Los Lamanitas en ElAntiguo Testamento (Segunda Edición)
Los Lamanitas en ElAntiguo Testamento (Segunda Edición)
Los Lamanitas en ElAntiguo Testamento (Segunda Edición)
El pueblo
lamanita
[email protected]
en el
Antiguo
Testamento
DEDICADO
ndice
1. Prlogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 4
2. Premisas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 5
2.1. La perfeccin de las revelaciones y nuestro nivel de entendimiento. . . . . . . . p. 5
2.2. La manera en que El Seor emplea el lenguaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 7
2.2.1.
2.2.3.
Mi responsabilidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 11
2.2.2.
3. Justificacin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 13
4. Antecedentes histricos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 14
7.1.3.
7.1.4.
7.1.5.
7.2.1.
7.2.3.
1. Prlogo
Al pblico en general:
Este libro pretende desarrollar un tema sagrado: el de la manera en que el pueblo
lamanita fue percibido por los profetas del Antiguo Testamento. Los mormones (i.e., los
miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das), creemos que
cuando se dice el pueblo lamanita, en realidad hablamos de los pueblos originarios del
continente americano; como dice la portada de El libro de Mormn: Los lamanitas son
los principales antecesores de los indios de las Amricas. Es decir, cuando hablamos de
los lamanitas, estamos hablando de los habitantes de Latinoamrica.
irrelevante, salvo que los pueblos aborgenes de este continente tendrn un papel tan
protagnico en el futuro del planeta, que varios profetas del Antiguo Testamento
profetizado sobre el papel esencial que tomarn los santos de Mxico en llevar el evangelio a todas
las naciones. Para lograrlo, necesitaremos mayor fe, sacrificio y fidelidad. Ahora es el
tiempo de tomar nuestro lugar en el establecimiento del Reino sobre la tierra." Qu fue
lo que vieron los profetas del Antiguo Testamento que sucedera en nuestras vidas y las
de nuestros hijos? Qu es lo que se supone que haremos los mexicanos a fin de preparar
la tierra para la Segunda Venida del Salvador? La respuesta a estas preguntas es el tema
de este escrito.
2. Premisas
Antes de cualquier cosa, ofrezco una disculpa al culto lector de estas lneas.
Cuando un autor escribe, uno debe tener un lector ideal en mente: uno debe tener en
mente a quin va dirigido el escrito. Cuando empec a escribir, tuve el impulso de hacer
una obra para eruditos, y me imagino que tal vez eso hara que este texto fuera ms
interesante, s, pero menos accesible para muchas personas. Por mi parte, yo prefiero que
esta sea una obra de divulgacin. Una obra que acaso cueste un poco de esfuerzo al
lector comn, pero que pueda llegar a tantos de mis hermanos como sea posible. Por lo
mismo, de nuevo, lector erudito, te ofrezco una disculpa y te pido que seas
condescendiente. Sobre todo al principio de este escrito, muchas de las cosas que dir te
sern obvias, pero muchos de los primeros puntos que expondr en las primeras pginas
sern cimiento para otras que se desarrollarn a lo largo de este estudio. Hay tres ideas
fundamentales de las que quiero partir, para edificar sobre ellas:
1.1.
me llama la atencin que uno lee el relato de la creacin del mundo en Gnesis, y luego
Escritura, textos dictados por el Espritu de quien uno de sus atributos es la perfeccin,
revelacin, entre las muchas que Dios ha dado a la Iglesia, que sea perfecta en su
nios? Ese padre de familia no mentir a su hijo y, antes de decirle la verdad a su nivel
de cientfico, condescender al nivel de su hijo y le transmitir tantas verdades como su
hijo pueda entender. Y el nivel de esas verdades sera otro si el hijo tuviera once aos, y
todava otras diferentes si el hijo tuviera dieciocho, donde el cientfico podra explicarle
procesos de mitosis, meiosis, e incluso las perplejidades que la comunidad cientfica
todava no alcanza a entender: como ese singular enigma de cmo una clula decide que
va a ser cerebro, y otra que va a ser corazn, o cmo un rgano sabe cuando debe dejar
de crecer.
Las Escrituras son uno de los medios por los cuales el Padre nos comunica
las verdades a nuestro nivel y, como en el ejemplo del cientfico y su hijo, nos habla y
hablar siempre de acuerdo con nuestra capacidad. Y por ello, conforme crecemos
travs de parbolas) que en muchos casos las Escrituras no dicen con claridad las cosas
como quisiramos, y esto nos lleva al siguiente punto:
1.2.
unvoco. Por ejemplo, en varias partes de las palabras de Pablo, la palabra Salvacin
tiene diferentes significados. A veces se refiere a ser salvos de la muerte fsica, o salvos
del pecado, o ser salvos al nacer de nuevo, o ser salvos de la ignorancia por medio de la
luz del evangelio, o ser rescatados de la segunda muerte, o incluso recibir la exaltacin.
Un segundo ejemplo hay decenas nos lo da el profeta Lehi. l emplea la palabra
alma, cuando tcnicamente est hablando de espritu, no de alma. De la misma
de las siguientes tres cosas: (1) La luz de la verdad que da luz y vida a todas las cosas del
universo, la cual siempre ha existido. (2) Los hijos espirituales de Dios. (3) El elemento
espiritual que exista antes de que furamos engendrados como hijos espirituales.
Es decir, en pocas palabras, que a m me parece claro que tanto el Seor como
leer las Escrituras por lo general implica un esfuerzo mental y espiritual y aun as hay
cosas que nunca quedarn claras por completo, como veremos ms adelante: uno nunca
sabe exactamente a quin se refieren los profetas cuando hablan de Jacob, o de Israel, de
los gentiles o de Manass. Casi siempre debemos sacar nuestras conclusiones por el
contexto, y hay un riesgo constante de equivocarnos. Con todo, y para evitar
ambigedades, vale la pena tratar de definir tres conceptos que usaremos en este escrito:
lamanitas, gentiles y judos.
Yo tengo para m que la palabra lamanita por lo general es muy mal manejada
por el comn de los miembros de la Iglesia. Creo que malamente hay un esquema que
tenemos en la mente, a fuerza de ver tanto cine y televisin: que la humanidad se divide
fcilmente entre los buenos y los malos. Y por lo mismo en El libro de Mormn los
buenos son los nefitas, y los malos son los lamanitas. Y si a esto le agregamos que
stos eran morenos y que fueron maldecidos, con muy poquito que torzamos las cosas,
el concepto lamanita puede ser llevado a un plano racista, con connotaciones
peyorativas, al grado que el reconocer que somos lamanitas puede hasta daar nuestra
autoestima. No faltarn quienes se vean a s mismos como los malos o los
descendientes de los malos, los maldecidos, los que llevan el oprobio de que el color de
su piel mientras ms oscuro es ms ominoso, porque es una marca puesta por el Seor,
una maldicin. Y creo que las cosas no son precisamente as.
El profeta Lehi, junto con su familia y la de Ismael fueron trados por el Seor a
este continente en el ao 589 a.C. Al poco tiempo falleci Lehi y la familia se divide en
dos grupos (2 Nefi 5): el que est compuesto por Lamn, Lemuel, los hijos de Ismael y
sus respectivas esposas, y el que est compuesto por las familias de Zoram, Sam, Nefi,
Jacob, Jos, as como tambin mis hermanas y todos los que quisieron ir conmigo (2
Nefi 5:6). En ese mismo versculo queda muy claro que este grupo eran aquellos que
crean en las amonestaciones y revelaciones de Dios. Sin embargo, vale la pena aclarar
que esta primera divisin no estaba dada entre nefitas y lamanitas. Esta primera
divisin tena un fundamento religioso.
inicia esta diferenciacin, creando una convencin que va a durar hasta nuestros das: a
los que simpaticen con Nefi, llamar nefitas, nos indica, mientras que llamar
lamanitas a los que busquen la destruccin del pueblo de Nefi. (Jacob 1:13-14) pero, nos
indica l, la gente del pueblo estaban divididos en tribus o familias de acuerdo a sus
ancestros y se diferenciaban unos de otros de acuerdo a sus ancestros. Es decir, aqu
lamanita tiene que ver con una cuestin nacional, si no es que incluso militar.
Sin embargo, es en esa misma generacin que ese afn del profeta Jacob
degenera, y se vuelve una divisin de ndole racial: no mucho tiempo despus, los
nefitas empiezan a ver a los lamanitas como inferiores por ser morenos (Jacob 3:5). Ser
lamanita ahora es una cuestin que tiene menos de racial, que de racismo, porque Jacob
amonesta a los nefitas para que no se burlen de sus hermanos por el color de su piel.
tiene la palabra lamanita en El libro de Mormn. Basta indicar que casi en cada
generacin de la historia del libro, la palabra toma diferentes sentidos, que van desde
10
Este ltimo aspecto es muy importante: ser lamanita no una cuestin racial,
porque a lo largo de los mil aos de historia que comprende El libro de Mormn, vemos
diferentes grupos de nefitas que se hacen lamanitas y son llamados disidentes, al
grado que para el 74 a.C. se dice que todos los disidentes nefitas eran casi tan
numerosos como los nefitas (Alma 43:13-14). Por otra parte, tambin vemos cmo de
manera recurrente hay grupos de lamanitas (conversos) que se unen a los nefitas: el
pueblo de Anti Nefi Lehi, sin ir ms lejos, o la fusin con los sobrevivientes de ambas
naciones cuando son visitados por El Mesas (4 Nefi 1:17). Si a esto le agregamos las
mezclas con otros pueblos, como los judos descendientes de Mulek por ejemplo, vemos
que es mucho ms preciso hablar de nosotros como lehitas, en vez de lamanitas o, si
hablamos de lamanitas, vernos en nuestro contexto actual sin sesgos, y no traer a
nuestros das el contexto y los prejuicios que tenan los nefitas que vivieron en tiempos
del Libro de Mormn. Como veremos ms adelante, somos sus descendientes, s, pero
estamos en otra etapa, con otra funcin en la historia, con responsabilidades que
Los gentiles. Como dice la Gua para el estudio de las escrituras (GEE), p. 83, en las
Escrituras, el vocablo gentiles tiene varios significado. A veces designa a los que no son
del linaje israelita o judo, pero tambin a los que no han hecho convenios con el Seor,
11
en ese sentido. Por ejemplo, en 1 Nefi 22:7 se profetiza que el Seor Dios levantar una
nacin poderosa entre los gentiles, s, sobre toda la superficie de esta tierra. Se refiere a
los Estados Unidos de Amrica, y no quiere decir que no haya efrainitas entre sus
descendientes sino que, como nacin, ellos no son miembros de la Iglesia en su totalidad.
Los judos. Algo semejante pasa con ellos: De nuevo, acorde con la GEE, p. 115,
los judos pueden ser descendientes literales de la tribu de Jud, o los integrantes del
reino del sur, Jud. El profeta Lehi y su familia eran judos en ese sentido, como veremos
ms adelante: eran judos, a pesar de ser descendientes de Manass. Incluso se puede
decir que son judos aquellos conversos que practican la religin, el estilo de vida y las
tradiciones del judasmo, pese a que no tengan ancestros judos.
1.3.
Mi responsabilidad
Un ltimo punto del que quiero partir es que este escrito no es una publicacin
oficial de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das. Si bien soy un
miembro de dicha iglesia, hablo por m mismo de lo que yo entiendo de las Escrituras y,
pese a que escribir tratando de apegarme por completo a las mismas y a la doctrina que
se encuentra en stas, lo que expresar por cierto no es expresamente doctrina oficial de
la Iglesia. Por lo mismo, si hay alguna falencia en el escrito, sta es ma por completo.
Acaso habra que agregar algo ms. Como el ttulo de este trabajo lo indica, hablar de
cmo los profetas del Antiguo Testamento vieron la historia pasada, presente y futura
del pueblo lamanita. Con todo, habr momentos en donde tendr que citar tanto el
Nuevo Testamento, como las Escrituras modernas, pese a que tratar de referirme de
manera fundamental al Antiguo Testamento.
12
2. Justificacin
Aparentemente es muy poco lo que las escrituras dicen acerca del futuro
lamanita. En D. y C. 49:24 dice que antes de la venida del Seor, los lamanitas florecern
como la rosa. Para muchos miembros de la Iglesia, fuera del Libro de Mormn, esa sera
la nica promesa proftica hecha a los lamanitas. Con todo, en 1 Nefi 19, el profeta Nefi
nos habla de que ha escrito unas planchas de metal, y que en ellas ha grabado la historia
secular de su pueblo y entonces hace un parntesis para hablarnos de Cristo y de la casa
nosotros; por tanto, es preciso que sepamos lo que a ellos atae, porque est escrito sobre
las planchas de bronce [es decir, en el Antiguo Testamento].
Nefi tena muy claro que muchos profetas del Antiguo Testamento haban
hablado acerca de los descendientes del profeta Lehi. Y esa era una de las razones
principales por la cual les lea las escrituras con frecuencia a sus hermanos, y les dio el
mandato en el versculo 24, con respecto a las palabras de Isaas: Por tanto, les habl,
diciendo: Escuchad las palabras del profeta, vosotros que sois un resto de la casa de
Israel, una rama que ha sido desgajada; escuchad las palabras del profeta que fueron
escritas a toda la casa de Israel, y aplicoslas a vosotros mismos, para que podis tener
esperanza, as como vuestros hermanos de quienes habis sido separados; porque de
esta manera es como el profeta ha escrito.
Y entonces vale la pena que nos hagamos la pregunta: Por qu es tan importante
que nosotros, los lamanitas, sepamos lo bueno y lo malo que nos espera en el futuro, lo
que dicen las Escrituras sobre nuestras circunstancias actuales, y la funcin de este
13
pueblo en los ltimos das? A fin de poder responder esa pregunta, es necesario explicar
algunas cosas.
14
3. Antecedentes histricos
esos espritus nobles y grandes que fueron seleccionados en la vida premortal (vase
tenido un pueblo elegido para efectuar Su obra en la tierra; un pueblo del convenio. En la
Gua para el estudio de las Escrituras, bajo la entrada Abraham, convenio de, se lee:
antes de la creacin del mundo y que perdurar a travs de las eternidades es este: el
Seor siempre opera a travs de familias. Cuando una bendicin se pronuncia no solo
sobre una persona, sino sobre las generaciones que le siguen, hay un incremento sin fin
de bendiciones. (El subrayado es mo).
circunstancia, no es casualidad, sino que es algo determinado por lo que hicimos, lo que
fuimos en la existencia premortal, as como por lo que el Padre espera que logremos o
hagamos en esta tierra. Como dice en Deuteronomio 32:8:
15
3.1.
es el padre del convenio. Pero cuando el Seor hace pacto con l (Abraham 2:8-11),
queda claro que Abraham tendra dos tipos de descendencia: la de Abram, es decir, el
linaje literal, biolgico, el de los hijos que engendr, y la de Abraham, es decir los hijos
bendiciones del sacerdocio. En Juan 8:31-40 El Seor deja muy claro que no sirve mucho
ser descendiente de Abram, si no se entra en el convenio y se hacen las obras de
Abraham. Como dice en Romanos 9:6-8, ms importante que descender del linaje literal,
es ser parte de los convenios de Abraham. Sin lo segundo, las bendiciones que vienen
por lo primero permanecen en estado latente, sin cumplirse. Si uno ve las cosas desde
una perspectiva eterna, es mucho ms importante el recibir ese nuevo nombre, que el
descender genticamente de alguien. Veamos un ejemplo:
cas con Raquel y ella qued encinta, esperando gemelos. En el alumbramiento Esa
sac primero su manita, pero Jacob tom su lugar, y de esa circunstancia recibieron su
nombre. El nombre en aquellos aos vena en buena medida de las acciones o las
cualidades de cada persona; era algo que se ganaba y que poda ser cambiado a lo largo
de la vida. A Esa (que en hebreo significa velludo) le pusieron ese nombre, porque
naci as, cubierto de vello, mientras que Jacob naci asiendo el taln de su hermano, y
por eso le pusieron ese nombre, que significa el que suplanta. Con el paso del tiempo
16
cambiado por Edom (en hebreo, rojo). Mientras que a Jacob, por su constancia en
luchar guardando sus convenios, el Seor le cambi su nombre a Israel: El que
persevera con Dios.
rojo. Pero es de gran valor cambiar de el que suplanta, a el que persevera con
Dios. Este dato a simple vista puede parecer una mera curiosidad lingstica, o una
ancdota pintoresca pero, como veremos ms adelante, es de gran valor. Ambos, Jacob e
Israel son la misma persona, pero uno es Jacob, el ser humano, antes de hacer convenios,
el ser biolgico, y otro el que ha entrado en el convenio y por su fidelidad recibe las
promesas y bendiciones propias de su fidelidad.
De igual manera, en nuestros das, unas son las promesas a los descendientes
literales de Jacob, y otras a los que hacen convenios con el Seor y son aceptados como
parte de la casa de Israel, salvo que, por supuesto, as como Jacob e Israel eran la misma
persona, igual hoy da alguien puede descender de Jacob y no ser parte de la casa de
Israel por no recibir los primeros principios y ordenanzas del evangelio y viceversa o,
incluso: tener tanto las bendiciones de Jacob, como las de Israel. En todo caso, ste tuvo
los siguientes descendientes:
17
3.2.
La primogenitura y el linaje
que perteneca al primer hijo varn digno. Durante un tiempo, como en el caso de Esa y
18
caer en una mujer. Israel tuvo doce hijos varones, y una mujer, Dina, pero solo hablamos
de las doce tribus de Israel. Esto porque hablamos de un orden patriarcal. lder Bruce R.
McConkie (1966, p. 397), al hablar de dicho orden, indica que El gobierno de Dios es
patriarcal en su naturaleza y tiene como centro la unidad familiar. Desde Adn hasta
Jos, el oficial presidente de la Iglesia fue tanto un sumo sacerdote como un patriarca, y
el oficio en el sacerdocio descenda de padre a hijo. Pero de Aarn a Juan el Bautista, se
vivi un sistema modificado de administracin patriarcal, donde los asuntos
Iglesia eran administrados por los descendientes de los tres hijos de Lev: Gersn, Coat y
Merari (Gnesis 46:11); como si los descendientes de ellos fueran permanentemente
saber sus responsabilidades, vase Nmeros, caps. 3 y 4). Si bien hoy da en la Iglesia el
oficio en el sacerdocio no se hereda en un orden patriarcal, nos indica lder McConkie,
(Loc. Cit.):
primogenitura no era solamente el derecho a presidir y el recibir una porcin extra de los
bienes que los hijos heredaran de su padre, sino tambin ciertas bendiciones especiales,
derechos, poderes y privilegios (Gnesis. 43:33). Nuevamente, hablando de esa
19
primogenitura, la que tena que ver no tanto con la herencia de bienes materiales, sino
con el orden patriarcal, quien heredaba esas bendiciones tena que reunir tres
cualidades: 1. Ser el primer 2. Hijo varn 3. Digno. A veces, como en el caso de Abram,
Jacob, Jos, Efran, ellos cuatro fueron los primognitos sin haber sido el hermano
mayor. lder Bruce R. McConkie (1966, p. 63), indica que la justificacin a ello radica, en
buena medida, en la preparacin y entrenamiento premortal de aquellos nacidos en las
K. Packer (2002) dijo: Una parte esencial de la bendicin patriarcal es la declaracin del
linaje. Mediante el estudio detenido de las Escrituras, el patriarca se familiariza con el
orden patriarcal; aprende el destino de las tribus de Israel. Y entonces cit una Carta de
la Primera Presidencia, fechada el 29 de junio de 1903:
Al dar una bendicin, el patriarca puede declarar nuestro linaje, es decir, que
somos de Israel y, por consiguiente, de la familia de Abraham, y de una tribu
especfica de Jacob. En la mayora de los casos, los Santos de los ltimos Das
son de la tribu de Efran, la tribu a la que se dio la responsabilidad de dirigir la
obra de los ltimos das. Ya sea que vengan las bendiciones por linaje o por
adopcin, no importa (Perla de Gran Precio, Abraham 2:10). Eso es muy
importante, puesto que slo por el linaje de Abraham se cumplirn las grandes
bendiciones del Seor a Sus hijos sobre la tierra (Gnesis 12:2, 3; Perla de Gran
Precio, Abraham 2:11).
esa declaracin de la primera presidencia y gracias a la obra misional las cosas han
cambiado: hoy por hoy, los efrainitas en la Iglesia son minora. En segundo lugar, se deja
20
3.3.
Cierto, esta postura debe tomarse con mucho cuidado, o puede llegar a favorecer
ciertas posturas racistas dentro del evangelio. Los efraimitas tienen un status
preferencial por encima de las otras tribus hoy da? Los que pertenecemos a Manass
somos, entonces, como miembros de segunda clase en la casa de Israel, meros peones en
un ajedrez religioso? Cules son las promesas y bendiciones tanto de Efran como de
Manass y, por lo mismo, de los lamanitas? Cul es el plan que el Seor revel a los
profetas del Antiguo Testamento y del Libro de Mormn acerca del futuro lamanita? El
objetivo de este escrito es responder estas preguntas.
3.4.
Hay bendiciones que recibimos y que son solo para nosotros; son personales. Pero en
ocasiones particulares, las bendiciones que recibimos son para todo nuestro grupo
familiar. Por ejemplo, cuando Jacob dio su bendicin patriarcal a sus hijos, esas
21
bendiciones no eran solo para ellos, sino para toda su posteridad. Eran bendiciones para
ellos y para sus descendientes. Eran bendiciones que se prolongaran incluso hasta los
ltimos das. No s si vale la pena poner esta tabla de abajo. Lo que quiero decir es que
por simple extensin es claro que las bendiciones patriarcales no eran iguales para todos:
a algunos les toca un versculo o dos, a otros incluso una sola frase crptica, pero a Jud y
a Jos se les dan las mayores bendiciones: Desde los das de Jacob quedaba claro que en
el futuro, a lo largo de la historia de la humanidad, habra dos tribus que destacaran.
Pongo la tabla, porque finalmente las bendiciones de Jos son nuestras bendiciones, y
vale la pena tenerlas presentes:
22
27
Benjamn
Tabla 1. Bendicin patriarcal de los hijos de Jacob, segn Gnesis 49: 1-27
Israel entrara en la tierra prometida, l tambin les dio su respectiva bendicin. Creo que
vale la pena verlas y confrontar no solo sus contenidos, sino el orden en que aparecen las
tribus de Jacob:
23
12
13-18
Benjamn
Jos
18-19
Zabuln e
Isacar
Gad
Dan
Neftal
Aser
30-21
22
23
24
Tabla 2. Bendicin patriarcal a los hijos de Jacob, segn Deuteronomio 33: 6-29
Ahora, aqu yo quisiera ser muy cauto. A m me parece muy claro que a Jos le
tocaron las mayores bendiciones. Pero no quisiera menospreciar a las otras tribus, o que
se percibiera en mi tono de voz algo de jactancia o de superioridad. Yo quisiera que
quedara muy claro que aquel a quien mucho se da, mucho se requiere; y el que peque
contra mayor luz, mayor condenacin recibir (D. y C. 82:3). Como descendientes de
Jos tenemos grandes bendiciones y promesas, pero ello tambin implica el pagar un
precio por las mismas. Un milagro bien puede exigir condiciones. As que si bien no
todas las bendiciones enumeradas son claras, lo que s queda ms o menos claro es que
24
en el futuro habra dos tribus que destacaran: Jud (porque de l vendra la Biblia, y de
ese linaje vendra el Mesas), y Jos. Por qu Jos?
3.5.
Cuando Jacob est para fallecer, (TJS Gnesis 48:5-11), dio una breve bendicin
patriarcal a Efran y Manass. All indic que la descendencia de Jos sern los lderes
del recogimiento de Israel en los ltimos das:
Y ahora, tus dos hijos, Efran y Manass, que te nacieron en la tierra de Egipto,
antes que viniese a ti a la tierra de Egipto; he aqu, mos son, y el Dios de mis
padres los bendecir; como Rubn y Simen sern bendecidos, porque mos son;
por lo cual, por mi nombre sern llamados. (As que fueron llamados Israel.)
por tanto, fueron llamados las tribus de Manass y de Efran por lo que tus
hermanos se inclinarn ante ti, de generacin en generacin, ante el fruto de tus
lomos para siempre; porque t sers una luz a los de mi pueblo, para librarlos de
la esclavitud en los das de su cautividad; y para traerles la salvacin, cuando
estn completamente oprimidos por el pecado.
De esta cita aprendemos que: a) Manass y Efran les fue cambiado el nombre por
el de Israel. Pero ms adelante, en los das de Roboam y Jeroboam, cuando el pueblo del
convenio se divide en dos reinos, el que es gobernado por Efran se llama Israel (el reino
del norte, lo que se conoce hoy como las 10 tribus perdidas). Por lo mismo, y esto es vital
en este estudio, a Efran se le llam Israel, y a Manass se le llam Jacob: ambos son la
misma persona pero uno, Efran, es el primognito. b) As como Jos de antao salv a
su familia temporalmente, sus descendientes salvarn a Israel espiritualmente en los
ltimos das. Cuando los profetas, por mencionar uno, Oseas, hablan de los linajes que
realizarn una obra importante en los ltimos das, se refiere a tres: a Efran, a Jud, y a
Jacob (Oseas 12:1, 2) y, cuando cualquiera de ellos hace convenios con el Seor, es decir,
se une a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das, entonces se le llama
25
Israel. Pero son tres pueblos que tendrn una labor importante qu realizar en los
ltimos das para preparar la tierra para la Segunda Venida del Seor: Efran, Jud y
Jacob. Jacob a veces debemos entenderlo como sinnimo de Manass pero, como veremos
ms adelante, Isaas, Nefi, el Seor mismo cuando visit este continente, por lo general cuando
hablan de Jacob, se refieren de manera especfica a los descendientes del profeta Lehi en los ltimos
das.
abominable iglesia tomara el libro que saldra de la boca del judo, es decir, la Biblia,
libro que contendra la plenitud del evangelio en su pureza. Entonces nos informa que
dicha iglesia ha despojado el evangelio del Cordero de muchas partes que son claras y
sumamente preciosas y tambin ha quitado muchos de los convenios del Seor.
