La Psicología Médica en La Antigüedad
La Psicología Médica en La Antigüedad
La Psicología Médica en La Antigüedad
con los enfermos, que cuiden su lenguaje, sus ropas, su aspecto fsico y aun su olor; que
no dejen de prestar atencin a esos pequeos detalles que pueden crear un cuadro
agradable. Algunos tratamientos, aunque parezcan ser menos eficaces en s mismos, son
aconsejables de preferencia, si el paciente los acepta mejor (Aforismos). Para estimular al
organismo, el mdico recurrir en algunos casos a una verdadera accin psicolgica
despertando en su paciente sentimientos que acrecienten su vitalidad. En los humores,
algunas observaciones hacen referencia a la fuerza de carcter en las diversas
circunstancias de la vida y a la incapacidad de dominarse o a los diversos aspectos de la
actividad psquica; las bsquedas, las preocupaciones, las emociones, etc. Los
sentimientos y las emociones ejercen una accin particular sobre partes correspondientes
del cuerpo: sudores, palpitaciones... en cuanto al sueo el autor del Rgimen declara que
es el estado en que el alma disfruta de su plena actividad, lo que indirectamente quiere
decir que posee menos vitalidad en estado de vigilia en que los rganos de los sentidos,
en cambio, trabajan ms. En cuanto a los ensueos, la escuela hipocrtica distingua dos
clases: aquellos cuyo carcter adivinatorio da seal de un origen sobrenatural, y los
sueos cuyas imgenes pueden proporcionar al mdico indicaciones acerca de las
preocupaciones del que duerme o inclusive acerca de los sutiles cambios que sobreviven
en su organismo antes de que se manifieste verdaderamente la enfermedad.
7. De Hipcrates a Galeno
La obra de Hipcrates ejerci una influencia sin igual en la medicina de la Antigedad.
Herfilo adems de los trabajos sobre los rganos de los sentidos y la estructura del ojo,
describi el cerebro al que consideraba la sede principal de las sensaciones. Aunque haya
confundido los ligamentos y los nervios, reconoce a estos ltimos, en relacin con el
cerebro y la mdula espinal, un papel importante en los procesos sensoriales. Admite que
los seres vivos estn sometidos a la accin de cuatro fuerzas: nutritiva (cuya sede es el
hgado), excitante (cuya sede es el corazn), sensible (cuya sede son los nervios),
pensante (cuya sede es el cerebro), y ve una relacin estrecha entre la respiracin y las
pulsaciones, pues admite en los pulmones una sstole y una distole anlogas a las
pulsaciones cardiacas. Galeno ve en el hombre un alma que se vale de un cuerpo.
Distingue el pneuma, considerado por l como esencia de la vida, el pneuma psychicon,
cuya sede es el cerebro, pero que interesa tambin al sistema nervioso; el pneuma
zoricon (espritu vital), manifestado por los latidos del pulso, que mantienen el calor del
organismo; y dl pneuma physicon (espritu natural) cuya sede es el hgado, que asegura
la nutricin. Se encuentra igualmente en Galeno la nocin del hombre como microcosmos.
A los cuatro elementos fundamentales del macrocosmos: fuego, aire, agua, tierra,
corresponden lo caliente, lo fro, lo hmedo, lo seco, as como los humores principales del
organismo: sangre, flema, bilis amarilla, bilis negra. Galeno fue un espritu ms dogmtico
que Hipcrates. Para las enfermedades consideradas endgenas, la medicina hipocrtica
recomendaba el tratamiento por lo semejante, y, proclamando una mayor fidelidad a su
pensamiento, la escuela homeoptica afirmara el principio de similia similibus curantur.
La enseanza de los sofistas y el mtodo socrtico
1. El descubrimiento de la subjetividad
Eugne Dulrel, al someter a un examen crtico toda la documentacin que les
concierne, ha emprendido la tarea de rehabilitar su memoria. Sea cual fuere el aspecto
moral de su pensamiento, ste tiene un valor singular desde el punto de vista psicolgico,
pues fueron ellos los primeros en poner a la luz, con sorprendente perspicacia, lo que hoy
llamamos subjetividad humana.
