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Este documento de trabajo forma parte del proyecto Educacin y memoria: una propuesta para
recordar el pasado y construir un futuro democrtico en las escuelas peruanas, financiado por la
Embajada Britnica.
Este estudio se llev a cabo con la ayuda de una subvencin del Centro Internacional de
Investigaciones para el Desarrollo-Canad, bajo la Iniciativa Think Tank.
Diana Zapata
ErickRagas.com
Gino Becerra
Francesca Uccelli, Jos Carlos Agero, Mara Anglica Pease, Tamia Portugal y
Ponciano Del Pino
Secretos a voces. Memoria y educacin en colegios pblicos de Lima y Ayacucho. Lima,
IEP, 2013. (Documento de Trabajo, 203. Serie Educacin, ISSN 2222-4971)
1. Educacin; 2. Memoria; 3. Conflicto armado interno; 4. Per
ndice
Presentacin.......................................................................................................................... 9
Introduccin.......................................................................................................................... 11
Agradecimientos.................................................................................................................... 15
El conflicto armado interno (CAI) en el contexto educativo............................................ 17
Objetivos y metodologa del estudio......................................................................... 18
Resumen de hallazgos............................................................................................... 22
Dificultades para la enseanza del CAI.................................................................... 23
Posibilidades de la enseanza del CAI...................................................................... 24
Tensiones y retos................................................................................................................. 27
Referencias bibliogrficas...................................................................................................... 59
Presentacin
rabajar el tema de la memoria del conflicto armado interno en los colegios tiene una connotacin muy particular y delicada en nuestro pas,
pues el magisterio fue impactado directamente por el accionar de Sendero Luminoso (SL).
La Comisin de la Verdad y Reconciliacin (CVR), en su conclusin
N. 22, seal: La CVR ha encontrado que el PCP-SL se aprovech de ciertas instituciones del sistema educativo como principal cabecera de playa y
que, a travs de ellas, logr expandir su prdica y captar ncleos minoritarios
de jvenes de uno y otro sexo en diferentes partes del pas. (CVR 2003:
VIII, 356). Dicha situacin tuvo consecuencias y ha contribuido a extender
un manto de desconfianza hacia maestros y maestras, y llev al Ministerio
de Educacin, en un primer momento, a prohibir que se hablara sobre el conflicto en las aulas.
En las zonas del pas en las que el conflicto armado fue vivido literalmente como una guerra, especialmente en las zonas rurales, quedaron secuelas en las relaciones sociales de las comunidades y en muchos casos en la
salud mental de las personas afectadas directamente. La memoria de lo ocurrido, y sus experiencias reales y traumticas, muchas veces han sido silenciadas por los padres y madres, ocultndolas a sus descendientes. Sin embargo,
estn presentes y se expresan en la vida cotidiana de diferentes maneras, afectando la familia y la vida en comunidad.
Por otro lado, cuando la CVR present su Informe final en 2003, recomend que este fuese parte de la enseanza en los colegios. Desde entonces,
diferentes grupos de la sociedad civil han venido demandando que se cumpla
esta recomendacin.
Los primeros pasos para incluir en los textos escolares la historia del conflicto armado interno fueron realizados durante el gobierno del presidente Alejandro Toledo, sin mucho xito. Ms adelante, en el gobierno de Alan Garca, la
congresista Mercedes Cabanillas, exministra de educacin, envi los libros de
texto distribuidos por el Estado a consulta de la Comisin de Defensa del Congreso. A raz de esto, se levant una campaa meditica de crtica a los textos
escolares por hacer (supuestamente) apologa al terrorismo. Como respuesta al
escndalo, el Ministerio de Educacin cre una comisin para que analizara el
texto de Ciencias Sociales para el 5.o grado de educacin secundaria. La comisin concluy en su informe tcnico que el texto no haca apologa del terrorismo y que, por el contrario, era til e innovador para estudiantes y docentes.1
1.
La comisin estuvo conformada por representantes del Consorcio de Colegios Catlicos, el Consejo Nacional de Educacin, Foro Educativo, la Universidad Federico Villarreal, la Universidad Enrique Guzmn y
Valle La Cantuta, la Pontificia Universidad Catlica del Per y el Ministerio de Educacin. Se emiti el
Informe Tcnico el 6 de octubre de 2008.
10
Las dimensiones sealadas hacen que la tarea de abordar el tema de
la memoria del conflicto armado interno en los colegios se convierta en algo
muy complejo. Primero, la desconfianza hacia maestras y maestros y la propia vivencia directa que estos tuvieron de la violencia senderista. Segundo,
las familias de los alumnos, que han vivido experiencias traumticas. Tercero, las batallas por la hegemona de la memoria del conflicto. Por ello, la
enseanza del conflicto armado interno, especialmente en las escuelas de las
zonas rurales donde se vivi fuertemente esta violencia, exige que se aborde
integralmente.
El proyecto Educacin y memoria: una propuesta para recordar el
pasado y construir un futuro democrtico en las escuelas peruanas se plantea
adecuadamente estas dimensiones. Considera acertadamente las experiencias
previas vividas sobre el conflicto armado interno y el clima institucional poco
propicio para la enseanza del tema. Y todo esto, en medio de un escenario de
desconfianza y poca capacidad para la bsqueda de entendimientos.
El gran reto ser crear un espacio adecuado para que nuestros docentes
puedan procesar sus experiencias y trabajar el periodo del conflicto armado
interno con sus alumnos y sus familias, historizar el conflicto y debatir sobre
el uso de la violencia para resolver problemas sociales.
Sofa Macher
Excomisionada
Comisin de la Verdad y Reconciliacin
Agosto, 2013
Introduccin
Los libros que prefiero no son de papel
Sino de yerba de madera
De alabastro de misteriosas materias
Que quizs no existen
Antiguos libros de piedra
Grabados por la sangre y el sollozo
Jorge Eduardo Eielson
omos una sociedad que ha vivido 20 aos de violencia que ha implicado muertes, desapariciones, torturas y la violacin de los derechos de
miles de ciudadanos y ciudadanas peruanas que hasta el da de hoy no
han recibido debida atencin ni justicia.2 Considerar que somos una sociedad
posconflicto es reconocer que los sucesos de violencia acontecidos en las dcadas de los ochenta y noventa han marcado nuestra historia y nuestra sociedad
de una manera profunda que supone enormes secuelas y desafos por atender.
A una dcada de la entrega del Informe final de la Comisin de la Verdad y Reconciliacin (CVR), los avances en la implementacin de sus recomendaciones han sido insuficientes. Esto es particularmente crtico en la
escuela, que la CVR consider una de las instituciones clave para modificar
las condiciones que ahondaron el conflicto armado interno (CAI).3 En ese
sentido, reformar el carcter autoritario, intolerante y acrtico de la escuela es
uno de los temas pendientes ms importantes para evitar que las aulas sean
espacios propicios para alentar la violencia como forma legtima de resolucin
de conflictos (CVR 2003: III).
Sin embargo, la enseanza de este periodo de nuestra historia no es
sencilla. Forma parte no solo de la historia reciente, sino de un periodo violento cuya memoria est en disputa. El informe de la CVR representa una
memoria oficial, dado su carcter de documento pblico; sin embargo, no
2.