Si en el futuro, en los ltimos das, la tribu de Jos tena un objetivo muy
impedrselo, que haciendo que no lo pudiera conocer? Por lo mismo, una de esas partes
claras y preciosas que fueron retiradas de la Biblia fue la bendicin que nuestro ancestro
Jos, como patriarca que era, dej bendiciones a sus descendientes. En TJS Gnesis
50:24-38 se lee (las cursivas son mas):
Y Jos dijo a sus hermanos: Yo voy a morir, y voy a mis padres; y desciendo a mi
sepulcro con gozo. El Dios de mi padre Jacob est con vosotros para libraros de la
afliccin en los das de vuestra esclavitud; porque Jehov me ha visitado, y he recibido la
promesa de Jehov de que del fruto de mis lomos Jehov Dios levantar una rama justa de mis
lomos Y acontecer que nuevamente sern esparcidos; y ser desgajada una rama, y ser
llevada a un pas lejano; no obstante, sern recordados en los convenios del Seor, cuando
venga el Mesas; porque l se les manifestar en los ltimos das, con el Espritu de poder, y
26
los sacar de las tinieblas a la luz; de las tinieblas ocultas, y del cautiverio a la libertad.
Jehov mi Dios levantar a un vidente, el que ser un vidente escogido para el fruto
de mis lomos. Y adems, del fruto de tus lomos levantar a un vidente, y a l dar
poder para llevar mi palabra a los de tu descendencia; y no solamente para
llevarles mi palabra, dice Jehov, sino para convencerlos de mi palabra que ya se
habr declarado entre ellos en los ltimos das; por lo tanto, el fruto de tus lomos
escribir, y el fruto de los lomos de Jud escribir; y lo que escriba el fruto de tus lomos,
y tambin lo que escriba el fruto de los lomos de Jud, crecern juntamente para confundir
las falsas doctrinas, y poner fin a las contenciones, y establecer la paz entre los del fruto de
tus lomos, y llevarlos al conocimiento de sus padres en los ltimos das, y tambin al
conocimiento de mis convenios, dice Jehov. Y de la debilidad l ser hecho fuerte, el da
en que mi obra empiece entre todo mi pueblo, para restaurarlos, a los que son de la
casa de Israel, en los ltimos das. Y bendecir a ese vidente, y los que traten de
destruirlo sern confundidos; porque te hago esta promesa; pues te recordar de
generacin en generacin; y su nombre ser Jos, y ser igual que el nombre de su
padre; y ser semejante a ti, porque lo que Jehov lleve a efecto por su mano llevar
a mi pueblo a la salvacin. Y Jehov jur a Jos que preservara a su descendencia para
siempre
Para quien lee por primera vez estas promesas de nuestro ancestro, las mismas no
pueden dejar de causarle asombro: Jos no solo profetiz que Moiss librara a Israel de
la esclavitud egipcia; sino que habl de que una rama de los descendientes de Jos que
sera llevada a un pas lejano: el continente americano, donde se les recordaran los
convenios del Seor. Esa rama justa que sera llevada del cautiverio a la libertad no sera
la media tribu completa de Efran o de Manass, sino solo dos familias: los descendientes
del profeta Lehi y la de su contemporneo, Ismael.
tuviera presente que en los ltimos das El Padre no solo llamara al profeta Jos Smith,
sino que se era muy consciente del inmenso poder que tendra la unin de los registros
de Jud (la Biblia) con los de Jos (El libro de Mormn); as como del papel que tendra El
libro de Mormn en este continente al 1) confundir las falsas doctrinas 2) poner fin a las
27
para siempre: no es fortuito que haya una obra que como descendientes de Jos,
deberemos de cumplir:
Porque as como Jos llev a su padre a la tierra de Egipto, de modo que all muri,
el Seor consiguientemente sac a un resto de la descendencia de Jos de la tierra
de Jerusaln, para ser misericordioso con la posteridad de Jos, a fin de que no
pereciera, tal como fue misericordioso con el padre de Jos para que no pereciera.
De manera que el resto de los de la casa de Jos se establecern sobre esta tierra, y
ser la tierra de su herencia; y levantarn una ciudad santa para el Seor, semejante
a la Jerusaln antigua; y no sern confundidos ms, hasta que llegue el fin, cuando
la tierra deje de ser (ter 13: 7-8).
Y esa obra no es otra que la de edificar la ciudad de Sin, la cual estar a cargo
La tercera bendicin patriarcal que nos compete, que es para nosotros, es la que dio
nuestro padre Lehi a sus hijos, tal como se registra al inicio de 2 Nefi. A los hijos de
Lamn les seal: 1) Porque el Seor Dios ha dicho que: Al grado que guardis mis
mandamientos, prosperaris en el pas; y si no guardis mis mandamientos, seris
desechados de mi presencia. (2 Nefi 4:4). 2) La segunda promesa es que si sois
instruidos en la senda que debis seguir, no la abandonaris. (2 Nefi 4:5). Acaso esta
promesa as, no es muy clara, pero al repetirse en otras partes del Libro de Mormn s es
muy clara: es la promesa de que un lamanita, al convertirse, es firme en sus convicciones
y no las abandonar. 3) La promesa de que la descendencia de Lamn no se extinguira
(2 Nefi 4: 7). A los hijos de Lemuel les dej la misma bendicin que dej a los hijos e
hijas de Lamn; por consiguiente, no seris destruidos por completo, sino que al fin vuestra
28
descendencia ser bendecida.(2 Nefi 4:9). Es curioso esa aseveracin de Lehi: ese no
seris destruidos por completo, lo cual implica que s habra una destruccin, pero no
total, y la promesa de ese florecimiento lamanita cuando al fin vuestra descendencia
ser bendecida. Significativamente, no se conserva un registro detallado de las
bendiciones de nuestro padre Lehi a los hijos de Sam, Nefi, Jacob, ni Jos.
29
Abraham, a Isaac, a Jacob, a Jos, a Efran. Por qu Efran, si l era menor que Manass?
En Doctrina de Salvacin, III, cap. 9, dice el presidente Joseph Fielding Smith: La
autoridad patriarcal ha descendido desde Abraham, por conducto de Isaac, Jacob, Jos y
Efran. La razn por la que Manass, hijo mayor de Jos, no fue elegido, no la sabemos. Eran
demasiado pequeos como para que sus actos merecieran alcanzar la primogenitura: en
Gnesis 48:12 dice que cuando fueron presentados a Jacob, Jos los sac de entre sus
rodillas: eran pequeos parvulitos. Y al momento de bendecirlos:
Israel extendi su mano derecha y la puso sobre la cabeza de Efran, que era el
menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manass, colocando as sus
manos adrede, aunque Manass era el primognito Al ver Jos que su padre
pona la mano derecha sobre la cabeza de Efran, le caus esto disgusto; y asi la
mano de su padre para cambiarla de sobre la cabeza de Efran a la cabeza de
Manass. Y dijo Jos a su padre: No as, padre mo, porque ste es el
primognito; pon tu mano derecha sobre su cabeza. Mas su padre no quiso y
dijo: Lo s, hijo mo, lo s; tambin l vendr a ser un pueblo y ser tambin
engrandecido; pero su hermano menor ser ms grande que l, y su
descendencia ser multitud de naciones.
No sabemos por qu la primogenitura cay sobre Efran. Lo cierto es que de
cualquier forma a los descendientes de Manass tambin se les bendijo para que en su
momento llegaran a ser un pueblo engrandecido. Y entonces con Efran, de quien no
sabemos en realidad nada de su vida, obra y enseanzas, termina la poca de los
patriarcas, y entonces el pueblo del convenio se hunde en una larga apostasa.
30
Entonces surge Moiss, el gran legislador y libertador, quien inicia una nueva
dispensacin. A l le seguir Josu, quien inicia una nueva etapa en la casa de Jacob: la
etapa de los jueces. Qu era un juez? En el diccionario bblico que se encuentra en las
Escrituras SUD en ingls se lee la siguiente definicin con respecto a los jueces (la
traduccin es ma):
Este nombre fue dado a un perodo de la historia que comprende desde Josu
hasta Sal. Se extiende sobre unos 200 aos, y fue marcado por el desorden, la
idolatra y la opresin extranjera. En aquellos aos ser juez en Israel era ms que
fungir como un oficial civil. El juez por lo general tambin era un lder militar, y
su derecho a liderar descansaba en el hecho de que a los ojos de la gente que l
era el hombre ms fuerte y mejor para ese propsito. La fe en Dios fue siempre el
secreto del xito; pero por regla general el juez fue ms de un luchador que un
predicador.
Si Efran era el primognito, deberan los jueces de haber sido descendientes de
Efran? Acaso s pero, como dice bien ese breve resumen de arriba, fue un perodo
caracterizado por el desorden. De hecho, cuando los israelitas piden un rey, su primer
rey, Sal, es de Benjamn. Por qu un benjamita? Si la razn est en I Samuel 9:2,
entonces fue escogido como se escoga a los jueces: era joven, alto, guapo, fuerte. Con
todo, el segundo rey, David, era de la tribu de Jud. Aqu vale la pena detenerse un poco
y ver las cosas en detalle.
4.1.
Como habamos visto arriba (vase tabla uno) Cuando en Gnesis 49 Jacob da su
bendicin a Jud, le indica que en el futuro, como tribu, tendra varias funciones (en este,
y en todos los dems casos, el subrayado es mo): Jud, te alabarn tus hermanos; tu
mano estar en la cerviz de tus enemigos; los hijos de tu padre se inclinarn ante ti No ser
quitado el cetro de Jud, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y a l se
31
congregarn los pueblos. (Gnesis 49: 8, 10). Es decir, sin ser el primognito, su papel
era el primognito, mas como viol el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura
fueron dados a los hijos de Jos, hijo de Israel, y no fue contado por primognito; bien que
Jud lleg a ser el mayor sobre sus hermanos, y el prncipe de ellos; mas el derecho de
primogenitura fue de Jos). Es decir, la relacin entre Jud y Efran no era totalmente clara
y, en tanto hablamos de herencia, tampoco eran relaciones muy cordiales. Cuando Asaf
escribe el Salmo 78, nos da esta singular aseveracin en los versculos 65 a 72:
Entonces despert el Seor como quien duerme,
como un valiente que grita excitado por el vino,
e hiri a sus enemigos por la espalda;
los puso en perpetua afrenta.
Y desech el tabernculo de Jos,
y no escogi a la tribu de Efran,
sino que escogi a la tribu de Jud,
el monte Sin, al cual am.
Y edific su santuario como las alturas,
como la tierra que fund para siempre.
Y eligi a David su siervo,
y lo tom de los rediles de las ovejas.
Lo trajo de cuidar las ovejas que amamantaban,
para que apacentase a Jacob su pueblo y a Israel su heredad.
Y los apacent segn la integridad de su corazn,
y los gui con la pericia de sus manos.
32
Para nosotros, lectores del siglo XXI, esto puede parecer historia pasada, pero en
tanto se est hablando de una herencia que es nuestra, de una primogenitura, por cierto
que estas son palabras que deberan interesarnos. Y en los tiempos del Antiguo
testamento bueno, mucha sangre se derram por siglos a causa de esa lucha entre
Efran y Jud. Y en esa lucha Efran, pese a ser el primognito, raras veces llevaba la de
ganar. Por ejemplo, en Oseas 10:11 se lee: Y Efran era novilla domada, amadora del
trillar; mas yo pasar sobre su lozana cerviz. Pero yo har llevar yugo a Efran; arar
Jud; quebrar sus propios terrones Jacob. Es decir, por mucho tiempo a Efran como
primognito que era le toc solo cosechar el trabajo de otros, pero en el futuro el Seor
hara cambiar eso, y cada quien tendra que arar su tierra con su propio esfuerzo, y
entonces Oseas enumera las tres tribus que tomaran un papel importante en los ltimos
das: Efran, Jud y Jacob (es decir, Manass).
De hecho, como veremos ms adelante, y esto es una parte vital de este escrito,
a veces se refiere a los que descienden literalmente de Jacob; en otras ocasiones se refiere
a los descendientes de Manass e incluso, para algunos autores del Antiguo Testamento,
hablar de la casa de Jacob es, literalmente, hablar de los descendientes del profeta
Lehi.
Volvamos a Efran. En Jeremas 31:9 se lee que en los ltimos das Efran se
volvera al Seor y tomara su lugar como primognito: Vendrn con llanto, y por sus
splicas los guiar y los har andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el
para m? No es nio en quien me deleito? Pues siempre que hablo contra l, ciertamente
33
lo recuerdo an ms. Por eso mis entraas se conmueven por l; ciertamente tendr de l
misericordia, dice Jehov. (Jeremas. 31:20). Por siglos Efran y Jud mantuvieron
relaciones de competencia, deslealtad y contienda, pero est escrito que en los ltimos
das se disipar la envidia de Efran, y los enemigos de Jud sern talados. Efran no
tendr envidia de Jud, ni Jud afligir a Efran (Isaas 11:13). Entonces cada uno de ellos
ser congregado en sus propias tierras (Jeremas 30:1-4; Jeremas 31:27-34).
4.2.
Con todo, queda en el aire la pregunta: Cmo surge esa rivalidad entre Efran y
Jud? Como habamos visto, Sal fue nombrado rey sobre las doce tribus, pero por sus
debilidades fue destituido y un descendiente literal de Jud David fue ungido como
rey. Muchas veces he visto que nunca falta quien es demasiado duro juzgando a David
por causa de su cada con Betsab, pero olvidamos que en I Crnicas 17:7-14 el Seor
hace un convenio que no se haba hecho, creo, nunca con nadie de manera tan explcita:
el Seor hace un convenio con David de que a) siempre habr un descendiente suyo en el
trono, hasta que venga el Mesas, cuando ese era el privilegio de los efrainitas, no de los
Mesas y es por eso que los que crean en Jess como el Hijo de Dios, le llamaban hijo de
David. Era una doble manera de reconocer tres cosas: su linaje, su autoridad poltica, y
que era el Ungido del Padre.
Pero cuando muere David su hijo, Salomn, gobierna las doce tribus. S, al
principio lo hace muy bien, salvo que el poder siempre corrompe y Salomn lo hace cada
vez ms mal, con cada vez ms opresin, con impuestos cada vez ms pesados, al grado
de que cuando ste muere, dos personas se disputan el trono y muchos los siguen entre
34
primognito literal de Efran que reclamaba lo que le corresponda por derecho a reinar
sobre las doce tribus. As que el conflicto no es solo de dos personas que quieren
gobernar, sino entre dos tribus: Jud y Efran (Israel). El conflicto los llevar a dividir la
casa de Jacob en dos reinos que de manera muy significativa, al dividirse, toman el
nombre de la tribu que los gobierna:
Jud hacia el sur, con capital en Jerusaln, y con quien se quedan dos
compona de diez tribus: como que la inmensa mayora reconoca que era a
Efran (a quien, como se vio arriba, se le haba cambiado el nombre por
Israel), a quien le corresponda gobernar.
Jud destacaba por su rectitud, y los profetas que hablaron a ambos reinos, como Oseas,
lo dejan ver muy claro. Por lo mismo, durante siglos hubo guerras entre ellos y al final el
reino de Israel fue llevado cautivo a Asiria, convirtindose para nosotros en las diez
tribus perdidas.
hablar en detalle de ambos cautiverios, por interesante que sea, acaso sea salirnos del
tema de estas pginas. Acaso lo importante aqu sea que para que terminara ese conflicto
entre tribus, se necesitaba que el profeta que restaurara el evangelio en esta
35
primognito tanto de Jud como de Jos; alguien a quien por derecho pertenecen el
sacerdocio y las llaves del reino (vase D. y C. 113:3-6) y as, en una persona, se termina
un conflicto ancestral.
4.3.
Ahora, cul era la relacin entre Manass y Efran? De Efran podemos hablar
como tribu, pero tambin como individuos: son una familia y tienen una manera de ser.
Cuando estn cerca del Seor son grandes lderes, admirables, grandiosos, pero cuando
se alejan del Seor, por lo general son terribles: lderes siempre son, pero un lder que
tiene la habilidad de guiar hacia el mal, siempre es algo aciago de ver; algo muy
peligroso y, como hemos visto, en realidad Israel (Efran) pocas veces fue un lder para
bien.
Por su parte, entre Efran y Manass siempre hubo una relacin de celos mutuos:
Por ejemplo, en Isaas 9:20, 21 se habla de los ltimos das, y se lee: Cada uno arrebatar
a la mano derecha y tendr hambre; y comer a la izquierda y no se saciar; cada cual
comer la carne de su propio brazo: Manass a Efran, y Efran a Manass, y ambos contra Jud.
Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que su mano todava est extendida. Parece
que cuando se habla de poder, posesiones, riqueza, es muy difcil que haya equidad,
libertad, felicidad.
habla del Libro de Mormn y se le menciona como palo de Efran, cuando en realidad
36
no lo escribi la tribu de Efran sino que sus autores eran de Manass todos ellos, no es
as? Y a qu se debe eso? A que Efran es el primognito, y por ese simple hecho, es su
libro, aunque lo hayan escrito principalmente los descendientes de Manass.
4.4.
Hubo al menos dos profetas del Antiguo Testamento tenan muy clara la idea de
que habra dos tierras prometidas; de que el Seor tendr dos capitales en el mundo a lo
largo del milenio, una para Jos, y una Jud. En Ams 1:2 se lee: Jehov rugir desde
Sin y dar su voz desde Jerusaln. Por su parte, una de las ms hermosas profecas
milenarias que nos dio el profeta Isaas, indica: Y acontecer en los postreros das que
ser establecido el monte de la casa de Jehov como cabeza de los montes, y ser
exaltado sobre los collados, y corrern a l todas las naciones. Y vendrn muchos
pueblos y dirn: Venid, y subamos al monte de Jehov, a la casa del Dios de Jacob; y nos
ensear acerca de sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sin saldr la
ley, y de Jerusaln la palabra de Jehov. (Isaas 2:2-3).
Es decir, la promesa de que en los ltimos das habra un templo del Seor en
los collados eternos, es decir Amrica e, incluso de manera ms especfica, como dijo el
recinto, ya que desde este plpito la ley de Dios saldr adelante, junto con la palabra y el
37
testimonio del Seor. Al final de estos versculos Isaas hace una demarcacin
geogrfica: Porque de Sin saldr la ley, y de Jerusaln la palabra de Jehov. Son dos
las tierras prometidas: Sin, para los descendientes de Jos, y Jerusaln para los de Jud.
Aqu valdra la pena hacer un doble nfasis. 1. En 1844, pocos meses antes de
morir, el Profeta Jos Smith (comp. 1954, pp. 449-450) dijo (el subrayado es original):
Todas las Amricas son Sin, de norte a sur, y los profetas la describen, declarando que es la Sin
donde se hallar el monte del Seor, y que estar en el centro del pas. Cuando los lderes
Nefi 1:5) y ms tarde el Seor refrend esa promesa en persona, en dos ocasiones, a los
descendientes de Lehi (3 Nefi 16:16 y, ms tarde, en 3 Nefi 20:22).
4.5.
Efran y Manass, dijo: Y ahora, tus dos hijos, Efran y Manass, que te nacieron en la
tierra de Egipto he aqu, mos son como Rubn y Simen sern bendecidos, porque
mos son; por lo cual, por mi nombre sern llamados. (As que fueron llamados Israel) por tanto
fueron llamados las tribus de Manass y de Efran. (TJS Gnesis 48:5, 6, el subrayado es
mo). Si bien al principio tanto Manass como Efran eran conocidos como Israel, aos
Mesas, que es llamado Silo); y este profeta ser un vidente escogido para el fruto de
mis lomos (TJS Gnesis 50:24-26, cfr. 2 Nefi 3:5-7; el subrayado es mo). Imagino que es
38
claro en esta cita que Efran lleg a ser Israel, y en vida recibi la promesa de que de sus
lomos nacera el profeta Jos Smith. Y qu de su hermano, Manass? Nuestro ancestro
Jacob prosigui hablando de Jos y sus dos hijos:
por lo cual, el Dios de tus padres te bendecir, as como al fruto de tus lomos,
de modo que benditos sern sobre tus hermanos y sobre toda la casa de tu padre por lo
que tus hermanos se inclinarn ante ti, de generacin en generacin, ante el fruto
de tus lomos para siempre; porque t sers una luz a los de mi pueblo, para librarlos de
la esclavitud en los das de su cautividad; y para traerles la salvacin cuando estn
completamente oprimidos por el pecado (TJS Gnesis 48: 9-11, el subrayado es mo).
La labor de establecer Sin en los ltimos das, de preparar la tierra para la
Segunda venida del Salvador, y Su reinado milenario es una responsabilidad que, como
dijo nuestro padre Jacob, recaera en los descendientes de Jos. Ambos seran benditos
sobre las doce tribus. Y precisamente hablando de ello, cuando el rey David profetiz de
la restauracin del evangelio en los ltimos das, dijo:
conoce el evangelio restaurado, a menudo cree que Jacob e Israel significan lo mismo. Y
s, ambos son nombres que evocan a un mismo ser, salvo que uno no es la misma
persona antes y despus de haber hecho convenios con El Seor. Jacob es el grupo de
personas que tienen las promesas por linaje. Como dijimos al principio, a veces el
39
representa a aquellas personas que reciben las promesas porque han hecho convenios
con El Seor: a los SUD sin importar a qu tribu pertenezcan.
descendientes del profeta Lehi queda muy claro en Ams 9:8-9, por ejemplo. All el
Seor dice que castigar y destruir a todos los pecadores de la casa de Jacob, y la nota 8
nos remite a 2 Nefi 3:3; 6:10-11, donde se habla claramente del castigo que el Seor hara
venir sobre los descendientes del profeta Lehi que se alejaran de la verdad por siglos. En
otra parte del Antiguo testamento se lee que la casa de Jacob ser fuego (Abdas 1:18),
que quemar por completo a los descendientes de Esa. Entonces la nota 18 nos remite a
3 Nefi 20:16, donde El Seor mismo dice a los descendientes del profeta Lehi que
entonces vosotros, que sois un resto de la casa de Jacob, iris entre ellos; y estaris en
medio de aquellos que sern muchos; y seris entre ellos como un len entre los animales
del bosque As pues, vale la pena leer las Escrituras bajo esta ptica: la casa de Jacob
muchas veces se refiere a los lamanitas, a veces a efrainitas y manasesitas, pero cuando
se habla de la casa de Israel, se refiere ms bien a la congregacin se miembros de la
iglesia que es presidida por los efrainitas.
4.6.
Con todo, los profetas del Antiguo testamento tambin vieron que en su futuro
(en nuestro pasado) Efran perdera su posicin exaltada sobre las doce tribus: Isaas, en
su captulo 28, profetiza que por la iniquidad y la soberbia de Efran ste caera. De
manera significativa, los versculos del uno al cuatro hablaban del cautiverio del reino de
Israel: despus de este captulo, Isaas nunca volvera a mencionar: Efran.
40
Oseas, quien predic entre el 755 y el 715 a.C., es decir, que sera unos 30 40
aos anterior a Isaas, tambin profetiz que en no mucho tiempo (Oseas profetiza en
presente, indicando que es algo que estaba tan cierto de que sucedera, que para l era
como si estuviera sucediendo en ese momento): Efran se mezcla con los dems
pueblos. En efecto, Asiria conquist las diez tribus del norte (el reino de Israel) y stas
se convirtieron en lo que ahora conocemos como las diez tribus perdidas. Oseas dijo
especficamente de la tribu de Efran: Efran fue herido; se sec su raz y no dar ms
fruto; aunque engendren, yo matar el preciado fruto de su vientre. Mi Dios les desechar,
porque ellos no le escucharon; y andarn errantes entre las naciones (Oseas 9:16-17). De all
que cuando se restaur el evangelio en estos ltimos das, todos los miembros de la
Iglesia eran efrainitas: restos de esa tribu que de alguna manera haban ido a parar desde
el norte de Asia hasta Europa, tal como haba sido profetizado por Zacaras:
Porque yo fortalecer la casa de Jud y salvar la casa de Jos; y los har volver,
porque de ellos tendr piedad; y sern como si no los hubiera desechado, porque
yo soy Jehov su Dios y los oir. Y los de Efran sern como un valiente, y se
alegrar su corazn como con el vino; sus hijos tambin lo vern y se alegrarn;
su corazn se regocijar en Jehov. Yo los llamar con un silbido y los reunir, porque
los he redimido; y sern multiplicados como fueron multiplicados antes. Y los dispersar
entre los pueblos; aun en lejanos pases se acordarn de m; y vivirn con sus hijos y
volvern. Porque yo los har volver de la tierra de Egipto y los congregar de
Asiria; y los traer a la tierra de Galaad y del Lbano, y no habr lugar suficiente
para ellos. Y l pasar por el mar de la angustia, y en el mar herir las olas, y se
secarn todas las profundidades del ro; y la soberbia de Asiria ser derribada, y
se perder el cetro de Egipto. (Zacaras 10:6-11).
Los efrainitas nunca haban sido llevados cautivos a Egipto, pero en el Antiguo
41
venida del Salvador. Y en esos pases Efran nunca tuvo consciencia de s mismo; nunca
supo que era parte de la casa de Jacob. Como dice en Oseas 7: 8-9: Efran se mezcla con los
dems pueblos; Efran es como torta no volteada. Extraos han devorado sus fuerzas, y l
no lo sabe; y aun las canas se han esparcido sobre l, y l no lo sabe.