2. El relativismo de Protgoras
"El hombre es la medida de todas las cosas, de la existencia de las que existen y
de la no existencia de las que no existen" ha dado lugar a interpretaciones diversas. Si se
entiende por "hombre" el ser humano en general, nos encontramos en presencia de una
profesin de fe humanista. Lo que importa es la afirmacin de Protgoras de que el
conocimiento es imposible en el sentido de una aprehensin de las cosas en s mismas, y
que se sita, forzosamente, en el nivel de lo que Kant llamara el mundo fenomnico.
Protgoras se percat de que la virtud, por cuanto supone una rectificacin de las
tendencias naturales, es en buena parte una cuestin de educacin. Digenes Laercio
dice que Protgoras fue el primero en declarar que hay, respecto de todas las cosas, dos
razonamientos que se oponen. Se le reprocha el haber enseado, a este respecto, que el
razonamiento ms dbil debera convertirse, en virtud del arte de la retrica, en el ms
fuerte. Al decir de Platn, su escepticismo radical en cuanto al conocimiento del mundo
exterior tena por fundamento el papel exclusivo que atribua a los sentidos. Se percat de
que el acto de la percepcin dependa de una determinada estructura sensorial, y que el
escollo consista en sustancializar las cosas en esta materia; en mostrar, por ejemplo, que
lo que llamamos color nace del encuentro de un sujeto y un objeto, y que no se est en
presencia de una cosa que sera el color percibido y de otra que sera la visin de este
color. Sostuvo que la experiencia es inseparable de una impresin producida por la
entrada en relacin de dos realidades, independientes primero la luna de la otra, y cuyos
movimientos se afectan recprocamente. Consider que la memoria nos reconduce
siempre a las percepciones originarias, que dejan su huella, pero con prdida en relacin
con ellas. Vea en las ideas generales una suerte de ilusin nacida de la creencia en la
realidad de las palabras.
3. Gorgias y el lenguaje
Nada existe, aun si hubiese ser sera incognoscible; y aun si hubiese ser y fuese
cognoscible, sera incomunicable a otro. Tal tesis, que apuntaba sin duda a la ontologa de
Parmnides, deja en la sombra a todos los dems aspectos del pensamiento de Gorgias.
Lo que parece constituir la verdadera originalidad de Gorgias es la tercera proposicin de
la tesis que le atribuye, que se refiere a la comunicacin. En virtud de la idea
singularmente avanzada de que el lenguaje no puede simbolizar ms que con signos
arbitrarios las cosas que pretende expresar, se puede atribuir a Gorgias un nominalismo
radical, pero no se debe inferir, por fuerza, que el nihilismo si hubo nihilismo fuese en l
absoluto y permanente. La Academia Nueva, al adoptar un escepticismo menos radical,
sobre todo con Arcesilao y Carnades parece haber admitido un dualismo del alma y del
cuerpo. Pero no se conocen los detalles de su doctrina psicolgica.
4. La bsqueda socrtica
Como los sofistas, Scrates se interesa en el ser humano ardientemente; pero el
ser humano captado en una perspectiva esencialmente moral. Al alma como principio de
movimiento y de vida, colocada en primer plano por los jonios, l aade como valor
esencial la razn y el carcter moral; ve en ella la sede de esa personalidad espiritual que
su mtodo requiere instaurar y consolidar, para hacerla plenamente duea del cuerpo que
anima. De tal modo, su meta es buscar, en las fluctuaciones de la vida sensible,
"invariables" capaces de dar sostn a ese panel del alma en cuanto sujeto razonable del
conocimiento y de la accin. El conocimiento no versa sobre la realidad del alma, de la
cual no duda, sino sobre sus riquezas ocultas que hay que descubrir para volverse mejor;
si exhorta a los atenienses a este conocimiento de s mismos por s mismos, es porque lo
mueve una conviccin profunda de que saldrn ganando en firmeza moral, de que ya no
se dejarn impresionar por las argucias de los sofistas. En Scrates la psicologa est
totalmente subordinada a la tica. El hombre socrtico es un ser que quiere alcanzar la
dicha en virtud de una tendencia ms o menos oscura, postulada como la raz misma de
sus deseos. Y este ser debe comprender que slo el bien puede satisfacer este anhelo.
