el punto denominado Las nimas, en Malvaz le dijo a mi mam: All vamos a defender,
all vamos a vivir tranquilos. Ustedes tambin tienen una tierrita
en Mondomo; vyanse para all. Aqu no hay nada que hacer,
aqu nos vamos a morir de hambre. As que no nos dejan cultivar, que no nos dejan tener nada, aqu van a sufrir mucho. Es
mejor que ustedes tambin, as sea tierra caliente, pero como es
de ustedes, vayan para all. Yo me voy primero, ustedes no se queden aqu. Yo hago que Vicente les acompae, les ayude a llegar
hasta all. Y efectivamente, eso fue lo que hizo. Mi to Vicente
nos levant la platica para el pasaje y un da martes nos montamos encima de la carga que llevaba un camin para Cali.
A Mondomo llegamos tarde. Pedro era bien pequeo, Brbara ms pequea, entonces a Brbara la cargaba mi to Vicente
y yo cargaba a Faustina; a Manuel, el menor de todos, lo llevaba
mi mam en la espalda. Y con las cositas, con los morrales, con
las mochilas y todo, nos fuimos caminando despacio hasta que
nos cogi la noche por El Turco. Nos quedamos donde unos
Moreno y al otro da llegamos a nuestra tierrita. Por el camino
cogimos guamas y comimos, donde un Fortunato Vivas que era
conocido. Cuando finalmente llegamos a la casa, mi to Vicente
nos aconsej que estense aqu, qudense aqu, trabajen aqu,
cultiven aqu, que a eso los he venido a dejar. Y nos dej ah.
Por eso abandon la escuela. Porque all no haba vida, all
no haba ni siquiera para la sobrevivencia que llaman hoy en da,
y ya no pudimos resistir ms. De tantas veces que abandon la
escuela con los otros, yndonos para el monte, esta vez s ya la
abandon legalmente, ya con mi mam, con la autorizacin de
mi abuela para irnos, y con mi to que nos llev. Ya la escuela ni
falta me haca, yo no me arrepenta, y ms bien me senta contento con mi mam, feliz comiendo guamas, pltanos, bananos
y mucha yuca.
Lo que s me hizo mucha falta fue qu leer. Cuando ya supe
leer y despus de tenerme que retirar de la escuela para irme a
producir comida en la tierra, no tuve qu leer, dnde leer, porque en la casa de nosotros no haba libros. Yo con tantos deseos
[ 2 7 2 ] l a f u e rz a d e l a g e n te

de seguir leyendo y lo nico que encontr y le hasta el cansancio fueron las cajas de fsforos El Diablo! Me acuerdo que decan Fosforera Colombiana s.a. Yo buscaba cualquier papel que
tuviera algo para leer, como hoy en da las bolsas y cajas con letreros y leyendas en las que vienen empacadas las cosas, pero en
esa poca los productos del mercado venan envueltos en hojas
de pltano.

a p r e n d i e n d o a l e t r e a r [273]

Mis
primeros
trabajos

Yo quera una vida mejor

Yo esperaba mucho mis 12 aos. De nio lo que

esperaba era ser mayor, crecer, ser fuerte, para hacer cosas, para
poder trabajar. De ah a los 15 aos esperaba hacer mucho. Me
preguntaba cmo es posible yo tambin trabajar?, cmo es
posible yo tambin tener platica?, cmo es posible yo tambin
tener casita?, cmo es posible yo tambin salir con una carga al
pueblo, vender y traer mi remesa?, cmo es posible que no me
falte la comida? Pero para eso necesitaba estar ya un poco maduro, fuerte. Por eso esperaba ser mayor.
Como haba tanta pobreza, no saba qu hacer, no saba para
dnde coger. La situacin era tan grave que no haba absolutamente nada que comer; por lo menos nosotros no tenamos. Por
eso yo tena un gran afn de producir comida.
Desde nio yo esperaba una vida distinta, en la que hubiera
qu comer, que pudiera uno echarse su trapo encima, que uno
pudiera acostarse a dormir con un poco de tranquilidad. Y eso
era lo que no tenamos.
Primero, no tuvimos una vivienda, que podamos decir una
vivienda; era una casota grande, pero como haba tanta pobreza
y no haba apoyo de nadie y cada vez los dueos, los blancos, joda
y joda ms, no tenamos ni de dnde coger una paja para tapar
las goteras de la casa. Eso era como vivir debajo de un rbol, porque llova adentro. Suban al techo y le metan cualquier cosa,
para medio tapar goteras.
La casita ya se nos caa encima, ya se desplomaba. Nosotros,
muchachos, bamos a traer unos palos para apuntalarla por
todos lados, porque yo tena mucho miedo que a mi mam y
a todos nos acabara, nos cayera encima. Porque se vea el
desplome!
m i s p r i m e r o s t r a b a j o s [277]

Yo nac all, en esa casa, me cri en esa casa y, hasta que me


cas, viv en esa casa. Decamos que nuestra casa era parecida a
la del puin un espritu que viva en las montaas, en la nieve, que era muy vieja, fea, y llena de holln, toda negra, bien
ahumada. Y as pareca la de nosotros.
Luis dice que las abuelas y mi pap contaban que en la casa
vieja, donde vivi el abuelo de mi pap, nacieron la abuela
Gertrudis y su hermana Teresa, y que all vivieron ellas. Que
despus entre las dos abuelas construyeron la casa donde naci mi pap, donde nacimos nosotros, para todos ellos: una
parte para la abuela Gertrudis, mi pap y su hermana Antonia,
y la otra para la abuela Teresa. Pero que despus ya la abuela
Teresa pidi que se partiera la casa, desde la cocina y la sala
grande, pero para no partirla resolvieron hacerle una casa aparte. Que pusieron las vigas, armaron, hicieron el techo de pajiza con orejas (cumbrera), y que as conoci y la abuela Teresa
tena sus cosas all.
Recordaba tambin que decan que en la casa vieja de ellos
no vivieron mucho tiempo desde que muri el finado Pedro
Muelas, el abuelo, porque de repente brot agua en la cocina, en
el puro fogn porque cocinaban en el suelo y entonces resolvieron buscar otro sitio ms allacito, por temor a esa agua que
brot.
Cuando brota alguna cosa o algo se oye o ve, eso algn significado tiene, como mal agero, como que algo va a suceder. Por ese
motivo resolvieron salir. Y la casa dicen que estaba vieja tambin.
Entonces resolvieron hacer la otra casa; la hicieron y vivieron ah.
(Luis)

Fue entonces cuando hicieron la casa vieja que yo conoc, la


casa en la cual yo y mis hermanos nacimos y crecimos. La fecha
exacta de construccin no se sabe. En todo caso, en la Guerra de
los Mil Das seguramente ya estaba construida, porque la abuela deca que cuando llegaban las tropas peleando, echando tiros,
que en esa casa se defendan y de noche se acostaban con una
piel de res en el piso y otra encima, para protegerse de la lluvia
de balas.
[278] l a f u erz a d e l a g e n te

Yo tena mucho miedo de que la casita se nos cayera encima.

Entre mi pap y la abuela Gertrudis hacan mucho comentario sobre la construccin de la casa. Decan que del Kurusyuk
sacaban tierra blanca para el blanquimento y del cerro de
Pilarautu otra de color rosado para decorar y poner bonita la
casita. Contaban que las vigas eran tradas de tal parte, con minga, con mucho trabajo. Ellos mismos miraban que el da que se
nos caiga esa casa, nos va a matar a todos. Eso era repetidamente, incesantemente. Y eso lo haca ver tambin a uno que los
estantillos de las paredes estaban realmente altos! Lo nico que
los estaba teniendo era el embute, el barro duro. Yo siempre viva con ese miedo que nos hacan dar ellos mismos, que ya se nos
iba a caer encima.
Mi abuelita Gertrudis deca: Cuando yo tuve fuerzas, yo le
haca arreglar. Hoy se me acab la fuerza, ya no tengo fuerza. Yo
no tengo fuerza significaba la fuerza fsica de ella y de la economa tambin. Cuando deca tengo fuerza era que tena qu comer, cultivos, animales, para aprontar materiales. Ya teniendo los
materiales, llamaban a alguien para que fuera a arreglar. Pero
m i s p r i m e r o s t r a b a j o s [279]

lleg un momento en que no tuvo ya ni animales, ni comida,


ni nada. Entonces se qued sin con qu, sin recursos, con las manos amarradas. No haba cmo llamar a alguien para que viniera
a arreglar la casa, a coger goteras o a apuntalar. Sin con qu siquiera dar de comer al trabajador, ella se senta imposibilitada.
De eso era un comentario diario.
De ella hoy no est sino el plan; ya la casa no existe, ni en foto
siquiera. Eso fue tumbado al sacar los ltimos terrajeros. Se acab
la casa. El patrn us a los mismos terrajeros para tumbar las
casas de otros terrajeros y ah fue el fin de nuestra casita y, por
supuesto, de nuestras tierras.
Tampoco haba comida, no haba vestido, no haba cmo uno
acostarse a dormir. Todo era una gran tragedia de la vida. Uno
se acostaba a un lado del fogn, con slo un cuerito para tenderse, una ruanita encima, y a dormirse con eso. Y tena que levantarse con lo mismo, porque era el nico vestido, el nico trapo del diario. Uno no usaba ni calzoncillos, ni pantalones, sino
un trapo que le amarraban: uno que se echaba encima de ruana
y otro que se amarraba de la cintura para abajo con una cabuya,
porque correa no tuvimos.
Nosotros ramos muchos de pronto, una nidada de hijos,
todos pequeos, y no haba quin le ayudara a mi pap, ni a mi
mam. Entonces ellos solos parece que no alcanzaban a hacer.
Nosotros todos tragones, comelones, pida y pida y no ayudbamos nada Era muy duro.
La situacin de otros era un poco distinta. Yo miraba a
Pascual Morales, el pap de Javier, el hoy esposo de Jacinta mi
hermana, que ellos tenan una vida diferente. No tenan plata,
pero s tenan comida. A mi a ratos me daban ganas de pedirle a
l, ay! regleme unas papas o ay! llveme all; me provocaba
como pedir clemencia. Porque uno con hambre y ver a otro que
llevaba comida una carga para vender y para comer tambin
llevaba separado, a la espalda. Porque siempre el guambiano
carga su arroba de papa a la espalda, fuera de lo que lleva el caballo. Entonces yo me lo encontraba, y uno sin nada
Y la casita era mejor que la de nosotros. Yo envidiaba esa
casita con el piso parejo, distinta a la de nosotros, y deseaba que
[280] l a f u e rz a d e l a g en te

nosotros tambin pudiramos tener algn da una casita, como


una viviendita ah, una camita para uno acostarse a dormir.
Pero eso me daba nimo, porque cmo l trabajando tena
para bajar con una carga y para venir cargado para la casa? Yo
pens hacer lo mismo: tengo que trabajar, tengo que sembrar, yo
voy a ser como Pascual Morales y voy a traer mi carga para vender, pero tambin para la casa la comida. Yo nunca ped, pero me
gust, pens que era bueno; yo tambin bajara as, vendera y
por la tarde ya no traera una panela del mercado, sino mi media arroba, traera mis dos libras de sal, traera ms cosas para
mi mam. Y ya no traera en la espalda sino en el caballito; traera ya un poquito ms descansado.
Entonces aprend viendo como Pascual Morales iba para
abajo con la carga de papa, y para arriba con su remesita. Eso me
pareca muy bueno, me pareca muy bueno llegar con comida a
la casa. Yo pens mucho en eso, en que hubiera comida.
Ms tarde, como Pascual Morales tambin era terrajero, le
quitaron todas las huertas las de cultivar y las de tener sus animales y le tumbaron las casas donde tanto tiempo vivi con
su familia. Y cuando muri, a su viuda le acabaron de incendiar
el ltimo ranchito que tena, le destruyeron los cultivos y a ella
la encarcelaron a la edad de 85 aos, sancionndola para que
desocupara las tierras. Ah muri.
Y no slo Pascual, sino otros siempre tenan comida. Yo
miraba otras gentes, como mi suegro Jos Antonio Trochez,
Jacinto Tunubal, y otros, que siendo terrajeros, aunque vivan
mal tambin, jodidos, vivan menos mal; ellos siempre tenan
comida, su casita ms o menos bien, sus caballitos de montura.
Pero nosotros s tuvimos mucha necesidad, de aguantar fsica
hambre.
Cmo salir adelante, cmo? Cundo por lo menos tendramos qu comer, por lo menos una casita donde vivir, que cuando hubiera mal tiempo, cuando lloviera, no lloviera adentro!
Esperbamos mucho eso.
Como era tan difcil, yo viva aburrido, harto. Pareca que no
poda ser ah donde yo nac, donde yo me cri. Era tan harto llegar all. Llegaba uno y la casa era bien fea, pa caerse; llegaba uno
con un caballo y no tena donde amarrarlo, si lo amarraba, lo
m i s p r i m e r o s t r a b a j o s [281]

jodan, se lo llevaban y le sacaban multa; si uno tena cuyes, como


los cuyes comen pasto, si uno iba a arrancar pasto decan que no,
que eso era hacerle dao al terrateniente. Impedan hasta el pasto
para los cuyes! Si tena un ovejo, pues un ovejo tambin tiene que
vivir del pasto; lo amarraba all afuerita, y que no.
Cada vez nos estrechaban ms y ms. Entonces no haba nada
que hacer ah. Yo viva harto, renegaba.
Juntando lo del mercado
Tenamos un pedacito de cebolla all cerquita de la casa, porque la cebolla siempre la conservbamos, por encima de todo,
contra viento y marea. La cebollita era, dira, como el pan de cada
da. Cultivbamos, limpibamos, arrancbamos y cooorra a
Silvia a venderla para traer una panela, una libra de sal y una
marqueta de manteca, de cebo derretido. Eso era el mercado de
uno. Y algunas velitas para alumbrar. Sudaba llevando la cebolla,
unos cinco atados, quin sabe cunto llevara en la espalda, venda por cualquier precio, y alcanzaba a comprar eso. Con eso iba
contento otra vez; con Jacinta contentos llegbamos.
Mi mam tambin, cuando uno llegaba con la panela, con la
sal, con la mantequita, se pona contenta. Esa era la gran felicidad, porque uno tena algo que echar en la olla para complementar la papita, los ullucos, que de alguna manera siempre haba.
El ulluco es una gran cosa, no se acaba; puede estar el rastrojo ms grande que, una vez sembrado, por debajo del monte
uno lo saca. Uno iba, como un animal silvestre, a buscar comida
al monte. Increble!, pero all uno sacaba comida. Demoraba en
encontrarlo, porque eso no es como cultivado, pues entre el
monte se pierde y uno tiene que estar all olfateando, mirando,
a ver a dnde consigue una matica, rogando porque de pronto
las ardillas no hayan escarbado tambin.
Uno buscaba el ulluco, pero tambin iba mirando en las ramas a ver dnde haba curubas, donde haba frutas. Haba en
especial un gran rbol de mitso, y siempre que bajbamos o subamos del pueblo nos encarambamos en l a buscar fruta;
cuando encontrbamos seguamos muy contentos, pero cuando no, buscbamos en el suelo antes de emprender la triste reti[282] l a f u e rz a d e l a g e n te

rada. Entonces uno ayudaba con el tubrculo que encontraba en


la tierra y con las frutas que se daban en el monte. A veces haba
armadillos, pjaros como torcazas, gorriones, chiguacos, perdices, que corran y se metan entre la paja, y entonces encontrbamos nidos con muchos huevitos. A veces cogamos los huevitos y otras veces matbamos los pajaritos para comerlos.
Tambin nos volvimos expertos en capturar armadillos. Entonces nos defendamos un poco, comamos algo. Con eso y lo que
uno compraba tena para la semana. Ese era el gran mercado.
Despus ya aprendimos a comprar el arrocillo, el menudito,
la ripia. Comprbamos eso para la sopa, porque era rico. Ms
adelante comprbamos de libra en libra de cositas; ya salimos de
la panela, de la sopa y de la manteca, y comprbamos otras cositas
ms. Pero la situacin era muy delicada, haba mucha pobreza
realmente.
La abuelita lloraba. Recordaba que en una poca tuvimos
buena comida, en una poca tuvimos ganado, tuvimos ovejos,
tuvimos gallinas. Ahora llegaron estos blancos, se apoderaron de
todas estas tierras y no tenemos nada. Lloraba! Y uno ah escuchando, con hambre, unos nios sin fuerzas, sin poder hacer
nada, ni pelear ni nada Ah, mirando.
Pero nimo de trabajar s nos naci desde ese entonces, y comenc a producir. Primero, sembrando maz voliao, y luego as
a puaos!
El maz no se siembra ni voleando, ni a manotadas
Yo sin saber, de la ingenuidad ms grande que tuve en mi
infancia, sal dizque a sembrar un maz. No me acuerdo si fue
que no vi cmo lo sembraban mi mam, mi pap, o alguien, pero
yo cog una morralada de maz que mi mam tena no se si
era para semilla, para comer o para las gallinas, una mochila,
y me dio por ir a sembrarlo. Nadie me dijo nada, sino que me
dio la idea de ir a sembrar maz.
No tena un lote limpio ni nada. Haba un lote donde estaba
recin cortado el trigo; la maleza no era muy alta, pero era alta
para un nio de cuatro o cinco aos y la cabeza no me alcanzaba a salir, no poda andar entre ella. Como no poda andar, me
m i s p r i m e r o s t r a b a j o s [283]

sub a una piedra grande que haba y voli el maz como volear trigo! Di la vuelta en la piedra grande y se me acab la
morralada de maz. Y yo contento: sembr maz ya! Entonces
esper que llegara mi mam para avisarle:
Ay! mam, cmo te parece que yo ya sembr el maz.
Mi mam pregunta:
A dnde?
Pues yo sembr all.
Pero, a dnde?
No haba a dnde sembrarle y yo sembr all.
La llev, contento!
Yo bot el maz entre la maleza.
Y mi mam me rega:
Cmo se te va a ocurrir! Mi maz ah se va a perder.
Quin lo recoge!
Me rega.
El maz no se siembra as.
Me hizo ver que el maz no se siembra as.
Para sembrar maz, primero se limpia, y despus se hacen huecos y se echan granitos contados. El maz no se siembra
as, ese maz se pierde.
Se enoj, pero luego me explic cmo se siembra. Para que
no se perdiera ese maz, trajo una cerda que tena cerquita amarrada y la amarr all, para que recogiera el maz a la redonda.
Pero no qued as. Me volvi a llevar a sembrar maz unos
das despus, por all por el Takukullu. Haban conseguido un
lote de tierra por all, hasta muy buena tierra, donde se daba muy
buen maz. Me llev all a sembrar.
Ese da no se por qu mi mam no se dio cuenta que yo, con
el afn de sembrar rpido, de acabar la semilla rpido, mientras
ella sembraba bien y echaba contados los granos que deba echarle, yo donde abra un hueco le echaba por manotaditas, por
manotaditas jaja! Pero ella no cay en cuenta. Cay en cuenta
cuando fue a limpiar, a desyerbar. Haba sabido dar unos ramilletes!
Y para completar, nos haban puesto a sembrar en eras que
haban hecho en ese plan y el maz era para sembrar por el lomo
de la era, pero nosotros lo sembramos fue por el canal.
[284] l a f u e rz a d e l a g en te

Como la maleza era alta para un nio de mi edad, me sub a una piedra grande y
voli el maz como volear trigo!

m i s p r i m e r o s t r a b a j o s [285]

Me regao ya despus; que cmo iba a volver a hacer la misma gracia, que cundo iba a aprender! Que vergenza; ella se
haba ido con un trabajador a limpiar ese maz y sali as! Hice
quedar mal a mi mam, jaja!
La yuca se siembra de un palo
Yo todava no haba ido, pero ya haban comprado Mondomo. Tendra yo unos seis aos. Hacan comentarios de la semilla de palo de yuca. Decan que ac en tierra fra, para sembrar una mata de papa se tiene que sembrar la misma papa; de
la misma comida se reserva para semilla y se cultiva. Pero que
en cambio en Mondomo, en tierra caliente, la yuca no; que tena la ventaja de que no se entierra el tubrculo, sino que el palo
es el que se siembra, que da una gran ventaja, porque la comida
se puede consumir y para semilla se utiliza el palo.
Yo como no conoca la yuca, la raz, s porque trajeron y
la conoc, y com, pero la mata no conoca, entonces como comentaban que qu bueno que ac se siembra es la papa, la comida, y all se siembra es el palo, en mi cabeza se me trabaron
las cuerdas. Yo no pens que se sembraba el mismo palo de yuca;
cre que se sembraba cualquier palo. Yo simplemente los escuch a ellos y yo tambin dije qu bueno! Sembrar un palo, enterrar un palo y ese palo nace y echa raz y esas races crecen y se
forma la yuca, y nace una mata de yuca, se da comida! Yo muchacho, ingenuo, solamente escuch hablar. Yo no le dije a nadie nada, sino que cog una pala y llev un pedazo de lea que
tenan all, sal a la cebollera de mi mam, escarb, abr un hueco y met el palo ah enterr. Un palo de lea! Creyendo que
era ese el que germinaba y ese el que echaba races y que ese era
el que haca producir la yuca.
El afn de producir comida, el afn de hacer nacer una mata
de yuca, el afn de poder algn da arrancar una yuca. No era ni
en tierra caliente ni nada, sino all mismo en Chimn, all. Yo
127

Al hablar en castellano, los guambianos que no fueron a la escuela o lo hicieron por corto tiempo, tienden a considerar como femeninos todos los sustantivos
terminados en a.

[286] l a f u e rz a d e l a g en te

siempre iba a mirar y escarbaba a ver cundo naca Tan ingenuo uno, realmente, poniendo a ver. No era palo de yuca, la clima127 no era apta, pero intent hacer eso: sembr y esper un buen
tiempo que me germinara y nunca naci, nunca germin!
Mis ojos ya saban hacer eras
Yo creo que entre esas muchas faltas que tuve en la escuela,
empec a hacer algn trabajo. Yo no tena ni una herramienta
de trabajar ni nada. Mi pap s tena, pero l la ocupaba todos
los das, la llevaba para trabajar l. Como no tena una herramienta de trabajo, aunque tena ganas de hacer algo no poda.
Un da me puse a andar por ah, volteando, y vi un quemado. All,
no se quin, dej una pala olvidada y de pronto yo me la encontr. Era una pala vieja y partida, pero me la encontr! Yo no se
cmo me alumbr y la saqu. Yo contento.
Llev esa pala derecho all donde estaba mi mam.
Yo me encontr esta pala.
Y estaba mi mam contenta tambin.
Encbela pues, encbela.
Y ella me ayud a encabar. Le puse el cabo, consegu por ah
un machete y entonces empec a hacer.
Yo empec por mi mismo a hacer un trabajito. Me acuerdo:
eran unas seis eras corticas. Con el machete mochito que tena mi mam, con ese fui yo mismo, machete, limpi y luego,
con esa pala que encontr, empec a amoldar eras. Le di y le di y
le di yo no se cunto tiempo. Por fin termin mis seis eras. Yo
no se dnde consegu semilla, le puse una papa que llamaban en
ese entonces cuero de sapo, no muy rica, pero se daban unas papas grandes! Yo mismo la llev y la sembr, sembr coles, puse
ulluco; me recuerdo mucho de eso.
Eso lo hice solo, porque yo hacer las eras ya saba, pues mi
pap lo haca y como yo andaba con l, entonces ya saba. Lo que
no tena era fuerza para hacerlas, pero los ojos ya saban cmo
hacer las eras. Yo tendra por ah unos siete aos y medio.
Mi mam estaba en dieta, cuando tuvo a Brbara, y en ese
momento no haba qu comer. Pero yo s tuve mis seis eritas de
papa que estaban ya maduras, ya de coger. No se si mi mam me
m i s p r i m e r o s t r a b a j o s [287]

Cuando tena menos de ocho aos ya llev el fruto de mi primer trabajo, ya llegu
con mi morraladita de papa que yo mismo hice.

[288] l a f u e rz a d e l a g en te

mand o me fui solo, pero en todo caso cog una mochila y me


fui a donde estaban mis papas.
En eso gast todo el da, porque yo le tena mucho miedo a
los novillos, al ganado, a los cuernos. Me fui por all por el
monte, hasta que por fin llegu. Cog la papa, cog esa mochila,
la acomod y otra vez vine tambin por el monte, como pude.
Me acuerdo que me fui todo el da. No se cunto era, unas cuatro a seis libras, la capacidad de un nio de casi ocho aos.
Pero de esa edad ya llev mi primer fruto del trabajo, ya llegu con mi morraladita de papa que yo mismo hice: levant las
eras, gast un poco de tiempo, consegu la semilla, sembr, aporqu, y estaban maduras ya, jechas. Entonces recolect y traje para
la casa, para que mi mam hiciera algo de comer con eso.
Recuerdo que iba llegando a la casa como a las cuatro de la
tarde en un da bien soleado, bien despejado, cuando un avin,
que en ese entonces yo no conoca porque poco avin pasaba por
ah, iba pasando; yo le miraaaba y esa morralada de papas me
llevaba, me llevaba Mi mam toda preocupada, pues ya era
tarde, sali a ver a qu horas vena Lorenzo. Cuando sali a verme, dice que all yo estaba mirando el avin, y el morral de papa
me llevaba, me llevaba Pero ya llegu con la morraladita de
papa. Si hoy me pongo a recordar, ese fue mi primer trabajo.
En ese lote de tierra que sembr me dur un poco de tiempo. All segu andando, segu sembrando nuevas cosechas. Queda ah a la mano izquierda del camino cuando uno va subiendo
para el rancho, arriba para Cresta de Gallo. Eso eran potreros de
la hacienda y los blancos ya lo llamaban La Buguea; al pequeo caudal de agua que baja por ah lo llamaban La Buguea. Pero
el nombre guambiano es Yasrketa. A toda esa regin ya no le dicen ni Yasrketa, ni La Buguea; todos dicen que Clara. Ya se perdieron esos nombres.
Despus que cosech esa papa quedaron los ullucos y las coles
que duraron un poco de tiempo. Yo creo que mi mam me sigui acompaando y un da hice una casita128 con su ayuda.

128

Un trabajadero.

m i s p r i m e r o s t r a b a j o s [289]

Pero no dejaban trabajar


Aos despus, cuando ya tena fuerzas para hacer rocitas ms
grandes, cuando ya podamos trabajar mejor, la dificultad era
que mezquinaban la tierra cada vez ms. Entonces los terratenientes eran Aurelio Mosquera y Francisco Morales. Ya el blanco
no quera que rozramos porque el inters de ellos era que furamos desmontando, para ellos venir atrs con el pasto, con el
pasto. Como ah las tierras son tan frtiles, el pasto se reproduca solo; de pronto haba una mata de pasto aqu, botaba la flor,
se regaba, avanzaba solo, y formaba un buen pasto. En ese momento ya nos quitaban la tierra.
Entonces, cuando por fin tuvimos fuerza para trabajar, seguimos sin poder hacerlo. Uno con ganas de producir comida porque haba mucha hambre, coga el machete, iba a buscar monte
y a rozar para sembrar all porque en los limpios donde uno
poda sembrar ms fcil no dejaban, ya tenan pastos para ganado de los blancos, pero uno trabajaba, y los blancos quitaban. Uno iba ms arriba, a trabajar por all a donde no lo vieran, pero all tambin llegaban. Por eso segua ms arriba, hasta
que ya no haba ms a donde.
Yo recuerdo que un da estbamos rozando con Pedro mi hermano, y el mayordomo lleg a impedir. Entonces cogimos el
machete y nos fuimos para otra parte, el mismo da, y all tambin nos lleg impidiendo. No dejaban trabajar. En el da DOS
sitios quisimos rozar y dos sitios nos lleg a impedir. El mayordomo era igual a Pacho Morales y Aurelio Mosquera.
All en la roza, por all bien lejos, uno coma la papa, haca
la agepanela y con eso almorzaba. Pero traa una bestia con una
carga, bajaba al plan, a la casa donde uno dorma, y al caballito
no poda amarrarlo a pastar porque no dejaban, ni tampoco
poda darle papa cocida porque no comen. Uno coma, pero al
animal lo tena all aguantando hambre. El caballito, cada vez que
uno sala relinchaba, como dicindole a uno: Llveme!. Y uno
no poda. Entonces uno sufra mucho. Ni qu hacer!
Para no dejarlo sufrir tanto, uno sala de noche y, all con el
caballo de guasca, se sentaba junto con el animal mientras coma y se llenaba. Luego lo llevaba otra vez, ponindole cuidado
[290] l a f u e rz a d e l a g en te

a dnde alumbraba el mayordomo! Porque vigilaban de noche


y, si lo cogan a uno con un animal en el potrero, se lo quitaban,
lo llevaban y lo sancionaban con cinco pesos de multa, o sino una
arroba de papas, o repollo. Uno no tena ni para comer, mucho
menos para estar pagando multa. Entonces para evitar eso uno
se sentaba junto con el animal. A veces lo dejaba amarrado y uno
se vena a dormir y, cuando despertaba, iba a ver y ya no estaba,
ya se lo haban llevado. Era una desgracia.
Por eso, cuando ya tenamos la finca de Mondomo, yo haca
mucha fuerza para ir all porque era una esclavitud muy grande en El Chimn. En Mondomo era distinto; all, mal que bien,
uno llegaba, amarraba el animal y nadie joda. Y ms cuando ya
habamos organizado una manguita con caa brava y todo, ya
ni siquiera el animal era amarrado. Uno llegaba all, quitaba la
montura, o la angarilla, o la enjalma, quitaba la carga, pelaba la
jquima, el cabezal, y el animalito iba suelto a comer all. Entonces uno se despreocupaba, no estaba jodiendo amarrando, ni
yndose a dar agua ni nada de eso, sino que l solo coma, iba a
beber agua. Eso era una tranquilidad. Por eso yo me ama mucho all.
El awel Lorenzo lleg con las papas
Yo aprend a trabajar as de a poquito, voleando el maz, sembrando mis libritas de papa. Ya cuando pude, me fui un poquito
lejos a cultivar, en la misma hacienda, pero all donde me costaba, donde no llegaba la bestia, dgase usted a dos kilmetros loma
arriba. All el blanco no suba y entonces uno poda cultivar; se
daban cuenta que uno suba, pero para ellos era muy lejos para
pensar en potreros y dejaban.
Pero era muy difcil. Para subir la semilla uno tena que cargar un bulto a la espalda y trepar la loma. Echaba uno unas cinco reposadas y otra vez paleteaba, dele dele. Al fin llegaba all con
la semilla. Cuando produca, otra vez para abajo paleteando,
bajaaando lentamente. Unas veces llova y se ponan esos pisos
bieeen lisos; nos caamos y bajbamos revolcndonos.
Mi abuelita me deca awel Lorenzo. Ella era feliz cuando yo
llegaba con la carga de papa o con el ulluco, o cuando ya yo solo
m i s p r i m e r o s t r a b a j o s [291]

me acostumbr a venir a Mondomo y llegaba con la yuca, con el


pltano. Como uno la vea con hambre, de noche seleccionaba
la papa: la de vender, unas arrobitas, separaba; la de comer, separaba; y le llevaba una bateada, cualquier cosa le llevaba all, y
ella se pona contenta contenta!, se pona feliz. Montaba la olla,
echaba las papas y la cebolla, la salcita y todo lo dems y un
caldito. Cuando llegaba mi pap, contaba: Cmo te parece
Pautista no le deca Bautista, sino Pautista que el awel
Lorenzo lleg con las papas, yo me hice un caldito y me lo tom.
Estoy contenta, me com. Mensaje que le daba cuando llegaba
mi pap. Cuando llegaba de Mondomo deca que el awel Lorenzo lleg con las yucas, los pltanos, y me trajo a m aqu.
Mi pap quedaba con la satisfaccin de que yo iba all, o yo
produca all, y no coma solo. Llevaba para la casa para mi
mam, para los hermanos, pero tambin llevaba all para la
abuela, porque ellos tenan una cocinita aparte. Se ponan contentas cuando yo llegaba con la comida.
Mi primera platica jornaleando
Cuando entr Mario Crdoba empez a cultivar todas esas
tierras del Kuruschak. Con los bueyes que trajo de Pasto, y usando a los mismos guambianos, voltearon mucha tierra, mucha
tierra, y luego cultivaron trigo, harto trigo.
No se cuntos aos tendra yo cuando sal por primera vez a
jornalear con mi pap. l me llev all en la hacienda misma a
trabajar, a ganar. l no era jornalero agrcola, pero como lleg
un momento en que ya no dejaban rozar, ni trabajar el cultivo
all, como presionaron tanto para que se convirtieran en jornaleros, entonces l iba a jornalear.
Como yo era muy nio, a m no me tenan en cuenta, pero
como no haba tierra, ya nos haban quitado todo, uno se senta
desocupado, y haba hambre, necesidad. Por eso, para que ganara
algo, para que me dieran un pedacito de panela, me llevaron a
jornalear. Me acuerdo tanto que me llev a elaborar unos morteros, a labrar piedras, a hacer huecos para salar ganado. A mi
me dio una herramienta y l con otra; a mi me dio una piedra y
l cogi otra.
[292] l a f u e rz a d e l a g e n te

En eso vena el cabo Cruz a mirar qu estaba haciendo mi


pap y qu estaba haciendo yo, y deca: Pero Bautista para qu
habr trado a ese muchachito; ese no hace nada!. Se oa una voz
grandota desde lejos: Para qu habr trado Bautista ese muchacho. Mi pap, en voz baja, deca: Dele, dele; usted no pare, no
vaya a estar volteando a mirar, sino dele al trabajo que est haciendo para que no lo rechace. Mientras l se me arrima y a m
me est hablando cualquier cosa, usted no est volteando a mirar, sino usted trabaje. Y le lleg all el cabo a hablarle a mi pap,
y yo le daba y le daba, pero no volti a mirarlo, ni a mi pap. As
estuve hasta que se fue. Cuando se fue, me resoll un poquito.
Como estaba al lado de mi pap, no pudo regresarme, no pudo
decirme que me fuera para la casa.
Dur una semana. Y en la semana, en los seis das yo me
acuerdo que en ese entonces haba unos billetes azules de a peso, me dio un billete de a peso y una moneda de 20 centavos.
Uy! la primera vez que yo hice platica, trabajando, jornaleando.
Ese era un triunfo para mi. Yo ya haba hecho una platica con la
venta de la cebolla, para la sal y todo eso, pero eran 20 centavitos,
hasta 30 centavos. Pero jornaleando, trabajando ah duro, me
dieron 1.20! Me pareci mucha plata. Como que con el 100 mi
pap tena una deuda y le ayud a pagar. Con los 20 me qued
contentsimo.
Pero no segu jornaleando en lo de los morteros. Me qued contento con la plata, pero no con el tipo.
En Kuruschak y todo el Oskowampik, en las huertas que le haban quitado a los terrajeros, regaron mucho trigo y otros productos. Ya esos no eran de nuestra gente sino del patrn. Ah
segu yo jornaleando, cortando trigo, recogiendo maz, lo que me
tocara.
Recuerdo mucho que yo ya no andaba con mi pap, ni
tampoco me juntaba con los jvenes para trabajar. Desde pequeo en pocas de Mario Crdoba, cuando a los terrajeros les
tocaba pagar dos das de terraje y el resto jornaleaban me
acostumbr a estar en medio de los mayores cuando sala a ayudar a descontar terraje a mi pap. Y no eran cualquier mayores.
Hoy vindolo bien, han sabido ser los capitanes. Me acuerdo mucho de un capitn Manuel Calambs, capitn Pedro Calambs,
m i s p r i m e r o s t r a b a j o s [293]

Jacinto Snchez, que tambin era capitn del trabajo, Domingo


Trochez, que hoy pensando era el pap de Jos Antonio Trochez.
Ellos eran los baquianos para el trabajo, los que manejaban la
gente, los que hacan que trabajaran bien, y yo andaba en medio
de ellos.
Como siempre estaba en medio de ellos, escuchando a ver
qu decan, recuerdo que hablaban mucho. Muchas veces hacan
lamentos de la tristeza, del dolor de la escasez de tierras, del arrebato de las tierras. Conversaaaban todo el da, en los momentos
de descanso, cuando se sentaban a mambear a medio da. Eran
unas conversaciones de sus idas y venidas, de los sinsabores que
pasaron por ser terrajeros, por haberles quitado las tierras, porque la situacin era cada vez peor. Y finalizaban dicindome, sealndome a mi: Este pooobrecito, qu sufrimientos ir a conocer a lo largo de su vida! Quee ir a conocer! Coomo ir a
ser la vida de l!. Ellos aseguraban que vean las consecuencias
que bamos a sufrir en la vida, no slo la ma, sino la de muchos
contemporneos, que vean un panorama oscuro para el mundo de los llamados terrajeros.
Mi pap contaba que, aos antes, all donde trabajaban el terraje, en las horas de descanso se reunan siempre con l, que
saba leer. De vez en cuando lean el peridico y entre ellos lean
el artculo de la ida de Jos Gonzalo Snchez a Rusia. Este fue
ledo en repetidas veces, para que la gente se enterara, pensando
que los comunistas algn da apoyaran a rescatar la tierra. La
gente esto esperaba, porque la bola era que el comunismo reinara en el mundo. Tambin hablaban mucho de China Comunista, que era una nacin muy grande y con mucha gente. Entonces esperaban de Jos Gonzalo Snchez, de esa relacin, que
algn da ganaran las tierras, que algn da el comunismo de esas
naciones lejanas ayudara algo, y no pensaban que la tierra haba que pelearla nosotros mismos.
Un compromiso de trabajo con mi to
Un da que yo no baj a Mondomo, mi pap y mi mam trajeron a Pedro mi hermano, que tambin era pequeo. Por un punto que llama Piedras Negras, frente a Caldono, por all hay mu[294] l a f u e rz a d e l a g en te

cha culebra y encontraron una brava en el camino. Pedro no la


vio. Mi pap deca que vena a caballo, la vio y le grit: Jos, Jos
a Pedro lo llamaban Jos, porque l es Pedro Jos, ah est
la culebra, cuidado. El muchacho, en vez de hacerse a un lado,
mas bien corri derecho para donde estaba la culebra y sta peg
el zarpazo y mordi. Lo mordi en dos sitios por el tobillo. Qu
problema tan grande para mi pap y mi mam!
All encontr un amigo que se llamaba Luciano Patio, llegaron donde l y misia Mara su esposa, y le dieron auxilio para
empezar a curar. Ah estuvo como 15 das mientras se recuperaba
algo y luego lo bajaron para Mondomo. All haba un buen
mdico paez que se llamaba Pacho Campo, que viva al otro
ladito del ro Mondomo, y mi pap lo busc para que fuera a
curar a Pedro. Lo tuvieron como tres meses all. Un mes estuvo
privado totalmente de toda comida de sal; mand solamente
comida de maz, comida sin sal. Y as lo cur.
Cuando hubo ese problema, mi pap siempre suba a Silvia,
pero mi mam, cuidando a Jos, demor tres meses. Yoooo esperando a mi mam tres meses solos! esperndola.
Cuando mi pap y mi mam se iban, nos quedbamos por
all refugiados donde las abuelas, donde las tas, tos, entonces a
uno siempre, no estando el pap, no estando la mam, as sean
muy buenos tos, muy buenas abuelas, le hace falta la mam, le
hace falta el pap, y suframos.
En esos tres meses no se qu comimos. bamos a rebuscarnos
en los trabajaderos viejos. El ulluco es una cosa como silvestre,
que as usted no trabaje, as est en el monte, sigue dando. Nace,
crece, produce, muere y el tubrculo vuelve y nace y crece. Entonces uno iba all a cueviar, a buscar cualquier cosita. Tambin
nos acostumbramos a comer mucha cebolla en guiso. Y as estuvimos todo el tiempo, donde las dos abuelas; cuando nos aburramos donde una, pasbamos donde la otra.
A los tres meses mi to Vicente me llev a trabajar. Que alguien necesitaba y me pagaba 20 centavos, para ayudar a descontar
terraje. En ese trabajo de la hacienda, a medio da daban un pedacito de panela y dos pancitos; ese era el almuerzo que daban.
En ese cerro alto que de all de Silvia se ve, en toda esa loma,
el terrateniente estaba haciendo regar trigo; a los terrajeros los
m i s p r i m e r o s t r a b a j o s [295]

haba hecho rozar, picar, echar azadn, todo eso, y en ese momentico estaban en esa labor de regar trigo. A mi me tenan all
en tooodo el copete del cerro, all arriba.
Pero a los tres meses vino mi mam, sola; vino subiendo con
las dos yegitas, y vena Jos ya alentado. Lleg en ese momento
del descanso, que yo solamente haba alcanzado a recibir la
panelita y los dos panes. Entonces alguien dijo: Veee, quin ser
que viene all, parece que es fulano. Aaaah! yo vi que era mi
mam. Mi mam. Y a mi no me import nada. Ni qu to, ni qu
20 centavos, ni qu herramienta de trabajo; le dej all tirada. La
panelita s la llev. Yo baj esa falda pero rodando como una piedra, para ver a mi mam. Feliz! Y dnde que yo regresaba otra
vez a trabajar all por la tarde! Yo dej botado, porque haca tres
meses que no haba visto a mi mam; para mi era la felicidad ms
grande.
Por la tarde mi to estaba bravsimo. Que por qu no haba
aguantado medio da, que cmo iba a perder medio da ya trabajado! Y que adems ya haba recibido el pedazo de panela. Jaja!
Que qu pena para l ante la gente, que un muchacho tan irresponsable, que no mereca sino juetearlo. l esper que de pronto regresara, pero yo no regres. Mi mam tampoco me oblig a
que regresara a trabajar el resto del da. Entonces me fui, me
olvid mi trabajo!

[296] l a f u e rz a d e l a g en te

[297]

Mis
primeros
viajes

[300] l a f u e rz a d e l a g e n te

El ulluco y el viaje a Las Lajas

Recuerdo una vez que estuve tan contento!

Yo tendra unos 14 aos y ya poda manejar un bulto de cinco


arrobas, porque como desde muchacho empec a bultear, tuve
buena fuerza para cargar los bultos en la espalda, y para echar al
hombro para amarrar en la bestia. Es difcil levantar una carga
de 10 arrobas uno solo; tiene que haber otra persona que le apoye
para tener al otro lado el primer bulto que uno sube al lomo del
caballo. Pero como yo casi andaba solo, cog baqua y solo cargaba: primero suba el primer bulto, lo dejaba en el centro para
que no se volteara, y luego arrimaba el segundo bulto, alcanzaba el rejo, el lazo, lo agarraba y medio aseguraba; luego lo echaba para el otro lado y lo acomodaba. Entonces yo solo acomodaba una carga.
En un lotecito alcanc a cultivar un ulluco que se dio muy
bueno. Un da baj con dos cargas y el ulluco estaba a buen precio. Llegu donde Susana Hurtado, una negociante que compraba ulluco frente a la casa donde vivimos, y la carga estuvo
valiendo 100 pesos. Como yo traa dos cargas, me dio 200 pesos esa seora! Uy! 200 pesos me puso en 200 billetes de a peso,
unos billetes azules. Me acuerdo que me llam: Venga mijo, y
me vaci, sentado all en la mesa, all con un poquito de agua,
y cuente, cuente, 200 billetes. Me puse tan contento! Yo no
compr ni pan, ni compr nada; me fui derechiiito con la plata entre el bolsillo para mostrarle a mi mam, que andaba revisando en la roza el resto de los cultivos. Vea, vend por tanto,
me hice tanta plata.
Mi mam me ayudaba mucho!, me ayudaba muchsimo.
Ella, si nos dormamos, nos llamaba a todos para que nos levantramos temprano, nos apoyaba hacindonos el almuerzo temprano, con el caf a medio da, a seleccionar la papa, a cogerla, a
m i s p r i m e r o s v i a j e s [301]

Buscando un milagro de la Virgen de Las Lajas para salvar nuestra situacin.

buscar la semilla Ayudaba muchsimo. Todo el apoyo que nos


haba dado, y yo por primera vez ir con tanta plata! Entonces
ella se puso contenta.
Y todava tuvimos ms ulluco. No se haba acabado y seguimos cogiendo, y yo segu haciendo plata. Con esa plata, me acuerdo, gastamos algo, no guard todo, pero s compr un ternero.
Un da ese ternero ya me vala. El ternero lo haba llevado a
amarrar por todas partes, tal vez alguien nos dio permiso para
levantarlo; lo levantamos, y lo vend por 200 pesos.
Nosotros fuimos muy rezanderos, porque as nos ense la
iglesia, as nos ense la maestra, mi pap tambin, y como yo
quera tanto llegar en algn sitio donde nos dieran la mano,
porque con lo que trabajbamos, con lo que hacamos, no era
basta, porque yo como que quera progresar muy rpido y para
eso necesitaba como de un milagro, un dios, una virgen que nos
diera; entonces, que la Virgen de Las Lajas, que muy milagrosa,
que muy efectiva, que si uno tiene fe, que si uno paga misa, que
produce ms comida, que se da buena, que se da bien. Ah! bueno, vamos a ver. Entonces con mis 200 pesos de la venta del ternero fue mi pap, fue Jacinta, fui yo; nos alcanz para tres personas ir a Las Lajas. Mi pap contento porque fuimos, omos misa,
[302] l a f u erz a d e l a g e n te

confesamos, pagamos misa, y todo lo dems. Regresamos otra vez.


Yo como que conoc leeeejos por all en otro mundo, decamos. Conoc. Fue mi primera ida lejos. Ir a Pasto, ir a Las Lajas,
eso era ya un da en carro! dele y dele y deeeele! Eso era lejsimos. Pero conoc mucho, conoc muchas tierras, conoc mucho
cultivo. Ni siquiera baj del carro, pasamos solamente mirando,
pero esa ida me aprovech muchsimo porque conoc otras tierras donde se producen las papas que se levantan asii, donde
producen trigo, maz, frjol, cultivo tan bueeeno! Ay, hombre!
yo voy a hacer lo mismo, me dije.
Eran esos buses escalera donde metan de a siete en banca.
Yo llegu all bieeen molido, cansado. Pero nos aprovech muchsimo ver esas tierras. Cuando regresamos en las tierras de nosotros, mejoramos la agricultura. No se cmo, pero aprendimos.
Entonces nos fue un poquito mejor.
Ya despus, no me acuerdo de cuntos aos, mi pap quera
ir a Chiquinquir, se le ocurri. Yo no se cmo levant plata y l
tambin cmo, Jacinta tambin cmo, y nos trajo. A mi mam,
pobrecita, no. A mi mam la haba llevado mi pap a Las Lajas;
ah tengo la foto de ella. No fue conmigo, pero s mi pap la
haba llevado. Entonces, otro que me enriquec viniendo a
Chiquinquir.

m i s p r i m e r o s v i a j e s [303]

Patipelao en Bogot

El primer viaje que yo hice a Bogot pudo ha-

ber sido por all en 1953. Era el gobierno de Rojas Pinilla.


Cruz estaba estudiando en Bogot, por all en el sur. Estaba
en un convento de monjas. Mi pap tena mucha inquietud de
venir y de traerme. Que iba a ver a Cruz, que haca como unos
tres aos que no lo veamos.
Muchas veces habamos ido hasta Buga, tambin al sur, porque mi pap era muy devoto de la Virgen de Las Lajas y del Seor de los Milagros de Buga, y a veces pagaba misa, que para que
la Virgen y el Seor le ayudaran para la terminacin de su estudio. Pero yo nunca haba pensado en un viaje tan largo, tan difcil. Se me ocurri venirme con mi pap.
Yo y Jacinta tenamos una novilla entre los dos, a la que queramos mucho, pero como era un viaje que haba que hacer para
venir a ver a Cruz, la vendimos y con eso se vino.
Yo no tena ropa, pero mi pap me compr un nico pantaln y una nica camisa. Fue de los primeros pantalones que tuve,
porque hasta entonces usaba ms que todo un capisayito de ruana que se amarraba al estilo del pao que usamos ahora, pero
no era pao, ni bayeta. Tampoco tena zapatos, ni alpargate, y eso
si no me compr; vine descalzo a Bogot, con mis pies llenos de
barro, embarrados.
Me acuerdo que venamos en el tren. A Piendam bajamos
en una berlina, y de all cogimos tren a Cali. Haba dos tneles
para bajar a Cali, por all por Surez, y eso era para mi una novedad, que de pronto un ratico se meta entre un hueco y quedaba en lo oscuro! y al ratico volva salir. A miii los ojos no se
me llenaban nunca!
En Cali volvimos a transbordar en otro tren que en ese entonces gastaba como dos das a Bogot; iba muy lento. De Cali a
[304] l a f u erz a d e l a g en te

Armenia haba tren. Llegamos de noche a Armenia y de ah haba un trayecto en que no exista tren; entonces nos vinimos en
unos colectivos, hasta Ibagu. De Ibagu otra vez cogimos tren
para Bogot.
Para mi era muy novedoso un viaje tan largo, con tantos
transbordos, y conociendo por el camino un poblado que llama
Girardot y que all esta el ro ms grande, el ro Magdalena. Yo
miraba por todos los lados. Si antes yndome a Nario vi de lejos los cultivos de papa, de cebolla y otros porque no entr
nunca a los cultivos, simplemente vi de lejos, cuando vine a
Bogot vi los cultivos de caf, pltano!
Me pareca una maravilla ver eso, ver algunos avisos que decan: Sevilla, capital agrcola del caf, que era la mayor productora de caf en Colombia. Vea muchos cultivos hasta en las
barrancas de las carreteras. Haba muchos cultivos. Yo miraba
por todos los lados. A mi nunca se me llenaban los ojos de mirar todo a lo largo del camino.
En el camino mi pap compraba mecato, empanadas y cosas. Y de eso tampoco nunca me llenaba! Tragn fui.
Una cosa que memoric mucho en el viaje fue el pito del tren,
que era raro. Cuando regres, yo como que silbaba, como que
gritaba al estilo del ruido del motor del tren. Era raro:
foquifoquifoquifoqui. Y esa fumarola! Vea por los lados del tren
como unos codos que le daban vuelta. Yo siempre sacaba la cabeza por la ventanilla, y mi pap deca: Cuidado, no saque,
porque haba unos avisos y era de cuidado sacarla.
En el tren venan unos tipos a los que llamaban conductores; eran unos seores de vestido azul que venan a revisar los
tiquetes. A mi me quera sacar del tren porque tena ms de 12 aos
y mi pap solamente haba comprado medio pasaje. Entonces me
aleg que yo no tena que ir con medio pasaje porque estaba ocupando puesto. Mi pap alegaba, peleaba y por fin me dej.
Y llegu a Bogot! No se cmo nos trasladamos de la estacin a la calle 11, donde estaban las monjas y donde estaba Cruz.
Llegamos ah. Tal vez estuvimos ms de ocho das, unos quince das.
All en la huerta que tenan en el convento de las monjas
haba unos obreros que cultivaban hortalizas y botaban materia
orgnica. A mi me dieron un azadn para que ayudara a picar la
m i s p r i m e r o s v i a j e s [305]

tierra, a revolver la materia orgnica y otras tareas. Como eso era


lo que a mi me gustaba, me fui con el obrero all a trabajar y l,
de ver que yo manejaba bien el azadn, de ver que yo picaba bien,
revolva bien, me quera mucho. Yo manejaba bien y me quera! Estuve varios das ayudndole. Despus de trabajar, me llevaban al comedor, a comer; me dieron una comida totalmente
distinta a lo que comamos habitualmente. Era comida rara:
harto arroz, chicharrones, carne, una comida que yo jams haba comido. Yo como que com harto de eso.
Con Cruz tuvimos contacto en la noche. Conversamos cositas. Pero l como estaba estudiando, siempre iba todos los das
a su estudio y regresaba en la tarde. Estaba ah permanentemente,
pero slo en la tarde nos encontrbamos. Hasta ese momento mi
pap todava esperaba que Cruz estudiara para ser cura. Y Cruz
hasta all todava pareca que tena vocacin de serlo.
Mi pap no vino solamente a ver a Cruz, sino a otros mandados para el Cabildo de Guamba. En ese entonces exista ya Asuntos Indgenas, Ministerio de Gobierno, y el Cabildo haba mandado algunas cartas; entonces estuvimos por ah y habl algo con
el jefe de Asuntos Indgenas, que en ese entonces me parece que
era Gregorio Hernndez de Alba.
Tambin tena la direccin del patrn, del dueo de Chimn,
que era Aurelio Mosquera. Yo no se cmo, pero en todo caso tuvo
contacto con l. Como mi pap era terrajero, yo era hijo de terrajero, de Bogot nos us para llevar unas tres cajas grandes llenas de una maleza de una flor amarilla que tiene espinas. Nos
llev por all al pie de Monserrate para arrancarla y acomod, y
la mand para sembrar all en su casa quinta en Silvia. Creo que
ni nos dio plata para el transporte y el manejo de esas cajas grandes; fuera de lo pobres que estbamos, de la venta de mi novilla
y de Jacinta, yo creo que tuvo que pagar el costo para transportar esas cajas, porque se pasaba el peso del equipaje que nos corresponda llevar. El terrateniente lo nico que hizo fue empacar y entregrselas. Mi pap las llev. Creo que a mi me toc
ayudar a cargar las cajas, a acomodarlas en el bus y todo. Y
transbordando!
Mi pap me llev a visitar al Seor de Monserrate. Para arriba
me llev en un aparato que llama el funicular, que corra sobre
[306] l a f u e rz a d e l a g en t e

unos rieles; tena un tnel tambin, muy parecido al tren. Sub.