Aqu acaso valdra la pena hacer un comentario acerca del linaje. ste tiene que
ver con dos cuestiones: por una parte, como se dijo arriba, con una cuestin del espritu
de cada persona: antes de nacer, en la existencia premortal, se nos design nacer en una
determinada tribu de Israel, de acuerdo con nuestra naturaleza individual. Hay una
manera de ser del descendiente de Manass, del de Jud, del de Efran. Y, en tanto las
tribus no se mezclaban entre s, ese linaje tambin se heredaba de manera biolgica,
gentica. Hoy en da solo la sangre tanto de Efran como de Manass estn tan
estas tribus no eran conscientes de su linaje, que sera muy difcil determinar de manera
biolgica que alguien desciende de alguna de esas tribus: Muy probablemente cuando
un patriarca otorga una bendicin patriarcal se nos indica ese linaje que viene de nuestro
integrado por las tribus de Jud y Benjamn. Por su parte al norte haba estado el reino de
Israel, y para el 600 a.C. haban sido llevados cautivos por Asiria y se haban convertido
42
en las 10 tribus perdidas. Efran sera esparcido entre las naciones, pero sabemos que
Manass estaba entre las 10 tribus perdidas. Si el profeta Lehi era de Manass, y la
Desde que las doce tribus tomaron posesin de la Tierra Santa, leemos que
Hubo tambin ciudades que se apartaron para los hijos de Efran en medio de la
heredad de los hijos de Manass, todas las ciudades con sus aldeas. (Josu 16: 9). Siglos
ms tarde, cuando el reino del sur, Jud, fue llevado al cautiverio en Babilonia por
setenta aos, al regresar de su destierro, el autor del libro de Crnicas nos indica:
Y todo Israel fue contado por sus genealogas, y he aqu que fueron escritos en el
libro de los reyes de Israel. Los de Jud fueron llevados cautivos a Babilonia por
su rebelin. Los primeros habitantes que entraron en sus posesiones y en sus
ciudades fueron los de Israel, los sacerdotes, los levitas y los sirvientes del
templo. Y habitaron en Jerusaln, de los hijos de Jud, y de los hijos de Benjamn,
y de los hijos de Efran y de Manass. (I Crnicas 9:1-3 el subrayado es mo).
Es decir, que si bien el reino de Jud estaba compuesto por dos tribus, haba
habitantes de diferentes tribus en el reino, y all eran notorios, como los primognitos de
Jacob, los que eran descendientes de Efran y Manass. En II Crnicas 15:9 se lee que:
Despus reuni a todo Jud y Benjamn, y con ellos a los forasteros de Efran, y de Manass y
de Simen, porque muchos de Israel se haban pasado a l al ver que Jehov su Dios
estaba con l. Es decir, que los ms fieles de Jos eran los que se haban ido a Jud, lo
cual era comprensible: en la capital de Jud, Jerusaln, estaba el templo, mientras que en
todo Israel no haba templo. Esta idea es reforzada veintin captulos ms adelante, en
43
los das de Ezequas: Envi despus Ezequas por todo Israel y Jud, y tambin escribi
cartas a Efran y a Manass para que viniesen a Jerusaln a la casa de Jehov, a fin de celebrar la
Pascua a Jehov Dios de Israel. (II Crnicas 30:1). Por ello, Y cuando ellos vinieron a
Hilcas, el sumo sacerdote, le dieron el dinero que haba sido trado a la casa de Jehov,
que los levitas que guardaban la puerta haban recogido de mano de Manass, y de Efran y de
todo el remanente de Israel, y de todo Jud y de Benjamn y de los habitantes de
Jerusaln. (II Crnicas 34:9). No era casualidad que nuestro padre Lehi, pese a ser
descendiente de Manass, viviera en Jerusaln y que, como explica Nefi, mi padre Lehi
haba morado en Jerusaln toda su vida (1 Nefi 1:4): eran una familia de Manass que
viva en la ciudad del templo y que lo conocan bien, que ms adelante el profeta Nefi
pudo decir:
revelado, como sucedi con la construccin del barco que les traera a este continente: Es
muy probable que Nefi conociera bien el templo, y tuviera un conocimiento claro de
cules eran sus dimensiones.
44
Aqu siento la necesidad de decir una cosa, que me imagino el culto lector ya ha
siguiente: Es irrebatible, innegable por completo, que las Escrituras nos indican que en
los ltimos das las tribus que tendran gran importancia en los acontecimientos previos
a la Segunda Venida, e incluso en preparar la tierra para dicho acontecimiento, son solo
tres tribus: Jud, Efran y Manass. De las otras tribus solo se les menciona de manera
general como las diez tribus perdidas. Ahora, habra que considerar lo siguiente:
5.1.
por Moiss para salir del cautiverio en Egipto, se hace una distincin singular: Y Moiss
subi hacia Dios; y Jehov lo llam desde el monte, diciendo: As dirs a la casa de Jacob y
anunciars a los hijos de Israel: (xodo 19:3). Por muchos aos cuando le este tipo de
expresiones, pens que se trataba simplemente del muy singular estilo hebreo; del
recurso llamado paralelismo. Como dijo Dennis Bratcher (2003):
45
un cierto ritmo, musicalidad, cadencia, la poesa hebrea lo que repite son ideas: eso es el
paralelismo, y de hecho desarrollaron diferentes tipos de paralelismos: el sinonmico, el
antittico, el sinttico, y el quiasmo. Es curioso, pero esos recursos de estilo se
encuentran de manera muy clara en los textos mayas como el Popol Vuh y el Rabinal ach,
as como en los textos nahuas, como la poesa de Nezahualcyotl, o incluso en los
de Jacob, es un sinnimo los hijos de Israel. Y acaso s lo sea, pero hay decenas de
versculos en el Antiguo Testamento donde queda muy claro que Jacob es un grupo de
personas, e Israel es un pueblo aparte. Por mencionar algunas de estas citas en el
Antiguo testamento: Isaas 10:20; 14:1; 27:6; 29:23; 40:27; 41:8, 14; 42:24; 43:1, 23, 28; 44:1,
21; 46:3; 48:1, 12; 49:5-6; Jeremas 2:4; 10:16; 30:10. Un lector paciente puede leerlas con
porque all queda claro que la casa de Jacob son los descendientes literales de l, de
46
Jacob, mientras que Israel son, o bien aquellos que descienden de Efran, es decir, de
Israel, o bien como se indic arriba, aquellos que han hecho convenio con el Seor en los
ltimos das, es decir, los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
ltimos Das. Los versculos son los siguientes:
Isaas 9:8: El Seor envi palabra a Jacob, y cay en Israel: El Seor quisiera
que la descendencia de Jacob le escuchara, pero quien le escucha son aquellos que han
hecho convenios con El Seor.
Isaas 44: 5 y 23: ste dir: Yo soy de Jehov; otro llevar el nombre de Jacob; y
otro escribir con su mano: soy de Jehov, y se apellidar con el nombre de Israel
Jehov redimi a Jacob y en Israel se glorifica: Unos descienden de Jacob, pero los que
verdaderamente son del Seor, son aquellos que han hecho convenios con el Seor.
nombre; te puse un ttulo, aunque no me conocas. Aqu es claro que no son lo mismo:
Jacob (Manass) es meramente un siervo, mientras que Israel es Mi escogido.
porque destruir a todas las naciones entre las cuales te habr dispersado; pero a ti no te
destruir del todo, sino que te castigar con justicia; de ninguna manera te dejar sin
castigo. La conjuncin copulativa ni indica claramente que Jacob e Israel son dos
47
entidades diferentes. Por otra parte, llama la atencin que, de nuevo, el Seor habla a su
siervo Jacob: Jacob es un siervo, no es quien preside. Que en este versculo Jacob son
los descendientes del profeta Lehi, queda claro en la edicin actual de la Biblia SUD.
Sobre Jacob se encuentra la nota 27, que nos remite a 3 Nefi 20: 11-13, donde el Seor
habla a los descendientes del profeta Lehi en Amrica y claramente indica que les habla
a ellos. El Seor dice claramente que el Seor castigara duramente a Jacob, al pueblo
lamanita, pero que en su momento tendra piedad de ellos. Al hablar de los ltimos das,
Jeremas fue muy claro al profetizar:
descendientes del profeta Lehi) har, e Israel (Efran) presidir y ambos (Jeremas habla
en plural) sern como un martillo en las manos del Seor.
remanente de Israel; los pondr juntos como ovejas de Bosra, como rebao en medio de su
redil; harn estruendo por la multitud de hombres. La profeca es semejante a la
general, o los lamanitas en particular) ser reunido; Israel (los efrainitas en general, o los
SUD en particular) tambin sern reunidos, y formarn un solo rebao como grey del
Seor. Entonces Jacob e Israel sern una gran multitud.
Israel: No os corresponde a vosotros saber lo que es justo?... Pero yo estoy lleno del
48
claro que Jacob (Manass) e Israel (Efran) son lo mismo (ambos son descendientes de
Jos), a pesar de que ambos son cosas diferentes. El paralelismo marca de manera muy
hermosa que ellos son semejantes por ser descendientes de Jos y, pese a ello, son
diferentes en sus funciones y roles en los ltimos das.
5.2.
Israel, como dos naciones diferentes. Para no fatigar al lector con citas, solo mencionar
dos: La primera se ubica en los tres das de tinieblas posteriores a la muerte del Salvador.
Los descendientes del profeta Lehi escucharon la voz del Salvador que les habl por
primera vez, que les habl de la destruccin de diferentes ciudades. Y aconteci que
lleg de nuevo una voz al pueblo, y todo el pueblo oy y dio testimonio de ella, que
deca: Oh pueblo de estas grandes ciudades que han cado, que sois descendientes de
Jacob, s, que sois de la casa de Israel, cuntas veces os he juntado como la gallina junta
sus polluelos bajo las alas, y os he nutrido! (3 Nefi 10: 3, 4). Aqu es muy claro: cuando
gentiles en los ltimos das, les dice: Y ayudarn a mi pueblo, el resto de Jacob, y
tambin a cuantos de la casa de Israel vengan, a fin de que construyan una ciudad que
ser llamada la Nueva Jerusaln. (3 Nefi 21: 23). Ms adelante volveremos sobre este
49
lector cuidadoso de El libro de Mormn, es claro que Nefi emplea un tono de voz diferente
cuando habla del Dios de Jacob:
familiar que tiene que ver con nosotros, los descendientes de Lehi. Esta idea se refuerza
cuando ms adelante, en I Nefi 17:40, dice: Y ama a los que lo aceptan como su Dios. He
aqu, l am a nuestros padres, e hizo convenio con ellos, s, con Abraham, Isaac y Jacob; y
record los convenios que haba hecho; por tanto, los sac de la tierra de Egipto.
Cuando Nefi habla del Dios de Jacob, todo su discurso toma un sentido no slo religioso,
sino familiar: nos habla a nosotros, sus descendientes, del Dios de nuestros ancestros: es
una cuestin de linaje. Por otra parte, cuando se refiere a las promesas que recibirn los
lamanitas justos, los que hagan convenios con el Seor en los ltimos das, dice:
Y en aquel da el resto de los de nuestra posteridad sabrn que son de la casa de Israel, y
que son el pueblo del convenio del Seor; y entonces sabrn y llegarn al
conocimiento de sus antepasados, y tambin al conocimiento del evangelio de su
Redentor, que l ministr a sus padres. Por tanto, llegarn al conocimiento de su
Redentor y de los principios exactos de su doctrina, para que sepan cmo venir a l y ser
salvos. (1 Nefi 15:14).
Es decir, cuando hablamos de la casa de Israel, hablamos de convenios, los
cuales habilitarn al pueblo lamanita, en estos ltimos das, a venir al Seor y florecer.
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recordar que el versculo alrededor del cual gira todo escrito es la promesa de que los
lamanitas florecern como la rosa (D. y C. 49:24). Segundo, que cuando hablamos de
lamanitas, en realidad hablamos ms bien de los descendientes del profeta Lehi que han
sobrevivido hasta nuestros das. Tercero, que el profeta Nefi declar: Y ciertamente l
mostr a los antiguos profetas todas las cosas concernientes a ellos; y tambin mostr a muchos
tocante a nosotros; por tanto, es preciso que sepamos lo que a ellos atae, porque est escrito
sobre las planchas de bronce. (1 Nefi 19:21). Nuevamente, el profeta Nefi dijo que El Seor
mostr a muchos profetas acerca de nosotros, los lamanitas, y que eso estaba en las
planchas de bronces, lo que ahora conocemos como Antiguo Testamento, desde Gnesis
hasta Jeremas (1 Nefi 5:12-13).
6.1.
Premisas
Luego entonces, vale la pena hacerse la pregunta: Qu es lo que los profetas del
Antiguo Testamento dijeron acerca de los lamanitas? Antes de entrar de lleno a ese tema,
creo que vale la pena establecer cinco premisas que nos ayudarn a entender el resto de
este escrito. Imagino que todos estamos previamente de acuerdo en ellas, as que las
veremos de la manera ms rpidamente posible:
Cuando los hijos de nuestro padre Lehi regresaron de Jerusaln con las planchas
de bronce, leemos que l las ley detenidamente: Y aconteci que mi padre Lehi
tambin hall sobre las planchas de bronce la genealoga de sus padres, por lo que supo
51
que descenda de Jos, s, aquel Jos que era hijo de Jacob (1 Nefi 5:14). Ms adelante,
Ms adelante, Nefi confirma: Ahora bien, yo, Nefi, no doy la genealoga de mis padres
en esta parte de mis anales; ni tampoco la dar en ningn otro momento sobre estas
planchas que estoy escribiendo, porque se halla en los anales que mi padre ha llevado, y
por eso no la escribo en esta obra. Bsteme decir que somos descendientes de Jos. (1 Nefi 6:1,
2). No es sino hasta muchos, muchos siglos despus, cuando Amulek da su genealoga,
que indica: Y Aminad era descendiente de Nefi, que era hijo de Lehi, que vino de la tierra
de Jerusaln, y el cual era descendiente de Manass, que era hijo de Jos, el que fue vendido
para Egipto por sus hermanos.(Alma 10:3). Con todo, Ismael descenda de Efran, por lo
que ambos linajes se mezclaron desde el principio. De all que, en cuanto al linaje, los
lamanitas hoy por hoy descienden tanto de Manass como de Efran, e incluso en una
misma familia llega a haber integrantes de Efran y otros de Manass, por lo que las
promesas dadas a nuestro ancestro Jos son nuestras. Es decir, los lamanitas descienden
de Efran y de Manass, en buena medida las promesas a ambas medias tribus son suyas,
pero los efrainitas que no son lamanitas, no tienen las promesas hechas a stos. Pienso
52
y que me imagino que incluso pasa desapercibida para muchos lectores de la Biblia. Es la
frase: Las islas del mar, la cual es empleada por profetas como Moiss, Isaas, Jeremas
y Ezequiel, entre otros. Pero quien la usa mucho de manera proftica es el gran profeta
Isaas. Para precisar qu debemos entender por esta frase recurrente, primero podemos
entender que el concepto isla, para los autores del Antiguo Testamento no es nuestro
concepto actual de isla. En el diccionario bblico que acompaa a la Biblia en ingls se
lee: Islas. La palabra se usa con frecuencia para denotar cualquier tierra baada por el
mar Y, si bien con frecuencia la palabra refiere a las islas del mar Mediterrneo, lo
Es decir, no es solo ese cualquier tierra baada por el mar, sino que al lector
cuidadoso le queda claro que esa frase alude a un lugar preciso y determinado. Pondr
solo dos ejemplos (insisto: hay al menos tres decenas en el Antiguo Testamento). El
primero de estos ejemplos: cuando Jeremas, en 25:15-16 profetiza que en los ltimos
das habra guerras mundiales y, acaso, la ltima gran guerra, la de Armagedn, l hace
una larga lista de las naciones de formarn parte de estas guerras mundiales, cuyas
naciones abarcarn: a todos los reyes de Tiro, y a todos los reyes de Sidn y a los reyes
de las islas que estn al otro lado del mar. (Jeremas 25:22). Otro ejemplo de que las islas del
mar no son todas las islas o todas las costas, se da cuando Isaas habla de cmo se
congregar de nuevo el pueblo del Seor en los ltimos das en torno a la Iglesia, y
aquel da que el Seor pondr otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo
53
fundamental de este escrito. En Isaas 51:4, 5 se lee: Estad atentos a m, pueblo mo, y
odme, nacin ma, porque de m saldr la ley, y mi justicia para luz de los pueblos.
Cercana est mi justicia, ha salido mi salvacin y mis brazos juzgarn a los pueblos; en
m esperarn las islas, y en mi brazo pondrn su esperanza. La nota 5b, que explica a
qu se refiere Isaas con islas, nos remite a 2 Nefi 10: 8, 20-22, donde el profeta Jacob
explica a los nefitas:
Y acontecer que sern congregados de su larga dispersin, desde las islas del
mar y desde las cuatro partes de la tierra; y sern grandes a mis ojos las naciones
de los gentiles, dice Dios, en llevarlos a las tierras de su herencia Ahora bien,
amados hermanos mos, en vista de que nuestro clemente Dios nos ha dado tan
gran conocimiento acerca de estas cosas, acordmonos de l, y dejemos a un lado
nuestros pecados, y no inclinemos la cabeza, porque no somos desechados; sin
embargo, hemos sido expulsados de la tierra de nuestra herencia; pero se nos ha
guiado a una tierra mejor, pues el Seor ha hecho del mar nuestro camino, y nos
hallamos en una isla del mar. Pero grandes son las promesas del Seor para los
que se hallan en las islas del mar; por tanto, ya que dice islas, debe haber ms
que sta, y tambin las habitan nuestros hermanos. Porque he aqu, el Seor Dios
ha llevado a algunos de la casa de Israel, de cuando en cuando, segn su
voluntad y placer. Y ahora bien, he aqu, el Seor se acuerda de todos los que
han sido dispersados; por tanto, se acuerda de nosotros tambin.
Nuevamente, no quiere decir que Jacob no saba de geografa y que en
verdad consideraban que llegar al continente americano era llegar a una isla enorme sino
que, en tanto haban llegado navegando, haban llegado a lo que era el concepto judo de
isla: una tierra a la que se llegaba navegando a travs de agua. Jacob senta que cuando
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Isaas hablaba de las islas del mar, se refera a ellos, y a aquellas otras tierras en las que
el Seor haba llevado o llevara a miembros de la casa de Jacob.
Por su parte, en Isaas 60:9 se lee: Ciertamente a m me esperarn las islas y las
naves de Tarsis desde el principio, para traer a tus hijos de lejos, su plata y su oro con
importante subrayar algo con lo que iniciamos este escrito: no estoy diciendo que cada
vez que en el Antiguo testamento se lee islas se refiere a este continente o a los
lamanitas, pero muchas veces y eso nos lo da por el general el contexto o las
impresiones del Espritu uno puede entender que los profetas del Antiguo Testamento
vieron, como dijo Nefi, a los descendientes de Lehi y se gloriaron en el florecimiento de
los lamanitas. Incluso en El libro de Mormn, en 1 Nefi 19:15-18, justo antes de que Nefi
cite por primera vez al profeta Isaas, l dijo:
porque, como dice en 1 Nefi 19:21, hablan de nosotros, los descendientes del profeta
Lehi. En esos dos captulos el Seor nos explica quines somos Jacob, y cules son los
planes y propsitos del Seor para nosotros, los descendientes de Lehi en los ltimos
55
das. Nuevamente, en 2 Nefi 10, el profeta Jacob nos dice: Pero grandes son las
promesas del Seor para los que se hallan en las islas del mar; por tanto, ya que dice islas,
debe haber ms que sta, y tambin las habitan nuestros hermanos.
muy interesante: que los habitantes de las islas del pacfico descendan de las cuatro
grandes migraciones nefitas en los das de Hagot (Alma 63:4-9). La idea fue confirmada
por Pdte. Spencer W. Kimball (1971):
Con orgullo les digo a los que vienen a mi oficina, que un lamanita es
descendiente de aqul Lehi que sali de Jerusaln unos 600 aos antes de Cristo
y quien con su familia cruz el gran ocano y lleg a Amrica. Y Lehi y su
familia llegaron a ser los ancestros de los mestizos y las tribus indgenas en
norte, centro y sud Amrica, as como en las islas del mar, porque en el centro de
su historia hubo quienes dejaron Amrica utilizando barcos y se fueron a las
islas del mar ellos se encuentran en casi todas las islas del mar desde Hawi
hacia el sur, hasta el sur de Nueva Zelanda El trmino Lamanita incluye a
todos los indios y los mestizos, tales como los polinesios, los guatemaltecos, los
peruanos, as como los Sioux, los Apache, los Mohawk, los Navajo, y otros. Es un
gran grupo de grandes personas No hay bendiciones, de todas las
imaginables, a las que ustedes no tengan derecho ustedes, los lamanitas
cuando son justos. Ustedes son de sangre real, los descendientes de Abraham,
Isaac, Jacob, Jos y Lehi.
Y el Pdte. Howard W Hunter (1984) afirm el mismo punto con respecto a los
habitantes de las islas del Ocano Pacfico: Ha sido la posicin de la Iglesia que los
polinesios tienen que ver con los indios americanos como descendientes del Padre Lehi,
despus de haber emigrado hacia el Ocano Pacfico desde el continente americano...
Nuestra creencia en ese sentido tiene una base en las Escrituras (vase Alma 63:4-10).
Es decir, concluyendo, que cuando en el Antiguo Testamento se habla de las
islas del mar, segn el contexto, podemos entender una de dos cosas: o bien se refiere,
56
s, a las costas del Mar Mediterrneo, que ellos conocan y con el que convivan, pero por
lo general esa expresin, las islas del mar, o las costas del mar, y sobre todo cuando
se refiere a profecas de los ltimos das, se refiere a este continente, y a los que por
derecho habitan en l. En los escritos profticos del Antiguo Testamento, los habitantes
de las islas del mar, son los descendientes del profeta Lehi. Lo cual nos lleva al siguiente
apartado:
Ahora, estoy consciente de que una declaracin como esta aparentemente puede reflejar
un afn xenofbico, o puede aparentar que uno est pretendiendo una lucha de
reconquista territorial que no tiene ninguna posibilidad de rendir fruto alguno: por ms
que en este momento los indgenas estadounidenses, o los mexicanos, quisieran
reconquistar los territorios que les fueron quitados, esa sera absolutamente una lucha
perdida. Si traigo esa promesa a colacin, es porque quiero indicar que muchas veces,
cuando en el Antiguo Testamento se habla de las islas o las costas del mar, en realidad el
autor tiene en su mente a los descendientes del profeta Lehi, porque este continente se
les dio en promesa.
Ya desde 1 Nefi 13: 30-31, cuando Nefi ve el sueo del profeta Lehi, un ngel le
dice: No obstante, t ves que los gentiles que han salido de la cautividad, y que, gracias
al poder de Dios han sido elevados sobre todas las dems naciones que hay en la
superficie de la tierra, que es una tierra escogida sobre todas las dems, la cual es la tierra que el
Seor Dios dio a tu padre por convenio para que fuese la herencia de sus descendientes No
57
sabemos exactamente en qu momento se hizo ese convenio entre el Padre y Lehi, pero
ste lo expresa abiertamente poco antes de morir, en 2 Nefi 1: 5:
a pesar de nuestras aflicciones, hemos obtenido una tierra de promisin, una tierra
escogida sobre todas las dems; una tierra que El Seor Dios hizo convenio conmigo de
que sera una herencia para la herencia de mi posteridad. S, el Seor me ha dado esta
tierra por convenio a m y a mis hijos para siempre, y tambin para todos aquellos que
la mano del Seor conduzca de otros pases.
Las palabras de nuestro padre Lehi no necesitan ninguna exgesis. Y ms
adelante, en los siguientes versculos se dice claramente que esta es una tierra de
libertad, la cual ser bendita para los justos. Con todo, pese a que el profeta Lehi diga
que nadie vendr a esta tierra a menos que sea trado por la mano del Seor (2 Nefi
1:6), seis siglos despus El Seor mismo dir lo siguiente a los doce discpulos nefitas:
Vosotros sois mis discpulos; y sois una luz a este pueblo, que es un resto de la casa de
Jos. Y he aqu, sta es la tierra de vuestra herencia; y el Padre os la ha dado. (3 Nefi 15:12-13).
Ms adelante, el Seor repite esta misma declaracin: De cierto, de cierto os digo que as me
ha mandado el Padre: Que d a este pueblo esta tierra por herencia. (3 Nefi 16:16). Casi con las
mismas palabras, El Seor por tercera ocasin indicar: Y el Padre me ha mandado que
os d esta tierra por herencia (3 Nefi 20:14). Y reitero: no es un profeta quien lo afirma
de manera categrica: es El Seor mismo resucitado quien le dice eso a los descendientes
de Lehi.
Ahora, vale la pena preguntarse: Por qu es tan importante este pueblo, como
para que el Seor les haga tales promesas? Por qu no darles una tierra prometida a los
hagamos como pueblo descendiente de Jos para preparar la tierra para Segunda Venida
58
del Salvador y b) porque de aqu saldra un libro tan importante como la Biblia para el
resto de los habitantes de la tierra: El libro de Mormn. Ahora, veamos qu dijeron los
profetas del Antiguo Testamento acerca de este texto sagrado.
entonces llegar el Libro de Mormn, el cual ser un volumen de escritura sagrada que
contendr la plenitud del evangelio eterno, ni nada semejante. Me imagino que si algn
profeta hubiera sido as de claro, el Enemigo habra buscado eliminar ese pasaje, como
elimin otras cosas claras y preciosas de la Biblia (1 Nefi 13:40). Con todo, es claro que
varios autores del Antiguo Testamento pudieron ver El libro de Mormn, ese gran registro
de los descendientes de Lehi, y se regocijaron en ello. Cito algunos ejemplos:
El primero de estos ejemplos tiene que ver con el o los autores del Salmo 85,
quienes fueron muy inspirados al enunciar la gran apostasa universal, y que muchos de
los hijos de El Padre anhelaran que l volviera a nutrirlo espiritualmente. Llegara el
tiempo de la restauracin, en que la misericordia y la verdad vendran de nuevo a la
tierra y, como parte de ello la verdad (El libro de Mormn) brotara de la tierra; El Seor
nutrira espiritualmente a Su pueblo a fin de que los hijos del convenio caminaran por
sus sendas. El subrayado es mo:
59
Ciertamente cercana est su salvacin a los que le temen, para que habite la gloria
en nuestra tierra.
