Fundamento Bíblico Del Infierno

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Fundamento bblico del infierno

Durante los ocho primeros siglos de redaccin de la Biblia, el trmino hebreo sheol
designa la morada de las personas que han muerto, buenos y malos por igual, pero
en sus libros ms recientes se encuentra ya una clara diferencia entre el castigo de
los impos en contraposicin con la recompensa de los justos, tal como seala el
libro de Daniel en su captulo 12.
Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarn, unos para la
vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno. Los doctos brillarn como
el fulgor del firmamento, y los que ensearon a la multitud la justicia, como las
estrellas, por toda la eternidad. Daniel 12,2-3
Y en saliendo, vern los cadveres de aquellos que se rebelaron contra m; su
gusano no morir su fuego no se apagar, y sern el asco de todo el mundo Isaas
66,24
Despus sern cadveres despreciables, objeto de ultraje entre los muertos para
siempre. Porque el Seor los quebrar lanzndolos de cabeza, sin habla, los
sacudir de sus cimientos;quedarn totalmente asolados, sumidos en el dolor, y su
recuerdo se perder. Al tiempo de dar cuenta de sus pecados irn acobardados, y
sus iniquidades se les enfrentarn acusndoles Sabidura 4,19-20.
Ya en el Nuevo Testamento la doctrina del infierno es mucho ms clara,
especialmente en la predicacin de Jess, quien amenaza a los pecadores con el
castigo del infierno utilizando la figura de la gehenna.
Y no temis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed ms
bien a Aquel que puede llevar a la perdicin alma y cuerpo en la gehena Mateo
10,28
Ay de vosotros, escribas y fariseos hipcritas, que recorris mar y tierra para
hacer un proslito, y, cuando llega a serlo, le hacis hijo de condenacin el doble
que vosotros! Mateo 23,15
Y si tu pie te es ocasin de pecado, crtatelo. Ms vale que entres cojo en la Vida
que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. Donde su gusano no muere y el
fuego no se apaga. Y si tu ojo te es ocasin de pecado, scatelo. Ms vale que
entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la
gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga; pues todos han de ser
salados con fuego. Marcos 9,45-49
Abundan tambin el uso de expresiones como fuego que no se apaga, horno de
fuego, suplicio eterno", ser arrojados a las tinieblas de afuera, rechinar de
dientes para referirse a las penas del infierno..
En su mano tiene el bieldo y va a limpiar su era: recoger su trigo en el granero,
pero la paja la quemar con fuego que no se apaga. Mateo 3,12
mientras que los hijos del Reino sern echados a las tinieblas de fuera; all ser el
llanto y el rechinar de dientes. Mateo 8,12

Entonces el rey dijo a los sirvientes: Atadle de pies y manos, y echadle a las
tinieblas de fuera; all ser el llanto y el rechinar de dientes. Mateo 22,13
Y el diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde estn
tambin la Bestia y el falso profeta, y sern atormentados da y noche por los siglos
de los siglos. Apocalipsis 20,10
La parbola de Lazaro y el rico (Lucas 16) ensea como aquellos que han sido
reprobados sufrirn tormento de forma eterna e irrevocable.
Las penas del infierno. Pena de dao y de sentido
El Catecismo de la Iglesia Catlica ensea que la pena principal del infierno
consiste en la separacin eterna de Dios en quien nicamente puede tener el
hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y a las que aspira. Esta
separacin eterna de Dios o suplicio de privacin, que es causada por el
apartamiento voluntario de Dios que se realiza por la muerte en pecado mortal se
llama pena de dao.
Es la pena principal del infierno porque implica la prdida definitiva de la visin
beatfica. Los condenados estn irrevocablemente separados de Dios, y a esta
separacin es a la que hacen referencias textos como Mateo 25,41 Apartaos de m
malditos, o 2 Tesalonicenses 1,9 stos sufrirn la pena de una ruina eterna,
alejados de la presencia del Seor y de la gloria de su poder

Padres Apologticos
Ignacio de Antioqua
Santo y Obispo de Antioquia, martirizado en Roma (devorado por los leones) en
tiempos del emperador Trajano (98-117). Se conservan de l las siete cartas que

