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Los Revolucionarios y La Revolucion Una Lectura A Salvador Allende

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Los

revolucionarios y la Revolucin.

Una lectura a Salvador Allende.

Luis Pino Moyano.

LosrevolucionariosylaRevolucin.UnalecturaaSalvadorAllende.

LuisPinoMoyano.

Dedico esta comunicacin


a mi abuelo Manuel Pino Parada,
a quien escuch hablar por primera vez
de Salvador Allende.

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LuisPinoMoyano.

Los revolucionarios y la Revolucin.


Una lectura a Salvador Allende.

Luis Pino Moyano1.

Hablar de Salvador Allende Gossens y de su pensamiento poltico implica una


serie de desafos. En trminos personales, debo hacer presente una serie de cuestiones
emocionales. Yo nac casi nueve aos despus del Golpe Militar de 1973 que
impusiera una dictadura asesina en nuestro pas. Pero crec escuchando de Salvador
Allende. Recuerdo que muchas veces en la casa de mi abuelo se escuch el casete, que

1
Estudiante de Licenciatura en Historia con mencin en Estudios Culturales de la Universidad
AcademiadeHumanismoCristiano.EMail:[email protected]
Ponencia presentada en la 2 Jornada de Estudiantes de Historia de la Universidad Academia de
HumanismoCristiano,HistoriaPolticaySocialdeChile(SigloXX),efectuadalosdas29y30de
septiembrede2009.

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era la copia de la copia de la copia con algunos discursos de Allende, los bandos
militares y al final el discurso de despedida, en el cual el Presidente Allende daba a
conocer que resistira hasta el final el ataque artero de los militares. Un discurso en el
que se dirige a chilenos y chilenas, a las vctimas de lo que vendra y a los victimarios,
inclusive, entre ellos, los traidores, algunos mencionados con nombre y apellido. Y,
finalmente, el mensaje esperanzador de que otros hombres haran la construccin
necesaria para volver a caminar por las anchas alamedas. Y ah emana otro de los
desafos. El de la formacin acadmica e historiogrfica que invita a diferenciar entre
discursividad y accin, lo que trasunta en el reconocimiento de ciertos rasgos
mesinicos en la figura de Allende, de la fusin marxismo y romanticismo, de las
concepciones modernas, entre otras. Y est el desafo poltico que se presenta como
un camino con bifurcacin. Un camino conduce a cuestionar el concepto de
revolucin y con ello hacer un examen crtico del proceso dirigido por la Unidad
Popular entre 1970 y 1973. Aqu nos adentramos al clsico debate entre reforma y
revolucin, pugna terica y prctica de las izquierdas en Chile. Y el otro camino, del
desafo poltico, es nuestra manera de mirar hacia el pasado. Tertuliano, un padre de
la iglesia sealaba que la sangre de los mrtires es la semilla de la iglesia, cita fcil de
parafrasear en el discurso de la izquierda chilena. Nuestro apego a la figura de mrtires
obnubila nuestra mirada a los errores. Nos hace colocar a los finados en un pedestal y
no reconocerlos dentro de su humanidad como si fuesen seres impecables, inerrantes,
santos. Un historiador con el cual es difcil de estar de acuerdo, Alfredo Jocelyn-Holt,
seal en el contexto de las conmemoraciones de los cien aos de la masacre de Santa
Mara de Iquique que: lo mejor de la izquierda chilena es cuando lucha y gana batallas posibles.
Pero sucede que la izquierda actual est confundida. Su sector blando renuncia a sus luchas de ayer
concertndose, mientras que su sector duro insiste en estos memoriales auto-justificativos. La
izquierda precisa proyectos viables, no lloriqueos ni autotraiciones. Slo entonces sus vctimas podrn

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descansar en paz2. Puede sonar duro, pero se da cuenta de algo que nos falta.
Evidentemente, mi intencin no es llamar al olvido. Creo que debemos mirar
constantemente hacia atrs, pero dichos actos de recordacin deben estar ligados a una
funcin social y poltica, que plantendola de cuajo, es la misma que sealara Marx en
una de sus ms citadas tesis sobre Feuerbach: los filsofos han interpretado de diversos modos
el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo. No podemos permitir que el dolor nos
paralice dejndonos como sujetos esclerticos. Debemos asumir con responsabilidad
nuestra tarea intelectual y poltica, de manera tal que recordando nuestro pasado,
tengamos la posibilidad de interpretar nuestro presente y forjar un futuro mejor,
entendiendo que la historia es nuestra y la hacen los pueblos3. Y al entender que es nuestra
es que asumo estos desafos no como limitaciones, puesto que no creo en la
neutralidad, sino ms bien, como elementos a tener en cuenta, ya sea para afinar o
potenciar la mirada.
La ponencia que presento, consiste en un acercamiento terico a la revolucin y
como resultado de dicho ejercicio, una lectura al pensamiento de Allende, a partir del
anlisis discursivo.
Comencemos trabajando el concepto revolucin. Qu significa para Salvador
Allende?, es la pregunta que surge de inmediato. Respondiendo a una pregunta de
Rgis Debray seal que: Es el paso del poder de una clase minoritaria a una clase
mayoritaria. Dicho traspaso se haba logrado en Chile en 1970 a travs del camino
electoral, la va democrtica. Allende aade a lo anterior, refirindose al proceso que
presida, que: Aqu la clase minoritaria ha sido desplazada por el pueblo y eso ha sido evidente
porque si la clase minoritaria estuviera en el poder no habra nacionalizacin del cobre, no habra

2
JocelynHolt, Alfredo. Iquique a 100 aos. En: Diario La Tercera, Ideas & Debates, Santiago,
domingo23dediciembrede2007,p.4.
3
FrasetomadadeldiscursodedespedidadeAllende,enLaMoneda.11deseptiembrede1973.

