La corrupcin en las instituciones

pblicas y privadas
MANUEL A. SOLANET

La corrupcin no es un fenmeno que

aparezca espontneamente en los gobiernos
o en otras instituciones. Tiene races en la sociedad. Es el resultado de un deterioro en las
cualidades morales de una sociedad que as
se ve ms propensa a quebrar reglas ticas en
la bsqueda de beneficios personales. El mayor o menor impulso y generalizacin que la
corrupcin pueda tener dentro del estado,
seguramente tendr relacin con los valores
y pautas histricas de quienes detentan el poder, con el grado de intervencin estatal, y
con la capacidad de tener rganos de seguridad y justicia eficientes, pero difcilmente se
podra dar un estado corrupto dentro de
una sociedad de altos valores ticos.
Los actos corruptos suelen implicar a dos
partes: el corruptor y el corrompido. Ambos
son culpables y ambos estn interesados en
ocultar el hecho. Por ello es dificil encontrar
pruebas de la corrupcin aunque sta se conozca por infidencias o se intuya por sbitos
enriquecimientos o niveles de vida. El ocultamiento genera, en el otro extremo, una gran
facilidad para adjudicar injustificadamente
conductas incorrectas, a veces con mala intencin. Por otro lado, la propensin de la
gente a aceptar teoras conspirativas crea un
ambiente propicio para generar un clima de
pesimismo generalizado, donde, bajo el slogan "todos roban", se crea la necesaria confusin que favorece el mimetismo de los que
efectivamente lo hacen.
La gravedad social de la corrupcin aumenta cuanto mayor es la cantidad de gente
complicada en un mismo acto, o cuando se

eleva el nivel de la institucin. Por ejemplo

es ms grave el caso de un parlamento en
donde se distribuyan pagos provenientes de
quienes se benefician por una ley as aprobada, que el caso de una coima a un funcionario pblico aislado. Es ms grave que haya
corrupcin en un juzgado federal que en
uno de faltas. Cuando en un acto de corrupcin se involucran muchas personas de alto
nivel, ello significa que se han reducido los
temores y que se extiende la impunidad. Seguramente la expansin de la corrupcin
minimiza la capacidad de reaccin.
Un sntoma claro de la creacin de ambientes amplios de corrupcin es el desenfado en el trato del tema por quienes han vivido muchos aos en ese medio sin ser penalizados. Hace algunos aos un dirigente sindical argentino haca declaraciones a un medio de prensa diciendo que "nadie se hace rico trabajando", y adems explicaba cmo se
obtenan los retornos de honorarios pagados
por el gremio a profesionales y consultores.
Por la naturalidad con que lo expona, slo
cabra interpretar que luego de una larga
prctica en esas artes haba llegado sin querer a asumir que no eran incorrectas. En los
pases con fuerte y crnica corrupcin se
pueden encontrar ejemplos numerosos de
desenfado, y hasta exposicin pblica deliberada de enriquecimientos indebidos, casi
como una seal del poder del que se dispone. Esto ocurre en muchos pases latinoamericanos como Paraguay, Mxico y Venezuela,
por nombrar a algunos de los que ms sufren este flagelo. Tambin ocurre en otros
31

continentes incluyendo Asia, Africa, y Europa, particularmente en Rusia.

En general el que paga sobornos tiene
menos reprobacin social que el que los recibe. Es comn encontrar empresarios o gerentes de ventas relatar con tono de protesta
o irona cmo han necesitado pagar "contribuciones" para lograr ventas o contratos o
aprobaciones de funcionarios pblicos, o
tambin de gerentes de compras u otros ejecutivos de empresas privadas. Recuerdo una
reunin bastante numerosa de un consorcio
que aspiraba a un contrato con una empresa
del estado y encontraba la dificultad de la
desaprobacin de un funcionario al que se
lo supona incorruptible. Uno de los empresarios all presentes aleg: "djenmelo a mi
que no me dura un round". Hubo risas,
aprobacin y alivio en el resto de sus socios.
Desconozco el resultado, pero me result
claro que ciertas barreras haban sido superadas y que cualquiera de los all presentes
tendra pocas inhibiciones para enriquecerse
si estuviera en la situacin de pedir sobornos, aunque no lo expondra con similar desenfado. Es evidente que la corrupcin en el
estado est impulsada por la falta de slidos
principios ticos y por la falta de reprobacin social.
Comparaciones Internacionales
Algunas instituciones internacionales han
publicado rankings de pases segn el nivel
de corrupcin percibido por los hombres de
negocios y otros opinantes. Acompaamos a
este trabajo diversos rankings publicados sobre corrupcin: 1) el del World Economic
Forum de 1996; 2) el del IMD de Suiza del
World Competitiveness Yearbook de 1996; 3)
el de la revista Impulse de Alemania de 1995;
4) el resultado de una encuesta realizada por
el Departamento de Ciencias Polticas de la
Universidad de Amsterdam sobre la corrupcin en la poltica.
Hay gran coincidencia entre los distintos
trabajos. En casi todos ellos Nueva Zelanda y
Dinamarca se ubican en los lugares de menor corrupcin. A partir de all el ordenamiento hace difcil establecer relaciones sis32

