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Seis discursos sobre la posnetrpolis
Edward W. Soja es profesor de Planificacin Urbana en la
Universidad de California, en Los Angeles (UCLA) y profesor visitan te en la London School ofEconomics dentro del programa Cities. Comenz su carrera acadmica como especialista en geografa pol tica de frica, incluidas sus estancias en las universidades de Ibadan (Nigeria) y Nairobi (Kenia). En los ltimos veinticinco aos ha centra do su investigacin en la transformacin urbana de Los Angeles den tro de una amplia perspectiva de relacin entre la geografa urbana y la espacalidad de la vida social en todas las facetas que los estudios crticos de la cultura contempornea ponen de manifiesto. Invitado a numerosos foros internacionales, es autor prolfico, encontrndose entre sus ms destacadas publicaciones los libros Poslmodern Geographies: The Reassertion o Space in Crticai Social Theory (Londres, 1989), The City: Los Angeles and Urban Theory at the End o the Twentieth Century (con Alien J. Scott, como eds., Berkeley, 1996), Thirdspace: Joumeys to Los Angeles and Other Real-andImagined Places (Oxford, 1996), y Postmetropolis: CrticaI Studies of Cities and Regions (Oxford, 2000). Como antecedente de lo que despus desarrollara en sus libros, en 1995 adelant una interpretacin de la fenomenologa que afectaba a la regin urbana de Los Angeles, anticipo de una nueva era en cier tas manifestaciones de la evolucin del fenmeno urbano en el mundo de hoy. Esa interpretacin es la que aqu se presenta.
SE!S DISCURSOS SOBRE LA POSTMETRPOLIS'
Edwarc W. Soja La regin urbana de Los Angeles, entre los disturbios de Watts de 1965 y lo que ahora se llama Rodney King o Motines Justice de 1992, ha sufrido una de las transformaciones ms especta culares en comparacin con cualquier otra ciudad del mundo. Para los residentes en Los Angeles de los primeros aos sesenta, una transformacin radicalmente diferente, otro Los Angeles se estaba desarrollando ms all de su control o com prensin. A lo largo del tiempo, y cada vez con ms frecuencia, continuara sustituyendo muchos otros mundos urbanos fami liares por otros nuevos ms inquietantes. Durante el mismo periodo de aproximadamente treinta aos, un grupo de espe cialistas locales han intentado darle un sentido prctico y teri co a esta reestructuracin radical de Los Angeles y usar este conocimiento para comprender las transformaciones urbanas, igualmente intensas, que estn sucediendo por todo el mun* Este articulo es una adaptacin de una comunicacin presentada en la reunin anual de la B ritish Sociological Association, Leicester, 12 de Abril 1995. Fue publicado en la revista URBAN (2, 1998, pp. 37-50) del Departamento de Urbanismo y Ordenacin del Territorio de la E.T.S.A. de Madrid (UPM). Se repro duce aqu con la amable autorizacin de esa revista.
do. Lo que me gustara conseguir con este estudie es ilustrar
el trabajo de lo que algunos, quizs p*rematurarente, han comenzado a llamar / os Angeles School de estudios urbanos, y argumentar que la transformacin de Los Angeles epresenta tanto una experiencia urbana nica como un eje-plo parti cularmente vivido de un cambio radical ms general en la autntica naturaleza de la vida urbana contemporrtea, lo que los urbanistas hemos llamado el proceso urbano. Algunos se encuentran tan entusiasmados con esta reestructu racin urbana que la proclaman como la transformacin ms extraordinaria en la naturaleza del urbanismo desde tos orge nes de la ciudad, hace ms de 6.000 aos. Otros, algo ms modestos, la describen como la segunda gran transformacin urbana, despus de la tumultuosa emergencia de la ciudad capitalista industrial del siglo XIX. Mi intencin es considerarla como la ms reciente de una serie de crisis radicales que han tenido como consecuencia las reestructuraciones urbanas ocu rridas durante los ltimos doscientos aos. Pero, arique uno interprete la magnitud de los cambios actuales y los aloque en
discursos sobre la postmetrpolis
U" marco histrico comparativo, nos quedan muy pocas dudas
O que algo realmente excepcional le ha sucedido a la moderre metrpolis durante el ltimo cuarto del siglo XX. Segn mi tontn, la concienciacin de estos nuevos procesos urbanos, ty-iando como base su significativa diferencia con el pasado, resulta incluso ms necesaria que el detallar sus orgenes en ira historia dilatada de urbanizacin y urbanismo como un rrA o de vida. He elegido recientemente el uso de posmetrpolis como un tr mino general para resaltar las diferencias entre regiones urba nas contemporneas y aquellas que se consolidaron en las C eldas de la mitad del siglo XX. Por lo tanto, el prefijo "post r.arca la transicin entre lo que se ha llamado de forma con dicional la moderna metrpolis y algo significativamente dife rente, nuevas formas posmodernas y pautas de vida urbana Que estn en continuo desafo con los estilos bien establecidos Oe anlisis urbanos. Como ir aclarando a lo largo de mis seis decursos, existen otros trminos y conceptos posprefijados ivJuidos en la postmetrpolis, desde la nocin de sociedad posindustrial tan familiar a los socilogos, a las discusiones ms actuales de economas polticas posfordistas y poskeynetnas y estilos posestructuralistas y poscolonlalistas de anli sis crticos. No obstante, antes de profundizar en dichos discur sos, me gustara realizar unas cuantas observaciones de introdiiccin ms generales. En primer lugar, como ya he sugerido, los cambios descritos o representados por estos seis discursos no solamente estn sucediendo en Los Angeles, sino en mayor o menor grado y, sin duda alguna, con un desarrollo irregular de tiempo y espa cio, en todo el mundo. Aunque adoptan formas especficas en lugares especficos, constituyen procesos generales. Ms an, estos procesos no resultan del todo nuevos. Sus orgenes podran remontarse antes del ltimo cuarto de este siglo. Su