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nacionalizacin de los bancos, no habra reforma agraria4. El traspaso era notorio por las
reformas que abran el camino a la senda revolucionaria, senda caracterizada, tantas
veces, por Allende como un camino en democracia, pluralismo y libertad. Por lo
anterior, podemos notar que el concepto revolucin ms que una ruptura con un
consecuente reordenamiento societal era entendido como un largo proceso5, que
comenzaba con reformas al sistema burgus, las que conllevaran a un rgimen de
cuo socialista. Es por eso que dicho proceso reformista sea entendido desde
dentro la Unidad Popular como un proceso abierta y claramente revolucionario.
Ante la acusacin que se haca al gobierno de Allende de ser reformista, l sealaba:
La leccin es que cada pueblo tiene su propia realidad y frente a esa realidad hay que actuar. No
hay recetas. El caso nuestro, por ejemplo, abre perspectivas, abre caminos. Hemos llegado por los
cauces electorales. Aparentemente se nos puede decir que somos reformistas, pero hemos tomado
medidas que implican que queremos hacer la revolucin, vale decir, transformar nuestra sociedad, vale
decir construir socialismo6.
La revolucin es entendida, esencialmente, como la creacin de un nuevo
orden. El 5 de noviembre de 1970 Allende sealaba ante un repleto Estadio Nacional,
que la Unidad Popular buscaba: crear una nueva sociedad en que los hombres puedan satisfacer
sus necesidades materiales y espirituales, sin que ello signifique la explotacin de otros hombres ()
Crear una nueva sociedad capaz de progreso continuado en lo material, en lo tcnico y en lo

4
AllendehablaconDebray.RevistaPuntoFinal.EdicinexclusivaparaChile.Martes16demarzode
1971,AoV,N126,p.56.
5
AllendediraalCongresoPleno,el21demayode1971que:Construirelsocialismonoestarea
fcil,noestareabreve.Esunalargaydifciltareaenquelaclasetrabajadoradebeparticiparcon
disciplina, con organizacin, con responsabilidad poltica, evitando las decisiones anrquicas y el
voluntarismo inconsecuente. En: Modak, Frida (Coordinadora). Salvador Allende en el umbral del
sigloXXI.(MxicoD.F.:Plaza&JansEditores,1998),p.177.
6
AllendehablaconDebray.Op.Cit.,p.62.

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cientfico7. Dicho proceso revolucionario se enmarca, como todo discurso moderno, en


un constructo teleolgico. La revolucin de Allende busca el progreso indefinido de
la sociedad. Allende sealaba en su primer discurso ante el Congreso Pleno:
Caminamos al socialismo no por amor acadmico a un cuerpo doctrinario. Nos impulsa la energa de
nuestro pueblo, que sabe el imperativo ineludible de vencer el atraso y siente al rgimen socialista como
el nico que se ofrece a las naciones modernas para reconstruirse racionalmente en libertad, autonoma
y dignidad. A lo que aade que: nuestro objetivo no es otro que la edificacin progresiva de una
nueva estructura de poder, fundida en las mayoras8. Estamos frente a una manera de mirar al
socialismo como un corpus cientfico que prev la inexorabilidad de la revolucin.
Habr parto, dira Fidel Castro. Dicho progreso, que no es otra cosa que el nuevo
orden, presenta un deber. Hay un rol histrico que cumplir, el cual es ineludible.
Allende dir: hay hechos que son irreversibles, y es irreversible la voluntad de los chilenos de ser
dueos de su tierra, de la riqueza de su patria9. Los sujetos tienen, entonces, la capacidad de
construir la historia, lo que nos hace recordar unas palabras de Karl Marx: Los hombres
hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos
mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han
sido legadas por el pasado10. Lo que es sintetizado en el proyecto de Allende bajo el
siguiente enunciado: Historia, tierra y hombre se funden en un gran sentido nacional11.
Tambin dira: Afianzamos nuestro anhelo en la plena soberana y nuestra decisin de ser dueos

7
Discursodetomadeposesindelgobierno.EstadioNacional,5denoviembrede1970.EnModak.
Op.Cit.,p.23.
8
PrimermensajealCongresoPleno.21demayode1971.EnModak.Op.Cit.,pp.62y63.
9
DiscursoenladespedidaaFidelCastro.EstadioNacional,4dediciembrede1971.EnModak.Op.
Cit.,p.74.
10
Marx,Karl.ElDieciochoBrumariodeLuisBonaparte.(Santiago:EditorialQuimant,2008),p.15.
11
ExposicinenelXXVIIperododesesionesdelaAsambleaGeneraldelasNacionesUnidas.Nueva
York,4dediciembrede1972.EnModak.Op.Cit.,p.123.

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de nuestro propio destino12. En esto de los roles, y haciendo la lectura en clave marxista, el
proletariado, la clase obrera, cumple un rol fundamental. Allende sealaba: Este es un
gobierno de clase porque la ideologa predominante en l es la clase trabajadora. En el gobierno no
estn representados los intereses de la clase explotadora y, en cambio en el gabinete hay asalariados,
entre ellos, cuatro obreros. Es con este gobierno que la mayora del pueblo reemplazar a la minora
que lo gobern hasta este momento. En cuanto al estado burgus dentro del momento actual buscamos
superarlo. Sobrepasarlo! () El proceso chileno no es paternalista ni carismtico () Bien sabemos
que desde la base nace el poder popular13. Ahora bien, el rol del proletariado para Allende se
enmarca en la va chilena al socialismo, vale decir, en la construccin no de la
dictadura del proletariado, sino, ms bien, de la democracia del proletariado14. En
dicha construccin histrica, Salvador Allende se saba un sujeto histrico, con todo lo
que eso implica. Era consciente de su rol trascendental en el proyecto revolucionario.
Por eso, es que seala, tan fuertemente: yo no tengo pasta de apstol ni tengo pasta de Mesas,
no tengo condiciones de mrtir, soy un luchador social que cumple una tarea, la tarea que el pueblo me
ha dado. Pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer la voluntad
mayoritaria de Chile: sin tener carne de mrtir, no dar un paso atrs que lo sepan: dejar La
Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera Defender esta revolucin chilena, y
defender el Gobierno Popular porque es el mandato que el pueblo me ha entregado, no tengo otra
alternativa, slo acribillndome a balazos podrn impedir la voluntad que es hacer cumplir el
programa del pueblo15. En una cita anterior, veamos que Allende hablaba de una

12
DiscursoenladespedidaaFidelCastro.EstadioNacional,4dediciembrede1971.EnModak.Op.
Cit.,p.70.
13
AllendehablaconDebray.Op.Cit.,pp.38,45.
14
LahistoriadoraMaraAnglicaIllaneshaceunalecturaentornoalconstructodiscursivoutpico
de la democracia del proletariado en un ensayo titulado: En un lugar del nuevo mundo. En:
Varios Autores. Salvador Allende. Fragmentos para una historia. (Santiago: Fundacin Salvador
Allende,2008),pp.5986.
15
DiscursoenladespedidaaFidelCastro.EstadioNacional,4dediciembrede1971.EnModak.Op.
Cit.,p.74.

