Gobernabilidad y Globalización
Gobernabilidad y Globalización
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Dirk Messner
a globalizacin no es un fenmeno nuevo. Ya en el siglo II antes de Jesucristo la ruta de la seda cre los primeros lazos culturales y econmicos entre la antigua Europa y Asia, pero solo un puado de personas que
transportaban algunos bienes para un nmero limitado de consumidores
pudo aprovechar ese nexo intercontinental. Siglos ms tarde, en 1847, Marx
y Engels describan visionariamente la dinmica global de expansin de la
economa de mercado que apenas estaba dando sus primeros pasos:
La necesidad de un mercado cada vez ms extenso para sus productos persigue a la burguesa en todo el globo terrestre. En todas partes tiene que anidarse, cultivarse en todas partes,
establecer relaciones en todas partes. Mediante la explotacin del mercado mundial, la burguesa estructur la produccin y el consumo de todas las naciones en forma cosmopolita. ...
Antiqusimas industrias nacionales fueron destruidas y otras se destruyen a diario. Las desDIRK MESSNER: politlogo y economista; director acadmico del Instituto de Paz y Desarrollo,
Universidad de Duisburg, Alemania.
Nota: Dado que aborda una temtica directamente envuelta en el episodio, cabe aclarar
que este artculo fue escrito antes del atentado contra las Torres Gemelas (Nueva York) y el
Pentgono (Washington), en septiembre de 2001 [NE].
Palabras clave: Estados, ONGs, sistema internacional,
globalizacin, gobernabilidad global.
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plazan nuevas industrias, cuya introduccin se convierte en una cuestin vital para todas
las naciones civilizadas, industrias que ya no procesan materias primas nacionales, sino de
regiones distantes, y cuyas manufacturas se consumen no solo en el propio pas, sino en todas partes del mundo a la vez. Nuevas necesidades que solo pueden satisfacer los productos
de los pases y climas ms remotos reemplazan las viejas necesidades, satisfechas con productos nacionales. Un comercio universal, una dependencia universal de las naciones entre
s, reemplaza la vieja independencia econmica y autonoma local y nacional. Y as como en
lo material, tambin en la produccin intelectual. Los productos intelectuales de las naciones se convierten en patrimonio general.
La globalizacin, cuyas consecuencias colocan hoy en da el orden de los Estados-nacin frente a espinosos desafos1, tiene, pues, races antiguas y diversas, pero se diferencia cualitativamente de lo que fue en sus inicios: La
globalizacin contempornea es ms rpida, ms barata y ms profunda
(Keohane/Nye 2000, p. 8). Las redes mundiales en expansin, en donde se mueven el capital, las mercancas, las informaciones, las ideas, los conocimientos, los individuos o incluso cosas ecolgicamente relevantes (como la lluvia
cida o el CO2), se traducen en un tejido cada vez ms tupido de interdependencias globales. La aceleracin de la globalizacin y la densificacin de las
interdependencias transfronterizas globales conducen a un encogimiento del
mundo (Brown et al., p. 273). De la globalizacin rala de la poca del camino de la seda y del capitalismo temprano naci una globalizacin densa.
Los procesos de globalizacin tocan tangencialmente no solo a las empresas
que actan en el plano internacional o a minoras privilegiadas, sino tambin
la vida de un nmero creciente de individuos alrededor del globo terrqueo.
El empleo, la prosperidad, la seguridad social, las comunicaciones, la situacin mundial, la educacin es decir, mltiples aspectos del medio ambiente
social en el que se mueven las personas y del que dependen sus expectativas
de vida reciben cada vez ms la influencia de los procesos econmicos, sociales, polticos y culturales que no se detienen ante las fronteras, y que los
Estados-nacin solo pueden manejar y configurar en forma limitada individualmente (Beisheim et al.; Hauchler et al.). A causa de la globalizacin densa las diferentes estructuras y redes universales influyen unas en otras, se
compenetran, y surgen efectos en cadena que tambin pueden desembocar
en riesgos sistmicos globales. Las inestabilidades de los mercados financieros globales, el problema del clima mundial o el agravamiento interconectado de la pobreza, el sida, la desintegracin social, la decadencia de los Estados, la migracin y los conflictos que traspasan las fronteras, son ejemplos de
riesgos sistmicos con potenciales efectos de bumern en el plano mundial.