intensificacin, su estrecha relacin y su creciente mbito es lo que evidencia que su expresin actual resulte diferente a la del pasado. Tambin quiero destacar que cuando uso el trmino postmetrpolis en oposicin a la ltima metrpolis moderna; no estoy diciendo que sta haya desaparecido o est completa mente desplazada, ni siquiera en Los Angeles. Lo que ha esta do sucediendo es que los nuevos procesos de urbanizacin y configuracin se han superpuesto sobre los viejos y han conec tado con ellos en crecientes formas complejas. Las superposi ciones y articulaciones se estn volviendo ms espesas y den sas en muchas partes del mundo, pero la moderna metrpolis no se ha desvanecido por completo en ningn lugar. Lo que esto significa es que debemos entender la nueva urba nizacin y el urbanismo sin descartar nuestras viejas concep ciones. Al mismo tiempo, sin embargo, debemos reconocer que
las discutidas ciudades actuales y sus complejas relaciones
entre proceso social y forma espacial, as como proceso espa cial y forma social -que en cierta ocasin he llamado la dialc tica socioespacial- cada vez resultan ms diferentes de cmo eran durante los aos sesenta. Aunque no debemos ignorar el pasado, debemos sin embargo tener en primer plano lo que es nuevo y diferente sobre el presente. La observacin de la sociologa urbana contempornea nos sugiere que no pode mos ya depender tanto de los nuevos enfoques que surgieron tan brillantemente en los aos setenta, con trabajos clsicos como La cuestin urbana (1974, edicin francesa de 1972) de Manuel Castells, Social Justice and the City, de David Harvey (1973) y la sociologa pionera sobre sistemas mundiales de Immanuel Wallerstein. Estas obras fueron, y continan sindo lo, poderosas e incisivas interpretaciones de las ltimas metr polis modernas, monopolville y ville sauvage de Castells, las ciudades salvajes" que se consolidaron durante el boom de la posguerra y que ocasionaron la crisis urbana de los aos sesenta. Pero la ltima metrpolis moderna, por asi decirlo, ya no es como la del pasado. Muchas de las deas desarrolladas por estos tericos y analis tas todava se pueden aplicar y debo aadir que an resulta posible la aplicacin de la poltica radical que ellos propulsaron. Sin embargo, mi razonamiento se basa en que los cambios han sido tan espectaculares que ya no resulta tan sencillo aadir nuestros nuevos conocimientos a los antiguos. Existen dema siadas incompatibilidades, contradicciones, disrupciones. Debemos a su vez volver a pensar radicalmente y quizs a reestructurar profundamente -es decir, destruir y reconstituirnuestras formas heredadas de anlisis urbano para satisfacer los desafios tericos, polticos y prcticos presentados por la postmetrpolis. Otra observacin preliminar complica incluso an ms todo lo anterior. Mientras que los urbanistas continan debatiendo las diferencias entre la nueva metrpolis y la antigua y precisando con exactitud lo que debemos destruir y reconstituir de nues tros modelos tradicionales de anlisis urbano, la postmetrpo lis est cambiando significativamente. Comenzando con el memorable ao 1989 en Berln, Pekn y otras grandes ciuda des mundiales, y destacando el sur de California portas distur bios de Spring, 1992, y la crisis fiscal posmoderna de Orange County en 1994, parece ser que la postmetrpolis est entran do en una nueva era de inestabilidad y crisis. Existen crecien tes indicios de un cambio desde lo que todos nosotros hemos reconocido como un periodo de crisis, originando una reestruc turacin generada en los levantamientos urbanos de los aos sesenta a lo que ahora podra llamarse una crisis generada de reestructuracin. Es decir, lo que observamos en tos aos noventa puede ser una rotura emergente en la reestructurada
s# discursos sobre la postmetrpolis
V- marco histrico comparativo, nos quedan muy pocas dudas
que algo realmente excepcional !e ha sucedido a la moderrs metrpolis durante el ltimo cuarto del siglo XX. Segn mi coinin, la concienciacin de estos nuevos procesos urbanos, V/r,ando como base su significativa diferencia con el pasado, f%ulta incluso ms necesaria que el detallar sus orgenes en una historia dilatada de urbanizacin y urbanismo como un f'cdo de vida. Be elegido recientemente el uso de posmetrpolis como un trf'sno general para resaltar las diferencias entre regiones urba nas contemporneas y aquellas que se consolidaron en las <feadas de la mitad del siglo XX. Por lo tanto, el prefijo post r'arca la transicin entre lo que se ha llamado de forma con vencional la moderna metrpolis y algo significativamente dife rente, nueVas formas posmodernas y pautas de vida urbana Que estn en continuo desafo con los estilos bien establecidos anlisis urbanos. Como ir aclarando a lo largo de mis seis dsscursos, existen otros trminos y conceptos posprefijados incluidos en la postmetrpolis, desde la nocin de sociedad posindustrial tan familiar a los socilogos, a las discusiones ms actuales de economas polticas posfordistas y poskeynesianas y estilos posestructuralistas y poscolonalistas de anli sis crticos. No obstante, antes de profundizar en dichos discur sos, me gustara realizar unas cuantas observaciones de intro duccin ms generales. En primer lugar, como ya he sugerido, los cambios descritos o representados por estos seis discursos no solamente estn sucediendo en Los Angeles, sino en mayor o menor grado y, sin duda alguna, con un desarrollo irregular de tiempo y espa cio, en todo el mundo. Aunque adoptan formas especficas en lugares especficos, constituyen procesos generales. Ms an, estos procesos no resultan del todo nuevos. Sus orgenes podran remontarse antes del ltimo cuarto de este siglo. Su intensificacin, su estrecha relacin y su creciente mbito es lo que evidencia que su expresin actual resulte diferente a la del pasado. Tambin quiero destacar que cuando uso el trmino postmetrpolis en oposicin a la ltima metrpolis moderna; no estoy diciendo que sta haya desaparecido o est completa mente desplazada, ni siquiera en Los Angeles. Lo que ha esta do sucediendo es que los nuevos procesos de urbanizacin y configuracin se han superpuesto sobre los viejos y han conec tado con ellos en crecientes formas complejas. Las superposi ciones y articulaciones se estn volviendo ms espesas y den sas en muchas partes del mundo, pero la moderna metrpolis no se ha desvanecido por completo en ningn lugar. Lo que esto significa es que debemos entender la nueva urba nizacin y el urbanismo sin descartar nuestras viejas concep ciones. Al mismo tiempo, sin embargo, debemos reconocer que
