Entel Frankfurt
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Revista anual de la Unidad de Historiografa e Historia de las Ideas - INCIHUSA / Mendoza
Ao 9 / N 10 / ISSN 1515-7180 / Mendoza / Diciembre 2008 / Comentarios (101-112)
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dejados de lado o poco estudiados en las universidades argentinas, por ejemplo, Cultura y Sociedad, de Marcuse o Algunos temas en Baudelaire, de Benjamin.
Aunque por momentos el libro adopta las
caractersticas de extensas reseas sobre algunas
obras de la Escuela tal es el caso de Cultura y
sociedad y de Dialctica del Iluminismo, la
intencin ltima es la de analizar la emergencia
en las obras de los tres conceptos que dan ttulo
al volumen: razn, arte y libertad. Si razn y libertad albergan la paradoja entre su contingencia agnica y el deseo de realizarse en la sociedad paradoja que, a nuestro entender, debera
comprenderse ms como benfica tensin que
como contradiccin a ser eliminada, el arte en
el siglo XX tambin ha atravesado esta tensin.
(p. 14). La razn es vinculada a la ciencia, por lo
que es la nocin de racionalidad cientfica la que
toma protagonismo sobre todo en la primera
parte del libro, en particular en el anlisis de las
obras sealadas de Marcuse y Horkheimer. El arte
es vinculado a la esttica que se desarrolla sobre
todo en torno a la fotografa y la msica, en las
perspectivas de Benjamin y Adorno respectivamente. La idea de libertad, en cambio, atraviesa
toda la propuesta, en concordancia con la escuela frankfurtiana, que ha hecho de esta nocin el
motivo ltimo de sus disquisiciones. La lectura de
las obras seleccionadas ha sido realizada, entonces, a partir de los intereses propios de los autores del volumen, por lo que su perspectiva recrea
los textos evitando as convertirse en una mera
sntesis con las caractersticas del manual.
Destacamos tambin el tono del texto, que
busca recuperar, haciendo propias, caractersticas
y mtodos de los frankfurtianos, tales como la
nocin de constelacin. El nico saber capaz de
liberar la historia encerrada en el objeto es el que
tiene en cuenta el puesto histrico de ste en su
relacin con otros, el que actualiza y concentra
algo ya sabido transformndolo. Conocer el objeto en su constelacin es saber el proceso que
ha acumulado. (Adorno, T. 1975, 166) (p. 42)
Otros mtodos propios de la Escuela son
puestos de relieve, como el microlgico, la dialctica de la mirada y la dialctica negativa. No
se trata de develar el enigma como quien arriba
a una solucin sino por el gesto transformador
implcito en el juego del enigma: la realidad no
queda superada en el concepto; pero de la
construccin de la figura de lo real se sigue al
punto, en todos los casos, la exigencia de su
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adopta en cada uno de los apartados un significado especial que enriquece a la totalidad. As, la
recepcin de la Escuela de Frankfurt toma la
forma de:
La incredulidad y la incomprensin en la
recepcin de la Teora Crtica, por ejemplo en
Francia a partir de 1968, en torno a la nocin de
sujeto que propone la Escuela en discrepancia
con los filsofos franceses llamados posmodernos. (Pierre Zima)
La recepcin de otros filsofos y socilogos
contemporneos en el caso de la relacin entre la
esttica de Adorno y de Lyotard (P. Zima), y en
la lectura de Foucault de la Escuela de Frankfurt
(Henri Leroux)
Considerando el impacto de las obras y los
pensadores en la comunidad acadmica y no acadmica, como en la situacin de la repercusin
de las ideas y la persona de Herbert Marcuse en
los aos 60 y 70 en Europa y en Amrica (Alain
Blanc). Sonia DayanHerzbrun presenta, por su
parte, la historia de la recepcin de los frankfurtianos y sus trabajos en Columbia.
La recepcin de las ideas de los miembros
de las distintas etapas de la Escuela de Frankfurt
entre s, en el anlisis de la continuidad y las diferencias entre la propuesta de Horkheimer y la
de Habermas (Ewa Bogalska Martin)
Segn la situacin histricopoltica de cada
nacin en particular: en Italia, afirma Giovanni B.
Clemente, la recepcin propiamente dicha de las
obras de la Escuela se vincula a la masificacin
de sus lecturas por parte de los estudiantes en
funcin de la situacin sociopoltica de esta nacin a partir de 1966, que es protagonizada por
la clase obrera y las revueltas estudiantiles. En
Espaa, afirma Luis Castro Nogueira, a excepcin
de Marcuse, la Escuela de Frankfurt ha impactado
sobre el mundo universitario pero no sobre los
movimientos sociales. Waldermar Czajkowski comenta que en Polonia la recepcin de la Escuela
no ha sido particularmente grata, sin embargo
concluye su artculo con la siguiente reflexin: Es
cierto que la problemtica abordada por la Escuela de Frankfurt nos interpela siempre, porque
concierne a las cuestiones ms dolorosas de nuestro tiempo y a los cambios ms difciles del futuro. Los intelectuales polacos no podan no
retomarlas; estaban y estn an ms cerca de
Auschwitz. As la recepcin polaca de la Escuela
de Frankfurt permanece fiel al espritu de
Frankfurt. En los trabajos de los filsofos y de los
socilogos polacos, las nociones de valores, de
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