En el siglo XXI, vencer los problemas mundiales est en el orden del da, pues
solo as seguirn siendo manejables los conflictos internacionales.
La globalizacin no es solamente un fenmeno econmico. Las redes econmicas causan interdependencias sociales y ecolgicas que se traducen en
reacciones polticas, lo que a su vez desencadena nuevos procesos sociales y
1. Dirk Messner y Claudio Maggi estn preparando actualmente una publicacin sobre el
tema de la gobernabilidad, en la cual participan sobre todo autores latinoamericanos: Global Governance desde una perspectiva latinoamericana, que en breve ser editada por Nueva Sociedad.
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(Axelrod). Desde esta perspectiva, los Estados pueden conservar mejor su soberana externa encuadrando la competencia en las relaciones interestatales dentro de los regmenes internacionales o los sistemas de negociacin multilaterales. La competencia cooperadora (Reinicke, p. 61) es aqu la clave
para manejar las relaciones de interdependencia internacionales2.
La globalizacin, que Reinicke percibe primariamente en lo econmico con
lo cual en mi opinin (1999) la contrae, aunque justificadamente en lo que
concierne a la dinmica central del desarrollo, trasciende el patrn de la
interdependencia compleja. En este caso el acento no recae en primera instancia sobre la densificacin de las relaciones interestatales, sino sobre las
estructuras transfronterizas que hacen que las nacionales y externas se
crucen, encajen unas en otras y se mezclen, debilitando la clara separacin
entre lo interno y lo externo. En segundo lugar, como dinmica econmica,
... la globalizacin difiere de la interdependencia en que subsume o absorbe
en su propia estructura institucional las actividades econmicas que antes
tenan lugar entre los mercados nacionales, es decir, entre distintas unidades
econmicas y polticas (Reinicke, p. 63; nfasis mo). La globalizacin integra espacios econmicos, desacoplndolos no completamente pero s en reas
parciales del radio de accin de la poltica estatal-nacional. Este proceso debilita la soberana interna de las naciones, ciertamente no en sentido legal, jurdico, pero s en el operativo. Mientras que en el marco de la interdependencia
compleja el punto lgido es la soberana externa, es decir el manejo de las
relaciones interestatales y sobre todo el restablecimiento de la seguridad en
un sistema internacional anrquico, en la era del globalismo en un nmero
creciente de campos polticos (p. ej., la poltica fiscal, social, ambiental) los
Estados-nacin ya no estn en capacidad de resolver solos los problemas nacionales e imponer intereses pblicos, pues determinados recursos vitales de
control estn repartidos fuera de sus fronteras y la competencia entre centros
de produccin limita las posibilidades de accin de los gobiernos nacionales.
Desde esta perspectiva, con referencia a los intereses centrales de los Estados (y no solo insistiendo como de costumbre en los crecientes problemas
globales) se puede inferir un alegato convincente en favor de la gobernabilidad global. En el centro est el argumento de que hay que aunar las soberanas (internas) divididas de los Estados-nacin (Messner 1998; Messner/
Nuscheler 1997), ya que solo as pueden restablecerse la capacidad de accin
de la poltica y las soberanas internas: El nico camino para que los gobiernos alcancen ... la soberana interna es aunando y por tanto compartiendo
sus soberanas internas en aquellos sectores donde la globalizacin ha debilitado la eficacia y eficiencia de esa soberana en el plano nacional (Reinicke,
p. 71). Para moverse en esa direccin, los Estados-nacin tienen que construir organizaciones multi y supranacionales en las relaciones interestata2. Es importante el sealamiento de que las interdependencias pueden ser tan fuertes que
lastiman a los actores, pero tambin pueden ser tan leves que solo se sienten (Czempiel
1999, p. 46). Adems existen relaciones simtricas de interdependencia que favorecen directamente la cooperacin, y patrones asimtricos de interdependencia que la dificultan (Messner
1998, pp. 217-218).