las discutidas ciudades actuales y sus complejas relaciones
entre proceso social y forma espacial, as como proceso espa cial y forma social -que en cierta ocasin he llamado la dialc tica socioespacal- cada vez resultan ms diferentes de cmo eran durante los aos sesenta. Aunque no debemos ignorar el pasado, debemos sin embargo tener en primer plano loque es nuevo y diferente sobre el presente. La observacin de la sociologa urbana contempornea nos sugiere que no pode mos ya depender tanto de los nuevos enfoques que surgieron tan brillantemente en los aos setenta, con trabajos clsicos como La cuestin urbana (1974, edicin francesa de 1972) de Manuel Castells, Social Justice and the City, de David Harvey (1973) y la sociologa pionera sobre sistemas mundiales de Immanuel Wallerstein. Estas obras fueron, y continan sindo lo, poderosas e incisivas interpretaciones de las ltimas metr polis modernas, monopolville y ville sauvage de Castells, las ciudades salvajes que se consolidaron durante el boom de la posguerra y que ocasionaron la crisis urbana de los aos sesenta. Pero la ltima metrpolis moderna, por as decirlo, ya no es como la del pasado. Muchas de las ideas desarrolladas por estos tericos y analis tas todava se pueden aplicar y debo aadir que an resulta posible la aplicacin de la poltica radical que ellos propulsaron. Sin embargo, m razonamiento se basa en que los cambios han sido tan espectaculares que ya no resulta tan sencillo aadir nuestros nuevos conocimientos a los antiguos. Existen dema siadas incompatibilidades, contradicciones, disrupciones. Debemos a su vez volver a pensar radicalmente y quizs a reestructurar profundamente -es decir, destruir y reconstituirnuestras formas heredadas de anlisis urbano para satisfacer los desafos tericos, polticos y prcticos presentados por la postmetrpolis. Otra observacin preliminar complica incluso an ms todo lo anterior. Mientras que los urbanistas continan debatiendo las diferencias entre la nueva metrpolis y la antigua y precisando con exactitud lo que debemos destruir y reconstituir de nues tros modelos tradicionales de anlisis urbano, la postmetrpo lis est cambiando significativamente. Comenzando con el memorable ao 1989 en Berln, Pekn y otras grandes ciuda des mundiales, y destacando el sur de California por los distur bios de Sprng, 1992, y la crisis fiscal posmoderna de Orange County en 1994, parece ser que la postmetrpolis est entran do en una nueva era de inestabilidad y crisis. Existen crecien tes indicios de un cambio desde lo que todos nosotros hemos reconocido como un periodo de crisis, originando una reestruc turacin generada en los levantamientos urbanos de los aos sesenta a lo que ahora podra llamarse una crisis generada de reestructuracin. Es decir, lo que observamos en los aos noventa puede ser una rotura emergente en la reestructurada
Seis discursos sobre la postmetrpol
postmetrpoiis en s misma, en el urbanismo posmodemo y
posfordista y quizs tambin en el poder explicativo de los seis discursos que voy a comentar. Mi ltimo comentario preliminar hace referencia a algunos de sarrollos recientes en los estudios crticos urbanos, un nuevo e interesante campo que ha surgido de la inyeccin de estudios culturales crticos en los anlisis sociocientficos de urbanismo y de proceso urbano ms tradicionales. Mientras que yo consi dero que mi propio trabajo forma parte de este progresista campo transdisciplinario, me he sentido ltimamente preocupa do por lo que percibo como un creciente superprivilegio de lo que se ha llamado, a menudo con referencia al trabajo de Michel de Certeau, la vista desde abajo -estudios del barrio, el cuerpo, las calles, psicogeografas de intimidad, subjetivida des erticas, los micromundos de la vida cotidiana- a expensas de comprender la estructuracin de la ciudad como un todo, las macrovistas de urbanismo, la economa poltica del proceso urbano.
! I
La intencin de estos seis discursos es facilitar la comprensin
de la regin urbana en su conjunto, la espacialidad y sociabili dad de una pronunciada estructura urbana. Se trata exacta mente del tipo de discursos fustigados por aquellos crticos microurbanos que nicamente ven en ellos la distorsionadora, por no decir represiva, mirada del poder masculino autoritario, la magistral vista desde arriba. Una tctica primaria en el fomento de estas frecuentes crticas reduccionistas de teoras de macronivel ha sido una especie de privilegios epistemolgi cos de la experiencia del flneur, el agente libre vagabundo de la vida cotidiana, el definitivo progenitor de la vista desde abajo. Sin lugar a dudas, hay que avanzar mucho desde esta vista de la ciudad a nivel del suelo, y de hecho, muchos de los que se centran en ms perspectivas macroespaciales pasan por alto muy a menudo los lados oscuros de la vida diaria y de las opresiones menos visibles, tales como raza, gnero, clase y sexua lidad. No obstante, lo que ms me preocupa es el grado al que tales criticas de micronivel han estado polarizando sin ningn provecho estudios urbanos crticos, especulando con los orga nismos y la vista desde abajo hasta el punto de encasillar a todas las perspectivas de macronivel como tab, prohibidas y polticamente incorrectas.