La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron.
La verdad brotar de la tierra, y la justicia mirar desde los cielos.
Jehov dar tambin el bien, y nuestra tierra dar su fruto.
La justicia ir delante de l, y nos pondr en el camino de sus pasos.
Salmo 85:6-13
Ahora, dada la fraseologa empleada, es muy probable que ms que profetizar,
los autores de este salmo en realidad lo que estaban haciendo era de hecho citar un texto
muy antiguo que form parte de la Biblia, se perdi, y fue restaurado con la traduccin
del profeta Jos Smith. En lo que originalmente era Gnesis 7 (Ahora Moiss 7). All
vemos cmo el mensaje del salmo 85 no es muy diferente de lo que el Seor le dijo al
profeta Enoc: la apostasa universal, la restauracin de las llaves del sacerdocio (justicia
enviar desde los cielos) el surgimiento de El libro de Mormn, el cual 1. Testificara del
Hijo, 2. De la resurreccin universal y 3. Inundara la tierra, como dijo el Pdte. Ezra Taft
Benson (1989, p. 6), con el propsito de que 4. Los escogidos del Seor pudieran reunirse
de todo el mundo en Sin. Aqu la profeca, en Moiss 7:61-62:
60
los profetas anteriores al Seor tenan su vista puesta en la construccin de una ciudad
santa en los ltimos das, y saban que ese lugar, Sin, sera una Nueva Jerusaln.
Muchos siglos ms tarde, el profeta Jos Smith dira, en una carta dirigida a los santos
algo semejante, usando la misma fraseologa: se publicara El libro de Mormn (la verdad
brotara de la tierra), como una preparacin para que para que pudieran ser salvos
Ahora, qu omos en el evangelio que hemos recibido? Una voz de alegra! Una
voz de misericordia del cielo, y una voz de verdad que brota de la tierra; gozosas
nuevas para los muertos; una voz de alegra para los vivos y los muertos; buenas
nuevas de gran gozo. Cun hermosos son sobre los montes los pies de los que
traen alegres nuevas de cosas buenas, y que dicen a Sin: He aqu, tu Dios reina!
Como el roco del Carmelo descender sobre ellos el conocimiento de Dios! (D.
y C. 128:19)
Los profetas del Antiguo testamento tenan muy claro que ese libro que sera
escrito por los descendientes del profeta Lehi era de gran importancia para el futuro de
la humanidad y, como veremos ms adelante, eran muy conscientes de lo que sera la
historia del pueblo lamanita y el papel que este pueblo jugara en los ltimos das. El
profeta Isaas tambin presenci ese glorioso momento de la restauracin del evangelio,
61
adversidad. Yo, Jehov, hago todo esto. Rociad, cielos, desde arriba, y las nubes
destilen la justicia; brase la tierra, y prodzcanse la salvacin y la justicia;
hganse brotar juntamente. Yo, Jehov, lo he creado. (Isaas 45:5-8).
En su gran misericordia El Padre nos ceira con Su amor, a pesar de que el
Unos dos siglos despus de la profeca del Salmo 85, el profeta Ezequiel tuvo
una visin singular. Lo que algunos han dado en llamar como la profeca del valle de
los huesos secos (Ezequiel 37:1-10), que muchas veces se usa para demostrar que en el
uno de ellos. Este es un buen ejemplo de lo que sera una profeca dual; una profeca que
se cumple al menos en dos ocasiones diferentes: la intencin del profeta Ezequiel no era
solo hablar de la resurreccin: por el contexto es claro que el pueblo judo en el exilio
aceptaba esta doctrina, pero a partir del versculo 11 las cosas cambian bastante, cuando
El Seor le explica a Ezequiel que esos huesos son la casa de Israel, y estn muertos, s,
pero espiritualmente, que se hallan en apostasa. Pero que el Seor en Su misericordia
hara que hubiera una restauracin que hara que de nuevo la casa de Israel fuera
congregada (v. 12). Ahora, a partir del v. 14 explica cmo es que se llevara a cabo esa
congregacin de la casa de Israel, y acaso esa es la parte que nos interesa.
62
La casa de Israel en los ltimos das (es decir, La Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los ltimos Das, v. 12), sera restaurada, gracias a que habra dos diferentes
tablillas de escritura o palos (v. 16): uno de Jud, la Biblia, y otro de Jos, El Libro de
Mormn. Ambos libros seran uno solo en las manos del pueblo del Seor (v. 19). Sin
amos libros, sera imposible que hubiera una congregacin de los hijos de Israel los
SUD en los ltimos das (v. 21). Gracias a estos registros sagrados somos un mismo
pueblo, sin importar cul sea nuestra nacionalidad (v. 22), y desaparecern las
diferencias entre las tribus de Jud y de Jos. El surgimiento de El libro de Mormn servir
para que no vuelva a haber otra apostasa en la casa de Israel y para mantenernos en el
camino recto y estrecho (v. 23), de tal manera que el Hijo de David, nuestro Salvador,
ser nuestro gobernador. Ahora, la parte que interesa particularmente a este escrito es lo
que dice en los vv. 25 y 26 de este captulo 37 de Ezequiel:
Quin son esas personas que habitarn esa tierra prometida? Qu debemos
entender aqu por Jacob? Creo que nadie puede asegurarlo por seguro, pero a m me
hace sentido el que el Seor est hablando del palo de Jos, de la restauracin de Israel
en los ltimos das, entendiendo Israel como todos aquellos que han hecho convenios
63
con el Seor en nuestros tiempos. Si entiendo bien, habla de los descendientes de Jos,
descendientes de Efran y de Manass, que viven en la tierra que el Seor dio a Jacob.
Creo que aqu Jacob no puedo ver ninguna otra interpretacin posible debe leerse
como los descendientes del profeta Lehi, y en ese sentido Ezequiel 37:25-26 es una
profeca que Ezequiel hace especficamente al pueblo lamanita, donde creo que queda
la cita, y pedirles que lo lean en funcin de que esa promesa es para los descendientes de
quienes escribieron el palo de Jos:
Israel. Y todo el pueblo lo sabr (Isaas 9:8-9) En otras palabras, el Seor habla a Jacob,
es decir, a los lamanitas, pero esas palabras del Seor vendran a este pueblo solo a
travs de los miembros de la Iglesia. Como est escrito en la portada del Libro de
Mormn: Por tanto, es un compendio de los anales del pueblo de Nefi, as como de los
Israel, lo vemos tambin en el Salmo 147: 12-20. Al inicio parece una bella oracin de
alabanza al Seor, pero el contenido doctrinal al final es muy sugerente. Veamos:
Alaba a Jehov, oh Jerusaln;
alaba a tu Dios, oh Sin.
Porque ha reforzado los cerrojos de tus puertas;
64
entienden como un sinnimo. En ese sentido, estos versculos no son sino una invitacin
al pueblo hebreo a adorar al Seor, porque l los bendecira. Nosotros, como se vio
arriba, entendemos que Sin ser todo el continente americano, y que esos versculos
contienen una profeca diferente acerca del florecimiento lamanita: la de que Sin, este
continente, sera bendecida material (con lo mejor del trigo) y espiritualmente (declarara
sus palabras a Jacob) y de ello resultara El libro de Mormn, y las ordenanzas de salvacin
a los SUD, es decir, El Seor derramara bendiciones espirituales como no ha hecho con
ninguna otra nacin.
65
conocimiento que no requiere explicacin. Basta con mencionar que en ese captulo
Isaas habla de que habra un pueblo (los nefitas) que seran exterminados (v. 3) y
entonces hablaran como una voz que habla desde el polvo (v. 4), que es un poco volver a
lo que se dijo arriba: la verdad brotara de la tierra. En ese captulo Isaas profetiza de la
gran apostasa (vv. 7-10), as como la restauracin del Evangelio (14-17), junto con el
advenimiento de un libro sellado, el Libro de Mormn (vv. 11, 12 y 18, 19). Isaas tena
muy presente que para preparar la tierra para la Segunda Venida era necesario que
primero hubiera una restauracin del evangelio y que, para que esto fuera posible, era
preciso que se inundara la tierra con El libro de Mormn. (v. 18). Nuevamente, quiero
subrayar el hecho de que El libro de Mormn es un libro para todo el mundo, s, pero en su
cartula especifica que es para los lamanitas. Los ltimos tres versculos de Isaas 29
terminan con estas palabras, donde me parece claro que donde dice la casa de Jacob,
habla especficamente de los descendientes del padre Lehi. No veo otra manera de
entender el final de este captulo que habla del surgimiento de El libro de Mormn, si no es
pensando que se refiere al florecimiento lamanita:
Por tanto, Jehov, que redimi a Abraham, dice as a la casa de Jacob: No ser ahora
avergonzado Jacob, ni su rostro se pondr plido, porque cuando vea a sus hijos, obra
de mis manos, en medio de s, ellos santificarn mi nombre, y santificarn al Santo de
Jacob y temern al Dios de Israel. Y los que erraron en espritu llegarn al
entendimiento, y los murmuradores aprendern doctrina. (Isaas 29:22-24).
Pensando en lo anterior, acaso vale la pena preguntarse: Cul es la relacin entre Isaas
Ahora, vale la pena aclarar que no estoy diciendo que Isaas escribi
66
muchas partes de los escritos de Isaas estn dirigidos a esta nacin. Aqu creo que vale
la pena explicar un concepto, el de la dualidad en las profecas bblicas. Pongo por
ejemplo, en Malaquas 4:5 se lee: He aqu, yo os envo a Elas el profeta antes que venga
el da de Jehov, grande y terrible. Luego, en Mateo 17: 11, 12 Jess dice que Elas ya
vino, y que era Juan el Bautista. Y s, pero tambin es cierto que esa profeca tendra otro
cumplimiento, al iniciarse esta dispensacin, cuando Elas vino al templo de Kirtland, tal
como est registrado en D. y C. 110. Muchas de las cosas que dijo Isaas se cumplieron en
sus propios das, s, pero muchas se volveran a cumplir en el futuro, en diferentes
ocasiones. Para entender lo que sigue es vital mantener en la mente la dualidad de las
profecas bblicas y de lo que se cita de Isaas en el Libro de Mormn. Es en cuatro
ocasiones que los autores del Libro de Mormn incluyen grandes citas del libro de Isaas.
Tratar de analizarlos sin detenerme mucho tiempo en ellos. En cada uno de estos casos,
Nefi, Jacob o el Salvador mismo, dedican un capitulo antes y uno despus de la cita, para
explicar el propsito de dichas citas.
Primer fragmento: 1 Nefi 20, 21 (Isaas 48, 49). Su prlogo es 1 Nefi 19. All Nefi,
recin desembarcado en este continente, nos dice que El Seor le mand escribir otro
juego de planchas en las cuales (v. 6) no escribir nada que no sea sagrado, de tal manera
que el Mesas sea el centro de sus escritos (vv. 8 y 9) y, por lo mismo, de todo El libro de
Mormn. Por lo mismo desde el v. 7 nos testifica del Salvador. Vale la pena ver la
fraseologa que usa. Cito el versculo 10. El subrayado es mo:
67
palabras que l habl tocante a tres das de tinieblas, los cuales sern una seal
de su muerte que se dar a los que habitaren las islas del mar, y ms
especialmente dada a los que son de la casa de Israel.
trata de un asunto familiar, del linaje del profeta Lehi, que son los que habitan las islas
del mar. Nefi quera que todo el mundo, s, pero sobre todo los descendientes del
profeta Lehi vinieran a Cristo. La idea es reforzada en los vv. 15, 16, donde profetiza que
el pueblo lamanita sera castigado por sus maldades, pero en su debido tiempo El Seor
entonces se acordar de las islas del mar (v. 16). Y entonces viene una afirmacin muy
interesante: Y ciertamente l mostr a los antiguos profetas todas las cosas
bronce. (v. 21). En las planchas de bronce, es decir, de Gnesis a Jeremas, los profetas
hablaron tocante a nosotros, los descendientes del profeta Lehi. Y para el profeta Nefi
es preciso que sepamos tanto sus hermanos en aquellos das como nosotros, hoy en
da, esas cosas, a fin de que alcancemos dichas promesas. Ahora, justo antes de citar
Isaas 48-49 Nefi afirma:
Y les le muchas cosas que estaban escritas en los libros de Moiss; pero a fin de
convencerlos ms plenamente de que creyeran en el Seor su Redentor, les le lo
que escribi el profeta Isaas; porque apliqu todas las Escrituras a nosotros mismos para
nuestro provecho e instruccin. Por tanto, les habl, diciendo: Escuchad las
palabras del profeta, vosotros que sois un resto de la casa de Israel, una rama
que ha sido desgajada; escuchad las palabras del profeta que fueron escritas a toda la
casa de Israel, y aplicoslas a vosotros mismos, para que podis tener esperanza (1 Nefi
19: 23, 24).
Es decir, que Nefi estaba consciente de ese dualismo en las profecas de Isaas:
que se referan a los israelitas de dos siglos antes de sus das, pero que tambin volveran
68
a cumplirse en el futuro, con los lamanitas. Y, con ese antecedente, el profeta Nefi cit
esos dos captulos de Isaas. En ese par de captulos Isaas explica quines somos
Jacob, en los ltimos das. Es decir, los lamanitas que hemos sido bautizados en La
Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ltimos Das, pero con quienes el Seor no est
bien complacido: somos orgullosos (v. 4), no predicamos el evangelio (v. 6) y no somos
leales en guardar los mandamientos del Seor (v. 8). Con todo, el Seor nos ama (v. 14) y
l nos har prosperar (v. 15). Qu tenemos qu hacer para que el Seor nos perdone
como pueblo y nos bendiga? Eso est en los vv. 17 al 22, y creo que haramos bien en
leerlos y meditarlos, en tanto el profeta Nefi dijo que Isaas lo escribi para los lamanitas:
Al obedecer sus mandamientos, este pueblo por fin tendr paz y rectitud
Seremos purificados del pecado
era tan difcil escribir sobre planchas de metal, no sera mejor solo pedirnos que
Y adems: Odme, oh casa de Israel, todos vosotros los que habis sido separados y
echados fuera por causa de la iniquidad de los pastores de mi pueblo; s, todos vosotros que
habis sido separados y esparcidos, quienes sois de mi pueblo, oh casa de Israel! Odme,
69
islas del mar, y escuchad, pueblos lejanos! El Seor me llam desde el vientre;
desde las entraas de mi madre hizo l mencin de mi nombre. (1 Nefi 21: 1).
Con todo, desde ese primer versculo, Isaas dice explcitamente que l se dirige
a las islas del mar y entonces, en los versculos dos y tres, profetiza de la misin del
siervo del Seor. Vale la pena detenerse aqu y comentar que este es un buen ejemplo de
lo que es una profeca dualista: esos versculos originalmente se referan al emperador
Ciro. De hecho, cuando esto ley todos esos captulos que hablaban del siervo de Jehov,
se movi de tal manera su corazn, que liber a los judos que estaban cautivos en
Babilonia en los das de Esdras y Nehemas (para que digis a los presos: salid, dice el
versculo 9). Pero tambin se aplican al Salvador mismo quien, durante los tres das que
estuvo muerto, visit a los espritus en cautiverio y s: cumpli con abrir las puertas para
liberar a los que estaban en la prisin espiritual. Pero tambin se refiere, en nuestros
das, al profeta Jos Smith, quien liber de la ignorancia y la muerte espiritual a un
mundo que habitaba en apostasa. Como dijo el profeta Nefi a manera de prlogo a estos
dos captulos: escuchad las palabras del profeta que fueron escritas a toda la casa de
Israel, y aplicoslas a vosotros mismos, para que podis tener esperanza (1 Nefi 19:24).
Isaas hablaba de tal manera que se aplicaba a los judos dos siglos despus de l, a la
Primera Venida del Salvador a esta tierra, y a los lamanitas de la poca del Profeta Jos
Smith, cuya obra (vuelvo a 1 Nefi 21 o Isaas 49) servira para hacer volver a l a Jacob
(v. 5); para levantar las tribus de Jacob (v. 6), es decir, a los lamanitas, as como a Israel
y a los gentiles. Entonces Isaas profetiza que cuando el Seor lo considerara prudente,
l escuchara a las islas del mar (v. 8) a fin de que stas fueran liberadas de su prisin
espiritual (v. 9), y el Seor los guiara para que no padecieran de hambre y sed (v. 10) y
El Seor les dara consuelo en sus aflicciones (v. 13). Los versculos del 14 al 26 hablan de
lo mucho que ha padecido Sin, que, como se mostr arriba, se refiere a los habitantes de
70
todo este continente; sufrimiento que hace que en ms de una ocasin nos preguntemos
si el Seor se ha olvidado de nosotros (v. 14). Pero en los vv. 15 en adelante El Seor nos
refrendas estas promesas:
Una vez que Nefi cit estas palabras a sus hermanos, stos le preguntaron que si
estaba hablando de cosas materiales, o de cosas espirituales. Nefi les respondi que se
refera a ambas cosas, tanto al cautiverio como a la liberacin de tipo temporal y
espiritual (1 Nefi 22:3). Explica (v. 5) que los lamanitas seran perseguidos por sus
maldades pero dice explcitamente que esas profecas citadas: se refiere a nosotros en
los das venideros (1 Nefi 22:6). En otras palabras, confirma lo que he dicho arriba: a
veces la expresin Jacob, se refiere a los lamanitas, y casi siempre que se habla de las
islas del mar, se refiere a los habitantes de este continente. Entonces Nefi agrega:
Y despus que nuestra posteridad haya sido dispersada, el Seor Dios proceder
a efectuar una obra maravillosa entre los gentiles, que ser de gran valor para
nuestra posteridad; por tanto, se compara a que sern nutridos por los gentiles y
llevados en sus brazos y sobre sus hombros. Y tambin ser de valor a los
gentiles; y no solamente a los gentiles, sino a toda la casa de Israel, para dar a
conocer los convenios del Padre de los cielos con Abraham, que dicen: En tu
posteridad sern benditas todas las familias de la tierra. (1 Nefi 22: 8, 9).
71
particularmente en das tan complicados como los nuestros pese a las circunstancias
en que vivamos, y lo reitera en varias ocasiones, los justos no tienen por qu temer. (1
Nefi 22: 17, 19, 20, 22 y 31).
Isaas citado en El libro de Mormn, es parte de un discurso dado por el profeta Jacob, hijo
de Lehi. Antes de citar estos dos captulos, Jacob dice: Y hay muchas cosas que Isaas ha
hablado, las cuales se os pueden aplicar (2 Nefi 6: 5) e indica que lo cita con este
propsito: para que conozcis y glorifiquis el nombre de vuestro Dios. (2 Nefi 6:4).
Reitera que vendra un perodo en el que los lamanitas seran echados de un lado a
otro (v. 11), pero llegara el momento en que los gentiles ayudaran a cumplir los
convenios que El Seor ha hecho con los lamanitas (v. 12), al grado de que Y reyes sern
tus ayos, y sus reinas, tus nodrizas; con el rostro hacia la tierra se postrarn ante ti y
lamern el polvo de tus pies; y sabrs que yo soy el Seor; porque los que me esperan no
sern avergonzados. (v. 7). Jacob dice algo que ser repetido en muchas escrituras: que
este pueblo en cautiverio econmico, fsico, mental y espiritual, sera librado por el
poder del Seor (v. 17). En el captulo 8 de 2 Nefi (o, Isaas 51), se enfoca ahora no en los
lamanitas que se han alejado de la verdad, sino en aquellos que son fieles. Se nos insta a
mirar a Abraham (v. 1), es decir, observar su vida, su ejemplo, y confiar, con el tipo de fe
que l tuvo. Y se nos hace la promesa de que el Seor va a consolar a Sin (v. 2). Es decir,
que El Seor curar todo el dolor, la pobreza de siglos entre los lamanitas (v. 3) si tan
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nuestros convenios (v. 9), El Seor no nos va a olvidar y nos va a proteger (vv. 12, 13),
pero debemos entender que los lamanitas no nos vamos a levantar, sino hasta que nos
arrepintamos (v. 17). Eso es lo que desatar las ataduras de nuestro cuello como pueblo
lamanita: arrepentirnos y venir al Seor. Como lo dice al final del captulo: Despierta,
despierta, vstete de tu poder, oh Sin! Vstete tus ropas de hermosura, oh Jerusaln, ciudad
santa! Porque nunca ms vendr a ti el incircunciso ni el inmundo. Sacdete del polvo,
levntate y toma asiento, oh Jerusaln! Suelta las ataduras de tu cuello, oh cautiva hija de
Sin! (2 Nefi 8:24-25). Donde, como se ha dicho arriba, debemos entender que Sin es la
tierra de los descendientes de Jos, como Jerusaln es la tierra prometida de los
descendientes de Jud.
Una vez que Jacob termina de citar a Isaas, explica y enfatiza la razn por la que
puso esos dos captulos all: He aqu, mis amados hermanos, os hablo estas cosas para
que os regocijis y levantis vuestras cabezas para siempre, a causa de las bendiciones que el
Seor Dios conferir a vuestros hijos. S, nuevamente Isaas estaba hablando a los
lamanitas, y ms adelante en ese mismo discurso Jacob lo reafirma: las promesas que
hemos logrado son promesas para nosotros segn la carne y nuestros hijos sern
restaurados para que obtengan aquello que les dar el verdadero conocimiento de su Redentor. (2
Nefi 10: 2).
cosas materiales sino, como dijo Nefi, un salir de un cautiverio, tanto fsico como
espiritual, que se ha prolongado por siglos. El captulo 10 de Jacob nos habla de ello en
detalle y no quiero comentarlo detenidamente, pero es bueno leerlo casi palabra por
palabra. Basta decir que Jacob profetiza que los habitantes de las islas del mar (los
lamanitas) sern congregados en los ltimos das (v. 8) a las tierras de su herencia, se
73
reitera esa promesa de que S, los reyes de los gentiles les sern por ayos, y sus reinas
por nodrizas (v. 9), este continente ser un continente para los lamanitas (v. 10), se han
de destruir las combinaciones secretas que actualmente nos gobiernan (v. 15), pero antes
de eso, los lamanitas seran afligidos (v. 18), un tema sobre el que hablaremos en detalle
ms adelante, pero una cosa s queda clara: Por tanto, consagrar esta tierra a tu posteridad,
y a aquellos que sean contados entre los de tu posteridad, como la tierra de su herencia, para
siempre; porque es una tierra escogida, me dice el Seor, sobre todas las otras tierras (2
Nefi 10:19), porque grandes son las promesas del Seor para los que se hallan en las islas del
mar (v. 21).
Tercer fragmento: 2 Nefi 12-24 (Isaas 2-14). Este tercer extracto de Isaas es el
mayor de El libro de Mormn. Antes de citarlo, como en todos los casos anteriores, tiene
un captulo que le sirve de prlogo o introduccin. En este caso, 2 Nefi 11. All Nefi
explica que va a hacer esa larga cita de Isaas porque 1. Sus palabras se aplican a su
pueblo (v. 2), es decir, a nosotros, los lamanitas. 2. Porque testifican de Cristo y de el
eterno plan de redencin de la muerte (vv. 2 y 5). 3. Para que el pueblo lamanita, al leer
estas palabras, eleven sus corazones y se regocijen (v. 8). Hay tres temas principales en
los captulos citados de Isaas: I. Desde 2 Nefi 12, a 2 Nefi 15. Isaas habla a la casa de
Jacob (v. 5), es decir, a los lamanitas, y nos llama fuertemente al arrepentimiento a fin
de poder ser parte de disfrutar tanto del futuro glorioso de Sin, como del perodo
milenario. II. De 2 Nefi 16 a 2 Nefi 19. Isaas testifica del Mesas, y nos invita a venir a
Cristo. III. De 2 Nefi 20 a 2 Nefi 24. El Seor habla a su pueblo que mora en Sin, los
habitantes del continente americano (2 Nefi 20: 24), y nos da esperanza con los gloriosos
eventos que esperan a los justos en los ltimos das: La casa de Jacob (20: 21), es decir, los
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lamanitas, vendrn al Seor, quien los perdonar y los liberar de sus cargas fsicas; Se
profetiza el gozo y la paz que habr en el milenio.
Una vez que Nefi termina de citar las palabras de Isaas, nos explica cmo
entenda l esos captulos. En 2 Nefi 25: 3, 8 nos da una clave interpretativa de los
escritos de Isaas: Por tanto, escribo a mi pueblo, a todos aquellos que en lo futuro
reciban estas cosas que yo escribo, para que conozcan los juicios de Dios y sepan que
vienen sobre todas las naciones, segn la palabra que l ha declarado y limitar mis
palabras a mi propio pueblo; porque s que sern de gran valor para ellos en los
postreros das, porque entonces las entendern; por consiguiente, es para su bien que las
he escrito.