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someterse a prueba ideas enteramente diferentes para la solucin de problemas (competencia de ideas), pero en ltima instancia el proceso debe basarse
en acuerdos y regmenes cooperativos que hagan posible la seguridad de la
soberana interna de los Estados y la atencin de problemas globales. El patrn de organizacin cooperativo es as la base para poder tratar el fenmeno
de las soberanas divididas. La competencia de ideas es el mtodo para producir la mayor cantidad posible de iniciativas de solucin e innovaciones
sociales. Reinicke no es tan ingenuo como para pensar que la formacin de
un orden global cooperativo es algo automtico (p. 1), pero ofrece un excelente razonamiento para el necesario adis a una estrategia de poltica exterior
hegemnica y dirigida a la imposicin y defensa unilateral de intereses nacionales frente a otros Estados. Ese razonamiento debera motivar tambin
a (neo)realistas convencidos (y previsores) a realizar una revisin crtica de
su argumentacin sobre todo porque Reinicke aplica sus tropos estructurales a las nuevas realidades y con esto llega a un resultado diametralmente
opuesto a los enunciados centrales y clsicos de los (neo)realistas. Naturalmente, la cooperacin puede fracasar, pero la dinmica de desarrollo de la globalizacin impone directamente un patrn de interaccin cooperativo en la arquitectura de la gobernabilidad global, en primer lugar porque en un nmero
creciente de esferas de problemas las estrategias conflictivas estn decididamente condenadas al fracaso, y en segundo lugar porque es inminente una amplia erosin de la soberana estatal. El futuro de los Estados-nacin, su soberana interna y externa, dependen de su capacidad de cooperacin y de la
formacin de un modelo cooperativo bsico en la arquitectura de la gobernabilidad global.
No en ltimo lugar, hay motivos para un optimismo de base funcional en cuanto
a las posibilidades de desarrollo de la cooperacin si tomamos en consideracin los trabajos de Axelrod sobre la formacin evolutiva de la confianza y la
cooperacin. Es cuando menos interesante que en una disertacin reciente el
realista empedernido Samuel Huntington haya sealado que Estados Unidos debe aprender a comportarse en forma colaboradora en la poltica global
si no quiere perder capacidad negociadora a mediano plazo. Richard N. Haas,
director asistente de la Brookings Institution, subraya la idea del cambio de
rumbo del sistema internacional en direccin de una sociedad internacional:
Por lo tanto, el objetivo adecuado para la poltica exterior estadounidense es estimular una
multipolaridad caracterizada por la cooperacin y la concertacin, antes que por la competencia y el conflicto. En un mundo tal, el orden no se restringira a una paz basada en un
equilibrio de poder o en el miedo a una escalada, se fundamentara en un acuerdo ms amplio sobre propsitos y problemas globales (p. 38).
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cias e interacciones transnacionales. Es cierto que en el derecho internacional pblico la soberana sigue siendo el principio constitutivo de la estatalidad, pero en la realidad de las relaciones internacionales es un anacronismo.
Los Estados no tienen libertad ilimitada de accin ni hacia adentro ni hacia
afuera, como en el Leviathan de Hobbes. Hoy vuelve al centro del debate la
pregunta sobre cmo pueden actuar los Estados-nacin en espacios sin fronteras y conservar su capacidad para configurar la poltica y solucionar los
problemas. Los Estados deben contentarse con una soberana dividida que
no les quita el monopolio de la autoridad y la fuerza hacia adentro, pero les
exige renuncias a la soberana hacia afuera para poder abordar colectivamente los problemas de la interdependencia. Eso es vlido tambin para el campo
de la poltica de seguridad, ese componente medular de la poltica del poder
y los intereses de los Estados-nacin. Ciertamente todava no tenemos un monopolio de la autoridad y la fuerza personificado en las Naciones Unidas, pero
s un monopolio de legitimacin y autorizacin para el empleo de la fuerza en
el Consejo de Seguridad de la ONU, monopolio que fue cuestionado de hecho, pero todava no de principio, durante la intervencin no autorizada de la
OTAN en Kosovo. En la poltica de derechos humanos y la poltica del desarrollo desde hace tiempo se practica la cultura de la injerencia. Existe una
situacin de tensin entre la prohibicin de intervenir en asuntos internos,
codificada en el artculo 2.7 de la Carta de la ONU, y el artculo 2.3, que compromete a la comunidad de Estados a fomentar y proteger los derechos humanos.