abajo, una nueva sntesis crtica que rechace las rigideces di
cualquiera de ellas o que ofrezca alternativas para la apertun radical de ambas. Con este pequeo cumplido a una perspix tiva crtica explcitamente posmoderna y despus de una intro duccin ms extensa de la que haba pensado en un principio nos encontramos ya dispuestos a comenzar el examen do Ir seis discursos. Estos seis discursos ya les resultan familiares a la mayora y. de una forma u otra, se entrelazan con un gran nmero de lo:, estudios presentados en esta conferencia de la Asociacin Britnica de Sociologa. Ya los he tratado con anterioridad an un capitulo en Postmodern Cities and Spaces, editado poi Sophie Watson y Kathy Gibson, y los plantear con mayor pro fundidad en mi prximo libro, Postmetropolis.'1 Ms abajo ofro/ co un listado con breves descripciones y una seleccin de sub temas seleccionados de lo que formarn seis captulos aparte en Postmetropolis. 1. Flexcity: trata de la reestructuracin de la economa politice de urbanizacin y la formacin de la metrpolis industrial posfordista con una especializacin ms flexible La primaca de la produccin Crisis-formacin y el gran giro en U Subida del posfordismo La capacitacin de la flexibilidad 2. Cosmpolis: trata de la globalizacin de la capital urbana, trabajo, cultura y la formacin de una nueva jerarqua de ciuda des globales La primaca de la globalizacin El proceso globalizacin La globalizacin del discurso en Nueva York y Londres La vanidad de los BonFIRES
En parte, estos seis discursos a los que me voy a referir son un
intento de recapturar y reafirmar la importancia de una tradicin macrourbana, no en oposicin a la vista local desde abajo, sino recurriendo a las experiencias que vienen directamente del sig nificativo trabajo llevado a cabo en las microgeografas de la ciudad por distintos especialistas urbanos crticos. La compren sin de la postmetrpolis requiere una recombnacin creativa de micro y macro perspectivas, vistas desde arriba y desde
Repoblacin de Los Angeles
3. Expolis: trata sobre la reestructuracin de la forma urban. i 1 Consultar Edward W. Soja, "Postmodern Urbanization; The Six Restructurings ot Los Angeles", en las ediciones de Sophie Watson y Kathy Gibson, Postmodom Cities and Spaces. Oxford, U.K. y Cambridge, EE. UU., Blackwell Publishers, 1995, pp. 125-137; y Postmetropolis, Oxford, Blackwell, 2000. En el momento de la pro
Seis discursos sobre la postmetrpolis
y crecimiento de las ciudades limtrofes, ciudades exteriores y
postsuburbanas: la metrpolis desde dentro hacia fuera y desde fuera hacia dentro
Variaciones sobre un parque temtico
Scamscapes", escenarios-chanchullo, la bancarro ta de Orange County
Paradigmtica Los Angeles
. Destruccin del discurso sobre forma urbana Reconstrucciones optimistas de la postmetrpolis: el Nuevo Urbanismo Exploracin del lado oscuro del casco urbano y la ciudad externa 4. Metropolaridades: trata del reestructurado mosaico actual y el nacimieato de nuevas polarizaciones y desigualdades Un nuevo sociologismo? Ampliando brechas y nuevas polaridades Debate sobre los verdaderamente desprotegidos y la clase baja El nuevo mosaico tnico de Los Angeles 5. Archipilagos carcelarios: sobre el aumento de las ciudadesfortaleza, tecnologas de vigilancia y la substitucin de policas por polis Ciudades de cuarzo: Los Angeles de Mike Davis Elaboraciones posteriores: espacios interdictnos en el entorno construido . Otra mirada a la Ciudad de cuarzo 6. Simcities: sobre la imaginaria reestructuracin urbana y la creciente hiperrealidad de la vida diaria . La irrupcin de la hiperrealidad y la sociedad del simulacro . Ciberespacio: la generacin electrnica de la hi perrealidad Simulacin del urbanismo como un modo de vida sentacin, de donde se obtuvo este capitulo (abril de 1995), la discusin de los seis discursos sobre la postmetrpolis estaba incluida en la Parte III de un manuscrito titulado Thirdspace: Joumeys to Los Angeles and Other Real-and-lmagined Places. Posteriormente, se decidi dividir el manuscrito en dos libros. El primero, con el titulo mencionado, fue publicado en 1996 por Blackwell.
En vez de debatir en profundidad estos discursos, har uso de
todo lo que he destacado para seleccionar unos cuantos temas que considero de inters particular para los socilogos urba nos. Como concesin a la brevedad, las observaciones crticas sern concisas y despojadas de las calificaciones apropiadas (y necesarias). Mi intencin no es la de ofrecer una completa presentacin crtica de los discursos, sino usarlos para estimu lar el debate y la discusin y asi concienciarnos al mximo de la escena urbana contempornea. El primer discurso, sobre la metrpolis industrial posfordista, se basa esencialmente en la relacin ntima continuada entre los procesos de urbanizacin e industrializacin. En Los Angeles y tambin en muchas otras regiones urbanas, quizs el discurso acadmico predomina en su intento de explicar las diferencias entre la ltima metrpolis moderna (fordista) y la postmetrpo lis (fordista). Tambin ha entrado profundamente en la reciente literatura de sociologa urbana como un marco terico para la comprensin del orden social (y desorden) de la ciudad con tempornea. En el libro de Savage y Warde sobre sociologa britnica, por ejemplo, nos encontramos con un claro intento de redefinir y reposicionar la sociologa urbana alrededor de esta reestructuracin industrial posfordista.2 En cierto modo, ha sido una unin peculiar, ya que los socilo gos urbanos no han contribuido demasiado a la literatura de reestructuracin industrial y a los debates tericos y conceptua les esbozados en el primer discurso. En cambio, se han con tentado primariamente con detallados estudios empricos de la nueva ciudad capitalista, dejando su discurso preliminar y teo rizacin a los gegrafos, economistas polticos y a otros nosocilogos. Cmo podemos explicarnos la aparente retirada de la sociologa su papel destacado en la conceptualizacin de los nuevos procesos de urbanizacin y la postmetrpolis, espe cialmente teniendo en cuenta su preeminencia en la explica cin del desarrollo de la ltima metrpolis moderna en las dcadas de la posguerra? Parte de la respuesta puede encontrarse en un persistente, si no creciente, sociologismo, un retroceso hacia las tradiciones disciplinarias probadas y ciertas de la sociologa terica y emprica. Incluso cuando parecen alcanzarse ciertos lmites disciplinarios para la inspiracin terica y prctica, tal sociolo gismo busca el modo de convertir lo nuevo y sorprendente en 2 Mike Savage y Alan Warde, Urban Sotiology, Capitalism and Modemity, Nueva York, Continuum, 1993.
Seis discursos sobre la postmetrpolis
viejo y familiar, es decir, absorbible sin una mayor disrupcin
paradigmtica o replanteamiento radical. Entiendo que algo similar ha sucedido en sociologa con respecto al nuevo discur so sobre la reestructuracin industrial urbana posfordista en particular, y en general con muchos otros discursos posprefijados. Un vehculo para este retroceso hacia la tradicin discipli naria frente a los nuevos retos ha sido el continuo inters espe cialmente en los EE.UU. por una u otra forma de la tesis sobre la sociedad posindustrial desarrollada dentro de la sociologa hace ya dcadas. El uso continuado del trmino posindustrial nos induce a un dis curso basado en la persistente importancia de la industrializa cin y del proceso productivo. Lo que le ha sucedido a la ciu dad capitalista industrial es ms relevante que la decadencia de la industria de fabricacin y el cambio hacia la economa de servicios. La desindustrializacin ha estado ocurriendo junto con un potente proceso de reindustrializacin basado no sola mente en la produccin electrnica de alta tecnologa, sino en una intensiva produccin artesanal con mano de obra barata y la expansin de servicios y tecnologa orientados al productor. Estos cambios, a menudo hacia sistemas de produccin ms flexibles y hacia redes intensivas de transaccin de flujo de informacin ms densas, estn produciendo nuevos espacios industriales que han remodelado de forma significativa la geo grafa industrial de la ltima metrpolis moderna o fordista. El continuar viendo los nuevos procesos de reestructuracin urba na segn las tesis posindustriales hace difcil comprender el complejo discurso centrado en la produccin sobre la urbaniza cin posfordista. Problemas similares surgen de los continuos compromisos con las tradiciones polticamente ms radicales de la socio loga urbana, que se desarrollaron en los aos setenta y prin cipios de ios ochenta, especialmente reflejados en la obra pionera de Castells y de otros sobre movimientos sociales urbanos y la poltica de consumo colectivo. Tambin un per sistente nfasis consumista dificulta la comprensin del dis curso basado en la produccin sobre urbanizacin posfordis ta y la reestructuracin industrial. El que gran parte de este discurso posfordista tambin se centre explcitamente alre dedor de conceptos y anlisis espaciales complica an ms las cosas, debido a los recientes intentos de ciertos socilo gos britnicos, como Peter Saunders, por desenfatizar el espacio y el anlisis espacial en los marcos conceptuales de la sociologa urbana. Tales esfuerzos han sido particularmen te restrictivos con respecto a la participacin de los socilo gos en debates ms extensos sobre posmodernismo y estu dios culturales crticos, los cuales han experimentado un pro nunciado giro espacial desde finales de los ochenta. Pero esto me conduce hacia otro debate que no puedo ampliar en estos momentos.
