Europa y Su Percepción Del Nuevo Mundo A Través de Las Especies Comestibles y Los Espacios Americano
Europa y Su Percepción Del Nuevo Mundo A Través de Las Especies Comestibles y Los Espacios Americano
Europa y Su Percepción Del Nuevo Mundo A Través de Las Especies Comestibles y Los Espacios Americano
ISSN: 0073-2435
[email protected]
Pontificia Universidad Catlica de Chile
Chile
Key words: Discovery of America, food history, earthly paradise, New World.
Sevilla,
1574,
Biblioteca
El tomate o jitomate, palabras que derivan del nahuatl Tomatl, fruta redonda,
fue domesticada hace cientos de aos en el mundo precolombino, pero tard
mucho en ser incorporada a la comida europea. Era consumida como plato o
como aderezo.
Respecto a su lugar de origen, el mundo andino y el mesoamericano se lo
disputan. Segn Fernando Cabieses, el tomate viene de los Andes, donde
todava crece en forma silvestre. Pero era un tomate pequeo. Los mexicanos,
en cambio, fueron los que originaron las especies ms grandes que hoy todos
conocemos15. De igual opinin es Janet Long-Sols, quien insiste en su
procedencia de Amrica del Sur16. Domesticada por los mexicanos, lleg a
formar parte importante de su dieta diaria: en las calles se vendan estofados,
guisos y salsas preparadas a base de tomates, tanto rojos como verdes, junto
con chiles y pepitas de calabazas. En los mercados vendan tomates grandes,
pequeos, rojos, verdes y amarillos, delgados, dulces.
No fue hasta la ltima mitad del siglo XVI que no se hizo un estudio ms
acucioso del tomate. Francisco Hernndez, mdico personal de Felipe II, fue
encargado por el rey para hacer un catlogo de las plantas medicinales
utilizadas en la Nueva Espaa. Del tomate otorga informacin poco confiable
porque confunde algunas especies. Cuenta de algunos usos medicinales del
tomate, como el tratamiento de dolores de garganta, de cabeza y de odos.
Las diferencias con las especies europeas explican la dificultad para nombrar
los productos recin descubiertos. Cuando esta fruta llega a Italia, se le
llamaba en un principio mela peruviana. Luego se le menciona con el nombre
de pomi d'oro.
Al comienzo se le admiraba como curiosidad extica, lo que devino en su
utilizacin ornamental en muchos jardines. Tambin hubo los que miraron a los
tomates con recelo y desconfianza. A partir de finales del XVI ciertas pistas nos
hablan de una mayor aceptacin del tomate: aparece en una lista de compras
de hospital en Sevilla, es incluido en las pinturas de naturalezas muertas de
artistas de renombre como Murillo y para el siglo XVIII ya es un ingrediente
comn en la dieta de los ricos y pobres europeos17. Una vez que este producto
No es sino con Pedro Cieza de Len, en su Crnica del Per (1541), que
contamos con detalles sobre el aspecto y la forma de consumo de la papa en la
zona andina.
Los agricultores andinos aprendieron a cultivar muchas variedades de papa,
como podemos apreciar en las crnicas de descubrimiento, en los registros
visuales como la obra de Francis Drake o en las dietas contemporneas de los
pueblos andinos que han conservado muchas de las costumbres culinarias de
sus antepasados.
Transformara a Europa poniendo fin a las hambrunas peridicas que asolaban
a la poblacin, y lleg a convertirse en el producto americano ms difundido del
mundo. Sin embargo, no debemos asociarla solamente como salvavidas en
caso de desastres alimenticios, sino tambin con delicias gastronmicas como
las papas francesas, las papas dauphinoises, el pur y la tortilla de papas junto
a las papas rellenas y la ensalada rusa. Pero estas son delicias modernas
porque, en un comienzo, su introduccin en la dieta europea no fue nada de
fcil. Pedro Cieza de Len habra mandado varios tubrculos a los soberanos
espaoles en 1588 pero no fue hasta fines del siglo XVIII que este producto
comenz a ser valorado por los europeos. En general, este rechazo se explica
por su inexistencia en la Biblia o porque se pensaba que era venenosa o poda
producir lepra26.
