A Cabeza Descalza
A Cabeza Descalza
A Cabeza Descalza
Brian Aldiss
Ttulo original: Barefoot in the head
Traduccin: Jess Gmez Garca
1969 by Brian W. Aldiss
1982 Ediciones Orbis S.A.
Apartado de Correos 35432 - Barcelona
ISBN: 84-7634-4562
Edicin digital: Carlos Palazn
Revisin: abur_chocolat
LIBRO PRIMERO
Hacia el norte
SIMPLEMENTE DE PASO
La ciudad estaba abierta a los nmadas.
Colin Charteris sali de su coche banshee en la plaza norte y se estir unos momentos,
desperezndose: nervios y huesos flexibles y proporcionados. El vehculo cruja y chasqueaba
a su lado como un pez en tierra; sus partes metlicas se enfriaban tras el largo viaje por las
autopistas de peaje europeas. Detrs de ambos se encontraba la antigua catedral, inmvil
aunque no yacente.
A su alrededor se desmoronaba la plaza. Gentes deprimidas caminaban por un callejn tan
sombro como ellas.
Charteris cogi la vieja cazadora del asiento trasero y se la ech por encima de los
hombros, pensando en la velocidad FTL 1 de los cuerpos-conductores en su viaje hacia el
desastre, moderno y chispeante. Se cubri tambin los ojos.
Era un hroe a los diecinueve aos: haba recorrido los dos mil doscientos kilmetros
desde Catanzaro, en el mar Jnico, hasta Metz, provincia de Moselle, Francia, en treinta horas,
sin sufrir por el camino ms que un raspn de un metro de longitud en la aleta delantera de
babor: herida recibida en duelo, beso de vida y muerte.
El sol se pona, bajo y plido, sobre St. Etienne, fundindose entre las motas de polvo que,
como insectos, punteaban uniformemente el aire. Necesitaba una cama, compaa,
conversacin quizs incluso una revelacin. No senta nada. Las pocas imgenes que le
llegaban vividas a la mente eran del pasado, el pan del ayer.
A la salida de Miln, una de las zonas irracionales de siempre, donde la autopista triple
converta la llanura lombarda en un diagrama geomtrico, su coche rojo haba pasado a
centmetros de un choque mltiple. Hoy da todos los choques eran mltiples.
Aquella imagen continu repitindose una y otra vez en su mente, entorpeciendo las
percepciones de los sentidos, confundiendo el pasado con el futuro: una rueda girando an
locamente, metal milimetrado y llamativo, barreras destrozadas, cosas con colmillos, crneos
astillados, luz solar aplicada como un denso maquillaje sobre los catargasmos imposiblemente
abandonados de la muerte.
Mientras se desperezaba en la plaza lo vea ocurrir an: velocidades fabulosas tragadas
repentinamente por la carne humana y automvil con aquella pereza despectiva de lo
superrpido, donde cualquier cosa ms veloz que la vista poda permanecer eternamente
vagando por los laberintos de la consciencia.
An moran y se divertan aquellos juerguistas en la urna mortuoria de la plaza de la
catedral de Metz: la infeccin se extenda, la vida vacilaba. En cuestin de poco tiempo ellos,
sus cuerpos, sus pedazos estaran embalados cuidadosamente entre mortajas de hospital, masa
que adornara de noche una sala de velatorio junto con las velas sencillas, la autopista
1
Iniciales de faster than light, ms rpido que la luz. (N. del Revisor Digital)
hasta el amargo final; su experiencia en las dos guerras mundiales anteriores les haba dado
valor para semejante tenacidad.
Al otro lado de la pared arruinada, una avenida innecesariamente amplia, alineada de
rboles, a cuyo extremo se encontraba el edificio de la Prefectura. Un polica a la vista. Una
farola despertndose entre las ramas desnudas de invierno de los rboles. Francia!
Volvindose a la habitacin, Charteris revis el mobiliario. Le pareci correcto que todos
sus elementos fueran espantosos: la patrona era consecuente. El lavabo era grotesco, la
disposicin de las luces francamente horrible, y la cama estaba diseada especficamente para
levantarse temprano.
Combien, M'amselle?
La muchacha le contest, espiando su reaccin. Dos mil seiscientos cincuenta francos, luz
incluida. Tuvo que hacerse repetir la cifra; su francs no era bueno y tampoco se haba
habituado a la ltima devaluacin.
Me quedo con la habitacin. Es usted de Metz, M'amselle?
No. Soy italiana.
Le embarg la satisfaccin, un sentimiento repentino de gratitud porque no todas las cosas
buenas hubieran sido consumidas. En esta habitacin podrida y sofocante, era como si
estuviera respirando de nuevo el aire de las montaas.
He vivido en Italia desde la guerra, al sur, en Catanzaro dijo l en italiano.
Yo soy del sur sonri ella, de Calabria; de un pueblecito montas que no habr
usted odo nombrar.
Dgamelo. Es posible que lo haya odo. All abajo trabajaba en la ORANUR. Me mov.
Ella le dijo el nombre del pueblo, y l no lo conoca. Se rieron.
Pero no haba odo nunca eso de ORANUR. Es un pueblo de Calabria? No?
l se volvi a rer, principalmente por el gusto de hacerlo y observar el efecto sobre ella.
La ORANUR es la Organizacin de Rehabilitacin, cuando es posible, y Alojamiento de
vctimas de la guerra, perteneciente a las Naciones Unidas Renovadas. All junto al mar Jnico
tenemos varios campamentos grandes.
La muchacha no le prestaba atencin.
Habla usted bien el italiano, pero no es de all. Es usted alemn?
Soy serbio Yugoslavo. No he estado en casa, en Serbia, desde nio. Ahora voy al
norte, a Inglaterra.
Mientras hablaba, oy que la patrona llamaba impaciente a la muchacha. sta fue hacia la
puerta, le sonri una sonrisa dulce y triste que pareca explicar su existencia y se fue.
Charteris dej la bolsa de mano sobre la mesa de bamb que haba bajo la ventana. Se
qued durante largo rato contemplando el lecho seco del ro; los desperdicios que se vean en
l lo hacan parecer una excavacin arqueolgica que hubiera descubierto los restos de una
civilizacin industrial anterior. Al fin, abri la cremallera de la bolsa pero no sac nada.
Cuando baj, la patrona trabajaba en el bar. Varias de las mesillas de la habitacin estaban
ocupadas por gente de la localidad, piezas de un rompecabezas. La sala era grande y triste; el
gran mostrador de madera oscura que estaba a un lado quedaba empequeecido y, de algn
modo, apartado de las funciones que deba cumplir: tabernculo del pernod. En un rincn de la
habitacin brillaba un receptor de televisin. La mayora de los presentes se las arreglaban
para beber sentados en posturas que les permitieran no perderlo de vista, como si fuera un
enemigo o, en el mejor de los casos, un amigo inseguro. Las nicas excepciones a esta norma
eran dos hombres, sentados a una mesa apartada; hablaban entre s con inters, descansando
las muecas sobre la mesa pero utilizando las manos para remarcar algunos puntos de la
conversacin. Ojos tristes, gestos imperiosos. Uno de ellos, que tena una barba minscula en
forma de mechn bajo el labio inferior, result ser el patrn.
Tras la mesa del patrn, en un rincn y junto a un radiador, haba una mesa mayor,
solemne, cubierta de diversos artculos de escritorio y de otros usos. Era la mesa de la patrona,
y a ella se retiraba a trabajar con las cuentas cuando no serva a los clientes desde detrs del
mostrador funereal. Atado al radiador se encontraba un perro joven, grande y sucio, que gema
a intervalos y cambiaba de posicin continuamente, como si el suelo estuviera recubierto de
polvo antiperros. La patrona le diriga suavemente la palabra de vez en cuando, pero
evidentemente tena puesta su atencin en otras cosas.
Charteris observ todo esto mientras beba un pernod sentado a una mesa junto a la pared,
esperando a que apareciera la criada. Aquellas gentes le parecan vctimas de un sistema
capitalista impracticable que se desmoronaba por la base. Estaban extintos dentro de sus ropas.
Al cabo de un rato, vino la muchacha de un servicio al otro de la sala y l la llam con un
gesto.
Cmo te llamas?
Angelina.
Yo Charteris. As es como me hago llamar. Es un nombre ingls, de un escritor. Me
gustara invitarte a comer fuera.
No termino hasta tarde a las diez.
Entonces, no duermes aqu?
Una parte de la suavidad de su rostro se desvaneci cuando la precaucin, incluso la
astucia, se sobrepuso a ella; de momento, pens l, no es ms que otra calentorra, pero seguro
que habra un montn de complicaciones para hacerlo aqu!
Puedes comprar cigarrillos o algo? dijo ella. S que me estn vigilando. Se supone
que no tengo que intimar con los clientes.
Se encogi de hombros. Ella se dirigi a la barra. Charteris contempl el movimiento de
las piernas, el bamboleo de las nalgas, intentando adivinar si tendra las bragas limpias o no.
Era escrupuloso. Las muchachas italianas se lavaban generalmente ms a conciencia que las
serbias. Piernas blancas asomando al otro lado de un parabrisas astillado. Angelina tom un
paquete de cigarrillos de un estante, lo puso encima de una bandeja y se lo llev. l lo cogi y
pag sin una palabra. Durante todo ese tiempo, el patrn no le quitaba ojo de encima: sus ojos
eran manchas en un rostro de ex combatiente francs.
Charteris se oblig a fumar uno de los cigarrillos. Eran miserables. A pesar de su
neutralidad en la Guerra de las Cabezas Drogadas, Francia habra sufrido escasez, como todo
el mundo. Charteris haba tenido suerte, consiguiendo ilegalmente cigarrillos de la ORANUR,
que le gustaban.
Mir la televisin. Nadaban rostros a la luz verde, hablando demasiado deprisa para que les
entendiera. Haba imgenes de excitacin en los admiradores de un campen del ciclismo, de
estrellas internacionales de la pantalla cenando en Pars, algo sobre la caza de un asesino en
algn sitio, hambre en Blgica, una huelga de profesores, una reina de belleza. Ni la menor
referencia a los dos continentes cubiertos de gentes alucinadas que ya no saban dnde
empezaba y dnde terminaba la realidad. Los franceses llevaban su neutralidad a todos los
aspectos de la vida, protegindose siempre de la realidad gracias a la TV.
Cuando Charteris termin su pernod se levant, se dirigi a la mesa de la patrona para
telaraa bioqumica.
Maana, respondiendo a ritmos circadianos internos, llegaran a otro tipo de relacin
mutua, y le parecera desplazarse a Inglaterra. La materia era una forma abstracta del
sndrome temporal, de modo muy semejante a como la televisin haba hecho posible que
Charteris imaginara carreras de bicicletas y paradas militares que, para l, tenan menos
substancia incluso que la pantalla refulgente. La materia era una alucinacin.
Record haber tenido una visin previa de esta iluminacin al entrar en el Htel des
invalides, aunque no poda reconstruir con exactitud su naturaleza.
Sigui sentado, inmvil. Si fuera as, si todo era una alucinacin, evidentemente no estaba
sentado a la mesa de este restaurante. Evidentemente no haba ningn plato de ternera
enfrindose ante l. Evidentemente no exista Metz. La autopista no era ms que una
proyeccin de intersecciones temporales en l, quizs una alegora fluyente de su propia vida.
Francia? La Tierra? Dnde estaba l? Qu era l?
Por terrible que fuera la respuesta, pareca ineludible. El hombre a quien llamaba Charteris
no era ms que otra manifestacin de un nodulo tiempo/emocin, sin ms realidad que el
restaurante o la autopista. Slo la propia telaraa perceptiva era real. l era la red en la que
Charteris, Metz, la Europa torturada, los destrozados continentes de Asia y Amrica, podan
tener una existencia, una existencia dudosa. l era Dios
Alguien le hablaba. En forma vaga y distante se dio cuenta de que un camarero le
preguntaba si se poda llevar ya el plato. El camarero deba de ser el Oscuro, intentando acabar
con su Reino. Hizo al hombre gesto de que se fuera, diciendo algo con el pensamiento ausente.
Mucho ms tarde se dio cuenta de que haba hablado en serbio, la lengua materna que nunca
utilizaba.
El restaurante estaba cerrando. Ech unos francos sobre la mesa y sali tambalendose a la
noche, recuperando poco a poco la consciencia de s mismo al aire libre.
Se estremeca ante la intensidad de la terrorfica visin. Haba sido Dios durante lo que
pareca haber sido un instante. Descansando contra una pared de piedra medio derruida, cuya
textura conformaba la superficie de sus dedos, oy que el reloj de la catedral empezaba a dar
campanadas y se dedic automticamente a contarlas. Eran las diez, segn el horario que
utilizaran aqu, fuera el que fuese. Haba permanecido dos horas en una especie de trance.
En el campamento de las afueras de Catanzaro, la ORANUR alojaba a diez mil hombres y
mujeres. La mayora eran rusos, trados del Cucaso. Charteris haba conseguido trabajo en el
equipo de rehabilitacin gracias a su dominio del ruso, en muchos aspectos casi idntico a su
lengua materna.
Las diez mil personas no causaban muchos problemas; la mayora estaban confinadas en
los limitados territorios de sus propias mentes. Las bombas APQ haban resultado ser armas
ideales. Las drogas psicodlicas inventadas por el estado rabe carecan de sabor, de olor y de
color y, por lo tanto, eran prcticamente indetectables. Se fabricaban a bajo coste y se lanzaban
fcilmente. Su efectividad era idntica se asimilara por la respiracin, en la bebida o a travs
de los poros de la piel. Eran enormemente potentes. Los efectos secundarios, dependiendo de
la cantidad asimilada, podan llegar a durar toda la vida.
As que los diez mil vagaban por el campamento sonriendo, rindose, frunciendo el ceo,
murmurando, an tan confusos como inmediatamente despus del bombardeo. Algunos se
recuperaban. Otros, al cabo de los meses, presentaban cambios depresivos en el carcter.
Quienes les guardaban no eran inmunes a ello.
El metabolismo humano no degradaba lo ms mnimo las drogas en su paso por el cuerpo.
Las heces tenan que ser recogidas cuidadosamente lo cual era en s mismo una empresa
importante, estando entre personas que ya no eran responsables de sus propias acciones para
los vivos muertos. Al cabo de uno o dos minutos el patrn abri la puerta desde dentro y sali
al umbral en mangas de camisa. Se acarici el pequeo mechn de barba y asinti para s,
como si hubiera confirmado algo importante.
Ha tenido suerte de que an estuviera levantado, monsieur. Mi mujer no quiere que la
molesten despus de cerrar. Mi amigo y yo estbamos combatiendo algunas de nuestras
antiguas campaas antes de irnos a dormir.
Probablemente yo he estado haciendo lo mismo.
Es usted demasiado joven! No me refiero a los apestosos rabes, muchacho, sino a los
alemanes. Esta misma ciudad estuvo antao en poder de los alemanes. Lo saba?
Subi a su habitacin. Estaba llena de ruido. Al acercarse a la ventana y mirar por ella, vio
que haban abierto una esclusa sobre el lecho seco del ro. El fondo estaba lleno de agua que
flua por sobre el cadver del coche y las dems basuras, empujndolas lentamente en la
direccin de la corriente. Durante toda la larga noche, Charteris durmi mal por el ruido del
agua al limpiar el curso del ro.
Por la maana se levant temprano, se bebi indiferente el primer caf del da de la patrona
y pag la factura. Angelina no apareci. Tena la cabeza clara, pero el mundo pareca menos
sustancial que antes. Algo se desperazaba y se despertaba en l, haciendo que el mismsimo
suelo que pisaba pareciera traicionero, como si sobre l se arrastraran serpientes invisibles. No
poda decidir si se encontraba al borde de la verdad o de la ilusin, o bien al de una alternativa
de ambas, an no captada. Lo nico de lo que estaba seguro era su ansiedad por escapar de los
antiguos cuadros que representaban batallas y de los olores rancios de tabaco de mala calidad.
Llevando al coche la bolsa de mano subi, se at el cinturn de seguridad y condujo
alrededor de la catedral hasta la autopista, que ya ruga de trfico. Se dirigi a la costa,
dejando atrs Metz a velocidad gradualmente creciente, hacia la Inglaterra que imaginaba.
D e noch e
De noche
duermen las calles
Yo me hago el dormido
junto a la mayor de las cloacas.
El reloj de la torre
da las doce. S, eso es
bastante cierto. Cmo era la cancin?
Un hombre que camina por
los campos, vagando entre las peonias.
Oh, Serbia, tengo otro nombre
todas las cosas tienen otros nombres.
Pero acaso cambian por ello?
Pero acaso cambian por ello
como yo he cambiado?
Busca el hogar de su amada
Esperemos que los muelles de su cama
no rechinen!
De noche
duermen las calles,
los muelles rechinan
y yo vago por los campos
de las doce
buscando el hogar,
el hogar donde se baila.
L a ch ica d el hote l
Abierta la ciudad para los nmadas
estaba. Y las gotas de la fuente
los labios de la chica del hotel
salpicaban. Mas para el peregrino
que all hospedse nada tuvo ella.
Y su factura se qued sin pago.
Para ella un da ya no fue un extrao:
en el coche se dej besar por l
y luego el beso fuerte fue de noche;
ahora el beso es abrazo cada noche
a troche y moche derroche en el coche.
El viajero cant su amor por ella
y a la ciudad que ahora su crcel era.
Zimm er N . 20
De La Patrie las glorias adornando escaleras
se ven en los retratos de lienzo o tela rancia.
Representan ejrcitos que luchan como fieras:
para la zimmer 20 carece de importancia.
En esta cama bulle la lucha de las dudas.
Ro seco y viejas sbanas: resulta familiar.
La zimmer 20 suelta carcajadas desnudas,
porque qu importancia le podra ella dar?
Le hablara de mi infancia y en mi idioma materno,
o bien con las plegarias antiguas de mi ta.
Esta ciudad no es ms que el fondo del infierno,
pero a la zimmer 20 le ha importado algn da?
Parece que a la zimmer 20 le importa a veces.
Las esclusas al agua de nuevo se abrirn
de noche y dejarn en el ro ms heces.
No son buenos catlicos en la ciudad podrida
de Metz. Y el M'sieu se aferra a la bebida
Seguramente son mejor gente en Miln.
Tras las otras ventanas, neutralidad que miente.
La de mi zimmer 20 no se abre cuando salgo
a empaar el cristal llorando amargamente.
Quin es la zimmer 20? Acaso me importa algo?
LA SERPIENTE DE KUNDALINI
En el puerto francs parecan escpticos, sonrean, asentan, semejantes a algo marchito,
caminando tras los mostradores mecnicamente. l, por su parte, se detuvo y mostr los
papeles de la ORANUR que ms tarde, durante el viaje en el transbordador a Inglaterra,
entreg al cuidado de las aguas furtivas.
Al final le permitieron pasar, dejndole claro que le costara ms trabajo volver a entrar una
vez hubiera salido. De momento no tena nada que declarar.
Cuando la costa y la aduana francesas quedaron atrs, se durmi.
Al despertarse Charteris, el barco haba anclado ya en el puerto de Dover y no quedaba a
bordo nadie ms que l. Incluso la tripulacin haba bajado a tierra. Acantilados grises se
cernan por encima de la nave. Los muelles y el mar estaban desiertos. El vaco pareca ms
vano por la piel transparente de sol primaveral temprano que lo cubra uniformemente.
Las formas extraas de los muelles y cobertizos no aportaban ms realidad al aspecto de
las cosas.
En uno de los puestos de aduana que haba sobre el muelle se encontraba, de pie, un
hombre que llevaba un jersey azul y tena los brazos cruzados. Charteris le vio cuando iba a
bajar por la pasarela, y se detuvo con la mano apoyada en la baranda. El hombre hubiera
podido fcilmente pasar desapercibido; al fin y al cabo, estaba quiz a treinta metros de
distancia. Pero como consecuencia de algn curioso efecto acstico provocado por la vacuidad
del barracn y por la gran muralla del acantilado, todos y cada uno de los sonidos que haca
llegaban a Charteris amplificados.
Se detuvo entre el barco y la tierra, oyendo el leve crujido de las mangas del hombre
cuando volvi a cruzar los brazos, oyendo el flujo intenso del aire al entrar en sus pulmones,
oyendo el movimiento infinitesimal de los pies en el interior de las botas, oyendo el reloj al
marcar uno tras otro los cargados segundos del da.
Charteris descendi muy despacio al muelle y comenz a caminar hacia los distantes
mostradores, pisando grandes flechas pintadas en amarillo y carteles que carecan de
significado para l, que le reducan a un nmero en un diagrama. El agua segua tendida
plidamente a su izquierda. La direccin que haba tomado le hara pasar cerca del hombre que
esperaba.
El ruido que haca el hombre que esperaba creci.
An le acompaaba la nueva visin del universo que haba captado en Metz. Todos los
otros seres humanos eran smbolos, ndulos de una estructura inmensa. Este smbolo de
hombre que esperaba poda ser la muerte. Haba venido a Inglaterra en busca de otras cosas:
un sueo, muchachas de muslos blancos la fe, quiz. Inglaterra: el milln destrozado de
monarquas privadas e individuos de mentes arruinadas.
Esta falta de vida que siento pasar se dijo en voz alta.
El hombre que esperaba resopl a modo de respuesta: una contestacin inteligente y
mentirosa, pens Charteris. Las imgenes de muertes automviles haban desaparecido de la
olla a presin de su mente. Lmpido acero inoxidable. Vaco. Una bandada de gaviotas blancas
de cabezas negras, que giraban como cojinetes a bolas, se lanz desde la parte alta del
acantilado, plane frente a Charteris y cay al mar. Se hundieron como piedras. Una nube
cubri el sol y de inmediato el agua adopt el tono de marrn ms parecido al negro.
Lleg a la barrera. Al abrirla y pasar al otro lado dejaron de orse los ruidos que haca el
hombre que esperaba. Su ambicin de aos era el estar aqu. La libertad del padre y de la
patria. Charteris se arrodill para besar el suelo; al doblar las piernas, mir atrs y vio,
encorvado sobre una de las flechas amarillas, su propio cuerpo. Se puso en pie de un salto y
continu. Record lo que deca Gurdjief: el apego a las cosas mantiene vivos un millar de yos
intiles en el hombre; estos yos deben morir para que pueda nacer el gran yo. Las imgenes
muertas le iban dejando. Pronto nacera.
Temblaba. Nadie quiere cambiar.
La ciudad era ancha y prolongada. Las ventanas y la pintura de las fachadas eran muy
inglesas, pens Charteris. Los espacios que quedaban entre los edificios le resultaban tambin
extraos. Se oy decir a s mismo que la arquitectura era algo esencialmente cintico; y que la
fotografa haba acabado con su verdadera substancia porque la gente se haba acostumbrado a
estudiar los edificios en papeles en vez de a caminar entre ellos para verlos en relacin con
otros objetos urbanos. Del mismo modo haba muerto tambin la verdadera substancia de lo
humano. Slo se poda percibir en movimiento, y gracias a l. Movimiento. l haba huido del
estancamiento de la ciudad de sus padres, Kragujevac; de su falta de alternativas y de
movimiento.
Consciente de lo dramtico del momento, se detuvo con las manos sobre el pecho,
susurrndose Zbogom!, pues haba recibido una revelacin. Una filosofa del movimiento
Las ciencias semejantes a la fotografa deban ser utilizadas para otros propsitos, y el
movimiento deba ser una expresin de la quietud. Las gaviotas se alzan de un mar inmvil.
Una ciudad rocosa del continente al modo tradicional de Europa, gris y generoso, con
amplias avenidas y pequeos callejones serpenteantes quizs una ciudad alemana, quiz
Ginebra, quiz Bruselas. Llegaba a ella en una caravana motorizada, dirigindola, hablando en
un idioma incomprensible, dejndose adorar. Movimiento. Y una chica inglesa, triste, abriendo
los muslos blancos, mostrando el vello como hiedra sobre una pared encalada, el aplauso de
una multitud de gaviotas, playas, la noche gruendo con el poder de un levantador de pesos.
Luego se fue la visin.
Simultneamente, todo el mundo empez a moverse en la calle de Dover. Hasta este
momento haban parecido estticos, helados, unidimensionales. Ahora el movimiento les dio
vida, y continuaron su camino.
Caminando por entre sus trayectorias not lo diversos que eran. Se haba imaginado a los
ingleses esencialmente como una raza septentrional de piel blanca, entre la que las personas de
cabello negro supondran un contraste sorprendente. Pero estas gentes no eran tan definidas:
mestizos, de tonos de piel variados, con los rasgos desdibujados por continuos matrimonios
mixtos, muchos de baja estatura y facciones indefinidas, y entre ellos abundantes judos y
negros. Las ropas mostraban tambin una variedad ms amplia y desordenada de la que haba
encontrado en otros pases, incluso en su propia Serbia.
Aunque estas gentes no hacan nada fuera de lo corriente, Charteris saba que el hlito
enloquecido de la guerra haba llegado tambin aqu. Las bombas de burda fabricacin se
haban dejado caer de las grises nubes de Inglaterra; y los ojos acuosos que se volvan a l
contenan una gota de locura. Crey que an poda or la respiracin del hombre que esperaba;
pero, al prestar ms atencin, se dio cuenta de que la gente que le rodeaba estaba susurrando
su nombre y ms.
Charteris! Colin Charteris bonito nombre para un yugo!
No se haba ido a vivir a Metz?
Charteris pretende haber cruzado a nado el Canal para venir.
Qu ha venido a hacer aqu Charteris? Cre que iba a Escocia!
Visteis cmo besaba Charteris el suelo? El muy chulo!
Por qu no te quedaste en Francia, Charteris? No sabes que es un pas neutral?
Vamos, querida, Charteris viol a una chica en Francia! dijo una mujer, tomando de
la mano a su hija y llevndola apresuradamente a una carnicera.
El carnicero se apoy en el mostrador, sosteniendo una gran pierna enrojecida en la mano,
y la abati salvajemente contra la cabeza de la muchacha Charteris mir hacia all
bruscamente y vio que el carnicero estaba simplemente colgando de un gancho una barra de
roja mortadela de Bolonia. Los ojos le traicionaban. Probablemente no se poda fiar tampoco
del odo. Las flechas le seguan preocupando.
Ansioso por alejarse de los susurros, reales o imaginarios, anduvo por una calle comercial
que ascenda en pendiente. Tres chicas iban delante de l vistiendo faldas muy cortas.
Andando ms despacio pudo estudiarles las piernas, que eran muy bonitas. La que iba ms
cerca de la calzada, especialmente, las tena extraordinariamente bien formadas. Admir los
tobillos, las pantorrillas, los hoyuelos de detrs de las rodillas, los muslos; y sigui con la
imaginacin su continuidad lgica hasta las nalgas que sobresalan sensualmente como
frutillas en sazn. De nuevo el movimiento, pens: sin ese hlito de vida, no seran ms
interesantes que la carne del carnicero.
Se alz en l una necesidad abrumadora de mostrarse a ellas. Slo pudo combatirla
volvindose para entrar en una tienda. Era otra carnicera: l mismo colgaba, desnudo, blanco
y rgido, de un gancho, con las manos y los pies color de rosa. Mir directamente y vio que se
trataba de un cerdo eviscerado. Pero, al salir de la tienda, not que otro de sus yos desechados
le abandonaba y se apoyaba en el mostrador sin vida.
Bien, entonces
Hay una nueva generacin! grit el hombre, mientras l avanzaba. Y yo formo
parte de ella!
Se alej rodando muy, muy lentamente, y las brillantes flechas amarillas iban lamiendo el
camino por debajo del cap. TENEZ LA GAUCHE. LINKS FAHREN. CONDUZCA POR LA
IZQUIERDA. CERVECERA WATNEY. La gran puerta se abri y l no sinti ms que amor. Salud
con un gesto al hombre que abri la puerta; ste le devolvi la mirada con sospecha.
Inglaterra! Hermano, andamos por donde anduvo El Santo!
Los grandes edificios de delante, toscos y blancos, parecieron quedarse quietos. Se volvi
y mir temerosamente al barco donde qu era l? Sobre el cemento hmedo, agachado
sobre una de las flechas, se encontraba uno de sus yos, como en la visin, desechado.
Slo ahora record claramente los detalles de la visin. Hasta qu punto una ilusin era
irreal, hasta qu punto una clase ms lmpida de verdad?
Record la Inglaterra que imaginaba, extrada de docenas de libros de El Santo. Un lugar
descuidado lleno de hampones, enfermeras, policas, chabolas, muelles neblinosos, grandes
casas llenas de las vulnerables joyas de mujeres hermosas. Este lugar no era aqul. Bien, como
dijo el hombre, haba habido una guerra, una dislocacin. Contempl la gente de estas calles.
Las pocas mujeres que se vean andaban deprisa y furtivamente junto a las paredes, vestidas en
forma pobre y desordenada. Ni una enfermera entre ellas. Los hombres no movan un
msculo. Los sexos ingleses haban recibido la maldicin de una actividad alternativa. Los
hombres esperaban y fumaban en grupos pequeos, sin hablar; las mujeres, solas, caminaban
apresuradamente. Vio en los ojos los hmedos reflejos de la locura. Las pupilas centelleaban
en su direccin como faros animales, brillando felinamente: verdes las de las mujeres, rojas las
de los hombres, como las de los perros lobos o las de algn animal nuevo.
Charteris sinti algo de miedo.
Ir a Escocia se dijo.
Bombardeo de imgenes. Estaba equivocndose de destino: jams llegara all. Algo le
haba ocurrido le ocurrira. Haba ocurrido y l, aqu y ahora, no era ms que una imagen
pasada de s mismo, quizs una imagen muerta, quizs uno de los yos desechados que segn
Gurdjief deban ser dejados atrs antes de que el hombre pudiera despertarse a la verdadera
consciencia.
Lleg al cruce en donde, en su visin, haba girado para caminar por la empinada calle
comercial. Charteris gir decididamente el volante y aceler por la pendiente. Algo le hizo
mirar repentinamente por encima del hombro. Un banshee rojo conducido por l mismo se
haba dividido en dos partes, y la otra enfilaba la otra calle. Llevaba a Escocia, o a Nido de
Amor? Su otro yo le devolvi la mirada durante slo un instante, con las pupilas brillando
rojas y felinas, sin expresin, y los dientes a la vista como los de un lobo al gruir.
Me alegro de perder ese yo, pens.
Mientras suba la pendiente iba buscando a tres chicas con minifalda y una carnicera. Pero
la gente era del tipo de las multitudes desastradas de la posguerra, y la mayora de las tiendas
estaban cerradas: todo infinitamente ms triste que la visin, por muy terrible que hubiera
sido. Le haba asustado? Estaba seguro de que aceptaba lo extrao de la nueva situacin. El
materialismo tena el corazn atravesado por una bala de plata alucingena; lo incalculable
haba iniciado su vuelo vamprico. Los tiempos le pertenecan.
Ya perciba un conocimiento ms desapegado de s mismo. Esta nueva fase de la vida haba
fermentado all abajo, en el sur de Italia, en el campo de rehabilitacin de vctimas eslavas,
lejos del techo paterno. En el campamento se haba visto obligado a vagar entre transtornados
mentales y haba aprendido que la cordura tena muchas alternativas, cuestin de gusto
personal.
Del caos de su revolucin cultural surga el orden. Empezaba a creer que su punto fuerte
era la accin dirigida por la filosofa. No era del tipo introspectivo; por otra parte, tampoco era
una persona simplemente activa. Los otros yos deban de ser hojas del mismo rbol.
Pero, a dnde llevaban tales pensamientos? Algo le haca moverse: quiz slo los
productos qumicos diablicos al aumentar su dominio de l, pero necesitaba saber a dnde
iba. Le sera til para ello examinar uno de sus yos desechados, si eso fuera posible. Al llegar a
lo alto de la pendiente, vio que segua aferrado a la barandilla, mirando al mar. Detuvo el
coche.
Objetos monstruosos giraban en el firmamento mientras se diriga a la figura.
Su odo se agudiz sobrenaturalmente. Aunque sus propios pasos parecan distantes, senta
como muy cercanos el flujo enorme de su respiracin, el tictac del reloj, el rozar oculto de su
cuerpo contra la ropa. Como dijo aquel hombre, haba habido una guerra, una dislocacin.
En el momento en que alzaba la mano para tocar en el hombro a su yo gurdjiefiano, se vio
obligado a detenerla en mitad del movimiento al ver algo que se mova en el mar. Durante un
instante lo confundi con algn tipo nuevo de mquina o de animal, hasta que se aclar, bajo
su mirada de asombro, resultando ser un barco, un transbordador de coches que se aproximaba
al puerto. En la cubierta de paseo se vio a s mismo, de pie, lejano e inmvil.
La figura que haba ante l se dio la vuelta. Tena los dientes rotos en una boca de forma
indefinida, y los ojos de pupilas negras estaban encerrados por unos prpados hinchados. La
nariz era chata y respingona, la piel floja y descolorida, el cabello tan corto y apretado como el
terciopelo. Era el hombre que esperaba. Le sonri.
Le estaba esperando, Charteris!
Lo mismo parece que hacan ah abajo, en la ciudad.
No tiene usted hijos, verdad?
No, ni mucho menos; pero mis antepasados llegan hasta el hombre de las cavernas.
Si no le agrada hablar conmigo dgamelo, por favor. Creo que su respuesta indica que es
usted un seguidor de Gurdjief, no es as?
Una suposicin muy aguda! En realidad de Ouspensky. Los dos vienen a ser el
mismo pero Gurdjief dice muchas tonteras.
Supongo que le habr ledo usted en el original, no?
Qu original?
As que se dar cuenta de que los mismsimos tiempos que vivimos son algo
gurdjiefianos, eh? Quiero decir, que los propios tiempos que corren dicen tonteras pero esa
clase de tonteras que, al mismo tiempo, nos hacen sentirnos escpticos con respecto a la
antigua definicin de locura.
No haba ninguna definicin de eso. Nunca la hubo. Se van haciendo segn conviene.
Usted no es ms que un cro! No lo entendera. Hay definiciones para todo, una vez que
se conocen.
Ahora Charteris no se senta siquiera aprensivo, aunque le lata rpidamente el pulso. En el
muelle, muy abajo, se poda ver a s mismo subiendo al banshee y conduciendo hacia la
barraca de la aduana.
Debo seguir camino dijo seriamente. Como dira El Santo, tengo una cita con el
destino. Busco un lugar llamado haba olvidado el nombre; aquella imagen se cancelaba a
s misma.
Mi casa est a un tiro de piedra de aqu.
Prefiero que me tiren algo ms blando.
Dentro no hay peligro, y a mi hija le gustara conocerle. Venga a descansar un rato,
sintase bienvenido a Inglaterra.
Dud. Llegara un momento podra incluso estar cercano en que todas las puertas de
la casa le estaran cerradas; caera muerto y sera olvidado y continuara para siempre
mirando por la ventana a la oscuridad del jardn. Con un sencillo gesto de aceptacin qu
fcil segua siendo mover el cuello en el cuerpo lubricado ayud a entrar en el coche al
hombre y le pidi que le dirigiera a su casa.
Era un barrio de clase media, pero distinto a cualquiera que hubiera visitado antes. Por
todas partes se vean calles flanqueadas de casas y chals pequeos y limpios; callejas
menores surgan en curva de ellas y se volvan a unir ms adelante, terminada su rebelin.
Todo tena carteles con nombres vegetales: calle de la Selva Frondosa, calle del Valle Verde,
callejn del Cardo, camino de la Col, avenida de la Amapola, Rincn del Roble, Jardn del
Jazmn, avenida del Arbusto, Paso del Peral, Encrucijada del Eucalipto, Jardn del Geranio
Grande. Cada vivienda estaba provista de una pequea superficie de jardn, a menudo con una
decoracin rstica y figurillas de piedra en el csped. Incluso los chals ms pequeos tenan
nombres grandilocuentes, que los relacionaban con una naturaleza verde y mtica que antao
existi en la leyenda: Arboles Altos, Rolling Stones, Las Pezuas de Pan, Vista Ocenica, Las
Piedras de Neptuno, Los Helechos, Villa Bella, Villa Valle, Mi Espesura, Soledad, Las
Adelfas, Nuestros Nogales, El Laurel de Laura, Florabunda.
En qu clase de mundo de fantasa vive esta gente? se molest Charteris.
Si lo pregunta usted en serio, yo dira que en la seguridad disfrazada de peligro leve.
En Yugoslavia no estamos autorizados a tener este tipo de propiedad privada. Es una
ofensa al Estado.
No se preocupe! Este modo de vivir est muerto; la guerra lo ha matado. Los valores
sobre los que se erigi esta minicivilizacin han sido barridos del mapa aunque la mayora
de los vecinos no se da cuenta de ello todava. Yo mantengo el fingimiento por mi hija.