Nota a esta edicin: en este documento hemos procurado emplear un lenguaje inclusivo, recurriendo a diferentes recursos narrativos recomendados para ello. El resultado siempre ser perfectible y seguramente es
insuficiente, pero nos ha motivado el deseo de no contribuir a la invisibilizacin de las mujeres por medio
de un lenguaje aparentemente neutro.
3.
La denominacin sobre el periodo de la violencia forma parte del debate sobre la memoria. En este documento optamos por usar el trmino usado por la CVR, es decir, conflicto armado interno o CAI por sus
siglas. Si bien reconocemos que existen otros trminos vlidos para referirse a dicho periodo, haba que
optar por uno en el texto y este es el que explicita nuestro lugar de enunciacin. Sin embargo, para la enseanza de dicho periodo consideramos fundamental discutir y problematizar los significados detrs de los
nombres, antes que optar por una u otra forma de nombrar el periodo.
12
ha sido reconocido como tal por distintos sectores de la sociedad, e inclusive
el propio Estado no lo ha hecho suyo.
En el sector educacin se percibe mucha inseguridad sobre cmo tratar
el tema, pues no hay una poltica de Estado que le brinde respaldo. El Ministerio de Educacin (MINEDU) se siente solo poco legtimo? en la construccin de una narrativa que trasladar a las aulas y bajo enormes presiones
de diversos sectores de la poltica nacional para abordar el tema en una u otra
direccin. En este contexto, la implementacin de lo que establece el Diseo
Curricular Nacional que se ensee el conflicto armado interno en 5.o de
secundaria es un tema sensible y altamente politizado desde las esferas ms
altas de la poltica nacional hasta las propias aulas.
A pesar de este complejo escenario, propio de las sociedades posconflicto, consideramos que es fundamental y urgente que la escuela atienda el
pasado reciente de violencia. En primer lugar, el CAI tiene valor histrico en
s mismo dado que forma parte de nuestra historia y tenemos derecho a conocerlo y comprenderlo, y en ese sentido la escuela parece un lugar privilegiado
para asegurar que todos, y particularmente las nuevas generaciones que no lo
han vivido, tengamos acceso a dicho espacio de reflexin. En segundo lugar,
el CAI tiene un importante potencial aleccionador: el anlisis del conflicto
puede ser usado para reflexionar sobre el pasado, pero sobre todo para pensar
en el presente y las bases para la convivencia ciudadana que queremos construir. Finalmente, el tema forma parte an de nuestro presente y, por tanto, es
oportuno que las inquietudes y dudas sobre el tema sean atendidas y canalizadas por rutas de elaboracin democrticas.
Es la memoria del conflicto la garanta para la no repeticin? Ciertamente no lo es. Consideramos que el tema fundamental es la formacin ciudadana sobre bases democrticas y de derechos humanos, pero consideramos
que la reflexin crtica sobre el conflicto armado interno desde este marco
tiene mucho que aportar a la formacin ciudadana de los estudiantes en el
pas. Este es un tema que desarrollamos a lo largo de todo el documento, sobre
todo en la seccin No hay una narrativa de consenso sobre el CAI.
13
Agradecimientos
Este documento no hubiera sido posible sin el concurso de numerosas personas, amigos e instituciones que nos acompaaron desde que fue solo una idea.
La Embajada Britnica en Lima apost por nuestro proyecto en un contexto
que era y sigue siendo difcil para hacer visible este tema en la esfera pblica.
Durante estos meses nos facilitaron el trabajo con gran delicadeza y comprensin, tomando en cuenta las dificultades que resultaron de un ao complejo
poltica, social y gremialmente. Queremos reconocer a Lorna Pugh por su
cercana e inters y, en su nombre, agradecer a quienes desde la embajada nos
prestaron su respaldo.
Nuestro proyecto cont adems con fondos complementarios del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo-Canad, bajo la Iniciativa Think Tank. El respaldo y prioridad que Roxana Barrantes, directora
del IEP, nos brind permitieron contar con actividades complementarias de
reflexin, difusin e incidencia en la que participaron activamente los investigadores e investigadoras del rea de educacin. Por ello, a la direccin general y al rea de educacin del IEP nuestro reconocimiento y agradecimiento.
Debemos mencionar como un antecedente significativo el apoyo que
en 2011 nos brindaron Consejera en Proyectos (PCS) y Apoyo para la Paz
(APP), pues permitieron al Grupo Memoria realizar un pequeo trabajo piloto
que sera la semilla de este estudio.
Han colaborado en este proyecto numerosos profesionales en diferentes
momentos y en distinto grado, pero siempre con gran entusiasmo y aportando
ideas y productos concretos que enriquecieron nuestra comprensin del trabajo. En este grupo tan diverso debemos mencionar a quienes nos ayudaron
a revisar la literatura nacional e internacional sobre memoria y educacin,
y que no se limitaron a un balance bibliogrfico, sino que propusieron recomendaciones, sugerencias e ideas que nutrieron nuestra metodologa y la propuesta: Patricia Oliart, Luca Ginocchio, Sebastin Muoz-Njar y Lorena
Barbosa. Tambin el trabajo de revisin de la cobertura noticiosa sobre el
tema de la memoria fue realizado por Keyla Barrero, en Lima, y Roberto
Ayala, en Ayacucho.
El equipo de trabajo de campo mostr un compromiso y seriedad tan
importantes en el recojo de informacin que no ha sido aprovechado an en
toda su magnitud. Tanto en el desarrollo de las entrevistas como en el de los
talleres se generaron dinmicas que nos permitieron obtener una ingente cantidad de informacin. El documento que presentamos ahora emplea solo una
parte de este esfuerzo desarrollado por nuestro equipo con el apoyo sustancial
de Rita Carrillo, Maritza Huamn, Magrith Mena, Sebastin Muoz-Njar,
Raquel Prez y Rosa Vera. Esperamos hacer honor pronto a este gran esfuerzo
en una publicacin mayor.
16
Merece un agradecimiento especial nuestra colega y amiga Rosa Vera,
cuya labor siempre amable y eficiente combin el apoyo en la investigacin
con un esfuerzo logstico que procur las mejores condiciones para la realizacin de nuestro trabajo, con gran sensibilidad y respeto por las y los estudiantes y maestros que participaron de esta experiencia. En esta misma lnea,
nuestro reconocimiento a Luca Ginocchio, quien particip en casi todas las
etapas de este proceso aportando apoyo en el esfuerzo, ideas y frescura en los
momentos ms pesados. Asimismo, agradecemos al equipo administrativo y
contable del IEP, y en especial a Juana Agapito, por su dedicado apoyo en la
rendicin, ejecucin y elaboracin de informes econmicos.
Nuestra metodologa y productos se enriquecieron gracias a los comentarios que Patricia Oliart nos aport en distintas fases del proyecto. Agradecemos tambin a Patricia Ames y Ludwig Huber por la lectura atenta y los
valiosos comentarios que nos hicieron llegar.
No queremos dejar de mencionar a Patricia Balbuena y Elisa Wiener,
del Ministerio de Cultura, que nos facilitaron con gentileza el uso de espacios
en esta institucin para desarrollar las sesiones finales del taller con estudiantes en Lima, luego de visitar con ellos la muestra fotogrfica Yuyanapaq.