temticas que permitan identificar las causas

de la corrupcin en los pases. Hemos intentado relacionar corrupcin con nivel de desarrollo, segn se muestra en el grfico que
tambin acompaa este trabajo. Para ello hemos utilizado el ordenamiento del World
Competitiveness Yearbook. Sin duda cualquiera de estos trabajos resulta de encuestas
con algn grado de subjetividad, y el hecho
de asignar puntajes no debe considerarse como reflejo de alta precisin. Pero, de todas
maneras, puede resultar alguna conclusin.
Existe una tendencia a menor corrupcin
en los pases de ms altos ingresos, y viceversa. Es posible que por estar relacionado el nivel de educacin con el ingreso, esa tendencia est reflejando en realidad la influencia
de la educacin. De los 20 pases de la muestra con ms corrupcin, 16 tienen un ingreso inferior a los 10.000 dlares por habitante. Por otro lado, de los 20 pases con menor
corrupcin, 19 tienen un ingreso superior a
los 15.000 dlares. Hay algunos pases que se
apartan del lugar que tericamente les correspondera en esta correlacin. Italia, Grecia y Espaa muestran un nivel de corrupcin muy alto en comparacin con los que
tienen similar nivel de ingresos. Rusia es el
pas con mayor corrupcin segn la mayora
de los estudios. Chile, Israel, Portugal y Sud
Africa tienen niveles de corrupcin inferiores a los de otros pases de similar desarrollo.
Para aquellos que quieren ver la religin
como un factor relacionado con la corrupcin, aparecen contradicciones que parecen
invalidar la tesis. Pases catlicos y con corrupcin como Italia o Espaa, encuentran la contrapartida de Portugal, o Francia. La gama de
religiones predominantes es amplia y diversa
de ambos lados de la balanza.
Es bien posible que el grado de intervencin estatal se refleje en el fenmeno corrupcin a partir de estas comparaciones entre pases. Particularmente podra hablarse
del efecto negativo de las transiciones desde
un sistema colectivista hacia otro de mercado, cuando la apertura an no es total. Rusia
sera este caso, aunque habra que poder explicar el porqu de la diferencia con Polonia
o Hungra.
Hay un espacio muy amplio para avanzar

en la investigacin sobre el fenmeno de la

corrupcin sobre la base de la comparacin
internacional. Ser efectivamente la educacin? Ser la religin predominante, o el sistema econmico, o el origen tnico predominante?. Puede que estos factores influyan, pero sera errneo un planteo determinstico.
El alma humana y la razn siempre estarn
en condiciones de optar por el bien frente al
mal, y las sociedades son en definitiva conjuntos de seres humanos.
El efecto de las privatizaciones
y desregulaciones
La institucin del estado es ms propicia
que la actividad privada para la corrupcin
de sus funcionarios. La razn es simple: en el
estado los funcionarios estn ms lejos y menos conectados de quienes se perjudican con
los costos ocasionados.
Las privatizaciones y la desregulacin han
reducido sin duda los actos de corrupcin,
aunque estos no hayan desaparecido. Una
sociedad menos regulada genera menos
campo para la corrupcin. Toda vez que est
en manos de una persona decidir discrecionalmente sobre beneficios de otra, se da un
espacio propicio para la corrupcin, que se
motoriza por ambos lados. El funcionario
descubre la oportunidad y el interesado privado encuentra un camino ms fcil de lograr beneficios, sin el esfuerzo de competir o
reducir sus costos. Simplemente debe comprar voluntades gastando una suma menor al
beneficio obtenido. Una vez que esta actitud
corrupta se extiende, los empresarios que no
haban entrado en ella encuentran que o
bien lo hacen, o si no deben abandonar la
actividad. La conciencia de esos empresarios
se alivia interpretando que no lo hacen por
su propia iniciativa o voluntad, sino porque
resulta de una regla impuesta que deben
aceptar para mantener viva su empresa, resguardando a sus accionistas y trabajadores.
La coima se constituye as en un rasgo de la
llamada "patria contratista".
Tanto en Argentina como en muchos
otros pases habido en la dcada del noventa
una disminucin de los espacios propicios