Los socilogos han desempeado un papel mucho mes impor
tante en el segundo discurso, sobre globalizacin y formacin de ciudades mundiales. De algn modo, a pesar de su estre cha relacin y complementariedad, el primer y segundo discur so se han desarrollado a menudo compitiendo entre s, cada uno de ellos considerndose la explicacin ptima para la nueva urbanizacin y urbanismo. Esto limita ambos oscursos, pero me limitar a comentar aqu cmo se ha debilitado el dis curso sobre ciudades globales debido a un enterdimiento inadecuado del proceso de reestructuracin indusrial, as como por un toque del sociologismo mencionado anteiormente. Puedo resumir mis comentarios en torno a una frase hecha en broma que us una vez para expresar mi discorrrmidad con los enfoques dados al estudio sobre Nueva York como una ciudad dual" que permanece en el vrtice de la jeraro-ia mun dial de capital de capitales.3 La frase fue la vanidad de los bonFIRES y hacia referencia a lo que yo consider una sobreconcentracin en las funciones de control y poder 0 5 sector FIRE (fmance, Insurance, real estte)4 en la literatu-3 de las ciudades globales y un supernfasis estrechamente reiacionado en dos minsculos lugares donde estos bonFIRES domi nantes parece que arden con ms brillo, Wall Sjeet en Manhattan y The City en Londres, junto con sus filiales tributa rias (Battery Park City, the Worid Trade Center, Soirh Street Seaport, Canary Wharf y the Docklands). Me parece descubrir algunas fisuras cuando el discurso se ajusta tanto. En primer lugar, existe una tendencia a ver la for macin de las ciudades mundiales como si se estuvie-a crean do una separacin sectorial y geogrfica entre las industrias de fabricacin, por un lado, y la base productiva de la economa regional, por el otro. Esto bien podra ajustarse a los modelos posindustriales y de desindustrializacin de cambio urbano y describe con exactitud parte de lo que ha sucedido internamen te en la ciudad de Nueva York y Londres. Pero distorsiona el debate general sobre globalizacin y formacin de ciudades mundiales, especialmente en lo que respecta a dichas postme trpolis y regiones industriales manufactureras, tales como Tokio y Los Angeles (y tambin podra aadir la reindustrializacin de regiones interiores del Gran Nueva York y del Gran Londres). No quiero restar importancia a estos nfasis de investigacin e interpretacin, pero prefiero destacar los peligros de una espe cie de miopa como la de Manhattan o Londres. Adems de supersimplificar las relaciones entre los sectores financieros e
3 Consultar Poles Apart: New York and Los Angeles , en J. Mollertopf y M.
Castells (eds.), Dual City: The Restructunng o New York, Nueva York, fc_sell Sage Foundation, 1991, pp. 361-376. 4 Juego de palabras entre FIRE (Fuego) y el significado de cada etra. F. Finanzas, i: Seguros, RE: Propiedades inmobiliarias. [N. de L]
Seis discursos sobre la postmetrpolis
industriales, y entre la ciudad central y la regin metropolitana
mucho ms grande, dicha miopa tambin tiende a restringir comprensiones ms detalladas y sofisticadas de la espacialidad de la globalizacin y la nueva poltica cultural de identidad y diferencia que se est expandiendo en las ciudades del mundo. Esto, a su vez, ampla la brecha entre estudios de globalzacin ms sociolgicos y los estudios culturales espacializados, cada vez, enfocados a la interpretacin de la postmetr polis. El tercer discurso est enfocado haca lo que ya he descrito como la formacin de expolis, un proceso que por un lado apunta haca el crecimiento de ciudades exteriores y ciudades limtrofes y otras manifestaciones de la bastante oximornica urbanizacin de los barrios perifricos, y por otro hacia una reconstrufccin espectacular de la zona del centro urbano, ambas provocadas por una emigracin de poblaciones doms ticas y la inmigracin de trabajadores y culturas del tercer mundo". Por tanto, parece ser que la organizacin social y ospacial de la postmetrpols se est convirtendo en interiorexterior y exterior-interior al mismo tiempo, creando confusin en nuestros modos tradicionales para definir lo urbano, subur bano, exurbano, no urbano, etc. Probablemente ningn otro discurso est consiguiendo unos desafos tan profundos, no solamente para la sociologa urbana, sino para todos los estu dios urbanos tal y como se han constituido convencionalmente. Algunos ejemplos de Los Angeles podran usarse para ilustrar esta destruccin y reconstitucin de la forma urbana y del voca bulario tradicional para describiro. Algunos ejemplos clsicos de suburbios americanos, tales como San Fernando Valiey y Orange County, cumplen casi todas las definiciones de zonas urbanizadas. Constituyen aglomeraciones muy heterogneas de produccin industrial, empleo, comercio, instalaciones cultu rales y de ocio, asi como otras cualidades caractersticamente "urbanas tales como bandas, crimen, trfico de drogas y vio lencia callejera. Continuar con el etiquetado de estas reas "suburbanas" sera desvirtuar su realidad contempornea. De un modo similar, a la mayora de lo que continuamos conside rando el centro urbano de Los Angeles -incluyendo los guetos urbanos y barrios del este y sur-centro de Los Angeles- nos parecera, especialmente a aquellos familiarizados con ciuda des de la zona este de los EE. UU., Europa y Asa, caractersticamente suburbana. He usado el trmino expolis para describir este discurso por b u provocativo doble significado: exo refirindose, tanto al cre cimiento de la ciudad fuera de los ncleos urbanos tradiciona les como a la ciudad sin, la ciudad que ya no ofrece las tradi cionales cualidades de ciudadana. Esta destruccin/reconsti tucin radical de la estructura urbana ha estimulado muchos
otros neologismos para las nuevas formas emergentes en la