Por all mi pap pag unas misas, compr unas estampas y de
bajada nos fuimos a pie.
Tambin me llev al Museo Nacional. l deca que haba que
conocer los antiguos cmo enterraban, lo que hoy da llaman las
momias, y muchas cosas de artesana, antiguas. Yo no saba qu
era eso. Conocimos todo: las bateas, las casitas, las formas de
cocinar los alimentos, mucha cermica, ollas, tejidos, muchos
chumbes que haba dentro de las vitrinas. Conoc eso.
Estuvimos adems en la Quinta de Bolvar que quedaba por
all cerca a Monserrate. Deca que la canoa era la del caballo palomo de Bolvar. Se vean todava los trapos que Bolvar usaba,
las espadas. Entonces conoc esas tres cosas: Monserrate, el Museo y la Quinta de Bolvar.
Pero en Bogot yo me sent muy incmodo. Yo, como traa
la nica ropa, no tena ms, ni pantaln ni camisa, no tena en
cuenta si mi ropa estaba sucia o limpia. Un da me llam la hermana y me dijo: Uy, su ropa est muy sucia! Escoja aqu de las
que hay a ver cul le sirve. Unas ropas, no se de quines seran;
seran de los estudiantes o de los trabajadores. Y como estaba descalzo, tambin me mand a mirar unos zapatos viejos que haban
ah, a ver cules me quedaban buenos. Ninguno me quedaba bueno; eran muy grandes. La ropa s la us, camisa y pantaln, para
poder lavar la que tena, la que traa de Silvia. Lav mis pies, porque uno descalzo toca directo el barro, la tierra, y entonces mis
pies eran penetrados del barro, pero segu estando sin zapatos.
Pareca que en la ciudad no se encontraba gente descalza, no?
Todos con zapatos, todos todos, y yo era el nico descalzo. Me
senta incmodo. Yo le deca a mi pap: No te sobra platica para
que compremos zapatos?. Que no alcanzaba. No, y no compramos. As regres otra vez a Guamba, sin zapatos porque los
zapatos que me iban a regalar en el Convento eran muy grandes. Me sent mal, hasta que llegu otra vez a Guamba y haba
gente sin zapatos, porque me miraba mucho la gente. Yo no se
por qu; sera yo muy extrao. Desde que las monjas dijeron escoja uno de estos sera porque vean incmodo que yo andara
sin zapatos entre gente que toda tena puesto calzado. Mi pap
siempre usaba alpargate.
m i s p r i m e r o s v i a j e s [307]

Entonces yo como que estuve rebelde, como que no quera,


pero ya estaba muy lejos El afn de venir a Bogot! No saba
a quin rebelar, pero me incomod muchsimo. Cuando sal de
la casa para venir, sal contento, pero en el camino me incomod tanto tanto Imagnese entrar yo patipelao all donde el
doctor Gregorio Hernndez de Alba, patipelao donde el patrono Aurelio Mosquera. Pero la plata no alcanzaba. Las monjas quisieron regalarme, pero tampoco me sirvieron.
A la Quinta de Bolvar no regres nunca ms desde ese entonces. No se qu cambios habr. He regresado a otros sitios, como
Monserrate, por funicular y ahora ltimamente por el telefrico;
he bajado tambin a pie. Nunca haba vuelto tampoco al Museo
Nacional desde ese entonces, cuando yo, descalzo, mugriento,
entr por primera vez. Pero volv ahora, 40 aos despus, que yo
mismo no pensaba recordar ese pasado triste y doloroso. Regres en 1992 para visitar una exposicin de arte tradicional y, cuando entr, haba unas seoras, unas empleadas, empleados, que
me reconocieron como Constituyente y me dieron una atencin
muy especial: una de las directivas del Museo personalmente me
hizo un recorrido, explicndome todo en detalle, y hasta me regal el catlogo de la exposicin. Me caus sensacin, emocin
Contento por un lado, pero por otro record mi niez, mi infancia, mi pobreza.
Es un cambio que hemos dado, un vuelco que hemos logrado en un proceso de lucha de 40 aos. Cuarenta aos! Ha
corrido mucho tiempo, es un recorrido largo. Pero me dio una
gran satisfaccin haber logrado nosotros ese cambio, esa transformacin.
Antes, cuando entr con mi pap, nadie nos dio una atencin. Mir las cosas, mi pap all a grandes rasgos explicaba cmo
enterraban a los antepasados, como tejan, como vivan. Yo miraba, pero no con mucha precaucin, no con inters. Hoy mirndolo de nuevo y reflexionando que ha sido un valor histrico,
eso parece que nos ha servido para estas transformaciones que
se han venido dando en los ltimos tiempos. Es grato para mi
haber alcanzado a disfrutar algo, a sentir en mi paladar, en mi
propio pensamiento, en mi fondo, ese cambio. A los 40 aos ya
no llegu con hambre ni sin zapatos; llegu algo distinto, y dis[308] l a f u e rz a d e l a g en te

frutando ese giro tan profundo, de respeto, que hemos hecho,


ese espacio que hemos ganado ante la sociedad nacional.
Y no solamente en el Museo, sino en cualquier entidad pblica, privada, en las calles, con los transentes, en los buses, en los
taxis, en el avin, disfrutamos hoy de ese respeto que hemos logrado conseguir y de ese apoyo de la sociedad nacional.
La gran mayora de la gente no sabe el proceso algn da
lo conocern realmente, no conoce la vida de uno y la vida de
las gentes contemporneas del momento, que nos toc confrontar esa situacin de tanta miseria. An hoy hay pobreza, pero
la pobreza de hoy no se puede comparar con la esclavitud de
aquellos momentos, en la que fuimos tan sometidos al querer de
los terratenientes.
Pero ese mismo pasado doloroso nos ha hecho trabajar para
buscar el cambio. Y cuando las personas se proponen algo, tenemos una prueba, se pueden hacer las cosas, se puede dar un
cambio. Si uno se propone algo y contribuye, encuentra en el
camino gentes que pueden apoyar. En este caso muchas gentes
han apoyado moralmente, polticamente, e incluso econmicamente. Porque si alguien nos alberga en una casa, nos da hospedaje, si alguien nos apoya con los alimentos, si alguien nos
apoya con un transporte como me ha ocurrido que a veces no
me han cobrado en los buses, o que me han recogido en la calle
y transportado en sus vehculos particulares o taxis, yo siempre reconozco que eso es un apoyo econmico para uno.
Yo tengo el enorme orgullo, realmente, de haber pasado por
este camino. No quisiera recordar lo trgico, lo doloroso, pero
es necesario, para que las gentes puedan conocer que la vida no
es fcil, pero que el cambio tampoco es imposible.

m i s p r i m e r o s v i a j e s [309]

Abrindonos
camino en
Mondomo

[312] l a f u e rz a de l a g en te

La compra de la finca de Mondomo

Cuando Mario Crdoba lleg y comenz a

quitar todas las tierras, mucha gente sali de la hacienda. Mi


familia tambin busc otros caminos, tratando de evitar los sufrimientos en El Chimn, y un da logramos hacernos a una
tierrita en lo caliente, en Mondomo. Eso fue comprado en 1944,
en el mes de mayo.
Muchos guambianos caminaban de Silvia a Santander de
Quilichao, por ese largo camino, y mi pap conoca bien, porque en Mondomo, en el punto Aguablanca donde hoy tenemos
la finca, all era el descansadero, era como un campamento de
los guambianos; todos llegaban all. Los guambianos hacan dos
jornadas de Silvia a Santander cuando bajaban y suban con carga, y el reposo de la primera jornada, donde coman, dorman y
descansaban tambin los animales era all en Aguablanca especialmente. Adems, ah vivan unos guambianos que eran
amigos.
Por all en 1935 un guambiano de Anisrtrapu que llamaba
Francisco Aranda compr esa finca. Haba dos Franciscos Aranda: un Francisco Aranda Yalanda, el viejo, y Francisco Aranda
Morales, el hijo. El primero compr y el segundo ya hered; ellos
vivan ah. En esas idas y venidas permanentes con la mercanca, con los productos agrcolas, mi pap tambin llegaba all. Conoca, pero no saba si eso lo vendan o no.
Hasta que un da, Julio Tunubal el grande, de El Chimn,
le avis a mi pap que estaban vendiendo la finca El Potrerito,
como la llamaban en ese entonces. Mi pap vino a ver con Manuel Jess mi hermano mayor, que est muerto. Como l era ya
ms grande, tena 12 aos, apoy mucho para que comprara la
finca. Deca que cuando lleg all encontr a Francisco Aranda
el joven, que la finca la tena para venta, y que peda 600 pesos.
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [313]

Mi pap iba dispuesto a comprarle y Julio le ayud para que


negociaran.
Recuerdo cuando hablaban en la casa que iban a comprar en
Mondomo, que iban a negociar, y de cmo hacer la plata. Hablaban mucho en la casa, mi abuela, mi pap; haba mucho comentario, conversaban permanentemente. En ese momento tendra yo seis aos, pero me acuerdo perfectamente que, de esa
edad, deseaba que la compraran.
Yo tena una gallina, era una gallina blanca, mi nica gallina. No s cmo la tuve, alguien me la debe haber regalado. Entonces yo le deca a mi mam: Mate esa gallina, plela y dele avo
para el camino a mi pap para que coma, que va a ir a ver la finca. Pero mi mam no me hizo caso, no mat la gallina, y despus creo que se la robaron.
Un da ya mi pap fue a verla, lleg, y en la casa era todo un
comentario. Hablaban de las culebras, de las araas, de los insectos, pero tambin hablaban de las cosas buenas.
A mi me llamaba mucho la atencin cuando decan que en
tierra caliente el maz produca dos veces al ao, que se pueden
dar dos cosechas al ao. Eso me pareca muy rico, me pareca
muy bueno. Y hablaban de las naranjas, de los guamos, del banano, del aguacate frutas! Yo ni conoca cmo era un palo de
naranja, ni una mata de caa, ni una mata de pltano. Al banano o a la naranja, ya la fruta de consumir, la traan y uno conoca, pero no conoca la mata, cmo sembrar, nada. Entonces
hacan comentarios de todo eso. Hablaban de la yuca, la caa,
que Francisco Aranda tena un trapiche de palo y en ese trapiche mola y tena panela para no estar comprando hasta por seis
meses, que tena panela guardada y la iba sacando y la iba consumiendo, la iba sacando y la iba consumiendo. Que cuando acababa esa arrumita de panela volva a moler otra arrumita y que
la guardaba para el resto del tiempo, y as. Entonces no le tocaba
comprar. Todo eso eran cosas positivas, ricas.
Tenan mucho miedo de las vboras, las culebras, las araas,
todos los insectos que uno puede ver en tierra caliente. Hablaban mucho de eso. Que haba culebras venenosas que lo
muerden a uno y uno se muere. Tal vez no conocan la culebra
en la casa, entonces decan que unas culebras iban por el piso
[314] l a f u e rz a d e l a g en te

arrastrndose, pero que otras se iban paradas, con la cabeza alta,


como el bejuco, paradas!; hablaban de las culebras que andan
por las ramas, de las culebras que si uno se descuida estn debajo de la cama, en la cama y, uno sin ver, se acuesta encima y lo
muerden en la cara, en la cabeza y se muere. Haba comentarios
terrorficos. Entonces yo coga un palo de lea all en la cocina y
deca: Ah! yo s me voy; si yo veo a la culebra yo le dara as. Y
azotaba la tierra, el piso. A las que estn en el piso les pegara as
azotando, a las que van paradas les pegara as horizontal. Pero yo
las matara, yo las mato. Yo s me voy, yo s no tendra miedo a la
culebra, yo s la matara. Amenazaba, desafiaba haciendo fieros.
Mi abuela Gertrudis, cuando nos quitaron las tierras, tena
algunas vaquitas en un potrero en rastrojo, las ltimas vacas;
vendi esas vacas. Mi pap tena unos caballos; vendi esos caballos. La hermana de mi pap, Antonia, tena unas vacas; las
vendi. Por la tierra pedan 600 pesos, pero le rebajaron, se la
dieron por 450 pesos. Pero para hacer 450 pesos haba que vender vacas, vender caballos, y endeudar quedaba debiendo todava plata para seguir trabajando y pagar. Decan que algunas
vacas vendieron por cinco pesos, las mejores, las que hoy pueden valer 400, 500 mil pesos. Vendi y con eso compr.
Hoy recordando, lo mejor que mi pap pudo haber hecho en
su vida fue pensar en comprar esa tierra. Creo que eso fue la salvacin de todos nosotros. La salvacin de l mismo, de la mam,
de la abuela, de todos todos. Hoy ponindome a pensar, qu son
$450! Pero en ese entonces era mucha plata. Yo creo que l fue
financista en ese entonces. l deca: Si la escritura la hago por
$450, una entidad crediticia no me presta porque tiene muy bajo
valor. Si yo me valgo del vendedor para que diga que la finca no
cost $450 sino $900, me pueden prestar siquiera la mitad del
valor de la finca. El vendedor acept. As tengo yo la escritura
vieja, mano escrita de ese entonces, que la finca cost $900. Realmente no cost $900 sino $450.
Las deudas de mi pap
Pero mi pap desde ese entonces qued endeudado. A su hermana seguramente no le gust Mondomo, pues muy pronto le
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [315]

exigi que le devolviera su plata, y para pagarle mi pap tuvo que


endeudarse. Hizo varios crditos y esa deuda sigui permanente,
rodando, rodando. A l le toc como en un crculo vicioso. En
ese entonces no exista la Caja Agraria en Santander de Quilichao;
exista era el Banco del Estado en Popayn, donde mi pap hizo
un crdito por 200 pesos, para ir pagando. Miguel ngel Vidal,
un registrador de instrumentos pblicos de Silvia que era amigo de l, lo fiaba para que le prestaran esa plata. El favor no era
gratis, mi pap le pagaba 10 pesos a l, pero iba y firmaba y mi
pap, con tal de que le prestaran la plata, lo busc y tambin con
l qued endeudado.
Muchos aos despus el Banco del Estado no prest ms plata: Usted es un agricultor, para el agricultor ya hay Caja Agraria. Vaya a la Caja Agraria en Popayn. Empez a hacer crdito
ah. Ms tarde ya lo mandaron a Santander de Quilichao, porque ya se haba instalado ah la Caja Agraria: No tiene por qu
venir a Popayn. All esta su Caja Agraria, vaya all. Mandaron
el expediente all y sigui haciendo el crdito ah.
Ms adelante ya no fue basta con la Caja Agraria. Se endeud tambin con el Banco Cafetero. Como tena caf, el Banco le
prestaba tambin platica. Entonces, unas veces con lo que le
prestaba la Caja Agraria pagaba al Banco, y con lo que le prestaba el Banco pagaba en la Caja Agraria. Todo el tiempo tena
tambin deudas particulares, as que, si sobraba alguna cosa,
era para ir a sanear las deudas particulares. A cada santo deba
una vela: deba a los usureros en la calle y a los usureros oficiales. Siempre se mantuvo as y nunca pudo salvar la situacin
econmica.
Yo muchas veces me disgustaba porque viva colgado de un
ao! Terminaba la cosecha en mayo, junio en esa poca va terminando el caf, el caf del ao siguiente todava no haba florecido, y l ya andaba tanteando con los bancos, con los usureros, buscando clientes para negociar, para vender la cosecha.
Yo deca, pero cundo, cundo! Yo casi ya no quera trabajar en la finca porque trabajar y trabajar y plata no se vea nada!
Pagar al Banco, pagar a la Caja Agraria, pagar deudas particulares, y al final de una cosecha no quedaba nada, ni un trapo se
alcanzaba a comprar. Yo no s cmo no se dej embargar la finca,
[316] l a f u e rz a d e l a g e n te

no se dej quitar la tierrita. Yo creo que nosotros ayudamos muchsimo.


Muchas veces tena una vaca, la venda, con la condicin de
que l segua tenindola al partir, a utilidad. Y uno de esclavo del
otro seor. Yo cuidando la vaca, pero ya no era de mi pap, ya
no era de nosotros, ya era ajena. La cra que daba era un disgusto para mi. Yo quera levantar un ternero, una vaca, para nosotros, y no era de nosotros, ya estaba vendido. Uno cuidaba y tena derecho solamente a sacar y consumir la poca leche que daba.
No ms! Cuando ya se haba levantado el ternero, poda valer
$200, pero a mi pap le daban $100 pesos y se lo llevaban. Y esos
$100, ya tena deudas quin sabe a dnde para arreglar; entonces se venda, y plata nada! Ya uno se daba perfecta cuenta de
los negocios, de las cosas, de los engaos que hacan los usureros, y l que se dejaba.
Un buen da se azar porque yo viva de mal genio, y dijo:
Ah! en fin esa tierra va a ser para usted porque es el nico que
se ama; te la voy a entregar. Y le dije: Yo tengo que salir de
esas deudas. Es que estoy aburrido con tantas deudas de tanto
tiempo y que nunca termina una cosecha y hay una platica libre. Y no solamente que no haba una platica libre, sino que quedbamos todava debiendo, que era lo peor. Y para poder comer,
para poder trabajar, haba que vender la cosecha siguiente. Qu
precio le pagaran a tan largo plazo! Ya ni queran comprar. Mi
pap rogndoles.
Un da le propuse que ya que me va a entregar, pues escritreme. Ya me ha dicho hace tanto tiempo, he vivido y trabajado
tanto tiempo, ya estoy mamado de tantas deudas, vamos a ver
yo cmo manejo
Promet pagar las deudas: las particulares, las oficiales del
Banco y las a largo plazo, y ayudar para que compraran tierrita
en lo fro. Y as se hizo. Anualmente fui pagando, fui pagando,
hasta que por fin un da, para poder sacar la escritura que tena
en la Caja Agraria, termin de pagar las deudas. Sane. Y le dije:
Pagu las deudas, aqu est la escritura, ahora s arrgleme el
problema. Y l me firm y entreg la escritura. Tal vez un poquito disgustado conmigo, no s, pero me la entreg. Eso fue casi
20 aos despus de la compra de la finca.
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [317]

A mi me pareci una gran satisfaccin poder uno llegar con


el caf, con la panela, con cualquier cosa, o una res, y poder negociar en el momento, en vez de llevar ese producto solamente
a que le arreglen cuentas como le de la gana al usurero, a vender
barato porque ya deba plata. Me pareca que era justo uno llevar el producto, negociar en el momento, y recibir algo de dinero. Esa me pareca la lgica.
Antes de yo recibir la escritura, ya habamos comprado una
tierra en Malvaz, para Jacinta y Pedro; Cruz ya haba terminado sus estudios tambin. Por eso l ya tena prometido que la
tierra de Mondomo era para mi. Pero si yo no tomo el control
de la economa, la produccin, y si no prometo pagar, habra
muerto endeudado y tal vez hasta habramos perdido la tierra.
Lo hice a buen tiempo, pagu las deudas, liberamos un poco la
economa. Pero mi pap nunca pudo, siempre tena compromisos adelantados.

[318] l a f u erz a de l a g en te

Mis primeros viajes a Mondomo

El racimo de bananos maduritos


Ya haba ido mi mam, mi to Vicente, varios ya haban ido,
ya haban comprado. Tenamos la tierra en Mondomo, pero yo
no conoca, todava no haba bajado all, no conoca el caf, no
saba cmo era la cosa, pero haba hecho fieros de que matara
las culebras y que vivira all. En Silvia era muy difcil conseguir
un banano maduro, que es tan riiico!, y con el hambre que uno
viva, un banano bien maduro hasta con la cscara se lo come
uno. Mi mam y mi pap decan, y me tenan todo emocionado, que en Mondomo se perdan los racimos de banano maduro. Mi pap siempre, cada vez que iba, llegaba contando eso.
l contaba todo en detalle. Sembr tal cosa, aconteci tal cosa,
en tal parte hay esto, en tal parte hay lo otro; con todo era muy
detallista mi pap. De todos esos detalles que contaba, me cont que: Dej un racimo de banano ah amarrado, colgado, para
madurar; para cuando bajemos va a estar madurito. Ay! a mi
se me chorreaban las babas. Y que en Mondomo a los 15 das est
listico para comer: Debe estar listico para comer, en punto,
madurito debe estar a esta hora.
Eso no ms me falt. Yo llor a gritos para irme para Mondomo a coger ese banano. Mi mam no quera llevarme, mi pap
tampoco. Yo llor, llor pero amargamente por ir con ellos; no
me import si era lejos, no me import nada, sino llegar a donde estaba el banano, para comer.
Apenas bajamos a Silvia, ms arribita de donde es hoy el Instituto Agrcola, all empezando la loma de Quizg, ya al otro lado
donde antes le decan Guachitolo y hoy lo llaman Boyac, por
all mi pap arrim en una casa para acomodar la carga. Apenas
empezaba el largo viaje, y yo ya le deca a mi pap: Ya llegamos?.
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [319]

Pendejo! Le dioo todo el da. Caminamos tooodo el da. Yo ya


no pude caminar, me cans. Entonces me hicieron lancar detrs
de la maleta. Segu unas veces a pie y otras veces en el anca del
caballo. Mi mam a pie, dele y dele tooodo el da. Todo el da caminamos, sin sabeeer a dnde, cundo llegbamos a comer el
banano!
Ya se fue oscureciendo por all por Cerro Alto, bajando al
ro Mondomo, bajando bajando ya se anocheci. All empec
yo a aburrirme. Me aburr! Como que estaba en otro mundo,
en el infierno, un tormento. En Silvia yo me acostumbr a vivir en esas tierras donde no hay grillos, ni chicharras, ni mosquitos. Entonces como que llegu en ese infierno donde chillan
los grillos, la chicharra, los sapos, las ranas, todo eso. Taaanta
bulla, tanto ruido. A lo que va oscureciendo como que se alborota eso. Para mi era un gran tormento. Fuera de que vena pensando en las culebras, que como comentaban que tambin silban, entonces yo no saba si eran las culebras, no saba qu
animal era, pero silbaba y era un gran tormento en mi cabeza,
en mi odo. Era otro mundo. Me aburr muchsimo bajando all,
pero me fui callado porque yo llor para venirme y todava no
llegaba donde estaba el banano. Y se oscureci, y no llegu a
donde estaba el banano.
Ya de noche llegamos en un gran ro, el Mondomo. Sucio.
Pasamos y dele dele. Yo como que me dorm en ese tropel de los
animales. Hasta que por fin llegamos. Como a las ocho de la
noche, ya bien oscuro, ya bien avanzadita la noche, entramos dice
que a la casa. A la casa. Por all me acuerdo, como que veo la casa.
Llegamos all, y mi pap, ni bien descarg, apenas desmont, sac
la llave del bolsillo del zamarro, abri y verdad: Ve el banano!
Ah estaba cayndose. Yo llegu all! Fui derecho a comer. Estaba el bananito desgranndose ya de maduro, bien maduro!
Me com no se cuntos bananos, com hasta saciarme, hasta
que me supo a feo. Me dorm. Ya ellos no se qu hicieron con los
caballos, no se a dnde fueron a traer agua, no se qu cosas hicieron en la noche. Pero yo me llen de bananos, me arrim en
un rincn y me dorm profundamente. Me despert al otro da,
pero no me acuerdo qu hice. Pero esa llegada s me acuerdo muy
exactico. Esa fue mi primera venida a Mondomo.
[320] l a f u e rz a d e l a g e n te

a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [321]

Posteriores bajadas a Mondomo


De ah ya las segundas venidas las haca algunas veces con mi
mam, otras con mi pap. Ya la segunda, la tercera, ya empec a
venirme, empec a venirme. Un da me devolv del camino.
Como no haba ni alpargate ni nada, vena descalzo. Cuando,
de pronto me tropec en una piedra y me volti la ua. Yo llor a gritos. A mi pap le dio tanta pena, que dijo: Devulvase
ms bien, vyase despacio; usted ver cmo va, pero devulvase. Apenas estbamos de Silvia para abajo, por all por Los
Remedios no ms. Entonces me devolv; llorando llorando me
devolv.
Mi pap me llevaba siempre en el anca del caballo y algunas
veces como que me dorma. Una vez me fui de cabeza y mi pap
me iba a coger del pie, pero dice que no me cogi, que ms bien
prefiri que me cayera para que no quedara colgado en la cola
del caballo y me pateara. Me despert fue en el suelo, jaja!
l tena muchos amigos, y una vez viniendo de Aguablanca
llegamos cansados y por all en la entrada a Silvia se encontr
no se con quin, un tomador de trago, y se qued tomando. Yo
lloraba y lloraba, lo apuraba para que nos furamos a la casa. No!
se chum. Yo no se cmo saqu fuerza y lo hice montar en la yegua. Se mont. Por all caminando por lo que hoy es La Fundacin haba una casa de un mayor Juan Tunubal, que lo llamaban el mayordomo. Hasta ah lleg. Vio que era la casa del mayor
y entr. Baj, convers un rato y luego se qued dormido. Entonces cog la yegua de la carga, la ech adelante, me mont en
la otra yegua y me fui solito de noche. Las bestias conocan. Me
fui llorando, pero llegu all.
En esas idas y venidas haba mucho sufrimiento tambin. Sufra uno si estaba en la hacienda porque el terraje nos joda, pero con esos viajes tan duros a Mondomo tambin. Es que la jornada era dura. Haba pocas que llova muchiisimo y hay veces
nos cogan unas zumbas de agua por el camino, fuerte tempestad, y uno sin ropa extra, sin nada. Donde haba casas por el camino uno arrimaba y all escampaba, pero donde no haba casas, uno se chupaba toda esa aguacerada. Cuando bajaba uno en
mal tiempo, lluvioso, el ro Mondomo estaba tan crecido! Y sa[322] l a f u erz a d e l a g en te

ba estar trayendo troncos de cachimbo grandsimos, lodo espeso, lleno, con toooda la corriente, con una gran fuerza bajaba.
Otras veces haba buen tiempo, tiempo de verano, y haca
qu solazo, pero qu solazo! Asentaban unos soles, que a uno le
daba una sed terrible. Entonces uno: Ay! pap, ay! mam, gaseosita que me muero de sed. Mi pap sin plata, mi mam sin
plata, y uno llorando. Muchas veces mi pap se endeudaba con
cualquier amigo para darle gaseosa a uno. Harta hambre daba
tambin por el camino y uno no hallaba qu hacer. Cuando llevbamos papa o algo, nos arrimbamos por ah en una casa a que
nos prestaran una olla, un fogn, y all cocinbamos y comamos. Otras veces llevbamos papa sancochada, entonces comamos y con eso hacamos fuerza para llegar a la casa.
Yo todava prefera el sol y no el agua, porque le tena pavor
al ro Mondomo tan crecido. Y uno llegar all, para tener que pasar, con bestiecitas malas, yegitas paridas, potros o potrancas
con que bamos Mi pap calculaba. Cuando vea que no poda pasar, se regresaba y se quedaba all hasta el otro da. Haba
que quedarse al otro lado; no alcanzaba a llegar uno a la casa. Al
otro da, cuando haba mermado el agua, pasbamos.
La gran mayora de las veces hacamos dos jornadas hasta
Mondomo; gastbamos mucho tiempo en eso. Entonces a uno
no le renda nada el tiempo para trabajar, para producir comida. Dos das subiendo y dos das bajando, qu podamos haber
hecho all! Qu podamos haber hecho arriba en El Chimn!
El tiempo no alcanzaba. Pasbamos era caminando.
Unas veces hacamos unas jornadas muy cortas cuando subamos de Mondomo. Nos quedbamos frente a Caldono, frente a Siberia, por all. Haba un paez que se llamaba Ignacio
Getio, que era muy buena gente. Tena una casa grandota, casa
de teja; viva acomodado. Me imagino que tena buena finca y
era trabajador, porque tena buen caf y haba mucho banano.
El paez no era mezquino al banano, nos dejaba comer lo que
quisiramos! Por eso nos amabamos mucho, nos gustaba mucho arrimar all. Siempre llegbamos a quedarnos, a descargar y
a amarrar las bestias por all, como si fuera en la casa de uno.
Pero tambin nos quedbamos donde un Samuel Velasco, en
La Chorrera; era un mestizo. Mucho, mucho nos quedamos en
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [323]

Mi pap, junto conmigo y mis hermanos Pedro, Jacinta y Brbara (1950c.).


Foto: Luis Ortega .

un punto que llamaban La Aguada, donde Jess Vidal que era


uno de Usenda y lo llamaban usendeo. Con mi pap la iban
muuucho! Cuando se juntaban mi pap y Jess Vidal haciian
conversas largas, largas. Se rean, chisteaban, hablaban de todas
sus andanzas, del uno y del otro; charlaban mucho, tenan mucho cuento, ellos eran felices contando, riendo. Yo escuchaba, escuchaba, hasta que por fin me venca el sueo. Cuando me vean
dormido, me mandaban a acomodar all y yo me dorma. La
esposa llamaba Anuncia, tenan un hijo que llamaba Nicols, una
hija que llamaba Rosa, otra que le decan gata, no se el nombre
cmo sera. Eran buena gente que nos daba dormida, nos daba
manga para las bestias y nos daba comida. Nosotros tambin
compartamos si traamos yuca, pltanos, o cuando bajbamos
de Silvia les dbamos las papas. As nos acostumbramos.
Mi pap tena como por hbito ir y venir: 15 das en Mondomo, 15 das en Silvia. Qu haca en esos 15 das? Cuatro das de
ese tiempo casi siempre los gastaba en el camino. En Mondomo,
durante el resto de los 15 das, sembraba, recoga los pltanos, los
[324] l a f u e rz a d e l a g e n te

bananos, y por ltimo la yuca, que era la ms delicada, que no


se poda preparar con tiempo porque se daaba, sino que haba
que arrancarla la vspera de la llevada. Los ltimos das preparaba las maletas, la carga, para llevar comida para Silvia, pues
como en Chimn haba tanta escasez, uno llevaba para comer
15 das all. Cuando se acababa la comida, otra vez a Mondomo.
Y as sucesivamente. Caminamos mucho tiempo as.
Ya cuando me metieron a la escuela, mi mam no me llevaba mucho. Me dejaban ah para que fuera a la escuela, para que
estudiara, para que aprendiera a escribir y para que aprendiera
el castellano. Deca mi mam que ella sufra mucho porque no
saba leer, ni haba aprendido a hablar el castellano, y que para
que no nos pasara lo mismo, para que no sufriramos lo mismo, tenamos que estudiar todos. Entonces todo el tiempo de mi
estada en la escuela yo no bajaba a Mondomo. Iban ellos solos.
Me acuerdo que a veces, cuando poda, mi mam llegaba con
una olla grande cargada con un racimo de banano maduro; lo
llevaba a la espalda desde Aguablanca hasta Silvia, pensando para
los muchachos. Como el banano es tan delicado y no lo poda
cargar en bestia porque se apachurra, no llega sino la cscara, el
olor, para evitar eso ella lo echaba en una olla y lo cargaba. Otras
veces, cuando senta que no poda, no llevaba. Yo esperaba en
Chimn que llegara mi mam, y llegaba pero sin bananos maduros. Entonces yo lloraba amargamente pidiendo banano, lloraba a gritos!
Las primeras bajadas con mi hermano Cruz
Cruz todava no se haba ido a estudiar. Tenamos un caballo que lo llamaban yalo kaulli, un caballo negro, pcaro, pateador,
jodn, que no se dejaba coger. Cuando uno lo iba a coger, siempre volteaba la cola para patear; si uno se le iba de frente, quera
como echrsele encima a morderlo a uno. Por eso le tenamos
pavor, pero era buen caballo.
Mi abuela Gertrudis ayud a comprar Mondomo, pero nunca pudo bajar a conocer. A ella le gustaba mucho la yuca, le gustaba mucho el pltano, el caf, todo lo que producan all, pero
le tena mucho miedo, mucho temor a las vboras, y por eso
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [325]

Con Cruz bajamos solos a la finca de Mondomo, y all estaba mi abuelita Rufina.

nunca baj. Muri sin conocer Mondomo. La abuela Rufina s


vino. Un da ella baj y creo que fue cuando por primera vez
bajamos solos yo y Cruz, en ese caballo negro.
Acomodamos tarde de Silvia y nos cogi la noche en todo el
pueblito de Caldono. All, como sabamos mis paps donde quin
se quedaban, nosotros tambin dijimos: Aqu quedemos. Pero
[326] l a f u e rz a d e l a g e n te

tenamos mucho miedo que nos robaran el caballo. Porque poda suceder que cuando llevaba uno un caballo y lo dejaba all,
pasara algo, que de pronto algn pcaro se lo llevara, se lo robara, y uno se quedaba con la montura o con la enjalma o con la
carga all tirada, que era lo peor. Entonces tuvimos mucho miedo. Lo dejamos all amarrado y casi no dormimos; de noche bamos a ver el caballito a ver si estaba; y s estaba. Se oa pastear, se
oa arrancar la hierba. Entonces venamos y dormamos.
Al otro da acomodamos vuelta. De Caldono hasta Mondomo, hasta Aguablanca, siempre hay como unas dos horas y
media, casi tres horas, para muchachos. Llegamos como a las
nueve de la maana a la casa y all encontr a mi abuelita. Yo
como que la veo hasta ahora. En el preciso momento en que
llegamos all, cuando asomamos, ella estaba con un machete en
la mano, mirando unas matas de banano, unos racimos grandes.
Nosotros que llegamos y ella: Veee estos muchaaachos a dnde vienen a aparecer!. Se puso contenta. Nosotros tambin. Ella
estaba haciendo el almuerzo; llegamos casi justamente a la hora
de comer.
Yo todava no poda venir solo, siempre vena acompaado,
con Cruz. Fue el primer viaje que hicimos los dos muchachos
solos. El ao tal vez fue el 49 o 50.

a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [327]

Adaptndome en Mondomo

A Mondomo la llaman tierra de yuca; los blan-

cos de all, los vecinos, tambin la llamaban tierra del culebrero.


Donde estaba metido el pobre Lorenzo! En todo el culebrero.
Pero como desde antes de comprar la finca haba dicho que yo
matara las culebras, de pronto tuve miedo, pero no ms. Mi pap
le daba mucho nimo a uno; a mi, a todos, nos deca que, ya sea
hombre o mujer, no le debe faltar el machete en la cintura, que
debe cargarlo todo el tiempo, que si se acuesta a dormir debe tener su machete al ladito, a la cabecera, y si se levanta, debe tenerlo tambin. Yo acataba eso siempre y realmente aprend a
matar las culebras cuando las encontraba.
El clima era terrible. Yo creo que me demor mucho tiempo
en usar pantaln, y la ropa guambiana era caliente y no cubra
bien el cuerpo; por eso me afect tanto el calor, me afectaron tanto los insectos, los chuzos de las espinas, y por eso fue que yo viv
un buen tiempo lleno de llagas.
Yo siendo de tierra fra, llegar a una tierra caliente, descalzo, sin alpargates ni nada Haba una espina que llamaban
vendeaguja, una espina gruesota que como a uno lo mandaban a traer bestias, o a amarrarlas, o a mudarlas para darles agua,
porque generalmente se mantenan a guasca, a lazo si pisaba
de pronto una espina de esas, ah! eeeso si que duele amargamente; lo sentaba a uno, sala la sangre pero negrita. Tambin
me aburr mucho con una zarza que tiene mucha espina.
Y por esas caminatas descalzo, de Silvia a Mondomo, yo llegaba hinchados los pies. Para bajar la hinchazn, para curar algo la picadura de los insectos, mi pap me haca lavar con agua
hervida, con algunas plantas y un poquito de sal.
Y calor, calor! Haca calor, pero qu poda hacer! No poda
cambiarme porque no tena ms, tena que soportar. Cuando
[328] l a f u e rz a d e l a g en te

haca sol fuerte, lo nico que haca era arrimarme a la sombra.


Si hubiera sido como hoy en da, si hubiera tenido distinta ropa
gruesa, liviana, delgada, de clima fro, de clima caliente,
podra haberme cambiado. Pero si uno no tiene ms, qu puede hacer? Tiene que vivir con lo que tenga.
Ni para lavar la ropa haba. El da que uno lavaba tena que esperar que se secara. No me acuerdo con qu lavaramos! Uno usaba agua limpia pero no quedaba bien lavada, quedaba con mal olor,
por eso se asentaban las moscas en la ropa y de eso se producan los
nuches. Lo que le da al ganado nos entraba tambin a nosotros.
El pasto yaguar era otro que lo afectaba a uno. Era altsimo
y mi pap siempre me llevaba all a trabajar juntos. Iba. Y uno,
si era con la pala, le daba y eso levantaba un polvero que uno sala tosiendo porque daba mucha grasa. Pero poco a poco me fui
adaptando y fui aprendiendo a trabajar.
Me dejaba solo cocinando
En las primeras pocas de nuestra estada en Mondomo,
como yo estaba muy pequeo no poda colaborar en el trabajo
agrcola. Por eso a veces mi pap sala a trabajar y no me llevaba, sino que me dejaba solo para que ayudara en otras tareas.
Yo tena cierto nerviosismo en mi interior; haca las cosas,
pero tena miedo porque eran tierras extraas y gente que no
conoca. La casita vieja donde vivamos, una casita de bahareque y paja que haba sido construida por los anteriores dueos,
tena un cuarto de dormir, una salita para meter las cosas y otra
para cocinar. La cocina tena una puerta de guadua y de da no
se vea la luz ni nada. Mi pap me dejaba cocinando y yo tena
mucho miedo de estarme solo, mucho miedo. Qu haca yo? La
lea la meta rapidito adentro, la yuca y los pltanos tambin
adentro, todo lo que crea que me haca falta para cocinar lo
meta adentro y, as fuera de da, yo mantena cerrada la puerta,
trancada. Tena miedo de estarme yo solo.
Yo no ayudaba a trabajar, pero s ayudaba a traer agua que
no lo poda hacer un viejo rpido, porque all hay que ir a traer
el agua a un pozo lejos, a traer un palo de lea, a traer el caballo
y otras cosas que uno poda hacer. Tambin me dejaban all en
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [329]

la casa como para cocinar, ayudar a montar la ollita, para atizar la


candela, porque a veces ellos echaban las cosas, dejaban montada la
olla, pero si no se est atizando la candela se apaga, no cocina, y cuando llegan est fro y apagado el fogn. Entonces a uno lo dejaban
all para que mantuviera vivo el fuego, para que cuando ellos regresaran estuviera cocido para comer. Para eso es que me llevaban.
Yo me quedaba solo cocinando, pero con todas las cosas
all adentro. Para colmo, por all pasaba dizque un hijo de
Joaqun Betancur, que llamaba Joaqun mismo, de quien decan que era loco. Pasaba por ah porque al otro lado era la
tierra de ellos. Entonces yo tena miedo que ese presunto demente me molestara.
Un da que estuve all, estaba en pleno la olla hirviendo; le
haba echado yuca, pltano, y la ollita estaba hierva y hierva. La
comida de pronto se me puso espesa y se oa cuando herva. Entonces vino Joaqun Betancur el viejo, que siempre pasaba por
ah. Yo calladito all adentro y la olla hierva y suene. Lleg all y
deca: Muelas! a mi pap le deca as Muelas!. l siempre llegaba con un bastn, y con ste golpe la puerta. Muelas!
Para dnde se habr ido Muelas. Yo calladito ah. Se fue. A lo
que sali, cerr la puerta y cooorra para donde estaba mi pap.
Jaja! Es que all s tena miedo
Yo era muy pequeo. No poda manejar machete ni nada.
Una vez mi pap se fue a trabajar, a rozar un monte jecho, palos gruesos, caa brava, para sembrar maz. Fue a trabajar l
solo. A mi me dej en una casa abandonada de Jacinto Tunubal; all no haba nadie por el momento. Me dej all sentado y
me dijo: Cuidado Lorenzo, no vaya a estar durmiendo aqu, estese despierto. Como no tena qu hacer, para no dormirme me
agarr a hablar solo como una especie de discurso, pero bajo el
nombre de Antonio Nario, del general Santander, de Bolvar.
Todos tres eran generales sobre los que me haban enseado en
la escuela, y yo hablar como general me pareca un orgullo, una
cosa grande, buena, nueva. Qu tanto hablara yo solo!
En otra ocasin haba unos palos gruesos cortados del finado Jacinto y en el asiento del palo se vean los hachazos. Como
yo no tena nada que hacer, aburrido con los moscos, los zancudos, como para practicar lo que haba aprendido en clase de
[330] l a f u e rz a d e l a g e n te

matemticas me puse a contar de cuntos hachazos haban tumbado el palo. Me puse a contar el golpe que se vea de cada hachazo; no se vea sino el raspn, pero pareca que con unos 10 a
20 hachazos lo haba tumbado. A ese tipo de cosas me dedicaba,
en eso la pasaba.
Los trabajos de tierra caliente
Mi pap me enseaba a hacer los dos trabajos. Yo no saba
cmo cultivar los productos de tierra caliente. Saba, por comentario, que de la yuca se siembra el palo, que de la caa el cogollo,
que el caf se arrancaba como escoba y se sembraba, y que del
pltano sacaban lo que llaman las agujas, un hijito de la mata.
Deca que el pltano creca tan rpido que uno corta un vstago con machete hoy y maana ya sale una pulgada, le crece la
vena. Y que el maz en tierra caliente creca rpido; que si
sembraba una mata y en tiempo lluvioso, cuando estaba en pleno crecimiento, pona dos horquetas y una cruceta, y en la noche pona una marquita l deca que toda planta crece es en
la noche, pero especialmente el maz se ve creciendo, que el
maz pasaba la marca; que todos los das se vea creciendo.
Entonces, nos ense a cultivar ese maz, la yuca, el pltano.
Claro, no con las tcnicas que hay ahora, sino con el sistema que
l aprendi, la tcnica de ese momento, que ya tenan los guambianos en las fincas de tierra caliente.
Tambin me ense a coger caf, que yo no conoca. La primera vez que me llev, yo deca: Pero coger caf a dnde!.
Pareca que me llevaba en unas montaas donde no haba nada.
Recuerdo mucho que era en esa poca cuando todava no tenamos mquina despulpadora, para separar la almendra y la cscara. Nos tocaba descascarar eso a mano; la machacaba en piedra y all la descascaraba a mano. As pasamos un buen tiempo.
Ya despus, cuando el caf era suficiente, un bulto, una carga, ya
era difcil descascarar a mano. Entonces consigui unos vecinos
que llamaban Paulino Plaza, Evangelina Vivas, y all llevbamos
la carga de caf a pedir el favor de alquilarnos la mquina para
despulpar ese caf. Andbamos con el caf para all y para ac.
Hasta que por fin a mi pap le dio por comprar una maquinita
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [331]

chiquita y ya con eso como que era un alivio. Le daaaba, le


daaaba, cuando eran unos seis o siete bultos de caf, pero tenamos los implementos en la casa y renda.
La yuca tambin me la ense a manejar. Yo no saba qu cosa
era rayar yuca. l consigui una raya manualita con su amigo
Alejandro Velasco, y haca como moler maz en molino. Rayaba. Tambin alquil unos cajones para sacar el almidn. En fin,
l nos ense a cargar la yuca en el hombro, a rayar, colar, esas
cosas as prcticas.
Pltano siempre tuvimos, pero casi no se comerciaba, no se
venda; se usaba mucho era para el consumo, porque como la
gente viva lejos de la carretera, y adems haba mucha produccin, nadie compraba. En la finca haba haaarto! Se vean hartos bananos, pltanos. Donde no haba era en Silvia, pero en la
finca de Mondomo haba mucho. Entonces a Silvia llevbamos
pltano y tambin yuca, que era la ms delicada. Cuando uno
llegaba tena que enterrarla inmediatamente para que pudiera
guardar humedad y mantenerse.
Cuando ya estuve ms grande, que ya poda, tambin me toc
jornalear. Haba gente muy buena que, como nos vea all fregados, nos daba trabajo para que furamos a jornalear. Y yo iba.
Nos daban caf con leche, con queso, con pan, almuerzo. Tenamos que jornalear, pues tenamos una tierra, pero necesitbamos
la plata contante y sonante para comprar la panela, la sal, y tambin para comprar un trapo o cualquier cosa. Nada poda hacer
uno sin plata. Entonces haba que de todas maneras salir. Mi pap
siempre me aconsejaba: Vaya a trabajar, pero no todo el tiempo a jornalear; trabaje dos das o una semana, all gane platica,
y el resto del tiempo trabaje aqu en lo suyo. Con lo del jornal
usted no va a vivir todo el tiempo. Lo que necesitamos es comida. Yo haca caso, iba a trabajar all de jornalero agrcola, pero
no todo el tiempo, sino que siempre que poda me dedicaba a
cultivar lo de nosotros.
Al ganado del punto no le entra ni la muerte
Con una partecita de lo del ltimo ganado que se vendi
cuando le acabaron de quitar las tierras en Chimn a la abuela
[332] l a f u e rz a d e l a g e n te

Gertrudis, mi pap ensay con unas vacas en Mondomo. Compr unas tres vacas de lo que llamaban ganado blanco orejinegro.
Mi pap saba bien de ganado, pero en la compra lo engaaron
y, como no estaba acostumbrado a manejar ganado de tierra caliente sino de tierra fra, donde no hay plaga ni tanto parsito, no
pudo mantener ese ganado de la abuela en la finca. Trajo estas tres
vacas y las meti en una loma brava que no estaba amansada
porque pasto no tena, una loma de arrabal, potrero en rastrojo, donde era la primera vez que se meta ganado. Como no
supo matar los nuches y las garrapatas, no cuid permanentemente como se deba, las vacas se murieron, se perdieron. Compr, las
trajo, las dej, vino a Silvia y demor como unos dos o tres meses,
y cuando regres ya se haba muerto una. Las otras estaban para
morirse, llenas de nuche y de garrapata, acabadas, flacas. Para no
perder del todo, vendi a menos precio, perdiendo plata. No pudo
manejar el ganado de tierra caliente. Fue como una experiencia.
Durante mucho tiempo mi pap ni ms pens en tener ganado. Se acab el ganado. Ni la nocin en la memoria de l, ni
en la de nosotros. Pero unos 20 o ms aos despus, como bamos cultivando la yuca, la caa, all el pasto se iba produciendo
solo, como maleza, pasto comn de la regin, pasto yaragu que
lo llaman. En un buen momento logr comprar un ternero, el
primer ternero comprado en Mondomo, y lo pude levantar con
ese pasto. Ya no se muri ni se llen de plaga; se levant bonito.
Entonces ya vimos que podamos volver a tener ganado.
Despus ya la misma Federacin de Cafeteros deca que hay
que tener el caf, la caa, el pltano y la vaquita de leche. Y esa
vaca de leche como que sonaba rico. Una vaca de leche para tomar con banano, uno se emocionaba saboreando: leche y banano es rico. Entonces mi pap se endeud y compr la vaca. All
empezamos a tener algunas vaquitas de leche y no las hemos dejado acabar hasta ahora.
Empezamos con un ganado blanco orejinegro. Ese se acab,
pero se ha ido quedando otro ganado cruzado, un cuarto, que
llama ceb, un ganado resistente. Alguna gente buena nos aconsejaba que: Cuando compren, compren ganado de la regin, del
punto, que es un ganado que aqu no le entra ni la muerte. No
traigan ganado de otra parte. Si no quieren esclavizarse con
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [333]

plagas, nuche y garrapatas, compren un ganado de piel grasosa,


que a esa piel no se le prende ni garrapata, ni le asienta mosca,
ni nuches. No le pasa nada. Muchas veces yo de desobediente,
de terco, llevaba ganado de Santander, ganado del plan, de buen
pasto, porque me pareca que era buen ganado. Lo llevaba y ese
se me atrasaba, por fin se mora, se perda. Pero el ganado del
punto, de la regin, hasta ahora lo he podido conservar.
Lo que si no nos ense mi pap fue a minear
Lo que mi pap nunca hizo ni nos llev fue al trabajo de
minera. En la finca, los anteriores dueos, Francisco Aranda,
Manuel Aranda y Vicente Yalanda, con un negro asociado que
llamaba Maximiliano Bonilla, de Santander de Quilichao, mineaban, trabajaban la mina. Porque la finca tiene una mina de oro
de aluvin y trabajaban en eso. Yo recuerdo, me da una lucecita
hasta ahora, que cuando llegamos a la finca todava haba huellas, rastros de que mineaban: tierras recin movidas, roca y
muchos aparatos. Haba un cajn de un laberinto que tena muchas graditas donde paraban el oro, otros que llamaban almocabras, unos garabatos de hierro que removan y separaban el
lodo, el barro, y unas bateitas ms prcticas en que lavaban el oro.
La mina fue pobre, decan, y no daba para conseguir plata, pero
que s daba para comer.
Ya cuando compr la finca mi pap, como a Maximiliano Bonilla le gustaba la minera, no saba cmo hacerse amigo con mi
pap. Busc y busc hasta que se hizo compadre. Nunca lo hizo
efectivamente; se hizo compadre sin el acto religioso del bautismo. l quera cargar a Cruz como para que fuera su ahijado, pero
Cruz ya estaba bautizado, confirmado y todo. l quera que repitiera, quera hacerse compadre y se trataban de compadres, sin
serlo, solamente por llevar la amistad. El negro siempre en su
mente quera venir a trabajar, a minear all. Pero ya se fue envejeciendo, ya fue viejo, hasta que muri.
Maximiliano nunca pudo volver a la mina porque a mi pap
no le gustaba eso. Ya los implementos se fueron acabando, las almocabras quedaron por ah tiradas, las bateas de minear que
eran redondas con un coquito al fondo las tenan como plato
[334] l a f u e rz a d e l a g en te

comedero para los perros, y el cajn grande, el laberinto, lo desbarat y arm como una mesa. Se acab. Nunca ms se volvi a
tocar la tierra para minear. Mi pap deca: Qu va a estar jodiendo, qu va daar tierra! Yo no sigo daando tierra. l siempre consideraba que picar la tierra, lavarla y mandarla en lodo
era daarla, y ms bien quiso fue tapar, como rellenar esos huecos grandes, poner rboles.
Segn el negro Maximiliano, la mina donde haban comenzado no era sino una veta, y haba que seguir la veta hasta la mitad
del plan, como a una cuadra o ms, para llegar al grueso, a la huevera. Que all haba oro grueso y cuando llegara all era lo bueno. l tena la ambicin de llegar all, pero nunca lo hizo. No s
si sea cierto. Ah est lo mismo. Tanto tiempo! Cincuenta aos
desde que se compr eso y nunca me ha interesado picar para
ver qu hay. La mina, all donde fue la veta, termin siendo un
cafetal hasta hace poco. Hoy est en rastrojo.
Se burlaban de mi vestido
Adaptarse en Mondomo no fue fcil. Era otro clima, otros
cultivos, otro ganado, otra gente con otra cultura. Lo de la ropa
fue complicado.
Mi abuela siempre usaba su sombrero guambiano, su bayeta en la espalda, como la usan hoy todas las guambianas, y de la
cintura para abajo siempre ha usado el anaco. Lo que no recuerdo
haber visto es que usara camisa como usamos ahora. Tena como dos parches de la misma ruana o del anaco, organizaba como una especie de chalequito y usaba eso por los lados de los
hombros.
Mi pap usaba tambin bayeta, como usamos los guambianos de hoy. l us pantaln ya mucho tiempo despus, pero
como mixto, dira yo: usaba pantaln, pero nunca dejaba la
ruana, que la us todo el tiempo. Para ocasiones especiales, como
cuando les tocaba apadrinar algn matrimonio, mi pap no usaba bayeta, sino un calzoncillo blanco que le daba a media pierna. Pero eso era en casorios, en fiestas.
Haba otra bayeta ms ordinaria, de lana, que ya no era elaborada por los guambianos, sino que haban llegado tradas por los
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [335]

En ocasiones especiales, los guambianos vestan una ruana larga, calzoncillos


blancos, y sombrero de caa elaborado por ellos mismos. Foto de 1935 (?)

mercantilistas. Haba azul, rosada, de distintos colores, y eso lo


compraban y usaban. Hombres y mujeres usaban de lo mismo.
El vestido diario que usaba la mayor parte de los hombres que
rodearon en contorno de mi vida, fuera de los festejos, siempre
fue una ruana larga que daba hasta la rodilla, pero de la cintura
para abajo usaban otra ruana con correa en la cintura. El sombrero era siempre elaborado por ellos, sombrero de caa; despus ya no era tampoco sombrero guambiano autntico, sino que
usaban era mercanca adquirida afuera. Siempre fueron descalzos, pero s usaban interior.
Lo mo era una ruanita larga que me arrastraba al piso, pero
era acondicionada para la edad en la que yo estaba. Adems me
amarraban otra ruana alrededor de la cintura y apoyaban con
un chumbe; no us correa sino un chumbe, como una nia. Mi
mam era muy cautelosa para las cosas, y como vea que era difcil de pronto para mi estarme arreglando lo de la cintura, que
es lo ms complicado, desde la casa me aseguraba muy bien an[336] l a f u e rz a d e l a g e n te

tes de que saliera, para que ese chumbe no se me aflojara ni se


me cayera delante de la gente all. Entonces yo llegaba como listo, no para estar all arreglndome, sino que desde la casa iba
listo para trabajar. Eso me arreglaba mi mam.
Hasta que fui grande, yo recuerdo mucho que iba a Silvia y
bajaba sin pantaln, siempre con la bayeta que en ese entonces
haba. Afortunadamente, en el medio del que vine de Guamba
y en el que llegu a Mondomo, no viv entre los blancos, que eso
fue lo favorito para mi. Viva entre guambianos y llegu entre
paeces. Por eso no me dio pena, no me avergonc, porque estaba entre los mismos indgenas, donde comamos lo mismo, dormamos lo mismo, y era muy parecido el vestido tambin. Me
senta bien. Pero cuando tocaba salir, siempre era un problema
porque se burlaban de uno.
En Mondomo viv con Manuel Campo y haba ah un Pacfico Mensa, un pez ms viejo, que usaba una ruana larga y calzoncillos elaborados por ellos; compraban la tela y ellos mismos
cosan. All fue donde vide que yo tambin poda usar pantaln.
Yo no mand a comprar ni a coser de los paeces, pero ya aos
despus s mi pap me ayud a conseguir el primer pantaln que
us, que creo que me dur mucho tiempo. De all, cada vez que
se me acababa haca el esfuerzo para adquirir otro.
Mucho tiempo despus, ya casi joven, a pesar de que yo
tena pantaln, todava usaba la bayeta. Un da, cuando iba
para Mondomo, un vecino nos encontr y se me ri, se burl de mi. Me deca: Hola guambiano culipelao qu hiciste
los pantalones? A dnde se te perdieron, quin te rob?. Y
eso me dio mucha pena que un blanco me dijera qu hiciste
los pantalones, quin te los rob, hola guambiano culipelao.
Me avergonc mucho, porque eso me dijo ante otras gentes,
ante el pblico.
Como yo ya haba aprendido a usar pantaln, ah como que
me fui desalojando de mi ropa guambiana y de ah ya no volv a
usar mi vestido un buen tiempo. Ya segu usando ms, inclinndome ms hacia el pantaln. Pareca que era favorito tambin porque se evitan los moscos. Y cuando uno empieza a
usar camisa, pues una camisa delgada en tierra caliente no da
calor; y cuando es manga larga era favorito para los zancudos
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [337]

que no le picaban a uno en los brazos. Pareca que iba dando


condiciones de vida. Entonces me fui cambiando.
Pero mi vestido lo manej en dos maneras: una cosa para
Silvia, para Guamba, y otra cosa para Mondomo. Cuando iba a
Silvia us igual que mi pap: entre pantaln y ruana, como un
vestido mixto. No era solamente el blanco, pero tampoco era
solamente el guambiano. Y us sombreros grandes, de esos
alones, que hoy les dicen sombrero costeo.

[338] l a f u e rz a d e l a g e n te

Los amigos de mi pap

Para pasar tanta dificultad mientras nos adap-

tbamos y organizbamos en Mondomo, en Aguablanca, nos


ayud mucho que tuvimos buenos vecinos. Mi pap se relacionaba mucho con la gente: con negros, con los paeces, con los
mestizos. l tena muy buena memoria y hablaba muchas cosas:
de la Guerra de los Mil Das, de su estada en el Valle, contaba
mucho cuento, chistes, mucha cosa, y le gustaba tomar trago.
Entonces se haca mucho amigo.
Haba un Alejandro Velasco, un blanco que la mujer llamaba Rosala Ziga. l era buen tipo. Siempre me deca que en tal
parte puede ir a prestar, en tal parte puede ir a trabajar, a fiar.
Con mi pap se tenan mucha confianza para toda cosa.
Un Pacho Trochez que mataba ganado y era carnicero en Tres
Quebradas, tambin era amigo y mi pap lo mandaba a uno a
comprar la carne all. Muchas veces uno iba sin plata, a decirle
que nos fiara. Unas veces me fiaba y otras no; cuando fiaba yo
vena contento, pero cuando no, vena muy triste. Uno muchacho
no tiene nada con qu respaldar, entonces no le fiaban porque
era imposible pagar. A veces estaba de mal genio y, como uno
estaba de pronto clasificado como mala paga, no le fiaban.
A veces coga una ollita el da del mercado para ir a parar
sangre. As, aun cuando no comprara la carne, traa un poquito
de sangre. Cocinaba esa sangre y con la yuca ayudaba! Porque
la yuca sola, slo con sal, tambin aburre. Uno coma porque
tena hambre, pero no coma a gusto. Ya apoyada con un pedacito de tripa, una carnita, caldo de papa, un poquito de sangre,
eso le ayudaba mucho a uno. Y para eso uno necesitaba de esos
amigos.
Recuerdo mucho un viejo que llamaba Jess Vivas. Era un
seor de mal genio, bravo, pero era muy buen tipo por otro lado.
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [339]

Tena muuucho banano. l viva solo: l solo trabajaba, cocinaba,


coma y l solo hablaba y carajiaba y peleaba. Entonces mi pap
me recomendaba: Cuando vaya donde el mayor Jess, si ve que
est comiendo, no hable. Espere que acabe de comer, espere que
se desocupe, y entonces aparece a ver si lo recibe. La casa era
destapada. Uno iba calladito y lo vea, y si el viejo estaba comiendo no poda arrimar. Como a mi me gustaba tanto el banano,
cuando no haba en la tierrita de nosotros, uno llevaba unas papas porque as como a uno le gustaba el banano, a l le gustaban las papas, y si uno llevaba unas seis libras de papa, le daba
unos dos, tres racimos. Era una ganancia para uno y tambin
para l porque el banano no tena ningn valor ah; se perda.
Un tipo que llamaba Fortunato Vivas viva por all por el camino. Uno iba all con hambre y le deca: Regleme una guama. Y le regalaba.
Evangelina Vivas, una seora mestiza, todo el tiempo fue muy
buena amiga, muy buena gente. Uno muchas veces tena la olla
puesta para el sancocho, pero sin sal! No tenamos sal, no haba
plata para ir por una libra de sal. Haba la yuca, haba el pltano,
haba todo lo dems, la olla ya cocida, pero sin sal. Y un sancocho
sin sal es muy feo. Qu haca uno? Ir all a donde la seora Evangelina a decirle que me preste un poquito de sal. Otras veces tena unas ganas de tomar agepanela, y tampoco tena panela y
no haba plata para ir a la tienda. Entonces uno iba all donde la
mayora a que le prestara, a que le fiara. Y si ella tena una panela
la parta por la mitad y nos daba, si ella tena un puchito de sal,
tambin la daba, comparta. Era una seora pobre, pero comparta, reparta lo poco que tena. Uno tambin llevaba algo: ya
la papa, ya la cebolla.
Y otras gentes. Jacinto Tunubal era un guambiano que vivi all siempre, que con mi pap la iban muuucho! Conversaban mucho. Buscaban un da para ir juntos a Santander, o cuadraban un solo da para ir a Silvia, para ir conversando. Yo no s
qu tanto conversaran, pero conversaban todo el da. Era un
hombre muy precautelativo. Desde la finca a Silvia l no necesitaba plata por el camino, porque llevaba comida y as no aguantaba hambre, sin gastar un centavo. El llevaba todo, el avo para
el camino, los litros de caf o agepanela, lo que a l le gustara.
[340] l a f u e rz a d e l a g en te

Era un hombre muy organizado. Entonces me gustaba ir con l


porque unas veces uno no tena nada, en cambio l llevaba todo.
Cuando se sentaba a comer, a uno tambin le daba. Uno muchacho, sentarse a comer con l, la comida la quera, pero me daba
pena estar al lado de este seor. Era como malgeniado, como
bravo, y tena una voz gruesa, alta, el tono de un hombre; entonces yo tena miedo. Entre ms miedo tena, l ms hablaba. Deca: Carajo, si no come ligero, hacemos lo que hace no se quien,
si no come rpido aqu dejo vaciado y nos vamos para que usted se quede comiendo. Jaja! Yo coma rpido, porque buena
hambre que tena. Era buena gente, aunque tena ese carcter
serio, muy serio. Con l caminamos mucho. l era un tipo muy
trabajador. A veces me mingaba, me invitaba para ir a trabajar,
pero a mi me daba miedo ir con l. A l le gustaba conversar con
uno, y a mi qu miedo!
Arde la finca!
Tambin si no hubiera sido por los vecinos, habramos perdido la casita de la finca, porque en Mondomo hubo una poca
en que la tierra estuvo prcticamente botada, debido a que mi
pap dej de venir. Yo tal vez fui muy nio. En esa poca en la
finca hubo un incendio y ardi todiiito, pero todiiito, todo todo! No qued nada. Se perdieron los cafetales, ardieron los platanales, ardi todo. Como la finca era poco trabajada, eso estaba lleno de maleza, y en un buen verano eso estaba sequito
dado para la llama!
Como la casa era de hoja de caa, era como gasolina para arder, y ya iba llegando! Un vecino, Arcadio Betancur, cuando yaaa
el incendio, la candela, iba llegando a la casa, decan que a unos
siete a diez metros, que ah! invit a la gente all. Que cmo era
posible dejar quemar la casa. Nosotros no estbamos, mi pap
no estaba, yo menos. Entonces, este Arcadio vino y apag la
candela. Ardi toda la finca, se quem todo, menos las casas
porque l las salv. Eso nos fue un favorito, porque qu tal, nosotros pobres, fregados, haba ardido todo, y si hubiera ardido
la casa tambin habra sido ms grave la calamidad. Pero evit
esto.
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [341]

Al fin lleg la noticia de que ardi toda la finca, y vinimos


all a ver. De eso recuerdo mucho. Toda la loma estaba neeegra
haba ardido todo. A los platanales les haba pasado el fuego y
haba mucho pltano quemado, maduro, que se estaban comiendo los pjaros, los animales. Uno no saba a cul arrimar y cortar para comer. Porque haba mucho!
Eso fue una calamidad porque duramos sin comida como
ms de un ao! Mientras que al pltano le volvieron a salir los
hijos, levantaron y otra vez produjeron, demor ms de un ao.
Ms de un ao sufrimos sin comida porque se quem todo!
El caf se salv porque alguien dijo: Truece todo el caf, no
deje pasar ocho das. Si usted no trueza, se pierde todo el caf. Si
trueza, queda como zoqueado, vuelve a retoar, macolla, echa
nuevos hijos, y vuelve a producir. Mi pap obedeci y troz, y
el caf ech nuevos retoos y volvi a levantar. Ya como al ao y
medio, a los dos aos, volvi a tener caf de recoleccin para llevar al comercio.