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ausencia de paternalismo, lo que no queda claro ac. Y para qu hablar de la huda del
mesianismo y de la martirizacin. Lo que se dice, se borra rpidamente ante la mirada
impertrrita a la muerte. Se cumplir o se morir. Se triunfa o se muere. Aqu no caben
trminos medios. Es chicha o limon (sic). Ser o no ser?, esa es la cuestin, dira
Shakespeare en los labios de Hamlet. Dicha cosmovisin es eco de la forma de
experienciar la poltica en la sociedad chilena de los sesenta y setenta, sobre todo,
durante la primavera socialista. Una literata, Alejandra Costamagna, define al Chile
de la Unidad Popular en un hermoso relato, como una sociedad en estado amoroso16. No
slo convergan teora y praxis, sino tambin, sentimientos, pasiones, quereres. A esa
configuracin subjetiva de la militancia se refiere Cristina Moyano cuando dice que el
sujeto y su vida se modifican a la luz de la militancia, as como el partido se forja a la luz de la vida
de los sujetos17. No es de extraar, entonces, que miles de personas hubiesen sentido el
proyecto de la Unidad Popular ms que la oportunidad de cambiar un presidente, sino la
posibilidad de que el pueblo construya un Chile bien diferente. De sentir que la llegada de
Allende al gobierno, era la posibilidad de construir soberanamente la patria. Era tan
as? Es lo que trataremos de dilucidar en las siguientes lneas.
Aqu nos adentramos a discutir la autenticidad del proceso revolucionario. Para
iniciar esta parte de la ponencia, quiero sacar a colacin una pregunta de Rgis
Debray con la consecuente respuesta de Allende: Debray: Con Ud. En el gobierno el
pueblo chileno ha escogido la va de la revolucin, pero, qu es revolucin? Es sustitucin del poder de
una clase por otra. Revolucin es destruccin del aparato del estado burgus y su reemplazo por otro, y
ac no ha pasado nada de eso. Entonces, en dnde estamos? Allende: el pueblo chileno escogi el

16
Costamagna, Alejandra. Allende la Cordillera. En Revista Anlisis. Edicin especial, 30 aos.
Diciembrede2007,p.14.
17
Moyano, Cristina. MAPU o la seduccin del poder y la juventud. Los aos fundacionales del
partidomito de nuestra transicin (19691973). (Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado,
2009),p.37.

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camino de la Revolucin y no hemos olvidado un principio fundamental de la lucha de clases. Nosotros


dijimos en la campaa electoral que nuestra lucha era para cambiar el rgimen el sistema. Que
bamos nosotros a conquistar el gobierno para conquistar el poder18. No todos entendan
(entienden) la revolucin como la entenda Allende. De hecho su propio partido, el
Partido Socialista, desde 1967 adscriba a la lucha armada como la nica va para
acceder al poder19. Dentro de la Unidad Popular no todos adscriban de buena gana a
la va pacfica. Unos la entendan como algo inaudito, contradictorio. Otros la
entendan como un camino que desembocara, tarde o temprano, en la lucha armada.
Otros la vean como el camino, al que Luis Corvaln defini como la revolucin con
empanadas y vino tinto. Estas tensiones semntico-prcticas produjeron pugnas
irreconciliables al interior de las izquierdas. En esta lucha ideolgica al interior hubo
militantes asesinados por otros compaeros. En se contexto, la UP promulga la Ley
de Control de Armas, que desarm a los sectores revolucionarios, pero,
evidentemente, esta ley no aminor el poder de fuego de los institutos armados,
quienes tuvieron, con mayor razn (de estado), la soberana de las armas20.

18
AllendehablaconDebray.Op.Cit.,p.37.
19
LosestatutosdelPartidoSocialista,aprobadosenelplenariodelXXIICongresoGeneral,efectuado
enChillnennoviembrede1967,sealaban:1.ElPartidoSocialista,comoorganizacinmarxista
leninista,plantealatomadelpodercomoobjetivoestratgicoacumplirporestageneracin,para
instaurarunEstadoRevolucionarioquelibereaChiledeladependenciaydelretrasoeconmicoy
culturaleinicielaconstruccindelSocialismo.2.Laviolenciarevolucionariaesinevitableylegitima.
Resultanecesariamentedelcarcterrepresivoyarmadodelestadodeclase.Constituyelanicava
queconducealatomadelpoderpolticoyeconmicoy,asuulteriordefensayfortalecimiento.Slo
destruyendo el aparato burocrtico y militar del estado burgus, puede consolidarse la revolucin
socialista.3.Lasformaspacficasolegalesdelucha(reivindicativas,ideolgicas,electorales,etc.)no
conducenporsmismasalpoder.ElPartidoSocialistalasconsideracomoinstrumentoslimitadosde
accin,incorporadosalprocesopolticoquenosllevaalaluchaarmada.Tomadode:Jobet,Julio
Csar. El Partido Socialista de Chile. Coleccin Doctrinas Sociales. (Santiago: Ediciones Prensa
Latinoamericana,1971),p.130.Enestelibrohayunanlisisdetalladodedichospostulados.
20
LoqueacompaadodelllamadodeAllendeageneralesparaqueocuparancargosministeriales
terminresultandofatal.Elgritoendictaduradevyansealoscuarteles!debehabersacudidoa
msdealguienensucripta.