postmetrpolis. Adems de los ya mencionados, incluyendo expolis, tenemos postsuburba, metroplex, technopoles, technoburbs, pueblos urbanos, ciudades-condados, ciudades regionales, la ciudad de 100 millas. Tambin ha originado tmi damente nuevas aproximaciones al diseo urbano, tales como el Nuevo Urbanismo en los EE.UU. y, en Gran Bretaa, la mencionada planificacin de pueblos neotradicionalistas tan apoyada por el Prncipe Carlos; y, al mismo tiempo, interpreta ciones mucho ms sombras de las consecuencias sociales y medioambientales de la reestructuracin de la forma urbana, ejemplificadas como noir-Hke brilliance en el trabajo de Mike Davis. Tambin en este discurso se ha empezado a polarizar de un modo potencialmente improductivo, creando la necesi dad de enfoques ms equilibrados y flexibles, aunque crticos y polticamente conscientes, hacia la interpretacin de los cam bios del entorno construido y de la geografa social de la postmetrpolis. El cuarto discurso, que explora el mosaico social reestructura do, es probablemente el discurso que ha atrado al mayor nmero de socilogos urbanos. Est especialmente adaptado a la intensificacin de lo que describo como metropolaridades ; aumento de desigualdades sociales, ampliacin de brechas salariales; nuevos tipos de polarizacin social y estratificacin que se ajustan nconfortablemente dentro de dualismos tradi cionales basados en las clases (trabajo-capital) o razas (blanco-negro), as como modelos de ciases convencionales altamedia-baja de la sociedad urbana. Al igual que con el discurso sobre forma espacial urbana, el discurso sobre las cambiantes clases y formaciones sociales en la postmetrpolis ha produci do un nuevo vocabulario. Yupples (incluyendo extensiones tales como yuppificacin y guppies, o grupos de yuppies) y la clase marginada permanente (o los verdaderamente desfavo recidos) encabezan la lista, pero existen otros trminos muy directamente relacionados: dinks (dobles ingresos/familias sin hijos), profesionales superiores, la nueva tecnocracia, los tra bajadores pobres, los nuevos hurfanos (tanto nios que cre cen sin padre o madre como los ancianos abandonados por sus hijos), guetos dependientes de la asistencia social, hiperguetos, etc. y A
Mientras que los dos primeros discursos se presentan a s mis
mos como capturando (y teorizando eficazmente) los procesos ms poderosos que han causado la reestructuracin de la lti ma metrpolis moderna, el segundo par se ocupa primariamen te de las consecuencias empricas de estos procesos. Se infun de un nfasis espacial ms explcito dentro del discurso sobre expolis y esto, en m opinin, crea unos vnculos ms estre chos con las percepciones tericas y prcticas de ios discursos sobre industrializacin y globalizacin posfordista. El discurso
Seis discursos sobre la postmetrpolis
que trata de las metropolaridades, aunque no es ciertamente
espacial, parece desarrollarse con una perspectiva relativamen te simple en la compleja espacialidad de la postmetrpolis y, en parte a causa de ello, con una comprensin inadecuada de las conexiones entre causa y efecto o, ms especficamente, el pro ceso de reestructuracin y sus consecuencias empricas. Quizs el mejor ejemplo de esta brecha conceptual ha sido el trabajo del socilogo americano William Julius Wilson y sus asociados, que en la actualidad dominan la representacin contempornea de la Chicago School de estudios urbanos. Aunque este trabajo sobre las clases marginadas y los real mente desfavorecidos merece muchos elogios, est lleno de nociones supersimplificadas de la reestructuracin industrial posfordista, la teora del emplazamiento y las relaciones entre espacialidad urbana y el orden social urbano. Parte de lo que ya he destacado anteriormente sobre los efectos restrictivos de la sociologa resulta muy evidente, como por ejemplo mis comentarios sobre la creciente disyuncin entre trabajo terico y emprico en los estudios sociolgicos de la postmetrpolis. No toda la sociologa urbana sufre estas limitaciones, pero sos pecho que estn ms extendidas de lo que piensa la mayora. Si el primer par de discursos sobre la postmetrpolis enfatiza las causas de la reestructuracin urbana y el segundo par sus efectos sociales y espaciales empricos, el tercer par explora lo que podra describirse como la respuesta social a los efectos de la reestructuracin urbana en la postmetrpolis. En Los Angeles, as como en muchas otras regiones urbanas, el quin to discurso, sobre lo que yo llamo la emergencia de un archi pilago carcelario, est dominado por el trabajo de Mike Davis. En City o f Quartz (1990), y otros escritos, Davis retrata Los Angeles como una ciudad fortificada con prisiones saturadas, ambientes callejeros sdicos, proyectos urbanos que se han transformado en poblados estratgicos, comunidades fortifica das y con guardas armados, donde los carteles dicen: se dis parar a los intrusos" y donde la ciudad est vigilada y patrulla da por una polca espacial con alta tecnologa. Lo que este tra bajo sugiere es que la metrpolis industrial mundial posfordis ta, con su extraordinaria heterogeneidad cultural, crecientes polaridades sociales y potencial explosivo, se mantiene unida por tecnologas carcelarias de violencia y control social, fomentadas por el capital y el estado. Lo que me interesa cuestionar aqu no es la validez de la des cripcin de Davis sobre Los Angeles, sino el grado de fanta sa que le han otorgado otros urbanistas, especialmente de izquierdas, hasta el punto de reducir todos los discursos sobre la postmetrpolis a sus opiniones radicales polticamente tenta doras. Ya he descrito anteriormente City of Quartz como el mejor libro antterico, antiposmodernista, historicista, natvista
y masculinista escrito sobre una ciudad. Para aquellos que evi
