Diario La Ley
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AO LXXIX N 143
ISSN 0024-1636
CORREO
ARGENTINO
CENTRAL B
CUENTA N 10269F1
FRANQUEO A PAGAR
VI. Cdigo y proceso de implementacin. VII. Cdigo de valores. VIII. Cdigo y Estado de derecho. IX. Cdigo con identidad cultural latinoamericana.
Volvimos a insistir en el Poder Ejecutivo todos los aos, hasta que se logr que
la Presidenta firmara el decreto 191 del 23
de febrero de 2011, creando una comisin
redactora. En aquel momento no haba demasiada confianza en el resultado final y
por eso se aceptaron todas las sugerencias
que hicimos en base a la experiencia que se
haba vivido. Un decreto presidencial era
necesario, porque implicaba la decisin de
un poder del Estado, superando as las debilidades que haban demostrado las comisiones creadas por decisin del Ministerio
de Justicia o de mbitos parlamentarios (4).
(3) El de 1936 preparado por Juan Antonio Bibiloni; el de 1954, redactado bajo la direccin de Jorge
Joaqun Llambas. El de Unificacin de la Legislacin Civil y Comercial, proveniente de la Cmara de
Diputados de la Nacin (ao 1987). El de la denominada Comisin Federal de la Cmara de Diputados
de la Nacin de 1993. El preparado por la Comisin
La comisin deba ser pequea para garantizar la efectividad, porque en las grandes
comisiones anteriores existieron numerosos problemas de funcionamiento y de divisiones internas. Tambin era conveniente
un plazo breve para trabajar, porque, de lo
contrario, todo se diluye en el tiempo. Por
eso hubo un decreto presidencial, creando
una comisin de tres miembros para trabajar en un ao.
Convocamos a la primera reunin en el
mes de marzo de 2011 y, con mis queridas
amigas y colegas, Elena Highton de Nolasco y Ada Kemelmajer de Carlucci, comenzamos a trabajar.
La primera propuesta fue hacer una
planificacin teniendo en cuenta las causas del fracaso de los anteriores intentos, lo cual fue aceptado de buen grado,
porque los tres habamos conocido esas
experiencias.
Uno de los problemas era evitar que
cada individuo o grupo hiciera una parte
del anteproyecto, sin conocer el resto o sin
leerlo completamente, lo que, lamentablemente, haba ocurrido. Por eso decidimos
trabajar los tres en todo el texto, leerlo
una y otra vez antes de presentarlo y designar un secretario que nos ayudara en la
tarea de coherencia, para lo cual propusimos a Federico de Lorenzo, quien fuera inmediatamente aceptado y result un gran
colaborador.
Un segundo problema era la relacin con
el mundo acadmico. En los antecedentes
anteriores, se haba trabajado silenciosamente, para luego presentar el trabajo a
la comunidad, lo cual haba generado reacciones diversas, generalmente conflictivas,
porque quienes no haban participado se
sentan en la obligacin de oponerse. Por
esta razn sugerimos un mtodo distinto,
que consista en invitar a todos los profesores para que enviaran propuestas.
Formamos grupos por reas temticas; y
as surgieron los equipos de responsabilidad civil, obligaciones, reales, contratos,
etc.
En los primeros meses haba un gran
pesimismo, porque todos, incluyendo la
propia comisin redactora, pensaron, con
bastante fundamento, que era otro trabajo
destinado a seguir el mismo camino de la
nada. Para superar este estado de nimo,
comenzamos a fijar fechas de reuniones y
a enviarles propuestas a todos los equipos,
y de esta manera se vieron incentivados a
analizarlas y responder, y as se inici una
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) El ejemplo surge del cuadro La catedral de
Rouen, de Claude Monet, 1891. La catedral fue pintada en distintas horas del da; la catedral es la misma,
pero la luz la hace distinta. Este ejemplo fue utilizado
por CALABRESSI, Guido, en su artculo Property
rules, Liabity rules and Inalienability. One view of
V. Visin de estado
Desde el comienzo del trabajo de la comisin, en febrero de 2011 hasta su promulgacin en octubre de 2014 transcurrieron tres aos y ocho meses.
(8) BENJAMIN, Antonio, A implementao da legislao ambiental: o papel do Ministerio Pblico, in Antonio Herman V. Benjamin (coordenador), Dano Ambiental:
Preveno, Reparao e Represso, So Paulo, Revista dos
Tribunais, 1993, ps. 360-377. Del mismo autor: Meio ambiente e Constituio: uma Primeira Abordagem, in An-
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{ NOTAS }
VIENE DE PGINA 3
Hay numerosos ejemplos. En la persona humana: la capacidad como principio y no la incapacidad; la libertad;
(10) Ampliamos sobre este tema en Las normas fundamentales de derecho privado, Rubinzal y Culzoni,
1995.