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Si notamos la definicin dada en la pregunta de Debray, la revolucin es


entendida como una ruptura en trminos absolutos con el estado anterior. Es desde
ah dnde se reclama definiciones a Allende. El PS sintetizaba esta problemtica con la
siguiente tesis: esta institucionalidad no puede negarse, ni destruirse a s misma. A la
que Allende respondi, en una ocasin, de la siguiente manera: La institucionalidad no
puede negarse a s misma desde el momento en que tampoco se ha creado a s misma. Este enfoque
terico no es incomprensible. Las instituciones polticas son mecanismos creados por fuerzas sociales
materiales. Estn ligadas a estas ltimas, y de la naturaleza y evolucin de las fuerzas sociales
dependen la historia y el destino de las instituciones21. Para los partidarios del camino
institucional era una irresponsabilidad terica salirse de esta vereda, puesto que
conducira a la guerra fratricida. Son los sujetos los que hacen la historia y la hacen de
acuerdo a su realidad. Los cambios no vendrn de manera espontnea, sino, ms bien,
hay que crear las condiciones para la transformacin social. En ese sentido, volvemos
al concepto de revolucin. Para Allende, no slo es revolucionario el momento de la
ruptura, sino adems, el momento en que se construye el camino a dicha ruptura.
Desde la izquierda de ms all de la Unidad Popular se escucharon
precisiones y crticas. Entre ellas, la mirada del historiador Luis Vitale quien da cuenta
que la Unidad Popular abre una etapa pre-revolucionaria, en la cual se agudizan las
contradicciones de clase. Dice: El triunfo poltico electoral de los trabajadores no significa
Revolucin Social. La propiedad privada de los medios de produccin sigue en manos de los
capitalistas el aparato burgus y su baluarte las Fuerzas Armadas permanecen intactos. Revolucin
Social significa un salto cualitativo de la democracia burguesa a la democracia proletaria,
fundamentada en los rganos de poder obrero-campesinos22. El mismo autor, en otro texto,

21
InformealPlenodelPartidoSocialista,13demarzode1972.EnModak.Op.Cit.,p.77.
22
Vitale,Luis.Ydespusdel4,qu?PerspectivasdeChiledespusdelaseleccionespresidenciales
(1970).EditadooriginalmenteporEdicionesPrensaLatinoamericanayfechadoel30deseptiembre

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plantea que la Unidad Popular agot los recursos de una revolucin democrticoburguesa, cumpliendo las promesas hechas en la campaa electoral, entre las cuales no
se encontraba un cambio en el modo de produccin23.
Otra posicin de izquierda, disonante en relacin al discurso institucionalista de
la UP, fue el realizado por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, el que era
entendido como un apoyo crtico al gobierno. En este punto, reproduzco un trozo
de un trabajo anterior: Son muchos los documentos emanados por el MIR, y
discursos y declaraciones de prensa, anteriores y posteriores al golpe, que dan cuenta
de este asunto24, pero bstenos, para estos efectos, centrarnos en el anlisis
fundacional del MIR y de su praxis poltica a partir de marzo de 1973, momento en el
cual la UP sube porcentualmente sus votos. El MIR, en su declaracin de principios
seala: Reafirmamos el principio marxista leninista de que el nico camino para derrocar el rgimen
capitalista es la insurreccin popular armada25. Bajo ese punto de vista, el partido desde su
fundacin asume su diferencia con la izquierda tradicional chilena, porque sus partidos
defraudaran con esta actitud a los oprimidos del pas, pretendiendo realizar
reformas al rgimen capitalista, con su danza electoral permanente olvidando la
accin directa y revolucionaria del proletariado chileno, como si alguna vez en la historia
de las clases dominantes hubieran entregado voluntariamente el poder. La va pacfica no slo

de1970.TomadodeunaversindigitaldesdeelsitiowebdelCentrodeEstudiosMiguelEnrquez,
CEME,http://www.archivochile.com
23
DichobalancehistoriogrficorealizadoporLuisVitale,seencuentraen:Vitale,Luisetal.Para
recuperar la memoria histrica. Frei, Allende yPinochet. (Santiago: Ediciones ChileAmricaCESOC,
1999),pp.225233.
24
Granparteseencuentraen:Naranjo,Pedro,etal.MiguelEnrquezyelproyectorevolucionarioen
Chile. Discursos y documentos del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR. (Santiago: LOM
EdicionesyCentrodeEstudiosMiguelEnrquez,2004).Declaracionesposterioresalgolpedeestado
en: Miguel en la MIRa. Coleccin Papeles para Armar, Volumen III. (Santiago: Editorial Quimant,
2006).
25
Declaracin de Principios del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, y Programa del MIR
SantiagodeChile,Septiembrede1965(Mimeo).Tomadodehttp://www.archivochile.com.

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desarma al pueblo, sino que resulta inaplicable en la democracia chilena, puesto que la
burguesa no slo no entregar el poder de manera pacfica, sino que organizar la
resistencia, que cobrara vida como dictadura totalitaria o como guerra civil26. Es por
eso, que con la agudizacin de las contradicciones de clase, vividas desde principios de
1973, llev al MIR a exigir la afirmacin de conducta de la izquierda chilena, para el
desarrollo de la lucha clase contra clase27.
Qu pasa con la violencia revolucionaria? La Unidad Popular no la descartaba.
Hay alusiones a ello en los discursos de Allende. En el recordado discurso realizado
en la Asamblea General de la ONU en 1972, Allende se da el lujo de citar nada menos
que a Kennedy para argumentar, diciendo: Aquellos que imposibilitan la revolucin pacfica,
hacen que la revolucin violenta sea inevitable28. El asunto no radica en si se tena, o no,
contemplado el uso de la violencia, sino cmo sta era entendida. Claramente, se da
cuenta a una respuesta ante una posible agresin y no como un elemento de
proyeccin poltica. Si me dan una bofetada en la mejilla no pongo la otra, respondo,
sera la lgica. El problema es que cuando se esperaba una bofetada se recibi un
pistoletazo. Y ante ese enemigo no haba correlacin de fuerzas. Se trataba de una
lucha por la resistencia. El anlisis que falt dice relacin a quin origina la violencia.
Y a travs de el seguimiento de la historia nacional, desde la construccin de estado,
donde la larga duracin s nos persigue es en relacin al uso eficiente, impertrrito,
insoslayable e inmisericorde de la violencia a manos de la clase dominante y sus

26
Ibdem.
27
El trabajo anterior del que doy cuenta es: Pino Moyano, Luis. Teora, violencia poltica y
romanticismorevolucionariodelamanoenlaconstruccindepoderpopular.Algunasreflexionesen
torno al Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR (19651974). Ponencia presentada en la
PrimeraJornadadeHistoriadelasIzquierdasenChile,IzquierdayConstruccinDemocrtica.26de
Agostode2008(indito).
28
ExposicinenelXXVIIperododesesionesdelaAsambleaGeneraldelasNacionesUnidas.Nueva
York,4dediciembrede1972.EnModak.Op.Cit.,p.139.