Nefi lo dice con claridad, y lo mismo fue escrito por mano de Moroni en la
portada de El libro de Mormn: Escrito a los lamanitas, quienes son un resto de la casa de
Israel, y tambin a los judos y a los gentiles. El libro de Mormn fue escrito para todo el
mundo, s, pero ante todo para el pueblo lamanita. Es decir, en El libro de Mormn
encontramos el evangelio en su plenitud, y doctrina y verdades que son para todos los
hijos de El Padre, pero tambin all hay promesas y mensajes que solo son para los
lamanitas, no para el resto del mundo. Y no es que se trate de un libro o un Dios
excluyente, no, sino que as como vimos arriba que cada tribu tiene sus bendiciones, y
estn registradas en sus libros respectivos (2 Nefi 29:13), El libro de Mormn tiene
bendiciones y promesas que son exclusivas para los descendientes de Jos, a travs del
profeta Lehi. Yo ignoro por qu Isaas, como veremos ms adelante, dedic tantos de sus
mensajes al pueblo lamanita. Imagino que por el importante papel que este pueblo
tendr en preparar la tierra para la Segunda Venida del Seor, pero a veces me he
75
preguntado si no sera que el profeta Lehi sera su descendiente, y por ello le dedic
tanto espacio al pueblo lamanita.
citado en El libro de Mormn fue dado por El Salvador mismo al visitar e instruir a los
cumplimiento del convenio que hice con Jacob, vuestro padre; y ser una Nueva
Jerusaln. Y los poderes del cielo estarn entre este pueblo; s, yo mismo estar en medio
de vosotros. (3 Nefi 20:22). Por una parte, confirma esta idea que hemos estado
manejando, que los descendientes del padre Lehi en algunas partes de las escrituras son
conocidos como la casa de Jacob. Por otra parte, est la promesa del Salvador, de que
nosotros o nuestros hijos seremos parte importante de la edificacin de la Ciudad de
Sin, que sera conocida como la Nueva Jerusaln. Entonces El Salvador nos explica que
lo que nos habilitar como pueblo para cumplir con esa labor ser, primero, el predicar el
evangelio a nuestros hermanos lamanitas (vv. 30-35) y, segundo, pasar por un proceso
de santificacin (vv. 36-41). Entonces viene un captulo demasiado sagrado, 3 Nefi 21,
donde el Seor explica cundo se cumplirn estas promesas:
Cuando salga a la luz El libro de Mormn y venga de los gentiles a los lamanitas
(v. 3). Entonces los del pueblo del Seor, que son resto de Jacob, estarn entre los gentiles
y causarn estragos entre ellos (v. 12) y el resto de Jacob (v. 24) edificar la Nueva
Jerusaln. Y entonces entramos de lleno a la cita de Isaas 54. Este captulo nos habla de
que los lamanitas sern duramente castigados por el Seor antes de su florecimiento (3
Nefi 22: 1); nuestro dolor ser semejante al de una mujer abandonada (v. 6), pero
debemos tener fe, porque El Seor tendr grandes misericordias (v. 7) de nosotros. Por
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un tiempo vamos a padecer (v. 11), pero El Seor nos bendecir materialmente (v. 12),
nuestros hijos crecern en salud espiritual (v. 13) y ningn arma forjada en contra de
nosotros prosperar (v. 17). Una vez que El Salvador cita a Isaas, a manera de eplogo
solo da un nuevo mandamiento, que debera ser todava un poco ms imperativo para
los lamanitas: Y he aqu, ahora os digo que debis escudriar estas cosas. S, un
mandamiento os doy de que escudriis estas cosas diligentemente, porque grandes son las
palabras de Isaas. (3 Nefi 23:1).
77
6.2.
este escrito. Como habamos dicho arriba, Nefi hizo un comentario al estudiar
tanto, es preciso que sepamos lo que a ellos atae, porque est escrito sobre las planchas de
bronce. (1 Nefi 19:23). Cuando Nefi habla de las planchas de bronce, se refiere poco
ms o menos a lo que sera el Antiguo Testamento, desde Gnesis hasta Jeremas. Por
supuesto, hay partes de las planchas de bronce que desaparecieron de nuestra Biblia. Por
ejemplo, en 1 Nefi 19:10 se nos hablan de algunos profetas cuyos escritos no han llegado
a nuestros das: Zenoc, Nem, Zens; y en Helamn 8:20 se nos habla de Ezas.
Lamentable, quien ms habl de nosotros era Zenoc quien, como dice en 3 Nefi 10:16:
tambin Zenoc habl concerniente a ellas, porque ellos testificaron particularmente tocante a
nosotros, que somos el resto de su posteridad. El profeta Zenoc, entonces, sera ancestro del
profeta Lehi, descendiente de Manass.
Y del profeta Zens, por ejemplo, sabemos que dijo en su alegora que el pueblo
escogido de todos los dems parajes de mi via. (Jacob 5:43). Este continente es ms que
una tierra prometida, es el ms escogido de todos los parajes de este planeta. En esa
misma alegora, que abarca toda la historia de la humanidad, se habla de que la gran
apostasa abarcara no solo Europa, sino todo el mundo. Partiendo de ese hecho, veamos
qu dijeron los diferentes profetas acerca de los lamanitas una vez que los nefitas fuesen
exterminados.
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leerlas, uno puede entrever muchas cosas: uno lee el Popol Vuh, y uno se asombra de
cuntos ecos de verdad hay en l y, al mismo tiempo, cunto se haban alejado los mayas
del evangelio que alguna vez conocieron. Uno lee a Fernando de Alva Ixtlixchitl, y uno
descubre con sorpresa que los tlaxcaltecas y los chichimecas no podan cocinar con sal, ni
vestirse con algodn: ese era privilegio de los aztecas. E igual, uno ve cmo los aztecas,
bajo la direccin de Tlacaelel, reescriban la historia a su antojo, a fin de de esa
uno lee el diario de viaje de Cristbal Coln uno ve cmo, desde su primer viaje, Coln
por muy guiado por el Espritu que haya estado busca desesperadamente oro y
especias. Al no encontrarlas exagera las cosas que ve y despus, sabedor de que eso no
justifica la inversin que se hizo en esta expedicin, empieza a esclavizar indgenas,
tanto para llevarlos a Europa, como para buscar oro en las primeras minas europeas en
este continente, en Hait y Cuba. Ms adelante, Alvar Nez Cabeza de Vaca en Florida,
o Gonzalo Fernndez de Oviedo, en Nicaragua, nos narrarn cmo los espaoles en esa
bsqueda frentica de Cibola, la inexistente ciudad de oro, se internaron en selvas o
(citados por Rodrguez Monegal, 1992) nos indican que cuando se supo en la ciudad de
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Hay juntas, hay discusiones, se forman corrillos, hay llanto, se hace largo llanto,
se llora por los otros. Van con la cabeza cada, andan cabizbajos. Entre llanto se
saludan; se lloran unos a otros al saludarse. Hay intento de animar a la gente, se
reaniman unos a otros. Hacen caricias a los otros, los nios son acariciados. Los
padres de familia dicen: Ay hijitos mos! Qu pasar con vosotros? Oh, en
vosotros sucedi lo que va a suceder! Y las madres de familia dicen: Hijitos
mos! Cmo podris vosotros ver con asombro lo que va a venir sobre
vosotros? (Rodrguez Monegal, 1992, p. 96).
Los mexicas intuyeron el inmenso infortunio que vena sobre ellos, el cambio de
orden que se avecinaba y que pasara en no mucho tiempo. Uno no sabe si era mero
pesimismo, intuicin, o si el Espritu Santo les indic el terrible castigo que vena sobre
ellos, pero esa cita de arriba, como se ver ms adelante, era poco menos que proftica.
De hecho, en el siguiente fragmento de la Visin de los vencidos se describe muy
grficamente un poquito de lo que fue para los indgenas vivir la conquista:
En los caminos yacen dardos rotos,
los cabellos estn esparcidos.
Destechadas estn las casas,
enrojecidos tienen sus muros.
Gusanos pululan por calles y plazas,
y en las paredes estn salpicados los sesos.
Rojas estn las aguas, estn como teidas,
y cuando las bebimos,
es como si bebiramos agua de salitre.
Golpebamos, en tanto los muros de adobe,
y era nuestra herencia una red de agujeros.
Con los escudos fue su resguardo,
pero ni con escudos puede ser sostenida su soledad...
Llorad, amigos mos,
tened entendido que con estos hechos
hemos perdido la nacin mexicatl.
80
espaoles pusieron un impuesto por vivir. Todo lamanita mayor de 14 aos tena la
obligacin de entregar cada tres meses un cascabel de Flandes lleno de oro; aquellos que
no vivan cerca de las minas, deban entregar una arroba de algodn. A cambio de ello,
los indgenas reciban proteccin de los espaoles. Algo que sera sumamente
semejante a lo que se ve hoy da con el cobro del derecho de suelo, por parte del narco.
De la obra de De Las Casas, tomo cuatro imgenes que acaso hablan por ellas mismas.
81
largo del continente americano para cazar y esclavizar lamanitas. Vemos cmo son
punto de ser estrellado contra una pared. A la derecha, los indgenas que se rebelan
contra el dominio espaol, o aquellos que no cumplan con las metas de recoleccin de
oro que esperaban los espaoles, eran colgados y quemados.
82
resista a trabajar: les eran amputadas las manos. En primer plano se ve un caso de
castigo ejemplar: para escarmiento de una tribu, un indgena es quemado vivo.
83
Seamos francos. Por ms que trato, no puedo concebir lo que fueron esos das: en
muy poco tiempo, de vivir en un ambiente que los mismos descubridores describan
como paradisaco (si no todos, casi todos coincidan en indicar que este continente era
una tierra prometida, un lugar que muy bien poda ser el lugar del paraso terrenal), sus
tierras fueron invadidas, sus mujeres violadas, sus hijos asesinados, y ellos cazados
como animales.
84
De todas las imgenes que nos da Fray Bartolom de las Casas, para mi gusto es
la ms desgarradora. Como en todas las imgenes, empezamos por leer al fondo. De las
Casas nos cuenta que los indgenas, desesperados, buscaban escapar de los
encomenderos como pudieran, aunque ello implicara la muerte, por razones obvias: la
muerte era una liberacin del estado en que se encontraban. En primer plano vemos dos
castigos que empleaban los espaoles para evitar esa fuga: la primera era cortarles la
nariz a los lamanitas: de esa manera, por vergenza de que sus conocidos en otras
85
haciendas los vieran en esa situacin, no huan, sin saber que en otras haciendas estaba
pasando lo mismo. Con todo, cuando reincidan, vena la amputacin de sus
el norte, hacia Aridoamrica, los gentiles (i.e., los europeos) tomaron las pocas tierras
que tenan suficiente agua o que podan servir para sembrar, o aquellas que fueran ricas
en minerales, y los lamanitas terminaron viviendo en las montaas y los barrancos, por
lo que terminaron siendo pueblos nmadas o seminmadas (Zayas De Lille, 2007). De
manera conveniente, cuando as convino a los gentiles, se les cre una imagen de ser
pueblos salvajes o peligrosos, a los que se les hizo la guerra hasta que muchas naciones
indgenas fueron exterminadas durante los siglos XVIII y XIX (Ortelli Pellizzari, 2007).
En el centro-sur del pas, por otra parte, el problema de los pueblos lamanitas
fue muy diferente: Si bien no existi por mucho tiempo el esclavismo entre el pueblo
86
mejor a los lamanitas, los gentiles establecieron un estricto sistema de castas, donde los
lamanitas quedaron en una posicin de desamparo total, sin ningn tipo de
sin absolutamente ninguna posibilidad de mejora o ascenso social, solo por el color de su
piel: Haba leyes que normaban incluso el tipo de ropa que deba usar cada casta y de
alguna manera eso permea hasta nuestros das, donde en muchas familias, en los
matrimonios se habla (en broma si se quiere, pero en el fondo hay algo se cree en esa
Este esquema social e ideolgico del sistema de castas hizo que el indgena
sus emociones o ideas en pblico: es lo que form una manera de ser que se resume en
una palabra: ladino, y que se usa de manera peyorativa: indio ladino, como si ello
fuera una caracterstica inherente al pueblo lamanita, un rasgo heredado de manera
gentica, y no el fruto de una educacin de siglos.
Revolucin, durante el S. XX. Para ello, basta con leer a Jos Mara Arguedas, o a Jos
eventos deportivos televisados, y duele ese nivel de indiferencia, pero no es algo nuevo,
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Ya Simn Bolvar, el libertador de Amrica hablaba de cul era el nivel del pueblo
lamanita en su discurso en Angostura (1830):
lamanitas: la ignorancia, el dominio fsico, la esclavitud del vicio, desde la llegada de los
espaoles y no solo hasta los das del Libertador de Amrica, sino hasta nuestros das. Y
en ese breve prrafo igual se nos indica cmo se lograr la emancipacin de los pueblos
indgenas hoy da, o bien, cmo se lograr el florecimiento de los lamanitas, y sobre cada
uno de esos tres puntos regresaremos ms adelante.
Ahora, veamos cmo vieron eso diferentes profetas del Antiguo Testamento y,
sobre todo, qu explicacin nos dan del porqu de estos hechos. Hasta donde yo alcanzo
a ver, el primer captulo del Antiguo Testamento donde se habla del castigo a los
lamanitas es Isaas 42. Como dice en v. 10, Isaas habla a las islas y sus moradores. Se
profetiza en el v. 12 que el evangelio se predicar a quienes moran en las islas.
Mediante la predicacin del evangelio a esos habitantes de las islas, dice El Seor en el v.
16: Y guiar a los ciegos por un camino que no conocan, los har pisar por sendas que
no haban conocido; delante de ellos cambiar las tinieblas en luz y lo escabroso en
llanura. Estas cosas les har y no los desamparar. Lo interesante es que arriba de la
palabra tinieblas, est una nota que nos remite a 2 Nefi 3:5 donde nos confirma que s,
en efecto, Isaas hablaba acerca de los lamanitas, los descendientes de Jos quien fue
vendido a Egipto. Isaas describe al pueblo lamanita de esta manera en este captulo:
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Mas ste es un pueblo saqueado y despojado, todos ellos atrapados en cavernas y escondidos en
crceles; se han convertido en botn, y no hay quien los libre; y en despojo, y no hay quien diga:
Restituidlos. (v. 22). S, la descripcin que hice al iniciar este apartado est resumida en
este versculo. Ahora, como un aspecto muy interesante en este captulo, estn los
versculos 18 y 19, que son un sinsentido: Sordos, od; y vosotros ciegos, mirad para ver.
Quin es ciego, sino mi siervo? Quin es sordo como mi mensajero que envi? Quin
es tan ciego como el perfecto, y tan ciego como el siervo de Jehov? Los siervos del
lamanita en los ltimos das, haya sido quitada de la Biblia por la grande y abominable
iglesia. En estas palabras se nos indica con claridad por qu razn fue y es castigado el
pueblo lamanita; qu tenemos que hacer como preparacin para el florecimiento de este
pueblo: por ser deliberadamente ciegos y sordos. Incluso en el v. 17 hay una razn ms:
el pueblo lamanita sera en extremo avergonzado por adorar imgenes talladas. El v. 24
agrega que el pueblo de Jacob, los lamanitas, seran castigados porque no quisieron
andar en los caminos ni escuchar la ley del Seor. Yo entiendo que, si bien Isaas habla en
pasado: porque no quisieron andar en sus caminos, en realidad se trata de un pasado
continuo: es algo que pas con los pueblos prehispnicos, que pas con los lamanitas
89
durante la colonia, que sucedi en los das en que los pases que componen
Vayamos ahora a Isaas 44. Desde el versculo 1, Isaas dice que habla a Jacob
que, como habamos dicho antes, puede referirse a todos los descendientes literales de
quin se dirige de manera especfica Isaas, pero por el contexto y sobre todo por el v. 3,
parece que se refiere al florecimiento lamanita: Porque yo derramar agua sobre el sequedal
y ros sobre la tierra rida; mi espritu derramar sobre tu descendencia y mi bendicin
sobre tus renuevos. Parecera que se est parafraseando D. y C. 49:24: Pero antes que
venga el gran da del Seor, Jacob prosperar en el desierto, y los lamanitas florecern
como la rosa. E insisto, parecera hablar de los lamanitas, porque habla de que Jacob
sera castigado en el futuro (versculos desde el 9 hasta el 17) por su idolatra. En los vv.
18, 19, Isaas repite lo que dijo antes: seran castigados porque no buscan conocimiento,
ni quieren entender. Con todo, en los vv. 21-23 el Seor expresa a travs de Isaas su
disposicin a perdonar a Jacob, a salvarlo y bendecirlo, cuando ste se arrepienta.
Otro captulo que es exclusivo para los lamanitas es Isaas 49. Ya habamos
mencionado que en 1 Nefi 22:6, Nefi seala que este captulo habla especficamente de
los lamanitas. Aqu Isaas profetiza con ms detalle cmo seran castigados e indica que
ellos, los lamanitas seran apresados (v. 9) pasaran por hambre y sed (v. 10), seran
(49:23): reyes sern tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra
90
se postrarn ante ti y lamern el polvo de tus pies; y sabrs que yo soy Jehov, porque no
sern avergonzados los que esperan en m.
Otro profeta que vio que los lamanitas seran castigados por siglos, fue Jeremas.
3 Nefi 20: 11-13, esos versculos donde, como se explic arriba, El Seor profetiz
ignorancia, corrupcin, maldad al que hemos llegado como pueblo lamanita, no logro
entender por qu tanto abandono, por qu no revela Su brazo el Seor, pero entiendo
que es la Voluntad del Seor al final de esta cita: a ti no te destruir del todo, sino que te
castigar con justicia; de ninguna manera te dejar sin castigo.
Un profeta ms que habl de ese castigo de siglos al pueblo lamanita fue Ams,
quien dijo:
91
entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, sin que caiga ni
un granito en la tierra. (Ams 9:8-9)
As pues, un testimonio ms de que los descendientes del profeta Lehi, la casa de
Jacob, seran castigados por causa de sus continuos pecados, y ese castigo sera
comparado a un continuo ser zarandeado y, con todo, incluso en medio del anuncio del
castigo hay una promesa: ni un solo individuo caera desapercibido, lo cual coincide con
lo que profetiz Nefi una vez que hubo terminado de citar las palabras de Isaas:
Mas he aqu, os profetizo concerniente a los postreros das, los das en que el
Seor Dios manifestar estas cosas a los hijos de los hombres. Despus que mi
posteridad y la posteridad de mis hermanos hayan degenerado en la incredulidad, y hayan
sido heridos por los gentiles; s, despus que el Seor Dios haya acampado en contra de
ellos por todos lados, y los haya sitiado con baluarte y levantado fuertes contra ellos; y
despus que hayan sido abatidos hasta el polvo, aun hasta dejar de existir, con todo
esto, las palabras de los justos sern escritas, y las oraciones de los fieles sern
odas, y todos los que hayan degenerado en la incredulidad no sern olvidados; porque
aquellos que sern destruidos les hablarn desde la tierra, y sus palabras
susurrarn desde el polvo, y su voz ser como uno que evoca a los espritus;
porque el Seor Dios le dar poder para que susurre concerniente a ellos, como
si fuera desde la tierra; y su habla susurrar desde el polvo. Por tanto, as como
los que han sido destruidos fueron talados prestamente, y la multitud de sus
fuertes ser como el rastrojo que desaparece, s, as dice el Seor Dios: Ser en un
instante, repentinamente. Y suceder que los que hayan degenerado en la incredulidad
sern heridos por mano de los gentiles. Y los gentiles se ensalzan con la soberbia de sus
ojos, y han tropezado a causa de lo grande de su tropezadero, y han establecido
muchas iglesias; sin embargo, menosprecian el poder y los milagros de Dios, y se
predican su propia sabidura y su propia instruccin, para enriquecerse y moler
la faz de los pobres. (2 Nefi 26:14-16 y 18-20).
As pues, vemos que desde muchos siglos antes del descubrimiento de Amrica;
muchos siglos incluso antes del nacimiento del Mesas, diferentes profetas vieron lo que
se narr al inicio de este apartado: cmo los gentiles castigaran, esparciras, se
enseorearan de los lamanitas, tal como nos dicen los informantes de Sahagn que
92
lloraron los padres de familia aztecas al intuir lo que vendra sobre sus hijos en esa
generacin. Pero, as como estos profetas vieron estos hechos dolorosos, tambin vieron
que, cuando El Seor lo considerara propio, l los recordara y los bendecira, y de eso
hablaremos a continuacin.
diferentes acepciones del concepto Sin. Creo que antes de seguir es necesario hablar
de ello. En la GEE se lee lo siguiente acerca de Sin:
Los puros de corazn (D. y C. 97:21); tambin significa el lugar donde stos
viven. La ciudad que edificaron Enoc y su pueblo y que posteriormente fue
llevada al cielo debido a la rectitud de sus habitantes se llam Sin (D. y C. 38:4;
Moiss 7:1821, 69). En los postreros das se edificar una ciudad llamada Sin
cerca del condado de Jackson, estado de Misuri (EUA), en donde se congregarn
las tribus de Israel (D. y C. 103:1122; 133:18). Se aconseja a los santos edificar
Sin dondequiera que vivan en el mundo.
Es decir, Sin es en primer trmino una condicin del individuo: el poder ser
puro de corazn. Es una condicin un tanto inasible, porque difcilmente alguien podra
decir: yo soy Sin, como alguien difcilmente podra decir que es suficientemente
humilde. En ese sentido ser parte de Sin es en buena medida un propsito, anhelo o
meta continuo; como el obtener un testimonio, que es un proceso que nunca se termina,
hasta que se alcanza el siguiente nivel.
decir que es un tipo de nacin o Estado en tanto se entienda nacin como una
93
comunidades. (Ernest Renan, 1882). Es decir, Sin no solo es una poblacin de personas
puras de corazn, sino que tambin es un espacio, un lugar donde todas ellas anhelan
opresin y cautiverio tanto fsico como espiritual, decidieron dar esa visin y objetivo a
los santos de sus das, a fin de que todos ellos, unidos, pudieran establecer esa sociedad
de pureza, civilidad y equidad. Para lograrlo, ellos predicaron el arrepentimiento a sus
santidad tal, que la tierra no pudo tenerlos ms y fueron llevados al cielo. Ahora, arriba
vimos que el Profeta Jos Smith ense que Sin ser todo este continente: desde Alaska
hasta la Patagonia. Para m sera muy difcil entender que Sin ser edificada en el
territorio que es herencia de los descendientes de Lehi, y que stos no tuvieran un papel
protagnico en esa obra. Es por eso que, si bien los profetas del Antiguo Testamento
vieron que el pueblo lamanita sera castigado, tambin vieron que El Seor tendra
misericordia de ellos en Su tiempo.
siquiera me atrevera a decir que ser habitada solo por santos de los ltimos das: Sin
ser los puros de corazn y, hasta donde s, los SUD no tenemos el monopolio de la
bondad de corazn. As que me imagino que all habr gente buena de todas las
94
creencias pero eso s, vimos que cuando el Mesas visit a los descendientes del profeta
Lehi, fue claro en indicarles en 3 Nefi 20:22, que ellos edificaran la ciudad de Sin.
Ahora, veamos qu fue lo que escribieron los autores del Antiguo Testamento acerca de
los lamanitas y la edificacin de Sin: En Salmos se lee:
lamanitas, sino de los que habitan Sin (el continente americano) y que de generacin en
generacin han necesitado de la misericordia del Seor: los pobres y menesterosos en
Amrica que no dejan de orar en Sin (este continente) a fin de que El Seor edifique
95
Sin (la ciudad de santidad). Y la gloriosa promesa de que El Seor no desechar sus
ruegos y entonces se declarar el nombre del Seor en este continente, es decir, se
florezcan, en buena medida es el hecho de que les sea predicado el evangelio, y que lo
acepten.
Yo creo que cuando el profeta Jos Smith hizo una adecuacin a la Biblia en la
TJS, en buena medida era para equilibrar los platos de la balanza. Es decir, ya arriba
vimos en 1 Nefi 13 que la grande y abominable iglesia le quit a la Biblia aquellas partes
que eran las ms claras y preciosas. Yo me imagino que desde siempre el enemigo trat
de quitarle aquellas partes que habran sido de gran valor para la humanidad en los das
de todos los profetas, pero no tena ningn sentido que el profeta Jos Smith restaurara
aquellas verdades que hubieran servido en los das de No, o Abraham. Si restaur
verdades importantes, fueron aquellas que tenan que ver con los santos en los ltimos
das. Un ejemplo claro de ello es el salmo 24. Los vv. 1 y 2 proclaman que el Seor es el
dueo de todo. Los vv. Del 3 al 6 son muy conocidos: David pregunta quin subir al
corazn. Entonces, en el v. 7, viene algo que no tiene sentido, si uno no acude a la TJS:
Alzad, oh puertas, vuestras cabezas! Y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrar el
Rey de gloria. Al menos yo, no encontrara cmo explicar esta declaracin. En la
traduccin del Profeta, ese versculo y los siguientes se leen as:
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No hay los datos como para saber si el Seor est hablando solo de los lamanitas,
o si est hablando tambin de todos los dems descendientes de Jos pero, por contexto,
parece que estos cuatro versculos se refieren a los descendientes de Lehi.
Por otra parte, antes de entrar en la siguiente cita hay que considerar algo que ya
hemos dicho antes: para el Seor hay dos tribus que son de particular inters: por una
parte, Jud, por otra parte, Jos. Aqu Jeremas a Jos le llama Jacob, y a Jud le llama
David:
Y vino la palabra de Jehov a Jeremas, diciendo: No has visto lo que habla este
pueblo, diciendo: Las dos familias que Jehov escogi, las ha desechado? As tienen en
poco a mi pueblo, hasta no tenerlo ms como nacin. As ha dicho Jehov: Si yo no
he establecido mi convenio con el da y con la noche, si no he puesto las leyes del
cielo y de la tierra, entonces desechar la descendencia de Jacob y de David, mi
siervo, para no tomar de su descendencia quien sea seor sobre la posteridad de
Abraham, de Isaac y de Jacob. Porque har volver a sus cautivos y tendr de ellos
misericordia. (Jeremas 33:23-26)
No es porque seamos muy buenos y lo merezcamos, sino por causa de la gran
bondad del Seor, as como por los convenios que nuestros ancestros hicieron con l,
que El Seor cumplir sus promesas y nos bendecir. Ahora, vale la pena mencionar que
la misericordia que anuncian estas profecas no vendr de manera gratuita: tenemos que
pagar el precio a travs de nuestra rectitud. As lo expres el profeta Ams: Buscad lo
bueno y no lo malo, para que vivis, porque as Jehov Dios de los ejrcitos estar con
vosotros, como decs. Aborreced el mal, y amad el bien y poned juicio en la puerta; quiz
Jehov Dios de los ejrcitos tendr piedad del remanente de Jos. (Ams 5:14-15) Por cierto, en
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la Biblia, arriba de la palabra Jos est una nota que nos remite a 2 Nefi 3, 2 Nefi 25:21,
y Jacob 2:25: tres versculos que confirman que especficamente Ams estaba hablando
de los lamanitas, que en los ltimos das seran una rama justa del remanente de Jos.