[342] l a f u e rz a d e l a g e n te

Mi amigo Belisario, el paez

En los muchos viajes entre Mondomo y Silvia

camin no solamente as directo, sino que descubrimos otra va


distinta al viejo camino de siempre. Mi pap tena amistad con
los paeces y haba hecho un amigo que se llamaba Manuel Campo, un paez. El seor Manuel, que as le deca, era buena gente y
cuando mi mam no vena, que bajbamos yo y mi pap no ms,
no siempre nos quedbamos en la choza nuestra, por la pereza
de montar la olla solos; a veces nos bamos a quedar all donde
el paez y l nos daba el sancocho. Llevbamos la papa, ayudbamos, y l nos haca la comida. All comamos, all dormamos,
y de da venamos a trabajar en lo de nosotros. Caminamos mucho tiempo donde Manuel Campo.
Ah es donde nos hicimos amigos con Belisario Campo, que
era familiar de Manuel. Mi pap le invit para que se quedara
en el rancho de nosotros como trabajador. l acept, vino a
acompaar, a estar all. Vivamos juntos con l en Aguablanca,
en la casa.
Belisario tena una tierra en el Resguardo de Pioy y por eso
haba pocas en que no estaba con nosotros todo el tiempo. Pero para la cosecha de caf vena. Terminaba la cosecha de caf y,
como haba la que l llamaba poca de roceras, de junio a septiembre, se iba para su tierra a rozar, quemar y sembrar. En septiembre sembraban. En octubre y noviembre limpiaban el maz,
y cuando estaba limpiando tampoco vena. Cuando no vena, yo
me esperaba a que mi pap bajara. Pero Belisario siempre se acordaba y volva. Y cuando vena, unas veces lo haca solo y otras
con la mujer, que era muy buena y se llamaba Carolina Menza.
Yo me diverta con ellos cuando estaban all.
En Silvia yo viva aburrido porque haba mucha hambre. Uno
tomaba cualquier cosa por la maana, muy temprano, y a veces
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [343]

no tena ni un pedacito de panela para ir a hacer el caf en el


trabajadero. El hambre era muy dura, no aguantaba uno. Yo no
s por qu uno no se mora. En cambio uno bajaba a Mondomo
y all haba yuca, pltano, en poca de guamos haba harta guama y uno iba all, se suba en un palo y coma. Ah! uno se llenaba la barriga. Pero adems, Belisario era buen tipo, no era mezquino a la comida. Y a veces lo haca rer a uno.
Tena un hijo que llamaba Jess, y una muchacha, Amalia,
que siempre iban a trabajar. Como la casa era en un alto y uno
estaba trabajando por all abajo, me llamaban: Leeenzo!
Leeenzo! a mi me saban decir Lenzo; los paeces a los Lorenzos les dicen Lenzo, sankuchuuua, sankuchuuua,
sankuchuuua. Que fuera a comer el sancocho. Cuando era mazamorra de mejicano, Leeenzo! Petekashuuua! Lecheaaakna!
Panelaaaakna! Senaeeegua!. Como yo estaba esperando a ver a
qu horas me llamaban para la comida, ah mismo corra a la cocina. Comamos mucha yuca, muy buena.
Carolina, la mujer de Belisario, tambin era muy buena persona. No era mezquina ni a la comida, ni a las cosas. Yo tena el
nico pantaloncito, no tena ms. Uno de muchacho corre, jode,
se sube en los rboles, y ese pantaln se me acab. Yo senta que
estaba destapado y no tena ni una aguja, ni un pedacito de hilo.
Ni qu hacer! Entre ms rboles suba, ms se me rompa el
pantaln, entre ms rodaba ms se me rompa. Entonces yo estaba casi pelado. Y era a la mujer de Belisario a quien yo le peda: Ay! un pedacito de hilo, la agujita. Lo remendaba yo mismo, pona, me iba y no me duraba nada. Vuelta, vuelta! La mujer
de Belisario me regalaba el hilo, me prestaba la aguja, y as me
colaboraba mucho.
Entonces por la comida, porque Belisario era buen trabajador, y porque toda su familia me apoyaba, por eso me ama mucho en Mondomo.
Belisario me ense a cultivar, a cazar y a pescar
Con Belisario yo me ama mucho, me acostumbr mucho
a vivir con l; era buena gente. Cuando ya empec a tomar fuerza, mi pap me enseaba a trabajar, pero cuando l se iba, yo me
[344] l a f u e rz a d e l a g en te

quedaba con Belisario, que era muy duro para el trabajo, muy
fuerte. Mascaba coca, la mujer tambin, madrugaban, la mujer
madrugaba muchsimo, nos daba desayuno para ir a trabajar, si
era para rozar me daba machete y vamos! Si era para limpiar,
para hacer lo que sea, tambin vamos!
El paez nos ayud, nos aport. Me ense a raspar cabuya
en tabla. l era un verraco para raspar cabuya. De da cortaba la
cabuya y desespinaba, y de noche con luna haca lo que llamaba
descabezar. Lo grueso, lo duro, lo haca l; las hojas ms livianas lo pona a uno a limpiar. Yo le daba le daba le daba, con una
tabla clavada en la cintura. Un da le di hasta orinar sangre me
afect a la vejiga. Entonces el paez se asust y ya no me puso a
tallar ms cabuya, ni l tampoco tall ms. Pero me ense. Esa
leche, esa agua de fique, me salpicaba por toda la cara. Y eso si
que le picaba a uno! Provocaba era desollar la piel. Me picaaaba.
Yo me rascaba. Pero como el paez trabajaba, y lo haca por
apuesta A ver quin gana, ese era el dicho de l, ah! carajo,
vamos a ver, empiece, trabaje duro. Y as era, no slo para raspar cabuya. Le gustaba trabajar, era un duro para el trabajo.
l era muy bueno, pero le gustaba mucho mamarle gallo a
uno, joderlo, le gustaba dejarlo a uno en la cola, quera dejarlo
colgado a uno all, quedado. Con su coca, bien mambeado, le
daba, le iba dando, y haca bramar esa pala. Y uno si se quedaba le dej!. l era feliz y gritaba. Para un buen trabajador,
quedarse con otro buen trabajador es una vergenza; la vergenza del mundo. Entonces yooo a no dejarme joder. Cuando
suba l all al final del lote primero, gritaba: Qu hubo
caraaajo!, as es que trabajan los hombres, aprenda a trabajar. Y
uno para no quedarse, para no quedar jodido, as fuera muerto,
haba que salir all junto igual. Era verraco. Uno muchacho, para
compararse con un mayor era jodido, era duro. Pero yooo a no
dejarme. Entonces l se pona contento porque le renda el
trabajo.
Era muy guapo para hacer las cosas. Para rozar ayayay! lo
dejaba a uno envuelto por all en el monte. Usaba un machete
con un filo pero hgame el favor, una barbera! A la maleza le
deca: Cuidado paconga, ah vamos!. Y eso le daba, le daba. A
uno le dejaba. A mi muchas veces rozando me dej envuelto por
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [345]

all. Eso es muy duro rozar un monte jecho, como lo llaman ellos.
Un hombre de fuerza, baquiano, eso le da muy sabroso. Cuando
l lo joda a uno, sala contento, gritaba. Jaja! El chiste era l salir adelante. Y yo tambin ya de 12, 14 aos ya tena fuercita para
salir adelante. Entonces unas veces me dejaba enredado en el
monte y otras veces no. Pero el paez era bueno! Yo creo que en
gran parte aprend a trabajar de l, por lo menos en tierra
caliente.
Cuando acababa algn trabajo en Mondomo y tena otro
trabajo que hacer en Pioy, a veces me llevaba. Cultivaba trigo,
tena maz, cosechaba buenas habas, haba durazno, tena ovejos.
De vez en cuando pelaba un ovejo, a veces haba buen frjol y
entonces preparaban un delicioso plato y yo era feliz comiendo
frjol.
Un da decidi que rozara un lote de tierra all, para que yo
sembrara para mi. Como a mi me gustaba producir comida, ah
mismo roc, y siempre alcanc a hacer como tres cosechas de
maz en esa tierra del paez. Pero era ms duro porque tena que
hacer otra jornada de Mondomo a Pioy. Ah me quedaba como una semana trabajando, limpiando el maz, y de all me gastaba otro da para ir a Silvia. Despus bajaba otra vez por all, me
quedaba unos das en Pioy y bajaba otra vez a Mondomo. Hasta que por fin como que me cans. Me hice mis tres cosechas, tal
vez en tres aos, el maicito nos ayud, nos dio fuerza, pero no
volv ms por all. Es que era difcil, quitaba mucho tiempo tanta
volteadera.
A Belisario le gustaba ir a cazar pjaros con bodoquera. A mi
me daba una bodoquera y unas pepas de cualquier rbol. Como paez, l tena muy buen tiro. Soplaba fffff!, la pepita le pegaba al pjaro y all bajaba el pjaro; uno corra a cogerlo. Tena
buen pulmn. Tambin cazaba ardillas para comer. A la ardilla
la cogan a garrote o con bodoquera; buscaba pegarle en todo el
ojo, y tena buen tino. Como lo haca era por comida, cuando
mataba un pajarito o una ardilla lo pelaba y se lo coma. Tambin sala a cazar conejo, que haba mucho. Como tena un perrito, con ese lo abijaba. Tena caminos cerca, fijos, a ver a dnde sala el conejo! l tena unos garrotes y, conejito que sala,
conejito que le daba. Por all le volteaba las patas. Con uno que
[346] l a f u e rz a d e l a g en te

tumbara era muy rico para comer con yuca. Yo lo acompaaba


a cazar, por comida, y l siempre la comparta.
De noche me llevaba a pescar, a echar anzuelo. Pobre yo que
ni saba qu diablo era por allaa. Cazar todava, porque cazar
pjaros, ardillas, conejos, se haca de da. Pero a pescar me llevaba de noche y sin linterna. Yo no s cmo andara uno. Me
llevaba por allaa abajo, en Aguablanca, abajo! Hay unos sitios
bien feos, donde hay unos arcos de piedra y unos charcos. Ah!,
ah empezaba a pescar, a tirar anzuelo. De all para arriba. l coga
un anzuelo y a mi me daba uno. Yo no saba pescar. Uno tira el
anzuelito con lombriz y cuando el pescadito toca la lombriz, al
anzuelo, uno lo siente. Entonces explicaba que en ese momento, calculando que el pez se haya tragado el anzuelo, haba que
halarlo. Daba instrucciones: No debe jalar en la primer puntada, espere, quietico. En la primera puntada el pescado es muy
malicioso. Espere que se lo trague todo, primera puntada, segunda, tercera, que sienta que jale durito. Entonces s squelo, pero
no le tire aqu a la orilla del agua porque se va. Squelo lejos. Y
all sala. El pescado brincaba. Lo atrapaba.
Llevaba un pescado negro de buen tamao, que siempre
haba, y otro que llaman guabino, que tambin es muy rico. En
una mochila uno cargaba el pescado ya tarde en la noche. Cuando llegaba, la mujer lo estaba esperando, unas veces con yuca
sancochada, le fritaba en la paila o asaba en la brasa, y a media
noche uno comiendo yucas y pescado! Tambin dejaba un poco
para el otro da. Yo como lo haca por comida, para mi era rico,
rico. Por eso me ama tanto
Me acuerdo un da que fuimos a pescar. Belisario estara de
malas. Haba un charquito bueno y l arrim all a pescar. De
pronto, recin empezamos, sac un pescado muy grande. Contento. De los tantos que haba sacado era el nico grande. Iba a
echar otra vez el anzuelo y no s cmo se resbal all al ladito
del charco yyy se fue de cabeza al agua. Se lav todito, se empap.
Belisario se enoj! Yo muerto de risa. Yo me rea como yo solo y
l bravo. No mas se sac la ropa, se ba y dijo: Vmonos!.
No pesc nada! Jaja!
En la pesca como en todo, tan bien que me ense Belisario.
No me ense a comer, sino a pescar, a cazar, a cultivar.
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [347]

Con ellos poquito aprend paez. Poquito. Para defenderme,


para decir vndame, tengo hambre, deme posada, o para que le
dijeran a uno dnde est su mam, as cosas. Deb haber aprendido ms, yo viviendo tanto tiempo con paeces. Pero, algo aprend. Con eso me he podido defender en lo que he andado.
La bajada de la chucha
Tal vez fue ya en el ao 1950. Yo ya trabajaba. Belisario me
llev a una minga de paeces. Yo saba que hacan minga en
Guamba y pobremente pero hacan minga en Chimn, donde
a medio da daban caf con pan, como es hasta ahora. Pero yo
no conoca minga paez y me fui.
El paez no ha sabido dar caf. El paez se levanta un poco temprano a trabajar y le dan hasta que se cansan o hasta que se acabe el trabajo. No daban caf y a medio da me dio mucha hambre. Y era que trabajaban! Belisario coga un machete y era que
le daba. Si as no ms era verraco para trabajar, all en minga eso
lo haca como por apuesta. Le daba! Pooobre yo, ah s me qued enredado por allaa, botado, tapado. Yo no se cmo sal, pero
por fiiin sal ya cuando ellos iban acabando. Y con un hambre!
Ya como termin el trabajo, me dieron un buen guarapo. A
Belisario le gustaba el guarapo y me dijo: Tome, para eso es que
estamos jodiendo, para eso es que estamos trabajando. Tome!.
Yo tomaba.
Y en la noche me llev a comer, porque lo bueno era ya en la
noche, en la casa. Era lejos de la casa de nosotros, era en Guaital.
Santiago Fernndez era el que estaba mingando. Era para bajar
la chucha de una casa nueva que haba hecho. Haban matado
una res. Carne con yuca y trago, plato que me dio a mi Belisario
tambin! l recibi su comida, comi parte y, la otra parte, como
mi mam estaba all, llevamos una olla y vino a dejarme a la casa.
Y como era para bailar, Belisario se volvi y a mi no me llev.
Yo a Belisario lo quera mucho, lo buscaba como si fuera mi
pap. Al otro da l no lleg; se fue a bailar y no lleg. No s qu
horas seran y yo le dije a mi mam: Me voy a ver a Belisario.
Me dijo que fuera y me fui a buscarlo. Lo encontr bien tangao.
Le haban pegado, borracho; estaba lleno, tapado el ojo. As le
[348] l a f u e rz a d e l a g e n te

encontr. Llegu en el momento preciso en que iban a bajar la


chucha de la cumbrera. Belisario todava bailaba, joda, pero estaba bien tangao, pegado.
La chucha es como smbolo. Ponen la figura de una chucha,
hecha de cualquier paja, en la cumbrera de la casa, y la tienen all
como smbolo. No era la chucha precisa, sino el smbolo. Entonces a ese amarrado, a la cabuya, lo bajaban de all, lo arrancaban a garrote, y luego hacan que la mataban all. Eso es una tradicin, tanto de guambianos, como de paeces. Los guambianos
tambin bailaban chucha; ahora ya no bailan. Eso significa como
la curacin de la casa nueva, la casa recin construida que van a
habitar, para que con el correr de los aos venideros, cuando
cren gallinas, bimbos y todo eso, la plaga no venga por las aves.
Tienen que matar la chucha para que deje de venir. Para eso es
la tradicin. Para eso era la fiesta de este paez.
All encontr a Belisario. En ese momento estaba en plena
efervescencia el guarapo, acalorados los paeces, qu pelotera tan
macha! Unos a puos, pero otros ya era a machete. Ah vi a un
paez que peleaba y peleaba. Yo viendo de atrs, l se fue con un
machete y tan le dio en la nuca a otro. No s quin sera, otro
paez, pero le dio, y a lo que levant el machete chorros de
sangre! Eso no ms vi. No s si muri. Entonces, del miedo, sal
corriendo y a Belisario le jalaba como si fuera mi pap, para que
nos furamos. Belisario me hizo caso y nos vinimos.

a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [349]

Mi primera venta de caf

Mi mam tena una yegita que llamaban

Rocilla, una yegua vieja, fea, que tena una matadura enorme en
la cruz. Esa yegua y otra que tena mi pap eran las de siempre
andar para abajo y para arriba: Mondomo, Santander, Aguablanca, Silvia, eran las de todos los das, todo el tiempo. Un da
tendra yo unos 12 aos ya decid comprar un molino. En
esa poca viva con Luis; vivamos solos en Mondomo. Haba
harto caf que haba madurado y no haba quin cogiera. Nosotros ramos unos muchachos que no sabamos buscar trabajadores ni nada, pero cogimos lo que pudimos.
En Mondomo nosotros todava no tenamos aunque los
otros vecinos s molino de moler maz, de moler choclo para
las arepas, para todo. Nosotros todava molamos en piedra. Yo
madrugaba a moler maz para la arepa, para la sopa de maz, en
esas piedras. Eso era muy aburridor moler en piedra, viendo que
ya haba molino con el que se mola rpido y fcil. Y un da dije:
Me voy para Santander yo solo. De Aguablanca a Santander hay
como unas tres horas en bestia; entonces para estar uno a las seis
de la maana en Santander haba que irse a las tres, y para irse a
las tres haba que levantarse a eso de las dos. As uno hace el tinto y toma, va por la bestia, y carga. Yo saba que mi pap iba a
esa hora, entonces le dije a Belisario que me ayudara a despertar
para yo ir. Tena la yegua all lista, amarrada, acomod la carga y
la llev en la cabeza de la montura. Uno monta, por los lados
pone las mochilas, y as llev no se qu cantidad de caf.
Pendejo yo, vend al que primero encontr. Fui a Santander,
pero el caf no lo llev hasta Santander. Al primer comprador
que me ofreci compra por all bajando en el claro, le vend. Ya
a Santander llev solamente la platica. Yo saba a dnde dejar la
bestia, la dej y anduve por ah. Saba dnde mi pap siempre
[350] l a f u erz a d e l a g e n te

acostumbraba a comprar pezua de novillo para el sancocho,


para el caldo de pezua, que es muy rico, entonces yo hice lo mismo: compr la pezua para llevar para la casa en Aguablanca,
compr la gordana, compr cosas, pero ah! como viva tan
harto moliendo en piedra, compr un molino. Tambin compr
un reloj grande de campana, despertador, y unos cigarrillos ordinarios que en ese entonces se llamaban pati alzado. Yo compr. Pareca tanta plata de la venta de una arroba o dos arrobas
de caf!
Pero compr tambin pensando en ir al otro da domingo a
Silvia. En el camino fui planeando, fui pensando: hoy vine a Santander, compr la mquina, compr el reloj, compr cigarrillos,
compr pezuas, compr arroz para dejar para la casa en Aguablanca. Maana me voy.
Me acuerdo que ese da llovioo taaanto cuando subimos por
una loma que llama La Vetica, una loma dura para subir, fuerte.
Ah!, yo no llevaba caucho ni nada sino la mera ruanita. El cigarrillo tooodo se desbarat. Perd los cigarrillos que me traje! Seis
paquetes de cigarrillos. Yo no s para qu compr tantos.
Cuando llegu temprano, Belisario estaba contento. Caramba, deca, caramba, caramba!. Contento. Ya le dije: Maana
me voy para Silvia, para que me ayude a arrancar la yuca, los pltanos. Me ayud y tambin me ayud a levantarme temprano.
Entonces para Silvia tambin llev. Eso s ya no iba montado, sino que llevaba una maleta cargada para ir a pie todo el da.
Ya la yegita la iba arriando por delante, y yo iba caminando.
Decid irme a pie porque la yegua no poda. Hice una maleta
grande de yuca, de pltano, de sarazos, ms la gordana y no s
qu otras cosas que compr.
Ese da me fui muy contento porque me pareca que era un
triunfo ya tener mquina de moler maz; ya no estaba jodiendo
piedra con piedra, de granito en granito tapando, sino que ya uno
llenaba en el pozuelo y mola rpido. Entonces uno haca la sopa
de maz rpido, mola el caf, las masas las haca rpido. Me fui
contento a avisarle a mi pap y a mi mam, pero llevando comida tambin. Ese era el primer viaje que yo haca solo. Me arriesgu yo solo. Belisario me levant temprano no s si seran las
cuatro de la maana, y me acompa hasta el ro Mondomo,
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [351]

hasta la orillita, porque era consciente que yo le tena miedo,


pavor, al ro. All s, aunque la yegua iba pesada, con carga, me
dijo: Mntese en el anca para que pase al otro lado. Yo mont
en el anca a la yegua, me agarr de los rejos y pas. l de la orillita
alumbraba con la linterna para el otro lado y cuando pas nos
despedimos. l se regres para la casa y yo me fui.
Como madrugu, le di una buena parte parejo, dele dele dele,
y llegu tempranito; como a las tres de la tarde ya estuve en la
casa en Chimn. Temprano, me rindi. Yo iba solito. No par en
ninguuuna parte. Con lo contento que iba avanc mucho. En la
casa todava estaba la abuelita, mi mam y todos. Como llegu
con una carga de comida, se pusieron contentos. Desde all empez a apreciarme tanto la abuelita Gertrudis! Me deca awel
Lorenzo.
Fue mi primer viaje solo y entonces supe que yo poda ir y
traer, as que ya me envici. Iba, vena, iba, vena, iba y vena.
Cuando llegaba con la carga, mi mam se pona contenta, la
abuela se pona contenta, porque llegaba con comida. De ver que
yo llegaba con comida y se ponan contentas, yo tambin me
senta contento de haber hecho algo. Entonces segu haciendo ese
algo, segu trayendo comida.
La abuela, mi mam, los que estaban en la casa, siempre en
un altico asomaaaban a ver a qu horas vena uno. Porque uno
deca, me voy tal da para estar tanto tiempo, y tal da subo. Entonces ese da lo esperaban a uno. As empec

[352] l a f u e rz a d e l a g en te

El sueo de un trapiche de bronce

Nosotros no tenamos trapiche de bronce, tra-

piche de hierro lo llaman hoy en da. Mi pap tena una caa y


mola en compaa del paez Manuel Campo, quien tena un trapiche de palo, de madera. Mi pap llevaba la caa y mola all.
Manuel Campo era el que llamaba el melero. Madrugaba, sacaba la panela, y como tena poquitas bestias, haba que cargar esa
caa en el hombro.
Mi mam y yo, cundo nosotros conocamos panela suficiente! Nosotros con tantas ganas, con ansias de panela, y pareca que era el cielo uno chupar miel all, todo lo que le pide el
cuerpo a uno. ramos felices. La caa no era mucha, sembraban
as en huequitos, buscando tierras buenas, pero cuando uno no
tiene nada, eso pareca que era muuucha caa, muuucha
panela! Hoy viendo los lotes donde estaban las caas de ese
entonces, eran unos lotes chiquitos! Y la panela habr sido cualquier dos a tres arrobitas. Pero sirvi mucho.
La caa se sembraba con un doble propsito: del tallo se sacaba el jugo para la panela, para el guarapo, pero la hoja la utilizaban para la casa, para coger goteras, para hacer ranchos. Mi
pap saba la manera de tapar el techo con los materiales de clima fro, pero no saba el manejo de clima caliente. Del techo que
se haca con hoja de caa saba era el pez, y l le dio instrucciones a mi pap sobre cmo se cruza, cmo se techa, cmo se asegura la hoja para que no llueva debajo del techo. Mi pap aprendi primero y despus yo tambin termin haciendo casa de hoja
de caa. Uno haaarto traa cuando era buen momento, tiempo
lluvioso, para aprovechar el recurso. A medio da, cuando el sol
est caliente, cuando est seco, es difcil recogerla y es difcil tambin tejerla. Por eso siempre haba que esperar un buen momento para estas prcticas.
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [353]

Entonces a mi pap le toc moler en trapiche de palo; mi mam tambin ayud all a meter la caa, a sacar el bagazo y a terciar la caa. En cierto momento a mi tambin me toc, pero
poquito, porque eso fue en los primeros tiempos de nuestra estada en Mondomo.
Pero, como es una tierra donde se poda cultivar la caa,
cuando nos fuimos formando ya, con Pedro fuimos ampliando
el cultivo porque nos gustaba tanto la panela, que pareca muy
bueno tenerla. En Silvia siempre comprbamos de a panelita,
y una panela comprada era nada; se parta en cuatro pedazos
y no era sino para cuatro agepanelas o cuatro tintos. Se acababa. Lo mismo era en Mondomo, porque daba tanta sed! Uno
trabajando en tierra caliente, muchas veces se senta deshidratado no haba para tomar agua de panela. Uno iba y fiaba o
compraba y esa panelita comprada no renda nada! Entonces
pareca que era muy bueno tener la caa; por eso seguimos
sembrando.
Pero tuvimos el gran problema de no tener trapiche, un trapiche que pudiera rendir en la molienda. El trapiche de palo era
bueno, pero era un trabajo muy dispendioso, muy riesgoso, y no
renda. A la misma caa hay que pasar como tres veces para poder sacar el jugo del guarapo, porque eso no ajusta como para
poder sacar el jugo, para poder exprimir suficientemente. Yo
miraba que, en cambio, otros vecinos ya tenan trapiche de hierro, de bronce lo llamaban, y en ese se mete una caa, la bestia
lo va volteando, gira, y la caa pasa escurrida de una. No se necesita repetir, no se necesita repasar; se aprietan las tuercas y de
una vez sale el bagazo ya sin jugo. Eso pareca que renda mucho para moler la caa.
Entonces, como habamos ido ampliando la caa, pero no tenamos trapiche, la cosecha tenamos que darla al partir a un
vecino blanco. Y esas moliendas al partir a mi me disgustaban
muchsimo, porque uno fregarse desde la rocera, la sembrada,
las limpiezas, se joda uno dos aos porque la caa demora
dos aos en madurar, y al final de la cosecha tener que dar a
otro al partir! Y al partir quiere decir que tiene que partir mitad
y mitad; entonces quedaba un poquito ah para el consumo de
la casa y de vender no quedaba nada.
[354] l a f u e rz a d e l a g e n te

A veces decidamos vender el corte de caa. Al vender tambin haba que darle barato porque empezaban a hacer las cuentas: que la gasolina, que la lmpara, que las bestias, que la cera,
que el melero, de todo hacan cuentas y le pagaban a uno barato. De ninguna manera era rentable para uno: si daba al partido
no resultaba, si venda, pues tampoco.
Yo sufra mucho pensando: Cundo tendremos un trapiche, pero un trapiche no de palo sino de bronce, para moler
nosotros?. Yo pensaba siquiera moler un da en la semana para
dejar un poquito para la casa y otro poco para llevar al mercado, venderle y comprar otras cosas que hacan falta en la casa.
Pensaba siempre eso.
Mi pap me haba asignado un lote de caf viejo. Me dio ese
lote con la condicin de que yo lo limpiara y siguiera agregando
nuevas matas. Y as lo hice. l me ayudaba porque el lote era por
all metido en un hueco donde haba mucho mosco, mucho
zancudo, haba culebra de esas bravas que llaman la X, y a mi solo
me daba miedo. Entonces no me dejaba ir ah solo y me acompaaba siempre. Pero ya tenamos caf: l tena y yo tambin.
Claro que el de l era ms bastante. Tena dos lotes: uno que llamaba Plan de la Casa, y el otro El Cachimbal. Uno era un rodetico
en el que haba unos palos de cachimbo alrededor del cafetal, y
el otro era alrededor de la casa, donde estaba la cocina donde dormamos. Tampoco era mucho, pero tenamos.
Yo recolect mi caf. No era mucho; como un bulto arrocero
de hoy, unas cuatro arrobas. Eso era la cosecha. Lo de mi pap
eran varios bultos. En todo caso haba una porcin con la que
podamos hacer una platica. Entonces le dije a mi pap que ste
caf que estamos recolectando, lo mo y lo suyo, destinmoslo a
comprar el trapiche. Yo deca: No regalemos ms la caa, no
demos ni al partido, ni vendamos. Cuando tengamos el trapiche,
molemos aqu. Mi pap me acept. Que l asignaba el resto del
caf y lo acumulbamos con lo mo para comprar el trapiche. Estuve contento. Y vendimos el caf. Juntamos lo mo con lo de l
para vender y traer la plata junta, para irnos un da a Santander.
Pero cuando vendimos el caf, l tom otra decisin con la
plata. Con lo de l y lo mo, pag deuda tal vez a la Caja Agraria o al banco, o deuda particular, no se. De toda la emocin que
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [355]

yo tena laaargo tiempo, pensando y acumulando el caf, me sent


muy frustrado.
Le habamos contado a Belisario. Como l era el que nos ayudaba a sembrar la caa, a limpiar y a todo, y l vea la caa all ya
madura, y vea la necesidad del trapiche, y que era justo y bueno
comprarlo, y a l le gustaba y nos ofreca el apoyo de trabajar,
entonces estaba contento. Pero cuando vio que el caf fue recogido, secado, vendido, pero se gast la plata en otra cosa, y no
compr el trapiche, se fue por un buen tiempo. Despus volvi
vuelta el pez.
Pero siempre seguamos teniendo en la cabeza la idea del trapiche. Ya la caa no era solamente la de mi pap y lo mo, sino
que Pedro tambin haba sembrado. l estuvo un buen tiempo,
creo que con Brbara y Faustina, solos en Mondomo. Porque
cambibamos: un tiempo como que yo me radicaba en Mondomo, y cuando me aburra, otra vez volva a Chimn. All buscaba una tierra por all bien lejos, consegua gente que me ayudara y solo haca medias minguitas ah, de cinco personas, de
siete personas, que me ayudaban a rozar. En ese trabajo me demoraba unos tres a cinco meses, o medio ao. Rozaba, limpiaba,
quemaba y sembraba; me dedicaba un buen tiempo. Mientras
tanto eran los otros, Pedro, Brbara, que estaban en Mondomo
solitos trabajando, y ellos tambin sembraron caa. Entonces ya
haba caa, no solamente la ma y la de mi pap, sino que Pedro
tambin tena la de l, sembrada por ellos.
Mucho tiempo despus, por fin compramos el trapiche. Un
da s mi pap compr una paila, con la venta del caf. Vendi l
mismo, se fue a Mondomo, compr una paila de segundita, viejita, una bieeen delgadita, bastante trabajada. Pero compr una
paila. Lleg como a las cinco de la tarde con esa paila cargada en
la yegua. Como eso era lo que esperaba, yo si que me content
cuando lleg la paila. No tenamos todava el trapiche, pero s
llev una paila, que era lo bsico. Era como la olla principal para
cocinar el guarapo. Me content muchsimo.
Pensando en el trapiche, despus de haber hecho un buen trabajo en Silvia, regres a Mondomo con mi pap otra vez. l pensaba que el trapiche y el horno en que meta la lea que cocinaba la panela haba que hacerlos en ramada, bajo techo, para
[356] l a f u e rz a d e l a g e n te

protegerlos de la lluvia y del sol. Entonces me dediqu un buen


tiempo a recoger material para la ramada, a sacar madera, a sacar guadua, a recoger hoja de caa, que donde la misma caa estaba madura haba mucha hoja que serva para el techo, para empajar la casa. Luch luch luch hasta que recog harta. La ramada
tena que ser grandota, un espacio donde la bestia pudiera dar
la vuelta en contorno al trapiche; y tena que haber otro espacio
por los lados para acumular los bagazos y protegerlos de la lluvia, porque ese bagazo de la caa es el que sirve para el fuego del
fogn, de la hornilla. Entonces haba que no botarla, sino conservarla ah. Tambin tena que haber un espacio para la hornilla, y un espacio para el melero. Por eso se necesitaba una ramada grande y demoramos mucho tiempo en hacerla.
Como ya Pedro tena una caa tambin, vendi una vaca que
tena, para comprar el trapiche. Un da mi pap le rog a un amigo que llamaba Jos Luis Mosquera, y fuimos a comprar el trapiche en Cali. Se trajo el trapiche y empezamos a moler la caa,
ya con Pedro.
Empezamos a producir, pero sin experiencia. Yo me imagin que ah era la salvacin econmica, que con la caa bamos a
tener recursos, platica suficiente. Pero la ignorancia era tan grande, la ingenuidad era tan grande Empezamos a moler a moler a moler. Molimos como un mes! Nos cansbamos mucho
moliendo porque haba que madrugar a las dos, tres de la maana, y estar hasta las nueve o diez de la noche ayudando, trabajando. Terminamos esas primeras cuatro semanas mamaos.
Trabajamos mucho, pero plata no se vea. Nosotros no conocamos el comercio de la panela. Nosotros bien pendejos, acumulamos la panela en una pieza hmeda y se nos da, se negri, cri lama perdimos precio. Se vendi pero barata. De
tooodo un trabajo, empezamos a perder.
Hoy vindolo bien, la panela es de sacarla semanalmente, irla
vendiendo al expendio rpido, o envolverla bien con un cincho
de pltano y tenerla en una pieza abrigada, cuidarla, protegerla para que la humedad no la acoja y le dae el color. La salida
de la panela depende del color, y dicen que es buena cuando
en la misma panela uno raspa un fsforo y prende. Si no, dicen
que es de mala calidad; se vende para ciertas cosas como gallea b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [357]

tera, o para animales, pero para el consumo humano la panela


es complicada.
Como no sabamos, ramos ingenuos, ah empezamos a perder plata, empezamos a no hacer nada. Nos dio la satisfaccin
de que comimos harta panela, tomamos harto guarapo, nos
untamos cachaza, nos enmugramos, pero no logramos hacer
nada de platica. Con la caa nadie se puso una camisa, con la
caa no se pag deuda, con la caa no se hizo nada.
Las tierras tampoco fueron muy aptas para la caa; dira yo
como de una tercera clase. Producindola en tierras buenas, la
caa puede dar buena hasta cinco cortes, o ser eterna. Pero la
tierra que nosotros tuvimos en Mondomo no era tierra de caa.
Daba bueno el primer corte, pero ya el segundo mermaba muchsimo, adelgazaba, ya no renda; se fue acabando sola. Y si no
rinde la caa, no rinde la panela tampoco. Entonces nos desmoralizamos un poco con la caa. Pero mi pap nos animaba a seguir trabajando.
Esa casa del trapiche, haaarto tiempo que gast cargando hoja
de caa, sacndola del lote donde estaba la caa. Y un buen da
vino un huracn y me tumb la ramada por all patas arriba. Me
qued otra vez con el plan sin casa. Entonces mi pap dijo: Esto
no puede quedarse as. Ahora ver que vamos a construir de bastiones de ladrillo y cemento con techo de teja. Se le meti en la
cabeza eso y yo ya estaba cansado con la caa! Hay que seguir,
qu ms se puede hacer, deca. Compr ladrillo, cemento, a nosotros mismos nos hizo cargar, trajo dos mil tejas de Puerto Tejada,
buena teja, y esa es la ramada que hasta ahora est. Muchas veces
ha escapado de caerse y le he hecho algunos remiendos.
Pero no duramos mucho con ese trapiche. Ya como que fuimos dejando la caa un poco. Yo me aburr muuucho con la
caa. Pareca que ms era el trabajo que lo que se haca. No renda. Todo por no haber logrado manejar mejor el comercio de
la panela, quedamos aburridos, desilusionados con la caa. Yo
me qued, pero Pedro dej el trapiche botado y se fue.
Entonces ya se vino la idea de comprar tierra en Malvaz, ya
por el ao 1963. Para eso mi pap decidi vender el trapiche de
Pedro. Adems, recolectamos un caf y cargas de una yuca muy
buena que tenamos junto a mi lote de caf; se la vendimos a un
[358] l a f u e rz a d e l a g en te

seor que viva en Turco y tena ralladero, que llamaba Marco


Tulio Quintero. Una carga de yuca de catorce arrobas la vendamos por treinta pesos. La tierra fue comprada, me pareca
muuucha plata, en $18.000. Yo no dej vender la paila, y la conservamos hasta ahora. Despus adquirimos otras pailas: primero una, despus otra, y a lo ltimo compr otra chiquita. Tenamos tres, que an conservo. Pero el trapiche s lo acabamos.
Ya despus Pedro se fue para Malvaz, Jacinta tambin, y yo
me fui quedando casi solo. Mi pap siempre bajaba, pero ya entre Mondomo, Malvaz y Silvia no le daba tiempo para venirme
a ayudar con mucha frecuencia. Un da decid acabar con la ltima mata de caa, pensando que era mejor comprar panela. La
acab.
Algunos de la regin dicen que la molienda es jodienda. Para los que saben manejar eso, es rentable, pero cuando uno no
sabe comercializar, llevar a tiempo, tener cliente a quin vender,
da prdida. Nosotros perdimos: comimos, llevamos a Silvia, algo
se vendi a bajo precio, pero no nos llen esa expectativa de conseguir plata para comprar tierrita y hacer cosas. Para eso no sirvi la caa. Ya me inclin un poco ms por la yuca y el caf, que
me daban alguna renta econmica. Finalmente qued como producto bsico el caf y la finca como finca cafetera.
Pero ms adelante como la vida da tantas vueltas, uno se
aburre de una cosa un buen tiempo y vuelve otra vez volv con
la joda. Ah, esa panela comprada! Yo bajar a comprar panela
en Mondomo? Yo bajar a comprar panela en Santander, teniendo tierra?. Pero tena pereza de moler con bestia.
Porque eso s que es cansn. Levantarse a las cuatro de la maana a pegarle a una bestia, y uno atrs corra de arriero! Se
necesita alguien al pie del trapiche para que meta la caa, y otro
que arre todo el da detrs de la bestia, deeele juete! Eso nos
tocaba, unas veces a mi y otras a Pedro, o a veces buscaba otro
muchacho. Pero cuando no haba quien, le tocaba a uno. Esa
caminata all alrededor era como ir de Santander a Silvia; por eso
uno se senta cansadsimo. Las bestias salan de ah murindose;
por el cuadril tenan unas mataduras verracas las pobres, de cargar caa, de jalar el mallal. Nos acabamos nosotros, acabamos
las bestias y pareca que no sacamos mayores ganancias.
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [359]

Mucho tiempo despus, ya por ah como que algunos tenan


trapiche de motor. Entonces a mi como que me alumbr: Ah,
eso s que es bueno! Un motorcito, un trapichito, y no es sino
meter la caa. Y me dije: Algn da no comprar un trapiche
as pequeito, pero de motor?.
Porque como ya estaba muy acostumbrado a tomar agua de
panela suficiente, la panela comprada no dura nada. Me pareca
bueno moler y tener cualquier dos o tres arrobas acumuladas
encima del fogn, que eso en la candela no se daa. As como el
maz, que se conserva all mucho, as es la panela. Si la trae uno
bien envuelta, con el cincho, con vstago de pltano, eso da calor, no se ahuma sino el cincho y, como est al interior, se mantiene fresquita. Y dije: Ah! hay que volver a sembrar. Entonces volv a sembrar. La haba acabado un buen tiempo y volv a
sembrar, ya en un lotecito de unas dos plazas de mejor tierra que
logr comprar.
Por esa poca la Compaa de Empaques de Medelln estaba vendiendo unos motorcitos de uso mltiple, con un descuento
para los fiqueros que les vendan a ellos. Yo produca fique, pero
lo venda en pie, entonces yo no era cliente suyo. Pacho Trochez,
un mestizo de Tres Quebradas, era comerciante de fique, pero a
l no le compraban porque no era productor; entonces se vali
de mi para venderle el fique a la Compaa y yo aprovech esas
facturas de venta para comprar el motor a menor precio. Ya con
el motor, lo siguiente fue comprarle un trapiche usado, pero en
muy buen estado, a un vecino paez de Guaital. Con la venta de
una yegita le pagu una parte y el resto me lo fi para pagrselo con la venta de la panela. Y as fue como volv a tener panela
para el consumo de la casa, y tambin para la venta. En esta ocasin la tierrita era mejor, ya yo tena ms experiencia y me fue
mejor. Por eso la caa y la molienda se mantuvieron durante
muchos aos ms.

[360] l a f u e rz a d e l a g en t e

Y me envici a montar en carro

Un da yo ya me haba formado un poco ms,

ya vendamos la cebolla, vendamos la papita, entonces manejbamos alguna platica yo no se cmo, me envici a montar en
carro. Porque ya haba carro a Silvia.
Haba algunos pedazos, como de Silvia a La Estrella, que uno
vena por la carretera y los carros molestaban mucho a las bestias. Nosotros tenamos una yegua blanca que era muy arisca con
los carros; era que no los poda ver porque se paraba en dos manos y le atrapaba a uno. Uno tena que traer un buen lazo y, cuando vena un carro, buscar un poste, un palo seguro a la orilla del
camino, desmontar rpido y amarrarla, darle vuelta en el palo
y tngala! Porque si le poda, si le quitaba a uno el lazo, se iba
delante del carro y quin la alcanza! Cuando pasaba el carro,
todava la bestia que a pararse. Ay! tngala. Cuando vena un
carro, para nosotros era un estorbo, un gran tormento.
No sabamos esos carros para qu servan, slo sabamos que
eran un estorbo por el camino. El carro como que cuando pasaba a un lado del caballo arisco, como que sonaba ms, y pareca
que era para asustar al caballo. Cuando pitaba s que era cierto.
Pasaba el carro y como que resollbamos, respirbamos.
Un da mi pap me llev por Mondomo para ir en carro. Yo
no quera, yo quera ir a pie. Pero dijo: Vamos por Mondomo.
Ah, pues vamos. Entonces me fui en carro. Me pareci muy fcil, muy descansado, como hoy yndose en avin. Me ama
tanto!
Aprend que era bueno ir en carro, pero tambin quera seguir llevando comida. Como haba tanta hambre y yo apreciaba
tanto la comida, todo lo haca por la comida. Un da me estaba
acomodando un racimo de pltano guayabo que un racimo
bien criado, grande, se da de unas dos arrobas para llevarlo
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [361]

en la espalda de Aguablanca a Mondomo. Mi pap me deca:


Hombre Lorenzo, usted no puede. Y yo que s, que s puedo.
Terco. Mi pap me regao: Hombre no pods. Si va a llevar lleve poquito, usted no puede salir con eso a Mondomo. Que s,
yo s lo llevo. Hasta que le acomod y lo llev. Y carguee hasta
una quebrada que se llama Aguasucia. Hasta all vine muy bien,
hasta all baj, hasta ah muy guapo. All empieza uno a subir,
bajar y volver a subir la loma. Y empec a sudar, a sudar y a sudar; se me acab la resistencia, se me acab la fuerza. No pude,
me mam. Quera llevar, pero no pude. Mi pap todo bravo. Yo
no se qu traa, pero el resto del camino tuvo l que cargar para
no botarlo. Y as salimos a la carretera. Llegamos con los pltanos bien magullados, sudados, del sudor de la espalda de uno.
Cmo llegara ese pltano!
Llegamos por Ambachico, por el monumento de Bolvar, en
ese camino de lo que hoy llaman La Fundacin. Porque en
Chimn nos tenan jodidos. Ese camino frente a la casa donde
hoy vivimos en Silvia, por all era la ruta recta para salir a la casa,
pero cuando cambiaron de dueos y partieron las haciendas
hubo un momento que nos quitaron la va recta, y para ir a la
casa haba que caminar por el cementerio, por una quebrada all
por la Fundacin, por toda la orilla del agua, y en tiempo de invierno habiia unos barrizales tan tremendos! Era pavoroso salir por all por esa vuelta; uno llegaba tarde, de noche, cansado,
y tener que dar semejante vuelta! Pero ya no haba camino recto, no dejaban pasar.
Pero me envici a andar en carro. Antes vea uno venir un carro y era un estorbo, pero cuando empec a subir as era muy
bueno. Desde all empec a andar en carro. Llegaba uno muy rpido a Piendam, y de all llegaba muy rpido a Silvia. Un amigo, Omar cojo, que tena lo que en ese entonces llamaban berlina, un carrito pequeo, cuando haba plata le pagbamos y
cuando no el hombre nos fiaba. Me acuerdo que el pasajito de
Silvia a Piendam en ese entonces vala 60 centavos. Con 60 centavos uno bajaba a Piendam; de Piendam a Mondomo tal vez
otros 50-60 centavos. De alguna manera uno se haca 1,20 para
la ida, otros 1,20 para la venida, y con eso pareca que uno estaba a salvo. Entonces ya dej de andar ese largo camino de dos
[362] l a f u erz a d e l a g e n te

jornadas, y as nos rindi ms el tiempo, nos pusimos a trabajar


ms, a hacer ms cosas, nos ayud para hacer los trabajos ms
rpido.

a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [363]

Soando con una casita buena

Cuando me acostumbr a viajar en carro, a ve-

ces bajaba a Silvia y le peda posada a alguien para quedarme.


Yo dorma en el suelo y miraaaba esas casas Cundo tendremos nosotros una casa, cundo! Miraba. Sufra. Deseaba tener
una casa. Un sueo pues.
Las dos casas que tuvimos, la de Chimn y la de Mondomo,
eran iguales de malitas. La de Chimn, pues en mal estado, pero
no tena plaga. En cambio la de Mondomo, bien mala y llena de
plaga: araa, cucarachas, alacranes, de noche venan las culebras.
Uno dorma con qu nerviosismo! Si se recostaba en una pared, uno se llenaba de telaraa; por all lleeeno de cucarachas; debajo de un ladrillo, de una piedrita, de cualquier cosa, ah estaba el alacrn alzando la cola, buscando picarle a uno. Y mi mam
que era muy miedosa a las culebras, hasta que muri lo fue,
para ella cualquier cablecito, cualquier cosita era culebra deca
a todo momento: Cuidado, cuidado. Entonces, era todo un tormento, tanto para ella, como para nosotros.
Era una casa malita llova. Yo tena un afn de construir
una casa! Entre el huerto, por el camino, yo vea una casa chiquita, una casa pintada con muchos dibujos bonitos, con puertas lindas Yo si que estaba enamorado de esa casa! Y siempre
le deca a mi pap: Hagamos una casita como esa. Yo tena miradas dos casitas, pero mi pap no le paraba bolas a esas casitas
chiquitas, no me paraba bolas para hacer una casa as con bahareque, con lodo. l deca que haba que hacer s, pero casa de adobe, no de bahareque.
Un da descubri una mina de arena all en la finca misma.
l deca que esa arena era buena. Como era tan difcil all, lejos
de la carretera, transportar arena para la mezcla del cemento,
entonces fue all y, picando en una barranca, encontr la mina
[364] l a f u e rz a d e l a g en te

en lo seco, sin ir al ro. La llamaban arena de pea. Entonces trajo un poquito, hizo un repello para ensayar si la arena serva o
no, y la arena sirvi para la mezcla del cemento; se afin bueno.
l contento.
Tena un amigo al que llamaban Manuel Mosquera, con
quien la iba muy bien, un mestizo que era carpintero-constructor y viva all de vecino. Habl con l, le dijo que haba encontrado esa mina de arena de pea y que quera inventar cmo hacer bloques de cemento para construir la casa. Lo mand a que
consiguiera madera para un par de teleras, y que l inventaba
para que fabricramos los bloques. El carpintero elabor el marco para hacer los bloques de cemento.
Ahora segua el problema de arrimar la arena. l pens que
haba que economizar cemento y arena, y para eso, para que rindiera, nos puso a cargar piedra de la quebrada, para meter piedras lo ms grandes posible, en medio de la mezcla. As, de un
saco de cemento sacbamos hasta treinta bloques. Fue muy difcil, un trabajo muy duro para nosotros, cargar piedras y arena
en el hombro. La arena no era limpia, tena lodo, entonces de la
pea cargbamos en la espalda bultos de arena, bajbamos hasta la quebrada para lavarla y, una vez lavada, otra vez salamos al
alto cargando la arena mojada. Uno sala chorreando agua por
las piernas y as llegaba a la casa con esos bultos.
Una vez que llegamos, l fabric los bloques; llen esas gavetas con una mezcla de piedra, arena y cemento, dej endurecer,
y a los dos das dio perfectamente un bloque. Estaba contentsimo porque haba dado un gran resultado ese invento. Yo bravo porque me puso a cargar esa arena, chorreando agua por todos los lados, pero a la vez tambin contento porque invent. Eso
nos toc afrontarlo con Pedro, y Brbara como asistente en la
comida. Ya Jacinta se haba casado y se haba ido.
Duramos muuucho tiempo sacando arena para hacer los mil
bloques con los que tenamos calculado hacer el cuadro de lo que
hoy es la casa en Mondomo. Yo no s si algn da pasar algo,
pero es una casa muy fina. En el terremoto de 1994, que derrumb muchas casas en Mondomo, a sta slo se le corrieron algunas tejas. Como no sabamos qu porcentaje haba que mezclar
por carretada, cunto era la carga que haba que hacer de cemento
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [365]

a la arena, unos quedaron bien cargados de cemento, rucios de


lo fino. Por eso esos bloques quedaron muy finos; ese invento
result, efectivamente.
Primero mi pap trajo unos 20 sacos de cemento como para
experimentar. Contrat con Arcadio Betancur, que tena mulas y poda transportarlos desde Mondomo. Esos 20 sacos nos
dieron para cargar arena y piedra un poco de tiempo. Fuimos
haciendo cuentas del nmero de bloques que necesitbamos.
Era muy difcil y muy costoso llegar a hacer mil bloques! Pareca imposible. Pero mi pap insista en que haba que hacerle, nos empujaba. Y pooobres nosotros ah, cargando piedra en
chacana, entre Pedro y yo en el hombro, y a espalda la arena.
Unas yegitas casi las matamos cargando piedra y arena. Pero
por fin! Completamos los mil bloques que estaban calculados
y un poco ms, para que al momento de ir armando no fuera a
faltar.
Completamos los bloques, pero nos faltaba la teja para el techo, porque mi pap no quera hacer de ninguna otra cosa sino
de teja. Contratamos un camionero de Mondomo que llama
Gerardo Franco, y l nos trajo las dos mil tejas hasta El Turco.
Con dos mil tejas cubriramos la casa. Pero tampoco tenamos
bestias capaces de cargar desde El Turco hasta la casa! Entonces
volvi a contratar a Arcadio Betancur para eso. Y esa es la teja
con la que hasta hoy todava esta techada la casa.
Mi pap quera una casa buena, l no quera cualquier casa.
Pero no haba recursos. l saba de construccin de casitas de
bahareque, de estantillo: amarrar bahareque, techar con paja;
pero construir casa como la que quera no saba, y no le gustaba. Entonces toc buscar un obrero. El obrero que vino, un Rafael Cifuentes, se enferm; comenz y no pudo terminar. Toc
buscar otro que se llamaba Manuel Mosquera. Ambos estn
muertos. Nosotros comida producamos. Papa y ullucos llevbamos de Silvia, y yuca y pltanos haba en la finca de Mondomo. Eso era lo que cocinbamos para nosotros. Pero a un obrero mestizo, quin sabe si le gustaba esa comida. En todo caso l
fue decente, nunca dijo nada, no tuvo escrpulos, y comi lo que
nosotros cocinbamos. Como que la construccin nos la hizo por
$150. Le pagamos, quedamos agradecidos.
[366] l a f u e rz a de l a g en te

Ya por fin se tech. Nos faltaban las puertas, las ventanas. Ah,
es que para construir esa casa en ese entonces, s que era costoso! Como nosotros ramos tan pobres, tan arrancados, llevados
del diablo, nadie crea que furamos capaces de hacer la casa.
Mucha gente como que se burlaba y decan: Esos cundo hacen casa!. Era toda una noticia, una novedad, hacer casa nosotros. Pero ya tenamos el bloque, ya lleg la teja, entonces a conseguir la madera. Como la finca estaba recin incendiada, no
tenamos madera; haba que conseguirla con los vecinos. All
haba gente que tena madera y nos colabor: nos vendieron o
nos dieron a cambio de guadua, hasta que por fin la juntamos
tambin. Nos faltaba para las puntillas!
Estando las paredes, estando el techo, con las puertas ya
podamos meternos ah. Porque nosotros vivamos en una casa
entre el cafetal, que llova por abajo, y se saba que viva gente
porque se levantaba el humo; pero casa no se vea. Por eso tenamos un afn por salir en esa casa nueva Ah! El da que
techamos fue un triunfo, la felicidad! Por fin! La tejita alcanz ras con ras.
Mi pap contrat ocho obras con un carpintero que llamaba Laurencio Len: seis puertas y dos ventanas, las principales.
Con eso ya poda cerrar la casa. Cada obra costaba $50. Entonces las ocho obras costaban $400. Y ahora nosotros para hacer
$400 de doonde diablos! Pareca muuucha cantidad de plata.
Una nica vaca que tenamos en compaa con Pedro, esa la
vendimos y pagamos la teja. El transporte lo pagara mi pap de
alguna manera.
Para las puertas vend fue cebolla. Yo tena una cebolla y unos
ajos por all en Chimn arriiiba, en una tierrita que siempre nos
daba buena cebolla, donde mi mam todo el tiempo trabajaba.
Mientras nosotros estbamos en esas, mi mam se quedaba en
Silvia, cuidndonos la cebolla, haciendo cosas. Abajo nos defendimos solos cocinando, lavando y trabajando, porque mi mam
un buen tiempo dej de ir a Mondomo. Entonces ella mantuvo
la cebolla que tenamos all en la tierrita que llambamos pastutarau, y me ayudaba para arrancarla. Yo no s cuaantos viajes
de cebolla hicimos, pero por fin fuimos pagando, fuimos pagando y s pagamos los $400. Llevamos las puertas. Cuando llegaa b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [367]

mos busqu a un vecino que se llamaba Jacinto, que l entenda


de eso, y nos coloc las puertas y las ventanas.
Nos faltaba lo que llama el embovedado, el tumbado de la casa. Ah! pero ese s, estbamos tan aburridos en la casa de abajo
que, sin embovedado, sin pisos ni nada, slo con el techo y las
puertas, ah! nos pasamos. Un da con Pedro y Brbara decidimos
subir. Subimos los trastes, las cosas, y qu fro! En ese alto era
un cambio: haba buena vista, uno alcanzaba a mirar por allaa
al vecino, leeejos se vea un panorama, pero era destapado. Tena techo, s, y puertas, pero lo dems era destapado y haca fro.
Mientras buscbamos como echar barro y tumbado, pues vivimos ah.
Despus mi pap busc quien echara el barro a la casa: un
Rmulo Daz, un obrero que saba muy bien de barro, l se comprometi y lo hizo. Hasta hoy se conserva la casa. l asegur bien,
con puntilla, con un bejuco que llama sorond, que nos mandaba a buscar y nosotros ni conocamos, ni haba en la finca. l
lo haba visto en tierras de otro y dijo: All consiga como sea,
compre o robe o cualquier cosa, pero traiga. Nosotros lo conseguimos y con eso trabaj bien. Despus vena el embute, despus
el aliso, despus el paete. Tanta cosa!
La construccin de la casa que hoy en da, vindolo bien,
cualquiera lo hace, que no es sino pensar y buscar el modo y
hacerla en ese entonces para nosotros fue muy difcil, qu
difcil! Pero tener una casa que no llueve, tener una casa en la que
no pasa el agua, pareca que era una gran riqueza. Porque cuando amaneca lloviendo, que llova afuera y adentro, era muy triste. Por eso, cuando construimos la casa, fue para nosotros un
gran triunfo. Nos sentamos satisfechos de que bamos avanzando, bamos haciendo cosas.
Con la Federacin de Cafeteros
terminamos la casa
A mi pap le gustaba el caf y a mi tambin. Entonces la finca poco a poco se fue convirtiendo en una finca cafetera. No haba tcnicas como las de ahora; en ese entonces no ponamos
germinador, ni almcigo, sino simplemente las pepas que caan
[368] l a f u e rz a d e l a g en te

debajo de los rboles, esas germinaban, levantaban y crecan, y


de esas sacbamos. Pero ya mi pap invent una prctica, una
tcnica de no arrancar a escoba, sino sacar con un piln de tierra cuadrado como una panela. Picaba los cuatro extremos, sacaba el espedn, y lo llevaba a mano. Luego haca un hueco de
buen tamao, echaba basura y hojarasca del mismo caf, de
guamo, de cosas, la clavaba y, como la mata iba con un piln de
tierra, tena raz, eso prenda fcil. As fuimos sembrando, sin trazo ni nada, sino al ojo.
Poco a poco mi pap se fue haciendo amigo de gerentes del
banco. Un buen da alguien le dijo: Hombre, su finca es una finca cafetera. A usted le pueden ayudar a terminar la casa. Ud. ya
tiene parada la casa, le falta arreglo de pisos, de pintura y, como
es finca cafetera, se pueden hacer beneficiaderos de caf para que
no estn esclavizados cargando agua, o llevando el caf a lavar
en la quebrada. Recuerdo a Jess Mara Sarria, un amigo de l.
Tena una voz grandota, hablaba bueno. Un da lleg a visitar all,
a conocer, y despus lo llev a la Federacin de Cafeteros. Dijo
que l era amigo de los de la Federacin y que le ayudaba para
que le ayudaran. Y se dio eso efectivamente.
Nosotros pobres, no tenamos nada que brindar a estos seorones que llegaban all. Nos daba pena brindar un sancocho como los que preparbamos nosotros, de yuca, pltano, y a veces
frjol, entonces no ofrecamos sino un tinto y, si haba huevito,
sancochbamos unos huevos y ofrecamos eso. No haba ms. No
tenamos ni mesa, ni asientos a donde decir sintense. As que
los sentbamos encima de unos palos. Pero as lleg este Jess
Mara Sarria y nos visit.
Despus vino a mirar un Mario Polo Garca, empleado de la
Federacin de Cafeteros. Me recuerdo tanto que a mi pap le preguntaba cuntas arrobas de caf coga, cuntos rboles de caf
eran. Jess Mara Sarria se le haba anticipado en decirle: Si usted
coge veinte arrobas, dgale que coge cuarenta, si usted coge cuarenta, dgale que coge ochenta. nflelo para que le ayuden. No
diga bajito. Si usted dice bajito, dicen que no produce nada y no
le ayudan. Hay que inflar. Eso ya fue como en 1960. Este seor
Mario nos ayud a planificar los costos de la terminacin de la
casa. Nosotros habamos hecho solamente el cuadro, dos piezas,
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [369]

la sala y la cocinita ah pegada, de bahareque. Dijo que eso de


bahareque no, que haba que meterle ladrillo y cemento. l ampli y presupuest.
En ese entonces haba en la Federacin de Cafeteros una regala, no en plata sino en construccin, y gracias a Jess Mara
Sarria, que era amigo de esta gente, lo descubri. Mi pap hizo
un aporte, porque no todo fue en regala. Primero, la casa estaba en parte ya construida, y segundo, se comprometi a poner
todo el material all.
Y lo mejor que pudo hacer la Federacin fue que nos puso
el acueducto. Porque el agua la tena que traer uno de un pozo
de barro abajo, o sino de la quebrada, que eso s que es cansn.
Yo no saba qu era, pero los tcnicos decan que haba que poner el agua a gravedad. Y esa gravedad es la que ponen cogiendo
una vertiente en la parte alta y por el mismo peso del agua la
hacen llegar sin poner aparatos, ni arietes, ni motobombas. Entonces, con todo eso se nos mejor la finca.
Nunca pensamos que bamos a pintar la casa, porque de
dnde! Y con esta ayuda se pint la casa, nos echaron baldosa,
en parte cemento, nos hicieron el beneficiadero de caf, de lavar
caf, una casita, un patio para regar caf. Todo ese material nos
toc traerlo. Pero como ya tuvimos algunas bestiecitas, cargamos
parte de Mondomo, parte del Turco y otra parte de Tres Quebradas. Y la Federacin misma mand un obrero que se llamaba
Manuel Snchez, un paisa, para que construyera.
Pero el presupuesto lo hicieron muy bajito y no alcanz la
plata para terminar la casa. La Federacin de Cafeteros deca:
La casa no puede quedar inconclusa; hay que terminarla.
Cmo iba a entregar una casa sin terminar la Federacin! Pero
para terminarla no haba la plata. Yo recuerdo que en la puerta de la sala de la casa falt un metro de baldosa, y ellos decan
que si fuera all en una esquina echaran cemento, pero en la
entrada
Tampoco alcanzaba la plata para el obrero que estaba construyendo. Nosotros de dnde plata para pagarle! No tenamos
para comer, mucho menos para pagar un obrero. No era en tiempo de cosecha de caf ni nada, fue en agosto o septiembre, que
es mal tiempo. La Federacin deca: Hombre, ustedes hagan al[370] l a f u e rz a de l a g en te

guna cosa, hagan alguna platica y paguen al obrero. Y nosotros


no tuvimos nada.
Ah sali perdiendo plata el obrero, pues haba que terminar
porque era una obra oficial, y l tena un contrato firmado. Nosotros luchando, le dbamos la comida porque eso era un compromiso que le diramos la comida y la dormida. Eso s lo estbamos haciendo. Por fin, as, el obrero perdiendo plata y la
Federacin all rebuscando, nos taparon ese hueco en la puerta
y pint; el obrero siempre ech el blanquimento, bien delgadito
para que rindiera, y a ras alcanz.
Y un da de 1961, diecisiete aos despus de comprada la
finquita, fue la inauguracin de la casa. Vinieron y entregaron,
sin fiesta ni nada, pero contentos quedamos. Fue un trabajo de
toda una vida, desde nios, desde muchachos. Pero por fin terminamos la casa.
Como mi pap era muy devoto a los santos, l deca que
como era un alto ah, caa mucho rayo, y entonces que la finca
haba que llamarla Santa Brbara, que a la casa haba que ponerle
un letrero que dijera Santa Brbara, porque esa santa era la
abogada de las tempestades, de los rayos. Entonces busc al mismo obrero para que escribiera Santa Brbara, y as la finca qued con ese nombre; antes la llamaban Potrerito.

a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [371]

Y casi perdemos las tierras!

La casa por fin la terminamos, pero hubo mu-

chos problemas con la tierra, con la finca, porque haba vecinos


que siempre queran quitrnosla. Porque como los indgenas no
tenan fuerza para nada, ninguna organizacin, no haba respeto por nuestros derechos. La tierra que con tanto esfuerzo habamos comprado tena no se qu problema. Entonces lleg un
momento en que un tal Severo Vivas, hijo heredero del coronel
Genaro Vivas, deca que esas tierras eran litigios, eran peleables,
que las escrituras eran ficticias y que haba demandado a mi pap
para quitrselas. Lo demand y casi le quita la tierra. Mi pap
estaba asustado y deca que si ese tipo segua jodiendo era capaz
de quitarnos la finca, pues aunque las escrituras eran legales, todava eran tumbables porque no tenan tradicin, no estaban
prescritas, no tenan trmino de 20 aos, o algo as129.
Entonces mi pap trajo la escritura y le consult a Miguel ngel Vidal, el registrador de instrumentos pblicos de Silvia. Y l
le dijo: Vaya saque la tradicin, el certificado de libertad, y con
eso yo le digo qu puede hacer. Y con ese certificado dijo: Faltan ocho meses todava para que eso prescriba. Estese calladito,
deje pasar los ocho meses, no haga bulla, no haga nada. Pasando ocho meses ya el tipo no puede hacer nada, ya pasan los 20
aos, ya nadie te puede quitar. Antes, te joden. Le aconsej. Mi
pap le hizo caso, estuvo calladito, el demandante tampoco hizo
nada, y pasaron los 20 aos. Pasados los 20 aos ya prescribe, ya
queda inembargable, y hasta ah lleg el peleante, el vecino.