Pero la habilidad dialctica de Scrates slo poda afirmar, sin demostrarla, la identidad
establecida entre los objetos del deseo y el bien, entre lo deseable. Scrates fue un
hombre de salud fsica y moral excepcionales, animado por una fe no menos excepcional
en el poder de esa razn humana que experimentaba en s mismo. La mayor ceguera a
sus ojos, si hemos de creer el testimonio de Platn, es desconocer que la mayor
desdicha, peor que la enfermedad del cuerpo, es "vivir con un alma, no sana, sino
corrompida, y adems injusta e impa". La concepcin socrtica del alma es inseparable
de una filosofa de la sabidura, ciencia por excelencia, por cuanto engloba a todas las
dems virtudes particulares (piedad, justicia, valor, templanza); y de una sabidura que se
puede ensear.
La psicologa de Platn
1. La espiritualidad del alma y su destino
Platn constituye ms que una psicologa en la acepcin moderna del trmino, lo
que podramos llamar una metapsicologa, inscrita en un contexto de fuerza y riqueza
incomparables. "El alma declara, es, luego de las divinidades, lo que de ms divino hay
para el hombre y lo que ms directamente le interesa". Aunque fuese de una materialidad
muy sutil, Platn quiere demostrar que es absolutamente incorprea, y repudia todas las
teoras anteriores que, al identificar el alma con un elemento le compromete su destino
sobrenatural. El alma posee desde siempre la verdad; es el principio de todo movimiento;
simple e indivisible, y por tanto no compuesta, escapa por fuerza a la descomposicin; es
capaz de una reminiscencia que demuestra su existencia anterior; por participar en la idea
de vida, se encuentra investida de una actividad eterna, que excluye la muerte. De tal
modo Platn concibe la vida psquica como independiente de la vida del cuerpo. Se lleva
a cabo de tal manera, en el alma humana, un conflicto ontolgico, pues se haya
desgarrada entre la oscura nostalgia de una eternidad divina y los atractivos de la vida
terrestre. Esta vida nunca es capaz de calmar la sed de absoluto que la posee, y debe
comprender que su tarea consiste en elevarse por encima de los placeres del cuerpo, en
vencer las tentaciones, en huir del mundo y de sus seducciones, en avivar su
reminiscencia de las ideas que ha conocido en la realidad suprasensible. El amor que
despierta en la mente el recuerdo de la idea de lo Bello.
2. El proceso del conocimiento
La ciencia se asienta en un lugar que no son las sensaciones perpetuamente
cambiantes. Es abusivo pretender que toda sensacin es completamente original con
relacin a las que la han procedido, sin que haya nada que reconduzca a una experiencia
anterior. Entra en ello otro elemento, decisivo: la actividad racional que coordina lo
semejante. Esta actividad es inseparable en Platn de su condicin metafsica, y el
famoso mito de la caverna expresa el despego necesario de la simple existencia y el
acercamiento a las ideas eternas. Instaura as una suerte de tcnica de las
reminiscencias, para rebasar el estadio de las creencias y de las opiniones y alcanzar el
verdadero saber. Es con esta perspectiva innatista como llega a sacar a luz la actividad
propia del espritu, su capacidad de juzgar y de razonar, distinta de las sensaciones.