Lentamente, sin embargo, diferentes circunstancias fueron variando la
percepcin hacia este tubrculo. Las hambrunas, como dijimos lneas ms
arriba ayudaron en este cambio. Las cualidades intrnsecas de este producto y
su capacidad para adaptarse a los climas ms inhspitos tambin jugaron un
papel importante. El abate Molina, deca al respecto: "Parece que la naturaleza
haba destinado esta planta con especialidad a la nutricin del hombre y dems
partes de Europa. Ella se acomoda a todos los climas y a toda suerte de
terrenos, donde se multiplica por medio de sus tubrculos, tallos, hojas y
semillas. Las vicisitudes de la atmsfera no le acarrean ningn dao. Su fruto,
que consiste especialmente en la raz, no teme los estragos del granizo.
Abandonada bajo tierra, resiste al hielo y a la primera tibieza de la primavera
rebrota con mayor rigor"27.
camcha, que ahora se dice cancha; a medio cocer en agua y secado despus
al sol le llamaban chochoca. Con la harina se preparaban pancitos o tortillas;
con el maz molido se preparaban humitas que se envolvan en hojas -como los
tamales mexicanos- o se coma con especies en mazamorra. Cuando se coma
la mazorca se hablaba del choclo, anlogo al elote mexicano.
Incluso en la zona brasilea hay testimonios que hablan de la importancia del
maz. Hans Staden, autor de una interesante crnica que relata su cautiverio en
manos de los indios tupinambas, describe lo siguiente: "Era necesario estar
ms alerta dos veces en el ao que durante el resto, cuando trataban
especialmente de invadir el pas. Y estas dos pocas era, primero, en el mes
noviembre, cuando maduraban unas frutas de nombre Abat, con las que
preparaban una bebida llamada Kaa wy"35.
La suerte que corri este grano americano en territorio europeo fue diferente a
su importancia absoluta en el continente americano: desde un principio se
introdujo en las capas ms bajas de la poblacin europea. Los indios
americanos, que adoraban el maz, nunca lo coman solo, y lo utilizaban como
complemento de un plato de carne, o lo guisaban junto a unas alubias,
pimientos verdes y pescado la receta original de la tarta de maz tierno con
alubias. Estos complementos proporcionaban las vitaminas y protenas que le
faltaban al maz. Los pobres que coman en Europa el maz como si fuese trigo,
sin acompaarlo de carne, empezaron a sufrir de la pelagra, `piel spera', una
enfermedad carencial producida por la falta de protenas.36
El maz se introdujo primero en la pennsula ibrica. Se tienen datos de su
cultivo en Castilla, Andaluca y Catalua en los primeros aos del siglo XVI y en
Portugal hacia 1520. En los aos siguientes penetra en el suroeste de Francia
y el norte de Italia. De ah pas a la pennsula balcnica37. No obstante, la
poblacin europea no lo considera mayormente durante mucho tiempo,
destinndolo para animales.
El maz aparecer representado en los comienzos del siglo XVI entre los
productos que llevan los americanos en el desfile triunfal del emperador
Maximiliano hecho por el artista alemn Hans Burgkmair y en una litografa del
rbol que lo produce, que es descrito a travs del hbitat donde se desarrolla y
las tcnicas para que crezca sin que el sol le haga dao. Su fruto tiene forma
de almendra y nace en unas calabazas de una longitud y grosor parecidos a los
del pepino, son las comparaciones de las que echa mano el cronista para
poder compartir con otros este producto nunca antes visto por los europeos.