Durante el proyecto tuvimos varias reuniones en Lima y Ayacucho
con grupos de expertos; reunimos acadmicos interesados en el tema de la
memoria y el conflicto armado interno, funcionarios del sector educacin, de
gobiernos regionales y locales, maestros, maestras, representantes gremiales
y de organismos de derechos humanos. Todos sus aportes nos han sido de
gran utilidad.
Hemos dejado para el final nuestra mayor deuda de gratitud. Este trabajo no hubiera podido realizarse sin haber contado con la anuencia, colaboracin e inters de la direccin de cada uno de los colegios visitados, de las
maestras y los maestros entrevistados y el grupo de estudiantes que particip
en los talleres. Su natural desconfianza inicial, su nimo crtico y por momentos cansado, fue recompensado para nosotros con el descubrimiento de una
esperanza terca en el futuro de la educacin pblica, de la paz y de nuestra
sociedad. Por respeto, sus nombres permanecen en el anonimato, pero esperamos que puedan reconocer en este modesto documento, ecos de sus voces,
experiencias y silencios.
4.
En la revisin de documentos del MINEDU se identifica la presencia curricular del CAI antes de la entrega
del informe de la CVR, pero lo cierto es que estos documentos fueron propuestas curriculares que no vieron
la luz o proyectos experimentales circunscritos a un piloto de escuelas: i) Diseo Curricular Bsico de Educacin Secundaria de Menores 2001; ii) Propuesta de Diseo Curricular Bsico de Educacin Secundaria
de Menores 2002, y iii) Diseo Curricular Bsico de Educacin Secundaria de Menores 2003.
18
de conflictos. En los propios libros de texto persisten tensiones y temas no
resueltos, en relacin con el propio nombramiento del tema, el rol asignado a
las Fuerzas Armadas en el conflicto y el uso del informe de la CVR como una
fuente vlida. Y es que la produccin de textos escolares sobre el tema supone
producir una versin oficial sobre la que no hay consenso y, por tanto, el
contenido presentado en los textos ha sido varias veces motivo de conflicto
y disputa.5
En resumen, la estrategia curricular ha quedado como una medida aislada sin una poltica integral del Estado, sin la transformacin de las condiciones de enseanza y desprovista de legitimidad, es decir, sin el respaldo social
y poltico para su enseanza.
5.
En 2008 la congresista Mercedes Cabanillas realiz una denuncia por contrabando ideolgico que llev
a conformar una comisin tcnica para revisar los textos producidos por la editorial Norma (2008). Asimismo, en 2012 se desat un intenso debate en la opinin pblica, a partir de un informe en los medios de
comunicacin, en relacin con la forma en que era presentado Sendero Luminoso en los libros para 4.o de
secundaria de la editorial Bruo.
IEP Documento de Trabajo 203
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F. Uccelli, J. C. Agero, M. A. Pease, T. Portugal y P. Del Pino
Entrevistas a docentes
Las entrevistas a docentes estuvieron orientadas a recoger informacin sobre:
i) las percepciones y memorias respecto del CAI, ii) las interpretaciones
docentes respecto del CAI, iii) el tratamiento del tema en el aula. Se estableci
realizar 10 entrevistas a docentes de aula de 5.o de secundaria en cada colegio seleccionado, lo que fue complementado con entrevistas a las personas a
cargo de la direccin y funcionarios de rganos intermedios. En total, se realizaron 52 entrevistas, a 40 docentes en aula y 12 docentes-autoridades. Vase
el cuadro 1 donde se resume el perfil de los entrevistados por zona.
6.
21
Cuadro 1
Docentes
Ayacucho
Sexo
Edad
Estatus
laboral
rea de
enseanza
Docentes
Lima
Total
Varn
13
22
Mujer
10
18
Menor de 35 aos
Entre 35 y 45 aos
10
10
20
Mayor de 46 aos
16
Contratado
14
Nombrado
12
14
26
Historia y/o
ciudadana
11
19
Otras reas
13
21
Talleres a estudiantes
Se desarrollaron tres sesiones grupales con estudiantes de cada colegio para
conocer cules eran los conceptos e informacin que manejaban en torno al
CAI. Las sesiones abordaron tres problemticas: i) identificar contenidos y
sistemas de circulacin de la memoria, ii) conocer su cultura poltica, y iii)
recoger percepciones sobre el tratamiento del CAI en el aula.
Los talleres tuvieron una estructura con contenidos y preguntas definidos pero flexibles a la intervencin de las facilitadoras, con comentarios
o preguntas que buscaran aclarar, ampliar y profundizar los temas tratados.
La ltima sesin del taller cont con la visita guiada a un museo de memoria
sobre el CAI. En el caso de Lima, el grupo de estudiantes asisti a la muestra Yuyanapaq del Museo de la Nacin; en Huamanga, la visita se realiz al
Museo de la Memoria de ANFASEP (Asociacin Nacional de Familiares de
Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Per); y en el colegio de provincia de Ayacucho, en ausencia de un museo local, se mostr una seleccin de
las fotos de la muestra Yuyanapaq. Por la necesidad de profundizar y entender
mejor los temas tratados, se hicieron entrevistas individuales complementarias a cuatro estudiantes por colegio.
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F. Uccelli, J. C. Agero, M. A. Pease, T. Portugal y P. Del Pino
Cuadro 2
Perfil de estudiantes que participaron en los talleres
Estudiantes
Ayacucho
Sexo
Edad
13
22
Mujer
10
18
Entre 15 y 16 aos
13
22
17 o ms aos
15
13
13
Lima
15
19
Otros
15
15
Lima
Otros
13
16
18
18
Lima
Otros
10
10
Ayacucho
Lugar de
nacimiento
del padre
Ayacucho
Lugar de
nacimiento
de la madre
Total
Varn
Ayacucho
Lugar de
nacimiento
de estudiante
Estudiantes
Lima
Resumen de hallazgos
Los principales hallazgos del estudio dan cuenta de que, a pesar de la incorporacin del conflicto armado interno en el currculo, este no es tratado en las
aulas, salvo contadas excepciones, ya que prevalecen dificultades, resistencias personales y desconocimiento de los maestros y maestras sobre cmo y
qu ensear, lo que es agravado por la sensacin de ausencia de garantas para
poder hacerlo libremente, sin ser objetos de represalias. A este contexto se
suma una secundaria pblica caracterizada por discursos y prcticas intolerantes y discriminatorias que configuran un clima institucional poco propicio
para abordar el tema desde un enfoque democrtico y de derechos humanos.
En cuanto a los saberes, se identifica que la mayora de estudiantes
maneja informacin sobre el conflicto. La principal fuente de estos saberes
suelen ser las memorias familiares cercanas, cargadas de detalles y de fuerte
carga afectiva, y en segundo lugar los medios de comunicacin, ms bien distantes y que suelen destacar hechos ajenos a las experiencias locales. Estas
memorias se caracterizan por su fragmentacin y por ser poco comprehensivas respecto del proceso histrico. Se identifica entonces una gran debilidad
de los conocimientos escolarizados, que podran justamente brindar la conexin entre la historia familiar y el proceso histrico nacional e internacional.