Cambio en el papel de los Estados-nacin. Los Estados siguen siendo los protagonistas de la poltica internacional. Solamente ellos pueden imponer el
derecho de gentes y tienen la ltima palabra en todas las cuestiones de controversia, siempre que no se hayan sometido a mecanismos de decisin
supranacionales (como es el caso de los Estados de la UE), pero ya no pueden
mandar a capricho como en el Congreso de Viena ni dirigir campos de poltica que los procesos de globalizacin sustraen a sus controles individuales. Ya
no son leviatanes todopoderosos y con competencias ilimitadas, aunque todava no estn condenados a la impotencia ni llegaron al fin de su derecho a
existir, como sugieren los ttulos de algunos libros. Sin embargo su papel en
la poltica mundial est cambiando (Messner 1998).
Los Estados-nacin siguen siendo competentes en cuanto a decisiones de autoridad, el cumplimiento de las iniciativas tomadas en el plano internacional y la coordinacin de los diversos grupos de actores en el mbito nacional
e internacional (v. grfico), por lo tanto su incorporacin al sistema de soberanas divididas no representa una renuncia a la determinacin de la poltica, sino ms bien una condicin para garantizar la capacidad de configurar
y conducir la poltica en las condiciones de la globalizacin. El tradicional
modelo de bola de billar de la poltica internacional, que todava marca las
percepciones del mundo de Estados, hace tiempo fue sustituido por un modelo de telaraa de mltiples conexiones ms all de la diplomacia entre las
naciones. Las relaciones internacionales en los espacios transnacionales abar-
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Grfico
Organizaciones de la ONU
Regmenes internacionales
Proyectos regionales
de integracin
(EEUU, Tlcan, etc.)
Estados-nacin
Poltica local
- Consorcios internacionales
- Medios de comunicacin
- Banca internacional
- ONGs
- Representaciones de intereses
- Ciencia
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nio internacional contra las minas terrestres, y el eficaz ejercicio de influencia de grupos ecologistas en la poltica ambiental internacional hacen que
nos preguntemos si ya ha ocurrido una ongizacin de la poltica mundial y
si estas organizaciones ingresaron al crculo de sujetos del derecho internacional pblico. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, habl de una revolucin silenciosa tras los bastidores del mundo de Estados; Jessica Mathews,
presidenta del influyente Carnegie Endowment for International Peace, vea
un desplazamiento de poder en la relacin entre el Estado y la sociedad civil.
Para los estatistas empedernidos de los ministerios de asuntos exteriores y
para realistas de la disciplina acadmica de las relaciones internacionales,
el montn variopinto de las ONGs sigue constituyendo un potencial factor
de interferencia, molesto, ruidoso, pero finalmente tambin impotente, en el
exclusivo campo de accin y competencia de Estados y diplomticos. Por otro
lado, ya hay todo un gnero de literatura que estiliza las ONGs como fermento de la sociedad global y fuente de la juventud de la poltica mundial.
Habermas espera una reestructuracin democrtica del mundo proveniente
no de los Estados sino de movimientos ciudadanos en todo el mundo. La evaluacin del papel de estas organizaciones en las relaciones internacionales
oscila entre una romantizacin acrtica, que en ocasiones estimula tambin
en las ONGs un aprecio excesivo de sus facultades, y el menosprecio despectivo. Ninguno de los dos extremos juzga su papel con imparcialidad.