tan la teorizacin abstracta porque aleja de un buen trabajo emprico y una accin poltica radical, que encuentran todo el debate sobre el posmodernismo y las postmetrpolis intrnse camente conservador y politicamente abrumador, que se sien ten ms cmodos con el viejo materialismo histrico de Marx que con esta nueva y enmaraada materia espacial y geogr fica, que aprecian el valor despierto y enrgico del conductorcallejero-ffnew que opera desde su planta baja, y que se asusta de los jactanciosos excesos de las crticas feministas posmodernas, Mike Davis se ha convertido en una figura heroi ca. Solamente me queda aadir que tal fantasa limita seria mente nuestros esfuerzos de toma de conciencia prctica, pol tica y terica de nuestro mundo contemporneo y debilita nues tra habilidad de traducir este conocimiento en una accin radi cal efectiva. Finalmente, llegamos al sexto discurso, sobre la postmetrpolis como Simcity, un lugar donde las simulaciones de un supuesto mundo real atrae y activa incesantemente nuestra imaginacin urbana y se infiltra en la vida urbana cotidiana. En este caso, un concepto clave es el de simulacro, ms o menos definido como una copia exacta de algo que quizs nunca haya existido. Planteado sin rodeos y con una aprobacin al trabajo de Jean Baudrillard, el argumento es que dichas sorpresas y simulacros, y los mundos hiperreales que define, estn ms que nunca dando forma a cada aspecto de nuestras vidas, a quin y a qu votamos, cmo nos alimentamos, vestimos, emparejamos y modelamos nuestros cuerpos. Junto a esta expansiva confusin de la diferencia entre lo real y lo imaginado, est lo que Braudllard define como una precesin de simulacros", una situacin en la que las simulaciones cada vez tienen mayor prio ridad sobre las realidades que estn simulando. Nuestras vidas siempre han estado modeladas por estas hjperrealidades y por las fbricas especializadas que las producen, desde institucio nes religiosas a Hollywood y Disneylandia.5 Sin embargo, la mayora de las veces, elegimos ir a estas fbricas, frecuente mente atravesando alguna puerta y pagando la entrada. Actualmente, de nuevo ms que nunca, la hiperrealidad nos visita, en nuestras casas, en nuestras vidas cotidianas. Por ello, este discurso sobre simcity necesita enfocarse seria mente en los estudios urbanos contemporneos, no solo en la microescala de la vida diaria, sino tambin en los anlisis microescala de urbanizacin y produccin social del espacio urbano. Mi propio trabajo est intensamente enfocado hacia 5 Las referencias a tos simulacros abundan en la Biblia y son frecuentes en Ijr* prcticas del cristianismo. Para los catlicos creyentes, las estatuas de la Virgin Mara o de Jesucristo en la cruz no son simplemente smbolos, sino presenciun reales, al igual que la comunin de la hostia y el vino son el cuerpo y la sangre do Cristo. Uno debe comportarse realmente como si estas simulaciones fueran realos
Sais discursos sobre la postmetrpolis
esta precesin de simulacro y la creciente hiperrealidad de la
vida urbana en la postmetrpolis, en parte porque sospecho que esta reestructuracin del imaginario urbano est desempe ando un papel clave en el emergente modo de regulacin social, asociado con lo que los tericos de la regulacin france sa definen como los nuevos regmenes de acumulacin capita lista (podra aadir, que emergiendo primariamente de los pro cesos descritos en los dos primeros discursos). Todo lo anterior es demasiado extenso para tratarlo aqu en profundidad, con tan poco tiempo y espacio para hacerlo. A su vez, ofrezco algu nas vignettes, ilustrativas de lo que yo llamo las scamscapes de Orange County. Orange County es uno de los condados republicanos de los EE.UU. ms ricos, ms educados y ms recalcitrantemente de derechas. Ha sido un punto clave para el discurso local sobre la reestructuracin industrial posfordista y un caso ejemplar para mis propias disertaciones sobre la formacin de expolis y la creciente hiperrealidad de la vida urbana.6 En los mundos hiperreales de Orange County se ha desarrollado un scamscape particularmente efusivo, mi trmino para un entorno en que lo real y lo imaginario se encuentran tan difuminados que animan al fraude y a la mentira como formas de conducta, por no decir rutinarias, adecuadas. Orange County fue uno de los centros del clebre escndalo de Prstamos y Ahorros, cuya resolucin le est costando a los EE.UU. incalculables billones de dlares y ha sido el rea ms activa en el pas de fraudes al Ministerio de Defensa. En un caso reciente, se descubri que una planta que fabrica espoletas, dispositivos de conexin que controlan la explosin de los misiles nucleares, no probaron sus productos, principalmente porque todo el mundo crea ver daderamente el cartel fijado en las paredes de la fbrica: Sin duda alguna, fabricamos las mejores espoletas de los Estados Unidos". En ese caso, por qu molestarse en probarlas? Por eso, despus de cada pedido del gobierno, les dan el visto bueno de excelentes con toda confianza. Tambin resultan representativas del scamscape las calderas, especie de fbri cas de alta tecnologa donde se explota a los trabajadores que son el centro de todo tipo de fraudes y timos de telemarketing. En ningn otro lugar existen ms calderas que en Orange County, y tienen fama de conseguir ms beneficios que los tra ficantes de drogas. En una de estas activas colmenas del hiperfraude, se encontr un cartel que describe de forma emblemtica la honestidad engaosa del scamscape. Dice: Engaamos a los otros tipos y Vd. se beneficia de estos aho rros!". A finales de 1994, el scamscape de Orange County explot en 6 Edward E. Soja, Inside Exopolis: Scenes From Orange County", en M. Sorkin (ed.), Variations on a Theme Park: The New American City and the End o f Public Space, Nueva York, Hill y Wang/Noonday Press, 1992, pp. 277-298.