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distintos brazos: disciplinantes y moralizantes. En relacin a este tema, hay una frase
que considero indispensable para la discusin. Es parte de una respuesta de Miguel
Enrquez a un medio de prensa. Seala: Slo la chatura mental y poltica pueden suponer que
las clases dominantes necesiten pretextos para desencadenar la represin: si no los tienen, los
inventan29. Allende y la Unidad Popular actuaron con una inocencia supina, por decirlo
menos, frente a sus adversarios, creyendo que al actuar en los lmites de la democracia
burguesa sus luchas se hallaran legitimadas en trminos mediticos. Rgis Debray se
preguntaba: desde cundo la burguesa entrega el poder en bandeja de plata a su adversario de
clase? Desde cundo una clase dominante acepta ser despedida en la puerta de la Historia, sin
arriesgarlo todo para no perder su sitio?30. No contaron con la astucia de quienes velaron
por sus intereses acomodaticios y quisieron restaurar el orden quebrantado. Y esto trae
implicancias tremendas y, desde luego, enseanzas. Debray, con tono cuasi-proftico,
plantea que: De la suerte que correr esta revolucin sin fusiles, como se la ha llamado
provisoriamente y no sin algn optimismo, depende la suerte de muchos otros fusiles31. El golpe fue
duro no slo en trminos objetivos, sino tambin en trminos subjetivos. Superar la
derrota, luego del ejercicio sistemtico del terror no es fcil. Aqu cobran sentido las
palabras de Max Weber: una cantidad suficiente de bayonetazos en el momento preciso genera la
cultura del temor, que dura ms tiempo que el bayonetazo. Ahora bien, haciendo la crtica
interna, habra que reparar en la relacin violencia-revolucin. Toms Moulian, con

29
Entrevista a Miguel Enrquez. Punto Final de septiembre de 1969, p. 30. En: Sandoval, Carlos.
M.I.R.(unahistoria).(Santiago:SociedadEditorialTrabajadores,1990).
30

Introduccin de Rgis Debray en: Allende habla con Debray. Op. Cit., p. 5. En el mismo
documento,dichosocilogosepregunta:Quedaporsaberenqumedidaeldesarrolloulteriorde
la lucha de clases, la libre expresin de la iniciativa de las masas, la ofensiva proletaria no se
encuentranhipotecadosenelorigen,castradosenelnacimiento(p.19).Y:Seraunalstimaque
las fuerzas que han conseguido en Chile una primera victoria apreciable hubieran desencadenado
unadinmicadeluchadeclasesqueselesescapedelasmanos,queseamsfuertequeellas(p.
24).
31
Ibdem,p.4.

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quien estoy de acuerdo en esto, seal: Una revolucin es siempre un ejercicio de violencia
pero no es cualquier ejercicio de violencia. Tiene esa marca, no es una alegre caminata dominguera, se
produce con ella y en ella el dolor es un enfrentamiento de fuerzas enemigas. Nadie sale con las manos
limpias, se enfrentan dilemas ticos. Esto es consustancial a sus objetivos: la eliminacin de la
capacidad de mantener o reimponer su dominacin por parte de los grupos enemigos y la destruccin de
los aparatos de Estado, a travs de los cuales establecan su ley, su orden, su coercin. Slo cumpliendo
esa condicin previa, el acontecimiento originario puede dar paso a una dictadura revolucionaria
estable, en condiciones de realizar la difcil creacin de lo nuevo, minimizando los riesgos de regresin.
Esta definicin es emprica y no normativa. Se refiere a juicios de hecho y no de valor. No tiene
importancia si a usted o a m nos gusta la violencia. Las revoluciones la usan. La mayor parte de las
revoluciones burguesas del siglo XIX, como la rusa de 1905-1907, fracasaron porque las relaciones
instrumentales entre fines-medios fueron inadecuadas. Marx, Engels y Lenin lo muestran en sus
estudios de esos eventos, como lo hacen tambin autores tan distintos como Hobsbawm o Crane
Briton32. En el mismo captulo, el cual pienso que es uno de los mejores anlisis
respecto a la Unidad Popular, Moulian plantea que Allende y la UP abusaron de la
verborrea revolucionaria la cual no se condeca con el actuar poltico institucional. O
con el programa de gobierno. Cita en ello a Valery Grosmann quien seala que: Los
revolucionarios deben alardear menos y hacer ms33. Los adversarios polticos a la UP leyeron
la violencia semntica como una violencia absoluta endgena en la va chilena al
socialismo. Y actuaron en concordancia. Fue la UP la que experiment lo que un
instrumento disonante hace en una orquesta. Al permanecer la disonancia, la fiesta
dur menos de lo que se esperaba. Allende seal que: Este Chile que empieza a
renovarse, este Chile en primavera y en fiesta, siente como una de sus aspiraciones ms hondas el deseo

32
Moulian, Toms. Chile actual: anatoma de un mito. (Santiago: LOM Ediciones, 1999), pp. 159,
160.
33

Grossman,Valery.AosdeGuerra.Tomadode:Ibdem,p.168.
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de que cada hombre del mundo sienta en nosotros a su hermano34. Las revoluciones se miden,
sustancialmente, despus del da de la jarana35.
Ahora bien, hay una serie de elementos que habra que rescatar del proyecto
revolucionario de Allende y la Unidad Popular. Para este caso tomar dos: la lectura
no-ortodoxa del marxismo y la generacin de una tica revolucionaria.
Comencemos este punto con dos citas. Allende seala a Debray que: Cada
dirigente debe proceder al anlisis concreto de una situacin concreta, esa es la esencia del marxismo.
Por eso cada pas frente a su realidad traza su propia tctica36. En una suerte de autobiografa
seal: Pienso que el marxismo no es una receta para hacer revoluciones pienso que el marxismo es
un mtodo para interpretar la historia. Creo que los marxistas tienen que aplicar sus conceptos a la
interpretacin de su doctrina, a la realidad y conforme a la realidad de su pas37. Una de los
elementos sobresalientes en el discurso allendista radica en que no se buscaba aplicar a
modo de manual catequstico las ideas de Marx y Engels y sus herederos. Se entenda
al marxismo como una teora de la historia. Teora que es materialista, en tanto, el
sujeto cognoscente mira la realidad aprehendindola. Que es dialctica, en tanto da
cuenta de fuerzas que estn en pugna de la cual emerger una cualitativamente
superior. Y es transformadora, en tanto busca cambiar el orden establecido y
naturalizado. En relacin a esto, Allende seal que: Si bien es justo que el hombre ponga
los pies sobre la luna, es ms justo que los grandes pases para hablar simblicamente- pongan los
pies sobre la tierra y se den cuenta que hay millones de seres humanos que sufren hambre, que no
tienen educacin38. Allende, en conjunto a la UP, hacen una lectura de la historia de

34
Discurso de toma de posesin del gobierno. Estadio Nacional, 5 de noviembre de 1970. En:
Modak.Op.Cit.,p.25.
35
FrasedebidaaMiguelValderrama.
36
AllendehablaaDebray.Op.Cit.,p.35.
37
AllendeporAllende.En:Modak.Op.Cit.,p.2.
38
Ibdem,pp.5,6.