(11) NUSSBAUM, Martha, Political emotions. Why
love Matters for Justice, Belnak Press, 2013.
(12) Ampliamos sobre este tema en Teora de la decisin judicial - Fundamentos de derecho, Rubinzal y
Culzoni, 2005.
(13) Ampliamos en Teora del derecho ambiental,
La Ley, 2008.
{ NOTAS }
las posibilidades de elegir y cambiar nombres y apellidos.- V. Comienzo de la existencia de las personas.- VI. Reproduccin humana asistida.- VII. Final.
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De este modo, el uso de las tcnicas de reproduccin humana asistida sera un modo
de acceder de manera originaria a una familia monoparental, de igual modo que
acontece con la adopcin por una persona
sola permitida por la normativa vigente.
En materia de matrimonio se regulan los
efectos del sistema igualitario ya receptado
por el legislador y la posibilidad de optar
por un rgimen patrimonial. A su vez, el divorcio se decreta judicialmente y en forma
incausada, sea a peticin de ambos o de uno
solo de los cnyuges. Lo relevante es que la
peticin de divorcio debe ser acompaada
de una propuesta reguladora de los efectos
derivados de ste.
Tambin se regulan las uniones convivenciales, fenmeno social cada vez ms
frecuente en la Argentina. No obstante, en
la tensin entre autonoma de la voluntad
(la libertad de optar entre casarse y no casarse, cualquiera sea la orientacin sexual
de la pareja) y orden pblico (el respeto por
valores mnimos de solidaridad consustanciales a la vida familiar) el Cdigo reconoce
efectos jurdicos a la convivencia de pareja, pero de manera limitada. Mantiene,
pues, diferencias entre las dos formas de
organizacin familiar (la matrimonial y la
convivencial) que se fundan en aceptar que
es posible brindar un tratamiento diferenciado a modelos distintos de familia (Const.
Nacional, art 16).
IV. Regulacin del nombre: determina las posibilidades de elegir y cambiar nombres y apellidos
a) Principios generales
El nombre de una persona sirve para individualizarla; sin este elemento los mltiples
miembros de una comunidad no se diferenciaran entre s y esta dificultad impedira
que el ordenamiento reconociera a cada
uno sus derechos propios, de modo que se
podra llegar a impedir que ostentaran su
titularidad. Por eso es, a la vez, un derecho
y una obligacin o un deber, a fin de tener y
mantener identidad, en tanto es un elemento de necesaria individualizacin entre los
diversos componentes de una comunidad
que facilita la asignacin y reconocimiento
de derechos.
El Cdigo de Vlez no contena articulado
sobre tan importante materia, solamente
una referencia en el art. 79 en cuanto a la
prueba del nombre y apellido de las personas. Por eso el nombre slo se reglament
-aparte de las normas locales sobre los Registros Civiles- en diversos decretos y leyes
hasta la vigencia de la ley 18.248, que tuvo
varias modificaciones por leyes 20.668,
23.162, 23.264, 23.515, 26.618 y 26.743.
En el CCyC se incluye el tema en los arts.
62 a 72.
Art. 62. Derecho y deber. La persona humana tiene el derecho y el deber de usar el prenombre y el apellido que le corresponden.
De la norma surge que el nombre en sentido lato, se compone de dos elementos:
a) El nombre en sentido estricto, llamado
tambin prenombre, nombre de pila o de
bautismo, que tiene por objeto individualizar a los distintos miembros de una misma
familia.
b) El apellido, tambin llamado nombre
de familia, nombre patronmico o simplemente patronmico que indica la familia a la
cual pertenece una persona y se transmite
entre padres e hijos; es el elemento hereditario del nombre.
c) El alias, apodo, sobrenombre o seudnimo, que es una denominacin de la persona usada como alternativa a su nombre,
al que puede acompaar o reemplazar.
Puede usarse con fines de encubrimiento
e identificacin, afectivo, despectivo, etc. y
muchas veces se trata de un diminutivo o
deformacin del nombre o alude a una caracterstica de su fsico o a su nacionalidad.
En informtica se usa para identificar a
una persona que accede a un servicio multiusuario, casos en los que suele emplearse
el anglicismo nick por nickname. Tambin
se ha usado el nombre de guerra o nom de
guerre por miembros de la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, o
actualmente, usado por tropas irregulares
para esconder identidades o para proteger
a familiares de posibles represalias.