23
7.
La cifra es provisional y est en permanente actualizacin. La referencia fue dada por Rafael Barrantes, del
Comit Internacional de la Cruz Roja (CICR) durante su ponencia La poltica de bsqueda de personas
desaparecidas en el Per, en el Seminario Internacional Polticas en Justicia Transicional, Lima, 21 de
agosto de 2013.
8.
Para un balance actual del cumplimiento de las recomendaciones de la CVR, vase: Defensora del Pueblo
2013.
24
F. Uccelli, J. C. Agero, M. A. Pease, T. Portugal y P. Del Pino
9.
Ya esta complejidad la sealaba la CVR en su Informe final, pero ha sido puesta de relieve por diferentes
investigaciones que, sobre todo, han llamado la atencin sobre la capacidad de agencia de las poblaciones
rurales y urbanas, que inicialmente tendan a ser consideradas solo como vctimas entre dos fuegos.
Vanse los trabajos pioneros de Stern 1999 o Manrique 2002. Y para desarrollos ms recientes, Theidon
2004, Del Pino 2008, Caro 2012, Pereyra 2012, entre otros.
IEP Documento de Trabajo 203
25
10.
El modelo transmisionista asume un cuerpo de conocimiento finito, dominado por el profesor, quien es el
encargado de transmitirlo a sus alumnos, con una tendencia a no incorporar los propios saberes, experiencias y emociones del estudiante. Por el contrario el modelo constructivista elabora significados respecto del
conocimiento, el mismo que se concibe como dinmico y socialmente construido por individuos con sus
propios sesgos y valores y considera a los saberes y experiencias previos de los estudiantes como el punto
de partida para construir aprendizajes. Vase Pease (2010) para una discusin de estos paradigmas, de su
impacto en la enseanza y el aprendizaje y su relacin con la educacin ciudadana.
11.
La educacin democrtica concibe como meta la formacin de ciudadanas y ciudadanos activos y participativos, identificados con su comunidad, crticos respecto de actitudes y situaciones antidemocrticas. Desde
esta perspectiva, la democracia no es un estado que hay que alcanzar, sino una construccin permanente
en las experiencias cotidianas dentro y fuera del aula. Para una discusin de esta perspectiva vase Apple y
Beane 1995.
Tensiones y retos
28
Sin embargo, la infraestructura desprovista de adecuado mantenimiento y renovacin es solo el escenario fsico en donde hemos sido testigos de problemas mayores que merecen urgente atencin y solucin.
Por un lado, en cada institucin educativa se identifica una plana
docente diversa compuesta por docentes de distintas trayectorias, experiencias y canteras ideolgicas. Sin embargo, estas diferencias no son un motivo
de orgullo sino de alta tensin al interior de la IIEE, que generan un clima
laboral altamente conflictivo entre maestros.
Por el otro, el grupo de estudiantes con el que trabajamos reporta el
poco inters y seriedad de algunos de sus maestros y maestras para ensearles, sintindose poco escuchados y atendidos en sus demandas por aprender.
A esta situacin se aaden situaciones de corrupcin y abuso que involucran
desde el cobro por notas, la violencia fsica y simblica, hasta el acoso sexual.
Estas situaciones reflejan una secundaria no solo poco amigable, sino insegura
y amenazante, que afecta la integridad personal y el derecho a la educacin.
29
12.
En el Per, Carlos Ivn Degregori (2003) llamaba memoria salvadora a la versin de la historia del CAI
construida desde el fujimorismo, y que enfatiza la lucha contra el terrorismo y su derrota dejando de lado
las violaciones de los derechos humanos cometidas por el Estado que, en esta lgica de discurso, pueden
entenderse como costos de la pacificacin.
30
docentes tampoco recurren a cualquier otro recurso pedaggico (con algunas
valiosas excepciones de buenas prcticas).
El tema en general se aborda en medio de una cuestionada integracin
curricular que ha reducido horas de enseanza en Ciencias Sociales y que,
lejos de su objetivo, parece propiciar un desarrollo superficial de los temas. Si
bien la integracin curricular por reas tiene un sustento en el Nuevo Enfoque
Pedaggico implementado en el sector educacin desde los aos noventa, en
la prctica las horas de Ciencias Sociales se han reducido, causando malestar
entre docentes de esta rea (De Belande 2006).
En el caso del tratamiento del CAI hemos constatado que maestros y
maestras que quieren abordar el tema lo hacen, as no sea parte de sus contenidos o sus cursos (como algunos docentes del rea de Comunicacin, Arte,
Cmputo o Educacin para el Trabajo, que recurren a cierta transversalizacin del tema) y, en el mismo sentido, quienes no quieren tratar el tema no lo
abordan, as sea parte de sus contenidos.
En resumen, lo que observamos es que, aunque estudiantes y docentes tienen conocimientos diversos sobre el CAI, la escuela no acta como
un espacio de encuentro para estas experiencias y memorias, tampoco ayuda
a que estos saberes sean confrontados, elaborados o puestos en discusin.
Hay una ausencia de enseanza sistemtica del tema, de un tratamiento escolar, que genere resultados previstos en cuanto a reflexin sobre democracia o
derechos humanos. El tema puede salir en momentos imprevistos, en cursos
diversos, en los espacios de socializacin fuera de clase, en los comentarios
sobre la coyuntura que hacen docentes o estudiantes, pero reiteramos que, en
este caso, la escuela acta como una fuente informal ms sobre el conflicto
armado interno (como la familia, el barrio o los medios de comunicacin) y
no como una institucin abocada de modo sistemtico a su tratamiento.
31
13.
La creciente oferta de formacin superior privada de los ltimos aos, especialmente de universidades, y el
gran debilitamiento de los institutos superiores pedaggicos pblicos, a raz de la poltica sobre la calificacin con la nota 14, ha configurado una situacin distinta para la formacin inicial de maestros, con nuevos
retos an por explorar.
formacin inicial de los docentes y complementando con competencias especficas para la enseanza del CAI.
La mayora de docentes peruanos ha sido formado en instituciones educativas estatales, en donde ha recibido una pobre e ineficaz formacin (Montero et l. 2005, Oliart 1996). Si bien las reformas de los aos noventa en los
Institutos Superiores Pedaggicos Pblicos (ISP) muestran un panorama ms
alentador en el uso del tiempo de enseanza y en la diversidad de estrategias pedaggicas usadas por los formadores de futuros docentes, se destaca
tambin la permanencia de un estilo escolarizado (oferta nica de horario y
cursos por ao, uso de uniforme, en el tipo de relacin entre estudiantes y
docentes) en donde prevalecen las formas (trabajos bien presentados, limpios
y decorados) sobre el fondo (temticas seleccionadas, tratamiento y reflexin
de los temas, bibliografa usada); y en las aulas se constata la pobreza en el
acceso, presentacin y reflexin sobre los contenidos temticos que no estimulan la reflexin crtica y desalientan la lectura directa de fuentes a travs
del uso generalizado de separatas de dudosa calidad (Ames y Uccelli 2008).13
En este escenario qu competencias es necesario desarrollar en el
alumnado a travs de la enseanza de este tema y, por tanto, qu formacin
docente complementaria o especializada se necesita para emprender esta
compleja tarea?