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Chile y en base a ella buscan la configuracin de tcticas y estrategias que conduzcan a


la transformacin societal. Dicha lectura, a m parecer, tiene un elemento crtico y otro
acrtico. El elemento crtico dice relacin con el sistema de opresin. El panorama est
claro para Allende, quien seala que: Alienacin de la conciencia nacional: sta ha
absorbido una visin del mundo elaborada en los grandes centros de dominacin y presentada con
pretensin cientfica como explicacin de nuestro atraso. Atribuyen a supuestos factores naturales como
el clima, la raza o la mezcla de razas, o el arraigo de tradiciones culturales autctonas la razn de un
inevitable estancamiento de los continentes en desarrollo. Pero no se ocuparon de los verdaderos
causantes del retardo, como la explotacin colonial y neocolonial fornea39. Las ideas de la clase
dominante, que al decir de Marx y Engels, son las ideas dominantes de una poca han
configurado la opresin como un orden natural e inalterable, no slo en este pas sino
en el mundo. En el caso de la lectura que hace Allende se hace preponderante la
discusin en relacin a Amrica Latina, debido al perfil americanista40 del Partido
Socialista. La convergencia americana es necesaria para hacer un frente nico slido
frente al imperialismo, quien causa la explotacin. Los proyectos revolucionarios sern
sostenibles en el tiempo si se logra dicha unidad. Los pueblos subdesarrollados, que

39
DiscursoantelaIIIUNCTAD,13deabrilde1972.EnModak.Op.Cit.,p.183.
40
ElPartidoSocialistanoerapartedelaInternacionalComunista.EnelCongresodeChillnde1967,
elPSdiscutiyaprobunaTesisdepolticainternacional,quefueelaboradaporunacomisinenla
que participaron Clodomiro Almeyda, Agustn lvarez Villablanca, Carlos Moral, Julio Bentez y
Edmundo Serani. En una de sus partes, dicho texto seala: Los socialistas hemos reconocido el
principiodequeelenfrentamientofinaldelospueblosoprimidosconelimperialismosedarenel
campodelaluchaarmada.Mientrassepreparaalospueblos,ideolgicaymaterialmenteparaesta
lucha,esnecesarioadoptartodaclasedeaccionesconcretascontraelimperialismo,abrirnumerosos
frentesdebatallaenloscamposeconmico,poltico,cultural,juvenil,laboral,campesino,etc.,que
distraiga a las fuerzas imperialistas y a sus incondicionales servidores criollos y los vaya
desprestigiando y, por ende, debilitando paulatinamente. Slo en la actividad prctica se irn
creandolascondicioneshumanassubjetivasquehagandecadamilitantesocialistaunincorruptible
luchador social, anticapitalista y antiimperialista, esto es, un autntico revolucionario. Slo as se
lograralgunavezlavictoriadelsocialismoyladerrotadelimperialismo.PuntoFinalN42del22
de noviembre de 1967. Tomado de una versin digital desde el sitio web http://www.salvador
allende.cl.

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segn Allende, hemos fracasado en la historia tenemos que ejercer el derecho a la


autodeterminacin de los pueblos.
En el lmite de la mirada crtica y acrtica se encuentra el elemento discursivo
que da cuenta de la necesidad de emancipacin del sujeto y la clase explotada. Este
elemento apareci en numerosos discursos, cuya elaboracin sintetiza la siguiente
referencia: Somos los herederos legtimos de los padres de la patria y juntos haremos la segunda
independencia: la independencia econmica de Chile41. Defino este elemento como una
postura intermedia, en tanto, sigue siendo una lectura crtica. Los procesos
emancipatorios que constituyeron los estados nacionales libres del dominio hispano,
no fueron absolutos, puesto que la dominacin econmica persisti. Haba que
romper con dicha dominacin. Pero, dicha elaboracin da cuenta de un elemento de
continuidad con el proyecto de la oligarqua criolla, que fue la que se independiz de la
oligarqua hispana en dicho conflicto de clase. Allende, no slo en el discurso citado,
hace referencias mltiples a que el proyecto popular es heredero de las luchas de los
padres de la patria, como si dichos sujetos en algn momento hubiesen estado
preocupados del bajo pueblo. Por ejemplo, seal que: Hoy con la inspiracin de los
hroes de nuestra patria, nos reunimos aqu para conmemorar nuestra victoria, la victoria de Chile y
tambin para sealar el camino de la liberacin. El pueblo, al fin hecho gobierno, asume la direccin
de los destinos nacionales42. Recabarren en 1910 hace una crtica lapidaria a esa lectura de
la historia de Chile, de la cual hacen eco, profundizacin y complejizacin los
historiadores marxistas chilenos, a partir de 1948 con los estudios de Julio Csar Jobet.
Puede que simplemente hubiese sido un recurso discursivo que buscara la legitimacin
social del proyecto, pero dicha lectura, eminentemente conservadora, lleva a una

41
DiscursoporeltriunfoelectoralenlasededelaFederacindeEstudiantesdeChile.Madrugada
del5deseptiembrede1970.En:Modak.Op.Cit.,p.218.
42
Discurso de toma de posesin del gobierno. Estadio Nacional, 5 de noviembre de 1970. En:
Modak.Op.Cit.,p.14.