la mayor bancarrota municipio/condado en la historia de los
EE.UU. En el periodo que sigui a esta sorprendente declara cin, sali a la luz un sistema de gobierno municipal y del con dado que gestionaba rutinariamente la economa pblica del condado como si fuera una variable del juego popular de orde nador, simcity , con un s/'mgobierno que serva a los s/mciudadanos en lo que esencialmente era un s/mcondado. Lo que hacia que esta bancarrota resultara an ms hiperreal era que el personaje clave, el cobrador de impuestos, que estaba jugando el dinero del s/mcondado en el ciberespacio financiero de derivados exticos y sintticos con financiacin ajena, tena un nombre ms que apropiado de Orange County: Citrn! En este bastin del nuevo populismo fiscal en que el pequeo gobierno es el mejor gobierno, este manantial de capitalismo sin regulacin empresarial, hogar tanto de Disneyland y la Richard M. Nixon Library y Birthplace, el orgulloso centro para los logros fundacionales de una poltica posmoderna ultraconservadora que engaa a unos tipos y beneficia a otros con sus ahorros, la simulacin, se vino abajo y no exista ningn botn para volverla a poner en marcha. Con estos sucesos, tambin se hizo pblico el extraordinario grado en que el gobierno, polticos y la sociedad civil de los EE.UU. se estn modelando por la precesin de simulacro y un juego de simulaciones amaado. Por lo que conozco del lega do de Thatcher, el Reino Unido no se encuentra hoy muy lejos. Esto me conduce a algunas conclusiones breves. Nos guste o no, todos estamos inmersos en un mundo cada vez ms posmoderno, creador de nuevos retos y contextos a los que no se puede responder siendo fieles a las viejas deas y actuacio nes polticas. La ciudad y lo urbano todava siguen siendo luga res de lucha y discusin, pero los progresos sociales y las for mas urbanas, y los procesos espaciales y las formas sociales que definen estas luchas, son ahora fundamentalmente dife rentes de lo que fueron hace diez aos. Ms an, existen pode rosos indicios de que las formas predominantemente neoconservadoras y neoliberales de la sociedad posmoderna y las postmetrpolis que se han consolidado desde hace tres dca das de reestructuracin global y local, estn comenzando a desacreditar su propio xito/exceso. Sucesos tales como los disturbios de 1992 en Justice, Los Angeles y la bancarrota de Orange County de 1994, no son slo desrdenes aislados loca les, sino parte de lo que podra emerger como consecuencia de una crisis global de reestructuracin generada. Por ello, es incluso an ms urgente para la izquierda, para los pensadores progresistas y dems protagonistas, resolver sus divisiones internas y actuar en conjunto para crear una poltica posmoder na eficaz y emancipadora y un marco conceptual para unos estudios urbanos crticos tambin explcitamente posmodernos ajustados de un modo adecuado y eficaz a las realidades e hiperrealidades del momento contemporneo.
Contra el modelo de metrpolis universal
Manuel de Sol-Morales es profesor de Urbanstica en la Escuela de
Arquitectura de Barcelona y director desde 1968 del Laboratorio de Urbanismo de Barcelona. Ha sido profesor invitado en numerosas universidades de Europa y Amrica, y consultor de destacadas inicia tivas que tienen a la ciudad como objeto. La coherencia de las inves tigaciones desarrolladas sobre el desarrollo urbano moderno le per mitieron construir una slida teora analtica de los procesos de urba nizacin que fundament la formacin de generaciones de arquitec tos en la Escuela de Barcelona y fuera de ella. Autor de obra influyen te, en la que cabe destacar Les formes de creixement urb (1993) [trad. cast.: Las formas de crecimiento urbano (1997)], y colaborador en prestigiosas revistas internacionales, ha sido director de coleccio nes de obras especializadas como Ciencia Urbanstica" y "Materiales de la ciudad", miembro fundador y redactor de Arquitecturas Bis, y director de UR Urbanisme-Revista. Ejerce tambin una intensa activi dad como arquitecto de proyectos urbanos muy relevantes en distin tas ciudades europeas (Trieste, Gnova, Amberes, Lovaina, Oporto, Barcelona, etc.). En 1996, con motivo de la celebracin del Congreso Internacional de la UIA en Barcelona, fue invitado a participar en l y lo hizo con un discurso que se introduca, a travs de Barcelona, en la interpretacin de la metrpoli contempornea. Es el que se presenta aqu.
Rosa Feliu
CONTRA EL MODELO DE METRPOLIS UNIVERSAL'
Manuel de Sol-Morales Barcelona sale de un periodo en el cual, como ciudad fsica, ha experimentado una fase de intensa actuacin sobre importan tes aspectos parciales: sobre los espacios pblicos, sobre algu nos edificios de equipamiento y de servicio, sobre e! sistema de comunicacin general; pero tambin, al mismo tiempo, trans formaciones de otra envergadura, difusas y multiplicadas sobre todo el tejido urbano, de grandsima eficacia: pequeos par ques o reformas viarias de menor escala, acondicionamiento de fachadas y restauracin de edificios... Son acciones de dimensin microscpica que, efectivamente, son importantsi mas para conseguir la sensacin de ciudad que ustedes -y me dirijo sobre todo a los visitantes- pueden tener cuando pasean por nuestras calles. Empiezo advirtiendo que estas cuestiones no son adjetivas ni, a mi juicio, son tampoco una afirmacin simple de lo pequeo o lo local en detrimento de lo grande. Son cuestiones que estn relacionadas con un modelo de ciudad y de metrpolis, que es de lo que quera hablar hoy aqu. * Conferencia pronunciada en Barcelona el 4 de julio de 1996 dentro de los actos del Congreso Internacional de la UIA.
Pero me parece que en este momento, en la ciudad de
Barcelona, se est produciendo un cambio de etapa sn el cual, despus de esta serie de intervenciones, en su mayora sobre el tejido central de la ciudad, se empiezan a plantear temas de escala metropolitana, cuestiones que afectan la manera de entender la periferia y las posibles polticas para organizara, cuestiones que pasan por la discusin de proyectos y de pla nes estructurales que reflejan algunas alternativas importantes, morfolgica y culturalmente importantes, en la discusin del urbanismo de las ciudades. En Barcelona se habla mucho ahora de infraestructuras, de grandes sistemas y de los problemas de la gran escala deriva dos del tren de alta velocidad, de las nuevas instalaciones aeroportuarias, de los sistemas logstcos. Los arquitectos explican que Barcelona tiene ese cach de la ciudad compac ta del XIX, pero tambin Barcelona es cada vez ms semejan te a Tokio o a Los Angeles. Se dice que, dado el peso que tie nen en la forma de la ciudad y del territorio, estas nuevas estructuras urbanas deberan ser diseadas con tanto cuidado
Diversidad de Realidades Mutables: Borde Urbanos en Límites Naturales. Escenarios de Cohesión Social y Preservación Ambiental, 2012. José Manuel Cortés Vega
CLICHEVSKY, Nora La Tierra Vacante "Revisitada". Elementos Explicativos y Potencialidades de Utilización en Cuaderno Urbano Espacio, Cultura y Sociedad Nº6
REESE, Eduardo, 2006 La Situación Actual de La Gestión Urbana y La Agenda de Las Ciudades en Argentina. Puntos 1 y 2. en Revista Medioambiente y Urbanización. Versión Digital PDF