El hombre que esperaba empez a respirar de un modo especial. Charteris le mir con
curiosidad por el rabillo del ojo, porque le pareci que el hombre estaba llevando a cabo una
imitacin bastante exacta de la respiracin de su hija. Tan buena, que virtualmente se le
apareci la muchacha entre ambos; result ser, para satisfaccin de Charteris, una de las tres
chicas en minifalda que haba admirado sinceramente mientras suba aquella pendiente, y
tendra quizs un ao menos que l. La ilusin dur slo una fraccin de segundo, y luego el
hombre que esperaba volvi a respirar con naturalidad.
Debe acabarse con todo fingimiento! dijo Charteris. Quiz es para lograrlo para lo
que he venido a este pas. Aunque no nos conocemos y quiz deberamos hablar con ms
formalidad, no tengo ms remedio que decirle que estoy profundamente convencido de que en
el hombre hay latente una fuerza extraa que se puede despertar.
Kundalini! D la vuelta por ah, por la calle del Parque de las Petunias
Cmo?
Que gire a la izquierda.
Qu otra cosa ha dicho? Creo que era un juramento
Kundalini. Amigo mo, no conoce usted a Gurdjief tan bien como pretende. La literatura
El hombre que esperaba estaba afanndose con los cacharros en una pequea cocina en la
parte posterior; la casa estaba pintada en verde y crema, con todas las superficies cubiertas de
algo estampado y, en un calendario, un cuadro que representaba a dos personas descansando
en un campo. Detrs de las posturas heladas de ambos se escapaban ovejas de un corral,
dispersndose por el trigal para pacer en l, satisfechas.
Mi hija volver pronto.
El hombre que esperaba conect una pequea radio de forma rechoncha y modernista,
verde y crema, de la cual surgi la voz melosa de un pinchadiscos:
Y ahora, para aquellos que gustan de las cosas buenas de la vida, vamos a escuchar el
gran sonido de todos los tiempos de uno de los grandes conjuntos de todos los tiempos;
relajaos en el silln, porque lo vamos a poner especialmente para la ta Flora y sus hijos, de
Vista de la Nostalgia, El Cruce N 5, Barrio Alto, Scrawley, en Bedfordshire Lo habis
adivinado: el grande e inmortal sonido de la orquesta de Glenn Miller, interpretando Serenata
a la luz de la Luna.
Fuera, en el jardn, revoloteaban las avecillas del invierno.
Sonido de todos los tiempos Le gusta la msica? pregunt el hombre que
esperaba, marcando el ritmo mientras observaba la msica dulzona que surga de la boca de la
cafetera y se esparca por el techo envejecido. Mi hija no est en casa. Espero que vuelva
pronto. Por qu no se queda usted con nosotros algn tiempo? Hay una habitacin libre muy
agradable en el piso de arriba un poco pequea, pero bonita. Nunca se sabe se podra
enamorar usted de ella.
Record el primer temor que le haba embargado con respecto al hombre que esperaba: el
de que le detuviera en la aduana. Ahora, ms sutilmente, se volva a llevar a cabo un intento de
retencin.
Y usted, es seguidor de Gurdjief? pregunt Charteris.
Era un muchacho bastante desagradable, verdad? Pero era un mago, un buen gua para
estos tiempos alucinados.
Quiero despertar una fuerza extraa que percibo dentro de m, pero usted dice que es
Kundalini y que Gurdjief advierte que no se la despierte, es eso?
Exactamente! Desde luego! Gurdjief dice que el hombre debe despertarse, pero la
serpiente debe seguir durmiendo prepar el caf meticulosamente, utilizando leche
condensada de un tubo etiquetado Ideal. Ya sabe, todos llevamos dentro una serpiente!
ri.
Eso dice usted. Tambin tenemos motivos que hacen racional nuestra conducta, y no
tienen nada que ver con las serpientes.
El hombre que esperaba volvi a rerse ofensivamente.
No se ra as! Quiere que le cuente la historia de mi vida? amenaz Charteris.
El hombre se diverta.
Es usted demasiado joven para tener una vida! dej caer pldoras de sacarina en el
caf.
Al contrario! Ya me he desprendido de muchas ilusiones. Mi padre era un albail que
trabajaba la piedra. Todo el mundo le respetaba. Era grande, fuerte, spero y duro. Todo el
mundo deca que era un buen hombre. Era comunista desde siempre, una persona poderosa en
el Partido.
Cuando yo era nio, la generacin joven se rebel. Queran expulsar a los comunistas
antiguos. Se alzaron los estudiantes por todas partes, diciendo: Basta de esa propaganda
anticuada! Dejad que vivamos nuestras propias vidas!; y en los colegios decan: Dejad de
ensearnos propaganda! Dadnos hechos!. Sabe lo que hizo mi padre?
Tmese el caf y cllese!
Hablo con usted! Mi padre sali abiertamente a enfrentarse a los estudiantes. Le
abuchearon, pero habl. Camaradas, dijo, tenis razn en protestar; la juventud debe
protestar siempre. Me alegro de que hayis tenido el valor de hablar, porque hace mucho
tiempo que pienso en secreto como vosotros. Ahora que tengo vuestro respaldo, cambiar las
cosas. Dejadme hacer!. Eso le o decir, y me enorgullec de l.
Y ahora oa al conjunto de todos los tiempos, nunca muerto.
En ese momento me convert yo mismo en un fantico. Desde luego, mi padre hizo
cambios. Todo el mundo dijo que haban vencido los jvenes idealistas, y en los colegios
ensearon que el Comunismo antiguo estaba muy bien, pero que el nuevo estilo de negacin
de la propaganda era mejor. Los jvenes cabecillas de la revolucin recibieron en seguida
buenos trabajos. Fue maravilloso.
No me interesa la poltica dijo el hombre que esperaba, revolviendo el caf. Le
gusta la msica?
Hace cinco aos tuve mi primera chica. Dijo que me iba a contar un secreto. Formaba
parte de un grupo de chicos y chicas revolucionarios. Queran cambiar las cosas para poder
vivir libremente sus vidas, y queran que la propaganda desapareciera de los colegios y de los
peridicos. Estaban decididos a expulsar a los Nuevos Comunistas.
Para m aquello supuso una grave crisis! Me di cuenta de que el comunismo no era ms
que un procedimiento para conservar lo que se tena, y en eso no mejor que el capitalismo. Y
me di cuenta de que mi padre era slo un gran fraude Un oportunista, no un idealista. A
partir de entonces, supe que tena que irme para vivir mi propia vida.
El hombre que esperaba ense los sucios dientes.
Eso me interesa incluso menos que lo que le contaba sobre la serpiente. Creo que tendr
que admitirlo: no hay nada semejante a una vida propia.
Entonces qu es esa serpiente de Kundalini? Vamos, sultelo o bien podra abrirle la
cabeza con la cafetera; no me costara trabajo.
Es una cafetera elctrica!
No me importa!
Ante esta demostracin de la temeridad de Charteris, el hombre que esperaba se ech atrs
y cogi una pildora de sacarina.
Bbase el caf mientras est caliente dijo. Olvide a su padre es algo que todos
tenemos que hacer. S, seor, es una de las mejores canciones al estilo de Miller. Ahora viene
un cambio de ritmo magnfico
Charteris perciba una presin creciente en su interior. Algo le respiraba cerca de la oreja
izquierda y se escabulla sigilosamente.
Conteste a mi pregunta! dijo.
Bien, segn Gurdjief la serpiente es el poder de la imaginacin; el poder de la fantasa,
asumiendo en la realidad una funcin. Me entiende? Cuando un hombre suea en vez de
actuar, cuando se imagina a s mismo como un gila enorme o un gran mago es que la
fuerza de Kundalini est actuando en su interior.
E l tiem po n u n ca p as a
Has de tener en cuenta
que las camas se deshacen y las faldas se arrugan,
que los setos crecen y devienen rboles,
que los cines cierran y las tiendas de coches
venden el ltimo Ford que quedaba.
Todo se va, todo se acaba
pero el tiempo nunca pasa.
Y cuando joden los verdaderos amantes
la novedad se gasta, el asunto termina,
el perfume se esfuma en el aire,
la moneda brillante que rueda se oxida,
el avaro olvida el tesoro que guardaba.
Todo se va, todo se acaba
pero el tiempo nunca pasa.
Los relojes se mueven, sin duda,
pero el tiempo es un algo mucho ms consistente:
algo inmvil. Utiliza el reloj si prefieres,
pero cada segundo es un segundo ms permanente.
Fjate bien y te quedars asombrado:
hay siglos en cada minuto.
Es de nuevo la historia de siempre:
lo secundario cambia, las cosas se mueven,
el conjunto parece desdibujarse hasta la nada,
los hombres corren hacia sus atades
tanto si la gente les quera como si les odiaba.
Todo se va, todo se acaba
pero el tiempo nunca pasa.
ORQUESTA PERMANENTE DE NOVA SCOTIA
Ros em ary m e ab an d on
Tras los edificios los edificios
vuelven a empezar.
Tras las grabaciones las viejas grabaciones
vuelven a sonar.
Es casi triste, casi seguro,
sabor amargo tiene.
Las cosas pasadas harn an mayor
la amenaza de la hora que viene.
corriendo.
Es que quiere provocar un choque o algo as? le grit Charteris.
Vena usted corriendo de verdad, amigo, tomando esa curva como si quisiera romper una
condenada marca de velocidad. Puede darme un viaje, que tengo una avera?
Pareca tener en efecto una avera, como todos los ingleses que ahora prcticamente
celebraban los efectos secundarios de la Guerra de las Cabezas Drogadas; vesta una camisa de
estampado horrible con coderas y hombreras de cuero gastadas y sin corbata, los ojos
fosforescentes en el rostro grueso y moteado como si anidaran mejillones en sus mejillas.
Digo que si me puede dar un viaje. Va por casualidad al norte?
La dificultad del ritmo del ingls. No aquellas palabras sencillas, aprendidas tanto tiempo
atrs de memoria cuando El Santo, arrogante, se meta en la cabina del mandams de los
delincuentes, pistola en mano, sino slo la dificultad de entenderlas odas de palabra.
S, voy al norte. A dnde quiere ir, exactamente?
A dnde va usted?
Yo eh donde el cactus de navidad florece, y las flores de Angelina
Vaya, otro colocado del todo Oye, chico, no ser peligroso ir contigo?
Perdneme yo son ellos mire s le llevo al norte, slo estoy un poco confuso por adonde
quiera ir voy, por qu no?
No poda pensar linealmente, no poda enfocar correctamente aunque apuntaba su mente al
blanco las balas del pensamiento estaban multifotografiadas y seguan volviendo y los rebotes
aleatorios volvan una y otra vez como aquella imagen magnfica que quiz pensaba le
disparaba de su futuro y por qu no, si la visin de Metz representaba la verdad y l no era
ms que una manifestacin de una trama temporal en la que la materia no era ms que una
alucinacin? Aturdimiento y sin embargo una satisfaccin embriagadora como si le quitaran de
los hombros una enorme y pesada mochila, simplificando bajo sus perplejidades problemas
personales tales como la distincin entre el bien y el mal.
Si as le parece Es usted extranjero? Dicen que Francia no result afectada, que se lo
tom con calma y sigui neutral. Amiga del mundo rabe. Yo pienso que lo que hizo fue
perder todo el botn. Bueno, voy a coger mi equipaje. Por cierto, me llamo Banjo Burton.
Yo Charteris. Colin Charteris.
Bien.
Mostrando la anchura de sus hombros, volvi corriendo a la camioneta, completamente
averiada e inmvil cincuenta metros atrs, intent hacer algo en la parte trasera y luego volvi
pidiendo ayuda. As que Charteris, no de mala gana, sali del coche al decorado silencioso de
este quartier mirando a su alrededor, paladeando la desolacin Londres Londres por fin este
ojo Ouspenskiano percibe esta escena legendaria si bien no muy extica. Jalando algo de la
camioneta, el otro hombre, Banjo Burton, se esfuerza y entre ambos lo arrastran, maquinaria,
por la carretera interior de la camioneta: un esfuerzo momentneo y se encuentran de nuevo
fuera.
Qu lleva ah?
Equipo de infrasnicos.
Mientras, lo cargan en el maletero del coche de Charteris, doblando las espaldas, gruendo
por el esfuerzo, acompaados solitariamente bajo los ojos de la noche. Luego se quedan ah
examinndose a medias mutuamente en la penumbra t no me ves yo no te veo: t ves tu
interpretacin de m yo veo mi interpretacin de ti. Se van a sentar en los sillones delanteros
Londres.
En las bodegas de mi mente veo que navego sin brjula, pero aquel cactus de Navidad
podra ser una costa, y no existe una lejana pennsula de Bruselas? intentaba discernir un
posible caladero futuro.
No s lo que quiere decir. Amigo, mire por dnde va.
Creo que miro que veo. El marino encantado hace escala en radas desconocidas y yo,
con la frente ceida de laurel, veo
Charteris no se sinti capaz de decir lo que vea y call, mareado por el laberinto de los
tiempos futuros; pero lo que haba dicho hizo salir a Burton de su humor melanclico.
Si piensa seguir por la calle Harrow, tengo un amigo junto al parque de San Juan se
llama Brasher, que tambin agradecera que le llevara al norte ms o menos es una especie de
religioso, un profeta en muchos aspectos, hablando oscuramente, y tiene llagas como las de
Dios crucificado en los nudillos.
Quiere ir al Norte?
S, con su mujer y todo eso. Y mi hermano, que le dije que estaba en el ejrcito, bien, es
una especie de discpulo de Phil que es como se llama ese to, Brasher, est un poco colocado
pero se le considera algo as como un profeta y estuvo en aquel avin que se estrell y no me
diga que no fue por voluntad de Dios que se las arreglara para salvarse
La dbil fogata de las palabras desacostumbradas centelleaba en las mentes cansadas,
consumiendo y mezclando las hojas del ayer; pero para Charteris su significado se quedaba
por encima del poso de sus sueos predestinados, sin entrar en l, donde las cenizas de la
dominacin paterna suponan un componente hipntico.
Podemos recogerle dijo, simplemente.
Vive junto al Parque de San Juan tengo aqu su direccin en un pedazo de papel espere
un poco est viviendo en chabolas con unos cuantos de sus discpulos. Le puedo decir que los
santos y los videntes estn ltimamente a tres un duro, gire en el siguiente semforo.
No eran estas canciones profanas y estas ficciones carnales una hoguera ms brillante que
cualquiera que pudiera arder en una parrilla regulable bendita por el clero o un funeral, slo
una extensin ms oscura de bosques luces ilusiones, la frustracin de ramas materiales a la
cada de la hoja o una delicia anegada cuando cay mi padre?
Result que toda la ciudad fue al funeral de su padre. Slo l se qued en casa. Al fin, un
impulso de amor y culpabilidad le hizo salir, vestido como estaba, para unirse a la procesin.
Una fuerte lluvia haba provocado inundaciones, y stas haban retrasado el progreso del
funeral. Estaba oscureciendo. Condujo el coche por la carretera ondulante del valle: hasta
haca poco haba sido el coche de su padre; ahora era suyo por herencia. La vieja gabardina de
su padre estaba an sobre el asiento trasero. No le gustaba la idea de tirarla. El coche ola a su
padre an.
Al pie de las montaas estaba oscuro. Brillaba el ro, crecido. Entre el ro y Charteris haba
unos rboles rotos y retorcidos a los cuales iba la gente a descansar las tardes del verano;
ltimamente se haba puesto de moda el lugar en Svetozarevo, de donde vena gente a
merendar dejando las latas de cerveza debajo de los arbustos. Ahora las latas flotaban. No era
fcil distinguir en qu punto empezaba la parte profunda del ro. El agua corra intensa y
rpidamente.
De vez en cuando vea a alguien que, solitario, andaba al otro lado del ro. El puente se
haba derrumbado; no poda cruzar. Sigui conduciendo, por los recodos y curvas que
bordeaban los salientes de la ladera de la montaa.
Ahora, unas lmparas delimitaban la otra orilla del ro. Empez a caer una llovizna,
enturbiando las luces. Apenas poda percibir grupos de personas. Cuando lleg al siguiente
puente, vio que haba quedado inundado un amplio espacio a su entrada; no poda pasar por l
en el coche. Detenindolo sobre un pedazo seco de terreno, sali de l y empez a vadear la
inundacin. Desde la otra orilla le llegaban las notas intermitentes de cierta msica. Tropez
en algo sumergido bajo las aguas oscuras y cay sobre sus manos y rodillas. Se levant con
una maldicin y volvi al coche. Lo puso en marcha y sigui en l.
Ahora poda ver el cementerio, al otro lado de la entrometida extensin de agua. Su padre
fue un buen comunista; iba a tener un entierro correcto, presidido por un sacerdote ortodoxo y
con la presencia de los miembros del Partido, humildes en sus impermeables.
Los nubarrones dejaban pasar intermitentemente algo de luz. Una isla, poco ms que una
tira de terreno coronada por sacos y hayas, le impeda ver claramente la procesin funeraria
al otro lado. Cuando par el motor del coche pudo or apenas la voz del sacerdote, y tambin
distinguir su cabeza a la luz de una linterna.
Sigui rodando por la carretera, volvi atrs de nuevo, buscando un punto ms aventajado.
No lo haba. Pens en volver al pueblo e iniciar de nuevo el camino por la otra carretera; pero
tardara demasiado, y para cuando llegara podra haber terminado la ceremonia. Una dolorosa
falta de alternativas. Al fin, dio marcha atrs hoy no pasara nadie ms por aquella carretera
hasta dirigir la parte frontal a la inundacin.
Encendi los faros, hacindolos iluminar el ro, y se qued al lado del coche, con la puerta
abierta, mirando al otro lado. La lluvia le azotaba el rostro. Era realmente imposible distinguir
lo que ocurra. Chapote por entre los rboles inundados, mirando, mirando a la otra orilla.
Pap! grit.
Y al otro lado de los ojos verdes que giran a la derecha pasado Stones con los faros
encendidos y Leeds Antiguo todos bordeados un grupo apenas vislumbrado de chicas que
tomaban corriendo un recodo piernas y tobillos que los cuervos del campo ensangrentado o
bien por mi oscuro colocado autopecho antiflor los scubos deseados se me acercan con sus
negras moscas de mandrgora.
Visin perdida. Otros caminos. El destino natural de los cuerpos.
Y todos aquellos giros borrachos cuando de nuevo se perdieron un
Welschmerzanschauungerstrcarajo
simplificado
pantogrfico
variablegeomtrico
verdimensional de cavernas iluminadas por rayos de luz confusas por la noche ptrea eran
nombres a pronunciar en odos internos con algo ms que un significado: Puente de
Westbourne Calle del Puente del Obispo Terraza de Eastbourne Calle Praed Lugar de Norkolk
Calle del Muelle Sur Calle de Praed otra vez y luego, con ms confianza, por la Calle Edgware
y por el Paseo Maida y por el Camino del Parque de San Juan y ms all de donde el Seor
con los carteles no ledos y ahora ms basura en las calles y en los tejados deslizndose
discretamente otro da de mundos giratorios y as hacia donde viva el hombre llamado
Brasher.
Tan largo haba sido el camino hasta aqu que, cuando el hombre llamado Burton sali a
llamar a su amigo, Charteris se durmi poco a poco tal como estaba, con la cabeza apoyada en
el volante, dejando que aquella ciudad planeada desde tanto tiempo atrs tomara substancia a
su alrededor con los colores del alba. En su sueo cerrado se vio a s mismo exhumado de la
tierra de mltiples puntas y aullando, con varias personas en pie, ceremoniosamente, pero con
la cabeza vuelta o encapuchada, a quienes pudo entonces hablar hacindoles caminar a travs
de verdaderas llanuras desiertas de habitaciones, cmaras y salones, siempre subiendo o
bajando escaleras. Aunque todo era dctil, le pareci tener una conversacin alada con dos
mujeres pero una de ellas estaba mutilada y la otra abri las alas y se lanz por una ventana
buscando algn tipo de libertad aunque oyeron que un viejo deca que al otro lado del gigante
Magallanes, dando la vuelta al mundo por mi propia determinacin cruc las aguas desiertas
hasta estas costas este hombre este refugio.
Se vieron mutuamente en el hielo de la violencia, cristalizados, reconocidos un millar de
fotografas autoretratos cayeron a su alrededor sobre ambos una mirada sin clave un puo una
mueca un zapato una pared una palabra un grito Charteris gritamos omos su voz gritamos
Paraso.
Qu absurdo triunfo cuando Charteris presufre completamente turbado! Pero an no lo
hizo todo todava ante la amenaza de la hora que viene.
En contraste Brasher l. Plido, se encoleriza hasta adoptar un tono agresivo y peligroso.
No ir con usted a ningn sitio, ni por donde corren los camiones. Es que no hay un
lmite un limbo un lmite en algn sitio no hay? Debe usted saber que yo soy el gran
Predicador y no puedo mostrarme torpe en el habla y trabarme la lengua ante stos mis
seguimigos aplauden y traen caf diluido, siempre quedndose al margen como rostros
pequeos de papel. Ahora usted llega aqu y empiezan a tenderse acontecimientos fatales
por mi camino y todo hace presagiar un fin desastroso. Ved todos que incluso la muerte tiene
muchos valvulores y su color es del negro ms parecido al marrn. Volver al trfico? No, no
yo! Nada de volver a moverse, nada de movimiento, quedaos simplemente quietos y recibid
mis enseanzas.
Nada de desastres dijeron todos los presentes. Aferramos a la inmovilidad como
la fila trasera del coro.
Pero Burton se llev a Charteris a un lado.
Se trata de las bombas APQ, no est tan mal, le gustar volver a casa con su mujer, lo
nico que le ocurre es que es un vidente, percibe en ti una mala imagen y el oraculoco de una
hora que viene.
Bombardeo de imgenes. Velocracia. Muslos blancos con peonias curvas enmedio y la
estrecha escalera de subida, bozur m'sieur. Lo recibi todo, dejando que los dems estallaran
alrededor y se bebi el suave caf londinense, solo, carcingeno, mientras ellos se agitaban por
all y mezclaban labios de papel con labios de loza comunicajonamiento de todas las texturas.
Y Brasher se acerc de nuevo algo dentro de un traje, animado por la ausencia de agresin
de Charteris.
Tambin usted pedalea una idea, amigo mo extranjero? dijo, con los labios
apretados. Desde Francia, si mi enfermacin es correcta.
Ahora llego aqu y se tienden acontecimientos fatales por el camino. Estoy citndole,
pero no somos nada el uno para el otro y an no tengo una palabra. En mi propio pas era
miembro del Partido, pero eso se acab; aqu estoy turbado, quiz no totalmente consciente,
vctima de aquella confunoche rabe.
No me digas nada, parroquiano, esta es mi parroquia, entrate, sobreviv milagrosamente
del accidente areo vamos a estrellarnos gran montn giratorio de dientes de bocas
metropolitanas y t te estars quieto. Yo soy aqu el Predicador como balbuceando de terror,
como si an estuviera cayendo.
Me ir si no pone objecin. Objetividad de palabras. No tengo ninguna idea en particular
y el da me anima a seguir, o bien a Burton si an quiere venir.
Un temblor en la comisura de la boca, hablando independientemente.
Vamos, Phil dijo Burton. Y, a Charteris: Se viene, pero sospecha de ti porque te vio
en el avin que se estrellaba, una aparicin. Lleva en l la palabra.
Tonteras dijo Charteris. Esa campia que se curva en vertical tu visin
distorsionada fue Brasher que se mete por entre mis pensamientos! Ahora veo tambin
claramente el avin cayendo. Me voy, gracias. No quiero ni una pizca del sueo de este
hombre ni he volado jams con l en un avin.
Como si esta abdicacin calmara a Brasher, se volvi a adelantar y se puso en el camino de
Charteris, empujando a un lado a Burton.
En ese avin dijo entre las virgenaciones vestales al sur me usurpaste el sitio de la
ventarica y cuando nos corrimos
En coche, en coche, no he ido jams en avin, ahora mtetelo en esa cabeza drogada
Slo yo me libr del estazn chapullido, y todos aquellos pedacitos tan agradables de
cosa Bien, mira, amigo mo extranjero, tengo derecho a mi parte de los pedazos de cualquier
hostia como sufrir la conversin al nuevo Sistema y t
Djale ir, Phil, slo te ha ofrecido llevarte a Nidh conmigo y te vienes, y tus seguimantes
y tus cosas pueden venir despus dijo Burton y, en un aparte, a Charteris: Es un viejo
amigo mo, o lo era hasta que cogi la religin Ahora es ms difcil de manejar que La
Escalacin. En esta escena todo el mundo es el solista.
As que, entre vtores de papel de las piezas que iran a pie, se llevaron al mito por las
escaleras sucias y crujientes hasta el piso de abajo volviendo las baldosas y esperaron en la
obscuridad un momento sin orientarse bajo la proteccin de la casa de Judas ante el carajudas
que miraba hacia adentro; y luego se fueron.
La precognicin es una funcin de dos fuerzas, se dijo a s mismo; y dese poder grabarla
por si acaso las ideas se le escapaban a la luz serosolar. Precognocin. Dos fuerzas: la mente,
desde luego, y tambin el tiempo; caen las barreras y una mujer de muslos blancos me espera
en algn sitio
Estas imgenes no son mas. Bombardeo de imgenes ajenas. Scubos autopechados otra
vez procedentes de las dislocagentes.
Otra vez mi imagen de muslos blancos; aunque no los he visto an ya me resultan
familiares como leche en cristal veneciano mucho mejor para chuparte. Pero mis
precognociones se deslizan.
No slo la mente puede salirse de sus carriles, por otra parte los carriles deben tener
determinadas propiedades; as, para llegar a este punto he atravesado diversas etapas, la
primera de las cuales fue la divinacin de que el tiempo es una telaraa que no se limita a
avanzar hacia adelante, sino en todas direcciones por igual, de tal modo que el yo esencial en
cualquier momento es como una araa que duerme en el centro de su tela, capaz siempre de
cualquier movimiento y los muslos blancos espinosos en movimiento. Slo se mantiene aparte
ese yo gurdjiefiano esencial. Y, en segundo lugar, el aire empapado y viajero de Londres que
me saca de mi cabeza tradicional permitindome tomar caminos multidimensionales.
Zbogom, qu soy ahora si no ms que un hombre, marinero de mis siete mareos?
Ms que el hombre prealucinado.
Yo, el homo viator.
Ella, el homo victor.
Me persigue como yo a ella. Espero alcanzarla, no tan al norte como Escocia.
En esta carrera ardua, l persegua el aroma de sus pensamientos, desplazndose por la
telaraa, apartndose un primer paso conscientemente de la lgica antigua, ganando y tambin
perdiendo el apego a las cosas que mantiene vivos un millar de yos intiles en la vida de un
hombre, viendo el hecho fundamental, la declaracin sexual de que ella alzaba el vuelo, fuera
quien fuera, al acercarse a estos dos desconocidos.
Luego supo que l era el ltimo as de su yo antiguo y anticuado para subir de los asuntos
de Dover por la ruta de Londres, y el resto de las cartas tomadas ciertamente al azar del mazo
atrapadas entre antiguos trastazos y tristezas.
Tena un objetivo que ya no era un misterio; slo ahora, en este momento de revelacin,
segua no revelado el objetivo. Interpret mgicamente el coche, corriendo, tropezando y
saltando de la superficie de la carretera, hacia el alucinorte. Se pregunt si le llamaban las
voces por su nombre o si un rostro de papel se desgarraba, chillando, para mostrar la carne
viva.
Colinas bajas pasaban a toda velocidad como fogatas.
Y, mientras Charteris diriga su frgil barquilla hacia mares maduros desconocidos, la vida
a nivel de libro de texto continuaba en la parte trasera del banshee, donde Brasher estaba
acurrucado incmodamente junto a los equipos del conjunto entregados a Burton una vez ms
de su viaje traumtico cuando fallaban las alas la parte de razn del piloto.
Saba que el avin iba a incendiarse y a estrellarse incluso antes de entrar en l
Brasher reviva el drama de sus vivencias predictorias, todo terror, ponindose las barbas a
remojar.
Cuando sus frases sencillas hicieron pasar a travs de la superficie material algunos
hechos, se dieron la vuelta por debajo y nadaron hacia Charteris a travs de las brazas
acumuladas de su novedad embriagadora, vestida de belleza y punteada de locura.
El avin de Brasher fue uno de los ltimos en volar. Llevaba a los miembros del Congreso
de Precognicin de Estocolmo de vuelta a Inglaterra: vuelo S614, que sala del Aeropuerto de
Arlanda, pista 3, a las 11:45 hora local o quizs era ms tarde, porque el reloj del aeropuerto se
haba dedicado a marcar por su propia cuenta un tiempo imperceptible, y el piloto era el
capitn Mats Hammerstrm que les da la bienvenida un hombre de aspecto aburrido cuyo
rostro ptreo oculta un torbellino de belleza tomado del aire aerosolado.
Despegue hagan el favor de abrocharse
Y pronto estamos volando por encima del asombroso terreno nevado helado
Contornos sugestivos que aparecen a travs del resumen ecolgico un Ben Nicholson bajo
alivio con cabello pb(l)ico
Lagos helados nuevas formaciones rastros abstractos pistas de la industria limpias parcelas
de terreno bosques marcados estructura que aparece mientras subimos a donde no haba
ninguna estructura a donde no haba ninguna estructura prevista. Modelos demasiado exactos
para la verdad maravilloso
Nubes rascando el suelo. Cuando las nubes se condensan el sol las ilumina tiende una
pantalla sobre el mundo hasta que en el decorado fantstico aparece un mundo nuevo y slido
no hollado por el hombre ms blanco que el blanco un mundo ms que rtico de nubebergs
donde nada polar podra sobrevivir milagroso
Todo conmovedor para el espritu mientras azafatas jvenes, elegantes y suculentas
atienden a los pasajeros fingiendo con sus uniformes serios y azules, cortesa de las SAS, que
no saben nada de substisexos. Sin decepcionar a nadie. La comedia mantiene dormida a la
serpiente, forma parte del erotismo formal de los tiempos prealucinados el que estas doncellas
nbiles y sonrientes atiendan a hombres por encima de las formaciones nubosas increble
Conceptos antiguos de divinidad encadenados al engreimiento de los planes de las lneas
areas
A cunto el pirado de Brasher
Las doncellas son antdotos contra este mundo desierto de libertad y sus espacios
Digmoslo de nuevo
A veces lo ve uno tras las cortinas
del dormitorio un paraso, y luego
la catstrofe! Constituyen el presente.
Significa que viajamos en una trayectoria final.
Trayectoria.
Aunque te quiera, cario,
no hay nada personal en el asunto.
La accin definitiva ocurri antes de nosotros:
lo esencial precedi a lo actual.
Debemos enfrentarnos a los ancestros mticos
a menos que queramos ser llevados
para siempre por nuestros remolinos
hacia una vida en sus viejas nostalgias.
Hoy da el paraso es una leyenda muerta.
Las sonrisas del mundo son pocas e invernales.
Y las montaas ya no son el apoyo del cielo.
Pero uno puede ser montaa incluso ahora
no es demasiado tarde! si persigue a su yo,
si consigue volar en viajes csmicos
y ser mstico en vez de mtico.
En el yo hay peligros, serpientes
acechan, pero hay animales nuevos
y ayudas y lenguas
que auxilian la aristopsique y los cantantes
(escucha los pjaros y la voz del loro!).
Amistad con los animales que se encuentran
ms all del tiempo roto, esquizofrnicos:
bendicin de otros cuerpos: los viajes
del paraso ms all de la vida y de la
muerte: el empuje de las palabras al
misterio del mito: son los cuatro caminos conocidos
al lugar de los libres
la muerte es el pecado
los libres que viven en los
rboles y en las muchas autopistas
El rbol csmico
Hasta que logramos la
incombustibilidad
Encima del mar
Volamos en su rostro
calificativo
Del ser
El hombre conductor cercano
al ltimo momento
Todos lo conocemos
Y la abolicin de esa
cortina del tiempo
Lo nico que hemos de hacer
Que mat a
es despertarnos y conocerlo.
la era primigenia.
telaraa de alternativas.
Debera de matar a Charteris dijo Phil Brasher.
Charteris estaba comindosele el futuro posible a grandes velocidades. Brasher se vea a s
mismo desperdiciado, como aquellos pobrecillos Robbins, que no haban sido menos santos y
sin embargo no haban sido elegidos. Este hombre nuevo, a quien haba dado al principio la
bienvenida como a un discpulo, era tan poderoso como el sol de la maana; le dejaba la mente
en blanco. Ya no reciba aquellas imgenes prometedoras del futuro. Horno fro, pan en
rodajas. Estaba muerto, haba un rea muerta, lo nico que vea era aquel maldito cactus de
Navidad que odiaba por su falta de significado, como las flores sobre una tumba.
Debera matar a Charteris dijo pues, confusa y poderosamente, a Charteris, reuniendo
su odio.
Espera, espera un poco antes dijo Colin Charteris, en su propio ingls, con el cerebro
fro y drogado. Piensa en las fotografas de la personalidad de Ouspensky. Hay un brillo
importante en ellas: tienes muchas alternativas. Todos somos ricos en alternativas.
Llevaba diciendo lo mismo toda la tarde, durante este paseo confuso, como saba. Al
frente, una enorme pared continua. La ciudad hmeda, sucia y atiborrada de gente, madurada
hasta el color marrn ms parecido al negro, presentaba tal aura rica en posibilidades, que
evidentemente no perciba Brasher. Charteris haba vislumbrado la orientacin del mundo, las
mareas del futuro, las segua como un marinero, no se senta tan superior como lejano de la
postura del tenaz Brasher y de su mujer de muslos plidos, Angelina, que se desplazaba sobre
una marea paralela, haciendo una carrera con l. Muchas alternativas; eso es lo que predicara
cuando se volviera a dirigir a las multitudes. Creca en l el poder; se quedaba en segundo
plano, humilde y turbado al sentirlo y reconocer su santidad como su padre.
Brasher le cogi de la gabardina hmeda y le agit un puo delante de la cara, hombre
vaco y violento.
Debera matarte!
El trfico ruga a su lado, vehculos conducidos por conductores que vean visiones, sobre
algo llamado la Calle del Alivio Interno. El puo sin importancia frente al rostro; los dientes
perceptibles en detalle; en la cabeza, la prxima oracin: Vosotros vosotros, las gentes del
interior sois especiales, los elegidos. Vengo del sur de Italia y de los Balcanes para decroslo.
Los caminos han sido construidos, morimos en ellos y vivimos gracias a ellos, vas neurales
hechas actuales. El interior de Inglaterra es una regin especial; debis alzaros y conducir
Europa. Comenzar una nueva probabilidad.
Dicho menos directamente, pero la madurez del momento proveera las palabras
apropiadas, y habra una cancin: Charteris, gritamos! Poda orla, aunque an estaba dormida
en un odo interno. No gobernar Europa, sino liberarla. Europa est hundida por las bombas
alucingenas; ni siquiera la Francia neutral puede ayudar, porque Francia se aferra a los viejos
valores nacionalistas. Yo era un hombre fracasado, un materialista, un comunista vaco,
esperando este momento. Ahora tenis las alternativas de despertaros y acabar con la antigua
serpiente. Podis imaginar nuevas lgicas de valores mltiples, porque sa es la estructura de
vuestro entorno.
El puo se lanz contra l. La totalidad del movimiento a cmara lenta de un hombre
apuntndole. El rostro de Angeline asimilaba el futuro, conformado por el trfico, de cabello
obscuro, inmanente, luminoso, lleno de significado y de horror. Me pareci que viajaba sin
direccin hasta llegar aqu piedra fra despus de camas ms clidas demasiado joven padre te
llamo desde aquella maldita orilla inundada.
Estaba simplemente de paso, segn iba a Escocia, corriendo a toda velocidad por la
autopista. Pero me detuve aqu por culpa de unas premoniciones vergonzosas tales como el
pensar en la divinidad propia. Pensad en pantallas borrosas. Ya no existen dicotomas o/o bien
ni blanco/negro. Slo una gama de parcialmentes. Vivid segn esto, como yo y ganaris.
Tenemos que pensar de un modo nuevo. Encontrar ms direcciones, hacerlas. Resulta fcil en
esta regin parcialmente.
Pero Brasher le estaba pegando. Un mundo de movimiento linftico estallando. Contempl
el puo, vio todas sus autopistas, lneas de alta tensin, como Brasher no lo haba visto jams;
puo menos humano que muchas de las caractersticas naturales de la planicie formada por el
hombre en esta rea maravillosa atormentada por el trfico.
Un puo le golpe en la mandbula. Sistemas en choque impresin perdieron el botn.
Incluso en esta situacin extrema, pens Charteris, la lgica de la pluralidad de valores es El
Camino. Elijo algo entre ser golpeado y no serlo; no soy golpeado demasiado.