Ms adelante, el mismo profeta Ams vuelve a hablar del futuro de los lamanitas, y de
nuevo habla de ellos con el nombre de Jacob, como lo hizo el Seor, como lo hizo Nefi.
Aclaro que cito al profeta Amos de la TJS, tal como est en las notas de pie de pgina de
la Biblia:
Ams por los lamanitas, sino que uno se pregunta: Pues qu gran mal cometieron
nuestros ancestros, para que como raza seamos castigados por siglos y siglos de manera
ininterrumpida? Sinceramente no tengo una respuesta precisa a esto, pero hay tres cosas
que vienen a mi mente: 1. Casi al final del Popol Vuh, en la versin de Allen Christenson
(2012), hay un hecho sobrenatural y escalofriante: los narradores del libro dicen, con
vergenza, como un da se les aparece un ser, se presenta como Tohil, el dios, y les pide
que a partir de entonces empiecen a hacer sacrificios humanos. Nunca dice: Estamos
avergonzados de haber realizado esa prctica, y acaso no sea sino una mera lectura
particular que hago yo, pero tengo esa fuerte impresin, que en el tono de sus palabras
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se percibe que la luz de Cristo que haba en ellos, les indicaba que lo que haban hecho
era altamente reprobable. 2. El hecho de que en los cimientos de la pirmide de
pirmide (Hugo Prez, 2014). De hecho, Ana Rodrguez (2007) nos dice que de los 48
sacrificados, 43 eran nios que oscilaban entre los dos y los siete aos y afirma que desde
el siglo V (siglo en que Moroni entierra las planchas), hasta la misma llegada de los
lluvia en toda Mesoamrica. 3. La antropofagia entre los aztecas. Fernando Anaya (1966)
trata de hacer una distincin entre el mero canibalismo y la antropofagia, la cual puede
tener motivos religiosos (y s: en su extraordinario tratado el autor explica que los
cronistas mismos indicaron que para los aztecas comer parte del cuerpo del sacrificado
era ni ms ni menos que para los catlicos comer la hostia, que es el cuerpo de Cristo), y
el autor indica que esto puede ser, bueno, casi sublime, salvo que cuando hablamos de
un pueblo que tuvo el evangelio, no podemos hablar de una evolucin particular de la
cultura hasta llegar a ese punto, sino ms bien, de un pueblo que degener en su
civilizacin, hasta degradarse a ese punto. De hecho, cuando uno habla de estos puntos,
no puede sino pensar en la descripcin que hace Mormn a su hijo Moroni acerca de la
crueldad y canibalismo entre nefitas y lamanitas (Moroni 9: 7-21) y particularmente en
estas palabras de Mormn: Oh mi amado hijo, cmo puede un pueblo como ste, que
est sin civilizacin (y slo han pasado unos pocos aos desde que era un pueblo
deleitable y civilizado), oh hijo mo, cmo puede un pueblo como ste, que se deleita en tanta
abominacin, cmo podemos esperar que Dios detenga su mano en juicio contra nosotros?
(Moroni 9: 11-14). No sabemos cuntas cosas ms practicaron nuestros ancestros
lamanitas, no sabemos hasta qu grado cayeron todava ms una vez que los nefitas
99
desaparecieron, pero con pesar debo reconocer que acaso es algo que nos merecemos,
como uno no puede dejar de reconocer cun grande es la bondad, la sabidura y la
misericordia de nuestro Dios.
Un autor ms que profetiz que en los ltimos das el Seor dara consuelo y
perdonara a los lamanitas por su maldad es Isaas, en su captulo 51, del cual ya se ha
hablado arriba, y se indic que es parte de los captulos copiados por Nefi, y que Nefi
explcitamente dijo que se refera a los descendientes del profeta Lehi en los ltimos das.
Y lo mismo acontece en Isaas 54 (que de alguna manera es citado en 3 Nefi 22), donde El
Salvador profetiza a los habitantes de este continente que seran castigados por los
gentiles, pero que en los ltimos das El Seor recogera a los lamanitas con misericordia
y compasin.
100
Acaso el profeta que ms habl del florecimiento lamanita haya sido el profeta
Isaas. Dedica captulos enteros, como hemos visto, a fin de testificarnos de ese evento
glorioso. El primero donde habla de ello es Isaas 18. Creo que vale la pena citarlo casi
por completo.
El versculo 1 dice: Ea!, tierra que hace sombra con las alas, que est ms all de
los ros de Etiopa. Como indica la nota de pie de pgina en la edicin SUD de la Biblia,
Ea es una forma de saludo. Isaas saluda a esa tierra. Sobre esta palabra, tierra, hay
una nota que nos remite a 2 Nefi 10:20, donde Jacob indica que este continente era
considerado una isla del mar desde la perspectiva hebrea. En efecto, todo ese captulo
Isaas habla a los habitantes de este continente. Como veremos ms adelante, hay
suficientes elementos como para que quede muy claro que se refiere exclusivamente a
los lamanitas. Entonces Isaas dice algo que ya hemos dicho: el florecimiento lamanita se
lograr solo a travs de la obra misional. As lo indica el v. 2, y describe a quines saluda
Isaas:
que enva mensajeros por el mar en naves de junco sobre las aguas. Id, ligeros
despus; nacin subyugada y hollada, cuya tierra surcan los ros. S, habla de nuestros
ancestros quienes, como hemos visto arriba, fueron y somos subyugados y hollados. En
el v. 3 anuncia que algo portentoso pasar con los lamanitas, algo que ser observado en
todo el mundo. Antes de la Segunda Venida (la siega, le llama el v. 5), el Seor va a
podar a este pueblo, el versculo 6 habla de ese castigo de que ya hablamos. No s si soy
pesimista, pero casi parece que lo peor del castigo todava est por venir: Sern dejados
todos a las aves de los montes y a las bestias de la tierra; y sobre ellos pasarn el verano
101
las aves, e invernarn todas las bestias de la tierra. Pero entonces viene la promesa, con
la que cierra este captulo, en su v. 7: En aquel tiempo, es decir, en los ltimos das,
ser trado obsequio a Jehov de los ejrcitos, el pueblo esparcido y desollado, pueblo
temible desde su principio y despus, gente subyugada y hollada, cuya tierra surcan los
ros, al lugar del nombre de Jehov de los ejrcitos, al monte Sin. Yo no s si es muy
obvio cul es ese obsequio que los lamanitas darn al Seor. En lo particular, viene a mi
mente lo que el Seor dice acerca de otra tribu, de los levitas, en la seccin 13 de D. y C.:
hasta que los hijos de Lev ofrezcan al Seor un sacrificio en rectitud. En la palabra
sacrificio, hay una nota de pie de pgina que nos remite a D. y C. 128: 24, donde se lee:
Ofrezcamos, pues, como iglesia y como pueblo, y como Santos de los ltimos Das, una
ofrenda al Seor en rectitud; y presentemos en su santo templo, cuando quede
terminado, un libro que contenga el registro de nuestros muertos, el cual sea digno de
toda aceptacin. Claramente ese es el obsequio que se presentar, como dice Isaas, en
el lugar de Jehov de los ejrcitos, en el monte de Sin, es decir, en el santo templo, de
ese pueblo temible desde su principio y despus, gente subyugada y hollada: del pueblo
lamanita.
Antes de dejar Isaas 18, quiero recalcar algo: el florecimiento lamanita no es una
mera promesa de bienestar econmico. Eso no es sino una muy pequea parte de ello. El
florecimiento lamanita es, en buena medida, el poder volver a disfrutar de las
bendiciones de paz, gozo, civilidad, que da el volver a estar cerca del Padre. El volver a
tener, como raza, salud y fuerza espiritual, y esto se lograr por principio de cuentas
a travs de la predicacin del evangelio. As lo dice Isaas 18:2, y as lo entendi el
profeta Nefi quien, al hablar del florecimiento lamanita dijo:
102
Y entonces el resto de nuestra posteridad sabr acerca de nosotros: cmo fue que
salimos de Jerusaln, y que ellos son descendientes de los judos; y el evangelio de
Jesucristo ser declarado entre ellos; por lo que les ser restaurado el conocimiento
de sus padres, como tambin el conocimiento de Jesucristo que hubo entre sus
padres. Y entonces se regocijarn; porque sabrn que es una bendicin para ellos de la
mano de Dios; y las escamas de tinieblas empezarn a caer de sus ojos; y antes que pasen
muchas generaciones entre ellos, se convertirn en una gente pura y deleitable. (2 Nefi
30: 4-6).
Otro captulo de Isaas que habla del florecimiento lamanita es Isaas 27. All
Isaas (v. 2) habla de lo que suceder con la via deleitosa (que como vemos en Jacob
5:43, se refiere al continente americano), en aqul da (v. 1), es decir, en los ltimos
das. En el v. 6 Isaas hace dos precisiones ms: no habla de todos los pobladores de este
continente, sino de los que vienen de Jacob, es decir, los lamanitas y, todava de
manera ms especfica, los que son renuevos de Israel, esto es, los lamanitas que son
miembros de la Iglesia. Ahora, qu es lo que promete el Seor en este captulo a los
lamanitas? (v. 3) Que los va a nutrir, y me imagino que no se refiere (o, en todo caso, no
nicamente) a abundancia de alimento, sino a las cosas espirituales: a que el evangelio
ser predicado al pueblo lamanita. (v. 4): que el Seor perdonar a los lamanitas; (v. 5)
que les dar paz. El versculo 6 vale la pena de ser citado por completo:
l har que los que vienen de Jacob echen races;
florecer y echar renuevos Israel,
y la faz del mundo se llenar de fruto.
Son tres promesas all que tienen que ver con el proceso en que una planta
florece, porque se trata de eso, del florecimiento lamanita: primero, que el pueblo
103
iglesia, y tercero, que el mundo se llenar de los frutos de sus renuevos, es decir, que los
jvenes lamanitas justos sern enviados como misioneros a todas las naciones. Los vv. 7
y 8 dicen que el Seor haba castigado al pueblo lamanita, pero el v. 9 dice algo que para
m es sumamente importante: que el Seor perdonar la iniquidad de Jacob (i.e., de los
lamanitas) en cuanto ellos abandonen las tradiciones de sus padres. Ahora, cmo ser
que los lamanitas abandonen las tradiciones de sus padres? Los vv. 12 y 13 son claros en
ese sentido: a travs de la predicacin del evangelio se les reunir como un solo pueblo
y, como miembros de la Iglesia, los lamanitas adorarn al Seor en Su templo. Como
hemos visto y como veremos en los captulos subsiguientes, el Seor es muy reiterativo
en esto: los lamanitas solo podrn florecer en tanto nosotros, los miembros de la Iglesia,
prediquemos el evangelio y asistamos con regularidad al templo. Del cumplimiento de
estos dos puntos se desprenden casi todas las bendiciones que conformarn el
florecimiento lamanita.
Isaas 29. En su encabezado se lee: Un pueblo (los nefitas) hablar como una voz que
habla desde el polvo Se predicen la apostasa, la restauracin del Evangelio y el
advenimiento de un libro sellado (el Libro de Mormn) Comprese con 2 Nefi 27.
Este captulo es muy claro en cuanto al papel que tendr El libro de Mormn en la
redencin y el florecimiento de los lamanitas en los ltimos das. En el v. 18 dice que los
sordos oirn y los ciegos vern las palabras de El libro de Mormn. Por supuesto, acaso
puede referirse a los avances tecnolgicos que hacen fsicamente posible eso, pero
principalmente se refiere al hecho de que el espritu especial que porte El libro de Mormn
llegar a los ciegos y sordos espirituales: les har crecer en humildad, en gozo y en
riqueza espiritual (v. 19). Jacob, es decir, el pueblo lamanita (v. 22) ser perdonado por el
104
antes que venga el gran da del Seor, Jacob prosperar en el desierto, y los lamanitas
florecern como la rosa. Sin florecer en los collados y se regocijar en las montaas, y
ser congregada en el lugar que he sealado. (D. y C. 49:24-25). Esta profeca acerca de
los lamanitas es acaso la ms conocida con respecto al florecimiento lamanita, pero no
era la primera vez que el Seor deca esto: en el Antiguo Testamento, el siguiente
captulo que habla con claridad del florecimiento lamanita es Isaas 35, que es donde el
Seor dijo por primera vez esta profeca, con las siguientes palabras:
lamanita. Ahora, llama la atencin los siguientes dos versculos, porque parecera que
hay una ruptura entre los versculos uno y dos, y el tres y cuatro:
Fortaleced las manos cadas y afirmad las rodillas debilitadas. Decid a los de
corazn apocado: Sed fuertes, no temis; he aqu que vuestro Dios vendr con venganza;
la recompensa de Dios vendr; l vendr y os salvar.
105
manera paralela a la predicacin del evangelio, los lamanitas floreceremos por la ayuda
que nos brindemos unos a otros. Me imagino que todos hemos escuchado esa historia
denigrante del pescador de cangrejos que los coloca en dos cubetas, una de las cuales es
de cangrejos mexicanos y no necesita taparla, porque entre los mexicanos siempre
jalamos hacia abajo a quien est logrando salir; a quien est triunfando. Se me hace una
historia ofensiva y que hace mal contarla, porque refirma que existe esa cualidad
negativa en nuestra naturaleza; esa envidia destructiva. Lo cierto es que quien quiere
contribuir a que el pueblo lamanita florezca, debe aprender a ver a todos sus hermanos
de raza como eso, como sus hermanos, y debe procurar hacer todo lo que tenga que
hacer para que stos progresen en todo sentido, pero el profeta Isaas se refiere sobre
todo a que para florecer, el pueblo lamanita necesita conocer el evangelio, porque repite
lo que ya profetiz en el captulo 29: en v. 5 dice que en los ltimos das los ciegos vern
y los sordos oirn, s, nuevamente, habla de inundar la tierra con El libro de Mormn
(Ezra Taft Benson, 1989). Una vez que los lamanitas hayan florecido, entonces Isaas nos
habla del propsito de dicho florecimiento: la construccin de la ciudad de Sin, donde
los lamanitas ayudarn no s cmo, pero las Escrituras dicen que tendrn un papel
protagnico a construirla:
Y habr all calzada y camino, y ser llamado Camino de Santidad; no pasar por
all ningn impuro; y ser para los que anden por l, pues por ms torpes que sean
no se extraviarn. No habr all len, ni fieras voraces subirn por l, ni all se
encontrarn, sino que los redimidos caminarn por l. Y los rescatados de Jehov
volvern y vendrn a Sin con cnticos; y habr gozo perpetuo sobre sus cabezas; y
alcanzarn gozo y alegra, y huirn la tristeza y el gemido.
106
Por supuesto, esos redimidos del Seor. Acaso no huelgue aclarar que la palabra
redimido, quiere decir rescatado, y que aqu se refiere a aquellos hijos de nuestro
Padre que vendrn a unirse a Sin, donde no solo hablamos de los santos de los ltimos
das, sino de las diez tribus perdidas, e incluso de aquellos no miembros de la Iglesia que
deseen unirse a Sin.
Un captulo ms que habla del florecimiento del pueblo lamanita es Isaas 41.
All el profeta nos habla de manera directa a nosotros. Inicia: Guardad silencio ante m,
oh islas, y renueven fuerzas los pueblos; acrquense y entonces hablen; vengamos juntos
a juicio. El Seor pide a las islas (a los habitantes del continente americano), como pidi
a los lderes en D. y C. 50, que razonemos con el Seor; que entendamos (v. 4) que toda
la opresin, toda la injusticia por la que han pasado nuestros ancestros, todo el dolor,
todo ese sufrimiento tienen un por qu; que hay un plan y un propsito. En los
siguientes versculos mis favoritos de todos los libros cannicos Isaas nos indica de
nuevo la manera en que florecern los lamanitas:
acercaron y vinieron. Cada cual ayuda a su prjimo y dice a su hermano: S fuerte! El artfice
anima al orfebre, y el que aplana con martillo dice al que bate en el yunque, acerca de la soldadura:
Est bien! Y lo afirma con clavos para que no se mueva. (Isaas 41: 5-7). Los habitantes de
las islas, es decir, los lamanitas, floreceremos una vez que logremos desarrollar el
suficiente amor por nuestros hermanos, para fortalecernos unos a otros. Los lamanitas
floreceremos porque nos ayudaremos unos a otros: el artfice al orfebre, es decir, el que
sabe mucho, al que no sabe tanto: el artista al artesano, afirmando la labor de nuestros
hermanos, afirmando sus obras para que ese crecimiento sea efectivo. Entonces, tanto los
107
lamanitas (vv. 5-7) como el resto de la casa de Israel y los conversos (vv. 8, 9), edificarn
la ciudad de Sin.
haberlos, creo. Pero la inmensa mayora de nosotros hemos pasado por derrotas, por
sufrimiento que parece no tener sentido ni justificacin, heridas que no logran cerrar. Yo
me imagino que en este momento particular de la historia, y aqu vale la pena aclarar
que no pienso exclusivamente en los mexicanos que viven hoy, 7 de diciembre de 2014:
uno ve las noticias y ve que hay crisis y desempleo, movimientos sociales,
mucho a las ltimas jugadas del Monopoly: todas las casillas estn llenas de hoteles y
restaurantes, y los que son ricos son cada vez ms escandalosa, ofensivamente ricos, y la
inmensa mayora de la poblacin pasa de la pobreza, a la miseria. A veces camino por las
calles de la ciudad, y veo tanta pobreza, dolor, ignorancia, maldad, que uno no puede
impedir que los ojos se llenen de lgrimas, pero entonces, en el siguiente versculo, Isaas
que siempre habla con mucha claridad de cuestiones sociales, polticas y
econmicas nos dice:
contienden contigo sern como nada y perecern. (Isaas 41:10-11). Y en los siguientes
versculos nos anima al pueblo lamanita a tener esperanza (no cito los versculos en
detalle porque este escrito se est alargando mucho ms de lo que yo esperaba, y estoy
tratando de ser tan sucinto como puedo). Sabemos que habla de los lamanitas, porque
108
palabra gusano, seala: Es decir, manso, humilde. Entonces Isaas da profecas (vv.
15-16) poderosas, que van ms all del florecimiento lamanita, y que trataremos ms
adelante. Pero vez tras vez en este captulo el Seor te promete a ti, descendiente del
profeta Lehi, si vienes al Seor: Los afligidos y menesterosos buscan agua, pero no hay;
se sec de sed su lengua; yo, Jehov, les responder; yo, el Dios de Israel, no los
desamparar. (Isaas 41: 17).
lamanitas que a la vez son SUD (Israel): Ahora pues, oye, oh Jacob, siervo mo, y t, oh
Israel, a quien yo escog. En v. 2 El Seor nos da las siguientes palabras de consuelo:
As dice Jehov, Hacedor tuyo y el que te form desde el vientre, el cual te ayudar: No
temas, oh Jacob, siervo mo, Jesurn, a quien yo escog. La declaracin del Seor es
profunda: adversidad por la que pasamos fue determinada desde antes de que
naciramos, es decir, desde nuestra vida premortal, pero junto con ese castigo de siglos,
est la promesa de que l nos ayudar y de que los que somos Jacob, no tenemos por qu
temer, si somos Jesurn (palabra hebrea que significa: recto, justo, santificado). La idea
del florecer lamanita casi siempre se contrapone al ambiente adverso en que se dar el
florecimiento: Es un oxmoron (un contraste extremo) muy marcado: los lamanitas
florecern como la rosa en el desierto, implica eso: ser como una de las flores ms
109
de ese desierto espiritual, de esa aridez moral causada por las circunstancias en que
vivimos, nos levantaremos como una rosa espiritual. Cmo se har esto? Los vv. 3, 4
nos indican: Porque yo derramar agua sobre el sequedal y ros sobre la tierra rida; mi
espritu derramar sobre tu descendencia y mi bendicin sobre tus renuevos. Y brotarn
entre la hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas. Esa agua que har florecer a
los lamanitas es el Espritu del Seor, que se derramar abundantemente sobre los
los que no son SUD, e incluso a las personas justas y buenas que no son miembros de la
Iglesia y que nos rodean (v. 5). El Espritu vendr abundantemente los lamanitas, nos
indica el v. 7, a travs de la predicacin del evangelio. Todos los lamanitas tenemos que
entregarnos a la obra misional y, por cierto, el v. 8 nos indica que debemos predicar el
evangelio a nuestros hermanos lamanitas de continuo, sin temor. El propsito al
predicar el evangelio es que los lamanitas (vv. 9-17) dejen de lado su idolatra y las
inicuas tradiciones de sus padres, abran sus ojos y sus corazones para entender (v 19),
reflexionen y adquieran conocimiento (v. 19). El Seor nos pide que como lamanitas
SUD nos arrepintamos en los vv. 21-23 e insiste en que si nos bendecir, es con la
condicin de que seamos fieles en estos puntos: Acurdate de esto, oh Jacob, e Israel, porque
mi siervo eres; Yo te form; siervo mo eres t, Israel; no me olvidar de ti.
lamanitas, escuchan al Seor, l nos librar de estas condiciones en que vivimos, con tres
condiciones: La primera es dejar de lado la idolatra (vv. 5-7). La segunda es ser firmes
(vv. 8-9). Esto implica tanto el ayudarse o animarse unos a otros, como vimos en Isaas
41, como a recuperar la condicin de firmeza propia del pueblo lamanita. Sobre este
punto, que no hemos hablado, volveremos ms adelante. La tercera es dejar de lado las
110
indicar a los jvenes lamanitas que deben servir una misin y predicar el evangelio con
alegra. Como escribi el apstol Pablo:
que se refera a los descendientes de Lehi, y que est dedicado a las islas, Isaas indica
que para que florezcan los lamanitas (v. 6), primero es necesario que los mismos se
dediquen a predicar el evangelio (vv. 1-5 y 22-26).
La siguiente ocasin en que Isaas habla de las islas (i.e., los lamanitas) es en
los captulos 59 y 60. All Isaas dice que fue por las maldades de nuestros ancestros que
mentira, y habla maldad vuestra lengua (Isaas 59:3), porque los vv. 4 y 5 dice que es
cada familia incuba huevos de spides (v. 5). Una larga y dolorosa lista de iniquidades
nos describen minuciosamente en los siguientes versculos (vv. 7-12): nuestros pies se
apresuran al mal, nuestros pensamientos nos llevan a la desolacin, somos ciegos a las
coas espirituales, gemimos esperando salvacin, pero la justicia est lejos de nosotros,
111
porque nuestros pecados atestiguan en contra de nosotros. Por ello es que el Seor el
pago dar a las islas (v. 18). Pero llegar el momento en que se les predicar el evangelio
y se arrepentirn (v. 19). Entonces, una vez que las islas, Jacob, quede limpio, Isaas
da una profeca gloriosa:
adelante: una de las cualidad es que vemos en los lamanitas a lo largo de El libro de
Mormn, es que una vez que ellos hacen un convenio de todo corazn, una vez que se
pero ser orientado a principios correctos, que les lleven no a una sumisin ciega, sino a
lealtad a bases firmes que nos darn honor, fortaleza, gloria. De all que Isaas 60, ese
captulo tan lleno de promesas hacia los lamanitas, inicia dicindonos a todos nosotros:
Levntate, resplandece!
En este apartado, del florecimiento lamanita, no podan faltar las palabras del
profeta Ezequiel. Cierto, l hablaba acerca de los judos que estaban exiliados en
Babilonia, pero creo que esta profeca dual se aplica tambin a nosotros los lamanitas, en
tanto no habla de Jud, sino de mi siervo Jacob:
112
cuando yo haga juicios sobre todos los que los despojan en sus alrededores; y
sabrn que yo soy Jehov su Dios. (Ezequiel 28: 25-26).
Cuando el profeta Oseas habl de Jacob en los ltimos das, es decir, de los
descendientes del profeta Lehi, dijo que el Seor le pagara a Jacob conforme a sus obras
(v. 2). Ese castigo de siglos de que hemos hablado, pero dice que Jacob vencer: llorar y
suplicar (v. 3). Y entonces Oseas nos dice qu es lo que nos toca hacer a nosotros, Jacob,
en los ltimos das a fin de poder ser librados: T, pues, convirtete a tu Dios; guarda la
misericordia y el juicio, y en tu Dios confa siempre.
dedica a hablar de lo que acontecera en el futuro a Jacob (7:20). En dicho captulo indica
que, aunque el pueblo de Jacob (v. 20) se ha rebelado, en los ltimos das Jehov tendr
arriba, Y la tierra ser asolada a causa de sus moradores, por el fruto de sus obras. (v.
13), en ese castigo a los hijos de Jacob que dur siglos. Pero entonces vendr el
florecimiento lamanita ser algo tan portentoso, tan lleno de seales, como fue para los
hebreos su salida de Egipto: Yo les mostrar maravillas como el da en que saliste de
Egipto. (v. 15). Llama la atencin la fraseologa: el profeta habla al pueblo lamanita de
manera directa: saliste. Nos habla de manera directa a nosotros.
113
su podero; pondrn la mano sobre su boca. En v. 18 se nos dice que, si bien el Seor ha
estado molesto con Jacob, no lo estar por siempre sino que y aqu el profeta Miqueas
se hace parte del pueblo de Lehi; habiendo vivido en Jud unos 150 aos antes de Lehi
muy bien podra ser su ancestro, dice (v. 19): l volver; volver a tener misericordia
de nosotros; l hollar nuestras iniquidades y echar en lo profundo del mar todos
como se ha dicho, que muy probablemente era ascendiente de Lehi: Otorgars a Jacob
la verdad como juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos. Vale la pena ver en
detalle esta primera parte del v. 20: Otorgars a Jacob la verdad. Que Jacob se refiere a
los descendientes del profeta Lehi, no cabe duda: La nota de pie de pgina nos remite a 2
Nefi 29: 14, donde habla del surgimiento de El libro de Mormn, como de un segundo
hecho de que El libro de Mormn llegue a tantos de nuestros hermanos como sea posible.