para este tipo de corrupcin, debido a las

privatizaciones, desregulaciones y a la instrumentacin de una economa ms abierta y
de mercado. Se han desmantelado los sistemas de control gubernamental de precios y
mercados; se elimin el control de cambios;
se suprimieron las exigencias de aprobacin
previa de importaciones; se suprimieron las
autorizaciones en las inversiones extranjeras;
y se eliminaron las intervenciones estatales
en muy diversas reas.
Las regulaciones han respondido tradicionalmente a intereses sectoriales donde los
sectores ms fuertes pudieron lograr medidas
de intervencin estatal en su favor. El avance
de las regulaciones luego de la crisis del
treinta, se produjo en el marco de las polticas anticclicas inspiradas por Keynes y la ola
internacional de polticas sociales que acornpa al New Deal, pero en muchos pases
esas regulaciones fueron aprovechadas y motorizadas por sectores empresarios y sindicales. Result finalmente que se cre un campo
mucho ms propicio para la corrupcin.
El tradicional planteo empresario de implementar una "poltica industrial activa",
entendiendo por tal los beneficios tributarios o subsidios para inversiones industriales
en determinados sectores o regiones, genera
un espacio importante de corrupcin. Muchos empresarios de la industria reclaman
todava de los gobiernos polticas pblicas
activas para promover la industria, sin darse
cuenta de que estn pretendiendo regulaciones que, por otro lado, tambin ahora
critican como opuestas a la economa de
mercado.
La necesaria discrecionalidad de los funcionarios y el enorme beneficio que podan
otorgar en la aplicacin de polticas de promocin ha sido un caldo de cultivo para la
corrupcin. Los decretos de promocin industrial tenan precio en algunas provincias
argentinas. A. Ades y R. Di Tella (1996) analizaron y demostraron que el supuesto impacto positivo sobre la inversin de las polticas industriales activas, es compensado por el
desaliento que genera la corrupcin que
aparece siempre como consecuencia de esas
polticas. Puede corroborarse esa conclusin
a la vista de la experiencia argentina.
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Privatizar y desregular no elimina todas

las ocasiones de prcticas corruptas
Sin embargo, an despus de las privatizaciones y desregulaciones, subsisten muchos
espacios de actividad de gobierno en donde
se mantienen incentivos para actos corruptos, ya que es imposible alinear totalmente el
bien comn con la optimizacin de los beneficios individuales. Tambin es imposible hacer converger inequvocamente los intereses
de una institucin con los de las personas
que actan en ella. Esto tambin se aplica a
empresas privadas, y es ms evidente cuando
el tamao de la institucin es mayor, alejando a quienes actan y deciden, de los accionistas o contribuyentes, que son los que se
benefician o perjudican con el resultado. Es
por ello que para que una sociedad no tenga
corrupcin pblica, no puede dejar de haber personas con vocacin de bien pblico.
Si solo prima el inters econmico, en toda
funcin en donde el beneficio personal no
converja con el inters de la institucin, o
con el bien comn si es el Estado, se producir corrupcin. De todas maneras, cuando
los funcionarios pblicos reciben remuneraciones muy por debajo de los equivalentes en
el sector privado, se requiere una vocacin
ms intensa para resistir las oportunidades
de corrupcin. Se dice que la corrupcin se
produce cuando se enfrenta a hombres ordinarios con situaciones extraordinarias. Las
bajas remuneraciones finalmente desembocan en instituciones que retienen preponderantemente personas ordinarias y slo algunos ascetas o patriotas. Cuando ello ocurre
en la polica o en la justicia, que por definicin actan siempre frente a situaciones extraordinarias, la corrupcin avanza en los rganos ms crticos haciendo inevitable que
una sociedad se desplace a escenarios de mayor gravedad.
La corrupcin en actos individuales
El pago de sobornos es tal vez el mecanismo ms explcito de corrupcin y el que
siempre abarca al menos dos partes, sin embargo no es la nica va de acciones "corrup34