De todas estas variantes, el seudnimo se
elige para actividades artsticas, periodsticas, deportivas o literarias, entre otras. A
veces busca originalidad o simplificacin, u
oculta temor a persecucin e intencin de
ocultar el verdadero nombre. Ello ha existido a lo largo de la historia. En su momento,
algunas escritoras mujeres optaron por un
seudnimo masculino con el fin de sortear
prejuicios de gnero, tales como George
Elliot y George Sand.
Si bien habitualmente no se lo menciona
en las leyes, el CCyC reconoce al seudnimo la proteccin del nombre, repitiendo en
palabras similares el texto de la ley 18.248.
Art. 72. Seudnimo. El seudnimo notorio
goza de la tutela del nombre.
En principio y excepto razones fundadas,
el nombre -en su sentido amplio- es inmutable, justamente porque identifica a una persona humana y su cambio se puede prestar
a diversas maniobras. Adems, su titular
puede protegerlo por medio de acciones:
1) Aquel a quien le es desconocido el uso
de su nombre, para que le sea reconocido
y se prohba toda futura impugnacin por
quien lo niega;
2) Aquel cuyo nombre es indebidamente
usado por otro, para que cese en ese uso;
3) Aquel cuyo nombre es usado para la
designacin de cosas o personajes de fantasa, si ello le causa perjuicio material o
moral, para que cese el uso.
De modo que en el CCyC se organiza el
nombre actualizando la anterior ley, para
ajustar la regulacin a principios constitucionales que priorizan el derecho a la identidad, a la autonoma de la voluntad y a la
igualdad, aunque sin dejarlo librado a una
autonoma absoluta; es decir, que el nombre sigue ciertas reglas. En definitiva, no
hay muchas variantes, excepto en cuanto se
refiere a la mujer y a la igualdad de derechos.
b) El prenombre o nombre (propiamente dicho) de los hijos
En seguimiento del principio de autonoma de la voluntad, se otorga mayor libertad y se elimina la prohibicin de aplicar
prenombres extranjeros entendindose
que, en definitiva, la eleccin del prenombre es una decisin de los padres en la que
la injerencia del Estado debe ser la menor
Todos los hijos de un mismo matrimonio deben llevar el apellido y la integracin compuesta que se haya decidido para el primero de los
hijos.
El hijo extramatrimonial con un solo vnculo
filial lleva el apellido de ese progenitor. Si la
filiacin de ambos padres se determina simultneamente, se aplica el primer prrafo de este
artculo. Si la segunda filiacin se determina
despus, los padres acuerdan el orden; a falta
de acuerdo, el juez dispone el orden de los apellidos, segn el inters superior del nio.
La ley 18.264 daba prioridad absoluta al
varn, de modo que los hijos matrimoniales
de cnyuges de distinto sexo deban llevar
el primer apellido del padre; aunque a pedido de los progenitores poda inscribirse el
apellido compuesto del padre o agregarse
el de la madre. Y el joven de 18 aos poda
-llegado a esa edad- solicitar ante el Registro Civil, completar su apellido con el compuesto del padre; y tambin se le permita
agregar el de la madre.
Ya en la ltima versin de la ley y admitido el matrimonio igualitario, los hijos matrimoniales de cnyuges del mismo sexo podan llevar el primer apellido de cualquiera
de ellos; y a pedido de sus madres/padres
poda inscribirse el apellido compuesto de
ese mismo cnyuge del cual el hijo tuviera
el primer apellido o se poda aadir el del
otro cnyuge. Si no hubiera existido acuerdo acerca de qu apellido o apellidos deba
usar el nio, la normativa determin que los
apellidos se ordenaran alfabticamente.
Asimismo en este supuesto, el joven a partir
de los 18 aos poda integrar el apellido que
llevara de la misma manera que si sus madres/padres hubieran tenido sexo diverso.
Esta disposicin legal ya contena la previsin de que todos los hijos deban llevar el
o los mismos apellidos.
En cuanto al hijo extramatrimonial, si hubiera sido reconocido por uno solo de sus
progenitores adquira su apellido.
Pero manteniendo la prioridad masculina, la norma indicaba que si hubiera sido
reconocido por ambos, fuera simultnea o
sucesivamente, adquira el apellido del padre, aunque ciertamente poda agregarse
el de la madre. No obstante, se consagr
una excepcin en caso de reconocimiento
del padre posterior al de la madre, pues,
con autorizacin judicial, se aceptaba que
se mantuviera el apellido materno cuando
el hijo hubiera sido pblicamente conocido
por ste, es decir cuando el menor tuviera
cierta edad y ya fuera una persona conocida
bajo esa individualizacin.