129

No est claro cul era el problema, pues existe una tradicin respaldada por
escrituras pblicas, que se remonta a un Jos Domingo Paz, cuyo heredero
Nemesio Paz aparece vendiendo en 1916 a una Celia Ziga de Valencia.
[372] l a f u e rz a d e l a g en te

Pero haba otros, del otro lado, que sin argumentos jurdicos, tambin queran quitarnos tierra. Hay una curva de la quebrada de Aguablanca donde se forma como una islita. Esa islita
deca que era del otro lado y vino un da, pas para este lado y
cerc. Puso muy buen cerco de caa brava, que mi pap deca
que daba lstima trozar esa caa. Cuando el vecino hizo eso, mi
pap consult con otro vecino que era adversario poltico del primero; lo trajo, le mostr, y el amigo dijo: Ustedes no tienen ms
nada que hacer. Como esto es suyo, truece el cerco, chele machete. Y mi pap le ech machete, todo lo tumb al suelo, recogi la caa y la amonton en un solo sitio. El vecino que quera
quitarnos, ya vio que no poda y se qued callado.
Pero siempre hubo problemas hasta los aos sesenta. Han
querido quitarnos tierras por todos los lados, a la redonda. Lo
ltimo que quisieron quitarnos fue una colita de la finca que queda en la parte de arriba. Un vecino, Abel Otero, quiso quitrnosla.
Mi pap pele. Dijo: Aqu no nos dejamos quitar. Ya van tres veces que me han hecho intento. Primero a quitarlo todo, despus
una gambita de tierra por ah y ahora la cola que tiene como unas
tres hectreas, que siempre es grande. Eso no dejo quitar. El vecino, para poder ganar, roz todo y amenaz con demandar. Mi
pap le dijo que demandara. En ese entonces ya Cruz estaba estudiando para ingeniero agrnomo y l amenaz con Cruz.
Deca: Yo tengo un hijo que est estudiando abogaca. Que l
no gastaba plata en abogados, que demandara y l contestaba la
demanda. Pero nunca demand. Ya comprob, mir las escrituras, el otro tambin ya qued arreglado en paz, admiti que l
se haba equivocado y pidi perdn.
Fue siempre una pelea permanente. Primero a quitarlo todo,
despus un lote, despus otro, pero l siempre pele. A nosotros
siempre nos queran sacar, por las buenas o por las malas. Yo me
acuerdo que haba un vecino que todo el tiempo deca: Vndame, vndame la tierra, vndame la colita esa de arriba, vndame
ese pedazo para una manga, para tener el burro all. Mi pap
deca que a veces senta mucha necesidad y quera vender, pero
que si vendo un pedazo, pues me comprarn de libra en libra y
por fin me comprarn todo. Si vendo un pedazo, ese blanco me
estar pasando por aqu estorbando mi casa, mi camino. Muchas
a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [373]

veces tena necesidad de plata, pero pensaba eso y no venda. Y cada


vez que hablaba, yo lloraba: Cmo va a vender!. Una vez ya casi
la tena vendida, que dizque en $2000. l haca cuentas que si le
haba costado $450 estaba ganando como $1.550. Y deca que eso
era harta plata, que con eso comprara no se qu cosas. Pero el
cliente que compraba no le daba en efectivo, sino en mulas. Afortunadamente eso no le gustaba a mi pap, y no vendi. Muuuchas
veces le result compra y quera vender. Y cada vez, yo: No venda, no venda, y siempre me haca caso. No vendi.
Ya muy recientemente, tal vez en 1965, haba rumores de que
iban a abrir carretera por ah. No haba ni recursos ni nada, pero haba intentos. Lleg un momento de una campaa poltica,
y algn politiquero de la regin mand un topgrafo a trazar.
El topgrafo lleg y traz bien. La finca de nosotros no la toc,
pas por el pie y all busc la pendiente. Pero con los vecinos,
qu problemas! Un vecino, solamente de mala fe, nos quiso
meter la carretera para daar una cafetera que tenamos.
En ese entonces no haba caf caturra. No s en qu ao sera que lleg; apareci de pronto en la regin. Como a mi me gustaba tanto el caf caturra, fui a conseguir semilla donde un amigo, Julio Ziga, y l me llev a su cafetal a cogerlo; fui cogiendo
el caf y tambin fui buscando las chapolitas contento! Sembramos, ampliamos el caf, tenamos buena cafetera. Ese era el
cafetal que nos queran daar. Pero como mi pap ya era amigo
del de la Federacin de Cafeteros y era cliente del Banco Cafetero, se vali de un gerente del Banco para que la carretera no la
echaran por la finca nuestra, y menos por el caf. Yo acompa
a mi pap, me acuerdo tanto, y el gerente fue y habl con el ingeniero para que buscara el menor perjuicio. Pero no era sino
politiquera, no haba nada, ni plata, ni mquina, ni nada; eso se
qued en pelotera y la carretera se apag por mucho tiempo.
Todo era un afn de daarnos, de sacarnos, de aburrirnos, de hacernos vender.
Mi pap todo el tiempo peleaba. Peleaba, pero con los mismos
tipos siempre andaba junto. Yo no s por qu. Hasta que ya ellos
se cansaron, ya vieron que nosotros nunca bamos a vender la tierra. Por ltimo ya los que nos molestaban no volvieron a hacerlo,
ya quedaron muy respetuosos con nosotros todo el tiempo.
[374] l a f u e rz a d e l a g en te

a b r i n d o n o s c a m i n o e n m o n d o mo [375]

Las luchas
de los
ltimos
terrajeros

[378] l a f u e rz a d e l a g en te

130

Los que encabezaron la pelea eran mis abuelos . Mi


pap deca siempre que hubiera sido mejor, en vez de
gastar peleando, comprar aqu tierras. Los otros no
apoyaron as con mayor fuerza Los de all eran
Tunubalases, Hurtados y Muelas tambin. Eso era por all
lo que hoy es Santiago, donde hubo ganado bravo.
De todo lo que ha pasado hay que contar la historia.
Esto es de nuestra gente antigua que sufrieron, lucharon,
dejaron de dormir, aguantaron hambre y, ganando cuanto
insulto, iniciaron y dejaron la lucha. Como la gente de hoy
no conoce, no sabe todo esto, creen que las cosas se han
hecho fcil. No hacen ni siquiera memoria para
recordarlos a ellos. Como en Santiago, que hablan de los
muertos recientes, pero no de ellos. No recuerdan los
iniciadores desde siempre, pasan por encima. Sobre esto
nadie ha hecho nada.
Para que la tierra volviera otra vez en manos de
nosotros fue muy duro. Primero, porque no haba unidad.
Siempre hemos vivido divididos. La gente no se apoyaba
mutuamente. Entonces toc hacer un trabajo grande para
concientizar a la gente y eso fue una contribucin grande
entre todos. Por lo que no conocen es que nosotros estamos
perdiendo tanto la que llamamos la cultura. Lo que
llaman nuestra identidad se viene ya terminando. En estos
10 aos, en vez de pensar en salir adelante, lo que estn es
echando atrs. Hay que hacer una cosa bien, correcta,
para nuestras escuelas.
La gente de aqu de tierra libre no quera a los
terrajeros y hasta ahora hay gente as. Como cuando
compraron la tierra de la Cooperativa, la gente de aqu
deseaba que no pudieran comprar y decan que si perdan
haran un buen baile. Como mi pap ayudaba a recolectar
plata a la Cooperativa, entonces decan esos no tienen ni
para sus calzones, esos qu van a comprar tierra! Pero la
gente de all de la hacienda era gente pensante y hacan
130

Luciano y Carlos Muelas a principios del siglo 20.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [379]

cuanta cosa. Yo no alcanzaba a interpretar qu era lo que


pasaba en el fondo, si pensaban que viniendo la gente del
Chimn iban a dominar a ellos. Yo he estado pensando
que como ellos no salen, no se mueven, no conocen, por eso
creo que son as. Pienso yo.
Es como hoy, que cualquier cosa que quieran hacer, la
gente no apoya. Siempre los Cabildos, los tatas, los llaman
y entonces se ren, se burlan, que creo que en ese entonces
fueron lo mismo. Cuando hay una iniciativa importante
no apoyan y solamente esperan que llegue algn regalo
para recibirlo no ms. Es costumbre de aqu de la gente
que la tierra no les cost nada, porque viene de herencia
tras herencia, entonces no saben qu es conseguir tierra.
Creo que es por eso que a la lucha no han querido
acompaarla.
Manuel Jess Muelas

[380] l a f u e rz a de l a g en t e

Las ltimas pocas de la terrajera


en E l Chimn:
Pacho Morales y Aurelio Mosquera

Aunque desde 1944 tenamos la tierrita en lo

caliente, en Mondomo, siempre seguimos sufriendo los rigores


de la terrajera en Chimn, porque nadie quera irse a vivir por
all. Nunca nos fuimos permanentemente y slo bamos y volvamos, especialmente a producir y traer comida para Chimn.
Fue muy difcil adaptarnos a vivir all, sobre todo porque la abuela, la mam de mi pap, no se quera ir. Ella deca: Yo me muero aqu, yo no voy por all. Y ah muri. Recuerdo que cuando
mi pap se encontraba con Pacho Morales por el camino, l le
gritaba: Todava no muere la vieja?. Pobrecito mi pap.
Entonces, como no haba gente permanentemente en Mondomo, pues tampoco haba condiciones para vivir all. Por eso
fue que la chocita se fue cayendo y, cuando uno iba, estaba llena
de goteras y telaraas, que ni provocaba estar ah. Eso era un crculo vicioso. Mi mam, ah a la fuerza, pobrecita, le tocaba ir. A
Brbara y a Pedro les toc mucho tiempo solitos en Mondomo.
Finalmente Pedro no se ama, Jacinta tampoco; ellos terminaron trabajando en las tierritas que compramos en Malvaz, ya
por 1963.
Un da de 1954 vena yo con mi pap al yastau y sera por poltica que tena relacin con Pacho Morales, pero en todo caso l
le habl y le dijo: Aurelio Mosquera y yo vamos a comprar la
finca a Mario Crdoba. Esa finca nos la estn dando en 120 mil
pesos. Yo vend mi tierra en Chuluambo y ya tengo 40 mil pesos. Que Aurelio era rico y tena la plata, pero que l tena 40
mil pesos de la venta de tierra de Chuluambo y ya tena con qu
hablar.
Pacho Morales era un carnicero de Silvia quien se asoci con
el terrateniente de Popayn Aurelio Mosquera. ste ltimo era
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [381]

bien conocido en la zona pues desde haca mucho tiempo su


familia posea tierras contiguas a El Chimn, y desde 1922 l
mismo era dueo de parte de La Clara, predio en la antigua hacienda Ambal, el cual adquiri, junto con otros familiares, por
sucesin de Jos Rafael Mosquera. Poco a poco Aurelio fue adquiriendo los derechos de sus familiares, hasta que en 1942 ya era
el nico propietario131.
Entonces, con la noticia de la compra a Mario Crdoba,
como que la gente esperaba un poco un cambio; yo o a mi pap
como contento, venan hablando que esperaban un cambio favorable. Por lo menos que dejara cultivar. Y cierto, compraron. Y
de tal lindero para arriba ya los indgenas no eran terrajeros de
Mario Crdoba, sino de Pacho Morales y Aurelio Mosquera. Vino
otra gente.
Ya en 1950 Crdoba haba vendido parte de El Chimn a Aurelio, en cabeza de su esposa, y a Pacho (Alsalcia)132; en 1954 Juan
Van-Arken, quien le haba comprado la mitad de El Chimn a
Mario Crdoba en 1949, tambin le vendi a Aurelio y a Pacho;
en 1961 Crdoba le vendi lo que le quedaba (La Esmeralda,
Alaska, Los Alpes, Rancho Grande) a la esposa de Pacho. Y de
esta manera, Aurelio y Pacho fueron quedando como los grandes terratenientes de El Chimn, que para entonces, como sabemos, ya no inclua ni San Fernando, ni Las Mercedes.
Pero la situacin no cambi para beneficio de los indgenas.
Como recuerda Luis:
El que vino a quitar toda esas faldas fue don Aurelio Mosquera,
cuando ya no era el cabo Cruz sino Ventura Riascos. Ese fue el que
vino ya a quitar hasta encima de las peas, hasta donde poda subir una vaca pues. Todava haba harto terrazguero, mucha gente.
Yo se eso porque yo ayud a trabajar a pap Juan.

En manos de Mario se haba levantado mucha maleza; quitaron las tierras, cultivaron y luego dejaron enmalezar mucho, y
131

Certificado 81-103 de 1981, Registradura de Silvia.

132

Escritura 2883 de 1950, Notara 1 de Cali; Escritura 182 de 1950, Notara de


Silvia.

[382] l a f u e rz a d e l a g en te

cuando entraron Pacho y Aurelio haba mucho rastrojo. Entonces ellos llegaron con la estrategia de usar a los terrajeros para
limpiar, para hacer pastos. Como la gente estaba necesitada, tenan hambre y queran trabajar, los usaron. Les dieron algunas
porciones de tierra, como a nosotros, que a mi pap le dieron
un pedazo que era de nosotros mismos, que nos lo haba quitado Mario, y ah estaba en rastrojo.
Nosotros reclamamos la parte de los bosques que haba sido
nuestra. La guaicada de Bernabel, como era de nosotros, la reclamamos. Tambin la guaicada de Tsosha era de pap y por eso la
reclamamos. Luego en Kurusketa reclamamos porque era de nosotros. Seguimos reclamando lo que antes fue nuestro y nos quit
Mario Crdoba, y entonces cedieron.
(Pedro)

Mi pap le dijo: Deme eso para sembrar. Ah! bueno, le damos eso para dos cosechas. Siembra la primera, siembra la segunda, y nos desocupa.
A ellos les interesaba era que los terrajeros limpiaran, nada
ms. No les quedaba esa tierra para que siguieran cultivando.
Como estaban jodidos, mi pap acept. Y as le hicieron a otras
gentes tambin. Roce eso, dos cosechas, roce eso, dos cosechas,
roce all, dos cosechas. Pero no era porque queran a la gente,
porque queran darles tierra, sino que los patrones, el cabo, los
mayordomos, usaron a la gente para limpiar por su propia
cuenta. El nico provecho que sacaron los indgenas fue que
cultivaron dos cosechas y para no morir de hambre les toc
aceptar eso.
Con el cambio de patrn cambi el sistema. Mientras estuvo Mario, nos quit la tierra y nos estaba alineando a ser jornaleros agrcolas. Pero Pacho y Aurelio no nos usaron como jornaleros agrcolas, sino para el trabajo gratis, para pagarles terraje y
cultivar en lotecitos. Entonces otra vez la gente no perciba ningn salario. El corte a la economa otra vez fue vertical. Habamos acabado los cultivos propios, nos ponen un poco de tiempo a depender del salario, y luego eso se nos corta tambin y nos
toca otra vez ir all a cultivar.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [383]

Pero los cultivos no son permanentes, demoran en producir, y adems ya ni semilla tenamos. As que, a rebuscar los
cogollitos de arracacha, de coles. No se de dnde se sac! El maz
no se de dnde sali. Lo cierto es que lleg un momento, mientras
produca lo que cultivbamos, que quedamos sin nada! Ya no
tenamos el jornal, no tenamos cultivos tampoco; era empezar
de nuevo. En ese momento la situacin fue muy crtica para
nosotros; esos cambios bruscos que se dieron nos causaron
mucho dao.
La situacin lleg a tal extremo que hasta en carroeros nos
convertimos. Como no haba comida, la gente quera consumir
el ganado que se mora en la hacienda. Pero tampoco nos dejaban; estaba prohibido. A los indgenas mismos les hacan abrir
huecos profundos para meter los animales muertos y echaban
especfico o veneno para que no los sacaran durante la noche.
Otras veces no los enterraban, sino que les dejaban all para los
perros y los gallinazos. Pero stos no consuman todo; coman
la carne, pero las pezuas quedaban. Entonces, recuerdo una vez
que mi ta Antonia, hermana de mi pap, recogi las pezuas de
una vaca muerta, todas pisadas de los perros, de los gallinazos, y
las trajo para ponerlas en la olla comn. Hizo un caldito con eso
para comernos entre todos. Eso no me lo cont nadie, sino que
yo vi y a mi tambin me reparti ese alimento. Comimos.
Sin embargo, a pesar de las circunstancias tan adversas, todos luchamos para sobrevivir. En esa poca Pedro tendra unos
15 aos y aunque era tan joven recuerda como:
Lleg una nueva vida cuando peleamos con el viejo Aurelio, y
ya haba comida Dej rozar y dej sembrar para que hiciramos potreros. Nos dio tierra y sentimos bueno cuando dejaron
trabajar. Sin echar abono, tumbando bosque, da buena cosecha.
Es rico tumbar habiendo bastante monte. Rozamos y por ac
sembramos maz y por arriba sembramos ullucos. Como sabamos pasar hambre, mientras trabajaba deseaba que todos los bosques fueran mos.
Mingamos, hicimos pequeas mingas, aunque no haba comida. Comiendo coles y mejicanos no ms. Rozamos en la guaicada
de Bernabel cuando Aurelio recin compr y cedi la tierra. Pero
no haba nada de semilla. Fuimos a conseguir semilla de ulluco y
[384] l a f u e rz a d e l a g e n te

coles en Malvaz, donde el finado taita Pascual Morales. El cogollo sembramos y las hojas comimos. Buscbamos semilla de arracacha, mauja. Dnde no ms estaramos buscando! Hablando
ahora, es increble. Quin va a creer el cuento!
As era lo que buscbamos y sembramos. Ya habiendo tierra
podamos comer algo. Ya hubo ulluco, maz. Cunto har! As es
que vivamos de trabajoso.

Esos lotes que nos fue dando Aurelio los tuvimos ms de dos
cosechas. Nosotros seguimos cultivando, seguimos cultivando,
hasta que por fin dijo: Ya no ms, ya no ms. Y cuando dijo no
ms, abrieron ellos mismos. Entonces nos toc ir quin sabe a
dnde a cultivar por lotecitos, por pedacitos. Pedro comentaba:
Quin piensa salir! Como la tierra era de nosotros No queramos entregar, pero toc soltarla. Si en dos aos no entregan, los otros
terrajeros entran a la fuerza a hacer potreros, aunque est alambrado. Si no hacen caso, desengrapan el alambre y lo dejan en el suelo
para que recoja el dueo. As es que hemos visto pasar.

En esa poca, cuando tuvimos ese primer lote en Chimn,


sembrbamos y todos los das corramos all a la huerta a coger
la arracacha, las coles; y a medida que a las coles les iban saliendo las primeras hojitas, bamos descogollando y a la olla! Y
lo mismo la arracacha, todo. El maicito iba creciendo, iba creciendo, y fue una felicidad muy grande cuando encontr una
matica de maz florecida. Yo corr a avisar a mi mam! Como
no haba comida, pareca que eso iba a salir muy rpido, y como
que esperbamos ya la mazorca para comer. Pero eso era muy
lento realmente! Desde que florece hasta que ya da para comer
pasan como tres meses. Por eso tuvimos que bajar a Mondomo
con mucho esfuerzo, no se en qu ao sera, mientras maduraba la mazorca.
Al tiempo que trabajbamos duro en esos lotecitos, mi pap
y todos los dems terrajeros tenan que pagar terraje. Mi pap
viva endeudado, lo que se llama alcanzado, no en el sentido de
deber plata, sino de no alcanzar a descontar completo el terraje
al blanco. Porque un mes era enestico que pasaba: una semana
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [385]

trabajaba para el terrateniente, le quedaban tres semanas; despus


de que compr la finca en Mondomo, dos semanas bajaba all,
y slo le quedaba una semana para todo lo dems. Cuatro semanas se pasaban volando y no alcanzaba a descontar el terraje.
Cada ao quedaba colgado 10 das, unas veces hasta 15 jornales!
De los tres meses que tena que pagar como terraje cada ao quedaba debiendo y entonces era acosado, que usted esta debiendo
tantos jornales.
Esa semana del terraje era un martirio. Nadie quera salir,
pero haba que hacerlo. Cinco das de trabajo gratis para una
familia de escasos recursos es muy complicado; sin tierras, ni
cultivos, ni animales, y todava tener que regalar cinco das de
esfuerzo de trabajo para satisfacer al terrateniente, solamente
para no ser expulsado a la calle, era demasiada injusticia. Pero
para no sufrir esta consecuencia, el terraje haba que pagarlo sin
pensar dos veces.
Por eso a m me llevaba all, ya tendra yo 15 aos, para que
ayudara a descontar el terraje, para mermar jornales. l iba y
negociaba, hablaba: Estoy colgado, estoy alcanzado, traigo aqu
para que me ayuden a descontar el terraje. En el negocio, a mi
pap le decan: Pues aceptamos que trabajen cuatro das para
hacerle cuenta dos.
Mi pap alegaba, deca que los muchachos trabajan. Y el blanco deca: No, es que el muchacho, comer s come igual con los
grandes, pero trabajar no trabaja igual. Eso me daba a mi mucha ira, me daba rabia, y pensaba: Acaso me estn dando de
comer ellos? Yo mismo tengo que trabajar para comer y por qu
ellos me tienen que decir que comer s como igual con los grandes y trabajar no trabajo igual con los grandes? Y por eso tengo
que trabajar cuatro das para que solamente pasen lista dos. Yo
senta que me robaba dos das. Pero como no haba nada que
hacer, as regalaba mi trabajo.
Porque mi pap haca ms con mis cuatro das trabajando
juntos, as no los contaran completos. Mermaba dos das y para
l era siempre mejor, ayudaba. Pero yo ya notaba claramente lo
que me estaban haciendo. Respetaba a mi pap y le ayudaba, pero
al blanco no, porque senta que me estaba robando.
Un tiempito despus, yo ya tena mis 16 aos y tena que pagar
[386] l a f u e rz a d e l a g en te

terraje, no ya para ayudar a mi pap, sino de cuenta ma, porque


estaba en la hacienda de ellos y viva all. Yo y mi pap reclamamos para no pagar ese terraje y as fue pasando el tiempo. Pero
cuando tuve mis 18 aos se me vino la definicin del servicio militar obligatorio y la cdula de ciudadana, as que ya no tuve
escapatoria; ya fui mayor de edad y me toc pagar terraje sin
dilacin. Se abre una nueva lista y un nuevo terrajero.
Hasta entonces yo haba sido terrajero por ser hijo de terrajero, pero en ese momento ya me sacaron por mi cuenta. Me toc
pagar terraje con ambos, con Pacho y con Aurelio. El tiempo de
trabajo era de cinco das en el mes. Los jvenes empezaban con
dos das e iban subiendo gradualmente, hasta los cinco das cuando ya eran adultos. La comida siempre era por cuenta de uno.
Estas cosas as, yo alcanc a conocer y a vivir.
En ese entonces ellos no sembraban, era todo ganadera. En
la poca de Mario s sembraban, pero de eso ya haba pasado mucho tiempo. Entonces me toc en la ganadera. No me toc ni
ordear, ni andar de vaquero, ni nada de eso, sino en la limpieza
de potreros, cargando postes; cuando haba para cercos largos,
grandes, unos cortaban madera, postes, y otros cargaban. A esas
cosas as. Descontando terraje.
Yo era perfectamente claro sobre lo difcil que era ser terrajero. El da y la semana de terraje, yo en mis adentros murmuraba
y me senta rebelde y angustiado ante esta nueva realidad, pensando siempre en las jornadas de trabajo, en lo duro, en el maltrato que reciba el terrajero, y en que no haba esperanza de nada
para uno. Senta una vida trgica, sin saber hasta cundo esto
sera as. Lo primero que se me ocurri pensar fue que, como a
mis abuelos y a mis padres, esto podra ser por toda la vida. Mi
ms grande preocupacin era con qu bamos a vivir, si no nos
dejaban trabajar, cultivar la tierra, ni tener animales de pastoreo,
ni cuyes dentro de nuestras casitas.
Aburriendo a la gente
Taita Juan Calambs Snchez recuerda que en pocas de Aurelio hasta las mujeres pagaban terraje y que los hombres tenan
que trabajar gratis para la hacienda cinco das:
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [387]

A mi me toc con taita Antonio Hurtado como capitn. l se


fue para Inz; no se si habr muerto o no, debe vivir all. En ese
entonces a mi no me tocaba sino dos das. Cuando compr Aurelio
ya me oblig a trabajar cinco das. Y todava yo insist y no pagu
sino cuatro das.
Cuando entr a descontar esos cuatro das de terraje hubo
mucha presin a mi suegra, mama Dionisia, para hacer trabajar
terraje a cuenta de ella. Quisieron hacerla trabajar de cuenta de ella.
Entonces yo tuve que asumir a trabajar cinco das porque cmo
iban a sacarla a ella, a una vieja, que no es capaz de descontar
terraje. Entonces trabaj un da ms para protegerla. Desde entonces qued pagando cinco das. Yo tuve que defender a mi mama
suegra. Eso fue hasta que salimos ya del terraje.

Las jornadas eran largas, agotadoras. Luis recuerda que en


pocas de Mosquera, cuando el mayordomo era Ventura Riascos, haba que madrugar tanto que la gente bajaba con velas caminando, todava oscuro. En esa bajada se vea como una procesin. Y los de La Clara, lo mismo, suban con velas. Por la
maana era as, y por la tarde tambin era lo mismo. Recuerda
tambin que no se poda parar a charlar un ratico porque ya no
apuntaban, y ya hacan perder ese da.
Taita Juan tiene los mismos recuerdos que Luis:
Con Aurelio, este otro mayordomo de nombre Ventura []
haca trabajar de seis a seis. Cuando estaba bravo lo haca trabajar
hasta las seis y media. As hemos estado trabajando el terraje.

Y con Pacho Morales era lo mismo:


Francisco mi hermano trabaj con Mario hasta que lo ech.
Ya con el finado Pacho otra vez estuvo trabajando algunos das. Como joda mucho, haca trabajar de seis a seis, entonces dijo, esto
yo no aguanto, yo me voy. Y ms bien se fue Se fue detrs de la
mujer por all para La Mara ms bien.
(Juan Calambs Snchez)

En realidad eran la peor plaga y todo esto lo hacan para aburrir a la gente. Y mucha gente se fue. Voluntariamente se fue. La
[388] l a f u e rz a d e l a g en te

gente se fue aburriendo y anochecan pero no amanecan. Por


eso, cuando las recuperaciones, haba muy poquita gente para
luchar.
Muchos se fueron. Como Esteban Morales, que pag terraje
todo el tiempo con Aurelio y despus se fue. Como Manuel Calambs y el hijo Cruz Calambs, que les dio tanta ira, que Cruz
yo creo que lo maldice hasta ahora y seguir hacindolo, pues
haban sembrado una papa en Kuruschakketa y Ventura Riascos,
por orden de Aurelio, una noche rompi el cerco y meti ganado, y al otro da no encontraron sino el tierrero. Entonces dijo:
No, esto yo me voy. Me voy, me voy. Y esa semana se fue. No
volte a ver nada ms; ni su casa, ni su cultivo, sino que se fue!
Despus se fueron los Trino Morales, cuado de mi pap, y tambin la esposa Mara Antonia Hurtado y los hijos, ya para
Malvaz. Juan Calambs Snchez tambin termin en Morales,
donde compr una tierrita vendiendo los animalitos que tenan,
y recogiendo cebolla:
Aurelio a mi me quera, pero en ninguna parte me dio tierra
para yo tener mis animales. A veces yo me aburra mucho. Finada
mi mam tena cuatro caballos y cuatro vacas y de noche, a las ocho
de la noche, los sacaba al potrero para que fueran a comer, y a las
cuatro o cinco de la maana otra vez los recoga, antes de que se
diera cuenta. Siempre haca as y no dejaba ver. Entonces l mismo ya me propuso compra a las vacas, que tu ganado est sufriendo mucho []
Aurelio compr todo el ganado [] Con eso fue que compr
esto donde hoy estoy viviendo. Con la venta del ganado de mi
mam se compr [] Pero tambin tuve un buen lote de cebolla
all arriba, detrs de la quebrada del Takpi. Yo venda y venda cebolla para completar la plata para esta tierra. Eso lo hice aqu con
la mujer.

Aunque ms adelante l y su familia recibieron lotecitos en


Coscorrn133, que an tienen, no quiso volver, se qued en tierra caliente.
133

Ver La Empresa y El Coscorrn, p. 439.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [389]

Como all arriba yo sufra tanto, tena esta tierra ac, vine pensando de presto, pero cuando baj ac como que para arriba otra
vez no me dio ganas de ir. Me qued y me qued y hasta ahora estoy
aqu [] Detrs de m baj mi yerno Alonso tambin y ellos tambin se quedaron. Para mi fue mejor. Yo para arriba ya ni pienso.
Y hasta ahora estoy aqu pasando.
Ac siempre es bueno porque da el cafecito, maicito, la yuca,
el frjol. Eso me pareci bueno. Despus ya baj el hijo Francisco
tambin y ahora estn por aqu. A veces se ponen a pensar los trabajos que hay que hacer arriba, pero yo digo que no piensen arriba. Y aqu estn, no se han ido.

A nosotros nos sirvi muchsimo una decisin que desde


muy pequeo habamos tomado con mi mam de trabajar duro
y cultivar la tierra donde fuera y como fuera, para poder tener
comida en casa. Esta decisin sagrada en la que an hoy en
da sigo creyendo nos salv la situacin, y muy rpidamente
decid desenyugarme del terraje. En julio de 1960, apenas 15 das
despus de que me cas, sal del Gran Chimn, dejando a mis
padres y hermanos y dems familia, pero siempre pensando en
nuestra mejor vida. All la situacin era invivible porque las tierras haban sido usurpadas y estbamos cada vez ms estrechos.
Por eso sal. Tom el camino a Mondomo, dicindome que el
mundo es grande y Dios debe existir en toda parte, y pensando
que en cualquier parte uno poda vivir. All me radiqu todo el
tiempo a trabajar, como era mi intencin.
Pero, al igual que con anteriores terratenientes, no todos salieron. Como dice Luis, algunos se subieron encima de las peas,
pero vivieron. Este fue el caso de mi pap, de mi familia. Mis padres y hermanos se quedaron, siguieron siendo terrajeros hasta
1970, cuando con la organizacin indgena se pudo abolir el
terraje. Yo dur largos 10 aos por fuera y regres en los aos 70,
decidido a apoyar las luchas indgenas que estaban surgiendo en
mi pueblo y en mi comunidad de terrajeros.
Cuando comenz la lucha, vine porque a Jacinta mi hermana,
que fue la piedra angular de la pelea, la tenan acorralada, jodida.
Aurelio. Yo pensaba que no tena ninguna necesidad, pero mi
mam, mi pap, mis hermanos, todava existan en esas tierras
[390] l a f u erz a de l a g en te

del Gran Chimn y estaban peleando. Entonces pens solidarizarme con ellos y con otras gentes que estaban all, que todava
batallaban por defender sus derechos. Me pareca que YO quedarme por fuera, sin aportarles nada, era injusto. Por eso vine a
solidarizarme con ellos, a compartir con ellos, no solamente en
las charlas, no solamente en las reuniones, sino que tambin me
dediqu a ir junto con ellos a trabajar134.
Analizando hoy en da esta situacin, uno piensa que si ni
trabajando con juicio para uno alcanza para vivir, los terrajeros
cmo y con qu podramos haber subsistido, regalando el esfuerzo de nuestro trabajo a otros, y adems pagando sanciones
cuando nos agarraban un animalito en los potreros al borde de
nuestras casitas.
Agoniza la terrajera
y surgen las primeras luchas de esa poca
Hasta 1960, cuando dividieron la hacienda, Aurelio y Pacho
estuvieron trabajando en sociedad las tierras que haban comprado. Cuando se dividieron, ya haba empezado a moverse la
reforma agraria de los aos 60s y vean alguna posible afectacin
de sus tierras. En ese momento Aurelio empez, en un lote de tierra suyo que llamaban Ambal, a hacer planes para casas, a construir, pensando no admitir ah la introduccin de la reforma agraria; quera evitarla a toda costa, porque todava haba bastantes
terrajeros y l no quera ni soltarles la tierra, ni liberarlos a ellos,
porque los necesitaba como mano de obra. Demor ms de dos
aos construyendo eso, el Pueblito de la Fundacin Mosquera135.
Como ya los tena clasificados, saba cuntos terrajeros posiblemente iban a quedar con l. Entonces construy en ese lugar, para
que la gente viviera ah en esas casas, con unos pequeos solares,
para tenerlos ah al servicio de la hacienda.
134

A picar la tierra para recuperarla.

135

En 1963 Aurelio Mosquera form legalmente una Fundacin para traspasar


las tierras y otros bienes que iba a ceder o vender a los terrajeros, de la cual l era
presidente. Fue a travs de esa Fundacin que hizo todos los movimientos de tierras y dems.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [391]

Mientras tanto ya haban partido la tierra, y tambin dividieron a la gente. Entonces en ese momento dijo Aurelio: Los
que se van conmigo, van para la Fundacin Mosquera. En cambio Pacho Morales no hizo ninguna construccin y simplemente dijo: Los que se van con Aurelio pues se van; los que quieran
quedarse conmigo, se van para arriba. Busquen all arriba a
dnde vivir.
En poco tiempo los mismos terrajeros limpiaron los potreros,
se acabaron los montes. Entonces Aurelio y Pacho ya comenzaron
a lanzarnos. Nosotros nos plantamos para no ir, aunque hicieran
lo que hicieran. Pero los otros se fueron ya para lo caliente. Y nosotros tan tercos! Aunque nos diera hambre, resistimos.
A los que resistieron los mandaron a hacer rancho en el yuksro,
para que vivan all, pero como pajes de ellos. De la planada nos
sacaron hacia lo puro alto, y la casa de nosotros los mismos
terrazgueros la tumbaron, por rden del terrateniente. Tal Rafico
y tal ermanto Vicente, nosotros y otros subimos al yuksro. Y el resto a Fundacin. De lo plano ya nos lanzaron a todos136 .
(Pedro)

Cuando hubo esa divisin de las tierras y los terrajeros, toda


la parte plana ya la haban quitado, pero mi pap no quera irse
porque estaba en una tierra de toda su vida. Adems, las huertas
que poda seguir trabajando quedaban arriba. Por otro lado,
como desde haca mucho tiempo a los terrajeros los tenan fraccionados polticamente y Pacho Morales era liberal, mientras que
Aurelio Mosquera era conservador, polticamente mi pap se
entenda con Pacho. Entonces se fue para arriba.
Construy una casa en un filo que llaman El guila, ya casi
en el pramo, muy alto, bien fro. Demor un poco de tiempo
sacando el plan para el rancho. Como no tena agua, la trajo por
canal y construy la casita con unas lminas de zinc y embuti.
Pero eso tan alto era muy fro realmente. Adems, un plan recin construido, el piso de tierra, hmedo, eso era casi invivible.
136

Los que se fueron para Pueblito eran terrazgueros de Aurelio Mosquera; los
que se fueron para arriba, a lo inhabitable (yuksro), eran de Pacho Morales.

[392] l a f u e rz a d e l a g e n te

Pero ya la casa vieja de abajo, eso ya estaba advertido, tanto por


Aurelio como por Pacho, que de all los terrajeros tenan que trasladarse. Y empezaron a tumbar las casas. La de Pascual Morales,
la de Vicente Muelas, la de Antonio Calambs, todas esas casas
que existieron ah, en ese momento empezaron a echar abajo. La
de nosotros fue la ltima en ser desbaratada.
Con Mario Crdoba nos haban quitado las tierras y a la
abuela Rufina fue l quien le haba desbaratado la casa de abajo
y la haba metido, sin tierra, en la casa de Pedro Calambs, a
quien acababan de expulsar. Como ah no se acostumbr, termin yndose para Malvaz, donde muri de fro. A la abuela
Gertrudis le haban dejado el pedacito de la casa, la casa vieja de
nosotros, la casa paterna, la casa donde por primera vez yo sembr maz al voleo, y esta casa fue la que tumb Mosquera en 1962.
Cuando la desbarataron, yo ya estaba viviendo en Mondomo y
no los vi hacerlo. Yo quise llevar a mi pap y a mi mam para
all, pero ellos no quisieron ir. Entonces sub, porque saba que
ellos tenan unas cosas para sacar de ah: un bal, una cama, unas
ollas de barro, y ayud a subir todo al nuevo rancho. Yo ya no
viva ah, me haba ido en 1960. Pero fui a ayudar a subir las cosas ya en el 61. En ese entonces, hasta que subieron, todava estaban pagando terraje.
El traslado no fue voluntario. A la gente la obligaron a salir.
Les desbarataron las casas y a la brava, es decir, con la polica,
les hicieron irse para arriba o recibir, en el caso de los que se
quedaron con Mosquera, las casas con huerto que construy en
Pueblito. Esto fue en 1962. Mi hermana Brbara recuerda que:
Ha sido tan horrible Dividieron la gente un patrn con otro.
Entonces Aurelio hace las casas como en la parte ms plana, como
ms cerca al pueblo, unas casas ms o menos vivibles, mientras que
Pacho mand a la gente a las peas. Les dijeron s, construyan, pero
nada ms. Yo, por ejemplo, viva all encima de la pea. A mi me
toc vivir all ngrima sola. Y para all cargamos esas ollas grandes, porque haban pues ollas de barro; todo lo que podamos llevar lo llevamos all. Tocaba subir lomas muy empinadas para poder llegar all. Gastaba una hora para poder llegar del plano hasta
all. Mi to Rafael estaba ms arriba todava. Entonces los ms perjudicados ramos nosotros.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [393]

Mi pap qued con Pacho y Jacinta qued con Aurelio. Mi pap


acept subir all porque nosotros tenamos trabajaderos all. Por
eso aceptamos.
En ese momento del problema, Pedro se va a estudiar a la escuela, al Ncleo que estaba recin fundado, porque all enseaban
ebanistera y un poco de cosas, y mi pap llev a mi mam para
Mondomo a vivir all. Como haba unos cerdos, unos ovejos, una
vaca, por salvarlos me dejaron a m. Sola ngrima. En ese entonces yo tena como doce, trece aos, por ah ms o menos.
Entonces me qued sola, cuidando los animales, cuidando la
casa. Pero sola sola. Era una casa en la pea. Yo sala de la casa y
haba una pea as. En estos inviernos tan feos, haba un matorral
bonito, y all era la nica parte sequita. Yo me sentaaaba all a escuchar el canto del bho. Y lo nico que se escuchaba era bramar
esos novillos de Pacho Morales. De da oa los mayordomos, suba tambin don Pacho Morales, y eran los que hablaban con los
novillos. Yo me acuerdo los gritos que pegaba Pacho Morales.

Aunque Brbara estuvo por momentos sola en esa casa del


yuksro, Pedro tambin vivi ah. El recuerda lo difcil que era
organizarse, como nio que era, para vender o comprar cualquier
cosa en el yastau, por lo lejos y escarpado del lugar donde quedaba la casita.
Como yo ya saba trabajar, entonces all sembr papa, col, cualquier cosa. Ya el da lunes bajaba aunque fuera con coles. Pero no
bajaba al pueblo, sino a lo plano no ms, para madrugar por la
maana. Como el caballo no suba, si compraba remesa tocaba
subir a la espalda.
En ese tiempo no tena ni reloj. Viva con mi hermana Brbara en el yuksro. Un da bajbamos antes del amanecer, arriando
caballo, pues si madrugaba se poda vender algo, pero si coga el
da no se poda vender nada. Brbara ayud a cargar y bajamos
en lo plano. Yo solo ya vine arriando el caballo de arriba. Me acost
y me dorm, y a lo que despert no ms me vine. No saba qu hora
era. Vine donde el taita Juan Snchez. Entonces iba a pasar por el
molino abajo, pero la entrada del molino tena llave. Y no amaneca! Y la puerta abra a lo que amaneca. Si hubiera estado abierto
habra pasado, descargado el caballo, y habra dormido un rato.
[394] l a f u erz a de l a g en te

Si no poda pasar, quee poda hacer! Ni cantaba el gallo cuando


ya baj all.
Cuando me vi abajo ya sent temor y entonces ya no camin
ms y dej el caballo, con carga y todo, para que comiera pasto. La
carga era pesada, de 10 arrobas. Yo estaba pensando que el caballo
no poda aguantar y se iba a caer. Y all pues ni quin ayudara a
cargar. Pobre caballo! Coma pasto pero se senta fatigado. Entonces lentamente se ech con carga y todo. Yo lo dej descansar. Pens
que se ladeara la carga. Por el peso de la carga el caballo se quejaba. Al buen rato cant el primer gallo, y el caballo sigui echado.
Al rato el caballo se levant lentamente, con la carga y todo. Ya comenz a comer pasto. Estuvo un buen rato. Otra vez cant el gallo y ya vino despacito.
Baj al pueblo antes de amanecer y ah tambin estuve esperando un buen rato. Los que madrugaban ya bajaron. Busqu la
forma de pasar y pasamos. Seguro que vine como a las 10 de la
noche no ms!
En el sitio donde vivamos era fatigoso para cargar remesa y
para bajar los productos hasta lo plano, en la espalda no ms. Era
tan difcil que yo senta que no haba nada que hacer. Adems, aunque Pacho dejaba trabajar, de todas formas nos joda para hacernos aburrir. Por eso ya me aburr all y en ese entonces ya fuimos
para Malvaz. Por eso me fui.

Por esa poca ya habamos comprado la tierrita en Malvaz.


Pero, as como suceda con Mondomo, la familia tampoco se iba
para all y segua en Chimn, a pesar de todos los problemas.
Era pensado irnos s, pero a mi mam no le caa bien el clima,
a mi pap tampoco. Por el fro era que no queran ir y as quedamos pagando terraje nuevamente. Cuando compramos fue en el 63.
Yo no me fui por mis padres que tambin tena que llevar. Y
Javier como estaba pagando terraje, tena que estar en la hacienda. Tambin era que all no daba sino papa, as comidas fras, en
cambio ac, pagando terraje, tena una huerta en Coscorrn, donde
podamos sembrar maz, frjoles, en fin toda comida de lo ms clido. Nos ha gustado eso, entonces no quisimos salir del todo, sino
que pensbamos era seguir trabajando ah.
Pedro era el que estaba en Malvaz, pero tambin vena a ayudar a pap porque l qued pagando terraje. Ninguno fuimos del
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [395]

todo. Como era un lote pequeo, entonces no fuimos todos, sino


que quedamos ac. Como tenamos nuestra tierra, pagando terraje,
aun cuando en peasco, haba a donde sembrar.
(Jacinta)

Mientras tanto, de igual manera estaba pasando con los otros.


De los que se fueron para arriba, un mayor que llamaba Jos
Mara Paja no quera ir, l estaba tambin amaado. Entonces
Pacho le dijo: Si quiere vivir aqu, busque por all arriba algn
lugar donde construir. No dijo a dnde, sino busque, pero arriba, no en la parte plana. Donde no estorbara para tener sus
potreros, sus ganados. Bien alto. Entonces este pobre anduvo por
all y encontr un lugar. Luch y luch tratando de excavar para
hacer su casita; haba unas rocas grandes, dele por all y dele por
ac, y no poda hacer el plan para su casa.
Finalmente construy encima de la pea y estuvo unos cuatro aos all, donde se muri su hija Jacinta. Ya despus de esto se
fue para Morales.
(Jacinta)

Se fue y, no se cmo, se hizo a una tierra por Morales y all


vivi todo el tiempo. Hace unos tres aos muri. Jos Mara Paja.
Y eso mismo pas con mi to Rafael. l subi a una manga
ms arriba, a lo ltimo, donde hoy est el oso. Subi all porque
haba una fuentecita de agua. Construy la casa. Pero l tena
varios hijos, nios pequeos, y era difcil vivir en eso tan fro, en
una casa recin construida, que no era casa de vivir, que no tena
nada, ni puertas, solamente techo para proteger de la lluvia. No se
cunto tiempo estuvo all: sac el plan, construy, y estuvo habitando un tiempo, con los nios y todo. Pero en semejante altura,
en ese fro, se aburrieron mucho l, la mujer, y los hijos.

A los que se fueron con Aurelio a las casas y huertas de Pueblito, por un tiempo los dejaron usar en comn un lotecito de
10 hectreas llamado La Banqueta. Segn recuerda Jacinta:
[396] l a f u e rz a d e l a g en te

La Banqueta nos dio junto con las casas de Fundacin, para


que mantuvieran la vaca, el caballo, as. En comn fue que nos dio
a todos los terrazgueros que habitamos all, las 16 familias para las
que l construy las casas. A Javier mi esposo y al pap les dio una
casa gemela en Fundacin, y nos dio tambin para que trabajen
La Banqueta.
Ese lote es al lado de la casa de Fundacin; al voltear no ms
es. Colinda con esas casitas. Un lote nos dio, fuera de los lotes individuales, para que mantuvieran en comn.

Pero finalmente ese lote se los quitaron nuevamente y lo volvi a coger Mosquera:
Quitaron a todos, qued el mismo dueo. Ahora poco fue que
vendi al incora. Ahora s lo trabajan en comn, pero los de Fundacin.
(Jacinta)

Aos despus, por ah en 1970, les dieron Medialoma, un lote de unas 60 has., como para tener en comn animales de las 16
familias que vivan en Fundacin. Pero ste tambin les fue quitado tres aos ms tarde, cuando Aurelio decidi escriturrselo
a quienes le eran ms fieles, creando as serios problemas entre
los mismos indgenas, pues los que estaban all se rehusaban a
salir, mientras que los nuevos propietarios procedieron a sacarles su ganado.
Nosotros tambin tenamos vacas all. Pero despus lo quit
y entreg a tres familias de terrazgueros de all, que colaboraron
137
para arrancar cebolla . La quit e hizo un papel que entreg a
taitas Alfonso y Lorenzo Gembuel y Anselmo Pechen; les dio de
a 20 hectreas a cada uno de los que estaban con l y les escritur
individualmente. Ellos eran los que ayudaban contra nosotros, entonces a ellos les dio gratuitamente.
[] y ya comenzaron a sacarnos de Medialoma. Nos dejaron
as vacos; despus de que tenamos mangas, ya nos lo quitaron
137

La cebolla de los terrajeros que fueron lanzados en 1972.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [397]

todo. Era en comn, pero volvi a quitar, as como la de La Banqueta, que tambin nos quit. Entonces tenamos vacas y no haba donde tenerlas.
(Jacinta)

As es que la gente que estaba en Pueblito no tena tierra


donde trabajar. Benilda, la esposa de Juan Calambs Snchez,
cuenta:
En Pueblito donde nosotros estbamos no haba nada. Entonces fuimos a ganar por all por El Chero. Los hombres se fueron a
trabajar en Chimn y yo me cargu a mi hija Dionisia y all estuve trabajando en El Chero [] El patrn tena tierra all, pero ellos
no vivan ah sino en Cali. Nosotros ramos con mi Dominga y
ahora la mujer del finado Juan; ramos las tres que bamos a ganar, y fue a las tres que nos pusieron a sembrar pino all. Como all
haba buena cosecha de maz, entonces quisimos mas bien ganar
maz por el trabajo. Mi hijo mayor andaba trabajando por all y con
lo que l ganaba compraba la panelita y nosotros conseguamos el
maicito. Ah! nosotros s sufrimos harto. As pasamos.

En 1960, cuando sal de El Chimn, estaba en pleno apogeo el descuento del terraje. Esa explotacin, aunada a las divisiones de tierras y de gente que estaban haciendo Aurelio y
Pacho para mantener el control sobre sus haciendas, hizo que
un grupo de terrajeros, aburridos con la situacin, se decidiera a luchar para obligar al gobierno, al Estado, a hacer adquisicin de tierras, porque en ese momento estaba todo el auge de
la reforma agraria. Alguna gente como Julio Tunubal, la Cooperativa Las Delicias138 y otros, ya estaban como decidiendo, ya
estaban como tratando de organizar para empezar a moverse
a recuperar la tierra.
Entonces mi to Rafael, de vivir all en un lugar tan fro, tan
alto, casi en una situacin invivible, se hart y dijo: Yo, me voy
a luchar, a luchar. Convid a otras gentes, a mi pap entre ellos,
para que acompaaran en la lucha por la recuperacin de la tierra. l encabez a organizar y se baj. Dijo: Yo voy a luchar a
138

Ver Cooperativa Las Delicias, p. 422.

[398] l a f u e rz a d e l a g en t e

ver qu pasa. Yo no puedo seguir viviendo aqu, humillado,


arrumado arriba en la loma.
Jos Snchez, terrazguero de Chimn, me contaba los recuerdos que an tiene de esos momentos.
Me parece que fue el compaero Javier de San Fernando que
vino aqu a hablarnos, a insistirnos, que ustedes estn sufriendo
mucho, que es bueno que reclamen la tierra, como en otras partes
que fueron terrajeros y ya no pagan terraje y estn luchando por
las tierras. Aqu tambin dijeron ya a no pagar ms terraje.
Por eso se enojaron los patronos. Lo que decan era que el
que no pagara terraje se fuera. Entonces dijimos, pues no nos
vamos, y nos organizamos. Como taita Javier organiz, nosotros
dijimos, vamos a recuperar. As que salimos y empezamos a trabajar y empezaron a agarrar tambin. Agarraron y metieron en
las crceles.

Para los terratenientes el pasto, los potreros, eso era sagrado,


eso era intocable. Pero Israel Muelas se decidi, empez all a
picar la tierra. l era un muchacho muy jovencito hoy todava vive por all por Morales que estaba en las tierras de Pacho y anduvo acompaando, acompaando, hasta que al fin dijo: Tanto hablar yo s me lanzo!. Y l fue el primero que
arranc solo, con una pala, con una herramienta de trabajo, a
voltear el llano, a hacer eras donde nunca era tocado. Porque
eso era intocable, eso era para el ganado; ver y no tocar, casi era
la consigna de los terratenientes para los terrajeros. Entonces,
que era un atrevimiento, que era una invasin, que l era un
pcaro roba-tierras. Israel fue el primero en ir a parar a la crcel. Eso fue como en 1968-69. De all fue que empez. Hace poco
estuve hablando con l sobre estas cosas y me relat algunos de
sus recuerdos.
Cuando empezamos a trabajar en la tierra fue as. Cultivar para
mi era muy importante [] porque siempre ha habido crisis de
hambre. Por eso necesitbamos cultivar, pero estbamos muy
arrinconados
Entonces vinieron las divisiones entre Aurelio y Pacho, y mi
pap todava no haba hecho el rancho. Mientras andaba correteando para hacer la casa, Aurelio vino. Estbamos nosotros los
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [399]

docitos abajo en la orilla del ro Molino y le dijo: Por qu no pas


rpido? Cuando dijo eso, empuj a mi pap y lo tumb y l cay
sentado. As hizo el hoy Aurelio Mosquera.
Yo me sent muy profundo, sent mucho dolor cuando vi empujar a mi padre. Entonces me separ all y me qued parado pensando.
Llegaron a hacer hasta ese grado, nosotros siendo nativos de
aqu [] desde el principio. Yo no se por qu maltrataban tanto a
la pobre gente de nosotros. Y eso yo qued pensando y pensando,
y anduve y anduve, pensando y pensando qu hago yo.
Para trabajar tenamos unos pedacitos arriba en la montaa,
pero no tenamos un pedacito as un poco ms planito. Si nos
hubiera dado un pedacito mejor, as fuera pequeito, hubiera sido
menos difcil. En ese entonces ya la cebollita empez a decrecer.
Arriba en la falda era bastante fro, por lo que la cebollita se vino
acabando acabando. Entonces yo le dije al finado Pacho que: Ac
afuerita tengo visto un pedacito de plan, por qu no me da a cultivar?. Como arriba la cebolla se vino acabando, entonces yo ped
el favor de que me diera un pedacito all en el plan. l me contesto que: Arriba donde tienes es ms grande y ac donde estas pidiendo el plan es muy pequeito. Y se fue sin darme respuesta.
Como yo haba avisado ya, all yo decid. Entonces me fui a levantar las eras ah, y las levant en todo el lote, yo solito. Gast tres
das y nada pas. Estaba eso silencio. En ese momento el mayordomo era kasuku Ignacio. Entonces l vino a dar vuelta, lo vio,
no dijo nada y se fue. Yo segu trabajando. A mi pariente Jos
Snchez le ped al partido un bulto de papa para sembrar ah en
compaa. Ya sembr la papa y tambin puse la posteadora e hice
el cierro con alambre. Entonces ah a mi me iban a coger preso.
Cuando me iban a llevar a la crcel, andaban los de San Fernando, ahora el compaero Javier, y como decan que estos eran compaeros de nosotros, yo fui a avisar. Me dijeron: Escndase unos
das. Y yo anduve por ah escondiendo.
Mientras me estaba escondiendo, encontr a Aurelio y le dije
que me diera trabajo, que me diera algo para hacer. Aurelio me dijo
que usted tiene un patrn y vaya pdale trabajo a l, vaya trabaje
all donde Pacho.
De andar escondiendo no saba yo qu hacer. En ese momento mi primo Julio Tunubal estuvo haciendo acuerdos y me dijeron: Vaya a la crcel, qu se hace. Y dijeron que ellos ayudaban. Entonces fui y me present para irme a la crcel. El alcalde no era el
[400] l a f u e rz a d e l a g en te

titular sino haba un reemplazo no ms. Era de apellido Rengifo. Y


este alcalde empez a regaarme. Pero yo no me dej regaar de l
[] Como yo respond, no me queran. Por eso no me mandaron
directo a la crcel, sino me mandaron al calabozo. Eso me hicieron
y me dijeron que yo era desobediente, slo porque le respond.
El calabozo, afortunadamente, me toc en tiempo de verano.
Eso me present a las diez de la maana y como a la una me metieron al calabozo. En la tarde, ya como a las cinco y media, me
pasaron a la crcel []
Entonces la gente ya, de ver que yo solo me met, hablaron que
por qu no podemos meter tambin entre bastantes. Yo haba estado diez das en la crcel y ya ellos tambin se metieron a trabajar
all mismo donde yo cultiv, al piecito de mi labranza. Yo haba
cultivado en un planito, pero la gente que fue se hizo en una parte
ms visible. Ellos tambin vinieron a la crcel diez das despus.
Pero todos salieron primero de la crcel y a mi me dejaron otros
cinco das ms, porque me calificaron como cabecilla, por haber
empezado y por responder a la autoridad [] Por eso me tuvieron cincuenta y un das. Eso s me acuerdo yo clarito. En ese entonces tena yo mis 18 aos, o sea que yo era joven.
Desde que tena 15 aos sal a jornalear en Andaluca (Valle).
All me fui un ao y regres. Entonces anduve pensando y pensando y estudiando y estudiando, hasta que decid hablar a los patrones. Yo habl a todos dos patrones. A Aurelio le dije que me diera
trabajo y a Pacho le ped que me dejara trabajar en la tierra. Yo no
dije ms que la tierra que tena all en lo bien fro me la cambiara
por una un poco ms abajo, un poco ms abrigado. Eso fue lo que
no me quisieron cambiar. Como no me respondieron nada, y
como ya estaba dicho, como yo ped permiso y no me lo dieron, entonces fue que me met

Como l empez, ya estaba en la crcel, mi to Rafael, Julio


Tunubal y otros, comenzaron tambin a organizar y trajeron
gente de Guamba. Los guambianos vinieron. Como era arriba
y aqu en la Empresa, en la puerta, tenan llave, no podan pasar.
Entonces fueron por arriba, que all no vea ni el mayordomo
ni nada. No podan subir por el camino recto, por los puentes,
sino que daban la vuelta por atrs, atravesando el pramo. Hacan
un sacrificio enorme para poder llegar all. Al principio tenan
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [401]

Metieron tantos a la crcel que pareca que ya no quedaba quin continuara la lucha.

miedo tambin, entonces trabajaban de noche para dejar las huellas no ms y de da huan, se iban otra vez. Trabajaban y se iban,
trabajaban y se iban. Hasta que un da, ya no vamos a hacer as
clandestino, sino vamos a hacer pblico. Entonces mi to Rafael,
con otra gente que acompa, con los hijos, la mujer, un grupo
grande, se metieron ya en la mitad del pasto. Ya no era por all
por la orilla, sino por la mitad.
Como Pacho Morales era un gritn, de esos mandones, humillativo, sali all con la polica. Y a no mas lleg, a to Rafael
dicen que lo encontr all trabajando y se fue a darle trompadas. To Rafael dizque tena herramienta de trabajo y tambin
le iba a dar. Pero como estaba la polica, se meti en medio y no
dej pelear ms. Pero lo trajeron y metieron a la crcel. No recuerdo a quines ms, pero era el grupo de los 40, o sea, los que
[402] l a f u e rz a d e l a g e n te

Fotos: Victor D. Bonilla

inicialmente ayudaron a recuperar las tierras y que despus fueron expulsados de la Empresa El Chimn139.
Los tuvieron un buen tiempo en la crcel, no se si quince das
o un mes, pero cuando salieron volvieron otra vez y otra vez. To
Rafael estuvo varias veces en la crcel, acusado de invasin. Entonces eso fue como el inicio, el comienzo. Por la mala situacin,
por la mezquindad a la tierra.
Metieron a tantos a la crcel que pareca que ya no haba
quin continuara la lucha. Pero:
Venan ms y ms nuevos. Todas las semanas, hoy taita Javier
recoga gente. Empezamos a picar los potreros. A nosotros nos
139

Ver Empresa Comunitaria El Chimn, p. 427.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [403]

encarcelaron, a unos 60 das, a otros 30 das. A mi y al pap del


actual alcalde de aqu, taita Julio, no nos mandaron a la crcel []
Entonces nosotros lo que hacamos era ir a visitar en las crceles a
los que estaban all y ayudar aqu a las mujeres que quedaban. A
nosotros nos dijeron que miraran a toda la gente, llevando remesa y todo. Como estbamos por fuera, hablbamos con los patrones, preguntando cunto tiempo era que iban a meter en la
crcel. Tambin queriendo saber si es que la tierra nos la iban a
entregar o no
Nosotros cada ocho das nos estbamos dando cuenta, llevando remesa a las mujeres, y ramos los dos haciendo todo eso. Como
la gente dej botados los animales, eso tambin nos toc a nosotros cuidar, adems de ir a verlos en las crceles. El trabajo era igual
los que estaban all en la crcel y los que iban a picar tierra. Taita
Julio el flautero y yo as hacamos. Nosotros que no estuvimos en
la crcel sufrimos igual. Afuera tambin era trabajando.
La primera vez que meti en la crcel a la gente, todos los sbados bamos all a donde la seora Ana Julia, llevbamos lea, comida, cocinbamos ah y llevbamos a la crcel. As hacamos.
Primero a Aurelio le toc matar unas vacas y dar en la crcel, pero
los que estaban en la crcel tambin reclamaban, porque esa carne no era solamente para nuestra gente, sino para que comieran
todos los presos. Cuando se acab, la gente sigui reclamando.
Y aqu la gente, todos estaban en la crcel. No quedaban sino
mujeres. A algunos mayores los queran, como mi Abelino, como
el taita Pacho. Los sacaron, pero con advertencia de que no se asociaran con los de afuera y volvieran a trabajar en la tierra. Era una
orden. Si volvan vuelta, era ya para 90 das de crcel.
El patrn casi nos vena ganando a nosotros metiendo a todos
a la crcel. Y como todos estaban en la crcel, ya no haba ms gente
quien fuera a trabajar en la recuperacin. Era para que no se parara que el compaero Javier andaba hablando por all en Guamba, en Anisrtrapu. Cada ocho das venan de a diez, de a diez. Mientras unos estaban en la crcel, venan ellos.
(Jos Snchez)

Despus de que las tierras y la gente fueron divididas, durante


algn tiempo ms sigui el pago de terraje. Pero poco a poco
l a lucha aunada a la amenaza que para los terratenientes
significaban las Leyes 135 de 1961 y 1 de 1968 de Reforma Agraria
[404] l a f u e rz a d e l a g en te

fue dando resultados. Unos aos despus, en 1970, tanto Aurelio


como Pacho ya haban liquidado la terrajera. A partir de ese ao
ya no obligaban a trabajar, el terraje ya fue abolido. Ya dieron por
cancelado el pago del terraje.
Todo 1970, hasta 1 de diciembre, trabajamos. Ah ya dejamos
de trabajar porque Aurelio nos llam a una reunin y dijo que ya
no se trabajara ms terraje, que l dejaba ya libres. Tena que trabajar, pero jornaleando; l pagaba. As fue que qued. Ya no nos
hizo trabajar as cuenta de l, gratuito, no.
Nos llam, hizo una reunin en la escuela de Chimn, para
aclarar que ya no siguieran pagando ms terraje. Llam a todos
los terrazgueros. Habramos algunas 20 o 25 familias todava.
Deca que ya era justo, que a l haban ayudado, entonces ya
no siguieran pagando ms terraje. As aclar en la reunin y as
qued, y as quedamos sin pagar terraje, desde 1970. Porque Javier
ya lleva 30 aos de no pagar terraje.
Pacho Morales igualmente. Como eran del mismo patrn,
solamente dividi la gente, dividi la tierra, en cuanto a terraje
tambin fue lo mismo. Igualmente as en 1970 fue que termin l
tambin. Es que ellos dos eran los dos patrones y se pusieron de
acuerdo y termin en 1970 a todos los de Chimn.
En Santiago en ese momento no haba ni un terrazguero. Desde mucho antes no haba ni uno. Yo no se desde cundo ser que
no hubo terrazgueros all, porque donde yo alcanc a conocer, all
no haba ni uno. Eran solamente potreros donde mantenan ganado bravo, as.
En San Fernando tambin, yo no alcanc a conocer, pero
dizque era tal Julio Garrido que era el dueo y a la hora all tampoco alcanc a ver terrazgueros. Que ya eran lanzados. No se cmo
habr sido, pues all no haban y aqu en Chimn s habamos terrazgueros hasta todo 1970.
(Jacinta)

Es bueno aclarar que el terraje no fue abolido por el buen


corazn de los terratenientes, como ellos quisieron hacernos pensar. Hay que tener en cuenta que la terrajera tena dos caras: el
pago del terraje por parte de los indgenas y la cesin de un lote
de tierra para ellos, por parte del terrateniente. En la eliminacin
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [405]

de la exigencia de trabajo gratis para el terrateniente, la lucha de


nuestra gente fue un factor fundamental. Pero la otra cara del
problema era la usurpacin original de nuestras tierras por parte de los blancos, de manera que con la eliminacin de la terrajera los indgenas no slo quedbamos sin la obligacin de pagar terraje, sino tambin sin tierra. Al terrateniente le convena
el trabajo gratis que nosotros le proporcionbamos, pero no el
tener que permitirnos trabajar en algunos lotes de las haciendas.
La legislacin sobre reforma agraria de los sesentas garantizaba
a los terrajeros, as fuera en el papel, algunos derechos en cuanto al uso de la tierra, razn por la cual sta se convirti en una
carta potencialmente contraria a los intereses terratenientes: tener terrajeros en una hacienda abra la posibilidad legal de tener que hacer reforma agraria en esas tierras. Y eso era lo ltimo que queran los terratenientes. As que eliminaron la
terrajera. Y entonces los terrajeros quedaron sin la carga del pago
de terraje, pero tambin sin los lotecitos que por muchos aos
les haban permitido producir su subsistencia.
Es por ello que, a pesar de que la terrajera ya haba sido eliminada, fue tan difcil organizarse para obtener ingresos. Los que
estaban all, tanto los que se fueron para arriba con Pacho, como los que se fueron a la Fundacin, quedaron convertidos como en jornaleros agrcolas.
Los de la Fundacin, que antes eran terrajeros, le iban a
trabajar al mismo terrateniente en la hacienda, a sus quehaceres, pero ya no iban a trabajar de balde, sino que a cambio de
ese trabajo les daban una plata, les pagaban un salario. Pero ya
no tenan derecho a cultivar en ninguna parte. Ese era el nuevo cambio.
A mi y a Cruz mi hermano don Aurelio nos tena puro templando alambre por los bordes de las carreteras (cuando se acab
el terraje). A eso nos sac y nos dej estrictamente para eso. Entonces ya nos pagaban [] Solamente con Murillo dur 21 aos
templando alambre, cercos.
El terraje no me acuerdo cmo acab. Pero me acuerdo que
Murillo deca que trabajen permanentemente conmigo que nosotros vamos a pagar. Ya no era pagando terraje sino pagando plata,

[406] l a f u e rz a d e l a g en te

subi a decir Aurelio personalmente. No se por qu dejaron de cobrar el terraje, eso s no se.
Y entonces les solt a todos para que ya no pagaran terraje. Los
de Ambal tambin, a todos [] La cuadrilla que pagaba terraje,
siguieron trabajando, pero por dinero.
(Juan Calambs Snchez)

Lo mismo ocurra con los que iban para arriba. Pero para
arriba con Pacho fue ms difcil, porque ni siquiera contaban con
una casita vivible y tampoco haba suficiente trabajo para jornalear.
Mi pap se subi simplemente porque era su tierra, porque no
quera salirse de ella, y all hizo su escampadero, su casita.
Los que pasaron a Fundacin tenan un salario ms fijo que
los que se fueron con Pacho, porque Aurelio organiz su ganadera y tambin cultiv mucho en la tierra all. Sembr papa y no
se qu tanta cosa hizo, pero ocup mucha gente. l tena previsto
para tener a su gente trabajando ah como jornaleros. En cambio Pacho no cultivaba, sino simplemente tena ganadera que,
as fuera lechera, para cercos, los alambres, eso se mantiene con
poca gente, entre dos o tres personas. Por eso para arriba Pacho
utiliz muy poca gente. Me acuerdo que mi pap lo que hizo fue
contratos para limpiar potreros.
Finalmente, tras mucho forcejeo de lucha, de trabajo, a
Aurelio le toc ceder legalmente parte de la tierra para unos
terrajeros, y parte venderla al incora para que pagaran a largo plazo140. Lo mismo pas con Pacho Morales, quien no cedi tierra, pero s le toc vender para adquisicin de la reforma agraria.