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tensin dialctica que opera como una camisa de fuerza para la lucha por la
transformacin.
La lectura se hace totalmente acrtica cuando se asume la excepcionalidad
chilena en el concierto latinoamericano, concepcin que es catalogada por Mara
Anglica Illanes como el mito de la cada de la diferencia. Dicho construccin mtica
seala que ha existido una continuidad republicana en Chile, confundida como una
continuidad democrtica. Allende en uno de sus discursos plantea que dicha
continuidad no ha estado exenta de conflictos, pero, dichas rupturas en el orden
institucional chileno se habran dado, de manera eminente, en la esfera poltica. En
palabras de Allende: Nunca nuestro pueblo ha roto esta lnea histrica43. Aqu est el
germen del fracaso. Porque si bien es cierto, la lectura del marxismo hecha por Allende
no fue ortodoxa, la lectura de la historia s. Y esa continuidad democrtica mitolgica
era la que daba legitimidad al proyecto institucionalista. Luis Vitale seala que: La
estrategia de la UP de utilizar la legalidad para consolidar el proceso actu como un verdadero
"boomerang", pues los partidos de la oposicin se basaron en los mismos mecanismos de la legalidad,
que ellos mismos crearon, para imponer paradjicamente una salida ilegal. Mientras la UP juraba
fidelidad a la legalidad, el Partido Nacional y la Democracia Cristiana utilizaban el serrucho legal
para atentar contra la Constitucin y el gobierno elegido44. En trminos de Gabriel Salazar
se trata de alucinacin generada por la memoria oficial de los vencedores45. El proyecto

43
Ibdem,p.16.
44
Vitaleetal.Op.Cit.,p.229.
45
Salazarplantea:1973noslofuelafechadeunbrutalgolpemilitarquecaytorturadoramente
sobre, al menos, 43% de los chilenos. Tambin fue el desenlace final del enorme engao que las
clases polticas y militares (liberales) fraguaron contra la voluntad soberana de la ciudadana en
1925.Engaoquetomdiversascaretas:ladelaley,lademodelodeaccingubernativa,ladelafe
democrtica,ladeutopa,decompromisorevolucionario,peroque,ensuorigenyensuesencia,no
fue ms que un artilugio liberal para el salvataje de una oligarqua en crisis. Una alucinacin
generadaporlamemoriaoficialdelosvencedores.Quesloelgranprocesodelahistoriaterminar

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alternativo de sociedad reclamaba una lectura alternativa de la historia. No la


legitimacin del pasado.
El segundo elemento que quiero rescatar del proyecto revolucionario, es el que
hace eco de una tica revolucionaria. Cuando el ttulo de esta ponencia habla de
revolucionarios se da cuenta de este eje de la discusin, que para m es fundamental
si pretendemos mirar el pasado con una finalidad poltica para el presente. Allende
rescata el elemento central de la filosofa de la praxis de Ernesto Guevara: la
constitucin del hombre nuevo. Debray, en la entrevista citada con profusin en
este ensayo, pregunta a Allende: En los actos, los discursos, en la poca y discreta propaganda de
la Unidad Popular, hay un tema que vuelve frecuentemente: el hombre nuevo, la nueva moral, etc.
No le parece utpico hablar de eso en una sociedad todava tan medularmente burguesa, en la cual no
han sido removidos todava los antiguos moldes electorales?46. Hay dos maneras de entrar en
esta discusin. La primera tiene que ver con una lectura en clave marxista. Debray,
siguiendo la lectura clsica, planteara que cambiando la estructura de dominacin la
sobreestructura sera aniquilada. Por ende, no podramos hablar de hombre nuevo si
no se destruye la estructura. Allende mira el fenmeno, a m parecer, al revs. En
numerosos discursos cita la siguiente frase, tomada de un rayado en las murallas
parisinas del mayo del 68: La revolucin se hace primero en las personas y despus
en las cosas. Creo concordar con esto. No puede haber revolucin si los sujetos que
la crean no lo son hasta la fibra ms ntima de su existencia. Los revolucionarios
podrn ocupar la violencia como medio, lo que no significa que sean amantes de la
muerte. Los revolucionarios son esencialmente amantes de la vida, no slo de la
propia, sino del otro que tambin es yo. Allende deca Quiero decirle, que tengo

por volverla a la realidad. En: Salazar, Gabriel. Las coordenadas histricas de Salvador Allende
(19101973),en:Variosautores.SalvadorAllende.Fragmentosparaunahistoria.Op.Cit.,p.269.
46
AllendehablaconDebray.Op.Cit.,p.55.

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confianza en el hombre, pero en el hombre humanizado, el hombre fraterno y no el que vive de la


explotacin de los otros47. Estamos frente, no a un humanismo que paraliza, estamos
hablando de un humanismo activo. Y el humanismo activo es la revolucin.
En la construccin de una nueva moralidad es que Allende dirige sus palabras
a los estudiantes universitarios. En Guadalajara, sealara que: Entonces, uno se encuentra
con jvenes que como han ledo el Manifiesto Comunista, o lo han llevado largo rato debajo del brazo,
creen que lo han asimilado y dictan ctedra y exigen actitudes y critican a hombres que, por lo menos,
tienen consecuencia en su vida. Y ser joven y no ser revolucionario es una contradiccin hasta biolgica,
pero ir avanzando en los caminos de la vida y mantenerse como revolucionario, en una sociedad
burguesa, es difcil48. Cuntos casos hay de personas que en su juventud fueron
incendiarios y hoy son bomberos. Allende seala que el elemento revolucionario es
condicin sine qua non de la juventud. Pero esa condicin debe ir acompaada o
robustecida por una tica. De ah la preocupacin de Allende porque los estudiantes
no slo se dediquen a las tareas polticas, sino, fundamentalmente, a sus tareas como
estudiantes. Dijo en el mismo discurso: En una sociedad donde la tcnica y la ciencia
adquieren los niveles que ha adquirido la sociedad contempornea, cmo no requerir precisamente
capacidad y capacitacin a los revolucionarios? Por lo tanto, el dirigente poltico universitario tendr
ms autoridad moral, si acaso es tambin un buen estudiante universitario. Yo no le he aceptado
jams a un compaero joven que justifique su fracaso porque tiene que hacer trabajos polticos: tiene
que darse el tiempo para hacer los trabajos polticos, pero primero estn los trabajos obligatorios que
debe cumplir como estudiante de la universidad. Ser agitador universitario y mal estudiante es fcil ser
dirigente revolucionario y buen estudiante es ms difcil. Pero el maestro universitario respeta al buen

47
AllendeporAllende.En:Modak.Op.Cit.,p.6.
48
DiscursoenlaUniversidaddeGuadalajara,Mxico,2dediciembrede1972.En:Modak.Op.Cit.,
p.364.

