42 Falacias de La Psicologia Positiva
42 Falacias de La Psicologia Positiva
42 Falacias de La Psicologia Positiva
psicologa positiva
Roberto Garca lvarez y Vctor Martnez Loredo
El objetivo del presente artculo es analizar la llamada Psicologa Positiva, una corriente que, al
tiempo que pugna por ocupar un lugar digno en la academia, no le duele verse en las estanteras
con los libros de autoayuda que a nadie ayudan y con los que tiene un estrecho parecido y parentesco. Un movimiento que, an amparndose en el carcter cientfico de la psicologa, carece
de l y lanza a una feligresa cada vez mayor consejos que no son cientficos sino puramente
ideolgicos.
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adie discute que es mejor sentirse bien que sentirse mal, alegre que triste, contento que amargado,
tranquilo que ansioso. Sin embargo, nadie debera
decir que estos ltimos sentimientos, an molestos y desagradables, sean de por s malos y deban ser eliminados.
Toda vez que son las circunstancias, adems de la pertinencia adaptativa de los mismos, y no nosotros, las que determinan cundo estar de una manera y cundo de otra. Tan
inadecuado sera estar siempre triste como siempre alegre,
estar todo el da nervioso como no estarlo cuando corresponde. Por otro lado, an ms perverso y perjudicial para
las personas es establecer la obligacin imposible de estar
siempre alegre y pensar en trminos positivos.
La Psicologa Positiva postula la necesidad de desechar
los sentimientos negativos, no tanto porque estos sean desagradables y perniciosos porque supongan detener la vida
del sujeto y paralizarlo, sino por no ser adecuados al contexto socioeconmico imperante. Sentirse mal, estar triste,
desesperanzado, incluso malcontento, disgustado con la
realidad, no es conforme a la sociedad de consumo, y por
tanto hay que evitarlo.
Como bien demuestra Barbara Ehrenreich (2011) los orgenes reales de la Psicologa Positiva no estn donde sus
autores nos cuentan, y aade que este movimiento no tiene nada de cientfico ni psicolgico. Los primeros vagidos
de esta corriente han de ser rastreados en el Pensamiento
Positivo, movimiento cuasi-mgico e impregnado al cien
por cien con la ideologa protestante norteamericana. La
Psicologa Positiva no vino, ni mucho menos, a cuestionar
las falsedades de estas ideas o a sealar sus peligros, sino a
legitimarlas con un vocabulario cientfico y a garantizar su
propagacin por el mundo.
El pensamiento positivo.
El Pensamiento Positivo puede ser entendido de dos maneras. La primera hace referencia al pensamiento consistente en decir que las cosas estn bien y an estarn/irn
mejor, es una forma de ver el mundo; mientras que el otro
significado se refiere al proceso por el cual se ha de pensar
de ese modo, es decir, el imperativo de ver el mundo de
esa manera. En qu se sustentara ese imperativo? En algo
tan sencillo como los beneficios inimaginables que en todos los campos tendra ser optimista, algo que la Psicologa
Positiva ha recogido tal cual y ha adornado con supuestas
investigaciones.
Pero los campos que tanto la Psicologa Positiva como el
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La Psicologa Positiva presume de psicologa y de cientfica, incluso no admite ms adjetivo que este ltimo, si bien usa palabras ms propias de un movimiento espiritual que de una corriente cientfica.