Una vez ms: no podremos florecer, mientras no hagamos todo lo que est a nuestro
alcance porque cada lamanita tenga y estudie minuciosamente este registro sagrado. Tal
como dijo Nefi:
Y entonces el resto de nuestra posteridad sabr acerca de nosotros: cmo fue que
salimos de Jerusaln, y que ellos son descendientes de los judos; y el evangelio
de Jesucristo ser declarado entre ellos; por lo que les ser restaurado el
conocimiento de sus padres, como tambin el conocimiento de Jesucristo que
hubo entre sus padres. Y entonces se regocijarn; porque sabrn que es una bendicin
para ellos de la mano de Dios; y las escamas de tinieblas empezarn a caer de sus ojos; y
antes que pasen muchas generaciones entre ellos, se convertirn en una gente pura y
deleitable. (2 Nefi 30: 4-6).
114
6.2.4. Parntesis: Visin del Pdte. Kimball del futuro de los lamanitas
Como dijo Richard L. Millet (2001, p. 119), Ningn tratado sobre el tema de los
lamanitas estara completo sin la visin que el Profeta [Spencer W. Kimball] tuvo sobre
este pueblo. A continuacin hago un parntesis en lo que vieron los profetas del
Antiguo Testamento acerca del pueblo lamanita, y anexo la visin del futuro de los
lamanitas del Pdte. Spencer W. Kimball (1947). Antes de citar esta visin, creo que habra
qu mencionar lo siguiente, para ponernos en contexto: mi abuelo, Buenaventura Pech
Cocom, naci en 1881. l era un indgena maya de raza pura. Para conquistar a mi
siendo viudo y vuelto a casar; su casa era de piso de tierra. Mi padre naci en 1932. l
estudi hasta segundo ao de secundaria, nunca aprendi otro idioma y nunca tuvo casa
propia. Yo nac en 1963, tengo un posgrado y en los ltimos aos me he dedicado a dar
clases en diferentes universidades, as como a la traduccin de textos espaol ingls e
ingls espaol. Actualmente soy editor en jefe de familias.com.
florecimiento lamanita en 1947, muchas de estas cosas que son nuestra realidad
Mesa Arizona.
115
Mis queridos hermanos y hermanas, deseo referirme a uno o dos pasajes del
Libro de Mormn:
Ahora bien, lo que nuestro padre quiere decir concerniente al injerto de las
ramas naturales, por medio de la plenitud de los gentiles, es que en los das postreros,
carne a los hijos de los hombres, entonces la plenitud del evangelio del Mesas vendr a
los gentiles; y de los gentiles vendr al resto de nuestra posteridad.
Israel, y que son el pueblo del convenio del Seor; y entonces sabrn y llegarn al
conocimiento de sus antepasados, y tambin al conocimiento del evangelio de su
Redentor, que l ministr a sus padres. Por tanto, llegarn al conocimiento de su
Redentor y de los principios exactos de su doctrina, para que sepan cmo venir a l y ser
salvos. (1 Nefi15:13-14).
Y significa que viene el tiempo, despus que toda la casa de Israel haya sido
dispersada y confundida, en que el Seor Dios levantar una nacin poderosa entre los
gentiles, s, sobre la superficie de esta tierra; y nuestros descendientes sern esparcidos
por ellos.
proceder a efectuar una obra maravillosa entre los gentiles, que ser de gran valor para
116
nuestra posteridad; por tanto, se compara a que sern nutridos por los gentiles y
llevados en sus brazos y sobre sus hombros.
Por tanto, los sacar otra vez de su cautividad, y sern reunidos en las tierras de
vosotros sois parte, Iban a venir gentes de esta continente que esparciran a los
lamanitas. Entonces iba a seguir el establecimiento de una grande nacin entre los
Gentiles, que afligiran a los lamanitas, pero al que por fin les llevara la luz del
evangelio.
colonizadores. Los puritanos y los peregrinos, quienes eran de la mejor gente de Europa,
vinieron a Amrica para establecerse y buscar hogares. Entonces, de acuerdo con las
escrituras, nacin una grande nacin, formada de entre los Gentiles. Por cuatrocientos
aos los lamanitas fueron esparcidos y expulsados por ellos. Corts, Pizarro y varios
otros fueron culpables de mucho de esto. Pero en fin, hace unos cientos setenta aos, se
estableci la nacin ms grande debajo del cielo, una nacin que iba a conceder libertad
religiosa para que el evangelio pudiera ser restaurado. As fue que cuando hubo
suficiente libertad religiosa de tal manera que las aves del cielo no podan comerse la
semilla del evangelio, ni se perdera entre las piedras, se restaur el evangelio mediante
los Gentiles. Sali a la luz el Libro de Mormn y se tradujo de las planchas sobre las
cuales se hallaba la historia de los primeros habitantes. Se cumplieron las profecas
relativas a que estos preciosos anales habran de ir a los Gentiles, y por ellos llevados a
los lamanitas, y que estos saldran de la oscuridad y las tinieblas.
117
masa. Esta es nuestra tierra y pertenece a nosotros que somos de la casa de Israel, y de la
cual vosotros sois parte. Es la tierra ms preciosa y abundante de todo el mundo, y todo
lo que contiene est reservado para nosotros. Leemos lo que dice Doctrina y Convenios
en tocante a esto:
De cierto os digo, que si hacis esto, la abundancia de la tierra ser vuestra, las
bestias del campo y las aves del cielo, y lo que trepa a los rboles y anda sobre la tierra;
s, y la hierba y las cosas buenas que produce la tierra, ya sea para alimento, o vestidura,
o casas, alfoles, huertos, jardines o vias; s, todas las cosas que de la tierra salen, en su
sazn, son hechas para el beneficio y el uso del hombre, tanto para agradar la vista como
para alegrar el corazn. (D. y C. 59:16-18)
solamente con la condicin de que vivamos de acuerdo con los mandamientos de Dios.
Se ha prometido proteccin a los pueblos de las Amricas en contra de sus enemigos, y
Ahora bien, a Dios le agradara vernos disfrutar de todas estas abundancias del
mundo. Cre la tierra para nosotros, y nos puso sobre ella para que nos probsemos. No
quiere que ninguno de nosotros sea pobre, o se muera de hambre o de fro, sino quiere
que nosotros gocemos de todas esta ricas bendiciones que nos ha dado sobre esta tierra.
Pero hay ciertos mandamientos que cumplir. Sabemos cules son: No matars; no
118
Autoridades Generales de la Iglesia, sino que debis apoyar a las autoridades de vuestra
misin y a las autoridades de vuestras ramas, y debis amaros, y honraros, y apreciaros
el uno al otro. Quiere decir que observareis el da del Seor para santificarlo, que
pagareis vuestros diezmos y conservareis vuestras vidas puras y limpias. Ahora, cuando
hayis cumplido los mandamientos, el Seor estar obligado a causa de sus promesas.
Espero que podis prepararos para recibir lo que es vuestro, y poder reclamar
vuestro destino. Vosotros los que estis aqu hoy estis bien vestidos. Entendis el
descendiente de Lehi que vive sobre la tierra pudiera disfrutar de tan ricas bendiciones!
econmicamente, y la gran mayora trabajaba para otros. En mis pocos aos de vida he
visto a nuestro pueblo elevarse en esta situacin y llegar a ser personas prominentes en
la comunidad. Hemos visto a los miembros de la Iglesia elevarse a altas posiciones en
es precisamente esto. Al contemplar el futuro veo al pueblo lamanita de las islas y de las
119
Amricas elevarse a su gran destino. Veo grandes nmeros de los lamanitas y nefitas en
hermosos y cmodos hogares con todas las comodidades que la ciencia puede ofrecer.
Veo a estos hijos de Lehi con sus hatos y rebaos en mil colinas. Y en lugar de estar
trabajando para otros, los veo dueos de huertas y haciendas, ocupando a otros. En
lugar de ser criados, los veo como amos, dueos de instituciones mercantiles y bancos, y
parece que los puedo ver en posiciones legislativas, donde, como legisladores y buenos
santos de los ltimos das, formularan leyes buenas para el pueblo.
Me parece ver dentistas y doctores entre vuestro pueblo, con sus propias clnicas
y hospitales. Veo enfermeras entre vuestras jvenes. Veo grandes nmeros de abogados
entre vuestros propios hijos, los cuales se han preparado y llegado a posiciones donde
puedan ajustar los problemas del mundo. Los veo como dueos de industrias y fbricas,
produciendo automviles y maquinaria, y enlatando frutas y verduras, y haciendo
muchas otras cosas. Veo a vuestros jvenes preparndose para llegar a ser
llegar a ser grandes conferencias y dueos de peridicos para influir en los pensamientos
del mundo.
nuevas verdades y misterios del reino de Dios; y hombres y mujeres que escribirn libros
120
lamanitas durante los ltimos mil aos. Veo a vuestros hijos e hijas escribiendo libros,
grandes libros, que desarrollaran la fe y el carcter en las vidas de la gente. Os veo en
tanta elegancia que conmovern a grandes nmeros de personas. Os veo enviando a casi
todo hijo que nace de padres lamanitas al campo misionero, sostenindose l a s mismo
y con la ayuda de sus padres.
venir en grupos pequeos de diez o cien, sern miles. .os veo organizados en barrios y
estacas compuestos de gente lamanita. Los veo llenar los templos y oficiar en ellos.
Ahora mis hermanos y hermanas, toda esta visin se puede realizar. Se halla
enfrente de vosotros. Pero no puede efectuarse con solo pensar en ella. Representa
trabajo, Visio, y un despertamiento por parte de vosotros, y mucho sacrificio. Las
posiciones de directores vienen por mrito, y vuestros hijos de maana deben estar
preparados para sumir estas grandes responsabilidades. El Seor ha dicho que el
hombre no puede salvarse en la ignorancia. Tambin ha dicho:
otro palabras de sabidura; s, buscad palabras de sabidura de los mejores libros; buscad
conocimiento, tanto por el estudio como por la fe. (D. y C. 88: 118).
los libros buenos y con los idiomas, lenguas y pueblos. (D. y C. 90:15).
121
Esto quiere decir que tenis todas estas cosas buenas que el Seor ha provedo
sobre esta tierra, comodidades y lujos. Pero es que si vais a cumplir todas cosas que yo
he indicado, como las he visto en esta visin, tendris que sacrificaros y ver que vuestros
hijos vayan a la escuela, no solamente a la primaria, sino a la preparatoria y a los
colegios, donde podrn recibirse y seguir adelante para ocupar su lugar en el mundo. Yo
s que es difcil. Comprendo que a muchos de vosotros os parece que apenas podis
vivir con lo que estis ganando. Pero donde hay voluntad hay resultados, y si vosotros
los padres empezis a sacrificaros y a instar a vuestros hijos a que reciban estas ventajas,
maana sern ellos los directores del mundo. No habis de gastar todo lo que tengis. Se
debe ahorrar dinero para las misiones y la educacin de vuestros hijos. Estos pueden
tomar sobre si ciertas responsabilidades y buscar algn trabajito para ayudar a acumular
estos fondos, y en lugar de gastar estas pequeas entradas, las ahorraran para estos
grandes propsitos. Quiz esto significara que los padres de hoy se privaran de muchas
de las cosas que les gustara tener, pero maana ser la cosecha.
Hace cien aos nuestros padres llegaron a Utah y por varios aos casi se
murieron de hambre, pero lo primero que hicieron fue edificar escuelas, buscarles
maestros, y mandar a sus hijos a esas escuelas. Los padres se privaron de lujos, de buena
ropa, casi de lo necesario para vivir a fin de poder tener a sus hijos en las escuelas; y en la
actualidad el estado de Utah est a la cabeza de todo el mundo en cuanto a educacin. Y
esto no se debe a que es, el Estado de Utah. Es porque el estado de Utah se compone
mayormente de miembros de esta Iglesia, y porque los padres, hace cien aos,
estuvieron dispuestos a sacrificarse por sus hijos.
Hay en los Estados Unidos ms personas prominentes del estado de Utah, por
persona, que de cualquier otro estado en la unin norteamericana. Nuestra gente goza
122
igual importancia y fama en todos los otros estados donde viven los mormones. De
manera que podramos decir que en la Iglesia Mormona, estamos a la cabeza del mundo
en cuanto a educacin. Y mientras nos preparamos en todas las cosas del mundo,
tambin desarrollamos nuestra fe.
hermanos y hermanas en toda la Iglesia hacis eso, os podemos prometer que en la gran
maana, vuestros jvenes y seoritas mexicanos estarn en el mismo nivel que
Jos Smith es un profeta de Dios, Sigue hacia adelante en los cielos con nuestro
dichas por el Pdte. Kimball. Ahora hablemos de otro aspecto que creo que nunca se ha
desarrollado en detalle. Las Escrituras nos indican que el florecimiento lamanita no ser
solo la prdica del evangelio y un derramamiento abundante del Espritu y de
123
bendiciones materiales para con los lamanitas. Es decir, que junto con una serie de
eventos que parecen bonitos o grandiosos o gloriosos, tambin hay algo que no deja de
ser sumamente perturbador: el hecho de que los lamanitas sern terribles entre sus
enemigos. Diferentes profetas, y el Seor mismo, hablaron de esto. Aqu yo debo
reconocer que simplemente no entiendo muchas de las profecas acerca de lo que har el
pueblo lamanita. El primero en mencionar esta actividad destructora de los lamanitas, es
el profeta Abdas. Su libro es solo un captulo, el cual se dirige a los descendientes de
Esa, es decir, Edom, es decir, el mundo o (D. y C. 1:36) lo mundano. A ellos les dice el
profeta:
Porque cercano est el da de Jehov sobre todas las naciones; como t hiciste se har
contigo; tu recompensa volver sobre tu propia cabeza. De la manera que vosotros
bebisteis en mi santo monte, bebern continuamente todas las naciones; bebern,
y engullirn y sern como si no hubieran existido. Mas en el monte Sin habr
salvamento, y ser santo, y la casa de Jacob recuperar sus posesiones. Y la casa de
Jacob ser fuego, y la casa de Jos ser llama, y la casa de Esa estopa, y los quemarn y los
consumirn; ni aun quedar sobreviviente alguno en la casa de Esa, porque
Jehov lo ha dicho. (Abdas 1: 15-18)
Es decir, antes de la Segunda venida aquellos que castigaron y oprimieron a los
lamanitas, sern castigados de la misma manera, y por aquellos que fueron oprimidos.
Todo ello por el salvamento que vendr del monte de Sin, es decir, del templo. Ahora,
se menciona que: Y la casa de Jacob ser fuego. Es esto una especie de venganza
habla de quemar y consumir a las naciones mundanas. Ahora, vale la pena destacar que
la referencia cruzada que aparece en el v. 18: Y la casa de Jacob ser fuego, nos remite a
3 Nefi 20: 16, donde el Seor habla a los descendientes del profeta Lehi en este
continente. Es decir, una vez ms queda corroborado que la casa de Jacob son los
descendientes del profeta Lehi. Ahora, por qu se menciona el monte de Jehov, i.e., el
124
destructora del Seor en los ltimos das, fue Miqueas, quien predic del 740 al 697 a.C.
En su captulo cuatro, Miqueas habla a una nacin en los ltimos das, a la que llama: la
hija de Sin. Si consideramos que Sin, como se vio arriba, es este continente, uno
podra por lgica asumir que la hija de Sin es la nacin lamanita, pero no es solo la
lgica: en la referencia del versculo 13 se nos enva a 3 Nefi 20: 17-22, donde el Seor
mismo, al visitar este continente, dice que estas palabras de Miqueas 4 se referan a los
descendientes del profeta Lehi en los ltimos das.
robusta; y Jehov reinar sobre ellos en el monte Sin desde ahora y para siempre. (v.
7). El Seor reconoce que los dolores y aflicciones de esta nacin han sido como de mujer
que da a luz, pero que:
llegars hasta Babilonia; all sers librada; all te redimir Jehov de manos de tus
enemigos. Y ahora se han juntado muchas naciones contra ti y dicen: Sea profanada, y
contemplen nuestros ojos Sin. Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehov
ni entendieron su consejo; los junt, pues, como gavillas en la era. Levntate y
trilla, hija de Sin, porque har tu cuerno de hierro y tus uas de bronce, y
desmenuzars a muchos pueblos; y consagrar a Jehov su botn, y sus riquezas
al Seor de toda la tierra.
En el siguiente captulo, como nos indica el encabezado, se habla de que En los
Nuevamente, muchas de estas profecas acerca del pueblo lamanita no las entiendo por
completo, porque los smbolos o metforas pueden tener varios significados. Por
ejemplo, se nos dice (Miqueas 5: 5): Y el remanente de Jacob ser en medio de muchos
125
pueblos como el roco que viene de Jehov, como las lluvias sobre la hierba, las cuales no
esperan al hombre ni aguardan a los hijos de los hombres. Es decir, entiendo que los
lamanitas sern una bendicin a las naciones. Aqu creo que vale la pena comentar que
Con todo, en los siguientes dos versculos (8 y 9), se nos indica que: Asimismo,
el remanente de Jacob ser entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como el len
entre las bestias del bosque, como el cachorro del len entre los rebaos de las ovejas, el
cual si pasa, y pisotea y arrebata, no hay quien escape. Tu mano se alzar sobre tus
enemigos, y todos tus adversarios sern talados. Dos veces, en 3 Nefi 16: 7-15, y en 3
Nefi 21:12-21, nuestro Salvador dijo especficamente que ese pasaje se refera de manera
vendr a las naciones gentiles que oprimieron por siglos a nuestros ancestros: Y
acontecer en aquel da, dice Jehov, que har matar tus caballos de en medio de ti y har
destruir tus carros. Har tambin destruir las ciudades de tu tierra, y derribar todas tus
fortalezas. Y con ira y con furor har venganza en las naciones que no escucharon.
(Miqueas 5:10, 11, 15) Es decir, que entre los gentiles habr un llamado para que los reyes
sean ayos y las reinas nodrizas. Quien obedezca, ser bendecido y quien no, recibir esa
venganza de que habla el v. 15.
En ese mismo tono, el profeta Nahm dice de los lamanitas en los ltimos das:
126
gentiles rechazaran el evangelio y que los lamanitas los hollaran (3 Nefi 16:8-20).
Ahora, si me permiten, repetir el ltimo versculo que cit: Saquead plata, saquead
oro; no hay fin de las riquezas ni de la suntuosidad de toda clase de objetos preciosos.
(Nahm 2: 9). Nuevamente, en buena medida la riqueza del pueblo lamanita en el futuro
ser esta rara suerte de retribucin donde se harn justicia por su propia mano, dirigidos
por el Seor. Y entonces cabe muy bien la pregunta: Por qu el Seor va a permitir que
se enriquezcan de esa manera? O incluso: Para qu los va a bendecir en abundancia?
Es solo para vivir la utopa de comodidad y despilfarro que corresponde a la
mentalidad occidental del S. XXI? La respuesta, en el siguiente apartado.
Hay un tema del que hemos hablado arriba, pero lo suficiente. Regresemos a
hablar de Sin. Habamos dicho que Sin no solo es una condicin espiritual, i.e., ser
puro de corazn, sino que tambin es un lugar, una nacin. Como vimos arriba, varios
profetas han tenido el propsito y la visin de edificar Sin (Enoc, Melquisedec, Pedro,
Los nefitas de la poca del Seor, el mismo profeta Jos Smith), con mayor o menor xito.
El profeta Jos Smith dijo que Sin sera todo el continente americano, y que su capital
127
sera el Condado de Jackson, en Misuri. Es decir, que me imagino que para que se
establezca Sin, los pases (y, por lo mismo, sus fronteras) debern desaparecer tal como
los conocemos ahora. Entonces se edificar esta ciudad de Sin; esta nacin que se
llamar la Nueva Jerusaln. De ella nos dice la Gua para el Estudio de las Escrituras:
Lugar donde se reunirn los santos y donde Cristo reinar personalmente entre
ellos durante el Milenio. Sin (la Nueva Jerusaln) ser edificada sobre el
continente americano, y la tierra ser renovada y recibir su gloria paradisaca
(AdeF 10). Tambin se refiere a una ciudad santa que descender de los cielos al
comenzar el Milenio.
Es decir, que son dos ciudades que se llaman igual. Por cierto que no hablaremos
su captulo 40, nos habla en detalle: en los ltimos das la bondad humana escasear (vv.
6-8). Entonces el Seor establecer a Sin (v. 9). A diferencia de tantos intentos de
establecer una utopa por parte del hombre, sta lograr establecerse de manera firme
porque ser establecida por el poder del sacerdocio (v. 10), no solo por la buena voluntad
de los hombres de bien. El Seor guiar y dar abundantes bendiciones para que se
establezca Sin (vv. 11-14). Entonces Isaas vuelve a hablar de los lamanitas y de un
Entonces Isaas habla de manera directa a Jacob (los lamanitas) y a Israel (los santos de
los ltimos das):
128
ciertamente caen; pero los que esperan en Jehov tendrn nuevas fuerzas;
levantarn las alas como guilas; corrern y no se cansarn; caminarn y no se
fatigarn.
Para Isaas era claro que los lamanitas tendran un papel fundamental,
(contemporneo de Isaas) habla de Sin, lo hace con estas palabras. El que los lamanitas
tendrn una funcin protagnica en la edificacin de Sin, se nota en la fraseologa que
emplea Miqueas:
Isaas estaba citando a Miqueas, o viceversa, pero una cosa es cierta: Isaas, en 2:2: las
personas en los ltimos das, al refugiarse en Sin, al hablar del templo lo harn as: la
casa del Dios de Jacob, o, en otras palabras, del Dios de los lamanitas).
cmo se edificar esta ciudad y el papel que tendr en los ltimos das y como
leemos que llegar el da en que todas las naciones estn en guerra una contra otra (vv.
26, 27). Salvo algunas excepciones, los gentiles no aceptarn el evangelio (vv. 28-30).
Entonces vendr esa plaga terrible de que habla D. y C. 29, pero los santos estarn
seguros en Sin (vv. 57-64). En los siguientes dos versculos el Seor dice de manera
escueta: Y con corazones y mentes unnimes juntad vuestras riquezas para que compris una
129
heredad que ms adelante os ser designada. Y se llamar la Nueva Jerusaln, una tierra de
paz, una ciudad de refugio, un lugar de seguridad para los santos del Dios Altsimo. (D.
y C. 45:65-66). Ms adelante volveremos sobre este punto tan importante. Entonces los
que no son miembros de la Iglesia, las personas honorables de la tierra, se unirn a Sin
buscando paz (vv. 68-69). En esta serie de guerras y revueltas mundiales, ser el nico
lugar donde habr paz y, aunque sea atacada por los ejrcitos del mundo, ser protegida
por el poder del sacerdocio (vv. 70, 71).
que en los ltimos das las diez tribus perdidas (v. 26) vendrn de Asia a Amrica (v. 27)
por el estrecho de Bering, me imagino. Curiosamente, tambin de ellos se dice que
Sus enemigos llegarn a serles por presa (v. 28) y entonces habitarn en lo que ahora
son yermos desolados (v. 29) y traern sus riquezas a los descendientes de Jos por parte
de Efran (v. 30). Los collados eternos (i.e., el continente americano) temblarn ante su
presencia, y sern investidos con las ordenanzas del templo, por parte de los efrainitas,
los primognitos de Jos.
Enoc, en el captulo 7 del libro de Moiss. All leemos que en los das de iniquidad y
venganza (v. 60), el Seor hara que la verdad brotara de la tierra (v. 62) que, como
vimos arriba, alude al surgimiento de El libro de Mormn y, por causa de ello la justicia y
la verdad inundarn, dice el v. 62, la tierra como un diluvio y entonces se edificar la
ciudad de Sin, la Nueva Jerusaln. Y entonces (v. 63) descender la segunda Nueva
Jerusaln, la de Enoc, y ambas ciudades se unirn.
130
donde el profeta desarrolla este tema. El primero es en Isaas 24. All se dice que en los
ltimos das La tierra ser totalmente vaciada y enteramente saqueada (v. 3). Habr
mucha hambre entre las naciones (v. 4). Sin mencionarlo con esta frase, Isaas dice que el
gran pecado de nuestros das es el pecado de la hybris, el pecado de la desmesura y los
fueron culpables (vv. 5, 6). Vendr una crisis mundial que har que todo gozo se ha
apagado; se desterr la alegra de la tierra (v. 11). Es entonces que aparecen los
lamanitas. Isaas nos dice que entonces habr surgir una nacin que previamente ha
sido muy sacudida por el Seor: as ser en medio de la tierra, en medio de los pueblos,
como olivo sacudido, como rebuscos despus de la vendimia. (v. 13). Para entender
quines son estos plenamente, en buena medida dependemos de las notas de pie de
pgina que tiene la Biblia, y que colocar entre corchetes. Dicen los vv. 14 y 15: stos [es
decir, el remanente justo o recto] alzarn su voz, cantarn gozosos por la grandeza de
Jehov; desde el mar [u occidente] darn voces. Glorificad por esto a Jehov en los valles
[en la regin de luz, u oriente]; en las costas del mar sea nombrado Jehov Dios de Israel. Y
bueno, como hemos visto antes, las costas del mar es una manera de llamar a los
continente, y sus habitantes edificarn la ciudad de Sin o, como dice el v. 23: La luna se
avergonzar, y el sol se abochornar cuando Jehov de los ejrcitos reine en el monte
continente. Yo tengo para m que en el florecimiento lamanita hay ms que una mera
131
generosidad del Seor hacia los descendientes de Lehi: creo que hay un propsito, que
tiene que ver con los planes del Seor para el establecimiento de Sin en los ltimos das.