140

En 1970, mediante oficio de mayo 20, Aurelio ofreci al incora la donacin


de 20 Unidades Agrcolas Familiares (uaf) para igual nmero de familias de
terrajeros (14 de ellos con nombres especficos), la venta de cuatro uaf para otros
cuatro, as como la donacin de las 15 casas de Pueblito de la Fundacin Mosquera
y una casa en Medialoma. Segn la Escritura 133 del 22 de agosto de 1973 de Silvia,
Aurelio finalmente cedi realmente la Fundacin Mosquera vendi por 1
peso a 13 terrajeros (que no incluyen los cuatro que llamaran desleales, aunque en el mencionado oficio s los haba incluido), una finca de 58 has. en Morales, Medialoma (60 plazas) y Pueblito (95 plazas) con las casas.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [407]

As es como Aurelio,
[] conciente del peligro que para sus restantes propiedades
y las de sus amigos representaba un triunfo de la lnea que traan
los luchadores, se propuso entorpecerla. Y as lo hizo: dispuso
entregar gratuitamente Coscorrn y parte de Chimn a los luchadores y entr a negociar el resto de Chimn con incora para que
estableciera all una de sus empresas comunitarias []
(Cooperativa Las Delicias, 1978, p. 28)

En todo caso, Aurelio no pudo hacer lo que l quera: que los


terrajeros todos quedaran amontonados en el Pueblito de la
Fundacin Mosquera para l poderse quedar en el resto de las
tierras. Se le desbarat su plan, dira yo. Una parte se fue a una
empresa comunitaria que se cre en Chimn y otra parte qued
finalmente respaldando al terrateniente en la Fundacin. Pero ah
tambin quedaron entre ellos cuatro terrajeros y sus familias:
Javier Morales, Juan Calambs, Cruz Calambs y Juan Tunubal,
a quienes l calific como desleales al objetivo que tena.
Como Aurelio quera el control total de la situacin, no aceptaba que estas cuatro familias de terrajeros se quedaran en Pueblito. Entonces comenz a acosarlos para que se salieran de ah
y se fueran a Coscorrn, un lote que colindaba con la empresa
comunitaria creada por el incora, donde l aseguraba que haba cedido tierra para ellos. Deca que no admita su estada en
la Fundacin, y trat de meter en las casas a otros indgenas que
no eran terrajeros, pero que estaban a su favor. Aurelio siempre
deca: All por la laguna (Coscorrn) ced la tierra y all tienen
la tierra, vyanse para all. Pero la gente de all deca que no
haba ninguna tierra cedida, que all no tenan conocimiento de
eso. Negaban.
A pesar de las intenciones de Aurelio de sacarlos del Pueblito
de la Fundacin, estas cuatro familias de terrajeros siempre se
mantuvieron ah con los otros, alegando que a ellos los haban
obligado a salir de sus antiguas casas y huertas con la promesa
de Aurelio de que estas nuevas casas y solares las tendran de por
vida y en compensacin por sus servicios como terrajeros. Jacinta
cuenta que:
[408] l a f u e rz a d e l a g en t e

De all de Fundacin eran 16 casas que construy el patrn don


Aurelio mismo. Pero pues cedi, y luego cuando se present el
problema de arrasar las huertas arriba en Oskowampik, tambin
nos quera sacar de lo que nos dio en Fundacin.
Esas casas las dio fue para que vivieran all en cambio de las
casas que destruy arriba. Y a la hora, cuando se present el problema, quera sacar de all tambin, y la huerta pues quera quitar y
pasar a los mismos compaeros de trabajo que lo apoyaban. Quera hacer un lanzamiento, y que nosotros furamos para El Coscorrn, un lotecito que anteriormente los terrazgueros, to Rafael
y otros, haban logrado ganar all.
Pero pues nosotros no queramos dejar y no dejamos. Y as est
hasta este momento.

Pero por esto hubo otra enredada lucha, un forcejeo con el


terrateniente y con los mismos terrajeros que hacan parte de la
nueva empresa creada por el incora, de lo que hablar ms
adelante.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [409]

Mis inicios en el movimiento indgena:


ya me haba ido pero pens solidarizarme

Mi pap tena mucho miedo. Deca que los te-

rratenientes tenan mucho dinero, abogados, tenan toda la autoridad y pensaba que era casi imposible ganar las tierras. Deca
que por qu no ms bien comprar tierra en otra parte, buscar la
vida en otra parte. Tena miedo, no solamente de que encarcelaran, sino de que mataran. Porque l deca que por all en el ao
1945, cuando recin entr Mario Crdoba, cuando empez a
quitar las tierras en ese entonces, l quiso ayudar a organizar a
la gente para no dejrselas quitar. Pero que el terrateniente se dio
cuenta que mi pap estaba hablando sobre ese tema, y un administrador de nombre Pedro Roa lo llam all, lo llev all solo y
le peg una insultada bien fea. Entonces cogi mucho miedo a
raz de eso. Por eso l deca que los blancos, con todo el poder
que tienen, podan hacer un dao muy grande a los indgenas,
que l no quera ver eso, y que era bueno que recuperaran las
tierras, pero que las consecuencias seran muy graves. Por eso l
no quera meterse y por eso no acompa.
Yo como estaba en Mondomo, siempre para venir de all a
Silvia en ese entonces era difcil, sobretodo porque yo no tena
dinero, y eso siempre sabe tener unos costos para ir y venir, entonces se necesitaba algn dinero en el bolsillo para moverse.
Como all yo todava no tena sino escasamente para sobrevivir,
no me daba mucho margen para salir. Por eso no pude venir as
inmediatamente cuando empez la lucha. Pero como quera
acompaar, ya despus no me resist, y vine. La gente estaba luchando. Unos ya estaban en la crcel, y otros se reunan mucho.
Yo no conoca a Javier Calambs, y en algn momento lo encontr en el parque de Silvia. Nos saludamos y hablamos all.
l me explicaba la forma como el movimiento indgena estaba
[410] l a f u e rz a d e l a g en te

organizando y queran recuperar en ese momentico. Deca que


la tierra siempre fue de los indgenas, de nosotros, que hoy est
en manos extraas, y que los indgenas tenamos que recuperarla.
Deca que no era cualquier cosa la lucha de nuestros antepasados, de los abuelos y de los padres, que todo el esfuerzo que hicieron no fue cualquier cosa, que haba que rescatarlo, y que eso
solamente la gente poda hacerlo. Que haba que luchar. Entonces me pareci que todo eso era importante. Yo segu hablando
con l, quera ingresar, ya por ah me fui arrimando, arrim tambin a la Empresa de Chimn, quera participar, arrim a varias
charlas, y por ah empec.
Pero mi pap no quera que me metiera. l realmente tena
miedo. Vea todo el poder, la represin que se poda desatar contra los indgenas, y deca que antes que l muriera no quera ver
alguno de sus hijos muerto. Esa era su consigna. A mi me deca,
una y otra vez: Pero si yo le di una tierra en Mondomo para que
viva ah, trabaje ah, viva de eso; qu necesidad tiene de venirse
a meter aqu a que nos molesten, qu necesidad? Vaya trabaje
all!.
Yo no obedec a mi pap en ese punto, no lo acat. Siempre
recordaba a Luciano Muelas, a Carlos Muelas, todos los esfuerzos que hicieron. Ya en ese entonces Javier Calambs nos habl
del ttulo extrajuicio 1051 de 1912 y me dio una lucecita de que
fue muy importante en ese entonces! Y que era increble que
desde entonces nosotros hubiramos perdido ese derecho a tener la tierra. Me pareca que haban sido muy importantes las
luchas de esa poca y tambin lo que queramos hacer en ese momento. Yo no quera quedarme por fuera.
Entonces, como los terrajeros del Chimn venan organizndose para recuperar nuestras tierras, con el apoyo de la gente de la Comunidad y de la Cooperativa de Las Delicias, volv para
apoyar a la gente. Ah fue que, no solamente yo, sino todos:
Jacinta, Pedro, Brbara que estaba estudiando, muchachita,
Faustina, Manuel, ingresamos. No sabamos cundo finalizara,
sabamos que era difcil, nos encontrbamos contra la muralla,
pero queramos hacerlo, as nos golpeara.
Los terratenientes y las autoridades del municipio tenan un
gran inters en no dejar levantar la fuerza del movimiento
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [411]

indgena, y por eso trataron de aplacarnos, de apagar la llama


por completo. Por eso hubo una poca muy difcil.
Recuerdo un da en que todos fueron a parar a la crcel. Muchos guambianos del Resguardo que vinieron a solidarizarse,
ellos tambin fueron a parar a la crcel, adems de los terrajeros. Recuerdo a Mara Antonia Trochez, la mam de Javier Morales, una mayora de ms de 80 aos, una viuda, anciana, nacida y criada ah, fue a parar a la crcel por el solo hecho de estar
trabajando en su parcela, por el solo hecho de seguir insistiendo
que era su parcela, pues no tena ms de dnde vivir, de qu vivir, a dnde ir. Mi mam tambin, Jacinta, todos los de la casa
fueron a parar en la crcel.
Mi mam fue a la crcel solamente porque nos apoyaba
moralmente. Ella ni siquiera estaba en la parcela, no haba ido
al trabajo y, abusivamente, nos la cogieron en la casa en Silvia.
La polica hizo barrida una tarde, una recogida en la casa, por
orden del terrateniente y del alcalde de ese entonces, que yo recuerdo, tengo en la memoria, que se llamaba Jorge Rengifo, quien
apoyaba fuertemente al terrateniente. Y se la llevaron a ella tambin, y la encarcelaron junto con los dems en la crcel de hombres de Silvia. Ni siquiera en la crcel de mujeres, sino juntos en
el mismo patio, en los mismos salones de la que llamaban Crcel de Hombres del Circuito.
Como en ese entonces a todos nos calificaban de comunistas, guerrilleros, influenciados por otras gentes, a mi mam, una
anciana, simplemente porque estaba con nosotros, la llevaron
con la acusacin de invasora. Ellos lo llamaban ocupaciones
de hecho, invasiones. Por esa acusacin, Jacinta, Faustina, Luis,
casi todos, todos, estaban en la crcel. Yo fui el nico que me
escap porque no estuve en el momento de la barrida; por eso
pude de alguna manera tratar de buscar un abogado y la presin de la fuerza de la Comunidad haciendo manifestaciones
de protesta, para poder sacar a estas personas que estaban en
la crcel.
Tambin me toc ver morir de fsica hambre a Cruz Calambs. El hombre era trabajador, pero pobre, porque todo el tiempo fue terrajero y un terrajero no tiene ninguna posibilidad de
levantarse econmicamente, ni para la subsistencia. A l le hizo
[412] l a f u e rz a de l a g e n te

un lanzamiento el terrateniente Aurelio Mosquera, y mientras


lo tenan en la crcel, los pocos cultivos que tena los destruy
con la polica. Incluso utiliz a los mismos indgenas terrajeros
que todava estaban aliados a su lado para destruir. Lo que ya
estaba maduro, lo recolectaron y lo distribuyeron; el resto de los
productos lo trajeron a Silvia y lo repartieron tambin entre los
pobladores, como si fueran suyos. Los verdaderos dueos
estaban en la crcel y otros estaban aguantando hambre, y el terrateniente, solamente por someter, por dominar, por humillar,
hizo esa destruccin. Este Cruz Calambs qued con los brazos
cruzados; no tuvo absolutamente nada de qu subsistir. Algunos
meses despus muri de fsica hambre. No hubo ayuda, nadie
deca nada, nadie apoyaba nada. El alcalde estaba en contra, el
cura igual, los gamonales del pueblo lo mismo, el Cabildo de
Guamba de ese entonces tambin estaba en contra. No haba
nadie que diera la mano. Por eso lo vi morir de hambre y tuvimos que recolectar para su entierro.
Jacinta recuerda tambin la muerte de este compaero:
En 1974, Cruz Calambs muri. l siempre se alimentaba del
jornal y de lo que produca, y como le quitaron la cebolla y tampoco le daban trabajo, de pensar mucho, l muri de pena moral.
Cuando estaba enfermo de muerte, estaba de gobernador
Anselmo Muelas141, al que le decan el bimbo. La maana del lunes Cruz muri y el martes tuvimos una reunin con el Cabildo,
y los que nos iban a expulsar de la casa de Fundacin Mosquera
estaban con don Aurelio y el alcalde, en el Concejo Municipal de
Silvia. Vinieron todos los cabildos. Era el da de la sacada. Yo tena
mucha rabia. Como eran lanzados, no tenan nada, y muri.
Entonces decid pedir limosna para el entierro y, para ver qu
haca, primero ped al gobernador. Yo le dije as en pblico, en castellano, ante los abogados, los policas y todo el mundo, los que
eran lanzados y los que iban a lanzar: Del sufrimiento, de pena
moral, muri y aqu est la mujer, aqu estn los hijos pequeos,
que llaman Antonio y Ramiro, aqu estn, vean, mrenlos. Ya muri y para el entierro nos tienen que dar limosna. Recolecten y

141

Gobernador del Cabildo de Guamba en 1974.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [413]

Primera marcha hacia Bogot, realizada en 1972, para reclamar nuestros derechos.
sta fue disuelta por la fuerza pblica, en Tuna. Foto: Victor D. Bonilla.

dennos. Dije que no hay con qu hacer el entierro, y Aurelio estaba ah sentado. Nuestra gente, el gobernador, no nos dio. Aurelio se levant ligerito y me dio 50 pesos.
La limosna no la recib yo, sino la hice recibir por la viuda y
los nios. Esos 50 pesos de Aurelio seran como hoy 20 mil; le habr servido algo. El atad lo dimos nosotros, me acuerdo que lo
dio Lorenzo, y lo enterramos. El patrn nos dio, pero el gobernador que era de nuestra gente no nos dio. Como tena rabia, nos
quera ayudar a echar, por eso sera que no nos dio.
Cruz era el que ms le haba trabajado todo el tiempo al patrn.

A finales de 1972 Cruz, junto con los dems, haba peleado


mucho para defender sus derechos. Se dirigi al incora, a la
Procuradura, a la prensa, para lograr divulgacin del problema
[414] l a f u e rz a d e l a g en te

y apoyo, pidieron que se hiciera reforma agraria en esas fincas,


que el incora comprara. Pero de nada sirvi. Cruz muri de
pena moral y de hambre. Su muerte qued registrada en la prensa
nacional 142.
Fue a finales de 1972 que se dio la persecucin implacable
contra el movimiento indgena que se estaba desarrollando. Ellos
vean que se estaba creando una alternativa para los indgenas
del Cauca, y las autoridades del departamento, del municipio, al
igual que las autoridades nacionales, no queran que surgiera. Eso
fue en esa poca.
Yo vea esa gran injusticia y recordaba toda la historia de explotacin tan inhumana que sufrimos como terrajeros. Pusieron
a trabajar gratuitamente a nuestros abuelos y a nuestros padres
por tanto tiempo, los explotaron, y por ltimo ramos sacados
a la fuerza, encarcelados, incendiadas las chozas, destruidos los
cultivos, destruidos los utensilios, quitadas las herramientas de
trabajo. Y de ver tanta humillacin, tanto sometimiento, tanto
abuso que cometan con los terrajeros, mirando todos esos problemas, pues eso me ha hecho fortalecer mi decisin de integrarme al movimiento indgena, de solidarizarme con mis hermanos, con otras gentes, con otros terrajeros que all sufran, que
no tenan qu comer, que deambulaban por las calles porque no
haba nada que hacer. Pens que frente a esta injusticia yo tena
que meterme ah, involucrarme tambin en el problema.
Entonces mi integracin fue, primero, porque fui terrajero,
y segundo, porque vi con mis propios ojos esa gran injusticia con
extraos y con mis hermanos de sangre que tambin estaban
sufriendo las mismas consecuencias. Pero no pens que me iba
a encontrar un camino tan largo.
Como el movimiento indgena no era fuerte, decid contribuir para empezar a hacerlo en esa regin. Gente haba, deambulaba por todas partes, pero no haba una organizacin, no
haba lo que hoy llamamos la concientizacin. La mayora de los
indgenas no hablaban de la recuperacin de la tierra; crean
que las tierras no eran de nosotros, que los terratenientes eran
142

El Espectador, en su edicin del 15 de mayo de 1974, report estos encarcelamientos y la muerte de Cruz Calambs.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [415]

intocables, que nunca se les poda hacer nada. Frente a eso tratamos de organizar.
Como yo me haba retirado de las tierras del Gran Chimn
por el mismo acoso, no tena ninguna relacin con los guambianos. Cuando volv comenc a integrarme, relacionndome principalmente con la Cooperativa de Las Delicias y algunas personalidades de la Comunidad. Y as, lentamente, fuimos
avanzando. Pero fue un momento muy difcil.
En ese entonces nuestro pensamiento se concentraba en
recuperar la tierra para poder cultivar los alimentos y construir
una casa, tener un caballito para el mercado, la vaquita de leche.
La subsistencia fsica era lo fundamental. Y a mi me pareca muy
importante poderme integrar para recuperar una tierra que pareca que nunca iba a volver en manos de nuestra gente. Los terratenientes tenan mucho poder, mucho dinero, y las autoridades militares, civiles, los religiosos, tanto catlicos como
protestantes, todos todos estaban a su favor. Entonces pareca que
era imposible que unas tierras que ya haban pasado en manos
de los blancos por tantos aos volvieran a manos de las comunidades indgenas.
Pero como ya se haba experimentado con la recuperacin
de las tierras de la Empresa El Chimn, se haba probado que s
podan regresar a nuestras manos. Saba que era una situacin
difcil, riesgosa, pero a m me gustaba. Pareca que era muy justo pelear ante el alcalde, ante el juez, hablar en pblico por el derecho; me pareca que era muy vlido aprender a pelear por un
derecho. Por eso, cada vez me concentr ms, cada vez enfrentaba ms al alcalde, al terrateniente, empec a pelear, a alegar, y eso
me llev a profundizar cada vez ms y ms.
En busca de la reivindicacin de ese derecho empec a salir
a otras partes, empec a charlar con otras gentes, empec a relacionarme con los no indgenas, pues tambin haba gente de
afuera que aportaba y que apoyaba. Con ellos pareca que cada
vez me animaba ms. Despus de una reunin uno sala ms
alegre, ms contento, con ms posibilidades, pese a que muchas
veces fuimos reprimidos, a que tambin nos sentamos frustrados. Pero pareca que no haba otra alternativa diferente a ese
movimiento, pareca que el nico camino era ese que habamos
[416] l a f u e rz a de l a g en te

encontrado, y que nuestro objetivo era un tesoro muy valioso:


recuperar nuestro antiguo territorio que haba sido arrebatado
de las manos del misak.
Yo mismo no tuve un lugar por los lados de Guamba. No lo
tuve. Haba vivido 10 aos en Mondomo, en unas tierras extraas, donde hace tanto calor, donde hay tantos insectos, moscos,
culebritas y todo lo dems, y al llegar a Guamba me pareca que
el aire que uno recibe, el ambiente que uno recibe, era muy agradable, muy rico. Y recuperar tierras de esa naturaleza, esas tierras donde nac y crec, nuestras tierras, pareca que era muy
vlido, un tesoro incomparable. Entonces eso me hizo concentrar cada vez ms y ms. Me puse a andar, me puse a salir.
Afortunadamente en mi vida no aprend a gastar dinero en
licores, en vicios. Lo que pude haber gastado en eso lo invert en
el movimiento. De pronto no le di plata a nadie, pero s un mnimo recurso que pude adquirir me sirvi para transportarme,
para mi subsistencia. Nunca pensaba que perda tiempo y dinero, sino que senta que era una inversin que a largo plazo producira, si no a mi, a otros les poda reportar. Entonces me pareca que no poda hacer ms sino contribuir.
Mondomo fue una base para mi acompaamiento
Yo no sal de Mondomo. Mondomo siempre fue como una
base para mi, donde por lo menos tena qu comer. Me produca comida, y a varios de los terrajeros que fueron lanzados los
llev all para que recogieran un maz, unos pltanos, para que
subsistieran con algo. Cuando no poda llevarlos yo, los mandaba
para que ellos mismos fueran, sacaran y llevaran. Porque yo vea
la gran necesidad.
Ya despus empec, no slo a darles comida, sino a compartir, a ir a las reuniones, a apoyar. La mayora de la gente todava
no tena conciencia de la importancia de recuperar la tierra, como tampoco en el campo poltico del pensamiento indgena,
pero en ese momento se estaba dando un auge. El cric haca
reuniones ya en Jambal, Paniquit, Popayn, en Silvia mismo,
en Malvaz, Moras, Mosoco, Tierradentro, por el norte del
Cauca, muchas reuniones, protestas, manifestaciones. Era un
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [417]

auge, se estaba fortaleciendo el movimiento indgena. Entonces


Mondomo me daba algunos pesos para salir, para el transporte,
para la comida, para lo que necesitaba.
Pero a Mondomo nunca la abandon. Yo haca un trabajo con
un doble propsito: trabajaba duro en Mondomo todo el
tiempo he trabajado duro, pero en esos momentos trabaj ms
duro porque senta que era una situacin muy difcil y que no
podamos quedarnos agachados frente a los abusos de los terratenientes, cada vez intensifiqu ms los trabajos, trabajaba
dos das en la semana, y luego me iba a las reuniones. As pude
subsistir todo el tiempo, casi 20 aos, sin hacer ruptura total de
la finca, ni tampoco al movimiento indgena.
Pareca que esa era mi vida, pareca que yo estaba aportando algo, que estaba aprendiendo algo, que estaba conociendo a
Guamba, al Cauca, pareca que yo estaba conociendo a los blancos, a los polticos que muchas veces nos engaaban. Porque
cuando uno es nio, joven, uno aguanta hambre y sufre, pero ni
cuenta se da por qu. Pero en ese momento empec a descubrir
el pensamiento de los blancos, de los polticos, del cura, empec
a aprender a discriminar una cosa de la otra, y entonces para mi
fue muy importante. Pero al mismo tiempo empec a hacerme
una vida difcil.
Muchas veces, cuando hacan lo que llama hoy la recuperacin, cuando se lanzaban a hacer un trabajo, pasara lo que pasara, arriesgando la vida, ir a parar en la crcel, cuando se lanzaban a la consigna de ese entonces de la Asociacin Nacional
de Usuarios Campesinos-anuc, que era: A desalambrar!, yo
tambin me integr a desalambrar, a recuperar la tierra. Otras
veces me integraba en las mingas que hacan, no en la regin,
no en Guamba, sino mingas comunales con los paeces, en
Pitay, en Jambal, o por all en Popayn donde tambin haba solidaridad.
Yo siempre pensaba en aprovechar el tiempo al mximo y me
integr al trabajo con un doble propsito: hacamos el trabajo
material, pero a la vez tambin hacamos el trabajo poltico. Las
dos cosas paralelamente. Cuando poda, estaba con ellos trabajando con la herramienta en la mano, ya con el machete, ya con
la pala o con lo que fuera, y cuando no, pues estaba en el trabajo
[418] l a f u e rz a d e l a g e n te

de las largas noches de reunin. Tambin, en los momentos de


descanso, siempre discutamos el problema poltico y el problema social que en ese momento se viva, para ir creando conciencia sobre el pensamiento indgena. Entonces me integr a eso: a
compartir en las charlas y a compartir en el trabajo, todo a lo
largo, desde que empec.
Nosotros estbamos radicados principalmente en Silvia,
donde ahora estamos. Pero haba una concentracin, un centro,
que era la Cooperativa de Las Delicias. Como el Cabildo de
Guamba en ese entonces estaba a favor del terrateniente, no
haba quin protegiera; solamente la Cooperativa y sus dirigentes
apoyaban a este grupo de indgenas terrajeros. Por eso siempre
nos concentrbamos ah; era como la base. Muchas veces nos
reunamos tambin en la casa nuestra, y siempre compartamos,
siempre resolvamos algunos problemas ah.
Pero la mayor parte del trabajo lo hemos hecho casi subterrneo, como si furamos delincuentes, pues no podamos hacer
reuniones visibles porque ramos perseguidos, reprimidos por
la fuerza pblica. Y en realidad, nosotros no hacamos otra cosa
que lo que hasta hoy llamamos y es muy popular, que hasta el
nio mas pequeo hoy menciona la palabra: recuperar. Solamente sobre esas ruedas venamos rodando.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [419]

La recuperacin fue por etapas


y comenz donde an estbamos
algunas races

La recuperacin de nuestras tierras se hizo por

etapas, por partes. Si antes de 1970 haba empezado la lucha y se


haban ganado algunos lotecitos, eso no quera decir que se haban
ganado todas las tierras del Gran Chimn. Y todava en 1992, los
terratenientes tenan tierras all. Entonces se luchaba por partes.
Por qu se luch primero por estos lados del Oskowampik?
Porque por estos lados estbamos todava algunas races, algn
vestigio de la existencia de los terrajeros. Porque hay que entender
que en el Cauca el movimiento indgena, la lucha por la tierra,
se empez fue de los terrajeros. De los terrajeros, tanto paeces,
como guambianos, que existan. Ellos fueron los que empezaron. Era un movimiento dbil porque los terrajeros eran sumamente pobres, los ms humillados, los ms sometidos, pero a la
vez tenan races de qu agarrarse. Por eso se empez a luchar
por estos lados.
Los terrajeros siempre existieron all como una semillita, como una raicita. Yo les he dicho a los guambianos de tierra libre,
aunque a ellos no les guste, que ustedes no saben, no conocen,
lo que es ser terrajero y tener hambre. Yo se que hay guambianos
muy pobres, que tienen muy poquita tierra, pero han sido libres,
nadie los ha molestado, nadie los ha puesto a trabajar de balde.
Si trabajan y no son bien remunerados, al menos reciben algo,
por lo menos comida. Ustedes han tenido autoridad, ustedes han
tenido un territorio reconocido. Nosotros no. Nosotros no hemos tenido autoridad, a nosotros nos han puesto a trabajar sin
darnos un centavo, ni siquiera comida. Ustedes mismos tampoco nos han volteado a mirar! Hablamos lo mismo, vestimos lo
mismo, pensamos lo mismo, y slo por el hecho de ser terrajeros
nos han rechazado. Y fue esa situacin de exclusin, de abandono,
[420] l a f u e rz a d e l a g e n te

de explotacin, la que hizo que en los terrajeros creciera la semilla de la rebelda frente a tanta injusticia, y fue la que, en ltimas, gener el movimiento indgena que llev a la recuperacin
de nuestras tierras y posteriormente al reconocimiento de muchos derechos ms.
Esa raicita que todava no se cortaba, para los de tierra libre
tambin fue muy vlida. Yo creo que en ese momento ambos
fueron sumamente vlidos. Ellos no tenan un argumento fuerte para pelear, mientras que los terrajeros s, los terrajeros tenan
una raz: que aqu est mi choza, que aqu est mi parcela, aqu
estn los vestigios nuestros de que estas tierras son nuestras. Nos
sacaron s. Era un argumento de que all exista la vida, la raz.
Pero no haba una fuerza organizativa, no haba una multitud
de gente para confrontar. Entonces este pequeo grupo iba all
a decirles: Apyennos, apyennos! Compartamos la tierra. No
estbamos diciendo simplemente aydennos, como una minga
que solamente se ganan un bocado de comida, no, sino vengan,
trabajen y compartamos. Vivan aqu tambin que tierra hay!
Entonces escuchaban eso, se pudo conjugar lo uno con lo otro,
y hubo un entendimiento.
Los terrajeros solos no habran podido de pronto hacer todo
lo que se hizo. Habran hecho algo, s, pero no una confrontacin tan grande como la que se dio en la finca llamada Las Mercedes, que todava hasta 1980 existi, lo que hoy es Santiago. All
no haba ni un solo terrajero porque ya los haban desalojado a
todos, ante todo porque trajeron un ganado de casta, toros de
lidia, y con eso los corrieron a todos. Y los terrajeros que haban
sacado de ah y estaban al otro lado del ro sin poder hacer nada,
no tena una fuerza capaz de enfrentar una situacin tan dura;
primero, por el tanto poder que tena el terrateniente, y segundo
porque tampoco se arriesgaban fcilmente a los cuernos de los
toros, cosa que no era nada fcil. En 1980 se necesit una fuerte
organizacin, un buen Cabildo, un buen gobernador y el grueso
de la Comunidad; fue lo nico que pudo recuperar a Santiago.
Los de tierra libre solos tampoco tenan conciencia de que
esas tierras eran de los guambianos. Nooo! Haban pasado
muchsimos aos y ya el guambiano estaba convencido de que
esas tierras no eran suyas. Por eso nos cost trabajo convencerlos,
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [421]

hacerles creer, hacer pensar en su cabeza que esas tierras eran


nuestras, del misak y hacerles pensar que los terrajeros tambin ramos misak. Fue difcil. Pero se conjug una cosa con la
otra y eso dio efectividad.
Los de El Chimn esperaban mucho; se ponan contentos
cuando bajaban unos 200-300 guambianos a recuperar la tierra,
se ponan alegres porque con ellos s haba una fuerza para trabajar. Con lo que no concordaban era con que de pronto traan
muchos problemas, porque all viven con una serie de conflictos
de lmites entre ellos, mientras que nosotros los de El Chimn,
por la imposicin autoritaria de los terratenientes, ramos sumamente respetuosos, porque el terrateniente nos pona en regla. Crea uno que estaban mejor en tierra libre porque ellos tenan la autoridad del Cabildo, y cosa que no. Entonces haba
cierta incompatibilidad por el manejo mismo de las costumbres.
Entre los terrajeros haba menos conflicto, no peleaban, no haba problemas as graves, mientras que en la Comunidad haba
mucho conflicto con el pap, con el hermano, con quien fuera
haba mucho problema, especialmente de linderos.
Hoy recuerda uno que todava143, 20 aos despus de iniciadas las recuperaciones, el terrateniente Aurelio Mosquera tiene
algunos lotes enredados por ah, que los guambianos han perdido
de vista, no han echado a ver. Pero tambin se han venido ganando las tierras, porque eso ha sido una eterna lucha, especialmente de nosotros los terrajeros. Entonces esto se ha venido
dando por etapas.
Cooperativa Las Delicias
La que se podra considerar como primera recuperacin de
nuestro antiguo territorio de Gran Chimn fue la de la hacienda San Fernando. Aunque sta no fue una recuperacin de verdad, sino una compra, no se puede negar que el negocio fue producto del proceso de organizacin que se vena dando entre los
terrajeros y los de tierra libre. Segn se lee en la cartilla de la Cooperativa, Las Delicias, 15 Aos de Experiencias:
143

1992.

[422] l a f u e rz a d e l a g en te

Hacia 1960 la situacin general de explotacin y humillacin


que padecamos los guambianos era muy grave. Las familias haban crecido y la tierra segua igual para unos y para otros era peor,
porque los patrones comenzaron a echar a los terrajeros que quedaban en las haciendas, ante el temor de que ya vena la reforma
agraria. (p. 5)
Fue entonces que Julio Calambs Muelas y Vicente Tomb comenzaron a reunirse con algunos terrajeros de las veredas Las
Delicias, Tapias, Chimn y San Fernando, en el rancho de uno de
ellos, en esta misma hacienda. All analizaron los problemas, terminando en que haba que hacer un censo de familias para conocer la necesidad y comenzar de ah una nueva lucha para recuperar las tierras robadas [] (p. 5)
[] en 1961 el grupo ya reuna a 20 compaeros activos quienes constituan un pequeo Comit de Lucha [] (p. 6)

A lo largo de los siguientes aos y con la intervencin de


fanal y utracauca, estos compaeros formaron el Sindicato
Gremial Agrario de Las Delicias y en 1963 la Cooperativa Las
Delicias. Simultneamente, el Comit de Lucha vino apoyando
a los terrajeros, tratando de reunir a todos los expulsados, incluso
a los que estaban muy lejos ya, y enviando peticiones al incora
para que compraran las mejoras a los terratenientes y le devolvieran las tierras a nuestra gente.
Taita Javier Calambs cuenta que:
Ya en el 61-62 [] todos los religiosos y las religiosas levantaron un movimiento social [] y pusieron la Radio Sutatenza.
Entonces vino la Alianza para el Progreso y all en ese programa
de Sutatenza empezaron a difundir [] Dicen que sacaron cualquier cantidad de millones de dinero los gobiernos.
Esto era para los verdaderamente necesitados, pero aprovecharon fue los mismos ricos, los grandes terratenientes, que hicieron
programas para beneficiarse ellos. Con eso mejoraron las fincas,
mejoraron las ganaderas. Como Aurelio Mosquera y Pacho Morales, all donde dice Aguablanca, pusieron hasta placa en el puente
con esa denominacin de Alianza para el Progreso [] Para la
gente no qued sino Radio Sutatenza, lo que se llam Accin Popular Cultural.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [423]

Ya empezaron a hablar que va a funcionar la reforma agraria


y todo eso, y que en Cuba ya empez la reforma agraria. Aqu
en Colombia con la Ley 135 empezaron a hablar a la gente bien
bonito []
Nosotros dijimos [] que necesitamos ampliacin de la tierra. Vinimos insistiendo, varias veces proponiendo comprar la tierra de Las Mercedes. Hablamos y hablamos hasta que hicimos
varias citas. En Silvia nos reunimos dos veces con los Caicedos,
dueos de la hacienda, con la sociedad de ellos, Las Mercedes, y
despus con ellos mismos nos reunimos en Popayn. All nos
preguntaban que qu queran ustedes, que ellos estaban dispuestos a ayudar, que para ellos era muy difcil el traslado de los animales bravos, pero [] que queran ayudar []
Nosotros insistimos en que lo que necesitbamos era la tierra,
que de alguna manera debemos negociar. Entonces pedimos que
hicieran una oferta voluntaria al incora para entrar en un proceso de negociacin. Nosotros fuimos tambin al incora y all nos
dijeron que si haba posibilidades que ellos negociaran. Eso nos
dijeron los del incora. Entonces nosotros estbamos un poco alegres, contentos. Pero despus dijeron que hacer esa negociacin
como decan ellos era imposible, que los animales eran bravos y
que tena un costo muy alto hacer ese traslado. Entonces nos negaron venderla.
Mandamos una carta, donde manifestamos que si no nos
venden la tierra, la Comunidad se ira encima [] Ellos nos respondieron que si actuaban en la forma como manifestaron, que
ellos tenan autoridad, leyes, ejrcito. Y con eso nos acabaron ese
proceso.
Entonces no demor nada en venirse ya el Cabildo con toda
la gente y result como si nosotros hubiramos mandado a hacer.
Por todo eso nosotros no pudimos hacer la ampliacin que queramos.

Pero mientras el incora no responda favorablemente, el


Sindicato s logr, con el apoyo de fanal, comprar la hacienda
San Fernando, mediante un prstamo de la Caja Agraria, para
los que tuvieron el dinero con que dar la cuota inicial. Esto se
hizo el 13 de junio de 1964. En 1968 la deuda fue trasladada al
incora. El compaero Javier cuenta:
[424] l a f u erz a d e l a g e n te

Empezamos nosotros organizando la Cooperativa y prestando unas platas. En ese entonces nadie nos deca qu debemos hacer y entonces nosotros empezamos a hacer todo a nuestra manera de pensar. El nico objetivo de nosotros era que la tierra llegara
a nuestras manos, as que nos metimos a comprar.
Despus el incora quera comprar ms tierra, pero la gente
entr all a no comprar, sino a apoderarse de la tierra con la fuerza de la gente. Por esa va queran hacer ya la ampliacin.
Desde 1912 [] los terratenientes tenan un dominio de 50
aos eso haca cuando nosotros compramos San Fernando.
Pagando catastro y todo eso, para ellos eso era legal. Como en los
municipios ya haban registrado y todo eso, tenan poder de dominio sobre la tierra. Entonces ellos tenan razn de no aflojar la
tierra as fcil. Pero nosotros compramos San Fernando legalmente, con escritura. En ese ttulo demuestra [] que ahora ya
los dueos son los de la Cooperativa []
La de nosotros es una cosa sagrada aqu, que no venga aqu
alguien que no haya luchado. El ttulo que nosotros tenemos es importante como cuestin legal, pero como cuestin natural es otra
cosa. Como nosotros propios nativos, dueos, eso es lo legtimo.
Para hacer todo esto nosotros no hemos hecho slo con nuestra fuerza, no podemos decir eso, sino que haba unas organizaciones populares como fanal, utracauca, que tenan otros intereses, pero vinieron aqu. Nos trajeron hasta Bogot hasta el
llamado Tercer Congreso de fanal. Nosotros anduvimos con
nuestro ttulo en mano y as hicimos algunos amigos. Un Jos
Antonio Colorado reconoci que la posicin de nosotros era importante de haber pensado en recuperar nuestras tierras. En una
finca cerca de Bogot, a travs de fanal haban recuperado una
tierra los campesinos y era una finca modelo y que bamos a hacer igual. Entonces quedaron de acuerdo con los sindicatos y qued
de venir a Silvia y el sindicato le dio pasaje para que viniera, y aqu
lleg. Por all ahora donde vive mi yerno, Jos Antonio Colorado
dijo que esto s vamos a comprar [] Como estaban aqu los nativos, esta tierra tiene que llegar en manos de ustedes.
Nosotros ya tenamos el proyecto de cooperativa, no muy bien
ordenado pero tenamos. Entonces lo llevaron para Popayn y luego a Bogot. Este Colorado nos ayud a gestionar en la Caja Agraria. Fue en la poca que el prstamo que hacan a los indgenas era
de mil pesos para la agricultura, y para ganadera era de cuatro mil.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [425]

Como nosotros estbamos haciendo una solicitud de 250 mil pesos, los blancos de Silvia y los indgenas mismos se burlaban de
nosotros; nos decan que nosotros ramos unos locos. Frente a eso
nosotros tuvimos el valor de no agacharnos.
Con ese proyecto estuvimos en Bogot haciendo solicitudes.
El gerente de la Caja Agraria de ese entonces era Jos Elas del Hierro. Nos recibi [] con el seor Colorado. Estbamos all en la
mesa y Colorado dijo que si ustedes hacan el prstamo a la Cooperativa para que ellos compren la tierra, esta institucin fortalecer
y ser muy superior. La respuesta que dio Jos Elas del Hierro fue
que era posible. Entonces nos quedamos ocho das en Bogot, porque en esos das iban a reunir ellos e iban a hacer la aprobacin.
Colorado fue muy importante para nosotros porque nos present a mucha gente [] Si este seor no nos apoya en la forma como
nos apoy, a los indgenas en ese entonces qu nos iban a hacer caso!
Por eso yo soy convencido de que hay algunos blancos buenos.

Esta primera recuperacin de las tierras del Gran Chimn


mediante compra al terrateniente, aunque fue muy importante,
tambin nos cre muchos problemas entre los indgenas, pues
favoreci a los que tenan ms recursos econmicos y nos puso
en el camino de la privatizacin individual de la tierra. Adems
nos puso en manos de blancos de toda ndole, asesores de las
diversas instituciones, quienes comenzaron a definir qu debamos hacer y cmo, con nuestras tierras y con la Cooperativa.
Y para rematar, como haba que pagarle la deuda a la Caja
Agraria, los socios tuvieron que trabajar cuatro das a la semana
para la Cooperativa, es decir, la gente qued bajo el yugo de un
nuevo sistema de terrajera, en el cual el nuevo patrn era la Caja
Agraria, y posteriormente el incora.
En 1970, un grupo de socios de la Cooperativa, cansados de
ver cmo sta no daba soluciones a sus problemas, ni a los de
los terrajeros, formaron el Sindicato del Oriente Caucano con
otros 200 compaeros, entre guambianos y paeces. Esto lo hicieron para buscar recuperar las tierras y eliminar el terraje junto
con los Cabildos, los cuales tambin necesitaban un cambio en
su conformacin y orientacin. Resultado de este proceso fue la
creacin del cric, en 1971.
[426] l a f u e rz a d e l a g e n te

En ese momento, el proceso de recuperacin de las tierras del


Chimn estaba en camino, en medio de una fuerte represin
orquestada por los terratenientes. Pero nuestra gente no ceda.
Empresa Comunitaria El Chimn
El 24 de febrero de 1971, en Toribo, nace el Consejo Regional Indgena del Cauca, cric, impulsado por terrajeros y no
terrajeros interesados en el movimiento indgena, entre ellos
guambianos y paeces de todo el Cauca, indgenas coconucos, los
de Purac, y yanaconas, con la asesora de no indgenas. Este surgimiento era particularmente importante para los indgenas esclavizados al terraje en las haciendas de los blancos, muchos de
quienes estaban literalmente arrumados en los establos de los ganados, sin derecho a nada en las tierras que nos pertenecan. Este
problema fue recogido en el programa de trabajo de siete puntos del cric, uno de los cuales era el no pago de terraje144.
Cuando el cric naci, la terrajera en las haciendas ubicadas en antiguo territorio guambiano ya se haba acabado, pero
continuaba el problema de tierras, por lo que ya se haba iniciado
el proceso de lucha por reconquistarlas, y ya tenamos algunas
recuperaciones. Se vena dando una difcil tarea que signific
enfrentamientos con los terratenientes, con las autoridades locales,
regionales y nacionales, e incluso con los religiosos. Porque los
terrajeros o exterrajeros no tenamos derechos, ramos slo objetos de trabajo, sin la proteccin de las autoridades, y mirados como
gamines de los que hoy en da ve uno en las calles de las ciudades,
aunque los terrajeros nunca fuimos mendigos, a pesar de no tener tierras donde cultivar para la supervivencia.
Frente a este proceso de ruptura y rebelda, los exterrajeros
no tuvimos respaldo de ninguna institucin del Estado, no tenamos recursos, y tanto hombres como mujeres fuimos a parar a
144

Los siete puntos del programa del cric eran: 1) Recuperar las tierras de los
resguardos, 2)Ampliar los resguardos, 3) Fortalecer los cabildos indgenas, 4) No
pagar terraje, 5) Hacer conocer las leyes sobre indgenas y exigir su justa aplicacin, 6) Defender la historia, la lengua y las costumbres indgenas, y 7) Formar
profesores indgenas para educar de acuerdo con la situacin de los indgenas y
en su respectiva lengua. (cric, 1971?, p. 25).

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [427]

las crceles. Desde los plpitos de los templos y los estrados del
Estado ramos calificados y sealados como comunistas y guerrilleros, estrategia usada por los terratenientes y las autoridades
para no dejar levantar un movimiento indgena con autoridades
propias que condujeran su destino.
Como en El Salado (Las Delicias), que las hermanas decan que
eran comunistas. En ese entonces el alcalde, el cura, decan que
eran chusma. Yo no entenda a qu se referan cuando hablaban
de chusma. Hoy en da mirando, no era sino para amedrentar a la
gente y sin saber qu era. Claro que no era conveniente para ellos
y por eso los calificaban de malos.
(Mario Calambs)

Ellos lo que queran era tener a los indgenas resignados, a


su cuenta, trabajando en las haciendas, o explotndolos en otras
formas, como el jornaleo agrcola.
Despus de la hacienda San Fernando, la siguiente recuperacin fue la de las tierras en las cuales se organiz la Empresa Comunitaria El Chimn, que hoy todava existe, aunque slo en parte.
En 1966 todava existan unos terrajeros y ellos fueron los que
empezaron a movilizarse. Como sacaron algunas leyes en favor de
esta gente, haba mucho comentario de que estas tierras de los terratenientes iban a quedar ya para los arrendatarios.
Cuando creamos el movimiento, pensamos y cremos que el Cabildo nos iba a ayudar. Mas bien empez a acosarnos que nosotros
tambin habamos conformado un comunismo all, y entonces
empez la bola de que a nosotros nos iban a sacar a todos y a incendiar. A unos decan que los iban a mandar a la isla de Gorgona.
De todo eso no tuvimos miedo con el pap del compaero Javier
Calambs, quien deca que: Yo quisiera estar otros 20 aos para
ver esas tierras en nuestras manos, pero no voy a poder estar []
A raz de todo esto hicimos todo ese esfuerzo a ver qu nos llegaba, as nos encarcelaran. Entonces nos logramos recuperar. Primera recuperacin, quitamos un pedazo a Aurelio Mosquera y otro
a Pacho Morales. Eso fue creado una empresa. Nosotros no estbamos muy seguros de esa empresa, entonces Julio Tunubal Hurtado habl mucho e insisti mucho para esa empresa. Entonces,
[428] l a f u e rz a de l a g en te

ah a nosotros ya nos sacan con el incora. Y as fue nuestra lucha


hasta el da de hoy.
(Joaqun Morales)

Pero sta, al igual que San Fernando, no fue una verdadera


recuperacin, en la que el Estado entrega las tierras al Cabildo
gratuitamente, en reconocimiento de que stas son de los indgenas, reconocimiento que posteriormente se hara a travs de
un acta del incora. Aunque la transaccin se efectu por la presin de la lucha de nuestra gente, que oblig a los terratenientes
a cederle y a venderle al incora unas 480 hectreas, se trat de
un negocio mediado por una institucin del Estado, a la cual
quedaron endeudados los indgenas.
El incora compr la tierra para que los indgenas trabajaran, explotaran, y con eso pagaran en dinero al Estado. Entonces era una recuperacin, pero no era una recuperacin de
verdad. El indgena quedaba esclavizado, endeudado por 15 aos.
As se adquiri la Cooperativa de Las Delicias y la Empresa El
Chimn, y tanto a la una como a la otra les toc acabar de pagar
la tierra porque tenan un convenio firmado.
Pero, adems del endeudamiento que implic la forma en la
que se adquirieron las tierras, el tipo de propiedad y la organizacin impuestas por el incora para trabajarlas a lo que se
acomodaron el cric y las directivas de la Empresa que eran del
cric se convirtieron en problemas adicionales, de los cuales
subsisten secuelas an hoy en da. Por un lado, se privilegi a
unos pocos, generndose una divisin entre nuestra gente y, por
otro, dado que la tierra as adquirida no es tierra de resguardo,
se posibilit la privatizacin individual de las mismas, con el consecuente riesgo, que en los ltimos aos se ha convertido en una
realidad, de nuevamente perder nuestras tierras a manos de los
blancos. Ya conocemos de algunos casos en los que guambianos
que hicieron parte de esa Empresa Comunitaria han comenzado a hipotecar, arrendar y hasta a vender lotes a gente del pueblo, argumentando que stas son privadas y no de resguardo. Esas
tierras que fueron tan luchadas, que costaron tantas lgrimas a
tantas generaciones de guambianos, ahora, por el manejo que dio
el gobierno inicialmente, y por la falta de claridad de quienes han
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [429]

dirigido y conformado esas organizaciones, fcilmente pueden


volver a manos de los blancos, se pueden perder.
Jacinta recuerda que esas tierras se recuperaron porque como
la gente tena gran necesidad, fueron a picar:
En ese momento entraron a picar entre terrazgueros y otros
de la Comunidad que vean tambin la necesidad y colaboraron.
De pronto ya visit el incora y vendi el patrn de nosotros.
Tanto Aurelio como Pacho Morales vendieron lotes para los terrazgueros reconocidos. Cada cual vendi su pedazo y formaron
un solo lote para crear la empresa.

La adquisicin de tierras que hizo el incora fue especialmente para lo que en ese entonces llamaban Unidad Agrcola
Familiar. Para eso vendi el terrateniente, exclusivamente para
los terrajeros, para 14 terrajeros en toda el rea de El Chimn, es
decir, para 14 unidades agrcolas familiares145.
Con esas tierras el incora form una Empresa Comunitaria, forma de organizacin mediante la cual el gobierno quera
imponer una especie de trabajo colectivo, un trabajo entre todos y tambin una distribucin de la produccin entre todos, sin
tener en cuenta la historia de la gente y sus caractersticas.
Pero los terrajeros estaban aburridos, cansados de recibir
rdenes, de tener que hacer lo que les mandaban, de no tener
libertad, y no era fcil aceptar la imposicin de las reglas de lo
que pareca un nuevo patrn. Como la gente deca, ellos no

145

Segn Aurelio Mosquera, la Hacienda El Chimn, compuesta por dos lotes


Chimn y Santa Clara tena 1320 hectreas. l cedi gratuitamente al
incora 280 has. para formar Unidades Agrcolas Familiares para 14 terrazgueros.
Como eran 18 terrazgueros en total, el incora compr las 80 has. para los otros
terrazgueros. Adems vendi 400 has. a 14 colonos y dio promesa de venta sobre 150 has. a otros 10 indgenas. Segn Mosquera, estos lotes los cedi con el
compromiso de que los terrajeros desocuparan las tierras que l se iba a reservar
y, como no lo hicieron, los lanz (El Liberal, junio 5 de 1973 y marzo 28 de 1974).
De acuerdo con la Escritura 133/73 de Silvia, los terrajeros favorecidos fueron:
Eulogio Snchez, Celestino Pechen, Alonso Pechen, Manuel Tunubal, Alfonso Gembuel, Efrin Pechen, Lorenzo Gembuel, Anselmo Pechen, Mara Velasco
vda. de Tunubal, Alfonso Pechen, Lorenzo Pechen, Anselmo Velasco y
Anselmo Pechen.

[430] l a f u e rz a d e l a g e n te

queran ser terrajeros del incora. Por eso no todos quisieron


integrarse; algunos quedaron all y otros que queran su parcela, su lote, no quisieron entrar a ella y prefirieron irse.
Recuerdo un Antonio Calambs, que tuvo derecho, se fue;
Jacinto Tunubal, que tambin tuvo derecho, tampoco se qued; Cruz Tunubal, que haba sido el cabo del terrateniente, que
le sirvi todo el tiempo, a l tambin le reconoca para que viviera, pero tambin sali; igualmente hizo parte Jos Antonio
Trochez, pero tampoco se quiso quedar.
Por otro lado, aunque la lucha por la tierra la hicieron los
terrajeros, junto con los guambianos que ya no eran o que nunca haban sido terrajeros, mientras esta lucha se estaba dando a
nivel de base, en la Comunidad, en el trabajo, en la recuperacin,
ah peleando en el terreno, las negociaciones se estaban haciendo
en Popayn, en Bogot, y no eran los terrajeros de base, sino el
recin creado cric, especialmente su presidente Julio Tunubal,
quien estaba en eso. Entonces ah lleg la intromisin del cric
sobre los terrajeros, sobre la Empresa, y eso dio para que sucediera lo que la Cooperativa de las Delicias y nosotros consideramos un mal manejo que no compartamos.
Las tierras se ganaron en nombre de los terrajeros, quienes
fueron la raz fundamental, y el terrateniente mismo, el gobierno, el incora, tuvieron que reconocer que por la existencia de
los terrajeros se adquiri esa finca, y se adquiri para ellos.
Pero los terrajeros reconocan que otras gentes, antiguos
terrajeros y no-terrajeros de la Comunidad, haban aportado, y
que ese aporte, ese sacrificio, haba que reconocerlo. Y la manera de hacerlo era que ellos tambin participaran en la tierra. Ellos,
el llamado grupo de los 40, no tenan derecho legal; slo los que
haban sido terrajeros. Pero, desde nuestro punto de vista, la tierra se haba ganado entre todos, terrajeros y no-terrajeros, as que
nosotros queramos que todos los que participaron en la lucha,
en la recuperacin, tuvieran derecho a vivir, a producir y a subsistir de eso.
Pero no sucedi as. Ya cuando tuvieron las tierras al alcance
de la mano, la directiva de la Empresa y el cric, asesorados por
el incora, empezaron a actuar solos, a ser los nicos, y se da
el pensamiento en ese momento. Ellos pudieron manipular y
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [431]

convencieron a los empresarios del Chimn para que expulsaran


a los de tierra libre algunos de quienes eran antiguos terrajeros
expulsados ya haca mucho tiempo que haban contribuido
para recuperar esa tierra.
Jos Snchez, quien hizo parte del grupo que se integr a la
Empresa Comunitaria creada por el incora y ahora vive en La
Chorrera, expresa bien el pensamiento que se estaba impulsando
dentro de la Empresa en ese momento. l cuenta que, cuando la
gente estaba en la crcel, y en vista de tanto problema que se le
haba creado por la presin de los nuestros,
Aurelio decidi que iba a negociar la tierra, pero no para la
gente que vena de afuera, sino para los terrajeros de ac adentro.
Deca que era para los que siempre haban acompaado, que eran
terrajeros, que ya era como en familia, porque eran obedientes y
trabajaban bien. Que eran honrados adems.
Decidi vender la tierra al incora, pero advirti que la
tierra no era para la gente de afuera, sino para los terrajeros. Y
entonces nos tuvieron hasta que negociaron e hicieron todo el
papeleo, y eso nos demor en la crcel hasta unos 60 das.
Los grupos de afuera, del Anisrtrapu, de Guamba y de Michambe, empezaron a decir que la tierra haba que distribuir iguales; reclamaban todo el tiempo que ellos haban estado trabajando, que les dieran en tierra. Es aqu donde nosotros peleamos bien
feo. Conseguimos una plata prestada y contamos todos los das trabajados, a todos les pagamos en plata, y se fueron. Eso decidimos
en una asamblea. Nos reunimos dos das discutiendo esto. All decidimos que la tierra le tocaba nicamente a los terrajeros.
Como fueron pagados, no pudieron hacer nada y se fueron.
Por eso no pudieron seguir reclamando. Si no fuera as, no nos
hubiera tocado nada de tierra a nosotros [] no iba a alcanzar.
As fue como nos qued la tierra slo para nosotros.
Entonces conformamos la Empresa y trabajamos 15 aos en
agricultura y ganadera. Prestbamos plata en la Caja Agraria, para ganadera prestamos plata en el Banco Ganadero. Esos 15 aos
trabajamos semanales cuatro das. Sembramos papa, trigo y limpiando los potreros, y de la venta de los productos de la agricultura y de la ganadera estbamos permanentemente haciendo consignaciones hasta que acabamos de pagar la tierra.