Oy que Angeline le gritaba a su marido que se detuviera. No pareca haber sido afectada
por las bombas APQ; pareca sostener su propia neutralidad desde las pocas horas vacas de la
Guerra de las Cabezas Drogadas. Pero no era fcil saberlo; sonaban las campanas incluso
cuando las aulas parecan vacas o cuando los pjaros volaban asustados. Charteris tena la
teora de que las mujeres haban resultado menos afectadas que los hombres.
Estridendulaciones de tonos bajos. Le gustara medir el ritmo de Angeline, pero en este
momento no le gustaban sus gritos. Bombardeo de imgenes unido a sus gritos la teora de
la recurrencia?, especialmente sapos y el animal nuevo que en los rboles muertos se
encuentra en casa.
Haba un modo de hacer cesar sus gritos sin obligarse a pedrselo. Charteris se agarr a la
vieja gabardina azul de Brasher, en el mismo momento en que el hombre barbudo, mayor que
l, iba a descargar otro golpe. La gran basura giratoria de la metrpolis. Detrs de Brasher, al
otro lado del Alivio Interior, se encontraba un antiguo edificio hecho con la piedra triste y
amarillenta de Leicestershire, al cual se haba adaptado un porche moderno de acero y vidrio.
En el porche, una mujer regaba una planta en una maceta. Charteris lo distingua todo
claramente mientras tiraba de Brasher hacia adelante para despus hacerle retroceder al Alivio
Interior tena una regadera de cobre pequea.
El camin que vena del norte gir bruscamente para esquivar. El Cortina anticuado que
corra a toda velocidad hacia l gir al travs sobre la acera estrecha, barri el porche de acero
y vidrio de la mujer y recibi el impacto de un camin de Correos que haba virado para evitar
al primer camin. ste, saltando an por el camino, tropez con otro coche que se acercaba y
que no pudo parar a tiempo. El ruido del mundo al chocar con granito. Otro vehculo, aullando
los frenos, se estrell contra la pared a poca distancia de donde se encontraban Charteris y
Angeline, arrugndose como para formar un algo diseado previamente, abrindose en l
cicatrices de sonido metlico. Una serie de fotografas, potencialidades multiplicndose o
cancelndose, mquinas reunidas en rebaos como los toros.
Tantas alternativas dijo Charteris, meditativamente.
Le interes ver que Brasher haba desaparecido, distribuido en pedazos pequeos por algn
lugar entre los restos. Record el choque mltiple de la autopista cerca de Miln. Aunque
era un recuerdo real? Era el choque de Miln slo un fantasma de una mente a punto de
derivirar hacia la alucilusin o algn tipo de sueo en videotape de travs ambos choques el
mismo choque o bien otro su propia predestinacin ya en el mobiliario quizs una entrega
equivocada una dirrenta equivocada por el sobresueo donde aquella dificultad que haca de
sello desclasificaba las conmutaciones de las ranuras de los buzones nocturnos o bien quin
saba quin estaba al bordriente de lo que pasaba?
Por lo menos la ilusin tena detalles bien definidos; las fototumbas no estaban borrosas. El
hecho de que hubiera ocurrido o no o de que pudiera ocurrir o de que lo hiciera en su
recurrencia eterna era una descarga, chispeante como todo el lgebra, y vio una justicia
enorme en el renacer florido del injerto y en los contornos de los pecios; era como un
trabajo
Es como un trabajo arquitectnico complejo y maravilloso le dijo a la mujer en el
que se aade la probabilidad a las formas rigurosas conformadas por el hombre. Una teora
ampliada de los nmeros facilita la decimacn. El arte de lo fortuito.
Ella era verde y triste, balancendose sobre los talones. Intent examinar de cerca el efecto
esttico de tal cambio de color, y entresac de algn punto de su ser un sentimiento de
compasin, como el ondular de una serpiente. Estaba dolida, impresionada, aunque l vea
para ella un futuro mejor. Deba llevar a cabo alguna accin concreta de algn tipo: llevrsela
del lugar y del vapor de la sangremetal.
Le acompa sin protestar.
Creo que Charteris es un santo. Ha tenido mucho xito hablando en Rugby y Leicester
dijo Ejrcito Burton.
Est abierto a cualquier cosa dijo Banjo Burton. Lleno de botn.
Ha tenido mucho xito hablando en Rugby y Leicester dijo Robbins, pensndoselo.
Robbins era un muchacho de diecinueve aos, macilento, con el campo del cabello sin
labrar; era el estudiante de arte eterminal; su personalidad propensa a la alucinacin se haba
desintegrado bajo el eflicto de verse azarrodeado de cabezas drogadas, aunque no haba
sufrido personalmente los productos qumicos diseados por los rabes.
Sentestaban en una habitacin antigua, cuerpos oscuros, cortinas poco corridas y una
mancha en las paredes empapeladas. Fuera, en las calles de Nidhamorth, la noche y el da
seguan dialogando. Perros pequeos corran entre costuras de piedra.
Ejrcito Burton utilizaba su uniforme como motivo de burla. Banjo haba sido uno de los
de tres aos, se haba hecho agente de artistas, diriga el conjunto de msica popular La
Escalacin, y coordinaba diversos espectculos; haba presentado a Robbins como un santo
logrando cierto xito hasta que Robbins se haba deshinchado una maana para asumir el
papel de discpulo labios fros y cortados en el umbral azul. Todos ellos vivan con un par de
muchachas imbciles en una casa antigua del centro de la ciudierda que daba a la parte trasera
alta estpida de unos almacenes de Woolworth. Por todas las afueras de la ciudad esperaban
edificios nuevos, diseados para soportar una hipottica explosin demogrfica; pero los
remolinos sociales contrapuestos haban impulsado a la gente que oa ecos en las viviendas de
cada uno de los dems hacia el centro antiguo de la poblacin, como por una fuerza
gravitatoria. El conjunto de las universidades y escuelas tcnicas se extenda sobre los campos
pantanosos. Era febrero.
Bien, tuvo mucho xito hablando en Leicester dijo Burton; les hizo creer en un
estilo de vida sexual.
S, as fue. Creme, fue un xito en Leicester dijo Robbins. All la apata es como
los ladrillos tiles para construir capillas amarillas en determinados campos que podramos
nombrar.
No te metas con Leicester chill Greta. Yo soy de all. Por lo menos lo es mi to, el
del gato bailarn que te cont que se comi los peces de colores. Os he dicho alguna vez que
mi padre era de la secta Rispariana? De los primeros. Mi madre no quiso unirse. Slo le gustan
las cosas.
Burton despreci todo ello con un gesto de la mano. Encendi un porro.
Vamos a tener una cruzada dijo, a quemar pistas, a convertir en una fiesta
chispeante a nuestro volador Charter, la verdad es que hay motivo. Jugaremos al ruido.
Vaya, quin es el que ha desertado entonces de Brasher?
Que le den por el culo a Brasher. Ya has visto al nuevo hombre. Es una cancin!
Lo vea claramente. Charteris era bueno. Era extranjero, y la gente estaba dispuesta a
aceptar lo extico y lo extranjero, incluso llevado de aqu para all en un ojo de tono. Los
extranjeros eran exticos. Charteris lo tena todo: crea en una especie de cosa intelectual, lo
cual encajaba en todo el asunto de la mquina. La gente poda asimilarlo o no, pero de todos
modos captara el ruido de su cancin. Adems, Charteris estaba escribiendo un libro. No se
poda saber si era real o ilusorio; no importaba, as que no se poda desconectar.
Los seguidores estaban ya all. Detrs iba Brasher. Charteris derrotaba a Brasher en todas
las reuniones. Haba que tenerle vigilado. Muchos msculos pero poca lengua. Brasher crea
ser Jesucristo. Aunque sea Jesucristo, yo apuesto por Charteris. Tiene botn! Colin Charteris.
Vaya nombre para un yugoslavo!
Vamos a irlo preparando un poco dijo. Robbins, y t, Gloria.
Greta.
Bien, Greta. Lo que quiere la gente es una sensacin de lugar algo que tocar entre toda
la metafsica, elefantes grandes y antiguos entre la hierba alta y delgada. De hecho, a Charteris
le gusta este basurero de mierda, sus calles cagadas por los perros. Me imagino que le resulta
nuevo. Le llevaremos por las casas, le grabaremos. Dnde est el magnetofn? le turbaban
las imgenes y el presentimiento de que pronto se veran viajando por las autopistas de
Europa. Vio un cartel indicador hacia Frankfurt, se frot los ojos enrojecidos como un pastel.
Le ensear mis cuadros dijo Robbins. Y le interesarn los pjaros locales.
Y qu me dices de los pjaros de otras zonas?
Una sensacin de lugar, como dijiste con los elefantes entre las uvas largas. Lo que
ocurre es que les gusta la ciudad, ya sabes, a los pjaros les gusta la ciudad
A los pjaros les gustaba la ciudad. Confundan los ladrillos con hojas de rbol. Los haba
visto, all abajo, donde el tractor estaba atascado en un charco de barro, l mismo se qued
atascado todo el da, contento, la planicie era del marrn ms parecido al negro bajo la luz
densa. Principalmente eran gorriones y estorninos. Haba ms en las ciudades. Hacan sus
nidos detrs de los carteles de nen, encima de los tenderetes de pescado y patatas fritas, cerca
de los restaurantes chinos, junto a los grandes almacenes, tiendas de muebles, dispensarios
sociales, gasolineras, buscando el calor, y tenan ms descendencia que los del campo, haban
aprendido un idioma nuevo. Ms nidadas cada ao. Las gaviotas cubran los campos arados.
Estaban siempre al interior. Uno las poda ver, y las lneas de la parrilla dibujadas en el cielo.
Estaban evolucionando, dejando el mar. Arbiotas. Se haban pasado al Gran Puerto. O quizs
el mar se haba secado y desaparecido. Hundido como plstico en fusin. Dios sabe qu
piensan los pjaros, con las cabezas drogadas como todos los dems. Haciendo su propia
estructura, su esquema.
La ciudad les gusta a los pjaros. Tiene un esquema incorporado.
De qu ests hablando? la verdad es que le quera, pero no haba ms remedio que
rerse. Su cabello elegante, amarillo len.
No somos los nicos que tenemos una expulsin demogrfica. Los pjaros tambin.
Recuerdas esa serie de cuadros que hice de pjaros, Banjo? Con flores y hierbas. Como una
marea. La explosin deflogrfica.
Limtate a lo prctico, hijo. Qudate con los edificios, eh?
Era posible que pudiera abrirse el crneo con una cremallera, levantar la parte de arriba
como una peluca y sacar goteando aquel cartel a Frankfurt que le distraa del batido de
cerebro.
La explosin deflogrfica dijo Charteris. Es un buen ttulo. Voy a escribir un poema
llamado La Explosin Deflogrfica, sobre la pandemia profunda de la naturaleza. Se me acaba
de ocurrir la idea. Y llegar el momento de que intentis traicionarme y abandonarme entre
cuatro paredes.
Ella no dijo nada.
Podra haber rboles en nuestro futuro si aguantara el cerebro.
Angelina caminaba cogida de su brazo, sin decir nada. Charteris se haba olvidado de
dnde dej el banshee; era agradable chapotear por la calle hmeda, buscndolo. Pasaron bajo
una arcada nueva, donde funcionaban una o dos tiendas gracias a suministros cada vez ms
escasos. Una de qumica: Compre la Paz Interior Aqu; una pintada anunciando La
Escalacin, Sensorial y Sensacional.
Cuevas huecas donde el constructor no haba conseguido vender los locales de la fachada,
hechas slo de cemento desnudo, marcadas por las huellas fsiles de listones de madera.
Esquema ciudadano, ms antiguo que la madera, sellado por la cerebrimprenta. Notas a lpiz o
con pintura azul: Aqu nos dimos el lote, Bill Hopkins me quiere slo a m, El amor perdi el
botn, Frotacoos. Qu era un frotacoos? Algo as como una esponja, o una persona?
Buena apertura o un to inteligente!
El banshee estaba esperando bajo la lluvia, junto a un numeroso grupo de cubos de basura,
intercambiando formas hipergeomtricas, ndulos del cansancio csmico. No estaba cerrado.
Descubrieron un viejo escondido en l.
Mataste a mi marido dijo Angeline cuando arranc el motor.
En la gasolinera de ms all regalaban adornos para los coches con cada quince litros.
Nada cambiaba jams excepto el pensamiento. El pensamiento era nuevo a cada generacin, y
ella oa sonar una msica extraa y antigua.
El futuro est desmayado en brazos del presente.
Por qu no escuchas lo que te estoy diciendo, Colin? No ests completamente loco,
verdad? Has matado a mi marido y quiero saber qu vas a hacer!
Llevarte a casa estaban ya en marcha. Aunque le dola la cara, senta curiosamente
ganas de bromear, como si hubiera bebido vino en los bosques densos de su tierra.
No vivo en esta direccin.
Llevarte a mi casa. A mi sitio. Donde estoy construyendo una especie de proyecto. He
comenzado a preparar un nuevo modelo de pensamiento. Acaso no viniste con Brasher una
tarde de mal tiempo? No es campo ni ciudad. No se puede saber lo que es, por eso me gusta
es un modelo de todo lo que sostengo. En el mundo mundano y en Francia, cosas tales como el
arte y la ciencia han vomitado y se han tragado todo lo dems. Ahora no queda nada que no
sea arte o ciencia. Un montn de cosas han simplemente desaparecido. Mi sitio no est ni en la
ciudad ni en el campo. Algo confuso, con su propia catasgora no categorizable. Mira,
Angeline! Maravilloso! solt una especie de risa a medias junto a una pared, crecindole la
barba en su propio silencio.
Bastardo serbio! Puede haber habido una guerra, el pas puede estar en ruinas, pero no
puedes cometer un asesinato y escapar! La justicia no se limita a confundirse! Morirs, te
fusilarn! no haba en su voz una verdadera conviccin; su santidad le estaba ahogando el
yo antiguo, o lo que pudiera tener detrs de los ojos.
No. Vivir, ser la justicia. An no he cumplido ningn objetivo, soy un marinero pero el
ocano an est delante, comprendes? el coche entraba en la Paz Interior. Detrs de ellos
las ambulancias, un camin de bomberos, los coches de la polica y los camiones basureros
escarbaban entre los restos. He visto la realidad, Angeline: Kragujevac, Metz, Frankfurt
miente por todas partes. Y yo mismo me he materializado en lo inorgnico, as que soy
indestructible, autostructible!
Las palabras le lapidaban. Desde que haba llegado a Inglaterra, el efecto alucingeno se
haba ido incrementando diariamente, a rfagas, en l. Las ciudades tenan esquemas, mundos,
habitaciones que hablaban. Haba dejado de pensar en lo que deca; el resultado era que se
sorprenda a s mismo, y tal alegra retroalimentaba el sistema. Cada pensamiento se
multiplicaba hasta el millar. Palabras, carreteras, todo pistas fsiles del pensar. Las persegua
por la amonoche, debatindose con ellas mientras se propagaban en sus nidos profundos, lejos
de la superficie. Otro poema: Sobre la Generacin Espontnea de Ideas Durante la
Conversacin. La Genetnea Ideal Duversacin. La Conflacin de la Espongacin en las
Idaciones. Aadura de Auschwitz.
Juzgaderamente, la sualuz de mis Nidhamores profundos. As me he materializado,
encanto! Nidhamorth es yo, mi cerebro, aqu estamos en mi cerebro, todo es yo. El nmada
est abierto a la ciudad. Proyecto Nidhamorth. Todos sus pensamientos son mos, en un
correrse culminante era cierto. Otras personas, apenas las vea, cogidas en explosiones,
fuego cruzado, compartan al menos sus bombardeos de imgenes.
No seas estpido est lloviendo otra vez! No enloquezcas. Habla correctamente
pero pareca asustada.
Pasaron lanzados junto a fbricas, grandes muros grises, gasolineras, largas filas de casas
marrones, patios, muchas clases de cemento.
Las tiendas pequeas que le molestaban cedan ya; ya no haba Noticias del Mundo,
Guinness. Orinal de estuco gris. Patio de carbn, Gasolina Esso. Un puente de ferrocarril,
hierro pintado de amarillo, anunciando la cerveza El Tonelero, palabras siniestras para l. Ms
filas de casas una junto a otra, dentadas, devoradas por el tiempo. Una frase completa que an
haba de escribir en su libro; vio que su mano escriba la verdad est en los instantes estticos.
Luego las chabolas, los suburbios. Ms puentes, caminos laterales, verjas de hierro, la Paz
Interior cediendo el paso al trfico rpido sobre dos carriles, a la autopista, caminos sin fin
cruzndola sobre columnas primitivas. Vas de ferrocarril, algunas muertas, canales, algunos
llenos de juncos, un pobre idiota llevando un saco de patatas sobre el manillar de la bicicleta
por un terreno inundado, caminos de a pie, caminos de bicicletas, pasadizos, nidos de orugas,
escombreras, basureros, atajos, vallas.
Geologa. Estratos de distintos tiempos del hombre. Tempologa. Cada dcada del pasado
conservada an en algn monumento triste. Incluso la propia autopista, dando indicios de las
eras enormes del tiempo prealucinado: puentes ms bastos, ms macizos de pocas anteriores,
devenidos despus casi grciles, menos aplastantes; an ms tarde, metal; planos de
suspensin distintos, estructuras de desage distintas en el banco inferior, bifurcadas como
rboles de enormes helechos jursicos. Aqu distinguimos, por las caractersticas de este
conjunto de peso medio, el estrato Wimpey; mientras que, poco ms all, a la sombra de
aquellos puentes levadizos, distinguimos el principio de la falla McAlpine. Naturalmente, la
estructura de esa zona de servicio pertenece caractersticamente a la poca interglacial de
Taylor Woodrow. Ms all se vea una antigua central trmica con una cpula fingidamente
turca, aislada en un campo. Todo arte, tranquilizante. Pilares, sin fin, de alta tensin,
demasiado adornados para aquella tierra incmoda, tranquilizadores. Multranquilidad.
El cielo estaba aterronado y aborregado de nubes, el cielo de Nidhamorth. Lluvia a
cntaros y luz difusa. An sin verde los setos. El marrn ms parecido al negro. Maravilloso
Aboliremos la palabra maravilloso. Lleva implicaciones de fealdad en un sentido
aristotlico. Slo hay gradaciones entre ambas. Son similares. No hay fealdad.
Existe la palabra fealdad, as que debe de haber algo a lo que aplicarla, no? Y no
corras tanto.
Deja de citarme a Lewis Carroll!
No lo he hecho!
Debiste dejarme que te concediera el beneficio de la duda.
Vaya, conduce correctamente! Has perdido el botn o algo?
Vir de nuevo a su propio lado de la carretera, no chocando por poco con un Jaguar
deportivo cuyo conductor aull sobre el volante. Tambin conduzco segn marcos de
referencia confusos, pens admirado. Los dos coches haban llegado a araarse; entre chocar y
no chocar haba muchos grados. Haba experimentado la mayora. Slo haba que mantener
una vigilancia leve. Era imposible estar seguro regar la planta de la maceta, que iba
creciendo perfectamente, imposible. Poda ser un cactus de Navidad, estabas tan orgulloso de
l. El Cortina, Consortina, arrugndose contra l Ni siquiera lo habas visto, de espaldas,
ardiendo como un sol instantneo. Cristo, barriendo simplemente a aquella pobre mujer y a su
miserable porchecillo, llevndoselos al limbo
Nunca vivir en la Paz Interior animado de repente y con ganas de bromear.
Deja de tomarme el pelo! Desde luego eres bastante cruel, no?
Jebem te sunce! Mira, Natrina quiero decir Angelina, te amo, te sueo.
No sabes lo que quiere decir esa palabra!
No? An no soy omnisciente. No necesito saber lo que es para hacerlo, o s? Acabo de
empezar, la cosa acaba de empezar en m, todo ha de venir an. Hablar, predicar! Escribir
canciones para el grupo de Burton, La Escalacin S. A. Qu te parece La Verdad Est en los
Instantes Estticos? Y qu tal Intimando en el Perodo Interglacial de Taylor Woodrow? No,
no Los Accidentes y la Aerodinmica se Aaden al Arte. No, no! Qu tal? Ja, Yo
Pienso Personalmente en Libras Esterlinas! O bien: Ouspensky Dirige Rige y Corrige. O bien
La Vctima y las ruinas son lo Mismo. Las Luces al Otro Lado del Ro.
Hice bien en tirar los papeles de la ORANUR. Estoy demasiado ocupado. Llenar el
mundo hasta que me estalle la cabeza. Mira Zbogom, le he perdido! Qu conductor! Quiz
le coja maana! Debo olvidar estas trivialidades que pueden hacer otros. Kuwait fue el
principio! Ahora estoy tan creativo, mira, Angelina No, es Angeline. Rima con cine ella
no saba si bromeaba. Mi gran ngel de cine, Grangeline. Estoy tan creativo, tcame las
sienes! Y percibo en ti un regalo mientras te debates para salir de los modos antiguos y llegar a
cremas de sensaciones ms densas. Qu grande va a resultar habernos encontrado juntos, eh?
No regalo nada. Me lo ense mi madre.
De todos modos, ves esa iglesia de piedra verde? Estamos all. Casi. Parcialmente all.
Borrosamente all. Kundalnicamente all. Etwas all.
Pero este etwas territorio no era ni inhabitable ni desinhabitable. Funcionaba
principalmente como un rea por la que atravesar un paso dimensional, rayada, araada,
cortada por todos los medios que los siglos haban descubierto de aniquilar la distancia entre
Nidhamorth y el resto de Europa, ros, carreteras, rieles, canales, acequias, caminos, puentes,
viaductos. El banshee salt por encima de un puente curvo, pas junto a un vertedero
municipal y rod hasta detenerse frente a una casa solitaria y despojada.
Escuadras de diablicos pjaros de plomo saltaron al tejado de la casa, de la inmovilidad
instantnea a la inmovilidad instantnea, del bosque a la ciudad. Las tejas de pizarra estaban
rotas por los vientos y los pjaros. Una ceguera absoluta haba construido esta costosa casa de
clase media aqu, muy apropiada, algn ahorro de los tiempos en que las monedas an no eran
decimales. El exterior ingls estaba emplumado como un andamio. Quiz una disputa sobre
tierras. Nadie lo saba. El orgulloso dueo se haba ido, permitiendo ganar el pleito fcilmente
al consejo local, celebrando el triunfo con montones de basura que ahora laman el jardn
delantero, corrodos, pudrindose intrincadamente bajo los poderes creativos de la
putrefaccin. Haba latas abandonadas en los caminos. Con toda dedicacin, la cal haba cado
de los ladrillos, dejando un aspecto leproso, nevando como caspa alrededor del porche. Y ella
alz la vista del cactus encantador lo haba l admirado tanto, bendito sea, un buen marido
apenas a tiempo de ver el camin que se deslizaba al travs de la carretera hacia ella. Y
luego, desde detrs, el proyectil brillante del coche que iba al norte
Charteris se apoy en el porche, tapndose los ojos para huir de la imagen que se repeta.
Haba estado, estaba siempre llegando a l por la telaraa iterativa.
Fue una coincidencia de alternativas en la que me vi atrapado, todo antiflorido. Amo
tanto lo ingls no lo entiendes! No le hara dao a nadie Voy a mostrarle al mundo
cmo
No me le devolvers apenndote.
Ella, la mujer del cactus! Ella! Ella! Quin era?
La Escalacin se haba apoderado de una antigua oficina de reclutamiento del Ejrcito en
Ashby Road. Tal entorno, con sus olores de vieja madera inglesa y de gimnasia, haba
inspirado dos de sus canciones ms famosas, El prepucio intermitente trazado y destrozado y
Un pelotn de uno, en la poca de El Sonido del Mar Muerto. Eran cuatro, cuatro jvenes
desharrapados, sensoriales y sensacionales, llamados profesionalmente Phil, Bill, Ruby y
Featherstone-Haugh; ellos aparte de Barnaby, que manejaba las cintas de fondo para producir
ruidos complementarios o coros.
Estaban haciendo la nueva. An podan or las ambulancias aullando en la distancia, e
improvisaron un nmero que incorporaba tal ruido y se llamaba Pagu una ronda en la Ronda
de la Ronda. Bill opinaba que deban interpretarla despus, o preferiblemente sobre
Sanciones, sanciones; decidieron guardarla como cara de reserva para el caso de que hicieran
el viejo circuito de las grabaciones.
Empezaron a ensayar la nueva.
Guardo el dinero en mquinas tragaperras:
estas monedas nuevas slo sirven para ser gastadas.
El sol avanza como siempre, lentamente.
Ahora, aunque tenemos las monedas decimales,
yo an pienso en libras, personalmente.
No armonizo en absoluto con lo nuevo,
pues exige que se llame veinticinco peniques
a lo que era una corona antiguamente.
Se supone que la vida es negociable, no es as?
pero yo an pienso en libras, personalmente.
Entraron Greta y Fio, seguidas de Robbins y los Burton. Ejrcito Burton haba perdido su
corbata nueva y encantadora, la primera que jams haba tenido. Sostena que Charteris deba
hablar en pblico lo antes posible junto con el grupo, en Nottingham, a la noche siguiente;
Robbins deca que en la escuela de artes haba una chica llamada Hipertermia; Banjo hablaba
de Londres. Greta deca que se iba a casa.
Estupendo, chicos, estupendo, a disolverse! Habis escalado, quiero decir que ahora
sois un coro, no slo un grupo; de acuerdo con esta tarea de siglos? Maana por la noche, en
Nottingham, sois un coro, entendis? As que atamos nuestras fortunas a Colin Charteris, el
santo del maana, el autor de los Marcos de Referencia Borrosos.
Oh, est otra vez con el sexo! Me voy a casa dijo Greta, y se fue.
Su madre viva muy cerca, en una casita sobre La Paz Interior; Greta ya no viva all, pero
no se haban peleado, simplemente se haban separado poco a poco en la corriente de la
vidamuerte, derivando. A Greta le gustaban la suciedad y la decadencia arbigas; lo que no
poda soportar eran las filas de plantas de interior con las que se rodeaba su madre.
Hermana, nos han hecho decimales,
todos los valores son nuevos;
te lo juro por los chelines que he guardado.
Cuando era nio y luego en la L. S. D.
haba un hermoso barco dibujado
en cada monedita peniquea
Estaban acostumbrados a la locura de Burton. Les haba conseguido las multitudes, las
voces agudas desde la filas delanteras. Necesitaban all los rostros, el ruido, la interferencia, la
falange de decibelios que el pblico les devolva en defensa propia; lo necesitaban todo, y el
olor y la empata, para ceder y desgarrarse la garganta en el ltimo verso. Las cosas que se
compran con las nuevas monedas poda tener entre lneas, como contrapunto, salmodias en
vez de instrumentos. Quizs incluso el Santo Charteris tomara parte en ello. Santo
Nidhamorth? Algunos decan que era comunista, pero poda ser lo nico que necesitaran,
incluso convertirse en pienso de canciones. Miraban demasiado atrs. Necesitaban el futuro y
sus pensamientos. Labios cerca, Pose nueva, La verdad est en los instantes estticos. Bien,
tena posibilidades.
Con Charteris extasiado, trabajando en su obra maestra, cortando, sobreimponiendo,
anotando, Angeline exploraba la casa. En el piso de arriba, en la habitacin trasera, viva un
vagabundo, boca envejecida y amarilla como una cuenca ocular. Lo evit. La habitacin
delantera del piso de arriba estaba vaca porque se humedeca demasiado cuando llova. Se
qued de pie sobre las tablas desnudas y carcomidas, mirando por la ventana el mar plomizo y
muerto de costas de basura ciudadana, basura de poca calidad, bandadas inmviles de
gaviotas, picos tan cnicos como las sonrisas de los reptiles de las que provenan. Tierra tan
hmeda, tan obscura, tan marrn del ms parecido al negro, finales de febrero y todos los
trenes corriendo medio al azar, con los pobres conductores de cabezas drogadas olvidando sus
deberes, persiguiendo sus telaraas privadas, ansiando estaciones ms profundas. Ya nadie era
humano. Ms le vala tomar LSD y unirse a la alucimayora, olvidar las antiguas ideas de
culpa, desprenderse de las antiguas llagas maternas. Charteris le daba esperanzas; pareca
considerar buena la situacin, mejorable dentro de unos lmites borrosos, reconstruyendo todo
lo arruinado.
Espera hasta que leas El hombre conductor le haba dicho l a Brasher. Vers. No
habr ms problemas en cuanto todo el mundo reconozca que siempre fue un cazador. El
cazador moderno se ha hecho conductor. Sus mayores esfuerzos no van dirigidos a mejorar su
botn, su presa, sino a hacer ms complejos los modos de viajar. Todo se encuentra en el gran
esquema del espacio-tiempo-mente. En su cabeza hay una autopista de mltiples valores.
Ahora, despus del coup de Kuwait, se ve libre de conducir por cualquier camino que desee,
en cualquier direccin. Ya no hay fricciones ni restricciones externas.
As haba hablado Charteris. Se haba sentido impulsada a escucharle, realizando as
posiblemente la muerte de Phil. Haba un conjunto rival asentado en los stanos de
Nidhamorth, los Rugidos Suaves. Haban sacado un ttulo del aire: Hay un hada con un
Aeropagita.
Nada de fricciones ni restricciones externas. No necesitamos ley, guerra ni comodidades
sobre la mesa, migajas entre los libros que estaba rompiendo y sobre los que dibujaba.
Actividad constante, las ventanas de ella, viento sobre las curvas y los altos.
Si me quieres, amor, habr algo personal en el asunto?
Todo evoluciona, ngel, todo est lleno de presas.
Cuando llegaron los de La Escalacin, ambos estaban yaciendo a medias sobre la cama de
campaa, con los miembros entrelazados, sin llegar a copular.
Greta llor, acompaada por dos de los del grupo. Featherstone-Haugh puls una cuerda de
la balalaika y cant.
Su madre fue muerta por un Ford Cortina soleado, y la carretera se cerr de un golpe.
Ruby Diamond mostr unas mejillas de un gris plido.
El hombre conductor, captulo tres. La Literatura del Futuro Afectando la Sensacin del
Futuro. El concepto de Ouspensky de las fotografas mentales postula muchas fotografas de la
personalidad tomadas en momentos caractersticos; contempladas en conjunto, estas
fotografas constituyen un registro gracias al cual el hombre se ve a s mismo distinto de su
concepto habitual de s mismo y ms real. As, sugieren la trayectoria de la vida sin tener
movimiento en s mismas. La verdad est en instantes instantneos; se llega a ella a travs del
movimiento. Movimiento de los coches al chocar, de la copulacin, autodespertares cinticos
de cualquier tipo.
Hay muchas alternativas. La ficcin como fotografas mentales, el movimiento provisto
simplemente por el lector. La msica como un arpn a unas entraas dormidas, ahogar los
aullidos de los perrillos. La accin como mancha de la existencia. As, la verdad como un
montn de fotografas, autocanceladas para autorrealizarse, dotadas de valores mltiples.
Indecisin multiincisiva y no automtica. La impureza de la decisin como uno de los motores
que llevan a tales heridas de la verdad; el acontecimiento ouspenskiano de un choque mltiple
en una autopista moderna como ejemplo extremo de tales impurezas. Aqu se mezcla el deseo
de la verdad. El hombre y el terreno se funden, la ciencia preside. Las mquinas predominan.
Charteris se qued ante la ventana escuchando el ruido del conjunto, contemplando el
terreno accidentado. Los setos y los rboles no mostraban la menor seal de verdor, estaban
tallados en hierro; las puntas agudas, sin brillo, del marrn ms parecido al negro, aunque los
vientos empujaban el resplandor de la lluvia por todo el panorama. Los mediodas reducan los
trabajos de Coventry. Los vehculos que surcaban las carreteras dejaban estelas de espuma.
Carreteras como mares, como un pensamiento fsil, coprolitos de abolientres antiguos,
paternhielos. Las primeras tonteras sobre los terrores de la explosin demogrfica; se aprenda
a vivir con ella. Pero se seguan produciendo errores. Los parados estaban dedicados figuras
negras del interior que representaban parodias animadas a replantar rboles jvenes por los
terraplenes sintticos y por los tmulos de los bancales, desmontes y pasos subterrneos,
destruyendo as su geometra, fundiendo por error un resumen de la naturaleza con la gran
ecuacin.
Haba que desterrar aquella naturaleza negra y pandmica. Pero el firmamento monstruoso,
escurriendo luz de los rincones ms oscuros, contrarrestaba este paso regresivo hacia los
moldes de la realidad pasados de moda. Las bombas APQ se haban escurrido de los cielos; era
su territorio. Presida la ciencia.
Haba un hermoso barco dibujado en cada monedita peniquea.
Las cosas que se compran con las nuevas monedas
se han hecho en un lugar desconocido.
Resuenan, de algn modo, dbilmente;
Me recuerdas? Estaba antes de que conocieras a Brasher, te conoca cuando eras una
nia larguirucha, sola ir a jugar con tus hermanos, te di el primer beso
Es mirar atrs, Ruby, mirar atrs desesperada.
Cre que me queras, solas ir en mi bicicleta.
Es el pasado, Ruby.
Tema sus propias lgrimas, la misma naturaleza de su yo enterrado. Apoyndose en el
escurreplatos, vio el rostro que surcaba el suyo como una linterna ardiendo de impaciencia,
murmurando, volvindose bajo el cepillo y dejndola all con la meloda de una sola nota no
escuchada pero siempre resonante.
Multitudes apelotonadas en Nottingham para recibir a La Escalacin, adolescentes
amontonados en las calles, susurrando apenas, los mayores, los viejos, los mal formados y los
paralticos, todos los que no haban perecido de hambre, todos los que no haban muerto
cayendo en incendios, zanjas ni carreteras, todos los que no se haban perdido vagando
despus de la cada de los aerosoles, todos los que no se haban abierto los crneos esponjosos
con abrelatas para dejar salir los fantasmas y las ratas. Todos esperaban ansiosamente a La
Escalacin bajo las costuras de sus gabardinas grises.
Al cabo de dos piezas los muchachos, sensoriales y sensacionales, haban conseguido que
las multitudes les devolvieran el ruido. Burton se puso en pie, anunci al Santo Charteris,
pregunt si alguien haba visto un perro perdido que llevara una corbata roja y negra. La
Escalacin aull su nuevo himno.
En una chabarriada soporvivo
de Nidhamorth el obsoldurecido.
Charteris gritamos:
nos das por qu vivir y te adoramos.
Prueba los mltiples valores del sesgrneo
en cuestin de un instante instantneo.
Apenas haba pensado en lo que iba a decir. El esquema estaba all, claro o borroso.
Pareca tan evidente que tena la sensacin de que no era preciso explicarlo, excepto para
despertarles y que vieran lo que saban ya. Los soadores eslavos, Ouspensky y los dems, le
enviaron viajando con su mensaje por toda Europa hasta este puesto avanzado. Si el mensaje
era vlido, estaba formado por el viaje y la llegada. No siempre iba a quedarse impotente al
otro lado del ro. En Metz se haba dado cuenta de que el mundo era una telaraa de fuerzas.
Sus mentes, especialmente estas mentes del interior, se haban convertido en reposalmacenes
de un pensar tambin tejido, claro pero indefinido, instantneo pero infinito.
Si queran modelos exteriores, el esquema espaciotemporal de los modos de comunicacin
que rizaban su territorio funcionaba como un plan maestro, el plan monstruo de los esquemas
mentales. Todas las respiraciones incoherentes que llenaban sus vidas encajaran entonces en
su lugar. Las casas antiguas y vacas del siglo diecinueve construidas por clases nuevas que
ahora se pudran como rocas amarillas sobre las colinas, las carreteras que fluan o refluan
como las superficies de antiguos lagos, no eran intiles; funcionaban como hitos del terreno.
Bastaba ya de aguas sin desoves, nada deba ser desechado; todo se reorientara, como
quedaban reorientadas las mansiones de piedra amarilla o las iglesias de piedra verde por la
dinmica del paisaje cambiante, y como los choques escalaban hasta un hacer el amor. Era el
dirigente del Nuevo Pensamiento. El Sistema del Cuarto Mundo, el Hombre Conductor,
aparecera pronto, todos se despertaran.
As que las palabras saltaron como pjaros al despegar.
Su e os
Tendidos bajo el finalizador del sueo
enviamos seales invidentes
a alguien que nos oye en la lejana Andrmeda.
Enviamos seales repetidas
a quienes nos escuchan en todas las Andrmedas
esperando, temiendo respuestas.
Ms all de las iluminadas avenidas,
las autopistas mltiples del tiempo,
el ayer se vomita como siempre
a s mismo surcando el cerebro nervado
hacia atrs, resonando por los huecos
de antiguos sistemas de intervencin de lneas.
Otro p oem a s o ad o
Mis cartas se retrasan en buzones personales.
La incertidumbre es mi elemento bsico
y astropistas se bifurcan en fuerte pendiente.