Prosigue relatando que el cacao tarda un ao en madurar y cuando est listo
se recolecta, se coloca el fruto sobre unas esteras, lo ponen a secar al sol y
cuando lo quieren beber, lo secan al fuego en una olla. Lo muelen con piedras
y disolvindolo un poco en agua y a veces con un pellizco de pimienta, lo
beben, "siendo un brebaje que a m me parece ms de cerdos que de
hombres"41. Tal como lo consumieron Moctezuma y Corts, el chocolate era
una bebida fra y con la consistencia de la miel, por lo que se tomaba con
cuchara. Se preparaba con aj, vainilla y maz molido. Hay quienes creen que
los aztecas le incluan afrodisacos naturales42.
A pesar de la incesante bsqueda europea de especies con que sazonar sus
preparaciones, esta combinacin de chocolate con condimentos no les
agradaba a los europeos. El chile y otros aderezos que originalmente usaban
los mexicanos en su preparacin del chocolate, fueron con el tiempo aceptados
pero desligados del cacao. Este, en cambio, para ser adaptado al paladar
europeo, hubo de aliarse con el azcar, la leche y otras especies como la
vainilla, tambin americana.
Con el chocolate aparecen asimismo una serie de ancdotas reales que
endulzan su historia. Cuentan que la infanta Mara Teresa de Espaa, al
casarse con Luis XIV de Francia le habra entregado el secreto de la receta de
chocolate como regalo de novios. Otros cuentan que no fue hasta que la reina
Ana de Austria, esposa del rey Luis XIII de Francia, lo nombrara "la bebida
oficial de la corte francesa" en el ao 1615, que no cambi su estatus de
bebida brbara43.
Un aspecto interesante de la percepcin europea del cacao, junto con su sabor,
fue el supuesto poder vigorizante y afrodisaco que se le atribuy. En un tiempo
bebida de los dioses y luego de hombres que queran ser fsicamente fuertes y
poderosos, este brebaje de procedencia americana influy con sus eventuales
Pia.
Crnica
de las Indias de
Gonzalo
Fernndez
de
Oviedo,
Salamanca, en
casa de Juan
de Junta, 1547.
Biblioteca
Nacional.
Al cronista, como a muchos otros, le faltaban las palabras para poder describir
la maravilla y la novedad de lo que vea y probaba. Compara tanto su aspecto
como su sabor con las frutas que conoce de Europa, pero as y todo, se queda
corto de calificativos. Ante la original comparacin con el fruto de los pinos
europeos es bautizada como pia, aunque tambin se recogi el vocablo usado
por los indgenas: "nan" o Anana"53.
Pedro Mrtir tambin la presenta en su colosal obra y la descripcin que de ella
hace colabora a la buena impresin que est dejando en Europa. Cuenta que
el mismo rey Fernando la prob y gust de ella54. Benzoni se une al grupo de
los admiradores de esta fruta tropical y la pone en el estrado de las ms
apetitosas del mundo y buena para cuando uno se enferma55. El doctor
Monardes la describe como la fruta ms celebrada de las Indias, tanto por
espaoles como por indios y relata que su aroma es tan intenso, que "donde
hay una pia madura huele a melocotn el aposento de esta"56.
Entre las representaciones de esta fruta, destacamos la de Gonzalo Fernndez
de Oviedo, del ao 1547. En su Historia General y Natural de las Indias, el
autor incluye varios dibujos de su propia mano para ilustrar sus descripciones.
Esto tiene un importante valor documental porque, a diferencia de las otras
ilustraciones que tenemos de la flora y fauna americanas, las de Oviedo son
realizadas por un testigo directo de las cosas que retrata y adems las ilustra
en su propio contexto. A pesar de la dudosa calidad artstica, sus dibujos
carecen de fantasa y aires orientales o europeos, aportando, en cambio, a este
proceso paulatino de ir descubriendo la esencia del continente americano. No
obstante, Oviedo se queja de la dificultad de transmitir la particularidad de este
Nuevo Mundo. No puede ser representada por cualquiera. "Se necesitara que
fuese pintado por la mano de un Berruguete o de otro excelente pintor como l,
o por un Leonardo da Vinci o Andrea Mantenga, famosos pintores que conoc
en Italia"57.