[432] l a f u e rz a d e l a g e n te

Nosotros no compartamos esa actitud, para nosotros esos


no eran los principios. Primero, porque sta era prcticamente
la primera recuperacin en el Chimn, era una experiencia muy
grande, era como un experimento para prueba de que las tierras
podan regresar otra vez a manos de las comunidades indgenas;
segundo, porque era un pacto y se haba convenido que todos
los que se integraran a luchar tendran participacin, tenan derecho a vivir en esa tierra, a producir y a usufructuarla. Entonces las peleas internas empezaron por eso, por lo que nosotros
considerbamos que era un mal manejo poltico y econmico
de los recursos conseguidos, especialmente de la tierra.
Como tres meses despus de haber fundado la Empresa,
expulsaron a los del grupo de los 40 que en ese entonces estaban integrndola, que haban luchado y que pagaron crcel, que
pagaron la sancin, la multa y todo lo que la represin los oblig. Los expulsaron entre el incora, los directivos del cric y los
directivos de la Empresa en ese momento. Ellos tomaron la misma actitud de los terratenientes: expulsar.
El argumento del incora, defendido por los del cric y por
la directiva de la Empresa, era que haba mucha gente y as la
Empresa no poda ser eficiente.
El incora siguiendo su poltica de hacer empresas comunitarias para unas pocas familias, se opuso a que las 48 que haban
luchado por Chimn tuvieran parte en la Empresa Comunitaria,
alegando que eran demasiadas y que solo caban 24 []
(Cooperativa Las Delicias, op. cit., p. 29)

Tambin decan que haba unos guambianos que vivan lejos, en La Campana, imbe, Anisrtrapu, y llegaban tarde. Porque son dos horas de camino y pusieron un horario estricto: que
a las siete u ocho de la maana haba que llegar al trabajo. Y empezaron a fallar porque, primero, regresaban a sus casas tarde, cansados, y mientras descansaban, dorman al otro da, llegaban
tarde al trabajo. Entonces, que llegaban tarde. Y no recuerdo que
otros argumentos, pero todos eran slo una justificacin para no
reconocerlos.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [433]

En realidad el nico inters del cric y de los directivos de la


Empresa, asesorados por el incora a quien lo que le interesaba
era la rentabilidad econmica y no el problema social, fue usar
al grueso de la gente de Guamba para recuperar las tierras, pero
una vez en sus manos, no cumplieron lo acordado; fue todo un
engao. Ellos no pensaron sino en sus propios intereses, y despus nunca participaron ni apoyaron la lucha para recuperar las
dems tierras del Gran Chimn; ni el cric, ni la Empresa hicieron nada por recuperar las dems tierras para la otra gente. Una
vez solucionado su problema personal, los dems no les interesaron para nada.
Desde ese momento nosotros empezamos a tener problemas.
Estaban sacando a los del Resguardo, pero tambin queran sacar a los terrajeros que no estaban de acuerdo con esa actitud
tomada, como Cruz Calambs, Juan Calambs, Juan Tunubal,
Jacinta, Javier. El que no estaba con ellos, tambin para afuera
junto con los otros.
Y lo que era peor: sacaban a los terrajeros, a los verdaderos
dueos, y a los luchadores, y traan gente de afuera, de Guamba
mismo, pero que no eran terrajeros ni haban luchado por la tierra, gente sumisa que no deca nada y los apoyaba en todo.
Entonces comenzamos a tener problemas con el incora, con
el Ejecutivo del cric, al que le decamos que por qu orientaba
de esa manera, y as mismo cuestionbamos a los directivos de
la Empresa.
Julio Tunubal, un terrajero que inicialmente fue un buen
dirigente, fue nombrado presidente del cric y de la Empresa, y
entonces l haca presencia en Popayn, a nivel departamental,
y tambin en Bogot, con el apoyo de la gente de la Empresa y
de no indgenas. Los terrajeros no tenan ningn poder porque
eran sumamente pobres y no tenan ni siquiera para ir a Popayn, mucho menos para ir a Bogot. Y como no haba una organizacin que representara a los terrajeros a esos niveles, Julio
cogi fuerza y, a travs suyo, la influencia del cric y su poder
sobre los terrajeros se hicieron grandes. As se impusieron sobre
ellos.
Con un poder en el incora, otro en el cric, y otro en la
Empresa, Julio Tunubal juntaba los tres poderes, demasiado
[434] l a f u e rz a d e l a g en te

Mapa 6 Divisin de El Chimn entre Francisco Morales y Aurelio Mosquera y ubicacin de zonas en conflicto.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [435]

poder, que no us para bien de sus hermanos terrajeros, sino


para reprimirlos. Porque el indgena tambin, cuando tena el
poder, nos apretaba las tuercas lo mismo que el terrateniente, lo
mismo que los alcaldes, lo mismo que hacan los jueces blancos.
A los terrajeros que todava tenan parcelas dentro de esa Empresa se las quitaban y metan los amigos de Julio, y si haba cultivos los destrozaban. Como haca el terrateniente, as mismo le
haca el indgena a sus hermanos, a los terrajeros especialmente.
Y entonces, qu hacamos nosotros? No podamos agacharnos a llorar. bamos a meternos ah, pasara lo que pasara. Esto
es nuestro! Y volvamos a sembrar all. Hasta que por fin nos
hacamos respetar tambin dentro de la Empresa. Era un problema ya interno, pero la represin era igual a la del blanco.
En una ocasin en que tuvimos que ir a Bogot a resolver
asuntos relacionados con la lucha que venamos dando simultneamente contra el terrateniente, mientras nosotros estbamos
peleando, pasando malos ratos all, los de la Empresa, Julio
Tunubal, lvaro Tomb, quien despus fue tambin presidente
del cric, en vez de apoyarnos, se metieron a una huerta que tena Jacinta mi hermana en Coscorrn. Era una parcela que an
conserva Faustina abajo en el ro Molino, al ladito de Agustn
Tomb, la cual trabajaban casi entre todos porque, como recientemente nos haban lanzado, era la nica que quedaba; era una
huerta donde tenan maz y frjol que estaba para recolectar. Se
metieron all para quitrnosla tambin.
Los productos se los robaron, se los llevaron como si fueran de ellos! Y le metieron gente y palearon, limpiaron y sembraron maz all. Ya nos sacaron a nosotros. Cuando llegamos, nosotros contentos porque dimos la pelea en Bogot, acabamos de
contar, cuando otro problema Nos dijeron: Ay! qu te parece que all los de Chimn se metieron a la huerta y cogieron el
maz, el frjol, lo llevaron y repartieron a la gente, limpiaron y
sembraron. Ya se haban metido a la huerta! Nos quitaron la tierra otra vez. Nos quitaron, nos sacaron. Qu rabia! Nos toc
pelear con Julio directamente, como presidente del cric y de la
Empresa.
Entonces empezamos a denunciar estos atropellos dentro de
la Comunidad. Cada vez que haba una reunin, lo denunciaba.
[436] l a f u e rz a d e l a g e n te

Como yo andaba mucho, ya sala mucho, en la anuc, los sindicatos, Javier Calambs me llevaba para todas partes, entonces
hablaba y denunciaba esas cosas. Para evitar estas denuncias, ellos
perdieron el trabajo, perdieron la semilla y nos cedieron el lote
otra vez. Hicimos respetar la huerta.
Y ste es slo un ejemplo. Pero hubo una serie de casos como
ese, no slo con nosotros, sino con otros tambin. Fueron violentos, daban un trato tan inhumano, que uno preguntaba: Para
qu van a hablar de organizacin, de compaeros, de derechos,
si ustedes son los primeros que violan e irrespetan el derecho.
Yo siempre peleaba de afuera, porque yo no haca parte de la
Empresa Comunitaria, pero los que vivan adentro, a diario reciban mal trato. A diario! Era un martirio realmente para la
gente que viva ah.
Unos aos despus, por el mal manejo del Ejecutivo del cric,
de los directivos de la Empresa y del incora, la Empresa termin dividida en Empresa Comunitaria El Chimn y Empresa
Comunitaria La Chorrera-La Conquista146. Esta ltima se separ de la empresa originalmente creada y finalmente fue disuelta,
se individualiz.
Cuando acabamos de pagar la tierra fue donde unos decan
que queran seguir trabajando con la Empresa. Yo empec a plantear como con unos cuatro, como con taita Manuel Muelas, quien
deca que no debamos fregar ms con esto [] Por eso l empez a trabajar nada ms dos das lo de la Empresa. Y el resto de los
das siempre le quedaba para ir a trabajar en lo de ellos.
Ah con el taita Juan Tunubal, toda la produccin del trigo,
de la papa, empezaron a pagar muy bajito, y eso nos creamos
problema entre nosotros mismos.
Como los del incora haban dicho que si ustedes no trabajan bien, a los 10 o 15 aos repartiran la tierra, entonces nosotros
empezamos a reclamar, fuimos all al incora y ya decidimos repartir. Ah quedaron bravos como unos cinco, con Juan y otros. A
nosotros los diez nos reparti la tierra y nos dio. Ellos dijeron que

146

La Empresa original se llam Chimn, y cuando se dividi, la mitad volvi a


llamarse Chimn.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [437]

iban a continuar con la Empresa, pero no se qu decidieron, que


tambin repartieron.
El problema lo crearon ellos mismos; nosotros estbamos
trabajando bien. Ellos no trabajaban, pero a la produccin s queran repartir igual igual. La gente que trabajaba, trabajaba los das
completos, y ellos no trabajaban sino uno o dos das. Entonces a
ellos quisimos pagarles menos, y empezaron a alegar. Decan que
no repartan bien la produccin, igual, y ah empezamos el problema. Y entonces repartimos la tierra y se acab todo.
(Jos Snchez)

Y no slo la Empresa, sino tambin el movimiento termin


dividido. El cric se parti, y an hoy en da vivimos las secuelas de lo que sucedi entonces. Hay que reconocer que la organizacin dio luces, un camino: que haba que recuperar la tierra. Pero en el proceso todo se tergivers, se desvi la lnea
poltica, se olvid la lucha por la tierra para todos los que no la
tenan. La raz fundamental de la divisin fue la tierra, y eso no
podr negarlo nadie.
La pelea interna que se tuvo que dar en la Empresa fue dura,
por estar recin empezando y por no haber una fuerza. Adems,
porque se tuvo que dar al mismo tiempo que se segua luchando contra los terratenientes, lo que la hizo ms difcil de lo que
ya era. Pero los que se decidieron a dar esa pelea sacaron sus lotes para vivir, y quedaron ah.
Javier y Jacinta, Cruz Calambs, Juan Calambs, Juan Tunubal, hoy ellos tienen all; no la mejor tierra, pero por lo menos
tienen el orgullo de no haberse dejado sacar. Pelearon con los
blancos, cuando hubo problemas internos pelearon tambin
entre ellos, pero se hicieron respetar, as les dijeran individualistas, as fueran mal calificados. Hicieron respetar su tierra y ah
estn.
Los que no defendieron sus parcelas terminaron yndose. Como haba tanta molestia interna, porque para hacerlos aburrir
hicieron lo mismo que los blancos: les ponan cercos de alambres bien tupidos en los caminos, para que no tuvieran por donde
pasar, los trataban mal, entonces ellos ya aburridos dijeron:
Pguennos, nosotros nos vamos!. Repudiaban s, lo odiaban
[438] l a f u e rz a d e l a g e n te

porque tenan que abandonar sus tierras, su casa, pero no quisieron pelear.
La Empresa y El Coscorrn
El caso del lote llamado El Coscorrn, donde tienen la familia Snchez, Juan Calambs, Juan Tunubal y otros, muestra como la creacin de la Empresa Comunitaria sirvi fue para dividir a la gente, para estimular los apetitos de unos pocos y los
abusos contra quienes de una u otra forma estaban en desacuerdo con las nuevas formas de autoridad indgena recin impuestas. Exista una escritura de esa tierra a favor de unos terrajeros especficos, porque el terrateniente le traspas al
incora, para que esa institucin les adjudicara a ellos como en
Unidad Agrcola Familiar. Ah estaban los nombres, con cdula
y todo, de para quines era la tierra. Y, con escritura en mano,
no se estaban quedando sino con el papel, mas sin la tierra. Los
estaban sacando. Ya por ltimo el alcalde de Silvia tuvo que respaldarlos, porque tenan esa escritura.
Lo que sucedi fue que, dentro de la negociacin que hizo
Aurelio con el incora, incluy un lote de unas 53-56 has. conocido como El Coscorrn, el cual lindaba con los terrenos sobre
los que se constituy la Empresa Comunitaria El Chimn. Este
lote fue asignado por Mosquera especficamente para cuatro familias de terrajeros, con el propsito de que stas se salieran de
las casas y terrenos de El Pueblito de Fundacin Mosquera.
Jacinta cuenta que:
Aurelio vendi un lote al incora para terrazgueros reconocidos, quienes formaron una empresa comunitaria. Adems vendi
para Unidad Agrcola Familiar a la familia Snchez, que yo conoc: Segundo Snchez, Jos Mara Snchez, Miguel Antonio Snchez,
Custodio Snchez. De lo que yo vi, vendi 80 has. para esas cuatro familias.
Cuando negoci all el incora con don Aurelio, nosotros tenamos una huerta de reserva de muchos aos, pagando terraje,
un lote de mantener animales, de mantener siembras: El Coscorrn. La huerta que tenamos finado Juan, la mam, que tena en-

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [439]

seguida de nosotros, como vivamos en Fundacin, sembrbamos


all. Ese lotecito de 56 has. tambin entr en esa negociacin, como
147
donacin para cuatro terrazgueros reconocidos .

Pero la Empresa Comunitaria se conform, de hecho, no slo


sobre los terrenos que los terratenientes cedieron y vendieron
para ese fin, sino que abarc lo vendido para los Snchez, ms
lo de Coscorrn. Fue as como se gener un conflicto entre los
mismos terrajeros, pues los que venan trabajando esas huertas
se rehusaron a abandonarlas, ya que, no solamente las consideraban suyas desde haca mucho tiempo, sino que, al mismo tiempo, ellos estaban siendo expulsados de sus casas y huertas en El
Pueblito, a cambio de la cesin definitiva de ese lote.
Como all entraron a trabajar otros, el hoy en da lvaro y
otros, pues esa familia a la que le vendi, los Snchez, como era
recuperado, como era trabajado entre varios, ellos dijeron que
vendi fue a ellos; ellos fue que cogieron y hasta hoy da estn
manejando. Los Snchez [] para quienes vendi, no estn en esa
Empresa.
[] La parte de Coscorrn, [] lo donado a las cuatro familias [], a esa huerta tambin dentraron a trabajar los que estaban formando Empresa. De pronto venan a quitarnos, diciendo
que nosotros no habamos ayudado all. Nos cosecharon el maz,
frjoles, y todo eso nos quitaron de las huertas, y sembraron maz
de ellos. Entonces tambin lo iban a quitar, diciendo que no haba para nosotros, que a nosotros no nos dio don Aurelio, sino que
ellos haban dentrado en negocio. No queran entregar, estaban era
negando, negando.
Pero don Aurelio deca que s haba, que fueran para all, que
s tenan parte Javier y otros reconocidos, que le haba entregado al
Cabildo ese lote para que nos arreglara a nosotros, era que deca.
147

Segn la Escritura 744 del 6 de julio de 1972 de la Notara 2 de Popayn, en ese


ao Virginia de Mosquera, esposa de Aurelio, cedi al incora un pedazo de
Chimn (56 has.) que parece corresponder a Coscorrn, y vendi otro de 80
has., ambos con destino especfico para los terrajeros reconocidos por el
incora. El lote cedido es para Juan Snchez, Javier Morales, Juan Calambs,
Cruz Calambs y Julio Tunubal y el vendido para los cuatro hijos de Juan
Snchez.

[440] l a f u e rz a d e l a g en te

Ya no era problema con el patrn. Nos queran sacar era los


de la Empresa, all la misma gente, cuando era presidente Julio, y
lvaro y otros dirigan, que nunca ni el patrn mismo nos haba
quitado. A nosotros nos dio muy duro, nos levant problema entre nosotros indgenas mismos. As nos trat a nosotros.
As mismo ha de haber hecho aburrir a otros tambin. Nosotros no entramos dentro de la Empresa, pero pues as nos hizo. Para
que no furamos a trabajar nos hizo caer el puente, sacaba la semilla y cortaba. As hicieron los de la Empresa.
Con todos estos problemas, nosotros entramos haciendo trabajos con mingas. Toda la gente de all, en Medialoma, taita Alfonso
y todos, as como trabajbamos juntos en el terraje, mingbamos
a todos sin que quedara ni uno. A los que vivan ms bravos, como
a mi esposo Javier no se le ocurra que esa gente estuviera disgustada, entonces en todo el recorrido de la invitacin a la minga no
dejaba ni uno, mingaba a todos todos, que para l era normal. Casi
todos venan, con excepcin de algunos. Entonces nos acompa
mucha gente en este proceso; a la Cooperativa y a otras gentes recogamos.
Yo no quera tener enfrentamiento entre indgenas; yo estimaba. Como nuestra gente no entenda, no quise estar lejos de ellos,
quera era tenerlos cerca; aun cuando hubieran hecho el lanzamiento con sus manos, pero pues ellos no tenan la culpa. Yo no
senta que fueran enemigos, no quera tener enemistades con los
vecinos. Por eso era que yo haca mingas.
Pero tambin pues, aqu me estaba perdiendo ste que entregaba don Aurelio, diciendo que la parte de Coscorrn era de nosotros, y que la Empresa sali diciendo que no era de nosotros.
Como esta huerta era nuestra de mucho antes, cuando pagbamos
terraje, por eso yo no quera dejar perderla aun cuando no les
gustara a los de la Empresa, que es nuestra gente misma, pero pues
se venan encima de uno por no dejarlos que nos quitaran ese lote.
Como los de Fundacin s saban que esa huerta era de nosotros, venan tranquilamente a ayudarnos. Por eso yo los invitaba a
ellos tambin. As fue que haca minga para no dejar perder esta
huerta. Y no la perd.
(Jacinta)

As pues se form la Empresa El Chimn: con lo vendido y


lo cedido, y hasta con lo que estaba designado para terrajeros
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [441]

especficos. El gobierno, a travs del incora, el cual tena bien


claro qu y para quines haban vendido y cedido los terratenientes, pues era a travs suyo que se hacan todas las negociaciones, en vez de ayudar para que se respetaran los derechos de
cada cual, lo que hizo fue asesorar y apoyar al cric para crear
una divisin entre terrajeros y gente del Resguardo, y mantener
silencio ante los enredos generados por el terrateniente, ayudando con eso a dividir a los terrajeros148. Todo esto fue creando problemas entre la gente, hasta que finalmente la Empresa termin
dividindose.
Yo all dentro de la Empresa no estuve, ninguno de los cuatro,
porque nos hicieron creer que no haba para nosotros. La familia
Snchez s estuvo. Ellos estaban all, pero de pronto, como all
empez a sacar fue este Julio Tunubal, que era el problemtico,
entonces a ellos los fueron sacando.
Comenzaron a sacar gente de all que haba. Entonces hubo
como divisin de la Empresa, por ese mal trato que estaba pasando. Decan que se dividieron por sacar a la gente, porque trat mal;
as contaba la gente. Hubo problemas familiares, que estaba sacando, que no dejaba trabajar. Decan que estaban pasando ms
mal que con los patrones []
(Jacinta)

148

La manipulacin lleg a tal grado que, aunque en 1970 el terrateniente hizo


una escritura a favor de los cuatro terrajeros, todava a finales de 1981 stos
Juan Jos Snchez, Juan Calambs, Anunciacin Hurtado vda. de Calambs,
Javier Morales y Juan Tunubal estaban solicitando al Cabildo de Guamba
que les fueran adjudicadas las tierras de La Laguna-Coscorrn (53 has.), lo cual
lograron antes de terminar ese ao. No queda claro sobre qu base legal el Cabildo hizo esta adjudicacin, pues slo hasta 1990 Aurelio Mosquera (Fundacin
Mosquera) don al Cabildo de Guamba El Coscorrn. En la Escritura 2520 del
3 de septiembre de 1990 de la Notara 2 de Popayn, se lee: Con esta donacin
se cumple la promesa que hace aproximadamente 20 aos hizo [...] el seor
Aurelio Mosquera Caicedo y por lo cual, los miembros de la comunidad de
Guamba vienen poseyendo y explotando el predio objeto de la donacin. En
el mismo documento se especifica que el Cabildo de Guamba recibe el predio
especialmente para quienes ya estn asentados all, que en ese momento ya eran
12 personas.

[442] l a f u e rz a d e l a g e n te

Finalmente el movimiento tambin se dividi


Hubo un momento en que ya el movimiento indgena se
dividi y nosotros nos separamos del cric.
El 15 de julio de 1973 se hizo el Tercer Congreso del cric,
que tambin se conoce como Primer Encuentro de Indgenas

En 1973 se realiz en Silvia el Tercer Congreso del CRIC, tambin conocido


como Primer Encuentro de Indgenas Colombianos. Nos reunimos alrededor de
4000 indgenas de todas partes del pas, en medio de un ambiente muy hostil.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [443]

Colombianos, que nunca antes haba surgido algo de esa naturaleza. El historiador Juan Friede deca que nos habamos reunido por primera vez alrededor de 4000 indgenas de ms de
2000 kilmetros de distancia. Porque llegaron delegados desde
la Sierra Nevada de Santa Marta hasta Quito; haba indgenas
paeces, arhuacos, yanaconas del Cauca, coconucos, inganos y
kamtsas de Sibundoy, y muchos ms. Ese encuentro nacional
de indgenas tan importante, tan valioso, tan positivo, estaba programado para hacerse en Tierradentro, pero el gobierno no lo
permiti, alegando razones de orden pblico; finalmente ste se
logr hacer en Silvia, donde estaba todo el peso de los terratenientes. Muchos paeces no pudieron llegar porque la polica tena orden de obstaculizar la movilizacin, llegando al punto
de prohibir la salida de los indgenas hacia Silvia, pues decan que
era una reunin de comunistas.
En el Encuentro, a pesar de haberse hecho en La Cooperativa de Las Delicias, en pleno territorio guambiano, como el
Cabildo estaba a favor de los terratenientes, no se cont con la
presencia masiva de guambianos; slo los de la Cooperativa y
los terrajeros estuvimos ah. Nosotros asistimos y estbamos
contentos por los discursos, la expresin de la gente, las relaciones y todo lo dems. Pero detrs de la apariencia, en el fondo, tenamos serios problemas con el cric y los directivos de
la Empresa.
Tuvimos muchas otras asambleas, muchas reuniones, muchas veces intentamos arreglar los problemas, pero nunca pudimos solucionarlos; cada vez se antagonizaban ms y ms, hasta
que por fin los llevamos a Toez, Tierradentro, en 1974, al Cuarto
Congreso del cric. All se pele, se dieron los debates, se destap todo. Porque el cric y la Empresa de El Chimn queran
aparentar que sta era como un espejo, lo ms brillante que
se pudiera imaginar, lo ms democrtico. Y nosotros, con la
Cooperativa de Las Delicias, fuimos y desenmascaramos que en
la realidad no era as.
En 1975 nos abrimos oficialmente del cric. Hasta all todava ramos dependientes; peleando, pero defendamos al cric.
Yo por lo menos tomaba la bandera del cric como hoy tomar
la bandera guambiana, porque era un smbolo de libertad, que
[444] l a f u e rz a d e l a g en te

Yo tomaba la bandera del CRIC como hoy tomar la bandera guambiana,


porque era un smbolo de libertad, que daba como una esperanza. Foto: Victor D. Bonilla

daba como una esperanza. Pese a los problemas que tenamos,


yo defenda al cric en ese entonces, porque estaba haciendo un
trabajo importante por todo el Cauca, con los paeces, los
yanaconas y dems. Estaba impulsando un programa dentro del
cual era central la recuperacin de la tierra, el no pago de terraje
y el respeto por la cultura. Haba mucha gente en la crcel, a
muchos dirigentes como a Gustavo Meja y al cura Pedro Len
Rodrguez los asesinaron en este proceso, y a nosotros nos pareca que era un trabajo importante, y acompabamos. Cuando
muri Gustavo Meja, por primera vez los guambianos la Cooperativa y los terrajeros se movilizaron para protestar por el
asesinato de un dirigente. Yo iba mucho a la sede del cric en
Popayn. Al comienzo, antes de haber estos problemas, iba tal vez
dos veces en la semana, como de solidaridad o de respaldo o a
ver qu consejos tenan. Llevaba algo de lo que estaba sucediendo,
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [445]

pero tambin recoga algn mensaje para llevar a la Comunidad


otra vez.
Pero en su relacin con los terrajeros guambianos no estuvimos de acuerdo, tuvimos contradicciones todo el tiempo. Por
eso, despus ya empec a retirarme, porque ya saba uno perfectamente que all era donde tomaban decisiones. Ya en 1975 los
de la Cooperativa y todos los dems guambianos que asistimos
a un encuentro en San Fernando, en la Cooperativa, decidimos
no tomar ms la bandera del cric, ya nos retiramos oficialmente.
No ms con ustedes; pase lo que pase, nos vaya como nos vaya,
nosotros nos separamos de ustedes. Hasta all.
Desde entonces nosotros salamos por todas partes a denunciar, no slo al terrateniente y al incora, sino tambin la actitud
del Comit Ejecutivo del cric.
Duramos cinco aos dentro del cric, pero esos cinco aos
fueron de una continua pelea: peleando con el terrateniente, con
la Empresa El Chimn, con el Ejecutivo del cric, con el incora;
pelebamos con todo mundo, y muchas veces pareca que uno
se encontraba en un callejn sin salida.
Recuerdo una poca en que pareca que el movimiento
indgena se nos haba acabado. El cric estaba partido en pedazos, nosotros andbamos por ah flotando, sin una tolda donde
arrimar. Casi nos acabamos! Y as demoramos mucho tiempo.
Pero la Cooperativa de Las Delicias siempre estuvo al tanto
de la situacin y sirvi mucho para mantenernos durante todo
ese tiempo. Yo creo que por eso hasta hoy sigue siendo una Cooperativa importante pero pobre, porque de los proyectos econmicos que organizan, como una tienda, de all financian la
lucha de la gente. Eso ha pasado todo el tiempo en la Cooperativa. No se ahora si se habr levantado algo econmicamente,
pero la Cooperativa gast mucho dinero en la organizacin de
la gente para recuperar la tierra.
En todo caso todo esto nos llev a confrontar grandes consecuencias. Como el Ejecutivo del cric siempre manej con un
doble filo, nadie crea cuando uno hablaba de todas estas cosas
que estaban pasando, nadie crea que Julio fuera as, nadie crea
que el Ejecutivo del cric fuera as, nadie crea que en Guamba
estuviera sucediendo tanta cosa. Se crea que todo estaba como
[446] l a f u e rz a d e l a g en te

un paraso. Mentiras! Hasta que Guamba reconoci que tenamos la razn cuando, en 1980, el incora con el Ejecutivo del
cric y los directivos de la Empresa El Chimn hicieron juicios
de lanzamiento tambin entre ellos.
Lanzamiento de Julio Tunubal
Aos despus, ya en 1980, Julio Tunubal, ex-presidente del
cric, ex-presidente de la Empresa, dirigente regional del Cauca
y tambin dirigente nacional, termin expulsado de lo uno y de
lo otro, y finalmente encarcelado y lanzado de su tierra. El Ejecutivo del cric, sus asesores, y el incora, se encargaron de daarlo, de desviarle sus principios. l era un terrajero, pobre, que
no tuvo nunca nada, y lo pusieron a manejar grandes recursos
de financiacin externa que llegaban al cric a travs de una Fundacin Andina, que creo que hasta ahora existe; fuera de eso lleg a manejar dinero de la Empresa y dinero de los crditos que
haca el incora. Entonces se convirti en amo y seor; se creci tanto, se desvi tanto, que cuando los dirigentes y asesores
del cric reconocieron la gravedad del problema, ya Julio era irrecuperable.
Entonces lo expulsaron del Ejecutivo del cric y lo destituyeron de la presidencia de la Empresa. Ya sin dinero, no pudo soportar vivir as y empez a sacarse a escondidas el ganado de los
mismos compaeros de la Empresa. Hubo un momento en que
se empez a perder ganado y no saban quin era. Era el mismo
ex-dirigente, era el mismo ex-presidente, era el mismo compaero suyo que se lo estaba llevando. Un buen da lo cogieron con
dos vacas en Pueblo Nuevo, y lo regresaron a la crcel de Silvia,
con la polica, con las vacas, en el mismo camin; ya Julio ah,
triste, bien alicado.
Sus compaeros de la Empresa, aburridos con l, le entablaron, con la asesora de los abogados del incora, una demanda
de juicio de lanzamiento de la Empresa. Haban aprendido de
los terratenientes cmo lanzaban a los terrajeros y as mismo le
hicieron. Julio estaba en la crcel, pero estaba la esposa con siete
hijos pequeos. Y con todo el descaro, ante el pblico, llevaron
a las autoridades e hicieron ese lanzamiento.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [447]

Recuerdo el da en que fueron como unos 10 policas y un


juez a lanzarlos. Que un lanzamiento a la esposa de Julio Tunubal! Es que era increble! Era increble que los mismos que un
da lo abrigaron tanto, le dieron tanto poder, tanto dinero, que
lo estimaban, ayudaban, le dieron toda la libertad para que hiciera lo que quisiera, hoy tomaran esa decisin de lanzar a la
calle! No buscaron otro sitio dnde pudieran meterse, sino que
los tiraron a la calle!
El Cabildo de Guamba, que pareca que hasta ese entonces
nosotros ramos sin Dios y sin ley, Segundo Tunubal que era el
gobernador, cuando subi all deca al juez: Vine, favor no lancen, no tiren a la calle. Favor! Yo vengo a ver porque se que ellos
son guambianos, es mi gente, es de mi sangre, es mi sangre! Por
eso vine a ver. Segundo Tunubal deca as. Es sangre de nuestra sangre, por eso vine a ver qu pasa. Clamaba para que no lanzaran a la calle. Y el juez nunca acat; tuvo tanto poder, con la
polica, que no acat al gobernador, ni a la gente.
El gobernador de Guamba vino en un momento que entre los
mismos misak estaban haciendo cosas muy feas, haciendo lanzamiento de unos contra otros. l dijo que: Yo vine a ver porque es
nuestra gente, porque es nuestra sangre, y pidi que se abstuvieran
de hacer ese lanzamiento. Este acontecimiento fue muy duro. Los
blancos hicieron de igual manera a nosotros, pero los misak solamente por no entender, no resolver un problema interno, llegaron a hacer a ese extremo de gravedad. Esto fue muy horrible, muy
feo; ante toda la Comunidad nos pasamos una gran vergenza.
Viendo todo esto, nosotros resistimos todo ese lanzamiento.
(Jacinta)

Recordando ese vergonzoso momento, taita Segundo me


deca:
Yo como tengo el criterio de que all donde nosotros, la gente, por ms que estn equivocndose, all no se expulsa en la calle
con todas sus pertenencias, por ms que sea delicado se va hablando despacio y en la calle no se puede dejar; entonces yo planteaba
eso. Y me calificaron que yo vena abusando a la tierra de ellos y
que el Cabildo no poda venir ac a intervenir en las propiedades
[448] l a f u e rz a d e l a g e n te

privadas. Que ellos estaban con la orden del Estado, por la ley del
Estado, bajo la ley del incora, que hay un rgimen puesto []
Quien deca ser el abogado sealaba que ya iba llegando la
hora, que el presidente de la organizacin haba dado este plazo.
Entonces empezaron a discutir que haba hecho muchos daos y
que ni a esos ha querido arreglar y ahora no haba sino que aplicar. Acusaban a la mujer de no haber dado cumplimiento en los
trabajos []

Como era un acto tan importante, tan trascendental, tan triste, tan doloroso, yo tambin me hice partcipe, me fui a ver. Era
muy duro. Los policas sacaban a esta seora, la seora se agarraba duro en un pilar para tratar de defenderse, y los policas la
arrancaban a la fuerza y la tiraban a la carretera. Las cosas, todo
lo que tenan, la polica tambin las sac y tir en la mitad de la
carretera. Todo! Y as fueron sacando. Los nios lloraban, gritaban, el pblico protestaba, el gobernador protestaba, pero no
haba nada que valiera. El juez dio una nica orden, los policas
acataron, los dueos, los demandantes, haba a favor y en contra, pero el hecho fue que hicieron ese lanzamiento.
Yo all volv a pelear con los de la Empresa. Yo hablaba para
que no lanzaran. Hubo otra gente que protest tambin. Pero
ellos decan que aqu mandamos nosotros, esto es de nosotros,
ustedes qu vienen a meterse!
La casa qued vaca. Yo vi un cerro de cosas que quedaron
all en la mitad de la carretera, ah. La seora, de la ira, no las
recogi, y ah se perdi todo. Ese era el desorden ms grande.
Como odiaban tanto a esta seora, una gente inmediatamente
subi al techo de la casa y trun, trun, trun, empezaron a desclavar, a bajar el techo. Bajaron el techo! No quedaban sino las cuatro paredes. Hicieron ms de la orden del juez, quien no haca
sino el lanzamiento de sacar las cosas y tirarlas en la calle; de
destechar no dio orden el juez, sino que ellos lo hicieron. Y todo
con la complicidad del incora, del Ejecutivo del cric, de los
mismos directivos de la Empresa. Eso fue desastroso!
Pareca increble que despus de luchar tanto para lograr
qu e nunca ms furamos lanzados de nuestras tierras, que nunca
ms fueran quemadas nuestras casas, que nunca mas furamos
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [449]

maltratados, por nadie, ahora de nuevo unos que haban sido


terrajeros le hicieran todo eso a uno de los mismos y a su familia, y peor an, despus de que ellos mismos lo haban apoyado
en todas sus actuaciones, en todos sus manejos. Y aunque por
todas las maldades que nos haba hecho debimos haber pensado que estaba recibiendo su merecido, en realidad no fue as y
sentimos mucho dolor.

Jacinta mi hermana fue piedra angular en la lucha de los ltimos terrajeros. Cuando
el terrateniente Aurelio Mosquera le ofreci bala antes de ser expulsada de su
huerta, la respuesta de ella fue: Mtennos que pa morir hemos nacido.

[450] l a f u e rz a d e l a g e n te

Para morir hemos nacido:


ltimos lanzamientos
de los terratenientes

Como hemos relatado a lo largo de este escrito,

los terratenientes siempre buscaron que los terrajeros ocuparan


el mnimo posible de tierra en las haciendas, para as poderlas
convertir en potreros y desarrollar sus actividades de ganadera
extensiva. Por eso, desde un comienzo hicieron todo lo posible
por aburrir a la gente para que se fuera. Y muchos lo hicieron,
muchos como yo salieron para donde pudieron, con tal de no
aguantar ms la situacin de opresin y hambre que se viva en
las haciendas. Pero muchos se quedaron.
Como tambin hemos venido contando, entre los terrajeros
que no se fueron hubo quienes comenzaron a recuperar tierras
y, con el apoyo de algunos guambianos de tierra libre, se inici
un proceso de organizacin y lucha que junto con los riesgos
que para los terratenientes implicaba la posible aplicacin de las
leyes de reforma agraria en sus predios ejerci suficiente presin sobre ellos como para forzarlos a entrar en negociaciones
con el incora, en el contexto de la reforma agraria que el gobierno estaba adelantando. Ello culminara eventualmente en la
recuperacin para los indgenas de todo el Gran Chimn.
Pero la pelea fue dura. Los terratenientes haban decidido entorpecer la lucha, no slo entrando a negociar, sino tambin ofreciendo prebendas a algunos indgenas e introduciendo nuevos
actores en el conflicto: blancos del pueblo, indgenas del Resguardo, el Cabildo mismo, a quienes comenz a ceder y vender tierras, con el fin de dividir para seguir reinando.
A mediados de 1972 se produjeron una serie de lanzamientos de terrajeros que insistieron en seguir cultivando en sus huertas de siempre, entre ellos la familia del esposo de mi hermana
Jacinta; a ellos el terrateniente los comenz a sacar a la fuerza de
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [451]

las tierras. Jacinta, a quien le toc vivir esta experiencia, cuenta


cmo ella, siendo mujer y sin estudios, debi enfrentar esta
ltima etapa de la imposicin terrateniente, que en su caso fue
encarnada por Aurelio Mosquera.
Los recuerdos de Jacinta
Yo, recogiendo los granitos de uno en uno, lo que yo haba
entendido del problema, con eso yo sal.
Cuando nosotros fuimos nios, taita Anselmo Muelas nos
explicaba que siempre iban a pie hasta Bogot, que vinieron
quitndonos casi todo en 1912, que los que andaban en Popayn,
que llamaban Manuel Quintn Lame y Jos Gonzalo Snchez, su
secretario que fue de Totor y era de nuestra misma gente,
hablaban a nuestro favor y venan de noche a escondidas, porque los blancos no queran verlos. Venan siempre hasta Bogot
con el pap de ahora taita Javier Calambs, que era jovencito. El
gobernador de ese entonces se llamaba Feliciano Ullun y gobernaba donde haba bastante gente guambiana; l s apoyaba a la
gente de ac.
Taita Anselmo llegaba a quedarse y contaba todo esto. Contaba y lloraba y recordaba que ellos haban sido expulsados del
Sruktrapukulli haca 20 aos. Cuando haba todas esas tierras,
cultivaban para que hubiera de todo, frjol, mauja, arracacha,
ganado, y coman de eso. Recordaba todo esto, recordaba el plato
de comida fuerte que tena carne, que la cuchara quedaba parada en el centro, y deca que ahora andaba as sin con qu comer,
y lloraba. Esto escuchamos nosotros entre los tres: Carlos nuestro primo, Lorenzo y yo. Era en 1912 y ahora ando por aqu sufriendo, deca. Cargaba yerbas de guayabilla, granizo, frailejn,
y con la venta de esto tena que comprar sal, panela y sus cositas.
Nosotros preguntbamos y preguntbamos y escuchbamos.
Entonces el mayor dijo que siquiera ustedes nos estn escuchando, y dijo que: Algn da estas tierras sern de ustedes, ustedes hoy son nios pero van a estar grandes y, cuando estn
grandes, peleen.
Cuando empezaron a sacarnos en esta ltima etapa, nos acordamos de toda esa historia del mayor Anselmo. Siempre venan
[452] l a f u e rz a d e l a g en te

expulsando, desde 1912 venan expulsando, pero ahora fue a


nosotros que nos hicieron lanzamientos. Empezaron a lanzar a
Javier y mama Antonia, mi suegra, y ellos no comprendan el castellano, al igual que el pap y la mam de Juan Pastor. Taita Juan
Calambs tampoco responda a los problemas. Venan destruyendo los cultivos, las casas, quemando y todo. No nos dejaron
nada que comer, no nos dejaron sino el plan de la casa. Destruyeron todos los cercos, los alambres de pa, todo se lo llevaron.
Hicieron eso tan horrible. Pero yo no llor, y con el finado Juan
Tunubal anduvimos mucho.
Tambin abrimos como un nuevo camino para donde taita
Javier Calambs y, de tanto caminar, el camino se ampli. l tambin habl lo de 1912 y cont que ellos tenan el documento de esas
tierras e insisti en que nos parramos firmes, que furamos fuertes. Ellos siempre prometieron estar detrs de nosotros. Entonces
nos sentimos con cierta claridad y nos sentimos respaldados.
No sabamos qu quera decir lanzamiento
Nosotros no ramos mucha gente, ramos mi finada suegra,
la mujer de Juan, y otros que estbamos cultivando y arrancando cebolla en las huertas que tenamos en las partes altas de la
hacienda, porque ya en lo plano nadie tena149. Las vacas acabamos nosotros mismos. Apenas tenamos cebollales, ajos y ulluco150 all en Tsoshankullu, que semana a semana mejoraban.
Haba un buen lote de finada suegra y haba un rancho que una
parte tena palos y otra parte tena paja. Alcanzamos a hacer un
rancho grandecito y a veces bamos a quedarnos. Como la mayora estaba, haca falta el rancho. As fue que hicimos en conjunto. As era lo que tenamos. Y ahora queran sacarnos.
Cuando nos dimos cuenta fue que empezaron a decirnos que
nos saliramos. Nosotros no queramos salir y dijimos que no
149

Hay que recordar que Aurelio Mosquera pas a los terrajeros al Pueblito y les
cedi Banqueta, con el compromiso de salirse de los dems lotes. Pero ellos no
se salieron, siguieron cultivando, y fue de esas pequeas huertas de mximo una
plaza de extensin que los comenzaron a lanzar en 1972.
150
Tambin papa, haba y coles, segn la Diligencia de Reconocimiento y Avalo.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [453]

bamos a salir, porque todas las semanas cosechbamos y vendamos la cebolla. Nosotros no salimos y entonces nos empezaron a mandar papeles. Llegaron hasta all a la huerta donde
estbamos arrancando cebolla, gritndonos que saliramos. Nos
decan que si no salamos nos quitaban por la fuerza.
El manimocho151 subi con un tal Pedronel y el alcalde. Lleg y all gritaron, y mandaron a arrancar toda la cebolla. Y yo
respond:
Yo no voy a arrancarla. Yo de aqu pa donde voy a coger! Usted mismo dijo que no furamos a ninguna parte, que
podamos mantener esas huertas de Tsoshankullu. Yo vivo de esa
cebolla no ms.
Yo s te puedo lanzar, o sino, te voy a quemar ya!.
Qumeme, yo no voy a vivir para siempre. Para morir estoy. Por qu no me mata ya mismo?.
Sera para asustarme! Yo estuve en el rancho, detrs de un
alambre. l estaba abajo del alambre, gritando. El patrn dijo:
Salga y venga aqu.
Ser pa pegar, pens. Entonces respond:
Pa qu vino. Usted venga hasta aqu.
Yo no sal. Estuve contestando desde el rancho no ms. No
s qu me pas, que no me dio miedo. Que si a la otra venida
encontraba el cerco as, l mismo lo destrua. Que estaba avisando por las buenas. Ya a lo ltimo estaba bravo y dijo que alzaran
la cebolla. Yo dije otra vez: No voy a alzar!. Y no la alc. Segu
cogiendo la cebolla.
Ese cebollal era grande! Si uno arrancaba arriba, abajo ya estaba retoado. As arrancbamos nosotros. Por eso no hice caso.
All subieron de nuevo a la huerta y dijeron que ustedes ya
estaban advertidos que salieran, qu estn haciendo que no han
arrancado la cebolla, tienen que arrancarla. Nosotros dijimos que
no bamos a arrancarla y que no bamos a salir. All empezaron
a decir ya que nos iban a disparar, que nos iban a matar. Entonces yo dije: Mtennos que nosotros pa morir hemos nacido.
Andaban con otras gentes que decan que eran peritos y con
151

Se refiere a Aurelio Mosquera, quien perdi una mano cuando trataba de dinamitar un lechero, cerca al establo en La Clara.
[454] l a f u e rz a de l a g en te

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [455]

policas. Nosotros hicimos el trabajo normal que siempre hacamos. Arrancbamos la cebolla, pero dejbamos la semilla.
Decan que iban a hacer lanzamiento y nos lleg la notificacin del alcalde Antonio Manzano. Ese papel no lo dirigi a los
hombres. Como yo era habladora, como hasta ahora, me lo mandaron a mi. Quin sabe qu habra pasado si el lanzamiento, estos papeles, lo hubieran hecho al esposo, a Javier, y no a mi. Lleg con la amenaza de que si nosotros voluntariamente no
arrancbamos la cebolla, si no recogamos todo, ellos haran el
lanzamiento152. Nosotros respondimos que no tenamos que
arrancar la cebolla y lo dems, porque estbamos en lo nuestro.
Despus lleg otra notificacin que deca que los cultivos que
ustedes tienen, con los peritos y los abogados ya hicimos los
avalos y que, por lo tanto, los enseres que haba all ya eran de
ellos. Y avisaron que tal da iban a arrancar y destrozar, que para
ustedes ya es el lanzamiento. A cuenta de la mayora mandaron
un perito para avaluar el lote del cebollal y el de otros tambin.
Ese lote era para cuatro personas, entonces queran sacar a todos.
Un da de lanzamiento era para los cuatro. El papel que recib
era del abogado Alberto Velasco.
Nosotros nos fuimos a la Cooperativa porque ellos ya se haban organizado, ya tenan tierra y otras cosas. Deca la gente que
en la Cooperativa estaban hablando en favor de la gente pobre,
y entonces nosotros nos fuimos con Juan. Ellos nos dijeron que
la tierra es de ustedes, que algn da tiene que llegar en manos
de ustedes, y que nosotros hemos encontrado unos documentos. Nos dijeron: No se dejen expulsar, y si ordenan que arranquen la cebolla, ustedes mismos no lo hagan, no salgan por voluntad propia, que si los sacan ellos sera distinto, y nosotros
vamos a estar siempre atentos.
Los papeles esos de notificacin que nos llegaron, nosotros
ni siquiera entendamos qu era eso, con finado Juan. No sabamos
152

El 10 de agosto de 1972, el alcalde, por solicitud del apoderado de Aurelio


Mosquera, los notifica de la demanda de lanzamiento por ocupacin de hecho,
es decir, alegando que ellos ya no eran terrajeros sino invasores. No debemos
olvidar que tan solo un ao y medio antes Aurelio mismo haba informado a los
terrajeros sobre su decisin de eliminar la terrajera. Se hace ahora evidente la
motivacin de esta decisin.
[456] l a f u erz a de l a g en te

qu quera decir lanzamiento. Como no entendamos bien castellano Entonces con Pedro fuimos a preguntar a la alcalda,
cuando estaba de secretaria Mara Ins, y ella dijo: Ay Virgen
santsima! a ustedes los van a lanzar de sus casas, vayan a ver qu
hacen. Nos fuimos y all estuvimos sentados todo el da y nadie
lleg, en todo el da no pas nada en la casa. Estaban era arriba
en los cultivos!
Bien tarde ya bajaron con el tractor cargado de cebolla, papa,
ullucos y coles, con los mismos terrajeros que estaban a favor del
terrateniente153. A nuestros hombres, como no obedecieron para
arrancar la cebolla, los mandaron a la crcel. A mi no me dejaron ir, ya me retuvieron, y que tena que estar en la casa sin poder
ir ni a Piendam, ni a ninguna parte. Como ya haban avaluado,
queran arrancar, arrasar ellos mismos. Yo insist que no es de ustedes, que yo voy a cosechar ms. Llev caballo. Yo cargar s cargaba. Entonces vieron que yo estaba all y en la puerta ya pusieron
candado. Ya pas la notificacin y arrancaron todo.
En esos momentos taita Alfonso Gembuel, el que vive en Medialoma, viva en la Quinta de Aurelio. l no haba ido a ayudar
a arrancar cebolla, pero a l tambin le regalaron. Taita Alfonso
recibi, pero como era muy amigo, vino a avisar que recibi la cebolla, pero que l no fue a arrancar. La mam de taita Alfonso me
quera mucho; me llamaban awel. De eso haba quedado alguna
amistad. Como arrancaron la cebolla y como taita Alfonso tambin era terrajero, pero adems era empleado del blanco, le llev
un bulto de cebolla y se lo regal. Entonces vino a preguntar que
ahora yo qu hago con su cebolla? Como l era bondadoso, dijo
que para mi es como molesto. Yo le respond que como usted no
fue el que fue a arrancar, usted ver qu hace con la cebolla; yo
me entiendo con el patrn. De ah fue que empec a pelear.
Los cultivos eran de Cruz, Teresa la mam de Juan, y de
nosotros. Entonces fuimos a ver y ya no haba ni una mata de

153

Aunque ya se haba acabado el terraje, se siguen denominando terrajeros, pues


seguan bajo el dominio terrateniente y con todos o ms de los problemas que
sufran con el sistema de la terrajera. Es as como eran obligados por el terrateniente a arrancar y quemar lo de otros ex-terrajeros, lo cual muchos hacan contra
su voluntad.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [457]

Javier Morales Trochez, esposo de mi hermana Jacinta, nunca se dobleg ante la


represin terrateniente. Hoy en da sigue trabajando en las tierras que defendi.
Foto: Brbara Muelas Hurtado.

cebolla. Todas las puertas estaban con candados. Pero nosotros,


as hubiera llaves, bamos siempre all donde fueron las huertas.
Entonces ya empez que nosotros no entendamos, que no escuchbamos, que nos iba a mandar a la crcel, al Buen Pastor.
A mi marido Javier ya lo encarcelaron. La mam de Javier, sin
cebolla y sin nada, y su hijo en la crcel, se qued llorando.
Encarcelaron a todos
Yo as a medias, atropellado, entenda el habla castellana y encontr que los mayores como Javier, la mam de Javier y otros,
no entendan ni as. Frente a esa situacin, cuando empez la
represin, no supieron defenderse absolutamente nada. Lo nico que hacan era que lloraba la mam, lloraba el hijo, y haba
[458] l a f u e rz a d e l a g e n te

otros hermanos de Javier, pero tampoco tenan un instrumento


de defensa, no tenan habla.
Entonces mama Antonia me dijo que usted que sabe hablar
castellano, hable a ver qu va a hacer con nosotros. Todava a Juan
no lo haban agarrado, pero rapidito lo agarraron tambin, mientras andbamos en la Cooperativa. Y a los otros, Juan Calambs,
Cruz Calambs, tambin los agarraron y los metieron a la crcel.
Entonces no haba quin representara, ni quien hablara porque
todos estbamos encarcelados. Yo me fui a la alcalda, que por
qu haca todas estas cosas; y el alcalde dijo que ustedes tienen
la culpa porque ustedes no quisieron salir. Como era el mismo
alcalde que haba hecho el lanzamiento
Ellos ya haban avaluado. Los cultivos y la casita de mi suegra y los elementos que tenan de la casa eran bastantes y, adems, llevaron el alambre. En ese momento la casita ms grande
era la de mama Antonia y ella era la que tena ms cosas; eso se lo
llevaron y se quedaron con todo. Hasta all, ella como guardaba
cosas antiguas, lo que llamaban la botijuela y unas bateas, como
se qued sin nada, qued llorando ms. Cuando avaluaron,
avaluaron un poquitico ah no ms154. Ella tena tambin cultivo,
pero el que ella tena ni en cuenta tuvieron; solamente la notificaron. Viendo eso, a mi no me dio satisfaccin. Como los mayores
vivan era de su trabajo y no saban hablar castellano, entonces lo
que hacan era llorar y llorar. Ver eso a mi me dio mucho dolor.
Pero yo como tena rabia, nunca llor. Decid no llorar en ninguna
parte, ni en la crcel, ni en ninguna parte, a ver qu me pasaba.
El cultivo de las otras personas lo pasaron por encima. A ermanto Cruz, que muri, quien tena un pedazo de cebolla155, y a
Juan Tunubal, s avaluaron los peritos156. Juan Calambs no tena cultivos; encontraron solamente una manga de ganado y por
eso solamente qued en la notificacin, y no hubo ningn avalo, pero le quitaron la manga.
154

Esta casita, tan importante para la mayora, su hogar, fue declarada en la Diligencia de Reconocimiento y Avalo como rancho inservible.
155

Tambin papa.
Tena cebolla, papa, maz, col, arracacha, alverja y haba, segn la Diligencia
de Reconocimiento y Avalo (Agosto 18, 1972).
156

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [459]

Con Juan Tunubal bamos a comentar todo esto a la


Cooperativa de las Delicias. Eran tres hermanos: uno llamaba
Manuel Jess, que ya est muerto, que ojal descanse en paz, los
otros eran taita Mariano y Javier. Nos dijeron que no tuviramos
miedo, que haga lo que haga, lo que hay que hacer es una demanda. Ellos siempre dijeron que el problema era de nosotros
y, con insistencia, la pelea tenamos que darla nosotros, que ellos
respaldaran siempre, que nosotros que sentamos el dolor ramos los que tenamos que hacer. Entonces explic que as no
sirvieran para mayor cosa, ah estaba Asuntos Indgenas y que
tambin haba algunos abogados en el incora. Tambin dijeron que con el Cabildo no podamos contar: Ustedes qu van
a ir a decirle al Cabildo, esos no van a hacer nada para ustedes!.
El da del lanzamiento hubo una reunin en el Concejo, a la
que invitaron al Cabildo para decirles que nos recibieran. Nosotros nunca habamos hablado con el Cabildo, y ese fue el primer da que hablamos. Empezamos a hablar con taita Isidro Almendra157, que fue el que estuvo cuando empezaron a lanzarnos,
para explicarle la situacin y pedirle que si tena tierra que nos
recibiera, pero que si no, pues que dijera que no nos poda recibir. El patrn mismo fue el que convoc al Cabildo de Guamba,
a su gobernador, taita Isidro, para decirle que recoja a estos
terrajeros, que se los lleve. La respuesta de taita Isidro fue que ni
ellos caban en el Resguardo, que por lo tanto no poda recibirnos: La gente all donde nosotros es mucha. Si pudiera recibirlos lo hara, pero no puedo. Arreglen ah no ms, dndoles tierra en Chimn, le dijo al patrn.
Nosotros acudimos a la comunidad grande158 pensando que
nos iba a ayudar a resolver, pero no. Javier Calambs s nos haba dicho que el Cabildo de Guamba no nos recibira, que tierra no tenan ni para ellos, y que la Cooperativa tampoco tena
tierra para recibirnos, que ellos apenas estaban empezando. Pero
s nos garantiz que si en algn momento llegaba la desgracia
de ser expulsados sin ninguna posibilidad, albergaran a la gente
en algn lugar de su Cooperativa.
157

Gobernador del Cabildo de Guamba en 1972.

158

Al Resguardo de Guamba.

[460] l a f u e rz a d e l a g en t e

En esa hora estuvo el Procurador y Asuntos Indgenas.


Quines no ms seran! El alcalde tambin. Ese es el primer da
que vimos a nuestro Cabildo. Los blancos tambin eran desconocidos.
Nosotros siempre demandamos toda esa destruccin. Por
estos cultivos ellos haban consignado una plata en la Caja Agraria, pero como tenamos odio nunca recibimos eso. Entonces me
amenaz que porque era muy respondona, que era grosera, y me
dijo:
Te encarcelo.
Encarcleme que yo nada le debo.
Aguardate que te mando para Santa Magdalena.
Yo no saba dnde era, pens que Santa Magdalena era ms
all del mar, entonces le dije que quera ir a conocer. Al fin me
encarcel.
Me dijeron que fuera a recibir la plata, y haba que firmar lo
mo, lo de mama Antonia y los otros. Como yo era peleadora, a
mi me haba consignado unos pesos ms, eran 1.980 pesos, que
incluan las cercas y el rancho. Lo de los otros era nada. A Juan
Tunubal era 1.280 pesos, pero lo de finado Cruz no eran sino
250, incluyendo el alambre de las cercas. Lo de taita Juan
Calambs se qued en la notificacin, porque l no tena cultivo y no le reconocieron los cercos. Yo no recib porque eso era
una injusticia. Devulvanos la tierra y, si no quieren vernos aqu,
compren tierra en otra parte y dnnosla, dije yo.
Fue cuando Aurelio llam al Cabildo para mandarnos al Azufral. Nosotros decidimos no ir. Dijimos que para all para el
Azufral vayan ustedes, que nosotros vamos a ir a vivir donde
siempre hemos vivido, que es de nosotros. El Cabildo y todos
estaban de acuerdo con que all haba buenas tierras y nos dijeron que furamos.
Como no pudieron darnos la plata a la fuerza, hicieron una
reunin en el Concejo Municipal y nos llamaron. All era la interrogacin que quin haba aconsejado para que hiciera todo
esto. Alguna gente de la Comunidad que no estaba de acuerdo
con nosotros tambin tena muchas ganas de mandar a la crcel
a los de la Cooperativa, a Trino Morales, a Mario Yalanda, que
siempre fueron buenos con nosotros y nos apoyaron. Los jueces
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [461]

ya los haban llamado a ellos primero. A Mario Yalanda acababan de hacerle interrogacin, y enseguida estaba yo. Yo estaba all
sentada y Mario, en guambiano qu tan bueno es saber hablar una lengua distinta a la de los blancos me dijo ante el juez:
Cuidado Jacinta, no vaya a estar respondiendo mal; escuche bien
y responda bien. Eso a mi me dio valor como para no equivocarme. Yo pens entre mi, qu har!
Entonces empez la interrogacin y lo primero que dijeron
fue que quin le haba ordenado. Yo le dije que nadie me haba
ordenado, nosotros lo estamos haciendo porque es nuestro derecho. Queran era agarrar a Trino y a Mario y a los de la Cooperativa. Pero quin va a estar avisando! Me debe haber ayudado
mi Dios. Cuando empez la interrogacin yo fui respondiendo,
y despus vide que he dado buena respuesta. Tena mucho miedo. Y eso nos sirvi posteriormente. All tambin plante los derechos, para que reconocieran, no con esa pequea injusticia,
sino que paguen con algo justo para con esa plata poder comprar tierra en alguna parte. No quedaron de pagar. Pedro dijo que
reconociera.
So gran pendejo, no quers el establo?.
Algn da llegamos al establo, contest Pedro.
Como ya llegamos. Y yo dije:
Algn da llegaremos al plan de la casa que era nuestro.
En esa forma le hablamos. Yo saba pelear as, aunque nos
despreciaran y miraran mal, porque nosotros de todas formas
tenamos que llegar all. Llegamos y ahora estoy contando.
De la crcel casi salgo como profesora del sena !
A mi me llevaron de todas maneras a la crcel, pero como
yo no haba hecho nada, alguien me aconsej que en la crcel no
vaya a estar firmando cosas sin saber qu es, sino que cualquier
documento que pasen all a que firme, siempre apele eso. Y yo
as lo hice. Todo esto despus para el abogado sali bien. As he
andado yo.
Fueron tres veces de detencin. La primera, en 1972, fue que
estuviera al entorno de Silvia, que yo no tena derecho ni a salir
a Piendam o a Totor, a ninguna parte. Esa detencin era por
[462] l a f u erz a d e l a g e n te

el hecho de no recibir la plata y era hasta que recibiera la plata


por los alambres, por la cebolla, por los ranchos y todo159. Los
amigos y los compaeros siempre estaban por ah cerca diciendo que no reciban. Siempre la Cooperativa fue muy poltica, dijeron: Ustedes no vayan a estar recibiendo, que si reciben no
tienen nada ms que hacer, ah terminan.
La segunda detencin, o sea la primera vez de crcel, me mand 27 das. Fue en el mismo 1972, cuando volvimos a la huerta a
cultivar, y en vista de que no quisimos recibir los pagos. Como
no era sino por la plata que no recib, no era mucho el pago de
crcel. Yo andaba trabajando en la misma huerta de donde nos
haban lanzado, y de all de la roza me cogieron. Fueron los policas y me trajeron. ramos cuatro que estbamos: yo, Juan
Calambs, Juan Tunubal y Cruz Calambs. Y no me acuerdo si
al pap de Juan tambin lo encarcelaron. De pronto s. Inmediatamente despus encarcelaron a la mam de Juan, a la abuela
Antonia, a mi mam, a Faustina y a la hija de Joaqun de la Chorrera, que llama Agustina. Los metieron aqu en la crcel de Silvia
mismo, pero a Faustina y a Agustina las mandaron al Buen Pastor en Popayn. La crcel de aqu yo no la conoc, a mi me mandaron a Popayn. A los otros s, una y otra vez, en la crcel de
Silvia. A la mujer de Juan Tunubal, que llama Josefina, tambin
le toc ah. A ellos siempre los tenan en Silvia no ms, pero a
mi me mandaban a Popayn, porque me tenan por alevosa,
respondona.
Como haba que pagar una fianza y nosotros no tenamos
con qu, queran que recibiera esa plata para que pagara al juez.
Mucha gente del pueblo deca lo mismo, que ustedes reciban esa
plata, que si reciben no irn a la crcel. De alguna manera los que
andaban afuera hablaron y me sacaron; en ese entonces andaba
un abogado poltico que llamaba Omar Henry Velasco, y ese me
sac. Mientras tanto el perodo de taita Isidro termin, porque
eso no es sino de un ao.
La segunda vez que me mandaron a Popayn, ya en 1974, me
acusaron de que era demasiado terca, y por eso me mandaron
159

En realidad, todas las veces fue por invasora, porque sigui yendo a la huerta
a cultivar, e insista en no recibir la plata de las mejoras.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [463]

dos meses. Juntos en ese momento, al mismo tiempo, haba otros


encarcelados. Los hombres, Pedro mi hermano, Juan y otros,
estaban todos en Silvia, pero a mi las dos veces fue a Popayn,
con Faustina. Me mandaron all, para que estuviera comiendo
bueno (risas).
All en la crcel tambin me preguntaban e interrogaban, y
yo siempre respond lo mismo, que era por la injusticia y que
consideraba que eran nuestros derechos. Estoy pagando aqu
crcel, pagando una injusticia, porque no he hecho absolutamente nada, siempre he dicho. En la crcel escrib algunas ideas que
mis amigos hicieron publicar en El Peridico de Popayn del 3
de mayo de 1974.
A mi me mandaban all a hacer oficio y yo lo haca porque,
como soy enseada a trabajar en el campo, a mi no se me daba
nada, por feas que fueran las tareas. Yo no senta mucho aburrimiento; estuve fue tejiendo mochilas. Como me gustaba hacer oficios, no me gustaba estar de balde, haca lo que ellos me
mandaban a hacer, y entonces les dije que me trajeran un merino para recuperar el tejido de mochila guambiana. Tej mochilas y luego, entre las varillas de las ventanas, ah arm la cincha
sin pedir permiso a nadie, sin explicarle a nadie, y la tej sin
macana, solamente con los dedos. Cuando ya haba avanzado
bastantico en el tejido, la monja guardiana se dio cuenta de lo
que estaba haciendo y reconoci que estaba buena, y fue a traer
una macana y me prest.
All ya empezaron a quererme y me mand a tejer para ellos
tambin. Si hubiera estado otro tiempo ms, ya me estaban preparando porque necesitaban una profesora para tejidos en el
sena. Pero me lleg la boleta de libertad. Por otro tantico hubiera ido yo tambin all al sena, de profesora! As he andado
siempre.
De todo eso hemos peleado y hemos peleado. El incora me
dio un abogado que llamaba Bernardo Bermdez, y esto lo llevamos hasta el Tribunal del Cauca. En esa demanda llevamos los
peritos a atestiguar, a buscar vestigios de los cultivos y todo eso.
Es como los tiestos en arqueologa, encontrar huellas, vestigios.
Encontraron todo, las huellas, las races de los cercos, los planes
de la casa. Cuando dimos poder al abogado entre los cuatro,
[464] l a f u e rz a d e l a g en te

Carta de Jacinta desde la crcel, publicada en El Peridico el 3 de mayo de 1974.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [465]

como no haba ms quien gestionara, siempre fuimos yo y Juan.