Es importante discriminar las reas de poltica en las que actan de preferencia las ONGs. Gracias a sus urdimbres transnacionales, en las polticas
de derechos humanos, medio ambiente y desarrollo han logrado colocar a los
Estados bajo la presin de la legitimacin y la accin. La dramaturgia de las
ltimas conferencias mundiales mostr que ya no estn relegadas a una esquina en las negociaciones internacionales, sino incorporadas en parte a las
delegaciones gubernamentales. All se present un fragmento de buen gobierno global (Messner/Nuscheler 1996), en cambio en la poltica exterior y en la
poltica de seguridad tienen un papel ms bien marginal. Sin embargo, tambin ah los Estados muchas veces recurren a sus servicios, por ejemplo en la
prevencin de conflictos, la mediacin y la ayuda humanitaria.
Un nuevo orden mundial no va a surgir de una ongizacin de la poltica
mundial, sino mediante una legitimacin y civilizacin de las relaciones internacionales conducidas por los Estados, pero las ONGs constituyen una fuerza
motriz y de cambio porque contraponen a la globalizacin desde arriba una
globalizacin desde abajo. A travs de su intervencin en favor de bienes pblicos globales (global public goods) fomentan el desarrollo de una tica mundial que constituye el fundamento normativo del buen gobierno mundial.
Perspectivas de los proyectos de gobernabilidad global
Qu fisonoma va a tener la futura configuracin poltica, social e institucional
de la sociedad mundial es algo que an no se ha determinado. El mundo se
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muestra de facto cada vez ms como un hbitat colectivo de los humanos que
impone regulaciones obligatorias para todos orientadas a los derechos humanos y la justicia social. Sin embargo, hasta ahora las instituciones polticas,
institucionales, jurdicas y morales de las sociedades permanecen detenidas
en la poca de los Estados-nacin, de manera que todava no se consigue un
recinto de los procesos dinmicos propios de la globalizacin. Richard Falk
subraya con razn que hasta ahora nos hemos ocupado primordialmente de un
globalismo orientado al mercado, y el mayor desafo est en cambiar de rumbo en direccin de un globalismo orientado a la gente.
Tambin en el bando de los globalistas se distinguen planteamientos diferentes. En primer lugar est el grupo (cada vez ms pequeo) de quienes piensan en la naciente sociedad mundial como un Estado-nacin agrandado. La
gobernabilidad global est haciendo en el plano internacional lo que los gobiernos hacen en casa, escribe Finkelstein, exteriorizando que considera necesaria la formacin progresiva de una suerte de gobierno mundial (gobierno
global) para la conformacin de la globalizacin. Sin embargo, tal institucin
centralista sufrira siempre una carencia de legitimacin poltica y con seguridad no se podra esperar que tuviera respuestas viables para los desafos
complejos.
En segundo lugar hay una pluralidad de autores que ven en una ONU reformada el actor protagnico de la insercin de la globalizacin: el Consejo
Mundial de Seguridad como cuasi-gobierno; la Asamblea de la ONU como
equivalente de los parlamentos nacionales; el FMI como banco central mundial; una autoridad ambientalista de la ONU como ministerio global del medio ambiente, etc. Tambin este planteo sigue una perspectiva centralista, y
por lo tanto fuera de la realidad, y adems adolece de una estrechez estatista,
pues se encapricha con la ONU como nica y exclusiva expresin del mundo
de Estados, relegando el movimiento de actores privados (como la economa,
las ONGs, la ciencia).
En tercer lugar, algunos representantes de la escuela realista tambin perciben plenamente la necesidad de conduccin poltica de los desarrollos globales.
Sin embargo, en este caso los actores principales seran el poder hegemnico
de EEUU o de otras superpotencias, a las que se exhorta a imponer soluciones globales de problemas a sus condiciones (Brzezinski). En cuarto lugar,
un grupo creciente de autores considera necesario un proyecto de gobernabilidad global cooperativa para la conformacin e insercin institucional de la
globalizacin, a fin de aprender a manejar interdependencias complejas y
soberanas divididas en un mundo cada vez ms interconectado3.
Caractersticas de un proyecto de gobernabilidad global. La perspectiva de
la gobernabilidad global cooperativa parte de las nuevas condiciones bsicas
3. V. Commission on Global Governance; Hauchler et al.; Kaul et al.; Messner/Nuscheler
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