tas". El incumplimiento de las normas legales o de las reglas no escritas de convivencia

en beneficio propio, pero en perjuicio de los
dems, es tambin en general una forma de
actitud antisocial y por lo tanto corrupta. Sin
embargo aqu el tema es ms complejo y difcil de discernir.
El comportamiento tico en acciones individuales no tiene caractersticas tan definidas
como el caso de un soborno. El blanco y negro admiten variados tonos de gris. Podemos calificar de corrupto el no respeto a un
seal de Velocidad Mxima 60 Kms/hora en
una carretera donde no hay riesgos de circular a 100?; Es corrupto comprar y vender divisas fuera del mercado oficial cuando ste
regula una cotizacin artificial?; Es inmoral
tener un trabajador domstico no declarado
cuando hay altsimos impuestos al trabajo y
engorrosas tramitaciones?. Si estas preguntas
debieran tener una respuesta afirmativa, ningn argentino estara excluido de haber pasado por la corrupcin, incluido el que suscribe. Pero la existencia de grises no impide
reconocer las graduaciones y la calificacin
relativa de los comportamientos desde la posicin de un observador que se ubique en el
baricentro de los valores morales aspirados
por una sociedad.
Hace unos aos el peruano Hernando de
Soto impact a toda Latinoamrica con su libro "El Otro Sendero". All describa cmo
el estado, con su excesiva intervencin en la
sociedad y su despilfarro, impulsaba casi inevitablemente hacia la informalidad. El trabajo "en negro" y la evasin impositiva se mostraban no solo como la nica forma de sobrevivir, sino tambin como una forma de escape al estancamiento y el retraso de los pases sometidos al estatismo. La relativizacin
de las normas ticas frente a la ley pblica y
su incumplimiento se exponan como valederos, cuando el estado haba construido
una estructura y reglas que escapaban, a su
vez, de una actitud moral de respeto al ciudadano y a su libertad individual. La confrontacin con la injusticia daba lugar y pareca justificar el quiebre de las normas impuestas por un estado que erraba la interpretacin del bien comn y generaba injusticia. Por cierto que la tesis de Soto era modi-

ficar al estado y sus reglas de intervencin,

sin embargo mientras ello no ocurriera su li
bro dejaba planteada la justificacin de la
evasin impositiva y la elusin de las regulaciones excesivas.
Hernando de Soto es un exponente de
una tica utilitarista, del tipo de las planteadas por Carl Fiedrich o Samuel Huntington.
Este enfoque es diferente al de la Iglesia y al
de casi todas las religiones, como as tambin
al de Kant, que adjudican valor tico o moral
a los hechos por su propia esencia: Son buenos o son malos segn la intencin, independientemente de sus consecuencias. En cambio, el entorno de circunstancias atenuantes
o el efecto final son aspectos ms tenidos en
cuenta en la ptica utilitarista. La doctrina de
Cristo, los Mandamientos, la ley mosaica o el
Corn son claros respecto al comportamiento
del alma humana. Sin embargo, no dejan de
exigirle al hombre tener en cuenta a su prjimo y evitar en ciertos casos un mal mayor
frente al cumplimiento de la Ley. En un caso
extremo de peligro de la vida de un hijo es lcito robar para darle de comer. La verdad admite zonas de duda, aunque en situaciones
de alta corrupcin uno se siente ms inclinado al enfoque absoluto del tipo kantiano.
Comportamiento legal,
y comportamiento tico
Se puede distinguir entre el comportamiento legal y el tico. Particularmente esta
distincin es interesante, cuando la ley permite ventajas para algunos en detrimento de
muchos. Un diputado en Argentina puede
legalmente otorgar pensiones graciables en
dinero a quien l disponga, de acuerdo a su
criterio. Por lo tanto puede legalmente drselas a un pariente o a un amigo, o retribuir
un favor poltico. Pero esto es tico? Es tico que un gobernante designe en cargos rentados a todos sus parientes, aunque ello no
est impedido por la ley?.
En Argentina se conoce un tipo de protesta denominado "trabajo a reglamento". Consiste en cumplir estrictamente las leyes y los
reglamentos, lo que siempre da por resultado un menor rendimiento laboral, o incon-