Como a nosotros nos quitaron todo, la cebolla y las huertas, nos
quedamos sin oficio, las manos libres. Entonces nos dedicamos
solamente a eso por ms de dos aos, a andar y a andar. Como
los de la Cooperativa hacan minga y otros tambin, entonces andbamos en minga para abajo y para arriba. Hemos llevado esta
pelea hasta el Tribunal, y el abogado nos diligenci bien, pero
como era con los ricos, ellos tambin tenan abogados, y creo que
deben haber hecho mucha cosa para obstaculizar. Como los
blancos son as
El abogado nos hizo bien el trabajo, que casi tuvimos la posibilidad de volver a llegar donde nos hizo el lanzamiento. Pero eso
se perdi, se qued as.
No pudimos llegar especficamente en el sitio donde nos
hicieron el lanzamiento160. Pero ganamos por el otro lado, porque siempre existan los derechos y pudimos quedarnos en el
Pueblito de la Fundacin, que tambin hicieron mucho esfuerzo para sacarnos de all, donde ahora vive Javier, de donde ellos
mismos nos haban adjudicado. Siempre fue muy importante
que algunos pedazos de tierra y la casa de Pueblito los ganamos.

160

En diciembre de 1973 la Gobernacin del Cauca revoc el acto de lanzamiento,


por haber sido tramitado en forma antiprocesal e injusta. Segn el abogado de
los terrajeros, la resolucin ratific el reconocimiento de terrazgueros de la hacienda Chimn [...] Al presentarse la cesin y la venta de una parte de la finca al
incora para el fin aludido en las Leyes 135 de 1965 y 1 de 1968, no por ello perdieron 3 de los demandados el carcter de terrazgueros que tenan desde tiempo atrs para convertirse en ocupantes de hecho de los predios cuestionados,
como lo entiende el Abogado-Actor. Tngase en cuenta que la Ley 1 de 1968, lejos
de tener el alcance propuesto por el doctor Velasco-Caicedo (abogado de Aurelio),
redund en beneficio de los arrendatarios, aparceros o similares. Pero finalmente
el pleito se perdi, por trminos vencidos.

[466] l a f u e rz a de l a g en te

La recuperacin que fue frustrada

Por esos mismos aos, el proceso de recupera-

cin fue frustrado. Nosotros, sin Cabildo, sin una organizacin


muy grande, bamos venciendo al terrateniente. Pero se atraves el Cabildo y el maestro Tumi se dej comprar, y negoci
con los terratenientes Aurelio Mosquera y Francisco Morales.
Nuestro objetivo era recuperar la tierra y el objetivo del terrateniente era no dejar que lo hiciramos. Tumi sirvi ah como agente defensor del terrateniente, intervino para bloquear
el proceso, puso a muchos guambianos y tambin a muchos
blancos del pueblo en contra nuestra, con la garanta del terrateniente de darle a los blancos unas tierras bien baratas, y a los
guambianos, adems de tambin venderles, regalarle un lote al
Cabildo161, ms diez mil ladrillos para un centro de salud en el
Pueblito162, ah al lado de la casa del profesor Tumi. Y la gente
deca que tambin haba recibido unas cabezas de ganado y algn recurso econmico en efectivo, aunque en reciente conversacin con el profesor l neg esto ltimo.
Cuando Isidro Almendra fue gobernador, nosotros no entendemos cmo surgi, pero cuando nos dimos cuenta fue que este
Tumi apareci en la Fundacin y rumoraron que ya haban
hecho la primera reunin con el blanco, quien lo haba citado para reprimirnos, para que ayudara a sacarnos de la tierra. Nosotros
le explicamos a l, tratando de hacerle entender, creyendo que iba
a ser comprensivo. Pero l nada que se convenci; se convenci de
lo contrario, y ya hizo el primer viaje a Popayn.
161

Segn parece, se los dio de palabra y slo hasta 1976 se los escritur (Escritura
20 del 10 de febrero de 1976 de la Notara nica de Silvia).
162

Vereda El Pueblito del Resguardo, diferente al Pueblito de Fundacin


Mosquera.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [467]

Sin embargo, Isidro Almendra no estuvo del lado del terrateniente. Pero como hubo cambio de cabildos, ya los siguientes
cabildos fueron distintos, ya vino Antonio Tumi, sobrino del
profesor Tumi, de gobernador. Como el Cabildo no estaba con
nosotros, el patrn se fue a llamarlo, hablando bien bonito y ofreciendo regalar tierra, diciendo que nosotros ramos los malos y
lo jodamos mucho. Y como los blancos son as, mientras nosotros pelebamos, a ese nuevo gobernador le empezaron a regalar
tierras, ladrillos, ganado. Ellos recibieron estos regalos y empezaron a decir que los malos ramos nosotros. No entraron a nuestro
favor, sino que lo que deba de ser para nosotros lo recibieron ellos.
El lote de terreno que recibieron era como para sacarnos a la
fuerza. Pero all mantuvimos el ganado de nosotros; ellos lo sacaban, pero nosotros lo volvamos a meter. All entramos entonces
a pelear tambin contra nuestra misma gente, con ese Cabildo y
con el profesor Tumi.
Finalmente no pudieron sacarnos, ni recibiendo tierra, ni vacas, ni ladrillo, porque nosotros no peleamos por pelear, sino pensando en que cuando nios pasamos trabajos. Por eso fue que nos
enfrentamos a los blancos.
(Jacinta)

Esta versin de Jacinta la confirma Mario Calambs cuando


dice:
Mi pap contaba que Aurelio Mosquera le regal tierra al
Cabildo, pero a condicin de que no vinieran a trabajar ms ac y
ms bien atajaran a los que estaban yendo a recuperar. Como estos que iban a trabajar no eran organizados por el Cabildo, solos
ya estaban levantando cabeza, el Cabildo no pudo frenarlos. No
pudo atajar. El Cabildo haca llamados, pero estos estaban fuera
de su control y no acataban.
Mi pap saba estar hablando que regal diecinueve hectreas,
y adems recibieron plata. Hicieron fiesta y tomaban aguardiente, e hicieron todos esos compromisos, pero el compromiso solamente lo hicieron ellos.

El gobernador Antonio Tumi mismo quien al igual que


su to, el profesor, niega haberle servido al terrateniente, en su
[468] l a f u e rz a d e l a g en te

versin de los hechos deja ver con claridad las artimaas del terrateniente, el uso de alcohol para manejar a los indgenas, y la
actitud asumida por las autoridades del Resguardo.
Jos Antonio Trochez, que tambin fue gobernador, [] vino
diciendo que Aurelio Mosquera estaba dando tierras baratas a
nuestra gente, [] y como agradecimiento por las tierras ya recibidas iban a venir a celebrar en Pueblito. Entonces me llam a mi
para que acompaara a este acto [] Decan que iba a subir, y subi [] Se reunieron todos los compradores, que eran bastantes:
Jess Antonio Tunubal, Esteban Ullun y otros. Eran hartos []
A los unos ya les haba entregado las tierras y haba recibido la
plata, y otros todava tenan deuda [] All empez como la amistad que he tenido con don Aurelio. Esto era como el recibimiento.
Como a l le gustaba tambin el aguardiente, all estaba entre nosotros tomando aguardiente []
Don Aurelio me dijo que si el Cabildo necesitaba algo y l poda ayudar, que l haba venido a eso [] Entonces se habl de que
el Cabildo no tena fondos para un viaje a Bogot y [] que si l
poda ayudar algo econmicamente para esto. l dijo ah mismo que
l contrataba un bus [] Entonces yo empec a conocer fue por eso.
Tiempo despus de que vinimos de Bogot me vino hablando de las tierras otra vez [] Despus me invit para que viniera
a verlas, que viniera a ver lo del compromiso, y que ya haba entregado al misak [] Me llev all por todas partes, entre ellos a
donde el tocayo Jos Antonio Trochez, a quien le haban entregado bastante tierra, y tambin a Cstulo Quijano163. A kasuku Esteban Ullun le haba entregado 20 plazas. Me mostr todo eso, toda
la gran cantidad de tierra que entreg.
Regresamos de nuevo en la casa de la hacienda, en el establo,
y vi un poco de terneros [] que dicen ser el Redpool [] Don
Aurelio dijo que todo eso era de l y que me regalaba dos terneros
para la Comunidad, que si quera llevrmelos. Yo dije que []
como nosotros vivamos en un estrecho, no podamos tener cuidando un ganado porque no tenamos tierra; que ya que nos iba a
dar los terneros, que nos diera con algo de tierra para mantenerlos all. l se sonri, pero no dijo nada. Entonces se qued as de
ese tamao en ese momento.
Un da yo vena para Piendam y en el puente El Humilladero
me dijo: La tierra que usted pidi, yo ya resolv darles. Y me dijo
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [469]

que le acompaara para el siguiente sbado. Yo no me fui nada para


donde iba, sino que me regres para avisar a mis compaeros. Hice
que avisaran a toda la gente, para que los que pudieran acompaar nos acompaen para eso. Fuimos a ver primero lo de Esteban
Ullun, que le haba dado la tierra fiada, pero como no le pag le
volvi quitar la tierra, y esa la iba a dar al Cabildo. Entonces nosotros aceptamos recibir eso, y se qued as. Esto dijo que haba donado al Cabildo, pero el ganado no fue dado.
El da de la cita yo baj con mis alcaldes. Aurelio arrim al
estanco y no me acuerdo si fueron dos o tres litros, pero los sac.
Y ellos primero fueron los que me gastaron: Aurelio. Como a l
tambin le gustaba tomar, y como nos regalaba tierra, nosotros los
que decimos que somos el Cabildo, no darle nada? Mucho misak
los martes llegaba a demandar y nos llevaban aguardiente, y nosotros no gastbamos ese aguardiente. Entonces haba unos sobrantes, no me acuerdo si eran 12 o 20 medias de aguardiente. Todo
ste lo cargamos y llevamos y all nos lo tomamos.
Entonces se nos fue agotando el tiempo, como siempre es as,
y ya se vino el cambio del periodo. Hasta ese entonces no fue por
escritura, sino en palabra. Los Cabildos posteriores fueron los que
hicieron las escrituras. De eso ya yo no me di cuenta qu fue lo que
hicieron.

Y recibieron la tierra. Segn la escritura, al Cabildo le dieron 19.9 plazas de un lote llamado Ulchures, frente a Medialoma, en lo que hoy llaman Santa Clara. Mi hermana Brbara
comenta:
El Cabildo, como no entenda, empez a apoyar a los que iban
a comprar. Porque en vista de que ya la gente iba ganando, el terrateniente ofreci esas tierras en venta; toda la hacienda en venta.
Entonces, ya compr Cstulo Quijano, ya compraron unos guambianos que eran Jos Antonio Trochez, Esteban Ullun, Jess
Antonio Tunubal, un poco de personas fueron comprando en diferentes sitios. Entonces, all sala ganando nuevamente el terrateniente y, claro, la lucha se frustr, porque los mismos guambianos
estaban comprando.
163

Blanco del pueblo.

[470] l a f u e rz a d e l a g e n te

Ya no se poda luchar con un solo terrateniente, sino ya tocaba enfrentar a toda esa gente que compr. Compr la gente del
pueblo, compraron los guambianos, compraron hasta unos caleos, y se hicieron varios dueos. Fue la tctica del terrateniente:
vender as, para enfrentar entre todos.
Esto pas con la hacienda El Chimn, pero ya no con las tierras de la Empresa El Chimn; eso ya estaba quieto.
Despus del lanzamiento empezaron todas esas cosas, porque
don Aurelio saba perfectamente que ya estaba avanzada esa lucha.
Por no perder, ofreci en venta a todo mundo. Entonces compraron,
y all estaba metido el Cabildo apoyando a los que queran comprar.

Tambin recibieron otras prebendas, como los diez mil ladrillos que le pidieron al terrateniente dizque para construir un
centro de salud. Pero estos ni siquiera fueron utilizados para este
propsito y, como cuenta el mismo Antonio Tumi:
Los ladrillos se estaban partiendo y se estaban perdiendo.
Como yo estaba construyendo mi casa y me falt un poquito []
entonces a los miembros de la Junta de Accin Comunal les dije
que tena este faltante, y habl con el maestro para que me prestara dos mil ladrillos. Eso lo devolv hace poquito

Los dems ladrillos haban sido prestados a otras personas


de Pueblito y, segn lo que cont el profesor Tumi, a finales
de 2001 estos an no haban sido devueltos. Cuando recin se los
dieron, nosotros veamos el cerro de ladrillo ah al lado de la casa
de Tumi, y protestbamos por esa actitud del maestro.
La construccin de la casa del gobernador Tumi fue juzgada por muchos en la Comunidad, segn su propia versin,
como prueba de que l haba recibido dinero del terrateniente:
[] la gente empez a decir que estaba construyendo con la
plata de la comunidad que me haba dado Aurelio.

Pero l niega que esto fuera cierto, como tambin rechaza la


acusacin de que hubiera recibido ganado de Aurelio:
Antonio Ullun, que haba sido mi alguacil, dijo que me vio trayendo los terneros, y que yo me le rob a la Comunidad este ganado.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [471]

Yo consegu solamente un ternero [] Cuando pasamos en


la hacienda, negociaron 12 novillas, entonces mi compadre Cruz
Morales [] me pregunt si quera un ternero y que si tena un
saldo de plata le diera parte, y la otra parte me daba fiado [] Entonces los que vieron dijeron que haba recibido regalado para la
Comunidad, y cuando ste se reprodujo y se hizo varias, todos me
dijeron que tena el ganado de la Comunidad.

Su esposa, Jacinta Paja, tambin considera que ellos han tenido que sufrir humillacin y rechazo de su propia gente, sin
motivo:
En verdad es que a ratos nos ha tocado sufrir [] Nuestros
hermanos han calificado que hemos robado, pegndonos y
dicindonos contrarios [] Y tuvimos que venir de arriba hasta
ac (Piendam) por tanta cosa que ha pasado, que a nosotros nos
daba hasta vergenza salir caminando. Pero nosotros no hemos
robado, no hemos hecho mal a nadie.

Sobre los acontecimientos relacionados con la venta de tierras a indgenas de tierra libre y a blancos del pueblo de Silvia,
as como con la donacin del terreno al Cabildo, Jacinta comenta:
En ese entonces, despus del lanzamiento, como la carretera
era buena, trajeron gente en carro, hasta en tractores, y trajeron
todo el Cabildo e hicieron reunin en la escuela con los blancos.
En esta reunin acordaron hacer Junta de Accin Comunal. La
Junta que hay no fue creada por nosotros; fue creada en ese en164
tonces, para que nos sacaran a nosotros, con gente venidera y
los de la Comunidad que se metieron a comprar tierra de entrometidos, como Jos Antonio Trochez, Esteban Ullun y varios ms.
Esteban Ullun fue uno que traicion. l deca que nos iba a
apoyar, entr a luchar en las reuniones de nosotros, y despus se
fue con el terrateniente. Cuando estbamos en pleno problema, l
recibi un lote junto con los blancos, lo trabaj, hizo casa, pero finalmente lo perdi. Yo estaba a punto de ir a la crcel y l estaba

164

Los blancos del pueblo.

[472] l a f u e rz a d e l a g en te

hablando bien con nosotros [] Vino ah a la oficina de incora,


que estaba frente a la actual ferretera de Antonio Reyes, y all fue
que estuvimos hablando [] Ese tal Esteban entr diciendo que
en vez de ir mama Jacinta a la crcel, ira l, que no me preocupara, que ellos iran. Pero a la hora se fue con el terrateniente.
Aurelio iba a entregarles en un mismo da a los blancos y a los
guambianos que iban a comprar tierra. Para entregarla los llamaron ese da, y ah l se fue como perro hambriento. Trajeron a varios blancos y guambianos a quienes les ofrecieron tierras, para
presionarnos. En medio de esa situacin fue que recibi el Cabildo la tierra, cuando estuvo Antonio Tumi de gobernador.
Otra gente tambin hizo como Esteban. Yo como mujer, si
hago mal, me quedo con eso; y si hago bien, tambin me quedo
con eso. No hablo dos y tres palabras, ni me volteo. Yo soy firme.
Ellos parecan locos, no ayudaron bien. Por eso nosotros pasamos
muchas dificultades.
Cuando recibieron la tierra dada al Cabildo, ste pidi contribucin a la Comunidad para comprar alambre y cercaron esa tierra, y
entonces formaron esa Junta. Y con esa fuerza a nosotros ya nos
queran sacar. El presidente era un tal Efran Binasco, un blanco.
En esa reunin, desde que inici la discusin, no se qu me
pas, pero me enfrent de igual a igual. Como hablaban maltratndonos y Javier, mi esposo, es tan callado, y as era la mam,
tambin callada, entonces a mi me dio rabia porque ellos lloraban.
Al ver yo, me pareci que poda enfrentarme y agarr a contestar.
Como mis hermanos se encontraban repartidos, yo agarr a
contestar, porque al ver yo, era muy feo cuando nos lanzaron. Estaba respondiendo bien porque haba odo hablar a los mayores
sobre 1912 y me acord de lo ms antiguo, que esas tierras eran de
nosotros. Como as hicieron, agarr a contestar. Como la tierra es
de nosotros, pens, aunque nos saquen!
En ese entonces ya tenamos la tierra en Malvaz, aunque endeudando, pensando en pagar aunque fuera jornaleando. Como tena
para donde irme, pens y me plant, y frente a frente segu alegando.
Porque al que no se enfrenta lo sacan fcil. Senta respaldada para
pelear, porque si las cosas salan mal tenamos para dnde ir.

Los terratenientes nos tenan bien analizados. Saban el grado


de organizacin que tenamos y saban que al Cabildo lo podan
comprar. Pero tambin saban que con el apoyo del Cabildo no
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [473]

era suficiente, y que necesitaban adems a los blancos del pueblo. Por eso les cedieron y vendieron tierras a ellos tambin.
Segn el certificado 81-103 del 17 de marzo de 1981 de la Registradura de Silvia, entre agosto de 1975 y octubre de 1978
Aurelio Mosquera escritur casi 900 plazas de tierra de Santa
Clara a blancos de Silvia (Antonio Jos Cabal, Pedro Nel Crdoba Bolaos, Fernando Len Durn Rivera, Gloria Durn de
Alba, Mario Angulo Doria) y a ms de 20 guambianos (Mariana
Tunubal de Muelas, Vicente Tunubal Muelas, Eulogio Tumi
Muelas, Cruz Muelas Muelas, Francisco y Jos Antonio Hurtado Muelas, Avelino Hurtado Tunubal, Manuel Ussa Almendra,
Jess Mara Morales, Avelino Almendra Tomb, Joaqun
Yalanda Campo, Jess Antonio Tunubal, Esteban Ullun Ussa,
Juan Bautista Ussa Tumi, Juan Tunubal, Lorenzo Tunubal
Tunubal, Trino Morales Daz, Cruz Tunubal Tumi, Julio
Hurtado Morales, Miguel Antonio Muelas Tunubal, Alcides
Hurtado Calambs, Eulogio Tumi Muelas, Jos Antonio Hurtado Muelas, Miguel Antonio Muelas Tunubal), adems de las
19 plazas del Cabildo de Guamba.
Durante la gobernacin de Antonio Tumi hubo muchos
conflictos con el profesor Tumi y el Cabildo, todo a raz de los
negociados que tenan con Aurelio Mosquera para no dejar avanzar la lucha de los terrajeros en Chimn. El caso del viaje a Bogot, para el cual el terrateniente les financi el bus expreso del
que habla el gobernador Tumi, fue uno de ellos:
Nosotros tenamos acosados al Ministerio de Gobierno, Asuntos Indgenas, y denuncibamos las actitudes de Aurelio y de las
autoridades del municipio y departamento. Entonces, para ellos
tomar nuevamente prestigio y desprestigiarnos a nosotros como
mentirosos, para decirle al gobierno que el terrateniente era un
buen tipo, bondadoso, que era un humanista, que les daba tierra
y todo lo que los indios necesitaran, y que los que jodan, nosotros los Muelas y otros, no eran sino los desobedientes, los desleales, en una ocasin Aurelio Mosquera y Pacho Morales les dieron
un bus cerrado de Silvia y mandaron un carrado de guambianos
a Bogot. Tumi vino con ese carrado de guambianos.
(Jacinta)
[474] l a f u e rz a d e l a g en te

Claro que hasta razn tendra en eso de que ramos desleales, pues como dice Mario Calambs:
La gente cuando ya no acata, claro que es desleal. Como ya no
regalaban su fuerza de trabajo a ellos, entonces para ellos ya eran
desleales. Cuando la fuerza de trabajo ya no iba para all sino que
vena para ac, lo haca porque ya tena otra concepcin. Ah es,
por ese lado. Cuando por todo los jodan y nada hacan, entonces
ellos estaban bien. As miraba yo desde afuera.

En todo caso nosotros tambin vinimos, yo personalmente


vine, vino Jacinta y Juan Tunubal y otros poquitos; pero
vinimos con la decisin de desenmascarar a Tumi. Ellos fueron de da, nosotros vinimos en la noche. Sabamos que iban a
llegar exactamente al Ministerio de Gobierno, Asuntos Indgenas. Cuando llegaron, nosotros ya habamos llegado y estbamos all en la puerta. Cuando ellos entraron, nosotros nos integramos y entramos ah tambin. Y de all, nada que nos
separbamos. Donde quiera que ellos iban, all bamos nosotros y los desmentamos. Les desbaratamos esa venida. Peleamos. Yo estaba recin comenzando y no tena ninguna experiencia de pelear, pero all peleamos, le cobramos la tierra, los
ladrillos, y lo incomodamos mucho. Hasta que por fin Tumi
y el gobernador se calmaron.
Vena una gente muy buena, como Samuel Velasco y otros,
que eran concientes del problema de nosotros, pero no tenan
ningn poder, ni fuerza para tomar decisin sobre el Cabildo,
porque Tumi era el que diriga, y todo lo que deca l, eso hacan. De esa ocasin Jacinta recuerda que:
Vinimos acompaados con los de Cooperativa, con finado
Juan. Fuimos a la oficina de incora para contar lo que estaba pasando all, para aclarar que nosotros no somos malos, y a hablar
de nuestros derechos. Llegamos antes que ellos, aunque a ellos les
haban entregado carro.
Para enfrentar, como era entre los mismos, no me daba miedo. En la oficina haba mesas con puestos asignados. En la silla para
el gobernador ya estaba yo sentada. Aunque ganaran esta vez, yo
pens que por lo menos me dara el gusto de haber ocupado la silla
del gobernador.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [475]

Aurelio mismo haba conseguido una casa grande donde haba todo; yo no recuerdo cmo llamaba ese hotel, pero era un hotel grande, donde haba todo de comer, de beber. Haba arrendado el patrn mismo. Este hotel era solamente para ellos, y nosotros
nos metimos.
En Bogot apareci taita Gerardo Morales. Dijo que si l conociera los problemas, ayudara; y adems que no tena poder, que
solamente era secretario del Cabildo, que nosotros estbamos al
aire, que no tenamos ningn respaldo de este Cabildo.
Aunque nosotros decamos que ramos de la misma gente,
hablamos la misma lengua, nunca nos quisieron entender. Yo y el
finado Juan Tunubal entramos hablando con mucha claridad y
no nos dejamos, pero a mi me toc muy duro.

Hubo autoridades de nuestra misma gente que no supieron


pensar para beneficio de los suyos, y ms bien se aliaron con los
terratenientes, como deca taita Segundo Tunubal:
Como el caso de Antonio de Pueblito [] Ese fue el que recibi a Aurelio un pedazo de tierra. En vez de plantear para el bien
comn, recibi solamente el Cabildo unos ladrillos y tres cabezas
de ganado. Junto con el profesor Tumi recibieron eso y se hicieron al lado del terrateniente.
Siempre pensaban solamente en ellos, no pensaban cabalmente, sino para el bolsillo de ellos nada ms. La justicia deban hacerla legalmente, pero no lo hacan. Por eso es que a ustedes les toc
tan duro en ese momento.

Los terratenientes utilizaron la falta de claridad del Cabildo


y del profesor Tumi para obstaculizar nuestra lucha, porque
en realidad ellos no saban nada sobre nosotros, nunca haban
conocido cmo vivamos los terrajeros, ni cules eran nuestros
problemas, y no entendieron que nosotros tenamos la razn y
no el terrateniente. Ellos se dejaron convencer, se vendieron, y
se vinieron en contra de nosotros, e hicieron cuanta cosa para
quitarnos fuerza, para reprimirnos. Y nunca les interes lo que
sucediera con los terrajeros, pues no nos conocan, ni nos consideraban como de su misma gente. Como lo expresa el mismo
Antonio Tumi:
[476] l a f u e rz a de l a g e n te

A mi me nombraron de gobernador y yo solamente estaba


encargado de velar por mi Comunidad. Anduve yo con ese compromiso. Nosotros solamente pensamos recibir todo lo que nos
regalaran para nuestro Cabildo y Comunidad.
[] sobre la terrajera cmo fue, como nosotros no hemos
sufrido en carne propia, entonces no entendemos en claro eso.
Como nosotros no sabamos la vida de ustedes, sus sufrimientos [], entonces no se si hicimos mal o hicimos bien.

Las reservas del Cabildo son para los sin tierra


Como no haba tierra, y no haba ms qu hacer, los terrajeros
que haban sido lanzados se metieron en esa tierra que regal el
terrateniente al Cabildo. Se metieron all porque no haba ms a
donde. Nosotros hacamos el argumento de que ellos tambin
hacan parte de la Comunidad y por eso tenan derecho.
Fue tan horroroso que el blanco le diera una tierra al Cabildo
de Guamba con la nica condicin de que nos reprimiera para
expulsarnos. La tierra esa que regalaron al Cabildo, que despus
fue comprada por Rafael Hurtado, la ocupamos nosotros con un
ganadito.
Estando en Bogot descubrimos la Legislacin Indgena. Encontramos que en la legislacin deca que a la gente que careca de tierra el Cabildo estaba obligado a darle tierra. Entonces tomamos ms
fuerza para seguir ocupando esa tierra. Nosotros planteamos al
Cabildo de Guamba que como la Legislacin Indgena obliga a tener reserva, y la reserva es para los que no tienen, que esto es nuestro: Ahora lo que recibieron ustedes es de nosotros, porque a nosotros nos han lanzado. Y no soltamos la tierra.
El Cabildo la haba arrendado a particulares. Aunque as sea.
Cuando nosotros tenamos problemas nunca vinimos donde ustedes, el problema era de nosotros. Por qu no dejaron arreglar a
nosotros mismos. Ustedes por qu se entrometen? Como el Cabildo recibi reserva, eso es de nosotros, con el finado Juan Tunubal
planteamos. Si no se hubiera entrometido el Cabildo, el patrn nos
habra cedido en alguna parte. Como se entrometieron ese ahora es de nosotros. Y no aflojamos. Entonces como tenamos el ganado, ellos no podan ocupar ni volvieron a arrendar.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [477]

Pero mientras nosotros estbamos ocupando y tenamos ganado ah, una noche, con machete, cortaron todo el ganado y nos
lo mataron. Solamente escaparon algunitos que no se dejaron
alcanzar del machete.
Con Juan nos movimos mucho a Popayn, venamos a Silvia,
as las autoridades no nos escucharan, los jueces, el alcalde, y tambin en el incora-Popayn. Harto que corrimos, y los pocos animales que tenamos ah se nos acabaron.
(Jacinta)

La pelea fue larga, dura y difcil. Duramos como unos tres a


cuatro aos peleando all en esa tierra que regal el terrateniente
Aurelio al Cabildo. Pero como la pelea era compleja y tena varios frentes, la solucin tena que ser de conjunto, y as lo fue.
Como los terrajeros que en ese momento encabezaban la lucha
estaban peleando a la vez por los lotes y casas de Fundacin, el
lote de Coscorrn y el cedido al Cabildo, finalmente se logr la
solucin de estos conflictos de manera simultnea.
Defendiendo la casa de Pueblito y aclarando lo de Coscorrn
La insistencia de los terrajeros que haban sido lanzados, en
ocupar el lote cedido por Aurelio al Cabildo, les sirvi para
defender las casitas y huertas de Fundacin, de las cuales tambin los queran sacar. Pero ese pleito de Fundacin se pudo
ganar porque, adems, desde el principio los terrajeros se haban rehusado a aceptar el lanzamiento de sus casas, a cambio del lote Coscorrn que, para rematar, la Empresa Comunitaria les estaba negando. Entonces, lo uno con lo otro les
permiti entrar a negociar con el terrateniente, y as lograron asegurar sus hogares.
La ganada de ese pleito de Fundacin fue porque insistimos
en no aceptar ese primer lanzamiento. Despus de tres veces de encarcelamiento, Aurelio nos llam por las buenas con el mayordomo. Nosotros, al principio no queramos hablar con l, pero ya a
la cuarta vez que nos llam aceptamos, y nos fuimos a hacer una
entrevista aqu en el molino.

[478] l a f u erz a de l a g en te

Le preguntamos que qu era lo que le pasaba de hacernos estos encarcelamientos, despus de haber dicho que de all no se moviera nadie. Que aclarara bien lo que dijo, porque nosotros no
entendamos por qu nos haca lanzamiento de Fundacin, diciendo que para nosotros la tierra estaba en el Coscorrn.
Como tambin tenamos el problema del lote frente a
Medialoma que haba recibido el profesor Tumi para el Cabildo,
entonces nosotros, mientras no aclararan, seguamos dentrando
donde le haban dado al Cabildo.
As es que le pedimos a Aurelio que nos diera las escrituras de
Fundacin para nosotros estar claros. Como eso le daba global a
todos, le dijimos que nos diera independiente a cada uno el lotecito, y l comprometi a dar la escritura y s nos cumpli. Y as,
tenemos hasta este momento reconocido y firmado con las manos de l, pues ya hablamos por las buenas.
Cuando hicimos las escrituras de Fundacin, en ese momento mismo dialogamos muy bien con don Aurelio lo de la laguna
(Coscorrn), qu verdad era, para nosotros irnos a trabajar, para
no seguir molestando all donde recibi el Cabildo. Nosotros creamos que de pronto estaba engaando la Empresa, o el mismo don
Aurelio. Entonces preguntamos bien, y dijo don Aurelio que l no
estaba engaando, que l haba entregado al incora y al Cabildo
para que a ustedes les adjudiquen, que s era cierto que l le haba
entregado al incora para las cuatro familias. Entonces ya el mismo don Aurelio nos hizo descubrir.
Yo hice una minga grande donde tenamos siempre la parcela, con los de la Cooperativa, los de Chorrera que tambin estaban con nosotros, y los de Fundacin que siempre nos acompaan. Fuimos a picar en todo el camino; cogimos un lote grande y
picamos. Como ya nos dijo don Aurelio que s era cierto que haba cedido a las cuatro familias las 56 has., entonces nosotros ya
descubrimos eso y haciendo esa minga fuimos a trabajar.
En ese momento que hicimos minga grande, ya de ver que
nosotros venamos venciendo, de ver que nosotros no dejamos, esa
vez ellos, los de la Empresa, tenan un tractor, quitaron el alambre, los postes, ya sac en esos momentos, y ya nos dej trabajar.
As fue que ganamos, y as fue que calmamos, porque ya conseguimos donde trabajar.
Entonces nosotros s dividimos para esas cuatro familias que
don don Aurelio al incora para que el Cabildo de Guamba nos
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [479]

volviera a arreglar a nosotros. En esa forma fue que nos cedi, para
esas cuatro familias reconocidas. Nosotros no formamos ninguna empresa, sino que directamente, hasta este momento, disfrutamos trabajando as en parcelas. Peleando fue que rescatamos este
donado de 56 has.
As hemos estado y no hemos aflojado, y no soltamos la tierra
de Fundacin, el Pueblito; tambin hicimos que resultara para
nosotros esa tierra de Coscorrn que tena la Empresa El Chimn.
(Jacinta)

Pero para obtener las escrituras de Fundacin, los terrajeros


tuvieron que hacer un compromiso con el terrateniente de no
volver a ocupar el lote del Cabildo.
El compromiso que tuvimos fue que nosotros sacbamos
los animales de ese lote que l dio al Cabildo, pues nosotros cada
que nos sacaban los animales al circo de toros de Silvia volvamos
a meterlos all donde era del Cabildo, diciendo a ese cabildo
Tumi que, mientras no arregle, para qu se entremeti. Nosotros
reclambamos al Cabildo, y a don Aurelio tambin, que en vez de
dar al Cabildo nos diera a nosotros que no tenamos: Por qu
le da al Cabildo y por qu no nos arregla a nosotros?. Entonces,
as en ese enredo, pues para aclarar hicimos este compromiso.
Como dijo que desocupramos y entregramos al Cabildo, que
sacramos los animales que tenamos all, nosotros sacbamos s,
pero cuando nos dieran la escritura a todos. Ya en eso, pues s qued de dar las escrituras a las casitas de Fundacin para cuatro familias, directamente para cada uno. S qued de firmar; ese fue el
compromiso.
Un da dijo que si en esta maana nosotros sacamos los animales, l ese da mismo firmaba. As hicimos el compromiso. S
sacamos bien de maana y l por ah 10 a 11 de la maana nos
firm la escritura de las casitas de Fundacin para todos cuatro:
Juan Calambs, Cruz Calambs, Juan Tunubal y Javier mi esposo. As era el compromiso y as fue que arreglamos ya en ese
momento.
Eran 16 familias. De eso, nosotros ramos cuatro, entonces
12 familias tambin quedaron all, pero a ellos dio la escritura en
global. A nosotros s nos dio escritura independiente, a todos

[480] l a f u e rz a d e l a g en te

cuatro que nos estaban lanzando. As hicimos el arreglo. Los otros


ahora poco fue que arreglaron. Pero nosotros fuimos los primeros que conseguimos las escrituras directamente con el mismo
patrn.
As aseguramos la casa donde vivamos y el lote de Coscorrn.
Entonces ya no volvimos a meternos en el lote del Cabildo. Comprometimos de no volver a meter all, sino que nos arreglara lo
de Fundacin y que nos arreglara lo de Coscorrn que mencionaba. Y dejamos en paz. As calm. Eso fue en el 76, con el gobernador Antonio Tomb.
(Jacinta)

Por ltimo, de ver que el profesor Tumi y el Cabildo fueron impotentes contra nosotros, el terrateniente volvi y les
arrebat la tierra y vendi a otros. Porque el convenio de darles ese lote all en La Clara se haba hecho con escritura, pero
con un ttulo oneroso que exiga al Cabildo ayudar a bloquear
las luchas, o de lo contrario la tierra sera devuelta al dueo, al
terrateniente. Eso lo hizo Aurelio. Como no logr paralizar, no
logr bloquear, porque los terrajeros, en compaa de los de tierra libre, siguieron la lucha, ese convenio se fue al suelo, se fue
a pique. Segn me contaba el profesor Tumi, Aurelio meti
abogado y el ttulo fue abolido. La demanda, segn Antonio
Tumi, fue por lesin enorme. Entonces al Cabildo le toc
devolver esa tierra.
Aurelio, para que el Cabildo no saliera con las manos vacas,
en compensacin por la tierra le dio 200 mil pesos. Con esa plata l mismo ayud a buscar la casa que hoy es del Cabildo, en
Silvia. Jorge Rengifo, el ex-alcalde, tena esa casa para la venta por
200 mil pesos, le entreg esa plata y recibieron la casa.
A lo ltimo ya no pudieron hacer nada. Ya lleg la hora de salir
del Cabildo y ya les dieron casa en Silvia.
(Jacinta)

As es que esa casa que hoy tiene el Cabildo es tambin producto de nuestra lucha y no del gran corazn del terrateniente.
Dice Pedro:

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [481]

Los de kausro eran bien vestidos y nosotros con vestidos


rotitos nos miraban con desprecio. Pero esa gente no tena ni casa
165
de Cabildo; tenan casa prestada no ms .
La casa que ahora tiene el Cabildo es esfuerzo y trabajo de nosotros. No es regalao por el patrn as por as al maestro Tumi
y a Antonio Tumi, cuando era gobernador; no por buena gente, sino por el trabajo y el esfuerzo nuestro en ese momento, para
que ayudaran a sacarnos para pasarnos al Resguardo, o para que
furamos pa donde quisiramos, para eso les dio, para que nosotros no siguiramos peleando.

Pero la casa no la compraron a nombre del Cabildo de Guamba, sino de la Junta de Accin Comunal de la vereda del profesor
Tumi. Despus ya, en 1982, durante la gobernacin de Abelino
Dagua, nosotros, la Cooperativa, apoyamos para que eso no fuera
para la Junta de Accin Comunal, sino para que el Cabildo se
metiera ah. As es como esa casa qued para el Cabildo de
Guamba. Pero yo no se hasta ahora si legalmente el ttulo aparece a nombre del Cabildo o de Accin Comunal de la vereda del
profesor Tumi.
El ledo tambin se ha sabido equivocar:
el Profesor Tumi
Francisco Tumi fue el primer profesor guambiano. l enseaba en la escuela de su vereda. Tena mucha influencia dentro
de los cabildos y era la persona que siempre reciba a los funcionarios y otros visitantes colombianos o extranjeros que venan al Resguardo, por considerarse el ledo y tal vez porque se
contaba entre las pocas personas que hablaban bien el castellano.
Cuando se dieron las ltimas luchas por eliminar la terrajera y
por recuperar las tierras que se encontraban en manos de los terratenientes, el profesor Tumi desempe un papel muy importante, pero no a favor de los indgenas, sino a favor de los terratenientes, aunque hoy en da l niega haber estado a su favor.

165

El Cabildo utiliz una casa prestada de un seor Rubn Pitingo, segn Jacinta.

[482] l a f u e rz a d e l a g en te

A mi me acusaron siempre que trabajaba en favor de los blancos. Por eso hasta mi casa me la daaron. Pero mi conciencia era de
que yo no estaba a favor de los blancos, ni he trabajado para ellos.
(Profesor Tumi)

Sin embargo, al preguntarle por qu se le acerc Aurelio en


ese momento, regalndole tierra, ladrillo, ofreciendo ganado,
ofreciendo carro, cuando los terratenientes jams les regalaban
nada, as estuvieran muy urgidos, cuando jams tomaban
aguardiente con ellos, ni se acercaban al misak, su nica respuesta fue:
Eso lo sabe solamente Antonio (Tumi) porque l fue el
gobernador. No se si estos regalos los hizo Aurelio por su propio
gusto. Eso yo no lo se bien, eso yo no me di cuenta.

Cuando le pregunt a Antonio Tumi si l pensaba que


Aurelio haba hecho todo eso solamente porque era buena gente, o porque quera que ellos lo apoyaran, o por qu pensaba que
se haba dado este acercamiento de parte del terrateniente, lo que
dijo fue:
Ah si yo no puedo saber [] qu pensaba en su hgado. Yo
no se si nos vieron muy pobres, porque el Cabildo no tena fondos y estbamos como quejndonos que no podamos ir a Bogot. Yo no se qu pens l. Pero [] nunca fue un compromiso
que como Cabildo defendiramos su hacienda. Yo nunca he comprometido a defender su hacienda, ni verbalmente, ni en serio.
ste nunca dijo [] aydenme a proteger lo mo; eso nunca fue hablado. De la parte del Cabildo tampoco nunca hubo
compromiso. Creo que no lo hizo solamente porque era generoso, sino algo pensaba que bamos nosotros a prestarnos y favorecer a l, creo que l vino esperando alguna oferta de nuestra
parte para favorecerlo, debe haber venido con una segunda intencin [] Como l nunca dijo que lo ayudramos ni nada,
entonces no hubo tal cosa, nosotros no tuvimos ningn compromiso de esa naturaleza [] De pronto nosotros por ignorancia
nos hubiramos comprometido a ayudar, si l nos hubiera planteado eso.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [483]

Pero todos nosotros sabemos que cuando estaba en pleno


auge el proceso de organizacin y recuperacin de tierras, el
terrateniente Aurelio Mosquera, en vista de que no poda frenar
la fuerza del movimiento, acudi al Cabildo y al profesor Tumi
para que le ayudaran. Y tambin sabemos que el profesor, en vez
de defender a su gente, le dio todo su apoyo al terrateniente y
consigui el apoyo del Cabildo, de la Comunidad y de muchos
blancos del pueblo para l. Por eso, an hoy en da los que fueron terrajeros guardan un triste recuerdo de quien debi haber
sido el defensor por excelencia de sus derechos. Muchos comentan que como l era el que saba, el que tena conocimientos,
pensaron que los favorecera, pero que ms bien us esos conocimientos en contra de su propia gente.
El compaero Javier Calambs cuenta que los blancos decan
que el profesor Tumi tena una cabeza pero bellsima.
Entonces yo pens que cuando dicen una cabeza bellsima era
que saba mucho y que nos iba a ayudar [] Pero el pensamiento
que tiene l no es de ayudar a los misak, sino a los blancos. Dice
que los blancos son los honorables, esa es la palabra que tiene, y
considera que los misak no somos honorables.
A mi pensar, hablaba tanto de un viaje que hizo a los Estados
Unidos, pero no hablaba en favor de los indgenas, sino para fortalecer a los blancos. Y deca que nosotros haba que respetar a ellos
y a ellos haba que hasta quitar el sombrero, descubrir la cabeza.
As vide enseando. Entonces yo me di cuenta que l aprendi y
tiene el mismo hgado de pensar que no es para nosotros, que no
est a nuestro lado. Por eso hace poco yo estuve recordando y
diciendo a la gente que el escudo que l dibuj, encima puso un
cordero dormido como smbolo de pacifismo. Nosotros, como respuesta, mandamos una nota diciendo que los guambianos no ramos ovejos, sino que estbamos luchando por la tierra, y mandamos un folleto de los campesinos con un machete as largo en alto.
Se crea que l era el nico conocedor, sabio, sabedor, y de ah
sali lo que l mismo deca a nosotros: comunistas. Hoy todo mundo sabe y ahora esa ley que decan del comunismo ha expandido por
todo Guamba: las tierras fueron distribuidas. Cuando hablamos ya
de la tierra y el derecho de nosotros, y empezaron a recuperar y recuperaron, entonces ah fue que vino a doblegar y a agacharse.
[484] l a f u e rz a d e l a g e n te

Hoy en da ya no tiene nada que hablar, pero l tena el trabajo


de ser el profesor, y de ah que a los nios les enseaba lo que los
blancos le ordenaban que deba de ensear [] A estas alturas, ya
cumplidos los aos, ahora ya qued pensionado, ya no tiene nada
que hablar. Propiamente el profesor Tumi es, en el fondo de mi
pensamiento, enemigo del desarrollo de la comunidad guambiana.

Manuel Jess Muelas comentaba que:


l fue como el primer profesor, el que sabe, tiene conocimientos,
y a los dems considera que sigan siendo ignorantes. La palabra
de l es la correcta, entonces quiere que todo el mundo acate su
palabra. l cree que lo que hablan otras personas es incorrecto.
Finalmente l no pudo hacer nada; los otros dirigentes estaban
haciendo el trabajo bien, pensando para toda la gente.

Su influencia sobre el Cabildo y sobre la comunidad en general era grande. Por eso fue tan nefasto para nosotros que, en vez
de estar a nuestro lado, estuviera al lado del terrateniente. Siempre la pelotera era con l porque andaban los otros miembros
del Cabildo, pero se mantenan callados, no decan nada, siempre delegaban en l. Lo que deca l era correcto para ellos, por
eso se mantenan callados, comentaba Brbara mi hermana.
El gobernador no haca sino estar al lado, parado mirando. Yo
vi una vez en el Ncleo que el gobernador lo nico que haca era
leer un escrito que Tumi haba hecho, y no lo que l quera decir propiamente de su pensamiento.
Cada vez que un extranjero llegaba a Guamba, el gobernador
siempre traa alguna ruana o sombrero para obsequiarle, y Tumi era el que reciba y entregaba. El gobernador pareca un niito
no ms. El que hablaba y el que estaba al frente era l. Cualquier
intervencin la haca el profesor, y los gobernadores se vea que
estaban muy contentos, se inflaban, se crecan, porque tenan a ste
hablando por ellos.
(Luis)

Su discurso estaba siempre centrado, no en las necesidades


de la gente, sino en cuestiones religiosas y en sus recorridos en
el extranjero.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [485]

Con Brbara pensamos que, como l era el nico castellano


y el nico que era Popayn pueblo, patrn de mandar, espejo
comprar, ovejo maleta166 (risas).
Jacinta tiene muchos y tristes recuerdos del profesor Tumi,
sobretodo porque no reconoca que los terrajeros ramos tambin misak:
Al Ncleo una vez vino un funcionario de lejos, del Vaticano,
representante del Papa, a contar que el Papa haba mandado una
plata del Poppulorum Progressum (1968) para comprar tierra para
la gente pobre, que con eso haba que hacer la Reforma Agraria.
As hablaban. Entonces taita Juan Snchez nos comunic para que
nos reuniramos a ver qu era. Haba que reunir harta gente y reclamar, y como estaban convocando y adems era un domingo, nos
fuimos un poco de la gente de la hacienda, que tambin fui con
nuestro Lorenzo. Hablaron y hablaron mucho.
En eso empez a hablar el profesor Tumi, y dijo que aqu
en la comunidad de Guamba no faltaba nada. Dijo que tenan
todo: alverja, papa y todo lo dems, y ganado, mulas, etctera. Y
nosotros ah sufriendo, nosotros entre las lgrimas. As estaba hablando Tumi. Nosotros cremos que era cierto cuando l deca
que en la comunidad de ellos no les faltaba nada, porque no conocamos esas tierras.
Se daba de cacique, y que era el lder, pero en vez de hablar en
favor de la gente, hizo todo lo contrario. Como lder no defendi
cuando decan que haba esa plata para las necesidades de la gente. Lo que dijo fue que aqu no haba necesidades. l no debe haber tenido necesidad; nosotros s las tenamos. En ese momento
estaba Lorenzo; habra pensado hablar algo era muy tierno, joven, Lorenzo, entonces pidi la palabra, pero no se la dieron. Eso
pas con Tumi en el Ncleo.
l nunca reconoci que ramos los mismos misak, y empezamos la dura pelea. Yo cuestion al profesor que si no ramos guam166

Hace mucho tiempo, cuando los primeros patronos llegaron a Silvia, pero
tenan sus sedes en Popayn, a los terrajeros les mandaban como cargueros con
bestias. Los indgenas no saban el castellano. Caminaban, los ojos visualizaban
y los llevaba el camino, pero lo difcil era la comunicacin con la gente en el transcurso del camino. La gente mestiza que encontraban les preguntaban: Para
dnde va?, y el indgena responda: Popayn pueblo, patrn de mandar, y les

[486] l a f u e rz a d e l a g en te

bianos cmo es que nosotros hablamos guambiano. Nosotros nos


hemos quedado enredados, un grupo pequeo, aislados del resto
de la comunidad grande que es Guamba, quitados las tierras,
empobrecidos, que no tenamos ni un trapo para cubrir el cuerpo, entonces ya tenamos miedo hasta de salir al pueblo. Fuimos
un grupo discriminado de extrema pobreza. Pero l ni siquiera saba, ni siquiera conoca lo que ramos nosotros, y tanto en el Concejo Municipal, como en la alcalda de Silvia, como tambin en Bogot en las instituciones, particularmente en el incora, lea un
documento escrito en mano, y calificaba que esta gente eran los
terrajeros desleales y que por eso eran para expulsar de esas tierras.
En ese entonces yo ni entenda bien el castellano, pero pude
entender ese calificativo de desleal. Nosotros dijimos: Para usted saber que ramos terrajeros desleales es que usted estuvo
arrancando maleza con nosotros, estuvo trabajando con nosotros?
Cmo le consta a usted que somos terrajeros desleales?. Yo con
ira le dije al profesor Tumi que usted no fue terrajero, usted
nunca vivi con nosotros, nunca estuvo con nosotros, no lo habamos visto nunca, entonces usted cmo hizo para saber todo
esto, para venir a calificar esto; nosotros a usted no lo conocemos.
Planteamos que nosotros, porque conocemos, porque sufrimos,
porque hemos pagado terraje, sabemos que somos de ah, y por
eso consideramos que tenemos unos derechos. Y as planteamos
en el Concejo, en las alcaldas y en todas las instituciones en Silvia,
Popayn y Bogot.
Me he equivocado mucho pensando que el profesor Tumi
podra representar a nuestro favor. Como el que ms conocimiento
tena era l, guardbamos la esperanza de que iba a representarnos, pero no fue as y por eso nos peleamos mucho. All me di
perfecta cuenta que l jams representara a la gente pobre, que no
conoca la hacienda de los terrajeros y, cuando vino, lo hizo en
contra de nosotros. De todo esto, como nosotros tenamos la razn, no perdimos; encontramos algo y lo tenemos en nuestras
manos. Y as hemos pasado, y as descubrimos que a los pobres no
volteara a mirar. Y as termin.
preguntaban: Qu lleva?, y respondan: Espejo comprar, ovejo maleta. Esas
fueron como las primeras hablas castellanas del indgena, que nunca conoca esta
otra habla. Esta oracin de respuesta la aprendieron muchos a decir casi igual
siempre. Muchos aos despus, cuando el mismo indgena comprendi un poco
ms el castellano, la oracin se convirti en un chiste entre nosotros.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [487]

Cuando lo llam el patrn y ofreci prebendas, recibi todo


eso: la tierra, las vacas y los ladrillos. Ya luego trajeron los blancos,
tambin los guambianos, los que ms tenan, y el patrn prometi vender la tierra. El profesor vino tambin apoyando eso, solamente para sacarnos a nosotros y meter otra gente. Entonces salimos peleando duro. Nosotros ya en l no creamos nada. Usted
por qu viene a meter en las cosas que no son suyas, que no sabe,
usted no conoce nuestro problema, le deca. Tumi fue siempre
de all de la parcialidad, pero vino ac a tocar lo que no deba haber tocado. l fue inteligente, pero a veces como que se le iba la
inteligencia.
Como el proceso sigui, con mi pap decan que eran amigos.
Siempre vena aqu a la casa a saludarlo, y un da lleg y pidi perdn. Pens que deba ser as. Trajo un agua y nos sentamos a hablar. Entonces yo pens que l se haba equivocado y, como ya
haban pasado las cosas, ya habamos recuperado, pens que yo
tambin en algunas cosas me habra equivocado de haber peleado tanto. Desde all ya seguimos saludndonos, pues l haba pedido perdn; pero qued bien reconocido que no iba a representarnos. As me di cuenta que el ledo tambin se ha sabido
equivocar.

[488] l a f u e rz a de l a g en te

Esperando al grueso de la gente

Mientras las cuatro familias de terrajeros man-

tenan la lucha con el terrateniente, el incora, el cric, las directivas de la Empresa Comunitaria, y el Cabildo, la Cooperativa segua encabezando el trabajo por la recuperacin de las otras
tierras. La interferencia del Cabildo y del profesor Tumi a favor del terrateniente dificult y retard las cosas, pero finalmente
se produjeron las movilizaciones masivas que permitieron la recuperacin de importantes extensiones de nuestro antiguo territorio.
De esos acontecimientos Jacinta cuenta:
Cuando la situacin se fue agravando, el patrn nos llam a
mi y a Juan Tunubal, para decirnos que nos daba una tierra, que
comprometemos a darles para que no sigan all con esa gente, para
que se separen y para que no vayan ustedes ms a la crcel, y no
peleemos ms.
Nos quiso hacer como a Tumi, para que no viniera la gente
masivamente. Nos ofreci 10 hectreas, del molino para arriba,
frente a la Misin Evanglica Ambachico, donde estn cultivadas
ahora las fresas. As como le haba dado al Cabildo, de igual manera nos ofreci a nosotros para que nos quedramos con eso. Era
una estrategia tambin darnos all cerquita, condicionado a que
no subiramos ms arriba a pelear.
Pensbamos mucho con Juan que si recibamos las 10 hectreas, como la situacin era muy crtica y no tenamos nada qu
hacer, ni a dnde ir, no nos dara ni sueo ni nada. Pero ms bien
fuimos a contarle a Javier Calambs y l dijo que haba mucha
gente sin tierra en Guamba, que ellos estaban levantando un censo
para ver cunta gente guambiana no tena tierra, que no cediramos, que no aflojramos, que en algn momento toda esta gente
desatara a venir a recuperar todas esas tierras. Deca que la gente
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [489]

Javier Calambs Tunubal, un dirigente que nos orient en un sentido amplio, para
recuperar nuestras tierras e identidad.

[490] l a f u e rz a d e l a g e n te

del comn, que tambin fue de la hacienda, estaba esperando en


algn momento la recuperacin.
Como tambin haba otro poco de gente en la que haba mucha resistencia para esto, Javier insisti mucho para que nosotros mismos, los terrajeros, furamos a hablar con ellos, porque
a nosotros s nos iban a escuchar. Pero fuimos y hablamos, y la
respuesta que daban era que aqu donde estamos estamos bien,
aqu nos regalan comida. Que se sentan bien. Y vimos que no
haba posibilidad de que vinieran a respaldar. Javier deca que
algn da tendran que entender e insisti mucho para que no
cediramos.
Viendo esa situacin de escasez de tierra, decidimos no aceptar resolver solamente el problema de los dos, sino que atendimos
la peticin de Javier para ms adelante resolver el problema de
todos. Entonces, en vez de recibir, seguimos recuperando con los
de la Cooperativa. Ah fue cuando me mandaron a la crcel por
segunda vez (1974).
De todas maneras, entre nosotros no ms podamos dar un
golpe duro al patrn. Ya haba posibilidad de vencer entre pocos.
Fui a avisar a todos los que estaban en lo caliente, pero ellos no
hicieron caso. Nos miraron como si hubiramos estado mintiendo. En ese entonces taita Abelino Dagua era presidente de la Junta
de Accin Comunal en San Antonio (Morales). Ellos tambin eran
terrazgueros. Les avisamos, pero no quisieron venir. Dijeron que
ellos ya haban comprado sus lotecitos en tierra caliente y que all
estaban bien, que trabajramos nosotros noms.
Tambin fuimos a Malvaz, porque la gente viva en un pantanero. Viva por Malvaz, en Las nimas, un hijo de Anselmo Muelas, ese que, cuando estaba joven, se haba ido con taita Luciano
Muelas y Carlos Muelas a acompaarlo hasta Bogot a pie! Entonces me fui a invitar a ellos tambin. Que nos pasa este problema, pero dicen los de la Cooperativa que de pronto podramos recuperar. Y como nosotros sabamos que en 1912 haba
andado el abuelo Muelas, pues pensamos que un hijo de ese
poda venir a acompaar. Fuimos a invitar, pero l se haba vuelto
creyente en la religin evanglica Alianza Cristiana, y pues tampoco quiso.
Entonces no haba nadie para nosotros. As fue que planteamos
casi solos, con los pocos de la Cooperativa, con los pocos de la
Comunidad y los de la hacienda. Por eso, la lista de los que salieron
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [491]

167

fue de unas 60 a 62 personas no ms . De todos los que nosotros


quisimos invitar, pues no sali sino esta gente. Ni el Cabildo de
aqu, ni los de abajo nos voltearon a ver. Nos dejaron a nosotros
solos. Muy pocos salieron.
Como ya estaba planteado pedir ampliacin de las tierras con
la Cooperativa, como el Cabildo de ese entonces no quera, nosotros habamos hecho documentos de solicitud, peticiones, en La
Clara y todo eso168. Todo esto lo hicimos para que no se diera como
sucedi en 1912, una traicin con la gente.
Entonces, lo poquito que pagaban de los avalos del lanzamiento, nosotros no recibimos. No recibimos ni la plata, ni tampoco la tierra que decan que nos iban a dar. Siempre esperamos
al grueso de la gente, as ellos nos hubieran rechazado. Y por el
hecho de haber escuchado a Javier, y de nosotros no haber cedido
por nada, fue que se logr venir todo ese grueso de la gente que
hoy est en esas tierras.
Yo tengo que agradecerle mucho mucho a la Cooperativa, porque deca que el problema era de ustedes, y ustedes sigan insistiendo, las mujeres tambin tienen que hablar, las mujeres tambin
tienen que pelear. Ellos a las mujeres no nos dejaban atrs, sino
que nos apuntalaban y nos apoyaban. Decan siempre que ustedes contesten, ustedes respondan, nosotros cmo hacemos. Que
as fueran los indgenas o los blancos, tienen que enfrentar son
167

Los que fueron a la crcel, segn la lista de Jacinta son: Asencin Tunubal
Gembuel, Luca Snchez, Agustina Morales, Joaquina Snchez, Jesusa Tunubal,
Juan Tunubal H., Javier Morales T., Lorenzo Muelas H., Joaqun Tomb Y., Felipe Tomb Pillimu, Luis Ortega, Jos Tunubal, Francisco Tomb P., Miguel
Antonio Tumi, Anselmo Tunubal T., Juan Tunubal T., Francisco Tumi,
Luis Felipe Paja Y., Eulogio Tumi P., Cruz Tumi Cantero, Jess Mara Paja,
Agustn Tunubal, Mario Calambs, Domingo Morales, Juan Ignacio Tomb,
Joaqun Calambs, Avelino Calambs, Vicente Calambs P., Vicente Yalanda Y.,
Manuel Fernndez, Antonio Morales V., Ignacio Morales, Antonio Tomb,
Avelino Trochez T., Juan Yalanda, Vicente Tomb, Juan Snchez, Julio Snchez,
Joaqun Morales C., Manuel Jess Muelas, Julio Yalanda, Manuel Trino Yalanda,
Jess Mara Calambs, Juan Calambs Snchez, Cruz Calambs Snchez, Marcos Cuchillo, Javier Calambs, Javier Tunubal, Joaqun Morales Trochez, Antonio Tunubal, Joaqun Tomb, Jos Antonio Cantero, Jos Antonio Morales, Javier Morales, Manuel Ullun, Antonio Tunubal, y Cruz Calambs M. En otra
lista aparecen adems Antonio Ullun, Cruz Ullun, Jos Velasco, Custodio
Tumi, Joaqun Chirimuscay, de La Chorrera y El Chimn.
168

Se refiere a las muchas cartas de peticin que enviaron al incora para que
le comprara a Aurelio y les adjudicara a ellos.
[492] l a f u e rz a d e l a g en te

ustedes. Que usted, as sea mujer, hable, porque cmo en otras


partes, como las mujeres paeces, ya hay hasta gobernadoras. Solamente los guambianos hemos sido as, que dejamos a la mujer
atrs. Entonces yo sent que esto era un gran apoyo, y seguimos
confrontando: a blancos y al misak. Yo iba hablando, no importaba que fuera el alcalde, el juez, los abogados, y no derram lgrimas frente a ellos. A los de la Cooperativa no se les puede olvidar
nunca este acompaamiento.
Jos Gonzalo Snchez, Manuel Quintn Lame, todo el mensaje que vinieron dando, el resultado es la tierra que tenemos recuperada, que dicen que es la madre y como madre est produciendo
y va a seguir produciendo. Esto es como un ejemplo a la gente
nueva que hay, y las que vendrn, para que vivan de ella; ni deben
vender, ni deben arrendar, ni deben hipotecar, que la tierra solamente se necesita trabajarla. Si esto se diera, como deseamos que
sea, ser nuestro bienestar a largo plazo.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [493]

Jos Joaqun Paja, Gobernador de Guamba en 1853.