Bajas temperaturas,
cortinas cerradas,
una mancha en el papel de la pared
y las ramas de la noche descolgadas
sobre caminos de hierba muy densa.
Lo que podras llamar mi pesimismo
no es ms que una dedicacin continuada
de preguntas de inters teidas,
apasionadas, siempre ms profundas
sobre acontecimientos perdidos de cualquiera.
Das pasados y das por venir,
y los eternos de cualquier momento
en ranuras de buzones de la noche.
Ms esq u em a q u e m en te ciu d ad an a
La ciudad tiene un esquema incorporado
ciudad
ciudad ..............................incorporado
esquema incorporado.
La mente es algo ms que la ciudad
ms que la ciudad.
La mente es algo ms
ms que
La mente..........................la ciudad.
Las carreteras corren como el pensamiento fsil
corren
pensamiento
como el pensamiento.
La mente
la ciudad
las carreteras
el pensamiento
incorporado.
Fsil
Las ciudades
Las ciudades tienen................incorporados.
esquemas
Las ciudades
Las ciudades tienen esquemas incorporados.
Las mentes son ms
ms
Las mentes
Las mentes son algo ms que ciudades.
Carretera.....................pensamientos
Una carretera...........................................fsiles
carretera corre
carretera corre
Una carretera corre como pensamientos fsiles.
Una carretera.....................................................esquemas
corre
ciudades
fsiles
Pensamientos.................................mentes.
Si viajando te perdieras,
los carteles te dirn
entre ladridos de perros:
Por aqu a la oscuridad!
CORO:
In ten tan d o am ar
Angline
Anjline
Angelea
Agelea
Aglina
Agline
Puedo pronunciar mal tus actitudes.
El habla es silencio de plata, no tiene inters.
Angeline, piensa en m en tus propias monedas.
Angline
Gelina
Jalena
gil Gelatina
En los tiempotorios de tu aspecto
se paraliza mi esperanza,
parafraseada en carne y poros.
Oh, Inglina
Itchelino
Antiquina
Algn da lo sabr tal como es.
LIBRO SEGUNDO
Hacia el sur
TRAYECTORIAS INMVILES
El tocadiscos interpretaba una pieza llamada Punto bajo diez. Era la favorita del bar
aquella vez que el supervisor de colocacin Jan Koninkrijk se vio obligado a hacer noche en la
habitacin posterior del piso de arriba, cuando volva a casa desde Colonia. Mir por sobre los
pequeos tejados apelotonados y retumbantes y oy el disco; lo volvi a or durmiendo,
mientras soaba en las realizaciones intermitentes de la vida y del viaje y las sirenas de los
remolcadores melanclicos silbaban fuera del hotel, donde el ro Mosa devena Maas al cruzar
la frontera.
La muchacha de la barra, tan blanca, pura raza holandesa del norte en aquella triste ciudad
del sur de Holanda, cabello casi lechoso, rostro nveo y anguloso, lea con inters la seccin de
deportes del peridico. Chispeaba la fuente.
Intent mostrarse agradable conmigo anoche, sonrer con calidez, se dijo Koninkrijk ya
viajando hacia Blgica. Ya no me interesan demasiado las mujeres espordicas, pero su vida
tiene cierto misterio El patetismo de tener que servir bebidas alcohlicas diludas al cinco
por ciento y contemplar noche tras noche partidas de cartas jugadas siempre por los mismos
parroquianos, escuchando los remolcadores y Punto bajo diez. El hambre entumecedora de
droga bufando fuera, en las calles. Estaba ella pidiendo ayuda? Escuch los dilogos de la
sangre: slo silencio, excepto Punto bajo diez haciendo or sus latidos coronarios Ser
mejor que vuelva a Marta, no hay tales peticiones que provengan de su prisin. Una esposa
encerrada. Quizs habra mejorado esta vez, sera menos aburrida.
El Mercedes quemaba la autopista, tocndola apenas, silbando sobre ella a ciento sesenta
kilmetros por hora, desde Colonia y Aachen, por Bruselas, a Ostende y de all a Inglaterra.
Todo ello colgado a lo rabe, ahora. Surcando sus pensamientos desordenados, Koninkrijk no
dejaba de estar atento a posibles locos: el nivel de accidentes de las autopistas no era bueno
Los policas, tambin cocidos, las llamaban Carreteras Calientes desde los das de la Guerra de
las Cabezas Drogadas. Pero esta encapotada tarde no presentaba mucha oposicin, as que
corra a toda velocidad, silbando para s canta con tu cuento cuenta ciento que quiero correr
contigo contra viento.
Ira decayendo; cada vez menos admiradores, quizs alguno fiel, iran cada tarde al bar.
Los das al pasar dejaban en la cara marcas de lavados apresurados. Su buena voluntad en
tensin. Sonrea y sonrea, y era una vctima. Si la compadeca es que an era capaz de amar.
De lo que tena sed era de las posibilidades que ella representaba de su mano tendida a sus
iguales. Una lnea hermosa, ah, aquel misterio maravilloso de la mujer, un tanto ms delicado
que el simple sexo. Aerodinamismo, las uas pequeas semejantes a dientes. Con un gesto
muy poco holands le haba besado la mano; estaban solos, se haban mirado: l no era mucho
mayor. La habitacin adquiri color a su alrededor. Meti una moneda en el tocadiscos para
que ella oyera Punto bajo diez otra vez mientras l se iba. Slo para agradarla.
La haba mirado realmente? Se haba visto ella a s misma realmente alguna vez? Tena
algo que revelar, oscuro y dulce, al hombre que lo buscara como correspondiera? Pero era de
nuevo su antigua idea romntica. Ya nadie buscaba a nadie; bajo las lluvias alucingenas,
viajaban slo en pos de s mismos y nunca llegaban a colocarse bien al efecto.
Viva en Aalter, al lado de la autopista, en una casa pequea. Mi vida es un objeto de
arte, deca en broma cuadrando los hombros bajo la camisa. Haba alternativas: la presencia
de su esposa, la presencia de aquella muchacha, su trabajo, su posible nuevo destino en
Colonia, su despacho, aquel Mesas loco de Inglaterra; todos eran ndulos distintos de su
mente, todos reciban su substancia de distintos ndulos de la superficie del planeta, ninguno
de ellos poda ser alcanzado sin los dems. Era posible que uno fuera un esquema de otro; lo
nico seguro era que el enlace entre ellos era el viaje, era las hebras, las obras, las fibras de la
cultura. Sin duda, l viajaba y deprisa como deca el velocmetro: 175 kilmetros por hora,
que se reflejaban tambin en los latidos coronarios.
Koninkrijk llevaba algn tiempo dejando de lado los pensamientos segn sus ojos iban
captando terrenos conocidos, despojados de antiguas implicaciones de la naturaleza. Ahora
estaba ms all de Bruselas, del sonido de sus cocinas de alimentos fros. Aqu estaban
haciendo ampliaciones a gran escala de la autopista. Iba a haber dos carriles ms en cada
sentido, lo que duplicara la cantidad inicial; pero los carriles nuevos seran de una anchura
doble de la de los anteriores, para permitir el viaje a toda velocidad de los colgados,
hechizados por la borrosa telaraa. Se haban amontonado a los lados de la carretera los labios
de una tierra senil, se haban erigido torres de cemento; casamatas largas y bajas; tableros
indicadores con complicados nombres extranjeros; lmparas, reflectores para el trabajo
nocturno; cosas cuadradas y gigantescas con ruedas y orugas, gras amarillas; andamios,
volquetes, colinas, lagunas, montones de grava; coches viejos destrozados, otros nuevos y
brillantes como kandinskis y kettels; hedores, como vahos emitidos por cadveres; y, por todas
partes, figurillas de juguete vestidas con monos de trabajo rojos, rayados y luminiscentes,
como trabajadores fornidos. Vio moverse al animal nuevo entre las quebraduras del terreno.
Estos hombres estaban creando todo aquel caos slo por el viaje, por el nuevo viaje
superrpido, catargasmo de las mentes colgadas.
Redujo la velocidad en la desviacin de Aalter. Era imposible saber hasta dnde le podan
haber afectado personalmente los aerosoles, pero Koninkrijk reconoca que su punto de vista
haba cambiado desde que cayeron, aunque en el momento del arabombardeo l estaba
trabajando en Francia; Francia haba permanecido neutral y con la vieja mentira de que
Tenenti TV protege les yeux. Piedboeuf. Redujo la velocidad al empezar a tomar la prolongada
curva, cuya direccin quedaba invisible por el obstculo de las obras a cada lado. Realmente
Aalter estaba siendo devorada por el esquema de ampliacin de carreteras: oculta la antigua
granja de los Timmerman, desaparecidos sus campos, destrudo el paseo bajo los rboles.
La nica casa que quedaba habitada en la calle era la de los Koninkrijk, pequea y triste,
por culpa de las mejoras. Las erupciones sismolgicas de las mentes europeas haban arrojado
una masa de tierra que enterraba a medias las casas cercanas. Una excavadora trabajaba sobre
el montn como un escarabajo estercolero, al nivel de las viejas chimeneas por las cuales, en
tiempos, se haba alzado el humo de los hogares vecinos. Ahora aquello se haba acabado. No
haba pasado ni futuro, slo la divisin entre lo conocido y lo desconocido, avanzando
inexorablemente, exterminadora de una Tierra fantasma.
Los narcisos se alzaban firmemente en el camino de la casa de los Koninkrijk frente a tal
contingencia concreta, manteniendo alejados los detritus devoradores, narcticos en su
precisin.
Una llovizna envolva Aalter, despus de haber atravesado durante horas la llanura del
norte de Alemania, cuando Koninkrijk sali del Mercedes. Las mquinas aulladoras contra mi
casa silenciosa, tan falta de caractersticas distintivas, y ella ah, y el animal nuevo mirando
con ojos hmedos. No se senta seguro al respecto del animal nuevo, pero ahora no estaba
viajando, sino en pie y ya no en manos de la velocidad, y por lo tanto vulnerable.
Descortezado. Agach la cabeza para protegerse de la llovizna y se dirigi al porche de cristal
opaco, cerrado. Ella no tena tal refugio para su intimidad; slo una trastienda al otro lado de la
barra, demasiado accesible al posadero cuando se despertara por fin, hastiado de su ltimo
cigarrillo y cinco-por-cientado, para intentar torpemente alcanzarla y sacar de ella aquella
combinacin perdida de xito que no haba l podido encontrar en manos de aquel baile
magnfico. Marta, mientras se acercaba lentamente lo desconocido, tena al menos el privilegio
de su intimidad astuta.
Marta Koninkrijk esperaba, en este momento y a lo largo de todos los otros momentos
enterrados, un alguien secreto que la aplastara para revitalizarla; o al menos eso deseaba o
tema. Se quedaba sentada durante las horas estriles de ausencia de su marido como si la
moneda brillante que giraba no se fuera a oxidar nunca o como si el avaro perdiera el tesoro
escondido. El tiempo no pasaba nunca. Las bombas la haban bendecido a medias con una
locura largamente amenazada, aunque no estaba tan loca como para no intentar ocultarle a su
marido lo lejos que viva de l entre las motas que caan permanentemente, ni como para no
intentar ocultarse a s misma lo admirable de la perfeccin de la inmovilidad. Se quedaba
sentada con las manos sobre el regazo, tendiendo a veces un dedo para trazar en la pared una
grieta tan delgada como un cabello. Lo cual resultaba muy atrevido, porque se acercaba el da
en que se abriran las grietas y las fuerzas de la tierra se verteran al interior mientras que las
mquinas nuevas rodaran triunfalmente por sobre las puntas sobresalientes de las chimeneas,
avanzando como recordatorios de su parlisis inmensamente aburrida.
Koninkrijk haba instalado para ella un aparato de omnivisin en la casa. Poda quedarse
sentada y confortarse la mente rida dejando que el mundo exterior se desconectara al
conectarse el interior. Desde la sala de estar con su mobiliario frgil, de superficies
brillantes, y con sus espejos refulgentes de bordes biselados poda contemplar intensamente
la fila de pantallas que mostraban las otras habitaciones de la casa; las pantallas le extendan
los sentidos, siempre tan etiolados, plidamente, por toda la casa vaca, proporcionndole unos
ojos que miraban sin parpadear desde las esquinas del techo de otras cinco habitaciones. De
colores malva y crema suaves, nada se mova en ellas en ningn momento del da excepto el
juego furtivo de luz y sombra all atrapado; nada haca un sonido, hasta que los receptores
captaban el zumbido de una mosca tempranera y, entonces, Marta se inclinaba adelante,
escuchndolo, turbada al pensar que la vida asaltaba las aberturas borrosas de su vida. No gira
ninguna rueda de bicicleta en una mente sin pedales.
La propia omnivisin produca un ruido suave como el de una mosca, ms dbil que su
respiracin, realizada metdicamente bajo el busto pequeo e inmvil. Las paredes de las
habitaciones densamente amuebladas tenan colgados espejos brillantes de muchas formas y
cuadros que representaban nios pequeos jugando en maizales, trados por ella de su
infancia; se podan ver en las pantallas de omnivisin.
A veces activaba un interruptor y hablaba temblorosamente a una habitacin vaca:
Jan! Pap!
Las habitaciones estaban llenas de vida desde el bastin inmvil de su silln de brazos de
madera. Nada se mova, pero en la misma inmovilidad se encontraba la vibracin ms intensa
de vida que ella conoca: tan intensa que, como el goce de la femineidad, deba de mantenerse
en secreto. Su misma intensidad traicionaba casi el secreto, pues cuando, abajo, se entrometa
la llave en el complejo orificio de la cerradura, an pareca transcurrir un tiempo
universalmente largo hasta que l apareca en lo alto de la escalera y descubra aquel trance
largo e inactivo de ella. Slo despus de pasar varios milenios y de ceder algo las radiaciones
de los pensamientos no digeridos, y de registrarse el sonido de la llave en los receptores
acsticos de cada habitacin, se levantaba ella silenciosamente, esquivando su imagen
delgada, transfigurada en todos los espejos, y se arrastraba hasta el rellano de la escalera para
tirar de la cadena del retrete, tranquilizndole al respecto de su actividad, de su normalidad, de
su vulgaridad terrestre. Ruga en el lavabo un desprendimiento de tierras; algn da inundara
la casa y ocultara la ltima de las imgenes de color malva.
Siempre, al subir las estrechas escaleras, oa el ruido del agua al correr. Colg
cuidadosamente la hmeda gabardina en la percha antes de volverse para abrazar a su mujer, a
ya a los equipos de auxilio de la zona. Alerta permanente desde maana a las cinco. Informar
tambin a todos los servicios hospitalarios. Parece ansioso. Los cuerpos dando vueltas de
campana teniendo sus catargasmos imposibles entre metales rebotando las cosas sucias
privadas demasiado hermosamente feas para ser ms que un timo. Oh, en la espalda, oh Seor
disperso, es que estos aos de mierda tienen en Inglaterra la mariposa de puntas naranjas?
Ambos sobre las camas frgiles, un abismo de cincuenta y siete coma oh nueve
centmetros entre ellos. Oscuridad, y la omnivisin desconectada pero sin embargo la conexin
slo durmiendo; habra otro momento en que fluiran las corrientes y los impulsos
reestableceran lo que haba ancestralmente cuando los claros de la selva se erguan como
papel de empapelar por todo alrededor entre sombras murmurantes cuando la sirena asesina
echa a un lado los celos y deja que las hebras susurrantes de su cabello trenzado se tiendan
hacia las almohadas cerradas vestidas. Koninkrijk, levantndose de pronto, sinti que las
vibraciones le recorran. Era cierto: uno era esquema del otro, y nadie poda decidir cul. O
unas mquinas enormes se movan a cien metros de distancia, sobre la rana arterial,
sacudiendo levemente la casa en su oscuridad cementada, o bien se iban acumulando grasas y
sedimentos en las arterias que le rodeaban el corazn, agitndole todo el cuerpo con las
premoniciones de una trombosis coronaria.
Si despertara a Marta probablemente podra decidir qu era lo que estaba ocurriendo; pero
incluso en tal caso exista una ambigedad creciente sobre lo que era realmente un
acontecimiento. Ahora poda reconocer slo reas en las que los vectores funciones de los
acontecimientos radiaban hacia adentro o bien hacia afuera, de tal modo que la vieja
costumbre de ser preciso era engaosa cuando no totalmente irrelevante. Y, aadi para s
antes de volver a caer en un sueo incmodo, la revelacin de Nidhamorth sobre los
multicomplejos se estaba extendiendo ya, por delante de su profeta, como una enfermedad que
anunciara sus primeros sntomas.
Angeline lloraba en brazos de Charteris en las playas largas, oscuras y hmedas de
Ostende, tiempotorio lavado. La Escalacin cantaba endechas junto a una hoguera
semiapagada: su madre se haba casado con un Ford Cortina soleado. Todos los coches, la
mayora decorados a lo modernista, muchos robados, se apelotonaban alrededor del banshee
rojo a todo lo largo del paseo donde los belgas mataban el tiempo y cantaban, conectados por
las animadoras palabras de Charteris, estimulados por el sonido de la msica.
Tomad fotos de vosotros mismos haba dicho en cada momento del da. Eso es lo
que debis hacer, eso es lo que haris. Las dejaris caer y se quedarn alrededor y otras
personas se metern en ellas y las convertirn en arte. Tomad una fotografa cada segundo y
as veris que las vidas que llevamos consisten slo en momentos inmviles. Hay muchos
momentos inmviles, todos distintos. Estad despiertos, pero durmiendo hacia adentro. Tenis
todas esas alternativas. Pensad as y descubriris an ms. Expulsad las serpientes.
Estoy aqu, pero del mismo modo estoy en otro sitio. No necesito hasta ese punto la
economa las limitaciones empiezan en la hierbucacin del nio. Olvidadla, vivid en todas
las regiones, separaos, dividos totalmente, sed borrosos, probad simultneamente todos los
lugares, indecidid al mismo tiempo, dispersad vuestras fotografas para el bien de todos.
Convertos en un milln y as alcanzaris una gran trayectoria inmvil, no hacia adelante en la
vida sino de canto, una inmortalidad unilateral.
Intentadlo, amigos, intentadlo conmigo, unios a m, unios a la gran motocruzada feliz!
Pero no eres indestructible, igual que yo no vi realmente un perro con corbata roja
aquella vez fue lo nico que dijo Angeline despus.
La abraz, la abraz a medias, con un brazo a su alrededor mientras con la mano libre
pinchaba judas con un tenedor y se las llevaba a la boca, alimentndose pero por otro lado
hacindolo slo a medias.
No es slo cuestin de ser orgnico dijo, como translaterado con las diversas
imgenes fotontonadas. Pronto empezars a ver que el pensamiento en los conjuntos borrosos
abole las antiguas subdivisiones que Ouspensky llama defectos funcionales en el apartado
receptor que surgen en relaciones demasiado afectivas o personales. S anlipechada en un
sentido prefrontal. Como dije a la gente, la autoobservacin, el tomar fotografas del alma,
provoca en s el autocambio, desarrollando el yo real.
Oh, djalo, Colin! Cuando hablas as no es agradable estar contigo. Cmo crees que
puedo continuar, si ni siquiera tengo resueltos mis propios problemas mentales? Mataste o no
mataste a mi marido? Por otra parte, no veo cmo puedes llevar adelante eso de lo mltiple;
quiero decir que hay cosas que son blanco o negro, no?
Con Angelina colgndose malhumorada de su brazo, Charteris se levant de la voluptuosa
arena y, caminando hasta la orilla del agua, rodeado de seguidores de medianoche, tir la lata
de judas a la galileana oscuridad.
Qu cosas?
Bien, o voy a tener un hijo tuyo o no, verdad? Supongo que a eso hay una respuesta
perfectamente definida.
Vas a tener un hijo?
No estoy segura.
Entonces hay una tercera posibilidad algo fro vol hacia ella.
Algunos tenan linternas y corrieron vestidos al agua para recuperar la lata reliquia
sagrada digna de discusin sin temor de ahogarse, con las ropas flotando alrededor. Y la lata
de judas se mova por la superficie de las aguas, fuera de alcance, derivando arriba y abajo
con dientes anaranjados, ms all de la msica de las Sabinas. Ms lejos, la ambigedad de la
declinacin lunar y de la rotacin terrestre se filtraban en la disprobabilidad del polvo blanco
de la noche junto con un ingrediente psicomimtico, nuevo y secreto.
Un joven sucio llamado Robbins, que antao haba sido aclamado como santo en
Nottingham, se meti en el agua tambin.
Eres ms grande que yo! deca. Contienes todas las referencias mutuas! Impide
que me ahogue!
Charteris se qued al lado del mar, ignorando a Robbins que se debata en las aguas,
leyendo momentneamente en los tiempotorios plidos del aspecto de Angeline. Luego se
volvi a Ostende.
Amigos dijo, tenemos que desafiar la gran o/obienez de la vida crasa que nos ha
vivido como autmatas, aullar como perros si es preciso! Cazar! Cazar! Entre los muchos
futuros desperdigados como los guijarros de esta playa hay una determinada cantidad finita de
vidas y muertes. Cazadlas! Nos veo viajando hacia un gran futuro progrepinchivo, cada
momento ciego en una autopista de ocho carriles. Junto a nuestra catasceleracin viaja la
dispernidad, porque el hueso est donde ms sabrosa es la carne. Cazadme, cazad mi
verdadero yo, los verdaderos vosotros. Maana preconozco que me tragar la muerte y me
devolver a vosotros vomitado, y entonces veris que he llegado a la otra orilla de la o/
obienez. Desechar la dislocacin!
Un milagro! gritaron los del conjunto de msica popular, y los melmanos y los
motorcruzados y todos los pirados adyacentes a la noche.
Angelina le abraz fuertemente, consciente de que poda ser maravilloso aunque no dijera
nada que ella pudiera comprender. Cerca de l estaba la reunin y comenzaba la maldisecacin
general. Tras ellos, aferrando la reliquia sagrada de la lata de judas, debatindose y
escupiendo agua, Robbins cay a una carretera sin luz fuera del alcance de cualquier
trayectoria terrestre.
El paseo como un gran chisporroteo de fuego al alba temprana, la vida, sin presas, sin
botn.
Al otro lado de la repisa postglacial donde ardan las primeras luces del da se erguan
proyectos abandonados de hoteles, petrificados por la llegada de los aviones rabes de
fabricacin francesa; algunos a medio hacer, anteproyectos en vigas; algunos a medio demoler,
todos sin ventanas acristaladas, con las puertas rotas, hierbas en los cimientos y restos
podridos de habitacin humana. All llegaron los cruzados salidos de su borregepsia, cansados,
rascndose a la ambigua luz de la maana y respirando colgadamente.
Agachada, delgada, entre su cada vez mayor crecimiento, la figura de culto, Colin
Charteris, el Simn Templar de s mismo, constituye su propia marca entre la luz gris, saliendo
como un len de su madriguera, con la melena rodendole por completo. Algunos de sus
chacales mayores gritan un saludo, los Burton, Featherstone-Haugh, la pequea Gloria, el
negro y delgado Cass, Rubinstein con los ojos brillndole por un porro temprano. El hroe
responde tosiendo a medias, explora hbilmente los reinos pedregosos de la playa, comprueba
que no se alzan crceles de rboles grandes y agradables en la estacin de polica de la noche,
envenenndoles entre ramas retorcidas y ciamarinoche sin afeitar tosco encendido en la
celoprisin.
La antigua iglesia de Sumadija suelta un zumbido dulce de carne cada y podrida y flores y
una abeja zumba donde el viejo amigo en su ltima cama de piedra. Yendo con su padre tan
respetado y sin decir una palabra. El mismo aroma de la hierba y de las paredes y un
magnfico tablero de ajedrez de piedra. El rostro hundido de cabello revuelto y nariz curva, y
su padre alzando una mano manchada desprendida de la roca. Palabras zumbando como una
abeja. La misma luz falsa enfermiza de la celda. Su propio miedo y comodidad como la llave
en la cerradura y luego el enfermo aupndose a una pizca de grasarne para alcanzar sin
miedo, Dusan! y palmear el coco inmaduro de la enfermedad de Colin
Angeline se pregunt si volvera a no tener el perodo hoy e hirvi caf para su seor y
maestro en un hornillo plegable; no estaba segura de si se senta o no enferma y, en caso
afirmativo, de si era porque estaba embarazada o porque tema la perspectiva de otro
enloquecido da de conduccin semiautomtica. Bien, era un mundo de tramas borrosas, como
deca su chamn, y ella se adaptara a l.
Algunos estaban ya poniendo en marcha los coches o conducindoles por el borde del hielo
hasta la arena como modo ms rpido de salir del montn de animales de la playa, acurrucados
como ballenas con alas de escarabajo. El mantenimiento continuaba de forma limitada,
principalmente en la esfera de los trozos de cuerda que ataban trozos de mquina. Lo
chispeante de moda era llenar con pintura cscaras de huevos bebidos crudos y luego fijarlos
con cinta adhesiva al cap; al ponerse en marcha, la pintura sala poco a poco en regueros
enloquecidos o se esparca por el parabrisas y por el techo del coche o, bajo una aceleracin
repentina, los huevos se rompan como un ventrculo agotado. Slo el banshee de Charteris no
estaba adornado con tales caprichos. Como Francia, era neutral. Y rojo.
A dnde vamos hoy, Col?
Ya lo sabis de fondo, flautas y guitarras.
Bruselas?
Voil! Todo el equipaje del maletero del coche, como un altarcillo mal construido, saltado
adelante sobre los hombros del conductor. No lleva cinturn de seguridad, est completamente
aplastado y, sin embargo, est vivo y gime, parece pedir algo en alemn?
La ambulancia llega casi enseguida, peatones hostiles miran tambin por las ventanas del
coche ahora pblico. Los hombres uniformados sacan al conductor aplastado, trozo a trozo; el
conductor del camin y el del tractor estn al lado, ocultando su impotencia y desamparo con
explicaciones y frases repetidas. Se ech a un ladu para cugerme. Koninkrijk, con su
curiosidad morbosa, recordndolo ahora obsesivamente, casi odindose, manosea el interior
salpicado de sangre del coche cuando ya los hombres de la ambulancia han sacado la mayora
de las piezas de la vctima.
Su imagen pequea, fra, distorsionada de un mundo dirigido por los hombres slo
contena este conducir y este estrellarse, nada ms; toda otra cosa llevaba a momentos
cenitales de conduccin y choque, la realizacin brillante y tecnolgica generada por la
primera punta de flecha de slex, el estruendo esquizofrnico de la naturaleza dividida del
hombre desde que conjur el bien y el mal sacndolos de fenmenos entremezclados a todo
lo que superaba el clmax de la colguccin y del choquiaje, una agresin motorizada ms all
de la sexualidad o, ciertamente, de cualquier accin momentnea.
Lo qumico slo puede enmascarar lo bsico.
El comer, el defecar y todo lo dems no eran ms que procesos de preparacin, de puesta a
punto del cuerpo para crear el siguiente ciborg de la carretera. Su mujer subnormal. Las cosas
que hacan los dems no eran ms que substitutos de la muerte en viaje. Los campesinos
chinos, hundidos hasta las rodillas en arroz, suspiraban por el da en que tambin ellos
pudieran disfrutar de la muerte en viaje. Sordos congnitamente, oyendo slo motores.
Se mir a los ojos, horrorizado. Su mente se vea absorbida al tema fijo. Su profesin se
haba convertido en obsesin. Hoy habra an una visita ms; tena que llegar a la estacin,
temiendo y esperando. La cruzada de Charteris haba sido inventada para su filosofa
particular. Charteris viajaba para alcanzar la obscuridad absoluta. Al desenchufar la maquinilla
de afeitar, oy que Marta conectaba la omnivisin. An le agitaban el pecho algunos
temblores.
El inmenso acantilado de tierra se alzaba incluso ms alto, esta maana, por sobre sus
baldosas rojas y limpias; all arriba trabajaban cosas que sonaban como cajas de cerillas,
negras contra el firmamento. Ms arcilla desenterrada entre los narcisos. Era mejor en la
estacin de la Polica de Viajes ms parecido a ir en avin y menos a ahogarse en el mar.
Buenos das, Jan.
Buenos das, Erik.
Koninkrijk subi a la torre, donde ganduleaban dos hombres uniformados, charlando,
fumando porros. Poda ver, bajando la vista, a travs del techo de cristal de la habitacin de
abajo, a los relajados guardias de turno, con los pies en alto, acomodados en sillas de mimbre,
leyendo peridicos y revistas. Cuando sonara la sirena de alarma la habitacin quedara
desierta y desordenada, los peridicos arrugados y abiertos, tirados por el suelo.
Muchos de ellos estaban colgados, pero se mantenan en su puesto. En Bruselas era peor.
En cuanto a Alemania, se deca que Frankfurt y Munich ardan.
Examinando el panel de informacin anot el estado del trfico en los puntos prximos a
las otras estaciones a lo largo de la Altopista. Creciendo desde Ostende.
Ya las primeras agonas de la cruzada surcaban las calles de Aalter. Desde la torre de la
estacin haba una buena vista; no la vio nadie ms que Koninkrijk, mientras lea sus propias
informaciones de la gran extensin mutilada; el resto de los cologuardias pacan sus mentes
entre relatos de prostitutas de pechos grandes, reyertas con nazis en la Escandinavia ocupada,
tiroteos en Fort Knox, traiciones en Macao o la mierda de las actividades del da anterior; dos
oficiales que terminaban el servicio intercambiaban historias sucias, sobre una cerveza Stella
Artois a precio reducido, en la cantina; la realidad no era muy atendida, y realmente soy el
nico, pero incluso yo preveo ya el tiempo en que el banshee del Mesas ingls pase lanzado
por aqu a lomos de la muerte en viaje, reina, y retrocedo a medias a la idea de aquella chica
de Maastricht quiz con ella encontrara fin ese algo determinado. Oh Dios s que no me
preocupo a menudo pero qu voy a hacer con Marta es esquizofrenia sobre parlisis la causa
de mis los febriles.
Crees que el gobierno de emergencia puede arreglrselas, eh?, pero los valones estn en el
fondo de esto lo apostara s escasez de comida dicen que es una hambruna mundial pero
sabemos quin est detrs s sabemos quin est en el fondo del asunto s los valones.
Qu hace all dentro todo el da y tendr que llevrmela el fin de semana o enterrarn la
casa tumbas voces lgubres pero cmo la convencer Dios oh Jess salir de all mdate
hombre mdate djalo todo atrs ya que su padre confuso interfiere viejo.
Son la alarma, y baj al parque frontal mientras se agitaban los guardias. Subi al coche
cinco; al sonido de su puerta siguieron los ecos de las otras. Por la radio del coche se avisaba
de un amontonamiento de muchos coches al norte de Aalter, en la pista sur de la Altopista, a
dos kilmetros de la ciudad. Punto bajo diez. Todo predicho. Vamos y rugieron bajo el paso
elevado y se encabritaron a todo gas y por el gas para entrar a buena velocidad en la Altopista,
barriles amarillos como barreras y luces rojas de aviso rozando los cubos. Saliva muriendo
como la marea.
El termmetro del velocmetro subiendo y una excitacin sucia y familiar aglutinndose en
l. Para alguien haba llegado el momento de la verdad el gran rechinamiento la pasada
necesaria el metal lanzado la muerte tridimensionando a toda velocidad delante del parabrisas
y an muchos microsegundos maravillosos de seguridad antes del impacto y el rictus de la
fractura sonriente al tomar cuerpo las fuerzas latentes de la aceleracin. Koninkrijk se odiaba
por este vampacto de imavidez que desacolgaba. Ya ladraban los catrticos al otro lado de la
ciudad bacheada, de la seal de PELIGRO OBRAS, del montn pastoso de estircol y de la casa
cerrada de los Voeynant y, al otro lado del ensanchamiento de la carretera, empezaban a
izquierda y derecha las barreras antigolpes, combndose hacia fuera y curvadas en la parte alta
para recoger pedazos sueltos de metal que pudieran volar. Respiracin rpida y somera. El
ngulo agudo subarrendado a la movilidad por impactados latidos.
El accidente se anunciaba al frente. Sangre que se deslizaba hacia el sur iba perdiendo
velocidad, intensidad; goteando. El nervio vago de Koninkrijk vibr empticamente. En algn
punto al frente estaba el verdadero trombo, bloqueando sin duda la totalidad de la arteria. El
coche de polica se ech a un lado, hacia el arcn ms cercano. Koninkrijk sali de l antes de
que se detuviera y abri la barrera entre sentidos, llevando un transmisor/receptor porttil
consigo. Sol clido en los hombros, hierba demasiado alta contra la cadena hay que mantener a
la naturaleza fuera de esto los herbicidas esa guerra de mierda ese aerosol rabe.
Era un caso tpico de cabeza-a-cola, en el que haba diez coches implicados, algunos
montados sobre los de delante como una burda parodia de animales o colepteros copulando,
carroceras abiertas. An se filtraba algo; todos los pasajeros examinados para ver
desesperadamente necesito saber si cada uno tiene an sangre roja, zumo, agua, qu.
Koch, Schachter, Deslormes, id atrs, alzad las barreras y poned seales intermitentes a
diez kilmetros para que no haya una escalada de choques avanzando mientras hablaba.
Ocultando con la disciplina el lrico sonido de los lquidos linfticos. Mittels y Arameche,
mantened un carril abierto al norte para las ambulancias.
Pero lo saban. Todos necesitaban los gritos, la excitacin y el rugido de los motores. Todo
era simplemente un esquema, entresacado quiz de las revistas destrozadas del suelo de la
estacin.
Igual que la vez anterior y que quiz la siguiente. Verosimilitud erosionada. Un camin
suizo cargado de madera, con matrcula de Berna, lanzado a medias fuera de la calzada. Tras
de l, con la parte delantera aplastada, un banshee rojo. Un hombre atado frente al volante, la
cabeza contra el parabrisas destrozado, el equipaje de la parte trasera lanzado adelante sobre el
cuerpo y los hombros, algunos paquetes rotos, la puerta del pasajero abierta, Wolseley
adornado a lo modernista amontonado en la parte trasera del banshee, y detrs un apelotonabiento terrible de vehculos, en su mayora ingleses, formando un esquema alocado. Uno se
haba liberado de la masa y arda constantemente junto a la barrera exterior, tumbado de
costado. Gente corriendo cojeando gateando an por sobre la hierba pisoteada gritando y
reunindose y la curiosidad la realidad suelta entre las psiques. El helicptero de la polica
tabaleando por encima, fotografindolo todo, aventando humo hacia abajo contra las ruinas.
El clmax de muchos sueos. Semilla de sangre vertida.
Altavoces ladrando ms lejos, cuando Koch se puso a trabajar en su lado de la carretera.
Ambulancias que llegaban, hombres corriendo con tensores de chapa, haciendo su labor de
arqueologa instantnea, excavando por los delgados estratos metlicos hasta donde la vida
haba latido slo unos cortos eones antes, saliendo a la superficie con artefactos deformes y
primitivos de carne. Alguien que deca: el banshee era el coche de Charteris. El tiempo
convirtindose por completo en actividad, como la materia en energa. Razas perdidas
dragadas aqu pedazo a pedazo de su incmoda armadura.
Dos horas de trabajo ms tarde Koninkrijk estaba sentado, agotado y sin camisa sobre el
borde lodoso de la Altopista, escuchando con turbacin las palabras que diriga Charteris a los
elegidos.
Sabis que predije a medias que ocurrira esto cuando nos multidirigiramos en cruzada
al sur. Osteis la palabra. He aqu una especie de milagro a medias tal como fue predicho ms
o menos ayer, o cuando fuera que estuvimos en aquel lugar. Los nicos lugares que
necesitamos realmente son sitios intermedios, y en realidad no son sitios sino trayectorias de
probabilidad mxima. Ved cmo nuestra detencin obligada aqu ha provocado una
improbabilidad mxima para muchos de nosotros: la que llamamos muerte, el punto bajo en
que terminan todas las avenidas.
Todas nuestras avenidas tienen un desechar, pero debemos jugar al mximo con la
multiplicidad en esta situacin. Banjo, mi agente, ha llegado al final de su camino muerto y
destrozado. Todos sus fantasmas estn encerrados bajo una tapadera clavada. l, Burton, que
proceda de la ciudad fabricante de coches de Coventry, en las tierras del interior, me detuvo al
salir de all y me pidi conducir mi auto rojo. No saba por qu, slo que era un capricho, as
que mi querida Angelina y yo nos pasamos a su cacharro mientras l llevaba triunfalmente el
banshee. Los impulsos estn para ser seguidos. As que se puede explicar que tena algn
deseo de suicidio, o bien que, como buen agente, se las arregl para preparar el escenario de
modo que pareciera un milagro que yo me librara de morir tal como se haba predicho, o bien
que si yo hubiera conducido en su lugar no se habra producido ningn choque, o bien que este
accidente se haba desarrollado en cualquiera de sus formas o que de algn modo yo lo dese o
bien que todos nosotros fuimos iluminados conjuntamente por algn impulso mesinico de
nuestras mentes como la serpiente del pecho.