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organizaciones, y eso fue muy fcil: por un lado, la Psicologa de las Organizaciones es la ms endeble de las ramas de
la Psicologa ante los embates ideolgicos; y, por otro lado,
las corrientes neoliberales de finales del siglo XX ya haban
echado mano de la autoayuda y del Pensamiento Positivo,
as que, cmo negarse a tomar prestados postulados cientficos? Conseguir optimismo en sus empleados, y que estos
lograsen la felicidad al margen o a pesar de las condiciones laborales desfavorables, fue el eslogan y funcion muy
bien en una economa que, de forma incomprensible, Seligman califica de excedentes y poco desempleo (Seligman,
2011, pg. 259). El objetivo era introducir al trabajador en
una dinmica donde lo que importaba era que su puesto le
permitiese desarrollarse o fluir flow- ms all de pequeas o -incluso considerables diferencias de sueldo. De
hecho, cuando Seligman habla del mundo del trabajo, no
parece referirse nunca a un mundo que pueda ser cambiado para mejor, sino a una especie de zona de meditacin
y crecimiento cuyos aspectos materiales son totalmente
ajenos al buen trabajador. Asumiendo el viejo adagio de
que el dinero no da la felicidad, Seligman se preocupa por
convencer al trabajador de que, siendo as, no tiene sentido
luchar por ascensos, reivindicar mejoras salariales o pedir
que las horas extras sean pagadas. Su argumento es perfecto: en las ltimas dcadas los sueldos han subido de media
un 16%, mientras que la felicidad en EEUU ha bajado del
36 al 29%,; si no da la felicidad, no se debe luchar por nada
de eso. Quin se beneficia de esta lgica? Por supuesto, el
que no da aumentos y quien obliga a hacer horas extras que
no paga y que, curiosamente, ha sido quien ha contratado y
financiado la Psicologa Positiva. Este mismo camino se ha
impuesto a toda la sociedad: ser positivo, ser optimista, ya
no es una alternativa,; es la alternativa (Ehrenreich, 2011).
Aqu encontramos la nula capacidad que la Psicologa Positiva tiene para diferenciar entre ideologa y ciencia.
La Psicologa Positiva, a diferencia de una verdadera
ciencia, no tiene un vocabulario comn (Lazarus, 2003).
As, los psiclogos positivos parecen ms jugadores individuales que miembros de un mismo equipo (Prieto-Ursa,
2006), cada uno preocupado por un campo concreto donde
define y operativiza los conceptos como le da la gana, al
margen de los dems. Qu es lo que al final parece unirles?
La visin de cmo debera ser el hombre/ciudadano ideal.
Junto con los pilares antes mencionados, el dogma central de la Psicologa Positiva es el efecto beneficioso de
las emociones positivas sobre la salud y sobre todos los
campos imaginables. El primer golpe a esta asuncin se le
asesta en la frente, pues no utiliza otra metodologa que la
simplemente correlacional, en la que se toman medidas de
sujetos asignados a dos grupos en funcin de las caractersticas que se entienden como antecedentes y consecuentes
(Prieto-Ursa, 2006; Ehrenreich, 2011; Vecina Jimnez,
2006a, b ; Carbelo y Juregui, 2006), lo que como metodologa solo es un paso previo a otra fase de la investigacin y no permite realizar predicciones, ni mucho menos
hablar de nexos de causalidad. A esto hay que sumar que
la Psicologa Positiva, cegada por una visin etnocntrica y
comunitaria propia de la cultura estadounidense, no aporta
ningn tipo de estudio sobre las diferencias individuales ni
sobre el peso de factores ambientales (Lazarus, 2003). Por
otro lado, la Psicologa Positiva no toma en consideracin
los factores de aprendizaje en la adquisicin de las fortalezas, al tiempo que su inters por aspectos madurativos o
de desarrollo se limita a reconocer las aportaciones de la
Teora del Apego (Seligman, 2011).
Cabra preguntarles a estos autores obsesionados por la
cientificidad de su campo: De dnde sacan la divisin entre Psicologa (ciencia) Positiva y Psicologa (ciencia) Negativa ms all de citar a Spinoza como primer autor que
habl en tales trminos? Hablaran con la misma alegra
de una fsica positiva y una negativa, o de una qumica
positiva y de otra negativa, o se trata de una dicotoma
que se aplica exclusivamente a la psicologa, negndole de
esta forma el carcter cientfico? O es ms bien un ardid
ideolgico?
Por una parte, la diferencia vendra marcada por el olvido de lo positivo por parte de la psicologa tradicional.