A diferencia de Fernndez de Oviedo, Pedro Mrtir nunca fue a las Indias y su
relato se nutre de un amplio bagaje cultural y de las noticias que recibe de
aquellos que vuelven de Amrica y se entrevistan con l. Algunas ilustraciones
que acompaan sus obras pueden ser comprendidas bajo esta lente: son
copias o variaciones de otros dibujos ya realizados por otros cronistas, pero de
mejor factura y con ms detalles.
Los cactos llaman sobremanera la atencin de Gonzalo Fernndez de Oviedo,
quien incluye varias ilustraciones de los diferentes tipos de esta planta. Se
refiere a aquel cacto que da tunas, fruto que compara con las brevas o higos y
admira por su buen sabor. Se espanta, sin embargo, al comer tunas rojas del
color de la orina despus de la digestin58.
En idioma indgena tuna o en el latn Opuntia Picus indica (higo de las Indias),
casi todos los expertos estn de acuerdo que su origen es mesoamericano,
como lo vemos en los antiguos cdices.
En la obra de Francisco Lpez de Gmara se incluyen tambin grabados de
especies americanas de preciosa factura y con la gracia de ser por primera vez
reproducidos. El cronista enfatiza en el desconocimiento espaol de las
especies americanas y que l las presenta para que "el lector sepa y conozca
la manera de cada una de ellas"59. Flores del mundo americano que, al ser
apreciadas por los europeos en su lectura de las crnicas de viajes y
descubrimientos, fueron agentes de difusin de un mundo que se comenzaba a
descubrir. Quien contemplaba estas flores y frutos nuevos se transportaba a
Tenochtitln,
en Rhetorica
Cristiana de
Diego
Valads.
Perusiae:
Apud
Petrumia
cobun
Petrutium,
1579.
Biblioteca
Nacional
Yendo de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha, aparece el maguey
(Agave americana), una mazorca de maz que aqu lleva el nombre de "flor", un
rbol de Cassia, otro que lleva el nombre de Pltano, el rbol del cacao, el fruto
de la pia y la tuna. Un poco ms arriba del maguey aparece una especie
llamada Sanguis Draconis, Dracaena. En el lado derecho del cuadro, un rbol
del blsamo. Un poco ms arriba, en el vrtice inferior izquierdo del campo
donde se est llevando a cabo un ritual, un rbol de castaas de caj
(Anacardium Occidentale). En el vrtice inferior derecho del mismo campo,
equilibrando la composicin, un rbol de Guayaba. Ms arriba y alejndose
hacia la izquierda, un cocotero que se repite en el borde izquierdo. El extrao
rbol-fuente que aparece en el medio de las especies vegetales podra ser el
"rbol santo" o Garo de las islas Canarias, que se supone est siempre
derramando gotas de sus hojas y que habra sido representado asimismo por
Girolamo Benzoni.
LOS NUEVOS ANIMALES
Las primeras lneas de un captulo dedicado al impacto del encuentro de una
nueva fauna y su eventual introduccin en la dieta mundial, debe comenzar con
un prembulo fantstico, en que el bestiario medieval es la fuente que se cita y
Pavo.
Escultura
de
Bronce.
Giovanni
de
Bologna,
circa
1567.
Museo
Nazionale,
Florencia.
NUEVOS ESPACIOS PARA LA SUBSISTENCIA: UNA NATURALEZA
GENEROSA Y EL FIN DEL HAMBRE MILENARIO
que la tierra no es redonda, sino que tiene forma de pera y en el pezn de esta
figura se encuentra el paraso terrenal. El clima agradable, la tibieza de los
vientos, una naturaleza perenne poblada por bellos mancebos que vivan sin
las contricciones de la civilizacin, confirmaban sus ideas.