Si todos buscis con inters la certidumbre de esta ocasin en su recurrencia eterna, todos
encontraris soluciones distintas, unas ms satisfactorias que otras, lo cual aade una
especialidad al parntesis del ego, de tal modo que las encontraris como soluciones ms
probables entre todas las posibles: as, como brjulas renegadas, cada uno de vosotros
sealar un polo distinto de la verdad, mientras que sobre esta cinta todos indicaris una
Las grietas se amotinaron en las paredes como enredaderas, floreciendo en una ira desnuda; y,
segn fueron abriendo ms los labios, las mquinas destructoras de ciudades que zumbaban se
encaramaron al rbol del tejado y el yeso se verti por las fisuras. Las pantallas espejadas
mostraron la filtracin de la tierra hacia todas las habitaciones susurrantes, trayendo una
despoliacin familiar; pero para entonces florecan las guindas dulces o bien Marta.
Tambin Jan, cuando la cruzada reformada se volvi al sur, fue al este, quemando los
neumticos y cantando la cancin cuyas palabras haba olvidado sin conocerlas jams, hacia
brazos ms libres cuyo significado nunca haba conocido, donde el Mosa devena Maas al
cruzar la frontera.
FRACTURA AUTOANCESTRAL
Para Charteris, que iba detrs de algo hogareo, la obscura ciudad de Bruselas no era un
caladero, sino una extensin de playa entre los literales infinitos de su estacin. Los
remolcadores que se vean en el horizonte imponan un molde persistente a su visin. No tena
ningn inters en piratear entre aquellos desperdicios pobres. As que su multimotocruzada
continu su avance pavimentado intentando prefigurar la geometra variable del acontecer.
Pero en aquella extensin manchada, dispuesta entre las paredes fsiles y los ladrillolitos,
creca su mito y se extenda enormemente la historia. Y si cada odo le convirtiera en su
propia epopeya? Los perrillos aullaban bajo tierra, sonaban las campanas en semitonos y la
cancin adquiri el calor de debajo de la lengua y de la cuerda bien pulsada. Aunque l mismo
estaba anclado firmemente en la dedicacin a un problema de dos mujeres, olvidando otros
fervores.
Charteris cantaban con muchos ecos, y los vientos de la primavera los devolvan en una
verdadera babel de sonidos no grabados y de risas no odas el ao anterior.
Algunos de los coches de los cruzados ardan como si fuera da de auto de fe en el campo,
donde los conducolgados, bebiendo animosamente, haban olvidado que el lquido dorado que
vertan por las autogargantas arda. Como imgenes masivas precognitivas del futuro prximo,
el olor del fuego trajo su rojez y su dolor temprano a la llama fatdica. Los neumticos ardan
sin llama, enviando una rastrera peste negra a travs de la explanada donde estaban todos
reunidos.
Uno tosa y no se preocupaba o bien se venda nieve en barrancos ms profundos para
distraer las venas. Las figuras pequeas, andrajosas y fugitivas constituan una tribu nueva,
volando altos despus del milagro gracias al cual el Maestro Charteris haba muerto y se haba
vuelto a levantar brillantemente slo tres minutos despus de la muerviaje de muchos hombres
en Aalter. Se divertan tribalmente fabricando leyendas. Florecan y desaparecan los grupos
musicuentos, los relatos cantados se convertan en historia antigua antes de que la noche
giratoria rodara hasta su agotamiento. Algunas de las mujeres lavaban la ropa interior y la
colgaban de cuerdas entre los kerouacs mientras que otras ponan a cien a los hombres o se
autoerotizaban en los asientos traseros. Un millar de conducolgados, la mayora ingleses, se
colocaban en la explanada rocosa, y la aguda palabra lleg a la ciudad de las agujas.
All, el pndulo de la vida descenda y el tiempo estaba maduro para la extensin de la
leyenda; pues las cabezas endurecidas y los corazones de negocios encontraban que ahora sus
ritmos eran menos puntualmente cronomtricos y las especulaciones eran de otro tono. La
guerra haba desajustado el relognomo, embrujando a lo largo y ancho todo un nuevo
terrimoto censurado.
Lo que alzaba un poco el umbral de aceptacin era el aire de Bruselas. El bombardeo haba
sido aqu duro, pues los propios millonarios pilotos kuwaites se haban colocado por algo que
fue mal y los productos psicoqumicos cayeron en verdadera lluvia. La vida era de nuevo
neoltica, extraa, y triste o brillante segn se tambaleaban las torres hipolimpias. Mantas
aplastantes de ilusin cubran a la gente donde se condensaba la atmsfera. Luces ocultas
velaban an los techos y auroras boreales nublaban el rabillo del ojo. Atiborrando las
estaciones, seales de objetos nuevos apenas sospechados antes o bien pjaros distintos de
intencionalidad. Era un lugar apropiado para que anidaran las nuevas de Charteris el Segundo
Salvador.
Muchos se unieron, otros se quedaron; muchos oyeron, algunos retuvieron. La comida era
escasa y la enfermedad abundante, las plagas zumbaban en las callejas de la mente y el clera
en la ciudad, pero las gentes haban abandonado las aburridas chabolas de la CivOccid,
desalojando cultivos de microbios y bacterias; era generacin espontnea: Pasteur el neutral no
haba estado en lo cierto. En estos tiempos circadianos uno poda silbar por sus propios huesos
y las bandejas de cultivo desarrollaban rosas. En el campo de Flandes, los nios de pecho
crecan altos como adormideras, dormamando da tras da colgados del postmito de la guerra.
Por duro que fuera el pecho, lo contena todo. As era gregario, y a quin le importaba?
De ellos, La Escalacin iba al frente. Entre la inmensa cantidad de coches hacan su msica
Bill, Phil el negro, Ruby Diamond con sus consolaciones y Featherstone-Haugh, aparte de
Ejrcito y sus tcnicos que se encargaban de que los sonidos ms brillantes llegaran a las
cintas. Hoy haban escalado a un formato nuevo y a un nuevo nombre. Ahora daban la nota
como El Trfico Tnico y tenan infrasonidos, obtenidos de la mquina de afilar de Banjo
manejada por Greta y Fio, que vivan con ellos y otros musicolgados.
Miraban a travs de gafas de sol que por fuera eran espejos el mundo de un solo sentido,
explorndolo para distinguir dislocaciones en las que pudieran saborear al mximo la
posibilidad. Tenan en marcha un nuevo nmero que se clavaba en las nuevas estaciones hasta
el punto del paroxismo, llamado El hambre empieza en la cabeza. A veces hablaban al
respecto de la letra o la satirizaban entre risas.
En la Costa Dorada empiezan a sonar los tambores, algn lugar como un jardn mgico, no
soy ms que un demonio en celo. Toca tambin bien el clarinete, hombre!
En su tiendacueva, Charteris oa con dos mujeres el ruido y otras flautas distantes en un
falsetto intercalado con polvo de flores, pero tena su propia angustia de la que preocuparse
por las paradas de una relacin en tensin.
Forzando las gafas perladas para distinguir el saltiempo del rostrimo de Antiquina, su
tragistoria de caprichotros y todas las plastiudades fabricaban carne al aparearse. Como l,
conformada por una lobotoma paterna truncada por las glorias manantiales de una ducha de
lluvia inclinada por entre los rboles de coral donde reverdeca el blanco brillante de la
explanad. Figuras que se movan arrastrndose, cayendo, soportando en los ojos
chispagusanados la velesfera de la alucidez, ella es la boca y el mejillmulo del tejiguro facial
de mi esperanza a donde regresar como a las cortinas suaves de la tarde. Es lo que veo en ella:
todas todas las peonas, los cuervos, todos los muslos blancos y si no es ella todo todo veo a
cualquiera viajando.
Sin embargo Marta tiene sus propias cmaras no abiertas de la posibilidad, la puerta
cerrada dirigindose a mi muelle, mi costa bohemia, costa mis arrecifes esos barcos de vapor
diezmados. En el pistn de este Magallanes reciente perdido en espuma la alternaturaleza ms
exhuberante.
Hazme un fervor! Estoy intentando trabajar en este documento sobre el destino de la
humanidad y quieres saber si me acost o no con Marta anoche. Por qu no bajas de pinchar
mis alternativas? Sal de m!
El techo era de tela de saco que se curvaba, esperando ser enyesada en un convento
arruinado, ms tarde hogar de viejos, que los constructores de la autopista haban echado a un
lado a medias al llevar las excavadoras al centro de la ciudad. No hundida, pero sin embargo
ahora casi autodemolida, este ala llevaba la bandera de Charteris; aqu se apiaban sus
discpulos codos de color ladrillo mientras caa como una neblina el yeso como el polvo de
unas gaforas rotas. Mientras Bruselas, murindose de hambre, se pona sitio a s misma en
espera de un milagro, aqu florelestaba un drama domstico.
Oh, entropiza el detestino humano! Angeline estaba limpia y blanca como la
camparina concentrada, calculando an las consecuencias negativas del guerrlculo, an no
demasiado treblinkolgada por los productos qumicos del aire. No quiero saber si te
acostaste porque s si te acostaste te acostumbraste con Marta anoche todas las noches esta
noche y simplemente no lo voy a soportar ni de cofia, as que simplemente te vas a deciborrar
de una puetera vez por ella o por m! Basta ya de o bien-prostitucin aqu!
Todo ese rollo antivida est relacionado con tu mundo de la CivOccid Desde ahora
este estado es multivulval y la oficina est cerrada.
Bonitas expresiones las tuyas, s! Alienta tus opiniones a otros, qudate encima de
Marta, grotescolgado!
Una inyeccin de carne y la vida que necesita, ngel, bombeada adentro, como el
sargento atltico y enorme que cantas. No tiene impacto sus actitudes son heladas la falta de
uso prolongada se ha acelerado ahora para ella con el barpecado. Si doy algn empujn no es
ms que amor en una antiguerra limpia, y el marino llega al hogar en el abrazo! S pacfica!
Y t atlntico! El mesas en pleno salpisemen cmo y cundo le parece, eh? Un
matrilotera! En mi propia cuercama! No me trates como a una estunia, querido; lo que no s
es cmo puedes correrte Mira la consolacin! Valora sus piernas y babears! El Caspitn
Kid excitado hasta babear y mocosalido!
Balticar cuando mis muslos suellanzen mi miel, yo, el que subo y corro!
Dalmacio subserbio! A partir de ahora vas a adriatiscalar algn otro rbol madre
Limtate a no prolestarme! Acaso no fui yo quien ms te moj con desnucidez, virgurdate,
hasta enfebrirgarte pudnticamente, o bien si no dosis manos calientes gambidextras
pulpndote polvoca cebo o barco en puerte prepucilando y desenrollando hasta la ltobscena
posibilidad?
Estaba montando el nmero del palpitar de pecho, agitndose por la semihabitacin
polvorienta ante su ambigedad, intentando dominar y ser dominada, sabiendo que l arroj a
su marido al trfico, gesticulando escatolgicamente a la muchacha ms gris, Marta, cuclillo
sin cantar en el lecho del rincn del Maestro. Nidos fantasmas violetas y marrones les unan
como tres peces loro capturados, red de dos, cadena del tiempo.
Alguna vez te he dicho que no fueras la ms brillante? O la ms tintineantemente
nalgermosa? Cava a la superficie, Angulina, y no parlotees de miembranas; hay una cosa
llamamada poligamba.
Entre el cabello negro, las ramas tempestuosas del rostro.
Bombastardo, tiene que ser ella o yo, y ahora es el momento de incidirse. Corta tus
cuerdas o corta el rollo!
Pero l avanz de costado cogindola por el frontal unido de modo que cuando se apart de
un tirn se rompi la blusa cayendo los botones como dientes rotos y uno se escampa
rebotando. Ri con deseo y envuelto en ira. Ella le abofete en el plexo molar l hizo lo
mismo rpidamente y retozaron en un palabrollo copunido.
Marta prest por primera vez atencin con la mente liada y el cuerpo y salt en ayuda de l
desde el camespacio donde haban sembrado y comido y con gran destroza l las tir a ambas
con deseos retorcidos de joquillar y con el dgito rgido pues haba blanqueado muchas lunas
para seorear sus recovecoos y frozar sus carnicias dualineadas por lenguas pseudpollas y
badajos circuntentos. Dentro fuera dentro fuera luz de luna luz de luna.
Se quedaron tendidos jadriendo.
Oh, perdname, Padre dijo Marta, pero roes mi necesidad de volver a donde
balbucea la circulacin.
No dijo nada en situacin fluda. Yacan alrededor las pginas y montones de papel de la
montaa de su libro destinosionario, El hombre conductor, en el que intentaba a base de atajos
de filsofo brillante llevar a la humanidiosa por el camino mejor hacia la consciencia.
Y pensar dijo Angelina que todas tus ideas no son ms que esto y que t, de mente
tan grande, no comprendes que el mundo ha cruzado la lnea de las sandalias al coche contigo,
que no eres ms que un maldito vagabundo salido y forrado de polbombas con ultraire
tratando as a dos damas derrotadas en una sucia barramierda. Qu tiene eso de metavisin,
pregunto?
Momentneamente se abri la cortina separosa y vio con ojos hmedos la vida lanzada
mientras salhua de la locura y los sin colmena le pedan que fuera con ellos y fuera para ellos
el gran vencetodo y terminatodo hasta algn final amargo. Retrocediendo a rastras, intent
abrillantarse con palabras.
Soy la parrilla soy donde arden los tontos para iluminarse y de m saldr un orden nuevo
ms all de vuestra capacidad de contrensin.
El azar se sent tambin en aquella habitacin mientras ondeaba el techo el negro Cass. Se
las arreglaba como agente de Charteris desde las oscuras tierras del interior de Inglaterra toda
la vida autocastigados de un modo estrecho clavado detrs de un mostradolor en una tienda de
lencera donde despus de quebrar ahora liquidaba a bajo precio a cincuenta y nueve con once
tres al metro muy nuevo y hermoso como pregonero sonriente del Salvador Charteris
florpechado aparte de otros negocios secundarios.
De cabeza multraviesa, se alz ahora para hablar.
Saludos al grande, digo! Saludos a Charteris el capitulado! Todos arden por ti para
iluminarse. Nos pescas una red mayor de posibilidades y lo que t fotografas es multigrafiado
con todos sus valores posibles se tumb frente a la tarima de Charteris para que su dolo le
interrogara. Pero Charteris habl framente.
Ms vale que vayas a preparar la cascada para viajar a Frankfurt por la autopista
principal. Bajo mi tapa an arde el cartel de all en un esquema precognitivo.
Desde luego, repasaremos el men de las posibilidades, pero primero tienes que hablar
en Bruselas, donde la vida tiene muchas presas para nosotros y la gente sabe que alteraste la
muerte milagrosamente donde se curvaban las cancertinas.
Sudor seco en una piel de avidez.
As no se crece, Cass, creme! En cada en cada no lnea no presa en Bruselas me seca
mi bombardeo de imgenes. El hambre que empieza en la cabeza me dice que alejemos
nuestros vientres de la vacuidad de una mala acogida en Brutelas.
An no tena confianza en la carne de su lengua vidriada. Las hembras se balanceaban
como dos monos del rabillo de sus ojos bajo un techo ondulante. Crecan rboles en playas.
Acechaban animales nuevos. Giraban como sobre bisagras los ngulos de las paredes.
T mandas! Eres el que ha saltado al nuevo orden de Ouspensky ms all de nuestra
comprensin y yo te sigo, a ti el ms grande as sonaba el cuernecillo de Cass.
Y diciendo esto, Cass viaj con la motocruzada, presa de algo ms que piedad, a los
aposentos del clera de la capital. La msica deshuesada de las callejas era su presa. Este
millar de discpulos colgados que aumentaban segn iban avanzando tenan una aguja para sus
provisiones y nada ms que una cosa nostra encantadora simplemente para mantenerles
fumando hacia los arrecifes provechosos de un paso parsito. Sali del edificio ruinoso,
aspirando con el aire una especie de claridad de ideas antes de salir disparado hacia el centro.
Iban y venan las oleadas de realidad, rompindose en l, empapndole. Los ngulos de las
paredes giraban. Era consciente de adnde iba y, sin embargo, haba momentos en que las
calles parecan remordimientos transparentes; se imaginaba que aquello no era ms que otra
burla de la bsqueda que llevaba desarrollando toda la viloca, quizs esperando encontrar
alguna autoridad definitiva: el objetivo principal de la bsqueda no se revel nunca, as que
conduca por la pista B. Cant un verso de Ouspensky: los hombres pueden torturarse, pero tal
tortura no les despertar. Tambin le haba llegado Charteris, de modo que se deca: mira cmo
he liberado ms potencialidades en ti, Cass vives al mismo tiempo varias vidas!
Los hombres pueden torturarse. Lo escribira para que lo cantaran El Trfico Tnico o Los
Discriminales o Los Rayos de Nieve. Sus filas haban superado los ritmos de nueve por cinco.
Deban despertarse a s mismos. El mago hipnotizaba a sus ovejas y se convertan en chuletas
creyndose inmortales. Haba todo un rebao sobre el que cebarse, y esta vez sin perdones.
Pronto seran cassuelas de comida. Siempre conduca con ms de un volante, fuera quien fuera
el primero del grupo.
En el centro de la ciudad, la gente silbaba por sus propios huesos aunque los cuencos
vacos generaban rosas. La dislocacin europea no haba cosechado ningn campo ni enlatado
ningn pescado. En los hospitales, las enfermeras de ojos colocados soaban en islas, los
mdicos sonrean en rbitas lunares silbando por jeringuillas o hundan los escalpelos sin dejar
de abscender en huesos de pacientes sumergidos. Aunque ciertamente los panaderos hacan el
pan ritualmente en fbricas enormes, las frmulas estaban revueltas e incluso lo que resultaba
comestible no llegaba ntegramente a las bocas, o bien los distribuidores, buscando la verdad
ansiosamente, conducan las cargas a campos amnsicos de trigo y se tendan all hasta que
fecundaban en el calendario de la decadencia.
El parlamento segua celebrando sus sesiones, pero todo el trabajo de los dos ltimos
meses haba producido slo como resultado estas leyes aprobadas: una ley para impedir que la
tierra buena fuera bebida; una ley para que los perros cazadores belgas saludaran cantando la
venida del alba como ruiseores, con una disposicin transitoria que solicitaba a los gatos que
hicieran lo posible por llegar al mismo objetivo melodioso; una ley para permitir el color rojo
de los semforos; una ley para abolir la plaga; una ley contra la invasin rabe; una ley para
extender las horas de sol durante los meses nublados del invierno; y una ley con visin de
futuro para animar a todos los miembros del Parlamento a que fueran ms trabajadores a base
de concederles seis meses de permiso por ao.
Cass tena los contactos secretos. Un trago en un bar, un sujetar ritualmente el vaso, una
postura determinada, una serie de frases escogidas, y ah estaba la ayuda y l fumaba en
secreto con siete hombres. Que le hablaron al respecto de Charteris al cabo de una hora ms o
menos.
S, interesa al mximo que Charteris sea anunciado a lo grande y venga a la ciudad.
Debe venir. Ve a ver a Nicols Breas, el director de cine, y dile lo que te hemos dicho.
Y Cass recibi determinadas seguridades y dinero y fue a visitar al poderoso y altamente
famoso Breas.
Bajo el techo leonado de la semicama, el tiempo se curvaba y ellos montaban
espordicamente en clera con l aplastado en una postura multiposicional mientras Angeline
establa recorriendo la habitacin gesticulante, recreyendo sus antiguas pesadillas.
Enfrntate a la verdad, Colin, ahora ests metido en una escalacin muy bien contina
pero simplemente no olvides las viejas presas humanas como lo que le hiciste a mi marido o
quiz todo eso ha desaparecido ya por el borde de tus craneopistas tambaleantes quiz quiz
no?
Fue el cactus de Navidad que haba all, deslumbrndome cuando resbalaba el camin y
nunca te lo pude hacer comprender. No lo vuelvas a repetir. Es la viajocidad, mujer
Nada de verocidad le mataste y por qu me voy a bajar las bragas y abrir las piernas y
tocar palmas con la almeja para que vengas t babeando oh las lgrimas abundantes de cada
da de viaje y ahora me defiendo y te insulto y quin sabe si has eyaculado por el centro
enceflico algo de esa droga vaporosa para que yo viaje tambin y me guste estar colgada oh
Dios Colin qu y dnde se acaba la mierda podrida del da y sabes cmo me pica nunca
muestro el ms puetero deseo sin desabrochar antes la blusa y todo!
Ests dejando echa unos zorros a tu pasin a base de hablar dijo Marta, ngel,
porque acaso no es bastante quiero decir que l puede lo carnal la ambumescencia y a m no
me imparte ninguna membrana moral en un tringulo con nosotras como amigas! Es que no
es lo mejor tocar el rgano?
As que pareci volar y como un marimbustero se embarc en la impresa de llamar a
Marta gallina frgida y sin pechos mientras la pinchaba con juramentos premartimos para que
revelara el canal de mierda pequeo y peludo de gallina que esperaba el espoln del gallo o la
semenave del morrimiento tendida bajo su contraplano y cmo esos bloqueos salados y
denostantes no eran ms que un golpe antarticulado para el deseo del hombre o por ser ms
trapical se limitaban a cermar los vaginistmos de panamma!
As la delgada Marta, espoleada, desabroll y tir rabiosamente todas sus nilopas para
levantarse pechurada flagrantemente los valos pequeos con una mirada individual los cogi
como grochinillos impertunos y con palmabilidad libidinosa los retorci para colocarlos
suavemente a todos los riveles gritaban asumiendo la orden de ereccin hermispirados
mientras ensedaba el gallhigo rechoncho con la pluma acorralada de sus pliegues descocidos y
laberridos gargantales de canela donde semeneaban las frutas.
La otra resopl pero l atrado por el csped carnoso fue a pastar y hunvi la pirada salada
en el verticojo agitado como si su universin estuviera centrada all acercando la maza
amenacercamente. Ella, como nunca ahora, brillaba evoluptuosamente en su inhixibicin
espectacular hacia fuera tendi fcilmente la flor coativa rodando a prolante flexinchada para
que l viera el humojero de fissuril de lengua hbil y fragilocuente casiquido articulpada que
daba la bienvenida con archiplvagos de espinas y las manos aprechadas vidamente. El cay
en la trampa hundindose en la navdoracin de la grieta como un hendescador desmochado en
la delanplaya inglante.
As que esa es la almejilla que captura al pezeo bincho el fondio del mar donde
vaemos en la crcel libertinada! hasta entonces todo grumtico pero ahora una inflexin ms
salada. He navigado sin embarcreacin por esa henderuta clamando mi santo grumpene por
la liberacin de esta carchermosa estrecha pirrisin vhendida hablando ouspecialmente oh
donde los hombres marvinos se divierten sabiamente en silencio un gallinero o quizs un
corral ngel excepto para los polliajantes ms brillantes no es un faro sino una pliegarne sin
expresin no una seal en tierra desde luego no una boya pero sin embargo ms que la
estrepolar para el marinador la propia ta lctea el bien y el malmeja por el que la vida orienta
la cargruta que contrapesa todas las lenguadas en los incontinentes poblocanos lava la
mismsima fracturno autoincestral entre generocanos madre de las emocanos golfo donde se
dirige el sextante coarino y jams con ms satisfaccin nos unimos con tal prisino floculente
como ovejas incultaradas en los largos rizberas oh tan sedosas destelar de su celda mi cua
rompante y dura y servir como es-clavo de ella en el enchufe chuvainte y dejar el alma a los
calagozos!
Se lanz al mar agitado moviendo felizmente el timonte y esforz cada virada vibrante
hasta que con un golpe de mar muy alto se dign secarle la proa pero ella redontinu
marvindose lentimonte.
Angelina sali impocientemente y algunos de los componentes de la tribu notaron o bien
no notaron capturados en sus propias relaciones variables que su rostro estaba carnugado,
los ojos ojerosos. As eran estos tiempos y nadie pensaba demasiado en los dems, aunque el
ambiente no era malo estaban demasiado envueltos en s mismos e incluso en la autolatra
como para ser agresivos, por ningn agravio, gracias al alcohol o a la aguja. Ella haba cado a
un nadir sexual y no se acostara ni con Charteris ni con Ruby Diamond aunque le tirara los
tejos con sus canciones apoyadas en infrasonidos y en sus efectos sobre las vsceras. Incluso
para ella se estaban poniendo las cosas irreales, pues las duchas de la guerra an se cernan
colgadas sobre las callejuelas antiguas, caan sobre ella y tambin ella sacaba a la luz los
espectros del pensamiento, saltaba gritando de una manta solitaria para verse a veces rodeada
de los tormentos ondulantes e gneos de los colores siniestros; o, en momentos mejores, capaz
de ver surgir arbustos y olmos en silueta irritada, quemada por el brillo de puestas de sol
cerebrales, a los cuales suban entre risas los miembros nuevos e invictos de una generacin de
maminfibios, sapos de alas vivas y pjaros de plomo y animales nuevos en general que, con
cautela de fieras, se quedaban siempre fuera de la vista.
Lo mismo ocurra con Nicols Breas, pero ms esplndidamente, con trompetas y
esplendores. l tena tambin ms habitantes que llegaban a la consciencia y beba las noticias
que le daba Cass del milagro de la motorcruzada mientras se baaba palaciegamente. Era una
figura poderosa, desnudo y sin un solo cabello, aunque con mirada de poeta haba distinguido
el pecho y la calva a base de no broncearse all, con el fin de conseguir una especie de
elegancia de varios colores. Su flor preferida era el jacinto acutico, y al ftido calor del
apartamento las plantas tuberosas se multiplicaban y se pudran. Oyendo el relato de Cass,
empuj a un lado a la ninfa del momento y se meti bajo el agua, a lo Neptuno, el tubo de
respirar entre los dientes coronados. All, sumergido, se qued como en trance, dejando que las
races flotantes y ligeras como plumas le acariciaran, le rozaran la carne relajada, mirando
hacia arriba por entre las hojas rgidas y carnosas, mordidas por los caracoles, empujado por
carpas y truchas que pasaban ante sus prpados como espasmos coronarios.
Por fin se volvi a levantar, con la frente rodeada del laurel de los jacintos.
Estoy totalmente de acuerdo con tu sugerencia, siempre y cuando lo pueda hacer a mi
manera. Verter en ello todo mi genio! Ha de ser una gran pelcula: El Auto-Viaje de
Charteris o algn ttulo semejante. Quiz Punto alto diez? La primera panormica del
hombre post-alucinado con el clmax de la aparicin de este muchacho mesas despus del
choque colosal de la autopista en donde muri para volver a levantarse ileso. Llame a mi
director de escena a este nmero y empezaremos de inmediato a entrevistar gente para buscar
a alguien que interprete a Charteris. Tambin necesitaremos especialistas en choques.
Se levant como una ballena blanca, arrancando rboles negros laterales de la ladera de
una montaa enorme. Lentamente. En sus ojos inyectados en sangre brillaba la verdadera
locura; de nuevo poda explorar ahora a gran escala, apoyado por la mafia el hendido
continente de la muerte. Su pelcula ms famosa era El cadver sin destino, en la cual un
hombre blanco vestido con ropas serias mataba lentamente a un negro en un helipuerto
desierto. Haba recibido la inspiracin de encontrar a un negro que se prestara voluntario para
dar al arte una muerte verdadera; ahora su poder mesinico transfigurara a gran escala el
problema de la subsuperficie del vigor-mortis.
Atendido por la ninfa de lujo, Breas empez a dar rdenes. Su organizacin se puso en
marcha poco a poco.
La idea era que la pelcula deba hacerse cuanto antes para aprovechar el momento
comercial. Se poda rebuscar en los archivos para entresacar escenas aplicables. Aparte del
clmax, pocos metros haba que rodar nuevos. Se podan utilizar otra vez episodios de El
cadver sin destino. En particular haba una secuencia que mostraba al Hombre Optimista
haciendo su acto de topologa topolgica, y pareca apropiada. El Hombre Optimista caminaba
a lo largo de una ancha lnea blanca con las manos tendidas, llenando las manos, la cabeza y la
lnea blanca toda la pantalla contra el fondo. La cmara se separaba lentamente de su hombro
mientras la lnea se haca ms compleja, alzndose como un tejado curvo, revelando que ms
informacin resultaba en menos inteligibilidad, pues ahora el Hombre pareca estar haciendo
lo imposible, caminando por el borde de un ojo gigantesco; pero, al aumentar la altitud, el ojo
se ve como el de un caballo tallado en la ladera de una montaa inmensa. Lentamente llega a
verse la totalidad del caballo y el Hombre se ha perdido en la distancia; pero cuando se diluye
tal anormalidad surge otra, porque vemos que la gran montaa en que est tallado el caballo se
est moviendo y es a su vez el flanco de un caballo. Este misterio no se aclara nunca, queda
slo la indecisin nerviosa del movimiento apenas visto de toda la montaa y cortamos otra
vez al Hombre que, ahora vestido con un traje blanco, se estira y se estira hasta poder montar
el caballo. Ha perdido toda caracterstica humana excepto los huesos; cabalga
esquelticamente el corcel, que recibe su movimiento del flanco curvo en que est integrado.
Hay secuencias de guerras convencionales, de cuando los procesos de la corrupcin tenan
a veces una presincronicidad con la mortandad, y una imagen de una bomba nuclear hecha
explotar bajo tierra, con todo un territorio desierto alzndose en la superficie como una
ampolla gigantesca y ulcerada y extendindose a velocidad de predador hacia la cmara, que
vibra. Hay secuencias de calles arruinadas, donde el polvo forma capas gruesas y se pudren
cebollas en los arroyos; no se mueve un alma, aunque ondea una cometa sujeta a un cable,
arriba; en algn lugar distante, una radio emite msica bailable, anticuada, entremezclada con
esttica; el sol cae a plomo sobre la calle agrietada; al fin se abre una contraventana, se abre
una ventana: sale una iguana jadeando a la calle, con la garganta dorada muy abierta.
Despus de eso ira el episodio de Gurdjief, tomado de una pelcula musical en color hecha
en Ucrania para la TV, basada en la vida de Ouspensky y titulada Niveles diferentes de los
Centros.
A es un ajetreado periodista de Mosc, corriendo por aqu, corriendo por all, hablando en
pblico acull. Un hombre de negocios a quien recurre la gente; su opinin merece la pena, su
ayuda es digna de ser buscada. Entra el viejo Ouspensky, desastrado, con una sonrisa oriental,
y se las arregla para echarle el guante a A; le invita directamente a conocer al gran filsofo
Gurdjief. A est interesado, le dice a O que, desde luego, le dedicar algo de tiempo. G est
reclinado en una mecedora al sol, abandonado de lo mundano; lleva un bigote enorme, ya casi
blanco. Tiene la mano apoyada en un pie, calzado con sandalia. En su habitacin destartalada
no es posible mentir; se dicen tonteras, pero no mentiras las mismas lneas del antiguo
aparador, el mantel a cuadros de la mesa y el cuenco vaco que reposa sobre el amplio alfizar
de la ventana lo declaran.
La ventana tiene dos hojas con un cierre de palanca en el centro. Las dos se abren hacia
afuera. Hay unas contraventanas sujetas a la pared al exterior. La madera no ha sido pintada
desde hace muchos aos; est a su gusto al sol de la maana, descolorida pero no podrida,
arrugada pero no demasiado seca. Tiene una expresin como la de G.
G celebra una fiesta muy lujosa para estos pobres tiempos de guerra. Vienen quince de sus
discpulos, y algunos tienen un aspecto despegado del mundo, casi hind. Se sientan por la
habitacin y no hablan. Al quedar descartada la posibilidad de mentir, probablemente hay
menos que decir. Uno de los discpulos se parece al actor que interpretar a Colin Charteris.
Entra O, del brazo de A, y le presenta a G con una especie de gesto corts. G es muy
amable, y con gestos suaves invita a A a sentarse cerca de l. Empieza la comida. Hay zakuski,
nivel a menos que se involucrara a las mujeres en trabajos creativos, que estaban atrapados en
la jalea de la historia, que era un yo desechado y que la totalidad del mundo estaba asentada
sobre el lomo de una tortuga radioactiva.
Somos muy afortunados de tenerle aqu en las primeras etapas de su carrera, Sr.
Maestro, y de ser testigos de los primeros milagros. Le gusta Blgica? Piensa quedarse
mucho tiempo? Piensa resucitar a alguien en el futuro prximo? Tenga mi tarjeta.
La tarjeta sostena una mano de un cuerpo desmontable materializado en un humayuda de
caucho.
Fue la visin que tuve en Metz. Eso es lo que me traicion y me desvi de mi viaje al
norte por la malla de los fotofallos, huyendo de aquel campamento italiano.
Comprendo aplicacin rpida de un poco ms de brillantina refrescante, cabeza pecho
boca Nom, pero las APQ haban sido muchas aqu y todo cabello que crece susurra sobre ello
. Dice usted fotofallos Supongo, por lo que he odo, que usted aumenta el pensamiento de
Ouspavsky
Bien, como Ouspavsky excavo el oeste me enfad demasiado con todo el mundo y as la
pesadilla rabe no fue ms que justicia y en la modelo mal pintada la rubia casi nrdica creci
un bigote como una sombra a travs de su fuerza
Entonces, qu me dice de erecciones nuevas en el futuro cercano? Por favor, hable
claramente a la tarjeta de visita.
Todo el conjunto de la mezcolanza mesozoica de las mejores pretensiones del oeste que
van con los moos convertidos en arroyos y el silencio es dorado pero una tarjeta del Diners
Club te abre cualquier puerta. Era toda la ciudad de una versin arruinada que yo tena le
dijo a de Grand. Ahora Europa est convertida en helechos a partir de una avidad de aceite y
los mendigos pueden proliferar de tal modo que incluso Gelina y Marta y yo no podemos
continuar con un correaje y alejados de las grandes trampas de la CivOccid, eh?
Ya veo. Cree que al fin se ha pagado la factura?
S, la rutifactura, las huellas hacia atrs hacia el Punto bajo diez y la ciudad abierta a los
nmadas. Amigo mo, fue un camino breve el que recorrimos, menos de doscientas
generaciones los cuevoadores silexciosos abrieron primero estrellojos y nos volvemos a
desmoronar con una percepsiglo veinte del circuito
Comprendo. Ms brillantina pronto. Y cree usted que hemos vuelto al punto de
donde salimos?
que rompe el momento del despertar verdadero del maquinismo y del salto por las
hebras hacia una nueva raza que yo dirigir y los animales nuevos cayendo de rboles
nuevos sobre las antiguas playas de piedra.
S, comprendo, Maestro. Entonces no tiene usted pensadolores de rebelar a nadie en el
futuro prximo?
Angelina ve si es que ahora no tiene caderas de jacinto las aguas de la enfermedad
ironizan y donde podramos haber sido el blsamo slo balsa en el fiordo pero mi urgencia
impaciente se dedica slo a la anticura de mujheridas ese heltropo que me remolca con su
fragancia balsmica de piesangre velimposibilitando nectores me mujhiere la curaquilin.
Usted mueve las aguas de la enfermedad. As que no deshucha por completo la
pasibilidad de insuflacin en el fucsia prximamente floreciente? recuperando la tarjeta de
visita orden su cada de uas en un gabinetto de clasificacin.
Soy un fugitivo de aquel perfupapel, y sin embargo bajo nuestros pies salta la falla y
tambin los vocahoras cuya pista de aterrizaje proporciona un suelo de cemento a toda esta
ilubrillo es un vuelo simplemente de otras ilusinos y no de nada llamado real el viento roto
de sus velas quedaba bajo las elevadas masas de las oficinas.
Comprendo. Ya veo a dando va a parar. A que ha habido una disecacin. Lechuza con
pelo? No? Dgame, no podra hacer prcticas con un nio sordo si le trajramos uno?
Charteris tosi su guio un mundo ido y luego vuelto a su impostura. Poda soportar las
mentiras, no las desfiguraciones.
Un ejemplo perfecto de lo que estoy intentando defecir el prolapso de la vieja extractura
del cdigo moraldo de los Cristinas todo factuado es manchas pornoscritas como masticacin
infantil a colgar por parte del necrfago el fagocito extrao de la multitud.
Entonces se digna usted revosuccionar a alguien en el pinchazo?
A la solitaria Angina y a las muchachas del jarabe floreciente.