Acuarela de Henry Price.

[494] l a f u e rz a d e l a g e n te

La autoridad guambiana

Es difcil saber cul fue el comportamiento de

la autoridad guambiana en las pocas ms antiguas. Sabemos


que en algunas situaciones estuvieron del lado de nuestra gente y hasta fueron reprimidas por hacerlo. Cuando se trabaj por
conseguir el ttulo 1051 de 1912, el gobernador de la poca estuvo activo, como consta en los papeles correspondientes. Pero
tambin hay mucho comentario de la parcialidad de estas
autoridades a favor de los terratenientes, lo cual no es de extraar, si se recuerda que ellos eran nombrados por los blancos para adelantar actividades en su beneficio. En las ltimas
pocas de la terrajera y dominio terrateniente, la actitud de la
autoridad guambiana fue, en general, bastante lamentable.
Unos ms y otros menos, los Cabildos estuvieron del lado de
los terratenientes, y nunca nos reconocieron, ni mucho menos
apoyaron, en la bsqueda de soluciones a nuestros mltiples
problemas.
En ese entonces yo vi varios gobernadores. En la negociacin entre Aurelio y el Cabildo, especialmente fue un sobrino
del maestro Tumi mismo: Antonio Tumi. l era el gobernador en ese momentico, l fue quien hizo el pacto, l fue quien
negoci. Pero hubo otros gobernadores que tampoco nos apoyaron. Siempre se crea que el terrateniente era amo y seor,
que tena mucho dinero, mucho poder, y que frente a eso,
pobres indios, pobres terrajeros! no tienen ningn poder,
nunca harn nada. Ese era el argumento. Entonces, que lo mejor, para no pelear, para no tener problemas, era renunciar a
los derechos, quedarse callado, conciliar, as se murieran de
hambre, as estuvieran pobres. Esa era la consigna del Cabildo.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [495]

Jacinta cuenta que:


La autoridad del Cabildo en esas reuniones lo que aconsejaba
a los terrajeros era que, cuando hable el patrn hay que escuchar,
hay que acatar, que con el patrn hay que ser formal, hay que ser
leal, al patrn hay que respetar. Nosotros respondimos que por qu
tenemos que acatar, por qu tenemos que escuchar, si nos vienen
hablando malo para nosotros. Tenamos rabia, furia con el patrn.
Isidro Almendra no estaba a favor del patrn. Siempre habl
a favor de nosotros. Cuando yo estaba en la crcel, l me vena a
ver. No era malo porque entenda. l era a las buenas, y as estuvo.
De ah en adelante fue que surgieron los males.
Apenas comenzaba seis meses de pelea y tal Antonio Tumi
[] fue quien ms nos persigui. En Bogot l hablaba a las buenas, habl un poco a favor de nosotros, pero dijo que l no poda
hacer nada. En Popayn ha estado saludando a las buenas. l no
era culpable; los blancos tenan la culpa y l les crey los cuentos.
Antonio Tumi fue el que recibi la tierra (1973). Como iban
cambiando el Cabildo cada ao, iban traspasando, diciendo que
todo era regalado. Pero nosotros no nos salimos.
Con el que ms peleamos fue con taita Juan Tunubal de Puente Real (1975), y con taita Anselmo Muelas del Cacique (1974). Taita
Anselmo del Cacique estaba al pie de lo que decan los blancos, y
l fue el que nos mand presos. Despus sigui taita Juan Tunubal
de Puente Real (1975). Con ese peleamos todo el ao.
Con el finado taita Juan Tunubal Hurtado nos toc ir hasta
Popayn peleando. Pelebamos en Asuntos Indgenas. La gente, los
dems miembros del Cabildo, ya no acompaaban al gobernador,
porque saban que los terrajeros tenan la razn y no queran meterse en la pelea. Pedimos una reunin y asistieron dos personas
no ms. Con el alcalde fue que vinieron. Y a nosotros todava nos
tildaron de malos en la oficina. A mi me dio rabia esa vez.
A taita Juan lo sent ah. Entonces yo le dije a un tal Marco
Aurelio169: A ese terco para qu lo invit a la reunin. Otra vez no
me lo vuelva a invitar, porque estoy perdiendo tiempo. Al gobernador fue que lo llam terco. Al decir eso le dio rabia porque l crea
que era muy sabio para que una mujer lo insultara. A mi me pareca que me iba a estripar ah no ms. Pero Juan planteaba slo
169

Marco Aurelio Paz, Jefe de Asuntos Indgenas del Cauca.

[496] l a f u e rz a de l a g en t e

para sacarnos, diciendo que ramos malos. Entonces yo dije: Donde ustedes yo no voy, porque no tengo nada que hacer, y le dije
que no se siguiera entrometiendo. Lo que hacemos nosotros, nosotros lo haremos. Otra vez no me vuelvan a invitar a la reunin.
As me vine. l anduvo bravo, que ni hablaba.
Un da lunes de ofrendas (1975), nos sacaron todos los animales de la tierra del Cabildo hasta el circo de los toros de Silvia. Nos
echaron como la primera vez. En ese entonces an andaba el finado
Juan, pero ese da no vino; me dej a mi sola. Me acompa un tal
ahijado Francisco. Cuando llegamos a la alcalda estaba Manolo
Martnez de Asuntos Indgenas, que lo trajo Lorenzo para que hablara con el alcalde Jorge Rengifo. Usted por qu le est echando
ms lea al fuego haciendo ms acusaciones, en vez de ayudar a los
indgenas un poco. Por qu esta atizando ms?. Le dijo Manolo
enojado. Hoy mismo vayan y entren, mientras resuelven. Manolo
Martnez habl a favor. Entonces otra vez me dej entrar los animales a la manga. Hasta ese blanco estaba en favor de la gente, pero
nuestra misma gente estaba en contra. Andbamos as.
Se me hace que fue a mediados de enero de 1976 que taita Antonio Tomb de la Campana, que hoy vive, plante para no recibir el
mando como gobernador, por el problema de nosotros. Dijo que si
no arreglbamos nuestro problema, no reciba la gobernacin. Entonces citaron al gobernador Juan Tunubal con un alguacil, para pedirnos perdn, en la casa del Cabildo, y nosotros quedamos ya a las
buenas. Antonio Tomb recibi al bastn de mando peleando y en
ese ao no dijo nada. Como estuvo enfermo, ni nos quiso lanzar. As
fue que pas. Taita Antonio no era malo, y as pas a las buenas.

A partir de 1976 los problemas con los Cabildos mermaron,


debido al acuerdo que hicieron los terrajeros con el terrateniente
de no entrar ms al lote del Cabildo, a cambio de recibir las escrituras de Pueblito.
Taita Anselmo Muelas de Michambe (1977) pas calladito el
ao. Ese no colaboraba con nosotros, ni trataba de echarnos. Manuel Jess Tomb (1978) tampoco nos molest. Despus, con taita Javier Morales de Guamba Nueva (1979) tampoco pasamos trabajos. Como comenzaron nuevas luchas
(Jacinta)

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [497]

Y fue slo hasta 1980, con el finado taita Segundo Tunubal,


que la autoridad del Cabildo nos reconoci como guambianos,
porque l s saba que ramos guambianos, pues su pap siempre le dijo as.
Siempre he considerado que ustedes tambin eran gente nuestra, sangre nuestra
Mi padre se dio cuenta que la tierra de all del otro lado era
del misak, pero ya las haban quitado. Cuando l ya se iba formando
[] oy decir que la tierra ya era de los terratenientes. Ya empezaron la revuelta de la expulsin y sacada de la gente. Los que se
iban a ir, que se fueran, y los que se quedaban lo hacan como terrazgueros. A los que quedaban les entregaban algunos montes
para limpiar, para que sea potrero para el terrateniente. Todo era
limpieza para el ganado y para el ganado. Y a no mas tuviera limpio, era para que soltara. Eso supo mi pap siempre.
Entonces mi mayor, mi padre, deca que nosotros no somos
distintos, sino somos los mismos, y deca que eran los mismos
guambianos, pero que haban quedado ya de terrajeros. Y siempre quedaron bajo el dominio del terrateniente. l siempre hablaba
que era nuestra misma gente.
(Segundo Tunubal)

As que fue slo hasta que taita Segundo fue gobernador que
la autoridad guambiana nos reconoci. Antes ramos tratados
como si no furamos la misma gente, como gente mala.
Los terrajeros tuvimos muchos problemas con el Cabildo y,
en general, con nuestra gente de tierra libre. Muchos de ellos nos
desconocan y despreciaban, nos decan que no ramos guambianos, nos trataban como extraos.
Hubo maltrato a los terrajeros de parte de la gente de este lado
[] El Cabildo tambin, hasta hace poco, a los terrajeros los manejaba con cierta indiferencia. Como ellos ac a este lado vivan
bien, no pensaban en los de all [] Eso as vivieron. No se a la
vista de ellos si fue conciente o inconcientemente, pero a la vista
de todos es incorrecto.
(Mario Calambs)
[498] l a f u e rz a d e l a g en te

Por eso, hubo un momento en que pensamos crear un Cabildo aparte. Pero no lo hicimos. Pedro mi hermano comenta esta
situacin as:
Nosotros sabamos pensar y recordar que esta hacienda de nosotros y el ttulo de 1912 se perdi, y volvimos a encontrar. La gente de ese lado, kausro y Anisrtrapu, si ellos nos hubieran desconocido les habra ido muy mal. No habran podido trabajar en este
lado. Nosotros pensbamos crear otro Cabildo en este lado, con
los de la hacienda no ms, recogiendo los que eran de aqu no ms.
Como nos despreciaban, por eso pensbamos crear el Cabildo por
la quebrada.

Pero como no eran todos los que nos despreciaban, los que
pensaban mal, por eso, finalmente nos quedamos juntos:
Los que pensaban mal, si hubieran sido ms de la mitad pero
eran pocos los que nos miraban mal. Algunos pensaban bien y
algunos por ignorancia. Ms tarde reconocieron. A la gente ignorante no le hicimos caso. Si ellos no hubieran dejado de molestarnos, habramos nombrado nuestro propio Cabildo.
(Jacinta)

Todos recordamos siempre cmo las autoridades y alguna


gente de tierra libre se vendieron al terrateniente, sin pensar en
nosotros, y cmo slo fue con el esfuerzo de nuestra lucha que
logramos recuperar nuestras tierras.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [499]

Taita Segundo Tunubal


y la primera insurreccin guambiana

Despus de Chimn, pas mucho tiempo an-

tes que volviramos a recuperar una finca as grande. Lo fuerte


fue ya Santiago.
Desde lo de El Chimn, durante toda esa dcada de los setentas, ya ramos conscientes de que haba que organizarnos y que
para eso haba que llegar donde cada persona, donde cada familia, y en algunos casos a las mismas autoridades. Permanentemente hacamos reuniones con los de la Cooperativa, pero adems haba guambianos que se reunan independientemente, sin
Cabildo, y con ellos tambin discutamos.
Hubo un momento en que nosotros nos metimos en la
Comunidad, en el Resguardo, no solamente a hablar, sino a trabajar con ellos; nos ofrecimos a ir para ayudar a trabajar en la
tierra, y as lo hicimos. En ese momento conoc un poco ms a
Guamba, porque me llevaban a trabajar en la montaa.
Para que la gente tomara conciencia, haba que hablar un
poco de la historia. Javier Calambs deca que estas tierras fueron de nosotros, nos pertenecen a nosotros, estas tierras nos las
quitaron, pero los dueos somos nosotros. Eso mismo nos haban dicho los viejos, los que lucharon antes, por eso la primera
vez que yo lo o hablando as, eso como que me dio un convencimiento de que as era. Entonces, casi como ese discurso llevbamos siempre.
All llevbamos el casete del Tercer Congreso del cric, del
Primer Encuentro Indgena Nacional, y hacamos escuchar a la
gente, explicando que ese era el principio que se quera, que ese
encuentro del 73 en Silvia fue muy importante, que el planteamiento de los arhuacos sobre el derecho, de los narienses sobre el derecho, de los paeces, de los negros, de los campesinos,
[500] l a f u e rz a d e l a g e n te

Gerardo Morales (1988), Segundo Tunubal (1980), Ricardo Tunubal (1981),


Abelino Dagua (1982) y Vicente Calambs (1983) (de derecha a izquierda) se
cuentan entre los primeros gobernadores de una nueva poca, en la cual la
autoridad guambiana recuper su autonoma.

de todos aquellos que hablaron, era muy importante. Todo eso


discutamos con la gente en Guamba. Entonces, como que
aprendimos de eso, y cada vez fuimos profundizando ms nosotros tambin.
En ese momento ya haba salido el libro de Quintn Lame,
entonces lo compramos y lemos. Nos pareca tan importante!
cuando Quintn deca que mientras exista un puado de indgenas que reclamen los derechos, la tierra ah va a estar y se podr
recuperar170. Y eso como que nos reafirmaba mucho el derecho.
Lo mismo nos acordbamos de taita Anselmo Muelas, que cuantas veces llegaba nos explicaba que estas tierras ustedes reclamen, que nosotros hemos peleado pero las perdimos, reclamen.
En guambiano el derecho se dice esto es de nosotros, y
cuando se dice que es de nosotros estamos hablando de que
170

Lame Chantre, 1971, p. 133.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [501]

nunca a nadie fue vendido, ni se han hecho traspasos, sino que


nos quitaron por la fuerza, y eso hay que recuperar. Entonces eso
como que fuimos madurando y ese discurso, para nosotros poder convencer, fue muy importante. Porque los guambianos
crean que esas tierras jams podran recuperarse, que eran del
terrateniente y que ellos tenan mucho poder. Entonces el discurso de convencimiento era hablar del derecho.
Yo me acuerdo tanto cuando taita Ricardo Tunubal sala y
deca: Hay que recuperar sin pago, sin pago a la tierra. En el
Tercer Congreso plantearon los paeces de Caldono, Patricio
calo, que: Nos sostenemos hasta lo ltimo a no pagar por la
tierra. Cuando l deca as, a uno le pareca que era increble,
porque sin pagar la tierra cmo? Pero cada vez iban afirmando
ms el derecho. Fue lento, pero sabamos que exista ese derecho.
Ya saliendo de Guamba, recuerdo mucho que, desde antes
de retirarnos del cric, tambin se hacan muchas reuniones
con algunos paeces que tampoco estaban conformes con el
Ejecutivo. En ellas la influencia del pensamiento de Quintn y
otros viejos dirigentes de los terrajeros era muy fuerte. Esto fue
fortaleciendo el desarrollo de un movimiento, entre esas comunidades al margen del cric.
Javier Calambs tena relacin con Jambal, Pitay, y de alguna manera nos habamos relacionado tambin con los paeces de
Aguablanca, donde estaban organizados en una empresa comunitaria llamada La Andrea. Y ellos ya nos invitaron a donde
otros, ya ampliamos ms, y por eso yo empec a subir a Munchique. Entonces nos fuimos extendiendo un poco. No me
acuerdo exactamente con los de Novirao cundo empezamos
la relacin, pero tambin nos relacionamos con ellos. Se estableci tambin una relacin con los indgenas de la empresa La
Betulia de Malvaz. Adems, estuve en una empresa comunitaria
de los campesinos en Pata, porque tambin era importante, y
all fue donde por insistencia de Javier, quien me deca que
yo s poda y tena que hacerlo por primera vez yo habl en
pblico. All como que relacionamos con alguna gente, y se fue
ampliando as de esa manera, lentamente. Entonces, empezamos
fue a caminar y a caminar, a hablar a la gente, y en eso pasaron
esos aos.
[502] l a f u erz a de l a g en te

Durante muchos aos me dediqu a caminar, a hablar a la gente, tratando de hacer


un aporte para recuperar nuestros derechos.

Yo al lado de Jambal no camin mucho, para all caminaba era Floro Tunubal. Como que sectorizbamos un poco. A m,
por lo que yo estaba en Mondomo, me tocaba lo que calificaban
el Norte, que estaba ms cerca. A Jebal he ido en algunas asambleas, o he estado en algunos encuentros, pero no he estado as
tan de cerca. En cambio a Novirao s iba con mucha frecuencia.
Me pareca una comunidad paez tan fcil para llegar, para relacionar, que eso en un ratico se va all y se vuelve vuelta. Me pareca tan importante, tan estratgica. A otras comunidades
paeces, como Polindara, nunca llegu.
En ese entonces los paeces de Jambal estaban en un importante proceso de recuperacin de tierras, mediante ocupaciones
de hecho, y con su ejemplo tambin tomaron igual camino los
indgenas de Jebal, Novirao y Munchique-LosTigres.
Los de Jambal, como nosotros, trabajaban con el cric hasta
que, con las divergencias polticas que hubo, ellos tambin se
separaron. No me acuerdo exactamente el ao. Me acuerdo de
un dirigente que fue varias veces gobernador, Francisco Gembuel, que trabajaba con nosotros recuperando la tierra, se mova con nosotros, ya independiente del cric, creo que hasta 1982.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [503]

Y recuperaron bastantes tierras que estaban en manos de hacendados de Santander de Quilichao.


Pitay en cambio no avanz mucho en las recuperaciones,
porque all era muy concentrada la poltica de los partidos tradicionales y los dirigentes eran muy liberales. Que me conste que
hayan recuperado as como Jambal, no. A Quichaya bajamos,
nos acompaaban de vez en cuando, nosotros tambin bamos
all, pero Quichaya nunca pudo consolidarse, porque era una
comunidad muy aislada, muy politizada por el partido conservador, crean mucho en ellos.
Mientras tanto, en Guamba ya venan algunos pequeos
cambios. Ya Floro y otros empezaron a hablar a la Comunidad;
ya se fue como madurando, madurando. Los gobernadores no
arrancaron a la recuperacin, ni enfrentaron los problemas, pero por lo menos dejaban que la Cooperativa y nosotros hiciramos, nos daban la razn. Vean que era importante recuperar la
tierra, que organizar era importante; lo que no queran era enfrentar. Yo creo que no estaban preparados polticamente.
De muchas, muchas reuniones pequeas que se hicieron en
Guamba por todas partes, ya vino el ao 1980 con el gobernador Segundo Tunubal, cuando se hizo una gran reunin en la
escuela de Michambe. Despus se hizo otra ms masiva en el
Ncleo Escolar, donde se cre la bandera, donde fue aprobado
el Manifiesto Guambiano, y tambin otra cartillita que se llamaba
La Proclama del Derecho. Esta fue como la reunin ms importante en la toma de decisiones. Se hizo ya como unos 20 das antes
de la toma de Las Mercedes, entre el 28 y el 29 de junio. En su
intervencin para dar comienzo a esta reunin, taita Segundo se
dirigi a todos nosotros con las siguientes palabras:
Hermanos indgenas guambianos, paeces y de otros resguardos, compaeros campesinos, obreros, estudiantes y dems sectores populares, seoras y nios.
Ahora para nosotros estn llegando cosas muy buenas []
Eso yo me estoy sintiendo. Por eso quiero dirigir estas palabras []
Lo de nosotros va a ser a partir de este momento. Estamos buscando para dar una salida, y esto hay que explicar a toda la gente.
As estoy sintiendo que me est llegando.
[504] l a f u erz a d e l a g e n te

Taita Segundo Tunubal fue el primer gobernador guambiano en reconocer a los


terrajeros como misak, y fue l quien encabez la primera verdadera recuperacin
de El Gran Chimn. Foto: Brbara Muelas Hurtado.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [505]

Indgenas hoy aqu, hoy nos ha tocado ver entre todos []


nosotros. Entre todos nos estamos dando cuenta aqu de unas
barreras que nos estaban atravesando, unas divisiones. Hicieron
unas separaciones y [] estas divisiones nos han hecho los blancos. As ha sabido ser. Los polticos y la religin son los que han
venido haciendo estas divisiones. Nos implantaron a nosotros as
y nosotros hasta ahora vinimos a caer en cuenta. Eso nos toca que
pensar nosotros mismos.
[] antes de la Conquista [] vivamos nosotros comnmente. As ha sabido ser. Y entonces nuestras riquezas vinieron
explotando posteriormente: el oro y la tierra. Nosotros ni siquiera
nos dbamos cuenta cmo nos robaron, y hemos estado perdiendo la totalidad de nuestra cultura. Eso estamos descubriendo.
Hemos vivido esclavizados y explotados, como unos animales que nos hacen cargar las cargas. As nos ha tocado vivir. Nosotros bien perdidos, no entendamos nuestros derechos perdidos.
Eso nos toca ver ahora a nosotros. Y esto siempre estar continuamente avisando. Esto nos toca que pensar nosotros cmo la
tierra se nos perdi. Cuando dicen los derechos perdidos, es que
han sabido estar perdidas nuestras tierras. Esto hasta ahora est
perdido en su totalidad [] Eso es lo que hay que pensar. Y esto
toca entre todos, pueden ser grandes o pequeos, sin ningn distincin hay que hacer la unidad entre nosotros.
Pero es que hay que pensar muy de fondo cmo va a ser para
nuestros hijos, para los hijos que estn levantando. Hay que hacer
la unin como sea, hay que aliar con los cabildos de otros resguardos, con otras parcialidades. Es como hoy, que estas gentes que
hoy nos acompaan es el comienzo de este trabajo.
Pero hoy la gente est hablando mucho de que lo que estamos
haciendo es malo. Dicen que queremos robar las tierras. No es que
queremos robar las tierras, sino que nosotros estamos pensando
en las tierras que hemos perdido. Eso es lo que estamos pensando
con nuestra unidad en la comunidad. Tambin necesitamos que
nos fortalezca nuestros cabildos.
Estos que estaban perdidos, parece que en muy corto tiempo
nos va a llegar en nuestras manos. Por eso yo en este momento
estoy hablando a nuestra gente. Hay que hacer un esfuerzo de la
unidad, que nosotros no somos poquitos. Parece que en este punto
no debemos tenerle miedo a nadie. Por esta razn estoy invitando a mi gente. He dicho que va a llegar esta concentracin. Me ha
[506] l a f u e rz a d e l a g e n te

tocado estar explicando a todos los compaeros, no solamente yo,


sino muchos, como algunos compaeros presentes aqu, que tienen mayores conocimientos. Y ellos nos estn dando nimo a nosotros para hacer ms fuerza. Y algunos mayores que tienen mayor entendimiento, nos estamos integrando. Y esto pensemos entre
todos cmo sea una salida para sacar adelante. Esto hay que pensar para los hijos del futuro.
[] Desde antes esto fue de nosotros! Resguardos y todas las
dems haciendas, desde antes de quin fueron? (coro: De nuestras gente). Desde antes, esas tierras de la hacienda, de quin fueron? (coro: Fue de nosotros). Y ahora de quin es? (coro: Es de
nosotros). Viva la autoridad indgena! (coro: Que vivan) Vivan los
derechos indgenas! Viva el pueblo guambiano! (coro: Que viva).

Despus de esta gran asamblea siguieron las reuniones hasta que se fij la hora y el da en que se iba a recuperar. Entonces
esto fue un proceso constante.
Ya cuando la autoridad guambiana asumi la responsabilidad poltica de recuperar las tierras, evolucion ms rpido.
Nosotros poquitos habamos demorado tanto tiempo!
Pero lo cierto es que, mientras los paeces, no slo los de Jambal, venan avanzando muchsimo Jebal mismo, Novirao
mismo, a pesar de ser grupos pequeos, y el norte del Cauca,
Guamba nada y nada y nada. Nos movamos nosotros los terrajeros y los de la Cooperativa, pero la autoridad no asuma esa
responsabilidad. Y mientras no asuma el mismo Cabildo, la
misma autoridad, pues no haba otro que pudiera convocar. Por
eso los paeces haban tomado una actitud crtica frente al Cabildo de Guamba. Pero como taita Segundo Tunubal asumi
la responsabilidad, lo convocaron all en Jambal, y all le dijeron los paeces que los guambianos estaban ocupando muchas
tierras de ellos. Y eso era cierto; en esos tiempos bajaban muchos
guambianos all, ocupando tierra de los paeces. A veces cedan.
Esta vez dijeron: Aqu han venido muchos guambianos que estn ocupando tierras nuestras. Ustedes tambin tienen tierra,
ustedes tambin tienen que recuperar para el bien de su comunidad, porque al no recuperar nos van a seguir ocupando ms y
ms. Asumieron una actitud crtica frente a la autoridad.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [507]

Como taita Segundo s estaba entusiasmado, l s quera y vena asumiendo la responsabilidad, ese encuentro de paeces y
guambianos en Jambal era para reafirmar la lucha por la tierra, el derecho a la tierra. Taita Segundo hablaba mucho del punto el Guayupe, all en Jambal, y deca: En Guayupe me invitaron y me dijeron que ustedes tambin recuperen. l deca que a
veces le daba pena, le daba vergenza, que tantos guambianos
all y en verdad el Cabildo de Guamba no haba asumido esa
responsabilidad de recuperar la tierra; pero que haba que hacerlo. Entonces de all vino decidido a asumir esa responsabilidad. Los paeces llamaron para que asumiera ese compromiso, y
fue muy fructfero. Vino, convoc cada vez ms a la gente, y logr organizar masivamente.
Fue entonces, con el mayor Segundo Tunubal, que para
nosotros se dio lo que yo siempre he llamado la primera insurreccin guambiana que recordar la historia, en la que se produjo
una movilizacin muy grande, con un buen gobernador. Fue el
inicio de una segunda etapa fuerte de recuperaciones. Afortunadamente l pudo; tena un criterio realmente organizativo, un
criterio de lucha, de trabajo, tena el coraje necesario para confrontar la situacin en ese momento, y pudo organizar. Yo siempre, cada vez que recuerdo, la llamo la insurreccin guambiana
ms grande que uno haya podido ver.
Santiago s fue una recuperacin de verdad y al Estado le toc
reconocer que esas tierras eran de nuestras comunidades, que por
la lucha las haban vuelto a adquirir. La de hoy s es una verdadera recuperacin, porque la tierra se la DEVUELVEN a los indgenas. Ya ni la Comunidad ni el Cabildo quedan sometidos a un
nuevo endeudamiento. Pero eso ha venido lentamente.
De tooodas esas angustias, de tooodas esas tristezas, de toda
esa frustracin, que muchas veces pareca que nos hubiramos
acabado, en ese ao, el 19 de julio, se entran los guambianos all
en Las Mercedes, hacienda que haba hecho parte del Gran
Chimn y que en ese momento estaba en manos de la familia del
ex-gobernador del Valle del Cauca, Ernesto Gonzlez Caicedo,
quien la tena para criar ganado de lidia, toros bravos.
Hasta ese momento los guambianos vivan como amarrados
de los polticos, del cura, de los jueces, del gobierno. Y ese da se
[508] l a f u e rz a d e l a g en te

desat, ya ese da no le hicieron caso ni al cura, ni al juez, ni al


terrateniente, ni al alto gobierno. Todos cogimos la pala y fuimos a trabajar. El gobernador encabez la toma. Primero entran
ms de 600 guambianos, pero los sacan. Dejan un receso de tres
das, descansan, vuelven y se organizan, le meten al tercer da
2000, al cuarto da eran 4000, 5000. Un da o al ejrcito que deca
que all haba ms de 7000 indios trabajando.
El terrateniente nos ech la tropa, nos ech gases, hubo
encarcelamientos, hubo muertos, el gobernador no poda salir
al pueblo, no poda andar con su bastn, le toc esconderse para
evitar que le pasara algo; hubo mucha represin.
Pero la pelea fue, no solamente contra la fuerza pblica, sino
tambin contra los toros bravos. A muchos de los que iban a trabajar los levantaban con los cuernos y los tiraban, y hubo muertos tambin. Eso fue una batalla campal, no solamente con el
ejrcito y la polica, sino tambin con el ganado bravo.
Fue permanente el trabajo durante casi dos aos, porque uno
no puede ir un da, una noche, y abandonar. Haba que estar ah
hasta desalojar a los terratenientes con todos sus ganados, con
todos sus enseres. En esos das para mi fue la resurreccin realmente. Me senta tan satisfecho, que pareca que me brotaban
lgrimas de la alegra. Pareca que era imposible, que ya no haba ninguna posibilidad, pero la gente estaba all como una reserva, como una cosa guardadita, y en el momento en que se
necesit, el Cabildo, el gobernador, llam, y la gente acat, entr a recuperar y se hizo respetar.
Hasta ese entonces las luchas no haban sido tan masivas, porque los de El Chimn ramos poquitos, unos 100 guambianos
que iban a recuperar tierra, y de los 100 unos 20 eran menores y
otros 20 mujeres. Entonces, muchas veces a los menores y a las
mujeres les daban libertad, jodan a los hombres, a los mayores
de edad, y quedaban 50-60 en la crcel, hasta tres meses en la
crcel, y eso joda, desmoralizaba. As trataban de acabarnos. Pero
ya cuando fueron 2000-3000, ya no pudieron.
Eso nos sirvi, eso fue como el mejor abogado jurdico,
poltico, y desde entonces no pudieron atropellar tanto, ni reprimir tan violentamente como hasta ese momento. Hasta entonces no haban valido abogados, no valan jueces ni nada, porque
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [509]

la lucha legal no serva para nada; lo que nos vino a salvar fue la
lucha poltica. Muchos guambianos fueron a parar a la crcel,
pero no as de un abuso absoluto. As hubiera crcel, siempre
haba un poco ms de respeto, una situacin distinta a la que
hubo hasta ese momento. Entonces las condiciones vinieron mejorando un poquitico.
Sobre este importante momento de la recuperacin masiva
con taita Segundo, Jacinta dice que:
En 1980 vino el grueso de la gente en cabeza de taita Segundo
Tunubal. Hasta entonces nosotros no habamos visto una autoridad que representara, que viniera con bastn, a este lado donde
los que ramos despreciados por esa autoridad.
En ese ao hubo un cambio. Vino la gente a recuperar, se
moviliz. Si no hubiramos hecho esa resistencia, de pronto no
habra habido ese sendero para entrar. Nosotros mantuvimos ese
camino de que tanto hablaba Javier. Nunca lo cerramos, sino que
caminamos para all y para ac, haciendo mingas y dems. Nosotros insistimos mucho para que la Cooperativa siempre nos
acompaara, hicimos un esfuerzo para que ellos y el resto de la Comunidad pudieran venir a ocupar esas tierras, pensando no causarle dao al grueso de la Comunidad. Entonces se empez a trabajar en gran escala y los blancos arreciaron el ataque.
Nosotros siempre insistimos al blanco, al terrateniente, que
mientras usted no ha querido resolver el problema, nosotros tarde o temprano tenemos que llegar al plan de la casa vieja, que era
nuestro. Estbamos decididos a llegar ah, pasara lo que pasara.
Como era la palabra que habamos dado de que ah llegaramos,
toc que llegar. Entonces ya vino el cambio, la distribucin de la
tierra, con el volumen de la gente de la Comunidad.

En ese mismo ao los guambianos y paeces que no hacamos


parte del cric, y los pastos, organizamos con el apoyo de solidarios no indgenas lo que se llam la Marcha de Gobernadores, que sali del Cumbal, Nario, hasta Bogot. sta fue el
resultado de muchas idas y venidas, durante varios aos, de
guambianos orientados por la Cooperativa Las Delicias y de indgenas de algunas comunidades paeces y pastos. Al regreso de
Bogot, los integrantes de la Marcha entramos a la hacienda Las
[510] l a f u e rz a de l a g e n te

Trabajando en la recuperacin de la hacienda Las Mercedes, la cual haca parte de


nuestro antiguo territorio de El Gran Chimn. Foto: Victor D. Bonilla.

Mercedes para apoyar la recuperacin que estaba en proceso. Al


siguiente ao, en 1981, se realiz un encuentro en la Cooperativa, para celebrar los 10 aos de la creacin del cric, con el pensamiento de que el Ejecutivo era el que no serva y que en realidad el cric ramos todas las comunidades organizadas y en
lucha, aunque en verdad todo esto lo capitalizaba era el Ejecutivo. Los participantes en el encuentro se unieron a la gente que
se encontraba en la recuperacin, y entonces en esos das unos
2000 guambianos y 1000 paeces subieron hasta all para acompaar en el trabajo.
Desde 1970, para llegar a 1980 son diez aos. Diez aos en que
se organizaba y otras veces desorganizaba, diez aos de insistencia, de creatividad. Porque no era nada fcil convencer a los
guambianos muchos de quienes decan que ustedes ni sueen en ganarle esa tierra a semejantes millonarios!, y ms
cuando los dirigentes, los que estaban a la cabeza, como los gobernadores, no estaban convencidos de que esas tierras podan
ser recuperadas.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [511]

Despus de Santiago

De esto ya hace ms de 20 aos. Y desde enton-

ces no hemos podido avanzar mucho a lo largo de la recuperacin. Si uno se pone a contar fincas, yo creo que hoy podemos
decir, con lo de Chero y lo dems, que se han recuperado unas
25 fincas o algo ms.
Despus de la recuperacin de Santiago hubo un estancamiento de cinco aos. Aunque unos pocos continuaron la lucha,
las movilizaciones masivas se paralizaron, y desde 1980 hasta 1985
no se pudo recuperar mucho ms. Hubo numerosos problemas
a nivel interno y tambin con el gobierno. Por una parte, la Comunidad ya se haba convencido de que las tierras eran propias,
suyas, y que no tena por qu pagar, mientras que el incora, por
lo menos hasta finales de 1983, quera obligar a que la Comunidad y el Cabildo se comprometieran a un nuevo endeudamiento para pagar a 15 aos. Por otro lado, el incora insista en explotar las tierras en Unidades Agrcolas Familiares, que eran de
20 has. por familia, en tanto que la Comunidad quera trabajar
con la mayor cantidad de gente posible, as a cada cual le tocara
muy poco.
Esos problemas obstaculizaron el proceso de recuperacin
por cinco aos, hasta que en 1985 logramos desbloquearlos para
negociar con el Estado, y pudimos arreglar tambin algunas dificultades que se haban creado dentro de la Comunidad, en la
misma finca recuperada.
En 1985, el pueblo guambiano, reconocindome como un hermano de sangre, me eligi como su gobernador. Al asumir la gobernacin de Guamba, encontr muchos problemas acumulados:
unos del Resguardo, entre comuneros, otros en la tierra recuperada de Santiago, y unos ms con el Estado representado en el
incora. Haba muchos problemas internos de alinderamiento
[512] l a f u e rz a d e l a g en te

En 1985 el Pueblo Guambiano, reconocindome como su hermano de sangre, me


eligi como su gobernador. Foto: Brbara Muelas Hurtado.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [513]

Asamblea en la casa de Santiago, para definir nuestras polticas; 1985.

de terrenos, que requeran correccin, y nuevas familias que necesitaban espacio para construir sus viviendas. Tambin haba
conflictos entre catlicos y protestantes al interior de la Comunidad. Encontr tambin una discusin sobre la necesidad de desarrollar un plan para la educacin guambiana, cuyo pensamiento y espritu estuvieran centrados en una educacin propia, pues
haca ms de 50 aos que la educacin al indgena estaba orientada desde afuera, por las instituciones del Estado y los gobiernos, y no era para la conservacin de la identidad indgena, sino
todo lo contrario.
En las tierras recuperadas de Santiago encontr un conflicto
muy fuerte al interior la Comunidad, por falta de una distribucin equitativa de las mismas. Por ello haba una inconformidad general de los guambianos, lo que nos llev a realizar muchas asambleas internas para aclarar que las tierras recuperadas
tenan el objetivo de resolverle la situacin de falta de tierras a
[514] l a f u e rz a d e l a g e n te

la gente de ms escasos recursos econmicos. Todos tenan derecho, pero haba que hacer una preferencia a la gente ms necesitada.
Con el acompaamiento de muy buena gente, entre miembros del Cabildo: alcaldes, alguaciles, secretarios, y otros miembros de la Comunidad, logramos movilizar y reordenar la
distribucin de las tierras, actividad que llamamos reubicacin.
Le dimos tierra a los mayores de doce aos, pues nuestra consigna era ayudar para que todos pudieran trabajar, as fuera en
lotes muy pequeos. Nuestra poltica era que ningn guambiano

Con la reubicacin llevada a cabo durante mi gobernacin en las tierras


recuperadas, buscbamos que ningn guambiano estuviera desocupado, para que
a nadie le faltaran los alimentos de la supervivencia.
Foto: Brbara Muelas Hurtado.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [515]

estuviera desocupado, luchar entre todos, trabajar entre todos,


y beneficiarnos entre todos, para que a nadie le faltaran los alimentos de la supervivencia.
Tambin encontr que las tierras recuperadas estaban sin
legalizar con el incora desde 1980. Cuando se recuper Santiago, el Cabildo y sus dirigentes siempre pensaban que el Estado
deba reconocer todo el globo de terreno de los antiguos ttulos.
Hubo un forcejeo permanente para someter a la Comunidad a
un nuevo endeudamiento, hasta que en 1982 lleg a Santiago el
entonces Presidente de la Repblica Belisario Betancur, y lo reconoci como territorio indgena, ordenando que los recursos
provenientes del Fondo Agrario, invertidos en estas tierras, se entregaran gratuitamente a las autoridades indgenas. Sin embargo, los guambianos tenan desconfianza y nunca aceptaron negociar con el incora, por ms que insistieran sus funcionarios.
Cinco aos dur este impasse, y precisamente en mi gobernacin empezamos a tramitar y a negociar con la institucin del
gobierno. En 1983 el Consejo de Estado, absolviendo una consulta del Ministro de Agricultura, haba abierto el camino para
que el incora pudiera ceder, es decir, entregar en forma gratuita, tierras a los cabildos indgenas171 . Este hecho, aunado a la
decisin del Presidente Betancur sobre el particular, valid la
lucha de los pueblos indgenas por la recuperacin de sus territorios. En el caso de Guamba, finalmente el 14 de septiembre de
1985, con la presencia de los funcionarios del incora y del gobernador del Cauca, ante muchos testigos indgenas de distintos resguardos paeces y solidarios no indgenas, fue firmada en
una Asamblea la entrega de estas tierras, para con ellas ampliar
el Resguardo, mediante un Acta de Entrega que fue protocolizada
en la Notara 2 de Popayn. A esta Acta se le adjunt una histrica Constancia del Cabildo y Pueblo Guambianos, firmada tambin por el incora y el Gobernador del Cauca, la cual hace parte
del documento protocolizado; en ella se reivindica todo nuestro antiguo territorio y se afirma el carcter de recuperacin
que tuvo la accin de toma de las tierras de Santiago.

171

Consejo de Estado, Consulta n 1978, 16 de noviembre de 1983.

[516] l a f u e rz a de l a g e n te

... (siguen dos pginas del documento y cinco de firmas)

Constancia en Acta de Entrega de Santiago.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [517]

Es as como la lucha nacida de los terrajeros lleva a que, por


primera vez en la historia de Colombia, el Estado reconozca
nuestro Derecho Mayor, el derecho que tenemos los indgenas a
nuestros territorios ancestrales, y nos haga entrega oficial de
parte de estos, sin obligarnos a pagar por ellos, sin tener que
quedar endeudados. No se puede negar que, despus de tanta lucha y de tanto sacrificio, este hecho fue un triunfo para el Cabildo de Guamba y para los pueblos indgenas en general.
Estos dos hechos fueron muy relevantes, primero porque se
logr zanjar el problema interno de distribucin de esta tierra,
y segundo porque se logr dar el primer paso para su legalizacin con el Estado colombiano. Despus de ello ya el pueblo
guambiano se moviliz nuevamente para recuperar otras partes del Gran Chimn.
A finales de 1985, se empez nuevamente a recuperar las tierras que antes haban sido de un solo dueo, del terrateniente
Aurelio Mosquera. Los pequeos lotes que Aurelio haba vendido a muchos de los blancos de la poblacin de Silvia, para
entorpecer la lucha de nuestra gente durante la dcada de 1970,
tambin tuvieron que recuperarlos los guambianos. Se trataba ya de fincas pequeas, pero que pertenecan originalmente
al Gran Chimn. Hoy uno puede no recordar cuntas fincas
eran, pero fcilmente se puede decir que ms de 15 fueron
recuperadas a partir de 1985, incluyendo especialmente una
hacienda grande, lo que hoy llaman Santa Clara, que era el fuerte
de Aurelio Mosquera.
Las ltimas recuperaciones que he podido ver en este lento
proceso fueron las de 1989. Ya los guambianos pudieron llegar
hasta El Chero, casi colindando con el Resguardo de Totor. Ha
sido lento realmente, pero fue positivo; pudimos llegar hasta all,
lo que antes pareca que era imposible.
El proceso de recuperacin de tierras deba estar acompaado de un proceso igual de recuperacin del pensamiento propio, los valores propios, la educacin propia, y dems. Las autoridades y dirigentes de Guamba se pusieron en la tarea, a partir
de 1980, de trabajar en otros campos para recuperarlo todo.
Durante mi ao de gobierno le di especial atencin, adems de
la resolucin de los asuntos relacionados con la recuperacin de
[518] l a f u e rz a d e l a g en te

la tierra, a los temas del conflicto religioso que amenazaba con


dividir nuestra Comunidad, y a la educacin.
El conflicto religioso en Guamba viene de largo tiempo,
pues, como es bien conocido de todos, desde la Colonia uno de
los intereses mayores de los blancos fue cristianizarnos, o sea,
lavarnos el cerebro con sus pensamientos religiosos, destruyendo nuestros propios sistemas de creencias. Pero en los ltimos
aos ese problema se haba venido agudizando, con la entrada
de representantes de otras lneas de pensamiento religioso. En
1985 el conflicto llevaba ms de 40 aos y no haba entendimiento
entre nuestra gente sobre ello.
Despus de muchos dilogos, logramos zanjar las diferencias
y concluimos con un acto ecumnico entre sacerdotes catlicos
y pastores protestantes. El resultado de esta labor fue que, al siguiente ao de yo entregar el bastn de mando, el pueblo
guambiano eligi como gobernador a un protestante, Henry
Eduardo Tunubal, a quien recibimos con mucho honor y gran
reconocimiento de la importancia de este hecho para nuestro
pueblo.
Durante mi gobierno se logr tambin producir el plan
educativo guambiano, para implementar una educacin propia
en todo el Resguardo. Por primera vez ocurri en Guamba que
se empezaron a rescatar nuestros conocimientos propios y nuestros propios valores, mediante un proceso de investigacin con
los mayores, los ex-cabildantes, los maestros, la Comunidad en
general, y con el apoyo tambin de algunos no indgenas de fuera de la Comunidad. Hoy en da creo que fue muy importante
esta labor, porque fue una proyeccin a largo plazo, hecha con
el espritu de modificar la educacin tradicional del Estado con
otra de nuestra inspiracin, para nuestra gente guambiana. El
objetivo no fue simplemente ensear a escribir y a leer, sino profundizar en los conocimientos indgenas, mirar lo que somos y
hemos sido, para definir mejor nuestro camino futuro, antes de
que sea demasiado tarde.
Pero adems del problema interno de Guamba y el de las
relaciones con el Estado, quise trabajar tambin el problema
externo de las comunidades. Desde 1975, cuando nos separamos
del cric, habamos seguido trabajando independientemente, y
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [519]

En 1985 acompa, en mi calidad de gobernador, a las autoridades paeces de


Novirao y Jebal, a quienes el Estado se haba negado a reconocer, para que fueran
posesionadas por el alcalde de Totor. Foto: Victor D. Bonilla.

[520] l a f u e rz a d e l a g en te

conseguimos algunas relaciones con otras comunidades indgenas; con ellos continuamos el trabajo hasta los das de hoy.
Nosotros los guambianos, junto con los paeces que nos
acompaaban, que eran los de los resguardos de Novirao, la Paila,
hasta 1983 tambin los de Jambal, igualmente un sector de
Munchique-Los Tigres, Jebal y Naya, y los narienses que comenzaron en ese entonces: los resguardos de Cumbal, Panam,
Chiles y Mayasquer, queramos un movimiento diferente, que no
fuera una copia del cric. Con ellos se hizo la primera Marcha
de Gobernadores, en 1980.
En ese entonces pensbamos en hacer una organizacin sin
cpula, ni ejecutivo, sin presidente, sin cabeza visible, que tuviera
una estructura horizontal, y que quien convocara no fuera el
ejecutivo, ni el presidente, sino las mismas autoridades, los mismos cabildos; porque nosotros queramos valorar era a las autoridades, que ellos fueran los que dirigieran, los que filosofaran
su pensamiento y dieran una orientacin poltica a sus comunidades, y que fueran formando a los dirigentes. Queramos
hacer algo diferente al cric, no tanto en los objetivos de trabajo
expresados en los 7 puntos, que eran importantes, sino en el
manejo poltico, pues haba una gran diferencia entre lo que escriban y lo que uno viva permanentemente, la forma como
actuaban. Tampoco queramos copiar las organizaciones sociales de mestizos, de blancos, sino que desebamos valorar a las autoridades de las comunidades.
Ya en el 82-83, la organizacin dej de llamarse Gobernadores en Marcha, para darse el nombre de Movimiento de Autoridades Indgenas del Sur-occidente (aiso). Bajo esa denominacin
se vino desarrollando. Pero tenamos algunos altibajos, porque
estas organizaciones que se piensan as horizontales, como no
tienen cabeza visible, un ejecutivo, un presidente, en cierta forma quedan al aire. Mientras no convocaran los cabildos, las mismas autoridades, los mismos gobernadores, no haba quin lo
hiciera. Por eso en 1985, cuando fui nombrado gobernador, el
Movimiento estaba en decadencia: no se movilizaba, la gente
estaba quieta.
Me acuerdo tanto que algunos paeces me hicieron llegar
u n oficio en el que me preguntaban qu iba a hacer yo como
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [521]

Con Juan Tunubal Hurtado, dirigente asesinado, en una reunin en Santiago; 1988.
Foto: Brbara Muelas Hurtado.

gobernador, si iba a reactivar el aiso, o qu pensaba hacer.


Leyendo eso me preocup; adems, en ese momento yo tena
ganas de trabajar y de moverme, ganas de hacer cosas, porque
haba una enorme necesidad de ello. Entonces empec a salir y
a convocar a la gente. Hice muchos viajes a Nario, visit a las
comunidades paeces, los paeces me visitaron en Guamba, se
hicieron asambleas, sal tambin a las ciudades y visit a los
solidarios.
Ya como ex-gobernador de Guamba, despus de 1985 y hasta 1990, tuve la autoridad para movilizarme, y entonces segu haciendo mucha presencia en Nario, pensando fortalecer el Movimiento. Y creo que fue efectivo. Yo no conoca Nario, slo
algunos pueblitos, pero en esos cinco aos camin bastante, casi
en todos los resguardos, y todo el trabajo se hizo a nombre del
Movimiento de Autoridades Indgenas del Sur-occidente.
En algn momento comenzamos a sentir la necesidad de empezar a hacer reconocer nuestros derechos en las normas legales,
[522] l a f u e rz a d e l a g e n te

as que, por sugerencia de algunos solidarios no indgenas, en


1989 me arriesgu a lanzarme a la Cmara de Representantes por
el Cauca, a nombre de nuestro Movimiento; pero no logramos
el apoyo necesario. Posteriormente, en 1990, fui candidato a la
Asamblea Nacional Constituyente por el mismo Movimiento
aiso, y en esta ocasin s logramos llegar, gracias al apoyo de
muchos colombianos no indgenas.
Sintiendo que habamos ganado un espacio a nivel nacional,
mediante el cual nos hicimos conocer y respetar de muchas otras
comunidades indgenas a lo largo y ancho del pas, el Movimiento de Autoridades Indgenas del Sur-occidente se convirti en el
Movimiento de Autoridades Indgenas de Colombia (aico). ste
Movimiento existe an hoy en da, aunque los objetivos y el camino trazados por las autoridades que originalmente lo crearon
fueron muy distintos a los propsitos, actividades, y formas de
actuar que se reflejan en la actualidad.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [523]

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[524] l a f u e rz a d e l a g en te

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l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [527]

Vocabulario Guambiano
Alment actual apellido Almendra.
Anisrtrapu vereda El Cacique, Resguardo de Guamba
Ankuchu flor de color rosado del rbol de ese nombre;
apellido de indgenas de Totor.
awel nieta
awel nieto
Bernabekullu Guaicada de Bernab, a orillas del ro Molino.
Chillikkullu Guaicada del Barro, llamada La Chorrera por
los blancos.
ermanto los hijos de los compadres son todos ermantos
entre s.
Illimpi nombre que significa ave del agua; saliva.
inkiaraju interjeccin.
Isik nombre que significa viento; lana.
isirik persona peluda; usado para referirse a los blancos.
Kalimpiu Calibo.
kallim espritu del mundo religioso guambiano que tiene
representaciones femenina, masculina, maligna
y benigna.
Kaluskutsintun sitio sagrado relacionado con los muertos, ubicado
cerca a donde recientemente construyeron una
planta de agua para Silvia.
Kalutu Caloto.
kansro espacio y tiempo de los muertos.
karunchi lagartija.
kasik cacique.
kasuku to.
kausro las tierras de arriba, de antes de llegar al
pramo, donde no se produce ni maz ni trigo.
Keltsi nombre que significa planta rastrera.
Kilkasro Quilcac.
Kina apellido actual en Guamba; quina.
kueikmantsik espritu del muerto, posteriormente interpretado
por religiosos como diablo.
Kuknuk Coconuco.
Kuruschak Planada de la Cruz.
Kuruschakketa Pie del Cerro de la Cruz.
Kurusketa Pie del Cerro de la Cruz.
[528] l a f u e rz a d e l a g e n te

Kurustaik Loma de la Cruz.


Kurusyuk Alto de la Cruz.
Kuskuru lugar en tierra paez, pasando el pramo de
Las Delicias.
Kolinchaku Quilichao.
lusek rbol de tierra fra utilizado para cercos y como lea.
machikchik diminutivo de paez.
Malpasrapchak Malvaz.
Matsorektun Cerro de los Jvenes.
Maweipisu Laguna del Abejorro, entre Chimn y Mishampi.
michiya casa para el rito de paso de la pubertad femenina.
misak gente; as se autodenominan los guambianos.
misakmera plural de misak.
Mishkuetsikkullu Guaicada donde Mataron al Gato.
Mitsokulli Guaicada del Ciruelo.
musikoropik mdico tradicional que se encarga de limpiar la
casa donde viva la persona recin muerta.
mutap tata padrino de bautizo.
Mutauta forma de dirigirse a los personajes ms
respetados, como los caciques.
montsulak apodo que significa sopa de coles.
Natoashippi Quebrada de las Candilejas, sitio al que los blancos
conocen como La Buguea.
impipisu Laguna de imbe.
impiro arcilla.
Nukotraksro Bogot.
numama forma de dirigirse a la hermana mayor, a la esposa
del hermano mayor, a la hija mayor casada.
Nupirau Novirao.
Nupirrapu nacimiento del ro Piendam; vereda La Campana.
Nupitrapuik gentilicio para las personas de Nupirrapu.
nutata forma de dirigirse al hermano mayor, al esposo
de la hermana mayor, al hijo mayor casado.
Nuyapalo Plan de la Casa de Mama Manela; vereda San
Fernando.
Palotaro Paletar.
Panikketa Paniquit.
panku banquito de una pieza labrado de un tronco.
pantso nombre que significa rbol motiln.
Pantsotaro Pancitar.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [529]

ladera del pasto.


espritu de la nube (negra).
consulta al mdico tradicional.
dirigir; mandar con el ejemplo personal.
zona en la vereda de Las Delicias, cerca al antes
llamado Ncleo Escolar, hoy Colegio
Agropecuario Guambiano, y un cementerio.
Pilarautu sitio donde hay rboles de piluk en el cerro del
mismo nombre.
pintsu nombre que significa rbol aliso.
pishau gente antigua.
pishimarop refrescar.
pishimisak espritu equivalente en partes de Guamba al
conocido como kallim en Gran Chimn.
Pishimpala Pisimbal.
pishinkuchip regar el refresco.
Pisintarau Pisitao.
Pisuchak Planada de la Laguna Takpipisu.
piuno nio del agua.
piurek plural de piuno.
Piuya Pioy.
Pullantaro Polindara.
puin helada; nieve; espritu de la montaa.
Rosaliakullu Guaicada de Rosala, posteriormente denominada
Renteras por los blancos y actualmente conocida
como San Roque.
Soldadosorinkullu Guaicada del Soldado Enterrado.
srekollik seor rayo.
Sruktrapu Hondonada entre Peascos; sitio denominado
Caracol por los blancos.
Sruktrapukulli/kullu Guaicada de Sruktrapu.
sronkatsiksro horizonte donde se oculta el sol.
Takpipisu Laguna del Agua de Holln.
Takpipisuchak Planada de la Laguna del Agua de Holln.
Takukullu Guaicada del rbol Taku.
tampalkuari sombrero tradicional elaborado en caa brava.
Takpi Quebrada del Agua de Holln.
tata pap.
Tesha nombre.
Tius Dios.
pastutarau
patakalu
paya moropik
perakuallipik
Pesrotarau

[530] l a f u e rz a de l a g en te

tiusilli pjaro migratorio.


Trerosruktarau Falda de Piedra Podrida.
treromusik espritu de los muertos que se presenta en forma
de mariposa o de sombra.
Tsaporaintun Alto de la Iniciacin, sitio sagrado en Cresta de
Gallo, entre Chimn y Malvaz, donde se hacen
rituales con los jvenes. Tambin se aplica al filo
Cresta de Gallo, en general.
tsilo planta ritual que tiene espritu y es secreta.
tsitso capa tejida con fibra vegetal.
tsosha chontillo.
Tsurakutun Loma de la Sierpe.
Tsoshankullu Guaicada del Chontillo.
Tuktaro Totor.
Tumpe actual apellido Tomb.
Tumpekulli Guaicada de los Tomb.
Tunya Tuna.
Turimpiu Toribo.
Tompiu Timbo.
Umotun Alto del Pepo.
utsolekilli pjaro migratorio.
wauktsi planta rendidora.
Warkatrapu territorio de la actual vereda de Santiago.
Warkullu Guaicada entre Peascos, en el actual Santiago.
Wikyakullupi Ro Molino.
yalo kaulli caballo negro.
Yaskapchak Planada de la Portada, cerca a la casa de la abuela
Gertrudis Muelas.
Yasrketa Sitio de los Borracheros, en Pablo Paja, al pie del
Cerro de los Jvenes.
yastau poblado de Silvia.
yautu Popayn.
yuksro lo inhabitable; las tierras altas y pedregosas,
llegando al pramo.
Oskowampik regin del Chimn donde vivieron las familias de
las abuelas Rufina Calambs y Gertrudis Muelas
(ver mapa).
nota: Todos los lugares en territorio guambiano que se
mencionan estn ubicados en El Chimn, a no ser que
se diga otra cosa.

l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [531]

Glosario Castellano
(palabras que no estn en el Diccionario de la Real Academia, o
que en este texto tienen una acepcin diferente a las dadas en l)

abijaba
aguacerada
aginche
almocabra
amistiar
angucho
bayeta

bimbo
bultear
cachimbo
chagrera

chiguaco
chistear
chucha

chumbar
criado
cueviar

culebrero
embute

encierro
enestico

azuzaba.
aguacero.
hoja metlica que al encabarse serva de machete.
almocafre usado en minera.
hacer las paces.
rbol cuya flor rosada se utiliza como medicina
para la tos ferina; apellido.
pao rectangular de color azul, el cual se envuelven
los hombres guambianos de la cintura hasta media
pierna, sujetndoselo con un cinturn.
pavo.
cargar bultos.
rbol grande que se usa para dar sombro al caf.
cuidado de los cultivos mediante personas
(chagreros) que se dedican a espantar los animales
que hacen dao, principalmente aves, monos,
ardillas, tirndoles piedras con una guaraca
(especie de boleadora).
mirla negra.
bromear.
animal que se cuelga de su larga cola desde las
ramas de los rboles y que suele salir de noche a
llevarse las aves domsticas.
ceir con un chumbe o envolver a un beb.
persona recogida y criada dentro de una familia ajena.
revisar la tierra despus de la cosecha, para buscar
restos de comida; sin arrancar la mata, seguir la
raz hasta encontrar la comida (papa, ulluco, etc.);
sistema de cosechar, por ejemplo la yuca amarilla.
donde hay mucha culebra.
arcilla pisada que se utiliza para rellenar las cajas
formadas por los estantillos y las varas de las
paredes en las casas de bahareque.
huerta de cultivo que el terrajero poda trabajar
para su propio sustento dentro de la hacienda.
muy rpidamente.

[532] l a f u erz a d e l a g en te

escampadero lugar donde protegerse del agua y, en general, de


las inclemencias del clima.
espedn corte de csped con tierra que se hace al elaborar
eras, o en actividades agrcolas similares.
gamn persona que vive en la calle.
granizo canelo de pramo utilizado como aromtica.
guaicada pequeo valle transversal.
guango atado.
guayabilla planta rastrera de pramo de la que se usan las
hojas para hacer aguas aromticas.
impasse atolladero.
jechar madurar.
jecho maduro.
jigrada medida de cantidad que corresponde a una jigra o
mochila llena.
juetear fuetear; dar latigazos.
lancar ir a las ancas.
letrear leer o escribir las primeras letras.
macana instrumento de madera dura que se usa para
apretar la trama cuando se teje en telar; ver
tambin el dra.
macollar retoar, producir hijos (chupones en el caso del
caf, colinos en el del pltanos, etc.).
mallal palo eje del trapiche para moler caa panelera, que
lo hace mover.
mambe sustancia caliza que se obtiene de piedras, conchas
y otras, utilizada en la masticacin de la coca.
mangaje pago por el arriendo de una manga.
mauja tubrculo de color blanco o amarillo, con o sin ojo
negro.
mayora forma respetuosa de dirigirse o referirse a una
mujer de edad.
mejicano calabaza, vitoria.
minear trabajar en minera.
ovejo oveja o carnero.
paconga hierba tenida como maleza, usada por indgenas
para producir insecticidas.
pateador que da patadas.
plan tierras planas; terraza de vivienda; aterrazamiento.
posteadora serie de postes.
l a s l u c h a s d e l o s l t i m o s t e r r a j e r o s [533]

precautelativo precautelar.
puchicanga palito con mota de lana envuelta y amarrada en l,
de donde se saca la fibra para cardarla o hilarla.
quetenada las papas, maz, etc. ms grandes.
quicuyo pasto rastrero de clina fro.
ralladero instrumento para rallar yuca en el proceso de
produccin de almidn.
rebrujar escudriar; revolcar.
remesear comprar el mercado.
sabana pramo.
sobretana paja de pramo de hoja ancha para el techo
de las casas.
slido solitario.
sombrero pandereta tampalkuari, en lengua guambiana.
Sombrero tradicional de los guambianos, tejido en
caa brava por los hombres.
sorond rbol de tierra clida, de fuerte corteza, la cual se
usa para armarrar cercos, armar embovedados o
paredes, en las casas de bahareque.
tangao golpeado.
tarabas instrumento para hilar cabuya y hacer lazos;
estribos de madera y cuero.
trabajadero pequeo rancho utilizado temporalmente como
punto de apoyo en el desarrollo de actividades
agropecuarias.
ulluco tubrculo.
verraca/o difcil, duro, severo; persona muy fuerte o guapa
a l enfrentar cualquier situacin.
verraquillo palo con cuero amarrado en su punta, o perrero,
utilizado para fuetear.
yacoma tubrculo miniatura de color blanco o negro,
usado por mdicos tradicionales de algunos
pueblos indgenas.
yaguar pasto de tierra clida, acreditado como muy bueno
para lechera.
zaratano color de las plumas o piel de algunos animales,
que se distingue por presentar manchas de
distintos colores.
zoquear cortar una planta para que retoe.

[534] l a f u e rz a d e l a g e n te

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