Por otra, esa divisin estara apoyada en que las emociones
positivas pueden solventar muchos de los problemas que
generan las emociones negativas (Vera Poseck, 2006), lo
que no es ms que un argumento circular. Tambin el antdoto anula los efectos del veneno y no por ello ambas sustancias son estudiadas por ramas diferentes de la ciencia.
La base argumental es pues la diferencia entre emociones positivas y emociones negativas, lo que les da un carcter relativamente independiente (Vzquez y Hervs,
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sino sealar los beneficios innegables y solo as alcanzables de hacerlo de una forma determinada. Lo que es una
obvia estrategia de marketing: sealar la exclusividad de
los efectos de consumir un producto concreto. Este producto el optimismo tiene efectos en todos los campos de la
vida de las personas, aunque donde se dispondra de las
mayores evidencias empricas (Seligman, 2011) sera en el
mbito de la salud tanto psquica como fsica. Para empezar, y no es poco, las personas felices y optimistas viven
ms que los cenizos. Ahora bien, no debemos pensar que
hablamos de los playboys, ni de los entregados al ocio, sino
del hombre integrado socialmente, comprometido y trabajador, casado formalmente y con familia (pues parece que
los casados son ms felices que los que no lo son, aunque
aqu Seligman parece que cree que solo existe un tipo de
matrimonio), es decir, del bueno y deseable ciudadano.
La demostracin de que esto es as, y nadie puede dudarlo, se da con tres estudios. El primero es el de las Monjas de Utah (Danner, Snowdon, y Friesen; 2001) donde se
analizaron los escritos que las religiosas haban compuesto
al inicio de su noviciado, en 1930. Segn este famoso estudio, las que expresaban sentimientos de alegra y optimismo vivan ms y mejor que las dems. El problema de
este estudio est en el hecho de que no se especifica cmo
se estimaba que tal o cual emocin o expresin era mejor
que las dems ni cmo se medan. A la vez, tampoco se
especific si estas monjas ms longevas haban tenido menos conductas peligrosas que las dems, si haban salido
menos del convento
Este estudio se acompaa con el de Dacher Keltner y
LeeAnne Harker (2001) donde encontraron correlacin entre la sonrisa de las jvenes en los anuarios del instituto
y su satisfaccin vital aos despus, medida en trminos
de matrimonio feliz y nmero de hijos. Las que sonrean
sinceramente la llamada Sonrisa Duchenne parecan ser
ms felices en su vida posterior. Este estudio, por desgracia, solo es correlacional y no permite establecer nexos de
causa/causalidad, y tampoco analiza el motivo por el que
unas nias sonrean y otras no. Adems, estos hallazgos tan
sorprendentes no pudieron ser replicados cuando se aplicaron a anuarios de otros institutos y con jvenes de clases
sociales ms humildes.
El tercer gran estudio fue realizado sobre una muestra
de ancianos mexicanos que demuestra que aquellos que se
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cho menos a ser positivo de forma continua. Seligman explica que no llaman a un optimismo simpln y ciego, sino a
uno flexible capaz de utilizar, cuando sea necesario, el realismo del pesimismo (Prieto-Ursa, 2006; Held, 2002), es
decir un optimismo realista que consistira en utilizar el
optimismo cuando este sea oportuno, lo que viene a ser, de
nuevo, nadar y guardar la ropa sin aportar nada novedoso.
Sin embargo, las propias palabras de Seligman (2011) y
sus seguidores no parece que estn hablando de un optimismo flexible o realista sino ms bien del mismo optimismo
bobalicn e irreal que propalaban sus primos del Pensamiento Positivo: Es sorprendente que tengamos unos niveles tan altos de pesimismo y depresin cuando el mundo
de hoy est ms lejos de la amenaza nuclear que nunca;
cuando vivimos en un pas cuyos indicadores econmicos y
de bienestar, sin excepcin, siguen mejorando; en un mundo en el que caen menos soldados en combate que en ningn momento desde la Segunda Guerra Mundial; y en el
que el porcentaje de nios que mueren de hambre es el ms
bajo de la historia. Resultara cuando menos ilustrativo
saber de dnde ha sacado Seligman sus datos, si no habr
sido mediante la tcnica de cerrar los ojos a toda evidencia contraria a sus ideas, tal y como ordena el Pensamiento
Positivo. Con estas palabras, est claro que lo que se busca
no es justificar cientficamente su movimiento, sino de justificar tica, moral y funcionalmente su mundo: el mundo
norteamericano neoliberal de finales del siglo XX.