Adems, el hijo estaba igualmente facultado, con autorizacin judicial, para optar
dentro de los dos aos de haber cumplido
los dieciocho aos, de su emancipacin o del
reconocimiento paterno, si fuese posterior.
Ante una madre viuda, se consignaba en el
hijo el apellido de soltera.
En suma, volviendo al CCyC, est claro que con su vigencia las modificaciones
dejaron de lado toda la indicada prioridad
paterna en el apellido, establecindose la
A fin de afirmar la igualdad, se introducen modificaciones sustanciales en el apellido de las personas casadas, permitiendo
a cualquiera de los dos contrayentes tomar
el apellido del otro, acompaado o no de la
preposicin de.
Quien enviuda mantiene el apellido que
llevaba en tanto no se case de nuevo ni se
una en convivencia.
Y una vez divorciados los cnyuges o declarada la nulidad de su matrimonio, deben
dejar de usar el apellido del otro, excepto
que el juez apruebe su conservacin por
existir motivos serios, por ej., si la persona
fuera conocida profesionalmente o en su industria o negocio con el apellido de casada
o casado y el cambiarlo implicara casi un
cambio de individualidad.
ARTCULO 67.-Cnyuges. Cualquiera de
los cnyuges puede optar por usar el apellido
del otro, con la preposicin de o sin ella.
La persona divorciada o cuyo matrimonio
ha sido declarado nulo no puede usar el apellido del otro cnyuge, excepto que, por motivos
razonables, el juez la autorice a conservarlo.
El cnyuge viudo puede seguir usando el
apellido del otro cnyuge mientras no contraiga nuevas nupcias, ni constituya unin convivencial.
Como hemos dicho, la ley 18.248 tuvo
diversas modificaciones por leyes 20.668,
23.162, 23.264, 23.515, 26.618 y 26.743.
bre que hubiera sido ocioso discutir. Se entenda que esa costumbre concordaba con
los deberes de, convivencia, ayuda mutua y
asistencia propios del vnculo conyugal.
A tal punto fue as, que la omisin en el
uso del apellido de casada se consideraba injuria grave, constitutiva de causal de
divorcio, excepto que la mujer ya tuviera
reputacin en su arte o profesin antes de
contraer matrimonio; mas no configuraba
proceder injurioso siempre que en estos
supuestos, utilizara el nombre completo en
sus actividades sociales generales.
En tal sentido, algunos autores consideraron vituperable y distorsiva del verdadero nombre, a la disposicin de la ley de
enrolamiento femenino que se apartaba de
este rgimen consuetudinario, en tanto en
la libreta cvica slo deba constar el nombre de soltera.
Por cierto que todo eso ha quedado en el
pasado, ya que en el CCyC el rgimen en lo
tocante al nombre de varones y mujeres casadas es de absoluta igualdad.
Si era separada, era optativo para la mujer casada con un hombre llevar el apellido
de su marido. Mas se estableci que cuando
hubieran existido motivos graves, los jueces, a pedido del marido, podan prohibir
a su mujer el uso del apellido marital. En
casos en que la mujer hubiera optado por
seguir usando el apellido de su cnyuge, decretado el divorcio vincular perda tal derecho a menos que existiera acuerdo en contrario o que por el ejercicio de su industria,
comercio o profesin hubiese sido conocida
por aqul y pidiera conservarlo para sus actividades.
A ello se haba agregado -referido a matrimonios igualitarios- que cuando existieran motivos graves, los jueces, a pedido de
uno de los cnyuges, podan prohibir al otro
separado el uso del apellido marital. Si el
cnyuge hubiera optado por usarlo, decretado el divorcio vincular perda tal derecho,
salvo acuerdo en contrario o que por el ejercicio de su industria, comercio o profesin
fuese conocida/o por aqul y solicitara conservarlo para sus actividades.
Todo ello constituy un gran adelanto,
pues en los primeros tiempos, ante la absoluta falta de normativa, la mujer alteraba
su nombre al contraer matrimonio y deba
aadir a su apellido el del marido, precedido de la partcula de. Tal costumbre del
pas ya lo era anteriormente, en tiempos
de la madre patria, sin caber duda alguna
de que se trataba de una verdadera regla
consuetudinaria que ofreca notas de obligatoriedad, uniformidad y antigua raigam-
VIENE DE PGINA 7
por todas las autoridades en el mbito nacional. Lo anterior se deriva de los artculos 1.1 y 2 del propio Pacto de San Jos, en
virtud de que existe la obligacin de los Estados Parte de respetar y garantizar
los derechos y libertades, as como la obligacin de adecuacin -normativa e interpretativa- para lograr la efectividad de
los derechos y libertades cuando no estn
garantizados. Esta ltima obligacin de los
Estados Parte es de singular importancia
en el Sistema Interamericano de Derechos
Humanos y constituye uno de los aspectos
fundamentales que lo distingue del Sistema Europeo.