Tosi. Cuando volvi el mundo se equilibr, en la arena amplia y llena de coches, con los
neumticos an ardiendo. El humo se arrastraba y giraba de un color negro, el ms parecido al
marrn. Por el lateral de una pared de una casa donde colgaba el papel de empapelar como una
mortraja, su sombra creca como baisteria al sol dbil. A un lado, algunos discpulos de
llamativos sombreros y barbas de rub cantaban tonadas improvisadas sobre la cancin de la
tortura. Otro, un muchacho, incendiaba un coche antiguo; la tapicera en llamas, a base de
echarle gasolina en arco desde una lata. Las llamas florecieron hacia l, y se ech atrs
aullando. Varias personas miraron al otro lado de l y las estructuras increbles de todo ello, las
grises alegres ricas ms ricas riquezas de la vida. El mundo del movimiento en la quietud.
Todos deseansaban hoy aqu de la muerte en viaje, pero una palabra migratoria y se pondran
de nuevo en marcha, conectados a la seal que el Maestro sacara de su cerebro de pltano. En
este momento, como l proclamaba, todas las posibilidades estaban abiertas a ellos y bajo el
neumhumo negro que se arrastraba no haba ninguna amenaza que no virara tambin hacia la
poesa, as que la tribu los dej arder.
Una zona de la autopista al sur, desde Bruselas a Namur y a Luxemburgo, haba sido
cerrada al trfico. Los hombres de Breas trabajaban y sudaban, cientos de ellos, muchos
expertos en electrnica, para fingir el gran choque.
Algunos se las arreglaron para llevar a cabo su trabajo siendo vaqueros. Gritando y
aullando, se lanzaron como el trueno sobre los coches asustados, que entraron en estampida
como guiados por conductores locos por el camino, enfilando los cuernos, mugiendo y
araando el suelo con las pezuas en el can de su cabalgata. Hierros de marcar
transfiguraban figuras rojas calientes.
Otros hombres de Battersea pisaban los corceles como pecios hundidos. Con mscara de
bucear y pies de goma se hundan en el aire trbido, fijando cmaras adhesivas a cabinas y
proas y popas arrugadas que rodaran el momento de la poderosa tormenta de metal, fijando
los micrfonos de modos extraos, agitadamente.
Otros hombres de pecosas mejillas trabajaban como si fueran enfermeras de guardia en un
hogar de ancianos. Sus pacientes eran tan pulidos como rgidos o suaves, maniqus de rostros
desnudos y asexuados, maniqus sin fracturas femeninas ni palos de mesana masculinos,
maniqus no navales, maniqus sin carne ni msculos y sin temperatura que simulaban
hombres, maniqus enanos con cierto parecido a nios, todos mirando al frente con
impenetrables ojos azules, todos defensores del mundo pasado y culto de Wesciv que podan
permitirse el lujo de comprar su saudistruccin, todos terriblemente valientes ante la muerte
prxima, todos O's callados como deseaba G.
Las enfermeras al cargo colocaron rudamente en su sitio a sus pacientes, los conductores
de los asientos traseros y los pasajeros de los asientos delanteros, con las cabezas torcidas para
mirar al frente, para mirar de lado por las ventanas, para disfrutar de su viaje hacia la muerte,
para ser mudos y sin cabello y no conducolgados.
Fue trabajo de todo un da, incluyendo el atar los coches. Los hombres se divirtieron esa
noche en Namur, durmiendo juntos en un antiguo hotel o en una gran tienda entoldada alzada
en las orillas del Mosa, con una msica que palpitaba como una sien. Breas volvi a toda
velocidad a Bruselas y con una mirada estremecida se desnud, aferr fuertemente el tubo
respiratorio con los dientes coronados y se hundi bajo las suaves races de sus jacintos
acuticos. Las plantas se extendan como un Nilo de niln, creciendo en la atmsfera vaporosa
sobre el suelo y por las paredes de azulejos negros.
Escrapar de esos alucinados sin presa con las muletas barbudas alrededor de los ojos
gru hundindose, como si yo no tuviera todo mi propio Univorcio!
No crees que Charteris sea el nuevo Cristo, querido? pregunt la ninfa, flotando
vaclabios pasturizados sobre la superficie sucia. Para su gusto, su aspecto era delicioso, de
buena raza flamenca.
Creo en mi pelcula dijo y, cogindola como un caimn con las mandbulas, la rapt a
sus profundidades.
Al da siguiente, refrescado y con el bajo vientre tranquilo, Breas condujo hacia la escena
de la muerte en viaje autntica fingida con su director escnico, de Grand, que pronunciaba
frases doradas al respecto del Maestro entre embrocaciones craneales.
Bien, as que se mostraba muy especial al respecto de los nios y pirado por las flores y
no pareca tener pensado traer de vuelta a nadie de las sombras de la noche de la muerte. Igual
que millares de personas a quienes conozco o no, segn el caso. Sacaste alguna informacin
sobre la historia de su vida?
Conoces esas ruinas al lado del Sacr Coeur, jefe? Les cay una bomba saturada de
cinco litrorcas cuando lleg el ataque areo rabe! All apenas se puede ver. Yo mismo me vi
colgado y me pareci que su lgica era a base de logogrifos y que me perda todas las cuartas
slabas del tiempo grabado. Ese pjaro mitolgico, el logogrifo, alz el vuelo, era realmente
hipocreno con todos sus graznidos, donde yo me las arreglaba pero no poda madurar.
Corta esa je-jerga, de Grand! Vaya una mierda de ayuda que resultas! Qu hay de su
pjara? la barbilla, el vientre y los huevos se estn convirtiendo en promontorios.
Te estoy diciendo el logogrifo, la nueva pterospuesta, asados en su hombro que arde!
Su pjara, su ta! Llegaste a hablar con ella?
Mencion una parte de ella con ciertos rodeos.
Godverdomme! Hazte con ella y tremela al palacio esta noche. Invtala a cenar! Me
dar la llave a este Hombre Maestro! Has hecho bien esa mezcla?
Est registrado y las tabletas de benzedrina se hundieron rpidamente en aceite.
Muy bien. Y haz que le den ms nieve a Cass; algunos de los motorcruzados necesitan
un billete ms duro para el peaje arterial. Comprenez?
Se separaron juntos en la red.
Su equipo estaba ya preparando el choque. Los tcnicos se agitaban alrededor del lugar con
gritos de vaqueros y marinos. Por idea de alguien los coches haban sido unidos
umbilicalmente con cables al control de disparo y los muecos estaban sentados y apretados.
Revisaron una y otra vez toda la operacin, comprobando y recomprobando asidualmente para
ver si en su estado colgado se les haba pasado por alto algn error de tiempo en tecnicolor.
equipo se qued helado junto al trabajo terminado, esperando quiz una catarata de fotografas
para conmemorar su logro de posibilidades nuevas; mientras que, tras ellos, elegantemente
vestidos, los rostros rosados y no alienados les ignoraban desde los coches. Las bocas se
adelantaron ahora para ver lo que dira Breas, para or la lgica, para intentar una vez ms
discernir en qu difera la muerte del sueo, y el sueo de la vigilia, o cmo el sol de la
primavera saba cundo uno no estaba all para escarbar en l y la carne y la porcelana son lo
mismo para m.
Breas estaba otra vez sudando en el helipuerto, en la sangre el billete duro del dao
mientras filmaba el clmax de El cadver sin destino, hizo que el negro, Cassius Clay
Robertson, luchara para poner en marcha el motor de su pequeo vehculo invlido de
ventanas de cristal. Y la escena larga del hombre blanco y las ropas serias corriendo
imposiblemente deprisa con las manos enguantadas desde detrs de las lejanas barracas
desiertas, las barracas negras de paredes de asfalto alquitranado, corriendo alocadamente por
el asesinato con alegra en la boca. Ahora poda volver a tener una muerte real, se la haban
ofrecido, porque el hombre ocasional estaba lo suficientemente dominado por el arte como
para morir por l.
Muy bien, Ranceville, siempre y cuando te des cuenta perfectamente de que ste es el
ltimo viaje, y no tiene retorno, escribiremos un contrato de renuncia.
No vacilar! se irgui Ranceville, delgado l. Como dice el Maestro, hemos
abolido los sentidos nicos. Creo en todas las alternativas. Si matas inocentes en masa,
mtame a m! Viva Charteris!
Las bocas que miraban se apartaron de l. Un par de labios le palme el hombro y luego le
mir la mano. Algunos suspiraron, algunos murmuraron. Breas se qued solo en pie,
brillando el bronce de su cabeza calva. El coche invlido haba arrancado por fin y empezaba a
avanzar lentamente. El hombre blanco de la ira terrible lo haba alcanzado y golpeaba los
cristales, agitndolo con los golpes. Haban colocado dentro de la cabina una cmara elevada
con Robertson y, con otra adherida al exterior del parabrisas brumoso y tomando
alternativamente fotogramas de ambas, conseguan un ritmo giratorio, entrando y saliendo del
pnico hipntico de Robertson.
Mtete en la lnea de las cmaras! grit Breas roncamente.
Mostrando con un gesto que haba odo, Ranceville se meti en el antiguo banshee rojo, un
modelo azul abollado que haban encontrado en un solar junto a la Estacin del Norte y que
haban repintado a toda prisa. Ranceville tena pintura roja en la ropa y en las manos segn se
meta retorcindose entre los maniqus. Las cabezas asintieron graciosamente como miembros
de la familia real inglesa bajo un viento rtico.
Muy bien, ya estamos preparados! dijo Breas. Todos a sus puestos!
Contempl todas las bocas como un halcn, el nico cuerdo, silbando para s el tema de El
cadver sin destino. Esta vez se desmoronaran las cosas desde el centro muerto.
Marta estaba tendida en la cama, casi llorando.
No entiendes, Angelina deca; no tena ninguna intencin de romper vuestra unin,
pero mi parte no era nada, ni la migaja ms pequea, y yo no era ms que una nia inerte hasta
que el yo de mi marido horrible y mi horrible padre de la casa pricin se juntaron y
despertaron a todos mis otros yos y murieron y todas las cosas sin presa que intento ahora para
expulsar los tambaires.
Angelina estaba sentada al borde de la cama sin tocar a Marta. Con la cabeza inclinada.
Ms all, Charteris haca huelga de hambre.
Nick Breas el de El adelantador y El cadver sin destino, que ahora se dirige al Punto
alto quince para filmar la vida de su marido en colopintura. El gran Nick Breas de quien
habr odo hablar.
Quiere saber la verdad sobre Charteris? Es eso lo que dice? Dios mo, estas runas de
mierda estn tan altas que soy casi indescifriable Breas quiere saber la verdad? se hizo
aire con la mano, l tambin, jadeando como peces en un lago poco hondo.
Me ha difundido por un momento. Perdn vaya pomachacha! Estamos haciendo una
pelcula, no un evangelio, hemos de querer material como una especie de biogrifo, verdad?
El pjaro mtico! Qu si no es la verchulad? Una pelcula, dice! Eres mi oportunidad.
Vaco la cabeza y me llevas a tu jefe ahora, chico? intenta calmarse con uas el cabello
negro y suelto.
Mi auto-rizacin espera encantado con una inclinacin bizantina.
Conduce usted? se detuvo ella. Demasiado alto, no?
Pero l iba en un coche del estudio con chfer y parpadearon hacia el centro del esquema
fsil con poco riesgo para la vida.
En los ladribarrios extremos de la ciudad adulaban auroras flamentando orgullosamente y
viejos fantasmas le llevaban trilobites. Era un blanco arroyado de su tecnicolon pintuado en
una sola foto mientras el asesino viajaba a casa, sintiendo que su cara se aplastaba e hinchaba
como centrada en un local telescopular giratorio. Tumultneamente, el amplio Leopoldo II
enfang su pavimento pues caan en cascada tierra gris y acantilados donde haba edificios
impolutos de ventanas ni estratos. Volviendo la cabeza atormentada, vio que el ocano bata
dbilmente contra las orillas de macadn de la costa que traa el cambio, larga, resonante,
desnuda y supo otra vez cuando algn aburrido profesor a domicilio de la cordura
microscpica le hizo ver claro que or de nuevo repetitivamente la humanidad de hierro el zinc
estaba en el intermedio de dos elementos, marruinado a base de golpes mientras l se
preparaba para digerir otro cambio evolutivo y no menos encallado porque los motores rugan
para l por la costa infernalta.
Tales sonidos parecan sexplicables, desplicables, aplicables, inexplicables, cables,
tocables, sacables, inextricables, inexcrutables. Poda separar el rugido en ocho sonidos
distintos, todos ellos revoloteando hacia ella cubiertos por los dems. Cosas que se deslizaban
y se fundan producan un gargarismo particularmente maligno, de tal modo que cogi el brazo
bigotudo de de Grand.
No me van a dejar que sea la nica que quede cuerda dijo. No me van a dejar!
Nia dijo l, rodendola con una mano sudorosa, la cicatriz de los labios no curada en
la pstula del rostro, resbalando con un ruido la forma gentica, todos volamos en el mismo
plano astral y ahora hay algo nuevo.
Y, en la geometra variable de su mente, se retrajeron unas grandes alas y el dbil gemido
dej entrar la estratosmiedo.
Breas se levant, negro, mortalmente elctrico, rostro enmascarado y de ojos saltones,
jacintado de la piscina, calva escarabrillante, no afeminado, eunuco de apndices completos.
Estaban preparando una comida palaciega en la habitacin de al lado.
Djame que te toque primero.
No estoy de humor para toques antigua Angelina.
La invit a nadar; cuando se neg, sali de mala gana de las aguas verdes y se envolvi en
toallas, con ganas de destrozarla.
Yo mismo ver mis pelculas! Alimego para el ento. Slo para m y para mi goce est
hecho! Durante mucho tiempo, desde los aos sesenta, he estado yo y muchos yos menores
vertiendo golpes, preparndose nuestro medio fluido descomposicional para esta
desintegracin de la sociedad, y ahora quieres de nuevo ver camarevinos, gasolquidos y
oficintas? bebi un poco del gran gueuze-lambic amargo cuando se lo pasaron. Hemos
llegado a la ltima fase y hay que mantener las agallas.
Algunos de los viejos males pueden morir, y seguir viviendo otros peores ella no
tomaba nada. Los prpados bajos.
Ahora vivimos autnticamente y al modo nuevo que proclama tu mariado!
Ella miras bajo los prpalgos al continuo de invitados murmurantes, todos mariposas o
bien rocas calientes sin descanso, y cada uno era una perforeloj de mbar con un mecanismo
propio que a su percepcin retinal recin nacida parecan siempre mugir y ectosonar.
Y son stos los aunten-tics que montienes? irnica.
No seas tan perscapaz ni tan irrica, cuando ests tambin atarada en el mismo
canjeln, mujer! apretando los dientes gravinos, apoyando jamn sabrucio en el pechombro
de ella.
As, por primera vez, se vio aturdida por la revelacin, y la hierba de oca silenciosa se puso
en movimiento de nuevo que Colin captaba la sociedad iba en autosueo su ene-migo de enemasa y cualquier selvlanca en la que estuviera combatiendo se encontraba slo a un da de
marzo de marcha de su propia situacin. Incluso en sus enferdillas poda haber ms salud que
en las ideas de este hombre gordo.
Por qu me ha invitado a venir? y gemidos vonnegtsicos en la visceracin.
No por el tamao de tus melones, los mos son ms grandes, sardinia delgaducha!
Mira, quiero la palabra sobre tu hombre sabemos que tienes una cosa o no contra l y hay que
revelarla.
Y si no me da la realsima gana?
Mariposas y rocas calientes fluyeron hacia arriba por los paneles de jacintos hacia las
aberturas brillantes de las numerosas bocas de escontrabajos de la tracera.
Si no lo haces, hay multimodos de organizar una buena infiltracin en la motorcortada y
cosas as, te lo advierto sotto voce aqu y nunca!
Me est amenazando? a su alrededor, no se oan los alcachoferos mientras la lnea
maestra de su cabeza flua ms regularmente ante tal coaccin y vea con claridad las mejillas
ocultas y los ojos de amenaza de l.
Si no quieres que haya interfherencias con vuestra motorescrotada me soplars con toda
clase de presalles cmo tu hombre-salvador cometi un asesinato en el trfico ingls, o no?
Y todo el territorio desierto abrindose ante su cmara, esquivando.
Quin interfherir con nosotros usted? Nuestra pequea motorcruzada intenta viajar
inociertamente pero siempre la estrangula una mano mala parsierda ya sabe ya sabe lo que
quiero decir, la Mafia que mafica con sus alivios duros?
El contrajo repentinamente la carne fofa, y la herida de la boca se sell y hecho.
No pronuncies el nombre aqu o te encontrars tendida en un callejn sin nada de
lubricacin encantadora y sin nada movindose, nia, te lo advierto!
Ahora cesan todos los ruidos jungulares y se cierne el grajo oscuro.
Estaba de nuevo en el jardn ruinoso donde la manguera giratoria enviaba sus salpicaduras
sobre la hierba y los cardos y su madre chillaba te matar si vuelves a entrar antes de que se te
diga! Ni flores ni fruta jams en los ciruelos viejos, excepto el moho que goteaba donde las
hojas se reunan en nudos marrones quizs haba visto ella entonces entre las ramas el animal
nuevo el perro colgado de la corbata roja y haba sido inoculada con la belleza salvaje de la
desesperacin contra la recurrencia de este momento futuro.
Ahora sonaba la msica y las vegecharlas continuaban mientras dos marinos adornados de
flores cantaban de barracas negras al extremo de una pista de aterrizaje. Una ltima mirada
atormentosada, Breas se haba dislocado y se le vea al otro lado, donde la multitud se pareca
extraordinariamente a un mercado marroquinado con hordas de pasotas y de Grand rindose
abrillantinado. Avanzando, esta masa de gente empuj a Angeline y la llev a un teatro privado
adjunto.
Qu pasa? Por qu son las prisas?
No ests en la onda! Vienen!
El techo se alej volando la caja de la noche se cerr y carojos fulgurantes llenaron la
pantalla con traqueteos de colores 5 4 3 2 Uno se agitaron y rompieron edificios a lo largo de
la autopista al troglomanecer entre un tiempo gris y poco convincente, autostratos puntuados
de ventanas, trasteros llenos de la historieta de dormestidos familiares mientras todos se
levantaban gritando: Maestro! Charteris! en tirantes y rulos. Ahora el papel de familia se
dobla y se levanta del desayuno levanta secuencialmente a los nios y los lleva a los
monstruos rugientes del garage monstruos corteses maestros gentiles uno por uno deslizndose
y tosiendo llevando a su sacorificio humano a lo largo de las playas peligrosas brillando en
geografa variable orientada contra el accidente de la bachorilla urbana.
La pelcula no est montada an. De nuevo y otra vez el mareptil mecnico ruge a lo largo
de la brecha discontinuidad del tiempo y del espacio con armadura verde y gris y azul y roja
una verdadera carrera y lleva en ella desvalidos a los ruenacidos de sus colinadobes.
Los maniqus registran impulsos precognitivos del choque prximo. Escenas de la
resurreccin brillan como luces de trfico en un universo clarkeiano, se ven a s mismos
desmembrados en la unin basta del impacto amortizados en las ambupistas lanzendidas y por
fin en el mohundido sextenso ahogados por el olor y piedras en su propia neutrifaccin bajo el
fro ondeante. Con un azul que no parpadea ven negrura que no espondula y con calma de cera
exploran los vacos porcelalineados de los muecrneos de esta anulidad su ltimo divorcio
civil.
Ahora desde muy arriba cernindose como los aerosuelos rabes el ojo capta un tablero de
ajedrez de carreteras blancas y negras identificado como helipuerto desierto con los lejanos
barracones negros de Bruselas muy abajo se hunde como una aguja hipodtica para inundar la
arteria principal de la mierpolla. Sus calles vacas hacen erupcin en un impacto
precognublado mientras las lneas de fuerza las lneas de furcia las lneas sismogrficas las
lneas limtrofes lneas de geolatra variable y resistencia mnima lneas de cronologa
despechan del punto del impacto futuro. Hacia ese puntdulo, lanzados, vienen los motorqus.
An disponen de varios microsegundos enicos antes de llegar al punto de intersexo y de la
abolucin del tiempo.
En el coche de delante de Namur viaja la Sra. Crack, fra y a la moda, vestida como un
brazo de mar o punto alto con un traje comando de solfiesta expatriado tetotal de un estilo
casual bien cortado de gabardina de niln verde almendra de una sencillez aplastante bolsillos
de viaje amplios y versatilidad vaginal mxima orlado de borlas color petunia pensadas para
contrastar con un sombrero safari de lo ms elegante de achrilato azafranado diseado
especialmente para un impacto y zapatos rojos patentados de empeine de honda mocrasines.
Su casa est siempre fra y libre de invitados peludos del mundo in-conformista porque utiliza
el Plstico nuevo e impoluto con la pintura plstica de color verdopaco nueva y excitante y un
relojhuevo truculento gratis con cada bote as que entre hoy en el tiempo del relojhuevo!
Es complicado, amigo explic la Sra. Crack, entrevistada inmediatamente antes de su
muerte: admiro mucho mi falta de vitalidad.
Recost la cabeza sin hablar en una almohada surrealista, aplic el Solceador del nuevo
tono soberbio.
El entrevistador, que viajaba a pelo sobre el cap, puso el micrfono frente a su marido
soberbiamente vestido, el Sr. Servo Crack, que estaba sentado extticamente recostado sin
conducir en el asiento del conductor sin cabello facial ni racial cabeza pintada de bronce y
labios a juego.
A menudo nos chocan a los dos dijo muchos vestidos y trajes elegantes de los
escaparates de las tiendas y sitios as en donde se da cita la lite para ir apuesta disfrutamos
mucho de ello a la vista de la falta antisptica de cualquier forma de relaciones maritales
entiende se que va detrs no es mi hijo sino simplemente un maniqu ms pequeo perfecto y
un ser humano creciente y real llamado Ranceville porque como usted sabe mi mujer la Sra.
Crack la Sra. Historecta Crack que es como se llama realmente no tiene asunto as que
naturalmente no hay ninguna atraccin capilar ya que afortunadamente yo no tengo pendones
ni testamentos, al modo de la Humanidad prealucinada as que slo somos buenos divamigos y
capaces de constirar al respecto de las virtudes de la antigua clase media tales como vestirse
correctamente que es lo que escal Europa desde los tiempos anibalescos desde luego para
gloria de Dios y de su caballero de caballero el papa de querido recuerdo.
Se estaba disponiendo a decir ms y los gonadictos se rean y se daban codazos en la sala
oscura buscando una evidencia en contra de la no maniquiedad cuando el lemanstruo que
encerraba el Sr. Crack se lanz armado contra un monstruo que corra en el sentido contrario.
El Sr. y la Sra. Crack sufrieron la extincin. Su hijo perfecto se destroz tambin
impecablemente. Desafortunadamente, la cmara que estaba enfocada en Ranceville no
funcion, as que sus ltimos gestos sangrantes no fueron revelados a los ojos del festn.
Ahora todo el erechoque adopt el ritmo babelento del orgasmo hacia el clmax de la
pelcula y los expertadores de bocas hmedas contemplaron expectotivamente. Ms horribles
que seres humanos, los maniqus se aviolanzaron adelante rgidamente en las estructuras lentas
corriendo hacia el punto del impacto volando atados oprimiendo los cinturones hacia los
parabrisas rotos llovieron ojos de un azul inmvil y todo a su alrededor guantes y mapas y
michelines y cajas de bombones dispersas parabolaron como gorriones asustados ante la lluvia
de aletas y an los ojos honrados de cscara de huevo y los labios sin espuma contemplaban
nanosegundos de futuro. Onda marvitatoria brazos relajados girando hombros rgidos sin
encogerse maquillaje permanente inundaron su mariposa en la nica solucin salada al
problema de la deceleracin.
Todos los dems conejos acorazados se apresuraron a tomar parte de la destruccin. Con
expresiones desmayadas e inexpresivas, las cabezas de los maniqus se rompieron y se
despedazaron y chocaron y se destrozaron y aterrizaron y se mezclaron y se cascarahuevaron y
saltaron con el nuevo CRAS milagroso apuntando el ltimo nanomejilla acelerada hacia el
puntimpacto de la viajuerte el impunto de la vieeerte viunto to o o o.
Una y otra vez las cmaras espiaron a las vctimas sin sangre y a los armazones de metal
resquebrajados que con alas torciradas tirndose los tejos arrastrndose por el suelo se
golpeaban mutuamente se escarampan en la vertgine de la aleapista, hasta que los mirones
organizaron una audiccin y sus vivas se oyeron por encima del estremetlico de los
cochatarras. Pero Breas lloraba porque su pelcula le haba asustado y le haba impresionado
a tope.
Se dispersaron sus lgrimas. Antao haban tenido un ganso al que cebar y en el largo
infortunio del verano, cuando florecan los ciruelos, le haca cierta compaa a su modo simple
no irreemprochable. Una vez le llev su madre un cubo de agua en pleno esto para que
hundiera una y otra vez el largo cuello y chapoteara felizmente con las alas sinplumas,
salpicando por todas partes hacia la pequea Angeline. Oa chapotear ahora las plumas y
arrastraba an nostlgica por el ave sin culpa que se comieron ms tarde.
Por fin volvi cansadamente a donde un cartel anunciaba cerveza Stella Art zumbaba y
arda en la desolacin del aparcamiento. Se qued all respirando la brisa hmeda. Bajo la
iluminacin malva y marrn, su rostro pareca una calle arruinada de la que pudieran salir
arrastrndose seres igunicos. Pero a slo una manzana mental de distancia cuya direccin
slo ella conoca ciegamente haba una calleja del verde de finales del verano algn lugar
parecido a un jardn mgico donde una muchacha descalza podra conducir sus propios casi
cisnes y no pensar nunca en os/obienes ms desagradables.
Una llovizna cubra las carreteras inconmensas de la noche pero an, entre los coches, se
dibujaban tangentes de humo y costitechaban los esqueletades una cuerda de guitarra o una
flauta luchaban soledad contra soledad y una luz colgada o bien una cochembilla desnuda
iluminochaba a la florgente. Oh, Phil, allan los perrillos no me preguntes lo que hago en el
brezo Col. Pisa el charco arcilloso en una leve fermentacin azul. Un corro de voces vestales
canta nada y cruza su camino subterrneo con todo un territorio desierto encorvando los
rboles de piedra. Aparta de su camino tales sombras sabiendo qu redes la esperan en los
bajos de una ciudad nochiundida. Se agacha y orina junto a montones de ladrillos
abandonados. Oh, no quedes embarazada en este mundo destroronado!
An amaniquiada enfermizamente por los malos vientos se tambale por su propio
porchestrozado grotescamente para encontrar la manta fra y la ausencia de Charteris. A
tientas, temiendo todos los temores, se quit las sandalias y se tendi pesadamente. No estaba
Charteris, an no estaba en la vivihambre? Ruido pequeo sin lluvia sin perros le lleg y
ansiedades inmediatas poblaron la cueva con cologados ojerosos an medio altos en viaje y al
acercrsele se apoy en un codo y mir. Temiesperando incluso que fuera Ruby Diamond?
En la esquina, slo Marta sollozando calladamente sentada en una silla rota, calavaca a la
luz oscura oscilante con aspecto hundido.
Ve a la cama, chica!
El sapo me va a hacer levantar mis costas.
Vete a dormir deja de preocuparte hasta maana. Esta noche ya ha tenido bastante todo
el puemundo.
Pero la fuerza del sapo late! Est intentando abrirme el crneo y entrar en mi granero
mi trigo y luego motollevarme a algn charco asqueroso y embarrado de sapestales!
Ests soando! Djalo ya!
Recostando la cabeza de oropel, pleg los prpados hurfanos sobre las mejillas y se alej
de los conducolgados una muchagansa conduca descalza sus casi cisnes por una calle a
finales del verano. Y los celos taeron una cuerda infrecuente.
Todos los das, como un ave de la oracin, Charteris hablaba a multitudes nuevas,
encontraba nuevas cosas que decir, se verta y no dorma nunca, no se cansaba nunca,
sostenido por su fantasa superconductora. As pasaron dos tres das en la gran poshambre por
el hambre de Blgica o las malas noticias de Alemania. Estaba sentado con una lata de judas
que Cass y su amigo Buddy Docre le haban llevado, llevndoselas a medias con un tenedor a
la boca y sonriendo escuchando a medias a algunos discpulos que le repetomaban una
interpretacin deshilvanada de lo que haban espigado, entusiasmados.
urgidas toda su idea ornada de la reencarnacin en crculos sin fin inund sus horizontes
escondustriales con su eterna recurrencia.
Fuera de las ventanas mviles, se apiaban rostros hambrientos y esperanzados.
Te aclaman en las calles dijo ella como si no les trajeras la ruina contemplando la
accin.
Te saludan dijo Cass, mirando furiosamente a Angeline y te mantendrn aqu por
todas las eternidades, bapu, segn gira la rueda.
Los nios de Bruselas, de mejillas hundidas, corran como lobos en manada, apretndose y
aullando alrededor del coche no todos aclamando, muchos burlndose e intentando detener
el avance. Estallaron altercados. Ardieron peleas cerca de la lentruzada y se extendieron como
un incendio forestal por los bosques de piedra. A media milla de la Plaza Mayor se detuvieron
los coches amontonados y las multitudes los inundaron. Algunos de los conducolgados de los
coches lloraban pero no haba ayuda para ellos, pues la fuerza de polica se haba disuelto para
robar ganado en la innoble frontera alemana.
Por fin el Trfico Tnico se las arregl para subirse libre y con otras manos colaboradoras
conectaron la mquina de infrasonido con la garganta ronca y raspante orientada al mar de
cabezas que flotaban. Sus vibraciones bajas enviaron un estremecimiento gris por la multitud y
una visin del amanacer enfermizo en una tierra sin cultivar donde un antiguo canal corra
rectamente por la planicie durante cien lenguas. Con muchas manos alzadas para regularizar la
mquina terrible, avanz y las multitudes retrocedieron y los otros coches avanzaron
rechinando gradualmente hacia la Plaza Mayor, con el grupo aullando canciones y todos los
presentes hacindoles coro en lo poco que podan, subterrneos detonados con todo un
territorio desierto ondulndose y viajando a velocidad de predador hacia el corazn palpitante
con toda clase de imgenes de presas.
En la Plaza Mayor se haba instalado una pantalla enorme hecha con cubos de plstico
frente a algunas de las antiguas Casas de los Gremios. Se haba construido una plataforma que
sobresala peligrosamente del Hotel de Ville, al otro lado. Alto, resplndido, equinoccial,
Breas el dorado estaba sentado en esa plataforma con hombres en penumbra tras l y, entre
vivas, el Maestro subi tambin para sentarse all con los macheteros.
As se encontraron los dos grandes hombres y los bapu supieron que ste era el ego grueso
y desnudo de la megavoz que poda radiar dramasueos poderosos y ms tarde se cant una
cancin que contaba que intercambiaron opiniones sobre la exitosencia, haciendo referencia en
particular a lo que haba que considerar fuera o dentro o bien dnde estaba la
desautomatizacin; pero lo cierto era que el estrpito de la plaza, abajo, era tan grande que
ambos se vieron obligados a hacer de Gurdjief en su propia fiesta e incluso el ofrecimiento de
Angeline como substituto de la mueca que el Maestro haba pensado hacer hubo de ser
olvidado, hundindose de todos modos ella lejos de l.
Se alz un aire glido, ptalos dispersos dulcemente. La plaza haba sido cubierta burda y
nuticamente con inmensas velas de lona tendidas sobre ella y aseguradas a los pinculos de
piedra de los Gremios que incrustaban toda la noble plaza como estalagmitas. Este techado
protega al pblico de la lluvia estacional que caa, aparte sostener cadenas de luces
multicolores que brillaban plcidamente. Ahora todo se hizo ms brillante segn las bombillas
oscilaban y flameaban donde todo el cielo era una gran colgastelacin con Casiopea bailando
y toneladas de agua conservada se vertan con un efecto grotesco sobre las endechas del
Trfico Tnico. Entonces fallaron los circuitos y todo el atestado lugar se qued a oscuras
excepto por algunas antorchas y un foco que iluminaba aleatoriamente hasta que guerreros
desconocidos encendieron la pira funeraria de un motorcadver negro que arda
brillantemente.
La noche era manitica por la Europa autovendida.
Volvieron a estallar las peleas y los anticantos, un coche fue puesto boca arriba, convertido
en geometra variable e incendiado por los lemas predatorios. Era una gran captura de presas
con accin por todas partes.
Al empezar a proyectarse diapositivas en color, la multitud se aquiet ligeramente para
mirar y el olor de los porros condens el aire encolerizado. Colores brillantes tales como azul
de porcelana rojo ornamental gris muerto mbar atigrado turquesa persa azul ojo rosa coo
verde aguacate amarillo bilis colorado prepucio topacio burro amarillo orina liquen cuerpo
crema hombre blanco rtico cobre gato paja jazmn negro de China espliego pequins
mandarina chilln verde musgo verde gangrena verde escupidera verde absenta aceituna
caballo azul culo plata ertico gris peyote y un champin madera de cua dbil y civilizado
que fue pateado se lanzaron directamente a las lentes del proyector y radiaron por la plaza
donde los pinculos acantilados de los edificios mostraban tonos de color esforzados y
octpodos y asombrosos hasta que se corrieron como grandes cosas orgnicas bombeando
lluvias espermatorreicas en alguna orgatriz espectral chthnica de creogulacin en bruto
mientras que el firmamento pequeoperrado aullaba catarruinas y quebraba bombillas de
colores.
La fiesta se estremherva a cada nanosegundo, no siempre en un espritu muy brillante para
los que queran salir de la plaza por enfermedad o emergencia incapaces de exculpar un
miembro de la masa apretada. Algn Brjeles ms dbil y blando cay bajo pies machacantes
para ser beaujolisiado bajo la prensa. El clera tena que apresar sus vctimas en pie mientras
los sudores abundantes se esparcan para fertilizarse por todos los vestombres arraguados pero
los ojos saltones no extinguan demasiado en su exprulsin entre la agona y el xtasis de una
estampida inmvil que esparca el dolor entre la dolarmona y muchos perecan alegremente
inconscientes de que les estallaba el glande y las venas y la cabeza y suspiraban y moran
girando en el atragantamiento de su felacin colrica.
Slo cuando la maana verde contra sus contraventanas lucidrogadas y se perdieron los
ltimos acordes y colores enloquecidos se dio cuenta la manada salpicada de pintura de las
consecuencias de sus rituales. Se alz una exclamor grande y terrible de los ganadrogados!
Algunos que, delirando, haban escalado los pinculos prismticos para lamer los matices
supurantes se tiraron ahora en busca de una ltima cana al aire sobre la suelondulacin
geomtrica-rpida-cambiante. El resto, recuperando fuerzas, bailarines caballantantes
dromegados ladrones flacos creyentes verdaderos magnolgados y amantes palidotados se
alejaron a rastras hacia callejones atibarrados para ocultasar su desesperacin.
Slo entonces, cuando Breas baj de la plataforma para tenderse de nuevo en paz bajo las
plumas acariciadoras de su piscina de agua caliente, le habl el Maestro.
Eres un artista Ven con nosotros por los laberintos de mltiples valores de nuestra
misin. Tu pelcula ha captado en su totalidad el espritu de nuestra causa mi vida mi
pensamiento la naturaleza muda de una vida espontagiosa en un estado mstico!
Entonces Breas volvi la gran cabeza desnuda y las mejillas desnudas marcadas por los
surcos de las lgrimas como ubres grises de alba.
Vosotros, godverdomme colgados y cocidos estpidos sois todos iguales vivs dentro de
los cocos pirados y nunca veis nada ms all! Conque has entendido mi obra maestra, eh?
Bah! Uno de mis hombres, el estpido de Grand deba haber trado los rollos de la pelcula,
pero en su apestoso estado lo olvid y una vez cogido aqu me ha sido imposible salir de
nuevo del corral del ganado. Y mi obra maestra, mi Punto alto quince, no ha sido visto ni
proyectado en esta importunidad de oro!
Todos la hemos visto! Brillaba constantemente con una presa total!
Salivando de disgusto y asco.
Dios sabe lo que creis que habis visto! Dios lo sabe! Juro que me ahogar, me
pegar un tiro, me matar de un arponazo, no volver a filmar nunca! No slo no se ha
proyectado mi obra maestra sino que ninguno de los miembros de tu ejrcito la conoce ni la
echa de menos. Esto es la antimuerte nadrica del arte!
Amarga y cocida, la risa matinal y ronca de Angeline les mordi.
Charteris tom a medias entre la brisa la gabardina de Breas y seal la plaza en
estampida encorvada gris a la luz lavada pero amarillenta por las llamas que consuman ahora
los pinculos recientemente putrescentes de otras matinfecciones.
No tienes fe en la transmutacin, ni en mi fuente de lo milagroso! Tu arte anticuado ha
captado al fin una luz! Todo aquello que intentaste, Breas, se incendi materialmente y arde
en nuestras cmaras de resonancia! A partir de ahora, Breas, eres mi segundo iluminador, un
viento negro alejando las alternativas antiguas y soplando huracanadamente a quienes se
aferren a lo que era, elctrico, elctrico, mira la seal! Ocurre lo que haces aqu en
neoportunidad! Arte Estelar! se ri y llor heces cansadas saltando saltando.