El objetivo ltimo de conseguir la felicidad implica necesariamente saber qu es esta. De lo contrario, sealar continuamente los caminos para lograrla es equivalente a la
tcnica que el barn de Munchausen empleaba para salir de
las arenas movedizas: agarrar sus propios cabellos y tirar
hacia arriba. El concepto de felicidad est plagado de connotaciones culturales y estas varan de una cultura a otra,
como el propio Seligman (2011) reconoce. En Occidente,
la felicidad se presenta como un logro individual que se ve
obstaculizado por la tristeza o el desaliento, mientras que
en culturas orientales la felicidad es un logro comunitario
que se asienta en la compasin y el apoyo de los dems. Seligman sostiene haber encontrado una ecuacin matemtica
que da cuenta de la felicidad de forma universal:
F=R+C+V
Donde F sera el nivel de felicidad duradera, pues Seligman (2011) diferencia entre la felicidad duradera de la feli-
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cidad momentnea. R sera el rango fijo de felicidad determinado por nuestra dotacin gentica y que, ms o menos,
equivale a la mitad de la puntuacin que obtendramos en
una escala de felicidad como la propuesta por Sonja Luybomirsky (Seligman, 2011, pg. 80). Existiendo, por tanto,
un rango fijo de felicidad heredado, no cabe hacerse muchas ilusiones sobre el cambio; lo que, de forma encubierta,
sirve a la Psicologa Positiva para apelar al conformismo.
La C correspondera a las circunstancias y la V a variables
voluntarias, donde Seligman abre paso a sostener que la
felicidad depende ms de uno mismo de su dotacin gentica y sus pensamientos- que de las circunstancias. Para
justificarse, echa mano de la Teora de la Depresin de Aaron Beck, lo que implica reconocer, otra vez, que no est
aportando nada nuevo.
As, para Seligman (2011, pg. 101) la felicidad vendra
determinada por las siguientes circunstancias:
Vivir en una democracia sana, no en una dictadura empobrecida (gran efecto).
Casarse (efecto intenso, pero quiz la relacin no causal).
Evitar acontecimientos negativos y emociones negativas
(solo efecto moderado).
Forjarse un entramado social rico (efecto intenso, pero
quiz de relacin no causal).
Acercarse a la religin (efecto moderado).
Ganar ms dinero (El dinero tiene un efecto escaso []).
Gozar de buena salud (la que importa es la salud subjetiva, no la objetiva).
Elevar al mximo su nivel de estudios (ningn efecto).
Cambiar de raza (?) o trasladarse a un clima ms soleado (ningn efecto).
De estas nueve circunstancias, algunas no merecen ningn comentario, pues resultan obvias; otras resultan sencillamente incomprensibles, como la nmero nueve; mientras que el resto llaman, a pesar de toda la palabrera de
Seligman sobre su estudio de las virtudes y la felicidad a
lo largo y ancho del mundo, a entender que solo los occidentales blancos, casados y creyentes seran felices. Puesto
que el mayor peso lo tendra el vivir en una democracia
sana, todos aquellos seres humanos que han vivido antes de
advenimiento de nuestras democracias no han podido ser
felices; e incluso aquellos que vivan, ya no en una dictadura, sino en una democracia que el modelo ideolgico de
Seligman entienda como insana, no podrn ser felices. Parece que el concepto de felicidad de Seligman se aproxima
mucho al concepto de fin de la historia de su excorreligionario ideolgico F. Fukuyama.
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