venientes para la poblacin o el trnsito en

su caso. Nunca la ley puede contemplar todos los requisitos del comportamiento humano ni puede prever las necesarias flexibilidades que deben decidirse continuamente
dentro del espritu del bien comn. Si la letra de la ley lo intentara, sera incumplible.
Por eso mismo la ley requiere del hombre
un aporte tico y no solo un cumplimiento
formal.
Los aportes a los partidos polticos como
semilla de corrupcin
El sistema republicano de representacin
por partidos polticos origina fuertes necesidades de fondos para solventar las campaas. El desarrollo de los medios de difusin
ha impuesto fuertes costos a los partidos,
que no pueden cubrir con las cuotas de los
afiliados ni con los subsidios gubernamentales que reciben. Se ven obligados a solicitar
aportes a personas y empresas. Esta prctica
ha llevado al camino de la exaccin y el soborno a muchos polticos que luego han accedido al poder o al parlamento. El lmite
de lo tico se ha borrado y muchos polticos
se han acostumbrado a pedir "para el partido" aunque ya no se trate de una campaa
desde fuera del poder. Han aparecido los recolectores de fondos que se quedan con lo
suyo, y funcionarios de muy alto nivel que
no tienen reservas en aceptar o pedir fondos
para otorgar favores, tranquilizando su conciencia con solo repartir o entregar al parido
una parte de lo recibido. La generalizacin
de esta prctica ha creado suficientes complicidades como para asegurar la impunidad
de todos los involucrados. Por ejemplo, durante los dos ltimos gobiernos constitucionales la masa de fondos obtenidos de esta
manera era usada para pagar sobresueldos
"en negro" a los funcionarios de mayor nivel, siendo pocos los que lo rechazaban. La
aceptacin de esas sumas sin averiguar su
origen, converta a todos los que las reciban
en cmplices, inhibindolos de hablar del
tema. Los que se negaban a recibirlo pero
sin renunciar, por razones de lealtad con sus
jefes o colegas, tampoco hacan denuncia
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del hecho. Los sobresueldos sin embargo

han sido moneda chica en comparacin con
otras sumas ms relevantes obtenidas "para
el partido" y distribuidas entre menos personas, segn su influencia y participacin en el
dictado de las medidas de favor a quienes
pagaron.
Los intentos de corregir el circuito de sobresueldos con la asignacin de Gastos Reservados fueron un noble intento, aunque
no corrigieron el fenmeno, y tambin fueron criticados por no corresponder ese tipo
de asignacin.
En realidad la necesidad de pagar sobresueldos proviene del desconcepto de que los
funcionarios de alto nivel en el gobierno deben tener sueldos menores de los que obtendran en la actividad privada en cargos de similar responsabilidad. Este desconcepto solo
tiene 50 aos en la Argentina y es una consecuencia de la demagogia y del intento falaz
de demostrar que el funcionario es austero y
patriota. La iniciacin de esta prctica probablemente no fue otra cosa que una vestimenta demaggica e hipcrita en una situacin
en la que los ingresos de los funcionarios no
eran exclusivamente su sueldo. Luego, con
los gobiernos diversos, el principio de bajos
sueldos para los altos funcionarios no se alter. La consecuencia ha sido la degradacin
de nivel y de la respetabilidad social de los
funcionarios pblicos permanentes, incluyendo los de la justicia, la polica y las fuerzas
armadas.
Las mafias y la inseguridad como
consecuencia de la corrupcin
Una de las derivaciones ms graves de la
corrupcin en la sociedad y el estado es la
prdida de capacidad de la polica y de la justicia para hacer cumplir la ley. En rigor, lo
que sucede es que las fuerzas de seguridad
son infiltradas por la corrupcin y muchos
de sus integrantes pasan a constituirse en
cmplices del delito, cuando no en sus promotores. La justicia, a su vez, tambin es superada por la incapacidad de expulsar a los
jueces corruptos, y por la debilidad y el temor frente a las mafias.