La Corte Suprema de la Nacin Argentina ya haba dicho algo similar en el fallo
Ekmekdjian c/Sofovich del 7/7/92: que la
interpretacin del Pacto debe guiarse por
la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, uno de cuyos
objetivos es la interpretacin del Pacto
de San Jos. Esto se ha venido reiterando, cada vez con ms fuerza, en mltiples
fallos, especialmente en las sentencias de
lesa humanidad.
De Gelman se desprende claramente que -como todos los fallos de la Corte
Interamericana en materia de Derechos
Humanos-, el decisorio Artavia Murillo
debe tomarse con seriedad y aplicarse adecuadamente en el pas.
La filiacin puede emerger de tres fuentes (que a su vez pueden admitir alguna
CONTINA EN PGINA 10
VIENE DE PGINA 9
Art. 561.Forma y requisitos del consentimiento. La instrumentacin de dicho consentimiento debe contener los requisitos previstos en las disposiciones especiales, para
su posterior protocolizacin ante escribano
pblico o certificacin ante la autoridad sa-
VII. Final
Pongo punto final a este artculo sobre
algunos aspectos bsicos -los principalesque hacen a la vida privada y al desarrollo
personal de la mujer bajo la vigencia del
nuevo Cdigo Civil y Comercial de la Nacin.
A no dudarlo, la igualdad de gnero tiene nuevos elementos para avanzar a buena
marcha. Ahora es una cuestin que queda
en manos de los operadores del derecho,
abogados y jueces; pero ms especficamente de las personas que habitan el territorio de la Repblica que deben exigir su
inmediata aplicacin. l
ley, tiene desde hace tiempo un rol activo, que el nuevo Cdigo Civil acenta, por
diversas razones, entre otras, y principalmente:
(a) Por el proceso de constitucionalizacin del derecho privado, hoy comprensivo de los tratados de Derechos Humanos,
recogido expresamente en los arts. 1 y 2
del nuevo Cdigo, que obliga al juzgador
no slo a subsumir los hechos en las reglas, sino a ponderar los principios en la
gran cantidad de casos en los que stos
entran en conflicto.
(b) Por el mtodo de interpretacin, ms
preocupado por los fines de la ley que
por la intencin del legislador, elemento que justific, en su tiempo, las famosas
notas que Vlez incorpor al pie de cada
artculo. No hay duda que ellas implicaron
un valioso instrumento de acceso al conocimiento, desde que, en el siglo XIX, en el
pas haba pocos libros y una poblacin
con gran porcentaje de analfabetos. Hoy,
en cambio, hay exceso de bibliografa, y
una poblacin que casi en su totalidad lee
y escribe, gracias a la poltica educativa
empezada, justamente, por Domingo F.
Sarmiento, presidente al momento de sancin del Cdigo Civil. La intencin originaria ha dejado de ser el elemento central de la interpretacin; el art. 2 recurre
a los fines; no mira hacia atrs, como la
mujer de Lot, que por eso qued inmovilizada, sino al presente, al momento de la
aplicacin de la norma; es la interpretacin no originalista, propia del Derecho
Constitucional, que se cuela en el derecho
privado por efecto de esa constitucionalizacin.
En tercer lugar, Vlez trabaj solo (1), en
una Argentina en la que los grandes juristas del derecho civil eran escasos, y en la
que, al igual que en Francia, la labor de
la doctrina era minusvalorada. Recurdese que cuando Jacques de Maleville, que
haba integrado la comisin de juristas
designados por Napolen para el redactar el Cdigo Civil francs, public una
obra en la que analizaba la discusin ante
el Consejo de Estado y propona pautas
de interpretacin (2), Napolen exclam:
mi Cdigo est perdido, pues tema que
los comentarios desnaturalizaran el texto
sancionado; como buen hombre de su poca, el emperador consideraba a los comentadores una especie de corruptores del
sentido de la ley. De all que para no caer
en esa calificacin Jean Buguet, profesor
en Dijon, sostuviese: Yo no conozco el
derecho civil; solo enseo el Cdigo Napolen.
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(*) Nosotros, los de entonces, ya no somos los mis-