Breas el elctrico mir a travs de sus lgrimas translcidas, sujetndose la cabeza
desnuda con las manos, aullando.
Diostpido de baba tus seguidiotas de cabezas de arco iris han prendido fuego a la
plaza! Es la ltima presa! Mi pobre y amada ciudad ardiendo! Brjelas, Brjelas!
El veneno que alimentaba sus escrutinios interiores se verti en Breas el escaracalvo de
modo que se vio hacindose el lisiado sobre el asfalto cabalstico hacindose el muerto en un
lago de llamas haciendo el amor a una maniqulva haciendo que le sufriera la Antigina. Su
rostro se quebr por sobre sus orillas, los pensamientos de porcelana perdieron su color negro
de China. Breas vio ms yo aboreido de lo que hubiera querido o se hubiera atrevido a ver.
Gir con sinrazn sobre el balcn tambaleante de la compscuridad.
Multiplicndose desechadamente mejilla en mano en las cmaras interiores obscuras del
pasado brumoso banderas antiguas dentadas con leones negros chocaban con la tigura
pajaresca nerviosa tunicelegante de un cassovagotado salt inmvil a su hombro e
instantneamente le tom con un brazo de grasa de ballena frrea gruendo y aullando
pidiendo acompaamiento.
Estoy enfermo magistralmente enfermo! huecamente a su oreja necesilacia.
As el ciego sangrante el ciego y mojhmedo sanguijuela tras sanguijuela sobre
sanguijrcitos novuraderos autopistas donde este simbiotipo de la CivOccid llevaba primero su
venasa ciegiratoria con las tormentas de cohortes en un saber cmo remolineante a la vena de
los picotazos y oscureca la complescena cada morgueana hasta que la comprensin era una
equivinyeccin carro-era de la que esta dispersin citica slo arabesperaba la ltima cortina
ensangrencurva. Despus las cohoretes legendarias entre los muros negrundidos de oh mi
mundo occidaguado la veneche del progrueso llega a su eclipse brillante y supurabia de las
cabezas de puente levadizo de Charteris el compreligente Nicols Breas el doradado y el
Cass-no negro.
Nada que decir de Cass ms que este papel secundario de ojos intranquilos o nunca
rubicn-dos para arrasufrir los pies con la masa boreal arruinada por una escalera gimiente y
por callejones tenues tenebrosos pimiengranados muerteplazados hacia la lujosera de Breas.
All, sin dejar de gemir ingeniosamente pidiendo ayuda, Breas casi le arrastr hasta el
borde de su piscina. Pero, al ver aquellos jacintos bulbosos, el nufrago aull tambin como
una raz arrancada buscando en los ojos dorados y convexos el cadver sin destino, gemelo de
s mismo!
haciendo ecos delante de ellos ahora en nuestras ciudades arruinadas el humo sigue subiendo
mientras la campia ulcerada se encorva hacia arriba viajando a velocidad de predador hacia
su quimera oscilante ella con un movimiento felino le esquiv cuando l salt una vez ms
hacia ella sujetando su propia antigua capa azul de La Paz Interior pero ahora sin la inocencia
de la Navidad. Resbal, cay y el borde inseguro de la plataforma se inclin hacia abajo para
ver adoquines ensangrentados en la superfuego. Instintivamente ella se puso encima de l,
utilizando el peso de su cuerpo huesudo para contrapesarle, impidindole caer, y le mim y le
grazn y le maull y le sent y, como una madre, le ofreci toda clase de amabilidades excepto
leche aunque el sol se converta en nova.
Eres mis alternatodas dijo l, suspirando medio atontado, y ella llor a medias sobre l
ante tal seal de rencor.
Su cabello se chamuscaba y lleg Buddy Docre en un momento ilusorio con Ruby que la
deseaba y Bill y Greta aullando asesinato. Todos juntos ahora, pero no en unin, descendieron
tropezaron bajando la absurda escalera interior de la chimenea y corrieron entre la lava
ardiente de otra violeuropa hacia la cabalcruzada maltrecha y discorde para arrancar en otra
calle con el exploche nerviroto.
Breas! grit el Maestro, plido. Hemos de salvar a Breas!
Y ella le sonri sorprendida de que an herido en la cabeza tuviera algo de humano que se
preocupaba por el director calvo. Pero ahora estaba aprendiendo y se qued callada ante su
fiesta asesina con un temblor interno sabiendo que no le importara lo ms mnimo que Breas
se asara o muriera como pareca preocuparle al Maestro: entre ellos se tenda un abismo ms
profundo que el del lenguaje.
Derrotada, se tambale contra Ruby, cuyo rostro era lunostruoso al brillo del fuego, y l se
agarr a las columnas pomposas incandescentes tragando aire.
Cambia de equipo, ngel, tu camino no tiene por qu ser el suyo o mi coche en la
Charteruzada sabes que sabes cmo te anso incluso desde antes del da de Phil dos
vagabundos podridos e intiles
Pero renunci cuando, a travs de las lgrimas frenticas de oca, ella empez a decir
gimiesgarrada que no era suficientemente buena para l que no era buena para ningn hombre
que mereca morir o que no poda dar a ningn hombre los verdaderos asideros de los abrazos
del amor hasta que los otros se volvieron llamndoles y Charteris la sujet bruscalmente de la
mueca agitada.
Para l el yo estaba de nuevo en su trono recuperado del exilio de la noche purgada y no
orden ms pues se enfrent a la falta de su propia divinidad en toda su alternativa anrquica.
Su pira creci tras l mientras corran dando tumbos por los pavimentos de rub pues mientras
Buddy pasaba un porro dej caer la fotografa de que se haba endiosado a s mismo porque
tenan que coronar a algn rey terrestre y luego haba olvidado que l era su molde y no su
producto as que subiendo por el tnel de la campia desierta la verdad masiva de que en un
menti-reino condenado todo iba contra corriente se estableci en lo alto de su colina.
Haba gritado por Breas porque aquel artefacedor poda ayudar a apagar las llamas de su
naturaleza ondulante y fra con los aullidos de su habilidad contrafalsa.
Antes de los milagros de verdad tena que dislocar en s lo milagroso. Perros nuevos
corran por callejones con corbatas de llamas. Un hombre corra ardiendo por una calle lateral.
Imgenes discordes de coleranis cantaban entre las barras de sus perplejtivas. Todo estaba
infestado por l y en aquel pandemtico se encontraba su poder de hacer o hacer enfermar
hasta que la propia naturaleza se ocultura bajo tierra.
Un manto de humo se amonpaliaba sobre los animairados nuevos que nadaban
poderosamente en l o saltaban junto a los edificios decapitados. Las tiendas estaban
plasaltadas abiertas entraadas sobre los pavides que producan ecos mientras los hombres
hacan ruido en la calle y tropezaban entre s golpendose con fantapalos ms de un incendio
ondulaba por sus presas mientras ellos coldrogorran hacia la piratera ocenica de sus
autopistas.
E l h am b re em p ie za en la cab e za
Se vioti de niln
Anduvo a mi lado por las baldosas
El guila emplumada
Al firmamento
No ms alzamientos
En cambio crece un rbol de polvo
Mas esa palmera de tierra no fructifica con toda su grandeza
Tiembla una mano tendida
El mstil porta una insignia
Que slo perciben los locos
Con el hambre que empieza en la cabeza.
Una chica suelta una frase sonora
En la cesta del pan de hoy
Los abrazos de pie
No son fuertes
Y pisa la muerte
Donde ocurri el choque
Una huella callada entre de lilas la belleza
Muerde el fruto para degustar la piedra
Espera la semilla para el Gobi
El agua que destruya
El hambre que empieza en la cabeza.
Le basta con decir una palabra
Crecen las rosas de un cuenco vaco
En nuestras calles ruinosas
Los coches al pasar
No buscan su hogar
No quieren control de volumen
Rugen sin tamao y hay cierta grandeza
En la voz del cadver sin destino al decir: Edn!
En la Costa Dorada el sonido surge
De los tambores
Porque la salvacin empieza en la cabeza.
Tortu ras
No da ya respuesta en nosotros
el viejo intercambio sexual
yo quiero empujar en tu cuerpo
y ofrecerte un placer animal.
P ob re A!
(Cancin de burla de Gurdjief)
Pobre A! Pobre A! Le basta con hablar
y sentirse feliz! Qu inteligente!
Le podra bajar los pantalones
y no se enterara! Pobre mente!
Pobre A! Pobre A! Qu clase de hombre es
para quedarse con hablar contento?
Mas hoy cualquier persona es como l,
llenan la calle de miles a cientos.
Podra decir que el pobre A est menos mal
que oros predicadores que he encontrado.
A su modo, comprende bien las cosas,
entiende bastante de melones militares.
Visto por encima, el Por Qu quiere asir
y no le gustara pensar en mentir.
Pobre A! Pobre A! Ya no es tan joven!
Era bastante torpe en realidad
al guardarse de una posibilidad odiosa,
al escuchar la verdad
Se mova en una danza graciosa
esconda la cabeza de las circunstancias penosas
para luchar contra la verdad!
E n el res tau rh am b re
Conoc a esa chica en el restaurhambre.
S, conoc a esa chica en el restaurhambre.
Como digo, conoc a esa chica en el restaurhambre
La escasez de protenas es buena para la espalda.
Dijo que haba malas noticias de Alemania.
S, dijo que haba malas noticias de Alemania.
Se tendi y dijo que haba malas noticias de Alemania.
Se puede or avanzar esos estados pequeos.
Cri mi yo regiamente en el jardn de juegos rocoso;
Hund la rodilla en suciedad como un rbol joven;
Mir por las plantangentes inmviles de humo,
Proclam que incluso las malas noticias eran buenas.
Hemos andado bajo las cabeceras de banderas,
Cerrado las universidades de la Edad de Piedra;
Ved cmo se enfrentan los aliados.
Oh Praga, por favor no me desmembres
Todo ocurri en el asunto de la CivOccid,
Ahora tenemos otra enfermedad.
Encontr el destino en aquel asunto.
Amigo, encontr el destino en aquel asunto.
No cabe duda de que encontr el destino en aquel asunto.
Y nadie sabe lo que me ha machacado.
Arcos iris en el rincn del hambre.
Hay arcos iris en el rincn del hambre.
No dejo de ver arcos iris en el rincn del hambre
Como espectros de fiesta.
Conoc a esa chica en el restaurhambre.
S, conoc a esa chica en el restaurhambre.
Oh, s, conoc a esa moza en el restaurhambre
Y soamos en gobernar toda Alemania,
Soamos en gobernar Alemania.
Es u n a d e es as veces
Es
Es
s lo
una de esas veces
que quieres fumar,
cuando permaneces
en vez de palmar,
cuando no puedes llegar.
s
lo
una madrugada
que ests colocado,
cuando t querras
haber escapado,
cuando te sientes violado.
Necesito
La circunstancia abrumadora,
La nostalgia de
Ese retorno eterno,
Como si las horas sin esquema,
Mis horas no educadas
Del da, se convirtieran en una pasta como
Peridicos
Y se volvieran a utilizar en nosotros
Con la palabra extraa,
Aqu y all
Bloqueada,
Empezando desde fuera del contexto.
Atesorado,
Un fantasma antiguo
Que persigue a otro yo
Desechado.
Ciertamente,
Siempre, eternamente,
Resulta ser
Diferente.
LIBRO TERCERO
A casa
LA ASTROPISTA DE OUSPENSKY
Lanzando al aire brillantemente piedrecillas desde las ruedas cansadas, la gravalgata
remolcaba la obscuridad. Los faros eran rayos de barras de granito que golpeaban la tierra de
ningn lugar encartelando la negrura. Las cuspidhijas de la obscuridad alguien cantaba iban de
puntillas con las serpiescupitajos del medioda las cuspidhijas de la obscuridad iban de
puntillas con las serpiescupitajos del medioda las cuspidhijas de la obscuridad iban de
puntillas con las serpiescupitajos del medioda. Slo unos cuantos de los ojos blancos ciegos
del vialegre eran amarillos o de otros colores pero alternansadamente porque el vapuleo los
coches los empujones en la autodencia. Y saltos con los salivazos de la estacin.
En estas cacharropistas primitivas, rebaneando el camino como vagavejas descontlavadas
por los territorios extremos del Franreino, de aquel pas cuadrado y exprimente, cantaban los
conducolgados. Apelotonndose por mtetelo-por-el-culoburgo con sus plazas nasales
neutrales y sus filas de ventanas hacia donde el Rin aceitaba sus armotas de fuego bajo los
barriles de Estrella del Norte y un puente amplio con avisos de aduana. Las luces rompen con
un fluctuar rojo yo llevara las mquinas de repeticin como balas sobre el flujo tracerado de
abajo.
Vientos criogenticos gemiardiendo otra primavera graznando en la tierra tundrogada
repitindolo todo y sanguentas bajas a altas horas con el llanto de la presueo en el
renacimiento-remuerte cclico pidiendo una cabezada por todas partes o bien cabezas
enrolladas ms all del maremsica. RECHTS FAHREN grandes flechas amarillas cortando la
coronarretera. Vientres agitados boca arriba grandes flechas pintadas letras sin significado
burreras lejanas seducindole hacia una visiuspiro en un diamagma
El destrazado Charteris detuvo el banshee. Angeline y l salen y l se pregunta si se ve a s
mismo tendido all anu-lado, alza la mirada a los acantilados blancos ciegos de la nube de la
noche para olfatear cmo la palmada de la primavera rompe su alternatura. A su alrededor
frenan rechinando todos los autodiscpulos, descolgndose de sus pillones, y todos gritan y se
desperezan hacen gestos enchaquetados en sus cazabrumas.
Todos hablan y Gloria se acerca y se dirige a Angeline.
Me da la impresin de que he recorrido de corrido este pas antes.
Es el refulgir de un juego amoroso no apagado que empieza a oler en este punto de vista
rancio, Glor.
T crees? Est aqu bajo la noche? Como cualquier otro lugar! Deberas decir que
queramos venir aqu, o era a algn otro sitio?
El odo distorsombrado por la hora.
De todos modos puedo refrescar el examen mientras ponemos la cafetera en esta mota
atontada.
Y otras oivoces bostezcladas gritndole por entre los laberintos inscritos en una cabeza
cementada de perenoche l el chamn Charteris con las dolorosas flechas amarillas casi
verticales ms difciles de salvar y quiz transfiguradas sus propios poderes ranciaguados. Ms
que las voces, respiracin, movimientos ominosos de cuerpos en ropas, agitar de dedos de pies
en zapatos y crecimiento furtivo de los rizos espirales dentro de un milln de bralzoncillos,
locuciones y dislocaciones.
Respirando profundamente para obligar a su voz a que ahogara la sensacin de ahogo,
habl.
Topamos con el presente, amigos alternativos con destino, as que paremos a descansar y
arranquemos una nueva cadena a la velocidad de maana donde asombramos.
Como fantasmas a la luz moribunda de los faros, sacaron sacos de dormir o se tendieron
juntos en los asientos traseros o unos cuantos se molestaron en hacer caf o t con llamas
plidas oscilantes sobre sus prpados encadenados o bien campias efmeras almohadilladas
en las cerraduras grasientas del sueo. El vientre de Angeline estaba del mismo modo
almontaado por la semilla del Magallanes migratorio, as que se tendi sola bajo unas
mantas. l entr en el puerto de la muchacha que se haba unido a la motorgata en
Luxemburgo, Elsbeth, de calidez encantadoramente joven y juda.
Todos tuvieron que estrecharse humildemente ante la respiracin enemiga del flujo de la
noche con sus ritmos en descenso temperatura corporal reducida pensapulsos venecianos de
pizarra que todas las mantas y fogatas y almohadas no podan contener ni retraer durante ms
de
Existen limbos ms profundos otras muertes sueos ms crueles en los que los yos
alternativos y borrosos estn en pie, mirando, desescamndose del carrete de la probabilidad
como negativos que nunca llegan a la ampliadora acosando el chasquido del objetivo del sopor
el visor de los movimientos rpidos del ojo antiguas autofotografas numeran el reductor de
datos.
Alocanismos antiguos de la comprensin condensndose.
Arreglando la maana l goza conociendo la jugosidad de ella al tocar la sequedad rizada
de su entrepierna y al convertir esa sonrisa invisible en musjugo. Con lo que ella se retuerce y
le acaricia la bomba semierecta con un muslo dndole sus poderes ponindole los brazos
pronto hemos desafiado la ley y las olormas al quedarnos parados aqu mismo en el camino
del trfico olvidando que pronto se iba a hacer de da o algo loco o bien slo cansados no lo s
pero ms vale que hagas algo pronto no pudo mirar a Elsbeth, al cabello oscuro alrededor de
los hombros, a todos los frgiles encantos.
Slo nosotros somos trfico el nico trfico aparte de nosotros no hay ningn otro coche
a la visturbia no por atascarnos atascaremos a nadie.
Es mejor que vayas a decrselo al Fhrer, aqu viene!
Sealando a un gran coche de polica blanco como una nave espacial un yate un carguero
Heinlein ms all del poder de las tormentas abrindose por todas partes y vertiendo
abiertamente un hombre poderoso con un uniforme blanco densamente cargado de un millar
de medallas como un montn de ropa demasiado etiquetado en la lavandera y unas botas y
una gorra elevada mientras que, embutido en la batisfera, se vea acercarse un cigarro
monstruoso y dos secretarios a su alrededor gritando el Kommandant.
Y luego toda la Schwabe gritando.
Quin manda aqu?
rboles talados al lado de la parada.
El tiempo como un vapor que nunca se eleva.
El puente de metalngulos que desafan a los nervios.
Lentamente los gritos dejan en silencio la escena y todo se queda totalmente esttico
excepto una leve brisa matinal entre la cual los conducolgados estn delgados y plidos con un
cabello que en Inglaterra les haca formar parte de la naturaleza creciendo libremente sin
despegarse de la cabeza ni de los labios ni de las mejillas ni de los hombros parte de la propia
tierra pblica pero aqu en este pramo no tan bueno maldita sea y anlogo.
Quin monda aqu?
Todos o ninguno tienen un mando. Petrificacin de la postura interior, aunque Ejrcito toca
la flauta.
Tirando an de los viaqueros sin abrochar, Charteris se mueve por entre el cochaberinto
hacia el hombre de blanco Angeline a su lado pequea pero grande viendo el esquema eterno
mientras la disposicin de los objetos confecciona un emblema de la eternidad ms hermoso
de lo previsto capaz de ralentizar el tiempo algo que l haba sabido antes de que este
maravilloso l dentro del hombre Magallanes migratorio en vuelo rasante sobre un ocano ms
profundo de la verdad en el que quera hundirse ms y ms profundamente alejndose de los
tiempos demasiado graves para la simple comunicacin a un nivel promedio o bien unos
escalones antiguos y grises conduciendo errneamente a un antiguo edificio marrn atiborrado
de barandillas curvas para dilatarse al modo artesano italiano y ahora arriba l est en una
habitacin marrn-gris baldosas negras y rojas de esquema transcendental oh descnsame de
nuevo para siempre en las mentes misterios murmurantes a donde pertenezco y podra caminar
a travs y caminar para siempre a travs del saln a lo largo dentro adentro para siempre el
esquema donde el tiempo camina de lado pjaros volando haca atrs reemergen como lagartos
ante los das sin fin.
Manda usted sobre esta chusma?
El montn de ropas de lavandera ante la cremallera sin abrir de los ojos y dnde estaba
aquel lugar en que yo me encontraba me encontraba all durante un momento? La eternidad?
El tic-tac del cronMetzro? En algn parntesis reciente en el tiempo, de fiesta ms all de
esta ilusin schwabiana del presente decrselo por qu no.
Me traicionaron y me vendieron a la antigua?
Estoy al mando alzando la voz y para m el tiempo gira hacia atrs sobre sus goznes
brralejando el presente minsculo no, no, se lo digo soy Charteris. El Paraso est en m
lo siento lo s! ahora agit las manos y las vio sobre s alzndose al cielo aqu y all
buscando las dimensiones nuevas o bien las dimensiones antiguas vistas como alternativas de
recambio mientras los pjaros se transfigiraban en lagartos y el animal nuevo volva
instantneamente a ser piedra. Lo que hemos visto vale la pena de cualquier colapso y el
antiguo mundo cristiano tan justamente arruinado si renuncias a todo y vives donde hay ms
vida en el mundo que yo ofrezco. All las ultirnativas dan sus campaadas una y otra vez con
las manos y el cabello dirigi all el gran sistema intelectual que el Hombre Conductor
sintetizaba relacionando todos los fenmenos y postulando un mapa nuevo un mapa dijo
l que entraba y sala irregularmente del habla mientras dejaba caer por completo los
vaqueros y suba con piernas velludas al coche carguero Heinlein y se burlaba de todos,
un mapa que deminiaturizaba la topografa relacionada amarrando una relacin chispeante
entre esta europlexin y la explexin de un tiempo conventual, el tiempo gracias al cual el
hombre predecclico se impona a la naturaleza marchando armado al travs para ocultar la
mente corporal aparte de esconder la disilusin.
Vitoreando y cantando, slo los policas marcaban el paso de la oca alrededor y ofrecan
diales de no radiacin. l segua mentradiando.
Y en tales niveles tambin otro transmisor pirata con emisiones por la banda
autovidasora pues tenis que mezclar vuestras propias conciencias con las rutas de las
carreteras intronduladas y la telatiempo general alcanza slo mediante la disciplacin de mi
pensamiento la disciplacin de la erectitud apropiada como una disciplacin de cualquier
orden distinto y para llegar bien a la consecucin definitiva necesitis lo que Ouspensky llama
determinado equipaje y luego el verdadero tiempo sidereal puede rompecanecerse con
vuestros ritmos de vida arcadianos.
Salga de mi coche! dijo el gran jefe de polica rosado blanco paquete de lavandera.
Dos policientos sacaron en volandas a Charteris mientras segua hablando.
Tambin para todos vosotros el flujo del tiempo puede contener la radiacin orbital de
una mallespa si me segus! Que vuestros circaracteres se centrifundan en las spinradiaciones
del centricurso! Seguidme o moriris ahogados en el flujo del flujo del tiempo!
As que sale asimovindose y pateando mientras ellos le sujetan y le echan encima los
pantalones, rodendole de la tiempapertura.
Uno no est dormido en tal momento. Muchas cosas eran como el sueo, muchas cosas
no tenan ninguna relacin con la realidad. An ms cierto: la realidad no tena ninguna
relacin con las cosas reales. Simplemente construyeron esas paredes de madera para
embarcarse en cualquier caso. Muchas cosas que yo dije entonces deben de haber sorprendido
enormemente a mis compaeros de aquella aventura extraa. Yo mismo me qued muy
sorprendido. Me detuve y me volv a G. Sonrea. Su antigua sonrisa familiar falible feliz.
Despus me result muy extrao el recordar las cosas que haba dicho caminaba por la calle
de Troitsky y todo el mundo estaba dormido.
Los oficiales de la Schwabe conferenciaron entre s con movimientos rpidos de los ojos y
una msica desgarrada y suave dio comienzo desde la campruzada. Muchas cosas que dije
entonces. El brillante paquete de ropa de la lavandera haca gestos parablicos de relojera
empezando y terminando en el Punto bajo diez y dos policas tomaron un yo ouspenskiano.
Organizar un discurso para discutir un discurso. El lavandebulto or al estilo mecnico:
Su Jefatura apreciodio sus palabras y la exhaustacin pero incluso Dios todopoderoso
debe aqu ser circunstricto por la autoridad de la ley y no debe aparcar el coche en contra de
las regalaciones establecidas. En caso contrario se producen disturbalanchas y el
desmoronamiento del estado y ladiccin pero aqu mismo est an mi deportamento y todos
vosotros jipis estis contravenando las normas. As que supone un descanso que esta
malefractura peluvestida acabe sus piradeces en una celda. Vamos!
Eh, se van a llevar a nuestro salvador! guerrit Ruby Diamond corriendo al
Angelado. Lanz un objeto-realidad de geometra invariable y origen metlico en una parbola
semiletal y los restantes durmiajantes empezaron a arremolinarse maravillosamente saliendo
de su colgrancin y, autopechados, se lanzaron a la derrota uniforme. Cayeron sobre los
alemierdas. Luego los valientes gendarmes saltaron tambin a la lucha colgrogados pero
actuando en nombre de la Ordentlichkeit para que la batalla conmensurara con el deber las
bombas APQ mientras la desmoronamente produca segn cada carcter su propia
intensificacin.
Junto a la perspectiva transfigurada se encontraba el puesto de polica con sus banderas y
carteles y de all fueron regurgitados ms polizei inflndose lentamente con pasos
autohinchantes mientras evolucionaban adelante desde la distancia media convirtindose en
parte del primer planodo donde se arremolinaba la masa y Herr Polizeikommissar Lavanderen
sujetaba al encantado Charteris contra sus sellos de correos.
La Ordentlichkeit con botas y porras se impuso. As que comenz una marcha lentamente y
con ojos ensangrentados y ropas desgarradas y forcejeos deshilvanados a chirona todos
musirados de pies descalzos mientras que junto a la cuneta unos cuantos pleatones de madera
contemplaban a los delincuentes Herr und Frau Ruin y al pequeo Zeitgesta Ruinen que una
vez sumergido a la fuerza volva a emerger y registraba seriamente un espectculo de entraas
asintiendo mientras la procesin tropanzaba hacia el gran cuartel general de la hostica con
muchos conducolgados an debatindose.
Ahora los huesos speros de aquella gran criatura eran de piedra y su carne de cemento y
yeso era de un amarillo democrsquico tendido en un sueo fsil simulado y todas sus
vscercas oscuras y fras con un corte de la luz o bien los procesos espantosos de la colocacin
de un suelo de tarima en los recodos de pasillos reflejaban dbilmente la luz del exterior
entraando por todas las superficies constantemente interrumpidas volviendo in-terrum-pidas
rotas continuos de una manufactura especial patente grisluz. Ya no ests despierto muchas
cosas que dije.
Ahora los propios policas, que tropezaban, estaban confusos. El esquema de los barrotes
ya no italianados donde los sueos estallan en el edificio marrn antiguo pero el norte
industrial y romo se asimila de cerca a la mente no estallada. Sonido de choque de barrotes y
metalsquido giratorio sin consideracin sonido incontestable. El sittlichkeitsvergehen de la
situasoloreumona alemana.
Trastabillando se convierten en grandes policas de miel con brazos oscilantes torpes en el
espacio del confinamiento giran girando con las puertas iterativas encerrndose ellos mismos
en el lado equivocado y un martigrito commenso con los discpulos que estn en pie
entorpecidos como todo un nuevo tipo de desensaciones en un marrn del ms parecido al
negro hasta que una chica grita que estn simplemente amontonados en el pasillo. Todos
empiezan a aterronizarse aterronizarse por todo alrededor de la visin destrozada abajo o
arriba de escalones de piedra o bien ingles sin mente digeridas buscando la salida. Barrotes
barrotes pistas falsas callejones sin salida panormicas prolongadas grisluz dbil como un
circuito roto entraando de todas las amargicies en los huesos speros presa temporal anillos
incontestables. Ms policas flujotan en el escondite. Ahora ingletea todo el edificio
ruidigrosamente. La nueva raza desmentada celdavive rpidamente y todo antiflorido. Alarmas
chillonas cibernautan en cavidades tumbas grutas. La vida reducida al punto bajo del nivel de
los libros de texto. Pulmones martillo miembros tijera pies colpeteo en el momento de la
maquinedad.
Guardias avispados slamslamslaman puertas exteriores. En el laberinto panormicas
Por encima de todo ello Meinherr Lavanderen se revelaba desde debajo del paquete blanco
y reciba la ofrenda en un bao selvanerfumado chapoteando con Wechsel para llevar a cabo la
mastrecimiento secarle compulsivamente y vestirle con un albornoz ondeante blanco de toalla
con botas de cuero blancas a juego alineadas de armio. As sali l, adelantndose brillante
destenebrado hacia su cautivo emplumado enchufado ahora por la ventana de ojos profundos
mirando a la Francia natural engullir el falo dorado del sol.
Antes de que vaya a trabajar durante toda la noche en mi lo que llamo en broma mi
corral pirado de hedores el crepiterro de Hirst utiliza de nuevo la musculatura usted y yo
Herr Charteris tendremos una conversacin sobre filosofa y dinmica sexual pues en esta
pequea minifalda sitiada de imperio donde rechzaseos las fronteras con suspensudeces
contra tribus brbaras y ba-ratas tales como los cascaderos penenvidia sagacidad como putas
corriendo empalmadas en fila.
Tosiendo aclarando la gargacelerador la barba y la deslipista manchada de rojo freudiana
incontrolable frente a l. Tanteando en un cajn de la mesa sentndose pesadamente dejando
que la falda del albornoz ondee sacando en un puo enormes cigarros.
Disculpe, debemos ser buenos amigos y hablar correctamente y usureramente, nicht war.
Tenga un pulmorpedo de los grandes y buenos.
No fumo tabaco.
Bien, debera. Humo siempre el humo me mantiene en calma en esta tensin tan
duradera s s muy bueno para los nerviolores y concentra la mente en su objetcin Vamos,
tome uno!
No fumo de eso!
Veremos quin lo fuma y quin no. Hirst, trae el Schnapps!
Inmediatamente, seor.
Apresrate, estpido! se qued brillando en su toalla el muchacho lleg y sirvi
temblando dos medidas de la botella y luego hbilmente verti la bebida por una garganta
abierta que peda simultneamente ms y a gritos uno para Charteris.
No es ms que veneno de crcel dejndolo caer en el suelo de madera.
Perro insultante! disparando en arco un jamn en una hbil demostracin de libro de
texto de equilibrio anatmico conectando con la fisiognoma del oponente sentado con el
impacto consiguiente subsiguiente entroperdiendo sacando a la vctima de la silla continuidad
de la energa en un universo previamente en estado esttico. Eso le ensear que cuando los
mejores que uno intentan ser corteses con l, uno tiene que ser educado a pesar de sus harapos
y cuidar sus modales como corresponde! Ahora levntese!
Se levanta contra la gravedad y el matagigantes vuelve fumando a un mejor humor tras una
cortina de bruma gris hecha por l mismo.
Ahora dice por fin hablaremos en privado de mis problemas sexuales con toda
confianza. Hirst, evasstate, por favor. Mire para un hombre como yo en mis momentos
realmente ms gloriosos acostumbrado a un ejercicio violento y digamos aficiones constantes
como la esgrima y la equitacin desde la misma infancia por mi abuelo y mi padre hombres
speros y grandes convencidos de la bondad de la mortificacin y tambin si lo puedo decir
con toda modestia ambos capulleros eran pensadores profundos y genios cientficos no
reconocidos que an puedo salvar el mundo empezando por nuestra propia tierra bendita
venga le mostrar mi corral de hedores mientras hablo y estos dones infrecuentes
relacionados glandemente con grandes cualidades administrativas y con una gran capacidad
para el mando Hirst!
Seor! nariz ansiosa inmediatamente detrs de la puerta ejecutando una reverencia
luego maana a primera hora haremos un pequeo cojexamen definitivo y veremos cmo hace
milagros el cabezis.
No s lo que le ha hecho usted dijo Wechsel mientras caminaban por el laberinto
obscuro de piedrueso, pero puedo decir que esta noche va a convertirse en un demonio casi
me da miedo volver all con su barra de hierro! dejando a Charteris en un lugar obscuro y
cerrado, volviendo a su hombrquina.
Charteris, tendido boca arriba, record lo mejor que pudo la conversacin inmortal y el
astuto viejo G diciendo a sus discpulos que la mecanicidad era destructiva como bien saba l
y que el sexo no era mecanicalidad cuando lo era propiamente, en vez de una comedia puro
cuando mal puro, cuando autodefraudante y aqu haba l ayudado a la desintegracin de
Lavanderen al ms verdadero estilo de G situndole en una pista estril.
Una vez recurrente ms experiencia de noche en la que un planeta redondea sus bordes
imagriados y el firmamento se blanca como un prpado o bien las mentes alicadas
aclarando la turbidad del firmacielo los ecos reproducen automticamente el progrino
desechido en suaos altocados Discofete.
Pero el humeamputeado Kommandant hizo una breve aparicin en su celcho para
anunciarle al medio despierto Charteris que los consejos gusanos del santo se utilizarn para
tranceformar a la polizei hasta hacerla ms mecnica l deba tambin volverse robotertico
marchalando ya falistnico para la parabia diaria. Instruccin rgida todo presin y pistn
corrupto tirando empujando con fuerza electrnica la polizei eyalzada presentar las armores
por cierto PRESENTENder por ciento tanto en unimisin ahora marchurbando en la marcha
commensa un dos un dos arriba abajo arriba abajo marcad el pasalido t ese del final machaca
a ese hombre izquierda derecha izquierda luz de luna luz de luna plenilunio ponte bien los
correstculos ese apolla bien los piejones en el sueco nos corris hasta que yo d la ordamada o
eyastigar a algulo de posatros.
As que la instruccin de castigo se agita ante las objeciones en marchapasos de la
personulidad como el desierto rido hu-meante y toda la pradera hendida por el arado se rasga
y vomierra instruyacula piednas
antiguos atades que crujen destar-talan puertas que se gruabren donde miran momias
aferr/antes de deseo esqueltico la muerte orturna conserva madreselvas atemporadas en
fornograva de color sepia con mis pasos vacilantes forzados carta a carta resonando en los
cienos de la mentera pavonendome apenas descalzhuello la grav-edad antigua edadcada
iglesia protestina cuyo cartel desorienda mis pasos concha del aromedad
polvo estitoal revolopelando por todas todas partes descansumacin de la rosa implida
piedrosa mojada mojada hedi-honda rhumor subtirrneo yo mis brazos extensados matizados
claros matizados claros hacen motecas hmnticas aclarando repviles tres de los talltos de las
pllantas se adhelantan humoldemente hacia m horcias en sus crineos dos cargndome
intensamente entrompezados lluvieras con diosos colorados peludaltos uno cuyos rizos
armados todos enredorados uno una serafhembra en la antagua luz empluada y el tercero
empequeizndose entre sus ropajirreales transpontando agua ante l flautirando para
transfundirme desde esta griuta yo en esta jaulscera de la necriedad cremullo yo gritiendo con
vaz de tenror y fauciertas ante los tres soy suy suyo sullo saullo allo allo allo
volvi en s al agitarle un hombro una mano y all estaba su celda en penumbra y Herr
Lavanderen a(r)mado de blanco ningn color en ninguna parte de los sueos. La brumareo
aceitoso an da ecos retroleando con una frecudulencia matizada.
Vaya t el santo estabas aullando por todo el pasillo no me cargues con tus
pesadillas!
Mosc qu pasa con Mosc ayudados naturalmente por su msicolgada los presentes y con la
canciarma secreta del hidro-genio 12 y los cruzados mascodistas Supersex autorepulsados
ornamemparejados nuevos pero tocara lo que tocara el grupo cada uno tena su propia
meloda.
Estas hienas ya no tienen ningn respeto por el Estado gritaba airado Lavanderen.
Ni por el individuo tampoco Wechsel convirtindose en loro y volando brillantemente
entre el follaje tropical de debajo de la cabeza.
Bajo los planos aserrados pas con cierto paso cierto paso esquemando las ramas bien
delineadas empujar soltar empujar soltar cunto tiempo para pasar sta memoriza su forma
significativa cunto tiempo para pasar sta memoriza su forma significativa cunto tiempo
para pasar o bien su forma interna lo banal es grotesco
estos rboles automatizados en su vestidura limpia
races hundindose en metal eterno y el asfalto
quebrndose
rbotres antiguas formas crpticas
robndome robndome
las luces de otra turbacin
grotesca es rboles con su corte de pelo al uno invernal
en cada secundo las nanontecimientos eternos de la es-enca y estos rboles es que hay slo
un rbol que sigo percibiendo segn voy penetrando ms la tiemparaa Metziana de todas las
partculas de mi yo saliendo de m en trayectorias temporales aleatorias
todas las palabras que he dicho o pronustribuido estaban embebidas de mi sangre mi semen
mi llanto de tejido lagrimal en plena desinegacin
lo que soy yo realmente no est aqu sino en su situacin
los rboles me arruinan demasiado especialmente
y la mujer especificada
annima
todo annimo que resultiba agrodable en la oscuridad lnquida contra muslos de palabras
desconocidas y todas las habilidades tendidas a algn puerto ms lejano como un rostro sin
nada personal slo la gran presa qumica de la consuncin eterna
por las redes nervadas y por las carreteras elsticas de mi yo fluye el trfico del
pensamiento pero esta recurrencia eterna de rboles me indica que no es posible ninguna
decisin que la decisin es imposible porque todo volver al mismo centro
las alternativas deben de ser ms multivaluadas que que o voy con el Kommandant a ese
viaje de dominocin insanna o con ngel al sur pero si una cruz-ara por la martirana si la otra
otra serie de os/obienes siendo siempre la muerte la primera posibilidad
encontrar en algn lado un mundo nuevo animal nuevo
transgredir
slo tienen palabras en la cabeza
insistiendo en que la historia se repite
los hidro-genes rancios de una combustin previa rodando por el lecho de un ro antiguo
una campia aeja hollada hasta el ltimo rbol la campaa retorcida del yo aplastada por las
pisadas del cerebro miembrudo
es su conducta y es la experiencia acumulada disminuye y me deja reducido a suspiros
moralidad nostalgia sentimiento fin malvisin todo lo que tengo que llevar por su antigua
fotografa descolorida de la vida
cmo esas nubes de tormenta que se condensan en mis sueos nocturnos redondean mis
oh/rizontes.