Amrico Vespucio tambin colabora en la formacin de la imagen paradisaca
de Amrica; describe estas tierras dejando una positiva imagen donde la
perennidad y la abundancia resaltan a primera vista: "Esta tierra es muy amena
y llena de infinitos rboles verdes y muy grandes y nunca pierden la hoja, y
todos tienen olor suavsimo y aromtico, y producen infinitsimas frutas, y
muchas de ellas buenas al gusto y salutferas al cuerpo. Los campos producen
mucha hierba, flores y races muy suaves y buenas que alguna vez me
maravillaba del suave olor de las hierbas y flores, y del sabor de estas frutas y
races, tanto que entre m pensaba estar cerca del paraso terrenal"69.
Entre los cronistas proliferan los halagos a la fertilidad de estas tierras
americanas y la abundancia de alimentos que esto genera. Toms Lpez
Medel cuenta de algunos espaoles que siempre tenan fruta fresca en sus
mesas y que incluso les alcanzaba para regalar70. Lneas ms adelante
enfatiza la fuerza de la tierra americana que siempre garantiza campos verdes
y frescos cubiertos de verduras hermosas71.
Bartolom de Las Casas tambin recurre a la figura de la abundancia para
describir las tierras americanas. Para l, no hay lugar en el mundo donde los
animales y los hombres se multipliquen de la forma que ocurre en Amrica,
"por ser la tierra toda, por la mayor parte, ms que otra templada y ms
favorable a la generacin humana"72.
En otra de sus obras, en la Apologtica Historia Sumaria, al referirse a la isla
Espaola y compararla con las de Inglaterra, Sicilia y Creta, vuelve a usar la
abundancia de las nuevas tierras como algo digno de admiracin y que
contrasta con el viejo mundo. "El maz, grano de esta isla, mucho ms da de s
en aumento que ciento por uno y an ciento y cincuenta () En la provincia del
Ro de la Plata procedieron de treinta granos de trigo treinta mil, en la de
Guatemala de cinco granos de trigo salieron ciento y ochenta espigas muy
alimentacin.
El
hecho
no
pas
desapercibido
para
el
78
guabas,
chigualcanes,
chamburos,
babacos,
guanbanas,
Fecha
de
recepcin:
mayo
de
2006.
NOTAS
**
del siglo XVI", en Amrica y la Espaa del siglo XVI, Ediciones de Francisco de
Solano y Fernndez del Pino, CSIC, Instituto Fernndez de Oviedo, Madrid,
1982, 217.
Lpez Pieiro, Jos Mara, Las Plantas del Mundo en la Historia, Fundacin
Block Friedman, John, The Monstrous Races in Medieval Art and Thought,
12
medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales que sirven
en medicina. Sevilla, en casa de Alonso de Escribano, 1571, 97.
14
15
16
18
1989, 149.
19
Grafton, Anthony, New Worlds, Ancient texts. The power of tradition and the
Bray, Warwick, editor, The meeting of two worlds. Europe and the Americas,
medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales que sirven
en medicina. Sevilla, en casa de Alonso de Escribano, 1571, 41.
24
25
26
29
30
31
32
Len Portilla, Miguel, "El maz: nuestro sustento, su realidad divina y humana
147.
37
38
39
40
41
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43
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46
47
48
49
50
51
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54
Mrtir de Anglera, Pedro, op. cit., Dcada Segunda, captulo IX, 150.
55
56
Fernndez de Oviedo, Gonzalo, citado en Levenson, Jay A., ed, Circa 1492.
Art in the Age of Exploration; National Gallery of Art, Washington DC, Yale
University Press, New Haven y Londres, 1991.
58
63
64
65
66
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70
71
72
75
77
80
83
84
Super, 69. "It is probable incorrect to argue that protein shortage caused