La enseanza de la historia reciente es un desafo complejo que tiene
su propia especificidad pedaggica. A diferencia de otros eventos histricos,
la proximidad de los hechos no permite contar con un guin consensuado
para narrar lo sucedido. Esto se complejiza an ms cuando los sucesos suponen enfrentamientos violentos, como el caso del conflicto armado interno
en el Per, ya que a la proximidad histrica que supone distintas versiones se suma la proximidad emocional de los principales protagonistas de
los hechos, que siguen vivos batallando por la construccin de una memoria
que los represente y les haga justicia. Este tema, sin embargo, transciende a
los actores directamente afectados, y constituye un derecho a comprender lo
que sucedi para el conjunto de la sociedad y las futuras generaciones.
Como hemos descrito, el magisterio ya tiene limitaciones para cumplir
con eficacia su rol en las escuelas, mostrando debilidad en su formacin. Qu
tan cuesta arriba queda entonces este desafo de tratar el CAI y su complejidad, que los incluye a ellos mismos como parte de la historia a contar?
El sistema educativo enfrenta un enorme desafo, que se materializa en
las aulas a travs de los maestros y maestras y en donde la enseanza del conflicto armado interno trasciende el rea de la historia para constituirse en un
tema de formacin ciudadana. Qu tan preparada est la escuela para asumir
este desafo?
32
F. Uccelli, J. C. Agero, M. A. Pease, T. Portugal y P. Del Pino
33
34
Al respecto, ha sido un hallazgo interesante identificar que la mayora
de maestros y maestras entrevistados no realiza un vnculo claro entre el CAI
y la formacin ciudadana. El tema aparece como si fuera un tpico exclusivo
de la historia, un conjunto de sucesos del pasado que slo por ello deben ser
enseados. El discurso docente no realiza una asociacin clara con el potencial del CAI para la formacin ciudadana y democrtica.
Maestros y maestras sin duda reflexionan y estn de acuerdo en que no
quieren que se repitan los hechos de violencia vividos. La mayora considera
importante que se trate el tema en la escuela y, sin embargo, hay diversidad
de opiniones sobre cmo y en qu profundidad debe tratarse en el aula; asimismo, hay un grupo minoritario que est en desacuerdo con su tratamiento
en aula, pues considera que es un tema que corresponde abordarse exclusivamente al interior de la familia.
35
Por tanto, el magisterio encarna un doble rol. Por un lado, es portador de la voz del Estado, en tanto es el encargado de implementar el currculo
nacional, y a la vez es su ms tenaz crtico, en tanto su sindicato ha construido
su identidad en oposicin al Estado, y los distintos gobiernos han continuado
con una poltica muchas veces de enfrentamiento y desconfianza que solo
contribuye a fortalecer al sindicato.
El magisterio es un conjunto diverso, que es necesario atender diferenciadamente, y en donde es vital que el Estado se aproxime reconociendo esta
diversidad y dando seales de valoracin y reconocimiento. Una nueva relacin
con el magisterio y de este con el Estado permitir recuperar la confianza perdida y dar la voz a distintos maestros y maestras que conforman el magisterio.
14
14.
36
F. Uccelli, J. C. Agero, M. A. Pease, T. Portugal y P. Del Pino
15.
Se seala que al menos medio milln de personas se desplazaron forzadamente por motivos del CAI. Varios
investigadores han repetido cifras similares, la propia CVR y el INEI, que mostr la correlacin estadstica
entre emigracin (desplazamiento) y atentados terroristas para el periodo 1988-1993 (Diez 2003: 25). La
estimacin puede verse en Instituto Nacional de Estadstica e Informtica (1995).
IEP Documento de Trabajo 203
37
16.
Sobre esta imagen peligrosa de ciertos sectores sociales como estudiantes universitarios y docentes, as
como una apelacin retrica a la memoria (una memoria cmoda) como antdoto, ver Agero, Portugal y
Muoz-Njar (2012).
17.
38
y momentos incurrieron en prcticas sistemticas y generalizadas de violaciones de los derechos humanos (CVR 2003: VIII). Estudiantes y maestros
conocen de este accionar estatal, con menor o mayor detalle. Pero lo conocen.
Saben que el Estado recurri a actos injustos y crueles.
Al alumnado esto lo coloca frente a una paradoja, pues debe confrontar
este saber (que es inquebrantable, pues les viene desde la familia que padeci
estos hechos) con la aprendizaje sobre el Estado de derecho y el valor del sistema democrtico, garantizados por este mismo Estado. Pueden ser las dos
cosas ciertas?
Por su parte el magisterio tiene una actitud de rivalidad frente al Estado
que viene de muy larga data, que la historia de represin del CAI puede o ha
profundizado. Muchos maestros y maestras han sufrido personalmente o han
visto sufrir a colegas o familiares, las acciones violentas de las fuerzas de
seguridad. Pueden pasar por alto esta experiencia fuerte y dolorosa y hablar
en abstracto del Estado promotor y garante del desarrollo humano, la democracia y los derechos humanos?
El anlisis del CAI en la escuela podra ofrecer una oportunidad para
pensar crticamente el rol del Estado durante esos aos, y para desligar la
imagen que se ha construido de l de lo que debera ser para sus ciudadanos y
ciudadanas en el presente y en el futuro.
En el grupo de estudiantes hemos observado que estas visiones pueden estar relacionadas con que hablen asumiendo que pertenecen a sectores
sociales marginales, poco valorados o tratados tradicionalmente con desdn.
Fue comn en los talleres escuchar argumentos que apelaran a una visin de
la sociedad organizada de modo jerrquico y desigual.
Tanto estudiantes como docentes coinciden tambin en sealar la necesidad actual de generar cambios sociales que favorezcan la igualdad de oportunidades para todos. Los estudiantes estn al tanto de los conflictos sociales,
y analizan estos eventos como parte de una historia en la que encuentran un
Estado y una lite indiferentes. Tienden a identificarse con los marginados.
Sin embargo, esta identificacin es compleja pues, al mismo tiempo, muchos
se sienten capaces de aprovechar el momento de crecimiento econmico y
ser emprendedores. En la mayora de estudiantes convive la apuesta por el
progreso individual (el hacerse a s mismos) con una preocupacin social. No
obstante, no sera el mismo tipo de preocupacin por lo social que llevaba a
una crtica estructural al sistema, propia de las generaciones anteriores.
Esta generacin de estudiantes muestra un fuerte rechazo a la poltica.
Su percepcin de que no hay alternativas reales dentro de los mecanismos
tradicionales de acceso al poder, unida al contexto de partidos polticos desprestigiados, a la impresin de que el crecimiento econmico no llega a todos
y a la sensacin de que la corrupcin es generalizada, hace que no se sientan
atrados por el ejercicio de la poltica, generando ms bien profunda desconfianza hacia quienes la ejercen.
39
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F. Uccelli, J. C. Agero, M. A. Pease, T. Portugal y P. Del Pino
Surgen dos cuestiones ante esta constatacin. La primera: debe esperarse que la escuela sea un espacio asptico que transmita de manera eficiente
supuestas lecciones del pasado? La segunda: es realmente deseable que se
cuente con un libreto nico sobre el pasado reciente? Ambas preguntas traen
implcita la idea de que tener un espacio escolar libre de conflictos es lo ptimo.