escribi camino al martirio aproximadamente en el ao 107. Pueden consultar la


traduccin protestante de las cartas de San Ignacio directamente AQUI la cual est
basada en el libro Los Padres Apostlicos, por J. B. Lightfoot. Editorial CLIE
San Ignacio habla de cmo aquellos que mueran en la impureza irn al fuego
inextinguible:
Hermanos mos, no os engais, los adlteros no heredarn el Reino de Dios. Pues
si los que obraron esto segn la carne murieron Cunto ms si corrompe en mala
doctrina la fe de Dios por la que Jesucristo fue crucificado!. ste, por ser impuro, ir
al fuego inextinguible, as como el que lo escucha. Por eso el Seor tom ungento
sobre su cabeza para inspirar a la Iglesia incorrupcin. No os unjis con la ftida
doctrina del prncipe de este mundo para que no os lleve cautivos lejos de la vida
que ha sido propuesta como recompensa. Por qu no somos todos prudentes
despus de haber alcanzado el conocimiento de Dios que es Jesucristo? Por qu
perecemos neciamente al desconocer la gracia que el Seor verdaderamente ha
enviado?
Ignacio de Antioqua, Carta a los efesios, 16-17: FuP 1, 119-121
Gregorio de Nisa
Nacido entre el 331 al 335 d.C. Fue consagrado obispo en el 371 y fallece en el 394.
Gregorio de Nisa tambin habla repetidas veces del fuego inextinguible y de la
inmortalidad del gusano de una sancin eterna y amenaza al pecador con
sufrimientos eternos y eterno castigo, sin embargo, al igual que Orgenes cae en el
error de pensar que las penas del infierno no eran eternas.
Y la vida dolorosa de los pecadores tampoco tiene comparacin con las sensaciones
de los que sufren ac. Pero incluso en el caso de que se aplique a algn castigo de
all el nombre con que se le conoce ac, la diferencia no es pequea. Efectivamente,
al escuchar la palabra fuego, has aprendido a pensar algo distinto del fuego de ac,
porque en l se encuentra una cualidad que no hay en ste: aquel, efectivamente, no
se extingue, mientras que ste de ac puede ser extinguido por los mltiples medio
que ensea la experiencia, y la diferencia es grande entre un fuego que se extingue
y otro que es inextinguible. Por tanto, es otro, y no el mismo que el de ac. Y
tambin cuando uno oye la palabra gusano, que por la semejanza del nombre no se
deje arrastrar a pensar que este animalito terrestre, porque la aadidura del
calificativo eterno supone que se ha de pensar en otra naturaleza diferente de la
que conocemos

Jernimo
Reconocido como uno de los cuatro Doctores originales de la Iglesia Latina. Padre de
las ciencias bblicas y traductor de la Biblia al latn. Presbtero, hombre de vida
asctica, eminente literato. Naci en el ao 347 y muri en el 420.
Son muchos los que dicen que en el futuro no habr suplicios por los pecados ni se
les aplicarn castigos que vengan del exterior, sino que la pena consistir en el
pecado mismo, y en el tener conciencia del delito, no muriendo el gusano en el

corazn y ardiendo el fuego en el alma, de un modo semejante a la fiebre, que no


atormenta al enfermo desde fuera, sino que, apoderndose de los cuerpos, castiga
sin emplear ningn instrumento externo de tortura. Estas persuasiones son lazos
fraudulentos, palabras vacuas y sin valor, que deleitan como flores a los pecadores,
pero que les infunden una confianza que les conduce a los suplicios eternos
Jernimo, Comentario a la Carta a los efesios, 3,5,6: PL 26, 522

Ao del centenario de Machu Picchu para el Mundo

Agustn de Hipona

INTEGRANTES:
Obispo
de Hipona y doctor de la iglesia, es reconocido como un de los cuatro
doctores mas reconocidos de la Iglesia Latina. Naci en el 354 y lleg a ser obispo
de Hipona durante treinta y cuatro
aos. Alexander
Combati duramente
todas Cruz
las herejas de
Jhonatan
Malara Santa
la poca y muri el ao 430
Habis odo, pues, en el Evangelio que hay dos vidas: una presente, otra futura. La
presente
la poseemos: en la futura creemos. Nos encontramos en la presente; a la
GRADO:
futura an no hemos llegado. Mientras vivimos la presente, hagamos mritos para
adquirir la futura, pues an no hemos muerto. Acaso se lee el Evangelio en los
5 B
infiernos? Si de hecho fuera as, en vano le oira el rico aquel, porque no podra
haber ya penitencia fructuosa. A nosotros se nos lee aqu y aqu lo omos, donde,
mientras vivimos, podemos ser corregidos para no llegar a aquellos tormentos.
Agustn de Hipona, Sermn, 113-A, 3: BAC 441, 829-830

CURSO:

Por esto que sucede aqu, pudiera el entendimiento del hombre hacerse una idea
Religin
de lo que nos est reservado en
lo por venir. Sin embargo, qu gran
desproporcin! Vive, no quiere morir; de ah el amor a la vida inacabable, al querer
vivir, al no querer morir nunca. Con todo eso, los que hayan de ir a las torturadoras
penas del infierno han de querer morir y no podrn
PROFESOR:
Agustn
de Hipona, Sermn 127, 2: BAC 443, 106-107

Elmer Santa Cruz

2011

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