El captulo 60 de Isaas habla, de nuevo, de las islas (v. 9), es decir, de nosotros,
los lamanitas. Mucho de lo que dice Isaas ya lo hemos visto antes: habr una crisis de
oscuridad sobre los pueblos de la tierra (v. 2) Paradjicamente, eso ser el amanecer para
las islas (v. 3); sus hijos sern llevados en brazos por los gentiles (v. 4); ser de ellos las
riquezas de las naciones (v. 5); sus jvenes proclamarn el evangelio a las naciones (v. 6);
consagrarn sus riquezas para alabar al Seor en Su casa (v. 7), y ese concepto es
Tarsis desde el principio, para traer a tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre
de Jehov tu Dios y al Santo de Israel, porque te ha glorificado. (v. 8); el Seor en su ira
hiri al pueblo lamanita, mas en mi buena voluntad tendr de ti misericordia. (v. 10);
a ti sean tradas las riquezas de las naciones y conducidos a ti sus reyes (v. 11); Esas
riquezas sern para embellecer el templo del Seor (vv. 12-13) y el pueblo lamanita
afligir a todos los que lo afligieron (v. 14). Entonces el Seor nos da una promesa
sumamente hermosa:
poltica de nuestros respectivos pases, se nos antoja imposible que se cumplan estas
profecas. S que al ver cmo los gobernantes han corrompido a tal grado la constitucin
del pas, que es legalmente imposible pedirles que rindan cuentas de sus actos corruptos,
132
Todas estas ideas, que acaso no sean tan claras en el Antiguo Testamento, estn
expresadas con mucha ms claridad en 3 Nefi 21:20-29, as como en ter 13:2-12, donde
nuestro Salvador ense claramente a los descendientes de Lehi, tal como ter lo haba
dicho antes, que es prerrogativa de los lamanitas, de los descendientes de Jos, el edificar
la ciudad de Sin.
133
Bien, llegamos casi al final de este texto. Mucho de lo que haba qu decir, ya se
dijo. Ya solo me queda colocar algunos puntos sobre las es. Espero que este escrito haya
dejado ms o menos claro en qu consiste y qu hay que hacer para que nosotros, los
lamanitas podamos florecer. Es decir, no es una mera bendicin que caer del cielo: hay
cosas que tenemos que hacer; que implican esfuerzo, disciplina y, sobre todo, actitudes
que debemos cambiar. Hagamos, pues un breve repaso en donde agreguemos aquellas
cosas que las Escrituras indican que debemos hacer a fin de ser parte de ese
florecimiento lamanita:
7.1.
No ahondar mucho en esto: Vez tras vez nos lo dice Isaas: para que los
lamanitas florezcan, se requiere que primero les sea predicado el evangelio. Pdte.
Kimball (1977) nos suplic (te imaginas? Un profeta suplicando a los miembros?) que
alargramos el paso en la obra misional. Para ello, el Presidente Ezra Taft Benson (1989)
nos pidi que inundramos la tierra con El libro de Mormn. No hay otra manera ni hay
otro camino. Si deseas que los lamanitas florezcan, tienes que predicar el evangelio no un
da ni dos: tienes que hacer de ello ms que una costumbre o un hbito: tienes que hacer
de ello una parte inherente a tu persona. Ahora, si t decides que no deseas hacer obra
misional porque no te sientes cmodo o a gusto, piensa en esto:
estacionamiento de nuestro auto o barren su basura para nuestra banqueta, o que cada
134
vez que pueden, de alguna manera, abusan o hurtan lo que puedan, tanto como puedan,
de nosotros. Esa es la triste realidad de Latinoamrica. Ese vecino o vecina, ese
compaero de trabajo, ese que maneja a tu lado de manera tan imprudente y molesta,
ese jovencito que molesta a tus hijos en la escuela, todos ellos pueden cambiar, si t les
predicas el evangelio. Si decides que no lo vas a hacer, tal vez otra persona lo haga, pero
entonces el florecimiento lamanita se har ms lento. Pdte. Ezra Taft Benson (1989 b, p. 5)
dijo:
El Seor ejerce Su poder desde el interior del hombre hacia afuera. Por el
contrario, el mundo lo ejerce desde afuera hacia el interior. El mundo trata de
sacar a la gente de los barrios bajos; Cristo saca la bajeza social del corazn de las
personas y ellos mismos salen de los barrios bajos. El mundo trata de reformar al
hombre cambindolo de ambiente; Cristo cambia al hombre, y ste cambia el
ambiente que le rodea. El mundo trata de amoldar el comportamiento del
hombre, pero Cristo puede cambiar la naturaleza humana.
7.2.
mirado, solo tres cosas que han bastado para mantener en un estado de cautiverio al
cautiverio, porque la percepcin, ms que en los ojos, radica en la mente: la vista muy
rara vez va ver ms all de lo que la mente le permita. Permteme hacerte una
sugerencia: la prxima vez que releas El libro de Mormn, hazlo en funcin de cmo
afectan las falsas tradiciones de los padres en el proceso de conversin, y en cmo este
libro, El libro de Mormn, ayuda a eliminar dichas tradiciones que ciegan la mente de
nuestros hermanos, al menos en dos sentidos:
135
como Ammn que lo difcil no es sacar una espada y ponerse a cortar brazos. Lo
difcil es acaso ensear que lo que los padres le ensearon a uno, no es correcto, porque
primero prepar a sus posibles conversos mediante el servicio, luego ense la doctrina
correcta, y finalmente corrigi la doctrina falsa (Alma 18:37-38). La verdad tiene poder
en s misma, y es mediante la predicacin de la misma que el pueblo se convence
concerniente a las inicuas tradiciones de sus padres (Alma 23:3).
136
El escribir este libro me ha llevado ms o menos cuatro aos. Para escribirlo tuve que
hacer una relectura minuciosa de todos los libros cannicos, por completo, tanto del Antiguo,
como del Nuevo Testamento, as como de la Triple, y hacer dicha relectura en funcin de este
tema: Qu dijeron los profetas acerca del pueblo lamanita? Mientras lea, encontraba detalles
ms que interesantes; conocimiento que me hizo, sobre todo al momento de escribir, aplicar una
fuerte autocensura: pensaba en Jacob 4:14, cuando dice que los judos procuraron cosas que no
podan entender. Por tanto, a causa de su ceguedad, la cual vino por traspasar lo sealado, es
menester que caigan; porque Dios les ha quitado su claridad y les ha entregado muchas cosas
que no pueden entender, porque as lo desearon; y porque as lo desearon, Dios lo ha hecho, a fin
de que tropiecen.
Yo puedo decir que en la escritura de este texto he procurado dejar de lado ideas
preconcebidas que tena yo. Incluso este libro sigue un esquema diferente al que me haba
propuesto al principio: en buena medida podemos decir que fue escribindose a s mismo, pese a
m. En cuanto a m, puedo decir a mi favor que en todo momento trat de ser muy objetivo y
cuidadoso, a fin de no ir ms all de lo que dice el texto o lo que era la intencin de los profetas.
En ms de un momento me dije a m mismo: Pero de veras estas promesas, tan gloriosas son
para nosotros, como nacin? Y entonces pensaba en que el pueblo lamanita es tan importante
que, de hecho, en la portada de El libro de Mormn, se lee:
Por tanto, es un compendio de los anales del pueblo de Nefi, as como de los
lamanitasEscrito a los lamanitas, quienes son un resto de la casa de Israel, y tambin
a los judos y a los gentiles
137
Es decir, s, claro, El libro de Mormn es un libro escrito para todo el mundo. No en balde
surgi de la tierra para preparar al mundo para recibir al Seor en su Segunda Venida, pero
entre sus funciones primordiales est el poder despertar o impulsar al pueblo lamanita. El
presidente Spencer W. Kimball (citado por Millet, 2001, pp. 22, 23) compar a los hijos de nuestro
padre Lehi con un planeador que est bien construido y que puede elevarse para alcanzar esas
promesas de que hemos hablado arriba. Ahora, en la siguiente cita, vale la pena ver cules son
las causas por las que no se ha dado el florecimiento lamanita, porque es en ello en lo que t,
lector, y yo, tenemos que trabajar.
Puede ser que los lamanitas nacieron bien de buena sangre, buena ascendencia, con
mentes alertas y cerebros frtiles pero decenas de millones de ellos se ven influidos por falsas
tradiciones, supersticiones e ignorancia, siendo stos elementos de peso. No pueden elevarse
en alto sin el poder de un remolque, porque no tienen los medios ni la oportunidad: simplemente
no pueden elevarse en alto sin el poder de un remolque.
El lamanita necesita una ayuda inicial un poder ms all de s mismo. La Iglesia y su pueblo
pueden proporcionarles esta ayuda. Las organizaciones de la Iglesia y sus individuos
pueden remolcarles hasta alturas insospechadas. No necesitaremos preocuparnos
mucho de ellos despus de que se eleven hasta las nubes y tengan el sentimiento de
logro y seguridad. Encontremos y desarrollemos para ellos las corrientes. Mostrmosles
los instrumentos; asesormosles y volemos con ellos. Pronto podrn volar solos
El catalizador es el evangelio de Jesucristo. Ninguna otra cosa puede elevarles hasta estas alturas
donde les pertenece estar. (Kimball, 1995, pp. 610, 611).
Ahora, antes de seguir adelante creo necesario reenfocar el objetivo de este escrito.
Cuando hablamos de los lamanitas, es cierto, all estamos ustedes y yo, los que somos latinos;
mestizos, y nuestra condicin econmica, educativa y social puede ser buena o mala: de
alguna manera, en tanto ests leyendo esto, tienes contacto con La Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los ltimos Das y, por lo mismo, estas promesas de que he hablado estn ms a
menos al alcance de tu mano si te esfuerzas lo suficiente. Pero en este ltimo captulo quiero
enfocarme en mis hermanos lamanitas que son de raza indgena pura, quienes, por cierto, en la
Latinoamrica actual viven en condiciones mucho ms limitadas, con mucho menos
oportunidades, bajo una injusticia social mucho mayor que la tuya o la ma, lector. Hay una
138
profeca que se repite varias veces en El libro de Mormn acerca de ellos: Y reyes sern tus ayos, y
sus reinas, tus nodrizas; con el rostro hacia la tierra se postrarn ante ti, y lamern el polvo de tus
pies; y sabrs que yo soy el Seor; porque los que me esperan no sern avergonzados. (1 Nefi
15: 13; 1 Nefi 21: 23; 1 Nefi 22:6; 2 Nefi 6:7; 2 Nefi 10:9, etc.). Ellos necesitan en este momento de
ayos y de nodrizas y nosotros, los mestizos, los que tenemos parte de sangre gentil en nuestras
venas, podemos ser ayos y nodrizas, ayudndoles a florecer. En la ltima cita del Pdte. Kimball,
l habla de que ellos necesitan un catalizador que es el evangelio. ste debe, creo yo, abatir dos
grandes carencias que sufre el pueblo lamanita hoy da. Una, los problemas de la supervivencia
en el da a da, y dos, liberarle del yugo de la opresin (mental y fsica) que lo sujetan.
8.1.
Si entiendo bien el evangelio, nunca estamos ms cerca del Seor, que cuando le damos
a alguien algo que necesita, y que esta persona no puede obtener por s misma. Siguiendo con la
analoga del Pdte. Kimball, el pueblo lamanita necesita dos diferentes tipos de impulso: En
primer trmino, el de tipo espiritual, y de ese hemos hablado mucho en este escrito. Pero
tambin est, por otro lado, el de tipo material. En alguna parte de la prolija obra de Alexandr
Soljenitzin, dijo que el hombre con el estmago lleno no puede comprender al hombre con el
estmago vaco. Yo creo que todos, sin excepcin, tenemos una perspectiva de clase. Vemos las
cosas desde la postura social en que nos encontramos. Y cuando nos acercamos mucho a un
extremo, ya el de la pobreza, ya el de la riqueza, tendemos a ver al otro extremo con dureza. Creo
que en general tendemos a cometer ese pecado, de mirar con mirada demasiado dura a los
pueblos indgenas de nuestras diferentes naciones latinoamericanas. Puede ser que mi
percepcin personal est equivocada, pero creo que en general los miramos de arriba para abajo,
con el sesgo del elitismo, del racismo y de creer que ellos estn atrasados, porque nosotros
tenemos una tecnologa ms desarrollada, y que tecnologa es sinnimo de progreso.
139
Ahora, creo que debe quedar muy claro que no estoy proponiendo que debemos ir a dar
una suerte de limosna o caridad a los pueblos originarios. Tambin, por otra parte, yo no
comparto la idea de que tecnologa es progreso: me queda claro que los avances tecnolgicos han
agotado con los recursos no renovables del planeta y nos llevado a un calentamiento global que
parece irreversible. As que no, no estoy diciendo que ellos son menos inteligentes o que su
conocimiento es menor, o que necesitan que les demos de la luz del progreso: ellos tienen otra
puede ser comprendida como un gran todo y, por lo mismo, as como hay cosas que podemos
ensearles, tambin hay muchas cosas que nosotros podemos aprender de ellos: cuando menos a
convivir como sociedad de manera sustentable con el planeta y a vivir en sociedad de manera
menos injusta y con una distribucin ms equitativa de la riqueza.
Ahora, volviendo a los SUD, en lo particular creo que los miembros de la Iglesia (y
quiero dejar esto muy claro, la crtica sera a nosotros como miembros, no a la Iglesia como
institucin) tendemos a encerrarnos en un cmodo individualismo y racionalizamos para
sostener una postura que justifique el que no extendamos nuestra mano para ayudar al pueblo
lamanita (tanto a nuestros hermanos de raza pura, como a nuestros hermanos mestizos que no
son SUD) a salir del cautiverio en que se encuentran; a romper las cadenas del pecado, la
ignorancia, la indolencia y la pobreza.
Creo que lo ms triste es que muchas veces nos justificamos bajo verdades fuera de
contexto, como el declarar que ellos tienen la obligacin de ser autosuficientes, y pensamos que
la limosna es la peor esclavitud que puede atar a un hombre, o alguna idea semejante que nos
justifique para no dar. Entonces, con esa indolencia individualista, rebajamos al evangelio y a la
Iglesia a la funcin bsica, de ser una cmoda dispensadora de ordenanzas salvadoras y nos
olvidamos de buscar en serio, como si se tratara de nuestros propios hijos, el bienestar de
140
nuestros hermanos los lamanitas. Cierro este libro con algunas ideas que he compartido con
ustedes en diferentes ocasiones:
estaca. La Presidencia del rea Mxico, bajo la direccin del presidente Daniel Johnson le dio
tanta difusin y puso tanto nfasis que, me imagino, todos ya lo entendimos y lo memorizamos.
Pero por si no, lo repito una vez ms, de manera muy resumida:
como debiera, porque el pobre obispo est tan ocupado con tantas cosas urgentes, que no se da
tiempo para atender muchos de los asuntos importantes que podran hacer que un barrio
funcione a la perfeccin. As que este modelo de la obra de salvacin no es, creo, sino ayudarle
a hacer lo que Jetro le dijo a Moiss all por xodo 18: si no delegas, vas a morirte y de paso este
pueblo perecer contigo. Y entonces, si bien antes se hablaba de que la meta de la Iglesia era
invitar a todos a venir a Cristo, y que eso se haca mediante tres objetivos, a saber: 1. Predicar el
evangelio; 2. Redimir a los muertos; 3. Perfeccionar a los santos, ahora esos tres puntos se
volvieron cinco, cada uno con una persona asignada, por lo que en el barrio o rama debe haber
cinco personas muy bien encargadas de verificar que stos se cumplan. S, claro, el responsable
es el obispo, pero l delega estas funciones en cinco buenos y eficientes hombres:
1. Predicar el evangelio Lder de obra misional
2. Retencin Uno de los consejeros del obispo
3. Reactivacin El otro consejero del obispo
4. Historia familiar y obra del templo Lder de sumos sacerdotes.
5. Enseanza (yo agregara: eficaz) Presidente de Escuela dominical.
De entrada, esto plantea un problema, y no pequeo: Si observamos estos cinco puntos,
stos van encaminados principalmente, si entiendo bien, a llevar a los miembros al templo. Hay
141
un nfasis muy fuerte en esto de llevar a los miembros al templo. Como dice en Jacob 5:71, se
trata de recoger el fruto para el tiempo que pronto llegar. Pero el florecimiento lamanita no se
va a lograr con solo llevar a la gente al templo.
Por otra parte, hay algo que me preocupa. Es un versculo en el que no dejo de pensar
porque, junto con ese castigo que sufriran los lamanitas por siglos, se le agrega una crisis donde
vemos en las noticias que en todo el mundo hay recesin, desempleo y la economa est
detenida. Es, como se dice en la traduccin de Jos Smith de Gnesis 14:35 acerca de los ltimos
das: y los hijos de Dios sern probados como por fuego.
obra de salvacin del barrio y estaca? No s: bajo la palabra Bienestar en la GEE, se lee: El
proceso y el medio por los cuales se atiende a las necesidades espirituales y temporales de las
personas. Es decir, el bienestar y la salvacin de los miembros no slo atae al aspecto
espiritual, sino igual, tan importante como ello, est el bienestar temporal.
Nota: La primera edicin de este libro, es idntica a esta segunda edicin hasta este
punto. Es a partir de este punto que hay un enfoque diferente. La primera edicin se public en
enero de 2015 y precisamente, a fines de enero de 2015, la presidencia del rea Mxico, bajo la
direccin del presidente Benjamn de Hoyos Estrada, cambi drsticamente el enfoque de trabajo
de la Iglesia en Mxico y nos dio un plan de rea.
no digo que as es siempre, pero es lo que me ha tocado ver en prcticamente todos los barrios
donde he estadocreo haber notado que en la Iglesia por lo general hay un personaje que en
la praxis en buena medida se ha vuelto una mera figura decorativa en los barrios: el presidente
de qurum de lderes, que siempre tuvo a su cargo el que se llevara a cabo el plan de bienestar
en el barrio. Es en torno a l, a travs de ese ejrcito que deberan ser los maestros orientadores,
que en buena medida se cumplen las necesidades espirituales y temporales de los miembros de
142
la Iglesia. El presidente Benjamn de Hoyos tuvo el acierto de ver que no sirve de mucho llevar a
los miembros al templo, si dichos hermanos estn pasando hambre. Por supuesto, claro que sirve
que reciban su investidura y se sellen, pero con hambre, ese hermano tiene otros intereses,
preocupaciones, cargas, que le restan importancia a las ordenanzas del templo y que lo pueden
llevar a alejarse de la Iglesia.
La diferencia para el rea en el 2015 marc una diferencia enorme en la manera en que
se estaba trabajando con la autosuficiencia en el pas. Se trat de que los lderes de la Iglesia en
Mxico entendieran que Iglesia tiene una funcin espiritual, por supuesto que s, pero si deja de
lado su funcin social y econmica, no puede llevar a los miembros a la salvacin. De nuevo: si la
Iglesia es una mera administradora de ordenanzas de salvacin, est descuidando el 50% de su
funcin. Como dijo el presidente Gordon B Hinckley:
una enseanza fundamental para los Santos de los ltimos Das que la religin que no tiene el poder para
salvar a las personas temporalmente y hacerlas prsperas y felices en esta vida no pueda salvarlas
143
espiritualmente y exaltarlas en la vida venidera. (Joseph F. Smith, Our West Magazine [Revista
Nuestro oeste], vol. XXIII, septiembre de 1905, pg. 242. Citado en Joseph B. Wirthlin, "El
programa inspirado de bienestar de la Iglesia", Liahona, julio de 1999, pg. 89).
Un tercer Presidente de la Iglesia habl de ello fue Brigham Young, quien afirm:
cmo se estableca Sin y florecan los lamanitas en los ltimos das en este continente lo
describi en las siguientes palabras: Cada cual ayuda a su prjimo y dice a su hermano: S fuerte! El
artfice anima al orfebre, y el que aplana con martillo dice al que bate en el yunque, acerca de la soldadura:
Est bien! Y lo afirma con clavos para que no se mueva. (Isaas 41:6-7). Es slo as, ayudndonos,
animndonos y fortalecindonos los unos a los otros en los asuntos temporales y espirituales,
como florecern los lamanitas y se establecer Sin en estos das tan complicados
econmicamente. Y es curioso, pero al buscar ideas en la red, encuentro las siguientes citas, que
hablan del qurum de lderes, el plan de bienestar, y la salvacin temporal de los miembros de
la Iglesia. Pero, al mismo tiempo que las lees, por favor nota de qu ao son estas declaraciones:
1. El qurum del sacerdocio constituye la clave del xito de todo el programa de
empleos; pero no se trata del qurum terico, sino del activo grupo de hombres que trabaja en
beneficio y apoyo de uno de sus hermanos... El xito de un programa de empleos est basado en
principios eternos que la gente pone en [prctica] para ayudar a quien lo necesite. (Obispo
144
Presidente H. Burke Peterson, "El sistema de empleos de la Iglesia", Liahona, agosto de 1976,
pg. 103)
2. Para todos debe ser suficientemente claro el hecho de que cada paso que d la
persona sin empleo fuera del crculo de su qurum, le llevar ms lejos de conseguir el trabajo
que necesita. (Vaughn J. Featherstone, "Principios de bienestar", Liahona, febrero de 1977, pg.
65)
beneficio de un individuo sin trabajo, pueden producir milagros... Algunas reas tienen a su
disposicin las oficinas de empleos de la Iglesia, pero stas estn organizadas para compensar la
falta total de dedicacin de los qurumes o los barrios. Esto ocurre en los casos en que el
[Nosotros] como pueblo... no comprendemos todava la organizacin del qurum. Cuando [por
fin lo hagamos, se ver por toda la Iglesia] un surgimiento de poder que electrificar el mundo...
El bienestar temporal de cada miembro del qurum es tambin la responsabilidad de los otros
Las tres citas hablan del presidente del qurum de lderes. La ltima, de la ayuda que
debemos dar cada miembro de la Iglesia a los ms necesitados en nuestro respectivo barrio o
rama. Ahora, poniendo los pies con firmeza en el suelo, yo no s qu efecto causa en ti el leer la
segunda de las declaraciones, pero a m me sabe a una broma demasiado amarga. Claro, hablo
de mi experiencia personal en los barrios en que he estado en la ltima dcada, donde estoy
seguro que uno fcilmente podra morir de hambre si uno acudiera al sacerdocio de Melquisedec
y esperara a que ste le ayudara un poquito a resolver sus problemas, o a encontrar empleo.
Acaso por ello se disearon manuales y cursos como Mi camino a la autosuficiencia, Educacin para
un mejor empleo, Mi bsqueda de empleo, Cmo iniciar y hacer crecer mi negocio, as como el manual Mi
fundamento: Principios, habilidades y hbitos, son una enorme bendicin para quien los reciba:
145
marcan un camino, dan luz al entendimiento para cuando escribo estas lneas han pasado
unos seis meses de que se estn implantando en la regin del pas donde vivo, pero me ha tocado
ver milagros enormes en los miembros que tienen la fe para tomar estos cursos, y vivir estos
principios. Estos cursos dan esperanza, muestran el camino paso a paso para alcanzar la
autosuficiencia tanto material como espiritual, y guan paso a paso a los hermanos que los
toman, a fin de que encuentren la manera de romper esas cadenas de que hemos hablado arriba.
Estos cursos, junto con el Plan de rea Mxico 2015, han dado un giro por completo en el trabajo
que realiza la Iglesia. Quisiera hablar ms de este ltimo enlace, el Plan de rea Mxico 2015.
Creo que este libro no tendra gran sentido sin ese plan, pero por falta de espacio solo te lo pido
de favor, lector, lectora: si no los has tomado, toma estos cursos de autosuficiencia. Si no has
ledo a conciencia el Plan de rea Mxico 2015, tmate tu tiempo, y lelo desde la perspectiva de
todo lo que he dicho en estas pginas, y hazlo parte de tu vida.
8.2.
Aqu yo quisiera hablar de dos cosas y, aunque no las desarrollar por falta de espacio
(este libro naci con la idea de ser un artculo de unas veinte cuartillas y ya pasa de las 150), s
quiero cuando menos marcarlas, con la esperanza de que alguien en lo futuro hable de ellas: 1.
Nuestros hermanos lamanitas, aquellos que no han pasado por el mestizaje, quienes viven en sus
comunidades tan independientes como pueden de la civilizacin occidental, han sabido
sobrevivir en armona con sus respectivos ecosistemas. Por otra parte, la economa capitalista es
voraz y suicida: arrasa con los recursos naturales. Estamos viviendo un momento histrico en
que las grandes compaas transnacionales, agotados los recursos de los territorios ocupados por
la civilizacin occidental, ahora vuelven sus ojos hacia las comunidades de los pueblos
originarios y, sistemticamente, las despojan de sus recursos. Ciertamente, creo que lo ms difcil
de la historia indgena de los ltimos doscientos aos est por ocurrir en los prximos cuatro.
Pensando en todo lo anterior que he dicho, creo que vale bien la pena cerrar mis palabras con un
146
poema de Pablo Neruda que cierto no es Escritura, pero no por ello lo que enuncia deja de
ser verdadero, y que nos deja encima la responsabilidad de ayudar por el florecimiento lamanita:
NO ME LO PIDAN
Piden algunos que este asunto humano
con nombres, apellidos y lamentos
no lo trate en las hojas de mis libros,
no le d la escritura de mis versos:
dicen que aqu muri la poesa,
dicen algunos que no debo hacerlo:
la verdad es que siento no agradarles,
los saludo y les saco mi sombrero
y los dejo viajando en el Parnaso
como ratas alegres en el queso.
Yo pertenezco a otra categora
y slo un hombre soy de carne y hueso,
por eso si apalean a mi hermano
con lo que tengo a mano lo defiendo
y cada una de mis lneas lleva
un peligro de plvora o de hierro,
que caer sobre los inhumanos,
sobre los crueles, sobre los soberbios.
Pero el castigo de mi paz furiosa
no amenaza a los pobres ni a los buenos:
con mi lmpara busco a los que caen,
alivio sus heridas y las cierro:
y stos son los oficios del poeta
del cantor y del picapedrero:
debemos hacer algo en esta tierra
porque en este planeta nos parieron
y hay que arreglar las cosas de los hombres
porque no somos pjaros ni perros.
Y bien, si cuando canto a todos los que quiero,
o cuando ataco todo lo que odio,
la poesa quiere abandonar
las esperanzas de mi manifiesto
147
148
9. ndice temtico
ndice.............................................................................................. 141
Isaas escribi para los lamanitas ................................................ 68
149
10. Referencias
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