Alz la vista con una mano apoyada en el tronco del ltimo rbol ante la plaza abierta
pesadamente envuelta en ropajes y la primavera acuchillada estticamente al viento.
Creciendo en la perspectiva del Rin haba vestidhumirreales furtivas y secas figurativas
La confructuacin? El momento (cintico) de la verdad?
Creca, y a la subluz apualada se person claramente el familiar era simplemente el
familiar Crass antiguo agente ex-mercero emprendedor seguidor astuto perdido o hudo
cuando Bruseras se incendud, que ahora mostraba los dientes con una sonrisa de
agrejasimiento.
Los eternos retornos dijo Charteris.
Subiendo y bajando por el tronco desnudo del rbol, las primeras moscas de la primavera
surgan a rastras del malditiempo invernal al que haban sobrevivido. Por la superficie del
amputrbol suplicatorio se apresuraban hacia puntos infinitos de intersexin y en las ramas
cortadas de la parte ms alta haca ruidos sordos su gran ave negrada arrastrando sus plumas
garras pico de buitre llamando por su salchicha roja cruda de cuello.
Maestro perdname debes de haber pensado que mis pies hollaban el polvo del camino
del viaje eterno y la rosa empaladecida de mi taburete suturrneo.
No quiero hablar de ruinas.
Quin sabe las plumas nervudas vibraron levemente qu hablar de ruinas cuando
todo el mundo tu paraso del mutivalor. He conservado la fe en el coralazn y mi gractitud me
ha conducido aqu a ti. Sigo siendo siervo tuyo.
No quiero hablar Cass as que baja de ese rbol de Judas la decisin suspendida de toda
direccin y para hacer algo nuevo piensa por debajo de ese viejo bigote mientras los
civoccidadanos de las posibilidades perdidas se ocultan ms y ms donde los barrotes
paralelos no tienen dentro ni fuera.
Conozco tu tensiostema dijo Cass cogindole del brazo. Ests detenido en una
curva. Antes cuando las brumas se dirigan a la boca remolconfusa vi y te seal al otro lado
del flujo pero t tenas otras direcciones. Soy demasiado pobre y sin potensiones para
revolotear al rbol de tu observacin pero t eres tan rico en seguidores como un nuevo Cristo
y no debes quedarte aparcado aqu junto a la triborilla del ro sino continuar la autoCassuzada
para dominar el mundo tu palabra.
Cssate! Vuelve a las ramas desnudas!
No te digo aleando mi camino hasta mi maestro tu humilde serpiente alojado con un
viejo oficial viudo y empobrejorado que en sus habitaciones de largos pasillos sobre los
barrancos Alzette hospeda dos camaductores y posee una gasolinera me dice cmo el
continente se llecae de luchas minsculas por falta de jefatura
Cass
Habla por el megfono del mundo Maestro. Esas luchas menores son tu campo de
vientalla mayor o bien los estados que pulpitiriges. Paga el largo viaje en taxi a una direccin
de Roma! Expulsa hablando el cncer de pulmn. Asciende como un cohete por la astralpista
seorial. Vierte los movimientos del mundo en tu propio cuenco y te apoyar.
La puerta del gran frigorfico cuadrado se abri y entr Angeline andando sobre sus
metatastros sus huesos de pollo y ojos de ciruela y todo el significado diferente de un
salvavidas iluminado.
Hola Cass cre que te habas perdido organizando aquel acto en Bruselas la chispeante.
An sigues a tu mito enviudado! labios totalmente infestados
Colin ese comandante gordo est soltando a los muchachos en una especie de
pandemnica y qu vamos a hacer nosotros?
Deshacindose de la cruz de carroa Cass la cogi y la bes a medias murmurando
incomprensiblemente apreciando los huesos desnudos y aparentes de ella como ramas.
Oh Angeline veo que ests entre los favorecidos y sin embargo me gustara que le dijeras
al Maestro que abriera su concha de ostra y volcara su parte de Salvador en una gran cruscada.
Eso no son ms que tonteras. Primero estamos intentando convertirnos en seres
humanos normales Cass y no necesitamos la ayuda de tu trabajo en la nieve.
Con los ojos brillantes, se limpi con el pico entre las negras escamas.
El cuerpo es tan femenino y nada ms all. Le quieres para ti sola no es cierto puta
egosta pero las cosas cambian y l no va a perder no es como quiero decir que Alemania no es
la Tierra Santa en ningn sentido
Pero la nada. Un mundo de silencio total. Fuera de escena. Una ltima dislocacin
exploturbadora de la mente. Haba llegado a una comunin con las races dischecadas
profundas y elementales bajo la subsuperficie eterna donde dorminaban y las conexiones
elegantes entre la muerte y el amor. Vea al travs. Haba cado. Era humano.
Para ellos se volvi barbado bordado y emplumado. Prstino. Tras ellos la antigua plaza
gris el punto de reunin de hermosas lneas de un tiempo anterior rico de la salsa de la historia
se ofreca ahora en bello plumaje floreciendo ante su sabidura.
Escuchad la respuesta multivaluada. Todo est resuelto. Me ha llegado durmiendo
desechando los ropajes antiguos y luego mudo de maravilla as que ella le pregunt:
Querido?
Pensis lo que pensis todos pensis todos pensis en el antiguo ritmo Judeocristiano
rancio y repetitivo y masadstruco porque lo llevis en la sangre. Es vuestra herencia asumida
o rechazada dorminante. Sed ciertamente ricos como Cristo; pero para m Cress Cristo es una
antigua ilusin llegada a la miseria y no ms que otro lacayo del capitalismo que nos control
la cabeza no? Es una y otra vez la recesin histrica una recurrencia occidental eterna de
esperanza y palabra y sangre y espada y Cress hace vctimas a vuestras corriensamientos
continu con tal blasfemateria del Cristo plutcrata chequansioso desangrlido maldicristo
hasta que Cass sali de su silencio.
Yo tampoco creo en l Maestro ya lo sabes.
No hace ninguna diferencia. La historia se ha empastado y no puedes hacerla gotear.
Ests conectado a su circuito y la corriente circula. Mayor que la primera y pequea red de
Metz as que creci en su mente otra capa ms de Europlexin y caminando por la calle de
Trotsky vio que las antiguas dimensiones se haban podrido y a Cristo en la cruz de relojera
con los ojos furtivos y marrones aquella visin enloquecida del progreso por la astrofalista y
desde nuestras tumbas aquella ascensin vanvogtiana a los brazos del cielo. El culto del tercer
da la Casa Blanca abierta a cualquier hijo que amara a su madre. Todo transfhecho en las
siguientes pistas a los materiales metafsicos de la excavadora mecnica de la sociedad y de la
raza espacial.
El cielo es dinero en el banco. Su dinero ayuda a nuestra catedral. Jess ahorra su carne
liquidable en cualquier parte.
Colin amor el mundo no puede simplemente empezar de nuevo mi hijo tendr que contar
con el pasado para reconstruir a partir de l.
Inspirando el viejo polvo del occidente y expirando el viejo polvo del occidente. No. Ese
antiguo LSD tico-tnico nos ha automatizado dos mil aos y ahora la fractura ha habido una
malislocacin as que saltemos de largo por encima de la cruz mecnica y digamos para
siempre adis a aquel aprofetchado engaclavado. Mira mujer no me niego a seguir tu camino
ni me niego a seguir el camino de Lavanderen ni me niego a seguir el camino de Cass ni me
niego a seguir ningn camino. Me niego a caer en el modo agotado y arrugristo o
anticristugado de antes.
No no Cass, riendo tristemente si hay una oportunidad t entras primero as es la
naturaleza!
Ella sacuda la cabeza y revolva con un dedo del pie el polvo como si trazara el
jeronspiracin de algn secreto en l.
Ests loco Colin querido no es slo Cristo y todo eso para ti es un poco diferente porque
eres serbio hay montaas de cosas ms pero la cosa occidental an estamos en una trayectoria
griega de conocimiento ordenado Phil me lo dijo.
La cosa griega estaba muy bien pero no hubiera llegado a ninguna parte sin la
sufrinfusin de nuestro amigo narezareno incorporador de harapos a la riqueza hijo de pobre
superorador superpensador superhombre hacedor de milagros creador de problemas casablanca-en-el-cielo y luego bang-bang-tacatacataca-bum pero vaya al-tercer-da argumento
genial que desde entonces produce ecos en todas las historrientas.
Maestro Maestro t puedes cambiar todo eso rascando un porro pequeo y chupando
de una cerilla larga con pico de vbora. Slo mandando. No puedes cambiar la historia.
Somos lo que somos.
Tambin somos lo que no somos. Mira Cass no puedo cambiar el potingue de la historia
pero se cambi a s mismo cuando llegaron las bombas-lluvia ahora vivimos a un modo
agotado y con la vieja mierdsica de Glenn Miller impidindonos llegar a una cancin nueva
por la rayadura del surco anticuado de la CivOccid.
Quiz tengas razn. Limtate a conducirnos Maestro te seguiremos creyendo a ciegas!
Ya no hay conduccin ni direccin el gobierno ciega y el baileino antiguo del cielo no es
ms que un sophundfero. Opio del puebleseguidor.
Ella le vio nuevo surgido de una decisin difcil. Le vio. Vio que l se vea a s mismo. El
se vea a s mismo nuevo. Mintiendo an mentiras ms profundas? Distorsiones y
espejismos incorporados? A cada momento con su equivocacin como un esquema de
baldosas le vea nuevo. Le oy atasnudar a Cristo omnifcilmente. Una cosa encascarada por
el vientre se rompi y sangr. Ella se qued fuera de s misma de sus heridas de su
interminacin. Su primera visin de la explosura actual del tiempo.
Surgi humo de los odos de Cass y las pequeas habitaciones incluso los metaltarsos en
una quemazn grande grande como la Iglesia de Inglaterra quemando el oro en barras de su fe
y l deslizndose hbilmente a un lado de la transyectoria desvanecindose entre la bruma
como exorcizado.
Ella haba sido conjurada. Cogindole flojamente del brazo, se acerc a una montaa que
pasaba cerca y all grit su enfado solemne de que l desenterrara todos los cadveres de
medianoche que jams hubieran odo para volver a hacerles morir por su psicosis. Charteris se
ri sabiendo que ella nunca haba visto en una iglesia. Ella juraba. Los juramentos entre
banderas caminaron por la ladera de la montaa. Al final posey su agresin. Ella haba
soportado durante el tiempo suficiente su infidelidad su brusquedad su egosmo y su
endiosamiento. Ahora l deba dar fin a su actuacin para interpretar el papel de ser humano
corriente. La empuj.
Tu actuacin viene del mismo espectculo de Cass el culto a los individuos pero es una
vida de masas y una muerte de masas entiendes? Fases no gente! Djalo y eso es todo
Angelave. Comprende que todo lo dems ha renunciado ya. Canta a una nueva msica y baila
con otras medidas por todo tu largo interior. Djalo y vete a vivir con Ruby o llvame por mi
propio camino pero yo puedo soportar todos estos murmullos muy bien.
Rascndose la cabeza y ocultando la tristeza de toda prdida fue ella la nica que locabl.
Es Cass Colin Cass el que me da miedo ests tan indefenso l no es ms que un paracida
a cualquier orden podra hacerte ya sabes interpreta el papel del antiguo Iscariote se le nota. Si
el presente es ya pasado como dices Cass har que te crucifiquen.
Oy que vena gente y se alegr de distraerla. Hizo un gesto al grupo y se materializaron
como del aire.
Tengo trabajo para Cass.
Las puertas de crcel se abrieron y los tortuvientres de los ajortambores fueron los
primeros con coches destartalados percutidos cimblicamente todos cabezas de la anonimasa.
As que ahora se reconfort con el sonido de otra rueda de oraciones girando en su
corriente y todos los rostros que le soplaban estaban con sus ptalos y las yemas de los
jovellos enmarcndoles. As que ahora no se encontraba robinsonado ni un metro ms en esta
desertin islada y algunos continuaran a su lejorilla. As que ahora aunque su carroza nunca le
haba llevado ms all de los rboles de piedra enviaba su seal corriendo por playas no
impresas. As que ahora creca el brazo codado de ella segn la fuerza presionaba el instrurs
de su brillo.
Menticorriendo lleg Lavanderen surgiendo con los autoscpulos pero Charteris les detuvo.
Se subi a un banco debajo de un cartel que indicaba la distancia a Frankfurt viejo cartel
entraable hecho metal por el gran almacn del tico del pensamiento. Alz los brazos fue
vitoreado. La gente corriepretndose bajo su miralejana toda la marea de su ocano. Les dijo:
He estado en otra visin. Me he liberado y he desechado mi yo mis yos anteriores mi yo
encadenado por el sueo.
Aqu a mi travs el mundo se ha tambaleado hasta un nuevo fin.
Aqu empezamos una nueva era la era postpsicomimtica libres de camisansiedad mierdolores
y tristgenes grises.
Aqu ha sido reproducido por ltima vez el antiguo programa del Diolor en las maraces de
nuestra ocultura.
Aqu se esparcen los clavos de mis manos y las uas de mis dedos.
Se agitaron en la plaza y se deslizaron dejando a un lado sus orgenes con humor de msica
resonante. El cabello se reforz y los miembros se reunieron. El despertar deslizante de la
metamorfina. Ovejaron lo que oyeron y los lquidos del cambio corrieron al suelo. Segn l
iba laudando sus animentes. Las edades cayeron en las corrientes submarinas del ocano. Se
vertieron al interior los civiles y los antiguos edificios grises y color galleta se destitanizaron
hasta devenir un mar de guijarros helado. Innunvacin de manos, pies ms planos de cualidad
lmbica. Flujovimiento batido con cuellabezas arremolinadas colgarapientas entre los sonidos
de ritmo duro.
A un lado separado Ruby con slo una cosa propia que vender. Tambin Elsbeth viajando
en automasaje separ las dos fuertes piernas carne florecreciente perteneciente al momento
fundido bajo la tensin de la lona su silienzo cerde al punto de generacionamiento su
delicadeza salvaje un sabiatn mientras se fija en l agitndose en su plataforma orificial.
Ahora por sus palabras purgentes los recuembranas mucosas de los nadadores que se
hunden se distienden ante formas falsas y el flujo de salida saprfago transfluja el cornezuelo
del tiempo de tal modo que mientras flota en sus pasos laberintinos ella siente los troncos
humanos compresos bajo un cabello ladeado. Pero Ejrcito Burton se acerca a Charteris.
Eh, quieres que tu pequea siga viajando Maestro?
El nombre?
Tu pequea Elsbeth siga viajando Maestro?
Ella juda
Suelen decir que es la raza superior.
Pero no los alemanes.
Lo olvid. Otro mundo. La quieres.
La quieres para llevrtela contigo de viaje con Lavanderen?
Tambin Ruby Diamond en forma humana a Angeline cogindola de la mano al modo del
mundo antiguo llevndosela detrs de un tronco de rbol.
Es cierto que Charteris va a montar una colmena por su lado entiendo bien el asunto?
Ruby, est encaminndose ms all del mundo. Quin sabe esta quiminfeccin puede
desaparecer dentro de unos das y volver a empezar los viejos tiempos as que me quedo con l
y me ocupar de que no se haga matar en la revolucin generalsus encogimientos furtivos
de hombros causados por el dolor el dao profundo bajo una piel sudorosa.
Pero intent matarte querida mira djale no tiene nada que ofrecerte l mismo es la
desintegracin y t conmigo qu maravilla.
A veces me trata amablemente quiz lo nico que merezco ahora chispea la primera
lgrima de los largos parntesis de sus ojos heredados.
Ests completamente jodida, Angelita, te juro que me repugna verte destrozada y vente
con nosotros!
Sus palabras secretas la pusieron a la defensiva. Irguindose, secndose la nariz con el
dorso de la mano, adopta un tono amargo.
No me confundas Ruby si me necesita me necesita no lo puedo evitar!
Lo mismo dijiste de Phil y ahora otra vez el mismo error! Querida te lo suplico me
tengo que ir los otros estn ya en marcha ven y esta ltima vez rompe ese ciclo tuyo infeliz!
Ruby Ruby rgidamente, con el rostro destrozado, me necesita!
Yo te necesito, l intent matarte!
Pero est desesperado!
De repentriste surgi el toro salvaje de bajo sus cejarbustos.
Oh que te den por el culo puta estpida y astrosa! y con eso se fue encorvando la
enorme espalda por entre la mezcolanza general emocimiento. Todos estaban multiespaldados
al fusilaje junto a la estima; slo Ejr-sito se enfrentaba al maestro desmastrado.
Mirando alrededor a los cascadores y a los motrviles con los grupos ponindose en
marcha por los Hambrinos Alepistas y un examen rpido del cerebro. Tenemos que orientarnos
con la accin no dejes que crezca la hierba debajo de los pientes eh es un ciespied de Asia.
Pronto estuvieron haciendo quirostoria. Altopista. Bajopista. Escocia ante uno. Hasta
nunca. Ah nos separamos todos. Cartel de Frankfurt. Poxibilidades pximas. Adis al
Ejrcito.
dolor que se mezcla con la promesa ha frustrado la virtud ante-s la crudeidad y la revelunin
per-man-nte de nuestro reloj occidental as que ahora rompemos el antiguo crculo cuadrado
encantado. S no hagas Anj s no hagas.
Entre las perforaciones-gua de sus monedas holl de nuevo el metraje incierto de su
pelcula viendo cmo caa toda en recorrientes eternas y remolinos de habiendosido y nacido
con el etertranzado de pasos orientados a la deslizquierda en el muermomento hacia el precio
que se abre de la vertura donde el diavance sigue-o-bien-renuncia del Cristo kaputtulista ceda
al materialcismo ambiguado y a cualquier hierba o estpido cados en manos de un
comercializador.
As que segn la Edad Pleonastociaria se aproximaba rpidamente a su fin el banshee se
destrozavanzaba bajo la caja de cambrillos claqueterpida para convertirse en una peona de
un rojo oscuro junto a la deslipista sagrada donde al fin se detuvieron para seguir a pie con
Anjita serpenteando entre sol y lamembra llevando a su lado la oca gris dorada sujetndose
suavemente con el pico de su delgado dedo meique con Charteris ahogado en el silencio de
su garganta.
Bajo ellos giraba un planeta verdehusado donde la vegetacin se desatornillaba del
munsuelo y ellos se dirafligan entre ella a la ltima raz de Gaussa del ser. Los caminantes de
camino jbrotes atadolmos o bien sancianos grises pertenecan a aquel munsuelo golpeado y
ella Angelita tranquilizada por ello alzse de su jardn perdido y se lo dijo al Santo en una
frase recurrente.
Todo el mundo conocido del medioda pierde sus costuras antiguas y todo se desmorona.
Deberas ensearnos cmo mantener un asidero hasta que el bompolvo se diluya y contrarreste
la selva que crece.
Cuando no haba selva haba simulacros pobres de selva. Cuando ninguna APQ organizaba
religiones como simulacros burlones del paraso personal.
Aprende y no demasiado intensamente ngel que las ferrociudades de los corrioficiales
de blanco tenan que quebrarse y meter tu ciudad dentro del nico edificio es. Incluso en las
concretiones antiguas esquemhablaban aquellos nuestros estrellavidentes que iban descalzos a
la verdadera experiencia manten su fe.
Expuriencia de la desorientacin drogada.
Queremos la desorientacin y el sol no occidental del soma.
A la oscuridad, bajo arbustos susurrantes, toda la conversacin fue cuerpos se convirtieron
en expresiones intercambiadas de un lamento estambres de las peonas taedoras de lades de
amor.
l haba crecido a travs de demasiadas vidas pero tal extensin de tiempo cubra como un
puente todo lo que tena valor. Tampoco para ella exista ya la jovencilla incomprensiva sino el
mismo puente. Un poco de relajamiento en la ruptura generalizada.
Siempre hacia el Evereste anduvieron y hablaron atravesando humilcaseros disperqueos
de campanarios minsculos mientras que de ellos incluso de la propia Serbia se abrilanzaban
para salirles al encuentro cazadores rizados de bosques lejanos pero un da ahora mareflujos en
sus races cerdos espirales negros y pequeos y sus troncos hombrecillos murmencarados y sus
tocones los ojos brillantes y navajhuesos de ojos brillantes subsisfraternalmente y navajhuesos
y sus ramas la cosa veloz de plomo an esconviendo con ojos y huesos penetraduros y en las
hojas el escabronido de las aves y en la tierra debajo toda una tiempia desyerta
circunstancializando el mundo horadado.
Ella se dividi en dos al llegar el verano olmado y l mir a travs de la maraa embrollada
de su mente para ver a su hija con el labio de cuentas de Angie an en contacto entre ambos
las ondas pobres del dolor cuan etercontinuas verdad nunca capturada plumas voladoras de
nidamores abrindose en atardeceres heroicos suntuosas en un sentimiento medintimiento
eterfundo pero el blanco venca siempre cuando la luz aleteaba y varicosaba en venas
quebrurecidas lloraba por la noche descalza en todas las miseraldeas donde hablaba o
interpretaba el silencio al arpa segn regresionaban las torres de cemento.
La nia agujeaba su pequea transyestoria junto a l o bien corra saltando tras de los
cerditos retozordos cuando lleg el momento de oro as que Angie ofreci de nuevo sus
muslos encantadores mariposidos en un gesto amorbierto. En l se mezclaban y desvanecan
esquemas inartriculados zancandulando por la enterospeccin moldehojada viajandespierto
ms all de los discos antao complodos aprsiles profundos agiturbados slo de vez en vez
por amenacimgenes alguien ahogndose siempre en aguas persucias tras una playa de
guijarros al otro lado de una lnea de figuras noctivas epicurvas donde siluestroza en pedazos.
Viviendo desticalzo en granijas o caseros donde ahora los viajeros podan compartir
salami y pan en habitaciones humildadas que habitaban destartarotas muchos ciudadanos
alineados para hablar muchos senta que poda reconocer sus formas sencillas cruzando y
recruzando entre l y la luz recedida todos le preguntaban Qu piensas de los cristos los
enseatacas o incluso Eres t el anti-Cristo
As que l deca Amigos pensad borroso de modo desorganizobien por vas intermedias ni
a favor ni en contra lo que l deca era Los que no estn conmigo estn contraa m slo una
falacia un poco ms fuerte al estilo occidatitual hay que cultivar una nuevutralidad para ser
ms receptivo buscad sombras esquemas donde no se puedan producir esas cosas buemalas l
asust demasiadas liebres para el Hombre Pastonductor.
Los pecabrillos de la carne una simple fantasa ilumiembrada
No estis ninguno a favor ni en contra slo la cosa despierta que yace dormida
Manteneos firmes en el sueamento
Es el esquema de la percertividad
Se despierta el sueo mayor
No pensis que estamos demasiado bien hechos o que somos permanentes
Todos estis mezclados de lo que creis
Ms vale ser sensual que sensible
Lo nico que debis tener dentro est fuera entre el verdanzado Cristo y la cosa
conduccidental suponitorio el interior fuera
Nunca me imagin a dnde llevaran todos los caminos
Aqu
La posicin eterna
Primero tenis que haber estado all
En muchos alls
Pues el aqu no multernativas
Sus ideas mordieron ms y ms profundamente en las ruralidades segn las vermareas de
los tropeles las iban lamiendo
Otras ideas tuvieron fuerza durante dos mil aos
El conductor se hizo peatn. S no hagas
A veces paseaba por todas las creencias bajo un cartel artstico roto o mora de nuevo las
mil muertes psquicas de la ltima edad autvil de los cresus-cristos.
Ladraba los pecabrillos de la carne bajo perrosales hasta la sensescencia.
Vea y diriga a muchos nios nalgesnudos para que se convirtieran en santos y chulos de
putas y caserhombres
Hablaba menos se preguntaba ms pensaba en el viejo hbil G slo unos momentos de
todo el tiempo sentado en una hamaca antigua tocndose los pies segn iban y venan
imgenes de cristos hitlers y millers
Jams conoca la ira dejaba que se mofaran de l desconocidos
Ella saba que los que saban no se rean los que se rean no saban
Bostezaba segn el otoo madusordeca y la calenfriaba
Intentaba no ensear sino aprender de sus discpulos
Dejaba caer desescamada la larga larga sepiencia de fotografas
Contemplaba aviones en otro cielo
No llegaban noticias del norte departamenStado
Se rascaba
Enseaba a sus discpulos a sentarse y crecer polvo
Todas las alternativas y posibilidades existen por antiguas jaleas moteadas bajo un rbol
creciente de una plaza donde an quedaban algunas baldosas pero al final desde luego
Al final preguntaban escuchando
Patticamente Se lo dir
No se le puede decir a nadie ms que mediante el silencio
Al final desde luego
Dejaron la gran cortina negraer su espera
En las horas de la maana dijo l contestar vuestra pregunta definitiva creyendo que los
ojos brillantes y los navajhuesos ardan sin ser vistos
As que bajo la estrellubierta chispeante dej que los brazos ancianos de ella le mecieran
pero el cerebro arda an hacia su sabidura se alej a rastras del sueo absorbente de Angie
entre la multigenie subi dificultosamente por el agujero de humos de su techo de paja se
tendi all bajo las galaxias pulverizadas
Puso el brazo sobre el eje curvo del techo spero y clido respirando
Animal gigantesco paciente
Mi sabidura definitiva mi tontera
De repente aerroriajantes al mximo los rostros odiosos de sus yos desechados cuando un
hombre suea en vez de actuar cayendo por la cuneta la fogata lenta de palabras
desacostumbradas haba tenido un mal sueo las figuras arquetpicas o bien an yaca flechado
en una playa hiperbrea
Sintindose deslizar a medias del techo se despert al fin desde luego
Conservando la mente abierta borrosa
No era suficiente con eso vuelven los bosques
Cerebros de un modelo anterior medio desdespiertos hechos para los bosques
Lo queris de ambos modos
Lo tuve yo de ambos modos
Hice y destru viv y maana quiz
Ambos quiere decir dos ms de dos muchos modos muchos muchos modos mi palabra ms
importante al mundo he sido idea adems de cuerpo espritu y polla alma y estmago ambos
Deslizndose de vuelta a viejos modos de pensar astrotlicos deslizndose de este maldito
tejido fro
Era aristgatas tambin cristo el andadorgulloso demasiado viejo demasiado viejo de
mierda para pensar atrs hasta los tiempos de los casindertales
Cay lentamente del techo despert a una de sus nietas que fue a soplar cuidadosamente
las brasas y le hizo una taza de t recurrojo la calidez vuelta a lo bsico
Cmara aguzada vista borrosa de las formas
O bien demasiado viejo o demasiado joven para pensar pero quin sabe vieja Angeline
dnde la encontr la quise la quise a mi modo quise su ser en muchas mujeres
Pens en despertarla hasta que llegara el alba entonces ella se agit se dobl casi en dos
vino le palme la mano nudosa y dijo algo que l haba olvidado su parte tengo algo que
deciros en dos palabras
O en mis tiempos demasiadas de las cosas que decas tienes que decir hoy lo definitivo
sabes lo que vas a decir acaso lo sabes
Percibi que este lugar antiguo es en realidad un gran animal que nos transporta por el
planoche
Dame de nuevo tu jerga animista despertndonos a todos a altas horas
Antao fueron horas eternas tendidas bajas
Sabes lo que vas a decir estarn todos bajo el reunirbol expectorndote
Quera decirte algo personal ngel algo sobre una flor o un cactus o algo
Verdaderamente tirnico an no haba llegado al final de las palabras
Qu ao era dnde estaban ella lo haba olvidado por fin l sali respirando con dificultad
debe de tener noventa aos quin sabe incluso si an es este siglo
Me pregunto si tena celos de Cristo
Un cristequipo de hgaloustedmismo no hacen falta clavos
Estaban bajo el rbol tena all su vieja cama donde las moscas revoloteaban a la sombra
molesta l compuso su sonrisa del viejo hbil G y se sent en la cama se rasc los dedos de los
pies quiz se lo dira realmente
Esperaron en multitud
Sin consciencia del calendario
Santo en este da especial ibas a hablar de lo definitivo
S
Bien gentes esquemadas con manos bizantinas nacidos para genurreflexionar creced polvo
bajo el cabello bajo bien dejad que caiga una hora o dos quiz no hayamos vencido al tiempo
pero ya no nos desespera ante su paso nada como una catstrofe para aumentar la esperanza de
vida mis ltimos icores para engaar a los engaosos y a los que nunca lo consiguieron
Si conocieran mis antiguas ideas colgadas y supieran que blasfemo contra mi propia
santidad
Bajo el rbol los esquemas verdes y marrones que quieren
Hemos vuelto a aprender a sentarnos debajo de rboles dejar de buscar rboles mejores
concentrarnos bajo un rbol inferior
Uno de sus nietos saliendo encorvado tena noticias de un estado organizado al norte en
algn sitio cmo se llamaba aquel hombre muerto ahora una especie de capa o uniforme
blanco Breas no importa
Concentrado en los pulgares de los pies el interior prolongado
Hemos vuelto a aprender a sentarnos debajo de rboles cuanto ms sin
En los viejos tiempos
Tiem p o pu en te en la C ivOcc id
Alas criogenticas
bordeando otra primavera
graznando en
la tundresierta pradira
segndolo todo
y se debilita la moneda de la sangre
figuras encorvadas se templan en las explosiones
posturas internas que no ceden
a los gestos externos conocidos
hierbajos que crecen en la nube de barro del hombre
unidos por manosegundos
en alto con la permaniebla
del equinoccio en marcha
la paradoja del crecer de las almendras
amargas, verdes y torcidas.
En las altas horas del Norte
se arrastran lentamente corazones reptiles
y giran las tensiones linfticas
cuellos de viejos loros y leves
graznando por visciones
engramticas
el celdebro
jodido por la sueecesidad
rechaza multilternativas que ha perdido,
anagravas del ro que ha de or
arrastrarse y dormitar cclicamente
hacia un catarecodo muy lejano
rodaguas flujantiguas maridensas
masa y del delirio inundalvaje.
L o m ilagros o en n m eros
Recurrencia 250-1
Reflejos 113 114
Reencarnacin 31 40
Relatividad aplicada al arte 73
aplicada al ser
aplicada al conocimiento
aplicada al habla
aplicada al hombre
aplicada a las religiones
aplicada a los mundos
leyes
principio de
de la substancia a los planos del Universo
Religin 229-304
liturgia
y hombre
origen de la Iglesia Cristiana
oracin
un concepto relativo
escueliteracin
Repetir ejercicio de 260
Ritos 303 314
Repertorio limitado de papeles de 239-40
An gel in e d es olad a
En algn punto del camino sin recodos del azar
mi amor felino se introdujo en otra cama.
En algn punto de la quiromancia sin dobleces
se hundi salvajemente en otra colisin
con lneas de la vida entrecruzadas a medio hipnotizar.
A otra lnea se fue en viaje de bodas, de excursin,
y yo me he quedado desolada.
Un florecer poco sutil de ojos de gata
en el reino selvtico e incierto de los s
le sedujo. Autopechada y pelaerodinmica, era bella.
Le rob de algn modo antiflorida,
pues su masaje significa ms que el significado,
ms que el pero. Fue un amante de lomo ronroneante para ella
y yo me he quedado desolada.
Dnde intervino la voluntad en la contienda?
En algn punto del camino del azar siempre curvado,
donde las decisiones liberadas de pechos cuidadosos,
en algn punto. Y si las teclas menores de la culpa
se pulsan poco ms que las del goce
el baile resultante no es ms que un cuerpo de rganos despojado,
y yo me he quedado desolada.
Siempre, en el mundo antiguo y malo, las lneas de la culpa
nos harn tropezar en algn punto del camino del azar;
mas, sin lneas ahora, curado por la primavera, cualquiera es capaz
de daarse a s mismo, respuesta sin responsabilidad.
La fuente suena slo con un simple tintineo que no trae tranquilidad
y yo me he quedado desolada.
VI VI R :S ER :TEN ER
Poema en haikales
I
Nadie camina
a orilla del Rin con
impermeable.
Marrn cual negro
quiere rememorar un
ave del ro.
Pas de los:
incluso las locuras
van de uniforme.
Confiamos en
Mesas mayores o
en el Hidrgeno.
Crucificamos
a Cresus Cristo, ms
rico que Dios.
Escup en la
sepultura. Me sobra el
sabor a clavos.
II
En las cenizas
de posibilidades
los das arden.
Una hoja en blanco
bien peinado cruc y sin
pensar en muerte.
Pjaros plmbeos
esperan el tiempo, al
revs que nos.
Nuestros deseos
esperan el alba en su
silln sangriento.
Irrelevancia
en el dolor nocturno
de muelas hechos.
Las experiencias
malas y las muertes de
pases: monstruos
III
Personales nos
pongamos: o es tu muslo un
significado?
Juntos soamos
libertad obligada,
con que gritamos.
Un dedo alzado,
mviles labios rojos;
multiplicndose,
clulas vivas,
flautas que acarician un
rgido pene.
Sueos de accin,
flores en un cuenco, de
madera lluvia.
Dos mundo y mente,
o uno? Pregunta que
explota el crneo.
Su rum b o d e p roa
La luz compresora de galaxias se enciende en el cristal y lo torna terciopelo,
quedndose inmvil como una roca, mientras bailan las motas tempranas
y la tristeza ms profunda anida en lo hondo de un tramo
de escalera. Al otro lado de la ventana florida
se lava la escena de todos los desastres.
Creeras en una crucifixin?
El remolino de icebergritos sobre un sonido lavado,
la msica de los lades de las galaxias,
todas las vigilias fras del turno de noche
me han preparado para este mi dilema.
Al otro lado de los cristales de ventana floridos
esa entrada/salida me presta los viajes diurnocturnos.
TOFE T 3
Estaba dispuesto a sacrificarme
o a sacrificar a todos los dems.
Demasiado duro. Estuve a punto de
sacrificarme. Lo habra hecho. Uno tiene
que estar mucho ms seguro de que el tiempo
permite tal libertad de gestos o bien de
que el gesto ya no es slo en esencia
de alguna otra persona. Y me salv
de hacer algn bien ms en el futuro,
digo algn otro bien en el futuro. La marea de la fe
decelerando. Qu he hecho de m mismo?
La mente colocada y la carne se pudren. Demasiado duro.
Yo soy el basurero de todo lo que fui.
R evelacion es gan ad as
Traicionando su origen
con msica mugida
el ganado se mova y caminaba
en la plaza aplaudida
el pelo apuntalado
los miembros reinjertados
el sueo-vela-sueo metamrfico
la percepcin vacila
cuando l se desintegra
a s mismo
y se asimila a los tocones de rbol
del cerebro con palabras no enlazadas
doblando la fbrica cronometrada del tiempo
todos los partimentos circadianos atiborrados
de escritos antiguos.
Al empezar a disemigrarse las palabras
se doblan las posturas ms maduras
en un mar de gregarvoros;
bajo el dis presa miento
empezaron las palabras.
Lo que oyeron reunieron
y pasaron a travs de huecos, masivos,
fsiles de bocas que echan gases.
Och en ta
Bajo el techo de paja lavada
vigas cerradas bloquean nuestro desorden.
Antes quizs hube una religin:
el sufrir tena futuro.
3
Tofet: antiguo ara para sacrificios humanos cerca de Jerusaln; ms tarde un vertedero de basuras.
Vein t e
Los das queman como un secador de pelo. Resuenan
sonoramente como el dinero del domingo.
De repente veo los problemas como aberturas rojas
que necesitan mi empuje.
Los acontecimientos hacen que los neumticos se gasten
sobre el cemento, deslizndome adelante en todas las direcciones
posibles. Las noches son premios
que ofrecen el frente y la espalda.
El estilo lo logra, slo el estilo.
La ciudad est abierta a los nmadas.
El hogar est en todas partes y los ojos claros
no son nunca puestos en cuestin.
Los amigos parpadean como semforos.
Puedo hacer ms que ayer
motorcamalenicamente:
soy el propio cambio.