3. Una psico-fisiologa finalista
El problema del conocimiento y la accin remiten forzosamente a Platn al ser
humano constituido por un organismo; admite, por lo dems, que el alma, en el transcurso
de sus peregrinaciones , sufre una influencia que obstaculiza o retarda la realizacin de
su destino, y que, por eso mismo, mantiene forzosamente con el cuerpo relaciones de un
cierto orden. En el Fedro, Platn compara al alma con un carro de dos caballos conducido
por un cochero . El cochero simboliza la razn, uno de los caballos la energa moral y el
otro el deseo. Esta divisin tripartita se encuentra de nuevo en la Repblica. Nos
encontramos en presencia de una psico-fisiologa finalista que explica por qu las tres
partes del alma ocupan ese lugar distinto en el cuerpo. Si el principio divino del alma
tiene su sede en la cabeza separada del pecho por el cuello, es porque quiere
permanecer, todo lo posible, protegido de las mancilladuras provenientes del alma inferior;
como esta ltima contiene una parte naturalmente mejor, y otra peor, la primera est
situada ms cerca de la cabeza entre el diafragma y el cuello, para que pueda contribuir,
en concierto con la razn, a contener los paetitos; y estos ltimos tienen su sede lo ms
lejos posible del alma deliberadora, en el intervalo que separa el diafragma del ombligo.
La mdula es considerada por el como el lazo que una al alma con el cuerpo. La sangre
tiene su fuente en el corazn, nudo de todos los vasos, y se refresca en los pulmones. El
aire o pneuma, penetra en el cuerpo. La sangre tiene su fuente en el corazn, nudo de
todos los vasos, y se refresca en los pulmones. El aire o pneuma, penetra en el cuerpo
humano por vas definidas, desde la boca y los pulmones hasta el corazn. De ah corre
por el organismo entero, rige la vida, el equilibrio de las funciones, los movimientos del
pensamiento. De la concepcin platnica se desprende que slo la parte superior del
alma tiene el privilegio de la inmortalidad: una inmortalidad cuyo carcter personal no
parece ser nada dudoso. Podemos preguntarnos, al igual que en el caso de los jonios, si
la consecuencia lgica de la teora no sera el retorno del alma individual el alma universal
y csmica. Por otra parte lo esencial del alma, si el elemento divino que hay en ella es
nicamente la facultad cognoscitiva o la razn, tal parece que las afecciones, los apetitos,
los deseos, por cuanto son producto de su unin con el cuerpo, no habrn de poder
sobrevivir a la destruccin de este ltimo. Todo lo que Platn escribe en el Timeo en
particular, acerca de las cualidades sensibles se inserta en la perspectiva finalista que
preside su concepcin del alma tripartita.
4. Los trastornos psquicos y los factores inconscientes
Curiosa es la actitud objetiva que observa Platn al tratar los trastornos psqucos;
en las descripciones que nos da, el caracterlogo disputa con el moralista. Nadie es malo
porque quiere, sino que llega a serlo por una mala educacin o por una mala disposicin
del cuerpo de la que el alma padece a causa del cuerpo. La Repblica consiste en
orientar y an en obligar al individuo a seguir una va trazada por Platn el filsofo. Sin
embargo, esta pedagoga abunda en observaciones penetrantes. Sabes que en tales
momentos esta parte del alma a todo se ofrece, como si se hubiera libertado
violentamente de todas las leyes de la conveniencia y del pudor; no distingue nada, ni
dios, ni hombre, ni bestia. La parte inteligente del alma cuando se acuesta tranquilo y sin
resentimiento, cuando todo duerme en l, menos su razn, que se mantiene despierta. Y
si ha tratado de calmar con la reflexin la efervescencia de los sentimientos, es entonces
tambin cuando: el espritu ve ms claro la verdad, se ntima con ella y no se siente
turbado por fantasmas impuros y sueos criminales. Pues la consideracin de esta ltima
torna manifiesto que hay en cada uno de nosotros, incluyendo a lo que parecen ms
dueos de sus pasiones, una especie de deseos crueles, brutales, sin freno, como lo
prueban los ensueos.
Referencia:
Mueller, F.L. (2009). Historia de la Psicologa
Mxico:FCE
Pags. 37-62