La primera cuestin ha sido bastante analizada ya en otros pases.18
Sabemos ahora que esperar una escuela entendida como un espacio vaco es
no solo un error, sino un imposible. La educacin pblica es una institucin
de disputa sobre quin tiene derecho a decidir el contenido que se incluir en
los currculos y textos. Y la escuela es el espacio concreto de encuentro entre
estas intencionalidades y las diferentes versiones y experiencias del pasado
de los actores directos de la comunidad educativa, como directores, maestros,
alumnos y padres de familia, as como de otros que intervienen de manera
mediata, como polticos, funcionarios y medios de comunicacin.
Tambin la segunda cuestin ha sido examinada, sobre todo al analizar las aparentemente exitosas experiencias argentina y sudafricana. Se ha
sealado, por ejemplo, la necesidad de permitir no un solo discurso, sino de
promover la aproximacin del alumno a mltiples interpretaciones histricas,
pues ello puede generar un ejercicio reflexivo ms democrtico (Cole y Barsalou 2006).
Asimismo, al investigar cmo se ha incorporado en la educacin
pblica el periodo de la dictadura militar argentina se ha llamado la atencin
sobre las limitaciones de la enseanza tradicional, donde la historia sirve para
construir identidad patria. Pero tambin se han evidenciado las desventajas
del tratamiento desde el paradigma de los derechos humanos o el deber de
memoria, que tiende a mitificar el pasado, hacindolo heroico y singular,
paralizando su anlisis. Varios estudios llaman a evitar estas formas ritualizadas de recordar el pasado y devolverles historicidad a los hechos y a los valores ligados a ellos (Carretero 2006, Lorenz 2004). Yendo un poco ms all
en la crtica, para el caso de Guatemala se han observado las consecuencias
negativas de construir un discurso desde la perspectiva de la justicia transicional, que tiende a despolitizar los procesos sociales restando a las vctimas
toda agencia en su propia historia (Oglesby 2007).
As pues, conociendo del estado de la discusin actual, es justo preguntarse es necesario un discurso de consenso para ensear el CAI? Es realmente un problema la constatacin que hemos realizado sobre su ausencia?
Tener una historia oficial no significar ms bien empobrecer la discusin
sobre este periodo de nuestra historia reciente? Pero se puede ensear algo
sin un mnimo de acontecimientos y explicaciones?
Nuestro estudio no puede ofrecer respuestas concluyentes a estas cuestiones, pero s puede ayudar a plantear la discusin. Debemos partir por dos
cosas: mostrar el sentido de estas preguntas en el contexto peruano, y observar si nuestros datos nos dicen algo nuevo sobre estas.
18.
Vase como buenos balances y reflexiones de estos puntos los trabajos reunidos por Jelin y Lorenz (2004).
IEP Documento de Trabajo 203
41
En el Per, el punto de inflexin para plantearse institucionalmente la enseanza del conflicto armado interno se dio con la presentacin del Informe
final de la CVR. Esta dio una gran importancia a la difusin de lo ocurrido;
por ello, la primera de sus ocho recomendaciones adicionales dice:
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F. Uccelli, J. C. Agero, M. A. Pease, T. Portugal y P. Del Pino
afectan a la clase poltica y militar del pas. Por un lado, describi una sociedad injusta y excluyente administrada con negligencia, corrupcin, violencia y desprecio, lo que no solo es una causa del conflicto, sino un factor que
explica por qu fue tan brutal. Por otro lado, devel violaciones masivas de
los derechos humanos cometidas por todos los involucrados, incluyendo a los
agentes estatales y atribuyendo responsabilidades no solo a los autores directos, sino a los mediatos y polticos.
Aunque es por origen un informe oficial, su propuesta compleja no
coincide con la versin de la historia que desean manejar los grupos de inters
en el pas.19 Ningn grupo social o fuerza poltica relevante en el gobierno le
da hoy soporte al informe. Por esta razn, desde su presentacin se han construido discursos contrarios a esta narrativa y se han difundido mitos sobre
su contenido, atribuyndole caractersticas negativas que surgiran de mltiples sesgos en los comisionados.20 Esto ha generado en el MINEDU inseguridad para asumir esta narrativa, pero tampoco tiene una alternativa del mismo
peso y coherencia.21 El Informe final de la CVR es, pese a este mal entorno, la
fuente oficial para contar el conflicto armado interno. Pero es una fuente de
la que su autor, el Estado, reniega.
19.
Por ello constantemente piden que se revise el Informe final o, de modo ms tajante, se lo deje de lado.
Vase respuesta de Salomn Lerner, expresidente de la CVR a uno de los pedidos ms recientes de revisin en este diario: <http://www.andina.com.pe/Espanol/noticia-lerner-desestima-solicitud-para-revisarinforme-cvr-y-pide-leer-documento-427762.aspx#.UiU_NNIz2So>. Tambin pueden revisarse como
ejemplo las opiniones de una alta dirigente del Partido Aprista Peruano y de una reconocida vocera del sector empresarial y tecnocrtico: <http://dev.rpp.com.pe/2012-09-11-informe-de-la-cvr-debe-ser-revisadonoticia_520829.html>.
20.
Exposicin de Gisela Hurtado Vacos por llenar o mitos que enfrentar? La tensin entre la memoria histrica del informe final de la CVR y la historia oficial. Una reflexin desde la historia, ponencia presentada
en el V Congreso Nacional de Historia. Lima, UNMSM, 8 de agosto de 2012. Sumilla de la ponencia aqu:
<http://elespejodeclio.blogspot.com/2012/08/v-congreso-nacional-de-historia-tercera.html>.
21.
De hecho, los maestros y maestras muestran una visin ambivalente del informe de la CVR como una
fuente a utilizar en sus clases. Si bien unos pocos lo utilizan, existe tambin una crtica al informe por mostrar versiones parciales e incompletas, crtica que muchas veces no se sostiene en haber ledo el informe en
alguna de sus versiones.
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43
44
F. Uccelli, J. C. Agero, M. A. Pease, T. Portugal y P. Del Pino
22.
Seguimos a Todorov (2002), que es crtico a la idea de la memoria-deber. Todorov recalca que la sola
conmemoracin no es un bien, y que no tiene efectos educativos importantes, pues sirve para reproducir
y confirmar en el pasado la imagen negativa de los dems y la positiva de uno mismo. Esta memoria
cosificada y literal, adems, al concentrarse en el pasado singular desva nuestra atencin de las urgencias
presentes y de situaciones similares a aquellas que son objeto de este recuerdo ritualizado.
23.
Como un ejemplo a mirar con inters, pueden verse los trabajos sobre efemrides escolares sobre la dictadura argentina y la reflexin sobre cmo son asimiladas con diferente xito en las escuelas. Ver algunos
comentarios sobre este esfuerzo en Raggio (2004).
IEP Documento de Trabajo 203
45
24.
El Per est en el segundo lugar en la regin en el nivel de desconfianza hacia las instituciones, solo superado por Guatemala. Refirindose a la confianza interpersonal, el documento seala que el Per es uno de
los pases ms desconfiados: el 82% no confa en un tercero (Latinobarmetro 2011: 18, 19. Vase en lnea:
<http://www.latinobarometro.org/latino/LATContenidos.jsp>).