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La mafia es una organizacin delictiva que

asegura su impunidad mediante la violencia
y la corrupcin. Resulta dificil imaginar la
subsistencia de este tipo de organizaciones
frente al poder del estado, si no se ha alcanzado un alto nivel de corrupcin. Los recursos econmicos de un estado para armar un
cuerpo policial deberan ser siempre superiores a los de un grupo privado que funciona clandestinamente. Solo ciertas actividades
del delito como el narcotrfico o el contrabando en ciertos pases, pueden llegar a generar capacidad econmica de magnitud
comparable a la de un gobierno. En esos casos solo la destruccin de la actividad permite impedir la mafia, que de otra manera es
inevitable.
Las organizaciones mafiosas en algunos
pases han terminado asocindose a organizaciones terroristas guerrilleras de origen
ideolgico. A diferencia de la mafia, la guerrilla no nace en la corrupcin, aunque pueda haber incluido la corrupcin del gobierno o del "sistema" como argumento justificatorio de su camino violento. Esta diferencia
de origen no implica que finalmente se asemejen los mtodos de accin violenta e intimidacin: clandestinidad; secuestro; organizacin celular; etc. El hecho es que finalmente los mtodos de accin contra el terrorismo pueden derivar en procedimientos ilcitos de represin que, a su vez, ubican a las
instituciones de seguridad del propio gobierno fuera de la ley. Son situaciones que se dan
cuando las instituciones polticas se debilitan
y se complican con los mismos argumentos
de los grupos violentos, mientras que la sociedad le reclama al gobierno eficacia para
acabar con el terrorismo. Varios pases de
Amrica Latina, entre ellos Argentina, han
padecido con mayor o menor intensidad el
fenmeno del terrorismo y de la represin
ilegal, conmoviendo las bases ticas de sus
fuerzas armadas y de seguridad.
La aparicin de mafias de origen delictivo
es una muestra clara de una corrupcin fuertemente extendida que finalmente alcanza la
polica y la justicia. Padecen este problema
notoriamente Italia, Rusia, Mxico o Nigeria,
por nombrar algunos casos. En Estados Unidos las mafias fueron fuertes en las dcadas

del veinte y el treinta, impulsadas por la prohibicin del alcohol y el juego. Colombia es
un caso extremo en el cual mafias delictivas
apoyadas en el narcotrfico se han asociado
con la guerrilla ideolgica. Argentina ha
mostrado en los ltimos aos algunos sntomas de la presencia de grupos mafiosos concentrados en ciertas actividades. Ms recientemente algunos crmenes han sido adjudicados a organizaciones de este tipo con ramificaciones en la poltica.
Paradjicamente, siendo la Argentina el
pas que ha producido el ms profundo proceso de privatizaciones y desregulacin, se
habla hoy en l ms de corrupcin que antes
de dicho proceso. Esto es porque los actos de
corrupcin, que cuantitativamente pueden
ser menos, son mucho ms impactantes por
su naturaleza. Se producen en niveles ms altos de la pirmide del gobierno y el parlamento, han penetrado en la justicia e involucran la polica, produciendo hechos con claros rasgos mafiosos.
La prdida de valores en la sociedad
Una sociedad con slidos valores morales y
ticos es la clave para minimizar la corrupcin. La tica es un escudo mucho ms poderoso que el cumplimiento a rajatabla de la letra de la ley. El estricto respeto a reglas ticas
es la mejor garanta de que una sociedad ser
menos corrupta, aunque en ciertas circunstancias sus ciudadanos incumplan normas
surgidas de afanes legislativos intervencionistas o de privilegios. Por ejemplo, es ms aceptable que un trabajador recurra al mercado
informal de cambios para preservar su salario, en pocas de alta inflacin, que un dirigente sindical cobre sueldo en una empresa
la cual a su vez est obligada a pagarle ese
sueldo sin que trabaje.
La prdida de valores ticos transita por el
camino del hedonismo, el culto a la popularidad, y la preeminencia de valores materiales sobre los religiosos y morales. Este es el
caldo de cultivo de la corrupcin. Su extensin en el gobierno es una consecuencia.
Muchos argentinos claman airados contra la
corrupcin de los funcionarios pblicos, pe -