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alumno, y tendr que respetar sus ideas, cualesquiera que sean49. Ahora bien, cuando hablamos
de un buen estudiante no estamos pensando en aqul que se saca buenas notas,
porque las notas en realidad son un mero guarismo, sino ms bien, estamos
pensando en aqul estudiante que quiere aprehender la realidad, pensarla, para
transformarla. No estamos pensando en el estudiante indiferente con el dolor ajeno,
sino en aqul que es activo en todo mbito. Quienes somos estudiantes universitarios
no debemos pensar estos lugares como espacios puramente acadmicos, sino como
espacios de libertad. Como espacios de encuentro con otros-yo y con espacios de
proyeccin poltica. Y dicha proyeccin puede canalizarse de manera ilustrada o de
manera violenta. Insistimos, que aqu no se trata de la violencia por la violencia,
como algunos quieren hacer ver. Se trata de una cuestin dialctica, puesto que la
semilla de dicha violencia es el amor por los dems. Amor que Allende buscaba fuese
canalizado, por ejemplo, de manera prctica mediante el trabajo voluntario50. Amor,
que en palabras de Vctor Jara, se constituye en la esencia de la razn de ser del
hombre. Allende deca que: ms revolucionario significa ser mejor estudiante, mejor
hijo, mejor compaero. Ser mejor revolucionario significa prepararse ms, sacrificarse
ms51
La crtica a los dems no debiese anular nuestro espritu de autocrtica. El
cuestionamiento al orden imperante y la propuesta de un proyecto de cambio,

49
Ibdem,p.365.
50
Allende seal en Guadalajara: Porque ustedes deben hacer trabajos voluntarios; porque es
bueno que sepa el estudiante de medicina cunto pesa el fardo que se echa a la espalda el
campesinoquetienequellevarlo,avecesalargasdistancias.Porqueesbuenoqueelquevaaser
ingenierosemetaenelcalordelamquina,dondeelobrero,avecesenunaatmsferainhspita,
pasalargosylargosaosdesuoscuraexistencia.Porquelajuventuddebeestudiarydebetrabajar,
porque el trabajo voluntario vincula, amarra, acerca, hace que se compenetre el que va a ser
profesional con aquel que tuvo por herencia las manos callosas de los que por generaciones
trabajaronlatierra.Ibdem,pp.367,368.
51
Clausuradelperododetrabajosvoluntarios.Santiago,11demarzode1972.EnModak.Op.Cit.,
pp.378,379.

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presentes a lo largo de esta ponencia, nos presentan una leccin, tal vez no en el
sentido de copiar los argumentos, pero s impregnarse de algo de la forma.
Regularmente, se protesta contra el gobierno, las instituciones y el orden establecido,
pero la protesta se queda, en muchos casos, en el alzamiento del puo (de qu lado?)
y en el grito de un par de consignas. Pero se carece de proyecto. Hay una vaciedad
semntica. El propender a la praxis no limita nuestros planos de accin dejando fuera
la discursividad. sta es tremendamente importante en la lucha revolucionaria y debe
ser ejercida de manera responsable52. Teniendo muy presente una de las palabras
dichas por Allende en Guadalajara: La revolucin no pasa por la universidad y esto hay que
entenderlo, la revolucin pasa por las grandes masas, la revolucin la hacen los pueblos: la revolucin
la hacen esencialmente los trabajadores53. No es que no pase por la Universidad, pero ella
no se determina ac. Los estudiantes somos parte de un colectivo social mucho ms
amplio y diverso. Nuestra tarea actual est en cmo articulamos hoy un proyecto de
convergencia que permita la configuracin de un discurso y de una lucha comn, y,
adems, el reconocimiento de nuestra diversidad. Y en esa tarea no necesitamos de
iluminados que nos muestren el camino o nos digan quines somos, sino ms bien,
que den paso a nuestra soberana. Allende, por ejemplo, planteaba la necesidad de
hacer una nueva constitucin. La pregunta era: cmo? Dijo: Debemos afianzar la
presencia de los trabajadores definitivamente en el manejo de la cosa pblica, y () establecer nuevas
instituciones, para que Chile camine de acuerdo con su propia realidad econmica y social () que el

52
Sergio Grez concluye en un ensayo sobre Allende: Para que vuelvan a abrirse las grandes
Alamedas (que an permanecen cerradas) se necesitarn de otros hombres que estimulen el
desarrollodefuertesmovimientossociales,hombresymujerescapacesderetomarelhiloconductor
delmovimientopopularenunaperspectivadefuturoynodemeraevocacinnostlgica.Mientras
esto no ocurra, el legado poltico de Allende continuar siendo un capital inmovilizado, un cono
desprovisto de significado histrico concreto y de operatividad poltica real. Tomado de: Grez,
Sergio. Salvador Allende en la perspectiva histrica del movimiento popular chileno, en: Varios
autores.SalvadorAllende.Fragmentosparaunahistoria.Op.Cit.,pp.278,279.
53
DiscursoenlaUniversidaddeGuadalajara,Mxico,2dediciembrede1972.En:Modak.Op.Cit.,
p.362.

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pueblo, por primera vez, entienda que no es desde arriba, sino que debe nacer de las races mismas de
su propia conviccin, la Carta Fundamental que le dar existencia como pueblo digno, independiente y
soberano () Es tarea del pueblo de Chile el estudio, la discusin, y el anlisis de las bases
fundamentales de la nueva Constitucin54. No es desde arriba, sino desde la propia
conviccin. Palabras que debemos tener presentes.
La situacin actual, evidentemente, trastoca la pasividad llamando a gritos a la
accin y tambin al pensamiento revolucionario. Y es aqu, donde, la tica allendista,
re-originalizada, adquiere tremenda vigencia.

San Bernardo, varios das a fines de Septiembre de 2009.

54
DiscursodeAllendeenSantiago,el5deseptiembrede1972enel2Aniversariodeltriunfodela
UnidadPopular.EnSalazar.LascoordenadashistricasdeSalvadorAllende(19101973).En:Varios
autores.SalvadorAllende.Fragmentosparaunahistoria.Op.Cit.,p.271.

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