Aun si maestros y maestras contaran con una buena capacitacin, estuvieran sensibilizados respecto de la importancia de tratar el tema, tuvieran textos de apoyo y una narrativa sobre el CAI, si contaran con una organizacin
mejor del currculo que les permitiera un mejor uso del tiempo en clase, sus
prcticas docentes se veran limitadas por la desconfianza y la sensacin de
inseguridad. En una frase: maestros y maestras deben medir sus palabras si
quieren hablar.
La diversidad de temores para abordar el tema que aparecen con tanta
recurrencia a lo largo de las entrevistas cobra sentido si atendemos a que,
efectivamente, los actores y grupos a los cuales aluden siguen vivos y actuantes, a que efectivamente tanto Sendero Luminoso como el Estado se caracterizaron por una lgica de persecucin a partir de lo que de odas reciba sobre
otros, y ms aun si atendemos a que existe un marco legal que limita y sanciona el tratamiento del tema.
Ante ello, el grupo de maestras y maestros entrevistados tiende a evitar incorporar sus memorias en el aula. Si bien la mayora describe historias
muy cercanas a los eventos del CAI, son pocos los que sealan usarlas en el
espacio de las aulas. Exponer sus vivencias y memorias, los hace vulnerables,
convierte la historia en algo personal y los conecta con los eventos sucedidos.
Sin embargo, el clima de inseguridad deslegitima y desalienta el hablar del
tema, y peor aun compartir los propios recuerdos. Por ello, maestros y maestras sealan que este tema debe tratarse de manera neutra, objetiva y desideologizada, es decir, despolitizadamente.
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F. Uccelli, J. C. Agero, M. A. Pease, T. Portugal y P. Del Pino
nuestra historia. Y que, por su propia naturaleza, interpela no solo a la memoria, sino a los actores vigentes y al Estado.
La desconfianza se convierte en inseguridad y peligro latente para
quien quiere hablar del CAI cuando en los ltimos aos el gobierno ha minado
el campo de la discusin sobre el tema redescubriendo la ley de apologa
del terrorismo,25 emitiendo una especfica para apologa cometida por el personal docente26 y promoviendo una nueva norma sobre el negacionismo.27
El mensaje desde el Estado no ha sido el de un shock de confianza, sino el de
vigilancia de la discusin y castigo para el que se aleja de un discurso aceptable. Pero cul es este? Si no se sabe, entonces es razonable quedarse callado.
Sendero Luminoso, por otra parte, permanece activo bajo nuevas formas de organizacin poltica (MOVADEF es una de ellas), y su presencia se
ha hecho sentir entre el gremio docente. El profesor o profesora, por tanto,
tampoco confa enteramente en sus colegas, ni en sus dirigentes. Qu historia contar, con qu marco terico, con qu ideologa, con qu causas?
El propio alumnado genera desconfianza. Ellos tienen historias familiares, muchas vinculadas a la violencia. Las maestras y maestros, sobre todo
de zonas rurales, saben bien que el CAI en estas regiones ha sido complejo
y cruzado. Qu pueden contar los estudiantes de regreso a casa? En qu
bando estuvo la familia?
De qu puede ser acusado el maestro o maestra que decide a trabajar
el tema en aula? Quines pueden estar mirando? En este clima de desconfianza, cmo hacer que quede claro para todos que no est haciendo proselitismo sino promoviendo un debate crtico?
25.
La ley de apologa al terrorismo ha sufrido modificatorias a lo largo de los aos, desde su promulgacin en
1992 hasta que el Tribunal Constitucional la dej sin efecto en 2003. Fue sustituida a travs del Decreto
Legislativo N. 924 e incluida en el artculo 316 del Cdigo Penal que regula el delito de apologa.
26.
Como parte de este proceso de redescubrimiento de la ley se promulg recientemente una especfica para
maestros, la Ley N. 29988, que establece medidas extraordinarias para el personal docente y administrativo de instituciones educativas pblicas y privadas, implicado en delitos de terrorismo, apologa del
terrorismo... Publicado en el Diario Oficial El Peruano el 17 de enero de 2013.
27.
El proyecto de Ley de Negacionismo remitido por el Poder Ejecutivo al Congreso ha sido aprobado ya
por dos comisiones, pero se encuentra pendiente de aprobacin por el pleno. Para una crtica a esta norma
vase: <http://www.revistaideele.com/ideele/content/%C2%BFqu%C3%A9-pretende-la-ley-del-%E2%80
%9Cnegacionismo%E2%80%9D>.
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47
50
experiencia de los sujetos de la comunidad educativa, para proponer un proceso de construccin conjunta de memoria. Por ello sugerimos:
Planificar y gestionar multisectorialmente. El MINEDU requiere trabajar sobre todo con la PCM y MEF para garantizar el apoyo del ms
alto nivel del Ejecutivo y la asignacin de presupuesto. Con el MINJUS, MIDIS y la CMAN para articular las acciones de reparacin en
educacin, desde dos puntos de vista: i) incluir a los maestros, maestras y a las escuelas como beneficiarios de acciones de reparacin, y
ii) entender a la escuela como un mecanismo til para promover la
reparacin de las poblaciones ms vulnerables y afectadas mediante
el trabajo de memoria.
Articular con las recomendaciones de la CVR. Es importante relacionar esta poltica con las nueve recomendaciones de la CVR respecto
de la democratizacin de la escuela. Su cumplimiento debe generar el
entorno institucional y cultural mnimo para poder trabajar el tema del
CAI de modo libre, crtico y creativo.
Impulsar acciones de dignificacin o reparacin de la escuela secundaria pblica. La educacin secundaria ha recibido muy poca atencin,
y de all su precariedad. Parte de revalorar la relacin con el Estado
supone dignificar a la secundaria y el trato que los alumnos y alumnas
reciben en ella. Asimismo, las escuelas mismas, como instituciones,
han sido afectadas por el conflicto armado interno, por lo que tambin
pueden ser objeto de acciones simblicas y materiales de reparacin.
51
Valorar a la CVR como un punto de partida. Aunque existen y se valoran las diversas memorias y experiencias, el informe de la CVR debe
constituir un punto de partida importante para trabajar el tema en el
aula, pues brinda un discurso acadmicamente slido y ticamente sustentado, producto de una rigurosa investigacin multidisciplinar y sustentada en ms de 16 mil testimonios, entre otras numerosas fuentes
primarias y secundarias.
52
adems, debera plantear discursos democrticos alternativos que discutan los discursos autoritarios o extremistas que circulan entre estudiantes y docentes. Y, finalmente, es necesario revisar los mecanismos
existentes para atender efectiva y oportunamente las situaciones de
abuso de autoridad, acoso sexual y otros abusos a los y las estudiantes.
Sin estos mnimos no hay discurso sobre democracia y derechos que
sea verosmil.