ro ovacionan a un director tcnico de ftbol

que fue condenado por atacar sexualmente a
un menor llevado mediante engao a su departamento, luego que se le acerc en la calle a pedirle un autgrafo. Un boxeador fue
condenado en Argentina por homicidio de
su cnyuge y muri en un accidente automovilstico durante un permiso de salida de la
crcel; ya tiene un monumento levantado
por un gobierno provincial respondiendo al
fervor popular. Este caso es parecido al de
Simpson en Estados Unidos, en el que la popularidad y la solidaridad racial prevalecieron sobre la objetividad de la justicia.
Estas personas y varias otras, que son exponentes de comportamientos claramente inmorales o al menos no ticos, pero de gran
popularidad deportiva o artstica, son endiosados por los medios que privilegian el rdito econmico antes que el intento de poner
los valores en el orden debido. As es difcil
crear las defensas que impidan el fcil trnsito a constituirse en corrompido o corruptor,
cuando aparece la oportunidad y el incentivo. Si no hay siquiera penalizacin social, se
cumple la mxima del tango argentino Cambalache: "el que no afana (roba) es un gil
(zonzo) ".
El combate internacional a la corrupcin
Estados Unidos ha sido el primer pas en
iniciar una accin sistemtica internacional
contra la corrupcin, particularmente contra el soborno a funcionarios pblicos. En
1977 ese pas sancion la Ley Sobre Prcticas
Corruptas en el Extranjero, que estableci
que el pago de sobornos por parte de ciudadanos estadounidenses a funcionarios estatales en el extranjero constituye delito. Inicialmente la ley signific una desventaja competitiva frente a empresas europeas o locales
que no estaban sujetas a legislacin similar.
Incluso algunos pases desarrollados, como
Alemania o Francia, sostuvieron el principio
de que los gastos en sobornos en el exterior
podan deducirse impositivamente. En las
declaraciones del impuesto a la renta en Alemania aparece el concepto Schmiergeld (dinero para untar) como deduccin.
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La desventaja competitiva para las empresas norteamericanas no motiv la derogacin

de la ley, sino la presin de Estados Unidos
para que otros pases desarrollados adoptaran legislacin similar. Slo despus de algunos aos logr algn xito en ese sentido.
En 1994, en la Cumbre de las Amricas en
Miami, se logr que los pases asistentes suscribieran la Iniciativa No a la Corrupcin en
la cual se propona un ataque frontal a la corrupcin en el continente, y se exhortaba a
los pases de la OCDE a hacer lo propio. En
marzo de 1996 se celebr en Caracas la Convencin Interamericana contra la Corrupcin y se suscribi un documento que recomienda a los gobiernos modificar la legislacin aumentando la penalizacin de actos
corruptos. Se propona crear una ley similar
a la estadounidense.
Finalmente, en 1996, el Consejo de la OCDE recomend a sus pases miembros suprimir la deduccin impositiva de los sobornos
pagados en el extranjero.
Diversas medidas han sido recomendadas
para avanzar internacionalmente contra la

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corrupcin. Michael Skol, ex Subsecretario

Adjunto para Asuntos Interamericanos de
Clinton, ha sugerido entre otras: a) que los
pases impidan la presentacin en las licitaciones pblicas de empresas de pases que
permitan el soborno en el exterior; b) que se
encargue a organismos como Transparency
International o la International Bar Association que visiten y auditen la existencia de corrupcin en los pases adherentes.
A pesar de estos avances, an se est lejos
de que la accin internacional sea eficaz.
Adems se refiere slo al soborno y no a otras
formas de corrupcin. A pesar de la ley, las
empresas encuentran vas de transgredira.
En Argentina se han producido recientemente sospechas y acciones judiciales por casos de
soborno protagonizados por empresas estadounidenses de primer nivel, que habran
procedido de esa forma slo dejando hacer a
sus socios locales. Esto no debe desalentar. En
un mundo cada vez ms globalizado e integrado, la accin concertada de todos los pases es un imperativo para reducir la corrupcin.