Existen riesgos y temores para el tratamiento del CAI. Uno de los retos
ms grandes de trabajar el conflicto armado interno en el aula es que
los actores involucrados siguen vivos y activos en la esfera pblica,
lo que los hace sensibles a lo que se enuncie sobre esta historia. Esto
genera una sensacin de riesgo a hablar libremente del tema. Puede
considerarse: i) discutir en la formacin docente cul es el rol de las
memorias y experiencias docentes en el tratamiento de eventos de historia reciente, ii) reflexionar crticamente sobre las implicancias de las
leyes de negacionismo y apologa del terrorismo.
53
Desde la perspectiva de la psicologa del desarrollo. Maestros y maestras requieren sensibilizacin, estrategias y recursos que les permitan
sentirse preparados para enfrentar situaciones en las que sus estudiantes se sientan movilizados por temas relativos al CAI. Asimismo,
requieren tener informacin ms clara sobre el ciclo vital que les permita formar criterios para evaluar qu imgenes, textos, casos, etc. son
adecuados para sus estudiantes.
Reflexin multicausal. Muchos docentes dan explicaciones multicausales sobre el surgimiento del CAI; sin embargo, estas visiones se reducen al ensear en el aula, en donde la pobreza y la desigualdad aparecen
como causas casi nicas. Tambin mencionaron que prefieren evitar
aludir a la ideologa de Sendero Luminoso porque temen que sus estudiantes sean seducidos por ella. En la formacin docente debe afianzarse el anlisis complejo y multicausal de la sociedad y la historia.
Manejo de fuentes. Para trabajar el tema, maestros y maestras, requieren en primera instancia conocer la importancia que tiene el emplear
fuentes diversas y distintos puntos de vista a ser evaluados crticamente. Esta importancia no est dada ni debe ser implcita. Asimismo,
requieren de recursos pedaggicos que les permitan identificar diversas fuentes (y sugerir a sus estudiantes cmo identificarlas), analizarlas
crticamente (su perspectiva, su intencionalidad, el contexto en el que
surge, etc.) y evaluar su naturaleza (cul es la relacin de la fuente con
la evidencia, si la fuente es un texto argumentativo o producto de una
investigacin, etc.) e identificar a quin representa (a qu sector de la
54
sociedad, es parte del discurso hegemnico, de una minora, etc.), de
modo que pueda promover un anlisis crtico de las mismas.
55
Problematizar la visin negativa del Estado. Los estudiantes mostraron una visin de la institucionalidad estatal muy negativa. La democracia vale poco, la poltica es siempre corrupta, el gobierno administra
para los poderosos y los ricos. La escuela podra actuar como contrapeso que incorpore en el currculo una comprensin y discusin crtica
sobre el rol del Estado, la democracia y la poltica.
56
F. Uccelli, J. C. Agero, M. A. Pease, T. Portugal y P. Del Pino
Cuadro 3
Cuadro sntesis
Tema
Detalle
Planificar sectorialmente a largo plazo
Planificar y gestionar multisectorialmente
Promover polticas subnacionales
1. Poltica de educacin
y memoria
2. Sobre la narrativa
escolar acerca
del CAI
3. Consideraciones para
la formacin docente
4. Formacin docente
especfica para tratar
el CAI
5. Sugerencias para el
tratamiento en aula
Ayudar a contextualizar
Aprovechar el capital que representa la apuesta por el dilogo
Problematizar la visin negativa del Estado
Desmitificar a Sendero Luminoso
Desmitificacin de lo rural e indgena
Elaboracin propia.
57
Criterios a considerar
Criterio de jerarqua
El planteamiento de la poltica de educacin y memoria plantea que la
enseanza del conflicto armado interno en la escuela se constituya en
una poltica de Estado. Una poltica de Estado sobre educacin y memoria representa el modo ms serio y sostenible de enfrentar el reto de
incorporar el tema en la educacin pblica secundaria. Esto supone no
solo acciones sectoriales, sino multisectoriales, y consensos y voluntades
polticas mayores que le den legitimidad y sostenibilidad en el tiempo.
Criterio de temporalidad
Las propuestas deben ser formuladas, ejecutadas y sostenidas en el
corto, mediano y largo plazo, combinando adecuadamente la urgente
necesidad de abordar el tema con polticas de ms largo alcance. De
esta manera, si bien la poltica de formacin de docentes en servicio
sobre el tema es prioritaria en este momento, deben considerarse tambin polticas de mediano y largo plazo, que atiendan tanto la formacin
de los futuros docentes como polticas de dignificacin y de reforma
democrtica de la escuela pblica.
Criterio de integralidad
Las propuestas deben atender distintas dimensiones para lograr atender
de modo integral el conjunto de desafos (polticos, sociales, curriculares, formativos y didcticos) que plantea la enseanza del conflicto
armado interno.
Criterio de secuencialidad
La poltica de educacin y memoria es un proyecto de largo plazo que
debe tomar en cuenta la posibilidad de ejecutarse progresivamente con
metas concretas y viables que respondan a una priorizacin de los resultados esperados. Por ejemplo, en el corto plazo se requieren propuestas que ayuden a generar condiciones para su enseanza y propuestas
concretas sobre contenidos y metodologas. En el mediano plazo se
requieren polticas de formacin en servicio y, en el largo plazo, se
debe trabajar para la formacin de mejores condiciones institucionales
y formacin de nuevas generaciones de maestros y maestras desde las
universidades e institutos pedaggicos.
58
Criterio de pertinencia
Tomar en cuenta las diferencias que para el tratamiento del tema impone
la proximidad de la experiencia de la violencia en algunas regiones y
lugares. La poltica de educacin y memoria debe dar atencin prioritaria a las zonas ms afectadas por la violencia y considerar necesidades
particulares de intervencin.
Criterio de flexibilidad
La poltica de educacin y memoria debe tomar en cuenta la diversidad
de situaciones y experiencias vividas sobre el conflicto armado interno
y la desigualdad de la oferta educativa en la secundaria pblica, que
permita atenciones diferenciadas dentro de lineamientos generales.
Criterio de participacin
La poltica de educacin y memoria debe capitalizar la riqueza y diversidad de la experiencia de los sujetos de la comunidad educativa sobre
el tema, para proponer un proceso participativo que recoja particularmente las experiencias y voces de maestros, maestras y estudiantes.
Criterio de globalidad
La poltica pblica sobre memoria y educacin requiere un diseo riguroso, basado en informacin diagnstica, buenas prcticas docentes,
experiencias nacionales exitosas previas y otras de carcter internacional, que se sustente en el conocimiento acumulado sobre el tema.
Rutas urgentes
Se ha propuesto un conjunto amplio y complejo de recomendaciones que,
combinadas con los ocho criterios fundamentales de intervencin, pueden
resultar abrumadoras para quienes toman decisiones de poltica. A continuacin, planteamos algunas rutas que consideramos urgentes y prioritarias que,
sin renunciar al marco ideal de la poltica educativa sobre memoria, pueden
contribuir a promover la enseanza del conflicto armado en la escuela en el
corto plazo.
59
Que los gobiernos regionales asuman protagonismo en la implementacin de estas recomendaciones. El MINEDU puede acompaar y promover la inclusin del tema en los Diseos Curriculares Regionales y
procesos de formacin y capacitacin.
del trabajo de memoria en las aulas, considerndolo un modo de reparacin simblica a las poblaciones ms afectadas y vulnerables.
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